BOL- D E L A SOC. E S P . D E E X C U R S I O N E S T O M O XXXVLII Juan Ricci. Retrato de Fray Alonso de San Vítores. 1659. — 2,10 X 1,69 — EL RETRATO DE FRAY ALONSO DE SAN VITORES PINTADO POR FRAY JUAN ANDRES RICGI Y OTRAS OBRAS BURGALESAS DEL FRAILE ARTISTA Y TRATADISTA Entre las excelencias de la pintura de Juan Ricci se destaca un retrato excelentísimo. E l fraile benedictino representó en este retrato a su superior en la Orden, Fray Alonso de San Vítores. Fray Alonso fué modelo de Ricci en el Real Monasterio de San Juan Bautista de Burgos. La capital castellana aparece al fondo de cuadro, recortada por el marco de una ventana. N o muy conocido este retrato, por sus muchas virtudes merece mayor estudio y divulgación. Pertenece al Museo Arqueológico Provincial de Burgos. Con ocasión de mediar en su reciente forración y limpieza, pude contemplarlo en bajo, a muy poca elevación sobre el suelo (1). A l enfrontarme con el retrato —a la sazón en Madrid— en la habitación donde se terminaba de limpiar, sobrecogido ante su intensidad realista, recibí impresión análoga a la que me produjo en Roma «El Papa Inocencio X». L a fuerza expresiva de aquella pintura no cede, a mi juicio, a l a del Papa. E l espíritu del fraile, Abad y Obispo, está todo en el cuadro. Atrae la mirada penetrante, inquisidora, inteligente..... de «Nuestro Reverendísimo Padre F . Alonso de San Vítores, hijo y Abad de esta Real Casa—la de Burgos— y de la de San Vicente, de Salamanca y de San Martín, de Madrid, Predicador de Su Majestad y calificador de la Suprema General de la Religión de nuestro Padre San Benito, Obispo de Almería, de Orense y Zamora». Figura eminente en la historia de la Orden Benedictina, en cuyo retrato alcanzó Fray Juan calidades eminentes también. (1) El Patronato Nacional del Turismo ha costeado las obras de reforma del Museo, incluida la restauración de los cuadros de valor artístico, como el que es objeto de este artículo. La Comisión de Monumentos y el Ayuntamiento de Burgos también contribuyeron. 268 Bl retrato de Fray Alonso de San Vítores E l retratado por Ricci fué hijo de un c a p i t á n h ú r g a l e s que p a s ó a Flandes para servir a l Rey; F r a n c i s c o S. Vítores de la Portilla c a s ó con Juana Fransarseus en Bruselas, donde vino al mundo F r a y A l o n s o (1). Se le representa en el cuadro sentado en amplio sillón frailuno, guarnecido de terciopelo c a r m e s í con flecos de oro; revestido con la roja capa magna de su dignidad, sobre el negro h á b i t o benedictino, cuya cogulla asoma por encima de la capa; los brazos apoyados en los del sillón, y las manos naturalmente c a í d a s ; ambas ostentan anillos, y la diestra el libro diurno, que el dedo índice mantiene entreabierto; sus pies hunden el a l m o h a d ó n , rojo también (2). L a prestancia del retrato h a b í a de corresponder a la condición del sabio y digno v a r ó n . E l que, andado el tiempo, escribió y publicó en 1645, y en M a d r i d , su obra Sol de Occidente, comentando la regla de San Benito. Quien cuidó celosamente de la disciplina eclesiástica, y, s e g ú n el Padre Flórez, «atendió a establecer el porte respetuoso de su dignidad y a la gravedad m á s religiosa en el coro y en el decoro de la iglesia». Completa l a importancia del cuadro su interesante paisaje al fondo, de mucho valor documental por a ñ a d i d u r a . Se mira el Alcázar de Burgos, ya desaparecido, en lo alto; allí esbozadas las imponentes torres del soberbio castillo donde nació Sancho III el Deseado y Pedro el Cruel y Enrique el Doliente. Apuntan entre brumas las torres y el crucero de l a Catedral burgalesa; torreones y lienzos de la muralla; y una amplía construcción en primer término, que no es otra sino el Real Monasterio de San Juan, desde una de cuyas celdas se pintaba el cuadro (3). Indudablemente l a i n s p i r a c i ó n de F r a y Juan culmina a l a sombra de las torres de Juan de Colonia. Digo esto porque recuerdo con calidades extraordinarias los cuadros pintados t a m b i é n en Burgos para su Catedral; cuadros todos que revelan su sensibilidad exquisita, su distinción pictórica muy considerable y l a buena casta de su (1) (2) P. Flórez. España Sagrada, t. XVII. Mide este lienzo 2,10 ms. alto por 1,69 ancho. (3) En las Memorias Históricas de Burgos y su Provincia, por Isidro Gil, se cita este cuadro precisamente por esta su vista de Burgos, pero es equivocada la fecha en que dice se pintó Julio Cavestany 269 pintura e s p a ñ o l a . « S a n t a Casilda», «San Antonio de P a d u a » , « S a n t a s Centola y E l e n a » , « S a n t a U r s u l a (?) con otras santas c o m p a ñ e r a s » , « S a n Julián, O b i s p o de C u e n c a » y «San F r a n c i s c o » , muestran aquellas exquisiteces, sin concesiones a vulgares gustos. Pero t é n g a s e en cuenta, que v a r i o s de estos lienzos h a n sufrido grandes repintes, y así, no todos revelan hoy l a misma calidad. Se conservan m á s puros los de « S a n A n t o n i o » , «San F r a n c i s c o » , « S a n t a s C e n t o l a y E l e n a » (1). N o trato de estudiar l a obra del fraile pintor, que h a b r á n de hacerlo autorizados tratadistas de arte que en ello andan. Sí me interesa divulgar este retrato, tan poco conocido, n i citado como merece. E s t a obra maestra de Ricci, que tiene mis preferencias, como no oculto al lector, s e ñ a l a una escuela colorista. Que, a d e m á s , el fraile se p r e o c u p ó siempre del procedimiento p i c t ó r i c o , de l a m e c á n i c a de su oficio, que hizo u n estudio de esto y que se d o c u m e n t ó con principios de las ciencias que a t a ñ e n al d i s e ñ o , lo comprueba el libro que e s c r i b i ó sobre pintura, a l que alude A n t o n i o Palomino, quien dice en su obra vio el manuscrito, d o l i é n d o s e de que no fuera impreso. Pero llega a nosotros este códice de «Pintura S a b i a » , como l o titula su autor, dedicado a d o ñ a Teresa Sarmiento de l a Cerda, Duquesa de Béjar, su aventajada discípula, quien a ú n c o l a b o r ó en él. Sobre tan importante documento me cumple solamente recordar, que el s e ñ o r Tormo l o h a estudiado, s e g ú n consta en el libro de Actas del C o n greso de l a H i s t o r i a del Arte, celebrado en P a r í s —26 de septiembre a 5 de Octubre de 1921—. P o r tanto, sobre l o de mucha curiosidad y sabroso que tiene el libro, le corresponde l a palabra al prestigioso c a t e d r á t i c o (2). Pero y o entiendo, que el verdadero tratado de pintura sabia que nos lega R i c c i es el retrato en c u e s t i ó n . Sus valores tienen vigencia absoluta. Y sirve de e n s e ñ a n z a hoy este cuadro, alarde de facilidad en su t é c n i c a . Ante el mismo puede pensarse que su autor m i r ó detenidamente los retratos del Greco: que, s i n duda, vio pintar a V e (1) Por estos cuadros, de los que dice Bosarte son de los mejores de su autor, se pagó a Ricci 5.515 reales y 17 maravedises. (Martínez y Sanz, Historia dz la Catedral de Burgos.) (2) Por la amabilidad generosa del ilustre bibliófilo D. Félix Boix, su propietario, conozco el manuscrito, con tan interesantes dibujos, entre otros, como aquellos en los que el fraile pintor representa sin enfado, como buen naturalista, muy bellas figuras de mujer. 270 El retrato de Fray Alonso de San lázquez, que sobrepujó a su maestro Mayno, el dominico Vítores , siendo la suya obra genial y muy propia, como lo dice el retrato de nuestras predilecciones. Y porque no se crea que esta preferencia por el «Fray Alonso» exagera sus valores, recuerde el lector algo de lo que han dicho los tratadistas que citan las obras del benedictino, aunque no incluyen esta su obra maestra. Se advierte, también, delante de tan extremada pintura, que aquellos tratadistas no se pasaron en su crítica con larguezas: sus encomios quedan muy justificados. «Sus cuadros se distinguen por el estilo abreviado, pues los m á s parecen estar pintados de l a primera por la gran fuerza del claro obscuro», escribió C e á n en 1800, y Mayer dice: «Ricci ha tratado de manera original problemas que también Velázquez ha perseguido tiene una amplitud pictórica que Z u r b a r á n j a m á s ha a l c a n z a d o » , que ya es decir algo del lado de F r a y Juan A n d r é s . «Ningún otro maestro de M a d r i d aplicóse m á s en los efectos de la luz difusa y e x t e n s a » , a ñ a d e Sentenach; y Beruete, que no le dio la importancia que le corresponde, a l u d i ó sin embargo, a «su ejecución pronta y fácil.» E s para S á n c h e z C a n t ó n —que alude a Juan al tratar de su hermano Francisco— pintor de fibra, realista y fuerte, aunque le califica de dibujante un tanto duro: pero en este retrato no aparecen aquellas durezas que pudieran tener otras de sus obras. C o n lo transcrito, confío en que no se me tache de partidista. Y no vivió olvidado en sus a ñ o s , por cierto, el gran pintor de la mejor época de la escuela de Madrid, que mucho le solicitaron y a ú n se disputaron su presencia las muchas Casas de l a Orden. De su permanencia en ellas sacaban buen partido los suyos, que le hicieron pintar, no sólo cuadros aislados, sino series completas para sus claustros y retablos. Y así, en el Monasterio de Monserrat, donde profesó Ricci, en el Colegio de San