La fundación - Ilustre Colegio de Abogados de Granada

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Revista del
Ilustre Colegio de Abogados
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de Granada
fundación
LaLafundación
III Jornadas de Valoración de Daño Corporal
p
Una jornada de lujo como
broche de oro para
un curso de máximo nivel
L
a Fundación de Estudios y Prácticas Jurídicas de
Granada celebró el pasado 31 de enero la 3ª
Jornada sobre Valoración del Daño Corporal, que
tuvo lugar en el Hotel Nazaries de la capital al quedarse pequeño el aforo del salón de actos del Colegio de
Abogados. Más de trescientos letrados, tanto de Granada como de otras provincias, no quisieron perderse
la oportunidad de asistir a esta magnifica jornada, una
de las que más expectación ha causado en las últimas
convocatorias y que sirvió de clausura y broche de oro
a la tercera edición del Curso de Valoración del Daño
Corporal que cada año organiza la Fundación.
Las sesiones de trabajo comenzaron con la ponencia del abogado, director de la Escuela de Práctica Jurídica de Granada y secretario general de la
Asociación Española de Abogados Especializados en
Responsabilidad Civil y Seguro, Javier López y García de la Serrana, que trató sobre ‘La valoración del
daño corporal en los accidentes laborales’. La segunda
ponencia fue de Mariano Medina Crespo, abogado y
presidente de la Asociación Española de Abogados Especializados en Responsabilidad Civil y Seguro, cuya
exposición se centró en ‘Los principios institucionales
de la valoración del daño corporal’. Por último intervino el magistrado y presidente de la Sala Primera del
Tribunal Supremo, Juan Antonio Xiol Ríos, prestigioso
jurista cuya ponencia se tituló ‘La aplicación del Bare-
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de Granada
mo en materia de accidentes de circulación’. Los tres
ponentes estuvieron acompañados en la mesa por el
vicedecano del Colegio de Abogados, Eduardo Torres,
y el presidente del Grupo especializado en Circulación
y Seguros del ICAGR, José María Hernández-Carrillo,
que intervino como moderador de las jornadas.
Xiol dejó clara su postura sobre la necesidad de
actualizar el baremo de indemnizaciones para las víctimas de tráfico, después de los más de doce años que
han trascurrido desde su entrada en vigor, al entender que
hay muchos extremos del Sistema de Valoración aprobado
por la Ley 30/95 que deberían
aclararse e incluso rectificarse.
El presidente de la Sala Primera del Supremo consideró que
debería regularse claramente
la valoración del daño patrimonial, ya sea daño emergente o
lucro cesante, pues un sistema
de reparación del daño corporal
derivado de los accidentes de
circulación exige la reparación
íntegra del lucro cesante derivado del daño corporal. Y es
que, en palabras del ponente,
la STS 181/2000 declaró la inconstitucionalidad del apartado
LA FUNDACIÓN
B) de la tabla V del Anexo de la
LRCSCVM (factor de corrección
por perjuicios económicos en
incapacidades transitorias). Sin
embargo, resulta evidente que,
salvadas las diferencias notables que existen en cuanto a la
posibilidad de prueba del lucro
cesante en unos y en otros supuestos (pues la prueba del lucro cesante ya producido no es
la misma que la del futuro), y la
distinta condición de los perjudicados, el factor de corrección
por perjuicios económicos tiene
el mismo carácter en todas las
tablas, por lo que no cabe duda
de que los argumentos que el
Tribunal Constitucional utiliza
respecto de la Tabla V son aplicables también al lucro cesante
en caso de fallecimiento y lesiones permanentes.
Parece por tanto indispensable, a juicio de Xiol,
una modificación del Sistema de valoración del daño
para las víctimas de accidentes de circulación, al objeto de que se regule el lucro cesante partiendo de
principios idénticos respecto al fallecimiento, lesiones permanentes o lesiones temporales, fundándose
inexcusablemente en el principio de total indemnidad
de la víctima.
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Ilustre Colegio de Abogados
LA FUNDACIÓN
Presentación del Manual de Valoración
del Daño Corporal
Al final de la jornada se presentó el libro editado por
la prestigiosa Editorial Aranzadi ‘Manual de Valoración
del Daño Corporal. Guía de aplicación del sistema de
baremación para accidentes de circulación’. En esta
obra dirigida por Javier López y García de la Serrana,
presidente del Comité de Dirección de la Fundación
de Estudios y Prácticas Jurídicas de Granada han participado todos los profesores del Curso de Valoración
del Daño Corporal que cada año organiza la Fundación: y que son los siguientes (por orden de intervención): Juan Miguel Ossorio Serrano, catedrático de
Derecho Civil de la UGR, Concepción Rodríguez Marín,
profesora titular de Derecho Civil de la UGR, Laura
Gázquez Serrano, profesora titular de Derecho Civil de
la UGR, Antonio Olivares Espigares, abogado, José María Hernández-Carrillo Fuentes, abogado y presidente
del Grupo de Abogados de Derecho de la Circulación
y Seguros del Colegio de Abogados, María del Carmen
Ruiz-Matas Roldán, abogada y secretaria del Grupo de
Abogados de Derecho de la Circulación y Seguros,
Norberto Gallardo San Salvador,
médico especialista en Medicina del Trabajo y Master en Valoración del Daño Corporal, José
María Peco Moreno, médico
especialista en Medicina Legal
y Forense, Javier López García
de la Serrana, abogado y secretario general
de la Asociación Española
de Abogados
Especializa-
de Granada
dos en Responsabilidad Civil y Seguro, y por último,
Mariano Medina Crespo, abogado y presidente de la
Asociación Española de Abogados Especializados en
Responsabilidad Civil y Seguro. El libro se encuentra
prologado por el magistrado y presidente de la Sala
Primera del Tribunal Supremo, Juan Antonio Xiol Ríos,
que fue quien realizó la presentación del mismo.
Además del innegable interés suscitado por la
publicación del mencionado Manual de Valoración
del Daño Corporal -que supone el inicio del fondo
editorial de la Fundación, pues los distintos autores
del mismo cedieron sus derechos sobre la obra a la
propia Fundación en un acto que les honra-, sin duda
alguna también supuso una oportunidad única para
poder asistir a unos debates doctrinales del más alto
nivel, tanto en su contenido como en la preparación
de los ponentes, entre los que destaca, por inusual
pero a la vez trascendente, la presencia por primera
vez en Granada del presidente de la Sala Primera del
Tribunal Supremo, que además de impartir una magistral ponencia vino a esta ciudad para presentar un
libro de unos profesores de la Escuela de Práctica Jurídica de Granada; ejemplo de lo
que desde Granada se esta
consiguiendo organizar, obviando -para bien del jurista granadino- la necesidad
de buscar estos conocimientos fuera de nuestra
provincia.
Juan Antonio Xiol Ríos y Javier López García de la Serrana ojean el manual.
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de Granada
prisma cultural
cultural
prisma
La diosa de la
Justicia busca
hueco en Granada
El Colegio de Abogados de
Granada propone instalar un
monumento escultórico frente
a la Real Chancillería, que
representará a Astrea
E
l Colegio de Abogados de Granada se ha embarcado en un proyecto pionero donde los haya. La
propuesta es rendir un homenaje a la Justicia a
través de una estatua que debería ir ubicada en Plaza
Nueva, el “kilómetro cero de la justicia andaluza”, según
nuestro decano. Iustitia es el nombre elegido para esta
diosa alegórica de la Justicia. Su creador es el escultor
granadino José Salobreña, un artista que se ha involucrado al cien por cien en el proyecto. Prueba de ello fue
la excepcional puesta en escena que preparó el día en
que se presentó el monumento a la sociedad granadina. Para dar a conocer esta idea se diseñó el programa
‘Abre tu corazón a la Justicia’. En el patio del Colegio se
recreó, con un mimo, el resultado final de la obra. Varias
maquetas virtuales, paneles informativos y pequeñas representaciones en bronce de la estatua completaron el
despliegue artístico.
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PRISMA CULTURAL
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de Granada
cín, Manuel Navarro Lamolda, que mostró su apoyo al proyecto. El
alcalde excusó
su presencia pero sí estuvo presente la concejal de
Urbanismo, Isabel Nieto. La edil dijo estar encantada
con la iniciativa pero aseguró que deberán estudiarla
a fondo. Por ahora no sabemos qué han decidido. El
presidente de la Audiencia Provincial, José Requena,
y el decano de los Notarios, Andrés Tortosa, entre
otros, también quisieron apoyar nuestra iniciativa
con su presencia.
La presentación fue un éxito. Acudieron representantes de varias instituciones granadinas, incluido el
presidente de la Asociación de Vecinos del Bajo Albai-
Autoridades y miembros del Colegio presentan el proyecto a la sociedad.
Iustitia ha sido diseñada como una escultura de
bronce de 3,5 metros de altura con un basamento
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de Granada
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de 2 metros de mármol de Sierra
Elvira. Su ubicación ideal sería plaza Nueva, en el espacio libre que
queda frente al palacio de la Real
Chancillería.
La localización definitiva de
la estatua queda en manos del
Ayuntamiento de Granada,
que antes debe pronunciarse
sobre si acepta o no la invitación formulada por este
Colegio de homenajear a
la justicia en una ciudad
tan
estrechamente
vinculada con
ella.
José María
Rosales de Angulo considera
que
Astrea,
diosa de la Justicia en la mitología griega que ha
servido de inspiración para nuestra la
escultura, “nos recordará los principios del
Estado democrático de
Derecho, el bien común
y los derechos fundamentales de las personas”. El
artista añade que la estatua
“recordará a los
paseantes que
la Justicia está
en el corazón de
todos”.
El decano recibe una miniatura de la estatua de manos del escultor José Salobreña.
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PRISMA CULTURAL
de Granada
Historias de abogados
El caso de la juez
de Órgiva
Miguel Ruiz de Almodóvar Sel
Abogado
D
esde que ando y pleiteo por estas tierras de la
Alpujarra granadina, donde florecen los juicios
tanto o más que las amapolas por primavera, tres
casos judiciales han sobresalido con creces por encima
de cualquier otro, llamando poderosamente la atención
de la opinión pública y los medios de comunicación
nacional. Me refiero, y por orden cronológico, a los ya
históricos de “la juez de Órgiva”, “el pastor de la
manzanilla” y más recientemente el del “jamonero de
Trevélez”. Tres episodios judiciales con innumerables
connotaciones sociales, no exentas de sensacionalismo
informativo, que hicieron correr la tinta de forma abundante y caudalosa por todos los periódicos y micrófonos
de España, aparte de abarrotar de cámaras y periodistas
las puertas y pasillos de los juzgados orgiveños.
Dada la cercanía con la que me tocó vivirlos, siquiera sea como uno más de los vecinos y el indudable interés que todavía suscitan, provocan este intento
recordatorio que hoy dedicamos al primero de ellos: la
detención -y posterior ingreso en prisión- de un abogado en pleno ejercicio de su actuación profesional
en la vista de un juicio penal, decretada por la titular
del Juzgado de Instrucción de Órgiva el 2 de mayo de
1987. Hace por tanto de eso 21 años.
Comenzaré diciendo que no se trataba de un juicio normal y corriente, el que dio origen a tamaño
dislate, y ello no sólo por celebrarse una mañana de
sábado, para más “inri” en mitad del puente del día
de la Cruz, sino porque se trataba de la vista de un
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PRISMA CULTURAL
la prensa, un aspecto desenfadado y moderno, y en
concreto era físicamente alta, huesuda, espigada, de
melena alborotada, morena y rizada.
procedimiento penal donde se iba enjuiciar la posible
conducta negligente de un abogado que había sido
denunciado por su cliente, al constatar que se le había
pasado el plazo de reclamación de una indemnización
por responsabilidad civil. Es decir la prescripción de
la acción por descuido inexorable, una esos grandes
temores y amenazas que nos persiguen y atenazan
a los abogados como una de las mayores desgracias
profesionales que puede pasarnos. El compañero
denunciado, naturalmente disconforme con la acusación, acudió a juicio con su correspondiente abogado,
quien en el fragor de la defensa entró en una espiral de polémicas y enfrentamientos con la juez que
acabaron, al término de la segunda sesión, con sus
huesos en la cárcel.
Un hecho inusitado donde los haya que carecía
de todo precedente en nuestro país, y del que internacionalmente tan sólo se conocía la detención e ingreso en prisión del decano del Colegio de Abogados
de Estambul por su actuación profesional en un resonante proceso político cuando la dictadura turca en
1.983, hechos que motivaron incluso la intervención
de las Naciones Unidas.
Pero quizás para comprender mejor lo sucedido
en el juzgado de Órgiva, y en parte encontrar si acaso
alguna de sus claves, nada mejor que partir del perfil
entonces de ambos protagonistas de la historia: la
juez y el abogado.
La juez era Concepción Escudero Rodal, de 27
años, natural de Vigo (Pontevedra), soltera, con dos
años de ejercicio y titular en los últimos diez meses
del Juzgado Primera Instancia e Instrucción de Órgiva.
