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Revista de divulgación de estudiantes, egresados y
profesores de la División de Derecho, Ciencia Política
y Relaciones Internacionales.
Edicion
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Revista de divulgación de estudiantes, egresados y
profesores de la División de Derecho, Ciencia Política
y Relaciones Internacionales.
U R Í D I C A
J
C T U A L I D A D
A
Actualidad Jurídica
©2015, Universidad del Norte
Rector
Jesús Ferro Bayona
Decana de la División de Derecho, Ciencia
Política y Relaciones Internacionales.
Silvia Gloria De Vivo
Editora
Linda Ospino Arredondo
Comité editorial
Andrea Ariza Lascarro
Alfredo Bula Beleño
Enith Bula Beleño
Juan Miguel Cortés
María De la Hoz Gómez
Orlando De la Hoz Orozco
Sandra González Botero
Carolina Gómez Urueta
Cindy Hawkins Rada
Walter Hernández Gacham
Esteban Lagos González
Javier Lizcano Villalba
Franklin Martínez Martínez Jahel Mendoza Barrios
Pedro Montero Linares
Ana Naranjo Cortés
Meylin Ortiz Torres
Juan Sarmiento Erazo
Daniela Peñaranda Bolaño
Sally Schuster De Hart
Maikol Tovar Magdaniel
Melanie Vangrieken Alvarado
Luis Velásquez Lyons
Alexandra Verano Urueta
Corrección de estilo
Emilce Restrepo
Diagramación
Jorge Arenas Potes
Universidad del Norte
Km.5 Vía Puerto Colombia
http://www.uninorte.edu.co/
Barranquilla, Colombia
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Somos incapaces de conocer el futuro, pero sí de
incidir en él. Un escritor intrépido ilumina el camino hacia el idealismo y la invención, centraliza su
acción en el futuro, sin relegar que lo tiene entre
sus manos.
Linda Ospino Arredondo
Editora
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A
Una aproximación al concepto de
Constitución desde el pensamiento
de Ferdinand Lassalle
An approach to the concept of Constitution
from the thought of Ferdinand Lassalle
Mariela María Mejía Suárez4
Resumen
La Constitución puede definirse jurídicamente de forma sencilla como la ley fundamental, pero su contenido, el cual le otorga su importancia y supremacía,
tiene un grado de mayor complejidad, Lassalle se fija
justo en esto para brindar un concepto de Constitución
más realista y completo, teniendo en cuenta su propio
contexto político social. Este concepto, contrastado
con la definición predominante bajo el paradigma neo
constitucional, nos brinda una visión más amplia y
trascendental acerca de la importancia y esencia de la
Constitución.
Palabras clave: Constitución, factores reales de poder, clases de Constitución, seudoconstitucionalismo,
neoconstitucionalismo.
Abstract
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Estudiante de cuarto semestre de
pregrado en derecho de la Universidad del
Norte. Barranquilla (Colombia). smariela@
uninorte.edu.co
The Constitution can be legally defined as the fundamental law, but its content, which gives its importance
and supremacy is something with a higher degree of
complexity, Lassalle notices this to provide a more
realistic and comprehensive concept of Constitution,
taking into account his own social and political context. This concept, contrasted with the prevailing
definition under the neo constitutional paradigm gives
us a broader and more transcendental vision
about the importance and essence of the
Constitution.
Keywords: Constitution, real factors of power,
types of Constitution, seudoconstitutionalism,
neoconstitutionalism.
Una aproximación a
la Constitución desde
el pensamiento de
Ferdinand Lassalle
Es una verdad conocida que el concepto y la evolución de la Constitución desde el punto de vista
jurídico y político han sido contingentes debido a
los intentos, revoluciones y fracasos a lo largo de
la historia. Este artículo busca desarrollar la visión
que muestra Lassalle en sus discursos ¿Qué es una
Constitución? y ¿Y ahora? Para ello se expondrán
las ideas del autor y el contexto en el cual se encuadra su visión, contrastándola con la historia y
la evolución de la Constitución hasta nuestros días.
Lo anterior se logrará recurriendo a otros autores
que han desarrollado el tema del constitucionalismo y su historia, como Fioravanti, Carbonell, Molinares, entre otros.
Antes de hablar de Constitución es necesario tener
en cuenta que el constitucionalismo es un fenómeno jurídico de Occidente, ya que en su mayoría los
Estados de Oriente cuentan con sistemas jurídicos
impregnados de la concepción religiosa predominante.
Ferdinand Lassalle definió ¿Qué es una constitución? Este abogado y político socialista alemán
pregonaba la necesidad de la intervención del Estado a fin de proteger al débil del fuerte. Es así
como en su obra, además de intentar construir un
significado de Constitución desde una apreciación
práctica, tomando como base la Constitución de
Prusia, intentó dar solución al ultraje continuo que
sufría dicha Constitución por parte del Gobierno
prusiano (Lassalle, 2013).
