Luchetti 2 - Instituto de Relaciones Internacionales

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IV Encuentro del CERPI y II Jornadas del CENSUD
“La realidad sudamericana de cara al Bicentenario”
Instituto de Relaciones Internacionales
La Plata, 17 y 18 de septiembre de 2009.
La política exterior de la Comunidad Sudamericana de Naciones con los países
Arabes y África, a través del análisis de las Declaraciones de Brasilia y Abuja.
Prof. Javier Luchetti1.
Prof. María Faiella2.
Introducción.
En 1988, a iniciativa del presidente brasileño Itamar Franco, y en vísperas de la
Segunda Reunión Cumbre de las Américas realizada en Santiago de Chile, se firmaba en
Buenos Aires el acuerdo marco para la creación de una Zona de Libre Comercio entre el
Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y la Comunidad Andina de Naciones (CAN), a
partir del año 2000, y se opta por la coordinación de posiciones en el proceso de integración
hemisférico. Este acontecimiento político puede considerarse una etapa inicial de la
creación de una zona de libre comercio en toda Sudamérica y dicho proceso quedó
plasmado en la Cumbre de Brasilia del año 2000, en la que el entonces presidente brasileño,
Fernando Enrique Cardozo, convoca a todos los jefes de Estado sudamericanos, que
reafirmaron su intención de unir el MERCOSUR y la CAN mediante un acuerdo de libre
comercio en el cual se incluiría también a Chile, Guyana y Surinam.
En julio de 2002 en Guayaquil, se produjo la II Reunión de Presidentes de América
del Sur, donde reiteraron su voluntad de seguir en la configuración de un espacio
económico común en América del Sur. Señalaron que la crisis financiera y la escasez de
recursos podían socavar las bases de la democracia, algo que está presente en todos los
documentos, junto con la lucha contra la pobreza, la protección del medio ambiente, la no
proliferación de armas de destrucción masiva, etc.. Sin embargo, en la declaración, hablaba
de propender a una progresiva liberalización comercial, si bien se espera que esto lo hagan
los países desarrollados, los cuales evidentemente hablan de apertura económica en países
en desarrollo, pero no en sus propios países. Por algo los jefes de estado exhiben “su
preocupación por el mantenimiento e incremento de los subsidios agrícolas de los países
1
Profesor de la Licenciatura en Relaciones Internacionales, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires. El presente trabajo corresponde al proyecto de
investigación “Políticas Exteriores Comparadas de América Latina, Regionalismo y Sistema Mundial (20052009/11)” SECAT-UNICEN.
2
Profesora de la Licenciatura en Relaciones Internacionales, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad
Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires.
2
desarrollados, los cuales distorsionan las condiciones de competencia en el mercado
internacional”3.
En diciembre de 2004, en la ciudad de Cusco, nacía otra oportunidad para la
integración en América del Sur. Esta nueva iniciativa brasileña, tenía objetivos estratégicos
económicos y políticos que iban más allá del ámbito regional. En la III Cumbre
Presidencial Sudamericana, se decidió la creación de la Comunidad Sudamericana de
Naciones (CSN). En la declaración firmada por los presidentes de Argentina, Brasil,
Paraguay, Uruguay, Chile, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Surinam y
Guyana, se resaltó la identidad sudamericana y los valores comunes como la democracia, la
solidaridad, los derechos humanos, la justicia social, el respeto a la diversidad, la igualdad
soberana de los Estados y la solución pacífica de las controversias. A pesar de los
inconvenientes que han surgido posteriormente por ejemplo, por el ataque colombiano a
Ecuador, la CSN fue el paso previo para la constitución de la Unión de Naciones
Suramericanas (UNASUR). Se pretendía hacer confluir los intereses económicos,
culturales, políticos y sociales para conseguir el desarrollo económico interno y poder
afianzarse en el proceso de globalización.
Se aspiraba a “desarrollar un espacio sudamericano integrado en lo político, social,
económico, ambiental y de infraestructura, que fortalezca la identidad propia de América
del Sur y que contribuya, a partir de una perspectiva subregional y, en articulación con
otras experiencias de integración regional, al fortalecimiento de América Latina y el Caribe
y le otorgue una mayor gravitación y representación en los foros internacionales”. La
búsqueda del multilateralismo de las relaciones internacionales, en un contexto de una
política exterior norteamericana post septiembre de 2001 marcada por su régimen de
gobiernos amigos o enemigos, servía para la búsqueda de aproximación con otras regiones
integradas por países en desarrollo. Esta demanda basada “en la concertación y
coordinación política y diplomática que afirme a la región como un factor diferenciado y
dinámico en sus relaciones externas”4, quedó plasmada en el acercamiento con los países
árabes y africanos.
La globalización comercial está simbolizada por el aumento de las importaciones y
exportaciones de bienes y servicios que alcanza a todos los países del planeta. Los países
desarrollados son los ganadores de la globalización, imponiendo medidas proteccionistas a
sus productos sensibles como el acero o los textiles. Además, sus subvenciones que
permiten que los precios de los productos exportados sean inferiores a los que habría si no
existieran estas prácticas, perjudican por ejemplo, a los productos agrícolas de los países en
desarrollo, quiénes veían una oportunidad de desarrollo en la cooperación sur-sur.
Asimismo, las empresas transnacionales del norte toman decisiones basadas en sus
intereses comerciales, mudándose de un lugar a otro dejando atrás una gran cantidad de
desempleados. Por otra parte, aumenta el negocio intraindustrial y la competencia entre la
tríada Japón, Estados Unidos y la Unión Europea, a los que se suma actualmente China.
3
Consenso de Guayaquil sobre Integración, Seguridad e Infraestructura para el Desarrollo. II Reunión de
Presidentes de América del Sur, en; Www.comunidadandina.org. Guayaquil, 26 y 27 de julio de 2002,
artículo 2, inciso g.
4
Declaración del Cusco sobre la Comunidad Sudamericana de Naciones. III Cumbre Presidencial
Sudamericana, en; Www.comunidadandina.org. Cusco, 8 de diciembre de 2004.
3
Ante este panorama, se buscaba la integración entre los países del sur mediante un
“mayor encuentro y alianza de civilizaciones”, después de todo, los descendientes de árabes
y de africanos son una parte importante de la población en distintos países de la región. Por
otra parte, ante la importancia que le asignan en los países industrializados al comercio
norte-norte, los países en vías de desarrollo perseguían el crecimiento del comercio entre
ellos, como una forma de afirmar su independencia económica y política. En el siguiente
trabajo se analizarán la I Cumbre América del Sur – Países Árabes y la Primera Cumbre
América del Sur – África, la primera realizada en Brasilia en mayo de 2005 y la segunda en
la ciudad de Abuja (Nigeria) en noviembre de 2006. Se tomará en consideración las
declaraciones finales de Abuja y de Brasilia, junto con las reuniones de altos funcionarios,
y el Plan de Acción de Abuja, para demostrar que las regiones con las que América del Sur
pretendía entablar un diálogo más profundo, perseguían también la búsqueda de relaciones
económicas y políticas internacionales más igualitarias, defendiendo un mundo multipolar
más justo y favorable a los países en desarrollo.
Primera Cumbre América del Sur – Países Árabes.
El objetivo de esta cumbre era mejorar las relaciones bilaterales entre ambas
regiones mejorando su potencial económico con proyectos a largo plazo para desarrollar
sus economías combatiendo el hambre y la pobreza. Las dos regiones tenían prioridades
que no necesariamente coincidían: mientras que para los países árabes la situación en Irak y
el conflicto árabe-israelí por la situación palestina era lo más importante a tratar, para la
mayor parte de los países sudamericanos primaba la posibilidad de conseguir inversiones de
los países ricos del Golfo Pérsico, para lo cuál se firmó un acuerdo entre el Mercado
Común del Sur y el Consejo de Cooperación del Golfo, aunque no sucedió mucho más.
