“...no hay futuro ni para los radares felices”. JACK KEROUAC Año II. # 10 El tiempo // Noviembre / Diciembre 2007 Editores María Paula Alzugaray, Federico Tinivella, Fabricio Simeoni y Daniel Greco. Colaboran Escritoras y escritores de Rosario, Alumnos de Talleres Literarios Municipales y la Editorial Municipal de Rosario. Arte y Diseño Fernando H. Bottazzini Casa de la Poesía Sgto. Cabral 301 y G. Estévez Boero (Paseo de las Artes y río Paraná) Rosario - República Argentina MERRY CRHISTIAN! + 54 (0) 341 480-2224 ó 424-8922 / [email protected] REMANDO ////////////////////////////////////////////////// 03 En esta entrega de BOGA la emigración de unas hormigas en el café nos ha traído las palabras de los poetas jóvenes que desde los talleres de la palabra van trazando estrategias sobre el improvisado nerolite de unas mesas y respaldados por músicas que nos llegan como un envío de todos los tiempos y nos decide a una entrega, al disfrute. Expulsamos por un momento de toda idea peregrina y concentramos los haces de nuestra sagacidad en el acto eleccionario. Fin de año, época que nos acerca a la consolidación del proceso democrático. Es grato pensar entonces y valorar un camino de libertad que comenzó a construirse en 1983 junto a la voluntad de un pueblo memorioso que no quiere volver a equivocarse. La palabra libertad, como la posibilidad de decir sí o no, es también una construcción y si bien estamos transitando una recuperación de participación ciudadana quedan aún muchas deudas relacionadas con la igualdad de oportunidades y la falta de posibilidades para amplias capas de la sociedad. Son momentos también de discutir cuál es el papel que les cabe a los escritores en el desafío de fortalecer ámbitos donde no hay tiempo para escupir tinta. La poesía como lugar de resistencia y los poetas como soñadores de mundos posibles no pueden alejarse de los bordes donde todavía sólo se cosechan restos. Escuchar el murmullo de los barrios, los susurros de los vértices dónde la vida esquiva, es prestarse atención, mirar el espejo de estos días, los charcos donde se cocinan las preguntas. En los demás lados, en los mapas regados de otras latitudes se cocinan también el amor o el espanto. El fuego que mastica la superficie del norte esta vez no es ficción. En el país de las mentiras maquilladas, el fuego se cierne sobre la violencia de la realidad y uno no puede avanzar la película, cambiar de canal. Todavía resuena en las caras congeladas el rugido de unos Pumas, ya no sólo el fútbol, el basket o el tenis, hay ahora una nueva posibilidad de congregarse para revitalizar la argentinidad y en un hecho histórico un deporte de elite y aristocrático que unificó la cumbia villera con el ‘ambient’ de los countries. Un primer paso para no sentirnos tan distintos. En la otra mitad de esta crónica ---que no obedece a la linealidad del tiempo, en el que nos limitamos a augurar destinos venturosos para nosotros y nuestros lectores--- nos entregamos a una especulación anticipatoria, con aquella seguridad en la que se repetirán los sucesos que obedecen a una aparición cíclica, no lineal. Cabe entonces a nosotros hallar esa diferencia y entresacarla como una excepción poética extraída del cardúmen multicolor, pez del instante rescatado por BOGA. DESOVE ////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// SEISCIENTAS PALABRAS SOBRE EL TIEMPO En nuestra percepción del universo –la observación cientifica se pretende idéntica para todos los hombres del mundo- notamos cambios, y todo cambio lleva en sí alguna clase de movimiento. La magnitud observable que generan los ciclos de la materia en movimiento se llama tiempo. El tiempo es la magnitud física que mide la separación entre dos sucesos consecutivos. Es útil en orden a parametrizar una secuencia: pasado, presente, futuro; y considerar el tiempo permite creer racionalmente en la causalidad, hito fundacional de nuestra cultura occidental y uno de los axiomas del llamado “metodo científico”. En rigor de verdad, los sucesos se pueden clasificar según el tiempo en pasados, futuros y una tercera categoría que engloba todo lo que no es pasado ni futuro pero que desde la física clásica se constituye con los sucesos “simultáneos” Esto da lugar a que algunos digan que el tiempo de la mecanica clásica es absoluto; por oposición, el tiempo de la mecánica relativista depende del estado de movimiento de quien observa, ya que se contrae o dilata según las transformadas de Laplace dependiendo de la velocidad del marco de referencia y puede terminar ocurriendo que para una percepción dada el acontecimiento “A” sea anterior al acontecimiento “B” mientras que un segundo registro nota que el acontecimiento “B” es anterior al acontecimiento “A” dependiendo la percepción de su estado de movimiento, de modo que es imposible para este caso recurrir a la noción de “simultaneidad” De este modo, los sucesos que no son ni pasado ni futuro, en la mecanica relativista entran en una categoría aparte conformando un conjunto topológicamente