UNIVERSIDAD DE CUENCA Facultad de Jurisprudencia, Ciencias Políticas y Sociales. ESCUELA DE DERECHO “LA ACCION DE PETICIÓN DE HERENCIA EN EL CODIGO CIVIL DEL ECUADOR” TESIS PREVIA A LAOBTENCIÓN DEL GRADO DE DOCTORA EN JURISPRUDENCIA Y ABOGADA DE LOS TRIBUNALES DE JUSTICIA DE LA REPUBLICA. DIRECTOR: DR. JORGE MORALES ALVAREZ. AUTORA: SARA MARIA VALLEJO CEDILLO CUENCA – ECUADOR 2005 1 “LA ACCION DE PETICIÓN DE HERENCIA EN EL CODIGO CIVIL DEL ECUADOR” INDICE Página INTRODUCCIÓN……………………………………………………………….…..4 CAPITULO I GENERALIDADES 1.1. Acciones a Favor de los Herederos……………….………………………….7 1.2. Antecedentes Históricos…………………………………………….…………9 1.3. Concepto y Definición de la Acción de Petición de Herencia……….……12 CAPITULO II LA ACCION DE PETICION DE HERENCIA 2.1. Naturaleza Jurídica de la Acción de Petición de Herencia………………..16 2.1.1. Juez Competente……………………………………………………..…19 2.2. Objeto de la Acción de Petición de Herencia………………………………20 2.3. Sujetos que intervienen en la Acción de Petición de Herencia…………..21 2.4. Características de esta Acción……………………………………..………..27 2.5. Efectos de la Acción de Petición de Herencia…………………..…………33 2.5.1 Consecuencias de la Buena Fe…………………………………….35 2.5.2 Consecuencias de la Mala Fe………………………………………38 2.5.3 Valor de los Actos Ejecutados por el Heredero Aparente………41 CAPITULO III DE LAS PRESTACIONES MUTUAS COMO RESULTADO DE LA ACCIÓN DE PETICIÓN DE HERENCIA 3.1 Las Prestaciones Mutuas……………………………………………………..43 3.2. Diferencias entre el Poseedor de Buena y Mala Fe……………….………44 3.3. Prestaciones Personales del Demandante al Poseedor Vencido y de éste a 2 Aquel……………………………………………………………………………46 3.4. Prestaciones que debe el Poseedor al Heredero…………………..….…..47 3.5. Prestaciones debidas por el Heredero al Poseedor……………………….48 3.6. Deterioros de las Cosas Hereditarias………………………………….……51 CAPITULO IV PRESCRIPCION Y SIMILITUDES CON OTRAS INSTITUCIONES JURÍDICAS 4.1. Prescripción de la Acción de Petición de Herencia………………..………54 4.2. Paralelo entre la Acción de Petición de Herencia con otras acciones…..57 4.2.1. Acción Reivindicatoria………………………………….………..…58 4.2.2. Acción De Partición………………………………………….……..60 4.2.3. Acción De Reforma…………………………………………………60 CONCLUSIONES………………………………………………………………….64 BIBLIOGRAFIA………….………………………………………………………..65 3 INTRODUCCION Al fallecer una persona ésta deja un patrimonio el cual deberá ser dividido entre las personas que le suceden, en virtud del modo de adquirir por sucesión por causa de muerte, el heredero pasa a ser el continuador de la persona del difunto, pudiendo ejercer todos los derechos que a aquel correspondía; por lo tanto tiene para sí varias acciones entre ellas la de Petición de Herencia, para asegurar el goce de los mismos. Como Acción de Petición de Herencia, tenemos que el heredero que se halla privado de la posesión de la herencia o de los bienes que forman parte del activo del patrimonio hereditario puede, ya sea para adquirir o recuperar la posesión hacer uso de esta acción real, que nace directamente del derecho de herencia. Esta institución tiene por objeto el que se le reconozca su derecho de dominio como heredero de la persona de cuya sucesión se trata, para así entrar en posesión de los bienes que le corresponden como tal. Históricamente, el nombre de Petición de Herencia, es de origen romano, se la conocía como PETITIO HEREDITATIS, esta denominación se aplicaba para el reconocimiento de la calidad de heredero, por lo que con este nombre aparece esta acción designada en muchas leyes; también se la llamó VINDICATIO, que hacía referencia a la entrega de las cosas de la herencia vindicadas de manos del poseedor que no posee como heredero verdadero. 4 La Petición de Herencia, es una acción real, que emana del derecho real de herencia, nuestro Código Civil lo distingue del derecho de dominio, ya que se refiere a una universalidad de cosas y no a cosas singulares, que es lo que le distingue precisamente de la reivindicatoria. El mismo Código Civil considera a la Acción de Petición de Herencia como un derecho real que tenemos sobre las cosas sin respecto de determinada persona y dispone que de éstos derechos nazcan las acciones reales. Con la acción de Petición de Herencia, el demandante que se cree y pretende heredero verdadero, reclama el reconocimiento de su calidad del tal, dándole el dominio absoluto sobre la universalidad del patrimonio del difunto, a quien, representa activamente y pasivamente en todos sus bienes, derechos, obligaciones y cargas transmisibles. Esta acción es “para que se le adjudique la herencia y se le restituyan las cosas hereditarias tanto corporales como incorporales”, es por eso que esta acción tiene un doble objeto que es por un lado el reconocimiento de la calidad de heredero que el demandante deberá haber probado en el juicio y por otro la consecuente restitución de las cosas hereditarias poseídas por el demandado y que constituyen el patrimonio dejado por el difunto, pero no solamente las cosas de cuya sucesión se trata sino aún también aquellas de que el difunto era mero tenedor, como depositario, prendario, comodatario, arrendatario, etc. Para concluir debo decir que la Acción de Petición de Herencia es, “la acción que tiene el heredero contra el poseedor de una herencia que 5 se da por tal para que se le reconozca su derecho a la totalidad de la herencia o a una cuota de ella y se le restituyan las cosas hereditarias, corporales o incorporales, que constituían el patrimonio del difunto fueran o no de su propiedad, intentada por el verdadero heredero testamentario o legítimo; o al que probare su derecho a la herencia”. Muchos son los móviles que impulsan a un estudiante para escoger este tema y por ello de una manera detallada he querido analizarlo, para que así pueda servir de modelo para el estudio del mismo. 6 GENERALIDADES 1.1. ACCIONES A FAVOR DE LOS HEREDEROS La transmisión sucesoria se produce en el instante mismo del fallecimiento del causante, es decir que desde ese momento sus sucesores universales son los propietarios de todos los bienes que forman parte de la herencia, aunque fueran incapaces o ignorasen que la herencia les ha sido diferida. De esta manera los herederos entran en posesión de la herencia, sin tomar en cuenta si lo hacen por decisión judicial o de pleno derecho. Es por ello, que quedan investidos de los derechos del causante y sometidos a sus obligaciones pudiendo ejercer todas las acciones que le pertenecían ya sean reales o personales, posesorias o petitorias; quedando al mismo tiempo expuesto a todas las acciones que podían darse en contra del difunto, porque como lo manifiesta Josserand 1 “las acciones forman cuerpo con los derechos cuya sanción constituyen y a los cuales siguen en todos sus destinos”. Pero no todas las acciones que pertenecen al difunto, resultan suficientes, para hacer valer los derechos del sucesor universal frente a determinadas situaciones creadas por la misma sucesión, por ello la legislación crea los remedios necesarios para estos casos. El heredero que se halla privado de la posesión de la herencia o de bienes que forman parte del activo del patrimonio hereditario puede, para adquirir o recuperar la posesión, hacer uso de dos acciones reales: 1 Josserand, Luis, Derecho Civil, T. III, vol. 2, pag. 239 7 la primera que nace directamente del derecho de herencia, a la que se le conoce con el nombre de ACCION DE PETICION DE HERENCIA, y la segunda que nace del derecho de dominio que el heredero adquiere en la delación de la herencia, sobre todos los bienes que constituyen el patrimonio activo, es decir la acción Reivindicatoria o acción de dominio. Además existen otras acciones o remedios propios del sucesor universal que le permiten defender ciertos intereses ligados concretamente con su derecho hereditario como son: la aceptación con beneficio de inventario, cesión de la herencia, partición, reducción, etc. Con la Acción de Petición de Herencia, el demandante persigue el reconocimiento de su derecho de herencia para obtener del demandado la entrega de todos los objetos que la constituyen, es decir la restitución de los bienes que estuviese detentando otra persona, como lógica consecuencia del reconocimiento de su calidad de sucesor universal; que por el hecho de su vocación hereditaria les corresponde dos tipos de acciones: a) Las que pertenecían al causante y que por lo tanto las ejercita el sucesor universal como su continuador, sustituyéndolo individual o particularmente, discutiéndose en este tipo de acción la propiedad o posesión del difunto sobre los bienes determinados, b) Las que son propias del sucesor universal, que nacen por el hecho de la muerte del causante, sean universales o indeterminadas, porque no recaen sobre un bien determinado, sino sobre todos los bienes de cuya sucesión se trata. El ejercicio de estos derechos y de estas acciones, supone en el heredero un antecedente necesario, a saber: que pueda probar en cualquier momento su calidad de tal; pero desde el instante en que se 8 le niega su calidad de heredero por otra persona, que ocupa los bienes de la herencia y que alega también la calidad de heredero, es necesario que el reclamante pruebe su título; y para este efecto, la ley le da una acción especial, que su funda en su calidad de heredero y que se la llama Petición de Herencia. 1.2. ANTECEDENTES HISTORICOS Considero indispensable que para enfocar con mayor claridad el tema, motivo del trabajo de tesis “LA ACCION DE PETICION DE HERENCIA”, en el Derecho Romano se decía que la herencia es la subrogación en la personalidad patrimonial del difunto, siendo únicamente el heredero propietario de las cosas corporales, acreedor de los créditos y deudor de las deudas que forman el patrimonio del causante. Para el Derecho Romano era la PETITIO HEREDITATIS, una acción real, que otorgaba el pretor al heredero que demandaba la restitución de los bienes hereditarios, contra el PRO HEREDE POSSESSOR, o sea, contra aquel que los poseía a título hereditario. También se otorgaba contra el PRO POSSESSSORE POSSESSOR, esto es, contra aquel que posee las cosas hereditarias sin más título que el de la posesión. La reglamentación romana de la Hereditaris Petitio, ha pasado al derecho moderno, es por eso que algunos códigos como el alemán, el italiano, el suizo, al igual que el nuestro lo consagran expresamente; salvo el francés, pero su vigencia y utilidad son reconocidas por la costumbre y la doctrina. 