Pedro Saghy Reflexiones sobre la constitucionalización del Derecho Civil Pedro Saghy El Código Civil ha perdido la capacidad de seguir siendo la base común del Derecho Civil. Esto es una evidencia. La aparición de este fenómeno es casi inaprensible en el tiempo. Tampoco es imputable a un hecho o sujeto determinado. Por el contrario, pareciera ser el resultado de un conjunto de eventos que a través del tiempo han ido desapercibidamente arruinando el Código Civil como centro de gravedad jurídico del Derecho Civil. En efecto: 1. La multiplicación de las fuentes del Derecho; 2. El proceso de descodificación o crecimiento legislativo fuera del Código Civil; 3. El rol creador de la jurisprudencia; 4. La influencia de la importación de soluciones generalmente aceptadas por los sistemas internacionales a través de la suscripción de convenciones internacionales; 5. El desvanecimiento de la frontera entre lo público y lo privado dada la presencia cada vez más activa del Estado en los actos entre los particulares; 6. El perfeccionamiento de los derechos humanos y 7. La creación de nuevas especialidades, como por ejemplo el Derecho de los consumidores, son algunos ejemplos que demuestran suficientemente esta situación de desplazamiento del Código Civil. Paradójicamente tranquilizante ésta no es una característica exclusiva de nuestro sistema jurídico. Aunque cada uno presenta sus particularidades, podría decirse que se trata de una característica de los sistemas jurídicos contemporáneos. En nuestro sistema las causas de este evento, desde nuestro punto de vista, son fundamentalmente dos. Por un lado la influencia creciente de los sistemas de common law y por el otro, el estancamiento en el tiempo de las instituciones previstas en el Código Civil. En relación al primer elemento, es innegable que el common law se filtra o se importa, voluntaria o involuntariamente, en nuestra tradición jurídica. Por razones históricas, la tradición jurídica de los países latinoamericanos es de origen europeo. Herencia de nuestro pasado colonial. En el caso venezolano específicamente, esta tradición se mantiene incluso luego de la conquista de nuestra soberanía. En efecto, no hay que olvidar que el movimiento independentista venezolano se apoya en la invasión napoleónica a España para desconocer la autoridad del Capitán General de Venezuela. Declarada la independencia y promulgada la Constitución de Venezuela, se juzgó necesaria la promulgación de un Código Civil adaptado a la nueva realidad. Esta idea es la expresión fiel de la influencia europea y fundamentalmente francesa que seguía gobernando las ideas de vanguardia de la época. Página 1 de 12 Pedro Saghy La influencia de la revolución francesa y sus ideas de libertad, igual y fraternidad es indiscutible en el pensamiento latinoamericano de la época. Por su parte, los atributos del Código de Napoleón no sólo venia dado por el indiscutible valor intelectual que tiene esta obra. Para la época, el sólo hecho de ser francés era percibido como perteneciente a una esfera intelectual superior y en consecuencia decisivamente beneficioso. A pesar de la admiración y la presencia de Gran Bretaña y los Estados Unidos de Norteamérica, las elites latinoamericanas de la época eran francófilas1. “Al momento de la independencia, constata la Cancillería francesa2, los países de América Latina se inclinan espontáneamente sobre Francia, quien simboliza las ideas de independencia y libertad (…) abrir su Código Civil produce sentir la exhalación del espíritu de las Luces y de los grandes ideales de finales del siglo anterior, escrito en un idioma que todas las elites cultivadas conocían.” Prueba de esta admiración por la consagración del orden jurídico que habían logrado los franceses, son las palabras del libertador que no disimulan su cautividad cuando manifiesta que: “La verdadera constitución liberal está en nuestros Códigos Civiles y Criminales... »3 La admiración por la lucidez y fecundidad jurídica del viejo mundo persiste durante años. El análisis de la presentación de los diferentes proyectos de Código Civil por las sucesivas comisiones, demuestra la influencia directa de las obras codificadoras, doctrinarias y jurisprudenciales de los países europeos sobre el pensamiento de nuestros juristas4. En lo que respecta a la enseñanza del Derecho, tanto la forma como su contenido respondía a esta influencia europea. La metodología utilizada en nuestras universidades durante sus primeros años, correspondía al uso europeo de origen sofista, y fundamentalmente practicado aun por los franceses. Los cursos estaban estructurados en clases magistrales en el cual los alumnos se limitan a tomar apuntes y a aprender las lecciones dictadas por el honorable profesor. Su contenido, también seguía los cánones europeos. “En un estudio de los años 1970 conformado por una serie de biografías orales, varios