Mística, otra forma de reflejar el deporte

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Mística, otra forma de reflejar el deporte
Por Nicolás Octavio Bozza,
Gerardo Carmona
y Federico Ariel Serra
El sábado 19 de abril de 1997 apareció la revista Mística acompañando la edición de
los días sábados de Olé. Definida por el director del diario, Ricardo Roa como “El espíritu del
deporte”, la revista proponía una mirada diferente sobre el deporte, con reportajes a los
protagonistas, historias e investigaciones especiales. Contenía 84 páginas y un gran despliegue
fotográfico.
Según el director del diario deportivo, esta nueva publicación “responde a las
necesidades del nuevo lector de deportes, que constantemente está buscando cosas nuevas.
Plantea una mirada distinta sobre el deporte. Hay una distinción básica con Olé: el diario se
ocupa de lo urgente. La revista toma el mismo hecho pero con otros ojos, que van más allá de
lo inmediato"1.
En su primera edición, Mística arrancó con todo y tuvo una tirada de 200 mil
ejemplares, que demostraron una muy cuidada edición, un importante despliegue fotográfico y
la presencia de varios columnistas especiales. Según Roa, "Olé es el diario del hincha y
Mística es tanto del hincha como del simpatizante. Que viven de maneras diferentes una
misma pasión por el deporte. El diario muestra a los protagonistas en la cancha. La revista se
mete en el túnel con ellos y los acompaña para mostrarlos en todo lo que no se ve en el juego.
El diario es la pasión, Mística es el espíritu del deporte. Al estilo Olé, que significa emoción,
testimonios y rigor informativo"2.
Mientras permaneció en el mercado (hasta el 4 de noviembre de 2000 vieron la luz 186
números de la revista), abordó las vivencias, motivaciones, dilemas e intimidades dentro y
fuera del escenario de competencia. Así, pudo verse en la tapa al goleador Martín Palermo
disfrazado de mujer; a Alfredo Davicce –el sobrio presidente de River– con un sombrero de
arlequín con los colores del club o a los mellizos Barros Schelotto personificados en dos
gangsters. La revista tiene análisis, investigaciones y otros géneros, compaginados en
secciones habituales bajo la identificación de La rabona, Instantánea (cuatro fotografías del
deporte en acción), Fotomemoria, Radiografía, Fanática, Retro, Peloteo, El buzón, Sprint y las
columnas Tinta Roja y Posición adelantada3.
Vale aclarar que la revista apareció en el mercado en un momento favorable en
relación a cuestiones económicas y de expansión del mercado deportivo. Lo mismo había
sucedido con el diario Olé en el año 1996.
Se produjo un aprovechamiento de las condiciones económicas, deportivas y culturales
imperantes en la época. La masificación de la televisión por cable produjo la aparición de gran
cantidad de medios dedicados al deporte. Y, a su vez, esa proliferación de medios responde al
crecimiento del negocio. Se dio una relación simbiótica: los medios ayudaron al fútbol y éste a
los medios. El fútbol se transformó en un espectáculo mediático y al mismo tiempo surgió un
1
http://www.clarin.com/diario/1997/04/20/r-06201d.htm
http://www.clarin.com/diario/1997/04/20/r-06201d.htm
3
Diccionario enciclopédico del fútbol. Diario deportivo Olé. 1997.
2
mercado inexplorado donde ciertos empresarios encontraron la veta para sacar un nuevo
producto.
De esta manera surgió Olé y se transformó en un elemento necesario incluso para el
periodista deportivo. Su aparición está íntimamente relacionada con una época donde los
procesos económicos vigentes permitieron mayores inversiones a las empresas. Teniendo en
cuenta que las materias primas y materiales eran adquiridos a precio dólar, en ese momento en
paridad cambiaria con la moneda argentina, la inversión resultaba más fácilmente concretable.
Ejemplo de esto es que tanto para el diario como para la revista se trabajó en conjunto con un
diseñador español; cosa que hoy implicaría costos mucho más onerosos.
