LA SEDE DE LA UNIVERSIDAD DE LOS ANDES Juan Carrasquilla Botero A la memoria de María de las Estrellas, mi nieta adorada quien estudiaba en La Universidad de los Andes. ESQUICIO Solares yermos, huertas, tejares, molinos, quintas, fábricas de papel, de telas, de velas y jabones, y de sombreros, convento de monjas y de hermanas de la caridad, cárcel de mujeres, refugio de ancianos, asilo de locas, baños públicos; todo eso ha sido lo que hoy es la Universidad de los Andes. Los diferentes predios que forman el actual conjunto están situados detrás del antiguo convento e iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Las Aguas, sobre las primeras estribaciones del cerro de Guadalupe, a la margen izquierda del Rio San Francisco que mediante profundo tajo lo separa del cerro de Monserrate en el punto de El Boquerón, cerca de la Quinta de Bolívar. Este río, que los chib- chas llamaban Vicachá, hoy canalizado es la Avenida Jiménez de Quesada. GUIA PARA PROFESORES, ESTUDIANTES Y VISITANTES Pasemos primero por la Plazuela de Las Aguas, recinto cerrado, donde está la iglesia del mismo nombre, y que no tiene abierto sino su costado occidental, hoy carrera 3A, donde se erige la estatua del ilustre escritor peruano don Ricardo Palma. El lado norte es la calle 18A. En este costado occidental se levantaba en otro tiempo una tapia que cerraba la plazuela, como puede verse en el precioso grabado de Crane que publicó el Papel Periódico Ilustrado en su edición del lo. de abril de 1884 (1). Allí puede verse el 1. Papel Periódico Ilustrado, Año III, No. 62, p. 221. 77 muro con su puerta grande en el centro, y al fondo la iglesia y el convento. A la izquierda las casas que formaban el lado norte, una de las cuales es sede actual de la parroquia. Atrás, la parte inferior o base de los cerros de Monserrate y Guadalupe, y al pie el cauce del río San Francisco, hoy canalizado y convertido en la Avenida Jiménez de Quesada. El primitivo convento, que ahora ocupa la empresa de artesanías, tenía a su alrededor solares y huertas que en parte pertenecen hoy a la Universidad de los Andes. La plazuela forma, pues, parte del convento. Entre la plazuela y el río hay una calle llamada Carrera de Taguanes, actualmente carrera 3a. Sigamos por ella al sur hasta llegar a la calle 18 donde encontramos la estatua de Policarpa Salavarrieta, la heroína y mártir de la Independencia. Subamos por la calle de escaleras, actual 18A. Esta es la Carrera de Yarumal, que aparece en el notable e indispensable mapa levantado en el año de 1849 por el coronel (después general) Agustín Codazzi. Al terminar las escaleras llegamos a la carrera la. este, que da acceso a la Universidad por su principal entrada, y forma en gran parte su costado occidental. Esta calle se llamaba en una época del siglo pasado la Carrera de Horcones y a ella nos referiremos varias veces. A esta calle o carrera daban de sur a norte la Fábrica de Papel, la Quinta de Bellavista y la Fábrica de Velas y Jabones. Así llegamos a la calle 19A, antes calle 20, antigua Calle de San Mateo. Excepto el espacio ocupado por los cuarteles de policía, estos predios pasaron a ser propiedad de la Universidad. En efecto, la fábrica de papel se destinó por la Nación, que en propiedad la adquirió, para el uso de la comunidad del Buen Pastor, a cuyo cargo se entregó la cárcel de mujeres. La comunidad compró varios terrenos vecinos, entre ellos parte de la Quinta de Bellavista y allí edificó su convento y pabellones para las "preservadas" y las "magdalenas". Con muchas reformas estos edificios constituyen los primeros grandes bloques que se encuentran al oriente de la entrada. Después de varias transferencias, la mayor parte del Buen Pastor fue adquirida por los Andes. levantó la Fábrica de Tejidos, cuyo límite y entrada por el levante era el Camino del Agua Nueva, hoy Paseo Bolívar. Sus propiedades se repartieron y de allí proviene el Campito de San José, de las Hermanas de la Caridad, que en él atendían un frenocomio femenino, además de lo que hoy llamamos clínica de reposo e inclusive a señoras que quedaban solas por las vicisitudes de la suerte. Las Hermanas de la Caridad también edificaron allí su convento y capilla (letra U del plano de la Universidad, esta última). También tiene origen en la fábrica de tejidos la quinta llamada Villa Paulina, adquirida por la Universidad para restaurante y marcada en el plano con la letra X, situada sobre la calle 19A y al oriente de la carrera 4a.E, mu> cerca de la Quinta de Bolívar. Se desmembró asimismo de la fábrica de tejidos el predio que perteneció a las Hermanitas de los Pobres, después a "Richard & Cía." y por último a la Universidad de los Andes. Antiguo convento de las Aguas. La fábrica de velas y jabones, situada también sobre la carrera la. este, se extendía hasta la calle 19A, antes calle 20. Tuvo varios dueños y la adquirió al fin, en parte, la Universidad. Detrás, o sea al oriente de las fábricas de papel y de velas, se Las tres fábricas, que pasaron en parte a formar lo que hoy es la Universidad, fueron quintas de habitación y recreo, y antes molinos, y se extendían de arriba abajo desde el Boquerón, próximo a la Quinta de Bolívar, ya sobre el Camino del Agua Nueva, hoy Paseo Bolívar; molinos y fábricas operados por el agua de una acequia construida especialmente a cuya vera se formó una calle. La mini-hoya hidrográfica de esta zona comprende de norte a sur el río de San Francisco, y los pequeños arroyos, que llamamos quebradas, del hoyo del 78 Venado, de Guadalupe y de San Bruno, que todos desembocan en el río; y también el cauce artificial destinado a mover los molinos, derivado de la toma del Agua Nueva (2). EL HOSPITAL MILITAR DE SANTA LIBRADA En 1801, cuando la quinta epidemia de viruela, el convento se convierte en hospital, y en 1809 llega allí el Batallón de las Milicias de Pardos, donde estaba acuartelado el 20 de julio de 1810; igual destino de hospital ledioSámano durante la época del terror, para los enfermos y heridos del ejército realista, cuyas camas tuvieron que ceder el 10 de agosto de 1819 a los heridos patriotas. El gobierno republicano le da el nombre de Hospital Militar de Santa Librada. EL CONVENTO DE LAS AGUAS Situado en la plazuela que lleva el mismo nombre, lo ocupa hoy la empresa de artesanías (calle 18A, arriba de la carrera 3a). Se construyó esta casa cuando gobernaba el Nuevo Reino de Granada el presidente de la audiencia don Martín de Saavedra y Guzmán. En el año de 1665 toma posesión de ella la comunidad de Santo Domingo, que instala allí su convento, y cinco años después se le conceden los privilegios de que gozan los conventos máximos de la orden, bajo la advocación de Nuestra Señora del Rosario de las Aguas. La iglesia contigua se ter- Iglesia de las Aguas. mina en el año de 1690 y la consagra fray Alonso de Zamora, natural de Santafé, quien escribe en aquellos claustros su famosa "Historia de la Provincia de San Antonino del Nuevo Reino de Granada", cuyo capítulo XV, Libro cuarto, lleva el título "De la fundación del Convento de Nuestra Señora de las Aguas en esta ciudad de Santafé". REMATE DE LAS CASAS DEL EXTINGUIDO CONVENTO En el valioso archivo de la Corte Suprema de Justicia hemos encontrado el expediente del avalúo y remate de las casas del extinguido convento de las Aguas, y a él nos referimos porque varias de esas fincas pertenecen hoy a la Universidad. El 18 de octubre de 1823, trigésimo, como anotaban entonces siguiendo la costumbre francesa para referirse al año de la revolución, el doctor José Manuel Restrepo, en papel con membrete de la Secretaría de Estado del Despacho del Interior, y desde el palacio de gobierno de Bogotá, se dirige al intendente del Departamento de Cundinamarca, que era don Enrique Umaña, para manifestarle lo siguiente: "Resultando según informe dado al supremo gobierno por los ministros de la extinguida Tesorería General que varias casas de las pertenecientes al convento extinguido de Las Aguas en esta capital, amenazan ruina, y que sus reparos costarán más de seiscientos pesos que no pueden producir sus arrendamientos, S.E. el señor Presidente ha resuelto me mande prevenir a V.S. disponga, que se vendan en pública subasta a censo redimible y a asegurar su valor a favor del ramo de escuelas...". 2. Peña, José Segundo, "Informe de la comisión permanente del ramo de aguas", p. 40, Publicación de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá D.E., Gráficas Cruz, 20 de junio de 1977, Bogotá. 