eminentes juristas y prácticos venezolanos conmemoraron sus estudios realizados durante los años 1920 y 1930. Entre los autores que se recuerdan haber estudiado figuran las obras (destacamos fundamentalmente) de Ortolan, Petit, Pradier-Fodéré, Planiol et Ripert, Demolombe, Aubry et Rau, BaudryLacantinerie, Colin, Capitan… Encontramos las mismas tendencias en las fuentes evocadas por Luís Felipe Urbaneja en el marco de sus estudios, de la práctica y de sus enseñanzas: cuando era estudiante de la Universidad Central de Venezuela entre 1926 y 1934, decía él, los estudiantes de Derecho se concentraban sobre todo en el manual del programa, que comprendía un 80% de sus conocimientos. Los textos estaban casi siempre en francés y en italiano, idiomas que se aprendían durante el bachillerato, pero principalmente el francés…”5 Página 2 de 12 Pedro Saghy Acabada la segunda guerra mundial, el panorama cambia. La gran influencia deja de ser Europa. Países como Italia y Alemania pierden credibilidad. Francia e Inglaterra salían de la batalla muy deterioradas. Estados Unidos era el gran vencedor. Este nuevo panorama geopolítico hace de los Estado Unidos la nueva influencia de América Latina. Prueba de ello es la celebración casi inmediata del Tratado de Río6 y la creación de la Organización de los Estados Americanos. Por su parte the law schools comienzan su operación de lobby. La finalidad es permitir el acceso a sus aulas de los futuros juristas latinoamericanos con el objetivo de estrechar el intercambio intelectual, que beneficiaría luego el económico. Con esta idea se creo en 1947, con el apoyo financiero de múltiples empresas norteamericanas, the Inter-American Law Institute de la University of New York.7 Este intercambio académico se ve puesto en la práctica a través del impulso del intercambio comercial entre los Estados Unidos de Norteamérica y las naciones latinoamericanas. Ejemplo de ello son la conclusión del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte y el Área de Libre Comercio de las Américas. El resultado de dicho acercamiento académico se refleja en varios aspectos. Por un lado, en un cambio del método para enseñar el Derecho en las universidades venezolanas. Consecuencia del contacto de nuestros juristas con el case method de origen norteamericano, se incorpora el método socrático de la mayéutica como nueva forma de enseñanza del Derecho. Este sistema, basado en la dialéctica, consiste en dirigir al alumno a la resolución de casos pedagógicamente escogidos. La inducción y el debate pasan a ser las nuevas herramientas académicas. Por otro lado se comienza a desarrollar un nuevo concepto de la función del Poder Judicial y una nueva visión, más pragmática del Derecho Constitucional.8 La influencia del common law sobre el sistema jurídico de tradición civil tampoco es exclusiva del caso venezolano. Variaciones sobre el mismo tema pueden apreciarse en todos los países de América Latina. En el caso del sistema jurídico francés, la influencia del common law es menos objetivisable pero no menos presente. En el espacio de la Unión Europea, el liderazgo está compartido, según el caso, entre Inglaterra, Alemania y Francia. A pesar de la fuerza y el refinamiento que se le reconoce al razonamiento jurídico y filosófico continental, los ingleses han logrado convencer y hasta imponer las ventajas de sus soluciones jurídicas. En efecto, el único que en la actualidad puede criticar las medidas adoptadas por los demás países en favor del crecimiento económico interno es Inglaterra. Al margen de una opinión jurídica, es un hecho que las reglas del common law son las más utilizadas por los operadores comerciales importantes. Aun cuando es cierto que el Derecho inglés ha sufrido cambios fundamentales a partir su Página 3 de 12 Pedro Saghy entrada en la Unión Europea9, los sistemas de tradición civil no han sido absolutamente impermeables a la influencia del common law. La importancia que hoy en día se le otorga en Francia a la jurisprudencia, pareciera ser un ejemplo de la influencia a la que nos referimos. Paradójicamente, el estudio del Derecho francés se ha convertido en una investigación del razonamiento jurisprudencial. Este fenómeno ha contribuido sin dudas a favor de la constitucionalización y al desplazamiento del Código Civil al que nos referimos. Contrariamente a lo que sucede en el sistema venezolano, en Francia no estar previsto un control constitucional de las normas ni concentrado, salvo previo a la promulgación de la Ley, ni difuso. No obstante, “No podemos citar ni una sola decisión de la Corte de Casación o del Consejo de Estado, que haya desconocido la autoridad de la cosa juzgada de las decisiones del juez constitucional (…) de hecho, cada vez más, el juez administrativo y los jueces judiciales siguen igualmente la jurisprudencia del Consejo Constitucional sin estar jurídicamente obligados