Panace@ Revista de Medicina, Lenguaje y Traducción Vol. XII, n.º 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> Panace@ (<http://tremedica.org/panacea.html>), revista surgida a partir de la lista de debate MedTrad (<http://rediris.es/list/info/medtrad.es.html>), es la publicación oficial de Tremédica (<www.tremedica.org>), la Asociación Internacional de Traductores y Redactores de Medicina y Ciencias Afines. Panace@ publica textos originales sobre los diversos aspectos de la traducción y el lenguaje de la medicina y ciencias afines, sobre todo en español, pero la revista está abierta a colaboraciones en cualquier idioma. Panace@ es una publicación semestral con dos números anuales, uno en cada semestre; uno de estos números es general, y el otro, monográfico. Los originales para publicación deben enviarse en soporte electrónico a [email protected]. La propiedad intelectual de los originales corresponde a los autores, y los derechos de edición y publicación, a Panace@. Los artículos aparecidos en la revista podrán ser utilizados libremente con propósitos educativos y científicos, siempre y cuando se citen correctamente su autoría y procedencia. No está permitido el uso o reproducción de las imágenes sin el permiso expreso de los autores o sus herederos. Panace@ espera de autores y colaboradores el máximo respeto a las consideraciones de ética editorial incluidas en las normas de Vancouver, que pueden consultarse en la página de Tremédica (<www.tremedica.org/recursos/vancouver.html>). Las opiniones expresadas en esta publicación son responsabilidad exclusiva de los autores de los artículos. ISSN 1537-1964 Publicación incorporada a Redacción Directora: Bertha M. Gutiérrez Rodilla Secretario de redacción: Juan V. Fernández de la Gala Consejo de redacción: Gonzalo Claros, María de Miguel, M.ª Blanca Mayor Serrano y Cristina Márquez Arroyo Equipo técnico Revisión: Federico Romero Revisión de textos en inglés: María Valiente. Traducción de resúmenes: Cristina Márquez Arroyo y Danielle Maxson Diseño y maquetación: Miguel Ángel Beneyto y Juliana Serri Publicación electrónica: Eduardo Camihort III Consejo editorial Rodolfo Alpízar Castillo (Cuba) Jorge Avendaño Inestrillas (México) Christian Balliu (Bélgica) María Barbero (España) José Rafael Blengio Pinto (México) M.ª Teresa Cabré Castellví (España) Xosé Castro Roig (España) María Luisa Clark (Colombia-EE. UU.) Francisco Cortés Gabaudan (España) Adriana Cruz Santacroce (Uruguay) Esther Fernández Berjón (España-Bélgica) Luisa Fernández Sierra (España) Valentín García Yebra † (España) Josefa Gómez de Enterría (España) Luis González (España-Bélgica) José Martínez de Sousa (España) Vicent Montalt Resurreció (España) Luis Montiel (España) Laura Munoa (España) M.ª del Carmen Navarro (Italia-España) Fernando A. Navarro (España) Fernando Pardos (España) José Antonio Pascual (España) Isabel Pérez Montfort (México) Luis Pestana (Portugal-Suiza) Mercè Piqueras (España) Serge Quérin (Canadá) Héctor Quiñones (España) Graça Rio-Torto (Portugal) María Verónica Saladrigas (Argentina-Suiza) Karen Shashok (España) Gustavo A. Silva (México-EE. UU.) Lúcia M. Singer (Brasil) José A. Tapia Granados (EE. UU.) Miguel Turrión (España-Luxemburgo) Damián Vázquez (Argentina) Nelson Verástegui (Colombia-Suiza) Alicia Zorrilla (Argentina) Portada e ilustraciones: Ricardo Barbetti (v. pp. 156-157). No está permitido el uso o la reproducción de las imágenes sin el permiso expreso del autor. II Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Índice <http://tremedica.org/panacea.html> Panace@ Revista de Medicina, Lenguaje y Traducción <www.tremedica.org/panacea.html> editorial Fuentes de información en ciencias de la salud en Internet Hacia una visión perspectivista de la traducción Vicent Montalt i Resurrecció 1 Rafael Aleixandre traducción y terminología El lápiz de Esculapio Revisión de los términos del léxico psiquiátrico de la vigésima segunda edición del diccionario de la Real Academia Española y propuesta de nuevos lemas (primera entrega: A-C) La revisión médica Juan Manuel Martín Arias Joaquín Valls Arnau Joaquín Valls Arnau 121 La guardia Joaquín Valls Arnau 19 121 El reparador de palabras Juan Manuel Igea Vocabulario francés-español de enfermedades raras: errores innatos del metabolismo Tamara Varela Vila, Elena Sánchez Trigo, Verónica Alonso Ferreira y Ana Villaverde Hueso 121 Jugando a médicos 4 Glosario crítico inglés-español de documentos de consentimiento informado Pablo Mugüerza, Lida Barbetti Vros y Lorenzo Gallego-Borghini, 112 122 Confesiones de un anticuerpo monoclonal Pablo Mugüerza Pecker 125 35 Reseñas Little Orphan Annie´s Eyes Nuclei (¿qué tienen los ojos de la huerfanita?) Karina Ruth Tabacinic 79 Sobre algunos de los tópicos que acompañan a la comunicación científica y al género de «divulgación» Bertha M. Gutiérrez Rodilla 128 tribuna ¿Se debe usar el término accidente en el ámbito de la investigación científica? Montserrat Ruiz Pérez Utilidad de la nueva Ortografía de la lengua española para el profesional del lenguaje 84 Cuatro herramientas para cuatro actividades profesionales. Recursos de Microsoft Word para la redacción, traducción, corrección y revisión de documentos especializados José Antonio de la Riva Fort Juan Manuel Igea Tomás Pérez Pazos 98 102 Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 142 • Cuando las palabras se convierten en emociones Gemma Sanza Porcar 108 140 • Una celebración de la interdisciplinariedad José Antonio de la Riva Fort La introducción de un artículo científico original: el minusvalorado corazón del estudio Panace@ . VIII Jornadas de Tremédica (Castellón, 2011) • De concreción y densidad en Castellón El traductor de patentes: de Sherlock Holmes a James Bond Fernando Rico-Villademoros y Teresa Hernando 138 Congresos y actividades 89 ¡Cuídese del revisor!: Layperson y compañía Maite Aragonés Lumeras 130 Inmunología para torpes Ponencias de las Jornadas de Castellón Juan Antonio Puerto Sebastián José Antonio de la Riva Fort Agenda 143 144 III Índice <http://tremedica.org/panacea.html> semblanzas Crisis: una palabra médica con mucho éxito en otros ámbitos Valentín García Yebra (1917-2010): adiós al maestro Pollux Hernúñez Francisco Cortés Gabaudan 83 147 Orgasmo: la cólera y el placer sexual Estanislao Lluesma Uranga: médico, profesor, traductor y hombre de letras Estanislao Lluesma Goñalóns y Cristina Márquez Arroyo Francisco Cortés Gabaudan 149 126 ¿Quién lo usó por vez primera? Biología molecular M. Gonzalo Claros Díaz 139 entremeses NUESTRO ILUSTRADOR ¿Quién lo usó por vez primera? Cromatografía M. Gonzalo Claros Díaz 3 Nuestro ilustrador: Ricardo Barbetti Juan Valentín Fernández de la Gala 156 Sobre mapaches, cangrejos, plurales y determinantes posesivos Juan Manuel Martín Arias IV 82 Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> Panace@ agradece el apoyo económico recibido de los socios y las empresas patrocinadoras de Tremédica (<http://tremedica.org>), Asociación Internacional de Traductores y Redactores de Medicina y Ciencias Afines: Seprotec <www.seprotec.com> Celer Soluciones Nova Traductors i Intèrprets <www.celersol.com> <http://www.nova-transnet.com> Laura Alonso Fernández Anna Enjuto Rodríguez Chris Marquardt Zdena Porras Jandová María Pilar Alvarez Muñoz Isabel Espuelas Olagaray Cristina Márquez Juan Antonio Puerto Sebastián Rosa Álvarez Ulloa Núria Estapé Cot Ana Belén Martínez López Héctor Quiñones Marcela Andrés Thomas Feige Imanol Martínez Padrón Luciana Ramos María del Prado AntolinoGironda Esther Fernández Berjon Silvina Matheu Ana Resende Cristina Fernández López Blanca Mayor Serrano Miguel Rodríguez Armentia José Rodríguez Sánchez Juanjo Arevalillo Luisa Fernandez Sierra María Emilia Meini Ana María Atienza Díaz Betty Galiano María Teresa Miret Mestre Ana Rubio María Barbero García Lorenzo Gallego Borghini Claudia Mitchell María Verónica Saladrigas Lida Barbetti Vros Ana Verónica García José María Montero Georgina Baró Graf Cristina García López Esther Moreno Barriuso Ellen Bay Gabriela Gasparini Ana Moreno Cerro Paloma Bellod Daniel Hugo Gauna Daniel Moura José Bocic Gary Giannelli Elson Pablo Mugüerza Peck María Isabel Bolívar Pérez Diana Gibson Laura Munoa Silvia Borrás Giner Emma Girau Cuxac María Victoria Muñoz Carrasco Yolanda Bravo Vergel Silvia Gómez Ana Muñoz Miquel Olga Campos Andrés Paz Gómez Polledo Gabriela Nanny Fernando Campos Leza Suzana Gontijo Carmen Navarrete Tania Candas Castrillón Claire Mary Graham Fernando Navarro Flavia L. Sampaoli David Sánchez Ramos Elena Sánchez Trigo Rosa Sanz Lucila Sanz González Gemma Sanza Porcar Esther Serrano Barbara Shapiro Karen Shashok Gustavo Silva Karina Ruth Tabacinic Carmen Carbone Garbusi Bertha Gutiérrez Rodilla Alfonso Nevado Iolanda Casacuberta Cantons Heather Hamilton Pilar Núñez Mayoral Guido Castañeda Machiavello Gilda Mercedes Harada Wakao Cecilia Olmos Herbin Tere Triana Nora Torres Martha Castilleja Javier Hellín del Castillo Laura Ordóñez Suárez Miguel Turrión Marta Cervera Areny Francisco Hernández Crespo Emilio Ortega Arjonilla Arantxa Ubieta María Luisa Clark María José Hernández Weigand Vie Ortiz Elliott Urdang Gonzalo Claros Enara Hurtado Consuelo (Chelo) Pascau Canales Carmen Valledor Martínez Jesús Clemente Llanos Carmen Hurtado González Sandra Paván Concepción Vargas Juárez Noelia Corte Fernández Amancio Izquierdo Iglesias Xavier Peña Damián Vázquez María Clara Covella José María Izquierdo Tapia Cristina Peña Martínez María Inmaculada Vicente López Maika Vicente Navarro Martha Daza Jarmila Jandová Tomás Pérez Pazos José Antonio De la Riva Fort Susana Legradi Emilia Picazo Antonio Villalba Rosa De la Rosa Sherman Juan Julián León Marcela D. Pinilla Beatriz Villena Sánchez María De Miguel Gallo Fernanda Lozano Mercè Piqueras Núria Viver Enrique Díaz de Liaño Antonella Mannara Núria Plá Plana Silvia Wolf Antonio Díez Herranz Diego Manzano Hernández María Dolores Planiol Conesa Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 V VI <http://tremedica.org/panacea.html> Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Editorial <http://tremedica.org/panacea.html> Hacia una visión perspectivista de la traducción Vicent Montalt i Resurrecció* Desde distintos puntos de vista, dos hombres miran el mismo paisaje. Sin embargo, no ven lo mismo. La distinta situación hace que el paisaje se organice ante ambos de distinta manera. Lo que para uno ocupa el primer término y acusa con vigor todos sus detalles, para el otro se halla en el último y queda oscuro y borroso. Además, como las cosas puestas unas detrás de otras se ocultan en todo o en parte, cada uno de ellos percibirá porciones del paisaje que al otro no llegan. ¿Tendría sentido que cada cual declarase falso el paisaje ajeno? José Ortega y Gasset: El tema de nuestro tiempo. La pregunta que cierra la cita abre un universo de respuestas y más preguntas en torno a la comprensión de uno mismo y del otro. Además, apunta hacia algunas cuestiones fundamentales sobre la traducción, en particular, la relación con el otro, ya sea el autor original, el lector meta, el cliente, el editor, otro traductor, un experto en la materia del texto o cualquier otro agente implicado en el proceso de comunicación. No hay manera de conocer la realidad si no es desde una perspectiva concreta, que limita ese conocimiento al tiempo que lo posibilita. El acto de conocer, pues, va intrínsecamente ligado a la limitación que impone la perspectiva. Una limitación que no ha de verse como un problema, sino como una cualidad del conocimiento de la realidad. Como dice el filósofo, «La perspectiva es uno de los componentes de la realidad. Lejos de ser su deformación, es su organización». Las perspectivas pueden tener muchas dimensiones. Una civilización, una cultura, una nación, un movimiento social, un partido político, una tendencia artística, una escuela de pensamiento, una profesión, una disciplina académica, etc., perciben la realidad desde perspectivas concretas y diferenciadas del resto. Ortega y Gasset llega hasta el individuo, que es donde radica la esencia de la cuestión: «Cada vida es un punto de vista sobre el universo. En rigor, lo que ella ve no lo puede ver otra. Cada individuo [...] es un órgano insustituible para la conquista de la verdad». Traducir teatro me permite ver que los dramaturgos son los verdaderos expertos en puntos de vista: cada personaje se podría definir como una perspectiva individual sobre ese mundo co-creado y compartido con los demás personajes. Su trabajo consiste fundamentalmente en construirlas, en entrelazarlas, en explorarlas y explotarlas hasta sus límites, en hacerlas converger y divergir. Y una de las enseñanzas del teatro es que cada personaje es único y lucha por su existencia, pero esta depende de la existencia de los demás, ya que es una parte integrante de un todo más complejo que trasciende al personaje individual. Del mismo modo, en una orquesta cada cuerda defiende su partitura, que es diferente a las demás, pero sabiendo que sin las demás cuerdas quedaría en un vacío absurdo y no tendría sentido su existencia. Este sentido de orquestación y dialogismo tan consustancial al teatro y a la música está en la esencia del perspectivismo que pretendo acercar, como pretexto para la reflexión y el debate, al terreno de la traducción. Así pues, el problema está, no tanto en la limitación que impone la perspectiva, sino en que a menudo estamos tan inmersos en nuestra perspectiva que llegamos a ignorar o rechazar el hecho de que hay más, muchas más perspectivas. Y esta actitud puede hacernos confundir la realidad con la perspectiva propia, ya sea individual o compartida. Bien meditados, estos pensamientos orteguianos suponen un reconocimiento y una reivindicación, en primer lugar, de la diversidad (cultural, lingüística, social, histórica, etc.); y, en último término, de la interdependencia, la complementariedad y el diálogo entre personas, sociedades, culturas, lenguas, etc., dos pilares fundamentales de cualquier aproximación a la traducción. Asimismo, constituyen un potente antídoto contra todo tipo de visiones absolutas, dogmatismos y polarizaciones a los que, lamentablemente, nos estamos acostumbrando, no solo en el ámbito político e ideológico, sino también en el profesional y académico. También contienen una defensa del individuo y su libertad de pensamiento frente a la obediencia ciega a la autoridad indiscutible otorgada al otro, que es el reverso de la moneda de la negación del otro. Ni la obediencia ciega a la perspectiva del otro ni su negación parecen ser el camino para conquistar la verdad, algo que, por cierto, también incumbe a los traductores. Estas iluminaciones del autor de Miseria y esplendor de la traducción suscitan algunas reflexiones en torno a la importancia de desarrollar una visión panorámica, dinámica, flexible, integradora, dialógica y holística en el ámbito de la traducción y la traductología; en definitiva, una visión perspectivista. El primer aspecto que me gustaría resaltar es que existe una cierta ambivalencia en la actividad traductora en lo tocante a las perspectivas. Por una parte, inevitablemente producimos y consumimos traducciones, cada cual desde su perspectiva personal concreta. De ahí que no haya dos traducciones del mismo original iguales, ni que el mismo texto (sea original o traducción) sea leído exactamente igual por dos lectores distintos, por muy pretendidamente neutro que parezca el lenguaje, ya que para leer, comprender e interpretar no basta * Director del Máster en Traducción Médico-Sanitaria de la Universidad Jaime I, Castellón (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 1 Editorial con las palabras sobre la página (ni con una máquina que las procese a través de complejos algoritmos). El tiempo y el espacio en los que vivo determinan, en gran medida, mi manera de conocer y relacionarme con el mundo, de intercambiar experiencias con los demás, de co-crear el conocimiento de lo que me rodea y me es relevante. Por otra parte, traducir es, intrínsecamente, cambiar de perspectiva de manera constante. Cuando traducimos, nos exponemos a ­—y realizamos— múltiples giros de perspectiva de diversos grados y magnitudes. A continuación, comentaré brevemente, y a título meramente ilustrativo, algunos de ellos. Si nos asomamos al funcionamiento de las metáforas, tan habituales en la comunicación científica, comprobamos que nos sitúan en perspectivas cognitivas y culturales específicas desde las que captamos la realidad de una manera determinada y no de otra. En el siguiente texto se proporciona una explicación de las células en los siguientes términos: «[cells are] basic building blocks of living organisms, and the cell can be pictured as a very complicated factory of life. In order to maintain an effective internal regime and to prevent inappropriate attack by external factors, the cell needs quality control mechanisms to identify, correct and prevent mistakes in its ongoing processes» (citado en Brown, 2003: 149). Las células son fábricas cuyas fuentes de energía son las mitocondrias. Los controles de calidad son fundamentales para asegurar el funcionamiento correcto de estas fábricas. En esta descripción, las metáforas sirven para incidir sobre determinados atributos considerados relevantes desde la perspectiva tomada y para obviar otros considerados menos relevantes o simplemente irrelevantes, pero no por ello inexistentes. En el ámbito de la construcción global del texto y su funcionamiento, las perspectivas sociocomunicativas determinan la forma que adopta el mensaje, así como la función que desempeña. Por ejemplo, cuando se desarrolla y comercializa un medicamento nuevo, se redacta una ficha técnica o resumen de las características del producto concebido para usos profesionales. A su vez, se genera un prospecto de medicamento para pacientes que contiene en esencia la misma información, pero resumida y adaptada a unos lectores y usos comunicativos totalmente distintos. Normalmente, el laboratorio en cuestión publica una nota de prensa del mismo medicamento para presentarlo en sociedad a través de los medios de comunicación. Además, es frecuente que se publicite dicho medicamento en catálogos o, en algunos casos, incluso en anuncios radiofónicos y televisivos. Esta gama de géneros textuales es buena muestra de cómo la forma textual depende de la perspectiva sociocomunicativa que se adopte. Encontraríamos otros muchos ejemplos de giros de perspectiva en fenómenos como la sinonimia, la polisemia, las estructuras de tema y rema, las voces activa y pasiva, las formas verbalizadas y nominalizadas, las estrategias de formalidad y proximidad con el lector, las estrategias de terminologización y desterminologización, los grados de modalidad epistémica y deóntica o las estructuras argumentativas de los textos, entre otros. Ya en el proceso de trabajo, cuando leemos el texto original, nos situamos en la perspectiva del autor. Y desde allí 2 <http://tremedica.org/panacea.html> intentamos recorrer el paisaje que se nos ofrece (tanto dentro como fuera del texto) y cuyos principales protagonistas son el autor y el lector y, claro está, sus circunstancias. El recorrido por los aspectos externos al texto requiere un esfuerzo cognitivo de proyección en tanto que a nuestro alcance solo tenemos palabras, y solo a partir de ellas intentamos reconstruir la interacción entre las personas en situaciones comunicativas y contextos determinados, así como inferir sus intenciones, sus propósitos, sus actitudes, sus sistemas de valores y creencias. El recorrido interno por los contenidos del texto (narraciones, descripciones, argumentaciones, etc.) reclama igualmente un esfuerzo de proyección en el que a través de las palabras captamos una realidad no presente. En este sentido, el lenguaje es presencia de lo ausente. También nos ubicamos en la perspectiva del lector a quien se dirige el texto original para intentar captar cómo las palabras van más allá de ellas mismas y apuntan al mundo de quien las percibe sobre la página, de quien las necesita, de quien las busca para dar pasos, para avanzar, para conseguir sus propósitos, que van desde lo más prosaico a lo más trascendente. En una siguiente fase, nos instalamos en la perspectiva de quien escribe e intenta expresar en la lengua meta todo lo captado en las perspectivas anteriores. Además, nos asomamos, en una especie de simulacro, a la realidad recreada en el texto meta desde la perspectiva de su futuro lector, cuya existencia se inscribe en unas circunstancias sociales y culturales totalmente distintas a las del lector del texto origen. Y, una vez más, logramos este giro de perspectiva gracias a un esfuerzo de proyección, que nos permite recrear la realidad a partir de las palabras. En este sentido, nuestro trabajo como traductores puede describirse como un proceso de cambio constante de perspectivas en el que no podemos limitarnos a una de ellas en particular, sino que necesariamente hemos de explorarlas y combinarlas todas para poder tomar decisiones acertadas. Pasemos ahora a otro nivel: el campo socioprofesional de la traducción médica y cómo se estructura. Una vez más, nos encontramos con múltiples perspectivas relativas, por ejemplo, a la delimitación del objeto en sí. Desde algunas de ellas, la traducción médica se limita a la traducción de textos altamente especializados dirigidos a los profesionales de la salud y toda la atención se centra en los problemas terminológicos. Desde otras, el alcance es mayor y se abarcan la educación de los pacientes y la divulgación social a gran escala, dando más visibilidad a los problemas derivados de las asimetrías de conocimiento. En tiempos recientes han surgido nuevas perspectivas que intentan dar cabida a nuevos fenómenos, como, por ejemplo, la traducción y la mediación/interpretación entre pacientes procedentes de otras lenguas y culturas y el personal sanitario en contextos hospitalarios, en los que se hace especial hincapié en resolver determinadas divergencias antropológicas y visiones del mundo; o la traducción de géneros audiovisuales de contenido médico-sanitario con función de mero entretenimiento, como House, donde se pone el acento en cuestiones relativas a la adaptación cultural. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Editorial <http://tremedica.org/panacea.html> El campo socioprofesional de la traducción médica plantea otro aspecto de gran interés en lo que concierne a las perspectivas disciplinarias. El debate de quién traduce mejor un texto médico es ya obsoleto. Pero no lo es el hecho de que en traducción médica confluyen profesionales procedentes de diversas disciplinas académicas, sobre todo la traducción, la filología, la lingüística, la medicina, la biología, la farmacología y otras áreas de conocimiento afines. Dicha confluencia no siempre se ha producido o se produce de manera armónica. Cada traductor, desde su perspectiva disciplinaria (sistema de conceptos y valores) percibe una parte de la realidad con mayor detalle y nitidez y tiende a obviar otras partes igualmente importantes. De entrada, un médico que traduce profesionalmente tenderá a percibir en un primer plano los contenidos, los conceptos, el valor factual del texto, mientras que un traductor formado como tal tenderá a enfocar su atención en aspectos lingüísticos, estilísticos, comunicativos y culturales. La cuestión fundamental es que ambos tipos de conocimiento son complementarios e igualmente necesarios. En este sentido, el reto de la traducción médica está, en mi opinión, en saber conjugar las diversas perspectivas disciplinarias y aprovechar lo mejor de cada una de ellas. Y no solo para la práctica profesional, donde la colaboración y el diá- logo son fundamentales, sino también para diseñar e implementar programas tanto de educación como de investigación. La solución y el avance no están en una sola perspectiva, aislada de las demás. El terreno fértil, la panacea, están, entiendo yo, en la retroalimentación entre la gran diversidad de perspectivas y en la capacidad de trasladarse de una a otra para explorar sus potencialidades y sus relaciones de interdependencia y complementariedad. Es así también como, en último término, avanza la ciencia. En conclusión, regresando a la pregunta de Ortega y Gasset, no tendría sentido negar, ignorar o menospreciar, las diversas perspectivas desde las que se puede observar y conocer la traducción médica en toda su amplitud. La suma de todas ellas es lo que constituye su naturaleza interdisciplinaria y también su potencial y atractivo tanto profesional como académico. Bibliografía Brown, T. (2003): Making truth. Metaphor in science. Urbana, Chicago: University of Illinois. Ortega y Gasset, J. (1983): «El tema de nuestro tiempo», Obras com­ pletas, III. Madrid: Alianza. ¿Quién lo usó por vez primera? Cromatografía M. Gonzalo Claros Díaz Universidad de Málaga (España). Dirección para correspondecia: [email protected] En 1952, los británicos Archer J. P. Martin y Richard L. M. Synge recibieron el Premio Nobel de Química por la descripción, aplicaciones y variaciones de la cromatografía. Estos científicos, a partir de 1941, empezaron a desarrollar distintas formas de cromatografía, tanto al variar la fase móvil (líquida, de reparto, de gases) como al cambiar la fase inmóvil (sílice y distintos silicatos, papel, capa fina) o al utilizar diferentes composiciones de los disolventes de la fase móvil. Pero no fueron ellos quienes describieron la técnica por primera vez, ni quienes le dieron su nombre. Tal honor debe recaer en el botánico ruso Михаи́л Семёнович Цвет (Mijaíl Semiónovich Tswett [también Tsvett, Tswet, Zwet, Cvet]) (1872-1919), quien en 1903 empleó una fase inmóvil de polvo de tiza (carbonato de calcio) y una fase móvil de disulfuro de carbono para separar los pigmentos vegetales que estaba estudiando. Se le ocurrió introducir la tiza en una columna y luego hizo pasar por ella los extractos vegetales que contenían los pigmentos que deseaba purificar (clorofilas [verdes], carotenoides [naranjas] y xantofilas [amarillos]). Observó que se podían separar muy bien los colores (pigmentos) en forma de anillos a lo largo de la columna, pero no bautizó aún la técnica con ningún nombre en el artículo que publicó en ruso al respecto. Utilizó por primera vez el término cromatografía, del griego χρῶμα, -ατος (croma, -atos) «color» y -γραφία (-graphia) «escritura», que quiere decir «escritura en colores», en 1906, en el segundo artículo que ese año envió a la Berichte der Deutschen Botanischen Gesells­ chaft (Revista de la Sociedad Botánica Alemana). Su propuesta fue (traducida al inglés1): Like light rays in the spectrum, the different components of a pigment mixture, obeying a law, are resolved on the calcium carbonate column and then can be qualitatively and quantitatively determined. I call such a preparation a chromatogram and the corresponding method the chromatographic method. Curiosamente, otros piensan que en la mente de Tswett, cromatografía querría decir «escritura de Tswett», dado que su apellido significa en ruso ‘color’. Nos quedaremos con la incógnita. 1. L. S. Ettre (2003): «M. S. Tswett and the invention of chromatography». LC-GC North America, 21 (5), 459-467. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 3 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> Revisión de los términos del léxico psiquiátrico de la vigésima segunda edición del diccionario de la Real Academia Española y propuesta de nuevos lemas (primera entrega: A-C) Juan Manuel Martín Arias* Resumen: Después de revisar los términos del léxico psiquiátrico que figuran en el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), hemos encontrado un gran número de lemas obsoletos, mal definidos o ausentes. En este artículo, proponemos añadir nuevos términos psiquiátricos a la próxima edición del DRAE y definir los términos ya existentes de forma más clara, precisa y actualizada. La presente entrega contiene las entradas de la A a la C. Palabras clave: lexicografía, terminología, Real Academia Española, Diccionario de la lengua española, DRAE, psiquiatría, léxico psiquiátrico, términos psiquiátricos, terminología psiquiátrica. A review of the psychatric lexicon in the twenty-second edition of the dictionary of the Royal Spanish Academy and a Proposal for new terms to be added to the next edition (first installment: A-C) Abstract: Upon reviewing the Diccionario de la Real Academia Española (DRAE), we found that many of the terms used in psychiatry are obsolete, poorly defined or missing altogether. In this article we propose new psychiatric terms to be added to the next edition of the DRAE, as well as clearer, more accurate and updated definitions for those terms that are currently included. This installment covers the entries from A to C. Key words: lexicography, terminology, Royal Spanish Academy, dictionary of the Royal Spanish Academy (DRAE), psychiatry, psychiatric lexicon, psychiatric terms, psychiatric jargon. Panace@ 2010; 12 (33): 4-18 Introducción Hemos revisado los términos del léxico psiquiátrico que figuran en la vigésima segunda edición del diccionario de Real Academia Española (DRAE) y hemos llegado a la conclusión de que gran parte de los lemas deben ser actualizados. Efectivamente, se observan por doquier definiciones imprecisas, inexactas y, sobre todo, obsoletas. Al proponer nuevas definiciones hemos procurado que los términos psiquiátricos fuesen fácilmente inteligibles para el usuario del diccionario no especializado en salud mental y que, al mismo tiempo, respondieran al rigor léxico-conceptual que es hoy exigible a la psiquiatría del siglo xxi, como a cualquier otra ciencia o especialidad médica, tanto más en una época en la que nuestro lenguaje médico —científico, en general— está gravemente amenazado por la omnipresente y omnipotente lengua inglesa, que, mediante la práctica constante del injerto salvaje, está deteriorando hasta límites insospechados los esquemas léxicos, sintácticos y conceptuales del ámbito científico hispanohablante. Para elaborar nuestro lemario, hemos seguido los tres criterios siguientes: 1) términos que son importante en el léxico de la psico(pato)logía y de la psiquiatría clínica; 2) términos que no son del todo ajenos a las personas cultas de hoy en día que se interesan por todo lo relacionado con la salud —también con la salud mental— y acuden al DRAE no tanto para conocer el significado de un término como para aclarar dudas (¿esquizofrénico o esquizoide?, ¿maníaco o maniático?, ¿maníaco con o sin tilde en la i?, ¿compulsivo o impulsivo?, ¿drogadicto o toxicómano?, ¿delirium o delirio?, etc.), y 3) términos que consideramos mal definidos en el DRAE o que están ausentes de él, a pesar de su relevancia. Como es lógico, no hemos incluido aquellos lemas cuya definición nos parece acertada. Como regla general, hemos sustituido enfermedad mental y enfermedad psiquiátrica por trastorno mental, y mórbido y morboso —en la acepción de patológico— por patológico. No hemos tenido que sustituir paciente por enfermo, porque este, a nuestro entender, con buen criterio, es el término que habitualmente se utiliza en el DRAE. La idea de revisar los términos del léxico psiquiátrico que figuran en el DRAE corresponde a Carlos Castilla de Pino, psiquiatra y académico de la lengua. Su fallecimiento, acaecido el 15 de mayo de 2009, truncó el proyecto en el que tantas expectativas e ilusiones había depositado. Nosotros, con muchísimos menos conocimientos, talento y perspicacia, recogemos el reto de llevar a cabo la tarea no realizada. * Traductor médico, Madrid (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. 4 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> Tarea, sin duda, muy necesaria, que queremos dedicar in memoriam al gran psiquiatra y académico de nuestra lengua. Esta primera entrega cubre desde la letra A hasta la C. abreacción DRAE: No figura Propuesta: (Del lat. ab-, fuera de, reo, vuelta, retorno, y actio, acción). 1. f. Psicol. En psicoanálisis, proceso mediante el cual el material reprimido, especialmente los conflictos y experiencias dolorosas, vuelven a la conciencia. En este proceso, el sujeto no se limita a recordar: además, revive el material reprimido, y esto se acompaña de la respuesta emocional y afectiva apropiada. abstinencia DRAE: Incluye varias acepciones que nada tienen que ver con la psiquiatría, y figura un envío a la forma compleja síndrome de abstinencia, que define como sigue: 1. m. Psicol. Conjunto de síntomas provocado por la reducción o suspensión brusca de la dosis habitual de una sustancia de la que se tiene dependencia. Propuesta: Síndrome de ~ 1. m. Med. Conjunto de síntomas y signos provocado por la reducción o supresión brusca de la dosis habitual de una droga o medicamento del que se tiene dependencia. Comentario: Si bien el DRAE define el término síndrome como ‘conjunto de síntomas característicos de una enfermedad’, en nuestra opinión un síndrome es un conjunto de síntomas y signos, ya que un síndrome no puede definirse únicamente por sus síntomas. Esto es especialmente importante en psiquiatría. Pensemos que, en rigor, en la psicosis no hay síntomas, si por tales entendemos, como debe entenderse, aquello que el paciente refiere al médico (p. ej., mareos o dolor de cabeza). Aunque nunca se diga en los manuales de psiquiatría, la característica principal de la psicosis es la anosognosia; es decir, la falta de conciencia de la enfermedad; al menos durante el cuadro de estado (antes de la administración de neurolépticos). Por tanto, el autismo, las alucinaciones, los delirios, la catalepsia, etc., son signos, no síntomas, que el psiquiatra observa (e interpreta), al igual que el radiólogo observa (e interpreta) los signos radiológicos en una radiografía. A veces, en psiquiatría, al contrario de lo que sucede en las otras especialidades médicas, la diferencia entre los síntomas y los signos es meramente lingüística. Así, un paciente que sufre un síndrome de abstinencia de alcohol puede decir al psiquiatra: «Siento nerviosismo y no tengo ganas de hacer nada», a partir de lo cual el psiquiatra registrará dos signos: disforia y abulia. El lenguaje de los síntomas es el lenguaje del paciente, el de los signos es el lenguaje del psiquiatra. Por otro lado, nos parece más preciso hablar de una droga o medicamento que de una sustancia. El término sustancia, tan en boga hoy debido a la traducción literal del inglés substance-related disorder, debería evitarse en lo posible por su imprecisión. Hemos sustituido Psicol. por la marca Med. Nota: En nuestra opinión, la traducción de substance-related disorders debería haber sido toxicomanías y otros trastornos mentales relacionaPanace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología dos con el consumo de drogas y medicamentos. No es esta la traducción que se ha hecho, y se ha introducido en el lenguaje de la psiquiatría española un término extraño —en este contexto—, confuso y poco informativo como sustancia. El término da a entender que se trata de trastornos mentales causados por la exposición a sustancias tóxicas, lo cual es algo muy diferente en psiquiatría: piénsese en los cuadros psiquiátricos que se observan en la intoxicación por plomo, mercurio, arsénico o manganeso. Aquellos que opinen que la traducción que proponemos es excesivamente extensa, deben tener en cuenta que en el DSM-IV-TR, de la American Psychiatric Association (1998) figura una categoría denominada «Trastornos de inicio en la infancia, la niñez (sic) o la adolescencia». abulia DRAE: (Del gr. ἀβουλία). 1. f. Falta de voluntad, o disminución notable de su energía. Propuesta: (Del gr. ἀβουλία). 1. f. Psicol. Falta de voluntad o disminución notable de la energía que impide al sujeto emprender una tarea. Comentario: Proponemos una definición algo más técnica que la del DRAE. En este se habla de la disminución notable de la energía (de la voluntad), pero la expresión energía de la voluntad es de uso muy poco común y por tanto resulta extraña. Para referirnos a la voluntad, se suele hablar de fuerza con mucha más frecuencia que de energía. Por esta razón eliminamos el determinante posesivo su. acalculia DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. ἀ- y del lat. calcŭlus). 1. m. Condición del que no sabe realizar cálculos sencillos por no haber aprendido. Comentario: Para la diferencia entre acalculia, discalculia, calculoagnosia y calculoapraxia, véase el lema disgrafia. acatafasia DRAE: No figura Propuesta: (Del gr. α, sin, y κατάφασις, expresión ordenada). 1. f. Med. Trastorno del lenguaje que consiste en la alteración de la sintaxis; es decir, del orden de las palabras en la frase; se observa en ciertas alteraciones del cerebro y en algunos enfermos esquizofrénicos. Comentario: Cabe referir, como curiosidad, que este término ya fue utilizado por Aristóteles, aunque, claro está, fuera del ámbito psiquiátrico. En psiquiatría, el término acatafasia fue introducido hacia mediados del siglo xix por el filósofo, filólogo y psicólogo alemán Heymann Steinthal. Si bien puede ser un componente de la esquizofasia (lenguaje de los esquizofrénicos), es más frecuente en enfermos neurológicos que padecen ciertas formas de afasia debido a una lesión cerebral. El enfermo sabe lo que quiere decir y utiliza las palabras precisas, pero no es capaz de ordenarlas correctamente para formar frases con significado (por ejemplo, «Da estómago dolor la medicación me a veces siempre no a mí»). Se trata, por tanto de una afasia sintáctica. Debe 5 Traducción y terminología observarse que la diferencia entre alteraciones del habla y alteraciones del lenguaje es de enorme importancia en la semiología tanto neurológica como psiquiátrica. En la literatura anglosajona no siempre se hace esta distinción, y los términos speech distubances y speech disorders se usan a veces indistintamente con language disturbances y language disorders. En español, el elemento compositivo griego para los alteraciones del lenguaje es siempre -fasia (afasia, disfasia, esquizofasia, acatafasia), con tres importantísimas excepciones: ecolalia, coprolalia y neolalia, que, por no ser alteraciones del habla, sino del lenguaje, deberían cambiarse por los términos ecofasia, coprofasia y neofasia, mientras que el elemento compositivo para las alteraciones del habla es unas veces -lalia y otras -femia (dislalia, disfemia). Convendría, por tanto, renunciar a uno de estos dos formantes griegos y unificar todas las alteraciones del habla bien con -lalia o bien con -femia. acatisia DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. α-, sin, y καθισις, acción de sentarse). 1. f. Med. En psiquiatría, incapacidad que experimentan ciertos enfermos de sentarse o de permanecer sentados, como consecuencia de la ansiedad o debido al efecto secundario de los medicamentos que se utilizan para tratar la psicosis. acinético, ca DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. ἀκινησία, inmovilidad). 1. adj. Med. Perteneciente o relativo a la acinesia. mutismo ~: Ausencia de movimientos voluntarios en un enfermo que tiene un nivel normal de conciencia, según se demuestra por los movimientos oculares; es característico de la esquizofrenia catatónica, de algunas formas de depresión psicótica y de ciertas enfermedades neurológicas. Comentario: En el DRAE figura acinesia, por lo que el usuario del diccionario no tendrá dificultad alguna para comprender el lema acinético. El término acinesia, por influencia del inglés, se sustituye cada vez con más frecuencia por acinesis, tal como ocurre con otros muchos términos de la neurología y la psiquiatría, como catexis/ catexia, diacinesis/diacinesia, cinestesis/cinestesia, neurolepsis/neurolepsia, paresis/paresia y somatoagnosis/ somatoagnosia. La forma compleja mutismo acinético plantea el siguiente problema: ¿es sinónimo de estupor? A nuestro entender, la diferencia estriba en la expresión facial del enfermo: de estupefacción o indiferencia en el caso del estupor, normal en el caso del mutismo acinético. Indudablemente, esta diferencia puede ser de utilidad para el diagnóstico diferencial. acting out DRAE: No figura. Propuesta: (Del ingl. act out, representar, llevar a cabo una representación). 1. m. Psicol. En psicoanálisis, conducta de carácter impulsivo, súbito e imprevisto que adopta generalmente la forma de agresión hacia sí mismo o hacia otros y que tiene su origen en la imposibilidad por 6 <http://tremedica.org/panacea.html> parte del sujeto de verbalizar un conflicto, afecto, deseo o pensamiento. Es palabra extranjera y debe escribirse en cursiva. Comentario: La definición que proponemos es muy parecida a la que figura en la versión española del Diccionario de psicoanálisis de J. Laplanche y J. B. Pontalis (1997). adicción DRAE: (Del lat. addictĭo, -ōnis). 1. f. Hábito de quien se deja dominar por el uso de alguna o algunas drogas tóxicas o por la afición desmedida a ciertos juegos. 2. f. desus. Asignación, entrega, adhesión. Propuesta: Proponemos modificar la acepción 1 y añadir una nueva acepción.: 1. f. Med. En psiquiatría, consumo compulsivo de una droga o de ciertos medicamentos de los que se tiene dependencia o tendencia irrefrenable a realizar ciertas conductas de forma reiterada, tales como las compras, los juegos de azar o el trabajo, a pesar de que el enfermo es consciente del perjuicio que le depara. 2. Dicho en sentido figurado, afición a cierta cosa que se practica o se consume con mucha pasión: Juan tiene adicción a las motos. adicto, ta DRAE: (Del lat. addictus). 1. adj. Dedicado, muy inclinado, apegado. U. t. c. s. 2. adj. Unido o agregado a otro u otros para entender en algún asunto o desempeñar algún cargo o ministerio. U. t. c. s. 3. adj. Dicho de una persona: Que está dominada por el uso de alguna droga o por la afición desmedida a ciertos juegos. Propuesta: Proponemos modificar la acepción 3 e introducir una nueva acepción: 3. adj. Med. Dicho de una persona, que consume de forma compulsiva una droga o ciertos medicamentos de los que tiene dependencia o muestra una tendencia irrefrenable a realizar ciertas conductas de forma reiterada y excesiva, como las compras, los juegos de azar o el trabajo, a pesar de ser consciente del perjuicio que le depara. 4. adj. Dicho en sentido figurado, que tiene afición a cierta cosa que practica o consume con mucha pasión: Cuando era pequeño, era adicto a los caramelos de café con leche. adinamia DRAE: (Del gr. ἀδυναμία, impotencia, debilidad física). 1. f. Med. Extremada debilidad muscular que impide los movimientos del enfermo. Propuesta: Proponemos añadir una nueva acepción: 2. f. Med. En psiquiatría, debilidad y cansancio mental y físico característicos de la neurastenia y la depresión. afasia DRAE: (Del gr. ἀφασία, imposibilidad de hablar). 1. f. Med. Pérdida o trastorno de la capacidad del habla debida a una lesión en las áreas del lenguaje de la corteza cerebral. Propuesta: (Del gr. ἀφασία, imposibilidad de hablar). 1. f. Med. Pérdida de la capacidad de comunicarse a través del lenguaje o de entenderlo causada por una lesión en las áreas cerebrales responsables de la comunicación verbal o por un trastorno mental de causa no orgánica. Comentario: Al postular que la afasia se debe únicamente a una lesión en las áreas (cerebrales) del lenguaje, la Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> RAE opta por una determinada etiología. Sin embargo, la afasia también puede observarse en enfermos que no padecen ningún tipo de lesión cerebral, sino un trastorno psicopatológico no orgánico, tal como se observa en la histeria. La afasia no es un trastorno solo expresivo, sino también receptivo, en cuyo caso el enfermo no entenderá lo que se le dice. Para la diferencia entre afasia y mutismo, véase el lema mutismo. En orden a una mayor claridad, consideramos necesario especificar que se trata de las áreas cerebrales (no nos parece claro hablar sin más de las «áreas del lenguaje»). afecto DRAE: [Omitimos las acepciones que nada tienen que ver con la psicología] (Del lat. affectus). 1. m. Cada una de las pasiones del ánimo, como la ira, el amor, el odio, etc., y especialmente el amor o el cariño. Propuesta: (Del lat. affectus). 1. m. Psicol. Sentimiento que nos provocan los objetos de nuestro mundo interior o exterior, tales como las personas, las cosas y las ideas, ya sea de carácter positivo, como el amor y el interés, o de carácter negativo, como el odio, la envidia o el desinterés. 2. m. Aprecio, cariño o estima que sentimos por determinadas personas. Comentario: Hemos desdoblado la acepción del DRAE en dos. La primera se refiere al significado técnico y preciso que tiene en psicología el término afecto; en la segunda nos referimos al significado que tiene en el lenguaje coloquial (por ejemplo, en la frase «Le tengo un gran afecto»). Nos parece inaceptable que en el siglo xxi la RAE siga utilizando la expresión pasiones del ánimo, de resonancias escolásticas y medievales y además de todo punto imprecisa. agitación DRAE: (Del lat. agitatĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto de agitar. 2. f. Psicol. Trastorno emotivo que se caracteriza por una hiperactividad corporal desordenada y confusa. Propuesta: (Del lat. agitatĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto de agitar. 2. f. Med. En psiquiatría, hiperactividad desordenada y confusa provocada por un estado de intensa ansiedad. Comentario: Hemos optado por introducir la segunda acepción con la rúbrica Med., en vez de Psicol., por tratarse de un término más utilizado en psiquiatría que en psicología. Nos parece muy criticable la expresión trastorno emotivo, por adolecer de imprecisión. En realidad la agitación no es un trastorno, sino un signo, en el sentido médico del término, indicativo de una alteración psicopatológica: la ansiedad. Respecto a hiperactividad corporal, es obvio que la actividad no es del cuerpo, sino del sujeto; es este el que es hiperactivo, no su cuerpo, aunque tal hiperactividad tenga, como no podría ser de otra forma, sus correspondientes correlatos fisiológicos, unos visibles, otros no, además de su expresión corporal. En psiquiatría, la agitación siempre es de resultas de la ansiedad, con independencia de cuál sea la causa de esta. Es importante excluir de la definición de agitación la expresión «hiperactividad sin propósito», tan frecuente en los Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología libros de psiquiatría. La agitación, como cualquier otra conducta humana, tiene propósito, aunque el observador, incluso el propio sujeto, no lo conozca. En este sentido, la agitación no es una reacción, sino una conducta y, como tal, orientada a un fin. agorafobia DRAE: (Del gr. ἀγορά, plaza pública, y fobia). 1. f. Med. En psiquiatría, sensación morbosa de angustia o miedo ante los espacios despejados, como las plazas, las avenidas, etc. Propuesta: (Del gr. ἀγορά, plaza pública, y fobia). 1. f. Med. En psiquiatría, trastorno de ansiedad que se caracteriza por la sensación de angustia y miedo ante los espacios públicos. Comentario: Con independencia de lo que significara ἀγορά en griego antiguo (espacio amplio, espacio público, plaza o mercado), no cabe duda de que hoy en psiquiatría la agorafobia es el miedo a los espacios públicos, no a los espacios abiertos. Basta reparar en cuáles son algunas de las situaciones más temidas por los agorafóbicos: la consulta de espera del médico o dentista, la cola ante la caja del supermercado o el supermercado mismo, los cines, los restaurantes, el transporte público, etc. Lógicamente, el concepto de espacio público incluye también las plazas, avenidas, etc. En todo caso, la agorafobia es una topofobia, si bien, si tenemos en cuenta exclusivamente el étimo, no es posible determinar cuáles son los lugares temidos agorafóbico, ca DRAE: No figura. Propuesta: 1. adj. Med. Que padece agorafobia. U. t. c. s. 2. adj. Perteneciente o relativo a la agorafobia. 3. adj. Propio de ella. Comentario: Definiciones idénticas a las del lema fóbico del DRAE, excepto la última (4. Que produce fobia). El adjetivo para indicar que algo produce fobia no es fóbico, como señala el DRAE, sino fobógeno; en consecuencia, lo que produce agorafobia debería ser agorafobógeno, si bien este término no se utiliza en psiquiatría, y en su lugar se recurre a construcciones subordinadas adjetivas de relativo tales como «situaciones que producen agorafobia», «lugares que producen agorafobia», etc. agrafia DRAE: (De a-2 y -grafía). 1. f. Condición de ágrafo. 2. f. Med. Incapacidad total o parcial para expresar las ideas por escrito a causa de lesión o desorden cerebral. Propuesta: (De a-2 y -grafía). 1. f. Condición de ágrafo. 2. f. Incapacidad total o parcial para expresar las ideas por escrito debido a la falta de aprendizaje o de práctica. Comentario: En nuestra opinión, la incapacidad total o parcial para expresar las ideas por escrito a causa de una afección cerebral o de un trastorno mental de causa no orgánica debe denominarse grafoapraxia, y el término agrafia debe reservarse para los casos en los que el sujeto no sabe escribir o le resulta difícil por una formación deficiente o por falta de costumbre. Para la diferencia entre agrafia, disgrafia, grafoapraxia y grafoagnosia, véase el lema disgrafia. El DRAE señala como válidas tanto 7 Traducción y terminología agrafía como agrafia (con y sin tilde en la i). A nuestro entender, debería figurar en el diccionario únicamente la forma agrafia (sin tilde), que es la grafía sancionada por el uso. Además, la forma agrafia coincide con otras del mismo campo léxico, tales como disgrafía y dislexia. ágrafo, fa DRAE: (Del gr. ἄγραφος). 1. adj. Que es incapaz de escribir o no sabe hacerlo. 2. adj. Dicho de una persona: Poco dada a escribir. U. t. c. s. Propuesta: (Del gr. ἄγραφος). 1. adj. Dicho de una persona: Que no saber escribir. 2. adj. Dicho de una persona: Poco dada a escribir. U. t. c. s. Comentario: Véase el lema agrafia. ailurofobia DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. αἲλουρος, gato, y fobia). 1. f. Med. Temor patológico a los gatos. alexia DRAE: (Del fr. alexie, y este de a-2 y el gr. λέξις, habla o dicción). 1. f. Imposibilidad de leer causada por una lesión del cerebro. Propuesta: (Del fr. alexie, y este de a-2 y el gr. λέξις, habla, dicción, lectura). 1. f. Incapacidad total o parcial de leer debido a la falta de aprendizaje o de práctica. Comentario: En nuestra opinión, la incapacidad total o parcial de leer a causa de una afección cerebral o de un trastorno mental de causa no orgánica debe denominarse lexiapraxia, y el término alexia debe reservarse para los casos en los que el sujeto no sabe leer o le resulta difícil por una formación deficiente o por falta de costumbre. Para la diferencia entre alexia, lexiapraxia y lexiagnosia, véase el lema disgrafia. alexitimia DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. -α, sin; λέξις, expresión, comunicación, y θύμος, energía vital, estado de ánimo). 1. f. Med. En psiquiatría, incapacidad para reconocer, expresar o comunicar los afectos, sentimientos y emociones. algofobia DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. αλγος, dolor, y fobia). 1. f. Med. Temor patológico al dolor. aloerotismo DRAE: No figura. Propuesta: 1. m. Psicol. Actividad sexual en la cual la excitación y el placer se obtienen mediante el cuerpo de otra persona alogia DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. α, sin, y del lat. logĭca, y este del gr. λογική, lógico). 1. f. Med. En psiquiatría, perturbación del pensamiento que se infiere de la observación del lenguaje del enfermo, que puede ser pobre, excesivamente concreto o demasiado abstracto, repetitivo o estereotipado. Comentario: Esta definición es muy similar a la que figura en el Glosario de términos técnicos de la versión 8 <http://tremedica.org/panacea.html> española del DSM-IV-TR de la American Psychiatric Association (1998). alucinación DRAE: (Del lat. allucinatĭo, -ōnis). 1. f. Acción de alucinar o alucinarse. 2. f. Sensación subjetiva que no va precedida de impresión en los sentidos. Propuesta: (Del lat. allucinatĭo, -ōnis). 1. f. Efecto de alucinar. 2. f. Med. En psiquiatría, percepción de un objeto inexistente o que no está presente en el campo perceptivo, que el sujeto puede o no considerar real o que percibe claramente a pesar de no creer en su presencia. ~ cenestésica: Aquella en la que el objeto alucinado es el interior del cuerpo del enfermo, que se percibe vacío, en descomposición o roto o alterado de alguna otra forma o lleno de insectos u otros animales ~ háptica: Alucinación táctil. ~ liliputiense: Aquella en la que las personas se perciben de tamaño muy pequeño, como si fuesen muñecos. ~ macrópsica: Aquella en la que los objetos se ven de un tamaño mucho mayor del que en realidad tienen. ~ micrópsica: Aquella en la que los objetos se ven mucho más pequeños de lo que en realidad son. Comentario: Respecto a la acepción 1, no sabemos qué se quiere decir con el término alucinarse; hasta donde sabemos, el verbo alucinar no es reflexivo. Sensación subjetiva es un pleonasmo, puesto que toda sensación lo es (no existen las sensaciones objetivas). Para que exista una alucinación, es necesario que el sujeto perciba el objeto alucinado. No es necesario, sin embargo, que crea en la existencia del objeto; es decir, puede, desde el principio, ser consciente de que se trata de una alucinación; así ocurre en la alucinosis, como la provocada por una droga alucinógena. Si cree en la existencia del objeto alucinado, puede ser capaz de criticar, a veces de forma inmediata, la alucinación; es decir, de darse cuenta de que el objeto alucinado no existe. Cuando el sujeto percibe algo, pero no llega a creer en ningún momento que el objeto sea real y se da cuenta de que ha confundido un objeto presente en su entorno con otro ausente del mismo, se trata de una ilusión (véase este lema), no de una alucinación. Por tanto, «o que percibe claramente a pesar de no creer en su presencia» es necesario para hacer ver que cabe la posibilidad de que el sujeto alucine con plena conciencia de que está teniendo una alucinación, en cuyo caso se habla de alucinosis. Muchas personas sin conocimientos de psiquiatría piensan que solo los locos (es decir, los psicóticos) pueden sufrir alucinaciones, por lo que es importante aclarar esto. Precisamente, lo que caracteriza al psicótico es que cree en lo que alucina; es decir, cree que el objeto alucinado se encuentra en su campo perceptivo. Con respecto a las formas complejas, hemos preferido prescindir de aquellas cuyo significado es autoevidente (alucinación auditiva, alucinación olfativa, alucinación táctil, alucinación visual) e incluir aquellas cuyo significado dista de ser obvio (alucinación cenestésica, alucinación háptica, alucinación liliputiense, alucinación macrópsica, alucinación micrópsica). Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> alucinado, da DRAE: (Del part. de alucinar). 1. adj. Trastornado, ido, sin razón.2. adj. Visionario. U. t. c. s. Propuesta: (Del part. de alucinar). 1. adj. Trastornado, ido, sin razón. 2. adj. Visionario. 3. adj. Med. En psiquiatría, enfermo que sufre alucinaciones. 4. adj. Med. En psiquiatría, dícese de la persona, animal, cosa o situación que es objeto de una alucinación. Comentario: Hemos añadido dos acepciones más para recoger los dos significados que este término tiene en psiquiatría. Con respecto a la acepción 4, un ejemplo es «Los instrumentos de tortura alucinados por el paciente». alucinante DRAE: (Del ant. part. act. de alucinar). 1. adj. Que alucina. 2. adj. Fantástico, asombroso. Propuesta: (Del ant. part. act. de alucinar). 1. adj. Fantástico, asombroso. Comentario: Si bien, tal como señala el DRAE, alucinante es el antiguo participio activo de alucinar, la persona que tiene alucinaciones no es un alucinante, sino un alucinado (de las misma forma que un enfermo que tiene obsesiones no es un obsesionante sino un obsesionado). Esto es así porque en la acción de alucinar el sujeto es pasivo («presa de las alucinaciones»). Nadie se propone alucinar y alucina. Si el sujeto toma una droga alucinógena para alucinar, es activo con respecto al hecho de administrarse la droga, pero no en lo que concierne a las alucinaciones, ya que estas no dependen de su voluntad. Así las cosas, hemos optado por dejar únicamente la acepción coloquial y figurada de ‘fantástico’, ‘asombroso’, tan en boga hoy entre los jóvenes españoles. alucinar DRAE: (Del lat. allucināri). 1. tr. Ofuscar, seducir o engañar haciendo que se tome una cosa por otra. 2. tr. Sorprender, asombrar, deslumbrar. U. t. c. intr. y c. prnl. 3. tr. coloq. Arg. En lenguaje estudiantil, desear vehementemente. Aluciné que iba al recital. 4. intr. Padecer alucinaciones. 5. prnl. Confundirse, desvariar. Propuesta: Debería añadirse otra acepción: 6. intr. coloq. En el lenguaje juvenil, quedar muy sorprendido. Aluciné cuando me dijeron lo que costaban las entradas para el concierto. No te pierdas la película; vas a alucinar. Comentario: No se trata, en el caso de España, del lenguaje estudiantil, sino de la forma de hablar de los jóvenes, o mejor, de algunos jóvenes, que no tienen por que ser necesariamente estudiantes. Quizás en Argentina, alu­ cinar, en sentido figurado, significa desear vehementemente, pero entre los jóvenes españoles quiere decir sorprenderse en grado sumo. alucinógeno, na DRAE: (Del fr. hallucinogène). 1. adj. Dicho especialmente de algunas drogas: Que producen alucinación. U. t. c. s. m. Propuesta: (Del fr. hallucinogène, y este del latín allu­ cinatĭo, -ōnis y del gr. genos, que produce) 1. adj. Med. Dicho de algunas drogas: Que producen alucinaciones. U. t. c. s. m. Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Comentario: Este adjetivo no se emplea especialmente para algunas drogas, sino que se emplea únicamente para referirse a algunas drogas, llamadas precisamente alucinógenas. Que producen alucinaciones nos parece más ajustado al lenguaje actual que Que producen alucinación. El étimo debe ampliarse con el fin de recoger el origen de los dos elementos compositivos. Nos ha parecido oportuno introducir este término con la marca Med. alucinosis DRAE: No figura. Propuesta: (Del lat. allucinatĭo, -ōnis y del gr. -οσις, sufijo que significa enfermedad). f. Med. En psiquiatría, cuadro clínico en el cual el único o principal síntoma son las alucinaciones, en ausencia de delirios y de alteraciones del nivel de conciencia; el enfermo es consciente de que se trata de alucinaciones y no cree, por tanto, en la existencia del objeto alucinado; es producto de una alteración orgánica o del consumo de una droga. ~ alcohólica: Presencia de alucinaciones, generalmente auditivas, sin alteración del nivel de conciencia, en los alcohólicos; las alucinaciones suelen aparecer después de una ingesta excesiva. alucinósico, ca DRAE: No figura. Propuesta: 1. adj. Med. Relativo o perteneciente a la alucinosis. El LSD da lugar a un cuadro alucinósico. amaxofobia DRAE: Artículo nuevo. Avance de la vigésima tercera edición. 1. f. Med. Temor patológico a conducir un vehículo o a viajar en él. Propuesta: (Del gr. ἄμαξα, carro o carruaje, y fobia). 1. f. Med. Temor patológico a conducir un vehículo de motor o a viajar en él. Comentario: Proponemos únicamente añadir el étimo y señalar que se trata de vehículos de motor. amimia DRAE: (Del gr. α, sin, y del lat. mimĭcus, y este del gr. μιμικός). 1. f. Med. Pérdida de la facultad de expresión en la cara. Propuesta: (Del gr. α, sin, y del lat. mimĭcus, y este del gr. μιμικός). 1. f. Med. Ausencia de la expresión facial. Comentario: En nuestra opinión, la pérdida de la expresión facial a causa de una enfermedad neurológica o de un trastorno mental de causa no orgánica debe denominarse mimoapraxia, y la falta de reconocimiento de la expresión facial de los demás o de sí mismo, mimoagnosia. Esto parece dar entender que los términos amimia y mimoapraxia son sinónimos. Desde luego, toda mimoapraxia es siempre una amimia, pero no sucede así a la inversa: puede existir una amimia en la cual el sujeto nunca mostró expresión facial alguna. En medicina no es lo mismo ausencia que pérdida de una función, si bien, como es lógico, toda pérdida da como resultado una ausencia. amnesia DRAE: (Del gr. ἀμνησία). 1. f. Pérdida o debilidad notable de la memoria. 9 Traducción y terminología Propuesta: (Del gr. ἀμνησία). Med. 1. f. Pérdida de la memoria. ~ anterógrada: Aquella en la que el enfermo no es capaz de almacenar nueva información o recordar lo sucedido después del inicio de la amnesia. ~ lacunar: Aquella en la que el enfermo no recuerda determinados sucesos o información. ~ lagunar: Es sinónimo de amnesia lacunar. ~ retrógrada: Aquella en la que el enfermo no es capaz de recordar los sucesos o la información anteriores al inicio de la amnesia. Comentario: La debilidad notable de la memoria no es una amnesia, sino un trastorno mnésico, en el registro neurológico-psiquiátrico, o un problema de memoria, en el registro coloquial. La α privativa del griego indica claramente esto. Obviamente, toda amnesia es un trastorno mnésico, pero no todo trastorno mnésico es una amnesia. La versión española del DSM-IV-TR de la American Psychiatric Association (1998) incurre en el mismo error cuando habla de trastornos amnésicos e incluye en esta categoría trastornos en los que el enfermo no pierde la memoria. Obsérvese que no es lo mismo perder la memoria que perder memoria. En el primer caso, un neurólogo o un psiquiatra diagnosticaría una amnesia; en el segundo, un trastorno mnésico, a no ser que se trate de una pérdida de memoria atribuible al proceso normal de envejecimiento. analéptico, ca DRAE: (Del lat. analeptĭcus, y este del gr. ἀναληπτικός). 1. adj. Med. Dicho de un régimen alimenticio: Que tiene por objeto restablecer las fuerzas. Propuesta: (Del lat. analeptĭcus, y este del gr. ἀνα­ληπ­ τικός). 1. adj. Med. Dicho de un fármaco: que estimula el sistema nervioso central. U. t. c. s. m. Comentario: En marzo de 2003, la RAE admitió una enmienda para modificar la definición de analéptico, y en la próxima edición del DRAE aparecerá así: ‘Dicho de un producto: que estimula el sistema nervioso central’. Recogemos esta información de la entrada analeptic del Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina, de Fernando A. Navarro (2005). Estamos de acuerdo con esta definición, pero el término producto nos parece excesivamente vago. Al menos en psiquiatría, los analépticos, tales como el metilfenidato y la dextroanfetamina, son fármacos. Hemos añadido U. t. c. s. m. porque puede utilizarse como sustantivo de género masculino. anancasmo DRAE: No figura Propuesta: (Del gr. ἀνάνκη, necesidad, obligación, coacción). 1. f. Med. En psiquiatría, contenido de la conciencia, como una idea fija, un pensamiento o una preocupación, que el sujeto no puede reprimir, a pesar de juzgarlo absurdo o de estimar que domina y persiste sin motivo; de forma exagerada se observa en el trastorno obsesivo-compulsivo y en el trastorno obsesivo de la personalidad. Comentario: Esta definición es muy similar a la que Kurt Schneider hizo de la obsesión en su libro sobre las personalidades psicopáticas. Los anancasmos son, efectiva- 10 <http://tremedica.org/panacea.html> mente, obsesiones, que pueden observarse también en las personas sanas (por ejemplo, salir de casa y pasar toda la tarde con la molesta idea de que podríamos habernos olvidado de apagar el gas, a pesar de estar ¿convencidos? de que lo hemos apagado). El término fue creado por Donath en 1895. anancástico, ca DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. ἀνάνκη, necesidad, obligación, coacción). 1. adj. m. Med. En psiquiatría, relativo o perteneciente a las obsesiones. 2. f. trastorno ~ : Dícese de un trastorno de la personalidad que se caracteriza por preocupación por los detalles, el orden y la rutina, perfeccionismo, escrupulosidad, rectitud, convencionalismo, rigidez, obstinación y obsesiones, todo de ello de carácter excesivo y desmesurado; aplicado a la personalidad, es sinónimo de obsesivo-compulsivo. 3. Perteneciente o relativo a dicho trastorno de la personalidad. Comentario: Esta definición es muy similar a la que figura en la versión española de la CIE-10 (OMS, 1995). angustia DRAE: (Del lat. angustĭa, angostura, dificultad). 1. f. Aflicción, congoja, ansiedad. 2. f. Temor opresivo sin causa precisa. 3. f. Aprieto, situación apurada. 4. f. Sofoco, sensación de opresión en la región torácica o abdominal. 5. f. Dolor o sufrimiento. 6. f. náuseas (‖ gana de vomitar). U. solo en sing. 7. f. p. us. Estrechez del lugar o del tiempo. Propuesta: Todo igual, excepto las acepciones 2 y 4, que deberían fusionarse en una única acepción: 2. f. Med. En psiquiatría, aprensión o miedo intenso sin causa aparente, acompañado generalmente de sensación de muerte inminente o de pérdida del control y de síntomas vegetativos, tales como dificultad para respirar, palpitaciones, opresión en el tórax, sequedad de boca y sudoración. crisis de ~: Aparición súbita e inesperada de la angustia. ataque de ~: Es sinónimo de crisis de angustia. Comentario: La definición que proponemos en 2 es muy similar a la que figura en la versión española del DSM-IVTR de la American Psychiatric Association (1998). Esta definición no es incompatible con las otras que ofrece el DRAE, de carácter figurado o coloquial. Proponemos, además, la inclusión de dos forma complejas (crisis de angustia y ataque de angustia). Por último, en lo que concierne a la nota etimológica, no debería decirse que la palabra latina angustĭa significa angostura, que es un término a todas luces obsoleto en la acepción de estrechez; bastaría decir que significa estrechez o estrechamiento y dificultad. Respecto al término sudoración que figura en la definición propuesta, hay quienes lo consideran erróneo. Argumentan que de sudar deriva el sustantivo sudación, pero no el sustantivo sudoración. Sin embargo, esta argumentación, en nuestra opinión, parte de un supuesto gratuito: que el sustantivo ha de derivar del verbo y no del sustantivo. Debe observarse que la derivación de un sustantivo a partir de otro sustantivo es en español un hecho muy frecuente. Así, por ejemplo, de color deriva Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> coloración, por lo que de sudor ha de derivarse sudoración. En todo caso, sudoración ha sido admitido por la RAE y es, con diferencia, de uso mucho más frecuente que sudación, tanto en el registro especializado como en el registro coloquial. anhedonia DRAE: No figura Propuesta: (Del gr. α, sin, y ἡδονή, placer). 1. f. Med. En psiquiatría, incapacidad para experimentar placer y pérdida de interés o satisfacción en las actividades que antes interesaban al enfermo; se observa en la depresión. anorexia DRAE: (Del gr. ἀνορεξία, inapetencia). 1. f. Med. Falta anormal de ganas de comer dentro de un cuadro depresivo, por lo general en mujeres adolescentes, y que puede ser muy grave. Propuesta: (Del gr. ἀνορεξία, inapetencia). 1. f. Med. Falta de apetito de carácter patológico. ~ nerviosa: En psiquiatría, trastorno de la conducta alimentaria que afecta por lo general a mujeres adolescentes; se caracteriza por rechazo de la comida, negativa a mantener un peso corporal mínimo normal, miedo intenso a engordar y una alteración significativa de la percepción de la forma o del tamaño del cuerpo. Comentario: El DRAE ofrece una sola acepción de este termino y mezcla el significado general que tiene en medicina con el significado psiquiátrico; es decir, mezcla la anorexia (que es un término médico correspondiente a la patología general) con la anorexia nerviosa (que es un término psiquiátrico). Hemos optado por dejar una sola acepción, la médica, y añadir una forma compleja (anorexia nerviosa) en la cual se explica el significado psiquiátrico. La definición de anorexia nerviosa es muy parecida a la que figura en la versión española del DSMIV-TR de la American Psychiatric Association (1998). Fal­ ta de apetito nos parece más apropiado que falta de ganas de comer y, además, más breve. anosognosia DRAE: (De a-2, el gr. νόσος, enfermedad, y γνῶσις, conocimiento). 1. f. Psicol. Enfermedad que consiste en no tener conciencia del mal notorio que se padece. Propuesta: (De a-2, el gr. νόσος, enfermedad, y γνῶσις, conocimiento). 1. f. Psicol. En psiquiatría, falta de conciencia de la enfermedad orgánica o del trastorno mental que se padece. Comentario: «Mal notorio» nos parece una expresión excesivamente retórica y figurada. Hemos sustituido la marca Psicol. por Med. y hemos especificado «en psiquiatría», puesto que se trata de un signo psicopatológico. ansiedad DRAE: (Del lat. anxiĕtas, -ātis). 1. f. Estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo. 2. f. Med. Angustia que suele acompañar a muchas enfermedades, en particular a ciertas neurosis, y que no permite sosiego a los enfermos. Propuesta: (Del lat. anxiĕtas, -ātis). 1. f. Estado de agitación, inquietud o zozobra del ánimo. 2. f. Med. En Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología psiquiatría, estado desagradable de miedo, aprensión, preocupación o desasosiego excesivos que impide al enfermo relajarse; es de menor intensidad que la angustia y, al contrario que esta, no cursa de forma paroxística con crisis o ataques y puede ser de carácter crónico; suele acompañarse de síntomas vegetativos similares a los de la angustia, aunque menos intensos. trastorno de ~: En psiquiatría, cualquier trastorno mental, tal como las fobias y el trastorno obsesivo-compulsivo, en el cual el síntoma principal es la ansiedad. Comentario: La acepción 1 se refiere al uso coloquial del término, mientras que la acepción 2 cubre el uso que se hace de este término en psiquiatría. En nuestra opinión, es conveniente distinguir entre angustia y ansiedad (en inglés tal distinción ya existe: panic y anxiety), al menos en el registro médico-psiquiátrico. Hemos introducido la forma compleja trastorno de ansiedad. ansiógeno, na DRAE: No figura. Propuesta: (Del lat. anxiĕtas, -ātis y del gr. γενος, que produce). 1. adj. Med. Que produce angustia o ansiedad. ansiólisis DRAE: No figura. Propuesta: (Del lat. anxiĕtas, -ātis y del gr. λύσις, disolución). m. Med. Efecto que producen algunos psicofármacos consistente en la disminución del grado de angustia o ansiedad del enfermo sin reducción del nivel de conciencia. ansiolítico, ca DRAE: (Del lat. anxĭus, angustiado, y el gr. λυτικός, que disuelve). 1. adj. Med. Que disuelve o calma la ansiedad. U. t. c. s. m. Propuesta: (Del lat. anxĭus, angustiado, y el gr. λυτικός, que disuelve). 1. adj. Med. En psiquiatría, dicho de algunos fármacos: que reducen la ansiedad. U. t. c. s. m. Comentario: Por coherencia con la definición que proponemos de ansiólisis, nos parece más apropiado «que reducen la ansiedad» que «que calma la ansiedad». Si bien en griego λυτικός significa ‘que disuelve’, en español no decimos que la ansiedad se disuelve, sino que disminuye, se reduce o se calma. «Que disuelve la ansiedad» es, por tanto, una definición excesivamente etimológica. Conviene referir que el término ansiolítico se aplica solo a los fármacos, porque la definición actual del DRAE da a entender que ansiolítico se aplica a cualquier cosa que calma la ansiedad, tal como los masajes o las técnicas de relajación. antidepresivo DRAE: 1. adj. Que combate la depresión psíquica. U. t. c. s. m. Propuesta: 1. adj. Med. En psiquiatría, dícese de los fármacos que se utilizan para tratar la depresión. U. t. c. s. m. Comentario: La definición del DRAE nos parece poco precisa: la depresión se puede combatir de muchas formas distintas a la farmacoterapia; por ejemplo, mediante la psicoterapia, pero el adjetivo antidepresivo se aplica únicamente a los fármacos de una determinada clase farma11 Traducción y terminología cológica. No consideramos necesario utilizar el adjetivo psíquica para referirnos a la depresión, puesto que el contexto indica claramente que nos referimos al trastorno mental (no a la depresión atmosférica, por ejemplo). Por último, hay que observar que en el DRAE falta la marca Med. antipsicótico DRAE: No figura. Propuesta: Véase neuroléptico. Comentario: Habida cuenta de que neuroléptico es mucho más frecuente que antipsicótico, al menos en España (desconocemos si ocurre lo mismo en Hispanoamérica o en algunos países hispanoamericanos), introducimos un envío al lema neuroléptico. antisocial DRAE: 1. adj. Contrario, opuesto a la sociedad, al orden social. Apl. a pers., u. t. c. s. Propuesta: 1. adj. Contrario, opuesto a la sociedad, al orden social. Apl. a pers., u. t. c. s. trastorno ~ Med. En psiquiatría, dícese de un trastorno de la personalidad que se caracteriza por desprecio y violación de los derechos de los demás, falta de adaptación a las normas sociales y legales, tendencia a mentir, irritabilidad, agresividad, despreocupación imprudente por la seguridad propia o la de los demás, impulsividad, irresponsabilidad y ausencia de remordimientos. U. t. c. s. Comentario: Añadimos la forma compleja trastorno antisocial. La definición que figura en esta nueva acepción es muy similar a la que aparece en la versión española del DSM-IV-TR de la American Psychiatric Association (1998). apraxia DRAE: (Del gr. ἀπραξία, inacción, inercia) 1. f. Psicol. Incapacidad total o parcial de realizar movimientos voluntarios sin causa orgánica que lo impida. Propuesta: (Del gr. ἀπραξία, inacción, inercia) 1. f. Med. Incapacidad total de realizar una tarea o actividad que con anterioridad el enfermo podía llevar a cabo normalmente; es de causa orgánica o psíquica. ~ constructiva: Incapacidad de realizar tareas que consisten en unir una serie de elementos para conseguir un todo, tal como un dibujo, un rompecabezas, una construcción, etc., a causa de una lesión cerebral o de una inhibición psicógena que ha afectado a las funciones de asociación, planificación o coordinación visuomanual. ~ visuomanual: Incapacidad de realizar tareas en las que es preciso disponer de una buena coordinación entre el ojo y la mano. ~ visuomotora (o visuomotriz): incapacidad de realizar tareas en las que es preciso disponer de una buena coordinación entre el ojo y los movimientos del cuerpo. Comentario: La incapacidad total de realizar movimientos no se denomina apraxia, sino acinesia, si se trata de movimientos voluntarios, o parálisis, si se trata de movimientos tanto voluntarios como involuntarios. De hecho, el propio DRAE define acinesia como ‘Falta, pérdida o cesación de movimiento’, y parálisis como ‘Privación o disminución del movimiento de una o varias partes del 12 <http://tremedica.org/panacea.html> cuerpo’, si bien lo correcto sería ‘privación del movimiento de una o varias partes del cuerpo’, ya que cuando hay una disminución del movimiento no estamos ante una parálisis, sino ante una paresia (el DRAE define paresia de la siguiente forma: ‘Parálisis leve que consiste en la debilidad de las contracciones musculares’). Por tanto conviene distinguir entre discinesia, parálisis, paresia, apraxia y dispraxia (véase más adelante). El término griego πραξίς no significa ‘movimiento’ (κίνημα), sino ‘acción’, ‘actividad’ o ‘tarea’. La apraxia es, por tanto, la incapacidad total (la incapacidad parcial se denomina dispraxia) de realizar una tarea o actividad. Una tarea no puede analizarse en términos de los movimientos discretos que la componen; es decir, aquí se cumple aquello de que el todo es más que la suma de las partes. Ciertamente, hay tareas en las que es necesario realizar uno o más movimientos (por ejemplo, recortar figuras de papel, hacer la cama, bailar), pero en ningún modo una tarea puede reducirse a los movimientos necesarios para realizarla. En muchos casos, se observa que el enfermo es capaz de realizar los diferentes movimientos que componen la tarea y aun así no puede llevarla a cabo. En estos casos, lo que falla es la planificación, la coordinación, el autocontrol, etc., por lo que el problema no puede reducirse a una mera cuestión de movimiento. Proponerse realizar una tarea y realizarla correctamente es algo más que saber o poder moverse de forma adecuada. Por otro lado, hay tareas que pueden verse afectadas por una apraxia y no consisten en ningún tipo de movimiento perceptible o aparente, o este es mínimo o desempeña un papel de poca importancia, como es el caso de la lectura (lexiapraxia). En la definición de apraxia es necesario incluir la siguiente aclaración: «una tarea o actividad que con anterioridad el enfermo podía llevar a cabo normalmente», puesto que, como es lógico, no cabe hablar de apraxia si el enfermo no puede realizar la tarea sencillamente porque no sabe hacerla, en el sentido de que nunca aprendió a hacerla y, de hecho, no la ha llevado a cabo antes. Por tanto, la apraxia consiste siempre en la pérdida de una o más funciones o habilidades adquiridas. La expresión que se utiliza en el DRAE, «sin causa orgánica que lo impida», es ambigua, porque puede, en principio, referirse a dos cosas distintas: 1) el enfermo no puede enhebrar una aguja, por ejemplo, tarea que antes realizaba sin ninguna dificultad, a pesar de no ser ciego, de no carecer de manos y no verse impedido por una artritis, artrosis o cualquier otra artropatía de la manos; 2) la apraxia nunca es de causa orgánica. Si se refiere a 1, es correcto, pero no lo es si se refiere a 2, puesto que la mayor parte de las apraxias son precisamente de origen neurológico (orgánico). Cuando la apraxia es psicógena tradicionalmente se ha empleado en español el término inhibición (véase este lema), al menos en las corrientes psicodinámicas influidas por la teoría psicoanalítica. Estas inhibiciones se observan en los cuadros antes denominados histéricos (hoy, disociativos o de conversión): el enfermo no puede realizar una tarea que antes realizaba sin ninguna dificultad a pesar de que no sufre afección Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> neurológica alguna. Las inhibiciones desempeñan un papel fundamental también en los denominados problemas o dificultades de aprendizaje. A fin de cuentas, aprender es también una tarea, cuya realización puede verse afectada por una inhibición (apraxia o dispraxia psicógena, según su gravedad) o por una apraxia o dispraxia neurológica. Cuando se trata de una inhibición, lo característico es que el niño o adolescente tenga un coeficiente intelectual normal, no tenga problemas en otras áreas del aprendizaje, no presente ninguna alteración neurológica y el problema afecte exclusivamente a un área del aprendizaje, como los idiomas, las matemáticas o el deporte. Proponemos la siguiente clasificación: apraxias apraxias neurológicas apraxias psicógenas (= inhibiciones). Véanse también los lemas dispraxia e inhibición. aritmomanía DRAE: No figura. Propuesta: (Del lat. arithmetĭcus, y este del gr. ἀριθ­μητικός, cálculo, y del lat. manĭa, y este del gr. μανία, lo­cura). 