REVISTA Nº 045 – FEB. 2013 “ORDEN CATÓLICA ESPAÑOLA DEL TEMPLE” ANNO TEMPLI DCCCXCIII +Contenido: PORTADA PERSONAJES DE LAS CRUZADAS. (Príncipes de Antioquía). MARAVILLAS DE AMÉRICA DEL SUR. (Perú – El Valle del Colca 2) LAS RELIQUIAS. (El Santo Cáliz o Santo Grial) El RINCON DE JOAQUÍN SALLERAS. HAERBOLARIUM (El Anis) MALLORCA TEMPLARÍA. LOS PAPAS DE LA HISTORIA. (San Aniceto). NOTICIAS OCET. LEYENDAS Y TRADICIONES POPULARES. (La Cruz del Diablo de Cuenca). CONTRAPORTADA. +Editorial: Federico Leiva i Paredes. Editor y Director. +Colaboradores: Joaquín Salleras Clarió (Historiador de Fraga). Albert Coll Vilá. Fredy H. Wompner G. Juan A. Portales. Frey Jesús. Jesús Ávila Granados. (Escritor y Periodista). +Publicación de artículos: Email: [email protected] +Contactos: www.ocet.org.es [email protected] http://templariosdecristo.b logspot.com/ Non Nobis Domine Non Nobis EDITA: OCET (Orden Católica Española del Temple) La OCET no se responsabiliza de las opiniones o doctrinas de los autores, ni de la posible violación de autoría y originalidad de los trabajos, colaboraciones o artículos enviados a esta redacción. Los autores serán los únicos responsables de todas las cargas pecuniarias que pudieran derivarse frente a terceros de acciones, reclamaciones o conflictos derivados del incumplimiento de estas obligaciones previstas por la Ley. Reservados todos los derechos de edición, publicación y difusión. Sed Nomine Tuo Da Gloriam Príncipes de Antioquía – Raimundo de Poitiers <<<Raimundo de Poitiers da la bienvenida a Luis VII de Francia en Antioquía. Raimundo de Poitiers (1105? - 27 de junio de 1149) fue príncipe de Antioquía de 1136 a 1149. Hijo menor de Guillermo IX, duque de Aquitania y su esposa Felipa, condesa de Tolosa. También conocido como Raimundo de Antioquía. Después de las regencias del principado de Antioquía por parte de Balduino II de Jerusalén (11301131) y de Fulco de Jerusalén (1131-1136), Raimundo de Poitiers asumió dicha regencia al casarse en 1136 con la heredera de Bohemundo II de Antioquía, Constanza, una niña de 10 años. El matrimonio fue bendecido por el Patriarca de Antioquía, pero no gustó a Alicia de Antioquía, madre de la niña, ya que creía que Raimundo estaba destinado a ser su esposo. Los primeros años del mandato de Raimundo y Constanza fueron de continuos conflictos con el Emperador Bizantino Juan II Comneno, quien realizó varias incursiones al sur de su imperio con el fin de recobrar Cilicia del poder de León de Armenia y, en segundo lugar, exigir sus derechos sobre Antioquía. Raimundo se vio obligado a rendir homenaje al Emperador e incluso a prometerle que le entregaría el principado a cambio de otro feudo, feudo que el emperador Juan le entregaría tan pronto como pudiera conquistarlo de los musulmanes en los territorios situados al Este de Antioquía. La expedición para llevar a cabo dicha conquista se inició en 1138, Raimundo se unió a este ataque que, obviamente, resultó un fracaso, dado que Raimundo no puso el más mínimo interés en ella, debido a que el éxito en la conquista suponía por su parte la pérdida de Antioquía. Juan II Comneno regresó sin obtener resultado alguno a Constantinopla después de exigir a Raimundo que le entregara la ciudadela de Antioquía, exigencia que no encontró respuesta por parte de Raimundo. A esta expedición le siguió una lucha entre Raimundo y el Patriarca. Aquél estaba molesto porque se vio obligado a rendir homenaje al Patriarca ortodoxo (Griego) en 1135, y la forma irregular como dicho Patriarca había sido elegido dio una excusa a Raimundo para oponerse a él. Inicialmente Raimundo salió victorioso de esta lucha, ya que consiguió que el Patriarca fuera depuesto en 1139. No obstante, Juan II Comneno volvió al ataque en 1142 aunque esta vez Raimundo se negó a renovar su acto de vasallaje, y aunque Juan II asoló los alrededores de Antioquía no pudo hacer nada contra él. Tras la muerte de Juan II en 1143 Raimundo pidió a su heredero Manuel I Comneno, la cesión de varias ciudades de Cilicia, encontrando en esta forma el Emperador Manuel ocasión para vengarse. Manuel obligó a Raimundo a una humillante visita a Constantinopla, durante la cual tuvo que renovar su juramento y rendirle homenaje nuevamente así como reconocer al Patriarca Griego. Como motivo de la Segunda Cruzada en 1148, Luis VII de Francia y su esposa Leonor de Aquitania (sobrina de Raimundo) visitaron Antioquía. Raimundo intentó impedir que Luis VII se dirigiera a Jerusalén e inducirle a que se quedara en Antioquía con el fin de que le ayudara a conquistar Alepo y Cesarea. Existen muchos rumores de que Raimundo tuvo una relación incestuosa con su bella sobrina Leonor. Según Juan de Salisbury los recelos de Luis comenzaron al ver que Raimundo prestaba mucha atención a Leonor así como al observar las largas conversaciones entre los dos. Guillermo de Tiro dice que Raimundo sedujo a Leonor como venganza ya que Luis se negó a ayudarle en su lucha contra los Sarracenos, y que al contrario de lo que era esperable de su dignidad real, Leonor renegó de sus votos matrimoniales y fue infiel a su marido. Fuera como fuese, Luis abandonó a toda prisa Antioquía quedando Raimundo sin apoyo en sus planes. En 1149, durante una expedición contra Nur al-Din, murió Raimundo en la batalla de Inab, Shirkuh, tío de Saladino, cortó su cabeza, que fue introducida en una caja de plata y enviada al califa de Bagdad. Raimundo según la descripción de Guillermo de Tiro (la máxima autoridad tratándose de él) era “un señor de gran nobleza, de figura alta y elegante, el príncipe más guapo sobre la tierra, una persona con una amabilidad y conversación encantadoras, espléndido y magnífico más allá de lo conveniente”; notable en el uso de las armas y en su experiencia militar, litteratorum, licet ipse illiteratus esset, cultor (aunque no versado en ciencias, fue un gran mecenas de la literatura) – apoyó la composición del cantar de gesta la Chanson des chétifs); un marido fiel de una religiosidad media, fuerte de corazón, irascible e irracional, con una gran pasión por el juego. Con su esposa Constanza tuvo tres hijos, un hijo Bohemundo III de Antioquía y dos hijas María de Antioquía y Felipa de Antioquía. Por F.L.P. Perú – Valle del Colca 2 <<<Vendedores de recuerdos en el Cañón del Colca (Perú). Las principales expresiones folklóricas del Colca se suelen representar en los días de fiestas costumbristas entre ellos los más conocidos el Wititi, el Qamili, el Tincachi, los Carnavales, el Turcu Tusuy y las Corridas de Toros, mostrando su gran peculiaridad en el desarrollo de su artesanía. En su artesanía destaca los bordados con los que las mujeres embellecen sus trajes y sombreros típicos. Además los tejidos a base de fibra de alpaca y llama elaborados localmente por los pueblos de la parte alta. <<<Colca, Perú. (Promcolca) El Valle del Colca ha sido sujeto a una serie de procesos que han modelado su fisiografía hasta llegar a formar su paisaje actual; diversos agentes han actuado ocasionando el desgaste y la modificación del Valle del Colca a través de las diversas eras geológicas. Este valle interandino longitudinal, tuvo su formación relacionada a procesos de fallamiento ocurridos en las etapas finales del Levantamiento Andino. Los paisajes montañosos se presentan desde los 3,000 msnm hasta los 5,000 msnm con pendientes pronunciadas, en ellas la erosión del agua ha provocado la formación de fosos profundos, las tierras aquí son apropiadas para el pastoreo, ya sea basándose en el aprovechamiento de las pastos naturales temporales, permanentes y semipermanentes, son distritos netamente ganaderos y alpaqueros Tisco, Callalli y Sibayo. De Tuti a Madrigal el valle es amplio, en el se ubican algunos poblados, estas son superficies con pendientes suaves hacia el río Colca, en estas zonas las tierras tienen aptitud y son aprovechadas para los cultivos. De Pinchollo a Cabanaconde, el valle presenta un terreno de pendiente suave, que comúnmente forma una terraza aproximándose hacia el encañonamiento del río Colca. Debajo de este nivel empiezan las pendientes que bordean los 60° de inclinación, es común observar paisajes con acantilados verticales de cientos de metros de desnivel con una perfecta disyunción columnar, como los que se observan camino al Oasis, Tapay, Cosñirgua, San Juan de Chuccho o Malata. La margen derecha tiene una pendiente fuerte y continua desde la cima del nevado Bomboya hasta el fondo del cañón. Otra de las principales características del Valle del Colca es la presencia de aguas termales, desde Caylloma hasta Canco, con una disminución progresiva de la temperatura del agua, así como un cambio en su composición química, desde sulfurosas a carbonatadas, la composición química de las aguas es mayoritariamente de Ca, Zn, Fe, C, sales y otros, con una temperatura máxima de 85 C° en la salida del manantial. La presencia de geisers en Pinchollo, Cabanaconde y Tapay nos indica la presencia de focos volcánicos calientes cercanos, estos se originan cuando el agua subterránea aflora a la superficie, generalmente a través de una fisura, su temperatura se debe al contacto del agua con las rocas en fusión. <<<"Mirador la Cruz del Cóndor" en el Cañón del Colca. El río de Colca comienza en los Andes, en el alto de Condorama Crucero. El Valle propiamente dicho empieza donde el espacio cultivable de sus márgenes se vuelve más ancho. Los circuitos turísticos tradicionales comienzan el Valle cerca del pueblo de Chivay, al pie del Nevado Mismi, el origen más lejano del río Amazonas. Es desde este sector donde los andenes o terrazas de cultivo formando curvas caprichosas a lo largo de las márgenes del río, dominan el paisaje. Luego de su paso por la antigua población de Maca, la pendiente del río aumenta notablemente y el río se va alejando en profundidad del nivel del valle en el que se encuentran las poblaciones. Es aquí