impactos de los cultivos transgénicos en américa latina

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Red por una América Latina
Libre de Transgénicos
IMPACTOS DE LOS CULTIVOS
TRANSGÉNICOS EN AMÉRICA
LATINA
EL CASO DE LA SOJA RR EN ARGENTINA
Documento preparado para la Secretaría del Convenio sobre
Diversidad Biológica
Noviembre 2007
Red por una América Latina
Libre de Transgénicos
La Red por una América Latina Libre de transgénicos, creada en 1999, está conformada por
organizaciones ecologistas, de derechos humanos, de agricultores y campesinos, trabajadores de
la salud, académicos de América Latina Latina, preocupados por la expansión de los cultivos
transgénicos en la región.
INTRODUCCIÓN
Al analizar los impactos de los cultivos transgénicos desde el punto de vista social y
económico, es necesario hacerlo hacer desde la perspectiva del paquete tecnológico que
debe utilizarse con las semillas genéticamente modificadas.
En el caso de la soja RR, está ha sido diseñada para ser utilizada junto con el herbicida
Roundup, por lo que es imposible analizar el impacto de la semilla y del paquete
herbicida por separado.
Es así como en Argentina, el segundo país productor de soja transgénica del mundo, el
uso de glifosato y otros plaguicidas se disparó dramáticamente desde la adaptación de la
soja RR. Y el resultado ha sido un elevado número de dolencias a la salud humana
relacionada con las aspersiones con glifosato.
El caso más conocido es el del barrio de Ituzaingó, situado al Sureste de la Capital
cordobesa a 8 Km. El barrio esta rodeado por campos de soja transgénica. A medida
que ha pasado el tiempo y se han ido realizando análisis en los habitantes, la salud de los
vecinos se ha visto cada vez más comprometida. Se han encontrado agrotóxicos en el
suelo, agua. En los análisis realizados a fines de 2005 se detectaron agrotóxicos en la
sangre de niños entre 4 y 14 años.
Un testimonio de una de las madres del barrio dice así:
“Después de comprender como las fumigaciones estaban afectando a nuestras vida y la de
nuestros hijos, empezamos a viajar a otras localidades del interior provincial, y pudimos
constatar que lo que nosotros vivimos, lo viven también la gente en otros lugares de Córdoba, lo
cual no es casual: la provincia de Córdoba es la principal productora sojera de Argentina, y los
efectos a nivel del envenenamiento de nuestros cuerpos y medioambiente es más que
evidente1”.
1
Testimonio de una madre del barrio Ituzaingó Anexo, Córdova
LA SOJA RR EN EL CONO SUR
América Latina es la región con mayor biodiversidad agrícola del Planeta, que es el
resultado de una diversidad cultural muy importante. En esta región existe una
importante diversidad de ecosistemas agrícolas y naturales que ha permitido que los
pueblos desarrollen sistemas productivos únicos, ligados a una riquísima biodiversidad.
Debido a toda esta complejidad y a la gran riqueza de los suelos de ciertas regiones de
la región, las empresas que controlan la agricultura y la alimentación han destinado esta
región para la producción de granos. Es por ello que al momento, América Latina
constituye la región del mundo que con más agresividad se han expandido los cultivos
transgénicos, especialmente la soja RR, imponiéndose un modelo que amenaza la
soberanía alimentaria de estos pueblos.
El principales productor de soya es Estados Unidos (produce el 35% de la soya a nivel
mundial), seguido por Brasil (27%), Argentina (17%), China (9%, donde toda su
producción es para autoconsumo), Paraguay e India (2%) y Bolivia (1%). Como región, el
Cono Sur es la zona más importante para la producción de soya.
El Cono Sur se ha transformado en el primer productor y exportador mundial de soya,
lo que ha fomentado su crecimiento económico. Un importantísimo porcentaje de la
soja producida en la región es soja RR.
Este crecimiento se ha dado a costa de la excesiva especialización, con impactos
ambientales muy graves, que incluyen la deforestación masiva en el Brasil: en la
destrucción de ecosistemas naturales en los otro países, el desplazamiento de
comunidades rurales; en el caso de Paraguay y Brasil, de poblaciones indígenas.
Al analizar los impactos sociales y culturales que una actividad tiene en los pueblos
indígenas, es importante recordar la relación que tienen estos pueblos con su medio
ambiente, la tierra donde están sus antepasados, y que les pertenece por derecho, aun
más ahora que se ha adoptado la Declaración de los Derechos Humanos de los Pueblos
Indígenas.