Familiarmente conocida entre amigos por ‘Code’, tenía a tenor de las numerosas fotografías publicadas en
El abogado era Darío Fernández Álvarez, de 48
años, natural de Santa Fe (Almería), separado, prototipo del abogado penalista, brillante, ambicioso y tenaz,
que alcanzó fama y notoriedad en 1981, y a raíz de su
valiente actuación como acusador particular en el denominado ‘caso Almería’ por el que fueron condenados como homicidas tres miembros de la Guardia Civil. A este le siguieron otros no menos famosos, como
el ‘caso de los Caracoles’, el ‘caso Pleguezuelos’, o
la defensa de los nueve musulmanes en Melilla. También el de los gitanos de Martos, sin olvidar la defensa
del mafioso italiano Antonio Bardellino. Era físicamente alto y de aspecto elegante y circunspecto.
Había una clara y evidente desproporción de experiencias jurídicas y vitales que se puso de manifiesto con extraordinaria virulencia en la primera sesión
del juicio, celebrado el miércoles 29 de abril de 1987
y que sin duda fue origen de la trascendental decisión
tomada tres días después. Efectivamente, la estrategia
de la defensa lo fue claramente procesalista pues perseguía, sin tapujos, evitar la celebración del juicio, o
como mínimo suspenderlo y retrasarlo. A tal fin fueron
planteadas toda una batería de excepciones procesales que la juez iba sorteando como podía, suspendiendo en más de una ocasión la vista para dar ocasión a
examinar documentación o resolver cuestiones prejudiciales. Una de ellas, quizás la más sobresaliente, fue
la pendencia de un juicio civil -uno de menor cuantía
por reclamación de daños y perjuicios-, cuestión resuelta por la juzgadora dictando un auto “in voce” en
la misma vista del juicio penal por el que archivaba el
procedimiento civil, y notificaba sobre la marcha a la
procuradora allí presente, todo ello sin posibilidad de
recurrir. A ello se sumó otras como la incompetencia
jurisdiccional al haberse cometido el presunto delito
en Adra, etc…Todo un verdadero tropel de incidentes
que elevaron la tensión de la sala a temperaturas de
explosión hasta que al final, y tras casi tres horas de
duración, se decidió la suspensión y continuación del
juicio para tres días después, dejando de por medio la
festividad del Primero de Mayo. Tres días durante los
que se fraguó la estrategia de una y otra parte.
De esta manera se llegó a la mañana del sábado 2 de mayo, fecha de la segunda sesión del juicio,
con la sensación colectiva de que allí iba a pasar algo
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PRISMA CULTURAL
Darío Fernández sale de la prisión provincial.
gordo. Sin duda la juez iba dispuesta a que el juicio se
celebrase a toda costa, pero también quería evitar que
se repitiese el espectáculo de confrontación de la sesión anterior, en el que claramente no supo controlar
la situación, sintiéndose desbordada por la actuación
del letrado. Por la parte contraria se barruntaba algo
similar, de ahí que el letrado requiriera la presencia
de una representación del Colegio de Abogados de
Granada formada por su vicedecano Julio de Castro
Hitos y el diputado tercero José Jiménez-Casquet, presentándose además en la vista oral con una grabadora
para recoger todo lo que pudiera ocurrir en ella, dos
circunstancias que a la postre hicieron tensar todavía
más la situación, concluyendo apenas comenzado
y cuando se llevaba escasamente veinte minutos de
juicio.
Esta fue la génesis aproximada. La juez consideró
impertinentes dos preguntas formuladas por el abogado a su cliente. Una, si había intentado poner una
denuncia contra la juez y si se la había aceptado y otra
si era competente o no el juzgado de Órgiva para entrar en el fondo del tema objeto del juicio. Negativas
a la que siguieron por parte de la defensa la protesta
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Concepción Escudero, jueza de Órgiva.
y petición de suspensión del juicio alegando que se
estaba restringiendo su libertad de actuación profesional, así como que era consecuencia inevitable de
la recusación formulada contra la propia juez, intentos
ambos que finalmente fructificaron al mismo tiempo
que su inesperada detención, previo aviso a la Guardia Civil a través del agente judicial. El detenido se
encontraba todavía en sala, y con la toga puesta. La
grabadora quedó requisada.
Desde allí fue conducido inmediatamente al
arresto municipal, sito en los bajos del Ayuntamiento,
en una habitación con rejas al más puro estilo del
viejo Oeste. Allí quedó enjaulado a la vista de cualquiera que subiera a las dependencias municipales.
La gente observaba perpleja una estampa totalmente desacostumbrada como era un señor con traje y
corbata en el interior del arresto. Posteriormente se
iniciaron las diligencias de un nuevo juicio esta vez
contra el abogado defensor por desacato tomándole
declaración a las siete de la tarde durante tres horas
siendo asistido por los propios letrados del Colegio de
Abogados, culminando a las 10 de la noche con un
auto de prisión incondicional y sin fianza, en el que se
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de Granada
acusaba al abogado de haber cometido un presunto
delito de desobediencia a la justicia, al propio tiempo
que se reservaba el término de 72 horas para decir
finalmente si era o no procesado.
Entre otras cosas el auto señalaba: “Considerando que dada la trascendencia pública y social que tiene un acto de juicio oral, en cuya vista el señor letrado
Darío Fernández desobedeció reiteradamente las órdenes de la Juez de Instrucción haciendo caso omiso
de sus advertencias, se acuerda la prisión sin admisión de fianza por ahora”. La orden de prisión incondicional y su inmediato ingreso en prisión, tuvo que
retrasarse hasta la llegada de un furgón de la Guardia
Civil ara trasladarlo a la prisión provincial de Granada,
en la que hizo su entrada a las 1.40 de la madrugada
del domingo 3 de mayo. El escándalo estaba servido
y las declaraciones en contra de esta inaudita decisión
empezaron a desfilar. El propio decano del Colegio de
Abogados, Luis de Angulo Rodríguez, declaró: “No vamos a permanecer impasibles ante el hecho grave de
que a un abogado, con la toga puesta, se le detenga
e ingrese en prisión por el mero hecho de ejercer la
profesión. La independencia de los abogados y sus
derechos de libre expresión y defensa en el ejercicio
profesional es la médula de la profesión de abogado y
sin estos derechos plenamente tutelados no se puede
ejercer la profesión”.
Darío Fernández con el decano, Luis Angulo.
PRISMA CULTURAL
Efectivamente, la mañana siguiente, domingo y día de la Cruz, las gestiones y movilizaciones de unos y otros
fueron incesantes, dado el sentir general
acerca de lo desproporcionada que era
la medida adoptada. Empezando por el
propio Colegio de Abogados, que a través de su Junta de Gobierno convocada
de forma urgentemente no dudada en
calificar lo acontecido como un ataque
frontal a la abogacía, convocando a continuación todos sus colegiados a junta
extraordinaria para las 13 h. de la tarde
del lunes 4 de mayo en el salón de actos del Colegio Mayor de San Bartolomé y Santiago, lugar donde por entonces se celebraban los actos colegiales
debido a las obras de la Real Chancillería y de la nueva sede colegial. Pocas
veces había tenido una respuesta tan
numerosa y masiva un llamamiento colegial, acudiendo a la misma un número
siete veces mayor de lo acostumbrado,
en un ambiente de abierta solidaridad
con el letrado en prisión A esa muestra
de apoyo se sumaron numerosos telegramas recibidos de todos los colegios
de abogados de España, en los que se
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PRISMA CULTURAL
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de Granada
Junta General Extraordinaria, celebrada en el Colegio San Bartolomé y Santiago.
expresaba su indignación por lo sucedido, al propio
tiempo que daban su total respaldo a los acuerdos
que se adoptasen por los abogados de Granada, que
a la postre consistirían en ratificar unánimemente las
decisiones tomadas al respecto por su decano y Junta de Gobierno, y en reiterar la inmediata puesta en
libertad del abogado, apremiando para ello incluso
al Ministerio Fiscal, a fin de que ejercitase las acciones conducentes al restablecimiento de la legalidad
vigente. Por su parte el Grupo de Abogados jóvenes
de Granada, acordó su encierro en la sede colegial
hasta tanto no se pusiera en libertad al compañero
en prisión
A esta movilización colegial siguió toda una campaña mediática con titulares que resaltaban lo sucedido como un atentado a la imagen de la Justicia en
España y en particular al ejercicio del derecho constitucional de defensa. Un clima de crispación que fue
creciendo conforme pasaban las horas del abogado
en prisión y se anunciaban la presentación de querellas contra la juez, por un presunto delito de abuso
de autoridad o detención ilegal, así como se pedía
la exigencia de responsabilidades disciplinarias. Este
ambiente hizo que brotaran algunos conatos de enfrentamiento corporativista, pues para otros la actuación de la juez se atenía a las funciones estrictamente
jurisdiccionales, considerándolo sin más como una
campaña de acoso y derribo de una juez. Tensión que
llegó al máximo en la mañana del martes 5 de mayo.
Y así, cuando todo el mundo esperaba que la juez
cambiara su decisión, aunque curiosamente nadie interpusiera formalmente recurso solicitando la libertad
provisional, la sorpresa fue mayúscula dando un nuevo varapalo a la opinión pública, y en particular a los
medios jurídicos, por cuanto lejos de aquella suposición y pasadas las una del mediodía del martes 5 de
mayo, la juez dictó un auto de 10 folios ratificando la
prisión incondicional sin fianza, por un presunto delito
de desacato y desorden público. Unn nuevo mazazo
que dejó a todos perplejos y desconcertados con lo
que estaba ocurriendo, hasta que por fin, unas horas
mas tarde, se decretaría la ansiada libertad del letrado,
mediante un nuevo auto esta vez de de reforma del
anterior, donde la juez de oficio revocaba y dejaba
sin efecto la prisión decretada, al propio tiempo que
se abstenía del conocimiento de las actuaciones por
considerarse parte perjudicada, dejando en manos de
la Sala de Gobierno de la Audiencia Territorial la designación de un juez especial que las continuase.
La pesadilla había terminado. No había tiempo
que perder. Sería el propio abogado defensor, Julio de Castro Hitos, quien trasladara personalmente
desde Órgiva el auto decretando la libertad de su
defendido, que se produjo a las ocho y dos minutos
de la tarde del martes 5 de mayo de 1987. En esos
momentos, y entre un batir de palmas y pañuelos
blancos que le daban la bienvenida desde terrazas y
balcones circundantes, así como de un número in-
Revista del
Ilustre Colegio de Abogados
de Granada
determinado de curiosos, amigos y periodistas, salía
de la prisión provincial de Granada el abogado Darío
Fernández Álvarez, tras pasar en ella sesenta y seis
horas. Lo hacía con un semblante muy serio, llevando una manta en una mano y su cartera de trabajo
en la otra. A pesar de todo, y tras fundirse en abrazos con sus familiares, con el temple y saber estar,
propio de un veterano, mostró su satisfacción por el
apoyo recibido declarando de forma algo solemne:
“No soy yo quien sale de prisión sino la abogacía
española”
Con esta decisión, aparte de los prolegómenos
que le siguieron, se ponía punto final a una historia
cuyo colofón lo pondría meses después el juez especial, designado al efecto, quien tras la práctica de
las pruebas pertinentes, entre ellas la declaración de
los asistentes al juicio y la audición de su grabación
magnetofónica, dictó auto de archivo de las diligencias previas abiertas contra el citado abogado, a petición del Ministerio Fiscal. Antes de esta resolución,
sin embargo, la Comisión Disciplinaria del Consejo
General del Poder Judicial ya había acordado archivar
la información practicada en relación con la juez por
entender que “no existían indicios que permitieran
encajar la actuación de la juez en ninguna infracción
disciplinaria”.
PRISMA CULTURAL
Finalmente también fue definitivamente olvidada y diluida en el tiempo el
anuncio de la interposición de querellas
y con ello recuperado el ambiente y armonía tradicional entre la abogacía y la
magistratura, que de siempre, y al decir
de todos, había sido excelente.
Un episodio en suma que pasaría
a la historia no sólo por ser una de las
noticias sobresalientes del anuario de
1987, sino principalmente por ser el primer caso conocido en toda la historia de
la abogacía española, algo que sin duda
tuvo presente nuestro decano cuando
tras la liberación del colegiado Fernández Álvarez pidió con energía ante los
medios de comunicación que “ni una
sola vez más se vuelva a producir la
detención de un abogado con la toga
puesta y en el ejercicio de defensa de
los derechos de los ciudadanos”. Una
exigencia tajante y contundente con la
que se ponía un broche de oro al papel
fundamental que supo jugar el Colegio
de Abogados de Granada en todo este
asunto.
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Revista del
PRISMA CULTURAL
de Granada
&ODVFOUSP
con
Granada
Antonio Navajas
Fiscal
rutas con encanto
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Ilustre Colegio de Abogados
D
e nuevo vuelvo a enfrentarme con la tarea de
hablar sobre Granada, en esta ocasión empujado por un amigo, y, como otras veces, me
encuentro con dos dificultades, por un lado superar mis grandes limitaciones para escribir, y por otro
vencer la idea de que ya está todo dicho sobre esta
ciudad.