Brasil también tenía otro objetivo adicional, como era conseguir el apoyo necesario para
ocupar un puesto permanente en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
El protagonismo brasileño, esto fue una iniciativa del presidente Lula da Silva,
igualmente le sirvió a Estados Unidos por partida doble: por un lado, tuvo un papel
importante el principal aliado regional estadounidense, y por otro lado, ensombrecer el
desempeño de Hugo Chávez, presidente de Venezuela. Brasil ha mantenido una política
exterior a lo largo del siglo XX y principios del XXI, de apertura hacia el mundo dentro de
la globalización, para ser reconocido como potencia mediana gracias a la autoridad que
ejerce dentro del Mercado Común del Sur y de toda América del Sur. El país ha sostenido
una postura de apertura y expansión de su comercio internacional dentro de la globalización
(su actitud en la Ronda de Doha en el marco de la Organización Mundial de Comercio es
un ejemplo). En los últimos veinte años, siete países han aumentado en forma importante su
participación en las exportaciones de mercancías: India, China, México, Rusia, Sudáfrica,
Corea del Sur, y por supuesto, Brasil. Estos países han dinamizado el comercio sur-sur por
ejemplo en artículos electrónicos.
Asimismo, su visión geopolítica mantenida por décadas, en cuanto a conservar su
esfera de influencia y su autonomía en esta parte del continente, se ha caracterizado por el
pragmatismo y una presencia activa en la solución de los problemas regionales. Raúl
4
Bernal-Meza (2000), menciona los siguientes conceptos y categorías de la política exterior
brasileña:
“Universalidad: tiene una significación de actor protagónico. Para el Brasil, siendo el mundo su
escenario, esta calidad, la vocación por ésta, la tradición, los recursos de poder y las manifestaciones de su
potencialidad le permiten al país actuar como un actor global (...). Universalismo selectivo: Permite
proporcionar instrumentalidad al universalismo y renovarlo a la luz de los nuevos escenarios y mantiene la
vocación mundial del Brasil. (...) Este universalismo selectivo determina los grandes ejes de actuación
geográfica, que son: 1) eje regional Caracas-Buenos Aires; 2) eje norteamericano (centrado en Estados
Unidos; 3) eje europeo (centrado en Alemania); 4) eje del Pacífico (centrado en Japón); 5) eje de potencias
regionales: China, Rusia, India, Sudáfrica. Multilateralismo: Es el curso de opción elegido por Brasil. Dentro
del mismo, a partir de la década de 1980 se fueron construyendo coaliciones con otros países en desarrollo, en
el marco de los foros multilaterales en función de mejorar las reglas del comercio internacional y el acceso a
los recursos de la ciencia y la tecnología inductoras de desarrollo. Parcerías estratégicas: su definición
corresponde a la de socios preferenciales de su relacionamiento externo. La parcería puede ser
conceptualizada como relaciones políticas y económicas prioritarias recíprocamente beneficiosas, construidas
a partir de un patrimonio de relaciones bilaterales universalmente configurado. Para el Brasil, dado el carácter
universalista de su política exterior y el carácter de global trader, es necesaria la construcción de estas
parcerías.”5.
Los países de América del Sur y los países Árabes se reunieron en Brasilia los días
10 y 11 de mayo de 2005, haciendo un llamado al desarme, y la búsqueda de la eliminación
del hambre y la pobreza. En esta primera cumbre se perseguía como objetivo una política
exterior internacional multilateral, de ahí que se convirtiera en una plataforma de críticas
hacia la política unilateral norteamericana. Se buscaba reforzar las relaciones entre las
regiones, aumentar la cooperación, promover la justicia y el desarrollo. Igualmente se
querían establecer rondas de negocios entre los empresarios y buscar alternativas al
transporte de mercancías, puesto que no había rutas aéreas o marítimas directas, sino que el
transbordo de mercancías se realizaba en Europa. Afirmaron su adhesión a los principios de
soberanía e integridad territorial de los Estados, buscando la solución pacífica de los
conflictos, y declarándose en contra de todas las decisiones unilaterales y sanciones ilegales
impuestas contra los Estados. Se reconoció el proceso de globalización, pero se hizo
hincapié en la preservación de las identidades nacionales y culturales, favoreciendo el
diálogo entre las civilizaciones. Básicamente, brindaron su apoyo a la “Alianza de
Civilizaciones” que buscaba el diálogo cultural y político6.
Se criticaba a las Naciones Unidas (NU) mencionando la falta de transparencia,
democracia y representatividad en la Asamblea General, el Consejo de Seguridad y el
Consejo Económico y Social, proponiendo ambas regiones una reforma amplia e integral.
Se hicieron lugar a los llamados a respetar el Derecho Internacional Humanitario, como una
forma de reprobar el unilateralismo y “la guerra preventiva” norteamericana. Dentro de este
5
Bernal-Meza, Raúl; Sistema Mundial y Mercosur. Globalización, Regionalismo y Políticas Exteriores
Comparadas. Buenos Aires, Grupo Editor Latinoamericano, 2000, pp. 372-373.
6
Declaración de Brasilia. Cumbre América del Sur – Países Árabes, en; Www.aspa.gov.ar. Brasilia, 10 y 11
de mayo de 2005, punto 1. Los países árabes que participaron en la cumbre fueron los siguientes: Arabia
Saudita, Argelia, Bahrein, Comoras, Yibouti, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irak, Jordania, Kuwait,
Líbano, Libia, Mauritania, Marruecos, Omán, Palestina, Qatar, Siria, Somalia, Sudán, Túnez y Yemen. Los
países sudamericanos fueron Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú,
Surinam, Uruguay y Venezuela. La mayor parte de las delegaciones estuvo representada por los ministros de
Relaciones Exteriores, aunque concurrieron algunos Jefes de Estado.
5
marco de discrepancias con las NU, subrayaron que se debía mantener el respeto al
Derecho Internacional, especialmente en lo que concernía a la soberanía de los Estados,
señalando que se deberían utilizar todos los instrumentos legales para lograr la paz y la
seguridad en el mundo. En ese sentido apoyaron el desarme nuclear y que no se extendiera
el acceso a las armas nucleares y de destrucción masiva, esto motivado por la situación
Medio Oriente. En este tema, la cumbre fue muy explícita en su apoyo a la causa palestina,
puesto que hablaba de la creación del Estado Palestino independiente con base en las
fronteras de 1967, que coexista con el Estado de Israel, pidiéndole a éste último que retirara
sus tropas de todos los territorios ocupados desde 1967 y que desmantelara los
asentamientos, inclusive los de Jerusalén Este7.
En este sentido Lula fue muy claro cuando defendió la existencia tanto del Estado
Palestino como del Estado de Israel, postura que ha sido apoyada históricamente por los
Estados sudamericanos. Mientras tanto, el presidente argentino Nestor Kirchner abandonó
la cumbre antes de darse a conocer la declaración final, aunque manifestó que la suscribía
en todos los puntos, especialmente uno donde Argentina logró que se reconocieran los
derechos soberanos sobre las Islas Malvinas. En ese sentido los países firmantes instaban a
“a la República Argentina y al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a reanudar
las negociaciones a fin de que se encuentre, a la mayor brevedad posible, una solución
justa, pacífica y duradera de la controversia de soberanía sobre la Cuestión Malvinas, de
acuerdo con las numerosas Resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas”8.
Como no podía ser de otra manera dentro de las relaciones multilaterales políticas
también analizaron el tema del terrorismo, expresando su preocupación por los ataques
militares y actos terroristas en Medio Oriente. Se preocuparon también de la situación en
distintos países. En el caso de Irak y Sudán, resaltaron la necesidad de mantener la unidad
soberana y territorial, y en el primer caso celebraron las elecciones del mismo año, pero
esperaban que se realizara una transición pacífica de poder por parte de las tropas
norteamericanas que ocupan el país desde el 2003. También manifestaron su preocupación
en el caso de Siria condenando las sanciones económicas y diplomáticas unilaterales de
Estados Unidos a ese país, y en Somalia apoyaron el proceso de reconciliación nacional. Si
bien realizaron una condena al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones (ataques a
funcionarios, a estructuras petroleras, etc.), también rechazaron toda ocupación extranjera y
reconocieron el derecho de los Estados y pueblos a resistir a la ocupación extranjera. Esto
podía interpretarse como justificativo para la lucha del pueblo iraquí contra las tropas de
ocupación norteamericanas, o de los palestinos contra la ocupación israelí.
El Centro Simón Wiesenthal fue la única organización no gubernamental que estuvo
presente en la cumbre en su carácter de observador. El tema del terrorismo motivó la
preocupación de los israelíes, puesto que temían que en la declaración final se terminara
apoyando al terrorismo o se distinguiera entre el crimen terrorista para diferenciarlo del
derecho legítimo de los pueblos a resistir la ocupación extranjera, lo que para ellos en
realidad era pura retórica, puesto que servía para lanzar ataques suicidas en cualquier parte
del mundo. Se criticaba el hecho que este pretexto sirviera para que grupos como Hamas o
7
8
Ibídem, puntos 2.1, 2.2, 2.4, 2.6, 2.7 y 2.8.
