Sentencia del TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTÍCIA CATALUNYA

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Roj: STSJ CAT 2305/2011
Id Cendoj: 08019340012011101354
Órgano: Tribunal Superior de Justicia. Sala de lo Social
Sede: Barcelona
Sección: 1
Nº de Recurso: 367/2010
Nº de Resolución: 1306/2011
Procedimiento: Recurso de suplicación
Ponente: FRANCISCO ANDRES VALLE MUÑOZ
Tipo de Resolución: Sentencia
TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTÍCIA
CATALUNYA
SALA SOCIAL
NIG : 08019 - 44 - 4 - 2009 - 0011922
EL
ILMA. SRA. MA DEL CARMEN FIGUERAS CUADRA
ILMO. SR. IGNACIO MARÍA PALOS PEÑARROYA
ILMO. SR. FRANCISCO ANDRÉS VALLE MUÑOZ
En Barcelona a 17 de febrero de 2011
La Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, compuesta por los/as Ilmos/as. Sres/
as. citados al margen,
EN NOMBRE DEL REY
ha dictado la siguiente
S E N T E N C I A núm. 1306/2011
En el recurso de suplicación interpuesto por -I.N.S.S.- (Instituto Nacional de la Seguridad Social) frente
a la Sentencia del Juzgado Social 33 Barcelona de fecha 9 de octubre de 2009, dictada en el procedimiento
Demandas nº 403/2009 y siendo recurrido/a Marcelina . Ha actuado como Ponente el Ilmo. Sr. FRANCISCO
ANDRÉS VALLE MUÑOZ.
ANTECEDENTES DE HECHO
PRIMERO.- Con fecha 21 de abril de 2009, tuvo entrada en el citado Juzgado de lo Social demanda
sobre Seguridad Social en general, en la que el actor alegando los hechos y fundamentos de derecho que
estimó procedentes, terminaba suplicando se dictara sentencia en los términos de la misma. Admitida la
demanda a trámite y celebrado el juicio se dictó sentencia con fecha 9 de octubre de 2009, que contenía el
siguiente Fallo:
"Estimar la demanda interposada per Marcelina contra INSTITUT NACIONAL DE LA SEGURETAT
SOCIAL, i, amb revocació de les resolucions impugandes, declarar el seu dret a la pensió de viduïtat, en un
percentatge del 52% d'una base reguladora de 1.292,27 euros al mes, amb efectes de 5.5.08, i condemnar
l'INSS a l'abonament de l'esmentada prestació des de l'indicada data d'efectes."
SEGUNDO.- En dicha sentencia, como hechos probados, se declaran los siguientes:
"1.- La demandant, de nacionalitat italiana, nascuda el 19.7.46, es casà amb Luis Rameri España, nascut
el 13.8.40, el 18.2.74, a Itàlia, matrimoni que consta degudament registrat al "Stato Civile" de la ciutat de
Tortona segons certificació aportada com doc. núm. 1 de la part actora, que es dona per íntegrament reproduït.
1
Aquest matrimoni no fou inscrit en el Registre Civil espanyol. Al padró municipal de Barcelona consten ambdós
inscrits al darrer domicili comú, al carrer DIRECCION000 NUM000 , des del 1.5.96 (foli 17).
2.- Benjamín morí el 4.5.08, per la qual cosa la demandant demanà prestació de viduïtat (adjuntant
l'esmentada certificació), que, finalment, li fou denegada per resolució de 23.1.09 " al no haber aportado
certificación de matrimonio con el causante expedida por el registro civil español" (foli 42).
3.- Interposada reclamació prèvia, ha estat desestimada per resolució de 24.3.09 en base a que "no
queda acreditado documentalmente el vínculo matrimonial con la persona causante, al no aportar el certificado
literal de matrimonio inscrito en el Registro Civil".
4.- La base reguladora de la prestació reclamada és de 1.292,27 euros i la data d'efectes la de 5.5.08."
