De la consciencia a la materia Pierre Tricot (Traducido por Juan Bañuls DO) El genio de Still fue de no confinar (limitar) la osteopatía a su aspecto corporal, pero incluir en su filosofía la dimensión del espíritu: “Encuentro en el hombre un universo en miniatura. Encuentro la materia, el movimiento y el espíritu.” (Still, 1998, 306). Nos hemos interesado mucho a la materia y al movimiento; ¿por qué no interesarnos al espíritu, a la consciencia? Esto nos lleva (conduce) evidentemente hacia la metafísica, ámbito más bien mal visto hoy en día en la comunidad científica a la cual los osteópatas intentan ligarse desesperadamente – y a menudo patéticamente. Sin embargo, ésta también era la búsqueda de Still. Aventurémonos, como él osó (se atrevió a) hacerlo, fuera de las vía trazadas; de este modo sigamos la conminación de otro gran osteópata, Harrison Fryette : “Osa (Atrévete a) ser diferente. Muchos prefieren la ortodoxia que la verdad.” (Fryette, 1983, 12). Pues atrevámonos (osemos) no solo a ir (dirigirnos) directamente a la consciencia, pero a empezar con ella. Consciencia Herbert Spencer, maestro (modelo de pensar) de Still, nos explica en Primeros Principios que el concepto de consciencia, supone la existencia de una separación y de una relación: “La idea misma de consciencia, bajo cualquier (sea cual sea el) modo que se manifieste, implica necesariamente distinción entre un objeto y un otro. Para ser conscientes, tenemos que ser conscientes de algo; y ese algo solo puede ser conocido por lo que es, únicamente si está diferenciado de lo que no es.” (Spencer, 1885, 65). “Un secundo carácter de la consciencia, es que solo es posible bajo (desde) la forma de relación. Se necesita un sujeto o una persona consciente y un objeto o una cosa cuyo sujeto sea consciente. No puede haber consciencia sin la unión de estos dos factores; y dentro de esta unión cada uno de ellos existe únicamente tal como es respecto al otro. El sujeto solo es un sujeto mientras es consciente de un objeto; el objeto solo es un objeto mientras cae bajo el control de un sujeto: y la destrucción de uno o del otro es la destrucción de la consciencia misma.” (Spencer, 1885, 69). Ser En el primer libro de abordaje tisular, ya nos hemos interesado mucho a la consciencia, postulando que está asociada a la decisión de ser : “Ser, existir, proviene (deriva) de una decisión: “Yo soy”. “Yo soy”, me define como Yo centro, con respecto a un entorno que considero como exterior a mí, diferente de mí, definido o considerado como no yo. De este modo, la decisión “Yo soy” crea la dualidad. “Yo soy” crea la individuación y al mismo tiempo la consciencia, la de ser, de existir como separado de un entorno considerado como exterior.” (Tricot, 2002, 69). Ser consciente y ser consciente de ello La consciencia de la que se trata aquí es consciencia elemental, no consciente de ella misma. Nuestra dificultad en imaginar esta consciencia viene de la costumbre que tenemos de asociar el concepto de consciencia a nuestra capacidad de mirarnos ser : confundimos ser consciente y ser consciente de nuestra consciencia. Este concepto de la consciencia es una abstracción que proyectamos implícitamente en nuestra observación de un organismo vivo (del “viviente”). Como las especies dichas inferiores no están (aparentemente…) dotadas de la misma capacidad de abstracción, decimos que no son conscientes. Simplemente no tienen la misma consciencia que nosotros. Hay confusión de nivel de abstracción. Dialéctica del ser Este ser, este Yo soy, llamémoslo “grano de consciencia” y consideremos sus propiedades elementales. Lo describimos como un sistema existente y que se perpetúa a través de la relación dinámica Yo/No-Yo, o bien de la relación Yo/El Otro (El Prójimo) cuando entra en relación con otros sistemas de consciencia elemental. La evolución de cada uno de los sistemas de consciencia y de las relaciones entre sistemas de consciencia depende entonces de la manera que se gestiona la oposición dinámica entre Yo y No-Yo o bien Yo y El Otro. De esta oposición, se ha extraído una lógica del todo o nada (dicha lógica del tercio excluido), constituida por dos extremos que se oponen sin posible intermediario. Esta lógica ha sido heredada del pensamiento aristotélico (el silogismo*1) de la que Alfred Korzybski *2 señala que solo es un caso particular que desatiende las principales situaciones de la vida en las que existen, al contrario, 1 varios estados intermediarios entre los extremos. Ha intentado aportar respuestas prácticas desarrollando la Semántica general. Un sistema hecho de contradicción Stéphane Lupasco*3, en cuanto a él, propone una lógica dicha del tercio incluido: Enuncia un postulado a través del cual afirmación y