Con la introducción de las semillas transgénicas, incrementa la aplicación del paquete
herbicida que tiene que aplicarse necesariamente con la soja RR. Y con ellos, aumenta
los casos de intoxicación aguda y crónica, de enfermedades… relacionados con este
tipo de agricultura, con un intensivo uso de plaguicidas.
EL HERBICIDA GLIFOSATO
El glifosato es un herbicida sistémico que se aplica en post emergencia; no selectivo, de
amplio espectro, usado para eliminar malezas que pueden ser pastos anuales y perennes,
hierbas de hoja ancha y especies leñosas.
Se recomienda el uso de glifosato en áreas agrícolas, considerando aplicaciones dirigidas
con pantalla en cultivos perennes y totales sobre áreas no cultivas como en aquellas
donde se practica la labranza cero o mínima con equipo acoplado al tractor, nunca con
equipo aéreo. La dosis que se recomienda aplicar varía de dos a cuatro litros de
producto comercial por hectárea, considerando dosis menores para especies anuales, y
mayores para especies perennes.
De acuerdo al Farm Chemicals Handbook (1990), no se recomiendan aplicaciones
aéreas.
La Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA) ya reclasificó los
plaguicidas que contienen glifosato, como clase II, altamente tóxicos, por ser irritantes
de los ojos (EPA, 1993).
La Organización Mundial de la Salud, sin embargo, describe efectos más serios; en varios
estudios con conejos, los calificó como "fuertemente" o "extremadamente" irritantes.
El glifosato inhibe la síntesis de los aminoácidos aromáticos (fenilalanina, tirosina y
triptófano), a través de interferir en la ruta metabólica del ácido chiquímico. A partir del
ácido chiquímico se producen además otros productos aromáticos como ligninas,
alcaloides, flavonoides, ácidos benzoicos y fitohormonas propias del metabolismo
secundario como los aleloquímicos. De hecho, un 20% del carbono que es fijado en la
fotosíntesis es utilizado en esta ruta metabólica.
La ruta metabólica del ácido chiquímico está presente en plantas y micro-organismos.
Estudios hechos por Bode y colaboradores (Bode, 1986) en 19 estirpes de levaduras
Ascomicetes y Basidiomicetes, demostraron que el glifosato también inhibe la actividad
de la enzima 5 enolpiruvilsikimato 3 fosfato sintetasa (EPSA), como ocurre en las
plantas.
En plantas, el herbicida, después de asperjado, es absorbido a través de las hojas y otras
partes verdes transportado al resto, donde actúa en su sistema enzimático.
El glifosato es un ácido, pero se usa comúnmente como sal, siendo la forma más
utilizada la sal isopropilamina (IPA) de N-(fosfonometil) glicina, o sal isopropilamina de
glifosato. Es altamente soluble en agua y prácticamente insoluble en solventes orgánicos.
Por ser hidrosoluble, se lo usa unido a un surfactante, que lo fija a la planta y mejora la
penetración en los tejidos.
Como todo plaguicida, el glifosato, antes de salir al mercado pasa por un proceso de
formulación comercial, durante el cual los ingredientes activos son mezclados con otras
sustancias como solventes, coadyuvantes y más, denominados como "ingredientes
inertes", sobre los cuales no se proporciona información en las etiquetas y en muchos
casos son sustancias biológicas, químicas o toxicológicamente activas. Estas
preparaciones confieren características diferentes a las encontradas en cualquiera de los
componentes por separado. Los preparados comerciales, por lo tanto, pueden entrañar
mayor riesgo o daño para la salud y el ambiente.
Su nombre comercial más conocido es Roundup, patentado por Monsanto. Existen
varias formulaciones que se caracterizan comúnmente por contener 480 g/l de sal IPA
de glifosato y el surfactante POEA (polioxietil amina). POEA pertenece a la familia de
alquilaminas polietoxiladas sintetizadas de ácidos grasos de origen animal. Se ha
reportado que el POEA tiene mayor toxicidad (Kaczewer, 2002).
DESTINO AMBIENTAL DEL GLIFOSATO.
El glifosato ha sido fabricado para ser aplicado directamente a las hojas de las plantas,
pero "aunque el glifosato no se aplica directamente a los suelos, una concentración
significativa del compuesto puede llegar al suelo durante una aplicación" (Haney,
Senseman, Hons y Zuberer, 1999).
