La Unión Europea, la «Ciudad en la colina

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La Unión Europea, la «Ciudad
en la colina» y el Proceso de Lisboa1
ARNO TAUSCH*
ALFONSO GALINDO LUCAS**
INTRODUCCIÓN
E
ste ensayo trata de desarrollar y contrastar herramientas de análisis que
expliquen de forma consistente la
diferencia en ejecución del desarrollo entre
Estados Unidos y la Unión Europea en los
años 1990 y siguientes. Nuestro artículo no se
* Profesor Asociado de Ciencias Políticas de la Universidad de Innsbruck, Austria.
** Profesor Asociado de Economía de la Empresa de
la Universidad de Cádiz.
1
Las opiniones expresadas en este artículo son
estrictamente propias de los autores (dentro de la venia
docendi de Tausch, no reflejan necesariamente las opiniones del Gobierno austríaco). Los autores desean agradecer a Russell Berman, Francesco Duina, Hannelore
Fielhauer, Glenn Firebaugh, James K. Galbraith, Edeltraud Glettler, Almas Heshmati, Robert Holzmann, Joze
Mencinger, Karl Mueller, Branko Milanovic, Embajador
Peter Moser, Helmut Lang, Kunibert Raffer, Barry Rubin,
Charlotte Sachse, Andreas Schaller Veronika Tiefenbacher, y Brigitte Zarfl las útiles disertaciones y comentarios
en sus trabajos analíticos corrientes. La responsabilidad
de este artículo, por supuesto, descansa enteramente en
los autores. Páginas web respectivas: http://www.mylitsearch.org/mbrz/10134373., http://www.eumed.net/
ce/agl-cv.doc, direcciones de correo electrónico:
[email protected].; [email protected].
Títulos de libros disponibles en: http://www.campusi.
com/
contenta con comparar el lapso entre Europa
y EE.UU.2; trata de plasmar ese lapso dentro
2
Esta comparación entre potencias recuerda a ciertas previsiones con respecto a lo que una vez fue la
Unión Soviética, que se refleja en un incidente ocurrido,
cuando en un discurso de Harold Macmillan a Naciones
Unidas, el Presidente soviético, Nikita Khrushchev, interrumpió familiarmente al Premier británico golpeando el
pupitre con el zapato antes de gritar a los representantes
estadounidenses: «We will bury you». Macmillan, conservando la reputación británica de inmutabilidad, respondió a tan inusual pataleo con: «I shall have to have
that translated!». Citado en BBC World, lunes, 28 octubre de 2002, a las 15:36 horas GMT, http://news.
b b c . c o . G r a n B r e t a ñ a / 1 / h i / G r a n B r e t a ñ a _ p o l itics/2368397.stm.
En 2000, los líderes de la Unión Europea en la cumbre de Lisboa se comprometieron a que la Economía
europea adelantase a la de EE.UU. en 2010. Sus objetivos económicos empezaron a ser conocidos como la
Agenda de Lisboa. Citado en BBC World, jueves, 27 enero de 2005, a las 15:50 horas GMT, http://news.bbc.co.
Gran Bretaña/1/hi/business/4212821.stm.
De forma aún más chocante, «Evropeiskii Sojus« es el
término ruso para «Unión Europea«, mientras «Sojus
sovietskich socialistieceskich respublik« – CCCP – era el
nombre ruso oficial de la «Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas».
Retratar a América, por otro lado, como la «ciudad
en la colina» no fue algo inventado por el profesor
Samuel Huntington, sino que se remonta al colono puritano John Winthrop, que nació en Suffolk, Inglaterra, en
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ESTUDIOS
de un marco macro-cuantitativo más amplio
que explique esas diferencias más sistemáticamente. Uno de los autores que primero
reconoce esta necesidad metodológica fue
Polanyi (1944, pp. 104-105), quien habla de
«sociedad de mercado» y afirma que la «economía de mercado» no podría existir sin este
marco institucional en que se integra. De
manera perversa, continúa el planteamiento
de Polanyi, la economía se nos presenta como
algo formalmente separado de la política y
sociedad, porque este modo de dependencia
es el que le permite insertarse en dicha sociedad de mercado y funcionar en alguna medida.
Incluso desde la entrada en vigor del Mercado Único Europeo (1993) y la adopción de
los tratados de Maastricht, cuya vigencia se
hizo coincidir para el mismo año, una agenda
claramente liberal dominó el discurso europeo, mientras en la realidad tenían lugar
otras agendas. Autores tan divergentes como
Andre Gunder Frank, Giovanni Arrighi y
Erich Weede predecirían el posterior declive
relativo de Europa en la economía global.
Mientras que los argumentos del neo-liberalismo se basan en la existencia de pequeñas
empresas que compiten, el capitalismo es
necesariamente un sistema basado en las
grandes multinacionales. Hace tiempo que se
usa el término «transnacional» (Jané, 1978) o
sectores globales (Porter, 1988). La relación
entre estas empresas y la naturaleza del sistema viene siendo la misma que hace unas
décadas (Cea, 1978), aparte de una sustancial mejora de su relación de favoritismo con
las instituciones y la ciencia. Algo han cambiado las estrategias, puesto que los grandes
conglomerados en aquel entonces eran de
carácter más comercial y financiero y adoptaban posiciones diversificadas (Brunet y Bel-
1588. La imagen de Winthrop de una sociedad cristiana
modelo como una ciudad en la colina, está tomada de
Mateo 5:14 (ver también: http://chi.gospelcom.net/
GLIMPSEF/Glimpses/glmps022.shtml).
70
zunegui, 1999, 2000), mientras que ahora se
ven más claramente cuáles son los sectores
rentables.
En la actualidad, ningún economista razonable afirmaría defender los principios del
neo-liberalismo, no tanto por ser un enfoque
incorrecto, sino por su identificación con regímenes dictatoriales atroces. El paradigma
liberal ya no es válido, puesto que las empresas poderosas restringen ellas mismas la
libertad de entrada, violando los principios
del mercado y su misma existencia en
muchos sectores. El esquema institucionalista parece ser el objetivo intelectual de los
poderes empresariales para procurarse un
marco justificativo. Nuestra confianza en el
sistema político nos lleva a conceder a las instituciones (especialmente, la autoridad política y la científica) y sus decisiones el carácter
de restricción inevitable. Sin embargo, para
las grandes empresas, dichas decisiones son
variables en las que se puede incidir desde las
políticas empresariales. El neo-institucionalismo es inmune a la forma de política económica adoptada y rescata una cierta idea de
Estado providencia, aliviando el oído de los
usuarios del léxico económico, pero no elimina el riesgo de terminar defendiendo políticas
agresivas desde el punto de vista social y justificando el poder de mercado, bajo la terminología del neo-institucionalismo, si nuestro
análisis en este enfoque no se asoma más allá
de las instituciones (incluida la ciencia) para
vislumbrar a las multinacionales. El descubrimiento de sus intereses puede servirnos
para explicar muchas injusticias de índole
mercantil, social, medioambiental, sanitaria,
bélica, de política económica, etc.
Este ensayo no es complaciente en la usual
«disputa de belleza de Lisboa» acerca de dónde
se hayan los «pecados» o las ventajas del modelo americano con respecto al europeo. Desde el
marco analítico de las investigaciones empíricas en sistemas mundiales, dichas cuestiones
de disputa de bellezas se vuelven más bien
aburridas, después de un tiempo, porque tanto los defensores como los críticos del sistema
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de EE.UU. siempre argumentarán lo mismo:
La América de «Marte»3 se caracteriza –en el
lado bueno– por un reducido paro, alta participación femenina en el poder, adelanto tecnológico, libertad de empresa, investigación y
desarrollo, patentes, ciudadanía y migración,
escasa economía sumergida y exportaciones
de alta tecnología, donde EE.UU. ocupa indudablemente uno de los 10 primeros puestos,
mientras que en el aspecto negativo, siempre
se encontrará un desempeño nefasto si se usan
indicadores como los siguientes: asesinato,
delincuencia, prisiones, embarazo adolescente, atraco, violación.
«Dependencia y desarrollo en Europa4»
Hay ante todo algunas consideraciones
históricas que deben ser tenidas en cuenta.
Europa no se ha comprometido en la carrera
de Lisboa, como primera en su especie para
alcanzar a América. Gran parte del siglo XIX
y la primera mitad del XX presenciaron un
declive europeo vis-à-vis Estados Unidos, y
sólo el periodo de posguerra, después de 1945
presenció un relativo cierra de la brecha, que
empezó a abrirse de nuevo después de 1973.
Andre Gunder Frank ha propugnado durante mucho tiempo que la búsqueda de
TABLA 1. EVOLUCIÓN DEL DESFASE ENTRE EUROPA Y EE.UU., DESDE 1820
(En términos de PIB real per capita; Estados Unidos, Australia, NZ y
Canadá =100 para todos los años desde 1820)
Fuente: Cálculos propios a partir de CEPAL/ECLAC.
3
Cfr. STEIN, K. W. (2003): «U.S. is form Mars, Europe,
from Venus«, Institute for the Study of Modern Israel
(ISMI) of Emory University. http://www.ismi.emory.edu/
Articles/InternationalPress/US%20Mars%20Europe%20Venus.html.
4
C ARDOSO F ERNANDO H ENRIQUE y E NZO FALETTO
(1973): Dependencia y desarrollo en América Latina
México D. F.. Editorial Siglo XXI.
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ESTUDIOS
Europa ha de ser contemplada en la perspectiva más amplia del reascenso de Asia en el
sistema mundial. La Comisión Económica
para América Latina de Naciones Unidas,
ECLAC/CEPAL, en su ensayo pionero «Globalización y desarrollo» (2002)5 proporciona
estimaciones que sostienen de forma drástica
la visión de simultaneidad del ascenso de
Asia desde los 1950s hasta coincidir con el
declive de Europa después de 1973:
Normalmente, las teorías de sistemas
mundiales mantienen que la era actual de
globalización ya tiene su paralelo en el s. XIX.
Los datos de la CEPAL/ECLAC de Naciones
Unidas demuestran claramente que en estas
épocas de globalización en el siglo XIX y después de 1973 los ingresos se transfirieron de
Europa Occidental y del Este y Japón, en
favor de Estados Unidos y los dominions
(Australia, Nueva Zelanda y Canadá), mientras la era de la regulación después de 1945
(Arrighi, 1995) relocalizaba claramente los
ingresos relativos hacia los europeos y los
japoneses. América Latina también ganó
durante la era de sustitución de importaciones desde en torno a 1930 hasta alrededor de
1973.
