LA CIENCIA Y LA CIENCIA FICCIÓN: UN MUNDO

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LA CIENCIA Y LA CIENCIA FICCIÓN:
UN MUNDO ABSURDAMENTE FELIZ
Alumno: SCIÚ, María Rosario
Escuela: Juan Mantovani, Córdoba
Profesor Guía: KABUSCH, Andrés
Al igual que muchos conceptos abordados en el ámbito de las Ciencias Sociales y Humanas
(y ellas mismas como Ciencias), la Ciencia Ficción como género literario no es fácil de definir en
una sola acepción. Sin embargo tomaré para esta monografía la definición propuesta por la
investigadora Judith Merrill1, quien sostiene que “la Ciencia Ficción es la literatura de la
imaginación disciplinada”; sumada a la que plantean Eduardo Galeano y Guillem Sánchez, en su
artículo “¿Qué es la Ciencia Ficción?”: “la ciencia ficción es un género de narraciones imaginarias
[…] basado en una alteración de coordenadas científicas, espaciales, temporales, sociales o
descriptivas, pero de tal modo que lo relatado es aceptable como especulación racional”.
Considerando estas posibles definiciones para dicho género literario, podemos afirmar que
en el mismo se prioriza la cuestión literaria, es decir, la ficción elaborada por los autores. Ahora
bien, dichos relatos literarios están circunscriptos por determinadas teorías o postulaciones
científicas que, por más que pasan a un segundo plano con respecto a lo imaginario, los definen y
los hacen ser, efectivamente, relatos literarios de ciencia ficción.
Considerando tales definiciones de la ciencia ficción, desarrollaré a continuación un tema de
la ciencia que encuentro especialmente interesante y apasionante, y cómo ha sido éste abordado por
el género literario antes nombrado.
Al igual que muchos otros interrogantes que el hombre se ha planteado a lo largo de la
historia, el tema de su origen y los procesos de reproducción, tanto animal como vegetal, han sido
siempre para él un tema de interés. Se ha intentado dar respuesta y explicación a esto desde la
antigua Grecia cuando Teosfráto, Hipócrates y Aristóteles2 entre otros pensadores del momento,
formularon sus ideas al respecto; sin embargo, no fue hasta el siglo XV que los espermatozoides y
los óvulos fueron descubiertos3, y recién en el siglo XIX el naturalista Charles Darwin rechazó la
teoría de la mezcla4 vigente hasta el momento, y el monje austriaco George Mendel introdujo
descubrimientos revolucionarios en el campo de la genética, al ser quien demostró que las
características heredadas son llevadas en unidades discretas que se reparten por separado y
redistribuyen en cada generación. Éstas unidades que él llamo “elementes”, corresponden a lo que
hoy conocemos como “genes”.
A partir de entonces, y gracias a enormes avances en conocimientos, técnicas y tecnología,
en los campos de biología molecular, fecundación artificial y genética, se ha hecho posible la
experimentación y realización de clonaciones en el ámbito animal y vegetal.
1
Judith Merrill, editora, activista política y escritora de Ciencia Ficción estadounidense.
Teofrasto (371-287 a.C.) había reconocido la diferencia de géneros en plantas y planteaba que “ los machos debían ser llevados a las
hembras” dado que los macho “hacían madurar y persistir” a las flores hembras; Hipócrates (creca de 460 a.C. -377 a.C.) sostenía que
había “semillas” que se fabricaban en diferentes partes del cuerpo, y que eran transmitidos a los hijos al concebirlos; Aristóteles (384
a.C.-322 a.C.) un siglo después rechazó estas ideas y consideró que el semen masculino y el semen femenino (como denominó al flujo
menstrual) se mezclaban en la concepción. Otros a la vez sostenían que las formas “simples” como gusanos y moscas por ejemplo, se
reproducían espontáneamente.
3
El fabricante de lentes holandés Anton Van Lewenhuk observó por primera vez “animálculos” en el esperma humano, actualmente
denominados espermatozoides, e imaginó ver diminutos hombres adentro de cada espermatozoide, que llamó “homúnculos”. Otro
holandés, el anatomista Reigner Graaf descubrió los óvulos; y se formuló entonces una teoría ovista, en oposición a la existente de los
animaculistas.
