TRABAJO CURSO ESPECIALISTA UNIVERSITARIO Dº SANITARIO

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CURSO ESPECIALISTA UNIVERSITARIO
DERECHO SANITARIO Y BIOÉTICA 20042005
RESPONSABILIDAD
SANITARIA: ANÁLISIS
DE LA
JURISPRUDENCIA CIVIL
Y PENAL EN LA REGIÓN
DE MURCIA.
Francisca Isabel Fernández Zapata
INTRODUCCIÓN.
Los supuestos de responsabilidad sanitaria han experimentado un
incremento paulatino a lo largo del tiempo en proporción directa con el
progreso de la ciencia médica y de sus técnicas más usuales. Ello lleva
consigo que los problemas derivados de la responsabilidad médica se hayan
situado en un lugar preeminente tanto en la jurisprudencia como en la
doctrina científica, no siendo un fenómeno propio de nuestro país, sino la
consecuencia lógica del perfeccionamiento de los servicios sanitarios en la
generalidad de los países desarrollados.
En esta materia se observa una complejidad, ciertamente especial, en
materia de jurisdicción. Todos los órdenes jurisdiccionales (civil, penal,
contencioso administrativo y social) han venido conociendo sobre
supuestos relativos a esta cuestión y todos se han declarado competentes
para conocer de los mismos. Sin embargo, los distintos argumentos
utilizados por cada uno de ellos para resolver la cuestión de fondo
conllevan soluciones distintas ante supuestos esencialmente iguales. Así,
por ejemplo, planteada la cuestión ante el orden jurisdiccional contencioso
administrativo o social, se aplicará a los daños ocasionados en la actividad
médico-sanitaria el régimen propio de responsabilidad de las
Administraciones Públicas que establece un sistema de responsabilidad de
naturaleza estrictamente objetiva; por el contrario, ante el orden
jurisdiccional civil, es el principio de responsabilidad subjetiva por culpa
establecido en el artículo 1902 del Código Civil el que impera.
En la actualidad, la cuestión resulta más pacífica desde el punto y
hora en que la responsabilidad patrimonial de la Administración derivada
del funcionamiento de los servicios públicos sanitarios se residencia en la
jurisdicción contencioso administrativa, pero no siempre ha sido así,
resultando una copiosa jurisprudencia en el orden civil, que se asienta en
una serie de postulados básicos, que a continuación se reseñan.
Así, en nuestro ordenamiento jurídico, dentro de la responsabilidad
civil se distingue la responsabilidad contractual y extracontractual. De este
modo, la normativa aplicable a la acción ejercitada estará en función de la
comprobación de si el acto médico o sanitario dañoso es o no resultado de
la violación de obligaciones contractualmente asumidas (responsabilidad
civil contractual) o proviene de una acción u omisión culposa o negligente
sin contrato existente entre el médico y el paciente (responsabilidad civil
extracontractual). El Tribunal Supremo, no obstante, ha señalado que es
perfectamente posible ejercitar ambas acciones conjuntamente puesto que
el médico tiene obligación no sólo de cumplir las obligaciones derivadas
del contrato sino que ha de observar asimismo la obligación genérica de no
dañar a otro (alterum non laedere). La jurisprudencia, admitiendo dicho
concurso, es proclive a conferir al perjudicado la elección entre aplicar las
normas contractuales y las extracontractuales, o bien acumular alternativa o
subsidiariamente ambas acciones. En definitiva, no es suficiente que haya
un contrato entre las partes para que la responsabilidad contractual opere
necesariamente con exclusión de la aquiliana, lo cual sólo sucederá cuando
la realización del hecho acontezca dentro de la rigurosa órbita de lo pactado
y como desarrollo normal del contenido negocial.
Por otro lado, es doctrina constante de la Sala Primera del Tribunal
Supremo que la obligación contractual o extracontractual del médico y, en
general, del profesional sanitario, no es la de obtener en todo caso la
recuperación del enfermo o lo que es igual, no es la suya una obligación de
resultados sino una obligación de medios, es decir, está obligado no a curar
al enfermo, sino a proporcionarle todos los cuidados que requiera, según el
estado de la ciencia. En otras palabras, la actuación del médico ha de
regirse por la denominada lex artis ad hoc, es decir, en consideración al
caso concreto en que se produce la actuación e intervención médica y las
circunstancias en que la misma se desarrolla, así como las incidencias
inseparables en el normal actuar profesional, teniendo en cuenta las
especiales características del autor del acto médico, la influencia de
factores endógenos (estado e intervención del enfermo, de sus familiares, o
de la misma organización sanitaria) para calificar dicho acto como
conforme o no a la técnica normal requerida.
La obligación del personal es una obligación de medios, quedando
descartada toda clase de responsabilidad más o menos objetiva, sin que
opere la inversión de la carga de la prueba, admitida por el Tribunal
Supremo para los daños de otro origen, estando, por tanto, a cargo del
paciente la prueba de la culpa y de la relación o nexo de causalidad.
Sin embargo, en algunas prestaciones médicas o sanitarias,
generalmente, en los supuestos de cirugía estética y en la denominada
medicina voluntaria, nuestra jurisprudencia realiza aproximaciones a la
obligación de resultado.
En cuanto a los requisitos precisos para que surja la responsabilidad
civil en el ámbito sanitario, destacan los siguientes:
- En primer lugar, que se haya producido un acto médico al que de
algún modo se pueda considerar originador del daño. Esta actuación puede
consistir tanto en un hacer como en una omisión, que, en todo caso, debe
estar presidida por el incumplimiento de la obligación general de prestación
de servicios médicos con la diligencia debida con arreglo a las reglas
consagradas por la práctica médica.
- Además es preciso el requisito subjetivo de la actuación culposa del
agente causante del daño, esto es, al personal sanitario sólo le es exigible
responsabilidad cuando en su actuación se incurra en culpa o negligencia.
Sin embargo, la idea de indemnizar a la víctima a toda costa hace surgir un
cierto matiz objetivo en este ámbito, sobre todo por la vía del artículo 1903
del Código Civil en relación a la empresa o institución pública donde el
personal sanitario presta sus servicios.
La culpa o negligencia además ha de probarse por la parte
demandante. No obstante, en ocasiones, se invierte la carga de la prueba
haciendo recaer en el facultativo demandado la obligación de probar que no
ha incurrido en esa culpa o negligencia, habida cuenta la posición de
privilegio que ostenta frente al actor.
Es doctrina jurisprudencial asentada que no todo diagnóstico erróneo
o equivocado conlleva responsabilidad, en cuanto no puede exigirse el
acierto en todo caso, ni el error científico es sancionable como tal error,
sino cuando resulta de impericia o negligencia, bien por falta de
conocimientos elementales y básicos con arreglo al estado de la ciencia en
el momento de la prestación, bien por la ausencia de las actuaciones y
exploraciones previas a la obtención del diagnóstico, o del empleo de los
medios e instrumentos técnicos precisos en evitación de posibles errores de
apreciación.
Asimismo es principio consolidado en esta materia la necesidad de
obtener el asentimiento o conformidad del paciente a la intervención
médica, una vez que se le ha proporcionado la información necesaria sobre
todo lo relativo a su proceso, resultado de la exploración, el tratamiento
terapéutico aconsejable, así como los posibles riesgos y consecuencias del
mismo. La jurisprudencia y la doctrina es unánime en la consideración de
que la información del paciente integra una de las obligaciones del equipo
médico y es requisito previo a todo consentimiento, cuyo incumplimiento
puede generar responsabilidad.
- El tercer requisito necesario es que concurra el nexo causal entre la
actuación del personal sanitario y el daño producido. La víctima de ese
daño, repite constantemente la jurisprudencia, debe probar la relación de
causalidad.
- Y finalmente, que se haya producido un daño indemnizable. En
concreto, los daños médicos resarcibles pueden abarcar los tipos admitidos
con carácter general para cualquier clase de responsabilidad civil, es decir,
los daños biológicos, patrimoniales y morales.
En otro orden de cosas y centrados en la responsabilidad sanitaria
desde el prisma del Derecho Penal, son múltiples los tipos penales que
contemplan a los profesionales sanitarios como sujetos activos del delito.
Así, el homicidio causado por imprudencia profesional, el aborto, las
lesiones, la omisión del deber de socorro, el auxilio al suicidio, el
intrusismo profesional, la falsificación de certificados, etc.
Actualmente, los ciudadanos observan una conducta mucho más
proclive a exigir responsabilidades en el ámbito sanitario, las cuales en
muchas ocasiones no aparecen debidamente justificadas, creando, sin
embargo, en el sector médico un manifiesto temor a las posibles demandas
que se puedan derivar de su actuación profesional.
