Untitled - Municipalidad de Rosario

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“...no hay futuro
ni para los radares
felices”.
JACK KEROUAC
Año II. # 10 El tiempo // Noviembre / Diciembre 2007
Editores María Paula Alzugaray, Federico Tinivella, Fabricio Simeoni y Daniel Greco.
Colaboran Escritoras y escritores de Rosario, Alumnos de Talleres Literarios Municipales y la Editorial Municipal de Rosario.
Arte y Diseño Fernando H. Bottazzini
Casa de la Poesía Sgto. Cabral 301 y G. Estévez Boero (Paseo de las Artes y río Paraná) Rosario - República Argentina
MERRY CRHISTIAN!
+ 54 (0) 341 480-2224 ó 424-8922 / [email protected]
REMANDO ////////////////////////////////////////////////// 03
En esta entrega de BOGA la emigración de unas hormigas en el café nos ha traído las palabras
de los poetas jóvenes que desde los talleres de la palabra van trazando estrategias sobre el improvisado nerolite de unas mesas y respaldados por músicas que nos llegan como un envío de todos
los tiempos y nos decide a una entrega, al disfrute.
Expulsamos por un momento de toda idea peregrina y concentramos los haces de nuestra
sagacidad en el acto eleccionario.
Fin de año, época que nos acerca a la consolidación del proceso democrático. Es grato pensar
entonces y valorar un camino de libertad que comenzó a construirse en 1983 junto a la voluntad de
un pueblo memorioso que no quiere volver a equivocarse.
La palabra libertad, como la posibilidad de decir sí o no, es también una construcción y si bien
estamos transitando una recuperación de participación ciudadana quedan aún muchas deudas
relacionadas con la igualdad de oportunidades y la falta de posibilidades para amplias capas de
la sociedad. Son momentos también de discutir cuál es el papel que les cabe a los escritores en el
desafío de fortalecer ámbitos donde no hay tiempo para escupir tinta. La poesía como lugar de resistencia y los poetas como soñadores de mundos posibles no pueden alejarse de los bordes donde
todavía sólo se cosechan restos.
Escuchar el murmullo de los barrios, los susurros de los vértices dónde la vida esquiva, es prestarse
atención, mirar el espejo de estos días, los charcos donde se cocinan las preguntas.
En los demás lados, en los mapas regados de otras latitudes se cocinan también el amor o el
espanto. El fuego que mastica la superficie del norte esta vez no es ficción. En el país de las mentiras
maquilladas, el fuego se cierne sobre la violencia de la realidad y uno no puede avanzar la película,
cambiar de canal.
Todavía resuena en las caras congeladas el rugido de unos Pumas, ya no sólo el fútbol, el basket
o el tenis, hay ahora una nueva posibilidad de congregarse para revitalizar la argentinidad y en un
hecho histórico un deporte de elite y aristocrático que unificó la cumbia villera con el ‘ambient’ de
los countries. Un primer paso para no sentirnos tan distintos.
En la otra mitad de esta crónica ---que no obedece a la linealidad del tiempo, en el que nos
limitamos a augurar destinos venturosos para nosotros y nuestros lectores--- nos entregamos a una
especulación anticipatoria, con aquella seguridad en la que se repetirán los sucesos que obedecen
a una aparición cíclica, no lineal. Cabe entonces a nosotros hallar esa diferencia y entresacarla como
una excepción poética extraída del cardúmen multicolor, pez del instante rescatado por BOGA.
DESOVE //////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////
SEISCIENTAS PALABRAS SOBRE EL TIEMPO
En nuestra percepción del universo
–la observación cientifica se pretende
idéntica para todos los hombres del
mundo- notamos cambios, y todo cambio
lleva en sí alguna clase de movimiento.
La magnitud observable que generan
los ciclos de la materia en movimiento se
llama tiempo.
El tiempo es la magnitud física que
mide la separación entre dos sucesos
consecutivos.
Es útil en orden a parametrizar una
secuencia: pasado, presente, futuro; y considerar el tiempo permite creer racionalmente en la causalidad, hito fundacional
de nuestra cultura occidental y uno de los
axiomas del llamado “metodo científico”.
En rigor de verdad, los sucesos se
pueden clasificar según el tiempo en
pasados, futuros y una tercera categoría
que engloba todo lo que no es pasado
ni futuro pero que desde la física clásica
se constituye con los sucesos “simultáneos” Esto da lugar a que algunos digan
que el tiempo de la mecanica clásica
es absoluto; por oposición, el tiempo
de la mecánica relativista depende del
estado de movimiento de quien observa,
ya que se contrae o dilata según las
transformadas de Laplace dependiendo
de la velocidad del marco de referencia
y puede terminar ocurriendo que para
una percepción dada el acontecimiento
“A” sea anterior al acontecimiento “B”
mientras que un segundo registro nota
que el acontecimiento “B” es anterior
al acontecimiento “A” dependiendo la
percepción de su estado de movimiento,
de modo que es imposible para este caso
recurrir a la noción de “simultaneidad”
De este modo, los sucesos que no
son ni pasado ni futuro, en la mecanica
relativista entran en una categoría aparte
conformando un conjunto topológicamente abierto; digamos que un par de
acontecimientos ubicados en esa región
no se podrían conectar por una señal luminosa que emitida por el primer suceso
alcance al segundo, mientras que los
otros, de los que se dice que están atados
causalmente, sí podrían conectarse de
este modo y todos coincidirian en que
uno es anterior al otro .
La teoría de la relatividad llega a esta
conclusión especulando a partir de consideraciones sobre la velocidad de la luz
Podemos decir que para la mecánica
relativista, cada observador percibe su espacio-tiempo cuatridimensional según su
estado de movimiento y sólo los eventos
que se mueven según ciertas condiciones particulares se pueden –a diferencia
de la trivial mecanica clasica- clasificar
como simultáneos para ese observador.
