La transición lingüística en el Pirineo central (I)

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La transición lingüística en el Pirineo central (I)
I. Liminaria
Con frecuencia se nos ha advertido de la dificultad intrínseca a la hora de definir
un dialecto1, extremo que parece cobrar una dimensión casi proverbial cuando se
aplica a esta parte del Pirineo, integrada en lo geográfico por cinco valles repartidos entre Cataluña y Aragón (de este a oeste, los de Pallars, Baliera, Benasque,
Chistau y Bielsa), pues han intervenido aquí motivos de índole muy particular2.
En efecto, si ha habido algún espacio donde ha resultado tradicionalmente
problemático detallar los distintos haces de isófonas de acuerdo con la diferente
localización diatópica, ése es el que ahora nos ha de ocupar; pero, siendo esa la tendencia general3, no es menos cierto que alcanza su máximo desarrollo – como esperamos demostrar – en la zona central (Valle de Benasque)4. No obstante lo cual,
1 Permítasenos, dada su justeza, reproducir al respecto el parecer del profesor López Eire
(1989:191), del cual ya nos hicimos eco en otra ocasión: «Cien años de dialectología y una abundante práctica de la geografía dialectal nos han permitido entender por fin que un dialecto es una
mera abstracción, que no existen fronteras dialectales, que es bastante más difícil de lo que a primera vista pudiera parecer la labor de definir o delimitar un dialecto, que las isófonas no se unen
o entrelazan en haces según parámetros geográficos o sociales, y que ya no cabe decir que los dialectos son variedades de una lengua recíprocamente inteligibles limitadas por haces de isófonas,
porque el gran problema es justamente establecer esos haces de isófonas, lo que no pocas veces
se lleva a cabo excluyendo arbitrariamente determinados rasgos lingüísticos e incluyendo indebidamente otros y casi siempre ignorando el hecho de que junto a las diferencias espaciales de
una lengua existen diferencias temporales (de cronología) y sociales».
2 Menéndez Pidal 1964:79 indica ya la especificidad de este proceso de distribución dialectal en el ámbito altoaragonés cuyo germen contendría – en su opinión – toda una serie de procesos socioeconómicos de gran antigüedad (siglos IX-X), una línea de pensamiento más concretada en otro trabajo (1916:82 y 83) al señalar que elementos importantes de orden político y
religioso como la constitución del condado de Ribagorza o la existencia del obispado de Roda
únicamente tendrían una incidencia secundaria en el desarrollo dialectal de este territorio, de ahí
sus divergencias.
3 Enormemente citadas han sido en este sentido las siguientes palabras de Menéndez Pidal
1916:77: «Pero más, por lo común, observamos que los límites siguen direcciones muy varias,
entrecruzándose de muy diverso modo; estos límites sueltos obedecen a irradiaciones parciales
dentro de un medio lingüístico relativamente homogéneo, capaz de ser afectado por esta serie de
movimientos ondulatorios que se propagan, cada uno según un impulso independiente, a diversas
distancias y en diversas direcciones», aunque en la página 83 de este mismo estudio matiza lo dicho
antes en los siguientes términos: «Como vemos, una importante serie de límites coincidentes en
todo o en parte, dentro de la región de límites sueltos, divide de norte a sur el condado de Ribagorza en dos mitades: la oriental habla catalán y la occidental aragonés».
4 No por casualidad ha sido el benasqués objeto de disputa casi secular entre quienes se han
empeñado en demostrar tanto su carácter catalán como aragonés (Saura 1997:309-10 y notas ad
locum). Véase también una panorámica bibliográfica mayor de tal asunto en Saura 2003:35-37.
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al menos dos circunstancias complementarias se perciben de manera relativamente fácil, aunque sólo trataremos la segunda de ellas.
En primer término, algunas divergencias entre los testimonios ofrecidos por el
habla viva y la toponimia benasquesas, o entre distintos estratos de ésta última5,
parecen avalar la hipótesis de la superposición de un estrato catalán posterior a
uno aragonés originario, de ahí que los valles más próximos al catalán recibieran
el impacto más continuado de este proceso de sustitución lingüística6.
En segundo lugar, la impresión de una transición lingüística en las hablas pirenaicas desde lo catalán a lo aragonés a lo largo de estos valles, las cuales – por otra
parte – no siempre convergen, como sucede en tantas otras latitudes, con la adscripción administrativa correspondiente: así, es innegable la enorme importancia
del ingrediente catalán en los valles del Baliera y de Benasque, por más que ambos pertenezcan hoy a Aragón y sus habitantes se sientan aragoneses7.
Para el objetivo cifrado, hemos hecho acopio de materiales directos e indirectos
según las zonas, dado que, si para los valles del Baliera, de Benasque y de Chistau
nos basamos en encuestas específicas efectuadas por nosotros mismos8, para los
5 Tales discrepancias atañen a algunos procesos de diptongación, de conservación de /o/ final
y de mantenimiento de /l/ inicial en la onomástica – incluso en la documentación medieval –, frente a la ausencia de esos fenómenos en el habla viva de hoy (Saura, en prensa: §3).
6 «En la toponimia del valle del Isábena y algún punto del la Alta Ribagorza . . . noté la aplicación casi sistemática de esta antigua ley de armonía vocálica (en contraste con el habla actual de
estas zonas ya catalanas,donde se eliminó totalmente la diptongación cuando se catalanizaron más
radicalmente en los s. XII-XIII)» (Corominas 1972a:195-96). Pero esta situación contrastiva ha
sido puesta de relieve para las zonas del Baliera y del Isábena – más al suroeste de la anterior – con
mayor exhaustividad por Vázquez Obrador en varios trabajos (1994, 1998), a los que remitimos.
7 Esta situación ribagorzana ya fue resaltada por Haensch 1982 y sus conclusiones siguen
siendo válidas hoy: « . . . si bien una lengua o un dialecto puede ser en muchos casos una fuerza
integradora importante para sus hablantes, aunque vivan en comunidades políticas diferentes, a
veces los lazos políticos con una comunidad política de etnia y lengua o dialecto diferentes pueden ser más fuertes que los étnico-lingüísticos como hemos visto en el caso de los alsacianos de
habla alemana en Francia, de los suabos bávaros (en general) en el Estado de Baviera, de los
habitantes suabos del ‹Lechrain› en una franja occidental de Alta Baviera, y de los ribagorzanos
catalanohablantes en la provincia aragonesa de Huesca» (p. 19). Véase igualmente a propósito
de esto lo que dice Alvar 1976.
8 La encuesta sobre el Baliera se ha realizado en la localidad de Castanesa a nuestro informante Juan Jordana Cortinat, de casa Guillamó, 43 años, estudios secundarios, viajes breves e infrecuentes, administrativo de profesión; para la encuesta de Chistau hemos escogido la localidad
de San Juan de Plan donde nos ha informado Ana Zueras Barrau, de casa Anita, 66 años, estudios primarios, ama de casa. En ambos casos se trata de personas que han vivido siempre en sus
respectivas zonas y con una buena competencia lingüística de las modalidades en cuestión. Debo
dar las gracias a mi amiga Carmen Castán por su ayuda en la elección de estas personas y por la
realización de ciertas encuestas. Advertiré que en algún caso puede faltar la respuesta – por intrascendente, errónea, etc. – al tiempo que, si por razones de estricto interés científico, ha sido
preciso citar datos procedentes de otros estudios sobre estos valles, ello se indica siempre. En fin,
los elementos referentes al Valle de Benasque parten de nuestra tesis doctoral, leída en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Zaragoza en junio de 1998 y cuya parte gramatical citaremos como Saura 2003.
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valles del Pallars y de Bielsa este procedimiento, por diversas razones, no ha sido
posible, por lo que recurrimos a los trabajos de Coromines 1936 y de Badía 1950.
Como lo que pretendemos es considerar la continuidad o discontinuidad de las
isófonas en el espacio no creemos en absoluto que las diferencias de cronología de
los datos constituyan en absoluto un obstáculo para nuestro fin (salvo quizá muy
parcialmente en el caso del chistavino).
En el cotejo de los dos valles más occidentales, por otra parte, se produce a veces el espejismo de que es el más lejano del influjo catalán (Bielsa) el que parece
mantener mejor algunas peculiaridades de esta lengua cuando esperaríamos que
fuese el más cercano (Chistau) el que lo hiciese9. Ello se debe a que la única monografía del belsetán de que disponemos (Badía, 1950) remonta a finales de los
años 40; en cambio, los datos del chistavino son actuales, lo que lleva aparejado un
estado de lengua, en términos absolutos, mucho más castellanizado, pero – en
cuanto sea factible – intentaremos reconstruir el arcaísmo en este caso.
