Edificando en un Equipo Domingo 19 de Enero, 2014

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Edificando con el Trabajo en Equipo
EDIFICANDO PARA LA ETERNIDAD CON EL TRABAJO EN EQUIPO
Pasaje: Nehemías 3: 1 – 32
INTRODUCCIÓN
1. Continuamos nuestro estudio del libro de Nehemías. Dijimos que este libro nos está sirviendo de
base para nuestra VISIÓN 14/19 CONTRUYENDO PARA LA ETERNIDAD. La visión que nos permitirá
construir una iglesia celular multizona, es decir, una iglesia repartida en pequeñas congregaciones
locales en todo lugar, con el propósito de ganar todo Trujillo para Cristo y enviar misioneros hacia
todas las naciones.
2. Nehemías nos está enseñando a edificar para la eternidad. Nos ha enseñado a edificar para la
eternidad con la ORACIÓN. No emprendas ningún proyecto sin antes orar por ese proyecto. Nos ha
enseñado a edificar para la eternidad con la PLANIFICACIÓN. Porque todo desafío implica metas,
medios y tiempo para lograrlo. Nos ha enseñado a edificar para la eternidad con la MOTIVACIÓN.
Porque solo cuando un equipo está motivado éste está dispuesto a comenzar a trabajar.
3. Hoy Nehemías nos enseña a edificar para la eternidad con el TRABAJO EN EQUIPO. Que importante
es que todo proyecto o desafío sea llevado a cabo en equipo. Lamentablemente no fuimos
enseñados a hacerlo de esta manera.
4. Recuerdas tu niñez. Yo recuerdo la mía. Es interesante hermanos si hacemos una evaluación de
nuestra formación cuando éramos niños y estábamos en el Colegio se solía premiar el logro
individual. Si un chico sobresalía en los cursos se le daba un diploma donde sólo figuraba su
nombre. Cuando un maestro hacia una pregunta, el alumno que levantaba la mano primero era
quien normalmente respondía. Nunca vimos a dos o tres estudiantes que hicieran consenso para
dar la mejor respuesta. Si teníamos un examen, sabíamos que estábamos compitiendo contra los
otros compañeros por obtener las mejores calificaciones.
5. Pero, cuando llegaba la hora del recreo, ¿recuerdas?, salíamos al patio donde frecuentemente
hacíamos equipos para jugar fútbol, saltar la cuerda o jugar mundo. En estos juegos aprendimos
que teníamos que cooperar con los demás para poder ganar y no ser rechazados por ser
individualistas. Al individualista se le llamaba: AMARRA BOLA.
6. Y así fue como nos movimos a lo largo de nuestro sistema escolar, aprendiendo que la forma para
tener éxito en el aula, y posteriormente en el “mundo real”, era hacerlo todo por nosotros mismos,
en una competencia continua contra otros. Mientras que en el patio de recreo, el sistema que
favorecía era el del trabajo en equipo, pero en el aula o en el hogar, había que competir contra los
demás.
7. Muchos de los problemas que vemos entre las personas de nuestras iglesias, en empresas, en el
trabajo, en nuestro hogar, se relacionan directamente con nuestra programación temprana: que
los equipos son para jugar y no para trabajar.
8. Muchas de nuestras dificultades hoy, sea en casa, sea en la iglesia o sea en el trabajo, para
emprender proyectos o desafíos se debe a nuestra mala formación de lo que es un equipo y por la
ignorancia de sus principios que podrían sernos de mucha ayuda.
9. ¿Qué es trabajar en equipo? Es un grupo de personas dispuestas a trabajar y colaborar, de manera
coordinada, en el logro de un objetivo. Este grupo de personas mezclan: Talentos, habilidades,
creatividad, recursos y tiempo que ayudan al logro de una meta y al beneficio de todos los que
componen el equipo.
10. Es trabajar juntos, es reunirnos con un propósito. Es combinar el conocimiento colectivo, para que
el total de la suma de la colaboración sea mayor al que podría lograrse de manera individual.