Vicente de Salamanca, en M a d r i d muchas veces, en Medina del Campo otras, en Seca, en San Millán de la Cogolla de Yuso, y en Burgos hasta que m a r c h ó a Italia donde m u r i ó octogenario, dejó fecundas muestras de su buen arte. Los buenos recursos del colorido de Ricci, se aprecian, como digo antes, en el lienzo que reproducimos, m á s que en otros. Sus arm o n í a s rojas características, m á s resueltas en tonos bermellones que en carmines: negros y grises de transparencia singular, conseguidos sobre preparaciones de tierras y ocres; que a s í hace luminosas y fista de Burgos (fragmento) OL. DE LA SOC. ESP. DE EXCURSIONES Juan Ricci. Fray Alonso de San Vítores (fragmento) TOMO X X X V I I I Julio Cavestany 271 vibrantes las partes claras y las partes de sombra. L a encarnación de la figura del Obispo —otro aspecto interesante del cuadro— acusa diferencias con l a de San Benito, por ejemplo, en el lienzo de l a Academia de San Fernando. C o n grises violeta modeló l a cabeza de F r a y Alonso—pensando en el Greco—, mientras resolvió con sombras terrosas la de San Benito y otras figuras, en l a serie que hizo con pasajes de l a vida de este santo. ¿En qué fecha se pintó en Burgos este retrato? Hubo de ser la de 1659. Porque de 1656 a l 59 ejecutaba el fraile benito los cuadros de aquella Catedral; y siendo el retratado Obispo de Almería en 1652, y de Orense de 1654 al 59, desde donde fué trasladado a Zamora en este último a ñ o —cabalmente la misma fecha en que Ricci terminaba su encargo en la Catedral— hubo de ser la ocasión, camino de l a Sede de Zamora, en que pasase y aun posase algunos días en su dilectísimo Monasterio de San Juan, en el que. sin género de duda, está pintado el retrato como ahora se comprobará. La edad del personaje cuando se hace el retrato coincide también con l a fecha citada. La construcción arquitectónica que aparece en el primer término de l a vista de Burgos en el cuadro, indica precisamente el lugar donde fué pintado. A mi buen amigo, el Sr. D . Matías Martínez Burgos, Director del Museo que guarda el retrato, erudito arqueólogo, debo esta comprobación. Me a c o m p a ñ ó en l a visita al antiguo Monasterio de San Juan —hoy Penal y Hospital Municipal—recorriendo las viejas dependencias a ú n en pie y habitadas, de las que abocetó un pequeño gráfico: l a celda donde se retrató Fray Alonso, es seguramente, según el cotejo con el cuadro, una del segundo piso del que es hoy Penal de Burgos —A del plano— y que entonces era celda de monje, situada sobre l a Sala Capitular, d é l a planta baja. También se ven en l a perspectiva pintada por el padre Ricci las Hospederías del Monasterio, de hombres y mujeres — B - B ' — , unidas en su extremo izquierdo por el martillo saliente con las cuatro ventanas recuadradas — C — , que muy claramente se aprecian en el cuadro separadas por una pincelada de tono claro, y que yo he visto en el natural, pues aún subsisten en l a misma forma y sitio. E l cubo de muralla que se destaca en l a pintura, es el que se llamaba de la Cava, colocado en el ángulo que formaba el lienzo de 272 El retrato de Fray Alonso de San Vítores muralla, que arrancaba de la puerta de San Juan, con el que por la que es hoy calle de Victoria, venía desde la Puerta de San Pablo, frente al puente de su nombre. Ricci, pues, no idealizó nada en su cuadro. Copió con justedad el natural, desde la celda A en que retrató al Obispo. Creo interesante consignar que a este Monasterio de San Juan había ido Ricci en otras ocasiones. Y una de estas visitas, tiene la mucha importancia, como luego se dirá, de que en ella nos le presentan como escultor. Condición no conocida de su genial temperamento de artista; que como arquitecto nos lo descubre D . Elias Tormo (1). Figuraba Ricci en los conventuales de Santo Domingo de Silos —según nota de este Monasterio— en 1642. Y en 1645 solicitó licencia, que obtuvo, del Abad Fray Pedro de Liendo para ir al Monasterio de Burgos, donde pintó algunos cuadros. Estos cuadros, pintados a la primera, representaban «La Degollación de San Juan», «El Santo en l a Cárcel», «Bautismo de Cristo», «San Benito», «San Gregorio», «Sagrada Familia», varios de l a vida de la Virgen y los de los claustros alto y bajo. Refiriéndose a estos últimos, dice Ponz, quien los vio casi perdidos, que «en los cuales se esmeró Ricci acabándolo todo m á s que lo que hizo en el claustro de San Martín, de la Corte». Confirma esta noticia la afirmación expuesta, de que en Burgos se excedió el maestro madrileño. A l a ñ o siguiente, 1646—y esta su visita a San Juan, es a la que he aludido antes— volvió para acabar la talla de un Santo Cristo, que Su Paternidad Fray Diego de Silva, Abad de San Juan de Burgos, «tenía intento de hacer en el Hospital de dicha casa». Para ello Fray Diego propuso al Prior de Silos —a la sazón Fray Domingo Gutiérrez— «que le diese —a Ricci— licencia por dos meses para el dicho efecto». Aunque l a noticia dice acabar l a talla, yo leo en ella, como el Sr. Martínez Burgos, hacerla —dejándola bien terminada— primeramente, porque s i se hubiese tratado únicamente de policromar el Cristo, no necesitaba dos meses para ello, pintor tan fácil; además, porque cuando fué Ricci a San Juan, Fray Diego de Silva que lo necesitaba, (1) no tenía hecha la talla, sino el Comunicación al citado Congreso de Historia del Arte. París de 1921. BOL. D E L A SOC. ESP. D E EXCURSIONES TOMO HOSPITAL DE SAN JUAN BURGOS XXXVIÍI 7 i- V M Julio Cavestany 273 intento de hacerla. N o conozco otra noticia; ú n i c a m e n t e a p u n t a r é que en aquella m i detenida visita c o n el Director del M u s e o de B u r g o s a l H o s p i t a l de S a n Juan, buscamos l a obra. E x i s t e u n Crucifijo en el m i s m o H o s p i t a l —que mide 0,70 a 0,80 cms. s i m a l n o recuerdo— y que corresponde a l a é p o c a . S u p o l i c r o m í a de cierta totalidad g r i s á c e a , y el rostro, ancho, pudieran recordar vagamente alguna c a l i d a d de l a m a n e r a de R i c c i ; pero es o b r a v u l g a r que no ofrece suficiente base, s i n otra d o c u m e n t a c i ó n del convento, p a r a formular h i p ó t e s i s digna de m a y o r c o n s i d e r a c i ó n . D e b o consignar, p a r a terminar, que este cuadro de R i c c i hasta a h o r a a p a r e c í a colgado en alto, visiblemente ennegrecido, resecado^ presentaba dificultades para su c o n t e m p l a c i ó n ; que l a a n t i e s t é t i c a cartela p i n t a d a sobre el lienzo, en su parte superior derecha, d e s p u é s de muerto el personaje retratado, no era seguramente de m a n o de R i c c i , p o r s u i n h á b i l d i s e ñ o y p o r su c o l o r y t a m a ñ o que desentona- b a n , perjudicando notoriamente a l a figura, a c u y a cabeza casi tocaba. E s t a cartela h a sido quitada y r e p r o d u c i d a a l dorso del lienzo con sus m i s m o s caracteres, y se ha colocado a l a vista otra adecuada. L a f o r r a c i ó n y limpieza del lienzo se h a hecho de manera h á b i l y p r u dente (1). T a m b i é n h a sido sustituido el m a r c o inadecuado, que en el siglo pasado pusieron a l retrato, por el que a h o r a le encuadra con ventaja. L a s esencias del retrato de F . A l o n s o de S. V í t o r e s de l a Portilla y Fransarseus no pueden apreciarse en su r e p r o d u c c i ó n — a s í ocurre tantas veces,— aun siendo acertada, como l a que acomp a ñ a a estas notas. C o n las reformas s e ñ a l a d a s , h o y se considera c o n a t e n c i ó n por todos, en el interior del A r c o de S a n t a M a r í a de B u r g o s , esta o b r a maestra de R i c c i y de l a escuela de M a d r i d . JULIO CAVESTANY 15-XI-930 (1) Hago constar con gusto la acertada intervención de D. Javier Cortés en la reorganización del Museo, así como la de los señores D. J. A. Cortés y D. E . Olalde en estas últimas reformas. UNA VISITA A ALCALA DE HENARES La visita que los miembros de l a Sociedad E s p a ñ o l a de E x c u r siones realizó a Alcalá de Henares el día 9 de noviembre último, es a modo de recuerdo de aquella otra que en los comienzos del siglo efectuaron los ilustres fundadores de esta invicta y cultural agrupación. Algunos, y no pocos, volvieron en la segunda visita a ofren-, dar a la antigua ciudad un homenaje, con cuya pleitesía r e n d í a n doble tributo de a d m i r a c i ó n y respeto a la diócesis episcopal, en u n i ó n de nuevas generaciones que sumaban su valiosa c o o p e r a c i ó n al cordial acto, siempre artístico y constantemente doctrinal. E s , por lo tanto, inútil y totalmente inadmisible, tratar en estas líneas de dar un conocimiento, aunque sea lig .ro y vulgar, de Alcalá, sus orígenes y desarrollo h i s t ó r i c o monumental. Dejemos, pues; a la Complutum r o m á n i c a , a la región de Trajano, invadida por los godos y bautizada por á r a b e s y cristianos, envuelta en l a nebulosidad primitiva del m á x i m o sacrificio infantil, en la aguerrida prosopopeya a r á b i g a y en la fastuosa y ornamental corte de los ínclitos Padres de l a Iglesia. Y y a en su decadencia podemos depositar el lauro del recuerdo, como hoja que armonice con l a «Beca» colegial y con el estilizado c o r d ó n espiritual de San Francisco. Cenizas que hermaa nen con las figuras