GRÁFICO 1. EVOLUCIÓN DE LA «BRECHA DE LISBOA« DESDE UNA PERSPECTIVA
Fuente: Ídem.
5
http://www.eclac.cl/cgi-bin/getProd.asp?xml=/
publicaciones/xml/6/10026/P10026.xml&xsl=/
tpl/p9f.xsl&base=/MDG/tpl/top-bottom.xsl.
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El movimiento decenal en la posición
internacional de las diversas regiones del
mundo nos cuenta una historia muy dramática:
TABLA 2. SALDO DECENAL DE LAS PRINCIPALES REGIONES DEL MUNDO
DURANTE REGÍMENES INTERNACIONALES LIBERAL Y REGULADO, 1820 - 1998
Fuente: Ídem, 2002.
Es de esperar que Europa Oriental y Occidental, América Latina, y también Japón
–que deben todos su relativo ascenso en la
sociedad global después de 1945 a sus estrategias de sustitución de importaciones– serán
los principales perdedores durante las próximas décadas de globalización. La comparación más a corto plazo de los patrones de
desarrollo entre la Europa de los 15 y EE.UU.
revela que la globalización, medida por la
reciente fase de flujos a favor de inversiones
directas (FDI) como un porcentaje del PIB,
realmente empezó a elevarse en EE.UU.
hacia 1992 y en la UE-15 hacia 1998, mientras la desigualdad, medida según la serie de
datos del Proyecto sobre Desigualdad de la
Universidad de Texas (UTIP), basado en diferencias de ondulación entre las categorías 21
ONUDI/UNIDO de sectores económicos, realmente empezó a incrementarse en Europa
hacia 1995 y en EE.UU. hacia 1996. El
desempleo europeo, –que alcanzó su primer
máximo en 1988, el segundo en 1995 y que
ahora de nuevo está elevándose seriamente–,
comenzó en torno a 1982 a ser más elevado
que en EE.UU. Hay un retardo de aproximadamente tres años de duración en el ciclo
económico entre Europa y América, que refleja la posición más débil de Europa, en términos de sectores punteros, investigación y
desarrollo, y tecnología (nuestras figuras se
basan en el UTIP6, antes mencionado, la Global Development Network Growth Database«
(William Easterly y Mirvat Sewadeh, Banco
6
http://utip.gov.utexas.edu/
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ESTUDIOS
GRÁFICO 2. GLOBALIZACIÓN, DESIGUALDAD, DESEMPLEO Y CRECIMIENTO
EN EE.UU. Y EN LA UE DESDE 1960
Año (1951-2001)
Fuente: Compilaciones a partir del University of Texas Inequity Project, la Global Development Network Growth Database (William Easterly y Mirvat Sewadeh, Banco mundial) y Laborsta-Data series de la OIT.
mun-dial7) y la serie de datos de Laborsta, de
la OIT8. Si la explicación del malestar europeo (paro elevado, lento crecimiento) por la
escuela neo-liberal fuera correcto (crisis causada por el exceso de regulación) entonces no
hay forma de explicar cómo en un periodo de
regulación europea aún más amplia durante
los 1950s, los 1960s y principios de los 1970s,
el crecimiento europeo fue mayor y el desempleo en Europa fue inferior que el de Estados
Unidos, ¡que siempre estuvo menos regulado
que la UE! Hoy, en cambio, con cada vez más
desregulación, la brecha entre Europa y América no se cierra!
7
http://www.worldbank.org/research/crecimiento/GDNdata.htm
8
http://laborsta.ilo.org/
74
Fernando Henrique Cardoso y Enzo Faletto, ya en los ‘70, publicaron sendos análisis de
los días de declive de la sustitución de importaciones y la «internacionalización del mercado interior» bajo el título «Dependencia y
Desarrollo en América Latina». Su predicción
en aquél tiempo fue que las corporaciones
multinacionales, que ya entraban masivamente en mercados de países que sustituían
importaciones, junto con el capital «nacional»
y el Estado formarían una «triple alianza» y
que la pobreza relativa y la marginalización
se mantendrían o incluso se incrementarían
bajo las circunstancias de una estructura tan
oligopolística. La experiencia, a partir de
entonces, ha confirmado la teoría de Cardoso
de aquel entonces: Brasil nunca regresó al
boom que duró hasta 1972, después del golpe
militar de 1964, con un crecimiento en una
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GRÁFICO 3. EL CASO DE BRASIL
Fuente: Ídem
dirección descendente a largo plazo y una
desigualdad, globalización y desempleo crecientes desde la «internacionalización» del
mercado interior:
La UE-25 se caracteriza, de acuerdo con
este argumento, por el mismo ciclo, causado
por una alta penetración de multinacionales
(MNC-PEN, indicador de la CNUCD/UNCTAD para la inversión directa extranjera
por PIB total) y otros indicadores de dependencia, cuyo efecto neto se resumía por el
mencionado antiguo Presidente de Brasil y
sociólogo Fernando Henrique Cardoso, en
1979:
• Hay una penetración financiera y tecnológica por parte de los centros capitalistas desarrollados de los países de la
periferia y semi-periferia.
• Esto produce una estructura económica
desequilibrada tanto dentro de las
sociedades periféricas como entre éstas
y los centros.
• Esto lleva a limitaciones en el crecimiento auto-sostenible en la periferia.
• Esto favorece la aparición de patrones
específicos de relaciones de clase.
• Lo cual requiere modificaciones en el rol
del Estado para garantizar tanto el funcionamiento de la Economía como la
articulación política de una sociedad
con restricciones dentro de sí misma,
focos de desarticulación y desequilibrio
social.
Los análisis publicados con anterioridad
(Tausch, 2000-2004) muestran precisamente
que la Unión Europea repite la senda de
América Latina después del fin de las políticas de sustitución de importaciones, tan bien
conocida para la teoría de la dependencia, y
deviene –como Brasil, en ese tiempo– una
zona muy dependiente tecnológicamente de
la Economía mundial, caracterizada al mismo tiempo por desigualdades de crecimiento
y dependencia. Nuestros resultados ratifican
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ESTUDIOS
a muchos observadores, quienes en el mismo
fin de los ‘60 observaron el avance del capital
transnacional en Europa y en Canadá9.
Los autores de la dependencia10 explican el
retroceso y estancamiento por la siempre creciente dependencia de los países de la periferia y semi-periferia, dentro de la economía
mundial. Empezando por los escritos de
Perroux, Prebisch y Rothschild en los 1930,
sus principales portavoces recalcarían todos
la naturaleza desigual y socialmente desequilibrada del desarrollo en regiones altamente
dependientes de las inversiones, el know-how
y la tecnología de los centros de la economía
mundial. Con independencia de los repuntes
de crecimiento a corto plazo, el crecimiento a
largo plazo será desequilibrado y desigual, y
tenderá hacia un enorme saldo negativo secular en la balanza por cuenta corriente.
Muchos de estos autores centraron su atención en América Latina; su principal interlocutor en el mundo musulmán es el economista egipcio Samir Amin.
Los últimos análisis del sistema mundial
–que comenzaron con los escritos del austrohúngaro socialista Karl Polanyi después de la
Primera Guerra Mundial– tendían a confirmar y expandir este argumento de la dependencia. El capitalismo en la periferia, como
9
SERVAN-SCHREIBER, JEAN JACQUES (1979/1968)‚ Défi
américain, título en inglés: The Américan challenge / J. J.
Servan-Schreiber; Nueva York: ATHENEUM, 1979, y LEVITT,
KARI. (2002)‚ Silent surrender: the multinational corporation in Canada / Kari Levitt;. Montreal: McGill-Queen’s
University Press.
10
Para una breve reseña de esta perspectiva, se
recomiendan los siguientes artículos: BEER L. (1999) en
Journal of World Systems Research en http://jwsr.ucr.
edu/archive/vol5/number1/v5n1a1.php; BORNSCHIER V.
y HERKENRATH M. (2002) en Journal of World Systems
Research en http://jwsr.ucr.edu/archive/vol8/number1/pdf/ jwsr-v8n1-bornschier.pdf y TAUSCH A. (2005):
«Did recent trends in world society make multinational
corporations penetration irrelevant? Looking back on
Volker Bornschier’s development theory in the light of
recent evidence» en Historia Actual On-Line, invierno,
http://www.hapress.com/haol.php?a=n06a05&id=es.
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en el centro, se caracteriza por fuertes fluctuaciones cíclicas. El surgimiento de un grupo de semi-periferias tiende a producirse a
expensas de otro grupo, pero la estructura
desigual de la economía mundial, basada en
el intercambio desigual, tiende a permanecer
estable. No obstante, sería incorrecto describir la dependencia simplemente en términos
de penetración de multinacionales y descuidar otros aspectos de aquélla relación. Autores como Paul Israel Singer hacen énfasis en
el balance de recursos como indicador del
peso del ahorro externo11. Otras formulaciones de la teoría de la dependencia insistieron
en el ‘intercambio desigual’, que, según una
de sus formulaciones, entorpece el desarrollo
(la relación de intercambio doblemente ajustada por la productividad de los respectivos
países es < 1.0 para el país dependiente; véase Raffer, 1987, Amin, 1975). El soporte
empírico para la reformulación de Raffer y
Gernot Kohler de la teoría de intercambio
desigual es abrumador, especialmente cuando se basa en el concepto ERDI (ERDI es el
índice de desviación del tipo de cambio12).
11
El ahorro externo representa el ahorro que una
economía dada logra captar desde el resto del mundo;
equivale al déficit en la cuenta corriente de la balanza de
pagos de dicho país.
12
Es importante tener en cuenta que definimos ERD
como el ratio entre PIB en poder real de compra (PPP),
y el PIB a precios internacionales. Siempre es importante tener en cuenta que la periferia, no importa con qué
definición, siempre tiene mayor PIB PPP y menor tipo
de cambio de PIB. Véase también el clásico artículo de
KRAVIS, HESTON y VERANOS, disponible gratis on-line en:
http://www.roiw.org/1981/339.pdf. La explicación usual
para el fenómeno ERDI es el diferente peso de exportables y no-exportables en el PIB de las relaciones entre
pobres y ricos. Para una visión heterodoxa, el reciente
artículo del profesor emérito de Stanford, PAN YOTOPOULOS y professor YASUYUKI SAWADA de la Universidad de
Tokyo, en http://www.e.u-tokyo.ac.jp/cirje/research/dp/
2005/2005cf318.pdf así como http://siepr.stanford.edu/
papers/pdf/99-4.pdf y http://www.esri.go.jp/en/archive/e_dis/abstract/e_dis007-e.html. El argumento hecho
por estos autores merece ser recordado aquí: «La sustitución monetaria representa una demanda asimétrica de
los mexicanos para poseer dólares como un acopio de
valor, una demanda que no es correspondida por los
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ARNO TAUSCH y ALFONSO GALINDO LUCAS
El concepto empírico de dependencia que
usaremos en nuestras ecuaciones entre
naciones incluye al menos tres dimensiones:
• Intercambio desigual.