Para terminar, este estudio se ceñirá al nivel fonético-fonológico10.
II. Nivel fonético-fonológico
Esta es la exposición de las isófonas enmarcables en tal apartado en su doble vertiente de vocales y consonantes. Dentro del vocalismo consideramos los siguientes aspectos:
1. El diptongo /au/
El tratamiento de este segmento es uniforme en todo el espacio, por lo que /au/
monoptonga en /o/11: còsa (Pa., Ba., Bq., Ch., Bi.) ⬍ causa, llòsa (Pa., Ba., Bq.), losa
(Ch., Bi.) ⬍ prerr. *lausa; pòc (Pa., Ba.), pòco ~ pòc (Bq.), poco (Ch., Bi.) ⬍ paucu.
9 Bien es verdad que esa impresión tiene lugar, sobre todo, con elementos sintácticos: arran,
fora, prou. . ., y léxicos: bigós, camparols, cremat, dolento, esbrusar, fuet, perdut . . . (Badía 1950),
pero no deja de constituir un aspecto curioso y notable a la vez.
10 Si bien en un futuro cercano esperamos poder completarlo con las conclusiones de una
comparación interdialectal de orden morfosintáctico. Por lo demás, desde un punto de vista
meramente técnico, irán entre paréntesis las localizaciones pertinentes de acuerdo con las siguientes abreviaturas: Pa. = Pallars, Ba. = Baliera, Bq. = Benasque, Ch. = Chistau, Bi. = Bielsa.
Los datos del pallarés no se escriben de acuerdo con la ortografía catalana oficial, en la idea de
no distorsionar sus características específicas (/r/ final muda, /t/ final muda tras nasal, africada
sorda inicial en vez de fricativa, etc.), ni la comparación en sí misma.
11 La única excepción de interés es auca ⬍ *avica, probado gasconismo según Coromines
(1936:275), muy extendido en el espacio catalán; pero también en buena parte de Aragón: provincias de Huesca, Zaragoza y norte de Teruel, según los datos que brinda el ALEANR (mapa
1477).
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2. El diptongo /ai/
Configurado de modo secundario a partir de la anticipación de la yod, tiende, en
general, a resolverse como /e/ en los diversos contextos consonánticos. a) Ante /r/:
llèra (Ba., Bq.), lera (Ch.) ⬍ glarea; quèra (Pa., Ba., Bq., Ch., Bi.) ⬍ carie; figuèra (Pa., Ba., Bq., Ch., Bi.) ⬍ -aria. b) Ante /ct/: lleit ~ llet (Pa.), llet (Ba., Bq.), leite
(Ch.)12, let (Bi.) ⬍ lacte. c) Ante /ks/: freixe (Pa., Ba., Bq.), fréixel (Ch.), freixen
(Bi.) ⬍ fraxinu13. d) Ante /sc/: feixa (Pa., Ba.), feixa ~ faixa (Bq.), feixa ~ faixa
(Ch.), feixa ~ faixa (Bi.) ⬍ fascia14.
3. Diptongación de /e/ y /o/ breves tónicas
Aquí es el benasqués el que manifiesta una clara solución de continuidad, ya que
presenta diptongación mayoritaria en una proporción que hoy podemos establecer de 2 a 1, si bien quizá la relación fuera antaño algo más apretada, pues se deja
sentir en este punto la influencia castellana, pero, más allá de esto, el fenómeno es
abundante y asimismo antiguo, como demuestra la toponimia15. Al este la diptongación casi no se atestigua16 y al oeste es la norma. He aquí algunos ejemplos de
/e/, ya incondicionados ya ante yod: e (Pa., Ba.) / ye (Bq., Ch., Bi.) ⬍ eøst; tinc (Pa.,
12 Tomo este dato del DECat. IV, 509b42, aunque aparece en un contexto junto a la forma del
artículo a, extraña al chistavino por completo, y aunque la presencia de /e/ final no queda del todo
clara (cf. lo referido en el §7). La voz actual es ya leche, castellanismo – como se demuestra por
el típico resultado africado sordo de /ct/ – introducido en fecha relativamente reciente. Lo que sí
se conserva en chistavino todavía es el derivado latón ‘cerdo’ ⬍ lactone, perfectamente acorde
con la fonética histórica local.
13 Se trata de una isófona que en el aragonés occidental se mantiene sin inflexionar, de modo
que es madaxa en ansotano (Alvar 1978:38) y también en cheso (Saura 2000:18), solución
verificada igualmente en la documentación medieval altoaragonesa Corominas 1972a:194, pero
parece haberse producido una continuidad hacia el este, dado que esa isoglosa reaparece en
chistavino. Esta situación mixta invitaría a estimar que /a/ es la solución autóctona en aragonés
y que /e/ aparece Chistau por influencia ajena (v. gr. catalana), pero no resulta fácil asegurarlo.
14 La distribución de estas variantes en benasqués obedece a razones estrictamente diatópicas, ya que feixa es la forma propia del norte del Valle en tanto que faixa pertenece al sur (ambas con los dos posibles significados que vemos a continuación). Sin embargo, en chistavino y
belsetán la oposición obedece a una distinción de corte semántico: feixa ‘extensión de campo
alargada’ / faixa ‘prenda de vestir’.
15 Así se infiere de innumerables ejemplos como La Cuasta ⬍ costa, Miargüeles ⬍ -olas, Pllanacastiella ⬍ -eølla, Els Pueis ⬍ podios, Ramastué, Renanué ⬍ prerr. – *oi, La Tuasa ⬍ tonsa, La
Viella ⬍ veøtula, etc.; véase para todo esto lo referido en Saura 1997:320. En cuanto a la ausencia
de diptongación, el hecho ha sido estudiado por Rafel 1979:616 y parece deberse – al menos por
cuanto atañe a /e/ – a una extensión de las causas que han condicionado la presencia de [ε] en
catalán occidental. Queda, pues, por conocer si argumentos similares pueden invocarse para explicar los supuestos de /o/ sin diptongar en el Valle de Benasque.
16 Una de las escasas excepciones en este sentido la constituye la unidad siego (Pa., Ba.)
⬍ caecu.
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Ba.) / tiengo (Bq., Ch., Bi.) ⬍ teøneo; fèrro (Pa., Ba.), fèrri (Bq.) / fierro (Ch., Bi.)
⬍ feørro. Y también de /o/: fon (Pa., Ba.) / fuen (Bq., Ch., Bi.) ⬍ fonte; ull (Pa.,
Ba.) / güello (Bq., Ch., Bi.) ⬍ oculu17; còva (Pa., Ba., Bq.) / cueva (Ch., Bi.)
⬍ *cova18.
De todos modos, excepciones a la regla general de la diptongación – en mucho
menor grado, claro – se hallan tanto en el valle de Chistau como en el de Bielsa:
peu (Ch.) ⬍ peøde, esquirol (Ch., Bi.) ⬍ scuriolu, comporta (Bi.) ⬍ comporta (cf.
ya la nota 9)19.
4. Sistema vocálico
También en este punto es el benasqués el que rompe esta isófona, pero con la diferencia de que aquí mira hacia el este, pues coincide grosso modo con las hablas
del Baliera y del Pallars en mantener un sistema de vocales medias (e, o) cuyo carácter cerrado [´] o abierto [`] tiene pertinencia desde un punto de vista fonológico20; por lo tanto hay en benasqués cuatro grados de abertura, por mucho que la
oposición no tenga gran rendimiento21. Algunos pares de esta oposición son sét
‘sed’ ⬍ s$ti / sèt ‘siete’ ⬍ seøpte, dóna ‘da’ ⬍ donat / dòna ‘señora’ ⬍ domina.
El chistavino y el belsetán, al oeste, poseen ya un sistema de cinco vocales como
es usual en el espacio lingüístico aragonés.
17 En estas condiciones, la presencia del wau desarrolla siempre un sonido velar sonoro en benasqués, algo que es general también en chistavino y belsetán – y en todos los puntos altoaragoneses – : güeso ⬍ ossu, güerto ⬍ hortu, güe (Bq.) ⬍ hodie, etc.
18 Incluso se detectan en el Valle de Benasque algunos ejemplos – bien es verdad que escasos –
de un resultado /ua/: tuara ‘acónito’ ⬍ phthora, martuall ‘fresa silvestre’ ⬍ prerr. *martollu (cf.
asimismo N15); y, fosilizados en la toponimia, también de /ia/: La Piadra ⬍ peøtra, La Masinialla,
La Comialla, ⬍ -eølla, etc., tan del gusto ambos del aragonés central (Kuhn 1935:12-13, 78, 194, entre otras).Véanse manifestaciones del mismo hecho para la cuenca media del Isábena – sureste del
Valle de Benasque – en Vázquez Obrador 1998:910-12.