Una vez en el suelo, hay diferentes procesos que determinan el destino final del
glifosato:
➢
➢
➢
➢
➢
La formación de complejos con agua de iones de Ca2+ y Mg2+
Adsorción en sedimentos o partículas suspendidas en el agua y el suelo
Entra en el metabolismo de las plantas
Es biodegradado por micro-organismos
Es arrastrado por escorrentia y llega a fuentes de agua
Algunas bacterias pueden degradar el glifosato usándolo como fuente de carbono,
fósforo y nitrógeno. Uno de los principales metabolitos en la degradación del glifosato
en ambientes terrestres es el ácido aminometilfosfónico (AMPA), que tiene una
estructura similar al glifosato. Del AMPA se pasa a metilamina y de aquí a formaldehído,
carcinógeno conocido (Cox, 1991 y 1995; Dinham, 1999).
Al combinarse con nitrato (presente en saliva humana o fertilizantes) el glifosato puede
generar trazas de N-nitroso glifosato. La mayoría de compuestos N-nitroso son
cancerígenos y no existe nivel seguro de exposición a ellos.
MOVILIDAD DEL GLIFOSATO
Aunque se afirma que el glifosato es poco móvil en el suelo, algunos estudios científicos
ponen en duda esta afirmación.
Por ejemplo, se ha encontrado que la adsorción del glifosato varía de acuerdo a los tipos
de suelos. Hay una menor adsorción en suelos con bajos contenidos de óxido de hierro
(Piccolo y Celano, 1994). El contenido de minerales en la arcilla puede jugar también un
papel importante. Estos autores encontraron que en algunos tipos de suelos se libera el
80% del herbicida adsorbido, mientras que otros liberan entre el 15 – 35%.
Hay suelos que no pueden retener al glifosato el tiempo suficiente para que haya
degradación microbiana, y en esos casos el herbicida es muy móvil. Este glifosato
liberado puede penetrar en los niveles más bajos del suelo.
El glifosato puede unirse a substancias hidrosolubles del humus. Las substancias húmicas
son las principales responsables de la movilidad de los pesticidas en el suelo.
El glifosato transportado por las substancias húmicas, puede también entrar en los
niveles más profundos del suelo (Piccolo y Celano, 1994).
Un estudio hecho por Morillo, Undabeytia y Maqueda (1997) revela que la adsorción del
glifosato disminuye con la presencia de cobre, debido a la formación de complejos
glifosato-cobre. Este estudio concluye que para entender la relación entre el glifosato
liberado y su movilidad en el suelo, es necesario tener en cuenta el tipo de suelos y los
elementos presentes en el suelo capaces de formar complejos con el glifosato.
Se ha encontrado también que la materia orgánica presente en el suelo, compite con el
glifosato por los sitios de adsorción (Gerritse, Beltrán y Hernández, 1996). Un estudio
brasileño conducido por Prata et al (2003), muestra que el glifosato compite con el
fósforo por sitios específicos de adsorción, especialmente en suelos con niveles elevados
de fósforo.
El glifosato puede entrar en aguas superficiales cuando se aplica cerca de los cuerpos de
agua, por efecto de la deriva o a través de la escorrentía. Puede haber un proceso de
percolación hacia las aguas subterráneas. Dependiendo de los sólidos suspendidos y de
la actividad microbiana, el glifosato puede transportarse varios kilómetros río abajo
(CCME, 1989).
PERSISTENCIA DEL GLIFOSATO.
Otra afirmación que se hace en relación al glifosato es que este herbicida se inactiva y
degrada rápidamente en el suelo. La Agencia Ambiental de Estados Unidos ha reportado
que la vida media del glifosato en el suelo puede ser de hasta 60 días según (EPA, 1999).
La EPA añade que en estudios de campo los residuos se encuentran a menudo al año
siguiente.
A continuación se presentan algunos datos sobre la persistencia del glifosato en distintos
ambientes, recopilados por Cox (1995):
➢
➢
➢
➢
➢
➢
➢
249 días en suelos agrícolas de Finlandia
Entre 259 y 296 días en 8 sitios forestales en Finlandia
Entre 1 y 3 años en 11 sitios forestales en Suecia
335 días en un sitio forestal en Canadá
360 días en 3 sitios forestales de Canadá
Dos estudios canadienses encontraron que el glifosato puede persistir entre 12
60 días en un cuerpo de agua luego de una aplicación directa.
