1 Planes de Carreteras: fomento de la movilidad. El caso del II Plan de la Generalitat Valenciana. por: Vicente Torres Castejón (València) Partiendo de unas consideraciones sobre el papel real de las infraestructuras en el crecimiento económico y en el progreso social, y utilizando como referencia concreta, el reciente “II Plan de Carreteras de la Generalitat Valenciana” (1994), este artículo analiza algunas de las justificaciones y argumentaciones de los Planes de Carreteras, sus insuficiencias y sus resultados muchas veces contradictorios con los objetivos declarados. Más que dar respuesta adecuada a la necesidad de movilidad, la insistencia en la construcción de infraestructuras viarias está generando un continuo aumento de la movilidad motorizada, y nuevos problemas de congestión, además de tener graves consecuencias en cuanto al impacto ambiental, la accidentabilidad, el despilfarro de recursos, etc. Se concluye proponiendo otros enfoques. 1 - El debate sobre las Infraestructuras La programación de las grandes obras viarias se viene haciendo en España en la forma de Planes de Carreteras con vigencia plurianual, tanto a nivel de la Administración Central como de las Comunidades Autónomas, a medida que se transfieren competencias. Cuando se quiere presentar algo más que un Plan de Carreteras, como en el caso del reciente Plan Director de Infraestructuras1, en realidad es otra vez poco más que un Plan de Carreteras lo que se entrega, ya que los grandes ejes viarios (carreteras y autovías) son los que se llevan la parte del león de la argumentación... y de las inversiones. Para justificarlos se repiten argumentos que se han convertido en comúnmente aceptados a fuerza de repetirlos, pero que muchas veces carecen de contrastación científica. Rafael Izquierdo, Catedrático de Transportes de la E.T.S. de Ingenieros de C.C.y P. de Madrid2 señalaba que “Es indudable la importancia que el transporte, y concretamente sus infraestructuras ...tiene en el desarrollo nacional y regional...No obstante se le ha asignado una capacidad generadora de desarrollo económico o creadora de efectos estructurales tal 1 2 que, aun sin ser cierta en la realidad...ha dado lugar a la aparición de un paradigma político...Infraestructura de transporte como sinónimo de crecimiento económico...” La Conferencia Europea de Ministros de Transportes, en diversas Mesas Redondas donde se estudiaron los posibles “efectos de arrastre” de las infraestructuras de transporte, llegaba a la conclusión de que “no pueden, por sí mismas, garantizar el éxito de una política de desarrollo regional”. Es preciso contemplarlas en un contexto más amplio de inversiones de otro tipo: edificación, educación, telecomunicación, servicios socioeconómicos, culturales y de ocio...Sin embargo, una y otra vez se repiten los mismos tópicos sobre la necesidad de infraestructuras, sobre el aumento de la demanda de transporte motorizado, etc.. Se suele confundir la causa con el efecto, se extrapolan tendencias recientes de formas concretas de movilidad como prueba de la necesidad de las obras, cuando lo que en realidad se está haciendo es provocar una agudización de las tendencias como consecuencia de esas grandes obras. El aumento de la importancia relativa del transporte por carretera en relación al ferrocarril no sólo es consecuencia de las necesidades de movilidad que plantea un modelo determinado de producción, distribución y urbanismo. Es también fruto de la gigantesca obra de construcción de carreteras, autovías y autopistas, al tiempo que se descapitalizaban o cerraban las líneas de ferrocarril. Es en ese sentido que afirmo que los Planes de carretera no son tanto (o no son sólo) una respuesta a las necesidades de movilidad, sino que son un factor que estimula la movilidad. Y habría que recordar, como primera reflexión, que las facilidades para la movilidad, las infraestructuras del transporte, por positivas e imprescindibles que nos parezcan hoy, no son un fin en sí mismas, sino una forma de facilitar la satisfacción de las necesidades humanas, de buscar el bienestar de la población, y garantizarle un desarrollo sostenible y un entorno sano. Como ejercicio concreto de análisis, vamos a utilizar el Segundo Plan de Carreteras de la Generalitat Valenciana3, de 1994. Este Plan se justificaba con unos documentos de Avance que argumentaban la necesidad del Plan, sus objetivos, sus efectos de mejora de la economía valenciana y de la calidad de vida de las personas, e incluso sus efectos beneficiosos para el Medio Ambiente. 