11-12/1974 - Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente

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Núm. 11•12 • 74 H
iii^^
FUNCION
ECONOMICA
Y SOCIAL
DEL MONTE
FRANCISCO LUNA LORENTE
Ingeniero de Monte^
MINISTER1ODEAGRICULTURA
FUNCION ECONOMICA Y SOCIAL DEL MONTE
Poco se han tratado y conocido, hasta hace unos años,
el hombre y los moi^tes que le rodean. Los españoles de hoy
empiezan a conocer los montes y, ppr tanto, los aprecian
mucho más que otras generaciones anteriores que hicieron
muy poco por acrecentarlos. No obstante, interesa ampliar
este conocimiento para aumentar el afecto y simpatía, no
exentos del respeto que toda obra de la naturaleza merece.
La belleza de un mont? debería ser suficiente para hacernos sentir cl deseo de cuidarlo y conservarlo, pero además hay quc tener presente también lo que significan en la
economía del país y en la vida de los españoles. Debemos
tener conciencia exacta de los bienes materiales que nos
reportan, de su función social, de su papel protector sobre
la enorme riqueza potencial de nucstros embalses y de los
cultivos de nuestros valles.
El objeto de esta publicación es dar a conocer los beneficios directos, indirectos y sociales que ofrece el monte a
la humanidad y estrechar un poco más los lazos que unen
a las personas con esos bosques de venerables y frondosas
encinas o de vigorosos y enhiestos pinos, a cuya sombra
casi todos hemos vivido alguna de las jornadas más gratas
de nuestra existencia.
Los beneficios que el monte reporta al bienestar del hombre son de tres tipos :
- Directos: maderas, resinas, corcho, frutas, pastos, etc.
-- Indirectos : regulación pluviométrica, protección contra la erosión, los aludes, las inundaciones, erosión
eólica, etc.
- Sociales : par'ques naturales, reservas ambientales, etc.
Comentaremos cada uno de estos apartados de una forma simple y concisa.
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BENEFICIOS DIREC^^S DEI. MONTE
Comprenden todos aquellos bienes que produce la zona
forestal y que son directamente consumibles por el hombre
o la industria. Hoy están considerados como los más im.
portantes y son los siguientes:
Producción de maderas
Es la finalidad fundamental del monte. La áctual expansión experimentada en la producción cabe atribuirla al aprovechamiento ya iniciado de las repoblaciones realizadas a
partir del año 1940.
De los ocho millones y medio de metros cúbicos de madera con corteza que producen nuestros montes, el 57 por
100 del total proceden de coníferas ; figurando en primer
lugar el pino negral ( P. pinaster ), con más del doble, al que
sigue inmediatamente después el pino silvestre.
De entre las frondasas, el haya es la especie de mayor
praducción en España, sin contar el eucalipto y el chopo.
Fig. l. - La principal
fuente de riqueza del
monte es la madera.
-^Los montes espanoles no producen la suficiente madera
de buena calidad ( desenrollo, aserrada) para abastecer la
demanda del mercado nacional; de ahí que anualmente se
importe este producto por valor que oscila alrededor de los
8.000 millones de pesetas.
Producción de leñas
La producción de leñas sigue una tendencia claramente
regresiva, porque su principal aplicación, como combustible, está siendo sustituida progresivamente por la electricidad y los combustibles derivados del petróleo, principalmente el gas butano.
Debido a la poca demanda existente de este producto,
no sólo deia de aprovecharse la leña procedente de matorral, sino también la procedente de podas y de desramado
de los árboles apeados er. la corta, que generalmente quedan
en el monte por lo antieconómico que resulta su extracción.
La acumulación de estos residuos en el monte no lleva consigo ventaja alguna, pues aunque su descomposición puede
dar lugar a un pequeño incremento de materia orgánica,
su abandono y acumulación resulta perjudi ^ial, parque se
transforma en cobijo de numerosas plagas y, sobre todo, es
un gran combustible que propaga rapidísimamente el fuego,
aumentando, por tanto, el peligro en el caso de que se provoque un incendio.
Siempre que sea prohibitiva la extracción de la leña del
monte debe triturársela para que se descomponga antes;
si esta operación ocasiona gastos, mayores serían las pérdidas ocasionadas por incendio o por efecto de una plaga.
Producción de resinas
El caso de la resina es parecido. Es decir, la aparición
de las resinas sintéticas ( plásticos acrílicos y vinílicos ) y
de los disolventes petroquímicos ha hecho entrar en crisis
la producción de aguarrás y colofonia en todo el mundo,
habiéndose apreciado claramente los efectos en la producción española hasta el pasado año. Hoy, debido a los altos
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precios alcanzados por el petróleo, parece resurgir nuevamente la producción de resina en nuestros montes.