abierto; digamos que un par de acontecimientos ubicados en esa región no se podrían conectar por una señal luminosa que emitida por el primer suceso alcance al segundo, mientras que los otros, de los que se dice que están atados causalmente, sí podrían conectarse de este modo y todos coincidirian en que uno es anterior al otro . La teoría de la relatividad llega a esta conclusión especulando a partir de consideraciones sobre la velocidad de la luz Podemos decir que para la mecánica relativista, cada observador percibe su espacio-tiempo cuatridimensional según su estado de movimiento y sólo los eventos que se mueven según ciertas condiciones particulares se pueden –a diferencia de la trivial mecanica clasica- clasificar como simultáneos para ese observador. Lamentablemente esos conjuntos de acontecimientos no coinciden entre una percepción y otra y cada quien armará entonces el conjunto que cumple con la condición dada seleccionando distintos elementos. Para medir el tiempo se utilizan dispositivos que presentan una relación lineal con la variable, del mismo modo que en un dinamómetro que mide fuerzas se utiliza un elastómero cuya deformación es directamente proporcional a la tensión a que está sometido y al observar la deformación se percibe la fuerza. Lamentablemente, son pocas las cosas en la naturaleza que están en relación lineal con el tiempo durante un lapso prolongado y esto hace que los relojes hayan sido motivo de preocupación de muchos tecnólogos a lo largo de la historia. En el politécnico, por ejemplo, los hermanos Víctor y Orlando Merli secundados por Marta Massa nos proponían medir el tiempo a partir del pulso de cada alumno, compararlo con un péndulo, con un reloj de pulsera y con otras cosas cíclicas que hay en la naturaleza que yo todavía sigo –a pesar del tiempo transcurrido- descubriendo en todo el mundo, aún aquí, en París, ciudad antigua si las hay, donde he vuelto después de muchos años a escribir este breve artículo mientras a mi lado ella –a quien conocí hace pocosuspira, ronronea y duerme pero lo que es aún peor, acaso sueñe a velocidades vertiginosas en un tiempo distinto, breve, interminable. Eugenio PREVIGLIANO 05 CARDUMEN // producción ///////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////// 07 ESTRICTAMENTE PERSONAL ANTES I Amábamos el seco licor que el tiempo hizo viejo en nuestra casa. La madera oscura de los muebles el olor a fritura en los días de lluvia o ese perfume del pimiento recién regado en la huerta. Amábamos esa sombra propicia bajo los sauces del verano y esa bandada de patos cruzando la noche sobre el pueblo dormido. Amábamos el denso sabor del café, el sol a través del vidrio empañado del invierno. Amábamos la escarcha vista desde adentro mientras la brasa crepitada y nuestro pequeño cuerpo aún guardaba el calor de las frazadas. Jorge ISAÍAS (1992) Andante No un día, con su sol que madura y su luz que decae, Y su noche moteada con diminuta estrella. No una luna emergiendo desde obscuro interlunio. No un año esparciendo sus cuatro metales Por el derrotero de las estaciones. No uno, ni dos, ni tres. No cien, ni mil, ni mil veces otros mil. No la cifra ilímite, ni la cantidad innumerable. Sí todo el tiempo: el tiempo mismo, total e intransferible. El tiempo suficiente para saber cómo la vanidad es gemela a la estulticia. El tiempo necesario para advertir cómo el orgullo se prohija en la ceguera. El tiempo exacto para vivir la limitada condición del cuerpo. El tiempo justo para estimar la complicada variedad del juego. El tiempo amplio para enajenarse con el señuelo de la razón, Y el tiempo contado para despertar en el reencuentro de mi esencia primera. El tiempo breve de la mariposa Y el tiempo breve del arco iris. El tiempo perdurable del baobab Y el tiempo perdurable de las pirámides. El tiempo eterno de mi planeta Y el tiempo eterno de las constelaciones. Y el tiempo mismo del alma En el tiempo sin tiempo de Dios. Y porque supe el color del tiempo, sobre el tiempo veo. Y porque supe el sabor del tiempo, sobre el tiempo vuelo, Y porque supe la raíz del tiempo, sobre el tiempo anhelo. Arturo FRUTTERO (1941) El TIEMPO El gris de la primera hora sobre el parque, el silencio, los primeros motores, la avenida, el primer vuelo del día las golondrinas y las palomas los benteveos y los gorriones, las ramas vaciándose el viento sacudiendo las plumas del sueño el azul claro de la mañana sobre el parque, los caminantes, los que corren los que piensan, los que miran el agua, la luz más blanca, más blanca los niños, los padres de los niños los abuelos de los niños los viejos sin niños, los que piden, los que ofrecen helados, churros, gorras, paseos en bote, los que pedalean, los que reman los que van sentados en la lancha los que dicen a los botes que es la hora los estudiantes que bajan de los colectivos, la luz más amarilla, más caliente los que pedalean, los que reman los que suda, los que salpican comen galletitas, toman mate arrojan las botellas al lago, los perros que corren a los gansos