2 -El punto de partida El II Plan de Carreteras de la Generalitat Valenciana pretendía una inversión de 250.000 millones de pesetas a partir de 1995, en el conjunto de la Comunidad Valenciana, de los que 210.000 serían inversión directa de la Generalitat (en el 36% del total de carreteras valencianas transferidas por el Estado), 19.000 correspondían a actuaciones a 2 3 concertar en el Medio Urbano, y 21.000 corresponderían a actuaciones concertadas en la red de carreteras de las diputaciones. La columna vertebral de estas redes, sin embargo, continuaban siendo las carreteras de Interés General del Estado, donde las actuaciones correspondían al MOPTMA. Este II Plan se planteaba inmediatamente después de la terminación (en 1993) de las actuaciones previstas en 1988 para el I Plan de Carreteras de la Generalitat, con una inversión de 115.000 millones de pesetas, y que adelantó dos años sus resultados. Con este I Plan, según la COPUT (Consellería d’Obres Públiques, Urbanisme i Transports) se había “acondicionado toda la red autonómica, corrigiéndose sus déficits y dotándola de características similares y homologables a las de los países europeos más avanzados”. Se habían reformado y adecuado trazados, curvas, puentes, anchuras, arcenes...del 71% de la red, construyéndose 90 Kms de nuevas autovías y carreteras de calzada única, y variantes y rondas en 57 poblaciones. Partiendo de esta red ya mejorada, el II Plan se planteaba una “proyección de futuro”, para “prevenir los estrangulamientos que habrá que superar para apoyar el progreso económico y social de la Comunidad” (Valenciana). Para ello, había que “constituir una red de alta capacidad y mejorar los accesos a las poblaciones, así como facilitar la movilidad interna en las áreas urbanas y metropolitanas”. Fundamentalmente, se trataba de construir una red de autovías (260 kilómetros) complementarias a la red del Estado, y posibilitar el aumento de velocidad en el máximo de la red. 3 - Infraestructuras para potenciar el Crecimiento Al principio del Documento de Avance del Plan se afirma la necesidad de las infraestructuras para el Desarrollo Económico y Social. Sin embargo, el mismo documento de Avance, aun dando esto por indiscutido, reconocía que era tan peligrosa la existencia de estrangulamientos por falta de infraestructuras como las soluciones sobredimensionadas que absorben recursos que serían más útiles en otros servicios. En definitiva, reconocía que las infraestructuras de transporte eran condición necesaria para el progreso, pero no condición suficiente. Pero el Plan no era consecuente con esta prudente valoración, por cuanto surgía como tal Plan de Carrreteras independiente, en ausencia de un Plan de Desarrollo regional, partiendo de unas previsiones de movilidad que no hacían más que extrapolar las tendencias de las últimas décadas. Si el Primer Plan de Carreteras de la Generalitat ya mejoró el 71 % de la red autonómica de carreteras, poniéndolas, como se afirma, “a nivel europeo”, ¿porqué la necesidad, entonces, de volver a ampliar la red, antes de que se dejen sentir los supuestos efectos beneficiosos de dicha inversión?. 3 4 Al valorar los efectos de las nuevas infraestructuras en el conjunto de sistemas económico-sociales hay que tener muy en cuenta si los inconvenientes causados en el Sistema Natural y en el entorno Ambiental son superiores a las ventajas que proporciona en orden de una mayor movilidad. Y no sólo desde posiciones ecologistas. Existe la constatación de que la calidad de vida y del entorno es uno de los elementos decisivos que condicionan actualmente la capacidad de atracción de actividades avanzadas y de empresas punteras. De todas formas, los Sistemas de Transportes son mucho más que unas infraestructuras, son una organización, unos medios, unas facilidades de intercambio modal...y las Infraestructuras de transporte no son necesariamente carreteras, pueden ser ferrocarriles, o carriles bici, por ejemplo. El procedimiento correcto sería partir de una óptica global, a la hora de planificar y a la hora de invertir. Hacer unos verdaderos planes de Ordenación del Territorio, decidir las prioridades y objetivos territoriales, y a partir de ahí analizar las necesidades de transporte, y plantearse la distribución modal. Lo que no se puede hacer es identificar carreteras con infraestructuras, luego éstas con desarrollo, y dejar que sean las carreteras las que se ocupen de “ordenar” el territorio, las actividades y la población a su manera. No se acompaña, en cualquier caso, en el II Plan de Carreteras, un estudio económico sobre las perspectivas de incremento de actividades y del volumen de tráfico que justifique el aumento de las necesidades de viario. Las únicas previsiones incluidas en el Avance (y no justificadas) son el aumento del parque automovilístico desde unos valores en 1991 de 492 vehículos por mil habitantes en Alacant, de 479 en Castelló y de 452 en Valencia, a un índice medio de 550 vehículos por Mil habitantes en “los próximos años”. Si estas previsiones son ciertas, y partiendo de un crecimiento muy escaso de la población, actualmente estancada, el aumento del parque automovilístico sería de poco más de un 10 %, lo cual no justificaría la construcción de 260 Kms nuevos de autovía, sin contar las del Estado, siendo que la mayoría de la actual red no está ni mucho menos congestionada, y donde sí lo está (en el área Metropolitana de València, y los accesos a otras ciudades), las medidas más adecuadas no pasan necesariamente por el aumento de autovías, sino quizás por la reducción y limitación del tránsito en las ciudades, y el aumento de la oferta ferroviaria. En cualquier caso, el criterio elegido para decidir la necesidad de desdoblamiento de carreteras y su conversión en autovías es insostenible: el umbral está situado en 8.000 vehículos/día, cuando en todo el mundo oscila entre 15.000 y 20.000. 