reales del primer Castellano; con D . Catalina a o el s e g u n d ó n de D . Juana y de D . Felipe, cuyas vidas dicen de A l c a lá como tierra de recogimiento o de origen. Cerremos este prefacio, a t í t u l o de saludo a l a ciudad eclesiástica-jurídica, con los m á x i m o s honores, recios como l a romanceada de sus « O r d e n a n z a s » y de fino espiritualismo, tamizados en las cristalinas aguas de sus e n s e ñ a n z a s , fontanas transparentes de lenguas, recogidas en l a traza inmortal cervantina. sus Julián Moret 275 * ' * U n grupo, no muy numeroso, pero siempre selecto, constituyó en ese día l a a r i s t o c r á t i c a caravana que a t r a v é s de las plácidas y r o m á n t i c a s avenidas a l c a l a í n a s recorrieron, una vez m á s , sus tradicionales y caprichosos edificios. E l punto de partida fué l a e s t a c i ó n del ferrocarril, en un día tibio y brillante, de pletórica luz matinal, envuelto en ese ambiente c r o m á t i c o de las horas o t o ñ a l e s . E l Conde de Morales de los Ríos, experto director de estas excursiones, c o n g r e g ó a su mando: a l a Condesa de Zenete y sobrina, Conde de M a n i l a , M a r q u é s de V i l l a mantilla de Perales e hija, y s e ñ o r e s de Pérez Linares, A r a n Torres, G a r c í a Sobrino, Homero Seris y s e ñ o r a , Tello y familia, Cortejarena, Allende Salazar y hermana, G a r c í a N a v a e hijo, Zulueta, doctor Yagüe y s e ñ o r a , H e r n á n d e z , Regueira e hija, Briceño, E s c o s a , Sanz, Ortiz, D u r a n y Huertas D . Francisco, al que se unieron el pintor a c a d é m i c o D . Marceliano S a n t a m a r í a y familia, con l a insigne escritora Sofía Casanova. C o n dirección a «Las J u a n a s » se p a s ó por delante del hotel mudejar del pintor Laredo, convertido hoy en u n museo a r q u e o l ó gico, con asuntos de historia. E l antiguo hopital de estudiantes, construido por orden de Cisneros, es objeto de comentarios por aquella laboriosa a d m i n i s t r a c i ó n , de cuya institución s ó l o queda unas columnas en el p o r t a l ó n de entrada, por estar lo d e m á s reedificado con el c a r á c t e r de una vivienda vulgar. Y a en las «Juanas», antes Agustinas, pudimos contemplar en este convento de las s í e r v a s franciscanas de San Juan de l a Penitencia, un reflejo vivísimo de arte barroco del comienzo del xvn en su arquitectura, estatuas y pinturas. De José Antolínez, el malogrado artista m a d r i l e ñ o de las Concepciones, deja una para esta Iglesia, obra réplica de este asunto, interpretado para M u n i c h , Pinacotea antigua, B o w e s Museum, Almería Instituto y Madrid, colección Lázaro. Obras conocidas, en las que un naturalismo, especialmente en las flores, acusa una singular y significada habilidad. C o n una tabla del Salvador del renacimiento y una virgencita gótica se da por terminada esta primera visión. 276 Una visita a Alcalá de Henares Ante l a l á p i d a del doctor Francisco Valles (en una casa particular de la calle de D . José Canalejas), médico del Rey Felipe II, enterrado en l a capilla de l a U n i v e r s i d a d de este lugar, anotan los consocios el estilo y concepto de su r e d a c c i ó n . U n patio con modesta cancela de entrada, de r ú st i co abandono que lo embellece y n o s t á l g i c o gesto de alarife, llama l a a t e n c i ó n del grupo, quien irrumpe con respeto, pero con algo de temeridad por el n ú m e r o , l a paz doméstica de este poético rinconcillo. Patio de columnas de piedra de diversos capiteles, y en algunos el escudo del arzobispo Sandoval. Todas ellas adornan, m á s que sostienen, una humilde y cenobial g a l e r í a de cristales. «Las B e r n a r d a s » . Aquí el fundador, el arzobispo D . Bernardo Sandoval y Rojas, dejó su firma en el prolijo n ú m e r o de sus escudos, de banda y cinco estrellas, que culmina e s p l é n d i d a m e n t e en su fachada, algo orgullosa de S e b a s t i á n de la Plaza al colocar al Santo Patrono a los pies de su emblema h e r á l d i c o , en c o n t r a p o s i c i ó n a l a idea del monarca del E s c o r i a l , en donde sus armas y sus lemas rinden obediencia al Santo titular. S u interior, de forma elipsoidal, con capillas, queda adornado con obras de Angelo N a r d i , terminadas en 1621. S o n episodios de l a vida de la Virgen y martirios de San Esteban y S a n Lorenzo, entre otros, en donde se acusa una desviación del renacimiento italiano hacia el realismo clásico e s p a ñ o l del siglo XVII, que pudo influir por su autoridad de pintor extranjero, y particularmente florentino, en Z u r b a r á n , no a l revés, como aseguran otros, confudiendo lamentablemente las obras de Z u r b a r á n con las de N a r d i . E l templete del altar mayor es gracioso recuerdo ideológico herreriano, que mereció por su traza el u n á n i m e aplauso de la autorizada concurrencia visitante. E l palacio s e ñ o r i a l de los Arzobispos, hoy Archivo, fué tema de estudio y contemplación al salir de «Las B e r n a r d a s » . L a m a n s i ó n de las altas dignidades de l a «Curia» e s p a ñ o l a toledana, se construye y se conserva desde el siglo x m al xvi, en que el plateresco con su visualidad y hermosura de conjunto da por terminada la loable i n i ciativa de los predecesores del compostelano, el Arzobispo A l o n s o de Fonseca. Su escudo, de cinco estrellas, se acompasa con el de Tavera, fajas y águila, y m á s en su interior con el de Martínez de Contreras, cruces de Calatravas y Castillos. TOMO XXXVIII BOL D E LA SOC ESP. D E EXCURSIONES Foto y . Escosa, Fototipia de Hauser y Mtnet- Madrid. Templete y Altar mayor de la Iélesia de las Bernardas. Alcalá de Henares. (Madrid.) 9: S*B Julián Moret Por sus patios, escaleras, salas y corredores 277 discurrimos, d e l e i t á n d o n o s ante el filigranado encaje a r q u i t e c t ó n i c o de A l o n s o de Covarrubias; el artesonado ochavado y exagonal de la talla riquísima renacentista de sus crujías, para terminar en el «Salón de Concilios», cuyos estilos, mudejar-bizantino, á r a b e puro, y t r á n s i t o del ojival al renacimiento, han sido restaurados por el pintor Laredo. con una f a n t a s m a g ó r i c a realización y cromatismo agudo, en esta d e c o r a c i ó n semita-cristiana. E l erudito académico, Sr. Allende Salazar llamó l a atención sobre el cuadro de Francisco Camilo, «La C o m u n i ó n de Santa M a r í a Egipcíaca» y el de «La Batalla de Lepanto», de autor no bien definido. «La Magistral» fué la ú l t i m a estancia matutina, punto de resumen de agradables horas. También ha sido restaurada y no precisamente con las normas m á s adecuadas a una prudente r e p a r a c i ó n . De este lugar, santo por su misión y su recuerdo, apreciamos, entrando por su arco gótico, l a estatua yacente del arzobispo Carrillo en el antecoro, y el sarcófago, colocado entre el presbiterio y el coro, de m á r m o l de Carrara, que recoge los restos de Cisneros, guardados por los cuatro padres de la Iglesia, por obra y milagro del florentino dominico Fancelli y Bartolomé O r d ó ñ e z . Cerrado, este último, por la m á s exquisita balaustrada de bronce del renacimiento, original del toledano N i c o l á s Vergara. Esto vimos de «La Colegiata», y y a es bastante, que el monumento funerario del Cardenal fundador, oscurece y debilita cuantas obras pictóricas cuelguen distribuidas por muros y capillas. Y ya con destino a l a «Hostería del E s t u d i a n t e » , donde se celebró el almuerzo, nos a c u d i ó l a perspectiva, en l a típica vía de soportales ( n ú m e r o 68), de una fachada aladrillada de castiza arquitectura civil, sencillo recordatorio de las primeras obras religiosas de Alcalá, que varios socios fotografiaron. D e s p u é s del almuerzo, la Universidad y los Jesuítas, hoy Magistral interina, constituyeron el eje central de la tarde. E n la primera, su fachada, a impulsos del doctor Juan de Z u r b a r á n con el talento de G i l de O n t a n ó n , nos hizo recordar las frases de Cisneros «otros h a r í a n de piedra lo que él c o n s t r u y ó de b a r r o » . Las irisaciones de l a piedra de Tamajón sellan el c a r á c t e r plateresco de esta gloriosa fachada, que b o r r ó con su riqueza la humilde línea que t r a z ó B O L E T Í N DB LA S O C I E D A D E S P A Ñ O L A D E EXCURSIONES 4. na 278 U visita a Alcalá de Henares Gumiel, ornato de acceso al patio de Columnas de orden dórico, de fisonomía triste y m o n ó t o n a , que centra Ximénez de Cisneros, erigido por el escultor Vilches, quien firma en Roma y en la segunda mitad del siglo xix. Otro segundo patio, de mayor carácter en cuanto a su antig ü e d a d , completa esta segunda d e c o r a c i ó n con l a capilla, de y e s e r í a gótica y a r á b i g a con pronunciamientos del xvi, como firma de su autor, el ya citado Gumiel. E l abandono de esta capilla raya en lo temerario. L a reja y su retablo fueron vendidos; su artesonado en ruinas y el antiestético ambiente de su interior, aflige el alma y hace surgir de nuestros labios una y radical protesta. Gómez M o r a y Pereira, con las escurialenses líneas esculpidas en el frontal de los Jesuítas, nos hacen despedir de Alcalá, y a crepuscular y melancólico. Como l a hora, caduca y gris, es el antiguo Colegio