Focus Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología Queda prohibida la reproducción total o parcial del presente documento cualquiera que sea el soporte sin previa autorización del Editor. SCOR se esfuerza en garantizar la exactitud de la información contenida en sus publicaciones y renuncia a toda responsabilidad en caso de imprecisión, inexactitud u omisión. Índice Introducción 5 Preámbulo 6 La artrosis hoy: los nuevos conceptos 8 Reseña de la artrosis La artrosis del siglo XXI 8 8 El tratamiento 14 Preguntas / Respuestas 16 La artrosis y la tarificación del riesgo 17 La evaluación del riesgo en caso de fallecimiento / invalidez absoluta y permanente 17 La incapacidad y la invalidez 17 La dependencia 18 Preguntas / Respuestas 19 Panorama de la poliartritis reumatoide 21 Definiciones 21 Las diferentes formas de artritis 21 Evolución de la poliartritis reumatoide 23 Datos demográficos 24 Diagnóstico y atención inicial 24 Consecuencias de la enfermedad 26 Estrategia terapéutica 27 Conclusión 27 Preguntas / Respuestas 30 Valorar la poliartritis reumatoide 34 Diagnóstico 34 Pronóstico 34 Clasificación 35 Estudio de la mortalidad 36 Tarificación del riesgo de muerte 36 Preguntas / Respuestas 38 La espondilitis anquilosante: balance y pronóstico Una enfermedad polimorfa 41 41 Datos epidemiológicos 42 Tratamientos 43 Consecuencias de la espondiloartropatía 43 Conclusión 45 Preguntas / Respuestas 46 Índice Valorar la espondilitis anquilosante 49 Pronóstico 49 Tarificación 49 Ejemplos prácticos de tarificación 50 Conclusión 51 Preguntas / Respuestas 52 Tratamiento de la osteoporosis: una elección para treinta o cuarenta años 54 Recuerdo fisiopatológico 54 Definiciones de la osteoporosis 54 Reconocer la osteoporosis 54 Epidemiología de la osteoporosis 55 Consecuencias médico-socioeconómicas de las fracturas 58 Atención de la osteoporosis 60 Preguntas / Respuestas 61 ¿Cómo valorar la osteoporosis? 65 La osteoporosis en el contexto del seguro 65 ¿Cómo detectar una osteoporosis? 65 Selección y tarificación 66 Preguntas / Respuestas 68 Conclusión 69 Introducción La reumatología es un campo poco conocido aunque en plena expansión. Las personas cada vez sufren más de reumatismo –o en todo caso así lo declaran– ya sea inflamatorio o degenerativo. Con esta nueva publicación pretendemos compartir con ustedes nuestra experiencia con en las patologías reumáticas que encontramos con más frecuencia en nuestra actividad cotidiana de tarificación, así como los conocimientos que hemos profundizado en el marco de los Reencuentros Médicos SCOR. Estos eventos constituyen para nosotros la ocasión de compartir con ustedes nuestras reflexiones sobre los avances médicos y su impacto en el trabajo de la aseguradora de vida. Comenzaremos proponiéndoles un rápido panorama de la reumatología que, en Francia, es una especialidad médica por sí sola. No ocurre lo mismo en todos los países de Europa. Es importante distinguir claramente las distintas patologías, con el fin de apreciar el riesgo y de proponer las condiciones de aceptación más apropiadas. Desde este punto de vista vamos a definir detalladamente las patologías que se encuentran con más frecuencia en los expedientes de suscripción tratados por las aseguradoras. La artrosis La poliartritis reumatoide La espondilitis anquilosante La osteoporosis Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 5 Preámbulo La reumatología trata, entre otras cosas, las afecciones de los huesos. Comprende: • Las patologías de los huesos y de las articulaciones. • Las patologías periarticulares y abarticulares, que afectan a la articulación y a las estructuras que la envuelven: tendones, músculos, etc. • Las afecciones músculoesqueléticas. • Las enfermedades sistémicas (enfermedades próximas a la medicina interna). R e c o r d a t o r i o Una articulación está constituida por dos partes óseas articuladas entre sí, terminadas por un cartílago articular, estando todo contenido en una cavidad: la cavidad sinovial. La membrana o tejido sinovial es la que reviste el interior de la articulación y secreta el líquido sinovial, que es como el «aceite lubricante» de la articulación. Se observa también una cápsula articular que da congruencia a la articulación, estando todo el conjunto animado por los músculos y los tendones. El músculo es la parte que se contrae para hacer mover el hueso, siendo el tendón la porción terminal del músculo que se inserta en el hueso. 1 Principales reumatismos Su clasificación, que se expone a continuación, es general y esquemática y puede cuestionarse en base a ciertos fenómenos interactivos y complejos. En general se habla de artrosis cuando el cartílago está afectado. Cuando la membrana sinovial –el tejido que reviste el interior de la articulación– está afectada o inflamada, se habla de artritis. El tejido sinovial secreta líquido, lo que hace que la articulación se hinche. A continuación se produce una proliferación, dando lugar a un tejido hipertrófico, la inflamación «corroe» el cartílago y el hueso, lo que destruye la articulación. Por tanto el fenómeno es distinto al de la artrosis. Cuando el tendón está afectado se habla de tendinitis. Si el hueso está afectado, podrá desarrollarse una osteoporosis. El hueso es un organismo vivo constituido por bandas proteicas que forman una trama. Cuando dichas bandas están afectadas, el hueso se vuelve más frágil. 6 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología Existen varios otros tipos de afecciones óseas, pero la osteoporosis es la más conocida. Cuando el músculo está afectado se habla de miopatía, de miositis, etc. En el caso de afectación simultánea de varios órganos se habla de enfermedad sistémica. Puede tratarse, por ejemplo, de una poliartritis reumatoide complicada con vasculitis que afecte a la piel, lo que puede provocar importantes necrosis cutáneas. Tradicionalmente los reumatismos se clasifican en dos categorías: las patologías «mecánicas» y las patologías inflamatorias. 2 Las patologías «mecánicas» Se trata de patologías que cursan sin inflamación sistémica. La principal de estas afecciones es la artrosis. En esta categoría también se encuentran diferentes afecciones óseas. Así, podemos encontrar osteoporosis, algodistrofias (desmineralización particular del hueso), osteonecrosis (aplastamientos del hueso), tendinopatías, reumatismos abarticulares, etc. 3 Las patologías inflamatorias Se distinguen cuatro categorías principales de patologías inflamatorias: • Las enfermedades sistémicas y las conectivopatías En esta primera categoría se encuentran todas las patologías reumáticas importantes, siendo la primera la poliartritis reumatoide. Es muy frecuente y se caracteriza por su importancia en términos de discapacidad, de pronóstico y de tratamiento. Por su parte, la conectivopatía corresponde a una afección del tejido conectivo. Las espondiloartropatías representan el segundo gran tipo de patologías. Es un término general que abarca la espondilitis anquilosante o pelviespondilitis reumática, las enterocolopatías, etc. Además añadiremos a esta lista el lupus, una patología compleja y, por tanto, muy difícil de apreciar en tarificación de riesgos agravados. También se encuentran otras patologías como la fibromialgia. Aunque no se ha comprobado que esta enfermedad forme parte de las patologías inflamatorias, SCOR Global Life trata cada vez más expedientes de casos de fibromialgia, igualmente delicados desde el punto de vista de su evaluación. En efecto, esta enfermedad produce una invalidez y una incapacidad importantes, sin que necesariamente comprometa el pronóstico vital. • Los reumatismos metabólicos o microcristalinos Se trata de reumatismos relacionados con depósitos de cristales en las articulaciones. Tradicionalmente se piensa en la gota, siendo la más conocida por el público la gota del dedo pulgar del pie. que da lugar a una secreción anormal de una inmunoglobulina (proteína sanguínea) que ataca el hueso. Las leucemias son hemopatías que pueden afectar los huesos. Los tumores óseos primarios proceden de células óseas. Pueden ser benignos o malignos. Las metástasis óseas son tumores secundarios. Los síndromes paraneoplásicos constituyen un tipo de cáncer que da lugar a manifestaciones óseas o articulares sin presencia de células cancerosas a nivel del hueso o de las articulaciones. Se trata de manifestaciones que acompañan al cáncer. La condrocalcinosis articular consiste en depósitos de cristales de pirofosfato de calcio en la articulación, que pueden provocar dolores articulares, artritis. La hemocromatosis corresponde a una sobrecarga de hierro en la articulación. • Las patologías infecciosas Los microbios pueden afectar a cualquier parte del organismo, incluidos huesos y articulaciones. Cuando un microbio o germen alcanza una articulación, por acción iatrogénica, tras un gesto intempestivo o debido a un terreno particular, pueden desarrollarse artritis sépticas. En la columna vertebral, los gérmenes pueden alcanzar los discos intervertebrales y las vértebras que se encuentran suprayacentes y subyacentes. En estos casos se habla de espondilodiscitis. Los gérmenes pueden alcanzar los mismos huesos, constituyendo las osteitis infecciosas. La enfermedad de Osler es una enfermedad particular a la que los cardiólogos se enfrentan con frecuencia. En esta enfermedad los gérmenes se localizan a nivel de las válvulas cardiacas. Posteriormente pueden aparecer manifestaciones reumáticas debidas a embolias sépticas o a otras causas. • Las patologías tumorales Tanto los tumores como el cáncer pueden afectar también a los huesos. El mieloma es una hemopatía particular Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 7 La artrosis hoy: los nuevos conceptos Prof. Francis Berenbaum • Hospital Saint-Antoine, París El artrósico típico es una persona de edad avanzada que se queja de dolores cuando acude al médico. Éste último generalmente le explica que «es la edad», que sus articulaciones están gastadas y, luego le receta un antiinflamatorio. Póngase en lugar del paciente: le dicen que es el fin, que es víctima de la vejez, que la medicina no puede hacer mucho por él, y se resigna a tomar un antiinflamatorio. Todo esto contribuye muy poco a subirle la moral. Y sin embargo así se veían las cosas hace una decena de años. Pero esta versión clásica está sufriendo una revolución total. Esta enfermedad, que antes se dejaba de lado en la enseñanza porque no había mucho que decir sobre ella en comparación con otras patologías tales como la poliartritis reumatoide o las conectivopatías, en la actualidad se considera de otra manera debido a numerosos avances. man las articulaciones, tienen consecuencias antiestéticas y son dolorosas. En caso de deformaciones muy acentuadas, puede producirse una incapacidad con dificultad para sostener objetos. Ya no existe pinzamiento: el cartílago está destruido, y se observa la aparición de osteofitos o de geodas («agujeros») en el hueso. La otra localización constante de la artrosis es la columna vertebral: a partir de los treinta y cinco años, el 100% de los pacientes están afectados por artrosis a nivel de la columna vertebral. El raquis cervical está afectado en todos los casos, mientras que en algunos la zona lumbar se mantiene indemne. La artrosis se caracteriza por la presencia de osteofitos, picos de loro y una condensación del hueso. 2 1 Reseña de la artrosis La artrosis es un pinzamiento de la articulación. En la radiografía que se muestra a continuación se observa la desaparición de la interlínea articular [ 1 ]. Además el hueso se condensa y aparecen nuevas estructuras óseas, los osteofitos. Si se abre la articulación, por ejemplo, la rodilla, se puede encontrar un resto de cartílago sano, pero la artrosis se caracteriza esencialmente por la destrucción cartilaginosa. La artrosis afecta especialmente a los miembros inferiores, rodilla y cadera, y a la mano por lo que se refiere a los miembros superiores. Una forma especial de artrosis es la de las articulaciones interfalángicas distales, que dan lugar a formaciones nodulares que defor1 8 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología La artrosis del siglo XXI Actualmente hay dos dogmas sobre la artrosis que se están derrumbando. A Primer dogma: la artrosis es la «enfermedad de los viejos» En 1933 se podía decir que la artrosis era respecto a las articulaciones lo que las arrugas respecto a la piel, o las canas al cuero cabelludo. Esto ya ha dejado de ser cierto porque la población envejece [ 2 ] y la artrosis comienza siempre a la misma edad. Sin embargo, la noción de vejez es un dato sociológico. Quizás tener sesenta y cinco años en 1930 podía significar ser viejo, pero en nuestra 2 Envejecimiento de la población 22% 20% 2,4% 18% 2,1% 16% 2,0% 14% 12% 10% 2,0% 1,4% 4,3% 8% 1,7% 1,9% 4,5% 4,5% 4,3% 6,6% 6,4% 7,0% 2000 2005 2010 1,5% 7,1% 6,8% 4,8% 4,2% 6% 4% 5,8% 8,5% 9,7% 10,6% 10,8% 2020 2025 2030 2% 0% 1996 65 a 74 años 2015 75 a 84 años 85 años y más % de población mayor de 65 años y previsión hasta 2030 época ya no es así. Hoy día a los sesenta años se disfruta de los nietos, se viaja, etc. Ahora bien, la artrosis comienza a los sesenta años y culmina a los setenta. Por lo tanto ya no se puede decir que la artrosis sea una «enfermedad de viejos» y explicar a estos pacientes que sufren porque son viejos. Se trata, en efecto, de una enfermedad asociada a la edad pero no podemos conformarnos con esta visión fatalista, tanto por el paciente en su forma de vivir la enfermedad como por el médico en su forma de abordar el problema. El pico de prevalencia de la artrosis se sitúa en los sesenta y cinco años. Los anglosajones, que han observado de forma pragmática que las articulaciones a veces pueden ser inflamatorias o dolorosas y que el hueso puede verse afectado, no hablan de artrosis sino de «osteoartritis». Según las proyecciones para Estados Unidos, las personas con edades comprendidas entre 65 y 74 años representarán el 11% de la población en 2030, frente al 6,6% de hoy. Sabemos que vamos hacia un verdadero envejecimiento de la población. No tenemos datos tan precisos para los demás países desarrollados, pero podemos pensar que el fenómeno será idéntico. B Segundo dogma: la artrosis se debe al desgaste del cartílago Al hablar de desgaste, hablamos de una alteración que parece ser extremadamente pasiva. El desgaste nace naturalmente del frotamiento roce reiterado sobre cualquier material, vivo o no. Así descrito, resulta inevitable y no se puede hacer nada contra este fenómeno degenerativo. Este dogma se ha puesto completamente en entredicho. En 1920 se consideraba que la artrosis era una enfermedad de desgaste del cartílago. Francis Broussais dijo que «todo tejido que no responde con la inflamación a las causas de irritación o de destrucción que actúan sobre el mismo, puede ser considerado como desprovisto de vida». Se dice de un tejido que es inflamatorio cuando es capaz de expresar un cierto grado de inflamación. El cartílago es un tejido que no está vascularizado y que, por consiguiente, Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 9 La artrosis hoy: los nuevos conceptos no puede manifestar inflamación. Sin embargo, el cartílago es perfectamente capaz de expresar un cierto grado de inflamación tal y como se define actualmente. Para designar la artrosis también se ha hablado de «reumatismo crónico degenerativo». C feraciones óseas) y geodas (huecos), bajo el cartílago, en el hueso subcondral. Se trata de fisuras que afectan primero al cartílago y, luego, al hueso, actuando como válvulas: el líquido sinovial penetra, rellena una pequeña cavidad, pero no puede salir, lo que termina creando un hueco. De este modo se explican actualmente las geodas que se observan. Definición de artrosis La artrosis no es sólo una pérdida de cartílago. Actualmente los investigadores se interesan por el tejido sinovial ya que la artrosis también se caracteriza por un cierto grado de inflamación sinovial, que no tiene nada que ver con la poliartritis reumatoide. Asimismo estudian cada vez más el hueso. Normalmente, el cartílago es una superficie lisa, que puede fisurarse en su zona superficial. Este tejido está constituido por células, los condrocitos, que le confieren carácter de tejido vivo. Los condrocitos, que están engarzados en la matriz cartilaginosa, tienen tendencia a agruparse formando acúmulos en el borde de las fisuras, dando incluso la impresión de que se multiplican, lo que parece reflejar algún tipo de reacción. Desafortunadamente, está reacción no parece suficiente. En efecto, el cartílago se desprende y sus fragmentos caen en la cavidad articular. La inflamación se observa al microscopio, cuando se examina el tejido sinovial, en forma de focos azulados que corresponden a las células inflamatorias. Se trata de lesiones focales con cierto grado de inflamación. Otro elemento característico de la artrosis se refiere a las modificaciones óseas [ 3 ]. Se forman osteofitos (proli- El cartílago es un tejido muy azucarado debido a las numerosas glicoproteínas que lo componen y que aumentan su capacidad de conservar las moléculas de agua. Cuando el cartílago está lleno de agua posee buenas propiedades mecánicas. En efecto, debe ser sumamente eficaz desde el punto de vista biomecánico para realizar varios miles de movimientos al día. Con la artrosis, el cartílago pierde proteínas ricas en azúcar, y el colágeno de tipo 2, que constituye la trama del cartílago, se modifica para convertirse en un cartílago de otro tipo y de menor calidad. Estos fenómenos generan una matriz de mala calidad que vuelve al conjunto más frágil ante una agresión mecánica. El segundo elemento importante a tener en cuenta es el deterioro de la matriz que disminuye a causa de un proceso de destrucción muy activo: la síntesis de enzimas por los condrocitos. Estas células comienzan a sintetizar enzimas que debilitan la matriz, pasando así de un sistema extremadamente pasivo a un sistema muy activo. El deterioro de la matriz no es consecuencia de un desgaste sino de un aumento de la actividad de los condrocitos. Por tanto se puede hablar de inflamación si se define ésta como el aumento de actividad de un tejido. 3 Hueso y artrosis Esclerosis del hueso subcondral - Osteofitos 10 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología Geodas subcondrales 4 Degradación del cartílago Citoquinas ROS Componentes de la matriz Estrés mecánico… Mediadores prodegradantes Vías de señalización inducibles Condrocito Regulaciones transcripcionales y post-transcripcionales MMPs Prostaglandinas Citoquinas NO ATP… (MB. Goldring & F. Berenbaum, Clin Orthop Relat Res) Se ha descubierto que existe un desequilibrio de síntesis en el origen de la artrosis. En un cartílago sano se observa un equilibrio entre los factores anabólicos para la fabricación de matriz y los factores catabólicos para la destrucción de ésta. La artrosis provoca un desequilibrio a favor de los factores catabólicos, por lo que hay más enzimas destructores de matriz que factores anabólicos capaces de fabricarla de nuevo. Los investigadores se han preguntado por qué razón los condrocitos comenzaban a sintetizar mayor cantidad de estos enzimas, denominados metaloproteasas (MLP). Si el condrocito comienza a fabricar más MLP, es porque recibe una información a nivel de su membrana celular. Luego, al pulsar un botón –el receptor–, se pone en marcha toda una cascada de señalización desde la membrana hasta el núcleo, donde radica la biblioteca con todos nuestros genes [ 4 ]. Para que pueda tener lugar la síntesis de una proteína, es necesario tomar el libro de la biblioteca y leerlo a continuación. La pulsación del botón activa un proceso que conduce a sacar el libro de la biblioteca para que pueda ser leído. Es este libro el que permite la síntesis. Esta señalización intracelular produce un aumento de la síntesis de MLP. Hoy día sabemos qué es lo que aprieta el botón: se trata en particular de citoquinas proinflamatorias como la IL 1 (interleuquina 1) o el TNF (tumor necrosis factor). También intervienen otros elementos que constituyen distintos tipos de pulsadores. Estos aspectos son importantes en el plan terapéutico, ya que si se impide que las moléculas se comuniquen entre sí, se puede evitar la síntesis de las MLP; si se inhiben los enzimas, se puede evitar la degradación del cartílago; si se evita la pulsación del botón, no tiene lugar la señalización intracelular, etc. Aquí es donde entrevemos los diferentes objetivos terapéuticos futuros. D Iniciación del proceso artrósico Existen dos hipótesis sobre este tema. Un primer enfoque se refiere al estrés mecánico, una sobrecarga en un cartílago normal que termina por degradarse. La obesidad –factor de riesgo mayor de la gonartrosis– es claramente Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 11 La artrosis hoy: los nuevos conceptos el ejemplo de un estrés mecánico con un sobrepeso constante apoyando sobre el cartílago de la rodilla. El genu varo o el genu valgo, deformaciones a nivel de la rodilla, son otros casos de estrés mecánico ejercido sobre el compartimento externo o interno, según el caso. Para pasar de una artrosis asintomática a una artrosis sintomática es necesaria la intervención de un elemento desencadenante. El 50% de los pacientes que sufren, por ejemplo, gonartrosis, experimentarán dolor y sólo el 10 ó el 15% quizás acabe por acudir al médico. Aunque se alega un estrés mecánico y una sobrecarga, no por eso se puede hablar de desgaste. El estrés mecánico juega efectivamente un papel en la activación de los condrocitos. Algunos receptores situados en la membrana del condrocito son capaces de responder al estrés mecánico. En caso de sobrecarga, estos receptores, las integrinas, van a provocar la cascada de señalización en la célula que, a su vez, comienza a sintetizar más enzimas. Es la sobrecarga la que produce una señal a la célula para que comience a fabricar los enzimas que deterioran la matriz. Este fenómeno puede estudiarse en el laboratorio extrayendo fragmentos de cartílago y comprimiéndolos para ver de qué modo se activan las células. Un estudio de Michel Lequesne, de reconocida reputación por sus trabajos sobre la artrosis de cadera, ha observado que del 100% de la población, el 60% sufrirá de artrosis anatómica, el 30% de artrosis radiológica, el 15% de artrosis sintomática, y el 5% sólo consultará. La segunda hipótesis sobre la iniciación del proceso artrósico es la de un cartílago anómalo. Se trata básicamente de un cartílago que no es de buena calidad. Se propone entonces una causa genética. En el caso de la artrosis de las manos, la sobrecarga es rara y sólo afecta a ciertas profesiones (modistas) o a ciertos pueblos (los chinos, que utilizan palillos para comer). Para explicar la artrosis de los dedos, se desconoce el componente genético, pero existe una susceptibilidad genética. También se ha observado que los pacientes afectados de artrosis de los dedos sufren además de artrosis de cadera o de rodilla. La artrosis sintomática es la asociación de artrosis anatómica, dolor y, eventualmente, discapacidad asociada a la destrucción articular. Este concepto de discapacidad es importante. En Estados Unidos, la artritis o el reumatismo representan el 17% de las causas de discapacidad y el 13,5% de las lumbalgias, cifras claramente superiores a las otras causas de discapacidad. La discapacidad locomotora es una discapacidad mayor en comparación con otras posibles discapacidades. Además, a medida que los pacientes envejecen, más discapacidades se acumulan. Si se diferencian unas discapacidades de otras se constata que, con la artrosis, nos encontramos ante un verdadero problema de salud pública. Las consecuencias de la artrosis son considerables en cuanto al número de días de reposo en cama o de días de baja laboral que provoca. 5 Biomecánica De forma resumida [ 5 ], la activación del condrocito da lugar a una matriz alterada por la síntesis de MLP. Se puede hablar de patología mecánica pero, no obstante, este factor mecánico no conduce a una enfermedad degenerativa sino a una enfermedad realmente activa. Algunas moléculas son capaces de activar el condrocito: las citoquinas, en particular la IL1 para el cartílago. El factor genético también interviene en la fragilización del cartílago. La genética de la artrosis continúa siendo un campo poco conocido pero numerosos equipos investigan el tema en todo el mundo. 12 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología Genética Citoquinas Activación condrocito Matriz alterada Artrosis anatómica Prótesis totales de rodilla al año: población femenina de EE.UU Proyecciones hasta 2030 6 300 000 274.000 Efecto del enveje cimiento de la población 250 000 204.000 Efecto del aumento de la población 200 000 150 000 100 000 basado sobre una repartición edad y sexo constante (1996) basado sobre las previsiones de edad y de sexo del Census Bureau 50 000 0 1996 2000 2005 2010 2015 Podemos determinar la importancia de la discapacidad por la frecuencia de colocación de una prótesis total. La aceptación de la colocación de una de tales prótesis supone, en efecto, que el paciente sufre una discapacidad mayor. Ahora bien, se constata un aumento de la colocación de prótesis totales de rodilla en personas mayores de sesenta y cinco años [ 6 ]. Esto es una buena y una mala noticia: los cirujanos ya no dudan en colocar tales prótesis, pero la frecuencia aumenta debido al envejecimiento de la población. Las proyecciones para 2030 sobre la población estadounidense prueba esta tendencia. Lo mismo ocurre con la prótesis total de cadera [ 7 ] . El número de este tipo de prótesis colocadas en Estados Unidos prácticamente se duplicará de aquí a 2030. Podemos suponer que los demás países desarrollados seguirán aproximadamente el mismo esquema. ¿Cómo establecer la correlación entre lo anatómico y lo sintomático? 