el juez de ejecución de sanciones penales y la modernización de

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“EL NARCOMENUDEO FRENTE A LA NORMA INTERNACIONAL”
El tópico del comercio ilegal de drogas, sólo pude entenderse partiendo de
establecer que el denominado “NARCOTRÁFICO” no sólo constituye una
conducta ilícita para la gran mayoría de los países del orbe, particularmente
del hemisferio occidental; sino que además constituye un fenómeno
sociológico y económico de altas proporciones, que para su comprensión es
indispensable esquematizarlo partiendo de sus orígenes, que desde luego,
no son recientes, por el contrario el empleo de substancias psicotrópicas se
ha presentado a lo largo de la historia de la humanidad, sólo que enfocado
su empleo con una visión distinta a la contemporánea.
En efecto, basta con recordar la intervención de las Sibilas, entre las que
destacó por su amplia fama la situada en Delfos, de la cual ahora se conoce
por los hallazgos arqueológicos que los estados de transe de la pitonisa
eran derivados de la inhalación de lo que en la antigüedad se conocía como
“Carrizo del Nilo”, y que ahora se identifica como el Hashis; otro ejemplo del
empleo de drogas en tiempos remotos es la utilización que se daba a la
masticación e inhalación de Cannabis por parte de las legiones romanas,
tanto para desplegar sus largas y extenuantes marchas, como durante los
enfrentamientos bélicos, pues así obtenían mayor rendimiento de la milicia.
En Mesoamérica durante el desarrollo de las culturas prehispánicas, no fue
ajeno el empleo de substancias psicotrópicas, principalmente entre la casta
religiosa y por supuesto el nivel gobernante, como medio de introyección
con las deidades; en suma, el empleo de droga por la humanidad presenta
antecedentes remotos, en unas ocasiones como vehículo para el contacto
con lo divino, en otras, como medios para inhibir los obstáculos propios de
las tareas militares.
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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Sin embargo, en nuestros tiempos, la demanda de droga tiene un
crecimiento exponencial, particularmente a raíz de la segunda mitad de la
década de los años sesenta, en donde se gesta un conjunto de movimientos
sociales en diversas partes del mundo, nuevamente en forma destacada
entre la población de las potencias occidentales de Europa que a la postre
se extendería a Norteamérica, y pasaría a Centro y Sudamérica, pues toma
vigor el pensamiento conocido como la corriente del liberalismo social, que
dicho sea de paso, los estudiosos del tema lo consideran como el último
embate considerable del anarquismo social, en donde además se considera
que surge como contraparte de esa demanda social de droga, las distintas
formas de trasiego y comercio a gran escala de distintos estupefacientes y
psicotrópicos, particularmente de origen orgánico, los cuales vieron su
creciente demanda durante toda la década de los años setenta y principios
de los ochenta.
Ante tal desarrollo en la demanda de drogas, surge justamente el fenómeno
del NARCOTRAFICO, de cuya denominación no podemos dejar de
mencionar, nos parece desacertada, en razón de que la misma sólo
circunscribe en si misma, a la actividad de trasiego de narcóticos, cuando
en realidad el fenómeno económico y delictivo que representa el comercio
ilegal de drogas, es mucho más amplio, de ahí que en nuestro concepto esa
actividad debiera denominarse NARCOACTIVIDAD, pues con ello se
involucra las distintas esferas de impacto del manejo ilegal de drogas, en
sus diversos ordenes, es decir, desde locales hasta internacionales.
Tal exposición (oferta) a la población global de substancias ilícitas, generó
entre los gobiernos, la urgencia por regular el tema de las drogas
(demanda), a las cuales se identificó como un fenómeno delictivo si, pero
además, generador de grave peligro para la salud pública, por tanto a las
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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actividades ilícitas relacionadas con las drogas, se les acuño en la década
de los ochentas la denominación de “Delitos Contra la Salud”; y para su
regulación se fueron conformando instrumentos internacionales mediante la
celebración de Convenciones Multinacionales a fin de crear normas
generales e internacionales, que sirvieran primeramente para definir qué
debía entenderse por “drogas concretas”, como en el caso de la
Convención Internacional del Opio, en donde se define que por “Opio
Bruto” se considera al jugo coagulado espontáneamente obtenido de las
cápsulas de la adormidera; a su vez tales instrumentos internacionales se
fueron creando también para establecer reglas claras que regularan el
comercio licito transnacional de drogas, como es el caso de la Convención
para Limitar la Fabricación y Reglamentar la Distribución de Drogas
Estupefacientes y Protocolo de Firma efectuada en la Ciudad de Ginebra,
Suiza.
Otro objetivo de los tratados internacionales, formado con motivo del tema
de las drogas, lo es la implementación interna por los Estados parte, de
mecanismos que en su conjunto permitan, articuladamente entre las
naciones, contar con normas internas que impidan, o por lo menos dificulten
el trafico ilícito de estupefacientes, y permitan un control eficaz y certero del
comercio licito de drogas; como puede observarse del análisis de la
Convención para la Supresión del Tráfico Ilícito de Estupefacientes
Nocivos y Protocolo de Firma, signado también en la Ciudad de Ginebra,
Suiza.
De tal gama de instrumentos internacionales, es como podemos denotar los
esfuerzos conjuntos que los distintos Estados parte, vienen adoptando para
el combate de las narco-actividades, entre las cuales desde luego se ubica
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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al denominado NARCOMENUDEO, mismo que nos merece las siguientes
reflexiones en función de su relación con la norma internacional.
Conforme al artículo 133 de la Constitución Federal, por “Ley Suprema” de
la nación, debemos entender “Esta Constitución, las Leyes del Congreso de la Unión
que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma celebrados y que
se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la ley
suprema de toda la Unión”; por tanto tenemos que como fuente inmediata del
Derecho Penal se identifica la Ley Penal, pero también a los Tratados
Internacionales de vigencia en el país, mismos que en el tema del
Narcomenudeo, nos resultan de aplicación necesaria, puesto que si bien tal
problemática se ve regulada por normas internas que incluso regían primero
sólo en el ámbito federal, y ahora, con motivo del decreto de reformas
publicadas en el Diario Oficial de la Federación, el día 20 de agosto de
2009, por el que se reforman diversas disposiciones de la Ley General de
Salud, se incorporó como ámbito de validez, uno de carácter dual de esa
norma federal, a fin de ser aplicada tanto por los órganos de Procuración y
Administración de Justicia del fuero federal como del fuero local, pues el
artículo 13 incorporó un inciso “C” estableciendo que: “Corresponde a la
Federación y a las entidades federativas la prevención del consumo de narcóticos, atención a
las adicciones y persecución de los delitos contra la salud, en los términos del artículo 474 de
esta Ley”.