Mayor: reliquias de santos de la Orden, apagadas por el tiempo; u n retablo de N a r d i , de menor brillantez que el de sus coet á n e o s los pintores de l a luz, cenizas sepulcrales de San Diego; tapices b r u s e l e ñ o s , de baja pátina; una huida a Egipto, dibujada en papel apergaminado, de Lucas Jordán, que graba Castillo de un cuadro del c a s ó n del Buen Retiro; un S a n Jerónimo, firmado por Leonardo, y otro menos interesante de Mateo Gilarte, que lleva igualmente l a signatura de su autor, ambas obras de escasa característica personal. E l a d i ó s a Alcalá fué dulcificado con las legendarias almendras de las monjitas de San Diego. Y desde el punto de iniciación se regresa a M a d r i d por la línea férrea, d á n d o s e por terminada la v i sita que fué ilustrada por las sabias e n s e ñ a n z a s de preclaros socios, ampliada con la primorosa, práctica y erudita cartilla del insigne Ministro de Instrucción Pública, secretario de esta Revista, D . E l i a s Tormo que, a pesar de l a a n t i g ü e d a d de l a fecha de su publicación (1), vive y vivirá en las manos de los amantes del arte. He dejado de intento para lo último, la referencia de la moderna r e s t a u r a c i ó n del «Paraninfo», «patio trilingüe»; lugares y apo(1) Boletín de la Sociedad Española de Excursiones, II trimestre de 1917. Julián Moret 279 sententos contiguos al mismo, de la Universidad, llevado a cabo por el Patronato del Turismo, con la inteligente cooperacción de dos ilustres socios: D . Miguel Duran y D . Julio Cavestany, para tributarles en estos renglones un homenaje de admirada consideración, en nombre de l a Sociedad y en el mío propio, por la ejecución y sus útilísimos valores estéticos no ya tan s ó l o para el arte, sino también por los loables y benéficos resultados de c a r á c t e r patrio e internacional. E n la r e s t a u r a c i ó n se observa una esmerada intención de conservar, con el m á s exquisito respeto, todo el c a r á c t e r de la inspiración. C o n trozos existentes, dibujos de é p o c a y recuerdos h i s t ó r i c o s se ha salvado, perfectamente, el patio de Pedro de l a Cotera con Paraninfo, habilitado para «Hostería del E s t u d i a n t e » , rincones hacinados de escombros y oquedades, que con el celo de ambos artistas los convirtieron en pulcra, amplia y sencilla sala de comedor. E s p a cio donde flota todo el antiguo ambiente del momento, acusado en detalles, que sin estridencias, proclaman, con adecuado gusto y no menos fidelidad, una excelente r e p r o d u c c i ó n . E l monograma caballístico de l a vajilla t a l a v e r e ñ a , a ñ o r a n z a de h o s t e r í a s , paradores o posadas, queda impreso sobre tintes de finas transparencias; l a severa indumentaria de sus servidores; la recia moldura de sus puertas; las celosías; los ventanales emplomados en cuadro; los aperos de labranza y el típico y e s p a ñ o l acomp a ñ a m i e n t o de guitarras y bandurrias, forman su cuadro y su dicción, con triunfo definido, para gloria del Patronato y de E s p a ñ a misma. JULIÁN M O R E T POR TIERRAS LEVANTINAS M O R E L L A E n l a cúspide de un cerro, en las alturas del norte castellonense, se yergue sugestiva, evocando los gloriosos días de u n e s p l é n dido pasado, l a F I E L , F U E R T E Y PRUDENTE Ciudad de M o r e l l a . Sus títulos l a ennoblecen, y d á d i v a generosa son de p r e t é r i t o s monarcas. E l arte, el paisaje, l a toponimia, l a filología, las costumbres tienen su representante genuino en l a medieval población, en otros tiempos de prosperidad, Real V i l l a . Para el turista y para el estudioso, encierra su recinto amurallado curiosidades y bellezas, recuerdo perenne de memorable historia; ninguna otra población de l a provincia, cual Morella, registra en sus fastos hechos tan extraordinarios y archiva, en su presente, tan crecido n ú m e r o de recuerdos del pasado. Veamos algo. I Puerta de San Miguel.—Murallas.—Iglesia filial de San Miguel.—Avenida de los hermanos Galleu-Ferreras. Los días 22 y 23 de septiembre visitaba a Morella l a SOCIEDAD ESPAÑOLA D E EXCURSIONES, de M a d r i d , representada por sus miembros el Conde de Morales de los Ríos, D . Manuel y D . Guillermo Cincúnegui, actuando de cicerone el que suscribe, y que gustosa- mente repite el recuento para los ilustres excursionistas lectores de este BOLETÍN que t o d a v í a no h a n presenciado las maravillas de nuestras m o n t a ñ a s severas, abruptas y evocadoras TOMO x x x v i n BOL D E LA S O C ESP. D E E X C U R S I O N E S Vista General de la Ciudad, castillo y murallas. Fotos J Pascual Fototipia de Hauser y Altnet - Madrid, Románticos pórticos de la Plaza. Siélos X I I I y X I V . Morella. (Castellón de l a Plana) ' \0N C PfiQ BIBLIOTECA > B O L . D E L A SOC. E S P . D E E X C U R S I O N E S Portal de San Miguel y murallas. X I V TOMO XXXVIII a centuria. Acueducto medieval: «Arcos de la Pedrera» Siglo X I V . Morella. (Castellón de la Plana) Manuel Milián Boix 281 Toda la p o b l a c i ó n se halla aprisionada por potente m u r a l l ó n de ingeniería medieval; trabajo realizado en los siglos xm al xv; de vez en cuando, airosos torreones de apuntadas puertas y rasgadas ventanas rompen l a m o n o t o n í a del cerco. San Miguel N o s encontramos ante la primera y típica puerta o portal llamado de S a n Miguel, por estar adjunta la iglesia h o m ó nima; obra preciosa del gótico civil-militar. Dos torres gemelas, almenadas y octogonales flanquean la puerta o portal apuntado, con barbacanas y troneras, campeando a los lados los escudos en cartela gótica de A r a g ó n y Morella, con las clásicas moras y castillo. E l obrer de murs i valls, Domingo Taraball, ejecutó el plan por él trazado de estas torres a mediados del siglo xiv. Dejamos el panorama; las m o n t a ñ a s de Morella la Vella y Molíonet, al fondo, y el gótico acueducto (siglo xm y xiv) con l a ermita de Santa Lucía (del siglo x m en su origen, la actual data del siglo xvn), y nos detenemos ante la filial iglesia de San M i g u e l P e q u e ñ a capilla en el siglo xiv, ensanchada de 1394 a 1430; levantada de planta de 1666 a 1703; bombardeada en l a guerra de s u c e s i ó n y reedificada poco después (1729). E s de orden compuesto, predominando el corintio; notables frescos de los Cruella, artistas m o r d í a n o s del siglo xix; un lienzo, San Sebastián, de escuela ribalteña; barrocos y churriguerescos altares, de autores morellanos y aragoneses; elegante y preciosa custodia, diseñ a d a en 1803 por el tallista morellano Joaquín Domenech; escultura de Santo Domingo de Guzmán, del mismo autor, recientemente restaurada por José Pascual, y airosa cruz procesional del orfebre morellano Manuel Galleu (1849). Subiendo por la cuesta de la Cisterna salimos por el portal de la Nevera al paseo alameda FERRERES, A V E N I D A D E L O S HERMANOS GALLEN desde donde se divisa extenso paisaje; el castillo enhiesto y los murallones que salen y llegan al fuerte d e s p u é s de recorrer l a ciudad, van pasando, como en cinta cinematográfica, las muelas ale- d a ñ a s : l a Garumba, Palomita, Roca-parda, San Pedro de Castellfort, las de Aves'y Moisacre; el r í o Bergantes, que corre por l a ladera, besando sus escasas aguas, las huertas del Hostal Nou y éls Capellans; el barranco de l a Pivella y el pico denominado Les roques del Puig, en cuya cueva natural p a s ó el rey D . Jaime I aquella noche de nieve que precedió a su entrada triunfal en Morella, en 1232. 282 Morella Por fin entramos al recinto por la puerta deis Estudis (de los Estudios), que nos recuerda las famosas aulas de Latinidad y Humanidades que en el siglo xiv y xv adoctrinaron a la juventud morellana y al tribunal del Lligolló que entendía en asuntos pecua- rios —creado por Jaime I según privilegio dado a 16 de mayo de 1271. Dejamos a la derecha, siguiendo la muralla, el portal del Rey, que señala la tradición histórica como lugar de su entrada en la memorable fecha de la Conquista. II Señoriles palacetes.—Capilla de San Vicente Ferrer.