Aunque es cierto que Granada ha sido, desde
antiguo, foco de atracción para muchos escritores,
y que existen numerosos libros y guías que la describen, siempre he pensado que lo más interesante es tomar esos textos como referencia y punto
de partida, para después hacer mis propias observaciones, de ese modo he descubierto que la realidad no siempre viene descrita en dichas obras.
En el caso de la Granada hispanomusulmana, todavía conservamos magníficos ejemplos de
murallas, puertas, puentes y baños cuya contemplación y estudio puede ser una buena excusa
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PRISMA CULTURAL
de Granada
para realizar agradables paseos, y de esa manera
formar una idea aproximada, pero propia, de por
donde discurrían los contornos de GARNATA, que es como los árabes la llamaban.
De este modo descubriremos que aún hay
mucho que investigar sobre ella.
Ya he dicho que existen, dispersos por el
casco antiguo de la ciudad, numerosos vestigios
de construcciones hispanomusulmanas. Pues
bien, voy a sugerir un agradable paseo para conocer algunos de ellos. ¡Ojalá! mueva el interés
de alguien en conocerlos por si mismo. Para redactar estas líneas, he vuelto a realizar una excursión
que ya hice, hace más de diez años, y de nuevo he
experimentado lo agradable que es descubrir rincones de Granada. Pero pongámonos a la tarea sin más
demora.
Si una mañana de sábado o día festivo nos subimos a un autobús de la línea siete, provistos de ropa
y calzado cómodos, comprobaremos que el trayecto
hasta la carretera de Murcia es muy agradable, por las
estupendas vistas que se contemplan.
A continuación, si nos apeamos en la parada
que está más próxima a la muralla árabe y caminamos hacia la misma, pronto observaremos, sobresaliendo de los edificios, las puntiagudas almenas de
la Puerta de Fajalauza, a la que llegaremos girando
a la derecha. El nombre de Fajalauza significa ‘Cerro de los Almendros’ y coincide perfectamente con
lo empinado del lugar. Al observar la citada puerta,
sorprende el que sea mucho más alta que ancha, e
imagino que fue construida así para permitir el paso
Puerta de Fajalauza
Por poner un ejemplo, diré que me
parece frustrante el hecho de que, todavía
hoy, a pesar del amplio desarrollo que han
tenido los estudios lingüísticos, nadie -que yo
sepa- haya explicado satisfactoriamente qué significa el nombre árabe de GARNATA. De todo lo
que he leído, el dato que más me ha convencido,
aunque sea incompleto, es la indicación que hace
Raquel Arié, en su obra España Musulmana, según
la cual aquel nombre deriva del vocablo beréber
KERNATA, aunque no explica su significado. En
otros textos he leído que el prefijo CAR, en árabe
antiguo, era sinónimo de “elevación montañosa“,
lo que casa perfectamente con la orografía de esta
ciudad.
de gente a caballo, al tiempo que
su estrechura facilitaría su defensa. Otra característica que llama la atención, es que su entrada
y salida están en línea recta y no en ángulo, como
es típico en las puertas hispanomusulmanas. Sobre
este punto el desaparecido cronista Villar Yebra, en
una obra de 1984 sobre las murallas de Granada,
menciona que quizá existiera aquí una entrada transversal, desde el Callejón de la Alberzana, que está
muy próximo. Como colofón de esta descripción,
diré que encima de la puerta hay una especie de
azotea, cercada de almenas, desde la que se divisa
todo el contorno.
Para continuar nuestra ruta hemos de desandar
el camino y volver a la carretera de Murcia, hasta toparnos, de nuevo, con la muralla árabe. Al llegar, observaremos que toda la zona está cerrada con una
cerca de malla metálica, pero si la examinamos con
más detenimiento veremos que hay un tramo donde
la malla es sustituida por una barandilla, la cual tiene huecos suficientemente grandes para permitir el
paso de una persona. Tras introducirnos por uno de
ellos, rápidamente llegaremos hasta la citada muralla,
y atravesándola, podremos continuar nuestro paseo
bajando por la Cuesta de San Antonio.
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PRISMA CULTURAL
Ilustre Colegio de Abogados
de Granada
Puerta de los Halconeros
Si bajamos por la misma, unos trescientos metros, enseguida veremos a nuestra izquierda otra
puerta. Aunque tradicionalmente es conocida como
Puerta de San Lorenzo, opino que es otra puerta nazarí, la Puerta de los Halconeros (Bab al-Bayyazin),
que menciona el historiador Luis Seco de Lucena en
sus descripciones, aunque nunca la situó de forma
precisa sobre el terreno. Es indudablemente una
puerta árabe, ya que si se observa la mampostería
de la muralla y la de la puerta, se ve claramente que
son idénticas.
Esta puerta tiene una historia reciente muy curiosa, porque un erudito como Gómez Moreno no
identificó su nombre, y por su parte Gallego Burín
incluso la daba por desaparecida, pero gracias a las
investigaciones de D. Cesáreo Jiménez Romero fue
redescubierta alrededor de 1984, medio oculta por
escombros y maleza. Si a ello unimos que se trata
de una puerta especialmente diseñada para no ser
divisada fácilmente por el enemigo, se comprende la
dificultad que hubo en identificarla. Si la observamos
de cerca veremos que el torreón que la contiene no
es paralelo, sino transversal al eje de la muralla, de
manera que cuando un hipotético enemigo se acercara a ella de frente, no la viera. Por lo demás es una
típica puerta árabe, con salida en ángulo y con una
altura suficiente para permitir el paso de una persona
a caballo.
La puerta en ángulo fue una innovación de la arquitectura militar musulmana. Su finalidad es debilitar
la fuerza de un ataque contra la misma, al tener que girar el atacante hacia un lado u otro. Además está claro
que contra estas puertas no pueden utilizarse arietes.
Después de leer algunos textos de historia y meditar
sobre la estructura y situación de esta puerta, muchas
veces he pensado que los caballeros cristianos que
participaron en las entrevistas celebradas en Granada,
para la entrega de la ciudad, debieron utilizarla, ya que
permite una entrada oculta y disimulada.
Pero hemos de continuar, y para ello caminaremos en paralelo a la muralla, hasta el final de la cuesta, y aunque veremos la salida cerrada con una valla,
hay una vereda a la derecha, junto a un poste eléctrico, que nos permitirá acceder a la carretera de Murcia.
A continuación, debemos ascender por ella hasta una
pronunciada curva a la izquierda, y allí, si nos asomamos al pretil, no solo divisaremos una de las mejores
vistas de la ciudad, sino que además, si miramos con
más atención, veremos como asciende la muralla árabe desde la ciudad, formando tramos escalonados,
para unirse a la parte que hemos dejado atrás. Ade-
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de Granada
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Muralla árabe
más, trazando una línea imaginaria desde el final de
dicha cerca hacia la ciudad comprobaremos que se
dirige a la Iglesia de San Ildefonso (donde antes hubo
una mezquita), y desde ésta a la Puerta de Elvira, de
la que se divisa su cima almenada, dándonos así una
pista de los contornos de la Granada musulmana por
esta parte.
Contemplemos un momento más este excepcional paisaje. Tras descansar un momento, continuaremos subiendo, y de esa manera llegaremos al Mirador
de San Cristóbal, donde, de nuevo, contemplaremos
un panorama absolutamente ensoñador. Si miramos
al frente, veremos la muralla zirí, en primer termino, y
más allá las esbeltas siluetas de la Torre de la Vela y
del resto de la Alhambra. A nuestra derecha divisaremos prácticamente toda la ciudad. No creo que haya
una sola persona que pase por este lugar sin detenerse siquiera un momento. Mirando a nuestra izquierda
veremos la Iglesia de San Cristóbal, cuya fachada norte tiene la peculiaridad, ciertamente irrespetuosa, de
estar construida con lápidas de tumbas musulmanas.
Pero hemos de proseguir nuestra marcha, para
lo cual bajaremos por la tortuosa y empinada calle
de Veredillas de San Cristóbal, que comienza tras el
mirador, y dejando a la izquierda la Placeta de los Yesqueros, continuaremos descendiendo, pero con mucha atención, si no queremos que el rottweiler de una
casa que hay a la izquierda nos de un buen susto,
como hizo conmigo. Tras concluir la cuesta, atravesaremos la calle de Alhacaba y nos introduciremos en
el Carril de la Lona. Nada más iniciarlo divisaremos la
majestuosa Puerta de las Eras (Bab al-Unaydar), aunque vulgarmente sea conocida como Puerta de Monaita. A primera vista sorprende su remozado aspecto,
debido a recientes restauraciones.
De su historia hemos de recordar que era una
de las principales entradas a la alcazaba zirí, que ocupaba gran parte del Albaicín, y es muy anterior a la
Alhambra. Está formada por dos arcos de herradura,
separados por una puerta metálica, construidos en
piedra de la Malahá, con inclusiones de piedra de
cantería.
Lápidas musulmanas en la iglesia de San Cristóbal
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Revista del
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PRISMA CULTURAL
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de Granada
En este punto considero necesaria una breve
explicación. La piedra de la Malahá (que toma su
nombre de dicho pueblo) es esa piedra de aspecto
arenoso y color marfileño que tan frecuentemente
aparece en las construcciones antiguas granadinas,
por ejemplo, todos los muros exteriores de nuestra
catedral están hechos de ella. La piedra de cantería es esa otra más oscura y de aspecto agujereado, también muy usada aquí. Todo el exterior de la
Chancillería de Plaza Nueva, se construyó con esa
piedra.
Para terminar la descripción de la citada puerta,
diré que vista desde abajo tiene un aspecto realmente
solemne y parece ser mayor de lo que es en realidad.
Puerta de Monaita o de las Eras
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de Granada
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Puerta de Elvira
Continuando nuestra andadura por el Carril de la
Lona, si miramos a nuestra derecha, divisaremos una
gran parte del barrio del Cenete, y cruzaremos frente
al esbelto campanario de la Iglesia de San Andrés. Me
viene a la memoria que, muy próximos a la misma,
se encuentran unos baños árabes, que examiné en
su día mientras los restauraban, y espero que pronto
puedan ser abiertos al público.
Llegamos a una finca que se encuentra a la derecha, en el número 35 del carril, si nos asomamos al
pretil y miramos hacia abajo, veremos los restos de un
torreón que están adosados al muro. Son los vestigios
de otra puerta zirí, la Puerta del León ( Bab al-Asad ),
de la que sólo queda parte de sus cimientos, hechos
de bloques de la Malahá, sobre los que se alza una
especie de torre de ladrillo y mampostería de canto
rodado. La existencia de esta puerta (poco citada en
los textos árabes) es indudable, no sólo por los mencionados restos, sino, además, porque aquí sitúan las
crónicas cristianas el Portillo de San Miguel.
Para proseguir nuestra ruta hemos de introducirnos en las calles Bocanegra y San José, con lo que
pronto nos encontraremos ante la iglesia del mismo
nombre. Lo más interesante de ésta es que muy cercano, pero separado de ella (caso único en Granada),
se encuentra un alminar de época zirí, del siglo X, que
pasa por ser el más antiguo de España. Además es un
prodigio de conservación.
Todo el cuerpo está formado por bloques de la
Malahá, con alguna inclusión de piedra de cantería,
salvo la parte del campanario que es un añadido de
época cristiana. Si nos retiramos un poco y giramos en
torno a la misma, observaremos todas las caras de su
esbelta y sugestiva estructura.
Aunque los expertos señalan que es de época
zirí, si nos fijamos en un ventanal que hay en la cara
Este, observaremos que tiene forma de ojo de cerradura, diseño muy típico de la arquitectura califal. En la
Mezquita de Córdoba y en Medina Zahara he observado puertas y ventanales muy parecidos.
Aunque estamos llegando al final de nuestro paseo, todavía quedan un par de lugares por examinar.
Si descendemos por la calle Grifos de San José, pronto llegaremos a la bulliciosa calle Calderería, donde se
encuentra la Iglesia de San Gregorio. Si tenemos la
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PRISMA CULTURAL
curiosidad de entrar, encontraremos una pequeña y
sencilla iglesia de paredes blancas, que con su silencio
invita al recogimiento.
Al salir podemos bajar por la calle Cárcel Alta y así caminaremos junto a los
muros de la Chancillería, que tiene,
al comienzo, una interesante (y
poco conocida) puerta. Más
adelante, si miramos a ras de
suelo, veremos dos pequeños
ventanucos, pertenecientes a las
mazmorras que aquí había, y
que nos recuerdan que este
edificio no solo era palacio de
justicia, además era prisión.
Buena prueba de ello la
tenemos en las inscripciones de las columnas que
sustentan el segundo
patio del edificio. Son
una crónica grafica,
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con nombres y fechas, del encierro de diversos presos en este lugar. En muchos
casos sorprende la calidad de la caligrafía que utilizaron.
