REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD DEL ZULIA FACULTAD DE INGENIERÍA DIVISIÓN DE POSGRADO PROGRAMA DE POSTGRADO EN INGENIERÍA AMBIENTAL APLICACIÓN DE LODOS RESIDUALES PROVENIENTES DE PLANTAS DE TRATAMIENTO DE AGUAS SERVIDAS COMO ACONDICIONADOR DE SUELOS CON FINES AGRÍCOLA. Trabajo de Grado presentado como requisito para optar al Grado Académico de: MAGÍSTER SCIENTIARUM EN INGENIERÍA AMBIENTAL Autor: Douglas A. Martínez V. Tutor: Edigso Martínez Co-Tutor: Douglas Martínez Maracaibo, julio de 2008 REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA UNIVERSIDAD DEL ZULIA FACULTAD DE INGENIERÍA DIVISIÓN DE POSGRADO PROGRAMA DE POSTGRADO EN INGENIERÍA AMBIENTAL APLICACIÓN DE LODOS RESIDUALES PROVENIENTES DE PLANTAS DE TRATAMIENTO DE AGUAS SERVIDAS COMO ACONDICIONADOR DE SUELOS CON FINES AGRÍCOLA. Trabajo de Grado presentado ante la Ilustre Universidad del Zulia para optar al grado académico de MAGÍSTER SCIENTIARUM EN INGENIERÍA AMBIENTAL Autor: DOUGLAS A. MARTÍNEZ V. Tutor: Edigso Martínez Co-Tutor: Douglas Martínez Maracaibo, julio de 2008 Martínez Valderrama, Douglas A. Aplicación de Lodos Residuales Provenientes de Plantas de Tratamiento de Aguas Servidas como Acondicionador de Suelos con Fines Agrícolas. (2008). Trabajo de Grado. Universidad del Zulia, Facultad de Ingeniería, División de Postgrado, Maracaibo, Venezuela, 88 p. Tutor: MSc. Edigso Martínez, Cotutor: MSc. Douglas Martínez R. RESUMEN Desde el punto de vista físico químico los suelos poseen: estructura que otorga estabilidad; capacidad de retención de humedad, cantidad y disponibilidad de elementos nutritivos agrupados en macro, meso y micro nutrientes, que son el sustratos para las platas. Este estudio determinó la cantidad de aporte nutricional de lodos provenientes de plantas de tratamiento de aguas servidas con el fin de utilizarlos como abono orgánico en suelos e incrementar la oferta nutricional del mismo. Para ello se determinó la cantidad y disponibilidad de esos elementos presentes en la solución del suelo, una vez mezclado el suelo con el lodo residual. Se utilizó suelo de la altiplanicie de Maracaibo y lodos residuales de la planta de tratamiento de aguas servidas del campo petrolero Tía Juana. El experimento se realizó en macetas que contenían 10 Kg, con los siguientes tratamientos T10%, T215%, T330%, T445% y T560%. Se utilizó un diseño experimental de Bloque completamente al azar con parcela dividida en el tiempo con cinco repeticiones. En cada tratamiento se evaluó los parámetros físicos químicos del suelo y se observó los aspectos fisiológicos de la planta. Los resultados obtenidos indican que La aplicación de lodos residuales incrementó la concentración de nutrientes tales como (N, P, K, Mg), así como elementos menores como (Cr, Cu, Zn, Mn), a demás de favorecer las variables relacionadas con RAS, CIC, CO y pH, lo cual significa que estos lodos aportan elementos disponibles al suelo de manera rápida. Los resultados obtenidos permiten afirmar que los lodos residuales provenientes de las plantas de tratamiento de aguas servidas presentan nuevas prospectivas para su utilización como abonos orgánicos. Debido a que aportaron nutrientes esenciales para las plantas y su concentración de metales pesados no excede los límites máximos establecidos en las leyes venezolanas para su utilización con fines agrícolas. Palabras Claves: Lodos Residuales, Fertilidad, Nutrientes, Vinga ungiculata. e-mail: [email protected]. Martínez Valderrama, Douglas A. Application of Residual Coming from Sewage Water Treatments Plants Like Soil Conditioning with Agricultural Purposes (2008). Trabajo de Grado. Universidad del Zulia, Facultad de Ingeniería, División de Postgrado, Maracaibo, Venezuela, 88 p. Tutor: MSc. Edigso Martínez, Cotutor: MSc. Douglas Martínez R. Martínez Valderrama, Douglas A. Application of Residual Coming from Sewage Water Treatments Plants Like Soil Conditioning with Agricultural Purposes (2008). Trabajo de Grado. Universidad del Zulia, Facultad de Ingeniería, División de Postgrado, Maracaibo, Venezuela, 88 p. Tutor: MSc. Edigso Martínez, Cotutor: MSc. Douglas Martínez R. ABSTRACT From the physical-chemical point of view soils have: structure that gives stability; ability to retain moisture, quantity and availability of nutritive elements grouped in macro, meso and micro nutrients, that constitutes substrate for plants. This study determined the quantity of nutritional contribution of muds coming from sewage water treatments with the purpose of using them like organic manure in soils and increases its nutritional offer. The quantity and availability of that elements present in soil solution it was determined, once mixed soil with residual mud. Soil from Maracaibo plain was used and residual muds from sewage water treatment plant of oil field “Tia Juana”; the experiment was carried out in plots having 10 Kg, by applying the following treatments T10%, T215%, T330%, T445% and T560%. A split plot design with plot divided into time with five replicates. In each treatment, the physical and chemical soil parameters were evaluated and the physiological aspects of plant were observed. Results obtained shows that application of residual muds increased the nutrients concentration such as N, P, K, Mg, likewise trace elements such as Cr, Cu, Zn, Mn, besides of favoring the variables related to RAS, CIC, CO and pH, which means that every muds contributes with available elements to soil in a rapid way. Results obtained permits to affirm that residual muds coming from sewage water treatments plants show new perspectives for its usage like organic manures because they contributed with essential nutrients for plants and its concentration of heavy metals do not exceed the maximum limits established in Venezuelan laws for its usage for agricultural purposes. Key words: Residual muds, fertility, nutrients, Vinga ungiculata. e-mail: [email protected]. DEDICATORIA A Dios, mi fiel compañero, guardián y compartidor de todos los momentos de mi vida. A mis Padres Douglas y Olga, a quienes les debo todo lo que soy; gracias a su amor, comprensión, fe y consejos brindados, han sido mi inspiración para seguir adelante. A mis hermanos, Janell, Edward y José quienes me han dado su apoyo moral y espiritual para terminar el trabajo. A Mis Familiares, Amigos y Novia; Katty y Ramón especialmente a quienes amo mucho y agradezco a dios por haberlos colocado en mi camino y hayamos compartido todos los momentos buenos y malos en nuestra formación personal, académica y profesional, brindándome siempre su amor, paciencia, ayuda, consejos y sobre todo su apoyo y comprensión. A mis compañeros de trabajo luchadores por el ambiente que de una u otra manera me ayudaron a superar todas las dificultades que encontré en la realización de lo que contribuye una de mis principales metas. AGRADECIMIENTO Al Estado venezolano y la ilustre Universidad del Zulia, por brindarme la oportunidad de adquirir los conocimientos para el desarrollo de mi formación académica profesional. A las personas que dirigen la Gerencia de Ambiente e Higiene Ocupacional (AHO) de PDVSA Petróleo, S.A. División Occidente, por darme la oportunidad de apoyar económicamente e intelectualmente mi trabajo de grado. A los Ingenieros Edigso Martínez, Douglas Martínez y Larry Lugo por ser mis tutores académicos y tutor estadístico, por darme la mano en los momentos más difíciles durante la realización de este trabajo, por haber sido un libro abierto lleno de sabiduría, por sus consejos, por su valioso tiempo y paciencia. Espero algún día poder devolverle todo lo que me ha dado y que Dios le de mucha salud y bienestar para que sigan ayudando a otros estudiantes. Al personal del Laboratorio INZIT-CICASI, quienes facilitaron sus instalaciones y me orientaron en la realización de los análisis físicos químicos, factor fundamental para el logro de esta meta. A todas aquellas personas que contribuyeron a la realización de este trabajo. ¡Mil Gracias! Y que Dios los Bendiga TABLA DE CONTENIDO Página RESUMEN………………………………………………………………………………… 5 ABSTRAT………………………………………………………………………………….. 6 TABLA DE CONTENIDO…………………………………….………………………….. 7 LISTA DE FIGURAS……………………………………………………………………… 10 LISTA DE TABLAS……………………………………………………………………….. 11 CAPÍTULO I INTRODUCCIÓN…………………………………………………………. II MARCO TEÓRICO 12 2.1. Aguas residuales y sus componente………………………. 15 2.2. Proceso de tratamiento de aguas residuales…………….. 16 2.3. Lodos residuales y su aplicación……………………………. 18 2.4. Clasificación de los lodos…………………………………….. 23 2.4.1. Según su origen……………………………………………... 23 2.4.1.1. Residenciales………………………………………………. 23 2.4.1.2. Municipales………………………………………………… 23 2.4.1.3. Industriales…………………………………………………. 23 2.4.1.4. Comerciales………………………………………………... 23 2.4.1.5. Institucional………………………………………………… 23 2.4.1.6. Agrícolas……………………………………………………. 23 2.4.2. Según el proceso de tratamiento a que son sometidos…. 24 2.4.2.1. Lodos primarios……………………………………………. 24 2.4.2.2. Lodos secundarios………………………………………... 24 2.4.3. Según después del tratamiento biológico a que son sometidos……………………………………………………………. 25 2.4.3.1. Lodos digeridos anaeróbicamente……………………… 25 2.4.3.2. Lodos digeridos aeróbicamente…………………………. 25 2.5. Propiedades de los lodos residuales………………………. 25 2.5.1. Propiedades físicas…………………………………………. 25 2.5.2. Propiedades químicas……………………………………… 26 2.5.2.1. Contenido de elementos esenciales……………………. 26 2.5.2.2. Contenido de sales……………………………………….. 27 2.5.2.3. Compuestos orgánicos…………………………………… 27 2.5.2.4. Metales y elementos traza………………………………. 28 2.5.3. Propiedades biológicas……………………………………... 29 2.6. Macro y micro elementos presentes en lodos residuales. 29 2.7. Beneficios y riesgos en la aplicación de lodos residuales a los suelos……………………………………………. 2.8. Determinación de la dosis de aplicación……………………. III. IV . METODOLÓGIA 33 37 38 3.1. Determinación de las variables………………………………. 39 3.1.1. Nitrógeno (N)…………………………………………………. 39 3.1.2. Fósforo (P)……………………………………………………. 40 3.1.3. Textura del suelo, arcilla (A), arena (a) y limo (L)………. 41 3.1.4. Ph……………………………………………………………… 42 3.1.5. Contenido de carbono orgánico (C.O)…………………… 43 3.1.6. Capacidad de intercambio catiónico (C.I.C)……………… 43 3.1.7. Relación de adsorción de sodio (R.A.S)………………… 43 3.1.8. Determinación de metales totales…………………………. 44 3.2. Análisis estadístico de los datos……………………………… 45 RESULTADOS Y DISCUSIÓN 4.1. Caracterización de muestras de suelo y lodos residuales... 47 4.2. Análisis de la textura del suelo………………………………. 51 4.3 Análisis físico químico del suelo……………………………… 52 4.3.1. Ph……………………………………………………………... 52 4.3.2. Carbono orgánico (C.O)……………………………………. 54 4.3.3. Capacidad de intercambio catiónico (C.I.C)……………… 56 4.3.4. Relación de adsorción de sodio (R.A.S)………………….. 56 4.3.5. Nitrógeno (N)………………………………………………… 57 4.3.6. Fósforo (P)…………………………………………………… 59 4.3.7. Potasio (K)…………………………………………………… 60 4.3.8. Calcio (Ca)…………………………………………………… 62 4.3.9. Manganeso (Mn)…………………………………………….. 64 4.3.10. Zinc (Zn)…………………………………………………….. 65 4.3.11. Hierro (Fe)………………………………………………….. 67 4.3.12. Cobre (Cu)………………………………………………….. 68 4.3.13. Manganeso (Mg)…………………………………………… 69 4.3.14. Boro (B)……………………………………………………... 71 4.4. Análisis físico químico de la planta……………………… 71 4.4.1. Nitrógeno (N)………………………………………………… 71 4.4.2. Fósforo (P)…………………………………………………… 72 4.4.3. Potasio (k)……………………………………………………. 73 4.4.4. Calcio (Ca)…………………………………………………… 74 4.4.5. Magnesio (Mg)………………………………………………. 74 V. CONCLUSIONES…………………………………………………………. 76 VI. RECOMENDACIONES…………………………………………………… 78 REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS…………………………………….. 80 LISTA DE FIGURAS Figura Página 1 Contenido de arenas, arcillas y limos en diferentes tipos de suelo…….... 42 2 Comportamiento de la Textura en el Suelo…………………………………. 51 3 Comportamiento del pH………………………………………………………. 53 4 Comportamiento del Carbono Orgánico 54 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 Comportamiento de Capacidad de Intercambio Catiónico Comportamiento de Relación de Adsorción Sodio Comportamiento del Nitrógeno en el Suelo Comportamiento de Fósforo en el Suelo Comportamiento de Potasio en el Suelo Comportamiento de Calcio en el Suelo Comportamiento de Manganeso en el Suelo Comportamiento de Zinc en el Suelo Comportamiento de Hierro en el Suelo Comportamiento de Cobre en el Suelo Comportamiento de Magnesio en el Suelo Comportamiento del Nitrógeno en las Plantas Comportamiento del Fósforo en las Plantas Comportamiento del Potasio en las Plantas Comportamiento del Calcio en las Plantas Comportamiento del Magnesio en las Plantas 56 57 58 60 61 63 64 66 67 69 70 72 73 73 74 75 LISTA DE TABLAS Tabla Página 1 Caracterización Físico-Químico del Suelo………………………………… 47 2 Caracterización Físico-Químico del Lodo…………………………………. 48 3 Caracterización Físico-Químico Decreto 2.635 del Suelo……………….. 49 4 Caracterización Físico-Químico Decreto 2.635 del Lodos………………. 50 CAPÍTULO I INTRODUCCIÓN Se ha dicho que las aguas que quedan como residuo de la actividad humana son de origen doméstico y de naturaleza industrial. Sin duda alguna, el mayor volumen de aguas servidas corresponde a aquellas que son propias de la vida del ser humano, como las utilizadas en la preparación de alimentos y necesidades fisiológicas. Se estima que cada persona consume 200 litros diarios aproximadamente para satisfacer estas necesidades; el empleo del agua potable en los hogares genera aguas servidas que proviene de los residuos propios de dichas actividades. Parte de estos residuos son materia que consume o demanda oxígeno por oxidación de ésta, como la materia fecal, restos de alimentos, aceites y grasas; otra parte son detergentes, sales, sedimentos, material orgánico no biodegradable y también microorganismos patógenos. La materia orgánica biodegradable y algunas sales inorgánicas son nutrientes para los microorganismos. Estas aguas servidas se denominan también aguas negras o municipales y como es sabido, se vierten en los sistemas de alcantarillado que las conducen, en la inmensa mayoría de los casos, a los cuerpos de agua, como mares, lagos y ríos, produciendo por lo tanto la contaminación de estas aguas naturales. El hombre en la actualidad realiza procesos para el tratamiento de las aguas residuales domésticas e industriales con la finalidad de disminuir la contaminación; dicho proceso genera la producción de “lodos residuales”. Estos lodos, en la actualidad no cuentan con estudios básicos e integrales para su utilización en forma masiva y adecuada, para que ambientalmente no produzcan impactos negativos graves, dado su alta carga de patógenos y metales pesados en las ciudades más industrializadas. La elevada acumulación de lodos provenientes de las plantas de tratamiento, demandan la búsqueda de alternativas para la disposición de los mismos y una de ellas pueden ser el empleo de los lodos en la agricultura, como oferta nutricional y mejoradores de suelos. Venezuela, actualmente, se encuentra en un proceso de incremento de sus ofertas alimentarías, por lo que debe incrementar su superficie de siembra, razón por la cual deberá visualizar el uso de suelos de las regiones semiáridas, tomando en cuenta que sus suelos poseen grandes limitaciones físicas y químicas, para la obtención de rendimientos apropiados. Una manera de mejorar estos suelos es a través de la utilización de compuestos orgánicos de diferentes orígenes, siendo los lodos residuales uno de estos compuestos que hasta ahora habían sido vistos como desechos y cuya producción, cada vez mayor, hace más difícil y más costoso su manejo y almacenamiento. La crisis energética ha agregado una segunda dimensión. Los desechos orgánicos son ahora considerados como una potencial fuente de energía. Las prácticas de manejo de desechos son vistas ahora en términos de consumo de energía tanto en consideraciones económicas como sociales. Hasta hace poco, la incineración fue considerada como una alternativa viable para el manejo de lodos residuales municipales. La escasez y el alto costo de la energía dio un vuelco total a esta situación y nuevamente la aplicación a los suelos agrícolas parece ser la más lógica opción; debido a que la crisis de energía ha contribuido a una escasez y alto costo de fertilizante, particularmente Nitrógeno. La utilización de lodos residuales representa una alternativa que proporciona un método ambiental aceptable para el manejo de estos desechos, ya que podrían mejorar las condiciones del suelo, de tal manera de hacerlos más aptos para el desarrollo de cultivos. El aprovechamiento de recursos como los lodos residuales producidos en la región por las plantas de tratamiento de aguas servidas, representa un factor de gran importancia que permitiría a corto o mediano plazo ser una opción de uso para el desarrollo del cultivo y el mejoramiento de los suelos. Conscientes de ello y conocedores que en la sociedad actual y a corto plazo el tratamiento de lodos es una problemática importante a resolver, ligada sin duda alguna al propio tratamiento de aguas residuales, el tratamiento de lodos ocupa una posición estratégica. El objetivo de esta investigación fue “Evaluar el potencial nutricional presente en lodos residuales para su aprovechamiento como acondicionador de suelo con fines agrícola” Determinar las características físicas químicas del lodo residual para verificar el cumplimiento con la Normativa Ambiental Vigente, Decreto 2.635 “Normas para el control de la recuperación de materiales peligrosos y el manejo de los desechos peligrosos” en un lodo residual. Establecer cuantitativamente el aporte de macronutrientes (nitrógeno, fósforo y potasio), mesonutrientes (calcio y magnesio) y micronutrientes (zinc, hierro, boro, cobre y manganeso) del lodo residual al suelo. Determinar la combinación óptima de suelo-lodo (mezcla) para ser utilizado en fines agrícola. CAPÍTULO II MARCO TEÓRICO 2.1. Aguas residuales y sus componentes Las aguas residuales es el conjunto de todos los sistemas de desagüe proveniente de los hogares e industria. En concreto el agua residual esta conformada en mil partes de agua por una de desperdicios. En la actualidad se estima que la cantidad de aguas residuales generadas por persona por día es de 600 a 800 litros, estas presentan una serie de elementos contaminantes por lo cual se someten a tratamientos físicos, químicos y biológicos para eliminar y/o disminuir estos residuos (cuerpos sólidos, materia orgánica, material inorgánico, entre otros) con la finalidad de reusarlas (Nebel & Wright, 1999). Por aguas residuales doméstica se entiende solo las aguas fecales y no incluyen las escorrentías por lluvias. Un agua residual urbana o Municipal se define como un agua residual domestica o una combinación de aguas residuales e industriales con o sin escorrentías de lluvia (Kielly, 1999). Las aguas residuales urbanas son originalmente orgánicas en su composición y de la misma manera un número significativo de industrias en los que se incluyen químicos farmacéuticos y agroalimentarios poseen una alta carga orgánica. Esto significa que los principales sistemas de tratamiento de aguas están dirigidos a la eliminación de la materia orgánica; aunque en los países en desarrollo el objetivo prioritario del tratamiento de esta agua es la eliminación de parásitos, bacterias y virus patógenos, ya que estos microorganismos son los agentes etiológicos de los males endémicos y no la remoción de materia orgánica (Kielly, 1999). Debido al problema antes mencionado el hombre en la actualidad realiza procesos de tratamiento a las aguas residuales domésticas e industriales que puede dividirse en tres etapas: 1ª, tratamiento primario o físico; 2ª, tratamiento secundario o biológico y 3ª, tratamiento terciario que normalmente implica una cloración, esto con la finalidad de reutilizar estas aguas y disminuir la contaminación; pero dicho proceso genera la producción un subproducto llamado “lodos residuales” (Kielly, 1999, Morales, 1994). 