19 La no diptongación en esta unidad se reitera incluso más a occidente en las localidades de
Sallent, Panticosa, Linás, Torla, Sercué, Tella y Bestué (Elcock 1938:46N).
20 En los casos en que una misma voz se atestigüe en diversos valles, la indicación gráfica se
referirá sólo a aquellas zonas comprobadas personalmente (Ba., Bq.); el caso del pallarés queda
a merced de los datos de Coromines 1936.
21 Por lo demás, tampoco lo tiene en catalán, sólo que en benasqués la incidencia de la diptongación ha restringido algo más todavía tal relevancia: véns ‘vendes’ ⬍ vendis / viens ‘vienes’
⬍ veønis. En otro lugar (Saura 1997:323-24) nos hacíamos eco de este particular y señalábamos
algunos pares más. Hoy podemos añadir algunos otros a la lista: corréu ‘corrido’ / corrèu ‘correo’,
créu ‘obedece’ (imperat.) / Crèu ‘cruz’ (topónimo), déus ‘debes’ / dèus ‘dioses’, sé ‘ser’ / sè ‘sé’ (vbo.
sabé ‘saber’), cóva ‘incuba’ / còva ‘cueva’, cóvas ‘incubas’ / còvas ‘cuevas’, rósa ‘rosada’ / ròsa
‘rosa’.
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5. Metafonía
Isófona genuinamente aragonesa que incluye el benasqués, dado que los valles de
Baliera y Pallars prácticamente no la documentan en sus hablas vivas22: boix (Pa.,
Ba.) / buixo (Bq., Ch., Bi.) ⬍ buxu; jou (Pa.), chou (Ba.) / chugo (Bq., Ch., Bi.) ⬍
iugu; solc (Ba.) / suco (Bq.), surco (Ch.) ⬍ sulcu. . .
Sin embargo, hay diversas interferencias a la norma general. Unas son debidas a la
influencia catalana y las tenemos especialmente en el propio Valle de Benasque: llop
⬍ lupu, món ⬍ mundu, pllom ⬍ plumbu, etc., pero alcanzan los dos valles occidentales de que tratamos: boc ⬍ prerr. *bucco-. Otras dependen de evoluciones no metafónicas de las bases correspondientes: anollo (Bq.) ⬍ annuculu, corvo (Bq.) ⬍ curvu, redono (Bq.) ⬍ rotundu.Así, el fenómeno en su conjunto ofrece divergencias23.
Como se ve, la metafonía actúa aquí sobre la vocal /u/ breve, aunque no es infrecuente que lo haga sobre /o/ larga: Respomuso (top.) ⬍ - su, etc.24.
6. Inflexión de la vocal postónica
Si esa vocal es /e/ perdura en todo el espacio lingüístico: freixe (Pa., Ba., Bq.) / fréixel (Ch.), freixen (Bi.) ⬍ fraxinu; chove (Ba., Bq.) / choven (Ch., Bi.) ⬍ iuvene.
La salvedad está en la evolución de los sufijos -amine y -umine que se presentan
apocopados al este del Valle de Benasque: vacum (Pa., Ba.) / vacume (Bq.), vacumen (Bi., Ch.). En chistavino podemos añadir los sustantivos gramen y urdimen
(este descendiente de -imine)25.
Si es /a/ hay inflexión en /e/ desde el Valle de Benasque hacia el este (con apócope final): canem (Ba.), came (Bq.) ⬍ cannabu; tribe (Pa., Ba., Bq.) ⬍ trepanu. Al
22 Con alguna contada excepción como urmo ⬍ ulmu, la cual persiste todavía hoy en esas
cuencas orientales. Ni que decir tiene que es la forma benasquesa también, y sigue en dirección
al oeste por el chistavino y por el belsetán (en este último sin neutralización de líquidas: ulmo);
en cambio hacia el extremo occidental aragonés, en cheso, no hay metafonía, sino simple abertura de la /u/ breve tónica: ormo (Saura 2000:21).
23 Esto es algo que se comprueba – en mayor o menor medida – en todo el ámbito altoaragonés, así en el valle de Hecho existen los vocablos anollo, floxo ⬍ fluxu, etc. (Saura 2000:21),
y anollo es también lo que presenta el ansotano (Alvar 1978:28), pero el propio belsetán ofrece
anullo (Badía 1950:224).
24 Es decir, opera en especial sobre una /o/ cerrada del latín vulgar. Sólo en algunos puntos al
este del Baliera afectó – en el terreno de la toponimia – a una /o/ breve tónica original (/o/ abierta del latín vulgar), lo que parece indicar que la diptongación de esta /o/ allí era prácticamente
imposible. De tal guisa lo constatamos en Pallerulo / arag. Pallaruelo ⬍ -olu, Recunco ⬍ concho
(OnCat., II, 36a32-33), etc.
25 Y por más que coincidente con el ámbito catalano-occitano se trata de una solución aragonesa del todo autóctona, como acaba de corroborar la conservación de la /n/ final, eliminada en
aquellas lenguas. Tenemos aquí, en definitiva, una muestra viva de una tendencia avanzada por la
documentación antigua altoaragonesa de Jaca y Huesca en que Corominas 1972a:194-95 se hace
eco de voces como omen y famen.
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oeste la evolución parece haber sido distinta conforme los pocos elementos de juicio de que disponemos, dada la presencia de /o/ final y el traslado del acento: figado
⬍ *ficatu26.
7. Las vocales finales /o/ y /e/
En cuanto al primero de los contextos, abundantes datos indican que la norma es
el mantenimiento de /o/ final en el benasqués: bardo ⬍ prerr. barru, fiemo
⬍ *femu, fuso ⬍ fusu, moscllo ⬍ musculu, paso ⬍ passu, etc.27.A oriente, en cambio, la apócope es prácticamente completa: bras (Ba.) ⬍ bracchiu, fil (Ba.) ⬍ filu,
fus (Ba.) ⬍ fusu, bragué (Ba.) ⬍ -ariu, cadèll (Ba.) ⬍ -eøllu; bard (Pa.) ⬍ prerr.
barru, corn (Pa.) ⬍ cornu, llard (Pa.) ⬍ lardu, ausell (Pa.) ⬍ -eøllu, clavillèr (Pa.)
⬍ -ariu, etc. Y a occidente el mantenimiento es regular también: bardo (Ch., Bi.),
fiemo (Ch., Bi.), fierro (Ch., Bi.), fuso (Ch., Bi.), etc., pero debe recalcarse el hecho
de que tras ciertos contextos, muy especialmente /n/, /l/ y /r/ se pierde de modo general tanto en chistavino como en belsetán, contra lo que sucede incluso en benasqués: camín, mardán, tozuel, suel, brague(r), foraste(r). . .
Por lo que a /e/ toca, la pérdida es muy acusada: den (Pa., Ba.), dien (Bq., Ch.,
Bi.) ⬍ deønte; flo (Pa.), fllo (Ba., Bq.), flor (Ch., Bi.) ⬍ flore; nit (Pa., Ba., Bq.),
nuet (Bi.) ⬍ nocte; pai (Bq., Ch., Bi.) ⬍ patre; paret (Pa., Ba., Bq., Ch., Bi.) ⬍ pariete; pèu (Pa., Ba., Bq., Ch.), pie(t) (Bi.) ⬍ peøde. Es quizá tras algunos grupos con-
26 En cañimo (Ch., Bi.) la /i/ se deberá más bien a la influencia de la nasal palatal, presente
también en el derivado cañimá (Ch.); para Chistau, por su parte, aparece ya la forma acastellanada higado que presupone una anterior igual a la belsetana. Todas son paroxítonas, dada la dinámica altoaragonesa general a la eliminación de las estructuras esdrújulas (Saura 1997:315-16,
y referencias bibliográficas ad locum), por más que haya excepciones en la toponimia no sólo benasquesa, como hemos tenido ocasión de comprobar suficientemente: La Llínsola ⬍ insula, etc.,
sino de todo el Altoaragón (Vázquez Obrador 1971:144-45), lo que confirma el carácter reciente
de este desplazamiento al igual que sucede en occitano (Corominas 1972d:113).