Y aquí en Plaza Nueva, uno
de los corazones de Granada,
con la vigilancia permanente
de la Torre de la Vela, concluimos nuestra andadura. Pero hay mucho
más que conocer de
nuestra ciudad, quizá otro día hablemos
de los puentes árabes
que hay aquí mismo,
bajo esta plaza, o
demos un paseo
por el lecho del río
Darro, pero, como
he dicho, eso será
otro día.
ar de
Almin
oca
la ép
Zirí
Revista del
Ilustre Colegio de Abogados
PRISMA CULTURAL
de Granada
José Robles Pozo,
abogado
José Luis Delgado López
Historiador
E
ntre las muchas llamadas “casas de paso” que
había en Granada, ésta se situaba entre las calles
Sancti Espiritu, que no tenía salida, y la calle de la
Colcha para dar acceso a Pavaneras y San Matías. Que
se lo pregunten a la ilustre familia de los Jiménez Casquet que por allí vivieron muchos años. Era el pasaje
bautizado con el nombre del propietario de la finca, el
abogado D. José Robles Pozo que lo era de los ilustres
colegios de Granada y Madrid. Poco se sabe de él
hasta que salga a la luz la obra, actualmente en prensa
y firmada por el autor de este artículo, que desvelará
no solamente sus rasgos biográficos sino los de su
hijo Rogelio, también licenciado en Derecho y a cuya
iniciativa se creó la llamada “Fundación Robles Pozo”.
Hasta tanto aparezca dicha publicación respetaremos
el contenido.
Pero un somero acercamiento a la figura de su
padre nos pone en situación de lo que luego sería el
patrimonio de esa fundación, de cuyos beneficios se
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Revista del
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PRISMA CULTURAL
aprovechan los alumnos más aventajados de la Escuela de Artes de Granada. Resultaría injusto dejar en
el olvido a este como a otros tantos granadinos por
el hecho de no haber tenido descendencia, aunque
permanezca su beneficiosa y anónima huella. Como
en tantas ocasiones la sociedad se suele aprovechar
de la cosecha de unos frutos sin conocer quién los
sembró. José Robles Pozo nació el 30 de agosto de
1853 a las ocho de la tarde, en la calle de la Colcha,
siendo bautizado en la Iglesia de San Gil. Contrae
matrimonio con Dª. Encarnación Romero-Saavedra
Vargas-Machuca con la que tendrá tres hijos, siendo el último superviviente precisamente el mayor,
D. Rogelio.
Realizó sus estudios de Segunda Enseñanza
en el Instituto de Granada ubicado en el Colegio
S. Bartolomé y Santiago de la calle S. Jerónimo, obteniendo el título el 29 de abril de 1870. Se matricula curiosamente en la Facultad de Medicina a la
edad de 17 años, pero en marzo del 71 su padre
envía al rector una petición de traslado de matrícula argumentando que su hijo no puede estudiar
Medicina “por razones de salud”, porque dice que
“no puede ver cadáveres”, por lo que solicita el
traslado a la Facultad de Derecho. No sabemos qué
padecimientos podría tener pero se conserva otro
documento en su expediente en el que de nuevo el
padre solicita al rector, el doctor Duarte, que le aplace la fecha del examen de Derecho Romano por no
poder asistir, dado que se halla tomando “los baños
de mar” hasta mediados de septiembre. Obtiene
el título de Licenciado en Derecho Civil y Canónico en 1876. Finalizados sus estudios pide al rector
autorización para seguir cursos de Doctorado en la
Universidad de Madrid.
El Sr. Robles Pozo compaginará luego su actividad profesional con la científica. Conocemos la publicación de al menos un par de obras (con dos partes cada una), relacionadas muy directamente con
sus conocimientos profesionales. En 1888 publica
la Primera Parte del ‘Derecho Procesal de España.
La ley y la jurisprudencia vigentes del enjuiciamiento
criminal’ y en este mismo año también la Primera
Parte del ‘Derecho procesal de España: la Ley y la
jurisprudencia vigentes del enjuiciamiento Civil’. Será
unos años después, en 1896, cuando publique las
segundas partes de sus obras que titula ‘Las leyes
y la jurisprudencia del Enjuiciamiento Criminal’ (2ª
parte).
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de Granada
El abogado Melchor Almagro y el padre
Manjón
Lleva en su interior una interesante dedicatoria manuscrita, en la que se lee: “A mi distinguido compañero y
particular amigo el Sr. Abogado Melchor Almagro Díaz.
El autor”. Aunque no conocemos bien la relación de
Robles Pozo con el senador por Canarias y por Granada Melchor Almagro Díaz. En las páginas finales de la
obra aparece una relación alfabetizada de más de cien
señores que adquirieron la primera parte y en la que
se lee: “señores que han adquirido el primer tratado
sobre Derecho Procesal de España o sea ‘La Ley y la
Jurisprudencia vigentes del enjuiciamiento civil (agotada)”. En ella se citan entre otros, a: D. Eduardo Amaro
Arroyo, D. Melchor Almagro, D. José España Lledó, D.
Emilio Esteban Casares, D. Enrique Gamir Colón, D.
Antonio González Garbín, catedrático de la Universidad de Granada, D. José López Guevara (librero), D.
José Marcelino González, juez de 1ª Instancia del distrito del Sagrario, D. Enrique Mendoza Calvo-Flores,
escribano de Cámara de Granada, D. Pedro Mirasol de
la Cámara, D. Antonio Peñafiel Calderón, D. Eugenio
Pons (librería), D. Francisco Raso (librería)… personajes todos conocidos en el ambiente sociocultural
granadino.
En la portada de la obra ‘El Código Civil y su jurisprudencia hasta el 1º de enero de 1896’, que él
comenta, hace un estudio didáctico, exegético y sinóptico bajo el punto de vista del derecho Civil común, foral e internacional. En la contraportada figura
una nota en la que se advierte que el libro se halla a
la venta al precio de diez pesetas en las principales
librerías de Madrid y de provincias, y en la casa del
autor, calle de la Colcha, 13, Granada.
Transcurrió la vida profesional del Sr. Robles Pozo
entre Granada y Madrid, hasta la fecha de su fallecimiento en 1901, coincidiendo con ese periodo de la
Historia de España que se abre con la Restauración
de 1875 y los reinados de Alfonso XII y, desde 1886,
de Alfonso XIII. Son años de una interesantísima vida
social y política en España, donde se suceden en el
gobierno los partidos conservador y liberal, bipartidismo que en Granada estaba representado por figuras como Eduardo Rodríguez Bolivar, presidente del
partido conservador hasta 1897, cuando le sustituye
el banquero Manuel Rodríguez-Acosta y Palacios. El
partido conservador acogía en sus filas a lo más granado de la burguesía granadina como eran Mariano y
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Calle Reyes.
Valentín Agrela Moreno, Juan López Rubio, José Ruiz
de Almodóvar, etc.
del siglo, las de la Cofradía del Avellano, de Ganivet y
Gómez Moreno.
El partido liberal era en realidad un conglomerado de tendencias con el denominador común del
progresismo. Quizás los miembros más caracterizados
sean Juan Ramón la Chica, Fernando Pérez del Pulgar
y Blake, Mariano Zayas y Francisco Ruiz Villena, entre
otros. En el seno del republicanismo habría que situar
a Melchor Almagro Díaz y Joaquín Alonso Pineda, que
había sido alcalde de Granada durante la I República.
Granada contaría aproximadamente con unos
70.000 habitantes y por estas fechas (1880) estaba
recibiendo a un curioso personaje, el que luego sería el Padre Andrés Manjón, catedrático de Derecho
Canónico y educador de gitanos en las laderas del
Sacromonte con sus ejemplarizantes Escuelas del Ave
María.
Vivió las interesantes décadas de la Granada finisecular cuando estaría iniciando lo mejor de su carrera profesional. Acontecimientos tan interesantes
como el protagonizado por el Cantón de Granada del
año 1873 o la fundación del Centro Artístico. El 12
de abril de 1885 se reunían en el número 20 de la
Plaza Nueva, en la conocida como ‘casa de Gavarre’
(edificio de los Juzgados), un grupo de granadinos
para fundar el ‘Centro Artístico’ llamado a “promover
el progreso y desarrollo de las Bellas Artes granadinas y satisfacer una necesidad imperiosa que venía
sintiéndose desde mucho tiempo”. Unos años antes
venía funcionando ya esa curiosa sociedad artística y
literaria de La Cuerda (1850). Son las décadas finales
La amistad de D. Andrés Manjón con el Sr. Robles Pozo está documentada y a ella se refiere en
su Diario cuando dice, por ejemplo, “me llamaron
para visitar a un enfermo de la ciudad, D. José Robles
Pozo, y no pude ir [estaba en la cama, enfermo del
dengue] aunque era mi amigo y yo le amaba”. Murió
el día 6 de abril de 1901. Al año siguiente se celebró
misa de funeral, en la capilla del Ave María y el Padre
Manjón refiere que el Sr. Robles Pozo “fue amigo del
Ave María”.
En esta misma década de los 80 tan fecunda se
crea la famosa revista ‘La Alhambra’ (1884) gracias a
la iniciativa de Francisco de Paula Valladar. Dicha publicación resulta imprescindible para el conocimiento
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Revista del
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de Granada
cha, nº 13, a la de la Calle Méndez Núñez, 15 y 17 y
a los intentos de compra de la finca vecina, en la calle
Santi Espiritu 17 y 19, que por fin se la adquiere a los
herederos de D. Fernando Quesada.
La finca formaba parte de uno de los lugares más
apreciados de la ciudad, junto al río Darro, muy cerca
de la Chancillería y de la vivienda que un día perteneció a la familia de Don Álvaro de Bazán, donde nació
el ilustre marinero. En el plano que de la ciudad de
Granada nos dejan en 1894 Ramón González Sevilla
y Juan de Dios Bertuchi ya se aprecia con claridad
la manzana ocupada por las propiedades de Robles
Pozo, entre las calles Colcha y Sancti Espíritu. Se observa que ésta no tiene salida a Pavaneras y de ahí la
necesidad de abrir el Pasaje que llevaría, como hemos
señalado, el nombre de ‘Robles Pozo’.
La muerte de José Robles Pozo
Vista aérea de la casa Robles Pozo.
más profundo del ambiente cultural granadino y de
sus manifestaciones artísticas y literarias. Años también de catástrofes como la crecida y desbordamiento
del río Darro el 14 de mayo de 1887, acontecimiento
de la vida local que tal vez pudo contemplar Robles
Pozo desde los propios balcones de casa. Pero mucho
peor fueron un poco antes los terremotos y la epidemia de cólera del año 84.
La casa de Robles Pozo
Guarda el Archivo Histórico Municipal de Granada una
interesante documentación relacionada con las posesiones inmobiliarias de Robles Pozo. Entre los años
1892 al 1896 lo encontramos enzarzado en pleitos
de expropiaciones, indemnizaciones, compras de fincas, pagos por instalaciones de vallas en la vía pública
cercanas a su finca, reclamación a algunos inquilinos
por falta de pago, etc. Pero los más densos problemas los va a tener con el Ayuntamiento que entonces
presidía el Sr. Tejeiro, siendo el arquitecto municipal
D. Modesto Cendoya. Dicha documentación hace alusión a las casas de su propiedad en la Calle de la Col-
En la partida de defunción, que obra en el Archivo
Parroquial de San Gil y Santa Ana, se lee: “D. José
Robles Pozo, (casado). Como cura párroco de San Gil
de esta ciudad mandé dar sepultura al cadáver de D.
José Robles Pozo, natural de ésta, de cuarenta y cinco
años de edad (sic, cuando en realidad debía tener
48), casado con doña Encarnación Romero Vargas,
hijo de D. José y Dª Dolores, falleció el día anterior a
las dos de la tarde a consecuencia de un cáncer del
estómago, según certificación del facultativo, no testó, recibió el Stmo. Sacramento de la Extremaunción,
vivía en la calle Hernández Velasco [Sancti Espíritu]”.
También a su muerte se refiere el P. Manjón en su
Diario cuando dice: “Murió ayer D. José Robles Pozo
y hoy lo entierran, asistiendo muy pocos de entre sus
muchos amigos. Sé de todos, atiende a todos, y muérete enseguida, para ver cuántos se acercan a ti. Si
Dios no hubiera, el sacrificio de los hombres sería tontería. A otros defendió y guió en pleitos y testamentos,
y en los suyos ni testó ni dejó negocios acabados,
por lo cual son de tener pleitos. Tal pasó con D. José
Robles Pozo”.
No deja de ser interesante y esclarecedora la
cita, porque algo se refleja no sólo del carácter del
personaje estudiado sino también de la sociedad y
las amistades granadinas de las que pudiera haberse
rodeado. Algo más sabemos ahora de aquel abogado
que un día dio nombre al pasaje por donde corríamos
los niños del barrio y hoy todavía a una noble Fundación benéfica.