2.2. Proceso de tratamiento de aguas residuales En una planta de tratamiento de aguas residuales típicas, el aguas residual es sometida a una serie de procesos físicos, químicos y biológicos para reducir la carga de contaminantes, dichos procesos son aplicados a través de las siguientes fases: pretratamiento o tratamiento preliminar (eliminación de residuos y cuerpos sólidos), tratamiento secundario o biológico (eliminación de materia orgánica disuelta y en estado coloidal), tratamiento terciario o avanzado (afinado del efluente y eliminación de los componentes tóxicos) (Nebel & Wright, 1999). Por definición el pretratamiento o tratamiento preliminar (tratamiento primario), es el proceso que prepara las condiciones del agua residual para someterlas a posteriores tratamientos (secundarios y terciarios). El mismo consiste en la eliminación de los residuos y cuerpos sólidos que puedan dañar o tapar las bombas, este se realiza a través de dos procesos que consisten en cribar los residuos y asentar los sólidos; los sedimentos se retiran en forma mecánica y se llevan a los rellenos sanitarios. Así mismo se separan restos de aceites y se equilibran los caudales, esto es cuando los caudales son inconsistentes. Las aguas industriales también pueden precisar adicionalmente de un pretratamiento químico en forma de lavado con aire (separación de amoníaco), oxidación reducción (precipitación de metales pesados) y proceso de flotación por aire (separación de aceites) (Metcalf & Eddy, 1996, Kielly, 1999; Nebel & Wright, 1999). Posteriormente al tratamiento preliminar, el agua pasa a unos tanques de decantación o sedimentación donde permanece durante varias horas, con la finalidad de que el 30 al 50 % de la materia orgánica (MO) se asienta en el fondo y al mismo tiempo los materiales grasos floten para ser recogidos, por lo que el efluente clarificado es de tal calidad que puede ser pasado al próximo tratamiento (tratamiento secundario o biológico) (Metcalf & Eddy, 1996; Kielly, 1999). El proceso anteriormente descrito se denomina tratamiento primario es netamente físico y genera una serie de beneficios como son: reducción de sólidos en suspensión y la demanda bioquímica de oxigeno (DBO5), reducción de la cantidad de lodos activados en exceso, separación de materia flotante y homogenización parcial de los caudales y carga orgánica al menor costo (Metcalf & Eddy, 1996; Kielly, 1999). El tratamiento secundario o biológico debe mejorar la calidad del efluente proveniente de la tratamiento primario en el cual se estima que se elimino el 60% de los sólidos en suspensión (SS) y un 30% de la DBO5, por lo que el objetivo principal de este tratamiento es la reducción total de la DBO5 y de los sólidos suspendidos, donde los organismos descomponedores y saprófitos sean capas de degradar la materia orgánica en productos no contaminantes, como por ejemplo agua H2O, dióxido de carbono CO2 y biomasa (lodos), de manera que no proporcione una fuente de alimento para las bacterias en el medio acuático receptor (Kielly, 1999). En la actualidad la técnica más utilizada es el tratamiento secundario, es la de lodos activados y consiste en el agua proveniente del tratamiento primario pasa a un tanque recetor donde al efluente se le añade microorganismos (lodos activados) y se le suministra aire. De esta manera los microorganismos degradan la materia orgánica (MO), reduciendo su biomasa. Estos microorganismos también se comen entre ellos y tienden a agruparse en conglomerados, por lo que al ser transferida el agua del tanque de aireación aun clarificador secundario para que esos microorganismos sedimenten y sean bombeados de vuelta a la entrada del sistema como el lodo activado que se añade al comienzo del proceso. Las cantidades excedentes del lodo activado se retiran y se añaden a los lodos en bruto del tratamiento primario (Metcalf & Eddy, 1996; Nebel & Wright, 1999). El tratamiento terciario o avanzado de aguas residuales, es necesario para la eliminación de sólidos suspendidos y de las sustancias disueltas que permanecen en aguas residuales después del tratamiento secundario convencional. Estas sustancias ser materia orgánica o sólidos en suspensión y su naturaleza puede variar desde iones inorgánicos relativamente simple como: calcio, potasio, sulfato nitrato y fosfato hasta un número cada vez mayor de compuestos orgánicos sintéticos muy complejo (Metcalf & Eddy, 1996). A nivel mundial las normas sobre calidad de las aguas ha ser descargadas en cuerpos de agua considerada ecológicamente como áreas sensible, son cada vez más restrictivas, por lo que con frecuencia se debe proyectar plantas de tratamientos secundarios convencional. De esta forma se puede disminuir las concentraciones en DBO5, sólidos suspendidos para satisfacer los estándares locales de calidad de agua receptora. A veces requiere reducir metales trazas como metales pesados y compuestos orgánicos refractarios, debido a su toxicidad para la vida acuática o por que perjudican la cantidad de las captaciones de agua potable, aguas abajo (Kielly, 1999). 2.3. Lodos residuales y su aplicación Los desechos han sido definidos como materiales inservibles, no deseados o descartables. Sin embargo los suelos tienen una enorme capacidad de absorber y transformar los desechos, por la actividad de los microbios, en nutrientes utilizados por las plantas. Los lodos tienen una consistencia delgada parecida a una pasta de coloración marrón a negro, y poseen un olor terroso comparado por algunos al petróleo. Su composición química puede variar considerablemente, dependiendo del número y tipos de industrias establecidas en la comunidad, del tamaño y eficiencia de las plantas de tratamiento (Galloway & Jacobs, 1977). Dichos lodos residuales se obtienen del procesamiento de las aguas de desechos de áreas domésticas y/o industriales. La materia orgánica e inorgánica está separada por una variedad de procesos para el tratamiento de aguas de desecho. Las aguas de desecho sufren un tratamiento primario, en donde se hace una primera remoción de los sólidos por algún proceso físico, Ej. separación por gravedad. Luego el agua de desechos es sujeta a procesos diseñados para remover material coloidal y disuelto por un tratamiento químico o biológico. Tratamientos posteriores del agua de desecho restante pueden incluir varías combinaciones de tratamiento físico y químicos. Los sólidos removidos durante este proceso son generalmente altos en materia orgánica y son biológicamente inestables. Ellos deben ser estabilizados por digestión aeróbica o anaeróbica (McCalla y Col, 1977). Los lodos producidos en plantas de tratamientos varían en función del tipo de planta y del modo de explotación, por lo que para tratarlos y evacuarlos de la manera más eficiente posible, es importante conocer las características de los sólidos y del lodo que se va a procesar, algunos de ellos son los siguientes: residuos de desbaste, arena, espuma, grasas, lodos primarios, lodos de precipitación química, lodos secundarios, lodos de filtros percoladores, lodos digeridos aeróbicos y anaeróbicos y lodos compostados (Metcalf & Eddy, 1996). La tecnología más común para el tratamiento de lodos residuales municipales aplicada en Europa, es el proceso de lodos activados, en procesos biológicos que consumen grandes cantidades de energía y generan grandes cantidades de lodos orgánicos los cuales son altamente biodegradables. Para facilitar el manejo y la eliminación de los lodos se suelen aplicar procesos de desecación (Bontoux y Col, 1998). El lodo procedente de los depuradores de aguas residuales urbanos se denominan biológicos. Los lodos producidos por la industria también se denominan biosólidos si su origen es orgánico. Los lodos provenientes de planta de tratamientos de aguas residuales, aun cuando tengan origen químico son considerados biosólidos. Los sólidos provenientes de los residuos de los tratamientos primarios y secundarios, son los principales contribuyentes de la mayoría de los biosólidos (Kielly, 1999). La Agencia de Protección Ambiental Norte Americana (EPA), describió en 1994, a los biosólidos como residuos líquidos, semilíquidos o sólidos, generados durante el tratamiento de aguas domésticas. Hasta ahora, las principales vías de eliminación de lodos, han sido transportar los lodos a vertederos o rellenos sanitarios, esparcirlos en la tierra, verterlos en el mar o incinerarlos. Sin embargo los tiempos han cambiado y están apareciendo mas restricciones para la eliminación del lodo, lo que junto a la preocupación de por los posibles riesgos del medio ambiente y sanitarios, están haciendo mas agudo el problema de la disposición del lodo (Bontoux y Col, 1998). A nivel mundial existen expectativas sobre el crecimiento de del volumen de biosólidos, como resultados de proyectos recientes en el área ambiental. Para 1995 la mayoría de los países industrializados pusieron en marcha de verter al mar los lodos, por ejemplo la mayor parte de Estados Unidos, en 1992 Austria y Nueva Zelanda, 1993 la mayor parte de la unión Europea (Kielly, 1999). En los últimos años la producción de lodos ha aumentado considerablemente, debido a la construcción de plantas de tratamientos y al aumento de las conexiones de las redes de aguas residuales, lo que está llevando a las autoridades a buscar alternativas para la disposición de estos lodos (Van Voorneburg & Van Veen, 1993). La puesta en práctica de la directiva Europea sobre tratamiento de aguas residuales urbanas, está produciendo una rápida reproducción de plantas de tratamiento de aguas residuales en Europa, dando lugar a cantidades crecientes de lodos (Bontoux y Col, 1998). Dependiendo de la composición y tipo del lodo, ya sean en forma cruda o después de algún tratamiento, los lodos orgánicos a partir de mínimo poder calórico pueden ser incinerados para recuperar la energía, generando electricidad o produciendo vapor, pero restringiendo aquellos que no puedan ser eliminados por este procedimiento, debido a las características de sus componentes (Repamar, 1999). Estos lodos residuales representan un problema sanitario importante que se deriva del tratamiento de aguas servidas; que es el manejo de los mismos. Estos lodos son barros semisólidos que contienen de 0,5 a 5% de sólidos, por lo que no tienen valor económico. Actualmente las industrias para convertir estos lodos en materia orgánica, es decir, sólidos estables, reducir su masa, volumen de agua y destruir las bacterias dañinas; concentran el lodo por sedimentación siendo dispuestos en lechos de secado. Este lodo así concentrado, se puede tratar con cal como bactericida y exponerlo al sol para evaporar su agua, hacerlo pasar sobre filtros de arena, filtrarlo a vacío o centrifugarlo para eliminar parte importante del agua y dejar los mismos lo mas secos posibles (Aguilera, 2001). La aplicación de lodos al suelo se ha venido realizando con éxito durante décadas y el interés de incorporarlo a las tierras se ha incrementado en los últimos años como consecuencia de la menor disponibilidad y vialidad de otras opciones para disponer de los lodos como lo son la evacuación a vertederos controlados, la incineración y la evacuación al mar (Metcalf & Eddy, 1996). Las restricciones en la disposición de biosólidos y un incremento en la conciencia de las sociedades, con respecto a reciclar desechos orgánicos debido al incremento de la producción, hacen de la aplicación del biosólidos en el suelo una alternativa viable para alcanzar la sustentabilidad del ambiente (Rostengo & Sosebee, 2001). Hoy en día, en los países industrializados la disposición de los lodos provenientes de la planta de tratamiento de aguas residuales domésticas e industriales, están asociadas con el objetivo primordial del interés nacional de mejorar la calidad ambiental. Es por esto que la aplicación de lodos residuales ha sido una alternativa que puede proporcionar un método ambientalmente aceptable, para manejar estos productos de desechos (Quintero y Col, 1998). En la actualidad debido a la gran producción de lodos residuales y al no haber una actividad específica para su reutilización, estos son envían a los rellenos sanitarios, vertederos, esparcidos en tierra, vertidos en el mar o incinerados. Sin embargo, los tiempos han cambiado y están apareciendo mas restricciones para la eliminación de estos lodos, debido a los posibles riegos medioambientales y sanitarios, por lo que se esta haciendo el problema cada vez mas agudo para la disposición final de los mismos (Burges y Col, 1999). Analizando los beneficios nutricionales y ambientales de estos lodos sanitarios, pudieran tener la posibilidad de ser reciclados en las actividades agrícolas en vez de ir a los vertederos u otro sitio; adicionalmente, las masas boscosas y los suelos se ven favorecidos con la agregación de nutrientes y materia orgánica que estos lodos puedan aportar (Aguilera, 2001). La aplicación de lodos a los suelos, permite una valorización del lodo gracias a los nutrientes que contiene, a la vez que mejoran las características del suelo; ya que, además de proporcionar nutrientes, facilitan el transporte de los mismos, incrementan la retención de agua y mejoran el suelo cultivable (Metcalf & Eddy, 1996). Por tanto, al uso estrictamente agrícola hay que sumar la posibilidad de que se les pueda utilizar para regenerar suelos estériles o bien tratar suelos de bosques, lo que permitiría mejorar la cubierta vegetal, redundando en una menor escorrentía, lo cual permitiría controlar grandes avenidas como consecuencia de lluvias torrenciales, y una mayor capacidad de infiltración de esos suelos mejorando por tanto la recarga de los acuíferos. A su vez, induciendo a un ahorro en fertilizantes, factor que debe ser tenido en cuenta (Lugo & Meza, 2001). La aplicación controlada de lodo al suelo supone un aporte de cantidades significativas de nutrientes (carbono, nitrógeno, azufre y fósforo) y micronutrientes (zinc, hierro y cobre), propiciando una situación favorable para el desarrollo de las plantas (Lugo & Meza, 2001; Rivera, 1999). Sin embargo, en adición de las características benéficas de los biosólidos, el lodo puede también contener altas o bajas cantidades de metales pesados, otras sustancias inorgánicas y orgánicas toxicas y una gran variedad de microorganismos, los cuales provienen de desechos industriales y domésticos (Mamais y Col, 2000). En 1991 comenzó a operar la Estación Depuradora de Aguas Residuales para el tratamiento de las aguas negras de la Comarca de Pamplona (unos 500.000 habitantesequivalentes). En su diseño se estableció la construcción de las infraestructuras necesarias para que los residuos resultantes del proceso de depuración los lodos (biosólidos), fueran de gran calidad y pudieran ser aplicados en la agricultura como enmiendas orgánicas (Arizaga y Col, 2000). El control sobre los vertidos industriales, así como los procesos de estabilización a que son sometidos los lodos en la EDAR, ha dado lugar a que las 30.000 - 35.000 t/año de biosólidos generadas en el proceso de depuración posean un importante contenido en materia orgánica y un alto valor fertilizante. De forma complementaria, en la Cuenca de Pamplona se practica una agricultura extensiva, en unos suelos con un contenido de materia orgánica cada vez más escaso (0,5 - 1%), que está provocando una pérdida constante de fertilidad en estos terrenos de cultivo, al no ser restituida esta materia en forma de restos de cosechas, o mediante la aportación de residuos orgánicos (Arizaga & Amorena, 2000). En Europa aproximadamente el 45% de los lodos producidos se disponen a través de la agricultura, aumentando la sustentabilidad del proceso de depuración de aguas (Trivelli, 2004). La planta de tratamiento no genera lodos contaminantes, produce un subproducto que puede ser utilizado como abono natural (Generación de Humus) debido a que la materia orgánica de las aguas servidas es convertida en masa corporal de lombrices y en humus de lombriz, cada cierto tiempo puede extraerse los excesos de humus, y así reconstituir la estratigrafía inicial del biofiltro, y ser utilizados como excelente abono agrícola cuyo uso incluso en forma excesiva no daña ni quema las plantas como es el caso de los fertilizantes químicos. Adicionalmente, se puede destacar que las lombrices pueden ser utilizadas como alimento de aves o como fuente de materia rica en proteínas (Abello, 2007). Los lodos de aguas residuales tratadas en la agricultura parece ser la opción económica más ventajosa. Y además, señalan que en los países desarrollados se ha convertido en una práctica habitual (Korentajer, 1991; Ottaviani y Col, 1991). Estos lodos pueden compararse nutricionalmente con los métodos tradicionales residuos utilizados como abonos orgánicos en las tierras, como el estiércol o residuo de la ganadería entre otros. Además ayuda en muchos casos a mejorar las propiedades físicas del suelo aumentando la productividad de las cosechas (Bontoux y Col, 1998). La aplicación de biosólidos y desechos sólidos municipales son frecuentemente utilizados como una fuente de materia orgánica y representa una alternativa menos costosa que su incineración u otro tratamiento; ya que estos, pueden incrementar o estimular el crecimiento de plantas en suelos degradados, una vez aplicado estos desechos orgánicos debido al incremento de la disponibilidad de macro y micro nutrientes que los mismos proporcionan (Sims & Klini, 1999). El uso de los lodos en la agricultura, satisface los principios ecológicos básicos de reciclaje y al mismo tiempo pueden ser atractivos financieramente, ya que el lodo puede sustituir parcialmente los fertilizantes químicos y mejorar la calidad del suelo (Mamais y Col, 2000). IIlera (1999), revela que la degradación de los suelos es un importante y creciente problema a nivel mundial, sobre todos en suelos que han sufrido daños naturales o perdidas antrópicas. Esto justifica la aplicación de esta práctica en los suelos ya que en estos se ha determinado que son ricos en materia orgánica, ejerciendo también una acción beneficiosa al mejorar la estructura, aeración, precolación de agua y actividades biológicas en el suelo reduciendo la erosión del mismo (Walter y Col, 1990). Ottaviani y Col, (1991), concluyó que los lodos residuales tienen valor fertilizante y mejoran también las propiedades físicas del suelo. 