ANEXO La RESOLUCION S.E. Nº 1.102/04, en su TITULO VII - CONDICIONES DE CIERRE TRANSITORIO Y/O DEFINITIVO DE LA ACTIVIDAD, establece: (ver en www.infoleg.gov.ar) 1. CIERRE TRANSITORIO – ARTICULO 34º: “Los tanques, cañerías conexas y/u otras instalaciones de combustibles e hidrocarburos que permanezcan fuera de servicio por un tiempo superior a los DOCE (12) meses, tendrán que ser cegados llenándolos con agua, previa eliminación del producto y certificación por empresa auditora habilitada. De ponerse nuevamente en servicio deberán efectuárseles las pruebas de hermeticidad y demás ensayos correspondientes debidamente certificados por empresa auditora habilitada por la SECRETARIA DE ENERGIA. En caso que esta situación se mantuviera al vencimiento del período de vigencia de las pruebas de hermeticidad, o se decidiera la desafectación definitiva, o que la SECRETARIA DE ENERGIA y/o cualquier otra autoridad jurisdiccional correspondiente disponga la inhabilitación definitiva de los mismos, deberán ser retirados o anulados de acuerdo con las normas del Decreto Nº 2407 de fecha 15 de septiembre de 1983, cuyo cumplimiento deberá ser certificado por empresa auditora habilitada quien deberá comunicar lo actuado al municipio de la jurisdicción correspondiente”. Comentarios: Cabe mencionar que, donde dice “cegados” debe interpretarse como “inertizados” o neutralizados, como forma de dejar inactivos de manera segura y transitoriamente los depósitos de almacenamiento, mediante el llenado con agua hasta el tope para modificar la atmósfera interior del recinto y evitar la concentración de gases (siempre previa remoción del contenido total del tanque –producto o slop oil- y su correspondiente tratamiento como residuo especial). Por otra parte, correspondería hacerse, si bien no surge del texto en forma clara, una nueva prueba de hermeticidad del Sistema de Almacenamiento Subterráneo de Hidrocarburos (S.A.S.H.) para corroborar su estado al momento de producirse la inertización y contar a partir de allí el tiempo que puede permanecer el mismo en tal situación. En cuanto a que debería hacerse, una vez vencido el plazo y no habiéndose decidido reestablecer la operatividad del mismo, esta Dirección recomienda siempre, en primera instancia (sobretodo cuando el cierre es total), disponer la erradicación de las instalaciones. (en este caso, contar con la presencia de inspectores municipales –preferentemente del área de control ambiental- en el lugar de la excavación, abre la posibilidad de poder percibir las características físicas que presentan el suelo circundante y/o el agua subterránea, cuando el nivel freático aflora a la profundidad excavada, conforme a las propiedades organolépticas -según las pueden percibir nuestros sentidos-, y proceder –en caso de observar una potencial contaminación- a solicitar a el/los responsable/s realizar una evaluación ambiental e identificación del suelo circundante afectado, para su posterior transporte y disposición final como residuo especial y luego, encarar un estudio hidrogeológico de detalle del sitio y establecer las medidas de respuesta que el mismo determine. Es decir se procedería como en el Artículo siguiente). (*) En segunda instancia, y en caso de argumentación técnica fundada por especialista que demuestre que retirar el S.A.S.H. genera mayores impactos negativos, se procederá a desafectar el uso de los depósitos de almacenamiento, o sea su anulación de forma definitiva mediante el cegado de los mismos, de acuerdo lo estipula en su Anexo el Decreto P.E.N. Nº 2.407/83, Capítulo IV “Control de Pérdidas”, Apartado 9.2.2, el que transcripto textualmente dice: “...La anulación del tanque consistirá en: a) Aislarlo de toda cañería o instalación que permita el ingreso accidental de combustible al mismo; b) Llenarlo con arena, ayudando la carga con agua; c) Sellar las bocas con concreto u hormigón.”. Esta instancia (cegado) es una práctica común en situaciones que la boca de expendio sigue funcionando normalmente, y sólo se proceden a anular uno o algunos de los tanques subterráneos del establecimiento; con la debida especificación de las causas que motivaron tal decisión. 