Dictamen 116-2011

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CONSEJO CONSULTIVO DE ARAGÓN
DICTAMEN Nº 116 / 2011
Materia sometida a dictamen: Reclamación en materia de responsabilidad patrimonial de la
Administración derivada de la asistencia sanitaria prestada en el Hospital Clínico Universitario
“Miguel Servet” de Zaragoza.
ANTECEDENTES
Primero.- Con fecha 11 de marzo de 2010 se presentó escrito suscrito y firmado por
Don Javier Sagardoy Muniesa, actuando en nombre y representación de “X”, formulando reclamación
por daños derivados de la calificada como incorrecta asistencia sanitaria, prestada en el Hospital
Miguel Servet de Zaragoza, al producirse una perforación iatrogénica del colon en el transcurso de
una nefrolitectomía percutánea.
En dicho escrito se manifiesta lo siguiente:
“(…)
Segundo.- El 20 de octubre ingresa procedente de lista de espera en el Servicio de Urología
del HUMS de Zaragoza por litiasis piélica, para nefrolitectomía percutánea derecha que, sin
contradicción previa y bajo anestesia general, se lleva a cabo el 21 de octubre de 2008.
El 24 de octubre de 2008 la paciente presenta fiebre de 38,1 ºC, dolor abdominal,
hipotensión y salida por drenaje/orificio de Rush de material de aspecto purulento en relación con
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lesión de colon objetivada en TAC urgente de la misma fecha (derrame pleural bilateral con
atelectasia pasiva en ambos lóbulos inferiores; neumoperitoneo, catéteres de nefrostomía en riñón
derecho que parecen atravesar colon ascendente –ángulo hepático de colon, probable causa de su
neumoperitoneo; líquido libre en cantidad intraabdominales; pequeña colección en pared abdominal
en zona de nefrostomía con enfisema subcutáneo a su alrededor), por lo que, de modo urgente, se le
interviene quirúrgicamente en la madrugada del día 25 de Octubre de 2008, encontrándose una
peritonitis purulenta-fecaloidea secundaria a perforación iatrogénica del ángulo hepático del colon.
Debido a ello se realizó retirada de nefrostomía y Rush y sustitución por catéter ureteral
derecho (caído el 18 de octubre de 2008) y hemicolectomía derecha con ileostomía Terminal y fístula
mucosa en colon transverso por parte del servicio de Cirugía General, con ingreso inicialmente en
UCI y paso posterior al Servicio de Cirugía General.
Tras postoperatorio inmediato en UCI, pasa a planta el 30 de octubre de 2008, siendo el
postoperatorio tórpido por íleo y fiebre elevados secundarios a colecciones intraabdominales que
fueron tratadas con antibióticos intravenosos y drenaje percutáneo.
(…)
Encontrándose la paciente con buen estado general, afebril, tolerando ingesta y con buen
funcionamiento de la ileostomía, con último cultivo positivo para hongos, por lo que lleva tratamiento
con fluconazol VO que debe mantener 5 días más, es alta hospitalaria el 27 de noviembre de 2008,
debiendo continuar controles en Consultas Externas.
(…)
Tercero.- El 12 de abril de 2009 ingresa de forma programada en la Unidad de
Coloproctología del Servicio de Cirugía del HUMS de Zaragoza para reconstrucción del tránsito
intestinal.
Tras preoperatorio correcto que no contraindica intervención (con colonoscopia de 5 de
Febrero de 2009 normal con importante espasticidad), el 14 de abril de 2009, bajo anestesia general,
se le practica reconstrucción del tránsito intestinal mediante una anastomosis mecánica
ileotransversa latero-lateral.
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Con evolución favorable salvo infección en la parte inferior de la laparotomía,
encontrándose afebril, tolerando dieta oral, haciendo deposición y con infección de la herida
quirúrgica en resolución, es dada de alta hospitalaria el 27 de abril de 2009, con las
recomendaciones de dieta progresivamente normal, medicación habitual si dolor, evitar esfuerzos
fuertes durante un mes y cura diaria en su centro de salud, debiendo acudir a consultas externas de
Cirugía para cura el 4 de mayo de 2009.
