de Ciencias Sociales y Humanidades de El Colegio Mexiquense, A.C. Número 37 enero/febrero2006 Homenaje Rosaura Hernández Rodríguez, una otomí del siglo XX María Teresa Jarquín Ortega p.3 z Libro Administración pública y procesos políticos en México de Cecilia Cadena Ignacio Pichardo Pagaza p.8 z Reportaje VIII Congreso Nacional de Investigación Educativa Elvia Montes de Oca Navas p. 11 z Alumnos Los establecimientos de primera letras en el siglo XIX. Carencia y limitaciones Ana Cristina Domínguez Hernández p.13 z Espacios p.17 gaceta 37 gaceta37 enero/febrero2006 1 Umbral De homenajes y cambios EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C. Dr. Carlos F. Quintana Roldán Presidente Mtro. José Antonio Álvarez Lobato Secretario General Dra. Cecilia Cadena Inostroza Coordinadora de Investigación Dra. Diana Birrichaga Gardida Coordinadora de Docencia LAE Georgina Rescala Pérez Coordinadora de Administración y Finanzas Gaceta de Ciencias Sociales y Humanidades de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C. José Luis Cardona E. Coordinador Editorial Marlem Núñez Peñaflor Coordinadora de Información Luis Alberto Martínez López Diseño y formación La Gaceta de Ciencias Sociales y Humanidades de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., es una publicación bimestral de distribución gratuita. Tiraje: 300 ejemplares. Apartado Postal 48-D, Toluca 50120, Estado de México. Ex hacienda Santa Cruz de los Patos, Zinacantepec, Estado de México, 51350, México. Tel. (01 722) 279 99 08, 218 00 56 y 218 01 00, ext. 160. Fax: (01 722) 218 03 58, exts. 200 o 201. Correo electrónico: [email protected] y [email protected] Certificados de licitud, contenido e ISSN, en trámite. 2 37 gaceta37 enero/febrero2006 Honrar, honra, dice el viejo adagio, y este número de la GACETA DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES DE EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., inicia precisamente con una versión del texto que la historiadora María Teresa Jarquín Ortega presentó en su ponencia magistral dedicada a la maestra Rosaura Hernández Rodríguez, dentro del marco del VII Coloquio Internacional sobre Otopames, del que la maestra Chagüita, como es conocida la lúcida y vital homenajeada, ha sido una entusiasta promotora. El Coloquio también sirvió para rendir homenaje al doctor Pedro Carrasco Pizana, investigador imprescindible para entender la historia de los pueblos otopames y a quien estuvo dedicada la ponencia magistral de la doctora Johanna Broda. El etnohistoriador no pudo acudir por razones de salud, pero la GACETA está buscando la manera de publicar en un próximo número una versión de la ponencia de la doctora Broda a partir de la grabación respectiva. No sin tristeza, pero seguros de que una mujer tan infatigable seguirá trabajando, dedicamos unas pocas pero emotivas palabras a la doctora Elvia Montes de Oca Navas, quien luego de diecinueve años de servir a la sociedad desde EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., ha decidido jubilarse. Antes de integrarse a la institución, en 1986, la doctora Montes de Oca ya había recorrido el camino de la docencia. En la sección «Espacios» intentamos decir lo que muy difícilmente se puede decir de un ser humano con las cualidades de la querida historiadora. En tanto, debemos decir algunas palabras del cambio de formato de la GACETA y de la manera en que ahora son ordenados los materiales que la integran. Iniciamos con un seccionamiento que no será fijo, pues si bien le daremos preferencia a las colaboraciones de los/as investigadores/as de EL COLEGIO y de las instituciones afines con las que tenemos una relación permanente, así como a los textos de los alumnos y a entrevistas de fondo, el orden en que esos trabajos será presentado podrá variar de un número a otro, en busca de mantener el interés de los/as lectores/as de este órgano de difusión. El trabajo de la comunidad institucional continúa siendo la materia prima de las labores de difusión, que incluyen los programas de radio y televisión Aula Mayor, la emisión de comunicados de prensa y la organización de entrevistas de los medios informativos con el claustro académico. Desde luego, también está la GACETA que —debemos decirlo autocríticamente— exige continuidad y puntualidad. Los cambios buscan precisamente abreviar las etapas del proceso de lo que hemos intentando como una manera de hacer periodismo académico, en la medida que la precisión y la amplitud quede ahora en los textos con que abrirá cada número. Las ideas evolucionistas y desarrollistas que han influido en diferentes momentos a las Ciencias Sociales observan casi siempre un ascenso de la sociedad a nuevos estadios. La realidad ha demostrado que tales supuestos fallan más veces que los éxitos que se les atribuyen. ¿De qué manera explicar el impasse democrático del país y, por dar un ejemplo internacional, la invasión norteamericana a Irak? Pero, como ha dicho el poeta uruguayo-español Mario Benedetti, para el optimismo no hay vacuna, y en verdad no hay más opción que la de mantener un optimismo razonable en que los valores, principios y conjugación de esfuerzos de los grupos y sociedades más comprometidas con equilibrar libertad y justicia social den resultados positivos en los años por venir. Así lo deseamos especialmente para nuestro país, y desde EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., trabajamos a favor de ello. La GACETA seguirá siendo un medio en que se dé muestra fehaciente de ese compromiso. Luego de diecinueve años de trabajo, EL COLEGIO ha demostrado con creces la utilidad social del conocimiento que aquí se genera, de la formación de maestros/as y doctores/as a través de dos programas de excelencia académica y de la difusión del conocimiento tanto por la vía de la publicación de libros y documentos como de los medios informativos que se interesan en los juicios y puntos de vista de la comunidad académica. Y en vísperas de su vigésimo aniversario, que se cumplirá el 1 de octubre próximo, todo señala que EL COLEGIO tiene un presente vigoroso y un futuro promisorio. Rosaura Hernández Rodríguez, una otomí del siglo XX* Mi encuentro con la maestra Rosaura Hernández Rodríguez, a quien cariñosamente llamamos maestra Chagüita, ocurrió en un aula del antiguo Instituto Científico y Literario, hoy Universidad Autónoma del Estado de México, a mediados del significativo año 1968, cuando yo estudiaba la carrera de Historia de México. La maestra asistía los viernes de cada semana a impartirnos su curso de México antiguo. Pronto nos cautivó por su conocimiento, su amor a la enseñanza, su alegría, su humor y su peculiar sentido de la vida. Rápidamente, captamos que era una historiadora abierta a todos los frentes del conocimiento, capaz de interesarse por nuestro entorno, de conocer las comunidades donde laborábamos y de actualizarse en todos los campos. Una arquera que tiraba certeros dardos al estudio del México antiguo y a su relación con el México actual. Ante todo, una otomí aristócrata de la enseñanza, que abrió la academia a la modernidad y a la sociedad, y, con pasión, buscaba hacer accesible el conocimiento a los no académicos. El espíritu que anima el quehacer de la maestra Hernández (y éste es el motivo por el cual la homenajeamos hoy) está en su in- * Versión de la conferencia magistral ofrecida el 15 de noviembre de 2005 en el VII coloquio internacional sobre otopames realizado en EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C. ** Doctora en Historia de América por la Universidad Complutense de Madrid y en Historia de México por El Colegio de México. Es investigadora de E L C OLEGIO MEXIQUENSE, A. C., del que fue presidenta de 1990 a 1998. De sus numerosas publicaciones la más reciente es Breve historia ilustrada del Estado de México, en coautoría con el doctor Carlos Herrejón Peredo. María Teresa Jarquín Ortega** Radiante e incorruptible es la sabiduría; con facilidad la contemplan quienes la aman y ella se deja encontrar por quienes la buscan y se anticipa a darse a conocer a los que la desean Libro de la Sabiduría, 6, 12-16 La maestra Rosaura Hernández Rodríguez fue homenajeada en el VII Coloquio internacional sobre otopames, en el cual también se rindió homenaje al doctor Pedro Carrasco Pizana, quien no pudo asistir por problemas de salud. A la maestra Chagüita estuvo dedicada la conferencia magistral de la doctora María Teresa Jarquín Ortega, que abre este número. terés por difundir la historia, en su vocación por la crítica, en su preocupación por buscar nuevos medios para trasmitir el conocimiento y en su eterno anhelo de aprender cada día más. Y todo esto, con la humildad que sólo pueden mostrar los que de verdad saben. Releyendo su obra, caí en la cuenta —y espero ser atinada— del profundo interés de la maestra Hernández por el estudio de la historia desde las fuentes documentales has- ta las orales, y de lo más académico a lo más personal. Por eso ha escrito sobre diversos aspectos de la historia de México, de lo que ha resultado el gran acierto que son los «Cuadernos municipales», y hasta un texto —bastante grande— sobre Ignacio Comonfort. Llega al todo mediante la suma de las partes, a través del camino que recorre por los archivos, las bibliotecas y los testimonios orales. Para ella, en la interpretación de la historia, gaceta 37 gaceta37 enero/febrero2006 3 son tan importantes los grandes hechos como los pequeños detalles. Rosaura la historiadora La maestra Rosaura Hernández nació en la fría ciudad de Toluca, el 8 de abril de 1925, en la calle de Hidalgo oriente, cerca del Jardín Reforma, cuando en la cúspide del poder político de México se encontraba la llamada «generación de 1915». Sus padres fueron Manuela Rodríguez, originaria de Toluca, y Quintín Hernández, emigrado de Contreras, Distrito Federal; ambos, de complexión menuda (por eso el resultado). Pronto asistió al jardín de niños «Lauro Aguirre», anexo a la Normal de Señoritas, del que recuerda con cariño a su profesora Margarita Márquez. Vivió cerca de la iglesia de San Diego, en el jardín Reforma, a la que acostumbraba ir a ofrecer flores en mayo. Durante esos años, uno de sus juguetes favoritos fue la Divina Infantita de dicha iglesia, en virtud de que la sociedad de Toluca acostumbraba dejar la efigie en las casas cristianas, para su culto. Por supuesto que al enterarse las beatas de la iglesia, la efigie nunca más regresó al hogar de los Hernández Rodríguez. La familia tuvo que trasladarse a la Ciudad de México en 1930, a la calle de San Marcos, en el centro. La maestra Hernández inició sus estudios de educación básica en la escuela «José Eleuterio González», ubicada en las calles de Patriotismo y Tacubaya. Recuerda que las profesoras de quinto y sexto años tenían por costumbre trabajar, gratuitamente, las tardes de los miércoles, para ayudar a los estudiantes rezagados. Recordemos que en esos años del mandato del Presidente Lázaro Cárdenas, se daban reformas educativas importantes contra la escuela antigua individualista y a favor de la educación socialista, las escuelas prácticas, la organización colectiva, los derechos ciudadanos y la edición de libros gratuitos para unificar el conocimiento y combatir el fanatismo. Además, había un sobrado interés por el desarrollo indígena genuino, que se multiplicó gracias a las brigadas de maestros, médicos y trabajadores sociales. Toda esta filosofía la recibió la maestra Chagüita en sus años de infancia. Posteriormente, continuó sus estudios en la Escuela Secundaria número uno, que se encontraba en la calle de Regina. Recuerda las marchas que realizaban los alumnos para apoyar la política obrera de Lázaro Cárdenas, la expropiación petrolera, en 1938, y la campaña para el pago de la deuda de México. 4 37 gaceta37 enero/febrero2006 Al finalizar sus estudios secundarios ingresó a la Preparatoria número uno, escuela incorporada a la Universidad Nacional Autónoma de México. De esta etapa recuerda con agrado a sus condiscípulos, en especial a uno de ellos, quien reprobó Física luego de estudiar en sus apuntes. Todavía la culpa del resultado. También cuenta otras de sus vivencias en la preparatoria, como su examen a título de suficiencia a la asignatura de educación física, una fría mañana de enero, vestida con el riguroso uniforme de la época: pantaloncito y camiseta blancos, confeccionados por ella misma. Biología fue otra de las materias con que tropezó la maestra Rosaura. Para aprobarla tuvo que trabajar como asistente del maestro Deli. Lo curioso es que al finalizar su encomienda, le ofrecieron dar clases de esta materia en el Instituto Tecnológico Autónomo de México, trabajo que ella rechazó. Ya desde entonces la maestra Chagüita intuía, por obvias razones, que nunca se dedicaría a las ciencias biológicas, y mucho menos a los deportes. Ingresó como alumna de la UNAM en 1944, a la Facultad de Filosofía y Letras, que se encontraba en el hermoso edificio de Mascarones, en el centro histórico. Por esos años, Diego Rivera realizaba el mural del Hotel del Prado, «Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central». La maestra recuerda con agrado a la pléyade de maestros de su facultad, entre ellos, Salvador Azuela, quien impartía Historia Universal; Salvador Toscano, profesor de arte prehispánico; Francisco de la Maza, con el que aprendió arte colonial mexicano; Rafael García Granados, quien la inició en el conocimiento de las fuentes del México antiguo, y con el que incluso trabajó durante tres años como profesora adjunta; Arturo Arnáiz y Freg, quien le dio el curso de México en el siglo XIX; José María Luján, apasionado estudioso de la Revolución Mexicana; Carlos Lazo, que impartía Historia del Arte Universal; Pedro Bosch Gimpera, el refugiado español que predijo que al derretirse los glaciares, debido al calentamiento de la tierra, se ocasionarían cambios climáticos (como los que vivimos actualmente); Miguel León Portilla le impartió el curso de cultura náhuatl y Vito Alessio Robles le dio el curso de Provincias Internas del norte de México, durante dos años. Todos estos profesores hacían patente su visión nacionalista y urgían a sus alumnos a reconocer el trabajo artesanal y las manifestaciones artísticas populares; entre éstas, el muralismo desarrollado entre 1922 y 1950. La maestra vivió la fuerza de las instituciones modernizadoras, la ideología popular del Estado y diversas atmósferas formativas. En ese tiempo, la Facultad de Filosofía y Letras firmó un convenio con la Escuela Nacional de Antropología e Historia, en el cual se estableció que los alumnos de ambas escuelas podrían tomar cursos extracurriculares, con el objeto de beneficiarse de la llegada de varios profesores transterrados, tanto españoles como de otras nacionalidades, que compartieron su visión con los estudiantes e hicieron grandes aportes a las Ciencias Sociales. La maestra Hernández aprovechó esta circunstancia recorriendo el camino que iba del edificio de Mascarones al edificio de Moneda número trece, en el centro histórico. Así, tomó cursos con Paul Kirchhoff, Bárbara Dahlgrem, Wigberto Jiménez Moreno y Salvador Mateos Higuera, especialista en códices. Tres maestros marcaron a la maestra Rosaura Hernández en el estudio del México antiguo: Paul Kirchhoff, quien conducía un seminario sobre la zona de Chalco, al que asistían únicamente dos alumnos, Lothar Knauth y ella; Robert Barlow, quien la inició en el estudio del Valle de Toluca, y Wigberto Jiménez Moreno, quien, a la muerte de Barlow, continuó dirigiendo el trabajo que se transformó posteriormente en la tesis de licenciatura y maestría de su alumna, titulado El Valle de Toluca, su historia prehispánica y siglo XVI, presentada el 21 de octubre de 1954 ante el sínodo integrado por Rafael García Granados, Federico Gómez de Orozco, Ernesto de la Torre, Alberto Escalona Ramos y Wigberto Jiménez Moreno; los suplentes fueron Jorge Gurría y Antonieta Espejo. La maestra Chagüita culpa de sus «vicios», no sólo los de la investigación, a don Wigberto Jiménez Moreno, a quien califica de sabio maravilloso, debido a que la introdujo a depender del cigarro en momentos