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AÑO I # 1 MAYO - JUNIO 2015
PERIODICO UPEL MATURÍN
DOCTORADO EN EDUCACIÓN
Envío Postal
Es este, nuestro primer envìo postal, nuestro comienzo del periódico Palabras. Un envío que no sabe lo que inicia, no sabe a quién escribe ni què destina. Pero se acoge en un comienzo que procura anidar la fuerza del deseo y la creación de la palabra por-venir.
Formaciòn y experiencia; Narrar
lo humano en el lìmite de la huida
Elsa Guzmàn de Moya
P.àginas 4-5.
¿DIJO USTED INTELECTUALES?
Ensayo de Rigoberlo Lanz. Pàgina 3
Pag.1
Palabras
Envío Postal
Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Consejo Rectoral
Prof. Raúl López
Rector
Profa. Doris Pérez
Vicerrectora de Docencia
Profa. Moraima Esteves
Vicerrectora de Investigación y Postgrado
Profa. María Teresa Centeno
Vicerrectora de Extensión
Profa. Nilva Liuval de Tovar
Secretaria
Instituto Pedagógico de Maturín
“Antonio Lira Alcalá”
Prof. Alcides Zaragoza
Director-Decano
Profa. Neida Montiel
Subdirectora de Docencia
Prof. José Acuña Evans
Subdirector de lnvestigación y Postgrado
Prof. Robín Ascanio
Subdirector de Extensión
Prof. Hernán Ferrer
Secretario
Equipo Académico de la Subdirección
de Investigación y Postgrado
Coordinadora General de Postgrado
Dra. Rixima Caraballo
Coordinador General de Investigación
Dr. Maximino Valerio
Coordinadora del Programa de
Doctorado en Educación
Dra. Grisel Parra
Coordinador del Programa de Maestría
en Educación Mención Enseñanza de la
Geohistoria
Dr. Nestor Garcia
Coordinadora del Programa de Maestría
en Literatura Latinoamericana
Dra. Rixima Caraballo
Coordinadora del Programa de Maestria en
Educación Mención Enseñanza del Inglés
Pro fa(MSc) Maira Moreno
Coordinadora del Programa de Maestría
en Gerencia Educacional
Profa(MSc) Carmen Elena Martinez
Coordinador del Programa de Maestria en Educación Mención Enseñanza de la Matemática
Prof. (MSc) Omar Suniaga
Coordinador del Programa de Maestría en
Educación Superior.
Dr. Freddy Rodriguez
Coordinadora Programa Especialización en Procesos Didácticos para el nivel Basico
Profa. (MSc) CarmenVelasquez
Coordinador del Programa de Maestria en
Lingüística
Coordinadora Programa Especialización en EduProf. (MSc) Ricardo Andarcia
cación Inicial
Dra. Rixima Caraballo
Coordinador del Programa Maestría
en Educación Mención Enseñanza de la Coordinador Programa de Especialización en
Educación Física.
Educación Básica
Dr. Norberto Arias
Prof. (MSc) Pedro Luís Fuentes
Coordinador del Programa de Maestría en
Educación Ambiental.
Dr. Ildemaro Febres
Es este, nuestro primer envío postal,
nuestro comienzo del periódico palabras. Un envío que no sabe lo que inicia, no sabe a quién escribe ni que destina. Pero se acoge en un comienzo que
procura anidar la fuerza del deseo y la
creación de la palabra por-venir. Nada
se puede prever, nadie sabe qué sucederá. En estas letras hay voces, miradas,
silencios que se aventuran al desafío de
lo instituido. Sólo somos palabra que
se resiste a la obediencia de la gramática
instaurada para nombrar el mundo. Es
desobediencia a lo dado, a la fatiga y el
cansancio de las escrituras que buscan
fortalecer lo que preexiste. Por eso creo
que podemos pensar estos envíos, como
búsquedas de grietas en el pensamiento
orientado al logro de inventarnos permanentemente. Sólo si nos agrietamos
daremos paso a la creación. Y tal como
expresa Fernando Bárcenas “Creamos
cuando decimos lo que no es”. Por esto
la necesidad de buscar en cada entrega
el infante que nos habita para donar
con ella una apuesta por la posibilidad
de llegar a un nuevo tejido de la vida.
Un infante capaz de aprender
el arte del balbuceo del decir de las palabras. Diría que se trata de un ejercicio
del no poder decir y como tal del no poder pensar desde las formas acabadas.
Dejado a cuenta, prefiero decir que de lo que se trata cada envío
es de lo que nos destinamos: romper
las aristas de las figuras monolíticas del
pensamiento. Romperlas para mostrar
el mundo como espacio de creación.
Les damos finalmente nuestro agradecimiento a esos cómplices del balbuceo
del mundo que escucharon nuestro
pedido. Anibal, Elsa, José, Celso quienes de manera amorosa dieron el tiempo de su palabra para donarlas en un
gesto hospitalario en este, nuestro primer envío. Envío que lleva la disyunción de toda identidad de la palabra.