España, que ocupa el sexto lugar en la producción mundial, da una media, en los veinte últimos años, de 50.000 toneladas. El 70 por 100 de esta cantidad se transforma en colofonia y el 30 por 100 en aguarrás.
De todos nuestros pinos, el Pinaster es el que se emplea
para obtener este producto.
La máxima producción la da Segovia, llegando a producir sus pinos cinco kilos por pie y año. Cuando la producción
alcanza un mínimo de 250 kilos por hectárea y año se puede
considerar como buena.
Producción de corcho
Es otro ejemplo claro de progresiva sustitución de una
materia prima natural por los productos sintéticos ( caucho
buna, plásticos, etc. ). Conviene subrayar, sin embargo, que
Fig. 2.-La especie^ forestal que más
divisas nos produce es el alcornoque, al exportar los productos de
su corteza: el corcho.
-6es el único producto forestal espatiol tradicionalmente objeto de exportación ( 1.411 millones de pesetas en 1971).
España ocupa el segundo pucsto en la producción mundial de corcho, que supone el 22 por 100 del total, solamente superada por Portugal, a quien corresponde el 50 por 100.
La producción española fue, en el año 1971, de 95.700 toneladas.
Producción de frutos
Por considerarlos m^ís importantes, vamos a mencionar
la producción de piñón, castaña, nuez y bellota.
Piñón.-El piñón es un fruto procedente, ante todo, del
pino piñonero ( P. pinea ). Cada día va teniendo mayor dema,nda este producto, por las múltiples aplicaciones que se
dan al mismo, sobre todo en confitería. Hasta ahora se ha
producido en aquellas zonas naturales propias del pino piñonero, en donde se desárrolla y fructifica muy bien; hoy se
trata de obtener piñón en muchas comarcas (tierras abandonadas), cuyas características pluviométricas y edafológicas no sean las propicias para el pino piñonero, injertando
sobrc pies de pino carrasco ( P. halepensis ) y negral ( P. pinaster ), con lo que se pretende obtener una fructificación
más precoz y mayor uniformidad del fruto.
Castaña.-De los dos tipos de aprovechamiento que se
hacen del castaño, la madera y el fruto, es este último el
que más valor tiene en la actualidad. La castaña se emplea
en montanera, a1 igual que la belloia, pero el aprovechamiento que reviste más importancia es la recogida del fruto
para consumo humano.
La castaña posee actualrnente unas perspectivas extraordinarias, ya que hay demanda de ella en el mercado exterior, al cual se destina la mayor parte de la producción.
Nuez.-La nuez es un fruto seco muy cotizado, debido,
por una parte, a la escasez de este producto ( cada día se
arrancan más y se plantan menos nogales ) y, por otra, a
que su consumo aumenta al elevarse el nivel de vida. La
prueba está en que cada año se hacen importaciones de este
Fig. 3.-Cerdas de cría aprovcchando pa;l^^ y hcllr^te.
fruto, que alcanza precios superiores a los de la producción
nacional. Actualr.zente hay una gran inclinación y predisposición, por parte del agricultor, a plantar este árbol en
secano y regadío, con el objeto de injertarlos de variedades
selectas y dedicarlos preferentemente a la obtención de fruto. Con el injerto se obtiene una más pronta fructificación
y uniformidad en la calidad del fruto.
Bellota.-La bellota es el fruto procedente de árboles
del g'énero Quercus ( encina, roble, alcornoque, rebollo, etc. ).
Se emplea para alimentar el ganado, sobre todo cerda, en
montanera. Con la aparición de la peste porcina africana
en nuestro país ha disminuido el número de cerdos que
aprovechaban este producto, ya que han pasado a criarse
estos animales en explotaciones intensivas, en detrimento
de las extensivas o de pastoreo.
Producción de pastos
De la superficie forestal total, 26,8 millones de hectáreas, se pastan todas menos una superficie acotada, variable en su localización y en el tiempo, que asciende, aproximadamente, a 4,5 millones de hectáreas.
La importancia de dichos pastos, más los frutos, hierbas
segadas y consumidas en verde o henificadas, procedentes
del área forestal y aprovechadas por el ganado, se refleja
en que, transformados todos en carne, representa el 50 por
100 del peso de carne viva sacrificada y consumida anualmente en España.
Actualmente la política que lleva el ICONA y los par-
-sticulares es no sólo establecer nuevos pastizales, sino regenerar los existentes, introduciendo obras complementarias
( apriscos, abrevaderos, etc. ) y cerramientos. El gran problema de los pastos de los montes es su degeneración por
falta de cuidados culturales y, sobre todo, por estar sometidos a un pastoreo irracional.