Al analizar su pensamiento y la definición que
construye el autor se debe tener en cuenta que
en Prusia se tendió a exaltar de forma desmesurada al monarca, al ejército y a la burocracia, lo que
terminó por reducir a la Constitución y, con ella, a
las asambleas representativas a un papel accesorio
(Fioravanti, 2014). La Constitución de Prusia vigente en ese momento había sido otorgada por la mo-
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narquía, la cual servía de fachada para el régimen
absolutista, ya que el texto de la misma no contaba con fuerza vinculante y las decisiones del Parlamento no eran tenidas en cuenta. Sumado a esto, a
través de la ley de votación de las tres clases, la cual
regía para la elección de una de las cámaras, se lograba que el voto de unos pocos fuera el encargado de elegir a la mayoría de representantes, dejando prácticamente de lado la opinión del pueblo, sin
contar que el ejército no tenía que jurar fidelidad
a la Constitución, y al ser otorgada, sus preceptos
podían ser suspendidos por tiempo indefinido en
estado de guerra por la monarquía (Lassalle, 2013).
Es precisamente esta, la Constitución fachada, la
que inspira la obra de Lassalle, en la cual llama a
esta Constitución pseudoconstitución.
Para Lasalle, la Constitución es, primeramente, la
ley fundamental, dado que aparte de necesitar de
promulgación, al igual que la ley, ahonda más que
las leyes corrientes, para ser fundamento de las
demás leyes e instituciones jurídicas, logrando que
entre ellas haya coherencia (Lassalle, 2013). Este es
el mismo sentido atribuido por Kelsen a la Constitución, quien la entendía como aquella encargada
de dar coherencia jurídica formal y sustancial al
sistema jurídico (Molinares, 2011). Esta concepción
implica que la Constitución es la que determina
la validez de las demás normas del sistema jurídico, desde una perspectiva formal, al establecer
los poderes encargados de crear normas jurídicas
y estableciendo el proceso para crearlas; y desde
lo sustancial porque establece límites al ámbito de
configuración legislativa al señalar fines, mandatos
de actuación etcétera (Carbonell, 2009).
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En palabras de Lassalle (2013), La Constitución de
un país es en esencia la suma de los factores reales
de poder que rigen en ese país (p. 48). Con esto
plantea que todos y cada uno de los integrantes
de una sociedad son un fragmento de Constitución. Y es precisamente eso lo que debe reflejar el
contenido de la norma suprema a la que llamamos
Constitución, claro está, en palabras más generales
y en lenguaje jurídico, pero finalmente solo debe
expresar lo que una sociedad es. Lo anterior impli-
ca que el concepto de Constitución no se agota en
lo jurídico y, por el contrario, debe reflejar la sustancia de la existencia política de una sociedad y
que objetiva la realidad de las diversas esferas de la
vida humana, lo cual hace que se hayan elaborado
una gran variedad de conceptos de Constitución
(García,p.13 citado en Carbonell, 2009). Por tanto,
una Constitución escrita, al no reflejar los factores
de poder imperantes en la realidad social, no tiene
valor y no es duradera (Lasalle, 2013).
Lo anterior se ilustra con un ejemplo propuesto por
Lasalle, consistente en la siguiente situación hipotética: si todos los registros de las leyes, es decir,
donde se encuentran consignadas, fuesen destruidos por un incendio, ¿los legisladores podrían
crear nuevas leyes simplemente basándose en su
libre arbitrio? La respuesta a esta pregunta es clara: no podrían hacerlo. Aunque el autor reconoció
que las nuevas leyes podrían desmejorar la posición de las clases con poca representación en el
cuerpo colegiado, no podrían estar en contra de la
base social, de las costumbres e instituciones, porque sería imposible llevar a cabo dichos mandatos.
El acopio de conocimiento común que cimienta las
interacciones siempre va a ser defendido como el
orden natural.
Lograr un cambio en el cimiento de las interacciones necesitaría un proceso mediante el cual se
institucionalizara una acción que reemplazara a la
existente; y esta, si no va de acuerdo con las necesidades y condiciones de vida, es poco probable
que llegue a desplazar a la actual. A pesar de esto,
el derecho, al imponer nuevas leyes y al hacerlas
cumplir mediante el uso de la coacción, puede institucionalizar a la inversa, es decir, haciendo que la
mayoría de los integrantes tipifique y vuelva habitual una práctica ya establecida como institución,
en vez de seguir el proceso planteado por Berger
y Luckmann (1966), en el cual el proceso de institucionalización empieza por la habituación de una
práctica, que al ser tipificada llega a ser institucionalizada y transmitida a nuevas generaciones. Pero
para ello es necesario un período de tiempo en el
que se haga cumplir efectivamente la norma; tanto
así que esta llegue a ser interiorizada por los individuos, hasta el punto en que no se tendría que
hacer uso de la coacción, o solo en menor medida,
para lograr la eficacia de la norma.