Ibídem, punto 2.15.
6
Hezbollah, lanzaran ataques suicidas o misiles en Israel. Además, se le reprochaba a Brasil
especialmente, el principal promotor del encuentro, que en el texto no se hiciera referencia
a la democracia. La cooperación cultural ocupó un lugar importante buscándose mejorar el
entendimiento mutuo entre los pueblos a través de la creación de una Biblioteca Árabe –
Sudamericana o por medio de programas de intercambio cultural, becas y visitas de
profesores universitarios, pero la cooperación económica y el comercio internacional
fueron los temas más importantes9.
El comercio multilateral debía ser más equitativo y justo, reconociendo que los
países desarrollados tenían derecho a mantener su propiedad intelectual en el desarrollo de
la tecnología y la ciencia, pero que los países en desarrollo también deberían tener acceso a
ellas10. Aceptaban que el comercio internacional era un “medio para promover al desarrollo
económico, crear oportunidades de empleo, aumentar los ingresos, reducir la pobreza y
mejorar las condiciones de vida”, pero “a pesar de la expansión del vigor y de los flujos
comerciales a lo largo de las últimas décadas, no se han obtenido beneficios equitativos en
materia de desarrollo, en especial para las economías pequeñas y vulnerables, en razón de
la asimetría de las reglas y de las distorsiones del comercio internacional, que aumentan la
brecha entre países desarrollados y en desarrollo”11. Esta brecha podría ser achicada si las
estructuras financieras y de mercado internacionales, ayudaran en mayor medida a los
países en desarrollo, intensificando la ayuda a sus exportaciones.
Los países de ambas regiones pretendían un comercio multilateral más justo,
equitativo, transparente y sin discriminaciones, para lo cuál pedían la inmediata respuesta a
sus demandas de eliminar los problemas planteados por el actual sistema multilateral de
comercio en el caso de la agricultura, lo que ponía en situación desventajosa a los países
menos desarrollados justamente en un sector de la economía donde eran competitivos12. En
ese marco, el sistema financiero internacional debía ser cambiado puesto que no apoyaba
los esfuerzos de los países en desarrollo en cuanto a sus objetivos de lograr la igualdad
social, por eso tenían razón en pedir algo que hoy en plena crisis del sistema capitalista, se
manifiesta con mayor crudeza, es decir, “instrumentos más adecuados para prevenir y
administrar las crisis financieras, así como la identificación y la implementación de nuevos
mecanismos capaces de garantizar la sostenibilidad de flujos financieros y garantizar un
papel más destacado a los países en desarrollo en el proceso de toma de decisiones de las
instituciones financieras multilaterales”13.
Las grandes empresas transnacionales y la banca han sido los principales
beneficiarios de la globalización. El conflicto se encuentra asimismo, en los miles de
millones de dólares que se mueven en el mercado financiero internacional, que no financian
la producción de bienes y servicios y, que pueden provocar estampidas financieras:
“El hecho de que el dinero circule más libremente entre las naciones facilita las actividades de los
agentes que están mejor vinculados al sistema financiero. Allí es donde podemos encontrar la relación entre la
9
Ibídem, puntos 2.9, 2.10, 2.11, 2.12, 2.13, 2.16, 2.17 y 3.
Ibídem, punto 4.
11
Ibídem, punto 5.1.
12
Ibídem, puntos 5.2 y 5.4.
13
Ibídem, punto 6.1.
10
7
globalización financiera y el proceso de transnacionalización de la producción y el comercio liderado por las
grandes firmas multinacionales. O sea que, desde este punto de vista, la circulación internacional del dinero
sería –en su parte no puramente especulativa- funcional a la globalización económica que caracteriza al
mundo contemporáneo”14.
Los foros internacionales tenían que evitar la volatilidad de los mercados
financieros y, las instituciones financieras debían contar con recursos financieros
sostenibles a lo largo del tiempo para que los países en desarrollo combatieran el hambre y
la pobreza15. La gran movilidad del capital, junto con la apertura financiera y una casi total
ausencia de control, eran características fundamentales de la globalización financiera. Estos
problemas ya habían sido citados por Aldo Ferrer (2000), cuando señalaba que
“en las finanzas existe un mercado de escala planetaria en el cual el dinero circula libremente y sin
restricciones. La desregulación de los movimientos de capitales y la insistencia del Fondo Monetario
Internacional (FMI) para que los países de la periferia abran sus plazas promueven los intereses de los
operadores financieros de los países desarrollados y sus redes en el resto del mundo. En resumen, la
globalización refleja el impacto del cambio técnico, la acumulación de capital y las transformaciones en la
producción y el comercio mundiales. Pero es, al mismo tiempo, un proceso político dentro de la esfera de
decisión de los estados nacionales más poderosos y de las organizaciones económicas y financieras
multilaterales (OMC, FMI y Banco Mundial), en cuyo seno aquellos países tienen una influencia decisiva”16.
Ignacio Ramonet (2008), alerta de igual forma, sobre los flujos financieros que se
movilizan libremente dentro de la globalización neoliberal y que pueden dictar sus normas
apoyando a las empresas transnacionales por sobre los Estados. En este contexto, la
globalización sería,
“la interdependencia cada vez más estrecha de las economías de numerosos países y concierne sobre
todo al sector financiero, ya que la libertad de circulación de los capitales es total y hace que este sector
domine, de lejos, el mundo de la economía. La globalización neoliberal actúa como mecanismo de selección
permanente en virtud de una competencia generalizada. Hay competencia entre el capital y el trabajo. Y como
los capitales circulan libremente, mientras que los seres humanos son mucho menos móviles, el capital es el
que tiene todas las de ganar”17.
En cuanto al desarrollo sostenible, pedían a los países desarrollados que cumplieran
con los compromisos en cuanto a la transferencia de tecnología, y la expansión del acceso a
sus mercados, reconociendo las iniciativas de ambas regiones en este aspecto dentro del
desarrollo de la cooperación sur-sur. En este marco de asistencia mutua, buscaban la
asociación en áreas culturales, sociales, técnicas, económicas y científicas, bregando por el
aumento del comercio y de la integración de sus economías. En ese sentido tomaban en
consideración un tema en el que la CSN venía trabajando, que era el de las asimetrías de las
economías nacionales18. Además, consideraban que las áreas de interés común para invertir
14
Hopenhayn, Benjamín y, Vanoli, Alejandro; La globalización financiera. Génesis, auge, crisis y
reformas. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 2002, p. 36.
15
Declaración de Brasilia, op. cit., puntos 6.2 y 6.3.
16
Ferrer, Aldo; De Cristóbal Colón a Internet: América Latina y la globalización. Buenos Aires, Fondo de
Cultura Económica, 2000, pp. 16-17.
17
Ramonet, Ignacio; La crisis del siglo: globalización, especulación financiera, burbujas, capitalismo
salvaje, crack. Buenos Aires, Capital Intelectual, 2008, p. 60.
18
Entre las asimetrías se han distinguido las estructurales y las de políticas públicas: “Las primeras se refieren
a los factores que reflejan la capacidad de la economía para beneficiarse del proceso de integración, tales
8
y lograr sociedades incrementando el comercio sur-sur, eran la energía, las
telecomunicaciones, el transporte y el turismo para favorecer el crecimiento de las
economías en los países en desarrollo.
También pregonaban una cooperación sur-sur en ciencia y tecnología, considerando
el conocimiento y la experiencia acumulada, tratando de coordinar la colaboración de
investigadores y profesores universitarios en las siguientes áreas: tierras áridas y recursos
hídricos, desertificación y áreas semiáridas, administración de recursos hídricos, agricultura
irrigada, ingeniería genética, biotecnología, pronósticos climáticos, enmienda del suelo y
cría de ganado. En ese sentido concordaban en la importancia para ambas regiones, tanto de
la cría de ganado para lograr la seguridad alimentaria, como del desarrollo de tecnologías
para lograr la desalinización del agua para agricultura y del intercambio de tecnología en el
campo de la energía19.
En cuanto a la lucha contra el hambre y la pobreza mostraron su preocupación y
determinación para vencerlas, porque serviría para aumentar la seguridad tanto de los
países en desarrollo como en los desarrollados. Pretendían también la supresión de las
deudas externas a países con escasos ingresos, junto con una disminución de la misma en
los países de medianos ingresos movilizando los recursos financieros que fuesen
necesarios. Reconocían que temas como las migraciones, el HIV/SIDA, la malaria, la
tuberculosis y otras epidemias requerían la cooperación financiera internacional, sin
limitaciones por parte de los intereses industriales y comerciales privados. También
aceptaron que la corrupción debilitaba las instituciones públicas y privadas, aunque no
hicieron mención a la democracia, puesto que no existe en muchos países árabes20.