Ese fenómeno de la judicialización sanitaria en España plantea
diversos problemas jurisdiccionales, económicos, profesionales, etc.,
puesto que no puede obviarse que en muchos casos ello puede conducir a la
denominada medicina defensiva, de la que habría que huir puesto que o
bien tiende a agotar los medios de exploración clínica aún en casos en que
la actuación profesional media no determinaría su aplicación, o bien a
abstenerse de intervenir ante supuestos complicados o dudosos que
pudieran acarrear una posible responsabilidad ante un diagnóstico o
tratamiento erróneo. Lo primero, dispararía los costes económicos del
Estado, y lo segundo cercenaría la actuación del personal sanitario.
Pues bien, con este trabajo se pretende realizar una semblanza del
panorama jurisprudencial de los Tribunales del orden civil y penal de la
Región de Murcia en materia de responsabilidad sanitaria, recogiéndose en
extracto algunas de las sentencias más significativas y que no vienen sino a
plasmar los postulados anteriormente referenciados.
Así, en primer lugar, centrados en las resoluciones dictadas por la
Audiencia Provincial de Murcia en la vía civil, se hace una diferenciación
entre la responsabilidad contractual y la extracontractual, y dentro de ella,
entre las que contienen un pronunciamiento absolutorio y las de condena.
Por su parte, en el orden jurisdiccional penal, el examen de la
jurisprudencia menor pasa por la elección de algunos tipos criminales del
amplio elenco en el que se puede ver implicado el personal sanitario,
distinguiendo asimismo entre las sentencias que absuelven y las que
condenan a los imputados en cada una de las causas.
ORDEN JURISDICCIONAL CIVIL
Responsabilidad civil contractual
Basada en la existencia de un contrato que liga a las partes por
incumplimiento o mal cumplimiento de las obligaciones derivadas del
mismo.
AP. MURCIA SENTENCIA 22-1-1998
DEMANDA: contra médico estomatólogo a razón de
500.000 pts por pieza dentaria indebidamente extraída
500.000 pts por tallado excesivo de restantes piezas
500.000 pts por sufrimientos inútiles producidos durante incorrecto
tratamiento y como consecuencia de operación posterior de gingivectomía
para alargar muñones.
256.000 pts. por nuevo tratamiento
1.000.000 pts. por daños psíquicos que precisan tratamiento profesional
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: ESTIMA PARCIALMENTE y
concede 506.000 ptas. (250.000 daños morales + 256.000 ptas nuevo
tratamiento).
APELAN TANTO DEMANDANTE (para que se incrementen
indemnizaciones) COMO DEMANDADO( para su absolución)
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: CONFIRMA.
- La responsabilidad sanitaria no es responsabilidad objetiva o por riesgo,
en tanto que la existencia del mismo al menos en abstracto, es conocida
tanto por el profesional como por el paciente, que lo acepta.
- No se aplica aquí la inversión de la carga de la prueba, pero el médico ha
de informar adecuadamente al paciente de riesgos y consecuencias
previsibles de todo orden que puedan acompañar al tratamiento, debiendo
ser una información objetiva, veraz, completa y asequible.
- En este tipo de intervención (adecuada conformación de la dentadura por
razones estéticas), el contrato participa de la naturaleza del arrendamiento
de obra.
- No hay informe pericial acerca de la inadecuación del tratamiento y por
tanto no cabe indemnización por ese concepto.
AP. MURCIA SENTENCIA 12-7-1997
DEMANDA: se ejercita acción por incumplimiento de contrato de
ejecución de obra (cirugía estética).
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: ESTIMA demanda y condena al
médico, no especialista en cirugía plástica, por operación de cirugía estética
(blefaroplastia bilateral para corregir ptosis palpebral bilateral) que no
ofreció los resultados pretendidos y dejó importantes secuelas, a una
indemnización de 4.500.000 pesetas.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: CONFIRMA.
- El perito judicial dictamina que el resultado no ha sido positivo y la
cicatriz resultante es ciertamente apreciable, cuando no debería ser así,
estando ubicada en un lugar no habitual en este tipo de intervenciones.
- No procede el ejercicio de la acción prevista en el artículo 1902 CC
porque si hay contrato la responsabilidad debe derivar del mismo. En este
caso, nos encontramos con un contrato de ejecución de obra (en el propio
contrato se habla de “resultado final”), no acudiendo la paciente al médico
como enferma en sentido convencional, sino como persona que espera
simplemente mejorar su aspecto físico y eso es precisamente lo que se le
ofrece y acepta.
- El Dr. no puede ser exonerado bajo el pretexto de que la demandante
aceptó los riesgos porque ello es completamente incoherente con la figura
contractual elegida.
- Además, el demandado realizó una actividad de la que no era especialista,
de donde se deduce también su responsabilidad. Según perito judicial, sólo
el título de especialista en cirugía plástica, reconstructiva y estética habilita
para la realización de estas intervenciones.
Responsabilidad civil extracontractual
A) Vulneración lex artis ad hoc + falta de consentimiento
informado
Sentencias condenatorias
AP. MURCIA SENTENCIA 27-11-2001
DEMANDA: se insta indemnización contra el médico que opera al
demandante de una fístula cervical por resultar dañado el nervio facial y
además por falta de consentimiento informado.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: estima la demanda y condena al
médico y compañía aseguradora a una indemnización de 7 millones de
pesetas.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: CONDENA AL MÉDICO
TANTO POR EL DAÑO PRODUCIDO (según perito para operar fístula
cervical no es preciso incidir en el nervio facial dañado) COMO POR
FALTA DE CONSENTIMIENTO INFORMADO (la carga de la prueba
corresponde al médico y en este caso no consta documento ni otro medio
probatorio en tal sentido, no pudiendo deducir su existencia de meras
presunciones tales como que el paciente consintió porque finalmente
decidió operarse). “El consentimiento informado constituye uno de los ejes
más importantes sobre los que gira la actividad médica, hasta el extremo
que el deber de informar previo a su obtención forma parte de la lex artis ad
hoc”. INDEMNIZACIÓN: baremo tráfico.
AP. MURCIA SENTENCIA 5-10-2002
DEMANDA: se insta la condena del médico que practicó ligadura de
trompas por resultado adverso a la finalidad pretendida (quedó
embarazada) y por falta de consentimiento informado.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: absuelve.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: condena.
- OBLIGACIÓN DE RESULTADOS.
- FALTA CONSENTIMIENTO INFORMADO: no se le informó de los
riesgos.
5-10-2002
“Tal adecuado nivel de información no puede colegirse de un documento
privado de apariencia o carácter epistolar, de índole extra-procesal,
«suspecto de impremeditación o sorpresa captatoria», y de cuyo contenido
se retractó la suscribiente de aquél, cuñada de la actora.Tampoco puede
verse reflejado en un «informe asistencial», de unilateral confección por el
médico demandado, privado por su carácter de cualquier reconocimiento o
adhesión por la actora, e insatisfactorio en su contenido, al hacer referencia
con laxitud estimativa a «un porcentaje de fallos» que no obtiene mayores
puntualizaciones”.
-INDEMNIZACIÓN: 4.500.000 pesetas, a razón de 300 euros mensuales
durante siete años de la vida del niño (los demandantes pedían esa cantidad
hasta que alcanzara la independencia económica, siendo éste un momento
de preocupante indeterminación y que va más allá de los razonables límites
que las instituciones asistenciales conceden por orfandad).
AP. MURCIA SENTENCIA 24-9-1998
DEMANDA: se insta la condena del médico que intervino resección
transuretral de próstata por secuelas y falta de consentimiento informado.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: estima parcialmente la demanda
(35 millones por secuelas y otras cantidades por distintos conceptos).
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: condena al médico por falta de
consentimiento informado (no ha acreditado que informara al paciente de
riesgos de intervención quirúrgica; sólo afirmación del médico de que
informó, no corroborado con documentos; en contra, declaración del actor
y su esposa). Ello ya era suficiente para estimar la acción entablada, pero
además también condena por mala praxis (el perito judicial así lo determina
al establecer que durante la intervención se produjo quemadura del esfinter
con resultado de incontinencia urinaria- riesgo del 2 al 4%).INDEMNIZACIÓN: modera a 25.000.000 pesetas por secuelas y
perjuicios económicos, ya que el actor tenía vejiga hiperreflexiva y ello
contribuyó al daño.
AP. MURCIA SENTENCIA 26-2-2003
DEMANDA:contra médico anestesista ya que el actor, tras ser sometido a
sesiones de tratamiento de litiasis renal con raqui-anestesia previa, sufrió
mielitis de cono medular y síndrome de cauda equina determinante de
atrofia de cuádriceps derecho, atrofia del músculo de pierna derecha,
flexión plantar del pie derecho inferior a 30º, rigidez en flexión de los
dedos del pie derecho e impotencia.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: absuelve al médico anestesista
por falta de prueba de vulneración del deber de información y de que la
anestesia se administrara de forma incorrecta o negligente. Califica de
tangencial la realidad del papel del consentimiento informado, que por sí
solo no presupone ese consentimiento. Existe consentimiento informado
porque no puede presumirse que no existiera.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: revoca y condena porque
- No hay documento alguno que plasme el consentimiento informado, ni el
médico ha probado por cualquier otro medio que brindó suficiente y eficaz
información.
