MEMORIA SOCIAL Uruguaya, tu eres parte, no te quedes aparte. Grupo Porto Alegre - Brasil 2016 Derechos de autor reservados Prohibida su reproducción total o parcial Mujeres - Memoria Social Uruguaya, tu eres parte, no te quedes aparte Edición Porto Alegre/RS-Brasil 2015-16 96p.: 15x21cm Bibliotecaria Responsable: Grazieli de Andrade Pozo. CRB 10/1552 2005 ISBN 85 - 98115 - 09 - 6 Coordinación del Grupo: Rossanna Prado Promoción: Administración Nacional de Usinas y Transmisiones del Estado (UTE) y Consulado General del Uruguay en Porto Alegre Tapa y diagramación: Ellera Comunicación Gráfica Arte de tapa: Andrea Gregory ÍNDICE Prólogo 1 Administración Nacional de Usinas y Trasmisiones Eléctricas (UTE), empresa pública que entre sus múltiples servicios y finalidades, ha sellado un compromiso con su personal y con la sociedad, para llevar adelante un Modelo de calidad con equidad de género, tiene hoy el honor de ser partícipe de esta iniciativa editorial, llevada adelante por la Comisión de Género del Ministerio de Relaciones Exteriores. Esta publicación cuya finalidad es promover y difundir una realidad específica de mujeres uruguayas que residen fuera de fronteras y cuyos contextos personales y grupales generalmente no son conocidos ni visibilizados como corresponde. Rescata las memorias culturales, económicas y sociales, huellas que quedarán en estos territorios como parte de la identidad uruguaya de la que también se componen las raíces de las futuras generaciones. La finalidad de esta obra es dar a conocer estas vivencias como forma de que, a través de estos relatos y situaciones, podamos compartir aunque más no sea un poco de la vida que estas uruguayas llevan fuera de fronteras. Vaya desde UTE nuestras felicitaciones a quienes hacen sus mayores esfuerzos para que este tipo de experiencias puedan ver la luz al ser compartidas ... Administración Nacional de Usinas y Transmisiones Eléctricas - UTE 5 Prólogo 2 La semilla de este proyecto nace a mediados de 2011 cuando todavía desempeñaba funciones en la Dirección General para Asuntos Económicos Internacionales de Cancillería y tuve la oportunidad de conocer el libro que estaba siendo lanzado en San Pablo. Recuerdo haber transmitido en aquel momento mi interés en intentar replicar esa experiencia en Porto Alegre, donde estaba siendo designada para desempeñar funciones. Meses después y mediando la creación de la Comisión de Género en Cancillería coincidiendo las colegas con las cuales había compartido esta iniciativa, surgió la posibilidad real de comenzar a trabajar en el proyecto en esta linda ciudad que ha acogido a miles y miles de compatriotas. Llegó así la hora de lanzar la convocatoria a finales de 2013, que encerraba el primer desafío de este camino, dado que una cosa era el deseo de replicar el proyecto y otra muy diferente lograr seducir a las uruguayas residentes en Porto Alegre para sumarse al mismo. Confieso que el día de la primera convocatoria tenía bastante miedo respecto de cuál podría ser la respuesta a aquella carta dirigida a la colonia en que invitaba a las mujeres a conocer el proyecto. Probablemente hoy mirándolo en retrospectiva eran miedos infundados, dado el éxito de esa primera reunión de la que participaron casi 15 compatriotas y durante la cual Oriana Jara y Brígida Scaffo relataron de primera mano la experiencia de San Pablo y Alicia Isen reforzó la propuesta desde la Comisión de Género. Así dimos inicio al camino que nos permite llegar hoy con este libro a vuestras manos. Un camino, que a pesar de tomar por base la metodología del Museo de la Persona en San Pablo, tuvo sus particularidades, propias de la identidad de cada una de las integrantes y la dinámica que se conformó una vez que pasaron 6 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. de ser la suma de cada una a ser EL GRUPO, a las que se sumaron las condiciones diferentes respecto de la primera edición en que asumimos el proyecto. El proceso incluyó la identificación de los temas en torno a los cuales iban a centrarse las entrevistas personales, en que se combinaron naturalmente la identidad nacional, la realidad de migrantes y la proximidad con el Uruguay que son los tres elementos centrales que impactan en la persona de todos los uruguayos que por opción o por destino terminan viviendo en Río Grande del Sur. El libro es así, a mi juicio un reflejo fiel de todos y cada uno de los compatriotas que aquí vivimos porque Río Grande del Sur forma parte de nuestro ser en una combinación casi mágica con el Uruguay dados los inúmeros factores de comunidad e identidad cultural, social y de estructura económica existentes. En este sentido el libro refleja esa suma entre ambas identidades, que en alguna forma permitirían afirmar que quizás somos más uruguayas desde que estamos aquí porque aquí nos enseñaron a mirar a nuestro país y nuestras características destacando lo mejor de nosotras mismas. Una de las consignas fundamentales era que el Consulado apoyase al grupo, pero que no incidiese en la evolución del proceso dado que el proyecto no era del Consulado sino de las uruguayas que lo asumieron. Entiendo que esa es una prueba que logramos salvar con éxito. Hubo etapas en las cuales nos tocó asumir un rol activo para impulsar los trabajos y ordenarlos pero una vez generado el colectivo, fue el Grupo el protagonista absoluto de este camino. Este libro refleja así las características de cada una de las catorce. De las mujeres que eran en 2013 y de las mujeres que son hoy en 2015. Porque la prueba definitiva del éxito de este proyecto no es este maravilloso libro que hoy tenemos en nuestras manos, 7 sino el hecho que hoy Ana Inés, Andrea, Fabiana, María del Carmen, Martha, Marisú, Mirta, Mónica, Nilda, Rosa, Rosario, Rossanna, Selimar y Susana no son las mismas mujeres que eran al comenzar el recorrido. Porque tuvieron que conocerse primero a sí mismas para poder reconocerse en sus historias. Porque reencontrándose con todas las pruebas que antes supieron afrontar recuperaron la fuerza para los desafíos que tienen por delante. Porque a medida que se fueron conociendo entre sí, fueron descubriendo aptitudes insospechadas en cada una que se adaptaban maravillosamente bien para los diversos roles necesarios para este proyecto. Porque a través de la interacción fueron surgiendo amistades que hoy buscan motivos para seguirse reuniendo periódicamente en el después del libro. Porque se divirtieron en cada reunión, porque arriesgaron, porque se animaron a hacer cosas que probablemente nunca hubieran soñado hacer y porque hoy en este libro están entregando al lector desconocido y a sus familias y amigas un pedacito de su alma a través del cual las van a conocer más. Uruguaya, tú eres parte, no te quedes aparte Edición Porto Alegre fue posible gracias al compromiso de todas sus integrantes y al apoyo de las siguientes personas: Silvana Guerra, Alicia Isen, Brigida Scaffo, Oriana Jara ,y especialmente a las autoridades de UTE que nos permitieron financiar la edición e impresión del libro y a las autoridades de Cancillería desde 2012 hasta la fecha que avalaron este trabajo en que se combinan idealmente las políticas de vinculación con la colonia en el exterior y de género. A todos ellos un sincero agradecimiento por permitirnos transformar la semilla en un hermoso árbol cuyas ramas seguramente serán en el futuro la salvia que inspire a muchas uruguayas y uruguayos aquí y en otras partes del mundo cada vez que surja un sueño, por difícil que parezca hacerlo realidad. Con el profundo orgullo de haber caminado junto a estas guerreras en este proceso, les 8 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. auguro una mágica lectura y me animo a afirmar que seremos muchos los sorprendidos al identificarnos con las experiencias y emociones en ella relatadas. Dra. Karla Beszkidnyak Cónsul General en Porto Alegre Porto Alegre, 30 de setiembre de 2015 9 Integrantes del Grupo Presentamos las Mujeres Uruguayas del Grupo Memoria Social – Porto Alegre/Brasil, en fotos con alteraciones digitales que muestran a las integrantes en actividades en las que se realizan como personas que son hoy. Las fotografías hechas por la artista Andrea Gregory fueron alteradas digitalmente, impresas en papel y trabajadas manualmente sobre la impresión, siendo nuevamente fotografiadas para obtener los resultados que siguen. 11 12 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. 13 14 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. 15 Introducción Este texto relata la formación de un grupo de uruguayas que viven en Porto Alegre, participantes del Proyecto “Memoria Social - Uruguaya, tu eres parte, no te quedes aparte”. Así nos llegó la idea de, desde relatos orales, armar un libro sobre las experiencias femeninas en esta ciudad. A partir de una idea central de registrar las distintas formas de cómo las mujeres uruguayas se veían en otro país, cómo se las arreglaron para llegar, para traducir sus vidas y seguir adelante, el Consulado propuso armar un Grupo entre la comunidad uruguaya residente en Porto Alegre, donde pocas se conocían. Como socióloga de formación, me encantó la propuesta y me ofrecí para entrevistar a las “chicas”, basándome en la metodología de trabajo en Historia Oral del “Museu da Pessoa” de São Paulo/Brasil, ya usada en los libros anteriores del Proyecto. Así estructuré una entrevista, aplicada en las casas de cada una y con eso iniciamos un sorprendente proceso de registro de experiencias comunes. En un proceso de este tipo generalmente se forma un grupo que, a lo largo del tiempo, se 16 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. va desarticulando: acá sucedió totalmente lo contrario, se creó un grupo de trabajo buenísimo. Teniendo como objetivo armar un libro de memorias, la entrevista-base tuvo cuatro partes para facilitar el análisis, permitir separar las memorias sobre cuatro grandes temas/ capítulos y así formar un conjunto de memorias con puntos comunes. Después de prontas y realizadas las desgravaciones, comenzaron las reuniones del Grupo y las lecturas de selección, y dándose cuenta de la cantidad de temas e historias que faltaron contar, las chicas quisieron ampliar sus respuestas e inserir más memorias. La pregunta final, “¿qué mujer soy, hoy?”, generó tantas