2020 2025 2030 Si una radiografía pone de manifiesto una artrosis asintomática, ¿significa que el paciente tiene mayor riesgo de evolucionar hacia una artrosis grave que conduzca a la prótesis o a la dependencia, que una persona que presenta una artrosis sintomática con el mismo grado anatómico de destrucción? Algunos trabajos aportan elementos de respuesta. Un estudio de 1999 sobre la colocación de una prótesis total a los tres años ha revelado que el hecho de sentir dolor (más de cincuenta en una escala de cien para la evaluación analógica visual del dolor) casi duplica el riesgo de colocar una prótesis total de cadera o de rodilla. Un estudio reciente va exactamente en el mismo sentido respecto a la coxartrosis y lo mismo se comprueba para la gonartrosis. Un paciente que presenta dolor en la rodilla y cuya radiografía muestra una artrosis, efectivamente tiene mayor riesgo de que le coloquen una prótesis en el plazo de tres años. Una artrosis radiológica descubierta durante un reconocimiento médico puede evolucionar hacia una artrosis más grave, pero el riesgo Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 13 La artrosis hoy: los nuevos conceptos Prótesis totales de cadera al año: población femenina de EE.UU Proyecciones hasta 2030 7 160 000 143.000 140 000 120 000 105.000 100 000 Efecto del enveje cimiento de la población Efecto del aumento de la población 80 000 60 000 basado sobre una repartición edad y sexo constante (1996) basado sobre las previsiones de edad y de sexo del Census Bureau 40 000 20 000 0 1996 2000 2005 2010 2015 es menor que en el caso en que la artrosis se descubre tras la aparición de dolor. Este fenómeno es difícil de explicar. Un primer método consiste en comparar los pacientes que padecen artrosis sintomática con los otros mediante RMN, para detectar signos que permitan comprender por qué los pacientes presentan dolor. En este sentido, se ha realizado un estudio para comparar dos poblaciones que padecen artrosis, una con dolor y otra sin dolor. De este modo se han podido detectar anomalías en el hueso subcondral (edema) con mayor frecuencia en los que presentan dolor. Sin embargo, sólo se trata de un estudio, pues no se suele prescribir una RMN en caso de artrosis. Así pues, es necesario comprender por qué los pacientes presentan dolor, y esto ha permitido reafirmar que hay que estudiar el hueso para comprender bien los fenómenos dolorosos de la artrosis. 14 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 2020 2025 2030 3 El tratamiento El tratamiento actual es diferente al que será en 2020. Actualmente está en marcha una verdadera revolución, parecida a la que conoció la poliartritis reumatoide entre 1990 y 2000. En la actualidad existen dos tipos de tratamiento: el tratamiento no farmacológico y el tratamiento farmacológico. • Tratamiento no farmacológico Consiste en conseguir que los pacientes conserven una actividad física correcta. Una actividad regular ayuda a luchar contra las otras discapacidades eventualmente asociadas, a las que hay que prestar atención. El principal interés de los ejercicios físicos es mantener una cierta ca- lidad de la articulación. Este interés se ha demostrado en términos de calidad de vida, más que en términos de dolor. Igual que para la poliartritis reumatoide, existen tratamientos de fondo y tratamientos sintomáticos. No existe ningún tratamiento de fondo para la artrosis que no sea el ejercicio físico. • Tratamiento farmacológico deportes. Así pues, un paciente con coxartrosis o gonartrosis deberá evitar los deportes de pista (baloncesto, voleibol, atletismo) a alto nivel, mientras que el ciclismo o la natación no presentan ningún problema. Por otra parte existe una lista de enfermedades profesionales relacionadas con la artrosis: el embaldosador sufre de artrosis fémoropatelar, las herramientas vibratorias producen artrosis del codo. Existen varios tipos de tratamientos farmacológicos sintomáticos: los antiálgicos, los antiinflamatorios, los antiartrósicos sintomáticos de acción lenta (Chondrosulf®, sulfato de glucosamina, etc.) que son prácticamente tan poco antiartrósicos como el paracetamol. En la actualidad su prescripción está asociada a la presencia de dolor. No se puede hablar de tratamiento antiartrósico. Ya hemos pasado de la época de la enfermedad degenerativa asociada al desgaste que se trataba con analgésicos a los tratamientos multidisciplinares de la artrosis como, por ejemplo, el que existe para la poliartritis reumatoide. El tratamiento de la artrosis debe ser enfocado de diferentes formas. El tratamiento farmacológico es de acción lenta y es necesario esperar unas semanas antes de que comience a actuar. Por otra parte presenta un efecto residual durante unas semanas en caso de interrupción del tratamiento. A pesar de lo que afirma el marketing actual, es un tratamiento sintomático. Se están llevando a cabo estudios de gran interés que podrían demostrar un ligero efecto sobre la degradación del cartílago, pero por ahora sus resultados generan controversias. Hoy día, los laboratorios farmacéuticos tratan de descubrir moléculas capaces de detener el círculo vicioso que conduce a la degradación del cartílago, por diferentes medios como las anticitoquinas. Comenzamos a acercarnos a los medicamentos usados para la poliartritis reumatoide. Actualmente, y con razón, los tratamientos anti-TNF causan furor en la poliartritis reumatoide. Se está llevando a cabo un ensayo para la artrosis que consiste en inyectar anti-IL1 en la articulación, algo que nadie habría creído posible hace veinte años. Existen otros tratamientos sintomáticos: • Los tratamientos locales, en forma de inyecciones intraarticulares de corticoides, eficaces en las artrosis inflamatorias con derrame articular, despertares nocturnos o rigidez matutina, o en forma de inyección de ácido hialurónico, tratamiento sintomático considerado eficaz por los reumatólogos y que constituye una alternativa que a veces puede ser interesante si los tratamientos anteriores no son suficientes. • La fisioterapia (masajes) también puede ser útil, por ejemplo para la reeducación del músculo vasto interno del muslo en la artrosis fémoropatelar. • El último de los distintos métodos utilizados es la prótesis total. En 1973, Stanislas de Sèze, uno de los grandes nombres de la reumatología francesa, se preguntaba en los siguientes términos: «¿desembocarán algún día todas estas hipótesis, todavía frágiles, en un progreso de la terapéutica antiartrósica que, reconozcámoslo, es realmente necesario? En efecto, hay que convenir en que, después de medio siglo, la terapéutica médica de la artrosis continúa siendo miserable. ¿Por qué algún día no llegará a hacerse realidad el sueño de regenerar el cartílago artrósico, cuando en ambos lados del Atlántico la bioquímica enzimática ocupa la actividad de los investigadores más sagaces? La esperanza de ver salir del cerebro y de los alambiques de los modernos alquimistas una terapéutica capaz de regenerar el cartílago artrósico no parece más descabellada que lo que hace veinte años era la esperanza de ver al hombre caminar en la luna». Stanislas de Sèze ha demostrado poseer una gran clarividencia. Evidentemente hará falta más tiempo del que él esperaba, pero la investigación avanza. No hay que olvidarse de tratar la causa, en especial la obesidad. Un excelente estudio ha demostrado que el adelgazamiento es eficaz, pero deben evitarse ciertos Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 15 La artrosis hoy: los nuevos conceptos Preguntas Respuestas a trabajar en este campo y es difícil obtener datos. Actualmente es posible enviar fragmentos de cartílago a esta empresa que se encarga de multiplicar los condrocitos de los solicitantes y, posteriormente, devolverlos para su reutilización, aunque está técnica todavía resulte muy «acrobática». «¿En qué punto se encuentra la investigación sobre el trasplante de cartílago como tratamiento de la artrosis?» Prof. Francis Berenbaum La idea es simple puesto que se trata de «tapar los agujeros» que afectan al cartílago. Un equipo sueco ha realizado un trabajo sobre este tema. Después de obtener cartílago de una zona no sometida a cargas, extrajeron condrocitos y, a continuación, los cultivaron. Luego, recuperaron un sedimento de células condrocíticas, capaces de fabricar matriz cartilaginosa, y las reintegraron en el hueco cartilaginoso. Después usaron hueso para tapar el agujero del cartílago para evitar que las células se escaparan. Al final, el hueso acabó desapareciendo y las células tuvieron tiempo de fabricar matriz para rellenar el agujero. La idea es interesante e inteligente, y dio lugar a un precioso artículo en que se muestra el taponamiento del hueco. Pero los pacientes elegidos no padecían artrosis. Se trataba de pacientes jóvenes que habían sufrido un traumatismo y en los que todo el cartílago estaba sano, excepto en el lugar donde estaba el hueco, debido al traumatismo. En varios pacientes obtuvieron resultados positivos pero no había grupo control. Se ignora lo que habría sucedido si no se hubiera taponado el hueco. Por otra parte, el estudio se efectuó hace ya varios años y es difícil saber la evolución de los pacientes o lo que les ha ocurrido a los nuevos pacientes así tratados. Una compañía de biotecnología ha comenzado 16 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología En la artrosis, el resto del cartílago no está sano. Son muy numerosas las investigaciones realizadas sobre trasplantes. Pero actualmente, es difícil eludir el problema que radica en el hecho de que el cartílago periférico no está sano. Se intenta comprender mejor al condrocito para ver si es posible modificarlo cuando se encuentre enfermo y no sea capaz de fabricar matriz suficiente. La terapia celular permite comprender mejor cómo se diferencia esta célula. Existen pistas pero no se puede hablar aún de trasplantes de cartílago que sean eficaces en la artrosis. «¿Padecen los diabéticos menos artrosis que los demás?» ¿Es posible imaginar que se inyecte azúcar en el cartílago?» Prof. Francis Berenbaum Es una cuestión que comienza a plantearse, pero por otros motivos. Los diabéticos, al igual que el cartílago artrósico, fabrican productos finales de glicación, azucarados, que se acumulan en ciertos puntos y que son capaces de activar los condrocitos. Actualmente se está llevando a cabo un estudio epidemiológico sobre la frecuencia de la artrosis en los diabéticos comparada con los no diabéticos. La artrosis y la tarificación del riesgo Dr. Dominique Lannes • Médico asesor - SCOR Global Life Ahora abordaremos la evaluación del riesgo de la artrosis en el seguro, comenzando con el caso de un joven solicitante que padecía una artrosis aislada, localizada exclusivamente en la articulación metatarsofalángica. La aseguradora y la reaseguradora tuvieron que enfrentarse a un siniestro de varios millones de euros. ¿De qué tipo de expediente se trataba?. Se trataba de un futbolista profesional perteneciente a un gran equipo, que debió de estimular en demasía sus condrocitos a fuerza de golpear el balón. Este mecanismo de estrés reiterativo dio lugar a dificultades para correr y, por tanto, para jugar al fútbol. Este ejemplo demuestra que la artrosis puede producir una discapacidad. Abordaremos las normas generales de tarificación. Sin embargo, existen casos particulares en los que hay que hacer evaluaciones específicas, recurriendo a la experiencia, especialmente en los casos de artrosis no habituales por su localización, su intensidad, y que están relacionadas directamente con la actividad y/o la profesión. Debemos precisar que los dolores dorsolumbares (que afectan a la columna vertebral y pueden ser de origen artrósico) son la segunda causa principal de baja laboral. 1 La evaluación del riesgo en caso de fallecimiento / invalidez absoluta y permanente (IAP) Nosotros nos hemos planteado una cuestión simple: ¿el hecho de padecer artrosis constituye un mayor riesgo en términos de mortalidad? ¿Tener los cartílagos gastados o haber sufrido estrés mecánico en repetidas situaciones, que ha estimulado los condrocitos a nivel de los cartílagos, puede correlacionarse con un desgaste más general del organismo y, por tanto, con una sobremortalidad? Aparentemente, ningún estudio ha demostrado que los artrósicos, a igualdad de edad, tengan una mortalidad superior a los no artrósicos. Dicho esto, la artrosis aumenta con la edad, como la mortalidad. A priori, en el caso de un solicitante que sufre de artrosis (coxartrosis o gonartrosis), el riesgo es normal en la mayoría de los casos. A veces puede observarse una sobre- mortalidad, especialmente cuando el solicitante declara una artrosis cubierta al 100% por la seguridad social, puesto que esta patología no figura en la lista de las enfermedades que deben ser cubiertas al 100%*. Si el médico o el solicitante indican que la artrosis está cubierta al 100%, será porque se trata de una artrosis grave o invalidante. Si la persona padece una invalidez debido a la artrosis, dicha artrosis probablemente ya es severa, al igual que si exige la toma continua e importante de antiálgicos o de AINES, o si ya se ha colocado o está previsto colocar una prótesis articular. En estos distintos casos, tarifamos un sobrerriesgo del 25%. Dos ejemplos para comprender mejor el motivo de este sobrerriesgo. El primero se refiere a una persona que declaró una artrosis cubierta al 100%. Se trataba de una artrosis raquídea, con un canal lumbar estrecho, que comprimía lentamente la médula espinal, provocando una paraplejía progresiva. Desde el punto de vista de la IAP, el riesgo era evidente y la artrosis estaba cubierta al 100%. El segundo ejemplo se refiere a una persona que declaró una coxartrosis operada con prótesis de cadera. La intervención provocó una infección nosocomial que necesitó una nueva intervención. En conclusión, casi siempre se puede calificar el riesgo de normal. 2 La incapacidad y la invalidez Los dolores dorsolumbares causan un gran número de bajas laborales en Francia. En la mayor parte de los casos, la regla es la exclusión. Esto no resulta satisfactorio pero por el momento no hemos encontrado nada mejor. Hacemos todo lo posible para aceptar a los solicitantes con incapacidad por tarifas razonables. Conocemos los límites de la exclusión, pero hay que admitir que se debe recurrir frecuentemente a ella en el caso de la artrosis. * El sistema de seguro de enfermedad en Francia se hace cargo de todos los gastos sanitarios relacionados con enfermedades que requieren un tratamiento prolongado y costoso. Estas enfermedades, denominadas «afecciones de larga duración», figuran en una lista precisa, pero los pacientes pueden obtener cobertura del 100% en el caso de enfermedades especialmente graves no incluidas en la lista. Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 17 La artrosis y la tarificación del riesgo Si la artrosis está cubierta al 100% por la seguridad social francesa, si la persona ya padece una invalidez debido a la artrosis, y si toma de forma continua analgésicos mayores o AINES por la artrosis, la prudencia hace que rechacemos a estos solicitantes por la incapacidad y la invalidez. La exclusión (el caso más frecuente) debe ser clara, sin ambigüedades, comprensible para el solicitante, limitada y formal. Literalmente debe «saltar a la vista» del solicitante que deba comprenderla. En caso de siniestro, habrá que evitar los litigios y los conflictos entre expertos, lo que no siempre es fácil. A título de ejemplo, si un solicitante declarase una artrosis raquídea, propondríamos la exclusión de «cualquier afección degenerativa discal-vertebral, lumbosacra, cervical o dorsal según la localización, su evolución y sus consecuencias». Esta exclusión tiene el mérito de tener en cuenta los discos intervertebrales y las vértebras. Sin embargo, es posible que el término «degenerativa» no sea comprendido por algún solicitante, al igual que «disco-vertebral», por lo que preferiríamos la siguiente exclusión: «A la exclusión de cualquier afectación de la columna vertebral o de cualquier afectación paravertebral que no sea debida a una infección, un tumor o una fractura, su evolución y sus consecuencias». En este caso, explicamos lo que cubriremos y excluimos todo el resto. Esta exclusión es sencilla y comprensible, pero no es aplicable en todos los casos y no puede evitar todos los litigios. En caso de artrosis de la rodilla, la exclusión puede abarcar «cualquier afectación degenerativa de la rodilla» o «cualquier afectación de la rodilla que no sea debida a una infección, un tumor o una fractura». Ésta tiene el mérito de ser simple, limitada y precisa, aunque ninguna exclusión es perfecta. El futuro y la jurisprudencia nos dirán si estas exclusiones son correctas. Así pues, en la mayoría de los casos, recurrimos a una exclusión y, de vez en cuando, al rechazo. Antes de abordar la tarificación, veamos otro caso: una mujer de treinta y cinco años declara una poliartrosis difusa y está a punto de llegar a la invalidez aunque las radiografías son normales. ¿De qué patología se trata? Padece una fibromialgia. La fibromialgia no tiene nada que ver con la artrosis pero, a veces, puede presentarse con el término de polialgia difusa o de poliartrosis, etc. 18 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología Generalmente se trata de mujeres jóvenes, con un entorno típico de fibromialgia (numerosos tratamientos, hospitalizaciones, reconocimientos, dolores múltiples, etc.) Es conveniente desconfiar de la fibromialgia que puede ocultarse tras una poliartrosis. La tarificación sigue siendo posible en el caso de artrosis más bien difusa, poco severa, no invalidante, que no necesite una atención terapéutica especial. El sobrerriesgo puede ser del 25, 50, 75%, etc. según el tipo de artrosis y según la profesión que se ejerza para algunos tipos de artrosis particular. La valoración se llevará a cabo caso por caso. 3 La dependencia En Francia, la artrosis está presente en numerosos expedientes de contratos de dependencia. Parece normal en la medida en que estos expedientes se refieren a personas de edad más bien avanzada. En cuanto a la selección del riesgo, todo empieza con un cuestionario médico simplificado que rellena el solicitante. Si este último declara un tratamiento, una invalidez o una cobertura al 100%, será necesario obtener un cuestionario médico cumplimentado por el médico. La artrosis tratada también está comprendida en este caso. Para la valoración de la dependencia de la artrosis, se preguntará al médico en este cuestionario si el paciente es capaz de realizar las actividades de la vida diaria (caminar, hacer la compra, etc.). Una vez que se constate la presencia de un trastorno motor, sobre todo de los miembros inferiores, el expediente será rechazado. Por tanto, una persona que declare una artrosis y que ya utilice bastón, no podrá ser asegurada con cobertura de la dependencia. En función de la localización de la artrosis, del número de articulaciones afectadas (monoarticular, oligoarticular, poliarticular), de la existencia de una invalidez, de una cobertura total de los gastos sanitarios por el sistema público de seguro de enfermedad, de la colocación prevista de una prótesis de cadera o de rodilla, el riesgo irá de un riesgo normal al rechazo, incluso al aplazamiento en caso de que falte alguna información. En los casos menos graves podrá concederse la dependencia total o parcial. En los casos más graves no se concederá la dependencia parcial, sino sólo la total. Preguntas Respuestas Dr. John Evans Aseguramos a un gran número de futbolistas profesionales. Tendemos a excluir la articulación cuando, por ejemplo, se ha operado el ligamento cruzado anterior. Sin embargo, a menudo, el jugador retoma posteriormente su actividad profesional y puede continuar su carrera sin dejar de trabajar en ningún momento. ¿Considera que puede levantarse la exclusión durante el curso de la carrera profesional de un futbolista? O bien, una vez que ha sido sometido a una intervención en la rodilla, ¿considera que conviene mantener alguna reserva en cuanto a esta articulación? En el caso de una artrosis de rodilla que haya llevado a una exclusión, si la persona se luxa la rodilla, ¿quedará cubierta o no, sabiendo que en la exclusión propuesta sólo se habla de fractura, tumor o infección? Dr. Dominique Lannes En efecto, el siniestro debería estar cubierto ya que no guarda relación con la artrosis pero, dado que la luxación es un traumatismo y no una fractura, no se cubrirá. Durante la redacción de la exclusión, hemos dudado entre los términos «fractura» y «traumatismo». Es un tema sensible ya que, en este caso, vemos claramente que un asegurado que sufre un traumatismo de este tipo no quedará cubierto aunque lo merezca, puesto que no hay relación con la artrosis. Es el límite de la exclusión, que a veces puede considerarse injusto. Seguimos reflexionando para integrar el traumatismo. Pr. Francis Berenbaum La cuestión es muy difícil. Todo depende de la calidad de la intervención y de la posibilidad futura de conservar una articulación bien estable tras la operación. Si la rodilla permanece inestable después de la operación, persistirá el riesgo de artrosis. En caso de meniscectomía, aunque sea parcial, el riesgo de artrosis aumenta. En caso de ruptura aislada del ligamento cruzado, cuando la intervención repara los ligamentos y la articulación es estable, sin traumatismo meniscal asociado, podemos imaginar perfectamente que no habrá evolución hacia una artrosis. Todo depende de la posibilidad o no de conservar una articulación muy estable. Cuando un deportista es profesional, hay una hiperutilización de la articulación en comparación con un deportista aficionado, lo que complica las cosas. Esencialmente, el profesional ya está en riesgo. Después de un traumatismo en una rodilla, todo depende de las secuelas y del acto operatorio. Es difícil generalizar, hay que atenerse al caso por caso. Michel Dufour El objetivo era ser más restrictivo respecto al texto de la exclusión, y más flexible en el momento de estudiar el siniestro. Dr. Dominique Lannes Por supuesto, pero si tomamos la exclusión al pie de la letra, en ausencia de fractura, no puede haber cobertura. ¿El razonamiento es el mismo para un futbolista que ha sido víctima de una rotura del ligamento cruzado pero que no se ha sometido a una intervención? ¿Se han realizado estudios comparativos entre rodillas operadas y no operadas? Pr. Francis Berenbaum No conozco ningún estudio de ese tipo. En cambio, he leído muchos estudios sobre meniscectomías. Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 19 La artrosis y la tarificación del riesgo Realmente hay que apoyarse en los conocimientos del ortopedista, al ser el único capaz de evaluar si la articulación es estable o no desde el punto de vista clínico. Para un profesional, es posible que sea necesario ir más lejos en la evaluación de la estabilidad. La clave de la artrosis de rodilla en el deportista es la estabilidad. ¿Por qué utilizar la expresión «columna vertebral» en la exclusión, mejor que «columna disco-vertebral»? Dr. Dominique Lannes La ventaja de utilizar el término «columna vertebral» es que el solicitante comprende lo que significa. También el profesor Berenbaum nos ha hablado de columna vertebral y él sabe igualmente lo que esto significa. Los discos forman parte de la columna vertebral... A partir de la jurisprudencia, hemos reflexionado sobre un concepto comprensible para el solicitante y que conlleve el menor número de litigios posible. Hemos llegado a la conclusión de que hacía falta usar términos muy simples. Desde nuestro punto de vista, la columna vertebral abarca el raquis y los discos. También se habla de «región paravertebral». Hemos tratado con un gran número de siniestros en los que los dolores lumbares se transformaron en dolores paralumbares o paravertebrales. El término «región paravertebral» permite fijar este punto. ¿Por qué no se ha pensado en una sobreprima en lugar de una exclusión? Dr. Dominique Lannes A veces proponemos sobreprimas, sobre todo cuando se trata de una artrosis difusa, no grave. En el caso de una artrosis más bien localizada en la rodilla o la cadera, lo «ideal» es casi siempre la exclusión. Michel Dufour Es cierto que este tipo de demandas existe. No obstante, podemos preguntarnos por qué razón el asegurado prefiere sin duda pagar una sobreprima en lugar de aceptar una exclusión. Hay motivos para estudiar bien el expediente y cotejar todos los parámetros (contexto profesional, edad, entorno, etc.). Esto plantea algunas interrogantes. 