79 El intendente Umaña ordenó proceder de conformidad. Se tomó razón de las casas y demás fincas pertenecientes al extinguido convento de las Aguas, de donde entresacamos las que tienen relación con este estudio: La casa que queda dentro de la plazuela del convento con una puerta para adentro y otra para el rio; la casa del corredor contigua a la antecedente. Un molino que tiene en arrendamiento Salvador Pulido. Los dos solares grande y chico que lindan con la iglesia de las Aguas. El solar que llaman Salinero, con su casita de paja, lindante con el rio y casa del corredor. El solar ínfimo de cerca de piedra que cerca la manzana de aquel convento. El solar del pie de Monserrate con dos ranchitos de paja. El solar llamado Recompensa, situado en el mismo pie de Monserrate, contiguo al de Avila. El solar Vásquez con dos piezas de teja, lindando con la cocina de dicho convento y el solar grande, y el tejar Terreno que linda con el tejarcito del molino, y el tejar de Agudelo. Varios de estos bienes por orden superior se dejaron a beneficio del hospital de Santa Librada. Por tanto ninguno de ellos fue rematado. Y son precisamente los que quedan contiguos o cerca del convento. La parroquia de las Aguas se erige el 16 de diciembre de 1882 por el arzobispo monseñor Vicente Arbeláez y es la quinta de la capital, después de la Catedral, Santa Bárbara, Las Nieves y San Victorino. El predio que hoy ocupa la Universidad se comprendía en el tercer cuarto del siglo XVIII en el "Barrio del Príncipe" conforme a la primera nomenclatura oficial que tuvo la ciudad de Santa Fé, cuando el 10 de noviembre de 1774 el virrey don Manuel de Guirior, en cumplimiento de órdenes contenidas en Real Cédula del rey don Carlos III, fechada el 12 de febrero del mismo año, dictó una instrucción para los alcaldes de barrios, dividiendo la ciudad en cuatro cuarteles y ocho barrios, cada uno de los últimos con un alcalde, los cuales detalla don Moisés de la Rosa en su notable libro Las Calles de Santa Fé de Bogotá, publicado en el año de 1938 en los talleres de la Imprenta Municipal con motivo de la celebración del cuarto centenario de la fundación. En muchas de las escrituras que vamos a citar se habla de la feligresía o del barrio de la Catedral y no del Príncipe, porque se hace referencia a la división mayor y también a la eclesiástica. EL PASEO BOLÍVAR Como este paseo es en gran parte el lindero oriental de los predios de la Universidad de los Andes, por donde tiene una entrada, y como muchas de las escrituras que vamos a citar se refieren a él, parece oportuno recordar algunos datos sobre tan importante vía, que no solamente está en uso sino en proceso de rectificación y arreglo por formar parte de la "Avenida de los Cerros" o de circunvalación. Quinta de Bolívar. En el magnífico plano de Codazzi del año 1849 se puede ver, del río San Agustín al sur según la leyenda que el mismo plano despliega, el "camino de La Agua Vieja" que el actual gobernador, doctor Lombana, va a unir con el del Agua Nueva, y entre el río San Francisco y la plazuela de Egipto el "camino del Agua Nueva que tiene una cañería que provee de agua a la ciudad". EL MOLINAR En noviembre de 1823 el señor José María Ponce (sic) vendió al doctor José Manuel Restrepo, nuestro historiador y político, "...dos molinos de moler trigo nombrados actualmente de Ponce, que antes de ahora se nom_ braban de Avila situados en barrio de esta catedral a la salida de Las Aguas que en el día sirve de Hospital..." (3). 3. ANB. Notarla Primera de Bogotá. Escritura de 10 de noviembre de 1823 (243), folios 430, Recto y siguientes. 80 80 Abarcando ambos caminos vemos otra leyenda que reza: "El señor Gobernador Vicente Lombana está haciendo construir un paseo público por este camino quedando ambos llanos, anchos y elevados más de 100 varas sobre la plaza y dominando la ciudad y la llanura''. Don José Segundo Peña, autor del notable "Informe de la Comisión Permanente del ramo de aguas al Concejo Municipal de Bogotá", presentado en 1897, (que atrás citamos), desempeña en 1894 el cargo de jefe de la sección 2a. del Ministerio de Fomento y rinde su informe anual que corre publicado en la memoria de ese año. El precio de la venta de Ponce a Restrepo se fijó en 5.000 pesos fuertes, parte del cual pagadero así: 1.000 que se reconocen a favor de la capellanía fundada por doña Catalina Murillo, con gravamen sobre la finca; y $2.000 que se reconocen a favor de la obra pía fundada por Diego de Ortega y de que es patrono el Ilustre Cabildo de esta ciudad. Estos molinos fueron de propiedad de Manuel de Avila y aparecen en su testamento otorgado el 5 de octubre de 1755 ante el escribano Francisco Javier Carbailo. La sucesión de Avila dio lugar a un dilatado pleito en el cual se encuentran copias de los instrumentos citados, además de los interesantes avalúos de los molinos. La obra pía de Diego Ortega fue fundada en el año de 1579 y tenía por objeto dar estado a doncellas. Destinó al pro- pósito la casa situada al sur de la Catedral en la Plaza de Bolívar y nombró patrono al Cabildo. Ponce vendió, pues, dos molinos al doctor José Manuel Restrepo. El predio lindaba al poniente con otro molino que perteneció al señor Isidoro Vásquez y luego a los señores Benedicto Domínguez y José Ignacio París, donde se construyó después la fábrica de papel. Y lindaba al sur con el molino llamado Almanza, que fue del convento de las Aguas y más tarde compró también el doctor Restrepo. Con lo cual van cuatro. Agreguemos el Molino de los Cristales, que en el siglo XVIII perteneció a don Miguel Moscoso y pasó a formar parte de la fábrica de tejidos, y el del Boquerón, al oriente, que colindaba con la Quinta de Bolívar. Y van seis. Más el Molino del Cubo, que también perteneció a Moscoso y quedaba cerca, en la actual carrera cuarta, para completar siete en el espacio de pocas cuadras. Todos estos molinos estaban servidos por una toma, llamada por antonomasia de los molinos, derivada del río San Francisco, al pie del llamado Boquerón, que es donde el agua corta los cerros de Monserrate y Guadalupe. Por el servicio de agua cada molino pagaba seis pesos anuales, a contar del 31 de mayo de 1779, como lo dice don José Segundo Peña en su informe al Concejo, ya citado. A la vera de la acequia se formó una calle, llamada Carrera de Yarumal en el mapa de Codazzi y que es la prolongación de la calle 18. En el año de 1824 el citado doctor José Manuel Restrepo adquiere en remate por título que le expidió el intendente de Cundinamarca, don Enrique Umaña, el Molino de Almanza que, según reza la escritura, perteneció antes al antiguo Convento de Predicadores, llamado de Las Aguas. Como este molino estaba situado al sur de los dos que compró a Ponce, el doctor Restrepo quedó dueño de tres molinos y "cuadró" un buen lote, que lindaba con la cañería del Agua Nueva. No confundir la cañería con el paseo del mismo nombre. La primera se desprendía del río San Francisco y bajaba moviendo los molinos. El de Almanza lindaba también con la fábrica de papel, (que fue antes molino de Isidoro Vásquez, y después de José Ignacio París y Benedicto Domínguez, como ya dijimos). En el año de 1850 el doctor José Manuel Restrepo vende al señor Laureano Copete, "...un molino para trigos nombrado antiguamente de Almanza que era antes del extinguido Convento de Predicadores llamado de las Aguas, y el terreno anexo a dicho molino propio para tejares... "El precio fue de 2.501 pesos a censo redimible con interés del 5% anual que se reconoce a favor del Colegio de la Merced de esta ciudad" (4). Los linderos son muy interesantes porque señalan la colindancia con otros molinos y con la fábrica de papel: Nota: Todas las citas de notarías que se hagan en adelante se refieren a Bogotá, excepto cuando se cite una distinta. Las citas se abrevian así: notaría, not. Escritura, esc. Los meses en la forma acostumbrada. Folio, fl. Recto, R. Vuelta, V. El número entre paréntesis corresponde a la numeración continua de volúmenes para cada notarla, que se lleva en el Archivo Nacional de Bogotá. La abreviatura a éste es ANB, pero se omite, porque todas las notarlas citadas se encuentran en ese archivo, salvo las más recientes que están depositadas en las mismas notarías. 4. Not. 3a. Esc. de 10 de septiembre de 1850 (444), fl. 412. En donde se cita la del año de 1824 (remate), que no se encontró. 81 Por el pie deslinda el molino de Almanza con tierras de los herederos de José María Guerrero, de quienes tenemos noticia porque ellos vendieron en el año de 1853 a los padres de Fray Antonio Novoa, "religioso presbitero del Convento de San Francisco", un solar situado en la calle primera de Taguanes, que linda con la Quebrada de Jesús, que es la misma de Guadalupe, con la acequia por el cauce antiguo y con propiedades del doctor Restrepo (5). La carrera de Taguanes, localizada mediante éste y otros documentos, es la actual carrera tercera y es la misma que Moisés de la Rosa llama Calle del Oratorio. Continúa el lindero de Almanza, por el costado derecho, línea recta arriba, la cañería del Agua Nueva, deslindando con tierras pertenecientes al Convento de San Agustín de esta capital. Estas tierras de los Guerreros quedaban, por tanto, al sur de la acequia, y también pasaron a manos de Laureano Copete, como reza la escritura que estamos comentando. Vuelve el lindero a la izquierda por la cañería hasta encontrar con las tapias del Molino de Ponce, que también fue de Restrepo y se convirtió luego en la Quinta de Bellavista. Y sigue por las tapias abajo hasta dar al molino de Isidoro Vásquez, hoy Fábrica de Papel, para volver en línea recta a la casa de los herederos de Guerrero, primer lindero. vista sobre la bella Sabana de Bogotá, y disfrutan de las aguas del río San Francisco y sus pequeños arroyos afluentes. No es extraño que allí se construyeran varias quintas o casas de recreo. LAS QUINTAS Cuando el doctor José Manuel Restrepo, el ilustre secretario de Bolívar, compró en 1823 los molinos de Ponce para convertirlos en la Quinta de Bellavista, ya Las primeras estribaciones de los cerros de Monserrate y Guadalupe gozan de dilatada Quintas vecinas de la Universidad de los Andes. Hoy, sede de la Sociedad Bolivariana. La más importante desde luego es la Quinta de Bolívar, situada en la banda derecha del río San Francisco, a muy poca distancia de las que se construyeron en