Grupo de pertenencia
Un elemento que no debe ser obviado dentro de este análisis es que la creación de Olé
y Mística se da bajo la tutela de Clarín. No es un dato menor, que tal emprendimiento saliese
al mercado y contara con la aprobación y el respaldo periodístico-económico de uno de los
grupos empresarios periodísticos más significativos y de mayor poderío en la Argentina. Y
esto es un elemento clave a la hora del análisis.
Analizando por partes, fue el Grupo Clarín el multimedio que se animó a editar un
diario deportivo. Contando con los recursos económicos necesarios para una gran
preproducción y también para solventarlo en épocas de reconversión de ventas, Olé salió al
mercado con el irreemplazable valor del apoyo que tuvo de Clarín. En segundo lugar, cuando
logró establecerse en el mercado argentino como el diario deportivo y la referencia tanto para
el ámbito de futbolistas como periodístico, surgió la idea de la aparición de Mística. Aquí
también la revista tuvo detrás el apoyo, pero en este caso la referencia era claramente Olé y no
así el Grupo Clarín
Sin embargo, la revista pudo mantener su edición poco más de tres años. Eso lleva a
pensar en la política del multimedio Clarín, con el apoyo económico que posee: ¿no pudo o no
le interesó sostener este emprendimiento? Del mismo modo resulta difícil pensar en el
surgimiento de nuevas revistas deportivas independientes. Incluso el paso del tiempo lo
demuestra ya que desde la desaparición de Mística no hubo revistas deportivas que hayan
aparecido y perdurado en el tiempo.
Innovaciones que presentó
Mística fue una revista moderna en sus aspectos visuales; y tuvo la particularidad de
ser, en nuestro país, la primera revista de un diario deportivo. Desde ese punto de vista es una
innovación para los medios gráficos argentinos. Además, por surgir en ese marco, es que no
puede compararse directamente con otras revistas deportivas; no sería adecuado porque puede
basarse en otros aspectos al no tener que seguir el mismo concepto de actualidad. Buscó
diferenciarse del resto de las revistas porque en su caso particular, no tuvo que seguir la
actualidad día a día. El diario se ocupaba de eso y la revista de los protagonistas, fuera del
ámbito en que practicaban su actividad.
De esa manera, podía hacerle frente a la vorágine de actualización constante que
imperaba, y aún impera, en el universo deportivo. Olé actualizaba la información todos los
días y Mística podía leerse durante toda la semana porque sus notas pueden ser consideradas
atemporales.
Por otra parte, las notas publicadas en Mística contaban con un tiempo de preparación
mayor al de otras revistas. Si bien resulta incomparable el tiempo de elaboración de una
revista con respecto a un diario, en este caso ese tiempo era aún mayor. Porque no tuvo que
esperar a que se produzca un hecho deportivo determinado para cubrirlo y que aparezca en sus
páginas. Todo ese tipo de información iba en Olé. Entonces podía planearse con mucha
antelación y no debía cambiar su estructura. Un resultado de último momento no iba a
modificar su estructura. Presentó textos mejor escritos por contar con más tiempo de
elaboración y también tuvo la particularidad de colaboradores que se ofrecían para escribir
notas para la revista en una especie de “despuntar el vicio” con una nota de elaboración
extensa que no podrían realizar en el diario.
Muchas de las notas de la revista bien podrían haber ocupado un espacio dentro de otro
tipo de publicación ya que los contenidos no se limitaban solamente a cuestiones deportivas.
Además, las notas –según contaron periodistas de su redacción– en muchos casos surgieron
espontáneamente, sin tener en cuenta la actualidad deportiva.
Podemos presentar a Mística de Olé, en una especie de paralelismo a lo que representa
Viva de Clarín. Es decir, una revista más de personajes que de actualidad propiamente dicha,
de lectura que permite extenderse a lo largo de la semana.