11. El diseño de Dios fue el que nosotros aprendamos a trabajar en equipo. Por tres razones
fundamentales:
a. Es un modelo que está en toda la Biblia: Recuerdas Eclesiastés 4: 9 – 10: “Mejores son dos que uno;
porque tienen mejor paga de su trabajo. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay del
solo! Que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante”.
b. Permite el uso de los ministerios y dones:
1 Corintios 12: 4 y 7 “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de
ministerios, pero el Señor es el mismo…Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para
provecho”.
c. Contribuye a la edificación mutua:
Romanos 12: 5 “Así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos miembros los unos de los
otros”.
12. Nehemías entendía la importancia del trabajo en equipo para la edificación de los muros. Cuándo él
llegó a Jerusalén, las condiciones anímicas y materiales de la gente eran realmente críticos. El pueblo
estaba desalentado y desmoralizado, pero él les habló de su visión y de cómo la providencia de Dios le
había apoyado. Los motivó. Y luego se aseguró de tener la cooperación de ellos y la respuesta fue unánime:
“…levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para el bien” (2: 18).
13. Y vemos al pueblo en este capítulo 3 que se levantó y comenzó a edificar. En esta escena encontramos
2 aspectos saltantes acerca del trabajo en equipo que pueden sernos de mucha ayuda:
1. LOS ELEMENTOS DE UN BUEN TRABAJO EN EQUIPO:
1.1. COMPROMISO (vs. 1):
Los equipos triunfan o fracasan, según el compromiso que sus miembros tienen de unos para con otros y
con el equipo mismo; este es el fundamento del buen funcionamiento de un grupo. Es interesante como el
Sacerdote y sus hermanos estaban comprometidos con la tarea de reconstrucción de los muros. Ellos
podían decir: “No es nuestra tarea, nuestra tarea es estar en el templo. Aconsejando. Compartiendo la
Palabra”. No, ellos estaban donde todos estaban. Ellos se comprometieron con la obra y dejaron sus otras
responsabilidades por este tiempo. Lo bueno fue que edificaron la puerta de las Ovejas. Esta puerta estaba
cerca al templo y se llamaba de las Ovejas porque por allí pasaban las ovejas que iban a ser sacrificadas en
el templo. Ahora ¿Qué mejor que los sacerdotes para esta labor?
1.2. CAPACIDAD (vs. 3 y 6 y 13, 14, 15):
Note bien que 5 veces se menciona “enmaderaron y levantaron sus puertas con sus cerraduras y sus
cerrojos”. Enmaderar y poner las cerraduras y sus cerrojos era una tarea para especialistas. Para gente
capacitada. No cualquiera podía hacer esto. En el mundo de la iglesia siempre hemos dicho que el carácter
es más importante que la capacidad. Lo cual está bien. Pero nos hemos ido a un extremo. A tal punto que
no nos damos cuenta que también la capacidad es sumamente valioso. El carácter es importante, pero no
es lo único. Para un equipo hay que buscar tanto la capacidad como el carácter. Un principio de toda la vida
del liderazgo es el crecimiento personal continuo. Todo Líder siempre debe estar dispuesto a aprender. A
tener hábitos de lectura. Moisés tuvo que aprender. Josué también lo hizo y lo mismo sucedió con Samuel,
Eliseo, José, Pedro o Juan Marcos. Aprendieron y fueron instrumentos útiles en las manos de Dios. En la
medida que queramos crecer, todos necesitamos seguir estudiando. Ilustración: Cuando Oliver Wendell
Holmes, juez de la Suprema Corte de los Estados Unidos, fue hospitalizado a la edad de 92 años, el
presidente Roosevelt fue a visitarlo. Cuando llegó, vio que Holmes estaba leyendo un libro.
“¿Por qué está usted leyendo esto?”, le preguntó el presidente. El gran jurista contestó: “Sr. Presidente, es
para mejorar mi mente”. Recuerde hermano: El poder de un equipo eficaz está en proporción directa con
las habilidades de sus miembros. Capacidad más deseos de aprender hacen un buen equipo.