Producción de esparto
En el caso del esparto, empleado en su mayor parte como
fibra celulósica, la mejora progresiva en el suministro de
otras primeras materias de mejor calidad para la industria
papelera es la causa de su fuerte disminución ( en el año
1964, 41.500 toneladas, y en 19 r 1, 20.400 toneladas ). Hoy, debido a la baja rentabilidad del espartizal, se están transformando estas superficies en nionte alto mediante repoblaciones, en pastizales, plantaciones de almendro, etc.
Caza y pesca
Una de las riquezas más importantes de nuestros montes, y que además va en aumento, es la caza y la pesca.
Caza.-Los montes españoles poseen una apreciable variedad de especies zoológicas que son objeto de caza.
Entre dichas especies hay que distinguir las llamadas de
caza mayor ( ciervo, gamo, corzo, cabra montés, rebeco, muflón, jabalí, oso pardo, lince y lobo) y las de caza menor
de pluma y pelo ( urogallo, avutarda, perdiz roja, codorniz,
colín, aves acuáticas, conejo, liebre, etc.).
La riqueza cinegética española puede constituir una considerable fuente de riqueza. Hoy la labor de conservación
y fomento de la caza va dirigida a repoblaciones, inversiones en obras, trabajos, estudiós y creación de cotos, reservas, parques nacionales y estaciones cinegéticas.
Un detalle indicativo de la rentabilidad actual de la caza
es que el principal aprovechamiento de muchos montes e
incluso fincas de particulares, es la caza, estando sometidos
los dem "as aprovechamientos a las exigencias de esta riqueza.
A1 ser la caza un deporte caro, el Estado, a1 tener pre-
Fig. 4.-El esparto, llamado años atrSs •oro verde•, está en decadencia, al
ser sustituida su fibra por otras de mejor calidad (pinos y eucaliptos).
Fig. 5.-Las especies de Lavándula cultivadas en el monle pueden ser un
importante ingreso, por sus aceites esenciales. Una plantación en la comarca
de Viver (Castellón).
Fig. 6.-La pesca es
un deporte con creciente número de aficionados.
sente el principio de igualdad de oportunidades, está creando los cotos sociales, a los cuales tiene acceso cualquier español, sea cual sea su condición y sus posibilidades económicas.
Pesca.-En cuanto a la pesca continental, las aguas españolas poseen una apreciable variedad de especies piscícolas,
entre las que, atendiendo a sus dos principales valores, deportivo y económico, deben citarse como más importantes,
dentro de las indígenas, las siguientes: salinón, trucha, barbo, carpa, anguila, lamprea y cangrejo (crustáceo), y entre
las exóticas: el lucio, carpa real, perca americana (blackbass), trucha arco iris y salvelino.
Las aguas de la mitad norte de la Fenínsula Ibérica,
especialmente, contienen una población de salmónidos que
atraen a un elevado número de pesca.dores nacionales y extranjeros, amantes de las bellezas de los cursos fluviales, del
contraste de los paisajes y, sobre todo, de la posibilidad de
obtener buenos éxitos deportivos en un ambiente de comodidad y tranquilidad.
Hoy la labor de conservación y fomento de la riqueza
piscícola tiende a mejorar el estado de las pablaciones ictícolas repoblando artificialmente las aguas con especies indígenas y aclimatadas, incrementando las centros piscicultores, mejorando las condiciones de pescabilidad o acandicionando el medio en que se desenvuelve el pesca,dar, etc.
Otros productos
Son muchos los productos que, aparte de los anteriores,
se obtienen del monte, pero de menor importancia. Así se
obtienen curtientes ( leñas de castaño, roble y encina y ce-
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pas de brezo), setas comestibles (trufa, nísc^.los o robellones, etc.), esencias (romero, tomillo, lavandas, hojas de eucaliptus, etc. ), plantas y brozas para cama de ganado, plantas y hojarasca para mullido y embalaje, piedras, tierras y
mármoles, etc.
BENEFICIOS INDIRECTOS DEL MONTE
El monte no sólo produce bienes directamente consumibles por el hombre, sino que tiene, además, una infiuencia
económica indirecta, pero poderosa. En efecto, el monte ejerce un papel importante de regulador pluviométrico, de protección contra la erosión hídrica y eólica, los aludes y las
inundaciones; atenúa las oscilaciones climáticas, evita el entarquinamiento de los embalses, regula hidrológicamente las
cuencas de los mismos, protege contra la contaminación atmosférica, el polvo, el ruido, etc.
Las operaciones forestales que tengan por objeto alguna
de estas finalidades deben excluir cualquier otra función, que
ha de considerarse como accesoria, incluso la búsqueda de
rentabilidad directa, llegando, si es preciso, a medidas como
el sacrificio de toda producción maderera comercializable.