Por último decidieron que la segunda cumbre fuese realizada en Marruecos en el
2008, aunque podían realizarse reuniones sectoriales a nivel ministerial en diversos temas
como energía, comercio, transporte, etc., llevándose a cabo las consultas pertinentes entre
la presidencia y la secretaría general de la Liga de los Estados Árabes y la secretaría pro
tempore de la CSN. En realidad la siguiente cumbre no fue en Marruecos, sino en Doha,
Qatar en el año 2009, pero como una demostración del éxito político, en la I Reunión de
Jefes de Estado de la CSN realizada también en Brasil, se destacó que el contexto
internacional de la cumbre con los países árabes era el adecuado, lo que fortalecía las
relaciones entre ambas regiones del mundo en desarrollo.
como su tamaño, el nivel de ingreso per cápita, el acceso a infraestructura, las condiciones geográficas y la
calidad de las instituciones; mientras que las segundas se refieren a las capacidades de algunos países (en
particular los más grandes) en desarrollar políticas públicas orientadas a la promoción de inversiones y
exportaciones, el financiamiento preferencial, los incentivos fiscales y los subsidios a la producción, entre
otras. Los países más pobres que suelen ser los más pequeños se ven muy beneficiados cuando se implementa
una agenda de integración profunda, pero pueden verse muy perjudicados si la transición hacia este estado se
ve muy prolongada. (...) Para países más pobres e incluso geográficamente desfavorecidos el acceso al
mercado, si bien relevante es necesario adicionar otros apoyos que compensen su situación para poder
capturar parte de los beneficios de la integración”. Vaillant, Marcel: Convergencia y divergencias en la
integración sudamericana, en; Www.cepal.org. Santiago de Chile, División de Comercio Internacional e
Integración de la Cepal, 2007, p. 54.
19
Declaración de Brasilia, op. cit., puntos 7.3, 7.4, 8.1, 8.3, 8.4, 8,6, 8.7, 9.1, 9.2, 9.6, 9.8, 9.9 y 9.10.
20
Ibídem, puntos 11.1, 11.2, 11.4, 12.2, 12.3, 12.4, 12.5 y 12.6.
9
Igualmente se reunieron con bastante regularidad los funcionarios de alto nivel que
se encargaban del seguimiento de los aspectos tratados en la cumbre de Brasilia. La primera
reunión en El Cairo en noviembre de 2005, nuevamente hacía mención a la ayuda que
necesitaban los palestinos para reconstruir la Franja de Gaza, mientras que también
respaldaban los esfuerzos para consolidar la paz en Sudán y, para luchar contra el hambre y
la pobreza. También se mostraron a favor de la iniciativa brasileña para crear una página
web dentro del contexto de cooperación entre países árabes y latinoamericanos.
Nuevamente promueven el intercambio de científicos en las áreas de desertificación, tierras
semiáridas, manejo del agua, biotecnología, ingeniería genética y suelos fértiles. En lo
cultural acordaron la realización de festivales de cine, de folklore y de música y el
intercambio de becas de estudio en el área de lenguaje entre otros aspectos21.
En la segunda reunión efectuada en Caracas los días 18 y 19 de julio de 2006, el
ministro de Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela resaltó la
necesidad de la unión de los países latinoamericanos, árabes y africanos para lograr afianzar
la independencia de los pueblos, presentando las propuestas del gobierno venezolano en
cuanto a la cooperación sur-sur, Petrosur, Banco del Sur, Universidad del Sur, Radio y Tele
Sur y otros. Nuevamente hicieron mención a la situación en Medio Oriente y aprobaron
iniciativas de cooperación cultural y económica. Asimismo Brasil presentó el prototipo de
sitio web, al que se hacía mención en la reunión anterior, Www.aspa.science.org, y
Venezuela propuso que se formularan iniciativas para el intercambio de profesores y
científicos22.
La tercera reunión sostenida en El Cairo en enero de 2007, celebraba las elecciones
en los países sudamericanos y los pasos hacia una integración regional sudamericana
“armónica”. Otra vez reclamaron una solución justa para el conflicto árabe-israelí de
acuerdo con lo mencionado en la Declaración de Brasilia, exigiendo el desmantelamiento
del muro construido por Israel en Cisjordania, la evacuación de sus asentamientos y la
retirada de Jerusalén Este. También mencionaron la necesidad de la unidad iraquí,
condenando el terrorismo, se solidarizaron con el gobierno del Líbano, y expresaron su
apoyo a las iniciativas de paz para Sudán y Somalia, siguiendo con la línea de la
Declaración. En un guiño hacia Irán si bien reiteraron su compromiso con el régimen del
Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, también ratificaron el derecho de los
países a desarrollar el uso pacífico de la energía nuclear en el marco de los acuerdos
internacionales. Reiteraron sus críticas a Washington al comprometerse con el
multilateralismo y la reforma de las Naciones Unidas. También se aprobaron iniciativas
para implementarse más adelante en cuanto a negocios, seminarios, turismo, vínculos
aéreos y marítimos, energía, minería, cultura (se invitó a los países a enviar libros para
traducirlos al árabe, español y portugués, al sitio Www.bibliaspa.com.br). Además se
emitió un comunicado conjunto sobre cooperación en medio ambiente, en donde señalaban
las áreas de colaboración interregional como recursos hídricos y otros23.
21
Informe Final de la Reunión de Funcionarios de Alto Nivel de Seguimiento a la Cumbre de los Países
Árabes – Suramericanos, en; Www.aspa.gov.ar. El Cairo, 29 – 30 de noviembre de 2005.
22
Informe Final de Altos Funcionarios de los Países Árabes – Suramericanos, en; Www.aspa.gov.ar. Caracas,
18 – 19 de julio de 2006.
23
Informe Final de la Tercera Reunión de Altos Representantes. Seguimiento de la Cumbre de Países Árabes y
Sudamericanos, en; Www.aspa.gov.ar. El Cairo, 30 y 31 de enero de 2007.
10
Por último, en la cuarta convocatoria oficiada en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, en
julio de 2007, se realizó una explicación a los países árabes sobre la negociación del
Tratado Constitutivo de UNASUR. Se condenó al terrorismo y extremismo, reafirmando la
urgencia de solucionar el conflicto árabe-israelí bajo las condiciones mencionadas con
anterioridad. También se insistió en la unidad iraquí, la solidaridad con el Líbano, el apoyo
a la paz en Somalia y Sudán y el compromiso contra la proliferación de armas nucleares.
Un tema que apareció en la reunión fue el intercambio de criterios sobre el tratamiento a los
grupos étnicos minoritarios en cada una de las regiones. Por último, se invitó a los países a
enviar artículos al sitio de internet que se ocupa de la revista árabe y latinoamericana24.
Posteriormente, se reunieron la segunda cumbre se realizó en Doha en octubre de 2009, ya
con el proceso de institucionalización de UNASUR.
Primera Cumbre América del Sur – África.
Representantes y cancilleres de sesenta y cinco países sudamericanos y africanos se
reunieron en Abuja, capital de Nigeria, en una cumbre auspiciada por el presidente de
Brasil, Luiz Lula da Silva, que viajó varias veces a África y, el presidente nigeriano,
Olosegun Obasanjo. Brasil era el principal país sudamericano interesado en aumentar el
comercio con África, de hecho había abierto varias embajadas. Asimismo, le servía para
exteriorizar su papel como principal país sudamericano, y como una potencia a nivel
mundial que tenía intereses en distintos continentes cooperando con los países más pobres
por ejemplo, dentro del marco de las Naciones Unidas. En esta colaboración se inscribía la
construcción de fábricas para producción de medicinas, la ayuda para la producción de
alimentos, los programas de educación y prevención de VIH/SIDA y por supuesto, la
cooperación en explotación de combustibles y el desarrollo de biocombustibles. Venezuela
del mismo modo, quería construir un bloque de cooperación sur-sur para poder disputar la
supremacía estadounidense en distintas regiones.