(…)
Sexto.- La compareciente a consecuencia de la negligente actuación médica, efectuada con
motivo de la intervención quirúrgica, realizada en fecha 21 de octubre de 2008, presenta en la
actualidad:
‘Discretos trastornos funcionales tales como presencia de dolores abdominales recurrentes,
mala digestión, sensación nauseosa, vómitos y diarreas; encontrándose la musculatura abdominal
flácida y un abdomen de aspecto globuloso, auscultándose frecuentes borgorigmos, debiendo ser
portadora de faja abdominal; presenta diversas cicatrices quirúrgicas de origen quirúrgico que
constituyen un perjuicio estético ligero (…); ha cursado un trastorno ansioso depresivo’.
Para acreditar su realidad se acompaña informe médico valorador (…).”
Acompañan al escrito los siguientes documentos:
-
Escrito firmado por “X”, por el que otorga su representación a …
-
Fotocopias del DNI de “X”
-
Diversos informes y documentos que pertenecen a su historia clínica.
-
Resolución de la Dirección Provincial de Teruel del Instituto Nacional de la
Seguridad Social por la que se decide iniciar un expediente de incapacidad permanente en relación
con la situación de la reclamante.
-
Informe médico pericial de valoración de los daños corporales que ha sufrido la
reclamante.
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Segundo.- Mediante oficio de fecha 22 de marzo de 2010, se comunica al abogado de la
reclamante la recepción del escrito, la incoación del procedimiento, la competencia del Consejero de
Salud y Consumo para resolver sobre la reclamación y el plazo de seis meses para adoptar la
resolución, salvo en los supuestos de suspensión.
La Secretaria General Técnica del Departamento de Salud y Consumo (en la actualidad,
Departamento de Sanidad, Bienestar Social y Familia), mediante sendos escritos de fecha 22 de marzo
de 2010, comunica la presentación de la reclamación a la correduría Aon, Gil y Carvajal, S.A. y a la
aseguradora Zurich España, S.A., remitiendo a ésta última copia de la misma.
Tercero.- Mediante dos notas interiores de 9 de abril de 2010, se solicita la remisión de la
historia clínica de la reclamante a la Gerencia del Hospital de Alcañiz y a la Gerencia del Sector
Zaragoza II Hospital Miguel Servet, y a éste último, además, que proceda a la remisión de informe
del Jefe del Servicio de Urología en relación con las circunstancias del caso.
El Director del Hospital de Alcañiz remite la historia clínica de la paciente, mediante escrito
de fecha 29 de abril de 2010.
Mediante nota interior de fecha 4 de junio de 2010, se reitera la solicitud de remisión de la
documentación clínica a la Gerencia del Sector de Zaragoza II.
El Gerente del Sector II remite la historia clínica y el parte de reclamación del seguro de
responsabilidad sanitaria mediante nota interior de fecha 9 de junio de 2010, comunicando que en
cuanto se disponga del Informe de Urología, se remitirá a la Secretaría General Técnica.
Cuarto.- El abogado de la reclamante presenta, el día 8 de septiembre de 2010, escrito por el
solicita información sobre el estado de tramitación del expediente.
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La Secretaria General Técnica remite oficio de fecha 9 de septiembre de 2010 por el que
comunica a la parte reclamante que se está a la espera de recibir la información clínica solicitada al
Servicio Aragonés de Salud.
Quinto.- Mediante nota interior de fecha 22 de septiembre de 2010, se reitera la solicitud de
remisión del Informe del Servicio de Urología del Hospital Miguel Servet.
Dicho informe es remitido, mediante nota interior de fecha 25 de octubre de 2010. En él, se
manifiesta que:
“(…)
2.- En “X” no se objetivaron factores de riesgo individuales que aumenten la incidencia de
lesión intestinal en la Nefrolitotomía Percutánea (NLP), y según consta en el protocolo quirúrgico
de la NLP, no se objetivó ninguna complicación durante el procedimiento ni se sospechó lesión
intestinal durante ni al acabar la cirugía.