Se encontró residuos de glifosato en los sedimentos de una laguna un año
después de su aplicación directa, en Estados Unidos.
Estudios hechos en bosques de Canadá sobre la persistencia del glifosato en el suelo,
encontraron que en suelos de bosques canadienses, estos pueden persistir entre 45 y 60
días. Luego de 360 días se encontró aún una presencia del 6 al 18% de los niveles
iniciales, tanto en el suelo como en los residuos vegetales (Bell et al., 1997).
El glifosato puede adherirse a partículas del suelo y puede todavía ser tóxico y
biodisponible a organismos que se alimentan por filtración, tales como crustáceos y
moluscos, así como a otros organismos que ingieren cantidades significativas de suelo
durante su alimentación normal, incluyendo peces, aves que se alimentan en las playas
de los ríos, anfibios y algunos mamíferos.
Se ha encontrado que el AMPA es más persistente que el glifosato. Se han reportado
vidas medias para este compuesto de entre 199 y 958 días (WHO, 1995).
POLIACRILAMIDA
Como el agua colocada en el ambiente forma gotas grandes debido a la tensión
superficial, en la formulación de muchos herbicidas se adicionan poliacrilamidas, para
disminuir la tensión de los líquidos y aumentar la superficie de contacto entre el
agroquímico y las hojas de las plantas, aumentando su adsorción.
Las evidencias parecen indicar que la acrilamida es liberada en forma de poliacrilamida
ambiental.
La cocción de vegetales que han estado expuestos al glifosato utilizado en cultivos
transgénicos tolerantes a herbicidas, o usados durante la preparación del suelo en
cultivos convencionales, resultaría en una adicional liberación de acrilamida.
En los EE.UU., los aditivos tipo poliacrilamida se consideran "secreto comercial" y la
información sobre la composición de las fórmulas herbicidas no está al alcance del
público.
En un informe publicado por el Institute of Science in Society de Inglaterra, el Profesor
Joe Cummins (2002) analiza una alerta sanitaria producida por la presencia de acrilamida
tóxica en alimentos cocidos. Esta emergencia estuvo relacionada con el glifosato. El
hallazgo tuvo una repercusión masiva, porque la acrilamida es un potente tóxico neural
en humanos y también afecta la función reproductiva masculina y causa malformaciones
congénitas y cáncer en animales.
POLIOXIETILENO AMINA (POEA)
POEA es un surfactante que se usa para que el glifosato pase a través de la cutícula de
las plantas, ya que esta tiene características no polares (lipofílicas), lo que dificulta la
absorción del químico. Los llamados “elementos inertes” actúan como solventes y
humectantes capaces de aumentar la permeabilidad y atravesar la barrera cuticular
vegetal.
Los diferentes fabricantes de herbicidas en base de glifosato, no colocan en sus etiquetas
la presencia de estos “elementos inertes” y muchos de ellos son conservados como
secreto de formulación. Adicionalmente, el proceso de registro, por lo general, se
realiza sobre el ingrediente activo y no sobre el producto final.
POEA (polioxietileno amina) tiene una toxicidad aguda mucho mayor que la del
glifosato, causa daño gastrointestinal, alteraciones del sistema nervioso central,
problemas respiratorios, destrucción de los glóbulos rojos, daños al hígado y riñones, es
corrosivo de ojos y fuerte irritante de piel. Además está contaminado por 1-4 dioxano,
el cual ha causado cáncer y daño a hígado y riñones en humanos (Nivia, 2001).
La toxicidad aguda del surfactante POEA es entre 4 y 5 veces mayor que la de glifosato
y Roundup. Las DL50 oral (ratas) y dermal (conejos) reportadas son de >1200 y >1260
mg/kg respectivamente.
LA SOJA TRANSGÉNICA EN ARGENTINA
Es Argentina fue el primer país en la región que de manera violenta adoptó la soya RR.
La expansión de la soya en Argentina obedeció a una política de apostar a los agronegocios y transformar la pampa húmeda en un áreas dedicado a la agro-exportación.
La adopción de la soja transgénica complejizó este escenario.
Al momento hay alrededor de 20 millones de hectáreas sembradas con soja.