Otra característica que precedía a la cumbre, era que las dos regiones no se
caracterizaban por indicadores sociales muy favorables, puesto que la pobreza, el hambre y
las desigualdades sociales son patrimonio de ambas, y si bien tienen una gran cantidad y
variedad de recursos naturales, los mismos son muy explotados por empresas
transnacionales que los exportan, llevándose también los beneficios a las regiones
desarrolladas. Si bien las dos comparten el mismo océano, las relaciones económicas,
políticas, y de personas no habían sido lo suficientemente desarrolladas. Además, tanto
América del Sur como África se veían perjudicadas por los subsidios proteccionistas
aplicados por Estados Unidos, la Unión Europea y Japón, por lo que compartían objetivos
en común en el aspecto agrario. La agricultura es el sector que más alteraciones presenta en
el comercio mundial debido a los subsidios a la producción, a la exportación y a los
aranceles que aplican los países más desarrollados, por ejemplo, la Política Agrícola
Común de la Unión Europea. En los países desarrollados, los beneficiarios de los subsidios
son un reducido grupo de agricultores que logra un gran aumento de su producción que
luego se vende en el mercado bajando los precios internacionales.
24
Informe Final de la IV Reunión de Altos Funcionarios de Países Suramericanos y Árabes, en;
Www.aspa.gov.ar. Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, 18 al 20 de julio de 2007.
11
Pero existen ganadores y perdedores en los países en desarrollo. Los países pobres
que importan alimentos son beneficiados, pero los países que se perjudican son los que
tienen ventajas comparativas en la producción de diversos productos primarios como
Argentina o Brasil. Se pretendía fortalecer los lazos entre ambos continentes que padecen
los mismos problemas a pesar de su riqueza en petróleo, minerales, alimentos, agua, como
una forma de aumentar el intercambio comercial, especialmente en el sector energético y de
alimentación, tratando de actuar sin la influencia de los países desarrollados. El aumento de
los negocios se traduciría en un aumento de oportunidades de venta de productos
sudamericanos a África tomando en cuenta el comercio ya existente entre algunos
miembros como Brasil con Nigeria, Sudáfrica o Argelia y de productos africanos a
América. Cabe acotar que los principales países importadores de materias primas
americanas como soja o azúcar, eran Sudáfrica, Egipto, Nigeria, Argelia y Angola, mientras
que los países africanos que más vendían en América (petróleo y gas) eran Nigeria, Argelia,
Angola, Sudáfrica y Marruecos. En este sentido,
“el comercio entre América y África también parece basarse en una ventaja comparativa entre ellos,
pero fundamentalmente en los sectores no manufactureros. Las exportaciones de África a América muestran
la tasa de concentración más alta de todas las relaciones comerciales. Las exportaciones de América son
mucho más diversificadas, aunque más del 50% de las destinadas a África son de productos agroalimentarios
(alimentos precocinados, productos animales y vegetales, grasas y aceite)”25.
La Primera Cumbre América del Sur – África, emitió una Declaración y un Plan de
Acción. Primeramente, se plantearon objetivos tales como promover la paz, la seguridad, la
lucha contra el tráfico ilícito de armas pequeñas, ligeras y municiones, la lucha contra el
tráfico de personas y la no proliferación de armas nucleares. También coincidieron con lo
mencionado en la cumbre de países sudamericanos y árabes en el sentido del compromiso
con el multilateralismo, la observación de los derechos humanos, el combate contra el
terrorismo, y la búsqueda de desarrollo sustentable para erradicar el hambre y la pobreza
con justicia social. Aquí sí se hacía mención al respeto por la democracia, aunque cabe
preguntarse hasta qué punto llegaba en ambas regiones. Si bien se han producido avances
en la democracia en ambos continentes, hoy en día valores como la igualdad de las
personas, la convivencia pacífica o el diálogo político, aún no se han desarrollado lo
suficiente, y esto queda demostrado por la discriminación contra minorías étnicas, o cuando
el Estado no tiene el monopolio de la fuerza pública.
25
Naciones Unidas, Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Junta de Comercio y
Desarrollo: Sectores Nuevos y Dinámicos del Comercio: La Dimensión Sur-Sur, en; Www.mce.gov.ma.
Ginebra, 16 y 17 de octubre de 2007, p. 12. Para el 2006, el comercio americano con África había aumentado:
“Argentina, durante el año 2006, aumentó más en promedio que el total su comercio con este continente,
representando el segundo ingreso neto de divisas después de Chile; asimismo, las exportaciones hacia los
países africanos se duplicaron entre 2002 y 2005. Sin embargo, el caso de Brasil es particular: durante el año
2006, el intercambio con África representó el 7% del comercio total brasileño (el doble que Argentina) y el
comercio con este continente (se) duplicó entre 2003 y 2005. (...) El principal socio importador de productos
brasileños es Sudáfrica y el principal exportador a Brasil es Nigeria. (...) África representa sólo el 1,4% de las
exportaciones de América latina y América Latina el 1,3% de las exportaciones de África. Por consiguiente,
el aumento de las cifras brutas del comercio interregional todavía no se refleja en las cifras relativas”. Brun,
Elodie: Las relaciones entre América Latina y África: ¿potenciales o ilusorias?, en; Www.cepal.org. Santiago
de Chile, Naciones Unidas, 2009, Documento de proyecto, p. 12.
12
Ambas regiones reconocían también que era necesario la cooperación sur-sur para
erradicar la pobreza, fomentar el desarrollo sustentable, y realizar acciones conjuntas en
ciencia y tecnología, cultura y educación, afirmando que “la importancia de dicha
Cooperación Sur-Sur en un mundo interdependiente que requiere la expansión del
conocimiento sobre el otro, la promoción del intercambio de información y experiencias y
trabajar conjuntamente en asuntos de interés especial mutuo”, subrayando que esta
cooperación, “es también una útil herramienta en muchos campos, como las políticas
sociales, iniciativas de producción, ciencia y tecnología, cultura y educación, y en todas
aquellas áreas en las que puedan identificarse posibilidades de acción conjunta”26. También
cabría convenir que las dos regiones han sufrido el tema de la deuda externa, y los planes
de ajustes estructurales de las décadas del ochenta y del noventa, a pedido del Banco
Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI), lo que repercutió
negativamente en la inversión en educación, vivienda y salud, provocando una disminución
también en subsidios a la alimentación.
Las dos regiones se pronunciaron a favor del multilateralismo de las relaciones
internacionales, intensificando la cooperación entre ambas, y también criticando como en la
cumbre entre países árabes y sudamericanos, la falta de democracia en los órganos
internacionales de decisiones. Se pidió del mismo modo, una reforma del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas, para que tuviera mayor representación de los países en
desarrollo, aumentando la efectividad y la legitimidad de sus decisiones. En el ámbito
multilateral, ambas regiones proponían reformas en el Consejo de Seguridad y Asamblea
General de las Naciones Unidas, y en las instituciones emanadas de los acuerdos de Bretton
Woods, la tríada integrada por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la
Organización Mundial de Comercio.
Tanto el BM como el FMI en los ochenta les pidieron que aumentaran las
exportaciones, pero los mercados para ellos estaban cerrados o con trabas burocráticas, y no
pudieron desarrollar tampoco las exportaciones de manufacturas debido a la falta de
inversiones extranjeras directas, por lo que las críticas hacia estas instituciones fueron
aumentando. Inclusive, se puso en peligro la propia existencia de los Estados, sobre todo en
el caso africano. Las Zonas de Paz y Cooperación del Atlántico Sur y el Consejo de Paz y
Seguridad de la Unión Africana, debían servir para atraer inversiones, al mismo tiempo que
las dos regiones cooperarían en el desarme y la no proliferación de armas de destrucción
masiva, y en la lucha contra el terrorismo, aunque en esta declaración no se realizaba una
definición del mismo. Ambas regiones plantearon la cooperación en el combate contra el
26
Declaración de Abuja. Primera Cumbre América del Sur – África, en; Www.mce.gov.ma. Abuja, 26 – 30
de noviembre de 2006, introducción. Los países que asistieron a la cumbre fueron todos los integrantes de la
Comunidad Sudamericana de Naciones, y por parte de África, Argelia, Angola, Benin, Botswana, Burkina
Faso, Burundi, Camerún, Cabo Verde, República Centroafricana, Chad, Comoras, República Democrática del
Congo, República del Congo, Costa de Marfil, Yibouti, Egipto, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Etiopía, Gabón,
Gambia, Ghana, Guinea, Guinea-Bissau, Kenia, Lesotho, Liberia, Libia, Madagascar, Malawi, Malí,
Marruecos, Mauritania, Mauricio, Mozambique, Namibia, Níger, Nigeria, Ruanda, Santo Tomé y Príncipe,
Senegal, Seychelles, Sierra Leona, Somalia, Sudáfrica, Sudán, Swazilandia, Tanzania, Togo, Túnez, Uganda,
Zambia y Zimbabwe.