donde empieza el Cañón del Colca propiamente dicho. Alcanza su mayor profundidad cerca del famoso mirador de Cruz del Cóndor. Es uno de los cañones más profundos del mundo, con 3670 o 3200 m. de profundidad. Luego de un descenso notable, caracterizado por lo que los piragüistas consideran algunos de los mejores rápidos del hemisferio occidental, el río toma el nombre de Majes al entrar al Valle del mismo nombre. Finalmente y luego de un descenso mayor hacia la costa del Pacífico, el río toma el nombre de Camaná y desemboca en el mar cerca de la ciudad del mismo nombre. El río Colca tiene su origen en las alturas de los cerros Yaretane y Torre, ubicados a 4,750 msnm, alimentando sus cursos de agua primordialmente con las precipitaciones que caen en las alturas del flanco Occidental de la Cordillera de los Andes y con los aportes de precipitaciones y aguas subterráneas (manantiales), así como de los diferentes riachuelos ubicados en ambas márgenes. El río Colca cuenta con más de 129 km de recorrido, con dirección Suroeste-Noreste, drena sus aguas hacia el Océano Pacífico. Por el lado izquierdo está flanqueado por una cadena de montañas de origen volcánico, entre las que destacan el Ampato, Sabancaya y Hualca-Hualca, mientras que por el lado derecho se alinea la Cordillera volcánica del Chila, que incluye al Mismi (5598 msnm), donde se sitúa el origen más remoto del río Amazonas. En su recorrido toma varios nombres: Al confluir con el río Andamayo toma el nombre de río Majes; y al confluir con el río Pucayura, cerca de la costa, toma el nombre de río Camaná. En la mayor parte de su trayecto el río es encajonado en un valle profundo, limitado por cadenas montañosas interandinas, en las altiplanicies encontramos la mayor cantidad de bofedales, producto de las filtraciones del río. Actualmente las terrazas en el río Colca han quedado colgadas, en ellas se desarrolla el total de la actividad agrícola de la cuenca del Colca. Las quebradas tienen taludes casi verticales, donde ocurren deslizamientos en tiempos de lluvias, facilitando la presencia de depósitos lacustres. El Río Colca presenta en su recorrido tramos largos de fondos estrechos, labrados generalmente sobre roca volcánica. En la parte del valle medio su recorrido no corta roca ígnea alguna y por lo tanto su cauce presenta un trazo recto. El origen del encajonamiento del Río Colca tiene origen en el periodo de formación de valle, en la etapa final del Levantamiento Andino. La deflexión de Abancay habría dado lugar a depresiones, zonas de debilidad y macizos elevados, que de alguna forma ejercieron un control en la dirección de los cursos de agua y formación de cuencas lacustres. Posteriormente a todos estos procesos, la profundización actual se ha producido mayormente por erosión fluvial, es decir, la rotura del nivel de base debido al brusco y repentino (en tiempo geológico, naturalmente) levantamiento de los Andes ocasionó el encajonamiento del río. <<<El Cañón del Colca. En 1981, una expedición polaca, luego de estar internados 33 días dentro de cañón, midió con aparatos de poca precisión y estimaron que tenía 3250 metros de profundidad. En la última expedición realizada al Cañón del Colca en el 2005, encabezada por el matemático y expedicionario polaco Andrew Pietowski se reveló que en la zona adyacente a la localidad de Quillo Orco, en el distrito de Huambo, la profundidad del Cañón Colca alcanzaba 4,160 m en el lado norte y 3.600 metros en el lado sur. El investigador polaco explicó que las mediciones varían con el paso de los años debido a varios factores, entre ellos, el hundimiento del lecho del río y el uso de tecnologías cada vez más precisas. La formación de Cañón del Colca se dio aproximadamente en las etapas tectónicas Andina y Quechua, es decir en los últimos 150 millones de años, pero su proceso de profundización se debe a varios factores como el crecimiento de la Cordillera de los Andes, desglaciaciones durante el Cuaternario y principalmente por los procesos erosivos acelerados causados por el río Colca. Finalmente, la formación del primitivo Cañón Colca debe haberse iniciado aproximadamente hace unos 10 millones de años atrás, pero su forma actual corresponde probablemente al último millón de años, es decir al Cuaternario. La morfología del gran Cañón del Colca, se vio influenciada por las actividades volcánicas del Sabancaya y Hualca, ocurridas dentro del último millón de años, cuyos depósitos formaron un dique natural de más de 5 km de base y 500 m de altura, entrampando al río Colca por cientos a miles de años, generando así la formación de un gran lago, que se habría extendido desde el poblado de Madrigal hasta Yanque. Luego de miles de años se produjo la ruptura abrupta del dique originando la profundización actual del cañón, es en esta etapa que el cañón del Colca se presenta como un desfiladero de varios metros de profundidad y poco ancho, que localmente se angosta en los parajes Incasaltana y Puente Inca; se profundiza aguas abajo, para transformarse abruptamente en un cañón de grandes proporciones con pendientes que bordean los 60° de inclinación, es común encontrar acantilados verticales de cientos de metros de desnivel con una perfecta disyunción vertical (Oasis-Cabanaconde). La margen derecha tiene una pendiente fuerte y continua desde la cima del nevado Bomboya hasta el fondo del cañón. Los monolitos o bosques de piedra también son comunes en las inmediaciones del Cañón del Colca, estas rocas de formas caprichosas sobresalen del resto del paisaje, su presencia se debe probablemente a explosiones volcánicas o bien a plegamientos fracturas o fallas, que han sido sometidas a fuertes acciones de intemperismo o erosión, tanto hídrica como eólica. También es común observar paredes y columnas pétreas en todo el cañón, estas formaciones rocosas conservan su posición de enfriamiento original vertical y horizontal y siguen en proceso de erosión por la acción del viento y la lluvia. Otras formaciones que presenta la zona son cavidades naturales (grutas, cavernas, cuevas), en algunas de las grutas existen vestigios de culturas pasadas, restos humanos, objetos de metal, cerámica, fósiles, petroglifos. A pesar de las condiciones extremas encontramos una flora diversa enfocada por cerca de 300 especies, de las cuales algunas son usadas como medicinales, otros como combustible, otros como tintoreras, y otros como pasto nutritivo para el ganado domesticado y los animales silvestres. Queñual representa una fuente energética de gran valor para el campesino; debido a sus peculiares condiciones caloríficas, los árboles de este bosque han sufrido una explotación indiscriminada por parte de los carboneros y leñadores hasta tal punto que hoy solo constituyen relictos de bosque. También constituye el recurso forestal de porte arbóreo más importante de la provincia de Caylloma. El mejor conservado se encuentra entre Cabanaconde, Huambo y Huanca. Se calcula que en la actualidad debe existir alrededor de 10 mil hectáreas de bosque de Queñua en toda la provincia. Ichu o Césped de Puna. Se localiza entre 3800 y 4700 msnm. Está cubierta vegetal es utilizado principalmente como forraje basado en pastos naturales, destinado a camélidos sudamericanos. Bofedal. Se localiza en terrenos depresionados con problemas de mal drenaje, comprendidos aproximadamente entre 4200 y 4700 msnm. La vegetación está compuesta de especies de porte arrosetado y tipo césped que permanecen siempre verdes durante todo el año; esta vegetación pegada al suelo soporta un intensivo pastoreo por parte de los camélidos sudamericanos principalmente. Yareta. Se localiza sobre terrenos de topografía muy accidentada, comprendido entre 4500 y 5 000 msnm. Debido a las condiciones ambientales limitantes, solo es posible el desarrollo de una vegetación hemicriptofítica, de porte almohadillado, muy dispersa y con poca diversidad florística, siendo esto más severo en los niveles altitudinales superiores, donde es mayor la presencia de afloramientos líticos y la ausencia total de la vegetación. Podemos encontrar poblaciones alrededor de los cerros más altos y nevados, en lugares como Patapampa, Pampa de Arrieros, Chucura y la bajada a Chivay. Cactáceas columnares. Pueden ser observadas entre los 2,300 y 3,000 msnm crecen sólo en la época de lluvia. Cuando las condiciones de humedad son buenas, los arbustos que la mayor parte del año se observan secos reverdecen. Los especies más abundantes son Corryocactus brevistylus en las alturas y Echinopsis peruviana en los valles. Tolar. Ubicado entre los 4,000 y 4,500 msnm, se encuentan en áreas suaves con colinas y laderas de poca a mucha pendiente, de suelos arenosos o arcillosos y pedregosos. Rodal de Puya Raymondi. Se encuentra cerca al pueblo de Huambo, en la ladera noroeste del cerro Tururunka, se le ubica cerca de los 3,800 msnm. La población no es muy abundante, se han podido contar cerca de 150 unidades. También pueden encontrarse en menor cantidad en el distrito de Madrigal. Esta planta mide cerca de 8 m de altura, 3.5 m de tallo con hojas en forma de roseta y unos 4.5 m de escapo floral con cerca de 2,000 flores en cada inflorescencia. También podemos encontrarla en algunos distritos como Tapay y Madrigal. La fauna de la provincia de Caylloma, pese a encontrarse en un hábitat con condiciones desérticas y de alta montaña presenta una elevada biodiversidad. En la actualidad se han registrado 231 especies de vertebrados especialmente adaptadas. El hábitat de estas especies son algunos ecosistemas específicos como el bofedal, el queñual o la laguna. De esta variada fauna destacan los siguientes ejemplares: el Cóndor, la Parihuana, la Llama, el Huanaco, la Alpaca, la Vicuña, la Taruca, el Zorro, la Vizcacha, entre otros. Taruca o Venado Andino. (En vías de extinción). Habita en alturas sobre los 3500 msnm es un mamífero peligro de extinción, posee