charlas, conversaciones e identificaciones que exigió la apertura de un nuevo capítulo, elaborado durante las reuniones del Grupo. Así fue como los encuentros, al principio tímidos, se convirtieron en productivas jornadas de trabajo, producción literaria - y meriendas de exquisita calidad, en casa de Maria del Cármen. El Grupo se fue armando, de a poco, nos hicimos amigas comentando memorias e historias, disfrutando tés, bizcochos y pães de queijo. A las dificultades diarias que todas tuvimos – el idioma, la alimentación, las saudades – vimos que coincidían actitudes parecidas. Aparecía la fuerza de la identidad cultural ante un cambio de rumbo, un nuevo lugar para vivir. Identificamos maneras propias de convivir con los dos idiomas, por ejemplo. Frente a separaciones, viajes y ausencias, la fuerza del “mujererío” impresionaba, cada una a su manera. Durante las reuniones del Grupo fuimos identificándonos, como mujeres y como inmigrantes, en las trayectorias de vida de las otras. A medida que fuimos aprontando los cuatro capítulos del Libro, tuvimos un momento emocionante. Como no teníamos idea de su conjunto, decidimos juntar y leer las partes seleccionadas 17 de cada capítulo, y Nilda se dispuso a leer los textos. Con su voz de maestra vareliana jubilada, en un español impecable, claro y cadencioso, su lectura nos caló hondo: nos hizo dar cuenta de que aquellas historias ya no eran personales, eran NUESTRAS, amplias e íntimas. Componían formas propias de vivir que permitían imaginarnos en ellas a medida que la lectura avanzaba. La voz tierna de Nilda daba vida a un pout-pourri de imágenes memoriales: lugares, recuerdos, sonidos, sabores, aromas, situaciones, personas que se fueron y que llegaron, añoranzas, refranes y más memorias que, en su conjunto, compusieron un mosaico de identidades contemporáneas de mujeres fuera de su país de origen, Uruguay. Todas decíamos “yo también”. Entre suspiros y lágrimas nos reconocimos en aquellos renglones. Entre todas, recordamos que no fue fácil salir pero que arriesgarnos nos hizo fuertes. El conjunto de relatos nos unía en un contexto propio, en el tiempo y en el espacio. Por la distancia y vivencias, pudimos ver un país diferente al que dejamos, con valores, sentidos y significados que, a partir de las diferencias que aprendimos, pasamos a valorar, visualizar e imaginar. La tierra tira, y la traíamos con nosotras. Como nos reíamos mucho al recordar los versos del Pericón Nacional, decidimos incluirlo para dividir nuestra risa con ustedes. Las vueltas de la vida nos permitieron abrir el corazón a lo nuevo en Porto Alegre, capital de Rio Grande do Sul, al sur de Brasil. Se trata de una ciudad especial, donde el agua es dulce y la tierra es roja, hay morros por todos lados y las calles los acompañan, es bañada por una luz tibia y nos regala, diariamente, una puesta de sol cinematográfica. Aquí, tenemos varios elementos en común con Uruguay – clima, mate, costumbres. Entre diferencias del idioma, de documentos, comidas y geografías, nos ubicamos y seguimos adelante. 18 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. Y lo más importante: estamos cerca, apenas 870 kilómetros nos separan. En avión, vamos de Porto Alegre a Montevideo en una hora y media. La frontera está a cinco horas de viaje en auto y siguiendo, en una noche llegamos a nuestra capital, amaneciendo en la Rambla. Alrededor del mundo, no todas las uruguayas que salimos del Paisito podemos hacer ese viaje tanto cuanto quisiéramos - lo hacemos a través de la memoria y lo reproducimos en pequeños gestos, al tomar un mate, al cantar el arrorró, al sentirse bien por el mundo. Cuando vamos, nos quedamos lo necesario porque ahora nuestra vida es acá: tenemos nuestras familias y casas, nuestras actividades y dos idiomas. Varias de nosotras tenemos parejas brasileras, hijos brasileros, nietos brasileros (nuestras leyes permiten que si quieren, soliciten la ciudadanía a la que tienen derecho). Descubrimos posibilidades y echamos raíces y, con el tiempo, nos resulta difícil imaginar vivir en otro lugar. Acá estamos. Somos mujeres uruguayas en Porto Alegre, en el sur de Brasil y, a pesar de las saudades, eso nos encanta. Rossanna Prado Perez Coordinación del Grupo 19 EL NIDO - SOY URUGUAYA: INFANCIA, FAMILIA, RECUERDOS Andrea Gregory ilustra la tapa de este capítulo, Arte: Rambla, imagen con alteración digital impresa en papel Tintoretto Gesso, trabajada manualmente y re-fotografiada. R ecuerdo a mi familia, las playas, el dulce de leche, el queso y los bizcochos, que no tienen igual en el mundo, tal vez porque tengan gusto a infancia... De mis primeros quince años en una casa de altos en la Unión y de los maravillosos fines de semana en la casa de mi abuela, donde podía hacer fogatas de verdad, armar carpas y explorar los terrenos vecinos al final de la calle de tierra. En la quinta de mi abuela comía las frutillas con azúcar y las zanahorias recién arrancadas, lavadas en un balde con agua al pie del cantero donde mi tío las plantaba. Allí aprendí a leer en las revistas de moda de mi tía modista y en los libritos de cuentos que mi tía me leía a la hora de la siesta, con la esperanza de que me durmiera un rato, aunque yo me levantaba después que todos se habían dormido y me subía al árbol del gallinero y de allí a la azotea de la casa para ver aquel enorme mundo a lo lejos. Me acuerdo del día en que se fue mi madre, cuando yo todavía no lo había sido. Después, de un Montevideo gris y muy triste, de la dictadura que fue muy cruel y que me hizo dejar el país, pero hoy lo veo diferente, colorido y relacionado al amor. *** Me acuerdo de un Montevideo tranquilo y seguro donde tuve una infancia y adolescencia feliz porque, aún siendo huérfana de padre, desde los dos años, estuve rodeada de una familia unida y amorosa. En casa, era aquello de “Uno para todos, todos para uno” y aún sigue así. De los paseos a caballo, bien abrigados en el invierno, después de haber desayunado con leche recién ordeñada, pan cocido en horno de barro y mermeladas caseras. De cuando llegaba el verano y en el carnaval las épicas guerras de agua que se formaban entre nuestra familia por un lado con los vecinos y amigos por el otro. En la familia era costumbre que el día de los 15 años se pidiera para rezar una misa de agradecimiento y en mi día, el buen sacerdote se equivocó y en lugar de rezar una misa festiva, celebró una misa de difuntos y yo sentada en el primer banco, acompañada por mamá, mi hermana y el resto de 22 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. la familia, oíamos pedir por “el alma de nuestra amada hermana”. Fue una cosa de locos rematada cuando, de noche, durante la fiesta, hubo apagón y tuvimos que bailar con el sonido de una Spika, única radio a pila que había en casa y a la luz de velas y faroles. *** La noche de los Reyes Magos en casa de mi Abuela, en Cordón: después de cenar, poner las sillas en la vereda, el sillón de mimbre de la Abuela y la butaca. En el saguán se sentía el olor de los jazmines, una palangana de hojalata llena de jazmines que perfumaban todo al lado del arbolito prendido y del pesebre. Tempranito, despertarse a ver los montones de regalos, y ayudar a los hermanos y primos chicos que no sabían leer a encontrar cada uno el suyo. Y así jugábamos todo el verano antes de volver a Brasil. *** Tengo presente el placer que me daba sentir el olor del pan recién salido del horno de barro, probar un pedacito con manteca casera, no mucho porque mi abuela decía que hace mal comer pan caliente. Me interesaban todos los pasos de hacer el pan y si bien no nos dejaban tocar nada estábamos siempre cerca mirando la batea de madera con la masa, sintiendo el olor de la levadura, mirando las manos de mi madre amasando y moldeando los panes de diferentes formas. El proceso mágico de la manteca casera, batir, batir y de repente separarse del suero aquella masa amarillenta, brillante y suculenta. El dulce de higo, de zapallo, de boniatos. en grandes ollas, llenando la cocina de olores dulzones y prometedores de la flor de clavo y la canela, los dulces en los grandes bollones de vidrio, con destellos ámbar. el olor de los asados, de los tucos y en el invierno los guisos de porotos y las sopas memorables de mi abuela que hasta tenían duraznos. El perfume de los jazmines me devuelve a mi 23 tía joven y alegre, el de los jabones Alma de Flores al ropero de mi abuela; me gustaba abrirlo y sentir el olorcito de sus ropas. Entre los recuerdos preciosos de mi niñez guardados en mi corazón, tienen un lugar especial las quermeses de la escuela, los preparativos, las tortas decoradas de mi madre para el remate para recaudar fondos, la fiesta y el baile. Eran las únicas ocasiones de poder estar despiertas hasta más tarde y divertirnos como “gente grande”. Si la quermese era en una escuela más lejana íbamos en volanta, tirada por el Zaino, un caballo negro, enorme según mi perspectiva de niña pequeña. *** Me acuerdo de mi abuela haciendo dulce de membrillo en un tacho de cobre que aún conservo. *** Del Corso de Pocitos, caminando alrededor de la Placita Gomensoro y recibiendo pequeños golpes con pelotitas de papel en la cabeza y/o en las piernas. *** Nací en Tacuarembó, departamento llamado “el corazón de Uruguay”. En primer lugar recuerdo las frutas, flores y verduras, que teníamos en abundancia. Cuando entro al supermercado, aspiro hondo para llenarme del perfume de las frutas que me recuerdan esa infancia feliz. Los animales domésticos, los paseos en bicicleta y el día de REYES MAGOS, que poníamos los zapatos esperando un regalito. Ese día y el anterior yo pasaba declamando, subida a un banco que había en la vereda: “Los TRES REYES MAGOS vienen despacito/ a poner juguetes en los zapatitos/ yo he puesto dos pares sin saber mamá/ está tan oscuro que no lo sabrá. 