9 Nuestro Código Civil, limitó el alcance romano de la acción de petición de herencia, al concederla únicamente al heredero contra quien posee alegando el título de heredero (pro herede possessor); pero no otorgando contra quien haya entrado en posesión de los objetos de una herencia sin alegar ningún título. De manera que la herencia debía ser ocupada por otra persona en calidad de heredero; en efecto quien ocupa una herencia sin alegar ese título no podía ser demandado ni ejercerse las diferentes acciones singulares, que existían según la naturaleza de los bienes hereditarios que tenga en su poder sin título alguno. Esta acción instituida en el periodo de las Legis actiones, tenía por objeto que el heredero ejerciera todos los derechos que le correspondían y que obtuviera la adquisición efectiva del patrimonio del causante, pero fundado únicamente en su calidad de heredero, es decir que se la tenía como una especie de sanción civil del Derecho Hereditario con el objeto de prevenir una Usucapio pro Herede. El fin de la acción de petición de herencia era la de dirimir los litigios que versaban sobre el derecho hereditario; persiguiendo la declaración o reconocimiento de la condición de heredero del demandante y como consecuencia la restitución del activo hereditario, que comprendía los derechos de propiedad y de créditos de la herencia al día de la apertura de la sucesión. La restitución comprendía las cosas pendientes de la herencia, aunque sobre ellas no se tuviese el derecho de propiedad, como por ejemplo cuando el difunto detentaba a título de depositario, mandatario, comodatario, etc. Además debía restituir todo aquello con que se había enriquecido. 10 Le correspondía al titular de la acción probar: a) el fallecimiento del causante, la existencia de una institución testamentaria, o el grado de parentesco, b) la lesión sufrida en su derecho de posesión de las cosas hereditarias. La petición de herencia se concedía también contra aquel que ha cesado de poseer por dolo. Esta regla fue establecida por el senadocunsulto juventiano. Cuando el poseedor se había desecho por dolo, de las cosas que retenía, antes de la litis contestatio, no se podía ejercitar contra él, la petición de herencia ni la rei vindicatio. Es por ello que el demandante dirigía su persecución contra el nuevo poseedor y contra el antiguo poseedor no tenía más que la acción in factum. Es por eso que se estableció que el que hubiese por dolo dejado de poseer los bienes que forman parte de la masa hereditaria, debía ser considerado como si aún los tuviere, procediendo contra él la acción de petición de herencia. Durante la tramitación del juicio el demandado provisionalmente permanecía en posesión de los bienes hereditarios, pero con la condición de que hubiere prestado una garantía conocida como la cautio judicatum solvi, de restitución o ejecución de la probable condena. Este senadoconsulto determinaba la situación jurídica del poseedor, distinguiendo el de buena y el de mala fe, o con más precisión, el que se estima a sí mismo heredero y el que se entromete en los bienes a sabiendas de que no le pertenece la herencia. El poseedor de buena fe, debía restituir la herencia o sus partes tal como se encuentran en el momento de la litis contestatio, así como los frutos con los que se ha enriquecido. No respondía por las pérdidas o deterioros, aunque se deba a su culpa, pero no responde del caso 11 fortuito; debía ser indemnizado por todas las mejoras sean estas necesarias, útiles y aún las de mero lujo. El poseedor de la mala fe debía responder de toda pérdida sea esta total o parcial que proviniese de su culpa o de su dolo. Los frutos que debe restituir están considerados como un capital que viene a aumentar el activo hereditario, de manera que los frutos e intereses deben restituirse con los mismos frutos. En el caso de enajenación de las cosas hereditarias debía devolver el precio cuando éste era superior a su valor actual, y el valor de aquellas cuando éste era superior al precio recibido. En el Derecho Romano, después de la contestación a la demanda, el poseedor de buena fe es tratado como poseedor de mala fe, que respondía también del caso fortuito; ya que a partir de ese instante no podía abrigar la seguridad de que los bienes que detenta le pertenecen como heredero. En el derecho actual la petición de herencia ha dejado de tener aquella preeminencia básica que le acreditaron los jurisconsultos clásicos. Actualmente se la difiere de pleno derecho, es decir “sin la necesidad de la toma material”, esta acción ha quedado por lo tanto ubicada en un campo estrictamente formal para reclamar la herencia cuando el pretendido heredero no es reconocido por sus co -herederos o se niega un tercero a entregársela. 1.3. CONCEPTO Y DEFINICION DE LA ACCION DE PETICION DE HERENCIA El Diccionario Jurídico de Eduardo Couture dice que Petición etimológicamente, se deriva del vocablo latín petitionis, de igual 12 significado, nomen actionis del verbo peto, -eve “pedir” que originalmente significaba “dirigirse hacia”. A su vez la palabra Herencia proviene del latín haeventia, ium, que significa “pertenencias”, derivado del participio activo del verbo haeveo, -eve que significa “estar adherido”. Nuestro Código Civil en su Art. 1309 dispone que: “El que probare su derecho a una herencia ocupada por otra persona en calidad de heredero, tendrá acción para que se le adjudique la herencia, y se le restituyan las cosas hereditarias tanto corporales como incorporales, y aún aquellas que el difunto era mero tenedor, como depositario, comodatario, prendario, arrendatario, etc., y que no hubieran vuelto legítimamente a sus dueños”. CONCEPTOS En la Enciclopedia Jurídica OMEGA, se define a la Petición de Herencia como: “Una acción real por la cual alguien que se pretende llamado a una sucesión “mortis causa” como sucesor universal, reclama la entrega total o parcial de los bienes que componen el acervo sucesorio, como consecuencia del reconocimiento de su derecho sucesorio, de aquel o aquellos que invocando también esos mismos derechos han tomado posesión de todo o de parte de los objetos sucesorios que la componen conduciéndose como sucesores universales del causante o como causahabientes de semejante sucesores, y también de aquel o aquellos parientes de igual grado que les rehúsan reconocerle el mismo carácter”. 13 Para CAPITANT HENRI, es la “acción otorgada al heredero para reivindicar la herencia contra toda persona que pretenda esa misma calidad”. Eduardo J. Couture por su parte, manifiesta que la petición de herencia es: “Demanda o pretensión del que se considera heredero de un causante para que, justificada su condición de tal, se le atribuya judicialmente la parte de la herencia que le es negada o menoscabada”. DEFINICIONES Guillermo A. Borda, en su libro “TRATADO DE DERECHO CIVIL/SUCESIONES” manifiesta que: “La petición de herencia es una acción por la cual el heredero reclama la entrega de los bienes que componen el acervo sucesorio, de quien los detenta invocando también derechos sucesorios”. “Por consiguiente es necesario: 1. Que el reclamante invoque para fundar la acción su titulo de heredero 2. Que los bienes del sucesorio se encuentren en poder de un tercero 3. Invoque el detentador de los bienes”. 14 Para Manuel Somarriva, la acción de petición de herencia “es aquella que compete al heredero para obtener la restitución de la universalidad de la herencia contra el que la está poseyendo invocando también su calidad de heredero”. Se trata por lo tanto de una acción que se da entre herederos sobre el derecho real de herencia, para efectos de que la justicia decida cual de los dos le corresponde realmente su ejercicio y titularidad. Petición de herencia- según Joaquín Escriche en su Diccionario razonado de Legislación y Jurisprudencia – “es la acción que se concede al heredero de un difunto para pedir los bienes hereditarios de cualquiera que los tuviere en su poder en calidad de heredero o de poseedor, con los frutos, accesiones y pertenencias”. Planiol y Ripert la definen como “la acción real que compete al heredero contra aquellos que, pretendiendo tener un derecho a la sucesión, retienen de hecho, una parte de ella o el todo”. A su vez Arturo Valencia Zea, dice que “es la acción por la cual alguien sostiene ser suya la herencia y pide que se la restituya el que la detenta a título de heredero”. Además sostiene: “que es una acción universal, ya que no va encaminada a proteger éste o aquel bien hereditario, sino la universalidad jurídica de la herencia en su totalidad o en una cuota parte. Quien ejerce la acción debe pretenderse sucesor a título universal del causante, es decir su heredero.” 15 LA ACCION DE PETICION DE HERENCIA 2.1. NATURALEZA JURIDICA DE LA ACCION DE PETICIÓN DE HERENCIA Dilucidar cuál es la naturaleza jurídica de la petición de herencia, ha traído una serie de controversias, sobre todo la atención de la doctrina, por su importancia debido a la serie de consecuencias que se desprenden según la solución que se adopte. Entre las diferentes teorías formuladas se destacan las siguientes: a) ACCION REAL: Opinión dada por la mayor parte de autores, nacionales o extranjeros. Esta teoría se funda en el hecho de que la petición de herencia no se origina en un vínculo obligacional, respecto de una persona determinada, sino que se da contra el detentador de los objetos sucesorios o hereditarios, sin importar que persona sea. Se establece que la acción tiende a la restitución de esos bienes, basándose en el dominio que el sucesor universal tiene sobre esas cosas. Esta vocación sucesoria tiene un valor absoluto que no se reduce a una relación que exista entre dos determinadas personas; la cual no entraña vinculo alguno de obligación entre personas determinadas; sino constituye un derecho que puede ser invocado por una persona contra otra o todas las personas. No se trata de una acción personal por no media entre las personas ligadas entre sí una relación de crédito y deuda. En el supuesto de que el demandado fuera de mala fe y se reclamara la reparación de los daños y los frutos accesoriamente, éste 16 elemento natural no desnaturalizará el carácter de lo principal, que seguirá siendo real, en cuanto a los bienes que constituyen su objeto principal. Es por ello que las demandas accesorias sobre restitución de daños, perjuicios y frutos son accidentales y no esenciales a la acción real. Por mucho que su eficacia se subordine al éxito de una acción de estado, como es el reconocimiento de la calidad de heredero en quien se la ejerce, la acción de petición de herencia no dejará de ser real, porque el derecho que sanciona se opone a todos. b) ACCION PERSONAL: Para esta teoría, lo que se persigue, es el reconocimiento del carácter de heredero; y con esto, la entrega o recuperación material de los bienes, como consecuencia lógica. Sin importar que los detente a título de heredero. Esta tesis carece de apoyo tanto doctrinario como jurisprudencial. c) ACCION MIXTA: Tiene por objeto la declaración del carácter hereditario, porque lo que busca es la restitución de los bienes, es por eso que se dice que es personal. Los sostenedores de esta tesis, la distinguen de una u otra forma, según se la denomine o no con el nombre de mixta: 1. Se la denomina MIXTA propiamente dicha, porque tiene caracteres de la personal como de la real; de la primera en cuanto su objeto es la declaración del carácter de heredero; de la segunda ya que lo que se persigue es la restitución general de los bienes que forman parte de la masa hereditaria. 