a ello.”10 En este sentido, aun cuando en Francia la jurisprudencia no es considerada fuente formal de Derecho, hoy en día es imposible comprender la aplicabilidad o el alcance de muchas de las normas, incluso del Código Civil, sin conocer la jurisprudencia11. La razón de este hecho está inseparablemente ligada a nuestro segundo elemento: el estancamiento en el tiempo de muchas de las instituciones previstas en el Código Civil. En el caso francés, la impotencia de Código Civil no sólo viene dada por las causas antes mencionadas sino además por su inigualable longevidad 12. Muchas de las instituciones previstas actualmente en el Código Civil francés mantienen su formulación original de 1804. Desde entonces, la sociedad, el idioma, la cultura, la política, la tecnología, la concepción del mundo, los métodos de trabajo, el ritmo de vida, la forma de pensar, los valores, las realidades económicas, las relaciones personales, el clima, la historia, la demografía, todo ha cambiado y muchas de sus formulas normativas se mantienen inalteradas. Lógicamente, su gran mayoría han perdido su vigencia desde un punto de vista literal. Así, pareciera que las advertencias de Von Savigny se vuelven premonitorias: “una verdadera mejoración del derecho pasaría primeramente por un desarrollo constante que por una codificación”. La tarea de renovación de la legislación no es fácil. Sobre todo cuando se trata de un Código Civil. No obstante, contrario a los hechos históricos, la incapacidad para percibir jurídicamente las necesidades contemporáneas de la sociedad y adaptar las formulas legales de las instituciones heredadas es una situación constatable casi de manera general13. Podría decirse que jurídicamente no se ha comprendido que mantener no significa no modificar. Así, en Francia el deterioro del Código Civil como fuente fundamental del Derecho Civil es indiscutible. De hecho es inquietante y mantiene ocupados a Página 4 de 12 Pedro Saghy profesores y legisladores, conservadores y reformistas en la búsqueda de la mejor solución.14 En el caso venezolano, esta circunstancia se presenta con otras características. Es incuestionable que nuestro Código Civil vigente no es el documento histórico que representa el Código Civil francés15. Desde 1862, Venezuela ha reformado su Código Civil en 10 oportunidades.16 Si bien muchas de sus reformas han sido puntuales de manera que no podríamos verdaderamente decir que hemos cambiado de Código, si es cierto que nuestro Código Civil ha sido 10 veces objeto de revisiones y modificaciones en el lapso de 144 años. La última en 1982. La actualidad de nuestro Código Civil, producto de las intervenciones periódicas de las cuales ha sido objeto, no está cuestionada. Sin embargo, su desplazamiento en beneficio de la Constitución es un hecho. A partir de los textos de los artículos 49 y 50 de la Constitución venezolana de 1961, la evolución del uso de la Constitución como norma aplicable directamente en la resolución de los conflictos civiles ha sido extraordinaria. En efecto, la habilidad de los jueces y abogados así como las discusiones forenses contemporáneas se han volcado a la explotación práctica de los derechos previstos en la Constitución. Hoy en día, aun habiendo cambiado de Constitución, la situación continúa en el mismo sentido. La utilización del recurso de amparo como el medio para la resolución de los conflictos se ha multiplicado y evolucionado incesantemente. Ella se ha convertido casi en una nueva especialidad, dinámica, evolutiva y que se permite una gran libertad a la imaginación en la argumentación jurídica. Así, para nosotros, este fenómeno de explotación del Texto constitucional constituye el punto neurálgico de la pérdida del Código Civil como la norma fundamental del ordenamiento privado venezolano y del estancamiento de las instituciones ahí previstas. Como se puede apreciar, el proceso venezolano es hasta cierto punto inverso al ocurrido en otros países. No obstante, la consecuencia es la misma. Sin embargo, pareciera que detrás de todo esto que venimos exponiendo, existe una tendencia natural del hombre. En efecto, la búsqueda de una simplificación del Derecho, un ius común, por un lado, y la necesidad de una concentración de las normas en un texto único, completo, que permite el fácil acceso a la ley y que traduce la convicción de que el código es la forma más acabada de organización normativa, por el otro, constituyen dos actitudes constantes del hombre.17 Esto nos lleva a comprender, casi de una manera natural, el fenómeno de la Constitucionalización del Derecho Civil interno venezolano. Es decir, la aplicación directa de los preceptos constitucionales en la resolución de conflictos de naturaleza civil. En otras palabras la utilización de la Constitución como fuente directa del Derecho Civil. Página 5 de 12 Pedro Saghy En efecto, desde nuestro punto de vista, a