que es el sexo - Uruguay Educa

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¿QUÉ ES EL SEXO?
Escrito por Jordi Domènech, Carol Gasset, Arianne Pérez, Héctor Ruiz.
¿Por qué para hacer un individuo necesitamos dos? ¿No sería más económico
reproducirse como las bacterias, que generan dos nuevos seres por división de uno
original? El sexo es un invento de los seres vivos que tiene buenos motivos para haber
aparecido en la evolución. Pero ¿qué tiene de especial? ¿Por qué nos reproducimos?
¿Por qué nos reproducimos?
Los organismos vivos somos máquinas con un tiempo
de vida limitado. Nuestras piezas, las células, envejecen
y se estropean. Aún cuando contamos con una cierta
capacidad de regeneración, hay células que no tienen
recambio. Por otra parte, el medio a nuestro alrededor
cambia, y de un día para otro nos podemos quedar sin
combustible (alimento) o bien nos puede matar una
sequía, una inundación o lo que sea. La única manera
de que una especie sea "inmortal" es que fabrique
nuevos individuos que sustituyan los que van
desapareciendo. Los nuevos individuos deben ser
similares a sus progenitores pero es adecuado que no
sean idénticos a ellos: dado que el medio cambia, es
bueno poder contar con individuos que, a diferencia de
sus padres, sean capaces de adaptarse.
Esto puede ocasionar que, al cabo de un buen puñado de generaciones, los individuos de
una especie no se parezcan casi a sus antepasados. Es lo que conocemos como
evolución.
¿Por qué nos reproducimos, pues? Dado que la reproducción consiste en la copia y
transmisión de una información genética, parece que son los genes quienes en realidad
"nos utilizan" (obviamente no hay una conciencia detrás) para asegurar su permanencia.
“El pollo es el medio que tienen los
genes del pollo para multiplicarse”.
E. O. Wilson
La reproducción clónica
Cuando cortamos una estrella de mar por la mitad,
cada fragmento se regenera y acaba convirtiéndose
en una nueva estrella de mar. El resultado es que de
una sola estrella se generan dos, y las dos tienen la
misma información genética. A esto se le llama un
clon. Las bacterias se reproducen dividiéndose en
dos, originando dos células con la misma
información genética que tenía la célula original. Lo
mismo hacen las células de nuestro cuerpo.
La clonación, es decir, la generación de individuos genéticamente idénticos, es un
fenómeno natural de reproducción asexual que utilizan muchas especies, ya sean
bacterias, hongos, plantas e incluso animales. Los descendientes generados por
clonación pueden, aun así, presentar algunas diferencias genéticas respecto a sus
progenitores: esto sucede cuando durante el proceso de copia de la información genética
se produce un error: una mutación. Las mutaciones son pues la única fuente de
variabilidad genética de los individuos que se reproducen asexualmente.
La reproducción sexual, un misterio durante
mucho tiempo
Antiguamente, se cría que la herencia genética en
la especie humana actuaba exclusivamente por
vía paterna. Según el preformismo, se suponía
que el hombre introducía una semilla en el útero
de la mujer, y que ésta sólo aportaba el lugar
dónde crecía esta semilla.
Omar Franco
Los dibujos de la época nos representan la semilla (el espermatozoide) como un
protohumano en miniatura, como el dibujo del homúnculo de Leeuwenhoek. Quizás
nos podríamos preguntar si los filósofos de la época nunca se habían parado a pensar
por qué los hijos tenían rasgos de sus dos progenitores, entonces... Otras teorías, como
la de la pangénesis, siguiendo una idea del filósofo griego Hipócrates, proponía que la
información hereditaria viajaba de cada parte del cuerpo (brazo, pierna, cabeza, ojo...)
a los genitales, y de allí pasaba al feto. Aristóteles afinó más: para él, la fecundación
suponía la mezcla de dos semillas, la masculina y la femenina.