negación, identidad y no-identidad (o diversidad) son indisociables: a cualquier evento (acontecimiento), o cualquier elemento lógico, y por consiguiente al signo que lo simboliza, se opone de forma inherente un anti-evento, un anti- elemento lógico y por consiguiente un término, una proposición, un signo contradictorio – lo que hemos llamado par (pareja) en el primer libro de abordaje tisular. Si referimos esta proposición al concepto de A versus No-A, significa que lo absoluto no existe y que dentro de A siempre existe una parte, por muy pequeña que sea, de no-A (o una parte de A dentro de No-A). Lupasco funda una lógica de lo contradictorio, e insiste sobre el término contradictorio en vez de contrario, puesto que el antagonismo es inherente al propio dato. Actualización/potencialización Expresemos-lo de otro modo: digamos que actualizándose, una energía (o una información) potencializa una energía antagonista. Dicho de otro modo, la actualización de una energía, de una información, de un elemento, de un acontecimiento implica la potencialización de una energía antagonista, de una antiinformación, de un anti-elemento, de un anti-acontecimiento. Y a la inversa, la potencialización de una energía, de una información, de un elemento, de un acontecimiento implica la actualización de una energía antagonista, de una anti-información, de un anti-elemento, de un anti-acontecimiento. Relacionemos-lo con el concepto de consciencia. Entonces podemos considerar que la actualización de Yo potencializa No-Yo y a la inversa. La actualización de Yo provoca una rotura del equilibrio y una transformación del sistema, potencializando al mismo tiempo su opuesto No-Yo, lo que mantiene una cierta contradicción e impide que la energía se actualice absolutamente (completamente), se agote y que el sistema desaparezca aniquilándose en la contradicción. Así, la consciencia puede persistir. No-Yo Yo Yo = No-Yo No-Yo Yo Actualización de Yo, potencialización de No-Yo No-Yo Yo Actualización de No-Yo, potencialización de Yo Figura 1 : Actualización/Potencialización Según Dominique Temple, “El principio de antagonismo de Lupasco asocia (conjoindre) la actualización de un fenómeno con la potencialización de su contrario. La potencialización es definida como una consciencia elemental puesto que solo se trata de consciencia sin consciencia de ella-misma y no de lo que llamamos consciencia cuando hablamos de la consciencia humana.” (Temple, 1998, 2). ___________________ 1 Silogismo: Del griego sullogismos, de sun, “con”, y logos, “discurso”. Por lógica, razonamiento que consta de tres proposiciones (la mayor, la menor y la conclusión), de modo que la conclusión se deduce de la mayor a través de la menor. (Ex: todos los hombres son mortales (mayor); todos los Griegos son hombres (menor); por consiguiente los Griegos son mortales (conclusión.) Para ser lógicamente valido, el silogismo supone que dos valores pueden ser absolutamente idénticos o absolutamente diferentes, sin termino intermediario (tercio excluido). 2 Alfred Korzybski (1879-1950), Ingeniero de origen polaco que se interesó a la lingüística y a la psicología. Publica en 1921 Manhood of Humanity, en 1924-26, Time binding: The General Theory y en 1933, Science of Sanity. An Introduction to NonArestotelian Systems and General Semantics*, obra considerada como la suma de sus ideasl. La semántica general, ella también es un sistema basado sobre una lógica no-aristotélica. 3 Stéphane Lupasco (1900-1988): Filósofo de origen rumano naturalizado francés en 1947. Ha elaborado una visión del mundo informada a través de la física quántica. En El Principio de antagonismo y la lógica de la energía (1951), se opone al principio del tercio excluido fundamento de la lógica matemática usual, desarrolla el principio del “tercio incluido” y presenta el concepto de las tres materias. Su obra más famosa, Las Tres Materias (1960), propone un cuadro de lectura de fenómenos muy diversos (físicos, biológicos, pero también psicológicos, sociológicos y estéticos), cubriendo la totalidad del campo del conocimiento. 2 Figura 2 : El símbolo del Tao Sin duda la mejor representación, del dinamismo antagonista. Grano de consciencia Por consiguiente el “grano de consciencia” está animado de un dinamismo antagonista Yo/No-Yo. Pero no está solo. Existe en medio de otros granos de consciencia, de modo que relaciones se crean (se tejen) entre ellos y que el dinamismo antagonista se transforma para convertirse no solo en Yo/No-Yo, pero también en Yo/El otro. Este dinamismo es probablemente el punto de partida de la tendencia que tienen los granos de consciencia en agregarse para crear sistemas, después sistemas de sistemas, cada uno poseyendo y manifestando cualidades específicas consecutivas a la elección de actualización/potencialización de los “granos de consciencia” que lo constituyen, pero también ciertas cualidades básicas fundamentales relacionadas con lo que tienen en común. Todo y parte, el holón Arthur Koestler *4 nombra el “grano de consciencia” holón. Esa palabra está constituida a partir del griego holos, “todo”, asociado al sufijo “on” que significa una partícula, como en protón o neutrón. Precisa que los holones son a la vez todo y parte y se comportan “parcialmente como una totalidad o totalmente como una parte, según la manera que los miramos.”