Tendencias del Comercio Internacional

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Universidad Técnica Federico Santa María
Departamento de Industrias
ECONOMÍA INTERNACIONAL
Análisis de las Tendencias actuales del
Comercio Internacional
Valparaíso, 26 marzo 2004
Índice
Mayor dinamismo del Comercio Mundial que del Producto Bruto
Los datos comerciales presentados por la OMC, muestran que la mundialización de las economías avanza a un
ritmo rápido, haciendo a los países cada vez más interdependientes −y también dependientes por las
asimetrías−, incluido los países en desarrollo y las economías en transición. Para comprobar la hipótesis de
que el Comercio Mundial crece a tasas mayores que el producto mundial, se dan las siguientes cifras:
• 1995: El comercio mundial crece a un ritmo que es casi tres veces el del crecimiento de la producción
mundial. El volumen de las exportaciones mundiales de mercancías aumentó en un 8 por ciento,
mientras que la producción mundial de mercancías se incrementó en un 3 por ciento.
• Entre 1980 y 1998: El PIB en Latinoamérica aumentó apenas en un 2,2% mientras que sus
exportaciones se disparaban en un 7,1% anual.
• 2002: La variación porcentual anual del producto mundial es del 1%, mientras que la del comercio
mundial, alcanza el 3%.
Tabla 1
1
Fuente: OMC, Estadísticas del comercio internacional 2003
Tabla 2
2
Fuente: OMC, Estadísticas del comercio internacional 2003
Tabla 3
Fuente: CEPAL, sobre la base de datos oficiales del Banco Mundial
Una comparación de la evolución de la economía latinoamericana y de sus exportaciones en dos épocas de su
historia reciente conduce a una constatación interesante. Mientras entre 1970 y 1980, en la tan criticada época
"cepalina", el PIB de la región creció en 5,6% de promedio anual y sus exportaciones lo hicieron en un 2,2%
anual; entre 1980 y 1998 el PIB aumentó apenas en un 2,2% mientras sus exportaciones se disparaban en un
7,1% anual. Esta claro, entonces, que el comercio exterior por sí solo no es garantía para el crecimiento y, por
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ende, para el desarrollo. Por lo tanto, la hipótesis es verdadera, pues en los últimos años se cumple el que
existe mayor dinamismo del comercio mundial que del producto bruto. Chile, al igual que Latinoamérica y el
mundo sigue esta tendencia.
Cambios tecnológicos de las exportaciones. Mayor Dinamismo
de las manufacturas
En las décadas de los ochenta− noventa se dio un fenómeno generalizado y acelerado de globalización de los
mercados y de internacionalización de las empresas, impulsado por el desarrollo de nuevas tecnologías que
permitieron la descentralización productiva, la generación de economías de escala y la reducción del factor
trabajo en los procesos productivos.
En los años noventa América Latina experimentó un crecimiento inusitado de sus exportaciones, en términos
de valor y de volumen. De conformidad con informaciones de la CEPAL, las exportaciones crecieron en un
promedio anual de 8,9% en términos de valor y de 8,4% en volumen entre 1990 y 2001; sólo algunos países
asiáticos y China lograron tasas mayores. En el campo de las importaciones, la región, alcanzó el mismo nivel
que China, y superó al resto de países del mundo con una tasa de crecimiento anual del 11,6% en valor y
11,7% en volumen.
Cerca de la mitad de las diferencias en el ingreso y el crecimiento per cápita de los países se debe a
disparidades en la productividad total de los factores, por lo general relacionadas con los avances
tecnológicos. Incluso gran parte de la creciente brecha entre países pobres y ricos se debe no a diferencias en
las inversiones de capital, sino a los avances en el área tecnológica. Esto trae al primer plano una pregunta que
de manera constante se plantea en torno al desarrollo económico: ¿por qué los países en desarrollo no adoptan
las tecnologías de los países industrializados, pese al enorme potencial de crecimiento que esto les brindaría?