—TEMPLO ARCIPRESTAL Apenas nos detuvimos en las airosas casas de Piquer, Beniganím y Monserrat, con detalles de la época, anagrama Jesús xristus y escudetes inscritos en a r r a b á (siglo xv); la casa y capilla de San Vicente Ferrer, dedicada al santo apóstol valenciano en memoria del portentoso milagro de volver a l a vida a un niño descuartizado y guisado por su madre loca, en obsequio del santo, que estaba invitado —enséñase el lugar donde estaban los hornillos,— ocurrido en dicha casa señorial, en 1410, cuando visitó por primera vez a MorellaSiguiendo la misma calle de la Virgen queda a t r á s el Asilo de ancianos, donde estaba el antiguo horno de Santa María (siglo xiv) y se nos presenta de lleno, en la plaza de Benedicto X V , la primera joya arquitectónica de la región, el templo Arciprestal: elegante y soberbio edificio gótico, único en su género en todo el Levante. L a fachada, que da al S., tiene dos portadas de gran archivolta apuntada, terminada en gablete la de los Apóstoles y la de las Vírgenes. L a imagi- nería ha llenado los doseletes de apóstoles y vírgenes, sobresaliendo la Madona del parte-luz de la puerta de los Apóstoles, detalle que denota influencias catalanas y resabios franceses —vímosla reproducida, recientemente, en la Exposición Internacional de Barcelona, en el Pueblo español. En 1265 principia a edificarse este grandioso templo, que no se da por. terminado hasta 1330. E s ejemplar E L MÁS INTERESANTE DE LA > X X X o 2 O H ti r—< a O CJ >¿ es W ti o a» TI CU TI v ti o '55 *° CU 1—1 ti tí *0 ti i—l Pl CO i—i i—t S 1—1 QJ ° tí CU CE ti ti +-» H CU Pi ti CU N W3 M fc O a CU O fll CQ o H u X CU Q H Pi H Ü O «o < W Q i-4 O CP •—I O Manuel Mílián Boix 283 REGIÓN V A L E N C I A N A (1); pertenece al gótico primario, sujeto a plan también gótico con elementos a r q u i t e c t ó n i c o s ornamentales r o m á n i c o s . «El coro, singularmente curioso y bello, acaso sea EJEMPLAR ÚNICO E N E L MUNDO, por estar aislado y en alto en el segundo de los tramos de l a nave central» (2), es obra del morellano Pedro Segarra (1406-1426). S o n interesantes: la escalera del coro, historiada, con relieves de Antonio Sancho (morellano, 1470); el trascoro, con representaciones del Juicio final, l a gloria y el infierno, del italiano José Belí (siglo xv); el trascoro lateral de l a derecha, labor en yeso de 1690; los retablos churriguerescos, barrocos y grecorromanos, en su may o r í a de tallistas locales; las pinturas: el Descendimiento, tabla gótica del siglo xv, con influencias flamenco-alemanas y de sabor netamente e s p a ñ o l ; l a Resurrección, de Cañitar, siglo xvi, y cabeza del Salva- dor y Santa María en ostensorio de madera, siglo xvi, de la misma escuela, en el Archivo; sarga de Nuestra Señora con el Niño Jesús, atribuida a Martín Torner, siglo xv; l a Piedad, de Sassoferrato (?) y otras no menos interesantes de Pontons, E s p i n o s a y de l a escuela de Ribalta y de Joanes. Esculturas: Deu lo Pare, del siglo xiv al xv, tal vez de B a r t o l o m é Santalinea o de Antonio Sancho, en el A r c h i v o la Inmaculada, de Joaquín Domenech, y l a Dolorosa, (por del mismo 1860); Nuestra Señora del Rosario, en l a escalera del coro, del siglo xvi; San Francisco de Asís, del siglo xvn, y otras. La sacristía, guardadora en otros tiempos de rica orfebrería, custodia a ú n el famoso terno de San Julián (siglo xv y xvi), casullas y capas negra y verde con i m a g i n e r í a bordada del siglo xvn y orfeb r e r í a de los Galleu, siglo xix. E n el Archivo c o n s é r v a s e rica doc u m e n t a c i ó n pontificial—Nicolás IV, Eugenio IV, Benedicto XIII, Sixto V — y real —Jaime I, Jaime II, Pedro I, Fernando I, Carlos II, etc.;— interesantes códices del siglo xm a l xv, y uno curiosísimo, ululado Suma de Joan de Bellet, de 1193; incunables y posteriores, entre los que sobresale Lo Quart del Cartoxá, de Roic de Corella, impreso en Valencia en 1495, y otras muchas interesantes documentaciones para l a historia local y comarcana. (1) Elias Tormo: Iglesia Arciprestal de Santa María de Morella, pág. 4. Madrid, 1927. (2) Elias Tormo: Iglesia Arciprestal de Santa María de Morella, pág. 5. Madrid, 1927 284 Morella A d o s a d a a l a iglesia arciprestal e s t á l a c a p i l l a de l a C o m u n i ó n , antes propiedad de l a "noble familia Escuder, curiosa o b r a corintia d i r i g i d a por D . Vicente M a r t í , arquitecto diocesano (18621868) y frescos de los C r u e l l a , III Hospital municipal,-Ex Conventos de Agustinos y Franciscanos C o n e m o c i ó n y gratas sensaciones de belleza dejamos, en l a penumbra de u n claro-oscuro espiritualista que da l a l u z del mediodía, a l coloso de piedra, severamente l a b r a d a por l o s picapedrers gremiales del Medio E v o , como rezan l a s marcas lapidarias, y, seguimos el r e c o r r i d o a r t í s t i c o - h i s t ó r i c o p o r el collet del pater noster. Cementerio en l o s siglos x m a l xvm, h o y huerto del A s i l o de S a n Juan Bautista— en cuya cima se levanta el H o s p i t a l M u n i c i p a l , en el m i s m o lugar y edificio que en el siglo xv se a p e l l i d ó Hospital de Ma- dona Saucta María deis Inocens i deis Folls. Penetramos por l a esp a c i o s a puerta, reciente, y admiramos l o s soberbios lienzos de M a r t í n Torner, de 1497, l a imagen de N u e s t r a S e ñ o r a de l o s Desamparados, talla notablemente influenciada p o r el g ó t i c o cuatrocentista y que a d e b i ó tallarse p o r l o s comienzos de l a X V I . centuria, l a escultura de Nuestra Señora de los Desamparados, de J o a q u í n Domenech, en el oratorio privado, y azulejos y m a y ó l i c a s a l c o r e ñ a s . Frente a l mismo H o s p i t a l queda en ruinas, s i n importancia, l a iglesia toscana del convento de religiosas agustinas y el convento claustral de S a n F r a n c i s c o , convertido en cuartel en e l siglo pasado, c o n s u iglesia g ó t i c a del siglo x í v y xv, pues en 1390, s e g ú n V i c i a n a (1) se c o n s a g r ó p o r el O b i s p o D . H u g o de L u p i a ; y claustro t a m b i é n gótico. E s de notar que dentro de l a p r i m e r a iglesia se c o n s t r u y ó , en l a ú l t i m a d é c a d a del siglo xvm, otra iglesia d ó r i c a , d i r i g i d a p o r u n «lego que h a b í a dirigido algunas obras en el Santo S e p u l c r o » (2). Elegantes ornacinas, repisas, m é n s u l a s , escudetes y calados g ó t i c o s (í) (2) Copiado por Segura Barreda en Morella y sus Aldeas, Tomo I, pág. 391. Segura Barreda, José, Morella y sus Aldeas, Tomo I, pág. 391. Manuel Milián Boix 285 se conservan cegados, unos, y en ruinas otros; l a sobria nervatura absidal con su clave correspondiente historiada —estigmatización del Poverello d'Asissi— escudos de Morella y las viguetas talladas y p o l í c r o m a s que soportan el artesonado y techumbre de madera. IV El castillo.—Iglesia parroquial de San Juan Bautista.—Desaparecido "Aren del Minyó" (Callizo) San Nicolás—Pórticos trecentistas. Imposible visitar el viejo castillo, por falta de tiempo, hoy en ruinas, y restos de l a capilla cuatrocentista de Santa B á r b a r a y Santa Magdalena, que l a leyenda forja en s u origen como del papa Luna; c o n s é r v a s e cerrada a cal y canto, l a célebre puerta Ferrisa, por donde e n t r ó a l castillo el caudillo a r a g o n é s D . Blasco de Alagón, mayordomo real, a l libertar a Morella del dominio m u s u l m á n ; l a casa del Gobernador del castillo, campeando en l a fachada escudo de E s p a ñ a y l a i n s c r i p c i ó n l a p i d a r i a : « R E I N A N D O F E L I P E V Y SIENDO G O B E R N A D O R D E ESTA PLAZA E L B A R Ó N D E ITRE A Ñ O 1 7 1 3 » ; el cacho, famoso calabozo, y l a plaza del homenaje, espaciosa y destartalada, recordando sus c a í d a s almenas y tumbados torreones, escenas b é licas que emocionan y heroicidades que emular. T o d a v í a parecen columbrarse, esfumadas por el tiempo, las gráciles siluetas de regios personajes, cautivos moradores, en l a fronteril fortaleza son los infantes Ben-Zeit y Ben-Omar, hijos del rey moro de Valencia, Zeít- Abu-Zeit que, en l a Múrela, o Maurela, quasi parva mauritania, encuentran acogida durante su destierro es el príncipe de V i a n a a c o m p a ñ a d o de Ausias M a r c h y otros magnates cortesanos, que devora el destierro, algún tanto aliviado por las amistades fieles y l a frondosidad, hermosura y amenidad de l a vida m o n t a ñ e s a es, en fin, l a condesa de Urgel, l a que asoma s u blanca frente por entre l a almenada corona del castillo, prisionera t a m b i é n por a l g ú n tiempo, antes de trasladarse a Tortosa. Alejémonos rebosante horizontes. , alejémonos de esa m a n s i ó n p é t r e a y b r o n c í n e a , de recuerdos guerreros, y sigamos l a ruta por otros 286 Morella Bajamos, cruzando la plaza de Benedicto X V , y, zigzagueando, por comodidad, nos presentamos en la parroquial iglesia de San Juan Bautista, dedicada a San Pedro Apóstol y al Santo Precursor (en el siglo xm); en el siglo xv, ensanchóse, o tal vez levantóse de planta, volviendo a reconstruirse de nuevo, en el siglo xix. La actual iglesia es de orden jónico, tiene frescos muy buenos y el decorado, de los Cruella; quedan, muy bien conservadas, dos preciosas tablas goticistas: San Pedro Apóstol, de Jacomart, y la Visitación, de Pedro Reixach (siglo xv); en el altar de San Roque, un lienzo del titular de Ribalta; la Cena, que cierra el tras sagrario, de escuela valenciana; de notable mérito la escultura del titular de la iglesia, en el altar mayor (siglo xvi (?), y un valioso terno rojo con imaginería bordada del siglo xvi al xvn. La Gran Vía o cuesta de San Juan —antes de la F i g ú r a nos lleva frente al Centro Obrero, instalado en la antigua casa solariega de los Ciurana, en donde la tradición nos cuenta estuvo hospedado, algunos días, el papa Luna —Benedicto XIII—, cuando en 1414 vino a Morella para reunirse con el rey D o n Fernando I de Antequera y San Vicente Ferrer, para tratar asunto tan importante como finalizar el cisma. Sobre la calle de San Nicolás, que aquí empieza, había un arco o callizo medieval con amplios y elegantes ventanales góticos, de paríaluces, que daban a las habitaciones sobre el arco; comodidades de la vida moderna exigieron l a desaparición del curioso ejemplar, ligado a recuerdos altamente históricos. E n la mitad de la mentada calle subsiste, expoliada y clausurada, la iglesia de San Nicolás, hoy