- La irrelevancia del consentimiento no puede apoyarse, como se hace en la
sentencia de primera instancia, en la circunstancia de que se tratara de una
segunda intervención que moderaría el rigor de su exigencia al conocer el
paciente el alcance y efectos de la misma. Ejemplo del parto: informada en
el primero ya no sería necesario recabar su consentimiento para los
posteriores, lo cual es inaceptable.
- Además tampoco se ha probado que se informara en esa primera
intervención.
- Ello es suficiente para estimar la demanda sin entrar a valorar si existió
mala praxis.
- INDEMNIZACIÓN: 90.000 euros según baremo de tráfico.
Sentencias absolutorias
AP. MURCIA SENTENCIA 11-12-2000
DEMANDA: se insta la condena de cirujano maxilofacial por el resultado
de la intervención y por falta de consentimiento informado.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: ABSUELVE
- Hubo información.
- Deben ser objeto de información los riesgos previsibles, pero no en todo
caso aquellos cuya materialización es poco probable. Según perito judicial
el riesgo era infrecuente y atípico.
- No responsabilidad objetiva.
- El demandante no ha probado conducta contraria a lex artis (ni siquiera
señala qué acto del médico ha causado el daño) y la prueba pericial médica
la descarta.
B) Falta consentimiento informado.
JUZGADO PRIMERA INSTANCIA Nº 2 MURCIA SENTENCIA 75-2004
DEMANDA: Insta condena a indemnización de 400.000 euros por
negligencia médica derivada de la fístula urinaria y rectal formada tras una
intervención quirúrgica de prostatectomía radical que ha dejado al
demandante, como secuelas, ano contranatura, sondaje permanente de
orina, incontinencia urinaria y depresión.
SENTENCIA: Absuelve al cirujano por mala praxis, al considerar los
distintos peritos que la actuación profesional fue correcta y que la fístula es
una complicación frecuente en el tipo de operación practicada, no siendo de
aplicación la doctrina del resultado desproporcionado; sin embargo, estima
que hay responsabilidad por la falta de consentimiento informado del
paciente, con independencia de la inexistencia de causalidad entre la
desinformación negligente y el resultado dañoso producido, condenando al
médico a una indemnización de 50.000 euros. La única información que
dio el médico sobre la intervención es que “era como una mandarina a la
que tenía que quitar todos los gajos” INDEMNIZACIÓN. Criterios de
ponderación para la fijación de la cuantía resarcitoria por daños morales (en
este caso, edad; que no se ha sometido a otra operación para solucionar
problema...).
C) Mala praxis.
Sentencias condenatorias
AP. MURCIA SENTENCIA 7-3-2000
DEMANDA: contra cirujano plástico y anestesista.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: estima parcialmente demanda,
absolviendo a anestesista y condenando a cirujano plástico por mala praxis
y realizar la intervención sin atenerse a lo solicitado y consentido por la
paciente a 7 millones pesetas.
Apela la demandante únicamente en cuanto a la indemnización.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: revoca parcialmente e incluye
además otros conceptos indemnizatorios. Aplica baremo para secuelas
físicas y psíquicas a fin de evitar subjetivismos, pero no para daños
morales.
AP. MURCIA SENTENCIA 17-6-1998
DEMANDA: por inadecuación del tratamiento (infección de oreja
producida por dehiscencia de sutura tras cirugía estética tendente a corregir
«oreja de soplillo» del paciente).
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: estima y condena a 2.000.000
pesetas.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma.
- Incumplimiento lex artis ad hoc (intervención quirúrgica inadecuada,
relación de causalidad por mala utilización de medios según perito)
- Aplica jurisprudencia TS sobre no responsabilidad objetiva del personal
sanitario. El paciente tiene que probar.- La autorización no recogía una
información clara, completa y objetiva del tratamiento estético a impartir,
al no existir ninguna técnica basada en la microcirugía para corregir oreja
prominente.- Según informe pericial se suturó a tensión y se infectó. Es
principio básico de cirugía estética no suturar a tensión. Además técnica
inadecuada
- Es cierto que la paciente se negó a volver a ser tratada por el demandado
y tomó el alta voluntaria y además existe un documento en el que la
paciente acepta las consecuencias y/o secuelas que puedan quedar o
producirse tras una actuación diligente y se comprometía a seguir bajo la
vigilancia del doctor hasta que se le diera alta con resultados aceptables.
Sin embargo se hace inaplicable la cláusula de exoneración y se justifica
que la actora rechazara continuar bajo los cuidados profesionales del citado
médico.
- Valora indemnización: es correcta por el resultado negativo, la dificultad
de una posterior intervención, los daños morales, el coste de una futura
intervención, el desembolso económico al que ha hecho frente, la edad y el
sexo de la actora.
AP. MURCIA SENTENCIA 29-9-1994
DEMANDA: contagio hepatitis C por transfusión sanguínea practicada en
centro del Insalud en el momento del parto en octubre de 1990. Se instan
60.000.000 pesetas más los gastos generados por tratamiento después de
detectada la enfermedad.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: condena al Insalud por
responsabilidad derivada de la falta de controles adecuados a 20.000.000
pesetas, más gastos médicos y farmacéuticos.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: revoca únicamente en cuanto a
la cuantía indemnizatoria.
- Aunque el Insalud invoca que no se ha probado cómo se produjo el
contagio, lo cierto es que los indicios así lo apuntan porque el niño no nació
con la enfermedad como habría ocurrido de estar infectada la madre con
anterioridad al alumbramiento y los síntomas aparecieron a los 50 días,
cuando el período de incubación oscila entre 6 semanas y 6 meses.
- Cierta relatividad en la probanza de la relación causal, de modo que el
mero hecho de que exista una posibilidad de que falte la relación o nexo
causal entre acción y resultado no ha de privar del establecimiento de la
misma cuando la correspondencia no puede ser objeto de prueba absoluta e
incontrovertible por la propia naturaleza de la acción y del daño.- Insalud
alega que se hicieron todas las pruebas a los donantes de sangre y fueron
negativas, pero no lo prueba; insuficiencia probatoria que induce a estimar
que los controles fueron insuficientes, lo que demuestra anormal
funcionamiento de los servicios sanitarios.
-Insalud impugna la condena a los gastos en la medicina privada, que sólo
se daría en supuestos de urgencia vital o denegación injustificada de
asistencia. Sin embargo, en este caso nos encontramos con una acción por
culpa del personal del Insalud en la atención del enfermo, lo que determina
que el tratamiento de la enfermedad no está obligado el paciente a confiarlo
a la propia institución tanto por pérdida de confianza como por el razonable
temor de que no se pongan a su disposición las oportunas pruebas
demostrativas del origen de la enfermedad.
-Se rebaja la indemnización a 12.000.000 pesetas porque la enfermedad no
se ha probado que se haya cronificado.
AP. MURCIA SENTENCIA 7-3-1996
DEMANDA: contra Ministerio de Defensa y ATS por contagio en centro
sanitario en operación de hemorroidectomía con anestesia general. El ATS
en el postoperatorio administró un inyectable al demandante habiendo
atendido inmediatamente antes a la paciente vecina que padecía gangrena
gaseosa.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: Absuelve porque no hay
pruebas que avalen dicho extremo.
Recurre el demandante únicamente en cuanto a la absolución del Ministerio
de Defensa.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: Revoca, absolviendo a la ATS
porque no se ha recurrido contra ella y condenando al Ministerio de
Defensa a abonar 2.494.000 pesetas.
- De lo que no hay duda es que la infección se ocasionó en el hospital y no
es un hecho fortuito. Sentencias TS dulcifican el rigor probatorio por lo que
basta acreditar siquiera indiciariamente la existencia de anomalías o
posibles defectos asistenciales para determinar la responsabilidad del
Hospital
- El médico forense dictaminó que los enfermos contagiosos no tienen que
estar estrictamente aislados, ya que la vía de contagio no lo exige, si bien se
precisa un estricto cumplimiento por parte del personal sanitario en la
prevención y evitación de cualquier posibilidad de contagio. Evidentemente
sí a pesar de ello la infección se produjo queda demostrado que falló el
necesario control, lo que no debe soportar el enfermo.
- La demandada no ha acreditado que las condiciones de asepsia del centro
fueran del todo óptimas, eficientes y suficientes para evitar tales procesos,
limitándose a esgrimir el caso fortuito.
AP. MURCIA SENTENCIA 27-10-2000
DEMANDA: interpuesta por deportista profesional (motorista de
competición) contra médico por patología posquirúrgica previsible y
advertida, pero tardíamente atendida.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: Absuelve al médico.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: Revoca y condena.
- Se ha acreditado la naturaleza y envergadura de la patología previa,
existencia de consentimiento perfectamente informado sobre consecuencias
y riesgos de la intervención, así como indicaciones del postoperatorio, e
incluso idoneidad de nueva actuación quirúrgica tras detectarse el
hematoma desencadenante de la complicación sobrevenida y de su
posterior secuela, pero además un factor de indebida laxitud en la confianza
del médico directamente facilitador de la producción o al menos agravación
del resultado pernicioso, aunque sea una obligación de medios y no de
resultado.