4
A mediados del siglo XIX se desarrolló la teoría de la mezcla, (“blending theories”) a partir de diferentes descubrimientos en el ámbito
de la jardinería. La nueva teoría planteaba que era una combinación, o mezcla, entre los óvulos y los espermatozoides, es decir las
células sexuales llamadas gametos, la que daba a lugar las características del descendiente.
2
Hacia fines del siglo XX se lograron realizar clonaciones animales y vegetales que
despertaron polémicos enfrentamientos, diferentes posturas y discusiones éticas relacionadas con
los derechos de los animales, fines de la clonación, posibles consecuencias ambientales y otras
cuestiones importantes relacionadas.
En lo que respecta a los animales, en la década de 1990 se lograron avances radicales en el
campo de la clonación: el equipo del doctor Ian Wilmut del Instituto Roslin de Edimburgo, obtuvo
una oveja a partir de una célula adulta; más adelante, en 1998 nació en Francia una vaca clonada; y
en Japón ese mismo año, tres terneros con la misma técnica que la primer oveja. Hoy en día, la
técnica de la clonación permite desarrollar animales que cuentan con un gen específico para
producir alguna sustancia de interés en el campo terapéutico.
Al referirnos al campo de las plantas, también se han realizado diferentes hallazgos en el
orden de la clonación. En la actualidad se cultivan muchas especies transgénicas, es decir, especies
cuyos organismos han sido modificados genéticamente con un determinado fin. Un claro ejemplo
de este tipo de especies, es la soja transgénica, que en nuestro país se cultiva en enormes cantidades
debido a su gran rentabilidad. Su modificación genética la hace resistente a un herbicida que es
aplicado para matar otras especies de plantas y hacer, entonces, el cultivo más fácil de controlar; de
esta forma se vuelve más viable el proceso de cultivación; sin embargo ingerir este tipo de cultivos
trae consecuencias negativas para la salud, y cultivarlas consecuencias negativas e irreversibles para
el medio ambiente, tales como la contaminación del suelo, la pérdida de biodiversidad, el desarrollo
de resistencias a insectos y plantas, u otros efectos no deseados en distintos organismos.
Y por último, el hablar de clonación humana se vuelve más delicado y polémico aún. Se
plantean dos propósitos de clonación humana: fines reproductivos y terapéuticos. Con respecto a los
primeros, muchos investigadores plantean que si las técnicas fueran más efectivas no habría
inconvenientes en que se clonaran personas. Sin embargo son antropólogos los que rechazan la
aprobación de esta práctica, ya que plantean que la clonación supone que el clonado sea generado
con un fin específico, y sus características sean elegidas positivamente por otros porque resultan de
interés por algún motivo; además el clonado carecería de relaciones elementales de familia; por lo
que la clonación reproductiva atenta contra la libertad del clonado y fija sus condiciones biológicas
según el criterio de otros.
Por otro lado, la clonación con fines terapéuticos podría parecer menos polémica por usarse
para curar a personas enfermas, pero en realidad no lo es. La misma consiste en la generación de un
embrión que se destruiría a los seis días de su creación para obtener de él células madre
embrionarias que se especializarían hacia el tipo celular necesario para curar a un adulto enfermo, y
finalmente la implantación de las mismas en dicho adulto; las células no serían entonces rechazadas
al provenir de la misma persona de partida. Este método supone de esta forma la curación de una
persona a costo de la vida de otra, por lo que es ilícito realizarlo (y aunque no lo fuera, técnicamente
no está cerca de lograrse).
Dentro del ámbito de la genética, se aspira en la actualidad, a diferentes logros que pueden
ser admirables y temidos a la vez. Entre ellos se encuentran: poder crear úteros artificiales para no
tener que hacer de la mujer un instrumento para la clonación, completando de este modo el último
paso para crear humanos en laboratorios; poder identificar los genes que causan determinadas
enfermedades y lograr reemplazar éstos por otros sanos, pudiendo así desarrollar métodos más
individualizados de medicina preventiva; poder usar a los animales transgénicos como fuente
inagotable de órganos para el transplante a humanos y curación de enfermedades y por último,
existe el planteo de la futura posibilidad de elegir las características físicas y aptitudes de nuestros
hijos.
Ante semejantes avances de la Ciencia y tales descubrimientos, se han generado opiniones
opuestas y controversiales. En lo que respecta a la Ciencia Ficción, diferentes y notables autores
han escrito críticas novelas con visiones distópicas sobre el tema.