17 Es mixta porque contiene a la vez una demanda de reconocimiento de la calidad de heredero (personal), y una reivindicación general del patrimonio (real). 2. Otros autores la denominan de otra manera. Así tenemos: a) Conglomerado de acciones reales y personales: en este caso la principal versa sobre el título, y la otra, la secundaria, es consecuencia de la primera, que produce el efecto económico de la restitución. Se dice que es un conglomerado, puesto que tiene el carácter de acción personal mientras se justifique su vocación de heredero; y de real al reclamarse la entrega total de los bienes hereditarios. b) Acciones principales y accesorias: porque participa de la naturaleza de las acciones personales de estado, es decir, se requiere que se justifique su vocación de tal (heredero) y real cuando ya justificada esa calidad se reclame la entrega de los bienes determinados. Lo que se pretende al plantear la acción de petición de herencia, es el obtener la entrega de los bienes que integran la herencia. Nadie la propone para obtener una declaración teórica, ni para que se le declare heredero de quien nada tiene. El reconocimiento del carácter de heredero no es el fin de esta acción, sino el medio para adquirir los bienes. 18 2.1.1. JUEZ COMPETENTE Para determinar la competencia del juez que debe intervenir en la Petición de Herencia, corresponde distinguir situaciones diversas: a) Si la sucesión está en trámite. b) Si la sucesión ha terminado y se encuentra ya archivada. c) Si existe un solo heredero. a) Al estar en trámite la sucesión corresponderá al juez del sucesorio, ya que al tratarse de una prueba de carácter real, se continúa con el fuero de la situación de los bienes y no se toma en cuenta el de la persona del demandado, aunque se reclamen perjuicios o frutos, y en este caso es la petición de herencia la que sigue la jurisdicción de lo principal. b) Si se encuentra archivada la sucesión por estar terminada, en este caso se existen dudas al respecto, ya que algunos autores sostienen que corresponde conocer al juez de la sucesión y otros en cambio manifiestan que debe serlo el juez que está de turno en el momento de iniciarse la demanda. c) Si existe un solo heredero, esta acción se tramita ante el juez del domicilio del demandante. Cabe señalar que si la petición de herencia está acumulada a otra de carácter previo, como por ejemplo la nulidad del testamento, el reconocimiento de la filiación, etc., corresponderá también entender sobre estas, al juez del sucesorio, porque él es el competente para conocer todas las demandas concernientes a los bienes hereditarios 19 inclusive la partición, cuando son interpuestas por los sucesores universales contra sus coherederos. 2.2. OBJETO DE LA ACCION DE PETICION DE HERENCIA El objeto perseguido con la Acción de Petición de Herencia, es el reconocimiento al verdadero heredero su calidad de tal, su derecho a la herencia y que se le adjudique ésta con la amplitud que a su derecho corresponda, en primer lugar; y en segundo la restitución de la universalidad de los bienes que le pertenecieron al causante no solo de las cosas hereditarias, sino aquellas que estaban en poder del difunto. Nuestro Código Civil en su Art. 1309 dice que el heredero tendrá acción “para que se le adjudique la herencia, y se le restituyan las cosas hereditarias, tanto corporales como incorporales, y aún aquellas de que el difunto era mero tenedor, como depositario, arrendatario, comodatario, prendario, etc., y que no hubieren vuelto legítimamente a sus dueños”. De manera que lo el precepto dice, es que el heredero tiene acción para que se le “adjudique” la herencia, y se le restituyan todas las cosas que comprenden las herencia sean estas corporales o incorporales; incluso las que podían estar en poder del causante a título de mera tenencia como arrendamiento, prenda, etc., de esta manera, lo que se reclama es la universalidad de la herencia. En cuanto a los aumentos experimentados por el haz hereditario después del fallecimiento del causante, pertenecen a los herederos verdaderos, quienes pueden reclamarlos mediante ésta acción, de conformidad con el Art. 1310 de mismo cuerpo legal que dice: “Se extiende la misma acción no sólo a las cosas que al tiempo de 20 la muerte pertenecían al difunto, sino a los aumentos que posteriormente haya tenido la herencia”. El que intenta esta acción, deberá probar y establecer contra el demandado su calidad de tal, sea de único heredero del causante, de heredero de cierta cuota, y que la sucesión le pertenece, en su totalidad o en la cuota, a efecto que después de establecerlo, se le condene al demandado la correspondiente restitución. Pothier, dice al respecto que “la petición de herencia, debe pues, medirse sobre el derecho y no sobre lo que el demandado posea”. 2.3. SUJETOS QUE INTERVIENEN EN LA ACCIÓN DE PETICION DE HERENCIA En términos generales, se puede decir que goza de la petición de herencia, toda persona que invoque un igual o mejor derecho al del que se encuentra en goce o posesión de la herencia. Ésta vocación sucesoria del accionante puede provenir tanto de una disposición voluntaria - heredero testamentario-, como de a ley –heredero legítimoEs por eso que en este capítulo examinaré tres puntos relacionados con la acción en estudio que son: 1. Quiénes pueden ejercitarla. 2. Contra quién se la entabla. 1. QUIENES PUEDEN EJERCITARLA: Llamados también Sujetos Activos. 21 En conformidad el Art. 1309 del Código Civil, la Acción de Petición de Herencia, compete “Al que probare su derecho en la herencia”, de manera que le corresponde al verdadero heredero testamentario o legítimo. Manifiesta Pohier, que “la petición de herencia no puede ser intentada, sino por aquel que es heredero del difunto, cuya sucesión reivindica, y por consiguiente, propietario de esta sucesión”; es decir que ocurre lo mismo que con la reivindicación. Con la interposición de la petición el actor se propone excluir al detentador o compartir la herencia. Es por eso que están comprendidos como sujetos activos: a) el heredero, b) los donatarios, y c) al cesionario. a) LOS HEREDEROS En principio, tenemos que la Acción de Petición de Herencia, es una acción propia de los asignatarios a título universal. Puede, por tanto ser entablada o ejercida tanto por los herederos universales como los de cuota y del remanente, los herederos forzosos o voluntarios, los herederos abintestato o testamentario, los herederos que suceden por representación o transmisión, sustitución o acrecimiento, los que lo hacen personalmente, etc.; es decir, al respecto es indiferente la calidad de heredero que se tenga. De manera que el heredero desprovisto de la posesión de su asignación, puede ampararse en la acción de petición de herencia, pero con una pequeña condición: de que el 22 heredero condicional cuyos derechos están sujetos a condición suspensiva no lo puede entablar, puesto que el efecto propio de ésta condición, es la de suspender la adquisición del derecho precisamente; por lo tanto si el asignatario condicional no adquiere ningún derecho, mal puede reclamarlo mediante la acción de petición de herencia. El Código Civil en los Arts. 1309, 1310 y 1311, dispone que “el heredero tiene derecho a que se le restituyan los bienes hereditarios, que están siendo poseídos por otros en calidad de sucesores universales del difunto, a se le entreguen aquellas cosas en las que el difunto era mero tenedor, como depositario, comodatario y que no hubiese devuelto legítimamente a sus dueños, como así también los aumentos que posteriormente haya tenido la herencia”. Si se trata de un heredero de cuota, únicamente puede demandar el reconocimiento de su calidad de heredero de esa cuota, que tiene en la sucesión, pero se establece que igual que el heredero universal tiene el mismo derecho para deducir la acción de petición de herencia, ya que la ley en el Art. 1309 establece que “el que probare su derecho a una herencia”, y no, dice el que probare su derecho a la totalidad de una herencia, por lo tanto no existe motivo para negar esta acción al heredero de la mitad, del tercio, del quinto de una herencia cuyo derecho le desconoce el poseedor del patrimonio hereditario. Es por eso que Ulpianus decía que esta acción “no solo se debía dársela al que sostenía que la herencia le pertenecía 23 a únicamente a él, sino también al que pedía parte de la herencia”. Esto es corroborado por Pothier, que advierte que si es heredero de una parte puede intentar la petición de herencia, tan bien como el que es heredero en el todo; pero con la diferencia de que el heredero universal reivindica la sucesión entera contra aquellos que poseen en calidad de herederos, condenándole al demandado a entregarle la totalidad de los bienes que tiene en su poder, mientras que aquel que solamente es heredero de cuota , reivindica la parte que le pertenece, restituyéndole únicamente en proporción a lo que le corresponde de la sucesión. b) LOS DONATARIOS En las donaciones revocables, de esta clase la petición de herencia, también procede, porque, en conformidad con el Código Civil, “la donación revocable de todos los bienes o de una cuota de ellos se mirará como una institución de heredero". Si el donatario de una donación revocable, a título universal, se entiende que ha sido instituido heredero; por lo tanto, también es lógico que le corresponda la acción propia de los herederos, la Petición de Herencia. El legatario de especie o cuerpo cierto adquiere la cosa legada por el solo fallecimiento del causante y por lo tanto le corresponde la acción propia de los propietarios que 24 carecen de posesión, esto es la acción reivindicatoria; sin perjuicio de que puedan entablar la acción personal. Si se trata de un legatario de género, no adquiere la cosa asignada por el solo fallecimiento del causante, de manera que únicamente tiene derecho a una acción personal que dirigir en contra de los herederos en general, o en especial contra aquel que fue gravado con el legado. Esta acción no puede ser entablada por los asignatarios o legatarios a título singular, porque éstos gozan de otras acciones para hacer vales sus derechos. c) AL CESIONARIO También corresponde a los cesionarios de quienes tienen vocación excluyente o concurrente contra quienes han obtenido posesión de la herencia. Por lo tanto es entablada por el cesionario a título oneroso de los derechos hereditarios del heredero. Si se desconoce la calidad de heredero del cedente, éste al ser responsable de esta calidad y al no especificar lo que compone la herencia cedida, debe responder al cesionario de la evicción, estando obligado además, a la defensa de sus derechos para obtener el reconocimiento de la calidad de heredero que ha cedido. Naturalmente se supone, que el heredero ha vendido a otra persona, y ésta ha comprado la calidad de heredero del cedente y los derechos que a tal calidad le 25 corresponden. Salvo que se hubiera establecido que lo que vende no son sus derechos hereditarios, sino, sus pretensiones a la sucesión. En este caso el cesionario de estas pretensiones no puede ejercitar recurso alguno contra él, a menos que exista dolo de su parte (cedente), es decir que al momento de efectuar la cesión se probara que el cedente tenía conocimiento de que las pretensiones vendidas estaban mal fundadas, teniendo en este caso el cesionario en su contra la acción de dolo. A su vez, cabe anotar que también tienen derecho a entablar esta acción, el Estado, aunque no sea heredero, sucede universalmente en caso de vacancia y los acreedores de uno de los herederos, por vía de acción subrogatoria, siempre que la petición de herencia no esté subordinada al ejercicio previo de una acción personalísima como la impugnación o reclamación de estado. 