(Koestler, 1968, 51). Esto nos refiere al dinamismo antagonista, al concepto quántico de la onda y del corpúsculo, y coincide con el pensamiento lupasciano. Koestler también insiste sobre la ambigüedad de los términos todo y parte: una “parte”, en la acepción común, significa algo fragmentario e incompleto que no tiene existencia autónoma, el “todo” se considera como algo completo en sí mismo, que no necesita ninguna explicación. Sin embargo, mirando el universo en general y los organismos vivos particularmente no podemos impedirnos de señalar que partes, aunque estén englobadas por conjuntos más amplios, pueden tener una existencia propia, y englobar algunas partes más pequeñas que tienen ellas también una existencia propia, etc. : “En realidad “todos” y “partes” en el sentido absoluto no existen en ningún lugar, ni en el campo de los organismos vivos, ni en el de las organizaciones sociales. Con lo que nos encontramos, son estructuras intermediarias sobre una serie de grados en un orden creciente de complejidad: sub-conjuntos que revelan, según el punto de vista, características comúnmente atribuidas a las totalidades, y otras comúnmente atribuidas a las partes. (…) Los miembros de una jerarquía tienen, como el dios Janus*5, dos caras que miran en sentidos opuestos (contrarios): la cara girada hacia el nivel inferior es la de un todo autónomo; la cara girada hacia arriba, la de una parte subordinada. Rostro del maestro, rostro del servidor. Este “efecto Janus” es una característica fundamental de los sub-conjuntos en todos los tipos de jerarquías.” (Koestler, 1968, 50-51). Nacimiento del espacio Según nuestro modelo, el acto de ser, además de la consciencia, produce el espacio. Efectivamente, a través de la decisión “Yo soy”, Yo, consciencia, se crea centro, inmóvil con respecto a una periferia exterior que él decide que sea No-Yo. Hace la experiencia de lo que se llama espacio, es decir de la distancia entre dos puntos, particularmente él y lo que considera exterior a él. Esta constatación conduce (lleva) a una deducción desconcertante aunque lógica: a cada consciencia su espacio. Y si transponemos esto a los agregados o sistemas de consciencias, que podemos considerar ellos mismos como consciencias, cada agregado es consciente (pero no forzosamente consciente de su consciencia), crea, experimenta y gestiona (la mayoría de la veces sin saberlo) su espacio. __________________ 4 Arthur Koestler (1905- 1983): Escritor político, después divulgador (vulgarizador) científico de origen húngaro, naturalizado británico. En primer lugar militante para la causa sionista, después comunista, efectúa como periodista varias estancias en Israel, en URSS, después en España para cubrir el levantamiento (la rebelión) militar. Después de la guerra, Koestler milita activamente para la causa sionista y publica varios artículos, principalmente en el Times del que es corresponsal en Israel. En 1954, deja el foro político y se dedica a la vulgarización científica. En 1965, publica El caballo en la locomotora, en 1978, Janus, obras en las que presenta y desarrolla el modelo holárquico. 5 Janus: uno de los más antiguos dioses del Panteón romano. Establecido en la región de Latium, acoge a Saturno, el dios de las siembras y de los granos, expulsado de los cielos. Para agradecérselo de su hospitalidad, Saturno le regala el don de la “doble ciencia”, poder que permite controlar la ciencia del pasado y la del futuro, de ahí la representación de Janus con dos caras orientadas en direcciones opuestas. 