Manejo práctico de reproductoras pesadas: recría

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Manejo práctico de reproductoras pesadas: recría
Desde hace años sabemos que para que un lote de reproductoras logre una
alta producción de huevos y una alta fertilidad debemos mantenerlas
livianas y uniformes, y estos han sido nuestros objetivos prioritarios en el
manejo de recría y producción. (Primera parte de una serie de dos
artículos).
Esta conferencia fue presentada por
el Dr. Fernando Mattioli, asesor
técnico, Argentina, durante el XXII
Congreso Latinoamericano de
Avicultura, celebrado en Buenos
Aires, Argentina en septiembre 2011.
La avicultura moderna se basa en
cuatro pilares básicos: genética,
sanidad, nutrición y manejo.
Cada vez que la genética hizo un
cambio, los otros tres pilares
debieron actualizarse a fin de continuar con el virtuoso círculo de mejora y
eficiencia productiva.
En la práctica, las reproductoras son parrilleros que llevamos a reproducción, o sea,
aves genéticamente seleccionadas por una alta tasa de crecimiento y excelente
conversión alimenticia, características poco compatibles con el objetivo de
producción de huevos fértiles.
En los últimos años se observa un inicio de postura a tiempo, una muy rápida
trepada a pico de producción que incluso se adelan ta notoriamente a la curva
estándar, y una notoria reducción en el porcentaje de mortalidad en producción.
Todos estos avances han sido posibles gracias a un mejor conocimiento de los
requerimientos de las hembras.
No obstante, la persistencia en producción luego de las 40 semanas de edad,
muestra claras oportunidades de mejoramiento.
Lograr una alta persistencia se ha convertido hoy en el mayor desafío de manejo
para los gerentes de producción de reproductoras, como así también para la
comunidad científica, que indudablemente dedicará, de acá en adelante, mucha
energía a comprender los factores que conducen a mantener en un óptimo nivel
productivo a las reproductoras modernas.
Desde hace años sabemos que para que un lote de reproductoras logre una alta
producción de huevos y una alta fertilidad debemos mantenerlas livianas y
uniformes, y estos han sido nuestros objetivos prioritarios en el manejo de recría y
producción.
*
"En la práctica, las
reproductoras son
parrilleros que
llevamos a
reproducción"
Bienestar de las aves
Con el avance en el conocimiento sobre las
necesidades de las reproductoras, hoy debemos
también considerar una tercera condición
fundamental para poder alcanzar los mejores
resultados productivos, como es el bienestar de las
aves.
Hablar de bienestar inicialmente nos lleva a pensar
en confort, como ser, cantidad de aves por metro
cuadrado, espacio de comedero, temperatura y
ventilación del galpón, etc. Indudablemente que
estos parámetros son de suma importancia y deben tenerse muy en cuenta en el
manejo de las reproductoras, ya que de no poder brindar condiciones mínimas de
confort, las aves sufrirán estrés, con las esperables consecuencias negativas en
producción.
Hoy debemos considerar al término “bienestar” en forma más amplia, abarcando
conceptos como formulación y presentación del alimento, perfil de crecimiento,
perfil de alimentación, uniformidad, programa de luz, programa de apareo,
alimentación a pico, etc. Todos y cada uno de estos puntos pueden darles a las
aves señales de bienestar positivas o negativas, que repercutirán en la
productividad del plantel de hembras.
Por lo tanto hoy resulta imperioso para el responsable de producción, satisfacer
adecuadamente las necesidades de las hembras en tiempo y forma, observando e
interpretando las señales, signos y síntomas que las aves manifiesten.
Manejo en recría
Perfil de crecimiento
Una hembra parrillero llega a los 2.900 kilos de peso vivo en 50 días, sin embargo
su madre, una reproductora, necesita 24 semanas para llegar al mismo peso. Por lo
tanto resulta de suma importancia el perfil de crecimiento de las aves; no es
cuestión de lograr un determinado pesos en una determinada semana, ya que por
sí mismo, el peso no es un adecuado indicador de una buena producción posterior.