el pato que monta a la hembra, la luz haciéndose más débil el gris de la luz de la tarde, el añil el inteso azul del cielo sobre el parque el negro el caballo blanco con alas 16 segundos para dar la vuelta al mundo, el caballo blanco corre tras el caballo amarillo con las riendas rojas, tras los cisnes del banco que contemplan el anca del caballo marrón con riendas amarillas que sube que baja dando la vuelta por el borde del mundo tensados por la rienda de la musiquita la misma de la tarde, la que se va apagando en la última vuelta vacía, pasa la oscura rama de la morera por el ojo del caballo blanco 17 segundos para verla otra vez 19 segundos 22 segundos se detiene la rama de la morera en su ojo de laca, las estrellas describen sus órbitas alrededor del mundo del caballo con alas que ha quedado inmóvil, que va quedando oculto bajo la lona con rayas verdes y naranjas, oculto el caballo amarillo con la rienda roja, el caballo marrón con la rienda amarilla, el banco con los cisnes, la música monótona sigue latiendo en las orejas rígidas mientras las golondrinas las palomas los benteveos y los gorriones completan el último vuelo del día, y las ramas recibiéndolos la quietud amparando a las plumas del sueño los motores alejándose los faroles rodeándose de círculos amarillos hasta el gris de la primera luz del cielo sobre el parque (...). “ Graciela BALLESTERO (2006) 09 Los oscuros rincones la cocina profusión de durmientes cacerolas despiertan al toque de unas manos apacientan animales del gusto vegetales sensuales y las formas abiertas y alargadas la mística de antiguos elementos revolviendo elevando y el colador redondo dormido en los estantes cuánto tiempo pasado en este ámbito pavorosa vejez de este ritual cuánto tiempo pelando triturando recortando las carnes y las vísceras el fuego azul somete a la cocción disgrega la materia que humeante es esparcida por la mesa amorosa tarea la alquimia del sabor cuánto tiempo este tiempo del hambre Lidia BENAS (2000) VIAJARON UN PAR DE HORAS A P el viaje le pareció insulsamente largo, aunque luego supuso que había perdido la noción del tiempo. La ciudad no era tan grande, no era ese amasijo de barrios por los que nunca había pasado. Era, pensaba, más pequeña, la suma de tres o cuatro barrios distinguidos, calles de restaurantes y cines. Un selecto número de esquinas que se podían recorrer de punta a punta en menos de una hora, incluso andando en bicicleta. Durante el viaje se cayó innumerables veces del manubrio, falto de práctica. Las manos, los brazos e incluso el rostro se le llenaron de raspones. En cada una de esas caídas, el muchacho ―P supo que se llamaba Pacífico― sonreía con indulgencia y se inclinaba para tomarlo de un brazo y subirlo otra vez al manubrio. ―No es nada coma, no es nada punto― repetía cada vez como si P fuera un niño al que hubiera que consolar. ―¿Falta mucho? ―preguntaba P muy a su pesar. ―Ya llegamos punto -decía Pacífico. ―Falta una cuadra punto ―agregaba el de los mostachos. Pero, cada vez que las bicicletas recorrían otra cuadra sin detenerse, P volvía a preguntar. ― ¿Falta mucho? Ya llegamos punto. ―Falta una cuadra punto ―agregaba el de los mostachos. Luego de unas cuadras de idéntica respuesta, P se impacientó y respondió: ―Me dijo cuatro cuadras atrás que faltaba una cuadra, ¿acaso es un chiste? ―No punto ―dijo asombrado el de los mostachos -es que entonces faltaba una cuadra para llegar punto. ¿Y cuántas faltan ahora? Una cuadra punto -contestó el de los mostachos. P intentó bajarse de la bicicleta, furioso con todo ese insensato desvarío, pero se cayó de espaldas al piso. Rodó uno o dos metros y se detuvo junto a la calzada con un ruido sordo. Cuando descubrió que se había raspado parte del cuello y la espalda, se levantó lleno de ira y avanzó hacia el de los mostachos ―que había detenido su bicicleta- con los puños cerrados. No me tome más el pelo o lo mato- lo amenazó, agarrándolo de uno de los tiradores. No le tomo el pelo puntodijo asustado el de los mostachos ―Es lo que debemos decir punto. Está en nuestro contrato dos puntos: Cuando preguntan cuánto falta para llegar al Club, debemos responder “falta una cuadra” punto. ―¿Por qué? ―preguntó P sin soltarle el tirador. Porque en el Estatuto del Club se establece que éste debe estar a una cuadra de la casa de cada asociado punto. Aunque le parezca extraño coma, el Club necesita esa proximidad punto. El Club es el epicentro de la vida de sus socios coma, por lo que tiene que estar situado en un punto en el que quede ni más ni menos que a una cuadra de la casa 11 de todos sus socios punto. Por eso nuestra respuesta no es falsa coma, sino apenas literal punto. P soltó con violencia el tirador y el de los mostachos emitió un gemido de dolor. Luego volvió a subirse al manubrio de la bicicleta de Pacífico entre interjecciones de cansancio. Le molestaba lo ridículo de la situación, aunque ahora entendía que había en ella una lógica. Cayó una o dos veces más en la siguiente hora de viaje. Pero, cuando hallaba el