2. CONTRA QUIEN PUEDE SER DIRIGIDA Me corresponde examinar, en contra de quién debe dirigirse esta acción, esto es, quiénes van a se demandados en virtud de ella, es decir se confiere básicamente contra quien niega al accionante su vocación preferente o concurrente El Art. 1309 del Código Civil, nos dice al respecto que “El que probare su derecho a una herencia, ocupada por otra persona en calidad de heredero”, o sea, que la acción de petición de herencia se entabla en contra del aquel que está ocupando una herencia ya sea en todo o en parte, invocando la 26 calidad de heredero, es decir, diciéndose heredero de ella; porque éste es el que únicamente discute al demandante la calidad de heredero que invoca por su parte y en que se funda la acción. De otra manera, La demanda se dirige en contra del falso heredero. La acción de petición de herencia, por consiguiente, solamente puede ser deducida, contra el que posee a título de heredero la totalidad o una cuota del patrimonio hereditario, o uno o más cosas de la sucesión. Nuestro Ley no otorga dicha acción contra aquellas personas que hayan entrado en posesión de los objetos hereditarios, sin alegar título de heredero, pues únicamente contra tales personas, solo se podrá ejercer la acción reivindicatoria. En conclusión, la acción de petición de herencia, puede dirigirse contra quienes poseen la herencia como sucesores universales del difunto - invocando vocación o llamamiento actual a la adquisición reclamando la restitución de las cosas hereditarias, y también contra quienes de ellos, hubieren recibido la posesión. Aubry y Rau, hacen alusión a los causahabientes de los sucesores universales, al decir que la posesión de las cosas u objetos de la herencia deben derivarse de una adquisición a título universal. Éstos son los cesionarios de los derechos sucesorios, que, si bien no adquieren por la cesión la calidad de herederos, son sucesores universales por el objeto de su adquisición: en el “todo, o una parte alícuota del patrimonio de otra persona”. 2.4. CARACTERISTICAS DE ESTA ACCION La Acción de Petición de Herencia presenta las siguientes características de interés: 27 1. Es una acción de carácter real. 2. Es divisible. 3. Es patrimonial con todas las consecuencias jurídicas que de ello se derivan. 4. Es universal en cuanto a su objeto. 5. Quien ocupe la herencia debe hacerlo con el carácter de heredero. 6. El actor debe acreditar su carácter de heredero con mejor derecho. 1. LA ACCION DE PETICION DE HERENCIA ES REAL. Es una acción real, por cuanto su objeto es la de hacer valer un derecho real, que es el de herencia, de acuerdo al inciso primero del Art. 614 del Código Civil, “El derecho real es el que se tiene sobre una cosa, sin respecto a determinada persona”, es decir que se asemeja a un poder jurídico que se tiene sobre las cosas. En los términos del citado artículo del mismo cuerpo legal tenemos que, “Son derechos reales el de dominio, el de herencia y los de usufructo, uso o habitación, los de servidumbres activas, y los de prenda e hipoteca. De estos derechos nacen las acciones reales”. Por lo tanto la acción de petición de herencia emana de un derecho real, que es, el derecho Real de Herencia. 28 La acción de petición de herencia al igual que toda acción real, participa de los mismos caracteres, es decir que no se sabe en contra de quien esta dirigida la acción, sino en contra, de aquéllas que perturban el ejercicio del derecho real; en este caso se entablará respecto de la persona que invoca la calidad de heredero y que esta poseyendo la herencia. Es decir, que no está especificada la persona respecto del cual se va a entablar la acción, diferente a lo que sucede con las acciones personales. El heredero triunfante en la petición de herencia obtiene la adjudicación de ésta y la restitución de los bienes, aún de los que el difunto tenía a título precario, de los aumentos y frutos; es decir, tanto de la cosa demandada como de sus accesorios; es decir que el verdadero heredero es el que tiene el mejor derecho que el que la ocupa en calidad de tal. 2. LA ACCION DE PETICION DE HERENCIA ES DIVISIBLE. Esta acción es divisible, pues si hay varios sucesores universales, cada uno de ellos obrará por su cuenta propia, de acuerdo con la cuota que le corresponde en la herencia, es decir, que no representará a los demás; y la decisión dictada solamente tendrá efectos respecto de él, sin perjudicar o beneficiar a los otros interesados. De igual forma sucederá, si existiere un solo heredero, ya que él exigirá toda la masa hereditaria por medio de esta acción. Es por ello que la petición de herencia, es invocada por separado por cada heredero. 29 3. ES PATRIMONIAL CON TODAS LAS CONSECUENCIAS JURÍDICAS QUE DE ELLO SE DERIVAN. Se trata de una acción típicamente patrimonial, ya que lo que siempre se persigue es un beneficio pecuniario, entendido esto como la masa hereditaria. Trae las siguientes consecuencias jurídicas: a) Es TRANSMISIBLE. El verdadero heredero al fallecer transmite a todos sus herederos, el conjunto del patrimonio, entendiéndose que esta incluida esta acción, que es de carácter patrimonial. b) Es RENUNCIABLE. Por aplicación del Art. 11 del Código Civil que dispone “Podrán renunciarse los derechos conferidos por las leyes, con tal que sólo miren al interés individual del renunciante, y que no esté prohibida su renuncia”. Su renuncia, en efecto, no está prohibida por la ley. Esta acción está establecida en el sólo interés del heredero que ha sido despojado de su herencia; que es la condición que la disposición exige, para que se pueda renunciar a todos los derechos a él conferidos. c) Es una acción PRESCRIPTIBLE. Al ser una acción patrimonial, la petición de herencia es perfectamente prescriptible, esta reglamentada en el Art. 1314 de la ley que dice “El derecho de petición de herencia expira en quince años. Pero el heredero putativo, en el 30 caso del inciso final del artículo 738, podrá oponer a esta acción la prescripción de cinco años contados como para la adquisición del dominio”. d) Es TRANSFERIBLE. Sostener que la acción petición de herencia es transferible, será lo mismo que decir, que el cesionario de los derechos hereditarios del heredero verdadero, podrá invocar la acción de petición de herencia. Hay quienes se oponen a este criterio, porque manifiestan, que por la cesión de los derechos hereditarios, lo que se cede en sí no es la calidad de heredero, ya que ésta sigue radicada en el cedente. Pero la cesión de los derechos hereditarios significa, que se cede todo el beneficio económico incluyéndose la acción de petición de herencia, es por ello que resultara lógico que el cesionario de los derechos hereditarios la invoque, para proteger de esta manera la herencia, que significa un beneficio pecuniario. De manera que el cesionario de los derechos hereditarios queda incluido, para probar su derecho a la herencia, únicamente con acreditar su calidad de cesionario y el derecho del cedente; de acuerdo con el Art. 1309 de la referida ley que manifiesta “El que probare su derecho a una herencia ocupada por otra persona en calida de heredero”. 4. ES UNIVERSAL EN CUANTO A SU OBJETO. La acción de petición de herencia persigue una universalidad jurídica, y, en consecuencia, es una acción mueble. En consecuencia, decimos que es de carácter universal, porque su 31 objeto es el de recuperar el haz hereditario, es decir la universalidad de la herencia. Se la cataloga como una acción mueble, puesto que, el derecho de herencia considerado en sí mismo no se lo debe tomar como inmueble, aún si la masa de bienes hereditarios que se reclame esté conformada por bienes raíces. Como la acción de petición de herencia se ejerce sobre una universalidad se reputa mueble, según lo sea la cosa en que han de ejercerse o que se debe. 5. QUIEN OCUPE LA HERENCIA DEBE HACERLO CON EL CARÁCTER DE HEREDERO. Esta característica de la acción de petición de herencia, consiste en que el demandante debe instaurar dicha acción contra otra persona que posee los bienes hereditarios a título de heredero. Esto puede presentarse desde dos puntos de vista: 1. Cuando en la misma persona de heredero, que acredita un parentesco más cercano con el causante, haciendo que desplace a quien posee la herencia; como por ejemplo un hermano recibe la herencia y la posee en calidad de tal, y luego aparece un hijo extramatrimonial quien tiene mejor derecho para reclamar la herencia. 2. Cuando el heredero no es forzoso, como es el caso de un sobrino, que reclama la herencia en su condición de tal, respecto del tío y ve comprometido su derecho al aparecer en el testamento en el que consta que el causante le instituyó a dos primos hermanos como sus herederos, quienes con el 32 carácter de tales, reclamaran mediante la acción de petición de herencia, la totalidad de la herencia. 6. EL ACTOR DEBE ACREDITAR SU CARÁCTER DE HEREDERO CON MEJOR DERECHO. Es una acción propia del heredero con mejor derecho, se caracteriza porque la ley reconoce a quien tiene el carácter de heredero. Fundamentándose esta acción en el hecho, de que el demandante tiene derecho a que se le compruebe su calidad de tal, frente al que esta poseyendo los bienes hereditarios. 2.5. EFECTOS DE LA ACCION DE PETICIÓN DE HERENCIA El fin de toda acción de petición de herencia, fuera del reconocimiento judicial de la calidad de heredero, es el de dar cumplimiento al objeto mismo de la acción, que consiste, en que el demandado (falso heredero), sea condenado a restituirle al verdadero heredero, todas las cosas hereditarias que conserva en su poder, pero no solamente las que al tiempo de la muerte pertenecían al difunto, sino también los aumentos que posteriormente haya tenido la herencia. (Arts.1309 y1310). Al sujeto activo, le deben ser restituidas todas las cosas que el causante poseía a título de dueño (la restitución puede ser parcial o total, según que la vocación del sujeto activo sea preferente o concurrente), como las que estaba detentando como poseedor, depositario, prendario, etc.; porque el deber de la restitución que pesaba sobre el difunto pasa a sus sucesores universales, y para poder cumplirlo necesitan recuperar los bienes. 