artículo - Universidad de los Andes

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LA SEDE DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Juan Carrasquilla Botero
A la memoria de María de
las Estrellas, mi nieta adorada quien estudiaba en La
Universidad de los Andes.
ESQUICIO
Solares yermos, huertas, tejares, molinos, quintas, fábricas
de papel, de telas, de velas y jabones, y de sombreros, convento
de monjas y de hermanas de la
caridad, cárcel de mujeres, refugio de ancianos, asilo de locas,
baños públicos; todo eso ha sido
lo que hoy es la Universidad de
los Andes.
Los diferentes predios que forman el actual conjunto están
situados detrás del antiguo convento e iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Las Aguas,
sobre las primeras estribaciones
del cerro de Guadalupe, a la
margen izquierda del Rio San
Francisco que mediante profundo tajo lo separa del cerro de
Monserrate en el punto de El
Boquerón, cerca de la Quinta de
Bolívar. Este río, que los chib-
chas llamaban Vicachá, hoy canalizado es la Avenida Jiménez
de Quesada.
GUIA PARA PROFESORES,
ESTUDIANTES Y
VISITANTES
Pasemos primero por la Plazuela
de Las Aguas, recinto cerrado,
donde está la iglesia del mismo
nombre, y que no tiene abierto
sino su costado occidental, hoy
carrera 3A, donde se erige la
estatua del ilustre escritor peruano don Ricardo Palma. El
lado norte es la calle 18A. En
este costado occidental se levantaba en otro tiempo una tapia
que cerraba la plazuela, como
puede verse en el precioso grabado de Crane que publicó el
Papel Periódico Ilustrado en
su edición del lo. de abril de
1884 (1). Allí puede verse el
1. Papel Periódico Ilustrado, Año III, No. 62, p. 221.
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muro con su puerta grande en el
centro, y al fondo la iglesia y el
convento. A la izquierda las casas que formaban el lado norte,
una de las cuales es sede actual
de la parroquia. Atrás, la parte
inferior o base de los cerros de
Monserrate y Guadalupe, y al
pie el cauce del río San Francisco, hoy canalizado y convertido
en la Avenida Jiménez de Quesada.
El primitivo convento, que ahora
ocupa la empresa de artesanías,
tenía a su alrededor solares y
huertas que en parte pertenecen hoy a la Universidad de
los Andes. La plazuela forma,
pues, parte del convento. Entre la plazuela y el río hay una
calle llamada Carrera de Taguanes, actualmente carrera 3a.
Sigamos por ella al sur hasta llegar a la calle 18 donde encontramos la estatua de Policarpa
Salavarrieta, la heroína y mártir
de la Independencia.
Subamos por la calle de escaleras, actual 18A. Esta es la Carrera de Yarumal, que aparece
en el notable e indispensable
mapa levantado en el año de
1849 por el coronel (después general) Agustín Codazzi. Al terminar las escaleras llegamos a la
carrera la. este, que da acceso
a la Universidad por su principal
entrada, y forma en gran parte
su costado occidental. Esta calle
se llamaba en una época del siglo pasado la Carrera de Horcones y a ella nos referiremos
varias veces. A esta calle o carrera daban de sur a norte la Fábrica de Papel, la Quinta de Bellavista y la Fábrica de Velas y
Jabones. Así llegamos a la calle
19A, antes calle 20, antigua Calle de San Mateo. Excepto el espacio ocupado por los cuarteles de policía, estos predios
pasaron a ser propiedad de la
Universidad. En efecto, la fábrica de papel se destinó por la Nación, que en propiedad la adquirió, para el uso de la comunidad
del Buen Pastor, a cuyo cargo se
entregó la cárcel de mujeres. La
comunidad compró varios terrenos vecinos, entre ellos parte
de la Quinta de Bellavista y
allí edificó su convento y pabellones para las "preservadas" y las "magdalenas". Con
muchas reformas estos edificios
constituyen los primeros grandes bloques que se encuentran
al oriente de la entrada. Después de varias transferencias, la
mayor parte del Buen Pastor fue
adquirida por los Andes.
levantó la Fábrica de Tejidos,
cuyo límite y entrada por el levante era el Camino del Agua
Nueva, hoy Paseo Bolívar. Sus
propiedades se repartieron y de
allí proviene el Campito de San
José, de las Hermanas de la Caridad, que en él atendían un frenocomio femenino, además de lo
que hoy llamamos clínica de reposo e inclusive a señoras que
quedaban solas por las vicisitudes de la suerte. Las Hermanas
de la Caridad también edificaron
allí su convento y capilla (letra
U del plano de la Universidad,
esta última).
También tiene origen en la fábrica de tejidos la quinta llamada
Villa Paulina, adquirida por la
Universidad para restaurante y
marcada en el plano con la letra
X, situada sobre la calle 19A y al
oriente de la carrera 4a.E, mu>
cerca de la Quinta de Bolívar.
Se desmembró asimismo de la
fábrica de tejidos el predio que
perteneció a las Hermanitas de
los Pobres, después a "Richard
& Cía." y por último a la Universidad de los Andes.
Antiguo convento de las Aguas.
La fábrica de velas y jabones, situada también sobre la carrera
la. este, se extendía hasta la
calle 19A, antes calle 20. Tuvo
varios dueños y la adquirió al
fin, en parte, la Universidad.
Detrás, o sea al oriente de las fábricas de papel y de velas, se
Las tres fábricas, que pasaron
en parte a formar lo que hoy es
la Universidad, fueron quintas
de habitación y recreo, y antes
molinos, y se extendían de arriba abajo desde el Boquerón,
próximo a la Quinta de Bolívar,
ya sobre el Camino del Agua
Nueva, hoy Paseo Bolívar; molinos y fábricas operados por el
agua de una acequia construida
especialmente a cuya vera se
formó una calle.
La mini-hoya hidrográfica de
esta zona comprende de norte a
sur el río de San Francisco, y
los pequeños arroyos, que llamamos quebradas, del hoyo del
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Venado, de Guadalupe y de San
Bruno, que todos desembocan
en el río; y también el cauce artificial destinado a mover los molinos, derivado de la toma del
Agua Nueva (2).
EL HOSPITAL MILITAR DE
SANTA LIBRADA
En 1801, cuando la quinta epidemia de viruela, el convento se
convierte en hospital, y en 1809
llega allí el Batallón de las Milicias de Pardos, donde estaba
acuartelado el 20 de julio de
1810; igual destino de hospital
ledioSámano durante la época
del terror, para los enfermos y
heridos del ejército realista, cuyas camas tuvieron que ceder el
10 de agosto de 1819 a los heridos patriotas. El gobierno republicano le da el nombre de Hospital Militar de Santa Librada.
EL CONVENTO DE
LAS AGUAS
Situado en la plazuela que lleva
el mismo nombre, lo ocupa hoy
la empresa de artesanías (calle
18A, arriba de la carrera 3a).
Se construyó esta casa cuando
gobernaba el Nuevo Reino de
Granada el presidente de la
audiencia don Martín de Saavedra y Guzmán. En el año de
1665 toma posesión de ella la comunidad de Santo Domingo, que
instala allí su convento, y cinco
años después se le conceden los
privilegios de que gozan los conventos máximos de la orden, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario de las Aguas.
La iglesia contigua se ter-
Iglesia de las Aguas.
mina en el año de 1690 y la consagra fray Alonso de Zamora,
natural de Santafé, quien escribe en aquellos claustros su
famosa "Historia de la Provincia de San Antonino del Nuevo Reino de Granada", cuyo capítulo XV, Libro cuarto, lleva el
título "De la fundación del Convento de Nuestra Señora de las
Aguas en esta ciudad de Santafé".
REMATE DE LAS CASAS DEL
EXTINGUIDO CONVENTO
En el valioso archivo de la Corte
Suprema de Justicia hemos encontrado el expediente del avalúo y remate de las casas del
extinguido convento de las
Aguas, y a él nos referimos porque varias de esas fincas pertenecen hoy a la Universidad.
El 18 de octubre de 1823, trigésimo, como anotaban entonces
siguiendo la costumbre francesa
para referirse al año de la revolución, el doctor José Manuel
Restrepo, en papel con membrete de la Secretaría de Estado del
Despacho del Interior, y desde el
palacio de gobierno de Bogotá,
se dirige al intendente del Departamento de Cundinamarca,
que era don Enrique Umaña,
para manifestarle lo siguiente:
"Resultando según informe dado al supremo gobierno por los
ministros de la extinguida Tesorería General que varias casas
de las pertenecientes al convento extinguido de Las Aguas
en esta capital, amenazan ruina,
y que sus reparos costarán más
de seiscientos pesos que no
pueden producir sus arrendamientos, S.E. el señor Presidente ha resuelto me mande prevenir a V.S. disponga, que se
vendan en pública subasta a
censo redimible y a asegurar su
valor a favor del ramo de escuelas...".
2. Peña, José Segundo, "Informe de la comisión permanente del ramo de aguas", p. 40, Publicación de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá D.E., Gráficas Cruz, 20 de junio de 1977, Bogotá.
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El intendente Umaña ordenó
proceder de conformidad. Se
tomó razón de las casas y demás
fincas pertenecientes al extinguido convento de las Aguas, de
donde entresacamos las que
tienen relación con este estudio:
La casa que queda dentro de la
plazuela del convento con una
puerta para adentro y otra para
el rio; la casa del corredor contigua a la antecedente. Un molino que tiene en arrendamiento
Salvador Pulido. Los dos solares
grande y chico que lindan con
la iglesia de las Aguas. El solar
que llaman Salinero, con su casita de paja, lindante con el rio y
casa del corredor. El solar ínfimo de cerca de piedra que cerca
la manzana de aquel convento.
El solar del pie de Monserrate
con dos ranchitos de paja. El solar llamado Recompensa, situado en el mismo pie de Monserrate, contiguo al de Avila. El solar
Vásquez con dos piezas de teja,
lindando con la cocina de dicho
convento y el solar grande, y el
tejar Terreno que linda con el tejarcito del molino, y el tejar de
Agudelo.
Varios de estos bienes por orden
superior se dejaron a beneficio
del hospital de Santa Librada.
Por tanto ninguno de ellos fue
rematado. Y son precisamente
los que quedan contiguos o
cerca del convento.
