La estimulación sensorial

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EDUCACIÓN ACCESIBLE
La estimulación
sensorial
mediante el método
de Rood
Por Gabriela G. García*
E
l movimiento funcional nos da la capacidad de realizar un sinnúmero de actividades que nos dan ventajas para lograr desarrollar tareas cotidianas, laborales, recreativas, etcétera. El hecho de poder realizar una actividad de manera
automática es lo que llamamos praxia, por ejemplo, al lavarnos los dientes lo hacemos de manera inconsciente en la vida adulta, no necesitamos mucho análisis
respecto a qué paso va primero e incluso podemos hacerlo mientras realizamos otra
actividad. Sucede algo muy similar al manejar un auto estándar, que después de
un tiempo de efectuarlo no se necesita de mucha concentración en cuanto a los
pasos a seguir para poder conducir adecuadamente.
Las praxias son más fáciles de lograr cuando existe una buena interacción y respuesta neurológica-musculoesquelética, pero cuando estos factores se ven afectados el tono muscular presenta alteraciones que interfieren en el control voluntario.
Al tono muscular alto lo llamamos espasticidad, lo contrario -tono muscular bajoa ello es la hipotonía o flacidez y tenemos tonos fluctuantes como la atetosis y la
ataxia. Tomando en cuenta que el movimiento es considerablemente más fácil de
realizar cuando "sentimos lo que movemos" llegamos a la conclusión de que las
alteraciones en tono muscular y la sensibilidad hacen que la actividad y las praxias
sean más difíciles de lograr.
En base a estas premisas aunadas al neurodesarrollo y los principios ontogénicos,
la terapeuta ocupacional Margaret Rood desarrolla en la década de los 50 una
técnica de modificación del movimiento mediante estímulos sensoriales cutáneos.
*Gabriela G. García, Licenciada en Terapia Ocupacional
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La piel es el órgano más grande del cuerpo humano y se compone de numerosos
receptores que nos dan la capacidad de experimentar sensaciones táctiles, de temperatura, presión, vibración y hasta de dolor. Rood refiere que existen factores que
ayudan a aumentar o disminuir el tono muscular, una premisa básica que consideramos, es que los estímulos agradables nos “relajan” y los estímulos desagradables o
peligrosos nos “estresan”, en términos clínicos nos referimos a estímulos facilitadores
(nos activan) e inhibidores (nos relajan), este principio aplicado a la técnica nos dice
que si tenemos un caso de espasticidad, tenemos que trabajar con estímulos que inhiban este tono mediante impulsos lentos, rítmicos y agradables; en los casos donde
el tono muscular es bajo (hipotonía o flacidez), los estímulos tendrán que ser rápidos
y un poco más intensos.
El enfoque principal según Rood se encuentra en el tacto, que es una de los cinco
sentidos que conocemos (vista, gusto, olfato, oído y tacto), aunque dentro del hábito de rehabilitación se manejan también el aspecto vestibular y el propioceptivo. De
todos estos sentidos se hacen uso para lograr activar o inhibir según sea la necesidad
del paciente.
Cuatro de los Componentes de la técnica de Rood:
1.- Normalización del tono: La estimulación sensorial controlada se emplea para evocar respuesta muscular en forma refleja.
2.- El control sensoriomotor está basado en el desarrollo.
3.- El movimiento es deliberado: Se emplea la actividad para demandar una respuesta que provoque subcorticalmente el movimiento, de esa manera la atención del paciente se dirige hacia el objetivo final y no al movimiento.
4.- La repetición es necesaria para el aprendizaje. (1)
Las herramientas que sugiere Rood para lograr el tratamiento son fáciles de conseguir a un precio accesible, por ejemplo:
- una brocha o pincel,
- un cepillo eléctrico para dientes,
- hielo,
- diferentes texturas y
- pelotas, por mencionar algunas.
La manera en que estas herramientas deben ser usadas se basa en gran parte
en el análisis de la actividad así como los conocimientos de neuroanatomía, fisiología y kinesiología por parte del terapeuta, ya que van aplicados en base a
dermatomas sensoriales y motores, origen e inserción de músculos y estímulos
neurovegetativos; es por ello muy importante tener en cuenta el consejo de algún
profesional de la salud enfocado a la rehabilitación al momento de utilizar esta
propuesta terapéutica.