3.- En “X” se empleó la técnica estándar que realizamos en la NLP en el Servicio de
Urología del Hospital Universitario ‘Miguel Servet’.
Se sustituyó el catéter doble J que portaba la paciente, por un catéter ureteral externo, por
dicho catéter se realizó una opacificación (introducción de contraste radiológico) y se visualizaron
las cavidades renales. Una vez opacificadas (visualizadas) la pelvis renal y los cálices renales, se
colocó a la paciente en decúbito prono (boca abajo) y tras nueva opacificación radiológica se realizó
punción del riñón a través del cáliz inferior. Se colocó una primera guía, y a continuación una
segunda guía que denominamos de seguridad. Se realizó dilatación con catéter balón y se colocó
vaina de amplatz para la introducción del nefroscopio y realización de NLP.
En todo este proceso no se objetivó ninguna alteración que hiciera sospechar la lesión
intestinal, realizándose el procedimiento de manera estándar.
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Durante la NLP, se fragmentó la litiasis y se extrajeron todos los fragmentos, dejando como
drenaje postquirúrgico una sonda de Rush en la pelvis renal y una nefrostomía de pequeño calibre
para realizar un lavado renal continuo que minimice el sangrado.
Se retiró el catéter ureteral, según procedimiento habitual, pero no se detectó ninguna
alteración durante la cirugía que justificara la permanencia del mismo.
Destacar que en “X”, se realizó la técnica estándar de NLP que se realiza en el Servicio de
Urología del Hospital Universitario Miguel Servet (HUMS), y que durante la cirugía no se objetivó
ninguna alteración o incidencia que pudiera hacer sospechar la complicación de una lesión
intestinal.
La punción de un riñón para la realización de la NLP puede realizarse bajo control
radiológico o ecográfico. Desde el inicio de nuestra experiencia (1988) en el Servicio de Urología del
Hospital Universitario Miguel Servet, cuando realizamos una punción renal como paso inicial de una
NLP, colocamos un catéter uretral, a través del cual podemos introducir contraste radiológico que
nos permite mediante control radioscópico la punción del sistema urinario a través del cáliz inferior
(menor incidencia de sangrado y de complicaciones). En el Servicio de Urología del Hospital
Universitario Miguel Servet la NLP la realizamos mediante punción guiada por control radiológico,
ya que la punción guiada por ecografía no permite precisar con exactitud si estamos realizando la
punción correctamente a través del cáliz.
En referencia a “X” se realizó la técnica estándar de punción, la que realizamos en todas
las NLP y con la que nos sentimos más seguros.
4.- Una vez finalizada la NLP, se colocó el tubo de drenaje (Sonda de Rush) y nefrostomía
para lavar las cavidades renales. Se realizó una opacificación comprobando que se habían extraído
todos los fragmentos del cálculo y que tanto el tubo de drenaje, como la nefrostomía estaban bien
colocados en las cavidades renales.
Este es el procedimiento estándar y no realizamos ecografía al acabar la NLP. Si en algún
momento se hubiera sospechado la presencia de lesión intestinal, durante la realización de la NLP o
al finalizar el procedimiento, se hubiera realizado una consulta al servicio de cirugía para
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valoración de dicha lesión y decisión sobre la actitud a seguir ante dicha situación. Pero en ningún
momento se sospechó lesión intestinal.
Posteriormente, el día 24/11/2008, la paciente presentó un cuadro de fiebre, dolor abdominal
y secreción de material purulento por el tubo de drenaje, por lo que se realizó un TAC abdominal que
evidenció lesión intestinal.”