de tensión desesperada. Relata cómo, a la muerte de Jorge Negrete Moreno, primo-hermano del profesor Jiménez Moreno, ella empezó a fumar por la ansiedad que le causó la espera de un examen con el mismo profesor, quien, por cierto, nunca llegó. Mientras esperaba, fumaba pensando en la terrible prueba. En cuanto al vino, siempre ha dicho que tres copas son lo máximo que puede beber, ya que recuerda que Ce Ácatl Topiltzin Quetzalcóatl se embriagó con cuatro porciones, y tuvo que salir de Tula, Por eso, en su afición, sólo toma tres raciones. Si bien, todos en EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., recordamos la anécdota de la maestra Chagüita clamando por Güisqui una fría mañana de Toluca. (Durante los primero años de EL COLEGIO, ella vivió en Toluca. Acostumbraba salir temprano para ir a misa y, en una ocasión, su perro, llamado precisamente Güisqui, es- capó de la casa. A voces, ella lo llamaba: «Güisqui, Güisqui», temiendo que el animal se perdiera. Un vecino le respondió entonces: «Solamente tengo coñac, maestra»). Entre sus compañeros de generación se encontraban Martín Quirarte, Ernesto Lemoine, Elena Galaviz, Margarita Pérez Poiré y la poeta Susana Francis. Junto a ella también estuvieron Carlos Martínez Marín, Horacio Corona Olea, Berta Ulloa y Tita Braniff, quienes recibieron una beca de Etnohistoria de 125 pesos mensuales. Otro de sus compañeros en la ENAH fue Román Piña Chan, quien ya era un reconocido arqueólogo por haber trabajado en Tlatilco y la Isla de Jaina. Otros integrantes de su generación fueron Felipe Montemayor, antropólogo físico que estudió los restos de los Niños Héroes de Chapultepec; Ignacio Marquina, quien publicó estudios de arquitectura prehispánica; Santiago Genovés, quien investigó los huesos coxales, y Moisés González Navarro y Luis González y González, ambos reconocidos historiadores de El Colegio de México. Su amor por los estudios del México antiguo la llevó a inscribirse nuevamente en la ENAH en el año 2003, para realizar sus estudios de doctorado, cincuenta años después de haber obtenido su primera credencial en esa escuela. La labor docente de la maestra Hernández En 1954, la maestra Chagüita empezó su labor docente en los planteles cuatro y cinco de la Escuela Nacional Preparatoria, la cual cumplió hasta 1977. Hay muchas anécdotas sobre su vida laboral, de las cuales destaco una: En una ocasión, algunos de sus alumnos no estaban prestando el suficiente interés a la clase, lo que obligó a la maestra a recurrir a un método antididáctico, que fue el de comportarse a la altura de ellos, lanzando un borrador de madera a la turba estudiantil. El resultado fue un estudiante descalabrado. Desde ese momento, el grupo comprendió que la profesora era «de armas tomar», literalmente, y que no permitiría indisciplina alguna. Muchos de sus alumnos de preparatoria recuerdan cariñosamente al amor de la maestra por la historia, así como la antisolemnidad con la que veía a los grandes héroes nacionales. Lo sorprendente era que, a pesar de ser una profesora afable e iconoclasta, revelaba en sus clases la verdad histórica e interpretaba acertadamente, desde la actualidad, los hechos, mientras que su inusual método de enseñanza era sumamente efec- tivo: mostraba la otra cara de la historia desde nuevas y enriquecedoras perspectivas. La docencia le dio a la maestra Hernández una lucidez poco común en otros profesores, pues la llevó a pensar la historia como vital e ineludible. En 1957 le encargaron impartir el curso Reforma y Segundo Imperio en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, y en la Escuela Nacional de Comercio y Administración, la clase de Historia del Comercio. Sus conocimientos también los impartió, en 1955, en la Escuela Nacional de Antropología e Historia, a lo largo del curso Fuentes para la Historia Antigua de México. Y en 1959 compartió sus conocimientos en la carrera de Historia de la Universidad Iberoamericana, en los cursos de Paleografía e Historia del México antiguo. Su labor docente la llevó a la provincia. En la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, en 1956, tuvo a su cargo un seminario de textos de historia antigua de México e historia colonial. Con esta experiencia, llegó a la Escuela de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma del Estado de México en 1966, con su curso de Historia del México antiguo. Ahí formó cuatro generaciones de la carrera de Historia. Despertó en sus alumnos el amor a México y su cultura. Muchos de sus alumnos recuerdan los lemas que ella utilizaba, que eran los de la década de los años cincuenta, cuando estaba en su plena formación. Varias fueron las excursiones que realizamos a los cerros de los alrededores de Toluca. A su lado, observamos cómo reconstruía Román Piña Chan la zona arqueológica de Teotenango... con cemento Tolteca. Conocimos las zonas de Malinalco, Teotihuacan y Tula, y nosotros, otomíes y matlatzincas del Valle de Toluca, llegamos hasta el sureste Mexicano. Luego de esas meticulosas travesías por el México antiguo, presentimos la sensibilidad que le habían otorgado los años de docencia y la acumulación lúcida del saber, lo que nos llevaba a vincularla con los hombres y mujeres del mundo prehispánico. Por eso, mi grupo la bautizó como Chagüiscalpantecutli, jugando con la palabra Tlahuiscalpantecutli, que significa «La estrella de la mañana». Si bien impartía clases en Toluca, le tocó vivir el movimiento del 68 en la Ciudad de México. Asegura que nunca tuvo miedo; para ella, fue, nada más, una sensación especial. Su labor consistió en sacar alumnos de la UNAM en su Volkswagen, y su casa sirvió como refugio de la doctora Yolanda Higareda, catedrática de derecho en la UNAM, sobre la que había una orden de aprehensión. En palabras de la maestra Chagüita, el movimiento estudiantil fue una dura lección para todos. En sus cursos, aseguraba que las explicaciones oficiales, y en particular las historias de los grandes patriarcas, no servían para nada. Los verdaderos protagonistas de la historia no son los grandes héroes, sino los ciudadanos convencionales, hartos ya de las crisis políticas, económicas y de conciencia, como lo demostró el movimiento del 68. Así, humanizaba la historia. Su labor como profesora de Historia no se circunscribió al ámbito universitario, pues trascendió al seminario de Coatlinchan, en el que colaboró gratuitamente, aunque algunas veces recibió estipendio en especie (huevos y cebollas) por parte de los Dominicos, y también participó con los Jesuitas en Acción Cultural Politécnico, instituto encargado de dar cultura a los estudiantes de carreras técnicas del IPN y sus alrededores. Sus primeros pasos en la investigación Entre 1955 y 1977, trabajó en el Instituto de Investigaciones Históricas de la Universidad Nacional Autónoma de México. Empezó como auxiliar de investigación con don Rafael García Granados. Su primer trabajo consistió en elaborar el índice de la obra de don Pedro Carrasco Pizana, Los otomíes. Cultura e historia prehispánica de los pueblos mesoamericanos de habla otomiana, obra publicada por el Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM. Desde ese momento, la maestra quedó marcada por los otopames. Por ello, aunque ha realizado varias investigaciones y trabajos a lo largo de su vida, siempre regresa a su ombligo, los otomíes. La maestra Chagüita recuerda con cariño la preparación del Diccionario biográfico de historia antigua de México, en el que colaboró con don Rafael García Granados, reconstruyendo las tablas genealógicas de los señores mexicas de la época prehispánica. Asimismo, se ha referido a la elaboración del presupuesto del Instituto de Investigaciones Históricas, cuando ella y don Pablo Martínez del Río olvidaron un renglón importante, y su jefe les aseguró que, en castigo, tendrían que pasar un tiempo en el Palacio Negro de Lecumberri. La profecía se cumplió, pues la maestra ha pasado mucho tiempo allí, luego de que ese lugar se transformó en el Archivo General de la Nación. Como investigadora de la UNAM le tocó participar en los congresos de historia realizados a bordo del barco de la Armada Mexicana que iba de Acapulco a Baja California, travesía de la que también gozaban las familias de los historiadores. Además, asistió a congresos en Durango, Xalapa y Zacatecas, y otros realizados en otras entidades de Méxigaceta 37 gaceta37 enero/febrero2006 5 co y en el extranjero, sobre todo a los congresos de americanistas. Investigación Dos etapas de la historia de México llamaron la atención de la maestra Rosaura Hernández Rodríguez: la época prehispánica y la Reforma y el Segundo Imperio; la primera, motu proprio, y la segunda, por encomienda del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM ; así como dos áreas geográficas: Tlaxcala y el actual Estado de México. Su objeto de estudio en esta segunda etapa fueron los conservadores, a quienes profesa consideración e intenta dar a conocer con respeto. Asegura que Ignacio Comonfort es el primer priista de la historia y rescata a los generales conservadores, entre ellos, Luis G. Osollo. (No sé si ahora, como están las cosas, dirá lo mismo de Ignacio Comonfort). Puedo asegurar que hay dos etapas de estudio del México antiguo en el trabajo de la maestra Chagüita. La primera, en forma general, sobre las colonias tlatelolcas, la comida prehispánica, las ciudades prehispánicas de México, la vida indígena y los números, las epidemias y calamidades en el México prehispánico, Axayácatl, señor de Tenochtitlan; Moquihuix, los señores reales de Tlatelolco, los números mágicos, habitaciones chichimecas en Texcoco; Matlatlcihuatzin, amor de Nezahualcóyotl; habitaciones de Tenochtitlan, Moctezuma Ilhuicamina, Ixtlilxóchilt, la vivienda prehispánica en el Altiplano de México, las casas de los mayas, Anales de Cuauhtitlan, y varios temas más. Como se aprecia, son investigaciones que ofrecen una visión general del México antiguo y se refieren a la vida cotidiana. En la segunda etapa, sus investigaciones se circunscriben al mundo prehispánico del Valle de Toluca, las cuales, luego de publicar su tesis, dejó interrumpidas, para retomarlas como investigadora de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., y las continúa hasta la fecha. Su labor en EL COLEGIO MEXIQUENSE, A.C. Durante estos últimos 19 años, su ir y venir entre la Ciudad de México y Toluca ha tenido frutos tangibles en la investigación y en la difusión de la historia del México prehispánico, sobre todo en su estado. Luego de jubilarse en la UNAM y de estar un tiempo en Tlaxcala, se incorporó al Centro de Estudios Históricos de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., al fundarse esta institución, en 1986, donde ha laborado de forma ininterrumpida desde ese año. Dos han sido las tareas que realiza con cariño en ésta, su nueva casa de trabajo: la 6 37 gaceta37 enero/febrero2006 difusión de la historia mexiquense en los municipios del estado y la investigación. Para llevar a cabo la primera, se autonombró, en 1987, junto con Luis Alberto Martínez, Jefe de la Unidad de Publicaciones, coordinadora de las «Mesas itinerantes» de EL COLEGIO, para lo cual tuvo que trasformarse en una gambusina de talentos de la historia municipal (si el municipio no va a la academia, entonces la academia tiene que ir al municipio), a los cuales ha animado a escribir, publicar y dar a conocer los hallazgos de su lugar de origen. La siguiente fase del trabajo consiste en organizar una mesa redonda en el municipio del que se trate, en donde reúne a especialistas y cronistas locales, quienes se encargan de trasmitir su conocimiento en forma oral a los habitantes. Por último, coordina la edición de los trabajos resultantes integrándolos en un cuaderno municipal, que es así un producto del rescate histórico. A la fecha, se han realizado ochenta y cinco mesas itinerantes y veinte «Cuadernos municipales». Algunos de los títulos de la serie ya están agotados. La colección es una parte muy importante del catálogo de publicaciones de nuestra institución y es, además, un gran logro de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., pues acorta el abismo que hay normalmente entre la academia y los habitantes de los municipios. La historia de estas mesas está llena de anécdotas, buenas y malas, en donde ha jugado un papel protagónico la maestra Rosaura. Las experiencias que ha vivido en cada uno de esos encuentros han sido, en sus propias palabras, inolvidables: Personas mayores que dan la bienvenida en náhuatl, otomí e incluso matlatzinca; asistentes cuyos padres o abuelos vivieron la revolución de 1910 y que dan su versión de los hechos; jóvenes que admiten sentirse un tanto avergonzados por haber nacido en un municipio del que desconocen la historia hasta que, durante las mesas itinerantes se enteran de la gran tradición histórica de la zona, y, con ello, afirman su identidad. La semilla sembrada quizás tardará mucho tiempo en germinar, pero estamos seguros de que lo hará, segura y orgullosa de ser portadora de la identidad local, estatal y nacional. Podría contar muchas historias de cada una de estas actividades. Por ejemplo, en Texcoco, al participar en la Feria del Caballo, la investigadora francesa visitante Marie Thérèse Réau aseguró tener mucho gusto de ser «una potranca enviada a esa feria junto con la maestra Hernández». Y cabe resaltar la anécdota de Sultepec, adonde regresó la maestra Rosaura, luego de la mesa Itinerante, para presentar el libro coeditado con la Universidad Iberoamericana, en el que se reúnen los textos de las conferencias previas. Las invitaciones corrieron a cargo de la Presidenta Municipal y el pueblo se engalanó para la presentación. Pero, los amantes de lo ajeno, que no de la cultura, también se prepararon... para robar el banco de Sultepec. A la hora de la reunión, apareció la policía para informar a la Presidenta de lo acontecido. Gracias a que la cajera del banco era una hábil mujer, solamente sustrajeron 250 pesos, pero quien perdió fue el dueño de un taxi de un pueblo vecino, cuyo vehículo fue utilizado para el atraco. Las bromas no se hicieron esperar: «que si la organizadora de la “Mesa itinerante” tenía nexos con la mafia del sur del Estado de México y si era cómplice». La verdad no ha sido aclarada. En cuanto a la investigación sobre el mundo prehispánico, su tarea inicial fue elaborar un capítulo para el libro Breve historia del Estado de México, la primera obra editada por EL COLEGIO, en 1987, con el objetivo de reconocer e identificar las lagunas que había en relación con esa época, e iniciar una investigación a fondo para el Centro de Estudios Históricos. La maestra Chagüita no encontró «lagunas», sino «mares» de falta de conocimiento, así que tuvo que actualizar, como punto de partida, su Valle de Toluca, su historia prehispánica y siglo XVI, que se reeditó con el Ayuntamiento de Toluca en 1988. Posteriormente, paleografió una serie de documentos del siglo XVI que fueron encontrados en el Archivo General de Indias, destinados a la serie «Fuentes para historia del Estado de México», en los que se aborda el tema de la «Vista de ojos» realizada para deslindar las posesiones de tierras de los pueblos circunvecinos de Zinacantepec y Toluca. También participó con una sección en un códice Techialoyan. Su texto se titula «Los pueblos y las genealogías en el Códice Techialoyan García Granados». Con el objeto de elaborar un tomo de la Historia general del Estado de México, estuvo en contacto durante varios años con otros investigadores del país y del extranjero que habían trabajado la historia prehispánica del Estado de México. Para ello, realizó seminarios de historia prehispánica, en los que llevaba la batuta, y el resultado fue el segundo tomo de esta historia, publicada en 1998. La presencia de investigadores de diferentes centros y corrientes dio como resultado trabajos interdisciplinarios de muy buen nivel. La maestra Chagüita ha recorrido un largo camino académico que va del edificio de Mascarones al de Moneda, y de la Ciudad Universitaria de la UNAM a EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., en