La adopción de la soja resistente al glifosato ha sido combinada “exitosamente” con la
técnica de siembra directa, ya que es posible evitar el excesivo laboreo del suelo para
erradicar las malezas que pudieran competir con el cultivo, pues se aplica glifosato.
Entonces, tenemos la composición de un paquete tecnológico, que además de aumentar
la dependencia de insumos, reordena el trabajo de siembra.
Esto significa que se hacen necesarias otras maquinarias, y se alteran los procedimientos
anteriores de laboreo de la tierra. El resultado es un aumento de las ventas de
sembradoras de siembra directa, y un “ahorro” de mano de obra en las tareas de
siembra, que en la soja transgénica va de un 28 a un 37%, lo que significa, el
desplazamiento del trabajador rural. (Teubal y Rodríguez, 2002; Domínguez, Lapegna y
Sabatino, 2005).
En Argentina, la aplicación del glifosato se hace por vía aérea Argentina. Se estima que
un productor utiliza glifosato una y otra vez a lo largo del año, para solucionar los
problemas de malezas tanto en el cultivo de soja RR como en el barbecho siendo
frecuentes 4 a 6 aplicaciones por hectárea, implicando 16 lts/ha/año.
Los cultivos resistentes a los herbicidas de amplio espectro como el glifosato y el
glufosinato, incrementan la utilización de los mismos. El cultivo de soja resistente al
glifosato incrementa el uso de herbicidas:
 entre 2 y 5 veces en comparación con otros sistemas habituales de control de
hierbas
 y es 10 mayor que el uso de herbicidas en sistemas de control integrado”
De los principios activos utilizados como fitosanitarios en soja, el más importante (no
solo para este cultivo, sino para el mercado global de fitosanitarios), es el Glifosato.
Dicha sustancia activa logró expandirse hasta representar más del 90% del valor
comercializado para los herbicidas utilizados en soja (Pérez y Daniel, 2007).
EFECTOS DE LA SOJA TRANSGENICA EN EL BIENESTAR SOCIAL Y
ECONOMICO DE LAS POBLACIONES RURALES ARGENTINAS
En la actualidad, cerca de 10 empresas ofrecen este producto en el mercado. Sin
embargo, es la empresa Monsanto la principal responsable de la catástrofe sanitaria que
se vive en Argentina, por ser esta empresa la portadora de la patente de la soja RR,
diseñada para ser usada junto con el herbicida glifosato.
La combinación del paquete:
soya RR / siembra directa / aspersiones aéreas con glifosato,
ha generado una serie de impactos en el bienestar de las poblaciones rurales en
Argentina.
La contaminación ambiental y humana, que se produce por las aspersiones (aéreas y
terrestres), con el paquete herbicida que incluye glifosato, en aquellos territorios donde
se cultiva soja transgénica parece reiterarse allí donde se posa la mirada y se efectúan
observaciones con estudio de campo.
Hay constantes denuncias de personas intoxicadas, con enfermedades crónicas y hasta
casos fatales relacionados con este paquete.
En 2001 una de las madres del barrio Ituzaingó Anexo de Córdoba, se dio cuenta que
muchas mujeres usaban pañuelo (para cubrir su calvicie) y varios niños usaban barbijos.
Entonces, comienza a investigar (yendo casa por casa) anotando a cada uno de ellos en
una lista, con apellido y nombre, edad, dirección, diagnóstico y hospital (por casi 4
meses).
Esta lista fue entregada por ella, junto a dos vecinas más al Ministerio de Salud; con la
cual se presentó un mapa con la localización de cada enfermo y un pedido de estudios
de suelo, aire, transformador, agua (realizado conjuntamente con los vecinos).
La gente comenzó a movilizarse y es por ello que salen por un medio de televisión
solicitando soluciones para los caso de leucemia y cambio de agua.
Roberto Chuit recibe a los vecinos, EPEC (empresa de energía eléctrica)
misteriosamente retira los transformadores (sin que se hicieran los muestreos para
identificación de PCB, dioxinas y furanos, y sin que se les hicieran las mediciones de
campos magnéticos, ni se pudiera controlar, desde instituciones y/o veedores
independientes de EPEC, que no hubieran limpiado las plataformas de contención).