La ganancia de pesos en las primeras 10 semanas debe ser con empuje, entre las
10 y 15 desaceleramos, para volver a tener un vigoroso crecimiento desde las 15
semanas en adelante.
No es el peso vivo en sí que define la performance de un lote sino cuándo y cómo
vamos aportándole nutrientes a las aves durante su recría, por eso, tiene mas valor
considerar el perfil de alimentación que las hembras reciben a lo largo de su vida.
*
"La ganancia de peso
en las primeras 10
semanas debe ser con
empuje"
Perfil de alimentación
Podemos considerar tres conceptos diferentes que
se han ido modificando con el paso del tiempo:
1. Hace varios años, alimentábamos para lograr los pesos estándar
semanalmente, o sea era seguir los gráficos de pesos semanales y el peso
alcanzado determinaba la cantidad de alimento a proveer a las aves.
2. Posteriormente, se introdujo el concepto de Nutrición Mínima Acumulada a
foto estímulo. Esta teoría postulaba que, para lograr un buen nivel
reproductivo, una hembra requiere un mínimo de 23.000 Kcal y 1.200
gramos de proteína al momento de la foto estimulación. Esta idea colaboró
en mejorar los resultados reproductivos ya que, indudablemente, es
necesario alcanzar una determinada composición corporal capaz de sostener
la demanda de una buena y persistente postura.
3. En la actualidad encaramos la alimentación de las aves con el conocimiento
de que a distintas edades las aves presentan distintas necesidades
energéticas, por lo que podríamos hablar de una Nutrición Mínima Modulada
a lo largo de toda la vida del ave.
Por ejemplo, sabemos la importancia que tiene para el resultado final del lote,
lograr una buena uniformidad, y desde el punto de vista del plantel en conjunto,
lograr un muy buen crecimiento (ganancia de peso) en las primeras 6 a 8 semanas,
conduce a obtener una mejor uniformidad. De esta forma tendremos pocas aves
pequeñas, y la restricción posterior dará mayores beneficios.
Comenzar entonces durante las primeras semanas con dietas proteicas y con
consumos “suficientes” para lograr un vigoroso perfil de crecimiento.
Hacia las 10 semanas de vida, las hembras deben encontrarse dentro del peso
estándar con la más alta uniformidad posible para transitar la segunda etapa, hasta
las 15 semanas, con una desaceleración en el perfil de ganancia de peso.
Hace 30 años, las recomendaciones de alimentación para este período, sugerían
mantener casi constante el consumo de alimento. Hoy sabemos que estas 5
semanas son importantes en la acumulación de nutrientes, por lo que incrementos
de 2 gramos en el consumo semanal, son necesarios para una óptima preparación
de las hembras para las siguientes etapas de su vida.
Desde semana 15 hasta el foto estímulo ingresamos en una tercera etapa donde las
necesidades de las aves son muy diferentes, requiriendo vigorosos aumentos en
torno a un 10% en el consumo semanal, para producir el necesario cambio en el
perfil de crecimiento preparando, de esta manera, reservas en las hembras para la
inminente demanda del inicio de
producción.
Lograr la uniformidad es el enfoque del periodo
de recría de las reproductoras
Foto cortesía de Jansen
Uniformidad
Uno de los puntos más importante de una
recría es lograr una buena uniformidad
entre las aves. Aunque realmente deberíamos hablar de uniformidad en madurez
sexual, de rutina utilizamos uniformidad en peso vivo, ya que ésta es una manera
fácil, práctica y repetible de evaluar un lote de reproductoras.
Disponemos de varias técnicas de manejo que favorecen una buena uniformidad,
como son forma de alimentación, manejo de comederos, uso de corrales,
clasificaciones del lote, no despicar hembras, y utilizar formulaciones diluidas que
aumentan los volúmenes de alimento a distribuir.