sus pezuñas perfectamente adaptadas para la marcha en terrenos pedregosos, su tronco y cabeza son relativamente gruesos en comparación con sus patas, la altura de los ejemplares adultos al nivel de la cruz o alto del dorso es de entre 70 a 80 cm siendo más corpulentos los machos. Poseen cuernos de hasta 30 cm de longitud. Osjollo. Este felino presenta una amplia distribución geográfica en América del Sur, habita variados hábitats desde las altas cumbres andinas hasta las regiones costeras, no ingresa a las áreas amazónicas. En Caylloma es escaso, aunque en el pasado fue más abundante a decir de los pobladores. Se les ha registrado en roqueríos, matorrales y pajonales generalmente alejados del hombre. Gato andino. Habita en las partes altas del altiplano. En Arequipa existe solamente un reporte formal de su existencia, sin embargo Caylloma se encuentra dentro de su rango de distribución y ha sido avistado por algunos personas. Guanaco. Es el mamífero silvestre de mayor talla de los Andes, herbívoro por excelencia. En Caylloma como en todo el país se ha notado una constante declinación. Esta especie sufre severa presión por cazadores, al parecer en algunas áreas de su distribución ha ocurrido una disminución de la calidad del hábitat. Parihuana de James. Este flamenco habita en los Andes centrales, principalmente en salares altoandinos. En Arequipa se les ha reportado en tres sitios, un ejemplar en Mejía, otro en Quese en Caylloma y también la Laguna de Salinas donde habita una pequeña población. Es también muy especializado ya que se le encuentra en bofedales inundados y aguas salinas someras de la laguna de Salinas. Cóndor andino. (En situación vulnerable). Cóndor sobrevolando el Cañón del Colca. Es una especie de ave de la familia Cathartidae. Es reconocido como el ave voladora más grande y pesada del planeta. Y el que mayor superficie alar presenta. Los adultos llegan a medir hasta 142 cm de altura, y entre 270 y 330 cm de envergadura, y pesan de 11 a 15 kg los machos y de 8 a 11 kg las hembras. Es una de las aves que vuela a mayores alturas, utilizando las corrientes térmicas ascendentes verticales de aire cálido para poder trepar con relativa facilidad los 7000 metros; luego puede volar por cientos de kilómetros planeando el territorio casi sin mover las alas extendidas. Se alimenta generalmente de animales muertos, pero no los comen inmediatamente pues una vez localizada la carroña, los cóndores no descienden a comer de manera inmediata sino que se limitan a volar sobre la misma y pueden pasar hasta dos días hasta que se acerquen a su presa para empezar a alimentarse primero de las partes más blandas. En Caylloma se les ve con regularidad en el Cañón del Colca, aunque a decir de los pobladores antes eran más frecuentes. Se desconocen las causas de su descenso poblacional, aunque se ha sugerido la presión antrópica y la fragmentación de sus hábitats. Vicuña. Son camélidos pequeños, que pesan entre 40 y 50 kg, y tienen una longitud de 80 cm. Su color es beige o vicuña (marrón claro rojizo) en el lomo y blanco en la zona ventral y las patas, con variaciones dependiendo de las zonas geográficas donde habitan. Son animales muy territoriales y su organización social se basa en grupos familiares y grupos de animales solteros cuya distribución es muy variable siendo comunes las fusiones y fisiones de los mismos. El número medio de animales por grupo familiar es de un macho, tres a cuatro hembras y dos crías, estos machos defienden su territorio con peleas. Halcón peregrino. Esta es una especie migratoria que visita Caylloma pero en pequeño número. No encuentra en la zona presión que atente contra su existencia. Ajoya. Esta especie habita típicamente los humedales de la región altoandina, preferentemente en las lagunas; anida en medio de ellas o en las orillas de sitios muy alejados. En Caylloma existe una población precaria especialmente asociada a la laguna del Indio donde no llegan a 100 individuos. Por J.A.R. EL SANTO CÁLIZ El Santo Cáliz de Valencia suscita a la vez las sensaciones de admiración y escepticismo. El visitante se siente primero cautivado por la belleza del Grial, su forma perfecta y extraña, los detalles de oro y las perlas y piedras preciosas; viene también el observador con la mente llena de leyendas, películas e incluso prevenido por las novelas y la literatura pseudocientífica de temas “griálicos”. En realidad, la reliquia es la parte superior, que es una taza de ágata finamente pulida, que muestra vetas de colores cálidos cuando refracta la luz; es una preciosa “copa alejandrina” que los arqueólogos consideran de origen oriental y de los años 100 al 50 antes de Cristo. Ésta es la conclusión del estudio efectuado por el profesor D. Antonio Beltrány publicado en 1960 (“El Santo Cáliz de la Catedral de Valencia”), nunca refutado, y que está en la base del creciente respeto y conocimiento del Santo Cáliz. Mucho más posteriores son las asas y el pie de oro finamente grabado, que encierra una copa o “naveta” de alabastro, de arte islámico, diferente a la copa; todo ello, lo mismo que las joyas que adornan la base son de época medieval. Las dimensiones son modestas: 17 cm. de altura, 9 cm. de anchura de la copa y 14,5 x 9,7 cm. que tiene la base elíptica. Venecia y otros lugares conservan cálices de piedras semi preciosas de origen bizantino y en España hay ejemplares similares de los siglos XI y XII, pero se trata de vasos litúrgicos, engarzados en oro y plata y cubiertos de metal en su interior. Sin embargo, al componer el cáliz de Valencia, los orfebres destacaron la copa, desnuda de adornos, con grandes asas para llevarla sin tocar el preciado y delicado vaso de piedra traslúcida. LA TRADICIÓN DE LOS PRIMEROS SIGLOS La tradición nos dice que es la misma Copa que utilizó el Señor en la última Cena para la institución de la Eucaristía, que luego fue llevado a Roma por San Pedro y que conservaron los Papas sucesores a éste hasta San Sixto II, en que por mediación de su diácono San Lorenzo, oriundo de España, fue enviado a su tierra natal de Huesca en el siglo III para librarlo de la persecución del emperador Valeriano. Recomienda esta permanencia del Santo Cáliz en Roma la frase del Canon Romano mencionada antes: “Tomo este Cáliz glorioso”, hoc praeclarum calicem; expresión admirativa que no encontramos en otras anáforas antiguas, y no podemos olvidar que la plegaria eucarística romana es la versión latina de otra en lengua griega, pues ésta fue la propia de la Iglesia de Roma hasta el Papa San Dámaso en el siglo V. San Juan de la Peña EL CÁLIZ EN ESPAÑA Durante la invasión musulmana, a partir del año 713, fue ocultado en la región del Pirineo, pasando por Yebra, Siresa, Santa María de Sasabe (hoy San Adrían), Bailio y, finalmente, en el monasterio de san Juan de la Peña (Huesca), donde puede referirse a él un documento del año 1071 que menciona un precioso cáliz de piedra. La reliquia fue entregada en el año 1399 al Rey de Aragón, Martín el Humano que lo tuvo en el palacio real de La Aljafería de Zaragoza y luego, hasta su muerte, en el Real de Barcelona en 1410, mencionándose el Santo Cáliz en el inventario de sus bienes (Manuscrito 136 de Martín el Humano. Archivo de la Corona de Aragón. Barcelona, donde se describe la historia del sagrado vaso) Hacia 1424, el segundo sucesor de Don Martín, el Rey Alfonso V el Magnánimo llevó el relicario real al palacio de Valencia, y con motivo de la estancia de este Rey en Nápoles, fue entregado con las demás regias reliquias a la Catedral de Valencia en el año 1437 (Volumen 3.532, fol. 36 v. Del Archivo de la Catedral). Fue conservado y venerado durante siglos entre las reliquias de la Catedral, y hasta el siglo XVIII se utilizó para contener la forma consagrada en el “monumento” del Jueves Santo. Durante la guerra de la Independencia, entre 1809 y 1813, fue llevado por Alicante e Ibiza hasta Palma de Mallorca, huyendo de la rapacidad de los invasores napoleónicos. En el año 1916 fue finalmente instalado en la antigua Sala Capitular, habilitada como Capilla del Santo Cáliz. Precisamente esta exposición pública permanente de la sagrada reliquia hizo posible que se divulgara su conocimiento, muy reducido mientras permaneció reservado en el relicario de la catedral. Durante la guerra civil (1936-1939) permaneció oculto en el pueblo de Carlet. El Beato Juan XXIII concedió indulgencia plenaria en el día de su fiesta anual, el Papa Juan Pablo II celebró la Eucaristía con el Santo Cáliz durante su visita a Valencia el 8 de noviembre de 1982 y lo mismo sucedió con Su Santidad Benedicto XVI que celebró la Eucaristía con motivo del V Encuentro Mundial de las Familias, el 8 de Julio de 2006. EL GRIAL La palabra grial (pronunciada graal en inglés medio) parece ser una adaptación francesa del término latino gradalis que implica la idea de un plato, escudilla o bandeja con viandas que es llevado a la mesa en diferentes momentos (gradus) de una comida. Al respecto dice Helinand de Froidmont en su Chronicon (siglo XIII): “... un plato ancho y algo profundo en que habitualmente se colocan las carnes caras para el rico... normalmente se denomina grial” En algunos textos de la Baja Edad Media aparece trascrito como “San Gréal” lo que ha dado lugar a interpretaciones esotéricas según las cuales el nombre derivaría de una supuesta forma Sang Réal, es decir, sangre real. Según los defensores de esta idea, que no es aceptada por los medievalistas, la mención de la sangre no se refiere a la recogida del cuerpo de Cristo, como sostienen unánimemente los textos, sino a sus descendientes. Tal hipótesis es desarrollada por algunos escritores en libros que no vale la pena ni mencionar. El primer autor en mencionar al Grial es, entre 1181 y 1191, el poeta Chrétien de Troyes en su narración Perceval (también llamada Le Conte du Graal). La obra, presentada como tomada de un