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de Granada
La vida de un diplomático en la sombra
El almirante Canaris y
su relación con
España (I)
Larry Connemara
Abogado
Un joven de principios
A comienzos del año 2007, se cumplieron ciento veinte años desde que nació, un 1 de enero de 1887 en
Aplerbeck, villa cercana a Dortmund, Wilhelm Canaris
en el seno de una familia burguesa de clase mediaalta. Y precisamente ahora, se cumplen noventa años
de la peligrosa huida que protagonizó en España en
la que puso varias veces en riesgo su vida. Su padre,
cuyos ascendientes originarios del Norte de Italia se
habían adaptado perfectamente a Alemania ya en el
siglo XVIII, era director de una fábrica siderúrgica en la
fértil cuenca del Ruhr. Su madre, hija de una estirpe
de silvicultores de Franconia, fue una mujer cultivada
intelectualmente y le transmitió al pequeño Wilhelm
su sensibilidad y ansia de progreso así como el gusto
por los idiomas y su amor por los animales.
Si no hubiera sido por su etapa como Jefe del
Servicio Secreto Militar alemán (Abwehr) durante el
periodo nazi, nuestro personaje podría haber pasado
a la historia como un magnífico precursor, desde la
política o la diplomacia, de una transición hacia un futuro más esperanzador después del fracasado y frus-
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Revista del
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PRISMA CULTURAL
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de Granada
como un héroe, mas bien como a una figura sensata,
pero intrigante, que llevó el engaño ligado a su personalidad.
trante, para Alemania, Tratado de Versalles. La ruptura
de la decadente República de Weimar dio paso, de
inmediato y sin anestesia alguna para Alemania, a un
sistema político abominable como el nazismo
Tal vez entonces, habrían tenido sentido sus enormes esfuerzos en los años 20 y 30 por engrandecer
a la Marina de Alemania a espaldas de los vencedores
de la Primera Guerra Mundial con objeto de colocarla en la órbita de las verdaderas potencias coloniales
como eran Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos o
Japón. En la práctica, el auge de todas estas actividades ilegales de aumento desmesurado de los límites
navales marcados por el Tratado de Versalles1, cayó en
manos de la maquinaria totalitaria nacionalsocialista
sin remisión.
Sin embargo, y a pesar de sus esfuerzos para
deshacerse de la sofocante máquina del partido nazi,
de esquivar a Hitler con notable éxito en multitud de
ocasiones y, sobre todo, de tejer una magnífica conexión con los aliados, antes y durante la guerra, para
llegar a la paz, a pesar de ello, considero el deber de
vencer la tentación de presentar al Almirante Canaris
Pero, la historia de su vida, además de conformar
una apasionante aventura plena de ansiedad, lucha y
compromiso moral, con el enigmático ingrediente del
hermetismo propio de las personas que han llevado
su vida por el angosto y arriesgado sendero de la doble vida y el espionaje, además de ello, digo, posee
un grandioso detalle que no escapa a cualquier buen
conocedor de la figura del Almirante y éste fue su gran
afinidad con España y su fuerte y poderosa relación
con la idiosincrasia del pueblo español, al que conocía
y apreciaba a partes iguales. Realmente, llegó a ser
un estupendo conocedor de la cultura hispana y del
marcado carácter emotivo y acogedor de sus gentes,
pero también de las limitaciones de sus políticos o las
carencias de su economía. En esta disección del personaje habrá que hacer un paréntesis a propósito de
su relación con el dictador español Francisco Franco2,
con quien tuvo una más que correcta amistad que
incluso rayaba en el aprecio mutuo, algo que jamás
tuvo con ninguno de los grandes jerarcas nazis, gente
como Goering, Himmler, Heydrich, Goebbels, Ribbentrop o el mismo Hitler, a los cuales detestaba. Quizá la
raíz latina de su familia paterna tuviera algún gen que
moldeara la habitual frialdad y fidelidad incondicional
del alemán e hicieran de él la persona sensible, inteligente, con fino humor3, pero intrigante que resultó
ser. En el plano físico era de estatura baja y de tez
tostada, lejos del estereotipo del alemán alto y de piel
blanca.
De pequeño, Wilhelm Canaris destacaba por su
enorme astucia y gran capacidad observadora, no
en vano fue apodado por sus compañeros de clase
como el “mirón”. En su juventud, un viaje familiar en
barco por el Mediterráneo le despierta una peculiar
pasión por el mar y los buques; tanto es así que lucha
contra viento y marea con su padre para ingresar en
la Marina, cosa esta que ocurre a la muerte de su
progenitor en 1904. El arrogante Karl Canaris no creía
propicio que el joven Wilhelm se hiciera militar de profesión y en caso de una fuerte convicción del chico,
esperaba que al menos ingresara en un regimiento de
Caballería donde figuraba gran parte de la noble élite
prusiana de principios de siglo. En la Academia Naval
de Kiel, principal base de operaciones de la Marina
Imperial Alemana, fue un alumno brillante que además dominaba varias lenguas, a causa de sus estudios
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de Granada
en Inglés y Francés, pero también debido a su aprendizaje en los diferentes lugares que visitaba en sus
viajes de adiestramiento. Hasta 1912 hace instrucción
en diversos buques y torpederas del Mar del Norte y
más tarde se incorporó al crucero de guerra “Dresden”
con algunas importantes misiones negociadoras; en
ellas parece que se empapa de la importancia de la
diplomacia en el Mediterráneo y Oriente Medio.
La Gran Guerra
Pero su vida cambia por completo en el verano de
1914 a raíz de una operación de rescate en Tampico,
México, a bordo del crucero ligero Dresden, donde
ostentaba el rango de Subteniente de Informaciones.
Los rebeldes mexicanos hostigaban a la ciudad donde
se refugiaba el presidente Huerta, y unos cuantos barcos de distintos países esperaban mar adentro ante
la amenaza de los sublevados de verter combustible
de la refinería cercana al mar e incendiarlo en caso de
rescate a las fuerzas del presidente. El buque alemán,
que igual que los demás, sólo pretendía poner a buen
recaudo a los ciudadanos de su país amenazados en
tan agonizante situación, remontó el cauce del río
hasta la ciudad y pudo llevar a cabo con éxito su misión. A la vuelta, el Dresden debía regresar a Europa,
pero justo entonces estalla la Primera Guerra Mundial,
prendida por la mecha de los siempre conflictivos Balcanes. En ese momento se ordena al buque unirse a
la flota del Almirante Von Spee que se dirigía hacia el
PRISMA CULTURAL
Atlántico Sur desde las colonias alemanas del Índico.
En la Isla de Pascua hacen los alemanes recuento de
sus efectivos en hombres y barcos, y deciden atacar
a la flota inglesa, saliendo a su encuentro. El primer
combate cerca de las Islas Coronel frente a la costa
chilena es un rotundo éxito teutón en el que hunden dos cruceros ingleses y ponen en fuga a otros
dos más; pero, envalentonados por ello, deciden que
la flota (compuesta por dos acorazados y tres cruceros) intente sorprender a los británicos junto a las Islas Malvinas, Base Naval Inglesa de Operaciones en
el Atlántico Sur. En este caso, los ingleses esperaban
con ansiedad que su presa se metiera en la boca del
lobo e infringieron a los alemanes una severa derrota,
hundiendo todos sus buques menos uno, el Dresden,
que gracias a la potencia de sus turbinas logra huir
en dirección a las costas y fiordos de la Patagonia chilena. Corría el mes de diciembre de 1914 y Wilhelm
Canaris estaba a punto de empezar su larga historia
de peripecias.
Durante tres meses, el barco alemán burla la caza
a la que le somete más de la mitad de la Flota Inglesa
del Sur, temerosa esta de dejar que un solo buque
enemigo amenazara las líneas marítimas de comunicación y suministro de materias primas, tan necesarias
para el Gobierno de su Majestad ahora que comenzaba el esfuerzo bélico en Europa y dado que el pulso
de fuerzas era tan igualado. Ese quebradero de cabeza que supuso para la Royal Navy la búsqueda del
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Revista del
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PRISMA CULTURAL
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de Granada
yes Marítimas Internacionales, que determinaban que
un buque de un país en guerra estaba a salvo en las
aguas territoriales de otro declarado neutral, como era
el caso de Chile. El Glasgow no hizo caso y antes de
intentar bombardearlo, los alemanes explosionaron
las cargas de dinamita para hundirlo con honor. Todos
los tripulantes habían tenido tiempo de desembarcar
en tierra y fueron confinados por el Gobierno de Chile
en una isla cercana a la localidad chilena de Concepción. La aventura había terminado y todo el mundo
estaba contento; los ingleses por fin podían respirar
tranquilos y enviar buques de guerra de esa zona al
más necesario teatro bélico europeo; y los alemanes
habían salvado sus vidas y consiguieron entorpecer
durante bastante tiempo al perplejo Alto Mando de la
Royal Navy e incluso al First Sea Lord, Jackie Fisher.
Dresden no hubiera sido posible sin el excelente trabajo de desinformación propiciado por el joven suboficial de informaciones Wilhelm Canaris, que introdujo constantes trucos y añagazas mediante telegramas
falsos dirigidos a inexistentes barcos de enlace o a
supuestas carboneras de suministro de combustible.
En el instante en que los ingleses recibían determinados cables con posiciones falsas, tenían que comprobarlo y en hacerlo perdieron todo el tiempo. Más aún,
Wilhelm, mezclaba informaciones falsas con ciertas
para desconcertar al enemigo y que este tuviera que
comprobar cada una de las pistas sobre la posición y
latitud del buque huido. La interminable red de fiordos chilenos sirvió perfectamente como madriguera
y, para rematar la faena, los Servicios de Información
ingleses, que buscaban contactos en las inhóspitas
islas de la zona, encontraron verdaderos problemas
para hallar personas que pudieran divisar al barco en
cuestión. Al fin, en marzo de 1915, los alemanes son
divisados por el HMS Glasgow en la Isla Mas a Tierra del archipiélago de las Juan Fernández, justo en
el epílogo de su escapatoria cuando se encontraba
ya aprovisionado de víveres y combustible para desaparecer del cerco inglés. La tripulación salvó la vida
por una treta más de Canaris que buscó conferenciar
con el buque inglés, dados los términos de las Le-
El joven Canaris, experto en las dotes del engaño,
también había podido aprender un aceptable “castellano” durante sus diversos viajes por Sudamérica, lo
cual le hizo acreedor a una nueva aventura, esta otra
en solitario. Como quiera que su físico podría pasar
desapercibido en un país como Chile, huyó del confinamiento en el islote y buscó el contacto de una
amiga chilena de ascendencia alemana en Concepción; llegó a su casa vestido con un elegante abrigo
de la mejor lana europea y salió de allí camuflado de
mendigo. A través de ocho largos meses atravesó la
Cordillera de los Andes desde Santiago de Chile hasta Buenos Aires, por ferrocarril, carruaje, a caballo, en
trasbordador y a pié, llegando a la casa Von Bulow, su
contacto alemán de Buenos Aires, exhausto y desvalido. Con un pasaporte falso a nombre de Reed Rosas, un viudo chileno que viaja a Holanda para recibir
una herencia de su madre inglesa, se embarca en un
transporte holandés, pero por culpa de la guerra, es
desviado por Gran Bretaña de su ruta original hacia el
puerto inglés de Plymouth. Su estrategia de hacerse
amigos ingleses dentro del barco le reportó un beneficio inesperado, cuando la policía inglesa le requiere el pasaporte; usando a sus nuevas amistades del
barco logra evitar el último escollo antes de regresar
al puerto de Rotterdam, ya fuera de peligro. Al llegar
a Alemania, se le condecora por el honroso hundimiento del Dresden, pero sin embargo muy pocos
tomaron en cuenta lo que este arriesgado hombre
había conseguido hacer para regresar a su patria. Uno
de los que sí dio importancia a este hecho fue el Jefe
del incipiente Servicio de Espionaje III-B, el Coronel
Nicolai, quien para captarle, hace acopio de su impresionante expediente y le envía a España en una
Revista del
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de Granada
misión igualmente peligrosa, pero a la vez demasiado relevante para ponerla en manos de un espía al
uso. El objetivo era buscar apoyos españoles para que
los submarinos alemanes del Mediterráneo pudieran aprovisionarse en las costas de las Islas Baleares,
ahora que Italia había cambiado de bando y volcado
el equilibrio de fuerzas del Mediterráneo en favor de
la Entente Franco-Británica. Pero Wilhelm, algo reacio
hacia esta nueva misión, termina aceptando y llega,
en la primavera de 1916 a Madrid con el nombre de
Reed Rosas en su pasaporte. En principio, el Teniente Canaris vigila desde Algeciras la Base de Gibraltar
y viaja por numerosas ciudades españolas buscando
los apoyos en España que el Kaiser Guillermo y el
Mariscal Luddendorff le pedían al Coronel Nicolai. Los
rostros que buscaba tenían nombre y apellidos y eran
Horacio Echevarrieta, el banquero y naviero más importante, que además pasaba por ser la fortuna más
grande en España, y sobre todo el insigne hombre de
negocios Juan March con el que llegó a trabar Wilhelm
Canaris una profunda amistad y respeto.