3 Nacimiento del tiempo Al crearse, Yo, con respecto a una periferia exterior que decide que sea No-Yo, el “grano de consciencia” experimenta el espacio, pero también el tiempo. Efectivamente, acaba de crear “algo”, un evento (acontecimiento), dicen los físicos de hoy en día (él y lo que experimenta), que existe en un ahora, con respecto a un antes donde esto no existía. Además, para esta consciencia, no basta con haber decidido existir, ahora tiene que comprobarlo, es decir experimentar que existe. Para eso necesita modificar sin cesar el estado de diferencia entre ella y su entorno (lo que considera como No-Yo). Lo hace intercambiando con él, lo que crea sin cesar nuevos ahoras, diferentes de los antes. La experiencia que hace la consciencia de estos instantes sucesivos constituye el tiempo. Está hecho de ciclos ininterrumpidos de intercambios, lo que crea tantos estados sucesivos, y parece correr, de manera irreversible e inexorable a partir del principio, del primer “Yo soy”. Si parece correr inexorablemente, es que Yo lo crea a cada instante, incluso sin darse cuenta. Con lo cual el tiempo es esencialmente una experiencia de estados o ciclos de existencia que se suceden. Nacimiento de la energía Al crear el espacio y el tiempo, la consciencia crea una infinidad de puntos “exteriores” con los que puede intercambiar para experimentar su consciencia. Así pues crea la potencialidad de la energía. ¿Qué es lo que intercambia con el exterior ? Intercambia información que hemos definido en el primer libro de abordaje tisular como “concepto que se desplaza” (Brinette, 1992, 23). La información no es de naturaleza material, es sentido. Y el sentido básico para una consciencia está contenido en la dialéctica Yo/No-Yo. Recordemos también que la energía se define como “información en movimiento” (Brinette, 1992, 23). Con lo cual el intercambio de la consciencia con su exterior moviliza información, actualizando (o creando) de este modo energía. En nuestro modelo, espacio, tiempo y energía son tres elementos indisociables, consecutivos e inherentes a la consciencia. Constituyen un continuum, fundamento de nuestros universos y que los físicos modernos conocen y describen cada vez mejor. Memoria A través de la potencialización/actualización de Yo/No-Yo, la consciencia o el sistema de consciencias vive, hemos dicho, ciclos sucesivos de intercambio con el fin de reactualizar sin cesar su sensación de existir. Haciendo eso, determina tres niveles fundamentales de existencia: el ser, el hacer y el tener. Un ser (una consciencia) hace (intercambia) para tener (la sensación de existir). Estos ciclos de intercambio crean, lo hemos visto, presentes sucesivos que determinan tantos pasados sucesivos y conducen Yo a acumular la información de los ciclos anteriores que constituyen un tener y que interpretamos como la base misma de la memoria. Si esta consciencia o este sistema de consciencias ha grabado dentro de su espacio un acontecimiento en el tiempo t, cualquier acontecimiento vivido ulteriormente es interpretado dentro de su espacio como que sobreviene a un tiempo t*1. Además, este evento es analizado por la consciencia quién determina las similitudes y las diferencias con respecto a las informaciones que ya estan presentes dentro de su espacio. De esto modo podemos modelizar el fenómeno de memoria. Dentro del espacio creado por la consciencia, potencialización y actualización de Yo/No-Yo pueden variar considerablemente. Pero para que el sistema persista, Yo nunca puede borrarse del todo. Siempre tiene que prevalecer ligeramente sobre No-Yo (lo que es lógico, puesto que es él quien es creado en primer lugar). De modo que la cantidad de información (pues de energía), a medida que los ciclos se suceden, aumenta gradualmente. En suma, la consciencia “se instruye a través de la experiencia, y eso de manera irreversible debido a la irreversibilidad de la memoria.” (Charon, 1977, 44). Añadamos que esa irreversibilidad de la memoria es consecutiva a la del paso del tiempo. Así pues, cada “grano de consciencia” posee una “historia” que remonta todo el pasado del universo; ha vivido una experiencia diferente de la de su vecino, antes de participar con él a la constitución de los diferentes sistemas energéticos que llamamos materias. Evolución A medida que pasa el tiempo, los intercambios movilizan sin cesar más información y por consiguiente más energía. Las informaciones intercambiadas permiten a las consciencias que las intercambian situarse en el espacio y en el tiempo con respecto a ellas mismas (sentirse existir) y con respecto a otras consciencias (que reconocen de este modo como existentes). Entonces la consciencia de existir se desarrolla no solo con respecto a sí mismo (Sí mismo/No-Sí mismo), pero también con respecto a otras consciencias, otros Yo (Yo/otros Yo o Yo/El otro) y, bien entendido, entre estos diferentes Yo. Podemos formular esto diciendo que las consciencias tienen tendencia a agregarse y a organizarse en sistemas de consciencias, y que cada sistema se comporta como una consciencia única. Tenemos ahí los ingredientes básicos de un fenómeno llamado evolución. 