1. f. Med. En psiquiatría, ritual compulsivo que presentan algunos enfermos obsesivos que consiste en contar constantemente todo cuanto ven, como las personas de sexo contrario que pasan por la calle, las baldosas del suelo o las veces que respiran en un minuto; sirve al enfermo para aliviar la ansiedad, si bien solo de forma momentánea. asíndesis DRAE: No figura Propuesta: (Del gr. α, sin, y σύνδησις, conexión, enlace, relación). 1. f. Med. En psiquiatría, trastorno del lenguaje en el cual el enfermo combina palabras que remiten a ideas e imágenes que no tienen relación entre sí; se observa en la esquizofrenia y recuerda la forma de proceder de ciertas producciones literarias denominadas surrealistas. Comentario: En retórica, la síndesis es una figura morfosintáctica, denominada también polisíndeton o ditología. Consiste en el empleo de más conjunciones copulativas de las preceptivas, tal como en los siguientes versos de Rubén Dario: Ser, y no saber nada, y ser sin rumbo cierto y el temor de haber sido, y un futuro terror... En psiquiatría, la asíndesis es lo contrario: la falta de conexión entre palabras o, mejor, entre las ideas, objetos e imágenes a las que remiten las palabras. Es una característica de la esquizofasia; es decir, del lenguaje de los esquizofrénicos. Castilla del Pino (1980), en Introducción a la psiquiatría, nos ofrece el siguiente ejemplo de asíndesis creada por un paciente esquizofrénico: «En la gruesa madrugada duermo profundamente, los godos tenían rubíes impresionantes». Y la compara con estos versos de Federico García Lorca: Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología La tarde loca de higueras y de rumores calientes cae desmayada en los muslos heridos de los jinetes. Efectivamente, la asíndesis es lo que hace que el lenguaje esquizofrénico se parezca a las producciones literarias surrealistas. Recuérdese la frase del poeta francés Lautréamont que André Breton utilizó para definir el su­ rrealismo: «Tan hermoso como el encuentro casual de un paraguas y una máquina de coser sobre una mesa de quirófano». ataráctico, ca DRAE: No figura. Propuesta: Véase ataráxico. Comentario: Los términos atráxico y ataráctico son sinónimos. ataráxico DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. ἀταραξία, imperturbabilidad, serenidad). 1. adj. m. Med. Dícese de los psicofármacos que producen ansiólisis, sedación, hipnosis o neurolepsis. U. t. c. s. m. Comentario: Ataráxico puede ser tanto adjetivo como sustantivo (U. t. c. s. m.), y, como sustantivo, es sinónimo de tranquilizante. Por tanto, engloba a todos los tranquilizantes, tanto menores (ansiolíticos, sedantes e hipnóticos) como mayores (neurolépticos, también llamados antipsicóticos). autismo DRAE: (Del gr. αὐτός, uno mismo, e -ismo). 1. m. Re­ pliegue patológico de la personalidad sobre sí misma. 2. m. Med. Síndrome infantil caracterizado por la incapacidad congénita de establecer contacto verbal y afectivo con las personas y por la necesidad de mantener absolutamente estable su entorno. 3. m. Med. En psiquiatría, síntoma esquizofrénico que consiste en referir a la propia persona todo cuanto acontece a su alrededor. Propuesta: (Del gr. αὐτός, uno mismo, e -ismo). 1. m. Med. En psiquiatría, estado de extrema introversión que se observa en el esquizofrénico; el enfermo se encierra en sí mismo y pierde todo contacto con el mundo exterior. 2. m. Med. En psiquiatría, trastorno mental de inicio en la infancia que se caracteriza por un desarrollo notablemente anormal de la capacidad de interacción y comunicación con el mundo exterior y un repertorio sumamente restringido de actividades e intereses. Comentario: En la acepción 1 del DRAE no se utiliza la marca Med., lo cual da a entender que se trata del uso coloquial, no especializado, del término; sin embargo, se utiliza el adjetivo patológico y se emplea una expresión que connota un uso muy especializado: «repliegue patológico de la personalidad sobre sí misma», una expresión que, además, resulta difícil de entender tanto para el lego en psiquiatría como para el psiquiatra o psicólogo. ¿Qué quiere decirse con esta expresión? Proponemos incluir dos acepciones: en la primera se define el autismo como sig13 Traducción y terminología no (de la esquizofrenia), y en la segunda, como trastorno mental. La primera es muy similar a la que ofrece Carlos Castilla del Pino (1980) en Introducción a la psiquiatría, y se basa en la definición originaria que hiciera E. Bleuler en 1913. La segunda es la que figura en la versión española del DSM-IV-TR (American Psychiatric Association, 1998), aunque hemos hecho algunos cambios para mejorar la traducción del inglés. Al contrario de lo que señala el DRAE, el autismo no es un trastorno mental infantil, sino un trastorno de inicio en la infancia. De hecho, hay adultos autistas que no son esquizofrénicos. El adjetivo congénito que utiliza el DRAE es de todo punto criticable y conlleva una toma de partido por una determinada teoría etiológica. Hoy en día no sabemos si el autismo es una alteración congénita o adquirida (niños que luego serán autistas tienen un comportamiento normal durante el primer año de vida). autista DRAE: 1. adj. Dicho de una persona: Afecta de autismo. U. t. c. s. Propuesta: 1. adj. Dicho de una persona: Afecta de autismo. U. t. c. s. 2. adj. Dicho de un comportamiento: Que presenta los rasgos característicos del autismo. Comentario: Creemos que es necesario una segunda acep­ ción, porque este adjetivo no se emplea solo para las personas, sino también para las conductas (conducta autista, comportamiento autista). autoerotismo DRAE: No figura. Propuesta: 1. m. Psicol. Actividad sexual en la que la excitación y el placer se obtienen del propio cuerpo, sin la participación de otras personas. bipolar DRAE: adj. 1. Que tiene dos polos. Propuesta: 1. adj. Que tiene dos polos. trastorno ~: 1. m. Med. En psiquiatría, dícese de un trastorno del estado de ánimo en el cual el enfermo oscila entre la alegría y la tristeza de una forma mucho más acentuada que las personas normales; puede cursar con o sin síntomas psicóticos, tales como alucinaciones y delirios. Comentario: Teniendo en cuenta que el término trastorno bipolar ha venido a sustituir en la actual nosología psiquiátrica a psicosis maníaco-depresiva, resulta extraño que pueda cursar con o sin síntomas psicóticos. A nuestro entender, es un error nosológico que habrá de corregirse en el futuro: la categoría trastorno bipolar es excesivamente heterogénea, y es probable que en un futuro próximo se subdivida en diferentes entidades clínicas. De hecho, hoy en día se distingue entre el trastorno bipolar I y el trastorno bipolar II, lo cual es, a nuestro juicio, claramente insuficiente. bradicinesia DRAE: No figura Propuesta: (Del gr. βραδύς, lento, y κίνησις, movimiento). Enlentecimiento de la actividad motora con disminución de la cantidad de movimientos normales y espon­ táneos. 14 <http://tremedica.org/panacea.html> bradilalia DRAE: (Del gr. βραδύς, lento, y λαλεῖν, hablar). 1. f. Med. Emisión lenta de la palabra, observable en algunas enfermedades nerviosas. Propuesta: (Del gr. βραδύς, lento, y λαλεῖν, hablar). 1. f. Med. Lentificación del habla, observable en algunas enfermedades neurológicas y trastornos mentales de causa no orgánica. Comentario: Nos parece más claro lentificación del habla que emisión lenta de la palabra. Consideramos que enfermedades nerviosas es un término obsoleto y, además, excesivamente inespecífico. Parece mejor referir que la bradilalia puede observarse en algunas enfermedades neurológicas y también en ciertos trastornos mentales en los que no se observa ninguna alteración del sistema nervioso central. bradipsiquia DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. βραδύς, lento, y ψυχη, alma y, en sentido figurado, mente). 1. f. Lentificación de los procesos mentales, fundamentalmente del pensamiento, que se observa en algunas enfermedades neurológicas y trastornos mentales de causa no orgánica. Comentario: Esta definición es coherente con la de bradilalia. bulimia DRAE: (Del gr. βουλιμία, de βούλιμος, muy hambriento). 1. f. Med. Gana desmesurada de comer, que difícilmente se satisface. Propuesta: (Del gr. βουλιμία, de βούλιμος, muy hambriento). 1. f. Med. Apetito desmesurado, que difícilmente se satisface. ~ nerviosa: En psiquiatría, trastorno de la conducta alimentaria en el cual el enfermo come compulsivamente gran cantidad de alimentos en un corto espacio de tiempo y a continuación, en algunos casos, se provoca el vómito, se administra laxantes o utiliza otros medios para no ganar peso. Comentario: Hemos añadido una forma compleja (bulimia nerviosa) que explica el significado del término en psiquiatría. Con respecto, a la acepción médica general, nos parece preferible hablar de apetito desmesurado que de gana desmesurada de comer (en medicina, la gana de comer se denomina apetito). bulímico, ca DRAE: 1. adj. Perteneciente o relativo a la bulimia. Sufre crisis bulímicas. 2. adj. Dicho de una persona: Que padece bulimia. Era depresiva y bulímica. U. t. c. s. Comentario: En el DRAE este lema se acompaña de la siguiente nota: «Artículo nuevo. Avance de la vigésima tercera edición». Nos parece bien que la Real Academia Española haya decidido incluir este término en la vigésima tercera edición del DRAE. Además, coincidimos plenamente con la definición propuesta. carebaria DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. χάρης, cabeza, y βάρος, pesadez). 1. f. Med. Sensación de pesadez en la cabeza. Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> Comentario: Este término es el equivalente al capiplenium de la medicina romana. En la semiología psiquiátrica tiene cierta importancia por ser indicativo de ansiedad, depresión y de ciertos cuadros neurasténicos. También puede deberse a la resaca de la intoxicación por ciertas drogas, especialmente el alcohol, o ser un efecto secundario de algunos psicofármacos, tales como las benzodiacepinas. Según nuestras abuelas, parece tener que ver también con los cambios de tiempo; es decir, con los cambios en las condiciones atmosféricas, especialmente con los nublados. catalepsia DRAE: (Del lat. catalepsis, y este del gr. κατάληψις, acción de coger, sorprender). 1. f. Med. Accidente nervioso repentino, de índole histérica, que suspende las sensaciones e inmoviliza el cuerpo en cualquier postura en que se le coloque. Propuesta: (Del lat. catalepsis, y este del gr. κατάληψις, acción de coger, sorprender). 1. f. Med. En psiquiatría, mantenimiento rígido de una posición corporal durante un periodo de tiempo prolongado sin propósito aparente, que se observa en algunos enfermos esquizofrénicos. Comentario: Nos parece de todo punto confusa e inexacta la definición que propone el DRAE. Términos tales como accidente nervioso repentino (¿hay algún accidente que no sea repentino?), índole histérica, que suspende las sensaciones carecen del mínimo rigor. La referencia a la esquizofrenia es necesaria, puesto que la catalepsia es un signo que se observa la mayoría de las veces en la esquizofrenia catatónica. Una vez más, el DRAE nos ofrece una definición excesivamente etimológica. cataplejía DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. καταπλήσσειν, pasmar). 1. f. Med. Pérdida bilateral súbita del tono muscular que hace que el sujeto caiga al suelo, generalmente asociada con una emoción intensa, un susto, la risa, la cólera o el miedo. Comentario: Esta definición es la que figura en la versión española del DSM-IV-TR de la American Psychiatric Association (1998), con los cambios correspondientes pa­ ra mejorar la traducción del inglés, que en este caso es especialmente deficiente. catatonia DRAE: (Del al. Katatonie, y este del gr. κατάτονος, descendente). 1. f. Psicol. Síndrome esquizofrénico, con rigidez muscular y estupor mental, algunas veces acompañado de una gran excitación. Propuesta: (Del gr. κατάτονος, descendente). 1. f. Med. En psiquiatría, síndrome esquizofrénico que consiste en estupor, mutismo y rigidez (catalepsia, persistencia de la gesticulación facial) o movimientos estereotipados, manierismos o agitación. Comentario: La definición del DRAE no permite al lector hacerse una idea ni siquiera aproximada de en qué consiste la catatonia. En nuestra definición, que se basa en la que ofrece Castilla del Pino (1980) en Introducción a la psiquiatría, la conjunción disyuntiva o es de gran importancia, porque en los manuales y diccionarios de Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología psiquiatría se suele definir la catatonia enumerando los signos clínicos que constituyen el síndrome sin orden ni concierto (por ejemplo, estupor y movimientos estereotipados), sin advertir que el estupor, pongamos por caso, es incompatible con la agitación. La dificultad de definir la catatonia se debe a que existen tres formas de presentación muy distintas entre sí que pueden darse en un mismo paciente en momentos distintos del curso clínico: a) estupor, rigidez, mutismo, mutismo acinético; b) manierismos, movimientos estereotipados, y c) agitación. Una vez más, encontramos un pleonasmo en la definición del DRAE de un término psiquiátrico: estupor mental. Por último, no entendemos por qué el DRAE introduce este término con la marca Psicol., cuando la mayor parte de las veces los términos del léxico de la psiquiatría clínica se introducen con la marca Med. Con respecto a la acentuación, el DRAE da solo la forma sin hiato, que es la tradicional en España; sin embargo, en algunos países de Hispanoamérica se utiliza únicamente la forma con hiato (catatonía). El Diccionario panhispánico de dudas (RAE, AALE, 2006) señala que ambas grafías son correctas, aunque da preferencia a la forma con hiato por ser las más acorde con la acentuación propia de las voces que contienen la terminación -tonía (del gr. tonós ‘tono, tensión’), como atonía, distonía, hipertonía, hipotonía, hipertonía, monotonía y sintonía. De la misma opinión es Fernando A. Navarro (2005) en su Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina. catatónico, ca DRAE: 1. adj. Psicol. Perteneciente o relativo a la catatonia. Propuesta: 1. adj. Med. Perteneciente o relativo a la catatonia. 2. adj. Med. Que padece catatonia. U. t. c. s. Comentario: Hemos añadido una segunda acepción: ‘que padece catatonia’. Esta acepción es importante porque se trata de un adjetivo que puede usarse también como sustantivo (U. t. c. s.): un catatónico. Introducimos el término con la marca Med. en vez de con la marca Psicol. catectizar DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. καθηξις, carga). 1. tr. Psicol. En psicoanálisis, proyectar cierta cantidad de energía psíquica sobre una representación mental o grupo de representaciones, una parte del cuerpo, un objeto, etc. catectización DRAE: No figura Propuesta: (Del gr. καθηξις, carga) 1. f. Psicol. En psicoanálisis, acción y efecto de catectizar. catexia DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. καθηξις, carga). 1. f. Psicol. En psicoanálisis, cantidad de energía psíquica que se halla unida a una representación mental o a un grupo de representaciones mentales, una parte del cuerpo, un objeto, etc. Comentario: Esta definición es muy similar a la que figura en la versión española del Diccionario de psicoanálisis de J. Laplanche y J. B. Pontalis (1997). 15 Traducción y terminología celotipia DRAE: (Del lat. zelotypĭa, y este del gr. ζηλοτυπία, de ζηλότυπος, celoso). 1. f. Pasión de los celos. Propuesta: (Del lat. zelotypĭa, y este del gr. ζηλοτυπία, de ζηλότυπος, celoso). 1. f. Med. En psiquiatría, sistema delirante que se caracteriza por el hecho de que el enfermo siente celos absolutamente infundados. Comentario: A partir de la definición del DRAE es de todo punto imposible saber qué es la celotipia. Da la impresión de que, al menos en lo que respecta al léxico psiquiátrico, el DRAE incurre con frecuencia en el error de definir los vocablos de una forma estrictamente etimológica, sin tener en cuenta la evolución semántica que estos han sufrido y su significado en un contexto especializado; es decir, su uso. A decir de Wittgenstein, el significado de un vocablo es el uso que de él se hace, y a la inversa, lo cual es de máxima importancia cuando se trata de un lenguaje de especialidad. Por otro lado, Castilla del Pino llamó la atención en repetidas ocasiones sobre la incorrección del término celotipia y de la expresión delirio de celos. Los celos se sienten o no se sienten, pero no se puede delirar con ellos. El objeto del delirio del paranoico celotípico no son los celos, sino la infidelidad de la pareja; por tanto, lo correcto sería usar el término delirio de infidelidad en vez de delirio de celos y celotipia. celotípico, ca DRAE: No figura. Propuesta: 1. adj. Med. Relativo o perteneciente a la celotipia. 2. adj. Dicho de una persona: Que padece celotipia. U. t. c. s. ciclotimia DRAE: (Del gr. κύκλος, círculo, y θυμός, ánimo). 1. f. Med. psicosis maníaco-depresiva. Propuesta: (Del gr. κύκλος, círculo, y θυμός, energía vital, estado de ánimo). 1. f. Med. En psiquiatría, trastorno mental que se caracteriza por una alteración crónica del estado de ánimo con fluctuaciones que comprenden fases hipomaníacas que se alternan con fases depresivas; es sinónimo de trastorno ciclotímico. Comentario: El DRAE no define este término y se limita a introducir un envío al lema psicosis maníaco-depresiva. Esto crea una gran confusión, porque la ciclotimia o trastorno ciclotímico no es una psicosis, sino un trastorno del estado de ánimo sin síntomas psicóticos. No obstante, nuestra opinión es coincidente con la de Castilla del Pino: el término ciclotimia debería aplicarse a las fluctuaciones normales (no patológicas) del estado de ánimo que acontecen en cualquier persona, y el término para la ciclotimia y el trastorno ciclotímico debería ser ciclotimosis, con el sufijo -osis que denota enfermedad. Así podríamos distinguir entre lo que es una característica normal del ser humano y la exageración patológica de esta. La ciclotimia (trastorno ciclotímico) es un tipo de trastorno bipolar que cursa con episodios de ánimo expansivo que no cumplen los criterios del episodio maníaco y con episodios de ánimo deprimido que no cumplen los criterios del episodio 16 <http://tremedica.org/panacea.html> depresivo mayor. Por tanto, es menos grave que el trastorno bipolar I y el trastorno bipolar II. ciclotímico, ca DRAE: 1. adj. Perteneciente o relativo a la ciclotimia. 2. adj. Dicho de una persona: Que padece ciclotimia. U. t. c. s. Propuesta: trastorno ~: véase ciclotimia. cleptomanía DRAE: (Del gr. κλέπτειν, quitar, y manía). 1. f. Propensión morbosa al hurto. Propuesta: (Del gr. κλέπτειν, quitar, y manía). 1. f. Med. En psiquiatría, trastorno del control de los impulsos en el cual el enfermo no puede resistirse al deseo de hurtar objetos que no son necesarios para el uso personal o son de poca importancia por su valor monetario. Comentario: Propensión morbosa es una expresión excesivamente vaga, y el término morboso en la acepción de ‘patológico’ debería evitarse en un diccionario del siglo xxi. La definición que proponemos es muy similar a la de la versión española del DSM-IV-TR (American Psychiatric Association, 1998), aunque en esta se habla del «impulso de robar objetos». Dado que el DRAE, en consonancia con el Código Penal español, define el robo como el ‘Delito que se comete apoderándose con ánimo de lucro de una cosa mueble ajena, empleándose violencia o intimidación sobre las personas o fuerza en las cosas’, está claro que en la definición de cleptomanía no puede utilizarse el término robo, como se hace en la versión española del DSM-IVTR, en la cual, en este ocasión, como en tantas otras, se ha procedido a traducir literalmente del inglés. clivaje DRAE: No figura. Propuesta: (Del fr. clivage, separación o división). 1. m. Psicol. Mecanismo mental mediante el cual el niño aprende a distinguir entre su cuerpo y él mismo como sujeto, por un lado, y el mundo exterior, por otro; en algunos trastornos mentales graves, este mecanismo está perturbado, de resultas de lo cual el enfermo confunde su mundo interno con el mundo exterior. cognitivismo DRAE: No figura. Propuesta: 1. m. Psicol. Teoría psicológica que postula que la conducta humana depende fundamentalmente de los pensamientos del sujeto, y no del instinto, de la necesidad o de la pulsión. cognitivista DRAE: No figura. Propuesta: 1. adj. Psicol. Perteneciente o relativo al cognitivismo. 2. adj. Partidario del cognitivismo. U. t. c. s. Comentario: Esta definición es muy similar a la que figura en el DRAE en el lema conductista. cognitivo, va DRAE: (De cognición). 1. adj. Perteneciente o relativo al conocimiento. Propuesta: (De cognición). 1. adj. Psicol. Perteneciente o relativo a las funciones superiores del ser humano, especialmente al pensamiento y al lenguaje. trastorno ~: Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> El que afecta al pensamiento o al lenguaje o a otras funciones superiores, tales como la percepción, la memoria, el aprendizaje, la atención, la concentración, el razonamiento y el procesamiento de la información. teoría ~: véase cognitivismo. terapia conductual- ~: Modalidad de psicoterapia en la que se utilizan a la vez métodos conductistas y cognitivistas. psicología ~: Parte de la psicología que estudia las funciones superiores del ser humano, fundamentalmente el pensamiento y el lenguaje. Comentario: Para referirse a las funciones superiores se ha impuesto en psicología el termino cognitivo, que deriva, tal como el DRAE señala, de cognición. Para referirse a lo perteneciente o relativo al conocimiento, en nuestra opinión, son preferibles cognoscitivo, gnoseológico, noético, epistémico o epistemológico, adjetivos que pertene­ cen al campo de la filosofía, no al de la psicología. Hemos introducido cuatro formas complejas. Teoría cognitiva es sinónimo de cognitivismo (véase este lema) y no debe confundirse con psicología cognitiva. compulsión DRAE: (Del lat. compulsĭo, -ōnis). 1. f. Inclinación, pasión vehemente y contumaz por algo o alguien. 2. f. Der. Apremio que se hace a una persona por parte de un juez o de una autoridad, compeliéndola a realizar algo o a soportar una decisión o una situación ajenas. Propuesta: Proponemos añadir una tercera acepción: 3. f. Med. En psiquiatría, tendencia irreprimible a repetir una acción a pesar de los esfuerzos del enfermo en sentido contrario. compulsivo DRAE: (Der. de compulso, part. irreg. de compeler, y este del lat. compulsus). 1. adj. Que tiene virtud de compeler. 2. adj. Que muestra apremio o compulsión. 3. adj. Psicol. Que tiene impulsos irresistibles. Propuesta: Proponemos modificar la acepción 3 y añadir una cuarta acepción: 3. adj. Med. En psiquiatría, perteneciente o relativo a la compulsión. 4. adj. Med. Dicho de una persona: que padece compulsiones. condensación DRAE: (Del lat. condensatĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto de condensar. Propuesta: (Del lat. condensatĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto de condensar. 2. f. Psicol. En psicoanálisis, proceso psíquico que interviene en la actividad onírica y en la formación de síntomas, en el cual una misma representación mental corresponde a varias personas, cosas o situaciones. conductismo DRAE: (De conducta, trad. del ingl. behaviorism). 1. m. Psicol. Orientación metodológica que estudia el comportamiento sobre las relaciones de estímulo y respuesta y a partir de la conducta y de las reacciones objetivas, sin tener en cuenta la consciencia, que es considerada un epifenómeno. 2. m. Psicol. Estudio de la conducta en términos de estímulos y respuestas. Propuesta: (De conducta, trad. del ingl. behaviorism). 1. m. Psicol. Teoría psicológica que postula que toda conducta, incluso la patológica, es una respuesta aprendida a Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología un estímulo procedente del exterior, que la repetición de la conducta se mantiene porque ha sido recompensada y que el comportamiento constituye un intento de adaptación del organismo a su entorno. Comentario: Consideramos que con una acepción es suficiente. En la definición del DRAE no se incluyen los cuatro elementos más importantes del conductismo: el aprendizaje, la recompensa, la adaptación y la interacción entre el organismo y el entorno. Además, esta definición se refiere más bien al primer conductismo («conductismo radical»). Este paradigma teórico ha ido evolucionando con el tiempo, y actualmente los conductistas sí tienen en cuenta la consciencia y otros fenómenos internos, tales como la imaginación, las fantasías y el pensamiento, si bien los consideran, en nuestra opinión, acertadamente, formas de conducta y, como tales, respuestas aprendidas a un estímulo del entorno. confusional DRAE: No figura. Propuesta: (Del lat. confusĭo, -ōnis). adj. género común. Med. En psiquiatría, dícese del estado de alteración de la conciencia de carácter agudo y fluctuante causado por una enfermedad médica, un traumatismo, una intervención quirúrgica, una droga o un medicamento, en el cual el enfermo se muestra perplejo, desorientado, ansioso, agitado o estuporoso e incapaz de centrar la atención en los estímulos del entorno; se acompaña de perturbación de las funciones cognitivas, tales como el pensamiento y el lenguaje, y de alteraciones del ciclo sueño-vigilia. Delirium es sinónimo de síndrome confusional agudo. Comentario: Antes de que llegase a la psiquiatría española procedente de la literatura médica anglosajona el latinismo delirium, en mi opinión muy criticable, si bien solo sea por la confusión que genera con el término delirio, se hablaba de estado confusional agudo o de síndrome confusional, términos mucho más precisos que delirium, aunque tienen el inconveniente de que hacen referencia solo a uno de los signos que componen el síndrome: la desorientación. conversión DRAE: (Del lat. conversĭo, -ōnis). 1. f. Acción y efecto de convertir o convertirse. 2. f. Mil. Mutación del frente, de una fila, girando sobre uno de sus extremos. 3. f. Ret. Figura consistente en emplear una misma palabra al fin de dos o más cláusulas o miembros del período. Propuesta: Todo igual y se añade una cuarta acepción, a saber: 4. f. Med. En psiquiatría, mecanismo de formación de síntomas que consiste en la expresión de un conflicto psíquico a través de síntomas somáticos, ya sean motores, por ejemplo, parálisis o crisis convulsivas, o sensitivos, tales como anestesia o dolores localizados. Comentario: Esta definición es muy similar a la que figura en la versión española del Diccionario de psicoanálisis, de J. Laplanche y J. B. Pontalis (1997). coprofilia DRAE: No figura. Propuesta: (Del gr. κόπρος, excremento, y φιλία, afición o amor a algo). 1. f. Med. En psiquiatría, parafilia que con17 Traducción y terminología siste en la excitación sexual producida por las heces o por la visión del acto de defecar. Comentario: Utilizamos el término parafilia por haber sido ya admitido por la RAE en la acepción de ‘desviación sexual’; es decir, como sinónimo de perversión. coprolalia DRAE: (Del gr. κόπρος, excremento, y λαλεῖν, hablar). 1. f. Tendencia patológica a proferir obscenidades. Propuesta: (Del gr. κόπρος, excremento, y λαλεῖν, hablar). 1. f. Med. En psiquiatría, compulsión a proferir expresiones groseras u obscenas; puede ser una tendencia de carácter obsesivo, un tic o un componente de algunos delirios agudos o crónicos. Comentario: Proponemos una definición mas técnica de este vocablo. Por otro lado, la coprolalia no consiste en la tendencia a proferir solo obscenidades, sino también groserías que, en rigor, no pueden considerarse obscenidades (por ejemplo, el «mierda» que oímos hasta el hartazgo en el doblaje al español de las películas procedentes de los Estados Unidos). Según lo comentado en el lema acatafasia, en nuestra opinión, el término correcto no es coprolalia, sino coprofasia, por no tratarse de una alteración del habla, sino del lenguaje. crepuscular DRAE: 1. adj. Perteneciente o relativo al crepúsculo. U. t. en sent. fig. 2. adj. Se dice del estado de ánimo, intermedio entre la conciencia y la inconsciencia, que se produce inmediatamente antes o después del sueño natural, o bien a consecuencia de accidentes patológicos, o de la anestesia general. 3. adj. Zool. Se dice de los animales que, como muchos murciélagos, buscan su alimento principalmente durante el crepúsculo. Propuesta: Todo igual excepto la acepción 2: 2. adj. género común, Med. En psiquiatría, se dice del estado de alteración de la conciencia en el cual el enfermo, a causa de una afección del encéfalo o de un trastorno mental de causa no orgánica, actúa como si no tuviese conciencia o no fuese plenamente consciente de lo que hace, siguiéndose el episodio de una amnesia total o parcial de lo sucedido. Comentario: La acepción 2 del DRAE es muy confusa, especialmente en lo que se refiere a la expresión estado de ánimo. El estado crepuscular no es un estado de ánimo, 18 <http://tremedica.org/panacea.html> sino un estado de la conciencia, como lo son la obnubilación o el coma. El término neurológico-psiquiátrico es estado crepuscular; por ello, proponemos iniciar la definición de esta forma: «Se dice del estado de alteración de la conciencia en el cual [...]». El DRAE habla únicamente de causas orgánicas (por ejemplo, «a consecuencia de accidentes patológicos» [sic]), pero olvida que los estados crepusculares se observan también en trastornos mentales que difícilmente pueden atribuirse a una causa orgánica, tales como la histeria y otros trastornos disociativos, en cuyo caso suele hablarse de trance. Creemos que el DRAE no debería tomar nunca partido en cuestiones etiológicas cuando la causa del síndrome o del trastorno no ha sido dilucidada de forma concluyente. En todo caso, se trata de uno de los términos más confusos de la literatura neurológica y psiquiátrica. Algunos autores lo utilizan como sinónimo de estuporoso, otros lo hacen equivalente a obnubilatorio, confusional, etc. (véanse los lemas confusional, estuporoso, obnubilatorio, obnubilado). Bibliografía American Psychiatric Association (1998): Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales-IV-texto revisado (DSM-IV-TR). Barcelona: Masson. Castilla del Pino, C. (1980): Introducción a la psiquiatría (2 tomos). Madrid: Alianza. Hales, R. E., Yudofsky, S. C., y Gabbard, G. D. (2009): Tratado de psiquiatría clínica, 5.ª ed. Barcelona: Masson. Laplanche, J., y Pontalis, J. B. (1997): Diccionario de psicoanálisis. Bar­ celona: Paidós Ibérica. Navarro, F. A. (2005): Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina, 2.ª ed. Madrid: McGraw-HillˑInteramericana. OMS (Organización Mundial de la Salud) (1995): Clasificación estadística internacional de enfermedades y problemas relacionados con la salud (CIE-10), 10.ª revisión (3 tomos). Ginebra: OMS. RAE (Real Academia Española) (2006): Diccionario de la lengua española (DRAE), 22.ª ed. Madrid: Espasa-Calpe. RAE (Real Academia Española) y AALE (Asociación de Academias de la Lengua Española) (2006): Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana. Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> Traducción y terminología Glosario crítico inglés-español de documentos de consentimiento informado Pablo Mugüerza,* Lida Barbetti Vros** y Lorenzo Gallego-Borghini*** Resumen: La traducción de documentos de consentimiento para ensayos clínicos entraña varias dificultades. En primer lugar, el lector de estos documentos es un paciente —algunas veces enfermo de gravedad y para quien la participación en un ensayo clínico es su única esperanza de encontrar una cura— o un voluntario que se ofrece como sujeto de un experimento, poniendo en riesgo su salud y su bienestar físico. En el primer caso, no se encuentra en las mejores condiciones para leer y comprender un documento de este tipo; en ambos casos, debe saber a qué se expone. Además, los consentimientos incluyen términos de diversas áreas: médicos, farmacéuticos, bioquímicos, estadísticos, administrativos y jurídicos, lo que dificulta su comprensión. Por lo tanto, es imprescindible que la traducción sea lo más clara y fácil de leer posible, que no abunde en palabrerío superfluo y que explique los conceptos con sencillez y exactitud en un lenguaje que un lego pueda entender. Palabras clave: traducción, consentimiento informado, información para el paciente. A critic English-Spanish glossary for informed consent forms Abstract: Translating informed consent documents for clinical trials poses several difficulties. First, these documents are intended for patients—sometimes severely ill patients for whom taking part in a clinical trial is the last hope to find a cure—or healthy subjects who volunteer to undergo an experiment, putting their health and physical well-being at risk. In the first case, readers are not in the best condition to understand these documents; in both cases, readers need to know what they are exposing themselves to. Second, informed consent documents include terms from a wide variety of fields: medical, pharmaceutical, biochemical, statistical, administrative, and legal, which makes them more difficult to understand. It is therefore essential that the translation be as clear and reader-friendly as possible, with no unnecessary verbiage, and that concepts be explained plainly and accurately, in a language that the layperson can understand. Key words: translation, informed consent form, patient information sheet. Panace@ 2010; 12 (33): 19-34 Introducción A raíz de la calurosa acogida que tuvo entre los asistentes la ponencia «Traducción de protocolos de ensayos clínicos», impartida por Pablo Mugüerza en el transcurso de las VI Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica celebradas en la ciudad de Nueva York entre septiembre y octubre de 2010, se nos hizo patente la necesidad de continuar trabajando en el tema de los ensayos clínicos y la documentación relacionada. El público, integrado en su mayor parte por traductores noveles o estudiantes de traducción, se mostró ávido de información y recursos, y abundaron las preguntas relativas a la terminología que aparece en los consentimientos. Por este motivo, a los autores nos pareció oportuno elaborar un glosario que fuera específico para los consentimientos. En cualquier publicación seria, ordenar los nombres de los autores puede resultar una injusticia. Pero en nuestro caso tal injusticia es mayúscula, porque desde el principio la colabo- ración ha sido máxima, y el esfuerzo, paritario. Por eso debemos aclarar que el orden de aparición de los autores obedece exclusivamente a razones privadas. Nos apresuramos a agradecer de antemano y efusivamente cualquier crítica o comentario que el lector tenga la amabilidad de hacernos llegar. Por qué un glosario crítico Después de barajar distintos enfoques, llegamos a la conclusión de que lo más útil sería crear un glosario crítico con términos que plantean problemas a los traductores, ya sea porque desconocen o confunden su significado, porque no entienden el concepto que describen o simplemente porque recurren a la traducción más literal o la más frecuente. Por lo tanto, hemos incluido una selección de términos de distintos campos, dando prioridad a los relacionados con * Médico, traductor especialista en traducción médica y de protocolos de ensayos clínicos, Valladolid (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. ** Traductora literaria y técnico-científica, especialista en traducción médica, Nueva York (EE. UU.). *** Traductor autónomo, Barcelona (España). Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 19 Traducción y terminología los aspectos jurídico-económicos y administrativos de la participación en un estudio clínico más que a los estrictamente médicos, ya que estos últimos se encuentran ampliamente tratados en la bibliografía existente, como, por ejemplo, en el Diccionario crítico de dudas inglés-español de medicina, de Fernando A. Navarro. A su vez, intentamos darle al glosario un alcance internacional e identificamos las dos principales variedades dialectales del español (España o América) cuando corresponde. Nos parece importante destacar que cada usuario debe conocer y consultar la legislación local a la hora de traducir los términos jurídicos, ya que es imposible abarcar en un glosario de este tipo los requisitos legislativos de todos los países de habla española. Por último, recordamos al usuario que debe tener presente en todo momento que las propuestas recogidas en este glosario están pensadas exclusivamente para la traducción de consentimientos informados, de modo que pueden no resultar válidas para traducir otros documentos, sobre todo por la diferencia de registro lingüístico que presentan estos textos dirigidos a un público lego. Estructura de las entradas Dado que las dificultades que plantean los distintos términos son de muy diversa índole, hemos preferido no ceñirnos estrictamente a un formato único de artículo, sino adaptar la estructura de cada uno en función del problema que suscita, respetando por supuesto las pautas de estilo y ortotipografía elegidas. Junto al lema en inglés, la mayoría de entradas aportan una o varias propuestas de traducción, que aparecen en redonda sin ninguna marca concreta. En la mayor parte de los artículos, se ofrece a continuación una breve explicación o comentario, en el que utilizamos las comillas españolas (« ») para señalar aquellas traducciones que consideramos mejorables, objetables o incorrectas, a pesar de que en algunos casos son las más frecuentes. No en todas las entradas ofrecemos un equivalente directo, sino que en algunas explicamos la solución en el cuerpo del artículo, en el cual utilizamos las comillas simples (‘ ’) para señalar dichas soluciones y para citar otros textos. Utilizamos las marcas ES y AM en voladita para destacar que una propuesta es más propia del español peninsular o de Latinoamérica. Algunos artículos se ilustran con ejemplos reales de uso, que recogemos en cursiva, y para todos ellos ofrecemos una propuesta de traducción entre paréntesis y en redonda. able to become pregnant: fértil, potencialmente fértil. Otras soluciones para casos concretos (exceso de repeticiones en el original, por ejemplo) pueden ser ‘en condiciones de quedar embarazada’, ‘en condiciones de concebir’, ‘con capacidad de quedar embarazada’, ‘con capacidad de concebir’. Desaconsejamos la traducción por «en edad de concebir» porque puede resultar confusa y suscitar dudas al participante de un ensayo clínico: ¿cuáles son las edades límite? ¿También entra en esta categoría una mujer joven 20 <http://tremedica.org/panacea.html> pero estéril (por defecto congénito, accidente, intervención quirúrgica, etc.)? acknowledgement: acuse de recibo. Se refiere a la entrega de una copia del documento al participante. Suele verse traducido incorrectamente como «reconocimiento». Véase también copy. administrative.Tiene el sentido de ‘ajeno a los aspectos de salud o médicos del estudio’, muchas veces en referencia a su ‘organización’ o ‘gestión’, lo cual no siempre se corresponde exactamente con el adjetivo español ‘administrativo’. Compárese the recruitment was stopped due to administrative censoring (se detuvo el reclutamiento por finalización prematura del estudio) con treatment phase was stopped due to administrative reasons (se detuvo la fase de tratamiento por motivos de organización). adverse: adverso. Significa ‘indeseable’ o ’indeseado’, sin hacer referencia a la intensidad del acontecimiento ni a su relación con el producto en investigación. El traductor dispone de cierta libertad para traducir adverse por ‘desfavorable’, ‘desagradable’, ‘secundario’ u otros términos, pero recomendamos precaución ante expresiones más o menos acuñadas, como adverse drug reaction (reacción adversa a la medicación), adverse effect (reacción adversa, efecto in­deseable, efecto adverso) o adverse event (acontecimiento adversoES, evento adversoam). agree, to: aceptar, pero también ‘acceder’ y ‘autorizar’. Ejs.: if you agree to take part (si usted accede a participar); if you agree to your medical data being recorded (si usted autoriza la recopilación de sus datos sanitarios). De la misma manera, agreement casi nunca será «acuerdo», sino ‘consentimiento’ o ‘autorización’. Ej.: agreement to take part in the study (consentimiento para participar en el estudio). anonymize, to. El verbo ‘anonimizar’ es correcto porque se ajusta a las normas españolas de formación de léxico, pero conviene recordar que en el contexto de la protección de datos se utiliza mucho el término ‘disociar’. Ej.: your personal data will be anonymized so as to prevent you being identified (sus datos personales serán disociados para evitar que le identifiquen personalmente). approval. En referencia al registro sanitario de fármacos, mejor ‘autorización’ que «aprobación». Ej.: “investigational” means that the drug has not been approved for use in all countries («en fase de investigación» significa que el fármaco todavía no cuenta con autorización para administrarse en todos los países). Conviene recordar también que, en España, la autorización de los comités éticos se denomina en propiedad ‘dictamen favorable’: the study will only commence after the committee has approved the study (únicamente se dará comienzo al estudio cuando el comité ético haya otorgado su dictamen favorable). arm: grupo, rama. Es cada uno de los distintos grupos en los que se divide a los participantes de un estudio. Es frecuente verlo traducido incorrectamente como «brazo». Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> ask, to: preguntar, pero también ‘pedir’, ‘invitar’, ‘formular’, ‘plantear’ o ‘proponer’. Ejs.: you are being asked to participate in a clinical research study (le invitamos a participar en una investigación); you will be asked to continue to come to the scheduled visits (le pedirán que acuda a las demás visitas programadas); you have the right to ask questions about this study at any time (usted tiene derecho a plantear las dudas que tenga sobre el estudio en cualquier momento). assent: asentimiento, conformidad, consentimiento del menorES. Algunos laboratorios farmacéuticos hacen una distinción terminológica entre el consentimiento informado del sujeto adulto (informed consent) y el del menor (informed assent). En la práctica, assent se ve traducido como ‘asentimiento’ o ‘conformidad’ para respetar la distinción que se hace en los países anglosajones. La participación de menores en ensayos clínicos es un punto delicado que la legislación de cada país aborda de forma específica, algo que habrá de tener en cuenta el traductor. En los Estados Unidos, por ejemplo, sería inaceptable traducir ambas cosas como «consentimiento»: un menor no tiene derecho a consentir en nada (lo hacen sus padres por él), pero sí puede asentir (decir que sí pero por escrito). La legislación española, por su parte, habla de ‘consentimiento’ en ambos casos, de modo que para España en concreto proponemos traducir el término como ‘consentimiento del menor’. Ejs.: an assent form is a form for your child to provide affirmative agreement to participate in a clinical study, independent of your consent (mediante la firma de un documento de consentimiento, el menor deja constancia de que accede a participar en un estudio clínico, con independencia de la autorización de los padres); if your child is old enough, he/she will need to provide their written assent to participate (si su hijo tiene edad suficiente, también tendrá que firmar un consentimiento para dejar constancia de su voluntad). at no charge: sin costoAM. En traducciones para EE. UU., recomendamos no traducir como ‘gratuito’, ‘gratis’ o ‘gratuitamente’ para que no se interprete como un incentivo para que el paciente o voluntario participe. La consideración anterior no sería válida para Es­ paña, donde el acceso a la sanidad es de por sí gratuito y universal. baseline: al inicio, inicial. Aunque ‘inicial’ y ‘basal’ sean sinónimos en otros contextos, desaconsejamos utilizar «basal» y sus derivados para dirigirse a los pacientes. benefit: beneficio, ventaja, prestación. Recomendamos precaución: usado en plural, como suele verse en inglés, «beneficios» puede tener en español cierta connotación económica, por lo que puede resultar más clara la traducción con un verbo. Ej.: you may or may not receive any benefits from being in the study (es posible que usted no se beneficie de participar en el estudio). Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología Puede hacer referencia también a las ‘ventajas’ de la participación, como por ejemplo que se le hagan controles más frecuentes al paciente. Ej.: before you decide to take part, you need to understand the risks and benefits (antes de decidir si desea participar, debe conocer qué riesgos y qué ventajas conlleva participar). En el campo social corresponde a lo que en español denominamos ‘prestaciones’ (y no «beneficios»): you may decide to stop this study at any time without any penalty or loss of benefits to which you may be otherwise entitled (usted puede decidir abandonar el estudio en cualquier momento, sin penalización ni menoscabo de las prestaciones que le corresponden). birth control: anticoncepción. Es frecuente verlo traducido incorrectamente como «control de la natalidad», término que se refiere a la limitación del número de nacimientos (generalmente, en una población) pero no a la prevención de la concepción o el embarazo. Los birth control methods se denominan en español ‘anticonceptivos’ o ‘métodos anticonceptivos’, aunque con frecuencia se traducen erróneamente por «métodos de control de la natalidad». blind, to: enmascarar, ocultar (el tratamiento, el fármaco, la dosis, etc., según sea el caso). El adjetivo correspondiente (blinded) es ‘enmascarado’, aunque recomendamos recurrir a perífrasis co­mo ‘desconocedor del tratamiento’ o ‘que desconoce el tratamiento’. El sustantivo correspondiente (blinding) es ‘enmascaramiento’. Por sus connotaciones peyorativas y su ambigüedad, aconsejamos prescindir de los términos relacionados con «cegar», «ciego» y «a ciegas». Sin embargo, en el título del ensayo y en las referencias al diseño de la investigación los términos double blind y single blind sí se traducen como ‘doble ciego’ y ‘simple ciego’, por tratarse de tecnicismos, sin perjuicio de que los expliquemos entre paréntesis si corresponde. break down, to: degradar, descomponer. Se refiere a la manera en que el fármaco se descompone en compuestos químicos más simples. Ej.: PK and PD look at how your body breaks down or processes the drug (los análisis de farmacocinética y farmacodinámica estudian cómo el organismo descompone o procesa el fármaco). breast milk: leche materna. Suele verse traducido incorrectamente como «leche de pecho». breastfeed, to: amamantar, dar el pecho, alimentar a pechoAM. Debe evitarse la locución ‘dar de mamar’, ya que, si bien es correcta, en algunos países tiene connotaciones sexuales. El sustantivo es ‘lactancia’, ‘lactancia materna’, ‘alimentación a pecho’AM, y el adjetivo, ‘lactante’. Ob­sérvese que este último significa tanto ‘que mama’ como ‘que amamanta’, por lo que deberá quedar claro de quién se trata. bring, to: traer, pero también ‘llevar’. La traducción al español depende del sujeto de la frase y desde dónde habla este. Bring your unused bottles 21 Traducción y terminología puede ser ‘traiga los frascos que no haya utilizado’, si el emisor del consentimiento está en el mismo lugar al que deben llevarse los frascos, o ‘lleve los frascos que no haya utilizado’, si no es así. Estas dos expresiones, que pueden parecer sinónimas, pueden causar confusión al paciente, quien en todo caso debe saber dónde entregar los frascos vacíos o cualquier otro material. chart. En muchos casos es la ‘historia clínica’, pero también puede hacer referencia a todo tipo de gráficos (temperature chart, gráfico de temperatura), cuadros, tablas y esquemas (dosing chart, esquema de administración) que se archiven en el expediente del paciente. child. Recomendamos precaución y atención al contexto a la hora de traducir este término, ya que puede ser, además de ‘hijo’ o ‘menor’, ‘lactante’, ‘infante’, ‘niño’, ‘adolescente’ o incluso ‘joven’, ‘muchacho’, etc. Ej.: if your child might become pregnant during the course of this study, she should not enroll in the study (si hay alguna posibilidad de que su hija se quede embarazada durante el estudio, no podrá participar). Por otro lado, el breastfeeding child es el ‘lactante’. Recomendamos evitar traducir este término como «niño que amamanta» —un calco del inglés— o frase similar, ya que en español médico contamos con un único término que designa el concepto de ‘bebé que todavía se alimenta con leche materna (o sucedáneo)’, y que además es comprensible para el público general. child-bearing potential, woman of. able to become pregnant. choose, to. Mejor que «elegir», diremos ‘decidir’ u ‘optar por’. Ej.: if you choose to participate in this study, your participation would last approximately 6-12 months (si opta por participar, su participación durará unos 6-12 meses). clinic. Recomendamos traducirlo por ‘hospital’, ‘consulta’ o incluso ‘centro’, prestando atención en todo caso al contexto, ya que en muchos casos no se trata de una «clínica». Ej.: after you have been discharged from the hospital, you will need to come to the clinic at least 10 times (después de recibir el alta hospitalaria, tendrá que volver a la consulta un mínimo de 10 ocasiones). clinical trial, clinical study: ensayo clínico, estudio clínico. En la práctica las expresiones inglesas clinical trial, clinical study, trial y study son intercambiables, así como sus respectivas traducciones ‘ensayo clínico’, ‘estudio clínico’, ‘ensayo’ y ‘estudio’ lo son entre sí. Recomendamos, en todo caso, dar preferencia al término ‘estudio’ en español, aunque en la práctica tiende a utilizarse cada vez más ‘ensayo’. cohort: cohorte. Se refiere a un grupo de sujetos de un estudio que comparten una característica común. Aunque la palabra ‘cohorte’ apenas se utiliza en español en la actualidad, recogemos esta acepción para reflejar que sí se utiliza en este contexto. 22 <http://tremedica.org/panacea.html> collect, to. En español no decimos «recoger» el consentimiento sino ‘recabar’ u ‘obtener’. Cuando se habla de ‘recoger información’ o ‘recoger datos’, recomendamos evitar el calco «recolectar» y tener en cuenta otras posibilidades, como ‘recopilar’, ‘reunir’ ‘obtener’, etc. Ej.: by signing this form you consent to the study doctor and his staff collecting your personal data (mediante la firma de este documento usted autoriza al médico y al equipo investigador a que recopilen sus datos personales). En el contexto de las muestras biológicas, hablaremos de ‘recoger’ u ‘obtener’ (muestras) y ‘extraer’ o ‘sacar’ (sangre). Ej.: on Visit 1 we will collect a urine sample (en la visita 1 obtendremos una muestra de orina); you may be asked to allow the collection of a blood sample (es posible que tengan que extraerle una muestra de sangre). come back, to. El verbo to come no equivale siempre a «venir», por lo que recomendamos tener en cuenta otras opciones, como ‘acudir’, o incluso ‘trasladarse’ o ‘desplazarse’. Ej.: one week after surgery, you will come back to the hospital for a check-up visit (una semana después de la intervención, tendrá que desplazarse al hospital para una visita de control); you will be asked to come to the study clinic for all your study appointments (tendrá que acudir al hospital a todas las visitas del estudio). compensation: compensación, pero también ‘remuneración’, ‘retribución’, ‘honorarios’ e incluso ‘indemnización’; conviene recordar que en español tenemos el verbo ‘cobrar’. Ejs.: both hospital and study investigator will be receiving an economical compensation from the sponsor for performing the study (la empresa promotora remunerará tanto al hospital como al investigador por realizar el estudio); you will receive no compensation for the study (usted no cobrará nada por participar en el estudio); if you are caused any injury directly by your participation in the study, you will be compensated (si sufre lesiones como consecuencia directa de su participación en el estudio, recibirá una indemnización). complete, to: cumplimentar, llenar, rellenar (un impreso, un formulario), responder (un cuestionario, una encuesta). Ej.: you will also be asked to complete short forms (tendrá que responder una serie de cuestionarios breves). En otros contextos puede significar ‘realizar’, ‘pasar’ (una evaluación) o ‘acudir’ (a una visita). Ej.: if you are discontinued from study treatment you will complete an early study treatment termination visit (los pacientes que dejen de recibir el tratamiento del estudio acudirán a una visita de finalización prematura del tratamiento del estudio). En el sentido de ‘completar’, también puede traducirse como ‘terminar’, ‘acabar’, ‘concluir’, ‘finalizar’, etc. Ej.: your participation could last for around 8 months if you complete all phases of the study (su participación durará unos 8 meses si termina todas las fases del estudio). completion bonus: bonificación por terminar el estudio. Este término se refiere a una suma extra que se paga a los voluntarios que no abandonan el estudio antes de que Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> finalice. Suele aparecer en los consentimientos de estudios clínicos de fase I y II. No debe traducirse por «bono». conduct, to: llevar a cabo, realizar (un estudio). Recomendamos no traducir esta locución por «conducir», ya que el investigador no siempre guía o dirige el estudio, sino que contribuye a su realización. Como sustantivo, conduct puede ser ‘realización’ o ‘desarrollo’ (del estudio), aunque conviene tener en cuenta otras opciones. Ej.: sometimes, during the conduct of the study, new information becomes available about the drugs (a veces, durante el desarrollo del estudio aparece información nueva sobre los fármacos). confidentiality: confidencialidad. Se refiere a la cualidad de confidencial (‘que se hace o dice en confianza o con seguridad recíproca entre dos o más personas’; ‘reservado’; ‘secreto’) de la información que se obtiene de los participantes en un ensayo clínico. Si bien son conceptos relacionados, no debe confundirse con ‘privacidad’ (‘ámbito de la vida privada que se tiene derecho a proteger de cualquier intromisión’) ni con ‘intimidad’ (‘zona espiritual íntima y reservada de una persona o de un grupo, especialmente de una familia’; ‘conjunto de pensamientos o sentimientos que cada persona guarda en su interior’). Como título del apartado correspondiente del consentimiento, sería aceptable en España traducirlo como ‘protección de datos’. confinement period: período de confinamiento, período de internamiento/internación, estancia hospitalariaES. Se refiere al período durante el cual un participante debe permanecer en el centro del estudio para que los investigadores le administren el tratamiento en estudio, lo sometan a exámenes y análisis, controlen que no realice actividades prohibidas (ej., ejercicio, fumar, ducharse), que consuma los alimentos prescritos o que ayune, etc., en los estudios de fase I. En los consentimientos desaconsejamos utilizar cualquier término que implique restricción de libertad, como «período de reclusión». consent, to: consentir, pero en muchos casos es mejor ‘autorizar’ o ‘acceder’. Ejs.: by signing this form you consent to the Study Doctor and his or her staff collecting and using your personal data for the study (mediante la firma del presente documento, usted autoriza al médico y al equipo investigador a recopilar y utilizar sus datos personales a efectos del estudio); where you do consent to this, a blood sample of approximately 9 milliliters will be taken (si accede a ello, le extraeremos una muestra de sangre de unos 9 ml); having consented, you still have the right to withdraw at any time (aun después de prestar su consentimiento, tiene derecho a abandonar el estudio en cualquier momento). informed consent form. consent discussion. Se trata de la ‘explicación del consentimiento’, la ‘charla’ o ‘entrevista sobre el consentimiento’ o ‘sobre el estudio’. El verbo inglés to discuss significa (además de to investigate by reasoning or argument) to present in detail for examination or consideration y también to talk Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología about. Es con estos dos últimos sentidos, principalmente el segundo, como se usan discuss y discussion en los consentimientos. En español, por el contrario, «discutir» se usa principalmente con el significado de ‘tener una disputa’ (‘contender y alegar razones contra el parecer de alguien’). discuss, to. consent form. informed consent form. contact, to. comunicarse con, ponerse en contacto con, llamar a, escribir a, contactar con, dirigirse a. Recomendamos evitar la traducción acrítica por ‘contactar con’ (y jamás «contactar a»), ya que hay otras opciones de traducción más naturales en español. Cuando el texto indique claramente que se refiere a llamar por teléfono (contact the doctor at 831 546 00 00) recomendamos utilizar el verbo ‘llamar’, y cuando se refiera claramente a escribir (contact the doctor at xxx@email. com) recomendamos utilizar el verbo ‘escribir’. Si se ofrecen ambas posibilidades u otras o no se aclara, se puede usar ‘comunicarse con’ o ‘dirigirse a’. Ej.: if you have questions about your rights as a research subject, you may contact: (si desea hacer alguna pregunta sobre sus derechos como sujeto de investigación, puede dirigirse a:). contraceptive. birth control method. copy: copia, ejemplar. Conviene tener en cuenta que, teóricamente, se cumplimentan y se firman dos originales del documento de consentimiento, que en español denominamos ‘ejemplares’; en la práctica, no obstante, suele firmarse un original y entregarse al paciente una ‘copia’. Ejs.: this document must be completed in 2 original copies (este documento debe cumplimentarse por duplicado ejemplar); you will be given a copy of the signed and dated consent form (le entregaremos una copia del documento de consentimiento firmado y fechado). core study. main study. damages. En español es mucho más habitual utilizar el doblete ‘daños y perjuicios’ que hablar de «daños» a secas. Ej.: the Sponsor for this study has taken out a civil responsibility insurance that covers any damage or loss that may occur as a consequence of the trial to the persons... (el promotor del estudio ha suscrito un seguro de responsabilidad civil con cobertura para todos los daños y perjuicios que sufran como consecuencia del ensayo las personas...). data protection law. Consideramos correctas las expresiones ‘ley de protección de datos’, ‘legislación de protección de datos personales’; en España hablaríamos de ‘legislación en materia de protección de datos de carácter personal’. Ejs.: the sample will need to be transferred to the USA for processing, where the data protection laws may not be as developed (la muestra se remitirá para su procesamiento a los Estados Unidos, país cuya legislación en materia de protección de datos es menos estricta). date, to: fechar. En español existe el verbo ‘fechar’, por lo que recomendamos utilizarlo y evitar la locución ‘colocar la fe23 Traducción y terminología cha’, como suele verse con frecuencia. Si, por el contrario, el texto dice date and initial, es recomendable traducir por ‘coloque/apunte/anote/escriba la fecha y sus iniciales’. initial, to diary card. No es ni una «tarjeta diaria» ni un «diario-tarjeta» ni nada por el estilo, sino sencillamente un ‘cuaderno’, una ‘ficha’ o una ‘hoja’ (mejor que un «diario») que se entrega al paciente para que anote una serie de datos. Ej.: you will be asked to record your blood pressure on the diary card every day (todos los días tendrá que consignar en el cuaderno su presión arterial). disclose, to: entregar, revelar, dar a conocer (información/ datos). Suele verse traducido incorrectamente como «divulgar» (información). El verbo ‘divulgar’ significa ‘difundir, propagar’ (‘publicar, extender, poner al alcance del público algo’), que no es lo que ocurre cuando en un estudio se entrega o revela la información de los participantes a un tercero. Recomendamos enfáticamente evitar esta traducción, que no solo es incorrecta, sino que puede disuadir al paciente o voluntario de participar en el estudio. Ej.: they will see your name and your medical information but will never disclose your name to anyone else (tendrán acceso a su nombre y a sus datos de salud, pero nunca revelarán su nombre a terceros). discontinue, to: suspender o interrumpir (la participación o la administración), abandonar (el estudio o el tratamiento), retirarse/apartar (del estudio), dejar de recibir o de administrar (la medicación del estudio). Si bien el DRAE admite ‘discontinuar’ y ‘descontinuar’ (como ‘romper o interrumpir la continuación de al­ go’), su uso en los consentimientos nos parece un mero calco, ya que naturalmente utilizaríamos otras expresiones. discuss, to: analizar, comentar, consultar (al médico, a la pareja, a los familiares, al tutor, etc.). El verbo inglés to discuss en este caso significa to talk. consent discussion dispense, to: entregar, dispensar, despachar (el medicamento). Muchos traductores evitan usar el verbo ‘dispensar’ que significa, entre otras cosas, ‘expender, despachar un medicamento’ (DRAE) y ‘dar, distribuir o suministrar algo’ (M. Moliner). doctor: médico. Si bien tanto en España como en Hispanoamérica con mucha frecuencia se dice coloquialmente «doctor» para referirse a un médico, en un documento médico-legal, como es un consentimiento, es mucho más apropiado emplear ‘médico’. No debe olvidarse, además, que el término ‘doctor’ no solo significa médico, sino también ‘persona que ha recibido el último y preeminente grado académico que confiere una universidad u otro establecimiento autorizado para ello’ (doctor en Filosofía, doctor en Física, doctor en Ciencias de la Educación, etc.) y se utiliza como tratamiento no solo para médicos, sino también para abogados. 24 <http://tremedica.org/panacea.html> study doctor. dosing: administración de la dosis, administración del medicamento, toma, tratamiento. Casi nunca se refiere a la «posología» o «dosificación» (división o graduación de la dosis de un medicamento), sino al acto de administrar el medicamento, o de administrar cada dosis. Ej.: after dosing, you and your child will stay in the clinic for at least 12 hours (después de la administración, usted y su hijo/a se quedarán en la consulta al menos 12 horas). drug: medicamento, fármaco. Recomendamos evitar traducir por «droga», ya que podría interpretarse como ‘estupefaciente’. dummy: simulación, simulado. Si califica a medication, drug, therapy, etc., puede significar ‘placebo’. early. Suele verse traducido acríticamente por «tem­prano». Muchas veces, como en leave the study early, no significa «temprano», sino before the usual or expected time, es decir, ‘antes de tiempo’, ‘anticipadamente’ o ‘prematuramente’. Téngase también en cuenta la posibilidad de traducir por ‘antes de terminar’ o ‘antes de que termine el estudio’. eligibility: idoneidad, aptitud. Recomendamos asimismo buscar otras alternativas de traducción, por ejemplo ‘requisitos’ (como título de un apartado), ‘si reúne los requisitos/las condiciones’, etc., y evitar el omnipresente «elegibilidad», que, además de ser poco natural, no sería del todo correcto, ya que significa ‘cualidad de ser elegible: que se puede elegir, o tiene capacidad legal para ser elegido’. El adjetivo correspondiente (eligible) sería ‘idóneo’, ‘apto’, ‘que reúne los requisitos’, aunque cada vez más se vea traducido por «elegible». enroll, to: inscribir, incluir, pero también ‘participar’. El verbo inglés to enroll significa to insert, register, or enter in a list, catalog, or roll, es decir, ‘inscribir’, ‘anotar’, ‘apuntar’. Ej.: we would like your permission to enroll you as a participant in a research study (solicitamos su autorización para incluirle como participante en una investigación). En el contexto que nos ocupa muchas veces puede traducirse como ‘participar’. Ej.: the study is expected to enroll approximately 500 subjects (está previsto que en el estudio participen cerca de 500 personas). ethics committee: comité ético, comité de ética. En España estas comisiones se denominan oficialmente ‘comités éticos de investigación clínica’ (‘CEIC’). El traductor deberá conocer la denominación oficial de esta figura en el idioma del país para el que traduce (‘comités de bioética’ en Argentina, por ejemplo). En los Estados Unidos, donde se denominan institutional review boards, se emplea la traducción ‘comité institucional de revisión’ o ‘junta institucional de revisión’, nunca «comité/junta de revisión institucional». Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> ethnic origin: raza. Recomendamos traducir este término como ‘raza’ y no como «grupo étnico», que, además de literal, resulta poco claro. event: acontecimientoES, eventoAM, pero también ‘suceso’, ‘ac­to’, ‘actividad’, ‘hecho’, ‘circunstancia’, etc. Ej.: you may continue receiving this study treatment until any of the following events takes place (podrá seguir tomando el tratamiento del estudio hasta que se dé alguna de las circunstancias siguientes). Debe traducirse por ‘episodio’ si se refiere a una exacerbación o crisis de una enfermedad ya mencionada o implícita: ‘episodio cardiovascular’, ‘episodio digestivo’. Ej.: before being discharged, she experienced two more seizure events (antes de abandonar el hospital tuvo dos episodios más de convulsiones). adverse event. experience, to. Recomendamos no traducirlo por «experimentar» ya que este verbo en español también —y principalmente— significa ‘probar y examinar prácticamente la virtud y propiedades de algo’, ‘sufrir un cambio’ y ‘hacer un experimento’ (a diferencia de to experience), además de ser menos usado, más largo y difícil de leer. Es mucho más natural decir ‘si tiene náuseas, diarrea o dolor de cabeza’ que ‘si experimenta náuseas, diarrea o dolor de cabeza’. extension: ampliación, más fácil de entender para los pacientes que «extensión». Ej.: upon completion of the core study, there will be an open label extension study (una vez finalizado el estudio principal, habrá un estudio de ampliación sin enmascarar). fasting conditions: en ayunas. Suele verse traducido incorrectamente como «en condiciones de ayunas». fatal: mortal, letal. Suele verse traducido incorrectamente por «fatal». ‘Fatal’ no significa ‘que causa la muerte,’ sino ‘inevitable’, ‘desgraciado’, ‘muy mal’. findings: resultados (de un estudio clínico), datos (de exámenes, análisis). Suele verse traducido acríticamente por «hallazgos»; si bien esta es una traducción bastante literal, podría ser apropiada para referirse a un ‘encuentro inesperado durante la exploración física’, por ejemplo. flipping a coin, like: como a cara o cruz, como a cara o ceca. Esta expresión, utilizada como analogía para explicar el proceso de distribución aleatoria, se refiere al conocido juego de azar en el que se tira una moneda al aire para repartir o asignar algo. No debe traducirse simplemente por «como al lanzar una moneda» porque esto no significa nada. follow-up: seguimiento, control posterior, controlesES. Aunque la primera propuesta es la que más se utiliza, recomendamos considerar las otras dos para dirigirse a los pacientes, que entienden mejor expresiones del tipo ‘tendrá que seguir acudiendo a controles cada x meses’. Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología form: impreso, formulario, documento. Aunque según el DRAE son sinónimos, no todo lo que está impreso es un formulario, ni todos los formularios están impresos (cada vez será más frecuente que no lleguen al soporte en papel). Ej.: you do not lose any legal rights by signing this form (la firma de este documento no implica la pérdida de ninguno de sus derechos legales). También puede verse en el sentido de ‘cuestionario’. Ej.: you will also be asked to fill out 3 forms regarding sleep quality, overall life satisfaction and sexual functioning (también le pediremos que conteste tres cuestionarios sobre su calidad del sueño, su satisfacción general con la vida y su función sexual). informed consent form formulation: formulación. Aunque aparentemente este término no plantea dificultad, conviene recordar que formulation puede referirse a: 1) dosage form (forma farmacéutica o galénica, presentación), es decir, en referencia al aspecto del fármaco: pastilla, comprimido, infusión intravenosa, etc.; o a 2) drug formulation (composición del medicamento). freely: Además de ‘libremente’, puede ser ‘voluntariamente’ o ‘por voluntad propia’. Ej.: I freely agree to participate in this study (accedo voluntariamente a participar en el estudio). gender: sexo. Recomendamos evitar traducir literalmente por «género» (clasificación de algunas palabras, como los sustantivos y los adjetivos, en femeninas, masculinas y, en el caso de algunos pronombres, neutras). La definición de ‘sexo’ (‘condición orgánica, masculina o femenina, de los animales y las plantas’) expresa exactamente el significado del gender inglés. give, to. Mejor que «dar» una autorización o un consentimiento, en español conviene tener en cuenta otras posibilidades como ‘prestar’, ‘otorgar’ o, simplemente, ‘autorizar’. Ej.: I voluntarily give consent for my child to take part in this study (autorizo a mi hijo/a a participar en este estudio). Igualmente, en el contexto de las muestras biológicas, mejor que «dar» será ‘donar’. Ej.: I accept to give samples of my tumor (accedo a donar muestras del tumor). guardian. Es el tutor legal o representante legalES que autoriza al menor o a la persona incapacitada a participar en el estudio. Ej.: be sure to tell your parent or guardian if you feel any of these (si tienes alguno de estos síntomas, díselo enseguida a tus padres o tutores); signature of the parent/ legal guardian (firma del padre/madre/tutor legal). have (something done), to. Recomendamos precaución a la hora traducir este verbo, ya que en inglés se utiliza para designar acciones que recaen en el sujeto, sin que este sea el verdadero agente; en español, en cambio, el verbo «tener» siempre es agentivo, y por lo tanto carecen de sentido expresiones como «tener una exploración física» (que lamentablemente se ven muy a menudo en las traducciones). 25 Traducción y terminología Como la pasiva refleja puede ser un poco farragosa (al añadir «se le» cada vez que aparece el verbo), recomendamos de entrada recurrir a la tercera persona del plural, o incluso a la primera persona del plural, entendiendo que el texto está redactado desde la perspectiva del equipo investigador. Ejs.: you will have blood drawn for a pregnancy test (le sacaremos sangre para una prueba del embarazo); during these cycles, you will have the following assessments (en estos ciclos, le harán las pruebas siguientes); you will also have your weight measured (además, le pesaremos). health and medication history: antecedentes médicos y de medicamentos, enfermedades que ha tenido y medicamentos que ha recibido. Recomendamos evitar las traducciones literales co­ mo «historia de salud y medicación». medical history. health authorities. regulatory authorities health information: datos sanitariosES, datos sobre su salud, información médica, información sobre su salud. Recomendamos evitar traducir literalmente por «información de salud», que suena extraño y poco natural. Casi siempre aparece en referencia al tratamiento de los datos personales. Véase también personal information. health damage. injury. herbal medication: hierba medicinal, producto de herbolario, de hierbasAM. El adjetivo «herbal», como se usa en muchos países, no está recogido en ninguno de los diccionarios de peso (DRAE, Panhispánico, Moliner). El adjetivo correcto es ‘herbario’, pero se usa poco. HIPAA (Health Insurance Portability and Accountability Act): Ley de Responsabilidad y Transferibilidad de los Seguros Médicos/de Salud. Ley estadounidense que, entre otras cosas, regula la transmisión de los datos médicos de los pacientes entre los seguros médicos, los profesionales de la salud, los empleadores y otras partes interesadas. Portability suele verse traducido por «portabilidad», lo que es incorrecto, ya que portability significa: the transferability of benefits from one pension fund to another when the worker changes jobs. Accountability significa aquí ‘responsabilidad’, no «contabilidad», como suele verse traducido incorrectamente. history: antecedentes, historial. Cuando se hace referencia a los problemas de salud que ha tenido el paciente en su vida, medical history se traduce por ‘antecedentes médicos’, aunque suele verse traducido también como «historial médico» y como «historia médica». Para mayor claridad, en los documentos destinados al paciente puede sustituirse por una frase u oración explicativa del tipo ‘enfermedades que ha tenido’ o ‘medicamentos que ha tomado’, según corresponda. 26 <http://tremedica.org/panacea.html> Ej.: you will be asked to provide your medical history (le preguntarán qué enfermedades ha tenido a lo largo de su vida). home. Naturalmente es el ‘domicilio’ del paciente (mejor que «su casa» o que «su hogar»), pero en muchas ocasiones tiene un sentido figurado, como en el ejemplo siguiente: you will be given a signed copy of your consent form to take home and keep for your records (se le entregará una copia firmada del documento de consentimiento por si desea consultarla posteriormente). hospital record. Casi nunca es un «registro hospitalario» ni un «registro médico» (medical record), sino la ‘historia clínica’ del paciente. Ej.: Health Authorities will require access to your original medical records (las autoridades sanitarias tendrán que consultar su historia clínica original). identity. A veces, en lugar de traducir este término por ‘identidad’, podemos recurrir a una perífrasis con ‘anonimato’, como en el ejemplo siguiente: I understand that the researcher has agreed not to reveal my identity and personal information if this project is published or presented in any public form (entiendo que el investigador ha contraído el compromiso de respetar mi anonimato en toda publicación o exposición del proyecto). infant: lactante, recién nacido, bebé. Suele verse traducido incorrectamente como «niño» o «infante» (niño menor de siete años). informed consent: consentimiento informado. El acto jurídico que tiene lugar cuando el paciente accede a participar en una investigación después de recibir toda la información pertinente se denomina ‘consentimiento informado’. Parece tarde para modificar esta expresión, a pesar de todas las críticas que ha recibido, aunque pensamos que habría sido óptima su traducción por ‘consentimiento fundamentado’. informed consent form: documento de consentimiento informado, mejor que «formulario de consentimiento informado». Lo que algunos laboratorios distinguen como dos do­cumentos distintos (patient information sheet, por un lado, e informed consent form, por el otro) en muchas ocasiones es en realidad un mismo documento, como ocurre en España, por lo que recomendamos unificar su denominación como ‘documento de información para el paciente y consentimiento informado’. patient information sheet. informed decision. Mejor que el calco «decisión informada», diremos ‘decisión fundada’, ‘decisión con conocimiento de causa’ o ‘decisión fundamentada’ (puesto que en español no se pueden ‘informar’ las decisiones). Ej.: this information is presented to you so that you can make an informed decision (le facilitamos esta información para que pueda tomar una decisión con conocimiento de causa). initial, to. En español no se «inicializan» los documentos, sino que en todo caso ‘se consignan las iniciales’. Ej.: you will be asked to date and initial this form (tendrá que consignar la fecha y sus iniciales en este documento). Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> El verbo ‘inicialar’ con el sentido de ‘colocar las iniciales’ solo se utiliza en Cuba y Puerto Rico. Recomendamos entonces evitar su uso, excepto en documentos destinados específicamente a uno de esos países. Cabe recordar, por otro lado, que en España se prohíbe el uso de las iniciales reales de los sujetos de investigación clínica, con lo cual este término desaparecerá en la traducción donde se enumeran los datos que se recopilarán del paciente. Ej.: only a number and your initials will be used to identify you (solo se le identificará por un código de paciente o participante). injury. En el contexto jurídico no hablamos de «heridas», sino de ‘lesiones’, ‘daños físicos’, ‘daños personales’, ‘daños corporales’ o ‘daños y perjuicios’. Ej.: if you are injured as a direct result of taking part in this study (si usted sufre daños personales como consecuencia directa de su participación). Si bien en la jerga legal este término se traduce por ‘lesión’, en los documentos dirigidos a los pacientes puede resultar más claro ‘daño corporal’ o ‘daño físico’, para que no se entienda erróneamente que se trata exclusivamente de una herida o un golpe, sino que también puede ser una enfermedad, efecto secundario, etc. El verbo correspondiente (to injure) se traduce como ‘causar’ u ‘ocasionar lesión/daño corporal/físico’. damages. institution. Aunque en muchos países la traducción por «institución» no plantea ningún problema, en otros, como en España, tiene connotaciones distintas y rara vez lo utilizamos para hablar del ‘hospital’ o ‘centro’ donde se realiza el estudio, de modo que estimamos conveniente dar preferencia a estos otros términos. Ej.: your care and relationship with healthcare providers at the institution will not be affected in any way (no se verán afectadas en modo alguno su atención sanitaria ni su relación con los profesionales del hospital). Véase clinic y study site. Institutional Review Board. ethics committee. instruct, to. La mayoría de las veces no es «instruir», sino ‘indicar’, ‘explicar’, ‘enseñar’, ‘dar instrucciones’, etc. Ejs.: your doctor should instruct you on what to do if you have a temperature (el médico le indicará qué debe hacer si tiene fiebre); always take the study drug exactly as your doctor has instructed you (tome siempre el fármaco del estudio según las instrucciones exactas del médico); you will be provided with and instructed how to use the measuring receptacle (le entregarán el recipiente medidor y le enseñarán a usarlo). investigational. Contamos con varias posibilidades para traducir este adjetivo que carece de equivalente directo en español. Ejs.: “investigational” means that the drug has not been approved to treat moderate to severe pain («en investigación» significa que el medicamento no está autorizado para el tratamiento del dolor moderado e intenso); this means both you and your study doctor know you will be taking the investigational product (es decir, que tanto Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología usted como el médico investigador sabrán que usted está tomando el fármaco del estudio); it is an investigational medicine, which means that it has not been approved by the European Health Authorities (es un fármaco experimental, es decir, no cuenta todavía con la autorización de las autoridades sanitarias europeas). laboratory test: análisis (clínico), prueba analíticaES. Suele traducirse indiscriminadamente por «pruebas de laboratorio». No se prueba ningún laboratorio, sino las muestras de los pacientes. legal rights: derechos jurídicos, derechos que marca la ley, etc. Ej.: in signing this form, you do not give up any legal rights (la firma de este documento no implica la renuncia a ninguno de los derechos que le asisten según la ley). legally acceptable representative: representante legal, mejor que el calco «representante legalmente aceptable». Ej.: you and/or your legally acceptable representative will be given any new information about the study drug (les facilitaremos a usted y/o a su representante legal cualquier información nueva sobre el medicamento en fase de investigación). length (of study): duración del estudio. No debe traducirse por «longitud del estudio», ya que se refiere a tiempo (duration or extent in time) y no a espacio (distance or extent in space). main study: estudio principal. En el marco de un ensayo clínico a veces se analizan aspectos concretos (como la farmacocinética o la farmacogenómica) en forma de subestudios, cada uno de los cuales requiere de su propio documento de consentimiento, en el cual se denomina main study o core study (estudio principal) al ensayo clínico general. Ej.: if you decide not to donate samples, you can still take part in the main study (aunque decida no donar las muestras, podrá participar en el estudio principal). mask, to. blind, to. medical care: atención/asistenciaES médica o sanitaria. Suele verse traducido literalmente como «cuidado médico». En nuestra opinión, el término ‘cuidado’ (o ‘cuidados’) debe reservarse para la atención de las necesidades no terapéuticas del paciente, por ejemplo, para los cuidados paliativos (en un centro para enfermos terminales), el cuidado de un enfermo en el hogar (por parte de un familiar, etc.), los cuidados propios de la enfermería (aseo, alimentación, arreglo de cobijas, etc.). medical information. health information. medical record. hospital record. medically necessary: necesario por razones médicas. Suele verse traducido también como «médicamente necesario», pero en nuestra opinión se trata de un calco criticable. Además, recordemos que por motivos estilísticos no conviene abusar de los adverbios acabados en -mente. monitor, to: monitorizar, monitorearAM, pero también ‘comprobar’, ‘vigilar’, ‘controlar’, ‘observar’, ‘detectar’. El verbo ‘monitorizar’ (en América es más frecuente ‘monitorear’) en rigor se refiere a ‘observar mediante 27 Traducción y terminología aparatos especiales el curso de uno o varios parámetros fisiológicos o de otra naturaleza para detectar posibles anomalías’, según el DRAE, que solo admite ‘monito­ rizar’. Proponemos reservar la primera propuesta (‘monitorizar’) para las labores de control que se llevan a cabo mediante algún tipo de dispositivo (con o sin monitor). multidose: múltiples dosis, en/con múltiples dosis. Recomendamos evitar traducir por «multidosis» («estudio multidosis») y utilizar en cambio un sintagma preposicional, como ‘estudio de múltiples dosis’, ‘estudio con múltiples dosis’, ‘administración de múltiples do­sis’, etcétera naïve patients: pacientes sin tratamiento previo, pacientes no tratados previamente. Ej.: if you are HIV-positive but a naïve patient, please report to the study team if you have not had HIV test repeated in the last 12 months (si es usted VIH positivo pero nunca ha recibido tratamiento, póngase en contacto con el equipo médico si no se ha repetido la prueba en los últimos 12 meses). nursing women: mujeres que amamantan, mujeres lactantes. Suele verse traducido como «mujeres en período de lactancia», innecesariamente largo. older (x or older): mayor de x años, de x años en adelante, con x años cumplidos. Recomendamos evitar la traducción literal «de x años o mayores» que no suena natural en español. open label: no enmascarado, abierto, sin ocultación (del tratamiento). Recomendamos evitar la traducción literal «a etiqueta abierta», que no significa nada para el paciente y además no tiene mucho sentido: la etiqueta del medicamento, en todo caso, no está «abierta» sino ‘a la vista’. original. Los problemas de traducción que plantea este término aparentemente sencillo, cuando hace referencia al documento de consentimiento, se explican en copy. parent: madre/padre, padres. Recordamos que en español la palabra ‘padre’, en singular, significa progenitor varón (father), no parent, si bien ‘padres’ sí significa parents. Por este motivo, es necesario incluir a ambos padres separando las palabras con una barra (‘madre/padre’) o recurrir a una frase del tipo ‘uno de los padres’, si resulta apropiado. Ej.: Parent/Guardian (madre/padre/tutor). patient information sheet: documento de información para el paciente, información para el paciente. Aunque en España la legislación recoge el término «hoja de información al paciente», creemos que se trata de una expresión que aún estamos a tiempo de desterrar; en primer lugar, porque casi nunca se trata de una «hoja», sino de un pliego de varias páginas; en segundo lugar, porque el uso de la construcción «al paciente» es de dudosa corrección. Recomendamos traducir patient information sheet por ‘información para el paciente’ (como título del documento) o ‘documento de información para el paciente’. 28 <http://tremedica.org/panacea.html> pay, to. compensation. penalty: sanción, penalización. Suele asimismo verse traducido incorrectamente co­ mo «penalidad», que significa: ‘trabajo aflictivo, molestia, incomodidad’. Ej.: you may withdraw from this study at any time without penalty or loss of benefits to which you are otherwise entitled (puede abandonar el estudio en cualquier momento, sin que le impongan sanción alguna ni se vean afectadas sus prestaciones ordinarias). personal information: datos personales, datos de carácter personal, información personal. En España resulta más preciso hablar de ‘datos personales’ o ‘datos de carácter personal’ que de «información personal». Ej.: it is important for you to understand why the research is being done and how your personal information will be used (es importante que usted conozca el objetivo de esta investigación y el uso que se hará de sus datos personales). personal health information. health information. personally identifiable information. Corresponde a lo que llamamos ‘datos identificativos’ o ‘datos de identidad’, aunque también podemos trasladarlo al español con una expresión como ‘datos que permitan identificarle personalmente’ (mejor que el calco «información identificable personalmente», que significa otra cosa). Ej.: we will not sell or otherwise transfer your personally identifiable information to any third party (no venderemos ni cederemos a terceros mediante ninguna otra vía datos que permitan identificarle personalmente). post-menopausal. Las mujeres son premenopáusicas hasta que entran en la menopausia (empiezan a dejar de menstruar, lo cual puede demorar años), pero esta no se puede definir con precisión en términos cronológicos, puesto que cada mujer la pasa a una edad distinta. Se suele definir a la mujer posmenopáusica como aquella que lleva más de un número determinado de meses (generalmente 24) sin menstruación y además presenta determinados valores en sangre incompatibles con la fertilidad. En español son menopáusicas las mujeres que están atravesando esa época de la vida, y posmenopáusicas las que ya han pasado por ella. Así pues, recomendamos precaución ante la traducción literal por «posmenopáusica», puesto que en ocasiones resulta más claro recurrir a otras expresiones; por ejemplo: you must be either post-menopausal or surgically sterile (usted debe haber pasado la menopausia o haberse sometido a una esterilización quirúrgica); if you have been post-menopausal for less than two years (si todavía no hace dos años que dejó usted de tener la menstruación). privacy laws. data protection law. procedure: intervención, prueba, actuación, análisis, etc., mejor que «procedimiento». En realidad, procedure es un término vacío de significado que puede designar cualquier actuación que forme Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> parte del estudio, desde rellenar un cuestionario o sacarle sangre al paciente hasta intervenirle quirúrgicamente. Por ello recomendamos prestar atención al contexto a la hora de traducir este término. Ej.: both of these procedures are optional (ambas pruebas son optativas). Tan camaleónica es esta palabra que a veces podemos omitirla en la traducción, como en el ejemplo siguiente: at these visits, you will have the following procedures (en estas visitas le harán lo siguiente). processing: procesamiento, procesado, tratamientoES. La legislación española y europea no habla de «procesamiento», sino de ‘tratamiento de datos’. Aunque el término ‘tratamiento’ puede resultar confuso en nuestro contexto por sus connotaciones terapéuticas, recomendamos utilizar la terminología recogida en la legislación. Ej.: the study sponsor is responsible for its own processing of your study data (el promotor del estudio será el responsable del tratamiento de sus datos). purpose: objetivos o finalidad, mejor que «propósito». Ej.: what is the purpose of this study and why have I been chosen? (¿cuáles son los objetivos del estudio y por qué me han elegido a mí?). purpose and background. Como título del que suele ser uno de los primeros apartados del documento de consentimiento informado típico, recomendamos traducirlo como ‘introducción y objetivos’ (en ese orden). qualify, to: cumplir/reunir los requisitos/las condiciones, ser apto. Fuera de España está muy extendido el calco «calificar» e incluso «calificarse», pero ninguna de las acepciones del DRAE sirve como traducción de este verbo inglés. Ej.: you will be evaluated to see if you qualify for the study (le harán unas pruebas para comprobar si reúne los requisitos del estudio). randomize, to: Mejor que «aleatorizar», que reservaríamos para un contexto más técnico, diremos ‘asignar’, que en todo caso podemos complementar con ‘al azar’ o ‘aleatoriamente’. Además, para conferir fluidez a la redacción, en español resulta más natural decir que se asigna ‘un tratamiento al paciente’ y no ‘un paciente al tratamiento’. Ej.: you will be randomized into 1 of the 3 groups described below (le asignarán al azar uno de los tres grupos que se explican a continuación). No olvidemos tampoco la utilidad del verbo ‘tocar’ en su forma intransitiva sinónima de ‘corresponder’ o ‘pertenecer’, como ilustramos a continuación: if you are randomized to placebo you may not benefit from this study (si le toca participar en el grupo del placebo, es posible que no se beneficie del estudio). record, to: anotar, consignar, tomar nota, apuntar, mejor que «registrar». Ejs.: every day, you will complete a diary to record your seizures (todos los días tendrá que anotar en una ficha las crisis que haya tenido); these diaries will ask you to record how bad your pain is (en los cuadernos tendrá que consignar la intensidad del dolor que padece). Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología record(s): expediente, datos o documentos. Ej.: you will be able to see your study records after the end of the study (podrá consultar su expediente cuando acabe el estudio). Sin embargo, en los consentimientos puede referirse a muchas cosas diferentes: 1) Al conjunto de la documentación del paciente, en términos generales e inespecíficos. 2) A la historia clínica. Ej.: the Sponsor, regulatory authorities or relevant ethics committees may inspect any of your medical records (estarán facultados para consultar su historia clínica el promotor, las autoridades sanitarias y los comités éticos competentes), 3) A los resultados de análisis clínicos, trazados de ECG, radiografías, etc. recruit, to: reclutar. Se refiere a conseguir voluntarios para que participen en un estudio. reference. La expresión for future reference no la traduciríamos como «para futura referencia», sino como ‘para posterior consulta’, ‘para consultarlo más adelante’, etc.; Ej.: you will be given a copy of the patient information sheet and consent form to take home with you and keep for future reference (le entregaremos un ejemplar del documento de información y consentimiento para que se lo guarde y pueda consultarlo posteriormente). regimen. Diremos ‘pauta’ o ‘tratamiento’, mejor que «régimen», que tiene muchas connotaciones y no todas halagüeñas. Ej.: if you are assigned to Regimen A you will receive 200 mg (si le asignan la pauta A, tomará la dosis de 200 mg). register, to. Como intransitivo, corresponde a ‘inscribirse’, ‘entrar’ o incluso ‘participar’, mejor que «registrarse». Ej.: you should discuss any pregnancy plans with your doctor before you are registered in this program (antes de participar en este programa, hable con el médico si tiene intenciones de concebir). Como transitivo, ‘anotar’, ‘consignar’ o también ‘registrar’. Ej.: if something is registered incorrectly you also have the right to correction (si se consigna algún dato erróneamente, también puede ejercer su derecho de rectificación). record, to. regulatory. Recomendamos precaución a la hora de traducir este término en contextos distintos de regulatory authorities ya que casi nunca significa «regulador», sino ‘reglamentario’, ‘legal’, ‘preceptivo’ o ‘normativo’. Ejs.: if your personal data are not being processed in compliance with the applicable regulatory requirements and relevant legislation, you may ask for correction or to block your personal data (si usted advierte que el tratamiento de sus datos personales no se ajusta a las exigencias reglamentarias y legales, podrá ejercer su derecho de 29 Traducción y terminología rectificación u oposición); health information about you will be used for medical, statistical, and regulatory purposes related to the research (sus datos sanitarios se utilizarán con fines científicos, estadísticos y legales a efectos de la investigación). regulatory authorities. regulatory authorities. Recomendamos evitar el calco «autoridades reguladoras», aunque no lo consideramos incorrecto, y dar preferencia a soluciones como ‘autoridades administrativas’, ‘autoridades sanitarias’, ‘autoridades de farmacia’ o, mejor aún, ‘autoridades de registro sanitario’. Ej.: the sponsor of the study and/or the regulatory authorities will be entitled to direct access to your medical files (estarán facultados para consultar su historia clínica la empresa promotora del estudio y/o las autoridades sanitarias). Antepuesto a authorities, el concepto de regulatory es más amplio que el de health, lo que puede reflejarse, a criterio del traductor, utilizando ‘autoridades administrativas’ en función del contexto. Todas las autoridades sanitarias son administrativas, pero no al revés. En ocasiones, las autoridades que se ocupan de un determinado asunto que se aborda en un consentimiento no son estrictamente ‘sanitarias’, por ejemplo, en relación con la protección de datos. En todo caso, si en el original se utiliza unas veces regulatory authorities y otras health authorities, recomendamos mantener esta diferencia en español. reimburse: reintegrar, además de ‘reembolsar’. Ej.: you will be reimbursed for any travel expenses while participating in the study (le reintegraremos los gastos de desplazamiento que efectúe por su participación en el estudio). replacement: reposición o restitución, no siempre «reem­ plazo». El verbo inglés to replace significa ‘reemplazar’, ‘sustituir’, ‘restituir’ y también ‘reponer’; el verbo español ‘reemplazar’ solo significa ‘sustituir’. Ej.: hormone replacement therapy (tratamiento de reposición/restitución hormonal). report, to. Mejor que «notificar», diremos ‘informar’, ‘comunicar’, ‘explicar’, ‘referir’ o incluso ‘decir’. Además, desaconsejamos el uso de «reportar». Ej.: if you suffer these or any other effects, you should report them to us at your next visit (si sufre estos efectos secundarios o cualquier otro problema, comuníquenoslo en la siguiente visita). return, to. Como transitivo, es ‘devolver’ o ‘regresar’AM (la medicación no utilizada, los envases vacíos, el glucómetro); como intransitivo, recomendamos ‘acudir’ mejor que «volver» o «regresar». Ej.: after this visit, you should return to the site two times (después de esta visita, deberá acudir al centro en otras dos ocasiones). safe sex: relaciones sexuales con protección. Aconsejamos evitar la expresión «sexo seguro», muy publicitaria pero poco precisa para el paciente. 30 <http://tremedica.org/panacea.html> safely. No debe traducirse por «con seguridad» o «seguramente», ya que en realidad quiere decir ‘sin riesgos’, ‘de forma segura’ (no peligrosa) y, en puridad, ‘sin peligro’. Ejs.: if your doctor thinks a fluid sample can be safely obtained (si el médico estima que puede obtenerse una muestra de líquido sin riesgos); they will tell you the best way to stop the study safely (le explicarán la mejor manera de salir del estudio sin correr riesgos). safety lab tests: análisis clínicos de seguridad. Esta locución suele verse mal traducida como «pruebas de seguridad de laboratorio». No se trata de probar la seguridad del ningún laboratorio, como sugiere, sino que se refiere a los análisis clínicos que se realizan por motivos de seguridad o para comprobar la inocuidad del fármaco en cuestión. laboratory tests. scheduled, schedule: programado, previsto, concertado. Scheduled events son ‘actividades’ o ‘eventos’AM programados. En este contexto, events se refiere a todo lo que ocurrirá durante el estudio: las visitas, las extracciones de sangre, las radiografías, los cuestionarios, etc. event. Study schedule muchas veces puede traducirse por «calendario de actividades» o «calendario del estudio». Scheduled time es hora programada, momento programado, programado. En un ensayo clínico es fundamental cumplir el calendario y el horario (time schedule), e igualmente importante es señalar aquellas actividades que no se realizan en las fechas u horas previstas (unscheduled), por el motivo que sea. unscheduled. screening: selección. En otros contextos se utilizan los términos «cribado», «despistaje» e incluso «screening» sin traducir, pero para textos destinados a los pacientes recomendamos nuestra traducción. Ejs.: to verify whether you are eligible to take part in this study, you will undergo a screening process (para comprobar si reúne los requisitos para participar en el estudio, usted pasará por un proceso de selección); your eligibility for this study will be determined through a number of screening tests and assessments (determinaremos si usted reúne los requisitos para participar mediante una serie de pruebas de selección). sex, to have: tener (o mantener) relaciones sexuales. Recomendamos evitar el calco «tener sexo». sham: simulado. En el lenguaje general significa también «falso» o «fingido», pero desaconsejamos utilizar estas dos formas en el contexto de los consentimientos, por su matiz peyorativo. side effect: efecto secundario. Efecto no buscado que surge como consecuencia de la acción fundamental de un medicamento, pero que no forma parte inherente de ella. También puede traducirse por ‘efecto colateral’, que es el efecto no buscado que Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> forma parte de la propia acción farmacológica de un medicamento. Por su frecuencia de aparición los efectos secundarios pueden ser very common (muy frecuentes), common (frecuentes), uncommon (infrecuentes) y rare (raros); recomendamos evitar traducir common (occurring or appearing frequently) por «común» (‘perteneciente a varios, corriente, ordinario, vulgar’, además de ‘frecuente’), y utilizar ‘frecuente’. single-dose: una sola dosis, monodosis. No es lo mismo que «monoterapia» (single-drug therapy), y no deben confundirse. snack: tentempié o refrigerio. En realidad, el concepto del snack en los países angloparlantes es diferente del concepto de ‘refrigerio’ en los hispanoparlantes, por lo que el traductor deberá tener en cuenta los usos y costumbres de los posibles lectores para referirse a este ‘corto alimento que se toma para reparar las fuerzas’ (DRAE). social security number. En EE. UU. no existe un documento de identidad como el de muchos países hispanohablantes, y por eso se cita el social security number entre los datos personales protegidos; tiene más sentido, pues, que digamos ‘número de documento de identidad’ (o ‘de DNI’), que «número de la Seguridad Social». Ej.: your Study Data shared with the Sponsoring Company does not include your name, address, or social security number (entre los datos personales que se facilitarán a la empresa promotora no figurará su nombre, su domicilio ni su número de documento de identidad). sperm: semen, esperma, espermatozoide. El traductor debe estar atento a cuándo se refieren a cada uno en inglés. Ejs.: you must not donate to a sperm bank (no podrá donar semen); the study drug may harm the sperm (el fármaco del estudio puede perjudicar a los espermatozoides). spermicidal agent: espermicida. Como en tantos otros casos, agent es una palabra vacía de significado y no es necesario que se traduzca en esta expresión. sponsor: promotorES, patrocinadorAM, laboratorio promotorES, empresa promotoraES, laboratorio patrocinadorAM, empresa patrocinadoraAM. Quién paga la investigación es una cuestión fundamental que debe quedarle clara al lector del consentimiento. Puesto que ‘promover’ no tiene una connotación estrictamente económica, el término ‘promotor’ puede resultar algo opaco; proponemos pues que se aclare la figura del ‘promotor’ al menos la primera vez que aparece en el texto, denominándolo ‘empresa promotora’ o ‘laboratorio promotor’. Ejs.: the sponsor of the study, a company by the name of X pharmaceuticals, will fund this study (el estudio lo financia el promotor, la empresa denominada X Pharmaceuticals). Conviene recordar, por otro lado, que la RAE eliminará los anglicismos sponsor y esponsorizar de la próxima Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología edición del diccionario académico, de modo que desaconsejamos firmemente su uso. study drug: fármaco del estudio/en estudio, medicamento del estudio/en estudio. Véase investigational drug. study manager: director del estudio, administrador del estudio. En textos para pacientes aconsejamos traducir siempre los cargos al español, con términos que el destinatario pueda reconocer. study nurse: enfermero/a del estudio, miembro del equipoES. En España, la figura de la «enfermera del estudio» todavía no es habitual, y por eso recomendamos englobar esta figura en la traducción de study staff. Ej.: your doctor or study nurse will tell you how to complete your diary (el médico o un miembro del equipo investigador le explicarán cómo cumplimentar el cuaderno). study site: centro del estudio, centro investigador. Puede referirse al establecimiento donde se encuentran el laboratorio o la consulta (hospital, centro, institución) o al organismo del que son sede dichas instalaciones. El traductor deberá asegurarse en cada caso de que el paciente entienda si se trata de una u otro. En todo caso, recomendamos no traducir site por «sitio». clinic. study staff: personal del estudio, equipo investigador, responsables del estudio. Aunque parece lógico pensar que este término designa a todos los que trabajan en el estudio, es frecuente que se refiera al personal no médico, es decir, de enfermería y administración. Recordamos que ‘personal’ es un sustantivo colectivo, por lo que en español a veces es adecuado referirse a ‘un miembro del personal del estudio’. Ej.: study staff will administer the drug (un miembro del personal del estudio le administrará el fármaco); you will also be contacted by telephone 7 days after your last visit by the study staff (asimismo, un miembro del equipo investigador le llamará 7 días después de la última visita). study team, study personnel. study staff. stop, to: interrumpir o suspender (la administración), poner fin (a la participación). También se pueden utilizar perífrasis como ‘dejar de recibir’ o ‘dejar de administrar’, etc. Ej.: if you stop the study drug early (si deja de tomar el fármaco del estudio antes del momento marcado). subject. Antes que «sujeto», preferimos utilizar ‘paciente’, ‘voluntario’, ‘participante’ y en contextos puntuales incluso ‘persona’, ‘enfermo’, etc. Ejs.: we are asking you and other subjects participating in the main study to donate a blood sample (le pedimos a usted y a otros participantes del estudio principal que donen una muestra de sangre); there are three ongoing studies in subjects with cancer (en este momento están realizándose tres estudios en enfermos de cáncer). Donde sí vemos más aceptable la traducción de subject por ‘sujeto’ sería en los párrafos de mayor contenido 31 Traducción y terminología jurídico que conciernen a los derechos del ‘sujeto de investigación’, como por ejemplo: if you have questions about your rights as a research subject (si tiene alguna duda sobre sus derechos como sujeto de investigación). substudy: subestudio. Es frecuente que algunas pruebas más caras o más molestas se hagan solo en una parte (subpoblación) de los pacientes, y que sus resultados se analicen por separado y con intenciones distintas de las del estudio, en lo que se denomina un ‘subestudio’. Ej.: you are invited to take part voluntarily in a substudy of the prasugrel drug study (le invitamos a participar voluntariamente en un subestudio del estudio del prasugrel) main study. supply, to. No es «suplir» sino ‘suministrar’, ‘abastecer’ e incluso ‘entregar’. Ej.: at this visit you will be supplied with the study drug (en esta visita se le entregará el fármaco del estudio). Como sustantivo, en nuestro contexto es más frecuente verlo en el sentido de ‘provisión’ o ‘reserva’, en referencia a las existencias o las muestras del fármaco del estudio. Ej.: your study doctor will give you a 2-week supply of the study drug (el investigador le dará una cantidad del fármaco del estudio para dos semanas). tablespoon/tablespoonful. Muchas veces las medidas se expresan en ‘cucharadas’ (en vez de en mililitros) para que el paciente se haga una idea del volumen de algo, por ejemplo, de la cantidad de sangre que se le extraerá. En España, por norma general los comités éticos rechazan estas expresiones y por tanto recomendamos que se traduzcan por los equivalentes aproximados en ‘mililitros’, teniendo en cuenta que una tablespoon equivale a unos 15 ml. Ej.: the amount of blood taken from you over the course of the study will be maximum 10 tablespoons (la cantidad total de sangre que le extraerán en el transcurso del estudio será de 150 mililitros como máximo). tablet: comprimido, pastilla, píldora, tabletaAM. Si bien en farmacología el término correcto es ‘comprimidos’, en un documento para el paciente es aceptable traducir como ‘pastilla’, ‘píldora’ o ‘tableta’AM. Muy recientemente, en algunos estudios se ha propuesto el uso de dispositivos de tipo iPad para la recopilación de datos del paciente, aparatos que en español se denominan ‘tableta’. take (medication/drug): tomar o recibir la medicación del estudio. Obsérvese que en inglés se puede utilizar take y receive con independencia de la vía utilizada para la administración, pero no así en español (‘tomar’ solo es válido para la vía oral). take part, to: participar, mejor que el calco «tomar parte». Ej.: I have been given time to consider whether I want to take part (me han brindado tiempo suficiente para plantearme si deseo participar). 32 <http://tremedica.org/panacea.html> test: prueba, examen, evaluación, análisis. En el contexto de los consentimientos, desaconsejamos otros términos admitidos por la RAE como «test» y «valoración». Para traducir el verbo correspondiente (to test) recomendamos ‘analizar’, ‘determinar’, ‘evaluar’, ‘probar’ y desaconsejamos tanto «testar» (‘hacer testamento’, en español) como «testear». test drug. investigational drug. third parties: tercera persona, terceros. Suele verse traducido incorrectamente como «terceras partes». De las 12 acepciones del DRAE para ‘tercero’, corresponde a la séptima: ‘Persona que no es ninguna de dos o más de quienes se trata o que intervienen en un negocio de cualquier género’. Casi siempre aparece en el contexto de la protección de datos personales o de la cobertura del seguro. Ej.: only for research purposes the samples may be given to third parties (las muestras se facilitarán a terceros solo para actividades de investigación). transfer, to: En el contexto del tratamiento de datos, además de ‘transferir’, recomendamos tener en cuenta otras opciones de traducción. Ejs.: all data that is transferred will be coded (todas las remesas de datos irán codificadas); you grant permission for the transfer of your personal data (usted autoriza la cesión de sus datos personales). transmission: contagio. En lenguaje coloquial es más frecuente decir que las enfermedades que pasan de unas personas a otras son ‘contagiosas’ y que ‘se contagian’ que decir que son «transmisibles» o que «se transmiten», aunque no es incorrecto. Ej.: if any of your household receives a live vaccine, he/she could transmit you with the disease (si alguna de las personas con las que convive recibe alguna vacuna con gérmenes vivos, puede contagiarle la enfermedad). unblind, to: desenmascarar, revelar (el tratamiento). blind, to. unborn child: feto. Evítese traducir unborn child por «nonato», «niño no nacido» o «bebé no nacido». Recuérdese que, en español, el fruto de la gestación se llama «feto» desde el final de la etapa embrionaria hasta el parto. Ej.: we don’t know if the drug will harm the unborn baby (ignoramos si el fármaco perjudicará al feto). unmask, to: desenmascarar, revelar el tratamiento. blind, to. unscheduled: no programado. Puede prescindirse de su traducción en algunos casos; por ejemplo: if you experience vomiting between two scheduled study visits, please call your doctor to schedule an unscheduled visit immediately (si vomita entre dos visitas programadas del estudio, llame al médico para que lo reciba cuanto antes). scheduled. Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> verbally. Además de «verbalmente», en español también podemos decir ‘oralmente’ o ‘de palabra’. Ejs.: to have examined the information for the patient, which is an integral part of the consent and which confirms what was verbally explained to me regarding the study and the investigational product (certifico que he leído la información para el paciente, que forma parte del documento de consentimiento informado y que refleja lo que me han explicado oralmente en relación con el estudio y con el fármaco en fase de investigación). visit. En propiedad, en español habría sido más natural traducir este término por ‘consulta’ mejor que por «visita», aunque en la práctica parece difícil cambiarlo ya. De todos modos, creemos aceptable alternar ambas posibilidades para dar variedad al texto, denominando ‘visita’ a las que están programadas en el calendario del estudio y ‘consulta’ a las demás. washout period: período sin tratamiento, período de reposo farmacológico, período de lavado. Aunque entre los investigadores se prefieren las opciones segunda y tercera, los pacientes entenderán mejor la primera. withdraw, to. Como verbo intransitivo, ‘abandonar’ o ‘retirarse’, normalmente en referencia a la salida del paciente del estudio por decisión propia. Ej.: if you withdraw from the study (si usted abandona el estudio). Como transitivo, ‘apartar’ (del estudio), pero también ‘revocar’ (el consentimiento) o ‘retirar’ (la medicación). Ejs.: the study doctor may withdraw you from the study (el médico investigador puede apartarle del estudio); you may withdraw your consent at any time (puede revocar el consentimiento en cualquier momento). El sustantivo withdrawal normalmente se traduce como «retiro»AM o «retirada»ES, aunque recomendamos tener en cuenta otras opciones más naturales, como la traducción por el verbo. Ejs.: the information collected before the withdrawal of your consent may be used by the sponsor (el promotor podrá seguir utilizando la información recopilada hasta el momento que usted revoque su consentimiento); additional scans may also be performed at the time of your withdrawal from this study (podrán efectuarse otras exploraciones de imagen cuando usted finalice el estudio). Conviene recordar que el sustantivo withdrawal como parte de withdrawal syndrome hace referencia también al ‘síndrome de abstinencia’, conjunto de síntomas provocado por la reducción o suspensión brusca de la dosis habitual de una sustancia de la que se tiene dependencia. written informed consent. Además del acto del ‘consentimiento informado por escrito’, puede hacer referencia al ‘documento de consentimiento informado’ en sí, como en el ejemplo siguiente: the information in the written informed consent was accurately explained to the subject (se ha explicado al sujeto en detalle la información que contiene el documento de consentimiento informado). informed consent form. you/your. Gran parte del documento de consentimiento informado está redactada en segunda persona, pero conviPanace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 ene tener en cuenta diversas cuestiones, que intentamos resumir aquí. En español utilizamos la forma de respeto ‘usted’ para dirigirnos a un paciente adulto, pero si el estudio es pediátrico, en el consentimiento del menor nos podremos permitir tutear al paciente. Ej.: your parents can come to the clinic with you if you want (si quieres, tus padres pueden acompañarte a la consulta). Además, en inglés resulta mucho más ambiguo el you del documento de consentimiento de los padres/tutores, que entendemos equivalente en realidad a ‘ustedes’: you and your child must follow the directions given to you (su hijo y ustedes tendrán que seguir las instrucciones que les daremos); you may choose not to let your child join this study (pueden decidir no autorizar a su hijo a participar en el estudio). Por otro lado, una vez que hayamos decidido la forma que utilizaremos (si es ‘usted’, ‘tú’ o ‘ustedes’), hay que tener presente que la segunda persona se usa muchísimo más en inglés para generalizar, mientras que en español este uso es más restringido: the study drug is similar to a protein your body makes (el fármaco del estudio es parecido a una proteína que fabrica el organismo); you inherit your genes from your parents (los genes los heredamos de los padres); some genes control the color of your hair or your eyes (algunos genes determinan el color de los ojos y del cabello); you will have these scans to see if your disease stays away or returns (las exploraciones se efectúan para averiguar si ha reaparecido la enfermedad). Además, el calco del posesivo en las traducciones es otro de los problemas que dificultan la lectura y menoscaban la naturalidad del texto, por lo que conviene usarlos con mucha más mesura en nuestra lengua: at your first visit, the following will occur (la primera visita comprenderá lo siguiente). Agradecimientos Agradecemos a María Fernández Piera de P. R. A. In­ ternational sus comentarios y la revisión crítica de algunas entradas. Bibliografía Agencia Efe (1995): Vademécum de español urgente, 2.ª ed. Madrid: Fundación Efe. Alcaraz Varó, E., y Hughes, B. (1996): Diccionario de términos jurídicos inglés-español, Spanish-English, 2.ª ed. Barcelona: Ariel. Alpízar Castillo, R. (2005): El lenguaje de la medicina: usos y abusos, 2.ª ed. Salamanca: Clavero. Baños Díez, J. E., y Farré Albaladejo, M. (2002): Principios de farmacología clínica: Bases científicas de la utilización de medicamentos. Barcelona: Masson. Barcia, R. (1881-1883): Primer diccionario general etimológico de la lengua española. Madrid: Álvarez Hermanos. Caldeiro, M.ª A., y cols. (1993): Manual de estilo para publicaciones biomédicas. Barcelona: Doyma. Cornelio, M. (2002): «Legal Issues in the Translation of Healthcare Documents», The ATA Chronicle, agosto de 2002: 24-28. 33 Traducción y terminología Corominas, J. (1991): Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, 3.ª ed. Madrid: Gredos. Domínguez Luelmo, A. (2007): Derecho sanitario y responsabilidad médica: comentarios a la Ley 41/2002, de 14 de noviembre, sobre derechos del paciente, información y documentación clínica, 2.ª ed. Valladolid: Lex Nova. El País (1996): Libro de estilo de El País, 11.ª ed. Madrid: El País. Farmaindustria (2009): Código tipo de Farmaindustria de protección de datos personales en el ámbito de la investigación clínica y de la farmacovigilancia. Farmaindustria, V. A. Impresores. Fundéu BBVA (2007): «Anonimizar» (consulta). 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Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> Traducción y terminología Vocabulario francés-español de enfermedades raras: errores innatos del metabolismo Tamara Varela Vila,* Elena Sánchez Trigo,** Verónica Alonso Ferreira*** y Ana Villaverde Hueso*** Resumen: En este trabajo presentamos un vocabulario bilingüe (francés-español) sobre un importante grupo de enfermedades raras (ER): los errores innatos del metabolismo (EIM). El vocabulario que hemos elaborado es uno de los resultados de la explotación del corpus EMCOR. En las páginas que siguen se presentan, en primer lugar, las principales características y el interés del subdominio seleccionado, la metodología utilizada y el sistema de consulta por parte del usuario. A continuación, se incluye el vocabulario. Palabras clave: recursos traducción textos médicos, corpus, terminología, errores innatos del metabolismo (EIM), enfermedades raras (ER). Vocabulary French-Spanish of rare diseases (RDs): Inborn errors of metabolism (IEMs) Abstract: In this paper we present a bilingual vocabulary (FR-ES) for a large group of rare diseases (RDs): inborn errors of metabolism (IEMs). We have created this vocabulary list using the EMCOR corpus. First we present the main characteristics and the interest of the chosen sub-domain, then the methodology used and the user query system, followed by the vocabulary list. Key words: translation resources, medical texts, corpus, terminology, inborn errors of metabolism (IEMs), rare diseases (RDs). Panace@ 2010; 12 (33): 35-78 Los errores innatos del metabolismo (EIM) son un conjunto de afecciones genéticas originadas por una alteración de una proteína o de una enzima que bloquea un proceso metabólico. Se trata de enfermedades monogénicas, generalmente de herencia autosómica recesiva y con alto riesgo de recurrencia. Son graves y afectan a diversos órganos, por lo que la espectativay la calidad de vida se ven reducidas en gran parte de los casos. Los EIM constituyen un grupo importante dentro del conjunto de las enfermedades raras (ER) —un 30 % del total— y en estos momentos están recibiendo mucha atención por parte de la comunidad investigadora.1 El vocabulario que hemos elaborado2 se centra en un ámbito temático novedoso, de naturaleza multidisciplinar, dada la confluencia en el mismo de diversas especialidades médicas, y en el que existe una demanda social de difusión de la información. Actualmente el ámbito de las ER, en el que se integran los EIM, se ha convertido en una prioridad dentro las políticas de salud pública.3 Los afectados por estas enfermedades reclaman una mayor atención, tanto por parte de los profesionales del ámbito de la salud como por parte de la Administración y de la sociedad en general. Se quiere difundir el conocimiento sobre ellas, la investigación en curso y la situación de los enfermos, así como las ayudas y prestaciones disponibles. Para dar respuesta a estas necesidades, se están desarrollando una serie de inciativas, llevadas a cabo fundamentalmente por las asociaciones y organizaciones de pacientes y familiares. La finalidad es visibilizar las ER y conseguir un trato de igualdad, desde el punto de vista investigador y sanitario, con otras enfermedades. Todas estas acciones han conseguido que en los últimos años exista una mayor sensibilización social en relación con los problemas que presentan las personas afectadas por estos trastornos. 1. Características del vocabulario y metodología Este vocabulario bilingüe, que recoge más de 300 conceptos relativos a las denominaciones de las diferentes enfermedades que integran los EIM, es uno de los resultados de la explotación del corpus EMCOR. Un corpus que hemos compilado con el objetivo de realizar un estudio terminológico del ámbito de los EIM, pero teniendo siempre en cuenta las necesidades de los traductores de textos médicos. Se trata de un corpus comparable francés y español, constituido por textos escritos, completos, pertenecientes a diferentes géneros * Licenciada en Traducción e Interpretación, doctoranda de la Universidad de Vigo (España) y traductora. Dirección para correspondencia: tvarela@ uvigo.es. ** Catedrática de Traducción e Interpretación de la Universidad de Vigo (España). *** Investigadora del Instituto de Investigación de Enfermedades Raras (IIER) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER), Instituto de Salud Carlos III, Madrid (España). Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 35 Traducción y terminología y representativos desde el punto de vista de la actualidad científica y social del subdominio de los EIM. EMCOR es un corpus de especialidad, con un tamaño acorde con los estándares de representatividad de este tipo de corpus y, por lo tanto, suficientemente extenso para permitirnos realizar un análisis terminológico representativo del ámbito de los EIM.4 En relación con las lenguas seleccionadas, el vocabulario elaborado constituye una aportación novedosa, dada la escasez de recursos disponibles en francés y español en el dominio de la biomedicina. Por este motivo, consideramos de especial interés el haber conseguido identificar una producción textual de calidad en ambas lenguas en un ámbito en el que el inglés es la lengua predominante. Durante el proceso de elaboración del vocabulario sobre EIM nos hemos encontrado con diferentes problemas. Queremos destacar, entre ellos, las dificultades derivadas de la existencia de un gran número de sinónimos y cuasisinónimos y de variantes ortográficas y sintácticas, así como de la frecuente aparición de siglas. Desde nuestro punto de vista, esta realidad, constantemente presente en los textos compilados en el corpus EMCOR, debía recogerse en el vocabulario. Para ello fue necesaria una sistematización que permitiese organizar el ámbito y que facilitase las consultas. Por este motivo, realizamos una organización conceptual del ámbito de los EIM en cada una de las lenguas de trabajo. En aquellos casos en los que se registraban diversas denominaciones para una misma enfermedad, se ha establecido un «término preferido» o «identificador único» para cada una. Se trata del término que se considera más apropiado para designar una enfermedad. Es a este al que se remite en cada una de las entradas de las diferentes denominaciones existentes para un mismo concepto (en el apartado siguiente se presentan algunos ejemplos). Para establecer este término preferido se han seguido los siguientes criterios: a) frecuencia, manejabilidad, adecuación y motivación (Dubuc, 1992); b) coherencia intralingüística: en caso de que existiesen varias denominaciones diferentes para un grupo de enfermedades similares, se ha escogido como término preferido aquel que es común a todas ellas; c) coherencia interlingüística: se ha optado por utilizar como preferidos términos similares en francés y español, siempre que se adaptasen a los criterios indicados más arriba. Si bien ya hemos indicado que en el vocabulario se incluyen las denominaciones que se han extraído del corpus EMCOR, debemos señalar, asimismo, que todas ellas han sido revisadas y validadas por expertos del ámbito.5 2. Consulta del vocabulario Las entradas del vocabulario están ordenadas por orden alfabético. De manera general, se presenta en la columna de la izquierda la denominación en francés y en la columna de la derecha el término equivalente en español. 36 <http://tremedica.org/panacea.html> argininémie argininemia Figura 1. Ejemplo de una consulta En aquellos casos en los que existen sinónimos, todos ellos tienen entrada en el vocabulario, pero, de acuerdo con lo indicado en el apartado precedente, se ha utilizado el sistema de remisión al término preferido. De este modo, si un usuario busca un término en francés y este no se corresponde con el que se ha establecido como término preferido para designar dicha enfermedad, en la entrada de la denominación buscada encontrará una remisión al término preferido para ella en francés. Será en esta nueva entrada a la que se le remite donde podrá encontrar la denominación preferida equivalente en español, así como otros términos utilizados para hacer referencia a dicha enfermedad. Por ejemplo, si se busca en el vocabulario déficit en arylsulfatase A. Dado que este no es el establecido como término preferido en francés, en dicha entrada (columna derecha), se remite a leucodystrophie métachromatique, que es la denominación preferida para este concepto. Se presenta del siguiente modo: déficit en arylsulfatase A Cf. leucodystrophie métachromatique Figura 2. Ejemplo de una consulta con remisión al término preferido Al consultar la entrada leucodystrophie métachromatique el usuario encontrará en ella el término preferido equivalente en español (leucodistrofia metacromática), así como las demás denominaciones empleadas en esta lengua para hacer referencia a dicha enfermedad (en este caso: deficiencia de arilsulfatasa A). La entrada del vocabulario, en este caso, es la siguiente: leucodystrophie métachromatique leucodistrofia metacromática Otras denominaciones: deficiencia de arilsulfatasa A Figura 3. Ejemplo de una consulta de un término preferido Este trabajo se inscribe en la investigación que sobre traducción de textos del ámbito de la biomedicina, en concreto ER, estamos desarrollando.6 Se trata de una línea de investigación que toma como base la elaboración de corpus multilingües para la creación de recursos para traductores, intérpretes o redactores científicos y técnicos, pero también para otros posibles destinatarios, como profesionales del ámbito sanitario o los propios pacientes. El vocabulario que presentamos constituye una nueva contribución de nuestro proyecto para lograr la existencia de recursos que describan satisfactoriamente el ámbito de las ER y que permitan a sus usuarios emplear de forma correcta la terminología especializada del subdominio objeto de estudio. Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> 3. Vocabulario A acidémie glutarique Cf. acidurie glutarique acidémie glutarique type I Cf. acidurie glutarique type I acidémie glutarique type II Cf. acidurie glutarique type II acidémie glutarique type III Cf. acidurie glutarique type III acidémie isovalérique Cf. acidurie isovalérique acidémie méthylmalonique - homocystinurie Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie acidémie méthylmalonique - homocystinurie type cbl C Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie type cbl C acidémie méthylmalonique - homocystinurie type cbl D Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie type cbl D acidémie méthylmalonique - homocystinurie type cbl F Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie type cbl F acidémie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine B12 Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine B12 acidémie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine B12, type cbl A Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine B12 type cbl A acidémie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine B12, type cbl B Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine B12 type cbl B acidémie propionique acidemia propiónica Otras denominaciones: deficiencia de propionil CoA carboxilasa glicinemia con cetosis acidose lactique acidosis láctica acidurie 2-méthylbutyrique Cf. déficit en acyl-CoA déshydrogénase à chaînes courtes acidurie 3-hydroxy-3-méthylglutarique aciduria 3-hidroxi-3-metilglutárica Otras denominaciones: HMG aciduria hidroximetilglutárica deficiencia de 3-hidroxi 3-metilglutaril-CoA liasa déficit de 3-hidroxi 3-metilglutaril-CoA liasa acidurie argininosuccinique Cf. déficit en argininosuccinate lyase Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 37 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> acidurie glutarique aciduria glutárica Otras denominaciones: acidemia glutárica acidurie glutarique type I aciduria glutárica tipo I Otras denominaciones: deficiencia congénita de glutaril-CoA deshidrogenasa acidemia glutárica tipo I acidosis glutárica tipo I AGI AGTI acidurie glutarique type II aciduria glutárica tipo II Otras denominaciones: acidemia glutárica tipo II acidosis glutárica tipo II deficiencia de la flavoproteína ubiquinona oxidorreductasa transportadora de electrones déficit ETFA déficit ETFB déficit ETFDH déficit de MAD déficit de flavoproteína de transferencia de electrones déficit múltiple de acil-CoA deshidrogenasa MADD acidurie glutarique type III aciduria glutárica tipo III Otras denominaciones: deficiencia de glutaril-CoA oxidasa acidurie isovalérique acidemia isovalérica Otras denominaciones: déficit de isovaleril CoA deshidrogenasa acidurie méthylmalonique - homocystinurie Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie acidurie méthylmalonique avec homocystinurie aciduria metilmalónica con homocistinuria acidurie méthylmalonique avec homocystinurie type cbl C aciduria metilmalónica con homocistinuria tipo cbl C Otras denominaciones: acidemia metilmalónica - homocistinuria, tipo cbl C Cbl C acidurie méthylmalonique avec homocystinurie type cbl D aciduria metilmalónica con homocistinuria tipo cbl D Otras denominaciones: acidemia metilmalónica - homocistinuria, tipo cbl D Cbl D acidurie méthylmalonique avec homocystinurie type cbl F aciduria metilmalónica con homocistinuria tipo cbl F Otras denominaciones: acidemia metilmalónica - homocistinuria, tipo cbl F Cbl F 38 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> acidurie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine B12 aciduria metilmalónica sensible a la vitamina B12 Otras denominaciones: acidemia metilmalónica sensible a la vitamina B12 defecto de adenosilcobalamina acidurie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine B12 type cbl A aciduria metilmalónica sensible a la vitamina B12 tipo cbl A Otras denominaciones: acidemia metilmalónica sensible a la vitamina B12 tipo cbl A aciduria metilmalónica, vitamina B12 sensible, tipo cbl A acidemia metilmalónica, vitamina B12 sensible, tipo cbl A Cbl A acidurie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine B12 type cbl B aciduria metilmalónica sensible a la vitamina B12 tipo cbl B Otras denominaciones: acidemia metilmalónica sensible a la vitamina B12 tipo cbl B aciduria metilmalónica, vitamina B12 sensible, tipo cbl B acidemia metilmalónica, vitamina B12 sensible, tipo cbl B Cbl B acidurie méthylmalonique isolée, vitamine B12 sensible, type cbl A Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine B12 type cbl A acidurie méthylmalonique isolée, vitamine B12 sensible, type cbl B Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine B12 type cbl B acidurie mévalonique aciduria mevalónica Otras denominaciones: MVA aciduria mevalónica clásica deficiencia de mevalonato quinasa acidurie N-acétyl aspartique aciduria N-acetilaspártica Otras denominaciones: enfermedad de Canavan degeneración espongiosa de la sustancia blanca acidurie organique aciduria orgánica acidurie organique cérébrale aciduria orgánica cerebral acidurie organique classique aciduria orgánica clásica acidurie orotique héréditaire aciduria orótica hereditaria adrénoleucodystrophie liée à l’X adrenoleucodistrofia ligada al cromosoma X Otras denominaciones: ALD-X Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 39 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> adrénoleucodystrophie néonatale adrenoleucodistrofia neonatal Otras denominaciones: ALDN adrénomyéloneuropathie adrenomieloneuropatía Otras denominaciones: adrenomielopatía adrenoleucodistrofia del adulto alcaptonurie alcaptonuria Otras denominaciones: déficit de homogentisico oxidasa ocronosis hereditaria ALD Cf. adrénoleucodystrophie liée à l’X ALDN Cf. adrénoleucodystrophie néonatale alpha-mannosidose alfa-manosidosis Otras denominaciones: déficit de alfa-D-manosidasa lisosomal AMN Cf. adrénomyéloneuropathie AMV Cf. acidurie mévalonique amylopectinose Cf. glycogénose de type IV angiokératose de Fabry Cf. maladie de Fabry anomalie congénitale de la glycosylation defecto congénito de la glicosilación Otras denominaciones: síndrome de Glucoproteínas Deficientes en Carbohidratos CDG anomalie congénitale de la glycosylation type Ia Cf. CDG-Ia anomalie congénitale de la glycosylation type Ib Cf. CDG-Ib anomalie congénitale de la glycosylation type Ic Cf. CDG-Ic anomalie congénitale de la glycosylation type Id Cf. CDG-Id anomalie congénitale de la glycosylation type Ie Cf. CDG-Ie anomalie congénitale de la glycosylation type If Cf. CDG-If anomalie congénitale de la glycosylation type Ig Cf. CDG-Ig anomalie congénitale de la glycosylation type Ih Cf. CDG-Ih anomalie congénitale de la glycosylation type Ii Cf. CDG-Ii anomalie congénitale de la glycosylation type IIa Cf. CDG-IIa 40 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> anomalie congénitale de la glycosylation type IIb Cf. CDG-Ib anomalie congénitale de la glycosylation type IIc Cf. CDG-IIc anomalie congénitale de la glycosylation type IId Cf. CDG-IId anomalie congénitale de la glycosylation type IIe Cf. CDG-IIe anomalie congénitale de la glycosylation type IIf Cf. CDG-IIf anomalie congénitale de la glycosylation type IIg Cf. CDG-IIg anomalie congénitale de la glycosylation type Ij Cf. CDG-Ij anomalie congénitale de la glycosylation type Ik Cf. CDG-Ik anomalie congénitale de la glycosylation type Il Cf. CDG-Il anomalie de glycosylation des protéines Cf. anomalie congénitale de la glycosylation anomalie de la bêta-oxydation péroxysomale enfermedad de la beta-oxidación peroxisomal anomalie de la biogénèse du péroxysome Cf. erreur de la biogenèse des peroxysomes anomalie de la biosynthèse de la créatine enfermedad de biosíntesis de creatina anomalie de la biosynthèse du stérol enfermedad de biosíntesis de esteroles anomalie de la O-galactosylation defecto de la O-galactosilación anomalie de la O-glycosylation des protéines defecto de la O-glicosilación Otras denominaciones: trastorno de la O-glicosilación anomalie de la O-mannosylation defecto de la síntesis de O-manosil glicanos Otras denominaciones: distrofia muscular congénita DMC anomalie de la O-N-acétylglucosaminylation defecto de la síntesis de O-N-acetil-galactosaminil glicanos anomalie de la O-xilosylation defecto de la O-xilosilación anomalie de transport lysosomal Cf. déficit de transport lysosomal anomalie du complexe pyruvate-déshydrogénase Cf. déficit en pyruvate déshydrogénase anomalie du cycle de l’urée Cf. désordre du cycle de l’urée anomalie du métabolisme intracellulaire de la cobalamine Cf. maladie du métabolisme de la cobalamine anomalie du transport du glucose Cf. défaut du transport de glucose anomalie péroxysomale Cf. maladie péroxysomale Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 41 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> argininémie argininemia aspartylglucosaminurie Cf. déficit en aspartyl-glucosaminidase atrophie gyrée chorio-rétinienne Cf. hyperornithinémie atrophie gyrée de la rétine Cf. hyperornithinémie atrophie optique de Leber Cf. neuropathie optique héréditaire de Leber C calcinose tumorale familiale hyperphosphatémique calcinosis hiperfosfatémica tumoral familiar Otras denominaciones: HFTC calcinosis universalis Cf. chondrodysplasie ponctuée dominante liée à l’X CBLA Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine B12 type cbl A CBLB Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine B12 type cbl B CBLC Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie type cbl C CBLD Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie type cbl D CBLE Cf. déficit en méthyl-cobalamine type cbl E CBLF Cf. acidurie méthylmalonique avec homocystinurie type cbl F CBLG Cf. déficit en méthyl-cobalamine type cbl G CDG Cf. anomalie congénitale de la glycosylation CDG-Ia CDG-Ia Otras denominaciones: síndrome CDG tipo Ia síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo Ia trastorno congénito de la glicosilación tipo Ia CDG-Ib CDG-Ib Otras denominaciones: déficit de fosfomanoisomerasa síndrome CDG tipo Ib síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo Ib trastorno congénito de la glicosilación tipo Ib 42 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> Traducción y terminología CDG-Ic CDG-Ic Otras denominaciones: déficit de glucosiltransferasa 1 síndrome CGD tipo Ic síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo Ic trastorno congénito de la glicosilación tipo Ic CDG-Id CDG-Id Otras denominaciones: déficit de manosiltransferasa 6 síndrome de CDG tipo Id síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo Id trastorno congénito de la glicosilación tipo Id CDG-Ie CDG-Ie Otras denominaciones: déficit de Dol-P-Man sintasa I síndrome de CDG tipo Ie síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo Ie trastorno congénito de la glicosilación tipo Ie CDG-If CDG-If Otras denominaciones: defecto en la utilización de Dol-P-Man síndrome de CDG tipo If síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo If trastorno congénito de la glicosilación tipo If CDG-Ig CDG-Ig Otras denominaciones: déficit de manosiltransferasa 8 síndrome de CDG tipo Ig síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo Ig trastorno congénito de la glicosilación tipo Ig CDG-Ih CDG-Ih Otras denominaciones: déficit de glucosiltransferasa 2 síndrome de CDG tipo Ih síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo Ih trastorno congénito de la glicosilación tipo Ih CDG-II CDG-Ii Otras denominaciones: déficit de manosiltransferasa 2 síndrome de CDG tipo Ii síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo Ii trastorno congénito de la glicosilación tipo Ii Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 43 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> CDG-IIa CDG-IIa Otras denominaciones: déficit de N-acetil-glucosaminiltransferasa 2´ síndrome de CDG tipo IIa síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo IIa trastorno congénito de la glicosilación tipo IIa CDG-IIb CDG-IIb Otras denominaciones: déficit de glucosidasa 1 síndrome de CDG tipo IIb síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo IIb trastorno congénito de la glicosilación tipo IIb CDG-IIc CDG-IIc Otras denominaciones: defecto en el transporte de GDP-fucosa síndrome de CDG tipo IIc CDG-IId CDG-IId Otras denominaciones: déficit de ß1, 4-galactosiltransferasa síndrome de CDG tipo IId síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo IId trastorno congénito de la glicosilación tipo IId CDG-IIe CDG-IIe Otras denominaciones: déficit del complejo COG, subunidad 7 síndrome de CDG tipo IIe síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo IIe trastorno congénito de la glicosilación tipo IIe CDG-IIf CDG-Iif Otras denominaciones: déficit del transportador de CMP-NeuAc síndrome de CDG tipo IIf síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo IIf trastorno congénito de la glicosilación tipo IIf CDG-IIg CDG-IIg Otras denominaciones: déficit del complejo COG, subunidad 1 síndrome de CDG tipo IIg CDG-Ij CDG-Ij Otras denominaciones: síndrome de CDG tipo Ij déficit de UDP-GlcNAC trastorno congénito de la glicosilación tipo Ij síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo Ij 44 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> CDG-Ik CDG-Ik Otras denominaciones: déficit de manosiltransferasa 1 síndrome de CDG tipo Ik síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo Ik trastorno congénito de la glicosilación tipo Ik CDG-Il CDG-Il Otras denominaciones: déficit de manosiltransferasa 7-9 síndrome de CDG tipo Il síndrome de glicoproteínas deficientes en carbohidratos tipo Il trastorno congénito de la glicosilación tipo Il céroïde-lipofuscinose neuronale lipofuscinosis ceroidea neuronal Otras denominaciones: LCN céroïde-lipofuscinose neuronale de l’adulte Cf. lipofuscinose adulte céroïde-lipofuscinose neuronale infantile Cf. lipofuscinose infantile céroïde-lipofuscinose neuronale juvénile Cf. lipofuscinose juvénile céroïde-lipofuscinose neuronale, variante épilepsie nordique Cf. CLN8 cherry-red-spot-myoclonus Cf. sialidose type I chondrodysplasie ponctuée dominante liée à l’X condrodisplasia punctata ligada al X Otras denominaciones: calcinosis universalis condrodistrofia calcificante congénita síndrome de Conradi-Hünermann-Happle chondrodysplasie ponctuée rhizomélique condrodistrofia punctata rizomélica chondrodystrophie congénitale calcifiante Cf. chondrodysplasie ponctuée dominante liée à l’X citrullinémie Cf. déficit en argininosuccinate synthétase CLN Cf. céroïde-lipofuscinose neuronale CLN de l’adulte Cf. lipofuscinose adulte CLN infantile Cf. lipofuscinose infantile CLN infantile tardive Cf. lipofuscinose infantile tardive CLN juvénile Cf. lipofuscinose juvénile CLN, variante épilepsie nordique Cf. CLN8 CLN1 LCN1 CLN2 LCN2 CLN3 LCN3 CLN4 LCN4 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 45 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> CLN5 LCN5 Otras denominaciones: variante finlandesa de lipofuscinosis ceroidea neuronal CLN6 LCN6 Otras denominaciones: variante checa de lipofuscinosis ceroidea neuronal variante gitana de lipofuscinosis ceroidea neuronal variante india de lipofuscinosis ceroidea neuronal CLN7 LCN7 Otras denominaciones: variante turca de lipofuscinosis ceroidea neuronal CLN8 LCN8 Otras denominaciones: epilepsia del norte epilepsia progresiva con retardo mental EPRM enfermedad LNC8, variante epilepsia del Norte LNC, variante epilepsia del Norte lipofuscinosis neuronal ceroide, variante epilepsia del Norte epilepsia progresiva-déficit intelectual, tipo finlandés CMD Cf. anomalie de la O-mannosylation convulsion pyridoxal-phosphate dépendante convulsión con respuesta al piridoxal fosfato convulsion pyridoxino-dépendante Cf. convulsion pyridoxino-phosphate dépendante convulsion pyridoxino-phosphate dépendante convulsión con respuesta a la piridoxina Otras denominaciones: deficiencia de piridoxina con convulsiones epilepsia dependiente de piridoxina convulsion sensible au pyridoxal phosphate Cf. convulsion pyridoxal-phosphate dépendante CPTII Cf. déficit en carnitine palmitoyl transférase II CTFhP Cf. calcinose tumorale familiale hyperphosphatémique cystinose cistinosis Otras denominaciones: defecto del transportador de cistina cystinose infantile cistinosis infantil Otras denominaciones: cistinosis nefropática cistinosis nefropática clásica cystinose juvénile cistinosis juvenil Otras denominaciones: forma intermedia de cistinosis cystinose oculaire cistinosis del adulto Otras denominaciones: forma ocular de cistinosis forma no nefropática de cistinosis 46 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> cystinurie cistinuria Otras denominaciones: cistinuria-lisinuria cystinurie-lysinurie Cf. cystinurie D défaut d’utilisation de Dol-P-Man Cf. CDG-If défaut de synthèse de Dol-P-Man Cf. CDG-Ie défaut du COG, subunité 1 Cf. CDG-IIg défaut du COG, subunité 7 Cf. CDG-IIe défaut du complexe oligomérique du Golgi (COG) defecto del complejo oligomérico del aparato de Golgi (COG) Otras denominaciones: defecto del COG défaut du transport de glucose enfermedad del transporte de la glucosa déficience en cofacteur molybdène deficiencia del cofactor de molibdeno Otras denominaciones: deficiencia de MoCo déficience en dihydropyrimidine déshydrogénase deficiencia de dihidropirimidina deshidrogenasa (DPD) déficience en glycogène phosphorylase musculaire Cf. glycogénose de type V déficience en holocarboxylase synthétase deficiencia de holocarboxilasa sintetasa déficience en purine nucléoside phosphorylase alteración de la fosforilasa de nucleósidos de purina (PNP) déficit complet en hypoxanthine guanine phosphoribosyltransférase Cf. déficit en hypoxanthine-guaninephosphoribosyltransférase déficit congénital de synthèse des acides biliaires Cf. erreur de synthèse des acides biliaires déficit de biosynthèse de la sérine deficiencia de serina déficit de l’oxydation des acides gras Cf. maladie de l’oxydation des acides gras déficit de la chaîne respiratoire enfermedad de la cadena respiratoria mitocondrial Otras denominaciones: desorden de la cadena respiratoria déficit de la cadena respiratoria déficit de mannosyl-transférase 7-9 Cf. CDG-Il déficit de O-glycosilation Cf. anomalie de la O-glycosylation des protéines déficit de synthèse des neurotransmetteurs Cf. maladie des neurotransmetteurs déficit de synthèse en L-sérine Cf. déficit de biosynthèse de la sérine déficit de transport lysosomal defecto del transporte lisosomal Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 47 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> déficit de UDP-GlcNAC Cf. CDG-Ij déficit du complexe I de la chaîne respiratoire Cf. déficit en complexe I de la chaîne respiratoire mitochondriale déficit du complexe II de la chaîne respiratoire Cf. déficit en complexe II de la chaîne respiratoire mitochondriale déficit du complexe III de la chaîne respiratoire Cf. déficit en complexe III de la chaîne respiratoire mitochondriale déficit du complexe IV de la chaîne respiratoire Cf. déficit en complexe IV de la chaîne respiratoire mitochondriale déficit du complexe V de la chaîne respiratoire Cf. déficit en complexe V de la chaîne respiratoire mitochondriale déficit du transport en CMP-NeuAc Cf. CDG-IIf déficit en 17b-hydroxystéroïde déshydrogénase type 10 Cf. déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des acides gras à chaîne courte déficit en 2-méthyl-3-hydroxybutyryl-CoA déshydrogénase Cf. déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des acides gras à chaîne courte déficit en 3-hydroxy 3-méthylglutaryl-CoA lyase Cf. acidurie 3-hydroxy-3-méthylglutarique déficit en 3-hydroxy-2-méthylbutyryl-CoA déshydrogénase Cf. déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des acides gras à chaîne courte déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase deficiencia de 3 hidroxiacil CoA deshidrogenasa Otras denominaciones: deficiencia de deshidrogenasa de 3-hidroxiacil CoA déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des acides gras à chaîne courte deficiencia de 3-hidroxiacil-CoA deshidrogenasa de cadena corta Otras denominaciones: déficit de SCHAD deficiencia de SCHAD 17-b hidroxiesteroide deshidrogenasa, tipo 10 deficiencia de 2-metil-3-hidroxibutiril-CoA deshidrogenasa deficiencia de 3-hidroxi-2-metilbutiril-CoA deshidrogenasa deficiencia de HSD deficiencia de MHBD déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des acides gras à chaîne longue deficiencia de 3-hidroxiacil-CoA deshidrogenasa de cadena larga Otras denominaciones: deficiencia de acil-CoA deshidrogenasa de cadena larga déficit de LCHAD trastorno de los ácidos grasos de cadena larga déficit en 3-phosphoglycérate déshydrogénase deficiencia de 3-fosfoglicerato deshidrogenasa (PHGDH) déficit en 3-phosphoglycératedéhydrogénase Cf. déficit en 3-phosphoglycérate déshydrogénase déficit en 7-déhydrocholestérol-réductase Cf. syndrome de Smith-Lemli-Opitz déficit en acide homogentisique oxydase Cf. alcaptonurie 48 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> déficit en acyl-CoA déshydrogénase à chaînes courtes déficit de acil-CoA deshidrogenasa de cadena corta Otras denominaciones: déficit de SCAD déficit en acyl-coA déshydrogénase à chaînes courtes ramifiées Cf. déficit en acyl-CoA déshydrogénase à chaînes courtes déficit en acyl-CoA déshydrogénase des acides gras à chaîne moyenne deficiencia de acil-CoA deshidrogenasa de cadena media Otras denominaciones: déficit de MCAD trastorno de los ácidos grasos de cadena media déficit en acyl-CoA déshydrogénase des acides gras à chaîne très longue deficiencia de acil-CoA deshidrogenasa de cadena muy larga Otras denominaciones: deficiencia de VLCAD déficit en adénosine-désaminase (ADA) inmunodeficiencia debida a alteraciones de la adenosín desaminasa (ADA) déficit en adénosylcobalamine Cf. acidurie méthylmalonique isolée sensible à la vitamine B12 déficit en adénylosuccinase Cf. déficit en adénylosuccinate lyase (ADLS) déficit en adénylosuccinate lyase (ADLS) deficiencia de adenilosuccinato liasa (ADSL) Otras denominaciones: déficit de adenilsuccinasa déficit en ADSL Cf. déficit en adénylosuccinate lyase (ADLS) déficit en AGAT Cf. déficit en arginine glycine amidinotransférase déficit en a-glucosidase Cf. maladie de Fabry déficit en alpha-1,4-glucosidase acide Cf. glycogénose de type II déficit en alpha-D-mannosidase lysosomale Cf. alpha-mannosidose déficit en alpha-galactosidase A Cf. maladie de Fabry déficit en alpha-L-fucosidase Cf. fucosidose déficit en amylo-1,6-glucosidase Cf. glycogénose de type III déficit en ARBS Cf. mucopolysaccharidose de type VI déficit en arginase deficiencia de arginasa Otras denominaciones: déficit de arginasa déficit en arginine glycine amidinotransférase déficit de arginina-glicina amidinotransferasa (AGAT) Otras denominaciones: deficiencia de AGAT déficit en arginine-glycine-amidino-transférase Cf. déficit en arginine glycine amidinotransférase déficit en argininosuccinase Cf. déficit en argininosuccinate lyase déficit en argininosuccinate lyase déficit de argininosuccinato liasa (ASL) Otras denominaciones: aciduria argininosuccínica acidemia argininosuccínica Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 49 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> déficit en argininosuccinate synthétase déficit de argininosuccinato sintetasa Otras denominaciones: citrulinemia déficit en arylsulfatase A Cf. leucodystrophie métachromatique déficit en arylsulfatase B Cf. mucopolysaccharidose de type VI déficit en ASB Cf. mucopolysaccharidose de type VI déficit en aspartoacylase Cf. acidurie N-acétyl aspartique déficit en aspartylglucosaminidase deficiencia de aspartilglucosaminidasa Otras denominaciones: déficit de aspartilglucosaminidasa aspartilglucosaminuria déficit en ATPsynthase Cf. déficit en complexe V de la chaîne respiratoire mitochondriale déficit en ATPsynthase mitochondriale Cf. déficit en complexe V de la chaîne respiratoire mitochondriale déficit en bêta-glucosidase acide Cf. maladie de Gaucher déficit en bêta-glucuronidase Cf. mucopolysaccharidose de type VII déficit en biotinidase deficiencia de biotinidasa déficit en carbamoylphosphate synthétase deficiencia de carbamilfosfato sintetasa Otras denominaciones: déficit de carbamilfosfato sintetasa déficit en carbamoyl-phosphate synthétase Cf. déficit en carbamoylphosphate synthétase déficit en carnitine palmitoyl transférase I déficit de carnitina palmitoiltransferasa I déficit en carnitine palmitoyl transférase II déficit de carnitina palmitoiltransferasa II déficit en carnitine-acylcarnitine translocase deficiencia de translocasa de carnitina acilcarnitina déficit en céramidase Cf. maladie de Farber déficit en cétoacide décarboxylase Cf. leucinose déficit en céto-acide décarboxylase Cf. leucinose déficit en cholestérol libre Cf. maladie de Niemann-Pick type C déficit en coenzyme Q10 déficit primario de CoQ10 déficit en coenzyme Q-cytochrome c oxydoréductase Cf. déficit en complexe III de la chaîne respiratoire mitochondriale déficit en cofacteurs de la tyrosine hydroxylase Cf. dystonie sensible à la L-Dopa à transmission récessive déficit en cofacteurs du molybdène Cf. déficience en cofacteur molybdène déficit en complexe I de la chaîne respiratoire mitochondriale deficiencia del complejo I de la cadena respiratoria mitocondrial Otras denominaciones: deficiencia de nicotinamida adenina dinucleótido deshidrogenasa (ubiquinona oxidorreductasa) 50 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> déficit en complexe II de la chaîne respiratoire mitochondriale deficiencia del complejo II de la cadena respiratoria mitocondrial Otras denominaciones: deficiencia de succinato deshidrogenasa y succinato coenzima Q oxidorreductasa déficit en complexe III de la chaîne respiratoire mitochondriale deficiencia del complejo III de la cadena respiratoria mitocondrial Otras denominaciones: deficiencia de coenzima Q-citocromo C reductasa déficit en complexe IV de la chaîne respiratoire mitochondriale deficiencia del complejo IV de la cadena respiratoria mitocondrial Otras denominaciones: deficiencia de citocromo C oxidasa déficit en complexe V de la chaîne respiratoire mitochondriale deficiencia del complejo V de la cadena respiratoria mitocondrial Otras denominaciones: deficiencia de ATPasa mitocondrial deficiencia de ATP sintetasa déficit en CoQ10 Cf. déficit en coenzyme Q10 déficit en créatine cérébrale Cf. déficit en guanidinoacétate méthyltransférase (GAMT) déficit en cystathionine-β synthase Cf. homocystinurie classique déficit en cytochrome C oxydase deficiencia de citocromo C oxidasa Cf. déficit en complexe IV de la chaîne respiratoire mitochondriale déficit en électron transfer flavoprotéine Cf. acidurie glutarique type II déficit en électron transfer flavoprotéine ubiquinone oxydoréductase Cf. acidurie glutarique type II déficit en enzyme bifonctionnelle deficiencia de enzima bifuncional déficit en enzyme branchante Cf. glycogénose de type IV déficit en enzyme débranchante Cf. glycogénose de type III déficit en ETFA Cf. acidurie glutarique type II déficit en ETFB Cf. acidurie glutarique type II déficit en ETFDH Cf. acidurie glutarique type II déficit en fructokinase Cf. fructosurie essentielle déficit en fructose-1,6 diphosphatase deficiencia de fructosa 1,6 difosfatasa déficit en fumaryl acéto-acétase Cf. tyrosinémie de type I déficit en G6P Cf. glycogénose de type I déficit en G6P translocase Cf. glycogénose de type Ib déficit en G6P type a Cf. glycogénose de type Ia déficit en G6P type b Cf. glycogénose de type Ib déficit en G6PT Cf. glycogénose de type Ib déficit en galactocérébrosidase Cf. maladie de Krabbe Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 51 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> déficit en galactokinase deficiencia de galactocinasa Otras denominaciones: deficiencia de galactosa cinasa déficit en galactose-1-phosphate uridyltransférase Cf. galactosémie classique déficit en galactose-1-phosphate uridyl-transférase Cf. galactosémie classique déficit en GALT Cf. galactosémie classique déficit en GAMT Cf. déficit en guanidinoacétate méthyl transférase déficit en GlcNAc-1-phosphotransférase du Golgi Cf. mucolipidose II déficit en glucocérébrosidase Cf. maladie de Gaucher déficit en glucosamine N-acétyl-6-sulfatase Cf. maladie de Sanfilippo D déficit en glucose-6-phosphatase Cf. glycogénose de type I déficit en glucose-6-phosphate translocase Cf. glycogénose de type I déficit en GLUT1 deficiencia de Glut1 Otras denominaciones: síndrome de deficiencia de Glut1 deficiencia del transportador de glucosa Glut1 deficiencia del transportador de glucosa tipo 1 déficit en GLUT2 déficit de Glut2 Otras denominaciones: glucogenosis tipo XI glucogenosis de tipo 11 enfermedad por almacenamiento de glucógeno de tipo 9 enfermedad de Fanconi-Bickel glucogenosis de Bickel-Fanconi síndrome de Fanconi-Bickel Cf. glycogénose de type XI déficit en glutaryl-CoA déshydrogénase Cf. acidurie glutarique type I déficit en glutaryl-CoA oxydase Cf. acidurie glutarique type 3 déficit en glycine synthase Cf. hyperglycémie sans cétose déficit en glycogène synthétase hépatique Cf. glycogénose de type 0 déficit en glycosidase Cf. CDG-IIb déficit en glycosyltransférase 1 Cf. CDG-Ic déficit en glycosyltransférase 2 Cf. CDG-Ih déficit en GNS Cf. maladie de Sanfilippo D déficit en GTPcyclohydrolase I déficit de guanosina trifosfato ciclohidrolasa (GTPCH)-1 déficit en GTPcyclohydrolase I à transmission dominante déficit de guanosina trifosfato ciclohidrolasa (GTPCH)-1 de herencia dominante déficit en GTPcyclohydrolase I à transmission récessive déficit de guanosina trifosfato ciclohidrolasa (GTPCH)-1 de herencia recesiva déficit en guanidinoacétate méthyl transférase (GAMT) Cf. déficit en guanidinoacétate méthyltransférase (GAMT) 52 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> déficit en guanidinoacétate méthyltransférase (GAMT) déficit de guanidinoacetato metiltransferasa (GAMT) Otras denominaciones: deficiencia de GAMT deficiencia cerebral de creatina defecto de creatina cerebral déficit en héparane sulfamidase Cf. maladie de Sanfilippo A déficit en héparane-alpha-glucosaminide N-acétyltransférase Cf. maladie de Sanfilippo C déficit en hexosaminidase A Cf. maladie de Tay-Sachs déficit en hexosaminidases A et B Cf. maladie de Sandhoff déficit en HGSNAT Cf. maladie de Sanfilippo C déficit en histidase Cf. histidinémie déficit en HMG-CoA lyase Cf. acidurie 3-hydroxy-3-méthylglutarique déficit en homogentisicase Cf. alcaptonurie déficit en HPRT Cf. déficit en hypoxanthine-guaninephosphoribosyltransférase déficit en HPRT grade I Cf. déficit partiel en HPRT déficit en HPRT grade IV Cf. maladie de Lesch-Nyhan déficit en HPRT1 Cf. déficit en hypoxanthine-guaninephosphoribosyltransférase déficit en HSD Cf. déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des acides gras à chaîne courte déficit en hypoxanthine guanine phosphoribosyltransferase grade IV Cf. maladie de Lesch-Nyhan déficit en hypoxanthine-guanine phosphoribosyltransferase grade I Cf. déficit partiel en HPRT déficit en hypoxanthine-guanine phosphoryl transférase Cf. déficit en hypoxanthine-guaninephosphoribosyltransférase déficit en hypoxanthine-guanine phosphoryl transférase 1 Cf. déficit en hypoxanthine-guaninephosphoribosyltransférase déficit en hypoxanthine-guaninephosphoribosyltransférase deficiencia de hipoxantina-guanina fosforribosiltransferasa Otras denominaciones: deficiencia de HPRT déficit de HPRT déficit de HPRT1 déficit de hipoxantina-guanina fosforribosiltransferasa 1 déficit en iduronate 2-sulfatase Cf. mucopolysaccharidose de type II déficit en isovaléryl-CoA déshydrogénase Cf. acidurie isovalérique déficit en kétohexokinase Cf. fructosurie essentielle déficit en lactate déshydrogénase déficit de lactato deshidrogenasa déficit en LCHAD Cf. déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des acides gras à chaîne longue Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 53 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> déficit en MAD Cf. acidurie glutarique type 2 déficit en maltase acide Cf. glycogénose de type II déficit en mannosyl-transférase 1 Cf. CDG-Ik déficit en mannosyl-transférase 2 Cf. CDG-Ii déficit en mannosyl-transférase 6 Cf. CDG-Id déficit en mannosyl-transférase 8 Cf. CDG-Ig déficit en MCAD Cf. déficit en acyl-CoA déshydrogénase des acides gras à chaîne moyenne déficit en méthylcobalamine Cf. déficit en méthyl-cobalamine déficit en méthyl-cobalamine deficiencia de metilcobalamina Otras denominaciones: defecto de remetilación de la homocisteína déficit en méthyl-cobalamine type cbl E deficiencia de metilcobalamina Cbl E Otras denominaciones: defecto de metilcobalamina Cbl E deficiencia de Cbl E homocistinuria por defecto de la remetilación (cbl E) Cbl E déficit en méthyl-cobalamine type cbl G deficiencia de metilcobalamina Cbl G Otras denominaciones: defecto de metilcobalamina Cbl G homocistinuria por defecto de la remetilación (cbl G) Cbl G déficit en méthylènetétrahydrofolate réductase deficiencia de metilén-tetrahidrofolato reductasa (MTHFR) Otras denominaciones: deficiencia de metilentetrahidrofolato reductasa deficiencia de MTHFR déficit en mévalonate kinase Cf. acidurie mévalonique déficit en MHBD Cf. déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des acides gras à chaîne courte déficit en MTHFR Cf. déficit en méthylènetétrahydrofolate réductase déficit en multiple acyl-CoA déshydrogenase Cf. acidurie glutarique type 2 déficit en myophosphorylase Cf. glycogénose de type V déficit en N-acétyl-alpha-glucosaminidase Cf. maladie de Sanfilippo B déficit en N-acétyl-glucosamiminyl transférase 2 Cf. CDG-IIa déficit en N-acétylglutamate synthase déficit de N-acetilglutamato sintasa Otras denominaciones: déficit de N-acetilglutamato sintetasa deficiencia de NAGS déficit de NAGS déficit en N-acétylglutamate synthétase Cf. déficit en N-acétylglutamate synthase déficit en NADH-coenzyme CoQ réductase Cf. déficit en complexe I de la chaîne respiratoire mitochondriale 54 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> déficit en NAGS Cf. déficit en N-acétylglutamate synthase déficit en ornithine amino-transférase Cf. hyperornithinémie déficit en ornithine carbamyl transférase Cf. déficit en ornithine transcarbamylase déficit en ornithine transcarbamylase deficiencia de ornitina transcarbamilasa Otras denominaciones: déficit de ornitín carbamil transferasa deficiencia de OTC déficit en orotidylique décarboxylase Cf. acidurie orotique héréditaire déficit en PEPCK Cf. déficit en phosphoénolpyruvate carboxykinase déficit en phénylalanine hydroxylase Cf. déficit total en phénylalanine hydroxylase déficit en phosphoénolpyruvate carboxykinase deficiencia de fosfoenol-piruvato carboxiquinasa déficit en phosphofructokinase musculaire Cf. glycogénose de type VII déficit en phosphoglycérate kinase déficit de fosfoglicerato quinasa déficit en phosphoglycérate mutase Cf. glycogénose de type X déficit en phosphomannomutase Cf. CDG-Ia déficit en phosphomannose isomérase Cf. CDG-Ib déficit en phosphorylase hépatique Cf. glycogénose type VIB déficit en phosphorylase musculaire Cf. glycogénose de type V déficit en phytanoyl-CoA dioxygénase Cf. maladie de Refsum déficit en propionyl-CoA carboxylase Cf. acidémie propionique déficit en protéine D-bifonctionnelle Cf. déficit en enzyme bifonctionnelle déficit en protéine trifonctionnelle mitochondriale deficiencia de proteína trifuncional déficit en pyruvate carboxylase deficiencia de piruvato carboxilasa déficit en pyruvate déshydrogénase deficiencia de piruvato deshidrogenasa Otras denominaciones: defecto de piruvato deshidrogenasa déficit en SCAD Cf. déficit en acyl-CoA déshydrogénase à chaînes courtes déficit en SCHAD Cf. déficit en 3-hydroxyacyl-CoA déshydrogénase des acides gras à chaîne courte déficit en sérine Cf. déficit de biosynthèse de la sérine déficit en sphingomyélinase acide Cf. maladie de Niemann-Pick déficit en β-1,4-galactosyltransférase Cf. CDG-IId déficit en stérol C5-désaturase Cf. lathostérolose déficit en succinate coenzyme Q réductase Cf. déficit en complexe II de la chaîne respiratoire mitochondriale déficit en succinate-CoQ réductase Cf. déficit en complexe II de la chaîne respiratoire mitochondriale déficit en sulfite oxydase deficiencia de sulfito oxidasa Otras denominaciones: defecto de sulfito oxidasa Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 55 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> déficit en sulfite oxydase isolé deficiencia aislada de sulfito oxidasa déficit en thiolase Cf. syndrome pseudo-Zellweger déficit en transcobalamine II defecto de transcobalamina II déficit en transporteur de la cystine Cf. cystinose déficit en transporteur du GDP-fucose Cf. CDG-IIc déficit en transporteur du glucose-GLUT1 Cf. déficit en GLUT1 déficit en tyrosine hydroxylase Cf. dystonie dopa-sensible autosomique récessive déficit en ubiquinone-cytochrome C réductase Cf. déficit en complexe III de la chaîne respiratoire mitochondriale déficit en UDP–galactose 4’–épimérase déficit de UDP-galactosa-4-epimerasa déficit en uridine monophosphate synthase Cf. acidurie orotique héréditaire déficit en VLCAD Cf. déficit en acyl-CoA déshydrogénase des acides gras à chaîne très longue déficit enzymatique du cycle de l’urée Cf. désordre du cycle de l’urée déficit héréditaire en fructose-1-phosphate aldolase Cf. intolérance héréditaire au fructose déficit multiple des déshydrogénases à FAD Cf. acidurie glutarique type 2 déficit multiple en carboxylases deficiencia múltiple de carboxilasas déficit multiple en sulfatases Cf. mucosulfatidose déficit partiel en biotinidase deficiencia parcial de biotinidasa déficit partiel en HPRT defecto parcial de HPRT Otras denominaciones: síndrome de Kelley-Seegmiller déficit de HPRT grado I déficit de hipoxantina guanina fosforribosil transferasa grado I déficit parcial de HPRT1 déficit parcial de hipoxantina guanina fosforribosil transferasa déficit parcial de hipoxantina guanina fosforribosil transferasa 1 gota relacionada con HPRT hiperuricemia relacionada con HPRT déficit partiel en HPRT1 Cf. déficit partiel en HPRT déficit partiel en hypoxanthine guanine phosphoribosyltransférase Cf. déficit partiel en HPRT déficit partiel en hypoxanthine guanine phosphoribosyltransférase 1 Cf. déficit partiel en HPRT déficit partiel en phénylalanine hydroxylase déficit parcial de fenilalanina hidroxilasa Otras denominaciones: hiperfenilalaninemia benigna hiperfenilalaninemia moderada déficit sévère de la voie de la reméthylation Cf. déficit en méthyl-cobalamine déficit sévère en 5,10-méthylènetétrahydrofolate réductase Cf. déficit en méthylènetétrahydrofolate réductase 56 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> déficit total en phénylalanine hydroxylase fenilcetonuria clásica Otras denominaciones: hiperfenilalaninemia grave deficiencia de la enzima fenilalanina hidroxilasa déficits en neuraminidase et bêta-galactosidase Cf. galactosialidosis dégénérescence hépato-lenticulaire Cf. maladie de Wilson dégénérescence neuronale progressive de l’enfant avec maladie du foie Cf. maladie d’Alpers dégénérescence spongieuse du système nerveux central Cf. acidurie N-acétyl aspartique dégénérescence spongiforme de la substance blanche Cf. acidurie N-acétyl aspartique desmostérolose desmosterolosis désordre du cycle de l’urée defecto del ciclo de la urea Otras denominaciones: trastorno del ciclo de la urea alteración del ciclo de la urea defecto congénito del ciclo de la urea desorden hereditario del ciclo de la urea désordre enzymatique du cycle de l’urée Cf. désordre du cycle de l’urée désordre péroxysomal Cf. maladie péroxysomale dextrinose limite Cf. glycogénose de type III diabète sucré - diabète insipide - atrophie optique surdité Cf. syndrome de Wolfram DMC Cf. anomalie de la O-mannosylation dystonie dopa-sensible autosomique dominante distonía sensible a la L-dopa autosómica dominante Otras denominaciones: DYT5a distonía hereditaria progresiva con marcada fluctuación diurna síndrome de Segawa autosómico dominante dystonie dopa-sensible autosomique récessive distonía sensible a la L-dopa autosómica recesiva Otras denominaciones: déficit de tirosina hidroxilasa (TH) dystonie progressive héréditaire avec fluctuations diurnes Cf. dystonie dopa-sensible autosomique dominante dystonie sensible à la L-dopa distonía sensible a la L-dopa Otras denominaciones: distonía sensible a la levodopa enfermedad de Segawa dystonie sensible à la L-dopa à transmission dominante Cf. dystonie dopa-sensible autosomique dominante dystonie sensible à la L-dopa à transmission récessive Cf. dystonie dopa-sensible autosomique récessive dystrophie musculaire congénitale Cf. anomalie de la O-mannosylation Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 57 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> dystrophie musculaire congénitale de type 1C distrofia muscular congénita de tipo IC Otras denominaciones: MDC1C dystrophie musculaire congénitale de type 1D distrofia muscular congénita de tipo ID Otras denominaciones: MDC1D dystrophie musculaire congénitale type Fukuyama distrofia muscular congénita de Fukuyama Otras denominaciones: FCMD dystrophie musculaire des ceintures - déficit intellectuel Cf. dystrophie musculaire des ceintures autosomique récessive type 2K dystrophie musculaire des ceintures autosomique récessive type 2I distrofia de cinturas de tipo 2I dystrophie musculaire des ceintures autosomique récessive type 2K distrofia de cinturas de tipo 2K Otras denominaciones: LGMD2K distrofia muscular de cinturas - retraso mental dystrophie musculaire des ceintures par déficit en FKRP Cf. dystrophie musculaire des ceintures autosomique récessive type 2I dystrophie musculaire type Fukuyama Cf. dystrophie musculaire congénitale type Fukuyama DYT5a Cf. dystonie dopa-sensible autosomique dominante Otras denominaciones: LGMD2I distrofia muscular de cinturas por déficit de FKRP E embryopathie hyperphénylalaninémique Cf. hiperfenilalaninemia materna embryopathie phénylcétonurique Cf. hiperfenilalaninemia materna encéphalomyopathie mitochondriale encefalomiopatía mitocondrial encéphalo-myopathie mitochondriale neuro-gastrointestinale Cf. syndrome MNGIE encéphalomyopathie mitochondriale, acidose lactique et pseudo-accidents vasculaires cérébraux Cf. syndrome MELAS encéphalomyopathie nécrosante subaiguë Cf. syndrome de Leigh encéphalopathie éthylmalonique encefalopatía, aciduria etilmalónica y acidosis láctica encéphalopathie myo-neuro-gastrointestinale Cf. syndrome MNGIE encéphalopathie nécrosante de Leigh d’hérédité maternelle Cf. syndrome de Leigh d’hérédité maternelle encéphalopathie par déficit en GLUT1 Cf. déficit en GLUT1 épilepsie - déficit intellectuel, type finnois Cf. CLN8 épilepsie myoclonique à fibres rouges en lambeaux Cf. syndrome MERRF 58 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> épilepsie myoclonique avec ragged-red-fibers Cf. syndrome MERRF épilepsie nordique Cf. CLN8 épilepsie progressive avec retard mental Cf. CLN8 épilepsie pyridoxine-sensible Cf. convulsion pyridoxino-phosphate dépendante épilepsie pyridoxino-dépendante Cf. convulsion pyridoxino-phosphate dépendante erreur de la biogenèse des peroxysomes enfermedad de la biogénesis del peroxisoma erreur de synthèse des acides biliaires defecto en la biosíntesis de ácidos biliares erreur innée du métabolisme error innato del metabolismo Otras denominaciones: error congénito del metabolismo enfermedad metabólica hereditaria erreur métabolique de la N-glycosylation defecto de la N-glicosilación exostose multiple héréditaire exostosis múltiple hereditaria Otras denominaciones: HME F FCMD Cf. dystrophie musculaire congénitale type Fukuyama fish-odor syndrome Cf. triméthylaminurie forme adulte de leucodystrophie métachromatique forma adulta de leucodistrofia metacromática forme cérébrale de l’enfant d’adrénoleucodystrophie adrenoleucodistrofia cerebral infantil Otras denominaciones: enfermedad de Schilder forme de l’adulte d’adrénoleucodystrophie Cf. adrénomyéloneuropathie forme infantile tardive de leucodystrophie métachromatique forma infantil tardía de leucodistrofia metacromática forme juvénile de leucodystrophie métachromatique forma juvenil de leucodistrofia metacromática forme juvénile précoce de lipofuscinose Cf. lipofuscinose juvénile fructosémie Cf. intolérance héréditaire au fructose fructosémie congénitale Cf. intolérance héréditaire au fructose fructosurie essentielle fructosuria esencial Otras denominaciones: déficit de fructocinasa déficit de fructoquinasa fucosidose fucosidosis Otras denominaciones: déficit de alfa-L-fucosidasa Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 59 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> G galactosémie galactosemia galactosémie classique galactosemia clásica Otras denominaciones: deficiencia de galactosa-1-fosfato uridiltransferasa (G1PUT) deficiencia de G1PUT galactosialidose galactosialidosis Otras denominaciones: síndrome de Goldberg déficit de neuraminidasa beta-galactosidasa gangliosidose à GM1 gangliosidosis GM1 Otras denominaciones: enfermedad de Landing gangliosidose à GM2 gangliosidosis GM2 gangliosidose à GM2 variants B, B1, AB Cf. maladie de Tay-Sachs gangliosidose à GM2, variant 0 Cf. maladie de Sandhoff gangliosidose de type I Cf. gangliosidose à GM1 glycinémie avec cétose Cf. acidémie propionique glycinémie cétosique Cf. acidémie propionique glycogénose glucogenosis Otras denominaciones: enfermedad por almacenamiento de glucógeno EAG glycogénose de Bickel-Fanconi Cf. déficit en GLUT2 glycogénose de type 0 glucogenosis tipo 0 Otras denominaciones: déficit de glucógeno sintasa de hígado enfermedad por almacenamiento de glucógeno tipo 0 glycogénose de type I glucogenosis tipo I Otras denominaciones: deficiencia de glucosa-6-fosfatasa glucogenosis hepato-renal déficit de glucosa-6-fosfato translocasa glycogénose de type Ia glucogenosis tipo Ia Otras denominaciones: enfermedad de von Gierke déficit de G6P tipo a enfermedad por almacenamiento de glucógeno por déficit de G6P tipo a enfermedad por almacenamiento de glucógeno tipo a GSD por déficit de G6P tipo a GSD tipo 1a GSDIa glucogenosis Ia glucogenosis por déficit de glucosa-6-fosfatasa tipo a glycogénose de type Ib glucogenosis tipo Ib 60 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> glycogénose de type Ic glucogenosis tipo Ic glycogénose de type Id glucogenosis tipo Id glycogénose de type II glucogenosis tipo II Otras denominaciones: GSD II enfermedad de Pompe déficit de alfa-1,4-glucosidasa ácida glycogénose de type IIb glucogenosis tipo IIb Otras denominaciones: enfermedad de Danon enfermedad de depósito de glucógeno por déficit de LAMP-2 glycogénose de type III glucogenosis tipo III Otras denominaciones: deficiencia de la amilo-1-6-glicosidasa enfermedad de Cori enfermedad de Forbes déficit de enzima desramificante dextrinosis limitada déficit GDE enfermedad de Cori-Forbes enfermedad por almacenamiento de glucógeno tipo III GSD tipo III GSDIII glycogénose de type IIIa glucogenosis tipo IIIa glycogénose de type IIIb glucogenosis tipo IIIb glycogénose de type IV glucogenosis tipo IV Otras denominaciones: enfermedad de Andersen déficit de enzima ramificante GSD tipo IV glucogenosis tipo IV glycogénose de type IX glucogenosis tipo IX Otras denominaciones: deficiencia de fosforilasa cinasa deficiencia de la fosforilasa betacinasa glycogénose de type V glucogenosis tipo V Otras denominaciones: deficiencia de miofosforilasa déficit de miofosforilasa déficit de fosforilasa muscular enfermedad de McArdle enfermedad por almacenamiento de glucógeno tipo V GSD tipo V glucogenosis tipo V glycogénose de type VI glucogenosis tipo VI Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 61 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> glycogénose de type VII glucogenosis tipo VII Otras denominaciones: enfermedad de Tarui deficiencia de fosfofructoquinasa enfermedad por almacenamiento de glucógeno tipo VII GSD tipo VII glucogenosis tipo VII glycogénose de type VIII glucogenosis tipo VIII glycogénose de type X glucogenosis tipo X Otras denominaciones: déficit de fosfoglicerato mutasa glycogénose de type XI Cf. déficit en GLUT2 glycogénose hépato-rénale Cf. glycogénose de type I glycogénose I Cf. glycogénose de type I glycogénose Ia Cf. glycogénose de type Ia glycogénose Ib Cf. glycogénose de type Ib glycogénose lysosomale à activité maltase acide normale Cf. glycogénose de type IIb glycogénose par déficit en glucose-6-phosphatase Cf. glycogénose de type I glycogénose par déficit en glucose-6-phosphatase de type a Cf. glycogénose de type Ia glycogénose par déficit en LAMP-2 Cf. glycogénose de type IIb glycogénose par déficit en phosphorylase kinase Cf. glycogénose type VIA glycogénose type 1 non a Cf. glycogénose de type Ib glycogénose type Ia Cf. glycogénose de type Ia glycogénose type Ib Cf. glycogénose de type Ib glycogénose type III Cf. glycogénose de type III glycogénose type IV Cf. glycogénose de type IV glycogénose type VIA glucogenosis tipo VIA Otras denominaciones: glucogenosis tipo VI por déficit de fosforilasa kinasa hepática glycogénose type VIB glucogenosis tipo VIB Otras denominaciones: deficiencia de fosforilasa hepática glycogénose type VII Cf. glycogénose de type VII goutte associée à HPRT Cf. déficit partiel en HPRT GSD Cf. glycogénose GSD Ia Cf. glycogénose de type Ia GSD II Cf. glycogénose de type II GSD type 0 Cf. glycogénose de type 0 62 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> GSD type I Cf. glycogénose de type I GSD type Ia Cf. glycogénose de type Ia GSD type Ib Cf. glycogénose de type Ib GSD type III Cf. glycogénose de type III GSD type IV Cf. glycogénose de type IV GSD type V Cf. glycogénose de type V GSD type VII Cf. glycogénose de type VII GSDI Cf. glycogénose de type I GSDIb Cf. glycogénose de type Ib GSDIII Cf. glycogénose de type III H hémidysplasie congénitale - érythrodermie ichtyosiforme - anomalies des membres Cf. syndrome CHILD hérédopathie ataxique polynévritique Cf. maladie de Refsum HGSC Cf. hyperglycémie sans cétose HIDS Cf. syndrome d’hyperimmunoglobulinémie D hyperglycinémie non cétosique type 1 hiperglicinemia no cetósica tipo 1 hyperglycinémie non cétosique type 2 hiperglicinemia no cetósica tipo 2 histidinémie histidinemia HME type I HME tipo I HME type II HME tipo II HME type III HME tipo III homocystinurie homocistinuria homocystinurie classique homocistinuria clásica Otras denominaciones: homocistinuria clásica por déficit de cistationina beta-sintasa homocystinurie par anomalies de la reméthylation type cbl E Cf. déficit en méthyl-cobalamine type cbl E homocystinurie par déficit en cystathionine β-synthase Cf. homocystinurie classique homocystinurie par déficit en méthionine synthase type Cbl G Cf. déficit en méthyl-cobalamine type cbl G homocystinurie par déficit en méthylènetétrahydrofolate réductase Cf. déficit en méthylènetétrahydrofolate réductase hyperargininémie hiperargininemia hyperglycémie non cétosique Cf. hyperglycémie sans cétose Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 63 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> hyperglycémie sans cétose hiperglicinemia no cetósica Otras denominaciones: HGNC hiperglicinemia no cetósica típica hyperglycinémie non cétosique Cf. hyperglycémie sans cétose hyperglycinémie sans cétose Cf. hyperglycémie sans cétose hyperornithinémie hiperornitinemia Otras denominaciones: atrofia girada de la retina déficit de ornitina amino-transferasa hyperornithinémie – hyperammoniémie – homocitrullinurie síndrome de hiperornitinemia-homocitrulinuriahiperamonemia Otras denominaciones: síndrome HHH hyperphénylalaninémie maligne Cf. déficit en GTPcyclohydrolase I hyperphénylalaninémie maternelle hiperfenilalaninemia materna Otras denominaciones: embriopatía fenilcetonúrica embriopatía hiperfenilalaninémica hyperphénylalaninémie modérée Cf. déficit partiel en phénylalanine hydroxylase hyperuricémie associée à HPRT Cf. déficit partiel en HPRT I intolérance au fructose Cf. intolérance héréditaire au fructose intolérance aux protéines dibasiques avec lysinurie lisinuria con intolerancia a proteínas Otras denominaciones: LIP intolérance héréditaire au fructose intolerancia hereditaria a la fructosa Otras denominaciones: IHF fructosemia IPDL Cf. intolérance aux protéines dibasiques avec lysinurie K Kearns-Sayre syndrome Cf. syndrome de Kearns-Sayre kératose palmoplantaire - dystrophie cornéenne Cf. tyrosinémie héréditaire de type II KSS Cf. syndrome de Kearns-Sayre 64 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> L lathostérolose latosterolosis Leber hereditary optic neuropathy Cf. neuropathie optique héréditaire de Leber leucinose leucinosis Otras denominaciones: enfermedad de orina con olor a jarabe de arce enfermedad de la orina de jarabe de arce enfermedad de la orina olor a jarabe de arce enfermedad de jarabe de arce enfermedad de jarabe de maple EOJA cetoaciduria de cadena ramificada leucodystrophie à cellules globoïdes Cf. maladie de Krabbe leucodystrophie métachromatique leucodistrofia metacromática Otras denominaciones: deficiencia de arilsulfatasa A LGMD2I Cf. dystrophie musculaire des ceintures autosomique récessive type 2I LGMD2K Cf. dystrophie musculaire des ceintures autosomique récessive type 2K LHON Cf. neuropathie optique héréditaire de Leber lipidose lipidosis Otras denominaciones: enfermedad por acumulación de lípidos enfermedad por almacenamiento de lípidos enfermedad por atesoramiento de lípidos lipofuscinose adulte lipofuscinosis crónica del adulto Otras denominaciones: enfermedad de Kufs LNC del adulto lipofuscinose infantile lipofuscinosis aguda infantil Otras denominaciones: enfermedad de Santavuori-Haltia enfermedad de Hagberg-Santavuori LNC infantil lipofuscinose infantile tardive lipofuscinosis infantil tardía Otras denominaciones: LCN infantil tardía enfermedad de Bielschowsky-Jansky lipofuscinose juvénile lipofuscinosis juvenil crónica Otras denominaciones: enfermedad de Spielmeyer-Vogt-Sjögren enfermedad de Batten lipomucopolysaccharidose Cf. sialidose type I Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 65 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> M MADD Cf. acidurie glutarique type 2 maladie CLN8, variante épilepsie nordique Cf. CLN8 maladie d’Alpers enfermedad de Alpers Otras denominaciones: síndrome de Alpers síndrome de Alpers-Huttenlocher polidistrofia de Alpers maladie d’Andersen Cf. glycogénose de type IV maladie d’Anderson-Fabry Cf. maladie de Fabry maladie de Batten Cf. lipofuscinose juvénile maladie de Bessel-Hagen Cf. exostose multiple héréditaire maladie de Canavan Cf. acidurie N-acétyl aspartique maladie de Cavanagh Cf. CLN5 maladie de Cori Cf. glycogénose de type III maladie de Cori-Forbes Cf. glycogénose de type III maladie de Danon Cf. glycogénose de type IIb maladie de Fabry enfermedad de Fabry maladie de Fanconi-Bickel Cf. déficit en GLUT2 maladie de Farber enfermedad de Farber Otras denominaciones: déficit de ceramidasa maladie de Forbes Cf. glycogénose de type III maladie de Gaucher enfermedad de Gaucher maladie de Gaucher cérébrale infantile Cf. maladie de Gaucher type II maladie de Gaucher cérébrale juvénile et de l’adulte Cf. maladie de Gaucher type III maladie de Gaucher neuronopathique aiguë Cf. maladie de Gaucher type II maladie de Gaucher neuronopathique chronique Cf. maladie de Gaucher type III maladie de Gaucher neuronopathique subaiguë Cf. maladie de Gaucher type III maladie de Gaucher type II enfermedad de Gaucher tipo II Otras denominaciones: enfermedad de Gaucher de tipo agudo neuronopático enfermedad de Gaucher infantil cerebral maladie de Gaucher type III enfermedad de Gaucher tipo III Otras denominaciones: enfermedad de Gaucher cerebral de tipo adulto y juvenil enfermedad de Gaucher de tipo crónico neuronopático enfermedad de Gaucher de tipo subagudo neuronopático 66 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> maladie de Hagberg-Santavuori Cf. lipofuscinose infantile maladie de Hunter Cf. mucopolysaccharidose de type II maladie de Hurler enfermedad de Hurler Otras denominaciones: síndrome de Hurler MPS IH mucopolisacaridosis tipo IH maladie de Jansky Bielschowsky Cf. lipofuscinose infantile tardive maladie de Krabbe enfermedad de Krabbe maladie de Kufs Cf. lipofuscinose adulte maladie de l’oxydation des acides gras enfermedad de la oxidación de los ácidos grasos maladie de Lake Cf. CLN5 maladie de Landing Cf. gangliosidose à GM1 maladie de Leber Cf. neuropathie optique héréditaire de Leber maladie de Leigh Cf. syndrome de Leigh maladie de Lesch-Nyhan enfermedad de Lesch-Nyhan Otras denominaciones: síndrome de Lesch-Nyhan SLN déficit de HPRT, grado IV déficit de hipoxantina guanina fosforribosiltransferasa, grado IV maladie de Luft enfermedad de Luft Otras denominaciones: síndrome de Luft maladie de Maroteaux-Lamy Cf. mucopolysaccharidose de type VI maladie de McArdle Cf. glycogénose de type V maladie de Menkes enfermedad de Menkes Otras denominaciones: síndrome de Menkes síndrome del cabello ensortijado maladie de Morquio Cf. mucopolysaccharidose de type IV maladie de Morquio A síndrome de Morquio A Otras denominaciones: MPS IVA maladie de Morquio B síndrome de Morquio B Otras denominaciones: MPS IVA maladie de Niemann-Pick enfermedad de Niemann-Pick maladie de Niemann-Pick type A enfermedad de Niemann-Pick A maladie de Niemann-Pick type B enfermedad de Niemann-Pick B maladie de Niemann-Pick type C enfermedad de Niemann-Pick C Otras denominaciones: enfermedad de NPC Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 67 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> maladie de Pompe Cf. glycogénose de type II maladie de Refsum enfermedad de Refsum maladie de Refsum infantile enfermedad de Refsum infantil Otras denominaciones: ERI maladie de Salla Cf. maladie de surcharge en acide sialique libre maladie de Sandhoff enfermedad de Sandhoff maladie de Sanfilippo Cf. mucopolysaccharidose de type III maladie de Sanfilippo A enfermedad de Sanfilippo A Otras denominaciones: MPS IIIA mucopolisacaridosis tipo IIIA maladie de Sanfilippo B enfermedad de Sanfilippo B Otras denominaciones: MPS IIIB mucopolisacaridosis tipo IIIB maladie de Sanfilippo C enfermedad de Sanfilippo C Otras denominaciones: MPS IIIC mucopolisacaridosis tipo IIIC maladie de Sanfilippo D enfermedad de Sanfilippo D Otras denominaciones: MPS IIID mucopolisacaridosis tipo IIID maladie de Santavuori Cf. lipofuscinose infantile Cf. syndrome muscle-oeil-cerveau maladie de Santavuori-Haltia Cf. lipofuscinose infantile maladie de Scheie enfermedad de Scheie Otras denominaciones: síndrome de Scheie MPS IS maladie de Schilder Cf. forme cérébrale de l’enfant d’adrénoleucodystrophie maladie de Segawa Cf. dystonie sensible à la L-Dopa maladie de Sly Cf. mucopolysaccharidose de type VII maladie de Spielmeyer-Vogt Cf. lipofuscinose juvenile maladie de Spielmeyer-Vogt-Sjögren Cf. CLN3 maladie de stockage du glycogène Cf. glycogénose maladie de surcharge en acide sialique infantile atesoramiento de ácido siálico libre infantil maladie de surcharge en acide sialique libre atesoramiento de ácido siálico libre Otras denominaciones: enfermedad de Salla maladie de surcharge lipidique Cf. lipidose maladie de surcharge lysosomale Cf. maladie lysosomale 68 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> maladie de surcharge lysosomiale Cf. maladie lysosomale maladie de Tarui Cf. glycogénose de type VII maladie de Tay-Sachs enfermedad de Tay-Sachs maladie de Von Gierke Cf. glycogénose de type Ia maladie de Wilson enfermedad de Wilson maladie de Wolman enfermedad de Wolman maladie des exostoses multiples Cf. exostose multiple héréditaire maladie des neurotransmetteurs enfermedad de los neurotransmisores maladie des urines à odeur de sirop d’érable Cf. leucinose maladie du métabolisme de la cobalamine defecto del metabolismo de la cobalamina maladie du sirop d’érable Cf. leucinose maladie héréditaire du métabolisme Cf. erreur innée du métabolisme maladie lysosomale enfermedad lisosomal Otras denominaciones: enfermedad de depósito lisosomal maladie lysosomiale Cf. maladie lysosomale maladie métabolique héréditaire Cf. erreur innée du métabolisme maladie mitochondriale enfermedad mitocondrial maladie péroxysomale enfermedad peroxisomal mitochondrial encephalopathy lactic acidosis stroke-like episodes Cf. syndrome MELAS mitochondrial neurogastrointestinal encephalopathy Cf. syndrome MNGIE MOCOD Cf. déficience en cofacteur molybdène MPS Cf. mucopolysaccharidose MPS I Cf. mucopolysaccharidose de type I MPS IH Cf. maladie de Hurler MPS IH/S Cf. syndtome de Hurler-Scheie MPS II Cf. mucopolysaccharidose de type II MPS III Cf. mucopolysaccharidose de type III MPS IIIA Cf. maladie de Sanfilippo A MPS IIIB Cf. maladie de Sanfilippo B MPS IIIC Cf. maladie de Sanfilippo C MPS IIID Cf. maladie de Sanfilippo D MPS IS Cf. maladie de Scheie MPS IV Cf. mucopolysaccharidose de type IV MPS IVA Cf. maladie de Morquio A MPS IVB Cf. maladie de Morquio B MPS VI Cf. mucopolysaccharidose de type VI Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 69 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> MSUD Cf. leucinose mucolipidose mucolipidosis mucolipidose I mucolipidosis I mucolipidose II mucolipidosis II mucolipidose III mucolipidosis III mucopolysaccharidose mucopolisacaridosis Otras denominaciones: MPS mucopolysaccharidose de type I mucopolisacaridosis tipo I Otras denominaciones: MPS I mucopolysaccharidose de type IH Cf. maladie de Hurler mucopolysaccharidose de type IH/S Cf. syndrome de Hurler-Scheie mucopolysaccharidose de type II mucopolisacaridosis tipo II Otras denominaciones: MPS II enfermedad de Hunter síndrome de Hunter mucopolysaccharidose de type III mucopolisacaridosis tipo III Otras denominaciones: MPS III enfermedad de Sanfilippo mucopolysaccharidose de type IIIA Cf. maladie de Sanfilippo A mucopolysaccharidose de type IIIB Cf. maladie de Sanfilippo B mucopolysaccharidose de type IIIC Cf. maladie de Sanfilippo C mucopolysaccharidose de type IIID Cf. maladie de Sanfilippo D mucopolysaccharidose de type IS Cf. maladie de Scheie mucopolysaccharidose de type IV mucopolisacaridosis tipo IV Otras denominaciones: MPS IV síndrome de Morquio síndome de Morquio-Brailsford mucopolysaccharidose de type IX mucopolisacaridosis tipo IX mucopolysaccharidose de type VI mucopolisacaridosis tipo VI Otras denominaciones: MPS VI enfermedad de Maroteaux-Lamy mucopolysaccharidose de type VII mucopolisacaridosis tipo VII Otras denominaciones: MPS VII enfermedad de Sly síndrome de Sly déficit de beta-glucuronidasa 70 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> mucosulfatidose mucosulfatidosis Otras denominaciones: déficit múltiple de sulfatasas sulfatidosis juvenil tipo Austin MVA Cf. acidurie mévalonique myoclonic epilepsy ragged red fibre Cf. syndrome MERRF myopathie à corps d’inclusion miopatía con cuerpos de inclusión myopathie à inclusion Cf. myopathie à corps d’inclusion myopathie de Nonaka Cf. myopathie héréditaire à corpus d’inclusion myopathie distale à vacuoles bordées Cf. myopathie héréditaire à corpus d’inclusion myopathie héréditaire à corps d’inclusion miopatía hereditaria con cuerpos de inclusión Otras denominaciones: hIBM miopatía distal con vacuolas ribeteadas miopatía de Nonaka DMRV myopathie mitochondriale - encéphalopathie - acidose lactique - pseudo-épisodes vasculaires cérébraux Cf. syndrome MELAS N NCL de l’adulte Cf. lipofuscinose adulte NCL infantile Cf. lipofuscinose infantile NCL infantile tardive Cf. lipofuscinose infantile tardive NCL juvénile Cf. lipofuscinose juvénile NCL, variante épilepsie nordique Cf. CLN8 neuropathie ataxiante avec rétinite pigmentaire Cf. syndrome NARP neuropathie optique héréditaire de Leber neuropatía óptica hereditaria de Leber Otras denominaciones: neuropatía óptica de Leber LHON neuropathie sensitivo-motrice héréditaire type IV Cf. maladie de Refsum northern epilepsy Cf. CLN8 O ochronose héréditaire Cf. alcaptonurie oligosaccharidose oligosacaridosis Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 71 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> ophtalmoplégie externe progressive oftalmoplejia externa progresiva Otras denominaciones: PEO ophtalmoplégie externe progressive chronique oftalmoplejia externa progresiva crónica Otras denominaciones: CPEO oroticacidurie Cf. acidurie orotique héréditaire ostéochondromes multiples Cf. exostose multiple héréditaire P phénylcétonurie fenilcetonuria Otras denominaciones: FCN PKU phénylcétonurie atypique fenilcetonuria atípica phénylcétonurie maternelle fenilcetonuria materna Otras denominaciones: síndrome de fenilcetonuria materna SFM phénylcétonurie typique fenilcetonuria típica polydystrophie sclérosante progressive d’Alpers Cf. maladie d’Alpers porphyrie porfiria porphyrie érythropoïétique congénitale porfiria eritropoyética congénita protoporphyrie protoporfiria pyrimidinémie familiale Cf. déficience en dihydropyrimidine déshydrogénase retard de croissance - aminoacidurie - cholestase surcharge en fer - acidose lactique - mort néonatale précoce Cf. syndrome GRACILE retard du développement par déficit en 2-méthylbutyryl-CoA déshydrogénase Cf. déficit en acyl-CoA déshydrogénase à chaînes courtes S sclérose myélinoclastique diffuse Cf. forme cérébrale de l’enfant d’adrénoleucodystrophie sialidose dysmorphique infantile Cf. sialidose type II sialidose normomorphique Cf. sialidose type I 72 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> sialidose type I sialidosis tipo I Otras denominaciones: lipomucopolisacaridosis síndrome de mioclonus con mancha rojo cereza sialidosis normomórfica sialidose type II sialidosis tipo II Otras denominaciones: sialidosis tipo 2 sialidosis infantil dismórfica SLN Cf. maladie de Lesch-Nyhan sphingolipidose esfingolipidosis sulfatidose juvénile type Austin Cf. mucosulfatidose surcharge en glucocérébroside Cf. maladie de Gaucher syndrome kinky hair Cf. maladie de Menkes syndrome cherry-red-spot-myoclonus Cf. sialidose type I syndrome à odeur de poisson Cf. triméthylaminurie syndrome CDG type Ia Cf. CDG-Ia syndrome CDG type Ib Cf. CDG-Ib syndrome CDG type Ic Cf. CDG-Ic syndrome CDG type Id Cf. CDG-Id syndrome CDG type Ie Cf. CDG-Ie syndrome CDG type If Cf. CDG-If syndrome CDG type Ig Cf. CDG-Ig syndrome CDG type Ih Cf. CDG-Ih syndrome CDG type Ii Cf. CDG-Ii syndrome CDG type IIa Cf. CDG-IIa syndrome CDG type IIb Cf. CDG-IIb syndrome CDG type IIc Cf. CDG-IIc syndrome CDG type IId Cf. CDG-IId syndrome CDG type IIe Cf. CDG-IIe syndrome CDG type IIf Cf. CDG-IIf syndrome CDG type IIg Cf. CDG-IIg syndrome CDG type Ij Cf. CDG-Ij syndrome CDG type Ik Cf. CDG-Ik syndrome CHILD síndrome de CHILD Otras denominaciones: hemidisplasia congénita con eritrodermia ictiosiforme y anomalías de miembros syndrome d’Alpers Cf. maladie d’Alpers Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 73 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> syndrome d’Ehlers-Danlos type VIa síndrome de Ehlers-Danlos tipo VIa syndrome d’Alpers-Huttenlocher Cf. maladie d’Alpers syndrome de Barth síndrome de Barth syndrome de Conradi-Hünermann-Happle Cf. chondrodysplasie ponctuée dominante liée à l’X syndrome de Fukuhara Cf. syndrome MERRF syndrome de Goldberg Cf. galactosialidosis syndrome de GRACILE Cf. syndrome GRACILE syndrome de Hartnup síndrome de Hartnup syndrome de Hunter Cf. mucopolysaccharidose de type II syndrome de Hurler Cf. maladie de Hurler syndrome de Hurler-Scheie enfermedad de Hurler-Scheie Otras denominaciones: síndrome de Hurler-Scheie MPS IHS MPS1H/S mucopolisacaridosis tipo 1H/S syndrome de Kearns-Sayre síndrome de Kearns–Sayre syndrome de Kelley-Seegmiller Cf. déficit partiel en HPRT syndrome de Leigh enfermedad de Leigh Otras denominaciones: síndrome de Leigh syndrome de Leigh d’hérédité maternelle síndrome de Leigh de herencia materna Otras denominaciones: síndrome MILS syndrome de Lesch-Nyhan Cf. maladie de Lesch-Nyhan syndrome de l’odeur de poisson Cf. triméthylaminurie syndrome de Maroteaux-Lamy Cf. mucopolysaccharidose de type VI syndrome de Menkes Cf. maladie de Menkes syndrome de Morquio Cf. mucopolysaccharidose de type IV syndrome de mutation de l’ATPase 6 Cf. syndrome NARP syndrome de Pearson síndrome de Pearson syndrome de Refsum Cf. maladie de Refsum syndrome de Refsum infantile Cf. maladie de Refsum infantile syndrome de Richner-Hanhart Cf. tyrosinémie héréditaire de type II syndrome de Sanfilippo Cf. mucopolysaccharidose de type III syndrome de Scheie Cf. maladie de Scheie syndrome de Segawa Cf. dystonie sensible à la L-Dopa syndrome de Segawa autosomique dominant Cf. dystonie dopa-sensible autosomique dominante syndrome de Segawa autosomique recessif Cf. dystonie dopa-sensible autosomique récessive 74 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> syndrome de Smith-Lemli-Opitz síndrome de Smith-Lemli-Opitz Otras denominaciones: síndrome de SLO SSLO déficit de 7-deshidrocolesterol-reductasa síndrome RSH syndrome de Walker-Warburg síndrome de Walker-Warburg Otras denominaciones: SWW syndrome de Wolfram síndrome de Wolfram Otras denominaciones: diabetes insípida, diabetes mellitus, atrofia óptica y sordera DIDMOAD syndrome de Zellweger síndrome de Zellweger Otras denominaciones: SZ syndrome d’Ehlers-Danlos type progéroïde síndrome de Ehlers-Danlos progeroide syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type Ia Cf. CDG-Ia syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type Ib Cf. CDG-Ib syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type Ic Cf. CDG-Ic syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type Id Cf. CDG-Id syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type Ie Cf. CDG-Ie syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type If Cf. CDG-If syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type Ig Cf. CDG-Ig syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type Ih Cf. CDG-Ih syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type Ii Cf. CDG-Ii syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type IIa Cf. CDG-IIa syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type IIb Cf. CDG-IIb syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type IIc Cf. CDG-IIc syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type IId Cf. CDG-IId syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type IIe Cf. CDG-IIe Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 75 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type IIf Cf. CDG-Iif syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type IIg Cf. CDG-IIg syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type Ij Cf. CDG-Ij syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type Ik Cf. CDG-Ik syndrome des glycoprotéines déficientes en hydrates de carbone type Il Cf. CDG-Il syndrome d’hyperimmunoglobulinémie D síndrome de hiperinmunoglobulemia D Otras denominaciones: HIDS síndrome de hiperinmunoglobulinemia D y fiebre periódica syndrome DIDMOAD Cf. syndrome de Wolfram syndrome GRACILE síndrome GRACILE Otras denominaciones: GRACILE retraso en el crecimiento, aminoaciduria, colestasis, depósitos de hierro, acidosis láctica y muerte prematura syndrome HHH Cf. hyperornithinémie – hyperammoniémie homocitrullinurie syndrome hyperostose-hyperphosphatémie síndrome de hiperfosfatemia-hiperostosis Otras denominaciones: HHS syndrome MEB Cf. syndrome muscle-oeil-cerveau syndrome MELAS síndrome MELAS Otras denominaciones: encefalopatía mitocondrial, acidosis láctica y episodios sintomáticos semejantes a accidentes cerebrovasculares síndrome de encefalomiopatía mitocondrial con acidosis láctica y episodios de accidentes cerebrovasculares syndrome MERRF síndrome MERRF Otras denominaciones: síndrome de epilepsia mioclónica con fibras rojorasgadas syndrome MNGIE síndrome MNGIE Otras denominaciones: síndrome mio-neurogastrointestinal síndrome mioneurogastrointestinal encefalomiopatía mioneurogastrointestinal EMNGI 76 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> syndrome Muscle-Eye-Brain Cf. syndrome muscle-oeil-cerveau syndrome muscle-oeil-cerveau enfermedad músculo-ojo-cerebro Otras denominaciones: MEB syndrome NARP síndrome NARP Otras denominaciones: síndrome de neuropatía, ataxia y retinopatía pigmentaria syndrome pseudo-Zellweger síndrome de pseudo-Zellweger Otras denominaciones: deficiencia de 3-cetoacil-CoA tiolasa syndrome Richner-Hanhart Cf. tyrosinémie héréditaire de type II syndrome RSH Cf. syndrome de Smith-Lemli-Opitz syndrome SLO Cf. syndrome de Smith-Lemli-Opitz syndrome triple H Cf. hyperornithinémie – hyperammoniémie – homocitrullinurie SZ Cf. syndrome de Zellweger T triméthylaminurie trimetilaminuria Otras denominaciones: síndrome del olor a pescado síndrome de olor a pescado tyrosinémie tirosinemia tyrosinémie de type I tirosinemia tipo I Otras denominaciones: deficiencia de la fumarilacetoacetato hidrolasa (FAH) tyrosinémie de type I récessive autosomique Cf. tyrosinémie de type I tyrosinémie héréditaire Cf. tyrosinémie tyrosinémie héréditaire de type I Cf. tyrosinémie de type I tyrosinémie héréditaire de type II tirosinemia tipo II Otras denominaciones: deficiencia de la fumarilacetoacetato hidrolasa (FAH) queratosis palmoplantar - distrofia corneal síndrome de Richner-Hanhart tirosinemia oculocutánea tyrosinémie oculo-cutanée Cf. tyrosinémie héréditaire de type II tyrosinémie par déficit en TAT Cf. tyrosinémie héréditaire de type II Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 77 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> tyrosinémie par déficit en tyrosine aminotransférase Cf. tyrosinémie héréditaire de type II tyrosinémie type II Cf. tyrosinémie héréditaire de type II tyrosinose hépato-rénale Cf. tyrosinémie de type I V variant finlandais de céroïde-lipofuscinose neuronale Cf. CLN5 variant indo-européen de céroïde-lipofuscinose neuronale Cf. CLN6 variant turc de céroïde-lipofuscinose neuronale Cf. CLN7 Notas 1. Para obtener más información sobre los EIM remitimos a la guía elaborada por el Hospital Sant Joan de Déu (2009). Se trata de una obra de referencia en la que se recogen trípticos sobre las 40 entidades más comunes dentro de este subdominio. 2. Este trabajo se inscribe en el marco del proyecto de I+D+i «Construcción eficiente de recursos lingüísticos multilingües» (INCITE08PXIB302179PR), financiado por el Programa de Promoción Xeral da Investigación do Plan Galego de Investigación, Desenvolvemento e Innovación Tecnolóxica (INCITE) de la Xunta de Galicia (España). 3. A modo de ejemplo se puede citar, en España, la aprobación en junio de 2009 de la Estrategia en Enfermedades Raras, del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS), cuyo objetivo es dar una respuesta a las necesidades de las personas afectadas por estas enfermedades, coordinando las actuaciones y estableciendo siete líneas estratégicas de trabajo. Se debe citar, asimismo, la creación en noviembre de 2006 del Centro de Investigación en Red de Enfermedades Raras (CIBERER), un prestigioso centro de referencia para promover la investigación sobre enfermedades raras, que tiene como objetivo principal coordinar y favorecer la investigación biomédica básica y la investigación clínica y epidemiológica. 4. Para más información sobre las características, tratamiento y explotación de EMCOR véase Varela Vila y Sánchez Trigo, 2011. 78 5. Queremos agradecer en especial la colaboración del doctor Manuel J. Hens Pérez, del Instituto de Investigación en Enfermedades Raras del Instituto de Salud Carlos III, Madrid (España). 6. Para otros resultados de esta línea véase, por ejemplo, Miquel Vergés y Sánchez Trigo, 2010. Bibliografía Dubuc, R. (1992): Manuel pratique de terminologie. Quebec: Linguatech. Hospital Sant Joan de Déu. (2009): Errores congénitos del metabolismo. Guía divulgativa. Barcelona: Unidad de Enfermedades Metabólicas Hereditarias, Hospital Sant Joan de Déu. Disponible en <http:// pkuatm.org/guia-divulgativa> [consulta: 12.IV.2011]. Miquel Vergés, J., y Sánchez Trigo, E. (2010): «The social model of translation and its application to health-specialised search engines on the Internet. An example: the ASEM neuromuscular disease search engine», Meta, 55 (2): 374-386. Disponible en <www.erudit. org/revue/meta/2010/v55/n2/index.html> [consulta: 12.IV.2011]. Varela Vila, T., y Sánchez Trigo, E ( 2011): «The compilation, processing and exploitation of a medical corpus for terminological purposes: EMCOR, a corpus on innate errors of metabolism» (en prensa). Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> Traducción y terminología Little Orphan Annie´s Eyes Nuclei (¿qué tienen los ojos de la huerfanita?) Karina Ruth Tabacinic* Resumen: La traducción de las referencias culturales y otros usos figurados de la lengua constituye una dificultad especial para el traductor biomédico, puesto que exige la aplicación de estrategias no tan habituales en este campo de la traducción. Este artículo describe algunas de estas estrategias mediante el análisis de una referencia cultural en particular, «Little Orphan Annie’s Eyes Nuclei», partiendo de la premisa de que la elección de la estrategia más apropiada debe regirse por el criterio de pertinencia. Palabras clave: referencias culturales, epónimos, usos figurados, pertinencia, modulación, equivalencia. Little Orphan Annie´s eyes nuclei: What´s with her eyes? Abstract: The translation of cultural references and other figurative expressions may be particularly problematic for biomedical translators, since it requires strategies that are not commonly used in biomedical translation. Some of these strategies are described through an analysis of the expression “Little Orphan Annie’s Eyes Nuclei.” Selection of the most appropriate strategy should be based on the concept of relevance. Key words: culture-bound elements, eponyms, figurative expressions, relevance, modulation, equivalence. Panace@ 2010; 12 (33): 79-82 En las VII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, que tuvieron lugar en la Ciudad de Buenos Aires (Argentina), se presentó una sesión de características novedosas —al menos en lo que a seminarios y congresos de traducción se refiere— denominada «TipSix», que consistió en la exposición de comunicaciones breves sobre problemas de traducción. Dediqué el tiempo que me asignaron a comentar sobre la investigación que realicé acerca de la referencia cultural Little Orphan Annie´s Eyes, con la que me topé durante el proceso de traducción de una obra sobre citopatología de tiroides (The Bethesda System for Reporting Thyroid Cytopathology). Explicaré aquí, quizá algo más detalladamente que en las jornadas, el problema que plantea la traducción de referencias culturales como esta en el discurso biomédico y las posibles soluciones a partir del análisis de este ejemplo. El término eponímico que me propongo analizar aparece desde el comienzo del capítulo dedicado al carcinoma papilar de tiroides y se repite, con algunas variaciones, a lo largo de todo ese capítulo. 1. The defining features of PTC [papillary thyroid carcinoma] are seen in the nuclei. PTC nuclei can be round or oval, but they are often highly irregular in contour; the irregularity of nuclear contours is often one of the first clues to the diagnosis. The chromatin of a PTC nucleus is usually pale and powdery rather than dark and coarsely textured like a benign follicular cell nucleus. The pallor is the greatest in formalin-fixed tissue, which renders the nucleus practically empty in appearance, like the empty eyes of the cartoon character Orphan Annie.1 En esta primera ocasión, el término aparece más bien como una explicación dentro del símil, lo que nos permite suponer que quizá el uso no esté tan extendido (es decir, que aún no está lexicalizado). Más adelante, en el mismo capítulo: 2. Figure 8.9. Papillary thyroid carcinoma. “Orphan Annie eyed” nuclei are very pale, with powdery chromatin and micronucleoli (smear, Papanicolaou stain). 3. Figure 8.18. Papillary thyroid carcinoma, macrofollicular variant. Left, There is a large sheet of tumor cells with crowded, “Orphan Annie eye” nuclei; Right, An intranuclear pseudoinclusion is present in the large oval nucleus. Note also the peripheral micronucleoli (smear, Papanicolaou stain). 4. Pale nuclei with powdery chromatin (“Orphan Annie” nuclei). A medida que va avanzando el capítulo, se observa lo que podríamos denominar un «acortamiento» del término, fenómeno muy frecuente en inglés, que privilegia las expresiones cortas y sintéticas (mediante diversos procesos de truncación). En primer lugar, aparece el símil; luego, el sintagma adopta * Traductora biomédica, Buenos Aires (Argentina). Dirección para correspondecia: [email protected]. Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 79 Traducción y terminología función adjetiva de premodificador, acompañando al sustantivo que modifica (nuclei) en dos formas diferentes: como adjetivo y después como nominal en aposición. Por último, un nuevo acortamiento, que reduce el término inicial de cinco elementos a solo dos. El elemento menos significativo, Little, desaparece desde la segunda instancia, pero lo llamativo es que el más significativo, eyes, también termina desapareciendo, como se ve en el ejemplo número 4. No era la primera vez que me encontraba ante un problema de esta naturaleza, pero me pareció que esa referencia cultural tenía un trasfondo interesante. En primer lugar, no sé bien qué sucederá en otros países, pero en la Argentina siempre asociamos a Annie con la imagen de la película de Hollywood (una niña pequeña de cabello pelirrojo corto y pecas que canta «El sol brillará, mañana...» en su versión española o «The sun will come out, tomorrow...»). De hecho, las versiones de la obra Annie llevadas al teatro en mi país siempre estuvieron protagonizadas por actrices pelirrojas de cabello enrulado. Y esa era la característica más distintiva del personaje..., pero, ¿los ojos?... Realmente, nunca me llamaron la atención: ni en la película ni en ninguna de las producciones teatrales. Y así comenzó la investigación. Resultó que, según una carta de Ronald A. DeLellis dirigida al director del American Journal of Surgical Pathology, Nancy Warner (profesora emérita de Anatomía Patológica en la Universidad de California, Los Ángeles) fue la primera en utilizar este término para describir los núcleos de estos carcinomas de tiroides. Según DeLellis, la primera publicación en la que aparece consignado el término data de 1971: «the epithelium may betray its malignant nature by a nuclear pattern; the nuclei have sharply etched membranes and, instead of hyperchromatism, the center of the nucleus is relatively empty [like ‘Orphan Annie’s eyes]». En realidad, como también comenta DeLellis, Warner llegó a esta asociación por un colega, quien le había señalado que los núcleos del carcinoma papilar de tiroides se asemejaban a los ojos de la estrella de cine Martha Scott, y a ella le pareció que se parecían más a los ojos de la caricatura de Harold Gray, publicada en los Estados Unidos desde 1924 hasta junio del 2010 en varios periódicos del país, aunque no ininterrumpidamente. Con el tiempo, este término comenzó a utilizarse para referirse no solo a los núcleos del carcinoma papilar de tiroides, sino al tumor en su totalidad. Ed Friedlander, especialista en anatomía patológica, concibió una caracterización de dicho tumor a partir de esta denominación. Así, Little Orphan Annie tumor denota al carcinoma papilar de tiroides porque afecta principalmente a mujeres jóvenes, crece con lentitud (igual que Annie) y es infrecuente que provoque la muerte (la sobrevida a 10 años es > 90 %, pronóstico mucho mejor que el de todos los demás carcinomas tiroideos), tiene núcleos que se asemejan a los ojos de este personaje y presenta cuerpos psamomatosos (y aquí viene otra peculiaridad de la evolución del término: el perro de Annie se llamaba Sandy, y psammos [gr. ψάμμος] significa ‘arena’, que en inglés es sand). Ahora bien, ¿a qué obedece esta analogía? Veamos algunas imágenes, para esclarecer el panorama. 80 <http://tremedica.org/panacea.html> La asociación podrá parecer algo extraña, a menos que entendamos que este personaje es muy conocido en los Estados Unidos (se me ocurre que podríamos equiparar el grado de popularidad con el de los personajes argentinos Mafalda o Clemente). Somos traductores, ¿verdad? Zapatero, a tus zapatos, se dice por aquí, así que debemos pensar cómo resolver la traducción de este término eponímico de clara referencia cultural. Si bien hay varias opciones, no todas serían apropiadas teniendo en cuenta el criterio de pertinencia, que considero esencial para nuestro trabajo. En el primer ejemplo que cité, aparecen subrayadas algunas expresiones de las que me valdré para proponer las soluciones posibles. La primera opción sería recurrir a un calco de expresión, es decir, por ejemplo, «núcleos semejantes a los ojos del personaje Annie, la huerfanita». Sin embargo, esta solución no parece pertinente, pues al no haber versiones traducidas al español de esta tira cómica, se desconoce el personaje y la referencia no evoca la misma idea. Por otra parte, dado que en inglés se viene utilizando el término desde hace más de 30 años, cabe esperar que los anatomopatólogos anglohablantes sepan de qué se trata; no sucede lo mismo con los especialistas de habla española, de modo que podríamos decir que se trata de una cápsula cultural. Desde luego, no considero pertinente buscar un personaje de nuestra cultura para reemplazar el utilizado en inglés: no es aplicable la técnica de equivaPanace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> lencia (Vázquez-Ayora), porque no tenemos un epónimo que tenga el mismo valor. La segunda opción sería echar mano de otro uso figurado de la lengua en pos de la equivalencia semántica, por ejemplo, «núcleos vacíos o en vidrio esmerilado». Sin duda, esta es la descripción metafórica habitual de los núcleos del carcinoma papilar de tiroides, si bien también se habla de «vidrio esmerilado» para describir el núcleo de las células infectadas por el virus del herpes simple (Alonso, Lascano y Hernández, 2005), algunas imágenes de radiografía y tomografía computarizada (Albert y cols., 2001) o los hepatocitos de la hepatitis B crónica (Stevens y Lowe, 2001), entre otros. La expresión «núcleos vacíos» (aspecto que es producto del glucógeno que rechaza la cromatina hacia la periferia) también se emplea para describir las imágenes microscópicas de la enfermedad de Wilson, el virus delta y otros (Herrerías Gutiérrez, Díaz Belmont y Jiménez Sáenz, 1996). La tercera opción consiste en describir el aspecto microscópico prescindiendo del uso figurado de la lengua, estrategia denominada «modulación» (Vázquez-Ayora, 1977), por ejemplo, «núcleos pálidos con cromatina pulverulenta», que es una de las descripciones que aparecen en muchas publicaciones científicas junto al término que nos ocupa. No obstante, en anatomía patológica, el término «núcleos pálidos» también se utiliza para describir los macrófagos del granuloma tuberculoso (Klatt, 2007), las células de los ganglios parasimpáticos (Young y Heath, 2000) y el tumor ovárico de células de la granulosa (Trujillo Vilchez y cols., 2008), entre otros. Como vemos, puede tratarse de un signo patológico o fisiológico. En cuanto a la «cromatina pulverulenta», también se observa en los linfocitos plasmocitoides (Atkinson, 2005) y en el oligodendroglioma (Escalona-Zapata, 1996), entre otros. A estas alturas se preguntarán el motivo por el que enumeré tantos usos de estas distintas denominaciones: simplemente porque el término Little Orphan Annie´s eyes nuclei es tan específico —y, según algunos autores (Rosai, 2009), patognomónico— que lo ideal sería encontrar una expresión igualmente específica. Considero que el único modo de llegar a ese mismo grado de especificidad consiste en combinar dos de las soluciones propuestas (la segunda y la tercera), pues de esta manera mantenemos el uso figurado de la lengua que se pretende con el término del original y desambiguamos y descartamos los demás signos a los que puedan hacer referencia esos términos de uso tan difundido y dispar. Por lo tanto, mi propuesta es la siguiente: núcleos pálidos con cromatina pulverulenta («vacíos» o «en vidrio esmerilado»). Al eliminar la referencia cultural, decisión tomada por cuestiones de pertinencia, aplicamos las técnicas de omisión y modulación: omitimos la mención de Annie y modulamos, porque cambiamos el punto de vista. Otra opción sería cambiar el orden de los elementos de esta solución —es decir, colocar en primer lugar la expresión figurada y la explicación entre paréntesis—, en cuyo caso estaríamos recurriendo a la técnica denominada «explicitación». Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Algunas reflexiones Según mi experiencia, en los textos académicos de biomedicina es habitual encontrar usos figurados de la lengua, sobre todo para describir signos radiológicos y microscópicos. Los médicos a menudo recurren a estos usos figurados, quizá para encontrar alguna similitud con un elemento más familiar o para recordar algún aspecto determinante del diagnóstico. Para los traductores científicos, estas analogías, símiles, comparaciones y metáforas, entre otros recursos de estilo más propios del discurso literario, suelen ser causa de problemas, pues en muchos casos constituyen cápsulas culturales, nos exigen una investigación profunda que lleva bastante tiempo y no siempre podemos aplicar los mismos recursos para traducirlas. Considero esencial investigar para fundamentar la solución y, desde luego aquellos que no somos médicos, consensuar la propuesta con un médico especializado en el tema del texto. Nota 1. Destaco con subrayado las frases que luego me servirán para proponer posibles soluciones de traducción, ya que constituyen los términos con que suelen describirse estos núcleos sin recurrir a referencias culturales. Bibliografía Albert, R., y cols. (2001): Tratado de neumología. (Traducido por Diorki Servicios Integrales de Traducción y Edición.) Madrid: Harcourt. Ali, S. Z., y Cibas, E. S. (2010): The Bethesda System for Reporting Thyroid Cytopathology. Nueva York: Springer. Alonso, P., Lascano, E., y Hernández, M. (2005): Cáncer cervicouterino. Diagnóstico, prevención y control. México: Editorial Médica Panamericana. Atkinson, B. F. (2005): Atlas de diagnóstico citopatológico, 2. (Traducido por Diorki Servicios Integrales de Edición.) Madrid: Elsevier España. Cabré, M. T. (1993): La terminología. Teoría, metodología, aplicaciones. (Traducido por Carles Tebé.) Barcelona: Antártida, Empúries. DeLellis, R. A. (1993): «Orphan Annie Eye Nuclei: A Historical Note», American Journal of Surgical Pathology, 17 (10): 1067. Escalona-Zapata, J. (1996): Tumores del sistema nervioso central. Madrid: Complutense. Firmenich Montserrat, S. (2009): «Las referencias culturales en la traducción». Ponencia inédita presentada en el L Congreso Anual de la American Translators Association, Nueva York, 31 de octubre de 2009. Friedlander, E. (2010): Ed´s Pathology Notes (3.X.2010). <www.pathguy.com/lectures/thyroid.htm> [consulta: 2.XI.2010]. Herrerías Gutiérrez, J. M., Díaz Belmont, A., y Jiménez Sáenz, M. (1996): Tratado de hepatología, vol. I. Sevilla: Universidad de Sevilla, Secretariado de Publicaciones. Klatt, E. C. (2007): Atlas de anatomía patológica. Barcelona: Elsevier. Rosai, J. (2009): «Papillae, Nuclei and Oncogenesis: Back to the Drawing Board», USCAP Annual Meeting. USCAP. Rosenthal, P. (2010): «‘Annie’ left a homeless orphan in newspaper world», Chicago Tribune, 13.V. 2010. 81 Traducción y terminología Stevens, A, y Lowe, J. (2001): Anatomía patológica, 2. Madrid: Harcourt. Trujillo Vilchez, R., y cols. (2008): «Caso clínico. Tumor de células de la granulosa. Revisión de la literatura a propósito de un caso», Portalesmedicos.com (7.I.2008). <www.portalesmedicos.com/ publicaciones/articles/883/1/Caso-clinico-Tumor-de-Celulas-de-la- <http://tremedica.org/panacea.html> Granulosa-Revision-de-la-literatura-a-proposito-de-un-caso.html> [consulta:2.XI. 2010]. Vázquez-Ayora, G. (1977): Introducción a la traductología. Washington D. C.: Georgetown University. Young, B., y Heath, J. W. (2000): Wheater´s Histología funcional. Texto y atlas en color. Madrid: Elsevier. Sobre mapaches, cangrejos, plurales y determinantes posesivos Juan Manuel Martín Arias El uso del plural y el singular es muy diferente en inglés y en español. Uno de los errores de traducción que se observa con más frecuencia en los textos traducidos del inglés consiste en frases del tipo «Estas personas tienen que dar sentido a sus vidas» (traducción literal del ingles), que se oyen mucho, pero que mucho, en los documentales, en la voz en off que traduce lo que alguien esta diciendo en inglés, en los textos traducidos, en el doblaje de las películas, etc. En español, lo correcto es «Estas personas tienen que dar sentido a su vida», si bien mejor sería una traducción más audaz, tal como «Es importante que la vida tenga algún sentido para estas personas» o «La vida ha de tener algún sentido para estas personas». Asimismo, en español lo correcto es «Los jugadores cogieron la raqueta y se pusieron a jugar», en vez de «Los jugadores cogieron sus raquetas y se pusieron a jugar» (traducción literal del inglés). Lo mismo ocurre en los protocolos de los estudios clínicos: en vez de la traducción literal del inglés «Las muestras de sangre se obtendrán en las visitas 3, 7 y 10», lo correcto es «La muestra de sangre se obtendrá en las visitas 3, 7 y 10», aunque haya muchos pacientes y a cada uno se le extraiga una muestra de sangre. Hoy, por influencia del inglés, se oyen cada vez más frases del tipo «Todos los diputados presentaron en el registro del Congreso sus actas acreditativas» donde siempre se había dicho «Todos los disputados presentaron en el registro del Congreso el acta acreditativa» (obsérvese que el que sustituye a su y que acta acreditativa está en singular). El uso angloide del plural junto con el uso del determinante posesivo en vez del artículo determinado es una de las combinaciones inglesas con más agresividad colonizadora del español, y tiene su origen en las traducciones literales del inglés que, cual carcoma, están destrozando la arquitectura de nuestro idioma. Aquí no se trata de neologismos, préstamos ni extranjerismos, sino de estructuras sintácticas extrañas insertadas a lo bestia en el idioma. La regla es muy sencilla: en español utilizamos el singular cuando el objeto es singular, aunque cada persona tenga el suyo. Así, en vez de la traducción literal del inglés «Llegaron y se quitaron sus sombreros», lo correcto es «Llegaron y se quitaron el sombrero», porque lo normal es que cada persona lleve un solo sombrero, no dos ni tres. Si el objeto al que nos referimos es plural, irá en plural, con independencia del número de personas. Así, «Llegaron y se quitaron los correajes». En inglés, en cambio, siempre va en plural, porque se entiende que, al haber más de una persona, hay más de un sombrero. Con respecto el determinante posesivo, en español se utiliza en lugar del artículo determinado únicamente cuando puede haber duda sobre quién es el poseedor, algo que rara vez ocurre, al menos en medicina. Es obvio que basta con decir «La paciente presentaba un bulto en la mama izquierda», en vez de la traducción literal del inglés «La paciente presentaba un bulto en su mama izquierda», puesto que es evidente que el bulto está en la mama de la paciente, no en la mama de, pongamos por caso, la médica que realiza la palpación. Cuando existía duda, en español, antes de que el inglés viniese a ponernos el idioma patas arriba, lo habitual era disipar la duda mediante construcciones del tipo de él, de ella, de Ud. Por tanto, en las cajetillas de tabaco no estaría de más poner «Las autoridades sanitarias advierten de que fumar puede dañar la salud de Ud.», en vez de «Las autoridades sanitarias advierten de que fumar puede dañar su salud», ya que esto último no deja claro sobre la salud de quién se está hablando (¿la de las autoridades sanitarias?, ¿la de los fumadores?), y, de hecho, en su momento se hicieron bastantes chistes al respecto. Quien dude sobre la veracidad de esta invasión del su, no tiene nada más que coger al azar el prospecto de cualquier medicamento español («Tome sus cápsulas tal como su médico le ha indicado», etc.). Y lo peor de todo, es que muchos de estos prospectos no se han traducido del inglés, sino que se han redactado originariamente en español (¿en español?). Si damos el salto desde la lingüística a la ecología, vemos que esta inserción de estructuras sintácticas extrañas al español es un fenómeno similar al que ocurrió cuando se introdujo en España el cangrejo de California, a consecuencia de lo cual desaparecieron de los ríos españoles las especies autóctonas. Se parece también a lo que está ocurriendo en España con los mapaches: algunos niños españoles se los traen de los EE. UU. como animalito de compañía, y luego se escapan de la casa o los padres los dejan en libertad al comprobar que son animales muy agresivos. En el área metropolitana de Madrid hay ayuntamientos que empiezan a estar preocupados por los mapaches: se reproducen rápidamente, son muy voraces, compiten con las especies autóctonas, vuelcan los cubos de basura en busca de alimento, destrozan los jardines, etc. Un idioma funciona igual que un ecosistema, y hoy todos, en mayor o menor medida, estamos preocupados por la biodiversidad. ¿Por qué no preocuparnos o, mejor, ocuparnos, también de la linguodiversidad, tan amenazada como la biodiversidad, si no más? ¿Se le ocurre a alguien mejor ocupación que esta para un traductor? 82 Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Traducción y terminología <http://tremedica.org/panacea.html> Crisis: una palabra médica con mucho éxito en otros ámbitos La palabra crisis es, sin duda, uno de los términos médicos que mayor éxito han tenido cuando traspasó los límites de la medicina y se introdujo en el lenguaje de la astronomía, la política, la historia, la economía, la física, etc. Vamos a centrarnos en el estudio de la historia médica del término y dejaremos a los economistas que nos expliquen, si pueden, la crisis económica por la que estamos atravesando. En origen, en griego, krísis κρίσις no era tampoco un término específicamente médico y significaba sencillamente ‘juicio’, como sustantivo abstracto derivado del verbo krínō κρίνω ‘juzgar’, ‘decidir’; el valor original del verbo, como vemos por el indoeuropeo y por comparación con otras lenguas de la misma familia (p. ej,. latín cernere ‘separar’, de donde el español discernir), era ‘separar’, ‘distinguir’. En Hipócrates, el primer médico en que se documenta el término, es difícil entender el significado si no se hace un estudio del conjunto de palabras de la misma familia, es decir, el sustantivo abstracto krísis κρίσις, el verbo krínō κρίνω ‘juzgar’, ‘decidir’, y los adjetivos kritikós κριτικός ‘que permite emitir un juicio’ y krísimos κρίσιμος ‘decisivo’. Es necesario contextualizarse y recordar la importancia que tenía para el médico de la época de Hipócrates establecer el pronóstico de la enfermedad, incluso predecir el número de días que iba a tardar el enfermo en curar o morir, preocupación que tenía mucho que ver con la observación de las fiebres recurrentes en las que, efectivamente, era posible hacer previsiones de ese tipo. La crisis de la enfermedad era para Hipócrates el momento en que los síntomas, signos y otras manifestaciones permitían al médico emitir ese juicio y pronóstico sobre la evolución del mal. Matizando lo que se suele afirmar, no era tanto el momento en que la enfermedad se decidía en un sentido u otro, sino aquel en que el médico, a partir de la evaluación de los síntomas y signos, podía emitir su juicio, establecer el pronóstico, que era una de sus tareas fundamentales. Como vemos en el propio Hipócrates y en Galeno, la palabra sin adjetivos tenía un carácter positivo, y por tanto krísis significaba ‘resolución de la enfermedad’; cuando se predecía una evolución negativa se usaba la misma palabra, pero se adjetivaba para marcar ese carácter. Por otra parte, pensamos que en los textos de Hipócrates y Galeno existe en buena medida un cruce, fácil de entender en términos que tienen el mismo origen etimológico, entre krísis y ékkrisis ἔκκρισις ‘secreción’; en efecto, una de las manifestaciones decisivas o críticas de la enfermedad eran las secreciones. En su comentario a los aforismos de Hipócrates, In Hippocratis aphorismos commentarii, K. 17b 470, da Galeno la siguiente definición de crisis: cambio rápido en la enfermedad hacia la salud o hacia la muerte; se produce cuando la naturaleza separa lo perjudicial de lo favorable por la secreción. [Todos los términos en cursiva son de la misma raíz que krísis.] Hay un texto (In Hippocratis prognosticum commentarii, K. 18b 231) en que Galeno afirma todo esto que estamos contando: La crisis aplicada a enfermedades es una metáfora del lenguaje de los tribunales y significa el cambio repentino que se produce en una enfermedad de cuatro formas: o el paciente se aleja de la enfermedad repentinamente, o experimenta una gran mejoría, o se muere repentinamente, o se pone mucho peor; los dos primeros tipos de crisis mencionados se llaman crisis sin más, mientras que los otros dos tipos se adjetivan con crisis mala o crisis funesta [...]. Habéis aprendido que las crisis se producen con algún vaciamiento o expulsión evidentes; solo los niños rara vez experimentan cambios agudos en la buena dirección gracias a sueños largos y profundos, pero no existe acuerdo en designar estos cambios como crisis. El término pasó al latín tardío y lo encontramos en Celio Aureliano en el siglo v; en san Isidoro, siglos vi-vii, aparece criticus, referido a día. Frente a lo que ocurría en griego, en latín crisis y criticus son términos estrictamente de ámbito médico, referidos a la evolución de la enfermedad. Es fácil documentarlo a lo largo de la Edad Media, tanto de la alta como de la baja, como se puede comprobar en el diccionario de Lehmann-Stroux (Mittellateinisches Wörterbuch bis zum ausgehenden 13. Jahrhundert. Múnich, 1967-2004). No nos resistimos a citar un curioso texto de Judizios de las estrellas, de autor anónimo, que se fecha entre 1254 y 1260, según datos del CORDE, en que se enumeran los oficios del médico y que supone el primer texto en lengua romance en que se documenta el uso de crisis (la primera documentación en francés es de 1478, mientras que en inglés es de 1543): Sepas que este catamiento se parte en 10 partes. La primera es catar el logar de la significacion que significo la enfermedat & catar en las melezinas & en el fisico. El segundo catamiento es en catar la enfermedat si es en el espirito, o en el cuerpo, o en amos. El tercero catamiento es saber en que logar del cuerpo es la enfermedat. El quarto catamiento es si sanara este enfermo desta enfermedat o si morra. El quinto catamiento es si sera esta enfermedat breue o luenga. El sexto catamiento es en que tiempo sanara desta enfermedat, o en que tiempo morra el enfermo. El 7º catamiento es en saber las crisis buenas o malas, & en que tiempo uernan. El 8º catamiento es en saber el puiamiento de la enfermedat & su baxamiento. El noueno catamiento es en saber de que manna es aquel enfermo en su enfermedat, si es medroso o si es sofrido. El 10º catamiento es en saber la fin de la enfermedat & del enfermo. El uso del término es, pues, idéntico al que tenía en médicos griegos o latinos. Tanto en español como en francés o inglés era una palabra que se usaba exclusivamente para hablar de enfermedades; solo después pasó al ámbito de la astrología (en inglés en 1603), luego a un ámbito general para hablar de la evolución de acontecimientos (en inglés en 1627, en francés en 1690); solo en el siglo XIX llegó al vocabulario político y económico. Por cierto, que, a diferencia de lo que ocurría en época de Hipócrates y Galeno, ahora, en el ámbito de la economía, las crisis sin necesidad de adjetivos son funestas y destructoras. © Francisco Cortés Gabaudan. <dicciomed.eusal.es>. Universidad de Salamanca Panace@. Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 83 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> ¿Se debe usar el término accidente en el ámbito de la investigación científica? Montserrat Ruiz Pérez* Resumen: El uso del término accidente está muy extendido tanto en la lengua corriente como en el ámbito de la investiga­ ción científica. Sin embargo, se han planteado serias objeciones a su uso. La connotación de imprevisibilidad y aleatoriedad implícita en el término ha llevado a muchos profesionales de la salud pública a evitar su uso. Este trabajo pretende recoger el debate generado en el ámbito de la investigación y de la literatura científica, así como presentar alternativas al uso de dicho vocablo. Palabras clave: accidente, terminología, idoneidad de uso, investigación científica. Should the term accident be used in scientific research? Abstract: The term accident is widely used both in everyday language and in scientific research. However, there is no consensus on its use. Its connotations of chance and unpredictability have prompted many public health professionals to discourage use of the term. This paper outlines the ongoing debate in the field of scientific research and literature, and presents alternatives for the term accident. Key words: accident, terminology, suitability of use, scientific research. Panace@ 2011; 12 (33): 84-88 El uso del vocablo inglés accident y de su traducción ha­ bitual al castellano accidente está muy extendido tanto en la sociedad como en el ámbito de la investigación. Sin embargo, no existe un consenso general sobre la idoneidad de su uso. La principal razón de ello es la connotación de imprevisibi­ lidad y aleatoriedad implícita en el término, lo cual se asocia con sucesos totalmente impredecibles. Las acepciones más comunes del término en el ámbito popular suponen un pro­ blema para quienes se dedican a la prevención de este grave problema de salud pública. Así, habitualmente se define accidente como un suceso imprevisto que altera la marcha normal de las cosas. Por otro lado, también describe el error humano, lo cual imposibilita el análisis de los factores de riesgo asocia­ dos a determinadas conductas del individuo. Generalmente se considera el hecho en sí, y no el daño resultante. Por último, cabe mencionar la connotación bíblica del término, por la que un accidente es un designio divino, lo que impide la toma de conciencia de los factores determinantes del suceso y dificulta la puesta en marcha de estrategias de prevención. Este problema conceptual y lingüístico, sobre el que mu­ cho se ha escrito y del cual son conocedores los profesionales del área, no parece tener una solución fácil. El término accidente no cubre adecuadamente la complejidad del fenómeno, ni en inglés ni en castellano, por lo que considero acertada la posición mayoritaria del mundo de la salud pública que evita su uso. Dada la dificultad de encontrar un sinónimo totalmen­ te adecuado, es preferible hablar de sucesos lesivos, y no de accidentes, para referirnos a las circunstancias que rodean la aparición de una lesión. En este trabajo pretendo recoger el debate generado en el ámbito de la investigación y de la lite­ ratura científica a este respecto y presentar alternativas al uso de dicho término. 