C 0 1)582 Téngase presente. ORIGINAL TC 22/14111201. 5152',, Excelentísimo Tribunal Constitucional Cristóbal Salvador Osorio Vargas, abogado, en representación según se acredito en presentación de 21 de abril de 2016, de la Federación Nacional de Sindicatos de Conductores de Buses, Camiones, Actividades Afines y Conexas de Chile, y del Sindicato Interempresas de las Empresas Supermercados Líder, en Requerimiento de Inconstitucionalidad del artículo 93 N° 3 de la Constitución Política de la República, caratulado "Requerimiento de inconstitucionalidad presentado por un u o de Senadores el sistema respecto de las normas que indica contenidas al proyecto de le rabajo, de relaciones laborales, introduciendo modificaciones ribunal correspondiente al boletín N° 9835-13", en causa rol N° Constitucional pido: editan la Tener presente los siguientes argumentos de hecho y sexto del absoluta improcedencia de la solicitud de inconstitucionalidad de artículo 365 del proyecto de ley que moderniza el sistema de relaciones laborales, introduciendo modificaciones al Código del Trabajo, correspondiente al boletín N° 9835-13, como pasaré a explicar: I. BREVES CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE EL REQUERIMIENTO INTERPUESTO. Con fecha 6 de abril de 2016, un grupo de Senadores interpuso un requerimiento de inconstitucionalidad conforme al artículo 93 N° 3 de la Carta Fundamental, por las supuestas inconstitucionalidades que adolecería el proyecto de ley que moderniza el sistema de relaciones laborales, introduciendo modificaciones al Código del Trabajo, correspondiente al boletín N° 9835-13 (en adelante, "Proyecto de Ley") El requerimiento aduce diversas inconstitucionalidades que concretaría el Proyecto de Ley, pero que esta parte solo se limitara a desvirtuar la referente a los incisos primero y sexto del artículo 365 del Proyecto de Ley, sobre negociaciones colectivas en sindicatos interempresa. Los incisos primero y sexto del artículo 365 impugnado señalan: "Artículo 365.- Negociación colectiva de los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa. Los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa podrán negociar con su empleador conforme al procedimiento de la negociación colectiva reglada del Título IV de este Libro, con las modificaciones señaladas en este artículo. Para los efectos de la negociación colectiva, los sindicatos interempresa deberán agrupar a trabajadores que se desempeñen en empresas del mismo rubro o actividad económica. Asimismo, para negociar colectivamente en una empresa, el sindicato interempresa deberá contar con un total de afiliados no inferior a los quórum señalados en el artículo 227, respecto de los trabajadores que represente en esa empresa. El sindicato interempresa podrá negociar conforme a lo dispuesto en el artículo 314. En la micro y pequeña empresa será voluntario o facultativo negociar con el sindicato interempresa. Si el empleador acepta la negociación, deberá Página 1 de 41 O responder el proyecto de contrato colectivo dentro del plazo de diez días de presentado. Si la rechaza, deberá manifestarlo por escrito dentro del mismo plazo de diez días. En caso de negativa del empleador a negociar directamente con el sindicato interempresa, los trabajadores afiliados a él podrán presentar un proyecto de contrato colectivo e iniciar una negociación colectiva reglada con su empleador, entendiéndose para el solo efecto de este procedimiento que constituyen un sindicato de empresa, debiendo cumplir con el quórum señalado en el inciso segundo de este artículo. En la mediana y gran empresa, la negociación colectiva de los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa se realizará a través del sindicato interempresa. La comisión negociadora sindical en la negociación colectiva reglada del sindicato interempresa estará integrada por los directores y los delegados sindicales que trabajen en la empresa en la que se negocia. Podrán participar de las negociaciones los asesores de ambas partes, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 332 de este Código." La piedra argumentativa basal del requerimiento, en lo relativo al carácter inconstitucional del artículo 365 del Proyecto de Ley, sobre la que los Honorables Senadores construyen su argumentación nace, en el mejor de los casos queremos pensar, de un errónea interpretación de este precepto legal, sosteniendo de forma sesgada y equivocada que se estaría legislando contra norma constitucional al forzar la negociación colectiva interempresa, legislando una presunta negociación por rama o actividad económica. Lo anterior, dista categóricamente del sentido del precepto impugnado, como analizaremos latamente, a lo largo del presente escrito. Lo que hace el requerimiento es, en base a una interpretación distorsionada de la norma impugnada, intentar crear una realidad hipotética de descalabro económico, sopesando — insistimos en base a una comprensión falaz del objeto de estudio- solamente los derechos constitucionales relacionados a la libertad e igualdad en el trato económico (los que por cierto no son vulnerados constitucionalmente, como veremos exhaustivamente), secuestrando del debate los también derechos consagrados constitucionalmente de protección al trabajo y de libertad sindical en lo que consideramos una odiosa y sobre ideologizada instrumentalización de los mecanismos que la Constitución y las leyes les otorgan. Este escrito demostrará que con la promulgación del mencionado artículo 365 no se pretende conculcar derechos consagrados constitucionalmente, todo lo contrario, se refuerza y profundiza la consagración del derecho constitucional e internacionalmente garantizado de libertad sindical, modificando materias que históricamente han tenido tratamiento legal y que, desde luego, no afectan las bases constitucionales de libertad de desarrollar actividades económicas e igualdad de trato, y específicamente, igualdad de trato económico. La construcción argumentativa de los requirentes se sustenta en tres eventuales y, como veremos durante el transcurso del presente escrito, improcedentes argumentos, los que provienen de una interpretación limitada, miope, odiosa y acomodaticia de los preceptos legales impugnados, y de un desconocimiento dogmático constitucional de nuestra Carta Fundamental. Página 2 de 41 (4 . En efecto, para comenzar con la presentación de los argumentos que fundamentan la plena constitucionalidad de la preceptiva impugnada, es menester repasar la argumentación errada y dilatoria vertida en el escrito presentado por los Honorables Senadores y Senadoras Allamand, Chahuán, Coloma, Espina, García, García-Huidobro, Larraín, Moreira, Ossandón, Lily Pérez, Víctor Pérez, Prokurica, Van Rysselbergue y von Baer; para exponer su falta de coherencia jurídica y carencia de concordancia con nuestra tradición constitucional sobre la negociación colectiva de sindicatos intermepresa: A. Sobre la supuesta vulneración del derecho a la negociación colectiva en el caso de los sindicatos interempresa El requerimiento, en primer término, señala que el artículo 365, especialmente en sus incisos primero y sexto, infringiría el inciso 5° del artículo 19 N° 16 de la Constitución Política de la República. Sobre dicha infracción, señalan que el texto de la Carta Política establece que el derecho a la negociación colectiva debe quedar circunscrito a la que se realizan los trabajadores con la empresa en que laboren. A raíz de esto, el requerimiento fundamenta que quedaría fuera del ámbito de protección constitucional la negociación que se extienda más allá de las fronteras de la empresa en la que laboran los trabajadores. En adición a lo señalado, advierten que la intención del constituyente fue prohibir la llamada negociación por rama, de modo que no sería lícito obligar a un empleador a respetar dicha clase de negociación. El argumento tiene como cimiento una supuesta intención del legislador constituyente de reducir el ámbito de negociación colectiva y dejarlo circunscrito al lugar de trabajo o empresa, estableciendo que para que una negociación colectiva afecte a más de una empresa, se requeriría acuerdo previo de las partes. El acápite se detiene en el caso de la Ley N° 20.760 que establece la obligatoriedad de la negociación interempresa, cuando se haya establecido que las distintas empresas involucradas constituyen, en la realidad, una sola. Así, acorde a la exposición del requerimiento, esto justamente comprobaría la intención subyacente en la Constitución de reducir la negociación colectiva al campo mínimo de la empresa en que labore el trabajador. Finalmente, la argumentación considera que el artículo 365 sería incluso contraria a la finalidad constitucional de la negociación colectiva, pues establecer el deber de negociar los mismos beneficios a dos empresas distintas conllevaría la imposición de una carga injusta a éstas, lo que obstaría el arribo de una solución justa y pacífica, como mandata el precepto constitucional. Argumentos como explicaremos en su oportunidad, desconocen la historia institucional de la negociación colectiva interempresa; la hermenéutica constitucional del artículo 19 N° 16 inciso 5 de la Carta Fundamental; y, los mecanismos que adoptó el constituyente para fijar prohibiciones en el ámbito constitucional. B. Sobre la supuesta vulneración del derecho a la igualdad, en general, y la igualdad en materia económica, en particular. Página 3 de 41 e n r., r md on En segundo término, según fundamenta el requerimiento, el artículo 365 lesionaría el derecho a la igualdad, en general, y específicamente, el derecho a la no discriminación en materia económica, consagrados en los numerales 2 incisos primero y segundo y 22 inciso primero, respectivamente. En defensa de esta posición, el requerimiento advierte que el principio de igualdad puede ser explicitado en que las normas jurídicas deben ser iguales para todas las personas que se encuentren en las mismas circunstancias, lo que justificaría la imposición de cargas diferenciadas o la diferenciación razonable, objetiva y constitucionalmente tolerada cuando existan divergencias esenciales entre los sujetos a quienes se les aplica una norma. Concordante con lo anterior, el requerimiento indica que la Constitución exigiría en ciertos casos el establecimiento de diferencias en pos de preservar el trato igualitario, lo que no se verificaría en el artículo 365 inciso 6° impugnado, pues se considerarían como iguales a las medianas y a las grandes empresas, pese a que, dentro del contexto argumentativo de los requirentes, las características de unas y otras justificarían una normativa aplicable diferenciada. Además de lo señalado, el requerimiento se pone en el supuesto que sólo se obligara a las grandes empresas a la negociación interempresa arguyendo que igualmente se vulneraría el derecho a la igualdad consagrado con la Constitución. Ello, pues dentro de la misma clasificación de grandes empresas podemos encontrar unas con grandes utilidades anuales y otras con exiguas ganancias. Aquella circunstancia, según la posición que sustentan los impugnantes, habilitaría al legislador a imponer condiciones atenuadas a las segundas pues no se encontraría en condiciones de financiar beneficios que las primeras pudieran acordar con los trabajadores. En esta línea, sugiere la además consideración de criterios de cantidad de trabajadores afiliados al sindicato interempresa y el modelo de negocios utilizado por la empresa, los que serían apropiados para diferenciar la aplicación normativa. En base a estos argumentos, el requerimiento concluye que, de acuerdo al principio de igualdad ante la ley y de trato en materia económica, la negociación colectiva con sindicatos interempresa debería contemplar la anotada serie de factores, y como no lo hace, vulneraría la Constitución. En su oportunidad la improcedencia de las razones invocadas por los requirentes, se acreditarán en su oportunidad, en cuanto que la norma del nuevo artículo 365 del Código Laboral omitiría razones relevantes para prescribir tratamientos diferenciados entre empresas a la hora de acometer la negociación colectiva interempresa. Muy por el contrario, el artículo 365 en análisis, se ajusta al derecho general de la igualdad, y su concreción en materia económica, en la medida que las distinciones que realiza para determinar la vigencia personal del instituto laboral de la negociación colectiva, responde a una justificación razonable y objetiva fundada en el número de trabajadores que integran una empresa. Asimismo, la elección de dicho criterio no produce un tratamiento discriminatorio a la inversa, equiparando personas o grupos, supuestamente diferentes. Finalmente, la creación de una norma de vigencia de la negociación colectiva interempresa se ajusta a las facultades que la constitución ha entregado al legislador, a los límites constitucionales de proscripción de la arbitrariedad, y a la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. C. Sobre la supuesta vulneración del derecho a la libre iniciativa económica. Página 4 de 41 Finalmente, el escrito fundamenta que la extensión de la negociación colectiva fuera de los límites de la empresa constituiría una vulneración al derecho a la libertad empresarial, configurada como una infracción extrínseca, pues el precepto impugnado que crea una negociación obligatoria entre empresas grandes y medianas y un sindicato interempresa, impondría un obstáculo que interferiría arbitrariamente con el mercado del trabajo, y con ello, en la economía. Esta eventual infracción tiene su base en que la Constitución asegura el derecho a desarrollar cualquier actividad económica lícita, respetando las normas legales que la regulen. Así, este derecho se configura como una libertad o derecho de contenido negativo, es decir, asegura la no intervención, privación o embarazo de la facultad del titular para desarrollar cualquier actividad económica que se encuentre conforme al ordenamiento jurídico. De lo anterior, el requerimiento concluye que cualquier obstáculo que perturbe o interfiera la libre concurrencia de la oferta y la demanda, sería contrario a la Constitución. Sobre ello, los requirentes efectúan una construcción imaginaria en señal que la negociación colectiva obligatoria con sindicatos interempresa impondría pisos mínimos a todas las empresas que tengan trabajadores afiliados a dicho sindicato, los que no podrían ser afrontados o soportados por todas las empresas involucradas en la negociación. Esta práctica permitiría a las grandes empresas, en sintonía con el sindicato, formar un cartel que atente contra la libre competencia al intentar excluir del mercado a los demás competidores imponiéndoles cargas laborales excesivas que los lleven a la bancarrota. Es en esta construcción en que el requerimiento sustenta que el artículo 365 del proyecto de ley en debate afectaría el derecho a ejercer libremente una actividad económica. No obstante todas dichas afirmaciones son equivocadas, en tanto, se sustentan en una errada comprensión del sentido y alcance del artículo 365 del Proyecto de Ley, y de lo dispuesto en el artículo 19 N° 21 de la Constitución. II. CONSIDERACIONES CONSTITUCIONALES Y LEGALES QUE FUNDAN LA IMPROCEDENCIA DEL REQUERIMIENTO DE AUTOS. A. Planteamiento. La historia de chile no es ajena a los intentos de disfrazar los avances de los derechos laborales en eventuales conflictos con derechos o principios constitucionales como son la libertad económica, la igualdad antes las cargas públicas y la no discriminación arbitraria en materia económica. En efecto, desde los albores de las luchas sociales por la protección de los trabajadores, grupos de la sociedad chilena han pretendido paralizar las mejoras sociales, tales como, el descanso dominical, los días feriados, la silla para empleados y obreros del comercio, salas cunas, la disminución de la jornada de trabajo, la sindicalización, la negociación colectiva; con fundamentos relativos a la paralización del crecimiento o economías. Cabe simplemente recordar, que, en la década de 1920, la candidatura de Arturo Alessandri Palma alentó las esperanzas de los trabajadores al manifestarse, en su campaña, a favor de promulgar una legislación social que armonizara las relaciones entre el capital y el trabajo como estaba sucediendo en Europa y Estados Unidos. Sin embargo, durante su gobierno los parlamentarios se mostraron más preocupados de legislar una ley que aumentaba su dieta Página 5 de 41 tr 1)5C 7 parlamentaria que las leyes laborales. La situación resultó intolerable y se exigieron cambios sociales. Asimismo, cada vez que se concedieron derechos sociales a los trabajadores; la sociedad siguió su curso y los procesos de acomodo regulatorio se llevaron pacíficamente. Este requerimiento y