equilibrio preciso para no hacerlo, una frenada brusca y sin aviso de la bicicleta, lo arrojó de ella. P se levantó y miró a su alrededor. Había caído en la boca gris de un pasillo en extremo simple, muy distinto de lo que P esperaba de un Club de Nadadores Muertos. Miró a Pacífico, quien dijo: Lo que usted debe hacer ahora es simplemente seguir el pasillo punto. Al final de él encontrará el Club punto. P iba a empezar a caminar cuando sintió una puntada en el pecho. Miró hacia atrás y vio al muchacho parado junto a su bicicleta, tal como lo había visto la primera vez. Aunque le parecía raro, no podía negar que, a pesar de haber pasado apenas unas horas juntos, se habían encariñado con él tanto, como si lo conocieran desde hacía años. ―¿Volveremos a vernos? ―preguntó. ― No punto ―respondió Pacífico, visiblemente triste. El Estatuto del Club prohíbe que los asociados vuelvan a ver a los emisarios punto. Éste es uno de los puntos fundamentales del Estatuto coma, y como tal debe ser respetado como si fuera la palabra santa de nuestra santa madre punto. Pese a eso coma, yo lo veré a usted en La Prueba punto. Pero usted no podrá verme punto. Adiós punto final. Pacífico estiró su mano pequeña y fría y rozó la de P. Luego se dio media vuelta y empezó a pedalear. P no pudo disimular su tristeza ni tampoco Pacífico. Pero aun así entendió que ambos estaban obligados: P a deshacer el error alrededor de la solicitud de ingreso al Club, Pacífico a continuar recogiendo asociados. Estaba a punto de llorar, cuando escuchó la voz del hermano de Pacífico, a quien había olvidado. El hombre estaba ya reclinado sobre su bicicleta y, arreglándose los mostachos, dijo: Ténganos en cuenta para lo que guste coma, señor P punto. Cuando necesite algo llámenos punto. Somos Pacífico y Atlántico Sosa, los Hermanos Sosa a sus órdenes punto. Entonces comenzó a pedalear detrás de su hermano. Patricio PRON (2001) VENDEDORES DE TIEMPO TIEMPO POEMA a Daniela Antúnez “Hace poco viaje al año en que me morí. Supe entonces que soy un muerto o lo seré, que es lo mismo”. Otro: “yo fui también, por unos corretajes, pero no estuve en mi velorio; soy poco afecto a esas cosas”. Y otro: “yo una vez viajé hasta antes de ser concebido. en el lugar donde yo iba a nacer había una gran pescadería”. Mirando la llovizna en la ventana se callan un momento. Piensan que, simplemente, se compra algo y hay que pagar y eso es todo. La botella de mi memoria cayó al piso, y estalló en mil espejitos de colores calientes. Las luces de algunos recuerdos brillan ahora sobre las baldosas oscuras. Nuestro perro juega encima del brillo, duplicándose en el reflejo. ¿Para eso sirven los viejos tiempos? ¿Para multiplicar el presente moviendo la cola? Juan MILDENBERGER (2004) Eduardo D’ ANNA (1992) Lo presente no anhela otro espacio que aquel ahora, cuando el ahora es un permiso agotado en la intención de entrega. Sumida en esta vía no me es fácil decidir qué deseo en este sitio. Los límites, no es extraño, están en mí; y soy sólo culpable en este sentido y no en otro: prefiero porfiar a ser la preferida. Gabriela DE CICCO (1994) Siempre se sonríe en las fotos se es apenas feliz si no se enfoca el descampado en el que todo pasó ayer hombre y mujer son esta foto la hamaca (ciega) entre paréntesis imitables para que la intemperie no se vea pero queda varada empequeñece y se va haciendo insoportable su descarada suavidad Nora HALL (2007) 13 LOS OJOS DEL AGUA POEMA Entonces se vaciarán sus ojos y la nieve brillaba en la última imagen. Dirán qué bellos ojos incendiaban la casa formulaban en ella palabras infinitas como bosques de lengas Será el tiempo de las transmutaciones sus ojos harán agua olvidarán lo que veían desde su rostro olvidarán las señales del mundo al fin se vaciarán. Sigilosa la marea del tiempo avanza, avanza remontando caracolas arenadas por el olvido. En sus profundidades la luz aún sin luz de la palabra soltó la amarra de los sueños y un prolongado amén sedujo el canto de sirenas. Desde entonces el hombre fue muriendo por error y la plegaria levantó el primer oleaje en la memoria. Lina MACHO VIDAL (1996) Rubén FLEITAS (1996) Les contaré una historia de soledades. Empezará cuando un hombre, sólo uno, era la humanidad, toda la humanidad. Seguirá en tiempos distintos a través de arduas aventuras isleñas. Me dijo Adán que en ese tiempo no fue bueno ni malo: -¿Con quiénes lo sería? Único yo en el mundo, hasta que mi extirpada costilla fue convertida en Eva, no pude ser indiferente ni solitario. No odié ni amé. Ignoraba el impulso de tender la mano, y el de besar. ¿Qué labios? ¿Qué rostro? Estaba solo. ¿Tiraría una piedra contra mi figura reflejada en el agua? No decía tú, tampoco él. No había ese tú, ese él. ¿Existiría siquiera la primera persona del singular? Sin que por esto fuera pacifista, no intervenía en guerras, ni violaba embajadas. ¿Qué hacer? ¿Iría a la ópera, a festivales de rock, gritaría en el fútbol? ¿Me supones viendo cine pornográfico? ¿Apostando a la ruleta? ¡Si ni los solitarios habían