2.4. Clasificación de los lodos 2.4.1. Según su origen McCalla y Col, (1977), definen los siguientes tipos: 2.4.1.1. Residenciales: Desechos originados de áreas residenciales (desechos sólidos domésticos). 2.4.1.2. Municipales: Desechos sólidos comerciales y residenciales generados por una comunidad. 2.4.1.3. Industriales: Desechos de procesos industriales. 2.4.1.4. Comerciales: Desechos generados por almacenes, oficinas y otras actividades que no producen un producto determinado. 2.4.1.5. Institucional: Desechos de actividades educativas y de investigación. 2.4.1.6. Agrícolas: Desechos provenientes de actividades y procesos agrícolas animales y vegetales. 2.4.2. Según el proceso de tratamiento a que son sometidos Galloway y Jacobs (1977), definen los siguientes tipos: 2.4.2.1. Lodos primarios: Son provenientes del tratamiento primario, que resulta de la sedimentación de sólidos a partir de las agua cloacales durante el procesamiento en tanques primarios: Estos lodos son crudos, no estabilizados requiriendo de un tratamiento adicional como por ejemplo una digestión anaeróbica. 2.4.2.2. Lodos secundarios: Son los provenientes de tratamientos secundarios y se clasifican en: a) Lodos activados: Están constituidos principalmente por cuerpos y organismos (bacterias) los cuales crecen a medida que las aguas cloacales se descomponen, multiplicándose rápidamente con la aireación. Al igual que los lodos primarios no están estabilizados y requieren de un tratamiento adicional antes de ser dispuestos. b) Lodos de filtro percolado: Son producidos durante la pulverización del efluente primario sobre una cama profunda de piedra en cuya superficie ocurre el crecimiento biológico. El lodo resultante es un lodo tipo humus, el cual es similar al lodo activado por su inestabilidad y por lo tanto necesita de un tratamiento adicional. c) Lodos químicos: Son lodos tratados con químicos como alumbre, cal, sales férricas y polímeros orgánicos para ayudar a la precipitación del fósforo y sólidos suspendidos durante el período de sedimentación. El uso de esto químicos recientemente en las plantas de aguas residuales, ha incrementado las cantidades de lodo colectado durante el tratamiento primario y secundario. Estos cuatro tipos de lodos (primarios, activados, filtro percolado y químicos), son producidos durante el tratamiento de la aguas de desecho cloacales y son colectados en tanques de sedimentación. Estos lodos contienen sólidos orgánicos los cuales pueden sufrir descomposición, de esta manera ellos están estabilizados por tratamiento biológico antes de su disposición final en el ambiente. 2.4.3. Según después del tratamiento biológico a que son sometidos El tratamiento biológico de los lodos para su estabilización antes de su disposición final en el medio ambiente genera dos nuevos tipos de lodos: 2.4.3.1. Lodos digeridos anaeróbicamente Son producto de la mezcla de lodos activados, primarios y lodos filtro percolados, o de alguna modificación de estos sistemas. Las mezclas son tratadas en grandes tanques cubiertos o digestores, donde ocurre la actividad biológica en ausencia de oxigeno. Durante el proceso de digestión, la materia orgánica en los lodos es primero convertida Bióxido de Carbono y gas metano. En sistemas cuya operación es óptima un periodo de diez (10) a doce (12) días son suficientes para producir un lodo estabilizado. 2.4.3.2. Lodos digeridos aeróbicamente El proceso envuelve la oxidación de materia orgánica degradable para formar una masa de células microbianas, seguido por una oxidación adicional de este material microbiano. Estos reducen el volumen del lodo y los olores potenciales, de modo que los lodos aeróbicos sean aceptables para usarlos sobre el suelo tan pronto como el proceso sea completado. 2.5. Propiedades de los lodos residuales 2.5.1 Propiedades físicas Las características físicas de los lodos residuales están afectadas por la calidad de las aguas de desecho, el tipo y lo extenso del tratamiento de las aguas residuales, y el método de estabilización de los lodos. La más importante característica física de las aguas de desecho es el contenido total de sólidos, los cuales incluyen sólidos flotantes, suspendidos y disueltos. Sin embargo, los sólidos flotantes y los lodos en suspensión son reducidos efectivamente durante el tratamiento primario y secundario. El olor es otra propiedad física que puede ser un grave problema cuando el oxigeno es anulado o está carente en las aguas de desecho. El adecuado tratamiento secundario los minimiza pero no elimina la posibilidad de olor. El color y la temperatura de los efluentes cloacales son de poca importancia a menos que el afluente e acerque a una parte amplia de la corriente de flujo. Bajo estas condiciones, las características físicas del recibimiento de agua pueden ser cambiadas significativamente (Jacobs, 1977). El tamaño de las partículas de los lodos digeridos de desechos activados ha sido reportado como 99% menores de 9 µm y el 60% menores de 3 µm (McCalla y Col, 1977). La densidad de los lodos es una función del contenido de humedad a mayor humedad mayor densidad (McCalla y Col, 1977). 2.5.2. Propiedades químicas 2.5.2.1. Contenido de elementos esenciales: a) Nitrógeno: La mayor parte de nitrógeno en el lodo esta en forma de nitrógenoamonio. Algo del amonio es fijado por la materia orgánica y por las arcillas siendo protegido de los ataques biológicos. Sin embargo, ocurre perdida significativa de amonio por volatilización a partir de la superficie del suelo cuando es aplicado lodo residual (Keeney y Col, 1973). Parte del nitrógeno presente en los lodos es inmovilizado dentro de la materia orgánica del suelo o permanece como nitrógeno orgánico refractario. Por lo tanto, una cantidad variable de nitrógeno contenido en los lodos esta disponible para la planta y otra es lixiviado hacia las aguas subterráneas. Bajo condiciones apropiadas del suelo (temperatura y aireación óptima) el amonio contenido en los lodos digeridos anaeróbicamente es rápidamente convertido en nitrato el cual es muy móvil (Emisión 2004). De este modo, la tasa de aplicación anual de lodo al suelo está limitada por la cantidad de nitrógeno soluble más el nitrógeno proveniente de la mineralización. Si el nitrógeno contenido en el lodo excede grandemente a la perdida, la concentración en las aguas subterráneas puede ser excesiva (Río, 2000). El destino del nitrógeno en el suelo es complejo debido a muchos procesos que afectan su forma y transporte. Estos incluyen volatilización, mineralización, nitrificación, desnitrificación, inmovilización y absorción de nutrientes por la planta (Emisión 2004). b) Fósforo: El fósforo en lodos residuales, excepto por una fracción pequeña enlazada en compuestos orgánicos, está presente como fosfato de calcio, de hierro de aluminio o de magnesio, dependiendo del proceso usado. Fosfatos del calcio y de magnesio son razonablemente disponibles a las plantas de suelos neutros, mientras el fosfato en precipitados de hierro y alumbre es relativamente no disponible. Muchos procesos de tratamiento de aguas cloacales remueven fosfatos de las aguas residuales concentrándolo en los lodos residuales como un residuo insoluble (Deam, 1973). Los niveles de fósforo en el agua de drenaje provenientes de suelos tratados con lodos son usualmente menos de 1ppm. La capacidad del suelo para fijar fósforo no es ilimitada; sin embargo con tasas altas de lodo una lixiviación hacia las aguas subterráneas puede ocurrir (Acosta, 1995). c) Potasio: Los lodos residuales municipales contienen de 0.80 a 0.97% de potasio. Cuando estos son aplicados al suelo, el potasio en estos desechos es 64% tan efectivo como el potasio contenido en cualquier fertilizante inorgánico (Río, 2000). Cuando los desechos contienen 1% de potasio (Peso seco base), aplicaciones de 40 a 50 Tm ha-1 son requeridas anualmente para obtener altos niveles de producción (Tester, 1990). 2.5.2.2. Contenido de sales Los lodos residuales usualmente son bajos en sales solubles, debido a que muchas de las sales han sido removidas con los efluentes residuales (Ewing, 1970). El exceso total de sal esta ligado a altos niveles de sodio. Este exceso total de sales puede reducir la germinación y el crecimiento. Altos niveles de sodio y potasio causan en un menor grado la dispersión de las partículas del suelo, pobre estructura del suelo y reducen la rata de infiltración (Ewing, 1970). 2.5.2.3. Compuestos orgánicos Se encuentran en las aguas de desecho. Las aguas de desecho penetradas contienen productos naturales de descomposición parcial y compuestos de resistencia sintética, los cuales tienen propiedades detergentes o quelactantes y pueden mejorar la movilidad de metales trazas y orgánicos potencialmente tóxicos. Los tóxicos orgánicos conocidos que persisten en aguas de desecho de los tratamientos cloacales convencionales incluyen un número de plásticos, clorinados, retardantes de fuego y otros químicos industriales. Estos compuestos pueden representar un riesgo ambiental en situaciones especiales, particularmente si el agua se puede percolar rápidamente a través del suelo. Las fuentes de tales químicos pueden ser identificadas y reguladas para enviar excesivas concentraciones en las aguas de desecho que son aplicadas a las tierras donde la descarga en corrientes o lagos puede ocurrir (Ellis, 1978). 2.5.2.4. Metales y elementos traza Los metales contenidos en los lodos son de especial importancia debido a muchos metales son esenciales para el crecimiento de las plantas a bajas concentraciones, pero son tóxicos a altas concentraciones (Barry y Col, 1995). Los metales en los lodos que revisten mayor interés son el cadmio (Cd), cobre (Cu), molibdeno (Mo), níquel (Ni), y zinc (Zn), con algo menos de interés para el plomo (Pb) (Galloway & Jacobs, 1977). El mayor impacto detrimental de la aplicación de lodos a tierras agrícolas está probablemente asociado con el contenido de cadmio de los lodos. Por lo tanto, los esfuerzos para limitar la entrada de cadmio a los sistemas cloacales son importantes donde los lodos son aplicados a tierras agrícolas (Galloway & Jacobs, 1977). Aunque muchos lodos municipales son bajos en cadmio, algunos lodos de las ciudades industrializadas contienen más de 500 ppm de cadmio en base seca (Allaway, 1977). Bajo buenas prácticas de manejo, el cobre y el molibdeno rara vez serán tóxicos (Galloway & Jacobs, 1977). La concentración en lodos municipales es reportada entre 250 – 17000 ppm. Los valores promedio están frecuentemente alrededor de 1000 ppm (Chaney, 1973; Allaway, 1977). El níquel no es un elemento esencial para el crecimiento de las plantas, y puede estar presente en cantidades sustanciales en los lodos, sin embargo la toxicidad en las plantas solo ocurre cuando son aplicados a suelos ácidos. El zinc puede incrementarse sustancialmente con la adición de altas cantidades de lodo, aumentando su contenido en las plantas, pero la toxicidad rara vez ocurre. El plomo puede encontrarse en altas concentraciones en los lodos aunque exhibe un grado bajo de toxicidad potencial a las plantas ya que solo es soluble a pH menores de 5,5. Otros metales adicionales normalmente presente en los lodos residuales incluyen manganeso, hierro, aluminio, cromo, magnesio, mercurio y sodio. Otros como estos son también encontrados con menos frecuencia (Galloway & Jacobs, 1977). 2.5.3. Propiedades biológicas Los desechos orgánicos de humanos y animales contienen patógenos. Se asume que hay una correlación más o menos directa entre el número de patógenos. Esto es probablemente cierto para aguas, pero realmente no se conoce que esta relación exista en lodos. Los coliformes fecales son tan numerosos en estos desechos que estimaciones básicas de la supervivencia de patógenos sobre la supervivencia de coliformes pueden ser completamente erróneas (Banu y Col, 2001). Entre las enfermedades virusas humanas, el grupo entérico es el más importante en el manejo de desechos. Lo virus entéricos incluyen agentes causales de polio y hepatitis viral. El virus de polio es fácilmente detectado en desechos fecales y a sido demostrado que está presente en lodos digeridos en efluentes clorinados de agua (Banu y Col, 2001). Los patógenos pueden ser reciclados al huésped en el proceso de reciclamiento de desechos a la tierra por contaminación directa de cultivo alimenticios. El mejor ejemplo conocido es el uso de lodos crudos en la producción de cultivos, como es practicado en algunas partes del mundo. Si el patógeno entra en el suelo, se corre el peligro de contaminación, especialmente los cultivos de raíz o los vegetales crudos expuestos a las aguas sobre la superficie del suelo. Sin embargo se ha demostrado que el proceso de estabilización y digestión anaeróbica de los lodos reduce efectivamente la emisión de olores, los coliformes y las poblaciones de virus y bacterias (McCalla y Col, 1977). 2.6. Macro y micro elementos presentes en lodos residuales Los lodos residuales contienen consideradas cantidades de nitrógeno (N) y fósforo (P), los cuales pueden ser aplicados a los suelos para incrementar la producción de los cultivos. También pueden contener altas concentraciones de cobre (Cu), zinc (Zn), cadmio (Cd) y otros metales trazas, los cuales pueden acumularse en el suelo debido a las continuas aplicaciones de los lodos, generando problemas de toxicidad a las plantas, animales y humanos (Samaras & kalliannow, 2000). Además del incremento de las plantas y mejoras a la calidad de los suelos, los lodos residuales o biosólidos pueden adicionar potenciales elementos tóxicos como el plomo (Pb), níquel (Ni), cadmio (Cd) (Hubbard y Col, 1982). Los biosólidos tienen un alto contenido de macronutrientes nitrógeno, fósforo y potasio (N, P, K) y micronutrientes tales como el cobre, hierro y zinc (Cu, Fe y Zn) que son beneficiosos para las plantas afectadas por la baja fertilidad típicas de los suelos del ecosistema desérticos. Además poseen un alto contenido de materia orgánica que puede mejorar la calidad hidrológica de los suelos desérticos o áridos (Rostango & Sosebee, 2001). Los lodos residuales pueden ser utilizados solos o mezclados (compostados) como un acondicionador de suelos o como un fertilizante orgánico que aportan N, P, K y Azufre (S), a demás de un numero significativo de microelementos (Luo & Chistie, 1995). El nitrógeno aplicado a los suelos contenido en lodos residuales, esta sujeto a una variedad de transformaciones biológicas, ya que es sensible a diferentes parámetros ambientales en el suelo, entre ellos tenemos el pH, temperatura y humedad, dependiendo de las condiciones de suelo el nitrógeno aportado por el lodo es incorporado dentro del tejido de la planta y materia orgánica del suelo o sacado del sistema a través de la volatilización, desnitrificación, lavado o escorrentía (Cartón & Weil, 1998). Los lodos provenientes de las plantas de tratamiento de las aguas residuales, han sido presentados como un efectivo sustituto del fertilizante en el aporte de nitrógeno a los cultivos de gramíneas (Cripps y Col, 1992; Magdof & Amadon, 1980). La transformación de nitrógeno orgánico en mineral es sin duda el proceso clave de la dinámica de este elemento, cuando es aplicado al suelo como parte de los componentes de los lodos, determinando el grado de disponibilidad de las formas nitrogenadas asimilables para la vida vegetal (Verdú y Col, 1992). La velocidad con que la fuente de nitrógeno orgánico se mineralizan, dependen de las propiedades del suelo y del residuo orgánico utilizado (Parker & Somemers 1983). Los principales nutrientes de las plantas nitrógeno, fósforo y potasio, no se eliminan sustancialmente durante el tratamiento del lodo, por lo que son consumidos por las plantas al ser aplicados el lodo al suelo. El nitrógeno suele ser el nutriente de mayor interés en la aplicación al suelo, debido al riesgo de contaminación de aguas subterráneas. Por lo tanto el consumo de nitrógeno por parte de la vegetación es un parámetro clave de diseño a la hora de determinar la tasa de aplicación de lodos (Mecalf & Eddy, 1996). Por lo que se recomienda optimizar la dosis de aplicación de lodos, para evitar efectos residuales, así como para aumentar la asimilación de nitrógeno por los cultivos y minimizar el posible impacto ambiental sobre los acuíferos, es conveniente investigar la calidad de los lodos de la plantas de tratamientos de aguas residuales que contengan un alto contenido de nitrógeno proteico de origen bacteriano (Verdú y Col, 1992; Chausso y Col, 1985). Los lodos constituyen una excelente fuente de fósforo provenientes en gran parte de los detergentes polifosfáticos, estos presentan unos contenidos que oscilan entre 0,1 14,3%, siendo el valor medio de 2,5% (Pera y Col, 1981; Cabre y Col, 1990). Los lodos se consideran residuos orgánicos, el fósforo inorgánicos de estos representan entre el 65 y 85% del fósforo total, el mismo puede encontrarse absorbido en óxido e hidróxidos de hierro, aluminio o calcio o formando fosfato insolubles de metales pesados tales como zinc, hierro, etc. (Sommers y Col, 1983; Ponmel, 1979). La adicción de lodos al suelo incrementa el contenido total del fosfora en las capas superiores de esté, pero dada la dinámica del elemento en medio agrícola, es mas importante conocer su asimilabilidad que su cantidad total. La misma esta determinada por las características propias del suelo, como su pH y por los tratamientos a que fueron sometidos los lodos durante su obtención (Ferrer, 2001; Hani y Col, 1981). El uso agrícola de los lodos incrementa de forma eficaz en el suelo el fósforo asimilable, una parte de la cual es rápidamente utilizado por las plantas, el resto presenta una serie de reacciones mediante la cual queda fijada al suelo, convirtiéndose en fósforo no asimilable (Ayuso y Col, 1992; Larsen, 1981). El fósforo incide sobre la mineralización del nitrógeno orgánico aportados por los lodos al ser aplicados a los suelos, debido a la acción del ion fosfato el cual es un nutriente indispensable para el crecimiento y actividad de la microflora edáfica (Verdu y Col, 1992; Gerstring y Col, 1982). La mineralización del fósforo orgánico permite la conversión lenta del fósforo no asimilable. De ahí que la incorporación de lodos al suelo se mantenga un nivel relativamente alto de esta fracción de fósforo, durante varios años después de su aplicación (Kelling y Col, 1977). Generalmente el Zinc es considerado el menos tóxico de los metales pesados; como el Cu, el Zn es un elemento esencial para el crecimiento de las plantas y esta involucrado en varios procesos metabólicos importantes como la activación de las enzimas o es incorporado dentro de las métaloenzimas dentro del sistema de transporte del ion electrón, a demás juega un papel importante en la síntesis de proteínas en los carbohidratos, ácidos nucleicos y metabolismo de lípidos (Colling, 1981). Una deficiencia de zinc puede cambiar significativos cambios en el metabolismo de las plantas retardando y atrofiando el crecimiento a demás de causar clorosis. La deficiencia del zinc en las plantas cultivadas es muy común y generalizada alrededor de todo el mundo (Falkengren y Col, 1987). El cobre al igual que el zinc, pueden causar cambios en los procesos fundamentales del metabolismo de las plantas principalmente, retardando el crecimiento. Esto es bien conocido para especies de plantas cultivadas. Se conoce menos de la deficiencia del cobre y zinc en las plantas silvestres sobre todo en vegetaciones boscosas (Pahlsson 1989). Al incrementarse la acidez en los suelos, aumenta la disponibilidad de los metales y la consecuente extracción de los iones metálicos por las plantas. Al incrementarse los niveles de metales pesados contenidos en los brotes de las raíces y partes aéreas de las plantas que crecen en suelos ácidos se manifiestan daños o muerte en los árboles (Mayer & Heinrichs, 1981; Von y Col, 1986). La disponibilidad de los metales pesados es dependiente de las características del suelo y uso de los factores que más influyen es el pH, así como la textura de los mismos (Cottenie y Col, 1982; Davis, 1983). La composición y el tipo de suelo, las características orgánicas e inorgánicas y su poder quemante, el valor y márgenes de pH, el estado redox y los elementos químicos, así como las interacciones suelo/planta de la rizófora, ocupan un lugar central en las relaciones de disponibilidad, toxicidad y respuestas de las plantas al estrés por metales (Marchner, 1990; Van, 1985). 