11-0129

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SALA CONSTITUCIONAL
Magistrada Ponente: LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO
Expediente Nº 11-0129
El 28 de enero de 2011, se dio por recibido ante la Secretaría de esta Sala
el Oficio s/n del 21 de enero de 2011, suscrito por el ciudadano HUGO
CHAVEZ FRÍAS, en su condición de Presidente de la República Bolivariana
de Venezuela anexo al cual remitió un ejemplar del DECRETO CON
RANGO, VALOR Y FUERZA DE LEY ORGÁNICA DE EMERGENCIA
PARA TERRENOS Y VIVIENDA, dictado con base en la Ley que Autoriza
al Presidente de la República para dictar Decretos con Rango, Valor y Fuerza
de Ley, en las Materias que se Delegan, publicada en la Gaceta Oficial de la
República Bolivariana de Venezuela N° 6.009, Extraordinario, del 17 de
diciembre de 2010, con el propósito de obtener el pronunciamiento de esta Sala
Constitucional acerca de la constitucionalidad de su carácter
orgánico, conforme se ordena en el tercer párrafo del artículo 203 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
En virtud de la reconstitución de la Sala por el nombramiento de sus
nuevos integrantes en sesión de la Asamblea Nacional del 7 de diciembre de
2010, publicada en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela
Nº 39.569 del 8 de diciembre de 2010, la Sala quedó constituida de la siguiente
forma: Presidenta Magistrada Luisa Estella Morales Lamuño,
Vicepresidente Magistrado Francisco Antonio Carrasquero López, y los
Magistrados Marcos Tulio Dugarte Padrón, Carmen Zuleta de Merchán,
Arcadio Delgado Rosales, Juan José Mendoza Jover y Gladys María Gutiérrez
Alvarado.
El 28 de enero de 2011, se dio cuenta en Sala del presente expediente y
se designó como ponente a la Magistrada Luisa Estella Morales Lamuño, quien
con tal carácter, suscribe la presente decisión.
Examinado el articulado del Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley
Orgánica de Emergencia para Terrenos y Vivienda, para la emisión del
pronunciamiento respecto de la constitucionalidad de su carácter orgánico, se
observa:
I
CONTENIDO DECRETO CON RANGO, VALOR Y FUERZA DE LEY
ORGÁNICA DE EMERGENCIA PARA TERRENOS Y VIVIENDA
El Título I de dicho instrumento jurídico remitido a esta Sala
Constitucional, contiene las “Disposiciones Fundamentales” que establecen el
objeto de la ley, las garantías del Estado, las competencias del Ejecutivo
Nacional, definiciones generales, la declaratoria de interés social e utilidad
pública, el derecho de preferencia, y los derechos y deberes de los ciudadanos
beneficiarios de esta Ley (artículos 1 al 8).
El Título II, intitulado “De la Afectación de Uso y Redistribución de los
Terrenos Aptos para la Construcción de Viviendas” recoge los artículos 7 al
14 eiusdem, que regulan la afectación de las tierras públicas o privadas aptas
para la construcción de viviendas, la calificación de urgencia de las obras, las
competencias de la ejecución y la celeridad en la realización de las mismas, la
prevalencia del interés general en la ejecución de esas obras, así como la
designación de la rectoría del Sistema Nacional de Vivienda y Hábitat.
Por su parte, los artículos 15 al 18 eiusdem sistematizados en el Título
III, denominado “De la Adjudicación de Viviendas Construidas o
adquiridas” fijan las formas de financiamientos y subsidios, así como la
elaboración de un registro nacional que recoja los datos de las familias
susceptibles de ser beneficiadas por la presente ley, así como la identificación
de las unidades familiares, los datos y demás especificaciones de las viviendas
que hayan resultado dañadas a consecuencias de las calamidades, catástrofes u
otros acontecimientos naturales o sociales.
El Título IV, “De las Políticas Públicas de Estímulo a la Construcción
de Viviendas Familiares y Multifamiliares” contiene la obligación al sector
bancario de establecer una cartera obligatoria de créditos destinada a atender
los proyectos de la presente ley, así como la potestad del Presidente de la
República Bolivariana de Venezuela en Consejo de Ministros para decretar
“(…) las exoneraciones del Impuesto al Valor Agregado, Impuesto sobre la
renta, Tasas Aduaneras e Impuesto de Importación, que considere necesarios
para promover el objeto de esta Ley”.