1. Breve evolución histórica del término Históricamente, el término ha tenido diferentes significa­ dos (Loimer y Guarneri, 1996). Aristóteles lo usó para refe­ rirse a las características no esenciales o extrínsecas tanto de personas como de cosas, de manera que los individuos y las cosas contarían con cualidades propias y cualidades «acci­ dentales». Más tarde, los filósofos de la época grecorromana y medieval aplicaron la filosofía de Aristóteles a cuestiones de derecho y causalidad. Alrededor del siglo xiv los ingleses co­ menzaron a utilizar el término con el significado actual: suce­ so que ocurre por azar, desgracia o hecho que ocurre de forma imprevista. Este significado se asocia con el término francés accidence, que podría ser una corrupción del latín accidens, participio activo de accidere, que significa ‘caer encima’, ‘su­ ceder’ (Corominas y Pascual 1980). En el ámbito científico la acepción moderna del término aparece en 1592 en las estadísticas de defunciones de Lon­ dres, The bills of mortality, en las que se incluye la categoría «fallecimiento por diversos accidentes» (killed by several accidents). No obstante, la acepción filosófica siguió usándose en los siglos posteriores. A finales del siglo xvii y comienzos del xviii, con la Revo­ lución Industrial, la frecuencia con la que ocurrían las lesiones * European Center for Injury Prevention, Universidad de Navarra, Pamplona (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. 84 Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> y los traumatismos aumentó, y se comenzaron a recoger datos sobre lesiones ocurridas en el ámbito laboral. Estas lesiones se asociaron a prácticas incorrectas por parte de los trabaja­ dores o a defectos en el diseño de equipamientos (Bartrip y Burman, 1983; Bartrip, 1991). La legislación sobre seguridad comenzó a cobrar relevancia a comienzos del siglo xix, y a principios del siglo xx se elaboraron leyes que regulaban las indemnizaciones que debían recibir los trabajadores lesiona­ dos. Durante este período, las lesiones apenas se asociaron a la influencia divina. Es durante el siglo xx cuando comienza la controversia en el ámbito de la salud pública sobre la idoneidad del uso del término accidente. 2. El debate científico Al igual que en otras áreas, en el ámbito de la salud y la medicina es muy importante usar los términos con precisión. Principalmente, esta estandarización terminológica facilita la comunicación en el campo científico y fuera de él, favorece la identificación y el correcto tratamiento de grupos de ries­ go y evita errores en la comparación de resultados (Langley, 1988). En el caso del término accidente, el problema lingüístico y conceptual anteriormente descrito ha llevado a numerosos profesionales de la salud pública y la medicina a intentar evi­ tar su uso argumentando las mencionadas connotaciones de aleatoriedad, acto divino y despreocupación (Baker, 1984; Robertson, 1983; Waller, 1985). Como resultado, la salud pú­ blica ha optado mayoritariamente por sustituir dicho término por el de lesión, considerado neutro con respecto a causalidad e intencionalidad. Sin embargo, en la literatura científica algunos autores han argüido que accidente y lesión describen conceptos di­ ferentes. Haddon y cols (1964) señalaron, por ejemplo, que el término accidente se usa generalmente para describir «su­ cesos inesperados que pueden generar daños en estructuras animadas o inanimadas» y que su uso solo cubre ciertos tipos de daño. De igual manera, parece haber límites en cuanto a los tipos de sucesos que habitualmente se consideran accidentes, aunque sean de carácter inesperado. Por ejemplo, una riada o un desprendimiento de tierra que provoca lesiones o falleci­ mientos se consideraría un desastre o una catástrofe más que un accidente. Por su parte, una lesión sería el resultado de variaciones en el medio (sustancias químicas, energía mecá­ nica) donde se halla el individuo, en cantidades que exceden la tolerancia del cuerpo humano, independientemente de que haya ocurrido de forma accidental o intencionada. Si el efecto lesivo ocurre en un periodo de tiempo relativamente corto, como, por ejemplo, en el caso de una caída o de una colisión de vehículos, se puede considerar un hecho diferenciado y se distingue claramente de la lesión resultante. La matriz de Haddon (Haddon matrix), principal modelo conceptual con el que se evalúan las causas y se identifican objetivos para el desarrollo de medidas y estrategias de prevención y control, distingue claramente entre el individuo, el entorno, las cir­ cunstancias y la lesión resultante (Haddon, 1968). Si bien la palabra accidente no cubre adecuadamente la complejidad del Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna fenómeno y añade un supuesto etiológico erróneo, la palabra lesión solo representa el resultado de un proceso en el cual un hecho, anteriormente conocido como accidente, desempeña un papel primordial. Estas limitaciones conceptuales se ven también refle­ jadas, además de en los principales diccionarios de uso general de la lengua inglesa y española —Real Academia Española, 2001; Espasa Calpe, 1999; María Moliner, 2007; Sociedad General Española de Librería, 2000, Manuel Seco, 1999; The Oxford English Dictionary, 1989; Merrian Webs­ ter, 2009; Larousse 1996; BBC, 1993; McKean, 2001 (ta­ bla 1)—, en la propia definición propuesta hace ya medio siglo por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 1957), según la cual un accidente es un suceso no previsto que tie­ ne como resultado un daño. El carácter imprevisto, esto es, la ausencia de intención, excluye las lesiones intencionales, bien sean autoinfligidas (con intención suicida o autoagre­ siva), bien infligidas a terceros (homicidio, guerras, etc.). Posteriormente, la OMS se hizo eco del debate conceptual y, así, en el Informe mundial sobre prevención de los traumatismos causados por el tránsito (OPS, 2004) afirma que el término «puede dar la impresión, probablemente no in­ tencionada, de que son inevitables e impredecibles, es decir, sucesos imposibles de controlar», y aclara que «en su lugar, en este documento se prefiere emplear el término “colisión” (o “choque”), para denotar un suceso o serie de sucesos que cabe someter a un análisis racional y a la aplicación de me­ didas correctivas». Del mismo modo, los diccionarios más recientes en el ámbito de la epidemiología y la salud pública destacan el carácter prevenible y predecible de los acciden­ tes. Así por ejemplo, la 5.a edición del diccionario de epide­ miología de Last (Porta, 2008) define accident como un su­ ceso imprevisto, que por lo general tiene como resultado una lesión u otro daño y que se produce en relación con el tráfico o el ámbito laboral, doméstico o recreativo. El diccionario define accident alternativamente como el primer suceso en una secuencia que acaba en una lesión cuando ese suceso es realmente impredecible. Y añade que los estudios epidemio­ lógicos han demostrado que el riesgo de que se produzca un accidente es con frecuencia predecible, que los accidentes son prevenibles y que es preferible evitar este término en publicaciones científicas. La sugerencia de evitar el uso del término accidente va más allá, y en la década de 1990 la National Highway Traffic Safety Administration inició una campaña según la cual su­ gería la sustitución del término accidente (accident) por otros tales como choque (crash) o colisión (collision) (NHTSA, 1997). En 1994 Donald Robinson, presidente del National Safety Council’s Campus Safety Association de EE. UU., pi­ dió la eliminación de lo que llamó “A” word (palabra «A») (Loimer y Guarneri, 1996). Y más recientemente, la revista médica British Medical Journal prohibió el uso del término accidente en sus artículos, argumentando que, «dado que la mayoría de las lesiones y los hechos que las producen son predecibles y prevenibles, el término accidente no debe ser utilizado para referirse a las lesiones o hechos que las produ­ cen» (Davis, 2001). 85 Tribuna 2.1. Prevención de accidentes, prevención de lesiones, control de lesiones Aunque muchos científicos utilizan los términos accidente y lesión indistintamente, sí tienden a hablar de prevención de accidentes más que de prevención de lesiones, entendiendo accidente como las circunstancias que conducen a una lesión. Este enfoque es limitado, pues ignora una serie de tácticas que tienen por objetivo reducir el número, la gravedad y las consecuencias de las lesiones (Haddon, 1968). Algunos epidemiólogos utilizan en su lugar la expresión control de lesiones, que cubre todos los aspectos de la com­ prensión de las causas y el desarrollo y la evaluación de me­ didas para la prevención de un suceso lesivo (Waller, 1985). Incluye asimismo las fases de seguimiento y rehabilitación de los individuos lesionados. Esta expresión presenta también ciertos problemas. La alternativa sería la expresión prevención de lesiones, que enfatiza la prevención primaria y es compatible con otras expresiones utilizadas en el ámbito de la salud pública (p. ej., prevención del cáncer de pulmón), y así serviría para reforzar la conveniencia de aplicar métodos que han sido aplicados en el control de enfermedades. 3. Pruebas y datos científicos No hay datos que muestren que el uso de términos tales como lesión o accidente tenga realmente algún efecto social. Girasek (1999) realizó una encuesta telefónica en EE. UU. a 943 adultos seleccionados al azar con el objetivo de analizar la interpretación que hace la sociedad del término accident. La mayoría de los entrevistados (71 %) consideraban que los accidentes eran impredecibles, y solo un 4 % los consi­ deraban hechos intencionados. Sin embargo, la mayor parte (83 %) también los definían como sucesos prevenibles, y solo un 26 % consideraron que estaban controlados por el destino. Un estudio previo sobre lesiones infantiles muestra como los padres entrevistados destacaban el carácter evitable de las le­ siones (Eichelberger, 1990). Por otro lado, también es escasa la literatura sobre el im­ pacto del término accidente en el ámbito profesional. En 2001, Evans (2001) llevó a cabo un estudio comparativo aleatorio con la finalidad de evaluar si el uso del término injury (lesión) en lugar de accident influía en la actitud de los profesionales de la sanidad hacia la prevención de los fenómenos en cues­ tión. Se detectó una diferencia mínima, aunque cuestionable dadas las dificultades metodológicas asociadas a la realiza­ ción de este tipo de estudios. 4. Alternativas al uso del término accidente En el ámbito de la investigación han surgido alternativas al uso del término accidente. Dada la dificultad que plantea el uso de dicho término, hay autores que sugieren no usarlo cuando hace referencia a lesiones no intencionales (Langley, 1988). Los sucesos que rodean la aparición de una lesión pue­ den ser descritos de forma conjunta como circunstancias de lesión. Sin embargo, para referirse a la prevención de sucesos que derivan en lesión, proponen enumerar los tipos especí­ ficos de los sucesos: quemaduras, envenenamientos, caídas, 86 <http://tremedica.org/panacea.html> etcétera. (Langley, 1988; Bijur, 1995). En el caso concreto de los accidentes de tráfico, algunos autores optan por el uso de los términos colisión o choque (Langley, 1988; Poole, 1998; OPS, 2004). En esta misma línea, Davis y Pless (2001), en un editorial del British Medical Journal, sugieren la sus­ titución de accidente por expresiones que incluyan el tipo o lugar donde se produce el hecho: lesiones relacionadas con áreas de recreo, lesiones producidas en el hogar, choques de aviación, sobredosis accidental de estupefacientes, envenenamiento o errores médicos. Pero quizás sea la solución propuesta por Bijur (1995) la más acertada. A la hora de buscar un sustituto a la “A” word, este autor sugiere distinguir entre el uso científico y el uso po­ pular del término. La sociedad y los medios de comunicación hacen una distinción clara entre lesiones en las que no hay un responsable directo (accidentes) y lesiones infligidas de manera intencional. Pese al trabajo científico de décadas, el elemento «azar» sigue estando presente. Así, aquellos profe­ sionales del área que tienen mayor relación con la población general es probable que tengan que seguir usando el térmi­ no accidente, aunque haciendo notar que se trata de sucesos prevenibles y predecibles. En cambio, en el mundo científico y académico, aunque sería ventajoso disponer de un término que describiera los sucesos que derivan en lesión, debido a las connotaciones de la palabra accidente y a la inclusión de las le­ siones intencionadas en el ámbito de la salud pública, parece inadmisible resucitar el término. Asimismo, Bijur (1995) propone varias alternativas, como el uso de expresiones que describan el fenómeno, tales como: intercambio de energía, interacción individuo-entorno, suceso que produce lesión. El problema de estas expresiones es la falta de legibilidad asociada. Otras posibilidades que sugiere son la acuñación de forma consensuada un nuevo término o la adop­ ción de acrónimos (p. ej., la correspondencia en español a los acrónimos IPE (Injury Prevention Event) y PIPE (Potentially Injury Producing Event), al igual que otros ámbitos han hecho con éxito. Todo ello parece bastante forzado y poco práctico. 5. Conclusión Como se ha mostrado, el uso generalizado del término accidente plantea problemas lingüísticos y conceptuales en el ámbito de la salud pública. Las connotaciones de imprevi­ sibilidad y aleatoriedad implícitas en el término han llevado a muchos profesionales del área a evitar su uso y a plantear alternativas. Para evitar dichas connotaciones y destacar el carácter prevenible y predecible de los accidentes parece adecuado hablar de sucesos lesivos para referirnos a las circunstancias que rodean la aparición de una lesión o usar los términos co­ rrespondientes y hablar, por ejemplo, de caídas, colisiones, envenenamientos, ahogamientos, atropellos o traumatismos. Agradecimiento Deseo expresar mi agradecimiento a María Seguí-Gómez por animarme a escribir este trabajo y por sus impagables co­ mentarios, a Rosalía Baena por sus acertadas sugerencias y a Jack Durbin por su ayuda. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> Tribuna Bibliografía Baker, S. P., O’Neill, B., y Karpf, R. S. (1984): The Injury Fact Book. Lexington: Lexington Books. Bartrip, P. (1991): «Accidents in history: injuries, fatalities, and social relations», Social Hist Med, 4: 196-197. Bartrip, P. W. J., y Burman, S. B. (1983): The wounded soldiers of industry. 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Madrid: Espasa Calpe Suceso eventual del que resulta algún daño. Diccionario de uso del español (María Moliner) (2007). Madrid: Gredos Suceso imprevisto que causa un trastorno en la marcha normal o prevista de las cosas [...]. Particularmente, suceso que causa alguna desgracia (ej. Accidente de la circulación, Accidente laboral). Gran diccionario de la lengua española: diccionario de uso, 9.ª ed. (2000). Madrid: Sociedad General Española de Librería Hecho inesperado que provoca una alteración en la marcha normal prevista de las cosas (ej. “el inoportuno accidente del pinchazo retrasó nuestra llegada”). Diccionario esencial de la lengua española (Real Academia Española) (2006). Pozuelo de Alarcón (Madrid): Espasa Calpe Suceso eventual o acción de que involuntariamente resulta daño para las personas o las cosas. Diccionario del español actual (Manuel Seco, Olimpia Andrés, Gabino Ramos), 1.ª ed. (1999). Madrid: Aguilar Suceso imprevisto y repentino que implica daño o peligro físicos. Diccionario Salamanca de la lengua española (Universidad de Salamanca) (1996). Madrid: Santillana Suceso inesperado del que normalmente resulta un daño. Diccionario de uso del español de América y España (2002). Barcelona: SPES Suceso imprevisto o que altera la marcha normal o prevista de las cosas, especialmente el que causa daños a una persona o cosa. Merriam-Webster’s collegiate dictionary 11.ª ed. (2009). Springfield (Mass.): Merriam-Webster An unfortunate event resulting especially from carelessness or ignorance. The Oxford English Dictionary, vol 1 (1989). Londres: Oxford University Anything that happens without foresight or expectation; an unusual event, which proceeds from some unknown cause, or is an unusual effect of a known cause: a casualty, a contingency. BBC English Dictionary (1993). Glasgow: BBC English, HarperCollins Something unpleasant or unfortunate that happens and that often leads to injury or death. Larousse English dictionary (1996). Paris: Larousse Unexpected event that often causes damage or injury. New Oxford American Dictionary, 3.ª ed. (2001). NuevaYork: Oxford University An unfortunate incident that happens unexpectedly and unintentionally, typically resulting in damage or injury; an event that happens by chance or that is without apparent or deliberate cause. * En negrita están marcados los términos que denotan el carácter imprevisto y aleatorio del término. 88 Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> Cuatro herramientas para cuatro actividades profesionales Recursos de Microsoft Word para la redacción, traducción, corrección y revisión de documentos especializados José Antonio de la Riva Fort* Resumen: Una parte importante de los profesionales del lenguaje realiza su trabajo en Microsoft Word, pero no domina algunos recursos que facilitan la buena ortografía y la gestión de la terminología, que son dos aspectos fundamentales de su labor. En este artículo se explica el uso de cuatro herramientas particularmente útiles para la redacción, la traducción, la corrección y la revisión de documentos de especialidad: 1) la autocorrección, 2) los diccionarios personalizados, 3) los diccionarios de exclusión y 4) las macros de cambios automáticos. Palabras clave: Microsoft Word, autocorrección, diccionario personalizado, diccionario de exclusión, macro. Four Tools for Four Professional Activities – Microsoft Word Instruments for Writing, Translating, Copy-editing and Reviewing Specialized Documents Abstract: A significant number of language professionals work with Microsoft Word but fail to master certain tools that facilitate correct spelling and terminology management, two fundamental aspects of their work. This article explains the use of four tools which are particularly useful for writing, translating, copy-editing and reviewing specialized documents: 1) AutoCorrect, 2) custom dictionaries, 3) exclusion dictionaries, and 4) macros for automatic changes. Key words: Microsoft Word, AutoCorrect, custom dictionary, exclusion dictionary, macro. Panace@ 2011; 12 (33): 89-97 Introducción El propósito de este artículo es exponer el uso de algu­ nas herramientas de Microsoft Word (en adelante, Word) de las que ya me he ocupado, con ligeras variantes, en La Traducción In Vitro, pero por separado, lo cual no permite apreciar que se trata de herramientas en gran medida com­ plementarias. Por tanto, convenía integrar ese material en un solo artículo. He optado por referirme a la versión de 2007 del programa, ya que la edición anterior (2003), por su antigüedad, pronto dejará de utilizarse, y la posterior (2010), por ser demasiado reciente, todavía no se conoce ni se usa lo suficiente. En cualquier caso, si bien con pequeñas diferencias, las tres versiones para Windows disponen de los cuatro recursos que aquí se explicarán: 1) la autocorrec­ ción, 2) los diccionarios personalizados, 3) los dicciona­ rios de exclusión y 4) las macros de cambios automáticos. Secundariamente, se tiene también en cuenta la versión de Word para Mac MS 2008, en la que no están disponibles ni los diccionarios de exclusión ni las macros. Es de prever que la simplificación del trabajo derivada de la aplicación de estos instrumentos redunde en un aumento de la produc­ tividad. 1. Autocorrección: ¿desactivarla o editarla? Una parte muy significativa de los errores más notorios y curiosos que se cometen en la redacción de textos en un español léxicamente complejo, como el de la medicina, no son provo­ cados directamente por el profesional, sino por la opción de autocorrección de Word. Esta herramienta, que para otro tipo de documentos y para otra clase de usuarios podría resultar de gran utilidad —ya que corrige errores de tecleo y varios descui­ dos gramaticales y ortográficos—, no resulta adecuada para la redacción de textos de medicina y ciencias afines. ¿Por qué? Porque si esta opción está activada, cada vez que escribi­ mos una secuencia de caracteres que Word no reconoce como correcta y esta se encuentra en la lista de autocorrección, el programa la transforma en la palabra ortográficamente más cercana, y ¿cuántos términos técnicos tiene la medicina que el diccionario estándar de Word no reconoce? Miles, por su­ puesto; y por tanto son también miles las oportunidades que tiene de echar a perder términos bien escritos que tienen la desgracia de no estar incluidos en el diccionario por ser pa­ labras de un ámbito especializado o siglas. Por ejemplo, una sigla como SNI ‘Sistema Nacional de Investigadores’ queda automática remplazada por SIN. Esto se debe a que la auto­ * Editor, Madrid (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 89 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> corrección, por defecto, tiene incorporadas muchas opciones para subsanar problemas de tecleo, y al parecer es frecuente teclear sni cuando se quiere escribir la preposición sin. El traductor suele estar más atento al texto original que está traduciendo que a su versión traducida en Word, de manera que raras veces es testigo de esa instantánea transformación de la que es víctima su término, que por efecto mágico de la auto­ corrección, transmutado en una palabra ordinaria, ya no se en­ cuentra subrayado en rojo, pues ahora figura en el diccionario; y por eso tiene muchas posibilidades de pasar desapercibido en la revisión que el traductor haga posteriormente de su trabajo y también para los correctores y editores que después revisen el texto. Por estos motivos, si se está trabajando en Word, parece recomendable desactivar la opción de autocorrección. ¿Cómo? • • Se hace clic en el botón de Microsoft Office y a continuación en «Opciones de Word». En Mac MS 2008, se encuentra en «Word» > «Preferencias». En el cuadro de diálogo «Opciones de Word», se hace clic en «Corrección» y, a continuación, en «Opciones de autocorrección». En el nuevo cuadro de diálogo, se desactiva la casilla de verificación «Reemplazar texto mientras escribe» (figuras 1 y 2). Adicionalmente, conviene desactivar también las casi­ llas de verificación siguientes: «Poner en mayúscula la primera letra de una oración», «Poner en mayúscula la prime­ ra letra de las celdas de tablas», «Poner en mayúscula la primera letra de los nombres de días» y «Corregir el uso accidental de bLOQ MAYÚS». Figura 2. Cuadro de diálogo «Opciones de autocorrección» en Mac MS 2008 Dicho esto, hay una solución alternativa, menos radical pero bastante laboriosa, de aprovechar la opción de autoco­ rrección en nuestro favor: no desactivar la casilla de veri­ ficación «Reemplazar texto mientras escribe» y editar la lista que se encuentra inmediatamente debajo (v. figuras 1 y 2). Si consideramos que tenemos la capacidad de prever qué cambios son potencialmente perjudiciales y discriminarlos de los inofensivos, y contamos con el tiempo y la paciencia para expurgar cambio por cambio la lista, puede hacerse, de la mis­ ma forma en que pueden añadirse cambios de autocorrección no contemplados en el original y que pueden resultar útiles. Volveré sobre este punto más adelante, cuando trate los dic­ cionarios de exclusión. En pocas palabras, dominar esta herramienta permite evi­ tar correcciones perjudiciales e involuntarias que muchas ve­ ces pasan inadvertidas y asimismo provocar cambios que con­ sideramos convenientes. 2. Diccionarios personalizados Figura 1. Cuadro de diálogo «Opciones de autocorrección» en Word 2007 para Windows 90 Esta herramienta es sumamente útil para conferir correc­ ción y coherencia terminológica a los textos que redactamos o traducimos. Si tratamos habitualmente con textos de la misma disciplina o con contenidos repetidos o similares, conviene Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> co­nocer y dominar los diccionarios personalizados. Veamos cómo funcionan. El diccionario que viene por defecto en Word no con­ tiene un gran repertorio de palabras técnicas o específi­ cas de la medicina o de cualquier otra disciplina científi­ ca. Por ello, cada vez que escribamos un término técnico (p. ej., sulfamidina) es muy probable que aparezca resalta­ do en rojo. Si el documento con el que trabajamos contiene una gran profusión de estos términos, o se desactivará la señalización (el subrayado en rojo) por excesiva acumula­ ción de errores o bien la página será una mancha roja que, durante el proceso de revisión, dificultará el hallazgo de los errores ortográficos. Se encontrarán resaltados en rojo tan­ to los términos técnicos correctamente escritos como los simples errores, que para Word son lo mismo: cadenas de letras desconocidas. Pues bien, ¿no sería conveniente que Word dejara de resaltar los términos técnicos para destacar solo los verda­ deros errores ortográficos? ¿Cómo hacer para lograr que subrayado en rojo sea completamente equivalente a error y así poder dirigir nuestra atención solo a lo incorrecto? Me­ diante la creación de un diccionario personalizado, una lista de términos habituales que queremos siempre escribir de la misma manera. Veamos cómo se confecciona uno de estos diccionarios. Figura 3. Pestaña de «Revisión de las opciones de Word» en Word 2007 para Windows 1. Lo primero y más importante es tener claro cuál va a ser el contenido general, según el tipo de texto para el que vamos a utilizar el diccionario: farmacología, medicina general, oftalmología, etc. 2. Después debe crearse un documento de texto con una lista de las palabras que queremos incluir en el diccionario. Se abre el bloc de notas y se escri­ ben o pegan ahí los términos que formarán parte del documento. Si contamos con un glosario con el que trabajamos habitualmente o cualquier otro material digital (p. ej., una lista de términos), este sería el momento de pegarlo en el documento. 3. El documento debe guardarse («Guardar co­ mo») con codificación Unicode y con la extensión . dic, (p. ej., «medicina.dic»). Conviene guardar el diccionario en una ubicación permanente, para que el vínculo por el que Word encuentra el archivo no se rompa. 4. Finalmente, agregamos el diccionario. Se hace clic en el botón de Microsoft Office, luego en «Opciones de Word y en Revisión». Debe comprobarse que la casilla «Solo el diccionario principal» esté desactivada (figuras 3 y 4). Finalmente, se hace clic en «Diccionarios personalizados», en «Agregar» y en el documento creado. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Figura 4. Pestaña de «Revisión de las opciones de Word» en Mac MS 2008 Para comprobar que el diccionario está funcionando ade­ cuadamente, pueden escribirse, en un nuevo documento de Word, las palabras que hemos incluido en el diccionario. Si aparecen sin subrayado rojo, hemos creado el diccionario co­ rrectamente. Con respecto a la creación del diccionario: • Conviene prestar mucha atención a la ortografía, para que cada palabra incluida en el diccionario sea, en la medida de lo posible, definitiva. 91 Tribuna • • • • • Una vez terminada la lista de términos, resulta útil alfabetizarla, para que, cuando toque editarla, sea fácil encontrar la palabra que buscamos. El diccionario puede actualizarse en todo momento. Basta con hacer clic en el botón de Microsoft Office, luego en «Opciones de Word» y en «Revisión», y finalmente en «Diccionarios personalizados» y «Editar lista de palabras» (figuras 5 y 6). Para que el diccionario nos ayude a ser coherentes, es recomendable poner solo una variante ortográ­ fica de cada término; así pues, debe optarse por metanálisis o metaanálisis, pero no poner las dos. Si es factible, deben introducirse los plurales de los sustantivos y los plurales y femeninos de los adjetivos. Es importante poner solo una palabra por línea. Así, para granulomatosis de Wegener, tendre­ mos que poner en una línea granulomatosis y en otra Wegener. <http://tremedica.org/panacea.html> Trabajar con diccionarios personalizados tiene las siguien­ tes ventajas adicionales: • • • • Coherencia. Si preferimos el término linfoadenopatía a linfadenopatía, incluiremos solo aquel, y así, si lo escribimos mal por accidente o por vacila­ ción, podremos corregirlo, ya que estará resaltado en rojo. Y así será en todos los documentos que revisemos con nuestro diccionario. Adaptación a normas editoriales. Si incluimos en el diccionario los términos preferidos por nuestros clientes (y mantenemos al margen los que prefieren no usar), podremos adaptarnos a sus exigencias con facilidad. Facilidad de corrección. Con solo hacer clic so­ bre el término subrayado con el botón derecho del ratón, Word nos muestra sugerencias, de las que podremos elegir la variante que más se acerque y así corregir cualquier término incluido con solo dos clics. En el caso de linfadenopatía resaltado en rojo, al hacer clic con el botón derecho el programa nos sugerirá linfoadenopatía. Actualización. Todo diccionario que creemos pue­ de modificarse y actualizarse constantemente, ya sea accediendo al documento de texto manual­ mente, por su directorio de archivo, o través de la ventana «Editar lista de palabras» (figura 7). Figura 5. Cuadro de diálogo «Diccionarios personalizados» en Word 2007 para Windows Figura 7. Ventana «Editar lista de palabras» en Word 2007 para Windows Los diccionarios pueden ser todo lo amplios que haga fal­ ta y abarcar siglas, nombres propios y miles de términos de todas las especialidades con que se trabaje. El uso de esta he­ rramienta brinda al traductor la posibilidad de evitar errores ortográficos, ser más coherente en el uso de la terminología y trabajar con mayor velocidad. 3. Diccionarios de exclusión Figura 6. Cuadro de diálogo «Diccionarios personalizados» en Mac MS 2008 92 Ya sabemos qué hacer para que el corrector ortográfico de Word no marque como erróneas palabras que el diccionario Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> básico no reconoce, ¿pero cómo conseguir lo contrario: que Word no dé por buenas palabras que el diccionario básico sí reconoce como correctas? La respuesta está en los dicciona­ rios de exclusión, que son fáciles de usar y tienen muchas ventajas, entre las que se encuentran las siguientes: • • • • Podemos adaptarnos a las normas ortográficas al uso. Por ejemplo, ahora que la Real Academia ha realizado algunas modificaciones de doctrina ortográfica, quizá sea útil contar con un recurso que adapte la ortografía que tienen nuestros dic­ cionarios de Word a esta nueva obra. Así pues, con los diccionarios de exclusión podríamos excluir los demostrativos con tilde, el adverbio solo escrito con tilde y otras formas que según las reglas generales de acentuación actuales no deben llevar tilde. Así, si no escribimos el vocablo según los nuevos usos, Word nos lo subrayará para que rectifiquemos y vayamos por el buen camino. Podemos trabajar con mayor coherencia. Por ejemplo, si excluimos una de las dos formas de las palabras con dos acentuaciones posibles, Word marcará en rojo la que preferimos no usar y así escribiremos siempre de la misma forma términos como período (en lugar de periodo), alvéolo (en vez de alveolo), amoníaco (en sustitución de amoniaco), etc. Esto debe hacerse, naturalmente, teniendo en cuenta el libro de estilo de nuestro cliente. Podemos evitar expresiones variadas que pre­ feriríamos no utilizar, como falsos amigos o calcos del inglés, si es que traducimos de esa lengua. Ver­ bigracia, si, víctimas de la maquinización, nos cuesta aprender que injury no se traduce como injuria, qui­ zá sea más fácil incluir injuria en el diccionario de exclusión que estar pendientes de hacer una traduc­ ción reflexiva del término. Podemos evitar formas locales o coloquiales que pertenecen a dialectos con los que no trabajamos. Por ejemplo, tanto vídeo, con tilde, como video, sin tilde, son formas correctas, pero la primera no se usa en Latinoamérica. De modo que si los textos que escribimos suelen ser para Nicaragua o Para­ guay, podríamos excluir vídeo. A diferencia de lo que sucede con los diccionarios per­ sonalizados, los de exclusión, al menos en Word 2007, no tienen que crearse: basta con ir adonde se encuentran y edi­ tarlos. Para ello, es necesario saber dónde están. En Windows Vista, suelen encontrarse en «Usuarios»/«Nombre de usuario»/«AppData/Microsoft»/«UProof». A veces es difícil encontrar esta carpeta, y por ello conviene te­ ner activada la opción de mostrar archivos ocultos, para lo cual, en la ventana de diálogo, hay que hacer clic en la pestaña «Organizar», después en «Opciones de carpeta y búsqueda», en la pestaña «Ver», y finalmente marcar la opción «Mostrar todos los archivos y carpetas ocultos». La lista de diccionarios de exclusión será como la que se muestra en la figura 8. Figura 8. Carpeta con la lista de diccionarios de exclusión disponibles Lo que hay que saber ahora es cuál de todos estos dic­ cionarios es el que hay que editar. Cada uno correspon­ de a un idioma o una variedad dialectal. Para saber qué archivo está relacionado con cada lengua o dialecto, se puede ir a la Microsoft Developer Network <http://msdn. microsoft.com/en-us/library/0h88fahh.aspx>, donde puede encontrar­se una lista con las correspondencias. Por ejem­ plo, si queremos editar la variedad tradicional del español, modificaremos el diccionario que termina en ES040A, pero si queremos modificar el español de Perú, editaremos el ES280a. El documento debe abrirse con un editor de texto como Wordpad. Ahí escribiremos las palabras que quere­ mos excluir (figura 9). Información adicional Una alternativa a incluir una palabra que no queremos utilizar en el diccionario de exclusión es ponerla en la lista de autocorrección de Word, como se ha visto anteriormente (figuras 1 y 2). En estos casos se tiene que estar muy seguro de que la palabra debe siempre remplazarse por la alterna­ tiva. Por ejemplo, Papanicolaou se escribe frecuentemente como Papanicolau. Sería factible incluir en la lista de au­ tocorrección el cambio Papanicolau → Papanicolaou. No sucede lo mismo con bacterial → bacteriano, ya que la for­ ma calcada (bacterial) tiene dos formas correctas posibles: bacteriano y bacteriana. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Figura 9. Edición de un diccionario de exclusión A continuación, el documento se guarda. Desde este mo­ mento, Word tratará las palabras que hayamos incluido como incorrectas y las subrayará (figura 10). 93 Tribuna Figura 10. Documento de Word con palabras excluidas por el diccionario de exclusión anterior Por desgracia, a diferencia de las versiones anteriores, Word 2007 no permite editar el diccionario de exclusión a tra­ vés de una ventana de diálogo. Por ello, y en vista de que los archivos de los diccionarios están un poco escondidos, podría ser conveniente, si se va a estar manoseando con frecuencia el diccionario de exclusión, crear un acceso directo desde el escritorio a la carpeta correspondiente o añadir el archivo a favoritos. Información adicional Los diccionarios de exclusión no están disponibles pa­ra Mac MS 2008. Para utilizar esta herramienta, convendría echar mano de las «listas negras» de OpenOffice, como se muestra en un artículo anterior de Panace@ (Claros, 2009). Como ha podido comprobarse, los diccionarios de exclu­ sión complementan a los diccionarios personalizados y con­ tribuyen a la adaptación ortográfica y a la coherencia termi­ nológica. 4. Macros de cambios automáticos: un caso práctico Las macros pueden constituir una herramienta extrema­ damente útil cuando es necesario automatizar tareas com­ plejas. Para exponer el funcionamiento de esta herramienta, presentaré un caso práctico: el del traductor independien­ te que trabaja directamente en Word y que tiene más de un cliente y, por tanto, diferentes exigencias terminológicas y ortográficas. Jerónimo es un traductor independiente que tiene un cliente principal (A), que le proporciona el 75 % de su carga de trabajo, y dos secundarios, que le dan el 20 % (B) y el 5 % (C). Naturalmente, está familiarizado con las normas y preferencias de A, y ha hecho que su manera de traducir sea la que satisface a A. Por eso, cada vez que hace algún encargo para B, le cuesta mucho trabajo, ya que debe revisar constantemente las normas del cliente. C, por otro lado, tiene algunas cosas similares a A, otras similares a B y otras diferentes de ambos. Jerónimo quisiera cumplir con las exigencias de sus clientes menores sin verse obligado a tener presentes sus particularidades ni aplicar una a una las modificaciones que le indican sus manuales de estilo. ¿Qué puede hacer? Si las exigencias de los clientes menores son reducibles a ortografía, terminología y locuciones sencillas, existe 94 <http://tremedica.org/panacea.html> una solución muy sencilla: las macros de Word. Una macro (acortamiento de macroinstrucción) es un conjunto de ins­ trucciones que un programa ejecuta de manera automática, con un solo comando. El plan para aplicar esta herramienta al caso de Jerónimo consiste en hacer una macro para cada cliente menor: cada una incluirá reemplazos automáticos que sustituirán formas habituales (es decir, del cliente A) por las formas particulares (de los clientes B o C). Lo primero que hay que hacer es una guía que refleje claramente las diferencias entre los clientes que incluire­ mos en la macro, y para eso conviene elaborar una tabla comparativa como la que aparece en la página siguiente (cuadro 1). Esta lista es un ejemplo inocente y limitado de lo que puede constituir la base de una batería de cambios automáticos, que puede ser todo lo larga que haga falta y recoger todas las particularidades terminológicas de cada cliente. Una vez que tenemos claro cuáles serán las sustitucio­ nes, creamos la macro para el cliente B. Se hace clic en la pestaña «Ver» y luego se despliega el menú «Macros» y se hace clic en «Grabar macro» (figura 11). Es posible añadir una descripción que explique cuál es su propósito o función. Es recomendable asignar a la macro un comando de teclado, para tener fácil acceso a ella posteriormente. Se hace clic en «Teclado» y, en el cuadro «Comandos», en la macro que se va a grabar. En el cuadro «Nueva tecla de método abreviado», se escribe la secuencia de teclas y se hace clic en «Asignar» (figura 12). Para empezar a grabar la macro, se hace clic en «Cerrar». A partir de ese momento, la macro se grabará como en un magnetófono: todo lo que hagamos en Word pertenecerá a la macro. Es el momento de realizar las sustituciones de nuestra tabla guía, reemplazando las secuencias de la columna «Cliente A» por las de la columna «Cliente B» (figura 13). Cuando hayamos terminado, hay que hacer clic en «Detener grabación» (figura 14). Figura 11. Cuadro de diálogo «Grabar macro» en Word 2007 para Windows Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> Cuadro 1: Tabla comparativa Cliente A Cliente B Cliente C EE. UU. EE.UU. EEUU págs. pp. págs. pág. p. pág. paracetamol acetaminofén paracetamol doxorrubicina doxorubicina adriamicina benzatropina benztropina benzatropina endoprótesis stents endoprótesis endoprótesis stent endoprótesis calacios chalaciones chalaziones calacio chalación chalazión período periodo período cardiacos cardíacos cardiacos cardiacas cardíacas cardiacas cardiaco cardíaco cardiaco cardiaca cardíaca cardiaca PET TEP PET (ver (v. (v. preeclampsia preclamsia preeclampsia por lo tanto por tanto por tanto Figura 13. Ejemplo de sustitución con el comando «Buscar y reemplazar» en Word 2007 para Windows Figura 12. Asignación de atajo de teclado para una macro en Word 2007 para Windows Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Figura 14. Ubicación de la pestaña «Detener grabación» en Word 2007 para Windows 95 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> De esta manera, en un documento para el cliente B, con la macro «Cliente B» ya creada, y traducido el texto según los parámetros habituales de A, llega el momento de ejecutar la macro con el atajo de teclado que asignamos al crearla. Unos segundos después, si hemos hecho la macro correctamente, el texto tendrá automáticamente las características que exige el cliente B. Existe un cuadro de diálogo («Ver» > «Macros» > «Ver macros», figura 15) en que se muestran claramente las macros disponibles para su eventual edición o eliminación. • cuadro «Buscar», ya que si la macro solo busca hacia arriba o hacia abajo, Word la detendrá cuando llegue al principio o al final del documento y mos­ trará un mensaje preguntando si se desea continuar buscando. Para hacer macros compuestas por sustituciones automáticas, conviene conocer bien todas las opcio­ nes del comando «Buscar y reemplazar», ya que a veces es útil usar solo palabras completas o solo mayúsculas. También es recomendable, ya que con frecuencia las sustituciones automáticas, por muy bien pensadas que estén, producen algún imprevis­ to, hacer que el resultado se encuentre re­saltado (en el cuadro del comando «Buscar y reemplazar», «Formato», «Resaltar»), para que así, cuando se haga la revisión, podamos dirigirnos al texto sustituido y confirmar que no se ha producido un accidente. Ejemplos de posibles accidentes: • • Figura 15. Cuadro de diálogo «Macros» en Word 2007 para Windows Si quisiéramos crear una macro para el cliente C, segui­ ríamos los mismos pasos que para el cliente B, pero con los datos de la tercera columna. Ahora bien, podría no valer la pena crearla si tenemos en cuenta que este cliente le da al buen Jerónimo un volumen de trabajo pequeño (solo el 5 %) y que las diferencias que mantiene con el cliente A son pocas y se pueden resolver manualmente sin mucho esfuerzo. Información adicional En la versión de Word para Mac no existen las ma­ cros, puesto que el sistema operativo trae dos posibilida­ des para crearlas: Applescript y Automator. Algunos consejos para el trabajo con esta herramienta: • • 96 Durante la grabación hay que tener en cuenta que el orden de sustituciones es importante. No es lo mismo reemplazar calaci por chalación y lue­ go calacios por chalaciones que viceversa, ya que, si sustituimos primero los singulares, crearemos indebidamente chalaciónos y no habrá nada que remplazar en el plural. En nuestras listas de térmi­ nos siempre hay que poner antes los plurales. Es importante que si usamos el comando «Buscar y reemplazar», se haga clic en «Todo» en el • • que, al remplazar (ver por (v., verapamilo quede convertido en v. apamilo; que al sustituir la sigla TEP por PET, petición haya pasado a tepición, como consecuencia de no haber hecho clic en el cuadro de verificación «Solo palabras completas» o «Coincidir mayúsculas y minúsculas»; que, como consecuencia de no incluir uno a uno los femeninos y los plurales, y remplazar so­ lo cardiac por cardíac, el nombre de un estudio en inglés o una institución resulten indebida­ mente acentuados: Cardíac Study Center, British Cardíac Society; que al remplazar EE. UU. por EEUU quede inde­ bidamente eliminado el punto final si la sigla se encuentra al final de una oración. Por estas razones es recomendable que el resultado de las sustituciones se encuentre resaltado en algún color, para que durante la revisión final del documento, antes de entregarlo, podamos repasar con facilidad cada uno de estos cambios, po­ tencialmente peligrosos. Con todo, estas dificultades de traba­ jar con macros se ven compensadas por la gran conveniencia que supone que, con un solo comando de teclado, un texto quede adaptado a un cliente diferente del habitual. Conclusiones Puesto que es cada vez menos frecuente que se traduz­ ca directamente en Word —debido al auge de programas de traducción asistida—, el aprovechamiento de las opciones de autocorrección tiene una repercusión mucho menor en la tra­ ducción, la corrección de estilo o la revisión científica que en la redacción de originales, actividad en que sí suele usarse Word ab initio. Los otros tres recursos (los diccionarios personalizados, los de exclusión y las macros de cambios automáticos) mues­ Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> tran su eficacia durante el proceso de revisión, ya sea la que el traductor o el redactor realizan antes de entregar su trabajo, ya la que practican un revisor científico o un corrector de estilo en fases posteriores. Como se ha visto, el uso eficaz de estas herramientas permite: 1) un mayor control de las sustituciones automáti­ cas —deseadas y no deseadas—; 2) una mayor coherencia ortográfica y terminológica; 3) la adecuación semiauto­ mática del texto a las normas ortográficas; 4) una rápida adaptación a distintas exigencias terminológicas, y, como consecuencia de todo ello, un aumento de la productividad o la calidad del texto que el profesional del lenguaje entre­ ga a su cliente. Si bien algunos de estos recursos requieren una impor­ tante inversión de tiempo (p. ej., la creación ex nihilo de un diccionario personalizado) y algunos entrañan cierta comple­ jidad y un alto grado de conocimiento, como las macros de cambios automáticos, el esfuerzo suele verse recompensado por el resultado. Agradecimientos Le agradezco cordialmente a Gonzalo Claros —que fue quien me propuso escribir este artículo— el trabajo que se tomó en revisarlo y comentarlo. La idea de tener en cuenta Mac MS 2008 es suya. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Bibliografía Claros, Gonzalo (2009): «Las “listas negras” de palabras: un recurso in­ formático poco conocido que facilita la coherencia terminológica», Panace@, 10 (29): 9-12. <http://medtrad.org/panacea/IndiceGene­ ral/n29_revistilo-MGClaros.pdf> [consulta: 12.V.2011]. De la Riva, José Antonio (2011): «Desactivemos la autocorrección de Word», La traducción in vitro (8.I.2011). <http://blog.invivoproyec­ tos.com/2011/01/desactivemos-la-autocorreccion-de-word/> [con­ sulta: 12.V.2011]. De la Riva, José Antonio (2011): «Nuestros propios diccionarios», La traducción in vitro (17.I.2011). <http://blog.invivoproyec­ tos.com/2011/01/nuestros-propios-diccionarios/> [consulta: 12.V.2011]. De la Riva, José Antonio (2011): «Macros en Word: un caso práctico», La Traducción in Vitro (10.II.2011). <http://blog.invivoproyec­ tos.com/2011/02/macros-en-word-un-caso-practico/> [consulta: 12.V.2011]. De la Riva, José Antonio (2011). «Diccionarios de exclusión en Word», La traducción in vitro (24.III.2011). <http://blog.invivoproyec­ tos.com/2011/03/diccionarios-de-exclusion-en-word/> [consulta: 12.V.2011]. Microsoft Developer Network. <http://msdn.microsoft.com/en-us/ library/0h88fahh.aspx> [consulta: 11.V.2011]. Microsoft Office. <http://office.microsoft.com/es-es/> [consulta: 12.V.2011]. 97 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> ¡Cuídese del revisor!: Layperson y compañía* Juan Antonio Puerto Sebastián** Resumen: Se destacan algunos aspectos no terminológicos que alteran el mensaje original mediante ejemplos extraídos de las traducciones, realizadas por los alumnos, de los encargos editoriales de las tres primeras ediciones del Máster en Tra­ ducción Médico-Sanitaria de la UJI. Palabras clave: traducción médica, aspectos no terminológicos. Beware of the editor!: Layperson & Co. Abstract: Non-terminological aspects of medical translation are highlighted with examples taken from translations by stu­ dents in the first three editions of UJI’s Master’s program in Medical and Healthcare Translation. Key words: medical translation, non-terminological aspects. Panace@ 2011; 12 (33): 98-101 La regla de oro para toda traducción es, a mi juicio, decir todo lo que dice el original, no decir nada que el original no diga, y decirlo todo con la corrección y naturalidad que permita la lengua hacia la que se traduce. Las dos primeras normas compendian y exigen la fidelidad absoluta al contenido; la tercera autoriza la libertad necesaria en cuanto al estilo. La dificultad reside en aplicar las tres al mismo tiempo. Valentín García Yebra: Experiencias de un traductor. Tras cinco años revisando traducciones médicas realiza­ das por estudiantes de posgrado, parecía llegado el momen­ to de realizar alguna aportación que pudiera ser de utilidad para los nuevos alumnos; las VIII Jornadas de Tremédica han sido la ocasión para hacerlo. Las palabras de García Yebra me ayudaron a elegir el tema: distintas formas de vulnerar la fidelidad al contenido. Recuerdo la impresión que me causaron algunas de las primeras traducciones revisadas, tan apartadas del original en la estructura y en la elección del lenguaje común que tuve que realizar grandes esfuerzos para saber si decían lo mismo. La frecuente presencia de omisiones me confirmó lo necesario de la meticulosidad en una buena revisión. Todos los ejemplos presentados son reales y han sido ele­ gidos no por su carácter más o menos anecdótico, sino para ilustrar aspectos concretos. Al tratarse de revisiones, se pone en primer lugar la traducción al español y a continuación el texto original. Cuando se dice lo que el original no dice Se exponen a continuación una serie de ejemplos de cómo se puede alterar el sentido cualitativamente, clasificados de manera bastante arbitraria. Unas palabras de advertencia: beware, be wary, caution El título esta presentación bien podía haber sido «Aspectos no terminológicos en traducción médica», pero, para que no se asustara la audiencia, me decidí por el actual a la vista del primer ejemplo. Sin embargo, hay que seguir la advertencia que reza «cuídese del comprador». However, heed the warning “Let the buyer beware.” Desconfíe de obstrucción intestinal cuando el estreñimiento sea agudo o crónico. Be wary of bowel obstruction when constipation is acute and severe. Las embarazadas también deben tener cuidado al emplear el sentido común y tener criterio antes de adoptar cualquier programa de ejercicios. Pregnant women are also cautioned to employ common sense and discretion before adopting any exercise program. ¿Qué tipo de comprador es aquel del que nos tenemos que cuidar?, ¿qué hace a esa obstrucción intestinal indigna de confianza?, ¿el sentido común de las embarazadas es tan * Taller impartido en las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, el 19 de febrero de 2011, en la Universidad Jaime I de Castellón (España). ** Ginecólogo y traductor médico, Valencia (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. 98 Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> peligroso que hayan de tener cuidado al emplearlo? Las tres frases encierran una advertencia, aunque la traducción haya desplazado el sentido: es al comprador al que hay que adver­ tir, la obstrucción la que se ha de sospechar en las circuns­ tancias mencionadas en el original (no en la traducción) y la embarazada a la que se ha de advertir que utilice el sentido común. Equivalentes erróneos Articulación de la quinta metacarpofalange (el meñique, por ejemplo) Fifth metacarpophalangeal joint (i.e., the little finger) con las rodillas completamente extendidas (por ejemplo, las piernas se mantenían rectas) with the knees fully extended (i.e., legs kept straight) I.e. es la abreviatura de la expresión latina id est (‘esto es’, ‘es decir’) y no debe confundirse con e.g., que es la abrevia­ tura de exempli gratia (‘por ejemplo’, ‘p.ej.’). El tobillo, el hombro y la rodilla Ankle, elbow, and knee Escápula Elbow joint La fijación costal al esternón y la médula espinal limita el movimiento relativo entre las vértebras adyacentes Rib attachments to spine and sternum limit relative motion between adjacent ribs Pruebas para comprobar la función renal Liver function tests En el caso de la inervación e inmovilización... In the case of denervation (loss of nerve suply to the muscle) and immobilization… Falsos epónimos Como diría Layperson, estiramiento es el proceso de alargamiento... In layperson’s terms, stretching is the process of elongation… Estiramiento de Hurdler Hurdler’s stretch En ocasiones se convierte en nombre propio uno común, especialmente cuando, como en el segundo ejemplo, apare­ ce en un índice y se encuentra la explicación (The name of this stretch derives from its similarity to the position used by a track runner clearing a hurdle) en otra parte del texto. También se puede observar en textos no traducidos. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 ¿Decir casi lo mismo? Un apunte a tener en cuenta es la disponibilidad de los participantes en la investigación An important consideration is the availability of research participants no está aceptado Is not widely agreed upon Lesión pulmonar aguda (ALI) es un trastorno grave pero tiene la posibilidad de convertirse en un síndrome de dificultad respiratoria aguda (ARDS). Acute lung injury (ALI) is a less severe disorder but has the potential to evolve into acute respiratory distress syndrome (ARDS). Un gran riesgo de lesión A potential risk for injury A su vez, la articulación coxofemoral deberá permanecer flexible At the same time, the hips should barely move Son distintos grados de separación entre el mensaje origi­ nal (an important consideration, is not widely agreed upon, less severe disorder, potential risk, should barely move) y el traducido (apunte a tener en cuenta, no está aceptado, trastor­ no grave, gran riesgo, deberá permanecer flexible). Un efecto de excitación en red A net excitatory effect Los resultados son reinterpretados porque existe la posibilidad de cambiarlos. In the light of change the meanings are reinterpreted. La falta de experiencia y pericia de los usuarios en materia de investigación se alza como la mayor desventaja de este enfoque. A ello le siguen otra serie de factores, como los todavía más elevados costes del proceso de investigación y la ambigüedad sobre las facilidades y el asesoramiento que deben ponerse a disposición de los usuarios-investigadores. A consecuencia de todos estos factores, aún hay una gran reticencia a aceptar que los usuarios adquieran un papel tan relevante y autónomo en el proceso de investigación. Disadvantages relate to the relative lack of experience and expertise of users in the conduct of the research; higher research costs; the lack of evidence about what constitutes good research facilitation and support for user researchers; and therefore some fears that user-controlled research may not be as independent as it seems. 99 Tribuna Resulta fundamental haber considerado el análisis en el desarrollo de cualquier estudio, aunque hacer el análisis resulte de alguna manera erróneo. It is essential to have considered analysis in the development of any study, even though doing the analysis is some way off. El sentido del texto traducido es distinto del sentido del original, cuando no raya en el sin sentido. Números, signos... Si la fidelidad absoluta al contenido es importante, en este apartado es esencial por la naturaleza del texto y por las posibles consecuencias, la menor de las cuales es la calificación que recibirán las traducciones con errores de este tipo. 2003 brotes: 8,422 casos, con 916 muertes 2003 outbreak: 8,422 cases, with 916 deaths No son 2003 los brotes, sino uno, el del año 2003. CIE-9-MC Otras 518,89 enfermedades de pulmón, que no se encuentran clasificadas en ningún lugar ICD-9-CM 518.89 Other diseases of lung, not elsewhere classified Tampoco son 518,89 enfermedades: CIE es la clasifi­ cación internacional de enfermedades, y 518.89, el código de «otras enfermedades pulmonares, no clasificadas bajo otro concepto». Existen cuatro mil ochocientos miles de asanas descritas por Siva... There are eighty-four hundreds of thousands of Asanas described by Siva... La falta de comprensión por desconocimiento lingüístico lleva al sin sentido: «Four-figure numbers ending in 00 can also be said or written as a number of hundreds. For example, 1800 can be said or written as ‘eighteen hundred’» (Collins Cobuild English Usage). 1.600 millones de filamentos gruesos y 6.400 millones de filamentos delgados 16 billion thick and 64 billion thin filament Aunque billion es un falso amigo típico, no es este el caso, sino que se confunde su valor real: «In the past, British speakers used ‘billion’ to mean a million million. However, nowadays they usually use it to mean a thousand million like American speakers» (Collins Cobuild English Usage). 100 <http://tremedica.org/panacea.html> TSB > 18 TSB < 18 p < 0,5 p < .05 menos de 1,1 mm less than 0.1 mm Cada día Every other day durante no más de 2 semanas for ≥ 2 wk 1 mg vía oral o IV 2 veces al día 1 mg po or IV tid El cambio de un signo, de la posición de una coma o de la duración o la periodicidad de administración de un tratamien­ to pueden tener graves consecuencias sobre la salud. T.i.d. significa ter in die, tres veces al día, su traducción como dos veces al día supondría administrar una dosis menor de la indicada. Cuando no se dice todo lo que dice el original La omisión de palabras, frases o párrafos es frecuente. Un alumno al que pregunté el motivo de una de esas omisiones me contestó: «Hay que aligerar». Si bien es cierto que los textos médicos anglosajones invitan a emplearse a fondo en ese senti­ do, no se debe perder de vista la integridad del mensaje. Diez varones y diez mujeres calentaron durante 3 minutos en una bicicleta estática y después realizaron 3 estiramientos estáticos del tendón de la corva, cuádriceps, músculo gastrocnemio. Ten males an 10 females warmed up for 3 minutes on a lifecycle followed by three 15-second static stretches of the hamstrings, quadriceps and calf muscles. La isquemia provoca dolor. Ischemia causes muscle pain. Pope y cols. (2000) publicaron los resultados de un estudio aleatorizado de estiramientos previos al ejercicio para prevenir las lesiones de miembro inferior en 1.538 reclutas del ejército. Pope et al. (2000) published the results of a randomised trial of preexercise stretching for prevention of lower-limb injuries in 1,538 male army recruits. Muchos médicos no tratan la disuria si no existen signos de alerta, a no ser que encuentren una causa evidente en la exploración o en el análisis de orina. Many clinicians do not treat dysuria in a woman without red flag findings if no cause is apparent from examination and the results of a urinalysis. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> La omisión de información provoca una innecesaria pér­ dida de precisión. Se creía que la relaxina causaba laxitud articular en las mujeres embarazadas, pero algunos estudios demostraron que el aumento de laxitud articular no estaba relacionado con los niveles de relaxina sérica. Relaxin was thought to cause joint laxity in pregnant women, but some studies found that increased joint laxity in pregnant women is not associated with serum relaxin levels. Allander y cols. (1974) descubrieron una movilidad reducida en la muñeca derecha en comparación con la izquierda para ambos sexos. Los investigadores consideraban que esta observación estaba «en relación con el mayor nivel de exposición a traumatismos en una población predominantemente diestra». Allander et al. (1974) found reduced mobility in the right wrist in comparison with the left in both sexes. The researchers believed that this observation was “in accordance with the higher level of exposure to trauma of the right hand in a predominantly right-handed population”. En los dos ejemplos se puede pensar que la omisión se debe a un intento de evitar repeticiones, pero, si bien en el pri­ mer caso se podría discutir si está implícito que el resultado de los estudios se refiere a mujeres embarazadas (yo diría que no), en el segundo omitir la traducción de «of the right hand» lleva a afirmar que la población predominantemente diestra está más expuesta a traumatismos. Cuando se dice más de lo que dice el original En otros casos se añaden palabras: Con respecto a este problema, debe admitirse que el músculo recupera fuerza lentamente, y que la velocidad para la recuperación de las lesiones de tendón es incluso más lenta. Muscle regains strength slowly, and the rate for tendon injuries is even slower because of poorer blood supply. Las palabras añadidas al principio del párrafo no aportan ninguna información, mientras que al final se omite una im­ portante información factual. El estiramiento pasivo incrementa las concentraciones de ADN y ARN en animales para estudio (concretamente en pollos) y roedores (ratas). Passive stretching increases DNA and RNA concentrations in chickens and rats. Se puede considerar un ejemplo de explicación combinada con traducción. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 En ocasiones, puede palparse, en el conducto inguinal, una masa escrotal debida a una hernia; en otros casos, puede resultar sorprendentemente difícil diferenciar una hernia de una tumefacción testicular secundaria a una torsión. Sometimes, a scrotal mass caused by a hernia may be palpable in the inguinal canal; in other cases, hernia can be surprisingly difficult to distinguish from testicular swelling. La mención de la torsión testicular en el párrafo ante­ rior al aquí expuesto es la única justificación que se podría encontrar a este añadido pero, de ser así, se produciría una falta de coherencia, ya que también se mencionaba la epidi­ dimitis. *** Causas Desconocimiento temático o lingüístico Método defectuoso • problemas de comprensión • preocupación estilística • no repasar la traducción Soluciones propuestas Formación continuada, temática y lingüística Método • lectura y comprensión • traducción • reexpresión - supeditar el estilo a la precisión - evitar omisiones de información relevante • repasar Cabe destacar la importancia de la comprensión y de repa­ sar las traducciones cuantas veces sea necesario hasta quedar satisfechos; de haberse hecho así, muchos de los ejemplos precedentes no existirían. El nivel general del alumnado es mucho mejor de lo que se podría pensar a la vista de alguno de los ejemplos presen­ tados, fruto de la revisión de miles de páginas traducidas por cientos de personas. No ha sido la intención quedarse en la anécdota, sino ofrecer algunas pistas para mejorar las traduc­ ciones de aquellos que se inician en el campo profesional y plantear la relación entre fidelidad al contenido y los aspectos no terminológicos señalados. Bibliografía Collins Cobuild English Usage (1992): Londres: Harper Collins. García Yebra, V. (2006): Experiencias de un traductor. Madrid: Gredos. Gutiérrez Rodilla, B. M. (1998): La ciencia empieza en la palabra: análisis e historia del lenguaje científico. Barcelona: Península. Navarro, F. A. (2005): Diccionario crítico de dudas inglés­-español de medicina, 2.a ed. Madrid: McGraw-Hill·Interamericana. 101 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> El traductor de patentes: de Sherlock Holmes a James Bond* Maite Aragonés Lumeras** Resumen: La teoría y la práctica son, en cierto modo, dos caras de la misma moneda, opuestas aunque complementarias e inseparables. Intentaremos, pues, ampliar el enfoque traductológico más allá de la percepción de la traducción especiali­ zada como aplicación ponderada de reglas de conversión léxica dejando patente la subjetividad del discurso científico. La traducción entendida como el arte o técnica de adoptar la actitud verbal adecuada a la situación comunicativa impone dos competencias: la lectura (fase indagadora) y la (re)escritura (fase operacional). Para comprender la importancia que reviste la etapa lectora, indagaremos, por medio de la lectura de una patente, en los mecanismos de documentación, el análisis con­ textual —tanto extra como intratextual— en pos de generalizar una estrategia de resolución de problemas encontrados en las patentes y ofrecer un método para la traducción. Palabras clave: teoría, práctica, traducción especializada, lectura, actitud verbal, escritura, documentación, patentes. The patent translator: From Sherlock Holmes to James Bond Abstract: Theory and practice are two sides of the same coin, opposite but complementary and inseparable. In this article, we intend to move beyond the perception of specialized translation as the application of specific lexical conversion rules by highlighting the subjectivity of scientific discourse. When understood as the art or technique of adopting an appropriate verbal approach to a communicative situation, translation requires two skills: reading (the research step) and (re)writing (the operational step). To understand the importance of the reading step, we will read a patent to explore documentation mecha­ nisms and contextual analysis —both intra and extratextual— in order to develop a general strategy for solving problems with patents and to provide a method for translating them. Key words: theory, practice, specialized translation, reading, verbal approach, writing, documentation, patents. Panace@ 2011; 12 (33): 102-107 1. Introducción Nuestro propósito es emprender la travesía del puente col­ gante, pasarela de comunicación tendida por Bertha Gutiérrez entre teoría y práctica —pero en sentido contrario— durante las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica y la Conferencia Anual de la AIETI celebradas el 18-19 de fe­ brero en la Universidad Jaime I (UJI). Se suele —y aún no sabemos bien por qué− anteponer la teoría a la práctica, aun­ que sin práctica sería difícil sistematizar los conocimientos en cada campo del saber, a no ser que uno se pueda equiparar con el genio de Einstein, quien, al igual que otros ilustres cientí­ ficos, intuía la realidad antes de comprobarla. Desde nuestra perspectiva de profesionales de la traducción de patentes, op­ tamos por seguir el mapa ya trazado por los demás profesio­ nales y teóricos de la traducción y aportar nuestra humilde contribución. Para ello, seguiremos los pasos de dos héroes míticos: Sherlock Holmes y James Bond. Las cualidades de ambos personajes son un modelo de referencia para el traductor de patentes, ya que desde nuestra propuesta de definición de la traducción comparten dos particularidades indispensables pa­ ra un buen traductor, a saber, la ya indiscutible capacidad de deducción de Sherlock Holmes a partir de indicios ínfimos y aparentemente insignificantes para el ciudadano de a pie y la lealtad del gran agente 007 al mandatario en la ejecución de la misión. Finalmente, escogeremos ejemplos de una patente redac­ tada en lengua española para demostrar cómo palabras apa­ rentemente anodinas y una redacción a primera vista precisa y neutra esconden estrategias retóricas insospechadas en el discurso científico y técnico que invalidan las innumerables «teorías» de la neutralidad del lenguaje científico. 2. De la práctica a la teoría Desde las filas de los profesionales, a los teóricos se les percibe como personajes canosos y rancios que pasan horas perdiéndose en reflexiones abstractas —por tanto, inútiles— * Ponencia presentada en las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, celebradas en la Universidad Jaime I de Castellón, en febrero del 2011. ** Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). Dirección para correspondencia: [email protected]. 102 Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> y sin relación alguna con la ejecución a diario de la difícil tarea de traducir. En la otra parte del puente vive una pobla­ ción de expertos que tachan a los profesionales de prestarle demasiada importancia a valores poco científicos, tales como la intuición, concibiendo así la traducción como una rutina —en ocasiones automatizada— que no toma en cuenta los grandes avances del campo de la traductología. Si bien ambas poblaciones tienen parte de razón, un acer­ camiento a sus distintas perspectivas, lejos de oponerlas, bene­ ficiaría tanto la práctica como la teoría, en especial porque: a) la reflexión es un aval de la sistematización de los conocimientos; b) la sistematización facilita la resolución de proble­ mas cotidianos y recurrentes con los que lidia a dia­ rio el traductor; c) la teorización, si bien acaba siempre abstrayéndose parcialmente de la realidad, ahonda en la compren­ sión del proceso traductivo por parte del traductor, quien, al tener una visión global del contexto de co­ municación, puede tomar las decisiones oportunas, es decir, aquellas que fueron tomadas por el autor para garantizar el acto sociocomunicativo —sin que ello consista siempre en explicitarlo todo— me­ diante los innumerables recursos retóricos, como veremos más adelante; y d) la combinación entre ambas perspectivas fomenta la calidad y, por ende, la imagen social del traduc­ tor, bastante deteriorada en estos principios del si­ glo xxi. La operación traductora saca partido, no solo en el caso de las patentes, de las corrientes teóricas, que están reñidas desde hace siglos por una sencilla razón que estamos desarro­ llando en otros trabajos de investigación y que resumiremos aquí en una frase: no se tuvieron en cuenta los géneros tex­ tuales. No debemos perder de vista que los profesionales de la traducción eran por regla general miembros del clero, filóso­ fos, médicos, astrónomos, poetas, escritores, etc., y cuando se ponían a reflexionar sobre su labor en pos de sistematizar sus conocimientos, se concentraban en el género que acostum­ braban a traducir, a saber textos religiosos y canónicos, textos literarios, textos científicos, inter alia, y exponían su método de traducción como método universal. Dicho sea de paso, la universalidad, a la que todo investi­ gador apunta, es el proceso último de confrontación de muchas propuestas de teorización y no debería ser el resultado de una sola perspectiva. Desafortunadamente, el cerebro humano es muy influenciable, y la realidad exterior se lee y comprende desde la óptica de la subjetividad propia a cada ser humano. Esto significa que estamos limitados por nuestra condición humana en la comprensión de la realidad tanto externa como interna. Sin pretensión de perdernos en reflexiones filosófi­ cas, hemos de reconocer que nos queda mucho camino por recorrer para entender cómo funciona el cerebro humano y, por ello, no podemos sino aceptar la inapelable arbitrariedad de toda comunicación. Esto influye sobremanera en el acto de Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna traducción. Valgan a modo de demostración de lo que expo­ nemos aquí los escasos conocimientos que la mente humana ha logrado recopilar en cosmología: solo se conoce el 4 % del universo, nos queda por investigar y comprender el 96 %. Por si fuera poco, no somos capaces de observar si existe un solo universo, palabra cuya etimología pretende validar esta hipó­ tesis, o si existen otros universos paralelos al nuestro. Cerrado este paréntesis, presentaremos a continuación al­ gunos de los enfoques que han marcado un hito en la historia de la traductología y merecen ser destacados aquí, ya que nos han permitido conformar un método de contextualización de los textos por traducir: a) El primer lugar, desde nuestra perspectiva holística, lo ocupa la teoría del género textual, desarrollada en Estados Unidos por el grupo New Rhetoric, cu­ yos miembros son científicos, sociólogos, etnólo­ gos, etc. (Bazerman, 1994; Freadman, 1994; Miller, 1994). Se centra en el poder que confiere el dominio de ciertos géneros, en la necesidad sociocomunica­ tiva de la aparición, evolución y desaparición de gé­ neros y en la manipulación del discurso en los dis­ tintos géneros que existen. Son de gran interés los análisis realizados por este grupo respecto a nuevos géneros como los blogs, los foros y demás. b) El grupo de investigación del Departamento de Tra­ ducción y Comunicación de la UJI Gentt (García Izquierdo, 2005) ha llevado al campo de la traduc­ ción estas reflexiones y ha abierto una nueva vía de investigación cuya aplicación metodológica ha sido comprobada en múltiples ocasiones, por ejem­ plo, para la traducción de patentes. Esta corriente constituye la piedra angular de nuestra reflexión, porque, por una parte, devuelve al texto su valor so­ cial, retórico, pragmático y sociolingüístico convir­ tiéndolo en una interfaz de comunicación dinámica —que le da la espalda a una visión reductora del mismo cuyo propósito ha sido acotar su potencial y ver en él un mero producto final inerte— y, por otra, devuelve a los actores sociales, tales como el emisor y receptor del texto, su protagonismo. c) La teoría del skopos y el funcionalismo (Reiss y Vermeer, 1984/1991; Nord, 1997) dejaron una hue­ lla indeleble al centrarse en el papel determinante que desempeña el encargo imponiendo al traductor una «ideología» y una conducta. De este modo, las decisiones gratuitas del traductor —el constante y subjetivo «para mí hay que decirlo así»— dejan de tener vigencia, puesto que ha de cumplir una mi­ sión, muchas veces no exenta de riesgos, al igual que el famoso espía James Bond, agente 007, y se ve obligado a cumplir órdenes que encarrilan su ac­ tuación y disminuyen en cierto modo su espontánea tendencia irrevocable a tomar decisiones que no guardan relación con el contexto de producción del texto. El agente James Bond no juzga si tal enemigo es bueno o no, sino que ejecuta una misión ponien­ 103 Tribuna do sus competencias al servicio de esta. Eso mismo debe hacer el traductor: no juzgar el texto de partida desde una reductora óptica de lingüista, ni inven­ tarse traducciones, ni tan siquiera tomar iniciativas propias fuera de contexto, tales como modificar una sintaxis malograda, ya que en el caso de las paten­ tes la redacción sigue unas pautas muy particula­ res, dictadas por múltiples intereses. El traductor de patentes solo ha de cumplir con su misión con la mayor brevedad, respetando el discurso por muy oscuro y alambicado que resulte. Para ello necesita obviamente estar informado de lo que se «cuece»; los parámetros que definiremos a continuación ser­ virán para desenredar los nudos discursivos y para informar al traductor de todos aquellos aspectos que se han ido enmascarando. d) La teoría interpretativa (Seleskovitch y Lederer, 1984), que vio la luz en los pasillos y aulas de la ESIT (Ecole supérieure d’interprètes et de traduc­ teurs) de París, contribuyó a descomponer el pro­ ceso interpretativo en dos etapas fundamentales: la comprensión y la reformulación. Lo que se conoce también bajo la denominación de escuela del sen­ tido —en nuestra opinión, poco afortunada, pues­ to que aún no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo en una definición del sentido, con lo cual infunde más confusión en el debate acalorado entre traductólogos y, por ello, alimenta la polé­ mica en lugar de apaciguarla— cumple una fun­ ción importante en el campo de la traducción por la importancia que reviste la lectura. Esta corriente ha sentado las bases de la profesión de intérprete y ha sido menospreciada por los traductores, a nuestro pesar. Hemos intentado recuperar los dos núcleos en nuestro método de contextualización para defi­ nir la traducción como un proceso de lectura y de (re)escritura. Concretamente, son seis los parámetros extratextuales (Aragonés, 2009) que conforman el método de contextuali­ zación (Aragonés, 2010) y permiten comprender la situación sociocomunicativa en el campo de las patentes, parámetros que se pueden extrapolar a otros géneros y garantizan una vi­ sión global del contexto de producción textual. Con ellos, el traductor de patentes puede emprender la lectura inferencial, documental y exploratoria de las patentes como lo haría nues­ tro querido detective Sherlock Holmes. Se han organizado en tres pares: a) ceremonia y sus convenciones; b) instituciones involucradas y sus objetivos colecti­ vos; y c) participantes y sus intenciones privadas. La identificación de tales factores decisivos para el análi­ sis situacional del acto comunicativo no nació de la nada, ni pretendía ser otro intento subjetivo de hacer valer prejuicios 104 <http://tremedica.org/panacea.html> sobre la traducción desde un enfoque limitado, sino que pre­ tendía arrojar luz sobre el proceso traductivo. Para ello fue preciso aportar una definición del proceso traductivo que se deshiciera de los lazos asfixiantes que la traducción guarda­ ba con la lingüística tradicional. Desde nuestra perspectiva, traducir es: a) inmiscuirse en una ceremonia para descifrar los có­ digos sociorretóricos; b) un ir y venir entre lectura y escritura; c) identificar el género textual para reescribir el «nue­ vo» texto en conformidad con las convenciones; d) una apropiación textual, esto es, una operación de comprensión y reorganización; e) un proceso esquizofrénico en que el traductor pasa de ser lector intruso a detective, de espía a intérpre­ te-actor; f) analizar las motivaciones, los medios discursivos y retóricos; y g) transferir la realidad de un mismo colectivo más allá de las fronteras lingüísticas. 3. Anatomía de la patente Antes de adentrarnos en los vericuetos y dédalos textua­ les, pensamos que puede ser útil tener una visión global de la estructura de la patente. La organización de una patente, al igual que la de cualquier texto perteneciente a un género específico, no es gratuita. Ni mucho menos. Los estudios de Swales (1990) y de Dudley-Evans (1994) apuntan a que los rhetorical moves (que hemos traducido por secuencias retóricas) tejen el hilo del discurso y sirven de tapadera al emisor del texto. El análisis de las secuencias permite al traductordetective desenmascarar al emisor y demás participantes del acto comunicativo y comprender los tejemanejes de todas las personas físicas y morales involucradas en una ceremonia. Hay que distinguir entre macroestructura y secuencias retóri­ cas, con lo cual la estructura textual es doble: a) la primera, más superficial, es la macroestructura; se refiere a las partes constituyentes de un texto que forman conjuntamente una lógica cohesiva; y b) la segunda, más profunda, es la secuenciación re­ tórica (Aragonés, 2009), esto es, el hilo discursivo que hilvana la comunicación en el plano retórico. La patente comprende en ese primer nivel organizacional una memoria descriptiva, que se subdivide a su vez en: • • • • • • • un título, el sector de la técnica, el estado de la técnica o antecedentes, la descripción de la invención, la descripción de los dibujos, las reivindicaciones, y los dibujos. En su segundo nivel estructural, destacamos dos partes: Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> a) la primera es técnica y conlleva varias secuencias retóricas, tales como • • • • • el objeto de la invención, su justificación, su utilidad, sus ventajas y sus características; b) la segunda tiene valor jurídico y se refiere a la reca­ pitulación de lo expuesto en la parte técnica a efec­ tos de protección jurídica. 