El monte, regulador pluviométrico
La presencia del bosque o prados viene determinada, en
general, por la cantidad de lluvia que cae anualmente en
una comarca, pero a su vez la vegetación infiuye poderosamente sobre la misma. Así tenemos el caso de las densas
selvas tropicales que, con su enorme transpiración, aumentan la humedad del aire, favoreciendo la lluvia.
El bosque nos da una ganancia de agua que podría valorarse en una precipitación de 130 mm. Si tenemos en cuenta que la mitad de nuestro país tiene una lluvia media de
430 mm., el aumento sería del 30 por 100, cantidad muy
respetable, capaz de cambiar completamente su fisonomía.
Sin embargo, existen algunos autores, Surell, por ejemplo,
Fig. 7.-Inundaciones en el campo de Lorca en 1973.
que dicen que no se encuentran efectas de suficiente intensidad para causar una variación tan notable en el régimen
de lluvias.
Papel del monte como protectar contra la erosión hídrica
Erosión es la denudación y el arrastre de los elementas
superficiales que canstituyen un suelo, ocasionada por factores climatológicos.
La influencia que tiene la vegetación en la cantidad de
arrastres es importante y debida a causas diferentes. Una
de ellas es la mayor consistencia del suelo, cansecuencia del
entrelazamiento de las raíces; el aumento de consistencia
alcanza mayor o menor profundidad según sea la naturaleza
de la vegetación : es pequeña cuando la cubierta del suelo es
herbácea, y mucho mayor cuando se trata de árboles y arbustos.
Por otra parte, los miles de obstáculos que se oponen
a la marcha de las aguas, troncos de árboles, tallos de arbustos, etc., reducen la velocidad de las aguas a la cuarta
parte. ^Se admite que el trabajo de la erosión viene a ser proporcional al cuadrado de la velocidad, por lo que aquel trabajo quedaría reducido en un terreno pobládo con masa forestal a la dieciseisava parte de lo que sería en un terr^eno
desnudo.
Si se agrega a esto la mayar consistencia del suelo, es
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posible deducir y afirmar que en una cuenca bien poblada
la erosión es prácticamente nula. Esta acción beneficiosa
hay que atribuirla al bosque, porque está comprobado y demostrado que en terrenos en los que no existían torrentes
mientras hubo bosques, se manifestaron éstos en cuanto desapareció la cubierta vegetal que los defendía contra la erosión de las aguas, como consecuencia de incendios, talas, etc.
El monte protege contra las crecidas e inundaciones
de los ríos.
La inSuencia beneficiosa del monte se manifiesta también en las crecidas. En efecto, cuando descarga un fuerte
chubasco, antes de que el agua llegue al suelo, se mojan las
hojas y ramas de los árboles, que retier_en así las primeras
porciones de lluvia, hasta que llegan a saturarse completamente. A partir de ese momento es cuando llega al suelo
tanta agua como cae de las nubes ; pero, por lo pronto, ya
se ha conseguido un primer efecto retardador. Inmediatamente después, el agua que cae sobre el terreno comienza a
empapar la capa de mantillo procedente de las hojas muertas, que cubre el suelo ; a continuación, el agua que ya no
es capa.z de retener el mantillo empieza a ser absorbida por
la tierra, realizándose la absorción de forma más rápida y
en mayor cantidad que cuando el agua cae sobre un terreno desnudo de vegetación. A patir de este momento, el agua
caída y no retenida hasta entonces corre sobre el terreno,
hacia el cauce, pero a una velocidad que, como se ha dicho
en el apartado anterior, es la cuarta parte de la que tendría
en caso de estar el terreno desnudo. Esta disminución de la
velocidad del agua hace que permanezca más tiempo sobre
el suelo y aumente la infiltración en el mismo.
El monte como regulador hidrológico de las cuencas
de embalses y ríos.
La acción del monte en el régimen de aguas es la resultante de varios efectos, algunos de ellos contrapuestos.
Por una parte, hemos visto que el bosque favorece la in-
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Fig. 8.-El aterramiento de los pantanos se pone de manifiesto cuando
quedan vacíos por la sequía.
filtración y dificulta la evaporación ( protege con su cubierta la evaporación del agua del suelo ) y, por otra, la gran
cantidad de agua transpirada por las plantas, ejerce una
acción desecante en las capas profundas que se extienden
a cinco o seis metros por debajo de la superficie del terreno, aun cuando la humedad de ésta sea mayor que en terreno desnudo. Del diverso juego de estos factores dependerá, en definitiva, la influencia del bosque en el régimen
de aguas.