Lamentablemente esos conjuntos de
acontecimientos no coinciden entre una
percepción y otra y cada quien armará
entonces el conjunto que cumple con la
condición dada seleccionando distintos
elementos.
Para medir el tiempo se utilizan
dispositivos que presentan una relación
lineal con la variable, del mismo modo que
en un dinamómetro que mide fuerzas se
utiliza un elastómero cuya deformación es
directamente proporcional a la tensión a
que está sometido y al observar la deformación se percibe la fuerza.
Lamentablemente, son pocas las
cosas en la naturaleza que están en
relación lineal con el tiempo durante un
lapso prolongado y esto hace que los
relojes hayan sido motivo de preocupación de muchos tecnólogos a lo largo de
la historia.
En el politécnico, por ejemplo, los hermanos Víctor y Orlando Merli secundados
por Marta Massa nos proponían medir el
tiempo a partir del pulso de cada alumno,
compararlo con un péndulo, con un reloj
de pulsera y con otras cosas cíclicas que
hay en la naturaleza que yo todavía sigo
–a pesar del tiempo transcurrido- descubriendo en todo el mundo, aún aquí,
en París, ciudad antigua si las hay, donde
he vuelto después de muchos años a
escribir este breve artículo mientras a mi
lado ella –a quien conocí hace pocosuspira, ronronea y duerme pero lo que
es aún peor, acaso sueñe a velocidades
vertiginosas en un tiempo distinto, breve,
interminable.
Eugenio PREVIGLIANO
05
CARDUMEN // producción /////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////////
07
ESTRICTAMENTE PERSONAL
ANTES
I
Amábamos
el seco licor
que el tiempo
hizo viejo en nuestra casa.
La madera oscura
de los muebles
el olor a fritura
en los días de lluvia
o ese perfume del pimiento
recién regado en la huerta.
Amábamos
esa sombra propicia
bajo los sauces del verano
y esa bandada
de patos cruzando
la noche sobre el pueblo
dormido.
Amábamos
el denso sabor del café,
el sol a través del vidrio
empañado del invierno.
Amábamos
la escarcha vista desde adentro
mientras la brasa crepitada
y nuestro pequeño cuerpo aún
guardaba
el calor de las frazadas.
Jorge ISAÍAS
(1992)
Andante
No un día, con su sol que madura y su luz que decae,
Y su noche moteada con diminuta estrella.
No una luna emergiendo desde obscuro interlunio.
No un año esparciendo sus cuatro metales
Por el derrotero de las estaciones.
No uno, ni dos, ni tres.
No cien, ni mil, ni mil veces otros mil.
No la cifra ilímite, ni la cantidad innumerable.
Sí todo el tiempo: el tiempo mismo, total e intransferible.
El tiempo suficiente para saber cómo la vanidad es gemela a la estulticia.
El tiempo necesario para advertir cómo el orgullo se prohija en la ceguera.
El tiempo exacto para vivir la limitada condición del cuerpo.
El tiempo justo para estimar la complicada variedad del juego.
El tiempo amplio para enajenarse con el señuelo de la razón,
Y el tiempo contado para despertar en el reencuentro de mi esencia primera.
El tiempo breve de la mariposa
Y el tiempo breve del arco iris.
El tiempo perdurable del baobab
Y el tiempo perdurable de las pirámides.
El tiempo eterno de mi planeta
Y el tiempo eterno de las constelaciones.
Y el tiempo mismo del alma
En el tiempo sin tiempo de Dios.
Y porque supe el color del tiempo, sobre el tiempo veo.
Y porque supe el sabor del tiempo, sobre el tiempo vuelo,
Y porque supe la raíz del tiempo, sobre el tiempo anhelo.
Arturo FRUTTERO
(1941)
El TIEMPO
El gris de la primera hora
sobre el parque, el silencio,
los primeros motores, la avenida,
el primer vuelo del día
las golondrinas y las palomas
los benteveos y los gorriones,
las ramas vaciándose
el viento sacudiendo las plumas del sueño
el azul claro de la mañana sobre el parque,
los caminantes, los que corren
los que piensan, los que miran el agua,
la luz más blanca, más blanca
los niños, los padres de los niños
los abuelos de los niños
los viejos sin niños,
los que piden, los que ofrecen
helados, churros, gorras, paseos en bote,
los que pedalean, los que reman
los que van sentados en la lancha
los que dicen a los botes que es la hora
los estudiantes que bajan de los colectivos,
la luz más amarilla, más caliente
los que pedalean, los que reman
los que suda, los que salpican
comen galletitas, toman mate
arrojan las botellas al lago,
los perros que corren a los gansos
el pato que monta a la hembra,
la luz haciéndose más débil
el gris de la luz de la tarde, el añil
el inteso azul del cielo sobre el parque
el negro
el caballo blanco con alas
16 segundos para dar la vuelta al mundo,
el caballo blanco corre
tras el caballo amarillo con las riendas rojas,
tras los cisnes del banco que contemplan
el anca del caballo marrón
con riendas amarillas que sube
que baja dando la vuelta por el borde del
mundo
tensados por la rienda de la musiquita
la misma de la tarde,
la que se va apagando
en la última vuelta vacía,
pasa la oscura rama de la morera
por el ojo del caballo blanco
17 segundos para verla otra vez
19 segundos
22 segundos
se detiene la rama de la morera
en su ojo de laca,
las estrellas describen sus órbitas
alrededor del mundo del caballo con alas
que ha quedado inmóvil,
que va quedando oculto bajo la lona
con rayas verdes y naranjas,
oculto el caballo amarillo con la rienda roja,
el caballo marrón con la rienda amarilla,
el banco con los cisnes,
la música monótona
sigue latiendo en las orejas rígidas
mientras las golondrinas
las palomas
los benteveos y los gorriones
completan el último vuelo del día,
y las ramas recibiéndolos
la quietud amparando
a las plumas del sueño
los motores alejándose
los faroles rodeándose
de círculos amarillos
hasta el gris de la primera luz
del cielo sobre
el parque (...). “
Graciela BALLESTERO
(2006)
09
Los oscuros rincones
la cocina
profusión de durmientes cacerolas
despiertan al toque de unas manos
apacientan
animales del gusto
vegetales sensuales y las formas
abiertas y alargadas
la mística de antiguos elementos
revolviendo elevando
y el colador redondo
dormido en los estantes
cuánto tiempo pasado en este ámbito
pavorosa vejez de este ritual
cuánto tiempo
pelando
triturando
recortando
las carnes y las vísceras
el fuego azul somete a la cocción
disgrega la materia que humeante es
esparcida
por la mesa
amorosa tarea la alquimia del sabor
cuánto tiempo este tiempo
del hambre
Lidia BENAS
(2000)
VIAJARON UN PAR DE HORAS
A P el viaje le pareció insulsamente largo,
aunque luego supuso que había perdido
la noción del tiempo. La ciudad no era tan
grande, no era ese amasijo de barrios por
los que nunca había pasado. Era, pensaba,
más pequeña, la suma de tres o cuatro
barrios distinguidos, calles de restaurantes
y cines. Un selecto número de esquinas
que se podían recorrer de punta a punta
en menos de una hora, incluso andando
en bicicleta.
