Sin título-1 - Universidad de Bogotá Jorge Tadeo Lozano

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FRAGMENTO DE LA ILIADA DE HOMERO ESCRITO EN GRIEGO. PAPIRO DEL AÑO 200 ENCONTRADO EN EGIPTO EN 1920. COLECCIÓN DE PAPIROS DE LA UNIVERSIDAD DE OSLO.
LENGUAS DEL MUNDO. POR LA RUTA DE BABEL. EDICIÓN NO. 71. AÑO 2005
EL GRIEGO
De la oralidad
a la Paideia
ANTONIO MELERO BELLIDO
H
ablar de la historia de la lengua griega es hablar de una enorme tradición cultural, viva
aún en la moderna Grecia. No hay que hacer
hincapié en la importancia cultural, en el inmenso influjo cultural ejercido directa o indirectamente por la lengua griega. La lengua de Homero, de los grandes líricos
como Píndaro, de los trágicos como Esquilo, Sófocles y
Eurípides, de los filósofos como Platón y Aristóteles, de
los filólogos, historiadores, etc., es en cierto modo nuestra lengua. Y es también la lengua de escritores griegos
modernos tan importantes como Cavafis, Seferis, Katzantzakis, Elitis. Una lengua que cuenta con una historia
ininterrumpida de más de 3500 años y que ha conformado en gran medida las formas
de expresión de las lenguas modernas.
Para poder valorar el enorme
influjo de esa cultura expresada
en griego, a la que podemos llamar genéricamente helenismo,
puede resultar útil examinar su
historia, deteniéndonos especialmente en los momentos cruciales del mismo. Mi intención es,
pues, mostrar, centrándome en
determinados momentos de la historia de Grecia o de
eso que impropiamente se llama helenismo –que puede
significar tanto hablar griego como ser pagano–, como
este fue un proceso en la dirección de una cultura global,
dominada, claro está, por la lengua y la cultura griegas.
Para ello voy a elegir varios aspectos y momentos de la
cultura griega.
De la oralidad a la escritura
En la actualidad creemos saber bien que la cultura
griega conoció un cambio fundamental de consecuencias en la forma de comunicar y transmitir la información: una lenta y paulatina evolución que llevó de una
cultura absolutamente oral a
una cultura escrita. Una cultura oral es, por definición,
una cultura de la palabra, del
logos, en que todo lo importante para la conservación y
funcionamiento del grupo social depende de unas formas
determinadas de transmisión
y conservación de la información, que sólo cuenta con la
tecnología de la palabra, con
JARRÓN,
CON INSCRIPCIÓN
EN GRIEGO.
CA. 460 - 450 A.C.
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LENGUAS DEL MUNDO. POR LA RUTA DE BABEL. EDICIÓN NO. 71. AÑO 2005
RUSO
DETALLE DE MANUSCRITO
Escrito por:
MARINA KUSMINA
Vive en Bogotá, se apasiona por la
poesía de su tierra natal, Rusia, y trabaja
actualmente para el Instituto Cultural
León Tolstoi.
162
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FRAGMENTOS MANUSCRITOS
TABLETAS DE ARCILLA.
EN EL SEGUNDO PALACIO DE KNOSSOS,
EN LA ISLA DE CRETA (GRECIA),
SE ENCONTRARON VARIAS TABLETAS
CON INSCRIPCIONES EN GRIEGO.
EL PALACIO FUE DESTRUIDO
POR EL FUEGO
EN LA SEGUNDA MITAD
DEL SIGLO
XIV A.C.
la autoridad que a ella se le atribuye, con el valor que se le concede. Es difícil imaginarse una
situación de oralidad absoluta,
pero muchos indicios señalan
que la de Grecia, como otras sociedades, conoció un estadio de
evolución absolutamente oral.
Así, los primeros textos griegos conservados –si dejamos de lado las tablillas micénicas
del segundo milenio a.C., escritas, como es sabido, en un silabario con textos de carácter puramente administrativo, patrimonio de una corporación de escribas– reproducen una sociedad
de oralidad primaria, es decir, una sociedad en la que todo estaba confiado a la palabra, a su
poder de convicción, a la fuerza de su persuasión, a la garantía de su verdad o de su autoridad.
