un hospital 25/12/08 10:15 Página 1 un hospital en áfrica voluntarios en mabesseneh un hospital a l’àfrica voluntàris a mabesseneh un hospital 25/12/08 10:15 Página 2 un hospital en áfrica voluntarios en mabesseneh * un hospital a l’àfrica voluntàris a mabesseneh un hospital 25/12/08 10:15 Página 4 índice / index Prólogo / pròleg Xavier Krauel, Roser Porta, Luís Ramos Introducción al país / introducció al pais Oscar Mateos Voluntarios en el hospital / voluntaris a l’hospital malaria / malària esperas / esperes escuela de enfermeria / escola d’enfermeria malnutricion / malnutrició quirófanos / quiròfans entrevista a Fernando Aguiló / entrevista a Fernando Aguiló El país visto por los voluntarios / el pais vist pels voluntaris la muerte las estaciones arroz pozos Los voluntarios vistos por los niños / els voluntàris vists pels nens Hermanamiento y apadrina / agermenament i apadrina apadrina un tratamiento / apadrina un tractament cuida’m / cuida’m Otras iniciativas solidarias / altres iniciatives solidaries Payasos sin fronteras / pallassos sense fronteres Bibliografía / bibliografia © de los textos: Xavier Krauel, Roser Porta, Luis Ramos © de las imagénes: Director de la publicación: Xavier Krauel Diseño gráfico: lacoma © de los textos: Xavier Krauel, Roser Porta, Luis Ramos © de las imagénes: Director de la publicación: Xavier Krauel Diseño gráfico: lacoma Queda prohibida, salvo excepción prevista por la ley, la reproducción (electrónica, química mecánica, óptica, de grabación o de fotocopia), distribución, comunicación pública y transformación de cualquier parte de esta publicación-incluido el diseño de la cubiert- sin la previa autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual(arts.270 y siguientes del código penal). El centro Español de derechos reprográficos (cedro) vela por el derecho de los citados derechos. Queda prohibida, salvo excepción prevista por la ley, la reproducción (electrónica, química mecánica, óptica, de grabación o de fotocopia), distribución, comunicación pública y transformación de cualquier parte de esta publicación-incluido el diseño de la cubiert- sin la previa autorización de los titulares de la propiedad intelectual. La infracción de los derechos mencionados puede ser constitutiva de delito contra la propiedad intelectual(arts.270 y siguientes del código penal). El centro Español de derechos reprográficos (cedro) vela por el derecho de los citados derechos. Printed in spain isbn: Depósito legal: Printed in spain isbn: Depósito legal: un hospital 25/12/08 10:15 Página 6 prólogo pròleg 6 Querido lector: Este libro nace del deseo de transmitir la experiencia e ilusión de más de cien voluntarios comprometidos en un proyecto de salud en Sierra Leona: la ayuda al desarrollo de la pediatría y otros programas de salud en el Hospital Saint John of God (SJGCH) de Mabesseneh. Los voluntarios de Mabesseneh, en su mayoría aunque no de forma exclusiva, son profesionales de salud del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona o de Manresa (Xarxa assistencial Althaia): médicos pediatras, cirujanos, anestesistas, enfermeras, técnicos, administrativos…. Personas de aquí que durante un tiempo viven y comparten trabajo y experiencia con los hermanos de San Juan de Dios africanos y con los profesionales sanitarios locales. Mabesseneh es una pequeña aldea de casas de adobe y tejados de chapa que se extiende entorno a una única calle, el camino de Lunsar a Mabeto, una amplia senda de arcilla roja que se convierte en barrizal durante la estación de lluvias. El Hospital de Mabesseneh es el centro del poblado y da trabajo y salud a muchos de sus habitantes. Una valla de tela metálica (permeable) y los postes de luz de la entrada, ocupan la mitad este de esta calle, por eso, cuando cae la noche, Mabesseneh no queda a oscuras como el resto de aldeas de Sierra Leona. Querido lector: Este libro nace del deseo de transmitir la experiencia e ilusión de más de cien voluntarios comprometidos en un proyecto de salud en Sierra Leona: la ayuda al desarrollo de la pediatría y otros programas de salud en el Hospital Saint John of God (SJGCH) de Mabesseneh. Los voluntarios de Mabesseneh, en su mayoría aunque no de forma exclusiva, son profesionales de salud del Hospital Sant Joan de Dèu de Barcelona o de Manresa (Xarxa assistencial Althaia): médicos pediatras, cirujanos, anestesistas, enfermeras, técnicos, administrativos…. Personas de aquí que durante un tiempo viven y comparten trabajo y experiencia con los hermanos de San Juan de Dios africanos y con los profesionales sanitarios locales. Mabesseneh es una pequeña aldea de casas de adobe y tejados de chapa que se extiende entorno a una única calle, el camino de Lunsar a Mabeto, una amplia senda de arcilla roja que se convierte en barrizal durante la estación de lluvias. El Hospital de Mabesseneh es el centro del poblado y da trabajo y salud a muchos de sus habitantes. Una valla de tela metálica (permeable) y los postes de luz de la entrada, ocupan la mitad este de esta calle, por eso, cuando cae la noche, Mabesseneh no queda a oscuras como el resto de aldeas de Sierra Leona. El Hospital fue construido por la diócesis de Makeni a principios de los años 60. En 1964 Monseñor Azzolini, obispo de Makeni ofreció a la orden de San Juan de Dios su gestión y desarrollo. El 17 de enero de 1967 los hermanos de SJD de la Provincia de Aragon: Ricardo Botifoll (medico y superior de la comunidad), Emilio Garcia, Rafael Perelló y Jesús Goñi (enfermeros) emprendieron su actividad en aquel centro que entonces constaba de dos bloques (ver plano 1) con una capacidad de 40 camas y una consulta donde se atendían unos 50 pacientes cada día. A estos siguieron otros entre los que se encuentra el hermano Fernando Aguiló, medico y alma de nuestro actual programa de “hemanamiento” y el hermano El Hospital fue construido por la diócesis de Makeni a principios de los años 60. En 1964 Monseñor Azzolini, obispo de Makeni ofreció a la orden de San Juan de Dios su gestión y desarrollo. El 17 de enero de 1967 los hermanos de SJD de la Provincia de Aragon: Ricardo Botifoll (medico y superior de la comunidad), Emilio Garcia, Rafael Perelló y Jesús Goñi (enfermeros) emprendieron su actividad en aquel centro que entonces constaba de dos bloques (ver plano 1) con una capacidad de 40 camas y una consulta donde se atendían unos 50 pacientes cada día. A estos siguieron otros entre los que se encuentra el hermano Fernando Aguiló, medico y alma de nuestro actual programa de “hemanamiento”(ver un hospital a l’àfrica un hospital en áfrica prólogo / pròleg 7 25/12/08 10:15 Página 8 pròleg un hospital en áfrica prólogo 8 el Hospital de Mabesseneh en 1967 el Hospital de Mabesseneh en 1967 el Hospital de Mabesseneh en 1991 el Hospital de Mabesseneh en 1991 Manuel Viejo, experto cirujano, que sigue allí, en Mabesseneh, siendo un ejemplo moral y profesional para todos. Imaginamos la energía y voluntad de servicio de aquella pequeña comunidad que al mes de su llegada ya había operado a 19 pacientes y además organizado una clínica móvil para dar asistencia a los pueblos vecinos. Un hermano y dos enfermeras un día a la semana, como disponían de un vehículo, montaban un dispensario en cada uno de estos pueblos: Foredugo, Gbosamba, Kaghbanthama, Mabora, Mile 47 (ahora Masiaka) Magbeley y Masimra y Roline. La actividad del hospital crecía día a día (ver grafico de ingresos), pero no así el personal disponible de modo que en 1983 tuvieron que suspender las clínica móvil y las visitas a los poblados para dar mejor asistencia en el hospital. En 1973 el hospital cedió parte de su terreno para la construcción de la única carretera asfaltada del país, una via rápida y peligrosa que une la capital Freetown, con la ciudad de Makeni y la fontera norte del país. La compañía alemana German Road Construction levantó en terrenos del hospital un pabellón y una pista de tenis para los ingenieros de la obra. Una vez acabada la carretera estas instalaciones quedaron en el hospital. En esta pista de tenis se celebran ahora parte de los acontecimientos festivos del hospital (ver fotos). En 1992 en ocasión de los 25 Años de presencia de los hermanos de SJD en Mabesseneh se editó un folleto (imagen folleto) con la historia y actividad del centro hasta aquel momento. En estas páginas figura un esquema de las obras las obras realizadas en este período (plano 2). Luego vinieron 10 años de guerra (1992-2002) que destrozaron la labor de 25. La capacidad de recuperación de los Sierraleoneses tras la guerra ha sido notoria, la ayuda internacional y sobre todo los fondos de la Comunidad Europea, han ayudado a recuperar la estructura del hospital en un tiempo record. La actual estructura queda excelentemente reproducida en el óleo pintado por un artista entrevista). Manuel Viejo, experto cirujano, que sigue allí, en Mabesseneh, siendo un ejemplo moral y profesional para todos. Imaginamos la energía y voluntad de servicio de aquella pequeña comunidad que al mes de su llegada ya había operado a 19 pacientes y además organizado una clínica móvil para dar asistencia a los pueblos vecinos. Un hermano y dos enfermeras un día a la semana, como disponían de un vehículo, montaban un dispensario en cada uno de estos pueblos: Foredugo, Gbosamba, Kaghbanthama, Mabora, Mile 47 (ahora Masiaka) Magbeley y Masimra y Roline. La actividad del hospital crecía día a día (ver grafico de ingresos), pero no así el personal disponible de modo que en 1983 tuvieron que suspender las clínica móvil y las visitas a los poblados para dar mejor asistencia en el hospital. En 1973 el hospital cedió parte de su terreno para la construcción de la única carretera asfaltada del país, una via rápida y peligrosa que une la capital Freetown, con la ciudad de Makeni y la fontera norte del país. La compañía alemana German Road Construction levantó en terrenos del hospital un pabellón y una pista de tenis para los ingenieros de la obra. Una vez acabada la carretera estas instalaciones quedaron en el hospital. En esta pista de tenis se celebran ahora parte de los acontecimientos festivos del hospital (ver fotos). En 1992 en ocasión de los 25 Años de presencia de los hermanos de SJD en Mabesseneh se editó un folleto (imagen folleto) con la historia y actividad del centro hasta aquel momento. En estas páginas figura un esquema de las obras las obras realizadas en este período (plano 2). Luego vinieron 10 años de guerra (1992-2002) que destrozaron la labor de 25. La capacidad de recuperación de los Sierraleoneses tras la guerra ha sido notoria, la ayuda internacional y sobre todo los fondos de la Comunidad Europea, han Ingresos en el Hospital de Mabesseneh desde 1967 a 1990 Ingresos en el Hospital de Mabesseneh desde 1967 a 1990 local cuyo original cuelga en la residencia de los hermanos de Mabesseneh (fig.cuadro) Actualmente, el edificio principal del hospital, (ver fig.cuadro) se sitúa en torno a un patio central. Un pasillo cubierto de chapa que protege del sol o la lluvia según el momento, lo cruza y lo divide en dos pequeños claustros cuadrados. En el patio hay una fuente, unos bancos y una imagen de San Juan de Dios. En el confluyen las habitaciones de los pacientes, los servicios administrativos, farmacia , radiología… Este patio es el epicentro de la vida del hospital. Las consultas (OPD out patient dispensary), el laboratorio, la escuela de enfermería, la iglesia y su campanario, la casa de los hermanos, la de los voluntarios, la cocina, la lavandería, la morgue, los almacenes, el taller de mantenimiento, el pozo, el generador, las casas de médicos y técnicos etc., son una serie de pequeños pabellones de una planta, salpicados por el recinto, un recinto extenso en el que también caben cocoteros, mangos y un campo de fútbol en el que pastan las vacas pardas locales y su séquito de blancos espulgabueyes. EN 1986-87, en su capítulo general de los hermanos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, transfirieron la administración de sus instituciones sanitarias en Africa a una Delegación Africana que poco a poco se fue haciendo cargo de la gestión de todos los centros, si bien, la Orden, a través de su ONG “Juan Ciudad” la Orden continúa enviando recursos y equipamientos a los centros sanitarios africanos. En el año 2005, un nuevo Capitulo de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, pone en marcha un “hermanamiento individualizado” (uno a uno) entre hospitales de la Orden ubicados en el mundo del desarrollo y la abundancia y hospitales del mundo del subdesarrollo y la pobreza. Así, teniendo en cuenta sus vínculos históricos, el Hospital de Mabesseneh queda “hermanado” con el Hospital Sant Joan de Déu de Esplugues. ayudado a recuperar la estructura del hospital en un tiempo record. La actual estructura queda excelentemente reproducida en el óleo pintado por un artista local cuyo original cuelga en la residencia de los hermanos de Mabesseneh (fig.cuadro) Actualmente, el edificio principal del hospital, (ver fig.cuadro) se sitúa en torno a un patio central. Un pasillo cubierto de chapa que protege del sol o la lluvia según el momento, lo cruza y lo divide en dos pequeños claustros cuadrados. En el patio hay una fuente, unos bancos y una imagen de San Juan de Dios. En el confluyen las habitaciones de los pacientes, los servicios administrativos, farmacia , radiología… Este patio es el epicentro de la vida del hospital. Las consultas (OPD out patient dispensary), el laboratorio, la escuela de enfermería, la iglesia y su campanario, la casa de los hermanos, la de los voluntarios, la cocina, la lavandería, la morgue, los almacenes, el taller de mantenimiento, el pozo, el generador, las casas de médicos y técnicos etc., son una serie de pequeños pabellones de una planta, salpicados por el recinto, un recinto extenso en el que también caben cocoteros, mangos y un campo de fútbol en el que pastan las vacas pardas locales y su séquito de blancos espulgabueyes. EN 1986-87, en su capítulo general de los hermanos de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, transfirieron la administración de sus instituciones sanitarias en Africa a una Delegación Africana que poco a poco se fue haciendo cargo de la gestión de todos los centros, si bien, la Orden, a través de su ONG “Juan Ciudad” la Orden continúa enviando recursos y equipamientos a los centros sanitarios africanos. En el año 2005, un nuevo Capitulo de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, pone en marcha un “hermanamiento individualizado” (uno a uno) entre hospitales de la Orden ubicados en el mundo del desarrollo y la abundancia y hospitales del mundo del un hospital a l’àfrica un hospital 9 un hospital 25/12/08 10:15 Página 10 pròleg prólogo 1 Marta i Mark aguantando la luz del quirófano durante la intervención de un recien nacido. 1 Marta i Mark aguantant la llum de quiròfan durant la intervenció d’un nadó. 2 Carolina posant ordre al magatzem de Farmàcia. 2 Carolina posant ordre al magatzem de Farmàcia. 3 y 4 Sala de emergencias. Niños luchando contra la malaltia. Madres al pie del cañón. 3 i 4 Sala d’Emergències. Infants lluitant contra la malaltia. Mares al peu del canó. 5 Lamin “persiguiendo” el Plasmodium. 5 Lamin “perseguint” el Plasmodium. 6 El patio, “epicentro” del hospital. 6 El pati, “epicentre” de l’hospital. 1 2 3 4 5 6 un hospital en áfrica Las páginas que siguen son sin duda un homenaje de los voluntarios de Mabesseneh a los increibles niños de Sierra Leona. Su alegría, sus sonrisas, sus vidas nos justifican. Con este libro además de difundir nuestro programa solidario pretendemos captar fondos para ellos. Los beneficios de su venta se destinarán íntegramente al Programa: “APADRINA un tratamiento”. subdesarrollo y la pobreza. Así, teniendo en cuenta sus vínculos históricos, el Hospital de Mabesseneh queda “hermanado” con el Hospital Sant Joan de Déu de Esplugues. Desde el año 2005, el Hospital Sant Joan de Dèu de Espluges de Llobregat, incluye en su plan estratégico (PAIDHOS -link) un programa de colaboración con Mabesseneh que entre otras acciones implica enviar profesionales de salud de forma regular a Sierra Leona para apoyar en la asistencia y contribuir a la formación del personal local. Así nacen los “Voluntarios de Mabesseneh” un equipo humano diverso y entusiasta coordinado por Fernando Aguiló. Sierra Leona es uno de los países más pobres del mundo. En la última revisión de la OMS y UNICEF (2006, publicada en 2008)(cita) aparece en el triste primer lugar del mundo en mortalidad infantil. Cerca de un tercio de los niños que nacen en Sierra Leona, no llegan a cumplir los 5 años. Esta dura realidad, se vive y está presente en el día a día del SJGCH. La malaria, la desnutrición, las infecciones, la diarrea pueden eliminar en pocas horas a una criatura que días antes corría y jugaba, medio desnuda y feliz, entre un tropel de niños por las calles de su aldea. Los mismos niños que en nuestros paseos vespertinos, se agolpan en torno nuestro gritando : -Opoto, opoto ¡!! y pidiéndonos una foto, un globo o un bolígrafo. “snap me”, “give me balloon”…. Esta experiencia no deja insensibles a los que van pasando por allí, y da pie a que su labor perdure más allá de la estancia en el país africano. De las ideas y energía de los voluntarios se generan nuevos proyectos de desarrollo y ayuda como el programa APADRINA UN TRATAMIENTO que a través de la ayuda de amigos y socios pretende dar a los niños de Sierra Leona un acceso a la salud libre y gratuito en el SJGCH de Mabesseneh. Deseamos que este libro contribuya a la confianza en el trabajo solidario como camino para la concienciación de nuestra sociedad en valores de justicia y equidad y especialmente en el derecho de los niños a la vida y a la dignidad Las páginas que siguen son sin duda un homenaje de los voluntarios de Mabesseneh a los increibles niños de Sierra Leona. Su alegría, sus sonrisas, sus vidas nos justifican. Con este libro además de difundir nuestro programa solidario pretendemos captar fondos para ellos. Los beneficios de su venta se destinarán íntegramente al Programa: “APADRINA un tratamiento”. un hospital a l’àfrica Desde el año 2005, el Hospital Sant Joan de Dèu de Espluges de Llobregat, incluye en su plan estratégico (PAIDHOS -link: http://www.hsjdbcn.org/) un programa de colaboración con Mabesseneh que entre otras acciones implica enviar profesionales de salud de forma regular a Sierra Leona para apoyar en la asistencia y contribuir a la formación del personal local. Así nacen los “Voluntarios de Mabesseneh” un equipo humano diverso y entusiasta coordinado por Fernando Aguiló. Sierra Leona es uno de los países más pobres del mundo. En la última revisión de la OMS y UNICEF (2006, publicada en 2008)(cita) aparece en el triste primer lugar del mundo en mortalidad infantil. Cerca de un tercio de los niños que nacen en Sierra Leona, no llegan a cumplir los 5 años. Esta dura realidad, se vive y está presente en el día a día del SJGCH. La malaria, la desnutrición, las infecciones, la diarrea pueden eliminar en pocas horas a una criatura que días antes corría y jugaba, medio desnuda y feliz, entre un tropel de niños por las calles de su aldea. Los mismos niños que en nuestros paseos vespertinos, se agolpan en torno nuestro gritando : -Opoto, opoto ¡!! y pidiéndonos una foto, un globo o un bolígrafo. “snap me”, “give me balloon”…. Esta experiencia no deja insensibles a los que van pasando por allí, y da pie a que su labor perdure más allá de la estancia en el país africano. De las ideas y energía de los voluntarios se generan nuevos proyectos de desarrollo y ayuda como el programa APADRINA UN TRATAMIENTO que a través de la ayuda de amigos y socios pretende dar a los niños de Sierra Leona un acceso a la salud libre y gratuito en el SJGCH de Mabesseneh. Deseamos que este libro contribuya a la confianza en el trabajo solidario como camino para la concienciación de nuestra sociedad en valores de justicia y equidad y especialmente en el derecho de los niños a la vida y a la dignidad 10 11 25/12/08 10:15 Página 12 pròleg prólogo El hospital en cifras El hospital en cifras 2007, el año en que Sierra Leona celebró elecciones democráticas de forma pacífica y eligió a su nuevo presidente, fue también el año en que el HSJG celebró su cuarenta aniversario. Brother Peter L Dawoh lo describió como un ‘año maravilloso’ en su letter from the director que introduce el Report Anual del hospital. Durante ese año vio completarse la rehabilitación física del edificio hospitalario, gracias a los fondos donados por la Unión Europea y el Gobierno de Sierra Leona. Las tablas permiten esbozar un perfil del hospital en la actualidad. 