Es conveniente esforzarse para que la diferencia en peso/tamaño de las aves no
sea muy grande en aquellas semanas en que el esqueleto aún continúa con un
activo desarrollo, o sea hasta las 8 a 10 semanas de vida. Por lo tanto es
recomendable realizar una primera selección individual con balanza del 100% de las
aves entre los 7 a 10 días, una segunda a la cuarta semana y otra a la octava ó
novena semana a fin de obtener el máximo beneficio, al ser más fácil uniformar un
lote durante estas primeras semanas de vida.
Si todo va bien encaminado, una última selección a las 14 semanas, justo antes de
inducir la aceleración en el crecimiento, sería suficiente para llegar al inicio de
postura con un plantel de hembras uniforme.
Indudablemente que la restricción a que son sometidas las aves no favorece al
bienestar de ellas. Al contrario, para lograr los pesos estándar generamos un
tremendo instinto de sobrevivencia y competencia por la poca cantidad de alimento
suministrado. Las selecciones favorecen a que hembras de temperamentos
semejantes compitan equitativamente entre ellas, reduciendo dentro de lo posible,
factores estresantes.
Otra forma en la que podemos favorecer el bienestar de las aves es utilizar en
recría alimentos más diluidos; de esta manera al poder ofrecer un mayor volumen,
satisface más a las aves, facilita la distribución del alimento en los comederos y
beneficia la uniformidad del plantel.
Por último la presentación del alimento también juega un rol muy importante.
Cuando alimentamos con pellets, el consumo es más rápido, aumenta la
competencia, aumenta la agresividad y aumenta la desuniformidad entre las
hembras. Por ello, debe evaluarse la posibilidad del uso de migajas/harinas a fin de
favorecer por medio de esta alternativa de manejo, el bienestar de las hembras.
*
"En las reproductoras
pesadas la madurez
sexual es demorada si
no son expuestas a
días cortos"
Luz
Cuando uno analiza resultados productivos de varios países de Latinoamérica, en
muchos de ellos se observa una muy buena persistencia en postura. Curiosamente,
estos países se encuentran cercanos al Ecuador, por lo cual la cantidad de horas luz
día que las aves reciben es baja, en comparación a los que se encuentran a
latitudes mayores.
Si comparamos reproductoras pesadas con aves de postura comercial encontramos
en aquellas una más rápida caída en persistencia, exacerbada cuando se brindan
foto períodos largos en producción.
Hay especies consideradas foto refractarias absolutas como la perdiz, que necesitan
ser expuestas a días cortos para dispar la condición de foto refractariedad, mientras
que otras, como las reproductoras pesadas, foto refractarias relativas, en las cuales
la madurez sexual es demorada pero no impedida si no son expuestas a días
cortos.
Por ello, desde hace años venimos utilizando galpones obscuros para la etapa de
recría, brindando 8 horas de luz de baja intensidad, a fin de foto sensibilizar las
aves para que respondan al estímulo de luz e inicien producción coordinadamente y
a la edad programada.
Además, las recrías en galpones obscuros favorecen un temperamento más dócil de
las aves, que incluso permite el no despique de las hembras, factores estos, que
suman al bienestar y mejor uniformidad de las aves.
Manejo práctico de reproductoras pesadas: producción
En la práctica, las reproductoras son parrilleros que llevamos a
reproducción, o sea, aves genéticamente seleccionadas por una alta tasa
de crecimiento y excelente conversión alimenticia, características poco
compatibles con el objetivo de producción de huevos fértiles. (Parte final
de una serie de dos artículos).
El programa de luz, la alimentación y el
apareo, pueden determinar el éxito de un
lote de reproductoras
Foto cortesía de Roxell
Esta conferencia fue presentada por
el Dr. Fernando Mattioli, asesor
técnico, Argentina, durante el XXII
Congreso Latinoamericano de
Avicultura, celebrado en Buenos
Aires, Argentina en septiembre
2011.