24 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. *** Me acuerdo de todo, mi familia aún vive en Carrasco, en la misma casa. De andar en bicicleta en la Rambla y el perfume de los jardines en verano. Hoy cada vez que voy a Montevideo recorro lo mismo que cuando era joven, si bien que cambió mucho *** El poder leer, jugar y salir disfrutando la vida en el campo, esperando las diferentes estaciones, la huerta de papá y el jardín de mamá cuidadosamente cultivados. *** Me veo en la casa paterna, en el taller de mi padre y en el atelier de mi madre rodeada de los olores de la madera, de la pintura... *** Tengo pocos recuerdos de mi vida en Uruguay, algo de la casa en la calle Lorenzo Pérez, los almuerzos en casa de mis abuelos, algún cumpleaños de los primos....Era muy chica cuando nos vinimos para Porto Alegre. Pero cuando el ómnibus entraba en Montevideo, por Carrasco y seguía por la Rambla, sentía que había llegado a casa, cerca de todos mis afectos. *** Nací en un pueblito cerca de la frontera con Brasil. Mi abuela era brasilera y mi abuelo español. En su casa se hablaba “portuñol” lo que me familiarizó de chica con el vocabulario y costumbres pues mi abuela me llevaba a ver a su familia a Santa Victoria. Terminado el liceo nos radicamos con mamá y mi hermano (mi papá falleció) en Montevideo donde estudié Magisterio. Ejercí la docencia durante 37 años. Me casé y tuve tres hijos maravillosos y 5 nietos divinos. 25 *** De cuando era chica me acuerdo clarito de San José, vivíamos en una casa grande que llamábamos de “La Tapera” y a la vuelta vivían las tres Tías viejas, siempre de negro. La Tía Mena recitaba versos de Bécquer y Amado Nervo y se iba a misa todas las mañanas. La que decía muchos chistes y versos criollos era Tía Fortuna, y la Tía Regia era la más tranquila de las tres. Y estaba la Abuela, que como vivía cerca, venía de tarde y entre todas tomaban mate dulce o mate de café. El día del cumpleaños de la Abuela hacían pasteles de masa hojaldrada de manzana, de crema pastelera y de membrillo, y como era en invierno se comían con chocolate caliente mientras jugábamos a la lotería, había que juntar dos mesas grandes. Como mamá quedó viuda muy joven con 4 niños, las tías le ofrecieron ir a vivir allí. Eran hermanas de la madre de mi madre, todas solteras - una de ellas tuvo un novio que murió de gripe española, pero las otras no, y como los lutos eran muy largos vivían de luto casi permanente, porque siempre se moría alguien. Y yo pasaba tiempo con ellas, igual después que me vine a Montevideo. Así fue que empecé a coser con la Tía Mena, ella siempre con sus versos y con sus libros. Éramos novios con mi marido, que trabajaba en la Fuerza Aérea por esa época, y cuando me llamaba por teléfono, porque era de las pocas casas de San José que tenía teléfono, las tías decían: “Edgardo en el teléfono!” y claro, yo iba en camisón a atender, y la Tía Mena decía: “la única muchacha que yo vi hablar en camisón con el novio es Rosita”. Mi marido estudió muchos años violín, en Montevideo, cuando jovencito tocaba en la Confitería Ateneo, que quedaba en 18 de Julio - tendría 16, 17 años. Tocaba también en una orquesta típica y después paró. *** De la Rambla y de la playa donde iba siempre que podía, con ese río ancho como mar, los días de carnaval y su desfile con los 26 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. cabezudos que de niña me asustaban. Las “llamadas” y los negros lubolos con su candombe que hasta hoy disfruto muchísimo, me gustaba observar como calentaban las lonjas antes del desfile, esa plástica que todo pintor uruguayo retrata, eran momentos de color, alegría y de un ritmo muy uruguayo del cual sentía y siento orgullo. Me acuerdo del estudio de mi padre con olor a lápiz y papel, allí jugaba a ser arquitecta y secretaria con una máquina antigua de sumar. Me acuerdo de los paseos al zoológico, de las idas al estadio a ver a Peñarol y de tirarle pan a las palomas. *** “Nací en un lugar escondido, tan chatito y tan perdido, que en el mapa no se ve... Por las puertas de mi madre al Uruguay me enhebré. En menos que canta un gallo por apurarme quedé completamente uruguayo” Así dice el poema de Daniel Amaro, un uruguayo que al igual que yo, se siente muy orgulloso de su tierra. Recuerdo un Montevideo seguro, feliz. Siempre reunidos en la cocina, nuestra vida acontecía allí; mamá cocinando, nuestras historias, las enseñanzas, la familia. En el verano pasábamos largas temporadas en Punta del Este, disfrutando del mar y los amigos. *** El primer auto que tuvimos fue el Graham Paige, del 30 o del 31, después ya vino el Ford Prefect, ese era del 51. Autos viejos, pero eran buenos, muy nobles. 27 PORTO ALEGRE, UN PUNTO EN EL DESTINO: CIUDADES CERCANAS, LA INTEGRACIÓN Marisú Buquet ilustra la tapa de este capítulo, Arte: Brasil y otras patrias – Xingu, oleo sobre tela, 2014. L a idea (de mi primer marido y mía) fue venir a Porto Alegre para seguir viaje a Europa, lo que en aquel momento no se concretó. Era la época de la dictadura y por haber sido presa política a los 16 años, no conseguía trabajo. Era muy difícil ser joven en el Uruguay (teníamos apenas dos décadas de vida). El sólo hecho de serlo despertaba sospechas y eso te creaba una horrible sensación de inseguridad, de miedo profundo a esa casi-muerte que rondaba a muchos montevideanos. Europa nos parecía un destino mucho más abierto, respetuoso y prometedor y Porto Alegre podría ser el trampolín para llegar allá. *** Vinimos por trabajo, pero sobre todo era una oportunidad de crecimiento para toda la familia y un gran desafío laboral. *** Por el trabajo de mi padre, que en Uruguay trabajaba en tres empleos y entre compañeros de trabajo comenzaron a buscar nuevas oportunidades en Brasil. Por suerte, Porto Alegre era más cerca que San Pablo. *** Viviendo en Uruguayana vine a la capital para estudiar. *** Desde niña siempre viajé a Brasil por el trabajo de mi padre y quiso el destino que emigrara para Porto Alegre en busca de mi futuro. Llegué a esta ciudad y me sentí muy diferente a la persona que había salido de su tierra natal. Me sentí extranjera porque me llamaban “la castellana”, como si fuera poseedora de un título y ello me daba mucho orgullo. Tengo mucho que agradecer a esta ciudad que ha terminado de formar la persona que soy hoy: una mujer inmigrante que ha encontrado su lugar en el mundo y ese lugar es aquí. 30 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. *** Después de vivir en varios lugares del mundo elegí Porto Alegre, por ser la ciudad de la familia de mi marido y por entender que, además de encantarme la ciudad, yo tenía mayor capacidad de adaptación. *** Porto Alegre fue porque mi hermana vivía aquí. Vinimos de paseo, mi marido quería seguir para São Paulo, tenía alumnos suyos que trabajaban en Computación, en esa época él trabajaba con un /360 en Montevideo, ya trabajaba con Procesamiento de Datos, y varios de sus alumnos se habían ido para São Paulo. Llegamos a Porto Alegre, pasamos por la Siderúrgica Riograndense y como uno de sus alumnos estaba trabajando allí ya lo invitaron a que fuera al otro día. Eso fue el 11 de febrero. Pasamos unos días y nos volvimos a Montevideo, vendimos todas las cosas, vendimos nuestro Ford Prefect del año 50, y nos vinimos. Llegamos el 18 de marzo, la pareja con cuatro niños de 9, 7, 6 y 4 años, Y empezamos a vivir en Porto Alegre. Empezamos a sufrir con el idioma, las saudades, los chiquilines comenzaron la escuela sin saber una palabra de portugués. El menor fue a una jardinera, una escuela municipal en frente a casa, y les enseñó la primera estrofa del Himno uruguayo a los compañeritos. *** Vacío el nido por la partida de mis tres hijos varones a otros países (BRASIL-ESPAÑA), mi esposo falleció pues sintió mucho el alejamiento. A la semana me vine de Uruguay con mi hijo del medio, quien desde el 97 ya estaba en Porto Alegre, donde había formado su familia, aquí tengo un nieto de 12 años. Unos meses después debí procesar el duelo con mis otros dos hijos; el mayor y su esposa, que me dieron dos nietos, -una parejitay el menor que me visita todos los años en Porto Alegre. Podía 31 haberme quedado en Cataluña pero sentí necesidad de estar cerca de Uruguay, a pesar de no haber vuelto más a mi país, era más fácil llegar desde Porto Alegre. Además ya había criado los nietos mayores y el de acá me tenía sólo a mí como abuela. De la mejor manera posible, intenté ocupar todos esos vacíos. Por eso me siento muy bien en esta tierra que me ha brindado tanto. *** El mercado brasilero era incomparable, 180 millones de personas contra 3 del Uruguay, y eso ya te abre muchas puertas para grandes negocios. Era una forma linda de comenzar una vida familiar solos en el extranjero, lejos pero cerca al mismo tiempo, contando ya con las niñas que siempre fueron nuestro mayor estímulo y una excelente compañía. *** Por qué Porto Alegre? Por mi hija menor que empezaba la facultad en la capital y como mis otros dos hijos ya se habían ido de casa decidimos, después de vivir en otras ciudades de Brasil, vivir en Porto Alegre para que cursara la Universidad. Hoy vive en San Pablo, ya recibida. Haciendo cuentas, hace 12 años que resido en Porto Alegre. *** Cuando murió mi esposo sentí que se me caía el piso. No sabía qué hacer ni hacia dónde ir. En ese momento estallaron y se disolvieron para siempre todos los planes, ideas, proyectos, sueños. Desde la simple comida de ese día, las compras del fin de semana, el dónde pasar Navidad, hasta la hamaca que algún día colgaríamos en el árbol plantado en la casa de afuera para nuestros futuros nietos. 32 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. *** Cuando por segunda vez vine a vivir a Porto Alegre, llegando en el ómnibus por los puentes viendo nacer el sol con la ciudad de Porto Alegre recortada frente al amanecer, sentí que estaba llegado a casa. *** Por amor, ya que me casé con un uruguayo que vivía en Porto Alegre. Hoy no cambiaría ni Porto Alegre ni a mi marido ¡por nada! *** Una firma uruguaya abría sucursal en Porto Alegre y a mi padre le propusieron que asumiera la gerencia. Él, creo, vino un año antes de mudar a toda la familia. Después vivimos en el interior del Estado, también por razones laborales. *** Cuando vinimos en el 74 las cosas no estaban muy fáciles, estaba complicada la situación en Montevideo. No por falta de trabajo, mi marido siempre trabajó muy bien. La finalidad principal del viaje fue que los niños estudiaran. Mi marido pensaba que como estaban las cosas, como estaba el país, los niños no iban a poder estudiar. Y una de las cosas que él dice y con la que estoy de acuerdo es que si nos hubiéramos quedado allá estaríamos solos, porque los hijos habrían empezado a salir. Entonces nuestra salida de allá fue estratégica para mantener a toda la familia junta. Sabemos de mucha gente, uruguayos, que se quedaron allá y no pudieron recibirse o se fueron, y si lo miramos así decimos: ¡qué bueno que nos vinimos! 