Número de registro: 21240 Novena Época Instancia: Primera Sala

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CONTRADICCIÓN DE TESIS 17/2008-PS.
Número de registro: 21240
Novena Época
Instancia: Primera Sala
Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
Tomo: Tomo XXVIII, Diciembre de 2008
Página: 149
CONTRADICCIÓN DE TESIS 17/2008-PS. ENTRE LAS SUSTENTADAS POR LOS
TRIBUNALES COLEGIADOS SEGUNDO Y TERCERO, AMBOS EN MATERIA CIVIL
DEL SEXTO CIRCUITO.
CONSIDERANDO:
PRIMERO. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, es competente
para conocer del presente asunto, de conformidad con lo dispuesto por los artículos 107,
fracción XIII, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; 197-A de la Ley
de Amparo; y, 21, fracción VIII, de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, toda
vez que se trata de una denuncia de contradicción de tesis, entre las sustentadas por
Tribunales Colegiados de Circuito en Materia Civil, que no amerita la intervención del
Tribunal Pleno.
SEGUNDO. En el caso, la denuncia de posible contradicción de tesis proviene de parte
legítima, pues el Magistrado integrante del Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del
Sexto Circuito, denunciante, se encuentra legitimado para ello, atento a lo dispuesto en el
artículo 197-A de la Ley de Amparo.
TERCERO. El Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito, al dictar
resolución en el juicio de amparo en revisión 393/2007, consideró lo que enseguida se
expone:
"... el contrato indicado es de fecha cierta por haber sido ratificado ante un notario público de
acuerdo a la jurisprudencia número 220, sustentada por la entonces Tercera Sala de la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, consultable en la página 180, del Tomo IV, Materia
Civil, del Apéndice al Semanario Judicial de la Federación 1917-2000 que dispone:
"‘DOCUMENTOS PRIVADOS, FECHA CIERTA DE LOS.’ (se transcribe).
"Por consiguiente, si el contrato de compraventa fue celebrado el cuatro de julio de dos mil
tres, y el embargo impugnado se efectuó hasta el dieciséis de junio de dos mil cuatro, dicho
embargo resulta ilegal, porque se efectuó sobre un bien que ya había salido del patrimonio de
la demandada.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 17/2008-PS.
"No obsta para lo anterior, lo que manifiesta la recurrente en el sentido de que la ratificación
del contrato de compraventa exhibido por el demandante de garantías, no cumple con lo
dispuesto por el artículo 123 de la Ley del Notariado, vigente en la fecha en que se celebró el
contrato exhibido, porque la ratificación se encuentra hecha en una hoja anexa al contrato de
que se trata, por lo que es ineficaz para determinar que sea un documento de fecha cierta.
"Se afirma lo anterior, porque la circunstancia de que la ratificación del contrato de
compraventa efectivamente obre en una foja anexa, no implica que contravenga lo dispuesto
por el citado artículo 123 de la ley citada, que establece:
"(se transcribe).
"Del citado precepto legal se desprende que en la ratificación de un contrato el notario
público respectivo, hará constar la identidad y capacidad de los comparecientes, poniendo al
final la razón ‘ante mí’ con su firma y sello.
"Sin embargo, dicho precepto, no prohíbe que la certificación relativa, pueda obrar anexa al
documento cuyo contenido se reconoce o ratifica.
"... Por tanto, es claro que la ratificación del referido contrato privado de compraventa
cumple con los requisitos del citado artículo 123 de la Ley del Notariado vigente al momento
de su celebración, sin que dicho precepto, ni ninguna otra disposición de la referida Ley del
Notariado aplicable prohíba que la certificación relativa a la ratificación del citado contrato
de compraventa pueda obrar en una hoja anexa al documento respectivo ..."
CUARTO. Por su parte, el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito,
al resolver los juicios de amparo en revisión 412/2006, 43/2007 y 44/2007, en lo que interesa,
consideró lo siguiente:
• Juicio de amparo en revisión 412/2006:
"... Pero ese acto notarial de ratificación es ilegal, porque no se llevó a cabo en el mismo
documento en que se contenía el contrato, sino en una hoja anexa, contrariándose con ello lo
dispuesto en el artículo 123 de la Ley del Notariado del Estado de Puebla, abrogada por
decreto publicado en la segunda sección del Periódico Oficial del Estado de Puebla, el lunes
dos de febrero de dos mil cuatro, la cual es aplicable al presente asunto, toda vez que el acto
de ratificación se llevó a cabo el veintitrés de noviembre de dos mil, cuando se encontraba
vigente dicho ordenamiento legal.