Durante el viaje se cayó innumerables
veces del manubrio, falto de práctica. Las
manos, los brazos e incluso el rostro se
le llenaron de raspones. En cada una de
esas caídas, el muchacho ―P supo que se
llamaba Pacífico― sonreía con indulgencia
y se inclinaba para tomarlo de un brazo y
subirlo otra vez al manubrio.
―No es nada coma, no es nada punto―
repetía cada vez como si P fuera un niño
al que hubiera que consolar.
―¿Falta mucho? ―preguntaba P muy a su
pesar.
―Ya llegamos punto -decía Pacífico.
―Falta una cuadra punto ―agregaba el
de los mostachos. Pero, cada vez que
las bicicletas recorrían otra cuadra sin
detenerse, P volvía a preguntar.
― ¿Falta mucho? Ya llegamos punto.
―Falta una cuadra punto ―agregaba el de
los mostachos.
Luego de unas cuadras de idéntica
respuesta, P se impacientó y respondió:
―Me dijo cuatro cuadras atrás que faltaba
una cuadra, ¿acaso es un chiste?
―No punto ―dijo asombrado el de los
mostachos -es que entonces faltaba una
cuadra para llegar punto.
¿Y cuántas faltan ahora?
Una cuadra punto -contestó el de los
mostachos. P intentó bajarse de la
bicicleta, furioso con todo ese insensato
desvarío, pero se cayó de espaldas al piso.
Rodó uno o dos metros y se detuvo junto
a la calzada con un ruido sordo. Cuando
descubrió que se había raspado parte del
cuello y la espalda, se levantó lleno de ira
y avanzó hacia el de los mostachos ―que
había detenido su bicicleta- con los puños
cerrados. No me tome más el pelo o lo
mato- lo amenazó, agarrándolo de uno de
los tiradores. No le tomo el pelo puntodijo asustado el de los mostachos ―Es lo
que debemos decir punto. Está en nuestro
contrato dos puntos: Cuando preguntan
cuánto falta para llegar al Club, debemos
responder “falta una cuadra” punto.
―¿Por qué? ―preguntó P sin soltarle el
tirador.
Porque en el Estatuto del Club se
establece que éste debe estar a una
cuadra de la casa de cada asociado punto.
Aunque le parezca extraño coma, el Club
necesita esa proximidad punto.
El Club es el epicentro de la vida de sus
socios coma, por lo que tiene que estar
situado en un punto en el que quede ni
más ni menos que a una cuadra de la casa
11
de todos sus socios punto. Por eso nuestra
respuesta no es falsa coma, sino apenas
literal punto.
P soltó con violencia el tirador y el de los
mostachos emitió un gemido de dolor.
Luego volvió a subirse al manubrio de la
bicicleta de Pacífico entre interjecciones
de cansancio. Le molestaba lo ridículo de
la situación, aunque ahora entendía que
había en ella una lógica. Cayó una o dos
veces más en la siguiente hora de viaje.
Pero, cuando hallaba el equilibrio preciso
para no hacerlo, una frenada brusca y sin
aviso de la bicicleta, lo arrojó de ella. P se
levantó y miró a su alrededor. Había caído
en la boca gris de un pasillo en extremo
simple, muy distinto de lo que P esperaba
de un Club de Nadadores Muertos. Miró a
Pacífico, quien dijo:
Lo que usted debe hacer ahora es
simplemente seguir el pasillo punto. Al
final de él encontrará el Club punto.
P iba a empezar a caminar cuando sintió
una puntada en el pecho. Miró hacia
atrás y vio al muchacho parado junto
a su bicicleta, tal como lo había visto
la primera vez. Aunque le parecía raro,
no podía negar que, a pesar de haber
pasado apenas unas horas juntos, se
habían encariñado con él tanto, como si lo
conocieran desde hacía años.
―¿Volveremos a vernos? ―preguntó. ―
No punto ―respondió Pacífico,
visiblemente triste. El Estatuto del Club
prohíbe que los asociados vuelvan a ver
a los emisarios punto. Éste es uno de los
puntos fundamentales del Estatuto coma,
y como tal debe ser respetado como si
fuera la palabra santa de nuestra santa
madre punto. Pese a eso coma, yo lo veré
a usted en La Prueba punto. Pero usted
no podrá verme punto. Adiós punto final.
Pacífico estiró su mano pequeña y fría y
rozó la de P. Luego se dio media vuelta y
empezó a pedalear. P no pudo disimular
su tristeza ni tampoco Pacífico. Pero
aun así entendió que ambos estaban
obligados: P a deshacer el error alrededor
de la solicitud de ingreso al Club, Pacífico
a continuar recogiendo asociados.