2. CIERRE DEFINITIVO - ARTICULO 35º: “Cuando por cualquier motivo se proceda al cierre definitivo de una instalación que haya sido destinada al almacenaje de combustibles, solventes u otros hidrocarburos similares, y se intentare dar otro destino al predio, la autoridad jurisdiccional correspondiente deberá exigir al propietario del mismo la erradicación de las instalaciones existentes destinadas al almacenamiento de los mismos 1 (tanques, cañerías y accesorios), certificada por empresa auditora habilitada por la SECRETARIA DE ENERGIA. Será competencia de la autoridad jurisdiccional correspondiente requerir la contratación y ejecución de un estudio hidrogeológico a realizar por empresa especializada, a fin de certificar la inexistencia de contaminación con hidrocarburos en el predio. En caso de verificarse la existencia de contaminación deberán encararse las acciones que el estudio determine”. Comentarios: En el presente caso, esto es cuando se produce el cierre definitivo con posterior cambio de destino del predio donde operara una boca de expendio de combustibles líquidos, n/Dirección de Hidrocarburos –cuando se pone en conocimiento de ello- presta el asesoramiento y la asistencia técnica a las autoridades municipales (y en su medida a los propietarios de los inmuebles) sobre los procedimientos que deben adoptar para hacer un manejo seguro y ambientalmente sustentable del sitio. Es menester aclarar, que las facultades potestativas de clasificar y autorizar el uso del suelo y el cambio de uso del suelo, como el de aprobar los proyectos edilicios a emplazar en el lugar -conforme al ordenamiento territorial y ambiental que establecen los respectivos Códigos de Ordenamiento Urbano-; recaen en las Autoridades locales. En ppio., la empresa deberá solicitar el pertinente permiso municipal previo a dar inicio a la obra civil proyectada, indicando en tiempo y forma los trabajos a llevar a cabo conforme al plan de obra, en todos los casos, respetando las reglas del buen arte y la aplicación de estrictas medidas de seguridad y operativas en el trabajo y en la vía pública, tanto para los trabajadores como para la población en general, respectivamente; previas y durante la ejecución de las mismas. Cabe aclarar que estos tipos de trabajos –debido a las instalaciones destinadas a almacenar combustibles líquidos, inflamables y tóxicos- deben ser realizados por empresas responsables especializadas y de reconocida trayectoria en el mercado (con conocimiento, maquinas-herramientas y equipamiento de protección personal apropiados para tal fin). Previo al inicio de las tareas de rotura de piso de playa de maniobras (HºAº), de la excavación y erradicación de los sistemas de almacenaje subterráneo de hidrocarburos (S.A.S.H.) existentes (tanques, cañerías asociadas y accesorios), deberá procederse a la remoción del contenido total del tanque (restos de producto o emulsión residuales con contenido de hidrocarburos, agua y sólidos finos –slop oil-) e inertización del mismo, debiéndose verificar el nivel de concentración de gases; de manera de eliminar toda posibilidad de incendio y/o explosión, además de un posible derrame de los fluidos contaminantes resultantes. Durante las tareas de excavación del SASH, comprendidas en el marco del procedimiento TEA, “Tank Excavation Assessment”, se emplearán determinaciones de campo mediante detectores de fotoionización de detección rápida (p.ej. usando un PID denominado frecuentemente como un analizador de vapores orgánicos u OVA) para identificar y caracterizar la tierra contaminada removida de los distintos sectores excavados, a fin de evaluar las concentraciones de Compuestos Orgánicos Volátiles (VOC’s). Recordar que una vez removido el suelo natural devenido en residuo (cuerpo receptor contaminado por el vuelco de petroderivados por pérdidas y/o derrames); se deberá reemplazar con relleno limpio y nuevo el espacio resultante. Una vez monitoreado el cumplimiento de la erradicación, transporte y disposición final de las instalaciones de almacenaje del subsuelo (tanques, cañerías y accesorios), con sus respectivos manifiestos de transporte y disposición final y del Certificado de Erradicación emitido por empresa/universidad auditora habilitada por la S.E.N., además de la remoción del contenido total del producto -en caso de existir en los tanques- y del agua de lavado y/o barros de fondo de tanque (emulsión residual con restos de hidrocarburos, agua y sólidos finos) y del suelo contaminado aledaño a los S.A.S.H. (transportados para su tratamiento y disposición final como residuo especial, con sus debidos manifiestos); se analiza y evalúa el Estudio Hidrogeológico (suelos y agua subterránea –nivel freático o primera napa-) de acuerdo a los criterios establecidos por las buenas prácticas (establecidos en nuestra página web: www.dpe.mosp.gba.gov.ar), para establecer el grado de contaminación que presenta el predio y su entorno natural circundante (también se seguirán los criterios establecidos en la Resolución Nº 95/14 emitida recientemente -Dic./14- por el O.P.D.S.). (*) (*) Sobre este punto, procedimiento para la erradicación de los sistemas de almacenaje subterráneo de hidrocarburos (S.A.S.H.), deberá ser considerada