33 El detentador de los bienes, de este modo, deberá entregarlos a fin de que los herederos puedan cumplir con las obligaciones contractuales que adquirió el causante. Para el estudio de los efectos es necesario distinguir las relaciones que existen entre el sucesor universal verdadero con el aparente de buena o mala fe y el de aquél con los terceros, puesto que las consecuencias difieren en cada uno de estos tres casos: 1. Entre sucesor universal verdadero con el aparente de buena fe. 2. Entre sucesor universal verdadero con el aparente de mala fe. 3. Entre sucesor universal con terceros. 1. Entre sucesor universal verdadero con el aparente de buena fe. Ante todo corresponde determinar que se entiende por buena fe. La buena fe consistirá en estar poseyendo la herencia con la creencia de ser el verdadero heredero. El Art. 740 del Código Civil dice “La buena fe es la conciencia de haberse adquirido el dominio de la cosa por medio legítimos, exentos de fraude y de cualquier otro vicio”. De manera que el poseedor de la herencia es de buena fe, cuando se cree legítimo propietario de la sucesión cuya posesión tiene. Al poseedor de buena fe que alega serlo, le basta probar la existencia del título en virtud del cual se creía heredero, es por ello que 34 se dice que la buena fe se presume y quien alega lo contrario debe probar que el poseedor sabía que el título era viciado. 2.5.1. CONSECUENCIAS DE LA BUENA FE. Los efectos de la petición de herencia difieren, según que el sujeto pasivo haya obrado de buena o mala fe; aplicándose en ambos casos los principios generales que rigen tanto para la posesión de buena o mala fe. Estos efectos son: 1. RESTITUCIÓN DE LOS FRUTOS: Esta restitución puede comprender los frutos de las cosas hereditarias. Para esta restitución se aplican “las mismas reglas de la acción reivindicatoria” (Art. 1311). Si el poseedor de buena fe ha sido condenado por la sentencia a restituir la cosa, es responsable de los frutos percibidos, desde el día en que conoció de la demanda y de los que por su negligencia hubiese dejado de percibir; pero no de los frutos del demandante. El poseedor de buena fe pasa a estar de mala fe desde el momento en que contesta a la demanda, y una vez verificado este trámite procesal, debe restituir todos los frutos que percibió con posterioridad. 2. ENAJENACIONES Y DETERIOROS: La buena o mala fe es la clave para decidir acerca de su responsabilidad por las enajenaciones y deterioros de los bienes hereditarios. 35 El Art. 1312 dice: “El que de buena fe hubiere ocupado la herencia no será responsable de las enajenaciones o deterioros de las cosas hereditarias, sino en cuanto le hayan hecho más rico…”. Si el tenedor de buena fe, hubiere vendido una cosa, deberá restituir su precio, con sus intereses. Se entenderá que se ha hecho más rico, cuando se ha aprovechado de las enajenaciones o deterioros, como por ejemplo si vendió la leña o madera, si la empleó en su beneficio, etc. 3. PAGO DE MEJORAS: Es posible que el heredero aparente haya introducido mejoras en los bienes hereditarios, debido a su trabajo, industria o invirtió parte de su capital en valorizar los bienes de la sucesión. En este caso el heredero vencedor deberá indemnizar al heredero vencido, con el fin de evitar un enriquecimiento indebido. Para el pago de las mejoras introducidas sin variación alguna se aplican las reglas de la acción reivindicatoria. Es necesario recordar que las mejoras o gastos que pueden introducirse son de tres clases: necesarios, útiles o voluptuarios. - El poseedor de buena fe tiene derecho a que se le paguen las expensas o gastos calificados de necesarios, que fueron invertidos en la adquisición, mejoramiento o conservación de los bienes hereditarios. 36 Gastos efectuados para impedir la pérdida o destrucción de un derecho, como por ejemplo los hechos para la cancelación de deudas de la sucesión, impuestos que gravan tanto la masa hereditaria como cada asignación, partición, etc., todos estos gastos son necesarios ya que si no se hubiese efectuado no se hubieran adquirido los bienes y se habrían perdido. Son considerados también como gastos necesarios los hechos para la adquisición o conservación de cada bien en particular como: nuevas construcciones, reparaciones de edificios, cancelación de servidumbres, hipotecas, etc.; lógicamente gastos realizados con mediana inteligencia y economía. - En cuanto a las mejores útiles, tiene derecho a que le sean abonadas, entendiéndose por tales “aquellas que aumentan el valor renal de la cosa” (Art. 973 Código Civil). Tiene derecho el heredero aparente de buena fe a que se le paguen las mejoras útiles, pero las hechas antes de la contestación de la demanda de petición de herencia. El heredero vencedor deberá elegir entre el pago de lo que valgan, al tiempo de la restitución, o el pago de lo que en virtud de ellas valiere más la cosa en dicho tiempo. Si las obras fueron realizadas después de contestada la demanda, el poseedor de buena fe sólo tendrá derecho a llevarse los materiales de esas mejoras, siempre y cuando puedan ser separados sin detrimento de la cosa o cosas hereditarias. - El heredero verdadero no será obligado a pagar las mejoras voluptuarias ni al poseedor de buena ni al de mala fe, pero éstos podrán separar los materiales y llevárselos, pero con la condición de que la cosa no sufra detrimento. (Art. 975 del Código Civil). Son mejoras voluptuarias las que consisten en objetos de lujo, como 37 jardines, cascadas artificiales, fuentes; es decir aquellas que no aumentan su valor o lo hacen en una pequeña proporción. 2. Entre sucesor universal verdadero con el aparente de mala fe. Se entiende por mala fe el heredero abintestato que entró a poseer a sabiendas que existía otro pariente de grado más próximo, es decir con un derecho preferente para suceder. El sujeto pasivo tendrá mala fe cuando conoce que nadie se ha presentado a recoger la sucesión, no por espontánea determinación, sino porque ignoraba que dicha sucesión le fue diferida, y porque esa ignorancia, al ser un vicio de voluntad excluye, la conducta voluntaria de no presentarse. 2.5.2. CONSECUENCIAS DE LA MALA FE. Estas consecuencias son: 1. RESTITUCION DE LOS FRUTOS: El poseedor de mala fe, esta obligado a restituir los frutos naturales y civiles percibidos y aún los que el heredero hubiera podido obtener y producir con mediana inteligencia y actividad, teniendo las cosas en su poder. En cambio los productos deben ser devueltos siempre al heredero, cualquiera que sea el carácter de la posesión. 38 2. ENAJENACION Y DETERIOROS: El tenedor de mala fe, estará obligado a reparar todo daño que se hubiere causado por su hecho. Además de responder de la pérdida o deterioro de los objetos hereditarios ocurrido por caso fortuito, a no ser que el deterioro o pérdida hubiera tendido lugar en poder del heredero; así lo dispone el Art. 1312 “pero habiéndola ocupado de mala fe, lo será de todo el importe de las enajenaciones y deterioros”. De igual forma si se hubiere vendido una cosa y se probare que ella valía más, en este caso el poseedor deberá pagar como indemnización el verdadero precio. 3. PAGO DE MEJORAS: Tiene derecho a ser indemnizado por los gastos o expensas necesarios hechos en la cosa y puede retenerla hasta ser pagado de ellos y ese derecho subsiste aunque las mejoras hubieren desaparecido sin culpa del poseedor, pero siempre que subsista la cosa. En cuanto a las mejoras útiles, el poseedor de mala fe no tendrá derecho a que le sean pagadas este tipo de mejoras, pero podrá separar y llevarse los materiales, con la condición de que no sufra detrimento la cosa con su separación, y de que el heredero vencedor con ésta acción se rehúse a pagarle el precio que tendrían dichos materiales después de su separación. (Art. 974). Las mejoras voluptuarias no se abonan al poseedor de buena ni de mala fe; solamente podrá llevar los materiales en las condiciones que señala el Art. 975 del Código Civil; es decir que no causen perjuicio a la cosa. 39 4. ENTRE SUCESOR UNIVERSAL CON TERCEROS. La acción de petición de herencia, es una acción absoluta, y por lo tanto el verdadero heredero puede hacer valer su título de tal frente a cualquier persona; sea este el heredero aparente o frente a los sucesores de aquel heredero, es decir en contra de terceros, exigiendo la restitución de los bienes que forman parte del acervo hereditario. Muchas veces es necesario proteger la buena fe de terceros adquirentes, sobre todo la buena fe exenta de culpa; de aquella buena fe que tiene su origen en un error invencible, en el que incurre cualquier persona. Es necesario distinguir los efectos hereditarios del heredero aparente y de las terceras personas en cuanto a la restitución de los bienes. a) Se establece que tanto los sucesores de buena como de mala fe, al adquirir los bienes a título gratuito del heredero aparente, están obligados a restituir el patrimonio al verdadero heredero, por la razón de el adquirente a título gratuito nada ha dado por el bien adquirido y por lo tanto no sufre perjuicio alguno; simplemente se le priva de un enriquecimiento. En cuanto a los daños o gastos que se hubieren realizado, se tomará en cuenta si la adquisición se realizó de buena o mala fe. b) Este tercer adquirente sea de la herencia o de una cuota de ella, está obligado a restituir los efectos hereditarios que se le hayan adjudicado, aunque éste haya obrado de buena fe. 40 c) Los adquirentes a título oneroso o singular de adjudicatarios que resultaron herederos aparentes, no están obligados a restituir los bienes adquiridos a quién resulto ser heredero verdadero, siempre que hayan obrado con buena fe exenta de culpa. 2.5.3. VALOR DE LOS ACTOS EJECUTADOS POR EL HEREDERO APARENTE Es preciso examinar el valor de los actos ejecutados por el heredero aparente, vencido en el juicio de petición de herencia, mientras estuvo en posesión de los bienes hereditarios. El Art. 1312 dispone que el poseedor de buena fe “no es responsable de las enajenaciones sino en cuanto le hayan hecho mas rico”, mientras que el poseedor de mala fe responde “de todo el importe de las enajenaciones”. De manera que esta disposición solo regula las relaciones entre el verdadero heredero y el supuesto heredero, y no resuelve acerca del valor de los actos de éste. La doctrina distingue tres situaciones diversas: 1. Actos de administración ejecutados por el poseedor: Se establece que no son eficaces los actos de administración del heredero aparente, y que, por lo tanto el verdadero heredero no está obligado a respetarlos. Sin embargo, la doctrina se inclina por la solución contraria; puesto que estos actos tienen un carácter general de necesidad, porque es indispensable que sea administrada la sucesión. 