libro antiguo, habla de la visita de Perceval —quien aspira a ser caballero del Rey Arturo— al castillo del Rey Pescador, en el cual le es mostrado un grial. Dentro del mismo hay una especie de oblea que, milagrosamente, alimenta al herido padre del Rey. Perceval no pregunta por el significado de este objeto, lo cual le es reprochado más tarde. Aunque posee un claro simbolismo cristiano, Chrétien no explica en qué consiste el grial, y la obra se interrumpe bruscamente. El autor no lo denomina «santo», ni lo designa como el grial, sino simplemente como “un grial” y considera más importante su contenido (la hostia consagrada del catolicismo) que el recipiente. De hecho, teniendo en cuenta la etimología de la palabra, es muy posible que Chrétien aludiera a una sencilla bandeja. La obra de Chrétien de Troyes marcaría el comienzo de la leyenda, pero serían Robert de Boron y Wolfgang von Eschenbach quienes la desarrollarían de la manera que la conoció la Europa medieval. Robert de Boron, en Joseph d'Arimathie y Estoire del San Graal, es el responsable de transformar el «grial» de Chrétien en “El Santo Grial”. Este autor inglés espiritualiza el simple plato mencionado por el francés y lo convierte en la copa de la Última Cena, la misma que, según sostenían las leyendas, José de Arimatea usó después para recoger la sangre de las heridas durante la crucifixión de Cristo. De Boron es también el primero en afirmar que José y su familia llevaron el Grial a partes no especificadas de Britania. EL PERCEVAL DE CHRÉTIEN Esta obra francesa inacabada dejó paso a numerosas terminaciones en muchos casos inconsistentes entre ellas. Los elementos de esta novela en relación con la leyenda son, de una parte, la caracterización de Perceval como caballero que se ve involucrado sin saberlo en la demanda del grial y el castillo del grial custodiado por caballeros que sirven al rey del grial o rey pescador. EL PARSIFAL DE ESCHENBACH Este libro refleja la tradición alemana que luego inspiraría la ópera de Richard Wagner. La historia presenta grandes paralelismos con la tradición francesa, aunque tiene elementos específicos de la misma; el más importante de los cuales es la identificación del Grial con una piedra preciosa del más puro origen. Según algunos estudiosos, Wolfgang von Eschenbach se inspiró para esta descripción en el pasaje del Apocalipsis (2, 17) en el cual se habla de una piedra blanca entregada por el Señor a su elegido. La abadesa y mística Hildegard von Bingen, en el siglo XII, lo relaciona con la lapis exillis, piedra desprendida de la corona de Lucifer en el momento de su rebelión contra Dios. Algunos autores ligados al esoterismo y en base a supuestos hallazgos arqueológicos, no confirmados, han elaborado la teoría de una presencia Templaría en Argentina, transportando el Santo Grial. Se aducen, entre las pruebas, los siguientes versos del poema mencionado: “Solo Parsifal, el ángel, por los mares irá con los tres caballeros del número impar, en la Nave Sagrada y con el Vaso del Santo Grial, por el Atlántico Océano un largo viaje realizará hasta las puertas secretas de un silencioso país que Argentum se llama y siempre será”. Sin embargo, este texto no corresponde a ninguna de las versiones conocidas de la obra de Eschenbach y es, casi con certeza, una falsificación moderna. Ciclo de la Vulgata Esta fuente, fuertemente influida por los escritos de Bernardo de Claraval, presenta la demanda del Santo Grial imbricada dentro del universo artúrico, enriqueciendo la tradición con otros elementos como una descripción del origen y significado del Grial. Según esta fuente, el cáliz habría pertenecido al servicio de mesa de José de Arimatea, un rico comerciante judío, quien según la tradición organizó la Última Cena. José de Arimatea habría solicitado a Poncio Pilatos que se le entregara el cuerpo de Jesús (a quien hizo enterrar en una tumba de su propiedad) y la lanza con que fue herido (que quedó en su poder, junto con la copa). Como José era un próspero comerciante, en un viaje de negocios habría llegado hasta Albión (antiguo nombre de Gran Bretaña) y estableció su residencia en ella, levantando una capilla en Glastonbury. Al morir José, los poemas aseguran que se tomaron recaudos para custodiar las reliquias, nombrándose un caballero para tal fin. Siendo Sir Pelles el guardián del Grial, otro caballero Sir Balin el Salvaje, quiso robarlo junto con las demás reliquias; ambos se batieron en una justa pero, al perder su espada, Sir Balin tomó la lanza sagrada e hirió a Pelles; inmediatamente el castillo se derrumbó debido a la profanación. Abadía de Glastonbury El Grial, entonces, desapareció de la vista de los hombres hasta que un caballero puro de corazón las encontrara. Finalmente sir Galahad, el más santo de los caballeros de la Mesa Redonda, halló el cáliz. Al morir, según los relatos del ciclo, el Grial fue llevado junto al caballero al Reino Celestial. VARIANTE NEOPAGANA Algunos estudiosos vinculados al esoterismo, como Malcolm Godwin, quieren identificar la pérdida del Grial con hechos reales acaecidos a finales del Neolítico, cuando supuestamente existían en Europa diversas tribus matriarcales asentadas y pacíficas, cuya forma de vida se vio violentamente alterada por oleadas de tribus guerreras y violentas provenientes de Asia. Estos sucesos, que no cuentan con testimonios históricos o arqueológicos, habrían quedado en una posible memoria colectiva y adquirido una dimensión simbólica en la mitología celta hasta que, finalmente, fueron cristianizados por autores como Chrétien de Troyes, Wolfgang von Eschenbach y otros. En esta interpretación, altamente especulativa, el Grial evocaría lo femenino (como símbolo del seno materno y de la vulva) y la Madre Tierra. Por F. L. P. El Castillo de Saidí (Zaidín) en tiempos de los Templarios Una parte de este artículo, en formato más breve, fue escrito en por el malogrado amigo José Mª Pascual Penedés. Su aportación no hacía referencia alguna a la presencia Templaría en Saidí (castellanizado Zaidín), que insertaremos entre sus líneas. Esa será la razón que incluya su nombre junto al nuestro al pie del mismo. El castillo de Saidí estuvo en el ángulo noroeste de la población actual. La primera referencia documentada al mismo es del año 1089, cuando Ramón Berenguer III recuperó el castillo de Monzón. En dicha empresa destacó uno de sus caballeros: Pedro de Estopinyan o Estopiñán, al cual donó Castejón del Puente, Alins, y los castillos de “Tamarit e de Zaidí quando Dios nos los conceda”. Suceso que no ocurrió, porque ni Tamarite ni Zaidín fueron recuperaron por dicho conde. No obstante, el dicho conde de Barcelona había conseguido en la firma con el noble don Pedro de Estopinyan que éste respetaría las donaciones que el de Barcelona pudiera ofrecer a los Templarios. Una segunda referencia corresponde a otra donación. Esta es del 1092, hecha por el noble Pedro Sánchez (luego rey Pedro I de Aragón), hijo de Sancho Ramírez (10631094). Donación en favor de Pedro Ramón de Eril (o Erill), con retención de la mitad de la Dominicatura, así como una quadra (o casa fortificada) que estaba entre esta villa de Saidí y el río Cinca. A cambio, Pedro Ramón de Eril o Erill cedía el castillo y lugar de Sopeira al citado Pedro Sánchez, -entonces rey de Sobrarbe, de Ribagorza y de Monzón-, por voluntad de su padre Sancho Ramírez. A su vez, Pedro Ramón de Eril o Erill lo cedió al obispo de Roda. Debemos recordar que correspondió al rey Pedro I de Aragón (11094-1104) la edificación de la fortaleza de Trava -a la altura del Clamor de Fraga, o clamor de Almacelles. Había de servir como punto defensivo avanzado frente a las incursiones sarracenas provenientes de Fraga hacia el castillo de Saidí. Esta fortaleza quedó bajo la responsabilidad de Pedro Sanz, caballero, que fue a su vez el responsable del castillo de Saidí al año siguiente (1093). Poco estuvo bajo su control, pues volvió a los Erill o Erill un año más tarde. Durante la primera mitad del siglo XI esta zona del Cinca cambiará de manos varias veces entre moros y cristianos. Como es ya sabido, los Templarios recibieron en las Cortes de Gerona de 1143 la compensación esperada por la renuncia la corona de Aragón que tan generosamente les había concedido el rey Alfonso I el Batallador (1104-1134) en su último testamento de 1134. La definitiva recuperación de Saidí se produjo en 1149 con la intervención de Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona y Príncipe Regente de Aragón, en vida del don Ramiro el Monje (1134-1157). Las antiguas donaciones del dicho Pedro de Estopanyà o Estopiñán –Saidí, Castell Ceboller o Castejón del Puente, Celis, Duo Castra, Tamarite y otros derechos, pasaron a los templarios, en compensación por haberle ayudado a la posesión del castillo de Monzón, instaurando, además, en él un casa de Templarios. Mientras la Orden del Temple percibía tierras, derechos en el molino, y otros derechos sobre Saidí, el castillo se mantuvo en poder de los Eril o Erill. Concretamente en 1173, el obispo de Lleida se vio envuelto en disputas con los templarios establecidos en Monzón sobre el reparto de derechos entre ambas partes. Sobre esta concordia dimos noticia en un número anterior. Sólo recordar que el espacio en litigio era el comprendido entre el Cinca y Clamor de Almacellas y entre Tamarite de Litera, San Esteban, Albalate de Cinca y Saidí. En 1174 el castillo de Saidí había de cambiar de manos. Pasó al señorío de doña Sancha de Castilla, esposa del monarca Alfonso II de Aragón, primer rey de la Corona de Aragón. Ese es el motivo por el que el archivo condal o Archivo de la Corona de Aragón empiece con este rey con la numeración de Alfonso I, II de Aragón. Todavía en el año 1179 el citado rey Alfonso II de Aragón reconocía y confirmaba las donaciones a los Templarios de Monzón, en Montgay, en Xalamera o Chalamera, en