PALABRAS
Año I. No.1 Mayo-Junio 2015
Coordinación de Publicaciones de la
Subdirección de Investigación y Postgrado
del Instituto Pedagógico de Maturín
Correo electrónico:
[email protected]
Equipo Editor
Coordinador
Dra. Grisel Parra
Dr. Celso Medina
Lic. Anibal Lares
Diagramador:
Guillermo Lopéz
Dibujo portada de Sebastiàn Làrez
Pag.2
Palabras
Reflexiones
¿DIJO USTED INTELECTUALES?
“...el miedo se ha convertido hoy en una de las
pasiones
dominantes en las sociedades
democráticas”.
Rigoberto Lanz
LUC FERRY: Familia y amor, p. 11
U
nas brevísimas notas
sobre la idea misma de
lo que es un intelectual
para evitar la trivialidad de creer
que toda persona es un intelectual
porque usa su intelecto. Así no es
la cosa. Todo el mundo sabe escribir y de allí no se sigue que sean
escritores. Mucha gente sabe sumar
y restar pero ello no significa que
obtendrán el Premio Nóbel de matemáticas. Eso basta para entender
que sólo puede llamársele intelectual
a la persona que tiene un cultivo de
la función reflexiva, una trayectoria
de producción intelectual, un desempeño público visible en el desarrollo
de algún campo del pensamiento
(artístico, científico, humanístico)
Desde siempre las relaciones del
mundo intelectual y los aparatos de
poder han ido problemáticas. Lo
son especialmente tensas en el campo de la izquierda donde el tema del
compromiso y la militancia en las
causas revolucionarias suelen derivar en alguna forma de hipoteca, sea
del talante crítico (que es esencial),
sea de la vitalidad creadora (que es
igualmente capital) Los intelectuales
prestados a la función pública (en el
Estado o en los aparatos políticos)
plantea el viejo problema de la funcionalización de la crítica, es decir,
el imperativo de la pragmática de las
conveniencias por encima de la distancia crítica que es vital para pensar
los procesos. Los intelectuales que se
mantienen independientes constituyen por igual un punto de tensión que
al poder establecido le cuesta digerir.
Las escaramuzas recientes del debate sostenido en el seminario del
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“Centro Internacional Miranda” ilustran bien este fenómeno: la pragmática del poder es alérgica a la crítica y
más alérgica aún a los refinamientos
teóricos, a los debates exquisitos, a
las elaboraciones de alto vuelo. No es
casual que las reacciones más deleznables provengan de los sectores más
atrasados. El drama de una formación socio-política muy precaria se
expresa justamente en la total incomprensión de las agendas en debate.
El practicismo del funcionariado es
inversamente proporcional a la agudeza intelectual que se requiere para
entrar a alguna discusión en serio.
El expediente de la descalificación es un viejísimo truco con
el que se suele evadir un debate.
Interpretar mañosamente lo que está
planteado es también una práctica
muy conocida. Las tesis se refutan
con insultos, los argumentos se barajan con anécdotas, los análisis se
responden con amenazas. Los aparatos stalinistas fueron siempre así. Los
aparatos de Estado manejados por
partidos de izquierda fueron siempre así. Allí no hay ninguna novedad.
Lo interesante puede venir por otro
lado: la gente comienza a tomar la
palabra sin miedo. El debate puede
colarse por las grietas de aparatos incapaces de contener el torrente crítico de la multitud. El poder constituyente se hace visible en la rebelión
de la gente frente a los controles estatales (reaccionarios por definición)
La fuerza subversiva de la multitud
también se expresa en la palabra disidente, en la voz que no complace
al burócrata, en la opinión autónoma de movimientos que construyen su propia agenda frente al paternalismo del Estado o el partido.
El silencio de lo constituido va en
la dirección del control y el disciplinamiento. La apelación crítica de la multitud va en la dirección
de la revuelta de espíritu, del posicionamiento del poder popular en
todas las esferas, del cultivo de una
sensibilidad creadora que es esencial
para la invención de nuevos modos
de gestión política (más allá del partido, del gremio o los sindicatos)
Una voluntad de transformación
es vital para que las cosas cambien realmente. Esa voluntad
está a la vista. Pero querer cambiar
no basta: es fundamental contar con
una visión transformadora, con una
concepción que sea ella misma revolucionaria (no se hace una revolución con una teoría reaccionaria)
El papel de los intelectuales no es ser buenos ingenieros o tractoristas. Nada sustituye el compromiso mayor de
contribuir a entender en dónde
estamos y por dónde podemos ir.
Palabras
T
oda autentica búsqueda acarrea
inquietudes. Por eso, pensar la
educación hoy tal vez está en
sentir el riesgo de disgregase entre multitudes de texturas, símbolos y signos, que dilatan al mundo expresivo de lo humano en
diversos planos y significados, exigencia que
lleva a encarar la pluralidad de imaginarios
con escrituras originales que desnudan los
paradigmas de la educación que nos posee.
