Elaboración del manual para el diplomado en conservación de tierras silvestres. INFORME FINAL Estudio a cargo de: Dirección General de Investigación de Ordenamiento Ecológico y Conservación de los Ecosistemas (DGIOECE) Dr. Edward M. Peters Director General Dirección de Conservación de los Ecosistemas Biól. Karina Santos del Prado Gasca Directora Responsable técnico M. en C. Pablo Zamorano de Haro Jefe del Departamento de Ecología de Comunidades Elaborado por: Unidos para la Conservación, A.C. Contrato: INE/ADA-019/2009 2009 MANUAL PARA EL DIPLOMADO EN CONSERVACION DE TIERRAS SILVESTRES México, D.F. a 30 de septiembre de 2009 1 ÍNDICE INTRODUCCIÓN (ESPAÑOL E INGLES) 3 TEMARIO GENERAL DEL DIPLOMADO 5 CAPITULO I FUNDAMENTOS CONCEPTUALES Y PANORÁMICA SOBRE TIERRAS SILVESTRES 19 CAPITULO II BASES PARA DIAGNÓSTICO Y SEGUIMIENTO DE LOS VALORES DE LAS TIERRAS SILVESTRES Y DE SUS FACTORES DE RIESGO 47 CAPITULO III PROTECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE LAS TIERRAS SILVESTRES EN MÉXICO. 81 CAPITULO IV PROGRAMAS DE CONSERVACIÓN DE TIERRAS SILVESTRES: PLANEACIÓN, OPERACIÓN Y SUPERVISIÓN 110 PONENCIAS DE APOYO 2 Introducción Este manual pretende ser una herramienta más en la Conservación de nuestros territorios Silvestres, acercándose primordialmente al personal encargado de dar manejo a dichos territorios. La conservación de la extraordinaria biodiversidad de México requiere la realización de un intenso esfuerzo de capacitación; por ello, la preparación continua de un mayor número de especialistas, que conozca y responda las necesidades propias de cada zona, se ha convertido en una prioridad nacional dentro de las acciones de capacitación que numerosas organizaciones e instituciones públicas, privadas y del sector social hemos venido desarrollando. Uno de los pasos mas importantes para lograr la conservación de territorios silvestres, donde los procesos ecológicos y evolutivos continúen sin deterioro irreversible es, precisamente, involucrar a las comunidades que habitan estas zonas así como al sector social en general en programas de conservación exitosos. Por fortuna hoy se conocen un poco mejor muchos de los factores sociales y económicos que toman parte en los procesos de impacto de los ecosistemas. Este saber tiene el potencial para construir relaciones mas estables entre el desarrollo humano y la conservación, una vez que asumamos en los hechos que las sociedades humanas no han sido ni son espectadores o actores externos, sino partes actuantes dentro de los ecosistemas, En tal calidad corresponde a las sociedades aportar mantenimiento a los diferentes territorios silvestres, para poder cosechar de ellos solo los bienes que se necesitan, con la calidad y continuidad que se desea. 3 Introduction This handbook will work as a tool for the conservation of our wilderness, mainly giving guide to managers of these wild areas. The conservation of the extraordinary biodiversity in Mexico, requires of a great effort and training, that is why, constant preparation of many specialists in the fields as we can, to know and fulfill the needs of each region, has become in a national priority within all the training programs that public and private organizations have developed. One of the main steps to accomplish conservation of wild areas in which ecologic and evolutive processes continue, is to involve the local communities as well as the social sector in general in successful conservation programs. Luckily, nowadays we know more about the social and economic factors that affect and impact our ecosystems. This new knowledge has the potential to build strong links between human development and conservation, once we take responsibility on the fact that we humans are not only spectators but main actors in the ecosystems. Taking all this into account it is society‟s duty to give maintenance to the different wild areas, to be able to harvest goods, according only to our real needs. 4 TEMARIO GENERAL DEL DIPLOMADO EN CONSERVACIÓN DE TIERRAS SILVESTRES (2009) Jueves 1 de octubre Inauguración del Diplomado EJE CONCEPTUAL DEL DIPLOMADO Comunicar a los alumnos la importancia de una faceta más de la conservación de espacios y vida silvestres en México: la relativa a las tierras silvestres, en su acepción de wildlands o wilderness (es decir territorios suficientemente extensos, con paisaje y biodiversidad nativos, que mantengan condiciones de naturalidad y soledad). Además de hacerles conocer aspectos científico-técnicos relacionados con su conservación se desea enfatizar en la necesidad de preservar esos espacios que tienen mínima huella de actividad humana, con todas sus cualidades tanto de reservorio de biodiversidad en su contexto nativo como de opción para la recuperación del aprecio y valoración sociales y personales hacia la naturaleza. También se desea transmitir el contexto y los conceptos éticos, sociales, jurídicos y administrativos, que son necesarios para una mejor gestión de las tierras silvestres en México. Metas y objetivos del Diplomado Mecanismos de trabajo durante los cursos Organización del grupo Módulo I. Fundamentos conceptuales y panorámica sobre tierras silvestres. La conservación de las tierras silvestres se halla en una etapa de múltiples definiciones de conceptos, enfoques, métodos y técnicas. Éstos deben ser capaces de responder con eficacia al reto de mantener la influencia humana al mínimo en esos territorios, que se desea mantener como muestras funcionales y representativas de los ecosistemas nativos en México y en otras partes del mundo. Asimismo, debe hacerse clara la importancia de las tierras silvestres para el desarrollo humano, y debe 5 conocerse la situación que guardan las tierras silvestres en todo el mundo, y su historia, determinada en buena medida por las presiones de los sistemas socioeconómicos y por distintas iniciativas de conservación. Este Módulo proveerá a los alumnos un marco de referencia suficiente para abordar los temas de las siguientes partes del Diplomado. Viernes 2 a domingo 4 Sección I.1 Conceptos fundamentales y problemática actual de las tierras silvestres. Esta primera Sección pretende dar un punto de partida mínimo al grupo, con base en las propias percepciones de los participantes y, también, en el estado actual del conocimiento sobre las tierras silvestres, tanto desde el punto de vista científico como del humanístico. - Coordinación Académica, Diplomados en Conservación de Vida Silvestre y Ecosistemas USFWS-INE-UPC). - Unidos para la Conservación, A. C. (conferencia acerca del origen del Congreso Mundial de Tierras Silvestres, hoy en su edición no. 9, y sus logros). Tierras silvestres, distintas definiciones y conceptos esenciales. El paisaje de las tierras silvestres, resultado de millones de años de evolución. Importancia general, devenir histórico y problemática actual de las tierras silvestres a escala global Trascendencia de las tierras silvestres como marco para el desarrollo social y cultural, pasado, presente y futuro. Tierras silvestres, su situación en el contexto actual de la conservación. Lunes 5 y martes 6 Organización de los alumnos, en equipos, para planear la forma en que abordarán y prepararán los estudios de caso. 6 Miércoles 7 Sección I.2. El contexto nacional: tierras silvestres en México; historia y situación actual. En esta Sección se ofrecerá a los alumnos una visión de conjunto respecto al estado original, la historia sucinta de la transformación y el estado actual de tierras silvestres ubicadas en distintos ecosistemas de México, tal que permita percibir la influencia de distintos contextos culturales, regímenes de tenencia de la tierra y demandas de uso de recursos silvestres sobre las tendencias de deterioro y de permanencia de esas tierras. - Coordinación Académica, Diplomados en Conservación de Vida Silvestre y Ecosistemas (USF&WS-INE-UPC) Estado estimado de las tierras silvestres de México, a la llegada de los conquistadores españoles Causas originarias e históricas de la pérdida progresiva de tierras silvestres en México. Principales causas actuales de la pérdida de tierras silvestres. Estado actual de las tierras silvestres en México, para distintos tipos de ecosistemas. Antecedentes acerca de lo que ha ocurrido en tierras silvestres bajo distintos regímenes de tenencia de la tierra y en distintos ecosistemas naturales. Diagnóstico de conjunto del estado y tendencias actuales de las tierras silvestres en México, con énfasis en el hecho de que no todas las tierras silvestres relevantes están incluidas en el SINAP Alternativas para la conservación de tierras silvestres que no se hallan en el esquema de ANP con decreto. Jueves 8 a sábado 10 7 Sección I.3. Tierras silvestres en la perspectiva y la responsabilidad de la sociedad civil. Además de explorar las trayectorias de permanencia o deterioro de tierras silvestres en distintos contextos sociales y económicos, el Diplomado pretende documentar tendencias recientes en su conservación. Una tendencia reciente es el manejo conservacionista de tierras silvestres efectuado por organizaciones de la sociedad civil y por particulares. En esta Sección se analizarán la complementariedad del enfoque de conservación en territorios de propiedad social y privada con los sistemas de áreas naturales protegidas, así como las ventajas y desventajas que puede implicar. - Ocean. Miguel Ángel Vargas Téllez (Director del Programa Nacional de Conservación de Tierras Privadas y Sociales, Pronatura Noroeste) Distintas percepciones públicas sobre la importancia de las tierras silvestres. Distintas visiones hacia una definición operativa unificada de las tierras silvestres. Las tierras silvestres públicas manejadas por gobiernos y por propietarios de otros tipos, semejanzas y diferencias. Intervenciones socialmente viables para la conservación de las tierras silvestres a distintas escalas (global, continental, regional). Las tierras silvestres en México, una visión sobre sus problemas y potencial desde la perspectiva de la sociedad civil. Coordinación de la conservación de tierras silvestres en propiedad social y privada con los sistemas de áreas naturales protegidas Coordinación internacional de actividades para la conservación de tierras silvestres. Ejercicios y/o actividades de campo Módulo II. Bases para diagnóstico y seguimiento de los valores de las tierras silvestres y de sus factores de riesgo 8 Una vez sentadas las bases conceptuales, la gran visión y el análisis causal de tendencias respecto a las tierras silvestres, el segundo Módulo se ocupará de proveer herramientas prácticas con base científica que sirvan para determinar el estado de los valores propios de esas extensiones aún salvajes, para elaborar diagnósticos suficientes sobre su tendencia y, sobre todo para diseñar sistemas que permitan monitorear su estado de modo sistemático. Domingo 11 a Martes 13 Sección II.1. Valores específicos asociados con las tierras silvestres; métodos para su diagnóstico base y seguimiento. Esta Sección está destinada a proveer a los alumnos los conocimientos necesarios acerca de los valores específicos que definen y hacen importantes a las tierras silvestres. Dada la variada naturaleza de los mismos y sus distintas escalas, su estimación objetiva requiere explorar conceptos de diferentes disciplinas científicas. Al mismo tiempo, requiere mantener integrados sus efectos e influencias mutuas. Esta Sección aportará principalmente una interfase ecológica – geográfica –socioeconómica, necesaria para una evaluación correcta de los valores involucrados. - Dra. Ana Laura Burgos Tornadú, M. en C. Alejandra Patricia Larrazábal y Dr. José Alejandro Velásquez Montes (todos del Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental; UNAM, Campus Morelia). Principales valores de las tierras silvestres que deben protegerse; métodos para estimar su estado. Geomorfológicos (geoformas mayores, sus geoformas componentes). Del paisaje local (contexto del mosaico ambiental en una ecorregión, patrones de fragmentación que definen los paisajes locales). Componentes ecológicos abióticos (tipos de suelo y su estado, calidad local del aire y del agua). 9 Componentes ecológicos bióticos (diversidad biológica; comunidades ecológicas nativas locales, incluyendo sus rasgos de continuidad y contigüidad; y presencia de especies nativas, endémicas o no). Evolutivos (patrones de distribución de los biomas originales de las regiones y los cambios paleogeográficos conocidos que los han conformado). Estéticos (elementos figurativos visuales del paisaje silvestre, elementos del ambiente sónico silvestre, entre otros). Sociales (servicios ecosistémicos dependientes de la integridad de las tierras silvestres; solidaridad trans-generacional). Económicos (como valor de opción futura, para usos que no vayan en detrimento de los valores antes mencionados). Globales (contribución a preservar el germoplasma original). Intrínsecos desde la perspectiva humana (éticos, culturales y otros). Configuración de un diagnóstico integrado sobre el carácter silvestre del territorio evaluado. Ejercicios y/o actividades de campo Miércoles 14 Sección II.2. Introducción al mundo real: retos para la conservación de tierras silvestres en extensiones densamente pobladas. Análisis de un caso in situ (Reserva de la Biosfera Sierra de Huautla, Morelos). - Dr. Valentino Sorani, M. en C. Belinda Maldonado, P. de D. Mara Alquicira y Dr. David Valenzuela (Universidad Autónoma del Estado de Morelos) Cómo se aplica el concepto de tierras silvestres (wilderness) en el caso de la Reserva de la Biosfera Sierra de Huautla. Caso de estudio: Reserva de la Biosfera Sierra de Huautla; historia, retos, soluciones propuestas, proceso de planeación y diseño del programa de conservación (metas y objetivos), incorporación de los aspectos sociales 10 y económicos, monitoreo de avances programáticos y del grado de éxito, acciones para el futuro próximo. Cómo promueve la Reserva de la Biosfera Sierra de Huautla el aprecio público de los valores estéticos y éticos de la vida silvestre, especialmente en sitios con mínima evidencia de actividad humana (wilderness). Ejercicios y/o actividades de campo Jueves 15 y viernes 16 Sección II.3. Factores de riesgo relacionados con la conservación de las tierras silvestres; valoración y prevención. La ponderación de los valores que hacen importantes a las tierras silvestres no es suficiente cuando se requiere actuar para su conservación, por lo que esta Sección aportará a los alumnos herramientas técnicas para evaluar factores de riesgo, actuales y potenciales, que afectan a esos valores. Estos distintos factores deben integrarse en diagnósticos y propuestas de tratamiento viables. - M. en C. Pablo Zamorano de Haro (Dirección de Conservación de Ecosistemas, INE) e Ing. Joaquín Díaz (Reserva de la Biosfera Sian Ka‟an, Conanp). Factores de riesgo que requieren prevención: Fragmentación y degradación, como consecuencia de la construcción y operación de infraestructura. Actividades humanas con intereses de uso de recursos naturales bióticos o abióticos (sea intensivo o extensivo, extractivo o no) Fuego inducido por actividades humanas, el cual debe prevenirse de manera prioritaria. Actividades recreativas no permisibles (vehículos motorizados, competencias a campo traviesa, turismo masivo de alto impacto o 11 turismo “ecológico” de frecuente acceso, aún si se efectúa en grupos pequeños) Influencias a distancia de otras actividades humanas, desarrolladas en predios contiguos a las tierras silvestres (polvos, humos, aguas residuales) Regulación de la actividad científica en tierras silvestres a fin de adquirir más información necesaria para su conservación, pero minimizando su impacto en el ambiente. Especies introducidas vegetales, animales y hongos, auto-dispersadas o introducidas sea deliberada o accidentalmente (exóticas regionales, exóticas continentales y transcontinentales, con énfasis en aquellas que han documentado como altamente invasoras) Modelado de escenarios de riesgo y pronósticos Configuración de una propuesta integrada de conservación. Ejercicios y/o actividades de campo Sábado 17 Día asignado al trabajo de los equipos de alumnos en sus estudios de caso. Módulo III. Protección y administración de las tierras silvestres en México. No basta con tener un conocimiento científico profundo y la capacidad de producir diagnósticos y propuestas para la prevención de daños en tierras silvestres o de recuperación de su carácter salvaje. Por ello, este Módulo pretende aportar a los alumnos elementos útiles desde la perspectiva del marco jurídico y las disposiciones administrativas en México en las que se ubica la protección de las tierras silvestres. En última cuenta, la viabilidad científica y socioeconómica, de cualesquiera proyectos de conservación de tierras silvestres, tienen un punto de referencia obligado en el entorno jurídico y de administración pública. 12 Domingo 18 a lunes 19 Sección III.1. Contexto jurídico y administrativo de la conservación de Áreas Naturales Protegidas Federales en México. Se estima indispensable que los alumnos obtengan un conocimiento básico, en un nivel funcional, acerca de las leyes y otras disposiciones jurídicas que enmarcan la protección y conservación de las Áreas Naturales Protegidas Federales en México. Asimismo, se considera esencial que conozcan el entorno administrativo en el cual se desarrollan los procesos de propuesta, designación, decreto o certificación. Lic. Samuel Raúl Camacho Martínez, Lic. Itzel Ancivy Ramírez Guerrero (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, CONANP) Necesidad de un mejor conocimiento, entre el personal técnico a cargo de Áreas Naturales Protegidas, acerca del marco jurídico y administrativo pertinente. Visión histórica sucinta de la evolución del tema de la conservación de Áreas Naturales Protegidas, en el ámbito jurídico. Esquematización resumida de la jerarquía relativa e interacciones de los distintos instrumentos jurídicos mexicanos (constitución, leyes generales y federales, reglamentos, normas, convenios internacionales y otros), que se relacionan con conservación de espacios como ANP, tierras certificadas y otras opciones. Disposiciones y procedimientos jurídicos actuales que enmarcan la conservación de Áreas naturales Protegidas en México. Dependencias a cargo de la aplicación de los instrumentos jurídicos más importantes en materia de conservación de Áreas Naturales Protegidas Federales. 13 Papel de distintos regímenes de tenencia de la tierra (ejidos comunidades, propiedad, otros) en relación con la conservación de Áreas Naturales Protegidas. Ejemplificación de casos de Áreas Naturales Protegidas federales (ANP), estatal y/o municipal, comunitarias, privadas certificadas y otras. Guía resumida de aquellos aspectos jurídicos y administrativos que es indispensable mantener en mente, en la promoción de Áreas Naturales Protegidas para su conservación. Ejercicios en aula, estudios de caso breves y/o actividades de campo, a elección del instructor. Martes 20 Día asignado al trabajo de los equipos de alumnos en sus estudios de caso. Miércoles 21 y jueves 22 Sección III.2. El tratamiento de gestión pública en México, respecto al concepto de Áreas Naturales Protegidas Federales. Todos los conceptos vertidos en los Módulos y Secciones precedentes, para hacerse efectivos, deben lograr convergencia, en un conjunto articulado. La gestión de las Áreas Naturales Protegidas Federales, en cualquiera de los regímenes debe efectuarse con bases conceptuales comunes. El manejo de las tierras silvestres en propiedad social o privada debería ser complementario y sinérgico con el que se hace desde el gobierno, por lo que deben conocerse las actuales relaciones entre las distintas formas de conservación de esos espacios. - M. en C. Roberto de la Maza Elvira y M. en D. César Sánchez Ibarra (Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, CONANP) Visión general de gobierno, a escala federal, respecto a la gestión integrada de Áreas Naturales Protegidas Federales en México. 14 Tipos y categorías de protección de las Áreas Naturales Protegidas Federales en México, enumeración y descripción de sus características. Sinergias necesarias entre distintos tipos y categorías de Áreas Naturales Protegidas Federales en México. Descripción del SINAP, de sus alcances y límites. El SINAP en cifras. Conocimientos y habilidades de gestión que deben tener los responsables de programas de conservación y manejo de Áreas Naturales Protegidas. Bases sociales para generar una buena relación para el manejo de las Áreas Naturales Protegidas con las comunidades humanas vecinas. Expectativas de México para los próximos años, respecto a la conservación de las Áreas Naturales Protegidas Federales. Ejercicios y/o actividades de campo, a elección del instructor. Viernes 23 Día asignado al trabajo de los equipos de alumnos en sus estudios de caso. Módulo IV. Programas de conservación de tierras silvestres: planeación, operación y supervisión. En este Módulo se ha dispuesto orientar a los alumnos respecto a los aspectos que es necesario considerar durante la detección de extensiones con potencial para su conservación en calidad de tierras silvestres y el diseño de proyectos para su conservación. Importa comunicar aplicaciones de la ciencia tanto para la determinación física del área respecto a tamaño, forma y rasgos ecológicos, como sus expectativas de conservación en función de fenómenos de escala mundial, regional y local, tanto físicos como ecológicos y socioeconómicos. Sábado 24 a domingo 25 15 Sección IV.1. Planeación de la conservación de tierras silvestres. La planeación de proyectos de conservación de tierras silvestres es una actividad compleja, en la que intervienen conceptos de varias disciplinas científicas y sociales. El proceso no puede improvisarse, sino que requiere considerar las experiencias previas, con sus éxitos y fracasos, no solo nacionales sino tener acceso a las de otras partes del mundo. Esto permitirá a los alumnos estar mejor preparados para abordar sus propios casos, en las respectivas áreas de su responsabilidad. - Dr. James R. Barborak (Co-director, Center for Protected Area Management and Training, Colorado State University, Fort Collins, Colorado). Por qué es importante un proceso de análisis y diseño, antes de proponer un área silvestre para un programa de conservación. Qué áreas del conocimiento científico y social son útiles en el proceso de planeación. Criterios útiles para determinar un área como viable para ser conservada como tierra silvestre. En el caso de áreas fragmentadas, cómo determinar configuraciones mínimas que faciliten la preservación de la composición de especies, la estructura de las comunidades ecológicas nativas y el funcionamiento de ecosistemas. El factor cambio climático como factor en la proyección de escenarios respecto al área que se desea conservar. Algunas bases metodológicas (biogeográficas y ecológicas, sociales, económicas) para el análisis prospectivo de áreas Bases para el diseño de programas de conservación de tierras silvestres. Ejercicios y/o actividades de campo Lunes 26 a miércoles 28 Sección IV.2. Operación y supervisión de programas de conservación de tierras silvestres 16 Una vez creado e instaurado un programa de conservación de tierras silvestres es necesario mantenerlo en operación de manera efectiva y eficiente. Esto precisa un conocimiento suficiente respecto a la operación y supervisión eficaz, que pasa por los conceptos de avance programático, y de avance respecto a las metas y objetivos centrales de conservación. Distinguir estos aspectos puede hacer la diferencia entre tener éxito en la conservación de tierras silvestres o fracasar en ella. - T. RSA. William Drummond Densham (Consultant in Protected and Wilderness Area Management. Ex, Centre for Environment, Agriculture and Development, University of KwaZulu-Natal, South Africa). Qué hacer, después de la planeación adecuada de un programa de conservación Importancia de una operación eficaz de un programa de conservación Diferencia entre sólo avanzar conforme a lo programado y tener éxito en los objetivos planteados Aspectos de administración esenciales para un buen manejo de programa de conservación de tierras silvestres Experiencias respecto a programas de conservación de tierras silvestres en África; lecciones aprendidas Aspectos de vinculación con comunidades humanas locales para apoyar programas de conservación de tierras silvestres Aspectos básicos para la supervisión efectiva de un programa de conservación Seguimiento simultáneo del avance programático y del éxito obtenido respecto a las expectativas Aspectos importantes para la adaptación progresiva de programas, basada en los resultados del seguimiento sistemático de avances y logros Ejercicios y/o actividades de campo Jueves 29 17 Día libre para consolidar las presentaciones de casos de estudio que habrán ido preparando los equipos de alumnos a lo largo del Diplomado. Viernes 30 Presentación de resultados finales del trabajo de los equipos de alumnos, durante un Microsimposio final. Sábado 31 Entrega de constancias de participación y clausura del Diplomado 18 CAPITULO I TIERRAS SILVESTRES, CONCEPTOS Y UNA PANORÁMICA EN MÉXICO SECCIÓN I.1 CONCEPTOS FUNDAMENTALES Y PROBLEMÁTICA ACTUAL DE LAS TIERRAS SILVESTRES. SECCIÓN I.2. EL CONTEXTO NACIONAL: TIERRAS SILVESTRES EN MÉXICO; HISTORIA Y SITUACIÓN ACTUAL Óscar Sánchez Biólogo de vida silvestre [email protected] La conservación de las tierras silvestres se halla en una etapa de múltiples definiciones de conceptos, enfoques, métodos y técnicas. Éstos deben ser capaces de responder con eficacia al reto de mantener la influencia humana al mínimo en esos territorios, los cuales se desea mantener como muestras funcionales y representativas de los ecosistemas nativos, en México y en otras partes del mundo. Asimismo, debe hacerse clara la importancia de las tierras silvestres para el desarrollo humano, debe conocerse la situación que guardan en todo el mundo, y deben asimilarse las lecciones aprendidas de la historia de su reducción y deterioro, para mejorar sus expectativas de conservación. INTRODUCCIÓN A nadie escapa que la calidad de vida en el planeta ha venido decayendo notoriamente desde hace décadas. Asimismo, cada vez está más en la conciencia colectiva la noción de que la extinción de especies –un proceso natural que ocurre través de millones de años, salvo en caso de catástrofes planetarias– ha acelerado su tasa de manera inédita a partir de la Revolución Industrial y, sobre todo, en los últimos años como consecuencia de la contaminación térmica, química y biológica, principalmente ocasionada por un 19 intenso crecimiento de la población humana y el desarrollo de un implacable patrón de producción-consumo-desecho. Todo ello ha confluido en la eliminación de importantes extensiones y, con ello, de atributos estructurales y funcionales de los ecosistemas naturales, con la consecuente pérdida de biodiversidad, de servicios ambientales y de recursos para los plazos mediano y largo. En este panorama no solamente debe preocupar que se pierdan especies individuales, sino los distintos ensambles bióticos que forman en diversas regiones del planeta. Son precisamente los ensambles de especies silvestres nativas lo que forma aquellas