20 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología En ciertos casos de artrosis muy leve se puede cursar esta demanda pero, desde nuestro punto de vista del reaseguro, demostramos una desconfianza innegable ante este tipo de demandas. Dr. John Evans En ciertos casos es posible protegerse jugando con la franquicia. Cuanto más largo sea el plazo de franquicia antes del pago de las indemnizaciones por incapacidad profesional, más preparados estaremos para examinar la demanda. Cuando el plazo de franquicia sea muy corto, sobre todo si se trata de profesiones manuales o expuestas, preferimos la exclusión. Panorama de la poliartritis reumatoide Dra. Janine-Sophie Giraudet-Le Quintrec • Servicio de reumatología del profesor Kahan - Hospital Cochin, París La poliartritis es un reumatismo inflamatorio crónico, a menudo serio y grave, que puede dar lugar a la invalidez si se descuida [ 8 ]. El objetivo es diagnosticar precozmente la poliartritis reumatoide para proponer tratamientos adaptados y evitar las destrucciones osteocartilaginosas y las deformaciones. brana sinovial muy vascularizada se inflama notablemente y secreta un líquido sinovial muy inflamatorio. Es una enfermedad inflamatoria potencialmente muy agresiva [ 9 ]. 2 Las diferentes formas de artritis 1 Definiciones Los reumatólogos son los especialistas de las enfermedades del aparato locomotor: huesos, articulaciones, músculos y tendones, y columna vertebral (afectándose con frecuencia los discos). La articulación es el punto de encuentro de dos superficies óseas recubiertas de cartílago. La cavidad articular está cerrada por la membrana sinovial que está muy vascularizada. Secreta el líquido sinovial que es muy importante ya que lubrica la articulación. Alrededor se encuentran los ligamentos, los músculos y los tendones. Existen dos enfermedades de las articulaciones: la artrosis y la artritis. El sufijo «itis» indica una inflamación, por tanto, la artritis es una inflamación de la articulación. La artrosis se refiere a la desaparición del cartílago y la artritis a una inflamación de la sinovial (sinovitis). En caso de artritis, la mem8 Tras la artritis se ocultan numerosas enfermedades. A La artritis infecciosa o séptica Distinguiremos primero lo que constituye la principal preocupación del reumatólogo, la artritis infecciosa. Siempre es conveniente tratar de eliminar esta causa antes de hablar de una artritis de otra naturaleza. Cuando un germen alcanza una articulación, va a destruirla. Si una articulación está hinchada, hay que sospechar sistemáticamente una artritis infecciosa, debiendo un reumatólogo efectuar una punción de la misma para descartar la posibilidad de infección. Entre las artritis infecciosas, se pueden citar la tuberculosis, la sepsis por estafilococos, por estreptococos, etc. B La artritis microcristalina La segunda causa de artritis se encuentra sobre todo en las personas de edad avanzada. La artritis microcristalina 9 Hueso Cartílago Líquido sinovial Membrana sinovial Lesión del cartílago Lesión del hueso Articulación normal Articulación artrítica Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 21 Panorama de la poliartritis reumatoide se origina cuando un cuerpo extraño como un cristal de calcio o un cristal de ácido úrico (gota) se introduce en una articulación. Entre las artritis no infecciosas y no microcristalinas se encuentran otras enfermedades como la poliartritis reumatoide. C cuenta múltiples factores medioambientales sin que aún sean todos conocidos. El tabaquismo es uno de los factores más interesantes: se puede explicar al paciente que, evidentemente, uno 11 La poliartritis reumatoide La artritis reumatoide no es sólo una sinovitis. Generalmente se asocia a un engrosamiento y una multiplicación de la membrana sinovial que invade la cavidad articular: el pannus sinovial [ 10 ]. La artritis es una enfermedad polimorfa, que puede manifestarse por la afectación de una sola articulación (monoartritis reumatoide), de menos de cinco articulaciones (oligoartritis reumatoide), o de más de cinco articulaciones (poliartritis reumatoide). Patogenia Terreno genético / factores medioambientales Desarreglo inmunitario (citoquinas proinflamatorias, autoanticuerpos, etc) La poliartritis reumatoide es una enfermedad multifactorial, desencadenada por varios factores [ 11 ]. Se produce en un terreno genético especial, aunque para que se manifieste, hacen falta factores medioambientales que probablemente juegan un papel mucho más importante que los factores genéticos. El terreno genético es poco conocido. Cada día avanzamos en este campo gracias a los estudios genéticos que se realizan. Parece que el sistema HLA (Human Leucocyte Antigen) presente en los glóbulos blancos, y que permite realizar los trasplantes garantizando la compatibilidad entre donante y receptor, es muy particular en el caso de la poliartritis. Casi siempre se puede encontrar un sistema HLA específico de la poliartritis. El DR4, o DRB1O4 según la nueva nomenclatura, se encuentra en el 40 a 60% de los casos, y el DRB101, o DR1, en el 20 a 30% de los casos. Así pues, está claro que existe un terreno genético particular. Hay que tener en 10 Hipertrofia de la sinovial, adelgazamiento del cartílago, derrame de líquido sinovial 22 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología Reacción inflamatoria autoalimentada Sinovitis crónica Proliferación sinovial Pannus Destrucción osteocartilaginosa de los primeros tratamientos consiste en dejar de fumar. Por otra parte, las poliartritis son a menudo más graves en caso de tabaquismo. Es posible que la alimentación también intervenga, aunque no se tiene certeza. En cuanto a los factores hormonales, probablemente juegan un papel en la medida en que la poliartritis reumatoide afecta sobre todo a mujeres menopáusicas, lo que parece indicar que existe un terreno hormonal especial. Pero seguramente el factor hormonal no es el único que interviene, ya que la poliartritis reumatoide también afecta a niños y a personas de edad avanzada. Es posible que el estrés psicoafectivo pueda desencadenar la enfermedad, ya se deba a un duelo, un divorcio, una baja laboral prolongada, etc. De hecho, los enfermos necesitan comprender estos fenómenos para tratarse mejor. Por último, es seguro que los factores infecciosos, bacterias o virus, juegan un papel. En todos los casos, no existe un factor único, aunque uno de ellos sea a veces predominante. Hay que tratar de encontrar, con ayuda de los enfermos, el factor desencadenante, de forma que puedan aceptar mejor la enfermedad que padecen. La poliartritis reumatoide es una anomalía del sistema inmune que ataca a la articulación en lugar de protegerla. Se trata de una enfermedad autoinmune: los pacientes fabrican autoanticuerpos contra sí mismos. Para explicar el desencadenamiento de esta enfermedad se puede suponer un terreno genético particular asociado a uno o varios factores medioambientales, lo que produce una desregulación del sistema inmune. A menudo, tras la estimulación antigénica, la cooperación macrófagolinfocito desencadena la activación de los linfocitos T, lo que estimula la secreción de citoquinas que agravan el pannus y la destrucción cartilaginosa. Esto se sigue de una reacción inflamatoria crónica autoalimentada: la sinovitis crónica y la proliferación sinovial responsables de la destrucción cartilaginosa y de las deformaciones. Hay que explicar bien todo esto a los pacientes para que puedan comprender por qué se proponen tratamientos agresivos potencialmente tóxicos. 3 Evolución de la poliartritis reumatoide La poliartritis reumatoide es una enfermedad muy caprichosa e imprevisible. Los brotes son totalmente imprevisibles y las remisiones más o menos prolongadas y completas. Ahora bien, la primera cuestión que plantea un enfermo con una poliartritis reumatoide se refiere a su evolución. El problema es que no sabemos exactamente cómo evoluciona esta enfermedad. Esta incógnita en términos de evolución, propia de las enfermedades crónicas como la diabetes o la esclerosis múltiple, coloca al enfermo en una situación de incertidumbre respecto a su futuro, pudiendo perturbar notablemente la relación médico-enfermo o médico-cuidadores, abocando al final a problemas terapéuticos importantes. Con una poliartritis reumatoide, la vida del paciente se ve totalmente conmocionada debido a su repercusión psíquica y socio-profesional. No siempre se es consciente del sufrimiento que genera la poliartritis reumatoide. Debe explicarse la situación a los pacientes para evitar que pasen por alto su enfermedad o se dirijan exclusivamente a los médicos no tradicionales. La repercusión física es evidente: el paciente sufre de forma incesante. No duerme por la noche, está rígido al despertar –se habla de rigidez matutina– y está cansado. No puede acudir al trabajo, ya que tiene dificultades para salir de la cama, abrir un bote de mermelada, o incluso tomar una ducha. Su vida está trastornada. Cuando las articulaciones se hinchan, la enfermedad se hace aparente. Pero el dolor es eminentemente subjetivo y el paciente es considerado a menudo como un «vago» si no acude al trabajo o si no se levanta de la cama. En los grupos de discusión que organizamos, los pacientes refieren que se sienten muy aislados e incomprendidos, tanto por los médicos como por su propio entorno. Su enfermedad es silenciosa y a menudo invisible. Debido a la fatiga y al dolor, el paciente corre el riesgo de dejarse ir y volverse sedentario para acabar perdiendo su autonomía y una cierta calidad de vida (social y cotidiana), Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 23 Panorama de la poliartritis reumatoide teniendo como perspectiva la discapacidad y la invalidez. Se trata por tanto de un problema mayor. Disponemos de la escala HAQ, una escala de capacidad funcional [ 12 ] para medir la capacidad de los enfermos para vestirse, prepararse, levantarse, alimentarse, caminar o sostener un objeto. En sí no es suficiente, pero es la única reconocida en Francia y en Europa. La repercusión psíquica también es muy importante. Los pacientes se encuentran estresados y ansiosos ante una enfermedad imprevisible que les obliga a despedirse de su vida anterior. Corren el riesgo de encerrarse en sí mismo y a menudo se encuentran aislados. Se ven obligados a cambiar sus hábitos, así como a someterse a numerosas extracciones de sangre, seguir dietas especiales, tomar medicamentos que a menudo son tóxicos. Algunos deben llevar férulas durante la noche. Es una enfermedad que tiene consecuencias en la vida social, afectiva y sexual. Estos aspectos preocupan notablemente a los enfermos, siendo además tan importante su cuidado como la prescripción de medicamentos. En el plano socioeconómico, la poliartritis reumatoide conlleva bajas laborales reiteradas, bajas por enfermedad crónica, medias jornadas por tratamiento, cambios de categoría profesional. Muchos enfermos son obligados a dejar de trabajar aunque prefieran continuar. Efectivamente, el trabajo les permite a menudo olvidarse de 12 Capacidad funcional Escala HAQ (Health Assessment Questionnaire) la enfermedad. Además se produce una reducción de los ingresos que provoca inseguridad económica. A esto se añaden las consultas reiteradas, las hospitalizaciones, las intervenciones quirúrgicas y tratamientos muy costosos. Es posible que el hecho de hablar más de esta enfermedad contribuya a mejorar su control. 4 Datos demográficos La poliartritis reumatoide afecta del 0,5 al 1% de la población según los países. Es tres veces más frecuente en la mujer. La edad media de aparición es aproximadamente a los cuarenta y cinco años, es decir, una edad en que la actividad profesional aún es importante. Según una encuesta de la Sociedad Francesa de Reumatología, la prevalencia (número de enfermos en una población, en un determinado momento) en Francia es del 0,31%, lo que equivale al número de enfermos de espondilitis. La incidencia anual (número de nuevos casos en Francia cada año) es aproximadamente de 8,8/100 000. Unas 300 000 personas son afectadas cada año en Francia. Las asociaciones dan cifras más elevadas pero difíciles de verificar. Según datos procedentes de la seguridad social francesa, el número de declaraciones anuales de poliartritis se estabilizó entre 1989 y 1996. La media anual sería de 8 500 casos señalados, con una incidencia aproximada de 20/100 000 para la población considerada, y una prevalencia global del 0,4% para el conjunto de la población. Esta estimación equivaldría a 150 000 casos en Francia. 8 campos de actividades de la vida diaria: (dimensiones): de 2 a 3 preguntas por cada uno • vestirse y prepararse • levantarse • comer • caminar • higiene • alcanzar y asir • prensión • otras actividades (hacer la compra, etc.) 24 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 5 Diagnóstico y tratamiento inicial A Diagnóstico precoz La poliartritis reumatoide debe ser objeto de un diagnóstico muy precoz. Por este motivo debemos lograr cambiar la situación y hablar de esta enfermedad. A menudo los pacientes consultan a los dos o tres años de evolución, lo que ya es algo tarde. Sin embargo, es muy fácil establecer el diagnóstico precozmente en una mujer de edad mediana aquejada de dolores poliarticulares que afectan especialmente las manos (interfalángicas proximales y metacarpofalángicas), sobre todo en casos de afectación bilateral y simétrica con hinchazón de las articulaciones. No obstante, existen formas de presentación engañosas en las que es más difícil detectar la fase precoz: puede tratarse, por ejemplo, de un hombre aquejado de una monoartritis de rodilla. En este caso, es preferible no pensar en la artrosis sino más bien en la artritis. La afectación del pie también puede ser muy específica de la poliartritis pero con frecuencia no se piensa en esta patología. La rigidez matutina que dificulta el levantarse de la cama también puede ser un síntoma. No hay que dudar en pedir consejo al reumatólogo cuando haya al menos tres articulaciones hinchadas, en caso de afectación del pie o de la mano, y en caso de rigidez de más de treinta minutos. El diagnóstico puede confirmarse mediante algunas pruebas complementarias. La velocidad de sedimentación y la proteína C reactiva (CRP), que son marcadores de la inflamación, no tienen excesivo interés ya que basta una sinusitis para aumentar sus niveles. Si se asocian con otros marcadores más específicos y con hallazgos radiográficos, sí son útiles, aunque al principio las radiografías son a menudo normales. A menudo, los pacientes acuden con una prueba serológica de látex y Waaler-Rose muy positiva. Pero conviene saber que el 5% de los sujetos de edad avanzada son portadores sanos y no sufren de poliartritis. Este marcador no es específico en absoluto, pero es interesante si, desde el principio, muestra una tasa elevada. Se trata entonces de un factor pronóstico desfavorable. El 30% de las poliartritis son seropositivas para los factores reumatoides en los seis primeros meses. El 70% de las poliartritis se vuelven seropositivas tras tres años de evolución: por tanto no hay que esperar la seropositividad (este término debe usarse con prudencia delante de los enfermos, que lo asocian a otras patologías). Los anti-CPP (anticitrulinas) son anticuerpos interesantes. Se trata de un nuevo marcador aún poco extendido aunque es específico y sensible. Es un buen marcador para el diagnóstico: si es positivo podemos pensar que estamos en presencia de una poliartritis reumatoide incipiente, aunque el diagnóstico nunca alcanzará una certeza del 100%. B Determinación de la actividad de la enfermedad Existen varias maneras de determinar la actividad de la enfermedad. El índice DAS 28 es un índice europeo de cuatro variables que determina el número de articulaciones dolorosas e hinchadas, así como la actividad de la enfermedad percibida por el paciente en una escala de 0 a 10 y la velocidad de sedimentación. La enfermedad se considera activa si el DAS 28 es superior a 3,2 [ 13 ]. Otro índice, el índice SDAI, es la suma de cinco parámetros. Determina sobre todo el número de articulaciones dolorosas e hinchadas, y la evaluación global de la enfermedad según el paciente y el médico. Este índice puede reemplazar al DAS. C Análisis de las radiografías Una vez que se ha determinado la actividad de la enfermedad, es conveniente buscar las lesiones radiológicas. Sin embargo, ocurre a veces que las radiografías son normales y por tanto no sirven de ninguna ayuda. Puede solicitarse una ecografía (incluso una RMN) para confirmar el pannus. Las radiografías muestran las lesiones cuando hay «geodas» en el hueso. Las lesiones radiológicas suelen progresar rápidamente, y durante los dos o tres primeros 13 Índice DAS 28 Índice compuesto por 4 variables: • Número de articulaciones dolorosas • Número de articulaciones hinchadas (sinovitis) • Apreciación global del paciente • Velocidad de sedimentación (VSG) Enfermedad activa: DAS 28 > 3,2 Remisión: DAS 28 < 2,6 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 25 Panorama de la poliartritis reumatoide años de la enfermedad. Una lesión radiológica implica una destrucción del hueso y del cartílago; es definitiva e irreversible. Del 10 al 26% de los pacientes presentan erosión en los tres primeros meses, el 60% durante el primer año y el 75% a los dos años. Esto aumenta la necesidad de instaurar rápidamente tratamientos de fondo. La poliartritis reumatoide es una verdadera urgencia diagnóstica y terapéutica. D las radiografías se constata que las lesiones progresan rápidamente con destrucciones óseas importantes. Es muy difícil explicar al enfermo que va a ser sometido a tratamientos mucho más agresivos porque la poliartritis reumatoide está causando daños radiológicos [ 14 ]. 6 Factores de mal pronóstico Los factores de mal pronóstico pueden determinarse observando las enfermedades al inicio de las mismas. La poliartritis tiene el riesgo de ser potencialmente erosiva: • Si la evolución de la enfermedad es larga. • Si el desentumecimiento matutino dura más de una hora. • Si están afectadas más de tres articulaciones. • En caso de dolor a la presión en las metacarpofalángicas. • En caso de factores reumatoides positivos. • Y si ya hay presencia de erosiones. El pronóstico también puede ser desfavorable si hay comienzo agudo y un número elevado de articulaciones afectadas, una discapacidad funcional inicial importante, un escaso nivel económico y un bajo nivel de estudios. Según parece, la aparición de nódulos subcutáneos también es un factor de mal pronóstico, al igual que una velocidad de sedimentación y una proteína C reactiva elevadas. A menudo existe una disociación entre las lesiones inflamatorias y las lesiones destructivas. Algunos pacientes están muy satisfechos con su tratamiento y con su estado general. El balance es totalmente satisfactorio, pero en Consecuencias de la enfermedad La poliartritis reumatoide es un problema de salud pública que tiene consecuencias en la vida diaria de los pacientes. En la mitad de los casos, los pacientes abandonan toda actividad profesional en menos de cinco años. Es posible que la situación mejore gracias a nuevos tratamientos, pero las cifras continúan siendo preocupantes. Actualmente se estima que el 25% de los pacientes usarán al menos una prótesis. Esta vez también se puede pensar que la cirugía será propuesta con menor frecuencia si se instauran tratamientos más precoces y más incisivos. Además, el 10% de los pacientes presentarán una invalidez grave en menos de dos años, lo cual es considerable. La esperanza de vida está disminuida en cinco a diez años y la mortalidad se multiplica por 2,26 en comparación con la población control de la misma edad. Esta mortalidad se encuentra asociada a la propia enfermedad o puede ser de origen yatrogénico. Hay que tener esto presente ya que la poliartritis reumatoide es una enfermedad potencialmente grave. Sin embargo, parece que con los tratamientos de fondo, en particular con el Metotrexato®, la situación mejora sobre todo en el plano cardiovascular, fuente de mortalidad importante. 14 Deformaciones de las manos 26 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología Las complicaciones de la poliartritis reumatoide son ante todo infecciosas. Con los nuevos tratamientos hemos visto aparecer casos de tuberculosis, más aún cuando esta enfermedad sufre actualmente un incremento en Francia. La osteoporosis además puede aparecer porque se trata de una consecuencia de la poliartritis reumatoide, pero también porque los tratamientos favorecen su aparición, o incluso porque hemos de tratar con mujeres premenopáusicas. Asimismo se observan complicaciones cardiovasculares y un aumento del número de linfomas en los enfermos afectados de poliartritis reumatoide. 7 Estrategia terapéutica Ante la poliartritis reumatoide hay que actuar de forma enérgica. Lo ideal es inducir una remisión. Hay que empezar por aliviar el dolor y la inflamación, posteriormente reducir la rigidez, y tratar de aliviar la fatiga, que puede estar inducida por la propia enfermedad, por los problemas de sueño que produce, o por la medicación. Hay que mantener la función de las articulaciones, evitar las deformaciones, conservar la autonomía y no pasar por alto el tratamiento psíquico mediante ejercicios específicos. Es necesario tratar de mejorar la calidad de vida y de mantener la integración laboral. También hay que tratar de detener la evolución de la enfermedad, frenar y reparar las lesiones osteocartilaginosas. Es imprescindible lanzarse a luchar en todo momento ya que la atención médica resulta extremadamente complicada. Hay que comenzar por informar a los pacientes de forma muy temprana. Hay que explicarles su enfermedad, el tratamiento, sus motivos, y como respetarlo, como vigilarse, realizar ejercicios físicos, alimentarse. También hay que indicarles que es posible ayudarles psicológicamente si lo necesitan [ 15 ]. A los medicamentos para aliviar el dolor y la inflamación (antiálgicos, antiinflamatorios), hay que asociar tratamientos de fondo ya que son muy importantes para luchar contra el pannus y evitar las destrucciones osteocartilaginosas. Es posible asociar intervenciones locales. Si una persona responde bien al tratamiento sintomático y al tratamiento de fondo pero sigue presentando una sinovitis en la rodilla, no hay que dudar en proponer una infiltración de un derivado de la cortisona. También puede proponerse una intervención quirúrgica si un paciente presenta una muñeca hinchada, para evitar las roturas tendinosas. Es necesario un control multidisciplinar. Así, es útil proponer normas dietéticas ya que no se debe comer cualquier cosa cuando se padece una poliartritis reumatoide. También hay que explicar la necesidad de hacer gimnasia, de usar férulas, de practicar una terapia ocupacional y de acondicionar la vivienda. Si es preciso, se puede proponer un encuentro con un psicólogo o el recurso a asociaciones de enfermos, cuando los pacienten crean que su entorno no está a la altura. Hace años el tratamiento de fondo se administraba de forma progresiva, en etapas sucesivas, del menos peligroso al más agresivo. Actualmente, la actitud es la inversa. Se ataca muy fuerte y rápido, aunque después haya que reducir el tratamiento si es necesario. Es una verdadera revolución. Hay que tratar pronto, idealmente en los tres primeros meses ya que las lesiones progresan rápidamente durante los dos o tres primeros años [ 16 ] . Es realmente necesario recurrir a un especialista para iniciar un tratamiento de fondo puesto que no es fácil 15 INFORMACIÓN EDUCACIÓN INTERVENCIONES LOCALES CIRUGÍA NORMAS DIETÉTICAS MEDICAMENTOS • sintomáticos • de fondo PR ENFOQUE PSICOSOCIAL TRATAMIENTOS FÍSICOS Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 27 Panorama de la poliartritis reumatoide 16 Tratar rápidamente y con fuerza 12 Tratamiento retardado Media geométrica de la escala de Sharp Tratamiento anticipado 10 8 6 4 2 0 0 12 24 36 48 Tiempo (meses) Van Aken - Ann Rheum Dis 2004 elegir el bueno. La elección se hace en función de cada caso, según la actividad de la enfermedad, los tratamientos y las enfermedades asociadas. cientes, a base de bioterapia o de agentes terapéuticos del tipo anti-TNF alfa: Remicade®, Humira® o Enbrel®. Remicade® fue el primero disponible. Este medica- La poliartritis reumatoide es una enfermedad agresiva que requiere un tratamiento agresivo con medicamentos peligrosos. Es muy importante explicar esto al paciente para que no pase por alto los tratamientos prescritos. No existe consenso preciso sobre este aspecto. A menudo se eligen tratamientos de primera línea como Metotrexato® o Arava®, que son tratamientos de inicio. También se pueden usar otros medicamentos más antiguos como Plaquenil®, Salazopirina® o Allochrysine®. Todos estos tratamientos son potencialmente peligrosos y requieren una vigilancia regular mediante análisis de sangre para detectar posibles reacciones adversas. En ausencia de respuesta al tratamiento puede aumentarse las dosis, o recurrir a asociaciones terapéuticas. Si la enfermedad es realmente agresiva o si existen marcadores de mal pronóstico, disponemos de tratamientos más re- 28 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología mento sigue siendo de uso hospitalario, en infusión bimensual. Hay que revisar a fondo las contraindicaciones