San Francisco Tlalcilalcalpan. En su constante caminar, siempre se renueva, y jamás disminuye su calidad. Educada con ideales de democracia, justicia y revolución, ha descubierto el desafío de la cultura prehispánica de México y respetado la diversidad política, religiosa, sexual y cultural. Éstas son las grandes lecciones que a sus alumnos y colegas nos ha dejado. Un estu- dio del México antiguo en que nos atrevemos a ser mexicanos, con amor a la provincia y a la patria que son divisas nacionales, y en el que hemos sumado aspectos contradictorios de realidades políticas, económicas y sociales que forman un todo. Y ese todo es el amor a la investigación que realizamos en esta casa de estudios. Gracias, Cihuacóatl —así la llamamos aquí—: hermosa, pequeña, sonriente y sin edad, por romper tantos esquemas obsoletos del siglo XX, por ser como es y, sobre todo, por compartir con nosotros su sapiencia y su visión optimista de la existencia. Pasillos y corredores En la larga lista de publicaciones de la maestra Rosaura Hernández Rodríguez destacan El valle de Toluca, su historia prehispánica y siglo XVI, hoy agotado; Toluca 1603. Vista de ojos; los capítulos «Historia prehispánica» y «Conquista española» incluidos en Breve historia del Estado de México, y los que ha trabajado para buena parte de la serie «Cuadernos Municipales», que recogen investigaciones sobre aspectos poco estudiados de los municipios mexiquenses, luego de que entre las comunidades y los/as investigadores/as se da un diálogo enriquecedor durante las «Mesas itinerantes». La generosidad de la maestra Chagüita ha permitido que la GACETA haya publicado textos suyos. «Mujeres de Tlaxcala en el siglo XVI» y «Noemí Quezada»se publicaron en el número 22 (julio-agosto de 2003), y «Barrios indígenas de Toluca, siglo XVI» apareció en el número 28 (julio-agosto de 2004). *** El número 19 de la revista Economía, sociedad y territorio (cuatrimestral desde inicios de 2005) incluye tres artículos dedicados a las cuestiones ambientales desde la perspectiva de lo social. Se trata de «Articulando la sostenibilidad ecológica, económica y social: el caso del cacahuate orgánico», de Pedro Figueroa Bautista, Peter R. W. Gerritsen, Víctor Manuel Villalvazo y Gerardo Cruz Sandoval; «Estrategias ambientales, legitimación gubernamental y regulación social: exploraciones en cuatro ciudades colombianas», de Peter Brand, y «Efectos distributivos de los tributos ecológicos. Apuntes metodológicos». Para redondear la entrega de la revista académica de EL COLEGIO a la que hacemos referencia se publican «Análisis sectorial regional del ciclo de vida de las firmas colombianas en el periodo 1995-2000: un modelo datos de panel», de Marleny Cardona Acevedo y Carlos Andrés Cano Gamboa; «Vinculación de la ciudad histórico-turística de Puebla a través de itinerarios culturales», de Patricia Domínguez Silva, y «Multirreligiosidad en la Ciudad de Méxi- co», de Daniel Gutiérrez Martínez. Redondean el número las reseñas dedicadas a Michel Foucault y las prisiones, de François Boullant, por cuenta de Bruno Lutz Bachère, y Pierre Bourdieu. Campos de conocimiento: teoría social, educación y cultura, de Carlos Gallegos, Luis E. Gómez, Cecilia Ímaz y Yolanda Paredes (coords.), escrita por María Teresa Reyes Ruiz. *** Damos cuenta de los números del 100 al 105 de los «Documentos de investigación», a fin de interesarle en estos trabajos. «Poder financiero transnacional y poder público nacional. El mito del desarrollo y las deudas nacionales en la reforma del Estado», de Carlos Massé Narváez; «El internado como familia: las escuelas rurales en la década de 1920», de Alicia Civera Cerecedo; «Violencia cultural en la escuela: niños invidentes en educación primaria», de Nelson Arteaga Botello y Cristina Dyjak Montes de Oca; «Ciclo económicos y sector externo en México: evidencias de relaciones cambiantes en el tiempo», de Pablo Mejía Reyes, Elías Eduardo Gutiérrez Alva y Benjamín Cruz Flores; «Comercio exterior y fluctuaciones cíclicas en la producción de cerveza en México», de Pablo Mejía Reyes y Liliana Rendón Rojas, y «Ensayo sobre la historiografía mexiquense, de la Revolución al siglo XX», de María del Pilar Iracheta Cenecorta. Quien se interese en su adquisición puede mandar un correo a [email protected], hablar al (01 722) 279 99 08, extensiones 221 y 222, o consultar el catálogo en línea: www.cmq.edu.mx. En esta misma entrega, damos cuenta de las presentaciones de libros tan importantes como oportunos para descifrar algunos enigmas de nuestra realidad, Administración pública y procesos político en México, de Cecilia Cadena Inostroza, y Japón y la regionalización de Asia Pacífico. La creación de APEC (un proyecto inconcluso), de Omar Martínez Legorreta, y en entregas posteriores seguiremos dando cuenta de las novedades editoriales. gaceta 37 gaceta37 enero/febrero2006 7 Administración pública y procesos políticos en México, de Cecilia Cadena Inostroza* Ignacio Pichardo Pagaza** Introducción Agradezco profundamente la distinción que representa formular un comentario sobre un libro muy importante para los estudios de administración pública, escrito por la doctora Cecilia Cadena Inostroza. Es una obra que se agrega, con distinción, a esa bibliografía relativamente escasa en nuestro país, que estudia a la administración pública con el doble enfoque tanto de las propias disciplinas de la administración como el de la ciencia política. Mi comentario se dividirá en varias partes únicamente con el propósito de dar cierto secuencia a mis pensamientos. Sobre el libro mismo Presentación del libro Administración pública y procesos políticos en México, de la doctora Cecilia Cadena Inostroza, quien está acompañada del licenciado Ignacio Pichardo Pagaza, el doctor Carlos Quintana Roldán y el doctor José Luis Méndez Martínez. El de la doctora Cadena no es un libro de texto con fines propedéuticos. Es una obra analítica, perceptiva, trabajada con profundidad. Es una obra de investigación académica, cuidadosamente documentada, con un excelente manejo de su amplia bibliografía. Constituye una auténtica obra de consulta. Desde otro punto de vista, es un libro polémico, debatible en algunas de las tesis en que la autora se compromete y toma posición. ¿Cuál es la metodología escogida para el desarrollo del documento? Yo afirmaría que es un método múltiple, no convencional. Por una parte, sobresale el análisis histórico. Desde los grandes trazos con que se dibuja la evolución de la política y su reflejo administrativo en el siglo XIX mexicano, hasta el acercamiento minucioso, detallado, de los años recientes, especialmente los que corresponden a las tres administraciones federales. La autora se acerca al estudio de la burocracia mexicana con una clara perspectiva sociológica. La sociología es una disciplina para nada ajena a la autora, como tampoco lo es la * Versión del texto leído por su autor en la presentación realizada en el museo Felipe Santiago Gutiérrez, en la ciudad de Toluca, el 30 de noviembre de 2005. La GACETA agradece al maestro Ignacio Pichardo Pagaza su autorización para publicar sus comentarios al libro de la doctora Cecilia Cadena Inostroza, coeditado por EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C. y la Editorial Porrúa, en 2005. ** Político, diplomático y académico de larga trayectoria. Fue Gobernador del Estado de México entre 1989 y 1993 y es investigador especial de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., de cuya Junta de Gobierno forma parte. Entre otras obras, es autor de Modernización administrativa. Propuesta para una reforma inaplazable (EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C. / UNAM, 2004). 8 37 gaceta37 enero/febrero2006 ciencia política —ciertamente, es considerada una destacada discípula mexicana del politólogo español Ludolfo Paramio. La modernidad del libro se pone en relieve con los enfoques del nuevo institucionalismo, a los que con frecuencia acude la doctora Cadena para explicar cómo se inserta la administración pública en la política. Crítica de la administración pública mexicana Con rigor, perspicacia y capacidad de observación inductiva, la doctora Cadena formula, a lo largo del texto, una crítica directa y descarnada de la administración pública mexicana. Como ejemplo, transcribo algunos párrafos: A más de veinte años de impulsadas las reformas económicas y a pesar de los evidentes cambios en la estructura [...] expresados en la mayor apertura al exterior, la menor intervención del Estado [...] y las transformaciones políticas (traducidas en la mayor transparencia y competitividad en los procesos electorales), la corrupción, la arbitrariedad, el abuso, la violencia, las prácticas clientelares y la ineficiencia de las instituciones no ha disminuido. En virtud de que en México no se cuenta con una administración pública profesionalizada, los recursos públicos y el aparato administrativo, han sido utilizados de manera discrecional y arbitraria para aumentar los beneficios y la permanencia de la clase política. Los funcionarios públicos al ver cifrada su permanencia en el empleo la lealtad hacia los jefes inmediatos, no se han ocupado en desempeñar su trabajo en forma responsable y eficaz. Ello ha ocasionado la reproducción de una función pública poco especializada, poco motivada e ineficiente en la prestación de los servicios públicos. Son apreciaciones demoledoras —y desgraciadamente, ciertas en su mayor parte—, que bien podrían quedar como conclusiones del libro. Mucho serviría a la administración pública del país que quienes tenemos vocación o profesamos su estudio, analizáramos con esa frialdad la vida de la administración. Descripciones cuidadosas No obstante lo señalado al principio de este comentario, en el sentido de que el texto de la doctora Cadena es esencialmente analítico, debo subrayar que cuando el análisis requiere de una descripción previa, el resultado es notable. Hago referencia a los capítulos en que se describen las implicaciones del llamado «Consenso de Washington». De igual modo, la equilibrada e inteligente descripción de la crisis económica denominada como «el error de noviembre-diciembre de 1995». Mencionaré, por último, la descripción del conjunto de medidas de reforma administrativa implantadas en el sexenio del Presidente Zedillo, a las cuales la autora califica, acertadamente, como reformas de orientación hacia el mercado. En mi opinión, en este terreno hay una ausencia en el texto que debe hacerse notar: Una reforma que continúa siendo aplicada con éxito y ha servido de modelo a muchos países del mundo. Me refiero al sistema electrónico denominado Compranet. Desde luego que la autora lo menciona, pero no se detiene a estudiarlo. Baste recordar que un tercio del presupuesto federal se eroga en las compras gubernamentales de bienes y servicios, y otra cuantiosa suma, en obra pública. Hablamos de una cifra conjunta que para 2005 asciende aproximadamente a quinientos mil millones de pesos. Ambas áreas, como todos sabemos, son altamente susceptibles a la corrupción y al despilfarro. De ahí la importancia de este sistema de subastas y concursos, que está abierto al público a través de la red. Me habría gustado que la doctora Cadena dedicara algunos renglones a esta medida de reforma zedillista. Las aportaciones teóricas Descubro en el trabajo de la doctora Cadena varias aportaciones teóricas al cuerpo de conocimientos de la administración pública. Las ideas que se manejan, ciertamente encuentran antecedente en otros autores, pero el contexto, las implicaciones y la forma de analizarlas es, sin duda, original. Mencionaré únicamente algunos ejemplos. Uno. La doctora Cadena se adentra en terrenos epistemológicos. Señala que la administración pública puede entenderse y estudiarse como una institución y una organización. Adicionalmente —escribe—, la administración pública es una disciplina con su propio método y su campo particular de estudio. La administración pública es, final- mente, el objeto de estudio de otra disciplina de las ciencias sociales: la ciencia política. Dos. Una idea desafiante —en la que personalmente estoy de acuerdo— es la relativa a que las reformas administrativas que se han intentado en México desde la década de los ochenta y hasta finales del siglo pasado, no han sido derivadas de algún pensador o investigador identificado con el campo de la administración pública. Más bien, han sido resultado directo de las reformas estructurales de la economía liberal y de la reforma política. Por ejemplo, el adelgazamiento del Estado, la desaparición del sector paraestatal, la competencia privada en la compra y prestación de servicios, la desregulación, la descentralización, la rendición de cuentas, la medición de resultados, y otras más. La doctora Cadena las estudia y las coloca en su respectivo contexto político. Tres. Otra idea importante se expresa en las afirmaciones en que la autora señala que el crecimiento económico no nos conduce por sí mismo al desarrollo político democrático, como otros pensadores han afirmado. Se necesita un crecimiento económico distributivo; o sea, un auténtico desarrollo económico que disminuya las inequidades sociales y económicas. Cuatro. Acierta la autora cuando insiste una y otra vez en que la corrupción es uno de los más dañinos fenómenos para el avangaceta 37 gaceta37 enero/febrero2006 9 ce social, pero también subraya la necesidad de dotar de racionalidad a la administración pública. Se entiende a la corrupción como los «arreglos informales» dentro de la administración; es decir, como la actuación al margen de la ley por parte de los actores involucrados. El modelo weberiano de la burocracia racional y eficiente —ese paradigma de las instituciones sociales— queda inutilizado y privado de sentido ante la variable corrupción de los servidores públicos y frente a una sociedad que la tolera y promueve cuando le conviene. Cinco. Mencionaré una concepción de la autora que es válida y que creo que debemos suscribir. Dice la doctora Cadena que ningún programa de modernización o de reforma de la administración pública debe desplazar las tradiciones culturales, los valores históricos y sociales o las identidades de una sociedad. Los cambios institucionales deben respetar el legado cultural de la comunidad. Inquietudes provocadas por el libro de la doctora Cadena La autora da un paso adelante al referirse a los aspectos que vinculan a la administración con el poder político y la sociedad. Cita a la destacada socióloga Renate Mayntz, la cual a su vez, alude a un texto de Weber, quien dice: «una extensa burocracia con conocimientos especializados sirve como instrumento neutral de realización o se independiza como foco específico de poder.» Al leer la cita de Weber, la pregunta consecuentes es: ¿Hasta qué punto la alta burocracia mexicana, especialmente la que se formó en el último tercio del siglo XX , se independizó como un foco específico de poder? Y en caso de que la respuesta sea afirmativa, ¿qué tan dañino o provechoso resultó ese fenómeno para la sociedad? No cabe duda de que aquella burocracia de alto nivel constituía casi una clase social por sí misma. Altamente capacitada desde el punto de vista técnico y académico, sus integrantes eran graduados de las mejores universidades del extranjero —salvo raras excepciones— y con largos años de formación en las aulas o en el sector financiero del país. Constituían la «crema y nata» de los profesionales mexicanos. En ese grupo estaban los subsecretarios de Estado, los jefes de asesores, los secretarios del gabinete; pero también los propios presidentes de la República. Era la famosa y dorada tecnocracia mexicana. Famosa, porque su prestigio se extendía más allá de las fronteras de México; dorada, por sus altos sueldos y privilegios. Sin embargo, uno debería preguntarse: ¿Hasta qué punto esa tecnocracia servía realmente de intermediaria entre las demandas sociales y las decisiones políticas?, ¿acaso sus Libros, libros y más integrantes no eran más bien intérpretes subjetivos de lo que el pueblo deseaba que intermediarios o correas de transmisión hacia los políticos? y, ¿hasta qué punto —como lo insinuaba Weber— esa notable tecnocracia se «independizó» del resto de la sociedad mexicana y de la clase política tradicional, misma que quedó reducida a los espacios del Congreso de la Unión? La situación ha cambiado significativamente. El famoso «gabinetazo» del Presidente Fox ha resultado un conjunto de funcionarios con capacidad normal, sin relieves extraordinarios y, en algunos casos, con buenas intenciones, pero sin mucha experiencia. En general, los subsecretarios y secretarios actuales son personas más cercanas al promedio de la sociedad mexicana, pero no más conocedores de sus problemas. Aparentemente, no disponen de la alta preparación necesaria para atender las necesidades de un país tan complejo como el nuestro. Más temprano que tarde, tenemos que intentar una evaluación sobre estas dos formas de evolución de la burocracia mexicana de alto nivel. Al final de la jornada, la cuestión es: ¿Cuál burocracia sirve mejor? en nuestra librería podrá encontrar libros especializados en las Ciencias Sociales publicados por: El Colegio de Michoacán El Colegio de Sonora El Colegio de Jalisco El Colegio de la Frontera Norte El Colegio de la Frontera Sur El Colegio de San Luis El Colegio Me xiquense Mexiquense Instituto de Ecología, A.C. Universidad V eracruzana Veracruzana y algunos te xtos de El Colegio textos de México Venga a nuestros puntos de venta y adquiera nuestras publicaciones con atractivos descuentos: En la Cd. de México: Cd. de Toluca: Librería Madero (Tel. 55 10 20 68) Librería de El Colegio de México (Tel. 54 49 30 00) Librería Porrúa Hermanos (Tel. 55 10 96 43) Librería Pegaso (Casa Lamm. 