Los poemas homéricos –no hay que insistir mucho en ello– son fruto de una tradición puramente oral. Y ello explica muchos de sus rasgos formales. Y uno de ellos son los largos parlamentos de los personajes. En ellos hay oratoria, y mucha, oradores excelsos que saben convencer mediante sus palabras melifluas. Pero ésa es una cualidad que poseen héroes aristocráticos, como Fénix, Néstor o Ulises. Dominan un poder innato: el de saber hablar y convencer
naturalmente, porque lo llevan, por así decirlo, en la masa de la sangre. La sangre, la autoridad
que confiere la pertenencia a un determinado clan o clase social, es elemento decisivo en una
sociedad de oralidad primaria. Una sociedad oral es, por esa misma razón, necesariamente
aristocrática, en la medida en que la autoridad del logos depende del estatus social.
Y, al mismo tiempo, y sin entrar en la debatida cuestión homérica, los textos homéricos
fueron también la primera literatura supradialectal: un patrimonio común que no pertenecía
a ninguna polis o ciudad-Estado; la Ilíada y la Odisea, además de otros poemas épicos, fueron una poesía suprarregional que se servía de una lengua literaria común que no se identificaba con ningún dialecto. Conviene recordar que hasta la conquista de Grecia por Filipo
de Macedonia y las subsiguientes monarquías herederas de Alejandro Magno, la lengua
griega estaba fragmentada en multitud de dialectos que, si se dejan clasificar lingüísticamente en cuatro grandes grupos (jónico-ático, eolio, arcado-chipriota, dorio), difieren, sin
embargo, en numerosos rasgos de ciudad en ciudad. Una situación lingüística explicable
por la ausencia de un Estado nacional y de una escuela normativa.
Esta situación de oralidad primaria es la que, con ligeros cambios, motivados por el uso
creciente de la escritura, domina en toda la época arcaica griega, con diversos grados de alfabetización. Hay una tendencia en la época arcaica a especializar determinados dialectos literarios
con ciertos géneros literarios, con independencia de la lengua materna del poeta: la elegía y el
yambo tendrán acentos jónicos; la lírica coral, dóricos; la llamada poesía monódica, la de Safo,
Alceo y Anacreonte, acentos eólicos.
LENGUAS DEL MUNDO. POR LA RUTA DE BABEL. EDICIÓN NO. 71. AÑO 2005
ACRÓPOLIS.
VISTA PANORÁMICA.
ATENAS, GRECIA.
Son géneros literarios condicionados por la ocasión
en que se producen –por ejemplo, el simposio o banquete, el canto epinicio o de celebración del vencedor–, por
la ciudad en que se producen y por la tradición en que
se insertan.
Y lo mismo ocurre con la prosa, con la oratoria y la
historiografía. Los discursos de los oradores llamados
clásicos, todos ellos compuestos en diversos grados con
ayuda de la escritura, traducen, sin embargo, claramente
la idea de que el límite de la comunicación es la polis,
la ciudad. Pero no deja de ser ilustrativo que en ese estrecho marco que es la polis griega se crearan las formas
y los procesos que, luego, informaron el camino hacia
nuestras modernas sociedades democráticas.
La revolución de la escritura
Hacia finales del siglo V la escritura está plenamente divulgada en Grecia. Y es precisamente la escritura,
como bien han demostrado Walter Ong y Havelock, la
que hace posible el desarrollo de la ciencia, de la historia, de la filosofía y, desde luego, la comprensión razonada de la literatura y de cualquier arte, y naturalmente
también la explicación del lenguaje humano. Porque la
escritura no es sólo una mera técnica, sino que su uso
transforma y reestructura la conciencia humana. Hay
también una ideología de la escritura, distinta de la ideología aristocrática de la oralidad.
Ya no se convence por la autoridad aristocrática y las
habilidades naturales. Ahora, en situaciones sociopolíticas nuevas, hay que persuadir a un auditorio mayor, que
es el que, en último término, toma las decisiones. Surge,
pues, la necesidad de hablar en público y de convencer
y de persuadir, con argumentos basados no sólo en la
autoridad socialmente reconocida, o en las pruebas, sino
también en los argumentos de verosimilitud, en la lógica, sea ésta erística, dialéctica o formal.
Los sofistas, gracias a la libertad que, entre otras causas, la escritura aportó a la cultura griega, pudieron pensar y comprender muy bien el inmenso poder que la palabra tenía, en contextos políticos y sociales complejos,
como los de las poleis griegas de la segunda parte del
siglo V.