2007, el año en que Sierra Leona celebró elecciones democráticas de forma pacífica y eligió a su nuevo presidente, fue también el año en que el HSJG celebró su cuarenta aniversario. Brother Peter L Dawoh lo describió como un ‘año maravilloso’ en su letter from the director que introduce el Report Anual del hospital. Durante ese año vio completarse la rehabilitación física del edificio hospitalario, gracias a los fondos donados por la Unión Europea y el Gobierno de Sierra Leona. Las tablas permiten esbozar un perfil del hospital en la actualidad. Equipamiento hospitalario Equipamiento hospitalario Adultos Camas 99 Consultas externas 6 Quirófano Salas de Parto Box de emergencias 1 un hospital en áfrica Camas Consultas externas Quirófano Salas de Parto Box de emergencias 12 Adultos 99 6 1 Pediatría Total 36 135 1 7 2 1 2 3 Pediatría Total 36 135 1 7 2 1 2 3 Actividad asistencial media diaria 2007 Adultos Pediatría Ingresos 6,1 3,6 Visitas consultas externas 70 27 Emergencias 1 Cirugías 2,5 (adultos y niños) Partos 1 Cesàreas 0,5 Análisis de laboratorio 109 (adultos y niños) Transfusiones de sangre 3,2 2,6 Radiografías 16 (adultos y niños) Actividad asistencial media diaria 2007 Adultos Pediatría Ingresos 6,1 3,6 Visitas consultas externas 70 27 Emergencias 1 Cirugías 2,5 (adultos y niños) Partos 1 Cesàreas 0,5 Análisis de laboratorio 109 (adultos y niños) Transfusiones de sangre 3,2 2,6 Radiografías 16 (adultos y niños) La actividad asistencial del HSJG no ha dejado de aumentar desde su reconstrucción, especialmente la del área de pediatría. Gracias al programa de hermanamiento con el Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona y a la Fundación Apadrina, que proporcionan voluntarios, medios y fondos para cubrir la asistencia de los niños, se han alcanzado cifras récord de ingreso en el hospital y atención en las consultas externas. Es fácil deducir que este aumento de pacientes no es debido a que los niños del país o de la zona estén más enfermos, sino que el hospital se ha ido consolidando como una alternativa de confianza y es hoy más accesible y asequible. Durante el 2007 ingresaron 1306 niños, la mayoría menores de 2 años y enfermos de malaria (60,5%), con La actividad asistencial del HSJG no ha dejado de aumentar desde su reconstrucción, especialmente la del área de pediatría. Gracias al programa de hermanamiento con el Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona y a la Fundación Apadrina, que proporcionan voluntarios, medios y fondos para cubrir la asistencia de los niños, se han alcanzado cifras récord de ingreso en el hospital y atención en las consultas externas. Es fácil deducir que este aumento de pacientes no es debido a que los niños del país o de la zona estén más enfermos, sino que el hospital se ha ido consolidando como una alternativa de confianza y es hoy más accesible y asequible Durante el 2007 ingresaron 1306 niños, la mayoría menores de 2 años y enfermos de malaria (60,5%), con anemia grave el 23,5%. Otros eran malnutridos severos (12%) o padecían meningitis (7,6%) u otras infecciones graves (9%). Los datos que llegan de la primera mitad del 2008 confirman la tendencia al aumento de ingresos en el área pediátrica. En el segundo trimestre del año fueron hospitalizados 646 niños, el doble que en el mismo periodo del 2007. El hospital se ha convertido en centro de referencia para determinadas patologías, como los linfomas de Burkitt, un tipo de tumor maligno infantil endémico en África, y para el cual se dispone de un programa de diagnóstico, tratamiento y seguimiento también auspiciado desde España. Desde julio del 2005 a febrero del 2008 se atendieron 62 niños con linfoma de Burkitt. Se ha consolidado además un servicio básico e imprescindible, el banco de sangre. Gracias a las mejoras en su gestión y dotación técnica, el sistema de transfusiones del hospital funciona ahora mucho mejor que en el pasado, y hay pequeños stocks de sangre en reserva en buenas condiciones de conservación para realizar las múltiples transfusiones urgentes que a diario precisan los adultos y niños enfermos con malaria grave. Pero los logros y nuevos retos no acaban ahí: en 2007, el gobierno acreditó al hospital para llevar adelante una escuela de enfermería, donde 43 nuevas enfermeras se formaran cada año. La escuela, además de dar prestigio, contribuirá a paliar la falta de enfermeros/as del país, y muy probablemente permita al mismo hospital disponer de una dotación estable de buenos profesionales. Las clases empezaron en aulas ubicadas dentro del propio recinto, pero en junio del 2008 se celebró la fiesta de ‘colocación de la primera piedra’ del nuevo edificio de la escuela. Está claro que la satisfacción que el administrador y superior de la comunidad Brother Peter mostraba en la setter de 2007 tiene muchos motivos, que se resumen perfectamente en una de sus frases: El hospital es ahora una ayuda real para nuestro país . con anemia grave el 23,5%. Otros eran malnutridos severos (12%) o padecían meningitis (7,6%) u otras infecciones graves (9%). Los datos que llegan de la primera mitad del 2008 confirman la tendencia al aumento de ingresos en el área pediátrica. En el segundo trimestre del año fueron hospitalizados 646 niños, el doble que en el mismo periodo del 2007. El hospital se ha convertido en centro de referencia para determinadas patologías, como los linfomas de Burkitt, un tipo de tumor maligno infantil endémico en África, y para el cual se dispone de un programa de diagnóstico, tratamiento y seguimiento también auspiciado desde España. Desde julio del 2005 a febrero del 2008 se atendieron 62 niños con linfoma de Burkitt. Se ha consolidado además un servicio básico e imprescindible, el banco de sangre. Gracias a las mejoras en su gestión y dotación técnica, el sistema de transfusiones del hospital funciona ahora mucho mejor que en el pasado, y hay pequeños stocks de sangre en reserva en buenas condiciones de conservación para realizar las múltiples transfusiones urgentes que a diario precisan los adultos y niños enfermos con malaria grave. Pero los logros y nuevos retos no acaban ahí: en 2007, el gobierno acreditó al hospital para llevar adelante una escuela de enfermería, donde 43 nuevas enfermeras se formaran cada año. La escuela, además de dar prestigio, contribuirá a paliar la falta de enfermeros/as del país, y muy probablemente permita al mismo hospital disponer de una dotación estable de buenos profesionales. Las clases empezaron en aulas ubicadas dentro del propio recinto, pero en junio del 2008 se celebró la fiesta de ‘colocación de la primera piedra’ del nuevo edificio de la escuela. Está claro que la satisfacción que el administrador y superior de la comunidad Brother Peter mostraba en la setter de 2007 tiene muchos motivos, que se resumen perfectamente en una de sus frases: El hospital es ahora una ayuda real para nuestro país . un hospital a l’àfrica un hospital 13 un hospital 25/12/08 Página 14 un hospital a l’àfrica pròleg un hospital en áfrica prólogo 10:16 14 15 un hospital 25/12/08 10:16 Página 16 introducció introducción / introducció Sierra Leona, “live on hope” 16 El calor es sofocante. Uno nunca se acostumbra a una especie de humedad que puede cortarse con cuchillo y que se inserta por todos lados, que vacía el cuerpo de sudor y empapa la ropa. Incluso su aroma es genuino: Sierra Leona huele a una humedad sierraleonesa. Es inconfundible y seguramente podrías reconocer con los ojos cerrados en qué lugar del mundo te encuentras una vez has pisado este rincón de África. Después de más de un año y medio, me parece mentira que vaya a decir adiós a tanta gente y a tantos momentos de inolvidables encuentros. El coche está a punto. Me esperan en Lunsar y en Mabesseneh. Es hora de dar gracias a tanta buena gente que ha hecho de este tiempo algo inolvidable e infinito. Cruzar Freetown es algo así como atravesar un océano de ruidos indescifrables, que se mezclan, indiscriminados, hasta apabullar otro de tus sentidos. Taxis, vendedores, vendedoras, buscavidas, gente sonriendo, gente indignada –algunos muy indignados-, niños y niñas con bolsas de agua a 100 leones, trozos de mango, neumáticos, poda-podas con mil lemas inscritos en su colorida chapa, que rezan al Dios de unos y otros, que reclaman esperanza, que alaban a dioses menores en forma de equipos de fútbol, que piden bendiciones. Así llego a Kisi, el este de la ciudad, donde la procesión de coches es siempre eterna. La gente aguarda la cola con incomprensible paciencia, al menos para alguien que en su cultura le han enseñado que el tiempo es oro y la efectividad se mide con las agujas del reloj. Sudo, me desespero. En las radios –a decenas por metro cuadrado? suena la música de un hip hop rebelde, que habla del precio del arroz, de políticos corruptos, de niños sin escuela. No importa en qué recóndita calle, pero la gente canta y bailotea con una sutileza inigualable. Freetown se mueve, al ritmo de su música protesta, de los escolares uniformados, de sus taxistas y poda-podas, del vendedor de pan o de agua, de la marabunta que, en direcciones opuestas, copa cada palmo de las calles. Por fin la carretera. Dos horas me separan de mi destino, aunque nunca se sabe. Parece mentira que siga- El calor es sofocante. Uno nunca se acostumbra a una especie de humedad que puede cortarse con cuchillo y que se inserta por todos lados, que vacía el cuerpo de sudor y empapa la ropa. Incluso su aroma es genuino: Sierra Leona huele a una humedad sierraleonesa. Es inconfundible y seguramente podrías reconocer con los ojos cerrados en qué lugar del mundo te encuentras una vez has pisado este rincón de África. Después de más de un año y medio, me parece mentira que vaya a decir adiós a tanta gente y a tantos momentos de inolvidables encuentros. El coche está a punto. Me esperan en Lunsar y en Mabesseneh. Es hora de dar gracias a tanta buena gente que ha hecho de este tiempo algo inolvidable e infinito. Cruzar Freetown es algo así como atravesar un océano de ruidos indescifrables, que se mezclan, indiscriminados, hasta apabullar otro de tus sentidos. Taxis, vendedores, vendedoras, buscavidas, gente sonriendo, gente indignada –algunos muy indignados-, niños y niñas con bolsas de agua a 100 leones, trozos de mango, neumáticos, poda-podas con mil lemas inscritos en su colorida chapa, que rezan al Dios de unos y otros, que reclaman esperanza, que alaban a dioses menores en forma de equipos de fútbol, que piden bendiciones. Así llego a Kisi, el este de la ciudad, donde la procesión de coches es siempre eterna. La gente aguarda la cola con incomprensible paciencia, al menos para alguien que en su cultura le han enseñado que el tiempo es oro y la efectividad se mide con las agujas del reloj. Sudo, me desespero. En las radios –a decenas por metro cuadrado? suena la música de un hip hop rebelde, que habla del precio del arroz, de políticos corruptos, de niños sin escuela. No importa en qué recóndita calle, pero la gente canta y bailotea con una sutileza inigualable. Freetown se mueve, al ritmo de su música protesta, de los escolares uniformados, de sus taxistas y poda-podas, del vendedor de pan o de agua, de la marabunta que, en direcciones opuestas, copa cada palmo de las calles. Por fin la carretera. Dos horas me separan de mi destino, aunque nunca se sabe. Parece mentira que siga- mos aplicando nuestros esquemas mentales y no nos dejemos llevar por otros ritmos y otras formas que, seguramente, tienen mucho que enseñarnos sobre lo relativo de medir cada paso que damos y cada decisión que tomamos. Ya estoy en Waterloo, donde me asaltan una legión de vendedores de pan y de fruta. Oigo mil veces mi nombre, que en este lugar del mundo no es otro sino el de opoto, en krio ?la lingua franca?, el ‘hombre blanco’, al que nunca acaban de acostumbrarse, a pesar de llevar aquí más de quinientos años, cuando los portugueses atracaron en un pedazo de tierra con una sierra a lo lejos que en las noches de torrenciales tormentas ?cuentan? “rugía como los leones”. Y doy fe de ello. Los europeos después se dedicaron a sacar a decenas de miles de personas en barco hacia el continente americano, con el nombre de esclavos, ayudados por algunos jefes locales, déspotas que vieron en la comercialización de los suyos una buena manera de revestirse de poder y foráneas riquezas. Más tarde, misioneros en nombre de Alá o de Cristo vendrían a convertir a estos pueblos y a darles nuevos credos, bendiciones y miedos. A finales del siglo dieciocho, las corrientes antiesclavistas forzaron la paulatina abolición de la esclavitud y Freetown –“ciudad libre”? se convertía en uno de los primeros experimentos occidentales en que “esclavos libertos” eran devueltos a sus tierras ancestrales. No obstante, soldados ingleses llegaron al poco tiempo. Colonizaron estas tierras, promovieron el cultivo de determinados cereales y dividieron el territorio a su manera: Freetown, ‘la Colonia’; el resto del país, el ‘Protectorado’. No les fue fácil, muchos se revelaron. Dieron poderes extraordinarios a los jefes tradicionales, en una suerte de ‘Gobierno indirecto’ que garantizaba el control del territorio y la fidelidad de los poderes políticos locales. Y se marcharon. Formalmente se marcharon a principios de la década de los sesenta, cuando después de mil y un avatares, definidos los contornos del país, establecidos los términos de la nueva era, a Sierra Leona se le concedía la posibilidad de tomar las riendas de su historia. Llegando a Masiaka algo falla. El motor echa humo y el mos aplicando nuestros esquemas mentales y no nos dejemos llevar por otros ritmos y otras formas que, seguramente, tienen mucho que enseñarnos sobre lo relativo de medir cada paso que damos y cada decisión que tomamos. Ya estoy en Waterloo, donde me asaltan una legión de vendedores de pan y de fruta. Oigo mil veces mi nombre, que en este lugar del mundo no es otro sino el de opoto, en krio ?la lingua franca?, el ‘hombre blanco’, al que nunca acaban de acostumbrarse, a pesar de llevar aquí más de quinientos años, cuando los portugueses atracaron en un pedazo de tierra con una sierra a lo lejos que en las noches de torrenciales tormentas ?cuentan? “rugía como los leones”. Y doy fe de ello. Los europeos después se dedicaron a sacar a decenas de miles de personas en barco hacia el continente americano, con el nombre de esclavos, ayudados por algunos jefes locales, déspotas que vieron en la comercialización de los suyos una buena manera de revestirse de poder y foráneas riquezas. Más tarde, misioneros en nombre de Alá o de Cristo vendrían a convertir a estos pueblos y a darles nuevos credos, bendiciones y miedos. A finales del siglo dieciocho, las corrientes antiesclavistas forzaron la paulatina abolición de la esclavitud y Freetown –“ciudad libre”? se convertía en uno de los primeros experimentos occidentales en que “esclavos libertos” eran devueltos a sus tierras ancestrales. No obstante, soldados ingleses llegaron al poco tiempo. Colonizaron estas tierras, promovieron el cultivo de determinados cereales y dividieron el territorio a su manera: Freetown, ‘la Colonia’; el resto del país, el ‘Protectorado’. No les fue fácil, muchos se revelaron. Dieron poderes extraordinarios a los jefes tradicionales, en una suerte de ‘Gobierno indirecto’ que garantizaba el control del territorio y la fidelidad de los poderes políticos locales. Y se marcharon. Formalmente se marcharon a principios de la década de los sesenta, cuando después de mil y un avatares, definidos los contornos del país, establecidos los términos de la nueva era, a Sierra Leona se le concedía la posibilidad de tomar las riendas de su historia. un hospital a l’àfrica un hospital en áfrica Oscar Mateos 17 un hospital 25/12/08 10:16 Página 18 18 coche se apaga. Aparco en la cuneta, piso un asfalto que se derrite, abro el capot y escruto, ignorante, un amasijo de hierros y tubos ante el que no puedo hacer nada. Se detiene un coche, el conductor echa un vistazo y me asegura que en diez minutos me trae un mecánico. En ese impasse, una decena de niños de un asentamiento cercano ya se han arrimado y me observan entre risas desconfiadas. Una mujer llega, no dice nada, me mira y me ofrece un taburete de madera. Agradecido, me siento y juego con los niños a hacer caras raras, es el truco infalible para conseguir unas carcajadas, aunque siempre me pregunto qué tipo de comentarios debe suscitar en ellos esta ridícula broma. Ha pasado una eternidad, al menos para mí, y un par de mecánicos, solícitos, abordan el coche y resoplan. No pinta bien, según ellos. Van y vienen a Masiaka con una moto. Traen y quitan piezas. El sudor a cántaros se torna frío pensando en el destino del coche. Han pasado varias horas y decido llamar a la hermana Elisa, que me esperaba para comer en Lunsar. Enviará al Padre Roberts a por mi coche, que pasará bajo su supervisión la noche en el taller de los jóvenes mecánicos. Así lo hacen. Con gesto turbado, me despido del auto. El Padre Roberts me acerca hasta Lunsar, a pocas millas. Sierraleonés afable, atento y risueño, charlamos de lo de siempre: del país, de sus gentes, de la guerra, del día a día, de las elecciones, de los niños, de las escuelas, de la malaria. Al llegar a Lunsar, Elisa saca la comida de hace unas horas, que despacho con diligencia mientras resumo mis infortunios y filosofamos sobre lo impredecible de la vida y sus cosas extraordinarias: el encuentro con aquellos niños, la