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C. —establecido el 23 de septiembre de 1993—, que reúne a investigadores profesionales de todo el país para promover la investigación educativa, y entre sus trabajos está la organización de los congresos nacionales de investigación educativa que se realizan cada dos años. Los trabajos presentados en el VIII Congreso se organizaron para atender nueve áreas temáticas: actores y procesos de formación; gestión y organización de instituciones educativas; aprendizaje y desarrollo; didácticas especiales y medios; currículo; educación, economía y políticas; educación, derechos sociales y equidad; historia de la educación, y filosofía, teoría y campo de la educación y de la investigación educativa. Se presentaron 451 ponencias y once conferencias magistrales, se realizaron cincuenta y nueve simposios, y se presentaron cuarenta y siete libros y cuatro revistas educativas, además de los talleres y conversaciones educativas que se llevaron a cabo. Hubo más de dos mil asistentes entre organizadores, participantes y conferenciantes. Una característica de éste y los demás congresos nacionales de investigación educativa es la importante presencia de jóvenes, quienes acudieron «desde Sonora hasta Yucatán» (como decía el comercial de los sombreros Tardán), unos en calidad de asistentes y otros como ponentes. Muchos de ellos aún estudiantes, interesados en los temas tratados, sobre todo los relativos a la educación en México. Esto me parece esperanzador, pues mientras los / las jóvenes estén interesados(as) en investigar, saber y cambiar lo que se deba cambiar en el sistema educativo mexicano, éste tendrá solución. La propuesta de François Dubet Una de las conferencias magistrales fue dictada por el doctor Françoise Dubet, sociólogo francés, quien expuso «Sociología de la experiencia». Es a esta exposición a la que me quiero referir por la importancia que tienen los temas que abordó el doctor Dubet, especialmente para quienes se dedican a la docencia, quienes encontrarán motivo para la reflexión tanto en esos temas como en las enseñanzas que de éstos se desprenden —muy provechosas para quienes están vinculados de alguna manera con la educación. A continuación, hacemos una reseña de lo dicho por el doctor Dubet, quien inició su conferencia definiendo las «diferencias» que hay entre la educación controlada por la Iglesia Católica y la educación a cargo de los estados llamados liberales. En el primer caso, en nombre de una «educación liberadora» se habla de someter a los alumnos a una razón divina y universal. En ese sentido, sin embargo, la escuela liberal moderna no logró muchos cambios, ya que reemplazó a Dios por conceptos como los de nación, razón y «orden y progreso»; es decir, en la escuela moderna liberal se mantienen principios sagrados, al igual que en la escuela controlada por la Iglesia. Si se amplía la lista con jerarquía cultural y social, los profesores vienen a ser los nuevos «curas», encargados ahora del cuidado y la transmisión de esos principios. En Francia, como en México, las escuelas normales forman curas laicos: profesores definidos por su vocación para transmitir principios sagrados. La razón, la cultura y la nación hablan a través de ellos. La principal virtud de estos profesores es creer en lo sagrado de las naciones laicas. Se alude de esta manera a una disciplina «objetiva» mediante la cual el alumno será libre, pero se cae en la contradicción expresada en la consigna «Obedéceme y serás libre». Al final, se obtiene también un alumno «liberado» en función directa de su obediencia. Lo mismo que en las escuelas religiosas. La escuela es un santuario protegido de los desórdenes, los intereses indignos y las pasiones. Este modelo simbólico ha sido patente. El Estado se impuso en la escuela, pero al retomar los programas educativos de la Iglesia, siguió siendo una escuela donde la sociedad no entra. Profesores sabios al servicio del Estado y la escuela como monopolio de la cultura legítima. Desde hace treinta años, asistimos a la superación de este modelo. Los alumnos permanecen cada vez más tiempo en la escuela, y en gran parte de la literatura escrita por los maestros se les describe como «un poco salvajes» y poco dispuestos a creer en la palabra del profesor ni a jugar el juego de la institución escuela. «El santuario ha sido invadido por los bárbaros». En Francia, como en México, la pobreza, la migración y el desempleo no son problemas sociales nuevos; lo nuevo es que los hijos de los gaceta 37 gaceta37 enero/febrero2006 11 padres que conocen esos problemas están en la escuela por mucho tiempo, y que los maestros dudan entre cumplir con su papel como profesores o el de trabajadores sociales. Con la educación actual entran nuevas culturas a las escuelas, culturas minoritarias que exigen ser reconocidas. La escuela está obligada a comparecer ante la sociedad; es decir, ya no puede, como antes lo hacía, cerrar sus puertas. Conforme más se desarrolla la escuela, más importantes son los títulos, y la relación entre estudiantes y programas curriculares es cada vez más utilitarista: no se asiste a la escuela para educarse, sino para obtener títulos y certificados que sirvan para obtener un empleo. Dada la masificación de la educación, mucha gente tiene un certificado escolar, pero quienes no lo poseen son considerados «lisiados sociales». La distancia entre el ideal de la escuela y las prácticas educativas se amplía constantemente; en contraste, el amor a la cultura gratuita es cada vez más raro. Si pueden y tienen con qué, los padres mandan a los hijos a las escuelas «eficientes», adjetivo que se aplica a las que supuestamente ofrecen mayores posibilidades de obtener un empleo al término de los estudios. Las escuelas son vistas entonces como mercados en que se forman las mejores «mercancías». Desde luego, los más pobres no tienen la posibilidad de escoger la escuela más eficiente, y si los profesores fueron considerados durante mucho tiempo como difusores de la cultura por vocación, hoy el peso de su formación técnica es lo importante. De ello se sigue que su figura es hoy menos «sagrada» y más técnica. Además, se extiende la percepción de los alumnos como sujetos, y la tendencia es considerarlos en igualdad de derechos y con una personalidad respetable. Ya no se puede aplicar más una disciplina autoritaria. Hace cincuenta años, los niños eran golpeados por los maestros y nadie se alarmaba; hoy, en nombre de los derechos humanos, esta práctica está desapareciendo. Las políticas escolares se multiplican con rapidez y las reformas son continuas. Desde hace veinte años, es raro el país en que no se produzca una reforma tras otra. Los sistemas son más complicados, y abundan las políticas de evaluación continua con respecto a la eficiencia y eficacia de las escuelas. La escuela de nuestros días forma parte de un mundo que también se transforma permanente y rápidamente. Sin embargo, la masificación de la escuela no ha incidido en su democratización automática, y la escuela no ha colaborado en la disminución de las desigualdades, debido a que la oferta escolar produce ella misma desigualdad y la segregación racial, religiosa, sexual y económica sigue presente en las aulas. No menos importante es la peligrosa contradicción que hay entre el crecimiento del PIB y el ensanchamiento de la desigualdad. En tanto, el trabajo del maestro se hace más difícil, debido a que los alumnos han perdido su motivación tradicional: el ascenso social, lo que se traduce en problemas de indisciplina y violencia. Hoy, el oficio del profesor es más expuesto y delicado. En la escuela liberal, la personalidad del profesor estaba atrás de su papel social; hoy, está delante. Transitamos hacia sociedades y escuelas que no son mejores, aunque tampoco necesariamente peores. Son resultado de los cambios de la realidad. Esto significa que los profesores deben tener en cuenta primeramente la desarticulación del proceso educativo con respecto a la realidad. Los alumnos viven las tensiones entre escuela y familia, cultura de masas y cultura escolar, identidad juvenil e identidad escolar, intereses intelectuales e intereses utilitarios. Son sujetos que deben resolver problemas, y ya no más actores sociales a los que se debe «rellenar», aunque siguen siendo individuos que tienen que dar por sí 12 37 gaceta37 enero/febrero2006 mismos sentido a sus existencias. En síntesis, deben ser actores sociales y racionales, a la vez. Hoy, el oficio de ser alumno también es más difícil. En otras palabras, el aprendizaje y la disciplina escolar no implican tantas dificultades como la automotivación, producir por sí mismo el sentido del trabajo escolar y tener claro por qué se quiere ir a la escuela. El proceso de socialización de la escuela liberal iba de arriba hacia abajo, y por ello la escuela era una máquina de introducción de saberes y valores para la formación de la personalidad de los alumnos; hoy, ese proceso va de abajo hacia arriba, y el recorrido está marcado por la subjetividad del individuo para consigo mismo. Hoy no se estudia lo que gusta, sino lo que significa mayores posibilidades de ganar dinero. Esto es grave en la medida que aumenta la distancia entre aprendizajes útiles y aprendizajes inteligentes, y dificulta construirse como sujetos. Los alumnos se construyen a sí mismos de conformidad con las posibilidades que ofrecen una sociedad y una escuela no igualitarias. Pero hay que decir que algunos alumnos se logran construir como sujetos en el proceso del estudio. Son lo que cuentan con mayores recursos, no necesariamente porque pertenezcan a los sectores sociales más favorecidos económicamente, sino porque participan en su propia formación. Hasta en los países más ricos hay alumnos que rechazan la escuela; unos, con violencia; otros, desertando, y algunos más viviendo en un «mundo juvenil» y no en un «mundo escolar». El rechazo a la escuela los coloca en una situación de fracaso ante la sociedad. Una buena escuela es la que permite a los alumnos rebasar los obstáculos que les presenta la misma escuela. No se puede obligar a los alumnos a ir a la escuela si los certificados no sirven para nada. De esta suerte, mercado y cultura se separan, y el alumno es el que debe buscar vincularlos. El aprendizaje de la democracia no puede ser teórico, sino práctico: la mejor escuela es aquella en la que los alumnos aprenden a vivir juntos, renuncian a plantearse problemas excesivamente ambiciosos y se forman con herramientas cognoscitivas fuertes que los preparan para aprender a lo largo de la vida sin renunciar a la cultura (no necesariamente la cultura escolar). Es necesario partir de la certeza de que los alumnos son inteligentes, pese a que ésta no sea siempre evidente. La escuela formará sujetos si se convierte en el lugar de aprendizaje de la vida y si valora debidamente a los alumnos. La escuela ya no está más para transmitir valores sagrados y ser base de la socialización, sino para formar sujetos pensantes y activos. Por lo tanto, su función es ahora más difícil. Acudimos a una rápida y violenta transformación de las instituciones educativas, que son cada vez menos instituciones sagradas y cada vez más instituciones que resuelven problemas, como consecuencia de una de las aspiraciones de la modernidad: una sociedad de individuos activos y constructores de su propia subjetividad. Hasta aquí la reseña de las palabras del doctor François Dubet. Insisto en que no es ocioso repasar estas reflexiones, y otras más, como un ejercicio de quienes estamos vinculados con la educación, que somos prácticamente todos, y que encontremos nuevos y mejores destinos para la educación en México. Hay que dejar atrás el pesimismo extremo de unos y el optimismo sin fundamento de otros. Que el optimismo excesivo no nos lleve a negar problemas que son reales, y que el pesimismo excesivo no nos concentre en problemas inexistentes o a no ver la solución de problemas que tienen solución. Los pueblos se juegan sus destinos en los rumbos que le dan a la educación, si bien no única ni exclusivamente. Será sano que lo tomemos en cuenta. Los establecimientos de primeras letras en el siglo XIX. Carencias y limitaciones* Ana Cristina Domínguez Hernández** Litografía de la Instrucción Pública en la ciudad de México (AHDFM, 1972: «Instrucción Pública», Vol. 2485). Introducción Las situaciones que se viven en la escuela y, para el caso de este ensayo, particularmente en la escuela primaria, exponen un entramado social. Todos los individuos que participan dentro o fuera de la escuela son muy importantes para el quehacer cotidiano, y entre ellos destacan, desde luego, los profesores. Y en relación con éstos, llama la atención que con sus quejas relativas a las deficiencias de las instalaciones educativas y las carencias de materiales de apoyo, no se dé al mismo tiempo, como un referente importante, la reflexión sobre las condiciones que en otros tiempos han afrontado los docentes para desarrollar su labor. La historia de la educación permite entender el origen y causas de las situaciones mencionadas además de una constelación de temas, asuntos y hechos, y contrastarlos con los de nuestro tiempo. Carlos Pereyra advierte de que «la historia no es juzgar, es comprender y hacer comprender» (Pereyra, 1980: 30). Específicamente, la historia social se apoya en la demografía, la política, la economía y el trabajo para entender el desempeño, retos y logros de los grupos sociales y los individuos. Su propósito es entonces el de estudiar las maneras de vivir y de sentir, de soportar * Título modificado por la Redacción. ** Licenciada en Educación Primaria. Es egresada del diplomado «Historia de la educación en el Estado de México ». LA GACETA agradece a la doctora Elvia Montes de Oca Navas su apoyo para publicar éste y otros artículos de egresados de dicho programa, que aparecerán en los números siguientes. y de luchar (Tuñón, 1986: 5) de los sujetos que, como actores sociales, protagonizaron su propio desarrollo histórico, pero que permanecen en la invisibilidad (Civera, 2002). Pilar Gonzalbo subraya que toda historia es historia social, que toda historia social es historia cultural y que la historia social de la educación es una historia cultural de la sociedad (Gonzalbo, citada en Galván, 2002: 22). La historia social de la educación contribuye a rescatar del anonimato a los actores sociales del campo educativo y sacar a la luz sus