4 - El modelo de transporte basado en la carretera 4 5 No está tan claro que las infraestructuras de transporte tengan que ser precisamente y exclusivamente las carreteras. El mencionado Plan justifica la necesidad de aumento de viario “teniendo en cuenta que la carretera juega en el sistema de transportes de nuestro país un papel dominante, bastante mayor de lo que sucede en la media de los países de la OCDE...” Este hecho no evidencia precisamente ninguna ventaja comparativa respecto a dichos países, antes bien, una desventaja, pues se debe a que aquellos poseen una infraestructura ferroviaria mucho más desarrollada y eficiente. Además, el hecho de que en los últimos decenios haya existido una tendencia regresiva del ferrocarril, y una transferencia de pasajeros y carga a la carretera, no ha sido un fenómeno “natural”, sino el efecto de unas prioridades de la administración, traducida en una política de inversiones en carreteras, del abandono del ferrocarril, y de una fiscalidad que no repercute sobre el transporte por carretera todos los costos económicos, sociales y ambientales que genera. Estos costos son soportados por el conjunto de los ciudadanos y ciudadanas, más de la mitad de los cuales, en España, no posee un automóvil, ni siquiera tiene Carnet de conducir. La dependencia actual de la economía española respecto de los transportes por carretera supone una carga sobre la eficiencia productiva y social, por el incremento de costos directos (inversión en parque móvil y combustibles), de los costos indirectos (construcción de carreteras a cargo de los presupuestos), de costos sociales y ambientales importantísimos, no imputados a su causante, el transporte por automóvil. Como se señala en diversos documentos de la Unión Europea los impactos del transporte se dan tanto a causa de la construcción de las infraestructuras (Afectación de suelos y de diversos recursos naturales, compitiendo con otros usos alternativos del suelo e influyendo en la oferta y precio del mismo. El “efecto barrera”, generado...), como de su utilización (la contaminación atmosférica y acústica, los riesgos del transporte de mercancías peligrosas, el elevado consumo de productos energéticos, y paradójicamente, el aumento de la congestión del tráfico y de los accidentes). El Libro Verde sobre el Impacto del Transporte en el Medio Ambiente4, calculaba que si la contribución del Sector de los transportes al Producto Interior Bruto (PIB) era del 7%, los costes socioeconómicos (contaminación, atascos, accidentes) en un 5% del PIB , aunque esto último no incluía la totalidad de los costes externos (contribución al cambio climático, al efecto Invernadero...). Dado que el peso del transporte por carretera en el Estado Español es mayor que la media europea, los impactos ambientales deben ser también mayores. Los efectos de las distintas emisiones de gases nocivos, en un área de las características climáticas tan estables como el Mediterráneo, y en particular en el corredor costero, relativamente estrecho, muy poblado, y con una agricultura intensiva, son especialmente graves. Como analizaba en 1994 el Centro de Estudios Ambientales del 5 6 Mediterráneo, de València, las emisiones de Óxidos de Nitrógeno tienen como efecto la formación de Ozono en las capas inferiores de la atmósfera, lo cual resulta gravemente perjudicial para la vegetación (tanto para las masas forestales como para los cultivos), y para el ser humano. El CEAM considera que el factor decisivo que ha desencadenado el espectacular aumento de las concentraciones en el litoral valenciano reside más, en estos momentos, en las emisiones de humos del parque de vehículos que en el impacto de los núcleos industriales, y que el tráfico reparte y distribuye aleatoriamente los agentes precursores por un ámbito geográfico mucho más amplio. 5 -Limitaciones y futuro del actual modelo de Transportes Es un grave error pretender que la tendencia actual del transporte, provocada y agudizada por una serie de circunstancias históricas y por unas decisiones políticas determinadas, es una tendencia “natural”, irreversible, y que va a prolongarse en el futuro. Antes bien, llevamos ya dos décadas con continuos informes sobre la necesidad de cambiar el modelo de transporte, desde voces nada sospechosas de radicalismo ecologista. Así, la Declaración Ministerial de Bergen relativa al desarrollo sostenible del 16 de Mayo de 1990 hablaba de “modos de producción y de consumo que no se pueden mantener a largo plazo, especialmente en los países industrializados, constituyen la causa de numerosos problemas medioambientales y amenazan ,entre otras cosas, con cerrar a las generaciones futuras todas sus perspectivas mediante el agotamiento de los recursos”, subrayando la necesidad de “mitigar las consecuencias negativas de los transportes sobre el Medio Ambiente, potenciando unos servicios públicos de transporte urbanos y regionales que sean rápidos, seguros y cómodos, y reduciendo la circulación de automóviles en las zonas urbanas.”, así como señalan la necesidad de fomentar una política basada en una escasa demanda de servicios de transporte. En cuanto al Grupo Transporte 2000 Plus,5 mencionaba los transportes como uno de los principales responsables de los problemas energéticos y ecológicos, dado que es uno de los sectores mayores consumidores de combustibles fósiles. El Comité Intergubernamental sobre el Cambio Climático (CICC) en sus evaluaciones de 1989 y 1990 señalaron las consecuencias de las emisiones de gases nocivos, agravando