13
crimen transnacional organizado, especialmente en cuanto al tráfico de drogas, personas, y
armas27.
En África occidental por ejemplo se ha incrementado la cantidad de personas
dedicadas al tráfico de cocaína (como vía de paso de América hacia Europa), y de heroína
(desde Afganistán también hacia Europa). Las desviaciones en kilómetros son grandes,
pero la paga también, y los riesgos son menores debido a la crisis de los Estados de la zona
que apenas pueden controlar su territorio. La mano de obra desocupada es muy grande,
debido a la falta de trabajo y a las guerras civiles que en algunos casos ha terminado y en
otros no lo han hecho, por lo que grupos armados del crimen organizado con capital
abundante pueden reclutar gente común, y también por qué no, funcionarios de las
instituciones estatales. En este caso al revés de lo ocurrido en la cumbre con los países
árabes, defendieron su compromiso con la democracia y la protección de los derechos
humanos universales, indivisibles e interdependientes.
Otro tema en el que coincidieron fue pedir a la comunidad internacional que
defendiera a sus inmigrantes y sus familias, algo que concernía a ambos continentes, debido
a la migración hacia las regiones desarrolladas, ya que los africanos se dirigen a Europa y
los latinoamericanos a Estados Unidos28. Un rubro al que se dedica el crimen organizado es
el contrabando de personas hacia Europa. Estos grupos se aprovechan de las necesidades
insatisfechas de las personas que desean buscar mejores condiciones de vida en países
desarrollados, aunque terminen trabajando en negro en sectores de la economía como la
construcción o textiles. En este cuadro, las mujeres que quieren enviar dinero a sus familias
o a sus hijos en sus países de origen, son las que más sufren la explotación ilegal y ataques
xenófobos.
Se pretendía desarrollar las capacidades agrícolas y ganaderas de ambas regiones
para lograr seguridad alimentaria, especialmente en África, a partir de la capacitación e
intercambio en las áreas de biotecnología, biocombustibles, agricultura tropical y reforma
agraria. Se reconocía que el agua era un recurso natural de Estado, lo que conlleva una
crítica a las privatizaciones de las empresas que se encargan de la extracción y distribución
de agua29. Si bien África posee grandes ríos, una extensa parte de sus ciudadanos depende
del agua de los acuíferos subterráneos. Igualmente, más allá de privatizaciones, la
corrupción estatal también debilita cualquier intento de aplicar la ley cuando corresponda,
ya sea cuando se trata de vigilar el comportamiento de una empresa privada, o cuando hay
que vigilar las fronteras para evitar el contrabando de armas y drogas. Por otra parte, los
países de ambas regiones sufrían las presiones de los países más desarrollados para que
abrieran diversos sectores de la economía como las comunicaciones, el sector bancario, y
otros. En el caso de no tomar las decisiones que correspondan o directamente no tomarlas,
la confianza ciudadana en los diferentes gobiernos caerá, lo que será caldo de cultivo para
cualquier grupo terrorista y el crimen organizado.
27
Ibídem, artículos 1, 2, 4, 5, 7 y 10.
Ibídem, artículos 11, 12 y 13.
29
Ibídem, artículos 16, 17 y 18.
28
14
Con respecto al comercio, reconocían que era un instrumento para el desarrollo
económico y social, pronunciándose a favor de un incremento entre ambas regiones, junto
con el crecimiento de las inversiones, proponiéndose la creación de un Banco África –
América del Sur. Pero del mismo modo, pretendían un comercio multilateral justo,
regulado y sin discriminaciones para que también los países en desarrollo se beneficiaran
de la globalización. Tanto en esta cumbre como en la descripta anteriormente, no se
cuestionaba tan explícitamente la globalización, sino sus consecuencias más negativas, por
lo menos en las declaraciones, más allá de la postura de algunos países que pedían un
cambio del sistema económico capitalista. En realidad, ambas regiones reconocían que si se
permitía aumentar el valor agregado a los productos y se incrementaba la diversificación,
podrían incrementar la competitividad lo que les permitiría reforzar su participación en los
mercados de los países en desarrollo y también desarrollados.
Y de igual forma, reconocían algo que estuvo presente en la cumbre de Cuzco, y en
la de la CSN con los países árabes: las regiones debían resolver el tema de las asimetrías
entre los países30. En este sentido, tanto en los países de la CSN como en los africanos no
se han desarrollado instrumentos legales que favorezcan la inclusión de los países más
pequeños en los proyectos de integración. En el caso que no se realicen progresos, la
igualdad de oportunidades será algo hueco, y los países pequeños mirarán hacia otros países
como Estados Unidos que ofrecen tratados bilaterales, lo que perjudica la disposición hacia
la integración. Los países pequeños se han encontrado con obstáculos debido a que las
declaraciones revelan algunas intenciones, pero faltan otras, y además las que se mencionan
a veces no se cumplen. Como un ejemplo de las asimetrías en Sudamérica, Brasil y
Argentina poseen más del 60% del Producto Bruto Interno, mientras que seis países
pequeños como Surinam, Guayana, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Ecuador, tienen
solamente el 5% del PBI de la región.
También se hizo mención a la necesidad de desarrollar rutas aéreas directas y se
consideró prioritario la promoción de inversión de los países sudamericanos en África en
hidrocarburos, energía hidroeléctrica, biocombustibles, energía social, geotérmica y eólica,
intentando promover el desarrollo sustentable. En el aspecto cultural se emprenderían
iniciativas de cooperación y de intercambio de información, al mismo tiempo que se
reconocía que la ciencia y la tecnología eran cuestiones primordiales de la industrialización
en ambas regiones. De igual forma, se promoverían los intercambios de estudiantes y
profesores e investigadores, manifestándose a favor del desarrollo sustentable de los
recursos y de la firma del Protocolo de Kioto. En materia de salud se estableció que se
debía impulsar las iniciativas para facilitar medicinas y otras drogas genéricas contra el
VIH/SIDA, la malaria, la tuberculosis y otras epidemias. Se pidió a las Naciones Unidas
que se encargaran de la adquisición y distribución de medicinas para los países más
pobres31.
El asunto era bastante delicado, debido a la protección sobre la propiedad
intelectual. El acuerdo de propiedad intelectual que empezó en 1995 y es una de las bases
de la Organización Mundial de Comercio, tiene como propósito,
30
31
Ibídem, artículos 20, 21, 22 y 26.
Ibídem, artículos 27-31, 32, 33, 34, 35, 36 y 37.
15
“crear un marco para la protección de los derechos de propiedad intelectual que aumente los
incentivos para la investigación y la innovación y facilite la transferencia de tecnología”, (...) esto obliga a
todos los miembros de la OMC a introducir unos estándares mínimos para la protección de los derechos de
propiedad intelectual y otorga al mecanismo de resolución de disputas de la OMC la potestad para fijar
sanciones contra los países que las violen”32.
Como el acuerdo incluye fármacos, la protección incluye a los genéricos que se
podrían utilizar en la prevención del VIH/SIDA u otras epidemias, perjudicando
económicamente a los países que deben importar medicamentos del exterior, al mismo
tiempo que crea una situación de dependencia del extranjero y afecta a amplios sectores de
la población aumentando el gasto de salud. Esta protección que se “otorga a las patentes
farmacéuticas es un impedimento para generalizar el acceso a medicamentos genéricos a
bajos precios a la población afectada por estas enfermedades en el tercer mundo”33. Un
tema incluido que no se trató en la declaración con los países árabes, el de la desigualdad de
género, fue objeto de un artículo en el cuál se hablaba de incluir el género en todas las
corrientes:
“Aseguraremos la plena participación de la mujer en el desarrollo económico de nuestros respectivos
países, al igual que aseguraremos la participación igualitaria de la mujer en todas las estructuras de toma de
decisiones de nuestros respectivos gobiernos. También desarrollaremos programas de educación para
hombres y jóvenes para educarlos sobre los derechos y responsabilidades de las mujeres y las adolescentes.
Además aumentaremos el desarrollo de las habilidades de la mujer y promoveremos el acceso igualitario a la
educación para ambos géneros. Cooperaremos para garantizar el desarrollo de la salud de la mujer y
promoveremos el pago igualitario por el trabajo equitativo”34.
