ORGANIZACION DEL EQUIPO DE VENTAS Material Reproducido con fines Academicos por el Lic. Hender E. Labrador Suárez para el 4to. Año de Administración de Ventas de la Universidad Católica del Táchira Todas las empresas pasan por esta interrogante en algún momento, lo importante es tener una coherencia a la hora del diseño del equipo de ventas con el tipo de producto, el canal por donde se distribuye nuestro producto o servicio, los segmentos del mercado, la forma en que comercializa el sector sus productos o servicios. Para dar un ejemplo sería totalmente ilógico diseñar un equipo de ventas puerta a puerta, para un producto diseñado para clase alta (ejemplo un Rolex), la organización del equipo de ventas es un procedimiento estructurado en 4 partes: 1. Elegir la Estructura del Equipo de ventas. 2. Determinar Del tamaño del equipo de ventas. 3. Delimitar las zonas de ventas. 4. Planificar las visitas. 1. ELECCIÓN DE LA ESTRUCTURA DEL EQUIPO DE VENTAS. Esta elección va a depender del mercado objetivo de la empresa, se pueden elegir entre cinco formas básicas de organización del departamento de ventas: a) Por zonas o territorios geográficos. b) Por productos. c) Por mercados. D) Por clientes. e) Mixta. Por zonas o Territorios: Consiste en asignar a cada vendedor una zona geográfica perfectamente definida para que venda en ella los productos o servicios de la empresa a cualquier cliente que desee adquirirlos, independientemente de su tamaño. Este tipo de organización es especialmente adecuado cuando la gama de productos de la empresa es homogénea y los clientes similares. Tiene como ventaja los reducidos costes y tiempos de desplazamiento y como desventaja, la falta de especialización de los vendedores. Por Productos: es la más adecuada cuando la empresa comercializa una gran variedad de productos, se le asigna a cada vendedor una línea de productos y esto sirve para que los vendedores se especialicen en la línea que se le asigna, como desventaja tiene que los vendedores de diferentes líneas visiten al mismo cliente. Por mercado: es igual al anterior con la diferencia que se organiza en base al tipo de mercado al que va dirigido el producto o servicio. Por clientes: el equipo se distribuye en base a la forma de distribución de la empresa por ejemplo venta minorista y venta mayorista. Mixta: es una combinación de algunas de las vistas anteriormente. 2. DETERMINACIÓN DEL TAMAÑO DEL EQUIPO DE VENTAS. No siempre más vendedores significa más ventas, para conocer el número de vendedores que necesitamos será preciso, en primer lugar, determinar el número y ubicación de los clientes existentes y potenciales, lo que permitirá cuantificar el mercado real y potencial. 3. DELIMITAR LAS ZONAS DE VENTAS La división del territorio en áreas comerciales sirve de base para la asignación de zonas de venta a cada uno de los vendedores. Por tanto, a la hora de la delimitación de las zonas, el responsable de ventas deberá tener en cuenta las siguientes variables:El número de clientes reales y potenciales. La frecuencia de las visitas. El número y el tipo de producto que vende la empresa. Los objetivos de cobertura del mercado. Aunque en la práctica sea difícil, se debe intentar que las zonas resultantes ofrezcan iguales, o al menos semejantes, oportunidades de ventas, y exigir iguales o semejantes cargas de trabajo para cada vendedor. El desequilibrio territorial puede dar lugar a cierto malestar en el equipo de ventas o cierta desmotivación entre los vendedores a quienes corresponda actuar en las zonas “difíciles”. 4. PLANIFICAR LAS VISITAS El vendedor debe realizar más de una visita a un cliente potencial pero debe de tener cuidado en no perder el recurso más preciado de un vendedor: "su Tiempo" el tiempo es oro. Para organizar y estructurar una ruta adecuada, el responsable de ventas debe tener en cuenta la geografía del sector, la frecuencia de visitas necesarias a cada cliente, la localización de los clientes actuales y de los clientes potenciales, y por supuesto, el punto inicial de la ruta del vendedor. El tipo de ruta depende, principalmente, del tamaño del territorio a recorrer. Según este criterio, las rutas más utilizadas son la de la “margarita”, y la del “trébol de cuatro hojas”. Margarita Cuando la zona de visitas de un vendedor abarca sólo la ciudad donde reside y su provincia se suele utilizar la denominada ruta de la margarita. Cada pétalo de la margarita se asocia a un número de visitas que por proximidad el vendedor puede realizar el mismo día, permitiéndole regresar cada día al lugar de partida que es el centro de la “margarita”. Este procedimiento, se utiliza para desplazamientos cortos, ya que cuando se trata de un sector más amplio, este procedimiento origina fatiga y