Incluso tal aplicación dual de las disposiciones de la Ley General de Salud,
para los efectos de los delitos que integran la figura del Narcomenudeo, se
precisa en el primer párrafo del artículo 474 de esa normatividad, en donde
se dispone también: “Las autoridades de seguridad pública, procuración e impartición de
justicia, así como de ejecución de sanciones de las entidades federativas, conocerán y
resolverán de los delitos o ejecutarán las sanciones y medidas de seguridad a que se refiere
este capítulo, cuando los narcóticos objeto de los mismos estén previstos en la tabla, siempre
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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y cuando la cantidad de que se trate sea inferior a la que resulte de multiplicar por mil el
monto de las previstas en dicha tabla y no existan elementos suficientes para presumir
delincuencia organizada”. Y por su parte el artículo 194, fracción I, párrafo in fine
del Código Penal Federal reformado, ahora establece: “El comercio y suministro
de narcóticos podrán ser investigados, perseguidos y en su caso sancionados por las
autoridades del fuero común en los términos de la Ley General de Salud, cuando se colmen
los supuestos del artículo 474 de dicho ordenamiento”.
No menos cierto es que ese espectro de disposiciones federales del terreno
sustantivo, se ve impactado por el contenido de la Norma Internacional
que en materia de drogas, psicotrópicos y estupefacientes rigen al ser
Tratados Internacionales suscritos por el Estado Mexicano y que debemos
tomar en cuenta, justamente en el momento del análisis de la definición
típica, que en cada supuesto de Narcomenudeo, realiza la norma interna;
ejemplo de lo anterior lo encontramos, al considerar que si bien el artículo
479 de la Ley General de Salud (reformado) establece que para los efectos
legales se entiende que el narcótico esta destinado para su estricto e inmediato
consumo personal, cuando la cantidad del mismo, en cualquiera de sus formas,
derivados o preparaciones no exceda de las previstas en el listado que inserta,
sin embargo ello a nuestro juicio representa una seria dificultada normativa,
al colegir dicho dispositivo con el contenido de la Convención
Internacional del Opio, dado que el catálogo de la ley interna, señala
simplemente a la substancia “Opio” con una dosis de 2 gramos que por el
preámbulo del artículo, implicaría en cualquiera de sus formas, derivados o
preparaciones, sin considerar que la norma internacional antes señalada,
reconoce la existencia del Opio Bruto, Opio Preparado y Opio Medicinal a
los cuales identifica de la siguiente forma:
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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OPIO BRUTO.- Se entiende al Jugo Coagulado espontáneamente, obtenido
de las cápsulas de la adormidera (papaver somniferum) y que no ha sufrido
más que manipulaciones necesarias para su empaquetamiento y transporte.
OPIO PREPARADO.- Se entiende como el producto del opio en bruto,
obtenido por una serie de operaciones especiales y en particular por la
disolución, la ebullición, la tostadura y la fermentación, y que tenga por
objeto transformarlo en extracto propio para el consumo.
OPIO MEDICINAL.- Se entiende como el opio en bruto que ha sido
calentado a 60 grados centígrados y que no contiene menos del 10 por
ciento de morfina ya sea o no en polvo o granulado o mezclado con
materias neutras.
Así las cosas, llama la atención preguntarse si deberíamos estimar
configurada la conducta de Posesión Simple, o aún con fines, de quien se
encuentra en poder de menos de 2 gramos de Opio Bruto, que acorde a sus
características no sería apto para el consumo, pero que además por la
cantidad tampoco puede considerarse que sea factible obtener algún
derivado de su preparación, pues es tan exigüa la cantidad que
seguramente sería consumida en su totalidad antes de poder obtener
cualquier producto, en el proceso químico respectivo.
Problemática que es necesario visualizar en atención a la factibilidad de
afectación del bien jurídico tutelado que particularmente pone en análisis los
contenidos definitorios de la norma internacional.
Otro ejemplo de la complejidad que representa la aplicación de la Tabla de
substancias que contiene el artículo 479 de la Ley General de Salud, lo
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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advertimos en que en ésta se señala como Dosis Máxima de consumo
personal e inmediata la cantidad de “Cocaína” ahí referida, sin considerar
el catálogo que a su vez se contiene como Grupo I, Subgrupo (A) del
artículo 1 de la Convención para Limitar la Fabricación y Reglamentar la
Distribución de Drogas, Estupefacientes y Protocolo de Firma, en cuyo
inciso III) se reconoce la existencia como droga, tanto de la Cocaína como
tal, pero también de sus Sales, comprendiéndose en ellas las preparaciones
hechas partiendo directamente de la hoja de coca y conteniendo más de
0.1% de cocaína; de suerte que resultaría simplista considerar que si dichas
sales no se comprenden en la Tabla en cuestión, los eventos son del
conocimiento de la autoridad penal federal, puesto que existen como hemos
dicho, tales substancias preparadas directamente de la hoja de coca pero
que por su porcentaje activo se les reconoce sólo como Sales.
En suma, nos parece claro que las definiciones de los diversos narcóticos
que se enlistan en el artículo 479 de la Ley General de Salud, resultan
notoriamente
insuficientes
y
desafortunadas
puesto
que
sólo
se
circunscriben a la definición general de la droga, estupefaciente o
psicotrópico y por tanto es claro que se requiere colegir la norma interna con
la aplicación jurídica del marco normativo que nos presentan los Tratados
Internacionales sobre el tema.