2.7. Beneficios y riesgos en la aplicación de lodos residuales a los suelos El beneficio directo del uso de los lodos residuales en agricultura esta en el mejoramiento de las propiedades físicas y químicas de los suelos, especialmente de este último ya que pueden ser utilizados como fertilizantes a bajo costo (Bevacqua & Mellano, 1993). Los lodos contienen cantidades apreciables de nitrógeno y fósforo, y pequeñas cantidades de potasio las cuales están disponibles para el crecimiento de las plantas. Los lodos pueden suministrar la materia orgánica necesaria para la formación de una estructura estable provocando un aumento en las tasas de infiltración y permeabilidad una disminución de la densidad aparente y un incremento en porosidad y agregación del suelo. Al aplicar lodos residuales cuyo contenido de materia orgánica es relativamente alto, el agua retenida en el suelo a cualquier tensión es incrementada y la capacidad de absorción de nutrientes también es aumentada dando como resultado un suelo mucho más productivo (Brack y Col, 2000). La alternativa de utilizar lodos provenientes de aguas residuales tratadas en la agricultura, parece ser la opción económica más ventajosa (Korentajer 1991). La aplicación de lodos de aguas residuales urbanos, se define como la distribución del lodo al suelo. En Estados Unidos, en comunidades de dimensión poblacional pequeñas y medianas, la aplicación de lodos al suelo constituye la principal opción de uso y disposición más difundida (Metcalf & Eddy, 1996). La aplicación de lodos residuales a suelos agrícolas es una práctica habitual en países desarrollados por razones funcionales y económicas (Ottaviani y Col, 1991). Con frecuencia la aplicación de lodos residuales a tierras de cultivo es posiblemente el método de eliminación más barato. Se puede comparar con lo que se hace tradicionalmente con una gama amplia de residuos orgánicos que se esparcen en las tierras de cultivos, como el estiércol de ganado (Bontoux y Col, 1998). La aplicación de biosólidos y desechos sólidos municipales son frecuentemente utilizados como una fuente de materia orgánica y representa una alternativa menos costosa que la incineración o enterrarlos en el suelo. En adición a esto puede incrementarse o estimularse el crecimiento de las plantas en suelos degradados que han sido enmendados con estos desechos orgánicos, por el incremento y la disponibilidad de macro y micro nutrientes (Sims & Kline, 1991). Los lodos residuales se pueden aplicar en terrenos agrícolas, forestales, marginales y especialmente preparados para la evacuación de lodos. En los cuatro casos la aplicación en el suelo se diseña con el objetivo de conseguir un tratamiento adicional a los lodos, ya que la luz solar, los microorganismos que habitan en el suelo y la desecación, se combinan para destruir los organismos patógenos y muchas de las sustancias tóxicas presentes en el lodo (Metcalf & Eddy, 1996). El uso de los lodos en la agricultura, satisface los principios ecológicos básicos de reciclaje y al mismo tiempo pueden ser considerados como atractivos desde el punto de vista financiero, ya que el lodo puede sustituir parcialmente los fertilizantes químicos y mejorar la calidad del suelo. Por lo tanto, todo esfuerzo para promover su uso en la agricultura está justificado y dentro de este contexto la tendencia desarrollada en los estados Unidos por reemplazar el término “lodos” por el término “biosólidos”, es comprensible (Mamais y Col, 2000; Walter y Col, 1990). La composición de los lodos, así como los beneficios y riesgos de la aplicación en suelos, han sido extensivamente estudiados en cultivos agrícolas y en restauración de suelos (Maynard, 1993; Fortun, 1995). La aplicación de lodos residuales en la agricultura, ofrecen una oportunidad para reciclar nutrientes de las plantas de tratamientos y materia orgánica, beneficioso para las cosechas, A demás parece que en muchos casos la aplicación de lodos al suelo, pueden mejorar las propiedades físicas de este, aumentando la productividad de las cosechas (Bontoux y Col, 1998; Bevacqua & Mellano, 1993). Los lodos residuales, tienen valor fertilizante y mejoran las propiedades físicas de los suelos. Teste (1990), se han realizados muchos estudios para evaluar la capacidad fertilizante de los lodos, tanto a nivel de campo como a nivel de invernadero (Díaz, 1990). La posibilidad de hacer uso de estos lodos, debería estar sometida a una constante revisión, debido a que estos productos involucraran a demás a ciertos nutrientes que pueden ser reciclados en el suelo en beneficio del mismo y de las plantas, compuestos orgánicos que pueden ser tóxicos y metales pesados que se encuentran en concentraciones no deseadas (Moreno y Col, 1997; Stephen, 1998). La degradación es un problema importante y creciente, sobre todo en suelos que han sufrido daños naturales y/o perdidas antrópicas de materia orgánica: Esto justifica la aplicación de lodos residuales a estos suelos, ya que estos lodos son ricos en materia orgánica, que ejercen una acción beneficiosa al mejorar la estructura, aireación, percolación de aguas y actividades biológicas reduciendo la erosión (Illera, 1999). Los lodos residuales o biosólidos, actúan como acondicionadores de suelo para facilitar el transporte de nutrientes, aumentar la retención del agua y mejorar la aptitud del suelo para el cultivo; por ello es un excelente sustitutivo parcial del fertilizante químicos costosos (Metcalf & Eddy, 1996). Los biosólidos son un subproducto de las plantas de tratamiento de aguas residuales municipales y han sido utilizadas en los suelos agrícolas por largo tiempo como acondicionadores que adicionan a la planta macro y micro nutrientes y materia orgánica al suelo (Rostango & Sosebee, 2001). Sin embargo a las características benéficas de los biosólidos, el lodo puede también contener en altas o bajas cantidades de metales pesados, otras sustancias inorgánicas y orgánicas tóxicas y una gran variedad de microorganismos, los cuales provienen de desechos industriales y domésticos (Mamais y Col, 2000). Se conoce que muchos de los metales pesados son altamente tóxicos, y cuando son aplicados al suelo pueden afectar adversamente a las plantas y entrar a la cadena alimenticia, debido a ellos muchos países han establecidos límites en las concentraciones de estos metales en lodos que van hacer utilizados con fines agrícolas (Moreno y Col, 1997). Por ello cada aplicación de lodos residuales a los suelos debe estar precedidos por un análisis de laboratorio para establecer las concentraciones de metales pesados (Bulcholz, 1992). La aplicación de biosólidos en un amplio rango de suelo degradado de Nuevo México, incrementó el contenido de materia orgánica, nitrógeno, producción de biomasa, capacidad de la infiltración y el crecimiento de la erosión (Frezquez y Col, 1990; Aguilar & Loftin, 1991). Los lodos provenientes del tratamiento de aguas residuales, son a menudos aplicados al suelo en las granjas como fertilizantes, ya que estos lodos promueven el reciclaje de nutrientes. Sin embargo los desechos orgánicos algunas veces contienen grandes cantidades de metales pesados, por ello es necesario la prevención de la acumulación de los mismos en el suelo (Kawasaki y Col, 1998). La repetida aplicación de lodos residuales a los suelos agrícolas, incrementa gradualmente el contenido de trazas y concentraciones de metales pesados en la superficie de suelos (McBride, 1995; McGranth, 1994). Uno de los factores que más ha restringido el uso agrícola de estos residuos orgánicos es su contenido en metales pesados. De este modo muchos autores han encontrado un incremento de metales pesados en el suelo tras la aplicación de lodos (Valdares y Col, 1984; Sauberck, 1991). Estos incrementos se encontraron en su mayor parte en la capa superficial del suelo y la asimilación posterior de estos elementos tóxicos por las plantas dependió de las características de cada experiencia (Canet y Col, 1998; Sposito y Col, 1982). Mientras que los nutrientes y la materia orgánica de los lodos son usados para las plantas y el suelo, algunos de los metales y otros constituyentes de estos son potencialmente dañinos si no son manejados correctamente (Galloway & Jacobs, 1977; Canet y Col, 1997). Algunos de estos riesgos lo constituyen: 1) Ciertos metales pueden producir toxicidad a especies de planta menos tolerantes. La cantidad e metales que puedan ser agregados al suelo antes de que ocurra la muerte de las plantas depende de muchos factores (textura, humedad, capacidad de intercambio catiónico. 2) La adición de algunos elementos potencialmente tóxicos al suelo puede aumentar la extracción por parte de la planta de estos elementos, y causar incremento de los niveles en la cadena alimenticia humana. 3) Los contaminantes orgánicos como bifenilos policlorinados o pesticidas pueden estar presente en los lodos y pueden ser transferidos ala cadena alimenticia. 4) Sales de mucho tenor existen en los lodos y pueden ser perjudiciales para la germinación de la semilla o para el crecimiento de las plantas jóvenes. El lavado por la lluvia remueve estos suelos en las regiones húmedas; y midiendo el tiempo de una buena aplicación anticipada al cultivo se pueden prevenir problemas en áreas de baja precipitación. 5) Los patógenos (organismos productores de enfermedades) pueden estar presentes en los lodos. Sin embargo el suelo es un ambiente hostil para los organismos los cuales mueren con el tiempo. La formación de costra de lodo sobre la superficie del suelo lo cual limita la emergencia de las plántulas una vez que la semilla germina. La costra se desarrolla debido a que el lodo semilíquido se infiltra lentamente dentro del suelo a causa de los sólidos que contiene y posiblemente al contenido catiónico de la corteza (Brack y Col, 2000). 2.8. Determinación de las dosis de aplicación La dosis de lodo para optimizar la producción de los cultivos está basado en métodos de uso de lodos de forma que beneficien y que la dosis a aplicar no resulte en: 1) Excesiva pérdida de NO3 – N hacia las aguas del suelo. 2) Altos niveles de fósforo que puedan lixiviarse eventualmente con el agua del suelo. 3) Incremento a niveles tóxicos de metales en el suelo. 4) La bioacumulación de elementos en las plantas que puedan ser un riesgo para el hombre o los animales. Para evitar que la aplicación de lodos pueda ocasionar un problema, se deben considerar estos factores en la determinación apropiada de la dosis de aplicación (Galloway & Jacobs, 1977). CAPITULO III METODOLOGIA La investigación se llevo a cabo utilizando un suelo de la altiplanicie de Maracaibo proveniente del Municipio La Cañada de Urdaneta, sector La Cepeda, fincas Mis Hijas; los lodos residuales fueron tomados de la planta de tratamiento de aguas servidas San Mateo ubicada en el campo petrolero Tía Juana, los mismos fueron trasladados hacia el vivero de la Facultad de Agronomía de La Universidad del Zulia donde se prepararon las mezclas (suelo-lodo) para llevar a cabo la fase experimental de la investigación. Para ello se diseñó un protocolo experimental con el objeto de comprobar la hipótesis de la investigación reduciendo al mínimo el error experimental. Con este fin se realizaron diversos controles en la medición de los parámetros cuantitativos, en la toma y preservación de las muestras a ser analizadas en el laboratorio. Se establecieron 25 unidades experimentales, cada una de ellas conformada por un recipiente plástico perforado en el fondo (materos) con una capa de grava para drenar el material lixiviado, cada recipiente contenía un total de 10 Kg. de suelo y lodo (mezcla) en la siguiente proporción 15, 30, 45 y 60% más un testigo. Se utilizó un diseño experimental de bloque completamente al azar con parcelas divididas en el tiempo, obteniéndose cinco (5) tratamientos (T10%, T215%, T330%, T445% y T560%.) con cinco (5) repeticiones, los cuales fueron aplicados al suelo al inicio de la fase de campo. Para evaluar mejor el contenido de nutrientes que los lodos aportarían al suelo se sembró fríjol Vinga ungiculata como planta indicadora y para mantener la humedad en el suelo se aplicó riego cada 3 días. Los análisis de la mezcla (suelo-lodo) se realizaron en dos tiempos (inicio y final). Los ensayos de laboratorio para la cuantificación de los parámetros a ser medidos en esta investigación se realizaron en el Laboratorio de Química Ambiental del Instituto Zuliano de Investigaciones Tecnológicas (INZIT-CICASI). Se realizó una caracterización físico-química al suelo, al lodo y a la mezcla, con fines de fertilidad con la finalidad de determinar el contenido de macroelementos, microelementos y metales totales. 3.1. Determinación de las variables 3.1.1. Nitrógeno (N) Para la determinación del nitrógeno total en este experimento se utilizó el procedimiento establecido por Kjeldahl basado en la digestión a reflujo abierto, según el método 4500-N. Éste consiste en digestar la muestra en medio ácido a 250° C, transformando todo el nitrógeno orgánico presente a nitrógeno amoniacal, para luego ser cuantificado como tal, se esquematiza el procedimiento empleado para la determinación de nitrógeno total en muestras líquidas. Se tomó una porción de la cada muestra y se sometió al proceso de secamiento en una estufa por 24 horas a 65 - 70° C y se dejó enfriar. Seguidamente, se pesó aproximadamente 1 g de muestra de cada una de las unidades experimentales usando una balanza analítica. Se trasladaron a un tubo digestor. Se preparó una solución digestora usando una mezcla de H2SO4-C7H6O; dos (2) gramos de Na2SO4 y 10 ml de agua destilada. Como catalizador se emplearon unas pastillas de K 2SO4 (3,5 g) y CuSO4 (3,5 g). Se realizó una digestión durante doce horas a 440° C. El extracto se llevó a 100 ml y se realizó una destilación por arrastre de vapor, agregándole una mezcla de NaOH-Na2S3O3. El destilado se recogió en un enlermenyer, el cual contenía una solución de indicadores mixtos (rojo de metilo-verde de bromocresol) y H3BO3, finalmente se tituló con H2SO4 (0,1N), hasta el cambio de color, de púrpura a verde. Luego de terminada la titulación del blanco y el patrón de cada muestra, se registró la cantidad de titulante consumido. Para calcular la concentración de nitrógeno total y se aplicó la siguiente fórmula: Concentración de Nitrógeno (mg/l) = (T-B) x Normalidad H2SO4 x 0,014 Volumen de la muestra Donde: T: Volumen gastado B: Volumen gastado con el blanco 3.1.2. Fósforo (P) El fósforo disponible se determinó por el método Brady el cual se lleva a cabo en dos fases. La primera fase consiste en la extracción del fósforo de la muestra sólida usando una solución de fluoruro de amonio 0,03 N y ácido clorhídrico 0,025 N. Y la segunda fase es la determinación cuantitativa del fósforo en el extracto por la técnica de colorimetría, la cual se basa en el color azul del producto de la reducción del ácido molibdofosfórico. Para la extracción del fósforo se pesó 2,5 g de suelo pasados por un tamiz de 2mm y se vertieron a una elermeyer de 250 ml, se añadió 25 ml de la solución extractora agitando por durante un minuto, la solución resultante se filtró con la ayuda de un papel de filtro Whatman 42. Posteriormente se tomó 5 ml de solución obtenida de la extracción y se trasfirió a un balón aforado de 25 ml y se adicionó 10 ml de agua destilada, 3 ml de una solución de molibdato de amonio (1,5% en HCl) y 2,5 ml de una solución diluida recién preparada de cloruro estañoso, se llevó el balón hasta el aforo con la solución extractora y se agitó. Después de 5 minutos y antes de los 25 se midió la absorbancia en un espectrofotómetro a una longitud de onda de 660 nm. Para determinar la concentración de fósforo se construyó previamente una curva de calibración: Se prepararon soluciones patrones de fósforo entre 0 y 1 ppm, hicieron reaccionar con el molibdato de amonio y se midió su absorbancia a 660 nm. Los valores de absorbancia de las soluciones de extracción se prorratearon con la curva de calibración para obtener los valores correspondientes de contenido de fósforo. El fósforo total se realizó a través del método colorimétrico. En medio acido y en presencia de molibdato de amonio, los ortofosfato (PO4-3) forman un complejo fósfomolibdico que reducido por el acido ascórbico desarrolla una coloración azul susceptible de una determinación calorimétrico, midiendo la absorbancia a 882 nm. (Espectronic 20 D, Marca Milton ROY Company). La intensidad del color es directamente proporcional a la concentración de fósforo. 3.1.3. Textura del suelo, Arcilla (A), Arena (a) y Limo (L) La textura de las muestras de suelo se determinó bajo el procedimiento Agronomy. 