TERCERO.- Contra dicha sentencia anunció recurso de suplicación la parte demandada, que formalizó
dentro de plazo, y que la parte contraria, a la que se dió traslado ,impugnó, elevando los autos a este Tribunal
dando lugar al presente rollo.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
ÚNICO. - Frente a la sentencia de instancia, que estimó la demanda formulada por la parte actora contra
la demandada en reclamación de pensión de viudedad, interpone la entidad gestora, ahora como recurrente,
el presente recurso de suplicación en base a un único motivo, y al amparo de lo dispuesto en el artículo 191.c)
del Texto Refundido de la Ley de Procedimiento Laboral, motivo que tiene por objeto examinar la infracción
de normas sustantivas o de la jurisprudencia por parte de la sentencia de instancia.
Concretamente entiende el INSS que la sentencia de instancia infringe lo dispuesto en el artículo 174 de
la LGSS en relación con los artículos 61 y 75 del Código Civil, 325, 326 y 327 del mismo texto legal, así como
los artículos 69 y 70 de la Ley del Registro Civil de 8 de junio de 1957 y los artículos 68 y 256 del Reglamento
del Registro Civil aprobado por el Decreto de 14 de noviembre de 1958
Alega el INSS que la denegación de la pensión de viudedad solicitada por la parte actora se debió al
hecho de que ésta no aportó certificado literal de inscripción del Matrimonio celebrado en Italia, en el Registro
Civil Español, sino que la actora, de nacionalidad italiana, únicamente aportó como medio de prueba para
constasa la celebración del citado matrimonio, dos documentos emitidos en la República italiana, que no fueron
traducidos al idioma español ni apostillados legalmente por funcionario habilitado para tal cometido. Y en tal
sentido, el artículo 323 de la LEC establece que a efectos procesales, se considerarán documentos extranjeros
lo que, en virtud de tratados o convenios internacionales o de leyes especiales, haya de atribuírseles la
fuerza probatoria prevista en el articulo 319 de la LEC. Y cuando no sea aplicable ningún tratado o convenio
internacional ni ley especial, se considerarán documentos públicos siempre que el documento contenga la
legalización o apostilla y los demás requisitos necesarios para su autenticidad en España. De modo que,
tratándose de un matrimonio celebrado en el extranjero, entre dos contrayentes extranjeros, y puesto que Italia
Suscribió el convenio de la Haya, resulta preceptivo que el documento contenga la apostilla para otorgarle
validez en nuestro país.
Insiste en INSS que la normativa que se denuncia como infringida, establece de forma indubitada que
el matrimonio debe inscribirse en el Registro Civil español para que produzca plenos efectos, ya que con ello
se comprueba que ambos contrayentes no tengan otro vínculo matrimonial anterior o que no existe otro tipo
de impedimentos legales para que el matrimonio celebrado en el extranjero sea válido en España. Desde esta
perspectiva, no sería suficiente la argumentación esgrimida en la sentencia de instancia, conforme a la cual, el
hecho de ser España e Italia miembros de la unión europea, y por aplicación de la normativa comunitaria, ha
de otorgarse validez al certificado de matrimonio presentado por la demandante, puesto que tal argumentación
vulneraría la normativa procesal sobre documentos emitidos en el extranjero y, de igual modo, infringiría la
normativa contenida en el Código Civil y en el Registro Civil sobre la necesidad de inscribir los matrimonios
civiles o canónicos, para que produzcan plenos efectos.
El motivo, y con ello el recurso, no puede prosperar. El artículo 80.2 del Reglamento 883/2004 de 29
de abril de la Unión Europea, exime del requisito de legalización a los certificados y documentos relativos
a prestaciones de la Seguridad Social. Además, esta no es la única norma que exime del requisito de la
legalización a determinados documentos públicos, y en concreto, el convenio de la Comisión Internacional
de Estado Civil de 15 de septiembre de 1977, exime de toda formalidad, incluida la apostilla, a los documentos
presentados a los que se aplica. En el mismo sentido se pronuncia el Convenio de la Comisión Internacional
de Estado Civil de 8 de septiembre de 1976, sobre expedición de certificaciones plurilingües de las actas de
Registro Civil; y el convenio Hispano- italiano de 10 de octubre de 1983 sobre intercambio de documentación
2
en cuestión de Registro Civil, dispensa de legalización de ciertos documentos. En resumen, de la normativa
internacional suscrita por el Estado Español, así como de la normativa comunitaria, se desprende que quedan
exentos del requisito de legalización por apostilla a los documentos en materia de prestaciones de seguridad
social, pues con independencia de que ambos estados hayan firmado el Convenio de la Haya, la normativa
comunitaria prevalece sobre el derecho interno de los estados miembros. En consecuencia, cabe concluir que
la certificación emitida por el Estado italiano, es plenamente válida a efectos de prueba.