La parroquia de las Aguas se erige el 16 de diciembre de 1882
por el arzobispo monseñor Vicente Arbeláez y es la quinta
de la capital, después de la Catedral, Santa Bárbara, Las Nieves
y San Victorino.
El predio que hoy ocupa la Universidad se comprendía en el
tercer cuarto del siglo XVIII en
el "Barrio del Príncipe" conforme a la primera nomenclatura
oficial que tuvo la ciudad de Santa Fé, cuando el 10 de noviembre de 1774 el virrey don Manuel
de Guirior, en cumplimiento de
órdenes contenidas en Real Cédula del rey don Carlos III, fechada el 12 de febrero del mismo
año, dictó una instrucción para
los alcaldes de barrios, dividiendo la ciudad en cuatro cuarteles
y ocho barrios, cada uno de los
últimos con un alcalde, los cuales detalla don Moisés de la Rosa en su notable libro Las Calles de Santa Fé de Bogotá,
publicado en el año de 1938 en
los talleres de la Imprenta Municipal con motivo de la celebración del cuarto centenario de
la fundación.
En muchas de las escrituras que
vamos a citar se habla de la feligresía o del barrio de la Catedral
y no del Príncipe, porque se
hace referencia a la división
mayor y también a la eclesiástica.
EL PASEO BOLÍVAR
Como este paseo es en gran parte el lindero oriental de los predios de la Universidad de los
Andes, por donde tiene una entrada, y como muchas de las escrituras que vamos a citar se
refieren a él, parece oportuno
recordar algunos datos sobre
tan importante vía, que no solamente está en uso sino en proceso de rectificación y arreglo
por formar parte de la "Avenida
de los Cerros" o de circunvalación.
Quinta de Bolívar.
En el magnífico plano de Codazzi del año 1849 se puede ver,
del río San Agustín al sur según
la leyenda que el mismo plano
despliega, el "camino de La
Agua Vieja" que el actual gobernador, doctor Lombana, va a
unir con el del Agua Nueva, y
entre el río San Francisco y
la plazuela de Egipto el "camino
del Agua Nueva que tiene una
cañería que provee de agua a la
ciudad".
EL MOLINAR
En noviembre de 1823 el señor
José María Ponce (sic) vendió al
doctor José Manuel Restrepo,
nuestro historiador y político,
"...dos molinos de moler trigo
nombrados actualmente de Ponce, que antes de ahora se nom_
braban de Avila situados en
barrio de esta catedral a la salida
de Las Aguas que en el día sirve
de Hospital..." (3).
3. ANB. Notarla Primera de Bogotá. Escritura de 10 de noviembre de 1823 (243), folios 430, Recto y siguientes. 80
80
Abarcando ambos caminos vemos otra leyenda que reza:
"El señor Gobernador Vicente
Lombana está haciendo construir un paseo público por este
camino quedando ambos llanos,
anchos y elevados más de 100
varas sobre la plaza y dominando la ciudad y la llanura''.
Don José Segundo Peña, autor
del notable "Informe de la Comisión Permanente del ramo de
aguas al Concejo Municipal de
Bogotá", presentado en 1897,
(que atrás citamos), desempeña
en 1894 el cargo de jefe de la
sección 2a. del Ministerio de Fomento y rinde su informe anual
que corre publicado en la memoria de ese año.
El precio de la venta de Ponce a
Restrepo se fijó en 5.000 pesos
fuertes, parte del cual pagadero
así: 1.000 que se reconocen a
favor de la capellanía fundada
por doña Catalina Murillo, con
gravamen sobre la finca; y
$2.000 que se reconocen a favor
de la obra pía fundada por Diego
de Ortega y de que es patrono el
Ilustre Cabildo de esta ciudad.
Estos molinos fueron de propiedad de Manuel de Avila y aparecen en su testamento otorgado el
5 de octubre de 1755 ante el escribano Francisco Javier Carbailo. La sucesión de Avila dio
lugar a un dilatado pleito en el
cual se encuentran copias de los
instrumentos citados, además
de los interesantes avalúos de
los molinos. La obra pía de Diego Ortega fue fundada en el año
de 1579 y tenía por objeto dar estado a doncellas. Destinó al pro-
pósito la casa situada al sur de
la Catedral en la Plaza de Bolívar y nombró patrono al Cabildo.
Ponce vendió, pues, dos molinos
al doctor José Manuel Restrepo.
El predio lindaba al poniente con
otro molino que perteneció al señor Isidoro Vásquez y luego a los
señores Benedicto Domínguez y
José Ignacio París, donde se
construyó después la fábrica de
papel. Y lindaba al sur con el
molino llamado Almanza, que
fue del convento de las Aguas y
más tarde compró también el
doctor Restrepo. Con lo cual van
cuatro. Agreguemos el Molino
de los Cristales, que en el siglo
XVIII perteneció a don Miguel
Moscoso y pasó a formar parte
de la fábrica de tejidos, y el del
Boquerón, al oriente, que colindaba con la Quinta de Bolívar.
Y van seis. Más el Molino del
Cubo, que también perteneció a
Moscoso y quedaba cerca, en la
actual carrera cuarta, para completar siete en el espacio de pocas cuadras. Todos estos molinos estaban servidos por una
toma, llamada por antonomasia
de los molinos, derivada del río
San Francisco, al pie del llamado
Boquerón, que es donde el agua
corta los cerros de Monserrate y
Guadalupe. Por el servicio de
agua cada molino pagaba seis
pesos anuales, a contar del 31
de mayo de 1779, como lo dice
don José Segundo Peña en su
informe al Concejo, ya citado. A
la vera de la acequia se formó
una calle, llamada Carrera de
Yarumal en el mapa de Codazzi
y que es la prolongación de la calle 18.
En el año de 1824 el citado doctor José Manuel Restrepo adquiere en remate por título que
le expidió el intendente de Cundinamarca, don Enrique Umaña,
el Molino de Almanza que, según reza la escritura, perteneció
antes al antiguo Convento de
Predicadores, llamado de Las
Aguas.
Como este molino estaba situado
al sur de los dos que compró a
Ponce, el doctor Restrepo quedó
dueño de tres molinos y "cuadró" un buen lote, que lindaba
con la cañería del Agua Nueva.
No confundir la cañería con el
paseo del mismo nombre. La
primera se desprendía del río
San Francisco y bajaba moviendo los molinos. El de Almanza
lindaba también con la fábrica
de papel, (que fue antes molino
de Isidoro Vásquez, y después
de José Ignacio París y Benedicto Domínguez, como ya dijimos).
En el año de 1850 el doctor José
Manuel Restrepo vende al señor
Laureano Copete, "...un molino para trigos nombrado antiguamente de Almanza que era
antes del extinguido Convento
de Predicadores llamado de las
Aguas, y el terreno anexo a dicho molino propio para tejares...
"El precio fue de 2.501 pesos a
censo redimible con interés del
5% anual que se reconoce a
favor del Colegio de la Merced
de esta ciudad" (4).
Los linderos son muy interesantes porque señalan la colindancia con otros molinos y con
la fábrica de papel:
Nota: Todas las citas de notarías que se hagan en adelante se refieren a Bogotá, excepto cuando se cite una distinta. Las citas se abrevian
así: notaría, not. Escritura, esc. Los meses en la forma acostumbrada. Folio, fl. Recto, R. Vuelta, V. El número entre paréntesis
corresponde a la numeración continua de volúmenes para cada notarla, que se lleva en el Archivo Nacional de Bogotá. La abreviatura a
éste es ANB, pero se omite, porque todas las notarlas citadas se encuentran en ese archivo, salvo las más recientes que están depositadas
en las mismas notarías. 4. Not. 3a. Esc. de 10 de septiembre de 1850 (444), fl. 412. En donde se cita la del año de 1824 (remate), que no se
encontró.
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Por el pie deslinda el molino de
Almanza con tierras de los herederos de José María Guerrero,
de quienes tenemos noticia porque ellos vendieron en el año de
1853 a los padres de Fray Antonio Novoa, "religioso presbitero
del Convento de San Francisco", un solar situado en la calle
primera de Taguanes, que linda
con la Quebrada de Jesús, que
es la misma de Guadalupe, con
la acequia por el cauce antiguo
y con propiedades del doctor
Restrepo (5). La carrera de Taguanes, localizada mediante éste
y otros documentos, es la actual
carrera tercera y es la misma
que Moisés de la Rosa llama
Calle del Oratorio. Continúa el
lindero de Almanza, por el costado derecho, línea recta arriba,
la cañería del Agua Nueva, deslindando con tierras pertenecientes al Convento de San
Agustín de esta capital. Estas
tierras de los Guerreros quedaban, por tanto, al sur de la acequia, y también pasaron a manos de Laureano Copete, como
reza la escritura que estamos comentando. Vuelve el lindero a la
izquierda por la cañería hasta
encontrar con las tapias del Molino de Ponce, que también fue
de Restrepo y se convirtió luego
en la Quinta de Bellavista. Y
sigue por las tapias abajo hasta
dar al molino de Isidoro Vásquez, hoy Fábrica de Papel, para
volver en línea recta a la casa de
los herederos de Guerrero, primer lindero.
vista sobre la bella Sabana de
Bogotá, y disfrutan de las aguas
del río San Francisco y sus pequeños arroyos afluentes. No es
extraño que allí se construyeran
varias quintas o casas de recreo.
LAS QUINTAS
Cuando el doctor José Manuel
Restrepo, el ilustre secretario de
Bolívar, compró en 1823 los molinos de Ponce para convertirlos
en la Quinta de Bellavista, ya
Las primeras estribaciones de
los cerros de Monserrate y
Guadalupe gozan de dilatada
Quintas vecinas de la Universidad de los
Andes. Hoy, sede de la Sociedad Bolivariana.
La más importante desde luego
es la Quinta de Bolívar, situada
en la banda derecha del río San
Francisco, a muy poca distancia
de las que se construyeron en su
margen izquierda y que hoy pertenecen a la Universidad de
los Andes. No nos detendremos
en ella porque no está dentro de
los linderos de la Universidad y
porque su historia es muy conocida.
poseía el Libertador la quinta
que después llevó su nombre.