A pesar de la desecación que, como consecuencia de la
transpiración, se produce en las capas de cinco o seis metros de profundidad, es de esperar que el agua infiltrada llegue a almacenarse en zonas más profundas ; este almacenamiento es el que da lugar al mantenimiento de los manantiales y, por tanto, a un aumento en el caudal del estiaje.
Beauvoir cita el hecho de que Australia, carente de manantiales, logró hacerlos surgir de nuevo con la repoblación
de sus montañas desnudas.
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El monte evita el entarquinamiento de los embalses
A1 hablar de la erosión hídrica hemos visto que la lluvia
al caer sobre un terreno desnudo, arranca los elementos superficiales del mismo, lo cual no sólo provoca el empobrecimiento de éste, sino que, al ser arrastados estos elementos
por barrancos, ramblas y ríos, van a parar a terrenos agrícolas, a embalses o al mar.
Los embalses, como el de Tremp en el Segre, o los de su
afluente el Cinca, reciben cada año, cada uno, por encima
de1 millón de metros cúbicos de sólidos, llegando el de Mequinenza, en el Ebro, a sobrepasar los cinco millones anuales.
^sto mismo se repite en el resto de los ríos españoles,
tales como los embalses del Júcar, del Segura, del Tajo, etc.
Es necesario que junto a la construcción de embalses
se regule la hidráulica torrencial de laderas, arroyos y ríos
mediante extensas repoblaciones forestales, abancalamiento
de terrenos agrícolas y métodos de cultivo antierosivos y
conservadores del suelo, consiguiendo así no sólo evitar erosión y entarquinamiento, sino que a la vez se crea riqueza
forestal, agrícola o ganadera.
El monte protege contra los aludes
Para la práctica de la defensa contra aludes, figura en
primer lugar, por su eficacia y economía, la repoblación forestal, ya que en las zonas densamente pobladas de arbolado
no se producen aludes, por constituir los árboles una serie
ininterrumpida de obstáculos, originarios de compresiones
en el manto de nieve, que impiden la formación de fallas,
subsiguientes resbalamientos y, como consecuencia, aludes.
El conjunto de troncos y la protección de las copas dan
como resultado una mayor homogeneidad a las condiciones
atmosféricas durante la época de nieves, produciéndose también con mayor suavidad el deshielo.
La repoblación hay que hacerla hasta aquellas alturas
que permitan el desarrollo normal de los árboles, ya que si
se achaparran y quedan en forma de arbustos su papel es
Fig. 9.-Muchos pinares bien productivos fueron plantados para aprovechar arenales y fijar dunas.
contraproducente. La densidad de árboles en estas repoblaciones ha de ser superior a la normal, realizándose por medio de fajas; de esta forma la futura masa arbórea cumplirá mucho mejor su misión protectora.
El monte protege contra la erosión eólica ( dunas )
La erosión eólica es el arraste de partículas sólidas ( arenas ) por el viento. Estas partículas de arena que despla^a
el viento, al chocar contra un obstáculo (edificios, árboles,
cultivos, etc. ) se depositan en el suelo, provocando con su
aglomeración la desaparición de estos bienes. También caen
al suelo, aunque no haya obstáculos, cuando la velocidad del
viento disminuye y no es suficiente para mantenerlas en suspensión y transportarlas.
Cuando las extensiones de estas zonas arenosas son grandes y desprovistas de vegetación, sus efectas devastadores
son notables.
Fijando estas arenas por medio de raíces y ramaje de la
vegetación, se evita el arrastre de estas partículas y sus consecuencias sobre la agricultura cercana.
Cuando la vegetación está constituida por árboles forestales, no sólo se evitan los daños mencionados, sino que
se crea una riqueza forestal y se protege a los cultivos próximos contra el viento salobre, que les resulta tan perjudicial. Todo esto tiene interés y es aplicable en España a las dunas de Almonte y Odiel.
El monte atenúa las oscilaciones térmicas
Los árboles influyen en el microclima actuando sobre la
temperatura. La regulación se obtiene por la emisión de una
Fig. 10.-Ganado vacuno en pastizal protegido del viento.
cantidad considerable de vapor de agua. El árbol da agua
a la naturaleza por:
- Evaporación física directa del agua a la atmósfera.
- El fenómeno fisiológico de la transpiración.
- Clorovaporiza,ción, fenómeno químico y fisiologógico
por el que la planta con las hoias asimila anhídrido
carbónico del aire y expulsa vapor de agua.
Estas funciones las realizan las hojas verdes expuestas a
la luz, expulsa.ndo cien veces más vapor de agua que igual
masa de hojas colocadas en la oscuridad, ya que de esta forma no asimilan.