El empresario mallorquín puso a un ejército de
contrabandistas a actuar y aprovisionó con todos sus
PRISMA CULTURAL
suministros disponibles a los sumergibles de Alemania
que surcaban los alrededores de las Islas Baleares. Lo
hacía por medio de un acuerdo comercial beneficioso
para ambos, debido al más que probable trato hecho,
por el cual la Marina Imperial Alemana, encargaría la
construcción de barcos en los astilleros españoles y
ello lo pagarían los bancos alemanes en el más estricto secreto.
A nuestro Reed Rosas no le agradaba la guerra,
pero flirteaba con las corrientes europeas del comercio armamentista exclusivamente motivado por el engrandecimiento del potencial de la Marina Alemana,
algo esto, que le permitiera al Imperio defender sus
colonias con honor y entereza, tal y como lo hacía la
Armada Británica, a la que Wilhelm Canaris admiraba
profundamente. En aquellos momentos, las embajadas británica, francesa y alemana en Madrid echaban
humo y eran grandes nidos de espías. En el transcurso de una delación, la identidad y cometido de Reed
Rosas fueron descubiertos, teniendo que huir apresuradamente en tren. Utiliza como excusa de su viaje a
Suiza, una cuestión de salud, pero a punto de pasar
la frontera italo-suiza, le apresa la policía italiana y le
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Revista del
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PRISMA CULTURAL
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de Granada
envía a una fría cárcel de los Alpes junto a su compañero de viaje, un sacerdote español quien le ayudaría
a salir del atolladero con su influencia vaticana y los
contactos españoles de Rosas. Después de presiones
a distintos niveles, los italianos toman una decisión
salomónica; colocan a Canaris en un barco español
con rumbo a Cartagena, pero con la condición de que
la nave debe atracar antes en Marsella para que los
franceses comprueben que en verdad no se trataba
de la identidad de un espía. El poder de persuasión de
Canaris se pone de nuevo en marcha, y termina por
desahogarse con el capitán del barco español, revelándole que lo que de verdad le espera en Marsella es
la ejecución por espionaje, tal y como sucedería con
Mata-Hari unos meses después en París. El resultado
es que el barco le lleva a Cartagena sin hacer escala
en Marsella. Durante los meses posteriores, Reed Rosas se percata que la guerra se recrudece y empieza
a perder toda ética, cuando conoce que desde Berlín
se mandan a España ampollas de cristal de carbunco, unas bacterias mortales para envenenamientos
masivos de aguas en la frontera luso-española con la
intención de dificultar las comunicaciones entre portugueses y aliados. El hecho en sí nunca se llegaría a
producir pero, a causa de ello, decide Rosas abandonar la misión y regresar a toda costa a Alemania a un
puesto cualquiera en la Marina. La respuesta de Berlín
es “no”, pero ante la insistencia de Rosas se manda
un submarino para recogerle y de nuevo tiene lugar
una aparatosa y arriesgada huída frente a las costas de
las islas Baleares con un buque francés que, en sus
mismas narices, no puede evitar el enlace del Señor
Rosas con la nave alemana, deslumbrado por la luz
cegadora del sol.
El fin de un Imperio
Al llegar al puerto austriaco de Cattaro se le concede
la Cruz de Hierro de Primera Clase por la peligrosa
Revista del
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de Granada
PRISMA CULTURAL
difícilmente podía controlar la, heredada por la guerra,
carencia de recursos económicos, la descontrolada
inflación y los desórdenes sociales creados por los
rebeldes espartaquistas Karl Liebnecht y Rosa Luxemburgo, quienes pretendían instaurar en Alemania la
misma República Socialista que Lenin había creado
en Rusia. Estos líderes son asesinados en una rápida
acción llevada a cabo por compañeros de armas de
Canaris, cuando él, ignorando la trama criminal, estaba de viaje por el Sur de Alemania. Como todos los
imputados en la causa son detenidos, para más tarde
salir en libertad, surgen duras críticas, por parcialidad
en favor de los acusados, hacia uno de los asesores
del Consejo de Guerra, que no es otro que Wilhelm
Canaris. Esto le cuesta el arresto por unos días.
misión llevada a cabo y el Teniente Canaris decide
que se hará de nuevo a la mar, esta vez aprendiendo
a pilotar un submarino. Antes de que acabe la guerra
llega a ser Comandante de su propio sumergible, obteniendo numerosos éxitos en aguas del Mediterráneo. Al acabar el conflicto, en noviembre de 1918, lo
que debería resultar algo alegre para él, se convierte
en frustrante y desagradable; cuando llegan las naves alemanas al puerto de Kiel, ve ondear en todos
los buques atracados la bandera roja de una rebelión
comunista, la cual, había convertido en desorden, incendio, saqueo y asesinato los restos y despojos de
la Marina Imperial. Es en esta época, cuando el joven
Canaris se vuelve un anticomunista impenitente y, con
el rango de Capitán de Corbeta, hace una pequeña y
delicada incursión en la política durante 1919. En el
nuevo curso para Alemania, iniciado por la República
de Weimar, ostentaba cargos de Oficial de enlace y
consejero del Ministro de Interior Gustav Noske. Son
años muy complicados para Alemania y esta nación,
La débil República de Weimar aspiraba a molestar
lo mínimo al descontento Ejército, así que proliferaban
los pustch militares para imponer el orden. En uno de
ellos se ve envuelto nuestro hombre a causa del dilema de decidir entre el Ejército, al que pertenece, y el
Ministro, a quien representa. Elige lo primero y cuando
el intento se frustra es encerrado en una celda del
Presidium de Berlín durante unos días. Desilusionado
por la inestabilidad política y económica que vive la
República, nuestro amigo vuelve a un puesto naval en
Kiel, con la misión de restaurar la normalidad en una
Base Naval desmoralizada y paralizada por el desorden. Entre 1920 y 1923, la bipolarización de la política en Alemania era un hecho y las luchas callejeras
entre comunistas y nacionalistas, detractores ambos
de la República, se radicalizaron. En ese entorno de
confrontación, había surgido una alternativa fanática
y violenta que contrastaba con la frialdad y desinterés
con el que la República de Weimar observaba las, vergonzosas para Alemania, indemnizaciones de guerra
del Tratado de Versalles; era el partido Nacionalsocialista de los Trabajadores de Adolf Hitler, el NDASP.
En 1922, nuestro personaje conoce, como Comandante de un Buque-escuela, a un inteligente cadete llamado Reinhard Heydrich, que sería quince años
después su peor enemigo, el temido Gruppenfuhrer
SS que puso en funcionamiento la infame maquinaria
nazi de la Solución Final para la cuestión judía. Posteriormente, el joven fue expulsado con deshonor de la
Marina por un lío de faldas, justo cuando mejor futuro
le presagiaba su propio Comandante. Sin embargo,
un tiempo después, se alistaría en la nueva Policía SS,
donde años más tarde se haría indispensable mano
derecha del Reichfuhrer SS Heinrich Himmler.
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Revista del
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PRISMA CULTURAL
Nuevos tiempos
Wilhelm Canaris, con el transcurrir de los años y el
ascenso del Nazismo en 1933, se encontró atrapado
entre un régimen político agotado como la República de Weimar, a la que no estimaba, y la dictadura
de un partido excluyente, violento y racista al que
detestaba. En un principio pensó que tal vez ese régimen sería tan sólo una digresión en la historia de
Alemania, algo que garantizaría un milagro económico y que más tarde, la población alemana, mayor
de edad, no tardaría en dar la espalda. Sin embargo,
estaba menospreciando la capacidad intimidatoria
que sobre la población tendría el aparato nazi y sus
instrumentos de represión, las Tropas de Asalto SA, y
más tarde las SS.
En su retiro báltico de las playas de Swinemunde, donde comandaba la Base Naval Oriental, el
nuevo Kapitan zur see Canaris, recibe la propuesta
de su amigo, Conrad Patzig, de hacerse cargo de la
Jefatura del Servicio Secreto Militar alemán, que este
mismo ostentaba, por su impotencia para hacer entrar en cintura al SD y la Gestapo de Heydrich que
se inmiscuían constantemente en su cometido. En
enero de 1935 jura su cargo de Jefe del Abwehr,
uno de los cinco servicios secretos con que entonces
contaba el III Reich. Jamás Canaris tuvo la inconsistencia moral de dudar entre un juramento dado a
una persona (Hitler) o a una Patria (Alemania); es
decir, a su Patria no la traicionaría jamás, pero a Hitler lo haría desde el principio, viéndose obligado a
conspirar contra él.
Con el tiempo y una reunión con Heydrich, consigue separar las funciones de su Servicio Secreto, con
objeto de que ni siquiera la Gestapo, de la que odiaba
sus métodos, pudiera colarse en su cometido. También, desde el principio crea un clima en su Servicio
de oficiales antinazis y ello convertirá a su edificio en
un nido de disidentes contra el régimen. Por último,
potenciará el Abwehr de modo que lo convertirá en
el más importante Servicio Secreto de Alemania con
una red de agentes por todo el mundo que superaría
los 50.000. Sin embargo, pronto se dará cuenta que
el verdadero enemigo lo tiene en la casa de al lado y
es que Reinhard Heydrich, su azote desde su llegada
a Berlín, no solo domina al SD y la Gestapo rivales del
Abwehr, sino que se traslada a vivir a una mansión
berlinesa colindante a la suya para tenerle vigilado e
infundirle el temor a ser descubierto por el feroz y
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de Granada
despiadado servicio de seguridad que comandaba y
con el que campaba a sus anchas por el Reich, deteniendo y torturando.
En julio de 1936 se desata la rebelión contra la
República en España, pero desde el primer momento fracasa en Madrid y Barcelona. El Ejército de África del General Franco está inmovilizado en territorio
marroquí por lo que necesita aviones de transporte
para disponer sus tropas al otro lado del estrecho.
El Jefe del Abwehr es uno de los primeros en saber del levantamiento y ya preveía su desencadenamiento debido al profundo conocimiento que tenía
de muchos de los militares españoles, con quienes
había coincidido muchas veces (desde otra época
incluso) y sobre todo por la desesperada, violenta
y quebradiza situación social que reinaba en España. Los jerifaltes nazis disfrutaban en el festival de
Wagner de Bayreuth, mientras una comisión española encabezada por el Capitán Arranz llegaba allí
para demandarles ayuda con una carta redactada
por Franco. La posición general del departamento
político nazi expresada por Dieckhoff fue clara desde
el principio; nada de entregar armas a los rebeldes
que supusiera comprometer los intereses comerciales alemanes en España. Y el Ministro alemán de
Exteriores ratificaba esa idea. De madrugada, Hitler
reune al Mariscal de la Luftwaffe Hermann Goering,
al ministro de la guerra, el Mariscal Von Blomberg
y al Jefe del Servicio Secreto Wilhelm Canaris. A la
pregunta de Hitler de “¿qué hacemos?”, ni Goering
ni Blomberg estaban decididos a defender la posición de los sublevados españoles, debido a que
para ellos, era mucho más importante no tomar riesgos ahora que habían recuperado Renania, y añadir
esto, podría conllevar dificultades con Francia e Inglaterra. Sin embargo, ocurrió que Canaris hizo un
retrato muy halagador de Franco, diciendo que era
un hombre excepcional de personalidad cautivadora
que incluso pintaba para calmar sus nervios. Un General inteligente, prudente y pragmático que admiraba los valores de la disciplina y el orden y que con
33 años había llegado a ser el General más joven
de Europa después de Napoleón. Para rematar dijo
que la única posibilidad de los rebeldes de que no
se instaurara el comunismo soviético en España era
ayudarle, ya que la industria y la riqueza de su país
aún estaba en manos de los rojos. Se guarda de
decirles que Franco no siente ninguna simpatía por
el Nacionalsocialismo y que no aprueba las leyes
raciales de Nuremberg.
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de Granada
Hitler quedó impresionado por su exposición
y, aunque seguía teniendo dudas, se inclinó por dar
una ayuda discreta y limitada a pesar de que sus dos
acólitos no veían claro que el único beneficio para tal
empresa fuese la puesta a prueba de los nuevos aviones y el entrenamiento de los jóvenes pilotos alemanes. Días después, se destinaron a Marruecos veinte
aviones de transporte Junkers 52 y séis cazas Heinkel
51 con los correspondientes suministros de piezas de
recambio. A partir de entonces, Canaris se convertirá
en el hombre indispensable para encaminar las relaciones de Alemania con la España de Franco.