Composición de la redacción
Mística fue una revista más analítica, descriptiva y que buscaba el debate. Atractiva y
moderna en cuanto a los recursos estilísticos que presentaba. Con un protagonismo
preponderante del diseño. Más rigurosa en su mirada del deporte donde presentó un discurso
crítico y más complejo discursivamente. Con notas de varios tipos: cortas y a veces con una
mirada menos comprometida y en ocasiones sólo marcando un tinte informativo; y de
desarrollo, investigación y análisis. Produjo innovación también en la relación entre texto e
imagen. Fue una revista deportiva pero que se asemejaba por las producciones fotográficas a
una revista de interés general.
Con Mística se buscó en primera instancia consolidar la posición del diario a un año de
su aparición; y a la vez realizar una revista que se expandiera más allá del ámbito de la
cancha.
Los periodistas de la redacción de Mística escribieron sabiendo para quién lo hacían,
porque conocían desde un primer momento el público consumidor de Olé y tuvieron un
objetivo claramente establecido: mejorar la escritura en el periodismo deportivo,
aprovechando el tiempo de elaboración con que contaban.
Otra de las características distintivas que podemos establecer de Mística fue que
intentó replantear las preguntas que hacía el periodista deportivo de entonces. Desde una
mirada más audaz y reflexiva basada tal vez en la influencia de la edad de los que hacían la
revista. Eran periodistas que –salvo excepciones– apenas superaban los 30 años y muchos
colaboradores jóvenes que se iniciaban.
Avatares de la publicación
Si bien iba a ser la revista del diario deportivo, la publicidad que se hizo de Mística
(antes de su salida y durante su producción) no fue como la que anteriormente se realizó para
presentar la salida de Olé. Si bien se promocionó dentro del diario deportivo no tuvo una
extensa publicidad fuera de él ya que la prioridad el diario.
No obstante, los inconvenientes también se plantearon al momento del acceso a la
revista por parte del público y las diferencias que planteó en sus contenidos con respecto al
diario.
Se trató de una revista que se acercó más hacia aspectos literarios y contó con grandes
producciones fotográficas en contraposición de un diario que prácticamente analiza desde la
posición del hincha. El análisis caliente y actualizado del diario contra el análisis más frío,
analítico y descriptivo de la revista. Claro está también que esa posición de la revista pudo
establecerse de esa manera porque era Olé el que se dedicaba al día a día en la información.
La posibilidad de no destacar resultados deportivos y basarse en el protagonista del deporte
también es un rasgo característico de Mística, que a la vez se produce gracias a llegar
acompañando a Olé.
No obstante, las diferencias entre uno y otra fueron notables. El lector se encontró con
una publicación totalmente distinta a lo que era el diario e incluso las revistas deportivas
conocidas hasta ese momento.
Pero ante esto surgieron inconvenientes en el proceso de búsqueda de lectores
específicos. Se trató de dos productos que si bien salían en conjunto los días sábados, tuvieron
ópticas distintas. Y en ese proceso de ampliar el mercado, se planteó el problema de cómo
podía hacer Mística para conquistar a un público que no tenía acceso a Olé. Y desde el otro
lado, cómo podía leerla un lector que no se interesaba por el diario. Imposible. O casi, si
tenemos en cuenta la salvedad del comentario boca a boca o algún otro imprevisto.
La revista no podía comprarse por separado. Los sábados era el diario junto a la
revista. No hubo opción, como sí años más tarde la hubo –y todavía la hay– con la revista Ñ
de Clarín, que sale los sábados pero se la consigue durante el transcurso de la semana en los
kioscos de diarios pagando el precio adicional.
En el caso de Mística, después de las entrevistas realizadas con personal de la revista,
quedó demostrado que ese adicional resultó un peso para una parte de los compradores de Olé.
Porque esas personas que no se interesaban por el contenido que presentaba la revista
indefectiblemente debían pagar ese canon extra para acceder al diario.