el efecto invernadero, la reducción de la capa de ozono, la lluvia ácida... El papel de los 6 7 transportes en todo este proceso era importante, y se concluía que se producía fundamentalmente como consecuencia de la quema de combustibles fósiles. En 1992, la Comisión de la Comunidad Europea presentó un Proyecto sobre Política Regional en el año 2000 que contenía elementos orientados a la limitación del incremento de los transportes. El Parlamento Europeo, por su parte, el 18 de Septiembre de 1992, aprobó una resolución por la que pedía fijar prioridades para lograr la movilidad sostenible a través de los siguientes instrumentos: política fiscal coherente para el sector de los transportes, política de aprovechamiento completo de la capacidad intermodal de la infraestructura de transporte ya existente, apoyo estructural y fomento a los modos de transporte menos nocivos para el Medio Ambiente, medidas para la reducción de la velocidad...(Paradójicamente, una de las ventajas ofrecidas por el Plan de Carreteras es el aumento de la velocidad ). El Parlamento Europeo ha pedido a la Comisión que amplíe la Directiva sobre la Evaluación de Impacto Ambiental para que antes de proceder a la creación de nuevas infraestructuras se realice un estudio sobre el aprovechamiento de la infraestructura existente, y caso de ser necesario un nuevo proyecto comunitario, se conceda prioridad, para el futuro desarrollo de las infraestructuras de transportes, a los respetuosos con el Medio Ambiente. 6 - Otros pretendidos efectos positivos Para justificar su necesidad, el II Plan alude a otros problemas que, si bien son reales, muchas veces tienen soluciones que ni siquiera se llegan a tener en consideración. Así, cuando se afirma: “para un sector tan relevante en la actividad económica como el de la Construcción, un Plan de Infraestructuras es un elemento vital.”, recalcando el papel creador de empleo, olvida que esto no tiene porqué plasmarse únicamente en la ejecución de proyectos de carreteras. Como se demuestra a partir de estudios realizados en Alemania, la construcción de Autopistas es la Inversión en infraestructura pública que genera menor número de puestos de trabajo. En cambio, las redes de ferrocarriles e incluso de carriles bici, tienen una relación puesto de trabajo/volumen de inversión bastante mejor. Las grandes obras viarias, en todo caso, proporcionan un número significativo de puestos de trabajo sólo durante su construcción. En cuanto a la utilidad del Plan para “aprovechar las facilidades de ayuda financiera que la política regional de la Unión Europea, a través del FEDER tiene establecidas” , además de que ésta ayuda no cubriría más que un porcentaje reducido del Plan (el Plan calcula unos 20.000 millones de pesetas, menos del 10 % del costo total) nos tememos 7 8 que su dedicación prioritaria a carreteras es un despilfarro y una manera de desaprovechar las ventajas de dichos fondos, como se denuncia repetidamente desde el Parlamento y el Tribunal de Cuentas Europeos. Objetivos del Plan tales como ”mejorar los accesos a poblaciones” y “facilitar la movilidad interna en las áreas urbanas y Metropolitanas” se verían mejor servidos cambiando la política en relación al tráfico en las ciudades, en un sentido similar al de las áreas más avanzadas del mundo, como por ejemplo la apuesta por la peatonalización del centro de las ciudades y grandes áreas de los barrios, y el favorecimiento de los desplazamientos no mecanizados, a pie o en bicicleta, la limitación a la entrada y aparcamiento de coches en las ciudades y la disuasión de su uso indiscriminado; favoreciendo el uso de los transportes públicos, potenciando las redes de Ferrocarril de cercanías, y yendo más lejos, disminuyendo las necesidades de movilidad, evitando la segregación de usos del espacio, que obligan a desplazamientos motorizados para cualquier cosa: para estudiar, para ir de compras, para trabajar, para divertirse... En el Libro Verde de la comisión Europea sobre Medio Ambiente Urbano se señalaba la responsabilidad del automóvil en la contaminación del aire y la acústica. Las emisiones de gases tóxicos y nocivos son porcentualmente mucho más altas que en la media del tráfico (debido a las cortas distancias recorridas, con el motor frío, a las frecuentes paradas y velocidad reducida, y a la congestión). Sin embargo, no daba como “solución” la construcción de más infraestructura viaria, sino la de alternativas al automóvil: “La creación de nuevas calles, túneles, etc., para acomodar el tráfico creciente produce el efecto perverso de enlentecerlo durante la construcción, a la vez que aumentan aún más la contaminación y el ruido. Una vez terminada esta infraestructura, el tráfico aumenta rápidamente hasta volver a alcanzar los anteriores niveles de congestión. En el centro, sin embargo, tiene lugar un incremento real: los coches estacionados por falta de aparcamientos invaden las aceras, las plazas y los parques. El objetivo debe consistir en convertir el coche en una opción, y no en una necesidad creada (de hecho impuesta sobre el individuo).” Las Autovías interurbanas pretenderían, por su parte, “el aumento de la accesibilidad de las poblaciones interiores” y “la mejora de las comunicaciones entre el interior y la Costa”. Es muy discutible que en la mayoría de los casos