Con la adaptación de los procedimientos orales a la
técnica de la retórica, Gorgias se aprovechaba de todos
los hallazgos lingüístico-comunicativos, de todos los códigos que había establecido la poesía griega en el campo
de la poesía, del teatro y de la oratoria. Abría el camino
para la codificación efectiva y efectista de dichos códigos.
Y puso las bases para las primeras téchnai o artes, que incluían el estudio de la gramática y de la lengua.
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LENGUAS DEL MUNDO. POR LA RUTA DE BABEL. EDICIÓN NO. 71. AÑO 2005
PORTUGUÉS
DETALLE DE MANUSCRITO
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FRAGMENTOS MANUSCRITOS
FRAGMENTO DE UN DIAGRAMA ATRIBUIDO A ALEJANDRO MAGNO (DER.),
(MUSEO DE FILIPI, MACEDONIA).
CUYA MUERTE DA INICIO AL PERIODO LLAMADO HELENISMO.
El helenismo
Escrito por:
MARÍA MARGARIDA PEREIRA DA
SILVA
Es Licenciada en Historia, Universidad
Clásica de Lisboa, con Estudios de
Ciencias Sociales en Italia y Suiza.
Trabaja con el programa ALEX de la
Universidad Nacional.
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Helenismo es un término moderno. Procede del helenista alemán Droysen, que supo reconocer la entidad histórica y el valor del período de la historia griega que se abre a finales
del siglo IV a.C, con la muerte de Alejandro, un período que hasta su época había sido considerado de decadencia y pobre imitación. Droysen describió muy bien algunos de los fenómenos, nuevos en la historia de Grecia, que caracterizan el período, un período en el que la
cultura griega se abrió a nuevas fronteras y debió adaptarse a la convivencia con nuevos pueblos. Efectivamente, los rasgos más sobresalientes de la época helenística tienen que ver con
este proceso de apertura de las estrechas poleis griegas a los horizontes del mundo entonces
conocido. Y esos rasgos implicaban la superación de los límites de la polis, con la aparición
incluso de la idea de cosmopolitismo, tal como la predicaron filósofos cínicos y estoicos. El
griego de la época arcaica o clásica era un hombre político en el sentido etimológico de la
palabra. Antes que nada era ateniense, corintio, tebano o espartano. Fuera de su ciudad no
era nadie, y era la polis la que fundamentaba, en cuanto ciudadano, sus derechos y determinaba sus obligaciones. La educación era cuestión también política, y no debe extrañarnos,
como hemos señalado, el escándalo que la educación sofística –una educación democrática,
al alcance de quien pudiera pagarla y que permitía competir con los aristócratas– provocaba en personas como Sócrates o Platón. Pues bien: ahora, en la época helenística, surge una
cierta idea de etnicidad “griega”, definida no por la pertenencia a una ciudad o a un territorio, sino por la adscripción a una lengua, la griega, y a una paideia, una cultura cuyos rasgos fueron entonces elaborados. Se era griego porque se hablaba el griego con saféneia, con
claridad, decoro, conveniencia y pureza; y porque se compartían los valores de la paideia,
de la cultura griega.
Ello fue así, porque tras las conquistas de Alejandro, las monarquías helenísticas –con
rasgos muy peculiares que las alejaban de las formas de ejercer el poder en las ciudades de
época clásica– vinieron o a sustituir a las antiguas ciudades o ligas de ciudades. El mundo se
amplió enormemente, desde Ampurias hasta la India, y el nuevo ámbito geográfico se articuló en torno a nuevos centros de poder y de cultura que no habían sido nunca griegos: Egipto,
Siria, Palestina y Macedonia. En este nuevo espacio coexistían pueblos de los más varia-
LENGUAS DEL MUNDO. POR LA RUTA DE BABEL. EDICIÓN NO. 71. AÑO 2005
dos orígenes. Pueblos con lenguas y tradiciones propias,
que debían vivir, sin embargo, bajo un sistema político
y cultural que se expresaba en griego.