Todos estos fenómenos se efectúan con absorción de calor, par lo que hay una disminución de la temperatura alrededor de los árboles durante las horas más soleadas. En la
disminución de la temperatura influyen también la sambra
que proporcionan y la formación de nieblas o nubes que
protegen de los rayos solares.
El monte protege a la agricultura y ga.nadería de la acción
del viento
Es sobradamente conocida en muchas zonas la acción
perjudicial que tiene el viento sobre las producciones agrícolas y ganaderas.
.
Las cortinas cortavientos, cuya eficacia está ya probada
en todo el mundo, incrementan la producción de cereales y
forrajes en un 20 por 100, y, en el caso concreta de los frutales, este porcentaje aumenta hasta alcanzar el 40 por 100
por la disminución de las pérdidas de la fruta abatida por
los vientos.
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Los pastizales protegidos por cortinas cortavientos no sólo son más gratos al ganado, por la sombra que proporcionan, sino además tienen un mayor contenido proteico.
Si los vientos son de procedencia marina, es posible combatir el efecto de la sal que llevan, por medio de cortinas
cortavientos.
El monte protege contra la contaminación atmosférica
Las hoj as de los árboles enriquecen el aire en ozono, y
las partículas de polvo cargadas de bacterias, al quedar depositadas sobre las hojas y fijadas por las nieblas o el rocío,
son sometidas a una purificación espontánea, debido a que
el ozono desprendido destruye numerosos microbios.
Una prueba de que el bosque influye positivamente sobre
la contaminación son las siguientes cifras obtenidas en París en el año 1953:
- París, grandes bulevares, 575.000 microbios por metro
cúbico de aire.
- Bosque de Fontainebleau, a diez metros de la carretera nacional, 55 microbios por metro cúbico de aire.
Otro problema que contribuye a resolver parcialmente
el. bosque es el gas carbónico existente en la atmósfera contaminada. Los higienistas declaran que la concentración no
debe ser superior al 1:1.000 en volumen. Es interesante saber que una hectárea de césped fija a1 año alrededor de
Fig. 11.-E1 bosque es
una fuente de purificación de la atmósfera.
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1.000 kg. de carbono pracedente del gas carbónico del aire,
y que una hectárea de monte fiia 5.000 kg. Por otra parte,
una hectárea c^e espacio verde urbano suministra diariamente 10-15 kg. de oxígena, es decir, el consumido por la respiración de una docena de persanas.
E1 mante protege contra el uolvo
En la fijación del polvo es donde el papel de la vegetación
llega a ser importante. A. Raad, director de Pa.rques de Rotterdam, en un documentado informe so^bre este tema, publicado no hace mucho, cita numerosos ejemplos verdaderamente significativos, algunos de los cuales exponemas de
modo resumido.
En las cercanías de la estación principal de Frankfurt
se midieron 18.000 millones de partículas de palvo por metro cúbico, mientras que en el cercano Rothschildpark se
contaron de 1.000 a 3.000 millones. En calles plantadas con
árboles se encantraron 3.000 millones de p^artículas por metro cúbico, contra 10.000 a 20.000 millones en calles vecinas desprovistas de arbolado.
Las cifras dadas se refieren a parques urbano^s, con árboles y césped, y calles arboladas. La a.cción pro^tectora del
Fig. 12.-Los árboles situados junto a carreteras y
caminos, como este nogal,
demuestran
su
capacidad
para
fijar
el polvo.
-zomonte es más intensa al saber que un metro cuadrado de
proyección de copa de árbol fija diez veces más polvo que
un metro cuadra,do de césped. El polvo fijado por los árboles es lavado en seguida, y en gra.n parte, por las lluvias y
cae al suelo.
Se puede indicar que los árboles de hojas lisas y muy móviles retienen poco polvo, mientras que los de hojas tomentosas, vellosas y poco móviles retienen más.
El monte protege contra el ruido
E1 ruido es un factor que está desbordando los límites
de lo molesto para convertirse en causa de trastornos y desequilibrios psíquicos. Una densa cortina vegetal, colocada
perpendicularmente al sentido del viento^ dominante, forma
la mejor pantalla protectora contra el ruido de una carretera, de una vía de ferrocarril, etc.
Los árboles de follaje persistente y denso tendrán preferencia para este cometido, pues el ruido es un enemigo en
todo momento. Se admite que una cortina de follaje compacto y bastante a1to, formada por árboles y arbustos, que
tenga como mínimo cinco metros de espesar, atenúa en una
proporción sensible el ruido causado por la circulación de
automóviles.