Barberá y en Remolins; así como las décimas, réditos y censos que se recogían por costumbre por los eclesiásticos; más otros 1.000 sueldos anuales sobre la ciudad de Osca (Huesca), lo mismo en Cesaraugusta (Zaragoza). Recordando que se respetaría la donación de los quintos de todas las expediciones que se efectuasen todavía sobre Hispania (España). Es decir, el establecimiento de los Templarios en el Cinca iba más allá de la encomienda de Monzón. Años más tarde, el castillo de Saidí fue cedido a los Montcada de Fraga, en buena medida por el matrimonio de Sibilla de Erill con Ramón de Montcada, en 1253. Precisamente con este Ramón de Montcada empezó el señorío de los Montcada de Albalate de Cinca y de Saidí, entre otros lugares, hasta que lo heredaría su hijo varón don Simón de Montcada. Nuevas noticias sobre los Templarios establecidos en Saidí fueron registradas en junio de 1257, como queda evidencia de allò en el Archivo de la Corona de Aragón (Liber Feudorum, I, pág. 142. Armario del Temple, Saco C, pergaminos de Jaime I nº 1485), donde señala que el rey Jaime I, el Conquistador de nuevos reinos, declaraba a los Templarios francos o libres de pagos a la corona. Documento redactado y escrito en Lleida por Jaume de Montjuic, con el testimonio y firma de Guillem de Montcada señor de Fraga, Guillem de Peralta, Bertrán de Ahonés, Bernat Guillem de Entenza pariente del rey y de Guillem de Cardona. Sucediendo al noble Sant Climent, hallamos como señor de Albalate de Cinca a don Ramón de Montcada, quien, en 25 de octubre de 1262 firmaba la entrega de los 7.000 morabatines de oro al obispo de Tortosa, por el contencioso que tuvo dicho obispo y los Templarios en años precedentes, sobre la posesión de la plana de sus términos. Poco después, en 13 de abril de 1265, se hizo mención al acuerdo hecho entre el obispo de Lérida –Guillermo de Montcada (1257-1278) y los Templarios del Cinca, respecto a las 28 iglesias de su diócesis en las que tenían jurisdicción los Templarios. La orden del Temple defendía con ello un privilegio confirmado por el papa Clemente IV. Según el cual, correspondía a los Templarios el derecho a cobrar las décimas de todos esos lugares, entre los que se incluyen los términos de Saidí (Çaydino) y los de Fraga. Especialmente relevante en este sentido de disputas sobre derechos en la Ribera fueron los meses de julio y agosto de 1279. Así lo muestra una carta del rey desde Valencia al lugarteniente del veguer Guillem de Curt, pidiéndole que no exigiera la lezda o peaje en los lugares de Templarios de: Rafals, Alcolegia, Vall Corna, Mequinensa, Flix y Castro Serany. Del mismo modo, desde Biar (Valencia) el monarca notificaba al bayle y universidad de Ballobar (Vallobar) para que desistiera en la prohibición o contradicción contra el castellán Templario de Monzón y del comendador de Chalamera y sus hombres, en las cuestiones de pastos, leñas, maderas, propias de los términos de Chalamera, y sobre heredades que los Templarios poseían más allá del río Alcanadre, afluente del Cinca. Dicha causa fue encomendada a Ramón de Montcada, señor de Albalate y Saidí, como Procurador General de Aragón. También surgieron controversias entre los hombres de Alcolea de Cinca y los de hombres del Temple de Chalamera. Intervino en nombre del rey don Gonzalo Pérez de Sana, que procedió contra García Martín, Jordán Civera y Domingo Civera, así como contra el abad y otros vecinos de Alcolea de Cinca, como su bayle Johan Sinyó, por haberse desplazado con armas alzadas hasta el lugar de Chalamera (Xalamera). También los Templarios de Ontinyena tuvieron que ser defendidos en el cobro del quinto a su favor que les disputaban el castellán de Monzón, el vecino e Alcolea Raymundo de Alós y Bertran Benaran, éste vecino de Ontinyena. También el quinto de conquista sobre Alcolea de Cinca pertenecía a los Templarios, aunque el señorío del lugar fuera de don Bernardo Guillem de Entenza. Todavía en marzo de 1287, el venerable noble Blasco de Alagón había de recibir órdenes reales sobre la cuestión planteada por el maestre del Temple en Aragón y Cataluña, atendiendo a la instalación permanente de un fraile del Temple, en calidad de lugarteniente del comendador de Saidí, de forma que residiera en dicho lugar, junto con su familia, para defender la tierra y sus derechos. Este fraile podía aplicar justicia en el lugar, siendo acogiendo a dicho Templario en Saidí sin que se le pudiera hacer guerra contra él. Aunque disponemos de pocas noticias, el lugar de Saidí dispuso de un molino harinero propio, que disputaba el noble Ramón de Montcada en 1291, viéndose obligados algunos hombres de Saidí a moler sus granos al molino de Almenar, propio del Temple. Un documento del rey Jaime II (1291-1327) nos informa sobre este respecto, pues el citado Ramón de Montcada, señor de Albalate de Cinca y de Saidí, pleiteó contra el Maestre del Temple, Berenguer de Cardona, por cobrar el censo que los Templarios de Saidí pagaban por utilizar el molino de Almenar. El rey dio la razón a los Templarios. Debido a la muerte prematura de Simón de Montcada, hijo del dicho Ramon de Montcada, asesinado en 1292 por otros nobles de la Ribera, el castillo y señorío de Saidí acabó en manos de Guillén de Montcada, señor de Fraga, quien, para asegurarse su posesión conmutó esta localidad y la de Ballobar (Vall·lobar) por su parte en el señorío y rentas de Tortosa. Acuerdo ampliamente conocido de 1294. Desde 1300 –prolongada la ausencia de Guillem de Montcada señor de Fraga de sus posesiones de Saidí, por haber sido nombrado Procurador de Mallorca- continuaron los conflictos entre vecinos y entre señoríos. Se prolongaron prácticamente hasta la disolución de la Orden. Coincidieron dichas circunstancias con la revisión de límites entre Candasnos (Campdasens, Campdasnos) y Ballobar (Vallobar, Vallupario) en cuya delimitación intervino el castellán de Saidí. Los conflictos sobre términos derivaron asignando a Saidí, castillo y términos al reino de Aragón, de la misma forma que ocurrió pocos años antes con los lugares de Mequinensa y Torrente de Cinca, todos ellos pertenecientes a la actual comarca del Bajo/Baix Cinca. De todos es sabido que los Templarios del Cinca y del Segre, junto con sus bienes, pasaron a la orden de San Juan de Jerusalén después de la definitiva disolución de aquellos en 1314. En la nueva castellanía Hospitalaria de Monzón fue nombrado como administrador de bienes a Pedro de Canelles, que se vio obligado a intervenir en el acondicionamiento del azud y cequia de la castellanía de Belver (Belveer) en agosto de 1317, de forma que pudieran también regar los hombres de Osso de Cinca, al norte de Saidí. Tras el abandono de los Templarios de las tierras del Cinca, el castillo de Saidí siguió ocupando el espacio en el que actualmente se observa una zona ajardinada y parque infantil. Junto a ellos, los restos de murallas que visten la parte Oeste de la localidad. Joaquín Salleras Clarió José Mª Pascual Penedés Fotografías de Roberto Pena Costa Pimpinella anisum L., popularmente el anís, anís verde o matalahúva, es una hierba de la familia de las apiáceas originaria del Asia sudoccidental y la cuenca mediterránea oriental. Planta herbácea anual que forma matas de hasta 1 m de altura. Las hojas en la base son simples, de 2 a 5 cm de largo ligeramente lobuladas mientras que en la parte superior del tallo son pinnadas y más profundamente divididas. Las flores, de 3 mm, son blancas, pentapétalas y surgen en densas umbelas. Elfruto es un esquizocarpio oblongo de 3 a 5 mm de largo con un fuerte sabor aromático. SUS USOS Sus semillas se utilizan como condimento en panadería y repostería, en la elaboración de licores (anís, anisette) así como en algunos currys y platos de marisco. Todas las partes vegetales de la planta joven son comestibles. Los tallos tienen una textura parecida alapio y son mucho más suaves de sabor que las semillas. Se elaboran aguardientes como el Aceite de anís. PRINCIPIOS ACTIVOS La destilación de las semillas libera un aceite volátil que se utiliza en el tratamiento de cólicos flatulentos. Como infusión sirve para trastornos digestivos. El elemento principal del aceite (más del 90%) es el anetol (C10H12O o C6H4 [1.4] (OCH3) (CH: CH.CH3.) También contiene chavicol metileno, aldehído anísico, ácido anísico y un terpeno. El anís estrellado obtenido de los pericarpos en forma de estrella de la planta Illicium verum, nativa de China, también contiene anetol, pero no está emparentado botánicamente con el anís, aunque debido a su sabor y aroma similar se utiliza frecuentemente como un sustituto más barato en panadería y elaboración de licores. Medicinales Se utiliza la semilla. Favorece la digestión, mejora el apetito, alivia los cólicos y las náuseas, la flatulencia, y los cólicos infantiles frecuentes en los bebes lactantes. El agua de anís estimula la producción de leche en las madres lactantes, puesto que pasa a la leche materna, el bebé puede beneficiarse de sus propiedades si la madre lo consume. Puede estimular el inicio de la menstruación cuando se le toma en infusión. Para la infusión hervir una taza de agua, dejar reposar una cucharadita de semilla de anís molidas, por 10 minutos, tomar 1 - 2 tazas al día. El aceite de anís ayuda a aliviar los cólicos, y espasmos estomacales. La decocción para el cólico, se prepara al hervís 1 cucharadita de semilla en 1/2 litro de leche durante 5 – 10 minutos. Se debe tomar caliente y removiendo continuamente para que no se quede en el fondo de la taza su esencia. Es muy valioso contra la tos fuerte y seca, con expectoración difícil, así como problemas respiratorios asociados a la gripe. Para ello, recomiendan el consumo de limonada caliente, preparada con una infusión de anís y tipo (Bistropogum mollis). Colocando en un litro de agua hirviendo 1 cucharadita de anís de pan y 1 cucharadita de tipo, luego cernir