Mis palabras no persiguen trasmitir entusiasmo alguno por modelos que encadenen deseos y sensibilidades hacia un determinado ethos. De hecho voy narrar una
historia que inteantará dejar ver fragilidades
y rupturas que han acompañado mis búsquedas. Una historia que no aspira ofrecer
respuestas armónicas y concluyentes, sino
que siempre está dispuesta a los comienzos.
Comienzos que Hannah Arendt confiesa no
como el “inicio de algo, sino de alguien”.
Momentos de encuentro como estos
descubren la preocupación siempre latente
por lo que solemos llamar investigación, y
lleva preguntarse, ¿si lo que hacemos como
investigación tendrá que ver con avivar el
ímpetu subversivo del pensamiento? Inquietud asediada por semblanzas pesimistas, al advertir, ¿si será saludable hablar de
investigación entre formalismos y rituales
de la universidad, a sabiendas que los sistemas y prácticas de coherencia, continuidad,
argumentación racional siempre han encontrado en esta institución su correlatora
ejemplar? Con todo y pesimismo, no es una
perogrullada increpar: ¿Hasta qué punto
es la estabilidad escolar la que interrumpe,
obstruye, sojuzga el movimiento del pensamiento, o somos los que convivimos en ella
los que frenamos potencialidades e ímpetus?
Lyotard nos reta cuando cuestiona:
¿Cómo podemos interrogar un tema sin ser
interrogados por él? Pregunta que exalta
preocupaciones en torno a: ¿Cómo hemos
sido formados?, ¿De qué investigación habla la universidad? ¿Qué investigación encaramos? y ¿Con qué nos encara la investigación? Incertidumbres que trasiegan miradas
y sentidos, y obligan admitir, que no sólo
somos capaces de testimoniar contenidos y
cuerpos conceptuales que la formación, investigación y docencia representan, sino que
esos contenidos y conceptos son, muchas
veces, testimonios fieles de lo que somos.
Interpelar los abismos entre el discurso
de la formación, la vida escolar y la docencia con el pensamiento y sus movimientos,
precisala toma posición ante la perspectiva
y coherencia que tales significaciones exponen, a la vez de percibir hijuelas que develen “cuestiones críticas” que de ellas pueden
suscitarse.De este modo, cuando miramos
las significaciones y determinaciones que la
palabra docencia porta en el episteme moderno; los lugares y tiempos asignados (o
roles) y cómo a través de configuraciones
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Travesìas
FORMACIÓN Y
EXPERIENCIA: NARRAR LO
HUMANO EN EL LÍMITE DE
LA HUIDA
Elsa Guzmàn de Moya
institucionalizadas de la formación y práctica son cristalizados ritmos para mantener
determinados equilibrios semióticos, está
claro, que el ser docente siempre es expuesto a narrativas donde el curso de los
asuntos educativos es definido por la “visión fabricadora”, que ignora que los seres
humanos no son sólo ejemplares de una especie, sino “individuosúnicos, de los cuales
ninguno, aunque igual a todos, es idéntico”.
Bajo la influencia de estas inclinaciones
se impone una formalidad implícita en las
decisiones conceptuales, la problematización de formas de pensar y sistematicidad de
la actuación. Lo que convoca no puede oscilar únicamente en propuestas que renuncien
a conceptos o redefinen para salvar perspectivas de observación y ganar instancias de
poder-saber, sino problematizar tradiciones
de pensamiento que se sostienen y sostienen la racionalización normativa. Crítica que
apunta al cuestionamiento de los paradigmas educativos marcados por la metafísica
de la linealidad, en torno al cual es constituido el corazón de la “educación racional”.
Descartes inicia su más reconocida obra
“Discurso del Método” con una afirmación
concisa: “La razón es por su naturaleza igual
en todos los hombres”. Afirmación central
de la filosofía cartesiana, que funda el modo
específico de la relación de lo humano como
“SUJETO ”y el mundo como “OBJETO”
.Paradójicamente este filósofo francés, que
decide como metódica “partir de la duda
para alcanzar la certeza”, inventa la noción
de SUJETO RACIONAL capaz de conocer
la naturaleza como "lo otro de sí”(Steiner,
George, 2012, PP.: 83-84).Es decir, un sujeto que observe el mundo fuera de sí mismo,
que “cumpla reglas” y se comporte "como
debe ser". El horizonte de sentido que guía
al espíritu moderno está en elaborar la representación o imagen de la REALIDAD
como una totalidad organizada a partir de
nociones y fundamentos “DE LA VERDAD”. La enorme diversidad y pluralismo
del ser se diluye entre los términos de la
verificación, renovación normativa y temporal, formas de la “PRAXIS” y en análisis
de los contornos del RÉGIMEN LEGITIMADOR DE LA VERDAD. Contiguo al
desarrollo técnico-científico-racional y de
la transformación de una sensibilidad antropocéntrica, surgen otros diálogos con el
mundo. Un progreso científico adyacente
a las urgencias de la “revolución e ilustración”(burguesa o proletaria) converge en la
formación una “conciencia científica” con
tendencia “imperialista y carácter positivista”, que asiste con mucho énfasis la exploración de modos para la estandarización
de las costumbres asociados al:“Prometeo
moderno y la HISTORIA” como las instancias anheladas que habrían de compendiar
“la independencia de los límites humanos”.