De hecho, la productividad total de los factores (PTF) de los países que generan nuevas tecnologías de punta
tiene un crecimiento más rápido en el sector manufacturero y agrícola que en los países pobres, quienes en
teoría podrían adoptar las tecnologías disponibles inventadas por las economías industrializadas.
Estas bajas tasas de inversión no se deben a bajas rentabilidades. Lederman y Maloney (2003) estiman que la
rentabilidad económica que arroja la I y D en países con ingresos similares a los de Chile alcanzan niveles de
hasta alrededor del 60%. Usando la rentabilidad estimada del capital físico y la rentabilidad a largo plazo de
las acciones de EE.UU. como ejemplos de los niveles altos y bajos del costo de oportunidad de la inversión,
los cálculos simples indican que Chile debería invertir alrededor de 2 y 8 veces más en I y D que lo que
invirtió en los años noventa. Resultados similares surgen de las inversiones en licencias por tecnologías
extranjeras. Y dado que las rentabilidades promedio de la inversión en IyD son superiores en países menos
desarrollados que en aquellos con ingresos altos, no se acaba de entender por qué los primeros invierten tan
poco en I y D. Los análisis estadísticos apuntan principalmente a los siguientes motivos: la poca profundidad
financiera, la deficiente protección de los derechos de propiedad intelectual, la escasa capacidad de movilizar
recursos públicos y la mala calidad de las instituciones dedicadas a la investigación.
En resumen, el deficiente desempeño de Chile en materia de innovación se debe en parte al deslucido
desempeño de las inversiones en innovación. Además, Chile no sólo no está experimentando un auge en los
esfuerzos innovadores como aquel visto en países comparables como Finlandia, Corea o Israel, sino que
además está por debajo del promedio.
Ilustración 1
4
Fuente: Estudio Innovación en Chile, página web Banco Mundial
Creciente Importancia de los servicios en la Economía Mundial
y en el Comercio Internacional
El papel de los servicios en la economía mundial ha tenido un aumento en su importancia relativa, hoy este
sector, es el de mayor y más rápido crecimiento. Así lo indican los siguientes estimativos del valor del
comercio internacional de servicios:
• 1997: El comercio en servicios sumó 2.17 billones de dólares, o sea, el 30% del comercio mundial.
• 1999: El comercio transfronterizo de EE.UU. alcanzó los 1.350 millones de dólares o el 20% del
comercio transfronterizo.
• Las exportaciones de servicios representaron el 21% de las exp. totales de bienes y servicios.
• En los países desarrollados, los servicios representan el 60 y 70 por ciento de la producción y del
empleo, mientras que es ligeramente inferior en los países en desarrollo y de menor desarrollo
relativo.
El comercio internacional en servicios ha crecido en años recientes gracias a:
• La reducción en los costos de transporte.
• Las innovaciones tecnológicas − tecnología de las telecomunicaciones e información.
• Desmonte de barreras como: eliminación de aranceles y cuotas aplicables al comercio en servicios,
inversión y privatización.
Tabla 4
5
Fuente: CEPAL
Tabla 5
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Fuente: CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y el Caribe 2002
Tabla 6
7
Fuente: CEPAL, Anuario estadístico de América Latina y el Caribe 2002
En la tabla 4, se puede observar que en América Latina el comercio de servicios aumenta año a año, tanto sus
exportaciones como importaciones; pero lamentablemente la brecha entre estos últimos también ha ido en
aumento. En general, Chile ocupa el cuarto puesto entre sus pares de América Latina como comerciante de
servicios; y este número aumenta significativamente casi todos los años; lo cual permite confirmar la hipótesis
de la creciente importancia del mercado de los servicios en el mundo y específicamente de Chile.
Desproporción en la participación del Comercio Mundial
Cuando se evalúan los efectos de la globalización algunas de sus ventajas teóricas parecen atenuarse. Según el
informe de la Comisión Mundial Para la Dimensión Social de la Globalización, en el año 2000 el crecimiento
del PIB global fue de apenas un 0,08 por ciento, y en términos per cápita sólo 16 países en desarrollo lograron
crecer a una tasa mayor al 3 por ciento entre 1985 y 2000. Lo anterior ha provocado el aumento de la brecha
de ingresos entre países, ya que el PIB por persona promedio de los más ricos ha pasado de representar 54
veces el de los más pobres, en 1960, a 121, en 2002.