4. Siguiendo los pasos de Sherlock Holmes: la lectura inferencial En una de sus trepidantes aventuras, Sherlock Holmes le pregunta a su amigo, el doctor Watson, qué puede de­ ducir a partir de un sombrero hongo que le presenta. Algo sorprendido, el doctor Watson contesta que solo puede de­ ducir el nombre de su propietario a partir de las iniciales que se encuentran inscritas en su interior. Sherlock Holmes le arrebata el bombín y empieza su lectura inferencial del objeto: a) hay marcas de cera, lo cual indica que ha estado utilizando velas; b) es una talla grande, con lo cual se puede inferir que su propietario tiene una cabeza más grande de lo normal y por tanto tiene una gran capacidad intelec­ tual; c) el sombrero no está limpio; teniendo en cuenta que su propietario está casado, se puede deducir que su mujer ya no lo quiere; d) es un sombrero con un acabado de gran calidad, por tanto nuestro hombre tiene dinero o una holgada posición social; y un largo etcétera. El traductor ha de seguir los pasos del gran detective bri­ tánico y plantearse las preguntas oportunas para descubrir los indicios extratextuales). De acuerdo con nuestra propuesta metodológica, son seis las preguntas principales que hemos de plantearnos: 1. ¿Cuál es la situación, el ritual? 2. ¿Cómo se comportan los actores y cómo escriben? 3. ¿Qué instituciones están involucradas en el evento comunicativo? 4. ¿Qué objetivos persiguen? 5. ¿Quiénes son los participantes, los individuos que participan en el acto? 6. ¿Cuáles son sus intenciones? Dichos factores interdependientes pueden luego combi­ narse con aspectos microlingüísticos (convenciones y aspec­ tos retóricos) que a continuación analizaremos. Las respues­ tas a dichas preguntas han sido ampliamente desglosadas en Aragonés (2009), y nos detendremos aquí en el análisis de Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna una patente en castellano, cuyo número de publicación inter­ nacional es WO92/01486. Los indicios intratextuales, es decir, el texto, aportan in­ formación valiosa para nuestro traductor, que ha revestido el traje de detective. Con su pipa o cigarro en la boca, ob­ servará que: a) Se utilizan muchas pasivas o reflejas, como por ejemplo, «jeringuillas que son utilizadas», «se co­ nocen jeringas que han sido estructuradas de mane­ ra que hace difícil su reutilización, aunque [...], de hecho, son manipuladas para su reutilización», en un intento de dar mayor objetividad a lo que se des­ cribe. El objeto de la invención toma protagonismo en contra de los autores, quienes optan por desapa­ recer detrás de palabras y una sintaxis aparentemen­ te inofensiva y neutra. Si a ello se une la voluntad de justificar la necesidad de desarrollar jeringas de un solo uso para evitar contagio y demás riesgos durante su utilización, podemos deducir que el au­ tor se vale de la impersonalización para convencer sin agredir al examinador de fondo de la utilidad, uno de los tres criterios de patentabilidad. b) El uso de aproximadores debería llamar la atención de nuestro traductor, ya que siempre se han definido los textos científicos y técnicos como textos preci­ sos y exactos. ¿Qué se esconde detrás de los aproxi­ madores? La intención, por parte del inventor y de la empresa que lo emplea, de evitar una reproduc­ ción exacta del invento, por una parte, y por otra, la voluntad por parte del jurista de garantizar la mayor cobertura jurídica. c) El uso de la negación también merece especial aten­ ción, puesto que tiene un valor positivo, sirve para incidir en las ventajas del objeto de la invención sin ser demasiado agresivo. Su uso es habitual en las publicidades, basta con recordar todos los eslóga­ nes publicitarios que empiezan por «ya no se ne­ cesita pasar horas rascando»; de ahí que podamos inferir que la patente tiene un valor publicitario. d) El uso de adjetivos y adverbios enfatizadores con una carga emocional inhabitual según muchos análisis y estudios del discurso científico. Veamos dos ejem­ plos: «clásica y normal hepatitis» y «grave y mortal sida». ¿Qué podemos deducir? Pues que la jeringa preconizada en el invento puede evitar contagios de hepatitis, una enfermada ya muy conocida, así como de sida, una enfermedad muy peligrosa. Esto supo­ ne que la jeringa de la invención es absolutamente necesaria para el bienestar de la sociedad expuesta a enfermedades mortales. El autor incide aún más en las ventajas que supone la jeringa, dado el peligro que corren los usuarios, pero de forma indirecta. Podríamos seguir analizando el texto y sacando informa­ ción e indicios valiosísimos para el traductor-detective, pero los límites de espacio nos llevan a pasar a otros aspectos del 105 Tribuna proceso traductivo. Para más información se pueden consultar los resultados del estudio comparativo multilingüe que hemos realizado (Aragonés, 2009, 2010). 5. Agente 007: la misión del traductor de patentes El traductor de patentes se podría asimilar a aquel joven de la película de Steven Spielberg Atrápame si puedes que decide hacerse pasar por abogado, médico y piloto de avión sin haber estudiado ninguna de esas carreras. ¿Su técnica? Entrevistar a profesionales, haciéndose pasar por un estudiante que desea re­ dactar un artículo sobre el trabajo de piloto, para sonsacar la mayor información pertinente sobre la profesión con el objeto de actuar como si formara parte del gremio. En otras palabras, su técnica es sumamente sencilla y eficaz: se trata de hacer las preguntas oportunas a los miembros de un colectivo para ad­ quirir los conocimientos compartidos mínimos para engañar y hacerse pasar por un especialista. Se convierte en un impostor (Aragonés, 2007), es decir, pretende ser aquel que no es; ¿acaso no es esa misma competencia la que ha de desarrollar el tra­ ductor de patentes, e incluso cualquier traductor? Cada género textual, como se desprende de la teoría del género, nace en una ceremonia particular por necesidades obvias de comunicación, y el traductor que se inmiscuye en dichas ceremonias, sean cua­ les sean, ha de hacerse pasar por el autor del texto sin ser forzo­ samente un miembro de dicha comunidad discursiva. El traductor tiene ahora que cumplir con su misión: volver a escribir en otra lengua un nuevo texto perteneciente al mis­ mo género textual que el original para el mismo público que el texto original. Nos proponemos analizar en otros trabajos, con mayor detenimiento, la noción de equivalencia que ha surcado el campo de la traductología sin que se haya llegado a un consenso sobre su definición. La diferencia entre ambos textos es, por tanto, la lengua, ya que los demás parámetros se van a conservar: la misma ceremonia, las mismas instituciones y los mismos colectivos. La variable lengua podría imponer ciertas modificaciones de las convenciones, puesto que un mismo género textual tal vez tenga que seguir reglas distintas en otra lengua para adecuarse al discurso propio de los miembros del colectivo particular (Aragonés, 2009). El trabajo de observación llevado a cabo por el traductor-detective permite resolver tal «ecuación», ya que el traductor ahora sabe cómo se comportan el médico es­ pañol y el médico australiano o norteamericano, y por tanto sabe cómo se expresan en su propia lengua dentro de la mis­ ma ceremonia. El agente 007 entra ahora en escena con una misión con­ creta, definida por sus mandatarios. Ha sido formado con an­ terioridad para desmantelar las organizaciones más peligrosas y seguras. En el caso del traductor, podríamos decir que ha sido formado (o debería haberlo sido) para desenmascarar a todo autor que se esconde detrás de un texto y descubrir sus intenciones. 6. Conclusiones La dificultad de traducir patentes radica no tanto en el léxico o la terminología, sino en la especificidad de la ce­ remonia y de sus convenciones desconocidas del traductor. 106 <http://tremedica.org/panacea.html> Para traducir adecuadamente se ha de aprender a leer. Como hemos dejado claro, no se inventan traducciones, sino que se leen textos pertenecientes al mismo género para saber cómo escriben los miembros del colectivo (terminología, léxico y convenciones). La resolución de problemas lingüísticos para la (re)escritura viene facilitada por una lectura indagadora, «peregrinación en tierras ajenas». La lectura es el paso previo a la comprensión, etapa de construcción del sentido a nivel textual y contextual; es además una operación de deducción que consiste en extraer la información pertinente para la com­ prensión de las motivaciones e intenciones de la ceremonia y organizarla. Así pues, la interpretación del texto dependerá de la lec­ tura del mismo, entendida como construcción progresiva de una red relacional y como articulación de las secuencias de acciones en procesos operativos visualizados. No debemos perder de vista que la traducción es un acto sociocomunica­ tivo específico y hemos de atenernos a reglas de pragmática básicas expuestas por Grice (1975), regidas por el principio cooperativo. Se han de observar ciertas máximas, entre ellas la de calidad, sin que la traducción sea más informativa que el texto original para no transformar el intercambio. De no ser así, se estaría incurriendo en el delito de traición, uno de los errores más graves en traducción. La (re)escritura, entiéndase la traducción, es una respuesta a un papel social desde una perspectiva de filiación al tex­ to original para tender puentes entre un mismo colectivo in­ tercultural a la vez que es una escritura segunda y mimética (desde el punto de vista de las convenciones). La dicotomía entre escritura imitadora y escritura creadora, fundada en los orígenes de la traducción y de los géneros textuales que se traducían, deja de tener vigencia, puesto que la identificación de géneros textuales permite ubicar cada texto en su contexto sociocomunicativo. Así, las primeras reflexiones traductoló­ gicas fueron llevadas a cabo a partir de la práctica de la tra­ ducción de textos sagrados y canónicos. Esta tipología textual impone una modalidad de traducción. La ceremonia influye en los demás factores, y las decisiones del traductor ya no han de sumirse en las duales preguntas libre vs. literal, sino que basta con comprender qué motivaciones tienen los par­ ticipantes en el acto comunicativo para tomar las decisiones oportunas. A mitad de camino entre lectura y escritura se encuentra el texto: es una puesta en escena de un propósito de acuer­ do a una estrategia de escritura; un indicador de una línea de conducta, y es portador de intenciones. El texto es también un hecho social del que el lector se apodera por operaciones cognitivas para la construcción de una representación mental, toma sentido en su relación intertextual que impone triangula­ ción durante la lectura. El texto pertenece a un género que im­ pone sus leyes al tiempo que obedece a reglas preestablecidas que condicionan la estructura textual. La estrategia escritora impone el género de acuerdo a un armazón que se adecua no tanto a un modelo, sino a un resultado de la estrategia escri­ tora propia de unas circunstancias sociocomunicativas dadas. Es, en definitiva, el horizonte de expectativas que impone una lectura transtextual. El texto, aun percibido como producto Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> definitivo, no deja de sorprender por su inestabilidad y dina­ mismo; cada lectura lo transforma. De ahí que la profesión de traductor sea una de las más difíciles, a pesar de no ser lo su­ ficientemente reconocida, y de las más arriesgadas. El James Bond de la (re)escritura cumple una misión que resulta ser un codo con codo con el autor del texto original sin disponer nunca de las mismas armas, ya que, al cambiar de lengua, la ecuación a la que el mandatario aspira es simple y llanamente «misión imposible» para el traductor. Bibliografía Aragonés Lumeras, Maite (2007): «Tradición, traición, traducción», Intercambios, 11: 2. Aragonés Lumeras, Maite (2009): Estudio descriptivo multilingüe del resumen de patente: aspectos contextuales y retóricos. Berna: Peter Lang. Aragonés Lumeras, Maite (2010): «How to Become a Patent Transla­ tor: Tricks and Tips. Notions of Text Genre and Ceremony to the Rescue», Meta, 55 (2). Bazermann, Charles (1994): «Systems of Genres and the Enactment of Social Intentions», en Freedman, A., y Medway, P. (eds.): Genre and the New Rhetoric. Londres, Nueva York: Taylor & Francis Group, pp. 79-101. Dudley-Evans, Tony (1994): «Genre analysis: An investigation of the introduction and discussion sections of MSC dissertations», en Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna Coulthard, M. (ed.): Talking about Text. Discourse Analysis Monographs, n.° 13. English Language Research: University of Birming­ ham. Freadman, Anne (1994): «Anyone for Tennis?», en Freedman, Aviva, y Medway, Peter (eds.): Genre and the New Rhetoric. Londres, Nueva York: Taylor & Francis Group. Freedman, Aviva, y Medway, Peter (1994): Genre and the New Rhetoric. Londres, Nueva York: Taylor & Francis. García Izquierdo, Isabel (ed.) (2005): El género textual y la traducción. Reflexiones teóricas y aplicaciones pedagógicas. Berna: Peter Lang. Grice, Paul (1975): «Logic and conversation», en Cole, P., y Morgan, J. (eds.); Syntax and semantics 3: Pragmatics. Nueva York: Academic Press, pp. 41-58. Miller, Carolyn R. (1994): «Genre as Social Action», en Freedman, Avi­ va, y Medway, Peter (eds.): Genre and the New Rhetoric. Londres, Nueva York: Taylor & Francis Group, pp. 23-42. Nord, Christiane (1997): Translating as Purposeful Activity. Functionalist Approaches Explained. Manchester: St Jerome. Reiss, Katerina, y Vermeer, Hans J. (1984/1991): Fundamentos para una teoría funcional de la traducción. Madrid: Akal. Seleskovitch, Danica, y Lederer, Marianne (1984): Interpréter pour traduire. Col. Traductologie, 1. París: Didier Érudition. Swales, John M. (1990): English in academic and research settings, 9.ª ed. Nueva York: Cambridge University. 107 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> La introducción de un artículo científico original: el minusvalorado corazón del estudio* Fernando Rico-Villademoros** y Teresa Hernando*** Resumen: La introducción de un artículo original debería atraer la atención del lector y explicar por qué los investigadores llevaron a cabo el estudio. Los elementos fundamentales de la estructura de una introducción son: la razón de ser del estu­ dio, la pregunta de investigación y el diseño del estudio. Para contar la razón de ser del estudio iremos de lo conocido a lo desconocido, explicándole al lector de dónde surgió nuestra pregunta y por qué era importante contestarla. La introducción podemos finalizarla con la pregunta de investigación (a veces presentada como la hipótesis o el objetivo del estudio) o con una breve descripción del diseño (esto es, cómo contestamos a la pregunta). Por lo que se refiere al estilo, la introducción debe estar bien organizada y ser breve (preferiblemente debería ocupar una hoja), y habrá que ser capaces, además, de man­ tener la continuidad de una frase a otra. Palabras clave: artículo original, manuscrito, pregunta de investigación, introducción, redacción científica, redacción de textos médicos. The introduction of a scientific article: The understimated heart of the research study Abstract: The introduction of an original paper should attract the reader’s attention and explain why the researchers under­ took the study. The key elements of its structure are: the study rationale, the research question, and the study design. When discussing the study rationale, we should move from what is known about the topic to what is not known, telling the reader where the study question came from and why it was important to answer that question. The introduction may be concluded by stating the research question (sometimes presented as the study hypothesis or objectives) or by briefly describing the study design (i.e. how we answered the question). Regarding style, the introduction should be well organized and short (preferably one page), and should maintain continuity from sentence to sentence. Key words: original article, manuscript, research question, introduction, scientific writing, medical writing. Panace@ 2011; 12 (33): 108-111 Un artículo científico original trata de contar la historia de una investigación. Es una historia en cuatro capítulos, cada uno de los cuales debe proporcionar una información concreta: • • • • Introducción: ¿cuál fue la pregunta de investi­ gación? Material (o pacientes) y métodos: ¿cómo la es­ tudiamos? Resultados: ¿qué encontramos? Discusión: ¿cuáles son las implicaciones de los resultados obtenidos? El comienzo de nuestra historia, la introducción, tiene como objetivo atraer la atención del lector (¡y del editor de la revista!), algo a lo que contribuirán también el título y el resumen del artículo. Para ello es necesario ir al corazón de la investigación: cuál es la pregunta a la que pretendía dar respuesta el estudio y de dónde surgió (la razón de ser del estudio). La pregunta de investigación es el punto clave de cualquier estudio, ya que nos dice el valor que tiene esa inves­ tigación en el marco del conocimiento actual y condiciona el diseño del estudio, el segundo punto en importancia de nues­ tro estudio y que de forma completa se describe en la sección de material y métodos. Es conveniente conocer cuáles son las características que debe reunir una «buena pregunta de investigación» para saber exponerla de forma correcta. Hulley y cols.1 utilizan unas si­ glas, FINER, que recogen las cinco características básicas de una pregunta de investigación: factible (feasible), interesante (interesting), novedosa (novel), ética (ethical) y relevante (relevant). El hecho de que la pregunta del estudio sea «factible» se refiere a si los investigadores que se la plantearon eran capa­ ces de contestarla. Esto es, si era posible incluir el número de pacientes necesarios para contestar a la pregunta del estudio, * Ponencia presentada en las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, celebradas en la Universidad Jaime I de Castellón, en febrero del 2011. ** Instituto de Neurociencias, Centro de Investigaciones Biomédicas, Facultad de Medicina, Universidad de Granada (España) y Cociente S. L., Investigación Clínica y Comunicación Biomédica, Madrid (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. *** Cociente S. L., Investigación Clínica y Comunicación Biomédica, Madrid (España). 108 Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> si el conocimiento y experiencia de los investigadores era el adecuado, en definitiva, si los recursos disponibles eran sufi­ cientes y adecuados, de forma que la realización del estudio fuera posible. Esto es crucial para el planteamiento de un es­ tudio, pero tiene un menor interés cuando se quiere comunicar a través de un artículo los resultados de la investigación. En nuestro artículo la factibilidad de la pregunta solo tendrá inte­ rés a la hora de tratar de justificar nuestro diseño del estudio frente a otro más robusto (por ejemplo, la imposibilidad de realizar un enmascaramiento en un ensayo clínico), y eso es algo que deberemos realizar en la discusión al comentar las limitaciones del diseño. La pregunta del estudio debe ser «interesante»para los investigadores que van a participar en él; dado que van a invertir su esfuerzo y recursos en tratar de contestarla, la motivación individual de los investigadores participantes es muy importante. No obstante, este interés debe ir más allá del individual, y por ello la pregunta también debe ser «relevante» para la comunidad científica, bien sea porque su respuesta suponga un avance en el conocimiento cientí­ fico, bien porque sirva de guía para la realización de futuras investigaciones o sea de ayuda para la toma de decisiones clínicas o de salud pública. Además de la relevancia, el otro aspecto clave de la pregunta de investigación es la «nove­ dad». En investigación, nada que haya sido demostrado o contestado previamente tiene sentido investigarlo de nuevo, a no ser que existan indicios de que pueden encontrarse no­ vedades sobre lo que se creía demostrado o que haya cierta controversia al respecto. En el caso de la investigación clí­ nica, en la cual participan seres humanos, el hecho de evitar la investigación redundante está estrechamente ligado a la «ética» del estudio, ética que sirve de contrapunto a los in­ tereses del investigador y la comunidad científica. Según la Declaración de Helsinki,2 en la investigación con seres hu­ manos «el bienestar de la persona que participa en la inves­ tigación debe tener siempre primacía sobre todos los otros intereses». Por ello, la investigación clínica «está sujeta a normas éticas que sirven para promover el respeto a todos los seres humanos y para proteger su salud y sus derechos individuales», entre los que se incluyen «el derecho a la au­ todeterminación, la intimidad y la confidencialidad de la in­ formación personal». Novedad y relevancia son las claves de la investigación para que podamos considerar que esta es verdaderamente científica. En la introducción del artículo tenemos que de­ jar claro qué hueco del conocimiento pretendíamos relle­ nar contestando a nuestra pregunta («novedad») y por qué era importante rellenar ese hueco («relevancia»). Se trata, en definitiva, de establecer la razón de ser del estudio. La importancia de esta sección debería resultar obvia, ya que es la que debe decir al editor de la revista a la que presenta­ remos el manuscrito y al futuro lector del artículo por qué es importante nuestro trabajo, por qué es importante que lo publique o lo lea. La razón de ser del estudio debe preceder a la pregunta de investigación, es el camino que llevará al lector hacia ella. En otras palabras, con la razón de ser del estudio debemos aportar al lector la información necesaria Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna para entender la pregunta o hipótesis del estudio. En ese ca­ mino iremos de lo más general (antecedentes del problema) a lo más concreto (la pregunta o hipótesis), de lo conocido a lo desconocido (figura 1, página siguiente). Por lo general, si nuestra investigación versa sobre algún aspecto de una enfermedad o problema clínico, proporcionar datos epide­ miológicos o de impacto (por ejemplo, sobre la calidad de vida o la mortalidad) dará al lector una primera idea de la importancia del problema tratado. Inmediatamente después deberemos discutir lo conocido hasta ahora sobre el tema de investigación, detallando qué hallazgos previos son la base de la hipótesis que se plantea, de forma que se construya el marco donde encaja la pregunta del estudio. Por ejemplo, en un ensayo clínico sobre un nuevo medicamento deberemos dejar claro qué tratamientos hay actualmente disponibles y sus limitaciones en cuanto a eficacia, tolerabilidad o impacto en la calidad de vida del paciente; si el medicamento perte­ nece a una clase farmacológica nueva para el tratamiento de esa enfermedad, deberemos proporcionar, además, las bases fisiopatológicas que nos llevaron a pensar que ese medica­ mento podría funcionar en la enfermedad en estudio. De lo conocido pasaremos a lo desconocido, indicando qué es lo que no sabemos sobre el problema en estudio (por ejem­ plo, la eficacia en el caso de un primer ensayo clínico con un nuevo medicamento) y haciendo evidente, implícita o explícitamente, qué es lo novedoso de nuestro estudio (por ejemplo, que es el primero que evalúa la eficacia de ese nue­ vo medicamento, o que la estudia en una población distinta o más representativa). El colofón de la razón de ser es la pregunta de investigación o hipótesis del estudio; algunos autores utilizan los objetivos del estudio en sustitución de la pregunta o hipótesis. Para finalizar la introducción, lo más habitual es que es­ bocemos cómo vamos a tratar de contestar a la pregunta de investigación, esto es, que digamos muy brevemente cuál fue el diseño elegido para el estudio. Con ello tanto el edi­ tor de la revista como el futuro lector tendrán en la introduc­ ción los dos elementos básicos para hacer un juicio inicial del valor de lo que se está comunicando: pregunta y diseño. Eso nos permitirá, además, enlazar con la siguiente sección del artículo, el material y los métodos, donde detallaremos ese diseño. En resumen, la estructura básica de la introducción es bas­ tante sencilla: razón de ser del estudio, pregunta de investiga­ ción planteada y diseño elegido para contestarla (cuadro 1). ¿Dónde está, entonces, la dificultad en preparar una buena in­ troducción? Si sabemos cómo contar este tipo de historias y el estudio que hemos realizado y queremos comunicar tiene una • Razón de ser del estudio • Pregunta de investigación o hipótesis del estudio • Breve descripción del diseño elegido para contestar a la pregunta Cuadro 1. Elementos clave de una introducción 109 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> Figura 1. Estructura esquemática de la introducción3 sólida razón de ser y plantea una buena pregunta de investi­ gación, la dificultad de la introducción está en que todo eso lo tenemos que contar de forma muy breve, utilizando para ello solamente las referencias bibliográficas clave. Esta es la gran diferencia entre la introducción de un artículo y la de un proto­ colo de investigación. En esencia, ambas deben proporcionar la misma información, pero mientras que el protocolo debe proporcionar suficiente detalle para que la razón de ser del es­ tudio sea entendida y evaluada por todos los agentes implica­ dos en su realización (investigadores, comités éticos, etc.), en la introducción de un artículo de ningún modo debemos reali­ zar una revisión exhaustiva de los antecedentes del problema, entre otras cosas porque se asume que el lector interesado ya es en buena medida conocedor de esos antecedentes, y si no lo fuera, el tipo de artículo al que debe recurrir es una revisión y no un artículo original. En una publicación científica la bre­ vedad es enormemente apreciada tanto por los editores como por los potenciales lectores, y es en la introducción donde esa brevedad debe alcanzar su máxima expresión. En general, es recomendable que para la introducción no utilicemos más de tres o cuatro párrafos breves (1-2 párrafos para lo conocido, 1 párrafo para lo desconocido y 1 párrafo para la pregunta) y como máximo un par de páginas (a doble espacio, claro) de nuestro artículo; mucho mejor si lo hacemos en una sola pági­ na. Además de la excesiva longitud y el tratar de hacer una re­ visión histórica del problema, otros problemas frecuentes son las introducciones demasiado vagas y generales, las imitativas, 110 donde no queda clara la razón de ser o la pregunta del estudio, y el contener información más propia de la discusión. Junto a la brevedad, el otro elemento primordial del es­ tilo en la preparación de la introducción es ser capaces de mantener la continuidad en la narración de la historia. A esta continuidad contribuye de forma notable el mantenimiento de una estructura como la que hemos indicado, yendo de lo conocido a lo desconocido y de lo general a lo concreto. Otros recursos para mantener la continuidad son la repeti­ ción de términos clave (en este artículo el término historia desempeña ese papel de término clave) o la utilización de frases o palabras de transición (por ejemplo, además, sin embargo), que, utilizadas con mesura, nos facilitarán el paso de una idea a otra. En el cuadro 2 incluimos una recomendaciones genera­ les para preparar una introducción que resuma lo comenta­ do. Estas recomendaciones son válidas para cualquier tipo de estudio y diseño. No obstante, animamos a los autores a que consulten las guías existentes para la comunicación de los distintos tipos de estudios (Consort, Strobe, Pris­ ma, etc.). A título de ejemplo, en el cuadro 3 exponemos las recomendaciones incluidas en la declaración Consort (Consolidated Standards of Reporting [clinical] Trials) para preparar la introducción del artículo que comunica los resultados de un ensayo clínico. Los detalles pueden consultarse en su sitio web (<www.consort-statement.org/ home/>). Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> • Contar la historia de donde procede nuestra pregunta de investigación o o o o o o o o ir de lo conocido a lo desconocido exponer lo desconocido de tal manera que lo novedosode su trabajo sea evidente ¡debemos convencer a los editores y lectores que nuestro trabajo es bueno, que aporta algo relevante respecto a lo hecho hasta ahora! acabar con la pregunta o... ... exponer el diseño después de la pregunta mantener la continuidad de la historia citar las referencias que reflejen los trabajos clave que llevaron a la pregunta (dar preferencia a las revisiones sistemáticas) mantener el número de referencias al mínimo. • Exponer la pregunta como una pregunta o como una hipótesis o o o o hacer la pregunta tan precisa como sea posible. utilizar el presente (¡nuestra pregunta se dirige a saber si algo es verdad en general y no solo en nuestro estudio!). incluir alguna «señal» de que se avecina la pregunta («El objetivo de nuestro estudio...»; «Nosotros establecimos la hipótesis de...»)en los estudios que evalúen intervenciones, asegurarse de que la pregunta incluye la variable dependiente (resultado) y la independiente (exposición). • Delinear el diseño del estudio • Ser breve Cuadro 2. Recomendaciones básicas para preparar una introducción de un artículo científico4 • Explicar los antecedentes científicos o contexto y la razón de ser del ensayo o describir el problema objeto de estudio o referir qué pruebas existen sobre los beneficios de cualquier intervención incluida en el ensayo o sugerir alguna explicación de cómo funciona la intervención, especialmente si la experiencia con ella es escasa. o justificar la necesidad de un nuevo ensayo oincluir referencias a revisiones sistemáticas o una nota sobre la ausencia de ensayos. • Especificar los objetivos o hipótesis o o los objetivos son las preguntas a contestar para las que se diseñó el ensayo. las hipótesis son más específicas que los objetivos y se adaptan mejor a la formulación de una evaluación estadística. Cuadro 3. Puntos clave que deben presentarse en la introducción de un artículo que comunique los resultados de un ensayo clínico (declaración Consort5, 6) La esencia de una investigación es tener una buena pre­ gunta que contestar y haber elegido el diseño adecuado para hacerlo. Aunque más centrada en lo primero, la introduc­ Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 ción debe proporcionarnos información sobre ambos aspec­ tos para poder juzgar desde un principio hasta qué punto estamos ante un buen estudio de investigación. Si, además, esa historia está contada de forma breve y fluida, tenemos muchas posibilidades de estar ante un buen artículo de in­ vestigación. Notas 1. Hulley, S. B., Cummings, S. R., Browner, W. S., Grady, D., Hearst, N., y Newman, T. B (2001): Designing Clinical Research, 2.ª ed. Filadelfia: Lippincott Williams & Wilkins. 2. World Medical Association: Declaration of Helsinki. Ethical Principles for Medical Research Involving Human Subjects. Disponible en: <www.wma.net/e/policy/b3.htm>. 3. Basado en Zeiger, M. (2000): Essentials of Writing Biomedical Research Papers, 2.ª ed. Nueva York: McGraw-Hill. 4. Modificado de Zeiger, M. (2000): Essentials of Writing Biomedical Research Papers, 2.ª ed. Nueva York: McGraw-Hill. 5. Altman, D. G., Schulz, K. F., Moher, D., Egger, M., Davidoff, F., El­ bourne, D., Gøtzsche, P. C., y Lang, T.; Consort Group (Consolidat­ ed Standards of Reporting Trials) (2001): «The revised CONSORT statement for reporting randomized trials: explanation and elabora­ tion», Ann Intern Med, 134: 663-694. 6. Moher, D., Hopewell, S., Schulz, K. F., Montori, V., Gøtzsche, P. C., Devereaux, P. J., Elbourne, D., Egger, M., y Altman, D. G. (2020): «CONSORT 2010 explanation and elaboration: updated guidelines for reporting parallel group randomised trials», BMJ, 340: c869. 111 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> Fuentes de información en ciencias de la salud en Internet* Rafael Aleixandre-Benavent** Resumen: En este trabajo se describen las principales fuentes de información en ciencias de la salud que pueden ser útiles para los profesionales de la traducción médica, fundamentalmente las bases de datos bibliográficas de información científi­ ca nacionales y extranjeras y los buscadores de información en Internet, así como la metodología para efectuar búsquedas bibliográficas precisas y exhaustivas. Se hace hincapié en las posibilidades de Internet para el acceso a los trabajos acadé­ micos y científicos, la navegación a través de los documentos hipertextuales y el acceso al documento original en diversos formatos. Por último, se analizan algunas aplicaciones de la web 2.0 destinadas a mejorar la comunicación y el conocimiento y las principales estrategias para mantenerse al día de las nuevas informaciones que van incorporándose al conocimiento en las revistas, bases de datos y páginas web y que son de nuestro interés. Palabras clave: fuentes de información, ciencias de la salud, bases de datos bibliográficas, búsquedas bibliográficas, Inter­ net, buscadores, web 2.0. Information sources in health sciences in Internet Abstract: This paper describes the main sources of information on health sciences that may be useful to medical translators. We focus on domestic and foreign bibliographic databases and Internet search engines, as well as a methodology for carry­ ing out accurate and comprehensive literature searches. We emphasize the Internet’s potential with regard to accessing aca­ demic and scientific papers, hypertext navigation and access to the original document in various formats. Finally, we explore some Web 2.0 applications for improving communication and knowledge and the main strategies for keeping current on the new information that is continually added to journals, databases and websites in our areas of interest. Key words: information sources, health sciences, bibliographic databases, literature searches, Internet, search engines, Web 2.0. Panace@ 2011; 12 (33): 112-120 Introducción El conocimiento de las fuentes de información biomédi­ cas es uno de los pilares básicos para el ejercicio profesio­ nal y para correcto desarrollo de la investigación en el área. Desde que la revolución informática propició una explosión informativa, la vida media de los conocimientos biomédicos es cada vez más corta, y la gestión de la información generada se hace más complicada en un entorno de «infoxicación» (in­ toxicación por exceso de información). Debido a la constante renovación de la ciencia, la información queda obsoleta rá­ pidamente, con el agravante de que las nuevas publicaciones no sustituyen a las anteriores, sino que conviven con ellas. Este trabajo pretende dar a conocer a los profesionales de la traducción médica las principales fuentes de información en ciencias de la salud y la metodología para la elaboración de búsquedas bibliográficas actualizadas precisas y exhaustivas, resaltando las posibilidades de Internet para el acceso a los trabajos científicos. Se realizará un recorrido por las principa­ les bases de datos bibliográficas nacionales y extranjeras y pá­ ginas web de interés para la consulta y la referencia, así como por los principales buscadores en Internet. Por último, se ex­ pondrán las posibilidades que ofrecen las herramientas y apli­ caciones de la web 2.0 destinadas a mejorar la comunicación y el conocimiento, las posibilidades de la navegación en Internet a través de los documentos hipertextuales de carácter científico y el acceso al documento original en diversos formatos. 1. El problema de la información biomédica: ¿dónde buscar? La información biomédica lleva décadas creciendo de for­ ma exponencial. La base de datos de información bibliográfica más consultada, Medline, incluye más de 20 millones de refe­ rencias de artículos científicos, con un crecimiento anual que supera los 4000 artículos, y lo mismo ocurre en otras bases de datos como Scopus y la Web of Science, con más 40 millones de trabajos, de los que la mitad corresponden a biomedicina. Algunos autores han acuñado el término infoxicación o intoxicacion informacional para referirse a esta exagerada canti­ dad o exceso de información, pues indica que existe mucha más información de la que una persona puede controlar. Ante esta situación, es necesario establecer una metodología para * Ponencia presentada en las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, celebradas en la Universidad Jaime I de Castellón, en febrero del 2011. ** Unidad de Información e Investigación Social y Sanitaria, Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), Valencia (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. 112 Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> la obtención de información de calidad que nos permita saber dónde buscar, cómo buscar y cómo mantenerse al día de la información bibliográfica (González de Dios, 2008). Por otra parte, no todas las fuentes proporcionan el mismo tipo de información, sino que en algunas está más procesada o sintetizada que en otras. Según el grado de procesamiento de la información que proporcionan, las fuentes biomédicas pueden ser primarias, que contienen información original (noticias, ar­ tículos, libros, fotografías, vídeos); secundarias, que recopilan la información contenida en documentos primarios (bases de datos, catálogos de bibliotecas), y terciarias, que sintetizan la contenida en las secundarias (revisiones, guías, informes, etc.). Uno de los primeros impulsos que sentimos cuando que­ remos encontrar información es recurrir a alguno de los bus­ cadores que existen en Internet. Aunque en muchas ocasiones este recurso resulta suficiente, es necesario tener en cuenta que en Internet «ni está todo lo que es, ni es todo lo que está», es decir, que hay mucha información importante que no aflo­ ra en las búsquedas convencionales y que mucha de la que aparece únicamente aporta ruido y confusión (Cordón García y cols., 2010). Por ejemplo, una búsqueda en Google sobre fibromialgia recuperaba en febrero de 2011 aproximadamente 3 640 000 páginas web. Ante este resultado tan abultado e im­ posible de asimilar, la solución no pasa por leerse la primera o primeras páginas y conformarse con la información que apa­ rece en ellas, sino en buscar otras alternativas más adecuadas y en establecer una metodología más precisa de recuperación de información en las fuentes apropiadas. Además, cuando se busca en Internet debe tenerse en cuenta que no toda la infor­ mación se encuentra en la Internet global, es decir, en la red de información libre y gratuita accesible mediante programas navegadores y agentes de búsqueda, sino que una buena par­ te de ella se encuentra en la llamada Internet invisible, que es aquella que únicamente es accesible a través de páginas generadas dinámicamente tras realizar una consulta en una base de datos, o bien páginas web que no son indizadas por los motores de búsqueda porque están reservadas mediante protocolos de exclusión, o sitios web que necesitan contrase­ ña. Los más de tres millones y medio de páginas sobre fibro­ mialgia que hemos obtenido en la búsqueda proceden de la Internet global. La metodología de recuperación de información en las fuentes apropiadas puede establecerse en varios pasos conse­ cutivos: empezar las búsquedas en las fuentes de información terciaria; seguir con búsquedas en las fuentes de información secundaria; indagar en las fuentes de información primaria (revistas); como último recurso, ensayar la búsqueda «salva­ je» en los buscadores y metabuscadores de Internet; finalmen­ te, no olvidar los recursos, herramientas y aplicaciones de la Web 2.0, pues también pueden aportar información de interés (González de Dios, 2010). 1.1. Primer paso: búsqueda en las fuentes de información terciaria En este estadio debe valorarse si la respuesta a nuestras necesidades de información puede obtenerse en trabajos de los siguientes tipos: Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 • • • revisiones sistemáticas o trabajos de metaanálisis guías de práctica clínica informes de evaluación de tecnologías sanitarias. Estos documentos son los más apreciados por los inves­ tigadores y también los más citados, pues alertan y ponen al día sobre temas de interés. Una buena fuente para localizar este tipo de trabajos es la base de datos de la Colaboración Cochrane, cuya finalidad es la recolección, elaboración y di­ fusión de revisiones sistemáticas a través de la base de datos The Cochrane Library, cuya edición en español es la Cochrane Library Plus e incluye la traducción al español de la mayor parte de las revisiones (Aleixandre Benavent y cols., 2007). Su acceso es gratuito gracias a la suscripción institucional reali­ zada por el Ministerio de Sanidad y Consumo en la dirección <www.update-software.com/clibplus/clibplus.htm> (figura 1). Por otra parte, las series de revisiones anuales publicadas habitualmente en inglés bajo denominaciones genéricas como annual reviews, current topics y year progress, entre otras, pro­ porcionan también acceso a estos trabajos de revisión. Figura 1. Búsqueda de revisiones sistemáticas sobre cannabis en La Biblioteca Cochrane Plus 1.2. Segundo paso: continuar con las fuentes de información secundaria o bases de datos Si no se han encontrado documentos de la tipología ante­ rior, o la información que proporcionan no es suficiente para nuestras necesidades, el siguiente paso consiste en buscar en las bases de datos bibliográficas españolas y extranjeras de ciencias de la salud o multidisciplinares que tengan una am­ plia representación de trabajos biomédicos. Entre las españo­ las hemos de destacar IME, Ibecs, Medes, Cuiden y Enfispo (Fresquet Febrer, 2008). La base de datos IME, elaborada conjuntamente entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (<www. cindoc.csic.es>) y la Universidad de Valencia, incluye las re­ ferencias bibliográficas de la mayor parte de las revistas es­ pañolas de ciencias de la salud de carácter científico (más de 113 Tribuna 330 revistas desde 1971, con un crecimiento anual superior a las 10 000 referencias) (Aleixandre Benavent y cols., 2011). Ibecs (Índice Bibliográfico Español en Ciencias de la Salud) está elaborada en el Instituto de Salud Carlos III y contie­ ne referencias desde el año 2000 de las diferentes ramas de las ciencias de la salud, tales como medicina (incluidas salud pública, epidemiología y administración sanitaria), farma­ cia, veterinaria, psicología, odontología y enfermería. Puede consultarse en <http://ibecs.isciii.es/cgi-bin/wxislind.exe/iah/ online/?IsisScript=iah/iah.xis&base=IBECS&lang=e>. La iniciativa y base de datos Medes (Medicina en Español), fue emprendida en 2005 por la Fundación Lilly con el objetivo contribuir a la promoción de la publicación en revistas bio­ médicas españolas, así como favorecer su difusión nacional e internacional mediante diversas actividades de formación, divulgación, investigación, prevención, consultoría, asis­ tencia técnica y desarrollo de proyectos en el ámbito de la sanidad (<www.fundacionlilly.com/Nitro/foundation/templa­ tes/medes-search.jsp?page=30100>). Cuiden (Cuidados de Enfermería) es una base de datos elaborada por la Fundación Index de Enfermería que incluye la producción científica de la enfermería española e iberoamericana. Proporciona refe­ rencias sobre artículos de revistas, libros, tesis, informes y publicaciones oficiales. Su consulta es gratuita en <www. index-f.com/busquedas.php>. Enfispo permite la consulta del catálogo de artículos de una selección de revistas en español que se reciben en la Biblioteca de la Escuela de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid. Su consulta es gratuita en <http://alfama.sim.ucm.es/ isishtm/enfispo.asp>. Ante esta variedad de fuentes, seguramente la pregunta que nos hacemos será ¿en cuál buscar? IME es la fuente con mayor cobertura temporal (desde 1971) y tamaño. Sin embargo, en los últimos años no está suficientemente actualizada, por lo que es conveniente conjugar los resultados que se obtienen allí con los de otra base de datos, sobre todo Ibecs, que es la siguiente en número de revistas incluidas y tamaño. Para las búsquedas de temas relacionados con la enfermería Cuiden es la mejor opción por su amplia cobertura en esta área, mientras que en fisioterapia y podología debe considerarse utilizar Enfispo. Entre las bases de datos extranjeras en ciencias de la sa­ lud destaca Medline, producida por la National Library of Medicine (organismo público dependiente de los National Institutes of Health de los Estados Unidos), pues es la más utilizada y tiene una cobertura internacional que incluye más de 4500 revistas procedentes de más de 70 países. Su tamaño supera los 20 millones de registros. Desde 1997 el acceso a Medline es gratuito y universal gracias a Internet y a la crea­ ción del portal PubMed (<www.ncbi.nlm.nih.gov/PubMed/>), que permite acceder al texto completo de numerosos artículos publicados en revistas electrónicas y a artículos relacionados con el que se está visualizando, establecer numerosos lími­ tes a la búsqueda y ejecutarlas con los términos normalizados del tesauro Medical Subject Headings, vocabulario médico estructurado jerárquicamente en el que existen miles de reen­ víos entre términos relacionados y entre sinónimos, así como aplicar los subencabezamientos que permiten especificar el 114 <http://tremedica.org/panacea.html> punto de vista o los aspectos desde los que se abordan los conceptos (figura 2). Otra base de datos de interés es Embase, producida por Elsevier Science B. V. (<www.embase.com/>) (Estrada, 2007; Martínez Almagro y cols., 2007). Figura 2. Búsqueda sobre kinesiología u osteopatía en el dolor de cuello o de espalda en PubMed. Nótese en la caja de búsqueda el uso de operadores booleanos y del paréntesis Entre las bases de datos multidisciplinares deben tenerse en cuenta Science Citation Index (SCI) y Scopus. El Ministerio de Educación y Ciencia, a través de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt), pone a disposición de la comu­ nidad científica española el acceso a SCI a través de la platafor­ ma Web of Knowledge (WOK) desde 2004 para universidades, centros tecnológicos, hospitales y demás instituciones de la I+D española en <www.accesowok.fecyt.es>. Esta plataforma per­ mite realizar búsquedas en más de 9200 revistas, y una de sus peculiaridades es que incluye las referencias bibliográficas de los artículos citados en las bibliografías de los artículos fuente, por lo que resulta posible recuperar los trabajos citadores (y co­ nocer a quien citan sus autores en la bibliografía), los trabajos citados (e identificar quién es citado y cuántas citas ha recibido) y también los trabajos relacionados (aquellos que coinciden en citar los mismos trabajos en sus bibliografías). Scopus, producida desde 2004 por Elsevier, dispone tam­ bién de una amplia cobertura temática, compuesta por 4100 revistas procedentes del campo de las ciencias de la vida, 6700 revistas del área de la salud, entre las que se incluyen todas las indizadas por Medline, 7100 revistas pertenecientes al área de la física y 4300 del área de las ciencias sociales (<www.info. sciverse.com/scopus/about>). 1.3. Tercer paso: indagar en las fuentes de información primaria Cuando no hayamos obtenido la información necesaria en las fuentes anteriores, el siguiente paso es buscar en las fuentes de información primaria tradicionales, es decir, en las propias revistas (González de Dios, 2010). Para conocer la oferta de Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> revistas electrónicas existentes en Internet, lo mejor es acudir a los directorios de revistas electrónicas, pues son listas de re­ vistas organizadas por alguna característica que permiten el acceso a sus contenidos. Aunque cada vez hay más revistas electrónicas de acceso gratuito, la mayoría de ellas requieren la suscripción o pago por ver o descargar los artículos. Algunos de los principales directorios de revistas electrónicas a texto completo multidisciplinares y de las ciencias de la salud son: • • • • • • FreeMedicalJournals (<www.freemedicaljournals. com>) (figura 3) Directory of electronic journals, newsletters and academic discussion lists (<www.acqweb.org/journals. html>)> Newjour-Electronic Journals and Newsletters (<http:// gort.ucsd.edu/newjour/>) BioMed Central: The Open Access Publisher PLoS: Public Library ods Science PubMed Central (PMC): US National Institutes of Health Estas revistas electrónicas suelen ofrecer sus artículos en dos formatos de visualización, a elegir: en formato HTML (hypertext markup language) y en PDF (portable document format). HTML es el formato típico de los documentos publi­ cados en Internet y permite ver los artículos sin que se necesite ningún programa específico. Los artículos se benefician de los recursos de Internet (como poder incluir enlaces hipertextua­ les a otros documentos y ficheros multimedia). Es el formato ideal para navegar por los documentos durante las búsquedas bibliográficas. El formato PDF, comercializado por Adobe, tiene la ventaja de ofrecer los artículos individualmente, re­ produciendo el formato original de la versión en papel. Es el formato ideal para descargar y guardar en nuestra biblioteca personal los documentos de interés. 1.4. Cuarto paso: ensayar búsquedas en los buscadores y metabuscadores de Internet Como último recurso siempre se puede ensayar la búsque­ da «salvaje» en los buscadores y metabuscadores de Internet (principalmente Google y Google Académico, pero prefe­ rentemente este último). Google Académico (<http://scholar. google.es/>) efectúa las búsquedas en una selección de pági­ nas de interés científico (estudios revisados por especialistas, tesis, libros, resúmenes y artículos procedentes de editoriales científicas, sociedades profesionales, universidades y otras organizaciones académicas). Tras la búsqueda, presenta los resultados ordenados por relevancia, empleando para ello su propia tecnología de ranking, que toma en consideración el texto completo de los artículos, los autores, la fuente de pu­ blicación y el número de citas recibidas. Ofrece dos posibi­ lidades de búsqueda, la búsqueda básica y la avanzada, que permite aumentar la precisión mediante el establecimiento de límites y otras restricciones. En la búsqueda sobre fibromial­ gia que nos sirve de guía, los más de tres millones y medio de registros encontrados en Google quedan restringidos a 342 en Google Académico si se limita la búsqueda al título y al periodo 2005-2011 (figura 4). Figura 4. Búsqueda en Google Académico sobre fibromialgia, limitada al título y al periodo 2005-2011 En este tipo de búsquedas es muy útil conocer algunas funciones que se encuentran en el menú de herramientas de la izquierda: • • • • • Figura 3. El directorio de revistas electrónicas Free Medical Journals Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 «Sitios con imágenes», que proporciona imágenes localizadas en páginas web. «Rueda de búsqueda», que muestra toda la termi­ nología relacionada con el término de búsqueda y permite acceder a las páginas asociadas a cada término de la rueda (figura 5). «Búsquedas relacionadas», para acceder a las pági­ nas de temática similar a la que se está viendo. «Orden cronológico», que muestra las páginas or­ denadas según los años citados en su contenido (no por fecha de creación de la página web). «Diccionario», que muestra las definiciones del tér­mino de búsqueda que se encuentran en páginas seleccionados automáticamente por un programa informático. 115 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> 1.5. Fuentes y herramientas complementarias. Web 2.0 Figura 5. «Rueda de búsquedas» sobre fibromialgia en Google Además, se pueden emplear otras funciones, entre las que destacamos dos por su interés: • • La búsqueda de datos públicos. Por ejemplo, al realizar una búsqueda en Google sobre esperanza de vida en España, el buscador muestra un gráfico con los datos de este indicador sanitario extraídos de la base de datos del Banco Mundial, que pueden enriquecerse añadiendo los datos de otros países. La búsqueda entre comillas para encontrar páginas en las que se halle la cadena exacta (por ejemplo, una búsqueda con la sintaxis “antígeno prostático específico libre”, mostrará las páginas en las que se encuentren las cuatro palabras, una a continuación de otra y en ese orden). Existen también buscadores específicos biomédicos, como los de la tabla 1 (Coronado Ferrer y cols., 2011): Junto a las fuentes comentadas hasta ahora, coexisten en Internet una serie de recursos, herramientas y aplicaciones en torno a la llamada Web 2.0 destinadas a mejorar la comunica­ ción y el conocimiento, que también pueden aportarnos infor­ mación de interés. La Web 2.0 se basa en el trabajo colectivo para crear nuevos contenidos, reutilizarlos, actualizarlos y enriquecerlos con opiniones y valoraciones, el acceso libre a la información y la posibilidad de establecer relaciones so­ ciales (Arroyo Vázquez, 2007; Coronado Ferrer y cols., 2011; Merino Moína y Bravo Toledo, 2010; Rodríguez Palchevich, 2010). Entre las muchas herramientas que se están desarrollando en torno a la Web 2.0, destacamos algunas por su interés a la hora de aportar información útil para el traductor médico: wikis, redes sociales, blogs y podcasts (McLean y cols., 2007; Sandars y Schroter, 2007). 1.5.1. Wikis La palabra wiki procede del hawaiano wiki wiki, que sig­ nifica ‘rápido’. Se utiliza para designar sitios web de creación de contenidos colaborativos que pueden ser editados conti­ nuamente. Se elaboran y crecen con el trabajo común de los distintos usuarios que participan y que están interesados en un mismo tema. Su construcción es muy simple y rápida, pues se realiza directamente desde el navegador con un procesador de textos sencillo y no requiere instalar ningún programa de edición específico (Coronado Ferrer y cols., 2011). La más fa­ mosa de las wikis es la Wikipedia, la enciclopedia libre, cuya calidad es cuestionada por la facilidad con la que cualquier persona puede publicar un artículo. Existen wikis especia­ lizadas en medicina, como las que se detallan en la tabla 2 Tabla 1. Buscadores específicos biomédicos GopubMed <www.gopubmed.org> Buscador semántico basado en conocimientos para textos biomédicos Health on net <www.hon.ch/HONcode/Search/search.html> Motor de búsqueda cuyos resultados están certificados por el código de conducta HON Galenicom <www.galenicom.com/es> Buscador médico profesional con el que se puede encontrar artículos de la bibliografía médica internacional NHS Evidence <www.evidence.nhs.uk/default.aspx> Buscador para medicina basada en la evidencia <www.searchmedica.es> Motor de búsqueda gratuito para los profesionales sanitarios <www.healthline.com/> Buscador semántico del área de la salud que ofrece resultados en su propio sitio y en otros como Yahoo! Omnimedical search <www.omnimedicalsearch.com/> Buscador que permite encontrar páginas, imágenes y foros centrados en un tema Vadlo <http://vadlo.com/> Motor de búsqueda para powerpoints, protocolos, software y bases de datos biológicas y médicas Health Finder <www.healthfinder.gov/default.aspx> Buscador de temas de salud AtPediatrics <www.atpediatrics.com/peds/> Buscador especializado en pediatría Search Medica HealthLine 116 Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Tribuna <http://tremedica.org/panacea.html> Tabla 2. Wikis especializadas en medicina Ask Dr Wiki <http://askdrwiki.com/> Wiki construida por médicos y estudiantes de medicina Ganfyd <www.ganfyd.org/> Wiki de referencias médicas construida por profesionales, con el aspecto de Wikipedia Medpedia <www.medpedia.com/> Wiki escrita por médicos con el objetivo de compartir conocimientos con otros profesionales y público en general Wikisurgery <www.wikisurgery.com/index.php?title=Main_Page> Wiki sobre cirugía Wellness Wiki <http://wellness.wikispaces.com/> Su propósito es ayudar a aclarar los problemas que se dan en el sistema sanitario americano Wikiportal de Medicina <http://es.wikipedia.org/wiki/Portal:Medicina> Sección de medicina en la Wikipedia española Wikimd <www.wikimd.org/index.php/Main_Page> Wiki de aspecto similar a Wikipedia pero restringida al campo de la medicina (Coronado Ferrer y cols., 2011) La figura 6 muestra un ejemplo de artículo enciclopédico en la wiki Ganfyd. Figura 6. Artículo enciclopédico sobre la clavícula en la wiki médica Ganfyd 1.5.2. Redes sociales Las redes sociales se definen como ‘comunidades de personas con unos intereses comunes que pueden compar­ tir información en Internet’. Cada usuario crea su perfil y establece contacto con los usuarios que desea, creando una nueva forma de relacionarse. Los programas de redes sociales más conocidos son Tuenti (<www.tuenti.com/>), Hi5 (<http://es.hi5.com/>), MySpace (<www.myspace. com/>) y Facebook (<www.facebook.com/>). Las redes también pueden ser específicas de profesionales, o pueden crearse grupos dentro de ellas, como, por ejemplo, el grupo Evidencias en Pediatría, de Facebook (<www.facebook.com/ pages/Evidencias-en-Pediatr%C3%ADa/396993320672>) (figura 7). Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Figura 7. Web del grupo Evidencias en Pediatría en la red social Facebook 1.5.3. Blogs La palabra blog, procedente de weblog, también se conoce en español como bitácora o listado de sucesos. Un blog es un ‘sitio web usado como diario online que utilizan uno o varios usuarios para publicar artículos o noticias’. Su temática es muy variada, desde diarios personales, de opinión, periodís­ ticos, tecnológicos y médicos, e incluso los hay de imágenes, de audio o vídeo (figura 8). 117 Tribuna Figura 8. Captura de un artículo en el blog Medicina Interna, espacio virtual para compartir casos clínicos, actualizar temas y comentar inquietudes relacionadas con esta especialidad 1.5.4. Podcasts Los podcasts son archivos de audio que se pueden escuchar a tra­ vés de la propia web o descargarlos en un reproductor de mp3. El contenido es muy variado: tutoriales, música, discursos, entrevis­ tas, clases magistrales, audiolibros, charlas especializadas, etc. En iTunes Store se pueden encontrar un gran número de podcasts de revistas como New England Journal of Medicine, Nature y The Lancet, así como otros archivos de audio de contenido espe­ cializado (<http://itunes.apple.com/mx/genre/podcasts-sciencemedicine/id1478>) y una amplia biblioteca de contenidos mé­ dicos, como descripciones de enfermedades y procedimientos, revisiones de casos, información sobre investigaciones, nuevas técnicas, charlas magistrales, etc. 2. ¿Cómo buscar? La realización de una búsqueda en bases de datos biblio­ gráficas y buscadores de Internet requiere una preparación previa que implica, sobre todo, el conocimiento de los térmi­ nos de búsqueda y del programa de recuperación, incluido el uso de los llamados operadores booleanos. Antes de iniciar la búsqueda, el primer paso es conocer la sintaxis correcta de los términos de búsqueda; lo mejor es buscarlos previamente en diccionarios, terminologías y los tesauros automatizados de algunas bases de datos, como el Medical Subject Headings, de Medline (<www. nlm.nih.gov/mesh/>), o el Emtree, de Embase. También pueden buscarse en los índices de palabras que elaboran los programas de gestión de las base de datos con los tér­ minos de cada campo o de un conjunto de ellos (Rivera y García Rojo, 2003). A continuación, hemos de decidir qué operadores booleanos debemos utilizar para combinar entre sí los términos de búsqueda. El operador de intersección (nor­ malmente AND) establece que los documentos obtenidos contengan simultáneamente los dos términos de búsqueda asociados con este operador. El operador de suma lógica (OR) permite obtener documentos que contengan uno u otro de los términos. El operador de exclusión (NOT) eli­ 118 <http://tremedica.org/panacea.html> mina los documentos que contienen el término que figura tras él. En algunos sistemas de recuperación el operador AND se sustituye por la expresión «todas las palabras» (es decir, todos los términos deben estar incluidos en los do­ cumentos recuperados), y el operador OR, por la expresión «alguna palabra» (los documentos recuperados deberán contener al menos alguno de los términos especificados). Estos sistemas suelen añadir la opción de buscar literal­ mente una secuencia de palabras mediante la expresión «la frase» (Martínez Almagro y cols., 2007). En esta etapa hemos de considerar la posibilidad de utilizar otros operadores, como los de proximidad, el trun­ camiento y el uso de paréntesis. Los operadores de proxi­ midad permiten establecer la posición que deben tener los términos de búsqueda en los documentos recuperados (un término a continuación del otro, en la misma frase o en el mismo campo). El paréntesis se utiliza para relacionar correctamente los términos y evitar confusiones en bús­ quedas complejas. Por ejemplo, no se obtendrán los mis­ mos resultados con la búsqueda «cáncer AND (estómago OR hígado)» que con la búsqueda «cáncer AND estóma­ go OR hígado». En el primer caso se recuperarán todos los registros que traten de cáncer de estómago o cáncer de hígado, mientras que en el segundo se recuperarán to­ dos los documentos que traten sobre cáncer de estómago y además todos los documentos que incluyan la palabra hígado, tanto los que tratan de cáncer como los que tratan de otras enfermedades del hígado. El truncamiento permite recuperar todas las variantes lingüísticas de un término de búsqueda que comparten una misma raíz y suele utilizar el símbolo *. Por ejemplo, al escribir «infec*» en la caja de búsqueda, obtendremos todos los documentos asociados a los términos derivados de esa raíz, como infección, infecciones, infeccioso, infecciosa, infectocontagioso, infectado, infectivo, etcétera (Aleixandre-Benavent y cols., 2011). La figura 2 permite apreciar el uso de operadores boolea­ nos y del paréntesis en una búsqueda sobre «kinesiología u osteopatía en el dolor de cuello o de espalda» en PubMed, y la 9, un ejemplo de búsqueda sobre «tratamiento del sida infantil con antirretrovirales» en la base de datos Ibecs. Figura 9. Ejemplo de búsqueda sobre «tratamiento del sida infantil con antirretrovirales» en el campo «palabras», que significa buscar en el título, el resumen y las palabras clave (base de datos Ibecs). Nótese el uso del operador booleano «or» entre los términos sinónimos incluidos en cada caja de búsqueda, el uso del truncamiento (símbolo $) y el uso del operador «and» a la izquierda para combinar los tres conceptos (sida, infancia y antirretrovirales) El último paso es realizar las limitaciones necesarias, por ejemplo, restringiendo la búsqueda únicamente a determina­ Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> Tribuna dos tipos de documentos (artículos originales, artículos de re­ visión, cartas, editoriales, etc.), periodo de tiempo cubierto en la búsqueda, idioma de los artículos, etc. Las opciones para establecer limitaciones suelen aparecer en menús o solapas situados cerca de la caja de búsqueda. 3. ¿Cómo mantenerse al día de la información bibliográfica? Una vez realizadas las búsquedas, es necesario mantener­ se al día de las nuevas informaciones que van incorporándose en las revistas, las bases de datos y las páginas web y que son de nuestro interés. A grandes rasgos, se pueden utilizar cuatro estrategias no excluyentes: 1. Suscribirse a revistas biomédicas que incluyan el envío de los sumarios electrónicos a nuestro buzón de correo cada vez que se publique un nue­ vo número de la revista (servicio conocido como eTOC o electronic table of content). Un ejemplo es el que proporciona la revista Evidencias en Pediatría (figura 10). 2. Suscribirse a alertas bibliográficas, como Amedeo (<http://amedeo.com/index.htm>), sistema que envía correos electrónicos semanales con listas bibliográficas sobre las nuevas publicaciones científicas de interés para profesionales relacio­ nados con las ciencias de la salud (figura 11). 3. Participar en listas de distribución. En las listas de distribución cada mensaje que se envía a la lista es recibido por el resto de usuarios que es­ tán suscritos a ella. A través de RedIRIS (<www. rediris.es/rediris/>) (red académica y de investi­ gación española financiada por el Ministerio de Ciencia e Innovación que proporciona servicios avanzados de comunicaciones a la comunidad científica y universitaria nacional), se pueden consultar las listas de distribución de carácter académico o científico y suscribirse a aquellas que resulten de interés. En abril de 2011 había 94 listas relacionadas con la medicina (<www.redi­ ris.es/servicios/listserv/>) (figura 12). 4. Suscripción a canales RSS (siglas de Really Simple Syndication) para la sindicación de con­ tenidos de páginas web. La sindicación es la dis­ tribución de contenidos de una página web, que se pone a disposición de otros sitios o suscripto­ res. Para recibir información en este formato se necesitan básicamente dos elementos: una fuente creadora de contenidos y un agregador o lector de noticias. El agregador es una aplicación que permite la lectura de las noticias suscritas, como, por ejemplo, Google Reader (<www.google.es/ reader/>). El agregador hace legible el contenido de la noticia, comprueba las actualizaciones au­ tomáticamente, informa sobre nuevas entradas y permite reordenar y guardar la información. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Figura 10. Captura de pantalla de la web de la revista Evidencias en Pediatría. Nótese el enlace para la suscripción a su servicio E-TOC Figura 11. Captura de pantalla que muestra las instrucciones para suscribirse a las alertas del sistema Amedeo Figura 12. Captura de pantalla que muestra parte de las 94 listas sobre medicina residentes en el servidor RedIRIS 119 Tribuna Todos estos sistemas tienen la ventaja de que no es preciso buscar la información periódicamente para estar al día de las últimas novedades, pues «la información viene a nosotros», con el consiguiente ahorro de tiempo. Los inconvenientes ra­ dican en que su coste de adopción es alto, ya que hay que detectar las fuentes de información relevantes y realizar las suscripciones una a una. Por otra parte, es necesario integrar la lectura de las novedades en la rutina diaria de trabajo, pues de otro modo pronto nos veremos desbordados por la infor­ mación acumulada (Coronado Ferrer y cols., 2011). Agradecimiento A la profesora doctora Antonia Ferrer Sapena, por sus consejos y por su inestimable ayuda en la elaboración y revi­ sión de este trabajo. Bibliografía Aleixandre-Benavent, R., González Alcaide, G., González de Dios, J., y Alonso-Arroyo, A. (2011): «Fuentes de información bibliográfica (I). Fundamentos para la realización de búsquedas bibliográficas», Acta Pediatr Esp, 69 (3): 235-40. Aleixandre-Benavent, R., Bolaños Pizarro, M., y González de Dios, J. (2011): «Fuentes de información bibliográfica (II). Bases de datos bibliográficas españolas en ciencias de la salud de interés en pedia­ tría: IME, IBECS y MEDES», Acta Pediatr Esp, 69 (4). Aleixandre-Benavent, R., y Ferrer Sapena, A. (2010): «¿Qué nos aportan las redes sociales?», Anuario ThinkEPI 2010: 217-221. Aleixandre-Benavent, R., González Alcaide, G., y Valderrama Zurián, J. C. (2007): «Fuentes de información sobre abuso de sustancias en Internet: bases de datos, centros de documentación, listas de distribución, si­ tios web y redes cooperativas», en: Ballesteros, J., Torrens, M., y Valderrama, J. C. (coords.): Manual introductorio a la investigación en drogodependencias. Valencia: Sociedad Española de Toxicomanías. Arroyo Vázquez, N. (2007): «¿Web 2.0? ¿Web social? ¿Qué es eso?», Educación y bibliotecas, 161: 69-74. Cordón García, J., Alonso Arévalo, J., Gómez Díaz, R., y López Lucas, J. (2010): Las nuevas fuentes de información. Información y búsqueda documental en el contexto de la web 2.0. Madrid: Pirámide. 120 <http://tremedica.org/panacea.html> Coronado Ferrer, S., Peset Mancebo, F., Ferrer Sapena, F., González de Dios, J., y Aleixandre-Benavent, R. (2011): «WEB 2.0 en Medicina y Pediatría (I)», Acta Pediatr Esp, 69 (1): 3-11. Coronado Ferrer, S., Peset Mancebo, F., Ferrer Sapena, F., González de Dios, J., y Aleixandre-Benavent, R. (2011): «WEB 2.0 en Medicina y Pediatría (y II)», Acta Pediatr Esp, 69 (2): 235-243. Estrada, J. M. (2007): «La búsqueda bibliográfica y su aplicación en PubMed-MEDLINE», Semergen, 33: 193-199. Fresquet Febrer, J. L. (2008): Internet para profesionales de la salud. Madrid: Fundación Uriach. González de Dios, J. 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La pasaban en grupos de veinte, los hombres en diferentes fechas que las mujeres. Nada más llegar, y antes de enfrentarse a la primera prueba, tenían que cumplimentar un cuestionario que contenía preguntas muy personales relacionadas con enfermedades de todo tipo, hábitos sexuales, consumo de tabaco, alcohol u otras drogas. La mayoría mentía a discreción, confesando por ejemplo fumar y beber bastante menos de lo que en realidad lo hacía. No era el caso de Olegario. Este, un administrativo de mediana edad recién contratado y que acudía a la revisión por vez primera, se había tomado el doble de tiempo que los demás en rellenar el impreso y lo había hecho sudando la gota gorda. Después de entregar el formulario los hacían entrar en unos cubículos. Allí debían desnudarse de cintura para arriba y ponerse una bata blanca, que a la mayoría les llegaba por el ombligo. Poco antes de las nueve se encontraban ya concentrados en la sala de espera, vestidos con aquella prenda mínima como si de una convención de camareros se tratase. De pronto, alguien advirtió que tan solo eran diecinueve y que por tanto faltaba uno. Dos compañeros se dirigieron hacia la única puerta que permanecía cerrada y llamaron con los nudillos. Tras unos segundos de tensa espera, por fin Olegario se decidió a abrir, asomó la cabeza y se los quedó mirando sin decir nada, muy azorado. Aunque intentaba ocultar el resto del cuerpo, lo conseguía tan sólo a medias: todos pudieron ver que llevaba puesta la bata y que iba completamente desnudo de cintura para abajo. Jugando a médicos Además, me voy a chivar a mis padres, y también a los tuyos, cuando me los encuentre por la escalera. Y no pongas esa cara, porque esta vez va en serio. Ellos pensando que estamos haciendo los deberes, aquí encerrados, y mientras tanto vas tú y conviertes mi cuarto en un consultorio médico. Aunque en realidad no es que eso me importe. Lo que ya no soporto es que sigas aplazando por más tiempo esa prometida operación de apendicitis, después de cuatro martes seguidos explorando hasta el último pliegue de mi piel. Y encima, cobrándome por cada visita. ¡Anda, opérame y no contaré nada! La guardia Era domingo. Salió del hospital a las nueve de la mañana, después de una noche relativamente tranquila. Dirigió sus pasos hacia la parada del autobús, con ganas de llegar a casa y meterse en la cama. Mientras iba caminando, pensaba que su cuerpo empezaba ya a resentirse de los prolongados turnos de guardia, que por algún extraño motivo tanto le gustaban durante los primeros años. Se disponía a sentarse bajo la marquesina cuando de pronto sintió que una mano huesuda le asía la muñeca, al tiempo que una voz áspera le ordenaba: «Dame todo lo que tengas». Ella, intentando aparentar serenidad, extrajo del bolso el monedero, lo abrió y le dijo: «Mira, solo llevo siete euros con veinte y la tarjeta del bus». Él revolvió, nervioso, el departamento de los billetes, donde únicamente halló su credencial de doctora. Tras lo cual y con una media sonrisa, le devolvió el monedero con su exiguo contenido y se alejó de allí renqueando. Durante la siguiente guardia, de madrugada, trajeron a un chico inconsciente. Cuando se acercó a él para tomarle el pulso, le vio bastante más demacrado. Pero todavía pudo reconocer en su rostro un esbozo de aquella última sonrisa que dos semanas atrás le había dedicado. * Funcionario y gerente de un organismo público, Barcelona (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 121 El lápiz de Esculapio <http://tremedica.org/panacea.html> El reparador de palabras Juan Manuel Igea* Julián Casajús nació en el número 2 de la calle principal del pequeño pueblo segoviano de Trescasas el 13 de mayo de 1933. Esta coincidencia natalicia de números primos debió determinar o profetizar de algún modo el destino de Julián, que se vio bendecido sin pretenderlo por una capacidad notable de cavilar en términos numéricos y analíticos. Su primera palabra fue más, que pronunció tímidamente la primera vez que su madre le dio a probar chocolate; a más le siguieron en pocos días menos e igual. Tras varias semanas sin salir de su boca palabras nuevas, el pequeño Julián empezó un buen día, sin instrucción alguna, a contar en voz alta diversos objetos hasta el 10, y al poco tiempo, hasta el 100. Aparte de números y operadores matemáticos, el pequeño segoviano no nombró a ninguna persona, animal o cosa hasta los tres años bien cumplidos, y a partir de entonces nunca se mostró pródigo en palabras referidas a naturalezas no cuantificables. Durante estos primeros años de su vida Julián dio ya muestras del hombre que sería: flaco, de ojos oscuros y vivos, tímido, callado, ensimismado e indiferente a los demás. Aprendió también solo a escribir los números, y era frecuente verle garabatearlos en papeles viejos que luego guardaba con primor en una pequeña caja de galletas. Sus padres, cencerreros humildes y sensatos, no entendieron a ese único hijo tan insólito y ajeno a su mundo de chapas de hierro y badajos, pero apreciaron su precoz capacidad para hacer cuentas y calcular más rápido que nadie el precio de los cencerros que vendían a los pastores. Por eso le dejaron hacer a su manera y en su ensimismamiento, y con ello le regalaron una primera infancia feliz. A los cinco años entró en el colegio del pueblo y su felicidad sufrió el primer contratiempo. Julián se vio forzado a convivir con los otros niños, que, ante su excepcionalidad, respondieron con incomprensión y burlas, lo que melló su paz infantil. Por fortuna, las matemáticas constituían una asignatura importante, y la clase de hora y media diaria que el colegio les dedicaba arrancó de raíz el dolor de esa convivencia forzada en el pequeño Julián. Desde las primeras clases comprobó satisfecho lo obvio que para él era lo que a los demás resultaba difícil y a veces incompresible. La percepción clara de esta diferencia entre él y el resto de los niños imprimió en su alma joven una idea que le acompañaría mucho tiempo, la de ser distinto y muy superior a los demás. Aquella revelación le hizo sentirse fuerte, y no volvió a dar valor a lo que los demás seres, claramente inferiores, pudieran pensar de él. Cuando acabó el colegio a los 14 años, Julián, tutelado por la maestra de aquel colegio, se convirtió en un matemático notable. Tenía conocimientos avanzados de álgebra, geometría, topología, teoría de las probabilidades y ecuaciones diferenciales, entre otras, pero lo que más le atrajo desde los primeros momentos fue la teoría de los números. Aunque Ju- lián nunca buscó emplear su mente en asuntos prácticos, sino que siguió un impulso interno e irrefrenable que le llevó a las matemáticas, advirtió enseguida que los números eran el lenguaje de la naturaleza, y que conocer su esencia le llevaría a comprender el mundo. Y Julián se sentía predestinado a tal empresa. Pero la realidad inmediata y prosaica se impuso a su ansia de conocimientos matemáticos. En su pequeño hogar de Trescasas no había dinero para ir a la capital a seguir estudiando, y Julián tuvo que buscar un sustento, que halló finalmente ejerciendo de chico de los recados en una residencia de ancianos regentada por religiosas. Aquello resultó en realidad una bendición para Julián. La dedicación respetuosa e infatigable de las religiosas, la inocencia senil de la mayoría de los residentes, la tranquilidad del lugar y su pequeña y acogedora biblioteca convirtieron aquella residencia en un paraíso para Julián, donde pasaría ya el resto de su vida alejado del mundo con tiempo y ocasión para hacer aquello para lo que se sentía predestinado. En sus primeros años en la residencia su actividad matemática fue febril. Todos los momentos libres los dedicaba al estudio de las ciencias exactas, en especial de los números. Trabajó en algunos números fascinantes, poseedores de enormes secretos, como el 6174, y en otros cuya relevancia había llevado a grandes matemáticos a bautizar con letras, como los números e, Φ y π. Sin embargo, los miles de horas empleados en el estudio concienzudo y escrupuloso de todos estos números no proporcionaron ningún resultado. Pero Julián era un segoviano terco e inmune al desánimo. Pensó entonces que lo más acertado sería estudiar los verdaderos átomos de los números, los números que dan lugar a todos los demás, los llamados números primos. Fue en aquel momento cuando cobró más fuerza la idea de predestinación que Julián tenía de sí mismo, al caer por primera vez en la cuenta de que su nacimiento estaba regido por estos números. Durante los siguientes años le faltaban horas en el día para diseccionar con su mente analítica aquellas series infinitas de números primos. ¿Por qué hay tan pocos números simétricos entre la serie infinita de números primos? ¿Por qué todos los números son impares excepto el 2? Todas estas cuestiones y otras muchas absorbieron la energía y la mente de Julián, que rellenaba cientos de cuartillas con una caligrafía milimetrista que solo él podía descifrar. A veces, en medio de la noche, se despertaba creyendo haber hallado en sueños la solución a un problema matemático, pero siempre se trataba de un mero espejismo onírico. A los 49 años, Julián Casajús era un hombre avejentado, pálido, amojamado y exhausto que parecía estar siempre en la luna. Su único contacto humano era con aquellas monjitas de la residencia, que le mimaban como a un niño desorien- * Alergólogo y traductor médico, Clínica Alergoasma, Salamanca (España). 