Fue este un momento creador en la historia de los
griegos. Aparecieron nuevas formas culturales, fruto
del mestizaje. Las artes se renovaron, en arquitectura,
pintura y literatura. Aparecen nuevos géneros literarios,
como el epilión, la bucólica y el mimo. Y todo ello se
expresa en una lengua común, la koiné. Al extenderse
la cultura griega desde Marsella a la India, ningún dialecto local podía ser ya el vehículo de comunicación de
la nueva cultura macedónica o helenística. Se impuso
el dialecto ático, que contaba con una enorme tradición
cultural, pero con la ausencia de aquellos elementos lingüísticos que lo hacían ateniense. Y, por ello, la gente
se expresaba en ático, pero eliminando aquellos rasgos
más específicamente dialectales –doble tt, formas verbales, etc.–, de modo que toda una serie de rasgos áticos
fueron eliminados de la lengua común y fueron sustituidos por formas de mayor difusión, jónicas o dóricas,
en un proceso semejante a aquél por el que el castellano
dejó de ser la lengua de Castilla, olvidando los dialectalismos y enriqueciéndose con las aportaciones de los
humanistas y los préstamos americanos, para convertirse en español.
Si nos atenemos a los aspectos culturales, encontramos rasgos que aproximan esta primera forma de globalización a la actualidad.
En primer lugar, se produce en la época helenística una acumulación enorme y sin precedentes de la información, recogida y registrada con técnicas bastante
sofisticadas de escritura y notación en cientos de miles
de volúmenes celosamente guardados en las bibliotecas
que entonces se crean: en Alejandría, en Antioquía, en
Pérgamo y en otros lugares.
La razón de ello es que, por un lado, la cultura no
era ya cuestión política, es decir algo directamente relacionado con la vida de la polis. Y, por otro lado, que
al querer conservar el cúmulo de informaciones, tradiciones, experiencias y conocimientos de la antigua Grecia se sentía la necesidad de recogerlo todo. La paideia
griega surge como un deseo de conservar “lo griego” en
un mundo que ya no es griego.
Pero un incremento tan ingente de información al
servicio de la paideia griega, exigía selección, crítica y
valoración. Por primera vez se hace necesario establecer
cánones, criterios de valoración que permitan determinar los autores, u obras, dignos de imitación y conservación. A ello se aplican eruditos que eran creadores y al
mismo tiempo críticos. Y se escriben los primeros tratados de poética y retórica, que son al tiempo descriptivos
y preceptivos.
Esos cánones en muchos casos tienen como causa
la escuela. La cultura, que es cosa viva y nace para dar
respuesta a problemas, necesidades y situaciones concretas, se convierte en paideia, en educación, en apren-
PROCESIÓN
AL SACRIFICIO.
PLACA DE MADERA
DEL SIGLO VI A.C.
MUSEO ARQUEOLÓGICO
NACIONAL DE ATENAS,
GRECIA.
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LENGUAS DEL MUNDO. POR LA RUTA DE BABEL. EDICIÓN NO. 71. AÑO 2005
ROMANCHE
DETALLE DE MANUSCRITO
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FRAGMENTOS MANUSCRITOS
dizaje escolástico. Y los tratados retóricos en gran medida intentan sistematizar y justificar la
construcción de esos cánones. Es el momento crucial de la retórica, de la educación escolástica, de la imitación de los modelos clásicos, de la mimesis. Y por eso, empiezan a proliferar
las antologías, los manuales, los tratados, los epítomes y las crestomatías.
Y también en esta época, y motivado por ese deseo de conservar, atesorar y sistematizar,
se inicia la que habría de ser una de las mayores contribuciones del helenismo a la cultura
universal: la constitución de léxicos especializados, de idiolectos precisos, en las más diversas ramas del saber: en el campo de la filosofía y de la filología, en primer lugar; también en
el ámbito del derecho, de la medicina, de la astronomía, etc.
Época romana
Escrito por:
ERVINA RIVERA-BEER
Nacida en Suiza. Vive en Colombia
desde 1992 y trabaja desde el 2001
para la Embajada de la Confederación
Helvética, Suiza, en Colombia.
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La conquista de Grecia por parte de Roma en el siglo II a.C., supuso el encuentro de la paideia griega
con un modelo de poder y de imperialismo que los griegos nunca
habían ejercido. Debieron resistir,
por un lado, a dicho imperialismo,
defendiendo los valores culturales
de Grecia, su paideia, al menos
en oriente, y por el otro, encontrar
cobertura ideológica que justificara la coexistencia con el nuevo
poder.