su margen izquierda y que hoy pertenecen a la Universidad de los Andes. No nos detendremos en ella porque no está dentro de los linderos de la Universidad y porque su historia es muy conocida. poseía el Libertador la quinta que después llevó su nombre. Dentro de los predios actuales de la Universidad existieron en el siglo pasado las quintas de Bellavista, la de José Antonio Ardua, después llamada Quinta de Espinosa, la de la familia Esguerra y las de la familia Sánchez, una de las cuales es hoy Villa Paulina. Fuera, pero muy de cerca, se encontraban las quintas del doctor José C. Romero y de Tomás Campuzano. El doctor José Manuel Restrepo vende en el año de 1836 los molinos de Ponce o Avila, que citamos en el aparte El Molinar, convertidos ya en la Quinta de Bellavista, a la sociedad "Powles Illingworth y Cía.", después de reedificarlos y mejorarlos. La lista de los elementos que componían el fundo muestra que además de habitación y molinos, las instalaciones servían para tejares, que a veces llamamos chircales. A saber: Primero: la casa de habitación con sus puertas, ventanas, bastidores, cristales y cerraduras, empapeladas la mayor parte de las piezas, y esteradas todas ellas; segundo: un comedor, cociña y demás accesorios que están en el primero y segundo patio y en los corrales; tercero: un solar para huertas y jardín cercado todo de tapias; cuarto: otro solar cercado también de tapias situado al norte de la casa de habitación y hacia la izquierda, mirando de ella al poniente y que linda con una quinta de José Antonio Ardila, solar que llega por el poniente hasta dar a 5. Not. la. Esc. de 13 de diciembre de 1853, fls. 1078 V y ss. 82 la calle que pasa por detrás del Convento de Las Aguas, hoy Hospital Militar; quinto: dos molinos para trigo, con sus correspondientes caidas de agua, el uno debajo de la casa, cuya máquina está vieja, y el otro un poco más abajo del primero con su casa cubierta de tejas y una máquina en buen estado de servicio; sexto: un horno cubierto de tejas propio para cocer materiales situado al frente de la casa un poco a la izquierda, y una ramada también cubierta de tejas para hacer y secar material en ella y contigua al horno. garantía del contrato celebrado por el gobierno con varias personas para establecer un camino de rieles en el istmo de Panamá y la navegación a vapor en el río Chagres (7). Como es natural, el precio ha subido a $12.000, los nueve que se abonan a la cuenta de lo que el vendedor Restrepo adeuda a los señores Carlos Ferring, Guillermo Graham y Juan Diston Powles, y los tres mil al contado. Anotemos que en la quinta de Ardila se construyó la fábrica de velas y jabones, y que la calle que pasa por detrás del convento es la llamada Carrera de Horcones. El señor Hipólito A. Pérez adquirió la quinta de Bellavista en remate judicial el 19 de diciembre de 1856, según lo expresa cuando en el año de 1861 la permuta con el señor Joaquín Esguerra, vecino de Tocancipá, con los molinos que allí existen montados, casas, solares y todas las mejoras costeadas por Pérez (9). Linda la quinta entonces por el frente (poniente) con tierras del molino que corresponde a Benedicto Domínguez y José Ignacio París (o sea la fábrica de papel). Por el sur, con tierra del doctor José Manuel Restrepo por pertenecer al molino llamado de Almanza, que fue del extinguido convento de las Aguas. Por el oriente, con tierras que fueron del Cabildo Eclesiástico, que tuvo en arrendamiento José Campos (es decir, tierras que pasaron en parte a la fábrica de tejidos). Y, por el norte, con solar y quinta de José Antonio Ardila (donde se construyó la fábrica de velas y jabones). Al mes siguiente (año 1836) la firma Powles Illingworth vende la quinta de Bellavista a Alejandro Vélez, Antonio Ley va y Alvarez, Francisco Montoya, Nicolás Leyva y Raimundo Santamaría (6). Es curioso anotar que en agosto del mismo año de 1836 todos los dueños de la quinta de Bellavista convinieron en "franquear" sus derechos y acciones a don Francisco Montoya, a fin de que pudiera hipotecarla en Los señores atrás nombrados, y además José Ignacio de Márquez, José Manuel Restrepo y Santos Agudelo, venden la quinta con todos sus elementos a Luis Montoya, quien también había adquirido derechos en ella, de manera que quedó como dueño único (8). El precio fue de 10.500 pesos. Antigua entrada al Campito de San José. La quinta de Bellavista la encontramos en el año de 1889 invenEl valor de la quinta se estimó en $11.000. tariada con valor de $8.000 en la triple mortuoria del señor Joaquín Esguerra (el que adquirió de Pérez), su señora María Faustina Olaya Esguerra y su hija Celia Esguerra (10), y allí se especifican los elementos que la componen, entre otros un edificio de tapia y teja en mal estado que constituyó el antiguo Molino de los Cristales. De los linderos minuciosamente detallados hay que destacar, al norte, el de la quinta que fue de Isidro Espinosa Prieto (luego fábrica de jabones y velas); y solares de las Hermanas de la Caridad de San José (donde funcionó después el Campito de San Jo- 6. Not.la. Esc. de 18 de mayo de 1836 (273), fls. 351 V a 354 R. 7. Not. 3a. Esc. de 26 de agosto de 1836 (386), fls. 678 R a 698 R. 8. Not. la. (279). Esc. de 26 de diciembre de 1837, fls. 603 V, 604 R y V, 610 R, 611 R. 9. Not. la. Esc. 111 de 18 de febrero de 1861. 10.Not. 2a. Esc. (2254) de 21 de diciembre de 1889 (539), fls. 696 V y ss. El inventario a fls. 766 y ss. La quinta de Bellavista bajo partida 4a. 83 sé). Al occidente, la Calle de Horcones, de por medio, con solar del edificio de San Vicente de Paúl, institución que era dueña entonces del edificio del convento de las Aguas, lo que confirma que esa calle es la que pasa al oriente, de ese edificio. Hasta dar —prosigue— con las paredes de la antigua Fábrica de Papel, hoy propiedad del doctor José C. Romero. Es decir, lo que en 1889 compró la Nación para el Buen Pastor. Contiguo a la quinta de Bellavista, por el lado oriental de ésta, se inventarió con valor de $800 (partida 3a.) un solar permutado con la Fábrica de Paños, de manera que ésta quedaba situada al oriente de la quinta. Otra área de terreno, contigua, inventariada en la partida 5a, que lindaba al occidente con la Calle de Horcones, tenía al norte la Quinta de Espinosa, que se transformó en la Fábrica de Velas y Jabones. Joaquín Esguerra dividió lo que compró a Hipólito Pérez en dos partes, una de las cuales la adquirió Dolores Olaya de Esguerra, durante la sociedad conyugal que tuvo con su esposo José María Esguerra, en cuya causa mortuoria se le adjudicó en el año de 1902. Por eso en su hijuela se habla de la mitad de una finca conocida con el nombre de Baños de Esguerra, pues esa mitad se convirtió en una finca independiente. La otra mitad pertenecía en 1909 al señor Alejandro Esguerra. La señora Dolores Olaya de Esguerra y el señor Pedro Pachón vendieron en el año de 1909 en $565.000 p/m a la señora Athenais Serres el predio de que hemos tratado en los párrafos anteriores (11). La compradora, en religión María de San José de la Providencia, obró como superiora de las hermanas de la comunidad del Buen Pastor y por ese conducto la Quinta de Bellavista pasó a la Universidad de los Andes. los señores Diego Martín Peralta, Benedicto Domínguez y José Ignacio Márquez (12). Una semana después los señores Benedicto Domínguez, Ignacio Márquez y Compañía, compraron al señor José Antonio Mendoza un molino de moler tri- Acto conmemorativo, en 1963, de la iniciación de la obra del nuevo edificio "Roberto Franco". En esta edificación se establecieron el molino, la fábrica de papel y, años más tarde, la cárcel de mujeres del Buen Pastor. LA FABRICA DE PAPEL El Congreso dictó la Ley de 5 de mayo de 1834 que concede a Martín Peralta y Compañía privilegio exclusivo para fabricar papel en las provincias de Bogotá, Neiva, Mariquita, Tunja, Socorro y Vélez por el tiempo de diez años, contados desde la concesión de este privilegio, y con las condiciones que allí se detallan. En desarrollo de la iniciativa se constituyó el 10 de junio de 1834 la compañía para la fabricación de papel, contrato que fue firmado inicialmente por go ubicado a espaldas de las Aguas, con el edificio y terreno que le corresponde, por los linderos por donde siempre se ha poseído y con los enseres y herramientas siguientes: "...la máquina montada con sus piedras y fierros necesarios y sus canales nuevos por donde se conduce el agua, una sierra nueva muy buena, un pico y una picadera nueva, una romana nueva, un asador y una pala nuevos, las trozas, tolvas, puentes de madera, cucharas, pala de madera, que todo es anexo a dicho molino...". 11. Not. 2a. Esc. 174 de 16 de febrero de 1909. Venta de Dolores Olaya de Esguerra a las Hermanas del Buen Pastor. 