los opositores a los avances sociales, que disfrazan su ideología anti trabajadores y derecho laboral, con infracciones constitucionales, pretenden, finalmente, la existencia de sistemas normativos pétreos, y piensan que los defensores de los derechos de los trabajadores son personas o movimientos sociales cuyo objeto es desestabilizar y quebrar las empresas; omitiendo que la mayoría de los trabajadores chilenos, no solo cuidan su trabajo, sino que además guardan profunda identidad con su empleador. No confundamos, la búsqueda de igualdad, dignidad y respeto; no transformemos en caricaturas los derechos de los trabajadores con ideas de desestabilización económica. Centremos el debate con claridad, distinguiendo este pseudo discurso oficial pro empresa; con aquellos aires que alientan las voces anti laborales y sindicales. En Chile se pueden desarrollar libremente actividades económicas, pero respetando las normas que las regulan; dichas normas van desde la protección de los derechos a los consumidores, la libre competencia, el medio ambiente, entre otros, donde se incluye el derecho laboral. Si señores, la libre competencia, la protección del consumidor son similares al derecho laboral. Hoy nadie discute que proyectos económicos importantes para la economía, que puedan afectar el medio ambiente, tengan que ser evaluados por el Sistema de Evaluación Ambiental. No hay requerimientos de inconstitucionalidad contra la carga de respetar la regulación sectorial ambiental, con el objeto la libertad económica y la no discriminación arbitraria. Por otro lado, debemos recordar que los derechos sociales, económicos y culturales, donde se encuentra el derecho laboral y la sindicalización, son derechos que han pasado en su evolución de un extremo a otro. Desde la absoluta despreocupación Estatal, hasta el aumento lento de mejoras progresivas, acordes al desarrollo del país, y su conciencia, de la dignidad de las personas, y también, del trabajador en su jornada de trabajo. En suma, el Excmo. Tribunal Constitucional puede optar qué camino tomar. Primero, optar por el disfraz jurídico histórico, sin mayores novedades, que viste al sistema pétreo de proteccionismo empresarial, dilatando el avance de los derechos sociales; Segundo, asumir que una sociedad justa y democrática, no puede leer estos avances como peligros económicos; sino, como el avance del estado de conciencia de todos los chilenos de los derechos que merecemos. Solo cabe recordar que justamente uno de los principales problemas de la sociedad chilena radica que el mayor crecimiento económico no ha generado un aumento similar en los derechos sociales, siendo una de las fuentes de la crisis de desconfianza institucional. El crecimiento y la justicia no golpean la puerta de todos los chilenos. Esperamos que esta vez la justicia, igualdad y los derechos sociales laborales, ingresen al sistema chileno con un satisfactorio fallo del Tribunal Constitucional. B. La Constitución reconoce y promueve la actividad sindical (Art. 19 n° 16 y 19 de la CPR) Página 6 de 41 El requerimiento de impugnación al proyecto de ley que "Moderniza el sistema de relaciones laborales, introduciendo modificaciones al Código del Trabajo" sostiene en toda su extensión la premisa que la Constitución Política de la República ha intentado limitar el ejercicio de la actividad sindical, mediante una configuración acotada de su área de operación. Sin embargo, la anotada idea que busca sustentar una eventual inconstitucionalidad del artículo 365 proviene de una interpretación reducida y equivocada de nuestra Constitución Política de la República y de su evolución. Lo anterior, pues la doctrina y jurisprudencia han demostrado que los principios consagrados en la norma de máxima jerarquía se condicen con la idea exactamente contraria, es decir, la protección y promoción de la actividad y libertad sindical, garantizando a los sindicatos, en su calidad de cuerpos u órganos intermedios de la sociedad, la mayor realización posible de sus fines particulares. 1. Sobre la Libertad Sindical. La libertad sindical es un pilar fundante del Derecho del Trabajo. Ha sido definida como el derecho atribuido a todo ciudadano, trabajador o empresario a crear organizaciones sindicales con plena capacidad de representación; de ingresas a los sindicatos existentes y de pertenecer o no a ellas; y, el derecho de autonomía sindical, esto es, el derecho del sindicato a producir la defensa de los intereses de sus miembros del modo más efectivo, sin injerencia alguna.' En la misma línea, dentro de la doctrina iuslaboralista nacional, el profesor Sergio Gamonal Contreras conceptualiza la libertad sindical como el derecho de los trabajadores sus agrupaciones para organizarse y defender sus intereses comunes 2. Asimismo, en una definición más descriptiva, podemos entenderla como el derecho que asiste a todos los trabajadores para constituir organizaciones, afiliarse o desafiliarse a ellas, a darse su propia normativa, sin intervención de terceros; y, específicamente, el derecho al ejercicio de la actividad sindical por medio de aquellas acciones tendientes a la defensa y promoción de los intereses que le son propios, en particular, la negociación colectiva y el derecho a huelga 3 . Es decir, se trata de un principio matriz o rector con una raíz tripartita o se materializa en nuestro ordenamiento mediante tres columnas que sostienen el derecho fundamental consagrado en la Constitución Política de la República, estos son: el sindicato, la negociación colectiva y la huelga.' Esta raíz conjunta ha sido reconocida por la jurisprudencia de nuestro máximo tribunal, en tal sentido la Excma. Corte Suprema ha sido enfática al disponer que no se escindir o cercenar este derecho entendiéndolo de forma separada con aquellas prerrogativas fundamentales que lo componen. Así, ha fallado que: "35°.-- Volviendo a lo del momento, se tiene que la visión vertida en autos por la empresa no se conforma con los fines ni con los valores que inspiran los superiores derechos de sindicalización y de negociación colectiva. Sin repetir lo que ya se ha predicado sobre el particular, ocurre que las prerrogativas que recogen las especies 16 inciso antepenúltimo y 19 de la Juan García Abellan: "Introducción al Derecho Sindical". Madrid. 1961. p. 84. 2 Sergio Gamonal Contreras: "Derecho Colectivo del Trabajo". Abeledo Perrot. 2011. p. 59. 3 Mario Varas Castillo: "Libertad Sindical y negociación colectiva en Chile: un diagnóstico de la Ley N° 19.759". Agosto 2003. Eduardo Caamaño y José Luis Ugarte: "Negociación Colectiva y Libertad Sindical. Un enfoque crítico". Legal Publishing. 2008. p.51. 1 Página 7 de 41 e -05 8 9 Constitución Política de la República no son indiferentes entre sí, lo que se traduce en que, de cara al derecho a declarar la huelga —ínsito en los dos últimos párrafos de la primera de las mencionadas— sus respectivas autonomías se conjuguen en un todo, por manera que el derecho a la declaración de la huelga legal es una suerte de coronación esencial del de libertad sindical, a través del normado ejercicio del de negociación colectiva. Todos son fines y causas a la vez. Cada uno de ellos ha de ser visto como causa final de los otros. En esa conjunción se anida lo más esencial de las potencialidades del trabajo organizado, desde la perspectiva del factor débil de la relación laboral. A la luz de su fin y valor, resulta insostenible la tesis de la parte patronal, que pretende escindir el derecho de libertad sindical del de declaración de huelga y su concretización; "5 Estas expresiones o derechos que asisten a libertad sindical se encuentran garantizados en nuestra Constitución Política de la República, en el artículo 19 N° 15, 16 y 19. Es precisamente el N° 19 del artículo 19 de la Carta Política el que establece el derecho el derecho a sindicarse y lo hace, nuevamente, consagrando una triada de garantías o principios sobre los que se sustenta la actividad sindical: el derecho de constitución de sindicatos, la libertad de afiliación y la autonomía sindical; que apuntan a distintas caras de una misma figura. Pues mientras el derecho a constituir sindicatos mira al aspecto colectivo, la libertad de afiliación mira al individuo y su relación con el colectivo; y, finalmente, la autonomía sindical mira a la independencia y derecho a la autodeterminación que el Derecho reconoce a los sindicatos, en otras palabras, la libertad de elegir la mejor forma de cumplir con sus objetivos. En su carácter colectivo, la Constitución consagra la negociación colectiva como un proceso para arribar a soluciones justas y pacíficas a los conflictos laborales. En aquella senda, el artículo 19 N° 16, particularmente en su inciso sexto, otorga el rango constitucional a la negociación colectiva dentro del derecho a la libertad del trabajo y su protección, al disponer: Artículo 19.- La Constitución asegura a todas las personas: 160.- La libertad de trabajo y su protección. (...) La negociación colectiva con la empresa en que laboren es un derecho de los trabajadores, salvo los casos en que la ley expresamente no permita negociar. La ley establecerá las modalidades de la negociación colectiva y los procedimientos adecuados para lograr en ella una solución justa y pacífica. La ley señalará los casos en que la negociación colectiva deba someterse a arbitraje obligatorio, el que corresponderá a tribunales especiales de expertos cuya organización y atribuciones se establecerán en ella. Mismo fundamento posee la consagración del derecho a sindicarse, establecido en el artículo 19 N° 19, como: Artículo 19.- La Constitución asegura a todas las personas: 19 0.- El derecho de sindicarse en los casos y forma que señale la ley. La afiliación sindical será siempre voluntaria. 5 Excma. Corte Suprema. Sentencia recaída en causa rol 3514-2014. Página 8 de 41 e O D5 O Las organizaciones sindicales gozarán de personalidad jurídica por el solo hecho de registrar sus estatutos y actas constitutivas en la forma y condiciones que determine la ley. La ley contemplará los mecanismos que aseguren la autonomía de estas organizaciones. Las organizaciones sindicales no podrán intervenir en actividades político partidistas; Así las cosas, la Libertad Sindical es un derecho fundamental reconocido ampliamente en la doctrina constitucional tanto nacional como extranjera. En efecto, nuestra Constitución Política de la República incluso lo protege mediante la acción de protección consagrada en su artículo 20, a diferencia de otros preceptos de suma importancia, lo que no hace otra cosa que concluir que la inconfundible intención del constituyente es no solo reconocerla sino también promoverla. A mayor abundamiento, una extensa jurisprudencia de nuestros tribunales y de los organismos administrativos competentes busca proteger este derecho mediante el castigo a las prácticas antisindicales, contempladas en el artículo 259 y siguientes del Código del Trabajo. Muestra de ello, la Excma. Corte Suprema sentenció: "Quinto: Que, como es sabido, la libertad sindical se encuentra recogida en el ordenamiento jurídico nacional, tanto por la Carta Política que la consagra como una de las garantías individuales, como en el plano legal, no sólo en las disposiciones del Código del Trabajo, sino también a través de los Convenios Internacionales ratificados por Chile, los que forman parte de la legislación nacional, de acuerdo con el artículo 5° de la Constitución Política de la República, cuya protección se hace efectiva, entre otros, mediante la denuncia por prácticas antisindicales y desleales, conductas que sin que su enumeración tenga carácter de taxativo, se encuentran contempladas en los artículos 289, 290, 291 y 387 del Código del Trabajo y que requieren que el sujeto de tales conductas sea el trabajador, el empleador o el sindicato. "6 Coherente con lo señalado, es indesmentible el carácter constitucional de la protección y promoción de la actividad sindical lo que constituye un principio esencial de nuestro ordenamiento jurídico, mediante el cual se debe interpretar la normativa laboral y el proyecto de ley impugnado. En este mismo sentido el Tribunal Constitucional ha señalado en Requerimiento de inaplicabilidad por inconstitucionalidad presentado por el Banco de Crédito e Inversiones respecto de los artículos 289, letra a) y 292, inciso primero, del Código del Trabajo y del artículo 4°, inciso primero, parte final, de la Ley N° 19.886, en los autos sobre recurso de queja, caratulados "Inspección Provincial del Trabajo de Santiago con Banco de Crédito e Inversiones S.A.", de que conoce la Corte Suprema, bajo el Rol N° 22.939-2014: "VIGESIMOSEXTO.- Que hay que tener presente que una interpretación extensiva de las prácticas antisindicales responde a que la sanción de estas conductas cautela el ejercicio de, al menos, dos derechos fundamentales: la libertad sindical y la negociación colectiva. El establecimiento de sanciones ante conductas antisindicales no debe mirarse sólo desde la perspectiva del derecho administrativo sancionador, sino desde la óptica de un mecanismo de protección y garantía del ejercicio 6 Excma. Corte Suprema. Sentencia recaída en causal rol 6343-2008 Página 9 de 41 C51 de la libertad sindical. Siendo así, los principios penales que limitan el poder estatal en función de la protección del individuo ante una intervención gravosa, se debilitan cuando la imposición de dichas sanciones (que no afecta mayormente los derechos del infractor) garantiza el ejercicio de un derecho fundamental que requiere especial protección. Tanto es así, que este Tribunal, en la Sentencia Rol N° 1.971 estimó conforme con la Constitución la imposición de la medida de arresto, además de la sanción de multa, cuando el empleador incumplió una sentencia judicial que ordenaba el reintegro de trabajadores que habían sido objeto de prácticas antisindicales;7 " Asimismo, la doctrina ha sido clara y enfática en indicar que Chile ha evolucionado desde una visión restrictiva sobre la libertad sindical, donde se cercenaban sus principales derechos, a una libertad sindical amplia, que asegura la satisfacción de los derechos de los trabajadores: "Es así, que si se examina desde una perspectiva general la legislación de la época, es posible inferir que ella asumía una concepción restrictiva de las facultades inherentes a la noción de libertad sindical, lo que encontraba también un correlato en la visión de la doctrina iuslaboralista tradicional chilena, y se traducía, en concreto, en una exclusión del ámbito funcional de la libertad sindical, es decir, el ejercicio de la actividad sindical en defensa de los intereses colectivos de los trabajadores, poniendo el acento, básicamente, en las facultades de constituir, organizar, afiliarse y desafiliarse de una organización sindical. Por lo anterior, desde este punto de vista, se tendía generalizadamente a asociar la libertad sindical de manera exclusiva con el derecho de sindicación, lo que coincidía, a su vez, con la estructura normativa adoptada por nuestra Constitución Política de la República (CPR) y una lectura meramente formalista y no finalista de sus disposiciones, en razón de que el texto constitucional consagra separadamente el derecho de sindicación (artículo 19 N° 19) del derecho a negociar colectivamente (artículo 19 N° 16 inciso 5) y asume un reconocimiento negativo y limitado del derecho a huelga (artículo 19 N° 16 inciso 6). Atendido lo precedentemente expuesto, se puede afirmar que la legislación laboral emitida durante el Régimen Militar asumía una visión limitada de la libertad sindical, no acorde con los principios y derechos básicos reconocidos por los Convenios N° 87 y N° 98 de la 01T14. Aun cuando pudiera sostenerse lo contrario, desconociendo, por tanto, la evolución conceptual de esta libertad que, solo en sus orígenes se entendió referida apenas al reconocimiento del derecho de los trabajadores a constituir sindicatos, pero que luego dio paso a reconocerle un contenido complejo que incluye derechos positivos (de hacer) y negativos (de no hacer), tanto en el plano individual como colectivo. En todo caso, basta dejar de manifiesto que la ratificación por parte de Chile el ario 1999 de los principales instrumentos internacionales sobre la libertad sindical, como asimismo, la evolución normativa interna en materia de relaciones colectivas de trabajo que ha tenido lugar desde comienzos de la década de los noventa, permiten, en los albores del siglo XXI, sustentar clara y STC N° 2722. Página 10 de 41 firmemente una noción amplia de esta libertad y, ante todo, proclamar su carácter de atributo esencial de toda persona, es decir, su calidad de derecho humano fundamental. Por lo anterior, la libertad sindical se puede definir como: "el derecho que asiste a los trabajadores para constituir organizaciones, afiliarse o desafiliarse a ellas, a darse su propia normativa sin intervención de terceros y, especialmente, el derecho al ejercicio de la actividad sindical por medio de aquellas acciones tendientes a la defensa y promoción de los intereses que le son propios, en particular, la negociación colectiva y el derecho a huelga". En base a esta definición de libertad sindical se puede concluir que forman parte de su contenido esencial el derecho de sindicación (faz orgánica) y naturalmente el derecho a hacer valer los intereses colectivos de los trabajadores organizados, mediante la acción reivindicativa y participativa, lo que se canaliza a través del ejercicio de los derechos de negociación colectiva y de huelga (faz funcional). En concordancia con lo anterior, se plantea que la libertad sindical es una libertad civil y política. Es una libertad civil, ya que consagra el derecho de los privados de reivindicar cierta autonomía en la regulación de los fenómenos sociales, así como la libertad de las agrupaciones colectivas de no ser intervenidas por el Estado y de constituir un ordenamiento normativo especial y autónomo del estatal. A su vez, se trata de una libertad política, ya que comprende el poder de resistencia colectiva de los ciudadanos y de participación en las estructuras y funciones estatales.'" De este modo, es evidente que ya el requerimiento parte de una manera de concebir hermenéuticamente la libertad sindical, añeja y anacrónica, omitiendo la doctrina, jurisprudencia y los acuerdos internaciones adoptados por Chile. 