y adicionar el jugo de 3 – 5 limones (Citrus limón). Preparación que se toma 3 veces al día por 6 a 8 días. ANIS ESTRELLADO El anís estrellado, anís estrellado chino, badiana o badiana de China, es una especia que se asemeja al anís en su sabor, que se obtiene del pericarpo con forma de estrella del Illicium verum. El Illicium verum es un árbol perenne nativo de la pequeña región suroeste de China. Los frutos, que presentan forma de estrella, se cosechan momentos antes de la maduración. Se utiliza extensamente dentro de la cocina china, y un poco menos dentro de Asia del Sur e Indonesia. El anís estrellado es un ingrediente del tradicional polvo de las cinco especias de la cocina china. Es también uno de los ingredientes usados para hacer el caldo para la sopa de tallarines vietnamita llamada phở. El anís estrellado contiene anetol, el mismo principio activo que le da al anís su sabor. Recientemente, se está utilizando en el mundo occidental como un sustituto menos caro del anís para los anises en repostería, además de en la producción de licores , tal como el licor Galliano o el licor francés Pastis. El anís estrellado se ha usado en forma de té como un remedio contra el cólico y el reumatismo, y las semillas se mastican después de una comida para ayudar a hacer la digestión. Si bien se produce en la mayoría de los organismos autótrofos, el anís estrellado es la fuente industrial del ácido shikímico, el ingrediente primario que se usa para crear el medicamento antigripal Tamiflu. Se considera al Tamiflu como el medicamento más prometedor para mitigar la severidad de la gripe aviar (H5N1); sin embargo, algunos informes nos indican que algunas formas del virus ya se han adaptado al Tamiflu. La escasez de anís estrellado es una de las razones dominantes por las que hay una escasez mundial de Tamiflu (con fecha 2005). El anís estrellado se produce en cuatro provincias de China y se cosecha entre marzo y mayo. El ácido shikímico se extrae de las semillas en un proceso de fabricación de diez etapas que toma un año. Los informes dicen que el 90% de la cosecha se utiliza ya por el fabricante farmacéutico suizo Roche en la fabricación deTamiflu, pero otros informes dicen que hay una abundancia de la especia en las regiones principales: Fujian, Guangdong, Guangxi y Yunnan. En un principio, se creía que el anís estrellado era muy beneficioso y se le daba a los niños pequeños e incluso recién nacidos, pero recientes estudios determinan que en grandes cantidades, puede resultar mortal. Por eso se retiró del mercado en 2001 (el anís estrellado se continua vendiendo en herbolarios de manera totalmente legal). ADULTERANTES El anís estrellado de Japón es el fruto de Illicium anisatum y es muy venenoso. Como es muy parecido morfológicamente a la badiana, es un adulterante común que debe controlarse con cuidado. Dicho fruto contiene 1% de aceite esencial y shikimina a la cual se debe sus propiedades venenosas. El olor es distinto al del anís estrellado chino, ya que se asemeja más a la esencia de laurel o sasafrás. Por Fray Jesús (Hermano Herbolario) Mallorca Templaría El archipiélago balear, gracias a su estratégica ubicación en los confines del Mediterráneo occidental, ha sido la encrucijada y la antesala de todos y cada uno de los pueblos y culturas que, por el Mare Nostrum, han alcanzado la Península Ibérica. Fruto de ello es una acumulación socio-cultural que se pone de manifiesto a nivel general –en las islas- y a nivel particular –en las ciudades, pueblos y aldeas-. En la capital, Palma, se condensan buena parte de los mitos y leyendas de Mallorca –la mayor del archipiélago-, ciudad que albergó a judíos (chuecas), alquimistas e hispano-musulmanes, gracias a la atenta vigilancia de los templarios, cuyos caballeros no sólo participaron en la conquista cristiana de Mallorca, sino también en las tareas de repoblación y mantenimiento de las culturas antecesoras, a través de unos ritos, que se llevaron a cabo en lugares cargados de energía, como veremos a continuación. El archipiélago balear durante los siglos medievales –exactamente entre los años 902 y 1349- fue un territorio de la España insular muy codiciado, primero por los hispano-musulmanes: Califato de Córdoba (902-1015); reino taifa de Denia (1015-1076); después por los taifas de Zaragoza; luego un período de taifa independiente, durante la cual, en 1114-1115, la isla de Mallorca sufrió un sangriento saqueo por parte de una flota de barcos pisanos y catalanes; seguidamente se establecieron los almorávides (1115-1203), y después los almohades, quienes poseyeron el archipiélago balear hasta 1229, fecha de la conquista cristiana, protagonizada por el monarca Jaime I, quien, tras partir del puerto (grao) de Salou (Tarragona), después de un sangriento y prolongado asedio de tres meses, convirtió las islas en un territorio cristiano independiente del Reino de Aragón; con ello, se produjo la progresiva sustitución socio-cultural de los autóctonos de las islas, por un sustrato humano de importante naturaleza catalana, como se desprende de los apellidos; algunos de los cuales, también occitanos, por la estrecha relación que mantuvo especialmente Mallorca con la ciudad de Montpellier (Languedoc). Durante este período, que culminó en 1349, se sucedieron tres monarcas en la corona cristiana balear: Jaime II (1276-1311), Sancho (13111324) y Jaime III (1324-1343). Con la muerte de éste último, en 1349, en la villa de Llucmajor, cerca de la montaña sagrada de Randa, y el encarcelamiento de su hijo, el futuro Jaime IV de Mallorca, en la terrorífica fortaleza de Xàtiva (Valencia), por orden de Pedro IV de Aragón, se disipó todo intento de mantener independiente este territorio, llamado por los hispano-musulmanes: las “Islas Orientales de al-Andalus”. Y el archipiélago balear volvió a integrarse plenamente en el Reino de Aragón. Hasta aquí, hemos resumido en grandes trazos las principales etapas de las Islas Baleares durante los siglos medievales; sólo nos ha faltado decir, que, con las masacres del pogrón (1391), la judería de Mallorca cayó en desgracia, por haber sido asesinados la mayoría de sus miembros, para desaparecer definitivamente en 1435; detrás, un brillante legado cultural y científico, en materia de cartografía y mapas, que hoy, siete siglos después, siguen siendo materia de estudio por eruditos de la navegación de todo el mundo; a uno de estos miembros de la judería de Palma, Abraham Cresques, le debemos la confección de “El Atlas Catalán”, realizado en 1375, actualmente conservado en la Bibliothèque Nationale de París, fruto de un regalo de la Corona catalanoaragonesa al monarca francés Luís XI. LOS TEMPLARIOS Al igual que sucedió en las más importantes conquistas cristianas de las ciudades hispano-musulmanas, con los ejércitos de Jaime I iban las órdenes militares de su tiempo, y del Temple no fue una excepción. La ciudad hispano-musulmana de Palma, como hemos dicho antes, cayó después de tres largos y sangrientos meses de asedio cristiano, durante los cuales se protagonizaron, por ambas partes contendientes, escenas que superan los límites de lo humano, como la colocación por parte de los almohades en los muros exteriores de la alcazaba, los prisioneros vivos cristianos, para recibir en sus cuerpos los impactos de las catapultas lanzadas desde las maquinarias de asalto; o bien el lanzamiento al interior de la ciudadela de las cabezas de los prisioneros musulmanes degollados, para intimidar y causar pánico a los defensores…; esta conquista, que tuvo lugar en 1229, de la que poco se han ocupado los historiadores medievales, merecería un estudio especial; en aquel tiempo, da la casualidad, estaba como máximo dignatario del Temple, un maestre provincial: Guillém Cadell (1229-1232). Palma, conocida tras la conquista cristiana como “la Ciutat”, era la ciudad por excelencia, la capital administrativa y comercial de la mayor isla del archipiélago. Con el reparto del territorio, los Templarios recibieron la quinta parte de Mallorca, y fijaron en “la Ciutat” su sede oficial, concretamente en el “Castell dels Templers”, baluarte que se hallaba anexo a la muralla; aún se conoce en nuestros días esta zona urbana de la ciudad de Palma: “Partita Templi”; lo curioso es que en este barrio también se encuentre el convento de los Franciscanos, en cuyo interior reposan los restos de Ramon Llull (1235-1315), llamado con justicia “el Doctor Iluminado”, el mallorquín más universal, a quien se debe el descubrimiento de la piedra filosofal, autor de la obra “Ars Magna”; estudios herméticos que llegaron a causarle unos serios problemas con la Iglesia; según Llull, Dios creó de la nada una sustancia: el mercurio, conocido como “plata viva” (argentum vivum), de la cual surgieron las demás cosas. Después de realizar el peregrinaje a Santiago y a la villa de Rocamadour (Francia), Ramon Llull, en 1305, decidió ir a Tierra Santa, pero, en plena travesía, fue víctima de un envenenamiento por parte de sus propios servidores, sobornados por el pontífice Clemente V; pero, gracias a la fortaleza física de Llull, y también a la intervención de los médicos Templarios, en la isla de Chipre, el más célebre de los alquimistas hispanos logró salvar su vida, falleciendo una década después, con la profunda tristeza de haber contemplado la caída de sus queridos Templarios, víctimas del mismo pontífice que atentó contra su existencia, y también de las ambiciones del monarca francés Felipe IV “el Hermoso”. Junto al convento de San Francisco, también en el arrabal conocido actualmente como “Partita Templi”, se alza la iglesia de Santa Eulalia; edificio que no es una casualidad que estuviese estrechamente vinculado con las logias de canteros, colectivo que contaba con el respaldo total del Temple; aún se pueden apreciar una gran variedad de marcas grabadas en las piedras que forman parte del aparejo, algunas