esas necesidades de accesibilidad exijan vías de gran capacidad, como son las autovías, o justifiquen las reducciones de tiempos de desplazamiento que se pretenden. El mito de la “accesibilidad” complementa al de la Movilidad a la hora de justificar las grandes inversiones. Pero se olvida que la creación de canales de comunicación genera un flujo de doble sentido, cuyos efectos finales son muchas veces los contrarios de los deseados. La 8 9 capacidad de atracción de las poblaciones grandes como centros comerciales, por ejemplo, hace que aumenten los desplazamientos desde las pequeñas, llegándose a la desaparición del comercio y las actividades económicas de estas, y a medio plazo, hasta de la población. Esta “accesibilidad”, una vez más, discrimina a los que no tienen coche. Como alternativa, habría que señalar la potenciación de las infraestructuras locales y comarcales, para evitar los desplazamientos innecesarios, y siempre costosos. Una 6 estrategia de “proximidad” , más que de movilidad o accesibilidad. De todas formas, si en el Primer Plan de Carreteras se mejoró el trazado y el firme del 71 % de la red, la “accesibilidad” ya debe estar prácticamente garantizada, y cualquier carretera nueva debería justificar suficientemente su necesidad, en base a la intensidad de tráfico prevista, o a condiciones especiales. En cuanto a las comunicaciones con el resto de España o con Europa, para esas distancias el ferrocarril es sin duda mucho más competitivo, si se le diera oportunidad, por ejemplo cargando al transporte por carretera sus costos reales es decir, los subvencionados por el dinero público (infraestructuras gratuitas, mantenimiento...) y los no internalizados (económicos, sociales y ambientales) 7. Teniendo en cuenta estos costos, sin duda, el Ferrocarril es un medio de transporte mucho más conveniente a nivel económico y ambiental. En estos momentos se están dando experiencias interesantes que demuestran las posibilidades aún no explotadas, como el envío de trenes directos a través del nuevo Túnel del Canal de la Mancha, desde la Fábrica Ford de Valencia a la de Dangenham en Inglaterra. Renfe está lanzando otras propuestas interesantes de servicios Exprés. En Francia, por su parte, con un volumen importante de transporte de mercancías por ferrocarril, aún se están poniendo en marcha proyectos nuevos, como la carga de camiones en trenes (Ferroutage). Esto ya era práctica habitual entre el Norte y el Sur de Europa para atravesar los Alpes a través de Suiza y Austria, países que fueron conscientes del fortísimo impacto ambiental del paso de una gran cantidad de camiones, y dictaron fuertes normas de protección. A partir del año 2000, de hecho, en Suiza no podrán entrar mercancías por camión. Lo prudente, en el saturado y contaminado corredor costero Mediterráneo, sería desviar la carga de mercancías o camiones hacia el Ferrocarril, planteándose para ello plataformas de intercambio modal y de concentración de cargas, en lugar de nuevas autovías. En el Plan de Carreteras se plantean como objetivos simultáneamente el posibilitar el incremento de la velocidad, y aumentar la seguridad de la circulación. Y sin embargo, si bien la rectificación de curvas o la doble calzada puedan evitar gran número de pequeños accidentes, el exceso de velocidad es la responsable de la mayoría de los 9 10 accidentes mortales y graves. Hay que recordar que los accidentes de tráfico, en España, son los responsables del 85 % de todas las muertes por causas no naturales. Se afirma que con el Primer Plan de Carreteras han disminuido los accidentes de tráfico en la Comunidad Valenciana, pero no se aportan estadísticas y fuentes que lo confirmen, habiendose dado distintas campañas coincidentes de seguridad vial, aumento de la vigilancia y el control de alcoholemia, actuación intensiva en las rutas de discotecas...cada una de las cuales reclama para sí misma el mérito. La experiencia, sin embargo, es que aunque se reduzcan los puntos negros, y por lo tanto las ocasiones de producirse accidentes, permitiendo mayor velocidad se contrarrestan dichas mejoras y tienden a aumentar los accidentes, y lo que es peor, los que se dan revisten mayor gravedad. La tendencia mundial, en cualquier caso, es a las limitaciones de velocidad, tanto por razones de seguridad como para la reducción de la contaminación y del consumo energético. Un aspecto positivo del Segundo Plan es que, por primera vez, se incluye la construcción de unos 200 Kms. de carriles para bicicletas, a lo largo de algunas carreteras y autovías, y en el área Metropolitana de Valencia. Con todo lo positivo que es, a mi juicio, una obra de estas características, hay que plantear algunas objeciones: La casi totalidad del trazado transcurre fuera de las áreas habitadas próximas a las poblaciones. Esto significa que se sigue considerando el ciclismo como un fenómeno fundamentalmente deportivo, cosa del fin de semana, no como un medio de transporte habitual. Para que se potenciase en serio el ciclismo como forma habitual de transporte, habría que pacificar el tráfico, y acondicionar redes de carriles bici que atravesaran los núcleos habitados de las áreas metropolitanas, y los comunicaran entre sí, permitiendo el acceso a los diferentes lugares de estudio, trabajo, ocio o comerciales, habría que potenciar