2. Los sindicatos son grupos intermedios. Cabe recordar, que tradicionalmente, los partidos políticos a los que pertenecen los Senadores, y los Senadores mismos que han interpuesto el presente requerimiento, han afirmado que la Constitución debe conceder protección a los grupos intermedios; asimismo, afirman que el Estado debe adoptar todas las medidas necesarias para su plena satisfacción y desarrollo. Doctrina pública, que surge a la luz del artículo 1° de la Carta Fundamental y de los principios de la Constitución Económica. No obstante, y de manera sorprendente, al parecer omiten dichos Senadores, que los Sindicatos son también grupos intermedios; quizás no a los que ellos acostumbran proteger, como son los que ejercen el lucro o la actividad económica que coopera en algunas de sus actividades políticas; claro, los Sindicatos son más humildes, y al igual que el Estado, y otras escasas instituciones, solo vela por la protección y satisfacción de sus miembros. De este modo, hay contradicción, porque los Sindicatos son grupos intermedios, y estos Senadores quieren horquillarlos, encerrarlos y omitirlos. CAAMAÑO ROJO, Eduardo. El reconocimiento de la libertad sindical y el problema de la representación de los trabajadores en la negociación colectiva. Revista de Derecho de la Pontificia 8 Universidad Católica de Valparaíso [online]. 2008, n.30 [citado 2016-04-21], pp. 265-291 . Disponible en: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script —sci_arttext&pid=S0718685120080001000078clng--es&nrm=iso>. ISSN 0718-6851. http://dx.doi.org/10.4067/S071868512008000100007, p. 274. Página 11 de 41 y D5 3 Dentro del mismo contexto de la protección y promoción de la libertad sindical y la actividad de los sindicatos, la Constitución Política de la República, en el inciso tercero de su artículo 1°, reconoce y ampara a los grupos intermedios a través de los cuales se organiza y estructura la sociedad. Es más, el propio texto constitucional les garantiza la adecuada autonomía para cumplir con sus propios fines. Lo anterior no es un mero lineamiento programático que establece la Constitución sino un verdadero deber al Estado, no solo en su función administrativa, sino también al legislador y a todos sus órganos. Lo anterior ha sido sostenido por el propio Excmo. Tribunal Constitucional en su sentencia rol 184, cuando señala: "Por otra parte, no debe olvidarse que el constituyente, en las bases de la institucionalidad (Capítulo I, artículo 1°, inciso tercero), dispone como especial deber del Estado reconocer y amparar los grupos intermedios a través de los cuales se organiza y estructura la sociedad, como asimismo garantizar su autonomía, deber que se impone no sólo al Estado en su función administrativa, como lo especifica particularmente la Ley N° 18.575, Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración del Estado, en su artículo 3°, inciso segundo, sino también al legislador y a todo órgano del Estado, como lo prescriben los artículos 6°, incisos primero y segundo, y 7°, incisos primero y segundo. "9 De esta manera, la consecuencia lógica que fluye de lo anterior dice relación con el deber positivo que tiene el Estado, que alcanza a todos sus poderes y organismos, de defender, proteger y fortalecer estos grupos intermedios a través de su accionar. Este deber incluye al Poder Legislativo, radicado en el Congreso Nacional, que concurren en el proceso de formación de las leyes, de modo que deberá guiar su labor enmarcado en tal objetivo. El sindicato, en tanto, es el grupo o cuerpo intermedio mediante el cual los trabajadores satisfacen aquellas necesidades de índole laboral, que sus integrantes individualmente considerados no podrían satisfacer. Es deber del Estado su respeto, auxilio y promoción, especialmente cuando éstos no se encuentren habilitados para conseguir los fines legítimos que se hayan trazado. Lo anterior se sustenta en que es deber del Estado la promoción del bien común y la contribución a la creación de condiciones sociales que permitan a todos y cada uno de los integrantes de la comunidad nacional su mayor realización espiritual y material posible. Coherente con ello, es deber del Estado contribuir a la creación de condiciones que permitan a los grupos intermedios la concreción de sus fines particulares. Dicho de otra manera, el Estado, en el caso de los sindicatos, debe promover su fortalecimiento otorgándole las mayores y mejores herramientas posibles, dentro del contexto constitucional, para lograr sus fines, esto es, una negociación colectiva eficaz, capaz de nivelar la relación asimétrica intrínseca entre trabajador y empleador. Eso es justamente lo que el proyecto de ley en comento, en general, y el precepto particular impugnado intentan hacer, reconociendo la habilidad para negociar colectivamente a los sindicatos interempresas pues, de esta forma, siempre en la búsqueda de la realización de los 9 Excmo. Tribunal Constitucional. Sentencia recaída en causa rol N° 184. Considerando 7°. Página 12 de 41 fines particulares de esta clase de grupos intermedios, esto es, la mejora en las condiciones de los trabajadores. En conclusión, la preceptiva en análisis —el artículo 365- cumple un doble propósito constitucional. Por un lado, el fortalecimiento del grupo intermedio que constituyen los sindicatos, allanando su capacidad para perseguir sus fines particulares; y, por otro lado, la mayor realización de la persona humana reconocida como el trabajador que, mediante la acción de los anotados grupos intermedios, alcanzará los beneficios laborales justos y proporcionales a su condición. 3. Los Tratados Internacionales que fomentan y protegen a los Sindicatos y la Libertad Sindical (OIT Convenio N° 98 y 87). Tal como se dispuso anteriormente, y como queda de manifiesto en la sentencia de la Excma. Corte Suprema anteriormente transcrita, no solo la Carta Política nacional consagra la protección a la libertad sindical y a la actividad de los sindicatos, sino que diversos e importantísimos instrumentos de derecho internacional contemplan su reconocimiento y promoción. En este sentido, la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 23, consagra el derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses. Misma línea siguen el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en su artículo 22 N° 1, y el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en su artículo 22 N° 2. En materias del Derecho Internacional del Trabajo en particular, en 1948, se celebró el Convenio OIT N° 87, sobre la Libertad Sindical y la Protección del Derecho a la Sindicación. Este convenio fue ratificado y publicado en nuestro país en 1999, por lo que, conforme al inciso segundo del artículo 5° de la Constitución Política de la República, es deber del Estado el respeto y promoción de los derechos contenidos en este Convenio. Este Convenio reconoce el derecho de los trabajadores y empleadores, sin distinción o autorización previa, de constituir las organizaciones que estimen convenientes. Asimismo, en su artículo 8 N° 2, establece que la legislación nacional no menoscabará ni será aplicada de suerte que menoscabe las garantías previstas en aquel instrumento. Sin embargo, es su artículo 11 el que dispone que Todo miembro de la Organización Internacional del Trabajo para el cual esté en vigor el presente convenio se obliga a adoptar todas las medidas necesarias y apropiadas para garantizar a los trabajadores y empleadores el libre ejercicio del derecho de sindicación. Es justamente este objetivo que mantiene el proyecto de ley en análisis, y en particular su artículo 365, garantizando medidas propias para fortalecer la negociación colectiva como herramienta para garantizar el libre ejercicio del derecho a la sindicación. Más enfático aún es el Convenio OIT N° 98, sobre "El Derecho de Sindicación y Negociación Colectiva", nacido en 1949 y en vigor en nuestro país desde 1999; que en su artículo 4° dispone: Artículo 4 Deberán adoptarse medidas adecuadas a las condiciones nacionales, cuando ello sea necesario, para estimular y fomentar entre los empleadores y las organizaciones de empleadores, por una parte, y las organizaciones de trabajadores, por otra, el pleno desarrollo y uso de Página 13 de 41 r. 0595 procedimientos de negociación voluntaria, con objeto de reglamentar, por medio de contratos colectivos, las condiciones de empleo. De esta manera, el deber del Estado ya no queda circunscrito al respeto o no intervención con la autonomía sindical, sino que se estatuye un deber positivo de estimular y fomentar, entre empleadores y trabajadores, el pleno desarrollo y uso de la negociación colectiva. La claridad del precepto muestra nos lleva a concluir que es justamente aquello lo que el proyecto de ley pretende: fortalecer la negociación colectiva habilitando su modalidad interempresa. Asimismo, se concluye que el sostén dogmático jurídico del requerimiento yerra sobre la libertad sindical, esto contamina a sus argumentos, siendo un escrito que se funda en un interpretación añeja y anacrónica, que no se condice con la actualidad. C. La negociación colectiva interempresa en el ordenamiento jurídico nacional. La historia acredita que su regulación es una decisión legal. No hay prohibiciones constitucionales. Como veremos a continuación, durante la historia jurídica laboral nacional se ha dado distintos tratamientos normativos negociación colectiva interempresa, que transitan desde su prohibición hasta su plena autorización. Así, a través de modificaciones de normas de rango legal, hemos avanzado desde la prohibición absoluta hasta las reglas de los actuales artículos 334 y siguientes del Código del Trabajo, lo que acredita la ausencia de prohibiciones o límites constitucionales sobre la materia; por el contrario, la negoción colectiva interempresa es de aquellas materias que el legislador puede disponer, al carecerse de prohibiciones constitucionales. Asimismo, considerando la evolución de la libertad sindical, es lógico que también instituciones que se relacionan a la lucha de mejoras laborales o derechos sociales avancen poco a poco, en razón de los progresos o triunfos sociales. La sociedad no es como pretenden los senadores, pétrea; asimismo, Chile no es como lo ven los senadores, un Chile previo a 1990, hoy el país avanza en mejoras sociales acorde a los instrumentos suscritos internacionalmente en la protección de los trabajadores, pero por sobre todo, en la razonabilidad y prudencia de las medidas que adopta. Esta evolución normativa (con normas abiertamente contradictorias en el trascurso del tiempo) en relación a la negociación colectiva interempresa, viene simplemente a acreditar que aquello que los requirentes pretenden esgrimir se encuentra bajo tutela constitucional, en realidad, es y ha sido desde el nacimiento de la Constitución, solamente materia de ley, solo una cuestión que la evolución de los derechos laborales, debía concluir. 1. El Plan Laboral de 1979. Aún bajo el alero de la Constitución de 1925, el entonces Ministro del Trabajo José Piñera modificó el Código del Trabajo de 1931, llevando a cabo el denominado Plan Laboral. Este Plan se llevó consistió en dos decretos leyes: el Decreto Ley N° 2.756, sobre sindicatos, y; el Decreto Ley N° 2.758 sobre Negociación Colectiva. Es precisamente en este último cuerpo legal donde se suprimió la negociación colectiva interempresa estableciendo una prohibición Página 14 de 41 absoluta para negociar con más de un empleador. De esta forma, el Decreto Ley N° 2.758, de 1979, señalaba que: Artículo 4°.- Queda absolutamente prohibida la negociación de un empleador o más, con trabajadores de más de una empresa, sea por el procedimiento de negociación que señala esta ley o en cualquiera otra forma. En similar tenor se pronunciaba sobre la negociación de federaciones y confederaciones: Artículo 7°.- Las federaciones y confederaciones no podrán negociar colectivamente, aun cuando agrupen a trabajadores de una misma empresa. Hasta la promulgación del Decreto Ley N° 2.758, la negociación colectiva se encontraba completamente amparada en nuestra legislación. El artículo 3° del Código del Trabajo vigente al momento de ser dictados estos decretos leyes definía el contrato colectivo como: "la convención celebrada entre un patrón o una asociación de patrones, por una parte y un Sindicato o Confederación de Sindicatos por la otra, con el fin de establecer ciertas condiciones comunes de trabajo o de salario, sea en una empresa, o en un grupo de empresas industriales. Es decir, en el marco de un mismo texto constitucional se pasó de un régimen de permisión de la negociación colectiva interempresa a uno de prohibición absoluta. Fue entonces, a través de un Decreto Ley que se modificó el régimen aplicable a la negociación colectiva, constituyéndose desde un inicio como norma de simple rango legal. Es importante tener presente que la prohibición absoluta de negociación colectiva interempresa no tuvo por fundamento el texto de la actual Constitución, pero se mantuvo una vez promulgada ésta. 2. El viejo Código del Trabajo de 1987 (Ley 18.620). El procedimiento de negociación colectiva establecido en el Plan Laboral (mediante los mencionados Decretos Leyes N° 2.756 y 2.758) no sufrió modificación con la dictación de la Constitución de 1980 y tuvo vigencia hasta la dictación de la Ley N° 18.620, que estableció un Nuevo Código Laboral. La nueva normativa laboral, sin embargo, mantuvo la prohibición de negociación colectiva fuera de la empresa. El artículo 282 prohibía de forma expresa la negociación interempresa: Artículo 282.- Queda absolutamente prohibida la negociación de un empleador, o más, con trabajadores de más de una empresa, sea por el procedimiento de negociación que señala este libro o en cualquiera otra forma Al igual que en el Decreto Ley N° 2.758, se mantuvo norma expresa prohibiendo la negociación de federaciones y confederaciones: Artículo 257.