- En este caso, el demandante telefoneó alertando sobre sus dolencias tras
la intervención y el médico se limitó a tranquilizarlo y remitirlo al servicio
de enfermería. La situación final del paciente partió del percance sufrido en
aquellas horas (al quitar el vendaje del brazo recibió el impacto de la sangre
aprisionada en la zona quirúrgica).
- Según TS hay que aplicar la oportuna terapia en el momento preciso (
STS 10-11-1999) y practicar con prontitud las verificaciones oportunas
para comprobar la verdadera afección (STS 11-4-2000).
- Indemnización: concede 24.300.000 pesetas (10% de la reclamado) por la
influencia de la leve negligencia declarada en la carrera profesional del
motorista.
AP. MURCIA SENTENCIA 27-10-2001
DEMANDA: se reclama a compañía de seguros de clínica con base en
unos hechos acaecidos en 1998 en una intervención programada para
extraer cálculo vesical mediante endoscopia. En 1996, había sufrido
accidente vascular por lo que recibía tratamiento con antiagregantes
plaquetarios, sustituidos por prescripción facultativa por heparina de bajo
peso molecular. En el quirófano se producen tres intentos de punción
subdural para anestesia raquídea, sin que llegara a alcanzar dicho espacio,
optándose finalmente por la anestesia general. Tras la intervención, se
detecta pérdida motora y de sensibilidad en miembros inferiores (la
resonancia magnética nuclear muestra hallazgos de significación anómala o
patológica). Una posterior resonancia evidencia hematoma que comprime
cono medular, siendo intervenido con técnica quirúrgica descompresiva de
hematoma subdural, presentando finalmente el actor paraparesia de ambos
miembros inferiores.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda porque las
lesiones que padece el actor no son consecuencia de intervención
quirúrgica, sino de una complicación postoperatoria en al que no existe
negligencia médica ni tampoco infracción alguna del deber objetivo de
cuidado.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: revoca parcialmente y condena
a 20.000.000 pesetas.
- Hubo estudio preoperatorio que permitió conocer la existencia de
accidente vascular cerebral en 1996.
- El paciente pudo conocer con antelación suficiente las características
técnicas de la intervención, pero hubo significativa negligencia de los
servicios de radiología por no descubrir imágenes patológicas en
resonancia magnética y vulnerar una elemental praxis que comporta
informar por escrito las imágenes.
- Informes periciales: las tres punciones ocasionaron lesión medular
AP. MURCIA SENTENCIA 26-2-2001
DEMANDA: se reclaman 5.451.891 pesetas a dentista que en 1998 inició
extracción y fracturó parte de la corona de la muela. Fue remitida al
hospital y a su vez a cirujano maxilofacial que la trató. Posteriormente
acude a Clínica Ruber en Madrid y solicita gastos de desplazamiento en
avión para dos personas, de taxi, gasolina, dietas, así como de
desplazamiento en tren para tres personas, hotel de acompañantes,
intervención, gastos de tercer viaje y honorarios médicos, 60 días de baja y
daño físico y moral.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: se condena a médico a pagar
80.000 pesetas porque lo único que se le puede achacar es que iniciase la
extracción sin utilizar todos los medios a su alcance (rayos X) para
cercionarse de la situación de la pieza dental. Los perjuicios reclamados no
eran consecuencia de la negligente actuación del demandado, sino que la
intervención vino motivada no por la extracción fallida previa como por la
cementosis de sus piezas que hubiera hecho precisa en todo caso la
intervención (no en Madrid).
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: Revoca únicamente en cuanto a
la indemnización que la aumenta a 250.000 pesetas.
AP. MURCIA SENTENCIA 21-9-1999
DEMANDA: se reclama por tratamiento practicado en 1994 consistente en
la realización de varios empastes, endodoncia y colocación de prótesis
fijas. Después se produce absceso periapical, con cefaleas y se procede a la
extracción.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda por no
quedar acreditado que los daños ocasionados respondieran al tratamiento
estomatológico.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: revoca y considera que la lesión
es fruto de la manipulación dental (así lo establecen los peritos),
condenando a la cantidad de 425.720 pesetas
AP. MURCIA SENTENCIA 25-4-2003
DEMANDA: se reclama por secuelas resultantes de intervención (pie
equino).
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: absuelve a aseguradora y
condena a médico, clínica y seguro a 43 millones de pesetas.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma porque la negligencia
médica según pericia judicial radica no en la forma de practicar la
intervención quirúrgica sino en la colocación posterior de yeso cerrado y
ausencia de debido control postoperatorio, insuficiencia de advertencias
escritas en la historia clínica.
- Deficiencia en el funcionamiento del centro hospitalario por falta de
respuesta adecuada del personal ante las persistentes quejas y peticiones del
demandante (debieron llamar al facultativo para clarificar situación),
dejando transcurrir tiempo excesivo cuando el daño ya se había producido.
AP. MURCIA SENTENCIA 16-11-1998
DEMANDA: contra Insalud por contagio de hepatitis en transfusión
sanguínea.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: estima demanda y condena a
10.000.000 pesetas.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma.
- La jurisdicción civil es la competente por vis atractiva, por evitar
peregrinaje de jurisdicciones y paliar graves consecuencias que comporta la
solución tardía, así como por procurar efectividad del principio de tutela
judicial efectiva.
- Se condena en base a presunciones porque en 1989 se efectuaron
transfusiones de sangre y posteriormente se detectó hepatitis crónica
persistente anti VHC positivo: 1º La enfermedad puede adquirirse por
transfusión sanguínea. 2º El demandante no había presentado patología
alguna previa. 3º En el hospital donde se operó de fractura de mandíbula es
donde se diagnostica la enfermedad. 4º No pertenece a ningún grupo de
riesgo. 5º El hospital acreditó que 41 de los 46 donantes dieron negativo,
pero no se investigó a los 5 restantes.
- No hay fuerza mayor porque la enfermedad se contrajo en el hospital al
no haberse realizado comprobaciones técnicas para el debido control de la
sangre, precauciones que no eran imposibles, aunque no obligatorias, con
análisis clínicos de exclusión, y no se da la imprevisibilidad e
inevitabilidad que requiere la fuerza mayor.
- Aunque aparentemente el paciente curó en 1996, se confirma la cuantía
indemnizatoria porque puede existir un rebrote de la hepatitis por
replicación o vuelta a la actividad del virus, además de por el prolongado
tratamiento que hubo de soportar tras ser detectada la enfermedad.
AP. MURCIA SENTENCIA 15-2-1995
DEMANDA: por lesiones debidas a compresión producida por escayola
inelástica.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: estima la demanda y condena al
Insalud a 5.000.000 pesetas.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma porque hay
negligencia médica según perito judicial. Resulta acreditada la relación de
causalidad sin que haya interferido actuación de tercero (médico no
perteneciente a la Seguridad Social que a los tres días cambió la escayola)
ya que éste actuó correctamente.
AP. MURCIA SENTENCIA 9-7-1996
DEMANDA: del Insalud contra sanatorio por infección ocular
postoperatoria que causó pérdida del ojo derecho
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: estima la demanda del Insalud
contra sanatorio y le condena a pagar 5 millones de pesetas.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma porque los doctores,
aunque vienen a introducir cierto matiz de duda sobre el origen de la
infección, no descartan que la misma se originase por pseudomonas
aureginosas. Además, el 80% de la infecciones de córnea son de origen
bacteriano y las pseudomonas son las primeras causantes de infección
intrahospitalaria. En este caso se habían infectado otros pacientes por las
mismas fechas.
- Esta aparición es debida a falta de asepsia del hospital a nivel de
quirófano (actitud negligente del personal encargado y, en último caso, del
centro hospitalario con conducta omisiva negligente causante de un
resultado dañoso real y efectivo)
- El hospital debió acreditar que adoptó las medidas oportunas al efecto
AP. MURCIA SENTENCIA 28-4-1995
DEMANDA: contra Insalud por pérdida de visión de ojo izquierdo por
desprendimiento de retina originada por falta de tratamiento (vitrectomía).
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: estima parcialmente demanda
contra Insalud (12 millones pesetas).
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma responsabilidad del
Insalud pero modera la indemnización a 8 millones de pesetas por edad,
trabajo, la agudeza visual que ya tenía antes y que la vitrectomía no
garantiza los resultados.
- La demandada ha actuado negligentemente porque no ha demostrado
haber procedido en la forma requerida con la finalidad de obtener la posible
curación de la lesión ocular, según le incumbe conforme al principio de
inversión de la carga de la prueba.
- La falta de diligencia deriva de no haber prestado el tratamiento adecuado
y requerido, consistente según periciales en la necesidad de realizar
intervención de vitrectomía que en 1989 ya era posible en la red de sanidad
pública.