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Tabla 7
LOS DIEZ PIB MÁS IMPORTANTES EN EL 2000
(PPC en miles de millones de dólares USA de 2000)
País
USA
CHINA
JAPÓN
INDIA
ALEMANIA
FRANCIA
REINO UNIDO
ITALIA
BRASIL
RUSIA
Total
PIB
9 612,7
5 019,4
3 394,4
2 395,4
2 062,2
1 426,6
1 404,4
1 363,0
1 299,4
1 219,4
Parte en el PIB Mundial
21,8
11,4
7,7
5,4
4,6
3,2
3,2
3
2,9
2,7
65,9
Fuente: Informe sobre el Desarrollo Humano PNUD. 2001
En la tabla 7 se puede ver la desproporción en la participación del comercio mundial, si se toma como
indicador el PIB, casi el 66% del producto mundial es realizado por sólo diez economías. En 2000, el PIB
chileno ascendió a 70.019 millones de dólares. La continua expansión de la economía significó un aumento
del ingreso per cápita de 66,3% entre 1989 y 2000. En 2000, el PIB per cápita alcanzó US$ 4.603.
Ilustración 2
9
Fuente: Banco Central de Chile
Algunas recomendaciones a seguir son: conseguir Estados más efectivos (con capacidad para proporcionar
una protección social adecuada y responder a objetivos tanto sociales como económicos) y una mejor
gobernanza global (con normas más justas que se apliquen equitativamente y organismos internacionales más
representativos y democráticos que rindan cuentas ante la gente con mayor coherencia política). Se reconoce
que estos objetivos son ambiciosos, pero viables, ya que los recursos y medios necesarios existen y no se
proponen soluciones milagrosas ni sencillas porque no existen.
Creciente importancia en el Comercio Mundial de los Bloques Económicos
Un país con un mercado interno reducido como el de Chile requiere de una participación activa en el comercio
internacional para mantener su ritmo de crecimiento en forma sostenida. Aproximadamente, un 50% de los
bienes y servicios que se transan en el país en un año forman parte del comercio exterior chileno, es decir, se
venden o compran al extranjero. La mayor presencia del país en el mercado externo se justifica, sobre todo, en
un escenario mundial caracterizado por la globalización y donde la tendencia a la formación de bloques
económicos y comerciales es cada día mayor. No quedan dudas de que el futuro de los países
latinoamericanos está fuertemente vinculado al desarrollo y profundización de los procesos de integración y
cooperación económicos, pero eso sí, sobre nuevas bases que los hagan mutuamente ventajosos.
A partir de esta realidad, Chile ha optado por una inserción internacional basada en la apertura comercial. Esta
política ha sido combinada con la suscripción de Acuerdos de Protección y Promoción de Inversiones (APPIs)
y, recientemente, de Convenios que eviten la doble tributación. La estrategia, se desarrolla mediante tres vías
complementarias: la apertura unilateral, que viene aplicándose hace dos décadas; las negociaciones
comerciales multilaterales; y la apertura negociada a nivel bilateral y regional, utilizada con mayor énfasis
desde inicios de la década de los ´90.
La apertura unilateral, iniciada a mediados de los ´70, corresponde a la reducción del arancel que un país
decide implementar, independiente de lo que haga el resto. Esta medida contribuyó al acelerado crecimiento
de las exportaciones tradicionales y no tradicionales, además de estimular una mayor diversificación en
términos de productos y mercados de destino (Nafta, Unión Europea, Asia−Pacífico, Mercosur, etc.)
Ilustración 3
Fuente: DIRECON
Creciente Comercio intra−industrial
Cada vez es menos importante el intercambio de cobre por automóviles y cada vez es más importante cuando
se comercia y se compite y se importa y se exporta alimentos por alimentos, ropa por ropa, máquinas por
máquinas. Se llama comercio intra−industrial y la característica esencial de ese tipo de comercio o
producciones es que los productos son muy diferenciados en cuanto a sus atributos, a sus características, a los
procesos de producción y segundo, exigen normas y estándares de calidad bastante altos.