través de la constitucionalización del Derecho Civil se consigue acercarse aparentemente al ius commune y pareciera haberse encontrado un nuevo Código. I. El acercamiento aparente al ius commune El panorama normativo de nuestros sistemas jurídicos es aterrador. La producción normativa diaria es por un lado descontrolada y por el otro de baja calidad. Lo peor, es que parece indetenible. Estos dos fenómenos han contribuido al referido desplazamiento. La República más corrupta es la que más leyes tiene. Esto se sabe desde la época Romana. Sin embargo hoy el permanente proceso de producción de leyes es alarmante. Este fenómeno ha sido calificado en Francia por Jean Carbonnier como un proceso de inflación legislativa. Esto lo hace en un célebre trabajo denominado ensayo sobre las leyes18. Al reflexiona sobre este malestar social, el autor explica que la existencia desmesurada de leyes va directamente en contra de su función normativa, de su respeto por los ciudadanos. No sólo su desmesurado número las hace invisibles sino además invalorables. Sin embargo esta llamada de atención no es nueva. En el discurso de presentación del proyecto de Código Civil que sería aprobado por Napoleón, se dice que “las leyes inútiles no son necesarias; ellas debilitarían las leyes necesarias; ellas comprometen la certitud y la majestad de la legislación.”19 Sin embargo, los legisladores contemporáneos no demuestran haber comprendido. Por otro lado, la pérdida de la calidad de las normas, o más precisamente de los legisladores, es otro de los fenómenos actuales comprobados y causa del desplazamiento al que nos referimos. En efecto, como lo expresa el profesor emérito de la Universidad de Génova, Bruno Schmidlin,20 “la disolución del código civil único que presenciamos no es sólo una consecuencia fatal de la degradación del arte legislativo por parte de las administraciones prepotentes, habituadas a producir leyes sin sistema y coherencia…” (Luego se hacen otras interesantes observaciones pero más bien referidas al ámbito de la codificación civil europea) Este exceso de positivismo y su mediocre calidad, crean la necesidad de una reducción intelectual normativa en procura de seguridad jurídica. Es decir, la búsqueda de los principios rectores del sistema jurídico como apoyo para la solución de nuestros problemas. Portalis, uno de los redactores del Código Civil francés de 1804, hace referencia a esta situación en su Discurso Preliminar: “Cuando uno no está dirigido por nada de seguro o conocido, cuando se trata de un hecho absolutamente nuevo, remontamos a los principios del derecho natural. Pues si la previsibilidad del legislador es limitada, la naturaleza es infinita; ella se aplica a todo aquello que pueda interesar al hombre”. Si es cierto que éste pasaje se refiere a la imposibilidad para el legislador de todo prever, no es menos cierto que constata la actitud del hombre frente a la inseguridad jurídica. Página 6 de 12 Pedro Saghy Esta actitud nosotros la calificamos como la búsqueda del ius commune. Antiguamente, el ius commune se oponía al ius singulare, indicador de una norma contraria a la regla general por causas excepcionales. Así, se utilizaba para oponer: los principios a las excepciones o, las reglas de aplicación general a aquellas que no contienen sino disposiciones especiales. Hoy en día la expresión es utilizada por aquellos que ven en ella un instrumento de harmonización, si no de unificación, de los derechos tanto en el orden interno como internacional. Un remedio a la proliferación anárquica de las normas especializadas.21 A través de la constitucionalización del Derecho Civil, esta reducción intelectual legislativa se materializa. La deseada seguridad jurídica parece hacerse posible. En efecto, actualmente nos referirnos a la Constitución como un cuerpo normativo general, contentivo de principios jurídicos, aplicables sin la menor duda. La incorporación activa de la Constitución en el Derecho Civil pareciera el resultado de la búsqueda de ese ius commune, y una respuesta a la situación incuestionable de inseguridad jurídica. Sin embargo, este hallazgo no es sino aparente. En el caso venezolano, la aplicación directa de la Constitución en la resolución de conflictos privados, en la inmensa mayoría de los casos, pareciera consistir en un abuso por parte de los abogados, percibido con indiferencia y comodidad por los jueces. El desplazamiento de las normas legales a favor los preceptos constitucionales, salvo en los casos de colisión, no lo consideramos justificado. Al contrario de lo sucedido en otros ordenamientos jurídicos, la nueva Constitución venezolana no modifico sustancialmente las bases del Derecho Civil codificado preexistente. En Brasil, por ejemplo, la Constitución de 1988 fijó nuevos principios en la regulación jurídica de las relaciones privadas previstas en el Código de 1916, especialmente