Mas allá que esto se cumpla, estamos ante una verdadera diferencia: se le dedica un
artículo entero a las desigualdades de género, mientras que en la declaración con los países
árabes ni siquiera se la menciona. Si bien ha existido una mayor incorporación de las
mujeres al mercado laboral y a los distintos niveles educativos, aún persiste una
discriminación hacia las mujeres. El problema afecta en general a los países en desarrollo
del sur: las mujeres son consideradas más obedientes y disciplinadas que los hombres, por
lo que sufren mucho más la explotación en sectores como los textiles. Estas mujeres que
vienen de sectores pobres y que a veces son analfabetas, además en muchos casos sufren la
exclusión por parte de su propia familia reforzada por un sistema de patriarcado que viene
desde hace mucho tiempo. Por supuesto, las ganancias para las empresas transnacionales
son mucho mayores que las que obtienen en países desarrollados con mano de obra
sindicalizada35.
32
Steinberg, Federico; Cooperación y conflicto. Comercio internacional en la era de la globalización.
Madrid, Akal, 2007, p. 106.
33
Ibídem, pp. 120-121.
34
Declaración de Abuja, op. cit., artículo 38.
35
La globalización repercute en diversos aspectos sobre las mujeres: “Las afectan en tanto principales
responsables de la producción de la fuerza de trabajo; en efecto, las mujeres resultan más afectadas que los
hombres por la degradación de los servicios de salud y educación. (...) También las afectan a causa de su
función subordinada en la familia. Cuando los servicios de educación y de salud se privatizaron y se volvieron
pagos, ellas fueron las primeras en ser sacrificadas: en período de recesión, las niñas fueron retiradas de la
escuela antes que los niños, y también recibieron menos cuidados médicos y vacunas que los varones. (...) Las
afecta, por último, por su vulnerabilidad en el mercado de trabajo y su escaso acceso a los medios de
producción, a la tierra y al crédito. El retroceso de los cultivos de subsistencia frente a los cultivos de
16
Por último, se acordó que un Comité de Seguimiento compuesto por altos
funcionarios se encargaría de proponer iniciativas y acciones, y que la siguiente cumbre
sería en el 2008 en Venezuela36. Sin embargo, esto no se cumplió puesto que el gobierno de
Qatar solicitó una modificación en la fecha, debido a que sería el anfitrión de la
“Conferencia Internacional de Seguimiento del Financiamiento al Desarrollo”, por lo que la
cumbre se postergó hasta el 2009.
En el Plan de Acción que tratamos por separado, se realizaban una serie de
consideraciones que tenían por objeto conseguir diversos objetivos mencionados en la
Declaración. En cuanto a los asuntos de paz y seguridad, se pretendía sostener consultas
sobre minas terrestres, armas ligeras y organizaciones regionales, fomentando la paz y la
estabilidad solucionando los conflictos existentes y consolidar la paz lograda después de
alguno. La democracia debía ser apuntalada por lo que se fomentaría la creación y
fortalecimiento de instituciones nacionales e internacionales, ratificando convenciones de
derechos humanos. Debido a que en ambas regiones la agricultura y la agroindustria ocupan
una posición importante, se apoyaría a los pequeños agricultores para impulsar el desarrollo
económico y la seguridad alimentaria, se cooperaría en biotecnología, se facilitaría el
crédito, se intercambiaría información, se crearían iniciativas para colocar productos
agrícolas en el mercado y, se financiarían proyectos sobre manejo de recursos hídricos.
Dentro del marco de la cooperación sur-sur, los países tratarían de fijar posiciones
sobre asuntos de comercio internacional. Especialmente se quería aumentar el comercio
entre ambas regiones y mejorar el diálogo entre el sector privado y público. En este sentido,
consideraron como positiva la propuesta de la creación de un Banco África – América del
Sur y de un Banco de Inversión Africana. Nuevamente se hacía mención al intercambio
comercial tomando en cuenta las asimetrías nacionales. Se fomentaba la creación de las
pequeñas y medianas empresas en contraposición a la postura de favorecer empresas
transnacionales extranjeras, aunque esto en la realidad no ocurría a pesar de este tipo de
declaraciones. Estas empresas cumplirían un rol fundamental en la lucha contra el hambre
al producir bienes y al mismo tiempo, ocupar mano de obra.
Se buscaría la cooperación legal en temas muy importantes de seguridad que
involucraban a ambas regiones, es decir, terrorismo, tráfico de armas, drogas y personas.
Por otra parte, se pretendía promover el desarrollo de la infraestructura y de las rutas
marítimas y aéreas, explorando la posibilidad de desarrollar una estrategia energética
común y cooperando con el desarrollo de fuentes alternativas de energía. Esta cooperación
entre países del sur se relacionaba también con la intención de modificar las relaciones
internacionales apoyando el multilateralismo en el sistema mundial. Además, en ciencia,
tecnología y en salud, se perseguían objetivos comunes para programas conjuntos creando
bancos de datos científicos y tecnológicos, facilitando vacunas y medicinas para
enfermedades de transmisión en general como la tuberculosis. Y en cuanto a la cuestión del
exportación, a menudo en manos de los hombres, agravó aún más esta situación”. Duménil, Gérard y, Cassen,
Bernard (ATTAC: Acción por una Tasa Tobin de Ayuda a los Ciudadanos); Mujeres contra la explotación.
La resistencia femenina en un mundo globalizado. Buenos Aires, Capital Intelectual, 2007, pp. 83-84.
36
Declaración de Abuja, op. cit., artículos 40-43.
17
género se desarrollarían estrategias de participación de las mujeres en el desarrollo
económico de los países, fortaleciendo además el acceso igualitario a la salud y
educación37.
Posteriormente a la cumbre, en virtud del artículo 38 del Plan de Acción, se realizó
la Primera Conferencia de los Ministros de Comercio de los países de África y de América
del Sur, celebrada en Marrakech (Reino de Marruecos) entre el 17 y 19 de junio de 2008.
Se mostraron preocupados por el incremento del precio de los productos alimenticios que
atentaba contra la seguridad alimentaria, aspecto al que se hacía referencia en la
Declaración de Abuja y en el Plan de Acción de Abuja. Siguiendo con esa línea, se
criticaba las alteraciones de mercado que perjudicaban a los países en vías de desarrollo,
aumentando la crisis alimentaria por culpa de los países desarrollados que con sus
subvenciones a la exportación y producción de productos agrícolas, perjudicaban el acceso
a los mercados de los países del sur38.
Manifestando nuevamente su compromiso de cooperación sur-sur, buscaban el
desarrollo de una participación activa en el comercio internacional y en las negociaciones
comerciales multilaterales, para lo cuál estaban “resueltos a sostener y a promover los
mecanismos destinados a aumentar el comercio interregional entre África y América del
Sur, incluidos los acuerdos preferenciales de comercio entre los países de ambas
regiones”39. Los países pretendían que existiera una mayor coordinación con las
instituciones financieras internacionales y los bancos de desarrollo regionales, al mismo
tiempo que reconocían que una mayor integración económica regional proporcionaría a los
países un mayor provecho de las economías de escala ofrecidas por mercados regionales
más grandes40. En esta conferencia se aprobó un Proyecto de Plan de Acción donde se
mencionaban diversos problemas que aquejaban a ambos continentes: la deuda externa, las
fluctuaciones de los precios de los productos exportables, la disminución de la ayuda
internacional, la reducción de la inversión extranjera directa, las dificultades de acceso a los
mercados y el aumento de los precios de energéticos. Sin embargo, estos escollos al
desarrollo, no hacían otra cosa que reafirmar su compromiso de cooperación sur-sur dentro
del marco de la globalización41.
En muchos casos se repite lo mencionado en la conferencia y en la Declaración de
Abuja, por lo que se pueden señalar cuatro principios del Plan de Acción: 1) La
armonización y coordinación de las posiciones (se esperaba una resolución pronta y
positiva de la Ronda de Doha). 2) El impulso del comercio y la inversión (se pedía una
supresión de los obstáculos, se fomentaban nuevos mecanismos de promoción de los
intercambios, se quería la simplificación de los procedimientos aduaneros, un mayor
financiamiento del comercio, la cooperación en agricultura, ganadería, energía e industria y
37
Plan de Acción. Primera Cumbre América del Sur – África, en; Www.mce.gov.ma. Abuja, 26 – 30 de
noviembre de 2006, artículos 1-10, 13-21, 24-32, 40, 41, 44, 47-53, 65-75 y 90-94.