2. Actos de disposición del supuesto heredero: Los principios generales se resumen en el aforismo “nadie puede 41 transferir más derechos que los que le pertenece”. La tradición hecha por quien no es verdadero dueño no transfiere el dominio; sino solo los derechos transferibles del tradente sobre la cosa entregada. En consecuencia, los actos de disposición del heredero aparente no son inválidos, sino oponibles al verdadero heredero. Es por eso que se dice que el tercero que ha cedido no debe ser víctima de su buena fe y la pérdida se debe más bien soportarla el verdadero heredero ya que no se ha dado a conocer y negligentemente ha dejado que otro le suplante y ocupe su lugar. 3. Pago al heredero aparente de créditos hereditarios: El Art. 1619, inciso segundo, dispone que “el pago hecho de buena fe a la persona que estaba entonces en posesión del crédito, es válido, aunque después aparezca que el crédito no le pertenecía”. De esta manera, el pago al heredero aparente, que ha sido verificado en la creencia de ser el verdadero heredero, libera al deudor que realizó el pago, es decir que da lugar a la extinción de la obligación. 42 DE LAS PRESTACIONES MUTUAS COMO RESULTADO DE LA ACCIÓN DE PETICIÓN DE HERENCIA 3.1. LAS PRESTACIONES Las prestaciones son obligaciones que tiene todo heredero que resulta vencido en el proceso, en que se ha ventilado la acción de petición de herencia. Al culminar el juicio de petición de herencia con el triunfo del actor, al igual como ocurre con el juicio reivindicatorio, da lugar a la liquidación de las prestaciones mutuas pero se debe tomar en cuenta la buena o mala fe del poseedor vencido. El que ha ocupado la herencia en calidad de heredero, contra quien está dirigida la acción de petición de herencia, es decir el heredero aparente, puede haber poseído la herencia o las cosas de ella de buena o mala fe; influyendo a las prestaciones mutuas y restituciones que se deben efectuar. El Art. 1309 dice “tendrá acción para que se le adjudique la herencia y se le restituyan las cosas hereditarias, tanto corporales como incorporales; y aún aquellas de que el difunto era mero tenedor, como depositario, comodatario, prendario, arrendatario, etc., y que no hubieren vuelto legítimamente a sus dueños”. Una vez que el demandante ha justificado su calidad de heredero, el juez en la sentencia ordenará que se le adjudique la herencia y se le condene al demandado a la restitución de los bienes que conforman el patrimonio hereditario y que éste tiene en su poder. Esta adjudicación de la herencia es la resolución de la controversia producida entre el demandante que sostiene que la herencia le pertenece a él y el 43 demandado que lo niega y pretende a su vez ser el verdadero heredero. La restitución de las cosas hereditarias es una consecuencia de esta adjudicación. 3.2. DIFERENCIAS ENTRE EL POSEEDOR DE BUENA Y MALA FE Tratándose de la acción de petición de herencia, se considera como poseedores de buena fe, aquellos demandados que han tomado la posesión de los bienes de una herencia, por creer que de buena fe les pertenece por ser heredero testamentario, probado su calidad de tal; o invoca la calidad de heredero ab intestato acreditando para ello que se halla en el orden sucesorio que le corresponde según la ley. Por ejemplo una persona es poseedora de buena fe cuando entra en posesión de los bienes de un difunto en virtud de un testamento en el que se le instituye heredero, ignorándose la existencia de otro testamento posterior en que se derogaba aquel y en el que se disponía los bienes de otra forma. De igual forma se es poseedor de buena fe un pariente que ha tomado la posesión de los bienes por que se cree llamado a la sucesión por el grado de parentesco, sin saber que existe un pariente de grado más próximo que no conoce. Por el contrario, son poseedores de mala fe, los que toman la posesión de los bienes de una herencia sabiendo que no les pertenece, que no tienen derecho a ella. Ulpianus se refiere a los poseedores de mala fe como ha ladrones, ya entran en posesión de los bienes por intermedio de la fuerza, sabiendo que la herencia no les corresponde, es decir no tienen causa alguna para poseerlos. Se debe tener presente, que tanto en la petición de herencia como en la reivindicación, el poseedor de buena fe es considerado de mala desde que con su contestación a la demanda queda trabada la litis 44 con el demandante; de modo que las diferencias que existen entre un poseedor de buena fe y un poseedor de mala fe se refieren a la época anterior a la litis. Si el poseedor es vencido, la sentencia que lo condenará a la restitución pone de manifiesto su mala fe, ya que establece de su parte la falta de resistencia, dado el título que invoca el demandante y que el demandado debió respetar por lo mismo. Es necesario, además analizar las diferencias que existen entre el poseedor de buena fe y el de mala fe, respecto a la restitución de las cosas hereditarias. Entre el poseedor de buena o mala fe, vencido en el juicio de petición de herencia no hay diferencia con respecto a las cosas dependientes de la sucesión de que están en posesión, con motivo de la restitución que se deben hacer al demandante, puesto que ambos tienen la misma obligación de restituir las cosas que constituyen el patrimonio hereditario. Respecto a las cosas que por hecho o culpa suya han dejado de poseer o cuya posesión han descuidado de adquirir o no han querido adquirid hay una considerable diferencia. Tenemos que el poseedor de mala fe está obligado a restituir aquellas cosas que por su hecho o culpa ha dejado de poseer o cuya posesión ha descuidado de adquirir; al contrario, el poseedor de buena fe no está obligado a restituir las cosas que ha dejado de poseer mientras se creía de buena fe que la sucesión le correspondía, y menos aún las cosas cuya posesión no ha llegado a adquirir, sino solamente cuando ha sacado provecho de ellas, y sea vendiéndolas o de otro modo. 45 3.3. PRESTACIONES PERSONALES DEL DEMANDANTE AL POSEEDOR VENCIDO Y DE ESTE A AQUEL La sentencia recaída en el juicio de petición de herencia, trae como consecuencia la restitución de los bienes que forman parte de la herencia, dando lugar, a más de dicha restitución, a prestaciones personales mutuas entre el heredero (verdadero) al que se le adjudica la herencia y el poseedor vencido (aparente heredero); el cual puede variar según éste sea de buena o de mala fe. Pothier manifiesta, que “El conocimiento que tiene el poseedor de buena o mala fe, cuando toma la posesión de los bienes de una sucesión, que no le pertenece, le hace desde ese instante contraer la obligación de devolverlos”. Por lo tanto ésta obligación nace de un principio de la ley natural que dice “No tomarás los bienes ajenos, ni los retendrás sabiendo que son ajenos” (Bien d’ autrui tu ne prendas, ni retiendras á ton escient”). Mientras que el poseedor de buena fe, que cree que la sucesión le pertenece de buena fe, y que dispone, usa los bienes hereditarios, no contrae la obligación de restituirlos, porque esta sujeto a una regla de equidad, que no le permite enriquecerse a expensas de otro; y por consiguiente, a retener el provecho que pueda sacar de las cosas que pertenecen a otro, sabiendo que no son de su propiedad. Es por ello es necesario, tratar por separado las prestaciones tanto del poseedor en favor del demandante; como las de éste a favor del aquél, tomando en cuenta si la posesión es de buena o mala fe. 46 3.4. PRESTACIONES QUE DEBE EL POSEEDOR AL HEREDERO Al igual que en el juicio reivindicatorio, para la liquidación de las prestaciones mutuas a que da lugar la acción de petición de herencia, es necesario tomar en cuenta la buena o mala fe del poseedor vencido. Se deduce que la primera obligación del demandado consiste en la restitución de la totalidad de los bienes sucesorios y de los demás que estuvieron en poder del causante, a favor del verdadero heredero; liquidándose además los rubros concernientes a frutos, deterioros y mejoras. El poseedor vencido en el juicio de petición de herencia está obligado a restituir los frutos, es decir se aplican las mismas reglas que en la acción reivindicatoria, según el Art. 1311 del Código Civil. Si el poseedor está de mala fe, es obligado a restituir al verdadero heredero los frutos naturales y civiles de las cosas hereditarias, y no únicamente los percibidos, sino los que el heredero hubiera podido percibir con mediana inteligencia y actividad teniendo las cosas en su poder. En el caso de no existir frutos, considerándose también como no existentes los que se hayan deteriorado en manos del poseedor, deberá entregar el valor que tenían o hubieran tenido al tiempo de la percepción. En cambio, si el poseedor es de buena fe, y toma posesión de los bienes hereditarios sea porque se considera heredero ab intestato por no saber de la existencia del testamento, en el que se le instituye heredero, o por creer ser el legítimo heredero, en virtud de un testamento, en este caso no está obligado a restituir los frutos que 47 pudo haber percibido antes de la contestación de la demanda. Con la contestación a la demanda, está obligado a restituir no solamente los frutos percibidos, sino los que el dueño hubiere podido percibir con mediana inteligencia como si hubiere tenido los bienes en su poder. Cuando el demandante en el juicio de petición de herencia probare que la herencia que reivindica le pertenece, tendrá derecho para que se le adjudique la herencia, restituyéndole las cosas hereditarias sean corporales o incorporales, que entran en al patrimonio; esto es bienes físicos y meros derechos. El Art. 1309 dice que la restitución debe comprender “aún aquellas cosas de que el difunto era mero tenedor como depositario, comodatario, prendario, arrendatario, etc., y que no hubieren vuelto legítimamente a sus dueños”, es decir se deben restituir las cosas que eran de propiedad del difunto, incluso las cosas de que el difunto era mero tenedor, pero reconociendo el dominio ajeno. 3.5. PRESTACIONES DEBIDAS POR EL HEREDERO AL POSEEDOR El heredero que triunfa en el juicio de petición de herencia, esta en la obligación de abonar al poseedor vencido ciertas mejoras realizadas en los bienes de la sucesión. Se puede decir en términos generales que las mejoras o expensas son todo gasto que se hace en una cosa, con el fin de conservarla, aumentar su valor sea con el fin de recreo u ornamentación. 48 Nuestra Ley, determina que mejoras deben ser abonadas y hace dos distinciones en las prestaciones mutuas: primero, en atención a la buena o mala fe del poseedor y segundo tomando en cuenta la clasificación de las mejoras, en necesarias, útiles y voluptuarias. La buena o mala fe se refiere a las expensas y mejoras al tiempo en que éstas fueron realizadas; y el poseedor de buena fe pasa a serlo de mala fe, desde el momento de contestación de la demanda. 