28-4-1995
- El Insalud pretende exonerarse alegando que envió al paciente a un
hospital que contaba con esa técnica y no se hizo porque tenían el
vitréctomo inoperante, y después a otro centro donde se incluyó en listas de
espera. Sin embargo, no se acoge dicho argumento porque desde 1989
hasta 1993 en que se planteó la reclamación previa se desentendió
totalmente del paciente, siendo obligado a prestar tratamiento adecuado de
conformidad con lo dispuesto en la Ley General de la Seguridad Social.
AP. MURCIA SENTENCIA 7-7-1997
DEMANDA: lesiones a recién nacida por manipulación de lámpara de
infrarrojos.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: estima parcialmente demanda
contra matrona, auxiliar de clínica e Insalud (1.212.000 pesetas) por
lesiones y secuelas causadas a recién nacida por comportamiento
negligente de las trabajadoras del centro; falta de diligencia reconocida por
el inspector del Insalud.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma.
- Hay falta de diligencia y no se ha acreditado que los familiares de la niña
manipularan la lámpara de infrarrojos. Aún cuando así fuera, la
responsabilidad seguiría siendo del personal que, sabedor de su
peligrosidad, no adopta ninguna medida precautoria.
AP MURCIA SENTENCIA 21-10-1997
DEMANDA: por lesiones en la mano de paciente en coma derivadas de
inmovilización inadecuada.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: estima demanda contra el
Insalud (7 millones pesetas) por infección y absceso sobre una quemadura,
permaneciendo largo período de tiempo en estado de coma con el brazo en
alto atado a la muñeca con una venda, que no fue cambiada, lo que produjo
gran cicatriz y limitación de movilidad y capacidad de aprehensión de la
mano.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma en base a informes
periciales. La entidad y cuantificación del daño es lo único que se discute
en la alzada, aceptando la responsabilidad
AP. MURCIA SENTENCIA 18-2-1992
DEMANDA: secuelas por falta de vigilancia del enfermo (cianosis por
falta de riego sanguíneo tras intervención de exóstosis del tercio superior
del peroné de pierna derecha).
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: estima demanda (9 millones de
pesetas) y sienta como doctrina que no nos encontramos ante un supuesto
de responsabilidad objetiva y, por tanto, no inversión de la carga de la
prueba.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma porque hay
negligencia por omisión derivada de culpa in vigilando o in eligendo por
parte del equipo sanitario que debió vigilar al paciente en su postoperatorio
(el paciente se estuvo quejando toda la noche y no se tuvieron en cuentas
los evidentes signos de alarma que presentaba- amoratamiento y
temperatura-)
- Existe nexo causal entre esa ausencia de vigilancia y las lesiones sufridas.
Sentencias absolutorias
AP. MURCIA SENTENCIA 17-1- 2003
DEMANDA: contra médico, clínica y aseguradora por operación de hernia
inguinal que causa atrofia del testículo.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma por falta de prueba de
mala praxis médica, es decir, de impericia, ineptitud o ignorancia, cuya
carga incumbiría a la parte actora. La intervención quirúrgica se prescribió
y realizó tras una urgencia durante la que el paciente silenció el episodio
consistente en reciente traumatismo que sin duda influía en su estado. Falta
de nexo causal entre la atrofia padecida y la intervención realizada varios
años antes (los peritos no han podido determinar al causa) sin que pueda
condenarse al médico en base a meras hipótesis
AP. MURCIA SENTENCIA 10-4-2002
DEMANDA: fallecimiento del paciente en clínica por no haber leído el
médico intensivista la historia clínica, por no haberlo visitado pese a la
gravedad de su dolencia (accidente laboral) y haber cambiado medicación
sin someterlo a vigilancia.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: absuelve no ha habido omisión
culposa ni relación de causalidad (no consta causa muerte).
- No resultado desproporcionado porque las lesiones eran muy graves.
- No mala praxis según médico forense. La administración de
medicamentos fue correcta y aunque no hubo monitorización de constantes
vitales, lo contrario hubiera permitido detectar parada cardiorrespiratoria,
pero no aseguraba el resultado exitoso de las maniobras de reanimación que
se realizaron según protocolos.
- No aplicación de la Ley para la defensa de consumidores y usuarios
porque el fallecimiento del paciente en clínica no se debió a inexistencia e
inadecuación de instalaciones, carencia de personal médico y sanitario o
deficiencias administrativas.
AP. MURCIA SENTENCIA 22-9-1998
DEMANDA: por mala atención del paciente en clínica que motivó su
fallecimiento.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: absuelve a sanatorio.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: absuelve por no infracción de
lex artis según médico forense y peritos.
- Dotación del centro más que suficiente para atender la patología.
- Según informe pericial, la hemorragia que determinó el shock
hipovolémico fue brusca, siendo imposible establecer el momento exacto
en que se produjo. No evidenció señales de alarma.
AP. MURCIA SENTENCIA 3-6-1992
DEMANDA: contra Insalud, médico oftalmólogo de urgencias, hospital y
empresa fabricante de la botella que explotó y causó herida perforante de
córnea de ojo izquierdo.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: absuelve.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma, desestimando
demanda frente al Insalud por falta de reclamación previa que no se
subsanó; contra empresa fabricante de botella porque no se probó como
ocurrió y cumplió con todas las especificaciones técnicas; contra el médico
que se dice que iba ebrio, lo cual de ser cierto comportaría infracción penal,
porque tampoco se ha probado. Además su actuación se adecuó a la lex
artis.
- “en el campo médico no hay principios inmutables al tener un factor
humano evidente y tener que actuar con un paciente especialmente
individualizado por las condiciones de su estado y circunstancias
existentes”.
AP. MURCIA SENTENCIA 26-9-1998
DEMANDA: se plantean dos acciones contra SMS e Insalud, una por la
responsabilidad del centro sanitario por la caída de la camilla en el traslado
efectuado por su personal, y otra por no diagnosticar oportunamente rotura
de vértebra.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: absuelve.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma.
- Falta prueba sobre relación causal entre lesiones y caída sufrida desde
camilla al ser trasladado por personal sanitario, que no pertenecía al centro
dependiente de los demandados. El traslado lo hizo Cruz Roja.
- La distinta sintomatología manifestada en los dos ingresos en distintos
hospitales hace descartar la relación entre la caída de la camilla y la
fractura de la vértebra T-12, no apreciándose relación de causalidad entre el
citado traumatismo y el aplastamiento diagnosticado, dudando los propios
facultativos que examinaron al demandante en Valencia acerca del origen
de dicha fractura (patológica, traumática o incluso por osteoporosis).
AP. MURCIA SENTENCIA 6-7-1999
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda interpuesta
contra médico y mutua laboral, porque no se ha acreditado negligente
actuación del médico. Su comportamiento es conforme a lex artis y el
fallecimiento se ha producido por causa imprevisible.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma porque las alegaciones
del demandante no se han probado con los dos testigos que trabajaban con
el fallecido acerca de que los síntomas que presentaba eran diferentes a los
que se reflejan en la historia clínica. Sí eran síntomas de ataque cardíaco no
es lógico que fuera al trabajo, incluso conduciendo su coche, cuando más
cerca existían tres hospitales.
- Historia clínica no recoge esos síntomas ni en el electrocardiograma que
se le practicó se evidencian ni tampoco lo constató el camarero del bar
donde falleció que declaró que no observó nada anormal a su llegada.
- Tampoco se acredita relación de causalidad: no valen meras conjeturas
basadas en una mera sucesión temporal de hechos.
- El perito judicial sostiene que el ataque cardíaco fue de carácter súbito,
imprevisible y absolutamente inevitable.
AP. MURCIA SENTENCIA 19-7-1991
DEMANDA: por no efectuar diagnóstico de síndrome de Stevens-Jhonson,
se produjo la pérdida de visión de los dos ojos y se insta indemnización de
12 millones pesetas.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda porque no
hay responsabilidad objetiva y no se ha probado el nexo causal.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma.
- El paciente ha de probar tanto la actuación culposa o negligente como el
nexo causal. En este caso, sus síntomas eran compatibles en un primer
momento con enfriamiento común y después con la varicela.
- Ninguno de los fármacos prescritos por los médicos causan el síndrome
de Stevens-Jhonson y sí uno de los que anteriormente el paciente había
tomado.
AP. MURCIA SENTENCIA 1-6-2002
DEMANDA: se reclama por operación de hernia inguinal que se practica
en 1993 y deriva en atrofia de testículo diagnosticada en 1998.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma.
- El demandante afirma que existió mala praxis en la intervención
(oprimiendo en exceso el anillo inguinal al cerrar el orificio y produciendo
una compresión vascular) o inadecuado tratamiento posterior. Aporta
distintos informes (de un médico, del forense y del perito judicial).
- Sin embargo, no constan acreditados tales extremos. La prueba pericial no
establece de manera categórica el nexo causal ya que la técnica quirúrgica
y el tratamiento prescrito se enmarcan en la más estricta lex artis ad hoc.