122 Panace@ . Vol. XII, n.o 33. P rimer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> tado, los ancianos que le saludaban al pasar como parte de su paisaje y su madre viuda, a la que visitaba los días de las fiestas en Trescasas. Su posición de elegido, su predestinación al estudio de los números y su prodigiosa mente superior solo le habían hecho prosperar de chico de los recados a portero de residencia de ancianos. No había sido capaz de descubrir nada de ese vasto mundo de números, operadores y ecuaciones. Los números primos, su pasión matemática, seguían encerrando los mismos secretos que antes. La complejidad de los asuntos superaba con creces su capacidad para analizarlos. Y mientras tanto, el resto del mundo, formado por seres menos capacitados y más simples, parecía disfrutar, feliz y vital, indiferente a su ignorancia. Sus fuerzas se debilitaban, su cuerpo envejecía y su mente se embotaba cada día más. Julián entró, al llegar a la dura frontera de los 50 años, en una apatía que extendió su desinterés por el mundo en general al de las matemáticas en particular. Solo trabajaba, comía, dormía y se ponía frente al televisor a mirar con desinterés un mundo ajeno que consideraba necio y llamativamente ignorante de su sin-importancia. Durante cinco años no volvió a escribir un solo número y evitaba hacer la más simple suma. La vida de Julián transcurrió así durante más de cinco años, hasta que los números primos volvieron a gastarle una pesada broma. El día 19 de febrero de 1987, Julián dormitaba sentado en su portería de la residencia de ancianos cuando se le acercó corriendo una alborotada niña de unos ocho años que escapaba de un grupo de visitantes. Con brusquedad y atropello le preguntó en un tono musical descarado: «¿A que no puedes reconocer ninguna palabra que se lea igual del derecho que del revés?». El renegado matemático la miró con desdén y le contestó malhumorado: «No existe ninguna palabra así, niña. Solo los números poseen esas características propias de los entes armónicos y elevados», y en ese instante volvieron a su mente sus viejos y olvidados números y aquel puñado de números primos simétricos cuyas leyes no pudo descifrar. «Pues reconocer, tonto, te lo acabo de decir», respondió la niña triunfal, y corrió rauda sin esperar respuesta. «Reconocer —repitió varias veces, incrédulo, en su cabeza—. ¡Qué tontería! re-co-no-cer y rec-on-oc-er... Por san Juan y san Pedro ¡Es cierto!». Aquel sencillo conocimiento de la simetría de una palabra actuó como un detonador en el viejo y abandonado polvorín de su mente. Julián nunca se había interesado por las palabras, de hecho le costó igual o más que a los demás niños aprender a leer, y eso le llevó a despreciar esa habilidad; jamás se había sentido conmovido por palabra alguna. Siempre había considerado las palabras como partes sencillas de un lenguaje humilde que usaba la gente ignorante para entenderse en asuntos domésticos. Pero esta simetría en reconocer, una palabra de nueve letras y cuatro sílabas, revelaba que había algo más en esas partes sencillas que a él se le había escapado. Una sed profunda de saber despertó de nuevo en la cabeza de Julián. No tardó mucho en enterarse por la anciana sor Teresa, maestra durante muchos años en las misiones, de que había muchas palabras simétricas: palíndromos las llamaba ella. Esto generalizaba una característica armónica a muchas unidades de ese lenguaje escrito y hablado al que él nunca Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 El lápiz de Esculapio había prestado atención. Había incluso frases palindrómicas, lo que era asombroso. Un nuevo horizonte se abría ante su mente ansiosa. Estaba claro que los números eran el lenguaje de Dios, inaprensible para los hombres, pero las palabras eran el lenguaje de los hombres, y Julián tenía la mente adecuada para analizarlo, comprenderlo y mejorarlo. Su método de trabajo solo podía ser matemático, por lo que lo primero que hizo fue comprarse un diccionario y contar palabras, clasificarlas por el número de letras, el número de consonantes, el número de vocales, la simetría, las repeticiones internas, la acentuación, la altura de las letras, los prefijos o sufijos análogos y otros muchos criterios más matemáticos que lingüísticos. También numeró las letras del 1 al 27 y buscó relaciones matemáticas entre ellas y entre las cifras a que daban lugar las palabras que estas letras numeradas reunían. Buscó fórmulas, elaboró ecuaciones complejas, aplicó incluso modelos matemáticos probabilísticos. Pero nada de todo esto dio a Julián la clave sobre el funcionamiento más íntimo del lenguaje. Ningún frío razonamiento conseguía revelar cómo 27 letras podían combinarse al azar en grupos de 1, 2 o hasta 22 letras para dar una gama enorme de palabras que conseguían representar, perfilar y matizar hasta límites insospechados un mundo vasto y complejo. Además, ese conjunto de varias decenas de miles de palabras cambiaba continuamente a medida que los hombres que se servían de ellas aumentaban sus conocimientos y mejoraban y pulían los ya existentes. La precisión, la flexibilidad, la diversidad y la capacidad de autorregeneración de este lenguaje de las palabras, tan diferente al de los números, asombraron al viejo matemático, que al cabo de los años empezó a reconocer la enorme belleza de este sistema abecedario hasta entonces tan simple para él. Más de 20 años de trabajo, interrumpidos solo por sus deberes en la portería de la residencia, llevaron a Julián a aprender estas cualidades de las palabras, pero también a aceptar de nuevo su incapacidad para encontrar la esencia de ese lenguaje. Pero esta vez el resultado de ese fracaso fue distinto. El análisis de las palabras le había llevado a interesarse por esas otras personas que utilizaban tal herramienta maravillosa para comunicarse y a conocer la belleza de esas personas y del mundo que las rodeaba. Aprendió que cada palabra es capaz de abrir un mundo de conocimientos, no solo sobre los demás, sino sobre uno mismo, algo de lo que le alejaron sus preciados números. Así, a los 75 años de edad y ya como un miembro más de esa residencia de ancianos en la que trabajó toda su vida, Julián se aceptó por fin como un hombre más entre todos, con una aptitud especial para entender los números. Entenderlo tan tarde le había hecho perder muchos años de disfrute sencillo y vital de su condición de ser humano. Desde ese reconocimiento de su propia sin-importancia y con la nueva luz que le habían aportado las palabras, Julián halló por fin un objetivo factible para su existencia. En su estudio de las palabras encontró muchos errores lógicos, lo que era previsible en un sistema tan cambiante y creado por personas muy diversas al mismo ritmo vital frenético de su existencia. Así que se propuso la tarea de enmendarlos y dejar así un hermoso legado. 123 El lápiz de Esculapio Uno de los primeros errores que Julián observó fue el de los verbos irregulares. Era inaceptable que un elemento tan importante de la frase contuviera elementos que se conjugaran siguiendo reglas diferentes a las de los demás. Este tipo de cosas le confundían, aunque era consciente de utilizar tales formas anómalas de manera natural en su vida diaria. Tampoco entendió el derroche que suponía que hubiera palabras con varios significados y significados que pudieran expresarse con diferentes palabras. El tema de los prefijos y los sufijos también traía de cabeza a Julián. No podía concebir, por ejemplo, cómo una palabra tan clara como tos podía ser sufijo de palabras que no tenían nada que ver con su significado, como bustos o tormentos, o la palabra año, de otras como estaño o tamaño. Tampoco entendía cómo un prefijo como a, que implica negación podía a veces otorgar al lexema que acompañaba el significado contrario, como en atareado, apacible o asalariado. Y era inaceptable que existieran diminutivos que se refirieran a entes de mayor tamaño que la palabra original, como polvorín y polvorón, bombín y bombón y otros muchos. Finalmente, era necesario prohibir terminantemente construcciones incongruentes del tipo «estoy mintiendo» o «todas la afirmaciones son falsas». 124 <http://tremedica.org/panacea.html> Julián pretendió aportar lógica a la lengua, y así repararla. Y para ello empezó a escribir una larga obra que reuniría todos estos defectos lingüísticos y la forma de enmendarlos y que pensaba entregar en acto solemne al mismísimo Rey de España para su sanción urgente. Sus compañeros de residencia se reían de este propósito descabellado de Julián, y entre risas y bromas le apodaron «reparador de palabras». Y en ese empeño imposible pasó Julián sus últimos años al cuidado de sus monjas, que le atendieron con la ternura dedicada que mostraban con los hombres buenos y excéntricos. Una tarde, la última, una monja le daba de merendar chocolate caliente con una cucharilla cuando Julián sintió una presión profunda en el pecho y supo que la vida se le iba. «Más, más», le dijo con premura a la monja para llevarse a la otra vida, si no los misterios de los números y las palabras, al menos todo el sabor del chocolate que le cupiera en la boca. Julián Casajús abandonó así este mundo con la misma primera palabra que pronunciara 83 años antes, una palabra sencilla e inequívoca, que, tras casi toda una vida de representar para él un operador matemático, acabó significando lo mismo que al principio, una dulce solicitud. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. P rimer semestre, 2011 El lápiz de Esculapio <http://tremedica.org/panacea.html> Confesiones de un anticuerpo monoclonal Pablo Mugüerza Pecker Hola. Me llamo stupendomab y soy un anticuerpo monoclonal. Pensará usted que tengo un nombre complicado. Pero es que no es fácil bautizarnos: nuestro nombre tiene que terminar en mab, monoclonal antibody en inglés. Esto no facilita las cosas. Mis hermanos se llaman adalimumab, rituximab o tocilimumab, por ejemplo. Si pensaba que el hebreo es difícil, ¡bienvenido al mundo de los anticuerpos monoclonales! Soy un tipo de fármaco moderno. Me están probando como tratamiento de la artritis reumatoide, del mieloma múltiple y de la enfermedad de Crohn, entre otras enfermedades. Las cosas no van muy bien. Causo efectos secundarios desconcertantes, y los beneficios que aporto al paciente son, digámoslo así, relativos. El laboratorio que me está desarrollando (según su propia expresión) tiene serias dudas sobre mi futuro, pero solo de puertas adentro. Se han gastado mucho dinero en mí y, como ha ocurrido en otros casos, saldré adelante aunque no logren demostrar que sirvo para mejorar la salud de los pacientes. Dicen de mí que soy recombinante, porque han denominado así a los productos de la manipulación genética. En pocas palabras, nos fabrican en una célula diseñada para hacerlo, a mitad de camino entre la realidad y la ficción. No es fácil explicar nuestra existencia, ni todos los que intervienen en que lleguemos al enfermo saben exactamente lo que somos. Es decir, somos un producto del máximo avance de los conocimientos, pero nos mantiene vivos la ignorancia. Esta bipolaridad de sabiduría y desconocimiento se ha ensayado en el pasado reciente con mucho éxito. Todos mis primos que acaban en vir, los antirretrovirales, se crearon para combatir una enfermedad que ya se ha pasado de moda, pero que sembró el pánico en la década de los años ochenta: la Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 infección por el VIH y su consecuencia, el sida. La historia es conocida: un grupo de sabios descubre una enfermedad o algo nuevo relacionado con una enfermedad existente y se detecta una epidemia de esa enfermedad. Empieza a enfermar gente y, si se hace bien, también mueren muchos. ¿Ha aumentado la incidencia de la enfermedad o es que ahora se diagnostican más casos? Eso nunca lo sabremos. Pero hay que pararlo como sea, es la plaga del siglo. Los laboratorios encuentran cómo pararlo, NO cómo curarlo. Saltándose todos los protocolos de investigación, justifican el lanzamiento de los fármacos por puritita filantropía. Se logran algunos efectos (demostrados de forma indirecta con métodos diseñados también por el laboratorio) y, por razones que todavía no conocemos (se aduce el aumento de la prevención pero, my friend, eso NO ha pasado), la gente deja de morirse, aunque tampoco se cura: se convierten en enfermos crónicos, un caramelo muy apetecido por los laboratorios. El caso es que a uno de la familia de los antirretrovirales lo bautizaron como maraviroc. No es un fármaco maravilloso, solo se llama así. Mi laboratorio dijo que si la competencia tenía algo maravilloso, ellos debían tener algo stupendo, sin e, como lo pronuncia el señor director, que es bilingüe por lo menos. Y ahí me tienen: stupendomab. Ya imaginará usted que con estos antecedentes uno no tiene las cosas claras. He pensado mucho y he decidido que me gustaría reencarnarme; en una existencia futura quiero ser un antibiótico antiguo, una penicilina de la primera generación, por ejemplo, con un enemigo conocido y visible que yo pueda destruir para curar a los pacientes acabando con el enemigo sin dañar a nuestro hospedador. Es la idea que nos dio vida, y me gustaría mantener la tradición. 125 El lápiz de Esculapio <http://tremedica.org/panacea.html> Orgasmo: la cólera y el placer sexual Aparentemente para los estudiosos de griego orgasmo es un derivado de gr. orgē ὀργή, ‘cólera’. Vamos a intentar explicar y matizar esta relación semántica. Poca información podemos obtener de los usos de orgasmós ὀργασμός en el propio griego, porque es una palabra muy rara (solo dos usos registrados en el Thesaurus Linguae Graecae, es decir, en una base que recopila toda la producción literaria y científica griega desde el siglo viii a. C. hasta el siglo xv d. C.); aunque no es irrelevante, para que el término siga en uso en la actualidad, que Hipócrates sea responsable de uno de esos usos, en un contexto que no nos dice nada sobre el significado de la palabra. En primer lugar, hay que tener presente que orgasmós no deriva directamente de orgē, sino del verbo orgáō, el cual sí es derivado directo de orgē; es un pequeño matiz que resulta significativo; además, el significado primario de orgē es ‘ardor’, más que ‘cólera’, aunque luego, en el uso en época clásica, se impusiera el último de los significados indicados. Estos valores originarios los conservó el verbo orgáō; no significa ‘estar encolerizado’, como uno podría suponer, sino, hablando de sexualidad animal, ‘tener ardor sexual’ y ‘estar en celo’ y, hablando de plantas, ‘estar a punto de brotar o fructificar’, ‘estar lleno de savia’. Es decir, ya tenía en griego clásico una aplicación sexual bastante clara. A partir de ‘ardor’ o ‘turgencia’ se pasaría por un lado a ‘ardor sexual’, que es lo que nos interesa aquí, y, por otro parte, de ‘ardor’ se pasó a ‘cólera’. A este propósito, en español tenemos la expresión, hoy pasada de moda, furor uterino, que el DRAE define como «Deseo violento e insaciable en la mujer de entregarse a la cópula». Lo más curioso es que se pueda aplicar el verbo orgáō a plantas o incluso humores o fluidos corporales. A Galeno le llama muchísimo la atención el aforismo 4.10 de Hipócrates y lo comenta varias veces en distintas obras, precisamente por el valor que le da Hipócrates al verbo que comentamos. Dice ese aforismo: Hay que purgar en las situaciones agudas si [los humores] están a punto de brotar [orgáō en el texto] en el mismo día, pues es malo demorar en tales circunstancias. Galeno comenta (In Hippocratis aphorismos commentarii, K. 17b 668), a propósito del valor de orgáō en este aforismo, que Hipócrates ha trasladado el significado aplicado a los animales que están deseosos de copular a los humores. El intermediario de ese traslado semántico, cosa que no menciona Galeno, es que se emplee ese verbo para plantas que están a punto de brotar; el punto en común entre el ardor sexual y las plantas a punto de brotar pensamos que es la turgencia. Pero sin duda es mucho más interesante y relevante para el significado actual otro pasaje de Hipócrates (De semine, de natura pueri, de morbis, 4), donde se nos habla de la llamada eyaculación femenina y del placer sexual de la mujer: Afirmo que a las mujeres en el acto sexual, por el frotamiento de sus órganos sexuales y los movimientos de la matriz, les sobreviene una especie de hormigueo en la matriz con calor y placer en el resto del cuerpo. La mujer expulsa líquidos de su cuerpo que van a su matriz unas veces, con lo que la humedecen, y otras hasta el exterior, si su matriz está abierta más de lo conveniente. Siente placer después de empezar la unión sexual todo el tiempo hasta que el hombre la deja. Si la mujer tiene ardor por unirse sexualmente [orgáō en el texto], se deja ir antes que el hombre y ya no tiene el mismo placer sexual; si no tiene ardor sexual [orgáō en el texto], tiene placer hasta el final junto con el hombre. En el siglo xvii se reintrodujo la palabra en lenguas modernas (en lenguaje científico de los siglos xviii y xix no es infrecuente que se reintroduzcan palabras que son sumamente raras en la antigüedad, especialmente si están atestiguadas en Hipócrates), y el francés es la primera que lo documenta, en 1611, como ‘acto de furia o rabia’. Con el valor de ‘espasmo’, ‘contracción’, se documenta en inglés en 1704; como ‘ardor sexual’, en inglés en 1754. Esta es la definición del término en el diccionario etimológico inglés de Bailey de 1737: «movimiento rápido de la sangre o de la fuerza vital animal por la que los músculos se convulsionan o se mueven con una fuerza que no es habitual». El significado de ‘espasmo’ o ‘convulsión muscular’ es uno de los componentes semánticos del valor moderno del término; sin embargo, no está en griego; ¿cuál es su origen, entonces? Creemos que es un cruce con espasmo, debido a que tanto orgasmo como espasmo comparten el mismo sufijo, -a-smos, un sufijo que no es muy frecuente en vocabulario médico (además de espasmo solo aparece en marasmo). Por la vía del sufijo, por tanto, se asoció orgasmo con espasmo en el siglo xviii. El término se especializó en latín científico en la forma orgasmus venereus, que se describe así en una revista inglesa de 1776 (The Critical review, or, Annals of literature, 41, 49, que cita un libro de Hamilton sobre el arte de la obstetricia de 1775): Por obra del orgasmus venereus y por la inyección del semen masculino, toda la zona adyacente a la matriz se pone en movimiento, las trompas de Falopio se ponen turgentes y erectas [...]. Pero téngase en cuenta, que orgasmo venéreo se podía aplicar igualmente a la erección y turgencia del pene masculino hasta finales del siglo xix; por tanto, en la cita anterior orgasmo todavía no tiene el significado actual, sino el de ‘turgencia’. 126 Panace@ . Vol. XII, n.o 33. P rimer semestre, 2011 El lápiz de Esculapio <http://tremedica.org/panacea.html> Unos años después, en 1781, un obstetra francés bastante influyente en su época, Jean Louis Baudelocque, escribía lo siguiente en un tratado de obstetricia, en un texto que está parafraseando en buena medida el que hemos citado antes de Hipócrates, a propósito de cómo se produce la concepción y en torno al problema de la eyaculación femenina: [Los antiguos] imaginaban que la mujer expulsaba en el coito un líquido prolífico como el del hombre. Esta concepción, aunque generalmente aceptada, ha tenido sus detractores y algunos, incluso entre los antiguos, han sostenido que el líquido en cuestión no era sino el humor filtrado por las glándulas de la vagina y que, si, en efecto, procediera de los ovarios, ¿cómo y por dónde se expulsaría durante el embarazo? Si se juzga por el sentimiento voluptuoso y la especie de orgasmo que la mujer experimenta en la zona de las trompas en el instante que se libra a los placeres del himeneo, parecerá verosímil que fluya algún fluido de los ovarios hacia la matriz; pues esa sensación no puede deberse al líquido que se expulsa hacia el exterior, puesto que tiene lugar en la mayoría de las mujeres, independientemente de que se expulse líquido. Nos vamos acercando cada vez más al sentido moderno, en el que se combinan tres valores semánticos: dos antiguos, ‘ardor sexual’ y ‘turgencia’, y uno reciente, ‘convulsión espasmódica’. El valor actual está perfectamente claro en esta cita de una enciclopedia francesa de 1800 (Dictionnaire raisonné universel d’histoire naturelle, de Valmont de Bomare), a propósito de los líquidos seminales: Todavía no hay certeza sobre si el líquido que la voluptuosidad hace expulsar a las mujeres, sin provocarles nerviosismo, es verdaderamante un líquido seminal, prolífico como el del hombre. Parecería más probable que ese líquido que derrama la mujer no es ni un fluido nutricio ni un estimulante tan potente; que solo está destinado a lubricar el interior de las partes genitales y que su aparición o emisión, o mejor, su salida, es la causa de esos movimientos espasmódicos y del orgasmo de placer que algunas mujeres experimentan en el coito. (Decimos algunas mujeres porque en las escenas de voluptuosidad hay muchas en las que la física del amor parece estar muda, sorda, y que sin embargo no engendran en menor medida.) En 1822 leemos en un Diccionario de ciencias médicas lo siguiente: Hay tanta analogía entre un leve ataque epilétpico y el orgasmo espasmódico que acompaña al acto de la reproducción que los antiguos definieron el coito epilepsia brevis. El primer uso de orgasmo en sentido actual que aparece en el CORDE es de 1903, en la expresión orgasmo venéreo (en la novela cubana A fuego lento, de E. Bobadilla). Obsérvese que se adjetiva el término en estos primeros usos con significado actual, se habla de espasmódico o de venéreo. Téngase en cuenta que, según el DRAE, sigue vigente, todavía hoy, además del significado que hemos comentado, una acepción de orgasmo que define como ‘exaltación de la vitalidad de un órgano’ y que en ediciones anteriores, definía como sinónimo de eretismo. Creemos que a partir de estos textos ha quedado clara la evolución de significado que se ha producido hasta llegar al valor actual, que, como vemos, solo se documenta con seguridad a finales del siglo xviii y principios del xix. En definitiva, para llegar al significado actual se mezclaron los valores antiguos de ‘ardor sexual’ y ‘turgencia’, reintroducidos en el siglo xviii, con uno que no está en la antigüedad, el de ‘convulsión espasmódica’ (propiciado por el hecho de compartir orgasmo y espasmo el mismo sufijo -a-smo), todo ello en el contexto de la discusión de la eyaculación femenina y el placer sexual, a partir, en parte, del texto de Hipócrates que hemos comentado. © Francisco Cortés Gabaudan. <dicciomed.eusal.es>. Universidad de Salamanca Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 127 Reseñas <http://tremedica.org/panacea.html> Sobre algunos de los tópicos que acompañan a la comunicación científica y al género de «divulgación» Bertha M. Gutiérrez Rodilla* José Pardo-Tomás (coord.) (2010): «Ciencia, historia y escritura» (dosier), Cultura Escrita & Sociedad, Revista Internacional de Historia Social de la Cultura Escrita, 10: 5-175. La Revista Internacional de Historia Social de la Cultura Escrita ha publicado en su décimo número un interesante dosier integrado por cinco trabajos, que buscan poner de relieve algunos de los aspectos que se relacionan con la producción y la comunicación de la ciencia; observadas ambas no como facetas separadas y sucesivas de un proceso que pueden no tener nada que ver entre sí —que es como con frecuencia se consideran—, sino como lo que son en realidad: partes integrantes de una misma entidad. Sin embargo, no ha sido infrecuente hasta épocas relativamente recientes —y así nos lo recuerda el coordinador del dosier, José Pardo-Tomás, en la introducción con que se inicia— que la historia de la ciencia occidental fuera para muchos la de la difusión de las ideas, teorías o descubrimientos realizados por las grandes figuras en los grandes centros productores hacia las personas comunes y vulgares de los espacios periféricos. Esto ha determinado que, a la hora de analizar períodos históricos, ámbitos geográficos, personajes, prácticas, escritos y objetos que hasta no hace demasiado tiempo eran invisibles para esa historia de la ciencia, se produzca una cierta incomodidad y que los resultados derivados de tales análisis no siempre encajen con las narraciones consideradas como canónicas hasta ahora. Sin embargo, no son pocos los historiadores de la ciencia que van dibujando un panorama distinto a propósito de aspectos varios, tales como la historia de la escritura, la enseñanza y la comunicación científica o la función que desempeñan los distintos públicos de la ciencia. De esto que decimos dan buena prueba los cinco artículos recopilados en este número de Cultura Escrita y Sociedad, a pesar de sus distintos enfoques y de centrarse en ámbitos y casos bien distintos. El primero de ellos, «Escrito en la rebotica», que firma José Pardo-Tomás, se centra en el análisis de los diferentes materiales reunidos durante más de dos siglos (1626-1857) por diversas generaciones de miembros de una familia de boticarios de Barcelona, los Salvador, en su gabinete de historia natural. Tal análisis nos acerca a la cultura material de la ciencia durante todo ese periodo, así como a la actividad habitual que se desarrollaba en el gabinete; nos permite conocer los distintos géneros de escritura que se practicaban en la rebotica (cartas, informes, descripciones, clasificaciones...), dando cuenta de su evolución a través del tiempo, sin olvidar los diversos «públicos» que frecuentaban el establecimiento (visitantes, corresponsales, viajeros, coleccionistas...), que lógicamente incidían sobre la producción de conocimiento y su comunicación en ese espacio concreto de práctica científica. Todo ello contextualizado en el necesario marco europeo general que tuvieron estos espacios, donde se desarrolló buena parte de las prácticas científicas relativas a la historia natural durante más de tres siglos. En el segundo artículo, Agustí Nieto-Galán repasa desde una perspectiva histórica la concepción tradicional sobre la «divulgación» científica. Dicha revisión se efectúa mediante el estudio de diferentes materiales, como conferencias públicas, cursos y proyectos editoriales, desarrollados durante del siglo xix. Y alcanza tal revisión a sus distintos actores —autores, editores, lectores—, que de este modo consiguen un nuevo protagonismo. El enfrentarnos a materiales tan diversos como manuales escolares, libros de texto, libros de divulgación, literatura o artículos en revistas especializadas * Área de Historia de la Ciencia, Universidad de Salamanca (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. 128 Panace@. Vol. XII, n.º 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> y en prensa cotidiana nos permite mejorar nuestro conocimiento sobre ellos, al tiempo que nos proporciona argumentos que sirven para desmontar ideas apriorísticas que sostienen la existencia de una rígida separación entre experto y profano: por el contrario, al margen de lo que anunciaran las leyes o los planes de estudio del momento, en este trabajo se muestra cómo el conocimiento científico recorría todas las clases sociales y de qué modo los diferentes grupos de lectores conseguían apropiarse de forma activa de los variopintos textos circulantes. Por su parte, Josep Simon reflexiona sobre la tradicional división, a que ya hemos aludido, entre producción y comunicación de la ciencia, que lleva a entenderlas como dos acciones separadas e independientes. Algo que ha determinado, en general, la baja consideración que los historiadores de la ciencia han demostrado clásicamente por la escritura científica, de modo especial por los libros de texto, considerados como una práctica menor, ajena por completo al mundo de la actividad científica. A través del ejemplo de Adolphe Ganot y su obra, Simon nos muestra, sin embargo, cómo la escritura guarda en numerosas ocasiones una relación estrecha con la invención científica. Es más, la escritura forma parte de pleno derecho de la práctica científica, tanto por las interacciones sociales que puede generar como por su función formativa en la disciplina de que se trate o por la creación de un espacio de crítica entre los lectores, entre otras posibilidades. La enseñanza de las ciencias es sin duda uno de los ámbitos en que la influencia de esa concepción de que la comunicación científica es un proceso unidireccional, separado de la producción de conocimientos, ha sido mayor. La enseñanza sería, además, el último eslabón en el proceso de transmisión del conocimiento, por lo que ni los métodos e instrumentos docentes utilizados ni los saberes transmitidos han interesado demasiado a la historia de la ciencia hasta hace poco tiempo. En ese contexto se sitúa el artículo de Josep Simon a que acabamos de referirnos, pero también el que lo sigue en el monográfico, elaborado por Antonio García Belmar y José Ramón Bertomeu Sánchez, dedicado a las prácticas de oralidad y escritura en el ámbito de la enseñanza de las ciencias experimentales. En concreto, las lecciones de Química impartidas en las primeras décadas del siglo xix por Louis Jacques Thénard en el Collège de France. Un análisis que se lleva a cabo a través de los cuadernos o apuntes elaborados por algunos de los asistentes a tales lecciones a partir de las notas tomadas en clase y con el que se intenta recuperar no tanto la voz del profesor —como con frecuencia han hecho otros historiadores en sus acercamientos a este tipo de materiales—, sino la perspectiva de los alumnos, que además confeccionaron de modo muy distinto sus respectivos cuadernos. Esta perspectiva de los alumnos, según nos lo demuestran Bertomeu y Belmar, permite identificar algunas de las prácticas de estudio asociadas Panace@. Vol. XII, n.º 32. Primer semestre, 2011 Reseñas a la escritura de los cuadernos, reconstruir el contexto en que se produjeron estas prácticas, comprender su función como herramientas para el aprendizaje de la química y entender los mecanismos que conectan la escritura de las lecciones orales con otras prácticas de lectura, escritura, observación y manipulación relacionadas con el aprendizaje de una ciencia experimental como la química. Por último, Àlvar Martínez Vidal y Emma Sallent del Colombo nos proponen un ejemplo muy ilustrativo de cómo la traducción científica —en este caso de un libro de alta divulgación— puede constituirse en mecanismo de resistencia cultural y científica. Ilustra igualmente sobre la pluralidad de voces que una traducción puede contener, así como sobre la extensión geográfica que la edición de un libro puede abarcar. Se trata de la traducción al castellano de The Wisdom of the Body (1932), de Walter B. Cannon, profesor de Fisiología de la Harvard Medical School, realizada en el contexto del exilio y la diáspora de la escuela fisiológica catalana, acaecidos tras la Guerra Civil española. Una traducción llevada a cabo en Tolosa (Francia) por Jesús M. Bellido, antiguo subdirector del Instituto de Fisiología de Barcelona, que publicaría en México, en 1941, la Editorial Séneca, fundada y administrada por exiliados españoles. La versión española, revisada por Rossend Carrasco y Jaume Pi-Sunyer, otros dos miembros de la escuela fisiológica catalana, por entonces exiliados en México, contó con un prólogo de José Joaquín Izquierdo, profesor de Fisiología en la UNAM y un largo epílogo de Ausgust Pi-Sunyer, antiguo director del Instituto en Barcelona, afincado por entonces en Venezuela, donde acababa de fundar el Instituto de Fisiología Experimental de Caracas. Por medio de esta y otras traducciones, el antiguo grupo catalán desarrollaría —a decir de Martínez Vidal y Sallent del Colombo— un complejo programa de resistencia cultural, gestado en el exilio y ejecutado por diversos actores, que les permitía seguir siendo visibles ante la comunidad científica, además de continuar teniendo relevancia ante las editoriales latinoamericanas. De este modo, si no podían mantener a salvo su escuela, sí permanecía, por lo menos, la ilusión de proseguir en común la labor iniciada en Barcelona años atrás. Se trata, en resumidas cuentas, de cinco trabajos desmitificadores y muy atractivos sobre la pluralidad de modelos de comunicación científica y de los actores involucrados en ella, que nos hacen reflexionar, por un lado, sobre lo pertinente de estudiar la escritura científica como parte integrante e inseparable de la construcción de la ciencia y, por otro, sobre la ausencia de fronteras nítidas entre los escritos científicos para los expertos y aquellos otros dirigidos a los profanos. Unos escritos entre los que existe más bien un continuum, una graduación, mediante la que imperceptiblemente se va pasando de unos registros a otros y de unos géneros a otros. En definitiva, cinco trabajos de lectura muy recomendable. 129 Reseñas <http://tremedica.org/panacea.html> Utilidad de la nueva Ortografía de la lengua española para el profesional del lenguaje José Antonio de la Riva Fort* Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2010): Ortografía de la lengua española. Madrid: Espasa; 796 págs. ISBN: 978-84-6703426-4. Precio: 39,90 euros. las dos acepciones del término ortografía, a saber: el conjunto de normas que regulan la correcta escritura de una lengua y también la disciplina que estudia y explica dichas normas. Puesto que un juicio pormenorizado de una obra de este calibre exigiría un comentario demasiado extenso, aquí se llevará a cabo solamente lo siguiente: 1) una descripción de la estructura del texto, con una valoración general de su contenido; 2) un análisis de seis novedades de doctrina ortográfica, algunas de las cuales afectan significativamente a los textos científico-técnicos; 3) un breve repaso de normas y recomendaciones ortográficas (que para algunos quizá resulten obvias, pero que frecuentemente se pasan por alto) pertinentes para las publicaciones en este ámbito, con ejemplos de términos principalmente de ciencias biomédicas, sin pretensión de exhaustividad; 4) algunas consideraciones sobre importantes aspectos polémicos de la obra. El propósito de esta reseña, aparte de comentar la obra en su conjunto, es rescatar parte de la información más útil para el redactor y el traductor de obras de ciencias biomédicas. Valoración general Introducción De todas las características que esta Ortografía generosamente se atribuye en su presentación (coherente, exhaustiva, simple, razonada, didáctica y panhispánica), quizá sea su dimensión razonada, teórica, su reflexión sobre los fundamentos de la disciplina, el rasgo que mejor la define, el más esencial y específico, y es también el que mejor explica su considerable extensión. A diferencia de su predecesora, un breve manual que eludía todo trasfondo teórico, este tratado da cuenta de El índice de contenidos muestra que, salvo algunas excepciones, la obra está bien estructurada. En la introducción se presenta el contexto histórico de la escritura y se describen el nacimiento y la evolución del sistema ortográfico español, con énfasis en los criterios que se emplean para fijar sus normas. En la primera parte, se explica el sistema ortográfico del español, con una amplia exposición del uso de las letras, los signos de puntuación, los signos auxiliares, etcétera. Las cuestiones que plantean dificultades específicas, como extranjerismos, latinismos, nombres propios y expresiones numéricas, se abordan en la segunda parte, que, por su temática, es de especial interés para el redactor de textos científico-técnicos. La obra también incluye, como apéndices, cuatro listas: de abreviaturas, de símbolos alfabetizables, de símbolos no alfabetizables y de países, con sus capitales y gentilicios. Cada capítulo se organiza de la siguiente manera: tras una introducción que describe los aspectos históricos y teóricos del tema que se trata, hay un texto base, en que se expone la doctrina ortográfica en su lado más concreto, entremezclando la normativa con los ejemplos que la ilustran. Tanto en las introducciones como en el texto principal son frecuentes las secciones de información adicional, con aclaraciones y datos complementarios, y los cuadros de advertencias, notas normativas sobre cuestiones especialmente importantes o difíciles. Sumamente recomendable es la lectura de la introducción (pp. 1-42), sobre todo por la lúcida perspectiva histórica que adopta y por la exposición de la compleja interacción de crite- * Editor (Madrid). Dirección para correspondencia: [email protected]. 130 Panace@. Vol. XII, n.º 33. Primer semestre, 2011 Reseñas <http://tremedica.org/panacea.html> rios (pronunciación, etimología, uso tradicional consolidado, analogía, antihomonimia, unidad) que determina las reglas ortográficas. La introducción de cada uno de los capítulos de la primera parte (pp. 43-591), que contienen definiciones, caracterizaciones y explicaciones de los elementos de la ortografía, valen mucho la pena, porque permiten comprender los porqués de la normativa ortográfica. Ahora bien, la descripción del uso de las letras y signos de puntuación muchas veces es tan detallada, se encuentra tan intercalada de ejemplos en muchas ocasiones inverosímiles y se reflejan con tanta minuciosidad temas de poca importancia que el resultado en ocasiones es poco eficaz en términos expositivos. La explicación de uso de la coma (pp. 302-349), por ejemplo, considera tantos casos y tantas excepciones y criterios que es poco probable que el lector promedio asimile su contenido con provecho. La segunda parte de la obra (pp. 593-698) concentra buena parte del material interesante sobre el que la Ortografía anterior no se había pronunciado claramente. Otra vez las in­ troducciones de los capítulos son muy destacadas y otra vez el desarrollo de los temas incurre en una densidad poco recomendable para el lector de a pie. A pesar del afán didáctico manifestado en la presentación de la obra, la terminología muchas veces es innecesariamente técnica, lo cual puede ser un obstáculo para el propósito claramente divulgativo de una obra como esta. Hay desarrollos tan minuciosos de aspectos tan secundarios que la atención del lector corre constantemente el riesgo de desviarse hacia lo innecesario o irrelevante. En lo que a doctrina se refiere, esta obra propone una reforma, no una revolución del sistema ortográfico. Se han producido una serie de modificaciones cuyo denominador común es la eliminación de ciertos espacios de opcionalidad que había abierto la Ortografía de 1999, lo cual, como se verá más adelante, no se ha conseguido por completo. La obra constituye un paso adelante hacia la unificación ortográfica, pero quizá sea un paso insuficiente, ya que no aplica suficientemente el criterio de unidad de la escritura. Además, como se verá más adelante, esta obra incluye cambios polémicos e introduce reglas que obligan a hilar muy fino para conocer la escritura correcta de determinadas expresiones. En general, la tendencia al razonamiento logra que los juicios muchas veces obstruyan el veredicto, que es lo que la mayoría de lectores esperan con avidez. Todo esto obliga a pensar en para quién está pensado un libro como este y si elegir a ese destinatario es coherente con los objetivos de la Docta Casa. El que se muestre dubitativa en cuanto a su carácter normativo o de simple recomendación, en lugar de pronunciarse a las claras y brindar rápidas soluciones, parece sugerir que muchas veces es la reflexión sobre los temas más importante que la conclusión. ¿O debe creerse que cuando la Academia recomienda en vez de normar está simplemente usando un recurso retórico para sonar menos dura y prescriptiva? Puede decirse, por tanto, que la obra contiene materiales interesantes, valiosos y bien organizados, pero que su ambición, en combinación con la complejidad derivada de una minuciosidad excesiva y la preponderancia del razonamiento Panace@. Vol. XII, n.º 32. Primer semestre, 2011 sobre el veredicto, redunda en una obra menos didáctica y divulgativa de lo que cabría esperar, bastante más aprovechable por el profesional del lenguaje que por el escribiente común. Seis novedades A continuación, se analizan seis cambios en la doctrina ortográfica que tienen una importante repercusión en los textos científico-técnicos. Escritura de los prefijos Dada la altísima frecuencia de prefijación en los documentos de este ámbito, parece necesario comentar esta norma (pp. 531-544). Si la base léxica consta de una sola palabra, los prefijos deben escribirse soldados a la misma, sin guion: antiespasmódico. Si la base empieza por mayúscula o es un número, el prefijo se une a ella mediante guion: pro-UK, ‘prourocinasa’. Si la base está compuesta por más de una palabra, el prefijo va separado y sin guion (ex-, anti- y pro- son proclives a ello): anti ácido láctico, pro derechos civiles. El prefijo ex-, que antes se escribía separado cuando significa ‘que fue y ya no es’, ahora recibe el mismo tratamiento que el resto de prefijos: exalcohólico, ex jefe de servicio. Esta norma es positiva por cuanto elimina una excepción que no era necesaria (ex-) y da un paso hacia la unidad, pero es compleja, ya que a veces no resulta fácil determinar cuándo la base es propiamente pluriverbal y cuándo no lo es: ex jefe de servicio pero exjefe de este hospital. La analogía podría inducir escrituras erróneas. En cualquier caso, y aunque simplifique las cosas, no parece conveniente aceptar la propuesta de Martínez de Sousa (2011: 13) de escribir el prefijo siempre unido a la primera palabra (p. ej., exprimer ministro), pues violenta el concepto de palabra al pretender que el prefijo, unido solamente al primer término (primer), afecte también al segundo (ministro), lo cual oscurece la relación sintáctica. De aplicarse a otros prefijos lo que propone Martínez de Sousa para ex-, fármaco anti ácido láctico escrito como fármaco antiácido láctico podría crear ambigüedad e inducir a error, dando a entender que láctico modifica a fármaco antiácido, cuando solo modifica a ácido. Equiparación en el tratamiento de extranjerismos, latinismos y locuciones latinas El problema ortográfico, tan frecuente en las publicaciones en medicina y ciencias afines, que supone la escritura de extranjerismos y latinismos también encuentra un desarrollo en esta Ortografía (pp. 599-619). Se ha equiparado el tratamiento ortográfico de todas las voces provenientes de otras lenguas: si no están adaptadas, deben escribirse con una marca gráfica (cursiva o entrecomillado); si están adaptadas, sin resalte alguno y según las normas ortográficas generales. Las locuciones latinas ya no se adaptarán y llevarán siempre marca gráfica, para indicar su carácter foráneo. Así pues, existe la posibilidad de escribir baipás (en redonda) y by-pass (en cursiva), pero ahora se escribirá siempre post mortem (en cursiva) y no post mórtem (en redonda), delirium tremens (en cursiva) y no delírium trémens (en redonda). 131 Reseñas Se trata de una medida positiva, pues simplifica el criterio de escritura, al eliminar las voces a medio adaptar (p. ej., exequátur) y deshace la excepción que suponían las locuciones. Sin embargo, también plantea alguna dificultad, pues en ocasiones es difícil saber qué voces están adaptadas y cuáles no (p. ej., detritus, herpes, lapsus, que en latín y en español se escriben igual) y por lo tanto no se puede saber si deben llevar resalte tipográfico. Lo que no parece aceptable es que la cursiva y las comillas se presenten como equivalentes para señalar el carácter extranjero de las expresiones. En texto impreso debe siempre utilizarse la cursiva y solo en textos manuscritos esta puede sustituirse por comillas. Remplazo, en préstamos adaptados, de la q etimológica con valor fónico independiente por grafías propias del español Puesto que en español la q solo se utiliza en el dígrafo qu ante las vocales e e i para representar el fonema /k/, es impropio de la ortografía española su uso con valor fónico independiente (pp. 114-116). Los topónimos mayores se ven afectados por esta norma: se preferirá Irak a Iraq y Catar a Qatar. Pero más importante es su aplicación a extranjerismos y latinismos, como quark, quasar, quantum y quorum, que se escribirán cuark, cuásar, cuanto y cuórum. Si se quiere mantener la q, los términos deben considerarse extranjerismos y escribirse en cursiva. Se trata de una medida sensata, pues es coherente con otras normas de adaptación, como la de equiparación en el tratamiento de latinismos y extranjerismos, y da un paso hacia la regularización y simplificación del sistema ortográfico, al eliminar grafías anómalas. Supresión de la tilde diacrítica en diptongos ortográficos Puesto que la pronunciación de muchas secuencias vocálicas no es uniforme entre los hispanohablantes, en aras de la unidad de la lengua escrita se estableció, hace ya 11 años, una convención para determinar qué combinaciones de vocales, a efectos de su escritura, debían considerarse diptongos y cuáles hiatos, con independencia de su pronunciación real. Así, algunas palabras consideradas bisílabas y escritas, por tanto, con tilde (p. ej., guión), pasaban a escribirse sin ella (guion), ya que los monosílabos, salvo los que llevan tilde diacrítica, no se acentúan. Lo que esta Ortografía introduce como novedad (pp. 235-236) es la eliminación, con carácter obligatorio, de la opción de que los hablantes que pronuncien estas palabras como bisílabas sigan escribiéndolas como tales. Así pues, algunas palabras presentes en los textos científicos, como muon, prion e ion, algunas formas verbales, como pie, pio, piais, pieis (de piar) y hui y huis (de huir) y algunos topónimos, como Sion y Ruan, se deben escribir siempre sin tilde. Eliminar una opción de escritura es acertado, para no quebrar el principio de unidad gráfica, pero quizá hubiera sido más sensato dejar las cosas como estaban antes de 1999, es decir, considerar estas palabras como hiatos, con mantenimiento de la tilde, una situación que refleja la dicción pau- 132 <http://tremedica.org/panacea.html> sada de la mayoría de los hispanohablantes y que no causaba problema alguno. Martínez de Sousa (2011: 10-11) da buenas razones (pronunciación, analogía, uso consolidado) para que, en este punto, la Academia, que en otros casos se muestra flexible y permisiva, en una reforma tan discutible como esta (que pide escribir distinto de como se habla, lo cual no es cosa de poca importancia) no sea tan taxativa y autoritaria. Además, esta norma atenta contra la jerarquía de criterios que la Academia dice emplear: si hay variación en la pronunciación, debería imponerse el uso, y solo en el caso en que este no estuviera consolidado se debería echar mano de otros criterios. La escritura de prion y compañía con tilde tenía un uso consolidado antes de 1999. Eliminación de la tilde diacrítica en la conjunción o escrita entre cifras Tradicionalmente, se recomendaba que la o entre cifras se escribiera con tilde, para evitar una presunta posible confusión con el cero, pero ahora se indica que no se escriba con tilde esta conjunción en ningún caso (pp. 270-271). Se trata de una modificación positiva, puesto que dicha tilde no tenía justificación ni gráfica —las tipografías distinguen claramente entre el cero y la o— ni prosódica, ya que la conjunción es siempre átona, se encuentre donde se encuentre. Supresión de la tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres demostrativos En la Ortografía anterior, la Academia contemplaba la acentuación diacrítica de estas palabras cuando existiera posibilidad de ambigüedad. Así, la tilde en El Dr. Carnicero opera sólo los viernes deshacía la posibilidad de entender que el sujeto llevara a cabo la acción de operar sin compañía. En ¿Para qué utilizaron aquéllos bisturíes desechables?, la tilde sobre aquéllos servía para dejar claro que el pronombre es sujeto de la oración y no acompaña a bisturíes. Pues bien, esta opción se ha eliminado (pp. 269-270). Y se trata de una medida acertada, por tres motivos: 1) la tilde diacrítica, por principio, solamente debe usarse para distinguir formas tónicas de átonas, y tanto los pronombres demostrativos como el adjetivo solo son siempre tónicos; 2) en español hay muchos homónimos tónicos que, por un principio de economía, sería absurdo diferenciar con tilde; 3) los casos de posible ambigüedad (que suelen ser muy rebuscados) pueden resolverse por medio de la sinonimia, el orden de palabras, la puntuación o por contexto, exactamente igual que el resto de casos de posible ambigüedad en la redacción. En general, puede apreciarse un intento de suprimir excepciones no justificadas y lograr lo mejor posible la unidad gráfica del español, con medidas la mayor parte de las veces acertadas, algunas discutibles, otras complejas, pero en una dirección clara. Repaso de normas A continuación se presenta una breve revisión de algunas normas extraídas de esta Ortografía y que afectan a los documentos científico-técnicos particularmente. Panace@. Vol. XII, n.º 33. Primer semestre, 2011 Reseñas <http://tremedica.org/panacea.html> Vocales Representación del fonema /i/. Las palabras con el elemento compositivo yatro- y el sustantivo yodo y sus derivados pueden escribirse con i (p. 75), pero, puesto que en posición inicial este fonema suele pronunciarse como la consonante /y/, parece recomendable optar por las formas con y. Secuencias de dos vocales iguales. Frecuentes en cultismos científicos y palabras compuestas, estos grupos vocálicos se escriben con y sin reducción dependiendo de la pronunciación (pp. 164-172). Se recomienda la forma simplificada en algunas, como portaviones, drogadicto o monóxido, con pronunciación reducida generalizada. La simplificación quedaría bloqueada si el resultado coincidiera con un término ya existente (p. ej., re-emitir, remitir), cuando la vocal de la siguiente palabra es un prefijo (p. ej., semi-i-legal), por razones etimológicas (p. ej., azoospermia, oogénesis) o para evitar la homonimia (p. ej., bio-oxidación, diferente de y bi-oxidación). Pueden escribirse con y sin simplificación palabras como las siguientes: metaanálisis, extraabdominal, intraarticular, preeclampsia, diisocianato, poliinsaturado, semiinconsciente, mi­croorganismo, autoobservación, fotooxidación, magnetoóptico, monoovular, etc. En la Ortografía parecen preferirse las variantes simplificadas, pero quizá sea preferible precisamente lo contrario, para mantener la etimología lo más transparente posible. Verbigracia, en disocianato, donde la forma reducida oscurece el prefijo iso-, podría producirse una interpretación errónea de los componentes y creerse que el compuesto tiene relación con ‘disociar’. Puesto que el redactor o traductor no siempre está en condiciones de saber si los términos se pronuncian mayoritariamente simplificados o no, y poniendo en la balanza las ventajas y desventajas de hacerlo, podría adoptarse por norma no reducir estos grupos vocálicos, sobre todo en un ámbito, el científico-técnico, en el que evitar ambigüedades es fundamental. Consonantes ¿Ce o zeta? Se escriben solo con z askenazí, enzima y zeugma. Se prefieren con c, aunque también pueden escribirse con z, las palabras ácimo, bencina, cigoto, cinc, cingiberáceo, circonio, eccema y ocena (pp. 125). ¿Equis o ese? En posición inicial de sílaba, aunque represente el fonema /s/, se usa x para xifoides y xenotrasplante (p. 154), para dejar clara la etimología. A pesar de la etimología, se prefiere escoriación a excoriación (p. 160). Grupos consonánticos ajenos a la pronunciación del español. El prestigio de las grafías cultas en ámbitos científicos ha hecho que se mantengan escrituras etimológicas que son ajenas al sistema fonético del español. Salvo las que se han generalizado en contextos no especializados (p. ej., neumonía, seudociencia, tisis en lugar de pneumonía, pseudociencia, ptisis), los especialistas suelen decantarse por las grafías etimológicas (pp. 179-183): cnidario, gnoseología, mnemotecnia, psitacosis, ptosis, etc. Otra vez, en aras de la transparencia del significado y la nitidez de relación entre palabras de la misma familia, parece razonable preferir, en textos científicos, las formas no simPanace@. Vol. XII, n.º 32. Primer semestre, 2011 plificadas. Si en psicagógico o psicoterapia el grupo ps se simplificara en s, podría establecerse una relación etimológica errónea con sicalíptico o sicofante. Forzando un poco las cosas, la gnoseología simplificada en noseología se parecería demasiado a la nosología. Parece mejor optar por la variante más culta (p. ej., preeclampsia) en casos como el de preclamsia. Un argumento en apoyo de esta preferencia es la preponderancia de la lengua escrita sobre la hablada en un ámbito como el de la ciencia actual. Conocer el comportamiento de grupos consonánticos en interior de palabra (pp. 183-188) permitirá saber por qué se usa trasplante y no transplante, pero traslúcido y translúcido son ambas opciones válidas. Uso de la tilde Tratados ya el tema de la acentuación diacrítica de solo y los demostrativos, y la de los diptongos ortográficos (v. supra), queda repasar el caso de las palabras con más de una acentuación prosódica (pp. 207-212). Se aprecia la coexistencia de formas con dos (rubéola y rubeola) y hasta tres acentuaciones (bustrófedon, bustrofedon y bustrofedón), que se explican normalmente por el conflicto abierto entre la acentuación etimológica (por lo general, esdrújula) y la no etimológica (habitualmente llana), más natural en castellano. Alvéolo, bronquíolo y período pueden escribirse también sin tilde. Médula y ósmosis, por su parte, son esdrújulas no etimológicas, pero más frecuentes que sus pares etimológicos llanos medula y osmosis. En las voces formadas con -plejia hay una clara preferencia por la acentuación llana (hemiplejia, mejor que hemiplejía), pero en las que contienen el elemento compositivo -scopia la preferencia varía según los términos y los países. Según la Ortografía, quien escribe deberá elegir la grafía que refleje la acentuación prosódica con la que articula el término en la lengua oral, pero este principio parece entrar en contradicción con la tan buscada unidad de la escritura, como muestra el caso de los diptongos ortográficos (p. ej., prion), en que se obliga al escribiente a que use grafías que no corresponden a su pronunciación, descartando un importante principio de la escritura en castellano. No se trata del mismo caso, puesto que en prion/prión hay una sola acentuación prosódica y en periodo/período hay dos, de manera que la contradicción quizá sea solo aparente. Puede que detrás de esta permisividad en la acentuación prosódica se halle la esperanza de que una de las variantes termine imponiéndose sobre la otra, como históricamente ha sucedido con muchas palabras. En cualquier caso, se trata de un ámbito en que, de no adoptarse un criterio, seguirá campeando la vacilación y en el que es importante que intervengan los manuales de estilo de las diferentes especialidades. Para obras especializadas, en caso de duda, lo más coherente, si el uso no se ha decantado claramente por una opción, es acoger la variante etimológica partiendo de su acentuación latina, como en el caso de términos como alergógeno, heterótrofo, glucólisis, saprófito, etc. Puntuación Punto. «Nunca se escribe punto tras los títulos y subtítulos de libros, artículos, capítulos, obras de arte, etc., cuando 133 Reseñas aparecen aislados (centrados o no) y son el único texto del renglón» (p. 295). Lo mismo vale para los nombres de autor. En las dedicatorias, puede ponerse punto final si el texto es extenso (p. 296). En pies de imagen tampoco se pone punto final, salvo que sean discursivos (pp. 297-298). Es importante conocer las normas para las llamadas de nota, por si deben ir antes o después del punto en una oración (pp. 299-300). Coma y punto y coma. No se escribe coma delante del último elemento (antecedido por y) de una enumeración simple (p. 321), error que se detecta muy frecuentemente en las traducciones del inglés, donde este uso es norma. Para introducir el último elemento coordinado de una enumeración compleja, es preferible no el punto y coma, sino la coma (p. 353), ya que anticipa inequívocamente el final de una enumeración: La cardiología estudia las enfermedades del corazón; la dermatología, las de la piel, y la neumología, las de las vías respiratorias. Dos puntos. Puesto que en inglés no se utiliza para conectar oraciones yuxtapuestas, el uso de este signo en las traducciones de este idioma es muy escaso, pero la puntuación se enriquecería si se tuviera en cuenta que sirve para expresar relaciones causa-efecto, conclusión, consecuencia y resumen, verificación y explicación, o incluso oposición, en relación con la oración anterior (pp. 360-361). Raya. Debe tenerse presente, para la traducción del inglés, que la utilización de este signo —que no debe confundirse con el guion, más breve— no es igual a la del español, lengua en que no equivale a dos puntos y se emplea sobre todo como signo doble, para incisos y como signo delimitador (pp. 375-377). Enumeraciones en forma de lista, con un elemento por párrafo (pp. 377-378). Cuando los elementos de una lista, introducidos por una raya u otro signo, son simples, hay dos opciones: cerrar cada elemento con coma, salvo el último, que se cerrará con punto; o bien prescindir totalmente de signos de puntuación. Si los elementos de la lista son complejos, deben cerrarse con punto y coma, salvo el último, que irá con punto. Solo si cada elemento es un enunciado completo se debe usar el punto final para cada uno. En este caso, cada elemento de la lista debe empezar por mayúscula. Comillas. Por comodidad e influencia del inglés, suelen usarse en primera instancia las inglesas, pero lo recomendable es utilizar en primera instancia las comillas angulares (« ») y reservar los otros tipos, inglesas (“ ”) y simples (‘ ’), para entrecomillar texto ya entrecomillado y para otros usos secundarios (pp. 380-387). Guion. Debe usarse para unir adjetivos relacionales cuando se aplican conjuntamente a un mismo nombre (p. ej., enfermería materno-infantil). Cuando un adjetivo cuenta con un elemento compositivo para formar compuestos univerbales (p. ej., buco-, de bucal), no se usa el guion (p. ej., salud bucodental). Si la variante compositiva coincide con la forma plena del adjetivo, se prefiere el uso del guion (p. ej., análisis físico-químico) (p. 414). El guion también se usa para unir prefijos a siglas (p. ej., anti-OMS), tras las letras griegas utilizadas como prefijos (p. ej., α-amilasa, β-talasemia, que también pueden escribir134 <http://tremedica.org/panacea.html> se alfaamilasa y betatalasemia o amilasa α y talasemia β), para evidenciar la condición de forma afija (p. ej., tratamiento pre- y postoperatorio) y en las piezas léxicas constituidas por una combinación de segmentos de cifras y letras (p. ej., ácidos grasos omega-3, que, puesto que no es resultado de un proceso de prefijación, también puede escribirse sin guion: ácidos grasos omega 3). Finalmente, resulta admisible prescindir del guion en siglas formadas por mayúsculas y elementos no alfabéticos (p. ej., H1N1 por hemaglutinina tipo 1 y neuraminidasa tipo 1) (pp. 420-422). Barra. Si sustituye a una preposición, se escribe sin separación de las palabras o signos que une (p. ej., 110 km/h) (p. 426). Mayúsculas y minúsculas Nombres científicos y taxones zoológicos y botánicos (pp. 473-474). Se escriben con minúscula inicial los nombres españoles con los que se designan los taxones superiores al género cuando se usan en aposición o como nombres comunes (p. ej., orden himenópteros; La abeja es un himenóptero). En cambio, si van en latín, con nomenclatura científica internacional, se escriben con cursiva y mayúscula inicial (p. ej., Muchas especies del orden Hymenoptera son importantes para la polinización). Programas, planes y proyectos (p. 492-493). Llevan todas las palabras significativas con mayúscula inicial (p. ej., Proyecto del Genoma Humano), pero si el nombre es descriptivo y extenso, solo la primera palabra. Ramas del conocimiento, asignaturas y cursos (p. 493). En general, las ramas del conocimiento deben escribirse con minúscula (p. ej., Sabe mucho de ginecología), pero si se utilizan en contextos académicos o curriculares, llevan mayúscula inicial (p. ej., El Dr. Puñal tiene un doctorado en Cirugía Cardíaca). Todos los sustantivos y adjetivos que forman parte de asignaturas y materias de estudio también llevan mayúscula inicial (p. ej., Cirugía Vascular), salvo si el nombre es excesivamente largo; en ese caso, solo lleva mayúscula la primera palabra (p. ej., Evaluación clínico-radiológica y progreso de las técnicas de cirugía vascular en el último tercio del siglo xx). Unidades de medida (pp. 500-501). Siempre se escriben con minúscula inicial, con independencia de que tengan su origen en un nombre propio (p. ej., 50 julios). Enfermedades (p. 501). Los nombres de enfermedades que incluyen el nombre propio del descubridor llevan este nombre en mayúscula y con su ortografía original (p. ej., enfermedad de Alzheimer), pero cuando el nombre propio, por sí solo, designa a la enfermedad, va con minúscula inicial y adaptada al español (p. ej., Mi padre tiene alzhéimer). Medicamentos (p. 502). Los principios activos de medicamentos genéricos se escriben con minúscula (p. ej., fluoxetina), y los nombres comerciales, con mayúscula (p. ej., Prozac). Sin embargo, los nombres comerciales que pasan a designar cualquier producto con las propiedades del original funcionan como nombres comunes y se escriben con minúscula (p. ej., una frase como ¿Tienes una curita?, donde curita significa ‘cualquier vendaje adhesivo de pequeño tamaño’). Panace@. Vol. XII, n.º 33. Primer semestre, 2011 Reseñas <http://tremedica.org/panacea.html> Siglas (p. 510). En principio, se escriben con mayúsculas (o con versalitas, como quieren algunos tipógrafos), pero las que se encuentran lexicalizadas pueden escribirse con minúsculas (p. ej., Unesco, Unicef). Las expresiones que subyacen a las siglas no tienen por qué escribirse con mayúscula inicial (p. ej., tomografía computarizada [TC]), a menos que se trate de instituciones (p. ej., Real Academia Nacional de Medicina [RANM]) u otros nombres propios que por naturaleza llevan mayúsculas. Otros temas importantes, las expresiones numéricas en particular términos y palabras clave. Si uno quiere leer, verbigracia, sobre los latinismos, tiene que recorrer 19 páginas del índice de contenidos para enterarse de en qué página puede encontrarse la información correspondiente, y si uno no está familiarizado con la estructura de la obra, este recorrido por el índice general puede resultar muy largo. A lo mejor esta ausencia se deba a que la obra ha resultado más extensa de lo esperado y que ya no cabía en el formato concebido originalmente; en cualquier caso, este defecto merma considerablemente la posibilidad de sacarle el jugo a una obra llena de información y tecnicismos. Por su importancia para los textos científico-técnicos, es recomendable la lectura completa de los epígrafes y capítulos sobre siglas (pp. 509-512), abreviaciones gráficas (pp. 564596), símbolos (pp. 586-591), prefijos (pp. 531-544) y extranjerismos y latinismos (pp. 599-604 y 607-610), que por limitaciones de espacio aquí no es posible resumir. El capítulo sobre ortografía de expresiones numéricas (pp. 651-698), especialmente el uso de cifras o palabras en la escritura (pp. 682-686), es particularmente pertinente para la redacción científica. Ahí se enuncian algunas normas polémicas, o que van contra el uso habitual, y que sin embargo tienen sentido. Para empezar, para separar los millares no se usa el punto (p. 664), sino el espacio fino, y solo a partir de cinco cifras (p. ej., 12 345). Por otro lado, aunque admite las dos opciones por la importante variación geográfica, se recomienda el uso del punto en lugar de la coma como signo separador de los decimales (p. ej., 12 345.67), «con el fin de promover un proceso tendente a la unificación» (p. 666). Finalmente, el símbolo de por ciento debe escribirse separado de la cifra y, en documentos científico-técnicos, se recomienda, para evitar posibles ambigüedades, repetir el símbolo (p. ej., entre el 75 % y el 85 %), aunque no en tramos separados por guion (p. ej., 50-75 %). Como puede notarse, hay un amplio margen de opción e indeterminación en la escritura de vocales y consonantes, en la acentuación y en la escritura de numerales, temas que los manuales de estilo de cada disciplina y las normas de producción de editoriales y laboratorios deberán tratar, para que los redactores y los traductores sepan a qué atenerse en su trabajo profesional. La obra no reconoce sus fuentes Otras consideraciones El sistema de remisiones es defectuoso Fines comerciales Con frecuencia se remite a apartados de otros capítulos, pero, puesto que el folio explicativo, donde tendría que encontrarse el número de capítulo, carece de este dato, el lector no sabe si debe avanzar o retroceder en las páginas del libro, y con frecuencia no le queda otra opción que acudir al índice de contenidos de los preliminares de la obra y perder mucho tiempo para ubicar el apartado concreto que está buscando. La obra carece de índice alfabético Esta circunstancia agrava la deficiencia del sistema de remisiones. Parece inexcusable que no se le brinde al lector la posibilidad de buscar los conceptos que le interesan por Panace@. Vol. XII, n.º 32. Primer semestre, 2011 La RAE y la Asale no reconocen el mérito de las obras en que se ha basado: no incluyen los nombres de los autores cuyos textos se han utilizado como fuentes de esta Ortografía. Esta ausencia injustificable, que ya es tradición en las publicaciones de esas instituciones, parece querer hacer creer al lector que un ángel dictó a los redactores del texto todo el evangelio ortográfico. La ausencia es más grave en este caso que en otros libros académicos, como la Ortografía de 1999, pues no solamente ofrece normas y recomendaciones, sino todo un trasfondo teórico e histórico que de algún lado tiene que haber salido. Quizá esta ausencia tendría sentido si las academias se hubieran basado solo en obras de académicos, pero, como dice Martínez de Sousa (2011: 5) «ni la forma, ni la distribución del texto, ni el contenido pueden evitar que se adivinen al trasluz otras obras de autores no académicos». Pedro Luis Barcia director de la Academia Argentina de Letras, admite (2005) que la Academia, para el Diccionario panhispánico de dudas, utilizó libros de Manuel Seco, Rafael Aragó y Martínez de Sousa, entre otros, a quienes se debe gratitud, pero esa obra tampoco cita sus fuentes. Puede encontrarse más información sobre este sangrante tema en el artículo de Silvia Senz (2011) citado en la bibliografía. Baste decir que esta cuestión, calificada como saqueo o expolio, ha generado un importante revuelo, cuenta con el respaldo de especialistas como José Antonio Millán y muchos escritores de la blogosfera (<www.atisbador.es/blog/?p=775>), y es objeto de campañas en Facebook (<http://addendaetcorrigenda.blogia. com/2010/111001-facebook-tambien-se-revoluciona-contrala-rae.php>) y Twitter. Si el objetivo principal es proporcionar fundamentos ortográficos a 450 millones de hispanohablantes, es decir, llegar a la mayor cantidad de gente posible (al margen de que, como se ha visto, no todo es divulgativo y didáctico en este libro), y el coste de la elaboración de la obra ya fue cubierto por diversos patrocinios de la Fundación pro Real Academia Española, ¿tiene sentido lucrarse cobrando casi 40 euros en lugar de colgar la obra en versión digital en Internet? En el artículo de Mariano Pedrosa (2011) se sustentan algunas sospechas sobre los afanes crematísticos de la RAE. Si se colgara en la Red, con acceso gratuito y un motor de búsqueda similar al que tiene actualmente el Diccionario panhispánico de dudas, aparte de la ventaja que supondría su 135 Reseñas facilidad de acceso, los defectos del sistema de remisiones y la falta de un índice alfabético se verían muy aliviados. Conclusiones Esta Ortografía, que modifica más bien poco el sistema ortográfico, es una obra enteramente nueva en su ambición y estructura. Puesto que la descripción de los fundamentos muchas veces interfiere con la explicación de las normas, y esta es excesivamente minuciosa, por momentos la obra crea una sensación de tremenda complejidad, de impenetrable y recóndito equilibrio de criterios que propicia en el lector común un «yo aquí no me meto». Este desajuste, ser demasiado densa para el destinatario que supuestamente tiene, lleva a concluir que no remplaza al manual de 1999 y que la publicación de una obra de esas características, esencial y de rápida consulta —como se anuncia en los preliminares de esta—, que dé más veredictos sin mostrar todo el juicio que hay detrás, sigue haciendo falta. Pero hay que saber verle el lado bueno: aunque resulte incómoda para el usuario convencional, está llena de contenido valioso y bien estructurado para el profesional del lenguaje, sobre todo el que se dedica a temas importantes para la redacción científico-técnica (casi toda la segunda parte), que nunca antes se había tratado con esa profundidad y amplia casuística. Con respecto a la insuficiente Ortografía anterior, se trata de una obra entrada en carnes, pero sin duda el profesional encontrará mucho más músculo que grasa en ese crecimiento. Reformar la ortografía de la lengua es como gobernar un país: se toman medidas para solucionar determinados problemas, pero esas soluciones irremediablemente generan otros problemas. A pesar de ello, se espera que, con todo, la situación sea mejor que la anterior. Nunca es posible lograr un acuerdo que armonice por completo la pronunciación, la etimología, el uso consolidado y el resto de los criterios, pero se avanza en coherencia. Nunca llueve a gusto de todos, y este tratado de ortografía es mucha lluvia. A pesar del esfuerzo hacia la unificación de criterios, sigue habiendo muchos casos en que puede interpretarse que la permisividad planteada atenta contra el principio de que la ortografía es, a diferencia de la pronunciación —diferente en cada país de habla hispana—, el pilar fundamental de la unidad de la lengua: se permite, quizá innecesariamente, más de una grafía para muchas voces, contradiciendo la vocación unitaria que está en la base de muchas normas. Con todo, por mucho que se busque la unidad en la escritura, es difícil desaconsejar por completo una variante que se utiliza en la lengua hablada, ya que en español el criterio ortográfico principal es el fonético. Por otra parte, aunque se adopte la norma de preferir para ámbitos especializados las escrituras más etimológicas y menos simplificadas, y para documentos no especializados las simplificadas y fonéticas, no siempre está claro el carácter del texto, que puede ocupar muchas posiciones en el amplio abanico de la divulgación, así que no siempre estará claro por qué variante se debe optar. La ambigüedad de la posición académica en cuanto a si la ortografía es cabalmente normativa o si simplemente recomienda determinados usos crea un terreno de inseguridad perjudicial para el escribiente, que muchas veces vacilará ante la 136 <http://tremedica.org/panacea.html> escritura de una palabra que la Academia no sabe si prescribir o solamente aconsejar. Lo mejor será interpretar las recomendaciones como normas, ya que el cometido fundamental de la ortografía es dar pautas. Por otro lado, hoy más que nunca parece comprensible no aceptar por completo este sistema de normas. Las propuestas de las academias no parecen gozar de la aprobación y del consenso social que cabría esperar. Quizá sea simplemente una cuestión de tiempo que esto sea así, pero si académicos de pensamiento tan divergente como Francisco Rodríguez Adrados, Javier Marías y Arturo Pérez-Reverte, y otros personajes de las letras de la talla de José Emilio Pacheco y Fernando Vallejos, encuentran razones para oponerse a muchas de las reformas, es que hay algo en ellas de inaceptable. En última instancia, es potestad de cada escribiente conformarse a las normas que crea mejores, aunque no debe olvidar que hay un prestigio y una aceptación social ligados a la manera en que se escribe. La falta de un buen sistema de remisiones, junto con la ausencia de índice alfabético y la vocación idealmente no crematística que debiera tener la RAE, hace muy deseable que este tratado se presente de manera electrónica y gratuita en la Red, con opciones de búsqueda automática que faciliten su consulta. Esta edición, que por ser electrónica no tendría limitaciones de espacio ni número de páginas, podría constituir una buena oportunidad para que las academias se rediman reconociendo las fuentes que han utilizado para escribirla. Si volvemos a las características que se aplican en la presentación, esta Ortografía es coherente, pero solo en la medida en que la interferencia de criterios ortográficos y el uso consolidado se lo permiten. Es exhaustiva, ciertamente, para bien del profesional del lenguaje. Pero no es simple, sino todo lo contrario, pues a pesar de la claridad de la exposición, sale a flote la tremenda complejidad de la ortografía, que pone espanto en el lector de a pie. Es razonada, sin duda alguna, y con muy buenas —aunque invisibles—fuentes documentales de razonamiento. Es didáctica por la contextualización y el orden, pero no por su terminología, que requiere cierto conocimiento de lingüística para su comprensión cabal. Finalmente, panhispánica parece que también lo es, habida cuenta de la influencia que ciertas variantes del español han tenido en la toma de decisiones y merced a la relativa representatividad de los autores y publicaciones periódicas citados. A quien ha escrito estas líneas le ha parecido una lectura provechosa y muy agradable, en parte por la excelente diagramación y el diseño, en parte porque los textos dedicados a la descripción histórica del sistema ortográfico están muy bien escritos y fundamentados. La Ortografía de la lengua española del 2010 es una obra ambiciosa, que quizá no haya logrado todo lo que se proponía, pero que sin duda merece reconocimiento, especialmente por parte de los profesionales del lenguaje. Bibliografía Aljama, Francisco (2010): «Ortografía de la lengua española: comedia, auto y loa. 3.ª parte: loa», El atisbador. Disponible en <www.atisbador.es/blog/?p=775> [consulta: 25.IV.2011]. Panace@. Vol. XII, n.º 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> Barcia, Pedro Luis (2005): «La lengua en los medios orales de comunicación», Archivo de Noticias Académicas de la Real Academia Española. Disponible en <www.rae.es/rae/gestores/gespub000011. nsf/%28voAnexos%29/arch18BD3C5B18873406C1257185003827 5B/$FILE/Barcia.htm> [consulta: 25.IV.2011]. Bezos, Javier (2008): Tipografía y notaciones científicas. Gijón: Trea. Martínez de Sousa, José (2003): «La “nueva” ortografía académica». Disponible en <www.martinezdesousa.net/nuevaorto-academia.pdf> [consulta: 24.IV.2011]. Martínez de Sousa, José (2005): «El Diccionario panhispánico de dudas, ¿cumple con su deber?». Disponible en <www.martinezdesousa. net/a-dpd.pdf> [consulta: 24.IV.2011]. Martínez de Sousa, José (2007): Manual de estilo de la lengua española, 3.ª ed. Gijón: Trea. Martínez de Sousa, José (2008): Ortografía y ortotipografía del español actual, 2.ª ed. Gijón: Trea. Martínez de Sousa, José (2010): Diccionario de uso de las mayúsculas y minúsculas, 2.ª ed. Gijón: Trea. Martínez de Sousa, José (2011): «La nueva ortografía académica del 2010: cara y dorso». Disponible en <www.martinezdesousa.net/ crit_ole2011.pdf> [consulta: 24.IV.2011]. Pedrosa, Mariano (2010): «El negocio tras la lengua y normas que ignoran la diversidad cultural», Tiempo Argentino (22.XII.2010). Disponible en <http://tiempo.elargentino.com/notas/negocio-traslengua-y-normas-que-ignoran-diversidad-cultural> [consulta: 25.IV.2011]. Panace@. Vol. XII, n.º 32. Primer semestre, 2011 Reseñas Real Academia Española (2001): Diccionario de la lengua española, 22.ª ed. Madrid: Espasa. Real Academia Española (2005): Diccionario panhispánico de dudas. Madrid: Santillana. 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Senz, Silvia (2011): «#finsaqueoRAE: Los porqués de la campaña para que RAE y Asale publiquen bibliografías de las fuentes de sus obras», Addenda et Corrigenda (5.IV.2011). Disponible en <http://addendaetcorrigenda.blogia.com/2011/040501--finsaqueorae-los-porquesde-la-campana-para-que-rae-y-asale-publiquen-bibliogra.php> [consulta: 25.04.2011]. 