mujer del taburete o la breve conversación con el cura sierraleonés en el coche. Mi visita es de despedida. Hablamos toda la tarde sobre su historia en el país, llena de episodios dulces y otros amargos, como cuando tuvieron que ser evacuadas de la escuela cuando los rebeldes entraron en Lunsar y de lo duro que es dejar a la gente con la que vives y sufres en esas circunstancias, mano a mano. Ya por la noche, el coche de las hermanas me acerca hasta Mabesseneh. Quiero despedirme también de Manuel y de todos los voluntarios de San Juan de Dios, unos conocidos, otros no tanto. En todo este tiempo en Sierra Leona he llegado a conocer a un sinfín de gente que ha pasado por este lugar. La cena, como siempre agradable, se convierte en una puesta a punto sobre la vida de los voluntarios que regresaron a Barcelona, sobre las dificultades del día a día en el hospital y, sobre todo y ante todo, de la historia de los niños y niñas hospitalizados. A medida que cuentan las vicisitudes del día, de la historia de Abu o de Fatmata, me entristezco, impotente, admirado por la pasión que transmiten. Me pregunto cómo afrontan ese encuentro diario con las extremas dificultades, de nombre y rostro Llegando a Masiaka algo falla. El motor echa humo y el coche se apaga. Aparco en la cuneta, piso un asfalto que se derrite, abro el capot y escruto, ignorante, un amasijo de hierros y tubos ante el que no puedo hacer nada. Se detiene un coche, el conductor echa un vistazo y me asegura que en diez minutos me trae un mecánico. En ese impasse, una decena de niños de un asentamiento cercano ya se han arrimado y me observan entre risas desconfiadas. Una mujer llega, no dice nada, me mira y me ofrece un taburete de madera. Agradecido, me siento y juego con los niños a hacer caras raras, es el truco infalible para conseguir unas carcajadas, aunque siempre me pregunto qué tipo de comentarios debe suscitar en ellos esta ridícula broma. Ha pasado una eternidad, al menos para mí, y un par de mecánicos, solícitos, abordan el coche y resoplan. No pinta bien, según ellos. Van y vienen a Masiaka con una moto. Traen y quitan piezas. El sudor a cántaros se torna frío pensando en el destino del coche. Han pasado varias horas y decido llamar a la hermana Elisa, que me esperaba para comer en Lunsar. Enviará al Padre Roberts a por mi coche, que pasará bajo su supervisión la noche en el taller de los jóvenes mecánicos. Así lo hacen. Con gesto turbado, me despido del auto. El Padre Roberts me acerca hasta Lunsar, a pocas millas. Sierraleonés afable, atento y risueño, charlamos de lo de siempre: del país, de sus gentes, de la guerra, del día a día, de las elecciones, de los niños, de las escuelas, de la malaria. Al llegar a Lunsar, Elisa saca la comida de hace unas horas, que despacho con diligencia mientras resumo mis infortunios y filosofamos sobre lo impredecible de la vida y sus cosas extraordinarias: el encuentro con aquellos niños, la mujer del taburete o la breve conversación con el cura sierraleonés en el coche. Mi visita es de despedida. Hablamos toda la tarde sobre su historia en el país, llena de episodios dulces y otros amargos, como cuando tuvieron que ser evacuadas de la escuela cuando los rebeldes entraron en Lunsar y de lo duro que es dejar a la gente con la que vives y sufres en esas circunstancias, mano a mano. Ya por la noche, el coche de las hermanas me acerca hasta Mabesseneh. Quiero despedirme también de Manuel y de todos los voluntarios de San Juan de Dios, unos conocidos, otros no tanto. En todo este tiempo en Sierra Leona he llegado a conocer a un sinfín de gente que ha pasado por este lugar. La cena, como siempre agradable, se convierte en una puesta a punto sobre la vida de los voluntarios que regresaron a Barcelona, sobre las dificultades del día a día en el hospital y, sobre todo y ante todo, de la historia de los niños y niñas hospitalizados. A medida que cuentan las vicisitudes del día, de la historia de Abu o de Fatmata, me entristezco, impotente, admirado por la pasión que transmiten. Me pregunto cómo afrontan concreto. Manuel se sienta a nuestra mesa, nos pregunta cómo vemos la situación política, charlamos sobre su tierra, bromea y al poco rato se levanta, reclamado por alguien que le llama. Ya en la casa de los voluntarios, nos disponemos al ritual diario del que hoy soy un intruso: sillas, luz tenue, Relec, cigarrillo, Star Beer y un buen rato de charla. Hablamos de muchas cosas: de Barcelona, del hospital, de Freetown, de los niños. Alguien me pregunta el por qué de la guerra. Y yo callo. Callo porque después de este tiempo estudiando la guerra, sus causas, sus implicados, tengo la sensación de llevarme más preguntas de las que traje y pocas respuestas claras. “Una guerra caótica y sin sentido”, me dijeron una vez. “Una guerra por diamantes”, me han asegurado otros muchos. La guerra en Sierra Leona tuvo sentido, quiero decir, tiene explicaciones. La violencia de las armas y el sufrimiento por supuesto que no lo tienen, pero eso no quiere decir que sean irracionales. Nos hemos acostumbrado a explicar nuestra historia, la de Europa, la de nuestras guerras, desde muchos sentidos. En cambio, cuando miramos hacia abajo, sólo vemos desorden y caos, y la guerra nos parece una disfunción, algo patológico de gente que, atrasada, no ha sabido resolver sus disputas de manera “civilizada”. En marzo de 1991, un centenar de hombres, liderados por un antiguo oficial del ejército sierraleonés, Foday Sankoh, y bajo el nombre del “Frente Unido Revolucionario” (Revolutionary United Front, RUF) irrumpía en el distrito de Kailahun, al este del país, en la frontera con Liberia, para exigir el fin del Gobienro “tirano y corrupto” del entonces Presidente del país, Joseph Saidu Momoh, del All People’s Congress (APC), partido que había gobernado casi desde el inicio de la independencia en 1961. Ciertamente, el APC, especialmente con su histórico dirigente, Siaka Stevens, había forjado paulatinamente un sistema de partido-único que excluía a múltiples sectores políticos y sociales del país. En los años setenta y principios de los ochenta, las marchas estudiantiles en contra del régimen no hicieron sino incrementar la represión de Stevens contra estos sectores. Tal y como han narrado muchos historiadores sierraleoneses, en aquellos años, se forjó una “cultura de la resistencia” al régimen de Stevens que tenía en los estudiantes universitarios y en los jóvenes ‘lumpen’ de Freetown su principal estandarte. Algunos de estos sectores viajaron a Libia, auspiciados por el régimen de Gaddaffi, quien en ese momento difundía su particular ideología panafricanista del “Libro Verde” y pretendía vengar algunos recelos personales con regímenes como el de Stevens que, presionados por EEUU, no habían respaldado su figura y proyecto. En los campos de entrenamiento libio se gestaría el RUF. Muchos de los intelectuales sierraleoneses represaliados desistieron de la idea, al considerarla desatinada. Foday Sankoh, ese encuentro diario con las extremas dificultades, de nombre y rostro concreto. Manuel se sienta a nuestra mesa, nos pregunta cómo vemos la situación política, charlamos sobre su tierra, bromea y al poco rato se levanta, reclamado por alguien que le llama. Ya en la casa de los voluntarios, nos disponemos al ritual diario del que hoy soy un intruso: sillas, luz tenue, Relec, cigarrillo, Star Beer y un buen rato de charla. Hablamos de muchas cosas: de Barcelona, del hospital, de Freetown, de los niños. Alguien me pregunta el por qué de la guerra. Y yo callo. Callo porque después de este tiempo estudiando la guerra, sus causas, sus implicados, tengo la sensación de llevarme más preguntas de las que traje y pocas respuestas claras. “Una guerra caótica y sin sentido”, me dijeron una vez. “Una guerra por diamantes”, me han asegurado otros muchos. La guerra en Sierra Leona tuvo sentido, quiero decir, tiene explicaciones. La violencia de las armas y el sufrimiento por supuesto que no lo tienen, pero eso no quiere decir que sean irracionales. Nos hemos acostumbrado a explicar nuestra historia, la de Europa, la de nuestras guerras, desde muchos sentidos. En cambio, cuando miramos hacia abajo, sólo vemos desorden y caos, y la guerra nos parece una disfunción, algo patológico de gente que, atrasada, no ha sabido resolver sus disputas de manera “civilizada”. En marzo de 1991, un centenar de hombres, liderados por un antiguo oficial del ejército sierraleonés, Foday Sankoh, y bajo el nombre del “Frente Unido Revolucionario” (Revolutionary United Front, RUF) irrumpía en el distrito de Kailahun, al este del país, en la frontera con Liberia, para exigir el fin del Gobienro “tirano y corrupto” del entonces Presidente del país, Joseph Saidu Momoh, del All People’s Congress (APC), partido que había gobernado casi desde el inicio de la independencia en 1961. Ciertamente, el APC, especialmente con su histórico dirigente, Siaka Stevens, había forjado paulatinamente un sistema de partido-único que excluía a múltiples sectores políticos y sociales del país. En los años setenta y principios de los ochenta, las marchas estudiantiles en contra del régimen no hicieron sino incrementar la represión de Stevens contra estos sectores. Tal y como han narrado muchos historiadores sierraleoneses, en aquellos años, se forjó una “cultura de la resistencia” al régimen de Stevens que tenía en los estudiantes universitarios y en los jóvenes ‘lumpen’ de Freetown su principal estandarte. Algunos de estos sectores viajaron a Libia, auspiciados por el régimen de Gaddaffi, quien en ese momento difundía su particular ideología panafricanista del “Libro Verde” y pretendía vengar algunos recelos personales con regímenes como el de Stevens que, presionados por EEUU, no habían respaldado su figura y proyecto. En los campos de entrenamiento libio se un hospital a l’àfrica un hospital en áfrica introducció 19 un hospital 25/12/08 10:16 Página 20 20 gestaría el RUF. Muchos de los intelectuales sierraleoneses represaliados desistieron de la idea, al considerarla desatinada. Foday Sankoh, un ex oficial del ejército encarcelado durante varios años por el régimen del APC por una supuesta trama golpista, permaneció y pasó a liderar el grupo. Su encuentro con el liberiano Charles Taylor sería crucial. Ambos decidirían respaldar mutuamente el inicio de la insurrección contra Samuel Doe en Liberia, en diciembre de 1989, y contra el régimen del APC en Sierra Leona, catorce meses más tarde. Las primeras incursiones del RUF fueron un éxito. Infravalorados por el Gobierno de Freetown, crecían en el este del país, una región que había sido marginada por el APC y que veía en el RUF un auténtico grupo de liberación. Asimismo, la propia Comisión para la Verdad y la Reconciliación en Sierra Leona ha asegurado que al principio el reclutamiento del grupo rebelde fue esencialmente voluntario. El RUF suponía una oportunidad para los jóvenes de las zonas rurales, que permanecían en un auténtico régimen de explotación por parte de sus autoridades tradicionales, hasta el punto que reconocidos antropólogos como Paul Richards, consideran que para estos jóvenes la guerra fue un pretexto para iniciar una “revuelta de clase”. Mientras el RUF avanzaba, un golpe de Estado tenía lugar en Freetown. En 1992, un joven militar de veintiséis años, Valentine Strasser, pasaba a liderar el Gobierno. Strasser ensanchó el ejército en miles de efectivos para hacer frente al grupo de Sankoh. Jóvenes desarraigados de la ciudad se alistaban en masa buscando en el ejército un medio de vida. La guerra se agravaba. El RUF eliminaba gradualmente a sus líderes intelectuales contrarios a los métodos utilizados por el grupo. Los reclutamientos forzados, entre ellos muchos niños y niñas, empezaron a ser masivos. El RUF perdía el apoyo popular del inicio. Fruto de esta dinámica, varios grupos empezaron a auto-organizarse para hacer frente a sus excesos, entre ellos se encontraban los llamados kamajors, en el sur del país. Strasser, por su parte, no lograba hacerse con el control de la situación y decidía contratar los servicios de una empresa sudafricana de seguridad privada. Cientos de mercenarios sudafricanos y de la Europa del Este fueron enviados a Sierra Leona a combatir el RUF. En 1996, tras las presiones de organizaciones civiles, y finalmente tras un golpe de Estado, se convocaron elecciones. El Sierra Leone’s People Party (SLPP) logró la victoria de manos del nuevo mandatario, Ahmed Tejan Kabbah, quien decidió combatir al RUF dando especial apoyo a las milicias para-gubernamentales, especialmente a los kamajors. Pocos meses más tarde, en mayo de 1997, sectores del ejército indignados con Kabbah por su gradual apoyo a las milicias para combatir a expensas del manifestaban en contra de las violaciones de los derechos humanos y exigían el retorno del gobierno elegido. Mientras, las tropas, en su mayoría nigerianas, del ECOMOG –brazo militar de la organización regional ECOWAS? combatían en la capital a los efectivos de la Junta. Contaban con el apoyo explícito y polémico del Gobierno británico de Tony Blair, quien financió el envío de armas y mercenarios a pesar de la existencia de un embargo internacional. Finalmente, en febrero de 1998, la Junta y sus efectivos eran expulsados de la capital y Kabbah regresaba de su exilio en Guinea. El peor episodio de la guerra, sin embargo, se estaba fraguando. El 6 de enero de 1999, algunos de los sectores de la expulsada Junta invadieron Freetown, asesinando en pocas semanas a más de seis mil personas. Su ataque, dicen los expertos, fue una venganza por la hostilidad con que la ciudad les había tratado durante su mandato. Nuevamente expulsados, el Gobierno de Kabbah y el RUF firmarían pocos meses más tarde un acuerdo de paz en la capital de Togo, Lomé. Para indignación de muchos sectores civiles e internacionales, el acuerdo contemplaba la integración del RUF en un gobierno de unidad nacional en el que Foday Sankoh era nombrado Vicepresidente y responsable de la explotación de las zonas diamantíferas. El Gobierno estadounidense de Clinton fue crucial en la firma de este controvertido acuerdo. Su administración no quería perpetuar otro escenario como el de Rwanda o Somalia y prefería obtener un acuerdo rápido para finalizar la guerra. No obstante, la firma llevó a una situación esperpéntica: los integrantes del supuesto gobierno de unidad continuaban enfrentándose, por lo que el Gobierno británico decidió enviar a miles de soldados para reducir a los efectivos del RUF, detener a sus principales líderes y poner punto y final a la guerra. ¿Y los diamantes? No fue una guerra por los diamantes, como tantas veces se han insistido, si bien éstos son importantes en toda la historia del conflicto. En los años treinta, con el descubrimiento de las zonas diamantíferas, una empresa británica logró la explotación exclusiva de todas ellas. Veinte años más tarde se aprobó la posibilidad de que los sierraleoneses también pudieran acceder a la explotación de estos minerales, si bien fue la comunidad libanesa en Sierra Leona la que en connivencia con el Gobierno de Stevens pasó paulatinamente a controlar toda la explotación. El RUF fue fruto de las dinámicas históricas de exclusión y represión. No obstante, Taylor sabía que la supervivencia de su grupo en Liberia dependía de la explotación de los diamantes sierraleoneses y de su venta por armas. A medida que transcurría la guerra, los diamantes fueron convirtiéndose en una fuente de lucro para muchos sectores, tanto del RUF como del ejército. Una gran red transnacional participaba en esta dinámica: abandono de las tropas militares, dieron un golpe de Estado, formando una Junta Militar en la que el RUF pasó a formar parte. La Junta contó con la oposición espontánea de numerosos colectivos civiles, que se manifestaban en contra de las violaciones de los derechos humanos y exigían el retorno del gobierno elegido. Mientras, las tropas, en su mayoría nigerianas, del ECOMOG –brazo militar de la organización regional ECOWAS? combatían en la capital a los efectivos de la Junta. Contaban con el apoyo explícito y polémico del Gobierno británico de Tony Blair, quien financió el envío de armas y mercenarios a pesar de la existencia de un embargo internacional. Finalmente, en febrero de 1998, la Junta y sus efectivos eran expulsados de la capital y Kabbah regresaba de su exilio en Guinea. El peor episodio de la guerra, sin embargo, se estaba fraguando. El 6 de enero de 1999, algunos de los sectores de la expulsada Junta invadieron Freetown, asesinando en pocas semanas a más de seis mil personas. Su ataque, dicen los expertos, fue una venganza por la hostilidad con que la ciudad les había tratado durante su mandato. Nuevamente expulsados, el Gobierno de Kabbah y el RUF firmarían pocos meses más tarde un acuerdo de paz en la capital de Togo, Lomé. Para indignación de muchos sectores civiles e internacionales, el acuerdo contemplaba la integración del RUF en un gobierno de unidad nacional en el que Foday Sankoh era nombrado Vicepresidente y responsable de la explotación de las zonas diamantíferas. El Gobierno estadounidense de Clinton fue crucial en la firma de este controvertido acuerdo. Su administración no quería perpetuar otro escenario como el de Rwanda o Somalia y prefería obtener un acuerdo rápido para finalizar la guerra. No obstante, la firma llevó a una situación esperpéntica: los integrantes del supuesto gobierno de unidad continuaban enfrentándose, por lo que el Gobierno británico decidió enviar a miles de soldados para reducir a los efectivos del RUF, detener a sus principales líderes y poner punto y final a la guerra. ¿Y los diamantes? No fue una guerra por los diamantes, como tantas veces se han insistido, si bien éstos son importantes en toda la historia del conflicto. En los años treinta, con el descubrimiento de las zonas diamantíferas, una empresa británica logró la explotación exclusiva de todas ellas. Veinte años más tarde se aprobó la posibilidad de que los sierraleoneses también pudieran acceder a la explotación de estos minerales, si bien fue la comunidad libanesa en Sierra Leona la que en connivencia con el Gobierno de Stevens pasó paulatinamente a controlar toda la explotación. El RUF fue fruto de las dinámicas históricas de exclusión y represión. No obstante, Taylor sabía que la supervivencia de su grupo en Liberia dependía de la explotación de los diamantes sierraleo- un hospital a l’àfrica un hospital en áfrica introducció un ex oficial del ejército encarcelado durante varios años por el régimen del APC por una supuesta trama golpista, permaneció y pasó a liderar el grupo. Su encuentro con el liberiano Charles Taylor sería crucial. Ambos decidirían respaldar mutuamente el inicio de la insurrección contra Samuel Doe en Liberia, en diciembre de 1989, y contra el régimen del APC en Sierra Leona, catorce meses más tarde. Las primeras incursiones del RUF fueron un éxito. Infravalorados por el Gobierno de Freetown, crecían en el este del país, una región que había sido marginada por el APC y que veía