el transporte combinado de la bici con otros medios de transporte colectivo, como el taxi, el autobús, y especialmente el Ferrocarril. Las condiciones para la utilización habitual de la bicicleta son óptimas en el País Valencià, dado el relieve y climatología de la franja costera. Es tópico referirse a países de una climatología radicalmente más dura que la nuestra, donde sin embargo los desplazamientos en bicicleta son habituales (cubriendo entre un 25 % y un 50 % en diversas ciudades holandesas, suizas, alemanas...). Un estudio sobre necesidades de transporte tendría que haber evaluado la bicicleta como una alternativa a gran parte de estos desplazamientos cortos. La transferencia de gran parte de los desplazamientos habituales, desde el automóvil a la bicicleta son perfectamente posibles, máxime en el momento actual en que la difusión cultural está haciendo llegar los hábitos existentes en sociedades más avanzadas. Se necesita, sin embargo, un empujón serio por parte de las Autoridades, proporcionando las infraestructuras (de circulación, aparcamiento, servicios y 10 11 duchas en los lugares de destino...) y optando claramente por restar espacio y dinero al automóvil, para dedicarlo a la bici. 7 - La eliminación de las circunvalaciones La principal “mejora ambiental” que el Plan pretende es la reducción de la contaminación del aire y sonora al evitar el paso de automóviles por ciudades y pueblos, al construir variantes o rondas para 76 poblaciones. Independientemente de que con esto no se elimina la contaminación, como se afirma en el Avance, sino que en todo caso se dispersa por zonas rurales (de producción de alimentos y de esparcimiento) una contaminación que antes se concentraba en el centro de las poblaciones, pensamos que la multiplicación de circunvalaciones no siempre soluciona los problemas del tráfico. Por lo que respecta a los Cinturones de Ronda de las áreas Metropolitanas, hace ya muchos años que los profesionales 8 reconocen que la construcción de dichas obras , aunque de momento absorban tráfico y descongestionen una serie de puntos negros, a la larga generan más tráfico, ante las expectativas de circulación rápida que crean. Y la mayoría de este tráfico acaba en el interior de centros urbanos que jamás podrá absorberlo, con lo que la congestión sólo ha hecho que desplazarse de lugar. Y recordamos que lo deseable, siguiendo las propuestas de los órganos de estudio de las Comunidades Europeas, es reducir el volumen de tráfico, no aumentarlo. El problema es diferente con el tráfico que no es interno de las áreas metropolitanas, el que viene de otras áreas o incluso simplemente atraviesa el corredor litoral, sin detenerse. Aunque pensamos que puede hacerse mucho para transferir pasajeros y carga al ferrocarril, y que sería deseable, desde nuestro punto de vista, poner barreras legales al importante tráfico de camiones de paso , como hacen en Suiza o Austria, hay algo más simple que se puede y debe hacer: el pleno aprovechamiento de la infrautilizada Autopista A-7, sea por la vía de la reversión al Estado , y su explotación en régimen de acceso libre o de peajes muy reducidos, sea por la vía de la reducción drástica de peajes, o la que se pueda estudiar. Desde un punto de vista social, la “pérdida” financiera que significaría el no cobrar peajes, se vería de sobra compensada con la liberación del resto de carreteras, y la posibilidad de utilizar los recursos presupuestarios en otros fines. Hay que recordar, en cualquier caso, que la Autopista debe revertir al Estado el año 2006, un horizonte ya muy próximo, no más lejano que la previsión de terminación de las obras del II Plan. Si estudiamos el Mapa de Circunvalaciones y nuevas autovías previstas, veremos que una gran parte, las que afectan a las áreas más pobladas y más productivas, van en paralelo a la A-7, cuando no pegadas completamente a ella. Si en un futuro, como afirma 11 12 el MOPTMA pudiera quedar saturada la autopista (lo cual está por demostrar con proyecciones fiables), siempre es mucho más fácil añadir un carril más que hacer una nueva autovía independiente. Además, buena parte de las circunvalaciones y desdoblamientos propuestos se enfrentan a la contestación de los colectivos sociales e incluso de los Ayuntamientos locales, dado el alto grado de destrucción agrícola y el impacto ambiental que suponen. El impacto general se agrava cuando las autovías se multiplican, en paralelo, en un mismo espacio, como en las circunvalaciones de las áreas más urbanizadas. En la circunvalación de Castelló y de Alacant existirían en corredores de menos de 10 kilómetros de ancho hasta 4 vías de alta capacidad de circunvalación. En la comarca de L’Horta, el área Metropolitana de València, se prolongan y ramifican una infinidad de autovías de acceso, incluido un tramo del “Corredor Comarcal” contra el que labradores y ecologistas vienen luchando ya hace más de 15 años. 8 -El costo real del Plan Teniendo en cuenta los costos económicos, sociales ya ambientales antes comentados, y que los beneficios que se atribuyen (y que no se cuantifican) a las actuaciones del II Plan de Carreteras están muy supervalorados, no aceptamos como válidos los efectos beneficiosos del Plan. A la hora de solucionar problemas, hay alternativas a las obras propuestas, y por lo tanto se hace