Asimismo, en el Título V se establecieron las “Condiciones Generales
en la Adquisición de Viviendas”, destacándose en el Capítulo I, el precio de
final de las unidades de vivienda familiar (artículo 21), en el Capítulo II, los
pagos por concepto de subsidios (artículo 22) y el acceso a diversos planes de
crédito (artículo 23).
Igualmente, en el Título VI “De la Planificación la Política Nacional de
Vivienda y Hábitat”, que comprende el artículo 24, se establece la finalidad de
dicha planificación así como los diversos planes que la integran (Plan Nacional,
Regional o Municipal de Vivienda y Hábitat), los cuales se encuentran
orientados a establecer “(…) los lineamientos para la inversión pública y de
orientación para la inversión privada en el ámbito territorial del plan, todo en
función de la política económica, social, habitaciones, de vialidad y demás
servicios, formulada por el Ejecutivo Nacional”
En el Título VII, denominado “Medidas en vía administrativa”, se
establecen las diversas potestades administrativas que dispone el Ejecutivo
Nacional para garantizar el “derecho de las personas a una vivienda adecuada,
segura, cómoda, higiénica, con servicios básicos esenciales que humanicen las
relaciones familiares, vecinales y comunitarias”, pudiendo ser éstas de
urgencia, de carácter preventivo, temporal o definitivo, así como los
mecanismos previos para su adquisición o la indemnización de los daños a que
hubiere lugar por la asunción de dichas medidas, concluyendo finalmente con
el deber de corresponsabilidad de los Entes del Estado en la ejecución de la
presente ley.
Por su parte, en el Título VIII, titulado “Del Procedimiento de
Expropiación de Emergencia”, consagra la potestad expropiatoria del Estado
con fundamento en la previa declaratoria de utilidad pública e interés social que
consagra la presente ley (artículo 33), el justiprecio del bien (artículo 34), la
oposición a las medidas adoptadas cuya competencia le corresponde al juez
contencioso administrativo (artículo 35), así como el régimen de consignación
del justiprecio y de la sentencia expropiatoria.
Finalmente, el Título IX “Disposiciones Finales del Desconocimiento de
Formas y Negocios Jurídicos”, se establece una facultad jurisdiccional para
proceder al desconocimiento de las formas jurídicas y procedimientos que se
adopten destinadas a “(…) cometer fraude contra las normativas contenidas en
la presente ley (…)”, aun cuando estos se hayan realizado con anterioridad, para
concluir en el artículo 38, con la declaratoria de orden público de las
disposiciones contenidas en la presente ley y la derogatoria de “(…) todas las
normas que colidan con lo dispuesto en la presente Ley”.
II
DE LA COMPETENCIA
Como premisa procesal, esta Sala debe fijar su competencia para efectuar
el pronunciamiento a que se refiere el segundo aparte del artículo 203
constitucional y el artículo 25.14 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de
Justicia, para examinar la constitucionalidad del carácter orgánico conferido
al Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Emergencia para
Terrenos y Vivienda, con tal propósito observa:
El Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Emergencia
para Terrenos y Vivienda fue dictado por el ciudadano Presidente de la
República Bolivariana de Venezuela, en Consejo de Ministros, en ejercicio de
la facultad legislativa conferida en el numeral 8 del artículo 236 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y en la Ley que
Autoriza al Presidente de la República para dictar Decretos con Rango, Valor y
Fuerza de Ley, en las Materias que se Delegan, publicada en la Gaceta Oficial
de la República Bolivariana de Venezuela N° 6.009, Extraordinario, del 17 de
diciembre de 2010.
Esta Sala, en supuestos análogos al planteado, ha afirmado su
competencia jurisdiccional para efectuar el control previo de constitucionalidad
del carácter orgánico de un Decreto Ley, cuando el mismo ha sido dictado por
el Presidente de la República, en ejercicio de la facultad normativa que le
reconoce el numeral 8 del artículo 236 del mismo Texto Fundamental, previa
habilitación del Órgano Legislativo Nacional (Vid. Sentencias de esta Sala
Constitucional Nros.1.716 del 19 de septiembre de 2001, caso: “Decreto con
Fuerza de Ley Orgánica de los Espacios Acuáticos e Insulares”; 1.719 del 19
de septiembre de 2001, caso: “Decreto con Fuerza de Ley Orgánica de Ciencia,
Tecnología e Innovación”; 2.177 del 6 de noviembre de 2001, caso: “Decreto
con Fuerza de Ley Orgánica de Identificación”; 2.264 del 13 de noviembre de
2001, caso: “Decreto con Fuerza de Ley Orgánica de Hidrocarburos”; 2.265
del 13 de noviembre de 2001, caso: “Decreto con Rango de Ley Orgánica de
Turismo”; 2.266 del 13 de noviembre de 2001, caso: “Decreto con Fuerza de
Ley Orgánica de Planificación” y 794 del 8 de mayo de 2008, caso: “Decreto
con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Ordenación de las Empresas
que Desarrollan Actividades en el Sector Siderúrgico en la Región de
Guayana”, entre otras).