así como la ausencia de infección, de tuberculosis, de un terreno alérgico particular, de esclerosis múltiple o de insuficiencia cardiaca. Esto supone un reconocimiento exhaustivo. Este medicamento puede producir alergias y ése es el motivo por el que se administra en medio hospitalario bajo vigilancia estricta. Además es muy costoso. Humira® es un medicamento más reciente. Si Remicade® es un anticuerpo monoclonal quimérico (mezcla de hombre y ratón) anti-TNF, Humira® es un anticuerpo monoclonal anti-TNF totalmente humanizado, siendo así menos alergénico. También es muy costoso y se administra mediante inyección subcutánea a razón de dos inyecciones mensuales. Es importante respetar las contraindicaciones y las precauciones de empleo, así como instaurar un plan de vigilancia regular. Conviene interrumpir la administración de este medicamento quince días antes de una intervención quirúrgica y esperar también quince días tras la cicatrización de la herida antes de restaurar el tratamiento. Enbrel® es un anti-TNF, pero no es un anticuerpo monoclonal. Es un receptor soluble. Se administra en forma de dos inyecciones subcutáneas semanales. El paciente debe acudir cada seis meses al hospital para un reconocimiento y comprobar la ausencia de complicaciones. Estos medicamentos son interesantes porque actúan de forma muy rápida. Con Plaquenil® hacía falta esperar de cuatro a seis meses antes de que el medicamento actuara. Con Metotrexato® o Arava® hay que esperar de uno a dos meses. Con los agentes anti-TNF a menudo se observa una respuesta ya desde la primera inyección o infusión: es en este aspecto donde resultan revolucionarios. La eficacia de todos estos medicamentos es equivalente y es posible pasar de uno a otro en caso de fracaso. Estos medicamentos han sido objeto de un seguimiento atento por parte del Observatorio establecido por la Sociedad Francesa de Reumatología. Éste ha verificado especialmente la ausencia de complicación infecciosa, de linfoma o de cáncer. Por el momento, los datos relativos a la aparición de linfoma tras la administración de este medicamento son más bien tranquilizadores, pero es conveniente esperar a tener una mayor perspectiva. La importancia de la atención médica Es necesario que el médico general participe en el tratamiento y que los enfermos puedan consultarle de inmediato en caso de problemas. En efecto, prescribimos tratamientos complicados, agresivos y difíciles de seguir. Sin este apoyo el enfermo se vería abandonado a su suerte. Además existen asociaciones de enfermos que pueden proporcionar información y consejos. La atención médica global debe ser física, psíquica, social y nutricional, centrada en el enfermo y su entorno, con la red «ville-hôpital» y la ayuda de las asociaciones de enfermos. Existen también programas de educación colectiva de los pacientes. En el hospital Cochin hablamos a los enfermos de su enfermedad, de los tratamientos, de la gestión del dolor y del estrés, de la vida social y de la nutrición. Este programa está impulsado por un equipo multidisciplinar que comprende una enfermera, una dietista y una asistenta social. Dura dos días durante los cuales explicamos a los enfermos lo que les pasa y les dejamos hablar entre ellos para que se sientan menos aislados. Francis Berenbaum también lleva a cabo la educación del paciente en el hospital Saint-Antoine, pero mediante hospitalización durante un día y de forma individualizada. Fuera de París, otros equipos se encargan de la educación de los pacientes afectados de poliartritis reumatoide. En cuanto a la educación física, un médico rehabilitador explica qué actividad conviene practicar. Muestra el interés de usar férulas o plantillas para aliviar los pies y cómo vivir mejor con esta enfermedad. Explica a los pacientes los beneficios de la relajación: ciertos ejercicios respiratorios simples pueden lograr evitar la administración de medicación complementaria para luchar contra el dolor. 8 Conclusión La poliartritis reumatoide requiere una estrategia rigurosa, un diagnóstico rápido, un tratamiento precoz, una atención médica especializada y un enfoque global. Hay que dar al paciente la posibilidad de encontrar los médicos, el psicólogo, la asistencia social, la enfermera, el terapeuta ocupacional, etc. Sin este enfoque global la atención médica no sería satisfactoria. La poliartritis reumatoide requiere además un seguimiento regular. Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 29 Panorama de la poliartritis reumatoide Preguntas Respuestas Con una poliartritis reumatoide erosiva en remisión después de varios años, ¿cuál es el riesgo de aparición de un nuevo brote? Dra. Janine-Sophie Giraudet-Le Quintrec Depende, porque creo que cada caso es diferente. Pr. Francis Berenbaum La presencia de erosiones no es un signo favorable. En la poliartritis reumatoide erosiva, el riesgo de un nuevo brote es mayor que en el caso de una poliartritis reumatoide no erosiva. No obstante, es muy difícil pronunciarse sobre tal riesgo caso por caso. ¿Qué régimen alimentario recomienda? Dra. Janine-Sophie Giraudet-Le Quintrec No existe ningún régimen tipo. Explicamos a los enfermos que ciertas manipulaciones dietéticas pueden tener efecto sobre ciertos factores de la inflamación como, por ejemplo, el ácido araquidónico que actúa sobre ciertas grasas. Les explicamos que a pesar de la fatiga y la sedentarización, hay que tratar de mantener una alimentación variada y equilibrada. Es inútil recurrir a suplementos alimentarios si se come de todo en pequeñas cantidades. Con la cortisona no deben tomarse comidas muy saladas, sino más proteínas. También explicamos que la poliartritis reumatoide y sus tratamientos favorecen la osteoporosis y que, por tanto, son preferibles los regímenes ricos en calcio. Damos explicaciones a los pacientes que les permiten leer mejor las etiquetas. Además aconsejamos que tomen vitamina D para favorecer la fijación del calcio. Hay muchas cosas que decir y les dedicamos una tarde entera. Con frecuencia los enfermos se sienten muy satisfechos por esta información sobre nutrición. No hay alimentos a evitar, y simplemente explicamos lo que está recomendado y lo que no. Esta información la hemos elaborado con una dietista, dando la misma prioridad a los aspectos médicos y los aspectos dietéticos prácticos. 30 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología Si el paciente se encuentra en remisión con tratamiento, ¿intenta usted aligerar el tratamiento? ¿Cuál es su estrategia en este aspecto? Pr. Francis Berenbaum Que yo sepa, sólo un estudio trata esta cuestión. Dicho estudio incluyó doscientos pacientes afectados de poliartritis reumatoide que se encontraban en remisión con tratamiento de fondo. El tratamiento de fondo se interrumpió en cien pacientes y se continuó en los cien restantes. Al cabo de un año, el 40% de los pacientes que habían interrumpido el tratamiento de fondo presentaron un brote, mientras que en el grupo que continuó con tratamiento de fondo sólo el 20% presentó un brote. Siendo optimistas, podemos estimar que el 60% de los pacientes que interrumpieron el tratamiento no volvieron a presentar un brote nuevo. Siendo pesimistas, podemos considerar que los pacientes que han interrumpido el tratamiento de fondo han presentado el doble de brotes que aquellos que no lo interrumpieron. Dra. Janine-Sophie Giraudet-Le Quintrec En la medida de lo posible, siempre tratamos de limitar o reducir los corticoides. Explicamos a los pacientes «corticófobos» a quienes cuesta entender que se prescriban corticoides, que los estudios realizados demuestran que existe un efecto sobre las erosiones óseas. Pr. Francis Berenbaum Pr. Francis Berenbaum Hay dos escuelas. A los franceses les gustan mucho los corticoides. Según estudios realizados en Francia, el 70% de los pacientes afectados de poliartritis reumatoide están bajo tratamiento con corticoides, frente a sólo el 30% en los estudios realizados en Estados Unidos. No hay consenso sobre este aspecto. Cada vez que aparecen nuevos estudios, la sobremortalidad baja. Esto significa que actuando rápido y pronto, se puede actuar sobre la mortalidad. Los estudios más recientes ya no llegan a revelar realmente una sobremortalidad en un grupo de enfermos seguidos de forma precisa con un tratamiento de fondo eficaz. Se trata de una evolución notable. Teniendo en cuenta el envejecimiento de la población, ¿en qué estado se encuentran las personas de edad muy avanzada que acuden a la consulta por una poliartritis reumatoide? ¿La enfermedad se extingue con la edad? Dra. Janine-Sophie Giraudet-Le Quintrec En las personas de edad avanzada, a veces es problemático establecer el diagnóstico. Es difícil distinguir entre una enfermedad de Horton con pseudopoliartritis rizomélica, que es una afección de ambas cinturas que se caracteriza por dificultades para caminar, fatiga y velocidad de sedimentación muy elevada, y una verdadera poliartritis. Además existen formas de transición. Se puede encontrar una poliartritis en cualquier edad de la vida. También hay que pensar en ella en las personas de edad muy avanzada. Pr. Francis Berenbaum Si un paciente presenta una poliartritis reumatoide a los cuarenta o cincuenta años, sin un tratamiento de fondo adecuado o si el tratamiento de fondo no ha impedido la evolución, puede desembocar en una artrosis secundaria a los ochenta años. Una articulación en la que ha habido una poliartritis es una articulación con gran riesgo de artrosis. Algunos pacientes conservan una discapacidad mayor porque se ha instalado una artrosis en una articulación destruida por la poliartritis. Se habla entonces de una artrosis secundaria a la poliartritis. Dra. Janine-Sophie Giraudet-Le Quintrec Es una esperanza que potencia la necesidad de actuar pronto. Dr. John Evans Existen diversos marcadores de la inflamación, presentándose algunos incluso antes de la afectación articular. La CRP es un ejemplo muy elocuente. Ahora damos estatinas en grandes cantidades porque parecen reducir la CRP y proteger al enfermo contra las complicaciones coronarias. ¿Qué hay de nuevo sobre esto en reumatología? Dra. Janine-Sophie Giraudet-Le Quintrec Las estatinas tienen el viento en popa en reumatología como factores antiinflamatorios. Son muy discutidas por lo que respecta a la osteoporosis. Es posible que en el futuro formen parte del arsenal terapéutico propuesto por el reumatólogo. Pr. Francis Berenbaum Un estudio publicado en mayo de 2007 ha demostrado que las estatinas disminuyen la actividad de la enfermedad. ¿Cuáles son las principales causas de muerte asociadas a la espondilitis anquilosante? ¿Los mismos que para la poliartritis reumatoide? Dra. Janine-Sophie Giraudet-Le Quintrec ¿A qué se asocia principalmente la sobremortalidad de la poliartritis reumatoide? Dra. Janine-Sophie Giraudet-Le Quintrec Es de origen cardiovascular. Los estudios actuales lo demuestran. Esta cuestión es difícil. Un estudio está demostrando que la espondilitis provoca más linfomas. El terreno no es el mismo ya que la espondilitis anquilosante aparece en el paciente más joven. Además, el perfil evolutivo no es idéntico. Realmente Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 31 Panorama de la poliartritis reumatoide existen factores comunes, pero también probablemente factores distintos. La proporción de sexos también es muy diferente. Dr. Patrick Malamud En cuanto al tratamiento de la poliartritis reumatoide, os habéis unido a los oncólogos al usar medicamentos cada vez más peligrosos. ¿Que observáis como efecto yatrogénico, especialmente en términos de efectos mortales de los anti-TNF? años 80, y del que tenemos una perspectiva más que suficiente. En cuanto a la mortalidad cardiovascular, los resultados son mejores desde que se usa este medicamento. Podemos preguntarnos si existe una interacción con el ácido fólico que reduciría el riesgo de una hiperhomocisteinemia. Michel Dufour Parece que se habla menos del uso de sales de oro… Dra. Janine-Sophie Giraudet-Le Quintrec Dra. Janine-Sophie Giraudet-Le Quintrec Todavía no tenemos perspectiva suficiente sobre este tema. Aún es pronto para sacar conclusiones. Hay riesgos infecciosos que pueden ser mortales. Algunas infecciones oportunistas por gérmenes excepcionales pueden ser gravísimas y podemos encontrarnos con problemas, pero por ahora vigilamos y no tenemos perspectiva suficiente para determinar si existe riesgo de cáncer o de linfoma inducido por este medicamento. Michel Dufour La comparación con las afecciones tumorales es sorprendente. Nuestra obsesión es la tarificación del riesgo. Ahora bien, está claro que el aspecto yatrogénico es fundamental con los productos que se utilizan, además del impacto de la enfermedad y de sus consecuencias. El impacto sobre el pronóstico vital y las posibles complicaciones que pueden producir las moléculas son impresionantes. Dra. Janine-Sophie Giraudet-Le Quintrec Desde que la poliartritis reumatoide se trata de forma más precoz y más incisiva, tenemos menos problemas. El hecho de que existan riesgos hace necesario un seguimiento especializado del paciente. Estos riesgos son conocidos y se pueden controlar vigilando a los pacientes, incluso aunque no se puedan evitar ciertas complicaciones muy graves y raras. Si aumentan las transaminasas, se puede disminuir las dosis o interrumpir la medicación. Los efectos adversos de estos medicamentos a corto y medio plazo son bien conocidos. También se conocen los efectos a largo plazo de moléculas tales como el Metotrexato®, utilizado desde los 32 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología Se habla algo menos. Hoy día ya no es posible esperar seis meses para que un tratamiento dé resultados. El Arava® o el Metotrexato® actúan sobre la propia célula, con un plazo de acción de cuatro semanas, incluso algo más en ciertos casos. Así pues no dudamos en dar al enfermo la oportunidad de mejorar mucho más rápidamente. Pr. Francis Berenbaum Se comienza con Metotrexato®, se esperan tres meses y, en ausencia de una respuesta suficiente con la dosis máxima eficaz, se añade un anti-TNF. Es la mejor actitud a tomar en términos de beneficio-riesgo. Actualmente, nuestra actitud terapéutica es más simple que antes. Si el Metotrexato®, cuya dosis puede aumentarse progresivamente, finalmente resulta ineficaz, se añade un anti-TNF. Hoy día existe un consenso casi total sobre esta actitud, aunque haya algunas reticencias. En Estados Unidos, los médicos experimentan incluso con los anti-TNF en primera intención. Se va a iniciar un estudio para tratar de validar un tratamiento con Metotrexato® + anti-TNF de entrada durante tres meses. Se trata de comenzar por atacar con mucha potencia antes de pensar en interrumpir los anti-TNF si fuera necesario. Desde el punto de vista de los médicos, Es la mejor actitud en términos de beneficio-riesgo. Siempre existen riesgos de infecciones, pero éstos cada vez se controlan mejor. Se sabe cómo controlar bien la tuberculosis: se puede detectar y tratar antes de administrar los anti-TNF. En cuanto a las demás infecciones, si el paciente ya ha sido sometido a tratamientos inmunosupresores, el riesgo es mayor. En los estudios realizados casi siempre se trata de infecciones ORL, aunque haya ejemplos de infecciones graves. Aún queda el problema tumoral del que tenemos una perspectiva de siete años en decenas de miles de pacientes: en Estados Unidos no se logra evidenciar ninguna diferencia en el riesgo de linfoma o de cáncer entre los pacientes tratados con anti-TNF en comparación con los no tratados, pero con la reserva de que la perspectiva aún no es suficiente para que pueda afirmarse que el riesgo es insignificante. La infección se conoce y el riesgo se puede valorar fácilmente. En cuanto al cáncer y al linfoma, a pesar de las decenas de miles de pacientes tratados desde hace varios años y de la ausencia de diferencias significativas constatadas, aún no disponemos de perspectiva suficiente para afirmar que no hay absolutamente ningún riesgo. A corto y medio plazo estamos seguros de lo que hacemos y no vigilamos a los pacientes tratados con anti-TNF, mientras que incluso con el Metotrexato®, ponemos en marcha un plan de vigilancia cada dos meses para hacer un balance hepático, un recuento, etc. Pr. Francis Berenbaum Si se recomienda una vigilancia especial, es porque el TNF también es una molécula que interviene en la defensa antitumoral. Así pues es de temer una alteración de la barrera al prescribir un «antidefensor». Sin embargo, por ahora no se observa ninguna diferencia estadísticamente significativa en los pacientes tratados con anti-TNF. En cambio, todos hemos conocido ejemplos de linfomas o de leucemias que aparecen en enfermos tratados con anti-TNF, como también en los pacientes no tratados con ellos. Dr. Patrick Malamud ¿Se ha verificado la idea de que la poliartritis reumatoide constituye un riesgo suplementario de aparición de linfomas? Dra. Janine-Sophie Giraudet-Le Quintrec Totalmente, según los últimos estudios, el riesgo se multiplica por dos. Existe dos veces más riesgo de desarrollar un linfoma cuando se padece poliartritis reumatoide. Esto es igualmente válido para la espondilitis anquilosante. Dr. Dominique Lannes Cuando el enfermo sufre una patología autoinmune, ya sea lupus o poliartritis reumatoide, el riesgo de linfoma es necesariamente más elevado. La enfermedad linfomatosa aparece sobre una anomalía. A fuerza de excitar una porción bien precisa del genoma de los linfocitos, con un terreno poco favorable, el riesgo de linfoma es mayor. Es el mismo tipo de estimulación que la que da origen al linfoma de Burkitt con el EBV. El fenómeno es menos patente para la poliartritis reumatoide o el lupus, pero justifica un riesgo suplementario. Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 33 Valorar la poliartritis reumatoide Dr. Patrick Malamud • Médico asesor - SCOR Global Life Para valorar la poliartritis reumatoide, en primer lugar es necesaria una certeza diagnóstica, que no siempre es evidente en un expediente de seguros ya que no se examina al paciente. También es esencial conocer bien las complicaciones, ya que la patología puede llegar a ser mortal. Asimismo, la correcta apreciación de los factores pronósticos nos permitirá valorar la sobremortalidad asociada a un caso de poliartritis reumatoide. Por último, es necesario disponer de un expediente de selección completo. 1 Diagnóstico Cuando un paciente acude al médico, éste puede examinarle y disponer a continuación de todas las pruebas radiológicas o biológicas que la persona lleva consigo, e incluso solicitar pruebas complementarias. Para el médico asesor o el que realiza la tarificación, la dificultad reside en que no puede tener acceso a toda esta información pero, sin embargo, necesita elementos precisos para no correr el riesgo de interpretar incorrectamente el expediente, infravalorando o sobrevalorando la poliartritis reumatoide. La poliartritis reumatoide es una enfermedad muy polimorfa que puede plantear dificultades diagnósticas. La presentación de la poliartritis reumatoide puede ser tremendamente engañosa y puede inducir a error a los médicos. Para tener la certeza diagnóstica hay que disponer de un certificado remitido por un reumatólogo acreditado, que pueda dar toda la información que permita efectuar una tarificación correcta: • El diagnóstico • La fecha en que se estableció el diagnóstico • El historial (momento en que apareció la enfermedad, tiempo de evolución de la poliartritis reumatoide antes del tratamiento) • Los tratamientos seguidos por el paciente • Las posibles complicaciones 2 Pronóstico Una vez se conozca el diagnóstico, habrá que investigar para conocer todos los factores pronósticos. Éstos están 34 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología lejos de figurar en los expedientes donde se menciona la poliartritis… Para empezar, la poliartritis no es forzosamente una poliartritis reumatoide. Son necesarias precisiones suplementarias para investigar los factores pronósticos. Es posible exigir como mínimo un certificado que incluya ciertos elementos: • El número de articulaciones hinchadas y dolorosas • La duración del desentumecimiento matutino si existe • La existencia de despertares nocturnos causados por los dolores articulares • Las mediciones mediante escalas de la discapacidad funcional, siempre que tales mediciones sean fiables y reproducibles El conocimiento de los factores pronósticos biológicos es muy valioso. La velocidad de sedimentación en reumatología tiene gran importancia. Sería incluso un poco más fiable para mostrar la existencia de un brote de poliartritis reumatoide. El nivel de CRP posee al menos la misma importancia. Los factores séricos de autoinmunidad, cuando existen, son factores biológicos esenciales (factores reumatoides mediante las pruebas de látex o de Waaler-Rose). Las anticitrulinas también comienzan a formar parte de la práctica rutinaria. Asimismo, son interesantes los factores genéticos HLA DR1 y DR4. Pero no se trata de factores pronósticos importantes para nosotros. Es preferible tener más en cuenta la VSG, la CRP y los factores séricos de autoinmunidad, látex y WaalerRose (factores reumatoides). A esto se añaden los factores pronósticos radiológicos, que son el pinzamiento articular, las erosiones y el número de prótesis articulares que ha requerido la poliartritis reumatoide. Este último factor es realmente muy importante. ¿Es el tratamiento un factor pronóstico? Habitualmente se considera que si la corticoterapia es inferior a 7,5 mg, la poliartritis reumatoide está «controlada». Todo el mundo sabe que el Metotrexato® y los anti-TNF no son medicamentos inocuos. Pero sin estos tratamientos agresivos, no aumentará la supervivencia de los pacientes. Nos abstendremos de tener en cuenta estos tratamientos como factor pronóstico, salvo en el caso de complicaciones que se les puedan imputar, aunque por el momento no tengamos conocimiento del efecto yatrogénico a largo plazo. El pronóstico vital se asocia fundamentalmente a la presencia o no de complicaciones viscerales (vasculitis) o localizaciones extraarticulares en general. Un expediente en el que figuren vasculitis no deberá asegurarse debido al riesgo vital que resulta inaceptable en un expediente de seguros. • Precisiones Pr. Francis Berenbaum ¿Atañe este extremo a las vasculitis cutáneas puras? (figuras 17 y 18) Dr. Patrick Malamud Yo pensaba más concretamente en las vasculitis sistémicas. En caso de complicación cerebral o cardiaca, está claro que habrá que rechazar el expediente. Una pregunta: ¿un nódulo no constituye un signo indicativo de vasculitis sistémica? 3 Clasificación Para simplificar el trabajo de los aseguradores, proponemos esquematizar cuatro formas de poliartritis reumatoide. A Forma leve Esta forma se caracteriza por brotes ocasionales de modo oligoarticular, con largos periodos de remisión y tratamientos de fondo de los llamados «leves». En realidad, no se puede hablar de tratamiento leve puesto que los mejores pronósticos afectan a los pacientes para los que los tratamientos son los más agresivos al inicio. Pr. Francis Berenbaum No. La vasculitis cutánea pura y los nódulos no son factores que agravan el riesgo vital. Dr. Patrick Malamud Por lo tanto, exceptuando los nódulos y las vasculitis cutáneas puras, habrá que rechazar todas las demás localizaciones viscerales. En esta forma leve no existe síndrome inflamatorio ni erosiones. B Forma moderada Los signos son más importantes que en la forma ligera, pero se presentan en una poliartritis reumatoide que no es incontrolable. 17/18 Vasculitis cutánea Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 35 Valorar la poliartritis reumatoide C Forma severa En esta forma encontramos signos tales como la sinovitis, el desentumecimiento matutino, los despertares nocturnos, la resistencia a los tratamientos de fondo, el síndrome inflamatorio y la destrucción rápida de las articulaciones. D Forma grave La forma grave se caracteriza sobre todo por complicaciones vasculares, asociadas fundamentalmente a vasculitis (exceptuando las vasculitis cutáneas puras y los nódulos). 4 Estudio de la mortalidad La poliartritis reumatoide es una enfermedad grave. Un estudio de Minaur y cols, publicado en 2004, se basa en el seguimiento durante cuarenta años de cien enfermos de poliartritis reumatoide. El objetivo era investigar la evolución funcional, pero también el análisis de las causas de muerte. Se trata de poliartritis diagnosticadas hace más de cuarenta años. No debemos pensar que el estudio refleja la forma en que la enfermedad se trata actualmente, sino de lo que se pone de manifiesto en pacientes tratados desde hace cuarenta años. Después de 39,7 años, dieciséis pacientes seguían con vida. Trece muertes estuvieron directamente relacionadas con la poliartritis reumatoide. Las sesenta muertes restantes estuvieron asociadas en su mayoría a causas cardiovasculares. Sin embargo, se observan más tumores y linfomas que en la población general. Once muertes estuvieron relacionadas con la poliartritis reumatoide y/o con el tratamiento. En estos casos, no fue posible comprobar el origen de la muerte. Se sabe que la corticoterapia puede matar si no se supervisa correctamente. Hay que tener presente que este estudio se prolonga durante cuarenta años. En los años 50 los corticoides se recetaban simplemente para recuperar la forma. Con el estudio Minaur se constata un agravamiento progresivo de la mortalidad. La tasa de mortalidad estandarizada (exceso 36 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología de mortalidad respecto a una población de referencia) aumenta constantemente: era de 1,15 tras once años de estudio, de 1,42 tras veinte años y de 2,13 después de cuarenta años. La sobremortalidad es aproximadamente dos veces superior que en la población general. Por lo tanto, la poliartritis reumatoide es una enfermedad grave que mata, al menos indirectamente. En las curvas de supervivencia de los pacientes del estudio Minaur se constata una clara diferencia entre las poblaciones control y las poblaciones afectadas de poliartritis reumatoide [ 19 ]. Puesto que la sobremortalidad es dos veces la de la población general, hay que esperar una sobrevaloración de los expedientes. 