CUOTAS ELECTORALES DE GÉNERO, ¿(CONSTITUCIONALES O INCONSTITUCIONALES)? Licenciada Judith Yolanda Muñoz Tagle. Magistrada del Tribunal Electoral del Estado de Puebla. El principio de igualdad ha estado presente desde la declaración francesa de los derechos del hombre y del ciudadano de 1789, en cuyo artículo 1 se estableció: “Los hombres nacen y permanecen libres e iguales en derechos. Las distinciones sociales no pueden fundirse más que en la utilidad común”. Este principio esta previsto, entre otros en el artículo 1° que prevé la igualdad desde tres enfoques: En los derechos fundamentales; en la prohibición de la esclavitud, y en la prohibición de discriminar. Según Henry Pratt, discriminación social, es el trato desigual dispensado a grupos que tienen un statu en principio igual. La discriminación lleva consigo un elemento de distinción injusta, y motivada y arbitraria en la posición de cargas y distribución de favores. El principio de igualdad también esta previsto dentro del artículo 4° que inicia: “El varón y la mujer son iguales ante la ley”. Por lo tanto la vertiente jurídica del estudio de igualdad afronta las diferentes manifestaciones de este principio dentro del texto constitucional. Esto supone el análisis de los tipos de normas que contienen, detallan y desarrollan el principio de igualdad. Uno de estos tipos de normas es que contienen mandatos de igualdad sustancial también llamada igualdad real o de hecho. De acuerdo con este tipo de normas, los poderes públicos deben remover los obstáculos que impidan el logro de la igualdad, lo que nos lleva a suponer e incluso a exigir, la creación de medidas de acción positiva o de discriminación inversa. Para su aplicación, se deben identificar los grupos de la sociedad que se encuentran en situación de vulnerabilidad y que merecen este tipo de medidas de promoción y de especial protección. Son la reserva que hacen normalmente la ley electoral, y excepcionalmente la Constitución, para que ningún género pueda tener más de un porcentaje determinado de representantes en los órganos legislativos. Verbigracia, se establece una representación asegurada mínima para cada género de un 30% de escaños, al prohibir que un solo género tenga más del 70% de los lugares disponibles; este tipo de cuota de género se le denomina de representación umbral, porque sólo se limita asegurar para cada género un umbral mínimo de representación, aunque no corresponde ni registra con exactitud el porcentaje de hombres y mujeres que existen en la sociedad contemporáneo. Existe otro tipo de cuotas que establece un 50% de escaños para cada género, que se denominan “Cuotas Duras”, basadas en el porcentaje efectivo de población de hombres y mujeres y por ello buscan identidad de los géneros en la repartición de escaños. Las cuotas electorales de género surgen cuando se advierte el bajo índice de mujeres que acceden a cargos públicos representativos. Así, el promedio mundial de parlamentarias en el mundo es alrededor del 12%; en Europa sobrepasa el 15%; en los países árabes apenas es significativo; en México alcanzó el 16% en la Quincuagésima Séptima Legislatura del Congreso de la Unión (años 1997 a 2000). Es en este contexto histórico y político en el que surge la discusión sobre las cuotas de género, que forman parte de la agenda pública de muchos países. Por lo tanto, se observa que al estar plasmado el principio de igualdad en el texto constitucional no es procedente cuestionar ¿Cómo lograr la igualdad? sino ¿Cómo se obtienen las condiciones para su aplicación? la respuesta está en la aplicación de las cuotas de género, las que han sido muy cuestionadas dentro de la teoría constitucional, por lo que convienen exponer: En contra de las cuotas se esgrime lo siguiente: a) b) Que se vulnera el principio de igualdad, al no respetar las mismas oportunidades de acceso a puestos representativos para los hombres y las mujeres. Al efecto, se afirma que todos los seres humanos deben ser tratados de la misma forma y la distribución de recursos que implique una adición de la justicia social, debe realizarse sin atender a cuestiones de género. Las cuotas no son neutrales y usan un criterio prohibido para diferenciar a las personas, como lo es el sexo. Esta critica parte del supuesto de que el derecho y las actividades estatales deben ser neutrales con respecto a algunas c) d) e) características de las personas, como lo son el sexo, la raza, el origen étnico o nacional, entre otros. Las cuotas son paternalistas. Los críticos que esto sostienen, afirman que se trata de medidas que consideran a las mujeres como seres indefensos o como menores de edad, que necesitan de la ayuda del ordenamiento jurídico para poder competir con los hombres. Las cuotas no respetan los criterios de mérito. Los que esto afirman, no toman en cuenta el mérito de las personas, sino simplemente su sexo