Sexto.- Se solicita, mediante nota interior de fecha 29 de octubre de 2010, que se emita el
Informe Técnico de la Inspección Médica a …
Obra en el expediente el Informe Técnico de la Inspección Médica, de fecha 3 de noviembre
de 2010, en el que se expresa lo siguiente:
“(…)
CONCLUSIONES
No se acredita que la complicación sobrevenida (perforación del colon ascendente durante la
maniobra de nefolitectomía percutánea) fuese debida a mala praxis profesional y dado que el riesgo
de sufrir este tipo de lesión está descrito en el documento de consentimiento al efecto y que la
frecuencia de este tipo de complicación en el Servicio actuante está por debajo de la media
científicamente reportada, no consideramos este daño susceptible de generar responsabilidad
patrimonial de la Administración.”
Mediante escrito de 3 de noviembre de 2010, se remite este Informe técnico de Inspección y
el resto de documentación que obra en el expediente a Aon, Gil y Carvajal, S.A.
Séptimo.- La Asesoría Médica Dictamed I & I, S.L., a solicitud de Zurich España S.A.,
emitió informe de un especialista en Urología el 30 de diciembre de 2010. El informe figura unido al
expediente y en sus conclusiones se manifiesta lo siguiente:
“CONCLUSIONES
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1. El 4-9-08 la paciente fue diagnosticada de cólico renal complicado debido a litiasis de
aproximadamente 2 cm. en la pelvis renal del riñón derecho. Correctamente fue tratada con la
colocación de un catéter ureteral doble ‘J’ bajo cobertura antibiótica.
2. En la historia clínica se observan dos indicaciones terapéuticas distintas (litotricia
extracorpórea y nefrolitotomía percutánea) para el tratamiento de la litiasis. Según la Guía Clínica
de la Asociación Europea de Urología ambas son correctas.
3. La paciente firmó un Documento de consentimiento informado para Nefrolitotomía
Percutánea. En el punto 4 de dicho documento se especifica entre otras complicaciones la posibilidad
de la ‘perforación de vías intestinales’.
4. Al 3º día del postoperatorio presentó un cuadro séptico con dolor abdominal y salida de
material purulento por la nefrostomía. Fue diagnosticada de perforación iatrogénica del ángulo
hepático del colon.
5. La perforación del colon en el transcurso de una nefrolitotomía percutánea es una
complicación infrecuente. Que se encuentra ampliamente descrita en la literatura médica y se cifra
en el 0,5-1% de los procedimientos
6. El mismo día en el que presentó la clínica abdominal se le practicó laparotomía
exploradora, colectomía parcial e ileostomía de descarga.
7. el 14-4-09 fue de nuevo intervenida para restablecer el tránsito intestinal.
8. La actuación de todos los Profesionales implicados en este caso fue totalmente correcta,
ajustándose al ‘estado del arte’ de la medicina y cumpliendo en todo momento con la ‘Lex Artis ad
hoc’.”
Octavo.- Mediante oficio de fecha 31 de enero de 2011, se comunica al abogado de la
reclamante la apertura del trámite de audiencia, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 11 del
RD 429/1993, de 26 de marzo.
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El día 14 de febrero de 2011, el abogado de la reclamante se persona en las dependencias de
la Sección de Asuntos Jurídicos – Unidad de Responsabilidad Sanitaria y se le da vista de todo el
expediente, retirando copia íntegra del mismo.
Noveno.- De la documentación obrante en el expediente administrativo y de las actuaciones
practicadas se consideran hechos acreditados los siguientes:
a)
Paciente de 46 años con antecedentes personales de litiasis renouretral, que ingresó en
su hospital de área el día 4 de septiembre de 2008 por cuadro cólico renal, observando en la ecografía
ectasia renal derecha grado III secundaria a litiasis cálcica de 3 cms. En pelvis renal, realizando el día
4 de septiembre de 2008 cateterismo uretral derecho para derivación doble J, cediendo el cuadro y
siendo derivada a MAZ para litotricia extracorpórea por ondas de choque que se realizó el 6 de
septiembre de 2008.
b)
Tras tratamiento continuó control en el Servicio de Urología de su hospital, donde el
día 18 de octubre de 2008 se objetivó caída del catéter derecho, por lo que se derivó al hospital de
referencia el día 20 de octubre de 2008 para nefrolitectomía percutánea que se efectuó el 21 de
octubre de 2008 previa firma del consentimiento informado, dejando catéteres de nefrostomía.