gastos a causa de los kilómetros recorridos. Cuando la zona a recorrer es mucho más amplia, el vendedor tendrá que plantearse las rutas con el procedimiento denominado ruta en forma de trébol de cuatro hojas. Trébol Durante la primera semana, recorrerá la ruta comprendida en el sector 1, que le permitirá atender también una demanda urgente, caso de producirse, en las medias mitades de los sectores 3 y 4. Si la demanda proviene del sector 2, el vendedor no irá hasta la semana siguiente (a no ser que sea un caso excepcional). Lo mismo sucederá con el resto de los sectores que recorrerá en las siguientes semanas. Así, con un mínimo desplazamiento, se podrá cubrir la mitad de un sector permanentemente. Cómo se organiza un departamento comercial La organización del departamento comercial viene dada por las diversas alternativas que una empresa tiene para estructurar las diferentes actividades comerciales; siempre estará condicionada a una serie de factores internos y externos, como pueden ser: el tamaño de la empresa, la filosofía que se va a seguir, los recursos económicos, la proyección de futuro, el tipo de mercado y producto, etc. Su principal logro radica en la realización y consecución de los objetivos comerciales dados por la empresa. Al igual que no existe un «vendedor tipo» en las organizaciones comerciales, tampoco hay una serie de modelos estándar de organización, debido principalmente a la enorme diversidad de clientes y mercados. Los estudios realizados sobre organización comercial han dado como resultado una serie de premisas que en principio son necesarias: Se deben definir y comunicar claramente los objetivos empresariales, departamentales e individuales. Se debe delegar, tanto como sea posible, la responsabilidad (y necesaria autoridad) para la consecución de resultados. Las personas en las que se ha delegado el poder han de ser capaces de ejercerlo y creer en lo que están haciendo, ya que en caso contrario ninguna estructura organizativa servirá para nada. La dirección general con el apoyo de la dirección comercial marcan los instrumentos de organización que consideren más adecuados, aunque en principio nosotros recomendemos: un manual con la descripción detallada de los puestos de trabajo, los manuales operativos precisos para llevar a buen término su gestión y el «manual de venta», herramienta imprescindible en todo departamento comercial que se considere competitivo. Debido a su importancia, su elaboración y utilidad los tratamos de forma independiente en el capítulo 7. Principios de la organización comercial Unidad de mando. Cada comercial dependerá de un solo jefe y trabajará directamente con él. Los jefes conocerán el número de colaboradores a su cargo. Todas las funciones estarán definidas por escrito hasta en los últimos detalles. Las supervisiones han de ser oportunas y constantes para que sean efectivas. La delegación de tareas ha de quedar perfectamente definida. Estabilidad del personal. Debemos conseguir una rotación del personal comercial lo más baja posible. Ser capaces de soportar las bajas de personal sin grandes pérdidas de eficacia, rentabilidad y adecuada atención al cliente. Flexibilidad. La organización ha de ser capaz de adaptarse a las situaciones cambiantes del mercado, previniéndolas y haciendo frente a los cambios de negocios, sin pérdidas en el rendimiento. Expansión. Cuando se efectúe una expansión con el consiguiente aumento del número de ventas y trabajo, hay que prever la ampliación de personal para poder atender adecuadamente a los clientes. Coordinación. Armonizar las acciones de los diversos comerciales, de modo que no se creen interferencias ni duplicidades en el trabajo. Adecuar a los comerciales en función de las delimitaciones de las zonas de ventas, de modo que todas estén atendidas y cubiertas. Creación de la figura junior. En todo equipo comercial es interesante contar con la presencia de personal junior, para que actúen de comodín en suplencias o necesidades puntuales; posteriormente serán promocionados. Factores que afectan a una estructura de vendedores A la hora de diseñar la organización de ventas hemos de estudiar los siguientes factores: Volumen de la empresa. Cuanto mayor es el número de personas que forman la plantilla, mayores esfuerzos hay que dedicar al control y seguimiento. En empresas grandes es necesaria la división o agrupación del personal por áreas geográficas, tipos de clientes, tipos de productos, etc. Número y naturaleza de los productos. El tipo de productos y gamas implica la necesidad de la especialización del personal. Se han de marcar diferencias entre las líneas de productos. Métodos de distribución. Determinar el tipo de distribución adecuado y los medios e in-fraestructura necesarios.