Incluso cabe destacar que la conformación legislativa de los delitos Contra
La Salud, entre los que se encuentra desde luego, el Narcomenudeo,
obedece no solo a una razón jurídica interna, sino que a su vez en el tema
de las drogas, estupefacientes y psicotrópicos, implica el cumplimiento de
las obligaciones internacionales asumidas por nuestro país acorde con la
Convención Única de 1961 sobre Estupefacientes en cuyo artículo 36
relativo a las disposiciones penales se estipuló: “A reserva de lo dispuesto por su
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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Constitución, cada una de las partes, se obliga a adoptar las medidas necesarias para que el
cultivo, la producción, fabricación, extracción, preparación, posesión, ofertas en general,
ofertas de venta, distribución, compra, venta, despacho por cualquier concepto, corretaje,
expedición, expedición en tránsito, transporte, importación y exportación de estupefacientes,
no conformes a las disposiciones de ésta Convención o cualquiera otros actos que en opinión
de la parte pueden efectuarse en infracción de las disposiciones de la presente Convención,
se consideren como delitos si se cometen intencionalmente y que los delitos graves sean
castigados en forma adecuada, especialmente con penas de prisión u otras penas de
privación de libertad”. Como puede observarse la propia norma internacional
define un conjunto de verbos, que constituyen el núcleo descriptivo de los
diversos ilícitos que en nuestro país se han definido bajo el rubro de “Contra
la Salud” y entre sus modalidades se encuentran las que constituyen el
denominado Narcomenudeo, mismo que en el contexto de tal marco jurídico
internacional pasamos ahora a su análisis de la norma local.
Por tanto, con independencia de la configuración típica concreta del delito
Contra La Salud (Narcomenudeo) de que se trate, se hace importante partir
de identificar que éste presenta diversos requisitos de corte material entre
los que tenemos como Primer Requisito Material el de naturaleza
competencial, para los órganos jurisdiccionales locales, que en el caso
consiste en que el narcótico afecto a los hechos, se encuentre señalado en
la relación de éstas substancias que determina la Tabla prevista en el
artículo 479 de la misma Ley General de Salud.
El Segundo Requisito Material, versa sobre un aspecto cuantitativo, es
decir, la cantidad de narcótico de que se trate, misma que siempre deberá
ser inferior, lo que equivale a que no puede ser igual o superior, al importe
que resulte multiplicado por el factor 1000; situación que es de especial
significación, considerando que el ámbito competencial para los órganos de
administración de justicia locales, no podrá surtirse con el sólo hecho de
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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que la cantidad de narcótico previsto en la tabla respectiva, sea igual al
resultado que se prevé al ser multiplicado por el factor en mención;
competencia claro esta, que igualmente no se surtirá de ser mayor la
cantidad en cuestión.
Como Tercer Requisito Material, tenemos que en la comisión del evento
delictivo, no consten elementos suficientes que hagan presumir delincuencia
organizada.
Igualmente el aspecto competencial de los órganos jurisdiccionales locales,
se ve acotada en función de la Autoridad Investigadora que prevenga,
pues acorde con la fracción IV, inciso a) del artículo 474 de la Ley General
de Salud, corresponderá a las autoridades de Administración de Justicia
Federal,
el
conocimiento
de
estos
delitos
(Narcomenudeo),
con
independencia de la cantidad del narcótico en cuestión, cuando el Ministerio
Público de la Federación, prevenga en el conocimiento del asunto; por
tanto, será de especial importancia para la definición del tópico
competencial, advertir qué Autoridad Ministerial tomó conocimiento de las
diligencias de Averiguación Previa, pues con ello se surtirá la competencia
jurisdiccional local o federal. Al respecto la autoridad judicial federal se ha
ya pronunciado sustentando el siguiente criterio que a la letra señala:
DELITOS
CONTRA
LA
SALUD
EN
SU
MODALIDAD
DE
NARCOMENUDEO. SI LOS HECHOS MATERIA DE LA CONSIGNACIÓN
FUERON DEL CONOCIMIENTO INICIAL DEL MINISTERIO PÚBLICO DE
LA FEDERACIÓN SE ACTUALIZA LA COMPETENCIA EXCEPCIONAL DE
LAS AUTORIDADES FEDERALES A QUE SE REFIERE LA FRACCIÓN IV,
INCISO A), DEL ARTÍCULO 474 DE LA LEY GENERAL DE SALUD, POR
LO QUE EL CONOCIMIENTO DEL PROCEDIMIENTO QUE SE INSTAURE
POR AQUELLOS ILÍCITOS COMPETE A UN JUEZ DE DISTRITO Y NO A
UN JUEZ DEL FUERO COMÚN. El primer párrafo del artículo 474 de la Ley
General de Salud establece una competencia genérica para las autoridades de seguridad
pública, procuración e impartición de justicia, así como de ejecución de sanciones de
las entidades federativas para conocer y resolver de los delitos o ejecución de las
sentencias y medidas de seguridad a que se refiere el capítulo VII de dicha ley, esto es,
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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para los delitos de narcomenudeo; sin embargo, no se trata de una facultad exclusiva de
las autoridades del fuero común, ya que en términos de la fracción IV del citado
precepto legal, surge una facultad excepcional de las autoridades mencionadas, pero a
nivel federal, para conocer de los delitos contra la salud en su modalidad de
narcomenudeo cuando quien prevenga en el conocimiento del asunto sea el Ministerio
Público de la Federación, o bien, cuando la aludida representación social solicite a su
similar del fuero común la remisión de la investigación. Luego entonces, si los hechos
materia de la consignación fueron del conocimiento inicial del agente del Ministerio
Público de la Federación, resulta inconcuso que, en términos del inciso a) de la citada
fracción IV, compete a un Juez de Distrito conocer del procedimiento que se instaure
por aquellos delitos y no a un Juez del fuero común, al surgir la facultad excepcional
para que sean las autoridades federales quienes conozcan del asunto.
Registro No. 165584. Localización: Novena Época. Instancia: Tribunales Colegiados de
Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXXI, Enero de 2010
Competencia 4/2009. Suscitada entre el Juzgado Octavo Penal del Primer Departamento
Judicial del Estado de Yucatán y el Juzgado Cuarto de Distrito en la citada entidad
federativa. 16 de octubre de 2009. Mayoría de votos. Disidente: Jorge Enrique Eden
Wynter García. Ponente: Luisa García Romero. Secretario: Mauricio Javier Espinosa
Jiménez.
Lo anterior sin menoscabo, desde luego, del contenido de los párrafos
octavo y décimo del mismo arábigo en mención, pues en éstos se faculta la
remisión de las diligencias de investigación tanto por el Ministerio Público
del Fuero Común a favor del de la Federación, como de éste a aquél,
teniendo como directriz de definición, la presencia de los requisitos
materiales supraindicados.