Dentro de los predios actuales
de la Universidad existieron en
el siglo pasado las quintas de
Bellavista, la de José Antonio
Ardua, después llamada Quinta
de Espinosa, la de la familia Esguerra y las de la familia Sánchez, una de las cuales es hoy
Villa Paulina. Fuera, pero muy
de cerca, se encontraban las
quintas del doctor José C. Romero y de Tomás Campuzano.
El doctor José Manuel Restrepo
vende en el año de 1836 los molinos de Ponce o Avila, que citamos en el aparte El Molinar,
convertidos ya en la Quinta de
Bellavista, a la sociedad "Powles Illingworth y Cía.", después
de reedificarlos y mejorarlos. La
lista de los elementos que componían el fundo muestra que
además de habitación y molinos,
las instalaciones servían para
tejares, que a veces llamamos
chircales. A saber:
Primero: la casa de habitación
con sus puertas, ventanas, bastidores, cristales y cerraduras,
empapeladas la mayor parte de
las piezas, y esteradas todas
ellas; segundo: un comedor, cociña y demás accesorios que
están en el primero y segundo
patio y en los corrales; tercero:
un solar para huertas y jardín
cercado todo de tapias; cuarto:
otro solar cercado también de tapias situado al norte de la casa
de habitación y hacia la izquierda, mirando de ella al poniente y
que linda con una quinta de
José Antonio Ardila, solar que
llega por el poniente hasta dar a
5. Not. la. Esc. de 13 de diciembre de
1853, fls. 1078 V y ss.
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la calle que pasa por detrás del
Convento de Las Aguas, hoy
Hospital Militar; quinto: dos
molinos para trigo, con sus correspondientes caidas de agua,
el uno debajo de la casa, cuya
máquina está vieja, y el otro un
poco más abajo del primero con
su casa cubierta de tejas y una
máquina en buen estado de servicio; sexto: un horno cubierto
de tejas propio para cocer materiales situado al frente de la casa
un poco a la izquierda, y una ramada también cubierta de tejas
para hacer y secar material en
ella y contigua al horno.
garantía del contrato celebrado
por el gobierno con varias personas para establecer un camino
de rieles en el istmo de Panamá
y la navegación a vapor en el
río Chagres (7).
Como es natural, el precio ha
subido a $12.000, los nueve que
se abonan a la cuenta de lo que
el vendedor Restrepo adeuda a
los señores Carlos Ferring, Guillermo Graham y Juan Diston
Powles, y los tres mil al contado.
Anotemos que en la quinta de
Ardila se construyó la fábrica de
velas y jabones, y que la calle
que pasa por detrás del convento
es la llamada Carrera de Horcones.
El señor Hipólito A. Pérez adquirió la quinta de Bellavista
en remate judicial el 19 de diciembre de 1856, según lo expresa cuando en el año de 1861
la permuta con el señor Joaquín
Esguerra, vecino de Tocancipá,
con los molinos que allí existen
montados, casas, solares y todas
las mejoras costeadas por Pérez
(9). Linda la quinta entonces por
el frente (poniente) con tierras
del molino que corresponde a
Benedicto Domínguez y José Ignacio París (o sea la fábrica de
papel). Por el sur, con tierra del
doctor José Manuel Restrepo
por pertenecer al molino llamado de Almanza, que fue del extinguido convento de las Aguas.
Por el oriente, con tierras que
fueron del Cabildo Eclesiástico,
que tuvo en arrendamiento José
Campos (es decir, tierras que
pasaron en parte a la fábrica de
tejidos). Y, por el norte, con solar y quinta de José Antonio
Ardila (donde se construyó la
fábrica de velas y jabones).
Al mes siguiente (año 1836) la
firma Powles Illingworth vende
la quinta de Bellavista a Alejandro Vélez, Antonio Ley va y Alvarez, Francisco Montoya, Nicolás
Leyva y Raimundo Santamaría (6).
Es curioso anotar que en agosto
del mismo año de 1836 todos
los dueños de la quinta de Bellavista convinieron en "franquear" sus derechos y acciones
a don Francisco Montoya, a fin
de que pudiera hipotecarla en
Los señores atrás nombrados, y
además José Ignacio de Márquez, José Manuel Restrepo y
Santos Agudelo, venden la quinta con todos sus elementos a
Luis Montoya, quien también
había adquirido derechos en
ella, de manera que quedó como
dueño único (8). El precio fue de
10.500 pesos.
Antigua entrada al Campito de San José.
La quinta de Bellavista la encontramos en el año de 1889 invenEl valor de la quinta se estimó
en $11.000.
tariada con valor de $8.000 en la
triple mortuoria del señor Joaquín Esguerra (el que adquirió
de Pérez), su señora María
Faustina Olaya Esguerra y su
hija Celia Esguerra (10), y allí
se especifican los elementos que
la componen, entre otros un edificio de tapia y teja en mal estado que constituyó el antiguo
Molino de los Cristales. De los
linderos minuciosamente detallados hay que destacar, al norte, el de la quinta que fue de
Isidro Espinosa Prieto (luego fábrica de jabones y velas); y solares de las Hermanas de la Caridad de San José (donde funcionó
después el Campito de San Jo-
6. Not.la. Esc. de 18 de mayo de 1836 (273), fls. 351 V a 354 R.
7. Not. 3a. Esc. de 26 de agosto de 1836 (386), fls. 678 R a 698 R.
8. Not. la. (279). Esc. de 26 de diciembre de 1837, fls. 603 V, 604 R y V, 610 R, 611 R.
9. Not. la. Esc. 111 de 18 de febrero de 1861.
10.Not. 2a. Esc. (2254) de 21 de diciembre de 1889 (539), fls. 696 V y ss. El inventario a fls. 766 y ss. La quinta de Bellavista bajo partida 4a.
83
sé). Al occidente, la Calle de
Horcones, de por medio, con solar del edificio de San Vicente de
Paúl, institución que era dueña
entonces del edificio del convento de las Aguas, lo que confirma
que esa calle es la que pasa al
oriente, de ese edificio. Hasta
dar —prosigue— con las paredes de la antigua Fábrica de Papel, hoy propiedad del doctor
José C. Romero. Es decir, lo
que en 1889 compró la Nación
para el Buen Pastor.
Contiguo a la quinta de Bellavista, por el lado oriental de ésta,
se inventarió con valor de $800
(partida 3a.) un solar permutado
con la Fábrica de Paños, de manera que ésta quedaba situada al
oriente de la quinta. Otra área
de terreno, contigua, inventariada en la partida 5a, que lindaba al occidente con la Calle de
Horcones, tenía al norte la Quinta de Espinosa, que se transformó en la Fábrica de Velas y
Jabones. Joaquín Esguerra dividió lo que compró a Hipólito Pérez en dos partes, una de las
cuales la adquirió Dolores Olaya
de Esguerra, durante la sociedad conyugal que tuvo con su esposo José María Esguerra, en
cuya causa mortuoria se le adjudicó en el año de 1902. Por eso
en su hijuela se habla de la mitad de una finca conocida con el
nombre de Baños de Esguerra,
pues esa mitad se convirtió en
una finca independiente. La otra
mitad pertenecía en 1909 al
señor Alejandro Esguerra.
La señora Dolores Olaya de Esguerra y el señor Pedro Pachón
vendieron en el año de 1909 en
$565.000 p/m a la señora
Athenais Serres el predio de que
hemos tratado en los párrafos
anteriores (11). La compradora,
en religión María de San José de
la Providencia, obró como superiora de las hermanas de la comunidad del Buen Pastor y por
ese conducto la Quinta de Bellavista pasó a la Universidad de
los Andes.
los señores Diego Martín Peralta, Benedicto Domínguez y José
Ignacio Márquez (12).
Una semana después los señores
Benedicto Domínguez, Ignacio
Márquez y Compañía, compraron al señor José Antonio
Mendoza un molino de moler tri-
Acto conmemorativo, en 1963, de la iniciación de la obra del nuevo edificio "Roberto Franco".
En esta edificación se establecieron el molino, la fábrica de papel y, años más tarde, la cárcel
de mujeres del Buen Pastor.
LA FABRICA DE PAPEL
El Congreso dictó la Ley de 5 de
mayo de 1834 que concede a
Martín Peralta y Compañía privilegio exclusivo para fabricar
papel en las provincias de Bogotá, Neiva, Mariquita, Tunja, Socorro y Vélez por el tiempo de
diez años, contados desde la
concesión de este privilegio, y
con las condiciones que allí se
detallan. En desarrollo de la iniciativa se constituyó el 10 de junio de 1834 la compañía para la
fabricación de papel, contrato
que fue firmado inicialmente por
go ubicado a espaldas de las
Aguas, con el edificio y terreno
que le corresponde, por los linderos por donde siempre se ha
poseído y con los enseres y herramientas siguientes: "...la
máquina montada con sus
piedras y fierros necesarios y
sus canales nuevos por donde se
conduce el agua, una sierra nueva muy buena, un pico y una picadera nueva, una romana nueva, un asador y una pala nuevos,
las trozas, tolvas, puentes de
madera, cucharas, pala de madera, que todo es anexo a dicho
molino...".
11. Not. 2a. Esc. 174 de 16 de febrero de 1909. Venta de Dolores Olaya de Esguerra a las Hermanas del Buen Pastor.
12. Not. 3a. Esc. de 10 de julio de 1834 (380), fls. 177 V.
84
El vendedor Mendoza dejó constancia de que había adquirido el
molino por remate que en su favor se celebró en 29 de noviembre de 1833 por habérsele embargado al señor Isidoro Vásquez, a consecuencia de la demanda ejecutiva que contra él
estableció el presbítero doctor
José Gregorio Barragán, cura de
Bosa, por unos réditos de la capellanía de que éste era poseedor.
El precio fue de 1.300 pesos, de
los cuales 600 pesos debían reconocerse a favor de Barragán por
su capellanía. Este reconocimiento se hizo en la misma Notaría Tercera, el día 30 de junio
de 1834. El 28 de junio de 1834,
José Ignacio Márquez y Benedicto Domínguez encargan a
José Santos León la adaptación
del molino para la fábrica de
papel, mediante un contrato que
se celebró por escritura pública
y en el cual el constructor garantizó con hipoteca su cumplimiento.