Las relaciones que la visión moderna
teje al delimitar la condición humana a su
naturaleza, impulsa “el alejamiento de la
pluralidad” al perfeccionar “la radical deshumanización de lo humano”. Lo que obse-
Palabras
siona al espíritu del visionario del SUJETO
MODERNO está en expulsar fantasmas
nacidos de la imaginación, de lo efímero
y lo ambiguo. Modelo ideal con el que la
empresa metafísica conjura cuerpos poliformes que tomen “el color y el calor de la
carne viva". Son las fuerzas paradójicas de
la esencia continua, evolutiva y progresista
que orientan al talante futuro céntrista en
la Modernidad, a las que se atribuye la incomprensibleausencia“del sí mismo”. El racionalista sometido al espíritu del orden, ve
con ojos poco azorados en la unidad de las
ideas, ese saber absoluto sin el cual se siente“extraviado”. Es el dominio de gestos logo
céntricos fuera de los cuales no habría “nada
que decir”, porque cualquier movimiento se
da en la fidelidad de lo ya dicho. Así los aspectos múltiples de la vida son sacrificados
en torno a la obsesión de lo homogéneo que
no deja espacio a que lo distinto aparezca.
El poder y el semblante moderno demanda de una educación que logre concordancia directa con "EL SUJETO ideal
dentro de la “normalidad proyectada.”El
ser humano, que pasa arepresentar“cuerpo
y expresión a elaborarse”, trasmuta de ser
diferenciado, plural y singular a un ser especializado y espacializado .La infinitud de la
subjetividad humana al ser objetivada entre
sistemas y equivalencias estructurales (bajo
formatos doctrinarios, ideológicos, disciplinarios y epistemológicos),es erradicada entre
categorías, conceptos, modelos analíticos y
organizaciones funcionales. Resonancias de
lenguas instrumentalizadas que procuran
dar respuestas a exigencias de legibilidad
que tienden a tranquilizar la percepción entre secuencias y repeticiones. Tras la mirada
racional se escudan las fuerzas que deportan
a la metáfora como configuración expresiva de imaginarios que fluyan entre bordes
peligrosamente difusos y saberes extraños.
Ante la incertidumbre emerge el desafío
de cómo asumir el aturdimiento que originan estas primicias, cuando aparecen súbitamente escenarios para los cuales no fuimos
preparados profesionalmente. Tal vez sean
sensaciones de impotencia las que sentimos,
cuando al aproximarnos a los asuntos de la
formación humana parecemos atrapados entre engranajes que nos superan. Por ventura
este desasosiego a su vez es aguijón que lleva
a comprender que la resignación es la actitud
más nefasta para hacer frente a lo por venir.
Estoy convencida que afrontar el complejo asunto de la formación humana no
puede tomarse como simple contemplación
teórica. Esto me ha llevado a la búsqueda de intensidades en la condición humana que fragilizan las durezas de la palabra
Educación. Me di cuenta, como creo que
lo hacen muchos, que esta palabra en lugar
de restringir, inhibir y anular burdamente la
libertad de pensar puede, abriéndose a la
pluralidad de estéticas existenciales, escurrirse entre formas impuestas e imágenes
preservadas en el sentido formal de la gramática uso en la que la tradición académica
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“
Ante la incertidumbre
emerge el
desafío de cómo asumir el aturdimiento
que originan estas
primicias, cuando
aparecen súbitamente escenarios para
los cuales no fuimos
preparados profesionalmente.”
la ha cristalizado. Sin ceder al impulso de
añadir o censurar es vital reconocer, que del
respeto a la multiplicidad surge la expectativa de atravesar desconocidos campos de
experiencias, que esperan entre espacios y
temporalidades diferentes, suscitar diálogos
que consientan volver sobre cuestiones desde una actualidad radicalmente nueva. De
modo que cuando se anhela comprender
al elemento extraño que turba la coherencia de las escenas conocidas, no es posible
conformarse con formular contornos funcionales “metodológicamente opuestos”,
sino apreciar, tal vez como anuncia Gastón
Bachelard, la “aventura de ensoñación que
acepta la ayuda de los grandes poetas” que
lleva a percibir el encuentro entre memoria
e imaginación “de los tiempos en que se
soñaba pensando y se pensaba soñando”.
No sólo es un supuesto el saberse habitante y habitado por imperiosos sentidos
cambios suscitados por una desenfrenada
circulación de bienes, sino asumirse como
ser viviente de multitudes de incidencias
y heterogéneas significaciones que puntean contornos radicalmente nuevos de
subjetivación. La cuestión de ocuparse
del complejo asunto de la formación hoy
no está en dar cuenta de un clima influenciado de llamativos des-ordenamientos
<<morales, ideológicos y políticos>> que
el capitalismo global expone, sino al desconcierto y falta de orientación frente la
multiplicidad humana que está emergiendo.