"Este precepto dispone: ‘Artículo 123.’ (se transcribe).
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 17/2008-PS.
"Como se puede observar y cabe resaltar, la intelección gramatical y teleológica de la
hipótesis normativa conduce inequívocamente a concluir que la ratificación del contenido de
documentos y firmas, o de simple comprobación de éstas, mediante la comparecencia y
reconocimiento o ratificación del firmante, necesariamente debe efectuarse en el propio
documento cuyo contenido se reconoce o en el que constan las firmas, en tanto que el
enunciado normativo dispone que la ratificación ‘se hará constar en ellos’, refiriéndose a los
propios documentos, sin prever la posibilidad de que el acto de ratificación se realice en hoja
anexa, como se hizo en el presente asunto. Aunado a lo anterior, la disposición en comentario
y su interpretación atienden a la finalidad de la fe pública notarial aplicada al acto notarial de
ratificación, que es dar certeza, conforme al artículo 2o., fracción II, del ordenamiento legal
en consulta, precepto que dispone que la fe pública notarial en las actas y certificaciones
acredita la exactitud de lo que el notario hace constar como lo percibió por sus sentidos.
"En tal virtud, en el presente asunto no se puede tener la certeza acerca del acto notarial de
ratificación de firmas.
"La importancia de incorporar en el propio documento la razón notarial relativa a la
ratificación de documentos o firmas, se ve con mayor nitidez si se toma en cuenta que en el
presente caso la razón asentada por el notario público en la hoja anexa no contiene datos
sobre el contrato de compraventa cuyas firmas se reconocían, pues únicamente dice que las
partes comparecieron ‘con el fin de solicitar la ratificación del contrato que antecede ...’, sin
mayor dato sobre el instrumento contractual, por lo que no puede tenerse la certeza, para
efectos del amparo, sobre que la ratificación de las firmas pertenezca al contrato de
compraventa, al encontrarse efectuado el acto notarial en hoja anexa, pues en lo fáctico esta
última puede integrarse, a cualquier documento."
• Juicios de amparo en revisión 43/2007 y 44/2007:
"... se advierte que la certificación contenida en el documento relativo al contrato privado de
compraventa exhibido por la quejosa infringe lo establecido en el artículo 128 de la Ley del
Notariado del Estado de Puebla, en virtud de que la autenticación efectuada por el notario
auxiliar del protocolo a cargo del notario público número Tres del Distrito Judicial de
Tecamachalco, Puebla, se contiene en una hoja anexa al documento en relación con el cual el
aludido funcionario recibió la ratificación de los comparecientes; cuando, al tenor de la
indicada disposición legal, el acto encomendado al fedatario público debe constar en el
propio documento cuyo contenido se reconoce o en el que se constatan las firmas impresas,
pues el enunciado normativo de análisis dispone que la ratificación ‘se hará constar en ellos’,
refiriéndose a los propios documentos, sin prever la posibilidad de que el acto de ratificación
se realice en hoja anexa, tal como se hizo en el presente asunto.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 17/2008-PS.
"A lo anterior, debe agregarse que la disposición analizada y su interpretación atienden a la
finalidad de la fe pública notarial aplicada al acto de la ratificación, que no es otra que la de
dar certeza conforme a lo preceptuado en el diverso 2o., fracción II, de la aludida legislación,
en el que se dispone que la fe pública notarial en las actas y certificaciones acredita la
exactitud de lo que el notario hace constar como lo percibió por sus sentidos.
"Para así advertirlo, conviene citar de manera textual el contenido de los artículos 128 y 2o.,
fracción I de la actual Ley del Notariado del Estado de Puebla, que dicen:
"‘Artículo 128.’ (se transcribe).
"‘Artículo 2o.’ (se transcribe).
"En el caso de análisis, no se puede tener certeza acerca del acto notarial celebrado, ya que la
importancia de incorporar en el propio documento la razón notarial relativa a su ratificación
en cuanto al contenido y firmas, se advierte con mayor nitidez si se toma en cuenta que la
razón asentada por el fedatario público de referencia en la hoja anexa que se incorporó a ese
convenio, no contiene datos sobre el contrato de compraventa reconocido, dado que en la
parte final de lo asentado por el notario, se indicó lo siguiente: ‘Los comparecientes tienen a
mi juicio la capacidad legal necesaria para contratar y obligarse, por no constarme nada en
contrario. Enseguida manifiestan que comparecen ante el suscrito notario a efecto de ratificar
como en efecto ratifican en todas y cada una de sus partes el contrato de compraventa que
antecede. Doy fe, y en la aludida constancia no se precisa algún dato que permita identificar
al acto jurídico ‘que antecede’ (ya se dijo que la certificación obra en hoja separada) respecto
del cual se realiza la mencionada ratificación, lo cual finalmente, conduce a que no se pueda
arribar a la plena convicción, para efectos del amparo, sobre el hecho de que esa ratificación
pertenezca efectivamente al contrato al cual se hubiera incorporado la hoja en que se
consignó."