en muy mal estado; edificio, sin duda, del siglo xvi. Es célebre esta capilla por haberse practicado el culto durante la dominación á r a b e y por haberse celebrado, con toda la esplendidez de la liturgia, todo el fervor de cristianos, todo el hervor de un pueblo libertado y toda la fe de un gran rey —Jaime I—, l a pública acción de gracias al Dios crucificado, por la conquista de la Villa, piedra inicial de la definitiva conquista de la región valenciana. Poco después corría aquí el agua regeneradora del bautismo por las cabezas de los príncipes moros recién convertidos. Paralela a la calle de San Nicolás está la de la Plaza, caracterizada por lo opuesto a la costumbre general: consiste en una calle estrecha, que arranca desde l a plaza de Colón y termina frente a San Manuel Milián Boix 287 Miguel, denominándola sólo plaza el trozo que ocupa de Colón a Marquesa de Fuente el Sol. Siempre las notas típicas engendran en el visitante la admiración y el recuerdo. Ahí están seis siglos ha, los trecentistas pórticos de noble tipismo, denunciando un espléndido pasado industrial. Aquí tenía cabida toda la industria y comercio montañés de la comarca, sorprendiendo el contraste de las peculiaridades de la tierruca, como diría Pereda, con las industrias propias de ciudades cosmopolitas: no sólo el ganado, burdos tejidos, lanas y sedas muestran al comprador, los traficantes, también saben presentar sus industrias de orfebrería, cristalería, armería, tejidos sedeños, tapicerías, curtidos, cacharros etc Y por si todo esto es poco, intercambian productos italianos y exóticos, los potentados mercaderes, dando importancia y renombrado progreso al mercado de l a metrópoli. E r a esto en tiempo de pleno florecimiento medieval —siglos xm al xvi— en la baja Edad Media. A la luz de"potentes focos, en obscura noche, parece un zoco árabe modernizado por el enjahelgado de las columnas y pilares y por los flamantes escaparates iluminados. Es algo severo , román- tico , poético , y que da un carácter inconfundible a la bella ciudad de Morella. M A N U E L MILIÁN Morella y septiembre de 1930. BOIX VISITA AL CASTILLO DE VIHUELAS C o n a l g ú n retraso, debido a causas d i v e r s a s , aparece en estas c o l u m n a s l a c r ó n i c a del viaje a V i ñ u e l a s , hecho p o r nuestra S o c i e d a d el d o m i n g o 11 de m a y o del corriente a ñ o . N a d a m á s lejos de m i á n i m o que atribuirme el é x i t o de p ú b l i c o , realmente desacostumbrado, de esta e x c u r s i ó n . E n l o s ú l t i m o s tiempos, el entusiasmo s o c i a l a n d a b a tan d e p r i m i d o que me p a r e c i ó oportuno, a u n a riesgo de resultar impertinente, h a c e r l o constar a s í en m i a r t í c u l o anterior; pero, s i r v i e r a ello o n o de acicate, l o cierto es que en V i ñ u e l a s nos r e u n i m o s cerca de setenta personas. H i z o s u p r i m e r alto l a c a r a v a n a a u t o m o v i l i s t a a dos k i l ó metros de F u e n c a r r a l , en el convento o s a n t u a r i o de V a l v e r d e , r e s i dencia de H H . de S a n t a S u s a n a , en c u y o i n g r e s o n o s a g u a r d a b a el M i n i s t r o de I n t r u c c i ó n p ú b l i c a y Bellas A r t e s , S r . T o r m o . Importa hacer constar que, en este caso, el expediente de las llaves (nunca n o s cansaremos de volver sobre este tema), de t r a m i t a c i ó n y resol u c i ó n tan difíciles, h a b í a s i d o despachado urgente y favorablemente n a d a m á s presentarse S. E . L a v i s i t a del templo b a r r o c o , c o n a l g u nas buenas i m á g e n e s y u n reloj pegado en l o m á s alto de l a b ó v e d a del buque de l a iglesia, i n v i r t i ó p o c o t i e m p o . M e d i a d a l a m a ñ a n a llegamos a V i ñ u e l a s . E n u n f a s c í c u l o , titul a d o Viñuelas, escrito en 1899, c o n fines simplemente c i n e g é t i c o s , por el M a r q u é s de L a u r e n c í n (1) y d e d i c a d o a l M a r q u é s de S a n t i l l a n a , a c u y a costa h u b o de publicarse, he l e í d o que l a h i s t o r i a de V i ñ u e l a s a r r a n c a de u n a carta de d o n a c i ó n del r e y D . S a n c h o I V el Bravo, o t o r g a d a en 1285, p o r l a c u a l h i z o el m o n a r c a c e s i ó n de l a finca a G a r c í a L ó p e z de S a y a v e d r a , a G ó m e z G a r c í a , a R u y S á n c h e z y a S a n c h o Díaz, hijos de R u y S á a c h e z de M a d r i d , c o m o premio a l o s (1) Pude consultar la obrita gracias a la amabilidad del Conde de Polentinos, Director de esta Revista. 50L. DE LA SOC. ESP, DE EXCURSIONES Castillo de Vinuelas. (Madrid) TOMO XXXVIH M A G \ON Pff 7; G .¡BÜITEGA BOL. DE LA SOC. ESP. DE EXCURSIONES Salón de armaduras del Castillo de Viñuelas. (Madrid) TOMO XXXVIII !|BíBLíÍTECA^ M f A D R V 0 . BOL. DE LA SOC. ESP. DE EXCURSIONES Detalle del Salón de armaduras del Castillo de Viñuelas (Madrid). TOMO XXXVIII Pedro C. Sorribes 289 servicios prestados por el último al rey D . Alfonso, padre del soberano cesionario, merced luego confirmada, en 1300, por D . Fernando IV, hijo de D . Sancho. Hasta venir a parar a su actual poseedor, Duque del Intantado, el dominio fué de plurales propietarios, entre ellos l a Orden de Santiago, sin que faltaran pleitos sobre su disfrute, h a b i é n d o l o adquirido en 1751 el rey D . Fernando V I . L a edificación del castillo, en cuyo emplazamiento hubo antes una torre, t e r m i n ó a principios del siglo xvm, bajo l a dirección del maestro de obras José Moreno. Los reyes D o n Carlos III y D o n Carlos IV hicieron grandes mejoras en l a finca, y el M a r q u é s de Campo y el Sr. Recur las introdujeron, también, en el edificio. E n los treinta a ñ o s transcurridos desde la publicación del folleto citado, el castillo de Viñuelas (emplazado en un altozano desde donde se domina, casi en su totalidad, l a dehesa y monte de Viñuelas, de extensión tan dilatada), ha cambiado mucho de aspecto, aumentando su perímetro un gran pabellón gótico, construido con materiales procedentes de u n monasterio de Cuéllar, si no recuerdo mal, y adornado a l exterior con algunas estatuas de a p ó s t o l e s . E s t a edificación avanza entre dos de los cubos del castillo. Frente al palacio está l a capilla, decorada con elementos de igual procedencia que los citados. Realzan l a belleza de los jardines, que rodean ambas construcciones, terrazas de azulejería sevillana, p é r g o l a s , templetes, estanques, fuentes y estatuas. E n el interior del palacio se ven cuadros de buenas firmas y algunos grupos escultóricos policromados, que representan escenas de tauromaquia, procedentes de l a casa de Osuna, s e g ú n mis noticias. Pero lo que llama vivamente l a atención del visitante es l a a r m e r í a , instalada en el cuerpo de edificio a ñ a d i d o a l a antigua fábrica. Las armas y armaduras de distintas clases y é p o c a s son numerosas y de gran valor; hermosos tapices cubren los muros; de l a b ó v e d a de crucería penden magníficas l á m p a r a s ; las sobrepuertas e s t á n decoradas con blasones de los d u e ñ o s de la casa; a ambos lados de una chimenea, proyectada con buen gusto, sendas copias de los retratos de D . Iñigo López de Mendoza, primer M a r q u é s de Santillana y de d o ñ a Catalina de Figueroa (los originales, pintados por el maestro Jorge Inglés para el desaparecido l e t a b í o del Hospital de Buitrago, los guarda en su palacio de M a d r i d el Duque del Infantado y fueron reproducidos Visita al Castillo de 290 Viñuelas hace a ñ o s en nuestro BOLETÍN); numerosos muebles de valor y ant i g ü e d a d completan el conjunto. M i incompetencia en l a materia y l a falta de datos, ofrecidos y nunca facilitados, me vedan entrar en pormenores descriptivos de los arneses que allí vimos, algunos de los cuales me figuro que s e r á n procedentes de aquella a r m e r í a del Duque del Infantado que en 1630 estaba en las casas que en Guadalajara m a n d ó construir el gran Cardenal Mendoza (1). E l joven Duque de Francavilla, D. Iñigo de Loyola de A r teaga y Falguera, hijo del d u e ñ o de la finca, no s ó l o nos recibió y a t e n d i ó con gran amabilidad las dos horas que aproximadamente d u r ó la visita, sino que tuvo l a generosidad de obsequiarnos con un tenteempié, que todos agradecimos. D e s p u é s de firmar en el á l b u m abandonamos la a r i s t o c r á t i c a p o s e s i ó n afablemente despedidos por el Duque de Francavilla, a quien todos hicimos presente cuanto nos obligaban sus atenciones. E n Colmenar Viejo nos detuvimos algunos momentos para ver el retablo de la Iglesia Parroquial, en los escalones de cuyo atrio está la piedra tan desgastada que dos excursionistas sufrieron c a í d a s , aunque sin importancia, afortunadamente. Lo hacemos constar por si llega a oído de las autoridades de aquel pueblo y lo remedian. Y llegamos a Miraflores de l a Sierra, famoso por el r e q u e s ó n y lugar muy frecuentado en verano por l a b u r g u e s í a m a d r i l e ñ a . L a escabrosa y á s p e r a topografía del terreno hace sumamente pintoresco el paisaje de este pueblo, asentado en l a falda Oriental de la s e r r a n í a que divide las dos Castillas. Hasta el siglo xvn, Miraflores se l l a m ó Porquerizas y se