1. En cuanto a las mejoras necesarias, se establece que todo poseedor sea de buena o mala fe, tiene derecho a que el heredero verdadero le abone las expensas necesarias, que fueron invertidas para la conservación de las cosas de la herencia; puesto que no hay motivo para que el heredero se beneficie con esta inversión, ya que nadie puede enriquecerse a costa de otro, sin que exista una causa que lo justifique. Se establece además, la forma como deben ser abonadas ésta clase de mejoras distinguiendo para ello entre las obras materiales e inmateriales de conservación. - Obras Materiales y Permanentes, se abonarán si realmente fueron necesarias y el valor de las obras será de acuerdo al tiempo de su restitución. Como por ejemplo las reparaciones de un edificio arruinado por un terremoto. - Obras inmateriales, es decir cosas que por su propia naturaleza no dejan un resultado material permanente, serán reembolsadas al falso heredero, siempre que sean para beneficio y provecho del heredero verdadero. Como por ejemplo un juicio. 2. La ley distingue al poseedor de buena o mala fe respecto de las mejoras útiles. Tenemos que el poseedor de buena fe tiene derecho a que el heredero verdadero le abone las mejoras útiles que 49 hubiere hecho, pero antes de la contestación a la demanda, de las cosas hereditarias que se le restituyen; es decir las realizadas de buena fe. En cambio, el poseedor de mala fe no tiene ese derecho, ya que la ley le autoriza para que se lleve los materiales de dichas mejoras, pero con la condición que al separarlos no ocasione ningún detrimento en dichas cosas, y que el heredero se rehúse a pagarle el precio de esos materiales después de su separación. 3. El verdadero heredero no está obligado nunca, a pagar las mejoras voluptuarias, ya sea que el falso heredero hubiere estado de buena o mala fe, pero tienen derecho a llevarse los materiales siempre que sea posible sin detrimento de la cosa. En conclusión, tenemos que el heredero siempre deberá rembolsar las mejoras necesarias, pues de haber tenido las cosas en su poder también hubiera debido ejecutarlas; las útiles solamente las restituirá al poseedor de buena fe pero no al de mala fe. Pero nunca abonará las voluptuarias, pues no le reportarán provecho y beneficio alguno. En cuanto a los gastos que se causan en la producción de frutos, es decir aquellos gastos de preparación de tierras para las siembras, limpia de canales de riego, podas, costo de semillas, recolección de frutos, que constituyen las expensas acostumbradas en los precios; se establece que el heredero deberá abonar al poseedor sea de buena o mala fe, puesto que se trata de expensas en cuya cuantía no tiene influencia la buena o mala fe del poseedor. De manera que si el poseedor de mala fe no ha realizado todos esos gastos para tener una buena producción de frutos, obviamente no podrá cobrar sino lo que únicamente a gastado y no tendrá derecho a lucrar por esta causa. 50 Si el demandante en la petición de herencia, no es heredero único sino se trata de un heredero de una parte o cuota; y en consecuencia ha reivindicado la parte de la sucesión que le corresponde, en este caso el poseedor contra quién se ha aceptado la demanda, deberá restituir al demandante la parte indivisa de la sucesión que tiene en su poder; por la razón de que al no efectuarse la partición de la herencia, solamente tiene derecho a la parte indivisa en que es heredero. Pero si el poseedor vencido en el juicio de petición de herencia, no es uno de los varios herederos llamado a la herencia como herederos universales o de cuota, no puede tener derecho a continuar con la posesión de los bienes, lo cual deberá pasar al heredero que obtuvo en el pleito el reconocimiento de su derecho. 3.6. DETERIOROS DE LAS COSAS HEREDITARIAS El heredero aparente que entra en posesión de la herencia creyendo que de buena fe le corresponde la sucesión, y es que vencido en el juicio de petición de herencia, está obligado a restituir las cosas hereditarias de cuya sucesión habría tomado en el estado en que dichos bienes se encontraban; es decir sin tener que responder si las cosas han perecido fortuitamente, peor aún de los deterioros que las cosas hayan sufrido por cualquier causa, incluida su falta de cuidado. Por consiguiente, el poseedor de buena fe por creerse dueño de los bienes de cuya sucesión se trata, no tiene responsabilidad por las cosas que faltan por el hecho o culpa suya, ni de los deterioros que las cosas pueden experimentar en su poder, aunque pudiese atribuirse a su falta de cuidado, por considerarse que son suyas las cosas. 51 Al contrario el poseedor de mala fe, que a título de heredero tomó posesión de las cosas hereditarias, pero sabiendo que la herencia pertenecían a otra persona, y que no tenía derecho alguno sobre los bienes que la constituyen, será responsable no sólo de las enajenaciones que haya hecho, sino también de los deterioros que las cosas pueden haber experimentado durante su posesión. El Art. 1312 establece en forma clara esta diferencia entre el poseedor de buena y el de mala fe que han enajenado a título gratuito u oneroso cosas de la herencia que poseía o cosas que han sufrido deterioros en su poder. “El que de buena fe hubiere ocupado la herencia, no será responsable de las enajenaciones o deterioros de las cosas hereditarias, sino en cuanto le hayan hecho más rico; pero habiéndola ocupado de mala fe, lo será de todo el importe de las enajenaciones o deterioros”. Es decir, basta que el poseedor ya sea de buena o mala fe, hayan sacado algún provecho de los bienes hereditarios, para que esté obligado a rendir cuentas de él, al verdadero heredero, triunfante con la demanda de petición de herencia; aunque el beneficio o provecho provenga de la industria o vigilancia de este poseedor y que el heredero no hubiese realizado tal provecho al tener en posesión los bienes. Por ejemplo si el poseedor ha vendido los bienes de la sucesión y el precio que recibe de esa venta es un provecho que ha obtenido de los bienes de la sucesión que debe entregar al heredero aunque el no hubiera hecho lo mismo. La disposición del Art. 1312, al establecer que el poseedor de mala fe esta obligado a responder de todas los deterioros o enajenaciones de las cosas hereditarias, aunque no se haya hecho más rico con ellas; mientras que el poseedor de buena fe, que por regla 52 general no es responsable de la dicha enajenaciones o deterioros, respondiendo excepcionalmente de todo aquello en que le han hecho mas rico. Es aplicable esta disposición en el caso en que, habiendo el poseedor vendido una cosa hereditaria por un precio subido, y la adquiere después por un menor precio. El poseedor aún de buena fe, está en la obligación de restituir al demandado la cosa y lo que por la venta de la cosa haya lucrado. Es, pues, una regla general, que no tiene excepción, que el poseedor vencido en el juicio de petición de herencia no puede retener provecho alguno sobre los bienes de la herencia haya sido poseedor de buena o mala fe. 53 PRESCRIPCION Y SIMILITUDES CON OTRAS INSTITUCIONES JURÍDICAS 4.1. PRESCRIPCIÓN DE LA ACCION DE PETICIÓN DE HERENCIA Como toda acción patrimonial, la Petición de Herencia, es perfectamente prescriptible. Su prescriptibilidad está, en este caso, especialmente reglamentada por la ley, en el Art. 1314, este precepto dispone “El derecho de petición de herencia expira en quince años. Pero el heredero putativo en el caso del inciso final del artículo 738, podrá oponer a esta acción la prescripción de cinco años contados como para la adquisición del dominio”. Esta disposición da a entender que el heredero verdadero tiene derecho para pedir la herencia durante un determinado plazo y que vencido ese plazo su derecho se extingue, expira y no puede ya deducir la respectiva acción. No es el derecho de petición de herencia un derecho perpetuo, como el de partición de los bienes comunes, que puede solicitar en cualquier momento el heredero verdadero. La petición de herencia esta dirigida contra el heredero putativo o aparente, que esta poseyendo el acervo hereditario en calidad de heredero, y que desconoce el derecho a ella a quien pretende ser heredero verdadero, por lo tanto éste podrá entablar ésta acción siempre que el poseedor no haya adquirido el dominio exclusivo de los bienes por prescripción. 54 En consecuencia, la acción de petición de herencia tiene dos plazos de prescripción: el de quince y el de cinco años, contados desde la apertura de la sucesión. a) PRESCRPCION DE QUINCE AÑOS: Al no concederse la posesión efectiva del acervo hereditario al falso heredero, la acción de petición de herencia prescribe en quince años. Respecto de esta prescripción, es necesario determinar si se trata de una prescripción extintiva, o bien, de una prescripción adquisitiva. De otra manera, si únicamente bastara que transcurra quince años para que se extinga la acción de petición de herencia, o si es necesario que un tercero haya adquirido la herencia por prescripción de quince años. La expresión “expira”, ya nos da a entender que únicamente basta el transcurso del tiempo para que se extinga esta acción, como lo dispone el Art. 1314 que dispone “el derecho de herencia expira en quince años”. Si bien es verdad que el heredero puede entablar su acción de petición de herencia dentro de los quince años, a partir del quinto año, corre el riesgo de que el tenedor de los bienes hereditarios, que también se cree heredero, haga uso de este derecho; y obtenga del juez sentencia en la que se desecha la acción de petición de herencia, reconociendo que el putativo ha adquirido el dominio de los bienes hereditarios por prescripción. Es por eso que el 55 verdadero heredero, debe deducir su acción antes de los cinco años; y luego de probada su calidad de tal, se le adjudiquen los bienes hereditarios y se le condene al heredero putativo la restitución correspondiente. b) PRESCRIPCION DE CINCO AÑOS: La acción de petición de herencia prescribe en cinco años respecto del heredero a quien se le ha concedido la posesión efectiva de la herencia, es decir que al heredero putativo le servirá de justo título el decreto de posesión efectiva (Art. 738 C .C.). No se discute si la acción de petición de herencia se extingue porque el falso heredero adquiere la herencia por prescripción adquisitiva, es decir, la prescripción de cinco años, puesto que la misma ley dispone que el heredero putativo “podrá oponer a esta acción la prescripción de cinco años contados como para la adquisición de dominio”. Es decir que cada dos días entre ausentes equivalen a uno entre presentes, que es la forma de computar los plazos para la prescripción adquisitiva en general y de la ordinaria en particular. Se establece que toda acción en la que se reclame un derecho se extingue por la prescripción adquisición del mismo derecho. De manera que el heredero putativo adquirirá la herencia por el hecho de haber transcurrido los cinco años, extinguiéndose de este modo la acción de petición de herencia. La prescripción de cinco años se 56 suspende a favor de los incapaces, entre cónyuges y al existir herencia yacente. La prescripción ordinaria exige, además de justo título, buena fe. Es decir que necesariamente debe existir buena fe de parte del falso heredero, ya ésta se la presume, y quien entabla la acción de petición de herencia