c)
A las 38 horas tras intervención inició cuadro febril con débito por drenaje orificio de
Rush de material purulento, mostrando el TAC neumoperitoneo por perforación del colon en el
ángulo hepático producida por los catéteres de nefrostomía, siendo éstos normofuncionantes sin
observarse ectasias renales ni de las vías excretoras.
d)
Se procedió a retirar la nefrostomía y el Rush, sustituirlos por catéter ureteral y
practicar laparotomía el día 25 de octubre de 2008 que halló peritonitis fecaloidea secundaria a
perforación iatrógena del colon. Se efectuó hemicolectomía derecha con ileostomía Terminal y fístula
mucosa en colon transverso.
e)
Tras UCI pasó a planta el día 30 de octubre de 2008 con evolución tórpida (shock
séptica) por persistencia de colecciones intraabdominales que precisaron drenajes percutáneos. El día
4 de noviembre de 2008 en el TAC se observó derrame pleural bilateral con atelectasia izquierda, así
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como pequeñas colecciones subfrénica, subhepática en flanco, en gotiera parabólica derecha y en
pelvis menor. Se efectuó drenaje percutáneo guiado y colocación de varios catéteres.
f)
En el TAC del 18 de noviembre de 2008 persistían colecciones residuales subfrénicas
con ocupación del Douglas. El día 25 de noviembre de 2008 la urografía era normal (tránsito correcto
de las vías urinarias). La colonoscopia del 5 de febrero de 2009 era normal, con importante
espasticidad del colon.
g)
El día 14 de abril de 2009 se intervino para reconstrucción del tránsito intestinal
(anastomosis ileotransversa laterolateral). La infección de la herida quirúrgica se resolvió siendo dada
de alta el día 27 de abril de 2009.
h)
Como consecuencia de las complicaciones padeció trastorno de adaptación mixto
ansiosodepresivo y ha tramitado la incapacidad permanente por desajustes anímicos, algias
abdominales recurrentes y disfunción intestinal.
Décimo.- Consta en el expediente la propuesta de resolución de fecha 22 de agosto de 2011,
por la que se propone desestimar la reclamación de “X”, por considerar que no existe relación de
causalidad entre los daños que se alegan y la asistencia sanitaria que le prestaron en el Hospital
Miguel Servet.
Undécimo.- El
Consejero de Sanidad, Bienestar Social y Familia solicitó del Consejo
Consultivo de Aragón dictamen preceptivo, mediante escrito de fecha 23 de agosto de 2011,
registrado de entrada el día 29 de agosto de 2011, adjuntando borrador de la Orden resolutoria,
original del expediente administrativo y relación índice de los documentos que lo conforman.
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CONSIDERACIONES JURIDICAS
I
El dictamen solicitado entra dentro de las competencias del Consejo Consultivo de
Aragón tal y como se regula en el artículo 15.10 de la Ley 1/2009, de 30 de marzo, del Consejo
Consultivo de Aragón, que dispone la necesidad de consulta preceptiva al Consejo en el supuesto de
“reclamaciones administrativas de indemnización de daños y perjuicios de cuantía superior a 6.000
euros”. Ello significa, dada la cuantía de la indemnización solicitada en este caso, el carácter
preceptivo del Dictamen que se emite por este Consejo.
En función de lo preceptuado en los artículos 19 y 20 de la misma Ley 1/2009, resulta
competente la Comisión para la emisión del dictamen.
II
El Consejo Consultivo ha de pronunciarse acerca de si, a la vista del expediente
tramitado por el órgano competente de la Administración Autonómica, procede o no estimar la
reclamación de indemnización económica presentada en relación con daños ocasionados, según se
alega, por la prestación deficiente de la asistencia sanitaria, debiendo concretar específicamente, por
mandato del art. 12.2 del Reglamento aprobado por R.D. 429/1993, de 26 de marzo, la existencia o
no de relación de causalidad entre el funcionamiento del servicio público y la lesión producida, con
valoración, en su caso, del daño causado y la cuantía y modo de la indemnización, considerando los
criterios legales de aplicación.