a la hora de distribuir las posibilidades de acceder a los cargos públicos. Las mujeres ya han logrado avanzar mucho en los distintos ámbitos públicos, y agregan que solo es cuestión de tiempo para que logren mayor presencia en los parlamentos y cámaras legislativas. Sin embargo, la realidad denota todo lo contrario debido a que en sociedades en donde la emancipación de las mujeres se realizó hace muchos años, los cambios siguen sin producirse y la diferencia entre hombres y mujeres prevalecen en forma importante. En favor de las cuotas electorales del género, el autor Alfonso Ruiz Miguel expresa dos tipos de razones: a) En cuanto al fin, las cuotas pretenden una sociedad más igualitaria en la que la pertenencia a la categoría de hombres o de mujeres sea irrelevante para el reparto de los papeles públicos y privados. b) En cuanto al medio, las cuotas facilitan el acceso a puestos socialmente importantes porque constituyen un instrumento eficaz para lograr ese fin, no de manera directa y completa, pero al menos, como forma de simbolización de la posibilidad de romper la barrera que obstruye a las mujeres, formar parte de la mayoría de los centros de redecisión y además, porque las cuotas ofrecen nuevos modelos de error más igualitarios, para las nuevas generaciones. Cabe mencionar que el tema de la constitucionalidad de las cuotas de género ya fue examinado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, a través de la acción de constitucionalidad 2/2002, que fue promovida por el Partido Acción Nacional contra las reformas que las introdujeron en la ley Electoral del estado de Coahuila. En dicha acción el Partido Acción Nacional, solicitó la invalidez de diversos artículos de la Ley Electoral del Estado de Coahuila, entre ellos los diversos 20, 21, párrafos cuarto y quinto y 26 fracciones VII y VIII, por considerar que transgreden el artículo 4 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. El texto de las disposiciones citadas, en lo conducente, es el siguiente: “Artículo 20.- Los partidos políticos impulsarán la equidad de género, por lo que el registro de candidatos tanto para propietarios como para suplentes a diputados de mayoría “relativa, no deberán exceder el 70% de un mismo género…”. El artículo 21 en sus párrafos cuarto y quinto determina que: “En el caso de que los partidos políticos o coaliciones opten únicamente por una lista de preferencias para la asignación de diputados de representación proporcional, no podrán registrar por ese principio más del 70% de candidatos de un mismo género…La lista de preferencias de candidaturas de representación proporcional se conformarán por bloques de tres personas, los cuales no deberán exceder del 70% de un mismo género”. El artículo 26 en sus fracciones VII y VIII ordena que: “VII. Para el registro de las planillas de los miembros de los ayuntamientos a que se refiere la Fracción I de este artículo, los partidos políticos no deberán exceder del 70% de candidatos de un mismo género tanto para propietarios como para suplentes para cada “municipio”. “VIII. En caso de que los partidos políticos o coaliciones no cumplan con lo previsto en la fracción que antecede, el instituto al realizar el procedimiento de asignación de los regidores de representación proporcional, asignará al género subrepresentado, en forma preferente, la primera regiduría de representación proporcional del Ayuntamiento de que se trate a favor del partido político…”. Los agravios del Partido Acción Nacional, en síntesis fueron los siguientes: 1. El artículo 4° Constitucional, es el precepto que establece los conceptos de equidad de género, al señalar que el varón y la mujer son iguales ante la ley. 2. El establecer un determinado porcentaje máximo de participación de un mismo género, en la elección a Diputados de mayoría relativa, en la lista de candidaturas de representación proporcional y en el registro de planillas de los miembros de os Ayuntamientos, trae como consecuencia el hecho de no considerar el principio de igualdad ante la ley entre hombre y mujeres elevado a rango constitucional, ya que ambos, tanto hombres como mujeres tienen derecho a participar en una contienda electoral en igualdad de circunstancias jurídicamente hablando, es decir, con los mismos derechos y obligaciones, tal y como lo prevé el 4 dispositivo Constitucional. 