ESTELA FUNERARIA DE LICINIA AMIAS.
UNA DE LAS MUCHAS INSCRIPCIONES DEL CRISTIANISMO ANTIGUO EN ROMA
Los intelectuales griegos, que
DE COMIENZOS DEL SIGLO III D.C. (NECRÓPOLIS VATICANA, ROMA).
a menudo escribían en latín y trabajaban frecuentemente en Roma, se esfuerzan en encontrar una explicación o justificación
al fenómeno de la romanización: se ponen en circulación teorías como la de los ciclos o sucesión de los poderes. Y, mediante la defensa de la paideia griega y gracias a la admiración
que las elites romanas sentían hacia la cultura griega, se produjo un fenómeno nuevo y de
enorme repercusión: el de la creación de una cultura grecolatina, una cultura bilingüe en muchos casos y que se servía de las mismas categorías intelectuales y de los mismos cánones
culturales. La gran literatura griega fue traducida al latín, sus formas y modelos estéticos
adaptados a la lengua y cultura romanas; la ciencia, el arte, las formas de vida y de urbanidad
griegas aceptadas por la sociedad romana. Tanto durante la República como durante el Imperio, la sociedad romana, al menos la de sus clases dirigentes, fue una sociedad altamente
bilingüe. La lengua latina se trufa de palabras griegas en todos los dominios: desde la ciencia
a las artes o la vida cotidiana. Es así como se constituye ese venerable pidgin que está en la
base nuestra terminología literaria y científica.
En la parte oriental del Imperio romano no se impuso, sin embargo, definitivamente el
latín. Y, a partir del siglo II d.C., se empezó a detectar una resistencia enmascarada frente a la
cultura latina. La segunda sofística lideró en parte esa resistencia cultural.
Por segunda sofística –una invención de Filóstrato– entendemos un complejo movimiento histórico y literario, difícil de definir con tan magra etiqueta. Pero la función de esta literatura es ensalzar la actividad de las élites políticas de oriente y justificar simbólicamente,
LENGUAS DEL MUNDO. POR LA RUTA DE BABEL. EDICIÓN NO. 71. AÑO 2005
mediante la exhibición de una cultura esencialmente retórica, es decir el dominio de la paideia griega, la estructura real del poder establecido.
Pero la época había cambiado. Este movimiento de la
segunda sofística produjo montañas de una oratoria erudita, basada en la imitación consciente y efectista de viejos modelos, pero era eficaz, porque el público al que iba
dirigido se conmovía y emocionaba con lo que oía. No era
oratoria de ágora, aunque algunos discursos se pronunciaran en sitios abiertos, como teatros o foros. Era oratoria dirigida a un público retóricamente entrenado, al que
no había que persuadir para que adoptara determinadas
decisiones, sino al que había, sobre todo, que complacer
con la imitación de la improvisación de discursos sobre
cuestiones que no les afectaban directamente, pero que,
tal como se planteaban, movía sus afectos y sentimientos.
Por tanto, rétores famosos y virtuosos, como Escopeliano
de Clazomene, Loliano de Éfeso, Polemón de Laodicea,
Herodes Ático, Hermógenes de Tarso y Elio Arístides de
Misia, buscaban sobre todo, aunque no exclusivamente,
el aplauso del público. Y el género por excelencia –que
abarcaba muchos subgéneros– era esencialmente el epidíctico, la oratoria de aparato, el lucimiento del orador.
La situación comunicativa entonces estaba más próxima
a la de un virtuoso con su auditorio que a la de un orador/
logógrafo ante la asamblea o el tribunal.
Desde el punto de vista más radicalmente cultural, el
lingüístico, el movimiento se tradujo en una moda no bien
definida que conocemos como aticismo. Por aticismo entendemos el intento de tratar de escribir e incluso de hablar, al menos aparentemente, empleando las formas y el
vocabulario del dialecto ático de 500 años antes. Basta
comparar los documentos de personas incultas –cartas
privadas, documentos de los papiros y también las recomendaciones de lexicógrafos como Frínico o Meris o los
glosarios grecolatinos– con la producción culta del período, para tomar conciencia del abismo existente entre
la lengua “culta” y el griego hablado de la época.