Además de la remisión impuesta por la norma primaria (artículo 203
constitucional), dirigida concretamente al Órgano Legislativo Nacional, debe
destacarse el contenido del artículo 2 de la Ley que Autoriza al Presidente de la
República para dictar Decretos con Rango, Valor y Fuerza de Ley, en las
Materias que se Delegan, publicada en la Gaceta Oficial de la República
Bolivariana de Venezuela N° 6.009, Extraordinario, del 17 de diciembre de
2010 que, a texto expreso, dispone:
“Artículo 2. Cuando se trate de un Decreto con Rango, Valor
y Fuerza de Ley, al cual el Presidente de la República le
confiera carácter Orgánico, deberá remitirse, antes de su
publicación en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana
de Venezuela, a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia, a los fines que ésta se pronuncie sobre la
constitucionalidad de tal carácter, de conformidad con el
artículo 203 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela”.
Como se observa, la norma contenida en la ley autorizatoria extiende el
deber que le impone el Constituyente a la Asamblea Nacional de remitir las
leyes que haya calificado de orgánicas a esta Sala Constitucional para revisar la
constitucionalidad de tal denominación, al Presidente de la República cuando,
actuando como legislador delegado, califique como orgánicos los actos
normativos (Decretos Leyes) dictados en ejecución de dicha facultad. En tal
sentido, la Sala deberá examinar si tales instrumentos jurídicos se insertan en
alguna de las categorías de leyes orgánicas que el propio Texto Constitucional
así define.
En efecto, las normas con fuerza, valor y rango de ley, según sea el caso,
dictadas por el Poder Ejecutivo en ejercicio de la facultad legislativa delegada
constituyen, al igual que las normas dictadas por el órgano del Poder Público
Nacional titular de la potestad legislativa (Asamblea Nacional), mandatos
jurídicos subordinados a las normas y principios constitucionales y, por tanto,
tienen igual valor normativo que la ley en el sistema de fuentes del
ordenamiento jurídico, razón por la cual, puede la Sala analizar si la calificación
orgánica que se les asigna se ajusta a las categorías o subtipos normativos que
define el Constituyente en el primer párrafo del artículo 203 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela.
Ello así, el control jurisdiccional asignado a esta Sala Constitucional está
circunscrito a la verificación previa de la constitucionalidad del carácter
orgánico de la ley (control objetivo del acto estatal), independientemente del
órgano (sujeto) que emite el acto estatal, siempre que esté constitucionalmente
habilitado para ello (Asamblea Nacional o Presidente de la República, en virtud
de la habilitación legislativa).
Correlativamente, el artículo 25.14 de la Ley Orgánica del Tribunal
Supremo de Justicia atribuye expresamente a esta Sala Constitucional “(…)
Determinar, antes de su promulgación, la constitucionalidad del carácter
orgánico de la leyes que sean sancionadas por la Asamblea Nacional, o de los
Decretos con Rango, Valor y Fuerza de Ley que sean dictados por el Presidente
o Presidenta de la República en Consejo de Ministros”.
Así, si bien el Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de
Emergencia para Terrenos y Vivienda no fue dictado por el titular de la potestad
legislativa, esto es, la Asamblea Nacional, lo fue por delegación de ésta mediante la Ley que Autoriza al Presidente de la República para dictar Decretos
con Rango, Valor y Fuerza de Ley en las Materias que se Delegan, en Consejo
de Ministros-, razón por la cual esta Sala resulta competente para pronunciarse
acerca de la constitucionalidad del carácter orgánico del mismo, conforme a las
normas supra indicadas, y así se declara.