sido inventados! ¿Admiraría a políticos, deportistas, actrices? -Aplaudiéndolos habrías fundado el anacronismo. -¡Qué mundo despoblado mi mundo unpersonal! Imposibles los negocios y los imperialismos. Nadie explotaba a nadie. No se especulaba con las tierras paradisíacas. Faltaba el demagogo que prometiera distribuirlas. Y faltaban los ingenuos ansiosos de obtenerlas. El Paraíso necesitaba apenas de muy leve jardinería: todo se daba sin sudor. Dios puso allí árboles agradables de ver y comer. Comía, pues. Una dieta frugal; pero comía. Ininteligibles la inflación, la recesión; sin inaugurar la deuda externa. Menos aún la convertibilidad. Absurdo el hombre lobo del hombre. Te hablaba de mi soledad, no me aburrían ni la TV, ni los poetas herméticos, ni la Biblia. Ni me aburría yendo a exposiciones, conciertos o conferencias. Me era preciso aburrirme por las mías. Y esto es difícil. Carecí hasta del recurso de ir al café. Cuando hube caminado por el Jardín, descubriendo la uva y la rosa, el olmo y la acacia y puesto nombre a todo los animales (¿por qué habré puesto león al león, mosca a la mosca, en qué idioma) sólo me quedaba hablar con ellos, con las nubes y el río, vana manera de hablar conmigo. ―Poco has cambiado. Estás monologando. ―Difícil hablar cuando no te oyen. Nadie me interrumpía, aprobaba o replicaba. En el monólogo, el actor se dirige al público. Este, escuchando, le responde aunque sea sin palabras. Pero a mí... ―¿Eras consciente de tu soledad? ―¿Cómo iba a hacerlo, si no imaginaba nada distinto? Veía rebaños, tropillas y enjambres, pero ¿acaso e único hombre se supondría un animal sociable? Debimos multiplicarnos para inventar la palabra soledad. La mía fue una soledad innominada, sin filosofías, total. Muy distinto lo de Robinson Crusoe. Robinson estuvo solo en una isla. Pero su soledad fue muy otra. Él tenía recuerdos. Había para él nombres, rostros, imágenes felices, también infamias. Tenía armas, herramientas, enseres y semillas por él rescatados del naufragio; recuerdos físicos del mundo donde había vivido, prolongado por 15 ellos en la soledad. Era la suya, habrás comprendido, una soledad relativa. A Crusoe le faltó un jardín frugífero, sustentador y debió trabajar tenazmente como lo hice yo una vez expulsado. Sobrevivió porque afloraron en él el cazador, el carpintero, el labrador, el constructor, el sastre, el alfarero subyacentes en todo hombre civilizado. Si no había quienes discutieran con él, ni la mujer que con él se acostase, lo acompañaban algunas obras de los hombres -clavo y martillo, ropas- y quizá la memoria de unos ojos, quizá... Soñaba con ver de nuevo a seres humanos. Yo...yo no tenía memoria ni herramientas. ¿Y qué esperaría, a quién?. ¿A Eva aún increada? Yavé no me la había anunciado. Sólo decidió cuando le desagradó mi soledad. Ni de mí tenía yo recuerdos. No supe de la ternura materna, ignoré los descubrimientos de infantiles, las travesuras y los juegos. No me perturbaron los desasosiegos de la adolescencia, ni se me reveló de pronto la pubertad. Desconocí el miedo y el coraje. Llegué a hombre sin el proceso de enfermedades y llantos. No hubo quien me esperara mientras yo crecía en un vientre que crecía. Ni el psicólogo más sagaz podría señalar en mí traumas infantiles. Yo habría desesperado a Freud. Inútil como sujeto de psicoanálisis. Hubiera sido imposible atribuírme el complejo de Edipo. Ni sospeché que el sexo pudiera tener relación conmigo como la tenía con el potro relinchante y los perros apareados. Mi alma me era ajena. Sin embargo, nadie me es extraño, todos descienden de mí. Todos. ―También de Eva. Humana raíz se dijo de ustedes. ―¿De Eva?. ¡Sólo de Adán! Eva, una parte de mí, yo mismo. ―Te han tildado de hermafrodita, andrógino. Tras encogerse de hombros, insistió -Todos son mis nietos, o lo fueron, o lo serán. Directos de mí. Indirectos. Eva mediante. Estaban en mí, latentes, en mí entonces, ignorado semen y en la médula del hueso, luego extirpado. Todos. Quienes creen que existí y ésos que prescinden de mí, como Couvier y Darwin. Adán mencionó luego a Hitler y Ghandi; a otros. Por mi parte, lo halagué: -Eres el abuelo-. Por la suya agregó: -El único. Abuelo de los genios, santos, asesinos, mediocres, triunfadores, extrovertidos. Eran en mí los osados y los tímidos. Explíquenlo, si se atreven, los genetistas, con sus cromosomas y genes, y los genealogistas, valiéndose de sus árboles. Neutro, llevaba los gérmenes de los buenos y los malos. ―Plural soledad -dije. Y él: ―Los idealistas y los realistas. Quijote y Sancho. Los trabajadores y los ociosos. Los dueños del desparpajo y los aniñados por el candor. Los ácidos desoxirribonucléicos, depositarios de la herencia, son el ADN, casi Adán. ―Sólo en castellano. En italiano eres Adamo. En francés e inglés, como en latín: Adam. Casi igual que Ádam, en el hebreo original. Adán no me oía ya. Me había dejado en mi humilde soledad. Raúl N. GARDELLI (1996) LA IMPUNIDAD DEL TIEMPO LA ÚNICA VEZ QUE TUVE GANAS DE ACUSARLOS DE MI MUERTE La única