- Las federaciones y confederaciones no podrán, en caso alguno, participar en una negociación colectiva ni suscribir instrumento colectivo de trabajo. Como se aprecia, nuevamente y al igual que en el caso del Decreto Ley N° 2.758, fue través de una norma de rango legal, pero esta vez bajo la vigencia de la actual Constitución, que el legislador (valga la redundancia) manifestó su voluntad expresa mantener el criterio de prohibición absoluta de Negociación Colectiva Interempresa. Página 15 de 41 3. La reforma laboral de 1991 (Ley N° 19.069). Con la finalidad de implementar mecanismos de adecuada protección de la participación, equidad e intereses legítimos de todas las partes que configuran la institucionalidad laboral, el ario 1991 fue promulgada la Ley N° 19.069, que Establece Normas sobre Organizaciones sindicales Y Negociación Colectiva. En el espíritu de esta norma se encontraba la clara necesidad de reconocer y fortalecer la labor sindical, a través de los sindicatos interempresa. En palabras del ex Presidente de la República, Patricio Aylwin Azócar: "se otorga derecho a la negociación colectiva al sindicato interempresa, lo que facilita la posibilidad de participación en tal procedimiento de una mayor cantidad de trabajadores, en particular los de la pequeña empresa, dado que, como se establece en lo referente a organizaciones sindicales, éste se ha concebido para operar en empresas de hasta cincuenta trabajadores con contrato indefinido. Como se sabe, es precisamente en este sector donde en la actualidad se registra un muy limitado acceso a la negociación colectiva. En consecuencia, se abre con esta iniciativa una real oportunidad para que se incorporen a ella un número sustancial de trabajadores que en la actualidad, con los mecanismos vigentes, no tienen efectivas posibilidades de hacerlo."' El artículo 110 de dicho cuerpo legal —refundido en el actual artículo 334 del Código del Trabajo- abre la posibilidad a la modalidad de negociación colectiva interempresa, negociación colectiva de Federaciones y Confederaciones: Art. 334. Dos o más sindicatos de distintas empresas, un sindicato interempresa, o una federación o confederación, podrán presentar proyectos de contrato colectivo de trabajo, en representación de sus afiliados y de los trabajadores que adhieran a él, a los empleadores respectivos. Para que las organizaciones sindicales referidas en este artículo puedan presentar proyectos de contrato colectivo será necesario: a) Que la o las organizaciones sindicales respectivas lo acuerden en forma previa con él o los empleadores respectivos, por escrito y ante ministro de fe; b) Que en la empresa respectiva, la mayoría absoluta de los trabajadores afiliados que tengan derecho a negociar colectivamente, acuerden conferir en votación secreta, tal representación a la organización sindical de que se trate, en asamblea celebrada ante ministro de fe. La presentación del correspondiente proyecto se hará en forma conjunta a todos los empleadores que hayan suscrito el acuerdo. El legislador, de esta forma, bajo el mismo texto constitucional, abrió un espacio a la negociación colectiva interempresa, de federaciones y confederaciones. Pese a lo anterior, se limitó a extender la negociación colectiva de forma voluntaria para el empleador. De esta forma, a través del artículo 79 de la Ley N° 19.759 -artículo 303 del Código del Trabajo vigente- se dejó expresamente regulado que: "La negociación colectiva que afecte a más de una empresa requerirá siempre acuerdo previo de las partes." I° Mensaje de S.E. el Presidente de la República Sr. Patricio Aylwin Azúcar, Ley N° 19.069. Página 16 de 41 Gr''05('18 Este cambio de criterio respecto de la negociación colectiva interempresa se manifestó a través del poder legislativo, sin intervención del poder constituyente, tal como había sucedido con las normas anteriores que ya hemos visto. Por tanto, no hay indicios de una supuesta prohibición constitucional. 4. Modificación al Código del Trabajo de 2001 (Ley N° 19.759) Del mismo modo, es decir, como manifestación de la voluntad del legislador, se introdujeron al Código del Trabajo normas referentes a la negociación colectiva interempresa el año 2001. Así, el artículo 92 de la Ley N° 19.759 introdujo el artículo 334 bis, que permite a los sindicatos interempresas presentar un proyecto de contrato colectivo a empleadores que ocupen trabajadores socios de tal sindicato: Art. 334 bis. No obstante lo dispuesto en el inciso segundo del artículo 303, el sindicato interempresa podrá presentar un proyecto de contrato colectivo de trabajo, en representación de sus afiliados y de los trabajadores que adhieran a él, a empleadores que ocupen trabajadores que sean socios de tal sindicato, el que estará, en su caso, facultado para suscribir los respectivos contratos colectivos. El mismo artículo 92 de la Ley N° 19.759 introduce, a continuación, un nuevo artículo 334 bis A al Código del Trabajo, indicando que para el empleador será voluntario negociar tal contrato colectivo Art. 334 bis A. Para el empleador será voluntario o facultativo negociar con el, sindicato interempresa. Su decisión negativa deberá manifestarla expresamente dentro del plazo de diez días hábiles después de notificado. Si su decisión es negativa, los trabajadores de la empresa afiliados al sindicato interempresa podrán presentar proyectos de contrato colectivo conforme a las reglas generales de este Libro IV. 5. Modificación al Código del Trabajo de 2014 (Ley N° 20.760). Es necesario tener presente asimismo que, nuevamente por medio de una norma de rango legal, esta vez la Ley N° 20.760, se establecieron modificaciones al régimen existe de negociación colectiva interempresa. Conforme a este cuerpo legal, dos o más empresas consideradas como un solo empleador para efectos laborales y previsionales, y concurran a su respecto condiciones tales como la similitud o necesaria complementariedad de los productos o servicios que elaboren o presten, o la existencia entre ellas de un controlador común. Respecto de ellas, el legislador manifiesta en el artículo 3° del Código del Trabajo: "Los sindicatos interempresa que agrupen exclusivamente a trabajadores dependientes de empresas que hayan sido declaradas como un solo empleador podrán presentar proyectos de contrato colectivo, siendo obligatorio para el empleador negociar con dichos sindicatos. En todos estos casos, la presentación y tramitación de los proyectos de contrato colectivo se regirán por las normas establecidas en el Capítulo I del Título II del Libro IV de este Código." Esta última ley, al igual que todas aquellas que se han venido dictando desde 1991 en materia de negociación colectiva interempresa manifiestan la decidida voluntad del legislador de fortalecer los derechos de los trabajadores en consonancia con el espíritu de la normativa constitucional contenida en el artículo 19 N° 16 inciso 5. Página 17 de 41 05 e(1 9 6. Sobre la supuesta prohibición constitucional a la negociación colectiva interempresa. A la luz de los preceptos de jerarquía legal que hemos venido examinando no cabe sino concluir que el tratamiento de la negociación colectiva interempresa se encuentra radicado en el poder legislativo, y no en el constituyente, como pretenden argumentar los requirentes. Solo de esta forma puede entenderse que bajo un mismo texto constitucional, hayamos pasado desde una prohibición absoluta a una permisión de la negociación colectiva fuera de la empresa con acuerdo del empleador o voluntaria. Es el legislador, a través de norma legal expresa (artículo 303 inciso segundo del Código del Trabajo), y no el constituyente, quien ha decidido que exista concomitancia del empleador previa para proceder a la negociación colectiva interempresa. Los requirentes pretenden asirse de una interpretación literal y antojadiza del cuerpo normativo constitucional actual sin someter a consideración que la evolución del régimen de Negociación Colectiva Interempresa ha tenido un sostenido y contundente tratamiento de carácter meramente legal desde la dictación del Plan Laboral, es decir, incluso antes del nacimiento del texto constitucional. La abrumadora evidencia demuestra que no ha sido necesario, ni lo es ahora consecuentemente, modificar el texto constitucional para reescribir las reglas de la negociación colectiva interempresa. La evolución que sobre este tema ha ido teniendo nuestro ordenamiento jurídico se condice con una cada vez mayor protección a los derechos de los trabajadores, lo que desde luego se encuentra en armonía con los compromisos internacionales que en materia de derechos de los trabajadores ha adquirido nuestro país soberanamente. Así las cosas, pretender que el nuevo artículo 365 impugnado sea declarado inconstitucional es un intento sesgado y mezquino de sostener una férrea posición ideológica que no se condice con el devenir del país, soslayando de paso el peso de la historia constitucional y legal de los últimos treinta y siete años en Chile, forzando la voluntad soberana del Poder Legislativo elegido democráticamente en un sentido inverso al que la evidencia, muy a pesar de los requirentes, porfiada y contundentemente demuestra. D. Sobre el artículo 365 del Proyecto de Ley. El artículo 365 propuesto por el número 37 del artículo 1 del proyecto de ley de autos regula una modalidad de negociación colectiva de los trabajadores que se encuentran afiliados a un sindicato interempresa. Para una mejor comprensión del precepto, y por tanto, para desvirtuar la falaz interpretación realizada por los requirentes, se hace necesario exponer ante este Excmo. Tribunal el sentido y alcance de la norma cuyos incisos primero y sexto son objeto de impugnación. 1. Titulares de la modalidad de negociación colectiva de sindicatos interempresa. El inciso primero del precepto establece que los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa podrán negociar colectivamente, conforme a las normas que establecen la negociación colectiva reglada y con las modificaciones que establece dicho artículo. 2. Ámbito de la negociación colectiva interempresa Página 18 de 41 C CA 6 O Es preciso señalar que el precepto impugnado por los requirentes es prístino en señalar que la negociación colectiva interempresa se desarrolla con el empleador, dentro del ámbito de la empresa y no fuera de ella, como equivocadamente pretenden exponer ante este Excmo. Tribunal los requirentes de autos. El artículo 365 señala que los miembros de dicho sindicado podrán negociar "con su empleador", excluyendo el propio legislador, en la modalidad ya señalada, la posibilidad de que la negociación colectiva se dé fuera de la empresa. El nivel de negociación colectiva es precisamente, la empresa en que los trabajadores que pertenecen a dicho sindicato laboren. Una negociación "por rama" o "supra empresa" no está siendo regulada ni se le otorga la protección al ejercicio de la huelga, como pretenden sostener los requirentes. Al no exceder el ámbito de negociación que expresan los requirentes, el argumento base sostenido por ellos inmediatamente debe ser desechado por sostenerse en una falacia o, de buena fe, en un error. Esta equivocación profunda se produce, probablemente, por el profundo desconocimiento que los requirentes demuestran en su presentación ante este Excmo. Tribunal, tanto del Derecho Colectivo del Trabajo, como de la modalidad de negociación colectiva interempresa y su nivel o ámbito de negociación. 3. Reglas especiales para la negociación colectiva con un sindicato interempresa. a. Respecto de la micro y pequeña empresa. El legislador ha distinguido, en el artículo 365 inciso cuarto, que dichas empresas podrán voluntariamente negociar colectivamente con un sindicato interempresa. Para estos efectos, el empleador que acepta la negociación colectiva deberá responder el proyecto de contrato colectivo dentro de un plazo de 10 días, contados desde la presentación de dicho proyecto. El empleador que no quiera negociar colectivamente bajo esta modalidad, deberá manifestarlo, por escrito, en el mismo plazo. b. Respecto de la mediana y gran empresa. Del inciso sexto del artículo 365 impugnado por los requirentes arranca una modalidad de negociación colectiva establecida por el legislador, en la cual se establece que la negociación colectiva de los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa se realizará a través de su sindicato interempresa. El legislador, dando fiel cumplimiento a lo dispuesto en el artículo 19 N° 16 inciso quinto de la Carta Política, siempre ha establecido que dicha negociación colectiva se realiza en la empresa, sea mediana o grande, pero siempre singularizando el nivel de negociación colectiva, no pretendiendo agrupar a un conjunto de empresas, sean medianas o grandes, para negociar con un conjunto de trabajadores, como erróneamente pretenden señalar los requirentes en su presentación. La ley no permite a que, en virtud de la negociación colectiva interempresa, las empresas medianas o grandes deban reunirse en un ámbito de negociación colectiva, por lo que es imposible que se impongan pisos mínimos entre diferentes empresas, como pretende el requirente, puesto que al negociar con la empresa que los trabajadores laboren, la negociación necesariamente se hará sobre la base de la realidad económica de dicha empresa, individualmente, y no respecto de la competencia o de otra empresa del rubro, como imaginan, con cierta sorna, los requirentes. Página 19 de 41 ti 0 0 6 O1 c. Sobre la Comisión negociadora sindical y Asesores En atención al nivel de negociación colectiva interempresa, el legislador ha sido concordante, estableciendo que la Comisión negociadora sindical estará integrada sólo por los directores y los delegados sindicales que trabajen en la empresa con la cual se negocia. Asimismo, podrá participar de las negociaciones los asesores de ambas partes, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 332 de este Código 4. Requisitos de afiliación de trabajadores de una empresa donde se negociará colectivamente. El legislador establece los requisitos mínimos para que un sindicato interempresa pueda negociar colectivamente con su empleador. Así las cosas, dicho sindicato deberá reunir los quórum necesarios de afiliación establecidos en el artículo 277 del Código del Trabajo, respecto de los trabajadores que laboren en la empresa con la cual dicho sindicato negociará colectivamente. No hay duda alguna que el legislador ha buscado que el sindicato interempresa tenga una representación equivalente, respecto de los trabajadores que laboran en dicha empresa, respecto de otro sindicato empresa. En suma, y concluyendo, es evidente que el requerimiento se funda en interpretaciones o en una lectura errada del artículo 365 del Proyecto de Ley. E. Sobre las supuestas infracciones constitucionales del inciso primero y sexto del artículo 365 del Proyecto de Ley. 1. Sobre la supuesta infracción al artículo 19 N° 16 de la Carta Fundamental. 1.1.E1 requerimiento de inconstitucionalidad relativo a artículo 19 N° 16: Como ya señalamos anteriormente, el requerimiento señala que el artículo 365 impugnado vulneraría lo dispuesto en el artículo 19 N° 16 de nuestra Carta Fundamental, esto es, el derecho a la negociación colectiva. En resumen, la argumentación vertida por los requirentes establece que el inciso 5° de la citada disposición circunscribe la negociación colectiva a los límites de la empresa en que laboren los trabajadores, de modo que una negociación interempresa obligatoria se escaparía del supuesto constitucional y, por tal, estaría prohibida su imposición obligatoria. En esta línea, el acápite se detiene en el caso de la Ley N° 20.760 que establece la obligatoriedad de la negociación interempresa, cuando se haya establecido que las distintas empresas involucradas constituyen, en la realidad, una sola. Ello sustentaría, aunque no son extensos en la explicación de cómo, su posición que la Constitución sólo protege el derecho a la negociación dentro de la empresa. Como corolario, señalan los requirentes que el precepto impugnado infringiría la finalidad constitucional de la negociación colectiva de arribar a una solución justa y pacífica, pues establecer el deber de negociar los mismos beneficios a dos empresas distintas conllevaría la imposición de una carga injusta a éstas o a alguna de ellas. En el presente capítulo veremos cómo y por qué las argumentaciones del requerimiento son acomodaticias a una posición política que rechaza el fortalecimiento del proceso de Página 20 de 41 negociación colectiva y la actividad sindical; y que carecen del sustento jurídico constitucional necesario para fundar la impugnación impetrada. El precepto impugnado es el nuevo artículo 365, específicamente en cuanto a sus incisos primero y sexto, que regula la negociación colectiva con sindicatos interempresa. Dicho precepto, a juicio de los requirentes, afectaría la garantía contenida en el inciso quinto del N° 16 del artículo 19 de la Constitución Política. Señala el artículo 365: "Artículo 365.