Y cierra el mes de junio de 1834
con el traspaso que de sus derechos hace Diego Martín Peralta
a José Ignacio de Márquez y
Benedicto Domínguez, quienes
asumen todos los gastos y obligaciones. La empresa de la fábrica de papel se dividió en 25
acciones, de las cuales don Benedicto Domínguez y don José
Ignacio París poseían 21 en el
año de 1839, en que hipotecan la
casa y máquina de la fábrica de
papel para garantizar la suma de
mil pesos ($1.000) que recibieron en préstamo del doctor
Justiniano Gutiérrez, cura de la
Parroquia de las Nieves, con plazo de tres años e intereses al
dulce dos, como decía una insigne prestamista, o sea al dos
por ciento mensual, rédito elevadísimo en esa época, cuando las
comunidades religiosas solían
prestar al cinco por ciento
anual (13).
Domínguez vendió sus once acciones a Antonio Malo en 2.400
pesos incluyendo la maquinaria,
edificios, materias preparadas,
útiles y demás, lo que da idea
del valor de la empresa en el año
de 1840 en que se otorgó la escritura.
Acompañó a don Benedicto Domínguez en la fábrica de papel el
notable ciudadano don José Ignacio París, que donó a la República la estatua del Libertador,
inmortal obra de arte del escultor Tenerani, que se erige en la
plaza principal de Bogotá y que
lleva el nombre de Bolívar.
SE VENDE LA FABRICA. DE
NUEVO MOLINO
Don José Ignacio París compró
todas las acciones en que se había dividido la fábrica de papel.
En el año de 1849 sus albaceas,
Enrique París y Diego Tanco,
venden a Luis Convers un establecimiento o fábrica de papel
consistente en una casa alta y
baja, un solarcito y un pedazo de
tierra anexo, con todos los útiles y existencias como papel fabricado, cartones y productos
químicos. También entró en la
venta el privilegio exclusivo que
la Nación dio a la fábrica de producir papel, y el derecho del
agua de que disfruta la casa, debiendo el comprador en adelante
pagar el derecho municipal respectivo. EL precio fue de $8.000,
de los cuales $4.000 al contado y
el resto a plazo. Los linderos son
los siguientes: por el oriente,
con tierras de Laureano Copete;
por el occidente, con la calle pública; por el costado del sur, con
la quebrada o ' 'cequia" del agua
de los molinos, y por el norte,
con solar de la fábrica de tejidos.
La "cequia" o acequia del agua
de los molinos se localiza claramente en el plano de Codazzi; es
la que pasa por los cuadros marcados con los números 70 (fábrica de tejidos), 71 (aserradero hidráulico), 73 (molino), 72 (fábrica de papel) y 74 (molino).
La acequia va bordeada en parte
por la Carrera de Yarumal, que
es la prolongación de la calle 18
(hoy calle 18A).
Luis Convers estableció en la fábrica un molino de moler trigo y,
con todo lo que había comprado
a la sucesión de José Ignacio París, lo vendió a Camilo Sarmiento
en el año de 1852. Los linderos
son los mismos, salvo que en
el lindero del sur figura el
mismo Laureano Copete que colinda por el oriente. Lo cual es
claro porque se trata del Molino
de Almanza, que ya había sido
vendido por el doctor José Manuel Restrepo a Copete. El precio fue de $23.000, los $1.000 de
contado. Camilo Sarmiento formó una compañía con sus hermanos José y Joaquín. Otorgó
testamento en el año de 1858 y
en él, mediante ciertas compensaciones, declaró a Joaquín
dueño absoluto de todas las fincas cuyo título de propiedad estuviera en su nombre. En tal vir-
13. Not. 3a. Esc. de 22 de marzo de 1839 (294), fls. 351 V y ss.
85
quinta del doctor Romero estaba
situada, por tanto, en el costado
sur de la plazuela de las Aguas.
"Aquí nadie trabaja impunemente", solía decir el maestro
don Tomás Rueda Vargas.
Y en esta onda, con cierto dejo
de melancolía, nos habla el señor Germán Vargas, en artículo
publicado en el año de 1883 en el
Papel Periódico Ilustrado, del
fracaso de varias empresas industriales:
Uno de los pabellones del Buen Pastor. Hoy es el Bloque "B" donde se encuentran salones
de clase y laboratorios de física y química.
tud, Joaquín Sarmiento vendió
a Aparicio Márquez, Joaquín
Márquez, Antonio María Duque
y José María Rodríguez R., en el
año de 1869 "...el antiguo edificio de calicanto que fue fábrica
de papel y hoy convertido en molino de trigo, con su casa alta y
baja de vivienda adyacente a la
fábrica del molino con dos pequeños solarcitos, cercados de
tapias, y un pedazo de terreno al
sur del edificio, que no está cercado y mide unos quince metros
de anchura en esta dirección..."
con más todos los enseres y máquinas de los molinos en perfecto estado de buen uso y varias
máquinas y útiles de la antigua
fábrica de papel (14). El precio
fue de 12.800 pesos de ley en
moneda de plata.
Duque vendió sus derechos a
Aparicio Márquez. Pero vino
una ejecución instaurada por el
doctor José Concepción Romero
y el inmueble fue sacado a re-
mate, en el cual lo adquirió el
citado Romero ante el Juzgado
4o. del Circuito, el 21 de julio de
1886.
Y, en fin, en el año de 1889,
José Concepción Romero lo vendió a La Nación para el establecimiento de las Hermanas del
Buen Pastor, con el objeto de
que aquella diera cumplimiento
a la Ley 138 de 1888, como veremos en seguida.
No sobra anotar, para establecer
colindancias, que el doctor José
Concepción Romero poseía, al
frente de la finca vendida y lindando con ella por el oriente,
una quinta que gozaba servidumbre de acueducto respecto
de la vendida a la Nación, y que
lindaba por el norte con la plazuela y edificio de las Aguas; por
el occidente, con casa y solar de
Reyes Garnica, y por el sur, calle
de por medio, con la quinta del
señor Tomás Campuzano. Esta
"El ilustrado y virtuoso don Benedicto Domínguez —dice — ,
ayudado por otros colombianos
empresarios, montó una fábrica
de papel en el sitio de las Aguas,
de esta ciudad, donde se ve todavía el edificio que sirvió de
fábrica, como es sabido, pero
también sabemos que no fue
muy larga la existencia de dicha
fábrica, acaso porque se hicieron
insuperables las dificultades que
se opusieron a los empresarios".
La fábrica está marcada con el
No. 72 en el plano de Codazzi del
año de 1849, y antes había sido
un molino del señor Isidoro Vásquez.
EL BUEN PASTOR
La Ley 138 del 26 de noviembre
de 1888, sancionada por el Presidente Encargado, don Carlos
Holguín, autorizó al gobierno
para que, si las religiosas de la
congregación del Buen Pastor,
en Angers, vienen a Colombia a
fundar establecimientos de corrección, de moralización de cárceles u otros análogos, les proporcione el uso o habitación de
14. Not. 2a. Esc. 2098 de 30 de
noviembre de 1869 (362), fls. 933 R y
V. 86
86
algún edificio adecuado al efecto. En cumplimiento de esta
ley el gobierno compró al doctor
José Concepción Romero en el
año de 1889 los edificios de la
antigua fábrica de papel, su casa
de vivienda adyacente y sus dos
solares, situados en el barrio de
Las Aguas, por los siguientes
linderos: por el frente u occidente con la antigua Calle de Horcones, hoy carrera primera; (nota: se convirtió en la carrera la.
este); por el norte, pared divisoria con solar que fue de la Fábrica de Tejidos, hoy de los herederos de Joaquin Esguerra;
por el oriente, con solar y edificios del mismo Joaquín Esguerra; y, por el sur, el muro de
calicanto y pared de tapias que
respectivamente cierran el edificio y uno de los solares expresados. En nombre de la Nación
firmó el ministro de Fomento,
Leonardo Canal. El precio fue
de $20.000 a plazos.
En los informes rendidos por el
señor José Segundo Peña, jefe
Uno de los clásicos caminos de la Universidad, y que en otra época ocupara los caminos de la cárcel de mujeres del Buen
Pastor.
de la sección segunda del Ministerio de Fomento, se van relatando las reparaciones que se
hacen al edificio.
' 'Esta propiedad nacional —dice
Peña en el informe del año de
1894— que antes fue fábrica de
papel, molino de trigo y jabonería, estaba arruinada y su reedificación comenzó el 2 de junio de
1890; hoy se encuentra transformado el edificio, el cual se ha
destinado para residencia de las
Hermanas del Buen Pastor, que
fueron traídas de los Estados
Unidos —(rectificamos porque
vinieron de Francia) — para fundar en este país la enseñanza y
moralización de mujeres pobres
y desvalidas, según su método":
"Las respetables señoras que se
tuvo la fortuna de traer corresponden ampliamente al objeto
con que fueron traídas. Este
mismo Instituto se ha encargado
de la dirección del departamento
de mujeres detenidas del Panóptico, que se ha fundado en
Tres Esquinas".
La Congregación del Buen Pastor, que todavía presta sus servicios en Colombia, tuvo su origen en Francia por inspiración
de San Juan Eudes, fundador de
la congregación de padres Eudistas. Su principal tarea ha sido
la de las llamadas penitentes,
que tiene por objeto encarrilar a
las mujeres jóvenes que se han
dedicado a la profesión más antigua del mundo y enseñarles a
trabajar, atendiéndolas en una o
varias cosas. De allí se extendió
la misión al cuidado de las presas y se fundó una orden llamada Nuestra Señora de Caridad
del Buen Pastor, apoyada por el
conde de Neuville, que le donó
su casa y sus propiedades en
Angers, de donde le viene el
nombre que cita la ley. La Con-
gregación se hizo luego cargo de
la cárcel de menores de París,
donde encontraron mezcladas
delincuentes con huérfanas o
abandonadas o porque sus padres estaban presos, hicieron
una separación y establecieron
las preservadas, a las cuales, en
total aislamiento de las demás,
se les enseña a trabajar. Otras,
que llaman magdalenas, son las
que proviniendo de las penitentes o las prisioneras desean dedicarse a la vida religiosa. En las
casas de las Aguas tenían edificio separado. Las presas de entonces hacían capachos para empaques de cerveza de las fábricas de Bavaria y Germania, y
así ganaban algunas cantidades,
que servían para suplir en parte
los bajos sueldos y las pequeñas
raciones. Más tarde instalaron
un equipo de lavandería y plancha. Después se trasladaron a
barrios lejanos.