Por lo que se refiere a la normativa aplicable, ha de recordarse que en el Derecho
español vigente la institución de la responsabilidad patrimonial de la Administración,
constitucionalizada en el art. 106.2 de la Constitución, atribuye a los particulares derecho a ser
indemnizados de toda lesión que sufran en cualquiera de sus bienes y derechos, salvo en los casos de
fuerza mayor, siempre que la lesión sea consecuencia del funcionamiento normal o anormal de los
servicios públicos, y se cumplan los demás requisitos dispuestos por el ordenamiento jurídico (art.
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139 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y
del Procedimiento Administrativo Común).
Los requisitos para que sea declarada la responsabilidad patrimonial de la
Administración, según reiterada y pacífica formulación doctrinal y jurisprudencial del régimen de
Derecho Positivo sobre la materia, pueden resumirse del siguiente modo: 1º) la efectiva realización
del daño o perjuicio evaluable económicamente e individualizado en relación con una persona o grupo
de personas; 2º) que el daño o lesión sufrido por el reclamante sea consecuencia del funcionamiento
normal o anormal de los servicios públicos en una relación directa de causa a efecto sin intervención
extraña que pueda influir en el nexo causal; 3º) que el daño o perjuicio no se hubiera producido por
fuerza mayor; y 4º) que no haya prescrito el derecho a reclamar (cuyo plazo se fija legalmente en un
año, computado desde la producción del hecho o acto que motive la indemnización o desde la
manifestación de su efecto lesivo).
III
La primera cuestión que ha de examinarse al analizar la documentación remitida es si
el escrito de reclamación ha sido presentado en plazo.
En este punto, el artículo 142.5 de la LPAC dispone: “En todo caso, el derecho a reclamar
prescribe al año de producido el hecho o el acto que motive la indemnización o de manifestarse su
efecto lesivo. En el caso de daños, de carácter físico o psíquico, a las personas el plazo empezará a
computarse desde la curación o la determinación de las secuelas”.
En este caso, se trata de daños que se habrían producido por una complicación o efecto no
deseado como consecuencia de una intervención quirúrgica, una nefrolitectomía percutánea, que ha
dado origen a diversas secuelas en la reclamante. La última intervención reparadora de la
complicación se produjo el 14 de Abril de 2009, por lo que habiéndose presentado la reclamación el
día 11 de marzo de 2010, se puede concluir que no ha transcurrido el plazo de un año para el ejercicio
del derecho a reclamar.
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IV
En cuanto al fondo del asunto y siguiendo el parecer consolidado de este Consejo Consultivo
y de la jurisprudencia sobre la materia a la que también nos hemos referido repetidamente, no cabe
duda de que en el ámbito de la prestación de los servicios públicos sanitarios la producción de
responsabilidad administrativa no siempre está ligada a un fracaso en la actuación de los medios
personales y materiales de la Administración, dado que en la sanidad asistencial el éxito no puede
garantizarse nunca, sino que la responsabilidad se vincula a una utilización conforme a los principios
de buena práctica médica (lex artis ad hoc) de dichos medios personales y materiales.
La sentencia del Tribunal Supremo, Sala Tercera, de lo Contencioso-administrativo, Sección
4ª, de 20 Jul. 2011, rec. 4037/2006, ha establecido que
“…en el ámbito de la responsabilidad patrimonial de la Administración sanitaria esta Sala y
Sección en sentencias entre otras las de 27.11.2002 , 20.11.2002 , 17.1.2001 , y el Tribunal Supremo
entre otras, como las de 9.3.1998 , 14.10.2002 , 19.7.2004 , han venido proclamando que la
obligación del profesional médico es siempre de medios, no de resultados; siendo así que la
jurisprudencia ha descompuesto esta obligación en los siguientes deberes: A/ Utilizar cuantos medios
conozca la ciencia médica y estén a su disposición en el lugar donde se produce el tratamiento,
realizando las funciones que las técnicas de la salud aconsejan y emplean como usuales. B/ Informar
al paciente del diagnóstico de la enfermedad y del pronóstico. C/ Continuar el tratamiento al enfermo
hasta que pueda ser dado de alta advirtiendo de los riesgos de abandono del tratamiento”.