Las anteriores consideraciones dieron lugar a la formación de la tesis aislada siguiente:
"Novena Época
"Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XXV, abril de 2007
"Tesis: VI.2o.C.548 C
"Página: 1819
"RATIFICACIÓN NOTARIAL. RESULTA INEFICAZ SI SE HACE CONSTAR EN UNA
HOJA ANEXA AL DOCUMENTO CUYO CONTENIDO SE RECONOCE O EN EL QUE
CONSTAN LAS FIRMAS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA). De la
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interpretación gramatical y teleológica del artículo 123 de la Ley del Notariado del Estado de
Puebla, abrogada por decreto publicado en el Periódico Oficial del Estado el 2 de febrero de
2004, así como del diverso numeral 128 de la legislación actualmente en vigor, de similar
redacción, que establecen que cuando se trate de ratificación del contenido de documentos y
firmas, o de simple comprobación de éstas, se hará constar en ellos la comparecencia y
reconocimiento o ratificación que hace el firmante, la identidad y capacidad de éste, poniendo
el notario al final el ‘ante mí’ con su firma y sello; se concluye que dicha ratificación debe
efectuarse en el propio documento cuyo contenido se reconoce o en el que constan las firmas,
en tanto que los enunciados normativos disponen que la ratificación ‘se hará constar en ellos’,
refiriéndose a los propios documentos. Por tanto, una actuación notarial de esta naturaleza
resulta ineficaz si se hace constar en una hoja anexa al documento cuyo contenido se
reconoce o ratifica, o en el que constan las firmas, al infringir la ley -abrogada o vigente- que
regula la función del notariado en esta entidad federativa."
QUINTO. En primer lugar, debe determinarse si efectivamente existe la contradicción de
criterios denunciada, pues ello constituye un presupuesto necesario para estar en posibilidad
de resolver cuál de las posturas contendientes debe prevalecer.
Para que exista contradicción de tesis, se requiere que los Tribunales Colegiados, al resolver
los asuntos materia de la denuncia, examinando hipótesis jurídicas esencialmente iguales,
hayan llegado a conclusiones encontradas respecto a la solución de la controversia planteada,
partiendo del estudio de los mismos elementos. En ese sentido se ha pronunciado el Pleno de
este Alto Tribunal, en la jurisprudencia transcrita a continuación:
"Novena Época
"Instancia: Pleno
"Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta
"Tomo: XIII, abril de 2001
"Tesis: P./J. 26/2001
"Página: 76
"CONTRADICCIÓN DE TESIS DE TRIBUNALES COLEGIADOS DE CIRCUITO.
REQUISITOS PARA SU EXISTENCIA. De conformidad con lo que establecen los artículos
107, fracción XIII, primer párrafo, de la Constitución Federal y 197-A de la Ley de Amparo,
cuando los Tribunales Colegiados de Circuito sustenten tesis contradictorias en los juicios de
amparo de su competencia, el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación o la Sala
que corresponda deben decidir cuál tesis ha de prevalecer. Ahora bien, se entiende que
existen tesis contradictorias cuando concurren los siguientes supuestos: a) que al resolver los
negocios jurídicos se examinen cuestiones jurídicas esencialmente iguales y se adopten
posiciones o criterios jurídicos discrepantes; b) que la diferencia de criterios se presente en
las consideraciones, razonamientos o interpretaciones jurídicas de las sentencias respectivas;
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y, c) que los distintos criterios provengan del examen de los mismos elementos."
Una vez expuesto lo anterior, se procede al análisis de las diversas consideraciones, para estar
en aptitud de determinar si en la especie existe la contradicción de criterios denunciada.
SEXTO. Existe la contradicción de tesis denunciada.
Lo anterior es así, puesto que los Tribunales Colegiados involucrados, estudiaron cuestiones
jurídicas esencialmente iguales, tomaron en cuenta similares elementos y, al resolver,
llegaron a conclusiones opuestas.