• Penetración de corporaciones multinacionales (MNC-PEN).
• El balance de recursos.
americanos poseyendo pesos como una garantía frente a
la devaluación del dólar» YOTOPOULOS y SAWADA establecieron entonces en su artículo de 1999, reformulado en
su análisis de 2005, la denominada Proposición-Y: en
mercados monetarios libres las monedas fuertes fluctúan,
mientras las monedas débiles se deprecian sistemáticamente [...] El escenario alternativo despoja a la devaluación de cualquiera de sus propiedades correctoras que
en la visión convencional lleva a un proceso de interacciones estables y equilibrio. [...] Continúan mostrando
que el problema básico de los mercados monetarios
internacionales es la reputación asimétrica. El ciclo de
subdesarrollo es acentuado por este proceso de reputación asimétrica de la periferia: «México no puede atender su deuda externa por el procedimiento de producir
no-exportables. Éstos son negociados en pesos. En lugar
de eso, debe conmutar recursos desde el sector noexportable para producir output exportable a fin de procurar los dólares para atender la deuda [...] El proceso [...]
puede crear un círculo vicioso negativo que lleve a una
incorrecta asignación de recursos en países de divisa
débil [...] Esta reorientación de recursos representa una
asignación incorrecta y produce ineficiencia y pérdidas
de producto [...] Las distorsiones inherentes a los mercados monetarios libres llevan a una devaluación sistemática de las divisas débiles – hacia tipos de cambio nominalmente «altos». La devaluación del tipo de cambio significa precios crecientes de los exportables y lleva a incrementos en las exportaciones. Pero no todas las exportaciones son rentables de producir, en comparación con la
alternativa de producir no-exportables [...] Los países
evolucionan de ser exportadores de azúcar y cobre a
exportar sus bosques de teca, y así hasta exportar sistemáticamente enfermeras y médicos, mientras quedan
igual de subdesarrollados. Si esto sucede, representaría el
comercio de devaluación competitiva como opuesto al
comercio de ventaja comparativa». Los autores explican
más aún sus ideas por un análisis econométrico de las
tasas de crecimiento económico en 62 países, desde
1970 en adelante, que muestra cómo este proceso de
comercio de devaluación competitiva lleva al estancamiento. También presentan un modelo económico en la
tradición de Paul Krugman que muestra cómo la sustitución monetaria detona la crisis financiera. En su artículo
de 2005, los autores muestran la relevancia de sus
teorías con series temporales de 153 países.
Mantenemos que la principal diferencia de
desarrollo y crecimiento económico en nuestra época son las siguientes variables:
• Un alto esfuerzo del capital humano,
medido, entre otros valores, por el porcentaje de gasto público en educación en
relación con el PIB (PUB EDUC).
EE.UU. tenía valores más altos que los
siguientes países: Reino Unido; República Checa; Malta; Holanda; Eslovaquia;
España; Italia; Alemania; Hungría; Chipre; Luxemburgo; Rumania; Bulgaria;
Grecia; Bélgica; y Turquía.
• Evitar el intercambio o transferencia
desigual, ver arriba. Sólo Gran Bretaña, Suecia y Dinamarca tienen valores superiores al de Estados Unidos, y
de forma continuada, especialmente
desde 1998, las realizaciones europeas
decrecieron de forma drástica.
• La penetración del capital transnacional (MNC-PEN) medida por la serie de
datos de inversión extranjera directa
(FDI) por PIB de la CNUCD/UNCTAD:
sólo Grecia, Italia y Turquía tuvieron
mejores valores que Estados Unidos.
Nuestra tabla muestra cómo Europa responde ya a una imagen de «Dependencia y
desarrollo».
A la ciencia y la práctica política social
europea no les queda otra forma de abrirse
que mirar más profundamente dentro de los
patrones de globalización y desigualdad que
la Unión Europea afronta. Usando la serie de
datos de desigualdad en el sistema mundial
desde el 1960s, del UTIP, basado en basado
en datos de salario mensual en los 21 diferentes sectores económicos según la clasificación
de la ONUDI, llegamos al siguiente mapamundi de correlaciones entre series temporales y desigualdad. Es de remarcar la explosión real de desigualdad de salarios en el Este
europeo. Es más, la parte correspondiente al
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77
ESTUDIOS
TABLA 3. EUROPA COMO «SEMI-PERIFERIA»
Fuente: Compilación propia a partir del sistema electrónico de archivos de datos del Programa de Desarrollo de
Naciones Unidas (PNUD), 1998-2005, disponible en: http://hdr.PNUD.org/statistics/
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ARNO TAUSCH y ALFONSO GALINDO LUCAS
20% más pobre en EE.UU. es inferior que en
la antigua URSS, véanse nuestros datos
la mayoría de los países europeos (excepto en
basados en fuentes del PNUD):
MAPA 1. CRECIMIENTO DE LAS DESIGUALDADES EN LOS 1990
EN EL SISTEMA MUNDIAL
Fuente: Cálculos propios a partir del UTIP.
Leyenda: En éste y los demás mapas de este trabajo, «bis» es la abreviatura de «rango desde … hasta...». En color: datos
no disponibles.
MAPA 2. CRECIMIENTO DE LAS DESIGUALDADES EN LOS 1990
EN LA EUROPA AMPLIADA
Fuente y leyenda: Ídem.
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ESTUDIOS
MAPA 3. DESIGUALDADES EN EUROPA AMPLIADA Y EN EE.UU. A COMIENZOS
DEL SIGLO XXI (DATOS DEL PNUD)
(Parte correspondiente al 20% más pobre)
Fuente: Compilación propia, basada en el sistema electrónico de estadísticas del PNUD, disponible en:
http://hdr.unpd.org/statistics/
Hacia un análisis más realista
del proceso de Lisboa
– medio ambiente (El de desarrollo sostenible ESI13 de Yale / Columbia)
En el presente capítulo, evaluaremos los
argumentos teóricos, desarrollados más arriba y en publicaciones anteriores y aplicaremos las diferentes teorías para contrastar
cómo predicen los siguientes procesos relativos a Lisboa:
La elección de los 130 países vino determinada por la disponibilidad de una completa
serie de datos para las variables independientes (si no se menciona lo contrario, datos
del PNUD):
– crecimiento económico 1990-2002
(Informe de Desarrollo Humano del
PNUD, 2004)
13
http://www.ciesin.org/indicadors/ESI/ Hemos
escogido la serie de datos de 2001 en http://www.ciesin.org/indicadors/ESI/archive.html. La descripción
general de este indicador dice que el «Environmental
Sustainability Index (ESI) es una medida de progreso global hacia la sostenibilidad ambiental, desarrollado para
142 países. La puntuación del ESI está basada en un conjunto de 20 «indicadores» centrales, cada uno de los cuales combina entre dos y ocho variables para un total de
68 variables subyacentes. El ESI permite comparaciones
de progreso ambiental entre países, de una forma sistemática y cuantitativa. Representa un primer paso hacia
un enfoque conducido más analíticamente para la toma
de decisiones medioambientales».
– empleo (tasa de actividad económica
femenina como % de la tasa masculina)
– cohesión social (porción de ingreso /consumo del 20% más rico en relación con el
20% más pobre)
– medio ambiente (emisiones de CO2 per
capita)
80
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ARNO TAUSCH y ALFONSO GALINDO LUCAS
• Porcentaje de población mayor de 65
años, 1998.
• (Ingreso - Ahorro)/PNB (calculado a
partir de PNUD 2000).
• Nivel de desarrollo ln(PIB PPP pc):
Logaritmo del PIB per capita en poder
real de compra.
• Efectos de madurez: ln(PIB PPP pc)2.
• Pertenencia a la UE-15 (Miembro de la
UE en el año 2000, variable dummy o
binaria).
• Pobreza extrema como condición definitoria del crecimiento económico a largo
plazo y el desarrollo (% con expectativa
de vida no superior a 60 años).
• Pertenencia a la Conferencia Islámica
(Figurar como miembro en la página
web de la OIC14).
• MNC-PEN 1995 (CNUCD/UNCTAD),
variable ya comentada más arriba.
• Desarrollo global de la política social
como condición definitoria del crecimiento económico y el desarrollo a largo
plazo (factor desarrollo social, Tausch,
2001b, calculado a partir de 35 indicadores sociales del PNUD, análisis factorial con SPSS15).
14
http://www.oic-oci.org/ y allí abrir el icono «about
OIC» y luego «members».
15
Esperanza de vida femenina; esperanza de vida,
1995-2000; esperanza de vida, 1970-75; esperanza de
vida masculina; índice de desarrollo humano; alfabetización femenina; alfabetización masculina; uso generalizado de contraceptivos; suministro diario de calorías;
inmunización contra el sarampión; gasto público en
salud; médicos por habitante; consumo medio de cigarrillos; presencia femenina en estudios de tercer ciclo,
como % de la presencia masculina; escaños poseídos
por mujeres; representación femenina en los poderes;
PIB per capita en poder de compra correspondiente a
mujeres; crecimiento de la actividad económica femenina; gasto público en educación; mujeres en el gobierno,
nivel ministerial; mujeres en el gobierno, todos los nive-
• Gasto público en educación por PIB.
• Iintervencionismo del Estado (ausencia
de libertad económica; página web de la
Heritage Foundation y el Wall Street
Journal para la libertad económica16,
2000).
• Intercambio desigual (calculado a partir de PNUD, concepto: ERDI).
Se usaron las siguientes variables dependientes17:
• Emisiones de CO2 per capita.
• Violaciones de derechos políticos (Freedom House, 200018).
• Tasa de actividad económica femenina
como % de la masculina.
les; participación femenina en la mano de obra profesional y técnica; mujeres en el gobierno, nivel sub-ministerial; participación femenina en la mano de obra
administrativa y directiva; tasa de actividad económica
femenina como % de la masculina; maternidad adolescente; dependencia de importación de alimentos; cuota correspondiente al 20% más rico, comparado con el
20% más pobre, en distribución de ingresos; tasa de
actividad económica femenina; casos de tuberculosis
por cada 100.000 habitantes; tasa de VIH; nacidos con
defecto de peso; tasa de mortalidad maternal; tasa de
mortalidad infantil; % de gente con esperanza de vida
no superior a 60 años.