27 Ello no impide que tengamos aquí un nutrido grupo de excepciones por influjo catalán: brasat ⬍ -atu, nòu ⬍ nove, pit ⬍ pectu, nervi ⬍ -iu, armari ⬍ -ariu, etc. Por otro lado, lo verdaderamente característico del benasqués es la alternancia establecida entre /o/ en el singular frente
a /ø/ en plural que se da aquí como en ningún otro lugar del Pirineo: crostelludo / crostelluts, enfelerau / enfelerats, bllanco / bllancs, cumo / cums, pelo / pels, puerco / puercs, ròyo / ròis, batueco
/ batuecs, ruello / ruells, pesigo / pesics, martiello / martiells, tusuelo / tusuels, mardano / mardans,
camino / camins, farrèro / farrès, freixenco / freixencs, un rasgo peculiar que se ha atribuido en
alguna ocasión a una dinámica altoaragonesa arcaica (Coromines 1980:39; Vázquez Obrador
1995). Por otro lado, el benasqués observa una cierta tendencia a presentar una /e/ como vocal
de apoyo: diaplle ⬍ diabolu, lladre ⬍ latro, llibre ⬍ libru, hecho que no es general (altro, ampllo, mascllo), y que debe ponerse en relación – como rasgo indudablemente etimológico – con
el contexto general de la conservación antedicha de /o/ en el benasqués, algo extensible a las hablas literanas igualmente (Giralt 1997:380, N20). En cuanto a la presencia de esta /e/, salpica
todo el altoaragonés, ya que, además de en belsetán (alatre) se recoge hasta en cheso: diaple, lladre (Saura 2000:23), en donde a veces es autóctona.
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sonánticos complejos donde pueden darse ciertas diferencias: part (Pa., Ba., Bq.) /
parte (Ch., Bi.) ⬍ parte, aunque es difícil discernir si aquí la /e/ es original o si se
debe al influjo castellano28.
8. La vocal final /a/ ante consonante
La evolución de esta isófona varía dentro del Valle de Benasque en cuya zona norte inflexiona en /e/ frente a lo que sucede en la zona sur. Al este del benasqués
sigue la inflexión y al oeste la conservación: figues (Pa., Ba.), figues ~ figas (Bq.),
figas (Ch., Bi.) ⬍ ficas; palles (Pa., Ba.), palles ~ pallas (Bq.), pallas (Ch., Bi.) ⬍ paleas; ames (Pa., Ba.), ames ~ amas (Bq.), amas (Ch., Bi.) ⬍ amas (pres. de ind.),
etc. (Vid. también la N43).
Hasta aquí lo relativo al vocalismo, ahora pasamos a tratar de los elementos consonánticos más sobresalientes intentando su agrupación:
9. Persistencia de /f/
Esta isófona es común a los cinco ámbitos geográficos: figuèra (Pa., Ba., Bq., Ch.,
Bi.) ⬍ ficaria; formiga (Pa., Ba., Bq., Ch., Bi.) ⬍ formica; tafarra (Pa., Ba., Bq.,
Ch., Bi.) ⬍ ár. t. afar, etc.
10. Palatalización de /g e,i/ y /j/
En posición inicial la única nota discordante la manifiesta el pallarés, dado que posee
un resultado fricativo sonoro;en todos los demás casos hay africada sorda:germà (Pa.)
/ chermà (Ba.), chermano (Bq.), chirmán (Ch., Bi.) ⬍ germanu; gen (Pa.) / chen (Ba.,
Bq., Ch., Bi.) ⬍ gente; jugà (Pa.) / chugà (Ba., Bq.), chugar (Ch., Bi.) ⬍ iocari etc.
En posición intervocálica el resultado de estos grupos es el mismo en todo el
espacio, de modo que palataliza y desaparece: dit (Pa., Ba., Bq.) ⬍ digitu, faina
(Pa.) ⬍ fagina; ferraina (Ch., Bi.) ⬍ farragine29; saí (Pa.) ⬍ saginu, trainèr (Pa.)
⬍ traginariu, follín (Bq., Ch., Bi.) ⬍ fuligine, borraina (Ba., Bq.) ⬍ -agine30.
28 Distinto es el caso de la modalidad chistavina de la localidad de Gistaín, que se caracteriza
por manifestar con frecuencia una /e/ paragógica: chinere, lugare, siere, cantare, etc. (Mott
1989:30).
29 Tomo el dato relativo al Valle de Chistau del DECat. III, 900a21.
30 Debe precisarse que en determinadas voces surge una /y/ antihiática: fuyina (Bq., Ch., Bi.)
⬍ fagina, sayeta (Bq., Bi.) ⬍ sagitta. Pero, en cualquier caso, la aparición de todo sonido
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11. Africada sorda versus fricativa sorda
A lo largo de esta área pirenaica se confirma siempre la presencia – su origen puede ser diverso31 – de un sonido africado sordo donde el catalán normativo tiene fricativa: chafà (Pa., Ba., Bq.), chafar (Ch., Bi.) ⬍ chaf; chicoya (Pa.), chicoina (Bq.,
Ch.) ⬍ cichoria; chincha (Pa., Bq., Ch., Bi.) ⬍ cimice; manchà (Pa., Bq.), manchar
(Ch., Bi.) ⬍ mantica; punchà (Pa., Bq.), punchar (Ch., Bi.) ⬍ punctiare, etc.
12. Seseo apicoalveolar
En el Valle de Benasque acaba este tipo de alteración, presente también en el Pallars y en el Baliera: senra (Pa., Ba., Bq.) ⬍ cinere / cenisa (Ch., Bi.) ⬍ *cinisia;
sinc (Pa., Ba., Bq.) / cinco (Ch., Bi.) ⬍ quinque; consieto (Bq.) / concieto (Ch., Bi.)
⬍ conceøptu; bras (Pa., Ba.), braso (Bq.) / brazo (Ch., Bi.) ⬍ bracchiu; tisón (Bq.)
/ tizón (Ch., Bi.) ⬍ titione, etc.32.
13. Palatalización de la lateral /l/
Dentro de los diversos contextos examinables, debe distinguirse, en primer lugar,
la palatalización de la /l/ inicial. Así, la isófona se queda en el Valle de Benasque
sin atestiguarse a occidente: llana (Pa., Ba., Bq.) / lana (Ch., Bi.) ⬍ lana; llambric
(Pa.), llombrigo (Bq.) / demeleco (Ch.), remeleco (Bi.) ⬍ *limbricu33; llum (Pa.,
Ba., Bq.) ⬍ lumen / luz (Ch., Bi.) ⬍ luce.
En segundo lugar, la distribución de la palatalización de /ll/ en posición final absoluta es similar a la de arriba: vall (Pa., Ba., Bq.) / val (Ch., Bi.) ⬍ valle. Pero no
la transformación sufrida por /ll/ en interior, ya que, si ofrece una lateral palatal en
la mayor parte del territorio, en belsetán comienza el resultado africado sordo del
aragonés central: bedell (Pa., Ba.), bediello (Bq., Ch.) / betiecho (Bi.) ⬍ videøllu;
fricativo sonoro en pallarés o africado sordo en los otros valles se deberá, al menos en gran
medida, a la adaptación de un sonido foráneo (catalán, gascón): fregí (Pa.) ⬍ frigere, pagès
(Pa.) ⬍ pagense, frechinache (Bq.) ⬍ frigere, trachinèro (Bq.) y trachiné (Ch.) ⬍ traginariu,
etc.
31 Como, ex. gr., el carácter expresivo u onomatopéyico, la adaptación de evoluciones catalanas, la transmisión – en origen – a través del mozárabe, etc. A ello puede agregarse el reforzamiento articulatorio experimentado por /s/: chiulà (Bq.) ⬍ sibilare, chollà (Bq.) ⬍ subiliare
(DECat., s. manxa, punt, xafar, xicoira, xinxa, xollar).
32 En algún ejemplo esporádico el benasqués posee desaparición de este sonido: ragón ⬍ ratione, un hecho muy puntual que se convierte en regla ya hacia los valles orientales: chaem (Ba.)
⬍ iacimus, raim (Ba.) ⬍ racemu, etc.
33 Estadios ambos a los que se ha arribado – es obvio – por diversos supuestos de disimilación
de líquidas, con neutralización en el ejemplo de Chistau.
238
José Antonio Saura Rami
dibiello (Bq.), chuvillo (Ch.) / libiecho (Bi.) ⬍ globeøllu (DCECH, s. v. ovillo); paniquella (Pa.) / panitiecha (Bi.) ⬍ *picquineølla (DECat., s. v. paniquera)34.
En tercer lugar, la palatalización de los grupos de consonante agrupada es fenómeno privativo de los valles de Benasque y del Baliera: plorem (Pa.) / pllorem (Ba.,
Bq.) / ploramos (Ch., Bi.) ⬍ ploramus; blanc (Pa.) / bllanc (Ba.), bllanco (Bq.) /
blanco (Ch., Bi.) ⬍ a. a. a. blanch (DECat., s. v.); flo (Pa.) / fllo (Ba., Bq.) / flor (Ch.