Esta moda cultural que, al menos para el fin del período, no era ya absolutamente unitaria, por cuanto podemos distinguir entre aticistas rigurosos, dispuestos a
excluir hasta el menor giro o palabra que no estuviera
atestiguado en Lisias o Platón, y otros, más moderados
en su uso de los modelos áticos.
Entendemos, desde esta perspectiva, autores como
Ateneo de Naúcratis, que dedicó una amplísima obra,
El banquete de los sofistas, a describir la vida cotidiana
de la Grecia clásica y helenística, empleando y comentando la terminología de la época. Nuestro conocimiento de muchas instituciones, costumbres, objetos, recetas
gastronómicas y personajes curiosos dependen de obras
de esa naturaleza.
La importancia de la paideia griega se afirma con
fuerza en autores como Elio Arístides, que no siente reparo en disputar con Platón, 500 años después, o de recrear mitos como el de Prometeo, afirmando que la retórica, o sea la paideia o cultura griega, es un medio de
defender a la humanidad de la barbarie y la violencia.
SAN JUAN.
MANUSCRITO DEL EVANGELIO BIZANTINO EN GRIEGO.
C.1000-1100.
(BIBLIOTECA
DE LA UNIVERSIDAD
DE GLASGOW,
GRAN BRETAÑA)
El cristianismo
Pero el griego iba a convertirse, además, en lengua
universal gracias al cristianismo. El Nuevo Testamento,
dirigido sobre todo a las comunidades judías de la diáspora, radicadas en Grecia o en el Egipto grecorromano,
se redactó en griego. El Antiguo Testamento había sido
ya traducido por judíos de Alejandría, traducción de la
que depende la latina conocida como Septuaginta. Por
su propósito proselitista, el Nuevo Testamento se escribió en una lengua muy próxima a la koiné, si bien hay
que distinguir entre una koiné culta, escrita y otra hablada, como reflejan los papiros de Egipto.
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LENGUAS DEL MUNDO. POR LA RUTA DE BABEL. EDICIÓN NO. 71. AÑO 2005
ROMANÍ
DETALLE DE MANUSCRITO
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FRAGMENTOS MANUSCRITOS
TEXTO DEL GÉNESIS. (FRAGMENTO). PERGAMINO DEL SIGLO III.
La lengua de los Evangelios está muy próxima en muchos rasgos a la lengua hablada de
la época, un griego que había experimentando drásticos cambios en la fonética, la morfología y la sintaxis. Entre los principales, el cambio de vocalismo con la pérdida de la oposición
de cantidad en las vocales, el cambio de acento musical a acento de intensidad, la pérdida
del infinitivo y del optativo como modos verbales, la reducción del sistema de casos nominales, el empobrecimiento del juego de partículas, el empobrecimiento de las construcciones
sintácticas con simplificación del orden de palabras. Además, encontramos numerosos préstamos latinos, inimaginables en los autores cultos de la época, émulos de los grandes escritores del pasado.
Escrito por:
DALIA GÓMEZ
Representante del movimiento Proceso
Organizativo del Pueblo Rom (Gitano)
en Colombia. Contactada por Irma Luz
Pinzón.
EPÍSTOLA DE PABLO A LOS GÁLATAS. (FRAGMENTO). PAPIRO DEL SIGLO III.
Y junto a esta koiné religiosa, se desarrolló también una koiné cancilleresca, una lengua
de corte, más alejada del griego hablado, capaz, sin embargo, de crear un lenguaje preciso,
jurídico y administrativo.
Todos estos niveles de lengua –aticismo, lengua religiosa próxima a la hablada, lengua
administrativa o cancilleresca– son los que encontramos a finales de la Antigüedad y comienzos de la Edad Media y de la llamada cultura bizantina.
Pero, mediante la koiné del Nuevo Testamento y la paideia griega, que fue recibida finalmente por los Padres de la Iglesia, el griego, evolucionado durante la Edad Media, se
convirtió en una seña de identidad nacional durante la dominación turca y la lucha de la independencia.
El período oscuro (siglos VI-XI)
Por lo que hace a la lengua hablada conocemos mal este período, aunque existe una gran
producción culta, dependiente de pretendidos modelos clásicos y expresada en obras de cronografía o de poesía épica.