12. Not. 3a. Esc. de 10 de julio de 1834 (380), fls. 177 V. 84 El vendedor Mendoza dejó constancia de que había adquirido el molino por remate que en su favor se celebró en 29 de noviembre de 1833 por habérsele embargado al señor Isidoro Vásquez, a consecuencia de la demanda ejecutiva que contra él estableció el presbítero doctor José Gregorio Barragán, cura de Bosa, por unos réditos de la capellanía de que éste era poseedor. El precio fue de 1.300 pesos, de los cuales 600 pesos debían reconocerse a favor de Barragán por su capellanía. Este reconocimiento se hizo en la misma Notaría Tercera, el día 30 de junio de 1834. El 28 de junio de 1834, José Ignacio Márquez y Benedicto Domínguez encargan a José Santos León la adaptación del molino para la fábrica de papel, mediante un contrato que se celebró por escritura pública y en el cual el constructor garantizó con hipoteca su cumplimiento. Y cierra el mes de junio de 1834 con el traspaso que de sus derechos hace Diego Martín Peralta a José Ignacio de Márquez y Benedicto Domínguez, quienes asumen todos los gastos y obligaciones. La empresa de la fábrica de papel se dividió en 25 acciones, de las cuales don Benedicto Domínguez y don José Ignacio París poseían 21 en el año de 1839, en que hipotecan la casa y máquina de la fábrica de papel para garantizar la suma de mil pesos ($1.000) que recibieron en préstamo del doctor Justiniano Gutiérrez, cura de la Parroquia de las Nieves, con plazo de tres años e intereses al dulce dos, como decía una insigne prestamista, o sea al dos por ciento mensual, rédito elevadísimo en esa época, cuando las comunidades religiosas solían prestar al cinco por ciento anual (13). Domínguez vendió sus once acciones a Antonio Malo en 2.400 pesos incluyendo la maquinaria, edificios, materias preparadas, útiles y demás, lo que da idea del valor de la empresa en el año de 1840 en que se otorgó la escritura. Acompañó a don Benedicto Domínguez en la fábrica de papel el notable ciudadano don José Ignacio París, que donó a la República la estatua del Libertador, inmortal obra de arte del escultor Tenerani, que se erige en la plaza principal de Bogotá y que lleva el nombre de Bolívar. SE VENDE LA FABRICA. DE NUEVO MOLINO Don José Ignacio París compró todas las acciones en que se había dividido la fábrica de papel. En el año de 1849 sus albaceas, Enrique París y Diego Tanco, venden a Luis Convers un establecimiento o fábrica de papel consistente en una casa alta y baja, un solarcito y un pedazo de tierra anexo, con todos los útiles y existencias como papel fabricado, cartones y productos químicos. También entró en la venta el privilegio exclusivo que la Nación dio a la fábrica de producir papel, y el derecho del agua de que disfruta la casa, debiendo el comprador en adelante pagar el derecho municipal respectivo. EL precio fue de $8.000, de los cuales $4.000 al contado y el resto a plazo. Los linderos son los siguientes: por el oriente, con tierras de Laureano Copete; por el occidente, con la calle pública; por el costado del sur, con la quebrada o ' 'cequia" del agua de los molinos, y por el norte, con solar de la fábrica de tejidos. La "cequia" o acequia del agua de los molinos se localiza claramente en el plano de Codazzi; es la que pasa por los cuadros marcados con los números 70 (fábrica de tejidos), 71 (aserradero hidráulico), 73 (molino), 72 (fábrica de papel) y 74 (molino). La acequia va bordeada en parte por la Carrera de Yarumal, que es la prolongación de la calle 18 (hoy calle 18A). Luis Convers estableció en la fábrica un molino de moler trigo y, con todo lo que había comprado a la sucesión de José Ignacio París, lo vendió a Camilo Sarmiento en el año de 1852. Los linderos son los mismos, salvo que en el lindero del sur figura el mismo Laureano Copete que colinda por el oriente. Lo cual es claro porque se trata del Molino de Almanza, que ya había sido vendido por el doctor José Manuel Restrepo a Copete. El precio fue de $23.000, los $1.000 de contado. Camilo Sarmiento formó una compañía con sus hermanos José y Joaquín. Otorgó testamento en el año de 1858 y en él, mediante ciertas compensaciones, declaró a Joaquín dueño absoluto de todas las fincas cuyo título de propiedad estuviera en su nombre. En tal vir- 13. Not. 3a. Esc. de 22 de marzo de 1839 (294), fls. 351 V y ss. 85 quinta del doctor Romero estaba situada, por tanto, en el costado sur de la plazuela de las Aguas. "Aquí nadie trabaja impunemente", solía decir el maestro don Tomás Rueda Vargas. Y en esta onda, con cierto dejo de melancolía, nos habla el señor Germán Vargas, en artículo publicado en el año de 1883 en el Papel Periódico Ilustrado, del fracaso de varias empresas industriales: Uno de los pabellones del Buen Pastor. Hoy es el Bloque "B" donde se encuentran salones de clase y laboratorios de física y química. tud, Joaquín Sarmiento vendió a Aparicio Márquez, Joaquín Márquez, Antonio María Duque y José María Rodríguez R., en el año de 1869 "...el antiguo edificio de calicanto que fue fábrica de papel y hoy convertido en molino de trigo, con su casa alta y baja de vivienda adyacente a la fábrica del molino con dos pequeños solarcitos, cercados de tapias, y un pedazo de terreno al sur del edificio, que no está cercado y mide unos quince metros de anchura en esta dirección..." con más todos los enseres y máquinas de los molinos en perfecto estado de buen uso y varias máquinas y útiles de la antigua fábrica de papel (14). El precio fue de 12.800 pesos de ley en moneda de plata. Duque vendió sus derechos a Aparicio Márquez. Pero vino una ejecución instaurada por el doctor José Concepción Romero y el inmueble fue sacado a re- mate, en el cual lo adquirió el citado Romero ante el Juzgado 4o. del Circuito, el 21 de julio de 1886. Y, en fin, en el año de 1889, José Concepción Romero lo vendió a La Nación para el establecimiento de las Hermanas del Buen Pastor, con el objeto de que aquella diera cumplimiento a la Ley 138 de 1888, como veremos en seguida. No sobra anotar, para establecer colindancias, que el doctor José Concepción Romero poseía, al frente de la finca vendida y lindando con ella por el oriente, una quinta que gozaba servidumbre de acueducto respecto de la vendida a la Nación, y que lindaba por el norte con la plazuela y edificio de las Aguas; por el occidente, con casa y solar de Reyes Garnica, y por el sur, calle de por medio, con la quinta del señor Tomás Campuzano. Esta "El ilustrado y virtuoso don Benedicto Domínguez —dice — , ayudado por otros colombianos empresarios, montó una fábrica de papel en el sitio de las Aguas, de esta ciudad, donde se ve todavía el edificio que sirvió de fábrica, como es sabido, pero también sabemos que no fue muy larga la existencia de dicha fábrica, acaso porque se hicieron insuperables las dificultades que se opusieron a los empresarios". La fábrica está marcada con el No. 72 en el plano de Codazzi del año de 1849, y antes había sido un molino del señor Isidoro Vásquez. EL BUEN PASTOR La Ley 138 del 26 de noviembre de 1888, sancionada por el Presidente Encargado, don Carlos Holguín, autorizó al gobierno para que, si las religiosas de la congregación del Buen Pastor, en Angers, vienen a Colombia a fundar establecimientos de corrección, de moralización de cárceles u otros análogos, les proporcione el uso o habitación de 14. Not. 2a. Esc. 2098 de 30 de noviembre de 1869 (362), fls. 933 R y V. 86 86 algún edificio adecuado al efecto. En cumplimiento de esta ley el gobierno compró al doctor José Concepción Romero en el año de 1889 los edificios de la antigua fábrica de papel, su casa de vivienda adyacente y sus dos solares, situados en el barrio de Las Aguas, por los siguientes linderos: por el frente u occidente con la antigua Calle de Horcones, hoy carrera primera; (nota: se convirtió en la carrera la. este); por el norte, pared divisoria con solar que fue de la Fábrica de Tejidos, hoy de los herederos de Joaquin Esguerra; por el oriente, con solar y edificios del mismo Joaquín Esguerra; y, por el sur, el muro de calicanto y pared de tapias que respectivamente cierran el edificio y uno de los solares expresados. En nombre de la Nación firmó el ministro de Fomento, Leonardo Canal. El precio fue de $20.000 a plazos. En los informes rendidos por el señor José Segundo Peña, jefe Uno de los clásicos caminos de la Universidad, y que en otra época ocupara los caminos de la cárcel de mujeres del Buen Pastor. de la sección segunda del Ministerio de Fomento, se van relatando las reparaciones que se hacen al edificio. ' 'Esta propiedad nacional —dice Peña en el informe del año de 1894— que antes fue fábrica de papel, molino de trigo y jabonería, estaba arruinada y su reedificación comenzó el 2 de junio de 1890; hoy se encuentra transformado el edificio, el cual se ha destinado para residencia de las Hermanas del Buen Pastor, que fueron traídas de los Estados Unidos —(rectificamos porque vinieron de Francia) — para fundar en este país la enseñanza y moralización de mujeres pobres y desvalidas, según su método": "Las respetables señoras que se tuvo la fortuna de traer corresponden ampliamente al objeto con que fueron traídas. Este mismo Instituto se ha encargado de la dirección del departamento de mujeres detenidas del Panóptico, que se ha fundado en Tres Esquinas". La Congregación del Buen Pastor, que todavía presta sus servicios en Colombia, tuvo su origen en Francia por inspiración de San Juan Eudes, fundador de la congregación de padres Eudistas. Su principal tarea ha sido la de las llamadas penitentes, que tiene por objeto encarrilar a las mujeres jóvenes que se han dedicado a la profesión más antigua del mundo y enseñarles a trabajar, atendiéndolas en una o varias cosas. De allí se extendió la misión al cuidado de las presas y se fundó una orden llamada Nuestra Señora de Caridad del Buen Pastor, apoyada por el conde de Neuville, que le donó su casa y sus propiedades en Angers, de donde le viene el nombre que cita la ley. La Con- gregación se hizo luego cargo de la cárcel de menores de París, donde encontraron mezcladas delincuentes con