manifestaciones de mayor complejidad de la biodiversidad. Una de esas manifestaciones, especialmente perceptible a la escala de un individuo humano, es el paisaje silvestre; las tierras silvestres. Pero concretamente ¿a qué llamamos tierras silvestres? No es una pregunta trivial, pues existen distintas concepciones de ese término. Desde un ángulo purista, tierras silvestres deberían ser aquellas extensiones geográficas en las cuales solamente se encuentran especies animales, vegetales, de hongos y microorganismos que son originarias del sitio, todas ellas en su entorno físico nativo y sin evidencia de presencia humana. Sin embargo, normalmente lo que se encuentra son extensiones con cierto contenido de especies silvestres nativas, pero en coexistencia con especies introducidas (por ejemplo cultivos importados, ganado u otras especies ajenas, llevadas de modo deliberado o inadvertido por actividades humanas). En otros casos, puede existir un número considerable de especies silvestres autóctonas, pero en condiciones en las que las evidencias de actividad humana son notorias. En esas circunstancias ¿Cómo trazar el límite entre lo que debe entenderse por tierra silvestre y lo que no lo es? Este es un debate en curso, que aún no logra generar consensos. Con independencia de que aún no se hayan unificado los conceptos acerca de tierras silvestres, la realidad es que la pérdida de poblaciones de especies nativas y de sus ensambles originales continúa. Esto obliga a tomar acciones de conservación mucho más efectivas y en lapsos oportunos, al mismo tiempo que se continúa con la búsqueda de definiciones más precisas. Tal vez acabemos por considerar como tierras silvestres aquellas en las cuales las huellas de la actividad humana sean mínimas. En México, país con gran diversidad de ecosistemas y con variantes regionales o locales de éstos, existe una antigua diversidad cultural y huellas de sus actividades en distintas 20 formas e intensidades, así como clara evidencia de la adquisición reciente de un modelo de desarrollo social y económico estándar de alto impacto. Todo ello ha generado una vasta gama de mosaicos ambientales entre los cuales quedan algunas extensiones que tal vez pueden calificarse como tierras silvestres, al menos en el sentido laxo que se propuso en el párrafo anterior. La intensidad y efectividad de las actividades de conservación de la biodiversidad practicadas hasta hoy no ha sido suficiente para trascender, de manera tangible, en escalas significativas de espacio y de tiempo. Por ello la meta trazada en México a principios de la década de 1990, de detener y revertir el deterioro ecológico para el primer cuarto del Siglo XXI, a 15 años de que finalice ese plazo más parece un sueño optimista no realizado. Sin embargo, hay que reconocer que se han logrado algunos avances a escala local y regional, principalmente debido a la designación de mayor número de áreas naturales protegidas terrestres, acuáticas y marinas, en las cuales ciertas zonas llamadas de amortiguamiento pretenden dar opciones de uso razonable de bienes naturales mientras que otras, las zonas núcleo, se supone que sean santuarios para la biodiversidad nativa local. También se han emprendido programas de conservación enfocados a ecosistemas particulares y a especies de interés focal, debido a su importancia para distintas actividades humanas. Y, por razones principalmente biofílicas, algunas especies en riesgo de extinción también han sido beneficiarias de iniciativas de conservación, principalmente aquellas dirigidas a garantizar la permanencia de su hábitat y el rescate de poblaciones declinantes. Dentro de este panorama, la reinscripción del desarrollo humano dentro del marco de la capacidad de carga de los ecosistemas es un tema de absoluta prioridad pero que, honestamente, tampoco puede considerarse ya en curso. Reincorporar el desarrollo económico al marco de la capacidad de soporte de la naturaleza es algo más fácil de decir que de hacer. La principal dificultad estriba en que la demanda de bienes y materias primas naturales tendría que reducirse muy significativamente, lo cual está lejos debido al alto número de seres humanos y a los incontables excesos, provocados por un modelo económico basado en la promoción del consumo masivo innecesario. El concepto del desarrollo sustentable es un acierto filosófico que encierra un potencial considerable, pero en la práctica ha resultado más otro buen deseo que una ruta de 21 acción respaldada por hechos consumados. Por simples razones aritméticas, no podemos decir que las demandas que hacemos a la naturaleza respecto a una amplia variedad de tipos de materias primas, siempre en cantidades altas, calidades óptimas y disponibilidad permanente, le permitan reponerse, menos aún en la escala de una generación humana. En suma, dicho sin ambages, nuestro modo actual de desarrollo simplemente no es sustentable. TIERRAS SILVESTRES, EN BUSCA DE UNA DEFINICIÓN Una de las mayores prioridades es la conservación de tierras silvestres, definidas como aquellas áreas en las que la huella humana es mínima y donde no hemos causado todavía daños manifiestos, persistentes y frecuentemente irreversibles a la integridad taxonómica, estructural y funcional de los ecosistemas. El enfoque de la conservación de tierras silvestres se centra en asegurar que existan suficientes sitios en el planeta con su dotación nativa e histórica de genes, de individuos, de poblaciones, comunidades y ecosistemas, todo ello en su matriz originaria de entornos y procesos abióticos continuos, en una sucesión de equilibrios estables. Para destacar el carácter importante y delicado de las tierras silvestres, puede mencionarse que la mera presencia humana es un factor que necesita controlarse en sitios de ese tipo, pues sin que suela advertirse, es frecuente que visitantes poco atentos a su papel como dispersores involuntarios de especies exóticas e invasoras de plantas y animales, contribuyan a introducirlas allí, con lo que los procesos naturales en esos sitios –cuyo contenido biológico es crucial para el futuro– sufren modificaciones considerables. Un caso que ya ha alcanzado difusión mundial es el de la quitridiomicosis, enfermedad que afecta de manera fatal a muchas especies de anfibios y una de cuyas probables causas puede ser –además del proverbial y omnicitado calentamiento global– la introducción de hongos parásitos quitridiales por visitantes que trasladan barro de un sitio a otro durante tours pretendidamente de educación ecológica. Si las poblaciones de anfibios resultan afectadas ampliamente, y si no pueden sobreponerse a la enfermedad produciendo rápidamente individuos resistentes que garanticen la sobrevivencia de sus poblaciones y especies respectivas, el papel ecológico de éstas se verá disminuido y, así, las cadenas tróficas locales y regionales (y 22 otras relaciones) sufrirán daños permanentes e irrecuperables. La perturbación ambiental es un factor claramente identificado como de riesgo para los anfibios (Warren y Buttner, 2008); en casos extremos se ha detectado que incluso la presencia de caminos puede llegar facilitar este fenómeno de declinación, principalmente al facilitar el acceso de personas a sitios silvestres (Reeves et al., 2008). Por otro lado, las malezas invasoras van más allá, pueden llegar a ser dominantes y constituir comunidades vegetales extrañas (Ortega y Pearson, 2005). Una vez introducidas, pueden desplazar a plantas nativas causando un cambio radical de las características de los ecosistemas nativos y del paisaje, empobreciéndolos al impedir la existencia de muchas especies nativas de todos tipos, las cuales son altamente dependientes de la flora y la vegetación originarias (Ortega et al., 2006). Este efecto negativo obedece a que las especies animales, vegetales, fúngicas y microorganísmicas de un sitio dado, han evolucionado juntas por millones de años y la invasión por plantas exóticas cambian las condiciones del entorno biológico. Los argumentos anteriores revelan la urgencia de tomar acciones que resulten en una efectiva salvaguarda de muestras plenamente funcionales de la diversidad de acervos genéticos y de ensambles de especies, en distintos entornos físicos. Para lograrlo es indispensable dar actualidad, continuidad e incremento a las capacidades y habilidades de personas que tienen responsabilidades en esta tarea. Por ello, además del entrenamiento que se ha dado y se da a técnicos en manejo de vida silvestre, sobre todo en la interfase de ésta con las actividades y usos humanos, hoy también es indispensable entrenar y actualizar a personal técnico a cargo de zonas núcleo de áreas naturales protegidas y de otros tipos de tierras silvestres en aquellos métodos y enfoques prácticos que permitan mantener a largo plazo las cualidades naturales de esas extensiones geográficas con poca influencia humana. Un punto de partida es que ese tipo de personal técnico comprenda plenamente el significado del término tierras silvestres (wilderness), su enorme importancia como complemento de otros enfoques de la conservación y las técnicas más avanzadas para el manejo de esas extensiones que aún cuentan con su biota nativa estructurada y funcional. El planteamiento mismo implica búsqueda de soluciones para el conflicto de la persistente invasión de terrenos silvestres para desarrollo de infraestructura, o 23 incursiones humanas en ellos para la extracción, lícita o no, de bienes naturales. La conciliación de los derechos de las personas con las necesidades de conservación aún es un tema de gran polémica; al momento, luego de 40 años de experiencias, los resultados no pueden considerarse alentadores (Weeks y Mehta, 2004). El concepto de tierras silvestres requiere unificarse y entenderse de modo congruente entre distintas especialidades científicas, en distintos ámbitos de la sociedad y entre distintas leyes. Debe inclusive generarse una definición operativa clara para su uso por personal técnico de distintas instancias, de gobiernos y civiles, para que las acciones respectivas resulten complementarias y no contradictorias o incongruentes. Para ejemplificar, aun cuando un área natural determinada puede estar formal y oficialmente protegida, usualmente incluye zonas llamadas de amortiguamiento, en las cuales se considera posible permitir algunas actividades humanas a fin de integrar los intereses humanos a una estrategia de conservación; esta ha sido una estrategia para promover el uso responsable de recursos y para tratar de que las áreas protegidas sean vistas como oportunidades para la permanencia de recursos naturales potencialmente utilizables a futuro. Esto es, con ello se pretende propiciar que las comunidades humanas perciban las áreas protegidas como reservas de bienes para el futuro; sin embargo esta visión no necesariamente incluye la trascendencia –aún mayor- de que se mantengan tierras en estado nativo, silvestre, como garantía de continuidad de los procesos ecológicos y evolutivos que otorgan estabilidad a la vida humana gracias a sus servicios ambientales, unos perceptibles de manera directa y otros no tanto (por ejemplo su valor intrínseco y estético). Las tierras silvestres constituyen cajas de seguridad ambiental que, en caso de que las zonas de amortiguamiento sufrieran un deterioro mayor al previsto serán, para la biodiversidad de cada localidad y región, la única posibilidad de que su germoplasma tenga oportunidad de alcanzar y repoblar áreas de amortiguamiento y, también, aquellos entornos que puedan reintegrarse al mundo natural mediante restauración. Así pues, una estrategia robusta para la conservación no solamente debe basarse en la restauración de sitios deteriorados y en la búsqueda (probablemente insuficiente) de la llamada sustentabilidad, sino también y con énfasis, en la preservación de muestras funcionales de ecosistemas plenamente silvestres, es decir, con su dotación original de 24 especies en poblaciones capaces de auto-renovarse, cuya presencia a su vez garantiza la operación de procesos ecológicos y evolutivos a escala de comunidades íntegras de plantas, animales, hongos y microorganismos. En general se ha definido a las tierras silvestres (wildlands, wilderness areas) como sitios en los cuales los seres vivos nativos existen libres de la interferencia humana y deben mantenerse así. También –quizá en una descripción menos idealizada, pues hay pocos lugares no visitados o alterados por el hombre– como regiones en las que la tierra se halla en un estado natural y donde los impactos debidos a actividades humanas son mínimos. Estas definiciones son válidas sin importar que esas áreas estén designadas oficialmente bajo algún tipo de protección, legal oficial o por sus propietarios o tenedores. Esto, de entrada, plantea claramente la necesidad de generar otras estrategias creativas, que permitan salvaguardarlas bajo distintos esquemas de gestión pública y privada. Para una organización civil internacional, The WILD Foundation, las tierras silvestres son “grandes áreas de tierra o mar no modificadas o poco modificadas que retienen su carácter natural e influencia, sin que tengan habitación humana permanente ni significativa, y que están (o debieran estar) protegidas y manejadas de modo que se preserve su condición natural”. Esta definición puede complementarse señalando la importancia de los servicios ecosistémicos que proveen las tierras silvestres, los cuales favorecen una mayor calidad para la vida humana en el área de influencia. Destaca la importancia de esas tierras como oportunidad para la reflexión humana sobre su propia existencia, así como para reconocerle a las criaturas silvestres, plantas animales y otras, su antiguo derecho a la libertad y evolución, el cual ha venido siendo acotado por el abuso del derecho humano a libertad, con nuestras actividades cada vez más extendidas, intensas y destructivas. Para la IUCN, es posible pensar en dos tipos de tierras silvestres: las Reservas Naturales Estrictas o Strict Nature Preserves (Clase Ia), y Áreas Silvestres o Wilderness Areas (Clase Ib). En un libro intitulado Internacional Wilderness Law and Policy, el concepto de "Tierras Silvestres" se refiere a las áreas naturales mas intactas, imperturbadas y silvestres, los 25 últimos sitios verdaderamente prístinos que los humanos no controlamos y en los cuales no hemos desarrollado caminos e infraestructura industrial. Asimismo, en México y adaptado de una definición que Juan E. Bezaury (TNC-Mexico) ha propuesto para el Reglamento de ANP, se las puede definir como sitios con hábitat, comunidades y procesos naturales predominantemente intactos, que no presentan huellas de la civilización industrial y de su infraestructura, donde las actividades humanas se desarrollan sin dejar evidencia de su presencia y que proveen oportunidades para la reconciliación del hombre como especie, con la naturaleza. Adicionalmente, otras personas han propuesto definiciones parecidas e igualmente inspiradoras, como la debida a P. Robles Gil: aquellos espacios naturales donde no se presenta la huella de la civilización industrial, donde las actividades humanas no dejan señales evidentes y donde el espíritu del hombre como especie tiene la oportunidad de reconciliarse con el mundo natural. A guisa de ejemplos, en países como Nueva Zelanda, existe interés oficial en conservar tierras silvestres desde 1980, cuando se emitió el Acta de Parques Nacionales, acción refrendada en 1987 con el Acta de Conservación. En esas tierras silvestres no se permite actividad humana, con la posible excepción de la reintroducción de especies nativas cuando esto se considera biológicamente adecuado y técnicamente viable. En los Estados Unidos de Norteamérica, la estrategia de conservación de tierras silvestres ha avanzado de una manera propia. Se considera wilderness areas a tierras federales destinadas a la conservación en su estado nativo mediante un Acta del Congreso. En ese tipo de áreas se permite solamente la actividad de investigación científicay la recreación al aire libre inclusive con uso de caballos –a pesar de las implicaciones de su presencia como especie no nativa– pero no se permite el uso de vehículos motorizados o instalación de infraestructura y equipamiento. En México, desde 2005, se ha observado actividad en los sectores oficial y de la sociedad civil orientada hacia el reconocimiento y el mantenimiento efectivo de tierras silvestres. Mientras que es muy deseable que se consolide ese interés, tanto para conservar con eficacia las zonas núcleo de las Áreas Naturales Protegidas (ANP) dentro del sistema nacional que las atiende (SINAP), también es urgente buscar otros esquemas que permitan dar cauce al interés de comunidades rurales y de propietarios colectivos o 26 individuales de tierras silvestres en conservarlas con sus composición nativa de especies, con su estructura original y con sus atributos ecológicos íntegros. VALORES DE LAS TIERRAS SILVESTRES Las tierras silvestres encierran muchos tipos de valores. Algunos resultan evidentes por sí mismos y otros han requerido de investigación científica para poner de manifiesto su importancia. Algunos han sido apreciados desde la antigüedad y otros han tenido que esperar hasta que su escasez actual haya hecho tangible la necesidad de contar con ellos. Sin el afán de hacer una enumeración exhaustiva, sino sólo para dar algunos ejemplos, pueden considerarse valores de los territorios silvestres: Geológicos.- En muchos territorios silvestres se encuentran afloramientos de rocas de distintas edades geológicas, los cuales aportan información invaluable acerca del origen y antigüedad de las distintas formaciones que constituyen la base del relieve. Geomorfológicos.- Esas rocas originarias resultan la matriz de muy diversas geoformas notorias (montañas de origen tectónico, de origen volcánico y otros). La erosión natural por viento y agua, subsiguiente a la formación de estos rasgos forma cañadas, valles, planicies y otras formas geológicas, que agregan complejidad al entorno y, a fin de cuentas, constituyen la base física del paisaje. Hídricos.- Entre los factores erosivos que más han contribuyen a la configuración de los paisajes actuales se encuentra el agua, que al correr genera conjuntos anidados de cuencas, subcuencas y microcuencas. Los cuerpos de agua, tanto corrientes (ríos) como estacionarios (lagos), son un rasgo de la mayor importancia en el aspecto del paisaje físico. Biológicos.- La riqueza de formas topográficas y su interacción con el agua y el viento generan multitud de opciones sobre las cuales se asienta la vida vegetal nativa. Las comunidades vegetales actuales son el resultado de millones de años de interacciones entre muy diferentes especies de plantas, el clima y la topografía locales. El valor de esta matriz biótica es aún mayor cuando se agrega la diversidad de suelos en territorios 27 silvestres, que son tanto resultado de la existencia de antiguas comunidades vegetales como factor indispensable para la existencia de las actuales. Regulación meso y microclimática.- Este es quizá uno de los valores menos tangibles de los territorios silvestres. La atmósfera, a unas cuantas decenas de metros del suelo, resulta modificada por las plantas. La humedad proveniente de la evapo-transpiración a través de las hojas de árboles y arbustos mitiga los cambios bruscos de temperatura, proveyendo así un entorno térmicamente estable dentro de márgenes más o menos estrechos. Una de las consecuencias sobresalientes de esto, es que muchas plantas más delicadas pueden sobrevivir gracias a la amortiguación térmica que les brindan las mayores; otro tanto ocurre para los animales que allí habitan, y de paso, mientras más extensas sean las áreas cubiertas por vegetación natural (i. e. territorios silvestres), los beneficios gratuitos de un clima con menos variaciones abruptas de temperatura y humedad indudablemente favorecen al hombre y a sus actividades, inclusive a distancias considerables desde los territorios silvestres. Evolutivos.- Los territorios silvestres forman la matriz ecológica en la que operan los mecanismos de la evolución. Millones de años de cambios naturales han producido la diversidad de formas de vida presentes en los territorios silvestres. Además, las especies silvestres no existen aisladas unas de otras, espacialmente hablando, forman comunidades con una cierta estructuración que determina en mayor o menor medida las interacciones mutuas entre ellas. Por esta razón es particularmente importante que los territorios silvestres conserven sus cualidades naturales. Estéticos.- Quizá los valores más conspicuos de los territorios silvestres son los estéticos. El paisaje mismo, la estructura de la vegetación y su acomodo en los rasgos topográficos como cañadas, riscos y planicies, dan al paisaje atributos visuales propios y de gran belleza. Por otra parte, contribuyen a la experiencia silvestre los aromas y sonidos por completo diferentes a los que cualquier visitante percibe en su entorno urbano o suburbano, y aún en el rural. Sociales.- Para cualquier sociedad, contar con territorios silvestres que sean capaces de proporcionarle beneficios gratuitos, traducidos en buena calidad del aire, del agua y regulación climática, es valioso. Además, si esos territorios silvestres encierran 28 elementos culturales intangibles (como el simbolismo asociado con mitos y tradiciones), su aprecio social se ve incrementado. Esto, a su vez promueve el interés en su conservación. Económicos.- Si bien los territorios silvestres no debieran representar un valor económico directo en función de extracción de materias primas, necesariamente encierran un valor de opción para generaciones futuras. No es posible predecir el futuro, pero sí lo es proteger los valores de los territorios silvestres que, indudablemente, seguirán siendo importantes en tiempos venideros. Éticos.- La naturaleza no tiene prisa. Los procesos naturales de interacciones entre especies biológicas y factores abióticos han tomado millones de años; lo que hoy vemos en los territorios silvestres es el resultado de la marcha de estos procesos, hasta el momento imperturbados o con un grado imperceptible de perturbación de origen humano. EL PAISAJE DE LAS TIERRAS SILVESTRES, UN LEGADO ANTIGUO El concepto de tierras silvestres -wilderness- es antiguo (trataré de incluir aquí algunos antecedentes) y su desarrollo histórico ha ido por distintos derroteros según las culturas que lo han considerado. Pero a partir del inicio del Siglo XX el esquema de desarrollo mundial, basado en alta extracción, industrialización y comercio internacional indiscriminado, y publicidad que genera falsas necesidades de consumo irreflexivo de gran escala, lo ha puesto contra la pared. Esto hace necesario tratar de reinsertar una perspectiva de reconciliación de la especie humana con su entorno silvestre, incluyendo la faceta que algunos dan en llamar espiritual. Para los pueblos originarios, en todo el mundo, dada su relación directa con el ambiente natural y su dependencia de los recursos silvestres, la apreciación de la cualidad de wilderness era parte consustancial a su existencia, tanto que su cosmogonía y contexto cultural estaban centrados en ella. Hoy, la situación es radicalmente distinta, las amenazas contra el mundo natural son drásticas e inminentes, por lo que para intentar rescatar y reintegrar el concepto de tierras silvestres a nuestro modo de vida debemos empezar por reconocer algunos supuestos: 29 La biodiversidad es el contexto natural elemental, al cual se aplica el concepto de tierras silvestres. Independientemente de la mera presencia de especies vegetales, animales u otras en vida silvestre, el paisaje (visual, auditivo, táctil y de otros sentidos) es el marco en el que los humanos percibimos y concebimos –o no– la cualidad de wilderness. La conservación de la biodiversidad no es exactamente equivalente a la conservación de las tierras en su estado silvestre nativo. El criterio base para considerar una tierra como silvestre (wilderness) es la escasa o nula huella de actividad humana, tal que permita percibir soledad y naturalidad. Estrictamente, el concepto de tierras silvestres es aplicable a regiones del territorio nacional con una muy baja densidad histórica de asentamientos humanos. La conservación y los intentos de restauración de la biodiversidad nativa pueden contribuir a la recuperación del carácter de tierras silvestres a predios con un contenido importante de biodiversidad. La perpetuación de las tierras silvestres depender de la voluntad de los propietarios y usuarios para dejarlas en su estado nativo. Frecuentemente, intereses humanos diversos hacen que los territorios silvestres existan solamente en sitios remotos. Considerando estos supuestos, entre otros, al parecer el concepto de wilderness pudiera darse a entender como sigue: Una tierra silvestre es una extensión geográfica con paisaje nativo, cuyos rasgos geológicos, geomorfológicos, hidrológicos, de vegetación, flora, fauna y de otros tipos de biota se mantienen esencialmente en su condición original, que es ecológicamente autónoma y se halla sujeta sólo a sus propios procesos de cambio, y que puede considerarse libre de evidencia de actividades humanas. 