III
ANÁLISIS DEL CARÁCTER ORGÁNICO DE LA LEY
SOMETIDA A CONSIDERACIÓN
Como premisa del análisis subsiguiente, esta Sala, en sentencia Nº 537
del 12 de junio de 2000, caso: “Ley Orgánica de Telecomunicaciones”, fijó el
alcance de aquellas nociones que sirven para calificar las leyes –u otro acto que
detente el mismo rango emanado por una autoridad constitucionalmente
habilitada para ello- como orgánicas, prevista en el artículo 203 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, utilizando dos criterios
de división lógica distintos, a saber: uno, obedece a un criterio técnico-formal,
es decir, a la prescripción de su denominación constitucional o la calificación
por la Asamblea Nacional de su carácter de ley marco o cuadro; el otro, obedece
a un principio material relativo a la organización del Poder Público y al
desarrollo de los derechos constitucionales. En tal sentido, se estableció que el
pronunciamiento de la Sala Constitucional era necesario para cualquiera de las
categorías señaladas, excepto para las leyes orgánicas por denominación
constitucional, pues el artículo 203 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela se refiere a “(...) las leyes que la Asamblea Nacional
haya calificado de orgánicas”.
Conforme a su ámbito de regulación material, a la luz del artículo 203 de
la Constitución de 1999, son materias reservadas a la ley orgánica: (i) las que
en casos concretos así haya considerado el propio Texto Constitucional (vale
decir, las leyes orgánicas por denominación constitucional), y aquellas
relativas (ii) a la organización de los Poderes Públicos, (iii) al desarrollo de
derechos constitucionales, y (iv) las que constituyan un marco normativo para
otras leyes.
Precisa la Sala que los mencionados supuestos a que se refiere el artículo
203 de la Constitución poseen carácter taxativo, lo que implica que cualquier
ley a la cual se pretenda considerar como orgánica debe estar incluida en
cualquiera de ellos para que se le estime y se le denomine como tal.
Además del análisis de los criterios formales y materiales que debe tomar
en consideración la autoridad legislativa para calificar una ley como orgánica,
la Sala ha hecho énfasis en el alcance restrictivo de aquellas previsiones
constitucionales que establecen reservas en favor de una ley orgánica y que
condicionan la anterior denominación. En tal sentido, esta Sala Constitucional
afirmó, al reexaminar los subtipos normativos inmersos en el artículo 203
constitucional, lo siguiente:
“(…) aprecia la Sala que es perfectamente sostenible, siguiendo
incluso la doctrina y jurisprudencia que ha dominado en España
en relación con el principio de competencia, que además de existir
materias reservadas a la ley orgánica, también la ley orgánica
está reservada para regular tales ámbitos. Esto supone negar que
mediante ley orgánica sea constitucional regular cualquier
materia y, a su vez, que sea de orden jerárquico la relación entre
aquélla y la ley ordinaria que del mismo modo tiene un ámbito
material propio; máxime cuando, siguiendo a De Otto, esta Sala
debe reiterar que la ley orgánica ‘es, simplemente, una ley
reforzada, dotada de mayor rigidez que la ordinaria en cuanto
regule materias reservadas a la ley orgánica’ (DE OTTO,
Ignacio, Derecho Constitucional. Sistema de Fuentes, Ariel,
Barcelona, 1999, p. 114). Así se justifica no solamente la
imposibilidad de que las leyes ordinarias modifiquen lo
establecido por las leyes orgánicas, sino también la paralela
imposibilidad de que la ley orgánica regule materias no
comprendidas en la relación taxativa prevista en el artículo 203
constitucional para la ley orgánica.
Ello conduce a sostener, igualmente, el alcance restrictivo que
debe darse a la interpretación de las previsiones constitucionales
que establecen reservas de ley orgánica, particularmente en
relación con expresiones como ‘organizar los poderes públicos’ y
‘desarrollar los derechos constitucionales’ (… omissis…). En esta
oportunidad, la Sala insiste en que los subtipos de ley orgánica
introducidos por la Constitución de 1999, desde el punto de vista
sustantivo, llevan implícito un contenido, que es aquel que el
Constituyente estimó conveniente regular mediante una ley
reforzada, dotada de mayor rigidez que la ordinaria en cuanto
regule materias de especial repercusión que han sido reservadas
a la ley orgánica, ‘las cuales requieren de mayores niveles de
discusión, participación, deliberación y consensos, así como de
mayor estabilidad y permanencia en el tiempo’ (vid. Sentencia de
esta Sala N° 34 del 26 de enero de 2004). Así, aclara esta Sala
que la noción constitucional de las leyes orgánicas impone
expandir los puntos de vista hacia un enfoque material restrictivo,
que da lugar a la prohibición de que la Asamblea Nacional pueda
calificar de orgánica a las leyes que regulen materias distintas a
las contempladas en los supuestos constitucionales antes
identificados o bien aquéllas que tengan una finalidad distinta a
la allí expresada, como podría ser la de servir de marco
normativo de otras leyes”. (Vid. Sentencia de esta Sala N°
229/2007 supra mencionada).