en el RUF un auténtico grupo de liberación. Asimismo, la propia Comisión para la Verdad y la Reconciliación en Sierra Leona ha asegurado que al principio el reclutamiento del grupo rebelde fue esencialmente voluntario. El RUF suponía una oportunidad para los jóvenes de las zonas rurales, que permanecían en un auténtico régimen de explotación por parte de sus autoridades tradicionales, hasta el punto que reconocidos antropólogos como Paul Richards, consideran que para estos jóvenes la guerra fue un pretexto para iniciar una “revuelta de clase”. Mientras el RUF avanzaba, un golpe de Estado tenía lugar en Freetown. En 1992, un joven militar de veintiséis años, Valentine Strasser, pasaba a liderar el Gobierno. Strasser ensanchó el ejército en miles de efectivos para hacer frente al grupo de Sankoh. Jóvenes desarraigados de la ciudad se alistaban en masa buscando en el ejército un medio de vida. La guerra se agravaba. El RUF eliminaba gradualmente a sus líderes intelectuales contrarios a los métodos utilizados por el grupo. Los reclutamientos forzados, entre ellos muchos niños y niñas, empezaron a ser masivos. El RUF perdía el apoyo popular del inicio. Fruto de esta dinámica, varios grupos empezaron a auto-organizarse para hacer frente a sus excesos, entre ellos se encontraban los llamados kamajors, en el sur del país. Strasser, por su parte, no lograba hacerse con el control de la situación y decidía contratar los servicios de una empresa sudafricana de seguridad privada. Cientos de mercenarios sudafricanos y de la Europa del Este fueron enviados a Sierra Leona a combatir el RUF. En 1996, tras las presiones de organizaciones civiles, y finalmente tras un golpe de Estado, se convocaron elecciones. El Sierra Leone’s People Party (SLPP) logró la victoria de manos del nuevo mandatario, Ahmed Tejan Kabbah, quien decidió combatir al RUF dando especial apoyo a las milicias para-gubernamentales, especialmente a los kamajors. Pocos meses más tarde, en mayo de 1997, sectores del ejército indignados con Kabbah por su gradual apoyo a las milicias para combatir a expensas del abandono de las tropas militares, dieron un golpe de Estado, formando una Junta Militar en la que el RUF pasó a formar parte. La Junta contó con la oposición espontánea de numerosos colectivos civiles, que se 21 25/12/08 10:16 Página 22 un hospital en áfrica introducción 22 desde empresas diamantíferas en Bélgica o Sudáfrica, hasta gobiernos occidentales y regionales, la propia red de al-Qada e incluso el Cártel de Medellín de Pablo Escobar. Todos fueron cómplices de un expolio que contribuyó a la prolongación de la violencia. Fue una guerra de ‘ganadores’ y ‘perdedores’. Ganaron todos aquellos que se nutrían de la violencia, fueran sierraleoneses o no, y perdieron todas aquellas personas, centenares de miles, que fueron asesinadas, mutiladas o desplazadas. Hasta 75.000 personas se estima que murieron durante los más de diez años que duraron los combates, mientras que se cifra en un millón –casi una cuarta parte del país? las personas que sufrieron algún tipo de desplazamiento. No obstante, detrás de la imagen siempre recurrente de una sociedad neutralizada por la guerra y dependiente de la ayuda internacional, son múltiples los testimonios que avalan cómo la gente se organizaba para hacer frente a las adversidades durante aquellos días. Asimismo, los colectivos de mujeres o los grupos interreligiosos fueron determinantes en la batalla por los derechos humanos y en exigir el fin de la violencia. Quedan muchos nombres, colectivos y experiencias de aquellos amargos días que, por desgracia, no han sido tan documentados, pero que hablan de una sociedad sierraleonesa despierta y haciendo frente a su historia. La intervención internacional fue importante. Naciones Unidas ordenó el despliegue de la considerada en ese momento como “la mayor misión de mantenimiento de la paz”, con 17.000 cascos azules. Multitud de ONG y organismos de todo tipo desembarcaron ya a mediados de los noventa para asistir a los afectados por la violencia. Asimismo, desde que finalizara la guerra en enero de 2002, un gran número de programas y estrategias han sido puestos en marcha por la comunidad internacional para la “reconstrucción” de Sierra Leona: la reforma del ejército y de la policía, el desarme y reinserción de los ex combatientes, la refundación del sistema de justicia, el desarrollo de programas anti-corrupción, la aprobación de una estrategia de reducción de la pobreza, la celebración de elecciones democráticas, la implementación de políticas ‘modernizadoras’ de la economía, la reconstrucción de todo tipo de infraestructuras, la aceptación por parte de los actores políticos y sociales de los estándares universales en derechos humanos, la descentralización política del país, y así un largo etcétera. Más que un ‘Plan Marshall’, Sierra Leona afronta la transformación íntegra de todos sus ámbitos, incluido el cultural. La democracia y la economía de mercado se están incrustando en el país a marchas forzadas y bajo parámetros occidentales, todo con el objetivo –se considera? de que Sierra Leona no vuelva a ‘recaer’ en otro sangriento conflicto armado. El ejercicio, muchos defienden, es noble, pero parte de una serie de fantasías, como el hecho de creer que guerra introducció neses y de su venta por armas. A medida que transcurría la guerra, los diamantes fueron convirtiéndose en una fuente de lucro para muchos sectores, tanto del RUF como del ejército. Una gran red transnacional participaba en esta dinámica: desde empresas diamantíferas en Bélgica o Sudáfrica, hasta gobiernos occidentales y regionales, la propia red de al-Qada e incluso el Cártel de Medellín de Pablo Escobar. Todos fueron cómplices de un expolio que contribuyó a la prolongación de la violencia. Fue una guerra de ‘ganadores’ y ‘perdedores’. Ganaron todos aquellos que se nutrían de la violencia, fueran sierraleoneses o no, y perdieron todas aquellas personas, centenares de miles, que fueron asesinadas, mutiladas o desplazadas. Hasta 75.000 personas se estima que murieron durante los más de diez años que duraron los combates, mientras que se cifra en un millón –casi una cuarta parte del país? las personas que sufrieron algún tipo de desplazamiento. No obstante, detrás de la imagen siempre recurrente de una sociedad neutralizada por la guerra y dependiente de la ayuda internacional, son múltiples los testimonios que avalan cómo la gente se organizaba para hacer frente a las adversidades durante aquellos días. Asimismo, los colectivos de mujeres o los grupos interreligiosos fueron determinantes en la batalla por los derechos humanos y en exigir el fin de la violencia. Quedan muchos nombres, colectivos y experiencias de aquellos amargos días que, por desgracia, no han sido tan documentados, pero que hablan de una sociedad sierraleonesa despierta y haciendo frente a su historia. La intervención internacional fue importante. Naciones Unidas ordenó el despliegue de la considerada en ese momento como “la mayor misión de mantenimiento de la paz”, con 17.000 cascos azules. Multitud de ONG y organismos de todo tipo desembarcaron ya a mediados de los noventa para asistir a los afectados por la violencia. Asimismo, desde que finalizara la guerra en enero de 2002, un gran número de programas y estrategias han sido puestos en marcha por la comunidad internacional para la “reconstrucción” de Sierra Leona: la reforma del ejército y de la policía, el desarme y reinserción de los ex combatientes, la refundación del sistema de justicia, el desarrollo de programas anticorrupción, la aprobación de una estrategia de reducción de la pobreza, la celebración de elecciones democráticas, la implementación de políticas ‘modernizadoras’ de la economía, la reconstrucción de todo tipo de infraestructuras, la aceptación por parte de los actores políticos y sociales de los estándares universales en derechos humanos, la descentralización política del país, y así un largo etcétera. Más que un ‘Plan Marshall’, Sierra Leona afronta la transformación íntegra de todos sus ámbitos, incluido el cultural. La y paz son aspectos lineales, consecutivos y lógicos si se siguen una serie de técnicas y programas, definidos en su totalidad en Nueva York o Bruselas. Lo cierto es que tras seis años del fin de la guerra, la comunidad internacional denuncia una y otra vez malversación por parte de los actores locales y critica los escasos resultados obtenidos teniendo en cuenta los miles de millones de dólares invertidos hasta el momento. Al margen de las contradicciones y dilemas que suscita todo este proceso, Sierra Leona sigue albergando una gran masa de jóvenes desempleados y excluidos del crecimiento económico que el país, dicen, ha experimentado; los índices de mortalidad infantil y materna se sitúan entre los más elevados del planeta; la extracción y comercialización de diamantes no es transparente del todo, a pesar de los múltiples mecanismos internacionales puestos en marcha, ni repercute en el desarrollo del país; o el arroz, alimento diario para la totalidad de la población, sigue siendo en buena parte importado. Verdaderamente, la mayoría del país hace frente a unas condiciones de vida extremas. Conseguir dos platos de arroz diario, pagar las tasas escolares de los más pequeños o acceder a un tratamiento hospitalario son auténticas quimeras. La ‘paz’ ha generado las falsas expectativas de que el ‘desarrollo’ y el bienestar iban a llegar, como una fórmula casi mágica, de la mano de un puñado de programas internacionales y en el plazo de pocos años. No ha sido así y Freetown y el resto del país se mueven al ritmo de la supervivencia. La gente sufre, resiste y continúa hacia adelante. En los últimos días de mi estancia en el país, Abu, Gbessay y Filare, amigos incondicionales, estrenaban poda-poda con el que salían a las calles de Freetown a ganarse la vida y a luchar por un futuro más próspero. En la parte frontal, en letras grandes y blancas, bajo un azul marino recién pintado, habían escrito “Live on Hope”. “Vive en esperanza”, era el mensaje que cada día pretendían enviar a su gente. Sierra Leona, sin duda, ?pensé? se mueve y vive en esperanza. democracia y la economía de mercado se están incrustando en el país a marchas forzadas y bajo parámetros occidentales, todo con el objetivo –se considera? de que Sierra Leona no vuelva a ‘recaer’ en otro sangriento conflicto armado. El ejercicio, muchos defienden, es noble, pero parte de una serie de fantasías, como el hecho de creer que guerra y paz son aspectos lineales, consecutivos y lógicos si se siguen una serie de técnicas y programas, definidos en su totalidad en Nueva York o Bruselas. Lo cierto es que tras seis años del fin de la guerra, la comunidad internacional denuncia una y otra vez malversación por parte de los actores locales y critica los escasos resultados obtenidos teniendo en cuenta los miles de millones de dólares invertidos hasta el momento. Al margen de las contradicciones y dilemas que suscita todo este proceso, Sierra Leona sigue albergando una gran masa de jóvenes desempleados y excluidos del crecimiento económico que el país, dicen, ha experimentado; los índices de mortalidad infantil y materna se sitúan entre los más elevados del planeta; la extracción y comercialización de diamantes no es transparente del todo, a pesar de los múltiples mecanismos internacionales puestos en marcha, ni repercute en el desarrollo del país; o el arroz, alimento diario para la totalidad de la población, sigue siendo en buena parte importado. Verdaderamente, la mayoría del país hace frente a unas condiciones de vida extremas. Conseguir dos platos de arroz diario, pagar las tasas escolares de los más pequeños o acceder a un tratamiento hospitalario son auténticas quimeras. La ‘paz’ ha generado las falsas expectativas de que el ‘desarrollo’ y el bienestar iban a llegar, como una fórmula casi mágica, de la mano de un puñado de programas internacionales y en el plazo de pocos años. No ha sido así y Freetown y el resto del país se mueven al ritmo de la supervivencia. La gente sufre, resiste y continúa hacia adelante. En los últimos días de mi estancia en el país, Abu, Gbessay y Filare, amigos incondicionales, estrenaban poda-poda con el que salían a las calles de Freetown a ganarse la vida y a luchar por un futuro más próspero. En la parte frontal, en letras grandes y blancas, bajo un azul marino recién pintado, habían escrito “Live on Hope”. “Vive en esperanza”, era el mensaje que cada día pretendían enviar a su gente. Sierra Leona, sin duda, ?pensé? se mueve y vive en esperanza. un hospital a l’àfrica un hospital 23 un hospital 25/12/08 10:16 Página 24 Jose Maria Quintilla Martínez Susana Guillemas Roca Jose Antonio Mora Yelamos Jesus Pineda Sanchez Marta Rives Clemente Tomás Asensio Torres Mercedes Guallart Montse Junca Mª Mercedes Fuentes Marta Sanroman Andres Calvo Carlota Collazos Marisa Manzano Canillas Susana Ruiz Garcia-Diego Carlos Fabrega Agullo Ignacio Pallares Carretero Susana Segura Matute Carmen Dominguez Delso Luis Ramos Martin Ana Alarcon Allen Magda Ortilles Justo Moreno Garcia Maria Vendrell Condeminas Aina Martinez Planas Mercé Ribe Roser Garrido Romero Ivan Sanchez Fernandez Tomas Asensio Imma Mir Alejandro Lucena Josep Maria Ribo Miguel Angel Quilez Laura Saura Marta Simo Josep Montes Gloria Nicolas Maget Mabrouk Lucas Krauel Javier Krauel Teresa Santaliestra Vanesa Gonzalez Ana Campillo Hermoso Montserra Campillo Trias Julia Jordan Trias Vicky Asensio Marta Trias Maget Mabrouk Carmen Dominguez Delso Hsjd Altres Altaia Curia Hsjd Altres HSJD HSJD HSJD HSJD Manacor HSJD HSJD HSJD HSJD HSJD HSJD HSJD Voluntari HSJD ICS HSJD HSJD HSJD HSJD HSJD HSJD HSJD HSJD Voluntari HSJD Voluntari HSJD HSJD HSJD HSJD HSJD HSJD HSJD HSJD Manresa Voluntari Voluntari Voluntari Voluntari HSJD HSJD HSJD Metge Infermera Infermer Metge Auxiliar Inf Metge Infermera Infermera Infermera Pediatra Cirurgia Infermera Infermera Pediatra Mitjans Audiovisuals Infermer Metge Infermera Informàtic Pediatra Infermera Tecni Lab Magatzem Metge Infermeria Pediatra Resident Metge Infermera Cirurja Informàtic Cirurja Pediatra Infermer Infermera Anestesista cirurgia Pediatra Infermera Infermera Infermera Anestesista Infermera 7/7/05 7/7/05 7/7/05 17/7/05 31/7/05 27/8/05 27/8/05 2/10/05 12/11/05 11/12/05 24/7/05 24/7/05 21/7/05 4/9/05 4/9/05 17/1/06 9/10/05 13/11/05 12/1/06 5/3/06 8/1/06 19/2/06 19/2/06 19/2/06 12/3/06 30/3/06 20/4/06 7/5/06 8/5/06 8/5/06 8/5/06 29/5/06 30/3/06 29/5/06 18/6/06 2/7/06 25/6/06 25/6/06 5/3/06 2/4/06 2/4/06 2/3/06 23/4/06 15/5/06 4/6/06 26/6/06 26/6/06 6/8/06 6/8/06 23/7/06 13/4/06 2/7/06 13/8/06 16/7/06 25/6/07 6/8/06 26/7/06 17/9/06 26/7/06 26/7/06 3/8/06 3/9/06 26/7/06 27/9/06 27/9/06 27/9/06 2/11/06 2/11/06 2/11/06 2/11/06 2/11/06 2/11/06 8/12/06 8/12/06 4/9/06 1/10/06 1/10/06 1/10/06 31/8/06 16/10/06 18/8/06 3/12/06 3/12/06 12/11/06 14/12/06 14/12/06 14/12/06 14/12/06 14/12/06 14/12/06 4/1/07 25/1/07 Marta Sanroman Nuria Rovira Antonio Onzain Rebeca La Hoz Montse Ribas Mª Rosa Alseda Soler Maria Dolores Rosines Ana Maria Badrenas Beatriu Caussignac Pilar Casanova Marta Clapes Patricia Sabater Marta Molins Marta Sanroman Francisco Martinez Marta Millet Montse Junca Salvador Simo Ana Ortega Maget Mabrouk Silvia Cipres Santiago Nevot Esperanza Macia Maribel Pares Albert Pérez Victor Escribano Carlota Trinxet Rosa Maria Alseda Marta Clapes Pablo Velasco Marta Rives Clemente Maria Padro Hernandez Ofelia Cruz Martinez Mª Angels Gutierrez Caroline Gelosi Montse Joanos Mª Mercedes Fuentes Roser Porta Germa Fernando Aguilo Antonio Vela Mª Angeles de Marco Carolina Sabaté Carmen Vega Carmen Dominguez Delso Ana Morillo Carlos Godoy Carlos Fabrega Agullo Sergio Rojo HSJD HSJD H.Cruces HSJD Can Ruti Manresa Manresa Manresa HSJD Badalona ICS HSJD Maresme HSJD HSJD HSJD HSJD Privat HSJD HSJD HSJD Althaia Manresa Altahia Farma Mundi Voluntari Privat Althaia Privat Val d'Hebron HSJD HSJD HSJD Altahia HSJD Particular HSJD IU Dexeus HSJD HSJD Particular HSJD EUI SJD HSJD HSJD Particular HSJD Comitas Pediatra Pediatra Cirurgia Pediatra Infermera Instrumentista Cirurgiana Cirurgiana Infermera Instrumentista Pediatra Infermera Adbocada Pediatra Banc de Sang Comptabilitat Infermera Radiologia Anestesista Anestesista Infermera Pediatra Pediatra Infermera Farmaceutic Instrumentista Instrumentista Pediatra Resident Auxiliar Inf Supervisora Inf Pediatra Infermera Farmaceutica Metge Infermera pediatra Metge Metge Infermera Secretaria Professora EUI Infermera Pediatra Acompanyant Mitjans Audiovisuals Comitas 8/12/06 14/1/07 14/1/07 14/1/07 14/1/07 15/2/07 16/2/07 17/2/07 4/3/07 4/3/07 4/4/07 22/4/07 22/4/07 3/6/07 3/6/07 4/7/07 4/7/07 3/7/07 29/7/07 29/7/07 27/8/07 29/8/07 30/9/07 30/9/07 30/9/07 7/11/07 7/11/07 7/11/07 22/11/07 5/12/07 17/12/07 17/1/08 17/1/08 3/2/08 27/1/08 4/2/08 28/2/08 1/4/08 10/4/08 10/4/08 10/4/08 10/4/08 10/4/08 24/4/08 19/5/08 19/5/08 17/4/08 17/4/08 25/1/07 15/4/07 11/2/07 11/2/07 15/4/07 16/3/07 16/3/07 16/3/07 7/5/07 7/5/07 11/6/07 12/7/07 7/5/07 3/1/08 3/8/07 30/8/07 6/9/07 11/9/07 31/8/07 31/8/07 30/12/07 28/9/07 30/11/07 30/11/07 30/1/08 7/12/07 18/12/07 30/11/07 22/5/08 21/12/07 22/1/08 4/3/08 12/3/08 12/3/08 5/5/08 26/3/08 3/5/08 16/6/08 17/5/08 17/5/08 17/5/08 17/5/08 26/4/08 9/7/08 16/7/08 16/7/08 29/4/08 29/4/08 un unhospital hospitalaal’àfrica l’àfrica voluntarios en el hospital / voluntaris a l’hospital un hospital 25/12/08 10:16 Página 26 malaria malària ¡puta malaria! ¡puta malaria! pronunciado mil veces. Martha Kamara vino hoy a urgencias en coma y convulsionando.¡Malaria cerebral! Falleció en menos de una hora. Era una niña preciosa y bien nutrida. Su madre que todavía la amamantaba, cuando la vio muerta, se arrancó la blusa y gritando su nombre, estiraba sus pechos hacia ella como si quisiera seguir dándole la vida que la puta malaria le arrebató. un hospital en áfrica Xavier K 26 En el Saint John of God CH de Sierra Leona más de 1000 niños ingresan cada año por malaria. Un 15% de estos mueren, la malaria es especialmente grave en los menores de dos años. Creo que fue Susana quien acuñó este término que todos hemos pronunciado mil veces. Martha Kamara vino hoy a urgencias en coma y convulsionando.