5 Tarificación del riesgo de muerte Dr. Patrick Malamud En el caso de una forma leve con pocos brotes y largos periodos de remisión, una sobremortalidad del 50 al 75% parece adaptarse perfectamente. Por tanto, el paciente pagará 1,5 ó 1,75 veces su prima. Es evidente que si tuviéramos la prueba de que los antiTNF van a provocar una sobremortalidad de 1,2 al cabo de veinte años, revisaríamos inmediatamente las tarificaciones: la sobreprima no sería más que del 20 al 25%. Pero aún no disponemos de tales datos. Por tanto estamos obligados a referirnos a los estudios en que se realiza el seguimiento de los pacientes a largo plazo. Pr. Francis Berenbaum ¿Tienen en cuenta la edad? Dr. Patrick Malamud La tarifa de base tiene en cuenta la edad por definición. Un asegurado de sesenta años paga una prima más importante que un asegurado de veinticinco años. En este caso hablamos de sobretarificación respecto a la tarificación media. Para una poliartritis reumatoide más evolucionada con signos que hacen pensar en un mal control, proponemos una tarificación del 100 al 150%. 19 1 0.9 0.8 0.7 0.6 0.5 0.4 PR hombres 0.3 PR mujeres 0.2 Población masculina total 0.1 Población féminina total 0 0 10 20 30 40 años Curva de supervivencia de la población afectada de poliartritis reumatoide comparada con la de la población normal de Bath durante el periodo de la encuesta, por sexo Para las formas severas, con un tratamiento que no da resultados, erosiones múltiples, una prótesis de cadera y una prótesis de rodilla, múltiples signos clínicos, las tarificaciones superan el 200% y podemos llegar hasta el rechazo en caso de forma visceral, cardiaca u otra. En el caso de formas severas, rechazamos los expedientes. En materia de dependencia, de seguros complementarios, no es posible proponer una tarificación para los enfermos afectados de poliartritis reumatoide. No se puede conceder un seguro de incapacidad o invalidez a estos pacientes so pena de tener que pagar necesariamente un siniestro. Estas personas tendrán necesariamente bajas laborales, ya estén o no bien cuidadas. Además, padecen fatiga y no siempre pueden acudir al trabajo. Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 37 Valorar la poliartritis reumatoide Preguntas Respuestas meros años, la poliartritis reumatoide sigue presentando una forma benigna, sin destrucción articular, con un tratamiento sencillo y bien equilibrado, el riesgo es escaso, ya que estos pacientes, que han superado el umbral de los primeros años, tienen un pronóstico bastante favorable. Dr. Dominique Lannes Dr. Dominique Lannes La Sra. Le Quintrec ha recordado que la poliartritis reumatoide era una enfermedad imprevisible. Puede pasar de una forma benigna a una forma intermedia. Es una situación muy difícil de evaluar para un asegurador. Además, los expedientes sobre los que nos pronunciamos no están siempre completos. En el momento de entrar en el seguro, el solicitante y el médico tratante tienen tendencia a minimizar la gravedad de la enfermedad. Hay que entender que nos comprometemos para veinte, treinta o cuarenta años sin posibilidad de marcha atrás. ¿Qué nos aconsejan? En cuanto a la incapacidad, he oído a la Sra. Le Quintrec indicar que el 50% de los pacientes afectados de poliartritis reumatoide no vuelven a trabajar pasados cinco años. Sabemos muy bien que ciertos pacientes afectados de una poliartritis reumatoide continúan trabajando y no llegan a la incapacidad. Pero si se razona en conjunto, basándose en las estadísticas, no hay más elección que rechazar a estos solicitantes. Pr. Francis Berenbaum Si se basa en cifras, ciertamente tiene razón. En cambio, es absolutamente necesario que los vuelva a valorar muy regularmente porque el contexto terapéutico evoluciona rápidamente y va a verse totalmente alterado. Dr. Patrick Malamud ¡Ése es realmente el sentido de nuestra misión! Para la tarificación utilizamos un programa de software y, en virtud de los datos de dicho programa, las poliartritis reumatoides con una remisión superior a cinco años se valoran aplicando la tarifa normal para un seguro de fallecimiento. Dr. Patrick Malamud Dr. John Evans 38 Cuanto más preciso sea el certificado médico de presentación, más acorde estará nuestra tarificación con aquello que se nos presenta. ¿No cree usted que con la poliartritis reumatoide existe un sobrerriesgo cardiovascular? Pr. Francis Berenbaum Pr. Francis Berenbaum Es muy difícil juzgar a partir del pronóstico en una poliartritis reumatoide incipiente, aunque actualmente aparecen criterios pronósticos de gravedad. Sin embargo, si se trata de una poliartritis reumatoide que evoluciona desde hace ya diez años y que se encuentra en el primer grupo de la clasificación, no correrán un gran riesgo asegurándola. Es en los primeros años de la enfermedad cuando aparecen las lesiones. Si, una vez pasados estos pri- El sobrerriesgo cardiovascular está vinculado al hecho de que hace años se dejaba que las inflamaciones persistieran, mientras que con los tratamientos de fondo actuales, se suprimen tales inflamaciones. De esta forma también actuamos sobre el factor cardiovascular. Además, los tratamientos de fondo son cada vez más eficaces y nos permiten reducir la corticoterapia, que es un factor de riesgo suplementario, igual que el sedentarismo. Este Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología conjunto contribuirá a que el sobrerriesgo cardiovascular en los pacientes en los que la enfermedad está bien controlada, se reduzca e incluso desaparezca en los años futuros. Si nos dan los parámetros idóneos que nos permitan comprometernos para una cobertura de cinco años, incluso de diez años, estaremos encantados. Dr. Patrick Malamud ¿Se enfrentan a menudo a quejas de pacientes en contra de los seguros? Dra. Janine-Sophie Giraudet-Le Quintrec Los pacientes están desesperados porque no acaban de encontrar un seguro que les acepte. Al menos eso es lo que percibimos de su parte. Ya padecen una enfermedad espantosa y no ven la posibilidad de poder suscribir un préstamo. Esto es catastrófico para ellos. A menudo, los enfermos se informan sobre un crédito. Su banco, a falta de garantías suplementarias, les deniega el préstamo. Los enfermos sólo pueden vivirlo como un rechazo. Es un problema recurrente. Michel Dufour Esta dificultad no se encuentra en la mayoría de los contratos. En muchos casos, los seguros de préstamo pueden emitirse con una cobertura de fallecimiento y una cobertura de pérdida total e irreversible de autonomía. La garantía por incapacidad-invalidez no representa la mayoría de los seguros de préstamo. Algunos bancos no conceden los préstamos en ausencia de garantías. Usted puede tomar un seguro a título individual pero no en el marco de un seguro colectivo. Michel Dufour En efecto, para los seguros colectivos de préstamo, que son los contratos de primer nivel, no se concederá la garantía básica de fallecimiento por cualquier causa. Hay una acción a la que se puede recurrir a este nivel. Nosotros no pedimos nada más, como aseguradores y reaseguradores, que poder disponer de referencias que nos permitan dar cobertura, incluso en caso de incapacidad, para periodos muy cortos. En materia de progreso terapéutico podría citar el ejemplo del Glivec. Se trata de una molécula extraordinaria que, a razón de cuatro cápsulas al día, permite lograr una remisión completa citogenética y molecular de las leucemias mieloides crónicas. Es más fácil de soportar que un trasplante de médula. He tenido que pronunciarme sobre varios expedientes que presentaban una remisión completa citogenética y molecular. Pero sólo tenemos cuatro o cinco años de perspectiva sobre este tratamiento y yo tenía que comprometerme en un crédito a veinte años. No pude hacerlo puesto que no tengo ninguna prueba de que este joven de veintisiete años en remisión vaya a continuar viviendo de aquí a diez años. Mientras no tengamos referencias, no podemos permitirnos tomar estas decisiones. Y las referencias en materias de tratamientos anti-TNF aún son muy limitadas. ¿Por qué no recurrir a las exclusiones en determinadas circunstancias? Dr. Patrick Malamud No veo la forma de prever exclusiones en el caso de una enfermedad general. Dr. Dominique Lannes Parece difícil recurrir a la exclusión en materia de incapacidad para la poliartritis reumatoide, tanto más cuanto que la Sra. Le Quintrec nos ha indicado que sus pacientes sufrían ante todo de astenia y fatiga. No se puede incluir la astenia en la lista de exclusiones de las articulaciones. Es difícil recurrir a la exclusión con esta patología, a menos que sólo se trate de cubrir la incapacidad por accidente. Damos la impresión de ser muy restrictivos, pero verdaderamente no hemos podido hacer más por reducir las tarificaciones. Hemos explicado que ciertas poliartritis reumatoides tenían un nivel de riesgo prácticamente normal, y lo tenemos en Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 39 Valorar la poliartritis reumatoide cuenta. Pero en materia de incapacidad, nos orientamos hacia el rechazo dados los criterios que hemos estudiado. Sin embargo, gracias a la experiencia, estamos preparados para revisar nuestra postura cuando los tratamientos agresivos de entrada den resultados. Dr. Patrick Malamud No veo como podemos hacer exclusiones limpias, formales y fáciles de entender en el caso de enfermedades generales sin exponernos a siniestros. ¿Cómo probar que un linfoma se origina por la poliartritis reumatoide? ¡Todos los especialistas se reirían en nuestras narices! Michel Dufour En efecto, es necesario que las exclusiones sean formales y limitadas. Nosotros no nos encontramos dentro de ese marco. Dr. Patrick Malamud Una artrosis bien localizada es fácil de excluir. Pero no ocurre lo mismo con la poliartritis reumatoide. ¿Adoptan la misma actitud en el caso de la espondilitis anquilosante para las garantías por baja laboral e invalidez? Dr. Patrick Malamud Todo depende de la forma de la espondilitis anquilosante. Hay que analizar la forma (periférica, axial) caso por caso. Las formas periféricas de espondilitis anquilosante pueden referirse a la poliartritis reumatoide. Pero la tarificación es en general más ligera que para la poliartritis. No prevemos la exclusión para las garantías por baja laboral. Por el contrario, aceptamos esta garantía para ciertos casos de espondilitis anquilosante leve con una sobreprima moderada. Se trata de espondilitis sin brotes, con tomas puntuales de antiinflamatorios. En estos casos se puede prever una sobreprima muy moderada por incapacidad / invalidez. 40 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología La espondilitis anquilosante: balance y pronóstico Dra. Corinne Miceli-Richard • Hospital Universitario Kremlin Bicêtre Este capítulo aborda la espondilitis anquilosante (EA) y las espondiloartropatías. La espondilitis anquilosante es un subgrupo de las espondiloartropatías. Este reumatismo inflamatorio, frecuente, que afecta al adulto joven, es una afección polimorfa en su presentación clínica y en su gravedad. Desde este punto de vista, es importante obtener una determinada información para valorar correctamente los expedientes presentados. Si los anti-TNF han constituido un avance fundamental en el tratamiento de la poliartritis reumatoide, esto es aún más cierto en la EA. Los siguientes elementos, referentes a las consecuencias de este reumatismo en términos de actividad profesional o de mortalidad, deben matizarse en la medida en que ningún estudio sobre la mortalidad o el impacto sobre la actividad profesional integra datos referentes a pacientes que hayan sido tratados con anti-TNF. 1 Una enfermedad polimorfa Las espondiloartropatías son afecciones extremadamente polimorfas. No se limitan al reumatismo que se presenta a la edad de veinte años como promedio y que conduce a una anquilosis de la columna vertebral. Por otra parte, el término «anquilosante» no es conveniente ya que tiende a inquietar al paciente y porque, gracias a las nuevas terapias, podrá evitarse esa clase de evolución. Las espondiloartropatías constituyen un conjunto muy amplio. reumatismo psoriásico también se asocia con las espondiloartropatías. Las artritis reactivas, es decir, los reumatismos que aparecen al mes de una infección genital o digestiva, prácticamente han desaparecido. El SAPHO es una forma inflamatoria de reumatismo que se caracteriza por una inflamación ósea. El reumatismo de las enterocolopatías aparece tras una inflamación crónica del tubo digestivo, más conocida con el nombre de enfermedad de Crohn. Por último, las espondiloartropatías pueden presentar la forma de espondilitis anquilosante no diferenciada. Constituyen la asociación en un mismo paciente (a menudo en la mujer) de una artritis y de dolores inflamatorios de la columna, sin la forma anquilosante de la columna vertebral. En consecuencia, ¿no pueden reducirse las espondiloartropatías exclusivamente a la EA? ¿Cuáles son las características comunes de estos distintos reumatismos? 1 Estos reumatismos se asocian al antígeno HLA B27. Este antígeno natural está presente en un 7 a un 8% de la población general. En cambio, se encuentra entre el 50 y el 90% de los pacientes afectados por este reumatismo y es, por tanto, un factor de predisposición genética, aunque hasta la fecha tal predisposición permanece sin explicar. En el sistema inmune, el HLA B27 sirve para presentar antígenos y para defenderse de los microbios. La asociación con el HLA B27 es evidente según la forma de reumatismo. Por el contrario, en las formas de espondiloartropatías psoriásicas, la presencia de HLA B27 sólo afecta al 18% de la población. 2 Estos reumatismos tienen en común la presencia de una afectación de la entesis, es decir, una inflamación de las zonas de inserción de los tendones en el hueso. Esta inflamación se traduce a menudo en dolores en la parte posterior del talón [ 20 ]. 20 La forma que afecta a la columna vertebral es la espondilitis anquilosante. Un paciente que padezca esta enfermedad sufre dolor de espalda por la noche, y siente la necesidad de moverse o de levantarse a las cinco de la mañana, para calmar el dolor. Aparte de esta forma axial de la enfermedad, las espondiloartropatías pueden adoptar la forma de una artritis que afecte a las articulaciones periféricas, a menudo de los miembros inferiores (rodilla, tobillo). El Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 41 La espondilitis anquilosante: balance y pronóstico 3 Pueden afectar a la columna vertebral, a la parte alta, media o baja del raquis, así como la sacroilíaca (afectación axial). Aparece una inflamación a nivel de la columna vertebral así como en los ligamentos que rodean a la columna. Con el paso del tiempo, esta inflamación conduce a una columna de «bambú», con el desarrollo de puentes óseos [ 21 ]. 4 Pueden tomar la forma de artritis periféricas, por ejemplo, en un dedo del pie. Estos reumatismos se acompañan de manifestaciones extraarticulares (psoriasis, uveitis -inflamación del ojo-, enterocolopatías inflamatorias). La psoriasis consiste en un engrosamiento de la piel que toma un aspecto blanquecino, pudiendo afectar al cuero cabelludo, las uñas, el ojo, etc. 5 En resumen, este reumatismo puede tomar formas muy diversas y no puede reducirse a su «jefe de fila», la EA. Además, los expedientes sobre los que hay que decidir no incluyen forzosamente el término «espondilitis anquilosante», sino el de «espondiloartropatía». Deberá adjuntarse al expediente una descripción de las manifestaciones del paciente. 21 Columna «bambú» 42 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 2 Datos epidemiológicos La espondiloartropatía es un reumatismo inflamatorio que afecta sobre todo al adulto joven. En promedio se declara alrededor de los veinticuatro años. No obstante, el diagnóstico no se establece inmediatamente. En efecto, este reumatismo se manifiesta con bastante lentitud, a veces de forma atípica, lo que conlleva un retraso en el diagnóstico. El único estudio epidemiológico sobre las espondiloartropatías disponible en Francia ha sido realizado en Bretaña por Alain Saraux, mediante una encuesta telefónica. Parece que la prevalencia de la espondiloartropatía (0,47%) es muy similar a la de la poliartritis reumatoide (0,62%). Estos dos reumatismos inflamatorios son los más comunes en Europa. En el pasado se decía de la EA que era el «reumatismo del varón», estimando que era dos veces más frecuente en el hombre que en la mujer. En realidad, sería tres veces más frecuente en el hombre que en la mujer. En cambio, si se tiene en cuenta el conjunto de las espondiloartropatías, no se observan diferencias significativas asociadas al sexo. En lo que se refiere a la frecuencia de los diferentes subgrupos, parece que la forma axial, anquilosante, está lejos de constituir la totalidad de este reumatismo. Un estudio llevado a cabo en Alemania por Braun ha mostrado que sólo representa el 45%. Las formas indiferenciadas representarían un 35%, frente a un 15% para las formas con afectación periférica. 3 Tratamientos Con frecuencia se recurre a los antiinflamatorios por su sencillez. Muy a menudo, los pacientes son tratados con antiinflamatorios diariamente o sólo en función del dolor. Otro tratamiento consiste en el uso de antiálgicos, como el Gelocatil®. Para las formas periféricas pueden usarse tratamientos de fondo: sulfasalazina, salazopirina y metotrexato. Para evitar la rigidez en posición viciosa, es necesario recurrir, entre otras soluciones, a la rehabilitación mediante fisioterapia. Para los tratamientos locales, se realizan infiltraciones. Los anti-TNF han revolucionado el tratamiento de las espondiloartropatías. Su aparición es relativamente reciente puesto que las primeras publicaciones sobre el tema datan de 2000. Los estudios controlados que han hecho posible autorizar el uso de estas moléculas en la indicación «espondiloartropatía» han sido publicados en 2002. La eficacia de los anti-TNF es considerable ya que permiten mejorar el estado de los enfermos entre el 50 y el 80% de ellos. Estos tratamientos son eficaces cuando los pacientes presentan formas severas de la enfermedad que no responden a los tratamientos simples. El 80% de los pacientes presentan, después de cuatro meses, una mejora de su estado de salud de un 20% respecto a una serie de crite- rios (despertar nocturno, dolor matutino, intensidad del dolor, etc.), especialmente mediante etanercept, molécula usada en inyección subcutánea una vez a la semana. Las consecuencias de la espondiloartropatía en la vida diaria son múltiples en el plano de la salud, tanto física como mental. El tratamiento permite alcanzar una mejoría de un 40% en la salud física, especialmente de las funciones físicas. La mejoría también se aprecia en los parámetros reumatológicos (número de articulaciones hinchadas, dolores matutinos, etc.). Un estudio alemán ha demostrado que el uso de una molécula, el Remicade®, en infusión, permite alcanzar una mejoría del 50% del BASDAI (Bath Ankylosing Spondylitis Disease Activity Index). La mejoría con placebo es sólo del 9%. De hecho, es aconsejable rellenar el cuestionario BASDAI que aporta una idea muy aproximada del estado de salud del paciente. El BASDAI, que tiene en cuenta criterios sencillos, se utiliza ahora sistemáticamente con los pacientes que acuden a la consulta y que presentan este reumatismo inflamatorio. El BASDAI es una escala visual analógica que rellena el propio paciente. Se centra en el grado de fatiga, la intensidad del dolor en el cuello, las caderas, las articulaciones periféricas, el grado de rigidez, etc. entre otros tantos elementos que deben tomarse en cuenta en la evaluación de la actividad de un reumatismo. La mejoría en la salud de los pacientes también se mide mediante su consumo de antiinflamatorios. En el 72% de los casos, los pacientes pueden reducir en más de la mitad su consumo de antiinflamatorios e incluso suprimirlo en el 60% de los casos. En este último supuesto, las consecuencias funcionales del reumatismo del paciente son nulas. 4 Consecuencias de la espondiloartropatía Las consecuencias de la espondiloartropatía sobre la actividad profesional y la mortalidad son raras. Además, Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 43 La espondilitis anquilosante: balance y pronóstico los datos disponibles no tienen en cuenta el efecto de los anti-TNF. A Sobre la actividad profesional La mayoría de los resultados sobre el tema proceden de los trabajos del equipo de Boonen. Respecto a la población general, la espondiloartropatía aumenta la mortalidad en un 50%. Además, el riesgo de pérdida del empleo es tres veces superior. Este aspecto, al igual que la mortalidad, se correlaciona con la actividad de la enfermedad y con la discapacidad funcional. Uno de los obstáculos para introducir en el mercado los anti-TNF es su elevado coste. Un tratamiento con antiTNF cuesta, al cabo de un año, unos 13 000 euros. Por consiguiente, a pesar de su eficacia, no es posible administrar este tratamiento a todas las personas que padecen un reumatismo inflamatorio. Por tanto, la difusión de este tratamiento ha planteado la cuestión del coste del tratamiento en general. Un paciente que toma anti-TNF y cuyo estado de salud ha mejorado considerablemente, disminuirá el consumo de antiinflamatorios, no será hospitalizado, no tendrá necesidad de radiografías ni de infiltraciones, y no faltará al trabajo, etc. Por último, los estudios han permitido equilibrar el coste de los antiTNF y el de otros tratamientos. En definitiva, aunque estos medicamentos son costosos, permiten por otra parte realizar importantes ahorros. Hoy por hoy, entre el 61 y el 89% de los pacientes con espondiloartropatía ejercen una actividad profesional normal. La falta de aptitud para el trabajo es relativamente marginal (del 3 al 9% de los pacientes). En varios países se han puesto en marcha estudios sobre la interrupción de la actividad profesional a causa de una espondiloartropatía. La falta de aptitud permanente sólo sería del 3% en México, sin duda debido al coste de tal interrupción. En Europa, la tasa de interrupción es del orden del 36% después de una evolución de la enfermedad durante veinte años. En Estados Unidos, el 5% de los pacientes se ve obligado a interrumpir totalmente su actividad profesional, después de cinco años de enfermedad. Estos estudios también han tratado de poner de manifiesto los factores que permiten predecir la interrupción 44 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología de la actividad profesional. De ellos se desprende que, cuando el diagnóstico se establece antes de los treinta y cinco años, el sujeto presenta dos veces más riesgo de interrumpir su actividad. El trabajo manual es otro factor que agrava la interrupción de la actividad. Las personas que, a causa de su reumatismo, tratan de limitar sus actividades (modificando el puesto de trabajo) presentan 2,3 veces más riesgo de interrumpir definitivamente su actividad profesional. Para las personas que se ven obligadas a modificar totalmente su actividad profesional a causa del reumatismo, el riesgo de interrupción total es 6,9 veces mayor. Un estudio realizado en Estados Unidos ha identificado otros factores que permiten predecir la interrupción de la actividad profesional: • Edad a la que se declara la enfermedad • Años de estudio: las personas que tienen un nivel de estudio más elevado presentan en general menos discapacidad, sin duda gracias a una mejor información • Actividad física • Sexo femenino: las mujeres interrumpen más fácilmente su actividad profesional • Comorbilidad: la presencia simultánea de otra afección favorece la interrupción de la actividad Un estudio realizado en Países Bajos también ha señalado los siguientes factores: • Dificultad para acceder al lugar de trabajo • Dificultad para desplazarse en el lugar de trabajo • Actitud negativa de los compañeros • Actitud negativa de los superiores • Ausencia de apoyo de los compañeros / superiores. Aunque no interrumpan su actividad profesional, algunos pacientes pasan periodos de paro. Diversos estudios han destacado la prevalencia, nada despreciable, del paro en las personas que padecen reumatismo inflamatorio (entre el 14 y el 50%). Un estudio realizado en Estados Unidos ha tratado de identificar factores predictivos del paro en esta población: sexo, calidad de vida, dolor, etc. Por su parte, diversos estudios realizados en Europa han apuntado el papel de la edad y el BASDAI. Cuando éste último recoge valores elevados, el riesgo de paro entre la población afectada puede aumentar un 25%. B Sobre la mortalidad Un estudio realizado en los Estados Unidos y publicado en 1998 investigó el riesgo de mortalidad en caso de reumatismo psoriásico. Éste último evoluciona de forma prácticamente idéntica a la poliartritis reumatoide. La TME o tasa de mortalidad estandarizada según la edad y el sexo de los pacientes, indica que el riesgo de mortalidad es superior al 62% en las personas afectadas de este reumatismo en comparación con la población general. los factores predictivos de la mortalidad identificados son: • La velocidad de sedimentación (inflamación). • El tratamiento de fondo en el momento de la inclusión, indicando una forma más severa del reumatismo. • La presencia de erosiones, lo que significa que el reumatismo no está controlado. Por consiguiente, los pacientes que tienen un riesgo de mortalidad más importante son aquellos que presentan una inflamación crónica y un reumatismo inflamatorio no controlado. En cuanto a la espondilitis anquilosante, en su forma axial, los estudios no siempre han dado resultados fiables en la medida en que, antes, uno de los tratamientos de esta patología consistía en la irradiación raquídea. Ahora bien, la irradiación del raquis puede provocar el desarrollo de una hemopatía. Además, las cifras muestran un sobrerriesgo de mortalidad que está sesgado por el riesgo de hemopatía y por el riesgo de cáncer de colon. En realidad, la mitad de los estudios disponibles integran datos de radioterapia de la columna vertebral. Según los estudios, estos tratamientos implican un aumento de la aparición del cáncer de un 50 a un 140%. mismo ocurre con la poliartritis reumatoide. La inflamación crónica da lugar a una modificación de la pared arterial y, por tanto, a un sobrerriesgo de mortalidad cardiovascular. Por esta razón el diagnóstico de un reumatismo debe acompañarse de un balance cardiovascular. En presencia de otros factores de riesgo aparte de la inflamación crónica, como el colesterol elevado o una hipertensión arterial, los pacientes son tratados de inmediato. Es esencial tener muy en cuenta la dimensión cardiovascular. Un estudio realizado en Estados Unidos en una población de 50 000 pacientes identifica un sobrerriesgo de mortalidad del 50% y destaca que gran parte del riesgo de muerte puede atribuirse al riesgo cardiovascular. 