LOS CUATRO PILARES DE LOS DERECHOS HUMANOS Como fue planteado en la columna del mes pasado, el movimiento moderno de los derechos humanos, encuentra en la Declaración Universal de 1948, un momento histórico que crea un nuevo paradigma universal, en donde el ser humano pasa a ser sujeto de derecho en el ámbito internacional y el fin último que debería conducir todas las acciones estatales. Ese 10 de diciembre de 1948 fue el punto de partida para la sanción de cientos de declaraciones, convenciones, tratados y normas de todo tipo, para avanzar en la protección de los derechos humanos a nivel universal. Como una especie de “Big Bang” de los derechos humanos, el 10 de diciembre de 1948 se inició un estallido de declaraciones, convenciones, resoluciones, tratados, observaciones, opiniones, etc., tanto a nivel nacional, bilateral, multilateral, sub regional, regional, y universal que fueron rápidamente construyendo una red universal de normas, tanto duras como blandas, que ofrece protección a todas las personas del mundo, “sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición” como dice la Declaración Universal de Derechos Humanos. Pero es imposible comprender el movimiento moderno de los derechos humanos, limitándonos al aspecto exclusivamente normativo. Conjuntamente con las normas, el Big Bang se amplió asimismo hacia otros aspectos, que conjuntamente con las normas internacionales, conforman lo que conocemos hoy en día como sistemas de protección de los derechos humanos, esenciales para avanzar debidamente en la prevención, defensa y promoción de los derechos humanos. Desde un punto de vista meramente práctico, podemos reducir esos ámbitos, a cuatro pilares fundamentales: 1. Las Normas; 2. Las Instituciones de Supervisión; 3. Los Estados; 4. La Sociedad Civil. Estos cuatro pilares de los derechos humanos, conforman la arquitectura en donde se sostienen los derechos humanos. Del accionar de cada uno de estos cuatro pilares y de la interrelación entre los mismos, dependerá en gran parte la efectividad en la defensa de los derechos humanos. Por ejemplo, si las normas no son precisas, los Estados no las cumplen, las instituciones internacionales no las supervisan debidamente y la sociedad civil no se moviliza o lo hace sin coordinación y estrategia, las normas serán un simple papel, sin ninguna capacidad para proteger los derechos humanos. Si en cambio, las normas son claras y obligatorias, los Estados tienen la voluntad de cumplirlas, las instituciones internacionales toman decisiones en tiempo y forma, la sociedad civil se moviliza estratégicamente para exigir que se cumplan, y hay un diálogo permanente entre los cuatro pilares, se lograrán obtener los resultados buscados con la sanción de las normas. Frente a cualquier situación de violación a los derechos humanos o de potencial violación de los mismos, los defensores de derechos humanos, ya sean de la sociedad civil o funcionarios del Estado (operadores de justicia), deben analizar detenidamente estos cuatro pilares, para determinar las debilidades y las fortalezas, y tomar las medidas mas indicadas, para lograr un diálogo entre los cuatro pilares, que permita la prevención de violaciones o la debida reparación de las mismas. Primer Pilar: Normas En 1993, en Viena, Austria, tuvo lugar la segunda Conferencia Mundial de Derechos Humanos. (La primera fue realizada en Teherán, Irán, en 1968 para conmemorar los 20 años de la Declaración Universal). La conferencia de Viena se realizó pocos años después de la caída del muro de Berlín y el fin de la guerra fría, y formó parte de un significativo número de conferencias universales, que buscaban, luego de la bipolaridad del mundo posterior a la segunda guerra mundial, una mayor integración, coordinación y participación global en el desarrollo de políticas globales. (Algunas de las conferencias que tuvieron lugar durante esos años, sonreír , la Cumbre de la Tierra en Rio de Janeiro, Brasil, en 1992; la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo en El Cairo, Egipto, en 1994; la Comisión de Desarrollo Social en Copenhague Dinamarca, en 1995, y la Conferencia Mundial sobre la Mujer en Pekín, China, en 1995). La reunión en Viena, con aproximadamente 7.000 participantes, 171 países y 800 ONGs representó la mayor reunión de derechos humanos. Entre los resultados principales, figura la creación de la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la proclamación inequívoca de los derechos de la mujer, y el impulso a la creación de la Corte Penal Internacional. Desde el punto de vista normativo, la Conferencia de Viena intentó asimismo ponerle fin al debate que caracterizó los años siguientes a la aprobación de la Declaración Universal, entre la división entre los derechos civiles y políticos, por un lado, y los derechos económicos, sociales y culturales, por el otro. En la Declaración y Programa de Acción de Viena se afirma en el punto quinto que Todos los derechos humanos son universales, indivisibles e interdependientes y están relacionados entre sí. La comunidad internacional debe tratar los derechos humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles a todos el mismo peso. Debe tenerse en cuenta la importancia de las particularidades nacionales y regionales, así ́ como de los diversos patrimonios históricos, culturales y religiosos, pero los Estados tienen el deber, sean cuales fueren sus sistemas políticos, económicos y culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades fundamentales. A partir de ese momento, la universalidad, indivisibilidad, interdependencia e interrelación de los derechos humanos, paso a ser una característica indiscutible. Claro está, en la práctica, la realidad no siempre acompaña a esas características y por lo tanto, en muchos casos, estas características continúan siendo una expresión de deseos. A las cuatro características surgidas principalmente de la Conferencia de Viena, se le deben agregar otras que ya existían con anterioridad, o se fueron desarrollando durante las últimas décadas. Entre otras se puede mencionar que los derechos humanos son innatos, obligatorios, irrenunciables, inalienables, imprescriptibles y progresivos. La extraordinaria red de derechos humanos, surgida a partir de 1948, otorga a todos los habitantes del mundo una protección normativa que era impensable con anterioridad a esa fecha. Hoy en día, no hay ningún rincón del mundo en el que una persona no cuente con la protección que le otorgan las normas de derechos humanos. Esta arquitectura normativa, en términos generales, puede dividirse asimismo en dos categorías. Por un lado están aquellas convenciones que crean ley dura (hard law), es decir, obligatorias para los estados, y aquellas declaraciones u opiniones que, teóricamente no son vinculantes, es decir, ley blanda (soft law). Sin embargo, en materia de derechos humanos, teniendo en cuenta el carácter progresivo de los derechos humanos y que los instrumentos de derechos humanos deben considerarse documentos vivos, muchas de las declaraciones que originalmente eran consideradas como ley blanda, comenzaron a ser aceptadas mayoritariamente como ley dura de carácter obligatorio. Tal es el caso por ejemplo de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, que tanto la Comisión, como la Corte interamericanas, ya la han considerado de obligatorio cumplimiento para los estados. Algunos pocos ejemplos sirven para comprender la magnitud de normas internacionales de derechos humanos que surgieron a partir de la aprobación de la Declaración Universal en 1948. A nivel de las Naciones Unidas, se pueden mencionar entre otras: Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial (1965); Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966); Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966); Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (1979); Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes (1984); Convención sobre los Derechos del Niño (1989); Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de Todos Los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares (1990); Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra las Desapariciones Forzadas (2006) y la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Dentro del sistema interamericano se deben incluir a la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre (1948), Convención Americana sobre Derechos Humanos (1969), Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura (1985); Protocolo Adicional a la Convención Americana en Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1988); Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a la Abolición de la Pena de Muerte (1990); Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia Contra la Mujer (1994); Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas (1994); Convención Interamericana para la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad (1999); Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y Formas Conexas de Intolerancia (2013); Convención Interamericana contra toda Forma de Discriminación e Intolerancia (2013). En el sistema africano y el asiático, existe una menor cantidad de normas de carácter obligatorio para los Estados, pero igual representa un numero significativo de normas de derechos humanos: Convención sobre los Refugiados (1969); Carta Africana sobre los Derechos Humanos y de los Pueblos (1981); Carta Africana sobre los Derechos y el Bienestar del Niño (1990); Protocolo a la Carta Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos sobre los Derechos de las Mujeres en África (2003); Declaración de Derechos Humanos de la Asociación de Naciones del Asia Sudoriental (2012) y la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y la Eliminación de la Violencia contra los niños (2004). Esta gran red universal y regional de normas internacionales de derechos humanos, han cambiado radicalmente, a partir de 1948, la protección de las personas en el mundo entero. Segundo Pilar: Instituciones de Supervisión Sin mecanismos de supervisión, las normas pueden tener un importante valor moral y de establecimiento de estándares internacionales, pero carecen de la eficacia necesaria para garantizar el respeto a