Al hablar de la Quinta de Bellavista vimos cómo en el año de
1909 la señora Dolores Olaya de
Esguerra y el señor Pedro Pachón venden a las hermanas de
la comunidad del Buen Pastor la
finca denominada Baños de Esguerra, que era la mitad de lo
que Joaquín Esguerra había
comprado a Hipólito A. Pérez
como un solo predio llamado
Quinta de Bellavista. Desde el
año de 1909 hasta 1937 el Buen
Pastor hizo nueve adquisiciones
de diferentes predios contando
el que se acaba de mencionar,
que no se detallan porque sería
demasiado dispendioso. En el
año de 1947 el Instituto de Hermanas del Buen Pastor o comunidad de Nuestra Señora de la
Caridad del Buen Pastor, vende
todo el globo o conjunto que había formado al señor Carlos Cortés Sánchez (notaría 2a., Esc.
7676 de diciembre de 1947).
87
Fábrica de papel, molino de trigo, jabonería, cárcel de las Hermanas del Buen Pastor; espacio
que fuera la primera compra para la sede de la Universidad en 1954.
Muerto este señor, el globo se
adjudica a su viuda la
señora
María
Francisca
Vanegas viuda de Cortés, y
ésta
le
vende
a
la
Universidad de los Andes por
Escritura 724 de 18 de marzo de
1954 otorgada en la Notaría 6a.
de Bogotá, lo que constituye
la primera compra que hizo la
propiedad denominada El Campito de San José y en parte con
el Paseo Bolívar; y, por el occidente, en parte con la propiedad
del mencionado doctor Salcedo
Gil y, en parte, con la carrera
la. este, y 67 metros aproximadamente, con la carrera la".
Universidad para su sede. Se
trata de un globo de 34.000
Entre las adquisiciones que hizo
la comunidad del Buen Pastor,
cabe destacar la cesión que le
hizo el Gobierno Nacional por
Escritura 2.208 otorgada en la
Notaría 2a. de Bogotá el 31 de
octubre de 1923, para dar cumplimiento a la Ley 65 de 1922,
que dispuso ceder a dicha comunidad un lote de terreno dentro de una mayor extensión de
propiedad del Estado, en donde
funciona la cárcel de mujeres de
esta ciudad, el cual tiene una
cabida de 2.737 metros cuadrados con 80 centímetros, en donde se halla edificado el convento
de aquella comunidad, con fondos propios en su mayor parte, y
demarcado con los siguientes
linderos: por el norte, partiendo
varas cuadradas, con todos sus
edificios, que costó un millón
de pesos pagados parte al
contado y parte a crédito. Los
linderos interesan porque los
nombres que en ellos se citan
muestran la colindan-cia con
diversos predios de que hemos
venido hablando o hablaremos:
"por el norte, en parte con la
Cárcel de Mujeres, que es o fue
de propiedad del Gobierno
Nacional y, en parte, con
propiedad
nombrada
El
Campito de San José, por el
sur, en parte con la calle 18
y, en parte, con propiedad que
es o fue de Julio Chávez, en
parte
con
propiedad del
doctor Alvaro Salcedo Gil y,
en parte, con la calle 18A; por
el oriente, en parte con la
de la carrera la. hacia el oriente,
con terrenos de propiedad de la
Nación, en donde se encuentra
la prisión de mujeres de El Buen
Pastor, tapia de por medio, en
una extensión de 54 metros, 50
centímetros; por el oriente, con
rumbo norte a sur, con terrenos
que fueron de Dolores Olaya de
Esguerra, hasta encontrar con
la calle 18; por el sur, con la calle 18, rumbo de oriente a occidente, hasta su intercesión (Sic.)
con la carrera la.; y por el occidente con la carrera la., con
rumbo de sur a norte, hasta encontrar con terrenos de propiedad del Estado. El Gobierno
Nacional, tan cuidadoso de que
los particulares citen en sus
compraventas el título de adquisición, omitió referirse a él en
la escritura, y si lo sabemos es
porque lo hemos averiguado en
otras fuentes tras larga investigación. Se trata, como ya lo dijimos de la antigua fábrica de
papel, comprada al doctor José
Concepción Romero. El inmueble cedido por la Nación al Buen
Pastor forma, por tanto, hoy
parte de la Universidad.
Resumiendo, tenemos que la
Nación compró la antigua
fábrica de papel con destino a la
comunidad del Buen Pastor, que
ésta adquirió además varios predios; que la Nación le cedió parte de lo que había comprado;
y que el Buen Pastor vendió el
bloque a Carlos Cortés cuya
viuda vendió a la Universidad de
los Andes.
LA FABRICA DE VELAS Y
JABONES
El origen de este predio se remonta al Convento de las Aguas.
En sus predios se construye la
Quinta de Ardila que se convier-
88
te en la Quinta de Espinosa. La
compra y adapta la Fábrica de
Velas y después de varias transferencias pasa a la Universidad
de los Andes.
La Ley 84 del 16 de diciembre de
1886 aprobó el contrato celebrado el 4 de los mismos entre el
Gobierno Nacional, representado por Antonio Roldán, ministro
de Hacienda encargado del despacho de Fomento, y Nicolás J.
Casas "sobre establecimiento
de varias industrias". En síntesis, Casas se obligó a establecer
las fábricas necesarias para la
producción de ácido sulfúrico,
estearina y soda, dentro de un
período de tres años, y a suministrar al gobierno el ácido sulfúrico que pudiere necesitar, a
precio de fábrica.
El gobierno, por su parte, concedió a Casas la introducción, libre
de todo derecho, impuesto o gravamen fiscal, de la maquinaria y
de los elementos necesarios para
montar las fábricas, y también
de la soda cáustica y del azufre
en bruto, como materias primas,
durante seis años. Y se obligó a
no hacer concesiones mayores a
ninguna otra empresa para la
producción de las mismas sustancias en un período de quince
años.
La compañía se constituyó por
Escritura número 1055 de 26 de
octubre de 1887, de la Notaría
3a. de Bogotá (Vol. 627, Fls.
311 R-a-318V) con el pomposo
nombre de ' 'Sociedad Industrial
para la fabricación de velas
esteáricas, jabones, ácido sulfúrico y otros productos químicos". El objeto de la sociedad
Recuerdos arquitectónicos de otras épocas,
dentro de la Universidad.
fue montar y establecer las fábricas necesarias para aprovechar los derechos y concesiones
adquiridos por Nicolás J. Casas
mediante la Ley 84 de 1886, y
que Casas traspasó gratuitamente a la sociedad, la cual se
obligó a cumplir Jas obligaciones. El capital se fijó en
$60.000 en dinero y la duración
en quince años. Se determinó
que las fábricas se establecerán
en el predio denominado Quinta
de Espinosa, que Nicolás J.
Casas ya había adquirido y se
obligó a vender a la sociedad
por la cantidad de siete mil quinientos pesos ($7.500). A esta
quinta nos referimos adelante,
en fragmento separado.
"Desde 1888 —dice Pedro María Ibáñez— se organizó en
Bogotá una sociedad industrial
para montar una fábrica de ácido
sulfúrico y bujías esteáricas, ja-
bones, etc., con maquinaria fabricada en París, montada y dirigida por el doctor Nicolás J.
Casas, socio de la empresa (15).
La compañía levantó un amplio
y cómodo edificio en la carrera
la.". Por esfuerzo del mismo
Casas como secretario de Hacienda de Cundinamarca y según contrato con los ingenieros Alejandro Manrique y Zoilo
E. Cuéllar, se construyó en
1890 el puente del Libertador,
sobre el riachuelo San Francisco, en el punto de intersección
de la carrera la. y la calle 21.
El 30 de junio de 1889 el gerente
Guillermo Uribe rinde informe
detallado a los accionistas. La
sociedad fue ejecutada por el
Banco de Colombia y sus bienes rematados, pero los adquirieron algunos de los antiguos
socios y otros nuevos, que los
aportaron a la "Sociedad Industrial de Bogotá", constituida
según Escritura 1970 otorgada el
15 de noviembre de 1894 en la
Notaría 2a. por las siguientes
personas:
Nicolás Casas, Nicolás J. Casas,
Ricardo Núñez, Carlos Manrique, Julio Zapata, Federico Patino, Ángel y Rufino J. Cuervo,
Francisco Sinisterra, Marcelino
Vargas, Nicolás J. de Caycedo,
Ignacio de Caycedo, Evaristo
Delgado, Pablo M. Osuna, Elberto de J. Roca, Julio J. Dupuy
y Jesús Ayala.
LIQUIDACIÓN.
CHOCOLATES CHAVES.
CERVECERÍA GERMANIA
La nueva sociedad que sustituyó
a la fábrica de velas y jabones se
15. María Engracia Espinosa, mediante apoderado, con aprobación de su marido y licencia judicial, vende a Casas por Escritura 751 de 30 de
julio de 1887, Notaría 3a. (624), fls. 273 y ss., mortuoria de Isidro Espinosa Prieto protocolizada por Escritura 121 de 28 de febrero de 1885,
Notaría 3a., Ignacio Riaño vende a Isidro Espinosa por Escritura de 18 de diciembre de 1849, Notaría 3a. (439), fls. 406 V y ss. Certificado
anexo de 17 de diciembre de 1849, fl. 407, venta de Ardila a Riaño, fls. 399 V y ss.
89
disolvió en el año de 1901, por
haber reunido en su cabeza las
acciones de la sociedad y todos
los créditos contra ella, el señor Julio J. Dupuy quien, además, como director y liquidador
de ella, se adjudicó a si mismo el
predio urbano situado en el barrio de las Aguas, con los edificios de tapia y teja construidos en él con las máquinas,
aparatos, etc., destinados a la
fabricación de velas esteáricas y
otros productos químicos, todo
situado en el ángulo que forman
la calle 19 y la carrera la., deslindando el predio así: por el
sur, con casa y terreno de Juan
de Jesús y Alejandro Esguerra; por el oriente con solar y terreno de las Hermanas de la
Caridad en parte y, en parte,
con propiedad de Jesús Cabrera;
por el occidente, en parte con la
carrera la. y en parte con propiedad de Julio Escobar, y por
el norte con la calle 19.