Estaba a punto de llorar, cuando
escuchó la voz del hermano de Pacífico,
a quien había olvidado. El hombre
estaba ya reclinado sobre su bicicleta y,
arreglándose los mostachos, dijo:
Ténganos en cuenta para lo que guste
coma, señor P punto. Cuando necesite
algo llámenos punto. Somos Pacífico y
Atlántico Sosa, los Hermanos Sosa a sus
órdenes punto.
Entonces comenzó a pedalear detrás de
su hermano.
Patricio PRON
(2001)
VENDEDORES DE TIEMPO
TIEMPO
POEMA
a Daniela Antúnez
“Hace poco
viaje al año en que me morí.
Supe entonces que soy un muerto
o lo seré, que es lo mismo”.
Otro: “yo fui también,
por unos corretajes, pero no estuve
en mi velorio; soy poco afecto
a esas cosas”.
Y otro: “yo una vez
viajé hasta antes de ser concebido.
en el lugar donde yo iba a nacer
había una gran pescadería”.
Mirando la llovizna en la ventana
se callan un momento. Piensan
que, simplemente, se compra algo
y hay que pagar y eso es todo.
La botella de mi memoria
cayó al piso, y estalló en mil espejitos
de colores calientes.
Las luces de algunos recuerdos
brillan ahora
sobre las baldosas oscuras.
Nuestro perro juega
encima del brillo, duplicándose
en el reflejo.
¿Para eso sirven
los viejos tiempos?
¿Para multiplicar el presente
moviendo la cola?
Juan MILDENBERGER
(2004)
Eduardo D’ ANNA
(1992)
Lo presente no anhela otro espacio
que aquel ahora, cuando el ahora
es un permiso agotado en la intención
de entrega. Sumida en esta vía
no me es fácil decidir qué deseo
en este sitio.
Los límites, no es extraño, están en mí;
y soy sólo culpable en este sentido
y no en otro: prefiero porfiar
a ser la preferida.
Gabriela DE CICCO
(1994)
Siempre se sonríe en las fotos
se es apenas feliz
si no se enfoca el descampado
en el que todo pasó
ayer
hombre y mujer son esta foto
la hamaca (ciega) entre paréntesis
imitables
para que la intemperie no se vea
pero queda varada
empequeñece
y se va haciendo insoportable
su descarada suavidad
Nora HALL
(2007)
13
LOS OJOS DEL AGUA
POEMA
Entonces se vaciarán sus ojos
y la nieve brillaba en la última imagen.
Dirán qué bellos ojos
incendiaban la casa
formulaban en ella
palabras infinitas
como bosques de lengas
Será el tiempo de las transmutaciones
sus ojos harán agua
olvidarán lo que veían desde su rostro
olvidarán las señales del mundo
al fin se vaciarán.
Sigilosa
la marea del tiempo
avanza, avanza
remontando caracolas
arenadas por el olvido.
En sus profundidades
la luz aún sin luz
de la palabra
soltó la amarra de los sueños
y un prolongado amén
sedujo el canto de sirenas.
Desde entonces
el hombre
fue muriendo por error
y la plegaria
levantó el primer oleaje
en la memoria.
Lina MACHO VIDAL
(1996)
Rubén FLEITAS
(1996)
Les contaré una historia de soledades.
Empezará cuando un hombre, sólo uno,
era la humanidad, toda la humanidad.
Seguirá en tiempos distintos a través de
arduas aventuras isleñas.
Me dijo Adán que en ese tiempo no
fue bueno ni malo:
-¿Con quiénes lo sería?
Único yo en el mundo, hasta que mi
extirpada costilla fue convertida en
Eva, no pude ser indiferente ni solitario.
No odié ni amé. Ignoraba el impulso de
tender la mano, y el de besar. ¿Qué labios? ¿Qué rostro? Estaba solo. ¿Tiraría
una piedra contra mi figura reflejada
en el agua? No decía tú, tampoco él. No
había ese tú, ese él. ¿Existiría siquiera la
primera persona del singular? Sin que
por esto fuera pacifista, no intervenía
en guerras, ni violaba embajadas. ¿Qué
hacer? ¿Iría a la ópera, a festivales de
rock, gritaría en el fútbol? ¿Me supones
viendo cine pornográfico? ¿Apostando
a la ruleta? ¡Si ni los solitarios habían
sido inventados! ¿Admiraría a políticos,
deportistas, actrices?
-Aplaudiéndolos habrías fundado el
anacronismo.
-¡Qué mundo despoblado mi mundo
unpersonal! Imposibles los negocios
y los imperialismos. Nadie explotaba a
nadie. No se especulaba con las tierras
paradisíacas. Faltaba el demagogo que
prometiera distribuirlas. Y faltaban los
ingenuos ansiosos de obtenerlas. El
Paraíso necesitaba apenas de muy leve
jardinería: todo se daba sin sudor. Dios
puso allí árboles agradables de ver y
comer. Comía, pues. Una dieta frugal;
pero comía. Ininteligibles la inflación,
la recesión; sin inaugurar la deuda
externa. Menos aún la convertibilidad.
Absurdo el hombre lobo del hombre.
Te hablaba de mi soledad, no me aburrían ni la TV, ni los poetas herméticos,
ni la Biblia. Ni me aburría yendo a
exposiciones, conciertos o conferencias. Me era preciso aburrirme por las
mías. Y esto es difícil. Carecí hasta del
recurso de ir al café. Cuando hube
caminado por el Jardín, descubriendo
la uva y la rosa, el olmo y la acacia y
puesto nombre a todo los animales
(¿por qué habré puesto león al león,
mosca a la mosca, en qué idioma) sólo
me quedaba hablar con ellos, con las
nubes y el río, vana manera de hablar
conmigo.
―Poco has cambiado. Estás monologando.