Tomaré como ejemplo la novela Un mundo feliz de Aldous Huxley5, que es situada en el año
2540 de nuestro calendario, equivalente en la novela, al 632 d.F. (después de Henry Ford, industrial
estadounidense que sentó las bases del sistema de producción denominado fordismo). En la misma,
se plantea una sociedad sana y feliz libre de guerras, crímenes y pobreza. Parece un mundo ideal;
sin embargo para llegar a aquella instancia se instauró un Estado Mundial que ha desarrollado
laboratorios en que se conciben a todos los humanos artificialmente y se los asignan (genéticamente
antes de nacer) a una de las cinco castas de la sociedad, lo que determina su función en ella.
Sumado a esto, también antes de nacer, se acondiciona a las personas para que naturalicen tanto el
status quo del mundo en el que viven, como el uso de una droga llamada soma, que es otorgada por
el mismo Estado y que los hará siempre felices.
Desarrolla entonces el autor, una clara crítica al mal uso de los avances tecnológicos en una
utopía perversa que plantea un mundo extremista y apocalíptico en el que todo tipo de valores
tradicionales (como el de establecer una familia y no utilizar drogas), ha sido reemplazado por los
del consumo y la homogeneidad de la sociedad promovida por el Estado.
De esta forma hace Huxley lo que la novelista estadounidense Ursula Le Guin dijo al ganar
su sexto Premio Nebula6: “escribir ciencia ficción y fantasy te permite dar un paso atrás, para tratar
de encontrar los problemas que siempre vuelven, que nunca resolvemos. Como las relaciones entre
los géneros, la guerra. […]”7. Lo hace claramente al reflejar en su novela la falta de tolerancia de
libertad de pensamiento, la discriminación racista, el poner como prioridad personal y social la
adquisición de bienes materiales y la consiguiente valoración de las personas por lo que tienen y no
por lo que son, entre otras controversiales cuestiones.
Huxley, entonces, logra dar “un paso atrás” y plasmar en su novela muchas cuestiones de
nuestra sociedad que hoy se encuentran en cierta forma disimuladas o implícitas, pero que llevadas
al extremo nos podrían hacer llegar a su mundo feliz.
Tanto las prácticas limitadas de la clonación y manipulación genética que se realizan en la
actualidad, como las que se esperan para el futuro, traen consigo de la mano grandes y polémicas
implicaciones éticas, para las cuales no se han conseguido soluciones ni se han tomado posturas
unánimes aún; como también así, riesgos y consecuencias irreversibles para la evolución natural y
medio ambiente.
Me pregunto entonces, si llegaremos a tales extremos como los que planteó Huxley en su
novela y otros autores del género. Tal es el caso del escritor británico George Orwell que en su libro
1984, propone una sociedad completamente sometida a un partido político único que no admite
ningún tipo de desacuerdo con sus ideales y postulados, que exagera al máximo un régimen
totalitario, cuyas medidas de intolerancia son tan extremas que llegan transformar y reducir la
lengua con fines represivos: lo que no tiene palabras para decirse no puede por lo tanto pensarse. El
autor critica, entonces en su libro, los regimenes totalitarios dados a lo largo de la historia, el
racismo y la forma en que se puede utilizar el poder para homogeneizar y manipular lo que las
personas piensan; entre otras cuestiones igualmente importantes, mediante su exageración de este
tipo de gobiernos.
Ésta novela se relaciona íntimamente con Un mundo feliz, no en la materia de la genética,
sino en la forma en que ambas abordan la falta de poder de decisión de las personas sobre sus vidas
y la manipulación de la verdad que hacen aquellos dueños del poder. Temas muy difíciles de tratar,
muchas veces ignorados, descontados o desvalorizados, pero sumamente importantes y presentes en
numerosos ámbitos de la vida cotidiana, en los que muchas veces uno cree tener libertad y poder de
elección sobre algo, cuando en realidad no es así.
5
Aldous Huxley (1894-1936)Escritor anarquista inglés.
Premio concedido por la Asociación de escritores de ciencia ficción y fantasía de Estados Unidos
7
Le Guin, Úrsula. “De chica Le Guin pensaba que la ciencia ficción era cursi”. Diario Clarín, Buenos Aires, Sabado 16 de Mayo del
2009.