16
http://www.freetheworld.com/; también:
http://www.heritage.org/research/features/index/. Usamos esta última como fuente de nuestros datos. Debe
tenerse en cuenta que los «peores» en la escala de libertad económica tienen los mayores valores numéricos,
mientras que los mejores países tienen los valores numéricamente menores. La República Democrática Popular
de Laos, el país económicamente «menos libre» en
nuestra muestra, tiene el valor numérico 4.6, mientras
que el país económicamente más libre, Singapur,
puntúa 1.45. Así pues, decidimos denominar a nuestro
indicador «Intervencionismo del Estado».
17
Con eliminación inteligente de la lista de los valores no disponibles cada vez que se determina el número
de países que entran en las 6 ecuaciones finales de
regresión.
18
Tomado de STIFTUNG ENTWICKLUNG y FRIEDEN, edition 2002. También pueden ser descargados datos de
libertad política referentes al año 2000 en: http://www.
freedomhouse.org/ratings/index.htm.
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
77
81
ESTUDIOS
• Índice ESI.
• Crecimiento económico 1990-2002
(Informe de Desarrollo Humano del
PNUD, 2004).
En función de nuestro análisis, los patrones divergentes de crecimiento y desarrollo
no son una coincidencia, sino que están bien
explicados por nuestro marco orientado hacia
la dependencia general y el capital humano.
Nuestros resultados con 130 países desarrolla y profundiza la comprensión del funcionamiento de la economía mundial capitalista,
como se informaba en nuestros estudios anteriores, basados en 109 países (Tausch et al.,
ensayos de 2003 y 2004), como predice la
teoría de la dependencia, los indicadores
dependencia tienen un notable efecto negativo sobre la mayor parte de los procesos de
desa-rrollo. Para tomar una mejor visión de
los patrones subyacentes, referimos aquí
todos los resultados en los que el coeficiente
de regresión es al menos dos veces mayor que
la desviación típica del estimador. Los resultados significativos detallados se muestran
abajo en tablas más pormenorizadas. Empecemos primero con el crecimiento económico:
MNC-PEN 1995 está negativamente relacionado, mientras que la pertenencia a la Conferencia Islámica así como el esfuerzo público
en educación influyen positivamente sobre la
tasa de crecimiento económico. Ceteris paribus, hay un fuerte efecto no-lineal del nivel de
desarrollo, de tipo Kuznets, sobre la variable
violación de derechos políticos, sobre todo en
los niveles medios de desarrollo, y a partir de
ahí, se desnivela. El intercambio desigual y el
ahorro externo están estrechamente relacionados con las violaciones de derechos políticos, y lo que es más extraño, la pertenencia a
la UE no conlleva un mayor respeto por los
derechos políticos, en sentido contrario. No
obstante, también debería ser tenido en cuenta que los esfuerzos públicos en educación son
a menudo mayores en países con una estructura política autoritaria. Desde los escritos de
Colemann (1965), la educación debería ser
siempre mencionada entre las variables
82
determinantes de la ejecución del desarrollo
de un país. Educación y formación del capital
humano se destacaban en el «informe sobre
Desarrollo Humano» del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, como variables
que determinan positivamente el resultado
del desarrollo. Para el PNUD ha sido autoevidente, a lo largo de la última década, que
la representación institucional de género y el
re-direccionamiento de los gastos públicos de
defensa contribuirán positivamente a un
resultado positivo del desarrollo. Sin embargo, el pensamiento neo-liberal trataría con
cautela tan prematuras conclusiones. El gasto público en educación sigue siendo gasto
público, y es totalmente concebible que a largo plazo afecte negativamente a las oportunidades de desarrollo de una sociedad, no porque sea gasto destinado a educación, sino porque sigue proviniendo de fondos públicos.
Para este entendimiento teórico, la reforma
de la Universidad y su privatización serían
pasos políticos importantes para conseguir
un desarrollo más viable. Así pues, las inversiones en recursos humanos y desarrollo
humano desde la publicación del primer
Informe de Naciones Unidas sobre Desarrollo
Humano, a principios de los 90, siempre son
consideradas como la clave para un desarrollo sostenible y socialmente equitativo. Sin
embargo, como ocurre a menudo en la teoría
del desarrollo, el optimismo inicial al considerar los efectos de una variable, pronto tuvo
que ser revisado. En nuestra muestra, los
países con mejor registro de gasto público en
educación (PUB EDUC EXP > 5.0% de PIB)
eran: Moldavia, Namibia; Botswana; Lesotho; Suecia; Dinamarca; Suráfrica; Jordania;
Uzbekistán; Tunicia; Israel; Arabia Saudí;
Jamaica; Finlandia; Polonia; Noruega; Nueva Zelanda; Barbados; Estonia; Zimbabwe;
Yemen; Canadá; Kenia; Letonia; Congo;
Francia; Irlanda; Bielorrusia; Portugal; Swazilandia; Mongolia; Eslovenia; Lituania; Australia; Suiza; Malawi; Fiji; Austria; Estados
Unidos; Islandia; Costa Rica; Kirguizistán;
Marruecos; Croacia; Reino Unido; Georgia;
Venezuela; Argelia; Brasil; República Checa;
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
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ARNO TAUSCH y ALFONSO GALINDO LUCAS
Mauritania; Holanda; Panamá; y Malta. Hay
algunas muy claras y sorprendentes interacciones perniciosas del gasto público en educación con el carácter ecosocial de la economía
de mercado (medida por la emisión de CO2
per capita) y el nivel democrático del sistema
político. El mayor de los efectos positivos es el
que poseen sobre el crecimiento económico.
Revisemos ahora los efectos de nuestras
variables explicativas de un modo más sistemático. Como uno de los tres principales
indicadores de dependencia, la confianza en
los ahorros extranjeros alivia la carga de distribución contra los segmentos más pobres de
la sociedad durante el proceso de acumulación, pero tiene varios efectos negativos sobre
la variedad de otros procesos de desarrollo,
incluido el medio ambiente (los ahorros
extranjeros disminuyen el índice ESI e incrementan las emisiones de CO2 per capita) y
ello eleva la frecuencia de violación de derechos humanos. La penetración de corporaciones tiene como principal efecto el de bloquear
el crecimiento económico a largo plazo. Esta
variable MNC-PEN contribuye a un índice
ESI mejorado (aunque el efecto no es significativo al nivel del 5%, en las dos colas del test)
y a un registro mejor en derechos humanos.
El efecto medioambiental positivo podría ser
una consecuencia de estándares medioambientales más altos en las transnacionales
líderes y la instauración del cuerpo legislativo de la Unión Europea (acquis communautaire) en los países anfitriones de las fuertes
inversiones transnacionales en Europa Central y del Este. Por detrás de la perspectiva de
la pertenencia a la UE, se transferían en la
región masivas inversiones por parte de las
transnacionales. Pero también debería enfatizarse el hecho de que el indicador ESI no
está libre de controversia, y ha de ser confrontado con otras medidas más directas de la
calidad del medio ambiente, tales como el
consumo per capita de CO2 etc. El efecto sobre
las emisiones de CO2 es muy débil – MNCPEN las reduce, pero la probabilidad de error
es superior al 90%. El intercambio desigual
tiene unos resultados negativos muy claros
sobre democracia y medio ambiente (emisiones de CO2 per capita). El efecto positivo de la
penetración de capital extranjero sobre la
redistribución de ingresos, causado principalmente por la mejora del empleo traída por las
multinacionales, reportado en estudios anteriores, existe, pero es insignificante, pues su
probabilidad de error sobrepasa el 40%.
La intervención del Estado reduce las
emisiones de CO 2 per capita, pero está
asociado negativamente con las oportunidades de empleo femenino. Esto sugiere
de nuevo que la intervención del Estado
extiende las estructuras sexistas en el
mercado laboral.
El envejecimiento es parte inseparable de
la estructura de las sociedades industrializadas occidentales y orientales. El envejecimiento contribuye a una escasez generalizada de mano de obra, que a cambio lleva a relaciones distributivas mejoradas entre ricos y
pobres. Sin embargo, también deben ser considerados apropiadamente varios efectos
negativos– especialmente el de una estructura de población envejecida sobre la intensidad de energía del proceso societario. Cuando
la mano de obra es escasa, se usan tecnologías intensivas en capital y energía.
Encontramos efectos positivos significativos de la pertenencia a la Conferencia Islámica sobre la democracia y el medio ambiente
(las naciones musulmanas, ceteris paribus,
tienen una significativamente baja tasa de
emisiones de CO2 per capita) así como sobre
el crecimiento económico. Muchos de los
males de la región, normalmente asociados
con el Islam, son más bien una consecuencia
de otras condiciones definitorias dentro del
marco de nuestro enfoque del desarrollo
internacional basado en la dependencia y el
capital humano.
La pertenencia a la Unión Europea arroja
resultados algo sorprendentes observados al
menos desde la perspectiva de la burocracia
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
77
83
ESTUDIOS
comunitaria. Sus críticos parecen ser plenamente corroborados, no sólo por nuestros
anteriores resultados, sino también por los
resultados de nuestro nuevo estudio sobre
130 naciones mostrado aquí. Esto mismo sostiene un artículo reciente, publicado en la
revista Parameters del ejército de EE.UU
(Wilkie, 2003):
de los miembros actuales de la Conferencia
Islámica, lo cual refuerza el argumento de
aquellos que propugnan –como en el informe
de Naciones Unidas de Desarrollo Humano
Árabe– mayor inclusión social y más justicia
de género en la región. Pero estos efectos en
este nuevo estudio de 130 países no son ya
significativos al nivel del 5% (bilateral).
«Todavía hay, a ambos lados del Atlántico,
quienes creen que la Unión Europea, como
una burocracia socialista pasada de moda,
es «fundamentalmente irreformable» y
también culturalmente hostil a Estados
Unidos» (Wilkie, 2003: 46)
Tanto las variables de política social, es
decir, el estado global de desarrollo del sector
social, medido por nuestra escala de «política
social»de 35 variables, como nuestro indicador para la existencia o erradicación de la
pobreza extrema (medido por la proporción de
personas que no cumplirán los 60) determinan las variables dependientes de nuestro
modelo del siguiente modo: política social global y erradicación de extrema pobreza tienen
efectivamente el efecto significativo de reducir la desigualdad global de ingresos e incorporar en el mercado laboral el «ejército de
reserva» femenino, pero es más evidente que
los estados socialmente activos que reducen
la extrema pobreza y hacen extensivo el sistema de bienestar lo hicieron al precio del deterioro medioambiental (mayores emisiones de
CO2 per capita).