5 Conclusión Aceptemos que la espondilitis anquilosante sólo constituye un pequeño grupo de las espondiloartropatías. Este grupo es especialmente polimorfo. Existe una mayoría de formas benignas de este reumatismo inflamatorio. Los anti-TNF han revolucionado el tratamiento de las espondiloartropatías. Las formas severas son susceptibles de ser tratadas con anti-TNF pero también son las que tendrán una repercusión en la actividad profesional y en la mortalidad. En consecuencia, merecen una atención especial. Los estudios que integran la eficacia de los antiTNF serán especialmente interesantes desde este punto de vista. Por consiguiente, los resultados sobre la mortalidad por EA están muy sesgados a causa de la mortalidad debida al cáncer, que es secundario a la irradiación. Los valores más realistas sobre la mortalidad debida a EA han sido identificados por estudios ingleses y finlandeses. Estos muestran una TME que oscila entre 1,66 y 1,50. Uno de los principales elementos de la sobremortalidad guarda relación con los problemas cardiovasculares. Lo Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 45 La espondilitis anquilosante: balance y pronóstico Preguntas Respuestas Una segunda pregunta trataría sobre los tumores sólidos. Los estudios más recientes han indicado un sobrerriesgo mínimo de cáncer cutáneo. No obstante, sería conveniente observar una muestra de pacientes mucho más grande para extraer enseñanzas. ¿Qué sucede en caso de interrupción de los antiTNF? Dra. Corinne Miceli-Richard Mientras resulta muy fácil determinar el momento en que hay que administrar estos productos, es mucho más complicado establecer el momento oportuno para interrumpir el tratamiento. La llegada de los anti-TNF constituye en efecto una revolución en la reumatología. Sabemos que la eficacia de este tratamiento, especialmente en la espondilitis anquilosante, es impresionante. Existen tres medicamentos anti-TNF: Enbrel®, Remicade®, Humira®. Conviene medir su efecto sobre la espondilitis así como el estado cardiovascular del paciente. Los efectos secundarios de los anti-TNF aún no han sido claramente identificados. Sabremos más en el transcurso de los próximos años. En la poliartritis reumatoide, el tratamiento es intermitente. Cada cuatro o seis semanas se administran infusiones. Cada vez que se interrumpe el tratamiento los pacientes sufren. En las espondiloartropatías es más fácil espaciar las infusiones, disminuir las dosis e, incluso en ciertos pacientes, interrumpir el tratamiento. En efecto, yo he atendido a pacientes en los que el intervalo entra las infusiones fue superior a doce semanas y en los que el tratamiento se interrumpió, sin que sufrieran recaídas. No obstante, este tratamiento continúa siendo intermitente, los pacientes lo necesitan a largo plazo. Dra. Corinne Miceli-Richard Existen algunos temores respecto a estos tratamientos por la posible aparición de tumores o de linfomas. TNF significa factor de necrosis tumoral. Se trata de una proteína que interviene en la defensa antitumoral. Los primeros estudios sobre la poliartritis reumatoide mostraron un leve sobrerriesgo de linfoma. No obstante, es muy difícil confirmar esta asociación en la medida en que una inflamación crónica implica por sí misma un sobrerriesgo de linfoma del 100%. ¿Este sobrerriesgo bajo tratamiento con anti-TNF estaría asociado realmente a la molécula o a la actividad de la enfermedad? Los últimos estudios son absolutamente tranquilizadores sobre este punto y establecen una correlación directa con la actividad de la enfermedad: la molécula en sí misma no interviene en los linfomas. 46 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología El reumatismo toma formas diferentes. En ciertos casos, evoluciona por brotes y entonces puede considerarse una interrupción del tratamiento. En otros casos, evoluciona en un solo bloque y es difícil interrumpir el tratamiento. ¿Qué sucede con el síndrome de Fiessinger-LeroyReiter? Dra. Corinne Miceli-Richard En Francia es costumbre dar el nombre de los médicos que describieron los reumatismos. Pero hoy día se habla de «artritis reactiva». Este síndrome es marginal. Afecta a menos del 2% de los pacientes. ¿Qué sucede cuando pide a sus pacientes que rellenen un cuestionario sobre calidad de vida? ¿Cuál es su experiencia al respecto? Cuando, como aseguradores, proponemos a nuestros asegurados que den este tipo de información, tienden a sobreestimar sus capacidades… B27 en la medida en que estas patologías se observan en muchos reumatismos inflamatorios. Tampoco existe relación directa entre este antígeno y las patologías cardiovasculares. Dra. Corinne Miceli-Richard Todos estos cuestionarios, entre ellos el BASDAI, son elementos esenciales en el seguimiento de un paciente. Éste siempre responderá de la misma manera. Sus respuestas se apoyarán en los mismos elementos, ya se trate del dolor o de su discapacidad. Por consiguiente, no es el valor absoluto sino el valor relativo, es decir la evolución de sus apreciaciones, las que hay que tener en cuenta. De esto modo es posible seguir a un paciente dado a largo plazo. Por el contrario, comparar los resultados de un cuestionario de una persona con otra no es pertinente en la medida en que cada paciente tiene su propia vivencia y su propia apreciación del dolor. En cambio, ya se trate de poliartritis reumatoide o de EA, sabemos que la tolerancia de los pacientes al dolor es excelente: a pesar del dolor, los pacientes actúan casi con normalidad. Su capacidad de «coping» es elevada. A la inversa, los pacientes que padecen fibromialgia reaccionan mal al dolor, mientras que su discapacidad en la vida diaria es relativamente poco importante. Se ha demostrado la relación directa entre el HLA B27 y el reumatismo gracias a ratas transgénicas. Así se ha conseguido que la rata exprese el HLA B27 en sus células. Y la rata presenta una afección inflamatoria de la columna, artritis y una inflamación ocular. En cambio, no presenta afectación cardiaca ni patologías cardiovasculares. Por consiguiente, basándonos en este medio algo artificial, no tenemos ninguna razón para pensar que el HLA B27 interviene en las manifestaciones cardiovasculares sino más bien en las manifestaciones inflamatorias del ojo, de las articulaciones o de la columna vertebral, incluso en las manifestaciones inflamatorias digestivas. Si la inflamación favorece las patologías cardiovasculares, la relación entre estas últimas y el HLA B27 no es directa. ¿Influye el sexo en la evolución de la enfermedad? Dra. Corinne Miceli-Richard Así pues, no existe ningún estudio que mida la calidad de vida en relación con el riesgo de incapacidad laboral… Dra. Corinne Miceli-Richard Los cuestionarios de los que he hablado son bastante genéricos. Se utilizan en toda la reumatología e integran el dolor, la salud mental, la salud física, etc. ¿Podría relacionar el antígeno HLA B27 y las enfermedades inflamatorias que presentan un riesgo cardiovascular? Dra. Corinne Miceli-Richard No existe relación directa entre este antígeno y las patologías cardiacas. Si existe tal relación, es muy lejana. Algunas patologías como la insuficiencia aórtica no están necesariamente asociadas al HLA Hemos visto que el hecho de ser mujer tiene una mayor repercusión en la actividad profesional. Ignoro el contenido de los análisis que se han llevado a cabo. El resultado se debe quizás al hecho de que en ciertas unidades familiares, la mujer puede interrumpir más fácilmente su actividad profesional que su marido. En realidad, las razones de este sobrerriesgo no han sido analizadas. En cambio, sabemos que las formas de este reumatismo en la mujer son a menudo mucho más benignas. La afección anquilosante de la columna afecta más al hombre. A nivel de la población, el hombre también está más expuesto a los trabajos manuales. Por consiguiente, el factor sexual es algo más desfavorable en el hombre. Yo pensaba que las formas periféricas eran más graves que las formas axiales. Y así pues, la afec- Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 47 La espondilitis anquilosante: balance y pronóstico tación de la cadera estaba considerada como un factor de mal pronóstico. ¿La actividad de los anti-TNF se mantiene con el tiempo? Dra. Corinne Miceli-Richard Dra. Corinne Miceli-Richard Estos factores de mal pronóstico han sido estudiados por Bernard Amor. La cadera, curiosamente, es una articulación periférica. En el caso de la espondilitis, se considera que la forma axial es más severa. En la poliartritis reumatoide, se observan escapes al tratamiento a tal punto que se hace obligatorio cambiar un anti-TNF por otro. En la poliartritis reumatoide, la mayoría de los pacientes que toman Remicade® están tomando Metotrexato®. Se desarrollan anticuerpos que favorecen este escape. En la EA los escapes son menos importantes. Un estudio preliminar efectuado en el hospital AmbroiseParé indica que la asociación de Metotrexato® y Remicade® no es necesaria. Los anticuerpos que se desarrollan contra la molécula no interfieren con la eficacia del tratamiento. El reumatismo psoriásico es frecuente en las personas afectadas de espondiloartropatía. ¿Es cierto lo contrario? Dra. Corinne Miceli-Richard El reumatismo psoriásico sólo afecta del 2 al 3% de la población general y del 20 al 30% en el grupo de las espondiloartropatías. Hay un claro sobrerriesgo. No obstante, esto sólo es válido en escalas de la población general muy pequeñas. El riesgo pasa quizás del 3 al 4,5% en caso de afectación cutánea de tipo psoriásico. ¿Cuál es el riesgo de infección de los tratamientos anti-TNF? Dra. Corinne Miceli-Richard Este riesgo es real. Especialmente hay riesgo de reaparición de tuberculosis. Ahora se realiza un proceso de detección de la tuberculosis. Además, se observa un riesgo relativo del 100 al 200% de desarrollar una infección severa y bacteriana en la población que ha sido tratada comparada con la población placebo. Estos riesgos han sido demostrados. Por otra parte, en cuanto a la EA, los estudios se publicaron en 2002. En realidad, los estudios se publicaron sobre análisis que se iniciaron en 2000. Por tanto disponemos de una cierta perspectiva. Las primeras aplicaciones en la poliartritis reumatoide datan de hace diez años. Sobre este tema no hay motivo para que se presenten infecciones concretas. En cuanto al riesgo tumoral, en la medida en que la muestra de pacientes debe ser importante, aun quedan interrogantes sin responder. 48 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología El mantenimiento del tratamiento en la espondilitis anquilosante es mucho mejor que en la poliartritis reumatoide. Además, en la poliartritis reumatoide no puede considerarse la posibilidad de espaciar los tratamientos, mientras que en la espondilitis anquilosante sí es posible. Del mismo modo, es mucho menos necesario recurrir al cambio de antiTNF en la espondilitis que en la poliartritis reumatoide, aunque no se conocen perfectamente las razones. Valorar la espondilitis anquilosante Dra. Gabriela Mendoza Sassi • Médico asesor SCOR Global Life Para valorar la espondilitis hay que estar seguro del diagnóstico, conocer las complicaciones y apreciar los factores pronósticos. Para estar seguros del diagnóstico necesitamos un certificado de un reumatólogo especialista que deberá mencionar: • La fecha del diagnóstico, para calcular el tiempo de evolución de la enfermedad • El historial de la enfermedad, para determinar las lesiones que presenta el paciente y los marcadores biológicos. • Los tratamientos previos o seguidos actualmente por el paciente. • Las complicaciones. 2 Tarificación A Datos epidemiológicos Los datos epidemiológicos en términos de mortalidad sirven para establecer la tarificación. Un estudio de K. Lehtinen, realizado en 1993 sobre una cohorte de 398 pacientes afectados de espondilitis anquilosante y seguidos durante veinte y cinco años, ha determinado una mortalidad 1,5 veces superior que en la población general.La tarificación también debe apoyarse en datos relativos a la incapacidad y a la invalidez. Después de quince años, el 50% de los pacientes aquejados de una espondilitis severa no vuelven a trabajar. 1 B Pronóstico Cuando se examina el expediente de un solicitante aquejado de espondilitis, se ignora de qué forma va a evolucionar su enfermedad. Para prever esta evolución podemos apoyarnos en siete factores predictivos, que describe el profesor Amor. Estos factores, cuando se observan durante los dos primeros años de evolución de la enfermedad, permitirán prever la evolución de la espondilitis durante los quince años siguientes. Los criterios del profesor Amor son los siguientes: • La inflamación de la articulación coxofemoral: 4 puntos • La velocidad de sedimentación (> 30): 3 puntos • La mala respuesta a los AINES: 3 puntos • La rigidez del raquis constatada por el paciente: 3 puntos • La presencia de un dedo de la mano o del pie «en salchicha»: 2 puntos • La presencia de oligoartritis: 1 punto • El inicio de la enfermedad antes de los dieciséis años: 1 punto Si el total de puntos es inferior o igual a tres, la enfermedad será benigna (sensibilidad: 92,5%, especificidad: 78%). Datos clínicos, signos de una posible evolución y complicaciones La tarificación se basa por otra parte en los signos de evolutividad: presencia de dolor, de sinovitis, de rigidez matutina, velocidad de sedimentación y CRP elevadas. Estos signos son factores negativos para la evolución de la enfermedad. Consideramos como complicaciones los siguientes elementos: • Afectación visceral • Afectación de la cadera • Dedos del pie en garra • Prótesis articular • Cifosis dorsal evolucionada • Insuficiencia respiratoria. C Presencia y tipo de tratamiento La tarificación también se apoyaµ en el hecho de que el paciente necesite o no seguir un tratamiento y en el tipo de tratamiento (antiinflamatorio o tratamiento de fondo). En cuanto al tratamiento de fondo, se distinguen los inmunosupresores de los anti-TNF. Si este total es superior o igual a siete, la enfermedad podrá ser grave pero la sensibilidad sólo es del 50% (especificidad: 97%). Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 49 Valorar la espondilitis anquilosante 3 Ejemplos prácticos de tarificación A Ejemplo I Un hombre de treinta y ocho años solicita una cobertura de préstamo inmobiliario por un capital de 85 000 euros durante veinte años. Este solicitante fue objeto de un diagnóstico de espondilitis en 2003. Su informe médico menciona un tratamiento por AINE, una VSG y una CRP normales, y ausencia de dolor y de complicaciones. Puede considerarse que se trata de una espondilitis «leve», que presenta puntos positivos: • Ausencia de evolución clínica en la actualidad • VSG y CRP normales • Ausencia de tratamiento de fondo • Ausencia de complicaciones Para una espondilitis «leve» aceptamos los siguientes principios: • Fallecimiento: no hay sobremortalidad • IAP: aceptada • Incapacidad / invalidez: sobreprima del 50% No obstante, según las lesiones radiológicas que presente el solicitante, podrán denegarse las garantías complementarias. B Ejemplo II Un hombre de cincuenta y dos años solicita una cobertura de préstamo inmobiliario por un capital de 85 000 euros durante diez años. Este solicitante padece una espondilitis anquilosante desde 1982, confirmada por el informe médico, tratada con AINE y sulfasalazina, y que no es evolutiva. Se han detectado una cifosis dorsal y una insuficiencia respiratoria moderada, así como la ausencia de afectación visceral, de afectación de la cadera, de dedos del pie en «garra» y de prótesis articular. La velocidad de sedimentación es de 30 mientras que el valor de la CRP es de 15. No disponemos de las pruebas funcionales respiratorias. En este caso se trata de una espondilitis «moderada», que evoluciona desde hace más de veinte años pero que, actualmente, no presenta evolución clínica. Éste es un 50 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología punto positivo para la tarificación. En cambio, hay varios puntos negativos que anotar: • Persistencia de un tratamiento de «fondo» • VSG y CRP elevadas • Presencia de cifosis dorsal • Insuficiencia respiratoria moderada En este caso, la tarificación sería la siguiente: • Fallecimiento: sobreprima del 50 al 75% • IAP: aceptada • Incapacidad / invalidez: denegada C Ejemplo III El ejemplo III se refiere a un hombre de treinta y dos años que solicita una cobertura de préstamo inmobiliario por un capital de 145 000 euros durante veinte años. En el cuestionario médico, el solicitante menciona una espondilitis anquilosante, que se inició en 2000, tratada con Remicade®, estabilizada, así como la persistencia de una rigidez matutina que dura cuarenta y cinco minutos, con afectación de la cadera, dedos del pie en «garra», sin cifosis dorsal ni insuficiencia respiratoria, ni prótesis articular. Por otra parte, la velocidad de sedimentación es de 35 mientras que el valor de la CRP es de 12. Esto corresponde a una espondilitis «severa». El punto positivo es que la enfermedad se ha estabilizado clínicamente con Remicade®. En cambio, hay varios puntos negativos que señalar: • Rigidez matutina • VSG y CRP elevadas • Afectación de la cadera • Dedos del pie en «garra». En este caso, la tarificación sería la siguiente: • Fallecimiento: sobreprima del 75 al 100% • IAP: denegada • Incapacidad / invalidez: denegada 4 Conclusión El número de solicitantes afectados de espondilitis anquilosante va en aumento desde 2000. La tarificación tiene en cuenta los factores pronósticos, tanto factores positivos como factores negativos. Los anti-TNF están cambiando la historia natural de la enfermedad. No obstante, la perspectiva continúa siendo insuficiente para pronunciarse sobre la forma en que van a influir en la mortalidad y en la incapacidad / invalidez. Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 51 Valorar la espondilitis anquilosante Preguntas Respuestas ha indicado anteriormente, debemos tener en cuenta el aspecto «biopsicosocial», es decir, el entorno de la persona. En Francia, este planteamiento no resulta fácil para el asegurador, en la medida en que hay grandes dificultades para obtener información sobre este aspecto. Dichas informaciones se consideran a veces como contrarias a la libertad individual. En efecto, debemos tener siempre mucho cuidado de respetar al individuo. Dra. Corinne Miceli-Richard Llevar a cabo su cometido es difícil. Proceder a evaluaciones partiendo de los expedientes médicos no es fácil. Me extraña un poco que no incluyan en su esquema el tipo de trabajo del paciente, ni la duración de las bajas laborales ocasionadas por el reumatismo. Todo esto cuenta especialmente para la incapacidad. Como médico, respecto a los tres ejemplos presentados, me preocupa mucho más el paciente II, cuyo tratamiento de fondo parece poco eficaz, que el paciente III, tratado con Remicade®. Resulta delicado evaluar estas cuestiones. Entre los criterios de Amor, la afectación periférica tiene poco peso. Los elementos importantes son sobre todo la afectación axial y la afectación de la cadera. Para los médicos, una espondiloartropatía grave es aquella que obliga a tratar con anti-TNF. Para administrar éste último, se identifica en primer lugar la afectación de la cadera, un síndrome inflamatorio, una velocidad de sedimentación elevada, la mala respuesta a los AINES, la rigidez de la columna. Tienen razón al retomar estos criterios. Sin embargo, hace falta la actividad profesional del solicitante. 52 Llevamos una reflexión sobre la forma de conocer el riesgo de incapacidad laboral. En el pasado, la respuesta era simple: rechazo del seguro o exclusión. En la actualidad se trata de tarifar en la medida en que se pretende asegurar a nuestros clientes sobre el mayor número de puntos. Desafortunadamente, hacen falta los datos. Dr. Dominique Lannes El inconveniente de las exclusiones, que por otra parte pueden ser bastante prácticas durante el estudio de un expediente, es vaciar parcialmente de sustancia el contrato. Es cierto que la evaluación es difícil, pero representa un avance en comparación con una exclusión sistemática. Michel Dufour Tenemos en cuenta la profesión del individuo, sin que a veces seamos realmente conscientes de ello. En todos los expedientes de seguros se menciona la profesión del solicitante. Todo evaluador que estudia un expediente se entera de la patología y de la profesión. Estos elementos se tienen en cuenta para aumentar o disminuir la tarifa de la póliza. Cuando se rechaza el seguro de incapacidad, no es raro que se solicite al evaluador que lo justifique. No obstante, estas iniciativas son informales, se apoyan en la experiencia. Es difícil incluir estos elementos en un software de tarificación. Dra. Corinne Miceli-Richard Del mismo modo, conviene tener en cuenta la duración de la baja laboral. Michel Dufour Michel Dufour Nuestras reflexiones en el pasado estaban basadas en un modelo biomédico. Ahora bien, como ya se La tenemos muy en cuenta. Los evaluadores conocen las bajas laborales y actúan en consecuencia. Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología ¿Hay algunos expedientes que dan lugar a una exclusión? Dr. Dominique Lannes Por lo común, los reumatismos inflamatorios no dan lugar a una exclusión en la medida en que es muy difícil excluir una enfermedad general. En cambio, son posibles los rechazos. Todo el problema reside en que, en caso de siniestro, es difícil concluir que la baja laboral se debe a la poliartritis y alegar la exclusión. Cuando se plantea una exclusión para una enfermedad y el paciente está de baja laboral a causa de dicha enfermedad, el paciente no reclamará ninguna prestación… El problema se plantea únicamente en caso de invalidez. Se ha demostrado que se evita un cierto número de demandas cuando se plantea la exclusión. Dra. Gabriela Mendoza La exclusión se refiere a menudo a la columna vertebral. En el caso de EA, es posible excluir cualquier afección que no sea tumoral o infecciosa. Así pues, si la persona padece un tumor vertebral o una infección, tendremos en cuenta este elemento. Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 53 Tratamiento de la osteoporosis: una elección para treinta o cuarenta años Dr. Mickaël Rousière • Hospital Universitario Saint-Antoine, París 1 Recuerdo fisiopatológico El tejido óseo es un tejido del organismo que juega distintos papeles esenciales: • Sostén de toda la estructura corporal • Protección (las costillas para los pulmones y el corazón, la bóveda craneana para el cerebro) • Movimiento • Almacén de minerales • Formación de los glóbulos rojos (en la médula ósea) Se distingue el hueso compacto (80% de la masa del esqueleto, 20% del remodelado óseo) del hueso trabecular (20% de la masa del esqueleto, 80% del remodelado óseo). La composición de los huesos es la siguiente: • Una estructura, la matriz • Células con un papel en la destrucción y recomposición del hueso • Cristales cargados de calcio, que garantizan la solidez del hueso. El hueso es un tejido vivo que se renueva constantemente. En una primera fase, el hueso es destruido por unas células llamadas osteoclastos. Posteriormente, otras células denominadas osteoblastos serán las encargadas de reconstruir el hueso para reparar cualquier posible lesión. Este proceso de destrucción / reconstrucción del hueso, cuantitativamente equilibrado, se denomina remodelado óseo. Se mantiene la integridad del esqueleto. En caso de osteoporosis, las células encargadas de la reconstrucción del hueso son poco eficaces, mientras que las células encargadas de la destrucción ósea son hiperactivas, lo que conduce a una pérdida de sustancia ósea, que produce una fragilidad del hueso. Esta pérdida ósea va a agravarse con el tiempo. 2 Definiciones de la osteoporosis La definición de la osteoporosis ha evolucionado mucho a través de los siglos. En el sentido etimológico, la oste- 54 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología oporosis es un hueso poroso, que presenta pequeños agujeros. A principios del siglo XX, se estima que la gravedad de la osteoporosis se mide por la fractura, especialmente la fractura de cuello de fémur. Posteriormente, se llevaron a cabo estudios histológicos de biopsias óseas. La verdadera definición de la osteoporosis data de 1993, tras una mesa de consenso. No obstante, esta definición tan literaria es poco útil en la práctica: «Enfermedad difusa del esqueleto caracterizada por una disminución de la masa ósea y alteraciones de la arquitectura microscópica del tejido óseo, que produce un aumento de la fragilidad ósea y del riesgo de fracturas». El hueso osteoporótico presenta unas trabéculas óseas más finas, perforadas y mal conectadas entre sí. La definición «práctica» la dio la OMS en 1994 y se refiere a la densitometría ósea. Se basa en la distinción entre «osteopenia», «osteoporosis» y «osteoporosis confirmada». 3 Reconocer la osteoporosis La osteoporosis es por tanto una enfermedad difusa del esqueleto caracterizada por una disminución de la masa ósea y por alteraciones de la arquitectura microscópica que tienen como consecuencias: • Un aumento de la fragilidad ósea • Un aumento del riesgo de fractura El reconocimiento de la osteoporosis no puede limitarse a un examen médico que permita medir la talla de los pacientes. En efecto, es criterio es muy tardío, ya que se admite que una fractura vertebral entraña una reducción de la altura de dos a tres centímetros. Otras causas, como las escoliosis, también pueden dar lugar a una reducción de la talla, por lo que este signo es poco específico. La radiografía de la columna vertebral tampoco resulta satisfactoria porque sólo permite reconocer la fractura. En cuanto a las pruebas biológicas, ningún análisis de sangre permite hoy día diagnosticar una osteoporosis. Por tanto conviene apoyarse en la densitometría ósea que es la prueba de referencia actual para el diagnóstico de la osteoporosis. Este examen es fiable e inocuo ya que la radiación es débil. La densitometría ósea permite determinar la densidad mineral ósea en el raquis lumbar y en el cuello del fémur. Los rayos X atraviesan el cuerpo humano. Cuanto más denso sea el hueso, más se detendrán los rayos X y menos se recuperarán en el detector. La duración de esta prueba, totalmente indolora, es de diez minutos. El examen permite determinar la cantidad de calcio presente en el hueso, aplicándose ésta a una superficie ósea para determinar la densidad mineral ósea. Esta densidad mineral ósea arroja cifras que resultan poco comprensibles por sí mismas. No obstante, sabiendo que la masa ósea es máxima entre los veinte y los treinta años, es posible comparar la densidad mineral ósea de un paciente respecto a una población de referencia, considerada normal. De este modo se estudia el valor de la densidad mineral ósea del paciente respecto al valor en un individuo de la misma edad (Z score), así como la variación de este valor respecto a un sujeto joven (T score). Por ejemplo, la densitometría ósea de una mujer de sesenta años se compara a la de una mujer joven para determinar la cantidad de hueso perdido con el paso de los años. La determinación de la densidad mineral ósea reflejará el riesgo de una posible fractura en el futuro. Cada vez que el T score se reduce en una unidad, el riesgo de fractura del cuello del fémur se multiplica por dos. Cuanto más baja sea la densitometría ósea, más elevado será el riesgo de fractura. Así pues, esta prueba permite predecir un posible riesgo de fractura en una persona dada. La mesa de consenso permitió dar un valor umbral a partir del cual se define la osteoporosis. Así pues, cuando la desviación típica del T score oscila entre -1 y +1, la densidad es normal. Si está comprendida entre -2,5 y -1, se habla de osteopenia. Si es inferior a -2,5, se habla de osteoporosis. A partir de este valor, se considera en efecto que el riesgo de fractura es muy elevado (+400%). La osteopenia no es una enfermedad sino un fase de transición. Un estudio estadounidense ha demostrado en varias decenas de miles de pacientes que una disminución de un punto en la desviación típica duplicaba el riesgo de fractura. 4 Epidemiología de la osteoporosis Se calcula en unos cuatro millones el número de mujeres osteoporóticas en Francia. Y la mayor parte de ellas lo ignoran. Otras estimaciones más precisas mencionaban 3,7 millones de mujeres osteoporóticas. Casi la mitad de ellas ya presentan fracturas. No obstante, sólo 802 000 pacientes han sido diagnosticadas y tratadas. Prevalencia de la osteoporosis: • Mujeres de más de 50 años: 30% • Mujeres de más de 65 años: 50% • Mujeres de más de 80 años: 70% Un estudio de Ribot llevado a cabo en 1995 indica que en una muestra de mujeres con más de cuarenta y cinco años de edad que acuden a la consulta a causa de la menopausia, el 40% de ellas estaban afectadas por osteoporosis, al menos del raquis lumbar. Así pues, esta patología es especialmente frecuente. La osteoporosis es una epidemia silenciosa si tenemos en cuenta la ausencia de dolor y de síntomas… hasta la fractura. Esta característica plantea dificultades en cuanto al diagnóstico y al tratamiento. La epidemiología de la osteoporosis se conoce cada vez mejor. La de las fracturas ya se conoce desde hace mucho tiempo. La fractura constituye un episodio doloroso que lleva a la gente a la consulta, lo que hace posible disponer de bases de datos más completas. Esto es especialmente cierto en las fracturas de cuello de fémur ya que estos individuos son hospitalizados sistemáticamente. Aparte del dolor, estas fracturas (muñeca, vértebras, cuello de fémur) tienen consecuencias importantes en cuanto a morbilidad, mortalidad y coste socioeconómico. Son más frecuentes a medida que la población envejece. A partir de los setenta años, el aumento de la prevalencia de las fracturas de cuello de fémur es exponencial. Se prevé que en 2040, el cuidado de estas frac- Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 55 Tratamiento de la osteoporosis: una elección para treinta o cuarenta años turas constituirá una parte esencial de la actividad profesional de los cirujanos ortopédicos. No obstante, la fractura de muñeca es a menudo la primera fractura que aparece en la mujer menopáusica. Las fracturas relacionadas con la osteoporosis se producen por traumatismos mínimos. En los meses o años posteriores a esta fractura de muñeca, un elevado número de mujeres van a presentar una algodistrofia, que es una reacción local, vascular y nerviosa, que provoca una rigidez de muñeca y dolores nocturnos. Esta algodistrofia, muy molesta, tarda mucho tiempo en curar, entre varios meses y dos o tres años. Además, estas fracturas de muñeca pueden presagiar otras fracturas. En Francia, una mujer con la muñeca fracturada tiene cinco veces más riesgo de sufrir, en los años siguientes, una fractura vertebral, y de dos a tres veces más riesgo de sufrir una fractura de cadera. Este población debe, por tanto, tratarse desde la primera fractura. Por otra parte, esta exigencia es a veces jurídica. Así, en Estados Unidos, algunas mujeres han demandado, veinte años más tarde, a su cirujano porque no les había informado del riesgo de osteoporosis cuando habían sufrido una fractura de muñeca. Los datos estadounidenses referentes al riesgo de fracturas están conformes con los datos franceses. La fractura vertebral es muy frecuente. Afecta a una de cada tres mujeres de más de sesenta y cinco años. Estas fracturas también son el preámbulo de otras fracturas o «aplastamientos». Cada fractura anuncia la siguiente. Una paciente que sufra una fractura de muñeca corre el riesgo de sufrir una fractura vertebral y, si no se hace nada, una fractura de cuello de fémur. La fractura vertebral es una patología frecuente. Pero una de cada dos veces, no se reconoce como una verdadera fractura. En efecto, a diferencia de la fractura de muñeca o de cuello de fémur, las fracturas vertebrales no siempre son aparentes. Es posible que sólo provoque dolores leves. Una mujer de sesenta y cinco años que tenga dolor de espalda piensa inmediatamente que padece una artrosis, por lo que considera inútil consultar al médico. Ahora bien, es posible que haya sufrido una fractura vertebral. El problema es que una fractura vertebral tiene el mismo impacto funcional que una fractura de cuello de fémur en términos, por ejemplo, de riesgo de nueva fractura. Por tanto, aunque la fractura vertebral no ocasione grandes dolores, presenta un riesgo importante de fractura de cuello de fémur. El riesgo de fractura vertebral aumenta exponencialmente con la edad. Un estudio realizado en Francia, en mujeres de la región de Picardía, también muestra que una de cada dos mujeres mayores de ochenta y cinco años sufre al menos una fractura vertebral. Al comparar un hueso normal con un hueso que sufre una fractura vertebral, se observa que la parte superior del hueso está totalmente hundida. La estructura ya no sostiene el contorno del hueso [ 22 ]. Las fracturas vertebrales producen dolores crónicos agudos. También pueden dar lugar a una reducción de 22 Osteoporosis arquitectura microscópica Paciente sana Paciente osteoporótica R. Rizzoli - Atlas de la osteoporosis postmenopáusica - 2004 56 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología la talla que, por su parte, tendrá una grave repercusión psíquica en las pacientes. Además, las mujeres que sufren múltiples fracturas vertebrales pueden presentar problemas respiratorios, incluso problemas digestivos y, en casos muy raros, problemas de incontinencia. Dicho esto, los riesgos esenciales son la pérdida de talla y los dolores crónicos. La mujer que sufre fracturas vertebrales también puede sufrir una depresión asociada a los síntomas anteriores (pérdida de talla, dolores crónicos). Las fracturas vertebrales presagian otras fracturas. Al respecto, se ha llevado a cabo un estudio en Estados Unidos en 9 600 mujeres durante ocho años. En él se muestra que una mujer que haya sufrido una fractura vertebral, multiplica por cuatro el riesgo de sufrir una nueva fractura vertebral, y multiplica por dos el riesgo de sufrir una fractura de cuello de fémur. Todos los estudios concuerdan en este carácter predictivo de las fracturas de cuello de fémur comparadas con las fracturas vertebrales. Por otra parte, cuanto más tiempo pase desde que una mujer ha sufrido una fractura vertebral, mayor será el riesgo de que sufra una fractura de cuello de fémur. Entre las mujeres que han sufrido una primera fractura vertebral, una de cada cinco sufrirá una segunda fractura vertebral al año siguiente. Además, una mujer tendrá un mayor riesgo de fractura si ya ha sufrido fracturas anteriormente. Así pues, como promedio, el 20% de las 23 Los reumatólogos franceses se han interesado desde hace poco por la osteoporosis, disponiéndose ya de estudios realizados en Francia [ 24 ]. La mitad de las fracturas osteoporóticas no son vertebrales, pero cada año se registran en Francia unas 40 000 fracturas vertebrales. No obstante, si se tienen en cuenta todas las fracturas vertebrales Más de la mitad de las fracturas osteoporóticas no son vertebrales Factor predictivo de fractura de cuello 4 Las fracturas vertebrales son, entre las fracturas osteoporóticas, las consecuencias más conocidas de la pérdida ósea posmenopáusica. No obstante, las fracturas no vertebrales, especialmente las del cuello de fémur, son igualmente frecuentes, y tan graves y costosas, así como responsables de una gran parte de la mortalidad, de la morbilidad y de los gastos asociados a la osteoporosis. 24 Fracturas vertebrales RR 5 mujeres conocen una recidiva de fracturas vertebrales. Esta tasa llega al 25% cuando la paciente ya ha conocido dos fracturas vertebrales con anterioridad. En definitiva, cuantas más fracturas haya sufrido, mayor será el riesgo de que sufra otras. Una paciente que haya sufrido una fractura vertebral corre un riesgo mayor de sufrir una nueva fractura vertebral o no vertebral, por ejemplo, de cuello de fémur [ 23 ]. En el lenguaje médico, utilizamos el término «cascada de fracturas» para designar esta sucesión de fracturas. Así podemos encontrar mujeres que son hospitalizadas todos los años o cada seis meses por una nueva fractura. Esto explica la importancia de la atención médica desde la primera fractura. Incidencia anual Fractura clínica Fractura radiológica 120 000 3 80 000 2 40 000 1 Fracturas vertebrales sintomáticas 0 Melton 99 Gunnes 98 Black 99 Ismail 01 Melton y cols. Osteoporos Int 1999 • Gunnes y cols. Acta Orthop Scand 1999 Black y cols. JBMR1999 • Ismail y cols. Osteoporosis Int 2001 Vertebral Cadera Muñeca otras (morfométrica) Estimaciones según P. Fardellone Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 57 Tratamiento de la osteoporosis: una elección para treinta o cuarenta años sacadas a partir de los datos radiológicos, el número de fracturas vertebrales al año alcanza las 120 000. Por último, cada año se registran en Francia 50 000 fracturas de cuello de fémur, 40 000 fractura de muñeca y 40 000 fracturas de otros tipos (pelvis, húmero, etc.). Así pues, en total, 200 000 fracturas están asociadas a la osteoporosis cada año. La incidencia de una fractura de cadera [ 25 ] aumenta de manera exponencial a partir de los sesenta años. Ésta se multiplica por tres para las mujeres que han sufrido una fractura anterior. Además, una fractura de cadera puede tener graves consecuencias. Así pues, una de cada cuatro personas que hayan sufrido una fractura de cadera, corre el riesgo de morir en el año siguiente, siendo entonces el riesgo de mortalidad tras una fractura del orden del 25%. De estas cuatro personas, sólo una estará en condiciones de recuperar una actividad normal, y dos de ellas presentarán una disminución de su capacidad funcional. De estas dos personas, una ingresará en una institución (residencia de ancianos) y la otra necesitará ayuda a domicilio. Globalmente, tras una de estas fracturas, el 5% de las personas fallecen en el año siguiente, el 25% de las personas se encuentran bien, y el 50% de las personas necesitarán una ayuda total (en una institución) o parcial (ayuda a domicilio). Así pues, la fractura de cadera es grave ya que puede conducir a la muerte. También es costosa porque el paciente estará obligado a financiar la ayuda a domicilio o el ingreso en una institución. 5 Consecuencias médicosocioeconómicas de las fracturas Las fracturas osteoporóticas son frecuentes y aumentan con la edad. Ya en la franja de edad de 55 a 59 años, el riesgo de fractura (especialmente de muñeca) aumenta de forma significativa. Las fracturas osteoporóticas son caras. Un estudio estadounidense ha calculado este coste [ 26 ], pero sólo tiene en cuenta el coste de la fractura asociado a la hospitalización. Se constata así que una fractura de cuello de 26 Las fracturas osteoporóticas son caras Coste de una fractura de cuello de fémur • Elevado y relativamente constante • Coste medio estimado (UE) por paciente: 19 100 € Coste de una fractura vertebral • Menor y variable • Coste medio estimado (UE) por paciente: 500 € Dolan P & Torgerson DJ OI 1998 • Johnell O Am J Med 1997 Haetjens P y cols. J Bone & Joint Surgey 2001 • Ankjaer-Jensen A y cols. OI 1996 Kanis J y cols. Health Technology Assessments 2002 25 Fractura de cuello de fémur 58 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología fémur cuesta 19 000 euros. Una fractura vertebral sólo cuesta 500 euros. Sin embargo, conviene saber que la mayoría de las personas no es hospitalizada sino curada a domicilio, y el coste de esta prestación es significativo. Un estudio inglés ha presentado cifras comparables a las del estudio estadounidense. Dicho estudio indica que el coste directo de una fractura de cuello de fémur es muy elevado. En efecto, la persona debe ser hospitalizada lo que supone un coste superior a 1 000 euros. Además, este tipo de fractura supone también una rehabilitación, una operación y la colocación de una prótesis (con un coste de 1 500 euros). Por último, un estudio sueco ha calculado que el coste de una fractura de cuello de fémur, si se tiene en cuenta el coste directo a la semana siguiente y todos los gastos generados durante el año siguiente a la fractura (consultas, rehabilitación, medicación, sesiones de cinesioterapia, ayuda a domicilio), asciende a 14 000 euros por enfermo. La fractura vertebral representa un coste directo menos elevado, pero si se tienen en cuenta todos los gastos –sabiendo que este tipo de fracturas ocasiona dolores crónicos–, se llega a un coste total de 12.000 por año y enfermo. Al final estas fracturas femorales resultan costosas, tanto para la sociedad como para las personas. Una evaluación de la calidad de vida en las mujeres aquejadas de osteoporosis y que han sufrido fracturas, ha mostrado que después de una fractura de cadera, la calidad de vida de esta paciente disminuyó un 80% al cabo de un año. En el caso de una fractura vertebral, la disminución de la calidad de vida es del 70%. Una de cada diez fracturas vertebrales da lugar a una hospitalización. En todos los demás casos, las fracturas se atienden a domicilio. A veces estas fracturas no requieren hospitalización porque no se reconocen como tales: los pacientes creen que sólo se trata de una crisis de artrosis. Una persona que sufre una fractura vertebral verá aumentar en un 18% el riesgo de ser hospitalizado en el año siguiente a la fractura. La fractura vertebral, y las fracturas en general, indican probablemente un precario estado de salud de las personas. Cualquiera que sea la razón por la que se hospitaliza a una persona, el hecho de que en su historial conste una fractura vertebral, aumenta, como promedio, en cinco días su estancia en el hospital, lo que supone un coste suplementario. Las fracturas vertebrales también dan lugar a otras patologías. Se dice que estas fracturas son silenciosas, pero esto no es exacto. El 41% de las mujeres que han sufrido una fractura vertebral padece dolores crónicos. Del mismo modo, el 41% de las mujeres que han sufrido una fractura vertebral padece a continuación una impotencia funcional. Además, ya sea el diagnóstico radiológico o clínico, las fracturas ocasionan, como promedio, dolor moderado durante casi un año. A menudo se les dice a los pacientes que sus fracturas vertebrales curan en seis a ocho semanas, pero hay que relativizar este punto ya que siguen padeciendo durante casi un año. Asimismo, una fractura clínica da lugar, como promedio, a cincuenta días de reposo absoluto en cama y casi cien días de actividad limitada. Fracturas osteoporóticas y mortalidad Todas las fracturas osteoporóticas aumentan la mortalidad. La mortalidad aumenta en las fracturas de fémur, pero también en las fracturas vertebrales. Algunas sociedades estadounidenses han logrado incluso evaluar el número de años de vida perdidos tras una fractura. En este caso, si una persona sufre una fractura vertebral a los sesenta años, pierde en general dos años respecto a una esperanza de vida normal. Si una persona sufre una fractura de cuello de fémur a los sesenta años, su esperanza de vida se reduce en once años. Pero de hecho, cuanto más envejezca una persona, más se aproximará a su esperanza de vida normal. Ahora bien, el cálculo se realiza sobre el número de años perdidos respecto a la esperanza de vida teórica. Por consiguiente, una persona de ochenta años seguramente está a punto de alcanzar su esperanza de vida teórica, pero en caso de fractura de cuello de fémur, la probabilidad de que fallezca durante el año siguiente es del 25%. De este modo hemos podido calcular las curvas de mortalidad. Otras cifras procedentes de otros estudios permiten identificar ciertas tendencias. Así pues, el gráfico siguiente [ 27 ] muestra que las fracturas del antebrazo elevan poco la mortalidad. En efecto, la curva de color verde es muy parecida a la curva de mortalidad de la población general. Por el contrario, cuando una persona sufre una fractura de fémur o de una vértebra, su mortalidad aumenta en más del 50% después de cinco años. Estas cifras son duras pero muestran claramente que después de una fractura osteoporótica, la mortalidad aumenta en una proporción muy alta. De hecho, en el campo de la osteoporosis se utiliza a menudo este dicho: «cuanto más grave, mayor gravedad». Si tomamos el caso de una primera fractura vertebral, el riesgo de mortalidad se multiplica por 2,3 en una plazo de diez años. Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 59 Tratamiento de la osteoporosis: una elección para treinta o cuarenta años Para concluir, podemos decir que las fracturas osteoporóticas son a la vez dolorosas, frecuentes y costosas, en términos de incapacidad funcional, de enfermedades y de mortalidad. Estas fracturas son graves y ocasionan una gran mortalidad. Aunque las cifras son algo discordantes, se constata que del 20 al 25% de los pacientes mueren en el año siguiente, y que uno de cada dos pacientes experimentará una reducción de su capacidad de vida. El gráfico abajo [ 28 ] ilustra la tasa de supervivencia relativa tras una fractura de cuello de fémur y una fractura vertebral. Se puede constatar que existe una clara diferencia entre la mortalidad esperada y la que se puede observar. Después de estas fracturas se produce muy probablemente una multiplicación de la tasa de mortalidad por un factor al menos igual a tres. 6 Atención de la osteoporosis ¿Cómo prevenir la osteoporosis y mejorar su atención? En primer lugar hay que detectarla. Esto no siempre es fácil en personas de sesenta años que comienzan a padecer artrosis, problemas de tensión arterial, de colesterol, etc. y que deben por tanto tratar con gran número de medicamentos. Así pues, hay que buscar los factores de riesgo y proponer sistemáticamente a los pacientes una determinación de la densidad mineral ósea. También es conveniente darles tratamientos preventivos. La medicación ha probado su eficacia en el tratamiento de la osteoporosis. El calcio y la vitamina D constituyen el tratamiento mínimo. Pero también deben considerarse otros tratamientos más eficaces. La atención es a la vez farmacológica y no farmacológica. El primer elemento es la higiene de vida. A este respecto se anima a los pacientes a practicar deporte y a comer productos ricos en calcio. El cardiólogo aconseja a menudo a las personas de edad avanzada que cuiden el colesterol. Hay que saber que los productos «light» contienen menos materias grasas, pero no menos calcio. Así pues, en un yogur normal o un yogur con 0% de materia grasa, la cantidad de calcio es la misma. Lo mismo ocurre con la leche. También se aconseja a las mujeres 60 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología que practiquen actividades físicas (caminar al menos de cuarenta y cinco minutos a una hora al día) y a las fumadoras, que dejen el tabaco. Existen diversos tratamientos farmacológicos. La industria farmacéutica ha percibido claramente que la osteoporosis era un tema cada vez más importante y ha lanzado al mercado todo un arsenal de moléculas. Resulta algo difícil saber en qué orden serán utilizadas. Nosotros usamos cada vez menos el tratamiento hormonal de la menopausia, aunque asistimos actualmente a un nuevo auge de este método. La Agencia del Medicamento ha publicado en 2004 y actualizado en 2006 una guía de prescripción. En ella disponemos de modelos de tratamiento de las pacientes en función del historial de fracturas, de la edad y la densidad mineral ósea. Así podemos determinar en que momento puede iniciarse un tratamiento para la osteoporosis. Todos funcionan aproximadamente de la misma forma. Globalmente, todos los medicamentos previenen en un 50% aproximadamente el riesgo de fractura vertebral. Dicho de otra forma, cuando se propone un tratamiento a una mujer osteoporótica, sólo se previene una de cada dos fracturas vertebrales. En cuanto a las fracturas no vertebrales, especialmente a la fractura de cuello de fémur, el riesgo se reduce en un 30 a un 50% para algunas de estas moléculas. Globalmente, no todas las moléculas han demostrado su eficacia para el cuello de fémur, excepto tres: ActonelTM, FosamaxTM y ProtelosTM. El médico debe pensar en tratamientos farmacológicos. Pero también conviene educar a las personas para aumentar la eficacia de los tratamientos, lo que supone un verdadero problema. A menudo no se sabe cómo hacerlo. Sabemos que cuando se disminuye el número de tomas de medicamentos, el cumplimiento mejora. No obstante, con los tratamientos modernos de la osteoporosis que suponen la toma de un comprimido por semana, se observa que al cabo de un año, el cumplimiento es sólo del 60%. En otras palabras, sólo el 60% de las personas continúan tomando, después de un año, el medicamento prescrito, lo cual es de lamentar. La osteoporosis no es una desgracia. Es posible detectarla y prevenirla, diagnosticarla y tratarla. 