historias particulares, en tanto que fueron ellos quienes construyeron la realidad que les tocó vivir y, por lo mismo, investigar sus acciones es básico para la historia de la educación. Dentro del marco esbozado, en este texto se analizan las condiciones materiales de las escuelas de primeras letras de la Ciudad de México y del Estado de México, durante los dos primeros tercios del siglo XIX —concretamente entre los años 1821 y 1876—, para lo cual inicia con un breve repaso de los aspectos relacionados durante la Colonia, en especial, lo relativo a la constitución de los establecimientos de instrucción elemental en 1601, año en que se configuró el oficio de las primeras letras en la sociedad novohispana; se continúa con la introducción de las Reformas Borbónicas en 1786, como un hecho trascendente por la creación de las escuelas pías, y en relación con el México independiente, se presentan algunas evidencias sobre las condiciones materiales en que funcionaron los establecimientos o escuelas de primera enseñanza, para, finalmente, presentar algunas conclusiones. Las fuentes primarias consultadas se encuentran en el Archivo General de la Nación (AGN) y en el Archivo Histórico del Distrito Federal (AHDF). En las citas se conserva la ortografía original. Las fuentes secundarias son citadas a lo largo del texto. Antecedentes Para el caso mexicano, la instrucción de la niñez y de la juventud es una preocupación social que nació cuando las familias aceptaron que era indispensable transmitir a sus hijos los elementos mínimos de la formación educativa: lectura, escritura y cálculo aritmético. Lo primero que se hizo para atender esa tarea fue buscar a personas preparadas y ajenas a la familia. No fue difícil percatarse de que era más viable en términos económicos reunir a los pequeños de varias familias para que fueran instruidos. Éste es quizás el antecedente colonial inmediato del surgimiento de la figura del maestro y de los establecimientos educativos, y como la sociedad novohispana estaba claramente estratificada, pocos niños y jóvenes recibieron los beneficios de la educación así considerada. Sin embargo, el maestro de primeras letras desempeñó su oficio probablemente un poco antes de 1601. En ese año, el hecho significativo fue que nació el gremio del Nobilísimo Arte de Primeras Letras (Arce, 1982: 49). Así, la instrucción era particular y sólo para los hijos de las familias que pudieran pagarla. El maestro reunía su paga cobrándola individualmente a cada uno de sus discípulos, y, por el estipendio que recibía, estagaceta 37 gaceta37 enero/febrero2006 13 ba obligado a enseñar la doctrina cristiana y los rudimentos de la lectura, la escritura y el cálculo aritmético. Para transmitir esos conocimientos debía ser no sólo una persona preparada y examinada, sino además miembro del gremio de maestros. Esto último le daba el derecho a disfrutar de las garantías y privilegios que le ofrecía dicha pertenencia. Hay que subrayar que los maestros de primeras letras gozaban de los privilegios otorgados por la Corona Española, tales como no ser encarcelados, portar armas, tener cuatro esclavos y usar caballo (AHDF, 1786: «Instrucción Pública», Vol. 2475, Exp. 35). Algunos maestros de primeras letras optaron por adaptar algún local para poder reunir a los discípulos, mientras que, por otra parte, los maestros leccionistas acudían a la casa del discípulo o bien en su propio hogar impartían clase (Larroyo, 1979: 15). Desde las mismas Ordenanzas de Intendencia del Nobilísimo Gremio de Maestros de Primeras Letras se controló la ubicación de los establecimientos: “6ª. Ítem, que ningún maestro de los que conforme a estas ordenanzas fuere examinado, pueda poner escuela junto a otro que lo esté, salvo si la tuviere dos cuadras en cuadro.” (Gonzalbo, 2000: 239-243) El siglo XIX Fue con la introducción de las Reformas Borbónicas,1 en la segunda mitad del siglo XVIII, que surgió la escuela municipal, específicamente en 1786 (Tanck, 2000: 16). La escuela municipal es el antecedente más remoto de lo que hoy conocemos como escuela pública y dentro de ella, razas y clases sociales tuvieron acceso a la instrucción elemental. En la Ciudad de México se instalaron las dos primeras escuelas municipales financiadas por el erario público: una para niños, en la que se les enseñaba a leer, escribir, las cuatro operaciones básicas y la religión cristiana, y la otra para niñas, que debían aprender a leer, religión cristiana y labores consideradas «propias de su sexo», como coser y bordar. Las escuelas pías —escuelas piadosas y de caridad (Aguirre, 1963: 53)— fueron creadas para instruir a la niñez menesterosa de la capital luego de que las epidemias y hambrunas que azotaron la Ciudad de México llevaron a la calle a un número importante de niños y jóvenes que vagaban «sin oficio ni beneficio» (Tanck, 2000: 169). Las dedica1 Las ideas ilustradas de los Borbones promovieron el libre comercio y la limitación de cuerpos privilegiados, hacían hincapié en los derechos del hombre, la igualdad de todos y la ampliación de la participación del pueblo en un gobierno representativo (Tanck, 2000: 115). 14 37 gaceta37 enero/febrero2006 das a los niños fueron instaladas en iglesias y monasterios; las de niñas, en conventos. Estaba a cargo de cada escuela un preceptor seglar. El surgimiento de las escuelas pías no fue obstáculo para que los establecimientos de los maestros agremiados continuaran prestando sus servicios. La inestabilidad social, política y económica caracterizó el fin del siglo XVIII y habría de marcar la mayor parte del siguiente, en cuyos inicios, el movimiento independentista recrudeció la situación de la que fue, al mismo tiempo, resultado. La pobreza era el signo de los tiempos para la mayor parte de la población, incluidos los maestros de instrucción elemental, quienes dejaron de tener la protección de su gremio, que fue suprimido en 1813 (Tanck, 2000: 22-23), y carecían de una legislación educativa que normara tanto la actividad como las condiciones en que ejercían su oficio. Además, las mismas condiciones económicas y políticas dificultaron en extremo el recurso de contar con locales exclusivos para la instrucción elemental. En contraste, los establecimientos de instrucción elemental siguieron ocupando locales adaptados, bien se tratara de locales rentados o de una parte de la casa del preceptor o preceptora. En ocasiones, esos locales tenían muchas carencias para ser considerados como lugares idóneos (en el sentido de confortables) para la enseñanza. Es muy probable que, en su mayoría, las casas fueran inseguras y riesgosas para los estudiantes. Ignacio José Montes de Oca, dueño de una casa de la Ciudad de México, hizo la denuncia de una escuela municipal, ubicada en la Rivera de San Cosme, y solicitó al mismo tiempo que se le entregara su vivienda en renta porque no cubría los requisitos de un local seguro para dedicarlo a establecimiento educativo: Soy dueño de la casa que nombran del conde del Valle, la cual ocupan oy las escuelas gratuitas de niños y niñas. Como interesado en la conservación de dicho edificio debo hacer presente á V.E. que su estado ruinoso necesita de pronta compostura, pues una de las paredes de la ahstancia tiene una cuarteadura que si se deja sin tomar por mas tiempo puede causar algunas desgracias, y la escalera por donde suben y bajan los niños no sólo se le ha caído el pasamano, sino que sólo le han dejado dos vigas pegadas á la pared que sostienen unos estrechos escalones al aire por cuya razón están muy espuestas las criaturas, al menor descuido ó resbalón á caerse y matarse.” (AHDF, 2 de marzo de 1837: «Instrucción Pública», Vol. 2479, Exp. 357, f. 2). En el caso de las «Amigas» también ocurría lo mismo, pues estos establecimientos tampoco eran lugares idóneos. Muchas de las amigas estaban ubicadas en vecindades o en accesorias, pequeños cuartos en el primer piso de viviendas construidas en serie, con una puerta y una ventana dando a la calle. (Tanck, 2000: 63). Concepción Lombardo de Miramón dejó un testimonio de lo que padecieron ella y sus compañeras por la ubicación e insalubridad del establecimiento en que estudiaban: Mis maestras ocupaban una vivienda en el Hospital de Terceros. A la entrada de la casa había un espacioso patio rodeado en cuadro de una ancha galería. A la izquierda de la puerta de entrada una gran escalera y enfrente de la puerta el cuarto que llamaban el depósito, nada menos que era el lugar adonde ponían de cuerpo presente a los muertos. De manera que cuando había un cadáver en aquel cuarto, las niñas pasábamos a toda carrera por enfrente, tapándonos los ojos. (Lombardo, 1989: 3). Situaciones de este tipo también se vivieron en el Estado de México, pues buena parte de las escuelas de primeras letras no eran adecuadas: «la mayoría de las que estaban establecidas contaban con locales insanos, mal situados y peor servidos en sus útiles» (Vega, 1999: 83). En los pueblos de la Ciudad de México y del Estado de México era tanta la miseria que contar con una escuela de primeras letras era considerado un privilegio más que especial, el cual confería prestigio a la comunidad porque le daba un sello de progreso, aun cuando las condiciones materiales del establecimiento fueran precarias: Si el pueblo era afortunado, además de iglesia tiene un mesón y una escuela; ésta se reduce [a] un cuarto con unas cuantas bancas ocupadas por niños en harapos dirigidos por un maestro igual a ellos. Aprenden a deletrear en un viejo libro de leyes y en un pizarrón en el que hay escritas, con mala ortografía, unas cuantas máximas morales. (Noriega, 1978: 1919). Las escuelas de las ciudades y de las cabeceras eran objeto de mejores atenciones por parte de las autoridades que las de los pueblos: «... las condiciones físicas de los locales escolares en ellos eran mucho más deplorables que las de aquellos que estaban en la ciudad...» (García, 1999: 38). Además, en las cabeceras había escuelas municipales, una para niños y otra para niñas, mientras que en los pueblos sólo existía una escuela mixta. Los informes y testimonios de gran parte del siglo XIX relativos a las escuelas del Estado de México señalan que las escuelas de primeras letras eran insuficientes y malas (GEM, 1974: 33). Un informe del Cabildo de Teotihuacán presentado el 28 de noviembre de 1834 da idea de esa situación: Se carece de escuelas, casi no las hay en los pueblos de la municipalidad y sólo mantiene por preceptor a un doctrinero que enseña a los alumnos lo más la doctrina y el conocimiento de las letras, a más de que la distancia de uno y otro pueblo no permite que en el más a propósito se ponga una escuela a beneficio de los demás, pero no acuden los niños, porque son distancias grandes y barrancas que en tiempos de agua, son verdaderos ríos, motivo por el cual suceden muchas desgracias. Por cuyas razones sólo existe [escuela] en la cabecera con el auxilio de la contribución directa. (GEM, 1974: 33). No hay noticia de que durante los dos primeros tercios del siglo XIX haya habido un edificio especialmente destinado a ser escuela; en todo caso, con la aportación de las familias se construía una sala grande para que hiciera las veces de establecimiento escolar. Casi era consecuente que tampoco hubiese mobiliario escolar como ahora lo entendemos. Asimismo, en las denuncias presentadas a los ayuntamientos hay información sobre las malas condiciones higiénicas de los establecimientos. Éste es el testimonio de la preceptora Concepción Alcántara: La casa en la que esta situado el establecimiento tiene dos inconvenientes: el uno, que estando sobre una Tocinería tiene la plaga de los piojos de los puercos, cuyas picaduras no sólo mortifican mucho sino que alguna vez son de serias consecuencias; y el otro, que como en la estación de aguas se pone la Plazuela, a que dá frente, y todos sus alrededores, poco menos que intransitables, deja de ir un gran numero de alumnas, perdiendo tal vez en esta temporada los adelantos adquiridos en la época anterior.” (AHDF, 1854: «Instrucción Pública», Vol. 2481, Exp. 531, 6 ff.). Estas condiciones y el entorno político y económico tanto local como nacional obligaron a los preceptores a recibir a los discípulos en esos locales adaptados como escuelas, y pese a que los mismos maestros procuraron mejorar dichos espacios, la falta de financiamiento impidió ese propósito. Muchas de las denuncias consultadas tienen como objetivo solicitar el traslado de la escuela a otro establecimiento con mejores condiciones higiénicas y materiales. Tal es el caso de una de las Escuelas de Beneficencia, ubicada dentro del mercado en un local al que acudían muchos estudiantes, según el testimonio de Vidal Alcocer, tesorero de la Sociedad de Beneficencia de la Ciudad de México: Tan estrecho este y el numero de alumnos que concurren sea tan crecido; que para no despedir á los niños que no caben, se tenga que alternar cada tercer día unos con otros y como por otro lado, se haya notado que tanto estos como algunos Preceptores se han enfermado por la poca ventilación, y el numero considerable de alumnos que encierra á pesar de las alternaciones ya dichas; considerando 1º que dos ó tres días de alternaciones atraza á los alumnos, 2º que se hayan en muy buena disposición la clase de jóvenes que allí concurren para mejorar de costumbres, y que si se les quitara de allí el Establecimiento por las incomodidades espresadas, seria muy sensible á esta Sociedad (...) y por ultimo que aun los mejores preceptores que se han procurado poner allí, no han subsistido por no permitir el local acomodar las clases, que estos Establecimientos deben de tener, y claro es, que los adelantos serian muchos mas si el local presentara un poco más de estencion. (AHDF, 1859: «Instrucción Pública», Vol. 2481, Exp. 586, 4 ff.) Y no sólo se cuenta con registros sobre las malas condiciones en que se encontraban los establecimientos de instrucción elemental, sino que también hay información abundante sobre la falta de los materiales indispensables para la enseñanza de primeras letras, como papel, tinta, libros, pautas para rayar el papel y catecismos, entre otros. Desde luego, abundan igualmente las peticiones correspondientes. Los ayuntamientos procuraron entregar a algunos establecimientos de primera enseñanza los materiales mencionados, pero éstos no eran suficientes para atender a la demanda de los alumnos, en especial de papel, tinta y cartillas. Es más, esas dotaciones eran esporádicas. En cambio, la situación de los establecimientos financiados por los padres de familia era vista como de privilegio: «Las escuelas particulares eran las que por lo regular estaban mejor dotadas y las municipales o gratuitas solían carecer de muchos de los útiles y muebles indispensables.» (Vega, 2001: 236) Pese a las carencias tanto de un local digno como de materiales de enseñanza, los preceptores mantuvieron su optimismo y el interés necesario por conservar abiertos los establecimientos, tener abiertas las escuelas de primera enseñanza existentes y, al mismo tiempo, abrir más, como se aprecia en el examen público del que se extrae la siguiente cita: A pesar de las penurias y zozobras casi [para] continuar en ese rumbo, se ha planteado en Chilapa un establecimiento de educacion, cuyos resultados actuales prometen para lo sucesivo los mas satisfactorios. (AGN, 1836: «Justicia e Instrucción Pública», Vol. 8, Exp. 25, ff. 209-210, Chilapa). Conclusiones Las aulas y los edificios escolares con que cuenta hoy el sistema educativo nacional han sido resultado de la evolución de la instrucción elemental tanto como de los esfuerzos y compromiso de autoridades, maestros, padres de familia y alumnos, sobre la base de una preocupación social que inició en el último tercio del siglo XVIII, se fortaleció en el siglo XIX y tomó su perfil definitivo a lo largo del periodo posrevolucionario. Para el caso de este texto, esa afirmación está subrayada en relación con la educación básica, que hunde sus raíces históricas en la llamada enseñanza de las primeras letras. Los testimonios presentados sobre las carencias de lugares exclusivos e idóneos