A pocos días el Ministro envía un equipo interdisciplinario –médicos, asistente social,
psicólogo, etc.- a realizar un relevamiento a 150 personas, pero no todos los vecinos
fueron censados por estos profesionales y por eso el estudio fue hecho a medias. El
grupo de Madres (que para ese entonces se había formado) realiza su propio
relevamiento y cae en cuenta de que la situación es gravísima. Al constatar el atropello
de las autoridades, ocultamiento de pruebas, etc., debimos acudir a la justicia como
Querellantes.
Un informe del 2005 determina que los niveles de contaminación en el barrio son tan
altos, que este debería ser evacuado.
En un recorrido de verificación de organizaciones de Bolivia, Brasil, España y Ecuador,
para ver los impactos de la soja transgénica en esa zona, que tuvo lugar en mayo del
2006, Sorka Copa Romero y Jordi Menéndez, miembros de la misión reportan:
“En compañía de la Organización de Madres de Ituzaingo visitamos el Barrio Ituzaingo Anexo
ubicado al Sureste de la cuidad de Córdoba Argentina en la periferia urbana, en cuyo recorrido
de las calles se observó la gran expansión de los cultivos de soya transgénica a escasos metros
de las viviendas, de acuerdo a lo relatado por las madres, se ven constantemente afectadas por
las incesantes fumigaciones que realizan en el lugar con glifosato, endosulfan, 2-4D, paraquat y
otros, convirtiéndose en una amenaza persistente.
Posteriormente se visitó el dispensario (centro de salud), que sólo realiza atenciones de primer
nivel a través de consultas. Se conversó con el personal y los médicos, alguno de ellos
relativamente nuevos, debido a que se realizan frecuentes cambios por el temor a
contaminarse y de contraer alguna enfermedad. El nuevo personal médico tiene alguna
información sobre el problema que atraviesa el barrio e informan que recién elaborarán un
plan de trabajo donde se tratará el tema.
Según el grupo de Madres el dispensario fue una medida que utilizaron las autoridades locales
para “callar” las voces que exponían la situación sanitaria del barrio. “Se ofrece atención
médica pero no se cuestiona el origen de las enfermedades”
En una entrevista con la Trabajadora Social, funcionaria antigua en el dispensario, informó que
antes se brindaba bastante información a los vecinos del barrio, pero actualmente ya no existe
este tipo de trabajo por el constante cambio de personal. También señaló que se tienen casos
de leucemias, todo tipo de cáncer, malformaciones y otros. Debido a esto, el barrio ya se
encuentra marcado por los antecedentes y consecuencias que trajo consigo el cultivo de soya
transgénica, sumado a esto no existe ninguna medida por parte de las autoridades, porque
simplemente prefieren negar el problema.
La organización de madres señala que los resultados de los análisis de sangre realizados a los
niños reportaron la presencia de hasta 5 agroquímicos; una de ellas expreso preocupada
“nuestros niños tienen una mezcla de agroquímicos”.
Lo más sorprendente fue ver el reporte que realizaron de manera personal, la organización de
madres, sobre los problemas de salud en el barrio, algunas de las enfermedades encontradas
fueron: lupus, anemia hemolítica, tiroides, leucemia, linfoma, sarcoma, tumor de cabeza y ojo,
cáncer de útero, mama, páncreas, estomago, testículo, vejiga, entre otros. Además nos
informaron que llevan registrados más de 200 casos de cáncer; señalan que muchos de sus
vecinos, mujeres, jóvenes y niños fallecieron debido a las patologías encontradas sin poder hacer
nada al respecto. También existen problemas de malformaciones en recién nacidos, las mujeres
tienen temor de embarazarse debido a que se dieron casos de abortos espontáneos, por lo que
temen que sus bebes nazcan con algún problema. Asimismo elaboraron un mapa del barrio
donde se puede identificar claramente los lugares donde se encuentran las personas con los
tipos de patologías .
Ellas expresan, que tienen soya en el este, norte y sud del barrio, es decir viven rodeados de
cultivos de soya, y en época de fumigación las avionetas pasan encima de todas las personas
que habitan el barrio.
El barrio cuenta con calles que se ven desérticas con muy poca vegetación, los árboles del lugar
están secos y algunos muertos; e incluso sus terrenos y viviendas se desvalorizaron debido a que
la gente identifica a la zona “de gran riesgo para la salud” por lo que no pueden vender sus
propiedades e ir a vivir a otros lugares donde no estén expuestas a las altas concentraciones de
agrotóxicos.