para el Derecho de Familia 22. Dicho cambio exigió la elaboración de un nuevo Derecho Civil codificado: el Código Civil del 2002. En Venezuela, por el contrario, la vigente Constitución no creó ningún nuevo derecho que pueda ser entendido como una colisión normativa con el Código Civil. En consecuencia, en nuestro criterio, la aplicación directa de la Constitución en la resolución de los conflictos de naturaleza civil, en preferencia a las normas del Código Civil, no está justificada. La apariencia de un nuevo Código “El Código, dice Jean-Philipe Dunand23 -profesor de la Universidad de Neuchâtel y Lausanne- se mantiene como el instrumento de trabajo privilegiado del jurista contemporáneo (…) la manifestación material del saber del jurista, la obra que le da la apariencia del conocimiento del derecho”. Prueba de ello es la incesante tarea de compilación de las diferentes normas que conforman una especialidad en libros mal denominados “códigos” 24, la Página 7 de 12 Pedro Saghy proposición técnica de una “codificación a derecho constante”, 25 el acuerdo tácito por parte de los países europeos sobre una eventual codificación común del Derecho de las obligaciones26, las codificaciones recientemente elaboradas por los Países-Bajos (1992) y Brasil (2004), por ejemplo. Sin embargo, según Portalis,27 “Los Códigos de los pueblos se hacen con el tiempo; propiamente hablando, nosotros no los hacemos”. En consecuencia es muy natural que éstos se deshagan también con el tiempo. A partir de estas ideas podríamos entender la constitucionalización del Derecho Civil como la creación espontánea de un nuevo Código de resolución de los problemas civiles.28 En términos generales, el desplazamiento del Código Civil como pilar fundamental del Derecho Civil aporta como consecuencia la tendencia inversa a favor de la Constitución. En el caso venezolano, consideramos necesario hacer una precisión. En nuestro criterio, el exceso del Derecho Constitucional es el elemento más importante del repliegue del Código Civil. No a la inversa. En efecto, hoy en día parece imposible abordar cualquier problema del Derecho Civil sin hacer referencia, primero, a la norma de las normas. Este pequeño libro parece brindar hoy más ventajas que el propio Código Civil. Estas podríamos clasificarlas en formales por un lado y prácticas por otro. Desde el punto de vista formal, la Constitución se presenta hoy como la norma primera del Derecho Civil. Esta característica no sólo se le atribuye por su superioridad jerárquica sino además por el difícil procedimiento que exige su reforma. La consecuencia es su permanencia en el tiempo brindando seguridad y permitiendo su conocimiento. Sin embargo esto sólo es apariencia. Como “la historia lo demuestra, las naciones cambian más fácilmente de gobierno que de leyes civiles.” 29 Así, la historia conoce más cambios de Constitución que de Códigos Civiles. A pesar de los procedimientos difíciles para modificar las Constituciones, éstos no han sido nunca mayor obstáculo. ¿O si? En el caso venezolano, 26 Constituciones han regido el destino de la nación y sólo 10 Código Civiles.30 Desde el segundo punto de vista, el práctico, el hecho de que la Constitución no tenga concurrencia jerárquica garantiza por un lado la subordinación de todas las demás normas, y por el otro, pero al mismo tiempo, la vigencia incuestionable de las previsiones del Texto constitucional: Si está en la Constitución, está vigente. Lamentablemente esto no podríamos decirlo del Código Civil. Por otro lado, su texto relativamente corto, la formulación general de sus preceptos y su lenguaje infinitamente menos técnico que muchas otras especialidades jurídicas, permiten sin demasiadas exigencias intelectuales el acceso a una normativa en principio eficaz.31 Página 8 de 12 Pedro Saghy No obstante, insistimos, de la misma forma como la constitucionalización del Derecho Civil presenta sólo una apariencia de ius commune, éste sólo parece ser el hallazgo de un nuevo Código. En efecto, la utilización de las normas constitucionales como fuente directa de Derecho para la resolución de los conflictos civiles y en particular la utilización indiscriminada del recurso de amparo como solución a las diferencias entre los particulares han causado el estancamiento de las instituciones previstas en el Código Civil. El fenómeno de la amparización del Derecho venezolano constituye el punto neurálgico, según nuestro punto de vista, del problema de la pérdida del Código Civil como la norma fundamental del ordenamiento privado venezolano. En procura de precisión y de evitar repeticiones en nuestras advertencias sobre las anomalías graves que causa el privilegio de la Constitución sobre el Código Civil, hemos decidido exponerlas a modo de conclusión. Antes, debemos advertir que los vicios a los que reaccionamos con este trabajo son causados por una aplicación