debe acreditar que el heredero a quien se le concedió la posesión efectiva estaba de mala fe. Por consiguiente, la acción de petición de herencia es de duración limitada y prescriptible, pudiendo ser rechazada por la excepción de la prescripción adquisitiva del dominio hecha por el heredero putativo o aparente que ha poseído la herencia como tal sin reconocer el derecho del demandante durante el tiempo que señala la ley. 4.2. PARALELO ENTRE LA ACCION DE PETICIÓN DE HERENCIA CON OTRAS ACCIONES La acción de petición de herencia guarda ciertas semejanzas con otras figuras que pueden llevar a su confusión. Estas analogías, permite precisar algunas diferencias. Tales acciones son: o Acción Reivindicatoria o Acción de Partición o Acción de Reforma 57 4.2.1. ACCION REIVINDICATORIA Ambas acciones tienen un estrecho parentesco. El Art. 955 del Código Civil dispone que los demás derechos pueden reivindicarse, al igual que el dominio, “excepto el derecho de herencia”. La acción de petición de herencia, es en verdad una acción reivindicatoria del derecho real de herencia. Se asemejan en que ambas reconocen el derecho de propiedad sobre determinados bienes; por eso Pothier decía que la “petición de herencia era la reivindicación de una sucesión”, ya que tratan en forma igual al derecho de propiedad y piden al que no es propietario que devuelva los bienes a quien por derecho pertenece; por lo tanto tienden a obtener la entrega y restitución de los bienes, creando así una obligación de entrega. Ambas son acciones reales, puesto que recaen sobre derechos reales como son los de dominio y de herencia. Coinciden además en su finalidad por cuanto una y otra persiguen como último fin el que se le restituyan los bienes al verdadero titular del derecho de dominio. La distinción entre las dos acciones no es, por lo demás puramente teórica, por lo tanto se diferencian en: 1. En la acción de petición de herencia el demandante reclama la restitución de los bienes como comprendidos en la herencia a que se pretende llamado; siendo objeto del debate la calidad de heredero, versando la prueba sobre esta calidad, prueba que sin duda es más fácil que la de la propiedad. 58 Al contrario, en la acción reivindicatoria el objeto de la demanda son las cosas singulares, que el demandante pretende que le deben y pertenecen; en consecuencia, el justificar su derecho de propiedad, en algunas ocasiones resulta difícil. 2. En la petición de herencia el demandante no esta obligado a probar el dominio del causante sobre la cosa, únicamente se limita a demostrar el título de sucesor universal. Es diferente lo que sucede con la acción reivindicatoria ya que la prueba del dominio es lo esencial, puesto que la controversia se refiere al título, sea de dominio ósea, de Derecho real susceptible de posesión o cuasi-posesión. Incluso se debe demostrar la ineficacia del título de adquisición que invocó el demandado. 3. En la petición el accionado invoca su calidad de sucesor universal y niega al mismo tiempo la del actor. Es diferente en la reivindicación en donde el demando alega haber adquirido los bienes sucesorios, por donación, permuta o compra del propio causante. 4. La petición tiene por objeto una cosa universal: el patrimonio herencial o una cuota de este. Mientras que la reivindicatoria tiene por objeto una cosa singular, esto es particular, determinada y cierta. 5. La acción de petición de herencia la tiene el heredero legítimo contra el heredero putativo; la reivindicatoria la tiene el verdadero dueño contra el que posee la cosa singular que no es suya. 59 6. Prescribe en un plazo que fluctúa entre quince y cinco años; la acción reivindicatoria un plazo que va de dos a diez años. 7. Es una acción propia del derecho real de herencia la petición de herencia; en cambio la reivindicatoria corresponde al derecho real de dominio. Al heredero puede en determinados casos entablar la acción reivindicatoria en lugar de la acción de petición de herencia; y, esto podría ocurrir cuando el que ocupó la herencia indebidamente, se arroga la calidad de heredero, es decir como dueño de las cosas de que no está en posesión, en este caso la acción reivindicatoria para reclamarlas al poseedor actual, siempre y cuando no lo haya adquirido por prescripción. 4.2.2. ACCION DE PARTICIÓN Hay que distinguir también la acción de petición de herencia de la acción de partición, a pesar de que una y otra requieren el reconocimiento de la calidad de heredero. En la acción de petición de herencia, el demandado niega al demandante la calidad de heredero que él se atribuye, y ejercita en su contra y cuyo reconocimiento es el objeto directo se su acción; mientras que en la acción de partición de la herencia, el demandado no cuestiona la totalidad del dominio de la cosa, sino que se opone a la división de la herencia en forma absoluta. La acción de partición es un medio legal del que disponen todos los herederos para pedir la cesación del estado de indivisión de sus 60 títulos, bienes o derechos. Ésta acción supone que al demandado se le reconoce la calidad de heredero y la calidad de heredero de éste es reconocida al mismo tiempo por aquél; en consecuencia ello implica la existencia de la indivisión del derecho. La petición de herencia se entabla cuando otros herederos desconocen o discuten la existencia de su condición de heredero. Por consiguiente, una vez deducida la acción de partición de la herencia, el demandado se opone a la demanda sosteniendo que el demandante no tiene la calidad de heredero que invoca, para que tenga cabida la partición es necesario probar ser el verdadero heredero y cuál es el derecho hereditario, cuestión prejudicial respecto de la partición de la herencia en si, que corresponde al que es verdaderamente heredero, porque solo así habrá existido la indivisión de hecho a que la partición pone término. 4.2.3. ACCION DE REFORMA La acción de petición de herencia difiere profundamente de la reforma del testamento por las siguientes diferencias: 1. La acción de reforma del testamento es una acción personal, ya que solamente puede intentarse en contra de los asignatarios instituidos por el testador en perjuicio de las asignaciones forzosas, especialmente de las legítimas. La acción de petición de herencia es real, porque esta dirigida en contra de todo aquel que esté poseyendo la herencia sin ser el heredero verdadero. 61 2. Procede la acción de reforma del testamento cuando el testador en éste desconoce ciertas asignaciones forzosas; mientras que la petición cuando ésta es poseída por un heredero falso. Por consiguiente, la acción de reforma del testamento, sólo tiene lugar en la sucesión testada y no en la intestada, porque en ésta el causante no puede haber desconocido las asignaciones forzosas. De manera que para que valga la petición de herencia es indiferente que exista o no testamento. 3. En cuanto al objeto de ambas acciones también es diferente; en acción de reforma del testamento éste tiende a modificarse en la parte que perjudica las asignaciones. La petición de herencia persigue la restitución de las cosas hereditarias. 4. La acción de reforma del testamento procede cuando el testador desconoce cierras asignaciones forzosas; la petición de herencia cuando el acervo hereditario es poseído por un heredero falso. 5. Prescribe en cuatro años la acción de reforma del testamento, contados desde que tuvieron los asignatarios conocimiento de la existencia del testamento y de su calidad de tales, o desde que su incapacidad cesa. La acción de petición de herencia se extingue cuando el falso heredero adquiere la herencia por prescripción adquisitiva de quince o cinco años, según los casos. A pesar de las diferencias señaladas la acción de petición de herencia y de reforma del testamento no son incompatibles entre sí, por ello se establece que pueden ser entabladas conjuntamente ambas 62 acciones; generalmente si se entabla la acción de reforma y ésta es acogida, la herencia quedará ocupada por quien, en virtud de la modificación del testamento ya no será heredero; y el cónyuge o legitimario la reclamarán por medio de la acción de petición de herencia. Por ello se establece que se pueden entablar conjuntamente ambas acciones, por el hecho de que no son incompatibles. 63 CONCLUSIONES 1. Que para el estudio del tema se debe tener presente que esta acción tiene su origen en el Derecho Romano ya que constituye la base de nuestra legislación. 2. La acción de petición de Herencia ha tenido algunas variantes a través de la historia, y es por ello que ha sido adecuado así a nuestro Código Civil. 3. Que únicamente al heredero le asiste intentar la acción de petición de herencia, entendiéndose por tal a al persona que por voluntad del causante expresado en el testamento confiere ese carácter específico o a la persona llamada por la ley si se trata de sucesiones abintestato. 4. El heredero debe comparecer ante el juez para solicitar se le reconozca como tal. 5. El falso heredero esta en la obligación de restituir los bienes hereditarios con todas sus mejoras introducidas. 6. Se trata de una acción real, ya que no se dirigen en contra de determinadas personas, sino en contra de quien perturbe el ejercicio del derecho real. 7. La petición de herencia es divisible en el sentido de que puede intentarla cada heredero por separado, es decir podrá exigir su cuota en la herencia por separado. 64 BIBLIOGRAFIA ARIAS, José: “Derecho Sucesorio”, Editorial: Guillermo Karft; Segunda Edición, Buenos Aires, 1950 BARROS ERRAZURIS, Alfredo: “Curso de Derecho Civil”, Editorial Nascimiento, Volumen V, Santiago – Chile, 1931 BORDA, Guillermo A: “Tratado de Derecho Civil”, Editorial: Emilio Perrot, Quinta Edición, Tomo I, Buenos Aires, 1977 BOSSANO, Guillermo: “Manual de Derecho Sucesorio”, Editorial: Voluntad, Tomo: II, Quito, 1983 CARRION, Eduardo: “Compendio de Derecho Sucesorio”, Ediciones de la Universidad Pontificia Católica Ecuador, Quito, 1991 CLARO, Solar Luis: “Derecho Civil – Sucesión por causa de Muerte”, Editorial: El Marcial, Tomos: IV, Chile, 1943 65 CUENCA, Humberto: “Proceso Civil Romano”, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos Aires, 1957 PETIT, Eugéne: “Tratado Elemental de Derecho Romano”, Editorial Araujo, Novena Edición, Buenos Aires, 1976 PLANIOL, Marcelo y Ripert Jorge: “Tratado Práctico de Derecho Civil”, Editorial Cultural, Tomo IV, Habana, 1927 SERAFINI, Felipe: “Instituciones del Derecho Romano”, Espasa – Calpe S.A., Tomo II, Madrid SOMARRIVA, Undúrraga Manuel: “Derecho Sucesorio”, Editorial: Nascimiento, Tomo I,II Chile, 1961 SUAREZ, Franco Roberto: “Derecho de Sucesiones”, Editorial Temis S.A., Tercera Edición, Santa Fe de Bogota – Colombia, 1994 66 VALENCIA, Zea Arturo: “Derecho Civil – Sucesiones”, Editorial: Temis, Sexta Edición, Tomo VI, Bogotá, 1970 Código Civil Ecuatoriano, Editorial: Corporación de Estudios y Publicaciones, Año 2003 Enciclopedia Jurídica OMEBA, Editorial Bibliográfica Argentina, Tomo XXII, Buenos Aires, 1828 67