4 Ser y tener, estructura y función Nuestro modelo describe el “grano de consciencia” u holón como un ser (una consciencia) que hace (función) para tener (estructura). El ser, acabamos de verlo, experimenta o determina el espacio. El hacer, determina acciones y se relaciona con la energía. En fin, los ciclos se suceden, crean la experiencia del tiempo, al mismo tiempo que permiten la adquisición y acumulación de informaciones. Por lo cual se trata de un tener. De este modo podemos crear un diagrama del “grano de consciencia”- holón, que representa estos elementos integrados en el seno de la misma entidad. Ser Consciencia Espacio Hacer Función Energía Tener Estructura Tiempo Figura 1: Elementos fundamentales de un holón Estos elementos estan presentes en cualquier holón, en proporciones diversas, en función de lo que actualiza y potencializa, pero también de lo que el observador actualiza en su observación, es decir el punto de vista que privilegia mirándolo ser. De este modo, podemos poner énfasis sobre el aspecto consciencia, sobre el aspecto funcional, sobre el aspecto estructural, privilegiar su localización en el espacio o en el tiempo, o bien interesarnos a la información (energía) que contiene, etc. Notemos que el concepto de estructura se utiliza en un sentido muy general, sinónimo de unidad elemental coherente, caracterizada por propiedades estructurales definidas. Esta noción puede representar objetos materiales (físicos), como partículas o células, o inmateriales (abstractos), como conceptos, procedimientos, programas informáticos, etc. En fin notemos que “grano de consciencia” y holón no son materialmente identificables. Se trata de un concepto que se puede aplicar a cualquier entidad existente. Sistemas de consciencias Debido a sus propiedades fundamentales, “los granos de consciencia” u holones tejen entre ellos relaciones y se organizan en sistemas, después en sistemas de sistemas, más complejos, de naturaleza jerárquica. Koestler habla de holarquías. Así la evolución va de lo simple a lo complejo y puede verse como un despliegue fractal. Desarrollada por el matemático Benoît Mandelbrot*6, la matemática fractal permite considerar la creación de complejidad a partir de simplicidad compartida. Concibe lo ordenado como resultante de lo no ordenado, a partir de relaciones simples que evolucionan estadísticamente hacia relaciones complejas que se organizan progresivamente. Sostiene la teoría del caos según la cual el sistema fractal es uno de los medios esenciales de producción de la naturaleza. También podríamos aplicar a esta evolución la teoría constructal de Adrian Bejan*7, según la cual las formas no se engendrarían únicamente por fragmentación, pero por construcción, con la búsqueda de una optimización máxima, en función del contexto de desarrollo (Bejan, 2005). Como para el holón, es imposible (si no es por abstracción) observar jerarquías aisladas, tanto las implicaciones recíprocas de los sistemas de sistema son complejas. En el seno de los sistemas que contribuye en desarrollar, una parte del holón está subordinada a un sistema más amplio quién lo engloba ___________________ 6 Benoît Mandelbrot, (nacido en 1924), matemático francés nacido en Varsovia. Educado en Francia, desarrolló las matemáticas de Gaston Juila y empezó el diseño (ahora común) de ecuaciones sobre ordenador. Es el iniciador de la geometría fractal y ha dado su nombre a una familia de fractales (dichas de Mandelbrot). Además del descubrimiento y del estudio de las fractales en matemáticas, ha demostrado que nos encontramos a menudo con fractales en la naturaleza, abriendo así a nuevos campos de investigación para la teoría de caos. Objeto fractal: Las irregularidades de la naturaleza, en apariencia caótica, son la expresión de una geometría muy compleja de lo infinitamente pequeño donde la noción de dimensión fraccional se sustituye a la de dimensión euclidiana usual (estudio de las irregularidades de las costas marítimas, de la forma de las nubes, de un árbol, de una hoja de helecho, etc.). Una curva fractal es tal que cualquier porción es idéntica al todo. 7 Visitar también la página Web: http://www.mems.duke.edu/faculty/bejan/const_theory.php. 5 y lo controla (los niveles- grados superiores de una jerarquía) y la otra parte manifiesta una totalidad cuasi autónoma, quién engloba y controla los niveles (grados) inferiores. Para la parte que mira hacia arriba de la jerarquía, Koestler habla de tendencia asertiva (afirmativa) y para la parte que mira hacia bajo de tendencia integrativa. Dinamismo antagonista, otra vez Las jerarquías manifiestan cualidades específicas (como las materias, por ejemplo), consecutivas a las elecciones de actualización/potencialización de los granos de consciencia u holones que las constituyen, pero también cualidades no específicas, válidas para todas las jerarquías, heredadas de las cualidades básicas de las partes que las constituyen, los