La primera conversación entre Franco y Canaris
desde el pronunciamiento, tiene lugar los primeros
días de Octubre de 1936 en el Palacio Episcopal de
Salamanca. El alemán viajó hasta allí en un avión de
transporte, entre bidones de gasolina y con pasaporte
argentino a nombre de Juan Guillermo. Al llegar a la
ciudad española es invitado a almorzar y en la mesa
solo se habla del estado optimista de a guerra tras la
liberación de Toledo y la preparación de la inminente
ofensiva hacia Madrid. Pero hasta que Canaris no se
queda a solas con el General Franco no le expresa sus
dudas con respecto al balance de la situación. Le informa de que, según sus agentes, la ayuda extranjera a la
República es enorme; tanques, armas, aviones y municiones no cesan de llegar desde Francia y la URSS
a los puertos republicanos del Mediterráneo. Además,
se refuerzan con 50.000 voluntarios de las Brigadas
Internacionales, prestos a intervenir, por lo que insiste
a Franco que debe pedir más ayuda a Roma y Berlín
para equipar considerablemente a su Ejército.
PRISMA CULTURAL
Sin embargo, el alemán se percata pronto de
que a Franco no le agrada demasiado la idea de
depender de nadie. Le comunica, por un lado que
no debe temer por la independencia de su pueblo
porque está garantizada y que Alemania no le pedirá nada que pueda perjudicarla. Pero, por otro, le
traslada la preocupación de la Wehrmacht, porque
la creciente llegada de ingentes suministros a los republicanos llegue a comprometer a los Nacionales
no solo el resultado global de la contienda sino hasta los resultados ya obtenidos por Franco. La guerra
se está llevando de modo demasiado vacilante, se
cree desde Alemania. Sin embargo, el Generalísimo
le responde que su idea no es la de exterminar al
enemigo, ni arrasar sus ciudades ya que a ese pueblo exterminado y a esas ciudades destruidas tendrá que gobernar cuando acabe la guerra. Canaris
entiende muy bien y aplaude la delicadeza con su
pueblo, pero le recuerda que tan pronto tome la capital tendrá el reconocimiento hacia su gobierno de
Alemania, Italia y Portugal. El General Franco acaba,
suplicando al Jefe del Abwehr, que no le obliguen a
precipitarse y vencer a toda marcha, lo que significaría la muerte de más españoles de la cuenta. El encuentro acaba en tablas porque Franco consigue que
Canaris le apoye contra los dirigentes nazis cuando
estos amenacen con abandonarle e incluso defendería la idea del dictador de que la ayuda alemana
se supeditara al mando único que representaba el
mismo Franco; y Canaris, consigue que Franco pida
más ayuda, tanto humana como material, a Italia y
Alemania, lo que a la larga sería crucial para que los
Nacionales ganasen la guerra
El Tratado de Versalles firmado por Alemania y las potencias vencidas en la Primera Guerra Mundial, ante los aliados, contenía numerosas
cláusulas abusivas tanto en el ámbito económico (desproporcionadas indemnizaciones de guerra) como en el ámbito territorial (grandes
posesiones perdidas por Alemania o puestas bajo dominio francés, además del desguace de su imperio colonial). En la esfera militar, Alemania
se vio desprovista de la mayor parte de su Ejército y hubo de entregar a las comisiones aliadas toda su maquinaria bélica terrestre, aérea, artillera
y naval. En lo que concierne a esta última, todos los barcos construidos por Alemania, únicamente para la defensa de sus costas, debían pasar
exhaustivos controles por parte de la Comisión de Control Naval de los Aliados. Se entregaron a Inglaterra la mayoría de sus buques y la totalidad
de sus submarinos y la dotación de personal naval se redujo a 15.000 hombres, incluido oficiales. Canaris no tardó en contactar con Basil Zaharoff,
un importante y enigmático armamentista que conoció en España, con el que consigue armar un modo de burlar esa humillante castración que
lastró el futuro y la dignidad naval alemana.
2
El Almirante tenía en su escritorio una foto dedicada del General Franco y veía en él a alguien honrado, astuto y prudente; sin embargo según
dice Richard Bassett, advirtió a éste de los peligros de la dictadura en estos términos “si le entiendo bien, España será una Monarquía sin monarca
y por tanto Vd. será un Rey sin corona. Pero, ¿No existen en esta, vuestra particular forma de totalitarismo, riesgos similares a lo que yo he podido
detectar en Alemania?”
3
Quienes le conocieron bien, decían que Wilhelm Canaris mantenía su buen humor a pesar de la tensión que exigiera el momento. En cierta
ocasión, dialogaba el Almirante con un General de aviación, quien le anuncia en tono de superioridad, que los ingleses caerán bajo el fuego de la
Luftwaffe en un espacio de tiempo de seis semanas. Pero Canaris le interrumpe “Nada de eso. Parece ser que el Fuhrer no les da más de quince
días. Y el Fuhrer siempre tiene razón”. En otra circunstancia, el Almirante viajaba por una estrecha carretera de Castilla junto a sus más estrechos
colaboradores del Abwehr. De repente una manada de cabras se cruza por el camino y el coche se detiene delante del rebaño. Entonces, Canaris
se baja e insiste en que todos lo hagan también. Se cuadra y hace el saludo nazi con el brazo en alto y los demás le imitan. Cuando, ante el
asombro del pastor, le preguntan sus compañeros porqué lo hacían, él les dice “Quien sabe, podría ir en el rebaño algún General de nuestro Alto
Mando”.
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Revista del
Ilustre Colegio de Abogados
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de Granada
a disfrutar
a disfrutar
la receta
Huevos sobre puré y roquefort
Pablo Amate
Miembro de la Academia Española de Gastronomía y de la Real Academia de
Veterinaria de Andalucía Oriental
Director del Curso de Gastronomía, Enología y Nutrición del Centro Mediterráneo
de la Universidad de Granada
Miembro de la APM y FAPE
S
on muchos los que piensan que al escribir mi columna diaria en las cinco ediciones del periódico
IDEAL, diario regional de Andalucía, oficio de cocinero o tengo un restaurante. Craso error. Yo lo que soy es
critico gastronómico de IDEAL, y de una famosa guía gastronómica, entre otros medios de comunicación nacionales, donde trabajo. Por eso, como comensal, quizás más
“chinchoso”, les propongo a esta letrada audiencia que,
igual que yo, se animen y cuenten su experiencia personal y particular coquinaria. Elaborar algún plato en casa,
o en el Corpus, donde he visto a queridos y afamados
juristas darle a los pucheros con gran soltura y calidad, es
un ejerció relajante, no exento de felicidad y hedonismo.
Que en los tiempos que corren, es mucho.
Huevos sobre puré y roquefort
Ingredientes
4 huevos.
Aceite de oliva virgen extra Hojiblanca
100 g de puré de patatas.
200 g de queso Roquefort.
1 decilitro de leche
Elaboración
Escalfar los huevos con agua hirviendo, sal y un chorrito de vinagre. Con ayuda de la espumadera envolvemos la yema con la clara y sacamos cuando se
hayan cuajado la clara alrededor de la yema. Reservar en caliente. Deshacer el queso roquefort con la
leche muy caliente. Reservar. Hacer el puré de patatas y colocar los huevos sobre puré caliente y por
encima del huevo salseamos con la emulsión del
queso roquefort. Acompañamos unas patatas pajas
fritas. Ojo con el uso de la sal, pues el queso azul,
aporta la suya.
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A DISFRUTAR
de Granada
Recetas de letrados... Manuel Martín Vargas
Potaje de garbanzos con bacalao
Y de postre...
Ingredientes
- Un bote de garbanzos remojados (400 gr.) o tres
puñados de garbanzos secos y los ponéis en remojo
la noche anterior.
- Unos 200 gramos de bacalao ya desalado (en remojo al menos 24 horas y con varios cambios de agua)
desmigajado (migajas no demasiado pequeñas)
- Unos 100 gramos de espinacas troceadas
- Un par de pimientos choriceros
- Unas almendras (10 o 12)
- Una pizca (generosa) de comino
- Un diente de ajo
- Un chorreón de vinagre
Para el postre os sugiero uno muy sencillo y con un
resultado muy vistoso, se trata del llamado PAN DE
CALATRAVA o como le dicen en algunos pueblos del
cinturón de Granada PAN DE PERDIZ.
Elaboración
Poner en una olla exprés los garbanzos, junto con las
espinacas y los pimientos choriceros, cubrir someramente de agua y cocer durante unos 20 minutos (según el tipo de garbanzo que utilicéis, si usáis secos
remojados darles de 5 a 10 minutos más).
Tras lo anterior y una vez se pueda abrir la olla,
sacar los pimientos, abrirlos y “rasparle” la carne que
tienen en el interior y echarla en un mortero.
Añadir al mortero las almendras previamente fritas, el pellizco de comino, el diente de ajo y el chorreón de vinagre y majarlo todo.
Volcar el majado en la olla y con esta destapada
volver a hervir unos minutos a fin de que se liguen los
sabores y en su caso rectificar de sal (si para vuestro
gusto, lo encontráis “bajo” de sabor, le podéis añadir
en lugar de sal una pastilla de caldo de pescado).
Este plato se suele servir picando un poco de
huevo duro sobre el.
Ingredientes
- Medio litro de leche
- 5 huevos
- 150 gramos de azúcar
- 3 magdalenas
- La corteza de un limón
- Un palo de canela
- Una vaina de vainilla (sirve también una cucharilla
de azúcar vainillada, que se encuentra en cualquier
supermercado y sale mucho más económica)
Elaboración
Poner a hervir la leche con el palo de canela, la vainilla ( o el azúcar vainillada ) , la corteza de limón y el
azúcar. Cuando hierva dejar que se enfríe un poco y
colar la leche vaciándola en otro recipiente en el que
se puedan batir los huevos.
Añadir a la leche (una vez este templada) los 5
huevos enteros y batir con el brazo batidor.
Caramelizar un molde del tamaño adecuado y
volcar la mezcla de leche y huevos.
Desmenuzar con las manos las magdalenas, sobre la mezcla (que se empapen las migas de magdalena -si hace falta le ayudáis suavemente con una
cucharilla-)
Ponerlo a cocer al baño maría en el horno durante una hora a fuego medio (180 grados).
Transcurrido ese tiempo dejar enfriar (y después
lo guardáis en el frigorífico) y cuando este totalmente
frío, volcar en una fuente.
Si queréis lo podéis decorar con guindas, frutas
en almíbar, etc. (si lo hacéis tened cuidado con la forma de colocar la fruta que después a la hora de cortar
y repartir el pastel es un problema)
Envíe sus recetas a [email protected]
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de Granada
colaboraciones
colaboraciones
colaboraciones
Vitorino
R. Álvarez de Morales
Abogado
In memoriam
Ilmo. Sr. D. Carlos de Valdivia Pizcueta
Presidente da la Sala 5ª de esta
Audiencia Provincial
D
etenido un ciervo escapado de un núcleo zoológico existente en un coto de caza, “bautizado” bajo
el nombre que sirve de enunciado, ante la negativa del capturador a devolver el mismo a su legítimo
dueño, el hecho da lugar, en definitiva, a la promoción
de un proceso civil que inicia éste para recuperación de
la res.
La peculiaridad del caso, la escasa jurisprudencia
en la materia y, fundamentalmente, por lo que ahora
aquí interesa, el enjuiciamiento amplio de la cuestión
por la sentencia que pone fin al mismo definitivamente (objeto de amplia difusión en su momento en las
revistas especializadas), en tiempos de “sequía” argumental en las resoluciones judiciales, y la indudable
proyección que en Derecho tiene la misma, ya serían
suficientes para dar a la luz estas líneas, cuando, además, hoy encuentran perfecta oportunidad con la falta
de quien fuera su ponente.
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de Granada
Ante el planteamiento de demanda en que se
ejercita acción reivindicatoria sobre la res, el capturador demandado, circunscribe su defensa a una
simplista y limitada argumentación, amparada exclusivamente en el transcurso del plazo de veinte días
que establece el art. 612 del CC para ocupación de
animales amansados, al pretender haber recobrado aquélla su primitiva libertad, y, en consecuencia,
tratarse de “res nullius”, siquiera no sólo acepte la
propiedad de la res por el titular del dominio; la retención de su parte de aquella aun consciente de
tal hecho; y que su actitud sólo es debida a la idea
de aparearlo, buscando a tal fin una cierva, cuando
echase los cuernos.
Ya la sentencia de primera instancia, al estimar la
demanda, ordenando restituir el animal, por estimar la
acción reivindicatoria ejercitada, y condenando en costas al demandado, al rechazar tal postura mantenida por
el mismo, señala, acertadamente como base de su decisión, dos argumentos irrefutables, el primero, falta de
buena fe en el demandado, que ya cierra el camino a su
COLABORACIONES
alegación puesto que al constarle la existencia de dueño
de la res y el carácter amansado de ésta, su detentación,
durante el tiempo que duró, no es determinante de la
adquisición del dominio, sino una prolongación de la
titularidad de aquel, cuanto, en segundo lugar, y por si
algo faltara, hasta la falta del requisito específico del ánimo de hacer suya la cosa como propia, ante la idea de
retenerlo solo a los fines dichos.
En explícita concurrencia con dichos argumentos,
de los que parte y hace suyos, la de apelación, dictada como consecuencia del recurso interpuesto por
el capturador (en el que se vuelve, sencillamente, a
insistir en la argumentación ya mantenida en la instancia), confirma aquella íntegramente, imponiendo,
asimismo, las costas de la alzada al recurrente.