―Difícil hablar cuando no te oyen. Nadie
me interrumpía, aprobaba o replicaba.
En el monólogo, el actor se dirige al
público. Este, escuchando, le responde
aunque sea sin palabras. Pero a mí...
―¿Eras consciente de tu soledad?
―¿Cómo iba a hacerlo, si no imaginaba nada distinto? Veía rebaños,
tropillas y enjambres, pero ¿acaso e
único hombre se supondría un animal
sociable? Debimos multiplicarnos para
inventar la palabra soledad. La mía fue
una soledad innominada, sin filosofías,
total. Muy distinto lo de Robinson
Crusoe. Robinson estuvo solo en una
isla. Pero su soledad fue muy otra. Él
tenía recuerdos. Había para él nombres, rostros, imágenes felices, también
infamias. Tenía armas, herramientas,
enseres y semillas por él rescatados del
naufragio; recuerdos físicos del mundo
donde había vivido, prolongado por
15
ellos en la soledad. Era la suya, habrás
comprendido, una soledad relativa. A
Crusoe le faltó un jardín frugífero, sustentador y debió trabajar tenazmente
como lo hice yo una vez expulsado.
Sobrevivió porque afloraron en él el
cazador, el carpintero, el labrador, el
constructor, el sastre, el alfarero subyacentes en todo hombre civilizado. Si
no había quienes discutieran con él,
ni la mujer que con él se acostase, lo
acompañaban algunas obras de los
hombres -clavo y martillo, ropas- y
quizá la memoria de unos ojos, quizá...
Soñaba con ver de nuevo a seres humanos. Yo...yo no tenía memoria ni herramientas. ¿Y qué esperaría, a quién?.
¿A Eva aún increada? Yavé no me la
había anunciado. Sólo decidió cuando
le desagradó mi soledad. Ni de mí tenía
yo recuerdos. No supe de la ternura
materna, ignoré los descubrimientos
de infantiles, las travesuras y los juegos.
No me perturbaron los desasosiegos
de la adolescencia, ni se me reveló
de pronto la pubertad. Desconocí el
miedo y el coraje. Llegué a hombre sin
el proceso de enfermedades y llantos.
No hubo quien me esperara mientras
yo crecía en un vientre que crecía. Ni
el psicólogo más sagaz podría señalar
en mí traumas infantiles. Yo habría
desesperado a Freud. Inútil como
sujeto de psicoanálisis. Hubiera sido
imposible atribuírme el complejo de
Edipo. Ni sospeché que el sexo pudiera
tener relación conmigo como la tenía
con el potro relinchante y los perros
apareados. Mi alma me era ajena. Sin
embargo, nadie me es extraño, todos
descienden de mí. Todos.
―También de Eva. Humana raíz se dijo
de ustedes.
―¿De Eva?. ¡Sólo de Adán! Eva, una parte
de mí, yo mismo.
―Te han tildado de hermafrodita,
andrógino.
Tras encogerse de hombros, insistió
-Todos son mis nietos, o lo fueron, o lo
serán. Directos de mí. Indirectos. Eva
mediante. Estaban en mí, latentes, en
mí entonces, ignorado semen y en la
médula del hueso, luego extirpado.
Todos. Quienes creen que existí y ésos
que prescinden de mí, como Couvier
y Darwin. Adán mencionó luego a
Hitler y Ghandi; a otros. Por mi parte,
lo halagué: -Eres el abuelo-. Por la
suya agregó: -El único. Abuelo de los
genios, santos, asesinos, mediocres,
triunfadores, extrovertidos. Eran en mí
los osados y los tímidos. Explíquenlo,
si se atreven, los genetistas, con sus
cromosomas y genes, y los genealogistas, valiéndose de sus árboles. Neutro,
llevaba los gérmenes de los buenos y
los malos.
―Plural soledad -dije. Y él: ―Los idealistas
y los realistas. Quijote y Sancho. Los
trabajadores y los ociosos. Los dueños
del desparpajo y los aniñados por el
candor. Los ácidos desoxirribonucléicos, depositarios de la herencia, son el
ADN, casi Adán.
―Sólo en castellano. En italiano eres
Adamo. En francés e inglés, como en
latín: Adam. Casi igual que Ádam, en el
hebreo original.
Adán no me oía ya. Me había dejado
en mi humilde soledad.
Raúl N. GARDELLI
(1996)
LA IMPUNIDAD DEL TIEMPO
LA ÚNICA VEZ QUE TUVE GANAS
DE ACUSARLOS DE MI MUERTE
La única vez que tuve ganas
de acusarlos de mi muerte,
dos enanos correteaban
en la pista de baile,
mi esposa sostenía con ahínco
su corazón en llamas,
mis hijos me miraban de frente,
hablándome con guardada
voz afectuosa. Sucedía el destierro
con inclinable alegría,
nadie sabía el lugar de mi escondite y
asomada en puntillas
la tarde se quedó
contra la pared de mi cuarto.
Quién sacaría los enanos del baile,
llevaría a mi esposa
al estrado de los creyentes
y contestaría las preguntas
de estos niños crecidos en años.
Sube
infinita belleza
a los ojos y al temblor.
En el extravío del suceso
mudas son las sombras
Posible el habla
tras el silencio
No habiendo sido antes
ahora existe y lleva
el nombre que le di.
Mercedes YAFAR
(2007)
Y hay hastío
y la tarde es ardua
y los dones mutila.
En las máscaras
se enquista la victoria.
Mientras
la mano con puñal
sangra nuestra historia indecible.
Yo descendí con Hamlet
y no tuve certeza alguna.
Mañana me marcharé
y se harán polvo las estatuas.
Horacio AIGE
(1994)
Armando SANTILLÁN
(2007)
17
letargos de la memoria
tiempo empecinado
en perdurar
creencia de ti
en la nada
boceto de luz
en la niebla
Rosa María CELENTANO
(2000)
EL TIEMPO
MIENTRAS TANTO
Se precisaron las espadas, las almenas,
los versículos de las Sagradas Escrituras
para que el tiempo sea invulnerable
como la luna que admiraban los visires.