El anhelo de estas madres es un ambiente de vida mejor para su familia. Lo valioso de este
grupo de mujeres es que ellas luchan y resisten poniendo en riesgo sus propias vidas ante las
constantes amenazas físicas y verbales que reciben.
Todas estas son las consecuencias de un modelo de agricultura impuesta por empresas como
Monsanto que velan solamente por sus propios intereses, netamente económicos, sin tomar en
cuenta el gran daño que causan a las personas y al medio ambiente”.
Experiencias similares se viven en otros lugares de Argentina.
COMO IMPACTAN LOS CULTIVOS TRANSGÉNICOS EN LA ESTRUCTURA
AGRARIA
Las semillas genéticamente modificadaza generado una modificación y por ende cambios
en una retribución de los factores de producción puestos en juego.
En el caso de la Soja RR al basar su estrategia de control de malezas en la aplicación de
herbicidas se observa una disminución en la demanda de mano de obra en todas las
tareas vinculadas directa o indirectamente con este proceso:
a-Preparación de la cama de siembra.
b- Aplicación de herbicidas.
c- Control mecánico de las hierbas
d- "Repasos" manuales para el control de las malezas más resistentes.
En gran parte de las regiones extrapampeanas, donde avanza la frontera agrícola por la
sojización, no sólo crece la desocupación, y aumentan los demandantes de planes
sociales, sino que se produce la contaminación por agroquímicos de vastas regiones, la
degradación ambiental y la apropiación de tierras y agua, con la consecuente inhibición
de otras actividades agropecuarias y la desarticulación de los modos de vida de las
poblaciones rurales.
El país se hace más desigual en términos de distribución de la riqueza y los índices de
desocupación crecían abruptamente. El agro argentino caminaba hacia un tipo de
agricultura sin agricultores, concentradora a la vez que excluyente.
Dado que la maquinaria de siembra directa es tan cara y puede abarcar áreas muy
extensas, está diseñada para una agricultura a gran escala. Esto ha significado que los
agricultores dejen de ser tales, y arrienden sus tierras. Las máquinas son propiedad de
grandes arrendatarios que manejan la tierra de varios propietarios, y al no ser ellos los
dueños de la tierra, no sienten apego por ella ni deseos de conservarla.
Esto ha significado además que la soja se desplace a ecosistemas donde tradicionalmente
no se hacía soja, como las yungas, poniendo en peligro los últimos rezagos de bosques
chaqueños argentinos.
DESPLAZAMIENTO DE OTROS CULTIVOS
La expansión desmesurada de la soja ha desplazado otros cultivos (arroz, maíz, girasol y
el trigo) y ha trasladado otras actividades hacia áreas marginales, En el año 2002, un
estudio realizado por INDEC muestra la reducción de las unidades agro productivas
desde 1988 a un 24,5%; el número de chacras se ha reducido en mas de 103.400.
La superficie total de las EAPs en 2002 fue de 174,8 millones de hectáreas,
observándose en la variación intercensal una merma de 2,6 millones de hectáreas. A la
par de dicho proceso se produce un aumento del 8,7% de la superficie implantada en
primera ocupación, lo cual implica una mayor superficie destinada a la agricultura. La
cantidad de explotaciones agropecuarias (EAPs) se redujo un 20,8 %, es decir, existen
hoy 87.668 EAPs menos que en 1988, registrándose a su vez un aumento del 20,4 % en
la superficie media de las EAPs, que pasó de 469 hectáreas en 1988 a 588 en 2002. Con
respecto al stock ganadero se puede observar que si bien las cabezas de ganado bovino
se mantienen estables entre censos, la Encuesta Nacional Agropecuaria (ENA) de 1994 y
de 2000 arroja un dato interesante. En la ENA 1994 se calculaban 53.156.954 de cabezas
de ganado, mientras que la ENA 2000 registra 48.674.400, vale decir, hubo una variación
negativa de 4.482.554 de cabezas de ganado.
En este contexto, millones de familias se retiran cada año de las zonas rurales y la
población en la periferia de las ciudades ha aumentado considerablemente. Los impactos
de la expansión de la soja amenaza a la soberanía alimentaria e incluso las familias
argentinas han tenido que reemplazar la proteína proveniente de la carne por productos
derivados de soja (cambio en la dieta alimentaria). Dado que la soja se ha establecido
como cultivo principal, el costo de los precios de los otros alimentos ha incrementado y
se ha iniciado la importación masiva de productos que han sido llevados a categorías de
alto valor dentro del mercado que a su vez son de difícil acceso para la población.