Hay una amplia gama de literatura disponible hoy que perfila el efecto negativo de la
integración Europea en una economía mundial globalizada (para una revisión de la literatura y evidencia politométrica, véase
Tausch y Herrmann, 2001). En el presente
diseño de investigación, el efecto más considerable es el intercambio negativo entre pertenencia a la UE y democracia política, una
vez controladas las demás variables intervinientes que explican en conjunto el 63’73% de
la variabilidad de violaciones de derechos
políticos, reproduciendo así de nuevo el
hallazgo de un estudio anterior con 109 países, reportado en Tausch (2003 – 2004).
Nuestros resultados con respecto a la Unión
Europea deben considerarse aún más reveladores, en tanto que también consideramos
que – en contra de las asunciones populares–
la pertenencia a la Conferencia Islámica no
es un impedimento para la democratización.
Nuestros resultados contradicen claramente
muchas de las expectativas inherentes en los
escritos del profesor Samuel Huntington.
Tres indicadores de desarrollo –para medio
ambiente, crecimiento económico y democracia, respectivamente– están positiva y significativamente determinados por la pertenencia a la Conferencia Islámica, controlando
apropiadamente los efectos de las demás
variables que influyen. Sin embargo, la justicia de género en el mercado laboral y la redistribución siguen siendo el «talón de Aquiles»
84
Nuevamente, los conocidos efectos aceleración y madurez del desarrollo deben ser revisados de forma importante. Desde los tiempos de Simon Kuznets, los investigadores del
desarrollo siempre han aplicado formulaciones curvilíneas a fin de capturar estos efectos. Sin embargo, los resultados no son tan
claros como cabría esperar; y –por si fuera
poco– el sentido de tal influencia difícilmente
se corresponde con la ecuación. La función no
lineal de crecimiento, al someterse a regresión sobre el logaritmo natural del nivel de
desarrollo y su cuadrado, es llamada a veces
el «efecto Mateo, según Mateo» (13, 12):
«Porque a aquél que tiene, más le será dado
y tendrá de sobra; pero a aquél que no tiene,
le será quitado incluso lo poco que tuviere»
Los científicos sociales interpretaron este
efecto principalmente en vista de una acele-
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
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ARNO TAUSCH y ALFONSO GALINDO LUCAS
ración del crecimiento económico en países de
ingresos medios vis-à-vis los países pobres y
en vista del desfase que todavía se ensanchaba entre las naciones más pobres de la periferia (have-nots) y los países más ‘pudientes’ de
entre la semi-periferia (Jackman, 1982). Su
hipótesis se confirma aquí sólo parcialmente;
no hay una aceleración significativa en bajos
niveles de desarrollo, y sólo un insignificante
efecto estancamiento / saturación. La primera expresión b1×ln(PCItn) arroja los siguientes resultados significativos:
• Se incrementan las violaciones de derechos políticos.
• Se incrementa la tasa de actividad
económica femenina.
La segunda parte de la «curva de Kuznets»
b2×(ln (PCItn))2 tiene hoy los siguientes
resultados:
• Decreciente violación de los derechos
políticos.
• Decrece la proporción de ingreso / consumo del 20% más rico con respecto al 20%
más pobre.
• Se incrementa la tasa de actividad
económica femenina.
Así pues, existe una « curva de Kuznets»
de democratización más que un «efecto
Mateo» del crecimiento económico. Debería
estar claro que una confianza en el «Consenso
de Washington» por sí sola no va a «fijar» el
desempeño de los países más allá de una buena y más predecible «estabilidad desarrollista». La consecuencia más consistente del análisis de «dependencia» de este ensayo es la
apreciación de que una confianza en la «libertad económica» a corto plazo puede conllevar
consecuencias positivas para el empleo especialmente femenino pero que las consecuencias negativas a largo plazo de dependencia
en la esfera social, pero también para el desarrollo sostenible, superan los efectos positivos
inmediatos. Nuestra comprensión empírica
de tres pliegues del proceso de globalización:
la confianza en los ahorros extranjeros, la
penetración de multinacionales y el intercambio desigual va más allá del análisis
medio del funcionamiento de las estructuras
de dependencia y muestra cómo los diferentes
aspectos de la dependencia afectan negativamente a la ejecución del desarrollo. Este análisis de 130 países muestra de nuevo que la
integración en la Unión Europea no es, por
otra parte, un remedio rápido para muchas
de las enfermedades sociales de la periferia y
semi-periferia. La UE, en las actuales condiciones, no consigue tener efectos suficientemente dinámicos y su déficit democrático se
presenta cada vez más claro. En términos del
tamaño del efecto cuantitativo sobre el desarrollo de 6 dimensiones que está siendo objeto de investigación, se muestra que una política social decente y un buen esfuerzo del
capital humano sigue siendo uno de los más
importantes pre-requisitos para ascender y
permanecer como una democracia orientada
al crecimiento estable en el siglo XXI.
En términos de capacidad de los predictores usados en nuestras ecuaciones para conseguir resultados significativos, podríamos
llegar al siguiente ranking vagamente establecido:
• ln(PIB PPP pc)^2 (efecto de la madurez
y estancamiento).
• (I - A)/PNB.
• Pertenencia a la Conferencia Islámica.
• ln(PIB PPP pc).
• Gasto público en educación por PNB.
• Intercambio desigual.
• Porcentaje de gente que no se espera
que sobrevivan a la edad de 60 años.
• Penetración de las multinacionales
1995.
• Factor desarrollo social.
• Porcentaje de población con más de 65
años de edad en 1998.
• Intervencionismo del Estado.
• Pertenencia a la UE.
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
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85
ESTUDIOS
TABLA 4. RESIDUOS DE LA PREDICCIÓN DE CRECIMIENTO
Fuente: Cálculos propios a partir de nuestros archivos de datos, disponibles en: http://www.lalisio.com/group/
4711/documents/ (registración gratuita)
¿Es realmente diferente la senda de
EE.UU. en comparación con los países UE15? Las siguientes predicciones de crecimiento económico y desigualdad de ingresos y sus
residuos provienen de nuestra ecuación,
determinada, al 37’3%, por una baja penetración de corporaciones y gastos públicos en
educación elevados, inter alia:
¿Cómo de diferente es realmente la desigualdad americana? ¿Dónde está el lugar de
América en comparación con los países UE15? Las tasas de baja supervivencia hasta 60
años son un factor de desigualdad creciente de
86
ingresos, y el proceso de envejecimiento, el
ahorro externo, el logro global de la política
social de un país y los efectos de rigidez del
capitalismo «maduro», todos ellos, reducen la
desigualdad significativamente. La predicción
de desigualdad, con un 49’91% de la variabilidad total explicada, es la siguiente.
Los activos de crecimiento más fuertes de
la economía de EE.UU. son los fuertes esfuerzos en capital humano; en nuevas tecnologías
punta, especialmente telecomunicaciones, y
las excelentes oportunidades para mujeres
con educación superior en el mercado laboral.
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
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ARNO TAUSCH y ALFONSO GALINDO LUCAS
TABLA 5. RESIDUOS DE LA PREDICCIÓN DE DESIGUALDAD
Fuente: Ídem.
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ESTUDIOS
MAPA 4. RESIDUOS DE LAS PREDICCIONES DE CRECIMIENTO ECONÓMICO
EN EL MUNDO
Fuente: Ídem.
MAPA 5. RESIDUOS DE LAS PREDICCIONES DE CRECIMIENTO ECONÓMICO
EE.UU. Y EUROPA
Fuente: Ídem.
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REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
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ARNO TAUSCH y ALFONSO GALINDO LUCAS
MAPA 6. RESIDUOS DE LAS PREDICCIONES DE CRECIMIENTO ECONÓMICO
EN EUROPA
Fuente: Ídem.
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ESTUDIOS
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TABLA 6. SINOPSIS DE LOS RESULTADOS MULTIVARIANTES
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TABLA 6. SINOPSIS DE LOS RESULTADOS MULTIVARIANTES (Cont.)
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ARNO TAUSCH y ALFONSO GALINDO LUCAS
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Todos nuestros cálculos con Microsoft EXCEL 7.0 provienen del PNUD y otras fuentes de datos, citadas más arriba. En todas las salidas, primera fila: coeficientes de regresión
sin estandarizar, segunda fila: errores estándar, penúltima fila: Prueba «t» de Student y signo de la relación; última fila: probabilidad de error. Los valores que se muestran inmediatamente más abajo de los errores estándar son los estadísticos R2 (tercera fila, entrada de la izquierda), F, y grados de libertad (cuarta fila). Debajo de ésto último: ssreg; ssresid , es decir, la suma de cuadrados de la regresión y la suma de cuadrados de los residuos. La entrada de la derecha de la tercera fila es la desviación típica del estimador «y».
ESTUDIOS
TABLA 7. PRUEBA «T» Y SIGNO DE LA RELACIÓN
Fuente: Ídem.
TABLA 8. PRUEBA DE LA «F» Y PROBABILIDAD DE ERROR PARA
TODA LA ECUACIÓN
Fuente: Ídem.
92
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
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ARNO TAUSCH y ALFONSO GALINDO LUCAS
Conclusiones teóricas y políticas
En nuestro marco de referencia del sistema mundial, el problema no es que los políticos, por ejemplo, el presidente de turno de la
Comisión Europea, acierten o se equivoquen,
sino que el propio concepto de Estado (en
general, los entes territoriales soberanos) es
ya un trasto del pasado y aunque sirva aún
como ámbito de análisis de nueva realidad
global, no es tan útil como instrumento de
cambio social. La Unión Europea tiene un
ámbito espacial más amplio y abarca políticas (como el medio ambiente o las PYME) que
no han sido tradicionalmente asumidas por
los Estados miembros, pero en lo referente a
la dependencia económica, le son de aplicación similares análisis. Por eso, en muchas
ocasiones es incompleto el discurso de culpar
exclusivamente a los políticos de la explotación que sufren sus naciones o regiones por
parte de las multinacionales. Es más, las
grandes multinacionales no necesitan tener
de su parte al dirigente político (como sugiere
gran cantidad de bibliografía consultada),
porque pueden hacer daño a la economía de
un país o conjunto integrado de países,
mediante la amenaza de deslocalización y
evasión rápida de capitales. El imparable
ascenso del fenómeno «no gubernamental»
(Galindo, 2005) pertenece a aquél otro al que
se ha denominado «crisis del Estado».