30 En términos de la percepción humana (que es la base para el concepto más difundido de wilderness), la escala grande de una tierra silvestre debiera ser tal que, al menos visualmente, en el horizonte no sea posible detectar huella de la presencia de Homo sapiens. Al mismo tiempo, a escalas locales dentro de ese territorio, no debe hallarse evidencia de infraestructura activa o en desuso, de visitantes anteriores, de desechos u otras evidencias de nuestra especie. Existe en todo el mundo un impulso creciente por abordar la conservación de las tierras silvestres, pero frecuentemente las estrictas circunstancias que esto requiere chocan, no solamente con las expectativas del desarrollo económico convencional, sino también con otras maneras de hacer conservación de la biodiversidad –quizá menos ortodoxas y prístinas, pero de mayor aplicabilidad en la práctica, dado que incluyen la presencia humana y tratan de convertirla en un coadyuvante. Como se aprecia, el concepto estricto de wilderness se halla en desventaja en países que, como México, tienen una prolongada historia de establecimiento humano y de alteración ambiental consecuente, debida al desarrollo económico local e, incluive, a influencias provenientes más allá de la propia área. Sin embargo, entendiendo la importancia de que subsistan áreas con esas características, debe buscarse la manera de articular su existencia como un componente más dentro el contexto de la conservación integral. Con el concepto de wilderness, la conservación de la vida silvestre adquiere una dimensión adicional, más allá de sólo conservar la diversidad alfa (áreas particulares de alta riqueza de especies), la diversidad beta (la diferencia en composición de especies entre sitios y la tasa de cambio de esas diferencias a lo largo de gradientes) y la diversidad gamma (la riqueza de especies de grandes regiones). Claramente, el concepto de wilderness depende de que existan los anteriores valores, pero además, exige la preservación de los rasgos nativos del paisaje, con la pretensión de proveer oportunidades para la recreación de los vínculos del espíritu humano con los orígenes silvestres de nuestra especie. Esto lo hace particularmente difícil de instaurar en la práctica. Resulta difícil compatibilizar las visiones racionales y objetivas tanto de la ciencia biológica como de las ciencias sociales, con aquella más de carácter ético y estético del 31 movimiento de conservación de tierras silvestres; sin embargo, esto no le quita valor. Pero su problema principal no es su relación con las ciencias, puesto que la conservación de la cualidad de wilderness es un complemento muy deseable de los objetivos de aquellas. Creo que el principal problema del concepto de tierras silvestres es lograr consolidarse en un mundo en el cual la alta densidad y omnipresencia de la población humana deja pocos espacios libres, es decir, sin demanda de extracción de bienes y servicios; el aprovechamiento de ambos suele dejar huellas generalmente muy persistentes, que le quitan a la tierra el carácter de silvestre en el sentido estricto de wildernes. Por ello, en todo el mundo, frecuentemente las áreas que aún pueden considerarse como wilderness son, o bien propiedad de estados (gobiernos) cuyo rígido régimen de supervisión y vigilancia las mantiene incólumes, o propiedades de grandes terratenientes quienes deciden sin oposición el destino de la biota y el paisaje silvestre. Pero esto no significa que las sociedades no sean capaces de generar esquemas imaginativos, para integrar el concepto de tierras silvestres -en los sitios donde aún existen- como componente funcional dentro de un entramado de estrategias de conservación de la biodiversidad, en forma que resulte sinérgica con la perspectiva de uso sustentable de ésta donde la alteración ha estado presente y aún en sitios donde, hoy, no hay más alternativa que intentar la restauración ecológica. La ciencia biológica ha hecho todo cuanto ha podido para entender la biodiversidad, reconocer sus patrones en el espacio y en el tiempo, para desentrañar sus mecanismos y funciones ecológicas, para diagnosticar su estado, y también para proponer esquemas de prevención y mitigación de daños. Pero con todo, más allá del entendimiento y el dominio de técnicas de conservación por parte de personal a cargo de programas de ese tipo, más allá de la comunicación de métodos de prospección de áreas propicias para mantener la biodiversidad en su estado natural y de herramientas de diseño, planeación, operación y supervisión de programas, el trabajo de entrenamiento de personal a cargo de conservación de vida silvestre pasa, en mi opinión, por buscar como coaligar las distintas visiones de conservación, incluyendo la de las tierras silvestres, en un todo que sea congruente y complementario. 32 En este sentido, a estas alturas del debate internacional acerca de tierras silvestres, me parece que la constelación de estrategias complementarias podría incluir: Áreas naturales protegidas con decretos oficiales y manejadas mediante esquemas de desarrollo humano mediante el uso sustentable, con sus áreas nucleares, cuando espacialmente pueda ser el caso de tenerlas (y en las cuales teóricamente se cumpliría la condición de ser tierras silvestres sensu stricto). Regiones prioritarias de México, determinadas como tales en función de su riqueza y unicidad de composición taxonómica, progresivamente tomadas a su cargo por gobiernos y distintas organizaciones. Archipiélagos de áreas que, en su conjunto, preserven la diversidad beta lo mejor posible, mediante esquemas de colaboración entre gobiernos, propietarios y usuarios de la tierra. Tierras silvestre sensu stricto que, independientemente del tipo de sus propietarios tengan gran extensión, la cual les confiera cierta resistencia y resiliencia respecto a eventuales incursiones humanas, y que en consecuencia, aunque no tengan un decreto aún puedan auto-defenderse gracias a su amplitud. Tierras silvestres de propiedad gubernamental, comunitaria o privada que, aunque no cumplan los criterios de wilderness, contengan suficiente germoplasma silvestre nativo para ser conservadas y utilizadas. Incluyendo el concepto de unidades para la conservación y manejo de vida silvestre (UMA) desarrollado en México y que pretende fomentar la conservación del entorno silvestre aprovechando el interés directo d los propietarios en aprovechar especies de la fauna local para los propietarios. Este es un concepto plausible en la teoría, aunque no ha probado cabalmente su efectividad en la operación real. CONCLUSIONES 33 Por todo lo explicado en este texto, especialmente cuando la densidad de población es muy alta en determinados sitios, se vuelve urgente la preservación de muestras no solamente representativas, sino plenamente funcionales, de la biodiversidad originaria de cada región. La representatividad de ecosistemas se ha citado como un criterio indispensable para la conservación (Davis, 1987). Los procesos de evolución biológica en distintos niveles de integración (genético, organísmico, de poblaciones, de comunidades y de ecosistemas) se construyeron por cambios naturales –aún si algunos fueron de tipo catastrófico– seguidos por períodos de re-estabilización, durante los cuales las poblaciones de microorganismos, hongos, plantas y animales tuvieron oportunidad de adaptarse y sobrevivir, manteniendo así el potencial evolutivo de cada ensamble de biota nativa, como un todo funcional con sus partes articuladas. El reto actual es que, a diferencia de las catástrofes ambientales anteriores a la tecnología humana de gran escala, los cambios que estamos generando no solamente son de gran alcance, sino que se suceden aceleradamente y no dan tiempo a que los procesos naturales se estabilicen entre catástrofe y catástrofe. La conservación biológica es una actividad que requiere enfoques múltiples y complementarios. Debe buscarse la sinergia de todos los enfoques actuales de la conservación de la biodiversidad que hoy existen. Iniciativas cuyo incentivo es el uso razonado de algunas especies en sitios ya alterados, deben ser plenamente congruentes – y complementarias– con aquellas otras basadas en la protección de ecosistemas que aún mantienen la integridad de su composición, de su estructura y funciones ecológicas. La tesis de que solamente se conserva la naturaleza mediante su uso, cuyo origen fue la idea de la predestinación humana al dominio de la naturaleza que prevalecía en la primera mitad del Siglo XX, hoy empieza a quedar desacreditada por los hechos. Pero queda claro que la conservación requiere considerar las actividades humanas, tanto en su aspecto de causas del deterioro como de posibles vías de solución. En este contexto, la conservación de áreas prístinas es un tema prioritario que debe atenderse cuanto antes, en espera de que la sociedad encuentre maneras viables de restaurar sitios alterados y de continuar su desarrollo en mayor compatibilidad con la naturaleza. El paisaje global es hoy día un mosaico compuesto por fragmentos de ecosistemas naturales que han escapado al uso intenso de muchísimos recursos naturales; las extensiones afectadas son muy variables y sus condiciones son muy distintas. Las 34 amenazas tienen una tasa cambiante, aunque casi siempre en aumento. La falta de continuidad y contacto actual entre distintos ambientes naturales, provocada por la transformación humana, tiende a deteriorar los procesos ecológicos de manera permanente, en formas que apenas estamos empezando a dimensionar y comprender (Bissonette y Storch, 2002). Dado que no parece posible, en el corto plazo y con las enormes demandas de la población humana mundial, retomar un rumbo de desarrollo económico congruente con las capacidades reales de los ecosistemas (Costanza et al., 1999) tiene sentido preservar para el futuro aquellas áreas de selvas, bosques, matorrales, desiertos, ríos, lagunas, costas y mar, en las que el sistema natural aún no ha sido alterado de manera notoria. REFERENCIAS Bissonette, J. A. e I. Storch. 2002. Fragmentation: is the message clear? Conservation Ecology 6(2): 14. Costanza, R., Cumberland, J. Daly, H. Goodland, R. y R. Norgaard. 1999. Economía Ecológica. Primera Edición, Compañía Editorial Continental (CECSA), México, D. F., 303 pp. Davis, G. D. 1987. Ecosystem representation as a criterion for World wilderness designation. Wild Wings Foundation, Davis Associates, Wadham, N. Y., 86 pp. Ortega, Y. K. y D. E. Pearson. 2005. Strong versus weak invaders of natural plant communities: assessing invasibility and impact. Ecological Applications 15:651661. Ortega, Y. K., K. S. McKelvey y D. L. Six. 2006. Exotic forb invasion impacts reproductive success and site fidelity of a migratory songbird. Oecologia 149:340-351. Reeves, M. K., Dolph, C. L., Zimmer, H., Tjeerdema, R. S. y K. A. Trust. (2008) Road proximity increases risk of skeletal abnormalities in wood frogs from national 35 wildlife refuges in Alaska. Environmental Health Perspectives: 116; 10091014. Warren, S. D. y Buttner, R. (2008) Relationship of endangered amphibians to landscape disturbance. Journal of Wildlife Management: 72; 738-744. Weeks, P, y S. Mehta. 2004. Managing People and Landscapes: IUCN‟s Protected Area Categories. Journal of Human Ecology, 16(4): 253-263 (2004) 36 SECCIÓN I.3. TIERRAS SILVESTRES EN LA PERSPECTIVA Y LA RESPONSABILIDAD DE LA SOCIEDAD CIVIL Desde esta perspectiva, la integridad ecológica se refiere al funcionamiento permanente saludable o apropiado de los ecosistemas a escala global y local, así como a su provisión continuada de recursos renovables y servicios ambientales. Los seres humanos pueden intervenir en estos sistemas en formas que socavan sus capacidades de autosostenibilidad. Por ejemplo, los seres humanos pueden cosechar sustancias de los ecosistemas a un ritmo que excede la capacidad de regeneración del sistema. Por ende, podemos talar bosques a un mayor ritmo del que necesitan los árboles para crecer de nuevo; podemos pescar en el océano a un ritmo mayor del que requieren las poblaciones de peces para reconstituirse. En el extremo de la intervención humana, arrasamos los suelos de un ecosistema evolucionado y sustituimos el paisaje con una cubierta vegetal que se mantiene mediante el constante insumo de capital, tecnología y mano de obra humanos. En mayor escala, el efecto nocivo de las acciones humanas se acumula para degradar el ecosistema global. La degradación de la capa de ozono y la manera en que el clima mundial se ve afectado negativamente por la continua y crónica influencia de las emisiones de gas que causan el efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles, son ejemplos poderosos de la capacidad que tiene el hombre para degradar de forma colectiva la integridad ecológica a nivel planetario. La capacidad de recuperación de la comunidad de vida y el bienestar de la humanidad dependen de la preservación de una biosfera saludable, con todos sus sistemas ecológicos, la elección es nuestra: formar una sociedad global para cuidar la Tierra y cuidarnos. La rápidamente creciente población humana y las tasas de consumo material que aparentan ir siempre en aumento. La primera es considerada por muchos en el hemisferio norte (por ejemplo, los EE.UU.) como la principal causa de la degradación ambiental, y la segunda, por la gente del hemisferio sur (por ejemplo, la India). En 37 realidad, ambos factores se combinan para aumentar la carga ambiental sobre los ecosistemas mundiales. Un ejemplo de cómo la comunidad civil puede ser un factor clave en la conservación y buen uso de los recursos naturales se dio en colaboración con organizaciones no gubernamentales (ONG), incluyendo la Sociedad de Conservación de Vida Silvestre y organismos como la Autoridad de Vida Silvestre de Uganda, el Instituto Jane Goodall ha creado en Uganda un programa integrado de conservación de chimpancés. Dando como fin la creación de un modelo denominado Conservación Centrada en la Comunidad, que mantiene a la comunidad local como su núcleo y guía. Este enfoque dota a las comunidades locales con las herramientas y recursos necesarios para administrar sus recursos naturales a fin de lograr un beneficio económico y prosperidad ambiental de largo plazo. Los elementos de este programa de conservación incluyen actividades de conservación in situ en bosques remanentes, así como el manejo junto con empresas ecoturísticas de otros problemas que amenazan a las poblaciones, tales como la caza furtiva. Un importante Programa Mundial de Educación dio inicio con el objetivo de capacitar y proporcionar conocimientos, destrezas y currícula ambientales a maestros de primaria y secundaria y miembros de la comunidad. El Santuario de Chimpancés de la Isla de Ngamba fue fundado en octubre de 1998 para cuidar de chimpancés huérfanos, rescatados de cazadores furtivos y/o comerciantes de animales por la Dirección de Vida Silvestre de Uganda, que no tendrían oportunidad de sobrevivir por sí solos en la naturaleza. Aparte de los biomas del desierto, las áreas más extensas de tierras salvajes que aún quedan en el mundo se ubican en las sabanas tropicales del norte australiano, partes de Kalimantan y Borneo, Nueva Guinea Indonesia y Papúa Nueva Guinea, la región boreal rusa, la región boreal canadiense, partes de la cuenca del Congo y los bosques tropicales de la cuenca amazónica. En todos estos casos, las comunidades indígenas han habitado estos parajes por miles de años; en el caso del norte de Australia, por cerca de 50.000 años, siendo la cultura humana continuada más antigua del mundo. Desafortunadamente, nuevas áreas y políticas de conservación creadas para proteger estas regiones salvajes remanentes podrían servir para ahuyentar aún más los pueblos aborígenes ya desplazados y podrían ignorar su necesidad de emprender desarrollos económicos sostenibles. Muchas organizaciones ambientales no gubernamentales han 38 ignorado los valores, aspiraciones y derechos de los pueblos aborígenes en las regiones salvajes. Dicha perspectiva sólo sirve para reforzar las injusticias imperantes y podría ser contraproducente para los fines conservacionistas. Las formas tradicionales de vida en estas regiones han hallado acomodo con los procesos silvestres naturales, tanto destructivos como constructivos, y en muchos casos la sabiduría ecológica tradicional tiene la clave para comprender los caminos sostenibles del desarrollo en el futuro. Habiendo seguido un proceso de diálogo con los pueblos aborígenes, la Sociedad de Vida Silvestre de Australia ha desarrollado una política sobre los derechos de los aborígenes que reconoce, entre otras cosas, que “los pueblos aborígenes son los custodios tradicionales que han administrado los medio ambientes australianos desde tiempo inmemorial”. Esta organización también ayudó a lanzar el Malimup Comunique que fue desarrollado en una reunión de representantes indígenas, el personal de organismos estatales de administración de tierras y representantes de grupos ambientales no gubernamentales en Malimup Spring, Australia Occidental. Este comunicado versa sobre los pueblos aborígenes y la administración de tierras reservadas o zonificadas como “salvajes”. En la actualidad, el quehacer humano se desboca hacia un futuro donde la integridad de los ecosistemas se ha degradado irreversiblemente, y corremos el riesgo de que el sistema terráqueo dé un giro brusco hacia un estado distinto no propicio para el bienestar humano ni para la gran comunidad de la vida. La mala distribución de la tierra en la mayoría de los países latinoamericanos y el avance de la frontera agrícola, hacen que la biodiversidad como tal solo pueda conservarse a largo plazo, dentro de las áreas protegidas declaradas por los diferentes gobiernos. Sin embargo, muchas de esas áreas protegidas y parques nacionales carecen de un mecanismo real de manejo y conservación, por lo que se les ha llegado a llamar “parques de papel”. Por otra parte, las agencias gubernamentales tanto en Guatemala como en el resto de los países latinoamericanos responsables de los recursos naturales y las áreas protegidas -creadas por sus Congresos a lo largo de la historia- no sólo han carecido de la voluntad política y la capacidad y los recursos tanto administrativos como financieros para manejarlas, sino que además han reconocido que no han podido detener el continuo proceso de destrucción y degradación de los recursos naturales. 39 En ese sentido, como resultado de las tendencias de democratización, desconcentración y descentralización de los servicios públicos a gobiernos locales, entidades privadas, y grupos organizados de la sociedad civil, se abren una serie de oportunidades para que éstas asuman mayor protagonismo y responsabilidad para compensar esa falta de efectividad y eficacia desplegada en las agencias del gobierno central. Particularmente, para el sector ambiente y recursos naturales, las Organizaciones No Gubernamentales como instituciones no lucrativas, menos burocráticas, y con capacidad de dar una pronta respuesta a las demandas del desarrollo, han asumido cada vez más un rol más protagónico en la búsqueda de opciones y soluciones a los acuciantes problemas ambientales enfrentados por la sociedad actual. A la luz de este nuevo rol en las ONGs y la apertura existente por parte de las agencias de gobierno central, se hace necesario examinar con mayor detenimiento las ventajas comparativas y los retos que presenta la aplicación y adopción de esquemas de protagonismo institucional de estas entidades en el manejo y la conservación de las áreas protegidas. En ese sentido, mecanismos como el de comanejo constituye una de las opciones más viables para conservar el patrimonio natural y cultural de la región latinoamericana. La literatura referida al comanejo de áreas protegidas es bastante reciente y se define de diferentes maneras. A continuación se presenta una serie de conceptos y se realiza un breve análisis sobre el origen del mismo y su entorno en el cual fue creado. No necesariamente el término y las definiciones de comanejo son referidas a Áreas Protegidas, sino más bien a utilización participativa de recursos naturales, sobre lo cual si hay más historia y consecuentemente literatura al respecto. De acuerdo a Girot (1998), mucha de la discusión en torno a la gestión participativa de los recursos naturales, nació de un artículo de Garret Hardin en 1968, sobre la tragedia de los comunes, donde se plantea una discusión filosófica sobre los que apuntan a la propiedad común como origen de la tragedia y por otro lado, los que insisten que en la gestión mancomunada está la solución a la tragedia. Dicha discusión ha sido retomada por Elionor Ostrom, quien ha referido una serie de análisis y modelos sobre la participación misma de la sociedad civil en el manejo de los 40 recursos naturales. Ostrom presenta cinco figuras de participación a saber: a. Un Estado que todo lo ve, todo lo sabe, que controla toda infracción en forma imparcial. b. Un Estado imperfecto que no lo ve ni lo sabe todo, que controla parcialmente las infracciones, castiga algunos y otros no. c. Una empresa privada a cargo del recurso con capacidad jurídica de excluir y de controlar acceso. d. Un consorcio de usuarios a cargo de co-manejar un recurso bien delimitado con reglas claras de apropiación y control. e. Una situación de libre acceso y descontrol que resulta en el rápido deterioro del recurso. Las cinco figuras se dan y se presentan en diferentes grados a nivel nacional. Por una parte los territorios indígenas donde el manejo de los recursos naturales se ha mantenido al margen de las políticas centralistas de los estados de las décadas de los 70‟s, y por otro lado, aquellas zonas donde los gobiernos que no ceden un espacio en el manejo de los recursos naturales. Los mecanismos y procesos en una democracia joven se han acelerado en los últimos años debido a la globalización del comercio a nivel mundial y los mandatos de las instituciones internacionales sobre la privatización de los servicios públicos. Con ello se ha iniciado un proceso que involucra más de una acción y más de una estrategia, a saber: a) Democratización participativa en los países de América Central (posterior a más de 40 años de lucha en algunos de ellos), b) Descentralización de la toma de decisiones, c) Desconcentración de la administración pública y, d) Delegación de las responsabilidades y mandatos hacia instancias de la sociedad civil. Naturalmente cada país en la región lleva su propia priorización y diferentes esquemas en tiempo sobre cada uno de lo que en forma general se le denomina globalización. En 41 el momento que se consoliden estas cuatro estructuras de acción, entonces el comanejo de áreas protegidas va a ser realidad. a) Democratización Iniciamos la discusión con Democratización, debido a que la propia participación real de la sociedad civil centroamericana en la toma de decisiones no era factible debido a las luchas internas y falta de perspectiva con relación al manejo adecuado de los recursos naturales. La propia lucha armada causó grandes destrozos a la biodiversidad y a los recursos en general. b) Descentralización El tema de descentralización1 en el campo de la conservación de la biodiversidad es prioritario y requiere un análisis especial debido a que ofrece oportunidades, pero también presenta obstáculos. De acuerdo a Miller et.al. (1997), al descentralizar la autoridad y responsabilidad en el manejo de los recursos naturales, los gobiernos están abriendo nuevas y apasionantes oportunidades para alcanzar metas ambientales y de desarrollo. Sin embargo, a pesar que se afirma que la participación de los varios grupos de interés es esencial para la conservación, no se puede asumir necesariamente que la “gente de la localidad sabe más” o que siempre hará lo que es conveniente para la biodiversidad. Todos los asociados, sea que pertenezcan a las agencias de gobierno, a la comunidades indígenas, municipalidades, universidades u ONG ́s tendrán que desarrollar y reestablecer la capacidad y destrezas necesarias para cumplir con los roles y funciones. Es así como la descentralización y el desarrollo de capacidades se hallan interrelacionadas y son interdependientes. Desde otro punto de vista, la sociedad civil está comenzando un proceso en el cual asume mayor responsabilidad sobre el manejo de sus propios recursos a largo plazo, sin perder en determinado momento, la guía, monitoreo y orientación del Estado. Ejemplo específico de ello es la participación de las ONG ́s ambientales, donde como entidades facilitadoras de gestión y capacitación, presentan un balance entre el poder total del Estado y la propia propiedad o iniciativa privada per se. Miller lista tanto las oportunidades que se deben aprovechar como los escollos que es necesario evitar para lograr una auténtica descentralización: 42 - Desarrollar la participación local como incentivo para conservar la biodiversidad - Distribución equitativa de beneficio entre los grupos de interés locales - Fomentar el desarrollo de nuevos conocimientos mediante enfoques de manejo adaptativo - Capitalizar la capacidad existente en las instituciones que están fuera del gobierno central. c) Desconcentración La desconcentración, como otro elemento mínimo de apoyo al manejo de áreas protegidas y biodiversidad, juega su papel en que la toma de decisiones sobre conflictos y problemas locales sean tomadas ágilmente. En el ámbito de áreas protegidas bajo algún esquema de comanejo, la desconcentración posee su ventaja comparativa en el momento de los clásicos trámites para obtener licencias sobre manejo de recursos en las zonas de amortiguamiento, o bien en la presentación de denuncias sobre actividades ilícitas en las propias regiones. En los mecanismos de comanejo, la desconcentración se da en el momento que los sistemas de áreas protegidas nacionales sean administrados a través de oficinas regionales en las cuales se trabajen desde los planes estratégicos de la región, hasta la planificación y ejecución de las mismas actividades. Las regiones de conservación en Costa Rica, son ejemplo parcial de un mecanismo de desconcentración, al igual que las creadas recientemente en Guatemala para la administración del Sistema Guatemalteco de Áreas Protegidas (SIGAP). En la región centroamericana se encuentran bajo comanejo algunos esquemas que responden a medidas de desconcentración. Por ejemplo, la posibilidad de declaratoria de áreas protegidas por oficinas regionales, municipalidades, donde la decisión y la consulta no tiene que ir forzosamente al Gobierno central. d) Delegación La delegación de responsabilidades y mandatos hacia diferentes figuras de la sociedad civil o inclusive, hacia institutos autónomos regionales es un proceso de menor 43 aceptación en el gobierno. La delegación 3 implica la firma de un acuerdo y la discusión de alcances de las entidades involucradas. La delegación implica la creación de mecanismos de asesoría, supervisión, monitoreo y acompañamiento. Por ejemplo, el primer caso de delegación formal y con seguridad jurídica en Centroamérica, fue el de otorgar la administración de la Reserva de la Biosfera Sierra de las Minas a una ONG, en este caso a Fundación Defensores de la Naturaleza en el año de 1990. El proceso ha avanzado hasta poder llegar a incluir el retorno o devolución del manejo de sus recursos a las comunidades, principalmente las indígenas. Agarwal y Ribot (1999), definen “Devolución” como el crecimiento del poder de organizaciones locales sin ninguna afiliación de gobierno, como ONG ́s de base, grupos comunitarios, corporaciones. Los procesos de “devolución” de enmarcan dentro de los acuerdos mundiales, como el de los derechos de los pueblos indígenas y sus territorios. Como muy bien lo apunta Fundación Natura (1997), la democracia nos recuerda que todos estamos inmersos en un sistema en el cual la soberanía la ejerce el pueblo a través de sus organizaciones de base, la sociedad civil y las diferentes instancias de decisión y de poder. Por otro lado, la gobernabilidad está determinada por la capacidad del Estado de ejercer la función gubernamental, recordando que el Estado somos todos, incluyendo a las organizaciones no gubernamentales y grupos comunitarios. La gobernabilidad en materia ambiental debe estar fundamentada en el enfoque pluralista y participativo de diferentes instancias gubernamentales y privadas, a fin de evitar el desbalance de una gestión hacia intereses particulares que vayan en contraposición de las propias Constituciones políticas de Latinoamérica, cuando mencionan el bien común prioritario sobre el bien individual. De acuerdo a la introducción conceptual anterior, el comanejo es la aplicación en sí, de la democratización, desconcentración, descentralización y delegación del manejo sostenible de los recursos naturales hacia las áreas protegidas y la conservación de la biodiversidad, en un marco político y estratégico de implementación por parte de los diferentes Gobiernos y Estados. 