El hilo conductor de la argumentación que mantiene la doctrina que sirve a sentar esta resolución
está nucleado y de aquí ya sólo su importancia en
estos tiempos, de donde la procedencia de ponerlo
de manifiesto, ya propiciada por el citado infausto mo-
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Revista del
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COLABORACIONES
tivo que me hace traerla a colación, en una evidente
llamada a la ética social, la convivencia, los valores de
honradez, corrección, lealtad, y, en suma, el respeto
debido a las obligaciones, conceptos todos ellos bien
conocidos y ejercitados a todo lo largo de su carrera
por quien fue ejemplo de caballeros y de magistrados
íntegros, de aquí la facilidad de su empleo, que la
familiaridad con los mismos le daba.
A partir de aquí se va partiendo y aludiendo a una
serie de principios arquetípicos que vienen a conformar cómo debe ser el estado de obrar recto, de comportamiento personal, de mutuo respeto, en suma, de
conducta intachable, imprescindibles en la sociedad
civil y que dan sentido a la vida humana, entendida en
el marco de la justicia, no sólo positiva, sino natural,
dotando de contenido moral las apetencias humanas,
componiendo una convivencia exigible en toda relación plural, abriendo así las puertas a la razón, completando un pensamiento y dando aplicación práctica
al débito riguroso de tales valores.
Es un encuentro, pues, entre ética y filosofía,
acertadamente desarrollado en el marco de una disertación llevada a cabo en derecho, cuya imbricación, al final, permite obtener una conclusión que
sirve al jurista y hoy, por desgracia, bien cercana al
olvido: no cabe hacer un planteamiento simplista
del derecho, porque sus bases se nutren también
de las enseñanzas que todas aquellas, rectoras del
comportamiento humano, proporcionan, por lo que
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de Granada
resulta imposible particularizar el mismo sin un criterio previo de globalidad, tanto de la normativa legal
como de sus fuentes y materias afines cuando no
parentales, que ya sólo su figura, su finura de trato,
el hondo sentido del deber que le ha llevado, con los
obligados paréntesis impuestos por su enfermedad,
a permanecer en activo hasta el fin de sus días, da
la medida de la profundidad del sentir de un jurista
puesto al servicio de la comunidad.
Se puede afirmar de la sentencia que se abre
al aire de valores de muy escasa repercusión en estos tiempos, recordándolos y trayéndolos a colación,
sentando ejemplo de que su excepcionalidad debería
constituirse en lo “normal”, y, por ello, constituye, al
fin, una pieza que, por vía de sancionar lo que no se
debe hacer, da la medida de la Justicia, en la que Carlos siempre creyó, aplicándola siempre con equidad y
estricta observancia de sus principios.
Tras esa primera aproximación al “latir” de las sentencia, desde un punto de vista ya estrictamente legal, al señalar como la ocupación, modo originario de
adquirir el dominio, requiere en cuanto al sujeto que
toma posesión, de unos requisitos que, exquisitamente se analizan aplicándolos con rigor y que dan pié,
además, para que se puedan llevar a cabo reflexiones
sobre términos, conceptos, ideas relegadas ya casi a
la “teoría” del Derecho cuando no simplemente reducidos al recuerdo de los estudios de la Ciencia, dignificando el deber de juzgar.
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En primer lugar saltea el “ánimus domini”, cuyo
estudio ya preludia en este supuesto la inexistencia de
los requisitos que legitimaría la postura del capturador,
y que implica, ni más ni menos, que la intención de
poseer y conducirse como verdadero dueño.
El “elemento intencional”, caracterizado en el
“ánimus”, que se revela trascendental en la doctrina
del negocio jurídico en general, y, en particular, en la
“pérdida de la propiedad y posesión” de las cosas,
que solo tienen lugar por la tradición a otro ó por el
abandono hecho con ánimo de abdicar el dominio,
de ahí que “cosa perdida” no equivalga a “abandono”, dando entrada, a la distinción entre “res nullius”
y “res derelictae”, es argumentación que permite a la
sentencia, profundizando más en la cuestión, poner
de relieve, que la pretensión del capturador de estar
la res, semoviente, incursa en la primera de dichas
“cosas”, carece de sustento alguno.
El “abandono”, explica, término que procede del
latín derelictus, implica acción y efecto de dejar ó
desamparar, dimitir ó renunciar a personas ó cosas,
existiendo, también, cuando se hace dejación, por
propia voluntad u obligadamente. El abandono está
reflejado en el hecho que constituye la renuncia,
siquiera aquel sea más general y esta mas reducida, por cuanto el contenido u objeto de ambos es
diferente, al caber dejar todas las cosas cuando la
renuncia es invariable.
Dejando de lado los modos de producirse el
abandono, lo cierto y verdad, aclara, es que cuando
este no está suficientemente probado y evidente no
se pierde la relación ó dependencia que existe entre
el sujeto y el objeto del derecho.
El abandono, pues, concluye, es una postración
de la facultad anímica del hombre, lo mismo en el
sentido de adquirir un derecho, que en el de dejarlo,
y como no siempre la voluntad es manifiesta, la ley
consuma o da efectividad a la presunción del ánimo
dentro de un plazo determinado, presunción que ha
de resultar cierta, es decir no ser desmentida o anulada por la evidencia de no haber existido la intención
manifiesta en el sujeto pasivo que demuestre que las
omisiones constitutivas de la presunción fueron debidas a imposibilidad circunstancial o fortuita para
actuar, y, en este caso, se revierte el derecho a su
antiguo titular a pesar de haberse cumplido al plazo
señalado por la ley para la prescripción.
COLABORACIONES
Es más, una de las características de los “derechos reales”, es la facultad de persecución de la cosa
dondequiera que se halle. Nuestro derecho privado
positivo pasa a exponer a continuación que no se
refiere al abandono de animales especialmente y de
manera expresa, conteniendo sólo preceptos que,
mas ó menos directamente, se refieren a la cuestión y
que la doctrina comentada analiza y aplica en correcta
conjunción y en términos que son propios, por lo que
su alusión siquiera no haría sino incidir en argumentos
en aquellas ya expuestos para negar el “abandono”.
El abandono obliga y lleva de la mano, como
hace la sentencia, a aludir a la “buena fe”, puesto que
tal concepto en nuestro Derecho Civil vigente exige,
con respecto a la posesión, el desconocimiento o ignorancia de que en el título o modo de adquirir existe
un vacío que la invalide, refiriendo la creencia no solo
a la existencia de justo título, sino a la validez o eficacia del mismo. La buena fe en la posesión se basa,
pues, en una creencia lógica y aceptable que permite
suponer, mientras no se demuestre lo contrario, que
el dominio de la cosa fue adquirido hábilmente de
quien fuera su dueño. Se requiere, en consecuencia,
que la ignorancia del vicio que invalide el título de
adquisición se extienda de la misma forma al modo
de adquirir la posesión, de otra forma no cabe hablar
de buena fe, como, en consecuencia, y así lo razonan
aquellas, ocurre en este supuesto.
El “ius prohibendi”, puede servir de “cierre” a los
argumentos comentados de la sentencia, imponiendo
que se produzca la vuelta del venado a su propietario legítimo, en cuanto que la procedencia del animal,
integrado en núcleo zoológico correspondiente a un
coto de caza, hace que sólo pueda adquirirse por el
legítimo ejercicio de la caza, lo que abona la normativa
civil sobre conservación de la posesión, siendo inmune a su pérdida el “despojo”, lo que, en definitiva, lleva
a sentar que si el animal salió del poder del propietario sin ó contra su voluntad, este conserva su dominio
y podrá reivindicarla de quien la posea, aunque se
trate de poseedor de buena fe.
Si, pues, como queda dicho, y a modo de recapitulación, el detentador lo es de mala fe, conforme
él mismo reconoce al indicar la forma en que tomó
la posesión del animal, y, en todo caso, la circunstancia de su despojo impide, aunque la posesión lo
fuera de buena fe, el dominio de aquél, por lo que
el propietario conserva éste y puede reivindicarlo.
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Ilustre Colegio de Abogados
COLABORACIONES
de Granada
colaboraciones
La abogacía española en las organizaciones internacionales (I)
El Consejo de la Abogacía
Europea (CCBE)
E
l Consejo de la Abogacía Europea (CCBE) es una
asociación sin ánimo de lucro que representa, a
través de los Consejos de la Abogacía de los
31 Estados miembros y 6 miembros observadores, a
más de 750.000 abogados. CCBE se fundó en 1960,
tras la fundación de la Comunidad Europea por el
Tratado de Roma en 1957, como respuesta a los
problemas de aplicación del Tratado a la profesión
de abogado. Su leyenda dice que todo comenzó a
bordo de un barco suizo que navegaba el río Rin hacia Basilea con ocasión de un Congreso de la Unión
Internacional de Abogados (UIA). Aquella reunión
dio lugar a la primera convocatoria de las abogacías
de los seis Estados miembros de la entonces CEE
por la Unión Internacional, a principios del mes de
diciembre de 1960.
Entre sus logros más importantes, se encuentran
la negociación de las dos directivas sectoriales de libre circulación y libre establecimiento de abogados, la
creación de un Código Deontológico Europeo (asumido en su artículo primero por el Código Deontológico
de la Abogacía Española) y la creación de un carné
de abogado europeo. Hoy en día, CCBE cuenta con
el reconocimiento de los Colegios de Abogados y los
Consejos de Abogacías nacionales de ser el portavoz
de los abogados europeos ante las Instituciones europeas. El CCBE mantiene contactos institucionales
con los funcionarios de la Comisión Europea y con
los miembros y funcionarios del Parlamento Europeo
responsables de los asuntos que afectan a la Abogacía. Además, CCBE trabaja en estrecha colaboración
con otras organizaciones de abogados no europeas
y organismos internacionales. CCBE organiza o par-
Revista del
Ilustre Colegio de Abogados
COLABORACIONES
de Granada
CCBE puede ejercer cierta influencia en
la legislación de varias áreas de derecho
sustantivo, como el Derecho penal, el
Derecho civil (contractual, familia, etc.)
o el Derecho de sociedades. Además, el
Tribunal de Justicia de las Comunidades
Europeas y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos consultan periódicamente a CCBE sobre los cambios en las
normas de procedimiento.
ESTRUCTURA ADMINISTRATIVA
Secretariado
ticipa en una gran variedad de conferencias relativas
a temas jurídicos de actualidad como los seguros de
responsabilidad profesional, la seguridad social de
los abogados, o la evolución de la legislación sobre
tecnologías de la información. Estos acontecimientos
reúnen a destacados profesionales de la Justicia y representantes de los gobiernos de Europa, y es otra
manera de difundir nuevas políticas.
ESTRUCTURA OPERACIONAL
Comités de CCBE
La base del trabajo de CCBE se realiza desde comités
especializados y grupos de trabajo compuestos por
expertos designados por las delegaciones nacionales
que analizan e informan sobre numerosas áreas que
afectan a la Abogacía europea. Los temas tratados
incluyen la deontología, la libre competencia, la libre
circulación de abogados, el comercio internacional de
servicios jurídicos o los Derechos Humanos. En los últimos años, se han creado también grupos de trabajo
que abordan asuntos como el blanqueo de capitales,
la justicia gratuita, la solución alternativa de conflictos
o la responsabilidad social de las empresas. Estos comités y grupos de trabajo se reúnen varias veces al
año. Debido a las buenas relaciones que mantiene
con la Comisión Europea y el Parlamento Europeo,
El secretario general administra, a tiempo completo, la vida diaria de la organización a través de una Secretaría con
sede en Bruselas. La Secretaría General
cuenta con personal administrativo y con
asesores legales, abarcando todas las
áreas de interés dentro de la Abogacía
Europea. Actualmente, el secretario general de CCBE es Jonathan Goldsmith.
COMPOSICIÓN
Existen tres categorías de miembros de CCBE:
miembros, miembros asociados y miembros observadores. Todos los Consejos nacionales de la Abogacía de los veintisiete Estados miembros de la UE
y de los tres del Espacio Económico Europeo (Noruega, Liechtenstein e Islandia) son miembros de
CCBE, además de Suiza. Además, otros Colegios y
Consejos de la Abogacía de otros países europeos
son miembros asociados (países del Consejo de Europa en negociaciones oficiales con vistas a su adhesión a la Unión Europea) o miembros observadores
(otros países del Consejo de Europa). Los observadores también deben, al igual que los miembros de
pleno derecho, adherirse a los estatutos de CCBE y
adoptar su Código Deontológico. Cada delegación
nacional está compuesta como máximo por seis
personas, dependiendo del tamaño del país y de la
organización de su Abogacía. Los países asociados
u observadores están autorizados a tener un representante en las sesiones plenarias y a acudir a otras
reuniones de Comités a invitación del presidente de
CCBE. CCBE se financia a través de las aportaciones
anuales de sus miembros de pleno derecho, asociados y observadores.
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