Esto es así, pues mientras el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito,
en la ejecutoria de referencia, sostuvo que: la ratificación de un contrato privado de
compraventa hecha por notario en hoja anexa no implica contravención al artículo 123 de la
Ley del Notariado de Puebla, abrogada, puesto que dicho dispositivo ni algún otro de la
citada ley prohíben que la certificación relativa pueda obrar anexa al documento cuyo
contenido se ratifica, el Segundo Tribunal Colegiado de la misma materia y circuito,
determinó que: de conformidad con los artículos 123 de la Ley del Notariado de Puebla,
abrogada, y 128 de la Ley del Notariado del Estado de Puebla, vigente, los cuales son del
mismo contenido, la ratificación de documentos y firmas, o de simple comprobación de éstas,
mediante la comparecencia y reconocimiento o ratificación del firmante, necesariamente debe
efectuarse en el propio documento cuyo contenido se reconoce, o en el que constan las
firmas, sin que se prevea la posibilidad de que el acto de ratificación se realice en hoja anexa;
por lo tanto, la certificación de la ratificación de un contrato de compraventa que obra en hoja
separada no da plena convicción de que pertenezca al documento al cual se incorpora.
En primer orden, conviene hacer notar que los Tribunales Colegiados contendientes para
asumir su criterio en los asuntos materia de la presente contradicción de tesis, analizaron la
ratificación notarial de un contrato de compraventa fundando sus consideraciones en artículos
pertenecientes a leyes vigentes en diferentes momentos, sin embargo, ello no constituye
obstáculo para la existencia de la contradicción de tesis, como a continuación se verá.
El Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito, al resolver el juicio de
amparo en revisión 393/2007, determinó que la ratificación hecha en hoja anexa al contrato
privado de compraventa sometido a estudio en ese asunto, reúne los requisitos del artículo
123 de la Ley del Notariado de Puebla; y, por su parte, el Segundo Tribunal Colegiado en
Materia Civil del Sexto Circuito, al resolver el juicio de amparo en revisión 412/2006, estimó
que la ratificación del contrato de compraventa sometido a análisis es ilegal porque no se
llevó a cabo en el mismo documento en que se contenía el contrato, sino en una hoja anexa,
contrariándose con ello lo dispuesto en el artículo 123 de la Ley del Notariado de Puebla,
citado.
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No obstante, el Tribunal Colegiado precisado en último término al fallar los juicios de
amparo en revisión 43/2007 y 44/2007, consideró que la certificación contenida en el
documento relativo al contrato privado de compraventa que se tuvo en estudio, infringe lo
establecido por el artículo 128 de la Ley del Notariado del Estado de Puebla, en virtud de que
la autenticación del notario se contiene en una hoja anexa al documento en el que el
funcionario recibió la ratificación de los comparecientes.
En el caso, esa circunstancia no obsta para la existencia de la contradicción de tesis, pues
como se demostrará enseguida, el artículo 128 de la Ley del Notariado del Estado de Puebla,
materia de análisis en las consideraciones expuestas en las dos últimas ejecutorias del
Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito, es de contenido similar al
numeral 123 de la Ley del Notariado de Puebla, que analizaron tanto este tribunal en la
ejecutoria señalada en primer término, como el Tercer Tribunal Colegiado en Materia Civil
del Sexto Circuito, en la ejecutoria referida, las cuales son materia de la presente
contradicción.
Por lo anterior, es importante destacar que mediante decreto publicado en la segunda sección
del Periódico Oficial del Estado de Puebla, el dos de febrero de dos mil cuatro, se abrogó la
Ley del Notariado de Puebla, la cual fue sustituida por la Ley del Notariado del Estado de
Puebla, que cobró vigencia noventa días después de su publicación.
Ahora, el texto del artículo 123 de la Ley del Notariado de Puebla, abrogado, es del contenido
siguiente:
"Artículo 123. Cuando se trate de ratificación del contenido de documentos y firmas, o de
simple comprobación de éstas, se hará constar en ellos la comparecencia y reconocimiento o
ratificación que hace el firmante, la identidad y capacidad de éste, poniendo el notario al final
el ‘ante mí’ con su firma y sello."
Por su parte, el artículo 128 de la Ley del Notariado para el Estado de Puebla, actualmente en
vigor, establece:
"Artículo 128. Cuando se trate de ratificación del contenido de documentos y firmas, o de
simple comprobación de éstas, se hará constar en ellos la comparecencia y reconocimiento o
ratificación que hace el firmante, la identidad y capacidad de éste, poniendo el notario al final
la razón ‘Doy fe’ con su firma y sello."