El comercio intra−industria constituye la fracción principal del intercambio entre países desarrollados. El
comercio intra−industrial produce ganancias de bienestar por el aprovechamiento de economías de escala sin
necesidad de especializar la producción de determinados bienes en algunos países, por lo que este tipo de
comercio no tiene los problemas de economía política que afectan al comercio inter−industrial. En efecto, el
comercio intra−industrial no causa efectos redistributivos de significancia, pues no afecta el pago de los
factores productivos. Por ello, cuando existe un volumen significativo de comercio intra−industrial entre los
futuros miembros, se facilita la negociación de acuerdos de integración.
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La globalización económica ha impulsado un cambio en las tendencias del comercio internacional, dentro de
las cuales el comercio intraindustrial alcanza ya el 45% del total, por otra parte el intercambio en los países
desarrollados alcanza casi el 70%, e incluso en Chile, las transacciones entre productos de carácter intra
industrial representan casi el 40% del comercio y claramente va ascendiendo.
Tabla 8
Fuente: Banco Central de Chile
Ilustración 4
11
Fuente: Banco Central de Chile
La Ilustración 4 presenta la participación del comercio intra−industrial sobre el crecimiento del comercio total
(Cciid/ct) para cada sector industrial. Se observaría que la industria de Alimentos, Madera elaborada, Celulosa
y papel, Básica del hierro y de Productos Metálicos incrementan la participación del comercio
intra−industrial, y las industrias Textiles, Química y de Productos no Metálicos la disminuyen. Más allá de los
resultados a nivel de industrial, estos resultados muestran que en promedio el 82% del crecimiento del
comercio total desde 1985 a 1996, ha generado una relocalización de los factores productivos fuera de las
industrias; lo que confirma la hipótesis de que el comercio intra− industrias se encuentra en aumento.
Creciente Comercio intra−firma
El llamado comercio intrafirma, se realiza entre filiales de las empresas transnacionales. El principal
inconveniente es la falta de datos. Las firmas raramente proveen este tipo de información, y sólo los Estados
Unidos la compila de manera sistemática.
Una forma de encarar el problema es considerar comercio intrafirma a las exportaciones hacia países en los
cuales las empresas extranjeras tiene una filial; igual tratamiento recibirían las importaciones provenientes de
dichos países.
En general los bloques económicos ofrecen mayores posibilidades de expandir el comercio intrafirma debido
a la liberalización arancelaria regional, a las posibles cercanías geográficas y a la perspectiva de que en el
futuro se alcance un alto nivel de armonización regulatoria entre los países miembros. La estrategia más
común que están adoptando estas empresas es la de revitalizar sus plantas fabriles, adquirir plantas existentes
y establecer nuevas redes de distribución y comercialización.
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En un esquema de exportaciones fundamentalmente orientadas hacia el MERCOSUR e importaciones
provenientes de los países industrializados, el comercio intrafirma adquiere una gran dimensión. A pesar de
esto, aún no se observan estrategias de especialización de filiales por líneas de productos, que respondan a lo
que, en la literatura, se conoce como estrategias efficiency seeking, en esquemas intracorporativos de
integración productiva. En esas condiciones, el comercio intrafirma, no siempre conlleva a las economías de
especialización y las ganancias de eficiencia con las que habitualmente se lo asocia. Al mismo tiempo, dicho
comercio puede ser utilizado con otro propósito, esto es, para fijar precios de transferencia que reduzcan la
incidencia de los impuestos directos sobre las utilidades de las operaciones de las filiales.
Hoy día, el comercio internacional intra firmas alcanza entre el 30 y el 40% del intercambio mundial que se
realiza al interior de las compañías transnacionales, no solo entre matrices sino entre éstas y sus filiales o entre
las filiales de una misma matriz, con la creciente influencia en tal práctica de las estrategias de los grandes
consorcios. Lamentablemente, la información sobre este tema es muy escasa y sólo se encuentran cifras a
nivel mundial y no de forma especifica para cada país.