imprescindible un balance comparativo entre todas ellas, para decidir cual es la más conveniente, teniendo en cuenta además las prioridades sociales y los valores que se defienden. A la hora de estimar los costos sólo se hace referencia al valor monetario de las inversiones, el costo estimado de la construcción ( unos 250.000 millones de pesetas). Pero no se tiene en cuenta la pérdida productiva de los más de 15 millones de metros cuadrados ocupados o destruidos, según nuestros cálculos, la mayoría de ellos de fértiles tierras de regadío de la llanura costera valenciana o de los mejores valles. Ni la pérdida de puestos de trabajo agrícolas, difícilmente transferibles a otros sectores, ni la pérdida de valor (por dejar de ser urbanizable o utilizable) de parte de esa superficie, y de otra gran área adyacente afectada por la contaminación sonora. Las consecuencias de muertes, lesiones graves, gastos hospitalarios, pérdida de horas de trabajo...por el previsible aumento de accidentes causados por el incremento del tráfico y de la mayor velocidad, el aumento de las enfermedades humanas causado por las emisiones de gases nocivos, el aumento de los daños causados a la vegetación, por la generación de ozono y otros 12 13 agentes oxidantes, la contaminación de la tierra y de los acuíferos...todos esos efectos externos repetidamente señalados, pero que los planificadores se resisten ya no a cuantificar, sino siquiera a mencionar. 9 - Las debilidades del Estudio de Impacto Ambiental El Avance del Estudio de Impacto ambiental, al que se dedica un Volumen, es paradójicamente una de las partes más deficientes del II Plan. En el Apartado de El Medio Físico, puramente descriptivo, es sintomático de la ligereza y superficialidad con que se aborda este estudio. Se han deslizado errores tan llamativos como considerar como propios de la fauna valenciana, especies propias de los Andes. También se hace un detallado y pintoresco enunciado de los cetáceos (delfines, ballenas y cachalotes) citados en la Comunidad Valenciana. En cuanto a lo que se considera en el Avance como Medio Ambiente y Calidad Ambiental, se trata fundamentalmente de la comodidad para el ciudadano (preferentemente la población urbana) para desplazarse en automóvil, y a la descongestión del tráfico de las vías actuales, o el simple hecho de sacar el tráfico del centro de la ciudad (lo cual, en todo caso, mejora el entorno urbano, pero traslada un impacto ambiental a otro sitio). Por lo cual, considera “favorable“ la mayoría de las actuaciones cuando se trata de la creación de una nueva vía. Y cada vez que se trata del “Acondicionamiento de un Eje existente”, dice que no hay impacto, por considerar que existe éste ya con anterioridad, sin tener presente que las nuevas condiciones de diseño (anchura de la vía, trazado de rectas, desmontes, velocidad de tráfico) puede ser un factor que afecte a la Calidad Ambiental. Se olvida, también, la importancia de la preservación al máximo de los sistemas y de los equilibrios naturales, por lo que tienen de valor intrínseco, pero también por los efectos nefastos que puede tener su alteración en los sistemas humanizados. La experiencia valenciana, con la amplificación de las catástrofes naturales provocadas por las inundaciones, debido a las graves alteraciones del medio físico ocasionadas por las obras de infraestructura y de urbanización, debería hacer reflexionar más seriamente. Se llega a afirmar que el II Plan es “claramente respetuoso para el Medio Ambiente” y entre sus objetivos está el “reducir el impacto ambiental de las actuaciones”. Paradójicamente se señala que “cuando queremos servirnos del medio, éste debe ser modificado”. La conclusión es aún más tajante: “El II Plan es claramente favorable para el Medio Ambiente” 13 14 Sin embargo, esto enmascara el hecho de que la construcción de 260 kilómetros de nuevas autovías y la mejora del firme y el trazado de 340 kilómetros de carretera, tendrán un fortísimo impacto ambiental, por más que se intente evitarlo. Si tenemos en cuenta la ocupación de terrenos por las nuevas vías, y también la destrucción de terrenos durante la construcción y dejados en situación no recuperable, las parcelas agrícolas fraccionadas y convertidas en inservibles por su tamaño residual, los movimientos de tierras y rocas , la apertura de gran número de canteras.., el impacto simplemente físico es aterrador. Considerando que gran parte de las obras previstas tendrían lugar en áreas donde tradicionalmente ha habido una importante ocupación humana, con una riquísima agricultura de regadío, la pérdida de cultivos, la interrupción de caminos históricos, de relaciones milenarias, de parajes...de historia y cultura, en definitiva serían gravísimos. La degeneración irresponsable de las zonas de huerta se aceleraría, así como su conversión en basureros, eriales y solares degradados. El efecto barrera no perjudicaría solamente a la fauna, sino también, y muy especialmente, a los seres humanos. 