- Negociación colectiva de los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa. Los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa podrán negociar con su empleador conforme al procedimiento de la negociación colectiva reglada del Título IV de este Libro, con las modificaciones señaladas en este artículo. Para los efectos de la negociación colectiva, los sindicatos interempresa deberán agrupar a trabajadores que se desempeñen en empresas del mismo rubro o actividad económica. Asimismo, para negociar colectivamente en una empresa, el sindicato interempresa deberá contar con un total de afiliados no inferior a los quórum señalados en el artículo 227, respecto de los trabajadores que represente en esa empresa. El sindicato interpresa podrá negociar conforme a lo dispuesto en el artículo 314. En la micro y pequeña empresa será voluntario o facultativo negociar con el sindicato interempresa. Si el empleador acepta la negociación, deberá responder el Proyecto de contrato colectivo dentro del plazo de 10 días de presentado. Si la rechaza, deberá manifestarlo por escrito dentro del mismo plazo de 10 días. En caso de negativa del empleador a negociar directamente con el sindicato interempresa, los trabajadores afiliados a él podrán presentar un Proyecto de contrato colectivo e iniciar una negociación colectiva reglada con su empleador, entendiéndose para el sólo efecto de este procedimiento que se constituyen un sindicato de empresa, debiendo cumplir con el quórum señalado en el inciso segundo de este artículo. En la mediana y gran empresa, la negociación colectiva de los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa se realizará a través del sindicato interempresa. La comisión negociadora sindical en la negociación colectiva reglada del sindicato interempresa, estará integrada por los directores y los delegados sindicales que trabajen en la empresa en la que se negocia. Podrá participar de las negociaciones los asesores de ambas partes, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 332 de este Código. ". En este contexto, primero nos detendremos en un análisis del artículo 19 N° 16 de nuestra Carta Política, para luego demostrar por qué el precepto transcrito no vulnera la Constitución y mucho menos el derecho fundamental a la libertad sindical en su faz de la negociación colectiva, pues se pretende fortalecer tal garantía. 1.2.Sobre el artículo 19 N° 16 inciso quinto de la Constitución: El derecho a la negociación colectiva, como ya ha quedado de manifiesto durante el presente libelo, es uno de los pilares fundamentales del derecho fundamental a la libertad sindical. Se encuentra consagrado en el artículo 19 N° 16 inciso quinto de la Constitución Política de la Página 21 de 41 C 06 3 República, definido como el procedimiento a través del cual uno o más empleadores se relacionan con uno o más organizaciones sindicales o trabajadores que se unen para tal efecto, con el objeto de establecer condiciones comunes de trabajo y remuneraciones por un tiempo determinado I1 . Esta definición tiene el carácter de legal, pues está consagrada en el actual artículo 303 del Código del Trabajo. El artículo 19 N° 16 se enmarca dentro de lo que se ha denominado el conjunto de normas constitucionales normas constitucionales aplicables al orden laboral describe un cuadro habilitante general que, prima facie, funda el ejercicio de potestades públicas estatales de intervención en la relación de trabajo, en conjunto con el artículo 19 N° 19. La titularidad de este derecho pertenece a los trabajadores' y este orden laboral permea una amplia serie de derechos fundamentales que protegen a la sociedad en su conjunto, coligiendo que la Constitución habilita el establecimiento de especiales resguardos en una relación laboral. Así, el Excmo. Tribunal Constitucional lo ha dispuesto: En tercer lugar, la Constitución habilita al establecimiento de especiales resguardos indirectos en una relación laboral y que se refieren al ejercicio de derechos fundamentales inespecificos de los trabajadores. Si bien la Constitución no aborda directamente la eficacia horizontal de los mismos, es indudable que ésta se infiere de un conjunto amplio de normas constitucionales. Por de pronto, desde el artículo 6°, inciso segundo, de la Constitución, que hace vinculantes sus preceptos a toda persona, institución o grupo y que es la fuente normativa directa de la teoría de la eficacia horizontal de los derechos fundamentales. Asimismo, la propia Carta reconoce un conjunto amplio de derechos cuyo ejercicio natural se da en el marco de las relaciones privadas. Finalmente, la Constitución reconoce la acción tutelar del recurso de protección frente a actos arbitrarios o ilegales provenientes de los órganos del Estado, pero también de los particulares. Todo ello da pie para que en el marco de las relaciones laborales asimétricas que suponen subordinación y dependencia del trabajador al empleador, ésta se limite a los poderes de dirección, control y organización del empresario sin que la subordinación alcance al ejercicio de derechos fundamentales ajenos a la relación contractual. (Caamaño, Eduardo (2006), "La eficacia de los derechos fundamentales en las relaciones laborales y su reconocimiento por la Dirección del Trabajo", en Revista de Derecho, XXVII, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, 2006, Semestre I, p. 21). De esta manera, es claro que la Constitución mandata al legislador no solo a proteger las relaciones laborales, a través del respeto por ejemplo, del derecho fundamental a la negociación colectiva y a la libertad sindical, sino que también lo habilita a establecer derechos cuyo ejercicio es aplicable a las relaciones particulares o privadas. En tal sentido, es del todo claro que la evolución de la negociación colectiva, en concordancia con los tratados internacionales suscritos y ratificados por nuestro país, habilitan al legislador a explorar las vías idóneas para el fortalecimiento del orden público laboral, de modo que debemos interpretarlos con especial atención a su protección y expansión. 11 12 Excma. Corte Suprema. Sentencia recaída en causa rol N° 27455-2014. Considerando 3°. Excmo. Tribunal Constitucional. Rol 2846-2015. Página 22 de 41 De esta manera, el proyecto de ley materia de análisis y, en particular, el artículo 365 que establece la obligatoriedad de negociación colectiva con sindicatos interempresas para las empresas, concuerda plenamente con la consagración constitucional de esta modalidad de negociación, pues reconoce los beneficios que esta provee a la relación laboral. Una interpretación diversa, que nos lleve a limitar o cercenar el derecho a la negociación colectiva, debe ser desechada por entrar en directa oposición a la Carta Fundamental. 1.3.La improcedencia del requerimiento sobre infracción al artículo 19 N° 16: - La improcedencia de argumentos hermenéuticos legales y del control concreto en sede inconstitucionalidad: El requerimiento de inconstitucionalidad debe ser rechazado respecto a su impugnación al artículo 365 del Proyecto de Ley, en tanto se refiere a una materia de hermeutica legal y como ha señalado el Excmo. Tribunal Constitucional no resuelve conflictos de hermenéutica normativa: "Que, sin perjuicio de lo expuesto, cabe tener presente que el requerimiento se estructura sobre la base de un conflicto de legalidad, en relación a la determinación de la ley aplicable, de su vigencia en el tiempo y de su relación con otros preceptos, lo que corresponde determinar al juez del fondo, situación que no se concilia con lo que corresponde resolver a esta Magistratura." " En segundo término, el requirente confunde el control abstracto, del control concreto del Tribunal Constitucional. En efecto, actualmente, la acción de inaplicabilidad sumada a la cuestión de inconstitucionalidad, integran la competencia exclusiva y privativa del Excmo. Tribunal Constitucional que asume el monopolio del control de constitucionalidad de la ley, con la competencia de control concreto y abstracto de normas legales vigentes que puedan resultar contrarias a la Constitución. De este modo, en el sistema chileno se deja de compartir el control de constitucionalidad con la Excma. Corte Suprema, desde la reforma del año 2005, radicando toda la competencia en un solo tribunal, el Excmo. Tribunal Constitucional. El Tribunal Constitucional es competente para conocer el recurso de inaplicabilidad y el recurso de inconstitucionalidad. La principal diferencia de ambos, que el primero se centrará en como una norma "en un caso concreto" resulta contraria a la Constitución; en el segundo, es la norma en abstracto es contraria a la Constitución. Así ha señalado el Tribunal: "QUINTO: Que el juicio de inconstitucionalidad expresa una comparación abstracta de dos normas de distinto rango, para constatar su manifiesta incompatibilidad. La ilegitimidad constitucional del precepto legal emana de su propio enunciado, sin referencia a una situación singular. La sentencia estimatoria de inconstitucionalidad, que excluye el precepto del ordenamiento jurídico, produce efectos generales. En la inaplicabilidad, por el contrario, la decisión jurisdiccional ha de recaer en la conformidad o contrariedad con la Constitución que la aplicación de la norma impugnada puede tener en el caso concreto y no, necesariamente, en su contradicción abstracta y universal con la preceptiva constitucional. Los efectos de la resolución son relativos y conciernen a las partes del juicio o gestión en que inciden. STC 1451. Página 23 de 41 De lo expuesto se sigue que no existe una relación causal entre ambos juicios —de inaplicabilidad e inconstitucionalidad- , en términos que la inaplicación de un precepto provoque necesariamente su inconstitucionalidad. Perfectamente una disposición declarada inaplicable puede ser constitucional en abstracto y resultar aplicable en otros casos.I4 " En el presente requerimiento sus fundamentos se refieren a hechos o supuestos que podrían ocurrir, materia que es propia de un análisis de inaplicabilidad; al referirse a la aplicación de la norma en un caso concreto. En efecto, es evidente que los requirentes confunden ambos estadios de competencia. - Artículo 365 no establece una negociación por rama. Se impugna una lectura errada y odiosa del artículo señalado. Tal como salta a la vista con un ejercicio básico de comparación entre la disposición impugnada y la argumentación vertida en el requerimiento, pareciera que existe un error en el libelo y se estaría impugnando una norma diversa a la del artículo 365. Lo anterior, pues no se vislumbra cómo la redacción del precepto en cuestión podría vulnerar el derecho a la negociación colectiva consagrado en el inciso 5° del artículo 19 N° 16. Tal confusión radica en un eminente y flagrante error en la interpretación de la norma que hacen los recurrentes al señalar que como la negociación colectiva ramal o por rama se encontraría prohibida por la Constitución, entonces la Carta Fundamental no le brindaría protección a la negociación con sindicatos interempresas. El argumento a la vez implícito y falaz que sustenta esta conclusión carente de toda lógica es que la negociación por rama y la modalidad propuesta por el precepto son la misma cosa, cuando en realidad el proyecto de ley justamente se aparta de esta modalidad. La negociación colectiva de rama supone cambiar el escenario en que se negocia colectivamente, desde un contexto de la empresa al contexto de un grupo de empresas o un sector productivo de la economía. Es decir, un sindicato que representa a trabajadores de varias empresas —o todas las empresas de un sector económico- se sienta a negociar con todos los empleadores que compongan la respectiva rama, el otorgamiento de beneficios a todos los trabajadores afiliados a dicho sindicato. En contrario a lo que sustenta la argumentación del requerimiento, el artículo 365 dista mucho de lo que podría llegar a considerarse una negociación ramal. Lo anterior, pues el escenario es muy distinto al graficado en el punto anterior. Aquí, tenemos un sindicato que reúne a trabajadores de varias empresas que escoge a una comisión negociadora, compuesta solo por directores y delegados que trabajen en la empresa con la que se está negociando. Así, los efectos y resultados de dicha negociación colectiva solo serán aplicables a los trabajadores de esa empresa. Queda claro entonces que la intención del artículo 365 y el proyecto de ley en general no es hacer pasar, a modo de subterfugio, una negociación ramal disfrazada. Lo que hace el proyecto es ampliar las facultades de los sindicatos interempresas, ya reconocidos por la ley, permitiendo utilizar su conocimiento y raigambre en negociaciones colectivas particulares STC 558. Página 24 de 41 con cada empresa. Así, el beneficiado último será el trabajador que podrá valerse de una institución más fuerte para negociar sus condiciones laborales en una relación intrínsecamente asimétrica, como es la laboral. - La disposición no busca lleva a los trabajadores a negociar colectivamente fuera de la empresa en la que laboran. Por otra parte, el argumento que señala que la negociación colectiva más allá de los límites de la empresa queda fuera de la protección de la Constitución, en base a la propia letra del artículo 19 N° 16 inciso quinto, pasa por alto que en el precepto impugnado justamente asegura el cumplimiento de aquella norma --de la misma forma que el requerimiento ejemplifica con la Ley de Multirut- pues pretende mantener la negociación colectiva solo al empleador correspondiente a cada uno de los trabajadores que el sindicato representa. En este sentido, la negociación colectiva de los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa se realizará obligatoriamente a través de ese sindicato, su sindicato, pero ello no quiere decir que el empleador deba negociar con trabajadores de otras empresas, o incluso, de sus competidores. Para dichos efectos, el artículo 332 del Proyecto de Ley establece el nombramiento de una comisión negociadora sindical. Esta estará integrada, según advierte el inciso final del artículo 365 impugnado, por los directores y delegados sindicales que trabajen en la empresa con la cual se negocia. De esta manera, difícilmente tendremos una mesa de negociación entre empresarios y trabajadores de otra entidad o compañía. La norma impugnada, en su inciso final, garantiza que la negociación sea llevada a cabo por trabajadores de una misma empresa. Así las cosas, el legislador solo pretende regular una modalidad de negociación colectiva, en conformidad a lo dispuesto en el inciso quinto del artículo 19 N° 16 de la Constitución. Dicha modalidad consiste en que los miembros de un sindicato interempresa, cumpliendo los quórums de constitución establecidos en el artículo 227 respecto de la empresa con la cual realizarán una negociación colectiva, podrán iniciar dicha negociación ajustándose a las modalidades establecidas en el artículo 365. Coherente con ello, se establece que el sindicato interempresa negociará con su empleador, no más allá de la empresa ni con un conjunto de empleadores, como sepretenden interpretar por parte de la parte requirente. Es por ello que la norma propuesta se ajusta plenamente al texto constitucional, particularmente respecto del derecho a negociar colectivamente a los trabajadores con la empresa en que laboren. - Los requirentes no se explayan en cómo el precepto impugnado atentaría en contra de la paz y la justicia. El último de los argumentos que en este punto vierten los requirentes dice relación con un eventual atentado en contra de la paz y la justicia, perpetrado por la redacción del artículo 365. Tal aseveración se sustenta en que la negociación colectiva con sindicatos interempresas, en opinión del libelo, imposibilita a las partes a llegar a soluciones pacíficas y justas, lo que infringiría el llamado que hace el propio artículo 19 N° 16, en su inciso quinto, de la Carta Política. Página 25 de 41 a7 No obstante ello, el relato de la contra simplemente realiza un salto lógico y da por hecho que los resultados de este proceso de negociación colectiva con un sindicato interempresa serán injustos, pero no se detiene a pensar en la razón que lo sustenta. Es que es justamente un caso en donde una razón equivocada nos lleva a conclusiones erróneas, que es lo que lamentablemente le ha sucedido a los requirentes. Pues dan por entendido que los beneficios de una negociación se harán extensivos a trabajadores de los más amplios y diversos sectores de la economía, lo que justamente es un error. Tal como sostuvimos hace unos párrafos, la modalidad o procedimiento que el proyecto establece para la negociación colectiva del artículo 365 no esparce sus efectos a los trabajadores de las distintas empresas, sino que utiliza la fortaleza y conocimiento de un sindicato interempresapara una negociación con cada una de las empresas. Así, no se vislumbra el referido atentado a la paz y justicia que arguyen los requirentes. 2. Sobre la supuesta infracción al artículo 19 N° 2 de la Carta Fundamental, y otros vinculados a la libertad económica. 2.1.E1 requerimiento de inconsitucionalidad sobre el artículo 19 N° 2 de la Carta Fundamental y la no discriminación económica. Junto con lo que ya se ha señalado, los requirentes, para fundar la objeción de constitucionalidad en relación a la obligatoriedad de la negociación colectiva con los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa, sostienen la infracción a los artículos 19 N° 2 inc. 1° y 2° y 19 N° 22 inc. 1° de la CPR, esto es, el principio constitucional de igualdad y una de sus explicitaciones en el texto constitucional referido a la proscripción del trato discriminatorio en materia económica' 5 El citado artículo del proyecto de ley dispone lo que sigue: . "Artículo 365.