de las cuales con signos masónicos (el mallete, el compás, la escuadra…); y otro dato de interés: gran parte de la judería de Palma también se hallaba dentro de este arrabal Templario; la abadía Templaría, de la que sólo se conserva su magnífica fachada, se alza sobre cimientos de construcciones defensivas que habían formado parte de la ciudadela almohade, la Madina Mayorga (Alcazaba de Gomera), la fortaleza roja, formada por tres recintos; y fue precisamente sobre el tercero de estos recintos, en donde los Templarios alzaron sus construcciones más sagradas, como fue esta abadía, cuyo templo sigue ofreciendo una luz y unas dimensiones catedralicias. Este enclave Templario, en tiempos del monarca Jaime I, sirvió, además, para guardar el inmenso botín arrebatado a los almohades, tras la conquista cristiana, y luego, tras la desaparición del Temple, para encerrar a los últimos caballeros de la isla, en tiempos del monarca mallorquín Sancho. A finales del siglo XIX, al llevarse a cabo unas obras de urbanismo en las calles de Llull y San Buenaventura, se descubrió una galería –de unos trece palmos de altura, y por la cual podían pasar juntos tres hombres- que enlazaba el convento Templario con el palacio de la Almudaina. Pero los Templarios no sólo se fijaron en “la Ciutat”, desde la cual controlar el resto de Mallorca, también les atrajo muy especialmente algunos de los lugares de poder de la isla; entre los cuales, y de forma muy particular, la Serra de Tramontana, que, en sentido SO-N, recorre todo el contorno de poniente de Mallorca, y es en donde se alzan las montañas más altas y los puntos de mayor energía de la isla. El santuario del Llull, donde se rinde culto a una imagen coronada en 1884 como reina y patrona de Mallorca, es uno de los lugares más interesantes de la geografía Templaría de la isla. Allí arriba, después de haber atravesado un territorio de viejos olivos, el viajero descubre un enclave místico y, al mismo tiempo, cargado de energía, donde los magos Templarios implantaron el culto mariano en Mallorca; la imagen, conocida también como “La Moreneta”, de 61 cm de altura, según la tradición, fue hallada por un pastor y ermitaño en 1240 en el interior de una gruta; en su tocado se lee: “nigra sed formosa sum”; el Niño reposa en el brazo izquierdo portando un libro abierto, como animando a descubrir las esencias de los saberes gnósticos; a ella están vinculadas otros cultos en esta misma iglesia (Ana, San Bernardo, María Magdalena, San Juan Bautista, etc.), que igualmente forman parte del Cosmos espiritual del Temple. Es importante recordar que toda la zona en donde se alza este santuario está preñado de montañas sagradas, grutas que sirvieron de marco de celebración de ancestrales cultos paganos, innumerables construcciones megalíticas y calzadas que, más que para enlazar poblaciones, marcarían las líneas de ley de la isla, entre enclaves cargados de energía. Uno de estos enclaves es, sin duda, la villa de Pollensa, que se corresponde con una importante posesión Templaría, recibida por el Temple, en 1230, tras la conquista cristiana; se sabe que, desde Sóller y Alcudia, que marcan los límites de la Serra de Tramontana, los Templarios tuvieron veintidós alquerías. Una de estas fue la de Pollensa; pero dejemos que sea el erudito Juan García Atienza quien nos describa el lugar: “Camino de La Alcudia, una senda remonta la ladera del montecillo llamado el Puig Son Vila, hacia la masía de Sa Torre. A poca distancia nos encontramos con los restos, bastante bien conservados, de un talayot que todo el mundo conoce como El Fort dels Templers, que pudo servir de torre de vigilancia de los freires”. Lamentablemente, de aquel recinto sólo quedan algunos fragmentos de columnas; sin embargo, es la referencia para alcanzar la meta que buscarán afanosamente nuestros lectores: la Cova de Sant Martí, en las entrañas del Puig de Sant Martí, ya en el municipio de La Alcudia. La gruta de Sant Martí es un lugar que sorprende porque no es horizontal, sino vertical, como si de un tubo volcánico emergiera de las entrañas de la tierra, y en cuyas paredes laterales se abren las dependencias de unos espacios sagrados excavados en la roca viva por los Templarios, para que los magos del Temple, en el más absoluto silencio e intimidad, pudiesen llevar a cabo sus ritos, bajo una luz cenital que entra por el agujero superior, a modo de chimenea natural; dentro de este enigmático enclave no faltan graffitis, igualmente Templarios, para transmitir unos mensajes que, al día de hoy, aún no han logrado descifrarse; algunos de los cuales, relacionados con el mar; es importante recordar que la costa está a pocos metros de allí, y no sería nada extraño que, en su día, los Templarios lograran alcanzar la costa alargando las excavaciones subterráneas de esta gruta. Dentro de Pollensa aún se conservan numerosos testimonios legados por los Templarios; entre los cuales: la casa en donde fijó su residencia el lugarteniente de la Orden, ubicada en la esquina entre las calles Colón y del Temple, lamentablemente muy transformada en nuestros días; también fueron Templarías la “Casa de s’Aigua” y la de “S’Ombra”; todo ese arrabal perteneció a los caballeros de la cruz paté. A pocos metros se encuentra la iglesia de Santa María dels Àngels, que fue el convento Templario de Pollensa; también fue del Temple el calvario, enclavado en el todavía llamado “Puig del Temple”, cuyo camino de subida constituye un viaje al más profundo recogimiento. La isla de Mallorca, por lo tanto, gracias a su estratégica ubicación, fue escenario de singulares gestas, donde los Caballeros Templarios escribieron momentos de gran belleza socio-cultural, que debemos rescatar de la historia no oficial. Por Jesús Ávila Granados S. Aniceto I (155-166) Nació en Siria. Llegó a Roma como colaborador de S. Justino en la lucha contra los herejes. Confirió nueva vigencia al decreto de S. Anacleto (3° papa) acerca de la consagración de los obispos y sobre la vestimenta de los eclesiásticos: sin barba y sin cabellos largos, y más rigor en el comportamiento. Confirmó que la Pascua debía celebrarse el domingo, no obstante el parecer contrario de S. Policarpo, quien reclamaba el derecho a poder seguir su propia tradición, recibida de S. Juan Evangelista. En el caso de S. Policarpo, Aniceto no insistió ni intentó disuadirle. Cuenta Ireneo que los dos por respeto no intentaron convencerse el uno al otro y "se separaron en paz". Se evitó un cisma. Otra herejía florecía en esa época, el montanismo. Los que lo profesaban pretendían poseer una más directa inspiración divina. Entre las prácticas de esta herejía existía una forma de ascetismo espiritual acompañada por manifestaciones histéricas, con acentos antiestatales que contribuían a desacreditar a los cristianos ante el poder imperial. Esto causó detenciones, juicios y algunas condenas. Fueron muchos los que sufrieron el martirio, entre éstos Policarpo y el mismo Aniceto. San Aniceto, fue originario de Siria. Nació hacia el fin del primer siglo, y la grande reputación que ya tenía en la Iglesia hacia la mitad del segundo es testimonio de la santidad con que pasó los primeros años de su vida. Fue azote de los herejes y era venerado por uno de los más sabios y más santos presbíteros de la Iglesia de Roma, cuando habiendo sido coronado del martirio del Papa Pío I, el año 155, fue nombrado por sucesor suyo. Echó Dios bendición al celo y a los trabajos de Aniceto. En poco tiempo se vio libre el rebaño de las herejías. Descubiertos y confundidos los Valentinianos, los Marcionistas y todos los demás herejes por el celo de Aniceto, fueron objeto de la execración de todos. Instruyó y cultivó a su pueblo con tal feliz suceso, que Roma, centro de la unidad y de la fe, lo fue igualmente de la santidad, y teatro de la virtud cristiana: así lo testifica Egesipo, que vino a Roma en tiempo de San Aniceto. Habiendo Egesipo tratado en su viaje a muchos obispos de Occidente, y habiendo observado en Roma así la pureza de la fe como la santidad de las costumbres de los fieles, admirado de una y de otra, hizo un magnífico elogio al pastor y del rebaño. Escribió en 5 libros la Historia eclesiástica, desde la Pasión de Cristo hasta su tiempo, que se reducía a una sincera colección de las tradiciones apostólicas; pero que ya no nos han quedado de una obra tan antigua y tan auténtica más que algunos fragmentos conservados por Eusebio, en los cuales se ve la sinceridad que San Egesipo, da testimonio de que hasta su tiempo no había silla episcopal, ni ciudad cristiana, y sobre todo Roma, donde no se observase lo que manda nuestra Santa Ley, lo que los Apóstoles habían predicado, y lo que había enseñado el mismo Jesucristo. Al principio de su pontificado le vino a visitar San Policarpo, que lleno de estimación y de singular admiración a Aniceto, tuvo especial consuelo en pasar a conferir con él algunos puntos de disciplina eclesiástica en que aún no habían convenido las Iglesias griega y latina, y todavía no estaban decididos. Presto se concordaron los dos Santos. Y como era tanto lo que San Policarpo defería y respetaba al Vicario de Cristo, y era tan singular la estimación que Aniceto hacía de Policarpo, estrecharon entre sí una íntima amistad. San Justino, estableció en Roma, según el plan que le dio el mismo Aniceto, una escuela de virtud en que daba lecciones de religión a cuantos querían ser instruidos. Gobernó la Iglesia San Aniceto, según Eusebio y Nicéforo, por espacio de cerca de doce años con admirable celo. Prohibió que los clérigos trajesen el cabello largo, y mandó que todos anduviesen con corona o tonsura clerical. Afirma San Gregorio Turonense que el autor de esta corona fue San Pedro; en memoria de la corona de espinas del Salvador, y así es probable que San Aniceto estableciese por decreto lo mismo que hasta allí no era más que una mera y