irreflexiva de la Constitución en los asuntos civiles. Por un desplazamiento inmotivado del Código Civil. Por el abuso en el ejercicio de la acción de amparo constitucional y por la conducta irrigurosa de los jueces al tratar estos asuntos. No por la simple aplicación de la Constitución. De las consecuencias de este fenómeno La pérdida del Código Civil como pilar fundamental del Derecho Civil es un hecho. Lamentable. Frente a ello la constitucionalización del Derecho Civil pareciera desarrollarse no sólo como una tendencia del hombre sino además como una respuesta frente al panorama legislativo existente. Sin embargo ello no es sino una falsa respuesta. La constitucionalización del Derecho Civil aporta, a nuestro parecer, más problemas que ventajas. Sin menoscabo del debido respeto al orden jerárquico por parte de todas las normas de un sistema jurídico, el Derecho Civil no debe constitucionalizarse. La constitucionalización del Derecho Civil aporta como primera consecuencia la devaluación de la Ley. Con ello nos referimos a su pérdida de su valor normativo y pierde su interés de existir. En consecuencia, la constitucionalización del Derecho Civil merma el valor jurídico de los contratos quienes según el artículo 1132 del Código Civil Venezolano, “tienen fuerza de ley entre las partes”. Esta merma se materializa en una intromisión del juez, reseñada más adelante. En segundo lugar, la constitucionalización del Derecho Civil dificulta la aplicación técnica de las normas civiles. En efecto, sólo la aplicación de las normas civiles precedida de un análisis técnico, científico, permite la previsibilidad de las soluciones y con ello el respecto a la seguridad jurídica. El contenido, por naturaleza indeterminado, evolutivo, de los preceptos Página 9 de 12 Pedro Saghy constitucionales convierte al Derecho Civil en impreciso y absolutamente dependiente de la interpretación de los principios y valores constitucionales, o lo que es peor aun, del intérprete. En tercer lugar, la constitucionalización del Derecho Civil produce una intromisión, sin límites, del juez en los asuntos reservados a la autonomía de la voluntad de las partes. Este irrespeto entorpece la evolución natural de las instituciones. Trunca su legitimidad y obstaculiza el entendimiento de las soluciones aportadas. Puesto que la respuesta a los conflictos de constitucionalidad son generalmente categóricas y de aporte general, las consecuencias son bruscas y los razonamientos jurídicos se ven violentamente modificados. Esto origina avances y retrocesos constantes de la jurisprudencia y con ello la pérdida de la seguridad jurídica anhelada. Por último, la constitucionalización del Derecho Civil nos lleva paradójicamente al establecimiento de un sistema jurídico jurisprudencial. Precisamente lo contrario de lo que se busca. * Esperamos con este trabajo contribuir a la discusión sobre estos temas y a la creación de conciencia de la forma en la que se deterioran los sistemas. ** Abogado de la Universidad Católica Andrés Bello (2000), DSU en Derecho Civil (2004) y DEA en Derecho Privado General (2005) en la Universidad de Paris II. Candidato al título de Doctor en Derecho en la misma universidad. 1 Dicha influencia se aprecia no sólo en el ámbito jurídico sino en el conocimiento de la lengua francesa como un hecho normal y casi obligatorio dentro de determinados círculos sociales, en la literatura, la moda, el teatro y en general todo lo relacionado a las manifestaciones culturales. A título anecdótico y que muestra muy bien variados aspectos de la sociedad latinoamericana, para la época, citamos las palabras del jurista panameño Mario Alberto Jiménez, quien en la época de la adopción del Código Civil de ese país, expresa: “Paris siempre nos ha dado sombreros para la cabeza de las mujeres e ideas constitucionales para la cabeza de los hombres” Citación tomada del libro: 200 años de Código Civil, Ministerio de Relaciones Extrajeras, septiembre 2004, p. 86 et ss 2 200 años de Código Civil, Ob. Cit. p. 82. 3 Ver en este sentido el trabajo realizado por: LUPINI BIANCHI Luciano, en colaboración con VIDAL Ana Irene, El Código Napoleón, el Código de Don Andrés Bello y la evolución de la codificación civil y de la doctrina en Venezuela, El Código Civil venezolano en los inicios del siglo XXI. En conmemoración del bicentenario del Código Civil francés de 1804. Academia de Ciencias Politicas y Sociales, Caracas, 2005, p. 47 y ss. 4 Por su parte, a nivel latinoamericano, el trabajo de Don Andrés Bello en la elaboración del Código civil chileno de 1855 o de Texeira de Freites en Brasil en 1860, demuestran también dicha marcada influencia, fundamentalmente en relación al Código Napoleón. Ver sobre todo el estudio que sobre la presentación de estos proyectos que hace: LUPINI BIANCHI Luciano, ob. Cit. 5 R. PEREZ PERDOMO, Los abogados en Venezuela: Estudio de una elite