6
Ambos autores tratan estos temas representando sus peligros tanto en el presente como en el
futuro. Y plantean que en el futuro, con los avances tecnológicos a los que se aspira, tales como los
del ámbito de la genética (planteados anteriormente), sería aun más peligroso el no tener un real
poder de decisión sobre nuestras vidas, ya que sería más difícil ser consciente de ello, debido a la
enorme y creciente manipulación de la verdad por parte de los dueños del poder, y sería también
más arduo poder cambiar esto (como aparece en la novela de Huxley).
A pesar de que podrían éstos considerarse problemas modernos, en su alegoría El mito de la
caverna, el filósofo griego Platón (427 a.C.- 347 a.C.) plantea ya algo parecido: la existencia de dos
mundos contrapuestos: el de los sentidos y el de las ideas. Viviendo en el primero creemos real lo
que vemos, oímos, olemos, tocamos y degustamos; cuando, en cambio, todo eso puede ser
manipulado por otros que nos hacen ver, oír, oler, tocar y degustar lo que resulta conveniente para
ellos mismos; haciéndonos entonces presos de nuestros sentidos y concepciones manipuladas de la
realidad que no nos permiten vivir la vida del Bien. En contraposición, existe el segundo mundo, el
de las ideas, en el que el verdadero conocimiento se adquiere cuando uno logra trascender lo
percibido por los sentidos al desconfiar de ellos, y puede por lo tanto pensar el mundo y la realidad
racional y críticamente librándose así de lo que se nos es impuesto, luego de un arduo camino que
esto implica.
Desde la antigua Grecia entonces, hasta la actualidad, los hombres reconocen que aquellos
que tienen el poder muchas - demasiadas - veces imponen una realidad que les conviene ya sea por
fines económicos, políticos u otros. Es la literatura, entre otros discursos, la que se ha encargado de
plasmar esto desde una mirada crítica; y en uno de sus géneros, la Ciencia Ficción, lo ha hecho
teniendo en cuenta también el desarrollo de la ciencia moderna, sus beneficios, sus contradicciones
y consecuencias negativas, preguntándose hasta dónde llegaremos, cuánto daño nos haremos los
unos a los otros, y si somos capaces de utilizar y aprovechar los gigantes avances científicos y
tecnológicos que hemos logrado y seguiremos logrando, para el bien común, o si los usaremos de
una forma tan egoísta que llegaremos a ser presos de un mundo feliz.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA:
Libros:
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Faggiani, Roberto; Kaufman Guillermo; Lunadei, Alejandro; Maris Cocheti Stella; Nussbaum,
María Fernanda. “La narrativa de la ciencia ficción” en Literatura y lengua universal I. Buenos
Aires: Puerto de palos, 2001.
Huxley, Aldous. Un mundo feliz. 4ta edición Buenos Aires: Contemporánea, 2006.
Nueva visita a un mundo feliz. Buenos Aires: Contemporánea, 2007.
Literatura y Ciencia. Buenos Aires: Sudamericana, 1979.
Orwell George. 1984. 51ª edición, Barcelona: Destino, 1999.
Platón. República VII. Buenos Aires: Altaya. 1996.
Prentis, Steve. Biotecnología. Barcelona: Salvat, 1987.
Artículos:
•
Le Guin, Úrsula. “De chica Le Guin pensaba que la ciencia ficción era cursi”. Diario Clarín,
Buenos Aires, Sabado 16 de Mayo del 2009.
Documentales:
•
Viñas, Marcelo. Hambre de soja. Argentina, 2004
Páginas de Internet:
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Iraburu María. Conferencia pronunciada en Pamplona, el 29 de Agosto de 2006, en el Curso de
actualización para profesorado "Ciencia, Razón y Fe" organizado por el Instituto Superior de
Ciencias Religiosas de la Universidad de Navarra; en: http://www.unav.es/cryf/clonacion.html
Dr.
Raisman,
Jorge
S.
&
Dra.
Gonzalez,
Ana
María.
http://fai.unne.edu.ar/biologia/genetica/genet1.htm. Actualizada: 30 / 09 / 05
http://www.greenpeace.org/espana/campaigns/transgenicos
http://www.memo.com.co/fenonino/aprenda/biologia/biolog4.html
http://www.aciprensa.com
http://www.cite-sciences.fr
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