dice que hacia el a ñ o 1247 lo poblaban pastores segovianos. Allí comimos no peor, ni a precio menos econ ó m i c o que en muchos sitios, sin que dejaran de notarse deficiencias, lo cual no tiene casi nada de particular, porque en establecimientos que debieran ser modelo en su g é n e r o (quiero aludir a un flamante parador, establecido —y entonces explotado directamente por el organismo oficial que lo creara— en palacio bien p r ó x i m o , por cierto, a famoso castillo toledano, desde el cual se goza l a deliciosa vista de l a vega del Tiétar, y que no dista de M a d r i d sino 150 kilómetros), (1) Discurso de ingreso de Lampérez en la Academia de la Historia. Pedro C. Sorríbes 291 como aquel a donde l a m a l a fortuna me l l e v ó en Semana Santa, func i o n a b a l a c o c i n a con tal s o b r i e d a d y rigidez e c o n ó m i c a ( p r i n c i p i o s ambos n o reflejados en l a cuenta) que p a r e c í a templo consagrado a l culto de l a m e m o r i a del d ó m i n e C a b r a ; porque s i en s u pupilaje seg o v i a n o el famoso licenciado no h a c í a s i n o asomar el tocino a l a olla, en el P a r a d o r a l u d i d o n i siquiera e n s e ñ a r o n el a z ú c a r a los flanes que d i e r o n p a r a postre. B r i n d o el caso a quienes pretendieron que se i m p u s i e r a una crecida multa a u n hostelero b u r g a l é s p o r servir u n guiso de coliflor con ajo, pues s i b i e n es cierto que a tal aderezo no e s t á n hechos ciertos paladares de gourmet, no cabe negar que es condimento bien netamente e s p a ñ o l , en tanto que l a total ausencia de a z ú c a r en el flan no se tiene n o t i c i a que sea costumbre t í p i c a en parte alguna del planeta. A m e d i a tarde emprendimos el regreso, haciendo u n alto para v i s i t a r el embalse S a n t i l l a n a , cuyos guardas t e n í a n orden, que les diera nuestro procer h u é s p e d de l a m a ñ a n a , p a r a permitirnos l a entrada. A los enemigos de l a ley seca les p a r e c i ó que h a b í a allí demas i a d a agua. M e parece que he acertado a escamotear el fondo de esta c r ó nica, que no h a tenido otro fin que el de a c o m p a ñ a r a las fototipias que l a i l u s t r a n . E l l a s d a r á n , con su g r á f i c a elocuencia, l a i d e a m á s exacta de l o visitado. PEDRO C. SORRÍBES índice de artistas citados en el año 1838 Ageladas, esc, 110. Agoracrito, esc., 109. Agustín (Francisco) pint., 256. Alonso (Maestro), cof., 138. Antolínez (José), pint., 275. Arbulo ívlargubete (Pedro de), escultor, 222, 224 y 225. Ardemans (Teodoro), pint. y arquitecto, 193. Barbalunga, pint., 40. Bassano, pint., 41 y 193. Bayeu (Francisco) pint., 59 y 199. Bayeu (Ramón), pint., 59. Becerra (Gaspar), esc. y pint., 225. Belí (José), pint., 283. Berruguete (Alonso), pint. y escultor, 52, 224 y 225. Bosco (El), (Jerónimo Van Aken), pint., 39, 41 y 45. Busán (Juan M . ) , pint, 116. a Calabria (Pedro), pint., 191. Calamis, esc; 110. Calleja (Andrés de la), pint., 192 y 199. Camilo (Francisco), pint., 277. Cano (Alonso), esc. y pint., 55. Carbonell (Alonso), arq., 55, 119. Carducha (Bartolomé), pintor, 46, 47, 114. Carreño, pint, 119. Casado (Joaquín), dor., 12. Castello (Víctor), pint., 55. Castillo (José), Cerraj., 55. Castillo, grab., 278. Caxés (Patricio), pint, 43. Cereceda, arq., 222. Cisneros, pint., 199. Coello (Claudio), pint, 55, 124. Colonia (Juan de), arq., 268. Colonna, pint., 119. Corrado (Giaquinto), pint, 197. Correggio (Antonio Alegri) pintor, 36, 40. Cortés (Joaquín), pint., 256. Cotera (Pedro de la), arq., 279. Covarrubías (Alonso de), arq., 55, 277. Coxcyen, pint., 36. Cranach (Lucas), pint., 36, 37, 38, 42. Cruella, pint., 281, 284. Domenech (Joaquín), tall. y escultor, 281, 283. Domeniquino, pint., 194. Dubraencq (Jaques), arq. y escultor, 37, 38. Durero (Alberto), pint., 37, 62. Espinosa, pint., 283. Fachetti (Pietro), pint., 46. Fancelli (D.), esc, 277. Fidias, esc, 109, 110, 111. Flemalle (Maestro de), pint, 201. Galleu (Manuel), orf. 281, 283. G i l de Hontañón (Rodrigo), arquitecto, 277. Gilarte (Mateo), pint., 278. Giralte (Francisco), esc, 236. Gómez, pint., 199. Gómez de Mora, arq., 119, 278. González (Bartolomé), pint, 45. Goya (Francisco), pint., 59, 61. 191, 199, 264, 265. Greco (Domenico Theotocópuli), pint., 62, 63, 200, 239, 240, 269, 271. Gros (Barón), pint, 258. Grosete Comani (Juan Bautista), marm., 236. ? Guídoti (Domingo), ofi. marm., 236. Gumiel (Pedro), arq., 278. Heere (Lucas de), pint., 39. Hemessen, pint., 45. Herrera el Viejo, pint., 118. Herrera (Pedro de), pint., 234. Holanda (Francisco de), pint., 36, 38. Houasse, pint., 190. Jacomart, pint., 286. Joli o Y o l i (Antonio), pint., 197. Jordaens, pint., 125, 126. Jordán (Lucas), pint, 62, 119, 124, 193, 198, 199. Juanes (Juan de), pint., 283. Justus Tí el, pint, 41. Kraeck (Jan), pint, 115. Laredo (Manuel), p i n t , 277. Leonardo (Jusepe), pint., 55 y 278. Leoni (León) esc, 43 y 118. Leoni (Pompeo), esc, 38, 43 y 236. Logroño, arq., 222. López (Andrés), pint, 11. Lotto (Lorenzo), pint., 41. Maella, pint, 199. Malombra (Diego), pint, 195. Maratta (Carlos) pint, 193 y 194. Marinas (Aniceto), esc, 167. Marogia (Juan Antonio), mar., 236. Martí (Vicente), arq., 284. Martín (Antonio), esc, 234. Martínez (Bartolomé), cof., 138. Mayno, pint, 117 y 270. Mazo (Juan Bautista), pint., 191. Mengs (Antonio Rafael), pint., 198. Menling, pint., 130. Mesina (Antonello de), pint, 52. Metsys (Quentín), pint., 41, 42 y 47. Miranda (Juan de), pint., 191 y 192. Mirón, esc, 110. Moran (Santiago), pint., 116. Moro (Antonio), pint., 36, 38, 39, 45 y 115. Muñoz (Salvador), esc, 55. Murillo (Bartolomé Esteban), pintor, 196, 198, 199, 200, 256, 257 y 264. Naiera, plat, 13. Na poli, pint. rest, 263. Nardi (Angelo), pint, 55, 276 y 278. Navarrete, pint., 264. Ordóñez (Bartolomé), esc, 277. Ortega (Francisco), pint., 191. Palomino (Antonio), pint., 52, 62, 124 y 269. Panto ja de la Cruz (J.), pint., 41 y 45. Parmigianino, pint., 36. Pascual (José), esc, 281. Patinir, pint, 41. Pavía (Santiago), pint., 197. Peralta, pint, 191. Pereda (Antonio), pint., .' 5. Pereíra (Manuel), esc, 278. Pérez (Silvestre), arq., 265. Plaza (Sebastián de la), arq., 276. Polycleto, esc, 110. Poníons, pint, 283. Forres (Juan), esc, 55. Forres de Ojacastro (Francisco), tall., 222. Poussin, pint., 199. Praves (Francisco de), arq., 119. Fraxiteles, esc, 109. Prevost o Provost (Jean), pint., 42. Procaccini (A.), pint, 194. Padilla (Pedro de), guara., 138. Quesnoy (F. de), esc, 194. Rafael Sanzio, pint, 46, 118, 200, 201. Ramírez (Jerónimo), pint., 263. Ramos, pint., 199. Pane (Guillermo), pint, 190. Ranc (Juan), pintor, 190, 191, 192. Reixach (Pedro), pint., 286. Rembrandí, pint., 199. Ribalta, pint, 264, 284 y 286. Ribera (Giusseppe), pint, 125, 192 y 264. Ricci (Juan Andrés), pint, 267, 268, 269, 270, 272 y 273. Rivelles, pint, 263. Rizi, pint, 119. Rodríguez (Pedro), esc, 234. Rodríguez (Ventura), a r q , 63. Rubens (Pedro Pablo), 114, 116, 117, 118, 121, 122, 125. Torner (Martín), pint., 283. Tristán, pint., 62. Sacchi (Andrea), pint., 194. Salvatucci (Giusseppe Odoardo), pint., 194. Salviati, pint., 46. Sánchez Coello, pint. 38, 39. Sancho (Antonio), tall. esc, 283. Santalinea (Bartolomé), esc, 283. San Vicente (Juan de), pint., 264. Sanz Mares (José), malet. cof., 139. Sarabia (José), pint., 263. Sarroferrato, pint., 283. Scopas, esc, 109. Segarra (Pedro), esc, 283. Sergent, pint., 254. Siena (Baltasar de), pint., 46 y 47. Snayers, pint., 122. Snyders, pint., 121. Soíonisba (Anglisola), pint., 39. Solimena, pint., 193. Uceda (Juan de), 263. Taraball (Domingo), arq., 281. Theotocópuli (Jorge), pint., 62. Teniers (David), pint., 193. Tiépolo (Juan Bautista), 198. Tintoretto (Jacobo), pint., 192 y 195. Tiziano Vecellio, pint., 36, 38, 39, 40, 41, 43, 44, 45, 47, 115, 116, 119, 124, 125, 193, 196, 200, 260 y 263. Tobar, pint., 191. Toledo (Juan Bautista de), arq., 232 y 245. Vaccaro (Andrea), pint., 199. Van Dyck (Antonio), pint., 123 y 192. Van Eyck, pint., 38 y 39. Van Loo, pint., 190. Van de Pere, pint., 59. Van der Weyden (Roger), pint., 37. 39, 40, 129 y 130. Vauquelín (Juan), miniat., 129 y 130. Vega (Antonio de), pint., 11. Velázquez (Diego), pint., 117, 118, 121, 123, 191, 193,195, 199, 200, 264 y 270. Vergara (Nicolás), rej., 277. Veronés, pint, 125,192. Vidal (Pedro Antonio), pint., 44, 119. Vilches, esc, 278. Villandrando, pint., 119. Vitelli, pint, 119. Vos (Pablo de), pint, 122. Xuarez (Miguel), mal. cofr., 138. Ymberto (Martín), esc, 234. Ymberto (Mateo), esc, 234. Zurbarán (Francisco de), pint., 263 270, 276 y 277. INDICE DE AUTORES Páginas A r t i ñ a n o (Pedro M . de).—Los orígenes de la fabricación del vidrio y su introducción en E s p a ñ a Beroqui (Pedro).—El Museo del Prado — — Apuntes para la Historia del Museo del Prado 112, 189 y Cavestany (Julio).—De los viajes retrospectivos — — U n retrato de Fray Alonso de San Vítores, pintado por Juan Andrés R i c c i . . . . Cedillo (Conde de).—Hoyuelos — Santa María la Real de Nieva . . . 73 y — — Martín Muñoz de las Posadas Mélida (José Ramón).—El Hércules de Alcalá la Real Milián B o i x (Manuel).—Por tierras levantinas. Morella Moret (Julián).—Una visita a Alcalá de Henares Peman (César).