44 Análisis de responsabilidades compartidas Analizando por grupo las responsabilidades asumidas por la sociedad civil y/o o dicho de otra forma la delegación de responsabilidades por parte del Estado, se agrupan en tres grandes grupos a saber: a) funciones administrativas, b) funciones técnicas y c) funciones financieras. a) En el campo administrativo, se observa que el Estado mantiene o intenta mantener el control específico de los Sistemas Nacionales de Conservación, aspecto que los grupos de la sociedad civil no pueden mantener. En otras palabras la función principal del Estado en este campo es mantener la integridad del Sistema de Áreas Protegidas. Una de las principales discusiones sobre el proceso de coadministración es hasta donde el Estado puede ceder y/o delegar actividades como la denuncia de actividades ilegales, aprobación de planes de uso y extracción de recursos y finalmente la representatividad legal del ANP. Por ejemplo, en aspectos de una denuncia, por un lado los grupos de la sociedad civil no quieren asumir dicha responsabilidad por las repercusiones que implica tener que denunciar a un propio vecino y el Estado por su parte no posee los procesos ágiles y muchas veces el interés por concluir un trámite de denuncia. Parte fundamental de las responsabilidades del Estado en aspectos administrativos es proveer infraestructura y otorgar derechos sobre los bienes inmuebles de su propiedad. La historia latinoamericana ha hecho que los Estados posean en la actualidad suficiente o demasiada infraestructura y bienes inmuebles los cuales, en el caso de áreas protegidas son claves para su manejo. b) Funciones técnicas, la gama de actividades es mayor y son asumidas indistintamente por el Estado, sociedad civil o en forma compartida. La distribución indistinta se basa en un análisis sobre las fortalezas de cada entidad y consecuentemente su mejor ejecución en dicho sentido. Existen actividades técnicas que por principio es el Estado quien las debe realizar, como lo son las aprobaciones de los planes maestros (de manejo) y planes operativos anuales. Así mismo, el monitoreo y evaluación del cumplimiento de los acuerdos e implementación de los planes por parte de la sociedad civil, es una función intransferible del Estado. 45 Es importante mencionar que una de las ventajas comparativas de la sociedad civil en el manejo de las áreas protegidas es su capacidad técnica, entendiéndola como el nivel adecuado y profesional en la toma de decisiones. En su ausencia, debe ser la capacidad para contratarla o resolver el problema desligado de una decisión política. Esta capacidad se observa en la mayoría de las ONG‟s de Centroamérica, donde el personal profesional ya ha sido formado bajo el esquema de recursos naturales y manejo de áreas protegidas, lo cual le da una ventaja comparativa ante los profesionales de los Estados. Así mismo, generalmente son profesionales jóvenes con mayor dinamismo y entusiasmo, que los faculta a vivir en el campo y afrontar los retos que implica la conservación. Definitivamente este cuestionamiento genera discusión dentro de los papeles del Estado y de la sociedad civil. Sin embargo, la determinación de los porcentajes y volúmenes de autorización por parte de la sociedad civil se deben fijar sobre la base de las siguientes características: a) Capacidad e interés del grupo de la sociedad civil para asumirlos. b) Definición de uso y explotación de recursos estratégicos que no deben ser transferidos (Por ejemplo, recursos petroleros). c) Definición de recursos endémicos y/o en peligro de extinción donde la responsabilidad debe ser compartida con relación a su control. d) Estudios claros y determinantes sobre la utilización, distribución y beneficio de los servicios ambientales. Por ejemplo, aplicación de normas sobre uso del agua. 46 CAPITULO II BASES PARA DIAGNÓSTICO Y SEGUIMIENTO DE LOS VALORES DE LAS TIERRAS SILVESTRES Y DE SUS FACTORES DE RIESGO SECCIÓN II.1. VALORES ESPECÍFICOS ASOCIADOS CON LAS TIERRAS SILVESTRES; MÉTODOS PARA SU DIAGNÓSTICO BASE Y SEGUIMIENTO. La vegetación natural, como expresión sintética de todos los factores ambientales, se ha desarrollado en México a través de casi todas sus posibilidades: desde las selvas perennifolias de los Chimalapas o Lacandonia que reciben de dos a cinco mil milímetros de precipitación al año, hasta desiertos entre los más secos del mundo en Sonora y Baja California. Las selvas tropicales húmedas que se asentaban desde extremos septentrionales en Tamaulipas y San Luis Potosí, descendían por la vertiente del Golfo hasta el extremo sur de la costa del Pacífico y la frontera con Guatemala. Dócil al gradiente pluviómetro y al tipo de suelos, la vegetación tropical en México se ha adaptado con gran sutileza transicional para dar origen a los bosques tropicales subperennifolios, sabanas, selvas caducifolias y a las selvas bajas espinosas. Conforme se llega a niveles de precipitación más bajos, la vegetación xerófita predomina y encuentra puntos clímax de diversidad en el mundo, como por ejemplo, en el Valle de Tehuacan-Cuicatlán entre Puebla y Oaxaca. Condiciones específicas de topografía, latitud y vientos oceánicos definen la existencia de bosques mesófilos (o nubliselvas) en la ceja de las sierras expuestas a la influencia del Golfo de México o del Océano Pacífico, o bien, de grandes macizos de bosques de coníferas o encinos que cobijan las partes altas de las montañas o del altiplano. En lo más elevado, las nieves perennes y los zacatonales o páramos coronan las cumbres del Eje Neovolcánico. Los hábitat acuáticos y costeros rubrican la riqueza ecológica del país: lagunas, pantanos y manglares se integran a complicados sistemas ribereños, que 47 no solo resultan los ambientes biológicamente más productivos que existen, sino que extienden con generosidad grandes volúmenes de nutrientes al océano, que permiten la vida de incontables cadenas tróficas marinas. Todos estos elementos y sistemas conforman el capital ecológico de la Nación, el cual ofrece una corriente vital de bienes y servicios ambientales que abarcan el resguardo del patrimonio genético, la absorción de gases invernadero, la regulación climática, el mantenimiento de recursos hídricos, la conservación de suelos, la preservación de valores paisajísticos, la producción de recursos forestales maderables y no maderables y la estructuración de hábitats para miles de especies que representan millones de años de procesos evolutivos, y que son objeto de una creciente valorización intrínseca por parte de las sociedades modernas, independientemente de sus funciones dentro del complejo entramado ecológico del planeta. El término biodiversidad se refiere a la variabilidad de la vida, incluyendo los ecosistemas, los complejos ecológicos de que forman parte, la diversidad entre las especies y la que existe dentro de cada especie. Así, este concepto involucra todos los tipos de variabilidad biológica, que a grandes rasgos puede dividirse en tres niveles: genes, especies y ecosistemas. Como se sabe, México constituye uno de los 12 países con mayor riqueza y diversidad biológica. De allí proviene, tanto su carácter de país megadiverso como su enorme interés por la conservación y el uso adecuado de tal biodiversidad, aunado a una gran riqueza cultural representada por más de 60 grupos indígenas con usos tradicionales muy diversos y ligados a la biodiversidad que los rodea. Estos temas que aparentemente tendrían que ser materia especializada y exclusiva de biólogos, ecólogos y geógrafos entre otras profesiones ligadas al estudio de la naturaleza, cada vez más son preocupación también de economistas y tomadores de decisiones públicas. Y esto es así, precisamente porque no obstante la enorme riqueza y diversidad biológica con que cuenta el país, la misma se está deteriorando o perdiendo a consecuencia de arraigados métodos de producción y uso de sus atributos y funciones, y por la parcialidad o ausencia de políticas públicas que fomenten su conservación y aprovechamiento sustentable. Precisamente debido a los conocidos procesos de cambio de uso del suelo los atributos y funciones de la biodiversidad se convierten en bienes y servicios escasos, ergo, en 48 bienes económicos. Los procesos de cambio de uso del suelo desembocan, además de en actividades económicas no siempre con mayor rentabilidad en el corto plazo de las que sustituyen, en deforestación, erosión, sobreexplotación de recursos naturales, homogeneización de especies de flora y fauna, introducción de especies exóticas en hábitat no propicios, urbanización desordenada, pérdida de calidad o contaminación de diferentes medios (aire, agua, suelo, paisaje), extinción de especies de vida silvestre, entre otros problemas muy graves. Debido a su escasez creciente y a la sustitución de acervos de capital natural por otros de diferente tipo, el análisis económico de cómo conservar y usar la biodiversidad aparece no sólo como pertinente sino como imprescindible. Esta convicción es reciente a escala mundial y aumenta cada vez más en nuestro país. La economía como disciplina científica se preocupa por la escasez de los bienes y recursos, así como por su asignación eficiente ante diferentes alternativas de utilización. Como cualquier otra ciencia basada en la racionalidad de agentes individuales, la economía parte del supuesto de que las decisiones humanas se toman en el marco de conductas maximizadoras u optimizadoras. Vale decir, que los consumidores eligen conjuntos de satisfactores que les otorgan la máxima utilidad o bienestar al menor costo posible (en función de sus preferencias, los precios relativos y sus ingresos), y que las firmas eligen tecnologías y niveles de actividad que maximizan sus beneficios (en función de sus ingresos y costos medios y marginales). Tomando en consideración estos argumentos es que resulta inaplazable la coordinación de esfuerzos que se vienen realizando en México en relación con la valuación económica de bienes y servicios de la biodiversidad, así como la toma de decisiones de conservación y uso de la misma con criterios económicos y ecológicos. VALORES SIN PRECIO DE USOS INDIRECTOS Y NO-USO DE LOS ECOSISTEMAS. En el caso de bienes o servicios que son comprados y consumidos es relativamente fácil asignarles un valor, el cual corresponderá al costo monetario de adquirirlo (su valor de uso). Sin embargo, en el caso de muchos recursos naturales los individuos pueden 49 derivar beneficios indirectos de los servicios ecológicos que un sistema natural como los manglares pudiera brindarles. Asimismo, los individuos pueden derivar algún tipo de utilidad o de satisfacción a partir de la sola existencia de un recurso o, incluso, pueden estar dispuestos a donar dinero para colaborar en su preservación, aunque jamás hagan uso de él. Esto es lo que en la literatura especializada se conoce como Valores sin Precio (Sinden y Worrel, 1979) de Usos Indirectos y No-Usos de los ecosistemas. La idea detrás de esto es que la gente le asigna a los recursos valores monetarios los que son independientes del valor fijado por el mercado. La siguiente ecuación describe los elementos que contribuyen al valor total de un recurso: VT=EECd+EECind +VE+VO+VH donde VT = Valor total del recurso EECd = Excedente esperado del consumidor (valor de uso directo) EECind = Excedente esperado del consumidor (valor de uso indirecto) VE = Valor de existencia VO = Valor de demanda opcional VH = Valor de herencia La disposición adicional de pago, por sobre el valor de uso directo EECd, incrementa el valor total de un recurso, de manera que si no fueran considerados los valores de uso indirecto y no-uso, se daría, potencialmente, una subestimación en el valor real del recurso, conduciendo a serios errores y a una inadecuada asignación de recursos económicos para la conservación de los ecosistemas de manglar. En este sentido se han reportado situaciones concretas, en donde el valor real ha sido subestimado en un 63% (Hanley y Spash, 1993). En la literatura especializada se han descrito varios tipos de valores de no-uso de los recursos, entre los cuales los más reconocidos son: 50 (i) Valor de existencia, (ii) Valor de Demanda Opcional y (iii) Valor de Herencia o Legado. En la siguiente sección se describirá a cada uno de ellos. Antes de hacerlo conviene destacar que, además de reconocer su existencia, se parte del supuesto de que existe una forma de definir a aquellos valores que surgen del no-uso de los recursos y que surgen independientemente del mercado. Esta forma de definirlos es a través de las técnicas conocidas con el nombre de Métodos de Valuación Contingentes (MVC), los que serán descritos en la sección de valores de no-uso. El Valor de Existencia. Está referido a la disposición de pago que la sociedad está dispuesta a realizar por preservar un recurso al cual nunca verá, es decir, se le otorga un valor por el sólo hecho de existir. Por ejemplo un individuo podría estar dispuesto a realizar un pago para proteger las tortugas de carey (Eritmochelys imbricata) que desovan en Yucatán y que están seriamente amenazadas de extinción, o bien contribuir económicamente para la conservación los manglares (Rhizophora mangle y Avicennia germinans), aún sabiendo que quizá nunca llegará a verlos. Valor de Herencia o Legado. Este valor constituye una extensión del valor de existencia a futuras generaciones. Es decir la disponibilidad de pagar hoy para que las futuras generaciones puedan tener la oportunidad de utilizar o derivar satisfacción de la existencia de un recurso como los manglares. Valor de Demanda Opcional. A diferencia del caso anterior aquí el individuo está dispuesto a realizar un pago, por sobre el precio de uso del recurso, con el fin de preservar la opción de disfrutar a futuro de un ambiente en particular. Tradicionalmente se pensó en que este valor resultaba evidente y que siempre sería una cantidad positiva, particularmente entre individuos adversos al riesgo. Sin embargo, dada una demanda o una oferta incierta, este valor puede ser mayor, igual o menor que cero. Su valor será positivo en casos en donde la incertidumbre en la oferta y la demanda se reduzca. No obstante se ha mencionado la dificultad de estimar convenientemente este valor de demanda opcional debido a su 51 estrecha relación con el valor de uso del recurso en cuestión. Para solucionar esta limitante se utiliza el concepto de Precio Opcional el cual corresponde al máximo pago que todos los individuos están dispuestos a realizar para mantener la opción vigente en el futuro, pero sin hacer una distinción entre EECd, EECind y VO de la ecuación. De hecho actualmente se considera que el valor de uso (directo e indirecto) y el valor opcional son dos puntos de la misma curva del excedente del consumidor). De igual modo el VE y el VH se consideran juntos por la misma razón, esto es, que metodológicamente no se pueden estimar independientemente uno de otro sin evitar considerar dos veces un mismo factor, incrementando de esta manera la probabilidad de sesgo o error en la determinación del Valor total del recurso (Mitchel y Carson, 1989; Hanley y Spash, 1993) . Valores de uso indirecto: Servicio ecológico de filtrado natural de aguas residuales. Cuando los servicios ecológicos como el de filtrado de aguas negras residuales provenientes de los asentamientos humanos que no cuentan con servicios no tienen precio en el mercado y existen sustitutos perfectos tales como las plantas de tratamiento terciario de aguas, se recomienda utilizar el método de costos alternativos (Gosselink et al., 1974; Lal y Dixon, 1990). En un estudio realizado en Fiji, el costo anual de una planta de tratamiento terciario requerida para reemplazar el servicio natural de filtrado de nutrientes proporcionado por ecosistema de manglar, se estimó en US $ 106,000/ha (Lal, 1989). MÉTODO DE COSTOS ALTERNATIVOS El método de costos alternativos esencialmente consiste en usar el costo del proyecto alternativo como una medida del beneficio generado por el servicio ecológico que no tiene precio en el mercado. En el caso concreto de este estudio, el costo total de operación anual de una planta de tratamiento terciario de aguas residuales, asumida como sustituto perfecto, será el costo alternativo del servicio de filtrado natural de aguas proporcionado por el ecosistema de manglar del área donde inciden asentamientos humanos que no cuentan con servicios sanitarios ni drenaje. El método de costos alternativos tiene el mismo concepto que él método de ahorro de costos. Un servicio ecológico que sustituye costos conocidos crea un ahorro que puede considerarse como una medida del beneficio. El método de ahorro de costos puede utilizarse en casos 52 donde todos los costos son eliminados y la producción del proyecto es un sustituto perfecto para los gastos del proyecto alternativo. El costo alterno es por si mismo una medida del beneficio total, sólo si se prueba que hay una demanda efectiva. Ambos estiman los beneficios totales, esto es, el ahorro de costos en el método de ahorro de costos y los costos alternos del siguiente mejor proyecto substitutivo en el método de costos alternos. MÉTODO DE VALUACIÓN CONTINGENTE El método de valuación contingente (MVC) es una técnica analítica basada en la aplicación de encuestas donde se establecen situaciones hipotéticas o experimentales que permiten asignar un valor monetario a los bienes y servicios que no tienen un valor en el mercado (Schmid, 1989). Al valorar los recursos naturales, el objetivo es obtener información directa de las preferencias individuales de los usuarios, manifestada a través de la cantidad máxima que estarían dispuestos a pagar (WTP, por sus siglas en inglés), o de aceptar una compensación (WTA, por sus siglas en inglés) para aumentar o disminuir los beneficios recibidos a partir del uso o conservación de estos recursos o de algunos de sus componentes cuyo valor no tiene un precio en el mercado. Con la finalidad de obtener la información necesaria, se presenta a los usuarios un mercado contingente mediante la aplicación de encuestas a través de medios como correo, entrevistas personales o telefónicas (Whitehead, 1993). CARACTERÍSTICAS DESEABLES EN LOS CUESTIONARIOS La aplicación de cuestionarios a los usuarios de los recursos, permite obtener directamente de sus respuestas, sus preferencias por preservar o no determinado recurso en beneficio de las actividades que en él desarrolla. De esta forma es posible deducir los beneficios generados del uso de bienes y recursos naturales que tienen valores sin precio. A fin de que durante la entrevista se logre captar la mayor cantidad de información valiosa y confiable del entrevistado, el cuestionario deberá tener las siguientes características (Mitchell y Carson, 1989): 53 1)Una descripción detallada de los bienes a ser valuados y las circunstancias hipotéticas bajo las cuales el entrevistado los usaría. 2)Preguntas que conduzcan al entrevistado a expresar su disposición de pago para el recurso que se está valuando. 3)Preguntas acerca de las características del entrevistado (por ejemplo, edad, ingreso, etc.), sus preferencias relevantes a los recursos que están siendo valuados y el uso que hace de éstos. Si el estudio está bien diseñado y cuidadosamente probado, las respuestas de los entrevistados a las preguntas de valuación deberán representar respuestas válidas de la WTP. El siguiente paso es usar esa información para obtener estimaciones de beneficio. Si la muestra es seleccionada a través de un muestreo aleatorio, si la tasa de respuesta es bastante alta, y si se hacen ajustes apropiados para compensar la pérdida de información en entrevistas no contestadas o que tengan información de baja calidad, los resultados pueden generalizarse (con un margen de error conocido) en relación a la población de la cual la muestra de entrevistados fue extraída. VENTAJAS Y LIMITACIONES La valuación de recursos naturales y bienes públicos con el empleo del método de valuación contingente (VC) tiene varias ventajas (Anderson y Edwards, 1986). i. Permite establecer preguntas para obtener directamente medidas de bienestar a través de cambios en un bien o recurso determinado. ii. Debido a que es esencialmente un experimento, el investigador también tiene la oportunidad para seleccionar una muestra con criterios científicos y controlar explícitamente los factores exógenos. iii. Los estudios de VC son una valiosa herramienta para estimar los valores de existencia que de otra manera no sería posible calcular. iv. La VC puede utilizarse para revelar valores de demanda opcional de no-usuarios de un recurso. v. Finalmente, los investigadores pueden usar la VC para análisis ex ante, es decir, para valorar cambios en un bien o un recurso antes de que estos sucedan. 54 Considerando que la información obtenida en los estudios de valuación contingente, se basa en situaciones hipotéticas dentro del contexto de un mercado contingente, más que en el comportamiento del mercado, pueden presentarse las siguientes fuentes potenciales de sesgo (Schmid, 1989; Anderson y Edwards, 1986, Stirling, 1993): 1)La naturaleza hipotética del mercado contingente. Puesto que las situaciones a ser evaluadas no son de hecho reales, es imprescindible que al momento de elaborar la encuesta, éstas se describan de manera clara y concisa. 2)Los MVC pueden ocultar las tendencias generales del público para responder estratégicamente a las preguntas. Puede haber una discrepancia en las respuestas a las preguntas enfocadas a determinar la disposición de pago y la de aceptar este hecho. Las personas pueden dar respuestas a conveniencia para influir en los resultados a su favor (denominado “comportamiento estratégico”). 3)Otra fuente potencial de error es la denominada “sesgo de autoselección” la cual potencialmente existe cuando las personas, por alguna razón rechazaron responder algunas de las preguntas de valuación, pero que respondieron el cuestionario, son eliminadas del análisis. 4)Factores circunstanciales como la estructura del cuestionario y el comportamiento o conducta del entrevistador en el curso de la entrevista, pueden ejercer profunda influencia sobre la respuesta del entrevistado. 5)La VC es muy sensible a las circunstancias psicológicas y sociales de los entrevistados y al contexto actual en el que se desarrolla el estudio. 6)Finalmente, se puede cometer un sesgo en el muestreo debido a la selección de una muestra no aleatoria. 55 SECCIÓN II.2. INTRODUCCIÓN AL MUNDO REAL: RETOS PARA LA CONSERVACIÓN DE TIERRAS SILVESTRES EN EXTENSIONES DENSAMENTE POBLADAS. ANÁLISIS DE UN CASO IN SITU (RESERVA DE LA BIOSFERA SIERRA DE HUAUTLA, MORELOS). Antecedentes e historia. En los últimos años se han desarrollado medidas para revalorar las áreas del país o los tipos de vegetación que merecen especial atención. Sin lugar a dudas, la Selva Baja Caducifolia (SBC) hasta hace –relativamente- poco tiempo había sido ignorada en los programas de conservación ecológica. Al ser, la Sierra de Huautla, uno de los últimos reductos de la SBC en Morelos, la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) realizó investigaciones extensivas para conocer la biodiversidad y los mecanismos que han propiciado su conservación. En 1993, el Gobierno del Estado de Morelos declaró a esta región como Zona Sujeta a Conservación Ecológica Sierra de Huautla, protegiendo 31,314 ha; debido a los avances obtenidos desde 1993 y a la relevancia de la biodiversidad de la región, la UAEM propuso en 1998 a la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca la creación de la Reserva de la Biosfera Sierra de Huautla, la cual se decretó en septiembre de 1999. En la región centro de México, la SBC sólo está representada -prácticamente- como ANP en la Reserva de la Biosfera Sierra de Huautla (REBIOSH), localizada al Sur del estado de Morelos. Al ser la Sierra de Huautla el último reducto de SBC bien conservado en Morelos, se consideró indispensable que se desarrollara un programa integral de conservación, generando paralelamente, estrategias de utilización racional y sustentable de los recursos naturales, teniendo como eje central la participación corresponsable de las comunidades humanas inmersas en el área. Con el establecimiento de la REBIOSH, se asegura la conservación del área, todo esto a través del mejoramiento del nivel de vida de sus pobladores, los actores principales en este tipo de proyectos. 