El proceso de expedición de una Constitución, los
factores reales de poder de la sociedad y demás
influencias en el proceso de creación de cada Constitución hace a cada una de ellas diferentes y a la
vez similares en esencia, por lo cual según sus rasgos relevantes pueden identificarse unas con otras
creando grupos marcados en base en una característica específica común, lo cual hace posible la
clasificación de las constituciones.
En la actualidad, las constituciones han sido clasificadas de diversas maneras; una parte de esas clasificaciones sirve para encasillar la teoría de Lassalle,
y es la clasificación de la Constitución en normativas, nominales y semánticas hecha por Loewestein
(Molinares, 2011).
Las “constituciones normativas” son aquellas que
dominan todo el proceso político y este debe estar
adaptado y sometido a las normas constitucionales. Sus principios son aplicables dentro del contexto social; la constitución es de total aplicación, sus
normas se ajustan a las necesidades del país (Molinares, 2011, pp. 216). Las “constituciones nominales” son aquellas en que la realidad social difiere
de las normas constitucionales, pero existe deseo
o buena voluntad de parte de los detentadores del
poder y sus destinatarios para que la realidad social llegue a ser igual a las normas constitucionales
(Molinares, 2011). Este es el tipo de Constitución
en el que encaja nuestra Constitución. Ahora bien,
en el caso colombiano, las disposiciones constitucionales no son aun aplicables en su totalidad, más
se trabaja para lograr materializar sus preceptos
progresivamente. Por último, las “constituciones
semánticas” son aquellas establecidas por los gobernadores para engañar a la comunidad internacional, que se constituyen como un disfraz y no son
aplicadas en la realidad social (Molinares, 2011).
Dos de estos tipos de constituciones son descritas en el discurso de Lassalle, aunque no con esos
nombres.
La Constitución normativa es el modelo ideal de
Constitución para el autor, es la que él llama Constitución real y eficaz, cuyo texto refleja la realidad
social. El otro tipo de Constitución es la Constitución semántica, a la que le da el nombre de pseudoconstitucionalismo, y surge luego de la contrarrevolución.
El pseudoconstitucionalismo nace como recurso
del absolutismo para mantenerse un mayor período en el poder y evitar un poco el divorcio total
de los poderes sociales; dado que ello pondría en
peligro la duración de este régimen, porque esos
factores de poder se encontrarían conspirando
en contra del orden establecido, y como ya lo demostraron en la revolución, son más fuertes que
la fuerza organizada (Lassalle, 2013). Este recurso
consiste básicamente en dotar al país de una Constitución que se queda en una mera hoja de papel,
porque sus normas no son aplicadas y es una simple fachada. Este tipo de Constitución es la clasificada como semántica.
Lo planteado por Lassalle ha sido objeto de críticas,
como la propuesta por Aguiló (2004). Para este autor es obvia
La contradicción presente en la obra de Lassalle puesto que por un lado, opera un concepto
de Constitución que acaba por ser una mera
función del poder político efectivo (es poder
desnudo) y, por otro califica al pseudoconstitucionalismo – entendido como opuesto al
constitucionalismo – de mero engaño del despotismo. Esto último solo es posible, me parece, si se acepta que en la genuina Constitución
la cuestión primaria no es de poder, sino de
valor, de fundamentación. (p. 39)
En contraposición a lo anterior se debe tener en
cuenta que Lassalle desarrolla el tema del pseudoconstitucionalismo asociado a la contrarrevolución,
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como se mencionó anteriormente, por tanto, al referirse a él ya hubo un desplazamiento en los factores reales de poder y, por consiguiente, ya se ha
iniciado una lucha política para cambiar el orden
establecido. Y recuerda que antes de las revoluciones liberales y las luchas políticas la Constitución se
encontraba concentrada en la organización política
y no en derechos y libertades, lo cual ocasiona un
cambio en el pensamiento del pueblo y en sus exigencias. Lo anterior conlleva a que si se otorga por
la monarquía una Constitución en la que se plasmen los ideales del pueblo pero que en realidad
dichos preceptos no se apliquen, la Constitución
termina siendo un mero engaño del despotismo.