Aspecto que igualmente rige con relación a los administradores de justicia,
pues a su vez el último párrafo del artículo 474 de la Ley General de Salud
dispone: “Si de las constancias del procedimiento se advierte la incompetencia de las
autoridades del fuero común, remitirá el expediente al Ministerio Público de la Federación o al
juez federal que corresponda, dependiendo de la etapa procesal en que se encuentre, a fin de
que se continúe el procedimiento, para lo cual las diligencias desahogadas hasta ese
momento por la autoridad considerada incompetente gozarán de plena validez”.
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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Como podemos advertir, son diversas las reglas que delimitan la
competencia
de
las
autoridades
locales
para
la
investigación
y
administración de justicia, en el campo de los delitos contra La Salud en su
modalidad de narcomenudeo, mismas que se centran en la competencia por
motivo de:
a) El narcótico esté previsto en la tabla señalada en el artículo 479 de
la Ley General de Salud;
b) La cantidad del narcótico, sea menor de la que resulte de
multiplicar por el factor 1000 con relación a la cantidad señalada
en dicha tabla;
c) No existan elementos que presuman delincuencia organizada;
d) La autoridad ministerial que haya prevenido.
NORMA PROCESAL
Por otra parte, cabe destacar que tratándose de las normas procesales
para el conocimiento y decisión jurisdiccional sobre Delitos Contra La
Salud, en su modalidad de narcomenudeo, la autoridad local sujetará sus
procedimientos acorde con la norma adjetiva penal con que cuenta, en el
caso del Distrito Federal, en base a los lineamientos del Código de
Procedimientos Penales para el Distrito Federal, pero sólo en el tema del
encausamiento criminal a través de las vías ordinaria y sumaria que prevé,
acorde con sus reglas de aplicación, en tanto que para la definición típica se
sujetará a lo dispuesto en los artículos 475 a 477 de la Ley General de
Salud, mismos a los cuales nos referiremos más adelante en particular.
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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DELITOS GRAVES
Por el momento, llama nuestra atención que respecto de las reglas
procesales comunes, se exceptúa lo relacionado a la clasificación del delito
en Graves y No Graves, pues para ello el artículo 480 de la Ley General de
Salud, hace expreso señalamiento en el sentido de que tal clasificación,
para los efectos del otorgamiento de la libertad provisional bajo caución,
será en estricta observancia a las disposiciones del Código Federal de
Procedimientos Penales, en el cual se estatuye por su artículo 194, párrafo
primero, fracción XV lo siguiente: “Artículo 194. Se Califican como delitos graves, para
todos los efectos legales, por afectar de manera importante valores fundamentales de la
sociedad, los previstos en los ordenamientos legales siguientes: … XV.- De la Ley General de
Salud, los previstos en las fracciones I, II y III del artículo 464 Ter, y en los artículos 475 y
476”.
Por tanto, podemos afirmar que en lo tocante a los Delitos Contra La Salud
en su modalidad de Narcomenudeo, que serán del conocimiento y
determinación judicial de las Autoridades del Fuero Común, sólo se prevén
como Delitos Graves para todos los efectos legales, los previstos en los
artículos 475 y 476 de la Ley General de Salud, siendo estos en concreto:
1) El Comercio.
2) El Suministro.
3) La Posesión con fines de comercio o suministro.
DELITOS NO GRAVES
En tanto que será considerado como Delito No Grave Contra La Salud en
su modo de Narcomenudeo, el previsto en el artículo 477, párrafo primero
de la Ley General de Salud, que corresponde únicamente a La Posesión
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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Simple, respecto del que si admitirá el goce de la libertad provisional por
parte del encausado.
TIPOS PENALES DE NARCOMENUDEO
Una vez apuntados los anteriores aspectos, consideramos oportuno abordar
el análisis de las figuras típicas que prevé la comisión del delito contra La
Salud en su modalidad de narcomenudeo, acorde con sus distintos
supuestos normativos.
Así tenemos que el artículo 475 párrafo primero de la Ley General de Salud
dispone: “Se impondrá prisión de cuatro a ocho años y de doscientos a cuatrocientos días
multa, a quien sin autorización comercie o suministre, aún gratuitamente, narcóticos previstos
en la tabla, en cantidad inferior a la que resulte de multiplicar por mil el monto de las previstas
en dicha tabla.”.
COMERCIO Y SUMINISTRO DE NARCÓTICO
De la transcripción anterior, observamos que el dispositivo en comento,
establece los tipos penales de COMERCIO y SUMINISTRO de narcótico,
pues se identifican como verbo rector precisamente los vocablos
“comercio” o “suministro”, pero para su debido entendimiento jurídico, es
preciso recurrir a la definición legislativa que de dichos verbos nos
proporciona el artículo 473 fracciones I y VII de la Ley General de Salud,
respectivamente, en donde se define al “comercio” como: la venta, compra,
adquisición o enajenación de algún narcótico; en tanto que por
“suministro” debemos entender la transmisión material de forma directa o
indirecta, por cualquier concepto, de la tenencia de narcóticos.
De tales definiciones legislativas, que realiza la norma de salud sobre las
figuras típicas del delito de narcomenudeo en sus variables de COMERICO
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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y SUMINISTRO, observamos primeramente que son tipos penales
alternativamente conformados, pues para el primero de ellos (comercio),
basta que el sujeto activo de la conducta, lleva a cabo cualquiera de los
supuestos que describen el núcleo de su proceder, es decir, la venta,
compra, adquisición o enajenación del narcótico catalogado, para que
actualice la hipótesis normativa; lo que igualmente ocurre con la figura del
suministro de narcótico, pues éste se materializa con la transmisión
material del mismo; destacándose que entorno a ambos supuestos típicos,
resulta indiferente a que titulo se lleve a cabo la conducta, pues incluso
dispone que será penalmente relevante el comportamiento, aún cuando
tenga lugar gratuitamente el comercio o suministro del narcótico, lo que a
su vez nos conduce a afirmar que en tales descripciones legales, no se
contempla para su integración típica, ningún elemento subjetivo
específico, pues no se requiere que el agente motive su comportamiento
por algún ánimo, deseo, propósito, intención o fin particular, pero si es
destacable
que
ambas
figuras
típicas
son
de
realización
indispensablemente dolosa.