1.3. CONTRIBUCIÓN (vs. 8, 9, 12, 14, 15, 16, 17, 18, 19, 31 y 32):
Nota bien hermano. Plateros, perfumeros, comerciantes y 8 diferentes gobernadores de ciudades
contribuyeron a la reconstrucción de los muros. Personas con diversos conocimientos, talentos, oficios y
responsabilidades pudieron combinar sus cualidades para alcanzar un objetivo mucho mayor al que
cualquiera de ellos pudiera haber logrado individualmente. Cada uno de ellos pensó con si fueran líderes y
tomaron la responsabilidad de lograr que las cosas sean hechas. Si unos pocos miembros del equipo se
echan sobre las espaldas la mayoría de la carga, se corre el riesgo de quemar a esos pocos, o peor aún,
hacer que estos renuncien porque no hay equilibrio. Aquí el trabajo ha sido delegado a todos. Y todos
contribuyen con sus habilidades, talentos, dones, conocimientos e ideas. No importa su rango ni
especialidad ni talento ni oficio ni responsabilidad.
1.4. UNIDAD (vs. 2, 7 y 13):
Note bien como es que había unidad en medio de diversidad. Habían hombres que no habitaban en
Jerusalén: de Jericó (vs. 2), de Gabaón, de Mizpa (vs. 7) y de Zanoa (vs. 13). Ellos pudieron decir: “esta tarea
no es nuestra”. “Ese muro en que nos puede beneficiar a nosotros”. Pero en lugar de pensar en si mismos
pensaron en función de todo la nación. Depusieron sus propios intereses por el interés de todos. Como dice
Pablo en Fil. 2: 3 – 4 “Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando
cada uno a los demás como superiores a él mismo, no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada
cual también por lo de los otros”. Podemos pensar de manera distinta, podemos ser de diferentes lugares,
podemos ser de diferentes nacionalidades, podemos ser de diferente formación, pero en medio de la
diversidad debe haber unidad.
1.5. ENTUSIASMO (vs. 20)
Otras versiones de la Biblia traducen esta palabra “FERVOR” como “CON GRAN ENTUSIASMO” o
“CELOSAMENTE”. Esto puede sugerirnos que por un lado había mucho entusiasmo, pero juntamente con
esto había mucha dedicación, mucha devoción, mucho celo por hacer las cosas, como para el Señor. Que
bien salen las cosas cuando las cosas se hacen con entusiasmo, no de mala gana, no como cuando nos
obligan o cuando nos tienen que pagar para hacer las cosas. Pero también DEDICACIÓN.
Este equipo hizo las cosas como Pablo manda que se hagan en Col. 3: 23 – 24 “Y todo lo que hagáis,
hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la
recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís”. Eso contribuye a un buen trabajo en equipo.
El hacer las cosas con el corazón, para el Señor, sabiendo que es Cristo quien nos va a recompensar y
reconociendo que nuestro Jefe a quien servimos es Cristo. Yo creo que el pueblo cuando estaba trabajando
pensaba en el Dios de los cielos. Ese era su Jefe máximo. No era Nehemías. Recuerde: el entusiasmo como
la dedicación son contagiosos. Así como el desaliento es contagioso. Un miembro de equipo que trabaja
alegre contagia a otros esa misma alegría. El que se dedica contagia esa misma dedicación.
1.6. PERTENENCIA (vs. 10, 12, 23,28, 29, 30):
En todo equipo debe haber sentido de pertenencia. Porque esto ayuda a que la gente se sienta que el
proyecto o el desafío le pertenece. Se siente parte de él. Se identifica con él. Hay espíritu de equipo. Se
sienten parte de una familia. Por eso, se debe valorar al individuo. Se debe desarrollar confianza. Se debe
desarrollar espíritu de logro. Se debe desarrollar espíritu de que soy parte de este proyecto. No estoy por
gusto. No sobro. Se piensa de acuerdo a las posibilidades.
Nehemías imprimió esto permitiendo que las personas edificaran lo que estaba enfrente de sus casas y de
su cámara (alquiler). Permitiendo que los padres trabajaran aún con su propia familia. Como Halohes que
trabajó con sus hijas. Quizás no podían trabajar las otras partes del muro, pero para que sientan suyo el
proyecto permitió que cada uno trabaje donde más interés tenían en trabajar, eso haría que la gente
trabaje con mayor dedicación. Con más motivación. Porque estaban reparando lo que se encontraba cerca
de su propia casa. El lado que los iba a proteger. No tenían que ir lejos a trabajar. Nehemías estaba
ahorrando tiempo, costos y energía al asignarles a las personas un trabajo cerca de sus casas y a la vez esas
personas se sentirían dueñas del proyecto. Dirían: “ESTE PROYECTO TAMBIÉN ES NUESTRO”. Sentido de
equipo y de pertenencia. Para Nehemías nadie sobra. Nadie está demás. El buscó el bienestar de todos.