En consonancia con el criterio anteriormente expuesto, la Sala insiste en
que los subtipos de ley orgánica introducidos por la Constitución de 1999, desde
el punto de vista sustantivo, llevan implícito un contenido, que es aquel que el
Constituyente estimó conveniente regular mediante una ley reforzada, dotada
de mayor rigidez que la ordinaria en cuanto regule materias de especial
repercusión que han sido reservadas a la ley orgánica, “(…) las cuales
requieren de mayores niveles de discusión, participación, deliberación y
consensos, así como de mayor estabilidad y permanencia en el
tiempo” (Sentencia de esta Sala N° 34 del 26 de enero de 2004, caso: “Vestalia
Sampedro de Araujo y otros” ).
Por tanto, aclara esta Sala que la noción constitucional de las leyes
orgánicas impone expandir los puntos de vista hacia un enfoque material
restrictivo, que da lugar a la prohibición de que se pueda calificar de orgánicas
a las leyes que regulen materias distintas a las contempladas en los supuestos
constitucionales antes identificados o bien aquéllas que tengan una finalidad
distinta a la allí expresada (Cfr. Sentencia de esta Sala N° 1.159 del 22 de junio
de 2007, caso: “Decreto con Rango y Fuerza de Ley Orgánica de
Reorganización del Sector Eléctrico”).
A partir de los anteriores criterios de distinción, en primer lugar, esta Sala
observa que la materia objeto de regulación, es la relativa a “(…) establecer un
conjunto de mecanismo extraordinarios a cargo del Ejecutivo Nacional, en
coordinación con otros entes públicos y privados, nacionales e internacionales,
destinados a hacerle frente con éxito y rapidez a la crisis de vivienda que ha
afectado a nuestro pueblo como consecuencia del modelo capitalista
explotador y excluyente, y que se ha agudizado por los efectos del cambio
climático, generador de devastaciones en amplias zonas del territorio
nacional” (artículo 1 eiusdem).
En este orden de ideas, se aprecia que el referido Decreto garantiza y
desarrolla los mecanismos para garantizar la eficacia de un derecho
constitucional como lo es el derecho a la vivienda, consagrado en el artículo 82
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el cual
expresamente consagrada que “Toda persona tiene derecho a una vivienda
adecuada, segura, cómoda, higiénicas, con servicios básicos esenciales que
incluyan un hábitat que humanice las relaciones familiares, vecinales y
comunitarias. La satisfacción progresiva de este derecho es obligación
compartida entre los ciudadanos y ciudadanas y el Estado en todos sus
ámbitos. El Estado dará prioridad a las familias y garantizará los medios para
que éstas, y especialmente las de escasos recursos, puedan acceder a las
políticas sociales y al crédito para la construcción, adquisición o ampliación
de viviendas”.
Así el artículo 2 del referido Decreto, expresa en consonancia con el
artículo constitucional que “El Estado garantizará el derecho a una vivienda
digna, dando prioridad a aquellas familias que se encuentren en riesgo vital,
así como las que no posean vivienda propia y a las parejas jóvenes que están
fundando familias”, además de consagrar en el contexto normativo que la
integran los mecanismos de acceso y financiamiento para la adquisición de
viviendas familiares principales (Vid. Artículos 6, 15, 16, 17 y 19, entre otros).
En consecuencia, se advierte que el presente decreto ley no contempla
cualquier regulación del derecho a la vivienda, sino que el mismo contiene
elementos básicos y esenciales de dicha regulación, que contribuyen a la mejor
aplicación del precepto constitucional porque incida en aspectos propios de la
eficacia del mismo; como son el acceso, ejecución, así como el establecimiento
de los deberes y derechos en su desarrollo y cumplimiento (artículos 7 y
8 eiusdem).