en términos materiales para la enseñanza de los conocimientos esenciales hablan de percepciones sociales e individuales acerca del papel de la educación en la formación de los gaceta 37 gaceta37 enero/febrero2006 15 niños y los jóvenes, pero son también antecedentes importantes para entender la penuria con que surgió la educación primaria, que fue atendida de manera sistemática, y no sin limitaciones, hasta el siglo pasado. Las evidencias apuntan a que en los periodos históricos precedentes hubo la intención de atender esas carencias, pero la situación del país fue especialmente difícil en el siglo XIX, por la inestabilidad política que abarcó la mayor parte de esa agitada centuria. Con todo, el Congreso Higiénico Pedagógico efectuado en 1889 fue un foro en que se denunció oficialmente las condiciones deplorables e insanas de los establecimientos de primera enseñanza, y durante el mismo se propusieron medidas para que las escuelas contaran con locales exclusivos, adecuadamente ventilados e iluminados, como condición para el mejoramiento de la enseñanza y apoyar la permanencia de los discípulos en las escuelas. Ciertamente, antes de ese congreso hubo instancias que procuraron el mejoramiento de los establecimientos, como la Compañía Lancasteriana, cuyo reglamento incluía un proyecto que definía un plano ideal y las condiciones que debía cubrir la sala a ser utilizada como aula, con las dimensiones idóneas y detalles relativos a la ventilación. Pero, como ya quedó de manifiesto, los preceptores y las maestras del siglo XIX también llegaron a denunciar ante el Ayuntamiento de la Ciudad de México algunas situaciones de riesgo de los locales habilitados como establecimientos escolares. Es necesario insistir en que, pese a las condiciones deplorables de trabajo, el maestro y la preceptora del siglo XIX procuraron instruir a grandes cantidades de discípulos, y más todavía, que no fueron apáticos o indiferentes a esas limitaciones y carencias; antes bien, manifestaron en diversas ocasiones 16 37 gaceta37 enero/febrero2006 su alto sentido de responsabilidad, vocación y lucha por hacer de su oficio una labor de construcción. Referencias consultadas ARCHIVOS AGN: Archivo General de la Nación. Ramos «Justicia» e «Instrucción Pública». AHDF: Archivo Histórico del Distrito Federal. Ramo «Instrucción Pública». BIBLIOGRAFÍA AA.VV. (1978), Historia de México, México, Salvat Mexicana de Ediciones. 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En la inauguración, la doctora Ana María Salazar Peralta, investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, aseguró que México vive un momento histórico que demanda políticas de Estado en materia de cultura para promover la democracia cultural y fortalecer la soberanía identitaria frente a los ejes del poder globalizado. En nombre del comité organizador del encuentro —convocado por veintidós instituciones y dependencias y en el que se presentaron unas sesenta ponencias— aseguró que actividades como el coloquio representan un compromiso académico fundamental cuya meta es el estudio e investigación de las culturas indígenas y su relación con la sociedad nacional y mundial. Por su parte, el presidente de EL COLEGIO, doctor Carlos Quintana Roldán, destacó la presencia histórica en el Estado de México de matlatzincas, mazahuas, otomíes y tlahuicas, que forman parte de la familia otopame con los pames y los chichimeca-jonaz. Durante la defensa de su tesis, la doctora Adriana Sandoval. La segunda titulada del programa presentó el trabajo Los dilemas de acción colectiva en organizaciones comunitarias. Una afectuosa felicitación. MÉXICO, D. F.- Presentación del libro del maestro Omar Martínez Legorreta, La regionalización de Asia Pacífico. La creación de APEC (Un proyecto inconcluso). En el orden acostumbrado, el doctor Carlos Uscanga Prieto, profesor de tiempo completo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM; el autor, el doctor Carlos Quintana Roldán, y el doctor Alfredo Román Zavala, profesor-investigador del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México. Estos grupos son muestra de la diversidad cultural del México del siglo XXI y han demostrado su capacidad para transformarse de acuerdo a las nuevas circunstancias históricas, de ahí que el estudio de su devenir sea un elemento importante para la construcción de la identidad de los mexicanos, y punto clave para entender la complejidad del país y atender la difícil situación que padece gran parte de la población indígena, añadió. En la primera de las conferencias magistrales, el doctor Jacques Galinier, investigador de la Univer- La gráfica ilustra la copiosa asistencia y participación que se sidad de París X-Nanterre, expuso Coloquio internacional sobre otopames. «El panoptikon mazahua-Visiones, substancias y relaciones». Presentó el ade- jo etnográfico por llevar a cabo, se basó en lanto de una investigación en curso en los testimonios de primera mano de sus inIxtlahuaca, Estado de México, sobre la base formantes sobre los significados que se dan de un modelo nocturno de los sueños y de a las imágenes de animales y vegetales en los su interpretación tradicional entre el pueblo sueños, e incluso sobre la antropomorfización de objetos materiales a los que se conceden mazahua. A lo largo de su exposición, el investiga- atributos humanos. La primera de las trece mesas de trabajo dor detalló aspectos poco conocidos de las visiones espectrales que tienen los mazahuas, estuvo dedicada a «Otopames del Estado de y aunque reconoció que falta mucho traba- México: sociedad y religión» y fue moderada gaceta 37 gaceta37 enero/febrero2006 dio en el VII 17 por la doctora Lourdes Báez, en la cual destacaron las participaciones de María Isabel Hernández González, investigadora del INAH, sobre «La Iglesia Interdenominacional y la cultura mazahua de San Antonio Bonixi», comunidad de Ixtlahuaca, y la de Efraín Cortés Ruiz, investigador de la misma institución, sobre «La jerarquización simbólica del territorio en el ritual de grupos evangélicos mazahuas». La segunda mesa estuvo dedicada a «Población y asentamiento», fue moderada por el historiador Raymundo Martínez García y en ella se presentaron cinco ponencias, entre las cuales estuvo «Costumbres antiguas de los otomíes de Jiquipilco», a cargo de la doctora Doris Bartholomew, investigadora del Instituto Lingüístico de Verano. La primera conferencia magistral, «Consideraciones sobre el patrón de asentamiento en la región de Jilotepec», fue ofrecida por la doctora Rosa Bambrila Paz. En la segunda jornada, la maestra Rosaura Hernández Rodríguez, investigadora de EL COLEGIO, dictó la conferencia magistral «Cahuacan», y la doctora María Teresa Jarquín Ortega ofreció la tercera de esas conferencias, que estuvo dedicada a la maestra Hernández Rodríguez, precisamente, a quien se hizo un homenaje a lo largo del coloquio junto al doctor Pedro Carrasco Pizana, quien por motivos de salud no pudo estar presente. Una versión del texto de la doctora Jarquín abre este número de la GACETA. Además, se realizaron las mesas dedicadas a «Migración y género», «Migración y dinámicas sociales» y «Arqueología del Valle de Toluca», y las presentaciones de dos libros en el Museo-taller Nishizawa, en Toluca, organizadas por el Instituto Mexiquense de Cultura. El encuentro se trasladó a San Juan Atzingo para cumplir su tercera jornada, en la que tuvo una destacada participación la Universidad Intercultural del Estado de México y se disfrutó de la amable recepción de la comunidad. Las mesas se trabajo se dedicaron a «Historia y cultura de San Juan Atzingo» y «Experiencias de rescate y aprendizaje». Advertencia tlahuica En esa comunidad, «hay focos rojos que en cualquier momento pueden estallar», afirmó el representante de bienes comunales, Ildefonso Zamora Baldomero, en relación con el conflicto histórico que Atzingo sostiene con el pueblo de Santiago Ocuilan —hoy Ocuilan de Arteaga— por tierras y límites. De esa manera quedó de manifiesto una vez más el origen histórico de los conflictos 18 37 gaceta37 enero/febrero2006 El doctor Sergio García Ramírez y el maestro Omar Martínez Legorreta, durante la conferencia del primero dedicada a la Corte Interamericana de Derechos Humanos. agrarios, como lo han advertido de manera reiterada investigadores de E L C OLEGIO MEXIQUENSE, A. C. Zamora Baldomero presentó el texto «Problemática territorial», que incluyó un recuento del conflicto con énfasis en la resolución de la Secretaría de la Reforma Agraria, a través del Cuerpo Consultivo Agrario —motivada por resolución y ejecutoria de la Suprema Corte de Justicia—, que reconoció y tituló 14 970.32.10 hectáreas a Ocuilan de Arteaga y 25 613.32.10.60 hectáreas a San Juan Atzingo. Pero el procedimiento fue repuesto por el Tribunal Agrario número 9 de Toluca, que resolvió en dos sentencias, en 1996 y 2001, respectivamente, a favor de Ocuilan de Arteaga, las cuales, a decir de Zamora Baldomero, fueron parciales «a favor de Ocuilan», y respondieron a «influencias políticas, intereses económicos y favores partidistas» La cuarta y la quinta jornadas del coloquio incluyeron las mesas de trabajo dedicadas a «Sociedad y religión» (dos), «Lengua y cultura», «Fuentes e historiografía. Geografía histórica», «Cosmovisión y religión en la historia antigua de los otopames»» e «Historia antigua: organización social y económica”, así como las conferencias magistrales «Pedro Carrasco, una semblanza de su obra y sus aportaciones al estudio de las culturas indígenas de México», el otro gran investigador homenajeado durante el coloquio, por parte de la doctora Johanna Broda, y «La cultura del maguey y los grupos otomianos del centro de México», por el doctor René García Castro. El coloquio incluyó la presentación de los libros Levantando sombras (Ediciones C’angandho, Hidalgo, 2005) de Alberto Avilés, que fue comentado por Dora Pellicer, y Las fiestas de los santos (INAH, 2005), editado por Efraín Cortés, que fue comentado por los doctores Beatriz Albores Zárate y Leif Korsbaek. Las presentaciones se realizaron en el Museo-taller Nishizawa, en Toluca. Japón y la regionalización de Asia Pacífico. La creación de APEC (Un proyecto inconcluso), libro seminal MÉXICO, D. F.- Libro llamado a ser la base de estudios que hacen falta y, por lo mismo, pionero. Ambicioso tanto en el detalle como en la cobertura temporal, Japón y la regionalización de Asia Pacífico. La creación de APEC (Un proyecto inconcluso), del maestro Omar Martínez Legorreta, coordinador del Programa Interdisciplinario de Estudios sobre Asia Pacífico, dio ocasión para discutir ampliamente la importancia creciente, e ineludible, de aquella región. La obra está coeditada por EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., y la Universidad Autónoma de Nayarit. En el Centro Cultural Isidro Fabela (Casa del Risco), el presidente de E L C OLEGIO MEXIQUENSE, A. C., doctor Carlos Quintana Roldán, abrió la sesión considerando al libro editado por la propia institución como una obra muy importante, y resumió: ofrece un panorama claro, preciso y amplio de la importancia que Japón tiene en la región y para México. Se refirió al tratado firmado con aquella nación y consideró que el libro fundamenta la necesidad de que México saque el mayor provecho de dicho acuerdo. El presidente de EL COLEGIO agradeció e hizo un reconocimiento a la Universidad Autónoma de Nayarit por coeditar la obra, y al rector de esa institución, maestro Omar Huicar Gutiérrez, por su disposición para llevar a cabo la publicación. La maestra María Cecilia Ortiz Vázquez obtuvo su grado con la tesis Evaluación del impacto individual familiar, en el negocio y comunitario en beneficiarios de programas microfinancieros municipales, 2001-2004. Felicidades. En tanto, el doctor Carlos Uscanga Prieto, profesor de tiempo completo de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, en sus comentarios al libro, dijo que éste reúne un material ágil y versátil, que está orientado al público interesado en Japón y los mecanismos de cooperación regional, pero cumple además con las exigencias de cualquier especialista. Asimismo, consideró al maestro Martínez Legorreta un pionero de los estudios sobre Asia Pacífico, así como un incansable promotor de una mayor e inteligente inserción de México en la Cuenca del Pacífico. Por su parte, el doctor Alfredo Román Zavala, profesor-investigador del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México, afirmó que quienes están interesados en la evolución y el presente del este de Asia y cómo participa Japón en el proceso pueden llenar muchos huecos con el libro. Además, contarán con un repaso histórico detallado del mismo proceso de integración, de los agrupamientos comerciales, la triangulación del libre comercio, la iniciación de la ANSA, la relación de EU con Japón y cómo participa la superpotencia en la región. Se trata de un libro que marca caminos para el análisis, pues su contenido es muy abarcador, y pese a que es muy ambicioso, acotó, es importante tener este tipo de materiales que provocan preguntas, las cuales no surgirían si el libro no hubiese sido publicado. De ahí que uno de sus mayores méri- tos sea el de fomentar la inquietud por la investigación. En su oportunidad, el autor de Japón y la regionalización de Asia Pacífico. La creación de APEC (Un proyecto inconcluso) — quien fue Secretario General de El Colegio de México, embajador ante la República Popular China y primer presidente de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., donde actualmente es el coordinador del Programa Interdisciplinario de Estudios sobre Asia Pacífico—, relató que fue durante el año sabático que tuvo en 2000 en Japón cuando decidió escribir el libro, al que consideró muy ambicioso, pero no acabado. Se detuvo en las propuestas japoneses para la regionalización de Asia Pacífico y dijo que la obra está dirigida al público en general y a los estudiantes, pues aquélla es una región cercana y lejana a la vez para México, con la que éste comparte once mil kilómetros de litoral y una historia que se remonta al siglo XVII. Insistió en la necesidad de que en los diferentes sectores que componen la sociedad mexicana se despierte interés por Asia Pacífico, en vista de su indudable importancia. «México tiene en esa región uno de sus grandes atrasos en materia de aprovechamiento de oportunidades, mayor conocimiento de la misma y de su importancia para el país y su desarrollo». Señaló que en las conclusiones concuerda con que el siglo XXI será asiático, pero ello sólo será posible si se da el entendimiento entre Japón, la República Popular China y Estados Unidos, de lo cual dependerá en gran medida el futuro de la globalización y de los equilibrios internacionales. EL C OLEGIO MEXIQUENSE, A. C., sede de la Red Iberoamericana por las Libertades Laicas Un conjunto muy afortunado de esfuerzos, oportunidades y factores han dado como resultado que EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., a través del Programa Interdisciplinario de Estudios sobre las Religiones (PIER), sea la sede de la Red Iberoamericana por las Libertades Laicas (RILA), en la que además del apoyo de EL COLEGIO concurre el de la Fundación Ford. El antecedente de la Red es Libertades Laicas, definido como «un proyecto alternativo y autónomo, sin fines de lucro, integrado por un pequeño y sólido grupo de investigación y difusión, vinculado con un gran número de asesores académicos y activistas, especialistas cada uno en su ramo, con lo que se conforma un grupo interdisciplinario y descentralizado de organizaciones, grupos y actores». El doctor Roberto Blancarte Pimentel, asesor del PIER y director general de Libertades Laicas, hizo la presentación tanto de la Red como de la página electrónica www.libertadeslaicas.org.mx y de la «Declaración universal sobre la laicidad en el siglo XXI», misma que fue presentada en el Senado francés días después del encuentro con la comunidad de EL COLEGIO, en ocasión del centenario de la separación Estado-iglesias en aquella nación, por los investigadores Micheline Milot, de Canadá; Jean Baubérot, de