vez que tuve ganas de acusarlos de mi muerte, dos enanos correteaban en la pista de baile, mi esposa sostenía con ahínco su corazón en llamas, mis hijos me miraban de frente, hablándome con guardada voz afectuosa. Sucedía el destierro con inclinable alegría, nadie sabía el lugar de mi escondite y asomada en puntillas la tarde se quedó contra la pared de mi cuarto. Quién sacaría los enanos del baile, llevaría a mi esposa al estrado de los creyentes y contestaría las preguntas de estos niños crecidos en años. Sube infinita belleza a los ojos y al temblor. En el extravío del suceso mudas son las sombras Posible el habla tras el silencio No habiendo sido antes ahora existe y lleva el nombre que le di. Mercedes YAFAR (2007) Y hay hastío y la tarde es ardua y los dones mutila. En las máscaras se enquista la victoria. Mientras la mano con puñal sangra nuestra historia indecible. Yo descendí con Hamlet y no tuve certeza alguna. Mañana me marcharé y se harán polvo las estatuas. Horacio AIGE (1994) Armando SANTILLÁN (2007) 17 letargos de la memoria tiempo empecinado en perdurar creencia de ti en la nada boceto de luz en la niebla Rosa María CELENTANO (2000) EL TIEMPO MIENTRAS TANTO Se precisaron las espadas, las almenas, los versículos de las Sagradas Escrituras para que el tiempo sea invulnerable como la luna que admiraban los visires. Vedadas a su amor quedan las muertes, las infinitas cruces necesarias, los días en que ninguno fue el primero. Como el eco de un reloj en la memoria van los ponientes y las generaciones, la gota de agua que cae en la clepsidra, La puerta verdadera que nunca ven los hombres. el porvenir de las cosas será el polvo. Sólo el tiempo es perfecto. Nos modela y luego, curiosamente, nos olvida. Mientras descarto entre líneas esos saludos pálidos aferrándose, esas siluetas persiguiendo un espejo que les acalambre la mirada, esos pies volviendo exactamente más allá de ningún lado Susana VALENTI (1995) mientras esquivo el deseo global de ser cualquier otro, las esperanzas alcoholizadas dirigen un sueño sin bocacalles ni palabras de colectivo, triste marcapasos de la nostalgia en muchedumbre mientras tanto la sombra del río me deja cerca, muy cerca. Adrián BUSSOLINI (2000) CEBADERO //////////////////////////////////////////////////////////////// 19 TALLERES LITERARIOS y COLABORACIONES PROYECCIÓN Ayer... Hoy... La infinitud de los minutos transmutados en horas, en días, en la vesania incognoscible del tiempo sin edad... Todos los días buscando su mirada. Una mirada verde, o azul, o gris; o negra como mi congoja. Porque mi congoja nació en el mismo instante en que quise adivinar la acuarela de su mirada, el ardor de su pasión o la humedad de su ternura. Tres años siguiendo la misma rutina... Llega al bar, cabizbaja, con su pensamiento en una lejanía que yo recorro hasta detenerme en sus neuronas, en el espesor de su masa, en el interior de su recorrido vital. Entonces la descubro rememorando, cubriendo paisajes con la lozanía de su mente incontaminada. Percibo horizontes, hallo como una suerte de contrastantes láminas, todas distintas porque en cada una de ellas bulle un sentimiento diferente; como una acuarela de sus ojos, que pueden ser verdes, o azules, o grises, o negros como mi congoja. Como todos los días me acerco a la mesa que mira hacia el norte y se enfrenta con el cartel luminoso: Xuxa y Roberto Carlos, Roberto Carlos y Xuxa... guiños verdes, azules, grises... y negros como una mala noche. La uniformidad de los días me indica inflexiblemente que no veré su mirada; que otra vez dejará escrito en la servilleta de papel: “una lágrima con dos sobrecitos de azúcar, por favor”. “...una lágrima con dos sobrecitos de azúcar, por favor”. Yo traeré una lágrima y los dos sobrecitos, buscaré su mirada de cuarzo, recogeré los noventa centavos y me iré con el desengaño hundido en mi piel, que adivina los claroscuros oculares, la húmeda simpleza de sus lagrimales, el triste asombro de un tiempo marcando avances y retrocesos... Ella se levantará, recogerá su bolso negro que adentro quizás sea verde, o azul o gris. Caminará, como siempre, mirando las baldosas, saldrá, cruzará la calle y otra vez el Fiat negro y esa mirada que nunca sabré de qué color es, quedará aprisionada eternamente en el asfalto. Yo abriré el bolso, buscaré inpaciente el color verde, azul, gris o negro. Y nuevamente mi loco estupor, nuevamente mi rostro apresado en una foto carnet cuatro por cuatro, cuyos colores verdes, azules y grises estallan dentro del bolso negro. (1998) Betty BADAUI El tiempo se escapa inalcanzable Como el humo tras mi espalda Llevo sueños de posible alcance en esta fuente inagotable de minutos Voy caminando en un suelo atiborrado de esperanzas El amor llena mi presente haciendo dulce el sabor de lo pisado cuando el recuerdo del vacío de palabras y silencios abandonados sentenciaron a lo eterno acabado Y espero en todo tiempo siempre alcanzar la quietud en tu mirada Irene LOVAINE (2007) AGOSTO