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LENGUAS DEL MUNDO. POR LA RUTA DE BABEL. EDICIÓN NO. 71. AÑO 2005
buscaban imitar el griego antiguo. Ello era así porque
se buscaba mantener la identidad griega del Estado que
podía ser velada por dos factores: 1) el origen romano
del Estado, y 2) el surgimiento de una Europa occidental
católica y poderosa que amenazaba con dominar a Grecia dogmática y lingüísticamente.
Con ocasión de la independencia y en la necesidad
de definir las señas de identidad nacionales –etnia, religión y lengua–, la diglosia tradicional planteó una cuestión difícil que ha atormentado la vida política y cultural
de Grecia hasta nuestros días. Tras la cuestión lingüística se ocultaba una cuestión más compleja, aún no resuelta, de las relaciones de la Grecia moderna con la antigua Grecia. ¿Son los griegos modernos herederos directos de los atenienses y espartanos de Salamina, las
Termópilas y Platea? ¿Son herederos de la cultura que
inauguraron Homero, Píndaro, Sófocles, Platón y Aristóteles? Si es así, ¿cabe hablar como ellos, como hicieron los eruditos medievales? Y con argumentos tan anacrónicos se defendió la kathareousa o lengua pura, un
artefacto inane que, reproduciendo los modelos áticos,
SALTERIO.
CONSTANTINOPLA,
C. 850.
TEXTO
DE MAGIA.
(BIBLIOTECA
DE LA
UNIVERSIDAD
DE OSLO).
Los testimonios sobre la lengua hablada de la época
son escasos, limitándose a textos muy pobres como las
aclamaciones a los emperadores en el Hipódromo o a algunas obras de carácter literario que imitan el habla popular; obras por lo general en verso, de expresión personal o de crítica social, como el poema de Manuel Glicas
o los versos Ptojodrómicos; crónicas como las de Morea
o las baladas populares, de contenido heroico, semejante
a nuestros romances fronterizos.
Durante toda la Edad Media pervivió esta diglosia,
que ya se había definido en el período romano, y que
es un factor clave para entender la lengua y la literatura griega moderna. Está en la base de la conocida cuestión lingüística griega, que, en el fondo, no es más que
otra manifestación de los griegos por mantener su helenidad.
No hay espacio para entrar en esta cuestión que ha
dominado y dañado grandemente la literatura griega
moderna, debido a la pasión y emociones que ha suscitado. En términos muy groseros, la cuestión se puede
plantear así:
Durante la Edad Media, en el esplendor de Bizancio
–una de la señas de identidad de la Grecia moderna–,
la Iglesia, la administración, la literatura y la erudición
169
LENGUAS DEL MUNDO. POR LA RUTA DE BABEL. EDICIÓN NO. 71. AÑO 2005
SUECO
DETALLE DE MANUSCRITO
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FRAGMENTOS MANUSCRITOS
DE USU PARTIUM DE GALENO (SIGLO II).
MANUSCRITO DE FISIOLOGÍA Y ANATOMÍA EN GRIEGO DE FINALES DEL SIGLO X. (BIBLIOTECA DEL VATICANO).
pero sin normas fijas, difícilmente podía servir a las necesidades de un Estado moderno. Por
otro lado, los demoticistas o partidarios de la lengua hablada por el pueblo, una lengua no
normalizada tampoco, renegaban de ese glorioso pasado, exigiendo la implantación de la
lengua popular, o dimotiki.
La normalización lingüística ha sido, en consecuencia, enormemente difícil. Una herencia cultural tan enorme ha hecho que el griego moderno se mueva entre el más riguroso demoticismo populista y la imitación artificial de la lengua “culta”. No obstante ello, ha producido una literatura que ninguna persona culta debería desconocer. En griego se ha producido
una poesía excelente por obra de magníficos poetas como Calvos, Solomós, Palamás, Kariotakis, Sikelianós, Ritsos, Vrettakos, Kavafis, Seferis, Elitis; o una prosa tan notable como la
que escribieron Viziinós, Papadiamantis, Miribilis, Karagatsis, Terzakis o Prevelakis.
Pero esta literatura se ha desarrollado con muchos problemas, culturales, políticos, pedagógicos, ideológicos, en suma, porque la cuestión lingüística no estaba suficientemente
definida.
Escrito por:
JOSEPHINE PUEBLA SMITH
Jurista, traductora e intérprete.