En medio de tan dilemáticos asuntos,
los significados y significantes sobre la pregunta por la investigación, sólo aparece en
medio del diálogo perturbador que ponga
en movimiento la voluntad de imaginar,
sentir y pensar. Si ese dialogo perturbador
no se dispara, esta pregunta continuará consumiéndose entre regularidad es registradas
por observadores ajenos a su esencia. Me
parece que nos sentimos demasiados limitados. Hay temas asombrosos que hoy son
vitales estudiar, y que dejamos de lado por
ser repetidores aturdidos por retóricas que
movilizan sus dominios entre jergas y clichés
del consumismo y/o politiquerías ramplo-
nas. El reto va más allá de capturar la mirada
que persiga algo diferente; pues cuando los
sentidos son subordinados a espectros visores o encuadres de cualquier índole, el cuerpo sólo es un medio para que el ojo pueda
ver lo reconocible ordinariamente. Lo otro,
lo extraño se ignora al dejarse deslumbrar
por avasallantes resplandores de lo explícito.
Me persuade el sentimiento que en el
complejo mundo de la formación, hay muchas cosas que no son para ser entendidas
racionalmente. Lo que parece más significativo de este desafío, escon-sentir que
las narrativas sobre la condición humana
no están en las fuerzas de la veracidad que
surge rápidamente de manera definitiva,
sino en infinidades de sentidos, espacios y
tiempos. Singularidades inabarcables que
hacen cuestionar supuestos, que la condición humana es una totalidad organizada
captable por nuestras cabezas sobre el énfasis obsesivo en el concepto de enseñanza
aprendizaje que abrevie “al semejante”“a
la imagen y semejanza de modelos integradores”. Suprema arrogancia en torno al
cual acostumbran los asuntos educativos
racionales simplificar la inconmensurabilidad humana a principios de la asimilación.
En el campo de la formación y la docencia la escisión entre experiencia, conocimiento y sensibilidad es para mí el desafío
más difícil de vencer. La historia de la formación y profesionalización del docente
es quizás la revelación más clara de lo que
Foucault califica como “el cuerpo viviente
convertido en objetivo de estrategia”, que
materializa el remplazo del cuerpo como dimensión de sabiduría a la norma y la normalización del cuerpo legislable. Subordinar los
valores de pensar a los valores de las necesidades, será hoy y siempre, hacer un uso insubstancial del “adjetivo humano”. El tema
sobre la educación no es posible pensarlo
si no enfrentamos la pregunta por la vida.
Una idea OTRA de educación es susceptible de fecundarse en esos momentos, que
estando fuera del tiempo de cumplimiento,
hacen brotar vínculos repentinos, profundos y pasionales con la pluralidad humana.
Apariciones súbitas, que al ir transfigurándose entre relatosa-rítmicos de una conciencia
del misterio, nacen de la aceptación de que el
mundo no es sólo realidad sino experiencia
y narración de la conquista de lo que somos.
Narrar lo humano que se aparte de
la pureza racional tal vez aparezca al darle
a la escritura la apertura esencial que recobre la existencia. Esto podría hallarse
en sentir que la escritura no es la fijación
de un sentido en la huella de lo ya escrito,
sino el anuncio del “límite de la huida”.
Referencia
Steiner, George (2012) La Poesía Del
Pensamiento. Fondo de Cultura Económico-Siruela. México.
Palabras
Puesta en Escena
“Valentía y sabiduría, para hacer las cosas”
La valentía del papel
que nos toca
E
n esta primera edición del
periódico PALABRAS, un
periódico que nace como
tentativa y ensayo de pensar la palabra
educación como cuerpo, como vida,
como nacimiento y porque no como
institución también, nos lleva a un dialogo más que una entrevista con nuestro
subdirector de investigación y postgrado
Dr. José Acuña Evans. En esta oportunidad para intercambiar palabras…
G.- Siempre las entrevistas se inscriben en el formato de formular preguntas en tiempo pasado o futuro. Preguntas que giran alrededor del cómo fue tu
vida o cuáles son tus proyectos. En esta
oportunidad me gustaría que incorporáramos el presente como necesidad de
un pensamiento por construir. Fuiste
estudiante UPEL- IPM pero también
Coordinador de Programa de Postgrado ahora Subdirector de Investigación y
Postgrado. Caminaste por nuestras aulas
no solo en postgrado sino en pregrado. Fuiste estudiante UPEL- IPM con
un espíritu del que debate, investiga y
pone en escena su pensamiento en formación. Hoy, estàs en otro escenario
que es gestionar los estudios de postgrado. ¿Qué te dejò ese primer momento,
el de ser estudiante UPEL-IPM que hoy
tomas como lugar para reflexionar tu
trabajo, un trabajo que exige otro compromiso con la universidad, que exige
debatir el tema de la universidad con
otro equipamiento cognitivo, afectivo?
J : Es mucho lo aprendido, y es importante para mí lo vivido en aquel proceso como estudiante de postgrado, al
que llegué con muchas expectativas y
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una reconocida necesidad de formación.