¡Malaria cerebral! Falleció en menos de una hora. Era una niña preciosa y bien nutrida. Su madre que todavía la amamantaba, cuando la vio muerta, se arrancó la blusa y gritando su nombre, estiraba sus pechos hacia ella como si quisiera seguir dándole la vida que la puta malaria le arrebató. Xavier K En el Saint John of God CH de Sierra Leona más de 1000 niños ingresan cada año por malaria. Un 15% de estos mueren, la malaria es especialmente grave en los menores de dos años. Colocación de mosquiteras impregnadas con permetrina en una sala del hospital. Colocación de mosquiteras impregnadas con permetrina en una sala del hospital. un hospital a l’àfrica Creo que fue Susana quien acuñó este término que todos hemos 27 25/12/08 10:16 Página 28 malària un hospital en áfrica malaria 28 malaria o paludismo malaria o paludismo Las hembras del mosquito anófeles necesitan sangre para el desarrollo de sus huevos, si un mosquito pica a un enfermo de malaria, adquiere el plasmodio y lo acumula en su saliva. Al picar a otra persona le transmite la enfermedad (ver esquema del ciclo del plasmodio). La mosquitera impide la picadura pero además cuando el mosquito entra en contacto con ella, muere. Las hembras del mosquito anófeles necesitan sangre para el desarrollo de sus huevos, si un mosquito pica a un enfermo de malaria, adquiere el plasmodio y lo acumula en su saliva. Al picar a otra persona le transmite la enfermedad (ver esquema del ciclo del plasmodio). La mosquitera impide la picadura pero además cuando el mosquito entra en contacto con ella, muere. La mitad de la población mundial esta en riesgo de adquirir el paludismo. El informe OMS 2008 estima que en 2006 hubo en el mun-do 247 millones de casos que provocaron 881.000 muertes mayo-ritariamente entre mujeres embarazadas y niños menores de 5 años. La mitad de la población mundial esta en riesgo de adquirir el paludismo. El informe OMS 2008 estima que en 2006 hubo en el mun-do 247 millones de casos que provocaron 881.000 muertes mayo-ritariamente entre mujeres embarazadas y niños menores de 5 años. GMP (Global Malaria Program) es el organismo la OMS responsable de la lucha antimalárica en el mundo. Las estrategias actuales de la lucha antimalárica se basan en el control del vector (mosquito) mediante el empleo de mosquiteras impregnadas con insecticidas de larga duración y la aplicación de insecticidas en el interior de locales y viviendas y la lucha contra la enfermedad mediante el empleo de tratamientos combinados con productos derivados de la artemisina para evitar las resistencias del parásito (plasmodio). GMP (Global Malaria Program) es el organismo la OMS responsable de la lucha antimalárica en el mundo. Las estrategias actuales de la lucha antimalárica se basan en el control del vector (mosquito) mediante el empleo de mosquiteras impregnadas con insecticidas de larga duración y la aplicación de insecticidas en el interior de locales y viviendas y la lucha contra la enfermedad mediante el empleo de tratamientos combinados con productos derivados de la artemisina para evitar las resistencias del parásito (plasmodio). En la WEB de la OMS www.who.int/malaria/ se describen los protocolos de actuación y la situación de la malaria en el mundo. En la WEB de la OMS www.who.int/malaria/ se describen los protocolos de actuación y la situación de la malaria en el mundo. un hospital a l’àfrica un hospital 29 un hospital 25/12/08 10:16 Página 30 largas esperas largas esperas Para llegar al laboratorio del hospital hay que atravesar un largo pasillo donde están las consultas del OPD de adultos. El OPD son las consultas externas del hospital. En este pasillo, ser un paciente adquiere su máxima expresión. A ambos lados del corredor se extienden largos bancos de madera donde la gente se sienta y espera, se tumba y espera, duerme y espera a que alguien pronuncie su nombre. Forman una larga y asfixiante serpentina multicolor de cuerpos y ropas de colores chillones; porque cuando vienen al médico, se visten con sus mejores galas; y así de elegantes esperan, esperan y esperan hasta entrar en una especie de letargo. Al final del pasillo hay una sala oscura y cerrada donde esperan y esperan los pacientes pacientes que tienen que hacerse un análisis. No hay ventanas. El ambiente es sofocante. Allí se pueden juntar más de cincuenta personas. Huele a sudor viejo, espeso y fermentado. Falta el aire. Nadie sabe cuándo será llamado. A cada paciente le llaman cuando le llaman, puede ser hoy o puede ser mañana. Si no es hoy y el paciente vive lejos, tendrá que quedarse a dormir. ¿Y dónde hacerlo si no hay pensiones, ni hostales, ni hoteles? En el hospital. En los largos bancos de madera. Así, cuando mañana alguien pronuncie su nombre sólo tendrá que abrir los ojos, bostezar, estirarse y extender el brazo para que le saquen sangre. Pero nadie se queja, nadie se enfada ni desespera. Ni siquiera tratándose de un hospital privado, donde la gente paga por todo. Las cosas son así. El tiempo no existe, a nadie le preocupa perderlo o malgastarlo, la vida se construye con cada latido del corazón. un hospital en áfrica un hospital a l’àfrica Luis R. Para llegar al laboratorio del hospital hay que atravesar un largo pasillo donde están las consultas del OPD de adultos. El OPD son las consultas externas del hospital. En este pasillo, ser un paciente adquiere su máxima expresión. A ambos lados del corredor se extienden largos bancos de madera donde la gente se sienta y espera, se tumba y espera, duerme y espera a que alguien pronuncie su nombre. Forman una larga y asfixiante serpentina multicolor de cuerpos y ropas de colores chillones; porque cuando vienen al médico, se visten con sus mejores galas; y así de elegantes esperan, esperan y esperan hasta entrar en una especie de letargo. Al final del pasillo hay una sala oscura y cerrada donde esperan y esperan los pacientes pacientes que tienen que hacerse un análisis. No hay ventanas. El ambiente es sofocante. Allí se pueden juntar más de cincuenta personas. Huele a sudor viejo, espeso y fermentado. Falta el aire. Nadie sabe cuándo será llamado. A cada paciente le llaman cuando le llaman, puede ser hoy o puede ser mañana. Si no es hoy y el paciente vive lejos, tendrá que quedarse a dormir. ¿Y dónde hacerlo si no hay pensiones, ni hostales, ni hoteles? En el hospital. En los largos bancos de madera. Así, cuando mañana alguien pronuncie su nombre sólo tendrá que abrir los ojos, bostezar, estirarse y extender el brazo para que le saquen sangre. Pero nadie se queja, nadie se enfada ni desespera. Ni siquiera tratándose de un hospital privado, donde la gente paga por todo. Las cosas son así. El tiempo no existe, a nadie le preocupa perderlo o malgastarlo, la vida se construye con cada latido del corazón. Luis R. 30 31 un hospital 25/12/08 10:16 Página 32 escola d’enfermeria escuela de enfermería Las alumnas de la escuela de enfermería revolotean por las salas del hospital. Sus cuerpos rotundos y su espontaneidad dan al traste con las pretensiones de disciplina del uniforme. Les alumnes de l’escola d’infermeria papalloneigen per les sales de l’hospital. Els seus cossos rotunds i espontaneitat poden més que les pretensions de disciplina de l’uniforme. un hospital en áfrica un hospital a l’àfrica Roser P 32 33 un hospital 25/12/08 10:16 Página 34 malnutrición malnutrició “un niño que muere de hambre, muere asesinado” “un nen que mor de gana, mor assassinat” un niño de menos de 10 años muere cada siete segundos y cada cuatro minutos uno queda ciego por falta de vitamina a. El orden mundial no es sólo asesino, sino absurdo, pues mata sin necesidad. Hoy ya no existen las fatalidades. Un niño que muere de hambre hoy, muere asesinado. Jean Ziegler. Relator de la ONU para la alimentación. El País, 09/05/05 un nen de menys de 10 anys mor cada set segons i cada quatre minuts un queda cec per falta de vitamina A. L’ ordre mundial nonomés és assessí, sino absurd, per que mata sense necessitat. Avui en dia ja no existeixen les fatalitats. Un nen que mor de gana avui, mor assessinat. un hospital en áfrica un hospital a l’àfrica Jean Ziegler. Relator de la ONU para la alimentación. El País, 09/05/05 34 35 un hospital 25/12/08 10:16 Página 36 malnutrición malnutrició La nutrició és esencial per la fundació de la salud, el desenvolupament, i la protecció contra les malalties, sobre tot les infeccioses. Els nens ben nodrits aprenen millor, són més forts, i tenen més oportunitats de fugir dels cercles de fam i pobresa. La malnutrició severa es defineix com un pes molt baix en relació a la talla (menys de 3 desviacions estándar segons els estándars de creixement definits per la OMS), i es manifesta de dues maneres: aprimament extrem o ‘edemes’ (inflor), sobre tot de cames i cara. Un 54% dels 10.8 milions de nens de menys de 5 anys que moren anualment al món pateixen de malnutrició, i aquesta és causa directa de la mort de 1 milió de nens a l’any. Els països de l’Àfrica subsahariana concentren les majors tases. Sierra Leone es troba entre els països amb una incidència més alta. Les estratègies tradicionals per tractar la malnutrició es basen en l’ingrés dels nens a l’hospital per que rebin l’alimentació terapèutica amb fórmules especials, però tenen una cobertura i impacte limitats. Les estratègies presents i de futur proposades per la OMS i les Nacions Unides aposten una intervenció a gran escala a nivell de les comunitats, tractant els nens malnutrits a casa seva, i enviant a l’hospital només els que tenen complicacions asociades. (Joint Statement de la OMS, el Programa Mundial d’Alimentació, el Comité de Nutrició de les Nacions Unides i la Childrens Fund de les Nacions Unides) un hospital a l’àfrica Font: Nacions Unides un hospital en áfrica Font: Nacions Unides La nutrició és esencial per la fundació de la salud, el desenvolupament, i la protecció contra les malalties, sobre tot les infeccioses. Els nens ben nodrits aprenen millor, són més forts, i tenen més oportunitats de fugir dels cercles de fam i pobresa. La malnutrició severa es defineix com un pes molt baix en relació a la talla (menys de 3 desviacions estándar segons els estándars de creixement definits per la OMS), i es manifesta de dues maneres: aprimament extrem o ‘edemes’ (inflor), sobre tot de cames i cara. Un 54% dels 10.8 milions de nens de menys de 5 anys que moren anualment al món pateixen de malnutrició, i aquesta és causa directa de la mort de 1 milió de nens a l’any. Els països de l’Àfrica subsahariana concentren les majors tases. Sierra Leone es troba entre els països amb una incidència més alta. Les estratègies tradicionals per tractar la malnutrició es basen en l’ingrés dels nens a l’hospital per que rebin l’alimentació terapèutica amb fórmules especials, però tenen una cobertura i impacte limitats. Les estratègies presents i de futur proposades per la OMS i les Nacions Unides aposten una intervenció a gran escala a nivell de les comunitats, tractant els nens malnutrits a casa seva, i enviant a l’hospital només els que tenen complicacions asociades. (Joint Statement de la OMS, el Programa Mundial d’Alimentació, el Comité de Nutrició de les Nacions Unides i la Childrens Fund de les Nacions Unides) 36 37 38 25/12/08 10:16 Página 38 Las cosas en Africa van lentas, muy lentas, su tiempo es diferente al nuestro. Esto exaspera a los voluntarios que por primera vez van allí y se encuentran con una realidad radicalmente opuesta a la nuestra. Hay que ser paciente y constante y aceptar sin resignarse... Tomas A. Las cosas en Africa van lentas, muy lentas, su tiempo es diferente al nuestro. Esto exaspera a los voluntarios que por primera vez van allí y se encuentran con una realidad radicalmente opuesta a la nuestra. Hay que ser paciente y constante y aceptar sin resignarse... un hospital a l’àfrica un hospital en áfrica un hospital 39 un hospital 25/12/08 10:16 Página 40 quirófanos quiròfans un hospital en áfrica un hospital a l’àfrica Manuel i la seva ajudant en acció Manuel y su ayudante en acción 40 41 25/12/08 10:16 Página 42 entrevista a Fernando Aguiló entrevista a Fernando Aguiló un hospital en áfrica Desde que entre en la Orden de los Hermanos de San Juan de Dios la idea de ir a las misiones siempre me cautivó y cuando me propusieron estudiar medicina para ejercerla en África, no me lo pensé dos veces y acepté. 42 Era conocido como “Pa Richard” y todavía hoy es recordado en el país como el medico de la “machine” haciendo referencia a la radioscopia, aparato diagnóstico que dominaba de modo increíble. Hablar con el hermano Fernando Aguiló, o con “Pa Fanando”, como le conocen en Sierra Leona, es una oportunidad única de conocer de primera mano una gran parte de la historia del hospital de Mabesseneh. ¿Cuál fue tu primer contacto con el hospital? Desde que entre en la Orden de los Hermanos de San Juan de Dios la idea de ir a las misiones siempre me cautivó y cuando me propusieron estudiar medicina para ejercerla en África, no me lo pensé dos veces y acepté. Una vez que terminé los estudios de la carrera de medicina en Barcelona, durante unos años estuve en el Servicio de Obstetricia y Ginecología en nuestro hospital de San Juan de Dios de Esplugues con el fin de formarme más específicamente en esta especialidad. La información que tenía por parte de los Hermanos, que ya trabajaban en Sierra Leona, señalaba que era en este campo donde tendría más problemas a la vez que, casualmente, ésta sería una de mis tareas allí encomendadas. Hablar con el hermano Fernando Aguiló, o con “Pa Fanando”, como le conocen en Sierra Leona, es una oportunidad única de conocer de primera mano una gran parte de la historia del hospital de Mabesseneh. ¿Cuál fue tu primer contacto con el hospital? Desde que entre en la Orden de los Hermanos de San Juan de Dios la idea de ir a las misiones siempre me cautivó y cuando me propusieron estudiar medicina para ejercerla en África, no me lo pensé dos veces y acepté. Una vez que terminé los estudios de la carrera de medicina en Barcelona, durante unos años estuve en el Servicio de Obstetricia y Ginecología en nuestro hospital de San Juan de Dios de Esplugues con el fin de formarme más específicamente en esta especialidad. La información que tenía por parte de los Hermanos, que ya trabajaban en Sierra Leona, señalaba que era en este campo donde tendría más problemas a la vez que, casualmente, ésta sería una de mis tareas allí encomendadas. Y te hablaron del hospital de Mabesseneh... El hospital de los Hermanos de San Juan de Dios de Mabesseneh era un pequeño centro hospitalario rural que estaba a las afueras de Lunsar, concretamente en una pequeña aldea llamada Mabesseneh. Se atendía en él, básicamente, estas cuatro especialidades: medicina interna, cirugía, obstetricia y pediatría. Y te hablaron del hospital de Mabesseneh... Me imagino que las condiciones de la práctica médica serían muy difíciles. Se contaba con pocos recursos económicos y las ayudas nos venían principalmente de la Orden Hospitalaria de S. Juan de Dios y de distintas organizaciones benéficas con las que nos íbamos relacionando para que nos financiaran distintos proyectos y mejoras del centro. El hospital fue creciendo, y rápidamente se paso de las 30 camas en 1967, a las 70 en 1983; a finales de 1994 ya teníamos montado todo un complejo sanitario que consistía en 110 camas de hospitalización, 60 camas de convalecientes y 24 camas de tuberculosos. Me imagino que las condiciones de la práctica médica serían muy difíciles. ¿Cuántos médicos trabajabais allí para atender a tal número de pacientes? En mis primeras etapas tengo que hacer mención de dos hermanos que fueron los pilares del centro. En primer lugar el Hno. Ricardo Botifoll, médico neumólogo, que al incorporarme al hospital él se centro más en la atención a la medicina interna. Era conocido como “Pa Richard” y todavía hoy es recordado en el país como el medico de la “machine” haciendo referencia a la radioscopia, aparato diagnóstico que dominaba de modo increíble. Y, por otro lado, al Hno. José María Pérez, “Brother Josep”, que es el responsable de la construcción de la mayoría de los edificios del hospital así como por sus gestiones en los ministerios del Gobierno en Freetown, capital de Sierra Leona. Durante muchos años estuvimos solos el Hno. Ricardo y yo como médicos al frente del hospital. Para poder atender a nuestros pacientes preparamos algunos enfermeros para que nos ayudaran a hacer el “screening” (selección de pacientes por patología y gravedad) en consultas externas y las pequeñas urgencias del día a día. ¿Cuántos médicos trabajabais allí para atender a tal número de pacientes? En mis primeras etapas tengo que hacer mención de dos hermanos que fue- El día a día... ¿Cómo era el día a día del hermano Fernando en El día a día... ¿Cómo era el día a día del hermano Fernando en El hospital de los Hermanos de San Juan de Dios de Mabesseneh era un pequeño centro hospitalario rural que estaba a las afueras de Lunsar, concretamente en una pequeña aldea llamada Mabesseneh. Se atendía en él, básicamente, estas cuatro especialidades: medicina interna, cirugía, obstetricia y pediatría. Se contaba con pocos recursos económicos y las ayudas nos venían principalmente de la Orden Hospitalaria de S. Juan de Dios y de distintas organizaciones benéficas con las que nos íbamos relacionando para que nos financiaran distintos proyectos y mejoras del centro. El hospital fue creciendo, y rápidamente se paso de las 30 camas en 1967, a las 70 en 1983; a finales de 1994 ya teníamos montado todo un complejo sanitario que consistía en 110 camas de hospitalización, 60 camas de convalecientes y 24 camas de tuberculosos. ron los pilares del centro. En primer lugar el Hno. Ricardo Botifoll, médico neumólogo, que al incorporarme al hospital él se centro más en la atención a la medicina interna. Era conocido como “Pa Richard” y todavía hoy es recordado en el país como el medico de la “machine” haciendo referencia a la radioscopia, aparato diagnóstico que dominaba de modo increíble. Y, por otro lado, al Hno. José María Pérez, “Brother Josep”, que es el responsable de la construcción de la mayoría de los edificios del hospital así como por sus gestiones en los ministerios del Gobierno en Freetown, capital de Sierra Leona. Durante muchos años estuvimos solos el Hno. Ricardo y yo como médicos al frente del hospital. Para poder atender a nuestros pacientes preparamos algunos enfermeros para que nos ayudaran a hacer el “screening” (selección de pacientes por patología y gravedad) en consultas externas y las pequeñas urgencias del día a día. un hospital a l’àfrica un hospital 43 25/12/08 10:16 Página 44 entrevista a Fernando Aguiló entrevista a Fernando Aguiló un hospital en áfrica Por mucho que uno intente prepararse para el trabajo en África la realidad siempre desborda. 