33 UNA NUEVA VIDA: REUBICARSE ENTRE LO NUEVO Y LO VIEJO Mónica Kabregu ilustra la tapa de este capítulo, Arte: Luna y Sol, lápiz sobre papel, 2015 C on mi hijo y mi nieto de 12 años, hablamos español. Con las demás personas en un perfecto “portuñol”. Ellos dominan ambos idiomas, tanto es así que cuando no entiendo lo que me dicen, mi nieto me lo traduce al español. Es muy divertido y reconfortante tener esta experiencia. Mis abuelos paternos eran brasileros, por lo cual el idioma portugués no me era desconocido. Además en Porto Alegre muchas personas tienen vínculos familiares con uruguayos y les encanta oír hablar en español. Para mí leer y escribir no me es difícil. Hablar sí, pues es complicado coordinar los pensamientos con la palabra, a pesar que el portugués tiene muchas palabras semejantes al español. Cuando estuve en Cataluña (España), en casa de mis otros dos hijos, tuve que aprender catalán. Hoy, con ellos nos entretenemos hablando ese idioma así no lo olvido. Tengo allí dos nietos de 20 y 22 años, que son uruguayos. Pienso que aprender otros idiomas abre puertas al mundo. Las costumbres en Porto Alegre, de algún modo, no son tan diferentes a las de Uruguay. El mate amargo, la música y los bailes gauchescos que yo bailaba en la escuela y en los desfiles en fechas patrias. Lo que no extrañé fue poner los zapatitos para los Reyes Magos pues sigo haciéndolo con mi nieto. Además la costumbre de pasar los valores morales que se traen de familia “No hagas a los demás lo que no te gusta que te hagan a ti”, la misa y la cena en Navidad y la fiesta de Fin de Año. Una vez, cuando era pequeña, mi madre le hizo a mi padre una bombacha de campo y como le sobró tela me hizo otra a mí. Salí a la vereda y había unos hombres arreglando la luz de la calle y uno le dice al otro: “mira que lindo varoncito”, entré corriendo y me saqué la bombacha. Solo volví a ponerme pantalones ya mayor, a pedido de mi nieta que en ese momento tenía 13 años. 36 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. *** Portugués es mi tercer idioma, hablo también francés. Llegué acá sin saber casi nada de portugués, aprendí sola leyendo, en la feria, con las personas y mirando televisión; después con las clases de mis hijos hasta conseguir hablar y escribir fluidamente. En determinado momento pasé a sentirlo como mi propio idioma pero con los chicos hablamos siempre en español. Yo traje una buena formación de enseñanza, el conocimiento del francés y el gusto por la música brasilera, de mi Abuela el gusto por la costura. Traje también valores familiares y morales, el gusto por el estudio. Yo soy un poquito así como desapegada, veo otras personas muy apegadas a tradiciones. Por ejemplo, con la comida, me gusta la comida uruguaya, la comida brasilera, la comida italiana, me gusta “la comida”. Dentro de esto claro, algunas recetas de allá, bizcochitos, masitas, parrillada y asados. Ahora en realidad, lo que siento siempre que me hace falta son las personas. Los lugares son lugares. De repente, cuando estoy en la calle o en la carretera y veo un amanecer o una puesta de sol, paro y me quedo mirando, disfrutando y es un momento único, no importa el lugar. En Porto Alegre yo siempre me sentí bien, siempre me sentí acogida, siempre hubo una persona que de una forma o de otra me allanó el camino. No recuerdo haber sido discriminada. *** Fue complicado adaptarme a las comidas acá en Brasil, a los nombres, de las verduras y de las cosas pero aprendí. ¡El primer feijão que hice lo colé! No sabía que no había que colarlo, pero ahora ya me queda más rico porque no lo cuelo más. Ah sí, el pop, la pipoca, me dijeron que se ponía el choclo en la olla entonces metí el choclo ¡con marlo y todo! Nunca había visto una cosa de esas. Pero el idioma fue difícil. Después que los 37 niños se iban a la escuela me sentaba sola a leer en portugués, con un diccionario portugués-español. Leí Machado de Assis, leí los clásicos, algunos que ya había leído en español pero claro, con el diccionario siempre! Después que los niños se dormían escuchábamos el informativo y las novelas de la noche, creo que era “Rebu”, para aprender el portugués. Las escuelas eran diferentes y no encontraba material didáctico en esa época. Fue complicado conseguir material para que los niños estudiaran, allá estaban “Charoná”, “Billiken”, acá no. Pero la escuela fue nuestro segundo hogar, empezamos a ir a las reuniones, después a las fiestas y empezamos a ayudar. Por muchos años fuimos de la Comisión de Padres y Maestros, fue una seguridad, hicimos muchos amigos. La primera vez que empecé a ayudar en un asado y hacer las cosas, agarré un aipim y le saqué solo la cascarita marrón de afuera, y todas me decían: “¡Pero Rosa…!” Pero yo nunca había visto un aipim en mi vida… Y así fue, fui aprendiendo, aprendiendo de a poco muchas cosas. *** Aún está fresco en mi memoria el recuerdo de mi equipaje al llegar: ollas. Ese era mi equipo, mi madre me las había dado porque era lo que más podía darme para recordarme de dónde vengo, quién soy, quiénes son mi familia, mis raíces que se mezclan con los aromas del pan y la comida, en una fantástica mezcla de ilusiones y recuerdos. Siempre he tratado de incentivar en mis hijos (tengo dos, una hija y un hijo) mi lengua materna y esto nos ha dado una complicidad especial. Ellos son el motor de todo proyecto, de todo sueño y a su vez responden siendo personas honestas, transparentes y llenas de amor. Conocen el amor de nuestra familia por la gastronomía. Cuando los niños eran chicos íbamos muy a menudo a casa de los abuelos, donde nos sentíamos como si el tiempo se detuviera y solo existiera ese lugar de felicidad, protección, amor 38 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. y mimos. La abuela preparaba las comidas preferidas de cada uno, las mejores del mundo. Fueron épocas únicas, de juegos de cartas, concursos musicales. El abuelo se convertía en un niño más enseñándoles carpintería, el cuidado de los animales en la estancia, la caza a los halcones y el amor por la familia. Mi familia es la típica familia de emigrantes que de 4 hijas, 3 nos hemos ido a vivir fuera de Uruguay. Estas experiencias han ampliado nuestra visión y nos ha permitido conocer nuevas costumbres, idiomas y gastronomías distintas. *** El hablar portugués no fue gran impedimento en mi adaptación, fue muy rápido, tengo buen oído, siempre me gustó la música brasilera y ya las cantaba en Uruguay. Dos años después de haber llegada ya a veces me confundían como brasilera, y me preguntaban si mi marido era argentino...(risas) aunque hasta hoy existe todavía un cierto acento extranjero que algunos perciben. Lo gracioso fue que los primeros meses que vivimos en Brasil, las chicas me preguntaban: “Mami, que dijo esa señora?” Mi hija de 6 años hablaba mucho mejor que yo por cierto luego de un año de estar aquí, hoy mismo hablan como auténticas brasileras! En casa no dejábamos mezclar el español con el portugués, se hablaba solo español y si mis hijas me llamaban “mãe”, yo ni respondía, les pedía para que repitieran hasta que me decían “mamá “, fue así que conseguimos en ellas, que se alfabetizaron aquí, un español perfecto! El Atelier Livre fue mi primer contacto real con la gente de aquí, tenía colegas de todo tipo, donde era obligada a hablar portugués todo el día y comportarme como una ciudadana más. Comencé a sentirme más útil, independiente y a ganarme mi propio espacio como mujer, escogiendo mis amigas, no por su lengua sino por sus valores, por las diferencias que nos hacían 39 tener una amistad más rica e interesante. Conservo hasta el día de hoy, después de 28 años, un par de amigas. Mi trabajo artístico siempre fue muy influenciado por los colores del Brasil, la alegría de su pueblo y de su descontracción. Muchas cosas de mi vida son volcadas en mi pintura, muchas historias y personajes, muchas cosas que vienen del vivir fuera de mi país. Paleta super colorida, a diferencia de los urguayos que son muy torresgarcianos en sus colores, paletas bajas, terrosas, discretas. Mi marido viajaba mucho por trabajo y muchas veces íbamos con las niñas, a modo de vacaciones familiares. Nuestra vida eran maletas siempre prontas, finales de semana en Uruguay, viajes por Brasil, EUA, Europa....vida muy nómade, dinámica y divertida, intensa, llena de vivencias todas muy ricas para la familia, todos muy unidos siempre y compañeros. Creo que todo eso se lo debemos en parte al estar aquí, lejos de nuestra tierra, de nuestra familia. *** En mi casa mis padres no querían que mescláramos los idiomas, así que de la puerta para afuera, hablábamos portugués y adentro de casa, español. Hasta hoy hablamos en español entre mis hermanos, y eso que hace más de 40 años que llegamos. *** Llegué con un gran dolor, mucha tristeza y sobre todo miedos y angustia por lo que dejaba atrás, mis dos hijos y mis nietos. Encontré un pueblo muy acogedor y simpático. Uno dice la palabra “uruguayo” y ya asoma una sonrisa. *** Creo que traje un gran bagaje cultural de Uruguay y eso me ayudó mucho. Ya hablaba inglés y francés por lo que acostumbrarme al portugués no fue difícil. Tuve excelentes 40 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. profesores de portugués en la facultad de Periodismo, que cursé en Porto Alegre, y por eso hoy no tengo ni siquiera acento, según dice la gente. En la época en que estudié en Uruguay teníamos una excelente educación que seguía el modelo francés y humanista y que estimulaba el pensamiento crítico; y eso es un diferencial muy valorizado, especialmente en Porto Alegre. Tuve profesores que después fueron grandes escritores, historiadores, directores de teatro... Las costumbres que todavía mantengo son principalmente las culinarias (no me he acostumbrado al “feijão” con arroz), aunque también he perdido algunas, como comer con pan y el dulce de leche con cuchara; un nivel de exigencia cultural muy alto (que no es muy común en Brasil) y que a veces me pone en apuros porque soy profesora y tengo que controlarme para que no se me vaya la mano..... No me acostumbro al excesivo