Hoy sabemos que en los humanos (y en todas las especies que tienen reproducción
sexual) la información genética de cada nuevo organismo proviene de cada uno de sus
dos progenitores a medias. Cada uno de los padres fabrica una célula que contiene la
mitad de la información genética necesaria por construir un nuevo individuo. En
realidad, cada progenitor aporta una copia de todos los genes necesarios para hacer un
individuo, de forma que el descendiente tiene la información genética duplicada. Aun
así, de cada par de genes sólo necesitará uno. Esto es muy útil cuando alguno de los
genes que transmiten el padre o la madre está "estropeado": siempre tendremos uno de
repuesto. Pero si las dos copias del gen que recibe el bebé están dañadas y la función
de este gen es importante, las consecuencias pueden ser fatales.
Todas las células de nuestro cuerpo tienen la información genética duplicada. Todas,
excepto las células sexuales, los óvulos y los espermatozoides, que se fusionarán
durante la fecundación para dar lugar a una única célula: el zigoto. Esta célula, ahora
sí, tendrá una doble dotación genética y se dividirá de forma asexual millones de veces
para producir un individuo entero.
Una carrera épica
¿Os imagináis correr una carrera de Barcelona en Madrid
con 500 millones de participantes más? ¿Os imagináis
hacer este recorrido a una velocidad media de 600 km/h,
casi la mitad de la velocidad del sonido?
Porque éstas son las proporciones con las que se enfrenta un espermatozoide de 50
micrometros cuando es liberado en la vagina, entre los 500 millones de espermatozoides
que contiene cada eyaculación. Su carrera discurre a lo largo de 18 cm de difícil
recorrido, pasando por la vagina, el cuello uterino y llegando a la meta, el preciado
óvulo, en las trompas de Falopio. Su velocidad media es de unos 5 milímetros por
segundo. Una carrera de obstáculos muy dura que sólo algunos centenares superarán, y
sólo uno de ellos conseguirá acabar cruzando la línea de meta, la pared del óvulo. El
óvulo, que en proporción es como una pelota de 34 metros de diámetro, sólo dejará
entrar a uno de los espermatozoides para que lo fecunde. El material genético del óvulo
y el del espermatozoide se fusionarán entonces y se formará así el zigoto, la primera
célula que constituirá el individuo entero.
¿Por qué no somos clones de nuestros padres?
En general los hijos se parecen a sus padres, pero
no son idénticos. El conjunto de los genes que
tenemos (nuestro genoma) proviene de nuestros
padres, y esto hace que sus características se
manifiesten en nosotros. Aún así, somos diferentes
de ellos y a la vez nos parecemos a los dos. ¿Por
qué? En los humanos, la información genética está
repartida en 23 libros (cromosomas) diferentes.
Tenemos dos copias de cada libro (46 libros, en
total) y de estas dos copias, hemos recibido una de
cada uno de nuestros padres. Las dos copias de
cada libro pueden presentar pequeñas diferencias
entre ellas, alguna línea o alguna palabra escrita
diferente, que son las que determinan que seamos
rubios o morenos, altos o bajos, con la nariz grande
o la nariz pequeña.
Dirk Herrmann
Nuestros padres, a la vez, tienen sus dos copias de libros que recibieron de nuestros
abuelos. En función de cuál de las dos copias nos hayan pasado, heredaremos
características propias de nuestro abuelo o de nuestra abuela, ya sea paterno o materno.
Para la naturaleza, cada uno de nosotros es una nueva combinación de genes que no
había existido nunca antes. El sexo consiste en crear combinaciones genéticas que
produzcan individuos únicos y diferentes.
¿Por qué mi hermano biológico y yo somos diferentes?
Si yo y mi hermano tenemos los mismos padres, y la
información genética proviene de ellos, ¿mi hermano y
yo
no
deberíamos
ser
clones
(idénticos
genéticamente)? Pues no. Esto es el resultado de cómo
nuestros progenitores fabrican las células sexuales (los
gametos), es decir, los óvulos y los espermatozoides.
De los 46 libros (cromosomas) que tiene cada célula de
un individuo, 23 vienen del padre y 23, de la madre.
Por lo tanto, cuando los progenitores fabrican las
células sexuales, es necesario que éstas sólo tengan 23
cromosomas y que haya uno de cada tipo.
A la hora de escoger un cromosoma de cada par para
formar una célula sexual, la elección se hace al azar.
