1 68-2012 Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de

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68-2012
Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, San Salvador, a las doce horas
con dieciséis minutos del día dieciocho de abril de dos mil doce.
El presente proceso constitucional de hábeas corpus ha sido promovido a su favor por
el señor José Raúl Ramos, condenado por el delito de violación, contra providencias del
Tribunal Cuarto de Sentencia de San Salvador y del Juzgado Segundo de Vigilancia
Penitenciaria y Ejecución de la Pena de San Salvador.
Analizada la pretensión y considerando:
I. El peticionario sostiene que fue “…condenado a 10 años de prisión por el delito de
violación, condena impuesta por el juzgado (…) cuarto de sentencia (…) de San Salvador,
en el mes de Abril de dos mil siete (…). 1- Fui capturado el veintidós de febrero de dos mil
seis, sentenciado en el mes de Abril de dos mil siete; sin embargo mi sentencia fue
ejecutoriada el treinta de mayo de dos mil ocho. 2- Que me encontré durante Dos años,
tres meses y ocho días PROCESADO, sin sentencia EJECUTORIADA. Violando el
artículo 6 del código Procesal Penal, el cual estipula que el tiempo máximo, para delitos
graves, para que una sentencia quede firme (EJECUTORIADA) es de veinticuatro meses o
sea dos años…”(sic).
Asimismo, aduce que “…el Juzgado Segundo de Vigilancia Penitenciaria y de
Ejecución de la Pena (…) de San Salvador es el encargado de vigilancia del cumplimiento de
mi sentencia. 5.- Que mi edad, es de setenta y siete años de edad y al cumplir mi sentencia el
veintiuno de febrero de dos mil dieciséis la cumpliría a una edad de ochenta y un años
cuando el promedio de vida de un salvadoreño es de sesenta y cinco a setenta y cinco años,
condenándome a cadena perpetua o a muerte por mi edad condena que no se contempla en
nuestra constitución y que las prohíbe…”(sic).
II. Con relación a los reclamos planteados es de indicar, como esta sala lo ha
reiterado en su jurisprudencia, que los asuntos sometidos a control por medio del proceso de
hábeas corpus deben cimentarse en la existencia de vulneraciones a derechos fundamentales
con incidencia en la libertad física de las personas, es decir deben tener un contenido
constitucional –por ejemplo, improcedencia HC 162-2010 del 24/11/2010–.
Caso contrario, cuando se propongan cuestiones que deban ser resueltas por otras
autoridades y que por lo tanto no trasciendan de ser inconformidades de los demandantes
con lo decidido, la tramitación del hábeas corpus será infructuosa y deberá rechazarse la
pretensión al inicio del proceso, por medio de una declaratoria de improcedencia
III. En síntesis, el peticionario plantea dos argumentos: i) que estuvo procesado por
dos años, tres meses y ocho días sin una sentencia ejecutoriada en su contra, lo cual vulnera
el artículo 6 del Código Procesal Penal derogado; y ii) que la pena de prisión que se le
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impuso en la sentencia condenatoria se constituye en una cadena perpetua, ello en atención a
la edad que tendría a la fecha de su finalización.
1. En relación con el primer reclamo es preciso indicar que el señor José Raúl Ramos
señala la época en la cual fue “capturado” –en el mes de abril de dos mil siete– y además
afirma que estuvo procesado por más de veinticuatro meses sin una sentencia ejecutoriada en
su contra, motivo por el cual aduce que se vulnera el artículo 6 del Código Procesal Penal
derogado, disposición que a su parecer determina el tiempo máximo de procesamiento de
una persona sin una sentencia condenatoria firme.
De acuerdo con lo anterior, se tiene que si bien el señor José Raúl Ramos alega una
vulneración al término previsto en el artículo citado, este le atribuye un contenido que no le
corresponde, pues dicha disposición legal establece –entre otros aspectos– el plazo máximo
de duración de la medida cautelar de detención provisional de acuerdo con el tipo de delito
investigado –grave o menos grave–; no obstante lo anterior, a partir de los propios términos
expuestos por el peticionario esta sala advierte que su pretensión está orientada a reclamar la
inconstitucionalidad del exceso del plazo máximo de la medida cautelar que cumplió durante
el tiempo en el cual estuvo siendo procesado penalmente, pues plantea con precisión el plazo
de su procesamiento sin que existiera una sentencia firme mientras estuvo “capturado” y
señala el referente normativo a partir del cual pretende que este tribunal realice el control
constitucional, el cual, como ya se indicó, contempla los diferentes plazos de caducidad de la
detención provisional.
Aclarado lo anterior, debe decirse que el señor José Raúl Ramos también expresa en
su escrito de inicio que actualmente se encuentra cumpliendo la pena de diez años de prisión
por sentencia condenatoria firme dictada por el Tribunal Cuarto de Sentencia de San
Salvador. En ese sentido, se advierte que a la fecha de interposición de su solicitud de hábeas
corpus ya existía una sentencia condenatoria ejecutoriada en su contra, lo cual se corrobora
cuando refiere que el Juzgado Segundo de Vigilancia Penitenciaria y de Ejecución de la
Pena de esta ciudad “… es el encargado de vigilancia del cumplimiento de mi
sentencia…”(sic).