- Negociación colectiva de los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa. Los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa podrán negociar con su empleador conforme al procedimiento de la negociación colectiva reglada del Título IV de este Libro, con las modificaciones señaladas en este artículo. Para los efectos de la negociación colectiva, los sindicatos interempresa deberán agrupar a trabajadores que se desempeñen en empresas del mismo rubro o actividad económica. Asimismo, para negociar colectivamente en una empresa, el sindicato interempresa deberá contar con un total de afiliados no inferior a los quórum señalados en el artículo 227, respecto de los trabajadores que represente en esa empresa. Ya es posible constatar la idea de deducir la igualdad económica del principio de igualdad ante la ley en las sesiones de la CENC. Ahora bien, dicha inferencia tiene relevancia al momento de analizar las conductas sujetas a control, en la medida que, a los criterios propios aplicables para detectar tratamientos discriminatorios en materia económica, caben sumar los presupuestos que permiten detectar acciones u omisiones atentatorias contra el derecho general de igualdad. Véase López, Sebastián. Libertad de Empresa y no discriminación económica. Tribunal Constitucional, Santiago, 2012, pp. 165 — 169. García Pino, Gonzalo y Contreras Vázquez, Pablo. Diccionario Constitucional Chileno. Tribunal Constitucional Chileno, Santiago, 2014, p. 530. Similar comprensión del principio de igualdad en materia económica, se desprende de la práctica jurisprudencia] del Tribunal Constitucional, véase STC 249 — 1996, STC 312 - 2000, STC 467 — 2006, STC 1295 — 2008, entre otros. 15 Página 26 de 41 N e8 El sindicato interempresa podrá negociar conforme a lo dispuesto en el artículo 314. En la micro y pequeña empresa será voluntario o facultativo negociar con el sindicato interempresa. Si el empleador acepta la negociación, deberá responder el proyecto de contrato colectivo dentro del plazo de diez días de presentado. Si la rechaza, deberá manifestarlo por escrito dentro del mismo plazo de diez días. En caso de negativa del empleador a negociar directamente con el sindicato interempresa, los trabajadores afiliados a él podrán presentar un proyecto de contrato colectivo e iniciar una negociación colectiva reglada con su empleador, entendiéndose para el solo efecto de este procedimiento que constituyen un sindicato de empresa, debiendo cumplir con el quórum señalado en el inciso segundo de este artículo. En la mediana y gran empresa, la negociación colectiva de los trabajadores afiliados a un sindicato interempresa se realizará a través del sindicato interempresa. La comisión negociadora sindical en la negociación colectiva reglada del sindicato interempresa estará integrada por los directores y los delegados sindicales que trabajen en la empresa en la que se negocia. Podrán participar de las negociaciones los asesores de ambas partes, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 332 de este Código". Los requirentes articulan su argumentación a partir de dos presupuestos y una consecuencia jurídica, a saber, la imposición legal de una igualdad absoluta entre empresas medianas y grandes para negociar colectivamente con sindicatos interempresas sin considerar sus condiciones particulares; la omisión de factores objetivos y esenciales que permiten deducir que los sujetos obligados por la norma legal son diferentes; y, por la tanto, un tratamiento legal equivalente entre sujetos que objetivamente son diversos, infringiendo con ello el derecho general de igual y su concreción en materia económica. El primer y segundo fundamento conviven bajo una misma idea central: la obligación legal de negociar colectivamente por parte de las medianas y grandes empresas no se hace cargo de las distintas realidades de las unidades económicas. En efecto, la norma impugnada prescinde las condiciones laborales, capacidades de negociación, recursos disponibles, utilidades, nivel de productividad'. El anterior razonamiento permite concluir a los requirentes que tanto el principio de isonomía consagrado con el artículo 19 N° 2 como la igualdad de trato en materia económica resultan vulnerados. En primer término, esta obligación legal atentaría contra la hermenéutica elaborada por el Tribunal Constitucional sobre el principio de igualdad, cuyo entendimiento no sólo exigiría al legislador dispensar tratamientos igualitarios, sino también tratar de forma distinta a los sujetos imperados por una regulación cuando las diferencias sean "esenciales". Así pues, cuando existan desigualdades esenciales entre dos grupos sometidos a comparación, y estás a su vez, sean "razonables" y "objetivas" se justificaría constitucionalmente un tratamiento desigual, o lo que es lo mismo, se prohibiría al legislador tratar igualmente a las desigualdades esenciales. 16 Requerimiento, pp. 73. Asimismo, se manifestó durante la tramitación del presente proyecto de ley. Véase Congreso Nacional. Informe de Comisión Mixta. Boletín N° 9835-13. Página 27 de 41 Este análisis se replica, tratándose del principio de igualdad de trato en materia económica, cuyo fundamento según la doctrina jurisprudencial del Tribunal Constitucional sería evitar, por una parte, la discriminación arbitraria por parte del Estado y sus órganos, y por el otro, habilitarían al legislador a partir de excepciones justificadas (razonables) fundadas en elementos objetivos y esenciales para realizar tratamientos diferenciados o establecer regímenes legales diversos". Para los requirentes, la necesidad de diferenciar entre empresas de diversas realidades resultaba evidente, más aún cuando en el Código del Trabajo se consagran reglas de diferenciación por el número de trabajadores. Sin embargo, en el proyecto de ley, no se explica porque una empresa mediana tendría las mismas condiciones para negociar que una gran empresa, igualando sin razón alguna, dos realidades económicas distintas tanto en el número de trabajadores, ingresos, utilidades y productividad is . De hecho, continúan los requirentes, aun cuando la obligación legal se hubiese circunscrito a las grandes empresas, en virtud del criterio del número de trabajadores, éste tampoco se erige como un criterio aceptable de "igualdad esencial", en la medida que entre las calificadas "grandes empresas" también se presentan factores económicos y organizacionales constitutivos de "diferencias esenciales" unas de otras 19. De ahí que, la omisión de criterios como las utilidades de las empresas, la cantidad de trabajadores afiliados al sindicato interempresa, o el modelo de negocios importa acometer una equiparación arbitraria por parte del legislador". En consecuencia, para los requirentes, el artículo 365 al obligar a las medianas y grandes empresas a negociar colectivamente con los sindicatos interempresa no consideraría las diversas realidades de las empresas, igualándolas de forma inconstitucional, transgrediendo con ello el derecho de igualdad y el deber de igualdad de trato en materia económica. 2.2.Sobre el artículo 19 N° 2 de la Carta Fundamental y la no discriminación arbitraria. El artículo 19 de la CPR, en sus incisos 1° y 2° prescribe: "La Constitución asegura a todas las personas: No. 2 La igualdad ante la ley. En Chile no hay persona ni grupo privilegiados (...) Ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias". Una primera aproximación a la norma contenida en el artículo 19 N° 2 de la CPR permite identificar un principio de igualdad formal, es decir, una igualdad en el ámbito del sistema jurídico. En este sentido ha establecido la doctrina: "La igualdad ante la ley, por lo tanto, implica sólo que todas las personas están sometidas a un mismo estatuto de derechos y obligaciones generales, sin que puedan la ley o los gobernantes crear personas o grupos privilegiados o perjudicados por razones de origen sexo, posición económica o social, creencias religiosas o filosóficas o ideología política. En consecuencia, toda ley o acto de autoridad que implique una discriminación arbitraria y que beneficie o perjudique infundadamente a personas o grupos atenta en contra de esta garantía constitucional"21 , aclarando que "el artículo 19 N°2 inciso 1° de la Constitución actualmente Requerimiento, p. 76. Ibíd., p. 77. 19 Ibíd., p. 77. 20 Ibíd., p. 78 — 79. 21 Evans, Enrique, La Constitución Explicada, p. 27. 17 Página 28 de 41 en vigor asegura a todas las personas la igualdad ante la ley, aunque en términos estrictos lo que allí se garantiza es la igualdad en la ley, puesto que su objeto consiste en que todas las personas quedan sometidas al mismo ordenamiento jurídico, es decir, al bloque completo de normatividad, desde la Constitución y las leyes, hasta los actos administrativos y judiciales, incluyendo también los actos jurídicos particularesn ". La igualdad a partir de esta definición tiene por finalidad la creación de ámbitos de certezas y es una manifestación concreta del valor de la seguridad jurídica. En efecto, en virtud de esta comprensión de la igualdad es posible saber a qué atenerse y permite reconocer al menos tres dimensiones de la igualdad formal o ante la ley: una igualdad como generalización, una igualdad procesal y la igualdad de trato formal (por equiparación y como diferenciación) 23 . La igualdad como generalización importa la superación de los privilegios y prerrogativas otorgadas a ciertos ciudadanos o un grupo de ellos, implicando con ello, un mandato constitucional para la creación de normas jurídicas dirigidas a todos los que se encuentran en una misma situación comprendida en el supuesto de hecho de la norma y que regule en similares términos sus consecuencias jurídicas'''. Esta dimensión de la igualdad ha sido expresamente reconocida por el TC, en los siguientes términos: "Que, en efecto, esta Magistratura ha señalado que la igualdad ante la ley se traduce, entre otras expresiones, en los caracteres de generalidad y abstracción característicos de este tipo de normas, lo cual supone que todos los gobernados son destinatarios de ellas ' 25 " En un sentido similar se han pronunciado los tribunales ordinarios de justicia al resolver: "Que claramente el establecimiento legal o por acto de autoridad de diferencias arbitrarias repugna a los principios que conforman un Estado de Derecho, y que recoge nuestro ordenamiento constitucional, asegurando a todas las personas la igualdad ante la ley; similitud en el trato que debe ser extensiva a todos quienes se encuentran en una misma condición o situación"26. Un segundo nivel de la igualdad se configura a partir de la igualdad de procedimiento o igualdad procesal, que implica la existencia de un mismo procedimiento para todos, esto es, el desarrollo de reglas generales, previas e imparciales, para resolver conflictos o para la 22 Fernández, Miguel Ángel, Principio constitucional de igualdad ante la ley, Editorial LexisNexis, 2001, p. 119. 23 Peces Barba, Gregorio. Lecciones de Derechos Fundamentales. Editorial Dykinson, Madrid, 2004, p. 182. 24 Ibid., p. 182. Asimismo, Alexy, Robert. Teoría de los Derechos Fundamentales. Centro de Estudios Constitucionales Políticos y Constitucionales, Madrid, 2007, p. 349. 25 STC, Rol N° 1846 — 2010. 26 Sentencia de la Iltma. Corte de Apelaciones de Puerto Montt, 19 de marzo de 2007, MJJ 9406. En el mismo sentido, Corte Suprema, 24 de enero de 2011, Legal Publishing 47.548: "Que la actuación ilegal de la recurrida vulnera el derecho constitucional previsto en el numeral 2 del artículo 19 de la Carta Fundamental, por cuanto se afecta la facultad de la actora para defenderse frente a la actividad administrativa que ha diferenciado en forma arbitraria su regulación jurídica respecto de otros que se encuentren en las mismas circunstancias. Se trata en definitiva de la afectación del derecho a la igualdad en el tratamiento jurídico que debe dar la autoridad a las personas". Página 29 de 41 formación de decisiones de los operadores jurídicos con competencia para resolver un determinado asunto 27. Esta dimensión de la igualdad, encuentra una consagración constitucional expresa en el artículo 19 N° 2° y 3° de la Constitución, cuya sentido y alcance ha sido desarrollo por el TC a partir de los siguientes razonamientos: "UNDÉCIMO: Que en nuestro ámbito constitucional, si bien el derecho a la tutela judicial efectiva no está reconocido en forma explícita en el texto de la Carta, tanto la doctrina como la jurisprudencia de este propio Tribunal lo entienden implícito en su artículo 19, N° 3°, que contempla la opción de todas las personas a acceder libremente a un tribunal de justicia para la protección de sus derechos (STC roles N°s 1470, considerando 9'; 1356, considerando 9°; 1418, considerando 9'; 1535, considerandos 18° y 25°, entre muchas otras). En íntima relación con ese precepto, el artículo 76 incluye, dentro de lo que constituye la esencia de la jurisdicción —y consecuentemente del derecho a la acción, como integrante inescindible de su contenido-, la facultad del Poder Judicial de 'conocer de las causas civiles y criminales, de resolverlas y de hacer ejecutar lo juzgado ' 28 " Finalmente, una tercera dimensión de la igualdad ante la ley es lo que la doctrina ha definido como igualdad de trato forma1 29, que supone tanto la igualdad por equiparación como por diferenciación. Ambas vertientes de la igualdad de trato formal, implican que: "...aquellas situaciones donde diferencias o desigualdades en las condiciones que forman el presupuesto de hecho de la norma no tienen trascendencia para justificar un trato desigual (igualdad de trato formal como equiparación), o si la tienen (igualdad de trato formal como diferenciación)"" En este sentido, el primer supuesto específico de la igualdad de trato formal, esto es, su manifestación como igualdad como equiparación, se expresa mediante el principio/prohibición de no discriminación, y afecta aquellas condiciones de las personas o situaciones que no siendo distintas unas de otras no se consideran relevantes y no justifican un trato desigual. En este caso, la igualdad consiste en omitir elementos físicos, socio — económicos o culturales para diferenciar conductas y su regulación jurídica. De ahí que, en este caso: "Lo que se proscribe son las distinciones arbitrarias y serán tales las que no se funden en la razón, en la justicia o no propendan al bien común. En síntesis, las que sólo representen un mero capricho y carecen de una motivación o fundamento racional31 ". O dicho de otros términos: Peces Barba, Gregorio. Lecciones de Derechos Fundamentales. Editorial Dykinson, Madrid, 2004, p. 182. 28 STC, Rol N° 2438 — 2013. 29 Peces Barba, Gregorio. Lecciones de Derechos Fundamentales. Editorial Dykinson, Madrid, 2004, p. 182. 30 Ibíd., p. 183. 31 Verdugo, Mario, Pfeffer, Emilio y Nogueira, Humberto. Derecho Constitucional. Tomo 1. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2005, p. 215. 27 Página 30 de 41 "Corno lo ha puesto de relieve J.A. Montilla Martos, en un Estado social y democrático de Derecho, la ley singular no es un fenómeno patológico, sino a veces una exigencia de su carácter interventor. Pero tampoco puede hacerse de esas leyes singulares la regla y de las generales la excepción; se arruinaría el tráfico jurídico y, a la postre, la consecución, de ese fin político perseguido. No podernos desconocer que hay materias o facetas de la vida humana en las que una norma general, uniforme, es exponente de mayor igualdad que la hipótesis contraria...32 " En ese sentido, el derecho a la igualdad ante la ley, en una perspectiva jurídica significa que, en todos los aspectos relevantes, las personas deben ser tratadas y consideradas de igual manera a menos que haya una razón suficiente para no hacerlo 33 . Si la ausencia de dicha razón, no impide que se imponga una diferenciación en el tratamiento de personas o grupos sin justificación racional, deviene en discriminación arbitraria. A mayor abundamiento, se ha estimado que concurre discriminación arbitraria, de manera plenamente acorde con el sentido y alcance del N°2 del artículo 19 de la Constitución Política de la República, en los supuestos de "toda diferenciación realizada por el legislador o cualquiera autoridad que aparezca como contraria a la ética elemental o a un proceso normal de análisis intelectual; en otros términos, que no tenga justificación racional o razonable"34. En ese entendido, la jurisprudencia de nuestros tribunales cuando disponen que "por discriminación arbitraria se ha entendido siempre una diferencia no razonable o contraria al bien común"" En consecuencia, para establecer cualquier diferencia que se establezca en uan determinada regulación normativa debe justificarse en principios y reglas racionales. En ese sentido se ha pronunciado el TC, al señalar: "El principio de igualdad significa, como la ha sostenido la Excma. Corte Suprema y este Tribunal en el Rol N° 53, que las normas jurídicas deben ser iguales para todas las personas que se encuentren en las mismas circunstancias y, consecuencialmente, diversas para aquellas que se encuentren en situaciones diferentes (..) Por discriminación arbitraria se ha entendido siempre una diferencia irracional o contraria al bien común Por otra parte, la igualdad como diferenciación arranca del supuesto que, si existen otros elementos considerados relevantes respecto a los efectos de las normas, justificándose por ello, una regulación jurídica distinta, siendo su principal virtud potenciar la igualdad ante la ley. Ahora bien, bajo esta comprensión de la igualdad de trato formal como diferenciación, cobra importancia la detección de una razón o criterio de relevancia que permita que permita fundar un tratamiento diferenciado. En estos casos, el concepto de relevancia, no puede ser generalizable a partir de un juicio teórico o abstracto en la medida que no nos encontramos ante relaciones de hecho, sino ante las valoraciones que deben hacerse cargo de fijar el ámbito Torres del Moral, Antonio. Principios de Derecho Constitucional Español. Servicios de Publicación Facultad de Derecho, Universidad Complutense de Madrid, Madrid, 1998, p. 279 33 Nogueira, Humberto. Derechos Fundamentales y Garantías Fundamentales. Tomo II. Librotecnia, Santiago, 2008, p. 226. 