9 Part. 1. La muestra se pulveriza con la ayuda de un mortero de porcelana, luego se hace pasar la muestra triturada a través de un tamiz Nº 10. Se pesó una alicata de 40 g de la muestra y se agregaron 100 ml de solución dispersante y se dejó en contacto por un día. La solución dispersantes se preparó con un día de anticipación con 15,88 g de Na2CO3 en 100 ml de agua destilada, esta solución se transfirió en un balón de un litro y en plena agitación se agregó lentamente 71,40 g de polifosfato de sodio hasta su disolución total. Al día siguiente se le agregó 500 ml de agua destilada a la solución dispersante y se agitó nuevamente por unos 5 minutos. Se tomó la muestra de suelo con el dispersante y se llevó a un cilindro graduado de 1.000 ml y se aforó a 1.000 ml con agua destilada. Se homogenizó la mezcla con una varilla de vidrio y introdujo un hidrómetro (hidrómetro 152H) tanto en la muestra como en el blanco (solución dispersante) y se espera 1minuto y se leen ambas lecturas (Lm y Lb). El porcentaje de arenas en la muestra de suelo se determinó mediante la siguiente relación entre ambas lecturas: % Arenas = [(L1m-L1b) * 2,5] – 100 Luego se sacaron los hidrómetros y se dejó reposar la muestra durante un lapso de 5 horas para realizar otra lectura. Después de 5 horas se realizó otra lectura para determinar el porcentaje de arcillas de la muestra de suelo. % Arcillas = (L2m-L2b) * 2,5 El porcentaje de limos en la muestra de suelo se determinó por diferencia: % Limos = 100 - % Arenas - % Arcillas Una vez conocidas las fracciones de arenas, arcillas y limos en la muestra de suelo, su textura se determinó mediante un diagrama de fases como el que se muestra en Figura 1. Figura 1 Contenido de arenas, arcillas y limos en diferentes tipos de suelo. Así mismo, se determino través de Coplanarh (1975), que los suelos de la planicie de Maracaibo se denominan Tipic Haplargids. 3.1.4. pH El pH 1:1 (sólido: agua) de cada una de las muestras (suelo-lodo) se realizó bajo el procedimiento Agronomy. 9 1982/M12-2.6. El valor del pH se determinó a 25º C, se prepararon dos (2) réplicas en beakers de 100 ml, mezclando 20 g de muestra con 20 ml de agua destilada y desmineralizada. La mezcla se mantuvo bajo agitación suave durante 30 minutos, dejándola en reposo por el mismo espacio de tiempo. Luego se realizó las mediciones en un pH-metro previamente calibrado con una solución amortiguadora. El pH en las soluciones acuosas de las mezclas sometidas a equilibración, se determina directamente sumergiendo el electrodo en la solución. El pH extracto se determinó de la misma manera que el pH 1:1 con la diferencia que a la muestra sólida de 20 g se le agregó solo el agua destilada suficiente para prepara una pasta homogénea. 3.1.5. Contenido de Carbono Orgánico (C.O) El contenido de carbono orgánico en cada uno de los extractos del perfil del suelo se determinó mediante el método Walkley-Black, en el cual la materia orgánica se oxida con dicromato de sodio ó potásico y ácido sulfúrico, más un ligero exceso del agente oxidante, el cual se titula con sulfato amónico ferroso. 3.1.6. Capacidad de Intercambio Catiónico (C.I.C) Los cationes intercambiables (Ca+2, Mg+2, Na+1 y K+1) en el suelo y las mezclas se determinaron por desplazamiento de los sitios de intercambio con una solución de KCL 1N. Se colocó 10 g de suelo en un embudo provisto de papel Whatman Nº 42. Se añadió 100 ml de KCl 1N regulando la salida por el tallo del embudo de tal manera que se obtenga una gota cada 5 segundos. El filtrado se recogió en un frascos volumétricos de 100 ml y se llevó a volumen con la solución de KCl 1N. Este procedimiento se repitió con dos alícuotas de cada muestra. El contenido individual de Ca+2, Mg+2, Na+1 y K+1 se determinó de la solución de extracción a través de un ICP. El contenido de K+1 se obtiene por desplazamiento de los sitios de intercambio con una solución de CaCl2 1N siguiendo el procedimiento anterior. El contenido de H+1 fue obtenido por diferencia entre el Ali y el Al+3i. La C.I.C se determinó como: CC (meq / 100 g ) Ca 2 , Mg 2 , Na 1 , K 1 Al 3 , H 1 3.1.7. Relación de Adsorción de Sodio (RAS) Método EPA 600/2-78-054: Se pesaron 100 g de muestra ligeramente húmeda o seca a temperatura ambiente, se transfirió la muestra a un beaker y se preparó la pasta saturada, agregando porciones de agua destilada y se mezcló suavemente hasta obtener un aspecto de pudín en la mezcla muestra/agua. La pasta esta lista cuando se observa una capa fina brillante o semejante refracción de luz sobre la superficie de la pasta, en este punto se tapa el beaker con la mezcla y se deja reposar por una hora. Se dejó la pasta reposar por 24 horas y se procedió a filtrar la pasta por succión de vacío usando papel filtro Whatman 42. Obtención de las bases intercambiables y el porcentaje de saturación de bases: Método Buckman and Brady (1977)/13-365: Se preparó una solución de acetato de amonio 1N, pesando 77 g de amonio, y se disolvieron en 500 ml de agua destilada en un beaker de 1.000 ml, utilizando un equipo de agitación mecánica y se enrasó a un 1L. Se pesaron 10g de la muestra a analizar en una fiola de 250 ml se agregaron 100 ml de la solución de acetato de amonio 1N, y se colocó en agitación por una hora. Se dejó reposar por 30 minutos y se procedió a filtrar al vacío usando papel Whatman 42. 3.1.8. Determinación de metales totales Para la determinación del contenido total de metales en las muestras de las mezclas se llevó a cabo digestando por completo las muestras sólidas con la adición de ácidos fuertes, se siguió el método ASTM D-2795/86 para el análisis de elementos trazas por Espectrometría de Emisión Atómica e ICP. Para la digestión se pesó aproximadamente 0,1 g de la muestra sólida, se colocó en un beaker y se agregó 10 gotas de H2SO4 concentrado. Luego se adicionó 5 ml de HF y 0,5 ml de HClO4, posteriormente se añadió 3 ml de HNO3 y 1 ml de HClO4 concentrado. Se calentó la mezcla en disolución hasta la aparición de humos blanco de la evaporación del HClO4. Se enfrió el digestado a temperatura ambiente y se añadió 5 ml de HF calentando hasta evaporar los líquidos. Al residuo sólido que quedó en el fondo del beaker se le añadió 2 ml de agua y 0,5 ml de HClO4 y se aforó a 100 ml con agua destilada. Sí la muestra final queda turbia, se enfría nuevamente la solución y se adiciona el HF calentando hasta secar, los residuos se disuelven en agua y HClO4 en las mismas proporciones descritas en los dos últimos párrafos. La muestra debe quedar completamente cristalina. La determinación de metales totales en el digestado cristalino se realizó por ICP mediante el método EPA SW-846/6010B. Los metales totales que se determinaron en las mezclas por ICP son: Cu, Fe, Mn y Zn. También se determinó por esta vía los metales: Na+1, Ca+2, Mg+2 y K+1 en el digestado para la determinación de la capacidad de intercambio catiónico de las muestras sólidas. 3.2. Análisis estadístico de los datos Los parámetro obtenidos de cada tratamiento y repetición de las muestras experimentales (mezclas) fueron sometidos a un análisis estadístico con la ayuda de un software estadístico denominado NCSS2000. Se realizó un análisis de la variabilidad a las observaciones de este experimento haciendo uso del software NCSS2000 identificándose de la siguiente manera cada parámetro estadístico estudiado: La variación entre las medias de los tratamientos Cuadrado Medio del Tratamiento: Como su nombre lo indica este parámetro permite estimar la variación entre las medias mediante el cálculo del cuadrado medio de tratamientos, que no es más que la relación entre la suma de cuadrados de tratamientos y el número total menos uno (1) de tratamientos. La varianza del error experimental (S2): Este parámetro estima la variabilidad en las observaciones del experimento. El error estándar (Er): Este valor indica no solo el tamaño del error de azar que se ha cometido, sino también la probable precisión que obtendremos si utilizamos una estadística de muestra para estimar un parámetro de población. El valor estadístico de prueba de la hipótesis nula (F0): Este parámetro mediante comparaciones con el valor tabulado de Fα,(τ-1),(N-τ) permite definir para un nivel de confianza establecido (en este caso α=0,05), el número de observaciones (N) y de los tratamientos aplicados (τ), sí hay o no diferencias estadística entre las medias de los tratamientos, la hipótesis nula de la prueba establece que las medias de los tratamientos son iguales por tanto no hay efecto alguno en el parámetro por la aplicación de dichos tratamientos. La significancia (Pr): Es la probabilidad de Fα, (τ-1), (N-τ) exceda al valor estadístico de prueba bajo las condiciones de hipótesis nula F0. La potencia de la prueba estadística (Pt0,05): Es la probabilidad de rechazar una falsa hipótesis nula. Se determinó también mediante este software el intervalo de confianza para cada media calculada con un nivel de confianza (α) de 0,05, o dicho de otra manera: con el 95% de acierto. CAPITULO IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN 4.1. Caracterización de muestras de suelo y lodos residuales En la primera etapa del ensayo se realizó la recolección, preparación y homogeneización de las muestras de los materiales a emplear durante la investigación (suelo y lodo residuales). El suelo y los lodos residuales fueron muestreados al inicio del experimento con la finalidad de realizarle los análisis físico-químicos, los cuales nos proporcionaron la data (valores) sobre los parámetros a evaluar. En las Tablas 1 y 2 se puede observar los valores de las concentraciones para los parámetros analizados, realizados al suelo y lodos. Tabla 1 Caracterización Físico-Químico del Suelo. Parámetros Valores Unidades Carbono Orgánico 0,39 % Materia Orgánica 0,62 % Capacidad de Intercambio Catiónico 3,91 meq/100gr Relación de Adsorción Sodio 0,73 ------------ PH 7,6 ------------ Textura Arena 77,5 % (Arena-Franca) Limo 15 % Arcilla 7,5 % Nitrógeno 415 mg/kg Fósforo 77,5 mg/kg Potasio 17,01 mg/l Boro 0,5 mg/l Calcio 68 mg/l Zinc 0,14 mg/l Cobre 0,05 mg/l Hierro 3,45 mg/l Magnesio 25 mg/l Manganeso 1,36 mg/l Tabla 2 Caracterización Físico-Químico del Lodo. Parámetros Valores Unidades Carbono Orgánico 5 % Materia Orgánica 71,90 % Capacidad de Intercambio Catiónico 1,43 meq/100gr Relación de Adsorción Sodio 0,98 ------------ PH 7,1 ------------ Textura Arena 92,5 % (Arenoso) Limo 5 % Arcilla 2,5 % Nitrógeno 11447 mg/kg Fósforo 41,4 mg/kg Potasio 54,5 mg/l Boro 0,5 mg/l Calcio 14 mg/l Zinc 0,001 mg/l Cobre 0,06 mg/l Hierro 0,07 mg/l Magnesio 58 mg/l Manganeso 54,5 mg/l En esta investigación antes de usar los lodos con fines agrícolas, se realizó la caracterización del lodo y del suelo Tabla 1 y 2, para verificar el nivel de contaminación de ambos componentes de hidrocarburos, metales pesados, nitrógeno y organismos patógenos. Otro factor importante a evaluar, es la calidad de los lodos ya que la misma no es constante; varía según las características de diseño de cada planta, el tipo de aguas residuales tratadas, las fuentes que las producen, la época del año, la climatología, la situación de la planta, etc. (Bucholz, 1992; Bontoux y Col, 1998) En las Tablas 3 y 4, se puede observar las concentraciones de los parámetros realizados al suelo y al lodo residual y los establecidos en el Decreto 2.635 “Normas para el Manejo de Sustancias, Materiales y Desechos Peligrosos”. Con la finalidad de comprobar que ambos no estaban contaminados. Tabla 3 Caracterización Físico-Químico Decreto 2.635 “Normas para el Manejo de Sustancias, Materiales y Desechos Peligrosos” del Suelo. Valores Parámetros Valores Saturación con Bases 100 + 80 % Aceites y Grasas 0,01 1 % Aluminio Intercambiable 0,01 1,5 Meq/100gr Cloruros Totales 147 2500 mg/kg Conductividad 0,21 3,5 Mmhos/cm PH 7,6 5–8 ------------ Relación de Adsorción Sodio 0,73 8 ------------ Permitidos Unidades DIGESTADOS TOTALES DEL DESECHO Arsénico 1 25 mg/kg Bario 291 20000 mg/kg Cadmio 0,1 8 mg/kg Cromo 10 300 mg/kg Hierro 0,75 1 mg/kg Mercurio 0,1 5-8 mg/kg Plata 0,1 5 mg/kg Plomo 1 150 mg/kg Selenio 1 2 mg/kg Vanadio 10 300 mg/kg Zinc 17 300 mg/kg LIXIVIADOS DEL DESECHO (Anexo D) Arsénico 0,005 5 mg/l Bario 1,21 100 mg/l Cadmio 0,001 1 mg/l Cromo 0,08 5 mg/l Hierro 3,45 5 mg/l Mercurio 0,005 0,2 mg/l Plata 0,05 5 mg/l Plomo 0,005 5 mg/l Selenio 0,002 1 mg/l Vanadio 0,004 1 mg/l Zinc 0,01 1 mg/l Tabla 4 Caracterización Físico-Químico Decreto 2.635 “Normas para el Manejo de Sustancias, Materiales y Desechos Peligrosos” del Lodos. Valores Parámetros Valores Saturación con Bases 70 80 % Aceites y Grasas 0,99 1 % Aluminio Intercambiable 0,01 1,5 Meq/100gr Cloruros Totales 1,964 2500 mg/kg Conductividad 1,41 3,5 Mmhos/cm PH 7,1 5–8 ------------ Relación de Adsorción Sodio 0,98 8 ------------ Permitidos Unidades DIGESTADOS TOTALES DEL DESECHO Arsénico 1 25 mg/kg Bario 1340 20000 mg/kg Cadmio 0,1 8 mg/kg Cromo 1 300 mg/kg Hierro 0,38 1 mg/kg Mercurio 0,1 5-8 mg/kg Plata 0,1 5 mg/kg Plomo 51 150 mg/kg Selenio 1 2 mg/kg Vanadio 1 300 mg/kg Zinc 212 300 mg/kg LIXIVIADOS DEL DESECHO (Anexo D) Arsénico 0,005 5 mg/l Bario 1,21 100 mg/l Cadmio 0,001 1 mg/l Cromo 0,08 5 mg/l Hierro 3,45 5 mg/l Mercurio 0,005 0,2 mg/l Plata 0,05 5 mg/l Plomo 0,005 5 mg/l Selenio 0,002 1 mg/l Vanadio 0,004 1 mg/l Zinc 0,01 1 mg/l Si se toma en cuenta que el sistema de drenaje de aguas servidas en una comunidad es común para las aguas de lluvia, las aguas desechadas por las zonas residenciales, talleres, comercios, algunas pequeñas industrias, etc.; es lógico suponer que los valores en las concentraciones de los lodos provenientes de estas plantas de tratamiento sean mas elevadas que las del suelo de una finca, esto trae como efecto en algunos casos concentraciones de elementos indeseables para el potencial uso de los lodos con fines agrícolas por su posible efecto en las plantas, animales y el hombre. Es importante que si esta variabilidad no es tomada en cuenta y sólo se realiza análisis puntuales, y no muestreos estadísticamente representativos del volumen total de lodos, se puede estar incurriendo en errores al estimar la cantidad real de los elementos químicos potencialmente contaminantes contenidos en estos biosólidos, violentando así las concentraciones máximas permitidas para la aplicación ambientalmente segura de estos lodos en los suelos con fines agrícolas (Acosta, 1995). 4.2 . Análisis de textura del suelo El análisis de varianza para la arcilla, arena y limo demostró resultados no significativos (P < 0,1) entre los tratamientos ya que podemos observar una similitud en el comportamiento de los tratamientos. Los valores de arena oscilan entre 75 y 84%, y los de arena y limo entre 7 y 14%. En la Figura 2 se observa el Comportamiento de la textura del suelo. % Textura 90 80 70 60 50 40 30 20 10 0 Arena Limo Arcilla 1 2 3 4 Tratamientos Figura 2 Comportamiento de la Textura 5 Se puede observar que los parámetros que evidenciaron una leve disminución de 5 puntos porcentual fueron la arena y el limo, por el contrario los valores de arcilla sufrieron un ligero aumento de 10 puntos porcentual a medida que se incrementaba la aplicación de lodos residuales en los diferentes tratamientos. A pesar de este comportamiento igualmente la clasificación de la textura del suelo predominante en todas las muestra fue Franco Arenoso. 4.3. Análisis físico químico del suelo En esta etapa se presentan los resultados obtenido en todos las unidades experimentales o tratamientos determinados o analizados en dos tiempos durante 90 días de evaluación y el análisis de cada parámetro, así como, su cotejo con otras investigaciones similares para la evaluación del efecto de la lodos residuales de plantas de tratamiento de aguas servidas ó residuales como acondicionador de suelo con fines agrícolas, a diferentes proporciones. 4.3.1. pH El pH evaluado según el análisis de varianza, no presentó diferencias altamente significativas (P < 0,1) entre los tratamientos evaluados. El valor de pH de los lodos residuales fue de 7,1 esto es muy importante al considerar los lodos residuales como fertilizantes orgánicos minerales, ya que el pH es el factor de mayor relevancia en la movilidad de los elementos en el suelo y consecuente adsorción por la planta. En los dos (2) períodos de muestreo la mezcla presento valores de pH neutro que oscilan entre 7,3 a 7,6. Lo cual indica que no alteró bruscamente las unidades de pH del suelo original que se presentó en 7,6. Esto es sumamente importante porque estudios revelan que un incremento de una unidad en pH, reduce en un 14% la adsorción de nutrientes por las plantas (Pluquet, 1984). Los resultados obtenidos según la prueba de Tukey revelaron diferencia no significativa entre los tratamientos, indicando que los mayores promedios alcanzado fueron los del tratamiento T10% con valor de 7,6, cabe destacar que los tratamientos T215% y T330% T445%, T560%, a pesar de poseer diferentes porcentaje de suelo y lodos resultaron no poseer diferencias significativa entre sí ya que el rango de variación estuvo en 0,3 unidades. Samaras y Kallianow, (2000), utilizaron lodos residuales (pH 6,8 - 7,2) como enmiendas en suelos cultivados con algodón, reportando apenas una pequeña disminución del pH en los suelos enmendados, esta variación fue de 0,12 a 0,30 unidades de pH, manteniéndose los valores de pH en el suelo siempre por encima de la neutralidad y observándose sólo incrementos en las concentraciones de Zn y Cd, correlacionados positivamente con las altas dosis de lodos aplicados y no con la pequeña disminución del pH. Aunque la mayoría de las plantas pueden crecer en un rango de pH de 4,5 a 8,5 el pH neutro o cercano a la neutralidad es el idóneo en cultivos agrícolas, sobre todo si se usa enmiendas orgánicas como los lodos residuales; además se regula la actividad de los microorganismos del suelo, sobre todo los responsables de la mineralización de la materia orgánica, la oxidación del azufre y fijación simbiótica del nitrógeno y otras fuentes importantes en el suelo de nitrógeno, fósforo, azufre, y otros elementos (Fernández 1992). En la Figura 3 se observa el comportamiento del pH en todos los tratamientos evaluados. pH pH 8,5 8,0 7,5 7,0 6,5 Media Máximo Minimo 1 2 3 4 5 Tratamiento Figura 3 Comportamiento del pH en el suelo Estos resultados coinciden con los obtenidos por Andrade y Col (1995), quienes utilizando lodos digeridos anaeróbicamente del Condado de Fulton (EEUU), sobre un suelo calcáreo, no observaron efectos sobre el pH del suelo a profundidades de 0 - 15 cm. por el contrario Darmody y Col (1983), en un estudio conducido en la Universidad de Maryland, Estados Unidos sobre un suelo arcilloso al cual aplicaron tres (3) tratamientos de compost de lodos residuales municipales obtuvieron como resultado un incremento en el pH del suelo; relacionado esto con los altos contenidos de calcio extraídos. Cavallaro, (1993), concluyó que la mejor actividad bacteriana se produce a pH neutros o ligeramente alcalinos, mientras que las condiciones ácidas tienden a reducir su población. 