De lo antes transcrito se advierte que tanto en el precepto abrogado, como en el que
actualmente se encuentra en vigor, se prevé una misma hipótesis, pues en ambos se establece
que cuando se trate de ratificación del contenido de documentos y firmas, o de simple
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comprobación de éstas, en los documentos respectivos se hará constar la comparecencia y
reconocimiento o ratificación del firmante, así como su identidad y capacidad, debiendo
asentar el notario al final del texto una razón, que conforme al artículo abrogado, debe decir
"ante mí", y de acuerdo al precepto vigente, debe decir "Doy fe", plasmando, además, su
firma y sello.
En consecuencia, la única variante que se aprecia en el contenido de los artículos en análisis
es la referente al texto de la razón que debe plasmar el notario al final de la ratificación
correspondiente, sin que en el caso se deduzca que las frases "ante mí" y "Doy fe", alteren de
forma sustancial el sentido de tales disposiciones legales, dado que lo que se pretende con las
referidas razones notariales es dar la certeza de que los actos de ratificación efectivamente se
realizaron en presencia del fedatario público, y que éste los apreció con sus sentidos.
Es por tanto, que si dicha circunstancia no altera de forma sustancial el contenido de las
disposiciones legales en comento, ello en nada incide respecto de la totalidad de las
ejecutorias emitidas por el Segundo Tribunal Colegiado en Materia Civil del Sexto Circuito,
en contraposición con la emitida por el Tercer Tribunal Colegiado de la misma materia y
circuito, y declarar la existencia de contradicción de tesis entre éstas.
SÉPTIMO. Descritos los criterios en contradicción y sentada la existencia de la misma, se
procede a dilucidar el punto contradictorio que radica en: determinar si la ratificación notarial
a que se refieren los artículos 123 de la Ley del Notariado de Puebla, abrogada, y el 128 de la
Ley del Notariado del Estado de Puebla, vigente, puede hacerse en diversa hoja a aquellas en
las que consta el documento a ratificar o si el acto de ratificación necesariamente requiere
hacerse en el propio papel donde consta el documento a ratificar.
Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia el criterio sustentado por esta Primera Sala,
conforme a lo que a continuación se expondrá.
Para la resolución del presente asunto se dará tratamiento común a los artículos 123 de la Ley
del Notariado de Puebla, abrogada, y 128 de la Ley del Notariado del Estado de Puebla,
vigente, pues ya quedó establecido que en lo que aquí interesa, son de contenido idéntico, por
lo que el estudio que se realice tendrá efectos para ambos preceptos legales.
Los artículos citados disponen:
"Artículo 123. Cuando se trate de ratificación del contenido de documentos y firmas, o de
simple comprobación de éstas, se hará constar en ellos la comparecencia y reconocimiento o
ratificación que hace el firmante, la identidad y capacidad de éste, poniendo el notario al final
el ‘ante mí’ con su firma y sello."
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"Artículo 128. Cuando se trate de ratificación del contenido de documentos y firmas, o de
simple comprobación de éstas, se hará constar en ellos la comparecencia y reconocimiento o
ratificación que hace el firmante, la identidad y capacidad de éste, poniendo el notario al final
la razón ‘Doy fe’ con su firma y sello."
Las disposiciones legales mencionadas establecen que cuando se trate de ratificación del
contenido de documentos y firmas, o de simple comprobación de éstas, el notario hará
constar en los documentos respectivos la comparecencia y reconocimiento o ratificación de
los firmantes, así como la identidad y capacidad de éstos, debiendo, además, asentar al final
del documento que se ratifica la razón "ante mí" o "Doy fe" con su firma y sello, según se
trate de la ley abrogada o la vigente, como con antelación se explicó.
Así también, se desprende que los requisitos previstos por estas disposiciones legales tienen
como finalidad generar la certeza sobre el contenido de un documento con base en la fe
pública de que se encuentra investido el notario.
No obstante, para establecer el alcance de los artículos sometidos a análisis resulta necesario
explicar tanto la figura del notario como la de la fe pública.
Al respecto, la exposición de motivos de la actual Ley del Notariado del Estado de Puebla,
señala:
"... Que el notariado como institución, es un reflejo de las manifestaciones contractuales de la
sociedad, que surge en forma natural de la organización social, como una manera de otorgar
mayor seguridad jurídica a los actos comerciales y mercantiles derivados del cotidiano
intercambio de satisfactores entre los diferentes estamentos que conforman el conglomerado
social, permitiendo y favoreciendo la convivencia, al tiempo que fortalece las relaciones
políticas, económicas y sociales que requiere toda sociedad para alcanzar su desarrollo.