Y en ese sentido, tuve la oportunidad,
por qué no decirlo, el privilegio, de recibir clases con destacados Profesores
que representaban una generación académica de valiosos quilates, como Erick
Huerta, Jaime Picón, Pablo Rojas, Ronald Lárez, Eddy Córdova, Anibal Láres, quien aún comparte con nosotros
en estos espacios; ellos se convirtieron
en posibilidades para el debate, la búsqueda, el exponerse, el atreverse; realmente constituyeron estimuladores de
mi formación académica y profesional, y que hoy me ayuda a cuestionar
y a cuestionarme en un contexto universitario que requiere la mirada atenta y permanente para sostener ciertas
convicciones que dan lugar importante
al asunto verdaderamente formativo.
G: Partiendo de lo anterior, podemos decir
que tu compromiso
con la Upel, parte de él, nace con
tus estudios en nuestro Instituto.
J: Efectivamente, así es, me permito mencionar mi etapa de Pregrado,
que forjó en mi grandes y profundos
sentimientos por esta Universidad. Llegué cuando éramos IUPEM, y tuve la
oportunidad de participar en la lucha
estudiantil, y asumí responsabilidades
importantes en la transición para su
transformación en la UPEL; pero, además, y de forma paralela, asumí también
con mucha responsabilidad mi condición de estudiante universitario, y más
relevantemente de la Especialidad de
Ciencias Sociales, que así se le llamaba
en ese entonces, porque había un legado histórico y toda una huella de los
Grisel Parra
estudiantes de esta especialidad, lo que
requería un esfuerzo adicional delante
del resto del estudiantado. Todas estas
cosas, procesos, vivencias, anécdotas,
devinieron en arraigos, y también en
esperanzas, por cuanto desde que egresé en 1990, sentía que debía volver a mi
Instituto, ahora en condición de Profesor de mi Especialidad. Y hoy añoro
muchas cosas de aquella época, que sería
oportuno rescatar en todos los ámbitos.
G: Es difícil evadir el tema de la Universidad hoy cuando estamos atravesados
por una crisis de la institución traducida
en una crisis de la formación académica.
Lo que lleva a decir que pensar esta crisis
es intentar construir un nuevo modo de
leer la universidad. ¿ Quienes te acompañan para pensarla? Porque en algo estamos de acuerdo, hay una realidad que te
toca siempre interpretar, y para esto Morin dice hay que pensar el pensamiento.
J: Ciertamente, estamos en el hoy, y
nos acompañan conceptos, ideas, deseos, que amalgaman nuestro pensamiento y nuestro modo de estar y de ser.
Muchos de esos conceptos se acercan a
una idea de universidad que pueda reacreditar su principal producto, que es el
egresado; y en este asunto, he podido
verificar que no estoy solo, y no todo
está perdido. Convivo con compañeros
que no han perdido las esperanzas de
retomar el rumbo académico de nuestro
Instituto. Desde los Estudios de Postgrado, se han visualizado avances, con tropiezos y errores, como todo andar, pero
Palabras
con la mirada puesta en profundizar y
ampliar los horizontes de comprensión
en esto que llamamos Educación. Y si
a la universidad, le sembramos, y le regamos, el fruto del perdón y de la tolerancia, entonces habría la posibilidad de
quebrantar cualquier crisis, levantando
estandartes de formación y de humanización del hombre contemporáneo.
G: Parafraseando a Martin Hopenhayn diría entonces que impulsar cambios profundos en la institución amerita de voluntad y decisión política, ya
que demanda ir contra las fuerzas de
las cosas. ¿Cómo interpretas tal asunto de cara a la universidad por- venir?
J: No ceso de pedirle a Dios valentía y sabiduría, para hacer las cosas; lo
que pasa es que, fundamentalmente, somos seres humanos y el error es
uno de los ingredientes del palpitar de
nuestro corazón. Pero definitivamente,
ha sido necesario, y seguirá siendo necesario, tener valentía, entendida como
chispa de la voluntad, para confrontar
y procurar la rectificación de aquellos
conceptos y procesos que no coinciden con nuestra idea de universidad.
Pero tal confrontación de ideas necesita de fundamentación, de miradas que
oxigenen, de argumentos que promuevan e impulsen tales cambios; he aquí
la importancia de la formación; porque
valentía sin formación es como un proyecto sin recursos. En otras palabras, la
decisión política de afrontar cambios y
transformaciones está asociada a la valentía con la que se asuma el papel que
nos toca en esa universidad por venir.
G.- Quizás entonces el primer elemento a repensar sería eso que llamamos el papel que nos toca. ¿Qué es lo
que nos toca? Porque en este repensar hay una generación en cuya vida hay
que trazar propuestas que al tiempo que
reanimen el debate sobre la universidad
los impulsen a tomar la tarea de pensar la universidad pero también la vida.