4.3.2. Carbono orgánico (C.O) Al realizar el análisis de varianza para esta variable se encontró diferencias altamente significativas (P < 0,001) entre los tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos indican que los mayores promedios alcanzados fueron para los tratamientos, T445%, T560% con valores de 2,6 y 2,4 respectivamente, y según la prueba de medias de Tukey`s, difieren significativamente (P<0,05), mientras que el ensayo T215% resultó menos significativo a los descritos anteriormente disminuyendo un punto porcentual, pero superior a los tratamientos T10%, T215%. Según el coeficiente de Pearson, existe una correlación positiva, entre el carbono orgánico y el contenido de nitrógeno, calcio, pH, capacidad de intercambio catiónico, relación de adsorción de sodio, potasio, manganeso y cobre, resultando altamente significativa (P < 0,001), demostrando que el incremento de los valores de C.O, está asociado significativamente con el contenido de estos elemento presentes en la mezcla. En la Figura 4 se observa el comportamiento del C.O en todos los tratamientos evaluados. % C.O Carbono Orgánico 6,0 4,0 2,0 0,0 Media Máximo 1 2 3 4 5 Minimo Tratamiento Figura 4 Comportamiento del C.O en el suelo Se reporto un incremento en el contenido de materia orgánica (MO) en los diferente tratamientos que van desde 0,5 T10% hasta 2,6 T560%, lo cual le confiere a estos lodos un excelente valor como fertilizante orgánico, incrementando su potencialidad como mejorador de las propiedades físicas del suelo, como agente buffer y la Capacidad de Intercambio Catiónico. De todas las revisiones realizadas a los trabajos científicos de diferentes investigadores, solo los lodos residuales analizados por Verdu y Col (1992), presentaron valores superiores en cuanto al contenido de materia orgánica (66%). Esto es muy importante si tomamos en cuenta que los suelos de zonas áridas como los de Península de Paraguaná, poseen un bajo contenido de materia orgánica lo que implica una baja fertilidad natural. La aplicación de lodos residuales con significativo contenido de materia orgánica incrementa la capacidad de retención y/o de inmovilización de los metales pesados como el Cu, Ni y Cd, debido a la tendencia de formar complejos insolubles. No obstante a medida que la materia orgánica se degrada, la capacidad de complejación disminuye al igual que el proceso de retención de metales, favoreciendo la lixiviación de los mismos y permitiendo su inmovilización (Chicon, 2001). El contenido de materia orgánica también da una orientación del contenido de N en los lodos residuales, aunque no es una medida de la disponibilidad de este elemento. Por otra parte se pudo observar que la cantidad de carbono orgánico total (COT) reportada en e Tabla 1 es de 0,39%, y la Tabla 2 es de 5%, lo que conlleva a decir que el aporte de este parámetro del lodo es altamente significativo y permite tener una orientación de la medida indirecta del nitrógeno total presente en los lodos. También permite tener una medida indirecta del contenido de materia orgánica, ya que se asume que la materia orgánica posee un promedio de 58% de COT (Fernández 1992). La determinación del COT conjuntamente con la del nitrógeno total, es también de gran utilidad en la predicción de los cambios que le pueden ocurrir al nitrógeno cuando se descompone la materia orgánica del lodo al ser aplicado a los suelos. 4.3.3. Capacidad de Intercambio Catiónico (C.I.C) Al realizar el análisis de varianza para esta variable, se encontró que difiere significativamente (P < 0,001), entre los tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos en la determinación según la prueba de medias de Tukey`s, resultaron diferentes a medida que se incrementaba el porcentaje de lodo en el suelo, con una variación de 17,1 puntos entre el T10% y el T560%, es decir, que el lodo influye en el incremento de la C.I.C que está presente en el suelo. En la Figura 5 se observa el comportamiento de la C.I.C en todos los tratamientos. meq/100g Capacidad de Intercambio Cationico 30 20 Media 10 Máximo 0 1 2 3 4 5 Minimo Tratamiento Figura 5 Comportamiento de C.I.C en el suelo Al finalizar el período de prueba (90 días), todos los tratamientos con lodos incrementaron, significativamente con relación al control, la capacidad de intercambio catiónico (C.I.C). 4.3.4. Relación de Adsorción de Sodio (R.A.S) El análisis de varianza para el RAS demostró que no hubo diferencias significativas (P < 0,1) entre los cinco tratamientos evaluados. El mayor promedio se alcanzó en el tratamiento T330%, con un valor de 0,7 meq/g, resultando así que el aporte del lodo residual al suelo en cuanto a la relación de adsorción de sodio fue no significativo, sin embargo se puede notar un ligero incremento del RAS en los tratamientos con lodos. Los valores promedios en el resto de los tratamientos fue de 0,30 meq/g, es de acotar que el blanco o testigo (sin lodo) registró un promedio muy similar al resto de los tratamientos a pesar de poseer esté el inóculo. En la Figura 6 se observa el comportamiento de la Relación de Adsorción de Sodio en cada Tratamiento. Relación de Adsorción de Sodio 1,0 RAS Media 0,5 Máximo Minimo 0,0 1 2 3 4 5 Tratamientos Figura 6 Comportamiento de R.A.S en el suelo 4.3.5. Nitrógeno (N) El análisis de varianza para esta variable demostró resultados altamente significativos (P < 0,001) entre los tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos indican que los mayores promedios alcanzados fueron para los tratamientos T330% y T560% de 1.504,97 mg/kg y 3.262,15 mg/kg respectivamente, según la prueba de medias de Tukey`s estos elementos difieren significativamente (P < 0,05), del resto de los ensayos. Todos los tratamiento fueron favorecidos en aporte de nitrógeno por el lodo residual pero en menor proporción resultando así T445% y T215% con valores de 1.085,25 mg/kg y 417,03 mg/kg, respectivamente los cuales presentaron diferencias significativas, es de acotar que el blanco o testigo registró en menor valor en cuanto aporte de nitrógeno. Se puede apreciar que a mayor aplicación de lodo residual al suelo, el aporte de Nitrógeno tiende a aumentar. El nivel relativamente bajo en la disponibilidad de nitrógeno presentados en los tratamientos T10%, y T215%, pudo deberse al bajo contenido de materia orgánica del suelo y a la alta relación Carbono-Nitrógeno de los lodos aplicados. En tal sentido Hanke (1990), establece que la materia orgánica con una relación amplia de Carbono-Nitrógeno incorporada al suelo causa siempre una inmovilización del Nitrógeno del suelo por los microorganismos, que necesitan para el proceso de mineralización y sólo dos (2) meses más tarde se hace este Nitrógeno, nuevamente, asimilable. En la Figura 7 se observa el comportamiento del Nitrógeno en cada Tratamiento. Nitrógeno 10.000 mg/kg 8.000 Media 6.000 Máximo 4.000 Minimo 2.000 -0 1 2 3 4 5 Tratamientos Figura 7 Comportamiento del Nitrógeno en el suelo El nitrógeno (N) contenido en el lodo residual, promedió un valor de 11,447 mg/kg y el valor promedio de este elemento en el suelo utilizado en el ensayo fue de 415 mg/kg, lo cual le da un importante valor como fertilizante a estos biosólidos, más aún, si se considera la dinámica permanente de transformación a la cual está sometido el nitrógeno al ser incorporado al suelo, para este caso el valor aportado por el lodo fue de aproximadamente 96,5%. Los lodos aportan la mayor parte del nitrógeno en forma orgánica por lo que la mineralización secuencial de la misma permite que los cultivos satisfagan sus necesidades nitrogenadas y se eviten pérdidas por drenaje (Hernández y Col, 1992; Montero y Col, 1997). Andrade y Col (1999), aplicaron lodos residuales con una concentración de Nt de 2,64% a suelos cultivados con cebada, reportando un incremento en la producción de materia seca en la medida que se aumento la adición de lodos al suelo. Los niveles de nitrógeno en el suelo no fueron proporcionales a la dosis de lodo añadido, debido a que cuanto más elevada sea la cantidad de lodo aportada también lo es el tiempo de incorporación al suelo, siendo esta incorporación simultanea a la adsorción por el cultivo. Es lógico suponer que al final de cosecha los suelos enmendados con lodos residuales contengan una alta cantidad de nitrógeno, por lo que se convierte en una excelente alternativa para las plantas y el próximo período de cultivo (Andrade y Col, 1999). Otro aspecto importante con respecto al nitrógeno es el equilibrio que debe existir en la relación carbono nitrógeno (C/N), ya que la alta presencia puede ocasionar inmovilización neta del nitrógeno, ya que en el proceso de descomposición los microorganismos tienden a usar el nitrógeno del suelo compitiendo con el cultivo. Cuando la relación (C/N) de los residuos orgánicos es baja, ocurre una acción inversa, se libera el nitrógeno y se hace disponible tanto para las plantas como para los microorganismos, pero se corre el riesgo de una alta tasa de mineralización siendo necesario incrementar el uso de fertilizantes adicionales. Una relación (C/N) adecuada, es aquella que se encuentre entre 10 y 13, donde existe un equilibrio entre la tasa de inmovilización y la tasa de mineralización. Esta relación (C/N) indica que la materia orgánica de estos lodos residuales es bastante estable, lo cual es muy importante, ya que los materiales orgánicos frescos tienden a sobrepasar de 30 la relación (C/N), lo cual produce altos niveles de oxidación de carbono y por lo consiguiente, pérdida del material (Rivera 1999). 4.3.6. Fósforo (P) El análisis de varianza para esta variable demostró diferencias altamente significativas (P < 0,001) entre los tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos indican que los mayores promedios alcanzados fueron para los tratamientos T445%, T560% con valores de 134,43 mg/kg y 206,37 mg/kg respectivamente, según la prueba de medias de Tukey`s difieren significativamente (P < 0,05) del resto de los ensayos, resultando así los tratamiento favorecidos en aporte de fósforo por el lodo residual, mientras que la tendencia entre los ensayos T10%, T215% y T330% resultaron las menos significativas. El aumento de las concentraciones de Fósforo entre los tratamientos pudiera atribuirse a la solubilización del mismo a medida que transcurre el tiempo. En este sentido Tester (1990), en un experimento llevado a cabo en Inglaterra sobre el efecto alargo plazo de la aplicación de desechos orgánicos al suelo encontraron que altos niveles de fósforo aparecen gradualmente en el tiempo con aplicaciones relativamente bajas de lodo de 0 a 31,4 Tm ha^-1. Según el coeficiente de Pearson, existe una correlación positiva, entre el fósforo y el contenido de nitrógeno, potasio, relación de adsorción de sodio, manganeso y hierro, resultando altamente significativa (P < 0,001), demostrando que el incremento de los valores de fósforo, está asociado significativamente con el contenido de estos elementos presentes en la mezcla. En la Figura 8 se observa el comportamiento del Fósforo en cada Tratamiento. Fósforo mg/kg 700 600 500 400 Media 300 200 Minimo Máximo 100 0 1 2 3 4 5 Tratamiento Figura 8 Comportamiento de Fósforo en el suelo 4.3.7. Potasio (K) El análisis de varianza para esta variable demostró diferencias significativas (P < 0,001) entre los tratamientos con lodos y el testigo evaluados. Los resultados obtenidos según la prueba de media de Tukey´s indican que el mayor promedio alcanzado fue para el tratamiento T4 45% con un valor promedio de 25,60 mg/l; sin embargo, todos los tratamientos con aplicación de lodos resultaron favorecidos con respecto al T10%, observándose valores para, T215%, T345% y T560% con 25,60 mg/l; 25,62 mg/l y 24,22 mg/l respectivamente, estos tratamientos con lodos presentaron valores muy similares por lo cual la diferencia entre ellos no es significativa, es de acotar que el blanco o testigo registró un aporte menor de potasio de aproximadamente 8 puntos porcentual con respecto a los demás tratamientos y obtuvo un valor de 17,25 mg/l. El valor promedio de potasio disponible obtenido en los lodos fue de 54,4 mg/l en relación al del suelo 17,01 mg/l, el cual representa un 76,18% del K total en la mezcla. El valor es importante ya que esta es la forma rápidamente disponible en la solución de suelo para ser aprovechado por las plantas, y en la mayoría de los suelos representa apenas del 1 al 21% del K total (Fernández 1992). Andrade y Col (1995), reportaron resultados similares al utilizar diferentes dosis de lodos residuales con concentraciones de 15.000 mg/kg; sólo hubo un ligero incremento en la dosis de lodo intermedia (20 y 40 t/ha) y posterior decrecimiento del K al incrementar la dosis (80 y 160 t/ha). Esta misma tendencia la presentó el análisis químico de la parte aérea de las plantas de cebada, evidenciándose una significativa adsorción de K en concentraciones similares, a las presentes en los suelos cultivados. En una investigación realizada se reportaron valores de K de 926 mg/kg en lodos residuales urbanos aplicados a suelos cultivados con cebada y maíz observando al final del desarrollo de cultivos que los suelos tratados con lodos tenían unos niveles de K asimilable mayores que los no tratados y los no fertilizados inorgánicamente, lo cual sugiere que la disponibilidad del K se favorece por la aplicación de lodos a los suelos (Andrade y Col, 2000). En la Figura 9 se observa el comportamiento del Potasio en cada Tratamiento. mg/l Potasio 35 30 25 20 15 10 5 -0 Media Máximo Minimo 1 2 3 4 5 Tratamiento Figura 9 Comportamiento de Potasio en el suelo En otra investigación se aplicaron diferentes dosis de compost de lodos residuales a suelos cultivados con lechuga, no observando diferencias significativas en la concentración de K con respecto a los suelos no enmendados con lodos (Moreno y Col 1997). Estos resultados similares en las concentraciones de K entre los diferentes tratamientos, confirman la teoría propuesta por Benchiser (1994), de la naturaleza no potásica de los lodos residuales. El K es un elemento esencial para el crecimiento de las plantas y su contenido total en el suelo es relativamente elevado, aunque su disponibilidad para las plantas se ve afectada, debido a que la mayor parte del contenido total está en la forma no intercambiable. Una deficiencia de K puede afectar diversos procesos metabólicos en las plantas como la respiración, fotosíntesis, aparición de clorofila y contenido de agua en las hojas (Devlin, 1980). 4.3.8. Calcio (Ca) El análisis de varianza para esta variable demostró diferencias altamente significativas (P < 0,001) entre los tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos según la prueba de media de Tukey´s indican que hubo diferencias significativas entre los tratamientos para la variable calcio, es decir, el tratamiento T10% presentó una mayor concentración con un valor de 97,9 mg/l, a medida que se aplicó mayor cantidad de lodo residual al suelo este elemento tendió a disminuir en el suelo quedando de la siguiente manera los ensayos , T560% 148,1 mg/l, T445% 33,8 mg/l, T330% 76,3 mg/l, T215% 87,9 mg/l. En la Figura 10 se observa el comportamiento del calcio en cada Tratamiento. mg/l Ca Calcio 180 160 140 120 100 80 60 40 20 0 Media Máximo Minimo 1 2 3 4 5 Tratamiento Figura 10 Comportamiento de Calcio en el suelo El Calcio es el catión de intercambio más importante que existe en los suelos y se encuentra en forma de CaCO3 en los suelos de regiones áridas y semiáridas, siendo sólo una parte del calcio absorbible por las plantas. La importancia de este elemento radica en que es esencial para las plantas por su participación en la formación de las membranas celulares y de estructuras lipídicas. Una deficiencia de Calcio afecta los meristemos y los ápices de las hojas, tallos y raíces, pudiendo generar la muerte de la planta. Existe la tendencia de considerar al Calcio exclusivamente como la enmienda de suelo y su aplicación tiene como fin elevar el pH de los suelos ácidos a un valor más favorable y mejorar la estructura de los mismos. Un exceso de calcio inhibe la asimilación de potasio y viceversa (Jacobo y Uexkull, 1973). A diferencia de los resultados obtenidos en este ensayo, otras investigaciones reportaron un incremento significativo, poco más de 100% entre los suelos enmendados con lodos residuales (dosis de 160 t/ha) con respecto a los suelos con fertilización mineral y sin fertilización de ningún tipo. Este incremento en la concentración de calcio fue acompañado del pH que aumento de 5,4 a 7,05 (Andrade y Col, 1985). En otro estudio, no observaron incrementos significativos en el pH de suelos alcalinos al aplicar un compost de lodos residuales durante siete años y el contenido de calcio se incremento ligeramente, sin aumentos significativos coincidiendo con la tendencia del pH (Canet y Col, 1997). Andrade y Col, (2000), aplicaron lodos residuales con una concentración de Ca de 32,141 mg/kg y dosis que alcanzaron hasta 40 t/ha, observándose un incremento significativo del pH en los suelos ácidos (antes de cultivar los suelos) facilitando esto la disponibilidad de otros elementos esenciales para las plantas. 4.3.9. Manganeso (Mn) El análisis de varianza para esta variable demostró resultados poco significativos (P < 0,1) entre los cinco tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos según la prueba de media de Tukey´s indican que el mayor promedio alcanzado de los ensayos resultó para el tratamiento T2 15% 5,32 mg/l, sin embargo, se observa que los demás ensayos obtuvieron valores muy parecidos aunque mas bajos quedando de la siguiente manera T1 0% 1,81 mg/l, para T330% 3,00 mg/l, T445% 2,99 mg/l y T560% 1,67 mg/l, esto hace presumir que los tratamientos influyen en la movilización, solubilización o degradación del manganeso. En la Figura 11 se observa el comportamiento del manganeso en cada Tratamiento. Manganeso 25 mg/l Mn 20 Media 15 Máximo 10 Minimo 5 0 1 2 3 4 5 Tratamientos Figura 11 Comportamiento de Manganeso en el suelo El manganeso (Mn) es un micro nutriente necesario para el crecimiento normal y el desarrollo de la mayoría de las plantas, ejerciendo un papel fundamental en la respiración y el metabolismo del Nitrógeno. La mayoría de los valores obtenidos en las concentraciones de manganeso, oscilaron entre 1,81 y 1,67 mg/l, con una media de 2,96 mg/l. En algunas investigaciones se ha determinado el efecto de inmovilización de este elemento, el cual fue corroborado por Quintero (1998), al aplicar lodos residuales con una concentración promedio de manganeso de 671 mg/kg, en suelos ácidos cultivados con cebada y maíz. El mayor porcentaje de manganeso 83% se encontró enlazado a los óxidos y en la fracción residual, siendo los suelos que recibieron la dosis más alta de lodos, los que registraron una menor cantidad de este elemento: El mismo es fácilmente extraíble en comparación con las dosis más bajas y el suelo sin enmendar. Gran parte del manganeso se inmoviliza en los suelos como compuesto insoluble sobre todo en suelos bien aireados y alcalinos favoreciendo la oxidación del Mn. Los suelos poco aireados y ácidos favorecen la presencia de Magnesio absorbible en forma bivalente (Devlin, 1980). 