Está claro que más allá de todo lo expuesto con anterioridad, la historia periodística de
nuestro país demuestra que una publicación de las características de Mística chocó, choca y
chocará con una verdad absoluta dentro del periodismo gráfico: las revistas deportivas –salvo
raras excepciones- carecen del apoyo publicitario.
El periodismo gráfico no atrae a las grandes firmas. Y el caso de Mística no fue la
excepción. La publicidad ocupa el mayor porcentaje de ingreso en un medio gráfico, y en caso
de Mística, los avisos no compensaron los costos. Por lo tanto, ese faltante hizo que la revista
tuviera que modificar ciertos rasgos (incorporando nuevas secciones pensando más en vender
que en el espíritu de la revista) para buscar solventarse. Ese fue el caso de secciones como
Fierros, ESPN e incluso promociones como la raspadita (que regalaba entradas para
espectáculos deportivos) que tenían como única finalidad incorporar ingresos económicos. Es
decir, cambios que fueron incorporándose a la publicación más pensando en una salida
económica que en el espíritu inicial de la revista.
En el caso de Mística, quedó claro que la búsqueda inicial en cuanto a los anunciantes
se volcó hacia las grandes firmas pero esto no logró el efecto deseado y a partir de allí
comenzaron a notarse las falencias en cuanto al objetivo económico del proyecto.
Más allá de esto, hay que destacar que Mística permitía dos lecturas: leerla para reírse
y disfrutar o para reflexionar sobre ciertos aspectos ocultos detrás del deporte. Fue una revista
flexible en cuanto a la forma en que podía ser leída.
Propuso una mirada distinta para mostrar el espíritu del deporte. Mostrar aquello que
no se veía, el detrás de escena, con notas intimistas pero sin dejar de ser profundas. Ocupó un
nuevo lugar a partir del cual reveló ciertas intimidades y reflexiones de los protagonistas.
Exploró un lugar hasta ese momento inédito. Con investigaciones sobre temas que se
manejaban por detrás de la imagen misma del deporte, con el objetivo de demostrar que detrás
de escena se manejan muchas intimidades que extrañamente eran tratadas por los medios
gráficos.
También es probable que esas diferencias que se manifestaron entre Olé y Mística
hayan sido perjudiciales. La identificación se produjo más desde el nombre y ciertos rasgos
gráficos que desde el estilo y el discurso. Fue la revista del diario, pero se basó en aspectos del
deporte desde una mirada totalmente distinta.
Periodistas que cambian de sección
La redacción estuvo integrada por periodistas provenientes de distintas ramas del
periodismo. No todos los que formaron parte de la revista provenían del seno del periodismo
deportivo. Entonces la mirada sobre los temas presentados fue mucho más amplia y, como ya
mencionamos, permitió tratar ciertas temáticas que iban más allá de la frontera del deporte.
Una vez que Mística dejó de aparecer, los integrantes de la revista buscaron otros
horizontes; y si bien algunos como Sanz y Ladrón de Guevara aún permanecen en Olé, otros
prefirieron seguir su propio camino lejos del diario deportivo. Este es el caso de periodistas
que para escribir sobre deporte más analíticamente se abren de los medios propiamente
deportivos y se recluyen en medios gráficos que le brindan el lugar o bien pasan a integrar
otro tipo de sección. Alejandro Caravario forma parte actualmente de la revista dominical del
diario Crítica y Juan José Becerra se dedica a la literatura y sigue la campaña de Boca
escribiendo para Crítica pero desde un lugar distinto al del periodista deportivo tradicional
(según explicó, realiza una crónica pero sin tomar ningún tipo de nota durante el encuentro y
sólo escribe a partir de lo que registra en su memoria al final del mismo).