¿Podrían estar los grandes capitales detrás
de esta espontaneidad fomentada por los propios poderes públicos? La crisis del Estadonación se trata, usualmente, como un tránsito hacia una situación en que el escenario global negará a los ciudadanos del mundo una
participación efectiva, estando ésta limitada
a ámbitos territoriales concretos (véase el
caso de los inmigrantes). Aunque Castells
defiende la gran influencia político-económica que sigue correspondiendo al Estado y el
poder formal que les queda para «bloquear los
movimientos de capitales» (Castells, 1997, p.
337 in fine), nuestro punto de vista es más
realista con respecto al ejercicio que dichos
Estados van a hacer de tales poderes. Cuando
la obra en cuestión y otras de los felices años
90 se redactan en términos de recomendaciones del experto al Estado y arengas a los funcionarios corren el riesgo de convertirse en
utópicas, teniendo en cuenta la restricción
presupuestaria con la que éstos actúan.
La tradicional cuestión de si el Estado debe
intervenir en la Economía puede ser sustituida por la cuestión de «a favor de quién» interviene o debería intervenir. Conforme las tecnologías han propiciado la movilidad social de
los distintos tipos de productores, los clientes
predilectos de los Estados han podido cambiar. Siguiendo a Stiglitz (2003), damos por
sentado que la intervención y la regulación
públicas son necesarias, pues de hecho se ejercen. No hay que olvidar que el triunfo del sistema capitalista sobre el bloque soviético no
ha sido posible sin la guerra fría y ésta se ha
efectuado con cargo a presupuestos públicos y
con graves transgresiones del principio de
competencia. El Estado ha socorrido, mediante protección, a los grandes grupos empresariales de los países que hoy son grandes potencias. La carrera armamentística fue el origen
de la mayor parte de inventos disponibles hoy
para el consumidor. Pero esta intervención
puede no estar siempre siendo encauzada a
los fines más correctos, desde el punto de vista de la eficiencia (mucho menos, la justicia).
La intervención del Estado, realizando operaciones de mercado es un tema tradicional en
la Economía: Cuando la intervención se produce en los mercados financieros, solemos
hablar de política económica; cuando se produce en ámbitos industriales o de prestación
de servicios, hablamos de planificación económica. En cambio, la regulación ofrece nuevas
líneas de estudio, debido, en primer lugar, a la
imposibilidad de invertir, por efecto de la
«austeridad presupuestaria». En segundo
lugar, la regulación es el campo de aplicación
de la Economía del Derecho.
Pero la gran cuestión, que rara vez ha sido
abordada por los economistas, es si un Estado
o un organismo público que no tiene capacidad económica para intervenir posee una
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
77
93
ESTUDIOS
efectiva potestad para regular en beneficio
del interés general o si, por el contrario, la
emisión de normas queda subyugada a los
dictámenes de intereses particulares económicamente más poderosos. Esta sola pregunta es el paso necesario hacia un nuevo marco
teórico, que estudie las decisiones gubernativas en función de dos tipos de racionalidad: la
de los deberes formalmente establecidos y la
de los incentivos materiales.
La principal de las condenas que cumple el
Estado moderno es la taxativa orden de alejamiento con respecto a los mercados, si es que
existen. Ya no tiene poder ni competencia
para imponer trabas a la circulación de mercancías, ni de servicios, ni (mucho menos), de
capitales19, por lo tanto no puede crear mercados protegiendo la economía interior de la
competencia de los colosos multinacionales.
En el mercado global de capitales, los países
compiten entre sí por la inversión extranjera
y la liberalización total de entradas y salidas
es una señal al mercado de que su inversión
es líquida y segura; es decir, de que no hay
vuelta atrás.
En la vida real, las empresas no solamente
compiten en el mercado, sino en el seno de las
instituciones, de forma cada vez más evidente, con la añadidura de que a veces son las
Administraciones públicas (Galindo, 2003) o
los mercados interiores (Galindo, 2004) los
que compiten entre sí por el producto, el consumo o el capital de las grandes multinacionales.
Krugman (1997) hace una crítica a la idea
de que la riqueza de las naciones está determinada por su éxito en los mercados. Al respecto hay que decir que en la mayoría de los
libros y artículos consultados acerca del
comercio internacional se echa en falta una
19
En el caso de España, la liberalización del mercado de capitales se hace efectiva, con respecto a todas las
divisas convertibles, el 1 de febrero de 1992, es decir,
once meses antes de la implantación del Mercado Único en Europa, el 1 de enero de 1993.
94
mención, en relación con dicho éxito, de la
existencia de amenaza militar, ese gran
intangible de las multinacionales que no figura en el activo del balance. Si tenemos en
cuenta esta variable, es fácil explicarse acontecimientos como los resultados de la octava
conferencia internacional del GATT20 o, en
general, la adopción de políticas «erróneas»
en Europa, según acabamos de analizar. El
ser la primera potencia militar, comercial y
política, viene todo junto (Kissinger, 2000). El
principio de libertad de comercio y su defensa
o detracción, en la práctica, ha estado históricamente supeditado a los intereses de las
potencias que han tenido una ventaja competitiva en el terreno económico, político y militar. Sartori y Mazzoleni (2003), por ejemplo,
hacen una defensa radical de la libertad de
comercio internacional y para ello, denuncian
las políticas agrícolas proteccionistas de
Europa y Estados Unidos, pero también
desamparan el desarrollo industrial de los
países agrícolas, a los que condenan a la especialización en este tipo de productos y los conminan a importar tecnologías ecológicas (p.
168). En este caso, los países pobres se especializarían en artículos de bajo valor añadido.
Wallerstein (2003) ilustra esta idea y se adereza con los incumplimientos, por parte de
Estados Unidos, de los acuerdos de la OMC,
cuando perjudicaban a algunas de sus industrias y, de forma más concreta, a los intereses
electorales de la dinastía Bush.
Mientras que la implantación de medidas
neoliberales en América Latina supuso a las
empresas multinacionales la búsqueda de
mercados, para los economistas (entonces, la
Escuela de Chicago) representó la búsqueda
del mercado como concepto, el ámbito ideal,
en el que a largo plazo, se produjesen las
20
Denominada «Ronda Uruguay», por haberse iniciado en Punta del Este, el 15 de septiembre de 1986,
aunque finalizó en Ginebra el 15 de diciembre de 1993.
Curiosamente, la más larga de las ocho, culminó con la
disolución del General Agreement on Tariffs and Trade
(GATT) y la creación de la Organización Mundial del
Comercio (OMC).
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
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ARNO TAUSCH y ALFONSO GALINDO LUCAS
situaciones de equilibrio predichas por los
modelos. La caída del muro de Berlín, en
1989 y la desaparición de la URSS, en 1991,
representó también un hallazgo de mercados,
con minúscula, pero tampoco fue posible
encontrar en Asia y Europa del Este el Mercado con mayúsculas, la piedra filosofal de los
ecónomos y otros creyentes. En Stiglitz
(2001) se explica cómo la apertura de los países ex-soviéticos al capitalismo contribuyó a
asignar los recursos económicos de una
manera menos eficiente que la planificación
centralizada. Esto significa, sencillamente,
que el libre comercio no existe o no es una
solución eficiente. En Cohen (1998) y en Sartori y Mazzoleni (2003) se comenta el incremento de la contaminación, la reducción de la
esperanza de vida y el aumento de la mortalidad infantil y la pobreza en Rusia, a diferencia de los demás países de la OCDE.
En otro orden de cosas, los célebres criterios de convergencia de la zona euro continúan vigentes en el denominado «pacto de
estabilidad». En él se establece la obligación
de mantener las cifras de déficit y endeudamiento público en determinados porcentajes
máximos, no con respecto a los gastos o ingresos públicos, como sería lógico, sino en términos del P.I.B. Con esto se logra el efecto de
dimensionar al sector público con relación a
la economía nacional, impidiendo que adquiera importancia y poder de intervención económica. Las Administraciones públicas no
podrán endeudarse, con relación a sus cuentas, en un porcentaje que les permita apalancar al máximo las inversiones productivas y
obtener, con ellas, una rentabilidad financiera positiva. Pasan a convertirse en meras
unidades de ahorro y consumo, a modo de economías domésticas comunes, pero con la diferencia de que las economías domésticas no
suelen desviar las decisiones de consumo en
beneficio de los proveedores. Esta restricción
afecta sobre todo a las economías más pobres,
pues en países como Estados Unidos, donde
la renta nacional es la mayor del mundo con
diferencia, establecer el déficit público en un
3.46 % (valores de 2003 según Economist;
deuda pública acumulada actual de Estados
Unidos: 62.43% del PIB) con respecto a dicho
Producto equivale a permitir al Gobierno
Federal alcanzar un nivel de endeudamiento
que le permita efectuar sus políticas sociales
e incluso gran parte de las campañas bélicas,
sin restricciones financieras perceptibles.
¿Tal vez las grandes potencias están imponiendo a las pequeñas naciones limitaciones
presupuestarias que las primeras no cumplen? Recordemos que Alemania se permitió
imponer al resto de los Estados miembro
de la UE unos criterios de convergencia que
ella misma prefirió incumplir. A cambio, ella
misma se administró un discreto «tirón de
orejas», por medio del Banco Central Europeo21.
Todas estas críticas que se han hecho en
algunos trabajos anteriores son meras reprimendas si se comparan con el trasunto fundamental del papel del Estado, cual es el
interés general. Pero, desde el punto de vista
económico, hay una idea que es necesario
tener siempre presente y que debemos a
magníficos economistas, como Keynes. Esta
idea es que el déficit es bueno, hasta un determinado nivel. A las empresas se les recomienda constantemente que asuman un cierto grado de «apalancamiento», es decir, de
endeudamiento, porque eso incrementa la
rentabilidad del capital propio. En el caso de
los entes públicos, lo que se incrementaría
sería la rentabilidad pública.
A raíz de esta idea, aún es posible complementar la crítica con otra gran verdad poco
Por su parte, Grecia se incorporó al euro de
manera excepcional, es decir, a pesar de no haber cumplido satisfactoriamente los requisitos que se habían
considerado ineludibles. Se trató de una decisión política. Si España estaba en las mismas condiciones que Grecia, ¿por qué no se aprovechó para decretar una austeridad de un grado menor, menos rígida?¿Por qué nos
sacrificamos «apretando el cinturón» incluso más de la
cuenta y antes de lo necesario? (En el primer semestre de
1998). Posibles respuestas en Galindo (2005a).