también la aplicación de la 2 Resolución Nº 94/14, emitida recientemente (Dic./14) por el Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (O.P.D.S.). De los resultados del Estudio Hidrogeológico, surgirán las consideraciones técnicas a abordar -en base a las condiciones ambientales del sitio y sus relaciones con el entorno natural y social que lo circunda- y los “Controles Institucionales” a implementar, conforme a criterios de protección y prevención, con vistas a minimizar el riesgo a exponer la salud de la población a la contaminación remanente y a asegurar -de esta manera- el uso apropiado de la tierra y de los recursos, al fijar las restricciones de acceso o de uso del inmueble y/o de los recursos del subsuelo, de común aceptación tanto local como internacionalmente, por ejemplo: no es conveniente emplazar en un predio con esa características edificaciones que alberguen actividades sensibles a los grupos de poblaciones más vulnerables a la contaminación, como ser, los niños –menores de 14 años-, las mujeres embarazadas, los ancianos con enfermedades crónicas y los pacientes con afecciones respiratorias, o sea, establecimientos educacionales y de salud, maternidades, geriátricos, entre otros de similares condiciones; restricciones constructivas –p.e. sótanos o subsuelos por la potencial acumulación de gases y/o vapores derivados de los hidrocarburos-; fijar un plan de monitoreo del agua subterránea para controlar la calidad de la misma y la variación de las concentraciones en el tiempo; entre otras. En caso de ameritar una intervención para efectuar un saneamiento del sitio, deberán presentar un Plan de Acción Correctivo indicando la tecnología a utilizar, el cual se evaluará y se determinará una acción de respuesta inicial, al margen de la intervención para la aprobación del plan de remediación que necesariamente dará la autoridad ambiental de la provincia (OPDS) y en el caso de los vuelcos de los efluentes líquidos de los módulos de tratamiento que dará la Autoridad del Agua (ADA). Sobre estos sitios, cabe traer al presente análisis para una mejor comprensión del caso, la definición de “brownfield” como “una propiedad cuya expansión, desarrollo o re-uso puede complicarse por la presencia, verdadera o percibida, de alguna substancia peligrosa o algún contaminante” (EPA, Environmental Protection Agency - 2002). Dentro de esta caracterización general se encuentran –como el caso que nos ocupa- los “petroleum brownfields” –sitios contaminados con productos derivados del petróleo- que representan aproximadamente la mitad de los 450.000 sitios “brownfields” detectados en los EE.UU. según la Agencia de Protección Ambiental. En tal sentido, se deberán considerar la estructura edilicia proyectada y la categorización de cambio de uso del suelo a ser otorgada por la autoridad local para el sitio que nos ocupa, tomando en consideración –al margen de su código de ordenamiento territorial y su planificación urbana- la caracterización detallada del sitio en cuanto a la contaminación remanente que pudiera haber quedado en el mismo, conforme a los criterios de prevención del riesgo a la salud humana y al medio ecológico; cabe tener en cuenta las prácticas internacionales -de común aceptación en todas partes- a la hora de analizar la reutilización de estos sitios, conforme se desaconseja emplazar en un predio de esas características edificaciones que alberguen a los grupos de población potencialmente más vulnerables (grupo de personas que se encuentran en estado de desprotección o incapacidad frente a una amenaza que afecte su salud física y mental) a la contaminación ambiental, como lo son, los niños menores de 14 años, las mujeres embarazadas, los adultos mayores de 60 y más años de edad (ancianos) con enfermedades crónicas y los pacientes con afecciones respiratorias y cardiovasculares. O sea, estaríamos hablando, de establecimientos educacionales y de salud, maternidades, asilos de ancianos, entre otros de similares condiciones. En atención a las particularidades de cada caso que se nos plantea, entendemos oportuno hacer una reflexión final sobre la presencia de sitios o predios antiguamente ocupados por actividades productivas (como es el caso de las estaciones de servicio), que en la actualidad se encuentran –en su mayoría localizados dentro de los centros urbanos- abandonados o subutilizados y que en muchos casos presentan también importantes afectaciones por contaminación con petroderivados. La existencia de estos “petroleum brownfields” -que es una realidad en casi la totalidad de áreas urbanas del país y sobretodo de nuestra provinciano cuenta con el suficiente desarrollo normativo para su tratamiento, y