J: Me gusta esta idea de repensar el
papel que nos toca y para esto me siento
moral, académica y políticamente comprometido con promover la circulación
de la valoración del sujeto con pensamiento autónomo. Esto significa el reconocimiento de lo humano con base de
una noción de Pedagogía que coloca la
formación y la experiencia como posibilidades de vida. En tal sentido, nuestros
estudiantes asumirían una permanente
actitud de desafío al por/ venir, de provocación para que brote lo cualitativamente humano, y asuman que ser Profesor pasa necesariamente por reconocer y
reivindicar la condición humana del otro.
G. Gracias por darme este tiempo
del diálogo.
Pag.7
Agenda
ACTIVIDAD
FECHA
º PREINSCRIPCIÓN PERÍODO
ACADÉMICO 2015-I
º 23-02-2015 AL
28- 02- 2015
º INSCRIPCIONES PERÍODO
ACADÉMICO 2015-I
º 02 AL 13 DE MARZO 2015
º INICIO DE PERÍODO ACADÉMICO 2015-I
º 13 DE MARZO DE 2015 (MATURÌN)
º FINAL DE ACTIVIDADES
PERÌODO ACADÈMICO 2015-I
º 10 DE JULIO DE 2015 (MATURÍN)
25 DE JULIO DE 2015 (FORÁNEO)
º PREINSCRIPCIÓN PERÍODO
ACADÉMICO 2015-II
º 29 DE JUNIO HASTA 10 JULIO
CRONOGRAMA DE ACTIVIDADES
º PRESENTACIÓN DE LINEAS º PRESENTACION DE LINEAS
DE INVESTIGACIÓN y CEN- DE INVESTIGACIÓN SEGUNTROS DE INVESTIGACIÓN.
DO
MOMENTO.
FECHA: 07-05-2015
HORA: 8:30 am
Lugar: Auditorio de postgrado.
INVITADOS
DR. MAXIMINO VALERIO
COOR DINADOR DE INVESTIGACION Y POSTGRADO.
MSC. ELSA GUZMÁN DE
MOYA. CIPEDI.
DRA. ANA JULIA MOTA CENTRO INVEST
FECHA 05-06-2015.
DR ALIXON REYES.
DRA ESTHER NORIEGA.
DRA YOSALIS ROSAS.
ºCONVERSATORIO: LA TESIS
DOCTORAL EN LA UPEL.
Los investigadores conversan.
FECHA: 04-06-2015
Lugar: Auditorio de postgrado
ºPRESENTACION DE LINEAS Hora: 8:30 am
DE INVESTIGACIÓN
INVITADOS
DR RICARDO ANDARCIA.
COMITÉ ACADÉMICO
DR ALIXON REYES
FECHA: 19/06/2015
DRA ERLIZ ACEITUNO. NIC
DRA OLIVIA URRIOLA.
DR. JOSE GUEVARA
DRA ROSA PONCE
DRA. OLIVIA URRIOLA.
DRA PAULINA BORZELINO
DRA RIXIMA CARABALLO
DRA GRISEL PARRA
DR MAXIMINO VALERIO
ºJORNADA REGIONAL DE
FORMACION DE INVESTIGADORES
ºTALLER: LA TESIS UPEL.
UNA MIRADA AL PRESENTE
Y AL FUTURO DE LA INVESFECHA: 12 DE JUNIO DE 2015. TIGACIÓN NOVEL EN VENEZUELA.
Lugar: Auditorio de postgrado.
HORA: 8:30 am
Lugar: BARCELONA- ANZOADR RICARDO ANDARCIA.
TEGUI.
DRA OLIVIA URRIOLA.
DR. LUIS PEÑALVER BERMUMSC. ANIBAL LÁRES.
DEZ.
DR. NELSON CARABALLO.
ºVIDEO- FORO.
DRA. NEREIDA SOLANO.
EDUCACION Y ALTERIDAD
FECHA: 16/07/2015
PRESENTACION DE PROYECTOS COHORTE 2013-II
10 y 17 de Julio de 2015.
PRESENTACION DE PROYECTOS COHORTE 2012-II.
Palabras
Reseña
T
exto crucial para comprender
el debilitamiento formativo
de las estructuras de acogida
del ser humano. En lenguaje moderno,
estas estructuras, transformadas en instituciones, no transmiten signos formativos de calidad para la estructuración
simbólica del ser humano. Las preguntas
referidas a la vida, a la cultura y a la pedagogía, al tiempo y al espacio, al arte y la
ciencia, se borran en los lenguajes economicistas, instrumentales e instruccionales que han cercenado su fecundidad. La
familia, la escuela, la religión, los medios
de transmisión de la cultura, entre otros,
ya no instituyen vínculos sociales y emocionales requeridos para la formación de
una vida física y psíquica que esté a la altura de un tiempo mesiánico, un tiempo
de y para la creación, contrario al tiempo
de adaptación y medición que los dispositivos del poder imponen por doquier.
La desestructuración simbólica del
humano es en este tiempo planetario
el dato antropológico más acuciante.