Incremento del comercio informal
Los trabajadores informales en América Latina, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
trabajan un promedio entre 10 y 15% más que los del sector formal lo que aumenta la desigualdad en la
distribución del ingreso.
De acuerdo a diversos estudios, las remuneraciones percibidas por este sector son menos del 50% de las que
obtienen los obreros y empleados formales, quienes además trabajan menos horas. En promedio, los
informales de Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, México, Panamá y Perú trabajan entre 10 y 15% más
horas que sus colegas de la actividad formal, señala el informe anual del organismo internacional. Según el
documento, ello afecta la equidad −al aumentar la desigualdad en la distribución del ingreso, atenta contra la
calidad de vida de los informales en comparación al resto de ocupados y los obliga a la adopción de
estrategias de sobrevivencia−. Esas estrategias se traducen en la incorporación de más mujeres en trabajos
precarios y en el acceso prematuro de los jóvenes al mercado laboral, indica la OIT.
El aumento de la informalidad reduce la productividad media nacional al concentrarse en actividades de bajo
rendimiento. Sin embargo contribuye a aliviar la pobreza ya que aumenta la tasa de ocupación en los hogares
pobres y representa la mayor fuente de empleo de la región: el 56 por ciento de los ocupados latinoamericanos
pertenece a este sector.
De acuerdo al estudio de la OIT, la fuente de empleo informal que más ha crecido en la región es la
microempresa, que en la actualidad representa 22.5% del empleo total, frente al 20.2% al comenzar la década.
Las microempresas informales han crecido en la mayoría de los países de la región: Argentina, Bolivia,
Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, Honduras, México, Perú y Venezuela.
Los países con menor aumento del sector informal fueron Colombia (3.8%), Argentina (3.4%) y Uruguay
(2.3%). Para la OIT, en Brasil, Panamá y Paraguay el aumento de la informalidad se debió especialmente a la
expansión del empleo en los estratos de más baja productividad de la estructura ocupacional, lo que explica el
crecimiento de los trabajadores informales por cuenta propia y del servicio doméstico.
Como ejemplo del comercio informal en Chile, se puede decir que, la actividad económica nacional asociada
a los PFNM no ha sido dimensionada, siendo la comercialización realizada mediante canales informales la
principal culpable. Estimaciones del comercio informal en el sector forestal, indican que en este negocio
participan alrededor de 200.000 personas, principalmente mujeres y niños, siendo ellos los grandes
recolectores y proveedores de materia prima para los compradores, también informales, quienes abastecen a
las pequeñas y medianas empresas y a exportadores.
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Auge del proteccionismo
En ocasiones, algunos países intentan proteger y aislar a sus empresas de la competencia internacional, bajo
las excusas de la falta de competitividad internacional de la misma, la protección de la industria naciente o
consideraciones estratégicas. Los problemas más frecuentes con los que se enfrenta un gobierno en aras a
proteger suelen ser tres: ¿Qué industria proteger?, ¿Cuánto tiempo protegerla? y ¿Cómo protegerla? La
elección de las industrias a proteger y el tiempo que dura la protección es una cuestión harto compleja por
cuanto presupone el conocimiento de las actividades con mayor futuro y el punto de inflexión a partir del cual
se puede dejar a dichas actividades expuestas a la competencia internacional. En la práctica, los sectores que
se protegen suelen ser aquellos que soportarían mayores costos sociales y de ajuste, que suelen coincidir
precisamente con actividades maduras con altos nivel de empleo, cuando no, aquellos sectores con mayor
capacidad de influencia y/o presión sobre las autoridades comerciales de la nación. Respecto a la duración de
la protección, hay que señalar que tienden a perpetuarse hasta que se manifiesta una situación excepcional que
obliga a retirarla, como podría ser la exigencia internacional tras una crisis de balanza de pagos o restricción
exterior o la aprobación de un acuerdo multilateral comercial o de integración.