44 Mabesseneh?; ¿tal y como lo habías imaginado mientras soñabas con trabajar en África? Por mucho que uno intente prepararse para el trabajo en África la realidad siempre desborda. Me encontré superado en todos los sentidos; cuesta mucho imaginarte lo que te encuentras ya que siempre piensas que exageran cuando te informaban de la realidad que te ibas a encontrar. La pobreza del país, la falta de recursos, el choque cultural y el deterioro de las instituciones. Del mapa sanitario perfecto y jerarquizado que te agencias en la escasa información que pude encontrar, en la realidad era todo obsoleto o simplemente inexistente. Me hizo sentirme solo y desamparado. Mabesseneh?; ¿tal y como lo habías imaginado mientras soñabas con trabajar en África? Algo así como empezar de cero; volver a estudiar “otra carrera de medicina”... La mayoría de nuestros pacientes venían en fases muy avanzadas de la enfermedad; pero, sobretodo, la obstetricia que me encontré no tenía nada que ver con la que había visto en España, y al no poder derivar a los pacientes a otros centros tuve que afrontar la nueva situación lo mejor que pude. Era como hacer una regresión al pasado, a la España interior de los pueblos a principios de siglo XX y a los heroicos médicos de pueblo. Encontré la mejor ayuda en los libros médicos antiguos del Hno. Ricardo y tuve que formarme de forma autodidáctica en cirugía general. Para mí fue una gran ayuda el paso de algunos médicos cirujanos del hospital de San Juan de Dios de Barcelona (Dr. Isidro Claret, Dr. José María Ribó…) durante sus vacaciones en donde me ayudaron a mejorar la técnica quirúrgica y a resolver problemas de urgencia. Algo así como empezar de cero; volver a estudiar “otra carrera de medicina”... Supongo que de todas las experiencias vividas, desde el punto de vista de un médico formado en occidente, siempre habrá algo que impacte más... Personalmente el impacto más duro para un profesional sanitario en las zonas rurales africanas lo encuentra en la atención de los niños y en las maternidades. La alta mortalidad infantil debido a la malaria, enfermedades gastrointestinales (diarreas), la malnutrición y enfermedades respiratorias, muchas de ellas prevenibles, y sabiendo que con unos recursos mínimos sanitarios podrías evitar muchas de estas muertes, cuesta aceptar… mejor dicho no hay que aceptarlas; hay que luchar para no acostumbrarse a ver morir a tantos niños. En el segundo lugar como impacto negativo estarían las maternidades, mujeres muy jóvenes gestantes sin atención profesional ni durante el embrazo ni durante el parto hace que acudan a los centros sanitarios, ya deficientes en sí, en pésimas condiciones, con una elevada mortalidad y morbilidad materna y con la pérdida de sus niños, lo cual las estigmatiza por vida en caso de fístulas vesico-recto-vaginales posteriores al parto. Supongo que de todas las experiencias vividas, desde el punto de vista de un médico formado en occidente, siempre habrá algo que impacte más... Además de trabajar mucho, día y noche, noche y día, tendrías tiempo para otras cosas, ¿o no? Mi estancia en Lunsar se puede resumir en el trabajo en consultas externas y en horas y horas dedicadas en el quirófano. Mi contacto con la gente, aparte del hospital, fueron los pequeños paseos por las aldeas cercanas sobretodo al atardecer en los fines de semana si no había urgencias quirúrgicas. Fueron paseos inolvidables, cuando la gente preparaba su única comida del día… el arroz con el “plasas” (salsa), generalmente de hoja de patata o casaba, aceite de palmera, chille y pescado ahumado -éste era escaso ya que la mayoría de la gente de Mabesseneh, Makomp y Mabeto no tiene mucho poder adquisitivo-. El ir por las cocinas era todo un acontecimiento y al mismo tiempo Además de trabajar mucho, día y noche, noche y día, tendrías tiempo para otras cosas, ¿o no? Por mucho que uno intente prepararse para el trabajo en África la realidad siempre desborda. Me encontré superado en todos los sentidos; cuesta mucho imaginarte lo que te encuentras ya que siempre piensas que exageran cuando te informaban de la realidad que te ibas a encontrar. La pobreza del país, la falta de recursos, el choque cultural y el deterioro de las instituciones. Del mapa sanitario perfecto y jerarquizado que te agencias en la escasa información que pude encontrar, en la realidad era todo obsoleto o simplemente inexistente. Me hizo sentirme solo y desamparado. La mayoría de nuestros pacientes venían en fases muy avanzadas de la enfermedad; pero, sobretodo, la obstetricia que me encontré no tenía nada que ver con la que había visto en España, y al no poder derivar a los pacientes a otros centros tuve que afrontar la nueva situación lo mejor que pude. Era como hacer una regresión al pasado, a la España interior de los pueblos a principios de siglo XX y a los heroicos médicos de pueblo. Encontré la mejor ayuda en los libros médicos antiguos del Hno. Ricardo y tuve que formarme de forma autodidáctica en cirugía general. Para mí fue una gran ayuda el paso de algunos médicos cirujanos del hospital de San Juan de Dios de Barcelona (Dr. Isidro Claret, Dr. José María Ribó…) durante sus vacaciones en donde me ayudaron a mejorar la técnica quirúrgica y a resolver problemas de urgencia. La mayoría de nuestros pacientes venían en fases muy avanzadas de la enfermedad Personalmente el impacto más duro para un profesional sanitario en las zonas rurales africanas lo encuentra en la atención de los niños y en las maternidades. La alta mortalidad infantil debido a la malaria, enfermedades gastrointestinales (diarreas), la malnutrición y enfermedades respiratorias, muchas de ellas prevenibles, y sabiendo que con unos recursos mínimos sanitarios podrías evitar muchas de estas muertes, cuesta aceptar… mejor dicho no hay que aceptarlas; hay que luchar para no acostumbrarse a ver morir a tantos niños. En el segundo lugar como impacto negativo estarían las maternidades, mujeres muy jóvenes gestantes sin atención profesional ni durante el embrazo ni durante el parto hace que acudan a los centros sanitarios, ya deficientes en sí, en pésimas condiciones, con una elevada mortalidad y morbilidad materna y con la pérdida de sus niños, lo cual las estigmatiza por vida en caso de fístulas vesico-recto-vaginales posteriores al parto. Mi estancia en Lunsar se puede resumir en el trabajo en consultas externas y en horas y horas dedicadas en el quirófano. Mi contacto con la gente, aparte del hospital, fueron los pequeños paseos por las aldeas cercanas sobretodo al atardecer en los fines de semana si no había urgencias quirúrgicas. Fueron paseos inolvidables, cuando la gente preparaba su única comida del día… el arroz con el “plasas” (salsa), generalmente de hoja de patata o casaba, aceite de palmera, chille y pescado ahumado -éste era escaso ya que la mayoría de la gente de Mabesseneh, Makomp y Mabeto no tiene mucho poder adquisitivo-. El ir por las cocinas era todo un aconteci- un hospital a l’àfrica un hospital 45 25/12/08 10:16 Página 46 entrevista a Fernando Aguiló entrevista a Fernando Aguiló un hospital en áfrica En 1986 dejamos de tener luz y agua corriente, lo que nos obligó a buscar grupos electrógenos y abrir varios pozos en el recinto hospitalario. La luz y el agua se convirtieron desde entonces en algo obsesivo del centro pues toda actividad hospitalaria depende de ellas. 46 podías palpar la pobreza y la hospitalidad de aquellas personas: poco tenían pero sabían compartir su pobreza y su sonrisa, hacían del encuentro un motivo de alegría y no de tristeza. Esto sí, rodeado de niños por todos los lados y riéndote de los más pequeñitos que te llamaban de lejos “opoto” y cuando ibas a ellos corrían o gateaban lo más aprisa que podían a los brazos de sus madres. miento y al mismo tiempo podías palpar la pobreza y la hospitalidad de aquellas personas: poco tenían pero sabían compartir su pobreza y su sonrisa, hacían del encuentro un motivo de alegría y no de tristeza. Esto sí, rodeado de niños por todos los lados y riéndote de los más pequeñitos que te llamaban de lejos “opoto” y cuando ibas a ellos corrían o gateaban lo más aprisa que podían a los brazos de sus madres. ¿No viajaste por el país para conocer otras regiones? Freetown siembre me agobió; intentaba no ir excepto cuando venían voluntarios desde España, y era paso obligado para que vieran la capital y se hicieran cargo de la situación del país. Freetown es para mí el caos; ya lo era antes pero sobretodo después de la guerra al crecer de forma anárquica y al surgir barrios en zonas de desechos de basura. Durante la guerra dobló su población sin mejorar, al mismo tiempo, sus infraestructuras básicas. Contrasta mucho su ambiente bullicioso, tenso y crispado de ciudad grande con la placidez y sosiego de las pequeñas ciudades y aldeas de provincias. ¿No viajaste por el país para conocer otras regiones? Has destacado aquello que te impactó más como médico. ¿Qué impresiones sacaste de esos paseos por los alrededores del hospital? De mi estancia una de las cosas que siempre me llamaba la atención era la disociación entre el hospital y la sociedad. Por una parte veías cómo el hospital, gracias a las ayudas externas iba creciendo y mejorando tanto en sus estructuras como en el equipamiento; y por la otra parte, la sociedad y la realidad del país se deterioraba en su conjunto a pasos agigantados. El cierre de las minas de hierro de Marampa supuso un duro golpe económico para toda la región de Lunsar. En 1986 dejamos de tener luz y agua corriente, lo que nos obligó a buscar grupos electrógenos y abrir varios pozos en el recinto hospitalario. La luz y el agua se convirtieron desde entonces en algo obsesivo del centro pues toda actividad hospitalaria depende de ellas. Has destacado aquello que te impactó más como médico. ¿Qué impresiones sacaste de esos paseos por los alrededores del hospital? ¿Cómo puede funcionar un hospital sin luz? Esto es algo que aquí no se puede concebir. La dependencia del gasoil y su coste nos hizo implantar un horario de luz en relación a la actividad, disponiendo solamente de unas 8 – 12 horas los equipos funcionando. Por las noches solo funcionaban para atender las urgencias quirúrgicas. Cuando llevas un tiempo con estos horarios es todo un acontecimiento cuando regresábamos de vacaciones a España, el disponer las 24 horas del día de luz y agua fría o caliente con solo hacer un pequeño giro de mano en el grifo en las habitaciones donde nos hospedábamos. La gente no valoramos estas pequeñas cosas que en nuestros hogares del norte disponemos y no nos imaginamos carecer de ellas ya que la damos por tan obvias. Llegamos a un tema ineludible cuando se habla de Sierra Leona: la guerra. La guerra ha marcado al país, al hospital de Mabesseneh y también al hermano Fernando. Me tocó vivir la guerra civil. Al principio pensábamos que era un grupo de ladrones de diamantes que aterrorizaban las provincias del sur y este del país, ayudados y alentados desde Liberia. La situación empezó a afectarnos a finales de 1994 de forma más seria y recuerdo muy bién el primer ataque a Lunsar, a las siete de la mañana del día uno de Enero. Me encontraba intentando rellenar un pollo acompañado por un hermano javeriano enfermero italiano que se encontraba en el hospital para celebrar el primer día del año. Fueron los primeros tiros y cañonazos de verdad que oía por primera vez en mi vida. Después fue el caos en el hospital entre los heridos y la gente, mayo- Freetown siembre me agobió; intentaba no ir excepto cuando venían voluntarios desde España, y era paso obligado para que vieran la capital y se hicieran cargo de la situación del país. Freetown es para mí el caos; ya lo era antes pero sobretodo después de la guerra al crecer de forma anárquica y al surgir barrios en zonas de desechos de basura. Durante la guerra dobló su población sin mejorar, al mismo tiempo, sus infraestructuras básicas. Contrasta mucho su ambiente bullicioso, tenso y crispado de ciudad grande con la placidez y sosiego de las pequeñas ciudades y aldeas de provincias. El ir por las cocinas era todo un acontecimiento y al mismo tiempo podías palpar la pobreza y la hospitalidad de aquellas personas: poco tenían pero sabían compartir su pobreza y su sonrisa, hacían del encuentro un motivo de alegría y no de tristeza De mi estancia una de las cosas que siempre me llamaba la atención era la disociación entre el hospital y la sociedad. Por una parte veías cómo el hospital, gracias a las ayudas externas iba creciendo y mejorando tanto en sus estructuras como en el equipamiento; y por la otra parte, la sociedad y la realidad del país se deterioraba en su conjunto a pasos agigantados. El cierre de las minas de hierro de Marampa supuso un duro golpe económico para toda la región de Lunsar. En 1986 dejamos de tener luz y agua corriente, lo que nos obligó a buscar grupos electrógenos y abrir varios pozos en el recinto hospitalario. La luz y el agua se convirtieron desde entonces en algo obsesivo del centro pues toda actividad hospitalaria depende de ellas. ¿Cómo puede funcionar un hospital sin luz? Esto es algo que aquí no se puede concebir. La dependencia del gasoil y su coste nos hizo implantar un horario de luz en relación a la actividad, disponiendo solamente de unas 8 – 12 horas los equipos funcionando. Por las noches solo funcionaban para atender las urgencias quirúrgicas. Cuando llevas un tiempo con estos horarios es todo un acontecimiento cuando regresábamos de vacaciones a España, el disponer las 24 horas del día de luz y agua fría o caliente con solo hacer un pequeño giro de mano en el grifo en las habitaciones donde nos hospedábamos. La gente no valoramos estas pequeñas cosas que en nuestros hogares del norte disponemos y no nos imaginamos carecer de ellas ya que la damos por tan obvias. Llegamos a un tema ineludible cuando se habla de Sierra Leona: la guerra. La guerra ha marcado al país, al hospital de Mabesseneh y también al hermano Fernando. Me tocó vivir la guerra civil. Al principio pensábamos que era un grupo de ladrones de diamantes que aterrorizaban las provincias del sur y este del país, ayudados y alentados desde Liberia. La situación empezó a afectarnos a finales de 1994 de forma más seria y recuerdo muy bién el primer ataque a Lunsar, a las siete de la mañana del día uno de Enero. Me encontraba intentando rellenar un pollo acompañado por un hermano javeriano enfermero italiano que se encontraba en el hospital para celebrar el primer día del año. Fueron los primeros tiros y cañonazos de verdad que oía por primera un hospital a l’àfrica un hospital 47 25/12/08 10:16 Página 48 entrevista a Fernando Aguiló entrevista a Fernando Aguiló ría niños y mujeres, que se refugiaron en él. Todo cambió para nosotros, a pesar que tanto el ejército rebelde como el nacional respetaron el recinto del hospital como zona neutral. Nos traían sus heridos y nos los dejaban para que los atendiéramos; convivieron en la misma habitación heridos de ambos lados sin saberlo o al menos se respetaron durante su hospitalización. Nunca vinieron a buscar enemigos y entraban a ver a sus conocidos sin armas intentaba sobretodo salvar a los niños que eran objetivo de los rebeldes para convertirlos en niños soldados Nos suplicaban que nos quedáramos con ellos y así lo hicimos Al final, una guerra civil es una guerra entre vecinos, incluso entre familias. ¿Cómo era la vida de la población de Mabesseneh en estos días terribles? La gente del pueblo, al ver que se respetaba el hospital, lo hicieron lugar de refugio, y por las noches venían nuestros vecinos a dormir en los pasillos. La gente vivía aterrada; intentaba sobretodo salvar a los niños que eran objetivo de los rebeldes para convertirlos en niños soldados y por las mutilaciones que hacían, cortando manos y piernas. Muchas aldeas se organizaban la huída en diferentes lugares para refugiarse en el bosque; se guardaba lo más valioso en bolsas para salir corriendo en caso de cualquier ruido sospechoso. A veces, la simple caída de una rama sobre las chapas de zinc de los tejados levantaba la alarma de todo el pueblo. Se hacían turnos de vigilancia y la gente vivía en continuo sobresalto. Vivíais con miedo sabiendo que antes o después los rebeldes acabarían por entrar en Lunsar. En Junio 2006 los rebeldes tomaron Lunsar e incendiaron las mejores casas de la ciudad. Nosotros estuvimos en el hospital viendo las llamas en el horizonte e intentando calmar a nuestros pacientes. Nos mantuvimos durante toda la noche sentados en el patio de hospital rodeado de pacientes y vecinos esperando los posibles acontecimientos con mucha calma; fue uno de los momentos más intensos y emotivos que recuerdo. Nos suplicaban que nos quedáramos con ellos y así lo hicimos. Cuando todo pareció que se calmaba y nos retiramos de la puerta del hospital los Hermanos, fue cuando entraron los rebeldes que nos obligaron a arrodillarnos delante de ellos. Después de soltarnos una arenga donde justificaban su actuación nos dejaron. Solo se llevaron la radio que teníamos en la casa de los hermanos y que usábamos para ponernos en contacto con España. Naciones Unidas decretó un embargo comercial a Sierra Leona lo que nos obligó a hacer un gran esfuerzo para seguir abasteciendo el hospital desde Guinea Conakry con el beneplácito de la Junta de Militar que estaba en Freetown. Eso sí, el armamento militar seguía llegando al país y fortaleciendo tanto al ejercito rebelde como a los militares que se unieron para tomar el gobierno de Freetown. un hospital en áfrica ¿Cuánto tiempo duró esta situación? Dos años. La Junta Militar tenia el poder en la capital y en las provincias campaban a sus anchas los rebeldes. La población se vio obligada a huir a los campos de refugiados de Guinea y Liberia o ir a Freetown, y la poca que quedó apenas podía subsistir ya que los campos y el poco ganado que podían tener eran presa fácil para los rebeldes. 