4.3.10. ZINC (Zn) Al realizar el análisis de varianza para el zinc se encontraron resultados altamente significativos (P < 0.001) entre los tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos indican que el mayor promedio alcanzado de los ensayos resultó para el tratamiento T560% 0,75 mg/l, sin embargo se puede observar que los demás tratamientos con aplicación de lodos residuales T4 45% 0,47 mg/l, T330% 0,58 mg/l, T215% 0,62 mg/l, mientras que para el testigo o blanco la diferencia fue significativa T10%, 0,19 mg/l, esto hace presumir que los tratamientos influyen en la movilización, solubilización o degradación del zinc en las muestras analizadas. En la Figura 12 se observa el comportamiento del Zinc en cada Tratamiento. mg/l Zn Zinc 1,6 1,4 1,2 1,0 0,8 0,6 0,4 0,2 0,0 Media Máximo Minimo 1 2 3 4 5 Tratamiento Figura 12 Comportamiento de Zinc en el suelo El Zn es un metal esencial para el crecimiento de las plantas y participa en importantes procesos metabólicos, jugando un importante papel en la síntesis de carbohidratos y proteínas y en el metabolismo de lípidos y ácidos nucleicos. Generalmente el Zinc es considerado el menos tóxico de los metales pesados Phalsson y Col (1989), aunque su alta movilidad y asimibilidad por las plantas, potencia su poder contaminante para los suelos tratados con lodos residuales (Aloway y Jakson, 1991). En un estudio aeróbicos se aplicaron lodos residuales con una concentración de 1.380 mg/kg de Zinc; aplicados a suelos en la provincia de Pontevedra España, cultivados con cebada y maíz realizaron un fraccionamiento secuencial de metales obteniendo la mayor concentración de Zn (90%) en la fracción residual, encontrándose solo niveles trazas en las fracciones extraíbles o fácilmente liberables después de recogido el primer cultivo (cebada), el cual tuvo un incremento significativo en el rendimiento, al compararlo con los suelos que no se les aplicó lodo y con los fertilizados inorgánicamente (Quintero y Col, 1998). Chicon (1998), analizó un lodo residual con una concentración de 864,9 mg/kg de Zn proveniente de la ciudad de Málaga, España; obteniendo resultados similares, al realizar una extracción secuencial de metales pesados. Sólo el 0,9% de Zn fue reportado en la fracción intercambiable, el cual es un nivel extremadamente bajo, lo que implica una estabilidad apreciable, que hace poco propenso al Zinc inmovilizarse fácilmente del lodo. 4.3.11. Hierro (Fe) El análisis de varianza para el hierro demostró resultados medianamente significativos (P < 0.001) entre los tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos según la prueba de medias de Tukey`s indican que los mayores promedios alcanzados fueron para los tratamientos T1 0% y T215% con valores de 0,72 mg/l y 1,09 mg/l respectivamente, del resto de los ensayos, resultando los demás tratamiento poco favorecidos en aporte de hierro por el lodo residual ya que los valores disminuyeron con respecto a los dos (2) primeros obteniendo los siguientes resultados T330%, T245% y T560% resultaron los menos significativo, con valores de 0,39 mg/l, 0,28 mg/l y 0,33 mg/l. En la Figura 13 se observa el comportamiento del Hierro en cada Tratamiento. Hierro 7 6 mg/l Fe 5 Media 4 Máximo 3 Minimo 2 1 0 1 2 3 4 5 Tratamiento Figura 13 Comportamiento de Hierro en el suelo En los lodos residuales, el Fe se encuentra generalmente ligado a fracciones químicamente estables, previéndose para el mismo bajos niveles de movilidad. Chicon (1998), evaluó lodos residuales en Málaga España, con una concentración de 13.000 mg/kg de Fe (inferior a la reportada en esta investigación) y determino que el mayor porcentaje de Fe se presenta en la fracción residual y asociación con óxidos. El Fe es un elemento esencial para las plantas, ya que desempeña un papel clave en diversas reacciones reductivos-oxidativas, tales con la respiración, la fotosíntesis. La mayoría de los suelos agrícolas presentan un mayor contenido de hierro que aquel que requiere la planta. Sin embargo, los suelos fuertemente calcáreos, así como los que contienen ácido fosfórico en exceso, pueden sufrir una deficiencia secundaria a causa de la precipitación de los compuestos disponibles de Fe (Jacobo y UexKull, 1973). En una investigación realizada por Moreno y Col, (1997), no evidenciaron diferencias significativas entre las concentraciones de Fe en tejidos de lechuga cultivadas en suelos no tratados con lodo y suelos enmendados con diferentes dosis de lodos con concentraciones promedio de Fe de 28.467 mg/kg (mayor a la obtenida en esta investigación). Esto corrobora la poca disponibilidad y los bajos niveles de movilidad de este elemento. Esto coincide con lo reportado por Quintero y Col (1998), al analizar lodos residuales con una concentración de Fe de 66.743 mg/kg. obteniendo que la mayor cantidad de Fe se encontró en las fracciones químicamente más estables, tendencia ésta que se mantuvo al analizar los suelos enmendados con lodos, esto coincide con los datos reportados por Bergs en (1991). 4.3.12. Cobre (Cu) El análisis de varianza para el cobre demostró resultados altamente significativos (P < 0,001) entre los tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos según la prueba de medias de Tukey`s indican que difieren significativamente (P < 0,05), los mayores promedios alcanzados fueron para los tratamientos T330%, T445% y T560% con valores de 0,15 mg/l, 0,14 mg/l y 0,17 mg/l respectivamente, resultando así los tratamiento mas favorecidos por la aplicación del lodo residual, mientras que los ensayos, T10%, y T215% resultaron los menos significativo, con valores de 0,6 mg/l y 0,8 mg/l. En la Figura 14 se observa el comportamiento del Cobre en cada Tratamiento mg/l Cu Cobre 0,5 0,4 0,4 0,3 0,3 0,2 0,2 0,1 0,1 0,0 Media Máximo Minimo 1 2 3 4 5 Tratamiento Figura 14 Comportamiento de Cobre en el suelo 4.3.13. Magnesio (Mg) El análisis de varianza para esta variable demostró resultados altamente significativos (P < 0,001) entre los cinco tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos según la prueba de media de Tukey´s (P < 0,05) indican que el mayor promedio alcanzado de los ensayos resultó para el tratamiento T560% 86,5 mg/l, sin embargo se observa el incremento de este elemento a medida que aumenta la dosis de lodo residual, quedando de la siguiente manera T10% 28,5 mg/l, T215% 53,7 mg/l, T330% 73,5 mg/l y T445% 73,5 mg/. En la Figura 15 se observa el comportamiento del Magnesio en cada Tratamiento. mg/l Mg Magnesio 160 140 120 100 80 60 40 20 0 Media Máximo Minimo 1 2 3 4 5 Tratamientos Figura 15 Comportamiento de Magnesio en el suelo En una investigación realizada por Canet y Col (1997), no se observaron diferencias significativas en la concentración de Mg en suelos enmendados con lodos residuales durante siete años en comparación, con los enmendados en estiércol de ovino, compost de residuos sólidos urbanos y suelos sin enmendar. Es de suponer que un porcentaje significativo de Mg aplicado con los lodos fue absorbido por las plantas de naranja cultivadas en esos suelos y otro porcentaje más pequeño se perdiera por escorrentía y no por lixiviación, ya que no se observaron evidencias significativas entre los tratamientos en los estratos más profundos del suelo. Es de acotar que este no fue el comportamiento de este elemento en esta investigación ya que se puede observar en la figura 15 el constante aumento de este elemento a medida que aumenta la dosis de lodo residual El Mg es un elemento esencial para las plantas, participa en importantes procesos de la fotosíntesis, ya que forma parte de la molécula de la clorofila y en el metabolismo de los glúcidos; por lo que una diferencia de Mg se manifiesta en una clorosis entre los espacios de los nervios de las hojas y posterior necrosis de los mismos. El Mg al igual que el Ca es un catión intercambiable, pero es menos abundante en los suelos (Devlin, 1980). 4.3.14. Boro (B). Al realizar el análisis de varianza para esta variable, se encontró que no difiere significativamente entre los tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos en la determinación según la prueba de medias de Tukey`s, resultaron igual al aplicar cualquiera de los tratamientos con valores promedios reportados 0,40 mg/l, es decir, el lodo residual no influye significativamente sobre el Boro. 4.4. Análisis físico químico de la planta Durante el período de crecimiento del cultivo de fríjol Vinga ungiculata variedad ON – 2:C, utilizado en este ensayo, no se observaron síntomas que pudieran indicar algún efecto tóxico en las plantas y/o frutos. Por otra parte, se observó un ligero cambio en la tonalidad del color de las hojas y en la elongación de los tallos, a medida que se incremento el porcentaje de lodo al suelo. Los tratamientos a los cuales se le aplicó mayor contenido de lodos residuales, las plantas presentaron un menor crecimiento, pero obtuvieron un mayor tamaño de sus hojas y una mejor formación y grosor de sus tallos, a demás, de presentar mejor pigmentación y mayor cantidad de frutos. El análisis químico foliar realizado en este ensayo mostró diferencias significativas en las concentraciones de los elementos evaluados entre los tratamientos con lodos y el testigo. Todos los macroelementos, microelementos y metales analizados en las hojas y frutos de las plantas de fríjol, aumentaron su concentración, a medida que se aumentaba la proporción de lodos en el suelo. Esto nos indicó que los lodos residuales influyeron significativamente sobre las variables morfológicas de cultivo ya que en este sentido se apreciaron variaciones significativas entre los tratamientos. 4.4.1. Nitrógeno (N) El análisis de varianza para esta variable demostró resultados altamente significativos (P < 0,001) entre los tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos indican que los mayores promedios alcanzados fueron para los tratamientos T215% y T445% de 3 mg/kg y 2,7 mg/kg respectivamente, igualmente los tratamiento T330% y T560% fueron favorecidos en aporte de nitrógeno por el lodo residual pero en menor proporción resultando así con valores de 2,5 mg/kg y 2,3 mg/kg. Según la prueba de medias de Tukey`s todos los tratamientos con lodos difieren significativamente (P < 0,05), del blanco ó testigo el cual reporto un valor de 1,7 mg/kg de aporte de nitrógeno. En la Figura 16 se observa el comportamiento del Nitrógeno en cada Tratamiento. Nitrógeno en Follaje y Frutos 5 mg/kg 4 Media 3 Máximo 2 Minimo 1 -0 1 2 3 4 5 Tratamientos Figura 16 Comportamiento del Nitrógeno en las plantas 4.4.2. Fósforo (P) El análisis de varianza para esta variable demostró resultados altamente significativos (P < 0,001) entre los tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos indican que los mayores promedios alcanzados fueron para los tratamientos T215% y T330% de 9,9 mg/kg y 11,7 mg/kg respectivamente, igualmente los tratamiento y T445% T560% fueron favorecidos en aporte de fósforo por el lodo residual pero en menor proporción resultando así con valores de 8 mg/kg y 7,3 mg/kg. Según la prueba de medias de Tukey`s todos los tratamientos con lodos difieren significativamente (P < 0,05), del blanco ó testigo el cual reporto un valor de 5,1 mg/kg de aporte de fósforo. En la Figura 17 se observa el comportamiento del Fósforo en cada Tratamiento. Fósforo en Follaje y Frutos mg/kg 15 Media Máximo Minimo 10 5 - 0 1 2 3 4 5 Tratamientos Figura 17 Comportamiento del Fósforo en las plantas 4.4.3. Potasio (k) El análisis de varianza para esta variable demostró resultados altamente significativos (P < 0,001) entre los tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos indican que los mayores promedios alcanzados fueron para los tratamientos T330% y T560%de 1,8 mg/l y 2,2 mg/l respectivamente, igualmente los tratamiento y T215% y T445% fueron favorecidos en aporte de potasio por el lodo residual pero en menor proporción resultando así con valores de 1 mg/l y 1,2 mg/l. Según la prueba de medias de Tukey`s todos los tratamientos con lodos difieren significativamente (P < 0,05), del blanco ó testigo el cual reporto un valor de 0,7 mg/l de aporte de potasio. En las Figuras 18 se observa el Comportamiento del Potasio en cada tratamiento. mg/l Potasio en Follaje y Frutos 3,0 2,5 2,0 1,5 1,0 0,5 -0 Media Máximo Minimo 1 2 3 4 5 Tratamientos Figura 18 Comportamiento del Potasio en las plantas 4.4.4. Calcio (Ca) El análisis de varianza para esta variable demostró diferencias significativas (P < 0,001) entre los tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos según la prueba de media de Tukey´s indican que hubo diferencias significativas entre los tres últimos tratamientos y los dos primeros para la variable calcio, es decir, el tratamiento T1 0% y T215% presentaron una menor concentración con valores de 1,3 mg/l y 1,4 mg/l, respectivamente; mientras que los tratamientos T330%, T445% y T560% reportaron 2,1 mg/l, 1,9 mg/l, 2 mg/l, en los cuales se aplicó mayor cantidad de lodo residual al suelo. En la Figura 19 se observa el comportamiento del calcio en cada Tratamiento. mg/l Calcio en Follaje y Frutos 3,0 2,5 2,0 1,5 1,0 0,5 -0 Media Maximo Minimo 1 2 3 4 5 Tratamientos Figura 19 Comportamiento del Calcio en las plantas 4.4.5. Magnesio (Mg) El análisis de varianza para esta variable demostró diferencias significativas (P < 0,001) entre los tratamientos evaluados. Los resultados obtenidos según la prueba de media de Tukey´s indican que hubo diferencias significativas entre los tres últimos tratamientos y los dos primeros para la variable calcio, es decir, el tratamiento T1 0% y T215% presentaron una menor concentración con valores de 0,4 mg/l y 0,6 mg/l, respectivamente; mientras que los tratamientos T330%, T445% y T560% reportaron 1,3 mg/l, 1,9 mg/l, 1,9 mg/l, en los cuales se aplicó mayor cantidad de lodo residual al suelo. En la Figura 20 se observa el comportamiento del Magnesio en cada Tratamiento. mg/l Magnesio en Follaje y Frutos 3,0 2,5 2,0 1,5 1,0 0,5 -0 Media Máximo Minimo 1 2 3 4 5 Tratamientos Figura 20 Comportamiento del Magnesio en las plantas CAPITULO V CONCLUSIONES En función de los resultados obtenidos se puede indicar que el uso de los lodos residuales satisface los principios básicos ecológicos de reciclaje, y al mismo tiempo pueden ser considerados económicamente atractivos, por lo que el lodo puede ser un sustituto parcial de los fertilizantes químicos aumentando la calidad de los suelos con fines agrícolas. Los resultados obtenidos permiten afirmar que los lodos residuales provenientes de las plantas de tratamiento de aguas servidas presentan nuevas prospectivas para su utilización como abonos orgánicos. Debido a que aportaron nutrientes esenciales para las plantas y su concentración de metales pasados no excede los límites máximos establecidos en las leyes venezolanas para su utilización. La aplicación de lodos residuales incrementó la concentración de macro elementos tales como (N, P, K), de elementos secundarios como (Cu, Zn, Mg), a demás de incrementar las variables relacionadas con CIC y CO en el suelo; las variables relacionadas con Mn, pH y RAS tuvieron un comportamiento similar en todos los tratamientos, y los elementos correspondiente a Fe y Ca disminuyeron a medida que se incremento el porcentaje de lodo en el suelo. Sin embargo podemos concluir que estos lodos aportan elementos disponibles al suelo de manera rápida y segura para la absorción de las plantas. También se puede deducir que existió una relación directa durante la concentración de algunos elementos en relación a la dosis de lodo aplicada. En relación a las concentraciones promedio de metales pesados analizados en esta investigación provenientes de los lodos residuales se determinó que los valores obtenidos se encuentran dentro de los requerimientos de la normativa ambiental Decreto 2.635 Normas para el Manejo de Desechos Peligrosos. Ya que ninguno de los metales excede las concentraciones máximas permisibles consideradas aceptables en suelos agrícolas, razón por la cual es factible el uso de estos lodos en la agricultura. Si se toma en cuenta las necesidades de estos elementos para algunos cultivos y basándonos en experiencias tenidas en el Estado Falcón con fertilizantes inorgánicos donde las dosis recomendadas en Solanáceas (tomate, ají, pimentón y berenjena) es de aproximadamente 800 kg/ha de fertilizante de formula 12-24-12, la cual representa 96kg de N y K y 192 kg de P; se puede presumir que los lodos residuales cubren las necesidades de N y K, pero habría que aplicar fertilizantes fosfatados para complementar las necesidades de este elemento. Igualmente en los cultivos de Cucurbitáceas (patilla y melón) se han obtenido buenos resultados. El tratamiento recomendado en esta investigación es el T330%, ya que el mismo, realiza aportes significativos de nutrientes al suelo, al igual que los demás tratamientos con mayor aplicación de lodos residuales; a demás de ser mas ventajoso en cuanto al volumen a utilizar o manejar por lo que reduciría los costo de producción. CAPITULO VI RECOMENDACIONES En Venezuela no existen normativas conocidas que regulen el uso de los lodos residuales proveniente de plantas de tratamientos de aguas servidas con fines agrícolas, no siendo esta una práctica común, por lo que de concretarse un proyecto de utilizar los lodos residuales en los suelos como sustrato en cultivos de producción en canteros y/o barbacoas. Se recomienda proponer a los organismos competentes la realización de normativas venezolanas especificas para el uso de los lodos residuales, así mismos, se puede tomar como referencia o acoger la normativa de la Comunidad Europea (E.C), que establece regulaciones para los suelos ácidos y básicos. También podríamos usar como referencia la de USA, pero en este caso tendríamos que vigilar las concentraciones de otros metales tales como el plomo y níquel. Además de las concentraciones máximas permisibles de metales pesados en los lodos, habría que determinar los valores límites para las cantidades anuales que se puedan introducir en los suelos cada año en Kg/ha. Se recomienda realizar estudios que permitan cuantificar la cantidad de metales pesados aportados por estos biosólidos, los cuales, constituyen un factor importante a considerar antes de ser aplicados al suelo con fines agrícolas. En la Comunidad Europea, se exige que los suelos sobre los que se van a aplicar lodos residuales, no excedan en cuanto al contenido de metales pesados. Los planes de fertilización deben establecerse racionalmente tomando en consideración los requerimientos de los cultitos y los aportes del lodo y el tipo de suelo. En regiones donde el Carbono Orgánico y la Materia Orgánica son bajos la aplicación de enmienda y/o fertilizantes son necesarios, en este caso los lodos residuales que contienen significativas cantidades de estos parámetros, son una buena fuente para el aporte de estos elementos de forma ecológicamente segura. A demás de mejora las propiedades físicas de los suelos ya que contribuyen a aumentar la retención del agua, la flora microbiana y la aeración. Esto repercutiría en un incremento de la velocidad de mineralización, que favorecería el proceso de nitrificación, haciendo más rápida la disponibilidad del Nitrógeno en los suelos. La relación carbono nitrógeno (C/N) de los suelos deben equilibrar la disponibilidad del Nitrógeno, ubicándose como una relación media, de acuerdo a la escala de rango comparativo de la relación C/N. Estos valores de calidad se mantendrían e inclusive posiblemente mejorarían al aplicar los lodos residuales, tomando en cuenta que la relación C/N de estos biosólidos es de alta. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS 1. Abello Nelson Farías, A.V.F. Ingeniería y Construcciones S.A. Departamento de Ingeniería y Proyectos. Programa de Descontaminación de Aguas. Descripción de Sistemas de Tratamiento para Aguas Servidas. Santiago, Chile, Fono: 56-2-6891700. Fax: Av. Beaucheff Nº 993, 56-2-6892884, http://www.e- seia.cl/archivos/biofiltro1.1.doc (Enero 2008) 2. Acosta Y., M. (1995) Aplicación de los lodos provenientes de las plantas de tratamiento de aguas servidas (T.A.S.) de Maraven – Cardón para el mejoramiento del suelo. Tesis de Grado. Universidad del Zulia. 110 pp. 3. Aguilar, R.; Loftin, S. R. (1991). Sewage sludge application in semiarid grasslands: Effects on run off and surface water quality. Pp 101 – 111. 4. Aguilera Santelices Silvia Maria. (2001). Desarrollo de prácticas sustentables de reciclaje de biosólidos en plantaciones forestales. Ciencias Suelo Ingeniería Forestal. http://www.fondef.cl/bases/fondef/proyecto/01/i/d01i1034.html 5. Alloway, H.W. (1977). Food Chain Aspects of use Organic Residues. Soils for Management of Organic Wastes Waters. ASA. C S S A. S S S A. 11: 283 – 297. 6. Andrade C., Bao y Guitiano. (1995). Caracterización Química y poder fertilizante de los lodos residuales en la planta depuradora de aguas sanitarias de Santiago de Compostela. Anales de Edafología y Agrobiología. 44: 1-4. 7. Andrade M. L.; Marcel, P.; Reizabal, M. L. Montero, M. L. (2000). Contenido, evolución de nutrientes y productividad en un suelo tratado con lodos residuales urbanos. Edafología. Vol. 7. (10):21 – 29. 8. Andrade, L.; Quintero, M.; Reizabal, M. L.; Estebez, J. (1999). Composición de materia orgánica y determinación de metales en lodos para uso potencial. 9. Arizaga Carmelo - Amorena Alfonso. (2000). El reciclaje de los lodos de la depuradora de Arazuri: un interés común entre la ciudad y el campo. Pamplona (España). E-mail: [email protected] http://habitat.aq.upm.es/bpes/na00/bpna2.html (Agosto 2004) 10. Ayuso M., T. Hernández, C. García y F. Costa. (1992). Use o fan aerobic sewage sludge as a substitute for inorganic phosphorus fertilizers. Soil y Plants 2 (2):271 – 280:17 refs. 11. Banu Ormeci and P. Aarne Veslind. (2001). Effect of dissolved organic material and cations on freeze-thaw conditioning of activated and alum sludges. Water Res. Vol.35 # 18. 12. Barry Glenn, Shudek P., Becks E. and Moody F. (1995). Estimating sludge application rates to land based on heavy metal and phosphorus sorption characteristics of soil. Water Res. Vol.29 # 9. 13. Benchiser, G. y T. Simarmata. (1994). Environmental Impact of fertilizing soils by using sewage and animal wastes. Fertilizer Reseach. 37 (1): 1 – 22. 14. Bergs, C. (1991). The Law amending the sewage ordenance a New Framework for the use of sewage sludges in agriculture. Korrezpondenz – Abswasser. 38: 6; 738; 740 – 742. 2 refs. 15. Bevacqua, R. F. And V. J. Mellano. (1993). Crop. Response to sewage Sludge Compost; a preliminary report. California Agriculture. 47 (3): 22 – 24. 16. Bontoux, L.; Vega, M.; Papameletiou, D. (1998). Tratamiento de las aguas residuales urbanas en Europa: el problema de los lodos. Índice revista 23. The IPTS repotrt. (Documento en línea) Disponible: www.members.es.tripod.de/ambiental/lodos.htlm. 17. Brack Antonio y Mendiola Cecilia. (2000). Enciclopedia "ECOLOGÍA DEL PERÚ". Disposición y Tratamiento de las Aguas Servidas. http://www.peruecologico.com.pe/lib_c26_t04.htm (Junio 2004). 18. Bulcholz, D. D. (1992). Municipal Wastewater Sludge Lab. Analysis Reports. Agronomy Technical Report. 10: 10. 19. Burges Joanna, Quartmvy J. and Stephenson T. (1999). Micronutrient supplements for optimization of the treatment of industrial wastewater using activated sludge. Water Res. Vol.18 # 33 20. Cabre, J.; Arráez, J; Aragonés, R. (1990). Eliminación de lodos de aguas residuales. La E.D.A.R. de Reus. Un ejemplo de aprovechamiento mediante compostaje. Química e Industria. 36: 537 – 541. 21. Canet, R.; Pomares, F.; Estela, M.; Tarazon, F. (1997). Chemical extractability and availability of heavy metals alter seven years application of organic wastes a citrus soil. Soil use and Management. 13:17. 22. Canet, R.; Pomares, F.; Estela, M.; Tarazon, F. (1998). Efecto de diferentes enmiendas orgánicos en las propiedades de suelo en n huerto de cítricos. Agrochemical. Vol XLIII. N 1 – 2. 23. Cartron, J. M.; Weil, R. R. (1998). Seasonal trend in soil nitrogen from injected or surface incorporated sewage sludge applied to corn. Comun. Soil. Sci: Plant. Anal. 29: 121 – 139. 24. Cavallaro, N.; N. Padilla and J. Villarubia. (1993). Sludge Effects on Chemical Properties of Acid Soils. Soil Science. 2 (156): 63 – 70. 25. Chaney, R. L. (1973). Crop and Food Chain Effects of Toxic Elements in Sludges and Effluents. In Recycling Municipal Sludges and Effluents on land. Proc. Joint. Conf. 9 – 13 July 1973. p. 129 -141. 26. Chausso, D. R. and Catroux, G. (1985). Determination de le valeur fertilizantes des boues residuaires. Aptitude a liberer l´azote. Ministere de´l envioment et ducadre de vie. Convention d´étude N° 74050. 27. Collins, J. C. (1981). In Lepp. N. W. (Ed). Effect of Heavy metal pollution on plants. Vol. 1. Applied Science Publishers. Lond and New Jersey. Pp. 145. 28. Coplanarh (1975). Inventario Nacional de Tierras. Regiones Nor-Occidental. Centro Occidental y Central. M.A.C. – M.A.R.N.R. Volumen I. N° 43. 29. Cottenie, A.; Kickur, L. and Van Lanes Choot, G.; (1983). Problems pf the mobility and predictability of metals uptake by plants. D. Reidel Pub Co Holland. Processing and use of sewage sludge. Proc. Third Int. Symp. Brighton. Pp. 124 – 131. 30. Cripps, R. W.; Winfree, S. K. and Reagan, J. L. (1992). Effect of sewage sludge application method on corn production. Commun. Soil. Sci: Plant. Anal. 23: 1705 – 1715. 31. Darmody, R. G.; Foss; McIntosh and Wolf. (1983). Municpal sewage sludge compost amended soils. Some Spatiotemporal treatment effects. Journal Environmental Quality. Vol. 12. 2: 231- 236. 32. Davis, R. D. (1983). Crop uptake metals from sludge treated soil and its impleations for soil fertility and for the human diet. D. Reidel. Pub. Co. Holland. 9 – 357. Processing and use of sewage sludge. Proc. Third. Ins. Symp. Brighton. Pp 349 359. 33. Dean. L. A. (1973). Anion exchange in soils: Exchance phoaphours and the anion exchange capacity. Soils science. 63 377 – 387. 34. Devlin, R. M. (1980). Fisiología Vegetal Tercera Edición. Rev. Ediciones Omega – Barcelona España. Pp. 517. 35. Díaz Burgos, A. (1990). Compostaje de lodos residuales: aplicación agronómica y criterios de madurez. PhD. Thesis. Faculty of Scinces. Madrid University. Madrid. 36. E.P.A (1994). Municipal Wastewater reuse. Selectedreading on water reuse. Washington. D.C.U.S. Enviromental Protection Agency. 37. Ellis, B. G. (1978). The soils as chemical fitter. Recycling treated municipal waste waters and sludge though forest y cropland. P. 46 – 70. 38. Emisión S. A (2004). Tratamiento de Lodos. Barcelona España. teléfono: + 34 934 552 314, TELEFAX: + 34 934 368 074. www.emison.com (Junio 2005). 39. Ewing, B. and R. I. Dick. (1970). Disposal sludge and land. 39 – 408. In EF Golima and W. W Eckenfelder, Jr (Ed) water Quality improvement by fisical and chemical processes. Univ. of Texas press. Austin, Tx. 40. Falkengren Greup U.; Liner, Mark and Teyler G.; (1987). Chemosphere. 16: 22 – 39. 41. Fernandez, L. (1992). Practicas de fertilización y enmiendas. Trabajo de Ascenso. Facultad de Agronomía LUZ. Maracaibo, Zulia, Venezuela. Pp. 258 42. Ferrer Sulbaran, Rincon José. (2001).Treatment processes of water and wastewaters, municipal, agricultural and industrial, including residuals management. Water Research Vol. 35 # 12 Augustu. 43. Fortun, C. and Fortun, A. (1995). Utilización de compost de residuo sólido urbano para disminuir la degradación de los suelos. Edafología. 1: 27. 44. Frezquez, P. R.; Francis, R. E.; and Dennos, G. L. (1990). Sewage sludge effect on soil and plant quality in degraded semiarid grassland. J. Environ. Qual. 24:112 – 115. 45. Galloway, H.M. and Jacobs. (1977). Sewage Sludge Characteristics and Management. Utilizing Municipal sewage Waste Waters and sludges on Land for agricultural Production. North Central Regional Etension Publicación. N° 52. 1: 3 – 16. 46. Gerstring, W. D. And Jarrell, W. M. (1982). Plant availability of phosphorus and heavy metals in soils amended with chemically treated sewage sludge. J Environ. Qual. 11: 669 – 675. 47. Hanke, F. (1990). Los elementos mayores N, P y K en el suelo. Fundamentos para la interpretación de análisis de suelos, plantas y aguas para riego. 3:186 – 196. 48. Hanni, H.; Gupta, S. K. and Furrer, D. J. (1980). Availability of phosphorus fractions in sewage sludge. In: phosphorus in sewage sludge and animal waste slurries. Hucker, T. W. G. And Catroux, C.; (Ed). 177 – 190, reidel publishing Co. Londres. 49. Hernández, T.; García, C.; Costa, F.; Valero, J. A. y Ayuso, M. (1992). Utilización de residuos urbanos como fertilizantes orgánicos. Suelo y Plantas. 2:373 – 383. 50. Hubbaerd, R. K.; Erikson, A. E.; Ellis, B. G. And Wolcott, A. R. (1982). Monement of diffuse source pollutants in small agricultural water sheds of the Greath Lakes Basin. J. Environ. Qual. 11: 117 – 123. 51. Illera, V.; Walter, I.; Cuevas, G. and Cala, V. (1999). Biosolid and municipal soil waste effects on physical and chemical properties of a degraded soil. Agrochemical vol. XLIII. (3-4): 179-186. 52. Jacobo, A. and Uexkull, (1973). Fertilización nutrición y abonado de cultivos tropicales y subtropicales. Ediciones Euro America, Cuarta Edición en Español. Mexico. Pp. 220. 53. Jacobs, L. W. (1997). Sewage Sludge Characteristics and Management. Utilizing Municipal sewage Waste Waters and sludges on Land for agricultural Production. North Central Regional Etension Publicacion. N° 52. 18 – 29. 54. Kawasaki, A.; Kimura, R. and Arai, S. (1998). Rare earth elements and other trace elements in wastewater treatment sludge. Soil Sci. Plant Nupr. 44 (3): 433 – 441. 55. Kelling, K. A.; Walsh, L. M.; Keeney, D, R.; Ryan, J.A. and Peterson, A. E.; (1997). A field study of the agricultural use of sewage sludge. II Effect on soil N and P. J. Environ Qual. 6:345 – 352. 56. Kenney, D. R. and Wildung. (1973). Chemical properties of soils. Soils for Management of organic waste waters. ASA. CSSA. SSSA. 4: 75 – 94. 57. Kielly, G. (1999). Ingeniería Ambiental. Fundamentos, entornos, tecnológicos y sistema de gestión. Mc Graw-Hill/ Interamericana de España. S. A. U. pp 1309. 58. Korentajer, L. (1991). A revierw of the agricultural use sewage sludge: benefits and potential hazards. Water S. A. 17 (3): 189-186. 59. Larsen, K. E. (1981). Phosphorus effect of animal manure and sewage sludge. In: Phosphorus in sewage sludge and animal waste slurries. Hucker, T.W. G. and Catroux, c. (Ed). Reidel Publishing Co. London. Pp. 207 – 229. 60. Lorenzo Chicón. (2002) Especiación de metales pesados en lodos de aguas residuales de origen urbano y aplicación de lodos digeridos como mejoradores de suelos. Trabajo de investigación del Programa de Doctorado en Ingeniería Ambiental de la Universidad de Málaga. http://usuarios.lycos.es/ambiental/lodos.html (Diciembre 2004). 61. Lugo Gisela y Meza Yoselín. (2001) “Biorremediación de suelos contaminados con hidrocarburos utilizando lodos residuales domésticos tratados”. Trabajo Especial de Grado. Facultad de Ingeniería. LUZ. 62. Luo, Y. M. Y Christie, P. (1998). Biovailabity of copper and Zinc in soils treated with alkaline stabilized. J Environ Qual. 27: 335 – 342. 63. Magdof, F. R. and Amadon, J. F. (1980). Nitrogen availabity from sewage sludge. J. Environ. Qual. 9: 451 – 455. 64. Mamais, D. A.; Kouseli – Katsiri, D. G.; Chris-Toulas, A.; Andreadakis and Aftias, E. (2000). Evaluation of Agricultural utilization of the sludge produced at psyttalia WTP. Water science and technology. 42 (9): 21-27. 65. Marschner, H. (1990). Nutrient dynamics in the rhizosphere. In: Nutrición Mineral. Bajo condiciones de estrés. Servel de Public. Intercanvi cientific de la UIB, Palma de Mayorca. Pp. 1 – 13. 66. Mayer, R. and Heinrichs, H. (1981). Z.P.J. Lanznernaehr, Bodenk. In: Toxicity of heavy metals (Zn, Cu, Cd, Pb) to vascular plants. Water, Air, and Soil Pollution. Pp 287 – 319. 67. Maynard, A. A. (1993). Evaluating the sultability of MSW compost as a soil amendment in field-grown tomatoes. Compost Science & Utilization. Pp 34. 68. McBride, M B. (1995). Toxic metal accumulation from agricultural use of sludge: Are. U. S. EPA regulation. Protective. J. Environ. Qual. 24:5 – 18. 69. McCall, t.; J. Peterson and C. Lee – Hang. (1977). Properties of Agricultural and Municipal Notes. In: Soils for Management of Organic Notes and Notes Maters. Ed. 1. Eliot and F. Stevenson soil Science Society of America. 650 p. 70. McGrath, S. P. (1994). Effect of heavy metals from sewage sludge on soil microbes in agricultural ecosystems. In Toxic Metals in Soil Plants Systems. S. M. Ross (Ed) Wiley. New York. Pp. 247 – 274. 71. Metcalf & Eddy, Inc. (1996). Ingeniería de aguas residuales. Tratamiento vertido y reutilización. 3ra Ed. McGraw-Hill/Interamericana. Editores S.A de C.V.: México. pp. 1485. 72. Morales, N. (1994) “Influencia de la Calidad Física-Química del Agua de la Laguna de Sinamaica sobre la Comunidad Zooplactónica”. Tesis de Maestría. Facultad de Ingeniería. Universidad del Zulia, 108 73. Moreno, J. L.; García, C.; Hernández, T. and Ayuso, M. (1997). Application of compost sewage sludges contaminated with heavy metals to an agriculture soil. Effect on letice Growth. Soil Sci. plant Nutr. 43 (3): 565-573. 74. Nebel, B. J y Wright, R. T. (1999). Ciencias Ambientales. Ecología y desarrollo sostenible. 6ta Ed. Prentice may. Mexico. Pp 720. 75. Ottaviani, M.; Santarsiero, A. and De Fuvlio, S. (1991). Hygienic technical and legislative aspects of agricultural sewage sludge usage. Acta Chin Hung. 128 (4-5): 535-543. 76. Parker, C. F, and Sommers. (1983). Mineralization of nitrogen in sewage sludge. J. Environ. Qual. 12: 150 – 156. Plants. Water, Air, and Soil pollution. 47: 287 – 319. 77. Pera, A; Giovannetti, M.; Vallino, G, and Bertoldi, M, (1981). Land application of sludge. Effects on soil micro flora. C.E.C. Seminar organized by C.E.E.E, and Director General for Science Research and Development and the Bayerische Landesons talt fur Borden Kultur und Pflazuban. Munich (F.R.G). 78. Phalsson, A. B. (1989). Toxicity of Heavy metals (Zn, Cu, Cd, Pb) to vascular 79. Pluquet, M, E. (1984). Comparación de´l utilization par le mais du phosphore des boues residuaires on du phosphate pour differents neveaux de zinc et de ferdons le subtract. Ann, Agron. 30: 443 – 453. 80. Pommel, B. (1979). Comparacion de´l utilization par le maíz du phosphore des boues residuaires ou du phosphate monocalcique pour differents neveaux de zinc et de ferdons le subtract. Ann, Agron. 30: 443 – 453. 81. Quintero, M. P; Andrade, M. L, y De Blas, E. (1998). Efecto de la adición de un lodo residual sobre las propiedades del suelo.: Experimento de Campo Edafología. 5: 1 - 10. 82. Reparmar. (1999). Manejo ambientalmente adecuado de lodos provenientes de plantas de tratamiento. Disponible. File: //A:\InvestigacionesIIhtm. (Febrero 2006). 83. Río Juan Manuel. (2000). Tratamiento de Lodos. Moras # 532, Col. del Valle, México D.F. 03100 Tel: email:[email protected]. 55 24 57 77- Fax: 55 24 67 12, http://www.pwh.com.mx/tratamiento_lodos.html (Diciembre 2004) 84. Rivera Jesús. AIMME - Instituto Tecnológico Metalmecánico. (1999). Obtención de Abono Agrícola. Utilización de los lodos de depuradoras físico-químicas del sector de trefilado de acero como abono. http://www.aimme.es/aimme/proyectos/ficha.asp?id=253 (Junio 2004) 85. Rostango, C.M, and Sosebee, R. E. (2001). Biosolids Application in the chiuauan Desrt: Effects on Run off water Quality. J. Environ Qual.: 160-170. 86. Samaras, V. y Kallianou, C. L. (2000). Effect of sewage sludge application on cotton yield and contamination of soils and plant leaves. Soils. Sec. Plant. Anal. 31: 331 – 343. 87. Sauberck, D. R. (1991). Plant element and soil properties governing uptake and availability of heavy metal derived from sewage sludge. Water, Air and soil Pollution. 57:58 – 227. 88. Sims, J. T. and Klini, J. S. (1999). Chemical fractionation and plant uptake of heavy metal in soil amen deck with composted sewage sludge. J. Environ. Qual. 20: 387. 89. Sommers, L. E, and Sotton, A. L. (1980). Use of waste material as of phosphorus. In: The role of phosphorus in agriculture. Khsawneh, F. E., E.C. and Kamprath, E. J. (Ed). American Society of Agronomy, Madison, Wisc. 90. Sposito, G.; Lund, L. J. and Chang, C. (1982). Trace metals chemistry in arid zone field soil amended with sewage sludge: I. Fractionation of Ni, Cu, Zn, and Pb in solid phases. Soil Sci. Soc. Am. J. 46: 260 – 264. 91. Stephen. (1998). The use of compost municipal soil waste in land restoration. World Congress of soil Science Proceedings. 20 – 26/08. Montpelier. France. 92. Tester, C. F. (1990). Organic amendment effects on physical properties of a sandy soil. Soil Sci. Soc. Am. J. 54 (3): 827-831. 93. Trivelli Marcelo. (2004). Seminario en Centro Regional de Investigación La Platina, dependiente del Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIA) del Ministerio de Agricultura (2004). La Platina Buscan usos benéficos del lodo generado en plantas de tratamiento de aguas servidas para la actividad silvoagropecuaria. SANTIAGO. http://www.agricultura.gob.cl/noticia. (Junio 2004). 94. Valdares, J.; MAS, GAL. M.; Mingelgrin, U. And Page, A. L. (1983). Some Heavy metals in solid treated with sewage sludge. Their effects on yield, and their uptake by plants. J. Environ. Qual. 12:49. 95. Van Lune, P. (1985). Relation between the Cd content of soil and that of edible parts of crops. Ins. Bodem Vruchtbaarheid rapp. Pp. 13 -85. 96. Van Voorneburg, F. and Van Veen, H. J. (1993). Treatment and disposal of municipal sludge in Netherlands. Journal of the Institution of water an Environmental Management. V – 7. 97. Verdu, I.; Gómez, I.; Burlo, F. y Matriz, J. (1992). Incidencia del fósforo en la mineralización del nitrógeno orgánico de un lodo de depuradora en dos suelos calizos. Extracción mediante EUF. Suelos y Plantas 1: 151 – 161. 98. Von Bredow, B. V.; Bugget, A.; Eck Hoff, A.; Hollestein, B.; Neumann, M.; Shindel, R.; We ber, A.; Zech,s and Clavac, V. (1986). In: Toxicity of heavy metals to vascular plants. Water, Air and Soil Pollution. Pp 287 -319. 99. Walter, I.; Miralles. R.; Funes, E.; Gorospe, M. J. and Bigerigo, M. (1990). Effect of sludge, used as fertilizer in the central region of Spain. In. Used of sludge and liquid agricultural waste. L. Her mite. (Ed). Elsevier Applied Science. pp 304 – 309.