AP. MURCIA SENTENCIA 23-6-2000
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda interpuesta
contra médico internista, médico de urgencias e Insalud por negligencia
médica en fallecimiento de joven de 29 años.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma por falta de prueba de
nexo causal.
- El forense sostiene que el paciente era adicto a la heroína y que murió de
trombosis pulmonar (derivada de flebitis larvada profunda que es un
proceso muy frecuente en estos casos), además que la actuación de los
médicos fue ajustada a lex artis.
- Otro perito sostiene también que, aunque hubiera estado hospitalizado,
podría haberse igualmente producido la parada cardio-respiratoria que
conllevara la defunción.
AP. MURCIA SENTENCIA 26-10-1998
DEMANDA: tras sucesivas asistencias en 1992 en los centros
dependientes de los demandados Insalud y Comunidad Autónoma de la
Región de Murcia por dolor fosa ilíaca derecha no se le detectó apendicitis,
acudiendo a la medicina privada donde fue intervenido en 1994. Se insta
indemnización de 6 millones de pesetas.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma.
- No responsabilidad objetiva y la culpa hay que probarla.
- “Aún cuando los razonamientos en que la parte actora apoya su
pretensión están perfectamente amparados en lo que constituye una natural
inquietud y contrariedad por el hecho de que los profesionales médicos no
llegaran a establecer un diagnóstico más pronto y certero acerca de la
dolencia que padecía durante los dos años en que acudió a consulta varias
ocasiones, que según el informe médico-forense bien pudiera haber
consistido en un cuadro de apendicitis subaguda recidivante, no puede
derivarse exclusivamente de esa circunstancia una eventual responsabilidad
de los mismos y de los centros de que depende.
- En este caso, sólo contamos con el dictamen del médico forense que
descarta cualquier género de desatención médica hacia la paciente por parte
de los profesionales sanitarios y que la conclusión del estudio de la
evolución de la enferma revela que la actuación de los facultativos ante el
cuadro clínico que presentó a lo largo de dos años (caracterizado por dolor
fosa ilíaca y sin presentar signos de irritación peritoneal) fue la correcta
pues aconsejaron seguir estudiando su patología, advirtiéndole que en caso
de agudización de síntomas, volviera al centro hospitalario.
- En ningún momento se apreció situación de apendicitis aguda que
reclamara intervención quirúrgica inmediata.
- Tampoco se prueba que la operación en la medicina privada se llevara a
cabo con urgencia, concurriendo grave riesgo para la salud de la enferma
(falleció el médico que la intervino).
- “Si bien pudo existir a lo más una falta de acierto en el diagnóstico
(extremo que ni siquiera refiere el forense), nunca existió desidia o
desatención médica”.
AP. MURCIA SENTENCIA 17-1-1996
DEMANDA: el médico trató con medios inadecuados la lesión derivada de
accidente de tráfico, incurriendo en inexcusable negligencia al tratar una
lesión de fémur con clavos de Ender cuando en realidad la dolencia era de
cadera.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda y absuelve a
médico, Insalud y aseguradora.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma.
- La prueba pericial determina que “ante fractura de cadera en paciente
mayor de 60 años, está indicado el tratamiento quirúrgico mediante clavos
de Ender”, siendo una técnica menos traumática.
AP. MURCIA SENTENCIA 26-2-1993
DEMANDA: por amputación de pierna tras tratamiento en centro sanitario
por lesión deportiva.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma.
- Responsabilidad extracontractual porque no se acredita la realidad y
existencia de un acuerdo previo o contrato cuando ingresó de urgencias por
lesión deportiva.
- Existencia de daño: amputación de pierna tras tratamiento curativo.
- Inexistencia de culpa de la clínica porque su estado no merece reproche y
el tratamiento dado al paciente así como el postoperatorio, según médico
forense, fue correcto.
- Inexistencia de culpa de facultativos por seguimiento normal, lejos de
abandono u olvido.
- No prueba del nexo causal: médico forense establece que “el germen de
miositis anaerobia fue debido a un germen portado con toda probabilidad
por el paciente”. “La gangrena gaseosa es una enfermedad aguda de
aparición brusca y rápida progresión, de lo que se deduce que en el nexo
causal intervinieron causas ajenas a la conducta de los profesionales y que
la propia naturaleza de la enfermedad lleva en sí el rápido empeoramiento
del paciente”.
AP. MURCIA SENTENCIA 16-3-1992
DEMANDA: negligencia médica al no haber aportado los conocimientos
que la ciencia pone a disposición de los facultativos para llevar a cabo las
operaciones quirúrgicas de pies cavos.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma porque el tratamiento
y la intervención fueron adecuados, según confesión judicial de
demandados, periciales, informe médico legal de juicio de faltas.
- No responsabilidad objetiva.
- La prueba de la culpa compete al paciente.
- Obligación de medios y no de resultado.
AP. MURCIA SENTENCIA 18-9-2000
DEMANDA: mala praxis al no solventar médico estomatólogo el
problema bucal que presentaba la demandante al colocarle una prótesis fija
en el arco dentario superior.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda contra
médico estomatólogo.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma porque según
periciales, la prótesis es correcta en cuanto a su ejecución; no existe
relación de causa a efecto entre la patología estomatológica y el
tratamiento, siendo dicha solución una de las posibilidades aceptadas en la
práctica, pues la rehabilitación completa es muchísimo más costosa que la
colocación de una prótesis.
AP. MURCIA SENTENCIA 11-10-1996
DEMANDA :contra matrona, ginecólogo e Insalud por parálisis braquial
derecha con pérdida de función del brazo del niño (12 millones pesetas).
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma porque no se aprecian
conductas negligentes.
- No responsabilidad objetiva y la prueba corresponde al paciente.
- El informe del médico especialista dispone que “los autores admiten que
no existe un método real útil para predecir la distocia o encajamiento de
hombros, incluyendo la ecografía. El parto fue normal hasta la salida de la
cabeza, por lo que no existe razón por la que hubiera de estar el ginecólogo.
La mayoría de las distocias de hombros aparecen de forma imprevista (el
80%). Un 50% de las parálisis braquiales de recién nacidos son
consecuencia de distocias de hombros. Hay que actuar inmediatamente
para evitar el sufrimiento o muerte del feto. Aquí la matrona aplicó la
técnica de Mac Roberts y permitió la extracción total del feto, lo que evitó
lesiones mayores.
- En cuanto al Insalud, la demandante le atribuye responsabilidad objetiva
en base a la Ley de defensa de Consumidores y Usuarios. El TS lo resuelve
de manera negativa porque esa ley no establece un régimen tan
objetivamente puro como se sostiene y además en el ámbito de la
responsabilidad sanitaria es necesario la concurrencia ineludible del factor
negligente por la especial naturaleza de dicha responsabilidad.
AP. MURCIA SENTENCIA 4-2-2003
DEMANDA: se ha invertido un tiempo excesivo en la asistencia (7 horas y
15 minutos), no obstante conocer el tipo de lesión y el riesgo que
representaba (herida de arma blanca).
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: estima parcialmente la demanda
contra médico (90.000 euros) y absuelve a Insalud.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma (sólo se apela en
cuanto a la absolución del Insalud).
- Médico forense: la herida fue mortal (penetró en tórax y corazón) y la
muerte se produjo por ella.
- La Cruz Roja llega al herido a los 10 minutos de la agresión. La
evacuación al centro extrahospitalario de urgencias es también aceptable.
El médico de guardia limpia la herida, le administra líquido intravenoso y
lo traslada al hospital para valorar trayectoria de lesión. En el hospital lo
ingresan en la UCI, donde se le realizan estudios que permiten determinar
que la lesión alcanzaba al corazón.
- Como el hospital carece de Servicio de Cirugía Cardiovascular se traslada
a otro hospital con soporte hemodinámico. Allí es intervenido con
postoperatorio desfavorable hasta fallecimiento.
-”La muerte no se produce en las horas preliminares ni es consecuencia de
su inadecuada asistencia durante ese período”. “Sobrevienen 12 días
después en régimen de vigilancia y asistencia constante”.
AP. MURCIA SENTENCIA 6-5-1997
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: desestima demanda interpuesta
por contagio de VIH detectado en 1994 a niño de dos años por transfusión
sanguínea en tratamiento de anemia ferropénica en 1984.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma porque aunque sí
existe relación de causalidad, no es responsabilidad de Insalud pues según
informe pericial hasta principios de 1985 no existen comercializadas
pruebas serológicas para detectar anticuerpos frente al virus. En 1981 en
EEUU se empezó a detectar la enfermedad.
- La obligación de someter la sangre a detección de anticuerpos se extiende
a todo el territorio nacional por OM de 18 de febrero de 1987.
ORDEN JURISDICCIONAL PENAL
A) Imprudencia profesional
Sentencias condenatorias
AP. MURCIA SENTENCIA 27-12-2004
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: Absuelve a doctora del delito de
lesiones por imprudencia grave y profesional y de la falta de lesiones por
imprudencia leve que se le imputaba.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: revoca sentencia y condena por
falta de lesiones por imprudencia leve a pena de multa e indemnización a
víctima en 52.000 euros por secuelas.