FUNCION SOCIAL DEL MONTE
Hasta ahora, cuando se hablaba de los beneficios que el
monte podía reportar a la humanidad, se tenían en cuenta
únicamente los beneficios directos e indirectos. Hoy día se
acepta generalmente que los montes cercanos a grandes ciudades tienen una función social, como grandes parques naturales o verdaderas reservas ambientales, que es prioritaria.
Necesidad de la función social del monte
E1 nivel de vida alcanzado actualmente como consecuencia del aumento de la productividad lleva consigo que el
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hombre disponga de más tiempo libre, que tiende a emplear
en una serie de actividades diferentes por completo de las
de tipo profesional.
Estas actividades se pueden desarrollar bien en el habitual marco familiar o urbano ( televisión, lectura, tertulias,
reuniones familiares, teatro, cine, exposiciones, conferencias,
etcétera) o bien fuera de él: en la naturaleza (paseos, deportes diversos, etc. ).
El hombre siente normalmente necesidad de realizar alternativamente actividades diferentes. Algunas actividades
se pueden desarrollar en el propio domicilio o en sus alrededores y, por tanto, puede dedicárseles algo de tiempo cotidianamente y, eventualmente, los fines de semana, pero
generalmente en estos fines de semana el hombre "busca
la naturaleza", no por el solo hecho de ir al campo, sino más
bien para cambiar su marco de vida habitual.
Fig. 13.-E1 bosque
posee paisajes que
impresionan de manera posiliva a las
personas que los vivitan. Moratalla.
(Murcia).
Fig. 14.-Parque Nacional de Ordesa (FIuesca).
Los montes como zonas de recreo de la población.
Los montes constituyen un lugar de recreo muy apreciado por los habitantes de las ciudades cuando salen de éstas en busca de espacios naturales ; en ellos encuentran verdor, frescor, variedad, silencio, soledad y aire puro. No resulta, pues, demasiado sorprendente el hecho de que los
montes cercanos a las grandes ciudades se vean muy frecuentados de la primavera al otoño.
El nivel de utilización es relativamente bajo en los montes aleiados de las ciudades. En ciertos montes próximos a
grandes núcleos urbanos se ha aceptado ya plenamente que
su utilidad social para con el conjunto de la colectividad es
superior a su utilización con fines económicos.
A veces hay conflictos entre estos fines puramente económicos y los sociales, y es por ello muy conveniente establecer una valoración económica de estas funciones sociales para poder comparar y decidir con m^,s elementos de
juicio, Evidentemente, cualquier cálculo no llegará a facilitar la decisión óptima en forma exclusivamente matemática, puesto que nunca se pueden medir de modo satisfac-
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torio todos los elementos, ya que muchos carecen de materialidad y poseen un valor subjetivo y, por ello, diferente
para cada individuo, pero siempre podemos obtener un cierto orden de valores que nos oriente y nos ayude.
Para decidir si la función que ha de desarrollar un monte es económica o social, se puede seguir el método empleado especialmente en los Estados Unidos de América.
Este método hace uso de los sig^zientes datos : valor de
la función económica, número de visitantes por día y gasto
medio que realiza una persona para pasar una jornada en
el monte.
Este último dato es una cifra calculada encuestando a
diversas personas que visitan el monte y hallando la media
del gasto que han realizado para pasar una jorna.da en él.
E1 gasto incluye el coste del desplazamiento y el valor de la
comida y bebidas consumidas.
La utilización de estos datos es como sigue: Se halla el
cociente :
Valor de la función económica
Número de visitante por día
y el resultado se compara con el gasto medio de una persona que pasa una jornada en el monte. Si el cociente es mayor que este último dato, se trata de un monte con fines
económicos, y si es menor, tendremos un monte que debe
dedicarse preferentemente a las funciones recreativas.
Por eiemplo, el coste de una jornada en el monte de
Sierra Espuña se puede calcular sumando el importe del
viaje desde Murcia y el gasto de bebida y comida, el cual
se determina hallando la media después de hacer un muestreo entre personas que han ido a pasar el día en el monte;
el dato así obtenido habría que compararlo con el cociente
indicado.
Hay otros métodos de hallar este coste. Uno consiste en
calcular el valor de los servicios que el monte proporciona
analizando los medios que podrían servir para sustituirlos
y su coste. Otro consiste en medir el valor recreativo por el
valor del servicio devuelto desde el punto de vista de los
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visitantes, es decir, el valor que cada persona atribuye a su
recreación en el monte y lo que está dispuesto a gastar
por ir al mismo.
Ordenación de los montes recreativos
Cuando se ha decidido ya que un monte va a ser dedicado a la función recreativa, hay que ordenarlo y conservarlo para que los habitantes de la ciudad encuentren en
él una serie de comodidades que agradecen e influyen favorablemente en el bier^estar que se siente durante unas
horas de esparcimiento y recreación en contacto con la naturaleza.