De los tipos penales de comercio y suministro a que se refiere el párrafo
primero del artículo 475 de la Ley General de Salud, se identifica como
objeto material, exclusivamente al narcótico que revista dos características
precisas, a saber: a) que sea de los contemplados en la tabla que prevé el
numeral 479 de la propia ley; b) que su cantidad sea inferior a la que
resulte de multiplicar por 1000, la existente materialmente en la comisión del
ilícito, a fin de que pueda la conducta ser estimada como integradora del
tipo penal de narcomenudeo. Por otra parte y en torno a la clasificación de
estos tipos penales, en relación con su resultado, son eminentemente
formales, pues se trata de ilícitos conocidos doctrinalmente como de
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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peligro, destacándose al respecto el siguiente criterio federal que reza
textualmente:
SALUD, DELITO CONTRA LA. NATURALEZA DEL DELITO. Como el delito
contra la salud es de los llamados de peligro y no de resultado, sus
consecuencias materiales y las finalidades ulteriores del agente son
independientes de su configuración típica.
Registro No. 217128. Localización: Octava Época. Instancia: Tribunales Colegiados de
Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación. XI, Marzo de 1993. Página: 371
Tesis Aislada. Materia(s): Penal
Apéndice del Semanario Judicial de la Federación 1917-1988, Segunda Parte,
Jurisprudencia 1743, página 2803.
Por otra parte, se observa también que en los tipos penales de Comercio y
Suministro de narcótico, el legislador estableció como Medios Comisivos
los denominados Simples o Genéricos, erradicando cualquier medio
específico o concreto, pues basta advertir que tratándose de la figura de
comercio, el agente materializa el proceder antijurídico con la misma
concreción del verbo; en tanto que respecto al suministro, la norma es
precisa en señalar que también se actualiza por la sola transmisión material
del narcótico, ya sea que se produzca de forma directa o indirecta, por
cualquier concepto, de la tenencia del narcótico, de suerte que en ambos
casos, no se requiere de un medio concreto para su comisión,
destacándose sobre lo anterior, el siguiente criterio federal.
DELITO CONTRA LA SALUD EN SU MODALIDAD DE COMERCIO.
INTERPRETACIÓN JUDICIAL. La interpretación judicial de la expresión
"comerciar" según la última parte del párrafo segundo de la fracción I del artículo 194
del Código Penal Federal, no sólo comprende las acciones de vender o comprar
estupefacientes, como la connotación que da a esos términos el Código de Comercio y
que el quejoso aduce como inconformidad al referir que el comercio de una mercancía,
es cuando se ha expuesto públicamente y se vende a toda persona, sino que conforme a
la legislación punitiva también se entiende por comerciar, el adquirir o enajenar algún
narcótico y si según su interpretación semántica, el vocablo enajenar significa
"transmitir o pasar a otro el dominio de una cosa"; es inconcuso que la modalidad de
comercio queda configurada desde el momento en que el quejoso transmitió en
propiedad la droga afecta a la causa, de manera onerosa, al cambiarla por una
computadora; de ahí que para la configuración del delito contra la salud en su
modalidad de comercio de psicotrópicos no sea necesario que el activo obtenga dinero
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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a cambio de la marihuana que entregó, ya que sólo es suficiente para acreditar dicha
modalidad, que el inculpado y otra persona quedaron de acuerdo, el primero en
entregar el enervante y el segundo en dar a cambio una cosa determinada.
Registro No. 193736. Localización: Novena Época. Instancia: Tribunales Colegiados
de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. X, Julio de 1999.
Página: 853. Tesis: II.1o.P.68 P Tesis Aislada Materia(s): Penal
También visualizamos, que en ambos casos se requiere para su integración
típica, de un Elemento Normativo de interpretación jurídica, que resulta en
sentido negativo, es decir, que el proceder del agente se verifique sin
autorización, lo que se traduce en que la conducta tenga lugar, sin el
permiso o licencia administrativa que debe otorgar la autoridad de sanitaria
correspondiente; lo cual a su vez nos conduce a establecer que siendo así,
los sujetos activos no guardan ninguna calidad específica y por tanto
puede concretar la conducta cualquier persona.
Por otra parte, consideramos que acorde con la estructura típica de los
ilícitos contra La Salud, en su modalidad de narcomenudeo, hipótesis de
comercio y suministro, por su iter criminis si admite la figura de la tentativa,
puesto que aún siendo de resultado formal, la integración de la conducta
que actualiza el verbo rector que los rige, admite una secuencia objetiva y
específica que identifica la dirección del proceder humano, por tanto logra
de definición de los márgenes de aproximación al momento consumativo, al
respecto se tiene la siguiente opinión de jurisprudencia definida:
SALUD, DELITO CONTRA LA. MODALIDAD DE SUMINISTRO
GENÉRICO, EN GRADO DE TENTATIVA. LOS ACTOS DE CONSUMACIÓN
IDÓNEOS PARA LA CONFIGURACIÓN.- Si el sujeto activo obtiene el
estupefaciente y lo oculta para tratar de ingresar con él a un centro de reclusión
preventivo o penitenciario, en donde pretende entregar dicha sustancia a alguna
persona, para su consumo, pero no logra su finalidad delictiva porque es sorprendido al
momento en que se realiza la revisión previa a su ingreso a las instalaciones
carcelarias; se reúnen los elementos indispensables para la integración típica del delito
contra la salud, en su modalidad de suministro genérico, en grado de tentativa,
previstos por el artículo 12 del Código Penal Federal, en relación con la fracción I del
precepto 194, de ese mismo ordenamiento punitivo, consistentes en: a) Un elemento
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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subjetivo (finalístico), que consiste en la resolución dirigida a cometer el delito en
cuestión, en la modalidad ya precisada; b) Un elemento material (objetivo), consistente
en la realización, por parte del sujeto activo, de los actos ejecutivos e idóneos,
encaminados directa e inmediatamente a producir el resultado que pretende, a través de
los cuales aquél exterioriza, unívocamente, su determinación delictiva; y, c) Que el
resultado no se produzca por causas ajenas a la voluntad del sujeto activo, como lo son
la oportuna detección del enervante oculto y la consiguiente detención del agente. En
tales condiciones, para la configuración de la tentativa, no es indispensable que los
actos de ejecución tengan que llegar al grado de que el sujeto activo se encuentre con
el destinatario del estupefaciente y que en ese momento se inicie la entrega; pues, en
todo caso, el menor o mayor grado de aproximación al momento consumativo del
delito, de conformidad con lo dispuesto en el segundo párrafo del artículo 12 del
Código Penal Federal, no tiene el carácter de elemento típico y, por lo tanto, es
innecesario para la configuración de la tentativa, ya que sólo se trata de una
circunstancia que el juzgador debe ponderar a fin de individualizar la punibilidad
correspondiente al delito cometido en grado de tentativa.