consumo brasilero y no tiro nada que se haya roto sin antes intentar arreglarlo. Creo que una costumbre que me quedó tiene que ver con los criterios de elección de pareja. Creo que soy muy exigente y también reincidente: me casé dos veces con uruguayos y me divorcié de los dos, hoy tengo un compañero que también es uruguayo! *** El idioma lo traje de oído. Hablar correctamente me cuesta porque mi mamá no tenía el hábito de hablar español en casa, ya que ella quería aprender el portugués. Hablábamos solo con mi abuelo que fue a vivir con nosotros cuando se murió mi abuela. En la comida – dulce de membrillo y dulce de leche. El pan, no sé vivir sin pan. Es obligatorio para mí, después del postre, comer un pedacito de pan al que llaman “el taco de la vieja”. Buenos modales en la mesa y ser educado con los demás. Hay un dicho de mi mamá que está muy presente para mi hasta hoy: “Lo cortés no quita lo valiente”. Mis memorias 41 son todas de infancia, de cuando viví con mis abuelos en Montevideo. A mi abuela la llamaba Bitita – (era un diminutivo de abuelita). Me acuerdo de la Placita Gomensoro, de la Rambla y del apartamento de Pocitos donde vivíamos en la calle J. M. Montero. Las visitas eran, en general, de parientes y amigos mayores. Algo curioso que recuerdo es que algunas personas tenían sobrenombres muy raros y que hoy, me parecen hasta cómicos como : Mangacha, Chongolo, Perinola, Pillota, Porito, la Rata, la Pino. Creo que a los uruguayos les encantan los sobrenombres. *** Pocas tristezas, padre y madre muy especiales, muy exigentes, cariñosos y rígidos. La separación de ellos fue algo muy fuerte para mi edad. Mis notas en el colegio bajaron, pero poco a poco fui entendiendo, digiriendo y creo que conseguí disculparlos o comprender el golpe que recibí. También guardo en mi corazón los veranos-vacaciones en Punta del Este y los carnavales de Pocitos, en la Placita Gomensoro. Todos jovencitos de 13, 14 y 15 años alrededor de la fuente con música y los varones con unos hilos atados a pelotitas de una piedrita forrada de papel de diario, bien apretado, y cubierta de papel plateado de chocolatines que usaban solo para pegarnos en la cabeza o en las piernas, se supone que era divertido. Siempre usaba el ómnibus para ir de casa al Lycée Français y volver. Con 17 años ya había acabado la Secundaria y continúe con mis cursos de inglés y recibí mi Diploma de Traductora Oficial, con nota máxima. Un amigo de mi abuelo materno y Director General de un Instituto de Idiomas en Montevideo, como regalo de varios cumpleaños me ofreció una beca de Estenografía, Taquigrafía y Redacción profesional con derecho también al diploma. Yo estaba feliz, me sentía tan segura y se lo demostré con mi desempeño como funcionaria de empresas importantes, como el Teatro Solís (traductora verbal de ballet, opera, drama, etc.) y la compañía VARIG. 42 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. Ahí comenzó mi vida de joven mujer uruguaya ya que en esta compañía fue donde conocí a quien, hasta el día de hoy, es mi esposo, compañero y gran amigo. Llevamos 55 años de casados. La condición de la compañía era que tenía que aprender portugués oral lo más rápido posible y así lo hice. En mi currículo aparecía en idiomas: español, francés, inglés y portugués. Después de 3 años nos casamos en Montevideo y luego de pocos meses, quedamos “embarazados” y nació nuestra primera hija. Ahí comienza nuestra vida por el mundo, gracias a VARIG y a la eficiencia y responsabilidad de mi esposo. Después de varios destinos fuimos transferidos a San Pablo donde vivíamos en el 8º piso de un edificio edificado en un terreno muy alto, que permitía ver las nubes pasando por nuestras ventanas. Después de San Pablo fuimos para Salvador (Bahía) donde el portugués aprendido no me servía de mucho, así que tuve que aprender lo que yo llamo “Bahianés”. Luego de otros destinos y viviendo en Belém do Pará, llegó nuestro segundo hijo. *** En casa de mis padres hablábamos español. Había algunas dificultades en la escuela, el acento bastante fuerte al inicio, marcaba la diferencia y los niños no siempre son muy tolerantes, pero eso lo fui superando. En mi tercer año y primero de mi hermano llamaron a mi madre de la escuela, porque cometíamos muchos errores, mezclábamos mucho los dos idiomas. Me acuerdo que mamá hizo un esfuerzo para hablar portugués pero a nosotros nos resultaba muy cómico así que ella decidió, para no perder autoridad, volver al español. Mamá nunca aprendió el portugués. Entiende, se comunica pero lo habla muy mal. Por mi parte noto que, a pesar de hablar los dos idiomas sin muchas dificultades, cuando estoy aquí pienso en español y cuando estoy allá, en portugués. Es como si los dos me hicieran falta para entender el mundo. 43 ¿QUIÉN SOY? UNA URUGUAYA, UNA AMALGAMA DE CULTURAS Y COSTUMBRES Marisú Buquet ilustra la tapa de este capítulo, Arte: Brasil y otras patrias (libro 1), oleo sobre tela, 2014. L a mujer que soy hoy la construí en Brasil donde fui esposa, madre y abuela por primera vez. Soy muy independiente, tal vez por haber perdido a mi madre y por haber empezado a trabajar muy joven, tenía 14 años. Mi educación formal -hoy estoy terminando el post-doctorado- la realicé en Brasil y tengo orgullo de decir que soy la primera persona a obtener un diploma universitario en mi familia. Soy feminista, pero no de “quemar el soutien”, mucho más por defender los derechos de la mujer como ser humano y eso a veces es complicado porque Río Grande del Sur es un Estado muy machista. Me llevó casi sesenta años y mucho trabajo construir la mujer que soy hoy y estoy conforme con ella, aunque todavía sigo en la labor. Me siento todavía muy joven y con ganas de seguir creciendo, estudiando, aprendiendo, ayudando a la gente. Eso es algo que le agradezco a Brasil. Creo que si me hubiera quedado en Uruguay no sería como soy. *** Los sueños no sirven de nada si son solo sueños. Debemos trazar objetivos, metas y alcanzarlos. Hoy estoy en un proyecto que me inunda de alegría y gracias al cual puedo sentirme realizada. Tengo una fábrica de productos típicos uruguayos que se llama “Pan Tostado”. Un proyecto largamente acariciado, que hoy se hace realidad gracias a Dios, gracias a mi compañero con quien comparto la vida, los sueños, las conquistas. Sin amor nada tendría sentido... Jamás. *** El emigrar sin tener un proyecto establecido es tremendamente traumático. Es dejar de ser una persona para convertirte en otra. Cambiar de manera de pensar y actuar. Adecuarse a las circunstancias, como fue cuando quedé viuda. Para mí lo importante fue reunirme con uno de mis hijos que ya había formado su familia en Porto Alegre. Fue difícil pero no imposible, una opción de la que no me arrepiento. Sentí que mi lugar era Brasil, Porto Alegre, pues estaba más cerca de mi tierra natal, mi Uruguay querido que era donde había pasado la mitad de mi vida. Tratar 46 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. de convencerte de que debes desprenderte de tu vida pasada y caminar erguida para lograr adaptarte a la nueva realidad. Es volver a empezar arrastrando los gajos de las fuertes raíces que nos unen a nuestra tierra. Hay que adaptarse a nuevas personas. Por suerte la familia de mi nuera, muchos profesionales, me acogieron en las fiestas de Navidad, Año Nuevo, cumpleaños, casamientos, etc. Por lo tanto fue muy placentero integrarme. Lo gracioso fue que seguí hablando español y a veces en “portuñol”, sin problema alguno. Estoy agradecida a esta ciudad y a quienes en ella me ayudaron. Hubo una uruguaya que me prestó algunos muebles cuando me fui a vivir sola. Fue un aprendizaje muy positivo pues sentía la necesidad de tener mis cosas y momentos de silencio para poder estudiar mi situación con calma. Debí sentir lo que sintieron los conquistadores cuando descubrieron otras tierras, otras costumbres, otros idiomas. Me encontré con una ciudad bonita, con una exuberante naturaleza que invade las avenidas y la belleza de las aves. Parecía que aquí habitaban ángeles. Cuando en Uruguay me jubilé de la docencia hice un curso de “bijouterie” trenzada. Eso me permitió entrar a formar parte del Centro de Artesanos de esta ciudad. Fue una experiencia de vida que me ayudó a conocer gente nueva, sus costumbres y aún hoy participo de este grupo. Sentirse parte del pueblo que te brinda su amistad, formar parte de este pueblo” gaúcho” es como encontrar mis raíces, pues mis abuelos paternos eran brasileros, mi abuelo de Santa Vitória do Palmar y mi abuela, de la ciudad de Pelotas. Además tengo tres nietos y solo el de doce años es “gaúcho”, entonces cómo no agradecerle a Porto Alegre la oportunidad de incluirme en su diario vivir. Aunque una canción nuestra dice: “Este cielo, no es el cielo de mi tierra y esta luna no brilla como allá”, yo digo: Gracias, gente de Porto Alegre! *** Con el Brasil crecimos mucho, tuvimos otro lado emocional, el de pertenecer a otra Nación, otra cultura, lo que nos hizo más tolerantes con las diferencias, más humanos y universales. Cada día aprendemos cosas diferentes, otras tradiciones y costumbres, 47 culinaria, educación, idiosincrasia, en fin, una verdadera fiesta. Hoy pertenezco a un grupo de extranjeras de habla hispana, “el Chá das Quartas”, tenemos nuestro símbolo, una teterita, que nos recuerda que todavía somos extranjeras, pero al mismo tiempo personas del mundo, universales, nómades pero que buscamos incansablemente una nueva familia. Seguimos nuestras raíces y estamos orgullosas de ellas, pero también crecemos con las de los otros y esa oportunidad de convivir con gente que no es solamente de tu país enriquece mucho. Vine con 28 años al Brasil, aquí aprendí a no tener preconceptos, a no aislarme de los que piensan o son diferentes por lo que creen, sino crecer con ellos con todo aquello que yo no pasé, ni viví, ni absorbí siendo una uruguaya en Uruguay. Hoy soy probablemente una persona mejor y más completa por haber vivido aquí. Emigrando uno siempre gana: gana experiencia de vida, gana oportunidades de crecer profesionalmente y personalmente. Ganamos muchos amigos, cultura, tolerancia...y perder nunca perdemos porque los buenos amigos, los del corazón y la familia todos te esperan, los tienes para siempre. Lo fundamental para mí era que mis hijas no