Música, susurros, mujeres, mesa, flores, sonidos, recuerdos, cruces, ríos, mares, añoranzas, letras, tango, amigas, palabras, palabras. palabras, poesías y poetas, Los casi cuarenta minutos que tardamos mi primo y yo, para llegar a la chacra de nuestros abuelos, fue el tiempo que nos llevó, retroceder los treinta años desde que fuimos a pasar las vacaciones por última vez. Lamentablemente no pudimos entrar, el predio donde se encontraba la vieja casona, estaba cubierto en su totalidad por malezas, yuyos y árboles que hacían imposible y peligroso el ingreso al mismo. Un primo, en el pueblo, ya nos había informado, sobre el estado de abandono en que se encontraba la chacra, aún así no pude dejar de sorprenderme, cuando lo corroboré con mis propios ojos. La casona estaba prácticamente en ruinas, los arbustos habían ganado también el interior y el galpón donde mi abuelo guardaba las máquinas agrícolas, todavía seguía en pie, bastante maltrecho, sobresalía como un Partenón de metal, en esa pequeña jungla, además, de los cinco eucaliptos gigantes, mudos testigos, del riguroso paso del tiempo, que convirtió al lugar en una isla virgen, salvaje, enclavada en un mar de soja. Pensar que ese sitio, fue en mi niñez la antesala del paraíso, donde la madre naturaleza se había echado a descansar, la fauna, flora y género humano convivían en armonía, cada cual cumpliendo su rol. Mi infancia transcurría feliz, libre, distraída, despreocupada, El sol y la luna se repartían las horas de un aburrido reloj, cualquier lugar era un punto de partida y el destino, el que nos viniera en ganas, el horizonte se podía ver en los cuatro puntos cardinales. El tiempo tenía todo el tiempo del mundo, todas las mañanas me esperaba en la amplia galería, vestida de florecidas enredaderas y piso de ladrillos, para acompañarme en mis juegos. (Al tiempo le encanta estar con los niños, porque se siente honrado) La realidad que tenía ante mí, me produjo mucha tristeza, quedarse mas tiempo no tenía sentido, por eso, con mi primo, decidimos volver al pueblo. Esa imagen orbitó por un tiempo mi cabeza y esa tristeza que sentía se fue atenuando, porque comprendí que no es el tiempo, el que todo lo destruye a su paso, somos nosotros, transeúntes, que viajamos a través del tiempo, cabalgando en el corcel de la vida, los que permitimos que las cosas se destruyan, porque las abandonamos, somos nosotros los que dejamos que los recuerdos mueran porque los olvidamos. Comprendí, que, si bien la casona ya no estaba físicamente, si lo estaba dentro de mí, en mi memoria, grabada a fuego, perpetua. Por todo eso, tiempo, yo te absuelvo. casi de la nada. Siliva DELICIA (2007) Jorge BISONNI (2007) 21 CANSERA DATE TIEMPO Recuerdo que llegaste tarde al taller... ¡como se puede vivir sin respetar los horarios! ¡Para colmo perderse! Fue el reproche del inconsciente grupal. Luego irrumpió el sueño vengador... Las manos empuñan una palanca enorme, hace forzar al humano, gotazas de transpiración explotan del cuerpo, muslos, espalda y rostro escupen agua salada como los ojos empapados de diminutas bolitas dificultan la visión. Venas moradas a punto de estallar, me esfuerzo para que el yugo gire sin que importe un respirar jadeante. El cuerpo tirado hacia adelante se prodiga en extremo, el engranaje gigante no lo hicieron detenerse, labios resecos imploran agua fresca. Sin embargo, otra idea o pensamiento latente, hace olvidar momentáneamente ese infierno. La prioridad está escrita en mente y cuerpo, mandato divino, el reloj no puede detenerse. Constante y precisa tiene que ser la tarea. Emulo a Sisifo, castigo sin piedad. Empujo, giro, tracciono más allá de la muerte. 5’ para comer, en 10’ te paso a buscar, 2’’ para salir a escena, pasaron 30’’ y no llegaste, pero 1 hora se murió, 20’’ besandonos, 18’’ tardar los rayos del sol, te matan 2’’ con una inyección letal. Dos agujas enormes ensombrecen el mundo. Daniel IFRÁN (2007) ...para ver la luna, esta noche, sale para vos. ...para sentir la brisa suave, esta noche, te acaricia el rostro. ...para dejarte abrazar por la noche que en algún escalofrío, seguramente te ha besado. ...para escuchar el sonido del agua, esta noche, el río te canta. ...para caminar por la playa y sentir el cosquilleo en los pies. ...para disfrutar del silencio en la inmensidad de la noche. ...para ver a tu alrededor y verás que, siempre, estaré a tu lado. Luis Daniel PORTULAPPI (2007) PROGRAMA DESCENTRALIZADO DE CICLOS, CURSOS Y TALLERES LIBRES Y GRATUITOS DISTRITO CENTRO En 2008: V CICLO “LA HORA DEL CUENTO” Oficina de Proyectos Culturales // Avda. Aristóbulo del Valle 2734 TE (0) 341 480 4511 (Int. 157) ó 421 2942 Coordinadora: Prof. Mónica Alfonso TALLER LITERARIO “JORGE RIESTRA” Dirección de Educación Municipal // Maipú 842 Sábados de 18 a 20 h TE (0) 341 480-2534 ó 15 641 4306 Coordinador: Prof. Humberto Lobbosco [email protected] ESPACIO DE ESCRITURA CREATIVA PARA ADULTOS Casa de la Poesía. Sgto. Cabral 301 y G. Estévez Boero (Paseo de las Artes y río Paraná) 1º Grupo: Lunes de 17 a 18:30 h // 2º Grupo: Lunes de 19 a 20:30 