56 Objetivos de la Reserva: Los objetivos generales de la Reserva de la Biosfera Sierra de Huautla tienen como marco principal una conciliación entre las necesidades y vida cotidiana de los pobladores y los factores ambientales naturales de la región: • Preservar los hábitats naturales de la región y los ecosistemas frágiles, para contribuir al equilibrio y continuidad de los procesos evolutivos y ecológicos. • Conservar la biodiversidad existente mediante la integración de estrategias y acciones que permitan el aprovechamiento racional y sostenido de sus recursos naturales. • Contribuir a la protección de la biodiversidad de la selva baja caducifolia de la Sierra de Huautla, particularmente de la cuenca del Río Balsas, así como promover el desarrollo económico-social del área, mediante la implementación de proyectos productivos sustentables. Retos e incorporación de los aspectos sociales y económicos: En la zona existen importantes y diversas especies enlistadas según su posible uso y las cuáles son el fundamento principal para la creación de la reserva. Además de esas especies, en la zona se cumplen con importantes servicios ambientales que son parte del reto con el cuál se quiere cumplir al haber establecido la reserva. Los esquemas de producción de sociedades anteriores, donde la visión de la naturaleza era más cercana a la vida humana, han dejado de tener vigencia en la medida en que su funcionamiento se basa en estructuras sociales y de producción muy distintas económica y culturalmente a la situación actual. Si bien pueden ser la base de consideraciones para una nueva apreciación de las necesidades humanas, tienen que tomarse en cuenta las condiciones económicas y culturales que se viven actualmente. Para la vida humana es necesaria la biodiversidad, el hombre forma parte de la mutua interdependencia natural de todos lo seres vivos; de las condiciones en que se encuentre 57 va a ser posible la calidad de su vida: tierra sana, agua y aire limpios para obtener los alimentos, fibras, medicinas, etc. Es común que no se considere en los procesos de conservación la importancia de la relación hombre-naturaleza y todos los factores que se desprenden de ésta, lo cual se agrava cuando vemos que México es uno de los países del mundo donde se encuentra la mayor cantidad de biomasa manejada directamente por comunidades y que las condiciones de pobreza y marginación han llevado a este sector a considerar a la naturaleza como el único recurso disponible para su sobrevivencia. En todas las declaraciones en el ámbito mundial sobre medio ambiente y sustentabilidad, existen aseveraciones en el sentido en que no es posible buscar la sustentabilidad sin justicia social, sin erradicar la pobreza, sin respeto a la diversidad cultural y que la transformación social sólo es posible con la participación de los pobladores (Aguilar, 1993). El manejo de los recursos por las comunidades rurales necesariamente implica identificar no nada más el nivel socioeconómico que los lleva a una relación de dependencia o no con la naturaleza, sino también, reconocer el aspecto cultural y el nivel tecnológico; por ejemplo, el origen de los pueblos y su cosmovisión, invariablemente los lleva a establecer determinadas relaciones con la naturaleza. Es importante considerar el nivel tecnológico no desde un punto de vista lineal sino desde su capacidad real y potencial; esto significa que el estudio de este tipo de relación sólo es posible desde una perspectiva multidimensional para poder abordar el conjunto de relaciones que se establecen al interior de las comunidades. Debe señalarse que la interacción de la sociedad con la naturaleza, está determinada precisamente por la interrelación entre los seres humanos en el seno de la sociedad misma; esto es, por relaciones sociales, económicas, políticas y culturales, que implican el logro de una relación armónica y justa de los seres humanos con su entorno natural (Jardel, 1992). El desarrollo económico vía industrialización, los cultivos comerciales, la aplicación de la biotecnología y el turismo son factibles siempre y cuando se basen en el uso racional 58 de los recursos naturales y la protección del ambiente, no sólo en la REBIOSH sino en todo el estado. La planificación del crecimiento en todas sus vertientes, es fundamental para mantener una armonía entre la demanda y satisfacción de servicios públicos, que cada vez es mayor. Es indispensable crear las condiciones que favorezcan la salud y bienestar de la población. Por ello, el desarrollo sustentable requiere de una visión en la planificación de acciones a corto, mediano y largo plazo. Esto significa que no basta con querer cuidar los recursos naturales en un afán conservacionista, sino que es preciso buscar estrategias técnicas, económicas, ecológicas y socialmente viables que se adapten a las condiciones y características culturales de los participantes. Sólo apoyándose en la participación de los actores sociales inmersos en el proceso y alcanzando una relación recíproca entre los participantes será posible alcanzar la conservación de los recursos. Para poder valorar el impacto que la vida humana tiene sobre los recursos también hay que tomar en cuenta cómo éstos están determinando las condiciones de vida y de trabajo de la población, de ahí que resulta imprescindible identificar los factores que intervienen en la producción, en el aprovechamiento y manejo de los recursos naturales y en su caso, en la conservación de los mismos. La agricultura es la actividad básica de la cual depende la sobrevivencia de los pobladores, la llevan a cabo bajo prácticas extensivas. La intensa explotación histórica de la selva baja caducifolia sin duda ha causado tasas de transformación altas y en la actualidad no más de un 2 % de lo originalmente cubierto por la SBC está en buen estado de conservación. La SBC de la REBIOSH sin duda no es la excepción a este proceso de rápido deterioro, común a las selvas bajas o selvas secas. En la Reserva, una docena de comunidades dependen directa o indirectamente del área de la Reserva y disponen de pocas alternativas para su bienestar socioeconómico, cuando no se ofrece a las comunidades rurales alternativas que generen recursos económicos, frecuentemente buscan en el entorno natural su única fuente de recursos. En la zona se ha identificado que esta presión se ha reflejado en tala para venta de madera o leña y en un incremento en la cacería de subsistencia, que ha ocasionado que las poblaciones de algunas especies hayan disminuido o incluso desaparecido 59 localmente, como es el caso del pecarí de collar (Tayassu tajacu). También se ha identificado que la deforestación del área, para la creación de potreros y campos de cultivos, no ha sido demasiado intensa (en parte por lo abrupto de la región), sin embargo, el deterioro de la vegetación también se debe a la extracción de leña como fuente de energía, lo que determina un cambio en la estructura de la vegetación, más sutil y difícil de evaluar con técnicas convencionales. Se desarrollan investigaciones sobre el entorno socioeconómico de la REBIOSH y su relación con la transformación de las selvas secas. Los resultados sugieren que algunas actividades como la cacería o la extracción de leña y en general la presión hacia la deforestación bajaron de intensidad, como consecuencia de la protección a la Sierra de Huautla, tanto por el decreto estatal de 1993 como ahora por el decreto federal de 1999, pero se mantienen constantes. Sin embargo, existen algunos casos, por fortuna excepcionales, que representan una amenaza latente a la conservación de la Sierra de Huautla. Algunos habitantes de la región recientemente iniciaron la tala de extensiones considerables de vegetación primaria con la finalidad de desarrollar nuevos campos de cultivo o para la extracción de leña como combustible. Este problema puede ser resuelto en parte, a través de la contratación de pobladores de la región, para emplearlos en diferentes actividades dentro del área protegida. Algunos ya han sido contratados como guías en exploraciones científicas y en los programas de educación ambiental y ecoturismo que dentro de la REBIOSH se desarrollan. En lo que se refiere al recurso agua, como ya se mencionó en la parte de caracterización, la Reserva es atravesada en su parte meridional por el Río Amacuzac, el cual es alimentado por afluentes como el Yautepec, Apatlaco y Cuautla, estos últimos, cruzan poblaciones y zonas industriales, donde son contaminados por desechos líquidos y sólidos. Aunque el origen de la contaminación de las aguas es externo a la Reserva, el problema es interno, pues éstas son las aguas utilizadas para actividades agrícolas y de pesca. Aunado a lo anterior, en las comunidades rurales de la Reserva no se cuenta con programas de manejo de residuos sólidos, por lo que éstos se están convirtiendo en un problema que paulatinamente se acrecienta. Tomando en consideración el diagnóstico del estado de conservación de los recursos naturales del área, así como de la parte socioeconómica, a continuación se presenta de 60 manera puntual la problemática que se deriva de dichos diagnósticos. ♦ Los procesos de deforestación y cambio de uso del suelo, de zonas forestales a agrícolas y ganaderas ♦ La cacería furtiva y la extracción selectiva de flora y fauna silvestres en estas áreas así como en las contiguas a las zonas forestadas, también ocasionan un riesgo de perturbación ♦ La pérdida de la práctica agrícola tradicional por una tecnificación y mayor impacto al ecosistema ♦ Indefinición en la tenencia de la tierra y falta de aplicación del marco legal ambiental ♦ Incidencia de incendios forestales, producto de las prácticas de roza, tumba y quema ♦ Falta de vigilancia ♦ Falta de instrumentos de planeación adecuados ♦ Falta de mecanismos que evalúen la contaminación de cuerpos de agua así como el manejo de residuos sólidos ♦ Probable contaminación de mantos acuíferos y cuerpos de agua, así como algunos efectos en plantas y animales, por actividades mineras Proceso de planeación y creación del programa de conservación. La elaboración del Programa de Conservación y Manejo de la Reserva de la Biosfera Sierra de Huautla ha contando con el consenso de los pobladores y autoridades de la región desde las primeras etapas de su desarrollo. Este apoyo dado por los pobladores de la Reserva ha permitido instrumentar acciones y proyectos exitosos encaminados a la conservación de los recursos naturales. El acercamiento y el trabajo participativo de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos con los habitantes de la reserva se ha traducido en el respaldo de las comunidades para el desarrollo e instrumentación del Programa de Conservación y Manejo, la activa participación de las autoridades y pobladores en las reuniones de trabajo para el proceso de zonificación de esta Reserva fue una constante y definitiva en las decisiones integrales de dicho programa. 61 El programa de conservación y manejo conceptualizado como el documento rector y de planeación del área natural protegida, establece las acciones mediante las cuales se pretende alcanzar los objetivos de conservación y manejo de los ecosistemas y su biodiversidad, apoyados en la gestión, investigación y difusión, integrando, además, los mecanismos y estrategias necesarias para el adecuado manejo y administración del área, en congruencia con los lineamientos de sustentabilidad que establecen el Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006, el Programa Nacional del Medio Ambiente y el Programa de Trabajo de la CONANP. Para el logro de los objetivos planteados para la Reserva de la Biosfera Sierra de Huautla es necesario el establecimiento de subprogramas con acciones previsibles a corto, mediano y largo plazo. Estos subprogramas contienen componentes de conservación y manejo que integran a su vez objetivos, metas, actividades y acciones, derivados del diagnóstico de la situación actual de los ecosistemas del área, de su biodiversidad y del análisis de la problemática y necesidades existentes en la REBIOSH; algunos retomados de los diferentes procesos de planeación y discusión que se han dado a lo largo de los últimos años en torno al manejo de esta área. Los componentes que integran el programa de conservación y manejo establecen las acciones prioritarias que servirán para dar solución a la problemática existente en el área así como su temporalidad. Los lineamientos para la realización de dichas actividades se establecen en las reglas administrativas. Todo ello basado en el conocimiento que se tiene del área y en el consenso que se ha establecido con los pobladores de la región, sin dejar de considerar la influencia e impacto que las condiciones político-económicas del estado de Morelos tienen sobre la Reserva. 1.- Subprograma Protección 2.- Subprograma Manejo 3.- Subprograma Restauración 4.- Subprograma Conocimiento 5.- Subprograma Cultura 6.- Subprograma Gestión 62 Monitoreo, acciones para un futuro próximo. A pesar de que se han hecho algunos inventarios faunísticos y florísticos, es necesario incrementar el conocimiento actual de la biodiversidad en la REBIOSH, el estado de conservación que guardan las especies, su demografía, dinámica poblacional, distribución exacta, entre otros. Asimismo se carece de un sistema que evalúe el efecto que el establecimiento de la Reserva ha tenido en la conservación de los recursos naturales, así como el cambio de actitud de los pobladores antes, durante y después de la declaratoria de Reserva de la Biosfera en materia de protección ambiental. Asimismo, el conocer el estado que guardan aspectos socioeconómicos de las diferentes comunidades establecidas dentro del área de la Reserva es fundamental para la planeación estratégica de políticas de desarrollo comunitario, que además de favorecer el desarrollo económico aseguren la conservación de los recursos naturales a largo plazo. Metas y resultados esperados. • Contar con un inventario de flora y fauna que contenga datos de distribución y demografía, entre otros. • Establecer un programa de monitoreo permanente de las acciones implementadas y de los recursos naturales de la Reserva que sirva para la toma de decisiones y el establecimiento de estrategias para el adecuado manejo y operación del área. • Contar con un monitoreo socioeconómico de las 28 comunidades de la Reserva. Cultura y Conservación. El buen estado de conservación de los recursos naturales en la REBIOSH se debe en gran medida a la cultura conservacionista que una gran parte de los pobladores posee, principalmente como consecuencia particular de la valoración que hacen de los servicios que los recursos naturales les prestan, lo cual se ve reflejado en el amplio conocimiento de la biodiversidad y sus diferentes formas de aprovecharla. Para lograr el éxito deseado en las acciones incluidas en este programa de conservación y manejo, es indispensable la participación de los poseedores de los recursos naturales, ya que es necesario que se apropien de dicho programa. Por lo anterior, lograr consensos y compromisos entre las autoridades y los administradores de la Reserva con los 63 pobladores es una herramienta que favorece la conservación, lo cual hace que la toma de decisiones sea conjunta y por lo tanto, garantiza su cumplimiento. Contar con un programa permanente de educación ambiental ayudará, por una parte, a sensibilizar a la población inmersa en el área de la Reserva sobre la importancia de la conservación de los recursos naturales, lo cual repercutirá en la permanencia de los recursos naturales. Por otra parte, el trabajo de educación ambiental que se realiza con la población externa a la Reserva, contribuirá a generar una conciencia ambiental en la población cercana a ella, que repercutirá a largo plazo en la protección del área. Finalmente, es necesario contar con un programa de difusión para que se conozcan las acciones y metas que tiene el programa de conservación y manejo, así como la importancia de la conservación del área. Este programa de difusión será empleado como una herramienta en la gestión de recursos económicos para el desarrollo de proyectos en la Reserva. Dentro del trabajo de la Reserva, la difusión es un factor importante que refuerza el trabajo realizado en materia de sensibilización en el área. Por lo cual, establecer un programa de difusión sobre la imagen de la Reserva, así como los logros en materia de conservación, resulta una actividad prioritaria a realizar, que deberá considerar todos los niveles de la sociedad, para lograr con ello, una mayor participación ciudadana en materia de conservación. La educación ambiental es una herramienta eficaz para lograr la sensibilización de la sociedad en materia de protección de los recursos naturales, de esta manera se busca que los programas de educación ambiental refuercen la conciencia en materia de protección ambiental en los pobladores de la región, y además que genere un cambio de actitud en la población externa a la REBIOSH. El impacto que este proceso tenga sobre la población será vital para cumplir con los objetivos y metas plasmados en el programa de conservación y manejo del área. 64 SECCION II.3 FACTORES Y EVALUACIÓN DE RIESGOS EN TIERRAS SILVESTRES: VALORACIÓN Y PREVENCIÓN Pablo Zamorano1 y Joaquín Díaz-Quijano2 1 Departamento de Ecología de Comunidades, Instituto Nacional de Ecología, [email protected] 2 Reserva de la Biosfera Sian Ka‟an, Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, [email protected] Actualmente la sociedad y su medio ambiente viven bajo condiciones de riesgo que afectan los procesos naturales, sociales, económicos, culturales, alimentarios, climáticos y ecológicos causando que tanto los ecosistemas como la salud pública se desenvuelvan en un estado constante de crisis difícil de detener. Algunos conceptos importantes de conocer para entender la importancia del análisis de riesgo son: En un panorama general, el término riesgo es una situación que puede conducir a una consecuencia negativa no deseada que afecta la salvaguardia de organismos (plantas o animales) y ecosistemas manteniéndose latente la posibilidad de que ocurra algún daño. Bajo condiciones de riesgo los peligros se maximizan y estos pueden ocasionar efectos adversos a organismos y al ecosistema con el que interactúan. El daño es todo cambio radical en la estructura o funcionamiento de un sistema que no permite la recuperación dinámica de un ciclo temporal del propio sistema. La vulnerabilidad es una estimación de lo que pasará cuando los efectos de un accidente actúan sobre el medio, personas, infraestructura. Esta estimación puede realizarse mediante una serie de datos tabulados, gráficos y por modelos de vulnerabilidad. 65 Un accidente es un suceso fortuito e incontrolado, capaz de producir daños con diversas consecuencias. Un incidente es toda aquella situación anómala, que suele coincidir con situaciones que quedan controladas. El análisis de consecuencias es un método de evaluación que permite la cuantificación de la probabilidad de un accidente y el riesgo asociado, se basan en la descripción gráfica de las secuencias del accidente que pueden convertirse en situación de emergencia. La emergencia, es una situación derivada de actividades humanas o fenómenos naturales que al afectar severamente a sus elementos, pone en peligro a uno o varios ecosistemas o la pérdida de vidas. La mitigación es un conjunto de acciones para atenuar, compensar y/o restablecer las condiciones ambientales existentes antes de la perturbación y/o deterioro. Los indicadores ambientales son mediciones físicas, químicas, biológicas o socioeconómicas que pueden ser usados para evaluar los recursos naturales y la calidad ambiental a través del tiempo. Herramientas como la evaluación de impacto ambiental y la evaluación de riesgo ambiental más que ser un conjunto de predicciones formales, permiten organizar la información ambiental y explorar las consecuencias de una decisión dada dentro de un marco de manejo ambiental adaptativo (Ongay-Delhumeau, 2009), estas dos técnicas de evaluación son las más utilizadas en México y comúnmente se interpretan como los mismo. La evaluación de impacto ambiental es una herramienta de decisión que utiliza un conjunto de técnicas que integradas permiten predecir y evaluar los probables efectos ambientales de un proyecto determinado. 66 Una evaluación de riesgo es el proceso de estimar la probabilidad de que ocurra un acontecimiento negativo de distinta índole (seguridad, salud, ecología, financieros) y su posible magnitud de los efectos adversos durante un periodo específico. Antes de continuar con el trabajo cuyo objeto es el riesgo ambiental, es trascendente explicar grosso modo el proceso de impacto ambiental para que al final se perciban las diferencias. Para la elaboración de impacto ambiental existe un guión que prácticamente refiere la descripción del proyecto, aspectos generales del medio natural y socioeconómico, la vinculación de la obra con los ordenamientos jurídicos, diversos diagnósticos temáticos, la identificación y evaluación de impactos ambientales de significancia, posibles escenarios ambientales postproyectos, las medidas de prevención y mitigación de los impactos, una estrategia de gestión para el proyecto y las conclusiones del estudio. Esta evaluación de impacto ambiental consta de una etapa descriptica con cinco fases; una etapa analítica con dos fases; y una etapa estratégica con otras dos fases. En el siguiente cuadro se resume el proceso (modificado de Ongay-Delhumeau, 2009): 67 Etapa Descriptiva Analítica Estratégica No 1 2 Fase Recopilación de información Regionalización 3 Caracterización física 4 Caracterización biológica 5 Caracterización socioeconómica 6 Diagnóstico 7 Pronóstico 8 Mitigación de impactos y propuestas de manejo 9 Estrategia de gestión Proceso Recopilación de información Regionalización ecológica Gabinete y verificaciones de campo Gabinete y verificaciones de campo Gabinete y verificaciones de campo Vinculación del proyecto con normas y uso de suelo. Diagnóstico temático. Análisis de aptitud. Identificación de índices e indicadores. Diagramas de flujos. Modelos conceptual. Identificación y evaluación de impactos Simulación. Modelos cuantitativos y análisis de tendencia. Estrategias, políticas y lineamientos de manejo. Medidas de mitigación y remediación Instrumentos de gestión. Monitoreo y seguimiento. Sistema de información Esta evaluación de impacto ambiental es complementaria con una evaluación de riesgo ambiental. Durante las últimas dos décadas la evaluación de riesgos se ha convertido en una herramienta cada vez más importante para la investigación del medio ambiente, la valoración de la magnitud sobre la salud humana y los impactos ecológicos. Como muchas metodologías de reciente creación, las empleadas en la evaluación de riesgo son actualmente objeto de debate y cambio, haciéndolas cada día más objetivos, confiables y aplicables (Lipton et al., 1993), siendo útiles para la toma de decisiones por partir de una conceptualización del sistema afectado en donde se definen relaciones causa-efecto analíticas y proporcionan técnicas de predicción claras y científicamente defendibles (La Point y Perry, 1989). La evaluación de riesgo ambiental es un proceso de reflexión y análisis que se define como la probabilidad de daño resultado de la exposición de un individuo, población, comunidad o ecosistema a una o más situaciones en peligro accidentales o con algún componente al azar donde la probabilidad y frecuencia de ocurrencia está asociada a las características del entorno y las consecuencias que se produzcan en lo natural, lo humano y lo socioeconómico, para cada suceso iniciador y los posibles escenarios. 68 Dicho de otra manera, es la incertidumbre que rodea la ocurrencia de un evento no deseado, donde la incertidumbre se expresa con la probabilidad de ocurrencia de dicho evento donde es determinante las características del entorno físico que ayuda a determinar el tiempo de residencia y presenta la resiliencia del sistema. La evaluación de riesgo ambiental está asociada al proceso de caracterización de los efectos potenciales adversos de la exposición al ambiente, estas evaluaciones involucran aproximaciones sucesivas a través de una ruta crítica donde se puede decidir si el riesgo es aceptable o no. La ruta crítica corresponde al desarrollo de esquemas de muestreo para evaluación y monitoreo, elaboración de planes de seguridad potencial de efectos a largo plazo. Para evaluar esta tolerancia hay que tener presente criterios políticos, económicos, sociales, tecnológicos, científicos, culturales y éticos. El proceso de análisis y evaluación de riesgos lleva asociado un cierto grado de incertidumbre que puede deberse a diversas fuentes como, por ejemplo, la falta de conocimiento científico, la variabilidad propia del medio ambiente, la asignación de valores de probabilidad del suceso, las simplificaciones de la realidad asumidas en los modelos de estimación de efectos y consecuencias, la calidad de los datos de entrada introducidos en dichos modelos, etc. Es importante, por lo tanto, identificar las distintas fuentes de incertidumbre y su contribución a la estimación final del riesgo, con objeto de que la evaluación de riesgos se pueda aplicar eficazmente como mecanismo de gestión. En general, la evaluación de incertidumbres suele realizarse de manera cualitativa, indicando la influencia de dichas incertidumbres en la estimación final del riesgo en función del conocimiento de los modelos aplicados, del medio, etc. Sin embargo, cuando el grado de incertidumbre es crítico se debe realizar un análisis de sensibilidad de manera que los resultados se puedan expresar dentro de un límite de confianza. Una evaluación de riesgo es un proceso utilizado para apoyar la selección de una medida reparadora y/o precautoria en un sitio y está compuesta de tres etapas que, a su vez cuentan con diversas actividades (Flórez-Muñoz y León-Suematsu, 1992. Los objetivos de la evaluación de riesgo en la biología son: 69 1. Estudiar el medio natural bajo alguna situación de riesgo2. Establecer cambios en equilibrio ecológico para determinar posibles impactos por alteraciones ambientales y; 3. Utilizar estos cambios como noción de riesgo para la salud del ecosistema. METODOLOGÍA DEL ANÁLISIS DE RIESGO (UNE 150008 EX) Consiste en la valoración de los riesgos identificados a partir de la determinación de dos aspectos fundamentales: frecuencia o probabilidad de ocurrencia y gravedad de las consecuencias cuyo objetivo es obtener una información precisa que permita, de forma sistemática y rigurosa, jerarquizar los riesgos en base a una serie de criterios económicos sociales y ambiental (COEPA, 2007). El proceso de evaluación bajo esta metodología consiste básicamente en cinco puntos: - Identificación de peligros - Análisis de consecuencias - Cuantificación del riesgo - Toma de decisiones - Reducción del riesgo Durante la primera etapa se consigna información ambiental del sitio con métodos similares a los de EIA que incluya una lista de posibles afectaciones importante para la delimitación de la escala y definición del área de trabajo. Se debe de realizar una caracterización de riesgos en los distintos medios (agua, suelo y aire), si no se encuentra problema ambiental, termina el estudio; si lo hay, continua con la segunda etapa. La segunda etapa trata de la caracterización detallada del sitio, el peligro debe evaluarse para cada uno de los procesos clave del sistema de un modo iterativo que pueden existir efectos en cascada. Si se encuentran riesgos aceptables termina el trabajo, sino se continua con la etapa III. Los efectos de riesgo de una especie pueden en sí mismos representar una fuente de riesgo para otros componentes del ecosistema, generando posibles efectos en cascada o „„dominó‟‟. Esto es particularmente relevante 70 cuando una especie es determinante en la estructura o funcionamiento de la comunidad (especies clave) (Lipton et al., 1993). Para la tercera etapa se construyen modelos para el desarrollo de las funciones de probabilidad, se evalúan y diseñan las posibles opciones de remediación de riesgo así como el protocolo de monitoreo. Para cada riesgo identificado se asigna probabilidad de ocurrencia y frecuencia: Muy probable Una vez al mes 5 Altamente probable Una vez ente 1 mes-1 año 4 Probable Una vez entre 1-10 años 3 Posible una vez entre 1-50 años 2 Improbable > una vez cada 50 años 1 Para medir la gravedad del riesgo es importante considerar tres entornos principales (natural, humano y socioeconómico) y se obtiene a partir de tres parámetros generales (cantidad, peligrosidad y extensión) y tres particulares para cada entorno (calidad del medio, población afectada y capital productivo) y se obtiene a partir de las siguientes ecuaciones: Gravedad sobre entorno natural = cantidad x peligrosidad + extensión + calidad del medio Gravedad sobre entorno humano = cantidad x peligrosidad + extensión + población afectada Gravedad sobre el entorno socioeconómico = cantidad x peligrosidad + extensión + capital productivo Para estos seis parámetros de interés se jerarquizan asignando un valor cuantitativo que va desde muy alta hasta muy poca, de muy extenso a puntual, de muy peligroso a no peligroso, de una calidad del medio elevada (espacio protegido) a una calidad baja (espacio perturbado), de una alta productividad a una baja productividad y de una población afectada mayor a 100 hasta una población de cinco o menos. 71 Posteriormente ya se estima la gravedad de las consecuencias de acuerdo al puntaje obtenido con las ecuaciones enunciadas teniéndose la siguiente escala (esto se hace para cada entorno). Valoración Crítico Grave Moderado Leve No relevante Valor asignado Entre 18 -20 gravedad de 5 Entre 15-17 gravedad de 4 Entre 11-14 gravedad 3 Entre 8-10 gravedad 2 Entre 5-7 gravedad 1 Contando con estas dos variables (frecuencia o probabilidad de ocurrencia y gravedad de las consecuencias) ya estamos en posibilidad de conocer el nivel de riesgo al que nuestro ecosistema está expuesto. Dicho cálculo se establece con la siguiente fórmula. RIESGO = probabilidad de ocurrencia x gravedad de las consecuencias (se calcula para cada entorno) Estableciendo la siguiente escala: Riesgo muy alto Riesgo alto Riesgo medio Riesgo moderado Riesgo bajo 21 a 25 16 a 20 11 a 15 6 a 10 1a5 Una vez obtenido el riesgo es importante conocer que éste se cuenta con seis elementos (Flórez-Muñoz y León-Suematsu, 1992): Origen del riesgo, se refiere a la localización física del riesgo. Sinergismo del riesgo, se refiere a la mayor sensibilidad frente a un riesgo debido a un riesgo precedente. Competencia de los riesgos, se refiere a la prevalencia anormal de un riesgo frente a otros. Desplazamiento del riesgo, se refiere a la movilización –frecuente en nuestro medio- de los riesgos. Mimetización de los riesgos, se refiere al encubrimiento que sufren determinados riesgo, riesgos no evidentes de inmediato por encontrarse escondidos dentro de los riesgos tradicionales. 