3. Lo adecuado, constitucionalmente hablando, es que cualquier persona, independientemente de su estrato social, género, raza o religión, tenga igualdad de posibilidades de acceder a un cargo de elección popular. Las cuotas hacen desigual lo que es igual, y pueden llegar a restringir y limitar los derechos de personas que pueden aportar mucho al municipio, al estado, a la patria, en beneficio de personas no aptas o no capaces para tales empresas. El gobernador y el Congreso del Estado ed Coahuila, como autoridades responsables; la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en vía de opinión y el procurador general de la república, estimaron infundados los agravios que hizo valer el Partido Acción Nacional. Al respecto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación estimó como primera observación que debía tomarse en cuenta el contenido del artículo 4° Primer Párrafo, de la Constitución General de la República, el cual prevé que: “el varón y la mujer son iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de la familia”. Debido a que la igualdad jurídica del varón y la mujer, se relaciona a su vez con el artículo 1° de la Constitución Federal, se estima indispensable establecer el contenido y alcances derivados de la igualdad jurídica proclamada, en términos generales, por dicho precepto, que a la letra dice: “Artículo 1°.- En loa Estados Unidos Mexicanos todo individuo gozará de las garantías que otorga esta Constitución, las cuales no podrán restringirse ni suspenderse, sino en los casos y con las condiciones que ella misma establece. Está prohibida la esclavitud en los Estados Unidos Mexicanos. Los esclavos del extranjero que entren al territorio nacional alcanzarán, por ese solo hecho, su libertad y la protección de las leyes. Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las capacidades diferentes, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas”. La igualdad como contenido de la garantía individual se apoya en que todo individuo está colocado en una misma situación, quedando prohibido a la autoridad realizar cualquier discriminación por razones de género, entre otras, y en general, cualquier que atente contra la dignidad propia del ser humano y que tenga como consecuencia anular o menoscabar sus derechos y libertades. El principio de igualdad ante la ley no implica necesariamente que todos los individuos deben encontrarse siempre y en cualquier circunstancia en condiciones de absoluta igualdad, sino que dicho principio se refiere a la igualdad jurídica, que se traduce en el derecho de todos los gobernados de recibir el mismo trato, que aquéllos que se encuentran en similar situación de hecho. La desigualdad de trato es violatoria de garantías sólo cuando produce distinción entre situaciones objetivas y de hecho iguales, sin que exista para ello una justificación razonable e igualmente objetiva; por ello, a iguales supuestos de hecho corresponden similares situaciones jurídicas, pues en este sentido el legislador no tiene prohibición para establecer en la ley una desigualdad de trato, salvo que ésta resulte artificiosa o injustificada. El máximo Tribunal del país, también consideró que en estos preceptos se prevé que para el registro de candidatos de diputados por mayoría relativa, y de diputados por representación proporcional, cuando opten por incluir a sus candidatos únicamente por listas de preferencias, y para el registro de planillas de miembros de los Ayuntamientos, los partidos políticos deberán hacerlo sin exceder del 70% de un mismo género. Por lo que la Corte concluyó que el artículo 20 de la Ley Electoral de Coahuila forma alguna transgrede el principio de igualdad entre el hombre y la mujer consagrado en el artículo 4° de la Constitución Federal, toda vez que en el caso de que algún partido político o coalición, excediera del 70% de candidatos a diputados de mayoría relativa, la única consecuencia sería que la primera diputación de representación proporcional so otorgue a alguien del género subrepresentado, y una vez cumplido lo anterior, si el partido o coalición omisas tuvieran derecho a más curules por ese principio, se asignarán en los términos señalados por dicho partido o coalición, es decir, al no ser obligatorio el sistema implantado por el legislador local para el registro de candidatos a diputados por el principio de mayoría relativa, es innegable entonces que no se actualiza violación alguna al citado principio de igualdad consagrado en el artículo 4° de la Constitución Federal, ya que no impide que mujeres y hombres participen en una contienda electoral en igualdad de circunstancias. La misma Corte determinó que en virtud de que en el sistema previsto para el registro de las planillas de los miembros de los Ayuntamientos contenido en las fracciones VII y VIII del artículo 26 de la propia Ley Electoral de Coahuila, establece la misma mecánica que en los artículos anteriores, esto es, que para el caso de que los partidos políticos o coaliciones excedan del 70% de candidatos de un mismo género, el Instituto Electoral Estatal al realizar el procedimiento de asignación de los regidores de representación proporcional, asignará la primera regiduría al género subrepresentado, se reiteran los argumentos precedentes en obvio de mayores repeticiones y en consecuencia se declara la validez de dicho precepto. Agrega la Suprema Corte que el