intelectual y política 1780-1980, Caracas 1981, pp. 359, 377, 389. Cita tomada de MIROW M. C., Le Code napoléon régit-il toujours l’Amérique latine d’outre-tombe ?, publicado en la obra colectiva Le Code civil, entre ius commune et droit privé, européen, Bruselas, 2005, p. 179 y ss. 6 También conocido como el TIAR: Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca, surgió como consecuencia de la necesidad percibida de un mecanismo que permitiera la seguridad colectiva en el Hemisferio durante la época directamente anterior a la Segunda Guerra Mundial. Aunque la función básica del Tratado se planteó durante la Guerra, el Tratado únicamente fue Página 10 de 12 Pedro Saghy aprobado en la Tercera Reunión de Consulta de los Ministros de Relaciones Exteriores realizada en Río de Janeiro, Brasil, en 1947. El Tratado entró en vigor en 1948. Desde entonces se ha constituido en uno de los pilares de la arquitectura de la defensa hemisférica colectiva. Recientemente los cancilleres declararon que "estos ataques terroristas contra los Estados Unidos de América son ataques contra todos los Estados americanos" Ver: http://www.oas.org/oasnews/2001/Spanish/Septiembre/art12.html 7 MIROW M. C., ob. cit. p. 190 8 Ver el trabajo de incorporación a la Academia de Ciencias Políticas y Sociales del Dr. Gustavo Planchart Manrique, “Reflexiones sobre el control de la constitucionalidad y la interpretación constitucional”, Caracas, 1990, p. 16 y 21. Este trabajo es una curiosa e incontestable muestra de la influencia del sistema jurídico Norteamericano en el pensamiento de nuestros juristas. 9 Nos referimos fundamentalmente a los cambios ocurridos a partir de la adopción de la Human Right Act. A partir de esta fecha una suerte de Constitución escrita, organizadora de las fuentes de derecho internas existe en el Reino Unido. Todos los funcionarios públicos deben respectar la Convención Europa a de los Derechos Humanos y las Cortes se han convertido en interpretes de la ley a partir de dicha convención. Incluso la sección jurisdiccional de la Cámara de los Lords se convirtió en una Corte Constitucional con poder de declarar una norma incompatible con los derechos del hombre reconocidos a nivel europeo. De la misma manera, la creciente importancia de la Corte Europea de los Derechos del Hombre no dejará de cambiar elementos de la tradición jurídica inglesa, como ya lo ha hecho con el sistema francés en materia de Derecho de personas y familia. 10 Louis FAVOREU, La Constitutionalisation du droit, Libro homenaje al profesor Rolad DRAGO, Editorial Económica, p. 31. 11 Consideramos interesante remarcar el fenómeno contrario que ha ocurrido ciertos países del common law: “En términos de cantidad, Inglaterra e Irlanda se han convertido en países de derecho legislativo, prácticamente en la misma medida que los países del continente [europeo] La diferencia es cualitativa, es decir que aun encontraremos los grandes principios del derecho en los case-law de los cursos de common law, mas no en la legislación.” : Mark Van Hoecke, Rector y profesor de la Universidad Católica de Bruselas, VAN HOECK, Le Code civil et la Base commune du droit privé européen, publicado en la obra colectiva Le Code civil, entre ius commune et droit privé, européen, Bruselas, 2005 p. 35 y ss. 12 El propio Napoleón había advertido la necesidad de rehacer el Código Civil cada 30 años. 13 Según el profesor VAN HOECK Mark, ob. cit. p. 41: “Sólo las Países Bajos parecen haber logrado crear un nuevo el Código Civil (1992) que ha logrado asegurar un rol central y fundamental en el derecho privado neerlandés.” 14 Ver en este sentido el trabajo del profesor RÉMY Philippe, Le procesus de dé-codification, en Le Code civil français dans le droit européen, Bruselas, Bruylant, 2005, p. 197 y s. 15 En nuestra opinión, este hecho es uno de las dificultades auto-impuestas por los franceses para frenar la idea de reforma del Código de Napoleón. La idea de su reforma se traduce en una especia de sentimiento de conspiración al forjamiento de un documento público que pertenece a la historia de la humanidad. Tal vez tengan razón. 16 Ver LUPINI BIANCHI Luciano, Ob. cit. p. 35 et s. 17 Recordemos que código es un libro. Una forma de organización lógica y completa de las normas que regulan una disciplina jurídica. Recordemos además que la forma de Código no es idea de Napoleón. Ya antes de éste existían el Código de Ur-Nammu, según el nombre del fundador de la dinastía de los Ur, data de unos 2112 años a.C., el Código de Hammurabi de aproximadamente 1780 a.C., (Hammurabi significa: Hammu es grande y se conserva en el museo del Louvre), el Código Gortyne para la civilización griega, adoptado en Creta a mediados del siglo V a.C., el Código de Justiniano contentivo de una recopilación de Constituciones Imperiales promulgadas luego del Emperador Adriano, promulgado en 529 y reeditado en 534, el Código de Leyes Civiles de 1683 promulgado por Cristian V en Dinamarca, el Código de Suecia de 1734, el Código de Bavaria de 1756 y Prusia de 1794. 