Bi.) ⬍ flore; sinlla (Ba., Bq.) / cingla (Ch., Bi.) ⬍ cingula35; asclla (Ba., Bq.) / ascla
(Ch., Bi.) ⬍ astula; parllache (Ba., Bq.) / parlaza (Ch.) ⬍ paraulare36.
14. Las sordas intervocálicas
En general y salvo poquísimas excepciones las oclusivas sordas intervocálicas
sonorizan en este territorio, sólo en belsetán se mantienen de modo regular en
lo que es una isófona característica del aragonés central: cabana (Pa., Ba., Bq.,
Ch.) / capanna (Bi.) ⬍ capanna; ordiga (Pa.), ixordiga (Ba., Bq., Ch.) / ixordica
(Bi.) ⬍ (ex)urtica; aixada (Pa., Ba.), ixada (Bq., Ch.) / ixata (Bi.) ⬍ asciata,
etc37.
15. Sonorización de oclusivas tras nasal o líquida
Hecho capital del aragonés central, adolece de una falta de vitalidad evidente en
el área que nos ocupa, si bien los datos observados son de cierta relevancia: bango (Ch.) ⬍ germ. bank (DECat., s. v. banc), freixengo (Ch., Bi.) ⬍ germ. frisking
(DCECH, s. v. freixenc), tranga (Ch.) ⬍ celt. *tranca (DECat., s. v. tranca), palanga (Bi.) ⬍ palanca38. Quizá el ejemplo más extendido sea ordiga (Pa.), ixordiga
34 Reliquias de esta isófona hacia el este se documentan en el campo de la toponimia, pero incluso aquí son verdaderamente mínimas, como los últimos ecos ya de un epicentro muy lejano:
Vachimala ⬍ valle mala en el Valle de Chistau (Elcock 1952:7) y Comalavach ⬍ cumba illa
valle en el Valle de Benasque.
35 Tal es la solución autóctona como se demuestra por el derivado cinglazo y el compuesto
capcinglo (Ch.) ⬍ caput cingulu, aunque el castellanismo cincha ha penetrado profusamente en
todos estos espacios aragoneses, incluso en el habla de Hecho (Saura 2000:37).
36 Es interesante indicar la unidad híbrida parlaje Mott 1989:231, con la terminación propia
del castellano, ya que la chistavina – y aragonesa – genuina, de acuerdo con la adaptación local
del formante latino -aticu a través del catalán o del gascón, es -ache.
37 Al margen del belsetán es el chistavino – parece lógico – el que más casos del fenómeno ostenta, pero a mucha distancia, puesto que aquí son también la excepción: betiguera ⬍ *viticaria,
crapaza ⬍ crepatia, escopallo ⬍ scopa, ripa ⬍ ripa; y en benasqués su debilidad es completa incluso en la toponimia. En cambio en el aragonés occidental, concretamente en cheso, aunque no
puede decirse que la conservación sea la norma, hay más testimonios de este proceso tanto en el
habla viva como en lo que se infiere de la toponimia: betiello ⬍ vitellu, betiquera, Foratón (top.)
⬍ foratone, Petrito (top.) ⬍ -etu; ver para todo esto Saura 2000:28-29.
38 En chistavino, sin embargo, tenemos la voz sin sonorizar palanca.
La transición lingüística en el Pirineo central (I)
239
(Ba., Bq., Ch.) / ixordica (Bi.) ⬍ (ex)urtica39. A estos, deben añadirse singardalla
(Bq.), chingardana (Ch.) ⬍ *sangart- (DECat., s. v. sargantana)40.
Como se ve, se trata de vocablos referidos al belsetán y al chistavino, fundamentalmente, en los cuales afecta, sobre todo, a /nk/41.
16. La /d/ intervocálica
Según los ejemplos de que disponemos, parece conservarse desde Benasque a
Bielsa, pero ya no hacia oriente: cuga (Ba.) / coda (Bq., Ch., Bi.) ⬍ coda; sugà (Ba.)
/ sudà (Bq.), sudar (Ch., Bi.) ⬍ sudare42.
17. /s/ sonora versus /s/ sorda
Mantiene una articulación sonora /z/ en Pallars y el Baliera, siendo ya sorda en benasqués, chistavino y belsetán: casa (Pa., Ba.) / casa (Bq., Ch., Bi.) ⬍ casa; llòsa
(Pa., Ba.) ⬍ prerr. *lausa / casa (Bq., Ch., Bi.) ⬍ casa43.
18. Los grupos consonánticos /mb/, /nd/ y /nn/
El primero de ellos se asimila en /m/ en toda la extensión diatópica considerada:
cama (Pa., Ba., Bq., Ch., Bi.) ⬍ camba; plom (Pa.), pllom (Ba., Bq.), plomo (Ch.)
⬍ plumbu; tamé (Ba., Bq.), tamién (Ch.), tammién (Bi.) ⬍ tam beøne.
39 Aunque para estas variantes Coromines 1936:300 establece una modificación /rd/ en la base
etimológica. Véase también lo relatado en el DECat. (s. ortiga).
40 Esta es la variante benasquesa general para el concepto de «lagartija», pero en alguna localidad subsiste la variante sin sonorizar singartalla. Por lo demás, hay que notar también otro
derivado de la misma base: singardaixo (Bq.), engardaixo (Ch.) ‘lagarto’ con un sufijo diferente,
para el que puede consultarse lo señalado por Corominas 1972c:273 N20. La voz de Bielsa cigalantera que da Badía 1950:246 – por otra parte bastante modificada mediante anaptixis, neutralización de líquidas y metátesis – no sonoriza.
41 Añado a título de curiosidad el topónimo chistavino Milicuengas ⬍ conchas del que se
hace eco ya Elcock 1938:161. La situación cuantitativa en el extremo occidental de Aragón es similar, en consonancia con las unidades del ansotano espelunga, sargandana (Alvar 1978:35, 43)
y del cheso ordiga, cendella ⬍ scintilla, espelunga y palanga (Saura 2000:33).
42 En benasqués disponemos de bastantes ejemplos de mantenimiento – más que en Chistau
y Bielsa que presentan eliminación en muchos verbos (crier, vier. . .) – : credé ⬍ credeøre, radé
⬍ rodeøre, vedé ⬍ vid re, tieda ⬍ taeda. Incluso se atestigua el interesante arcaísmo – de clara
estructura catalana – remedi, aunque en el sureste del Valle ya comienza la variante sin dental
remei ⬍ remediu.
43 Para una cronología del ensordecimiento en Aragón, cf. Corominas 1972a:213. En cuanto
a la ausencia de la sonora /z/ en nuestra zona, no comienza propiamente en el Valle de Benasque,
sino que las localidades de Espés y de Las Paúles, en la cuenca hidrográfica del río Isábena, ya
observan esta circunstancia, según la descripción que realiza Haensch 1959:87-88, quien califica
su habla – y la de otros puntos adyacentes – como «de transición» entre las propiamente catala-
240
José Antonio Saura Rami
En cuanto a /nd/, presenta asimilación en /n/ con algunas interferencias: espona
(Ba.), espuena (Bq., Ch.) / espuenna (Bi.) ⬍ sponda; b(e)rena (Pa.), brena (Ba.,
Bq.) / brenda (Ch.) /brenna (Bi.) ⬍ mereønda. . .
Finalmente, /nn/ también muestra tendencia a reducirse en /n/ de modo homogéneo: cabana (Pa., Ba., Bq., Ch.) / capanna (Bi.) ⬍ capanna; escana-se (Pa., Ba.,
Bq., Ch.) / escannar (Bi.) ⬍ canna44.
19. El grupo /rr/
Hay un movimiento perceptible a la disimilación en /rd/ – o en otras varias posibilidades: bard (Pa.), bardo (Bq., Ch., Bi.) ⬍ prerr. barru; charro (Bq.), charlo (Ch.)
⬍ onomat. charr; chizardo (Ch.), chizard (Bi.) ⬍ prerr. (i)sarr-; mardano (Bq.) ⬍
marr-. Pero lo cierto es que puede presentarse asimismo inalterado: amorro (Ba.,
Bq.) ⬍ prerr. murr, cerra (Bi.) ⬍ cirra, esquèrra (Pa., Ba., Bq.) ⬍ prerr. eskerra, garrabèra (Ba., Bq.) ⬍ prerr. gavarr (DECat., s. v.), etc.