La fórmula proteccionista de más frecuente uso suelen ser las barreras arancelarias, que no son sino cargas
tributarias que encarecen la importación de bienes y servicios procedentes del exterior. Las consecuencias
inmediatas de un arancel suelen ser el aumento de la producción interna, un incremento de los ingresos
públicos por aranceles y una elevación del precio del producto protegido, que si bien beneficia a los
productores, perjudica a los consumidores que se ven obligados a soportar un mayor precio por sus
adquisiciones. En la medida que las rondas comerciales reducen las barreras arancelarias, aparecen otras
barreras, con la misma finalidad de aislar la producción interna de la producción internacional, como son las
cuotas de importación, las normas técnicas o administrativas o las subvenciones a la exportación. Muy
vinculadas a estas últimas están las prácticas de dumping o competencia desleal, por el que las empresas,
aprovechando la segmentación internacional de mercados, pueden exportan sus productos a precios por debajo
del coste promedio de los mismos.
Mientras muchos de los vecinos de Chile practican proteccionismo, los aranceles chilenos que en 1983
promediaban 95% son ahora de 11% para todas las importaciones. Durante dos décadas sus exportaciones han
crecido a un ritmo promedio de 12% anual. Además, con el TLC con EEUU, la exportación de todos los
productos se verá favorecida, ya que sin excepción, aunque en plazos distintos, los aranceles llegarán a cero
en un plazo máximo de 12 años. Esto incluye aquellos sectores donde existe más proteccionismo a nivel
mundial, como son la agricultura y textiles.
Auge del Bilateralismo
El bilateralismo provocó en Brasil las primeras manifestaciones de una nueva corriente de ideas que iba a
contribuir decisivamente a la iniciación del proceso de integración iberoamericana. Ese país había sido uno de
los más afectados por las consecuencias comerciales de la Segunda Guerra Mundial. Cuando ésta trastornó
totalmente las estructuras del comercio mundial, los países iberoamericanos, para escapar a las dificultades
consiguientes, se encerraron en una tupida red de acuerdos bilaterales y de trueque. Por otra parte, la guerra
provocó una floración de industrias nuevas para sustituir las importaciones que se hacían imposibles. Efímeras
o no, ellas exigían crecientes importaciones de materias primas, combustibles y bienes de capital. Cuando la
paz retornó, aparecieron los "déficit" y un gran desequilibrio persistente de la balanza de pagos, que obligó a
restringir las importaciones. Estos desequilibrios de la postguerra obligaron asimismo a los Estados
latinoamericanos a adoptar medidas más o menos rigurosas para controlar el comercio exterior. De ahí el
brusco auge del bilateralismo, que permite los pagos en moneda escritural y las compensaciones periódicas
que ahorran divisas.
Los países que no disponían de una tarifa aduanera suficientemente protectora y que tenían una tasa de
cambio sobrevaluada −como era el caso de Brasil− sufrían más agudamente que los demás las
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transformaciones sobrevenidas después de la guerra: reconstrucción europea y reorganización del comercio
internacional. Se hacía, por lo tanto, indispensable emprender una revisión total de la política comercial.
Ahora bien, esa política tenía dos aspectos: el comercio mundial y el comercio interlatinoamericano. La
reforma tarifaria aprobada por Brasil en 1957 agravó las dificultades de su comercio con América Latina, por
lo que había que proceder urgentemente a la revisión de los acuerdos bilaterales con los Estados de la región.
Para ello había un obstáculo: el GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio). Luego de
intensas negociaciones, se logró un acuerdo conocido como Asociación Latinoamericana de Libre Comercio,
ALALC.
Lamentablemente, con el auge del bilateralismo económico−comercial, se desvirtúan los alcances del
multilateralismo que propugnaba el GATT, antecesor de la Organización Mundial de Comercio (OMC), pero
ésta parece ser la línea ahora impulsada por Estados Unidos, tras las fallidas experiencias regionales como las
de la ALALC y la ALADI (Asociación Latinoamericana de Integración).