La ordenación consistirá, en primer lugar, en trazar y
acondicionar las vías de comunicación necesarias para acceder y penetrar en las zonas boscosas estableciendo los correspondientes aparcamientos, lo más disimulados posible.
Las carreteras de acceso a los sectores interiores deben reducirse al máximo; en cambio, conviene que haya abundancia de senderos para peatones, paseos a caballo o excursiones en bicicleta.
En los lugares inás agradables deben instalarse bancas
rústicos, mesas, fuentes, juegos infantíles, servicios, etc. Algunos claros pueden ser utilizados como terrenos de juego 0
Fig. 15.-E1 cultivo de viveros es indispensable para promover y realizar re-
poblaciones forestales.
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Fig. ]6.-Fuente y descansadero instalado en un monte de la provincia de
Cuenca.
reservados a campamentos. Los cercados de animales salvajes ( jabalíes, corzos, ciervos, osos, etc. ) son muy apreciados por el público.
Todas las instalaciones que se establezcan deben estar
de acuerdo con el ambiente natural del monte, empleando
madera y piedra en su construcción ; hay que huir sistemáticamente de aquellos materiales que desentonen y procu-
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rar ocultar con elementos naturales todos aquellos servicias que, siendo necesarios, no encajan con el ambiente y
can el paisaje, si parecen visibles de farma ostensible.
Coordin'ación de las funciones ecanómicas y sociales
del monte
Un mante na es un simple conjunto de árboles, sino un
sistema ecológico complejo, en eT que elementas microscópicas y macroscópicas, animales y vegetales, multiplican sus
interacciones, vitales para el equilibrio bialógico del conj unto..
En las montes cercanós a las ciudades, cuando el nivel
de visitantes es elevado, se praducen perturbacianes y desequilibrias, en detrimento de su función económica. Los
visitantes pisatean la cubierta vegetal, perjudicando así las
posibilidades de regeneración natural; los claros del monte
son utilizados como terrenos de juego o de campamentos;
el suelo se llena de detritus diversos; por irresponsabilidad
o ignorancia, hay personas que rompen los potes de resina;
deshacen los montículos formados por las hormigas rojas,
Fig. 17.-Los espacios acuáticos deben ser poblados con especies que se com
plementen ecológicamente.
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Fig. 18.-Repoblación en fajas en R. de Santomera
(Murcia). (Foto ICONA).
que son tan beneficiosas ; quitan los nidales, colocados con
esfuerzo para proteger las aves insectívoras ; ahuyentan la
caza, etc.
Todo ello perjudica más o menos el desarrollo de las zanas forestales, pero lo más grave son los incendios. Están
llegando a ser una verdadera plaga. El fuego destruye cada
año miles de hectáreas, rompiendo por completo todo el
equilibrio biológico existente en la zona, que tarda muchos
años en volver a su estado normal. Por imprudencia o por
auténtica mala intención, es el hombre quien provoca estos
desastres, por lo que cuanto más elevado sea el número de
visitantes, mayor será el riesgo de incendio.
Sería inútil intentar prohibir el acceso a estos mantes,
bajo el pretexto de que los visitantes dificultan la función
ecanómica. Puesto que a los habitantes de la ciudad les
gusta solazarse en los montes, hay que ofrecerles oportunidad de hacerlo, y la mejor forma de lograrlo es organizar
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debidamente esta act,ividad, propia del tiempo libre, para
limitar al máximo sus consecuencias perjudiciales.
La, coordinación de las funciones económicas y sociales
del monte se logrará procurando cancentrar a los visitantes
en determinadas zonas que reúnan atractivos naturales (paisaje, agua, sol, sombra, amplitud de espacio, etc. ), siendo
objeto de instalaciones recreativas variadas (mesas, recipientes para desperdicias, agua potable, juegos, etc. ). Con ello
se dejar^ libres de visitantes otras zonas del monte que se
pueden explotar con mayor o menor intensidad desde el
punto de vista económico, pero siempre procurando no emplear prácticas selvícolas poco adecuadas que deterioren el
paisaje, como las cortas a hecho. Esto ha dado lugar al desarrollo de unas técnicas de explotación paisajística del monte que están adquiriendo gran difusión.
PUBLlCACIONES DE EXTENSION AGRARIA
Brava Murillo, 101 - Madrid-20
Se autoriza la reproducción íntegra
de esta publicación mencionando
su origen: aHojas Divulgadoras del
Ministerio de Agricultura.
I.S.B.N. 84-341-0470-9 - Depósito legal: M. 19.895-1974 (20.000 ejemplares).
Neografis, S. L. - Santiago Estévez, 8- Madrid-19
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