En cuanto a la cuestión de la exigencia de traducción al español, el documento aportado en el acto de
juicio, se hizo a los efectos de su cotejo con la copia que obra en el expediente administrativo, copia que ha
sido admitida desde el inicio del procedimiento por la propia administración pública, que en ningún momento
ha requerido a la parte actora para que procediese a la traducción del mismo. Tampoco la representación legal
del INSS impugnó dicho documento en el acto de juicio, no siendo posible la introducción de nuevas cuestiones
en el recurso de suplicación, dado su carácter limitado, y conforme a la normativa procesal aplicable. Pero
es que, además, el requisito de la traducción no tiene en nuestra legislación procesal, el carácter sacralizado
pretendido por la recurrente, y así, por ejemplo, el artículo 37 del Reglamento Hipotecario faculta al Registrador
para prescindir de la traducción del documento bajo su responsabilidad, cuando conociera el idioma extranjero
de que se trate. Y de igual modo, para el caso que nos ocupa, el artículo 86 del Reglamento del Registro Civil,
permite al Juez encargado del Registro prescindir de la traducción si le consta el contenido del documento. Y
es evidente que si el Juez encargado del Registro Civil puede prescindir del requisito de la traducción, también
podría, por analogía, un juez de lo Social, máxime cuando ambos documentos están excluidos del requisito
de la legalización, y que en definitiva hablamos de un certificado del Registro Civil italiano en el que consta el
matrimonio en cuestión, y concretamente un certificado del estado civil ("stato civile") de la ciudad de Tortona,
que se aportó en la solicitud inicial de la prestación de viudedad y cuya autenticidad nunca fue cuestionada.
Respecto a la necesidad de requisito de inscripción en el Registro Civil de España, cabe señalar que
tanto el Reglamento comunitario antes mencionado, como los tratados internacionales suscritos por España,
incluido expresamente el acuerdo entre los estados Español e italiano de 10 de octubre de 1983, hacen
totalmente innecesario, desde el punto de vista legal, la exigencia de inscripción del matrimonio en el Registro
Civil como pretende el INSS, porque supondría infringir el principio de igualdad de trato y de libre circulación
de personas en el ámbito comunitario, exigiendo la inscripción del matrimonio en otro estado distinto al de su
celebración, y en el que ya se inscribió. De hecho, incluso la jurisprudencia anterior a la propia entrada de
España en la Unión Europea que ya se cita en la demanda, reconoce el derecho a percibir una pensión de
viudedad, aunque el matrimonio se celebrase en el extranjero. Por tanto, y en el presente caso, la exigencia
de que el matrimonio celebrado en Italia por ambos cónyuges y debidamente registrado allí, aparezca también
registrado en el Registro Civil Español, no resulta preceptiva desde el mismo momento en que ambos estados
(España e Italia), están integrados en la Unión Europea, y están obligados (a efectos de las prestaciones de
Seguridad Social) a reconocer la plena virtualidad y eficacia jurídica de las certificaciones de sus respectivos
Registros civiles. Por tanto, no habiéndose cuestionado por el INSS ni la realidad del vínculo conyugal, ni la
autenticidad de la certificación que lo acredita, la denegación de la pensión de viudedad a la actora, resulta
contraria a los principios constitucionales y comunitarios en que se basa la solicitud.
