Dilema electoral Juan Poom Medina* Los magistrados del Tribunal Estatal Electoral y de Transparencia Informativa de Sonora (Teeti) enfrentaron y dirimieron el mayor reto que se les haya encomendado desde que llegaron al puesto que hoy ostentan. Ni siquiera en las elecciones de 2003 en la que validaron los resultados que describían una diferencia de 0.98 por ciento entre el partido ganador y el segundo lugar, esta terna de estudiosos del Derecho electoral sonorense enfrentó algún tipo de crisis o problema para emitir la resolución a favor del entonces candidato ganador Eduardo Bours Castelo, que más tarde validó el Tribunal Federal Electoral. Sin embargo, en esta ocasión las cosas fueron distintas en la elección de gobernador. Desde su declaratoria de “incompetencia” (mal leída por algunos sectores) para resolver el recurso de queja que interpuso la Alianza PRI-PVEM-Panal (agregando al PRD), la crisis en el Tribunal se incrementó al grado de recibir fuertes descalificaciones y, sin duda, presiones de gran magnitud. De esa forma, quizá en esos días, en que se incluye la devolución del expediente de parte del Trife al Teeti para que emitiera el resolutivo sobre el caso ese Tribunal, éste pasó el peor periodo de su historia hasta que el pasado lunes resolvió con la votación 2 a 1 la validez de las elecciones de Gobernador y, con ello, la ratificación de la constancia de gobernador electo para Guillermo Padrés Elías. Por el tipo de resultado “controversial” de 2 a 1 que emitieron los magistrados es pertinente preguntarnos. ¿Qué vio en su análisis la magistrada María Teresa González Saavedra para emitir un voto particular en el que señala que el “exceso” de promocionales utilizados por el PAN impactaron significativamente y fueron determinantes en los resultados en la elección de gobernador? No quiero discutir el sentido de su respetable veredicto pese a que, como los datos registran, ella es militante del PRI, ha ocupado alguna cartera en ese instituto, y algún atrevido puede decir que en la lectura de su resolutivo se encuentra otro recurso de queja sobre la supuesta inequidad que prevaleció en la elección. Pero no es el caso. Me interesa comentar el peso de las evidencias suscritas en el documento resolutivo general de 183 páginas que encontré en la página web del Teeti (RQ174). En él, según la magistrada, las observaciones de “inequidad” se sostienen en tres teorías: la “regency” o proximidad, la de la racionalidad en las elecciones (elección racional) y la opinión pública. Señala la magistrada que de acuerdo a la teoría de la proximidad “la publicidad en radio y televisión influyen en la decisión del voto” (p.174). Continúa en su exposición diciendo que la teoría de la racionalidad en las elecciones afirma que “la decisión de un elector, depende tanto de sus valores, como de la cantidad y calidad de la información que recibe para construir su decisión” (p. 175). Y cita su tercer teoría cuando afirma que de acuerdo a las teorías empíricas sobre la opinión pública “las personas necesitan saber para dónde se mueven los demás y así tomar una decisión” (p.176). Coincido en que el uso de esas teorías tiene un fuerte poder explicativo para entender el fenómeno electoral, pero sin duda, y me parece lamentable, en esta ocasión el uso de ellas fue inadecuado y forzado para emitir un resolutivo en el que se ratifica que las elecciones deben anularse debido a que se encuentra relación positiva y significativa entre el número de “spots” y el resultado electoral que no favoreció al candidato de la Alianza. Es decir, la lectura de su intervención deja la idea de que a mayor número de mensajes de televisión y radio que reciben los votantes, éstos deciden (sin pensar más) en votar por el candidato o partido político que más aparece en esos medios. Me preocupa el determinismo que utiliza, porque pone a los electores como unos “bobos”, unos “tontitos” que escuchan radio y ven televisión y mecánicamente reparan en el voto del candidato que aparecieron con más frecuencia en la televisión, o bien, porque supuestamente escuchó 59 mil 699 veces más el nombre de un candidato. También preocupa que no retoma del debate académico las refutaciones que se han hecho a las teorías que cita, especialmente la forma tan severa con que el nuevo institucionalismo de la ciencia política cuestiona la teoría de la elección racional. Me pregunto: ¿En verdad las personas ven televisión y escuchan radio para tomar decisiones importantes? o ¿Trabajan en allegarse información más confiable y así emitir un voto retrospectivo (evaluativo)? Ustedes tendrán su opinión, pero si salir a votar se relaciona o es algo similar a participación de los ciudadanos, entonces, podemos voltear a mirar los resultados de la Encuesta “Latin American Public Opinion Report” levantada en México en 2008 por la Vanderbilt University y el ITAM, donde se cita que el determinante principal de la participación de los ciudadanos es la educación. Es cierto, en México no hay mucha participación y quizá se deba a la falta de educación, pero seguramente ese 53.04 por ciento que salió a votar en Sonora el pasado 5 de julio, se sentirá ofendido si le dicen que tomó su decisión por ver televisión y escuchar radio. Eso es lo que yo entiendo que la magistrada dijo en su resolutivo, que acepto en aras de la democracia, pero con el que no coincido como ciudadano informado. *Profesor-investigador del Programa de Estudios Políticos y Gestión Pública de El Colegio de Sonora, [email protected]