artículo 21, de la Ley de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales para el Estado de Coahuila, se desprende que la asignación de los diputados de representación proporcional se efectuará atendiendo: a) a la lista de preferencias, b) a la fórmula de asignación o, c) a ambos en un esquema mixto. En el caso de que los partidos políticos o coaliciones opten únicamente por una lista de preferencias para la asignación de diputados de representación proporcional, no podrán registrar por ese principio más del 70% de candidatos de un mismo género; exceptuándolos de esa imposición cuando tales listas de preferencia se conformen a través de procedimientos democráticos de selección de candidatos. Así la Corte concluye que el hecho de que el artículo 21 establezca que cuando los partidos políticos o coaliciones hagan la asignación de diputados de representación proporcional únicamente por una lista de preferencias, no podrá registrar por ese principio más del 70% de candidatos de un mismo género, tampoco se transgrede el principio de igualdad consagrado en el citado artículo 4° de la Constitución Federal, toda vez que se trata, de una opción entre varias (lista de preferencia, fórmula de asignación o ambos en un sistema mixto), que el legislador local previó para que los partidos políticos o coaliciones asignen diputados de representación proporcional, además de que aún en este caso, existe la excepción de cumplir con ese porcentaje cuando tales listas de preferencia se hayan conformado mediante procedimientos democráticos de selección de candidatos, lo que permite que ambos géneros participen en igualdad de circunstancias procede reconocer la validez del artículo 21 de la Ley de Instituciones Políticas y procedimientos Electorales para el estado de Coahuila. Cabe señalar que con posterioridad a esta sentencia, se reformó el código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE), para introducir las cuotas electorales de género en el ámbito federal. Así, se modificaron sus artículos 401, 175.3 y 269.3, se adicionaron los artículos 175-A, 175-B y 175-C. Derogándose asimismo, el artículo vigésimo segundo transitorio, tal como estaba a partir de la reforma publicada en el Diario Oficial de la Federación del 22 de noviembre 1996. Las citadas disposiciones en esencia dictan: “es derecho de los ciudadanos y obligación para los partidos políticos la igualdad de oportunidades y la equidad entre hombres y mujeres para tener acceso a cargos de elección popular” (artículo 4.1); los partidos políticos tienen la obligación de garantizar la participación de las mujeres en la toma de decisiones en las oportunidades políticas (38.1, inciso s), por lo que promoverán y garantizarán en los términos del presente ordenamiento (COFIPE), la igualdad de oportunidades y la equidad entre mujeres y hombres en la vida política del país, a través de postulaciones a cargos de elección popular, tanto de mayoría relativa como de representación proporcional (artículo 175.3). Para lograra ese propósito, “de la totalidad de solicitudes de registro, tanto de las candidaturas a diputados como de senadores que presenten los partidos políticos o las coaliciones ante el Instituto Federal Electoral, en ningún caso incluirán más del 70% de candidatos propietarios de un mismo género (artículo 175-A.) El Código Federal de Instituciones y procedimientos Electorales creó un sistema de listas para evitar que cumpliendo con el porcentaje establecido en ese artículo, los partidos terminen relegando a las mujeres a los peores sitios de las listas electorales. En este aspecto, se prevé que las listas de representación proporcional se integrarán por segmentos de tres candidaturas. En cada uno de los tres primeros segmentos de cada lista, habrá una candidatura de género distinto. Lo anterior sin perjuicio de que cada partido determine mayores avances en esta materia, dentro de su normatividad interna (175-B). Ahora bien, el artículo 175-C determina que si los partidos políticos no cumplen con lo ordenado por los diversos 175-A y 175-B, ya citados, el Consejo general del Instituto Federal Electoral, les requerirá para que en un plazo de cuarenta y ocho horas a partir de la notificación, rectifiquen la solicitud de registro. Si no realizaran tal rectificación, el Instituto Federal Electoral les impondrá una amonestación pública y les dará un nuevo plazo de veinticuatro horas para que haga la corrección. Pero si en caso de que tampoco hiciere la corrección dentro del plazo antes fijado, el IFE, sancionará al partido correspondiente con la negativa del registro de las candidaturas de que se traten. Sin embargo, estas reglas no se aplicarán para las candidaturas de mayoría relativa que sean resultado de un proceso de elección mediante voto directo. En este orden de ideas, se cita a continuación la regulación actual de los partidos políticos en las cuotas de género dentro de sus estatutos: 1.