MITOS DEL TOLIMA Colombia es de los países de Latinoamérica que se destaca por su riqueza y patrimonio inmaterial en tradiciones orales; parte de esas tradiciones son los Mitos y Leyendas que por la basta geografía se enlazan con la vida cotidiana de muchos. Ibagué y en especial el departamento del Tolima, se desprenden muchas de estas tradiciones orales; es aquí donde queremos retomar la tradición y volverla palpable, escrita y rescatarla para Colombia y el mundo. Textos e Ilustraciones tomados del libro Bajo el Cielo Hechizado del Tolima de Blanca Álvarez 1. EL MOHAN O POIRA Este es el más importante entre los mitos del Tolima Grande. En algunas regiones le dicen Poira; para algunos es una divinidad acuática, para otros es un espíritu maléfico que causa muchos daños imperdonables. Dicen, que es un personaje monstruoso, cubierto de pelaje abundante, que más parece que estuviera envuelto en una larga cabellera; tiene manos grandes, con uñas largas y afiladas como las de una fiera. La diversidad de leyendas que se cuentan sobre las hazañas o artificios como actúa, constituyen una riqueza folclórica para esta tierra tolimense. Los pescadores lo califican de travieso, andariego, aventurero, brujo y libertino. Se quejan de hacerles zozobrar sus embarcaciones, de raptarles los mejores bogas, de robarles las carnadas y los anzuelos; dicen que les enreda las redes da pescar; les ahuyenta los peces, castiga a los hombres que no oyen misa y trabajan en día de precepto, llevándoselos a las insondables cavernas que posee en el fondo de los grandes ríos. Las lavanderas le dicen monstruo, enamorado, perseguidor de muchachas, músico, hipnotizador, embaucador y feroz. Cuentan y no acaban las hazañas más irreales y fabulosas. Sobre su aspecto físico, varían las opiniones según el lugar donde habita. En la región del sur del Magdalena, comprendida entre los ríos Patá y Saldaña, con quebradas, moyas y lagunas de Natagaima, Prado y Coyaima, hasta la confluencia de Hilarco, como límite con Purificación, los ribereños le tienen un pánico atroz por¬que se les presenta como una fiera negra, de ojos centelleantes, traicionero y receloso. Siempre que lo veían, su fantasmal aparición era indicio de males mayores como inundaciones, terremotos, pestes, etc. Poseía un palacio subterráneo, tapizado todo de oro, donde acumulaba muchas piedras preciosas y abundantes tesoros; hacía las veces de centinela, por eso no le quedaba tiempo para enamorar. En la región central del Magdalena, desde Hilarco, en Purificación, hasta Guataquicito en Coello, los episodios eran diferentes. Allí se les presentaba como un hombre gigantesco, de ojos vivaces tendiendo a rojizos, boca grande, de donde asomaban unos dientes de oro desiguales; cabellera abundante de color candela y barba larga del mismo color . Con las muchachas era enamoradizo, juguetón, bastante sociable, muy obsequioso y serenatero. Perseguía mucho a las lavanderas de aquellos puertos, como en la Jabonera, La Rumbosa, El Cachimbo, El Naranjo, Chiriló, La Caimanera, Pital, Barrialosa, etc., a la manera de un hombre rico, con muchos anillos, que al enamorarse de la muchacha más linda de la ribera, la llevaba a la cueva subterránea donde tenia otras mujeres con quienes jugaba y sacaba a la playa en noches de luna. Muchos pescadores aseguran que oían sus risotadas y griterías. Bogas, pescadores y lavanderas lo vieron infinidad de veces en la playa pescando, cocinando, peinándose; o bajar en una balsa, bien parado, por "la madre del río" tocando guitarra o flauta. 2. LA PATASOLA Habita entre la maraña espesa de la selva virgen, en las cumbres de la cordillera, en los bosques solitarios o en los montes más espesos de la llanura. Con la única pata que tiene avanza con rapidez asombrosa. Es el endriago más temido por colonos, mineros, cazadores, caminantes, agricultores y leñadores. 3. EL SOMBRERON Es un espato nocturno. Consiste en una figura humana de gran tamaño, el cual lleva un sombrero gigante que le abarca desde la cabeza hasta las pantorillas. Los trasnochadores que lo han visto o a quienes se les ha presentado. dicen ver la figura que les sale al camino, los hace correr y les va gritando: "SI TE ALCANZO, TE LO PONGO…" 4. LA MULA DEL DIABLO Es otro espanto de las Cordillera Central se parece a los caminantes y a los arrieros, tomando diferentes formas. Los arrieros le tienen pavor porque apenas perciben el casqueteo de la mula, con el crujir de los arreos, se forma un vendaval o huracán muy fuerte, que hacia desbandar la recua por los rodaderos, osionando la muerte de los animales y la pérdida del producto que trasportaban. 5. EL PAJARO SILBADOR Si el ave canta cerca de las viviendas de personas que estén reunidas, automáticamente se miran entre sí como preguntándose: quién de nosotros será el de mala suerte?. Si en un hogar lo oye solamente una persona, al instante le sobreviene un temblor en las piernas, un desasosiego, a la vez que docenas de pensamientos funestos bullen en su cerebro, meditando quién irá a perecer en su familia. Silba tres veces con intervalos cortos, más o menos de cinco minutos. El tiempo que transcurre desde el extraño presagio al fatal acontecimiento puede ser de tres días, una semana, y la mayoría de las veces se efectúa en el momento de anunciarlo. Muchas personas dicen que el silbador es un pájaro parecido al trespiés, de color gris oscuro o terroso, pero que nadie lo ha visto. 6. LA MADREMONTE Los campesinos y leñadores que la han visto, dicen que es una señora corpulenta, elegante, vestida de hojas frescas y musgo verde, con un sombrero alón, cubierto de hojas y plumas verdes. No se le puede apreciar el rostro porque la ramazón del sombrero la opacan. Hay mucha gente que conoce sus gritos o bramidos en noches oscuras y de tempestad peligrosa. 7. LA LLORONA Quienes la han visto dicen que es una mujer con la cara huesuda, cabellera revuelta y enlodada, ojos rojizos, vestidos suelos y deshilachados. Lleva entre sus brazos un bultico como de niño recién nacido, No hace mal a la gente, pero causan terror sus quejas y alaridos gritando a su hijo. 8. MADRE DE AGUA Cuentan los ribereños, los pescadores, los bogas y vecinos de los grandes ríos, quebradas y lagunas, que los niños predispuestos al embrujo de la Madre de Agua, siempre sueñan o deliran con una niña bella y rubia que los llama y los invita a un paraje tapizado de flores y un palacio con muchas escalinatas, adornando con oro y piedras preciosas. Otra leyenda supersticiosa que causa terror y esparció es la del cazador. Esta leyenda está más acentuada en la región montáñosa, aun que el hecho tuvo lugar a la orilla del río Grande, pero trancendió la cordillera hasta que la montaña lo albergó en su seno.