Francia, y el propio Roberto Blancarte. Éste relató el origen, gestación y desarrollo del proyecto múltiple, y dio lectura a algunas de las partes más significativas de la declaración, la cual será incluida íntegramente en un número próximo de la GACETA, aunque puede ser consultada en la página electrónica mencionada. Para los propósitos de esta nota, reproducimos tres párrafos fundamentales de los principios y valores que inspiran a Libertades Laicas, mientras invitamos a las lectoras y los lectores a consultar la página electrónica. «Creemos que el marco de la laicidad del Estado, bajo cualquier forma legal existente, es el que garantiza los derechos humanos y civiles para la convivencia plural en libertad de conciencia, de creencias y de convicción, ante las tendencias radicales y fundamentalistas que atentan contra ellos. »El proyecto libertades laicas pretende generar un intenso intercambio entre individuos, organizaciones y asociaciones públicas y privadas en Iberoamérica, con el fin de reforzar el conocimiento teórico y práctico de la laicidad y sus libertades afines. Asimismo, busca el fortalecimiento y la consolidación de una comunidad interesada en este tema, con el objeto de generar mayores espacios de libertad y una sociedad abierta. »Esperamos que éste se convierta en un lugar de intercambio de ideas, experiencias y proyectos, en bien de las comunidades académicas y de activistas en favor de los derechos humanos y las libertades. Invitamos a todos a contribuir a este espacio colectivo, con el único objetivo de contribuir (sic) a una sociedad más libre.» El directorio de Libertades Laicas está integrado así: Director General, Roberto Blancarte; Coordinadora General, Ana Laura Correa; Coordinador de Investigación, Daniel Gutiérrez Martínez; colaboradora en contenidos, Nelly Rosa Caro Luján; asistentes de contenidos, Edna Galindo Vargas y Jorge gaceta 37 gaceta37 enero/febrero2006 19 Echeguren; diseño y desarrollo web, Salvador Chávez y Adrián Salgado; diseño gráfico, Luis Alberto Martínez y Alejandra Tella; asesoría en sistemas, Tania Chávez; Comité Asesor Regional: Gabriela Rodríguez y José Luis Aguilar; asesoría externa: Afluentes, A.C., y Demysex, A.C., y editor del boletín Libela, Eduardo del Castillo. Un «hasta luego» para la doctora Elvia Montes de Oca Navas La doctora Elvia Montes de Oca Navas. Historiadora, trabajadora intelectual, investigadora fundadora de EL COLEGIO M EXIQUENSE, A. C. Luego de poco más de diecinueve años de servir a EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., la doctora Elvia Montes de Oca Navas optó por la jubilación. Profesora normalista de origen, licenciada en Filosofía y doctora en Estudios Latinoamericanos por la UNAM, la historiadora ha realizado un trabajo caracterizado por su dedicación a la historiografía, su vocación de servicio, su honda preocupación por difundir la historia del Estado de México para que sobre todo los niños y los jóvenes desarrollen su sentido de pertenencia y su identidad, y su incansable capacidad. Consistente, ordenada, sistemática, ha hecho tareas que sientan las bases para otras investigaciones: indagar en los archivos y llevar el registro puntual de las publicaciones (libros, revistas y otros materiales hemerográficos) relacionados con el Estado de México. A ella le debemos la primera historia de la hacienda Santa Cruz de los Patos, que cobró forma en un libro imprescindible para la comunidad de EL COLEGIO. A su honestidad intelectual y su humildad —siempre se ha considerado una investigadora en formación—, hay que añadir su consistencia intelectual. Enemiga del protagonismo, ha accedido a participar en los programas de radio y televisión Aula Ma- 20 37 gaceta37 enero/febrero2006 yor cuando el tema está dentro del círculo de sus indagaciones, lo que desde estas páginas le agradecemos tanto como su amistad y sus cualidades humanas. En su abundante producción editorial es indispensable mencionar Los dueños y las tierras de la hacienda Santa Cruz de los Patos; Bibliografía histórica del Estado de México (cuyos últimos libros están en formato electrónico), Sor Juana Inés de la Cruz. Bibliohemerografía y La educación socialista en el Estado de México, además de diversos artículos dedicados a la educación socialista en los municipios mexiquenses incluidos en libros de la colección «Cuadernos Municipales», por sólo dar ejemplos importantes pero insuficientes de una lista muy larga. Después de ser testigos de la rutina inflexible de la doctora Montes de Ova Navas para cumplir con sus tareas, estamos seguros que le resultará muy difícil dejar de ser una trabajadora intelectual, y el tiempo nos dará la razón cuando nos enteremos de otra publicación de una mujer digna de los mayores reconocimientos. Hasta pronto, doctora. Gutiérrez Martínez, quienes se integran al claustro de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C. Al mismo tiempo, comparte que el doctor Nelson Arteaga Botello, que se venía desempeñando como investigador y Coordinador de la Maestría en Ciencias Sociales con Especialidad en Desarrollo Municipal, ha sido designado Subdirector Académico de la Facultad de Ciencias Políticas y Administración Pública de la Universidad Autónoma del Estado de México, responsabilidad en la que le deseamos el mayor de los éxitos. Asimismo, le testimoniamos nuestra amistad y agradecimiento por el invariable apoyo que nos dio en las tareas de difusión del quehacer institucional. En tanto, la maestra Susana Medina Ciriaco fue designada Coordinadora de la Maestría. Bienvenida a investigadores que se integran a EL COLEGIO En cuando menos dos generaciones, México no se integrará a Estados Unidos y tampoco será posible la integración de América Latina, aseguró el embajador Gustavo Iruegas, quien se pronunció porque el país recupere el prestigio que llegó a tener, y que se ha perdido, con base en el reconocimiento a una política exterior que le era propia y que se ejercía con independencia diplomática. El ex subsecretario para América Latina y el Caribe y ex representante de México en diversas naciones y organismos señaló que ya no se trata de discutir que la política exterior de la actual administración federal ha sido desastrosa, sino de decidir qué hacer para recuperar aquel prestigio como un bien superior. Invitado por el maestro Omar Martínez Legorreta, coordinador del Programa Interdisciplinario de Estudios sobre Asia Pacífico de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., a exponer la conferencia «Una visión de México y América Latina», el embajador Iruegas consideró que querer asumir el papel de interlocutor entre los demás países y Estados Unidos es «una patraña», pues dado el papel hegemónico de la primera potencia mundial ésta se inclina por mantener contactos directos con el resto de las naciones, todas las cuales pueden hablar con Estados Unidos. Asimismo, cuestionó la matrícula que se ha dado a los mexicanos que trabajan en Estados Unidos porque dicho documento La GACETA da una cálida bienvenida a los maestros Luz María Salazar Cruz y Daniel La maestra Luisa Argelia Carrera Chávez, egresada de la séptima promoción de la Maestría, firma el libro de actas. Su trabajo de titulación es El tercer sector en la atención a la niñez en situación de calle. Análisis en el Distrito Federal (México). Felicidades. Cuestiona el embajador Gustavo Iruegas la posibilidad de una integración pronta de México con EU y AL Reconocido además de por su larga trayectoria diplomática —actualmente está dedicado a la investigación y la docencia—, por su postura crítica ante la política exterior del actual gobierno federal y sus discrepancias con el ex canciller Jorge Castañeda, el embajador Iruegas dijo que México debe recuperar la independencia de su política exterior con los argumentos del carácter belicoso de Estados Unidos y de proclamarse como un país amante de la paz que no convalida la transgresión al derecho internacional y que mantiene sus propias prioridades en materia de seguridad. Fue presentado el libro Administración pública y procesos políticos en México, de la doctora Cecilia Cadena El doctor Vijay Rangarajan habló del presupuesto comunitario europeo. carece de un sustento firme pero al gobierno mexicano le ha servido para que los migrantes abran cuentas en los bancos y envíen sus remesas a menor costo y obtengan licencia de manejo, documento que equivale a la cédula de identidad. El embajador Iruegas hizo un repaso de la relación de México con América Latina, de la apertura comercial mexicana desde su entrada al GATT y a la OCDE, y posteriormente al TLCAN —lo que fue visto por el resto del subcontinente como un intento de ingresar al club de los ricos y de olvidarse de AL—; analizó a grandes rasgos la relación histórica con Estados Unidos y se detuvo en exponer la integración europea como el resultado de cincuenta años de trabajo tanto en la corrección de los desequilibrios económicos de los países que han terminado por conformar la Unión Europea —caracterizados todos por su fuerte clase media— como en la equiparación de órdenes jurídicos. Esos requisitos y tareas son precisamente los que señalan la imposibilidad de una integración de México con Estados Unidos y con América Latina, pues en el primer caso, 80% de los mexicanos no califica para integrarse a la sociedad más rica del planeta ni hay la voluntad política en las sociedades para hacerlo; y en el segundo, América Latina conforma una identidad cultural, pero los países que la integran tienen historias muy diferentes. TOLUCA, ESTADO DE México.- Al comentar el libro Administración pública y procesos políticos en México, de la doctora Cecilia Cadena Inostroza, coordinadora de Investigación de la misma institución, el doctor José Luis Méndez Martínez, investigador de El Colegio de México, destacó la urgente necesidad de ver al servicio profesional de carrera (SPC) como un factor esencial de la transición democrática, y se refirió, apoyándolos, a los argumentos de la autora sobre los daños que ha causado el país la lealtad a las personas más que a las instituciones cuando se integran los gabinetes de los tres niveles de gobierno, cuya base ha sido el clientelismo, el amiguismo y el patrimonialismo, que siguen presentes en la mayoría de las administraciones públicas en México. Hay además una gran desconfianza de la población hacia sus gobiernos, que se traduce en la baja tributación, entre otros efectos nocivos derivados del temor a la corrupción, asentó. Con base en su experiencia, resaltó que el SPC rinde frutos cuando se aplica con decisión, pero admitió que la aplicación de la ley federal respectiva ha avanzado lentamente y con tropiezos, debido a que uno de cada tres concursos realizados por la Secretaría de la Función Pública entre 2004 y 2005 fue declarado desierto. Se necesita un cambio cultural, apuntó, y previno sobre el riesgo de que el SPC pueda derivar en un elitismo institucionalizado. Con la moderación del Presidente de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., doctor Carlos Quintana Roldán, y la presencia del Director General del Instituto Mexiquense de Cultura, ingeniero Agustín Gasca Pliego, y del Director General de Gobernación de la zona Valle de Toluca, maestro Armando Méndez, en representación del Gobernador Enrique Peña Nieto, la doctora Cecilia Cadena Inostroza retomó algunas de las tesis de su libro, en especial que el modelo de desarrollo económico no responde a las necesidades de la sociedad actual y que con las actuales instituciones de gestión pública no se pueden llevar a cabo los cambios que el país necesita. De los comentarios del ex gobernador Ignacio Pichardo Pagaza, investigador especial y miembro de la Junta de Gobierno de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., se incluye una versión en este número de la GACETA. La presentación se realizó en el museo Felipe Santiago Gutiérrez. No hay pérdida de soberanía por aceptar sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos México, y en general cualquier país que forma parte de una convención internacional sobre derechos humanos, no prescinde de su soberanía al aceptar sentencias, afirmó el presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, doctor Sergio García Ramírez, reconocido jurista mexicano, quien, por otra parte, consideró que en México todavía hace falta un sistema penitenciario, que a través de las comisiones de derechos humanos se sabe de violaciones a esas garantías y se manifestó en contra de la privatización de los centros de readaptación social, a los que consideró una obligación única y exclusiva del Estado. Invitado por EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., a través del Programa Interdisciplinario de Estudios sobre Asia Pacífica, coordinado por el maestro Omar Martínez Legorreta, a cerrar el ciclo de conferencias sobre temas estratégicos para el país, afirmó que los derechos humanos son valores absolutos, para empezar la vida misma, y que su tutela no viola la soberanía de los estados, que en ejercicio de esa misma soberanía aceptan participar en tratados internacionales sobre la materia. Luego de presentar un recuento histórico del surgimiento tanto de la Convención Interamericana de los Derechos Humanos como de la Corte respectiva, el doctor García Ramírez aceptó que ha habido y hay reticencias a las sentencias de la corte por parte de algunos estados, pero en general se ha progaceta 37 gaceta37 enero/febrero2006 21 cedido a su cumplimiento, y puso el caso de varios países, a la vez que enfatizó que el binomio democracia-derechos humanos es inescindible. Hizo un amplio reconocimiento a la participación de la sociedad civil, a través de las organizaciones no gubernamentales, de la jor para la operación de la Corte, que debe contar con un mejor presupuesto, expresó. Consultado sobre la posición de la República Popular China en materia de derechos humanos, externó la opinión de que la defensa y reconocimiento de los derechos humanos responde a una concepción occidental, pero de manera directa reiteró su postura con respecto a la defensa y preservación de la vida como un valor absoluto, y dijo que, junto a Estados Unidos, aquel país asiático es el que más sentencias de muerte tiene. Asimismo, en su exposición hizo un amplio reconocimiento a los juristas Isidro Fabela, Padilla Nervo y ahora Bernardo Sepúlveda Amor, quien fue designado juez de la Corte Internacional de Justicia, como mexicanos destacados en el ámbito de los organismos internacionales La comida de fin de año de la comunidad de EL COLEGIO se realizó en la huerta. jurisdiccionales. Fue una tarde fría, pero el ambiente fue muy cálido. Aquí, el doctor Carlos Quintana Roldán, presidente de la institución, da su mensaje de felicitación y buenos deseos. academia y de los ombudsmen nacionales como agentes colaborantes en el trabajo de la Corte, y en particular sobre los últimos dijo que no deben alejarse de su función cuando la protección de los derechos humanos es sometida a la jurisdicción de los tribunales internacionales sobre la materia. Asimismo, el jurista mexicano explicó que en materia de los derechos de los trabajadores migratorios la Corte ha emitido opinión, a solicitud de México, en el sentido de que las normas sobre seguridad fronteriza y en los aspectos económicos y laborales que son potestad de los estados no deben estar sin embargo por encima de los derechos humanos de los migrantes, pues, insistió, éstos son valores absolutos. En la sesión de preguntas y respuestas, aceptó que el presupuesto anual de la Corte —cuya sede está en San José de Costa Rica— es apenas de 1.3 millones de dólares, que permite sólo tener entre cuatro y cinco periodos de sesiones al año de tres semanas cada uno, debido a que la situación financiera de la misma Organización de los Estados Americanos, de la cual depende, tampoco es de bonanza. A pesar de ello, la Corte no tiene rezagos, aseguró. Informó que la Unión Europea y algunos estados, incluido el mexicano, dan aportaciones extra para objetivos particulares, pero ese tipo de financiamiento no es el me- 22 37 gaceta37 enero/febrero2006 La