huérfanas o abandonadas o porque sus padres estaban presos, hicieron una separación y establecieron las preservadas, a las cuales, en total aislamiento de las demás, se les enseña a trabajar. Otras, que llaman magdalenas, son las que proviniendo de las penitentes o las prisioneras desean dedicarse a la vida religiosa. En las casas de las Aguas tenían edificio separado. Las presas de entonces hacían capachos para empaques de cerveza de las fábricas de Bavaria y Germania, y así ganaban algunas cantidades, que servían para suplir en parte los bajos sueldos y las pequeñas raciones. Más tarde instalaron un equipo de lavandería y plancha. Después se trasladaron a barrios lejanos. Al hablar de la Quinta de Bellavista vimos cómo en el año de 1909 la señora Dolores Olaya de Esguerra y el señor Pedro Pachón venden a las hermanas de la comunidad del Buen Pastor la finca denominada Baños de Esguerra, que era la mitad de lo que Joaquín Esguerra había comprado a Hipólito A. Pérez como un solo predio llamado Quinta de Bellavista. Desde el año de 1909 hasta 1937 el Buen Pastor hizo nueve adquisiciones de diferentes predios contando el que se acaba de mencionar, que no se detallan porque sería demasiado dispendioso. En el año de 1947 el Instituto de Hermanas del Buen Pastor o comunidad de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, vende todo el globo o conjunto que había formado al señor Carlos Cortés Sánchez (notaría 2a., Esc. 7676 de diciembre de 1947). 87 Fábrica de papel, molino de trigo, jabonería, cárcel de las Hermanas del Buen Pastor; espacio que fuera la primera compra para la sede de la Universidad en 1954. Muerto este señor, el globo se adjudica a su viuda la señora María Francisca Vanegas viuda de Cortés, y ésta le vende a la Universidad de los Andes por Escritura 724 de 18 de marzo de 1954 otorgada en la Notaría 6a. de Bogotá, lo que constituye la primera compra que hizo la propiedad denominada El Campito de San José y en parte con el Paseo Bolívar; y, por el occidente, en parte con la propiedad del mencionado doctor Salcedo Gil y, en parte, con la carrera la. este, y 67 metros aproximadamente, con la carrera la". Universidad para su sede. Se trata de un globo de 34.000 Entre las adquisiciones que hizo la comunidad del Buen Pastor, cabe destacar la cesión que le hizo el Gobierno Nacional por Escritura 2.208 otorgada en la Notaría 2a. de Bogotá el 31 de octubre de 1923, para dar cumplimiento a la Ley 65 de 1922, que dispuso ceder a dicha comunidad un lote de terreno dentro de una mayor extensión de propiedad del Estado, en donde funciona la cárcel de mujeres de esta ciudad, el cual tiene una cabida de 2.737 metros cuadrados con 80 centímetros, en donde se halla edificado el convento de aquella comunidad, con fondos propios en su mayor parte, y demarcado con los siguientes linderos: por el norte, partiendo varas cuadradas, con todos sus edificios, que costó un millón de pesos pagados parte al contado y parte a crédito. Los linderos interesan porque los nombres que en ellos se citan muestran la colindan-cia con diversos predios de que hemos venido hablando o hablaremos: "por el norte, en parte con la Cárcel de Mujeres, que es o fue de propiedad del Gobierno Nacional y, en parte, con propiedad nombrada El Campito de San José, por el sur, en parte con la calle 18 y, en parte, con propiedad que es o fue de Julio Chávez, en parte con propiedad del doctor Alvaro Salcedo Gil y, en parte, con la calle 18A; por el oriente, en parte con la de la carrera la. hacia el oriente, con terrenos de propiedad de la Nación, en donde se encuentra la prisión de mujeres de El Buen Pastor, tapia de por medio, en una extensión de 54 metros, 50 centímetros; por el oriente, con rumbo norte a sur, con terrenos que fueron de Dolores Olaya de Esguerra, hasta encontrar con la calle 18; por el sur, con la calle 18, rumbo de oriente a occidente, hasta su intercesión (Sic.) con la carrera la.; y por el occidente con la carrera la., con rumbo de sur a norte, hasta encontrar con terrenos de propiedad del Estado. El Gobierno Nacional, tan cuidadoso de que los particulares citen en sus compraventas el título de adquisición, omitió referirse a él en la escritura, y si lo sabemos es porque lo hemos averiguado en otras fuentes tras larga investigación. Se trata, como ya lo dijimos de la antigua fábrica de papel, comprada al doctor José Concepción Romero. El inmueble cedido por la Nación al Buen Pastor forma, por tanto, hoy parte de la Universidad. Resumiendo, tenemos que la Nación compró la antigua fábrica de papel con destino a la comunidad del Buen Pastor, que ésta adquirió además varios predios; que la Nación le cedió parte de lo que había comprado; y que el Buen Pastor vendió el bloque a Carlos Cortés cuya viuda vendió a la Universidad de los Andes. LA FABRICA DE VELAS Y JABONES El origen de este predio se remonta al Convento de las Aguas. En sus predios se construye la Quinta de Ardila que se convier- 88 te en la Quinta de Espinosa. La compra y adapta la Fábrica de Velas y después de varias transferencias pasa a la Universidad de los Andes. La Ley 84 del 16 de diciembre de 1886 aprobó el contrato celebrado el 4 de los mismos entre el Gobierno Nacional, representado por Antonio Roldán, ministro de Hacienda encargado del despacho de Fomento, y Nicolás J. Casas "sobre establecimiento de varias industrias". En síntesis, Casas se obligó a establecer las fábricas necesarias para la producción de ácido sulfúrico, estearina y soda, dentro de un período de tres años, y a suministrar al gobierno el ácido sulfúrico que pudiere necesitar, a precio de fábrica. El gobierno, por su parte, concedió a Casas la introducción, libre de todo derecho, impuesto o gravamen fiscal, de la maquinaria y de los elementos necesarios para montar las fábricas, y también de la soda cáustica y del azufre en bruto, como materias primas, durante seis años. Y se obligó a no hacer concesiones mayores a ninguna otra empresa para la producción de las mismas sustancias en un período de quince años. La compañía se constituyó por Escritura número 1055 de 26 de octubre de 1887, de la Notaría 3a. de Bogotá (Vol. 627, Fls. 311 R-a-318V) con el pomposo nombre de ' 'Sociedad Industrial para la fabricación de velas esteáricas, jabones, ácido sulfúrico y otros productos químicos". El objeto de la sociedad Recuerdos arquitectónicos de otras épocas, dentro de la Universidad. fue montar y establecer las fábricas necesarias para aprovechar los derechos y concesiones adquiridos por Nicolás J. Casas mediante la Ley 84 de 1886, y que Casas traspasó gratuitamente a la sociedad, la cual se obligó a cumplir Jas obligaciones. El capital se fijó en $60.000 en dinero y la duración en quince años. Se determinó que las fábricas se establecerán en el predio denominado Quinta de Espinosa, que Nicolás J. Casas ya había adquirido y se obligó a vender a la sociedad por la cantidad de siete mil quinientos pesos ($7.500). A esta quinta nos referimos adelante, en fragmento separado. "Desde 1888 —dice Pedro María Ibáñez— se organizó en Bogotá una sociedad industrial para montar una fábrica de ácido sulfúrico y bujías esteáricas, ja- bones, etc., con maquinaria fabricada en París, montada y dirigida por el doctor Nicolás J. Casas, socio de la empresa (15). La compañía levantó un amplio y cómodo edificio en la carrera la.". Por esfuerzo del mismo Casas como secretario de Hacienda de Cundinamarca y según contrato con los ingenieros Alejandro Manrique y Zoilo E. Cuéllar, se construyó en 1890 el puente del Libertador, sobre el riachuelo San Francisco, en el punto de intersección de la carrera la. y la calle 21. El 30 de junio de 1889 el gerente Guillermo Uribe rinde informe detallado a los accionistas. La sociedad fue ejecutada por el Banco de Colombia y sus bienes rematados, pero los adquirieron algunos de los antiguos socios y otros nuevos, que los aportaron a la "Sociedad Industrial de Bogotá", constituida según Escritura 1970 otorgada el 15 de noviembre de 1894 en la Notaría 2a. por las siguientes personas: Nicolás Casas, Nicolás J. Casas, Ricardo Núñez, Carlos Manrique, Julio Zapata, Federico Patino, Ángel y Rufino J. Cuervo, Francisco Sinisterra, Marcelino Vargas, Nicolás J. de Caycedo, Ignacio de Caycedo, Evaristo Delgado, Pablo M. Osuna, Elberto de J. Roca, Julio J. Dupuy y Jesús Ayala. LIQUIDACIÓN. CHOCOLATES CHAVES. CERVECERÍA GERMANIA La nueva sociedad que sustituyó a la fábrica de velas y jabones se 15. María Engracia Espinosa, mediante apoderado, con aprobación de su marido y licencia judicial, vende a Casas por Escritura 751 de 30 de julio de 1887, Notaría 3a. (624), fls. 273 y ss., mortuoria de Isidro Espinosa Prieto protocolizada por Escritura 121 de 28 de febrero de 1885, Notaría 3a., Ignacio Riaño vende a Isidro Espinosa por Escritura de 18 de diciembre de 1849, Notaría 3a. (439), fls. 406 V y ss. Certificado anexo de 17 de diciembre de 1849, fl. 407, venta de Ardila a Riaño, fls. 399 V y ss. 89 disolvió en el año de 1901, por haber reunido en su cabeza las acciones de la sociedad y todos los créditos contra ella, el señor Julio J. Dupuy quien, además, como director y liquidador de ella, se adjudicó a si mismo el predio urbano situado en el barrio de las Aguas, con los edificios de tapia y teja construidos en él con las máquinas, aparatos, etc., destinados a la fabricación de velas esteáricas y otros productos químicos, todo situado en el