perdieran el amor por la familia, que donde estuvieran se sintieran seguras de sí, orgullosas de sus raíces pero felices donde fuera, como ciudadanas del mundo. *** Y después siguió la vida, con los chicos estudiando en la facultad. Nosotros queríamos que ellos tuvieran un sentido de pertenecer, y fue cuando empezaron a militar. Nosotros los apoyamos, claro, porque pensamos que en donde se vive hay que participar, comprometerse, y como ellos se criaron acá, eran más brasileros nos pareció bien. Desde entonces ese sentido de pertenencia hace parte de ellos. Aquí encontramos muchos amigos, muchos uruguayos, muchos brasileros y tenemos una vecina nuestra italiana. Como mi casa es cerca de la Rodoviária de Porto Alegre, parecía un segundo consulado por la cantidad de gente que pasaba o que nos venía a visitar. Es una referencia para mucha gente venir 48 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. a tomar un mate y a charlar hasta hoy. Y si llueve hago tortas fritas que se las devoran entre las visitas y los nietos. *** La parte de ser abuela fue tener un poco nuevamente los niños pequeños. A mí me encantan los niños, mis nietos son adorables. El rescatar esta relación es como tener los hijos chicos y poder disfrutarlos con tiempo. Esto ha sido una construcción también porque ellos nacieron en San Pablo, se criaron en San Pablo y yo acá, vaya y venga, venga y vaya. La verdad la mayor parte del tiempo soy una mujer feliz. Como todo el mundo tengo altos y bajos y a veces lloro un poco. Ahora pensando, así bien pensado, no sé si querría ser diferente, si querría estar en otra piel, otra situación. Yo tuve una carrera de trabajo que me gustó mucho, tuve momentos de problemas, opresiones, de luchar contra molinos de viento como Don Quijote, pero bueno, eso es parte de la vida, a mí el trabajo me encantaba hacerlo, me gusta trabajar con alumnos. Aquí tuve oportunidades de realizar una excelente carrera, cursar facultad y toda la preparación para el trabajo con cursos en el exterior: Italia y Francia. *** En este momento que me reúno con mujeres uruguayas para intercambiar nuestras experiencias de vida siento que estoy rescatando cosas que me parecía que habían quedado allá muy lejos en la infancia, como atrapadas en el pasado, pero ahora veo que mucho de Uruguay permanece en mi identidad. Lo uruguayo está muy vivo en las costumbres, en la comida, en los modales en la mesa, en la decoración de la casa, en valorar una buena educación y en ser bastante afectiva en las relaciones personales. Ser nieta, hija y madre uruguaya en Porto Alegre para mí siempre fue motivo de mucho orgullo. Siempre sentí una respuesta muy positiva por parte de los brasileros gaúchos. Hoy soy también naturalizada brasilera y siento que ser “doble chapa” acá nos agrega valores. Es muy común oír que los uruguayos somos bien educados y si a esto 49 lo sabemos honrar, tendremos siempre un excelente pasaporte de presentación. Mi lado brasilero es muy fuerte porque la mayor parte de mi vida la viví en Brasil. Acá se gana mucho con todo lo que se refiere a una mentalidad más Independiente, en tener más libertad en relación a conceptos de las relaciones humanas y también acá, hay mucha alegría en festejar y celebrar la vida. Creo que las que vivimos esa fusión, estoy segura, somos mujeres muy realizadas. *** Al cumplir 20 años de artista, el Departamento de Paysandú me convidó para exponer en Uruguay. Yo hacía un tiempo que tenía una nueva teoría de arte, y pensé: “voy a tener que poner los papeles en orden y voy a terminar con esta propuesta y creé “Dibultura”. Sale “Disenhura” (portugués) y se transforma al idioma español en Dibultura; hibrido de dibujo con escultura. Consta como Dibultura en los registros en la Biblioteca Nacional de Uruguay. Este es un gancho importante que yo nunca puedo olvidarme, pues es el eslabón de la cadena que siempre me mantuvo entre Uruguay y Brasil. Agradezco la sabiduría de Brasil. Los uruguayos tenemos una sabiduría del intelecto, Brasil tiene una sabiduría de sufrimiento. Es una sabiduría de negro con el indio, con una pitadinha de europeo. Brasil es tan fuerte que “te toma”, entonces por lógica cambias en el buen sentido, eres mejor. Brasil es noventa por ciento energía, diez por ciento el resto. Eso yo lo adquirí por ósmosis. Hay cosas que sin entender tú ya estás dentro. Eso fue lo que Brasil me dio. Una conciencia que Uruguay la perdió por haber perdido al indígena. *** En todas las ciudades en las que viví sentí la obligación moral de ayudar y ayudarme con obras de caridad, especialmente a las que se dedicaban al tratamiento y desarrollo de niños especiales (con síndrome de Down). Otras de mis preocupaciones era el de intentar ayudar a mujeres prostitutas a fin de que pudieran, si querían, cambiar de profesión. Llegó el momento de la jubilación de mi esposo por lo que ante la decisión de donde residiríamos y ya que él dejó que yo eligiera el lugar donde viviríamos. Pensando 50 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. en todo lo que había recibido de su parte y de su familia, le dije que quería Porto Alegre. Puedo decir que fue una decisión por amor. Quién diría que aquella jovencita uruguaya, bajita y retraída podría convertirse en una mujer, esposa, madre y abuela feliz y que a pesar de todos los países y ciudades donde vivió, sigue considerándose una uruguaya de pura cepa, aunque.... ¡no come asado! *** Acá o allá, los valores son los mismos. Creo que las personas de bien son bien allá y bien acá. Uno lleva los valores, se tiene una formación y se mantienen dentro de uno. Lo importante es no dejarse llevar por los modismos sino, más o menos, mantenerse dentro de lo que uno piensa. *** Traté de repasar todo a los hijos y a los nietos. Tengo la gran satisfacción que los nietos y los hijos leen muchos libros, todos estudiaron y se recibieron entonces creo que el resultado ha sido bueno. Y les inculqué el vicio por las milanesas, la Pascualina, Pasta Frola, las papas fritas ¡que son mejores que las del Mac Donald! Yo sigo haciendo comidas como en Uruguay, pero la sopa no es solamente el puchero, propiamente. Yo hago una sopa y todos los niños toman, les enseñé a tomar una taza de sopa antes de comer. El tecito, todos tienen la costumbre del té con scones, con torta, con tostaditas. Todos toman sopa y todos toman té. *** El ser abuela y al tener a mis padres viejitos, hoy, me hace cambiar mi perspectiva de vida en Brasil. Ya no tengo motivo para quedarme aquí aunque será difícil pues aquí es mi segunda casa y estoy preparando mi vuelta. Creo que es mi función en esta fase, pero también sé que no me desvincularé de Brasil así de fácil, ni lo pretendo hacer en el futuro. Como hija siempre pensé que me iba a ir y lo hice, como madre quería volver y no podía y ahora como abuela tengo la feliz chance de elegir qué hacer. ¡Mejor imposible! 51 ¿QUÉ MUJERES SOMOS HOY? Patchwork de detalles del Grupo, trabajadas por Andrea Gregory. Arte: Detalles, fotos digitales, 2015. S omos más seguras, más independientes, un poco porque nos vimos obligadas a tomar decisiones que afectan los sentimientos, como es dejar parte de la familia y amistades, que no es fácil. Son pruebas difíciles! Pero si tuviera que empezar de nuevo, haría la misma ruta. *** Soy una mujer que ha estudiado y formado una familia en Uruguay. El haber vivido en Brasil me dio más desarrollo como mujer, dos idiomas y muchas superaciones. Aquí adquirí mi profesión, toda una experiencia de vida, realmente rica y a la que considero satisfactoria, muy satisfactoria y hoy en día una estabilidad económica también interesante que, probablemente, no hubieran sido posible en Uruguay pues acá las oportunidades de trabajo y desarrollo fueron palpables, fueron muy interesantes. Crecí como mujer, como profesional, fui madre siempre, abuela amorosa, hermana a toda prueba y la distancia no me impidió mantener los lazos con mis padres. Recorrí un largo camino con muchas vueltas, con altos y bajos, con grandes momentos pero, principalmente, prevalece el sentimiento de sentirme realizada, completa y siempre con muchos sueños y proyectos. *** Paro para pensar que mujer resulté, después de tantos años fuera de Uruguay. Me crié y crié mi familia en Porto Alegre, pero sin embargo Montevideo me acompaña en las memorias, en el idioma, los valores, olores y cariños. Me causa una alegría infantil volver, aunque llego allá y no reconozco casi nada. Traigo algunos pedazos conmigo, los transporto y busco detalles que permitan reconocerme entre las cosas de todos los días en Porto Alegre. Hay muchas cosas en común entre estas dos ciudades - y entre ellas, estoy yo. 54 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. *** Hoy vivimos en un mundo “miojo” (instantáneo), no estamos en Uruguay pero al momento sabemos todo lo que está pasando allí y de alguna manera esto nos permite sentirnos presentes. La mujer uruguaya es muy independiente y muy capaz y gracias a nuestra cultura y educación sabemos mantener vivas nuestras memorias, nuestra identidad. Sueños Hechos de retazos de tiempo, de visiones, de encuentros, De huellas de mi alegría, de ilusiones de silencios, De preguntas y de estrellas, De amores simples, de entrega, Sueños son al fin y al cabo, soñar dormida o despierta. Verán mis ojos la tierra, La tierra de mis abuelos, de mis padres, de mi espera, Verán los ojos mi patria, La patria enorme, la buena.... Verán mis ojos la estela, Los caminos, las centellas, La multitud de esperanzas, vendrán del mar y la arena. (Fabiana Gómez) *** Soy una mujer independiente, absolutamente racional y absolutamente emocional. Aunque crecí bastante desde que dejé Uruguay – ya tengo 59 años – me cuesta abandonar la adolescencia y tampoco sé si, realmente, quiero abandonarla. No aquella adolescencia inconsecuente e irresponsable sino la parte rebelde y espontánea, enamorada y a veces ingenua, la parte que quiere seguir aprendiendo, realizando cosas nuevas. 