Agenda en detrimento del análisis profundo
Luego de la aparición de Olé, y la transformación que produjo en la agenda deportiva
(que pasó a ser diaria), se modificaron otros productos (en el caso de los diarios ampliando su
sección deportiva y en el caso de la revista El Gráfico es importante tener en cuenta que
presentó un rediseño y se configuró como una revista que dejó de basarse en los resultados
deportivos). Además es interesante marcar que las revistas comenzaron a generar menos
expectativa y muchas desaparecieron (Goles, Sólo Fútbol) ya que se transforma en un
imposible que una revista semanal pueda competir con un diario.
Estos productos se encuentran en desventaja con respecto a los otros medios:
periodísticamente se las considera atemporales. Ya sea la radio, los diarios o Internet, le han
sacado enormes ventajas. Está claro que la sociedad en la que vivimos dedica poco o
prácticamente nulo espacio al análisis y al pensamiento. En una época donde se demoniza a la
cultura de la letra, declarándola prácticamente prescindible, como parte de una moda que
privilegia la información audiovisual, recordar y escribir permite intentar comprender grandes
cuestiones. Así las cosas, las revistas tienen otro elemento en contra.
Y de la mano de esta lucha que sostienen los diferentes soportes de comunicación
para ver quién llega primero con la información, las revistas quedan totalmente en desventaja.
No hay dudas en que el mundo está dividido y dominado por la velocidad. Y los medios no
son la excepción. Esta sociedad posmoderna que privilegia el individualismo por sobre las
necesidades colectivas, no permite generar espacios para la reflexión
Los requerimientos de información al instante y la necesidad de cumplir con la agenda
van, salvo casos excepcionales, en detrimento del análisis profundo.
La sociedad se acostumbró a dejar de lado el análisis a cambio de la información más
superficial privilegiando el concepto de actualidad. Saliendo estrictamente del periodismo
deportivo, es infrecuente encontrar en un diario durante la semana que se toquen temas con
profundos análisis de sus columnistas. Ese tipo de notas se dejan de lado para el fin de
semana.
Otro interrogante a plantear es si el público no lee porque no tiene tiempo o porque
prefiere consumir otra cosa. Sería interesante realizar estudios sobre la audiencia para
determinar con certeza si son las condiciones sociales que hacen al poco tiempo disponible
para la lectura o es una cuestión cultural en la sociedad que lleva a planificar el tiempo de ocio
hacia lugares que van en detrimento de la lectura.
Mística propuso detener el tiempo de la información; dedicarse a analizar en lugar de
correr detrás de la actualidad. Interpretar los hechos que muchas veces quedaban sin
profundizar en el diario.
Y es aquí donde se plantea el interrogante para determinar si es posible llevar a cabo
proyectos de este tipo. Porque aunque en el caso de Mística la revista es bien recordada y
añorada por muchos seguidores del deporte, los anuncios publicitarios nos se acercaron a ella
y de esa manera es imposible mantener un producto.
También sería vital realizar estudios sobre la factibilidad en cuanto al público de llevar
adelante este tipo de proyectos. Es decir, determinar si, en este caso en particular, el lector que
se acerca al deporte se interesa por leer columnas de opinión y notas que tal vez no están
relacionadas directamente con los últimos acontecimientos. O bien solamente está atento a las
publicaciones que remiten a los sucesos más cercanos al momento de su publicación.
Identidad fútbol – sociedad
Históricamente se ha denostado y criticado al deporte. No se lo ha tomado como algo
en serio desde lo que produce, genera o mueve. Sin embargo, en este caso particular no es
fácil hablar del fútbol más allá de una pelota. Ahora bien, tanto el deporte y principalmente el
fútbol poseen en nuestro país una valor agregado. La aparición de un diario deportivo, que
tiene como bandera la información del fútbol, no es un dato menor y merece ser analizada
desde varias aristas.
Más allá de las condiciones mencionadas en líneas anteriores que originaron los
productos que son objetos de nuestra tesis, cabe preguntarnos: ¿de qué hablamos cuando
hacemos referencia al fútbol?