ángulo que forman la calle 19 y la carrera la., deslindando el predio así: por el sur, con casa y terreno de Juan de Jesús y Alejandro Esguerra; por el oriente con solar y terreno de las Hermanas de la Caridad en parte y, en parte, con propiedad de Jesús Cabrera; por el occidente, en parte con la carrera la. y en parte con propiedad de Julio Escobar, y por el norte con la calle 19. Esta liquidación se hizo constar en la Escritura 613 otorgada el 8 de mayo de 1901 en la Notaría 5a. de Bogotá. Y luego por Escritura número 992 otorgada en la misma Notaría el 28 de junio del mismo año. Dupuy vendió a la compañía manufacturera de chocolates Chaves el predio arriba descrito con los edificios de tapia y teja construidos en él y además dos calderas, ocho tanques de hierro, madera y tubería, todo por la cantidad de $92.000. Se midió el predio, cuya extensión era de 4.831 metros cuadrados con 30 centímetros y se hizo un plano que se encuentra en el protocolo. De Chocolates Cháves pasó el inmueble a la firma Eudoc Iimited y de ésta en el año de 1939 a Cervecería Germania Rudolph Kohn S.A. Se le agre- garon pequeños lotes y en fin lo adquirió la Universidad de los Andes por Escritura número 5437 de 26 de noviembre de 1965, otorgada en la Notaría 7a. de Bogotá. LA QUINTA DE ESPINOSA Esta quinta sirvió de base a la fábrica de velas y jabones y figura en el acta de constitución de la sociedad (año de 1887). Sus linderos entonces eran los siguientes: Por el oriente, con casa quinta que fue del señor Jacobo Sánchez (es decir, parte de la fábrica de tejidos); por el occidente, con casa de Domingo Bautista y con la antigua Carrera Sexta del Oriente, hoy Carrera Segunda. (Nota: la casa de Domingo Bautista también fue comprada por la Sociedad Industrial); por el sur, con solar de Joaquín Esguerra; por el norte, con la antigua Calle de San Mateo, que fue luego Calle Novena del Norte y que es hoy Calle Decimonovena. Esta quinta la adquirió Nicolás J. Casas de María Engracia Espinosa (1887) y ella en la mortuoria de su padre Isidro Espinosa Prieto, de donde sin duda viene el nombre de Quinta de Espinosa. Isidro la había comprado en el año 1849 al doctor Ignacio Riaño, quien acababa de adquirirla del señor José Antonio Ardila. Son interesantes los linderos de estas dos últimas escrituras porque precisan medidas y vecinos de importancia: se refieren a una quinta situada en el barrio de Las Nieves, a inmediaciones del extinguido Convento de las Aguas, subiendo para el Boquerón del río San Francisco calle en medio; lindando con otro solar que está del lado de abajo; subiendo por las orillas de dicho río; por arriba, con solar de la Fábrica de Tejidos, y bajando por el lado izquierdo con otro de la Fábrica de Papel. Advirtiendo que la quinta tiene de largo por el lado de la Fábrica de Papel, 134 varas; por el lado de la Fábrica de Tejidos, 73 varas; por el del río, 117 varas y por el Convento de las Aguas, calle en medio, 40 varas. También se llamó Quinta de Ardila, según consta del certificado del registrador anexo a la venta de Riaño a Espinosa. Y, en efecto, José Antonio Ardila la edificó a sus expensas, según lo dice en la venta a Riaño, en un solar que compró a Antonio Zapata en 1824. Vende, en consideración a la falta de bardas y deterioro, en la cantidad de 2.200 pesos. De manera que la Quinta de Ardila, después llamada Quinta de Espinosa, quedaba enclavada entre el río San Francisco (margen izquierda), la fábrica de tejidos, la fábrica de papel y el extinguido convento de Las Aguas. Se reunían allí por tanto, tres fábricas. A esta quinta se agregó en el año de 1889 una casa contigua con su tienda y solar que daba sobre el río San Francisco y estaba situada en la calle 9a. de la Carrera Horcones, casa cuya tradición puede remontarse hasta llegar al año de 1853 para comprobar que provenía del mismo José Antonio Ardila a quien se le remató por una deuda. José Antonio Ardila adquirió en el año de 1824 el solar, donde edificó la quinta, por compra a la 90 señora Antonia Zapata, a la cual acababa de venderlo la señora Mercedes Hernández. Esta dice que habiendo contratado con Salvador Jiménez en venderle un solar de la pertenencia de sus menores hijos que tuvo de su legitimo marido señor Ramón Núñez, a quien pertenecía, se practicó al efecto la competente información de utilidad; pero como muriese dicho Jiménez sin haberle otorgado la correspondiente escritura, para perfeccionar el contrato se lo vende a su viuda señora Antonia Zapata. La venta la hizo por doscientos pesos ($200) de contado. La vendedora agrega que su difunto esposo adquirió el solar por herencia de su legítimo padre don Fernando Núñez y éste por compra que de él hizo al Convento de Predicadores según escritura otorgada ante el escribano interino Luis Ignacio de Silva el 13 de noviembre de 1780. Llega así la tradición hasta el Convento de Predicadores, dueño que fue del convento e iglesia de las Aguas. rio, de la cual es propietario actualmente el doctor Jacobo Sánchez. Se trabajan sobre todo telas de lana de colores firmes y de una duración imperdurable, pudiendo usarse vestidos de esas telas muy decentes, hasta por las gentes de mejor gusto, y por economía propia". El doctor Pedro María Ibáñez también se refiere a esta fábrica e informa que se trasladó a Samacá. La fábrica de tejidos benefició el algodón hasta el año de 1852 en que decidió trabajar en lana. En este año José María Plata, Antonio Ponce y Jacobo Sánchez, celebraron un contrato de compañía para emprender en Bogotá la fabricación de tejidos de lana, poniendo dinero y los derechos y acciones que tiene en el establecimiento que sirvió para la fabricación de tejidos de algodón, el que destinan para la actual empresa, con un capital de $26.000. Los derechos y acciones comprenden el edificio y solar con todas sus anexidades, exceptuándose las máquinas, aparatos y utensilios que sirvieron para tejidos de algodón. Los linderos del predio en que se levantó la fábrica son los siguientes: por el oriente, el camino llamado Agua Nueva y tierras del señor Laureano Copete; por el norte y el sur, con tierras del mismo señor Copete; y por el occidente, con las Quintas de los señores Hipólito A. Pérez e Isidro Espinosa (16). Estos linderos son muy importantes porque fijan la posición de la fábrica de tejidos en el camino de Agua Nueva, hoy Paseo Bolívar, por donde tenía una entrada. La Quinta de Espinosa sirvió de base a la fábrica de velas y jabones, como DE LA FABRICA DE TEJIDOS AL CAMPITO DE SAN JOSÉ Y LA QUINTA PAULINA Germán Vargas, en artículo publicado en 1883 en el Papel Periódico Ilustrado, que ya citamos al hablar de la fábrica de papel, dice: "De todas las fábricas industriales establecidas en esta capital, de 1830 para acá sólo queda funcionando la de tejidos, que fue fundada, según informes, por los señores D. Ramón Tamayo, D. Cayetano Navarro y el doctor Alejandro Oso- Sector de las edificaciones originales del Campito de San José. 16. Not. la., Esc. 1190 de 26 de noviembre de 1857 (350), fls. 637 y 638, que contiene la hipoteca mediante la cual Antonio Ponce, como director de la fábrica de tejidos, garantiza $2.000 que tomó en préstamo en moneda de 8/10 de talla mayor al 1% mensual. 91 ya lo vimos. Y la Quinta de Pérez fue adquirida por Joaquín Esguerra, que también compró la Quinta de Bellavista. Así fuimos pasando de la era de los molinos a la de las quintas y después a la de las fábricas. En cuanto a Laureano Copete, aquí varias veces citado, que en épocas anteriores era conocido con su nombre de pila apocopado de Laurean, poseía gran extensión de tierra en las cercanías del paseo del Agua Nueva y de la Capellanía de Monserrate, de la cual se desmembró la Quinta de Bolívar. En el año de 1854 vendió Copete a la fábrica de tejidos, un pedaciUo ubicado arriba de la fábrica, al lado de la corriente de aguas que a ella entra y pasa al otro lado, siguiendo las tapias del solar de la fábrica, formando un triángulo cuyos lados se unen en la loma de las aguas fontaneras (17). En el plano de Codazzi del año de 1849 se ve claramente que a la fábrica de tejidos (No. 70), entra la quebrada del Hoyo del Venado, como también la toma de Agua Nueva. Y este era un grano de tierra en comparación de fundos tan valiosos de que era dueño Copete como los Molinos de Almanza y del Boquerón, de que ya hemos hablado; de los predios, también en la región de las Aguas, denominados El Juido, El Solar de la Quinta y El Tejar de Jesús, que colindaban con las Quebradas de Jesús o Guadalupe y de San Bruno y con el Paseo del Agua Nueva y la Fábrica de Tejidos, amén de otras menu- dencias como el latifundio que desde la Quinta de Bolívar se dilataba hasta el Río del Arzobispo, bordeando la Capellanía de Monserrate, por el oriente; y, lindando por el poniente, con el Alto de San Diego, que fue de la recolección de los Franciscanos, y la Quinta del Río del Arzobispo. EL MOLINO DE LOS CRISTALES. LA FAMILIA CAMPOS El doctor Jácobo Sánchez adquirió el globo de tierra llamado los Cristales, donde se levantó la fábrica de tejidos, por compra en pública subasta a la viuda y herederos de José Campos, en el año de 1836. Consta en el documento respectivo que Salvadora Santos, viuda de José Campos, y Pedro Campos, su hijo, ambos albaceas testamentarios de José, venden, previa licencia y remate, a Jacobo Sánchez, un globo de tierra llamado Los Cristales, situado a la falda del Cerro de Guadalupe, con