10 - Algunas alternativas ¿Que hacer con un plan como el descrito sucintamente, y cuyos efectos se consideran más perjudiciales que beneficiosos?. Aunque un par de las actuaciones más contestadas por Grupos Ecologistas y las Coordinadoras de las Comarcas Afectadas fueron retiradas en el proceso de alegaciones, los autores del Plan fueron impermeables a las críticas de fondo. Sin embargo, su puesta en marcha está paralizada por el cambio de Gobierno Autonómico, y por la falta de recursos presupuestarios. Por parte de los Ecologistas se pide la retirada del Plan para volver a empezar por el principio, y hacer las cosas bien: efectuar un estudio serio de la necesidad y conveniencia de sus propuestas, partiendo de una planificación y una Ordenación del Territorio integrales. La apertura a la participación en su elaboración de sectores más amplios de la sociedad, teniendo en cuenta intereses y valores que no se han recogido en el actual Plan. El debate sobre el modelo de transporte, para romper el desequilibrio (si no el monopolio) existente en favor de la carretera, marginando otros medios como el ferrocarril o la bicicleta. La alternativa al problema de la movilidad pasaría, a mi juicio, por la reducción de las desigualdades entre áreas Metropolitanas, ciudades pequeñas, y comarcas rurales, que sitúe los equipamientos más cerca de los usuarios, y que evite, por tanto la emigración y la necesidad de desplazamiento motorizado para todo tipo de actividades. Eso no significa no actuar. De momento sería positivo dar la prioridad absoluta a la terminación de la doble vía ferroviaria entre Valencia y Madrid y Barcelona, así como la 14 15 Recuperación y mejora de líneas ferroviarias abandonadas ( Valencia - Madrid por Cuenca, Valencia - Zaragoza-Canfranc así como reforzar y prolongar otras líneas de RENFE, como la de Valencia-Alcoi, Gandía a Denia, etc. Sería urgente conseguir una mayor utilización de la Autopista A-7, y el alivio, así, de la mayoría de los problemas de travesías que se producen en las áreas más pobladas y con más intensidad de tráfico. La autopista debería estar libre de peaje al menos en gran parte de su trazado, para poder captar no sólo el tráfico de paso, no local, pero también el tráfico comarcal de circunvalación. El debate sobre la gratuidad o no, sobre el rescate público o la renegociación de la concesión escapa a las posibilidades de este artículo, pero está candente actualmente en el País Valenciano. En una perspectiva a más largo plazo, sin embargo, cabría abrir una amplio debate entre profesionales de distintos campos, entre distintos sectores sociales y de opinión, para plantearse una reflexión sobre las sobre las potencialidades y consecuencias de las distintas alternativas de organización económica y social, y de las necesidades de transporte que conllevan.9 Partiendo de las propuestas sobre Transporte Sostenible que se están haciendo desde la Comisión y Parlamento Europeos, y una apuesta clara por los medios de transporte menos contaminantes se podría plantear la utilización de la capacidad de Inversión pública existente en otros proyectos menos devoradores de energía y territorio, menos agresivos para las personas, más generadores de calidad de vida, más creadoras de empleo. Nos referimos, claramente, a la mejora y potenciación de los ferrocarriles, los tranvías y Metros ligeros en las áreas Metropolitanas, los autobuses modernos propulsados por energías poco contaminantes (baterías, gas licuado...), y tambien a los diseños urbanísticos que faciliten la reducción de los desplazamientos, o al menos el desplazamiento a pie o en bicicleta. Por parte de los grupos Ecologistas, mientras tanto, se pide una MORATORIA en la construcción de grandes obras de infraestructura viaria, mientras se dan los Estudios y Actuaciones del tipo de los descritos anteriormente, y mientras tanto se reclama la justificación de las carreteras que se consideren “imprescindibles”, por unos análisis integrados y fiables de su necesidad económica o social, y con Estudios de Impacto Ambiental independientes y fiables. NOTAS: 1 Para un análisis crítico del Plan Director ver VEGA,Pilar, “El Plan Director de Infraestructuras: un impedimento para la movilidad sostenible” , Revista Ciudad y Territorio, nº97, Madrid, 1994 2 IZQUIERDO, Rafael. “Los Transportes y la Dinámica Regional”. En el libro: “Seminario sobre el medio ferroviario en el proceso de Integración Europea”. Madrid, Fundación de los Ferrocarriles Españoles, 1987 15 16 Ver Tambien OFFNER, Jean Marc, “Les “effets structurants” du transport: mythe politique, mystification scientifique” en la revista L’Espace Géografique, 1993, nº3 (El autor es Profesor de la École Nationale des Ponts et Chaussées de Francia) 3 Se parte del Documento de Sugerencias elaborado por la Asociación “Acció Ecologista - Agró”, y de la que este autor fue redactor principal. 4 Comunicación de la Comisión al Consejo y al Parlamento, Bruselas, 1992 5 Informe “Los Transportes en una Europa en Evolución”, Bruselas, Diciembre 1990 6 Para ver el concepto de “creación de Proximidad”, ver el trabajo de ESTEVAN, Antonio, y SANZ, Alfonso, “Hacia la reconversión ecológica del Transporte en España”, publicado en “La Situación en el Mundo. Informe del Worldwatch Institute, 1994”, y tambien como separata por el MOPTMA, 1994. 7 Ver el trabajo mencionado en la nota anterior. 8 La referencia al clásico “Traffic in Towns” de Buchanan, con un lustro de antigüedad, es inevitable. 9 Las recientes reflexiones expuestas en el reciente Informe al Club de Roma “Factor 4: doblar la riqueza reduciendo el uso de recursos a la mitad” son de lo más interesante. 16