38
Declaración de Marrakech. Primera Conferencia de los Ministros de Comercio de los Países de África y de
América del Sur, en; Www.mce.gov.ma. Marrakech, 19 de junio de 2008, artículos 4-6.
39
Ibídem, artículo 15.
40
Ibídem, artículos 20 y 25.
41
Proyecto de Plan de Acción de Marrakech. Conferencia de los Ministros de Comercio de los Países de
África y de América del Sur, en; Www.mce.gov.ma. Marrakech, 17-19 de junio de 2008, artículos 4 y 10.
18
mayores inversiones en el sector servicios). 3) El mejoramiento de las infraestructuras, la
logística y las tecnologías de la información y la comunicación (si se quería incrementar el
comercio se debían mejorar los puertos, aeropuertos y las vías navegables, aumentando el
número de líneas directas entre las dos regiones). 4) La promoción de la cooperación y la
asistencia técnica (para aumentar las exportaciones y las inversiones)42.
Para finalizar cabe acotar, que este último punto es importante, puesto que no
estaban equivocados en cuanto a los objetivos, ya que en las dos últimas décadas el
comercio entre diversas regiones del sur ha crecido a un ritmo mayor de lo que lo han
hecho las exportaciones mundiales, especialmente en el caso africano. Los productos de
exportación que más han crecido son minerales metalíferos y minerales en general como el
hierro y el cobre, los productos químicos orgánicos, aceros, productos metalíferos, artículos
de plástico, partes y componentes de artefactos mecánicos y aparatos electrónicos como
motores y aparatos de transmisión, y artículos ópticos y de precisión como fibras ópticas y
lentes. Esto demuestra que los países en desarrollo han venido especializándose en esta
oferta, mostrando en el caso de los productos dinámicos exportados al norte, una mayor
concentración en sectores de manufacturas de relativa intensidad de mano de obra y, que
los productos que se exportan al norte se encuentran en una fase de modificación más
avanzada que los productos exportados al sur43.
Comentarios finales.
América del Sur aparece alejada de la preponderancia que tienen otras regiones en
cuanto al desarrollo económico a nivel mundial, lo que puede ser un incentivo para lograr
una mayor integración entre los países del territorio. Sin embargo, falta una mayor
organización y decisión para conseguir una fuerza significativa que tenga más presencia en
los asuntos de la agenda internacional. La cooperación entre América del Sur y los países
árabes y africanos, todos países en desarrollo, permitiría el intercambio de experiencias
para intervenir efectivamente en el desarrollo económico, político, social y cultural de las
tres regiones. El aumento de la demanda en los países del sur permitiría aprovechar
oportunidades en cuanto a materias primas y bienes intermedios, diversificándose la oferta
de mercancías a medida que se van desarrollando las economías:
“El Sur, como mercado, es particularmente importante para encauzar las exportaciones de los países
de ingresos bajos, en particular de África. Si bien estos países parecen quedar a menudo marginado cuando se
estudian los sectores dinámicos y nuevos en el plano mundial, la tasa más alta de crecimiento de las
exportaciones hacia el Sur en la última década, no solo en el sector de los productos primarios sino también
en sectores intensivos en mano de obra se registró en África. Esto resulta especialmente sorprendente si se
tiene en cuenta que los países africanos son los menos integrados en la evolución de la distribución mundial
de la producción, que se considera uno de los principales motores del comercio Sur-Sur”44.
Los países sudamericanos reconocieron que las cumbres habían tenido bastante
éxito, porque era una forma más de redoblar las relaciones económicas y políticas
42
Ibídem, artículos 12-65.
Naciones Unidas, Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, Junta de Comercio y
Desarrollo: Sectores Nuevos y Dinámicos del Comercio: La Dimensión Sur-Sur, en; Www.mce.gov.ma.
Ginebra, 16 y 17 de octubre de 2007, pp. 8-9.
44
Ibídem, pp. 18-19.
43
19
internacionales con los países del sur y de adquirir presencia en el ámbito internacional,
buscando el desarrollo de vínculos con regiones que también planteaban una agenda de
cambio en las relaciones internacionales. El multilateralismo serviría para acercar
posiciones y firmar acuerdos entre regiones que serían utilizados en el comercio y la
política internacional. En el caso africano, “tanto América Latina como África deben tomar
conciencia de que no recuperarán jamás el retraso acumulado en la carrera hacia el
desarrollo, si que se manifieste una verdadera solidaridad internacional. El desarrollo de la
sociedad internacional requiere de nuevas solidaridades; pero éstas deberán ser empujadas
por la concertación en las sociedades en desarrollo, haciendo ellos mismos las primeras
manifestaciones”45.
Los países en desarrollo deben explotar las economías de escala y las ventajas
derivadas de la integración, para lo cuál la cooperación sur-sur puede ser una alternativa.
Todos los países de los bloques regionales deben obtener los mismos beneficios, los
grandes y los pequeños. De esta manera, el proceso se podrá sustentar a largo plazo, y
servirá para poder superar las cíclicas crisis capitalistas, que repercuten en los principales
productos de exportación sudamericanos como son los que provienen de la agricultura, la
ganadería, la pesca y la minería. La cooperación sur-sur serviría para aumentar la
participación en el comercio internacional como se pretendía en las distintas cumbres. Los
acuerdos comerciales entre las tres regiones originarían habilidades superiores, pero es
necesario eliminar las barreras arancelarias y paraarancelarias que dificultan la
intensificación comercial.
Los países de la CSN estaban consientes que dentro de la globalización, los países
del sudeste asiático y China e India crecerían en su participación en la economía y
exportaciones mundiales, por lo tanto tendrían que buscar mercados alternativos para sus
productos. Los nuevos mercados servirían no solamente para apuntalar la integración
regional, sino también para mejorar la situación relativa de los países pequeños que podrían
exportar sus productos a los países árabes y africanos que buscan productos primarios y
manufacturados de baja tecnología. Tomando en consideración que hacia el 2004, la región
participaba con el 3% de las exportaciones y un 2% de las importaciones mundiales, la
búsqueda y consolidación de nuevos mercados permitiría la promoción de exportaciones
manufactureras, reduciendo la dependencia de las materias primas. Por supuesto que lo
ideal sería que las pequeñas y medianas empresas tuvieran un mayor protagonismo en las
exportaciones, y que las empresas transnacionales no fuesen siempre la fuente de
abastecimiento de los mercados nacionales.
La inestabilidad y los mercados mundiales que en algunos casos son bastante
cerrados, hace que cada país deba ser muy competitivo, para poder entrar, y para ello los
acuerdos políticos permitirían ampliar las posibilidades de las pequeñas y medianas
empresas que son las que más ocupan mano de obra. La integración económica en la región
busca, no solo la eliminación de obstáculos al desarrollo, sino también nuevos mercados
para lograr desarrollar economías de escala que ayuden a los países más grandes y también
a los más chicos de la región. Esta cooperación sur-sur permitiría asentar nexos constantes
45
Bernal-Meza, Raúl; América Latina en la economía política mundial. Buenos Aires, Grupo Editor
Latinoamericano, 1994, p. 296.
20
de las economías dentro de la globalización, enfrentando problemas globales como el
subempleo, la precariedad laboral y la sobreexplotación de hombres, mujeres y también
niños. Estas posiciones comunes también tienen su influencia en los organismos e
instituciones internacionales.
Estas alianzas estratégicas sur-sur apropiadas para vínculos económicos pero
también políticos, en el caso que sean bien aprovechadas, no solamente los países grandes
pueden beneficiarse, sino también los pequeños. La lucha contra las condiciones impuestas
por los países más ricos es justamente el objetivo y el futuro de los países en desarrollo,
como indica Samir Amin (2008),
“El conflicto Norte/Sur constituye, por lo tanto, el eje central de las luchas y conflictos por venir. El
sistema de producción y de consumo/despilfarro existente hace imposible el acceso a los recursos naturales
del globo para la mayoría de los habitantes del planeta, para los pueblos de los países del Sur. Antaño, un país
emergente podía retener su parte de esos recursos sin amenazar los privilegios de los países ricos. Pero hoy
día ya no es el caso. La población de los países opulentos –el 15% de la población del planeta- acapara para
su propio consumo y despilfarro el 85% de los recursos del globo y no puede consentir que unos recién
llegados accedan a estos recursos, ya que provocarían graves penurias que pondrían en peligro los niveles de
vida de los ricos”46.
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