Registro No. 904325. Localización: Novena Época Instancia: Primera Sala. Fuente:
Apéndice 2000 Tomo II, Penal, Jurisprudencia SCJN. Página: 252. Tesis: 344
Jurisprudencia Materia(s): Penal
Finalmente, no debe pasar inadvertido que con relación a los tipos penales
de Comercio y Suministro a que se refiere el párrafo inicial del artículo 475
de la Ley General de Salud, se prevé una sanción de cuatro a ocho años
de prisión y multa de doscientos a cuatrocientos días, lo cual es
resaltable en razón de que estas mismas conductas se advierten con mayor
punición en lo dispuesto por el artículo 194 fracción I del Código Penal
Federal, en donde se dispone como sanción de diez a veinticinco años de
prisión y de cien a quinientos días multa; por tanto para efectos de punir
tales ilícitos, deberá atenderse a la aplicación de los principios de
Especialidad y Favorabilidad, a fin de aplicar la norma prevalente en la ley
especial que en el caso lo es la Ley General de Salud al resultar de menor
impacto sancionador para el agente delictivo, pues incluso así se ha
pronunciado la autoridad federal como se lee en la siguiente tesis:
DELITO CONTRA LA SALUD EN SU MODALIDAD DE NARCOMENUDEO.
CON MOTIVO DE LA INCORPORACIÓN DEL ARTÍCULO 475 A LA LEY
GENERAL DE SALUD MEDIANTE DECRETO PUBLICADO EN EL DIARIO
OFICIAL DE LA FEDERACIÓN DE 20 DE AGOSTO DE 2009, LA
AUTORIDAD JURISDICCIONAL, AL INDIVIDUALIZAR LAS PENAS POR
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
18
ESTE ILÍCITO, DEBE PRONUNCIARSE RESPECTO DE LA APLICACIÓN
DE LA LEY MÁS FAVORABLE AL REO, IMPONER LAS SANCIONES QUE
MÁS LE BENEFICIEN Y PRONUNCIARSE RESPECTO DE LA
PROCEDENCIA DE LA SUSTITUCIÓN DE LA PENA DE PRISIÓN Y DE LA
CONDENA CONDICIONAL. De la incorporación en la Ley General de Salud del
capítulo denominado "Delitos contra la salud en su modalidad de “narcomenudeo",
publicada en el Diario Oficial de la Federación el 20 de agosto de 2009, concretamente
de su artículo 475, se advierte que existen penas más benéficas a las previstas en el
precepto 194 del Código Penal Federal para quien sea sentenciado por delitos contra la
salud en su modalidad de comercio de narcóticos; de ahí que, en cumplimiento a la
garantía de acceso a la justicia consagrada en el artículo 17 de la Constitución Política
de los Estados Unidos Mexicanos y por economía procesal, la autoridad jurisdiccional,
al individualizar las penas que correspondan por aquel delito, debe pronunciarse
respecto de la aplicación de la ley más favorable al reo, imponer las sanciones que más
le beneficien con motivo de la entrada en vigor de dicha adición y, en virtud del
quántum de la pena impuesta, pronunciarse respecto a la procedencia de los beneficios
de sustitución de la pena de prisión y de la condena condicional previstos en los
artículos
70
y
90
del
Código
Penal
Federal.
Registro No. 165058. Localización: Novena Época. Instancia: Tribunales Colegiados
de Circuito. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. XXXI, Marzo de
2010
Página: 2966. Tesis: I.6o.P.122 P. Tesis Aislada. Materia(s): Penal
No escapa a la nuestra óptica, lo dispuesto por el párrafo segundo del
artículo 475 de la Ley General de Salud, en donde se prevé: “Cuando la víctima
fuere persona menor de edad o que no tenga capacidad para comprender la relevancia de la
conducta o para resistir al agente; o que aquélla fuese utilizada para la comisión de los
mismos se aplicará una pena de siete a quince años de prisión y de doscientos a
cuatrocientos días multa.”.
En este apartado, el legislador, a nuestro juicio no establece la descripción
típica de otro supuesto hipotético de conformación de los ilícitos de
comercio o suministro de narcótico, sino que estatuye una circunstancia
agravatoria de aquéllos, la cual se integra por estar presente una calidad
especifica, ya sea en la víctima al ser menor de edad, incapaz o por
cualquier causa no pueda resistir al agente; o bien, alguno de ellos sea
utilizado por el agente delictual para la comisión del ilícito, disponiendo por
ello una pena concreta que resulta ser de mayor entidad punitiva.
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
19
Situación semejante ocurre, con respecto al contenido del párrafo tercero,
fracciones I a III de ese mismo numeral, en donde se establece también
causas agravatorias de las penas por la comisión de los ilícitos de
comercio o suministro de narcótico, de las cuales se observa que versan en
función de la calidad en el agente delictual, como es el caso de las
fracciones I y III en mención, pues se establece procedente el aumento de
pena (en una mitad), si quien lo comete es un Servidor Público encargado
de prevenir, denunciar, investigar, juzgar o ejecutar las sanciones
correspondientes a estos mismos ilícitos, adosándose también como
sanción la destitución e inhabilitación hasta por un término igual al de la
pena de prisión impuesta; situación que igualmente ocurre cuando el agente
delictivo sea algún profesional, técnico o auxiliar de alguna forma personal
relacionado con las disciplinas de la salud y se valgan de tal situación para
la comisión del ilícito. En tanto que la fracción II incorpora una causa de
elevación punitiva, en función de una circunstancia de lugar en la
comisión del ilícito, es decir, cuando éste se perpetre en centros educativos,
asistenciales, policiales o de reclusión, o bien, en un radio menor a
trescientos metros de esos lugares.
POSESION DE NARCÓTICO, SIMPLE Y CON FINES
En lo tocante al tipo penal de POSESIÓN de narcótico, cabe destacar que
presenta dos variantes; las cuales, consisten en que la posesión del
narcótico sea con fines de comercio o suministro, o sin tales objetivos, pues
así se desprende del contenido de los artículos 476 y 477 de la Ley General
de Salud.