Ahora me llevo el cromosoma número 1 que venía de
mi madre, ahora el número 2 que venía de mi padre,
etc. Cada progenitor pone al azar una de las dos copias que tiene de cada libro en cada
uno de sus gametos. Las diferentes combinaciones de copias hacen que sea difícil
originar un gameto repetido. Además, por un proceso que se denomina recombinación
meiótica, las diversas copias de los libros de nuestros progenitores se pueden
intercambiar páginas entre ellas. Como hay infinitas combinaciones de páginas, es
prácticamente imposible que dos gametos sean iguales, y por lo tanto, es imposible que
tú y un hermano tuyo tengáis exactamente los mismos genes. Sólo hay una excepción...
1 de cada 500 humanos es un clon
En muchas películas y novelas se habla
de clones humanos. ¿Existen realmente?
Como hemos dicho, los clones son
individuos que tienen idéntica información
genética. Entonces, si los humanos nos
reproducimos sexualmente, y en esta
Oriol Massana
reproducción cada individuo es único
genéticamente, ¿cómo puede ser que
haya humanos clónicos?
Muy sencillo: inmediatamente tras la fecundación, la célula zigoto, que tiene la
potencialidad de convertirse en un individuo entero, se empieza a dividir, para
crecer y originar el embrión. Las nuevas células se crean por mitosis, proceso
en el cual cada célula es idéntica a la célula predecesora. En algunos casos,
por accidente, en alguna de las primeras divisiones, las células que forman el
embrión temprano se separan. Puesto que durante las primeras fases de
división todas las células embrionarias son todavía capaces de generar un
individuo entero, se forman dos embriones. Estos dos embriones proceden de
una misma célula y, por lo tanto, tendrán la misma información genética.
Cuando nazcan, los dos bebés serán idénticos genéticamente. Serán gemelos
monozigóticos (que proceden de un mismo zigoto). Aún así, nuestras
características no dependen sólo de los genes, y por eso incluso los gemelos
son diferentes entre ellos.
¿Como dos gotas de agua?
Dado que los gemelos monozigóticos tienen el mismo
genoma, sus rasgos morfológicos y fisiológicos son
más parecidos que los de los hermanos nacidos de
diferentes partos. Ahora bien, su aspecto físico, pese a
poder ser muy parecido, no es nunca idéntico, como
tampoco lo son sus gustos, afecciones y carácter.
El motivo de estas diferencias hay que buscarlo en las
influencias ambientales, que imprimen muchas características a los humanos. Debemos
recordar que el ambiente modula la manifestación de los genes e incluso puede hacer
que su función no se manifieste. Las diferencias debidas al ambiente se hacen muy
patentes cuando se analizan gemelos idénticos que, por causas ajenas a ellos y a los
investigadores, se han separado al poco de nacer y han crecido y se han educado en
ambientes sociales diferentes.
Si los dos embriones no acaban de independizarse, se forman hermanos siameses,
que nacen unidos por una parte de su cuerpo y que pueden compartir algunos
órganos.
¿Hay humanos hermafroditas?
Los hermafroditas son aquellos individuos que
pertenecen a los dos sexos al mismo tiempo. El
término proviene de los dioses griegos Hermes y
Afrodita, que representaban la masculinidad y la
feminidad, respectivamente. En muchas religiones
existen dioses hermafroditas, como el dios
Quetzalcoatl azteca, o los dioses Astarté, Adonis,
Cibeles o Hapis de culturas antiguas mediterráneas.
En la naturaleza, los seres hermafroditas son
abundantes, principalmente entre las plantas.
Boris Gomunik
Si miráis las flores de cerca veréis que tienen una parte central, el pistilo (parte
femenina), rodeada de los estambres (parte masculina). Por lo tanto, la misma planta
presenta órganos masculinos y femeninos. La mayoría de plantas son hermafroditas,
aunque existen algunas especies que presentan plantas machos y plantas hembras.
Entre los animales es menos común (lo son, por ejemplo, caracoles), y en los
humanos sólo son excepciones derivadas de malformaciones congénitas.
¿Por qué la reproducción sexual es mejor?