piadosa costumbre. Lo cierto es que antiguamente sólo se dejaba una especie de cerquillo alrededor de la cabeza, estando todo lo demás raído a navaja, a la manera que aún el día de hoy lo observan muchos religiosos. Aniceto fue coronado del martirio en la persecución de Marco Aurelio, hacia el año del Señor de 166, y su santo cuerpo fue enterrado por los cristianos en el Cementerio de Calixto. El año 1590, Minucio, arzobispo de Múnich, y secretario de Guillermo, duque de Baviera, llevó a aquella ciudad la cabeza de nuestro Santo, y la colocó en la Iglesia de los Padres de la Compañía, donde es reverenciada con singular devoción. En el 1604, habiendo mandado San Clemente VIII que todos los cuerpos santos que se hallasen en dicho Cementerio de Calixto fuesen sacados de él, y trasladados a lugar más decente: Juan, duque de Altemps, pidió y consiguió del Papa el cuerpo de San Aniceto, y mandado labrar una magnífica capilla, colocó en ella tan inestimable tesoro en un suntuoso sepulcro de mármol, donde es reverenciado con la mayor devoción. Por F.L.P. El día 2 de marzo del presente año se celebrará en la ciudad de Alcantarilla en Murcia, el IV Homenaje a las Víctimas del terrorismo y en Acto de Servicio de las FFAA, Cuerpos de Seguridad del Estado y Seguridad Privada. El acto está organizado por la Asociación Nacional de Guardias Civiles “Marqués de las Amarillas” y se celebrará en la Iglesia de San Pedro Apóstol donde se ofrecerá una misa en memoria de las víctimas del terrorismo. Y posteriormente en el Centro Cultural Infanta Elena, en donde se hará un homenaje a la bandera y posterior entrega de diplomas y medallas. A este acto acudirá en representación de la OCET, nuestro Preceptor Federico Leiva i Paredes quien recogerá la Encomienda de Caballero de Santiago. -----------------El pasado 22 de enero se presentó en la Casa del Libro de la Ciudad Condal la última novela de nuestro apreciado Jesús Ávila Granados, “El último hereje”. En la imagen vemos a Jesús Ávila Granados y a su lado otro entrañable amigo D. Pepe Figueredo Aguilera quien actuó de maestro de ceremonias. Próximamente se celebrará una presentación en la ciudad de Valencia y será nuestro Preceptor Federico Leiva i Paredes el encargado de presentar a nuestro estimado Jesús. Cátaros y Templarios se cruzan en esta trepidante obra, una novela histórica que narra, en primera persona, la vida de Bélibaste; el último perfecto, después de superar las pruebas de iniciación -explicadas y analizadas con todo lujo de detalle-, tras evadirse de las mazmorras de Carcasona, se ve obligado a huir a través de rutas secretas, en busca de su libertad, al acecho de traidores, conspiradores e inquisidores, recibiendo el apoyo de sorprendentes aliados. "El último hereje", no deja indiferente al lector, porque es una aventura que sobrecoge por el realismo y la magia que le envuelve de principio a fin. La Cruz del Diablo de Cuenca Esta no es si no, una de las tantas leyendas con un titulo coincidente pero con contenidos divergentes, aunque en muchos de los casos con es el mismo hilo moralista el que subyace entre las costuras de las diversas narraciones. Algo que como digo ocurre con la cruz del diablo. La tradición sitúa esta leyenda en el siglo XVIII, siendo su protagonista un joven apuesto y galán llamado Don Diego, hijo de una e ilustre familia de Cuenca, amigo de las juergas, bravucón, pendenciero, embustero y un gran conquistador al que se le conocían aventuras con varias mujeres a las que luego había abandonado. Un libertino comportamiento que avergonzaba a sus padres y que alimentaba los rumores de escándalos sobre su persona. El espíritu seductor de Don Diego se acrecentó al llegar a Cuenca una extraña familia llegada de otras tierras atraída por el clima y la fama de las aguas de esta ciudad. Tal familia tenía una hija, llamada Diana, cuyos veinte años atesoraban una hermosa belleza. Y un terrible secreto como veremos más adelante. En una ciudad pequeña como era este no fue difícil que ambos, don Diego y Diana, se encontraran por casualidad por la calle. Aquella hermosa joven que atraía las miradas de todos conquistó el interés y el corazón del joven libertino que vio en la muchacha un nuevo trofeo de sus correrías. En uno de aquellos encuentros, don Diego se presentó ante Diana y esta le correspondió de inmediato. Intercambiaron palabras de saludo y miradas de complicidad que demostraba la atracción entro los dos jóvenes. Los días fueron pasando y la relación entre ambos se fue acrecentando, con la reprobación del padre de don Diego, que recelaba de esa relación y la reprobaba por considerarla pecaminosa. Don Diego estaba obsesionado con la belleza de Diana y el deseo le encendía hasta el punto de hacerle cambiar de humor y dejar de alternar con sus amigos. Estaba decidido hacer suya a la joven, al precio que fuera. Había embelesado y enamorado de tal forma al muchacho que este andaba obsesionado con ella, hasta el punto de hacerle cambiar su humor y sus ganas de divertirse con sus amigos. Su mente estaba ocupada siempre con Diana y apenas tenía ganas de otra cosa. Tenía que hacerla suya, al precio que fuera. Ella, mientras tanto, no parecía darle importancia a la mala fama que acompañaba a su enamorado, más bien al contrario, le daba esperanzas de entregarse a él. Era cuestión de tiempo. La noche de difuntos era una fecha en la que tradicionalmente los vecinos se recogían en sus hogares para rezar por el alma de los fallecidos, en la creencia de que el espectro de estos vagaba por las calles y campos de la ciudad. Don Diego y Diana estaban en una fiesta con sus amigos, cuando el sol empezó a esconderse por el horizonte. Todos se aprestaron a recogerse aludiendo a la superstición, pero los dos jóvenes se rieron de aquella creencia. Fue entonces cuando don Diego se apostó con sus amigos de que a las doce de la noche él estaría en la calle y desafiaría la costumbre de estar en casa, acudiendo al lugar más solitario de la ciudad, como era el santuario de la Virgen de las Angustias, al final de la empinada cuesta de la calle Pilares. Era esta una ermita levantada en el siglo XIV, aunque reformada en el siglo XVIII. Los amigos se miraron aterrados e intentaron convencerle para que no llevara a cabo semejante locura, que podría traerle graves consecuencias. Pero don Diego se rio de sus miedos y se dispuso a llevar a cabo su promesa. Sobre todo porque Diana le había entregado una carta el día anterior en la que decía: “Te espero en la puerta de las Angustias. Seré tuya en la Noche de los Difuntos”. Aquella carta había emocionado de tal manera al muchacho, que estaba dispuesto a desafiar cualquier peligro por poseer a la dama. Nada iba a hacerle cambiar de opinión. SANTUARIO DE LAS ANGUSTIAS>>> Ni siquiera la fría y tormentosa noche, en la que los truenos golpeaban con inusitada furia y los relámpagos iluminaban la tétrica oscuridad de la noche. En medio de aquella tormenta, don Diego salió a la hora prevista desafiando la noche. Raudo y veloz, con el corazón palpitando con gran fuerza, por amor, el esfuerzo y la emoción contenida, y bajó la empinada cuesta para dirigirse a la puerta de las Angustias al encuentro con su amada. Al bajar la cuesta, la vio allí, en el lugar señalado, toda vestida de blanco, resplandeciente por la luz de los relámpagos. Corrió a su encuentro. Cuando estaban uno enfrente del otro, ella le pidió que la poseyera, allí mismo, en aquel lugar y en aquella noche. Se abrazaron ambos jóvenes con todas sus fuerzas y se besaron con ardorosa pasión. Ella le pidió que no se detuviera. El, fuera de sí por su pasión, intensificó sus caricias hasta que sus manos comenzaron a levantar su vestido. Mientras, los rayos y truenos caían a su alrededor sin que ambos se preocuparan por ello. La muchacha se dejó hacer y ayudó al joven a que consiguiera su propósito. Pero de repente, algo extraño notó el muchacho. Bajo aquel vestido no sintió una piel suave y sedosa sino una piel áspera y peluda. Fue entonces cuando un rayo iluminó la escena y el joven vio, horrorizado que sus manos no tocaban una pierna, sino una pata y que aquellos no eran pies, sino pezuñas. No era una mujer lo que tenía en sus brazos, sino un macho cabrío. Ahora lo entendía todo. Había vivido en pecado, había deshonrado a su familia y el diablo se le aparecía en forma de una hermosa mujer para poseer su alma pecadora. Aterrorizado, el joven salió corriendo dando gritos de terror y espanto. A su vez el diablo, con una voz profunda, cavernosa y estrepitosamente desgarrada, lanzaba carcajadas que resonaban entre las antiguas piedras del santuario. El joven, presa del pánico, se abrazó a la Cruz de los Descalzos que había en la puerta de las Angustias rogando a Dios que le perdonara, implorando su ayuda. El diablo se abalanzó sobre él, lanzándole un zarpazo al tiempo que sonaba un trueno inmenso. Pero el zarpazo solo le había rozado el hombro y había dejado una marca en la piedra, todavía humeante. El muchacho huyó despavorido subiendo la cuesta y nunca más se supo de él. En realidad, se dice que ingresó en el santuario de las Angustias donde ingresaría para redimir sus pecados y nunca más se le volvió a ver salir de allí. Hoy en día, en ese lugar, frente al Convento de los Descalzos, donde ingresó el joven, protegida tras una verja, podemos ver la Cruz de los Descalzos, también llamada Cruz del Convertido, a la que alude esta leyenda. Y en ella, la mano, o la garra, marcada en la piedra, junto con otros motivos de la Pasión grabados en ella, prueba de lo que allí aconteció. Aunque la leyenda también dice que tal huella es la mano del propio joven, que quedó marcada en la cruz por la intensidad y su deseo de perdón. Por F.L.P. Fuente Leyendas de Cuenca. Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Jerusalén (Orden Católica Española del Temple) Maestrazgo Templario Católico Internacional