En realidad, tal coexistencia es extensible a buena parte del Pirineo45.
nas (cuenca del río Baliera) y aragonesas (cuenca del río Ésera). En realidad, esto no es exactamente así, ya que estas modalidades del Isábena son prácticamente catalanas del todo, siendo las
únicas diferencias importantes entre ellas y las del Baliera – claramente catalanas según
Haensch – la ausencia de /z/ y la formación del plural en /as/, pero difícilmente se puede negar
la catalanidad lingüística de un habla como la de Espés con rasgos como estos: no diptongación
de /e/ y /o/ breves tónicas latinas, apócope general de las vocales finales, carencia regular de metafonía, seseo apicoalveolar, palatalización de /l/ inicial, vocalización de todos los grupos consonánticos, etc. Sólo se podría considerar habla de transición en el sentido de que, en efecto, no es
totalmente catalana: se da, además, el ensordecimiento de /ge,i/ y /j/ latinas, pero entonces también será de transición el habla del Baliera al ofrecer este último desarrollo y desde luego lo es
la de Bisaúrri por la importancia de los elementos de una y otra raigambre (Saura 2003). Parece, en suma, como si el filólogo alemán hubiese hecho un esfuerzo por adecuar los datos lingüísticos a las condiciones geo-hidrográficas. De todos modos, no estará de más enviar a las impresiones de Corominas 1972b:234 al respecto, tan atinadas siempre como poco tenidas en cuenta
en este caso concreto. En otro orden de cosas, desde Pallars a Benasque la /s/ ante consonante
sonora /m/, /n/, /l/ manifiesta una propensión a vocalizar en /i/: més (Pa., Ba., Bq.) ⬍ magis, mainada ⬍ mansionata (Ba., Bq.), aina (Pa., Ba., Bq.) ⬍ occ. aizina (DECat., s. eina). No obstante,
en benasqués la /s/ subsiste en algunos ejemplos puntuales como son disnà ⬍ dis-jejunare y esme
⬍ adaestimare (DECat., s. esma), algo en algún grado reproducido en chistavino: esmo (Mott
1997:144). En fin, para la constatación de este mismo fenómeno fonético en gascón puede consultarse lo reseñado por Rohlfs 1970:145.
44 Como se ve, el belsetán conservaba aún en los años 40 los estadios geminados de algunos de
estos procesos. Por otro lado, diversas interferencias a favor de la conservación de los grupos /mb/ y
/nd/, así como de la palatalización de /nn/, con gran verosimilitud, serán indicio de préstamo castellano en la mayor parte de las ocasiones: tumba (Bq., Ch.), redondo (Ch.), caña (Ba., Bq., Ch.), etc.
45 Así, por ejemplo, en cheso tenemos sarrio como derivado de la base (i)sarr, voz que ha
pasado al castellano de Aragón para designar el ‘rebeco’ (Rupicapra rupicapra), pero también el
apelativo mardano y el topónimo Gabardito, el último de los cuales procede de la base gavarr,
a partir de la que constituye un colectivo vegetal junto al sufijo -etu (Saura 2000:30). Pero véase
sobre esto lo comentado por Corominas 1972d:141.
La transición lingüística en el Pirineo central (I)
241
20. El grupo /kt/
Vocaliza la velar en /i/ de manera uniforme, aunque con eventuales reducciones
ulteriores: llit (Pa., Ba., Bq.), leito (Ch.) ⬍ lectu; lleit ~ llet (Pa.), llet (Ba., Bq.), let
(Bi.) ⬍ lacte; cheta-se (Ba., Bq., Ch.), chitar (Bi.) ⬍ *iectare; nit (Pa., Ba., Bq.),
nuet (Bi.) ⬍ nocte46.
21. Los segmentos /y/, /by/, /dy/, /gy/
Manifiestan un grado de unidad notable en su evolución que tenderá a configurar
un sonido mediopalatal sonoro en esa posición intervocálica47: goyat (Bq.) ⬍ prerr.
*goiattu (DECat., s. v. goja); mayo (Bq., Ch., Bi.) ⬍ maiu; mayó (Pa., Bq.), mayor
(Ch.) ⬍ maiore; anayón (Bq.), abayón (Ch.) ⬍ *anabione (DECat., s. v. avajó);
royo (Bq., Ch., Bi.) ⬍ rubeu; puyà (Pa., Ba., Bq.), puyar (Ch., Bi.) ⬍ podiare; raya
(Pa., Ba., Bq., Ch., Bi.) ⬍ radia; correya (Pa., Ba., Bq.) ⬍ corrigia48.
Y en aquellos espacios que permiten – en mayor o menor medida – la apócope
el resultado es la vocal /i/: gai (Bq.) ⬍ gaiu; mai (Pa., Ba.) ⬍ maiu; pitarròi (Pa.,
Ba., Bq., Ch.) ⬍ rubeu; descai (Bq.) ⬍ ie. *skaidio (DECat., s. v. escaig); gòi (Pa.,
Ba., Bq., Ch.) ⬍ gaudiu; rebui (Bq.) ⬍ repudiu. Por su parte, güe (Bq.) ⬍ hodie
ha eliminado la vocal final.
22. Los grupos /ly/, /cly/
Ambos convergen en un sonido lateral palatal: fill (Pa., Ba.), fillo (Bq., Ch., Bi.)
⬍ filiu; fulla (Pa., Ba.), fuella (Bq., Ch., Bi.) ⬍ folia; palla (Pa., Ba., Bq., Ch., Bi.)
⬍ palea; cullèra (Pa., Ba., Bq., Ch.) ⬍ cochlearia49.
46 En Chistau sólo hemos constatado el castellanismo noche, pero no cabe duda de una variante muy similar a la belsetana. En otro orden de cosas, el resultado vocalizador en /u/ no se
documenta en nuestro ámbito. Sólo en cheso parece entrañar una especie de adecuación reciente de los cultismos castellanos: carauter ⬍ character, fautor ⬍ factore, etc. Vid. a propósito de
este aspecto en España, Menéndez Pidal 1940:144 N4.
47 Es este un hecho arcaico y autóctono, ajeno por completo a la influencia del castellano, por
más que comparta con él, en buena medida, los resultados: «No es tracta, doncs, de cap ingerència ponentina, sinó d’un arcaisme fonètic propi de certes valls pirinenques. Perquè el fenomen
sembla haver-se estès antigament molt més a l’Est i haver estat general especialment en el Berguedà» (Coromines 1936:259).
48 En determinados supuestos se producen despalatalizaciones:pió (Bq.) ⬍ peiore, Sía (top.
de Bq.) ⬍ prerr. ceia (DECat., s. sitja), urión (Bq.) ⬍ prerr. *çeribione (DECat., s. ceribions),
fastio (Bi.) ⬍ fastidiu. Por otro lado y al igual de lo visto en el §10, la aparición de sonidos africados en esta zona lingüística se deberá a aportaciones foráneas: dejuni (Pa.), dechuno (Bq.) ⬍
ieiunu; mich (Pa., Ba., Bq.) ⬍ mediu, mincháns (Bi.) ⬍ medianos.
49 Sólo que en chistavino ha sido sustituida ya en la práctica por el castellanismo cuchara, pero
aún ha recogido Mott (1989:47) el derivado autóctono cullarera en el pueblo de Gistaín. Igual
sustitución ha sucedido en belsetán a tenor de los datos de Badía 1950:254.
242
José Antonio Saura Rami
23. Los grupos /ks/, /scy/, /ssy/, /sce,i/, /ps/
Se confirma un cambio uniforme hacia un sonido prepalatal fricativo sordo: flluixo
(Bq.), floixo (Ch., Bi.) ⬍ fluxu; aixada (Pa., Ba.), ixada (Bq., Ch.), ixata (Bi.) ⬍ asciata; baixà (Pa., Ba., Bq.), baixar (Ch., Bi.) ⬍ *bassiare; coneixe (Ba.), coneixé (Bq.),
conoixer (Ch.), coneixer (Bi.) ⬍ cognoscere; caixa (Pa., Ba., Bq., Ch., Bi.) ⬍ capsa.
24. Los grupos /alt/ y /ult/
El primero de ellos confirma una continuidad desde el Pallars hasta Bielsa por más
que haya reducción en algunos puntos (Chistau): altre (Pa.,Ba.),altro (Bq.,Bi.),atro
(Ch.) ⬍ alteru; naltres (Pa., Ba.), nusaltros (Bq., Bi.), nusatros (Ch.) ⬍ nos alteros.