su casa de teja que ha servido de molino de trigo, que hubo José en cantidad de 1.505 pesos por compra que de él hizo a censo redimible al señor Tesorero Dignidad de esta Santa Iglesia Catedral, doctor Juan Agustín de la Rocha, por escritura otorgada ante el escribano público del número Manuel Mendoza a 4 de julio de 1826. Por haber menores se pidió la licencia para vender el molino y parte del terreno, lo que dio ocasión a que se hiciera el avalúo judicial de esos bienes y se determinará con precisión el predio que se puso en subasta. El justiprecio fue de ochocientos pesos ($800), la longitud se calculó en 275 varas, y la latitud, que es el frente en 253. Surtida la larga tramitación se adjudicó el predio a la fábrica de tejidos, que se obligó a reconocer un principal 17. Notaría la., Escritura de 31 de marzo de 1854 (341), fl. 540 R. 92 92 de $600 que gravitaba sobre él a favor del Ramo de Manuales. Para dar la posesión fueron citados como colindantes el doctor José Manuel Restrepo, dueño de la Quinta de Bellavista, y el señor José Antonio Ardila, dueño de otra quinta (donde se este punto, a dar a la puerta de golpe que queda en medio de una zanja y las tapias de la quinta del señor Ardila, midiendo 275 varas, que es el largo, lindando también con tierras de los mismos Campos; por el pie en 253 varas, con las quintas de los señores Antonio Ardila y José Manuel Restrepo (Bellavista). En Antiguo molino de "Los Cristales" y posteriormente, fábrica de sombreros de Richard. fundó la fábrica de velas y jabones). Al dar la posesión se determinaron los linderos que copiamos, interpretamos y comentamos, pues nos parecen de gran importancia, "ya que este predio pasó a ser más tarde en parte de propiedad de las Hermanas de la Caridad con el nombre de Campito de San José, y en parte de las Hermanitas de los Pobres, donde se construyó Villa Paulina, predios ambos de que la Universidad es hoy dueña: Por el oriente, con tierras de los herederos de José Campos, desde el sitio nombrado El Cuar- tillo de Queso, que es la caja del Agua Nueva; por el norte, de este punto se hizo presente el doctor Restrepo y manifestó que en esta parte quedaba una calle para entrar a la Quinta de Bellavista y que debía quedar abierta. Se convino en poner dos puertas de golpe, la una al comenzar la calle y la otra al entrar a la quinta. Y para cerrar, de la esquina de la quinta de Bellavista, tomando para arriba hasta dar con una cerca de piedra que deslinda con tierra del doctor José Manuel Restrepo. Para determinar la venta de los Campos a Sánchez, al final de la escritura, se expresan los siguientes linderos: por el costado de arriba del puente de las Aguas, comienza el lindero del terreno desde una puerta de golpe que quedaba en medio de las tapias de la quinta del señor Antonio Ardila, por el costado derecho, y por el izquierdo, con zanja de por medio, con tierras de los vendedores, y tomando camino arriba por toda la orilla del edificio del molino hasta dar con la caja del Agua Nueva y sitio nombrado el Cuartillo de Queso, y comenzando el camino de Agua Nueva, volviendo para abajo sobre la derecha, el camino de por medio, deslinda con tierras del mismo vendedor. Y por abajo con una cerca de piedra del terreno que se vende, por todo el camino, a dar a la zanja cercada de la quebrada que baja del Hoyo del Venado; y tornando toda la orilla de la cerca de piedra. Por el lado de arriba deslinda con tierras del señor doctor Manuel Restrepo hasta dar a la puerta donde se sale para arriba de su quinta y solar, y volviendo sobre el costado izquierdo por la orilla de las puertas de dicho solar y de las tapias de respaldo de la quinta del señor Ardila, a dar a la misma puerta de golpe donde comenzó el lindero. Aceptó la escritura el doctor José María Saiz, a nombre de la Compañía de Tejidos. José Campos, cuyos herederos vendieron el predio a la fábrica de tejidos, otorgó su testamento el 22 de enero de 1836 ante el escribano José Lucio de Elorga. Declara por bienes suyos, entre otros, las casas y molinos en que vive. En el inventario de sus bienes, practicado el 14 de noviembre de 1838, se relaciona "primeramente una casa de bareque (sic) y paja construida a espalda de 93 El Bloque "U" fue en otros tiempos el convento y la capilla de las Hermanas de la Caridad. las Aguas en el terreno comprado por el finado al Cabildo Eclesiástico y en cuya construcción se invirtió el valor recibido por la venta que de un pedazo de dicho terreno y materiales del Molino de Los Cristales se hizo a la compañía de tejidos. ítem... El terreno comprado por el finado a censo redimible al Cabildo Eclesiástico excepto el pedazo vendido a la mencionada compañía y el que le vendió a Antonio Rodríguez". La casa se avaluó en $450 y la parte existente del terreno en $950. Se inventariaron también seis burras a $6 cada una; dos yeguas a $7; otras dos paridas a $10; cinco cabras a 5 reales; tres potros a $6; y un buey de carga en $10. LOS CRISTALES En mayo de 1825 el señor José Joaquín del Campo, vecino de Fontibón, que no sabía firmar — por lo cual en las diligencias aparece su hijo con el apellido simplificado de Miguel Campos— propone al Cabildo Eclesiástico la compra de un terreno que pertenece a un globo en el sitio de Los Cristales, de la fundación de Soza y está arrendado a Miguel Campos. Se ordenó entonces al colector que buscara la fundación y que se avaluara entre tanto el terreno, lo que se hizo el 22 de octubre de 1825 por Matías Abondano. Matías "visó" los linderos en la forma que se expresa y que es de gran importancia porque muestra la extensión del "Pedazo de tierra" vendido a Campos en esa época, y que pertenecía a "un globo" que poseía el Cabildo Eclesiástico, de manera que lo vendido a Campos fue una parte del globo donde se vinculaba la fundación de Simón de Soza. Los linderos dicen así, subrayando nosotros: Lindero del corral del oriente: desde el tajo de un cerro que llaman Hoyo del Venado hasta una piedra blanca que llaman Cerrito de Carabaca, y desde allí hasta el Boquerón del Río San Francisco; lindero del norte, aguas abajo del citado río San Francisco, hasta un saque de una quebrada que en tiempo de verano se seca;/y el sitio mira a un Solar que hoy posee, Antonio Ardila. Por el poniente, desde la ribera del río nominado, arriba hasta dar con tierras de los Molinos que llaman de Pon-ce y hoy pertenecen al señor doctor José Manuel Restrepo. Linderos del sur, desde este molino a volver a tocar con el primer lindero del Cerro del Hoyo llamado Venado, comprendiéndose en el transcurso un cerrito pedregoso. Abondano justipreció el terreno, $1.600. El remate se celebró el 22 de abril de 1826. En cuatro de julio siguiente por ante el escribano Manuel Mendoza (Notaría 3a. volumen 367, fls. 222R y 222V), el señor doctor Juan Agustín de la Rocha, tesorero dignidad de esta iglesia, otorgó escritura a favor de José Joaquín del Campo, del globo de tierra denominado Los Cristales, perteneciente a la fundación de Simón Soza, por los linderos que designa la diligencia de remate y en cambio de 1.505 pesos que ha de reconocer el comprador a censo redimible. EL CAMPITO DE SAN JOSÉ Y VILLA PAULINA. PARTICIÓN DEL PREDIO DE LA FABRICA DE TEJIDOS Se solemnizó esta partición por Escritura número 1967, otorgada el 5 de noviembre de 1897 en la Notaría 2a. de Bogotá, en que la empresa se consideró dividida en 100 acciones así: Jacobo Sánchez, 43; Eugenio Sánchez, 43; la esposa de éste, señora Paulina Ponce de Sánchez 7; y Zenón Sánchez, 7. El inmueble que se parte está situado tanto al norte como al sur de la calle 20, ésta de por medio, y mide 15.029 metros cuadrados. Deduciendo el terreno ocupado por el edificio que es de 979 metros cuadrados, y que se deja en comunidad, quedan 14.250 metros cuadrados. A Eugenio se le separa un lote de 40 metros de frente y 20 de fondo sobre la calle 20, frente a la casa que ha construido. A Ja-cobo y Zenón se les adjudica el 94 potrero cuyos linderos son: por el norte, el río San Francis co; por el sur, la calle 20; por el oriente, con terreno de los here deros de Joaquín Esguerra y el lote que se separa a Eugenio; y por el occidente, dividido por una quebrada, que es la del Ho yo del Venado, y una zanja, con terreno y casas de Carlos Villamarín. linderos generales de los terrenos de la fábrica de tejidos de lana, así: por el oriente, el camino del Agua Nueva; por el sur, la quinta del señor Joaquín Esguerra; por el occidente, con la misma finca y la quinta del señor Isidro Espinosa; y por el norte, el camino que va para Choachí o Boquerón del río San Francisco. A Eugenio y Paulina se les adjudica, además, lo restante del terreno situado al sur de la calle 20 con el edificio del tinte y piezas adyacentes, bajo los siguientes linderos: norte, la calle 20 de por medio, con el terreno asignado a Jacobo y Zenón; sur y occidente con terrenos de las Hermanas de la Caridad, que ya había comprado lo que se llamó El Campito de San José. Y por el oriente, con el edificio de la fábrica de tejidos. Se les adjudicó también el terreno ubicado al oriente de este edificio, que linda por el norte, la calle 20 de por medio, con el terreno adjudicado a Jacobo y Zenón y el lote asignado a Eugenio, y, por el sur, el camino al Agua Nueva y terrenos de los herederos de Joaquín Esguerra y Francisco Rico. Recordemos que la quinta de Joaquín Esguerra es la de Bellavista, y la de Isidro Espinosa la que