La etapa de los grandes cambios
Entre las 20 y las 30 semanas, las hembras sufren modificaciones fisiológicas
significativas que deben estar acompañadas con acertadas medidas de manejo,
para lograr un alto pico de postura, buena persistencia, buena calidad del huevo
incubable, y una alta fertilidad.
Programa de luz, alimentación y apareo, son manejos que pueden determinar el
éxito o el fracaso de la etapa de producción de un lote.
Programa de luz
Entre las 21 y 23 semanas se inicia con el programa de luz, brindando el primer
foto estímulo necesario para la activación hormonal que conduce al inicio de la
puesta. Los resultados de las últimas investigaciones, demuestran la importancia en
no exceder de 14 horas totales de luz en producción a fin de no inducir rápidamente
un estado de foto refractariedad adulta en las aves, con la consiguiente pérdida de
persistencia de producción del plantel.
Estas 14 horas luz en algunos países es mayor que la cantidad de horas de luz
natural, entonces resulta muy importante no alimentar muy temprano en la
madrugada (costumbre en zonas de clima caliente) a fin de no alargar
innecesariamente el día a las aves.
A partir del primer incremento en horas luz, es muy importante que las hembras no
perciban un brusco incremento en las kilocalorías consumidas, ya que esto altera el
normal reclutamiento y ritmo de maduración de los óvulos, conduciendo a una
alteración permanente del ovario.
Alimentación
*
"Estas hembras son muy
eficientes en la
cantidad de
kilocalorías
necesarias para
producir un huevo"
Esta es una de las etapas más importantes de la
Alimentación Mínima Modulada. A partir de la
semana en que iniciamos con el programa de luz
es contraproducente tratar de corregir cualquier
desviación en el peso de las hembras o pretender
acelerar el inicio de postura, por lo tanto sólo
debemos brindar incrementos de alimento mínimos
en torno a unos 2 ó 3 gramos semanales,
concentrándonos exclusivamente en lograr un
adecuado desarrollo del sistema reproductivo de
las hembras.
La alimentación hacia pico de consumo también
debe ser pausada, y dentro de lo posible, es conveniente brindar, a partir del 20%
postura día, dos o tres incrementos semanales de unos 2 a 3 gramos cada uno, lo
que resulta en un promedio cercano a 1 gramo de incremento por día.
En la alimentación hacia pico de producción, no debe alimentarse ni por peso ni por
porcentaje de producción, sino seguir con un plan de incrementos periódicos hasta
el máximo consumo programado. Esto significa que podremos llegar al máximo
consumo recién cuando el lote se encuentra por encima del 80% de postura día.
La experiencia de campo demuestra que estas hembras son muy eficientes en la
cantidad de kilocalorías necesarias para producir un huevo. La energía requerida
para crecimiento y producción de huevos son relativamente constantes, en
contraposición, la energía de mantenimiento es muy variable, estando muy influida
por el peso de las aves y la temperatura ambiente.
Dependiendo entonces de la temperatura ambiente y el peso promedio de las
hembras, podemos considerar un pico de consumo de 450 a 465 Kcal y 25 gramos
de proteína diarios para lograr excelentes resultados productivos.
El cuidadoso manejo que se le da a las
reproductoras tiene el objetivo de producir
huevos fértiles con altas tasas de
incubabilidad
Foto cortesía de Big Dutchman
Pico de producción
Una vez que llegamos al pico de
producción, es recomendable volver a
concentrarse en la ganancia de peso
vivo, peso del huevo y persistencia de
postura, tres parámetros que están
muy ligados a un eficiente y oportuno
retiro de alimento post pico de
producción, como para lograr la mayor persistencia posible del lote.
Debemos tener muy presente la importancia que tiene hacer un retiro significativo
entre el pico de postura y las 40 semanas de edad. No es conveniente esperar para
iniciar los retiros de alimento, de ser así le estamos dando la posibilidad a las
hembras de una excesiva ganancia de peso vivo y en el peso de huevo que
repercuten negativamente en la persistencia.