Ahora bien, para estar en posibilidad de continuar con éste análisis,
debemos partir por establecer la definición legislativa del verbo rector que
nos ocupa, la cual nos proporciona la fracción VI del artículo 473 de la Ley
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
20
General de Salud, al establecer que se entiende, por ese núcleo típico
diciendo: “La tenencia material de narcóticos o cuando éstos están dentro del radio de
acción y disponibilidad de la persona.”.
En esa forma la definición legislativa del verbo rector del tipo penal de
posesión de narcótico, nos permite establecer que se ubica entre los tipos
penales alternativamente formados, pues se configura por: a) La tenencia
material del narcótico, es decir, la detentación física de enervante; o bien, 2)
Estando éste en su radio de acción y disponibilidad del agente, mismo que
lo abarca en un ámbito espacial necesariamente de fácil e inmediata
detentación para el agente. Destacando al respecto el criterio federal que a
continuación se transcribe.
SALUD, DELITO CONTRA LA. POSESION. Si en el momento en que fueron
detenidos los inculpados, llevaban consigo una caja de cartón en cuyo interior se
hallaba el vegetal que ellos mismos identificaron como marihuana, circunstancia que
se corroboró con el dictamen organoléptico, debe concluirse que los agentes activos
poseían la droga, independientemente de que haya sido encontrada en la cajuela del
coche de alquiler en que viajaban puesto que como dueños de ese "equipaje" podían
disponer del estupefaciente en cualquier momento, es decir, que se encontraba bajo su
control personal y dentro del radio de acción de su disponibilidad; por lo tanto, su
conducta encuadra en el tipo penal previsto en el artículo 197 fracción I del Código
Penal Federal en relación con el diverso artículo 193 fracción I del mismo
ordenamiento legal.
Registro No. 211939. Localización: Octava Época Instancia: Tribunales Colegiados de
Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación XIV, Julio de 1994 Página: 800
Tesis Aislada Materia(s): Penal
Por otra parte, se trata igualmente de un tipo penal que acorde con su
clasificación en orden a su resultado son formales, pues se trata de ilícitos
de peligro abstracto y cuya comisión esta referenciada a una conducta de
propia mano, cuya realización es necesariamente permeada por el
elemento subjetivo genérico dolo.
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
21
Siendo en éste punto dable establecer, que el elemento distintivo entre el
tipo penal de posesión de narcótico con fines (comercio o suministro) y la
posesión simple, estriba en el elemento subjetivo específico con que el
agente verifica su conducta; puesto que en el primero, tiene un objetivo
concreto, que consiste en que la detentación material del narcótico, es para
comercializarlo o suministrarlo; en tanto que la posesión simple, no tiene
esa finalidad y por tanto se concreta en la mera detentación personal de la
substancia enervante.
Pero además tampoco debe desatenderse que éste tópico, nos permite
establecer que el tipo penal de posesión de narcótico con fines de comercio
o suministro, se trata de un delito medio que conduce a un ilícito fin, con
respecto a todo el narcótico que en el momento de los hechos el agente
detenta o tiene en su radio inmediato de acción, por ende ello lo torna en
medio de comisión natural para llegar a concretar la conducta final que
persigue, consistente en el comercio o suministro de la droga, pues es
indispensable primero, que el agente materialice su posesión ya que de otra
forma es material y jurídicamente imposible su actualización, la cual al
lograrse como delito fin, subsume a la conducta que le sirvió de concreción,
es decir, la posesión.
DELITO CONTRA LA SALUD. NO PUEDEN COEXISTIR LAS
MODALIDADES DE COMERCIALIZACIÓN DE NARCÓTICOS Y DE
POSESIÓN CON FINES DE COMERCIO CUANDO SE ACTUALIZAN EN EL
MISMO MOMENTO. En el caso de que el sujeto activo del delito sea sorprendido
vendiendo estupefacientes y además se le encuentre en posesión de una cantidad de
éstos que rebasa la mínima para su consumo personal y que, por tanto, no hay duda de
que su destino era el comercio, se actualizan la unidad de acción y de propósito
delictivo, por lo que no pueden coexistir las modalidades de comercialización de
narcóticos y de posesión con fines de comercio previstas en los artículos 194, fracción
I, y 195, párrafo primero, del Código Penal Federal, sino que debe tenerse por
actualizada únicamente la de comercio y subsumida la conducta de posesión, pues al
haberse concretado el fin principal del inculpado (el comercio de narcóticos), la
modalidad de posesión para fines de comercio equivale a la tentativa del primero y, en
consecuencia, no sería lógica la coexistencia de ambas modalidades si la segunda se
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
22
consumó, ya que de lo contrario se violaría el principio de non bis in ídem al sancionar
doblemente la misma conducta. Caso distinto ocurre cuando el sujeto activo es
detenido al realizar la venta de narcóticos y también los posea en un lugar diverso,
ajeno a su radio de control y disponibilidad, porque en este supuesto no existe unidad
de acción y, por ende, pueden coexistir las modalidades referidas.
Contradicción de tesis 114/2009. Entre las sustentadas por los Tribunales Colegiados
Séptimo y Noveno, ambos en Materia Penal del Primer Circuito. 8 de julio de 2009.
Cinco votos. Ponente: José Ramón Cossío Díaz. Secretario: Roberto Lara Chagoyán.
Tesis de jurisprudencia 92/2009. Aprobada por la Primera Sala de este Alto Tribunal, en
sesión de fecha dos de septiembre de dos mil nueve.
Por otra parte, los tipos penales de Posesión de Narcótico, ya sea con fines
o simple, a que se refieren los artículos 476 y 477 de la Ley General de
Salud, prevén como objeto material, solo al narcótico que reviste dos
características concretas, tales como: 1) que sea de los contemplados en la
tabla que prevé el numeral 479 de la propia ley; 2) que su cantidad sea
inferior a la que resulte de multiplicar por 1000, la existente materialmente
en la comisión del ilícito, a fin de que pueda la conducta ser estimada como
integradora del tipo penal de narcomenudeo.