27 Mortalidad tras las fracturas osteoporóticas Mortalidad (%) 80 Vértebra 60 Extremidad superior del fémur 40 Extremidad superior del húmero Antebrazo 20 0 0 1 2 3 4 5 Tiempo (años) Johnell, Kanis y cols. Osteoporosis Int 2004 28 Las fracturas del cuello de fémur son graves Tasa de supervivencia tras las fracturas osteoporóticas % Supervivientes esperada observada 100 100 80 80 60 60 40 FESF 40 Fractura vertebral 20 20 0 0 1 2 3 4 5 1 2 3 4 5 Años después de la fractura Adaptado de Cooper C. Am J Epidemiol. 1993 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 61 Tratamiento de la osteoporosis: una elección para treinta o cuarenta años Preguntas Respuestas Dra. Gabriela Mendoza El tabaco también puede ser un factor común. Dr. Mickaël Rousière Las mujeres que atendemos hoy día son las que fumaban hace poco. Ahora fuman todas, mientras que en otra época ninguna fumaba. En nuestros círculos se habla del efecto de las estatinas contra el colesterol como factor protector de la osteoporosis. ¿También han constatado este fenómeno? Dr. Mickaël Rousière Una mujer de cada cuatro muere al año siguiente de sufrir una fractura de cuello de fémur. Es una cifra impresionante. Dr. Mickaël Rousière Incluso a pesar de la evolución de la medicina, si se comparan los estudios realizados hace veinte años y los realizados en la actualidad, esta mortalidad sigue siendo la misma. En la actualidad la mortalidad por una fractura de cuello de fémur es la misma que hace veinte o treinta años. Dra. Gabriela Mendoza Porque no siempre se detecta suficientemente bien la osteoporosis. Hemos asistido a una especie de auge de las estatinas. Por un momento nos lo creímos. Pero al final, si existe algún efecto, probablemente sea marginal. Se ha podido demostrar, mediante la inflamación, que aumentaban un poco la densidad mineral ósea y disminuían algo el hiper-remodelado óseo. Pero, en definitiva, si miramos los grandes estudios cardiológicos en que se ha hecho una selección de fracturas, se observa que no hay una disminución del riesgo de fractura. Hemos abrigado las mismas esperanzas con los betabloqueantes. Se avanzaron algunas hipótesis sobre el papel de los betabloqueantes. Finalmente, el modelo fisiopatológico resulta atractivo. Pero en la práctica no se tiene la impresión que esto disminuya realmente el riesgo de fracturas. Dicho esto, el hecho no es negativo en sí mismo. Los betabloqueantes y las estatinas no son nocivos para el hueso. Dr. Mickaël Rousière El problema está en identificar la causa real de la muerte. Puede tratarse de complicaciones postoperatorias. Una intervención quirúrgica puede provocar infecciones pulmonares en una persona de edad avanzada. También existe una mortalidad cardiovascular muy importante. Probablemente existe una asociación entre los factores de riesgo de la osteoporosis y los factores de riesgo cardiovascular. Una mujer osteoporótica incluso debería ser enviada sistemáticamente al cardiólogo, para investigar los factores de riesgo cardiovascular. A la inversa, las mujeres que sufren problemas cardiovasculares deberían ser enviadas al reumatólogo para una detección de la osteoporosis. 62 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología ¿Por qué la osteoporosis es tan marcadamente femenina? Y, continuando la pregunta, ¿el pronóstico y las complicaciones son los mismos? Dr. Mickaël Rousière Para responder a su segunda pregunta, la osteoporosis en el hombre es grave. Se puede morir tanto por una fractura de cuello de fémur, ya sea en el hombre como en la mujer. ¿Por qué se habla menos de la osteoporosis masculina? Es probablemente algo menos frecuente que la osteoporosis femenina, por una razón fundamental que es la ausencia de menopausia en el hombre. Los hombres no sufren a los cincuenta años esta carencia hormonal que sigue siendo un verdadero factor desencadenante de la osteoporosis en la mujer. Durante mucho tiempo el interés se ha centrado en la osteoporosis femenina. Actualmente comienzan a conocerse algunos datos respecto al hombre. La industria farmacéutica ha comenzado a interesarse por esta patología que cada vez se observa con mayor frecuencia. Finalmente, hemos constatado que esta patología no se encuentra de forma anecdótica en el hombre. Por otra parte, es probable que la mayoría de los casos no se diagnostiquen. Pienso que esto es posible tanto más por cuanto que los hombres tienen malos hábitos de vida: beben y fuman. Si se realizaran estudios de densitometría en la población, probablemente se encontrarían casos de osteoporosis en los hombres. Además hay que tener en cuenta la definición de osteoporosis. Podemos afirmar que los hombres pueden sufrir una osteoporosis, pero también es cierto que sufren menos fracturas que las mujeres porque la arquitectura ósea es algo diferente. El hueso cortical es más grueso. Las tramas son algo más gruesas y están algo mejor conectadas entre sí. En igualdad de densidad mineral ósea en el hombre y la mujer, aunque ésta sea baja, existen de todos modos más fracturas en la mujer que en el hombre, al menos hasta los 80 años. Más allá de los 80 años es relativamente común que un hombre se rompa el cuello del fémur. Pero en realidad carecemos de datos epidemiológicos. Actualmente se han iniciado varios estudios de gran envergadura en Estados Unidos. Estos consisten en un seguimiento de la densitometría en hombres de más de cincuenta años. El objetivo es obtener datos epidemiológicos sobre la osteoporosis en el hombre. Se habla poco de este tema. Sin embargo, habrá que interesarse por ello, puesto que la esperanza de vida de los hombres también está aumentando. ¿Observa usted un desfase temporal entre las pacientes premenopáusicas?, es decir, ¿una aparición de la osteoporosis con el desfase correspondiente? ¿El riesgo es el mismo o se agrava cuando la aparición es más precoz? Dr. Mickaël Rousière La cuestión es difícil porque, en realidad, existen muy pocos estudios sobre la mujer premenopáusica. Sin embargo, la osteoporosis de la mujer antes de la menopausia es rara. Generalmente se asocia a un episodio patológico importante. Puede tratarse, por ejemplo, de una mujer aquejada de cáncer, de una hemopatía o de una enfermedad que obligue a tratamientos agresivos. Antes de la edad teórica de la menopausia, estas mujeres no presentan una densidad mineral ósea baja. No sufren muchas fracturas. Generalmente no se les propone un tratamiento contra la osteoporosis como tal. A menudo, se solicita al ginecólogo un tratamiento hormonal que, por otra parte, no plantea problemas mamarios ni cardiovasculares hasta la edad teórica de la menopausia. Por consiguiente, hasta los cincuenta años, la osteoporosis no plantea ningún problema. Por el contrario, después de los cincuenta años, la evolución es la misma que para las demás mujeres. Además debo resaltar que casi ningún laboratorio ha propuesto un tratamiento para las mujeres premenopáusicas. En ausencia de estado carencial, ¿son útiles los suplementos calcio-vitamínicos? ¿No tienen efectos nocivos, especialmente desde el punto de vista renal? Dr. Mickaël Rousière Sí y no. Hay que interesarse por ello, es cierto. No obstante, ¿hay que proceder a una suplementación sistemática? Probablemente no. Los grandes estudios realizados en Estados Unidos y publicados recientemente, muestran que la suplementación con vitamina D y calcio no disminuye el riesgo de fractura. Desde un punto de vista estadístico, estos estudios están muy bien hechos. Sin embargo, desde el punto de vista de la práctica, son nulos porque se refieren a gente que ya cuentan con un aporte satisfactorio de calcio y vitamina D. Es probable que haya que suplementar a las personas que lo necesitan. En cuanto al calcio, puede seguirse un planteamiento muy simple. Se trata de un cuestionario sobre alimentación que el paciente tarda cinco minutos en rellenar y el médico diez minutos Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 63 Tratamiento de la osteoporosis: una elección para treinta o cuarenta años en analizarlo. Esto permite tener un idea del aporte diario. En una mujer menopáusica. el aporte teórico se sitúa en 1,2 gramo de calcio diario. Es muy fácil saber si una mujer tiene un aporte diario superior o inferior a 1,2 gramo. Personalmente aplico este cuestionario de forma sistemática. Sólo suplemento a las mujeres cuyo aporte diario de calcio es inferior a 1 gramo. En cuanto a la vitamina D, un método simple consiste en realizar una determinación de la vitamina D. Hay que saber que como promedio, la carencia de vitamina D afecta de dos tercios a tres cuartos de las mujeres francesas menopáusicas. Además, recientemente, ha aumentado el valor mínimo normal de dicha determinación. Anteriormente, el valor normal era de 20 a 50. En la actualidad se considera que varía de 30 a 50 nanogramos por mililitro. Así pues, el límite ha aumentado y, por tanto, el número de personas por debajo de este valor aumenta. Según esta norma, más de las tres cuartas partes de las mujeres menopáusicas presentan una carencia de vitamina D. Podría casi proponerse una suplementación sistemática. Por otra parte he de resaltar que esto no sólo afecta a la mujer menopáusica. Un estudio estadounidense ha demostrado que uno de cada dos estudiantes de medicina de veinticinco años presentaba una carencia de vitamina D. Dra. Gabriela Mendoza El umbral ha subido pero sobre una base científica. Se ha considerado este nuevo umbral debido a la reacción de hiperparatiroidismo secundario. Hasta ahora el umbral estaba mucho más bajo. En la actualidad tenemos un umbral más alto que se corresponde con la realidad fisiológica. Por tanto hay que suplementar con vitamina D al 80% de las pacientes. Dr. Mickaël Rousière En la franja comprendida entre 20 y 30 nanogramos, todavía existía un hiper-remodelado óseo. No se conseguía alcanzar el remodelado óseo normal. Yo lo he constatado en la práctica. Es recomendable realizar la determinación de la vitamina D. Cinco de cada seis veces da lugar a una decisión terapéutica. Además, los medicamentos usados para tratar a las personas, que son muy caros, fun- 64 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología cionan mucho mejor en personas que no presentan carencia de calcio ni de vitamina D. Los medicamentos para tratar la osteoporosis no funcionan tan bien en las personas con carencia de vitamina D. Existe incluso un riesgo teórico de que una carencia severa de vitamina D facilite las fracturas. Para el calcio existe pues un cuestionario francés muy sencillo de rellenar. Calcula muy bien el aporte alimentario de calcio. En cuanto a la vitamina D, prefiero personalmente suplementar a casi el 95% de mis pacientes. ¿Cómo valorar la osteoporosis? Dr. Dominique Lannes • Médico asesor de SCOR Global Life 1 La osteoporosis en el contexto del seguro En la actualidad la osteoporosis afecta a las mujeres de más de cincuenta años, después de la menopausia. Imaginemos la cartera de un asegurador cuya población diana es ésta. El riesgo que teme el asegurador es la fractura, y éste aumenta con la edad. La duración de los contratos de seguros y de los préstamos bancarios se alarga cada vez más. Muchas mujeres se aseguran a los treinta, cuarenta o cincuenta años. Al final acaban uniéndose a esta población con riesgo de osteoporosis. Por otra parte, en Francia se han establecido nuevos contratos «sénior». La edad límite para suscribirse es de setenta y cinco años. La persona puede asegurarse hasta los ochenta y cinco años. Precisamente nos encontramos en la franja de riesgo mayor de osteoporosis. Por último, cada vez aparecen más contratos de «dependencia». La edad media de suscripción de estos contratos es de sesenta y dos años, precisamente en esta población amenazada por la osteoporosis. Para estos contratos que se alargan se plantea un nuevo enfoque del riesgo. Sin duda habrá que reinventar un nuevo segmento en los seguros. 2 ¿Cómo detectar una osteoporosis? A Contexto La osteoporosis afecta a las mujeres de más de cincuenta años. Puede suceder que no se detecte ninguna osteoporosis en una declaración de seguro. Pero algunas mujeres son osteoporóticas sin saberlo. Otras mujeres no lo son, pero son tratadas de forma preventiva. A priori, éstas no tienen ningún riesgo. También hay mujeres con una osteoporosis confirmada, tratada o no, y que presentan un riesgo de fractura o que ya han sufrido frac- turas. Finalmente, es esta población a priori la que nos interesa en la evaluación del riesgo, sabiendo que el problema de las mujeres que no han declarado nada y que, sin embargo, son osteoporóticas, continúa presente. Por tanto se trata de tratar de detectar las mujeres que tienen una osteoporosis confirmada y que presentan un gran riesgo de fractura o que ya han sufrido alguna. Se puede pensar que el riesgo más importante asociado a una fractura se refiere a la dependencia. La incapacidad laboral transitoria (ILT) y la invalidez también son riesgos importantes, pero en menor grado. En esta franja de población, podemos preguntarnos si no será necesario revisar nuestro planteamiento para estas personas que suscriben seguros de fallecimiento a edades muy avanzadas, teniendo en cuenta las estadísticas citadas por el doctor Rousière. B ¿Cómo detectar una osteoporosis mediante el cuestionario médico? Al examinar los expedientes se identifica la forma en que responden las personas, así como sus tratamientos. Con bastante frecuencia, las mujeres conocen la palabra «osteoporosis», pero también pueden usar los términos «desmineralización ósea». «descalcificación» o «fragilidad ósea». Éstas son las cuatro denominaciones más usadas. Por supuesto, pueden declarar fracturas. No se trata de afirmar que un politraumatismo tras un accidente de coche en una mujer de treinta y cinco años sea un caso de osteoporosis. Preferimos quedarnos con el caso de una mujer de más de cincuenta años que declarase fracturas consecutivas a una caída desde su altura. Se trata, pues, sobre todo de fracturas de cuello de fémur, de muñeca, y de las famosas fracturas vertebrales. Al respecto, el término «aplastamiento vertebral» ha sido consagrado por el uso. Aún se habla mucho de aplastamientos vertebrales en nuestros cuestionarios médicos. Hay que estar atentos a estas fracturas que afectan a las mujeres de más de cincuenta años. El tema de los tratamientos es más complicado. Es difícil descifrarlos todos. Si tomamos de un diccionario de medicamentos la lista de tratamientos declarados, se distingue el tratamiento de apoyo, el tratamiento adyuvante, el tratamiento preventivo de primera intención, el tra- Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 65 ¿Cómo valorar la osteoporosis? tamiento preventivo de segunda intención, el tratamiento preventivo de fracturas, etc. Lo más simple es buscar el nombre del medicamento en el diccionario de referencia y determinar a qué clase de osteoporosis corresponde. C ¿Cómo detectar una osteoporosis en el certificado médico? En los certificados médicos, los médicos hablan de osteoporosis con mayor o menor tendencia a la fractura. Algunos médicos también hablan de osteopenia. D ¿Cómo detectar una osteoporosis en las pruebas complementarias? La densitometría ósea es la solución más evidente. El problema es que esta prueba sólo se solicita de vez en cuando, de hecho, nosotros no la solicitamos. En Francia, la seguridad social reembolsa este examen que es el más fiable y el más objetivo. Creemos que con el tiempo, toda mujer menopáusica se someterá a la prueba. Podremos entonces pedir a la persona en cuestión su última densitometría ósea. Cada vez pediremos más esta prueba, especialmente en el marco de los seguros de dependencia. 3 Selección y tarificación A Selección médica Cuando se detecta una osteoporosis, deberá rellenarse un certificado médico (causas, tratamientos, fracturas, aplastamientos vertebrales). En cuanto a la última densitometría ósea realizada, como acabamos de ver, el tema aún es controvertido. En efecto, este examen predice las fracturas, pero también a veces la mortalidad o la dependencia, de forma nada despreciable. Actualmente no lo solicitamos sistemáticamente pero, en los años venideros, ciertamente lo solicitaremos para determinados seguros. 66 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología B Tarificación en caso de fallecimiento / IAP En la actualidad estimamos que la osteoporosis no tiene un gran impacto en términos de tarificación en caso de fallecimiento. Esto es especialmente el caso porque la osteoporosis no aparece nunca como causa de defunción en los certificados médicos. Por el momento, una osteoporosis tratada sin fractura representa un riesgo normal en caso de fallecimiento. Una osteoporosis sin tratamiento representa un riesgo que se tarifa de «normal a un 25%». Una osteoporosis con fractura representa igualmente un riesgo del 25%. Quizás hará falta revisar este planteamiento con los datos suministrados por el doctor Rousière sobre el riesgo de mortalidad. Ya hemos colocado la osteoporosis bajo nuestro microscopio y vamos a seguir este sujeto atentamente. C Tarificación en caso de ILT / Invalidez Se puede considerar que el riesgo es más importante, aunque no hay muchos estudios que relacionen la osteoporosis con la ILT. Conviene saber que las fracturas son la primera causa de baja laboral en Francia. Por el momento, una osteoporosis tratada sin fractura representa un riesgo que se tarifa de «normal a un 25%». Una osteoporosis confirmada con fractura induce a tarifar como un 50%, con una exclusión de la fractura vertebral. Una osteoporosis confirmada con fractura y sin tratamiento induce a una exclusión. No somos propensos a la exclusión de la osteoporosis en el caso de ILT. Por el contrario, para una persona que declara una fractura vertebral, sería legítimo excluir cualquier afectación de la columna vertebral. Preferimos esta exclusión que es simple, nada ambigua, clara, y que todo el mundo puede comprender. Se trataría por tanto «de una exclusión de cualquier afectación de la columna vertebral que no sea debida a una infección o a un tumor, su evolución y sus consecuencias». D Tarificación en caso de dependencia Aparentemente la osteoporosis, a través de la fractura, es una puerta de entrada a la dependencia. Por el momento, la osteoporosis sin fractura supone una tarifación de un 25%. A una persona que declara que ha sido tratada preventivamente por la osteoporosis y que se encuentra bien, se la atribuirá una tarificación normal. Con seguridad, esto pasará un día por la densitometría ósea, que será el reflejo objetivo del estado de la persona de cara al riesgo de fractura. En el caso de una osteoporosis con fractura, impondremos sistemáticamente un aplazamiento de tres meses por la dependencia. Después de este periodo de tres meses, las secuelas de la fractura ya son apreciables. Por ejemplo, si se trata de una fractura del cuello del fémur y si la persona no puede caminar, se decidirá un rechazo. Si existen pruebas de la eficacia de un tratamiento, el expediente será aceptado con una tarificación de un 25%. Si la fractura no ha sido tratada y tenemos la impresión de que se trata de una fractura osteoporótica, la tarificación será de un 50% y la dependencia parcial será rechazada. Somos algo más severos en estos casos. En el caso de una osteoporosis con varias fracturas, seguimos el mismo planteamiento. Podemos llegar hasta el rechazo o a una tarificación de un 50% si existe un tratamiento eficaz. Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 67 ¿Cómo valorar la osteoporosis? Preguntas Respuestas Dr. Mickaël Rousière El examen es fiable a condición de que esté técnicamente bien realizado. A veces se realiza de cualquier manera y el resultado no es aprovechable. En este caso, me veo obligado a solicitar un nuevo examen y los resultados son a veces totalmente distintos. Por tanto hay que disponer de un buen equipo y de buenas curvas de referencia. Sobre todo se trata de un examen muy sensible a la posición de la paciente. Concretamente, si se realizan dos exámenes, hay que respetar las mismas condiciones de medición. Es un examen fácil si se toma algún tiempo para instalar correctamente al paciente. Dr. John Evans El discurso respecto a la densitometría ósea es muy similar al que se usaba hace quince años para la exploración funcional respiratoria (EFR). Se decía que nunca se podría conseguir la EFR, que era demasiado cara. Actualmente, se realiza casi de forma sistemática. Toda afección bronquial da lugar casi siempre a una EFR. Esto ya no sorprende a ningún asegurador. De aquí a diez años sucederá lo mismo con la densitometría ósea. Es una herramienta objetiva, y es difícil pasar sin ella. ¿No piensan que una mujer en la menopausia, que lea la prensa femenina en la que abundan los artículos sobre este tema, acudirá a su ginecólogo o quizá a su reumatólogo, sin solicitar esta prueba, que además es indolora? Dr. Patrick Malamud Efectivamente es un punto muy favorable. Esta prueba no exige ninguna inyección. Es relativamente rápida. Dura de diez minutos a un cuarto de hora. Es cierto que se ha abierto un camino para un futuro bastante próximo. Pienso que es equivalente a las ecocardiografías. Cuando comenzamos a proponer tarificaciones, aún no disponíamos de los resultados de las ecografías en los expedientes. Actualmente es moneda corriente. 68 Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología ¿Cómo podemos reconocer la calidad de una densitometría ósea? Dr. Mickaël Rousière Es el problema de la especialización en reumatología. Por ejemplo, para el cuello de fémur, es necesario que toda la columna esté recta durante el examen. A veces los pacientes se colocan atravesados en la mesa... Es necesario que en el marco de la ventana de medición, el hueso se encuentre en medio y relativamente rectilíneo. Además, algunos equipos cuentan con una curva de medición estadounidense extrapolable a la población francesa. Pero las viejas curvas del 91 y el 92 son falsas. Si el aparato dispone de una referencia del 91 ó el 92, hay que temer que el examen no sea fiable. También puede suceder que el técnico no piense en cambiar la curva de referencia. Además, hay que tener en cuenta el color de la piel. En efecto, existen diferencias genéticas entre las pieles blanca, negra y asiática. Es necesario que el médico esté acostumbrado a realizar esta prueba, aunque he comprobado que al menos en una de cada dos densitometrías óseas se pueden hacer críticas importantes. Aún queda mucho por hacer en este campo. Conclusión Hemos presentado en este «Focus» las patologías reumáticas observadas con mayor frecuencia en nuestra actividad de riesgos agravados. Es evidente que existen otras pero hemos preferido abordar las más representativas de nuestra actividad con el fin de que puedan sacar provecho de nuestra experiencia. Podemos concluir que, en estos últimos años, los avances de la medicina y sus consecuencias en la reumatología han sido considerables en lo referente a: • La aparición de nuevos tratamientos. • Su lugar en las estrategias terapéuticas. • La mejora de la atención médica y de la calidad de vida de las personas. • El aumento de la supervivencia en ciertas patologías reumáticas. Estos avances, especialmente la mejora de la calidad de vida y la supervivencia, tienen repercusiones importantes en la manera de analizar y evaluar los expedientes de las personas afectadas en medicina de seguros. En SCOR Global Life tratamos constantemente de adaptar nuestras prácticas de tarificación a los avances logrados en los campos del diagnóstico y del tratamiento. Debemos tener en cuenta estos avances médicos incluyéndolos en nuestras políticas de selección y de tarificación de los riesgos con el fin de lograr proponer soluciones de seguro a la gran mayoría de las personas enfermas. Así pues, cada vez que esto sea posible y en función de la información recogida que permita apreciar objetivamente el riesgo, trataremos de ofrecer las condiciones de seguro más convenientes. Noviembre 2009 La articulación de riesgo en reumatología 69 DEJAJLMC Imprimeur La articulación de riesgo en reumatología Autores Dra. Maria Gabriela Mendoza Stéphanie Kermeur Editor Bérangère Mainguy Tel: +33 (0)1 46 98 70 00 Editor responsable Gilles Meyer © 2009 – ISSN : 1959-772X [email protected] SCOR Global Life SE Societas Europaea con un capital de 250 040 000 € 1, avenue du Général de Gaulle 92074 Paris La Défense Cedex - France RCS Nanterre 433 935 558 www.scor.com