Nehemías pensó en todos. Así nosotros, demos sentido de pertenencia. Identidad. Espíritu de equipo.
1.7. COMUNICACIÓN:
Es interesante lo que vemos aquí. ¿Cómo sabían las personas lo que tenían que hacer? Miren el orden de
cómo se organizó el trabajo. Empezaron en la puerta de las Ovejas hasta la del Pescado (vs. 1-2). De allí
hasta la puerta Antigua (vs. 3 – 5). De allí hasta la puerta del Valle (vs. 6 – 12). Desde allí hasta la del
Muladar (vs. 13, 14). Desde allí hasta la del Estanque (vs. 15). De allí hasta la de las Aguas (vs. 16 – 26). Y
desde allí, pasando por la puerta de los caballos, de nuevo hasta la puerta de las Ovejas, por la que habían
empezado (vs. 27 – 32). Con lo que dan la vuelta a toda la ciudad. ¿CÓMO SABÍAN TODO ESE ORDEN?
Nehemías comunicó todo claramente.
Recuerde: para que un grupo alcance su máximo potencial usted debe comunicar todo con claridad. La
gente tiene que saber lo que tiene que hacer. Pero también debe permitir que ellos se comuniquen con
usted. Ellos deben decir lo que piensan. Dar su punto de vista a las nuevas ideas. Evaluar la actuación en el
trabajo. Aceptar crítica constructiva. Todo eso se logra cuando hay CONFIANZA. Y la confianza se logra
cuando la comunicación es clara y directa. Todos deben saber, además, que se puede cometer errores pero
a su vez se puede aprender de ellos. Comunicación clara y precisa requiere todo trabajo en equipo.
2. LOS OBSTÁCULOS AL TRABAJO EN EQUIPO:
2.1 EL PERSONALISMO (vs. 5):
Aquí aparece un grupo reducido que no quiere ayudar. Eran líderes. Eran personas de influencia. Pero
gente que hizo gala de su personalismo. Se creían demasiado buenos para hacer este tipo de trabajo.
Ponerse a mover ladrillos era algo inferior para ellos. No se dice que excusa dieron, pero dondequiera que
vayamos vamos a encontrar gente así. Egoístas vanos y perezosos que se creen “la última Coca Cola en el
desierto” como para trabajar. Gracias a Dios Nehemías no perdió el tiempo con esas personas. Ni les hizo
caso. No te preocupes por los que no quieren involucrarse. Trabaja con los que si quieren involucrarse.
Esos funcionan en el trabajo en equipo. Pero la gente que anda criticando, que todo está mal para ellos son
personas que no se involucran pero critican. Y lo triste es que se corre el riesgo que se vuelvan caudillos y
tengan su grupo y luego ataquen por debajo. Eso hace daño.
2.2 LA FALTA DE SUJECIÓN (vs. 30):
De este trabajador se hace notar el detalle de que era el sexto hijo de su padre. La pregunta que surge es
¿Dónde están sus 5 hermanos mayores? Los comentaristas sostienen que al parecer no querían trabajar.
Sólo uno se sujetó al padre. Los otros 5 se rebelaron. No se sujetaron. Y la falta de sujeción destruye el
trabajo en equipo. Eso a la larga da origen a otro pecado: LA DESLEALTAD. Porque si no quiero sujetarme es
porque no soy leal al equipo ni al líder. Tenemos que aprender a sujetarnos. Tenemos que aprender a ser
leales.
CONCLUSIÓN
Para emprender todo desafío o un proyecto o buscar el logro de objetivos es vital el trabajo en equipo.
Donde hay un líder y colaboradores dispuestos a trabajar para lograr las metas. Sólo así podremos lograr
nuestra VISIÓN 14/19. Si trabajamos en equipo, sea en la iglesia, en casa, en el trabajo, en los estudios
vamos a tener éxito.
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