A continuación enunciaremos las técnicas que sugiere Rood para estimular o facilitar
la respuesta muscular, es decir, se utiliza en personas con tono muscular bajo (flacidez
o hipotonía) y en situaciones donde queremos lograr movimiento:
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• Cepillado rápido: Se hace sobre la piel con ayuda de un cepillo, brocha o pincel
de cerdas suaves, puede hacerse con un cepillo eléctrico para dientes y se agrega el factor de vibración de manera indirecta. Se aplica el estímulo durante cinco
segundos para cada área, si no hay respuesta al cepillado después de 30 segundos se debe de repetir de tres a cinco veces más.
• Toque o frotado ligero: Se puede hacer con el dedo directamente sobre la piel, es
un estímulo rápido y ligero que se alcanza a percibir como cosquillas, lo que provoca un reflejo de retracción.
• Facilitación térmica: En esta técnica utilizamos hielo, se sugiere prepararlo como si
fuera una paleta para que sea más fácil su manejo. Se sostiene el hielo sobre el
área a tratar durante 3-5 segundos, a los 30 segundos se puede apreciar una respuesta. El hielo es una propuesta bastante útil al trabajar en la boca.
• Estiramiento muscular ligero y rápido: Las movilizaciones rápidas ayudan a aumentar el tono muscular.
• Golpeteo ligero: Se logra mediante la percusión sobre el tendón o el vientre muscular.
• Compresión de las articulaciones: Al hacer descargas de peso sobre las articulaciones se estimula al órgano tendinoso de Golgi que es el receptor encargado de
enviar estímulos nerviosos del cerebro al músculo. Esto es lo que llamamos estimulación propioceptiva.
• Estímulos auditivos: Los estímulos rítmicos y ruidosos, hacen que nuestro tono muscular aumente, nos activan.
• Estímulos visuales: Cuando queremos activar, utilizamos colores llamativos y cuidamos que exista buena iluminación.
• Estímulos olfatorios y gustativos: Los sabores y olores irritantes y/o picantes aumentan el tono muscular.
Existen áreas que no se deben estimular ya que pueden desencadenar respuestas
autónomas, estas son: Pabellón auricular (estimula al nervio vago y por ende altera funciones cardio-respiratorias), L1-L2 (puede causar evacuación) y S2-S4 (puede
ocasionar retención Vesical).(2)
Ahora veamos algunas técnicas para disminuir el tono muscular, es decir, en los
casos donde existe espasticidad, contracciones prolongadas o demasiado movimiento:
• Compresión ligera de las articulaciones o aproximación: Son descargas de peso,
pero lo que cambia la situación es el factor tiempo, se hacen movilizaciones lentas y se termina con presión.
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• Rodamientos: Al rodar al paciente de estar en decúbito supino (acostado boca
arriba) a lateral logramos disminuir el tono muscular.
• Calor: Se puede lograr con una simple frazada envolviendo la parte deseada, también son útiles las compresas calientes y las almohadas o frazadas eléctricos durante
10-20 minutos.
• Estiramientos sostenidos: Se lleva al rango máximo la articulación y se mantiene por
un tiempo determinado en base al grado de aumento en el tono, muchas veces,
principalmente cuando existe acortamiento o contracturas, es necesario la utilización de férulas para lograr la posición adecuada en el tiempo deseado.
• Estímulos auditivos: Buscamos tonos relajantes y agradables para disminuir la contracción muscular y relajar.
• Estímulos visuales: Los colores opacos y la falta de luz tienden a bajar el tono muscular.
• Estímulos olfatorios y gustativos: En esta ocasión buscamos olores y sabores agradables y sutiles.
La técnica de Rood es un excelente complemento en la terapia de rehabilitación
de patologías como: Parálisis Cerebral, Ictus Cerebral, Lesión medular y Síndrome de
Down por mencionar algunas.
Las sensaciones percibidas por los diferentes sentidos pueden hacernos disfrutar, viajar en el tiempo para recordar los días de antaño y cómo hemos visto el día de hoy,
hasta nos pueden hacernos recuperar el movimiento.~
Referencias
1.- Terapia Ocupacional para enfermos discapacitados físicamente. Catherine A. Trombly. Prensa Médica Mexicana, Edición 2008.
Pág. 102-103
2.- Neurofacilitación. Carlos Manuel Jiménez Treviño. Editorial Trillas. 2007. Pág. 130
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