desigualdad social, la corrupción y la pésima democracia, entre los retos más urgentes de México México vive un cambio de régimen y no una simple alternancia política, lo cual se aprecia en los logros que significan la separación de poderes, el margen de maniobra de las entidades federativas, el acceso a la información pública y que los resultados de las elecciones hayan ganado en incertidumbre; sin embargo, la democracia mexicana es pésima, los líderes políticos son mediocres, la corrupción, el narcotráfico y la falta de crecimiento económico junto con las diferencias abismales en la distribución del ingreso señalan riesgos concretos y muy graves para el país. En su conferencia magistral «Coyuntura política actual», el doctor Lorenzo Meyer, profesor-investigador de El Colegio de México, hizo un balance de los éxitos y de los problemas que ha traído consigo lo que enfatizó como cambio de régimen a partir del año 2000, el cual refirió a la nación pero matizó en relación con los estados, en donde, dijo, sigue habiendo subsistemas del antiguo régimen, como en el Estado de México y Oaxaca, ejemplificó. El especialista en relaciones internacionales, historiador y analista político acudió a EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., para ofrecer sus reflexiones en la ceremonia de clausura del diplomado «Historia sociopolítica de México», coordinado por la doctora María Teresa Jarquín Ortega, y en la sesión de preguntas defendió su afirmación de que México ha tenido el primer cambio pacífico de régimen en su historia, a la vez que consideró que la corrupción social es una forma de defensa de la ciudadanía ante la brutal corrupción de los políticos. En su sencilla, directa y hasta humorística exposición, repasó momentos históricos del siglo XX caracterizados por la violencia y el fraude electoral, e incluso se refirió al agitado siglo XIX y las diversas guerras que lo marcaron. Sobre esa base sostuvo su afirmación relativa al cambio de régimen, aunque aceptó que intelectuales, académicos e incluso políticos de diverso signo consideran que se trata apenas de una alternancia en el poder y que falta todavía la instauración plena de la democracia. Por otra parte, a nombre de los doce egresados del diplomado, y ante el presidente de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., doctor Carlos Quintana Roldán, y la doctora María Teresa Jarquín, Raúl Salazar Navarro dijo que el diplomado les mostró que México no tiene una sola historia, sino muchas, cuya mayor enseñanza es el valor moral necesario para tener opciones ante los retos que afrontan los mexicanos. La competitividad de los países asiáticos y la inversión educativa y tecnológica, retos para la UE y México TOLUCA, ESTADO DE MÉXICO.- Tanto para la Unión Europea (UE) como para México, los retos futuros son claros y tienen que ver con la competitividad que han alcanzado la República Popular China, India y varios países del sudeste asiático, así como algunos sudamericanos; también, la necesidad invertir en educación, tecnología y seguridad contra las nuevas y diversas amenazas del terrorismo, y hacer un política exterior eficaz y robusta. Los riesgos que se deben tomar en cuenta son, en primer lugar, el que representa la gripe aviar, cuya tasa de mortalidad ha pasado de 10% en 1918 a 25% en la actualidad, y se estima que, de mutar el virus y afectar a los humanos, nueve de cada diez personas resultarían afectadas en todo el mundo. En orden de importancia, el segundo riesgo tiene que ver con el abasto de ener- qué país contribuye más y cuál menos, cuánto da y cuánto recibe cada gobierno. Respecto a los egresos, el diplomático señaló que éstos no se erogan de manera nacional, sino por objetivos, programas y sectores; la mayor parte del presupuesto comunitario se destina a financiar la Política Agrícola (PAC) que, según el informe de Breve historia ilustrada del Estado de México, libro de los doctores María Terela Comisión Europea sa Jarquín Ortega (en el foto) y Carlos Herrerón Peredo, tuvo otra exitosa prede 2005, representó sentación, en este caso en la Escuela Normal de Profesores, con sede en Toluca. el 42.6%, y a las operaciones estructuragía, una de cuyas expresiones actuales es la les para las regiones más desfavorecidas feroz competencia por las fuentes, y el terce- (36.4%). ro es el riesgo económico, derivado de los La revisión de la reducción del Reino grandes desequilibrios que están siendo pro- Unido reside principalmente en dos acontevocados por Estados Unidos y la República cimientos de 1984: primero, la proporción Popular China. de presupuesto destinada a la Política AgríDe esta manera lo resumió el doctor Vijay cola Común disminuyó a 47% del total en Rangarajan, Ministro Consejero de la Emba2003, y se proyecta que descienda a 42%; jada Británica en México, quien ofreció la segundo, la prosperidad relativa del país ha conferencia «El presupuesto comunitario de aumentado de tal manera que su INB en 2003 la Unión Europea 2007-2013», a invitación alcanzó 111.2% del promedio de la UE (con del Programa Interdisciplinario de Estudios 15 miembros entonces), y actualmente es más sobre Europa de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. alta que la de cualquier otro contribuyente, C, la cual se llevó a cabo en el Museo Felipe Santiago Gutiérrez del Instituto Mexiquense argumentó. de Cultura. En su exposición, se refirió a la devolución del Reino Unido, de la que dijo que la El magisterio, feminizado, justificación está dada por hecho de que sin pero las profesoras viven ésta la aportación neta al presupuesto de la una realidad sexista UE sería excesiva en comparación con la de otros estados miembros; no obstante, los fondos provenientes de un Estado miembro en La feminización del magisterio es una realiparticular se pueden comparar con los reci- dad, pero en el sistema educativo se mantiebidos a través de diversos programas de la ne todavía una posición sexista, afirmó la docComunidad sobre los cuales la Comisión Eu- tora Oresta López Pérez, presidenta de la Sociedad Mexicana de Historia de la Educaropea publica un informe anualmente. A partir de 1992, la fuente de ingresos ción (SOMEHIDE), que junto con EL COLEGIO de la Unión se compone de las contribucio- MEXIQUENSE, A. C., organizó el diplomado nes nacionales pagadas por los estados so- «Historia de la educación en el Estado de bre la base de su nivel de Ingreso Nacional México», coordinado por la doctora Elvia Bruto. Ahora bien, el aumento paulatino de Montes de Oca Navas. En la ceremonia de clausura del diplola importancia de las contribuciones naciomado, la doctora López Pérez, investigadora nales es consecuencia de la reciente «naciode El Colegio de San Luis, habló del contexto nalización» de las contribuciones, lo cual ha de la educación en el siglo XIX, caracterizado agudizado los debates de equidad y juste por cambios en el régimen de género a partir return. Esto es, los debates sobre el presudel impulso que el Estado dio al modelo de puesto se han volcado cada vez más sobre coeducación fundando colegios mixtos, con el antecedente de las escuelas para pobres. Sin embargo, la educación decimonónica negó a las mujeres el acceso al nivel superior, además de que por cada escuela para niñas había cinco para niños. A ello debe agregarse el énfasis en la enseñanza de labores domésticas, pues prevalecía la idea de que las mujeres debían dedicarse al cuidado de los hijos; y hay que mencionar también la semiprofesionalización en que la feminización del magisterio se dio durante un tiempo largo, hasta el acceso de las mujeres a la formación docente. Con respecto a nuestro tiempo, la doctora López Pérez advirtió de que la feminización del magisterio es una constante en el mundo, derivada en buena medida de la concepción todavía vigente de que la naturaleza de la mujer está vinculada con la educación de los niños. La excepción se da en la educación superior. Sin embargo, en cuanto a la investigación del tema, sólo en Estados Unidos e Inglaterra se ha estudiado la figura de la maestra de escuela pública urbana. En México, el éxito del modelo educativo centrado en la dimensión doméstica se debió a la aceptación generalizada de que se debía preparar a la mujer como pieza de ornato. Con todo, el Estado mexicano impulsó el papel de las maestras rurales dando una imagen positiva de su participación en los movimientos sociales y las manifestaciones patrióticas. De esta manera, esa imagen fue exaltada en la poesía, las canciones y luego en las películas, a lo largo del siglo pasado. La investigadora afirmó que la participación de la escuela en el proceso de formación de hombres y mujeres es insoslayable para profundizar en el régimen de género, y remitió al hecho de que el trabajo de las maestras rurales incluyó la fundación de cooperativas, las campañas de vacunación, la castellanización, la alfabetización, la organización de las mujeres y la promoción de la higiene, en diferentes momentos históricos. Destacó las conquistas contenidas en la Ley de Escalafón de 1933 —igualdad salarial, entre otras—, la formación del Frente Único de Promoción de los Derechos de la Mujer y la obtención del derecho al voto, lograda hasta 1953. Ya en 1921 había 16 mil maestras de primaria, cifra tres veces mayor que la de los maestros, pero actualmente y pese a la creciente feminización del trabajo docente, hace falta investigar cuestiones como el número de las maestras, lo relacionado con sus salarios y lo que tiene que ver con las identidades que están construyendo. gaceta 37 gaceta37 enero/febrero2006 23 Por parte de los egresados y las egresadas del diplomado —veintiuno en total—, participó el licenciado Marco Aurelio Carvajal Leyva, asesor técnico administrativo del Departamento de Escuelas Incorporadas de la Dirección General de Educación Básica del Gobierno estatal, quien hizo un amplio elogio del programa del diplomado y aseguró que el repaso histórico de la educación en el Estado de México les permitió contar con un medio de contraste entre realidades pasadas y actuales. El doctor Carlos Francisco Quintana Roldán, presidente de EL COLEGIO MEXIQUENSE, A. C., se congratuló de los logros del diplomado —el último coordinado por la doctora Elvia Montes de Oca Navas, quien inició su jubilación en 2006—, que constó de seis módulos, treinta y seis sesiones y un total de 166 horas efectivas de trabajo. La mayoría de quienes lo concluyeron son profesores y profesoras de educación básica y normal. El pasado, el presente y el futuro del Plan PueblaPanamá, desde la visión del Embajador Ignacio Villaseñor Arano Estandarte de la política exterior mexicana hacia América Central en el sexenio del Presidente Vicente Fox, el Plan Puebla-Panamá ha logrado avances pero enfrenta retos para lograr la integración regional del sur-sureste mexicano y las naciones centroamericanas. El Embajador Ignacio Villaseñor Arano, titular de la Unidad Coordinadora del Plan Puebla-Panamá de la Secretaría de Relaciones Exteriores, ofreció la conferencia “El Plan Puebla-Panamá y los países centroamericanos” a invitación del maestro Omar Martínez Legorreta, Coordinador del Programa Interdisciplinario de Estudios sobre Asia Pacífico y responsable de diseñar un programa dedicado a las relaciones de México con América Latina. Con una larga trayectoria diplomática a cuestas, el responsable de ese proyecto señaló que el PPP culmina un proceso de cooperación de muchos años entre México y Centroamérica (CA), el cual debió ser revalorado en el contexto de las relaciones políticas, económicas y culturales entre ambas regiones en un momento en que CA debió enfrentar el reto de su propio desarrollo, poco después de que superó los conflictos bélicos que la agobiaron durante muchos años, y ante la necesidad de establecer los canales de cooperación y de vinculación entre los 24 37 gaceta37 enero/febrero2006 nueve estados del sur-sureste mexicano y el conjunto regional centroamericano. Explicó que ello ha sido indispensable en virtud de la interacción tan profunda que se da entre las dos regiones y la incidencia que la problemática de CA tiene en los estados mexicanos en términos económicos, de comunicaciones y transportes, de movimientos migratorios —tanto de poblaciones que se desplazan en busca de trabajo como de las que utilizan el territorio del sur-sureste en su tránsito hacia otros destinos— y de problemas de índole productiva. Todo lo cual señala la interacción más amplia y rica que pueda darse entre dos regiones, asentó. El Embajador Villaseñor Arano abordó un tema de suma relevancia, debido a los cuestionamientos que ha tenido México desde mediados de los ochenta por lo que se ha considerado su alejamiento de AC. El diplomático afirmó que el PPP facilita el establecimiento de consensos regionales y que, a través de una visión común, es posible impulsar acciones conjuntas que buscan atender de manera integral los problemas que afectan a una y otra regiones. Dijo que hay muchos ejemplos, pero empleó en particular el relativo al impacto de los huracanes de 2005, que agudizaron los vectores del paludismo y el dengue hemorrágico. No obstante que México ha tenido un desempeño muy eficaz al respecto, si las naciones de CA no hicieran su parte, el esfuerzo mexicano sería estéril, añadió. Habló asimismo de los proyectos regionales, como el de infraestructura, que responde a la demanda de ampliar las vías para afrontar los retos de la relación económica y de comercio regional, además de hacer fluir «el torrente de personas y de bienes». Gracias a dichos proyectos, se ha logrado una visibilidad que favorece el financiamiento de los mismos, el cual depende principalmente de las naciones centroamericanas, pero como éstas han conocido periodos de no crecimiento económico y de falta de solvencia financiera, el resultado ha sido que varios países carezcan de capacidad crediticia frente a las instituciones financieras multilaterales, detalló. Al ser México promotor de esas iniciativas, su participación se traduce en una garantía ante las instituciones multilaterales y la comunidad internacional, pero el gobierno mexicano no canaliza recursos, y sólo es un aval que favorece la realización de los proyectos. El Embajador Villaseñor Arano definió al PPP como un mecanismo de diálogo y negociación, y expuso lo relacionado con las tareas específicas que se han dado a las naciones. A México le corresponde desarrollo humano; el desarrollo sustentable, a Nicaragua; la prevención y mitigación de desastres, a Panamá; a Belice, el turismo; la facilitación comercial y la competitividad, a Honduras; Costa Rica tiene a su cargo transporte y vialidad; El Salvador, telecomunicaciones, y la iniciativa energética es de Guatemala. Estas iniciativas, para efectos de planeación estratégica, se han dividido en tres vertientes: fortalecimiento institucional, desarrollo humano y su entorno, y desarrollo económico y competitividad, precisó. Con respecto a la evolución del plan, se remitió al Mecanismo de Tuxtla y a la primera etapa, en 2001, en que se identificaron las áreas prioritarias, se asignaron las ocho iniciativas, se delinearon los mecanismos de coordinación y se formaron la comisión ejecutiva, el grupo técnico interinstitucional y la comisión de promoción y financiamiento. En 2002 se dio impulso a la infraestructura, en especial a la red internacional de carreteras y la conducción de electricidad, los temas de desarrollo agropecuario y rural, el compromiso de impulsar la participación la sociedad civil y, en especial, de las comunidades indígenas La tercera etapa, en 2004, permitió la consolidación institucional del plan en toda la región, la creación de la dirección ejecutiva y las direcciones técnicas, así como la incorporación del sector empresarial. Los retos inmediatos del plan fueron resumidos por el diplomático en la consolidación de la estrategia de desarrollar el sur-sureste; asegurar el financiamiento, seguir abriendo el camino para la plena integración, combatir la pobreza, crear empleo, mejorar las condiciones de vida, modernizar la infraestructura y, en síntesis, cambiar la realidad de la región.