18 e CARBONNIER Jean, Essais sur les lois, Editorial Defrénois, 2 éd. Paris, 1995, p. 307 y s. 19 Portalis, Tronchet, Bigot-Préameneu, Maleville, Discours préliminaire en Naissance du Code civil, Travaux préparatoire du Code civil. Flammarion, Paris, 2004 20 SCHMIDLIN Bruno, Le mouvement des codifications en Europe: La formation du système du Code civil français, en Le Code civil français dans le droit européen, Bruselas, Bruylant, 2005, p. 63 21 Diccionario de la Cultura Jurídica, editorial PUF, Paris, 2004. Página 11 de 12 Pedro Saghy 22 La Constitución brasilera de 1988 otorga protección constitucional a todos los miembros de la familia: menores, adolescentes y ancianos. Reconoce nuevas formas de vida familiar: el matrimonio, la unión estable, la familia monoparental y la familia adoptiva. Establece la igualdad entre los cónyuges y de filiación, prohibiendo todo tipo de discriminación en relación a los hijos nacidos fuera y dentro del matrimonio. Estos avances chocaban con las previsiones del Código Civil de 1916, basado en la supremacía del matrimonio y de la filiación legítima. 23 DUNAND Jean Philippe, Entre tradition et innovation. Analyse historique du concept de code, en Le Code français dans le droit européen, Brusela, editorial Bruylant, 2005. 24 Nos referimos en este caso al Code de la route, le Code de la consommation, le Code de la Santé, etc., los cuales lejos de ser verdaderos código, consisten en la Compilación del conjunto de normas relacionadas en mayor o mediano grado con una determinada materia. Estos se reeditan generalmente cada año a fin de permitir un acceso al conjunto normativo de una determinada especialidad. Se hace con independencia del rango jerárquico de las normas que la conforman. 25 Sobre esta técnica véase, BOURSIER Danièle, Codificación y ciencia legislativa en la era digital, Las nuevas herramientas para el mejor manejo y conocimiento del derecho, en www.andresbello.org. Trabajo presentado en las conferencias conmemorativas de los 200 años del Código Civil francés celebradas en el Palacio del Senado de la República francesa los días 3 y 4 de abril del 2004 y el cual tuvimos el honor de traducir. 26 En efecto, en la actualidad sólo se discute, además del contenido del los proyectos elaborados y de la conveniencia de los mismos sobre la falta de competencia para la eventual creación de dicho código. Mas no sobre la forma de código en la que todos los proyectos han sido presentados. 27 Portalis, ob. cit. 28 Recordemos que el término “Código”, proviene del latín “Codex” a su vez derivado de “caudex” que significa “el tronco del árbol”. 29 Portalis, Discours préliminaire en Naissance du Code civil, Travaux préparatoire du Code civil. Flammarion, Paris, 2004 30 Véase LUPINI BIANCHI Luciano, ob. cit. p. 6 et s. 31 Esta característica se muestra evidente en sistema como el venezolano en el que no sólo la Constitución prevé una lista de derechos a favor de los ciudadanos sino que además todos los tribunales de la República tienen competencia constitucional. Esto hace de la Constitución una norma, en principio, eficaz. En relación a este aspecto y a fin de ilustrar los efectos prácticos de la utilización de constitucionalización de Derecho Civil, consideramos oportuno referirnos al caso de la Constitución de la República Popular de China. Aunque el ejemplo es lamentable y opera a contrario, pues sin dudas esto no podría pasar en el sistema venezolano, lo consideramos ilustrativo de lo que se pretende exponer. Se trata de un accidente de transito ocurrido recientemente en una pequeña población de China. En el accidente fallecieron 3 niñas menores de edad, pertenecientes a familias distintas, mientras se dirigía juntas al colegio. El derecho a una indemnización no fue discutido por el responsable. Sin embargo, según la legislación vigente, el representante, en la ocurrencia el padre, de una de las niñas fallecidas no tenía derecho a recibir la misma cantidad de dinero que los otros representantes. La razón: el padre de la niña, habiéndose recientemente mudado con su familia al pueblo en el ocurrió el accidente, aún estaba inscrito en el registro como residente urbano. Aunque la Constitución de la República Popular de China consagra una lista de los derechos de los ciudadanos, incluido el derecho a la no discriminación, el sistema jurídico no permite sistemáticamente el uso de la Constitución como mecanismo de defensa frente a leyes o actos que los ciudadanos consideran que perjudiciales. Este ejemplo puede ilustrarnos de las bondades de un sistema que permite el acceso a la aplicación efectiva de la constitución. Véase: www.nytimes, 14 de abril 2006, 3 Deaths in China Reveal Disparity in Price of Lives. Página 12 de 12