En primer término podemos definirlo como una expresión privilegiada de nuestro
imaginario social, con su pasión, su creatividad y su excelencia. También con su agresividad,
su violencia y su machismo. Porque el fútbol, como cualquier realización humana (arte,
filosofía, religión, ciencia, tecnología), se genera desde los discursos y las prácticas sociales
de una cultura determinada. Entonces, se puede pensar desde el fútbol una posibilidad –
fecunda e iluminadora– para pensar nuestro tiempo histórico.
Asimismo puede ser enmarcado como una pasión desbordante, que provoca
sentimientos encontrados que lo alejan a uno de la reflexión serena; es el fenómeno de masas
de mayor convocatoria; la pasión colectiva más significativa en tierras como las nuestras. Tal
es el caso, que llevándolo a situaciones límites, de los resultados de los partidos depende la
dicha o la desdicha de millones de personas; y sin embargo hay un divorcio entre la cultura y
el poder. En síntesis el fútbol como reflejo de la sociedad, es una tremenda manifestación
cultural y delirio colectivo único
Cuántas cosas nos genera este increíble universo cuando podemos escapar de la
crónica rutinaria referida a 22 protagonistas que juegan un partido durante noventa minutos.
Allí es donde los rasgos culturales nos unen. Al fin y al cabo el fútbol sigue siendo la excusa
para contar historias de vida.
Pero sin embargo no es tan simple como muchos suponen. Tiene la exacta
complejidad de la condición humana. Hay en este deporte comportamientos heroicos,
impensables por su grandeza. Pero también genera miseria de espíritu y vicios públicos. Es el
reflejo de una sociedad que recibe migajas de fiestas ajenas y prolonga un viejo fracaso de
identidad…el fútbol, espectáculo único e irrepetible, proclive al desborde humano.
La elección de un equipo de fútbol marca una identificación con un grupo
determinado lo que a su vez es uno de los elementos intervinientes en la construcción de la
propia identidad. La identificación con el grupo se forma cuando se establecen barreras frente
a otros grupos. La pertenencia de esta manera al grupo adquiere un gran peso en la identidad
del individuo.
Exigir el reconocimiento de una identidad propia significa expresar una diferencia
en oposición o contraste a otros grupos. Las identidades son construcciones sociales
formuladas a partir de diferencias reales o inventadas que operan como signos diacríticos, esto
es, signos que confieren una marca de distinción.
Sin embargo, el deporte y el fútbol –particularmente- tienen muchos temas detrás. No
es posible analizar la lógica de este deporte dejando de lado las crisis económicas de muchos
clubes, los barras bravas, las Sociedades Anónimas y la violencia. Temas que fueron tratados
en las páginas de Mística yendo en contra de lo que dicen implícitamente ciertos códigos del
fútbol. La revista no se preocupó por dejar de lado aquellos temas de los que frecuentemente
“no hay que hablar”.
No resulta tan sencillo hablar de fútbol más allá de la pelota. El sistema y el contexto
social, político y cultural no están de acuerdo. Hay ciertos aspectos vedados en los que es
preferible mirar hacia otro lado y no meterse en un análisis estructural.
Sería importante recuperar y aprovechar la identidad que se produce entre el fútbol y la
sociedad para, de esa manera, comenzar a recuperar lectores interesados en los problemas que
alguna vez trató Mística.
Es decir, que los problemas escondidos detrás de la escena del negocio del fútbol
puedan salir a la luz y resulten atractivos para el público. Que el fútbol no sólo sea un deporte
del que hay que publicar los resultados y las fotos de los protagonistas sino que sea un espacio
de estudio sobre los problemas que lo rodean. Para, así, poder comprender el escenario
completo y no solamente lo superficial.
Lo importante estaría en fomentar la lectura analítica por parte del público. Buscar la
veta por donde entrarle a todos aquellos seguidores del fútbol que no se interesan por el
análisis. Tratar de ingresar a través de los textos a ese mundo de la identificación que se
produce entre el fútbol y la sociedad e incursionar más allá de los temas superficiales.
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