Si en pico de consumo estamos alimentando unas 450 Kcal/día, es recomendable
ser prudente con la baja de consumo acumulado a las 40 semanas. Prácticamente
reducir a 430Kcal/día a las 40 semanas estaría cubriendo las necesidades de
mantenimiento, ganancia de peso y producción del lote, como para mantener una
buena persistencia de postura posterior. Esta reducción se practica con retiros de 1
a 2 gramos semanales, siempre observando la respuesta en postura.
Analizar semanalmente el porcentaje de producción, las ganancias de peso vivo,
peso del huevo, y la temperatura ambiente, colaboran a tomar decisiones correctas
de cómo debemos continuar alimentando las hembras hasta el fin del ciclo
reproductivo.
Apareo
Otro manejo que necesitamos realizar en esta etapa en la vida de las hembras es el
apareo de machos. En los últimos años se viene observando una tendencia de
sobre apareo debido a machos con temperamento agresivo, por lo tanto el apareo
debe ser hecho con sumo cuidado y tomando en cuenta la experiencia obtenida en
lotes previos.
La falta de sincronización en madurez sexual en muchos lotes lleva a encontrar
machos listos para pisar apareados a hembras que aún no alcanzaron su madurez
sexual. De presentarse esta situación, los machos agreden a las hembras
provocándoles lesiones, mortalidad, estrés, pérdida de postura y una permanente
baja del índice de fertilidad.
Es muy conveniente capitalizar toda la experiencia obtenida de los lotes anteriores,
para definir cuándo, cuánto y cómo apareamos los machos, ya que no hay una
condición fija y definida sobre este punto. Se debe estar muy atentos de lo que
sucede en el galpón en las semanas posteriores al apareo, a fin de retirar un
porcentaje de machos, en caso de presentarse esta condición de sobre apareo.
Presentación del alimento
*
"El apareo debe ser
hecho con sumo cuidado
y tomando en cuenta la
experiencia obtenida
en lotes previos"
Resulta muy útil destacar la importancia que tiene
el tipo de presentación del alimento en el bienestar
de las hembras, y por consiguiente en el resultado
productivo del lote.
Por un lado razones de bioseguridad llevan a
tratamientos térmicos y peletización del alimento;
por otro lado, en zonas de climas calientes donde
puede presentarse caídas de postura y/o
mortalidades debido a un golpe de calor, muchas
empresas deciden alimentar con pellets y muy
temprano en la madrugada, a fin de que a media
mañana, las aves hayan digerido el alimento y
puedan defenderse mejor del golpe de calor de la tarde.
Esto es contraproducente en dos sentidos, primero al alimentar muy temprano hace
que la cantidad de horas día se eleven a 16 ó 17 horas que, como se mencionó
anteriormente, es un factor negativo para una buena persistencia de postura; y
segundo, el tiempo de consumo cuando se alimenta con presentación pellet, es
sumamente corto, generando un estrés a las aves. Por ello siempre es conveniente
dar alimento en migajas o en harina, que colabora en la uniformidad del lote y el
bienestar de las aves.
Enfermedades
Por último debemos considerar la influencia de ciertas enfermedades sobre la
postura. En el transcurso de los últimos años se ha observado en Latinoamérica un
incremento de problemas sanitarios asociados a pneumovirus y a virus de
bronquitis variantes.
Correctas medidas de bioseguridad y un adecuado programa de vacunación,
colaboran a reducir la pérdida de huevos incubables que estas enfermedades
provocan.
Como hemos visto, el éxito en el manejo de las reproductoras, se basa en una
sucesión de hechos que deben estar coordinados entre sí a fin de poder ir cubriendo
los requerimientos en las distintas etapas de la vida de las hembras, siempre
procurando reducir cualquier factor de estrés y estando muy atentos de poder
generar un ambiente de confort y bienestar para las hembras.
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