"Que desde sus inicios, se concibió como conjunto organizado de personas investidas de fe
pública, cuyo objetivo esencial radica en la facultad de autorizar o dar fe de hechos o actos
que ante ellos pasan y se otorgan, constituyéndose por tal motivo el notario, en un auténtico
representante del poder público, que ejerce por delegación una función también pública
mediante la cual, se obliga y es capaz de recibir y dar forma legal a cuanta manifestación
jurídica surja a la vida de una relación contractual ..."
Por ende, el notario es una persona investida de fe pública que tiene la facultad de autorizar o
dar fe de hechos o actos que ante él se pasan u otorgan.
En ese tenor, el notario se constituye en un auténtico representante del poder público que
ejerce una función también pública, mediante la cual se obliga y es capaz de recibir y dar
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forma legal a cualquier manifestación jurídica que surja de las relaciones contractuales.
Asimismo, los artículos 2o. y 14 de la Ley del Notariado del Estado de Puebla, vigente,
señalan la importancia del papel del notario en función de la fe pública que posee, como
enseguida se demuestra:
"Artículo 2o. La fe pública notarial tiene y ampara un doble contenido:
"I. Da autenticidad y fuerza probatoria, y, en su caso, solemnidad a las declaraciones de
voluntad de las partes que intervienen en las escrituras; y
"II. En las actas y certificaciones, acredita la exactitud de lo que el notario hace constar como
lo percibió por sus sentidos."
"Artículo 14. El notario, además de funcionario público es profesional del derecho investido
de fe pública por el Estado, que por delegación ejerce una función de orden público,
facultado para hacer constar los actos y hechos jurídicos a los que los interesados deben o
quieran dar autenticidad y fuerza probatoria, o la solemnidad requerida por la ley."
Por su parte, los artículos 2o., 14 y 15 de la abrogada Ley del Notariado de Puebla, en
relación a la actuación del notario en función de la fe pública que detenta, establecen:
"Artículo 2o. La fe pública notarial tiene y ampara un doble contenido:
"I. Da autenticidad y fuerza probatoria, y, en su caso, solemnidad, a las declaraciones de
voluntad de las partes que intervienen en las escrituras.
"II. En las actas y certificaciones, acredita la exactitud de lo que el notario hace constar como
lo percibió por sus sentidos."
"Artículo 14. Notario es el funcionario investido de fe pública, para hacer constar los actos y
hechos jurídicos a los que los interesados deban o quieran dar autenticidad y fuerza
probatoria, o la solemnidad requerida por la ley. Igualmente es función del notario expedir
los testimonios, certificaciones, y copias que legalmente procedan."
"Artículo 15. El notario, a la vez que funcionario público, es profesional del derecho, que
ilustra a las partes en materia jurídica, y que tiene el deber de explicarles el valor y las
consecuencias legales del otorgamiento, salvo a los peritos en derecho."
En ese tenor, la fe pública notarial implica que el funcionario que la detenta tiene la facultad
legal de autenticar y dar fuerza probatoria y, en su caso, solemnidad a las declaraciones de
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voluntad de las partes en las escrituras, así como acreditar la certeza de los actos y hechos
jurídicos que hace constar en las actas y certificaciones como lo percibe con sus sentidos.
Es decir, la fe pública es una figura jurídica creada para que un funcionario autorizado,
profesional de derecho, como lo es el notario, dé certidumbre a los actos, palabras o escritos
que requieren ser declarados como valederos y ciertos ante diversas circunstancias.
De igual forma, es de citar el texto de los artículos 143 de la Ley del Notariado del Estado de
Puebla, vigente, y 138 de la Ley del Notariado de Puebla, abrogada, los cuales son de
idéntica redacción, para establecer el alcance de los documentos notariales.
El texto de los mencionados artículos es:
"Los documentos públicos notariales, mientras no fuere declarada judicialmente su falsedad,
probarán plenamente que los otorgantes manifestaron su voluntad de celebrar el acto
consignado en ellos, que hicieron las declaraciones y se realizaron los hechos de los que haya
dado fe el notario y que éste observó las formalidades que mencionó."