Procede recordar también que el Consejo de Estado (Dictámenes 166 y 692/1999, de 11 y 25
de marzo, entre otros) y la Comisión Jurídica Asesora, antecesora de este Consejo Consultivo
(Dictamen 132/2003, de 23 de septiembre, Dictamen 178/2003, de 2 de diciembre, entre otros) vienen
sustentando de forma reiterada y con palabras semejantes a las que reproducimos a continuación que:
“para apreciar la existencia de responsabilidad patrimonial es preciso acudir a parámetros
como la ‘lex artis’, de modo que tan sólo en caso de una infracción de esta ley cabrá imputar a la
Administración de la cual dependen los servicios sanitarios la responsabilidad por los perjuicios
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causados. En el caso de que no se infrinja la ‘lex artis’, ha de concluirse que tales perjuicios no son
imputables a la Administración y han de ser soportados por el particular sin que generen, en modo
alguno, el derecho a percibir una indemnización”.
Al mismo, el Tribunal Supremo tiene declarado que según el artículo 141.1 de la LRJPAC
sólo serán indemnizables las lesiones producidas al particular provenientes de daños que éste no tenga
el deber jurídico de soportar de acuerdo con la Ley, pues lo contrario convertiría a las
Administraciones Públicas en aseguradoras universales de todos los riesgos sociales, lo que no resulta
acorde con el significado de la responsabilidad extracontractual aunque sea objetiva o por resultado
(Vid. Sentencia del Tribunal Supremo de 10 de febrero de 2001). Así, pues, dice el alto tribunal, “sólo
en el caso de que se produzca una infracción de dicha "lex artis" respondería la Administración de
los daños causados; en caso contrario, dichos perjuicios no son imputables a la Administración y no
tendrían la consideración de antijurídicos por lo que deberían ser soportados por el perjudicado”.
Y también ha dicho que el criterio de la "lex artis" es “un criterio de normalidad de los
profesionales que permite valorar la corrección de los actos médicos y que impone al profesional el
deber de actuar con arreglo a la diligencia debida o "lex artis".
Este criterio es el que permite delimitar los supuestos en los que verdaderamente puede haber
lugar a la responsabilidad, exigiendo -dice el Tribunal Supremo- que “no sólo exista el elemento de la
lesión sino también la infracción de dicha "lex artis… y todo ello sobre la base de la aplicación de
criterios de causalidad adecuada a la hora de determinar dicha relación de causalidad entre el daño
producido y la actuación desempeñada” (STS de 28 de Noviembre de 1998).
Hasta el punto que en la sentencia del Tribunal Supremo de 23 de febrero de 2009 (recurso de
casación 7840/04) se expresa que la responsabilidad patrimonial "se modula en el ámbito de las
prestaciones médicas, de modo que a los servicios públicos de salud no se les puede exigir más que
ejecuten correctamente y a tiempo las técnicas vigentes en función del conocimiento de la práctica
sanitaria. Se trata, pues, de una obligación de medios, por lo que sólo cabe sancionar su indebida
aplicación, sin que, en ningún caso, pueda exigirse la curación del paciente”.
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V
Tras lo expuesto, se considera que puede ya plantearse si la asistencia sanitaria prestada a “X”
fue la adecuada, es decir, si tal asistencia fue realizada de acuerdo con el estado del saber en la
actualidad, de modo que pueda considerarse que se está ante unos hechos que no constituyen un daño
antijurídico conforme a la propia definición legal de éste recogida en el artículo 141.1 de la LRJPAC,
y si fueron suficientes los medios con los que aquella asistencia fue dispensada, dentro de los
disponibles.