En cuanto al segundo, perdura desde Pallars a Benasque: mol (Pa., Ba.), molto
(Bq.) ⬍ multu; y vocaliza – con posibilidad de reducción – según la fonética histórica aragonesa en Bielsa: muito ~ muto, cutre ⬍ cultre. Sin embargo, no sabemos cuál fue exactamente el tratamiento autóctono del chistavino, dado que hoy
se atestigua sólo el castellanismo mucho, si bien, dada la presencia en él de la unidad escultar (Kuhn 1935:19) creemos que pervive el grupo50.
25. La vocalización de los grupos y consonantes romances
/b’l/, /b’r/, /c’r/, /d’r/, /v’r/, /v’t/, /f’l/, /d/, /v/,
Pese a que este proceso hace incursiones esporádicas de algunas isófonas en los
Valles de Chistau y de Bielsa – incluso más al oeste51 – no es menos cierto que de
manera global sólo afecta al Valle de Benasque52 y desde allí hacia el este: canau50 La situación no parece sencilla del todo, pero es probable que fuese la intuida arriba, ya
que, si atendemos a la voz bolturnos de Chistau, debiéramos pensar que fue molto la solución genuina en esta habla, aunque también en belsetán se ha conservado el grupo en esta base latina
vulturnu, de suerte que es también bolturno lo que se documenta (cast. bochorno). Pero tales
pervivencias debieron de ser generales, según se deduce de la voz buldorín de Sercué recogida
por Elcock (1938:150) e incluso más al oeste en el propio Valle de Hecho hallamos soluciones
claramente predominantes de vocalización en este contexto: ascuitar ~ escuitar ⬍ auscultare,
muito ⬍ multu, güitrino ⬍ vulturinu, sin que tampoco el cheso resulte ajeno a su mantenimiento: cultro ⬍ cultre (Saura 2000:34).
51 En concreto, el tratamiento vocalizador de /v/ en final absoluto parece haber disfrutado de
una expansión bastante considerable en el Altoaragón, de ahí que clau sea la solución de Ansó,
Hecho, Panticosa y Torla (Kuhn 1935:33-34), o que nieu se recoja también en Hecho (Saura
2000:38); para nueu ⬍ nove (cf. Alvar-Pottier 1987:88). Por ello muy bien puede ser rasgo autóctono.
52 De hecho, el benasqués tan sólo difiere del catalán en el mantenimiento de las desinencias
/ts/ de segunda persona de plural y /t/ de imperativo de plural: cantets ⬍ cantatis, cantat ⬍ cantate, lo que pone de relieve su arcaísmo en este punto frente al catalán y al aragonés modernos.
La transición lingüística en el Pirineo central (I)
243
la (Pa., Ba., Bq.) / canaula ~ canabla (Ch.), canabla (Bi.) ⬍ cannabula; llaurà (Pa.,
Ba., Bq.) / labrá(r) (Ch., Bi.) ⬍ labor re; chaure (Ba., Bq.) / chacé(r) (Ch., Bi.) ⬍
iac re; riure (Pa., Ba., Bq.) / redí(r) (Ch., Bi.) ⬍ ridere; pllòure (Pa., Ba., Bq.) / plever (Ch., Bi.) ⬍ *ploveøre; lleute (Pa., Ba.), llèuto (Bq.) ⬍ leøvitu53; arèulo (Bq.) /
alebro (Ch.), arébel (Bi.) ⬍ acrif(u)lu; pèu (Pa., Ba., Bq., Ch.) / piet (Bi.) ⬍ peøde;
pròu (Pa., Ba., Bq., Ch.) / prou ~ pro (Bi.) ⬍ prode; nèu (Pa., Ba., Bq.), nieu (Ch.,
Bi.) ⬍ *neøve.
26. Los grupos /t’l/ y /c’l/
Su resultado es lateral palatal de modo constante: renillà (Ba., Bq.) ⬍ *rehinnitulare; gualla (Pa., Ba., Bq.) ⬍ germ. quahtila54; vell (Pa., Ba.), viello (Bq., Ch.,
Bi.) ⬍ vetulu55; ovella (Pa., Ba.), güella (Bq., Ch., Bi.) ⬍ ovicula; orella (Ba., Bq.,
Ch., Bi.) ⬍ auricula; abella (Pa., Ba., Bq., Ch., Bi.) ⬍ apicula, etc.
27. La pervivencia de los grupos romances /l’r/ y /n’r/
Esta es una isófona cuya expansión se detiene también en el Valle de Benasque y
lo característico de ella es el contacto directo de ambos sonidos sin que medie ninguna /d/, ya sea etimológica o epentética56: senra (Pa., Ba., Bq.) ⬍ cinere, ensenre
(Pa., Ba., Bq.) ⬍ incendeøre, penre (Pa., Ba., Bq.) ⬍ prehendeøre, molre (Pa., Ba.)
y muelre (Bq.) ⬍ moleøre, calre (Pa., Ba., Bq.) ⬍ cal re, etc.
La ausencia de infinitivos fuertes en chistavino y belsetán supone que no haya
ejemplos exactos, aunque la comparación puede hacerse fácilmente con los tiempos de futuro y de condicional: caldrá y caldría (Ch., Bi.), saldrá y saldría (Ch., Bi.),
pendrá y pendría (Ch.), tendrá y tendría (Ch., Bi.), etc.
28. Las consonantes finales /n/, /r/, /d/
En el comportamiento de /n/ cabe distinguir el carácter átono o tónico de la sílaba final. Si es átona la /n/ se pierde desde el Pallars al Valle de Benasque, conservándose al oeste: jove (Pa.), chove (Ba., Bq.) / choven (Ch., Bi.) ⬍ iuvene; freixe
53 En Chistau he recogido la voz levadura, castellanismo palmario, de acuerdo con el testimonio precioso de Elcock (1938:46), quien documentó empreñatuera ⬍ impraegnatoria en la
localidad de Plan.
54 El dato pallarés, como asimismo la etimología, los extraigo del DECat. (s. guatlla).
55 No es vocablo del habla viva benasquesa, sino que se halla fosilizado en la toponimia; pero
la sustitución es general en aragonés central y oriental (Mott 1989:48; Badía 1950:92).
56 Que es – como resulta sobradamente conocido – la solución del catalán normativo: cendra,
entendre, caldre.
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(Pa., Ba., Bq.) / fréixel (Ch.), freixen (Bi.) ⬍ fraxinu57; vacume (Bq.) / vacumen
(Bi.) ⬍ -umine (cf. gramen, urdimen (Ch.) ⬍ -imine).
Pero si la sílaba final es tónica, entonces el benasqués se une al grupo occidental y /n/ se pierde sólo en los dos valles más orientales: mà (Ba.) / man (Bq.)
⬍ manu; pi (Pa., Ba.) / pino (Bq.), pin (Ch., Bi.) ⬍ pinu; falcó (Pa., Ba.) / falcón
(Bq., Ch., Bi.) ⬍ falcone; moixón (Bq.), muxón (Ch.) ⬍ muscione58.
La /r/ es muda desde el Pallars a Benasque con diversas interferencias en el chistavino y con mantenimiento en el belsetán: pinà (Pa., Ba., Bq., Ch.) / pinar (Bi.)
⬍ -are; sabé (Bq.) / saber (Ch., Bi.) ⬍ -eøre; partí (Bq.) / partir (Ch., Bi.) ⬍ - re; caló
(Pa., Ba., Bq., Ch.) / calor (Bi.) ⬍ -ore59.
En cuanto a /d/,se ensordece de manera absoluta desde el Pallars a Benasque,perdiéndose ya en el Valle de Chistau: amistat (Pa., Ba., Bq.) / amistá (Ch., Bi.) ⬍ -ate.
Si bien incluso en belsetán podemos hallar ecos de /t/: almut ⬍ ár. mudd, piet ⬍ peøde,
etc.60.
III. Conclusiones
No hemos escogido este espacio de la Romania al azar. Si lo hemos hecho es porque estimamos que constituye un lugar privilegiado para estudiar la transición lingüística entre dos variedades románicas. En consecuencia, creemos que la exposición que hemos pergeñado hasta aquí obedece a un orden y ese orden no debiera
diferir demasiado del siguiente:
1. Es innegable la continuidad de muchas de las isófonas a lo largo de esta área:
reducción de los diptongos /au/ y /ai/, conservación de /e/ postónica latina, apóco57 En la variante chistavina – resulta evidente – lo único que se ha producido es una ulterior
neutralización entre /n/ y /l/ que en nada distorsiona el alcance de esta isófona.