55 Esa mezcla me satisface, aunque a veces uno tiene que ponerse seria y encajarse los lentes de leer para mirar por arriba de ellos, pero como son de lectura todavía se pueden dejar a un lado. Creo que el hecho de vivir hace mucho tiempo en Brasil me dio la oportunidad de crear esta mezcla brasiguaya pura cepa que tiene un mix de la cultura, la educación y la idiosincrasia uruguaya con el color, la vibración y el calor brasilero. Cada vez que piso de nuevo el paisito, que camino por las calles de Montevideo veo que esa mezcla ha dado buenos frutos y que puedo escribir otro libro y plantar otro árbol en aquel lugar que dejé en suspenso hace 37 años atrás. *** Al estar participando del grupo de las mujeres uruguayas, estamos recordando momentos y referencias de nuestra historia de vida. Eso ha tenido un impacto muy fuerte y revuelto pensamientos y cuestiones emocionales como si fuera una terapia en grupo. Esta pregunta, “que mujer soy yo hoy?” es fatal. Es un difícil ejercicio de inmersión y evaluación interna. Soy una uruguaya que vive fuera de Uruguay desde siempre, pero en ciudades cercanas, como en Uruguayana que es frontera y después en Porto Alegre. Nací uruguaya y esto siento que lo traigo con orgullo dentro de mí hasta hoy. Es como una satisfacción silenciosa. En esta región de Brasil los gaúchos aman Uruguay y se identifican con muchas costumbres uruguayas, lo que facilita enormemente la adaptación en la vida brasilera. Mis estudios, amigos, la familia y la mayor parte de mi vida fue todo en Brasil. Hice la opción de también ser ciudadana brasilera a los 18 años, que es la edad en Brasil que se permite hacer los trámites. Uruguay es uno de los pocos países que no nos niega la ciudadanía uruguaya por elegir otro país como patria y eso me encanta, porque me suena como si fuera un padre o una madre 56 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. que se importan con todos sus hijos. Mi padre es brasilero y mi madre es uruguaya. Por lo tanto soy “doble sangre” y “doble chapa”. Cuánto de uruguaya y cuánto de brasilera soy hoy? Cuando fui invitada a participar del grupo, lo que más me atrajo fue el título del libro que, por sí solo, parece una invitación. “Uruguaya tu eres parte, no te quedes aparte”. Sentí como si estuviera siendo llamada a reconocer todo lo de uruguaya que tengo y que soy. Hoy siento que como mujer y madre soy brasilera. Como hija y como persona me veo más uruguaya. Cuando digo que, como mujer me veo más brasilera, es porque me siento libre para ejercer un pensamiento más moderno, más independiente y sin prejuicios. Como madre brasilera veo que la relación con mi hija es mucho más abierta de la que mi madre tuvo conmigo. Cuando digo que me veo uruguaya como hija, es mi lado de la obediencia, de los buenos modales especialmente en la mesa, de la responsabilidad y de la consideración que debemos tener por los demás. Mamá siempre dice: “Lo cortés no quita lo valiente”. Los límites en mi formación vinieron más por parte de mi madre. Como persona, me permito decir que soy más uruguaya por algunas características que tengo de mi abuela, con quién conviví en la infancia: la quietud, un ritmo más tranquilo, el gusto por posibilidades creativas y una vida más hacia adentro, mas interna, que valora lo sencillo y lo natural sin importarse tanto con el juicio que te hacen los demás. Me acuerdo que ella decía: “ Mientras yo esté caliente, que de mí se ría la gente.” *** Una mujer realizada, madre, abuela, suegra y amiga. Una mujer que llegó a Porto Alegre sin muchas aspiraciones pero que en esta ciudad me siento bien, me siento muy contenta y segura 57 de mí misma. Una ciudad que me da fuerza y mucho coraje para seguir luchando y asumir el compromiso de valorizar más los lazos familiares y de amistad. Valorizar y estudiar más la cultura de mi país, la cultura gaúcha tan similar a la nuestra y a la cultura española, especialmente la catalana, ya que en cada uno de estos lugares tengo un pedacito de mi corazón, donde en ellos viven mis hijos y mis nietos. La vida me obligó a cambiar un poco. Al llegar a Porto Alegre traía en mi valija costumbres e ideas obsoletas. Tuve que cambiar muchas de ellas, salvo la de tomar mate amargo. El lograr cosas importantes me hace sentir más fuerte para la lucha del día a día. Esta ciudad me empuja a aprender cosas nuevas ya que aquí oportunidades no faltan. Si me preguntan si quiero cambiar algo de mi vida de hoy, diría que deseo ser más solidaria y tener aún más coraje para buscar nuevos desafíos que enfrentar. Todavía no he podido realizar algunos sueños como el publicar mis cuentos infantiles, siempre por darle prioridad a mi familia. Sin duda es mi sangre charrúa de la que me siento muy orgullosa. *** Aprendí mucho energéticamente en Brasil. Eso yo le agradezco a Brasil, ese reaprender. Esto me llevó a continuar mis pesquisas aquí, y hoy es la base de mis trabajos de arte. El uruguayo es muy egoísta me parece, al contrario del pueblo brasilero que siempre sufrió y tuvo que unirse y eso es bueno. Quizá en Uruguay siempre fue todo muy fácil, mi papá siempre lo decía, era italiano y vino prácticamente de la guerra - por ejemplo, viendo los tarros de basura con comida quedaba furioso. Lo que traje de Uruguay, el bagaje, fue referente al “conocimiento más en serio”, la seriedad, el respeto a los mayores, a nuestros maestros. Eso yo lo traje muy dentro de mí y siempre intento, en clase, pasar esa seriedad a los alumnos. Digamos que si yo 58 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. me hubiese quedado en Uruguay, esto que yo estoy haciendo hoy, trabajar las artes “usando el poder de las artes”; realizar “curaciones usando las artes”; lo más probable es que no lo hubiese conseguido, no hubiese entendido, porque esto también hay que entenderlo. Energía, ¿entiendes? Para Brasil es normal. La mayoría de los brasileros viven en dos mundos, los uruguayos vivimos en uno. El indio vive en los mundos paralelos, eso lo perdimos los uruguayos, perdimos al indígena, nuestra raíz. Mi actual forma de pensar se la agradezco a Brasil, ese reaprender de la vida en su poder espiritual y de vibraciones. Esto, me llevó a continuar mis pesquisas aquí, y hoy es la base de mis trabajos de arte. Usar el poder de las artes para curar. Estas creaciones y pesquisas de hacer círculos de cura me ofrecieron la posibilidad de presentar mis obras en la 3º y 5º Bienal de Arte Intercontinental de Arte Indígena y Milenaria, en Ecuador, y en la Iº Bienal de Arte para la Educación en Punta del Este -Uruguay, entre otras. Realicé innúmeros intercambios de arte entre Brasil y Uruguay. Entonces creé muchos proyectos en ese sentido de formar grupos para ir a Uruguay y convidar artistas uruguayos para venir a Porto Alegre. Inclusive de hospedarse en mi atelier, o sea, el atelier también me dio la posibilidad de realizar muchas cosas de este tipo. En Uruguay pienso que no hubiese podido construir este “Templo das Artes das Américas”. Después de los 50 años, entras en la “edad de la sabiduría”, eso también hay que tenerlo en cuenta. Yo ya entré en la edad de anciana sabia y como tal, considero que todas las abuelas uruguayas debemos ser abuelas sabias, que repasen sus conocimientos de vida a las nuevas generaciones, con la ventaja de ser abuelas brasiguayas, si es que esta palabra existe. Es lo que la vida nos enseña… 59 *** Hace años hice un curso de Encuadernación y de Restauración de libros y me puse a trabajar con libros que es una cosa muy, muy linda. Hoy sigo con los libros y las costuras más. Les arreglo los dobladillos a los nietos, les pongo rodilleras a los pantalones de los que juegan al fútbol. Tengo 11 nietos. Les hice los ajuares a todos y a los sobrinos-nietos también. Cuando estaban por nacer lavaba y planchaba las ropitas y los ajuares y los guardaba, esperándolos. *** Hoy soy una mujer, es decir un ser humano mejor. El vivir fuera de Uruguay, especialmente en Porto Alegre, alejada de una familia tradicional y conservadora me mostró una visión de la vida más generosa y comprensiva. Aprendí a valorar a las personas por quienes son, a respetar aunque muchas veces con reservas y hasta preocupación lo que cada uno elige y decide para ser feliz. Me mostró que la vida no era aquello de veraneos en Punta, vacaciones de julio en el campo, etc., siempre rodeada de abuelos, tíos y primos. Siempre tratada con cariño y respeto pero con límites muy firmes. Fuera de Uruguay me di cuenta el ser humano fantástico que tuve por madre que luchó siempre para que entendiéramos que éramos privilegiadas al tener todo lo que nos rodeaba y que teníamos el deber de devolver de alguna forma todo lo que recibíamos. Eso fue algo que siempre me marcó y que, tanto en Montevideo como en Porto Alegre, intenté enseñar a mis hijos quienes me acompañaban cuando festejábamos la Navidad, Pascuas y el Día del Niño en un hogar para chicos que quedaba cerca de la Lomba do Pinheiro. Llegaron a disfrazarse de Santa Claus para entregar los regalos. Además de todo eso, Porto Alegre me permitió desempeñar 60 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. de manera especial mi papel más importante como mujer:”ser mamá”. Ser mamá “no castradora”, contestar sin tapujos todas las preguntas, en fin tener una relación “mamá amiga”. Al año siguiente de mi separación, falleció mamá, -”mi cable a tierra”- y a pesar de no demostrarlo, sentí como que el piso se hundía: me separaba y al año, se moría mamá. Me sentí abandonada por las dos personas en las que más confiaba y lo sentí como una traición. Fue una época muy difícil, intentar demostrar que todo estaba bien, seguir mi vida cotidiana, salir a trabajar, volver a casa y de noche llorar, un poco o mucho según el ánimo. Pero como dicen, el tiempo va curando todo aunque el corazón nunca olvida - el apoyo y la compañía de los chicos, el verlos pendientes de mí inventando programas para realizar juntos. Viajar es hasta hoy algo muy placentero, especialmente, porque nos divertimos como locos. Mis hijos tienen una forma de ser más brasilera que uruguaya, y el verlos con esa energía y alegría para enfrentar los sinsabores que te presenta la vida me enseñaron a levantar la cabeza, seguir marchando a paso firme, como ellos me decían, y mirar para adelante, siempre para adelante. No sé qué hubiera pasado si yo estuviera viviendo en Uruguay en esos momentos porque, ¡vaya que son tristes y poco animados los uruguayos! Seguramente, por la fuerza de mi sangre uruguaya y mi herencia familiar me hubiera recuperado igual pero no con tanta energía positiva que sentía que me rodeaba en Porto Alegre. Siempre que nos preguntan: ¿argentinos o uruguayos?, con orgullo contestamos “uruguayos de sangre charrúa”, sobre todo cuando se trata de fútbol. 