holones. De este modo, la jerarquía, o conjunto de holones, puede considerarse ella misma como un holón y presenta todas las características básicas: dinamismo antagonista (Yo/No-Yo y todo/parte), afirmación – participación (Yo/El otro) y, según nuestro postulado de partida (del principio), consciencia. La consciencia parece transferirse del holón al sistema jerárquico al que participa, pero a pesar de ello el holón no pierde su consciencia propia. La potencializa únicamente proporcionalmente a su actualización de la consciencia colectiva (El otro). Ser Consciencia Espacio Hacer Función Energía Figura 2: Holarquía Tener Estructura Tiempo Una aplicación universal En cuanto a conceptos o modelos, holón y holarquía no solo se aplican a las materias (a los campos concretos), pero también a cualquier forma manifestada, incluso simbólica (lenguaje, música, matemáticas): son el producto de operaciones humanas pues, del ser vivo. Por ejemplo, un libro estaáconstituido de capítulos, constituidos de párrafos, constituidos de frases, etc. Del mismo modo una sinfonía puede ser analizada en partes, la estructura jerárquica de la obra reflejará la naturaleza de las técnicas y sub-técnicas que la produjeron. De la misma manera, cualquier jerarquía de naturaleza clasificadora refleja los procesos de una creación. La clasificación de los animales en especie-génerofamilia-orden-clase-phylum*(linaje, descendencia) procura reflejar las relaciones resultantes (issues) de la evolución, esta vez el diagrama representa “el árbol de la vida” él mismo. De la misma forma las divisiones jerarquizadas de un catalogo de biblioteca reflejan una jerarquía de conocimientos, etc. Del espíritu a la materia Para Lupasco, la manera de la que (cuyos) sistemas de sistemas gestionan las variaciones en sus equilibrios antagonistas, resulta en materias. De la materia, el diccionario da, como la mayoría de las veces, una definición esencialmente descriptiva. Nos dice que es la sustancia de la que está hecha una cosa, la realidad constitutiva de los cuerpos. Finalmente no nos dice lo que es en esencia. Considerar la organización de “granos de consciencia” u holones en sistemas, después en sistemas de sistemas cada vez más complejos cuyas relaciones dan a experimentar diferentes materias nos hace considerar la materia ya no solamente como agregado de partículas, pero como experiencia de relaciones entre consciencias y sistemas de consciencias. Nos hace pasar de la visión de objetos a la de relaciones. ___________________ * Phylum: Biol. Serie evolutiva de formas animales o vegetales 6 Tres materias Según Lupasco, la manera de la que los (cuyos) sistemas de sistemas gestionan las relaciones de identidad y de alteridad, es decir la manera en la que actualizan y potencializan estadísticamente el Yo/No-Yo y el Yo/El otro genera o más exactamente da a experimentar tres materias fundamentales diferentes, que se expresan dentro de lógicas (o relaciones) también diferentes. - La materia microfísica resulta de un casi equilibrio estadístico entre actualización/potencialización de la identidad (Yo) y de la diversidad (alteridad, El otro). - Cuando la actualización estadística de la identidad (homogeneidad, Yo) domina, implica la potencialización de la diversidad (alteridad, heterogeneidad o El otro) y produce lo que experimentamos como materia macrofísica. - Cuando la actualización estadística de la diversidad (alteridad, heterogeneidad o El otro) domina, implica la potencialización de la identidad (homogeneidad o Yo) y produce lo que experimentamos como materia viviente (viva). - En la lucha que opone los sistemas vivientes (vivos) y macrofísicos, cuando existe un casi equilibrio entre actualización/potencialización estadísticas de la identidad y de la diversidad (alteridad), esto produce lo que Lupasco llama materia neuro-psíquica, según él muy parecida a la materia microfísica (razón por la cual evocamos tres materias y no cuatro). “Lo que no ha podido comprender ningún pensamiento dialéctico, desde la Antigüedad la más lejana hasta los Tiempos modernos, del Yang y del Yin chinos hasta Hegel y Marx, es que la energía, para existir en la medida que existe, conlleva, precisamente debido a su antagonismo contradictorio constitutivo, no solo las propiedades de la homogeneización y de la heterogeneización, que engendran las dos materias física y biológica, pero las de la potencialización y de la actualización, y de modo que ni una ni la otra pueden actualizarse rigurosamente potencializando rigurosamente su antagonismo contradictorio, sin ello la energía misma dejaría de existir, y el universo de hecho también. De modo que si la homogeneización se actualiza progresivamente y relativamente, potencializando de este