Esta liquidación se hizo constar
en la Escritura 613 otorgada el
8 de mayo de 1901 en la Notaría
5a. de Bogotá. Y luego por Escritura número 992 otorgada en
la misma Notaría el 28 de junio
del mismo año. Dupuy vendió a
la compañía manufacturera de
chocolates Chaves el predio arriba descrito con los edificios de
tapia y teja construidos en él y
además dos calderas, ocho tanques de hierro, madera y tubería, todo por la cantidad de
$92.000. Se midió el predio, cuya extensión era de 4.831 metros cuadrados con 30 centímetros y se hizo un plano que se
encuentra en el protocolo.
De Chocolates Cháves pasó el
inmueble a la firma Eudoc Iimited y de ésta en el año de
1939 a Cervecería Germania
Rudolph Kohn S.A. Se le agre-
garon pequeños lotes y en fin lo
adquirió la Universidad de los
Andes por Escritura número
5437 de 26 de noviembre de
1965, otorgada en la Notaría 7a.
de Bogotá.
LA QUINTA DE
ESPINOSA
Esta quinta sirvió de base a la
fábrica de velas y jabones y
figura en el acta de constitución
de la sociedad (año de 1887). Sus
linderos entonces eran los siguientes:
Por el oriente, con casa quinta
que fue del señor Jacobo Sánchez (es decir, parte de la fábrica de tejidos); por el occidente,
con casa de Domingo Bautista y
con la antigua Carrera Sexta del
Oriente, hoy Carrera Segunda.
(Nota: la casa de Domingo Bautista también fue comprada por
la Sociedad Industrial); por el
sur, con solar de Joaquín Esguerra; por el norte, con la antigua Calle de San Mateo, que fue
luego Calle Novena del Norte y
que es hoy Calle Decimonovena.
Esta quinta la adquirió Nicolás
J. Casas de María Engracia Espinosa (1887) y ella en la mortuoria de su padre Isidro Espinosa Prieto, de donde sin duda
viene el nombre de Quinta de
Espinosa. Isidro la había comprado en el año 1849 al doctor
Ignacio Riaño, quien acababa de
adquirirla del señor José Antonio Ardila.
Son interesantes los linderos de
estas dos últimas escrituras porque precisan medidas y vecinos
de importancia: se refieren a
una quinta situada en el barrio
de Las Nieves, a inmediaciones
del extinguido Convento de las
Aguas, subiendo para el Boquerón del río San Francisco
calle en medio; lindando con
otro solar que está del lado de
abajo; subiendo por las orillas de
dicho río; por arriba, con solar
de la Fábrica de Tejidos, y bajando por el lado izquierdo con
otro de la Fábrica de Papel. Advirtiendo que la quinta tiene de
largo por el lado de la Fábrica de
Papel, 134 varas; por el lado de
la Fábrica de Tejidos, 73 varas;
por el del río, 117 varas y por el
Convento de las Aguas, calle en
medio, 40 varas.
También se llamó Quinta de Ardila, según consta del certificado
del registrador anexo a la venta
de Riaño a Espinosa. Y, en efecto, José Antonio Ardila la edificó
a sus expensas, según lo dice en
la venta a Riaño, en un solar que
compró a Antonio Zapata en
1824. Vende, en consideración a
la falta de bardas y deterioro, en
la cantidad de 2.200 pesos.
De manera que la Quinta de Ardila, después llamada Quinta de
Espinosa, quedaba enclavada
entre el río San Francisco (margen izquierda), la fábrica de tejidos, la fábrica de papel y el extinguido convento de Las Aguas.
Se reunían allí por tanto, tres fábricas. A esta quinta se agregó
en el año de 1889 una casa contigua con su tienda y solar que
daba sobre el río San Francisco
y estaba situada en la calle 9a.
de la Carrera Horcones, casa
cuya tradición puede remontarse
hasta llegar al año de 1853 para
comprobar que provenía del
mismo José Antonio Ardila a
quien se le remató por una
deuda.
José Antonio Ardila adquirió en
el año de 1824 el solar, donde
edificó la quinta, por compra a la
90
señora Antonia Zapata, a la
cual acababa de venderlo la
señora Mercedes Hernández.
Esta dice que habiendo contratado con Salvador Jiménez en
venderle un solar de la pertenencia de sus menores hijos que
tuvo de su legitimo marido señor
Ramón Núñez, a quien pertenecía, se practicó al efecto la
competente información de utilidad; pero como muriese dicho
Jiménez sin haberle otorgado la
correspondiente escritura, para
perfeccionar el contrato se lo
vende a su viuda señora Antonia
Zapata. La venta la hizo por doscientos pesos ($200) de contado.
La vendedora agrega que su difunto esposo adquirió el solar
por herencia de su legítimo padre don Fernando Núñez y éste
por compra que de él hizo al
Convento de Predicadores según
escritura otorgada ante el escribano interino Luis Ignacio de
Silva el 13 de noviembre de
1780. Llega así la tradición hasta
el Convento de Predicadores,
dueño que fue del convento e
iglesia de las Aguas.
rio, de la cual es propietario
actualmente el doctor Jacobo
Sánchez. Se trabajan sobre todo
telas de lana de colores firmes y
de una duración imperdurable,
pudiendo usarse vestidos de
esas telas muy decentes, hasta
por las gentes de mejor gusto, y
por economía propia". El doctor Pedro María Ibáñez también se refiere a esta fábrica e
informa que se trasladó a Samacá.
La fábrica de tejidos benefició el
algodón hasta el año de 1852 en
que decidió trabajar en lana. En
este año José María Plata, Antonio Ponce y Jacobo Sánchez,
celebraron un contrato de compañía para emprender en Bogotá
la fabricación de tejidos de lana,
poniendo dinero y los derechos y
acciones que tiene en el establecimiento que sirvió para la
fabricación de tejidos de algodón, el que destinan para la
actual empresa, con un capital
de $26.000.
Los derechos y acciones comprenden el edificio y solar con
todas sus anexidades, exceptuándose las máquinas, aparatos
y utensilios que sirvieron para
tejidos de algodón.
Los linderos del predio en que se
levantó la fábrica son los siguientes: por el oriente, el camino llamado Agua Nueva y tierras del señor Laureano Copete; por el norte y el sur, con tierras del mismo señor Copete;
y por el occidente, con las Quintas de los señores Hipólito A.
Pérez e Isidro Espinosa (16).
Estos linderos son muy importantes porque fijan la posición
de la fábrica de tejidos en el
camino de Agua Nueva, hoy Paseo Bolívar, por donde tenía
una entrada. La Quinta de Espinosa sirvió de base a la fábrica de velas y jabones, como
DE LA FABRICA DE TEJIDOS
AL CAMPITO DE SAN JOSÉ
Y LA QUINTA PAULINA
Germán Vargas, en artículo publicado en 1883 en el Papel Periódico Ilustrado, que ya citamos
al hablar de la fábrica de papel,
dice: "De todas las fábricas industriales establecidas en esta
capital, de 1830 para acá sólo
queda funcionando la de tejidos,
que fue fundada, según informes, por los señores D. Ramón Tamayo, D. Cayetano Navarro y el doctor Alejandro Oso-
Sector de las edificaciones originales del Campito de San José.
16. Not. la., Esc. 1190 de 26 de noviembre de 1857 (350), fls. 637 y 638, que contiene la hipoteca mediante la cual Antonio Ponce, como director
de la fábrica de tejidos, garantiza $2.000 que tomó en préstamo en moneda de 8/10 de talla mayor al 1% mensual.
91
ya lo vimos. Y la Quinta de Pérez
fue adquirida por Joaquín Esguerra, que también compró la
Quinta de Bellavista.
Así fuimos pasando de la era de
los molinos a la de las quintas y
después a la de las fábricas.
En cuanto a Laureano Copete,
aquí varias veces citado, que
en épocas anteriores era conocido con su nombre de pila apocopado de Laurean, poseía gran
extensión de tierra en las cercanías del paseo del Agua Nueva y
de la Capellanía de Monserrate,
de la cual se desmembró la
Quinta de Bolívar.
En el año de 1854 vendió Copete
a la fábrica de tejidos, un pedaciUo ubicado arriba de la fábrica,
al lado de la corriente de aguas
que a ella entra y pasa al otro
lado, siguiendo las tapias del
solar de la fábrica, formando un
triángulo cuyos lados se unen en
la loma de las aguas fontaneras
(17). En el plano de Codazzi del
año de 1849 se ve claramente que
a la fábrica de tejidos (No. 70),
entra la quebrada del Hoyo del
Venado, como también la toma
de Agua Nueva.
Y este era un grano de tierra en
comparación de fundos tan valiosos de que era dueño Copete
como los Molinos de Almanza y
del Boquerón, de que ya hemos
hablado; de los predios, también en la región de las Aguas,
denominados El Juido, El Solar
de la Quinta y El Tejar de Jesús,
que colindaban con las Quebradas de Jesús o Guadalupe y de
San Bruno y con el Paseo del
Agua Nueva y la Fábrica de
Tejidos, amén de otras menu-
dencias como el latifundio que
desde la Quinta de Bolívar se
dilataba hasta el Río del Arzobispo, bordeando la Capellanía
de Monserrate, por el oriente;
y, lindando por el poniente,
con el Alto de San Diego, que
fue de la recolección de los Franciscanos, y la Quinta del Río del
Arzobispo.
EL MOLINO DE LOS
CRISTALES. LA
FAMILIA CAMPOS
El doctor Jácobo Sánchez adquirió el globo de tierra llamado
los Cristales, donde se levantó
la fábrica de tejidos, por compra
en pública subasta a la viuda y
herederos de José Campos, en
el año de 1836. Consta en el documento respectivo que Salvadora Santos, viuda de José Campos, y Pedro Campos, su hijo,
ambos albaceas testamentarios
de José, venden, previa licencia
y remate, a Jacobo Sánchez, un
globo de tierra llamado Los Cristales, situado a la falda del Cerro
de Guadalupe, con su casa de
teja que ha servido de molino
de trigo, que hubo José en cantidad de 1.505 pesos por compra
que de él hizo a censo redimible
al señor Tesorero Dignidad de
esta Santa Iglesia Catedral, doctor Juan Agustín de la Rocha,
por escritura otorgada ante el
escribano público del número
Manuel Mendoza a 4 de julio de
1826. Por haber menores se pidió
la licencia para vender el molino
y parte del terreno, lo que dio
ocasión a que se hiciera el avalúo
judicial de esos bienes y se determinará con precisión el predio
que se puso en subasta. El justiprecio fue de ochocientos pesos
($800), la longitud se calculó en
275 varas, y la latitud, que es el
frente en 253. Surtida la larga
tramitación se adjudicó el predio
a la fábrica de tejidos, que se
obligó a reconocer un principal
17. Notaría la., Escritura de 31 de marzo de 1854 (341), fl. 540 R. 92
92
de $600 que gravitaba sobre él a
favor del Ramo de Manuales.