21
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
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95
ESTUDIOS
mencionada, cual es la garantía del Estado o
Administraciones públicas en general. Esto
significa que los pasivos emitidos por el poder
público son considerados activos sin riesgo y
por lo tanto, el coste de esta financiación para
el Estado no es tan alto como el que tendría
una empresa o, en general, un prestatario
privado. Como consecuencia de esto, las
empresas públicas se vuelven más eficientes
que las privadas; es decir, debido a su bajo
coste de financiación, existen determinadas
actividades que no sería rentable realizarlas
con capital privado y que, sin embargo, al
capital público le reportarían una rentabilidad positiva. Ésta podría destinarse a fines
sociales.
Los intereses de la banca coinciden hasta
cierto punto con el afán des-regulador de los
sectores punta, que están en proceso de concentración. Un Estado que interviene económicamente y se endeuda está captando ahorros en condiciones competitivas y esto encarece la financiación de los Bancos, por medio
de depósitos. La auto-condena de los Estados
en favor de los intereses corporativos privados es sólo comparable al sometimiento histórico de los emperadores a los dictámenes de la
Iglesia, donde el adjetivo católico hacía
entonces las veces de lo transnacional. Buena
parte de las políticas de modernización a
nivel local tienen como finalidad el consumo
de tecnologías proporcionadas por las multinacionales y las reformas del sistema financiero tienen como objeto principal el abaratamiento de costes o la relajación tributaria
sobre las instituciones privadas de inversión,
organización de mercados o crédito (Galindo,
2003, 2004). La solución ante un poder
empresarial de tal magnitud no se halla en
un sistema de Tratados entre países, sino en
un futuro proceso de democratización en la
toma de decisiones de ámbito europeo.
Así pues, no es arbitrario que una importante consecuencia de nuestro análisis sea el
redescubrimiento del tema de la política
industrial europea, que determina en último
término el coeficiente de penetración de cor-
96
poraciones, el ahorro externo y el intercambio
desigual, que se han postulado como decisivos para explicar el crecimiento económico y
el estancamiento desde 1990. Lamentamos
contradecir aquí al profesor Paul Krugman
del Massachusetts Institute of Technology
(MIT), pero en retrospectiva, sus planteamientos sobre la politica de competencia
habían resultado erróneos y el entonces criticado Presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors (y en ese mismo punto, el Presidente William Jefferson Clinton) estaba en lo
cierto, cuando Krugman escribió hace años,
en Foreign Affairs acerca de Delors y la política industrial europea:
«En junio de 1993, Jacques Delors hizo
una presentación especial a los líderes de
las naciones de la Comunidad Europea,
que se reunían en Copenhague, sobre el
problema creciente del desempleo europeo.
Los economistas que estudiaron la situación europea tenían curiosidad de ver lo
que Delors, presidente de la Comisión de la
CE, diría. La mayoría de ellos compartía
más o menos las misma diagnosis del problema europeo: Las tasas y regulaciones
impuestas por los estados del bienestar elaborado en Europa han hecho a los empleadores reticentes a crear nuevos puestos de
trabajo, mientras el relativamente generoso nivel de beneficio del desempleo ha vuelto a los trabajadores indispuestos a aceptar los tipos de empleos de bajo salario que
ayudan a mantener el desempleo comparativamente bajo en Estados Unidos. Las
dificultades monetarias asociadas con la
preservación del el Sistema Monetario
Europeo (SME) en presencia de los costes
de la reunificación alemana han reforzado
estos problemas estructurales.
Es una diagnosis persuasiva, pero políticamente explosiva y todos querían ver cómo
Delors la manejaría. ¿Se atrevería a decir a
los líderes europeos que sus esfuerzos en
perseguir la justicia económica han producido desempleo como subproducto involuntario? ¿Se admitiría que el SME pudiera
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ARNO TAUSCH y ALFONSO GALINDO LUCAS
ser sostenido sólo al coste de una recesión y
afrontar las implicaciones de esta admisión para la Unión Monetaria Europea?
¿Qué tenemos aquí? Delors no confrontó los
problemas del Estado de bienestar o bien el
del SME. Explicó que la causa raíz del
desempleo europeo la falta de competitividad con respecto a Estados Unidos y Japón
y que la solución era un programa de inversión en infraestructuras y alta tecnología.
Fue una evasiva desilusionante, pero no
sorprendente. Después de todo, la retórica
de la competitividad, la visión de que, en
palabras del presidente Clinton, cada
nación es «como una gran corporación que
compite en el mercado global», se ha vuelto
invasiva entre los líderes de opinión de
todo el mundo. La gente que cree ser sofisticada acerca del tema, da por hecho que el
problema económico que afronta cualquier
nación moderna es esencialmente el de
competir en mercados mundiales y que
Estados Unidos y Japón son competidores
en el mismo sentido que Coca-Cola compite
con Pepsi, y no están prevenidos de que
cualquiera podría cuestionar seriamente
esa proposición. Cada pocos meses, un nuevo best-seller alerta al público americano
de las terribles consecuencias de perder la
«carrera» hacia el siglo XXI. Toda una
industria de consejos sobre competitividad, «geo-economistas» y teóricos del
comercio gestionado ha irrumpido en Washington. Mucha de esa gente, que ha diagnosticado problemas económicos en América en muchos de los mismos términos en
que Delors hizo con los de Europa, está
ahora en los más altos alcances de la
Administración Clinton formulando la
política económica y comercial de Estados
Unidos. Así pues, Delors estaba usando un
lenguaje que no sólo era conveniente sino
confortable para él y para una amplia
audiencia a ambos lados del Atlántico.»
(http://www.foreignaffairs.org/1994030
1faessay5094/paul-krugman/competitiveness-a-dangerous-obsession.html)
Nuestra investigación ha mostrado no sólo
que en la década después de 1990 los Estados
con política industrial que ganaron su relativa independencia vis-à-vis al capital transnacional acertaron, mientras que los aperturistas de mercado perdieron relativamente, sino
también que la regulación –y no la desregulación– ayudó al ascenso europeo y japonés después de 1945, mientras la desregulación fue
en detrimento de los europeos y japoneses
para la mayor parte del siglo XIX y las más
postrera del siglo XX. Así pues, pueden ser
rescatados los viejos cuestionamientos críticos dirigidos hacia la teoría neo-clásica, por
parte de economistas como Celso Furtado,
Michal Kalecki, Gunnar Myrdal, François
Perroux, Raul Prebisch, Paul RosensteinRodan, Kurt Rothschild, Hans Singer y otros.
La desregulación ayuda, pero ayuda al centro
dominante a mantener e incluso incrementar
su posición de liderazgo, y desde luego no a
las naciones tecnológica y políticamente más
débiles de la periferia y semi-periferia.
Esto abre, como afirmamos más arriba, la
caja –esperemos que no la de Pandora– de la
política industrial. ¿Tiene Europa tal política
en sentido pleno, o es que la sabiduría europea se reduce, por formularlo de un modo
polémico, al 3%, es decir, a los criterios de
Maastricht? En función de nuestro análisis,
la política industrial es la condición sine qua
non de una respuesta real europea a la estrategia del poder global del militarismo keynesiano de Estados Unidos, que siempre antepone la bienandanza de las corporaciones
transnacionales de EE.UU. a la ideología.
La efectividad depende de las características de la organización de los mercados y la
estructura de las instituciones políticas y la
tradición de cierre de relaciones entre Estado
y empresas para «resolver» problemas, en el
sentido de cancelar, más que solucionar.
La dependencia polariza y en último término deforma el desarrollo, como Cardoso y
Faletto predijeron. Por supuesto, esto no
implica que no se produzca ningún «desarro-
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77
97
ESTUDIOS
llo» en condiciones de dependencia. Pero evitar la creación de «islas de modernidad» se
convierte en lo más importante desde el
momento en que la distribución de ingresos,
la desigualdad regional, e incluso la desigualdad de riqueza en la UE-15, no ya la UE-25,
están hoy ya en niveles comparables con los
de Estados Unidos, y van a incrementarse
incluso más, bajo las condiciones de desarrollo dependiente. Nuestra comparación entre
130 países muestra que, independientemente
del nivel de desarrollo de una sociedad, la
penetración de corporaciones y, en alguna
medida, un alto ahorro externo bloquea el
crecimiento económico a largo plazo, mientras la confianza en el ahorro externo incrementa las violaciones de derechos políticos,
las emisiones de CO2 y está asociada negativamente con el desarrollo sostenible, medido
por el índice ESI de Yale/Columbia. La UE,
en vez de ser un guardián de la democracia,
en realidad puede preciarse de ser todavía
democrática, porque nuestra democracia no
es el resultado de nuestra pertenencia, pero
es explicada en un 63’73%, por el hecho de
que somos sociedades ricas de capitalismo
maduro, todavía relativamente libres del
fenómeno del intercambio desigual, tan propiamente descrito por Pan Yotopoulos, Yasuyuki Sawada y Gernot Kohler. Pero estos
fenómenos se han incrementado últimamente en Europa, iniciando así una espiral descendente de lento crecimiento, violación de
derechos humanos extensiva, y una alta, y no
baja, tensión medioambiental. El alto ahorro
externo, que es también una consecuencia de
la incapacidad de incrementar los ahorros (y
reformar el sistema de pensiones) reducirá la
calidad del medio ambiente e incrementará la
presión hacia abajo en la calidad de la democracia. Fernando Henrique Cardoso y Enzo
Faletto predijeron esto de forma bastante
concreta22.
22
«las leyes del mercado»– tienden a imponer a la
sociedad sus ‘normas naturales’, restringiendo, por consecuencia, el ámbito y la eficacia de la contrapartida
autónoma de los grupos locales [...] Así, el desarrollo, a
98
El debate europeo es tal que los referéndos deben decidir si Turquía será capaz de
acceder incluso después de pasar con éxito
todos los obstáculos de la negociación. Se
dice que la cultura musulmana es incompatible con la democracia. Pero como muestra
la experiencia de varios países musulmanes
–más notablemente, Turquía–, el Islam es
compatible con la democracia. Nuestra
investigación muestra, con un nivel de error
del 10% (de significación bilateral) que
muchos países musulmanes y no musulmanes son tan indemocráticos porque son
pobres, o porque no son como las ya maduras
sociedades capitalistas y algunos lo son porque confían demasiado en el ahorro externo,
porque sufren el intercambio desigual (céteris páribus dependencia en el ahorro externo
es todavía un mal menor en estos casos e
incluso contribuye a un efecto positivo en la
democratización) y tendrían que privatizar
su sistema educativo. Hay una tendencia
hacia la violación de derechos políticos, sin
perjuicio de esto, pero precisamente por el
hecho de que un país sea miembro de la EU,
mientras que la pertenencia a la Organización de la Conferencia Islámica es significativamente NO asociada con la violación de
derechos políticos. De seguro, la dependencia ofrece a las élites nacionales y a los agentes decisorios europeos alguna salida positiva también, que no puede ser subestimada:
El ahorro externo está asociado con una concentración de la tasa de tasa de ingresos
muy inferior a la de los mecanismos que
fomentan el ahorro nacional; la penetración
de corporaciones –céteris páribus– está asociada con mejores tasas de democratización
partir de ese momento, se hace intensificando la exclusion social, y ya no sólo de las masas, sino también de las
capas sociales económicamente significativas de la etapa
anterior [...] El otro polo de reacción al sistema [...] las
‘capas marginales’ que son numéricamente crecientes
gracias a la forma que el desarrollo capitalista asume en
la periferia. En efecto, el funcionamiento del sistema
industrial-moderno implica un aumento, por lo menos en
terminus absolutos, del proceso de marginalización [...] «
(CARDOSO/FALETTO, 1971: 150).