No se puede hablar del ser humano de
manera neutral, objetiva, aséptica. El ser
humano es una mediación histórica y
biográfica; es la expresión de circunstancias y variaciones que conforman
lo que los autores mencionan como el
“gran teatro del mundo”. En este gran
teatro, el ser humano escenifica y ejerce
sus roles y funciones. Y en este juego
escénico, el rol quizás más trascedente
es el de hacer mundo. Para los autores, hacer mundo supone ir más allá de
nuestra naturaleza humana, modificarla
y transformarla en condición humana.
Pero, ¿qué ocurre cuando la potencia
humana histórica se torna impotencia
para hacer mundo? La desestructuración
simbólica que padecemos, ¿qué la ha
desencadenado? Duch y Mélich sugieren que esto ocurre por el debilitamiento formativo y curativo de las estructura de acogida: éstas se tornan inhábiles
para configurar relaciones humanas y
humanizadoras; prevalece, al contrario,
el provecho material, la ausencia de deferencia frente al otro, inexistencia de
espacios para la cordialidad; la vida sagrada está totalmente confiscada por intereses instrumentales y prosaicos; esta
confiscación se traduce en la pérdida del
deseo de imaginar el mundo desde otras
opciones vitales. Cabe interrogarse: ¿podemos hablar de mundo, de mundo de
vida, cuando este mundo ha quedado
circunscrito a una mera adaptación a lo
realmente existente? ¿Vivir es adaptarse a lo que es, o, por el contrario, vivir
implica recuperar nuestra condición de
seres interrogativos, de seres que no
abandonan la interrogante por qué?
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Este libro está pleno de inquietudes e interrogantes. Puede leerse como
un diagnóstico filosófico y antropológico del mundo actual. Sus argumentos
inquietan el presupuesto político, filosófico, epistemológico que prevalece
en la confección del mundo actual: ese
que reduce la vida a gestión técnica, a
ejercicio de administración y control.
Desde este presupuesto, se equipara
la vida, la existencia, a reproducción
y conservación, Para los autores, este
presupuesto resulta problemático y lleva a interrogarnos en los siguientes términos: ¿la potencia política y afectiva
de la vida y del modo de existir radica
en su reproducción y gestión técnica?
La pregunta anterior no es una pregunta epistemológica; es decisivamente
una pregunta ética, que nos conduce
a otras interrogantes: ¿cómo me hago
presente en el mundo, de qué me hago
cargo? ¿En qué consiste hacerme responsable del mundo que he recibido
como herencia cultural? Presencia y disposición, asunto ético de primer orden,
dado que desafía nuestra estancia en el
mundo. No hemos venido al mundo
sólo a preservar y conservar lo heredado; nuestra condición humana estriba
en erigirnos por encima de lo recibido y
para ello es decisivo lo que nos entregan
como cultura las diversas estructuras de
acogida en las que estamos involucrados.
Son estructuras inmunológicas que acogen y protegen al ser humano mediante
la cultura y poderes que nos entregan.
Pero también pueden devenir en estruc-
turas inmunes al cambio y a la alteración
histórica. Lo que nos entregan puede
implicar impotencia, imposibilidad de
disponernos a ejercer nuestra presencia
en el mundo. La potencia simbólica y espiritual, la posibilidad de imprimir finalidades existenciales cargadas de sentido
mesiánico y esperanzador, desaparece,
y aquello para lo que han sido creadas
–formación de vínculos humanos, la
configuración de una esfera pública común- termina mutilado, desdibujado, y
el ser humano termina asumiendo una
vida superflua, reducido a una pieza
intercambiable dentro de un sistema de
engranajes que operan como dispositivos para capturar y anular al sujeto como
constructor de cultura y pensamientos.
En lo que respecta a la educación,
los autores entienden que es una de
las estructuras de acogida más afectada
por un mundo concebido como gestión
técnica y administrativa. Enfatizan que
la educación es eminentemente ética;
cuando deja de ser concebida de este
modo, aquella se convierte en adoctrinamiento, en instrucción y adaptación a la
realidad existente. La experticia, la tecnificación pedagógica, el autoritarismo,
configuran un sistema de nociones que
imponen una moral educativa por encima de una ética de la educación: la educación se llena de deberes y derechos, se
convierte en una relación estrictamente
jurídica. Prohibido hablar más de una
lengua y entre lenguas; por tanto, se
otorga preeminencia a los estereotipos,
a las palabras devaluadas. El conformismo histórico y cognitivo se erige en un
gran dispositivo de anulación del ser humano. Este debilitamiento formativo de
las instituciones educativas –estructuras
de acogida-, ¿a dónde nos lleva? ¿Cuál
ha de ser la principal exigencia ética y
política de la educación y de los agentes
que la encarnan? Disponernos a, hacernos presente en su presente: recuperar
su valor y sentido como configuración
de lazos sociales, afectar y afectarnos,
recuperar el sentido del oficio de vivir, modificar desde la fecundidad nuestra
relación con la cultura y el pensamiento, hacer de la educación una babel del
espíritu. Regenerar los vínculos con el
mundo y con los otros, hacer suya la
inquietud de que a pesar que la pulsión
de muerte parece imponerse a la pulsión de vida, el hombre si es posible.
Aníbal Láres
Palabras
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