72 Transferencia de los riesgos, se refiere a la transformación de los riesgos debido a las secuelas o consecuencias de otros riesgos. Una vez que se cuente con un plan de acción de manejo de riesgos ambientales hay que destacar dos tipos de acciones: las preventivas y las correctivas. Además de esta metodología que es la más comúnmente empleada existen otras que pueden ampliar el panorama de la evaluación de riesgos cuya finalidad es estimar el nivel de peligro potencial de una actividad para el medio ambiente en términos de cuantificar la magnitud del daño y la probabilidad de ocurrencia. Estas otras metodologías comparten los siguientes objetivos: - Identificar y medir los riesgos que representa cierta actividad de origen antropogénico al medio ambiente. - Deducir posibles efectos que pudieran presentarse- - Determinar la consecuencia en el espacio y tiempo aplicando criterios de vulnerabilidad. - Analizar las causas de dichas consecuencias- - Definir medidas y procedimientos de prevención y protección para evitar la ocurrencia y/o limitar las consecuencias Aspectos a tratar en el análisis de riesgos Identificación de sucesos no deseados que pueden convertirse en peligro ¿qué puede ir mal? (identificación de los riesgos). Análisis de las causas por la que estos sucesos tienen lugar ¿cuáles son las consecuencias? (análisis de consecuencias). Valoración de las consecuencias y de la frecuencia con que estos sucesos pueden producirse ¿con qué frecuencia puede suceder? Para esta última cuestión existen métodos semicualitativos o análisis cuantitativos de riesgo junto con análisis de consecuencia. 73 Métodos de identificación de riesgos Cualitativos.- no se recurre a cálculos numéricos y pueden ser métodos comparativos o generalizados. Semicualitativos.- introduce valoración numérica respecto a frecuencia o bien recurren a la clasificación en base a una serie de índices que cuantifican daños (índices de riesgo). Métodos comparativos Se basan en la utilización de técnicas y sucesos que han ocurrido en condiciones similares: Análisis histórico de sucesos y afectaciones cuya principal virtud es que la hipótesis se basa en casos reales, ya sea que sucedieron en el área de estudio o en otros sitios similares. Aquí una herramienta útil es el SIG para lo que se requieren imágenes de satélite de distintas fechas cuando sucedió el suceso; datos históricos del posible riesgo; análisis estadístico-probabilístico; determinación de frecuencias de ocurrencia; categorización de riesgos; mapa de zonificación de riesgos (Basterr et al., s. a). Análisis preliminar de riesgos (APR) es utilizado únicamente en la fase de desarrollo para casos que no existen experiencias anteriores y se basa en la descripción del riesgo, la posible causa, su respectiva consecuencia y la dictaminación de medidas preventivas o correctivas. Métodos generalizados Se basan en estudio del espacio y los procesos que en él suceden desde el punto de vista lógico-deductivo trayendo como consecuencia la obtención de determinadas soluciones para cada tipo de evento. - Método What it (¿qué pasaría si?), se aplica por encuestas formuladas y se involucra a personal experimentado. Las preguntas se formulan y aplican a procesos y da como resultado un listado de posibles escenarios o sucesos incidentales, sus consecuencias y las posibles soluciones para la reducción o eliminación del riesgo. Es una técnica de intercambio de ideas para explorar 74 posibilidades y considerar los resultados de acontecimientos no deseados o inesperados. - Fault tree analysis FTA, Análisis por árbol de fallos (AAF), técnica deductiva que se centra en suceso accidental particular y proporciona método para deducir la causa que lo produjo. Puede proporcionar tanto resultados cualitativos mediante rutas críticas, como cuantitativos, en términos de probabilidad. Se utiliza un modelo gráfico que muestra distintas combinaciones de causas naturales y errores humanos cuya ocurrencia simultánea puede desembocar un suceso. La técnica consiste en un proceso deductivo basado en las leyes del Álgebra de Boole, que permite determinar la expresión de los sucesos complejos estudiados en función de los fallos básicos de los elementos que intervienen en él. Consiste en descomponer sistemáticamente un suceso complejo en sucesos intermedios hasta llegar a sucesos básicos. Este proceso se realiza enlazando dichos tipos de sucesos mediante lo que se denomina puertas lógicas que representan los operadores del álgebra de sucesos. Cada uno de estos aspectos se representa gráficamente durante la elaboración del árbol mediante diferentes símbolos que representan los tipos de sucesos, las puertas lógicas y las transferencias o desarrollos posteriores del árbol. Con esta simbología, el árbol de fallos se va desarrollando, partiendo como se ha comentado de un suceso no deseado o accidental que ocupa la cúspide del árbol. A partir de este suceso, se van estableciendo de forma sistemática todas las causas inmediatas que contribuyen a su ocurrencia definiendo así los sucesos intermedios unidos mediante las puertas lógicas. - Event tree analysis ETA, Análisis por árboles de sucesos (AAS), consiste en evaluar las consecuencias de posibles impactos en un sistema, considerándose sucesos iniciadores o sistemas intermedios de mitigación con la finalidad de atenuar las consecuencias. Las conclusiones de los árboles de sucesos son consecuencias, es decir, conjunto de sucesos cronológicos de fallos o errores que definen un determinado evento. Partiendo del suceso iniciador, se plantean sistemáticamente dos bifurcaciones: en la parte superior se refleja el éxito o la ocurrencia del suceso condicionante y en la parte inferior se representa el fallo o no ocurrencia del mismo. Posteriormente a este análisis cualitativo, la 75 estimación de la magnitud de cada suceso requiere de un análisis de consecuencias mediante modelos de cálculo adecuados, capaces de estimar los efectos del suceso contemplado. El método se puede usar para estimar las probabilidades de ocurrencia del suceso final, asignando valores de probabilidad al suceso incidental y valores sucesivos de probabilidad para cada acción enumerada en el árbol. - Failure Modes and Effects Analysis FMEA, Análisis de los modos de fallos y efectos (AMFE), consiste en la elaboración de tablas o listas con los posibles sucesos de componentes individuales, el modo, la detección y los efectos, siendo un suceso una función anormal de alguna variable. El método FMEA establece finalmente qué variables anormales individuales pueden afectar directamente o contribuir de una forma destacada al desarrollo de incidentes de cierta importancia en el ecosistema. Método válido en diseño, instalación y operación y se usa como fase previa a la elaboración de árboles de fallo ya que permite un mejor conocimiento del sistema. Es posible incluir una columna de la tabla de trabajo que se denomina índice de gravedad, que representa mediante una escala del 1 al 4 un valor que describe la gravedad de los posibles efectos detectados. Análisis de modo de fallos, efecto y criticidad (ANFEC). Consiste en la identificación del elemento, designación, modo de afectación, detección, efectos e índice de gravedad. Formulación de escenarios: Una vez identificados los peligros potenciales, se formulan una serie de escenarios de riesgo, para cada uno de los cuales se estimará posteriormente la probabilidad de que se materialice y la gravedad de la consecuencia. 76 Principales riesgos que afectan a la conservación de tierras silvestres Actividades en predios continuos a tierras silvestres: Mecanismos de transporte (López et al.,) Categoría de transporte Medio (suelo) Ambiental (agua superficial) Emisión Agroquímicos aplicados diariamente Escurrimientos superficiales y pérdida de suelos Deposición desde el aire Advección Arrastre de suelos Erosión hídrica y/o eólica Corriente del río Dispersión Invasión por partículas de suelo (polvo superficial). Mezcla en curso del río En términos estrictos, se entiende por ruta de Escorrentía superficial y subterránea introducción el avance de un organismo en una dirección particular sin importar el modo de dispersión a lo largo del camino (Mack, 2003). Los mecanismos de entrada son los medios, propósitos, actividades o productos a través de los cuales una especie exótica puede ser transportada a un nuevo entorno, ya sea de manera intencional o accidental (Koike et al., 2006). Atenuación Adsorción Biodegradación Fotodescomposición Transferencia entre medios Migración de partículas al aire Migración al río Migración a la biota acuática Captación biológica por plantas y animales Sedimentos para el suelo Absorción de sedimentos Bioacumulación Migración del aire a través de la evaporación Medio Mecanismos de transporte Factores que afectan el transporte Suelo superficial Escurrimientos (erosión de suelos) Filtración (lixiviación) Presencia de plantas Tipos de suelo Agua superficial Flujo por vía terrestre Cubierta de vegetación y usos de suelo Prácticas estructurales y no estructurales de conservación de suelos Productos agrícolas Absorción o adsorción de plaguicidas en Especies de productos agrícolas alimentos Humedad del suelo Biomagnificación Tipo de suelo Presencia de plantas Aire Viento Deposición atmosférica Velocidad, dirección y estabilidad atmosférica Lluvia Especies invasoras Análisis de riesgo para especies invasoras Un método integral es la identificación de las principales rutas o vías de entrada, reconocer los diferentes riesgos asociados con las mismas y establecer sistemas de monitoreo de acuerdo con cada ruta (Wittenberg y Cock, 2001) 77 En términos estrictos, se entiende por ruta de introducción el avance de un organismo en una dirección particular sin importar el modo de dispersión a lo largo del camino (Mack, 2003). Los mecanismos de entrada son los medios, propósitos, actividades o productos a través de los cuales una especie exótica puede ser transportada a un nuevo entorno, ya sea de manera intencional o accidental (Koike et al., 2006). Estas rutas de invasión pueden ser las siguientes: - Relacionadas con el transporte. - Relacionadas con el comercio. - Relacionadas con otras actividades humanas. - Relacionadas con fenómenos naturales. - Rutas desconocidas. La estrategia emprendida va a depender de la situación individual de la invasión. Estos procedimientos se dividen en labores de prevención (para impedir el establecimiento de la especie), erradicación cuando la presencia de los organismos se detecta de manera oportuna y hay posibilidades de extirpar a todos los individuos, antes de que éstos se dispersen y control y manejo (cuando la especie ya está establecida en un ecosistema, y es prácticamente imposible eliminarla totalmente, se requieren labores que controlen artificialmente sus poblaciones). Debido a la complejidad de estas situaciones y a los limitados recursos con los que muchas veces se cuenta, se han desarrollado herramientas que permitan evaluar la posibilidad de que una especie se convierta en problemática al ser introducida a un nuevo ecosistema, para así determinar las prioridades de acción. Estas herramientas son conocidas como análisis de riesgo y su enfoque son las acciones preventivas que impidan el establecimiento de agentes invasores o epidemias en el medio (Drake, 2005). El análisis de riesgo va a proporcionar apoyo técnico para la toma de decisiones en situaciones de incertidumbre (Sutter II, 2007). El proceso de análisis de riesgo está dividido en: la evaluación del riesgo, que estima la posibilidad de que ocurra un evento y la severidad del mismo; y el manejo del riesgo, que identifica, evalúa, selecciona e implementa acciones para reducir el riesgo (Andersen et al., 2004). 78 El análisis de riesgo a la biodiversidad por especies invasoras requiere la participación de un equipo interdisciplinario ya que involucra temas como ecología, economía y estadística (Leung et al., 2002). Existen diferentes metodologías de análisis de riesgo, algunas están dirigidas a grupos de organismos específicos, otras proveen lineamientos más generales, y algunas otras están enfocadas a rutas o a procesos de introducción. Esto es importante ya que cada caso debe analizarse de manera individual y no olvidar que el escenario depende de la especie, ecosistema, ruta de introducción, frecuencia de introducción, época del año, daños potenciales, beneficios potenciales, etc. Las herramientas de valoración deben enfocar, de manera independiente cada uno de los pasos de la invasión, incluyendo transporte, establecimiento, proliferación e impacto. Para un adecuado análisis de riesgo, según la CONABIO es importante considerar las siguientes 6 etapas: 1. ¿Califica la especie para ser evaluada? 2. ¿Cuál es la probabilidad de que la especie se establezca y expanda? 3. ¿Cuáles son las consecuencias negativas si se establece la especie (demostradas y percibidas)? y ¿cumple con la definición de especie invasora? 4. ¿Cuáles son los beneficios de la introducción (demostrados o percibidos)? 5. Combinación de puntuaciones de las etapas 2 a la 4. 6. Asignación del organismo, utilizando su clasificación, para una lista de aprobación, desaprobación o estatus indeterminado. La planeación HACCP (Análisis de Riesgos y Puntos Críticos de Control) Desarrollados por la compañía Pillsbury ha sido modificada como una herramienta para el manejo de vías y vectores con el propósito de evitar la propagación no deseada de especies invasoras. Los planes bien concebidos le permiten a las personas encargadas de tomar las decisiones el poder analizar los riesgos de propagación de especies que vayan en contra de los beneficios del manejo. Los riesgos identificados pueden ser mayores que los beneficios en el caso de algunos vectores, hasta que se lleguen a encontrar mejores procedimientos de eliminación. Los 5 Pasos de la planeación HACCP son: Paso 1. Descripción de la actividad 79 Paso 2. Identificación de riesgos potenciales Paso 3. Diagrama de flujo del punto 1 Paso 4. Análisis de los riesgos identificados en el paso 2, para cada riesgo significativo identificado debe de haber uno o más puntos críticos de control. Paso 5. Finalización del plan HACCP Conclusión: El estudio de evaluación de impacto ambiental analiza factores y condiciones ambientales que serán modificadas pero no incorporan o no lo hacen adecuadamente el análisis de riesgo. Es imperativo entonces, investigar una metodología que permita una correlación entre las técnicas que utilizan las EIA y las técnicas empleadas en la evaluación de riesgos ambientales. Esta correlación deberá ser ofrecida clara y comprensiblemente, a los niveles de decisión. 80 CAPITULO III PROTECCIÓN Y ADMINISTRACIÓN DE LAS TIERRAS SILVESTRES EN MÉXICO. SECCIÓN III.1. CONTEXTO JURÍDICO Y ADMINISTRATIVO DE LA CONSERVACIÓN DE ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS FEDERALES EN MÉXICO. El instrumento de política ambiental con mayor definición jurídica para la conservación de la biodiversidad son las Áreas Protegidas. Éstas son porciones terrestres o acuáticas del territorio nacional representativas de los diversos ecosistemas, en donde el ambiente original no ha sido esencialmente alterado y que producen beneficios ecológicos cada vez más reconocidos y valorados. Se crean mediante un decreto presidencial y las actividades que pueden llevarse a cabo en ellas se establecen de acuerdo con la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, su Reglamento, el programa de manejo y los programas de ordenamiento ecológico. Están sujetas a regímenes especiales de protección, conservación, restauración y desarrollo, según categorías establecidas en la Ley. La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas administra actualmente 171 áreas naturales de carácter federal que representan más de 23,878,228 de hectáreas. El Consejo Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CNANP) funge como órgano de consulta y apoyo de la Secretaría en la formulación, ejecución, seguimiento y evaluación de la política para el establecimiento, manejo y vigilancia de las ANP de competencia federal. Está integrado por representantes de la propia Secretaría, de otras dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, así como de instituciones académicas y centros de investigación, agrupaciones de productores y empresarios, organizaciones no gubernamentales y de otros organismos de carácter social o privado, y de personas físicas con reconocido prestigio en la materia. 81 Como parte del proceso, se elabora una ficha técnica del área natural protegida que se propone ingresar al SINAP, con base en los términos que se establecen en el Artículo 48 del Reglamento de la LGEEPA en materia de ANP. En el Artículo 37 del Reglamento de la LGEEPA en materia de ANP, se establece que las áreas que se incorporen al SINAP, de conformidad con lo establecido en el artículo 76 de la Ley, deberán presentar especial relevancia en alguna de las siguientes características: I. Riqueza total de especies II. Presencia de endemismos III. Presencia de especies de distribución restringida IV. Presencia de especies en riesgo V. Diferencia de especies con respecto a otras áreas protegidas previamente incorporadas al SINAP VI. Diversidad de ecosistemas presentes VII. Presencia de ecosistemas relictuales VIII. Presencia de ecosistemas de distribución restringida IX. Presencia de fenómenos naturales importantes o frágiles X. Integridad funcional de los ecosistemas XI. Importancia de los servicios ambientales generados XII. Viabilidad social para su preservación. La ficha técnica es elaborada conjuntamente con el Director del área protegida, a fin de someterla a la opinión de una Comisión designada por el Consejo Nacional de ANP para su revisión y aprobación. Una vez analizada y validada la información, se presenta ante el pleno del CNANP, quien emite la opinión favorable para la incorporación al SINAP. Posteriormente se elabora la Cédula del ANP con base en el fundamento legal y para firma del C. Secretario de la SEMARNAT, del C. Presidente de la CONANP y del C. Presidente del CNANP. La Dirección Jurídica de la CONANP, se encarga de realizar el trámite con la Dirección Jurídica de la SEMARNAT para la publicación en el Diario Oficial de la Federación (DOF), del Aviso del registro del ingreso al SINAP del Área Natural Protegida. Marco Reglamentario: 82 A partir de la publicación de la LEY GENERAL DEL EQUILIBRIO ECOLÓGICO Y LA PROTECCIÓN AL AMBIENTE (LGEEPA) en 1988, se han sucedido una serie de adiciones, modificaciones y derogaciones de dicha Ley. Durante los años noventa hasta la fecha, se ha logrado mejorar la gestión relativa a las ANP, apoyando las decisiones políticas, con el desarrollo de los aspectos normativos e institucionales necesarios. En esta materia puede hablarse de un crecimiento del marco legal y regulatorio y el desarrollo de instrumentos administrativos necesarios para su aplicación. Con el objeto de apoyar jurídicamente las acciones de Gobierno en materia de ANP se ha venido modificando el marco legislativo y regulatorio para adecuarlo a las condiciones actuales. Como resultado de los procesos de planeación estratégica de la Comisión (CONANP), se definieron dos proyectos integradores especiales de consolidación de: Áreas Naturales Protegidas y Programas de Desarrollo Regional Sustentable (SEMARNAT, 2001). El proyecto de Consolidación de Áreas Naturales Protegidas, tiene como objetivo ampliar y fortalecer la operación de las ANP‟s a través de apoyos administrativos, financieros y en general de infraestructura y operación, necesarios para la administración de las áreas. El Proyecto de Consolidación de Programas de Desarrollo Regional Sustentable (PRODERS) tienen como propósito aplicar recursos económicos en localidades y municipios en los que se presenta una alta y frágil biodiversidad y al mismo tiempo, condiciones de pobreza y pobreza extrema de sus poblaciones. Directrices, criterios y metas para apoyar la selección, establecimiento y la gestión de áreas protegidas: Método y Criterios de Evaluación: El método de selección involucra un acervo de información sobre las posibles áreas o polígonos a apoyar, tomando en cuenta, evaluando y calificando los siguientes rubros: 83 I.-Valor Biológico: El valor biológico estará representado por la suma de los siguientes factores: 1.-Ubicación prioritaria: Significa el número de ecorregiones, cuencas y polígonos consideradas prioritarias en los talleres mencionados que se encuentran involucradas en el área propuesta. Cada ecorregión o polígono tendrá valor de un décimo de punto. 2.-Ecodiversidad: Califica la capacidad de un área para representar los grandes agregados de la naturaleza en México: ecosistemas marinos, humedales, desiertos, trópico seco, trópico húmedo, ecosistemas templados y ecosistemas alpinos. La presencia de cada uno de ellos en un área tiene el valor de 0.5 puntos. 3.-Endemismo: Se entiende como la cantidad estimada de especies restringidas que componen la biota del área. Su valor máximo será de 3 puntos, para zonas de alto endemismo; 2 para zonas de endemismo medio y 1 para zonas de endemismo bajo. 4.-Relictualidad: Se entiende como la capacidad de un área para preservar organismos de épocas geoclimáticas antiguas; su valor máximo será de un punto, el cuál se repartirá de acuerdo a la presencia significativa de taxa conocidos relictuales a) de la última glaciación (razas geográficas) b) del pleistoceno tardío (subespecies) c: del pliopleistoceno (especies) d) del terciario medio (géneros) e) del terciario temprano (subfamilias). En el caso de vegetación la evaluación se hará con la categoría taxonómica inmediata superior. 5.-Fenómenos biológicos especiales: Se entiende como la existencia de características singulares como: aislamiento geográfico/genético, fenómenos climáticos restringidos, especies refugiadas (Hibernación, estivación, relictos), rutas migratorias y zonas de choque biológico, que se presenten en el área estudiada; su valor será de un punto, repartido en fracciones de 0.2 por cada fenómeno identificado. 6.-Superficie: Se pondera el valor del esfuerzo de conservación contra la dimensión del área susceptible a ser protegida. Se supone que un polígono grande, cientos de miles de hectáreas, garantizan la subsistencia de ecosistemas completos viables, de grandes depredadores y de cúspides de las cadenas tróficas, además de garantizar la 84 permanencia de los ciclos de nutrientes y de los servicios ambientales a nivel regional o extra regional, los polígonos medianos pueden sustentar los mismos fenómenos, pero a nivel más local, permitiendo apenas la existencia de grandes depredadores y manteniendo en buen estado ecosistemas restringidos y fauna poco móvil. Los polígonos pequeños sólo permiten la subsistencia parcial de los ecosistemas y son útiles para perpetuar la flora y la fauna a nivel de poblaciones, nunca de cúspides de cadenas tróficas o grandes depredadores. El valor mínimo (1 punto) corresponde a polígonos con menos de 1 000 hectáreas que, por poder representar a los últimos relictos de un ecosistema en extinción o relicto geológico, se pueden tomar en cuenta como proyectos de micro conservación susceptibles, incluso, a la compra. 7.-Diversidad: Se entiende como la cantidad registrada de especies que componen la biota del área (para este ejercicio se tomó en cuenta el trabajo realizado con lepidópteros diurnos para el taller mencionado); su valor máximo será de diez puntos y corresponde a las 2000 especies registradas en todo México, el valor representado corresponde a la fracción reportada de especies en cada región estudiada. 8.-Servicios ambientales: Se entienden como el conjunto de productos que el área proporciona a las comunidades de su área adyacente o de influencia: captación de agua para actividades humanas, regulación de torrentes, moderación climática, protección de infraestructura de desarrollo, obtención de recursos económicos, esparcimiento, etc. Cada producto será calificado con 1 punto y especificada su magnitud como local (1 punto), estatal (2 puntos), regional (3 puntos), extra regional (4 puntos) o nacional (5 puntos). II.-Estatus de Presión: Resume el tipo de actividades que inciden en el área, su impacto, las modalidades de colonización, la dinámica de cambio, el número potencial de demandantes y el remanente porcentual de la cobertura original. El estatus se considera como crítico, presionado, vulnerable, relativamente estable o relativamente intacto. Se tomarán como máxima prioridad de conservación aquellos cuya puntuación los incluya en las dos primeras categorías y como prioridad segunda los que correspondan a la tercera. 85 1.-Presiones: Define el tipo de actividad o actividades humanas que están incidiendo en la modificación del área estudiada (agricultura, ganadería, urbanización, actividades forestales, etc.) Cada una de estas actividades tendrá el valor de un punto. 2.-Impacto de las presiones: Define el modo en que las actividades humanas están modificando los ecosistemas del área estudiada (extirpación, degradación, substitución, perturbación selectiva, aclareo etc.) Cada una de estas modalidades tendrá el valor de un punto. 3.-Tipo de Colonización: Toma en cuenta la forma en que los habitantes locales se reparten y utilizan el medio; la calificación más baja es para los que lo hacen en forma organizada y planificada; la máxima para los que lo hacen en forma caótica y dispersa. 4.-Dinámica de Cambio: Califica la velocidad en la que el ecosistema está siendo modificado en la ecorregión; la calificación máxima será de 5 puntos y corresponde a los ecosistemas cuyo cambio se realiza en forma acelerada, la mínima (1 punto) corresponde a los que no presentan cambios significativos. 5.-Demanda Potencial: Califica el número de pobladores que se incorporarán en el futuro cercano; si la demanda será muy alta su calificación será de 5 puntos; alta 4; media 3; baja 2; muy baja 1 y con 0 se considerará a las áreas en donde la situación se prevee estable en los próximos 10 años. 6.-Porcentaje remanente de la distribución original: Califica el porcentaje de permanencia del ecosistema en México y en la ecorregión; la calificación máxima será de 5 puntos y corresponde a la permanencia menor al 10%, la mínima (1 punto) corresponde a permanencia del 75 al 100%. III.- Factibilidad Social: Toma en cuenta las posibilidades de éxito del apoyo de un proyecto de acuerdo con las características sociales que se encuentran en el área propuesta. 86 1.-Tenencia de la Tierra: Califica la forma en que se presenta el fenómeno de la posesión de la tierra; su estabilidad, su regularidad, su movilidad, su irregularidad y la presencia de conflictos. 2.-Densidad de población: Toma en cuenta el número de personas que tienen la necesidad de incidir sobre los recursos naturales del área a evaluar y el esfuerzo necesario para lograr el cambio de actitudes erróneas. La máxima calificación recae ante la población escasa y la mínima ante densidades altas. 