Asimismo no se deja de apuntar que los tipos penales de posesión de
narcótico (simple o con fines), la norma de salud que los prevé, contempla
su comisión a través de medios genéricos, pues no establece algún medio
específico, ya que basta con la detentación material o en el radio de
disponibilidad inmediata del agente con respecto del enervante, para que se
configuren. Además en ambos casos, se requiere para su integración típica,
de un elemento normativo de interpretación jurídica, que se estatuye en
sentido negativo, o sea, que el proceder del agente se verifique sin
autorización, lo que se traduce en que la conducta tenga lugar, sin el
permiso o licencia administrativa que otorgue la autoridad de salud; lo cual a
su vez nos conduce a afirmar que con relación al sujeto activo no guardan
ninguna calidad específica y por tanto puede concretar la conducta
cualquier persona.
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
23
Por otra parte, consideramos que acorde con la estructura típica, tratándose
de la posesión (simple o con fines), por su iter criminis no admite la figura
de la tentativa, puesto que para la materialización del verbo rector, no es
posible secuenciarla o fragmentarla, por tanto sólo se manifiesta en su
forma consumada.
Con relación a los tipos penales de posesión (simple y con fines), cabe
destacar que la Ley General de Salud establece sanciones de mayor
benéfico para el sujeto activo que el Código Penal Federal, pues
entratándose de la posesión simple, la ley especial establece una sanción
de diez meses a tres años de prisión y hasta ochenta días multa, en tanto
que el artículo 195 Bis del Código Sustantivo Penal Federal, contempla
como reacción punitiva para este tipo de posesión de narcótico, una pena
en función de diversos factores, pues inciden en el quantum de la sanción,
el tipo de enervante, la cantidad, si se trata de primo delincuente o no (ya
que incluso habla de reincidente y multireincidente), de modo que resulta de
mayor entidad punitiva la reacción prevista en el Código Penal Federal.
Situación semejante ocurre con respecto al tipo penal de posesión de
narcótico con fines, ya que en la Ley General de Salud, se establece una
sanción concreta, consistente en tres a seis años de prisión y de ochenta
a trescientos días multa, mientras que en el Código Penal Federal en su
artículo 195 dispone que se impondrá de cinco a quince años de prisión y
de cien a trescientos cincuenta días multa, al que posea alguno de los
narcóticos señalados en el artículo 193, sin la autorización correspondiente
a que se refiere la Ley General de Salud siempre y cuando esa posesión
sea con la finalidad de realizar su comercio o suministro; por tanto
observamos que la norma especial resulta de mayor beneficio para el sujeto
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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activo, frente a la norma sustantiva penal federal y por tanto en base a la
aplicación de los principios de Especialidad y Favorabilidad es que deberá
estarse a la norma más benéfica que lo es la Ley General de Salud.
OTRAS CONSECUENCIAS DEL DELITO DE NARCOMENUDEO.
A su vez, no pasa inadvertido que en el tema de los Delitos Contra la Salud,
representa un aspecto indispensable de definición jurídica y operativa, lo
relativo a la disposición y destino que la autoridad judicial resuelva sobre el
narcótico, psicotrópico o estupefaciente de que se trata como objeto del
delito; pero también, está el tema relacionado con los Instrumentos y
Productos del mismo.
En efecto, no se puede ignorar que el Narcomenudeo constituye en si
mismo, por su posición en la escala de comercialización de las distintas
drogas, un rubro de especial importancia con relación a los recursos
económicos que arroja, como consecuencia de la venta directa al
consumidor final de las substancias en cuestión, de ahí que el
aseguramiento de sujetos activos, en los casos de Comercio y Suministro,
con recursos en efectivo es común; como lo es también en el caso de la
Posesión con fines que se encuentren instrumentos usualmente de
medición, embalaje y reparto de drogas.
Objetos, Instrumentos y Producto de los Delitos Contra la Salud en su
modalidad de Narcomenudeo, que es necesario precisar que aun cuanto la
Ley
Federal
para
la
Administración
de
Bienes
Asegurados,
Decomisados y Abandonados, estatuye en su artículo 1 que tiene por
objeto regular la administración y destino de los bienes asegurados,
decomisados y abandonados, esto lo circunscribe a aquellos relacionados a
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
25
los afectos en Procedimientos Penales Federales, por tanto no tiene
aplicación en el campo de decisión de los órganos jurisdiccionales del fuero
común.
Resultando desafortunada también la referencia que dicha norma federal
hace en su artículo 5°, párrafo primero del Código Local del Distrito Federal,
al señalar: “El aseguramiento, decomiso y destrucción de bienes, incluidos
los de narcóticos y precursores químicos, se sujetaran a lo dispuesto en el
Código Penal para el Distrito Federal en Materia del Fuero Común y
para toda la República en Materia de Fuero Federal y en el Código Federal
de Procedimientos Penales”, pues es evidente que dicha referencia se
realiza ante el yerro jurídico en que se ha incurrido por el legislador federal
al no adecuar sus dispositivos a la realidad jurídica imperante, entre la que
desde luego destaca el hecho de que en el Distrito Federal, no tiene ya
desde el año 2002, aplicación dual en el ámbito penal ninguna disposición,
pues el legislador local decretó el entonces denominado “Nuevo Código
Penal para el Distrito Federal”, que a la postre se ordenó que su
denominación definitiva sería sólo como “Código Penal para el Distrito
Federal” en el que se establecen las normas que regulan la disposición de
los objetos, productos e instrumentos de los delitos.
Siendo así que en nuestra concepción, las reglas imperantes para el
tratamiento por parte de los órganos jurisdiccionales, de los Objetos,
Productos e Instrumentos del Delito, deberá ser acorde con las
disposiciones sustantivas y adjetivas locales del Distrito Federal, al cual
también se circunscriben las normas de procesamiento y desde luego
ejecución de penas, resultando en tales condiciones que los recursos
económicos derivados de las actividades del narcomenudeo, deberán de
ser dispuestos como Productos del Delito y por tanto se regulará conforme
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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lo dispone el artículo 54 del Código Penal para el Distrito Federal, en donde
se dispone “La autoridad competente determinará el destino de los bienes que
sean instrumento, objeto o producto del delito, y que sean decomisados, al pago
de la reparación de los daños y perjuicios causados, al de la multa o en su
defecto, según su utilidad a los Fondos de Apoyo a la Procuración y
Administración de Justicia, según corresponda”.
MAG. JAVIER RAÚL AYALA CASILLAS.
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