h TE (0) 341 480-2224 ó 464-4036 Coordinadora: Prof. Celia Fontán [email protected] ESPACIO DE CREACIÓN PARA JÓVENES Casa de la Poesía / Sgto. Cabral 301 y G. Estévez Boero (Paseo de las Artes y río Paraná) TE (0) 341 480 2224 ó 430 1717 1º Grupo: Martes de 18:00 a 19:30 h // 2º Grupo: Martes de 19:30 a 21:00 h. Coordinadora: Prof. Ana Victoria Lovell [email protected] ANÁLISIS DEL DISCURSO Casa de la Poesía. Sgto. Cabral 301 y G. Estévez Boero (Paseo de las Artes y río Paraná) Miércoles de 17:30 a 20 h TE (0) 341 480 2224 ó 449 0371 [email protected] Coordinadora: Mag. María del Rosario Fernández MUESTRA de FOTOGRAFÍA Noviembre, Diciembre y Enero. Manuel Costa // Casa de la Poesía. Sgto. Cabral 301 y G. Estévez Boero (Paseo de las Artes y río Paraná). Lunes a Viernes de 9 a 19 h DISTRITO NORTE TALLER DE ESCRITURA CREATIVA Lunes de 14 a 16 h Hasta Noviembre de 2007 Centro Crecer Nº 4. Luzuriaga y Vieytes. TE (0) 341 15 564 2732 [email protected] Coordinador: Prof. Sergio Marinelli TALLER DE ESCRITURA CREATIVA Centro de jubilados Abelardo LEDESMA Laguna 2743. Lunes 16 a 18 h Hasta Noviembre de 2007 TE (0) 341 15 564 2732 [email protected] Coordinador: Prof. Sergio Marinelli TALLER DE ESCRITURA CREATIVA Biblioteca “DEFENDER la VIDA” Manuel García 1826. Lunes 18 a 20 h Hasta Noviembre de 2007 TE (0) 341 15 564 2732 [email protected] Coordinador: Prof. Sergio Marinelli Área de Cultura del Centro Municipal de Distrito Suroeste. Ovidio Lagos 4140 (Días y horarios a convenir) TE (0) 341 480 5627 ó 15 619 2054 Coordinadores: Prof. Adriana Felicia, Livia Vives y Crhistián Álvarez TALLER DE ESCRITURA CREATIVA Escuela República de Nicaragua // Rubén Darío 1441 Martes de 15 a 17 h Hasta Noviembre de 2007 TE (0) 341 15 564 2732 [email protected] Coordinador: Prof. Sergio Marinelli ESPACIO DE ESCRITURA Área de Cultura del Centro Municipal de Distrito Sur “Rosa Ziperovich”. José Félix de Uriburu 637 / TE (0) 341 480 9890 (Int. 135 ó 136) ó 15 586 8301 [email protected] Coordinadora: Prof. Lidia A. M. García ESPACIO LITERARIO Centro Cultural Cine Lumière. Dalmasio Vélez Sarzfield 1027 // Martes de 16 a 18 h TE (0) 341 480 4816 [email protected] [email protected] Coordinadora: Prof. Marcela Prosperi DISTRITO SUR TALLER DE ALFABETIZACIÓN En el Centro de Salud Luis Pasteur. Ayolas 270 TE (0) 341 809-778 ó 15 586-8301 ó [email protected] Coordinadora: Prof. Lidia A. M. García TALLER DE ESCRITURA CREATIVA CLUB SPARTA Machain y Sorrento. Miércoles de 16:30 a 17:30 h Hasta Noviembre de 2007 TE (0) 341 15 564 2732 [email protected] Coordinador: Prof. Sergio Marinelli PARA NIÑOS JUEGO DE PALABRAS En el Centro de Salud “Luis Pasteur”. Ayolas 270 TE (0) 341 480 9778 ó 15 586 8301 [email protected] (Días y horarios a convenir) Coordinadoras: Prof. Lidia A. M. García y Psa. María Florencia González TALLER DE LITERATURA Área de Cultura del Centro Municipal de Distrito Norte “Villa Hortensia”. Warnes 1917. Viernes 16:30 a 18 h Hasta Noviembre de 2007 TE (0) 341 480 6822 (Int. 122) ó 457-1044 ó 15 564 2732 [email protected] ESPACIO LITERARIO “ARBALAP” 1) Piletas del Saladillo. Martes 15 h. Paraguay 4586 TE (0) 341 431 9701 ó 463 7287 2) Centro Cultural “Mate Verde”. Gutiérrez y Paraguay Lunes 16 h. TE (0) 341 463-7287 Coordinadora: Prof. Patricia Gualino/ [email protected] DISTRITO SUROESTEUDOESTE DISTRITO NOROESTE Área de Cultura del Centro Municipal de Distrito Suroeste // Ovidio Lagos 4140. TE (0) 341 480 5627 ó 431 4608 ó 15 693 8200 / anacarolina1981@ hotmail.com ESPACIO LITERARIO “LOS LANZALLAMAS” Biblioteca Popular “Gastón Gori”Juan José Paso 7990. Sábados de 17 a 19:30 h. TE (0) 341 451 9625 ó 451 4010 [email protected] Coordinador: Fabricio Simeoni ESPACIO DE COMPRENSIÓN Y PRODUCCIÓN DE TEXTOS Asociación Vecinal Villa del Parque Miércoles de 17 a 19 h Coordinadora: Prof. Ana Carolina Alzugaray ESPACIO DE COMPRENSIÓN Y PRODUCCIÓN DE TEXTOS Asociación Vecinal Barrio HUME. Jueves 16 a 18 h TE (0) 341 480 5627 ó 431 4608 ó 15 693 8200 [email protected] Coordinadora: Prof. Ana Carolina Alzugaray PARA NIÑOS LA LATA AL LATERO... AQUÍ LLEGAN LOS CUENTEROS... ENCUENTRO CON LA PALABRA (Desde los 17 años) Centro Municipal Distrito Noroeste “Olga y Leticia Cossettini” Provincias Unidas 150 bis Lunes de 17 a 19 h TE (0) 341 480 7680 (Int. 480 ó 489) Coordinadora: Prof. Marcela Prosperi PARA NIÑOS JUGANDO CON LAS PALABRAS Centro Municipal Distrito Noroeste “Olga y Leticia Cossettini” Provincias Unidas 150 bis De 9 a 14 años. Lunes de 15:30 a 17 h TE (0) 341 480-7680 (Int. 480 ó 489) Coordinadora: Marcela Prosperi >>>>>>>>>>>>>> * Por mayor información // Casa de la Poesía TE (0) 341 480-2224 ó 424-8922 // [email protected] – www.rosario.gov.ar >>>>>>>>>>>>>> Intendente Municipal Ing. Miguel LIFSCHITZ Secretaria de Cultura y Educación Dra. María de los Ángeles GONZÁLEZ Subsecretario de Cultura y Educación Lic. Juan José GIANI Coordinadora de Proyectos Culturales Lic. Adela CAMPOSTRINI Coordinadores Área Literaria Lic. María Paula ALZUGARAY Lic. Federico Eduardo TINIVELLA