48 Y llegamos al momento más difícil. Fue cuando Naciones Unidas aprobó el ataque a Freetown por las fuerzas de ECOMOG. Y fue entonces cuando la Junta Militar, al huir de la capital por no poder repeler el ataque, fue al hospital a capturar al personal extranjero para usarlo como moneda de cambio. Fue el 14 de Febrero cuando, al intentar vez en mi vida. Después fue el caos en el hospital entre los heridos y la gente, mayoría niños y mujeres, que se refugiaron en él. Todo cambió para nosotros, a pesar que tanto el ejército rebelde como el nacional respetaron el recinto del hospital como zona neutral. Nos traían sus heridos y nos los dejaban para que los atendiéramos; convivieron en la misma habitación heridos de ambos lados sin saberlo o al menos se respetaron durante su hospitalización. Nunca vinieron a buscar enemigos y entraban a ver a sus conocidos sin armas Al final, una guerra civil es una guerra entre vecinos, incluso entre familias. ¿Cómo era la vida de la población de Mabesseneh en estos días terribles? Después fue el caos en el hospital entre los heridos y la gente, mayoría niños y mujeres, que se refugiaron en él. La gente del pueblo, al ver que se respetaba el hospital, lo hicieron lugar de refugio, y por las noches venían nuestros vecinos a dormir en los pasillos. La gente vivía aterrada; intentaba sobretodo salvar a los niños que eran objetivo de los rebeldes para convertirlos en niños soldados y por las mutilaciones que hacían, cortando manos y piernas. Muchas aldeas se organizaban la huída en diferentes lugares para refugiarse en el bosque; se guardaba lo más valioso en bolsas para salir corriendo en caso de cualquier ruido sospechoso. A veces, la simple caída de una rama sobre las chapas de zinc de los tejados levantaba la alarma de todo el pueblo. Se hacían turnos de vigilancia y la gente vivía en continuo sobresalto. Vivíais con miedo sabiendo que antes o después los rebeldes acabarían por entrar en Lunsar. En Junio 2006 los rebeldes tomaron Lunsar e incendiaron las mejores casas de la ciudad. Nosotros estuvimos en el hospital viendo las llamas en el horizonte e intentando calmar a nuestros pacientes. Nos mantuvimos durante toda la noche sentados en el patio de hospital rodeado de pacientes y vecinos esperando los posibles acontecimientos con mucha calma; fue uno de los momentos más intensos y emotivos que recuerdo. Nos suplicaban que nos quedáramos con ellos y así lo hicimos. Cuando todo pareció que se calmaba y nos retiramos de la puerta del hospital los Hermanos, fue cuando entraron los rebeldes que nos obligaron a arrodillarnos delante de ellos. Después de soltarnos una arenga donde justificaban su actuación nos dejaron. Solo se llevaron la radio que teníamos en la casa de los hermanos y que usábamos para ponernos en contacto con España. Naciones Unidas decretó un embargo comercial a Sierra Leona lo que nos obligó a hacer un gran esfuerzo para seguir abasteciendo el hospital desde Guinea Conakry con el beneplácito de la Junta de Militar que estaba en Freetown. Eso sí, el armamento militar seguía llegando al país y fortaleciendo tanto al ejercito rebelde como a los militares que se unieron para tomar el gobierno de Freetown. ¿Cuánto tiempo duró esta situación? Dos años. La Junta Militar tenia el poder en la capital y en las provincias campaban a sus anchas los rebeldes. La población se vio obligada a huir a los campos de refugiados de Guinea y Liberia o ir a Freetown, y la poca que quedó apenas podía subsistir ya que los campos y el poco ganado que podían tener eran presa fácil para los rebeldes. Y llegamos al momento más difícil. Fue cuando Naciones Unidas aprobó el ataque a Freetown por las fuerzas de ECOMOG. Y fue entonces cuando la Junta Militar, al huir de la capital por no poder repeler el ataque, fue al hospital a capturar al personal extranjero un hospital a l’àfrica un hospital 49 25/12/08 10:16 Página 50 entrevista a Fernando Aguiló entrevista a Fernando Aguiló <<por vosotros, como sois negros como nosotros somos negros, nadie dará absolutamente nada>> cerrar el paso a los rebeldes al hospital, nos capturaron. Fuimos cinco los secuestrados (un hermano italiano que era pediatra, un hermano austriaco dermatólogo, un voluntario español farmacéutico, un sacerdote español agustino recolecto que se encontraba enfermo en nuestra casa y yo). Los otros misioneros, junto con las hermanas, consiguieron huir. Aquí conviene aclarar que, ante la violencia que estaba tomando la situación, un grupo de religiosos javerianos y religiosas vecinas, se habían refugiado en nuestro centro por considerarlo lugar seguro. Los hermanos locales pidieron hacer el intercambio por nosotros ya que el hospital quedaba sin profesionales médicos, pero los rebeldes no aceptaron. Dijeron a los Hermanos nativos una frase que siempre he recordado <<por vosotros, como sois negros como nosotros somos negros, nadie dará absolutamente nada>> ¿Cuánto duró el secuestro? Estuvimos en Masiaka durante tres días, retenidos en el bosque; solamente nos bajaban a las primeras casas del pueblo por la noche y regresábamos otra vez al bosque a las primeras horas de la madrugada. No querían que la gente civil nos viera. Nos prometían devolvernos al hospital pero al tercer día, ante unos vuelos de unos aviones cazas en la zona, nos llevaron a la casa del Chief y nos obligaron a sentarnos encima de unas cajas de munición. Los caracteres eran chinos. Después de unas horas, y cuando los cazas se fueron, nos llevaron al interior. Nos dijeron que íbamos a Lunsar, pero tomaron otra carretera ante la burla y amenazas de los soldados y rebeldes que nos custodiaban. Nos llevaron a un recinto cerrado cerca de Mile 91, donde nos informaron de nuestra situación real: éramos moneda de cambio y nos amenazaron con matarnos si el ejercito de ECOMOG entraba a combatir en las provincias. un hospital en áfrica Preguntarte si pasaste miedo no tiene mucho sentido, pero, ¿qué pasaba por tu cabeza en esa situación? La verdad es que temimos lo peor, aunque lo peor no era la muerte en sí, sino el modo como lo hicieran o que nos mutilaran. Tuvimos un cambio de actitud de nuestros guardianes; al principio fueron hoscos y rudos para pasar al cabo de unos días a protectores. Nos salvó el que nuestros guardianes fueran militares, tenían disciplina militar; en cambio, los rebeldes eran chicos jóvenes, muchos de ellos drogados, indisciplinados y muy violentos. Nuestros guardianes debían tener buena reputación en cuanto al uso de la violencia ya que a una simple mirada suya los rebeldes se retiraban porque les temían. 50 ¿Y cuándo llegaste a pensar que de aquella situación podías salir con vida? Pasamos de ser moneda de cambio a no valer nada y ser más bien estorbo. Uno de los Jefes militares al comprobar que no éramos ni ingleses ni americanos nos dio a entender que nuestro valor se esfumó: ¿quién iba a dar algo por italianos, austriacos y españoles? No íbamos a darles el protagonismo que ellos querían. En un abrir y cerrar de ojos, pasamos en una sola noche de condenados a estar abandonados. Nuestros guardianes nos llevaron a Mile 91 con la confianza que los catequistas nos llevarían al Obispo, lo malo que ellos y nosotros volvimos a caer en manos de los militares. Pero en esta ocasión la gente del pueblo nos reconoció y hubo una movilización popular llevándonos comida, ropa, agua, sus propios colchones a sabiendas que lo iban a perder, pues los militares, una vez que se deshicieran de nosotros, estaba claro que se iban a quedar con sus pertenencias. Esta reacción popular fue lo que más nos reconfortó y nuestro agradecimiento hacia ellos nunca podremos olvidar. para usarlo como moneda de cambio. Fue el 14 de Febrero cuando, al intentar cerrar el paso a los rebeldes al hospital, nos capturaron. Fuimos cinco los secuestrados (un hermano italiano que era pediatra, un hermano austriaco dermatólogo, un voluntario español farmacéutico, un sacerdote español agustino recolecto que se encontraba enfermo en nuestra casa y yo). Los otros misioneros, junto con las hermanas, consiguieron huir. Aquí conviene aclarar que, ante la violencia que estaba tomando la situación, un grupo de religiosos javerianos y religiosas vecinas, se habían refugiado en nuestro centro por considerarlo lugar seguro. Los hermanos locales pidieron hacer el intercambio por nosotros ya que el hospital quedaba sin profesionales médicos, pero los rebeldes no aceptaron. Dijeron a los Hermanos nativos una frase que siempre he recordado <<por vosotros, como sois negros como nosotros somos negros, nadie dará absolutamente nada>> ¿Cuánto duró el secuestro? Estuvimos en Masiaka durante tres días, retenidos en el bosque; solamente nos bajaban a las primeras casas del pueblo por la noche y regresábamos otra vez al bosque a las primeras horas de la madrugada. No querían que la gente civil nos viera. Nos prometían devolvernos al hospital pero al tercer día, ante unos vuelos de unos aviones cazas en la zona, nos llevaron a la casa del Chief y nos obligaron a sentarnos encima de unas cajas de munición. Los caracteres eran chinos. Después de unas horas, y cuando los cazas se fueron, nos llevaron al interior. Nos dijeron que íbamos a Lunsar, pero tomaron otra carretera ante la burla y amenazas de los soldados y rebeldes que nos custodiaban. Nos llevaron a un recinto cerrado cerca de Mile 91, donde nos informaron de nuestra situación real: éramos moneda de cambio y nos amenazaron con matarnos si el ejercito de ECOMOG entraba a combatir en las provincias. Preguntarte si pasaste miedo no tiene mucho sentido, pero, ¿qué pasaba por tu cabeza en esa situación? La verdad es que temimos lo peor, aunque lo peor no era la muerte en sí, sino el modo como lo hicieran o que nos mutilaran. Tuvimos un cambio de actitud de nuestros guardianes; al principio fueron hoscos y rudos para pasar al cabo de unos días a protectores. Nos salvó el que nuestros guardianes fueran militares, tenían disciplina militar; en cambio, los rebeldes eran chicos jóvenes, muchos de ellos drogados, indisciplinados y muy violentos. Nuestros guardianes debían tener buena reputación en cuanto al uso de la violencia ya que a una simple mirada suya los rebeldes se retiraban porque les temían. La verdad es que temimos lo peor, aunque lo peor no era la muerte en sí, sino el modo como lo hicieran o que nos mutilaran. ¿Y cuándo llegaste a pensar que de aquella situación podías salir con vida? Pasamos de ser moneda de cambio a no valer nada y ser más bien estorbo. Uno de los Jefes militares al comprobar que no éramos ni ingleses ni americanos nos dio a entender que nuestro valor se esfumó: ¿quién iba a dar algo por italianos, austriacos y españoles? No íbamos a darles el protagonismo que ellos querían. En un abrir y cerrar de ojos, pasamos en una sola noche de condenados a estar abandonados. Nuestros guardianes nos llevaron a Mile 91 con la confianza que los catequistas nos llevarían al Obispo, lo malo que ellos y nosotros volvimos a caer en manos de los militares. Pero en esta ocasión la gente del pueblo nos reconoció y hubo una movilización popular llevándonos comida, ropa, agua, sus propios colchones a sabiendas que lo iban a perder, pues los militares, una vez que se deshicieran de nosotros, un hospital a l’àfrica un hospital 51 un hospital 25/12/08 10:16 Página 52 entrevista a Fernando Aguiló entrevista a Fernando Aguiló El pueblo os devolvió lo que vosotros le habíais entregado... El recibimiento en Port Loko, una vez liberados, también está en nuestro recuerdo; son cosas que no se pueden narrar, son sentimientos íntimos que cualquier intento de narrarlos serían siempre deficientes. estaba claro que se iban a quedar con sus pertenencias. Esta reacción popular fue lo que más nos reconfortó y nuestro agradecimiento hacia ellos nunca podremos olvidar. El pueblo os devolvió lo que vosotros le habíais entregado... Los rebeldes destruyeron el hospital que vosotros habíais levantado con tanto esfuerzo y trabajo... ¿Qué sentimientos te suscitó esto? Una vez uno de los rebeldes me preguntó qué haría si me liberaran; le contesté que reconstruiría el hospital. Él me contestó que lo volvería a destruir y le repliqué que lo reconstruiría tantas veces como él lo destruyera. En Agosto de 1998 lo volvimos a abrir; el 30 de Noviembre tuvimos que abandonarlo ante un ataque inminente de los rebeldes, lo destruyeron y fue su cuartel militar y el de los casos azules hasta Junio 2002 en que nos lo devolvieron y lo volvimos a reconstruir. Ahora estamos otra vez en esta fase, en hacerlo crecer. Los rebeldes destruyeron el hospital que vosotros habíais levantado con tanto esfuerzo y trabajo... ¿Qué sentimientos te suscitó esto? Una vez uno de los rebeldes me preguntó qué haría si me liberaran; le contesté que reconstruiría el hospital. Él me contestó que lo volvería a destruir y le repliqué que lo reconstruiría tantas veces como él lo destruyera. En Agosto de 1998 lo volvimos a abrir; el 30 de Noviembre tuvimos que abandonarlo ante un ataque inminente de los rebeldes, lo destruyeron y fue su cuartel militar y el de los casos azules hasta Junio 2002 en que nos lo devolvieron y lo volvimos a reconstruir. Ahora estamos otra vez en esta fase, en hacerlo crecer. La reconstrucción de “Pa Fanando” continúa desde Barcelona con proyectos como el de este libro... un hospital a l’àfrica Cuando me dijeron por primera vez “Pa Fanando” pensé que ya me veían viejo como “Pa Richard”: Ello no me disgustó sino que más bien me hizo reír. Lo cierto es que los dos, junto con el “Brother Josep”, regresamos a España por enfermedad pero la nostalgia de Sierra Leona y de sus gentes siempre perdurará en nuestras mentes. ¡¡Les debemos tanto…!! Fueron los mejores años de nuestra vida y la que dieron sentido a nuestra vida como Hermanos de San Juan de Dios. Una vez uno de los rebeldes me preguntó qué haría si me liberaran; le contesté que reconstruiría el hospital. Él me contestó que lo volvería a destruir y le repliqué que lo reconstruiría tantas veces como él lo destruyera. un hospital en áfrica Fueron los mejores años de nuestra vida y la que dieron sentido a nuestra vida como Hermanos de San Juan de Dios. La reconstrucción de “Pa Fanando” continúa desde Barcelona con proyectos como el de este libro... Cuando me dijeron por primera vez “Pa Fanando” pensé que ya me veían viejo como “Pa Richard”: Ello no me disgustó sino que más bien me hizo reír. Lo cierto es que los dos, junto con el “Brother Josep”, regresamos a España por enfermedad pero la nostalgia de Sierra Leona y de sus gentes siempre perdurará en nuestras mentes. ¡¡Les debemos tanto…!! Fueron los mejores años de nuestra vida y la que dieron sentido a nuestra vida como Hermanos de San Juan de Dios. El recibimiento en Port Loko, una vez liberados, también está en nuestro recuerdo; son cosas que no se pueden narrar, son sentimientos íntimos que cualquier intento de narrarlos serían siempre deficientes. 52 53 un hospital 25/12/08 10:16 Página 54 cada día en África son mil días todo es tan intenso, tan distinto los colores, los olores, las emociones puedes llorar y reír tantas veces en un solo día! para mi África es así, intensa. hay sonrisas, carcajadas, pesar, llanto, preocupaciones e incluso ira, pero jamás hay indiferencia… Marta S. cada día en África son mil días todo es tan intenso, tan distinto los colores, los olores, las emociones puedes llorar y reír tantas veces en un solo día! para mi África es así, intensa. hay sonrisas, carcajadas, pesar, llanto, preocupaciones e incluso ira, pero jamás hay indiferencia… Marta S. un hospital a l’àfrica el país visto por los voluntarios / el pais vist pels voluntaris 55 un hospital 25/12/08 10:16 Página 56 la muerte estacions La muerte forma parte del paisaje de este país, también la vida, el baile, la alegría, la resignación y sobre todo la dignidad ante las contrariedades… La mort forma part del paisatge d’aquest pais, també la vida, el ball, l’alegria, la resignació i sobre tot la dignitat enfront l’adversitat… Hace ya muchos días que no llueve, he perdido la cuenta, la estación seca se ha ido adentrando, sigilosamente en Sierra Leona sin que prácticamente nos hayamos dado cuenta. Aquellas nubes amenazadoras del atardecer han desaparecido por completo y han dado paso a un cielo amarillento que refleja a la perfección el calor y sudor de la tierra africana. El paisaje sigue siendo aun predominantemente verde, aunque si lo observamos bien, es de un verde cansado, anémico, como enfermo de malaria. Donde había una charca, solo quedan uno pocos juncos secos, amarillos como el cielo. Donde había un campo de arroz de un verde que cegaba los ojos, hay ahora una familia agachada, recolectándolo. Sierra Leona se va secando progresivamente a medida que la estación seca avanza… Lucas K. Hace ya muchos días que no llueve, he perdido la cuenta, la estación seca se ha ido adentrando, sigilosamente en Sierra Leona sin que prácticamente nos hayamos dado cuenta. Aquellas nubes amenazadoras del atardecer han desaparecido por completo y han dado paso a un cielo amarillento que refleja a la perfección el calor y sudor de la tierra africana. El paisaje sigue siendo aun predominantemente verde, aunque si lo observamos bien, es de un verde cansado, anémico, como enfermo de malaria. Donde había una charca, solo quedan uno pocos juncos secos, amarillos como el cielo. Donde había un campo de arroz de un verde que cegaba los ojos, hay ahora una familia agachada, recolectándolo. Sierra Leona se va secando progresivamente a medida que la estación seca avanza… Lucas K. un hospital en áfrica un hospital a l’àfrica Lucas K. 56 57 un hospital 25/12/08 10:16 Página 58 arroz pous No hi ha ni aigua corrent (la cooperació italiana i els japonesos han construït pous d’on la gen treu aigua). El manteniment de la majoria de pous el fa la cooperació italiana (al menys en aquesta zona), que inverteix molt en el país, en concret el manteniment el fan els frares Josefinos que tenen escoles de formació professional i realment fan una tasca molt bona. No existe ninguna red de agua potable como no sea la que obtienen de pozos, no siempre de potabilidad garantizada. Carolina s: En una calle de Lunsar, un partido de fútbol. ¿De dónde habrá salido esa portería? Como en muchas partes del mundo, la dieta de un sierra leonés se basa principalmente en el arroz. En Sierra Leona se cultiva arroz, pero no existen los medios adecuados para producir la cantidad suficiente como para abastecer el consumo interno. Cuando el gobierno norteamericano ha tenido excedentes de arroz los ha enviado a países pobres como Sierra Leona. Otra vez el pescado que se muerde la cola y la cantinela de enseñar a pescar... ¿Nunca aprenderemos? Carolina s: un hospital a l’àfrica Luis R. un hospital en áfrica Luis R. En una calle de Lunsar, un partido de fútbol. ¿De dónde habrá salido esa portería? Como en muchas partes del mundo, la dieta de un sierra leonés se basa principalmente en el arroz. En Sierra Leona se cultiva arroz, pero no existen los medios adecuados para producir la cantidad suficiente como para abastecer el consumo interno. Cuando el gobierno norteamericano ha tenido excedentes de arroz los ha enviado a países pobres como Sierra Leona. Otra vez el pescado que se muerde la cola y la cantinela de enseñar a pescar... ¿Nunca aprenderemos? No hi ha ni aigua corrent (la cooperació italiana i els japonesos han construït pous d’on la gen treu aigua). El manteniment de la majoria de pous el fa la cooperació italiana (al menys en aquesta zona), que inverteix molt en el país, en concret el manteniment el fan els frares Josefinos que tenen escoles de formació professional i realment fan una tasca molt bona. No existe ninguna red de agua potable como no sea la que obtienen de pozos, no siempre de potabilidad garantizada. 58 59 un hospital 25/12/08 10:16 Página 60 hermanamiento y apadrina / agermanament i apadrina un hospital 25/12/08 10:16 Página 62 apadrina apadrina “Apadrina un tractament” Objetivos y Funcionamiento del Programa APADRINA es un programa creado con la finalidad de financiar la hospitalización y los tratamientos para niños enfermos graves sin recursos, en el Hospital Saint John of God de Sierra Leona El objetivo principal de APADRINA es que los niños tengan un acceso fácil al hospital y a sus programas de salud. Que la falta de recursos económicos de sus familias, no sea un freno en su derecho a la vida y a la salud. ¿Por qué APADRINA? A partir de las experiencias vividas por los diferentes voluntarios que han trabajado en el Hospital de Lunsar, se llegó a la conclusión de que era necesario poner en marcha un programa específico (APADRINA un tractamaent) para ayudar a LOS NIÑOS Y las FAMILIAS que necesitan ingreso hospitalario y que no tienen recursos para ello. En Sierra Leona Uno de cada tres niños muere antes de los 5 años de edad. Es el país con mayor mortalidad infantil del mundo. La malaria (paludismo) es la primera causa de ingreso y de muerte en estos pequeños. La hospitalización en los pocos centros sanitarios del país o en el Hospital Saint John of God, aunque subvencionada en gran parte, no es gratuita. Un ingreso por malaria cuesta a la familia del niño alrededor de 20? y muchas familias NO pueden pagarlo, por lo que no van o acuden al hospital tarde, casi siempre como último recurso cuando la enfermedad está muy avanzada y la posibilidad de curarse es mínima en estas circunstancias (la posibilidad de salvar a un niño de un ataque de malaria depende en gran parte de la precocidad del tratamiento). En el póster de APADRINA UN TRATAMIENTO (ver fig*), figura un decálogo de razones por las que llevamos a cabo este programa pero para nosotros los motivos son: Fatmata, Hassan, Mamusu, Hawa, Shekuba, Alí, Abdul, Mariama, Babar…. ¿Como funciona APADRINA UN TRATAMIENTO? Se trata de un sistema de socios que financia la parte que antes pagaban las familias por el ingreso y tratamiento de los niños en el Hospital de Lunsar. Los socios pueden “apadrinar” el equivalente al importe medio aproximado de un ingreso hospitalario por malaria infantil (20 ?) o varios al año a través de transferencia bancaria a la cuenta del programa. El donativo puede ser mensual, trimestral, semestral o anual. También se paricipa en eventos solidarios que organizan instituciones y empresas a beneficio de este programa. 