Vedadas a su amor quedan las muertes,
las infinitas cruces necesarias,
los días en que ninguno fue el primero.
Como el eco de un reloj en la memoria
van los ponientes y las generaciones,
la gota de agua que cae en la clepsidra,
La puerta verdadera que nunca ven los hombres.
el porvenir de las cosas será el polvo.
Sólo el tiempo es perfecto. Nos modela
y luego, curiosamente, nos olvida.
Mientras descarto entre líneas
esos saludos pálidos aferrándose,
esas siluetas persiguiendo un espejo
que les acalambre la mirada,
esos pies volviendo exactamente
más allá de ningún lado
Susana VALENTI
(1995)
mientras esquivo
el deseo global de ser cualquier otro,
las esperanzas alcoholizadas
dirigen un sueño
sin bocacalles ni palabras de colectivo,
triste marcapasos
de la nostalgia en muchedumbre
mientras tanto
la sombra del río
me deja cerca, muy cerca.
Adrián BUSSOLINI
(2000)
CEBADERO //////////////////////////////////////////////////////////////// 19
TALLERES LITERARIOS y COLABORACIONES
PROYECCIÓN
Ayer...
Hoy...
La infinitud de los minutos transmutados en horas, en días, en la vesania incognoscible del
tiempo sin edad...
Todos los días buscando su mirada. Una mirada verde, o azul, o gris; o negra como mi congoja. Porque mi congoja nació en el mismo instante en que quise adivinar la acuarela de su
mirada, el ardor de su pasión o la humedad de su ternura.
Tres años siguiendo la misma rutina...
Llega al bar, cabizbaja, con su pensamiento en una lejanía que yo recorro hasta detenerme
en sus neuronas, en el espesor de su masa, en el interior de su recorrido vital. Entonces la descubro rememorando, cubriendo paisajes con la lozanía de su mente incontaminada. Percibo
horizontes, hallo como una suerte de contrastantes láminas, todas distintas porque en cada
una de ellas bulle un sentimiento diferente; como una acuarela de sus ojos, que pueden ser
verdes, o azules, o grises, o negros como mi congoja.
Como todos los días me acerco a la mesa que mira hacia el norte y se enfrenta con el cartel
luminoso: Xuxa y Roberto Carlos, Roberto Carlos y Xuxa... guiños verdes, azules, grises... y
negros como una mala noche.
La uniformidad de los días me indica inflexiblemente que no veré su mirada; que otra vez
dejará escrito en la servilleta de papel: “una lágrima con dos sobrecitos de azúcar, por favor”.
“...una lágrima con dos sobrecitos de azúcar, por favor”.
Yo traeré una lágrima y los dos sobrecitos, buscaré su mirada de cuarzo, recogeré los noventa
centavos y me iré con el desengaño hundido en mi piel, que adivina los claroscuros oculares,
la húmeda simpleza de sus lagrimales, el triste asombro de un tiempo marcando avances y
retrocesos...
Ella se levantará, recogerá su bolso negro que adentro quizás sea verde, o azul o gris. Caminará, como siempre, mirando las baldosas, saldrá, cruzará la calle y otra vez el Fiat negro y esa
mirada que nunca sabré de qué color es, quedará aprisionada eternamente en el asfalto.
Yo abriré el bolso, buscaré inpaciente el color verde, azul, gris o negro. Y nuevamente mi loco
estupor, nuevamente mi rostro apresado en una foto carnet cuatro por cuatro, cuyos colores
verdes, azules y grises estallan dentro del bolso negro.
(1998)
Betty BADAUI
El tiempo se escapa inalcanzable
Como el humo tras mi espalda
Llevo sueños de posible alcance
en esta fuente inagotable de minutos
Voy caminando en un suelo atiborrado
de esperanzas
El amor llena mi presente
haciendo dulce el sabor de lo pisado
cuando el recuerdo del vacío de palabras
y silencios abandonados
sentenciaron a lo eterno
acabado
Y espero en todo tiempo
siempre
alcanzar la quietud
en tu mirada
Irene LOVAINE
(2007)
AGOSTO
Música, susurros,
mujeres, mesa, flores,
sonidos, recuerdos,
cruces, ríos, mares,
añoranzas, letras,
tango, amigas,
palabras, palabras.
palabras,
poesías y poetas,
Los casi cuarenta minutos que tardamos mi primo y yo, para llegar a
la chacra de nuestros abuelos, fue el tiempo que nos llevó, retroceder
los treinta años desde que fuimos a pasar las vacaciones por última
vez.
Lamentablemente no pudimos entrar, el predio donde se encontraba la
vieja casona, estaba cubierto en su totalidad por malezas, yuyos y árboles que hacían imposible y peligroso el ingreso al mismo. Un primo, en el
pueblo, ya nos había informado, sobre el estado de abandono en que se
encontraba la chacra, aún así no pude dejar de sorprenderme, cuando
lo corroboré con mis propios ojos. La casona estaba prácticamente en
ruinas, los arbustos habían ganado también el interior y el galpón donde
mi abuelo guardaba las máquinas agrícolas, todavía seguía en pie, bastante maltrecho, sobresalía como un Partenón de metal, en esa pequeña
jungla, además, de los cinco eucaliptos gigantes, mudos testigos, del
riguroso paso del tiempo, que convirtió al lugar en una isla virgen, salvaje, enclavada en un mar de soja.