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ARNO TAUSCH y ALFONSO GALINDO LUCAS
(ampliamente porque MNC-PEN también
está fuertemente conectada con un papel
incrementado de los medios transnacionales, mientras el intercambio desigual y el
alto ahorro externo son los dos mecanismos
de dependencia que normalmente no están
tan asociados con una sociedad mediática
activa) y el índice ESI de Yale/Columbia (en
gran medida, por las mismas razones mencionadas antes), y ERDI –intercambio desigual– está asociado con altas tasas de actividad femenina (ampliamente, porque el
intercambio desigual, sobre todo, desemboca
en una mayor tasa de explotación del trabajo a sueldo).
En este momento, pedimos permiso para
discutir también los efectos de variables, normalmente asociadas en Europa con las actividades de los Ministerios de Asuntos Sociales.
Es seguro que una estructura de población
envejecida introduce un elemento de escasez
de mano de obra con el doble efecto de aliviar
la polarización de ingresos pero también
incrementar la demanda de trabajo femenino
en el mercado laboral. Ceteris paribus también está claro que las poblaciones envejecidas, por la escasez implícita de mano de obra,
presentan una demanda mayor de tecnologías intensivas en capital y energía, la más
que evidente sustitución (el coeficiente es 5
veces mayor que la desviación típica del estimador) no es nada sorprendente. Además,
deberíamos diferenciar entre los efectos de
las políticas diseñadas para prevenir la extrema pobreza (medida por el porcentaje con
esperanza de vida no superior a 60) y políticas diseñadas para proveer a la sociedad una
gran medida de protección social (medida por
la escala de análisis factorial de 35 indicadores sociales). Sin ninguna sorpresa, ambas
políticas incrementan significativamente la
cohesión social (medida por nuestra variable:
Diferencia en ingreso /consumo entre el 20%
superior y el 20% inferior). También incrementan significativamente la representación
femenina (medida por el empleo femenino,
comparado con el masculino); sin embargo,
los Estados socialmente activos tienen un
input relativamente intensivo en energía.
El intervencionismo del Estado en la Economía, en cambio, la variable maestra del
discurso neoliberal, sólo tiene dos efectos significativos en nuestras variables de Lisboa,
en nuestro diseño de investigación de 130
países. Si el profesor Krugman estuviera en
lo cierto, habría efectos significativos masivos para la variable intervencionismo del
Estado –o su inversa, la libertad económica–
y las 6 variables que aquí se estudian. Sin
embargo, resulta que el intervencionismo del
Estado PUEDE acarrear una menor tasa de
tensión medioambiental (medida por las emisiones de CO2 per cápita), y ciertamente los
mercados libres son mucho más compatibles
con el empleo femenino en la sociedad. Pero
en caso contrario el efecto no está tan claro
como los neoliberales esperarían.
Europa también tiene mucho que aprender de la Investigación y Desarrollo de Estados Unidos, así como de su política educativa
universitaria y sus éxitos en representatividad y desarrollo de género.
Dejar de reconocer el antes mencionado
marco político sólo incrementaría la «latinoamericanización» del continente europeo.
Argentina podría ser, cada vez más, nuestro
futuro:
«En 1960, el ingreso real per cápita en
Argentina, medido en dólares de 1985, fue
$4.500, comparado con $900 en Corea del
Sur y $3.000 en Japón. A pesar de la agitación política y económica de los 80, Argentina permaneció básicamente próspera en
1997, el día que precedió al despegue de la
crisis actual, el ingreso per cápita de
Argentina, a precios corrientes, fue en torno a $8.600, lo que situó su credibilidad en
el rango superior de los países de ingresos
medios» (Salah El-Amrusi en Al Ahram
Weekly, http://weekly.ahram.org.eg/
2002/569/ec3.htm).
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77
99
ESTUDIOS
Dejar de aprender de la debacle de las
estrategias neoliberales puristas es también
fallar en aprender de América, que tuvo tanto éxito no por su ideología, sino a pesar de su
ideología de libre mercado, es decir, por su
keynesianismo bélico en práctica. Una estrategia neoliberal purista se aplicó en amplias
partes del resto del mundo desde finales de
los años 70. El éxito de esta estrategia es más
bien confuso. Los ingresos en poder real de
compra de las series de datos disponibles en
las instituciones internacionales de desarrollo testifican a favor de este efecto. Amplias
partes de nuestro planeta fueron una vez más
ricas, en términos reales, que en 2000; un
gran número de países experimentaron decenios de empobrecimiento económico real en
torno al último cuarto de siglo. La base de
datos electrónica23 del PNUD 2002 permite
fácilmente dicho cálculo desde 1975 hasta
2000. Los datos del PNUD nos dicen en qué
año, desde 1975, se alcanzaron los ingresos
más altos. Por lo general, cabría esperar que
un país tuviera 25 años de progreso desde
1975, pero no es el caso. Muchas naciones
alcanzaron su máximo bienestar medio en los
80, varias de ellas incluso antes. Cuando restamos del número 2000 el año de ingreso real
más alto desde 1975, llegamos al mapa global
de pérdida de desarrollo desde 1975, y del
mismo modo al mapa de pérdidas de globalización desde 1975. Son 63 las naciones que
perdieron 10 o más años de su desarrollo; y
sólo 70 de 159 países clasificados tienen su
más alto nivel de bienestar medio real en
2000. Europa podría incorporarse a esas
zonas oscuras de desarrollo negativo si no se
produce un cambio drástico de política hacia
una política estratégica coherente de capital
humano e industrial:
MAPA 7. AÑOS DE PÉRDIDA DE DESARROLLO DESDE 1975
EN EL SISTEMA MUNDIAL
23
http://hdr.PNUD.org/reports/global/2002/en/
indicador/indicador.cfm?File=index.html
100
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
77
ARNO TAUSCH y ALFONSO GALINDO LUCAS
MAPA 8. AÑOS DE PÉRDIDA DE DESARROLLO DESDE 1975
EN EUROPA*
* No hay datos para Cuba, Guyana Francesa, Groenlandia, Sahara Occidental, Sierra Leona, Bosnia, Serbia y Montenegro, Libia, Iraq, Rep. Dem. del Congo, Eritrea, Omán, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Somalia, Afganistán, Myanmar, y Corea del Norte.
Así que en resumen, Europa haría bien en
seguir la senda Delors y no la argentina.
Digest, 1, también disponible ent http://www.
hooverdigest.org/051/berman.html
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desarrollo en América Latina». México D.F.:
Editorial Siglo XXI.
• Los datos para este análisis y una versión
completa del trabajo en inglés están disponibles en
la página web:
CASTELLS, M. (1997): La Era de la información, vol.
2. Economía, Sociedad y Cultura, Alianza Editorial.
http://www.lalisio.com/group/4711/documents/
• Por motivos de brevedad, sólo se ofrecen las
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les remite a los análisis recientes de TAUSCH y
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ESTUDIOS
RESUMEN
104
Proponemos un enfoque de sistemas mundiales para el debate actual sobre el fracaso europeo en el cumplimiento de los criterios de Lisboa para la equiparación con Estados Unidos
en 2010. Mientras que la funesta realización de Europa se documenta en otros artículos, la
perspectiva del sistema mundial es relativamente novedosa en el debate y argumenta que
Europa devendrá comparable a largo plazo con los típicos países de América Latina durante la «internacionalización de los mercados internos» que empezó allí en los años ‘60 y ‘70.
Europa no está siendo «amenazada» por «condiciones americanas»: Ambos continentes se
enfrentan a los mismos desafíos, a los que América en un sentido capitalista resistió de forma más productiva en los años ’90. La falta de política industrial en la tradición del Comisionado Jacques Delors es aquí una variable importante. La Europa de los 25 (UE-25) se
caracteriza, según este argumento, por una alta penetración de corporaciones multinacionales y otros indicadores de dependencia, cuyo efecto neto en el desarrollo se está polarizando.
Hay también una dimensión histórica en el proceso de Lisboa. Las teorías de sistemas
mundiales mantienen que la era actual de globalización ya tiene su paralelo en el siglo XIX.
Los datos de la CEPAL/ECLAC de Naciones Unidas citados en este estudio demuestran
claramente que estas épocas de globalización en el siglo XIX y después de 1973 supusieron
una relativa transferencia de ingresos de Europa Occidental y Oriental y de Japón, en
favor de Estados Unidos y sus zonas de influencia o «dominions», mientras que la era de la
regulación después de 1945 (Arrighi, 1995) relocalizó claramente los ingresos relativos
hacia los europeos occidentales y orientales y los japoneses. América Latina también ganó
durante la época de sustitución de importaciones desde aproximadamente 1930 hasta en
torno a 1973. Es de esperar que Europa Occidental y Oriental, América Latina, y también
Japón, –que deben su ascenso relativo en la sociedad global después de 1945 a sus estrategias de sustitución de importaciones–, serán esencialmente perdedores durante las próximas décadas de globalización.
La política de capital humano (gastos de educación pública por PIB) también está desempeñando un importante papel en la explicación de las diferencias internacionales de crecimiento. La relevancia de los factores Delors para la explicación de la eficiencia económica,
justicia de género, empleo, cohesión social y desarrollo sostenible se muestra en un análisis de regresión múltiple con 130 países. Se aprecia que Europa efectivamente corresponde a tal análisis; lo que es peor, también se espera que la Latinoamericanizacion de la sociedad europea continuará, si Europa no regresa a la agenda Delors. En resumen, Europa
hará bien en seguir la senda de Jacques Delors y no la de Argentina.
REVISTA DEL MINISTERIO DE TRABAJO E INMIGRACIÓN
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