170
La cuestión lingüística
Los intelectuales y líderes políticos de los primeros momentos de la independencia, tras
una larga y regresiva dominación extranjera, decidieron expulsar los elementos extraños
–fundamentalmente turcos–, llenando los vacíos y creando una terminología con préstamos
del griego antiguo. Fue una especie de resurrección del griego, comparable en cierta medida
a la del hebreo. Pero el celo de purificar la lengua llevó a claros excesos y provocó finalmente una reacción.
El resultado fue ambiguo: la administración, la ciencia y la prensa usaban una forma elevada y mas o menos homogénea de griego (kathareousa); mientras que gran parte y la mejor
literatura optaba por el griego demótico, una forma que buscaba imitar la lengua coloquial,
LENGUAS DEL MUNDO. POR LA RUTA DE BABEL. EDICIÓN NO. 71. AÑO 2005
ignorando las reglas de la gramática, al punto que algunos autores desarrollaron unos idiolectos propios, próximos a sus dialectos regionales.
Lo importante, sin embargo, es señalar que el griego
moderno ha cambiado muy poco desde la Antigüedad.
Está muy próximo a la llamada koiné en que se escribió el Nuevo Testamento. Hoy en las iglesias el Nuevo
Testamento se lee en el original, que es entendido por
los que tienen estudios secundarios: el padre nuestro y
el credo se rezan en griego antiguo y es entendido por
todo el mundo, a diferencia de lo que ocurría con el latín eclesiástico. Según Hadzidakis, de las 4.900 palabras
del Nuevo Testamento casi la mitad (2.800) se usan en
griego moderno en la conversación ordinaria; la mayoría del resto son bien entendidas, y sólo 400, la mayoría
de origen extranjero, resultan incomprensibles al hombre medio.
La situación hoy, una vez consagrado el demótico en
1975, es un poco a la inversa que el purismo anterior.
Ahora es el purismo demótico rígido de Triandafilidis el
que se enseña en las escuelas. El ostracismo de formas y
de giros provenientes de la lengua purificada es, a veces,
considerado tan tiránico como el que expulsaba antes a
las palabras turcas o italianas como vulgares. El tiempo
será el que sancione los esfuerzos de unos y otros reformadores de la lengua.
El griego cuenta hoy en día con unos doce millones
de hablantes en Grecia, además de las fuertes e influyentes colonias griegas de Europa, Estados Unidos y Australia, que conservan fielmente la lengua y la religión
nacionales. Es un Estado de la Unión Europea con lengua oficial reconocida. Y cuenta con la enorme ventaja
de que el griego antiguo se estudia en la mayoría de las
buenas universidades del mundo, a cuyo calor surgen
estudiosos de la lengua y la cultura griega modernas.
No se puede olvidar que a lo largo de sus tres milenios de historia, el helenismo ha sido fuente de creación lingüística, literaria y filosófica, un instrumento al
servicio de la ciencia universal, modelo de paideia, de
educación durante siglos, lengua de religión universal,
elemento identitario de un imperio y de un pueblo. Hoy
cabe preguntarnos si esta riquísima tradición de paideia
griega, en este nuevo mundo global que nos prometen o
con el que nos asustan, tiene aún algo que aportar. Una
reflexión sobre el proceso que tan groseramente he bosquejado sugiere que los movimientos culturales, por
muy dependientes que sean de los condicionamientos
sociales, políticos y económicos, tienen su propia vigencia y resulta siempre aventurado pronosticar su futuro.
BIBLIOGRAFÍA
ANDRIOTIS, N. Historia tis ellinikis glossas. Salónica, 1995.
BROWNING, Robert. Medieval and Modern Greek. Londres,
1969.
EGEA, I.M. Documenta selecta ad historiam linguae graecae
inlustrandam. Vitoria, 1988.
RODRÍGUEZ ADRADOS, Francisco. Historia de la Lengua griega.
Madrid, 1999.
TONET, Henri. Histoire du grec moderne. Paris, 1993.
ANTONIO MELERO BELLIDO
Licenciado y doctorado en filología clásica
de la Universidad de Salamanca, España.
Con libros, artículos y una decena de tesis doctorales
laureadas en su tema de estudio; actualmente es
catedrático numerario de la Universidad de Valencia en filología griega, España.
ESTELA
FUNERARIA
ETRUSCA.
INSCRIPCIÓN
EN GRIEGO.
SIGLOS V - VI A.C.
171
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