3.-Educación promedio: Califica la posibilidad de comunicarse e incidir en las actitudes de la población, la máxima calificación recae en las áreas con mayor grado de educación, la mínima en regiones habitadas por analfabetas que no hablan español. 4.-Nivel de vida: Califica la capacidad de usar y conservar los ecosistemas para alcanzar un nivel de vida decoroso. La más alta calificación recae en las áreas cuyo nivel de vida está sobrado con relación a la destrucción realizada en el medioambiente; la mínima para las áreas en las que el nivel de vida es deplorable y la destrucción exagerada. 5.-Apoyo del gobierno federal: Califica la actitud que el gobierno federal está asumiendo de acuerdo con el área propuesta. 6.-Apoyo del gobierno estatal: Califica la actitud que el gobierno estatal está asumiendo de acuerdo con el área propuesta. 7.-Apoyo del gobierno municipal: Califica la actitud que el gobierno municipal está asumiendo de acuerdo con el área propuesta. 8.-Apoyo de instituciones de investigación: Califica la actitud que las instituciones de investigación están asumiendo de acuerdo con el área propuesta. 9.-Apoyo de la comunidad local: Califica la actitud que la comunidad local está asumiendo de acuerdo con la posibilidad de dar protección a los recursos naturales y uso sustentable del área en que viven. 87 10.-Organización Conservacionista Local: Califica la capacidad de la ONG local para comunicarse con la comunidad y lograr cambio de actitudes; para atraer la atención gubernamental; para atraer a la comunidad científica; para gestionar y lograr fondos; y, por último, para desarrollar proyectos que beneficien la conservación del área y a los habitantes locales. Consideramos que la inexistencia de esta instancia es un obstáculo gravísimo que puede llegar a imposibilitar la conservación del área; el establecimiento y acreditación de una ONG local es un proceso que calculamos entre 5 y 7 años. 11.-Alternativas evidentes: Califica las actividades que en forma sencilla se pudieran instrumentar para desviar el impacto sobre los ecosistemas del área: ecoturismo, aprovechamiento sustentable de recursos locales, recursos dormidos de uso indirecto, etc. Cada alternativa identificada tendrá valor de un punto. 12.-Atractivos de financiamiento: Califica los elementos que existen en el área y que pueden funcionar como atractivos de financiamiento, organizando empresas locales, o en asociación con inversionistas externos, por: turismo de aventura (rapeleo, rafting, zonas arqueológicas, cavernas, etc.). Servicios ambientales (agua para industrias cercanas), o restituciones por impactos ambientales de proyectos cercanos (carreteras, industrias) que se pueden inducir hacia la conservación. Estos atractivos pueden permitir descargar la presión de las actividades productivas sobre los ecosistemas. Se califica 1 punto por cada elemento identificado. 13.-Atractivos de participación social: Califica los elementos y circunstancias que existen en el área y que pueden funcionar como atractivos de participación de la sociedad civil en apoyo de la conservación: especies carismáticas, programas locales de voluntariado, programas locales de turismo de aventura o ecoturismo, programas locales de investigación participativa, etc. Estos atractivos pueden permitir aumentar el nivel de educación de los habitantes locales y ayudar a descargar la presión de las actividades productivas sobre los ecosistemas. Se califica un punto por cada elemento identificado. Estos criterios se utilizan como una guía y se consideran sólo aquellos que aplican para la zona en particular bajo estudio. 88 En México existen tarifas de acceso a ciertas áreas protegidas, que se enlistan en la Ley Federal de Derechos, cuyos recursos son administrados por la propia Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP). En ningún caso existen esquemas de cobro compartidos con las comunidades locales u otros interesados. Se aplican dos derechos: El artículo 198 de la citada ley, se instrumenta en 19 Áreas Naturales Protegidas (ANP) de carácter marino; se establece un derecho por uso, goce o aprovechamiento de los recursos marinos e insulares en ANP de interés de la federación, en actividades turísticas o deportivas tales como buceo libre y autónomo, observación de flora y fauna marina, recorridos en embarcaciones motorizadas y no motorizadas, esquí acuático, etc. Se cobran 20 pesos (1.80 U.S.dlls.) por persona por día y existe la obligación de los prestadores de servicios de aplicar el cobro. Dado que en la mayor parte de las 19 ANP enlistadas los turistas ingresan a través de prestadores de servicios turísticos, son en realidad estos últimos quienes ejecutan el cobro y quienes transfieren a la CONANP los recursos obtenidos. El artículo 198 A, también de la Ley Federal de Derechos, se aplica por el uso extractivo de elementos escénicos o paisajísticos dentro de ANP terrestres, con un monto de 10 pesos (0.90 USD) por persona por día. Entró en vigor en enero del 2003, e incluye 21 ANP. Dado que la mayor parte de los turistas entran en forma individual, la CONANP ha iniciado el cobro designando cobradores y construyendo taquillas. Los recursos se destinarán a las ANP que los generen. La Ley establece que, para este artículo, es obligatorio que la CONANP destine un porcentaje significativo a programas de desarrollo sustentable con las comunidades locales, es decir, diseñe e instrumente proyectos específicos donde los beneficiarios sean los habitantes del ANP. La CONANP cuenta con recursos fiscales para dos programas de subsidios para apoyar a las comunidades en sus proyectos de diversificación productiva: Programas de Desarrollo Regional Sustentable (PRODERS) y el Programa de Empleo Temporal (PET). Con estos recursos se apoyan proyectos de ecoturismo, reforestación y otras actividades para reducir la presión sobre las ANP y al mismo tiempo, ofrecer beneficios a las comunidades en las áreas protegidas y en los poblados aledaños a las mismas. 89 La CONANP cuenta con recursos fiscales para dos programas de subsidios con el fin de apoyar a las comunidades en sus proyectos de diversificación productiva: los Programas de Desarrollo Regional Sustentable (PRODERS) y el Programa de Empleo Temporal (PET), con estos recursos se apoyan proyectos de ecoturismo, reforestación y otras actividades que reduzcan la presión sobre las áreas naturales protegidas. A nivel Gobierno, se tienen políticas ambientales con instrumentos para la prevención de impactos y amenazas por actividades humanas como la Evaluación de Impacto Ambiental y el Ordenamiento Ecológico del Territorio. Con la finalidad de atender dos de los problemas más graves que enfrenta nuestro país, el deterioro y depredación de los recursos naturales y la pobreza de las comunidades asociadas a estos recursos naturales, en 1995 se diseñaron los Programas de Desarrollo Regional Sustentable (PRODERS) para localidades y municipios de alta o muy alta marginación. Las regiones se identificaron donde ocurriesen dos factores críticos: ser áreas en las cuales presentaran una alta y frágil biodiversidad, y al mismo tiempo, concentraran poblaciones en condiciones de pobreza y pobreza extrema. En un principio los PRODERS pertenecían a la Subsecretaría de Planeación de la ahora SEMARNAT, y establecieron un conjunto de acciones en 10 áreas naturales protegidas de mayor población marginada. Posteriormente, en julio de 2001 y como parte de la reestructuración de la SEMARNAT, se decidió transferir a la CONANP dichos Programas, con lo cual se ampliaron las responsabilidades de la Comisión, con el propósito de ofrecer alternativas de desarrollo comunitario para reducir la pobreza y marginación de comunidades rurales e indígenas presentes en las ANP y en las Regiones Proders, que son aquellas regiones relevantes para la conservación que no necesariamente cuentan con un decreto de ANP. Es importante destacar dos características de la operación de los PRODERS: 1) se trata de un programa que se ejecuta en forma coordinada, puesto que la recepción y calificación de las solicitudes así como la asignación de los subsidios a los beneficiarios se hace a través de las Delegaciones Federales de la SEMARNAT, y 90 2) su costo de operación es sumamente bajo, ya que como se establece en sus Reglas de Operación, sólo el 4% del monto de inversión es utilizado para operar. De 1995 a junio de 2002 la aplicación de los recursos PRODERS permitió el incremento de la superficie nacional en la que la CONANP puede realizar acciones de inversión para el desarrollo sustentable basado en conservación; el número de municipios en los que es posible realizar estas inversiones creció a 469 y el número de Regiones de Conservación Prioritarias susceptibles de utilizar estos recursos se elevó hasta 81. Asimismo, aumentó la capacidad de los subsidios PRODERS para operar como articuladores en el uso de recursos provenientes de otros programas de la propia SEMARNAT. En las 24 Regiones Prioritarias de los Proders que coinciden con áreas protegidas, se busca trabajar con las comunidades asentadas en las zonas limítrofes o en las zonas de influencia, para reducir la presión que estas comunidades ejercen sobre las áreas protegidas. Actualmente, está establecido que, en las estrategias de la CONANP, sean incluidas las zonas de influencia de las ANP. La CONANP establece trabajo conjunto con otras dependencias del gobierno del Ejecutivo Federal y de otros órdenes de gobierno para la conservación de las ANP. 91 SECCIÓN III.2. EL TRATAMIENTO DE GESTIÓN PÚBLICA EN MÉXICO, RESPECTO AL CONCEPTO DE ÁREAS NATURALES PROTEGIDAS FEDERALES. Las áreas naturales protegidas van formando pequeños mosaicos en el territorio nacional, donde se reconcilia la gestión de instituciones públicas y privadas con la estructura ecológica y regional del territorio, en unidades jurídico- administrativas bien delimitadas. Esto es resultado de un esfuerzo no sólo local, sino de iniciativas tomadas en un plano nacional y que demandan claridad de objetivos y de medios, la aplicación ordenada de recursos políticos, económicos, técnicos y sociales, constancia y un trabajo progresivo a lo largo del tiempo. Ello implica un plan para el Sistema de Áreas Naturales Protegidas (SINAP), como instancia de segundo piso, con respecto a las propias áreas naturales protegidas. El plan ha de ser internamente consistente, integrado y políticamente viable; contar con el respaldo público e incluir a todos los sectores de interés. Este plan, que debe basarse en información biológica y física seria, así como social, económica y agraria, necesita considerar: Diversidad de opciones institucionales a nivel nacional y dentro de cada área protegida para permitir y fomentar actividades de conservación. Una participación directa de los municipios, organizaciones civiles e individuos que viven dentro y alrededor de las reservas. Un claro papel para el sector privado, universidades y organizaciones no gubernamentales en el manejo de ciertos procesos o de la totalidad de un área protegida. Revisiones al marco jurídico. Categorías de manejo claras asociadas a modalidades correspondientes de decreto. 92 Criterios claros para seleccionar, derogar o recategorizar áreas (representatividad, diversidad, potencial e infraestructura institucional existente, grado de intervención, endemismos, especies en peligro, integridad ecológica, productividad, fragilidad, oportunidades de desarrollo, especies de importancia económica, turismo, apoyo local, compromisos internacionales, posibilidades de cooperación, urgencias o contingencias, tenencia de la tierra, condiciones jurídicas, etcétera). Fuentes de financiamiento. Capacitación y formación de cuadros. Convenios con universidades y centros académicos. Programas de compras de tierras para la conservación. Esquemas de parques o reservas hermanas en otros países. Autonomía administrativa y financiera para las áreas naturales protegidas. Inserción en el desarrollo regional. Descentralización. Llevar el registro real de las áreas naturales protegidas y su inscripción en los registros públicos de la propiedad a nivel federal, estatal y municipal. El plan del Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas debe no sólo plasmar un compromiso político y social con la conservación, sino también un compromiso gubernamental por financiar y proporcionar asignaciones presupuestarias para el mantenimiento y manejo de las áreas. Sin embargo, la realidad presupuestaria y las posibilidades futuras plantean desafíos ineludibles, que nos obligan a diversificar el financiamiento para la conservación, sin que esto signifique que el gobierno abdique de su responsabilidad en torno alas áreas naturales. Por ello, es necesario pensar en un enfoque estratégico que incluya opciones y procesos financieros, manejo de carteras de proyectos e inversiones en negocios locales y transferencias internacionales. Es preciso también definir objetivos globales, donde cada una de las áreas naturales funcionaría como componente subsidiario del sistema en su conjunto, con cierta autonomía financiera y de manejo, pero sin dejar de formar parte del esquema global. Aquí, deben de superarse prácticas de búsqueda de fondos poco sistemáticas y sólo para 93 áreas y proyectos individuales y avanzar hacia un sistema consolidado, con el objeto de evitar asimetrías e ineficiencias en el uso de los recursos. Como ya hemos señalado, una presencia visible de actividades de conservación y desarrollo sustentable en áreas naturales, que establezca y asegure una relación física con los ecosistemas y sus recursos es, en nuestro país, casi una precondición de éxito. En este sentido, resultará crucial establecer convenios con las diferentes escuelas o facultades, para que los estudiantes puedan llevar a cabo trabajos de investigación o de tesis, o tareas de campo en las áreas naturales, estableciéndose en ellas una red, aunque sea pequeña de estaciones biológicas. La planeación del SINAP requiere abordar de manera ordenada una gran cantidad de asuntos relacionados con permisos y autorizaciones sobre usos, acciones o actividades que tienen lugar en las áreas naturales protegidas, como es el caso de concesiones, resoluciones de impacto ambiental, permisos forestales, etcétera. En la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA, 1996) se consideran áreas naturales protegidas (ANP) a: 1.- Reservas de la biosfera; 2.Parques Nacionales; 3.- Monumentos Naturales; 4.- Áreas de Protección de los recursos naturales; 5.- Áreas de Protección de Flora y Fauna; 6.- Santuarios; 7.- Parques y Reservas Estatales; 8.- Zonas de preservación ecológica de los centros de población. La propia Ley las define de la siguiente manera: 1. Reserva de la Biosfera. Son Áreas biogeográficas relevantes a escala nacional, que incluye uno o más ecosistemas no alterados significativamente por la acción del ser humano o que requieran ser preservados y restaurados, en los cuales habiten especies representativas de la biodiversidad nacional, incluyendo a las consideradas endémicas, amenazadas o en peligro de extinción. En tales Reservas podrá determinarse la existencia de la superficie o superficies mejor conservadas, o no alteradas, que alojen ecosistemas, o fenómenos naturales de especial importancia, o especies de flora y fauna que requieran protección especial, y que serán conceptuadas como zona o zonas núcleo. En ellas podrá autorizarse la realización de actividades de preservación de los ecosistemas y sus elementos, de investigación 94 científica y educación ecológica, y limitarse o prohibirse aprovechamientos que alteren los ecosistemas. En las propias reservas deberá determinarse la superficie o superficies que protejan la zona núcleo del impacto exterior, que serán conceptuadas como zonas de amortiguamiento, en donde sólo podrán realizarse actividades productivas emprendidas por las comunidades que ahí habiten al momento de la expedición de la declaratoria respectiva o con su participación, que sean estrictamente compatibles con los objetivos, criterios y programas de aprovechamiento sustentable, en los términos del decreto respectivo y del programa de manejo que se formule y expida, considerando las previsiones de los programas de ordenamiento ecológico que resulten aplicables (Art. 48). 2. Parque Nacional. Se constituirán, tratándose de representaciones biogeográficas a nivel nacional, de uno o más ecosistemas de belleza escénica, valor científico, educativo, de recreo, histórico, por la existencia de flora y fauna, por su aptitud para el desarrollo del turismo, o bien por otras razones análogas de interés general. En los parques nacionales sólo podrá permitirse la realización de actividades relacionadas con la protección de sus recursos naturales, el incremento de su flora y fauna y en general, con la preservación de los ecosistemas y de sus elementos, así como la investigación, recreación, turismo y educación ecológicas (Art. 50). Para proteger y preservar los ecosistemas marinos y regular el aprovechamiento sostenible de la flora y fauna acuática, se establecerán parques nacionales en las zonas marinas mexicanas, que podrán incluir la zona federal marítimo terrestre contigua. En estas áreas sólo se permitirán actividades relacionadas con la preservación de los ecosistemas acuáticos y sus elementos, las de investigación, repoblación, recreación y educación ecológica, así como los aprovechamientos de recursos naturales que procedan, de conformidad con lo que disponen esta Ley, la Ley de Pesca, la Ley Federal del Mar, las convenciones internacionales de las que México sea parte y los demás ordenamientos aplicables. 95 Para el establecimiento, administración y vigilancia de los parques nacionales establecidos en las zonas marinas mexicanas, así como para la elaboración de su programa de manejo, se deberán coordinar, atendiendo a sus respectivas competencias, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y la Secretaría de Marina (Art. 51). 3. Monumento Natural. Se establecerán en áreas que contengan uno o varios elementos naturales, consistentes en lugares y objetos naturales, que por su carácter único o excepcional, interés estético, valor histórico o científico, se resuelva incorporar a un régimen de protección absoluta. Tales monumentos no tienen la variedad de ecosistemas ni la superficie necesaria para ser incluidos en otras categorías de manejo. En los monumentos naturales únicamente podrá permitirse la realización de actividades relacionadas con su preservación, investigación científica, recreación y educación (Art. 52). 4. Área de Protección de Recursos Naturales. Son áreas destinadas a la preservación y protección del suelo, las cuencas hidrográficas, las aguas y en general, los recursos naturales localizados en terrenos forestales de aptitud preferentemente forestal. En estas áreas sólo podrán realizarse actividades relacionadas con la preservación, protección y aprovechamiento sustentable de los recursos naturales en ellas comprendidos, así como la investigación, recreación, turismo y educación ecológica (Art. 53). 5. Área de Protección de Flora y Fauna. Se constituirán de conformidad con las disposiciones de esta Ley, de las Leyes Federal de Caza, de Pesca y de las demás leyes aplicables, en los lugares que contienen los hábitat de cuyo equilibrio y preservación depende la existencia, transformación y desarrollo de especies de flora y fauna silvestres. En dichas áreas podrá permitirse la realización de actividades relacionadas con la preservación, repoblación, propagación, aclimatación, refugio, investigación y aprovechamiento sustentable de las especies mencionadas, así como las relativas a educación y difusión en la materia. Asimismo, podrá autorizarse el aprovechamiento de los recursos naturales a las comunidades que ahí habiten en el momento de la expedición de la declaratoria respectiva, o que resulte posible según los estudios que se realicen (Art. 54). 96 6. Santuarios. Son aquellas áreas que se establecen en zonas caracterizadas por una considerable riqueza de flora y fauna, o por la presencia de especies, subespecies o hábitat de distribución restringida. Dichas áreas abarcarán cañadas, vegas, relictos, grutas, cavernas, cenotes, caletas u otras unidades topográficas o geográficas que requieran ser preservadas o protegidas. En los santuarios sólo se permitirán actividades de investigación, recreación y educación ambiental, compatibles con la naturaleza y características del área (Art. 55). 7. Le corresponde a los Gobiernos de los Estados y del Distrito Federal, en los términos que establezca la legislación local en la materia, podrán establecer parque y reservas estatales en áreas relevantes a nivel de las entidades federativas. 8. Les corresponde a los Municipios establecer las zonas de preservación ecológicas de los centros de población, conforme a lo previsto en la legislación local. Son competencia del Gobierno Federal las áreas naturales protegidas comprendidas en las categorías del 1 al 6 y el inciso de Otras Categorías. La política administrativa de las ANP está a cargo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), la cual es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). La administración de las ANP se efectúa de acuerdo a su categoría de manejo, de conformidad con lo establecido en la Ley, el Reglamento de la LGEEPA en materia de áreas naturales protegidas, el Decreto de creación, las normas oficiales mexicanas y su programa de manejo. Son competencia del Gobierno Federal las áreas naturales protegidas comprendidas en las categorías del 1 al 6 y el inciso de Otras Categorías. La política administrativa de las ANP está a cargo de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), la cual es un órgano desconcentrado de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT). La administración de las ANP se efectúa de acuerdo a su categoría de manejo, de conformidad con lo establecido en la Ley, el Reglamento de la 97 LGEEPA en materia de áreas naturales protegidas, el Decreto de creación, las normas oficiales mexicanas y su programa de manejo. Consejo Nacional para las Áreas Naturales Protegidas. Está de sobra reiterar la necesidad de una representatividad altamente plural, así como de un esfuerzo de descentralización y corresponsabilidad social en la conservación de las formas más valiosas del capital de México, que se encuentran en las áreas naturales. Ha quedado clara también la importancia de un enfoque integrado o multidisciplinario, en donde se desarrollen y apliquen aptitudes técnicas, económicas e institucionales adecuadas a la gran diversidad de circunstancias biológicas y culturales que se presentan en las áreas naturales del país. Además de las opciones económicas e institucionales específicas a cada área que ya se han consignado, un plan nacional de áreas protegidas requiere también de una solución institucional propia. Esta solución institucional deberá incluir un Consejo Nacional para las Áreas Naturales Protegidas, que asumiría un carácter no solamente consultivo o deliberativo, sino que debiera tener importantes facultades de decisión, al menos, en los siguientes aspectos: Aprobar un plan nacional para las áreas naturales protegidas. Aprobar los planes de manejo de las áreas naturales protegidas. Integrar el comité técnico de un fideicomiso maestro nacional para las áreas naturales protegidas. Establecer criterios de priorización en el establecimiento de áreas naturales protegidas. Buscar los mecanismos globales de financiamiento para las áreas naturales protegidas. Aprobar las concesiones o esquemas de co-administración en las áreas naturales protegidas. 98 Llevar a cabo convenios con instituciones académicas. Este consejo requeriría de algún financiamiento, pequeño en todo caso, para cubrir algunos apoyos técnicos, viáticos y gastos administrativos, para lo cual pudiera buscarse algún financiamiento multilateral. En principio, el consejo se integraría por personalidades de una incuestionable trayectoria en el tema, adscritas a instituciones de un sólido prestigio y representatividad. Las áreas naturales protegidas forman parte de sistemas ecológicos, culturales y económicos más amplios. Deben vincularse con los paisajes que las rodean y de los que forman parte, a través de corredores biológicos, zonas de transición y zonas de amortiguamiento, entre otras razones, debido a que las poblaciones preservadas en aislamiento dentro de áreas naturales dispersas pueden llegar a extinguirse por no contar con la diversidad genética necesaria. El ordenamiento ecológico territorial (OET) dentro de las áreas naturales protegidas y en su entorno puede funcionar como una interfase ecológico-productiva, que vincule los servicios ambientales generados en dichas áreas, con el resto de la economía regional. Las zonas de amortiguamiento y transición transmiten a las regiones aledañas los beneficios del uso sustentable de las áreas naturales protegidas. Al situar las áreas naturales protegidas en este contexto, observamos que cumplen el papel de órganos regionales vitales, sin los cuales el ciclo de vida y el ciclo productivo (como subproceso del primero) no podrían realizarse, o bien se verían afectados drásticamente. El ordenamiento ecológico territorial de hecho extiende las políticas de desarrollo sustentable a todo el hinterland, como escenario en el cual se insertan de manera interactiva las áreas naturales protegidas. El OET permite, de esta forma, trascender el concepto de las áreas naturales protegidas más allá de enclaves o islas de preservación, para integrarlas en el centro de una nueva estrategia de desarrollo regional, multiplicando oportunidades y potencialidades de organización productiva y de interacciones institucionales que le den mayor densidad y solidez a las relaciones sociales en una matriz territorial definida. 99 SECCIÓN IV.1. PLANEACIÓN DE LA CONSERVACIÓN DE TIERRAS SILVESTRES. Para la selección de nuevas áreas naturales protegidas se toman en cuenta varios criterios, llevándose a cabo un minucioso diagnóstico. Se realiza un análisis de áreas naturales protegidas, o susceptibles a proteger, en México. Este análisis permite identificar el tipo de administración, municipal, estatal o federal; prever sus características de operación; así como cuáles de ellas pudieran ser objeto de financiamientos internacionales o formar parte del SINAP. Se toman en cuenta las prioridades obtenidas en el taller: A Conservation Assessment of the Terrestrial Ecoregions of Latin America and the Caribbean (Dinerstein, 1995), del cual surgen 10 ecorregiones de interés internacional. También se toman en cuenta los criterios utilizados por ONG internacionales que han focalizado sus acciones en algunas regiones del país como WWF en Oaxaca y Desierto Chihuahuense y Conservación Internacional en Chiapas y Mar de Cortés. Además, se utilizan los lineamientos establecidos en el taller "Regiones prioritarias para la conservación en México" de CONABIO-PRONATURA (1996), buscando que las áreas a proteger, además de estar inmersas en las ecorregiones del Taller de Dinerstein, coincidan con los polígonos y cuencas hidrológicas o regiones marinas prioritarias de México que reconocen la comunidad científica mexicana y el Instituto Nacional de Ecología. El análisis incluye también las áreas que están sujetas a la zona de influencia del “Corredor Biológico Mesoamericano”. Método y Criterios de Evaluación El método de selección involucra un acervo de información sobre las posibles áreas o polígonos a apoyar, tomando en cuenta, evaluando y calificando los siguientes rubros: 100 I.