LA NACIONALIDAD EN CHILE LUEGO DE LA REFORMA DE 2005

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LA NACIONALIDAD EN CHILE LUEGO DE LA REFORMA DE 2005.
ALGUNAS CUESTIONES PENDIENTES.
Ivis Pavez Carrasco*
Son dos las cuestiones que pretendemos abordar en el presente trabajo las que, sin
embargo, están íntimamente relacionadas. Nos referiremos, por una parte, a las recientes
modificaciones constitucionales sobre adquisición de la nacionalidad chilena, lo que ha
permitido ampliar el espectro de personas que pueden hoy gozar de ella, para luego referirnos
a la posibilidad del ejercicio del derecho a sufragio para los residentes en el extranjero que es
uno de los principales derechos cívicos de que puede gozar un nacional.
En el tema de la nacionalidad tendremos oportunidad de ver las distintas fuentes que
nutren la materia, dentro de las que, desde ya, podemos mencionar la doctrina, los principios
generales, las normas internacionales, la constitución y sus leyes y reglamentos
complementarios.
En cuanto a la posibilidad del voto en el extranjero, veremos las actuales normas que
existen al respecto y los proyectos de modificación, adicionalmente nos referiremos a una
jurisprudencia que, sobre el tema, recientemente, se ha planteado.
En el caso de la Nacionalidad, a ésta tradicionalmente se la ha definido
como “la pertenencia jurídica de una persona a la población que constituye un Estado”.1
Adicionalmente, se establecido como requisito, que ésta sea efectiva, es decir, que exista un
“genuino vínculo” entre la persona y un determinado Estado, como se ha señalado a propósito
del caso Nottebohm, donde fue rechazada la reclamación de protección diplomática hecha por
Liechtenstein en contra de Guatemala a favor del Sr. Nottebohm, debido a que la vinculación
de este último con el primer país no resultaba lo suficientemente estrecha. Allí la Corte
Internacional de Justicia, que conoció del asunto, sostuvo que: “la nacionalidad es un vínculo
legal que tiene como base un hecho social, una genuina conexión de existencia, interés y
sentimientos, junto con la existencia de recíprocos derechos y deberes”.
*
1
Licenciada en Ciencias Jurídicas. Universidad de Valparaíso. Ayudante de proyecto Derecho Internacional.
Llanos Mancilla, Hugo. “Derecho Internacional Público” Tomo II. Ed. Jurídica de Chile. Pág. 493.
Sin embargo, estimamos que esta visión está siendo superada por la fuerza
de los hechos, pues en el mundo actual donde la movilidad humana es una de sus principales
características, aquel “genuino vínculo” ya no es posible exigirlo de un modo tan drástico. De
esta forma, aquel concepto está evolucionando hacia un sentido más bien formal, donde basta
que se cumplan los requisitos que establece la legislación interna de un país para entender
adquirida aquella nacionalidad, sin hacer otras consideraciones.
Con todo, también creemos que no puede omitirse el requisito de la buena fe
en el proceso de adquisición de una determinada nacionalidad, y respecto de esta cuestión, el
caso Nottebohm sigue siempre vigente, pues cuando un cambio de nacionalidad se ha hecho
con el mero afán de eludir obligaciones y defraudar podrá discutirse, en ese caso particular,
seriamente su legitimidad.
Una manifestación de lo que venimos señalando la encontramos en el
proyecto de convención de Naciones Unidas relativa a la Protección Diplomática2. Allí, en el
Art. 4° se señala que: “Para los propósitos de protección diplomática de una persona natural,
un Estado de la nacionalidad significa un Estado cuya nacionalidad aquella persona ha
adquirido conforme a la ley de ese Estado, por nacimiento, descendencia, naturalización,
sucesión de Estados o de cualquier otra forma, de acuerdo con el derecho internacional”.
En este caso, según se puede apreciar, se da una definición formal que
prescinde del vínculo de la persona con el país que otorga la nacionalidad.
Esta tendencia también la vemos en nuestras nuevas normas sobre
nacionalidad, luego de la reforma constitucional, según veremos.
Por otra parte, uno de los principales efectos de la nacionalidad dice relación
con la adquisición de la ciudadanía, la que se manifiesta, principalmente, en la posibilidad de
elegir y ser elegido representante. Esta cuestión está siendo debatida desde hace bastante
tiempo en nuestro medio, respecto de los chilenos residentes en el extranjero, y ha sido
planteada en más de algún programa o mensaje presidencial como una de las metas del
gobierno.
Ahora bien, la modificación constitucional que amplío el IUS SANGUINIS,
2
Traducción libre del texto ”Draft articles on Diplomatic Protection”.
“Article 4. ”State of nationality of a natural person”.
“For the purposes of the diplomatic protection of a natural person, a State of nationality means a State whose
nationality that person has acquired, in accordance with the law of that State, by birth, descent, naturalization,
succession of States or any other manner, not inconsistent with international law”
permitirá que muchos hijos de chilenos que viven en el extranjero puedan adquirir la
nacionalidad chilena, con lo que el número de eventuales votantes puede crecer
considerablemente, con lo que, además, podrán exigir con mayor fuerza el ejercicio de sus
derechos cívicos, a pesar de no residir en el país.
Prueba de este ímpetu es el hecho de que, en el mes de julio del presente
este año, el Comité por el ejercicio del derecho a sufragio en el exterior, presentó ante la
Iltma. Corte de Apelaciones de Valparaíso un recurso de protección en contra de los diputados
que rechazaron o se abstuvieron de votar favorablemente un proyecto de reforma
constitucional que permitía el sufragio de los ciudadanos chilenos en el extranjero, todo ello
basado en el Artículo 19, N° 2 de la Constitución, que consagra la igualdad de las personas
ante la ley.
Dicho recurso, sin embargo, fue rechazado por manifiesta falta de
fundamento, resolución que fue apelada ante la Corte Suprema, por dicho Comité, y
rechazado también por ésta, no exento de polémica, según tendremos oportunidad de ver.3
3
Causa Rol Nº 294-2007, Corte de Apelaciones de Valparaíso. Rol Nº 3975-2007, Corte Suprema.
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