—Sobre las tablas de Sopetrán Polentinos (Conde de).—Ezcaray y su iglesia Sarthou Carreres (Carlos).—San Pablo del Campo en Barcelona Sorribes (Pedro).—Una Excursión más — Una visita al Castillo de Viñuelas Tejada (Alfonso).—El retablo de la iglesia de Ventosilla Tejera (Lorenzo de la).—El Monasterio de San Juan de la Peña 19 33 252 131 267 1 153 229 108 280 274 128 217 143 54 285 49 204 INDICE D E LAMINAS Páginas Hoyuelos (Provincia de S.egovia).—Palacio — Iglesia P a r r o q u i a l — P o r t a d a del Palacio — Cruz Parroquial 5* 7* 13» El Alcázar de Madrid en tiempos de Carlos II 41 # Alcalá de Henares {Madrid).—-Templete y A l t a r en l a Iglesia de los Bernardos 277' Arqueta cubierta de terciopelo y herraje dorado. Siglo x v i . . . . 1 4 V Maleta típica española de cuero con aplicaciones de lo mismo y hierros, siglo xvn 142' B A C L E R D ' A L B E (General).—Dibujo de l a Casa de Campo . . 262 Banqueta de tijera.—Mesa de c a m p a ñ a y viaje, siglo xvi.—Sillón plegable de viaje.—Altar portátil, siglos xvn y xvm 142 * B a ú l de cuero claveteado, siglo x v n . — B a ú l con piel verde y claveteado, siglo xvm 142* Burgos {Vista de).—Fragmento de un cuadro de Juan Ricci. . . . 2 7 0 ' Caja-maleta, cuero negro y cantoneras, chapa dorada, siglo xvm.— Estuche para merienda, escritorio y costura, siglo xix.—Baúl c o n pelo de caballo, siglo xix 142/ Cajita de juego de marfil, siglo xvi.—Cestillo forrado de cuero y hierros dorados siglo xvn. — C a j a de caudales de hierro, siglo x v n . — P e q u e ñ o b a ú l de cuero negro claveteado. V a s o s de viaje. Estuche piel, siglo x v m . — P e q u e ñ o b a ú l de cuero rojo claveteado 142 " C a m a de viaje y c a m p a ñ a , siglo xix.—Maleta-cama de viaje, siglo xvm 142 # Casa" Real del Pardo a principios del siglo xvn 112 t Cofre forrado en cuero c o n hierros, siglo x v . — A r c ó n con cuero negro y herrajes, siglos xv y x v i 142 * D A V I D (L.).—Retrato de Bertrand B a r é r e 253 * Detalle de l a estatua orante del Duque de Lerma (Museo de Valladolid) 47, E s c u l a p i o — M á r m o l griego del siglo v antes de J. C , hallado en A m p u r i a s 108 f G E R A R D (F.).--José N a p o l e ó n Bonaparte, como Rey de E s p a ñ a . 256 Getafe (Madrid).—Parroquia de l a Magdalena. Retablo M a y o r . 59" Valdemoro (Madrid).—Retablo M a y o r de l a Parroquia 59» G O M E Z N A V I A (José).—Palacio de Buenavista 262 G O Y A . — A s u n c i ó n de l a Virgen en l a Iglesia P a r r o q u i a l de Chinchón 61* G O Y A (F.).—Retrato de D . M a n u e l Luis de U r q u i j o 254í G R E C O ( E l ) . — A s u n c i ó n de l a Magdalena en Titulcia (Madrid) 62 5 # Páginas Retrato de F r a y A l o n s o de San Vítores (fragmento) Sala del Colegio de Venecia, cuadro de Malombra.—Audiencia Dogo y de l a S e ñ o r í a San Ildefonso (Vista (fe).—Grabado de H u l k San Juan de la Peña (Monasterio efe).—El claustro en el a ñ o 1885 Parte de la Arcada del ala S. O . del claustro - • Capiteles del claustro Capiteles del claustro Capiteles del claustro San Juan de la Peña (Monasterio efe).—Puerta que desde el claustro da acceso a la iglesia alta A r c o de la puerta que da acceso a l a iglesia alta Sepulcro de la capilla de San Vitorián.—Detalle del ingreso a l a capilla de San Vitorián San Pablo del Campo en Barcelona— Claustro.—Puerta del aula capitular en el claustro San Pablo del Campo en Barcelona—-Puerta románica.—Laberinto columnario en el Claustro Santa María la Real de Nieva— Capiteles del claustro Detalle de l a portada de l a iglesia.—Claustro del Monasterio Santa María la Real de Nieva (Segovia).—Portada de la iglesia.—Capitel en el Claustro Vista parcial del crucero de la iglesia.—Retablo de la capilla de l a C o n s o l a c i ó n en la iglesia Tiltucia (Madrid).—Retablo Mayor, siglo xvn Torre de la Parada (La).—Cuadro del siglo xvn Ventosilla (Burgos).—Cruz r o m á n i c a de bronce y esmalte.— Imagen de Nuestra S e ñ o r a , siglo xm.—Retablo de la iglesia de San A n d r é s (fragmento) Ventosilla (Burgos).—Retablo gótico de San A n d r é s (fragmentos), dos l á m i n a s Viñuelas (Madrid). Vista del Castillo , Detalle del Salón del Castillo de Viñuelas Salón de Armaduras del Castillo Wauquelin (Jan) presentando su libro a Felipe el Bueno, Duque de B o r g o ñ a . . . . , , Ejemplares de pasta de superficie agallonada fabricados en Ampurias Ejemplares de pasta encontrados en Andalucía y Baleares Dos lacrimatorios y molde para l a fabricación de camafeos... Cuentas de vidrios de collares hallados en A m p u r i a s Ejemplares procedentes de la comarca de Almería, primera fase de l a implantación del vidrio en E s p a ñ a Piezas halladas en las c e r c a n í a s del Burgo de Osma Jarra tipo Burgo de Osma y dos piezas de pasta procedentes de Ampurias Piezas de vidrio procedentes de xAmpurias 270^ 194# 200 # 204* 206$ 208 208 209 t # 211$ 211 * 212 1461 144* 168» 172 f 154** 160 * 621 191 53* 51* 289^ 288* 288© 129 1 24* 24* 24« 24* 24* 24* 24* 24* Páginas G R E C O . — L a Crucifixión 238^ G R O S (J. A.)—La Capitulación de Madrid \\\ 259# Hercules, m á r m o l griego siglo v antes de J. C , hallado en Alcalá l a Real.—Cabeza de Venus, mármol griego del siglo v antes de J. C , hallado en Aranjuez 109 H O E F N A G E L (Gregorio).—Vista de Valiadolid hacia 1562 " 112 # K R A E C K (Jan).—Filiberto Manuel de Saboya 115 ^ Iglesia de Ezcaray — Fachada de l a Iglesia en la plaza.—Puerta lateral.—Retablo del lado de la Espístola.—Detalle de las bóv edas 220 I Puertas talladas en 1556 220 f Galería con escudos de nobleza,—Interior del templo.—Detalle de la puerta de entrada.—Detalle del retablo mayor. . . 220* Iglesia de Ezcaray.—Retablo del Altar Mayor 222 # Santa Ageda. —Retablo gótico del lado del Evangelio.— Santa Polonia 224 * Fachada principal.—Retablo de ¿Pedro de Arbulo?—Detalle del retablo, lado de la Epístola.—Detalles del retablo. . . 226^ L E O N E (Leoni): Medallas de Carlos V, María de Hungría y Felipe I I . . . . 36^ Maleta-bufete con cajonería, anaquel y espejo. Maleta de pelo de cabra y adornos de cuero, siglo xvn. Cofrecillo cubierto de cuero y hiéraos, siglo xvi. Maleta de piel con aplicaciones. 142 > Maleta forrada de cuero con tres cerraduras, siglo xvn. Sillón plegable de viaje, siglo xvi. Cofre del C i d 142' Maleta de cuero labrado por incisión, siglos xvn y XVIII. Maleta de cuero con dibujos simétricos hechos con tiras del mismo material, siglo xvn 142# Martín Muñoz de las Posadas— Palacio del Cardenal Espinosa.—Portada del Palacio 245$ Martin Muñoz de las Posadas .—Portada occidental de la Iglesia.—Portada meridional de la Iglesia 231^ Martín Muñoz de las Posadas.—-Interior de la Iglesia Parroquial.—Monumento Sepulcral del Cardenal Espinosa 235 Martín Muñoz de las Posadas.—Vista parcial en el interior de la iglesia.—Interior del Palacio del Cardenal Espinosa. . 244* Martín Muñoz de las Posadas.—Iglesia Parroquial.—Aragonés Torre de la Iglesia Parroquial 230* Morella (Castellón de la Plana).—Vista general de la ciudad.— Castillo y murallas.—Románticos pórticos de la plaza, siglos s XIII y xiv 281f a Morella— Portal de San Miguel y murallas X I V centuria.— Acueducto medieval «Arcos de la Pedrera», siglo xiv 280# Morella (Castellón de la Plana).—Arciprestal. — Madona del parte-luz de la Puerta de los Apóstoles, siglo xiv -283* Palacio y Jardines del Buen Retiro, cuadro atribuido a Juan Bautista del Mazo 120 * Pinto (Madrid).—Pulpito plateresco en la iglesia de Santo Domingo de Silos 57 / R E I X A C H (Pedro).—Tabla gótica en la Iglesia de San Juan, siglo xv i 283* RICCI (Juan).—Retrato de Fray Alonso de San Vítores 266 / INDICE DE MATERIAS Páginas Hoyuelos, por el Conde de Cedillo Los orígenes de la fabricación del vidrio y su introducción en España, por Pedro M . de A r t i ñ a n o El Museo del Prado, por Pedro Beroqui. . . . El retablo de la iglesia de Ventosilla, por Alfonso Tejada . . . . Una excursión más, por Pedro C . Sorribes. . . . . . . . . . Santa María la Real de Nieva, por el Conde de Cedillo El Hércules de Alcalá la Real, por José R a m ó n Melida Apuntes para la Historia del Museo del Prado, por Pedro Beroqui : Sobre las tablas de Sopetrán, por C é s a r Peinan De los viajes retrospectivos, por Julio Cavestany San Pablo del Campo en Barcelona, por Carlos Sarthou C a rreres . Santa María la Real de Nieva, por el Conde de Cedillo Apuntes para la Historia del Museo del Prado, por Pedro Beroqui El Monasterio de San Juan de la Peña, por Lorenzo de l a Tejera Ezcaray y su Iglesia, por el Conde de Pplentinos Un nombramiento Martín Muñoz de las Posadas, por el Conde de Cedillo Apuntes para la Historia del Museo del Prado. Los precedentes del Museo, por Pedro Beroqui • El retrato de Fray Alonso de San Vítores, pintado por Juan Ricci, por Julio Cavestany Por tierras levantinas: Morella, por Manuel Milián B o i x . . . . . . Una visita a Alcalá de Henares, por Julián Moret Una visita al Castillo de Viñuelas, por Pedro Sorribes Bibliografía 64 y Indice de Artistas. Indice de Autores. Indice de Láminas. Indice de Materias. Gráficas M a r i n a s . - C a l k del Conde Duque, 12 y 1 4 - T e l é f o n o 40851 -Madrid 1» 19 33 49 54 73 108 112 128 131 143 153 189 204 217 228 229 252 267 280 274 285 149