Pero es que además, aunque sea a efectos dialécticos, y de entenderse que no ha existido vínculo
matrimonial, por no inscripción del matrimonio en el Registro Civil Español, en el presente caso ha quedado
probado (y no se combate el relato fáctico de la sentencia de instancia), que tanto el difunto como su mujer,
residieron durante más de 5 años en el mismo domicilio conyugal, y de hecho, constan empadronados en el
padrón municipal de Barcelona, en un domicilio común en la DIRECCION000 desde el año 1996. En este
punto, el artículo 174.4 de la LGSS en sus párrafos 4º y 5ª establece: ""A efectos de lo establecido en este
apartado, se considerará pareja de hecho la constituida, con análoga relación de afectividad a la conyugal, por
quienes, no hallándose impedidos para contraer matrimonio, no tengan vínculo matrimonial con otra persona
y acrediten, mediante el correspondiente certificado de empadronamiento, una convivencia estable y notoria
con carácter inmediato al fallecimiento del causante y con una duración ininterrumpida no inferior a cinco
años. La existencia de pareja de hecho se acreditará mediante certificación de la inscripción en alguno de
los registros específicos existentes en las comunidades autónomas o ayuntamientos del lugar de residencia o
mediante documento público en el que conste la constitución de dicha pareja. Tanto la mencionada inscripción
como la formalización del correspondiente documento público deberán haberse producido con una antelación
mínima de dos años con respecto a la fecha del fallecimiento del causante. En las comunidades autónomas
con Derecho Civil propio, cumpliéndose el requisito de convivencia a que se refiere el párrafo anterior, la
consideración de pareja de hecho y su acreditación se llevará a cabo conforme a lo que establezca su
legislación específica". Por ello, insistimos, aún en el hipotético supuesto de que se considerase que el Estado
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Español no puede reconocer el documento acreditativo de la celebración del matrimonio entre la actora y
el difunto, de la documentación obrante en el expediente administrativo, y en concreto del certificado de
empadronamiento, se desprende la convivencia en España entre ambos cónyuges durante al menos doce
años, y, habiendo fallecido el causante con posterioridad a 1-1-08, debiera admitirse la existencia de una
pareja de hecho, y en consecuencia cabría otorgar la pensión de viudedad solicitada.
Vistos los preceptos legales citados, sus concordantes y demás disposiciones de general y pertinente
aplicación.
FALLAMOS
Que debemos desestimar y desestimamos el recurso de suplicación interpuesto por el INSS contra la
sentencia de 9 de Octubre de 2009, dictada por el Juzgado de lo Social número 33 de Barcelona en los autos
número 403/2009 seguidos a instancia de Dña. Marcelina contra el INSS confirmando íntegramente la misma.
Notifíquese esta resolución a las partes y a la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña,
y expídase testimonio que quedará unido al rollo de su razón, incorporándose el original al correspondiente
libro de sentencias.
La presente resolución no es firme y contra la misma puede interponerse recurso de casación para
la unificación de doctrina, para ante la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, el cual deberá prepararse
mediante escrito con la firma de Abogado y dirigido a esta Sala en donde habrá de presentarse dentro de los
diez días siguientes a la notificación, con los requisitos establecidos en los números 2 y 3 del Art.219 de la
Ley de Procedimiento Laboral.
Asimismo, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 227 y 228 del texto procesal laboral,
todo el que (a excepción de los trabajadores o causahabientes suyos, los beneficiarios del régimen público
de la Seguridad Social, quienes gocen del beneficio de justicia gratuita, el Ministerio Fiscal, el Estado, las
Comunidades Autónomas, las Entidades Locales y los organismos dependientes de todos ellos) intente
interponer recurso de casación, consignará como depósito la cantidad de 300 euros en la cuenta de
consignaciones que esta Sala de lo Social del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya tiene abierta en el
Banco Español de Crédito-BANESTO-, en la Oficina núm 2015, sita en Ronda de Sant Pere, nº 47, nº 0937
0000 66, añadiendo a continuación los números indicativos del recurso en este Tribunal.
En caso de recurso de casación, la consignación del importe de la condena, cuando así proceda, se
efectuará en la cuenta que esta Sala tiene abierta en BANESTO, en la oficina indicada en el párrafo anterior,
nº 0937 0000 80, añadiendo a continuación los números indicativos del recurso en este Tribunal, y debiendo
acreditar el haberlo efectuado al tiempo de preparar el recurso en esta Secretaría.
Así por nuestra sentencia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos.
Publicación.- La anterior sentencia ha sido leida y publicada en el día de su fecha por el/la Ilmo/a. Sr/
a. Magistrado/a Ponente, de lo que doy fe.
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