De esta manera, el concepto de Constitución va
cambiando conforme a la variación de los factores
reales de poder imperantes en la realidad; principalmente cuando empezó la idea de una Constitución o Politeia para los antiguos; se trataba de
la organización, la búsqueda de una forma de gobierno que se acoplase a las necesidades del presente (Molinares, 2011, citando a Fioravanti, 2014)
hasta llegar al significado que contamos hoy día,
en el neoconstitucionalismo, donde el papel de los
derechos no simplemente es parte de la Constitución, sino que es su fundamento en general, dado
que la parte orgánica, que se trata de la forma de
gobierno y la organización del Estado, es desarrollada con base en la garantía y protección de esos
derechos a todos los ciudadanos (Molinares, 2011).
Asimismo, en nuestros días, bajo el paradigma neo
constitucional podemos definir una Constitución
siguiendo a Ferrajoli (citado en Molinares, 2011)
como
Un sistema de reglas, tanto sustanciales como
formales, que tiene como destinatarios propios a los titulares del poder. Bajo este modelo
la Constitución no solo representa el perfeccionamiento del Estado de Derecho, sino además constituye un programa político para el
futuro.(p.212 )
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Claro está que para el momento en el que Lasalle
redactó su discurso este concepto aún estaba muy
lejos, faltaban muchas luchas y revoluciones para
lograr el reconocimiento de que las constituciones
como ley fundamental debían proteger de manera
directa al individuo, al ser humano. Empezando con
el pensamiento liberal, a partir del cual se desarrollan los derechos fundamentales, derechos civiles y
políticos, la conquista de los derechos sociales, culturales y económicos, y de los derechos colectivos
y del ambiente, que tuvieron lugar mucho después
que el autor diera a conocer su discurso, en el siglo
XX; por tanto, para él, en ese momento la posibilidad del reconocimiento de ellos es utópica. Aunque estos constituyen la base del nuevo paradigma
de Estado de derecho, el Estado social de derecho,
el desarrollo de estos y los acontecimientos históricos que dieron lugar a su reconocimiento distan
mucho de la realidad que desarrolla el autor.
Por esto, debemos resaltar que a cada autor le es
imposible separarse de su realidad; por tanto, la
teoría de Lassalle se acoplaba a la necesidades de
su país en el periodo histórico en que se desarrolló;
una Constitución que no fuera una simple hoja de
papel o un recurso de la monarquía para seguir un
régimen absolutista, engañando con el papel a la
población y a la comunidad internacional.
La teoría de Lassalle se basa en la realidad social,
que es el fundamento de las constituciones. Al definir que la esencia de la Constitución se encuentra
en los factores reales de poder, simplemente nos
deja ver que la misma va más allá de lo escrito, que
su existencia se debe precisamente a la costumbre
social, a la comunidad a la que va dirigida, cuyo
acopio de conocimiento común no es simplemente
parte de la identidad del pueblo, sino que también
es fundamento de la Constitución y, por tanto, impregna todo el sistema jurídico. Todos somos parte
de nuestra Constitución según los roles que vamos
desarrollando en nuestra comunidad; por ello, si
esta va contra nuestra esencia, no va a tener ninguna duración y su aplicación no puede ser efectiva.
Aunque hoy cabe la posibilidad de que su conte-
nido no se aplique a plenitud pero se trabaje para
conseguirlo.
Finalmente, para que una Constitución pueda ser
llamada ley fundamental y tenga fuerza vinculante,
no puede ser completamente distante de la realidad social del país, dado que su esencia se encuentra en la comunidad y en los factores reales
de poder que influyen en ella. Las Constituciones
van mucho más allá del significado jurídico que
se le pueda otorgar según el devenir histórico y el
conjunto de luchas políticas de las que provienen
las garantías, derechos y libertades, además de los
límites al poder y la delimitación del Estado, actualmente consagrados en ellas, como fue analizado
en lo dicho anteriormente.
Referencias
Aguiló J. (2004). La Constitución del Estado Constitucional. Bogotá, .C.: Temis.
Berger, P. & Luckmann, Th. (1966).. The social construction of reality. New York: Doubleday.
Traducción al castellano de Silvia Zuleta:
La construcción social de la realidad. Buenos Aires: Amorrortu (1968).
Carbonell, M. (2009). Elementos de derecho constitucional. México: Fontamara.
Fioravanti ,M. (2014). Constitucionalismo Experiencias históticas y tendencias actuales. Madrid: Trotta.
Lassalle, F. (2013). ¿Qué es una constitución? Bogotá,
D.C.: Temis.
Molinares, V. (2011). Notas sobre constitución, organización del Estado y derechos humanos .
Barranquilla (Colombia): Editorial Universidad del Norte. Consultado en e-libro: http://
site.ebrary.com/lib/unortesp/docDetail.
action?docID=10552810&p00=notas%20
constitucion
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