58 En benasqués sí hay algunas interferencias tanto en unos pocos apelativos: demà ⬍ de
mane, degú ⬍ nec unu, como en ciertos topónimos: San Romà ⬍ romanu, Sa Martí ⬍ martinu,
Castilló ⬍ castellione, El Turbó ⬍ -one. Pero este hecho no empaña la trayectoria general del
sistema. Como es conocido, la eliminación de /n/ constituye una isófona especialmente
característica en el marco de la fonética histórica del catalán y ya se muestra consolidada desde
el siglo XI (Rasico 1982:382).
59 La pérdida (con vacilación) se da en chistavino, salvo cuando hay /e/ paragógica (Mott
1989:48 y 51); es también frecuente en ansotano (Alvar 1978:24s., y esp. N20), pero no en aragonés central (Panticosa, Torla, Sallent): albar, manzanar. . . (Kuhn 1935:214-16), ni en cheso: espaldar, fer, gruñir. . . (Saura 2000:38); y véase en la misma línea Elcock (1938:45 N1).
60 Y Elcock (1938:57) consigna el interesante topónimo La Cibitat ⬍ civitate. Por otro lado,
en relación con estas transformaciones de las consonantes romances en final de palabra, hay que
citar el paso de /rn/ a /rt/, isófona exclusiva en este espacio del Valle de Benasque; afecta, que sepamos, únicamente a tres voces: fórt ⬍ furnu, tórt ⬍ tornu e hibèrt ⬍ hibeørnu. Parece tratarse
de un proceso de neutralización en final absoluto, quizá promovido por la inexistencia de esta
combinación en benasqués y la imposibilidad de reducción a /r/, que por ser muda, habría dejado
descaracterizadas estas categorías. Es rasgo que se prolonga hacia las hablas de La Litera: gobèrt,
etc. (Giralt, comunicación personal) y llega a Alicante y Canet lo Roig (DECat, s. hivern).
La transición lingüística en el Pirineo central (I)
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pe apreciable de /e/, mantenimiento de /f/, presencia de africada sorda frente a fricativa sorda en catalán normativo, vocalización de /ct/, palatalización de /ge,i/ y /j/
intervocálicas, asimilación de /mb/, resultados palatalizados de /y/, /by/, /dy/, /gy/,
de /ly/ y /cly/, de /ks/, /scy/, /ssy/, /sce,i/ y /ps/, tratamientos similares en los grupos
/rr/ y /alt/, misma evolución de /t’l/ y /c’l/. Pero el valor de este aspecto es más bien
limitado, en la medida en que de él será responsable también la relativa similitud
tipológica entre catalán y aragonés.
2. Mucho más interesante es considerar las pequeñas o grandes fracturas que
manifiestan las isófonas características de uno u otro ámbito al pasar de un valle
a otro, incluso a veces dentro del mismo valle. En este sentido, conviene precisar
algunas cosas.
3. La gran similitud de los hechos que presentan las hablas del Pallars y del
Baliera. Estas últimas se caracterizan por dos innovaciones: la introducción, en primer término, del sonido africado sordo en vez del fricativo sonoro como resultado de /ge,i/ y /j/, manifestándose así su solidaridad con todas las demás hablas del
oeste; y, en segundo lugar, la palatalización de la lateral en todos los grupos de consonante agrupada, hecho de menor calado, que las hermana con el benasqués.
4. La gran semejanza de los rasgos que caracterizan el chistavino y el belsetán61,
el cual difiere de aquél, fundamentalmente62, en la conservación regular de las
oclusivas sordas intervocálicas, en la solución africada sorda a partir de la cacuminalización de /ll/ intervocálica latina y en el mantenimiento de algunos grupos
geminados procedentes de /nd/ y /nn/.
5. La doble gran fractura isofónica que muestra el benasqués respecto de ambos
dominios, al compartir numerosos elementos fonético-fonológicos tanto con los valles orientales como con los occidentales, lo que lo convierte en el verdadero nudo
gordiano de una transición que a ambos extremos, como hemos visto, se revela con
extraordinaria suavidad, pero que aquí se hace abrupta63. En concreto, el benasqués
mira hacia el este catalán en la posesión de un sistema heptavocálico como el descrito arriba, en la inflexión de la /a/ postónica, en la palatalización de /l/ inicial y de
/ll/ en posición final absoluta, en la ausencia de interdental sorda, en la vocalización
de /s/ ante consonante sonora, en el carácter vocalizado de /y/, /by/, /dy/, /gy/ en final absoluto, en la evolución de /ult/, en la asimilación de /nd/, en la vocalización de
numerosos grupos romances, en el mantenimiento de /n’r/ y /l’r/, en el ensordecimiento de /d/ en final absoluto, en el carácter mudo de /n/ – en sílaba átona – y de
/r/ finales. En cambio, tiene en común con el subgrupo occidental el desplazamiento acentual de las bases proparoxítonas, la conservación de /o/ final y acaso la pre61 Dentro de la escasa representatividad del fenómeno coinciden hasta en el comportamiento
cuantitativo de la sonorización tras nasal y líquida.
62 El hecho de la /e/ paragógica es absolutamente menor y tampoco posee rango de generalidad en el Valle de Chistau (cf. N28).
63 No es extraño, así las cosas, que Corominas 1972b:235 se permitiera hacer la siguiente observación: «Benasque constituye indudablemente el punto crucial y el territorio de más alta originalidad dialectológica».
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José Antonio Saura Rami
sencia de /o/ final en el singular frente a su ausencia en plural, la diptongación de
las vocales breves tónicas /e/ y /o/, la metafonía vocálica de algunos contextos, la velarización causada por el wau, el resultado africado sordo de /ge,i/ y /j/ iniciales, la
acusada conservación de la /d/ intervocálica, el mantenimiento de la nasal /n/ en final tónico de palabra o la ausencia – pertinente – de alveolar sonora.
6. Pese a que es incontrovertible la radicalización de la transición lingüística en
el benasqués, este aspecto puede atemperarse en ambas direcciones. Primero, porque hay isófonas que afectan a cuatro de los cinco espacios de modo continuo: el
resultado africado sordo de /ge,i/ y /j/, la sonorización de las oclusivas sordas intervocálicas, el tratamiento de /nd/, /ult/ – al menos en parte – y de /nn/. Pero después,
porque por el este vemos cómo las hablas intermedias del Isábena poseen ya sólo
/s/ sorda, mantienen algún caso esporádico de metafonía – que llega hasta el Baliera (cf. N22) –, y no inflexionan la /a/ átona ante consonante en final absoluto; y
por el oeste, observamos cómo determinados hechos inciden en el vecino valle de
Chistau, pero sin llegar a tomar carta de naturaleza en el seno de su sistema, como
si se tratase de ondas lingüísticas que lo han alcanzado ya con evidente debilidad,
o sin la fuerza necesaria para poder implantarse de manera definitiva: la vocalización de determinadas consonantes o grupos consonánticos (/d/ final), pero no de
otros y la propia vacilación en algunos de ellos (/b’l/ ~ /ul/)64, algún resultado vocálico de los grupos de yod (goi, pitarroi), ciertas eliminaciones de /r/ en final absoluto, la inflexión puntual de /a/ tónica ante /ks/.A estos considerandos hay que agregar el propio aspecto transicional del benasqués que en el norte inflexiona la /a/
final ante consonante pero ya no en el sur, que confirma un impacto importante en
la apócope de /o/, acelerado además en su extremo suroriental, donde asimismo se
eliminan muchos fenómenos de diptongación (-èll ⬍ -eøllu, -òl ⬍ -olu), etc. En fin,
menor trascendencia alcanzan en este sentido las innovaciones específicas del benasqués – compartidas o no: palatalización de los diversos grupos de consonante +
/l/, alveolar fricativa sorda procedente de /ce,i/ y de /ty/, etc.
7. En suma y volviendo al comienzo, queremos cerrar este trabajo con dos observaciones: a) es cierto que podemos seguir hablando de límites sueltos, pero no
lo es menos que estos se agrupan en dos grandes haces que confluyen en el Valle
de Benasque; b) una vez definida la trayectoria de los hechos lingüísticos, parece
sugerirse la idea de un avance de algunas isófonas características del catalán hacia
el oeste, responsable de la situación detallada en los valles occidentales de Chistau y Bielsa. Quizá este proceso esté también en la base de la catalanización casi
completa del Baliera y de una situación mixta – en torno al 50 % – en el Valle de
Benasque65, pero esto es algo que deberá confirmarse por medio de estudios
generales, especialmente de corte toponímico.
Zaragoza
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José Antonio Saura Rami
Ya hemos visto cómo la fluctuación isofónica atañe también al Valle de Bielsa: pro ~ prou.
Véase Corominas 1972b:233, aunque el porcentaje no tiene excesiva importancia aquí.
La transición lingüística en el Pirineo central (I)
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