62 Seguimiento de APADRINA Todos los socios que “Apadrinan tratamientos” reciben información detallada semestral de los resultados asistenciales, así como del balance económico de APADRINA y una memoria anual con la actividad del programa. Cada año se harce una Asamblea de socios para la elección de representantes en la gestión del programa. La información sobre el programa de hermanamiento entre los hospitales de Barcelona y Lunsar, así como sobre APADRINA, está en la página web del hospital de San Juan de Dios: www.hsjdbcn.org/portal/web/solidaris un hospital a l’àfrica un hospital en áfrica ¿Cómo se coordina APADRINA? APADRINA es una iniciativa del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, de los voluntarios que colaboran con el Hospital Sanit John of God de Lunsar, de los socios que se han ido suscribiendo y participando en su difusión, así como de la Obra Social de los Hermanos de Sant Joan de Déu. La Comisión de Seguimiento de APADRINA actualmente está formada por un grupo de personas del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona que conocen y/o han trabajado en el Hospital de Lunsar .La Obra Social de la Orden de Sant Joan de Déu se encarga de la recaudación y gestión de los fondos. 63 un hospital 25/12/08 10:16 Página 64 apadrina apadrina “Apadrina un tractament” Objetivos y Funcionamiento del Programa APADRINA es un programa creado con la finalidad de financiar la hospitalización y los tratamientos para niños enfermos graves sin recursos, en el Hospital Saint John of God de Sierra Leona El objetivo principal de APADRINA es que los niños tengan un acceso fácil al hospital y a sus programas de salud. Que la falta de recursos económicos de sus familias, no sea un freno en su derecho a la vida y a la salud. ¿Por qué APADRINA? A partir de las experiencias vividas por los diferentes voluntarios que han trabajado en el Hospital de Lunsar, se llegó a la conclusión de que era necesario poner en marcha un programa específico (APADRINA un tractamaent) para ayudar a LOS NIÑOS Y las FAMILIAS que necesitan ingreso hospitalario y que no tienen recursos para ello. En Sierra Leona Uno de cada tres niños muere antes de los 5 años de edad. Es el país con mayor mortalidad infantil del mundo. La malaria (paludismo) es la primera causa de ingreso y de muerte en estos pequeños. La hospitalización en los pocos centros sanitarios del país o en el Hospital Saint John of God, aunque subvencionada en gran parte, no es gratuita. Un ingreso por malaria cuesta a la familia del niño alrededor de 20? y muchas familias NO pueden pagarlo, por lo que no van o acuden al hospital tarde, casi siempre como último recurso cuando la enfermedad está muy avanzada y la posibilidad de curarse es mínima en estas circunstancias (la posibilidad de salvar a un niño de un ataque de malaria depende en gran parte de la precocidad del tratamiento). En el póster de APADRINA UN TRATAMIENTO (ver fig*), figura un decálogo de razones por las que llevamos a cabo este programa pero para nosotros los motivos son: Fatmata, Hassan, Mamusu, Hawa, Shekuba, Alí, Abdul, Mariama, Babar…. ¿Como funciona APADRINA UN TRATAMIENTO? Se trata de un sistema de socios que financia la parte que antes pagaban las familias por el ingreso y tratamiento de los niños en el Hospital de Lunsar. Los socios pueden “apadrinar” el equivalente al importe medio aproximado de un ingreso hospitalario por malaria infantil (20 ?) o varios al año a través de transferencia bancaria a la cuenta del programa. El donativo puede ser mensual, trimestral, semestral o anual. También se paricipa en eventos solidarios que organizan instituciones y empresas a beneficio de este programa. 64 Seguimiento de APADRINA Todos los socios que “Apadrinan tratamientos” reciben información detallada semestral de los resultados asistenciales, así como del balance económico de APADRINA y una memoria anual con la actividad del programa. Cada año se harce una Asamblea de socios para la elección de representantes en la gestión del programa. La información sobre el programa de hermanamiento entre los hospitales de Barcelona y Lunsar, así como sobre APADRINA, está en la página web del hospital de San Juan de Dios: un hospital a l’àfrica un hospital en áfrica ¿Cómo se coordina APADRINA? APADRINA es una iniciativa del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, de los voluntarios que colaboran con el Hospital Sanit John of God de Lunsar, de los socios que se han ido suscribiendo y participando en su difusión, así como de la Obra Social de los Hermanos de Sant Joan de Déu. La Comisión de Seguimiento de APADRINA actualmente está formada por un grupo de personas del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona que conocen y/o han trabajado en el Hospital de Lunsar .La Obra Social de la Orden de Sant Joan de Déu se encarga de la recaudación y gestión de los fondos. 65 un hospital 25/12/08 10:16 Página 66 cuida’m cuida’m El programa cuidam neix l’any 2004 amb una finalitat molt clara: fer possible que un nen malalt de qualsevol país del món aconsegueixi aquell tractament que necessita i que el seu entorn social no li pot oferir. El programa cuidam neix amb la finalitat d'ajudar a aquells nens i nenes la vida dels quals depèn en gran mesura de la possibilitat d’accedir a una assistència medicoquirúrgica d'alta especialització. La iniciativa es gesta amb el suport decidit de quatre socis fundadors que comparteixen els valors i el compromís amb l'acció social, fet que aporta al programa un caràcter plural i diferenciat. Els socis son el propi Hospital Sant Joan de Déu, la companyia DKV Seguros, la Fundació El Somni dels Nens i l'Orde Hospitalària dels Germans Sant Joan de Déu. El programa cuidam neix l’any 2004 amb una finalitat molt clara: fer possible que un nen malalt de qualsevol país del món aconsegueixi aquell tractament que necessita i que el seu entorn social no li pot oferir. El programa cuidam neix amb la finalitat d'ajudar a aquells nens i nenes la vida dels quals depèn en gran mesura de la possibilitat d’accedir a una assistència medicoquirúrgica d'alta especialització. La iniciativa es gesta amb el suport decidit de quatre socis fundadors que comparteixen els valors i el compromís amb l'acció social, fet que aporta al programa un caràcter plural i diferenciat. Els socis son el propi Hospital Sant Joan de Déu, la companyia DKV Seguros, la Fundació El Somni dels Nens i l'Orde Hospitalària dels Germans Sant Joan de Déu. Criteris d’inclusió en estudi: -Edat pediàtrica: de 0 a 18 anys. -Malaltia greu que al país d’origen no pugui rebre el tractament necessari. -Que existeixi un tractament per la malaltia i que sigui altament resolutiu. -Que el tractament no impliqui una estada al nostre país superior a 3 mesos. Criteris d’inclusió en estudi: -Edat pediàtrica: de 0 a 18 anys. -Malaltia greu que al país d’origen no pugui rebre el tractament necessari. -Que existeixi un tractament per la malaltia i que sigui altament resolutiu. -Que el tractament no impliqui una estada al nostre país superior a 3 mesos. un hospital a l’àfrica cuida’m un hospital en áfrica cuida’m 66 67 un hospital 25/12/08 10:16 Página 68 un hospital en áfrica Youth Development Movement Young Women's Christian Association Young Men Christian Association World Vision International (Sierra Leone) World Human Right and Relief Organisation World Hope International West African Methodist Development Agency West African Fistula Foundation Umar Bin Alkhatab Islamic Development Mission The Shepherd's Hospice Sierra Leone The Promise Land Community Development Organisation The Door Development Agency 68 TearFund T. Choithram Charity Trust Swiss Sierra Leone Development Foundation Sight Savers International Sight and Skills Development Association Sierra Leone Relief and Development Outreach Inc Sierra Leone Red Cross Society Sierra Leone Poverty Alleviation Agency Sierra Leone Muslim Missionaries Union Sierra Leone Adventist Abroad Save The Children UK Safer Future Youth Development Project Rofutha Development Association Right To Play Reproductive Health Group - SL Rehabilitation And Development Agency Planned Parenthood Association - Sierra Leone PLAN - Sierra Leone PIKIN TO PIKIN Peoples Prosperity Foundation - SL Peoples Agenda for Poverty Alleviation Partners in Relief and Development OXFAM GB - SL New Harvest Development Office Network for Development , Sustainable Livelihood and Social Justice National Relief and Reconstruction Committee National Catholic and Carritas Development Office MSF HollandMSF Belgium Mobeke Agricultural Programme Methodist Church Sierra Leone (Relief & Development Agency) Mercy Ships Sierra Leone Medicos Del Mundo-Spain Medical Research Centre Marie Stopes Society Malamed Organisation Sierra Leone Lutheran World Federation/World Service Leomon Aid Fund Korean Presbyterian Mission Development Office Kenema District Association Inc Kambia District Development Rehabilitation Organisation International Rescue Committee International Islamic Youth League Hilfe Direkt Oldenburg Sierra Leone Helen Keller International - SL Health Unlimited - SL Grace Land Counselling Services Goal Sierra Leone German Leprosy and Tuberculosis Relief Association German Agro Action [email protected] Faith Hope Charity Foundation Faith Healing Development Organisation Evangelical Fellowship of Sierra Leone logistic Emergency Life Support For Civilian War Victims Don Carlos Gnocchi Foundation+B92 Direct Aid/African Muslims Agency Csritas Makeni Council of Churches in Sierra Leone Cooperazione International Concern World Wide - SL Community Animation and Development Organisation Community Action For Rural Development Christian Outreach Justice Mission Christian Health Association - Sierra Leone Christian Extension Services Christian Children's Fund Christian Aid Christ Is The Answer Children of the Nations Centre for Victims of Torture Cause Canada- SL Catholic Relief Services Catholic Organisation for Relief and Development CARITAS Makeni Caritas Germany CARE International - Sierra Leone Camp Women Multi Purpose Organisation Baptist Convention Sierra Leone (Development & Relief Agency) Association For Rural Development Arab Egyptian Medical and Development Agency American Refugee Committee International Alpha Foundation of Sierra Leone Agency for Community Development Initiative AFRICARE - SL Blood international otras iniciativas solidarias con sierra leona / altres iniciatives solidaries amb sierra leona 25/12/08 10:17 Página 70 pallassos sense fronteres payasos sin fronteras payasos sin fronteras pallassos sense fronteres Noviembre 2006. Tortell Poltrona y el grupo “Circ Circ” actuó en el Hospital de Mabesseneh y en otros lugares de Sierra Leona en una expedición esponsorizada por el Barça y la ONG Medicos del Mundo. Noviembre 2006. Tortell Poltrona y el grupo “Circ Circ” actuó en el Hospital de Mabesseneh y en otros lugares de Sierra Leona en una expedición esponsorizada por el Barça y la ONG Medicos del Mundo. Payasos sin Fronteras se fundó en 1993. Nació a consecuencia de una necesidad manifestada por un colectivo de educadores que desarrollaban un programa de educación para la paz en escuelas de Cataluña. Payasos sin Fronteras se fundó en 1993. Nació a consecuencia de una necesidad manifestada por un colectivo de educadores que desarrollaban un programa de educación para la paz en escuelas de Cataluña. un hospital en áfrica En este marco se invitó al artista Tortell Poltrona a actuar en el campo de refugiados de Veli Joze (Savudrija) en Croacia, el 26 de febrero de 1993. Tras esta experiencia en la que se demostró la utilidad de las actividades artísticas y socio-educativas para mejorar la situación psicológica de poblaciones postconflicto (especialmente infancia), se establecieron las bases para la constitución de la entidad. 70 Desde hace unos años, Payasos sin Fronteras produce una obra con el título ''Una escola de nassos: donem una llicó a la guerra!" (una escuela de narices: `demos una lección a la guerra!), mediante la que quieren sensibilizar a la sociedad sobre la lacra que supone el uso de menores en los conflictos armados. En este marco se invitó al artista Tortell Poltrona a actuar en el campo de refugiados de Veli Joze (Savudrija) en Croacia, el 26 de febrero de 1993. Tras esta experiencia en la que se demostró la utilidad de las actividades artísticas y socio-educativas para mejorar la situación psicológica de poblaciones postconflicto (especialmente infancia), se establecieron las bases para la constitución de la entidad. Desde hace unos años, Payasos sin Fronteras produce una obra con el título ''Una escola de nassos: donem una llicó a la guerra!" (una escuela de narices: `demos una lección a la guerra!), mediante la que quieren sensibilizar a la sociedad sobre la lacra que supone el uso de menores en los conflictos armados. un hospital a l’àfrica un hospital 71 un hospital 25/12/08 10:17 Página 72 Muchas gracias, sin vuestra ayuda no podríamos continuar ayudando. La Obra Social de la Orden de San Juan de Dios, el equipo de voluntarios de APADRINA, todas las personas que han colaborado en la publicación de este libro, y los voluntarios de Mabesseneh, agradecen la ayuda y el soporte prestado por las entidades colaboradoras aquí reseñadas: La Obra Social de la Orden de San Juan de Dios, el equipo de voluntarios de APADRINA,todas las personas que han colaborado en la publicación de este libro, y los voluntarios de Mabesseneh, agradecen la ayuda y el soporte prestado por las entidades colaboradoras aquí reseñadas: un hospital a l’àfrica SUNRISE&CO empresa multinacional fundada en 1992, con sede en Milwaukee, Wisconsin (EEUU) es uno de las principales fabricantes mundiales de terminales fotovoltáicos. Desde su fundación, SUNRISE&CO colabora en numerosos proyectos de desarrollo y cooperación en todo el mundo. Con la financiación de la edición de este libro “Los voluntarios de Mabesseneh. Un Hospital en África”, SUNRISE&CO participa en el proyecto APADRINA de la Obra Social de la Orden de San Juan de Dios. un hospital en áfrica SUNRISE&CO empresa multinacional fundada en 1992, con sede en Milwaukee, Wisconsin (EEUU) es uno de las principales fabricantes mundiales de terminales fotovoltáicos. Desde su fundación, SUNRISE&CO colabora en numerosos proyectos de desarrollo y cooperación en todo el mundo. Con la financiación de la edición de este libro “Los voluntarios de Mabesseneh. Un Hospital en África”, SUNRISE&CO participa en el proyecto APADRINA de la Obra Social de la Orden de San Juan de Dios. Moltes gràcies, sensa la vostra ajuda no podriem continuar ajudant. 72 73 un hospital 25/12/08 10:17 Página 74 L’hospital de Saint John of God és a Mabesseneh, un poblet situat a dues hores de camí de Freetown, la capital de Sierra Leone. Des que va acabar la guerra els germans de la ordre de Sant Joan de Déu han fet un esforç per reconstruir i tornar a posar en marxa un dels pocs hospitals que hi ha al país. Sierra Leone es troba en una de les darreres posicions del ranking mundial de pobresa. La seva gent, superat el conflicte bèlic, es veu ara castigada per les malalties i la fam. Com és habitual, els nens en són els més perjudicats. L’Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona, agermanat amb l’homònim África, va reiniciar el 2005 les seves activitats de col.laboració. Des d’aleshores, un creixent nombre de voluntaris ha fet estades a Mabesseneh. Infermeres, pediatres, tècnics informàtics de laboratori han conviscut amb els professionals de Sierra Leone, ajudant, rebent, patint i gaudint a grans dosis. A la tornada, més enllà del record, hi ha la necessitat de plasmar les incribles històries que es viuen en aquell racó d’Àfrica, i, sobre tot, de fer quelcom més per que el projecte tiri endavant. I així neix aquest llibre, fet dels granets de sorra de decenes de voluntaris i dedicat a la gent meravellosa que lluita per tirar endavant en un país petit i encara massa desconegut. L’hospital de Saint John of God és a Mabesseneh, un poblet situat a dues hores de camí de Freetown, la capital de Sierra Leone. Des que va acabar la guerra els germans de la ordre de Sant Joan de Déu han fet un esforç per reconstruir i tornar a posar en marxa un dels pocs hospitals que hi ha al país. Sierra Leone es troba en una de les darreres posicions del ranking mundial de pobresa. La seva gent, superat el conflicte bèlic, es veu ara castigada per les malalties i la fam. Com és habitual, els nens en són els més perjudicats. L’Hospital de Sant Joan de Déu de Barcelona, agermanat amb l’homònim África, va reiniciar el 2005 les seves activitats de col.laboració. Des d’aleshores, un creixent nombre de voluntaris ha fet estades a Mabesseneh. Infermeres, pediatres, tècnics informàtics i de laboratori han conviscut amb els professionals de Sierra Leone, ajudant, rebent, patint i gaudint a grans dosis. A la tornada, més enllà del record, hi ha la necessitat de plasmar les incribles històries que es viuen en aquell racó d’Àfrica, i, sobre tot, de fer quelcom més per que el projecte tiri endavant. I així neix aquest llibre, fet dels granets de sorra de decenes de voluntaris i dedicat a la gent meravellosa que lluita per tirar endavant en un país petit i encara massa desconegut. Con un gesto tan sencillo, con la compra de este libro, estás realizando una obra social. El 100% de los beneficios obtenidos se destinan al programa APADRINA. Gracias a ti, gracias al proyecto APADRINA, un niño recibirá tratamiento sanitario en el hospital de Mabesseneh de Sierra Leona. En su nombre, y en el de todos los voluntarios de Mabesseneh: Con un gesto tan sencillo, con la compra de este libro, estás realizando una obra social. El 100% de los beneficios obtenidos se destinan al programa APADRINA. Gracias a ti, gracias al proyecto APADRINA, un niño recibirá tratamiento sanitario en el hospital de Mabesseneh de Sierra Leona. En su nombre, y en el de todos los voluntarios de Mabesseneh: ¡gracias por tu colaboración! ¡gracias por tu colaboración!