Alguien se podría plantear que clonar científicos, futbolistas, músicos, modelos... podría
ser beneficioso. Imaginaos lo que supondría que hubieran 15 Einsteins, 23 Naomis
Campbell, 12 Mozarts y 22 Rafaels Nadal!! En realidad, no supondría nada. Además del
hecho que una parte importante de las características que tenemos provienen del
ambiente, estos personajes son importantes porque son únicos. Como cada uno de
nosotros. Y en la naturaleza, que cada uno sea diferente es muy importante. ¿Por qué?
El entorno es cambiante, y cada especie se debe ir adaptando a las condiciones de éste.
En la reproducción asexual (que es una clonación natural), cada nuevo individuo es
genéticamente idéntico a su progenitor y no hay nuevas combinaciones de genes: el
ritmo de evolución de la especie depende sólo de la mutación. En cambio, la
reproducción sexual permite que cada individuo sea una versión diferente, una
combinación de genes que no había existido nunca antes, y por lo tanto, una carta más
que aumente las posibilidades de la especie de ganar en el juego de la supervivencia.
Algunas especies pueden usar los dos tipos de reproducción. Las fresas, por ejemplo, se
pueden reproducir por reproducción sexual (por esto hacen flores), pero también por
reproducción asexual (mediante unas ramas especiales, denominadas estolones, que
forman una nueva raíz y se acaban separando de la planta madre).
El sexo es un mecanismo de generación de variabilidad genética que permite la
existencia de individuos diferentes en una población, aumentando así las
capacidades de la población como conjunto para sobrevivir ante las vicisitudes del
medio ambiente.
¿Existirán un día los bebés probeta?
Algunas parejas tienen problemas para que el
proceso de fecundación se produzca de forma
natural. La alternativa es la fecundación in vitro,
proceso en el cual se extrae un óvulo de la
madre, espermatozoides del padre, y se realiza
la fecundación "manualmente" en el interior de
un tubo de laboratorio.
(c) Max Delson
Una vez se han fusionado el óvulo y el espermatozoide, la célula huevo-zigoto
resultante se reimplanta en el útero de la madre para que se desarrolle el embrión. La
eficacia de este proceso no es demasiado alta y por eso hace falta preparar e implantar
más de un zigoto en el útero de la madre. Incluso, en ocasiones, hace falta repetir todo
el proceso.
Los niños nacidos de esta manera son totalmente normales. Algunos laboratorios están
trabajando en el desarrollo de úteros artificiales donde se pueda desarrollar al menos
parte del proceso embrionario, pero por el momento, el útero natural es insustituible.
¿Es posible que una hembra se convierta en macho?
Muchos conoceréis la historia de Jurassic Park, en qué
algunos dinosaurios hembra se transformaban en
dinosaurios macho, y os preguntaréis si esto pasa en la
realidad. Pues sí. Evidentemente, no en dinosaurios.
Pero en algunas especies de peces, todos los individuos
nacen hembras y en función de la cantidad de machos
que haya previamente en la población, se acabarán
determinando cuántos de los nacidos se transformarán
en machos.
Esto tiene lugar gracias a un puñado de hormonas que
se encuentran en el ambiente. Hay otros casos
realmente particulares, como el de especies de anfibios
en qué aquello que determina si serán machos o
hembras ¡es la temperatura a la que se desarrolla el embrión! En la mayoría de las
especies, sin embargo, pertenecer al sexo masculino o al sexo femenino depende de la
presencia o ausencia de unos genes determinados. Entre todos los cromosomas, tenemos
unos que se denominan los cromosomas sexuales. En los humanos, las mujeres tienen 2
cromosomas X y los hombres un cromosoma X y un Y. El cromosoma Y es el que
determina el sexo: si lo tienes, serás hombre, sino, mujer. Este cromosoma contiene
unos genes que actúan como si fueran un interruptor que activa toda una cadena de otros
genes presentes por todo el genoma (muchos corresponden a hormonas) encargados de
desarrollar las características diferenciadoras de los individuos masculinos y de inhibir
las características femeninas.
Texto publicado en http://www.portaleureka.com/content/view/256/50/lang,es/
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