A ese respecto, es preciso señalar que este tribunal ha establecido en su
jurisprudencia que para proceder al análisis constitucional de un asunto debe verificarse sí,
en el momento de plantearse la pretensión, el acto reclamado estaba produciendo un agravio
en la esfera jurídica del favorecido, pues si al iniciarse el proceso constitucional de hábeas
corpus, el acto cuestionado ya no sigue surtiendo efectos, el agravio alegado deviene en
inexistente y ello viciaría la pretensión –verbigracia, sentencia HC 205-2008 del 16/6/2010–.
Por tanto, al solicitar la protección constitucional, el favorecido debe estar sufriendo
afectaciones en sus derechos de libertad física, dignidad o integridad física, psíquica o moral,
derivadas de la actuación u omisión de alguna autoridad o particular contra la que se
reclama; así, en caso de emitirse una decisión estimatoria, se hagan cesar dichas incidencias,
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restableciéndose, si ese fuere el caso, tales categorías jurídicas –verbigracia, sobreseimiento
HC 176-2007 del 15/1/2010–.
En ese sentido, a partir de lo expuesto se advierte que a la fecha en que se inició el
presente hábeas corpus el señor José Raúl Ramos no estaba siendo procesado penalmente,
pues su situación jurídica ya había sido determinada por medio de una sentencia
condenatoria firme, según refiere. Con lo cual se comprueba la falta de actualidad en el
agravio supuestamente producido por el acto reclamado; consecuentemente, es procedente
finalizar de manera anormal este proceso mediante una declaratoria de improcedencia.
2. En su segundo reclamo el solicitante objeta habérsele impuesto una pena diez años
de prisión a los setenta y siete años de vida, lo cual –según su parecer– irrespeta la
prohibición constitucional de penas perpetuas ya que la totalidad de la sanción penal sería
cumplida a la edad de ochenta y un años, es decir mucho tiempo después de haber superado
el favorecido la expectativa de vida en el país.
En ese sentido se advierte que su planteamiento parte de una proyección sobre el
tiempo que permanecerá vivo después del cumplimiento total de la condena, lo cual es
incierto. Si bien el pretensor se basa en la esperanza de vida del salvadoreño para sostener
que probablemente pasará el resto de ella en prisión, esto es debido a la edad en la que ha
sido condenado –setenta y siete años– por la comisión de un delito y a la gravedad del hecho
realizado –que amerita, según el legislador, una sanción de varios años de prisión– y no a
que el tribunal penal correspondiente haya decidido una pena de reclusión desproporcionada
que le obligue a pasar indefinidamente en prisión.
Tener en cuenta la edad a la que el imputado cometió el delito y fue condenado por
ello para determinar la perpetuidad de la pena concreta decretada podría generar situaciones
insostenibles, como –por ejemplo– la imposibilidad de decidir penas de prisión para las
personas que delinquen y son declaradas responsables penalmente a una edad superior a la
expectativa de vida del salvadoreño –sobreseimiento HC 169-2009 del 18/11/2011–.
En
consecuencia,
este
tribunal
se
encuentra
impedido
para
analizar
constitucionalmente el mencionado planteamiento del señor José Raúl Ramos, por existir un
vicio en su proposición, ya que evidencia una mera inconformidad con el monto de la pena
decretada por la autoridad demandada, razón por la cual deberá declararse improcedente tal
reclamo.
IV. Se advierte que el solicitante señaló en su escrito como lugar para recibir
notificaciones la Penitenciaría Occidental de Santa Ana.
A ese respecto, esta sala considera pertinente acceder al requerimiento del señor José
Raúl Ramos, ello tomando en cuenta la condición de restricción en la que se encuentra
dentro del referido establecimiento penitenciario. Por lo tanto, con el fin de asegurar el
conocimiento directo e inmediato de esta resolución es procedente notificarle la presente por
medio de auxilio judicial – previsto en el artículo 141 inciso 1° del Código Procesal Civil y
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Mercantil, de aplicación supletoria–, pues este mecanismo deja constancia del momento
exacto en que el solicitante la recibe.
En ese sentido, a efecto de garantizar el derecho de audiencia y a la protección
jurisdiccional del solicitante deberá requerirse la cooperación del Juzgado Cuarto de Paz de
Santa Ana, a efecto de notificar este pronunciamiento al señor José Raúl Ramos, de manera
personal, en el mencionado centro penal.
Por las razones expuestas y de conformidad con los artículos 11 inciso 2º de la
Constitución, 13 de la Ley de Procedimientos Constitucionales, 141 inciso 1° y 192 del
Código Procesal Civil y Mercantil –de aplicación supletoria–, esta sala resuelve:
1. Declárase improcedente la pretensión planteada a su favor por el señor José Raúl
Ramos, por existir vicios en la pretensión que impiden su conocimiento de fondo por la falta
de actualidad en el agravio reclamado y la inconformidad con la pena de prisión impuesta.
2. Requiérase auxilio al Juzgado Cuarto de Paz de Santa Ana, para que notifique este
pronunciamiento al solicitante en la Penitenciaría Occidental de Santa Ana.
3. Ordénase a la secretaría de esta sala que, con el fin de cumplir el requerimiento
dispuesto en el número precedente, libre el oficio correspondiente junto con la certificación
de esta decisión.
4. Solicítese al funcionario judicial comisionado que informe a esta sala, a la
brevedad posible, sobre la realización de dicho acto procesal de comunicación.
5. Notifíquese la presente resolución y oportunamente archívese el respectivo
expediente.
---J. B. JAIME --- SONIA DE SEGOVIA ---E. S. BLANCO R.---R. E. GONZÁLEZ B.--PRONUNCIADO POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LO SUSCRIBEN---E.
SOCORRO C.---RUBRICADAS.
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