- Según médico forense, la doctora confundió la sintomatología del
paciente y no detectó la artritis séptica que padecía, instaurando tratamiento
habitual inconveniente para la naturaleza de la dolencia. Actuación
imperita (el forense habla de ciertas irregularidades, como la nula mención
a la herida, incompleta exploración, y tratamiento erróneo al no prescribir
antibióticos).
- Imprudencia leve: Era la tercera consulta del paciente, contando la
acusada en ese momento con historia clínica, aun precaria, y con toda clase
de posibilidades técnicas de utilización ante la aparición del dolor, edema e
impotencia funcional del miembro afectado.
AP. MURCIA SENTENCIA 7-2-1997
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: condena a enfermera por falta
de imprudencia (no vigilancia de niño hospitalizado) a pena de multa e
indemnización al niño de 50 millones pesetas y a sus padres de 20
millones. El Insalud es responsable civil subsidiario y la Compañía de
seguros responsable civil directa.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: condena porque teniendo a su
cargo la vigilancia y cuidado del menor omitió poner en conocimiento de
los médicos los signos de alarma que presentaba y que aconsejaban una
inmediata intervención facultativa. No se trata de síntomas súbitos de gran
deshidratación.
- “La conducta juzgada no fue la productora del proceso de deshidratación
que acabó produciendo el daño pero la falta de vigilancia por parte de la
acusada coadyuvó al resultado”.
- Incrementa indemnización: 80 millones al niño (renta mensual vitalicia de
250.000 pesetas) y 25 millones a los padres (éstos solicitaban para el niño
250 millones de pesetas y para ellos 50).
AP. MURCIA SENTENCIA 28-10-1993
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: absuelve por delito de
imprudencia temeraria profesional a jefe de servicio de pediatría y condena
por falta de imprudencia simple a becario por rehidratación inadecuada de
niña de 10 meses con gastroenteritis aguda que causa edema cerebral grave
con secuelas importantísimas. Responsabilidad civil directa de la compañía
aseguradora y subsidiaria de Consejería de Sanidad de la Región de
Murcia.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma porque no se aprecia
desatención, omisión de elementales normas de cuidado y no se puede
concluir inexorablemente que la única causa del edema cerebral fuera una
rehidratación inadecuada. En todo caso, error científico de tratamiento
médico.
- Sí se aprecia simple reproche negligente porque el acusado se marchó a
casa y dejó a la niña al cuidado de la ATS, creando una situación de
peligro.
- Indemnización: a la libre valoración del tribunal sin que exceda de lo
solicitado por las partes ni suponga ganancia para el perjudicado. En este
caso concreto, 100 millones de pesetas.
AP. MURCIA SENTENCIA 25-4-1991
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: condena a ATS por delito de
imprudencia temeraria (fallecimiento de un niño de cuatro años por
insuficiencia respiratoria aguda causada por la administración de relajantes
musculares) a pena de prisión, suspensión de profesión de ATS durante el
tiempo de la condena y a indemnizar en la cantidad de 18 millones de
pesetas, siendo el Insalud responsable civil subsidiario.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: sólo modifica indemnización
que reduce a 10 millones de pesetas por resultar más ponderada a supuestos
análogos.
Sentencias absolutorias
AP. MURCIA SENTENCIA 28-4-1993
HECHOS PROBADOS: amputación pierna a joven accidentado.
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: condena a traumatólogo por
delito de imprudencia temeraria con resultado de mutilación a 35.000.000
pesetas. Insalud responsable civil subsidiario.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: no imprudencia temeraria
porque no hubo total abandono de la vigilancia de la evolución del
paciente. Sí hay sin embargo una falta de atención al no especificar al ATS
su obligación de vigilar el miembro herido, pero ésta es ya una obligación
que tiene la ATS.
- “Lo que es causa de la causa es causa del mal causado”: en base a esta
formulación, la conducta del acusado comportó la amputación. Esta
concepción está hoy en día superada porque el nexo causal se interrumpe
por la existencia de accidentes o actuaciones extrañas (demoras
inexplicables, darle de cenar, etc). Y desde luego no sería justo que el
primero que lo trató, que quizás cometió el error de menor entidad, deba
responder de todas las consecuencias al menos desde el punto de vista
penal.
- Principio de intervención mínima del Derecho Penal lo que implica de
una parte, su carácter subsidiario (el Derecho Penal sólo debe intervenir
cuando, para proteger los bienes jurídicos, se revelen como ineficaces los
demás medios de tutela y sanción con los que cuenta un Estado de
Derecho) y un carácter fragmentario (sólo debe proteger los bienes
jurídicos más fundamentales para el individuo y la sociedad, y a éstos sólo
debe tutelarlos frente a los ataques más intensos, más intolerables).
-”Lo que ocurre con demasiada frecuencia es que se acude a la vía penal
para buscar soluciones a los problemas de responsabilidad médica, lo que
el Presidente de la Sala Segunda del T.S., don Enrique Ruiz Vadillo,
considera un grave error (ponencia en el I Congreso de Derecho y Salud),
añadiendo que es en el ámbito administrativo y civil donde deben tener
solución la mayor parte de los problemas de este tipo, jurisdicciones a las
que hay que añadir la del campo laboral cuando, como en este caso, se trata
de daños ocasionados por actuaciones médicas dentro de la actividad de
centros de la Seguridad Social, materia en la que rige un criterio objetivo
de responsabilidad, con base en el art. 106,2 de la Constitución Española y
normas específicas”.
AP. MURCIA SENTENCIA 25-2-1998
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: absuelve a ATS del delito de
imprudencia temeraria por inyectable, al no acreditarse que lo colocara en
lugar inadecuado.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma porque no
comportamiento negligente que vulnerara lex artis. No hay claras pruebas
de cargo, que excluyan meras presunciones o posibilidades. Las periciales
no son concluyentes.
- “En modo alguno puede atribuirse al acusado, con la certeza y seguridad
que la condena penal exige, esa patente y grave falta de esmero y
aplicación en su tarea que las acusaciones le imputan. No olvidemos que se
formula acusación por un delito de imprudencia temeraria, que exige una
grave y grosera infracción de los deberes objetivos de cuidado exigibles en
las circunstancias concurrentes, y no un mero o ligero descuido o falta de
atención, que ni siquiera de forma alternativa solicitó el Ministerio Fiscal”.
- La historia clínica no refiere esa inmediatez en la parálisis, sino un
progresivo debilitamiento y pérdida de fuerza del citado miembro inferior.
Paciente postrado en cama con escasa masa muscular
AP. MURCIA SENTENCIA 21-2-2001
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: Absuelve del delito de lesiones
por imprudencia grave a enfermero por curación de herida en rodilla donde
posteriormente se descubrieron cristales.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: Confirma. “En la imprudencia
médica no se incrimina el error científico de diagnostico, la falta de pericia
o de cualificada especialización, reprochándose únicamente al profesional
sanitario la equivocación inexcusable o la incuria sobresaliente,
circunstancias ausentes en los hechos que advienen ahora al conocimiento
de esta Sala, al limitarse el auxiliar técnico a suturar una herida que había
examinado el facultativo, ateniéndose a instrucciones que no incluían un
estudio radiológico de eficacia incierta, al ser los cristales
radiotransparentes y sus fragmentos de difícil detección, y si el enfermero
acusado no pudo advertir su presencia o incrustación al proceder a la
limpieza de la herida, tampoco el servicio de Cirugía Pediátrica se mostró
del todo resolutivo, al presentar la niña absceso tras una primera asistencia,
que motivó una segunda intervención”.
B) Aborto
Sentencias absolutorias
AP. MURCIA SENTENCIA 22-2-1992
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: Absuelve a ginecólogo del
delito de aborto y de imprudencia temeraria. Recurre el MF.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma. “No puede hablarse
del delito de aborto pues la esencia del aborto es la muerte del feto por su
destrucción en el seno materno o su expulsión prematuramente provocada y
ello no se da en el caso enjuiciado en que el feto es a término, no se
destruye y es expulsado posiblemente con signos de vida, no pudiendo
tampoco hablarse de infracción del art. 565 del Código Penal por no haber
trasladado a la paciente a otro sanatorio para una operación cesárea,
opinión de los médicos forenses respetable pero opinable y no ratificada
por los demás ginecólogos pues esta decisión difícil como todas las
decisiones médicas al no tomarse no pueden ser consideradas como
imprudencia temeraria de la persona encargada y responsable de tomarla en
un momento difícil y ante contingencia no imputable al médico y más
cuando siguió con su actuación profesional conforme a la Lex Artis y con
técnicas acaso violentas pero no anticientíficas. Contradicción entre
forenses y ginecólogos.