-Valor Biológico: El valor biológico estará representado por la suma de los siguientes factores: 1.-Ubicación prioritaria: Significa el número de ecorregiones, cuencas y polígonos consideradas prioritarias en los talleres mencionados que se encuentran involucradas en el área propuesta. Cada ecorregión o polígono tendrá valor de un décimo de punto. 2.-Ecodiversidad: Califica la capacidad de un área para representar los grandes agregados de la naturaleza en México: ecosistemas marinos, humedales, desiertos, trópico seco, trópico húmedo, ecosistemas templados y ecosistemas alpinos. La presencia de cada uno de ellos en un área tiene el valor de 0.5 puntos. 3.-Endemismo: Se entiende como la cantidad estimada de especies restringidas que componen la biota del área. Su valor máximo será de 3 puntos, para zonas de alto endemismo; 2 para zonas de endemismo medio y 1 para zonas de endemismo bajo. 4.-Relictualidad: Se entiende como la capacidad de un área para preservar organismos de épocas geoclimáticas antiguas; su valor máximo será de un punto, el cuál se repartirá de acuerdo a la presencia significativa de taxa conocidos relictuales a) de la última glaciación (razas geográficas) b) del pleistoceno tardío (subespecies) c: del pliopleistoceno (especies) d) del terciario medio (géneros) e) del terciario temprano (subfamilias). En el caso de vegetación la evaluación se hará con la categoría taxonómica inmediata superior. 5.-Fenómenos biológicos especiales: Se entiende como la existencia de características singulares como: aislamiento geográfico/genético, fenómenos climáticos restringidos, especies refugiadas (Hibernación, estivación, relictos), rutas migratorias y zonas de choque biológico, que se presenten en el área estudiada; su valor será de un punto, repartido en fracciones de 0.2 por cada fenómeno identificado. 6.-Superficie: Se pondera el valor del esfuerzo de conservación contra la dimensión del área susceptible a ser protegida. Se supone que un polígono grande, cientos de miles de hectáreas, garantizan la subsistencia de ecosistemas completos viables, de grandes depredadores y de cúspides de las cadenas tróficas, además de garantizar la 101 permanencia de los ciclos de nutrientes y de los servicios ambientales a nivel regional o extra regional, los polígonos medianos pueden sustentar los mismos fenómenos, pero a nivel más local, permitiendo apenas la existencia de grandes depredadores y manteniendo en buen estado ecosistemas restringidos y fauna poco móvil. Los polígonos pequeños sólo permiten la subsistencia parcial de los ecosistemas y son útiles para perpetuar la flora y la fauna a nivel de poblaciones, nunca de cúspides de cadenas tróficas o grandes depredadores. El valor mínimo (1 punto) corresponde a polígonos con menos de 1 000 hectáreas que, por poder representar a los últimos relictos de un ecosistema en extinción o relicto geológico, se pueden tomar en cuenta como proyectos de microconservación susceptibles, incluso, a la compra. 7.-Diversidad: Se entiende como la cantidad registrada de especies que componen la biota del área (para este ejercicio se tomó en cuenta el trabajo realizado con lepidópteros diurnos para el taller mencionado); su valor máximo será de diez puntos y corresponde a las 2000 especies registradas en todo México, el valor representado corresponde a la fracción reportada de especies en cada región estudiada. 8.-Servicios ambientales: Se entienden como el conjunto de productos que el área proporciona a las comunidades de su área adyacente o de influencia: captación de agua para actividades humanas, regulación de torrentes, moderación climática, protección de infraestructura de desarrollo, obtención de recursos económicos, esparcimiento, etc. Cada producto será calificado con 1 punto y especificada su magnitud como local (1 punto), estatal (2 puntos), regional (3 puntos), extra regional (4 puntos) o nacional (5 puntos). II.-Estatus de Presión: Resumen el tipo de actividades que inciden en el área, su impacto, las modalidades de colonización, la dinámica de cambio, el número potencial de demandantes y el remanente porcentual de la cobertura original. El estatus se considera como crítico, presionado, vulnerable, relativamente estable o relativamente intacto. Se tomarán como máxima prioridad de conservación aquellos cuya puntuación los incluya en las dos primeras categorías y como prioridad segunda los que correspondan a la tercera. 102 1.-Presiones: Define el tipo de actividad o actividades humanas que están incidiendo en la modificación del área estudiada (agricultura, ganadería, urbanización, actividades forestales, etc.) Cada una de estas actividades tendrá el valor de un punto. 2.-Impacto de las presiones: Define el modo en que las actividades humanas están modificando los ecosistemas del área estudiada (extirpación, degradación, substitución, perturbación selectiva, aclareo etc.) Cada una de estas modalidades tendrá el valor de un punto. 3.-Tipo de Colonización: Toma en cuenta la forma en que los habitantes locales se reparten y utilizan el medio; la calificación más baja es para los que lo hacen en forma organizada y planificada; la máxima para los que lo hacen en forma caótica y dispersa. 4.-Dinámica de Cambio: Califica la velocidad en la que el ecosistema está siendo modificado en la ecorregión; la calificación máxima será de 5 puntos y corresponde a los ecosistemas cuyo cambio se realiza en forma acelerada, la mínima (1 punto) corresponde a los que no presentan cambios significativos. 5.-Demanda Potencial: Califica el número de pobladores que se incorporarán en el futuro cercano; si la demanda será muy alta su calificación será de 5 puntos; alta 4; media 3; baja 2; muy baja 1 y con 0 se considerará a las áreas en donde la situación se prevé estable en los próximos 10 años. 6.-Porcentaje remanente de la distribución original: Califica el porcentaje de permanencia del ecosistema en México y en la ecorregión; la calificación máxima será de 5 puntos y corresponde a la permanencia menor al 10%, la mínima (1 punto) corresponde a permanencia del 75 al 100%. III.- Factibilidad Social: Toma en cuenta las posibilidades de éxito del apoyo de un proyecto de acuerdo con las características sociales que se encuentran en el área propuesta. 103 1.-Tenencia de la Tierra: Califica la forma en que se presenta el fenómeno de la posesión de la tierra; su estabilidad, su regularidad, su movilidad, su irregularidad y la presencia de conflictos. 2.-Densidad de población: Toma en cuenta el número de personas que tienen la necesidad de incidir sobre los recursos naturales del área a evaluar y el esfuerzo necesario para lograr el cambio de actitudes erróneas. La máxima calificación recae ante la población escasa y la mínima ante densidades altas. 3.-Educación promedio: Califica la posibilidad de comunicarse e incidir en las actitudes de la población, la máxima calificación recae en las áreas con mayor grado de educación, la mínima en regiones habitadas por analfabetas que no hablan español. 4.-Nivel de vida: Califica la capacidad de usar y conservar los ecosistemas para alcanzar un nivel de vida decoroso. La más alta calificación recae en las áreas cuyo nivel de vida está sobrado con relación a la destrucción realizada en el medioambiente; la mínima para las áreas en las que el nivel de vida es deplorable y la destrucción exagerada. 5.-Apoyo del gobierno federal: Califica la actitud que el gobierno federal está asumiendo de acuerdo con el área propuesta. 6.-Apoyo del gobierno estatal: Califica la actitud que el gobierno estatal está asumiendo de acuerdo con el área propuesta. 7.-Apoyo del gobierno municipal: Califica la actitud que el gobierno municipal está asumiendo de acuerdo con el área propuesta. 8.-Apoyo de instituciones de investigación: Califica la actitud que las instituciones de investigación están asumiendo de acuerdo con el área propuesta. 9.-Apoyo de la comunidad local: Califica la actitud que la comunidad local está asumiendo de acuerdo con la posibilidad de dar protección a los recursos naturales y uso sustentable del área en que viven. 104 10.-Organización Conservacionista Local: Califica la capacidad de la ONG local para comunicarse con la comunidad y lograr cambio de actitudes; para atraer la atención gubernamental; para atraer a la comunidad científica; para gestionar y lograr fondos; y, por último, para desarrollar proyectos que beneficien la conservación del área y a los habitantes locales. Consideramos que la inexistencia de esta instancia es un obstáculo gravísimo que puede llegar a imposibilitar la conservación del área; el establecimiento y acreditación de una ONG local es un proceso que calculamos entre 5 y 7 años. 11.-Alternativas evidentes: Califica las actividades que en forma sencilla se pudieran instrumentar para desviar el impacto sobre los ecosistemas del área: ecoturismo, aprovechamiento sustentable de recursos locales, recursos dormidos de uso indirecto, etc. Cada alternativa identificada tendrá valor de un punto. 12.-Atractivos de financiamiento: Califica los elementos que existen en el área y que pueden funcionar como atractivos de financiamiento, organizando empresas locales, o en asociación con inversionistas externos, por: turismo de aventura (rapeleo, rafting, zonas arqueológicas, cavernas, etc.). Servicios ambientales (agua para industrias cercanas), o restituciones por impactos ambientales de proyectos cercanos (carreteras, industrias) que se pueden inducir hacia la conservación. Estos atractivos pueden permitir descargar la presión de las actividades productivas sobre los ecosistemas. Se califica 1 punto por cada elemento identificado. 13.-Atractivos de participación social: Califica los elementos y circunstancias que existen en el área y que pueden funcionar como atractivos de participación de la sociedad civil en apoyo de la conservación: especies carismáticas, programas locales de voluntariado, programas locales de turismo de aventura o ecoturismo, programas locales de investigación participativa, etc. Estos atractivos pueden permitir aumentar el nivel de educación de los habitantes locales y ayudar a descargar la presión de las actividades productivas sobre los ecosistemas. Se califica un punto por cada elemento identificado. Estos criterios se utilizan como una guía y se consideran sólo aquellos que aplican para la zona en particular bajo estudio. 105 En la elaboración del Programa de Trabajo 2001-2006 de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y mediante un proceso de planeación estratégica, se definieron las principales amenazas y se establecieron 11 procesos y 12 proyectos, a los cuales se integran las metas e indicadores que permiten realizar la medición. Uno de estos proyectos se enfoca al diseño y operación del Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación para la Conservación (SIMEC), el cual tiene como propósito evaluar los cambios y condición ambiental de las Regiones Prioritarias para la Conservación (RPC). A través del establecimiento de indicadores ambientales y de sustentabilidad, lo que de manera paralela permitirá contar con un diagnóstico de las causas y efectos potenciales de los problemas presentes, así como de predecir los futuros impactos de las actividades humanas en estas regiones geográficas. Para ello, se han definido una serie de indicadores en los que se incluyen datos geográficos, índices y estadísticas bajo la metodología de Presión-Estado-Respuesta, metodología establecida por la OCDE en 1991-1993. La definición de estos indicadores responde a la necesidad de sintetizar y analizar información técnica derivada de las acciones de conservación in situ; de tomar medidas y acciones en temas prioritarios; de identificar problemas con sus correspondientes áreas de acción; de fijar objetivos y metas de desarrollo, y de medir y comunicar las tendencias, evolución y condición del medio ambiente, así como los recursos naturales presentes en las RPC. En suma, el sistema pretende verificar los progresos en el cumplimiento de los objetivos y metas institucionales, permitiendo el ajuste de las acciones y estrategias definidas para su cumplimiento, lo que conlleva a la evaluación de la efectividad y del impacto de las políticas, estrategias y acciones adoptadas. Con este sistema se obtendrán resultados sobre los impactos que tiene la CONANP en la conservación de los ecosistemas, sus bienes y servicios, presentes en las RPC, además de contar con elementos que permitan redefinir las políticas. Aunado a esto, la CONANP cuenta con recursos fiscales para dos programas de subsidios con el fin de apoyar a las comunidades en sus proyectos de diversificación productiva: los Programas de Desarrollo Regional Sustentable (PRODERS) y el Programa de Empleo Temporal 106 (PET), con estos recursos se apoyan proyectos de ecoturismo, reforestación y otras actividades que reduzcan la presión sobre las áreas naturales protegidas. A nivel Gobierno, se tienen políticas ambientales con instrumentos para la prevención de impactos y amenazas por actividades humanas como la Evaluación de Impacto Ambiental y el Ordenamiento Ecológico del Territorio. Para el establecimiento de las áreas se elaboran los Diagnósticos Técnicos con la participación de instancias de investigación y los gobiernos locales, estos estudios sustentan las Declaratorias, las cuales previamente a la publicación en el Diario Oficial de la Federación, involucran un proceso de concertación con los diferentes actores locales, así como una evaluación del impacto económico que propiciaran las regulaciones establecidas en el decreto. La gestión de programas y proyectos se ha concretado con la constitución de los Consejos Asesores, en los cuales están representados los diferentes actores y sectores locales, con la finalidad de que participen conjuntamente para la toma de decisiones en beneficio de la conservación de estos sitios y del desarrollo sustentable. El Programa de Manejo es un instrumento importante de planeación de acciones a mediano y largo plazo y la concertación de éste, favorece la gestión, toda vez que para su publicación en el Diario Oficial de la Federación, se requiere instrumentar un proceso de coordinación y concertación en el que participan todos los sectores involucrados. En el Programa de Trabajo 2001-2006 se establece la pauta estratégica de efectividad. Esta pauta se relaciona con la eficiencia, transparencia y efectividad de cada uno de los procesos, proyectos y acciones emprendidas dentro de la Comisión. Para ello, se diseñó el Sistema de Información, Monitoreo y Evaluación para la Conservación (SIMEC), cuyo objetivo general es establecer un sistema que incorpore indicadores biológicos, geográficos, sociales y económicos que permitan analizar la efectividad en la aplicación de las políticas ambientales. Con este sistema se obtendrán resultados sobre los impactos que tiene la CONANP en la conservación de los ecosistemas, sus bienes y servicios, presentes en las Regiones 107 Prioritarias de Conservación, además de contar con elementos que permitan redefinir las políticas. En el Reglamento de la LGEEPA en materia de Áreas Naturales Protegidas Art. 18 (2000), se establece que para el manejo y administración de las áreas naturales protegidas, se constituyen los Consejos Asesores, que tienen por objeto asesorar y apoyar a los directores de las áreas a través de medidas específicas para mejorar la capacidad de gestión, la participación en la elaboración de programas de manejo, así como promover acciones para la participación social al igual que la instrumentación de proyectos, coadyuvando en la obtención de fuentes de financiamiento y en la solución y/o control de cualquier problema o emergencia ecológica, así como proponer el establecimiento de mecanismos que garanticen el manejo de los recursos financieros y participar en la elaboración de diagnósticos o de investigaciones vinculadas con las necesidades de conservación. El Consejo Asesor estará integrado por un Presidente Honorario, que recaerá en el Gobernador Constitucional del Estado o Jefe de Gobierno del Distrito Federal, o en su caso, en la persona que él designe; un Presidente Ejecutivo, que será electo por mayoría de votos en reunión del Consejo; un Secretario Técnico, que será el Director del área natural protegida; el Presidente de cada uno de los Municipios en que se ubique el Área Natural Protegida; y representantes de instituciones académicas, centro de investigación, organizaciones sociales, asociaciones civiles, sector empresarial, ejidos y comunidades, propietarios y poseedores y, en general, todas aquellas personas vinculadas con el uso, aprovechamiento o conservación de los recursos naturales del área natural protegida. Por otra parte, la Ley contempla la creación del Consejo Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CNANP) como órgano de consulta y apoyo a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, el cual se establece mediante Acuerdo Secretarial. El CNANP actualmente está integrado por autoridades ambientales, instituciones académicas y de investigación, organizaciones no gubernamentales, representantes de la iniciativa privada y de organizaciones sociales, así como de personas de reconocido prestigio por sus trabajos de conservación y aprovechamiento relacionados con las Áreas Naturales Protegidas. 108 Los Directores de las ANP y el personal de las oficinas centrales de la CONANP, tienen amplia experiencia en su ramo, ya sea en la gestión de áreas protegidas, ecoturismo, manejo y administración de las áreas naturales protegidas, elaboración de programas de manejo, legislación, captación financiera, participación social, monitoreo biológico, indicadores, sistemas de información geográfica y otros, que pudieran ser transmitidos a otros países. También existen temas en los que hay experiencia en otras áreas de la Secretaría, como educación ambiental, género, comunidades indígenas, entre otros. 109 CAPITULO IV PROGRAMAS DE CONSERVACIÓN DE TIERRAS SILVESTRES: PLANEACIÓN, OPERACIÓN Y SUPERVISIÓN SECCIÓN IV.2. OPERACIÓN Y SUPERVISIÓN DE PROGRAMAS DE CONSERVACIÓN DE TIERRAS SILVESTRES Líder del curso Drummond Densham tiene más de 30 años de experiencia en el manejo de áreas protegidas y en la captura y cuidado de animales salvajes en la provincia de KwaZuluNatal en Sudáfrica. Ha trabajado en distintos niveles, que van desde guardabosques, oficial de captura, encargado de la reserva de Mkhuze, jefe de conservación hasta subdirector de la región Zululand. El reconoce la complejidad del manejo de áreas protegidas y la evidente necesidad de los administradores de estas áreas de tener un amplio rango de habilidades para poder manejar de manera efectiva sus parques, también tiene un profundo interés por las tierras y áreas silvestres y esta involucrado en presentaciones del concepto de tierra salvaje y en cursos prácticos en la zona sur de África, también apoyo al Centro para el Ambiente, Agricultura y Desarrollo (CEAD por sus siglas en ingles), en la Universidad de KwaZulu-Natal en el campus Pieternaritzburg en la co-coordinación del programa de Maestría en Administración de Áreas Protegidas. Actualmente es el director del grupo Wilderness Action, una pequeña organización no gubernamental orientada a la conservación de tierras silvestres, es también guía de campo registrado del área de KwaZulu-Natal y oficial honorario de Ezemvelo KwaZulu-Natal Wildlife. Cuenta con grandes habilidades en las áreas de: Conservación de la biodiversidad Planeación y manejo de áreas protegidas Entrenamiento, planeación y manejo de tierras silvestres Formulación de políticas de conservación 110 Manejo de recursos naturales en comunidades Desarrollo de curriculum en áreas silvestres Objetivo del curso Este curso va a introducir el concepto de tierra Silvestre, definirla como recurso y discutir la necesidad de legislación, plantación, administración y establecimiento de principios así como los pasos para llevar a cabo el manejo efectivo de áreas naturales. El construir apoyos es una parte vital dentro de la protección de las tierras silvestres. Objetivos específicos del curso Al completar este curso lo estudiantes comprenderán: El concepto de tierras silvestres – un lugar físico, un lugar en la mente Como definir Tierras Silvestres; Los recursos de las tierras silvestres y su valor y beneficios; Esquemas legales y políticas para las tierras (la necesidad de protección legal); Tierras Silvestres como categoría dentro de las áreas protegidas; Clasificaciones internacionales de áreas de tierra silvestre; Elementos claves de planeación y manejo de áreas silvestres (administración); Usos y experiencia en áreas silvestres; Análisis de riesgos y amenazas; Construir apoyos a través de la participación publica y; Retos y oportunidades para la conservación de tierras silvestres. Principales referencias usada en el manual del curso 1. Hendee JC, Dawson CP (Editors). (2002) Wilderness Management: Stewardship and Protection of Resources and Values. Fulcrum Publishing, Golden, Colorado, USA. 2. Kormos, CF. (Editor). (2008). A Handbook on International Wilderness Law and Policy Published by The WILD Foundation. Publishing, Golden, Colorado. Pages 400. Sitios Web útiles 111 Printed by Fulcrum International Union for Conservation of Nature (World Conservation Union) http://www.iucn.org World Commission on Protected áreas (WCPA) http://wcpa.iucn.org Wilderness Task Force http://www.wildernesstaskforce.org International Wilderness Leadership Foundation http://www.wild.org Wilderness.net Capitulo 1 ttp://www.wilderness.net Introducción Los administradores deben de tener un amplio conocimiento acerca del concepto de tierras silvestres así como su valor y beneficios si estas son manejadas adecuadamente. Las tierras Silvestres son áreas de conservación para que la población pueda disfrutar de la naturaleza y al mismo tiempo para conservar la biodiversidad nativa con un enfoque de intervención minima. Los administradores de Tierras Silvestres necesitan tener también un buen entendimiento de esquemas y políticas que dictan el manejo y uso de áreas naturales. Capitulo 2 Concepto de Tierra Silvestre, definiciones, valor y beneficios. El concepto de tierras silvestres es un termino que ha evolucionando. Este ha desarrollado la necesidad de proteger y mantener las tierras silvestres que aun nos quedan, de la transformación por la agricultura, la industria y el desarrollo urbano en Estados Unidos de Norteamérica. Este ha sido adoptado por países desarrollados y en vías de desarrollo en todo el mundo como una practica de uso de las tierras. El término puede ser difícil de entender ya que tierras silvestres puede ser utilizado de distintas maneras ya que la gente puede determinar el concepto a partir de sus costumbres, cultura, tradiciones y contexto. La dificultad surge del hecho de que las tierras silvestres son un lugar físico en un panorama con límites descritos, pero es también un concepto críptico relacionado a lo que las personas sienten cuando se enfrentan a esas “tierras silvestres”. Un requisito para poder crear una definición aceptable de tierras silvestres es el ser capaz de desarrollar marcos legales y políticas, 112 que no solo describan lo que es tierras silvestres sino que también indique el valor y los beneficios de estas para la gente. El capitulo va a discutir los siguientes aspectos: Introducción El termino “Tierras Silvestres” Concepto de Tierras Silvestres Que son las Tierras Silvestres – un lugar físico, un lugar en la mente Recursos de las tierras silvestres – valor y beneficios Definiendo Tierras Silvestres La definición Americana de Tierras Silvestres La definición Internacional de Tierras Silvestres Marcos de trabajo legal y político para Tierras Silvestres Las Silvestres como un área de protección categoría Ib Tipos de Tierras Silvestres Conclusión Capitulo 3 administración de Tierras Silvestres Las tierras silvestres son esos lugares salvajes y libres dentro del paisaje donde los se permite que ocurran los procesos naturales libres de intervención y de manejo en donde la gente puede visitar y disfrutar una experiencia silvestre. Parece ser que el manejo o administración de las tierras silvestres puede entrar en conflicto con la definición de tierras silvestres, sin embargo, la experiencia ha demostrado que las áreas silvestres necesitan un enfoque especializado a la administración para proteger su carácter natural para que las generaciones actuales y futuras puedan disfrutar de esta experiencia silvestre. Para proteger de manera efectiva y en algunos casos para restaurar tierra a un estado silvestre, los administradores deben de tener un amplio entendimiento del concepto y de su valor y beneficios. El capitulo explicara lo siguiente: Introducción ¿Por qué administrar? Planeación en Tierras Silvestres 113 Zonación en Tierras Silvestres Manejo de Tierras Silvestres Principios para el manejo de tierras silvestres Aplicando los principios de manejo de tierras silvestres Administración adaptativa Manejo de componentes biológicos de tierras silvestres Usos de las tierras silvestres Usos directos vs. usos indirectos Manejo de visitantes Técnicas de monitoreo de tierras silvestres Monitoreo biológico Limites de cambios aceptables protección de recursos en las visitas Manejo del impacto de los visitantes El no dejar huella Protegiendo los recursos de las tierras silvestres – Manejo de riesgos y amenazas. Análisis de riesgos y enfoques administrativos Programa administrativo de tierras silvestres Conclusión Capitulo 4 Construyendo apoyo En el contexto actual, el manejo de las tierras silvestres (y áreas protegidas) no es solo responsabilidad de autoridades gubernamentales, al tratar de involucrarse cada vez más individuos del sector privado y organismos públicos. Los administradores de áreas protegidas necesitan adquirir habilidades para poder manejar esta demanda, que si es llevada a cabo de manera competente, esto nos puede llevar a tener un mayor apoyo para las tierras silvestres. Sin embargo este proceso requiere que todas las partes participen activamente y se creen lazos de responsabilidad como un importante paso. Cada país necesita desarrollar estrategias para fomentar la participación ciudadana. Este capitulo discutirá algunas guías de cómo: 114 Identificar grupos interesados Comprometiéndose con organismos públicos Desarrollando y manteniendo la confianza Educación de Tierras Silvestres Conclusión Capitulo 5 Los retos futuros a enfrentar en las tierras silvestres Las tierras silvestres enfrentan un sinnúmero de retos a nivel global y en México. Las soluciones para dichos retos se necesitan trabajar por la gente y los gobiernos de cada país. Existen importantes oportunidades que necesitan ser optimizadas para asegurar que las tierras silvestres se conserven como una importante estrategia de conservación. Este ultimo capitulo va a discutir las oportunidades y retos mas importantes. 115