Para llegar a una conclusión sobre este extremo se considera necesario analizar y valorar los
hechos acreditados en el expediente y, de forma especial, los informes emitidos dado el carácter
técnico que los mismos tienen, que este Consejo Consultivo, por su carácter, no puede confrontar con
criterios propios de esta naturaleza.
La reclamante sostiene que, en la intervención quirúrgica a la que fue sometida el día 21 de
octubre de 2008 en el Hospital Miguel Servet, se observo la técnica adecuada para resolver su
dolencia “pero no así la materialización concreta de la misma”, tal y como afirma el informe médico
aportado por la propia reclamante. Dicha afirmación, sin embargo, no tiene una desarrollo posterior
que justifique que hubo una inobservancia del cuidado objetivamente debido, es decir, no razona en
forma alguna que existió una actuación negligente por parte de los profesionales sanitarios que
intervinieron en la operación cuando se produjo una perforación del colon que supuso diversas
complicaciones posteriores en la evolución del proceso de curación y determinadas secuelas.
Por el contrario, sin negar la existencia de las secuelas que identifica el citado informe, se
puede afirmar, a la luz de los informes del inspector médico y del experto de la compañía
aseguradora, que esos daños no son consecuencia de una inadecuada actuación médica, no ajustada a
los parámetros de la “lex artis ad hoc”.
Ambos informes expresan que la intervención practicada el 21 de octubre de 2008, la
nefrolitectomía percutánea, es una de las soluciones terapéuticas indicadas para el tratamiento de la
litiasis que padecía la reclamante. Además, señalan que la actuación de los facultativos fue en todo
momento correcta y ajustada a la “lex artis” precisando que la perforación del colon que se produjo
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durante la intervención es una de las complicaciones posibles en estos casos, aunque de escasa
importancia estadística, menos del 1% de los casos, ampliamente descrita en la literatura médica y por
eso recogida expresamente en el apartado 4 del documento de consentimiento informado firmado por
la reclamante (“Comprendo que a pesar de la adecuada elección de la técnica y de su correcta
realización pueden presentarse efectos indeseables como… perforación de vías intestinales...”).
En el expediente -más allá del relato inicial de los hechos por la reclamante y del informe
médico pericial de valoración de daños corporales- no existe ningún principio de prueba que desvirtúe
lo afirmado por los citados informes o acredite que la técnica se realizó inadecuadamente o con
evidente error, precisando el Tribunal Supremo “que la prueba de un mal uso de la "lex artis" corre a
cargo de quien reclama” (sentencia de 23 de Febrero de 2009). Y aunque se admita como un medio
de prueba idóneo el de las presunciones, solo lo considera eficaz “si, a partir de circunstancias
especiales debidamente probadas y acreditadas, se obtiene, mediante un enlace preciso y directo
conforme a las reglas del criterio humano, que el daño que sufre el paciente resulta
desproporcionado y desmedido con el mal que padecía y que provocó la intervención médica, cabrá
presumir que ha mediado una indebida aplicación de la lex artis”.
En este supuesto no solo no existen las pruebas de la una mala ejecución de la técnica de
nefrolitectomía percutánea ni presunciones, sino que la valoración conjunta de las historias clínicas
efectuada por los informes médicos que obran en el expediente lleva a este Consejo a estimar (i) que
no se ha acreditado la existencia de una mala o inadecuada praxis médica (ii) que se puede concluir
que fue observada la “lex artis ad hoc” (iii) que los medios utilizados y los tratamientos dispensados a
la reclamante fueron adecuados y suficientes, razones por las cuales falta el nexo de causalidad
necesario para que la pretensión de responsabilidad patrimonial de la Administración sanitaria
formulada por la reclamante pueda prosperar.
En mérito a lo expuesto, el Consejo Consultivo de Aragón formula el siguiente
DICTAMEN:
Que, de acuerdo con la propuesta de resolución, procede desestimar la reclamación en
materia de responsabilidad patrimonial de la Administración interpuesta por “X”, derivada de daños y
perjuicios por la deficiente asistencia sanitaria prestada en el Hospital Miguel Servet.
En Zaragoza, a ocho de noviembre de dos mil once.
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