Para dar la posesión fueron citados
como colindantes el doctor José
Manuel Restrepo, dueño de la
Quinta de Bellavista, y el señor
José Antonio Ardila, dueño de
otra quinta (donde se
este punto, a dar a la puerta de
golpe que queda en medio de una
zanja y las tapias de la quinta
del señor Ardila, midiendo 275
varas, que es el largo, lindando
también con tierras de los mismos Campos; por el pie en 253
varas, con las quintas de los señores Antonio Ardila y José Manuel Restrepo (Bellavista). En
Antiguo molino de "Los Cristales" y posteriormente, fábrica de sombreros de Richard.
fundó la fábrica de velas y jabones).
Al dar la posesión se determinaron
los
linderos
que
copiamos,
interpretamos y comentamos, pues
nos parecen de gran importancia,
"ya que este predio pasó a ser más
tarde en parte de propiedad de las
Hermanas de la Caridad con el nombre de Campito de San José, y en
parte de las Hermanitas de los
Pobres, donde se construyó Villa
Paulina, predios ambos de que la
Universidad es hoy dueña: Por el
oriente, con tierras de los herederos
de José Campos, desde el sitio
nombrado El Cuar- tillo de Queso,
que es la caja del Agua Nueva; por
el norte, de
este punto se hizo presente el
doctor Restrepo y manifestó que
en esta parte quedaba una calle
para entrar a la Quinta de Bellavista y que debía quedar abierta.
Se convino en poner dos puertas
de golpe, la una al comenzar la
calle y la otra al entrar a la quinta. Y para cerrar, de la esquina
de la quinta de Bellavista, tomando para arriba hasta dar con
una cerca de piedra que deslinda
con tierra del doctor José Manuel Restrepo.
Para determinar la venta de
los Campos a Sánchez, al final
de la escritura, se expresan los
siguientes linderos: por el costado de arriba del puente de las
Aguas, comienza el lindero del
terreno desde una puerta de
golpe que quedaba en medio de
las tapias de la quinta del señor
Antonio Ardila, por el costado
derecho, y por el izquierdo, con
zanja de por medio, con tierras
de los vendedores, y tomando
camino arriba por toda la orilla
del edificio del molino hasta dar
con la caja del Agua Nueva y
sitio nombrado el Cuartillo de
Queso, y comenzando el camino
de Agua Nueva, volviendo para
abajo sobre la derecha, el camino
de por medio, deslinda con tierras del mismo vendedor. Y por
abajo con una cerca de piedra
del terreno que se vende, por
todo el camino, a dar a la zanja
cercada de la quebrada que baja
del Hoyo del Venado; y tornando
toda la orilla de la cerca de piedra. Por el lado de arriba deslinda con tierras del señor doctor
Manuel Restrepo hasta dar a
la puerta donde se sale para arriba de su quinta y solar, y volviendo sobre el costado izquierdo por la orilla de las puertas
de dicho solar y de las tapias de
respaldo de la quinta del señor
Ardila, a dar a la misma puerta
de golpe donde comenzó el lindero.
Aceptó la escritura el doctor
José María Saiz, a nombre de
la Compañía de Tejidos.
José Campos, cuyos herederos
vendieron el predio a la fábrica
de tejidos, otorgó su testamento
el 22 de enero de 1836 ante el
escribano José Lucio de Elorga.
Declara por bienes suyos, entre
otros, las casas y molinos en
que vive.
En el inventario de sus bienes,
practicado el 14 de noviembre
de 1838, se relaciona "primeramente una casa de bareque (sic)
y paja construida a espalda de
93
El Bloque "U" fue en otros tiempos el convento y la capilla de las Hermanas de la Caridad.
las Aguas en el terreno comprado
por el finado al Cabildo Eclesiástico
y en cuya construcción se invirtió
el valor recibido por la venta que
de un pedazo de dicho terreno y
materiales del Molino de Los
Cristales se hizo a la compañía de
tejidos. ítem... El terreno comprado
por el finado a censo redimible al
Cabildo Eclesiástico excepto el pedazo vendido a la mencionada
compañía y el que le vendió a
Antonio Rodríguez".
La casa se avaluó en $450 y la parte
existente del terreno en $950. Se
inventariaron también seis burras
a $6 cada una; dos yeguas a $7;
otras dos paridas a $10; cinco
cabras a 5 reales; tres potros a $6;
y un buey de carga en $10.
LOS CRISTALES
En mayo de 1825 el señor José
Joaquín del Campo, vecino de
Fontibón, que no sabía firmar —
por lo cual en las diligencias
aparece su hijo con el apellido
simplificado de Miguel Campos— propone al Cabildo Eclesiástico la compra de un terreno
que pertenece a un globo en el
sitio de Los Cristales, de la fundación de Soza y está arrendado a
Miguel Campos. Se ordenó entonces al colector que buscara
la fundación y que se avaluara
entre tanto el terreno, lo que se
hizo el 22 de octubre de 1825 por
Matías Abondano. Matías "visó"
los linderos en la forma que se
expresa y que es de gran
importancia porque muestra la
extensión del "Pedazo de tierra"
vendido a Campos en esa época, y
que pertenecía a "un globo" que
poseía el Cabildo Eclesiástico,
de manera que lo vendido a
Campos fue una parte del
globo donde se vinculaba la
fundación de Simón de Soza. Los
linderos dicen así, subrayando
nosotros:
Lindero del corral del oriente:
desde el tajo de un cerro que
llaman Hoyo del Venado hasta
una piedra blanca que llaman
Cerrito de Carabaca, y desde
allí hasta el Boquerón del Río
San Francisco; lindero del norte,
aguas abajo del citado río San
Francisco, hasta un saque de
una quebrada que en tiempo
de verano se seca;/y el sitio mira a
un Solar que hoy posee, Antonio
Ardila. Por el poniente, desde la
ribera del río nominado, arriba
hasta dar con tierras de los
Molinos que llaman de Pon-ce y
hoy pertenecen al señor doctor
José Manuel Restrepo. Linderos
del sur, desde este molino a
volver a tocar con el primer
lindero del Cerro del Hoyo
llamado Venado, comprendiéndose en el transcurso un cerrito
pedregoso. Abondano justipreció
el terreno, $1.600.
El remate se celebró el 22 de
abril de 1826. En cuatro de julio
siguiente por ante el escribano
Manuel Mendoza (Notaría 3a.
volumen 367, fls. 222R y
222V), el señor doctor Juan
Agustín de la Rocha, tesorero
dignidad de esta iglesia, otorgó
escritura a favor de José Joaquín
del Campo, del globo de tierra
denominado Los Cristales, perteneciente a la fundación de
Simón Soza, por los linderos
que designa la diligencia de
remate y en cambio de 1.505 pesos que ha de reconocer el comprador a censo redimible.
EL CAMPITO DE SAN JOSÉ
Y VILLA PAULINA.
PARTICIÓN DEL PREDIO
DE LA FABRICA DE
TEJIDOS
Se solemnizó esta partición por
Escritura número 1967, otorgada el 5 de noviembre de 1897
en la Notaría 2a. de Bogotá, en
que la empresa se consideró dividida en 100 acciones así: Jacobo Sánchez, 43; Eugenio Sánchez, 43; la esposa de éste, señora Paulina Ponce de Sánchez
7; y Zenón Sánchez, 7.
El inmueble que se parte está
situado tanto al norte como al sur
de la calle 20, ésta de por medio, y
mide 15.029 metros cuadrados.
Deduciendo el terreno ocupado
por el edificio que es de 979
metros cuadrados, y que se deja
en comunidad, quedan 14.250
metros cuadrados. A Eugenio se
le separa un lote de 40 metros de
frente y 20 de fondo sobre la calle
20, frente a la casa que ha
construido. A Ja-cobo y Zenón se
les adjudica el
94
potrero cuyos linderos son:
por el norte, el río San Francis
co; por el sur, la calle 20; por el
oriente, con terreno de los here
deros de Joaquín Esguerra y
el lote que se separa a Eugenio;
y por el occidente, dividido por
una quebrada, que es la del Ho
yo del Venado, y una zanja, con
terreno y casas de Carlos Villamarín.
linderos generales de los terrenos de la fábrica de tejidos
de lana, así: por el oriente, el
camino del Agua Nueva; por el
sur, la quinta del señor Joaquín
Esguerra; por el occidente, con
la misma finca y la quinta del
señor Isidro Espinosa; y por el
norte, el camino que va para
Choachí o Boquerón del río San
Francisco.
A Eugenio y Paulina se les adjudica, además, lo restante del
terreno situado al sur de la calle
20 con el edificio del tinte y
piezas adyacentes, bajo los siguientes linderos: norte, la calle 20 de por medio, con el terreno asignado a Jacobo y Zenón; sur y occidente con terrenos de las Hermanas de la Caridad, que ya había comprado
lo que se llamó El Campito de
San José. Y por el oriente, con
el edificio de la fábrica de tejidos. Se les adjudicó también el
terreno ubicado al oriente de
este edificio, que linda por el
norte, la calle 20 de por medio,
con el terreno adjudicado a Jacobo y Zenón y el lote asignado
a Eugenio, y, por el sur, el camino al Agua Nueva y terrenos
de los herederos de Joaquín Esguerra y Francisco Rico.
Recordemos que la quinta de
Joaquín Esguerra es la de Bellavista, y la de Isidro Espinosa
la que sirvió de base a la fábrica de velas y jabones.