34 Evans de la Cuadra, Enrique, Los derechos constitucionales, Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 1999, p. 125. 35 STC N° 280. " STC Rol N° 203. 32 Página 31 de 41 de los contenidos normativos y las consecuencias jurídicas de la diferenciación 37. En efecto, como nos recuerda la doctrina: "...tanto el legislador como la autoridad se ven en la necesidad de establecer en el ámbito jurídico múltiples diferencias: entre chilenos y extranjeros, entre mayores y menos de edad, hombre o mujer, entre civiles y militares, entre empleados públicos y particulares, etc. Estas distinciones en algunas oportunidades son producto de la naturaleza, en otras de la conveniencia social. Al efectuarlas no se erosiona el principio de la generalidad que caracteriza la ley38". De ahí que, a partir de este razonamiento se extrae la regla en virtud de la cual es posible otorgar un tratamiento desigual, siendo inconstitucional tratar igualmente a hipótesis jurídicas diferentes, habilitando al legislador a establecer preceptos legales referentes a dichas hipótesis que afectan a personas o grupos hermanos diversos atendiendo a cada situación concreta, siempre que se bases en aspectos relevantes y razonables". Una de las concreciones particulares del principio de igualdad en nuestro Constitución lo constituye el artículo 19 N° 22 del texto fundamental, que consagra: "La no discriminación arbitraria en el trato que deben dar el Estado y sus organismos en materia económica. Sólo en virtud de una ley, y siempre que no signifique tal discriminación, se podrán autorizar determinados beneficios directos o indirectos a favor de algún sector, actividad o zona geográfica, o establecer gravámenes especiales que afecten a unas u otras. En el caso de franquicias o beneficios indirectos, la estimación del costos de éstos deberá incluirse anualmente en la Ley de Presupuestos". Este principio recoge, en el ámbito económico, la garantía de igualdad ante la ley ya consagrada en el N°2 del artículo 19 de la Constitución Política de la República, así como sus consecuencias normativas, en el sentido de prohibir al Estado .hacer distinciones o diferencias caprichosas o infundadas entre los agentes económicos. La doctrina ha señalado que: "La Constitución prohibe otorgar privilegios que impliquen cualquier forma de distinción o diferenciación entre las actividades económicas que no tengan como sustento intelectual una clara connotación de racionalidad (...) Como una síntesis del objetivo de esta garantía, podemos establecer que la Constitución ha querido asegurar a todas las personas la igualdad en el trato que el Estado y sus organismos deben dar en materia económica. Que no haya, en situaciones idénticas, ni personas ni grupos o sectores perjudicados en relación con sus competidores o con otros grupos o sectores"". Como hemos podido constatar, ha diferencia de lo que nos ha tratado de presentar los requirentes, el derecho a la igualdad ante la ley presenta una estructura diferenciada, que Peces Barba, Gregorio. Lecciones de Derechos Fundamentales. Editorial Dykinson, Madrid, 2004, p. 184. 38 Verdugo, Mario, Pfeffer, Emilio y Nogueira, Humberto. Derecho Constitucional. Tomo I. Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2005, p. 215. 39 Nogueira, Humberto. Derechos Fundamentales y Garantías Fundamentales. Tomo II. Librotecnia, Santiago, 2008, p. 230. 40 Evans, Eugenio, La Constitución Explicada, p. 55. 37 Página 32 de 41 I4 asegura, por una parte, la generalidad de la norma a todas las personas sin distinciones arbitraria, y por otra, la habilitación constitucional para establecer diferencias justificables en el tratamiento de personas y grupos. Por lo tanto, nuestro texto constitucional, excluye diferencias arbitrarias, esto es, conductas que importen un trato desigual por cualquier razón o sin motivos justificables y relevantes, así como, la imposición de un igual tratamiento entre quienes observan circunstancias disímiles y de especial entidad que justifiquen el tratamiento diferenciado. 2.3.La improcedencia del requerimiento sobre las infracciones sobre el artículo 19 N° 2 y la no discriminación económica. Los requirentes, a partir de los argumentos que ya hemos desarrollado, sostienen que el artículo 365 del proyecto de ley, al obligar a las medianas y grandes empresas a negociar colectivamente con los sindicatos interempresa no consideraría las diversas realidades de las empresas, igualándolas de forma inconstitucional, transgrediendo con ello el derecho de igualdad y el deber de igualdad de trato en materia económica. Ahora bien, del análisis de la norma impugnada y su estructura es posible detectar indicios siquiera de inconstitucionalidad, en consideración, de los siguientes argumentos. - La regulación que establece la negociación colectiva interempresa del proyecto de ley se ajusta a la Constitución, y en particular, al principio de igualdad constitucional. Los requirentes, eluden en su escrito el texto expreso del proyecto, cuyo artículo 1° numeral 34, que contiene el nuevo artículo 365 del Código del Trabajo, establece una diferenciación razonable fundada en el tamaño de las empresas para determinar el nivel en el cual debe desarrollarse la negociación colectiva con el sindicato interempresas de un determinado rubro o actividad. Dicho régimen diferenciado, fundado en el tamaño de la empresa, no es una tendencia regulatoria aislada, ni menos aún exótica, para nuestro ordenamiento jurídico. Por el contrario, el legislador ha utilizado el tamaño de la empresa en los diversos ámbitos en los cuales dicha unidad económica se inserta e interactúa con los organismos del Estado y otros particulares, ya sea en la aplicación de un sistema de tributación diferenciado, como sucede con la Ley 20.780 de 2014, ya sea para el otorgamiento de una autorización provisoria de funcionamiento, la sujeción a normas sanitarias especiales o en el reconocimiento de la condición de consumidoras de las empresas de menor tamaño, tal como consagra la Ley N° 20.416 de 2014 que fija normas especiales para las empresas de menor tamaño. Este régimen legal y los criterios utilizados para identificar a los sujetos imperados por la norma (y, por ende, para excluir aquellos que no), no fueron sometidos a reproche constitucional alguno, tal como constan en la sentencia Rol N° 1567 — 2009, de este excelentísimo Tribunal. De hecho, el artículo 12 N° 3 letra a) de la citada Ley N° 20.416 introdujo como criterio de diferenciación entre las diversas unidades económicas, el número de trabajadores que la integran, incorporando dicho parámetro a través del artículo 505 bis del Código del Trabajo, y que ahora el legislador utiliza en el artículo 365 impugnado por los requirentes. Y es que dicho tratamiento diferenciado, responde precisamente a una justificación razonable fundada en una condición objetiva y relevante: el número de trabajadores de una determinada unidad económica. De ahí que, a afectos de aplicar una institución jurídico laboral, como lo es la negociación colectiva, el legislador haya utilizado el número de trabajadores para determinar Página 33 de 41 la vigencia de la misma tratándose de sindicatos interempresas, tal como sucede en el nuevo artículo 365. Lo anteriormente señalado, descarta el reproche de los requirentes a propósito de una supuesta igualdad absoluta entre las empresas, en la medida que el legislador si establece una diferencia, y utiliza un criterio para diferencia justificable, objetivo y razonable: el número de trabajadores, a la de determinar el nivel de la negociación colectiva interempresa. La distinción entre empresas micro y pequeñas y empresas medianas y pequeñas se ajusta al principio de igualdad constitucional, y no importa un tratamiento discriminatario. Los requirentes, sin decirlo, denuncian sin decirlo abiertamente, lo que la doctrina ha denominado "discriminación al revés", es decir, aquellas igualaciones arbitrarias por cuanto entre los entes comparados existen diferencias que es necesario respetar, debiendo en consecuencia dispensar un tratamiento diverso'. Para los requirentes, la norma impugnada que establece la obligación legal de negociar colectivamente por parte de las medianas y grandes empresas no se hace cargo de las distintas realidades de las unidades económicas. En efecto, la norma impugnada prescinde las condiciones laborales, capacidades de negociación, recursos disponibles, utilidades, nivel de productividad'. Ahora bien, los senadores nos proponen dichos criterios de diferenciación, pero a la vez, surge la interrogante ¿por qué no sumar a dicho repertorio, otros criterios más? ¿Que impediría invocar factores como la localización geográfica, el giro del negocio, su adscripción a asociaciones gremiales, el tipo de actividad económica, el número de trabajadores contratados indefinidamente de aquellos que tienen otro tipo de vínculos laborales, u otros elementos que caractericen a las unidades económicas? La respuesta, que al parecer los requirentes olvidaron en su escrito, nos las puede entregar la doctrina a propósito de uno de los fundamentos esenciales de la democracia constitucional: el principio de igualdad. En se sentido, se ha sostenido: "El principio general de igualdad dirigido al legislador no puede exigir que todos deban ser tratados exactamente de la misma manera y tampoco que todos deban ser iguales, desde todos los puntos de vista. Por otra parte, si ha de tener algún contenido, no puede permitir todas las diferenciaciones y todas las distinciones' " Dicho razonamiento, ha sido seguido muy de cerca por este excelentísimo Tribunal que correctamente a nuestro juicio, y a contrapelo de lo que los requirentes sostienen en su escrito, ha sostenido: "Vigésimo segundo: Que el artículo 19, número 2, de la Carta Fundamental prohíbe, a las leyes y las autoridades, establecer diferencias arbitrarias y que es efectivo que la jurisprudencia, incluyendo la de este propio Tribunal, 41 Fernández, Miguel Angel. Principio Constitucional de Igualdad ante la Ley. LexisNexis, Santiago, 2001, p.188. 42 Requerimiento, pp. 73. Asimismo, se manifestó durante la tramitación del presente proyecto de ley. Véase Congreso Nacional. Informe de Comisión Mixta. Boletín N° 9835-13. Alexy,Robert. Teoría del Derechos Fundamentales. CENC, Madrid, 2007, pp. 350 — 351. Página 34 de 41 y la doctrina han entendido, en diversos casos, que constituye una diferencia arbitraria dar igual trato a situaciones totalmente diversas.Esta dimensión de la igualdad no significa, sin embargo, que toda diferencia exija un trato legal diferenciado, pues ello haría imposible establecer reglas generales. Lo que la Constitución prohíbe no es hacer diferencias, sino hacer diferencias arbitrarias. De igual modo, en la dimensión del principio de igualdad que el requirente denomina diferenciado, no se prohíbe dar trato igual a situaciones diferentes, sino hacerlo arbitrariamente, sin un fin licito que lo justifique; lo prohibido es hacerlo sin una razonable justificación44 " El artículo 365 que introduce el proyecto en análisis al Código del Trabajo utiliza una razón objetiva, ya admitida en nuestro ordenamiento jurídico laboral, para establecer una regulación jurídica diferenciada, sin con ello perder de vista, lo que correctamente establece nuestro TC: el establecimiento de normas generales, que en este caso se traduce en la voluntariedad de la negociación colectiva tratándose de los micro y pequeños empresarios, y obligatoria para las empresas medianas y grandes. Ahora bien, de aplicación general de la norma para los sujetos imperados por la misma, implica definir ex ante los contenidos y acuerdos que de la negociación colectiva resulten, como equivocadamente nos quiere hacer creer los requirentes. Inferir de esta norma de vigencia del instituto de la negociación colectiva interempresa, los posibles contenidos que pueden resultar de una negociación interempresa (v.gr., que lo acordado por una gran empresa sea impuesto a una mediana, o que la mediana saque provechos de los acuerdos colectivos por sobre la gran empresa), encubre la real finalidad de la argumentación de los requirentes: impedir el desarrollo de la negociación colectiva por los sindicatos en distintos niveles, como lo es una actividad económica o rubro, y con ello desmejorar la libertad sindical y evitar la creación espacios de diálogos entre los empleadores y trabajadores. - La elección del criterio para determinar la vigencia de la norma es una facultad del legislador democrático, y se ajusta, al sistema de distribución de competencias constitucional. Pero lo requirentes, no sólo velan los verdaderos objetivos de sus argumentos con razones equivocas e interpretaciones torcidas del nuevo artículo 365 en análisis. Además, intenta introducir de contrabando en el juicio preventivo de constitucionalidad que se conoce ante este excelentísimo tribunal, argumentos que tuvieron que haber sido expuestos en el debate parlamentario. Dicha estrategia, desde ya advertimos, es cara para el Estado de Derecho, por cuanto implica alterar el sistema de distribución de competencias constitucional. En efecto, uno de los argumentos de los requirentes es la omisión del legislador de factores o elementos relevantes o "esenciales" que tuvieron que ser considerados para no acometer una violación a la norma del artículo 19 N° 2 de la CPR. Tal como ya lo hemos acreditado, no es posible constitucionalmente admisible afirmar que del principio de igualdad se desprende "mecánicamente" una norma de trato desigual. Por ello, debido a que la ley se encuentra intensamente vinculado al principio de igualdad, es que en la discusión parlamentaria deberá seleccionarse los medios y la regulación más justa y " STC Rol N° 807 — 2007. En el mismo sentido, STC Rol N° 2042 — 2011 y STC Rol N° 2628 — 2014. Página 35 de 41 e D6 1 ír funcional, siempre respetando los límites constitucionales, excluyendo cualquier tipo de discriminación arbitraria. En el caso que nos convoca, el legislador, tal como lo ha hecho en otras ocasiones, en la oportunidad de establecer una norma de vigencia de la negociación colectiva, utilizo como criterio de diferencia el número de trabajadores que integran una empresa, en coherencia con la legislación sectorial en la cual se encuentra inserta dicha institución jurídica. Sin embargo, los senadores le están pidiendo en este requerimiento al TC lo que no pudieron hacer durante el largo trámite legislativo, o lo que es peor, revivir argumentos impotentes para convencer al resto de legisladores y que fueron desechados en la discusión parlamentaria. De hecho, es durante el trámite legislativo en que el parlamento despliega en plenitud su libertad de configuración sobre la regulación y la realidad social, y es precisamente en ese espacio democrático definido por la Constitución, en que las políticas públicas deben adoptar múltiples elecciones, como lo son los criterios de diferenciación o equiparación respecto de la vigencia de una norma, o en este caso, los sujetos imperados por la obligación de negociar colectivamente con sindicatos interempresas. De ahí que, a nuestro entender, los requirentes pretenden que este excelentísimo Tribunal se transforme en una