la legislación que existe, aborda de forma casi exclusiva la problemática asociada a la limpieza de sitios contaminados, sin considerar los beneficios de su potencial recuperación (puesta en valor) más allá del saneamiento ambiental asociado a la minimización de riesgos para la salud de la población y el medio ecológico. Esta visión de sitios contaminados, si bien es cierto es un componente fundamental en el abordaje de la temática de los “brownfields”, deja de lado en 3 muchos casos sus aspectos sociales, territoriales y económicos, cuyos efectos de la degradación causada (que no sólo tiene un gran impacto ambiental, sino también sociológico, paisajístico y económico, entre otros) también los comprometen en la construcción y desarrollo de una respuesta urbanística sustentable, y por lo tanto, deben ser considerados a la hora de diseñar otros enfoques y formas de afrontarlos; para que los usos potenciales del propio sitio y para los usos que lo rodean no generen zonas de conflictos y deterioro al entramado urbano y puedan ser reutilizados e incorporados de manera planificada al ordenamiento urbano y territorial, revirtiendo los efectos negativos que estos sitios tienen sobre el entorno natural y social que los rodea. Por último, conforme la contaminación remanente que pudiera quedar en el predio y atendiendo la transferencia que podría sufrir dicho inmueble y a las transacciones de compraventa que operarán sobre las futuras unidades habitacionales en propiedad horizontal (en el caso de la construcción de un edifico); se debería poner a consideración de la Dirección Provincial del Registro de la Propiedad Inmueble, mediante las actuaciones administrativas iniciadas en el Organismo competente, la debida anotación preventiva y temporal (nota aclaratoria) mediante el acto técnico-registral pertinente, para dar a publicidad las restricciones impuestas (p.e. accesibilidad al inmueble para llevar a cabo los controles institucionales), con el sólo fin de hacerlas cognoscibles por terceros, lo que refuerza la oponibilidad. Sobre este punto, habría que considerar la vigencia y operatividad de la Ley Nº 14.343 (Pasivos Ambientales), en cuanto a su reglamentación y aplicación de procedimientos que permitan establecer los mecanismos de registración ante el organismo provincial mencionado; dado que de ser así, estaría reemplazando el accionar supra comentado (consultar al O.P.D.S.). Además, para el caso de estaciones de servicio sin operar, tener en cuenta que, de no ponerse en actividad en forma inmediata y dado que dichas bocas de expendio se encuentran por lo general en sectores urbanos con afluencia de público, lo que la convierte en altamente sensible en lo que a aspectos de seguridad se refiere; nuestra dependencia aconseja observar la necesidad de colocar un cerramiento perimetral sobre la línea municipal, de modo tal que no permita el acceso de terceros (personas y vehículos) al predio de la misma y el cubrimiento de las fosas en caso de contar con ellas, para evitar contingencias. Asimismo, cabe mencionar que, respecto a los riesgos, a nadie escapa la correlación directa que generan estas instalaciones, respecto a la seguridad de las mismas, bienes aledaños y población en general, como así con el potencial grado de contaminación y daños ambientales, que sus operaciones y manipulación de sus productos puedan acarrear, susceptibles de generar diferentes riesgos a la salud de las personas (riesgo toxicológico = productos cancerígenos) y al ambiente en general (riesgo ecotoxicológico). En tal sentido, es sabido que unas de las consecuencias del deterioro, de los diferentes elementos que constituyen los ecosistemas, provienen del vuelco en un cuerpo receptor del petróleo y sus derivados como líquidos contaminantes y de la disposición inadecuada de los residuos especiales que generan; provocando la contaminación de los suelos, el deterioro creciente de las fuentes de abastecimiento de agua, ya sean subterráneas o superficiales, que directa o indirectamente afectan la supervivencia de la flora y la fauna, e incluso de los seres humanos, dadas las estrechas interrelaciones entre ellos. Finalmente, se debe tener presente que los hidrocarburos están constituidos por una gran diversidad de compuestos, cuya estabilidad, movilidad, biodisponibilidad y toxicidad varía; lo cual implica que las decisiones acerca de la limpieza de los sitios contaminados con ellos, requiera tomar en cuenta tanto su composición y características, como la vulnerabilidad del sitio en el que se encuentran y de las poblaciones y ecosistemas que puedan resultar afectados. DIRECCION DE HIDROCARBUROS. DIRECCION PROVINCIAL DE ENERGIA DE LA PCIA. DE BS. AS. 4