137 Reseñas <http://tremedica.org/panacea.html> Inmunología para torpes Juan Manuel Igea* Societat Japonesa d’Immunología (2010): Els misteris del sistema immunitari. Com protegeix el nostre cos. Barcelona: Fundación Dr. Antoni Esteve; 75 págs. ISBN: 978-84-938163-0-8. Precio: gratuito. Al ver el formato de este novedoso libro, lleno de vivos colores y de ilustraciones amables, sobre el árido y complicado mundo de la inmunología, me viene a la memoria aquella serie de libros titulada Informática para torpes, ilustrada por el humorista Antonio Fraguas, Forges, y que pretendía hacernos accesibles las habilidades básicas que todos debíamos adquirir en aquellos tiempos no muy lejanos en que la informática empezaba a hacerse omnipresente en nuestras vidas. Y es que a la inmunología le ocurre como a la informática, que empieza a tener el don de la ubicuidad y es muy difícil entenderla sin alguien que nos las explique con paciencia y dedicación. No faltan libros de texto sobre inmunología en español en donde podemos encontrar muy bien expuesto todo lo que necesitamos, pero siempre con un detalle y una profun* didad que exigirían al menos semanas de dedicación para el no iniciado, un tiempo no siempre disponible. Al traductor de textos de medicina le ocurre cada vez con más frecuencia que tiene que enfrentarse a documentos en los que aparecen términos, frases o capítulos enteros en los que se habla de linfocitos T, anticuerpos, receptores celulares, células presentadoras de antígenos, sistema de histocompatibilidad y otros elementos oscuros que muchas veces no entiende, o al menos no en toda su dimensión. Esta presencia creciente de la inmunología en los escritos médicos es fruto de su implicación cada vez más reconocida en casi todos los aspectos de la salud y de la enfermedad. No solo las infecciones, las inmunodeficiencias, las enfermedades alérgicas o las enfermedades autoinmunitarias tienen que ver con las alteraciones del sistema inmunitario, sino que en muchas enfermedades neurológicas, cutáneas, digestivas, renales y de cualquier otro sistema, nuestro sistema inmunitario desempeña un papel más o menos relevante. Se trata de un sistema muy complejo que falla con frecuencia en sus labores de protección del individuo e incluso se transforma en ocasiones en un enemigo mortal. Probablemente todos estos argumentos los ha tenido en cuenta la Sociedad Japonesa de Inmunología para editar con gran acierto, de la mano de la editorial médica Yodosha, una obra accesible, atractiva, hermosamente ilustrada, clara y fácil de entender sobre los fundamentos de la inmunología, idea que ha suscrito con el mismo grado de acierto la Fundación Dr. Antoni Esteve al traducirlo al catalán y ponerlo a disposición de todos de forma gratuita. El libro se dirige en principio a estudiantes de 10-14 años, y de hecho la fundación catalana lo ha ofrecido gratuitamente a escuelas y bibliotecas de su ámbito geográfico para hacerlo llegar a ese colectivo. Pero qué duda cabe de que es una obra perfecta para traductores de material biosanitario que no estén familiarizados con el tema, que no dispongan de demasiado tiempo y que precisen unas bases mínimas para entender cómo funciona este complejo y elaborado sistema. El libro, de tan solo 75 páginas, tiene dos partes. La primera, titulada «La immunitat» (la inmunidad), nos habla de la constitución del sistema inmunitario, cuáles son sus elementos, cómo y dónde se forman y cómo actúan para defendernos de los ataques de los microorganismos hostiles. La segunda parte nos habla de «Les malalties» (las enfermedades) y aborda todas aquellas enfermedades debidas a un fallo del sistema inmunitario. En primer lugar nos da unas pinceladas sobre cómo se producen las enfermedades infecciosas y cómo el sistema inmunitario nos defiende de ellas; pero después nos habla de la desprotección en que a veces nos deja el sistema en las inmunodeficiencias (incluido el sida). A continuación presenta las enfermedades autoinmunitarias y de las enfermedades Alergólogo y traductor médico, Clínica Alergoasma, Salamanca (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. 138 Panace@. Vol. XII, n.º 33. Primer semestre, 2011 Reseñas <http://tremedica.org/panacea.html> alérgicas, ambas de una prevalencia creciente en nuestra sociedad industrializada. En todos los casos el libro hace hincapié en los tratamientos inmunológicos que pueden utilizarse para potenciar nuestras defensas frente a las infecciones, paliar las enfermedades inmunitarias e incluso tratar el cáncer. Pienso que, en vista del amplio tratamiento que realiza el libro de las enfermedades provocadas por el sistema inmunitario, debería haber tenido un título como: El misterio del sistema inmunitario: cómo protege y daña nuestro cuerpo; y es que nuestro imprescindible sistema inmunitario es un arma de doble filo, como ya manifestó hace años el famoso inmunólogo estadounidense Peter Parham (1990) en un decálogo muy ilustrativo de los fallos que presenta el diseño de este sistema. Una de las características más notables del libro son sus ilustraciones. Son obra de una mujer, Tomoko Ishikawa, que dibuja con un aire dulce y sencillo, casi infantil, con vivos colores que parecen imprimir movimiento a las figuras. La dibujante no cae en la tentación fácil y demasiado utilizada de humanizar células, virus y anticuerpos, pero su colorido y sus formas los acercan mucho al lector, como si se tratara de formas familiares. El personaje protagonista es un adolescente que se muestra triste o feliz en función del mensaje que se nos quiera transmitir en el texto, y destaca la presencia continua de pequeños animales (tortugas, gallinas, peces, pero sobre todo gatos) que nos llaman la atención sobre mensajes claves que no debemos olvidar. En definitiva, que el componente gráfico logra convertirse casi en el protagonista fundamental de la obra. Como ya se ha mencionado brevemente, el libro lo editó en un principio la Sociedad de Inmunología Japonesa en japonés, pero la Federación Europea de Sociedades Inmunológicas, para aumentar su difusión, organizó rápidamente su traducción al inglés, versión a partir de la cual se ha editado la versión en catalán que se comenta aquí y que lleva el respaldo de la Sociedad Catalana de Inmunología. La traducción al catalán ha corrido a cargo de Aura Muntasell, Mariona Pascal y Manel Juan, y la ha revisado Marta Pagans, con el resultado de un texto impecable que busca un lenguaje sencillo pero con un respeto admirable por la corrección terminológica. En resumen, un libro útil, alegre y didáctico que puede ser la mejor forma de entender los principios básicos de la inmunología para los que no estén muy versados en ella (sean niños o adultos) y plenamente recomendable para tal fin por su factura gráfica y terminológica inmejorables. Ojalá que la Fundación Dr. Antoni Esteve amplíe este proyecto y edite una versión en castellano de la obra, iniciativa que aumentaría exponencialmente su difusión. Bibliografía Parham. P. (1990): «Some savage cuts in defence», Nature, 344: 709. ¿Quién lo usó por vez primera? Biología molecular M. Gonzalo Claros Díaz Universidad de Málaga (España). Dirección para correspondecia: [email protected] Este término no lo acuñó ni un biólogo, ni un médico, ni un físico, ni un químico, sino un matemático estadounidense: Warren Weaver. Weaver fue escogido para dirigir el departamento de Ciencias Naturales de la Fundación Rockefeller en los Estados Unidos por su interés en el campo de la biología y porque deseaba aplicar a esta disciplina los enfoques y las técnicas físicas y químicas. En 1938, para explicar el programa lanzado por la fundación, que supuso un enorme impulso a las técnicas biofísicas (como el uso de isótopos, la ultracentrifugación o la cristalografía) que ayudaron al desarrollo de esta disciplina, escribió: Among the studies to which the Foundation is giving support is a series in a relatively new field, which may be called molecular biology, in which delicate modern techniques are being used to investigate ever more minute details of certain processes. Más tarde uno de los considerados padres de esta ciencia, sir William Atsbury, decía en el discurso de su cátedra de Estructura Biomolecular: The name molecular biology seems to be passing now into a fairly common usage, and I am glad of that because, though it is unlikely I invented it first, I am fond of it and have long tried to propagate it. Referencia Weaver, W. (1970): «Molecular biology: the origin of the term», Science, 170 (958): 581-582. Panace@. Vol. XII, n.º 32. Primer semestre, 2011 139 Congresos y actividades <http://tremedica.org/panacea.html> VIII Jornadas de Tremédica VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica. Castellón de la Plana (España), 18 y 19 de febrero del 2011 De concreción y densidad en Castellón Tomás Pérez Pazos* Las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica se celebraron el 18 y el 19 de febrero de 2011 en Castellón, aunque el grueso de las hordas traductoriles llegó la noche anterior. La soleada mañana del viernes me reunió con una de las múltiples expediciones de exploradores, que encontró a la primera el edificio de la Universidad Jaume I (UJI), donde se celebraron todas las actividades y en el que los asistentes recibimos una calurosa bienvenida; allí nos encontramos con un trabajo bien pulido por parte de los organizadores, del Máster en Traducción Médico-Sanitaria de la Universidad Jaime I, y unas sonrisas imperturbables. Apenas pasadas las diez de la mañana, con un sol radiante afuera y un despliegue de medios más que suficiente en el interior, tuvo lugar la presentación de las jornadas, a cargo de Vicent Climent (rector de la UJI), Gonzalo Claros (presidente de Tremédica) y Vicent Montalt (director del Máster en Traducción Médico-Sanitaria), que los asistentes acogimos con un aplauso prolongado, manifestando nuestra firme predisposición a dar guerra. Abrimos boca con una disertación de Fernando Navarro, quien nos obsequió con una magnífica e hilarante llamada de atención sobre las nomenclaturas científicas normalizadas, las ventajas y problemas que presentan y las confusiones terminológicas y ortotipográficas que pueden suscitar en los diferentes campos de especialidad en que se aplican, argumento que le permitió incidir en la desmitificación de la precisión de la terminología médica y en los escollos inherentes a la adopción de nuevos términos normalizados que conviven con los tradicionales. Con un ritmo muy medido, gran sentido del humor, unos emoticonos ciclotímicos que cambiaban de color y de expresión en función de los aspectos que el ponente deseaba destacar en cada momento y los muchísimos ejemplos que introdujo de diversos campos científicos, Fernando hizo vibrar al público de tal manera que casi sentimos los afectos de los caretos a lo largo de una conferencia muy constructiva, y no se marchó sin dejarnos con su repaso un buen manojo de recursos, como nos tiene acostumbrados. Tras un comienzo más que prometedor, Dora Sales, Patxi Raga y Marta Sánchez, del grupo CRIT, nos relataron las múltiples experiencias culturales y laborales que se encuentra en su día a día el servicio de interpretación de un hospital: el contacto entre culturas diferentes, las diversas necesidades comunicativas de los actores implicados, el marco de actuación y el papel de intermediario del intérprete sanitario, los malentendidos provocados por el desconocimiento mutuo de los diferentes mundos entrecruzados y las hábiles soluciones aplicadas por los mediadores, como ellos dieron en llamarse. Los asistentes participaron avivando un fervoroso debate, e incluso se resolvió alguna imprecisión en cuanto a la legislación pertinente gracias a los expertos presentes entre el público. Un empujón que invitó a los estudiantes a adentrarse en un apasionante universo laboral y más puntos a favor para el Máster de Traducción MédicoSanitaria de la UJI. A continuación, Bertha Gutiérrez nos deleitó con una charla sobria y completa sobre la revista Panace@, esa majestuosa obra que va haciendo historia pasito a pasito, gracias al trabajo inconmensurable de su equipo y de los briosos colaboradores. Nos transportó a lo largo de un puente colgante ensartado con las bellas palabras de su discurso, un puente que, gracias a su dirección, une los corredores de las facultades habitados por alumnos, profesores y estudiosos de la traducción con los despachos de los expertos en las disciplinas biomédicas analizadas en la revista y los acerca a los habitáculos optimizados de los expertos en la práctica de los plazos imposibles, un puente llamado Panace@. Creo, o quiero recordar, que la ponente también alabó y comentó la edición de la revista, soberbia y cuidada, y que también mencionó las ilustraciones que la ennoblecen, siempre apasionantes. No hay mejor presentación que la de una directora orgullosa, y tan embelesados nos dejó que el público casi enmudeció por primera vez, sin que sirviese de precedente. A la hora anunciada subimos a una deliciosa terraza, donde nos aguardaban unos ágapes y refrigerios servidos con mimo y degustados con gana que nos permitieron recogernos durante un instante entre charlas más personales, favorecidas por una configuración del espacio muy funcional y la ausencia de sillas, condiciones perfectas para los intercambios que allí tuvieron lugar, bañados por un perseverante sol de mediodía. Después de la comida y los cafés, Gustavo Silva presentó con una dilatada y halagadora disertación a la siguiente ponente, María Fernanda Lozano, quien nos relató amplísimamente las diversas fuentes de las que manan las traducciones de la Organización Panamericana de la Salud —donde trabaja como traductora—, los numerosos recursos documentales internos y externos que emplean para traducir los documentos institucionales, la historia de la organización, su relación con la OMS y el propio proceso de traducción. Sorprendentemente, se apoyan con frecuencia en un programa de traducción automática propio y optimizado para los fines de la OPS, cuyo resultado se somete luego a un trabajo de posedición efectuado por un traductor/revisor versado en la herramienta. Fue * Traductor y revisor autónomo de biomedicina, Barcelona (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. 140 Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> precisamente ese punto el que mayor interés provocó entre el público, que se lanzó a cuestionar los resultados obtenidos con la traducción automática y planteó sus dudas sobre las consecuencias a largo plazo de esta práctica y sobre la utilización comercial de los programas de este tipo. Aún conmocionados por las intensas charlas del descanso en los pasillos y las prisas para tomar un estimulante rapidito, volvimos nuevamente al salón de actos para asistir al taller en que Fernando Rico-Villademoros destripó magistralmente la estructura de la introducción de los artículos originales y los errores más frecuentes en la redacción de esta parte fundamental del artículo científico, además de esbozar la estructura general de estos documentos. Tras prepararnos con los datos de rigor, el ponente nos dio la palabra y la libertad para participar en un ejercicio práctico, en el cual descubrimos, mediante la lectura y el debate, los aspectos menos pertinentes de un par de introducciones de artículos que nos ofreció como ejemplo, una oportunidad que aceptamos con gusto. Para rematar la tarde de talleres, Elena Caveda nos ofreció una disertación rigurosa y muy rica en detalles sobre las prácticas de publicación en el ámbito de la salud, las recomendaciones internacionales al respecto y otros datos sobre las publicaciones médicas, como los criterios de autoría de los artículos, los diferentes acuerdos de publicación, las prácticas editoriales y las diversas consideraciones éticas a la hora de redactar estos documentos. No faltó la mención a las normas de Vancouver, a varias guías de publicación y a un puñado de revistas especializadas, y añadió también un bosquejo de la estricta revisión a la que se someten los artículos presentados. La encantadora ponente lo regó todo con un sinfín de recursos y referencias a redes y asociaciones que centran su actividad en la publicación médica, de indudable utilidad a la hora de retomar el tema con más reposo. Al final del día, un merecido vino de honor que nos encontramos nada más salir de la sala dio pie a las diversas tertulias nocturnas que sin duda alguna merodearon por las modestas calles de Castellón. La mañana del sábado comenzó con una presentación en diapositivas de Tremédica que Gonzalo Claros proyectó en el salón de actos a modo de vídeo, a la que un servidor no llegó a asistir. Sin embargo, puedo confirmar que la historia de la asociación y sus objetivos se hacen patentes en el documento que puede consultarse aquí: <http://tinyurl.com/6jbuc68>. Maite Aragonés, luego de dejar en muy buenas manos a Adelia, la bellísima y precoz iniciada en el mundo de los congresos, encandiló a los asistentes durante el rato siguiente con su conferencia sobre la tarea del traductor de patentes, que debe navegar entre varios campos de especialidad para, en muchas ocasiones, ajustarse a una retórica medida y con una intensa carga legal. Un trabajo arduo, cercano a la investigación forense por la riqueza de matices expresivos y las consecuencias de las patentes, que Maite nos ilustró a través de la actividad detectivesca —un elemento retórico que apuntaba ya en el título de su aportación— gracias a los vídeos que enlazaban su discurso. Y todo esto con la compañía omnipresente de su niñita. Un ejemplo de conciliación de su trabajo Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Congresos y actividades de traductora con el trabajo a tiempo completo de madre. Que las meigas os acompañen. Sin descanso que recuerde, nos adentramos en el mundo de las fuentes de documentación biomédica en Internet de la mano de Rafael Aleixandre, profesor del Máster de Traducción Médico-Sanitaria de la UJI, con una afirmación inicial que se me antoja apabullante: la información biomédica disponible se duplica cada cinco años. Partiendo de esa base, nos presentó toda una constelación de fuentes de documentación médica que para los traductores son fundamentales en el día a día y nos reveló la Internet invisible, las bases de datos y las fuentes de información secundarias y terciarias, que los robots no indizan gracias a la aplicación de protocolos de exclusión. Descubrimos los tejemanejes del documentalista científico sumergiéndonos en los sitios web que el ponente nos propuso, y nos recordó asimismo la posibilidad de consultar bases de datos bibliográficas y bases de datos especializadas de diversos ámbitos biomédicos. También nos habló de la Web 2.0 aplicada a la documentación sanitaria, y tuvo la amabilidad de regalarnos unos cuantos operadores informáticos que, sin duda, agilizarán enormemente las búsquedas por la red. Eso sí, algún día pediremos que también se pondere la validez terminológica de las fuentes de documentación ofrecidas, un trabajo ingente. Antes del almuerzo, Juan Antonio Puerto, médico especialista y traductor egregio, nos animó con su taller a pensar en la tarea del revisor de textos biomédicos analizando los errores de traducción más frecuentes hallados en el corpus de textos que él seleccionó, extraído de las prácticas de traducción del máster de la UJI. Desgranó con paciencia la naturaleza de las incorrecciones en las traducciones médicas y destacó áreas diferentes a la puramente terminológica, como las imprecisiones de la traducción, las trampas de los números y signos, las omisiones en la traducción y los errores presentes en el texto original, además de los equivalentes erróneos. A continuación analizó las causas, que en su opinión radican en el desconocimiento temático, el desconocimiento lingüístico, el exceso de preocupación por el estilo y los métodos de traducción defectuosos, no sin aportar sus meditadas soluciones. Y el público, fiel al espíritu reinante durante todas las jornadas, inició una crítica debatida y de gran densidad argumental. Tras la pausa para el avituallamiento se celebró la asamblea anual de Tremédica, de acceso libre para los asistentes a las jornadas, con mucha controversia y tensos debates que continúan impregnando el foro de la asociación, si bien había bastantes ausencias, teniendo en cuenta el número total de afiliados, con un crecimiento prometedor. Y después de la tormenta siempre llega la calma. El movimiento final lo interpretó el diletante médico y traductor especialista en protocolos de ensayos clínicos Pablo Mugüerza, con un discurso frenético sobre la poética de la traducción de estos documentos. Entre risas, anécdotas divertidas y referencias estrambóticas pero bien halladas a diversos personajes de la música y la experimentación médica, nos recordó que los protocolos son normas imprescindibles para ejecutar la investigación e indicó los pasos necesarios 141 Congresos y actividades para entregar una traducción de este tipo de documentos, los actores que deben participar y los requisitos deseados para llevarla a cabo. Finalmente nos estrelló contra la dura realidad espetándonos las condiciones que muchas veces no se cumplen en estos encargos profesionales. A los que acudimos posteriormente a su curso de traducción de protocolos nos pareció apenas un entremés de toda la sustancia que luego masticó y regurgitó para nosotros en Madrid, pero es que uno nunca se cansa de escuchar hablar a Pablo ante la audiencia. Una breve ceremonia con sorteo de libros incluido clausuró las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, encuentro imprescindible para la reflexión y el análisis en el marco de la traducción biomédica, que se vio animado por la interacción de los asistentes en los corredores y áreas de descanso, marcada por saludos calurosos y presentaciones admiradas que saciaron nuestra curiosidad fotográfica, un aliciente que endulza siempre estos eventos. Y por la noche, movidita ya a horas tempranas por una manifestación en contra de la suspensión de la emisión de TV3 en la Comunidad Valenciana, disfrutamos de una cena verdaderamente experimental (¿quién tuvo que preguntar de qué era la crema del entrante?; sé que hubo quien acertó a la primera), pero las emociones que se vivieron durante la velada son ya harina de otro costal. Una celebración de la interdisciplinariedad <http://tremedica.org/panacea.html> encontrarse brevemente esbozado aquí, sí mencionaremos el carácter interdisciplinar de algunas intervenciones: • • • • • • José Antonio de la Riva Fort* Muchas veces olvidamos que la ciencia, por lo que tiene de colectivo, cultural e histórico, no es solo un método para adquirir y estructurar conocimientos, sino también una dinámica social de comunicación, de trasvase, una antorcha que debe pasar de mano en mano para desarrollarse y alcanzar sus fines. El interés por la transmisión del conocimiento es tan importante como la calidad del conocimiento mismo; de ahí que pocas actividades comunicativas estén tan reguladas como la de la ciencia, que, ya se sabe, cuenta con innúmeros manuales de estilo, nomenclaturas, normas de publicación, etcétera. Esta circunstancia, junto con el valor que para la ciencia tiene el lenguaje como vehículo del pensamiento, obliga a considerar un espacio interdisciplinar en que creadores y transmisores del saber alcancen un entendimiento; y es esta interdisciplinariedad lo que aquí nos gustaría celebrar, porque creemos que es un elemento esencial de las Jornadas de Tremédica. Fue sumamente agradable encontrar en las jornadas gente de ciencias de la salud con un genuino interés por la lengua y amplios conocimientos lingüísticos, plenamente capaces de superar la compartimentalización de las materias de estudio que la educación formal suele imponer. Si bien no trataremos el contenido de los talleres y las conferencias, que puede • • • La conferencia inaugural, en que se explicaba la necesidad de que la lengua y los conceptos biológicos y farmacológicos guardasen correspondencia en las nomenclaturas, mostró que la terminología es una disciplina que requiere la difícil conciliación de saberes de materias variadas. La descripción que se hizo de la revista Panace@, que se ocupa de la traducción médica pero también incluye cuentos, y en la que el arte (como puede apreciarse en su último número, por el amplio espacio que se le concede a la obra de Dino Valls) cobra cada vez más importancia, nos remite otra vez a la interdisciplinariedad. El taller sobre la interpretación en el ámbito sanitario nos hizo considerar importantes aspectos culturales en que la antropología debe conjugarse con el lenguaje y la medicina. El taller de redacción de ensayos clínicos, por su parte, sacó a la luz varios puntos de contacto entre la escritura científica y recursos de la retórica lite­ raria. La exposición sobre buenas prácticas de publicación relacionó lenguaje, ética y edición. En el taller sobre traducción institucional suscitó gran interés un programa de traducción automática y pudo verse la estrecha relación que hay entre la informática y la traductología. La conferencia sobre la traducción de patentes abor­ dó las fronteras entre lo legal y lo técnico, y las in­terferencias que genera la superposición de estos planos. El último taller trató precisamente de cómo la aplicación de una disciplina (la documentación) ayuda al ejercicio de otra (la investigación en ciencias mé­ dicas). Finalmente, la conferencia sobre traducción de pro­ tocolos estuvo a cargo de un expositor capaz de to­ mar ideas de la poética musical de Stravinski. Sirva la mención de esta variedad de rasgos interdisciplinares como prueba de que en las jornadas, gracias a la creatividad de personas que saben que se desenvuelven en un entorno mixto de ciencias y letras, se establecen relaciones enriquecedoras —y no solo entre ciencias biomédicas y lenguaje— que echan por tierra los prejuicios de quienes consideran las ciencias de la salud como un ámbito ultrarracionalista y sin vínculo alguno con el mundo de las humanidades. La única razón para el aislamiento de los saberes, aparte de la metodología didáctica, es la incapacidad para relacionar los conceptos. Las jornadas son mixtas e interdisciplinares * Editor de InVivo Proyectos Editoriales y autor de La Traducción In Vitro, Madrid (España). Dirección para correspondencia: es josedelarivafort@ gmail.com. 142 Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> porque la traducción y la redacción médicas también lo son, como lo es la gente que participa como oyente, que en muchos casos se ha cultivado en la medicina pero trabaja como profesional del lenguaje. Quien escribe estas líneas empieza a andar el camino opuesto: de la filología a la medicina. No deja de tener algo de fabuloso encontrar un espacio en que un filólogo puede compartir temas de interés con médicos e investigadores. Las jornadas, que ayudan a derribar el mito de que uno debe formar parte de la legión de las letras o de la de las ciencias, nos animarían a proclamar la abolición de la separación entre una y otra rama. ¿Quién, de entre los participantes en el evento, no guarda o cultiva un vestigio de curiosidad por el otro hemisferio del conocimiento, quién no tiene un interés dormido que despierta en estos terrenos ambiguos? La reconfortante sensación de entenderse con profesionales de otros ámbitos hizo brillar los ojos de mucha gente que no tenía ni idea de que se iba a sentir tan unida, tan cercana, a diferentes especies de redactores y traductores. Esto pudo comprobarse en los entreactos de las conferencias, en los que hubo un clima de gran cordialidad, que hemos descrito anteriormente aquí. El evento nos ha hecho pensar que la perspectiva de contribuir, mediante el estudio del lenguaje, a que la comunicación científica, tanto en la traducción como en la redacción, sea más eficaz puede ser muy estimulante, sobre todo si se trata de una ciencia como la medicina, que tiene un efecto directo en el bienestar de los hombres y está relacionada con otras muchas disciplinas. Cuanto más lejano sea tu origen en el mapa del conocimiento, cuanto más alejada tu rama del árbol de la ciencia, tanta más impresión te causa ver que puedes entenderte con gente de otras latitudes, más placer te provoca ver que todo está relacionado, que tan lejos no estás, que eres capaz de apreciar lo que otros hacen y que los otros son capaces de ver el valor de tu trabajo, y tanto más vertiginoso es el estímulo por aprender lo que el otro sabe, para estar más cerca de esa gente admirable que ha tendido puentes y transgredido fronteras. Esta es la sensación que nos dejaron las jornadas: ganas de celebrar la interdisciplinariedad y la hermosa relación entre la ciencia y el lenguaje, de aprender lo que conoce el que viene de otra rama del saber y, por supuesto, de ponernos a trabajar para hacer que el lenguaje cumpla cada vez mejor su misión de comunicar y hacer que la ciencia sea más ciencia. Congresos y actividades Cuando las palabras se convierten en emociones Gemma Sanza Porcar* Las VIII Jornadas Científicas y Profesionales de Tremédica, celebradas el 18 y 19 de febrero de 2011 en la Universidad Jaime I de Castellón de la Plana (España), nos han servido, en primer lugar, para aprender, es obvio. Pero, por encima de la adquisición de conocimientos, lo más importante ha sido el poder desvirtualizar, ponerles un rostro, una voz y una personalidad a todas las palabras que han ido llegando a nuestros ojos, desde la distancia geográfica y que se han ido introduciendo en nuestros hogares, en nuestro mundo, en nuestras vidas, a través del ciberespacio, ese lugar virtual de encuentro, comunicación y transmisión del conocimiento de los que utilizamos las redes internéticas para el intercambio de la ciencia, la cultura, el entendimiento y, sobre todo, la palabra. Ese espacio virtual, patria fugaz de la condición humana y que engulle y devora todo lo que no sea el simple intercambio de información, desvirtúa o desdibuja en muchas ocasiones lo que somos en esencia, es decir, personas en carne y hueso, con su propio bagaje personal, sus propios sentimientos y vidas, en esencia, emociones contenidas que permanecen en un segundo plano. La palabra, esa unidad lingüística que tan hábilmente utilizan los más doctos, no solo representa la exactitud, la corrección, la precisión y la definición, sino también la reflexión, el intercambio, la profesión, la calidad y la excelencia. La palabra es el vector del consenso necesario de las diversas nomenclaturas que nos mostró Fernando Navarro; la mediación interlingüística e intercultural de Dora Sales, Francisco Raga y Marta Sánchez; el puente colgante, como nexo entre la teoría y la práctica de la traducción biosanitaria, que reivindicó Bertha Gutiérrez; el rigor y la convención de la traducción institucional que nos presentaron M.ª Fernanda Lozano y Gustavo A. Silva; la introducción como sinónimo de síntesis que aprendimos en el taller de Fernando Rico-Villademoros; las buenas prácticas que nos expuso Elena Caveda; la traducción de patentes como labor detectivesca que nos expuso Maite Aragonés; la revisión en el taller de Juan Antonio Puerto; la implicación que nos pidió Gonzalo Claros, y la poesía subyacente a los protocolos que nos recitó Pablo Mugüerza. La palabra, con múltiples significados y contenidos, llena de semántica y discusión y, a su vez, de sentimientos, compañerismo, objetivos comunes, y que, gracias a encuentros como este, acaban convirtiéndose en emociones, pero en emociones de las buenas. * Traductora biomédica, Benicasim (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 143 Congresos y actividades <http://tremedica.org/panacea.html> Agenda Congresos y Reuniones FIT XIX World Congress: “Bridging cultures” Organizado por: Federación Internacional de Traductores (FIT). Lugar: San Francisco (California, EE. UU.). Fecha: 1-4 de agosto del 2011. Información: <www.fit2011.org>. 2nd Cross-Cultural Health Care Conference: “Collaborative and multidisciplinary interventions” Organizado por: University of Hawaii at Manoa. Lugar: Oahu (Hawái, EE. UU.). Fecha: 7 y 8 de octubre del 2011. Información: <www.cchc-conference.com>. IX Jornadas de Traducción y Terminología Organizado por: Centro de Traducción y Terminología (Cetrater), Universidad Nacional de Tucumán. Lugar: San Miguel de Tucumán (Argentina). Fecha: 4-8 de agosto del 2011. Información: <[email protected]>. 2011 AADE Annual Conference Organizado por: American Association of Dental Editors (AADE). Lugar: Las Vegas (Nevada, EE. UU.). Fecha: 8 y 9 de octubre del 2011. Información: <www.dentaleditors.org/annual_conference. aspx>. I Congreso de Traducción e Interpretación en Uruguay: “La traducción: forjadora del pasado, transformadora del presente, constructora del futuro” Organizado por: Colegio de Traductores Públicos del Uruguay. Lugar: Montevideo (Uruguay). Fecha: 9-10 de septiembre del 2011. Información: <www.congresoctpu2011.com>. I Congreso Internacional de Correctores de Textos en Español Organizado por: Fundación Litterae (Argentina), Asociación de Profesionales de la Edición y Corrección (México), Unión de Correctores (España) y Asociación de Correctores de Textos del Perú. Lugar: Buenos Aires (Argentina). Fecha: 14-16 de septiembre 2011. Información: <www.congresocorrectores.org>. 3rd Annual Freelance Translator Virtual Conference Organizado por: ProZ.com. Fecha: 30 de septiembre del 2011. Información: <www.proz.com/conference/250>. 2011 IMIA Annual Conference on Medical Interpreting Organizado por: International Medical Interpreters Association (IMIA). Lugar: Boston (Massachusetts, EE. UU.). Fecha: 30 de septiembre-2 de octubre del 2011. Información: <www.imiaweb.org/conferences/2011conference. asp>. 144 Localization World Silicon Valley 2011 Organizado por: Localization World. Lugar: Santa Clara (California, EE. UU.). Fecha: 10-12 de octubre del 2011. Información: <www.localizationworld.com/lwsv2011/cfp.php>. 7th Annual MET Meeting: “Quality in English translating and editing: from research to practice and back” Organizado por: Mediterranean Editors and Translators (MET). Lugar: Barcelona (España). Fecha: 20-22 de octubre del 2011. Información: <www.metmeetings.org>. AMWA’s 71st Annual Conference Organizado por: American Medical Writers Association (AMWA). Lugar: Jacksonville (Florida, EE. UU.). Fecha: 20-22 de octubre del 2011. Información: <www.amwa.org>. 52nd ATA Annual Conference Organizado por: American Translators Association (ATA). Lugar: Boston (Massachusetts, EE. UU.). Fecha: 26-29 de octubre del 2011. Información: <www.atanet.org/conferencesandseminars/ annual_conference.php>. 2011 International Medical Interpreters Conference: “Client education, everyone’s responsibility” Organizado por: International Medical Interpreters Association (IMIA). Lugar: Boston (Massachusetts, EE. UU.). Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> Congresos y actividades Fecha: 30 de octubre-2 de noviembre del 2011. Información: <www.imiaweb.org/conferences/2011conference. asp>. Lugar: Alderley Park (Cheshire, Reino Unido). Fecha: 15 y 16 de noviembre del 2011. Información: <www.ismpp.org/education/eu_meeting.html>. 33rd EMWA Conference Organizado por: European Medical Writers Association (EMWA). Lugar: Londres (Reino Unido). Fecha: Noviembre del 2011. Información: <www.emwa.org/Conferences.html>. 7th Annual Forum on Strategic Publication Planning “Efficient Publication and Communication Planning in an Evolving Environment” Organizado por: The Center for Business Intelligences (CBI). Lugar: Filadelfia (Pensilvania, EE. UU.). Fecha: 8 y 9 de diciembre del 2011. Información: <www.cbinet.com/conference/pc11184>. 1st Annual European Meeting of ISMPP: “Trends, transparency, and trust: From insights to actions” Organizado por: International Society for Medical Publication Professionals (ISMPP). Cursillos y seminarios Workshop “Statistics for medical writers and editors” Organizado por: American Medical Writers Association (AMWA), Greater Chicago Area Chapter. Lugar: Evanston (Illinois, EE. UU.). Fecha: 29 de julio del 2011. Información: Alice Pappas ([email protected]). De l’escriptori a la tarima: redacció i presentació oral de dades biomèdiques Organizado por: Universidad Pompeu Fabra. Lugar: Barcelona (España). Fecha: 5-16 de septiembre del 2011. Información: <www.upf.edu/estiu/cursos/2011/1489-2011/ presentacio>. Seminar „Die medizinische Fachsprache und ihre Terminologie“ Organizado por: Bundesverband der Dolmetscher und Übersetzer. Lugar: Berlín (Alemania). Fecha: 9 de septiembre del 2011. Información: <www.bdue.de>. Successful medical writing: an intensive, practical course Organizado por: Management Forum. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Lugar: Londres (Reino Unido). Fecha: 28-30 de septiembre del 2011. Información: <www.management-forum.co.uk/ pharmaceutical/eventid/1686>. Seminar „Übersetzen im Bereich Patentwesen“ Organizado por: Bundesverband der Dolmetscher und Übersetzer, Landesverband Nordrhein-Westfalen .(BDÜ NRW) Lugar: Colonia (Alemania). Fecha: 8 de octubre del 2011. Información: <www.bdue-nrw.de>. Medical writing in English Organizado por: Scinopsis. Lugar: París (Francia). Fecha: 14 de octubre del 2011. Información: <www.scinopsis.com/training_courses.php>. Seminar „Die medizinische Fachsprache und ihre Terminologie“ Organizado por: Bundesverband der Dolmetscher und Übersetzer. Lugar: Colonia (Alemania). Fecha: 22 de octubre del 2011. Información: <www.bdue.de>. 145 Congresos y actividades <http://tremedica.org/panacea.html> Cursos de larga duración Curso «Spanish Doctors» (a distancia) Organizado por: Spandoc y Fundación para la Formación de la Organización Médica Colegial. Lugar: Curso en línea. Fecha: Septiembre del 2011-septiembre del 2012 Información: <www.ffomc.org/contenido/cursos/ingles_ medico/contenido/inscripcion.htm>. Máster en Tecnologías de la Información para la Salud Organizado por: Universidad de Alcalá. Lugar: Alcalá de Henares (Madrid, España). Fecha: Octubre del 2011-octubre del 2012. Información: <www.uah.es/estudios/postgrado/programa. asp?CdPlan=M062>. Máster en Comunicación de Nutrición y Salud Organizado por: Unidad Editorial y Universidad de San Pablo CEU. Lugar: Madrid (España). Fecha: Octubre del 2011-octubre del 2012. Información: <www.postgrado.uspceu.es/pages/ comunicacion_nutricion/presentacion.html?ID_M=8>. Máster oficial en Traducción Médico-Sanitaria (en línea) Organizado por: Universidad Jaime I. Lugar: Curso en línea. Fecha: Octubre del 2011-septiembre del 2012. Información: <www.tradmed.uji.es/master/seccio. php?idseccio=10>. 146 Máster en Traducción Científico-Técnica Organizado por: Universidad Pompeu Fabra. Lugar: Barcelona (España). Fecha: Octubre del 2011- junio del 2012. Información: <www.idec.upf.edu/master-en-traduccioncientificotecnica>. Máster en Periodismo y Comunicación de la Ciencia, la Tecnología y el Medio Ambiente Organizado por: Universidad Carlos III. Lugar: Madrid (España). Fecha: Octubre del 2011-junio del 2012. Información: <www.masterperiodismocientifico.org/ presenta.html>. Máster universitario en Comunicación Intercultural, Interpretación y Traducción en los Servicios Públicos Organizado por: Universidad de Alcalá. Lugar: Alcalá de Henares (Madrid, España). Fecha: Octubre del 2011- junio del 2012. Información: <http://www2.uah.es/traduccion/formacion/ master_oficial_POP.html>. Máster en Comunicación Científica, Médica y Ambiental Organizado por: Universidad Pompeu Fabra. Lugar: Barcelona (España). Fecha: Febrero del 2012-diciembre del 2012. Información: <www.idec.upf.edu/master-en-comunicacioncientifica-medica-y-ambiental>. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Semblanzas <http://tremedica.org/panacea.html> Valentín García Yebra (1917-2010): adiós al maestro Pollux Hernúñez* Con sus furiosos coletazos finales el otoño se llevó entre sus últimas hojas —en el momento en que cerrábamos nuestro número anterior—, a Valentín García Yebra, filólogo, catedrá­ tico de griego, académico de la lengua y, ante todo, traductor y maestro de traductores.1 Amante como era de la naturaleza, del ineluctable compás de sus ciclos, de sus pájaros, de sus flores y de sus árboles, se fue como vivió, en armonía con el ritmo de las cosas y de los días. En Panace@ sentimos profundamente la pérdida que su­ pone para la traducción la desaparición de un hombre como él, aunque, para consolarnos y poniéndonos pedantes, podríamos decir, con su admirado Virgilio, Sic sic iuuat ire sub umbras,2 al contemplar la plenitud de su vida y la magnitud de su obra, o ampararnos en el manido cliché de que no ha muerto del todo, ya que, como el recio ramaje del árbol de su apellido (gustaba de explicar que yebra es el nombre celta del tejo de su tierra), su doctrina reverdece vigorosa en los miles y miles de traductores que aprendieron algo en sus clases o en sus libros y se lo transmiten a otros en las innúmeras traducciones que se hacen cada día en nuestra lengua. En el prólogo a uno de sus últimos libros,3 citaba don Valentín estos versos «anónimos, con reminiscencias helé­ nicas»: El don de la palabra es lo más grande. Lo que define al hombre no es la bipedidad ni el ser implume. Lo que define al hombre es la palabra. Pudorosísimo como era, ocultaba así que esos versos eran suyos (de joven escribió muchos) y, nuevo Diógenes, se atrevía en ellos a contradecir a Platón, convencido de que el hombre es sobre todo palabra, como demostraría con creces dedicando su vida a la lengua, a aprenderla, a entenderla, a enseñarla, a pulirla, a enriquecerla con el caudal renovador de muchas otras. Podríamos extendernos largamente sobre su valiosa aportación a las diversas manifestaciones de la lengua, dentro y fuera de la Academia, pero aquí solo deseamos dejar cons­ tancia de su faceta de traductor y de teórico de la traducción.4 En cuanto a lo primero, recordemos que García Yebra practicó la traducción, de media docena de lenguas, durante casi setenta años. Empezó con la Medea,5 de Séneca, en 1940 y vertería otras obras del latín, como la Guerra de las Galias,6 de César, o el Pro Marcello7 y el De amicitia,8 de Cicerón. Del griego cabe destacar sus monumentales ediciones trilingües de la Metafísica9 y la Poética,10 de Aristóteles. Del francés tra­ dujo los seis volúmenes de una obra crítica capital en los años 1950-1970, Literatura del siglo xx y cristianismo,11 de Moeller, y otras de menor envergadura, como El realismo metódico,12 de Gilson, y la Filosofía del ser,13 de De Raeymaeker. Del portugués destaquemos la Teoría de la literatura,14 de Aguiar e Silva, y del italiano, Religiosidad popular en la Alta Edad Media,15 de Oronzo Giordano. Del alemán fue su primera obra publicada, El velo de Verónica,16 de Gertrud von Le Fort, a la que siguieron otras novelas, pero también filosofía, como Virgilio, padre de Occidente17 o La joroba de Kierkegaard,18 de Haecker, y de filología, como Lingüística griega,19 de Brandenstein, o Sobre los diferentes métodos de traducir,20 de Schleiermacher. Como redactor de la sección extranjera de la revista Arbor, tradujo además numerosos artículos del alemán, del francés, del inglés, del portugués y del italiano. Como teórico de la traducción García Yebra realizó una la­ bor de auténtico fundador en nuestra lengua, y no solo porque disertara muy acertadamente sobre los principios por los que se debe regir el acto de traducir, sino porque, como traductor experimentado (empezó a teorizar cuando ya había traducido muchos miles de páginas), no entendió la teoría sin práctica ni la práctica sin teoría. Como lo atestiguan sus seminales obras Teoría y práctica de la traducción,21 En torno a la traducción. Teoría. Crítica. Historia,22 Traducción y enriquecimiento de la lengua del traductor,23 Traducción: historia y teoría24 y más de un centenar de artículos,25 ambos fenómenos son para él inseparables e interdependientes. Para García Yebra no se puede hablar de traducción in abstracto, pues se trata de un hecho esencialmente lingüís­ tico, y su praxis es un oficio artesanal en el que cada frase es intrínsecamente un aserto teórico. La formación del traductor reside en el trabajo continuo —«se hace sobre todo traducien­ do»— y su excelencia en la posesión de tres conocimientos fundamentales: «el de la lengua original, el de la lengua a la que se traduce y el del tema tratado», a lo que cabe añadir una especie de sexto sentido, la intuición. Formulada ya en la primera edición de la Metafísica, su conocida regla de oro rezaba: «Una traducción debe decir todo lo que dice el origi­ nal, no decir nada que el original no diga y decirlo todo con la corrección y la naturalidad que permita la lengua a la que se traduce».26 Con el tiempo vino a resumirla en este dístico: No omitir, no añadir, no adulterar. Decirlo todo lo mejor posible. Convencido de que la traducción es parte esencial de la cultura de los pueblos, concluye que la misión del traductor debe ser transmitirla fielmente. Su guía ha de ser el rigor cien­ tífico, el fino discernimiento, la escrupulosidad en la expre­ sión y la pulcritud de estilo. Maestro en el uso de la lengua correcta y pulida, quiere que esa lengua, la que respeta las normas y evita la afectación, sea la de la traducción. Y no desdeña la función creativa del traductor, a quien reconoce la legitimidad del neologismo. * Servicio de Traducción de la Comisión Europea, Bruselas (Bélgica). Dirección para correspondencia: [email protected]. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 147 Semblanzas García Yebra defendió estas ideas con tesón. Gracias a su empeño se creó en la Universidad Complutense de Madrid el Instituto Universitario de Lenguas Modernas y Traductores —en el que se realizaron los primeros estudios académicos de traducción en España—; gracias a su esfuerzo se difundieron en España obras señeras de la traductología y la traducción;27 gracias a su trabajo la traducción entró en la RAE por la puerta grande; gracias a su lucha se empezó a considerar la traducción una disciplina respetable: fue uno de los prime­ ros defensores de los derechos del traductor, es decir el de su reconocimiento y valoración sociales y el de su remuneración adecuada. Y, conferenciante infatigable, leyó ponencias y di­ rigió seminarios y talleres en muchas universidades y otros foros españoles y extranjeros. Se le reconocieron todos estos méritos con varios galardo­ nes, como la Medalla de Oro de la Cultura (1996), el Premio Nacional de Traducción por el conjunto de su obra (1998), el Castilla y León de Ciencias Sociales y Humanidades (2007) y el doctorado honoris causa de la Universidad de Atenas. Sirvan estas líneas como modesto homenaje a la memoria de aquel maestro y caballero al que todos los profesionales de la traducción le estaremos siempre agradecidos. En nuestro caso particular por varios motivos, pues, además de su inusita­ do interés y preocupación por el lenguaje científico y técnico —siendo como era un traductor eminentemente literario—, fue miembro del consejo asesor de Panace@, donde colaboró en varias ocasiones,28 fue vocal de la Comisión de Traducciones de la Academia Norteamericana de la Lengua Española, co­ dirigió el Manual de documentación y terminología para la traducción especializada29 y, en sus principales publicaciones y actividades relacionadas, siempre tuvo en cuenta la traduc­ ción especializada. Tampoco olvidaremos al hombre correctísimo, cortés, no­ ble, machadianamente bueno. Se le queda a uno un vacío muy grande cuando desaparece alguien como él, verdaderamente irremplazable. Un hombre de palabra.30 Notas 1. 28.IV.1917, Lombillo de los Barrios (el Bierzo, León)-13.XII.2010, Madrid. 2. Eneida, IV, 660. 3. El buen uso de las palabras (1982), Gredos. 4. Señalemos, no obstante, su asiduo trabajo en la Comisión de Consultas (que contesta a dudas sobre el uso de la lengua), en la de Ciencias 148 <http://tremedica.org/panacea.html> Humanas (que revisa las voces del DRAE relacionadas con este sector lingüístico) y en la de Gramática (que preparó la NGLE), y sus obras Claudicación en el uso de preposiciones (1988, Gredos) o Diccionario de galicismos prosódicos y morfológicos (1999, Gredos). 5. 1964, 2001³, Gredos. Solía contar que estuvo a punto de arrojar el manuscrito a una papelera al salir de la editorial en la que, tras semanas de espera, le acababan de decir que aquello no interesaría a nadie. 6. 1945/1946, Gredos; 1968², Bruguera. 7. 1946, Gredos. 8. 1947, Gredos. 9. 1970, 1982², Gredos. Premiada por el CSIC. 10. 1974, Gredos. 11. I: 1955, 19788; II: 1955, 19726; III: 1957, 19745; IV: 1960, 19734; V: 1975, 1978²; VI: 1995; Gredos. Galardonada en 1964 con un importante premio del Gobierno belga. 12. 1950, Rialp; 1997², Encuentro. 13. 1954, Gredos. 14. 1972, 200513, Gredos. 15. 1983, 1995², Gredos. 16. 1944, Afrodisio Aguado. 17. 1947, Epesa. 18. 1948, Epesa. 19. 1965, Gredos. 20. 1978, 343-392 en Filología moderna, 63/64; 2000², Gredos. 21. 1982, 1997³, Gredos. Premiada por la RAE, esta obra contribuyó al nombramiento de su autor como miembro de número de la Academia en 1984. 22. 1983, 1989², Gredos. 23. 1985, 2004², Gredos (discurso de entrada en la RAE). 24. 1994, Gredos. 25. Algunos recogidos en Experiencias de un traductor (2006), Gredos. 26. Prólogo, p. XL. 27. En junio de 1944, antes de licenciarse, fundó con tres amigos la editorial Gredos, de referencia ineludible en el campo de la traducción, la traductología, la didáctica de la traducción y la filología en nuestra lengua. 28. Vol. 2, n.° 5: Sobre la formación de términos técnicos; Vol. 4, n.° 12: Cien borrones prosódicos en la terminología científica española; Vol. 5, n.° 15: Suido: un término científico mal acentuado; Vol. 6, n.° 21-22: El Quijote y la traducción. 29. 2004, Arco/Libros. 30. Estas líneas se basan en gran medida en las publicadas previamente en Puntoycoma (2011), 121: 28-30, con cuya autorización las retomamos aquí. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Semblanzas <http://tremedica.org/panacea.html> Estanislao Lluesma Uranga: médico, profesor, traductor y hombre de letras Estanislao Lluesma Goñalóns y Cristina Márquez Arroyo La intención de esta semblanza es dar a conocer breve­ mente la obra del Estanislao Lluesma Uranga, médico español exiliado en Argentina, que no solo fue un prolífico autor de li­ bros y artículos en cuatro idiomas, sino también un destacado lexicógrafo y traductor médico. Su hijo, Estanislao Lluesma Goñalóns, ofrece en primer lugar una semblanza personal, que también es un homenaje a su padre. A continuación, Cristina Márquez, se ocupa de su faceta como traductor médico. Mi padre, Estanislao Lluesma Uranga Estanislao Lluesma Goñalóns* Este breve resumen tiene como objeto presentar los an­ tecedentes, la formación y la forma de pensar con que fue educado mi padre, el doctor Estanislao Lluesma Uranga. Fue hijo de María Luisa Uranga Vicente y Estanislao Lluesma García, gobernador de la Guinea Española en África y médico de la Armada española, que entre sus pacientes con­ taba con la infanta Isabel de Borbón y el rey Alfonso XIII. Entre muchos otros méritos, mi abuelo recibió la Medalla al Reconocimiento Francés por su gestión con los prisioneros enfermos en Alemania durante la Primera Guerra Mundial y tuvo el extraño honor de haber sido condenado a muerte dos veces en su vida, a causa de sus ideales republicanos, en la España del siglo pasado. Mi padre nació en Buenos Aires el 2 de mayo de 1909, durante una residencia de perfeccionamiento médico que mi abuelo estaba realizando en esta ciudad porteña. A los pocos meses de nacer, la familia Lluesma vuelve a España con mi padre, donde este vivirá hasta su exilio en 1939. Durante su niñez y adolescencia fue un joven sumamente estudioso que logró los honores más altos en todas las instituciones de ense­ ñanza a las que asistió. A los catorce años ya era alférez de la Armada española. En 1924 comenzó sus estudios de Medicina, cuya licen­ ciatura completó con matrícula de honor y premio extraordi­ nario. En 1931, con sólo 21 años de edad, obtiuvo su título de médico con la calificación de sobresaliente y la medalla de honor. Finalizó el doctorado en octubre 1932 y recibió el Premio Sarabia Pardo por su tesis, publicada con el título Apendicitis infantil. En septiembre de 1932 accedió al cargo de jefe de clínica de la 2.ª cátedra de Patología y Clínica Quirúrgica de la Facultad de Medicina de Madrid, rentado y por oposición. En 1933 recibió una beca de la Junta de Ampliación de Estudios para perfeccionar durante dos años sus estudios de fisiopatología del sistema neurovegetativo y cirugía de las arterias y de la angina de pecho. Por tal motivo se trasladó sucesivamente a Heidelberg, Fráncfort, París, Milán y Rumanía. En octubre de 1933, encontrándose en París, asistió al Congreso sobre Cirugía Estética en re­ presentación de España. En enero de 1934, invitado por el presidente de la Asociación Docente, el doctor I. Nicolau, de Bucarest, inauguró las jornadas de actualización médi­ ca, organizadas por la Asociación Médica de la Facultad de Medicina de Rumanía. Participó como único médico extran­ jero con una conferencia sobre «Fisiología y patología del sistema neurovegetativo». En marzo de 1934, Gregorio Marañón (de quien mi pa­ dre había sido discípulo) y el entonces ministro de Salud de Rumanía elevan al Estado español una petición para ampliar la beca por otros cinco meses, con el auspicio del doctor Danielopolu, director de clínica de la Facultad de Medicina de Bucarest. En esa misma carta destacan que Estanislao ha dedicado tiempo extra para enseñar español a profesionales e investigadores que desean conocer mejor el devenir de las ciencias médicas españolas. Ya entonces mostraba una nota­ ble inclinación al estudio de idiomas, para lo que contaba tam­ bién con una extraordinaria facilidad. Influido por su entorno * Profesor de filosofía, Canet d’En Berenguer (Valencia, España). Dirección para correspondencia: [email protected]. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 149 Semblanzas familiar, continúa sus estudios de alemán, francés, inglés y rumano y desarrolla igualmente un interés especial por las le­ tras, la música clásica y la poesía. Esta sensibilidad especial fue quizás lo que más lo marcó e hirió durante toda su vida, pero también lo que le llevó a ser un excelente profesional y hombre de bien. En los trabajos de investigación que realiza durante su estancia en Rumania colaboran con él los doctores Dimitriu Marcu y Ana Aslán. Con esta última, reconocida científica por su contribución a la geriatría y la gerontología, manten­ drá una estrecha amistad hasta el final de su vida. Pero, ade­ más, durante su época en Rumanía comparte muchos mo­ mentos importantes con el poeta Jorge Guillén. Esta amistad y la que mantuvo con otros escritores en largas tertulias le estimularon aún más su ya innata facilidad para la narrativa y la poesía, actividades que desarrolló a lo largo de su vida; publicó incluso cuatro libros de poemas. Antes de marcharse definitivamente de Rumanía fue con­ decorado por el rey con la insignia-collar de comendador de la Orden de la Corona de Rumanía en reconocimiento a su gestión en ese país. Un honor que ya en plena guerra tuvo la honestidad de devolver, pues lo consideró inadecuado. En junio de 1936, al iniciarse la Guerra Civil española, es desig­ nado jefe del equipo quirúrgico del Hospital de Clínicas de Madrid (San Carlos), cargo que desempeñaría hasta diciem­ bre de 1936, cuando el Gobierno de la República le nombra director del Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina de San Carlos. Dimite de ese cargo en abril de 1937, cuando, como la mayoría de los funcionarios republicanos, debe partir hacia Valencia, donde se había establecido el Gobierno de la República. En mayo consigue por concurso el puesto de jefe de trabajos prácticos de la cátedra de Terapéutica Quirúrgica de la Facultad de Medicina de Valencia. Y a partir de agosto de ese año y hasta marzo de 1939 desempeñará el cargo de cirujano jefe de equipo móvil en los Hospitales Militares de Totana (Murcia), Foyos (Valencia), Aguilar de Alfambra (Teruel), Pertusa (Huesca) y Cofrentes (Valencia). Al mismo tiempo se incorpora a la Sanidad de Carabineros, donde tendrá las su­ cesivas categorías de teniente, capitán y comandante. Durante la contienda se desempeñó en las distintas unidades militares (19.º Tercio de la Guardia Nacional Republicana, 4.º Tercio de la Guardia Nacional Republicana, 2.ª Brigada Mixta, XVII Cuerpo de Ejército, Ejército de Maniobra, 211, Brigada Mixta, Ejército del Este, Ejército de Levante y Comandancia de Sanidad de Valencia). En esas fechas se entera de que su padre ha sido apre­ sado y condenado en Madrid y de que a él lo están bus­ cando con igual destino. Comienza sus gestiones para po­ der exiliarse y logra escapar gracias a la ayuda de uno de sus primos, que primero lo esconde y luego lo traslada en un camión de su propiedad desde Sagunto hasta Gandía. Consigue allí embarcarlo en el buque Galatea con rumbo a Francia. Luego sabríamos que ese sería el último viaje antes de que bombardearan el barco. En el momento de subir al Galatea, las fuerzas franquistas llegan a buscarlo y, gracias a Barbara Wood, una brigadista internacional de origen inglés que declara ser su mujer, logra salir del puer­ 150 <http://tremedica.org/panacea.html> to. Este terrible experiencia y la incertidumbre de no saber si lo ejecutarían o no lo marcó de tal modo que posible­ mente se convirtiera en uno de los motivos por los cuales no volvió nunca a su querida España. Se instala en el campo de refugiados de la Dordogne, don­ de continúa con su tarea ya no profesional, sino humanitaria, y mantiene sus ideales republicanos, buscando y ayudando a todos sus amigos y enviando noticias a familiares de personas que compartían principios e ideales, como consta en diversos documentos que poseo. Entre tanto, su madre había logrado escapar con destino a Marsella primero y a Buenos Aires des­ pués, donde movería cielo y tierra hasta conseguir hacer valer su nacimiento en esa ciudad para obtener para él un pasaporte que le permitió finalmente abandonar el campo de refugiados francés. Se embarcó en el Formose rumbo a Sudamérica, y en Buenos Aires, la ciudad que lo vio nacer, comienzó su nue­ va vida de exiliado. Revalidó en 1940 su título de doctor en Medicina en la Universidad de La Plata, con el apoyo de su amigo Luis Jiménez de Asúa, quien se desempeñaba en esa universidad y sería más tarde presidente de la República Española en el exilio. Aunque extrañaba su país y consi­ deró la posibilidad de irse a Inglaterra, donde estaría más cerca de los suyos, finalmente decidió no marcharse, po­ siblemente porque en ese momento se produjo la muerte de su padre. De modo que continuó su carrera médica en Buenos Aires, donde se dio tiempo también para publicar trabajos científicos, sin olvidarse de la poesía: publicó va­ rios libros de poemas que le permitían decir todas aquellas cosas que oprimían su sentir humano. Como docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, publicó su Diccionario de medicina, único en su género en ese momento. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Semblanzas <http://tremedica.org/panacea.html> Fue designado para diversos cargos médicos, entre los que destaca el de presidente de la Sociedad Argentina de Angiología, fue presidente en varios congresos internacio­ nales de medicina y profesor de la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano, pero, influido por sus amigos jueces y abo­ gados, se gradúó como médico legista y forense e incluso se inscribió en la Facultad de Derecho, en la que obtuvo el título de abogado en 1967. Es imposible olvidar las noches de estu­ dio que pasaba en casa, escuchando siempre música clásica o española, que seguía siendo su motor de inspiración. Falleció en 1968, cuando estaba valorando comenzar a estudiar un profesorado de guitarra, para poder tocar flamenco... Entre sus publicaciones se incluyen más de cien trabajos sobre medicina, tres libros de poemas, un par de obras de tea­ tro y varias milongas y tangos. Estos últimos, arrastrado por un reconocido bandoneonista argentino, Ernesto Baffa, resi­ dente en el servicio de urgencias de los miércoles del Hospital Piñeiro, donde mi padre se desempeñó como jefe de guardia durante muchos años. Fue un médico extraordinario, un escritor fecundo, un es­ pañol ejemplar y, por encima de todo, un hombre de bien. ¡Gracias, padre! Al título completo, Obras médico-químicas o paradojas del muy noble, ilustre y erudito Filósofo y Médico Aureolus Filippus Teofrasto Bombasto de Hohenheim, llamado Paracelso, le sigue una «Nota del traductor» que nos pone frente a la envergadura de la obra: Este título es el del primer tomo de la edición ale­ mana de 1599 y de las ediciones latinas de 1603 y 1658. Originalmente contenía el «Liber Paramirum» sobre el Arte de la Medicina —que incluía dos tomos— y el Libro de la Generación de las Cosas Sensibles. El pri­ mero de los libros paramíricos, el de la generación de las cosas sensibles y los tres últimos capítulos del V Tratado del segundo libro paramírico, se han perdido. En la ac­ tual edición, primera traducción castellana, incluimos, pues, los cuatro primeros Tratados del 2º «Paramirum», los dos primeros capítulos del V Tratado, el «Libro de los Prólogos» y el de las «Entidades», aparecidos estos dos últimos por primera vez en la edición alemana de Estrasburgo, de 1575. A pesar de sus lagunas y arbitrariedades interpre­ tativas, la edición más completa sigue siendo la de Paltemus, de 1603, en latín, que ha sido y es, por otra parte, la más constantemente consultada y referida por los sucesivos traductores, comentaristas y exégetas. Sobre ella; sobre notas de la de Forberger y siguiendo la línea de concepto —no de texto, pues la haría a me­ nudo incomprensible en castellano— de la traducción francesa de 1912, de Grillot de Givry, hemos llevado a cabo desde estas tierras de América la primera edición castellana, que en este punto empieza. Estanislao Lluesma Uranga y la traducción médica Cristina Márquez Arroyo** La contribución de Estanislao Lluesma Uranga al mun­ do de la traducción médica es extraordinaria, en cuanto que es el autor de la única traducción al español de las obras completas de Paracelso (Opera omnia). La firma como académico correspondiente de la Academia Nacional de Medicina de Madrid, y el libro lo publica en Buenos Aires, en 1945, la Editorial Schapire. El hecho de que también tradujera el Catecismo alquímico nos hace pensar que se dedicó de lleno al estudio de la personalidad y la trayec­ toria de este sorprendente galeno del siglo xvi, que fue también filósofo y pensador y que revolucionó la medicina rompiendo con la medicina tradicional vigente hasta en­ tonces. ** Traductora científico técnica, Nueva York (Estados Unidos). Dirección para correspondencia: [email protected]. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 151 Semblanzas <http://tremedica.org/panacea.html> podrán identificarse. En ella se muestra como un genui­ no traductor, consciente de la tarea que le espera ante una obra trascendental como aquella a la que se está enfrentan­ do y preocupado por la fidelidad al autor, el uso correcto del castellano y la recreación del estilo para conservar «el sabor» del texto y la época del original. En sus propias palabras: A modo de prólogo, Lluesma Uranga nos presenta a su personaje con una narrativa que atrapa al lector des­ de su «Estudio preliminar», que ocupa doce páginas y él divide en cinco secciones: «El actor», «La obra», «La época», «Los contemporáneos» y «La posteridad». En la primera, con pinceladas magistrales y utilizando incluso estilo novelado, nos presenta una imagen casi fotográfica de Paracelso. A través de ese relato vemos a un hombre apasionado, adelantado a su época, inquieto y desafiante que recorre el mundo en pos del conocimiento de la cien­ cia, que él considera universal y no limitado a una sola ciudad o un solo país. En las dos secciones siguientes, Lluesma Uranga analiza la obra y el entorno del revolucionario alemán. En la cuarta sección presenta su propio análisis de las controversias que tan singular personaje dejó a su paso. Demuestra aquí un conocimiento profundo de la evolución del pensamiento y el legado paracélsico a través de cuatro siglos, y también su identificación con los ideales que ese legado representa. Buena muestra de ello es su oposición a algunas opiniones, como la de Charles Daremberg, el médico francés autor de la Histoire des sciences médicales: según Jean Cruveilhier, el destacado anatomista francés, Paracelso había sido «uno de esos innovadores que, a través de todos los obstáculos, se lanzan por encima de mil quimeras y mil ensueños a la con­ quista de un nuevo ideal [...]». Daremberg, que consideraba a Paracelso alemán y por lo tanto enemigo, no puede refutar esa opinión, pero igual afirma que «jamás se ha visto que las quimeras y los sueños conduzcan a nada». Lluesma Uranga cita esta frase de Daremberg, pero la completa con un «lo cual, sobre desvirtuar el texto, es humanamente inexacto y afectivamente injusto y lamentable». Finalmente, como broche de oro del estudio prelimi­ nar, incluye una sección titulada «Solo ante ti, lector...», con la que, posiblemente, muchos lectores de Panace@ 152 Después de lo que antecede, el traductor de esta primera edición castellana, se te acerca, lector, con la emoción de quien deposita ante un amigo amable y bien sintonizado por su interés y su espiritualidad, una joya antigua de complicado engarce y rara be­ lleza. Toda nuestra obsesión ha sido respetar la integri­ dad total del detalle y la extensión del texto, a des­ pecho de sus reiteraciones y complejidades, que son también el color del estilo con que fue creado. Pero, además, luchar página a página con su enrevesamiento expresivo e idiomático, intentando que su enunciado pase a un castellano conexo y comprensible, lo que, en honor a la verdad, creemos haber conseguido en casi todos los pasajes. Una autora de exquisita sensibilidad y agudo juicio ha dicho recientemente que las traducciones se parecen a las mujeres en que no pueden admitirse más que ab­ solutamente fieles o tan bellas, que hagan perdonar y olvidar sus pequeños deslices. Declararemos que nuestra ambición ha sido aquí, lo­ grar y confundir estas dos virtudes; belleza y exactitud. Amar lo que nos es amable, resulta nuevamente un afo­ rismo imprescindible. Por lo demás, el castellano empleado ha sido, de­ liberadamente, un poco arcaico en la sintaxis, aunque con absoluta modernidad prosódica. Creemos haber contribuido así a conservar el «sabor» del texto y de la época. Hay, no obstante, algunas adiciones e innovaciones que debemos declarar. Las más importantes se refieren a la agrupación de las dedicatorias al comienzo de la obra en conjunto y la subtitulación de los capítulos —que Paracelso marcaba con una simple cifra con números romanos— por breves leyendas alusivas al contenido de cada paréntesis, redactadas bajo la idea de hacer más directo y ligero el trabajo del lector. Las demás pequeñas cosas que han podido ir sur­ giendo, van señaladas al pie de las páginas, junto con las notas que nos ha parecido interesante recopilar. Por último, hemos incluido entre pequeños parén­ tesis, después de las palabras o ideas dudosas o de va­ ria interpretación, la palabra latina, copiando —aun­ que no siguiendo siempre— la línea de la traducción francesa. Y ahora, previo el reconocimiento que la amistad, la cortesía y la justicia nos hacen rendir al notable es­ fuerzo del editor, ha llegado el momento en que hemos de callar. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Semblanzas <http://tremedica.org/panacea.html> En adelante, serás tú, lector, quien haga el gasto apreciativo: ante él te dejo con faz risueñamente inquie­ ta y mente madura de curioso interés. Buenos Aires, enero de 1945. E. Lluesma-Uranga Lluesma no es exactamente el traductor invisible, y una de las riquezas de esta traducción (en mi opinión) son las 200 notas al pie de página que menciona como «algunas adiciones» y él utiliza para ampliar conceptos, explicar opciones de traducción, o comparar su propia versión con las realizadas en otros idiomas. Por ejemplo: Libro de las entidades Primer libro pagano (Pagoyum) acerca de las enti- Dado que toda cosa, por más que sea perfecta en sí misma, puede transformarse en venenosa o bien persis­ tir en su carácter saludable y benéfico bajo la influen­ cia de las demás de su ambiente, tenemos que convenir en que Dios ha creado y permitido la existencia de un Alquimista con tal habilidad que pueda llegar a discer­ nir perfectamente el veneno contenido en las cosas extrañas16 del alimento adecuado para el cuerpo. El traductor francés dice: contenido “dans son étui” (en su estuche); el latín emplea “vidulum”; y el alemán, “in sein Sact”. La expresión castellana creemos que va más acorde con el giro del pensamiento expresado. 16 Opus paramirum, libro III. Acerca de las enfermedades producidas por el tártaro dades morbosas [Página 157] Tratado de la entidad de los astros sobre los cuerpos inferiores (De Ente Astrorum) Sabed también que todo lo que se endurece (arescit) contiene en sí mismo un excremento y que lo que se disgrega o separa (secedit) es un alimento privado acci­ dentalmente del cuerpo. Los que trabajan con maderas saben obtener de ellas la resina77, los que separan hier­ bas conocen la elaboración del alabastro (alabastrum) y así sucesivamente. Capítulo quinto (Razón de la diversidad de las formas) [Página 41] Haremos ahora algunos comentarios acerca de la ha­ bilidad o la aptitud que son discernidas a los cuerpos. Hasta aquí, y según los estudios a los que particularmente os habéis dedicado, llegasteis a la conclusión de que to­ das las propiedades y virtudes nos vienen de los astros: fortuna e industria, arte y erudición, fuerza y riqueza..., por más que unas y otras nos alcancen en desigual medi­ da. Nosotros vamos a destruir estos postulados, dando la siguiente interpretación: La suerte proviene del trabajo11 y éste de la calidad del espíritu. Quiere decir que cada hombre resultará hábil y afortunado para tal o cual cosa en la medida de su genio y de su espíritu, con todo lo cual podrá alcanzar finalmente la riqueza (fortunatus). 11 La traducción francesa emplea fortuna en vez de suer­ te, e industria en vez de trabajo. En castellano creemos que la frase y el sentido de la misma son más correctos como lo hemos expresado. Segundo libro pagano (Pagoyum) acerca de las en- tidades morbosas Tratado de la entidad del veneno (De Ente Veneni) Capítulo tercero (Sobre la sabiduría divina de los médi­ cos alquimistas) [Página 48] Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Hemos traducido “resinas” por la palabra “Duelech” que aparece en el texto original alemán. Según los traducto­ res y comentaristas latinos (Toxites, Dorn y Roch le Baillif) el “Duelech” sería una especie de tártaro que se encuentra en el hombre bajo la forma de piedra esponjosa, porosa o arenisca, capaz de determinar numerosos dolores y peligros. Van Helmont empleó el término “Duelech” en su tratado so­ bre la litiasis, aunque en otro sentido. Sea como fuere y te­ niendo en cuenta el giro del lenguaje figurado de Paracelso en ese párrafo “referido a la madera”, hemos creído que la idea de excrecencia rezumante vegetal podría referirse con mayor corrección, dentro de la afinidad de los significados, a la “resina”. 77 Si bien la traducción de las Obras completas de Paracelso es el trabajo más importante de Lluesma como traductor, no es el único notable. Por citar solo otro ejemplo, tradujo igualmente los Aforismos, de Hipócrates, a partir de la ver­ sión directa griega del doctor Ch. Daremberg, una traducción que firma nuevamente como académico correspondiente de la Academia Nacional de Medicina de Madrid y publica tam­ bién la Editorial Schapire, en 1945. Lluesma Uranga conside­ ra que «el libro de Aforismos pertenece indubitablemente a la obra hipocrática —toda ella cuestionada—, y es el que mejor la representa, justificando su fama de científica, literaria y fi­ losófica: la buena crítica así lo enseña y la lectura inteligente del texto no la refuta». 153 Semblanzas A partir de entonces seguirán apareciendo obras suyas, como su traducción del libro Práctica quirúrgica de la Clínica Lahey, institución de gran relieve internacional en la épo­ ca, que lleva a cabo con la colaboración de sus amigos José Kolodny y José Julio Castro y publica la Editorial Bernardes (1945); o su Manual de psiquiatría para uso forense, con pró­ logo de Luis Jiménez de Asúa, del que se encarga la Editorial Universitaria de Buenos Aires (1965).1 Pero igualmente elabora, como docente de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, un Diccionario de medicina, que una vez más publicará la Editorial Schapire, en el mismo año de su muerte, 1968. Es su última obra, un verdadero libro de referencia que aún se utiliza entre los mé­ dicos y estudiantes de los países hispanoamericanos. 154 <http://tremedica.org/panacea.html> En la breve presentación del diccionario, Lluesma deja entrever la autoridad con que, a esta altura de su vida, escribe una obra como esta: Dentro de su aparente simplicidad, estimamos que una obra de este tipo debe ser un fruto de madurez, no sólo en el tiempo y en los conocimientos profesionales, sino en ese sedimento de imágenes, paisajes y enseñanzas que sólo el largo trato y los variados viajes pueden llegar a dar. Específicamente hemos puesto un especial interés en las sinonimias, en los dichos propios del lenguaje y en la alusión o referencia a los hombres y peculiaridades de América, así como al registro y a las características de las aguas termales y estaciones balnearias argentinas. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Semblanzas <http://tremedica.org/panacea.html> Esta obra, la última que publicó, surgió como respuesta a su necesidad de ayudar a sus estudiantes de los primeros años de la carrera de Medicina a comprender la terminología médica clásica y compararla con el vocabulario en uso en el continente americano. Son muy pocos los ejemplares dispo­ nibles, y sería deseable que la editorial Schapire permitiera la publicación digital de un trabajo del tal envergadura y utilidad para las nuevas generaciones. Quiero expresar mi agradecimiento a Estanislao Lluesma Goñalóns, hijo del doctor Lluesma Uranga, quien no escatimó esfuerzos en poner a mi disposición los documentos necesa­ rios para este artículo. Es también de destacar que, con gran generosidad, en enero del 2010 donó el fondo documental de su padre a la Universidad Complutense de Madrid, a fin de que volviera al claustro donde se formó y que jamás olvidó. Nota 1. Como nota al margen, Lluesma declara entonces «una barbaridad semántica y etimológica escribir sicología en vez de psicología, como han querido poner de moda ciertos irrespetuosos elaboradores pseudopragmáticos de idiomas «básicos»: «las lenguas latinas son originariamente griegas, guste o no». Bibliografía Paracelso (Aureolus Philippus Theophrastus Bombastus von Hohenheim) (1945): Obras completas (Opera omnia)» Buenos Aires: Schapire. Primera traducción castellana con estudio preliminar y anotaciones de Estanislao Lluesma Uranga. Hipócrates (1945): Aforismos. Buenos Aires: Schapire. Traducción de la versión directa griega del doctor Ch. Daremberg por el doctor Estanislao Lluesma Uranga. Fe de erratas En el artículo sobre Trinidad Arroyo de Márquez publicado en el núm. 32 de Panace@ se indica erróneamente que María Luisa Domingo García concluyó su licenciatura en Medicina por la Universidad de Valladolid en 1857, por lo que la Real Orden de 1882 que interrumpía el acceso femenino a la universidad no se aplicó en su caso. La realidad es que se matriculó en dicha Universidad en 1875 y obtuvo su licenciatura en 1886. Fue autorizada a continuar sus estudios porque se había ma­ triculado antes de la promulgación de dicha R. O. Nuestro sincero agradecimiento a Mercè Piqueras por señalar gentilmente el error. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 155 Nuestro ilustrador <http://tremedica.org/panacea.html> Nuestro ilustrador: Ricardo Barbetti Juan V. Fernández de la Gala* Ricardo Barbetti en su jardín bajo las «barbas del bosque» (Tillandsia usneoides) Ricardo Barbetti nació en Buenos Aires en 1946. Allí también le nació una vocación precoz y apasionada por todos los seres vivos. A los tres años llenaba ya la casa familiar con dibujos de peces y medusas, que desfilaban por sus cuadernos como una especie de zoología fantástica. Un día descubrió la acuarela, y aquellos peces y medusas empezaron entonces a flotar de verdad en una atmósfera acuosa de colores translúcidos, y los fondos oceánicos se animaron luego con corales y con estrellas de mar dibujadas a témpera. A los doce años le entusiasmó Dalí y quiso, como él, combinar realidad e imaginación. Desde entonces aprendió a iluminar los lienzos con el óleo mágico de sus propios sueños vegetales y el onirismo lúcido de unos seres imposibles. Ricardo estudió Ciencias Biológicas en la Universidad de Buenos Aires y ha desarrollado tareas docentes en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Pero su dedicación más activa ha ido siempre en favor de la educación ambiental. En 1976 funda en el Museo Argentino de Ciencias Naturales la Sección de Educación Ambiental y Conservacionista, una de las primeras instituciones argentinas de este carácter. En esa línea, ha dado más de mil conferencias en colegios y escuelas, en congresos, en cursos de posgrado y en instituciones científicas de prestigio, como la Sociedad Científica Argentina de Buenos Aires o la Smithsonian Institution de Washington. Es autor de numerosos artículos y folletos didácticos sobre el tema y ha escrito varios libros, especialmente sobre plantas autóctonas argentinas. Barbetti fue, además, uno de los más firmes promotores del Refugio Natural de la Ribera Norte, en la costa del Río de la Plata. Y él mismo ha querido vivir rodeado de naturaleza: su jardín, iniciado en 1975, reproduce naturalmente varios ecosistemas argentinos (selva, bosque, arbustal y prado) con cerca de doscientas especies de plantas nativas, que albergan más de cincuenta especies de aves en libertad. El jardín recibe la visita asidua de expertos científicos, paisajistas y fotógrafos y se encuentra abierto también al público en general. Cuenta con un magnífico estanque con peces, tortugas y plantas autóctonas. Quién sabe si también nadan * Profesor de Historia de la Medicina y la Enfermería, Universidad de Cádiz (España). Dirección para correspondencia: [email protected]. 156 Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 <http://tremedica.org/panacea.html> allí ahora algunos de los peces que poblaron sus cuadernos de niño. De Ricardo Barbetti ─lo reconozco─ no solo envidio su capacidad asombrosa para documentar plantas con los trazos realistas del botánico, como demuestra en sus obras más técnicas, sino el modo en que se las ingenia para dotar sus cuadros expresionistas de un cromatismo tan palpitante que uno no tiene la menor duda de que, necesariamente, los seres que sueña Barbetti tienen que estar igualmente vivos. Panace@ . Vol. XII, n.o 33. Primer semestre, 2011 Nuestro ilustrador Dirección de contacto con el ilustrador: [email protected]. Visitas guiadas al jardín silvestre de Ricardo Barbetti: de 10 a 13 y de 15 a 18 h. (horario de verano) y de 14 a 17 h. (horario de invierno), previa reserva en el teléfono 4799-3455. La Lucila (partido Vicente López, Buenos Aires, Argentina). En la portada de este número: Ser azul besando a entidad rojiza, con intercambio genético. La obra original presenta formato horizontal, que se ha modificado por exigencias técnicas. 157