61 *** Soy una mujer que no le gusta la rutina probablemente por tantas idas y venidas, ya perdí la cuenta de cuantas veces crucé el Chuy. Estoy contenta de haber tomado la decisión de dejar atrás a mi Montevideo y al mismo tiempo grata por la experiencia que adquirí y con la visión que hoy tengo de ambos lugares. He crecido mucho como mujer y persona en Brasil, seguramente hoy yo no sería yo, si no me hubiera ido. Aprecio viajar siempre a mi país y ni una sola vez cambió la mirada hacia él, mismo sabiendo sus defectos. También aprendí a sacarle provecho a cada ciudad en la que viví y a cada viaje que hice por más corto que fuera. De todas maneras de tantos años en Brasil aún me doy cuenta que mi corazón es uruguayo, nunca lo abandoné y es allí donde quisiera poder descansar en mis últimos años de vida. Eso me haría muy feliz. *** Vivir en otro país, asimilar otro idioma, incorporar costumbres y cultura locales me transformó en una persona diferentes de lo que habría sido si me hubiera quedado en Uruguay, siento que me enriqueció en todos los sentidos, como persona y como profesional. Como no perdí el acento uruguayo en Brasil me identifican como rioplatense. ¿Uruguaya o argentina? es una pregunta que he escuchado muchas y muchas veces; no me molesta, al contrario me hace sentir “especial” porque viene acompañada con manifestaciones de cariño y admiración por el Uruguay y su gente. En Uruguay soy la hermana brasilera, identificada por la forma un poco diferente de vestir y motivo de festejos y encuentros en cada visita. Así voy disfrutando de personas en dos idiomas, intercambiando afectos y recetas, conociendo comidas uruguayas las que poco disfruté en el 62 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. tiempo que vivía allá y en Brasil con el pretexto de acompañar la familia y los amigos que me visitan. Aquí criamos tres hijos, uno nacido en Uruguay y dos brasileros, hablan español, portugués e inglés. Estudiaron aquí y en el exterior, cada uno con su carrera, siguiendo caminos diferentes, brasileros de corazón uruguayo, disfrutando de los dos países naturalmente, con amores de allá y acá, personas adorables que me llenan de orgullo. Cuando pienso en todo esto, veo como el universo ha sido generoso y estoy agradecida por todo. 63 MEMORIAS: AÑORANZAS, REFRANES Y PERICÓN NACIONAL Mónica Kabregu ilustra esta tapa. Arte: Baile del Pericón, lápis sobre papel vegetal, 2015. Arte pie de página: Las bocas de todos, lápiz sobre papel, 2015. AÑORANZAS Los corsos barriales con papelitos, serpentinas y pomos de agua. El carro del Chaná. Las túnicas blancas y moñas azules Las corbatas del Liceo Los caramelos Zabala. El real, el medio y el vintén. La yapa Los tranvías y los troles Las coladeras en los ómnibus de CUTCSA. El guarda tocando el vidrio con monedita y diciendo: “pasen que atrás hay lugar”. Los boletos y después, a chistar para bajar Las matinés de los domingos y el chocolatinero. Las figuritas de los chocolatines Águila. El ruido de los carritos de Conaprole llevando los cajones de hierro con las botellas de leche. La crema de la chapita que cerraba la botella de leche de vidrio. Los helados Conaprole en vasos de cartón parafinado. Los colchoneros recorriendo las calles con sus cardadoras. Las kermeses de barrio. Los cabezudos del desfile de Carnaval. Los churros con dulce de leche en el Parque Rodó. Papas Fritas y Churros Manolo. El café del Sorocabana. El té de la tarde: la torta tronco y las cucarachas de chocolate del Oro del Rhin. Confitería Lion D´Or. Los helados Cantegril. El choripan de los tablados. 66 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. Los panchos, solos o con muzzarela. Las pizzas con fainá de orilla. El Mercado del Puerto. El Medio y Medio de Roldós. Los ravioles de La Coruñesa. Las masitas de Confitería La Castellana y Confitería La Americana. La Feria de Tristán Narvaja. Los surtidos en los Almacenes Manzanares. El London París Los pregones urbanos, repetidos: diarero, heladero, vendedor de maní, afilador Los fósforos de papel parafinado El Gusano Loco del Parque Rodó Ir por la Rambla en otoño, invierno, primavera y verano Las calaveras del tren fantasma Pasear y mirar vidrieras en 18 de julio. Los helados de La Cigale. Los tamboriles acercándose… 67 REFRANES Al mal tiempo, buena cara. A lo hecho pecho Dios aprieta pero no ahorca No hay mal que por bien no venga Más vale tarde que nunca Más vale perder un minuto en la vida que la vida en un minuto No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy El ocio es mal consejero Al que madruga Dios lo ayuda No por mucho madrugar se amanece más temprano Dios da pan a quien no tiene dientes Cuando hay hambre no hay pan duro A pan duro diente agudo A falta de pan, buenas son las tortas Al pan pan y al vino, vino Todo depende del cristal con que se mire A buen entendedor media palabra basta A palabras necias oídos sordos El que calla otorga El pez por la boca muere Donde manda capitán no manda marinero Cada maestrito con su librito Cortito como patada de chancho Seco como parto de gallina 68 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. Donde hubo fuego, cenizas quedan Ojos que no ven, corazón que no siente Cuando la limosna es grande hasta el pobre desconfía A caballo regalado no se le mira el pelo En el país de los ciegos el tuerto es rey El horno no está para bollos Se armó la gorda A rio revuelto ganancia de pescadores No está muerto quien pelea Agua que no has de beber déjala correr Más vale pájaro en mano que cien volando Donde menos se piensa salta la liebre Siempre muestra la hilacha Pierde el pelo pero no las mañas El que mal anda mal acaba A la vejez, viruela! Éramos pocos y parió mi abuela Dejar de comer por haber comido no es pecado concebido Nadie me quita lo bailado Calavera no chilla Comer, dormir y rascar, todo es cuestión de empezar Dios los cría y ellos se juntan Se juntó el hambre con las ganas de comer Al que nace barrigón es al ñudo que lo fajen Aunque la mona se vista de seda mona queda 69 De tal palo, tal astilla No hay peor cuña que la del mismo palo Cría cuervos y te sacarán los ojos Seguro murió de viejo Nadie es profeta en su tierra En casa de herrero, cuchillo de palo A troche y moche Lo perfecto es enemigo de lo bueno El que se quema con leche ve una vaca y llora Más sabe el diablo por viejo que por diablo Tampoco la pavada De paso, cañazo. Quedé repegado (con vergüenza) Ni chicha ni limonada El que se fue a Sevilla perdió su silla y el que fue y volvió de una oreja lo sacó Tener un corso contramano Más vale caer en gracia que ser gracioso. No te remontes que no sós cometa. Agarrar viento en la camiseta. Lo cortés no quita lo valiente. Mientras yo esté caliente, que de mí se ría la gente. 70 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. PERICON El Pericón Nacional fue estrenado en Montevideo en la Escuela de Artes y Oficios el 3 de Agosto de 1887. Junto con el Himno Patrio y la Bandera Nacional, es uno de los Símbolos Nacionales de la República Oriental del Uruguay. El Pericón es una danza tradicional entre parejas en la que se trenzan y destrenzan pañuelos con los colores patrios. Cuando la rueda del baile se detiene, una pareja sale valseando al centro y el varón recita una “relación” dirigida a su dama, a lo que la dama responde de forma graciosa. 71 ÉL ELLA Las estrellas en el cielo forman corona imperial mi corazón por el tuyo y el tuyo no sé por cual Las estrellas en el cielo forman corona al revés mi corazón por el tuyo y el tuyo por dos o tres Señorita yo me muero si Ud. no me da su amor yo le pido, yo le ruego que me quiera por favor Siempre Ud. me anda diciendo que se va a morir por mí muérase Ud. y ya veremos si después digo que sí Tus ojos son dos estrellas tu boca un lindo clavel tus mejillas son dos rosas Qué tal manejo el pincel? Tu boca es una tranquera tu nariz un colador tus orejas son dos pantallas Veremos quién pinta mejor! Dame tiempo, chirucita porque estoy queriendo a dos cuando me falle la otra voy a dedicarme a vos Por andar queriendo a dos va a sufrir un contratiempo no se puede comer gofio y chiflar al mismo tiempo Cuando coseche boniatos pa´ pasar un buen invierno le preguntaré a tu Tata si no le hace falta un yerno No precisa que te avise poné manos a la obra, mirá que cualquier canario tiene boniatos de sobra Con las bravas boleadoras los ñanduces se bolean, con tus ojos soñadores a mis penas tu volteas Con dolor yo te declaro compañero de fogón que mis ojos yo no gasto en bolear un charabón Anoche soñé con vos y hoy vengo con el proyecto de renovar la versión pero “en vivo y en directo” Sos muy directo y muy vivo pero aquí “atracaste mal” porque yo tengo contrato firmado en otro canal 72 • Memoria Social - Uruguaya, tú eres parte no te quedes aparte. En una noche sombría tus ojos negros brillaban y hasta cantaron los gallos creyendo que amanecía Dispués que me despreciaste mis claveles florecieron porque es tanto lo que lloro que con lágrimas los riego Es cierto, mis ojos brillan pero no de enamorados estoy pelando cebolla para adobar el asado Si es verdá no lo publique porque no habrá quien lo quiera sabiendo que hacen sus ojos oficio de regadera Queréme un poco, chiruza que se me ha muerto mi madre y es lo más triste del mundo que a uno naides lo quiera Vas mal huérfano, volvete porque has errado el camino el que va a mi corazón no es el que lleva al asilo Para accesar el Pericón Nacional completo, vea: www.enlacesuruguayos.com/pericon.htm 73 FICHA TÉCNICA Realizado por el conjunto de las participantes Proyecto de Investigación y Entrevistas Socióloga Rossanna Prado PErez Corrección de Textos Nilda Pérez Castellanos/María Martha Aldunate Diagramación Ellera Comunicación Gráfica Ilustraciones de artistas plásticas: Andrea Gregory Marisú Buquet Mónica Kabregú Participantes: ANA INÉS ARCE MARCACCIO - ANDREA SILVA GREGORY FABIANA GÓMEZ QUERVES - MARIA DEL CARMEN CARACCIOLO PAEZ - MARIA MARTHA ALDUNATE ARRICAR - MARISU BUQUET LAUREN - MIRTA ETHEL VIANA SASTRE - MONICA KABREGU NILDA PEREZ CASTELLANOS - ROSA PEREZ PERAZA - ROSARIO REYMUNDEZ ANGELOTTO - ROSSANNA PRADO PEREZ - SELIMAR PAIS MONTES DE OCA - SUSANA PEREZ BARRERA