modo la heterogeneidad y generando la materia física, y si la heterogeneidad, debido a una dialéctica inversa de esta, se actualiza por su parte, progresivamente y relativamente, potencializando la homogeneidad y engendrando la materia biológica, una tercera posibilidad existe; inscrita en la naturaleza lógica de la energía, donde ni una ni la otra pueden actualizarse si no es en lo que he llamado el estado – del tercio incluido – de semi-actualización y semi-potencialización respectivas y recíprocas, constituyendo una nueva y tercera dialéctica materializante; una dialéctica de las dos otras, que mantiene a raya (qu’elle tient en échec) y dirige, dialéctica que es la del sistema neuropsíquico. Así es cómo controla las dos otras, quienes se combaten (pelean) en cada sistema físico y biológico, y funda la misma noción de control mental y consiguientemente las (nociones) de una consciencia de la consciencia y de un conocimiento del conocimiento, con el control de esta manera de las dos orientaciones contradictorias de las dos dialécticas que la constituyen.” (Lupasco, 1979, 16-17). Así, cuando hablamos de materia, deberíamos hablar de materias, puesto que cada una de ellas presenta propiedades y una lógica de funcionamiento particular: la materia dicha inerte (vocablo a reconsiderar totalmente), la materia dicha viva, o lo viviente o la estructura viva, y la materia dicha neuro-psíquica o psíquica. En los tres casos, consideraremos que se trata de consciencia en manifestación, pero parece esencial estudiar, por lo menos aproximadamente (groseramente), estas diferentes materias para extraer de ello los elementos esenciales, las similitudes y las diferencias, principalmente a nivel de su comportamiento. Efectivamente, conociendo las características básicas de cada una de las materias, podremos desarrollar estrategias diferentes y sobre todo adaptadas a lo que son cuando nos dirigiremos a ellas. La materia macro física La materia que experimentamos como macro física corresponde al sistema en el que la actualización estadística de la identidad (homogeneidad, Yo) domina. Implica la potencialización de la diversidad (o alteridad, heterogeneidad, El otro). Es la materia del físico, regida por las leyes de la física, de la mecánica y de la química: conservación de la energía, secundo principio de termodinámica, principio de entropía. Es un sistema cerrado lo que le convierte en estable y persistente, pero de evolución difícil. Su persistencia resulta de la fiabilidad de los elementos que la constituyen, pero no parece estar dotada de la posibilidad de auto-organización. En fin, sistema cerrado, parece ser no comunicante (no parece que responda a una información transmitida por una consciencia). Es lo que nos la hace considerar como no viviente. 7 La materia viva La materia que experimentamos como viviente corresponde al sistema en el cual la actualización estadística de la diversidad (alteridad, heterogeneidad, El otro) domina. Implica la potencialización de la identidad (homogeneidad, Yo). Es la materia del biólogo, caracterizada por su capacidad de autoregulación, por un cierto auto-determinismo que le confiere una movilidad inherente observable. Es comunicante, consciente (a pesar de que no podamos determinar que es consciente de su consciencia), capaz de aprendizaje por lo cual de evolución. Está auto organizada a partir de elementos poco fiables (moléculas), pero logra reconstituirse y perpetuarse casi idéntica a ella misma y evolucionar. La materia neuro-psíquica La materia que experimentamos como neuro-psíquica resulta de la confrontación de las dos otras y se caracteriza por el hecho que existe un casi equilibrio entre actualización y potencialización estadísticas de la identidad (Yo) y de la diversidad (alteridad, El otro). En el seno de los organismos vivos, corresponde al desarrollo del sistema nervioso que permite al organismo vivo establecer la consciencia o el conocimiento del interior y del exterior, con lo cual conocerse como sujeto (interior) en oposición con un exterior, considerado como objeto, tomar consciencia de su existencia en cuanto a organismo y en las etapas evolutivas las más avanzadas, a la consciencia de tomar consciencia de su consciencia y de conocerse como que conoce. “Antagonismo, homogeneidad y heterogeneidad, contradicción y no-contradicción, potencialización y actualización proporcionan un aparato nocional tripolar, una lógica generalizada que constituyendo un cuadro que se puede aplicar a cualquier experiencia, a cualquier fenómeno, con el fin de saber en que tipo de sistema y de estructura podemos y debemos situarlos.” (Lupasco, 1987, 85). Sinergias de consciencias Nuestros sistemas corporales, evidentemente están compuestos de