sirvió de base a la fábrica de velas y jabones. Nos hemos detenido en estos linderos porque dan la clave de las posesiones del Campito y la Quinta Paulina. Y aún a riesgo de recargar creemos conveniente mostrar la diferencia de redacción de los linderos de que da cuenta la Escritura número 92, otorgada el 10 de febrero de 1910 en la Notaría 5a. de Bogotá, mediante la cual Zenón Sánchez vendió a su hermano Eugenio las siete acciones que había comprado a doña Paulina, atrás mencionada; documento en el cual describe los Aclara la escritura que los linderos han variado y son los siguientes: por el norte, con la calle 20; por el sur con los edificios y terrenos de las Hermanas de la Caridad (es decir, el Campito de San José); por el oriente, pared medianera del solar de la quinta de Eugenio Sánchez; y por el occidente, con el edificio y terreno de Eugenio Sánchez (por donde iremos a la quinta Paulina y a las Hermanitas de los Pobres). Se dejó constancia de que queda comprendido en los terrenos de la fábrica de tejidos de lana un lote ubicado en la calle 20, frente a la fábrica, que mide 927 y medio metros cuadrados y que linda: por el norte, con el río San Francisco; por el sur, con la calle 20; por el oriente, con el terreno de Eugenio Sánchez; por el occidente, Quebrada del Hoyo del Venado por medio, con el edificio y terreno de los herederos de Carlos Villamarín. director doctor Jacobo Sánchez, en el mes de febrero de 1883, para vender los lotes de terreno y edificios que a su juicio no sean absolutamente necesarios para la empresa, como lo comunica y certifica el secretario doctor Manuel Ponce de León, en nota inserta en la Escritura número 241, otorgada en la Notaría la. de Bogotá el 27 de abril de 1883. En cumplimiento de esta autorización el doctor Jacobo Sánchez, mediante la escritura citada, vendió a la señorita Celia Huguenin, francesa de nacimiento, una fracción del edificio y solar determinado en la forma siguiente: la parte del solar de la fábrica que linda así: al norte, calle de por medio, con solares del vendedor y del señor Sixto Jiménez, desde la mitad del manchón y pilón oriental de la portería de la fábrica hasta las paredes del solar de la quinta del señor Isidro Espinosa; al occidente con las ex- EL CAMPITO DE SAN JOSÉ La "Compañía para la fabricación de tejidos de lana" de que hemos hablado, autorizó a su Estado del asilo de ancianos "Campito de San José", en 1963. 95 presadas paredes y las del señor Joaquín Esguerra; al sur con el ladrón y zanjón que recibe las aguas sobrantes de la acequia, con las tapias divisorias de otro solar del señor Esguerra y con las tapias que cercan la fábrica por el lado del camino del Agua Nueva hasta un ángulo que forman las mismas tapias, siete (7) metros arriba de la puerta que da salida al expresado camino, y al oriente, con una línea tirada desde el expresado ángulo, paralelo a las paredes del edificio contiguo a la fábrica u oficina de la fábrica, hasta encontrar la línea de prolongación hacia el oriente de la pared de calicanto del sur de la fábrica, perteneciente a la compañía, esta línea, la pared referida y la trazada por la orilla derecha y norte del zanjón que recibe las aguas de la Quebrada de Hoyo del Venado hasta frente a la puerta oriental de la pieza contigua a la que sirve de tinte y lavado de lanas, y de este punto, una recta hasta la mitad del manchón oriental de la portería que se ha marcado al principio como punto de partida. Se aclaró que dentro de este terreno están ubicados la quinta con su jardín, baño y corral, las oficinas de la fábrica contigua a ésta, el tinte y la portería. El precio de la venta fue de $17.000. Se observa que la venta no comprendió sino una parte de los terrenos y edificios de la fábrica de tejidos. Otra pasó, a través de Eugenio Sánchez Zerda, a las Hermanitas de los Pobres, LAS HERMANITAS DE LOS POBRES. LA QUINTA O VILLA PAULINA Entre las propiedades raíces en que se dividió la antigua Fábrica de Tejidos se cuentan dos lotes, separados ahora por la calle 20, con extensión total próxima a los 16.000 metros cuadrados divididos casi por la mitad, uno de los cuales es el llamado Quinta o Villa Paulina, donde la Universidad de los Andes ha establecido un restaurante para sus profesores (y alumnos), y cuya localización se aprecia bien en el plano. Estado original de la fábrica de sombreros Richard. y hoy es de propiedad de la Universidad de los Andes, con el nombre de Quinta o Villa Paulina, como veremos adelante. La señora Huguenin, que en religión se llamaba madre María Bertilda, transfirió en el año de 1909 a la Comunidad de las Hermanas de la Caridad de la Presentación de la Santísima Virgen lo comprado a Sánchez. Y allí funcionó lo que se llamaba el Campito de San José, destinado a enfermas mentales (18). Y, en fin, en 1962 compra la finca la Universidad de los Andes (19). En vez de transcribir los largos linderos, nos remitimos al plano de la Universidad. Estos dos lotes formaban antes una sola finca cuya propiedad se consideró dividida en 100 partes, que reunió en su mano Eugenio Sánchez Zerda así: 43 que le fueron adjudicadas en la sucesión de su padre, doctor Jacobo Sánchez en el año de 1899; 7 en la sucesión de su esposa señora Paulina Ponce de León de Sánchez; 7 que compró a Zenón Sánchez; y las 43 restantes por la participación celebrada entre el doctor Jacobo Sánchez y sus hijos Eugenio y Zenón, en el año de 1897, partición en la cual también se adjudicó una cuota de 7% a la señora Ponce de Sánchez (20). Don Eugenio Sánchez Zerda otorgó testamento y legó los dos predios junto con sus casas, una de las cuales es la Quinta Paulina, a las Hermanitas de 18. Escritura No. 6 otorgada el 6 de febrero de 1909 en la Notaría de Nunchia, departamento de Santa Rosa, uno de los creados durante la ad ministración de Rafael Reyes. 19. Esc. No. 5632 de 15 de octubre de 1962, No. 4a. 20. Partición: Esc. 1967 de 5 de noviembre de 1897, Not. 2a., Suceción de Jacobo Sánchez, Esc. 221 de 10 de mayo de 1899, Not. 5a., Suceción de Paulina Ponce de Sánchez, Esc. 519 de 19 de diciembre de 1899, Not. 4a. Compra a Zenón Sánchez, Esc. 92 de 10 de febrero de 1910, Not. 5a. 96 Años después, una toma del mismo lugar, que hoy se conoce como el Bloque "R". los Pobres de Bogotá, generosa donación cuya principal finalidad era atender a los ancianos o ancianas (21), y que fue perfeccionada en el año de 1923. Quinta Paulina es definida en la mortuoria de Sánchez como una casa así llamada en el edificio de calicanto denominado "Antigua Fábrica de Tejidos", en otra casa con dos enramadas, y en cinco pequeñas casas de ba-hareque y paja. Entre sus linderos figuran las calles veinte, el antiguo Campito de San José y el Paseo Bolívar. Las Her-manitas de los Pobres vendieron la quinta a Julio Arguello en el año de 1934 y éste a la Universidad de los Andes (22). EL PREDIO DE RICHARD por don Enrique Sánchez Zerda a las Hermanitas de los Pobres pasó, a través de varios dueños, a la sociedad colectiva de comercio "Hijos de G. Richard", quien lo vendió a la "Asociación de Amigos de la Universidad de los Andes" mediante Escritura número 5.739 otorgada el 27 de octubre de 1967 en la Notaría 5a. de Bogotá. Y la Asociación la vendió a la Universidad de los Andes por la suma de 200.000 pesos según Escritura número 1.604 otorgada el 22 de abril de 1969 en la Notaría 2a. Richard compró a Joaquín Olaya por Escritura número 654 otorgada el 18 de marzo de 1941 en la Notaría 2a. Este inmueble se desmembró, por tanto, de la antigua fábrica de tejidos; su localización se muestra claramente en el plano de la Universidad y sus linderos son: por el oriente, con jardín de la Quinta Paulina, propiedad de la Universidad; norte, con la calle 20, hoy calle 19 A, occidente y sur con el Cam-pito de San José, que fue de las Hermanas de la Caridad, hoy de la Universidad. por el ingeniero Manuel H. Peña y que se encuentra incorporado a la memoria del Ministerio de Fomento correspondiente al año de 1894, informe relativo a obras para el acueducto de Bogotá, se habla de la construcción de un estanque artificial en una zona de terreno situada a la vertiente izquierda del río San Francisco, entre la calle Fuerte de San Mateo, el camino del Agua Nueva y el río. El agua saldrá por una tubería que pasará por terrenos de la compañía (del acueducto), de la familia Esguerra y del doctor Jacobo Sánchez (nombres todos ya conocidos) "...a dar a la Calle del Fuerte de San Mateo, que es la prolongación de la calle 20 llega al puente del Libertador, cruza allí el río San Francisco, sigue por la calle 20, o sea del Panteón de Las Nieves, hasta encontrar la carrera 4a., en donde empata con las cañerías de distribución". Hay que anotar un cambio importante y es que la calle 20 cambió su nombre por la calle 19A. Importante porque hay referencias en escrituras anteriores a la calle que sube del Panteón de Las Nieves, el cual se encontraba en el costado sur de la iglesia de este nombre, o sea en la dicha calle 20. Y también hay citas de la Calle del Fuerte de San Mateo, que es la misma calle 20 en la parte situada en su extremo oriental. En efecto, en el informe rendido UNIVERSIDAD DE LOS ANDES Otra fracción del terreno legado 21. Notaria 2a., Escritura 733 de 13 de abril de 1923. 22. Hermanitas a Arguello, Escritura 583 de 27 de abril de 1934, Notaría 5a., Arguello a Andes, Escritura 314 de 15 de septiembre de 1965, Notaría de Villeta. 97