En tal sentido, en dicho marco normativo se aprecia que el mismo tiene
como finalidad garantizar un derecho fundamental intrínseco a la dignidad
humana como puede ser considerada la libertad o la salud, ya que atiende a la
necesidad del hombre de habitar una vivienda que permita su desarrollo y
crecimiento personal como condición esencial para la existencia y protección
del núcleo familiar y, por ende, de la misma sociedad (artículo 24 del referido
Decreto), por lo que es pertinente que el Estado, como manifiesta evolución
natural, garantice la protección progresiva de este derecho y de otros derechos
que se interrelacionan con otra serie de garantías y/o derechos constitucionales
como lo pueden ser la salud, la seguridad, la protección a la familia, entre otros
derechos que guardan cierta conexidad con el desarrollo de la dignidad humana
(Vid. Sentencia de esta Sala 314/2009 y 835/2009).
En ese orden de ideas, luego de analizar los fundamentos teóricos
anotados, y sin que ello constituya pronunciamiento sobre la constitucionalidad
del contenido de la normativa propuesta por el ciudadano Presidente de la
República, en ejercicio de la atribución normativa que le confiere el artículo
236.8 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y la Ley
que Autoriza al Presidente de la República para dictar Decretos con Rango,
Valor y Fuerza de Ley, en las Materias que se Delegan, publicada en la Gaceta
Oficial de la República Bolivariana de Venezuela N° 6.009, Extraordinario, del
17 de diciembre de 2010, esta Sala se pronuncia a los efectos previstos en el
artículo 203 constitucional, y al respecto considera que es constitucional el
carácter orgánico otorgado al Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley
Orgánica de Emergencia para Terrenos y Vivienda, pues éste se adecúa a las
características jurídicas que tienen las leyes orgánicas, en cuanto a su forma y
contenido, teniendo en cuenta que con la misma se pretende regular uno de los
supuestos previstos en la citada norma constitucional que hacen posible
convenir en su carácter orgánico, ello por cuanto:
Conforme al criterio fijado por esta Sala en su sentencia N° 537 del 12
de junio de 2000, caso: “Ley Orgánica de Telecomunicaciones”, el Decreto
con Rango, Valor y Fuerza de Ley Orgánica de Emergencia para Terrenos y
Vivienda ostenta el carácter técnico-formal que la erigen en una de la ley que
desarrollo el ejercicio de un derecho constitucional, como lo es el derecho
constitucional a la vivienda (ex artículo 82 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela), subsumible en la tercera categoría normativa
prevista en el artículo 203 constitucional.
Con base en las anteriores consideraciones, este Máximo Tribunal se
pronuncia, conforme a lo previsto en el artículo 203 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y en el artículo 25.14 de la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia, en el sentido de declarar la constitucionalidad
del carácter orgánico conferido al Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley
Orgánica de Emergencia para Terrenos y Vivienda, y así se decide.
IV
DECISIÓN
Por las razones expuestas, esta Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia, administrando justicia, en nombre de la República por autoridad de
la ley, conforme a lo previsto en el artículo 203 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela y en el artículo 25.14 de la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia, declara LA CONSTITUCIONALIDAD
DEL CARÁCTER ORGÁNICO DEL DECRETO CON RANGO,
VALOR Y FUERZA DE LEY ORGÁNICA DE EMERGENCIA PARA
TERRENOS Y VIVIENDA.
Publíquese, regístrese y comuníquese. Remítase al ciudadano Presidente
de la República copia certificada de la presente decisión así como de los
recaudos que remitió a esta Sala. Cúmplase lo ordenado.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Despacho de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los 28 días del
mes de enero de dos mil once (2011). Años: 200º de la Independencia y 151º
de la Federación.
La Presidenta de la Sala,
LUISA ESTELLA MORALES LAMUÑO
Ponente
El Vicepresidente,
FRANCISCO ANTONIO CARRASQUERO
LÓPEZ
Los Magistrados,
MARCOS TULIO DUGARTE PADRÓN
CARMEN ZULETA DE MERCHÁN
ARCADIO DE JESÚS DELGADO ROSALES
JUAN JOSÉ MENDOZA JOVER
GLADYS MARÍA GUTIÉRREZ ALVARADO
El Secretario,
JOSÉ LEONARDO REQUENA CABELLO
Exp. N º 11-0129
LEML/
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