La problemática de la tenencia y posesión de la tierra de las comunidades campesinas
también ha sido una de las causas del proceso de sojización. Por otra parte la gran
cantidad de productos químicos utilizados en los cultivos modificados genéticamente,
han agravado la contaminación ambiental en Argentina. Se ha generado un aumento de
los patógenos del suelo y cambios en las comunidades de malezas especialmente
aparición de nuevas variedades con mayor tolerancia al herbicida (glifosato
principalmente) lo cual genera mayor cantidad de uso del herbicida en cuestión (de 28
millones de litros en 1997/98 a 56 millones en 1998/99). Dicho incremento de
herbicidas y pesticidas también ha afectado seriamente la salud humana y animal de
cientos de habitantes en las comunidades rurales.
La incorporación de tecnología - semillas transgénicas, agrotóxicos, maquinaria para la
siembra directa - se presenta cada vez más inaccesible para los pequeños productores.
En principio se trata de tecnologías costosas, que requieren, en especial la maquinaria,
una fuerte inversión inicial. Por otra parte como se trata de tecnologías "de escala"
requieren para su utilización eficiente, desde el punto de vista económico, una mayor
cantidad de tierras para el cultivo.
De esta manera año tras año se incrementa la unidad económica provocando la
necesidad de obtener mayor superficie para el cultivo de vegetales ya sea por el
arriendo por un período corto de tiempo, como por su adquisición definitiva.
Para aquellos productores que se mantienen en la actividad, las estrategias productivas
quedan cada vez mas limitadas a las decisiones que se toman fuera de su propio predio,
tanto por parte de los proveedores de insumos como de las empresas transformadoras,
que en general reconocen la pertenencia a los mismos capitales con diferente nombre
comercial. Si bien se facilita el acceso a los insumos, a mayores costos, se restringe el
margen de decisión frente a las empresas agrupadas en el complejo agroindustrial.
CONCLUSIONES
El paquete tecnológico formado por la semilla de soja transgénica, la siembra directa y
las aspersiones aéreas con glifosato, han desencadenado una serie de impactos en la vida
rural argentina. Entre los principales de destaca:
 Intoxicación, enfermedad y muerte por las fumigaciones aéreas con glifosato.
 Desplazamiento del trabajo humano, el mismo que es substituido por el modelo
de deshierbe con glifosato, y de siembra con la maquinaria de siembra directa
 Desplazamiento de cultivos alimenticios para la producción de soja
 Reemplazo de ecosistemas naturales para la siembra de soja, especialmente en
zonas extra-pampeanas
La soja RR está descomponiendo, no solo la esencia misma de la tierra, sino también la
de la sociedad. Las villas miserias están estallando en las afueras de las grandes ciudades
con los campesinos desplazados por aeroplanos cargados de glifosato, mientras los
gigantes de la agro-industria se apoderan de la tierra.
Es que la soja no genera trabajo, es una agricultura sin gente, sin cultura. El éxodo rural
en los últimos años ascendió a un ritmo alarmante: 300.000 campesinos abandonaron el
campo y casi 500 pueblos han quedado abandonados. Como consecuencia de esto el
crimen y la violencia están escalando día a día y con ello incrementa la marginalización.
No obstante, las ganancias de Monsanto en Argentina se duplicaron, pasando de 326
millones de dólares en 1998 a 584 millones de dólares en 2001.
Paradójicamente nunca se ha visto tanta hambre en esta tierra abundante.
La soya transgénica se ha extendido en otros países del Cono Sur, con impactos
económicos, sociales y culturales similares.
Es imprescindible que se tomen medidas en el seno del Protocolo de Cartagena sobre
Bioseguridad, que en las discusiones sobre impactos socio-económicos y sobre
Responsabilidad Civil y Compensación, se incluya el paquete tecnológico que se aplica a
las semillas transgénicas, tomando en cuenta que más del 70% de los cultivos
transgénicos han sido diseñadas para ser resistentes a herbicidas. De acuerdo a
información proporcionada por la empresa Monsanto, a finales del 2006 había 54
millones de hectáreas en todo el mundo sembradas con soya con resistencia a su
herbicida Roundup.
Muchos otros millones están sembrado con otros cultivos con resistencia a herbicidas,
donde se pueden estar repitiendo dramas similares a las descritas aquí.
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