tercera cámara, e introduzca las razones que fundamenten un determinado trato diferenciado, que dichos senadores o no pudieron o no quisieron discutir y convencer durante la discusión legislativa. El trasfondo de lo que sostienen los requirentes, utilizar al TC para señalarnos lo que son concepciones acerca de lo que debe ser la legislación (o sus razones para discriminar, y que creen, son las más justas, idóneas, razonables) cuando dicho trabajo tuvo que ser hecho en el trámite parlamentario. Lo anterior implica, y no es lo que advierten o no nos dicen los parlamentarios requirentes, es desplazar al legislador de su función legisladora, utilizando el TC y en contra del sistema constitucional de reparto de competencias. Bien nos los recuerda, la doctrina a propósito del trabajo hermenéutico y de control que realizan los tribunales constitucionales, en particular, el Tribunal Constitucional Federal Alemán: " ...el cual subraya reiteradamente que, en el ámbito de la igualdad de trato, el legislador dispone de una 'muy amplia libertad de configuración'. No es `un asunto del Tribunal Constitucional Federal examinar si (el legislador) ha dictado regulación más justa y funcional, sino simplemente si ha respetado los limites extremos (trazados por el concepto de arbitrariedad, R.A) 45 " Es a su vez, lo que este excelentísimo Tribunal ha identificado como el principio de deferencia al legislador: "Décimo: Que los actos legislativos emanados de un órgano expresivo de la soberanía, concebido para dictar normas obligatorias de general aplicación, se encuentran dotados de un principio de legitimidad de suerte tal que su contrariedad con el contenido de la CPR debe manifestarse clara y categóricamente y no cabe inferirla de simples contradicciones aparentes. En tal sentido, el intérprete constitucional orienta su tarea en la búsqueda de conciliar alguna interpretación racional de la norma legal que se 45 Alexy,Robert. Teoría del Derechos Fundamentales. CENC, Madrid, 2007, pp. P. 358. Página 36 de 41 compadezca con los valores, principios y normas de la Constitución Política"" En suma, y tal como lo reconoce correctamente el Tribunal Constitucional, es el legislador democrático en conformidad con la distribución de atribuciones que consagra nuestra Carta Fundamental, el órgano del Estado encargado de diseñar la política pública a través de la elección de medios y recursos para llevarla a cabo, así como también, establecer los respectivos regímenes jurídicos. Dicha libertad de configuración, eso sí, reconoce como límites a la propia CPR, en particular el principio de igualdad, y cuyo control del contenido de los preceptos legales realiza el TC en virtud de sus competencias que esa misma magistratura ha tenido ocasión de delimitar. 3. Sobre la supuesta infracción al artículo 19 N° 21 de la Carta Fundamental. 3.1. El requerimiento de inconstitucionalidad relativo a artículo 19 N° 21: A juicio de los requirentes, la norma vulneraría la Constitución al poner trabas y obstáculos al libre desarrollo de actividades económicas lícitas "por cuanto el sindicato interempresa, en la alianza de otros empleadores, utilizando la negociación colectiva obligatoria que establece el precepto impugnado, impondría pisos mínimos a todas las empresas que tengan trabajadores afiliados a dicho sindicato, excluyendo de esa forma, a las empresas que no podrán soportar económicamente dichos acuerdos" . Se impondría un obstáculo que interferiría arbitrariamente en el mercado del trabajo, pudiendo constituirse como forma de exclusión de competidores en aquel. Como acreditaremos en los próximos apartados dichas afirmaciones son incorrectas, imprecisas, y no corresponden a una infracción al artículo 19 N° 21. 3.2.E1 artículo 19 N° 21 de la Constitución. La libertad a desarrollar actividades económicas: De acuerdo con lo que dispone el artículo 19 de la Constitución Política de la República ésta garantiza a todas las personas: "No. 21 El derecho a desarrollar cualquier actividad económica que no sea contraria a la moral, al orden público o a la seguridad nacional, respetando las normas legales que la regulen". De acuerdo con lo que ha señalado la doctrina: "su objeto, dentro de los principios del orden público económico, es dar mayor relevancia a la libertad de las personas para iniciar actividades económicas y crear riqueza, sin que tal libertad pueda coartarse por decisiones estatales que impidan el ejercicio de actividades empresariales lícitas, o bien reserven al Estado el ejercicio de ellas en perjuicio de la capacidad económica del ser humano' . En relación con el fundamento de la mencionada garantía ha establecido el Tribunal Constitucional: "Que, en lo que se refiere a la violación del derecho a desarrollar cualquiera actividad económica lícita conviene señalar que este derecho fundamental amparado y protegido por la Constitución, no es sino expresión del reconocimiento de la primacía de la persona humana y de su libre iniciativa para emprender y así realizar la plenitud de sus 46 47 STC Rol N° 549 — 2006. En el mismo sentido: Rol N° 1863 — 2010. Evans, Enrique, La Constitución explicada, Editorial LegalPublishing, Santiago, 2010,p. 53. Página 37 de 41 O O 1)6 virtualidades para su propio bien y el de sus semejantes, colaborando en la promoción del bien común. Se trata, pues, de un derecho de fundamental importancia para los individuos, al permitir desarrollar tanto el espíritu de iniciativa como la subjetividad creadora de cada una de las personas. 42°) Que, el derecho reconocido por el artículo 19, N° 21, es consecuencia, por lo tanto, de esa primacía de la persona, que establece de manera precisa y plena de consecuencias jurídicas la Constitución en su artículo 1°, y que reitera.su artículo 5° al imponer al Estado, y a cada uno de sus órganos, cualquiera sea su naturaleza, función o jerarquía, el deber de respetar los derechos de las personas e incluso de promover su ejercicio, a fin de que puedan, además, participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional" 48 refiriéndose en lo que dice relación con su contenido: "Que, por su parte, en relación al alcance de la libertad de emprender este tribunal ha precisado que "este derecho, denominado por la Comisión de Estudio de la Nueva Constitución Política de la República `libre iniciativa privada para desarrollar cualquiera actividad económica' y usualmente `derecho a desarrollar cualquiera actividad económica lícita, significa que toda persona, sea ésta persona natural o jurídica, tiene la facultad de iniciar y mantener con libertad cualquiera actividad lucrativa en las diversas esferas de la vida económica, garantizando, por consiguiente, la norma constitucional, entre otras actividades, la realización de actividades productivas, de servicios y de comercialización de todo tipo de bienes, bajo dos grandes condiciones: la primera, que la actividad a realizar no sea, considerada en sí misma, ilícita, y lo son sólo las que la propia Constitución menciona genéricamente, esto es, las contrarias a la moral, al orden público y a la seguridad nacional, y la segunda, que la actividad económica a realizar se ajuste a las normas legales que la regulen.49" , A su vez, la Corte Suprema ha decidido, siguiendo a la doctrina especializada, que "analizada la norma en estudio desde este punto de vista, el contenido esencial del derecho garantizado por el numeral 21° es la libertad que se garantiza a todas las personas sean naturales o jurídicas, para satisfacer sus necesidades múltiples e ilimitadas mediante la utilización de bienes escasos y limitados, no siendo indispensable, ergo, el carácter lucrativo de las mencionadas actividades-w". Así las cosas, el artículo 19 N° 21 "comprende la libre iniciativa y la prosecución indefinida de cualquiera actividad económica, sea productiva, comercial, de intercambio o de servicio, habiendo sido introducida por el constituyente de 1980 con especial énfasis y estudio, según consta de la historia fidedigna del preceptos"'; agregándose que ello puede realizarse "libremente, personalmente o en sociedad, organizada en empresas, en cooperativas o en cualquier otra forma de asociación lícita" (Corte de Apelaciones de Santiago, 19 de marzo de 1992, Temas de Derecho, 1993, p. 125-126) 52. La libertad de que disponen los sujetos, sea individualmente o agrupados en cuerpos intermedios para desarrollar cualquier actividad económica reconoce como límite la moral, el orden público y la seguridad nacional, consagradas en las leyes que regulen el ejercicio de esa actividad. De este modo, el artículo 19 N° 21 consagra como garantía de los ciudadanos un principio de reserva legal, conforme con el cual, será únicamente el legislador el habilitado STC Rol N° 226. STC Rol N° 280. " Sentencia de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, 31 de agosto de 2004, confirmado por la Excma. Corte Suprema, Rol N° 4732-2005. 51 Sentencia de la Iltma. Corte de Apelaciones de Santiago, 25 de mayo de 1996, Gaceta Jurídica 192, p. 29 52 STC rol N° 467. 48 . Página 38 de 41 para regular la actividad económica 53, sea que se conciba este principio de modo categórico, rechazando cualquier regulación por normas de rango inferior 54, sea que se admita una posición más moderada, que admite la regulación vía potestad reglamentaria, ya sea por la vía del reenvío del legislador, o en razón de normas marco o generales 55 . De este modo, conforme lo ha señalado el Tribunal Constitucional 56 el derecho consagrado en el artículo 19, N° 21 y que protege la libre iniciativa privada es una expresión de los contenidos filosófico jurídicos del Capítulo I de la Constitución Política, y viene a ser una consecuencia del principio de subsidiariedad, como también del deber del Estado de resguardar el derecho de las personas a participar con igualdad de oportunidades en la vida nacional. No obstante, los que desarrollen una actividad económica deben someterse a las normas legales que la regulen. De lo anterior se infiere que sujetar una actividad a una regulación significa establecer las normas y condiciones conforme a las cuales debe realizarse. Asimismo, en otro fallo el Tribunal Constitucional" señala que todo precepto que establece un deber para quien ejerce el derecho a desarrollar una actividad económica no será libre para ejercerla del modo que le plazca, sino que deberá hacerlo del modo en que ella ha quedado regulada. La regulación o intervención administrativa para ejercer determinadas actividades económicas se relaciona a la protección del interés público. Al respecto, la Corte Suprema norteamericana ha señalado: "Tal libertad, sin embargo, debe ejercerse sometida a la normativa regulatoria de la actividad económica en la que se manifiesta, debiendo al respecto tenerse presente que sólo toca al legislador fijar el marco general en que se desenvuelve el ejercicio de determinadas actividades empresariales, en caso de tratarse de aquellas indispensables para la comunidad o que por su intermedio se comprometa la fe pública", Evans, Enrique, La Constitución explicada, p. 53. 54 De modo ejemplar, STC Rol N° 467, en que se expresa: "En otro pronunciamiento anterior, el ya citado fallo rol 146, el tribunal declaró que 'si bien es efectivo que el legislador haciendo uso de su facultad de 'regular 'puede establecer limitaciones y restricciones al derecho a desarrollar cualquier actividad económica, esta facultad no le corresponde al administrador, pues de acuerdo al texto constitucional, por el artículo 60, N° 2, que establece 'Sólo son materias de ley: Las que la Constitución exija que sean reguladas por una ley', estas atribuciones están entregadas expresamente al legislador, al disponer el constituyente que el derecho a desarrollar una actividad económica se asegura 'respetando las normas legales que la regulen'. En otras palabras, el constituyente entrega al legislador y no al administrador la facultad de disponer cómo deben realizarse las actividades económicas y a qué reglas deben someterse". Siguiendo la misma corriente, el también citadofallo rol 167 declara 'Que, si bien por 'regular', conforme al Diccionario de la Real Academia, debe entenderse: 'Ajustado y conforme a reglas', ello no podría jamás interpretarse en el sentido de que se impida el libre ejercicio del derecho. Por otra parte, si bien al regular se pueden establecer limitaciones y restricciones al ejercicio de un derecho, éstas claramente, de acuerdo al texto de la Constitución, deben ordenarse por ley y no mediante normas de carácter administrativo. No podríamos entender en otro sentido la expresión 'las normas legales que la regulen', pues ello significaría violentar no sólo las claras normas del artículo 19, N° 21, sino que, también, sería aceptar que eladministrador puede regular el ejercicio de los derechos constitucionales sin estar autorizado por la Constitución". En el mismo sentido Aróstica Maldonado, Iván, De espaldas al estatismo: el derecho de los particulares a desarrollar cualquier actividad económica, en Ius Publicum N°1/ 1998, pp. 115- 116. 55 Ver extremos de la discusión en Evans, Enrique, Las actividades económicas de las empresas en la Constitución y las facultades normativas de los órganos de la Administración y fiscalización del Estado, Revista Chilena de Derecho, vol. 29 N°3 (2002), pp. 673- 683. 56 STC N° 146. " STC N° 480. Página 39 de 41 "[..1 la regulación, por definición, involucra ajustar derechos en función del interés público. Usualmente este ajuste limita el uso o explotación económica de la propiedad privada.58 " Incluso cuando es el legislador quien regula los términos en que ha de ejercitarse una actividad económica, nuestro sistema jurídico exige que no se altere en esencia el derecho. Es así como el Tribunal Constitucional ha resuelto que "como lo ha expresado este Tribunal (Roles 146 y 167), el ejercicio del derecho fundamental que reconoce y asegura el referido N° 21 del artículo 19 citado, ha de realizarse sin contravenir la moral, el orden público o la seguridad nacional 'respetando las normas legales que las regulen' (inciso primero), es decir las normas que el legislador -y sólo el legislador- dicte al efecto, pero en caso alguno éste puede, bajo pretexto de regular una actividad económica, llegar a impedir su libre ejercicio"59. Complementando el mismo criterio anterior, ha dispuesto que: "del tenor del artículo 19, N° 21, resulta que los que desarrollen una actividad económica deben someterse a las normas legales que la regulen. Por regular debemos entender, según el Diccionario de la Real Academia: "Ajustado y conforme a reglas". De lo anterior se infiere que sujetar una actividad a una regulación significa establecer la forma o normas conforme a las cuales debe realizarse, pero en caso alguno puede ser que bajo el pretexto de regular se llegue a impedir el ejercicio de una actividad"60. 3.3.La improcedencia del requerimiento sobre infracción al artículo 19 N° 21: Con su argumento, los requirentes parecen entender erradamente el alcance del derecho constitucional, desconociendo que la actividad económica debe desarrollarse de acuerdo a las normas legales que permiten su desarrollo. En efecto, la norma impugnada se refiere a un ámbito de la regulación del ejercicio de la actividad económica; el constituyente en ningún momento ha entendido que el desarrollo de estas actividades vaya en desmedro de otros derechos constitucionales, como lo es el derecho a negociación colectiva de los trabajadores. El artículo 365 del proyecto de ley impugnado tiene por objeto que empleadores y trabajadores lleguen a un acuerdo que permita que los derechos de ambos sean satisfechos y armonizados entre sí. No se obstaculiza el ejercicio de la actividad económica, sino que se armoniza con otro derecho fundamental. Asimismo, los argumentos están fundados en supuestos infernales que acontecerían; pero en ningún momento, como en un caso general y abstracto, la norma resulta contraria contra la Constitución. Claro, el requerimiento, nuevamente, confunde los mecanismos "inconstitucionalidad" e "inaplicabilidad"; fundando su teoría del caso, en la excepcionalidad y en el laboratorio de los supuestos más aberrantes jurídicos. Finalmente, hay que ser enfáticos, todas estas infracciones surgen de una lectura odiosa o equivocada de la norma, que los lleva a construir infracciones, por no comprender y aplicar la normas de artículo 365 del Proyecto de Ley. POR TANTO, Andrus v. Allard, 444 U.S. 51, 65 (1979). STC N '226. 69 STC N °142. 58 Página 40 de 41 G '..) :06 2 2 Sírvase Excmo. Tribunal Constitucional: tener presente las circunstancias de hecho y derecho esgrimidas para rechazar el requerimiento de autos respecto a su petición de inconstitucionalidad del artículo 365 del Proyecto de Ley. Página 41 de 41