los derechos humanos. El primer mecanismo internacional que se creo con el objetivo de juzgar violaciones a los derechos humanos, fue posiblemente la creación en 1474 de un tribunal ad hoc por parte del Sacro Imperio Romano Germánico para juzgar a Peter Von Hagenbach por crímenes de guerra, que incluía, entre otros, asesinatos y violaciones. Pero luego de ese primer esbozo de un mecanismo internacional con un mandato de supervisar o impartir justicia, habrá que esperar casi medio milenio, para que se constituyan los tribunales de Núremberg. En efecto, el concepto de soberanía desarrollado por Jean Bodin en Los Seis Libros de la Republica de 1576, conjuntamente con la firma de La Paz de Westfalia de 1648, y el surgimiento del Estado moderno basado en la soberanía y no intervención, demoraron toda noción de justicia o supervisión internacional, hasta los Tribunales de Núremberg luego de la Segunda Guerra Mundial y el surgimiento de las Naciones Unidas. Las atrocidades cometidas durante la segunda guerra mundial, le dieron impulso a la creación de la Comisión de Derechos Humanos, dentro del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas. La Comisión de Derechos Humanos tuvo como principal tarea la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y la de promover y proteger los derechos humanos. Con los juicios de Núremberg y la Comisión de Derechos Humanos, en el marco del internacionalismo impulsado por la creación de las Naciones Unidas, se dieron los primeros pasos para que existan mecanismos internacionales que faciliten la prevención de violaciones a los derechos humanos, y la impartición de justicia por parte de la comunidad internacional. A partir de ese momento han surgido numerosas instituciones internacionales con mandatos de prevención, promoción y de Impartir justicia por violaciones a los derechos humanos. Entre otras se pueden mencionar: A nivel universal: El sistema de Naciones Unidas de derechos humanos comprende un gran número de instituciones que directa o indirectamente tienen mandato de derechos humanos. Sin pretender hacer una lista exhaustiva, se pueden mencionar el Consejo de Derechos Humanos (ex Comisión, creado en 1947 y reemplazado por el Consejo en el 2006); la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos (1993); los Órganos de Tratados, que incluye al Comité de Derechos Humanos, el Comité de Derechos Económicos Sociales y Culturales, el Comité sobre la Eliminación de la Discriminación Racial, el Comité sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, el Comité contra la Tortura, el Sub Comité para la Prevención de la Tortura, el Comité de los Derechos del Niño, el Comité de Trabajadores Migrantes, el Comité sobre Personas con Discapacidad y el Comité sobre Desapariciones Forzadas. Asimismo, se deben agregar los Mandatos Especiales que incluye a 41 relatorías temáticas y 14 sobre países. A nivel regional: Comisión Europea de Derechos Humanos (1954) Corte Europea de Derechos Humanos (1953) Comisión Interamericana de Derechos Humanos (1959) Corte Interamericana de Derechos Humanos (1979) Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (1986) Corte Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos (2006) Comisión Intergubernamental de Derechos Humanos de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) (2009) A nivel subregional: En América Latina y el Caribe: Corte Caribeña de Justicia (2001) Instituto de Políticas Públicas en Derechos Humanos del Mercosur (2009) Grupo de Alto Nivel sobre Derechos Humanos de Unasur (2012) África: Corte de Justicia de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, ECOWAS (1991) Corte de Justicia de la Comunidad de África Oriental, EACJ (1999) Tribunal de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (2005) Esta lista no exhaustiva, claramente muestra el desarrollo que ha habido en el ámbito de las instituciones de supervisión de derechos humanos. A estas se le deben sumar otras entidades que también cumplen algunas funciones relacionadas con los derechos humanos (como ser tratados bilaterales o multilaterales de comercio que incluyen cláusulas relacionados con los derechos humanos, o bien nuevas instituciones que se están desarrollando actualmente, como ser la Corte Pan Árabe de Derechos Humanos. Hoy en día, sin tener en cuenta los mecanismos de protección que dependen de las Naciones Unidas, aproximadamente un 75% de los países del mundo, forman parte de algún mecanismo de protección regional o subregional. Entre la gran cantidad de instituciones internacionales de protección de derechos humanos, existe una gran diversidad en las composiciones, mandatos y funciones de los mismos. En el próximo articulo, nos referiremos precisamente a las características principales que deben tener las instituciones de protección de derechos humanos para poder ejercer debidamente sus funciones. Asimismo continuaremos con los dos pilares faltantes, los Estados y la Sociedad Civil. Santiago A. Cantón Asesor Internacional Principal del Comité Consultivo del Instituto de Derechos Humanos y Desarrollo de la Universidad de San Martín de Porres