De esto resulta que por disposición expresa de la ley, los documentos otorgados por notario
público en el ejercicio de sus funciones, harán prueba plena de los actos o hechos jurídicos
que en ellos se consignen, salvo que judicialmente llegare a declararse su falsedad.
Por tanto, cuando se presenta ante el notario un documento para que sea ratificado, esto se
hace con la finalidad de dar certeza sobre la existencia del acto contenido en tal instrumento,
ya sea que se trate de un contrato o cualquier otro documento.
Bajo ese tenor, si al pasarse ante la fe del notario un documento para su ratificación -como en
el caso a estudio lo fue de diversos contratos de compraventa- el mencionado fedatario
público certifica ese acto cumpliendo los requisitos establecidos en la ley, es decir, llevando a
cabo lo previsto en el artículo 128 de la Ley del Notariado del Estado de Puebla, o el artículo
123 de la abrogada Ley del Notariado de la misma entidad, resulta que esa certificación
prueba plenamente la ratificación que en ella se consignó por el notario, salvo que
judicialmente se declare lo contrario.
Esto, porque como se mencionó, la fe pública que se ejerce sobre el acto notarial de
ratificación tiene como efecto dar certeza de lo ocurrido, es decir, acredita la exactitud de lo
que el notario hace constar conforme lo percibió con sus sentidos.
Así también, no escapa a este estudio que el referido artículo 128 de la Ley del Notariado del
Estado de Puebla -así como el numeral 123 abrogado-, establecen que la certificación en la
que se contenga la ratificación del contenido de documentos o firmas "se hará constar en
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ellos", sin embargo, bajo esa redacción no es dable entender que la certificación respectiva
obligadamente deba plasmarse en el mismo papel que constituye el documento en cuestión,
pues ello, en ocasiones, por razón de espacio, o a fin de no alterar los documentos no es
posible.
Además, cuando los preceptos en análisis prescriben que la ratificación de documentos "se
hará constar en ellos", se refiere al contenido formal del documento y no a las hojas de papel
o al material en que se haya asentado su contenido.
Esto es, la certificación en la que el notario hace constar la ratificación de un documento es
parte integrante del mismo, lo que quiere decir que las hojas donde consta el acto a ratificar y
la hoja donde se certifica la ratificación son un todo y ambas son parte integrante del
documento ratificado.
Por tanto, si como ya se explicó, el notario en su carácter de fedatario público cuenta con la
atribución legal necesaria para dar certeza sobre la ratificación que de un documento se haga,
ello no implica que necesariamente tal ratificación se tenga que plasmar en el propio cuerpo
del documento a ratificar, dado que esa circunstancia equivaldría a poner en duda la fe
pública de que el notario se encuentra investido.
Así, consideramos que la certificación en la que se haga constar la ratificación de un
documento hecha ante notario público, es válida aun cuando se haga en un papel anexo al que
contiene el acto que se ratifica, siempre que se cumplan las formalidades de ley.
No obstante, no debe escapar a la vista el hecho de que si bien, en principio la fe pública del
notario es incuestionable -salvo prueba en contrario-, y con base en esa investidura ratifica el
contenido de algún documento, si esta ratificación es realizada en hoja diversa al documento
a ratificar y en ella no se asientan los datos suficientes que permitan identificar de manera
plena el acto ratificado, queda fuera del alcance del fedatario público controlar el uso que
llegare a darse a la hoja de ratificación hecha por separado, pues, por lo general, dicha hoja
queda en manos de los interesados, sin que se pueda tener la seguridad de que pudieren
incorporarla a un documento ajeno.
En ese tenor, resulta que la ratificación notarial de un documento para ser válida no requiere
de que necesariamente sea plasmada en el cuerpo del propio documento a ratificar, si se llevó
a cabo cumpliendo con todos los requisitos previstos en la ley -en el caso, artículos 128 de la
Ley del Notariado del Estado de Puebla, y 123 de la ley de la materia, abrogada-, con la
salvedad de que si la mencionada ratificación se realiza en hoja separada al documento en
cuestión, a fin de no romper con el principio de certeza que implica el ejercicio de la fe
pública, en dicha hoja se deben hacer constar los datos suficientes que hagan totalmente
identificable el acto que se ratifica.
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CONTRADICCIÓN DE TESIS 17/2008-PS.