- Partido Acción Nacional (PAN) Este partido no hace referencia alguna al porcentaje de género. (Los estatutos de dicho partido proceden desde 1979). 2.- Partido Revolucionario Institucional (PRI) En los estatutos de este partido político, se menciona que no excederá de 70% para un mismo género. Se encuentra así regulado expresamente en los siguientes artículos: “Artículo 37. Las listas nacionales y regionales de candidatos a cargos de elección proporcional presente al Partido para su registro en las elecciones federales, en ningún caso incluirán una proporción mayor del 70% de militantes de un mismo sexo. Igual fórmula se aplicará para las listas estatales de candidatos a cargos de elección popular por el principio de representación proporcional, en el caso de procesos electorales estatales. Artículo 39. “En la integración de las planillas para regidores y síndicos que el Partido registre para elecciones municipales no se incluirá una proporción mayor del 70% de militantes de un mismo sexo, a excepción de aquellos municipios que se rigen por usos y costumbres; y Artículo 41. En los procesos electorales federales y estatales, que se rigen por el principio de mayoría relativa y en los municipales, el Partido promoverá en términos de equidad que no se postule una proporción mayor del 70% de candidatos de un mismo sexo”. 3. Partido de la Revolución Democrática. (PRD) Este instituto político prevé en el artículo 2, párrafo tercero, inciso e) de los estatutos del Partido de la Revolución Democrática, publicados en el Diario Oficial de la Federación el 19 de agosto de 2002, que: “Artículo 2. La democracia del partido. 3.- Las reglas democráticas de la vida interna del partido, se basan en los siguientes criterios:… e) Al integrar sus órganos de dirección representación y resolución, y al postular candidaturas plurinominales, el partido garantizará, mediante acciones afirmativas que ningún género cuente con una representación mayor al 70%. Este mismo principio se aplicará en el caso de alianzas electorales y de candidaturas externas”. 4. Partido del Trabajo (PT) Por lo que respecta a este partido, sus estatutos no hacen referencia alguna al porcentaje de cuotas de género. 5. Partido Verde Ecologista de México (PVEM) Los estatutos de este partido, dispone respecto al tema, que no excederá de 70% para un mismo género. Así se encuentra establecido en el artículo 28, párrafo tercero, el cual señala que: “Artículo 28. La Comisión Ejecutiva Nacional, estatal o municipal, según la elección de que se trate, analizará en base a criterios, las solicitudes de los interesados a candidatos a puesto de elección popular, las cuales en su momento aprobarán la postulación y registro de candidatos. Todas las candidatura a los cargos de elección popular a Diputados y Senadores que postule al Partido Verde Ecologista de México, ya sea por el principio de mayoría relativa o por el principio de representación proporcional, no excederán en un 70% para un mismo género. Asimismo, se promoverá la mayor participación política de las mujeres”. 6. Partido Convergencia (PC) Dicho partido prevé que no excederá de 40% para un mismo género. Lo anterior fue así aprobado en la segunda Asamblea Nacional Extraordinaria del partido, del 16 de agosto de 2002, y publicados en el Diario Oficial de la Federación el 21 de octubre de 2002. Dicho artículo señala: “Artículo 4. Del partido de Mujeres y Hombres. 2. En las delegaciones a las Asambleas, en los cargos de elección popular directa, y en las listas de los diferentes niveles electorales, hombre y mujeres deberán tener una tendencia a ser representados en igual medida. Ninguno de los dos géneros, en lo posible, puede ser representado en una proporción inferior a 40%”. Por último, considero pertinente señalar cómo se conforma la actual integración de los Tribunales y Salas Electorales de la República Mexicana con relación a la participación de los varones y de las mujeres, observándose que de los 32 Estados, contando al Distrito Federal, de un total de 140 magistrados y magistradas, 108 son varones y 32 mujeres. Por cuanto hace a quienes ocupan el cargo de Presidentes de tales organismos jurisdiccionales, 25 son varones y siete son mujeres. En cuanto al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, su Sala Superior está conformada por 7 Magistrados, 6 son varones y sólo una mujer. Respecto a las Salas Regionales, de un total de 15 magistrados, 13 son varones y 2 son mujeres; de estas últimas, una pertenece a la IV Circunscripción con sede en el Distrito Federal y 1 a la V Circunscripción de la Sala Regional Toluca, Estado de México. IMPORTANTE: El presente artículo fue realizado a título personal como consecuencia de un trabajo producto de actividad académica, por lo que no es un criterio sustentado por el TEEP.