las tres materias, integradas, pero cada una laborando según sus leyes y su lógica propias. Pero no olvidemos que se trata de impresiones que provocan, considerados del exterior, los sistem as, pequeños y grandes, engendrados por las energías antagonistas y contradictorias. Estas materias, “las reencontramos, que coexisten, a todos los niveles de complejidad creciente (los electrones y el núcleo no desaparecen, no se funden en el átomo, que es un sistema y para nada una síntesis; los átomos no fusionan para formar una molécula, etc.).” (Lupasco, 1982, 151-152). El interés de este análisis viene rápidamente a la consciencia: como terapeuta, nos interesa realmente determinar a qué manifestación de consciencia, con lo cual a qué materia deseamos dirigirnos y, por consiguiente, adaptar nuestro comportamiento a las reglas, leyes y lógicas que rigen su funcionamiento. Esto dará más discernimiento a nuestras intervenciones y potencialmente más eficacia. Pero esto requiere un cambio de paradigma que nos haga pasar de la consideración del cuerpo “cosa” a la del cuerpo consciencias. Es lo que entablaba ya el primer libro sobre el abordaje tisular y que desarrolla el tomo 2, publicado en mayo 2005 a través de la editorial Sully. Glosario Actual. adj. (Del lat. actualis). 1/ Dicho del tiempo en el que actualmente está alguien : presente. 2/ Que existe, sucede o se usa en el tiempo de que se habla. 3/ Filo. Que existe en acto, concebido como real, efectivo (en op. a virtual). 4/ En el abordaje tisular, que existe realmente, en acto, manifestado, expresado. Actualidad. (De actual). 1/ f. Tiempo presente. 2/ f. Fil. Acción del acto sobre la potencia. 3/ Lo que está actualizado, manifestado, puesto en existencia o en acción. Actualización. f. Cf. Actual, Actualizar. Actualizar. tr. 1/ Hacer actual algo, darle actualidad. 2/ Poner al día. 3/ Poner en acto, realizar. 4/ ling. Hacer que los elementos lingüísticos abstractos o virtuales se conviertan en concretos e individuales, constituyendo mensajes inteligibles. Potencial. adj. (Del lat. potens, potentis, potente). 1/ Que existe virtualmente, en potencia, pero no realmente. 2/ Ling. Que expresa la posibilidad. 3/ Fís. Energía potencial : energía de un sistema físico debido a la posición de una parte del sistema con respecto a el otro. 4/ En el abordaje tisular, que existe en potencia, pero no manifestado, no expresado. 8 Potencialidad. f. Estado de lo que existe en potencia. Potencialización. néo. f. en el abordaje tisular. Cf. Potencial, Potencializar. No confundir con Potenciación : acción y efecto de potenciar. Potencializar. tr. En el abordaje tisular, convertir algo manifestado, expresado o realizado, al estado potencial, es decir no manifestado pero con la posibilidad de serlo. No confundir con Potenciar : comunicar potencia a algo o incrementar la que ya tiene. Bibliografía Bejan, Adrian. 2005. La loi constructale, Paris : L’Harmattan, ISBN : 2-7475-8417-8. Brinette, Jean-Louis. 1992. Étiomédecine Mulhouse : S.E.E.F. ISBN 2-9506698-0-8. Charon, Jean. 1977. L’esprit cet inconnu Paris : Albin-Michel, 256 p.. ISBN 2-226-00510-2. Charon, Jean. 1998. Et le divin dans tout ça ? Paris : Albin Michel, 160 p., ISBN 2-226-09607-8. Koestler, Arthur. 1968. Le cheval dans la locomotive . Paris. Calmann-Lévy. 344 p. ISBN -. Koestler, Arthur. 1979. Janus . Paris : Calmann-Lévy. 348 p. ISBN 2-7021-0287-5. Korzybski, Alfred. 1998. Une carte n’est pas le territoire. Introduction à la sémantique générale et aux systèmes non-aristotéliciens. Paris : Éditons de l’Éclat, 190 p., ISBN : 2-84162-029-8. Fryette, Harrison H. 1983. Principes des techniques ostéopathiques. Traduit de l’américain par A. Abehsera et F. Burty, Bruxelles : Société Belge d’Ostéopathie, 332 p. Lupasco, Stéphane. 1979. L’univers psychique Paris : Denoël/Gonthier – Méditations, 244 p. ISBN 2282-30192-7. Lupasco, Stéphane. 1982. Les Trois matières Strasbourg : Éditions Cohérence, 174 p. ISBN 2-903 65705-X. Lupasco, Stéphane. 1986. Les Trois éthiques Paris : Éditions du Rocher, 187 p. ISBN 2-268-00471-4. Lupasco, Stéphane. 1987. L’Énergie et la matière psychique Paris : Éditions du Rocher, 328 p. ISBN 2268-00563-1. Lupasco, Stéphane. 1987. L’Énergie et la matière vivante Paris : Éditions du Rocher, 358 p. ISBN 2-26800508-9. Morel, Bernard. 1962. Dialectiques du Mystère Paris : La Colombe. ISBN -. Spencer, Herbert. 1895. Premiers principes. Trad. de l’angl. par E. Cazelles, Paris : Félix Alkan, 500 p. Still, Andrew Taylor. 1998. Autobiographie. Vannes : Sully, 364 p., ISBN : 2-911074-08-04. Tricot, Pierre. 2002. Approche tissulaire de l’ostéopathie Livre 1 Vannes : Sully, 320 p. ISBN 2-91107440-8. Tricot, Pierre. 2005. 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