- Se va la luz, actuación del médico correcta aunque profesionalmente sea
discutida y en cuanto a la técnica “como está científicamente admitida no
puede constituir una infracción penal y ello aunque pueda consistir en un
error científico (STS 17-2-1982) o derivarse de un diagnóstico o
apreciación equivocado no siendo exigible al médico una cualificada o
destacada especialización pues su responsabilidad sólo cabe cuando en la
actuación se incida en conductas que con olvido de la lex artis provoquen
resultados lesivos”.
- Actuación del médico fue normal hasta el apagón , que no es imputable a
él. Situación de nerviosismo evidente en un sanatorio con falta de medios
exigidos a la legislación vigente para la sustitución de la anomalía y no
aviso de la Compañía suministradora.
El grupo electrógeno se instaló a los dos días, faltando o no estando en uso
una ventosa manual.
-Técnicas discutibles pero no incorrectas o faltas de pericia (Kripteller; una
sola rama de forceps y la propia mano del médico)
AP. MURCIA SENTENCIA 1-3-2000
DENUNCIA contra ginecólogo y matrona por:
- aborto por imprudencia profesional
- lesiones al feto dolosas
- homicidio imprudente
- falta de imprudencia
HECHOS PROBADOS: Embarazo y parto normal. Utilización de ventosa
a pesar de encontrarse el feto en primer plano de Hodge, siendo la
dilatación incompleta, que causa hemorragia subaponeurótica epicraneal y
favorece presión cordón umbilical sobre cuello del feto, que fallece.
SENTENCIA: El aborto por imprudencia profesional y las lesiones
culposas al feto requieren imprudencia grave. En este caso, la opción
elegida no es insólita y por tanto no comporta imprudencia grave (olvido u
omisión de las precauciones, cuidados y atención más elementales). Sin
embargo, según periciales (6) es poco ortodoxa, lo que constituye
imprudencia leve que es atípica y no se castiga.
-La utilización de la ventosa en el presente caso provocó en el feto una
hemorragia subaponeurótica epicraneal, que no justificaba por sí sola de
forma aislada la gravedad del cuadro presentado, y favoreció la vuelta del
cordón alrededor del cuello del feto.
- No denegación de asistencia sanitaria.
AP. MURCIA SENTENCIA 2-7-2002
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: Absuelve a matrona y enfermera
de los delitos de aborto u homicidio imprudente
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma y absuelve por
notables dudas.
- Feto nace muerto en hospital por aspiración de líquido amniótico.
Posibilidad de cordón umbilical en bandolera.
- Hubo adecuación de medios y no pueden hacerse especulaciones.
- No es posible situar el fallecimiento del feto en un momento posterior al
aviso de la paciente en reclamación de atención, ni se ha acreditado que
otra actuación de las acusadas o terceros hubiera evitado el resultado fatal.
C) Intrusismo profesional
Sentencias condenatorias
AP. MURCIA SENTENCIA 19-10-1993
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: Absuelve del delito de
intrusismo.
Recurre acusación particular (Colegio profesional)
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: Revoca y condena por el delito
de usurpación de funciones a protésico dental a pena de prisión, suspensión
de cargo público y de la profesión de protésico, porque actuaba como
dentista, y así era conocido, cobrando los correspondientes honorarios con
el consiguiente perjuicio de los titulados habilitados para ello. Fue
sometido a vigilancia por detectives privados y en su consulta se encontró
sillón e instrumental de dentista. Testifical en este sentido y no acredita el
acusado que trabajara a requerimiento de titulados habilitados.
- El acusado rebasó en su actuación el ejercicio de las funciones propias de
la profesión de protésico dental para invadir la esfera propia de los
odontólogos, pues únicamente corresponde a aquéllos, dotados de título
oficial de segundo grado, el diseño, preparación, elaboración, fabricación y
reparación de prótesis dentales, mediante la utilización de los productos,
materiales, técnicas y procedimientos conforme a las indicaciones y
prescripciones de los médicos Estomatólogos u Odontólogos, mientras que
a los Odontólogos y a los médicos Estomatólogos o de Cirugía MáxiloFacial, con el correspondiente título universitario de Licenciado, se les
reserva la realización del "conjunto de actividades de prevención,
diagnóstico y de tratamiento relativas a las anomalías y enfermedades de
los dientes, de la boca, de los maxilares y de los tejidos anejos.
AP. MURCIA SENTENCIA 16-2-1992
DENUNCIAS
por parte del Ayuntamiento, Concejales, Partido
Comunista, Colegio Oficial de Médicos, Insalud:
- delito de usurpación de funciones.
- delito de estafa,
- delito de falsificación de documento oficial y de identidad.
HECHOS PROBADOS: el acusado ejerció profesión sin tener título de
licenciado ni hallarse colegiado (le quedaban 3 asignaturas).
Sustituía a otros médicos, colocando un nº de colegiado imaginario y
presentó para su colocación por el Insalud una serie de documentos
previamente falsificados, logrando finalmente dicha contratación
- Los requisitos que han de concurrir para la existencia del delito de
usurpación de funciones establecido en el art. 321, según constante y
reiterada jurisprudencia son los siguientes: 1º) Realización o ejercicio de
diversos actos propios de una profesión para la que se necesita encontrarse
en posesión de título oficial careciendo del mismo; 2º) Que
antijurídicamente se dé la violación de la norma administrativa que
reglamenta la concesión y expedición de la titularidad que permite el
ejercicio de la actividad que se enjuicia y, 3º) Que se tenga conciencia de la
actividad que se realiza y de la violación de los preceptos que regulan la
profesión que se ejecuta; todos estos requisitos concurren en el caso
enjuiciado en el que el acusado públicamente se hacía pasar como
Licenciado en Medicina y Cirugía.
AP. MURCIA SENTENCIA 29-12-1996
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: condena por intrusismo a
acusados que ejercían de odontólogo y protésico.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma. Sólo recurre la
acusada alegando que desconocía que el otro coimputado (ATS) no era
odontólogo. Sin embargo, eran pareja sentimental y ella se dedicó a
colaborar con él en tareas propias de dicha profesión durante muy largo
período de tiempo. Además en el acto de la vista del juicio oral reconoció
los hechos de los que luego se retracta.
Sentencias absolutorias
AP. MURCIA SENTENCIA 25-6-1997
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: absuelve a masajista del delito
de intrusismo.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma porque para la
condena la querellante debió acreditar que la Administración tiene
prohibida la función de masajista al margen del título de diplomado en
fisioterapia. El acusado no se ha atribuido la condición de fisioterapeuta,
título que no posee, sino la de masajista y dicha actividad aunque cuando
pueda también encontrarse entre las funciones de los fisioterapeutas, no
viene normativamente reservada a éstos pues la Administración admite la
tributación por el IAE a los masajistas, cobrando el correspondiente IVA.
Corresponde a la Administración adoptar las medidas precisas para que, en
su caso, el ejercicio de la actividad de masajista solamente pueda ser
desempeñado por fisioterapeutas.
AP. MURCIA SENTENCIA 12-2-1997
SENTENCIA PRIMERA INSTANCIA: absuelve del delito de
intrusismo a acusado (óptica). Como carecía del título fue contratando
sucesivamente a personas que sí lo tenían.
SENTENCIA SEGUNDA INSTANCIA: confirma, sin que por el hecho
de estar durante un período de tiempo el establecimiento sin persona
habilitada para ejercer las funciones de óptico, quepa la condena, pues es
obvio que en estos establecimientos se realizan otras actividades distintas.
CONCLUSIÓN FINAL.
De todo lo expuesto hasta ahora cabe extraer como conclusión que
en Murcia también se ha producido un aumento de la litigiosidad en
materia de responsabilidad sanitaria, lo que viene provocando en los
profesionales del sector un profundo desasosiego, toda vez que, no siendo
la medicina una ciencia exacta, el resultado no está garantizado, de suerte
que un paciente insatisfecho puede iniciar la vía legal para reclamar por la
actuación del profesional que, a su juicio, le haya ocasionado un daño, con
la consiguiente intranquilidad para éste tanto a nivel personal (no
olvidemos que por vía penal se puede obtener incluso la condena a penas
privativas de libertad y de inhabilitación para el ejercicio de la profesión)
como de su propia estimación ante el público en general.
Bien es cierto que los ciudadanos gozan del derecho a exigir
judicialmente el resarcimiento de los daños ocasionados con ocasión de la
actividad profesional, pero no ha de perderse de vista la propia naturaleza
de la actividad sanitaria así como la doctrina sentada por el Tribunal
Supremo acerca de la obligación en este ámbito que es una obligación de
medios y no de resultado, siendo ello así que, a mi juicio, habría de
extremarse la precaución a la hora de juzgar las demandas, exigiendo la
escrupulosa probanza de todos y cada uno de los requisitos precisos para
declarar la responsabilidad civil del profesional sanitario, y evitando en la
medida de lo posible acudir a la vía penal para dilucidar actuaciones en las
que no se evidencia el dolo o la imprudencia necesaria para obtener una
respuesta en este orden.
Murcia, Noviembre 2005.
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