Lo anterior, no denota problemática alguna, puesto que en cumplimiento al principio de
certeza de que deben estar dotados los actos emitidos por funcionarios investidos de fe
pública, los notarios estilan hacer uso de diversos recursos para generar seguridad jurídica
sobre los documentos que ante ellos se pasan y otorgan, como son el uso del sello de la
notaría, el entresello del documento, el folio y rúbrica de las hojas, la aplicación de
hologramas, la descripción de los actos autorizados en las certificaciones, entre otros, todo lo
cual es utilizado para evitar que la autenticidad de los actos notariales pueda ser cuestionada.
Por tanto, si el notario en ejercicio de la fe pública que posee ratifica el contenido de
cualquier documento; y si en el caso, la ratificación cumple todos los requisitos de ley, es
decir, que conforme al artículo 128 de la Ley del Notariado del Estado de Puebla, vigente, -o
numeral 123 de la abrogada Ley del Notariado de la propia entidad-, en el documento
respectivo se hizo constar la comparecencia y reconocimiento o ratificación de los firmantes,
así como su identidad y capacidad, además, se asentó al final del documento la razón "Doy
fe" o el "ante mi" con la firma y sello del notario, según disponen las leyes notariales que se
han venido mencionando, se entiende que dicha ratificación notarial es válida aun cuando se
haya realizado en diversa hoja a aquellas en las que se contiene el documento a ratificar, pues
los preceptos legales citados no obligan a que se haga en el propio papel del documento que
se ratifica, y por otro lado, la validez de un acto notarial de ratificación depende de que se
cumpla con el principio de certeza de que deben estar dotados los actos emitidos en función
de la fe pública que ostenta el notario.
Consecuentemente, por las razones que se expresan, con fundamento en lo dispuesto en el
artículo 195 de la Ley de Amparo, debe prevalecer el criterio sustentado por esta Primera
Sala, y la tesis que debe quedar redactada, es la siguiente:
RATIFICACIÓN NOTARIAL. ES VÁLIDA AUN CUANDO SE HAGA CONSTAR EN
UNA HOJA DIVERSA A AQUELLAS EN LAS QUE CONSTA EL DOCUMENTO A
RATIFICAR, SIEMPRE QUE LA RATIFICACIÓN CUMPLA CON EL PRINCIPIO DE
CERTEZA QUE DEBEN REVESTIR LOS ACTOS NOTARIALES (LEGISLACIÓN DEL
ESTADO DE PUEBLA).-Conforme al artículo 128 de la Ley del Notariado del Estado de
Puebla vigente (123 de la ley abrogada), cuando se trate de ratificación del contenido de
documentos y firmas, o de la simple comprobación de éstas, en los documentos respectivos
se hará constar la comparecencia y reconocimiento o ratificación de los firmantes, así como
su identidad y capacidad, debiendo asentar el notario al final del documento respectivo la
razón "Doy fe" (de acuerdo con la disposición vigente) o la expresión "ante mí" (según el
numeral abrogado), con su firma y sello. Ahora bien, si se toma en cuenta, por un lado, que
dichos preceptos legales no obligan a que la ratificación se plasme en el propio papel del
documento que se ratifica y, por otro, que la validez de un acto notarial de ratificación
depende de que se cumpla con el principio de certeza de que debe estar dotado el ejercicio de
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la fe pública que ostenta el notario, es indudable que la ratificación notarial de un documento
es válida aun cuando conste en hoja diversa a las que contienen el acto a ratificar, si en
cumplimiento al indicado principio, el fedatario público hace uso de los diversos recursos con
que cuenta para generar seguridad jurídica sobre los documentos que pasan y se otorgan ante
él, como son, entre otros, que en la certificación consten los datos suficientes que hagan
identificable el acto que se ratifica, el uso del sello de la notaría, el entresello del documento,
el folio y rúbrica de las hojas o la aplicación de hologramas, lo cual sirve para evitar que se
cuestione la autenticidad de los actos notariales.
Por lo expuesto y fundado, se resuelve:
PRIMERO.-Existe la contradicción de tesis denunciada.
SEGUNDO.-Debe prevalecer con carácter de jurisprudencia la tesis sustentada por esta
Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
TERCERO.-Dése publicidad a la tesis en los términos del artículo 195 de la Ley de Amparo.
Notifíquese; con testimonio de esta resolución a los tribunales contendientes, y en su
oportunidad, archívese este asunto como concluido.
Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, por mayoría de
cuatro votos de los señores Ministros José de Jesús Gudiño Pelayo (ponente), Juan N. Silva
Meza, Olga Sánchez Cordero de García Villegas y presidente Sergio A. Valls Hernández, en
contra del emitido por el señor Ministro José Ramón Cossío Díaz, quien manifestó que
formularía voto particular.
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