Pensar que ese sitio, fue en mi niñez la antesala del paraíso, donde la
madre naturaleza se había echado a descansar, la fauna, flora y género
humano convivían en armonía, cada cual cumpliendo su rol. Mi infancia
transcurría feliz, libre, distraída, despreocupada, El sol y la luna se
repartían las horas de un aburrido reloj, cualquier lugar era un punto de
partida y el destino, el que nos viniera en ganas, el horizonte se podía
ver en los cuatro puntos cardinales. El tiempo tenía todo el tiempo del
mundo, todas las mañanas me esperaba en la amplia galería, vestida
de florecidas enredaderas y piso de ladrillos, para acompañarme en
mis juegos. (Al tiempo le encanta estar con los niños, porque se siente
honrado) La realidad que tenía ante mí, me produjo mucha tristeza,
quedarse mas tiempo no tenía sentido, por eso, con mi primo, decidimos
volver al pueblo.
Esa imagen orbitó por un tiempo mi cabeza y esa tristeza que sentía se
fue atenuando, porque comprendí que no es el tiempo, el que todo lo
destruye a su paso, somos nosotros, transeúntes, que viajamos a través
del tiempo, cabalgando en el corcel de la vida, los que permitimos que
las cosas se destruyan, porque las abandonamos, somos nosotros los
que dejamos que los recuerdos mueran porque los olvidamos.
Comprendí, que, si bien la casona ya no estaba físicamente, si lo estaba
dentro de mí, en mi memoria, grabada a fuego, perpetua. Por todo eso,
tiempo, yo te absuelvo.
casi de la nada.
Siliva DELICIA
(2007)
Jorge BISONNI
(2007)
21
CANSERA
DATE TIEMPO
Recuerdo que llegaste tarde al taller...
¡como se puede vivir sin respetar los
horarios! ¡Para colmo perderse!
Fue el reproche del inconsciente grupal.
Luego irrumpió el sueño vengador...
Las manos empuñan una palanca
enorme, hace forzar al humano, gotazas
de transpiración explotan del cuerpo,
muslos, espalda y rostro escupen agua
salada como los ojos empapados de
diminutas bolitas dificultan la visión.
Venas moradas a punto de estallar, me
esfuerzo para que el yugo gire sin que
importe un respirar jadeante.
El cuerpo tirado hacia adelante se
prodiga en extremo, el engranaje
gigante no lo hicieron detenerse, labios
resecos imploran agua fresca.
Sin embargo, otra idea o pensamiento
latente, hace olvidar momentáneamente ese infierno.
La prioridad está escrita en mente
y cuerpo, mandato divino, el reloj no
puede detenerse.
Constante y precisa tiene que ser la
tarea.
Emulo a Sisifo, castigo sin piedad.
Empujo, giro, tracciono más allá de la
muerte.
5’ para comer, en 10’ te paso a buscar,
2’’ para salir a escena, pasaron 30’’ y
no llegaste, pero 1 hora se murió, 20’’
besandonos, 18’’ tardar los rayos del sol,
te matan 2’’ con una inyección letal.
Dos agujas enormes ensombrecen el
mundo.
Daniel IFRÁN
(2007)
...para ver la luna, esta noche, sale para vos.
...para sentir la brisa suave, esta noche, te acaricia el rostro.
...para dejarte abrazar por la noche que en algún escalofrío, seguramente
te ha besado.
...para escuchar el sonido del agua, esta noche, el río te canta.
...para caminar por la playa y sentir el cosquilleo en los pies.
...para disfrutar del silencio en la inmensidad de la noche.
...para ver a tu alrededor y verás que, siempre, estaré a tu lado.
Luis Daniel PORTULAPPI
(2007)
PROGRAMA DESCENTRALIZADO DE CICLOS,
CURSOS Y TALLERES LIBRES Y GRATUITOS
DISTRITO CENTRO
En 2008: V CICLO “LA HORA DEL CUENTO”
Oficina de Proyectos Culturales // Avda. Aristóbulo
del Valle 2734 TE (0) 341 480 4511 (Int. 157) ó
421 2942
Coordinadora: Prof. Mónica Alfonso
TALLER LITERARIO “JORGE RIESTRA”
Dirección de Educación Municipal // Maipú 842
Sábados de 18 a 20 h
TE (0) 341 480-2534 ó 15 641 4306
Coordinador: Prof. Humberto Lobbosco
[email protected]
ESPACIO DE ESCRITURA CREATIVA PARA ADULTOS
Casa de la Poesía. Sgto. Cabral 301 y G. Estévez
Boero (Paseo de las Artes y río Paraná) 1º Grupo:
Lunes de 17 a 18:30 h // 2º Grupo: Lunes de 19 a
20:30 h TE (0) 341 480-2224 ó 464-4036
Coordinadora: Prof. Celia Fontán
[email protected]
ESPACIO DE CREACIÓN PARA JÓVENES
Casa de la Poesía / Sgto. Cabral 301 y G. Estévez
Boero (Paseo de las Artes y río Paraná) TE (0) 341
480 2224 ó 430 1717 1º Grupo: Martes de 18:00 a
19:30 h // 2º Grupo: Martes de 19:30 a 21:00 h.
Coordinadora: Prof. Ana Victoria Lovell
[email protected]
ANÁLISIS DEL DISCURSO
Casa de la Poesía. Sgto. Cabral 301 y G. Estévez
Boero (Paseo de las Artes y río Paraná) Miércoles
de 17:30 a 20 h TE (0) 341 480 2224 ó 449 0371
[email protected]
Coordinadora: Mag. María del Rosario Fernández
MUESTRA de FOTOGRAFÍA
Noviembre, Diciembre y Enero.