Nos hemos detenido en estos
linderos porque dan la clave de
las posesiones del Campito y
la Quinta Paulina. Y aún a riesgo de recargar creemos conveniente mostrar la diferencia
de redacción de los linderos de
que da cuenta la Escritura número 92, otorgada el 10 de
febrero de 1910 en la Notaría 5a.
de Bogotá, mediante la cual
Zenón Sánchez vendió a su hermano Eugenio las siete acciones
que había comprado a doña Paulina, atrás mencionada; documento en el cual describe los
Aclara la escritura que los linderos han variado y son los siguientes: por el norte, con la
calle 20; por el sur con los edificios y terrenos de las Hermanas de la Caridad (es decir, el
Campito de San José); por el
oriente, pared medianera del
solar de la quinta de Eugenio
Sánchez; y por el occidente, con
el edificio y terreno de Eugenio Sánchez (por donde iremos
a la quinta Paulina y a las Hermanitas de los Pobres). Se dejó
constancia de que queda comprendido en los terrenos de la
fábrica de tejidos de lana un
lote ubicado en la calle 20, frente
a la fábrica, que mide 927 y
medio metros cuadrados y que
linda: por el norte, con el río San
Francisco; por el sur, con la calle
20; por el oriente, con el terreno
de Eugenio Sánchez; por el occidente, Quebrada del Hoyo del
Venado por medio, con el edificio y terreno de los herederos de
Carlos Villamarín.
director doctor Jacobo Sánchez,
en el mes de febrero de 1883,
para vender los lotes de terreno
y edificios que a su juicio no
sean absolutamente necesarios
para la empresa, como lo comunica y certifica el secretario doctor Manuel Ponce de León, en
nota inserta en la Escritura número 241, otorgada en la Notaría la. de Bogotá el 27 de abril
de 1883.
En cumplimiento de esta autorización el doctor Jacobo Sánchez, mediante la escritura citada, vendió a la señorita Celia
Huguenin, francesa de nacimiento, una fracción del edificio y solar determinado en la
forma siguiente: la parte del
solar de la fábrica que linda
así: al norte, calle de por medio,
con solares del vendedor y del
señor Sixto Jiménez, desde la
mitad del manchón y pilón
oriental de la portería de la fábrica hasta las paredes del solar
de la quinta del señor Isidro Espinosa; al occidente con las ex-
EL CAMPITO DE SAN JOSÉ
La "Compañía para la fabricación de tejidos de lana" de que
hemos hablado, autorizó a su
Estado del asilo de ancianos "Campito de
San José", en 1963.
95
presadas paredes y las del señor
Joaquín Esguerra; al sur con
el ladrón y zanjón que recibe
las aguas sobrantes de la acequia, con las tapias divisorias de
otro solar del señor Esguerra y
con las tapias que cercan la fábrica por el lado del camino del
Agua Nueva hasta un ángulo
que forman las mismas tapias,
siete (7) metros arriba de la
puerta que da salida al expresado camino, y al oriente, con
una línea tirada desde el expresado ángulo, paralelo a las paredes del edificio contiguo a la
fábrica u oficina de la fábrica,
hasta encontrar la línea de prolongación hacia el oriente de la
pared de calicanto del sur de
la fábrica, perteneciente a la
compañía, esta línea, la pared
referida y la trazada por la orilla
derecha y norte del zanjón que
recibe las aguas de la Quebrada
de Hoyo del Venado hasta frente
a la puerta oriental de la pieza
contigua a la que sirve de tinte
y lavado de lanas, y de este
punto, una recta hasta la mitad
del manchón oriental de la portería que se ha marcado al principio como punto de partida.
Se aclaró que dentro de este
terreno están ubicados la quinta
con su jardín, baño y corral, las
oficinas de la fábrica contigua a
ésta, el tinte y la portería. El
precio de la venta fue de $17.000.
Se observa que la venta no comprendió sino una parte de los terrenos y edificios de la fábrica
de tejidos. Otra pasó, a través
de Eugenio Sánchez Zerda, a
las Hermanitas de los Pobres,
LAS HERMANITAS DE LOS
POBRES. LA
QUINTA O VILLA PAULINA
Entre las propiedades raíces en
que se dividió la antigua Fábrica de Tejidos se cuentan dos
lotes, separados ahora por la
calle 20, con extensión total
próxima a los 16.000 metros
cuadrados divididos casi por la
mitad, uno de los cuales es el llamado Quinta o Villa Paulina,
donde la Universidad de los
Andes ha establecido un restaurante para sus profesores (y
alumnos), y cuya localización se
aprecia bien en el plano.
Estado original de la fábrica de sombreros
Richard.
y hoy es de propiedad de la Universidad de los Andes, con el
nombre de Quinta o Villa Paulina, como veremos adelante.
La señora Huguenin, que en
religión se llamaba madre María
Bertilda, transfirió en el año de
1909 a la Comunidad de las Hermanas de la Caridad de la Presentación de la Santísima Virgen lo comprado a Sánchez. Y
allí funcionó lo que se llamaba
el Campito de San José, destinado a enfermas mentales (18).
Y, en fin, en 1962 compra la finca
la Universidad de los Andes (19).
En vez de transcribir los largos
linderos, nos remitimos al plano de la Universidad.
Estos dos lotes formaban antes
una sola finca cuya propiedad
se consideró dividida en 100
partes, que reunió en su mano
Eugenio Sánchez Zerda así:
43 que le fueron adjudicadas en
la sucesión de su padre, doctor
Jacobo Sánchez en el año de
1899; 7 en la sucesión de su
esposa señora Paulina Ponce
de León de Sánchez; 7 que compró a Zenón Sánchez; y las 43
restantes por la participación
celebrada entre el doctor Jacobo
Sánchez y sus hijos Eugenio y
Zenón, en el año de 1897, partición en la cual también se
adjudicó una cuota de 7% a la
señora Ponce de Sánchez (20).
Don Eugenio Sánchez Zerda
otorgó testamento y legó los dos
predios junto con sus casas,
una de las cuales es la Quinta
Paulina, a las Hermanitas de
18. Escritura No. 6 otorgada el 6 de febrero de 1909 en la Notaría de Nunchia, departamento de Santa Rosa, uno de los creados durante la ad
ministración de Rafael Reyes.
19. Esc. No. 5632 de 15 de octubre de 1962, No. 4a.
20. Partición: Esc. 1967 de 5 de noviembre de 1897, Not. 2a., Suceción de Jacobo Sánchez, Esc. 221 de 10 de mayo de 1899, Not. 5a., Suceción
de Paulina Ponce de Sánchez, Esc. 519 de 19 de diciembre de 1899, Not. 4a. Compra a Zenón Sánchez, Esc. 92 de 10 de febrero de 1910, Not.
5a.
96
Años después, una toma del mismo lugar,
que hoy se conoce como el Bloque "R".
los Pobres de Bogotá, generosa
donación cuya principal finalidad
era atender a los ancianos o
ancianas (21), y que fue perfeccionada en el año de 1923.
Quinta Paulina es definida en la
mortuoria de Sánchez como una
casa así llamada en el edificio de
calicanto denominado "Antigua
Fábrica de Tejidos", en otra casa
con dos enramadas, y en cinco
pequeñas casas de ba-hareque y
paja. Entre sus linderos figuran
las calles veinte, el antiguo
Campito de San José y el Paseo
Bolívar. Las Her-manitas de los
Pobres vendieron la quinta a
Julio Arguello en el año de 1934
y éste a la Universidad de los
Andes (22).
EL PREDIO DE RICHARD
por don Enrique Sánchez Zerda a
las Hermanitas de los Pobres
pasó, a través de varios dueños, a
la sociedad colectiva de comercio
"Hijos de G. Richard", quien lo
vendió a la "Asociación de Amigos
de la Universidad de los Andes"
mediante Escritura número 5.739
otorgada el 27 de octubre de 1967
en la Notaría 5a. de Bogotá. Y la
Asociación la vendió a la Universidad de los Andes por la suma de
200.000 pesos según Escritura
número 1.604 otorgada el 22 de
abril de 1969 en la Notaría 2a.
Richard compró a Joaquín Olaya
por Escritura número 654 otorgada
el 18 de marzo de 1941 en la
Notaría 2a. Este inmueble se
desmembró, por tanto, de la
antigua fábrica de tejidos; su
localización se muestra claramente
en el plano de la Universidad y sus
linderos son: por el oriente, con
jardín de la Quinta Paulina,
propiedad de la Universidad;
norte, con la calle 20, hoy calle 19
A, occidente y sur con el Cam-pito
de San José, que fue de las
Hermanas de la Caridad, hoy de
la Universidad.
por el ingeniero Manuel H. Peña y
que se encuentra incorporado a la
memoria del Ministerio de
Fomento correspondiente al año
de 1894, informe relativo a obras
para el acueducto de Bogotá, se
habla de la construcción de un
estanque artificial en una zona de
terreno situada a la vertiente
izquierda del río San Francisco,
entre la calle Fuerte de San
Mateo, el camino del Agua Nueva
y el río. El agua saldrá por una
tubería que pasará por terrenos de
la compañía (del acueducto), de la
familia Esguerra y del doctor
Jacobo Sánchez (nombres todos ya
conocidos) "...a dar a la Calle del
Fuerte de San Mateo, que es la
prolongación de la calle 20 llega al
puente del Libertador, cruza allí el
río San Francisco, sigue por la calle
20, o sea del Panteón de Las
Nieves, hasta encontrar la carrera
4a., en donde empata con las
cañerías de distribución".
Hay que anotar un cambio importante y es que la calle 20
cambió su nombre por la calle
19A. Importante porque hay
referencias en escrituras anteriores
a la calle que sube del Panteón de
Las Nieves, el cual se
encontraba en el costado sur de
la iglesia de este nombre, o sea en
la dicha calle 20. Y también hay
citas de la Calle del Fuerte de San
Mateo, que es la misma calle 20
en la parte situada en su extremo
oriental. En efecto, en el informe
rendido
UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
Otra fracción del terreno legado
21. Notaria 2a., Escritura 733 de 13 de abril de 1923.
22. Hermanitas a Arguello, Escritura 583 de 27 de abril de 1934, Notaría 5a., Arguello a Andes, Escritura 314 de 15 de
septiembre de 1965, Notaría de Villeta.
97
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