Manuel Costa // Casa de la Poesía. Sgto. Cabral
301 y G. Estévez Boero (Paseo de las Artes y río
Paraná). Lunes a Viernes de 9 a 19 h
DISTRITO NORTE
TALLER DE ESCRITURA CREATIVA
Lunes de 14 a 16 h Hasta Noviembre de 2007 Centro Crecer Nº 4. Luzuriaga y Vieytes. TE (0) 341 15
564 2732 [email protected]
Coordinador: Prof. Sergio Marinelli
TALLER DE ESCRITURA CREATIVA
Centro de jubilados Abelardo LEDESMA
Laguna 2743. Lunes 16 a 18 h Hasta Noviembre
de 2007 TE (0) 341 15 564 2732
[email protected]
Coordinador: Prof. Sergio Marinelli
TALLER DE ESCRITURA CREATIVA
Biblioteca “DEFENDER la VIDA”
Manuel García 1826. Lunes 18 a 20 h Hasta
Noviembre de 2007 TE (0) 341 15 564 2732
[email protected]
Coordinador: Prof. Sergio Marinelli
Área de Cultura del Centro Municipal de Distrito
Suroeste. Ovidio Lagos 4140 (Días y horarios a
convenir)
TE (0) 341 480 5627 ó 15 619 2054
Coordinadores: Prof. Adriana Felicia, Livia Vives y
Crhistián Álvarez
TALLER DE ESCRITURA CREATIVA
Escuela República de Nicaragua // Rubén Darío
1441 Martes de 15 a 17 h Hasta Noviembre de
2007
TE (0) 341 15 564 2732
[email protected]
Coordinador: Prof. Sergio Marinelli
ESPACIO DE ESCRITURA
Área de Cultura del Centro Municipal de Distrito
Sur “Rosa Ziperovich”. José Félix de Uriburu 637 /
TE (0) 341 480 9890 (Int. 135 ó 136) ó 15 586 8301
[email protected]
Coordinadora: Prof. Lidia A. M. García
ESPACIO LITERARIO Centro Cultural Cine Lumière.
Dalmasio Vélez Sarzfield 1027 // Martes de 16 a
18 h
TE (0) 341 480 4816
[email protected]
[email protected]
Coordinadora: Prof. Marcela Prosperi
DISTRITO SUR
TALLER DE ALFABETIZACIÓN
En el Centro de Salud Luis Pasteur. Ayolas 270
TE (0) 341 809-778 ó 15 586-8301 ó
[email protected]
Coordinadora: Prof. Lidia A. M. García
TALLER DE ESCRITURA CREATIVA CLUB SPARTA
Machain y Sorrento. Miércoles de 16:30 a 17:30
h Hasta Noviembre de 2007 TE (0) 341 15 564 2732
[email protected]
Coordinador: Prof. Sergio Marinelli
PARA NIÑOS
JUEGO DE PALABRAS
En el Centro de Salud “Luis Pasteur”. Ayolas 270 TE
(0) 341 480 9778 ó 15 586 8301
[email protected]
(Días y horarios a convenir) Coordinadoras: Prof.
Lidia A. M. García y Psa. María Florencia González
TALLER DE LITERATURA
Área de Cultura del Centro Municipal de Distrito
Norte “Villa Hortensia”. Warnes 1917. Viernes
16:30 a 18 h Hasta Noviembre de 2007 TE (0) 341
480 6822 (Int. 122) ó 457-1044 ó 15 564 2732
[email protected]
ESPACIO LITERARIO “ARBALAP”
1) Piletas del Saladillo. Martes 15 h. Paraguay 4586
TE (0) 341 431 9701 ó 463 7287 2) Centro Cultural
“Mate Verde”. Gutiérrez y Paraguay Lunes 16 h.
TE (0) 341 463-7287 Coordinadora: Prof. Patricia
Gualino/ [email protected]
DISTRITO SUROESTEUDOESTE
DISTRITO NOROESTE
Área de Cultura del Centro Municipal de Distrito
Suroeste // Ovidio Lagos 4140. TE (0) 341 480 5627
ó 431 4608 ó 15 693 8200 / anacarolina1981@
hotmail.com
ESPACIO LITERARIO “LOS LANZALLAMAS”
Biblioteca Popular “Gastón Gori”Juan José Paso
7990. Sábados de 17 a 19:30 h. TE (0) 341 451 9625
ó 451 4010 [email protected] Coordinador: Fabricio Simeoni
ESPACIO DE COMPRENSIÓN Y PRODUCCIÓN DE
TEXTOS
Asociación Vecinal Villa del Parque
Miércoles de 17 a 19 h
Coordinadora: Prof. Ana Carolina Alzugaray
ESPACIO DE COMPRENSIÓN Y PRODUCCIÓN DE
TEXTOS
Asociación Vecinal Barrio HUME. Jueves 16 a 18 h
TE (0) 341 480 5627 ó 431 4608 ó 15 693 8200
[email protected]
Coordinadora: Prof. Ana Carolina Alzugaray
PARA NIÑOS
LA LATA AL LATERO...
AQUÍ LLEGAN LOS CUENTEROS...
ENCUENTRO CON LA PALABRA (Desde los 17 años)
Centro Municipal Distrito Noroeste “Olga y Leticia
Cossettini” Provincias Unidas 150 bis
Lunes de 17 a 19 h
TE (0) 341 480 7680 (Int. 480 ó 489)
Coordinadora: Prof. Marcela Prosperi
PARA NIÑOS
JUGANDO CON LAS PALABRAS Centro Municipal
Distrito Noroeste “Olga y Leticia Cossettini”
Provincias Unidas 150 bis De 9 a 14 años.
Lunes de 15:30 a 17 h
TE (0) 341 480-7680 (Int. 480 ó 489)
Coordinadora: Marcela Prosperi
>>>>>>>>>>>>>> * Por mayor información // Casa de la Poesía TE (0) 341 480-2224 ó 424-8922 // [email protected] – www.rosario.gov.ar >>>>>>>>>>>>>>
Intendente Municipal
Ing. Miguel LIFSCHITZ
Secretaria de Cultura y Educación
Dra. María de los Ángeles GONZÁLEZ
Subsecretario de Cultura y Educación
Lic. Juan José GIANI
Coordinadora de Proyectos Culturales
Lic. Adela CAMPOSTRINI
Coordinadores Área Literaria
Lic. María Paula ALZUGARAY
Lic. Federico Eduardo TINIVELLA
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