En los ´90 Chile reforzó su opción por la suscripción de acuerdos bilaterales. ¿Con qué objetivos? Abrir los
mercados, asegurar las condiciones de acceso y la estabilidad de las exportaciones, eliminar barreras al
comercio, proteger el acceso de las exportaciones y promover los envíos de bienes manufacturados, entre
otros. Chile, cuenta con 7 acuerdos de complementación económica con Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador,
MERCOSUR, Perú y Venezuela. En lo que se refiere a los Tratados de Libre Comercio, los tiene con Canadá,
Centroamérica, Corea del Sur. EFTA, EEUU, México y la Unión Europea.
Impulso de los países en desarrollo en el Comercio Mundial
En ocasiones, existen países cuyo bajo nivel de desarrollo les sumerge en un círculo vicioso de pobreza, que
desalienta las posibilidades de financiar sus procesos de desarrollo mediante inversión extranjera o
endeudamiento exterior. En estos casos se considera que la ayuda oficial al desarrollo puede constituir un
punto de partida adecuado para financiar el crecimiento económico. En 1998, los flujos mundiales de ayuda al
desarrollo superaron los 50 mil millones de dólares, flujos que según las Naciones Unidas deberían
incrementarse hasta alcanzar el 0,7% del PNB de los países desarrollados. En la práctica este objetivo sólo es
alcanzado en ricos y pequeños países como Suecia (0,70%), Noruega (0,91% PNB), Dinamarca (1% PNB) y
Holanda (0,79%), por lo que en realidad los principales donantes mundiales son el Japón (0,35% PNB), Unión
Europea (0,31%) y los Estados Unidos (0,10% PNB).
En ocasiones, los países utilizan la ayuda al desarrollo para fines distintos de los que le son propios, como son
por ejemplo el influir políticamente, vincular la ayuda a gastos militares o condicionar la ayuda a la compra de
bienes y servicios del país donante, que al ser en ocasiones más caros que los disponibles en otros lugares,
reducen las posibilidades de la ayuda. Por estas razones, existe quien señala que más importante que la ayuda
es la apertura comercial o migratoria.
La ayuda puede constituir un factor que inicie el desarrollo, sobre todo en los países más pobres, pero para
ello ha de utilizarse para financiar preferentemente proyectos de construcción de infraestructuras físicas e
institucionales o a capital humano y diseñarla de tal forma que los países receptores se vean obligados a seguir
políticas económicas favorables al crecimiento. Con todo la ayuda padece de rendimientos marginales, por lo
que es posible que un importe de la misma que supere el 10% del PIB del país receptor, empieza a generar
problemas de asimilación, por lo que se utiliza ineficientemente y en vez de potenciar el desarrollo lo que
hace es frenar el proceso de transformación estructural que debiera provocarlo, tal y como la experiencia ha
demostrado en algunos países con baja renta. De igual forma, las ayudas directas alimentarias, que en el caso
de los países más pobres por sus especiales necesidades, pueden alcanzar la quinta parte del total de la ayuda,
pueden tener un efecto inverso el que al reducir los precios de los alimentos, se reduzcan los incentivos
internos a la producción alimentaria.
Según la Unctad (Conferencia para el Comercio y el Desarrollo de Naciones Unidas), el aumento de la cuota
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de mercado de los países en desarrollo en el comercio mundial no se ha correspondido con la evolución de los
ingresos. Esta enorme contradicción se da como consecuencia del bajo valor añadido de los productos en
estos países.
Tabla 9
Fuente: IWD, Instituto de la Economía Alemana de Colonia
De la Tabla 4 se desprende cual es la participación de todos los participantes en las exportaciones mundiales.
En general, la hipótesis de que los países en desarrollo están creciendo es válida, pero se cae en las
contradicciones señaladas en el análisis anterior.
Los siguientes son los componentes esenciales, para generar oportunidades para los países en desarrollo:
• Acceso oportuno, generoso y predecible a los mercados para las exportaciones de los países en
desarrollo, sobre todo los más pobres, en un marco de liberalización del comercio multilateral, y la
aplicación de sólidas normas multilaterales.
• Decidida labor de reforma de los regímenes agrícolas de los países industriales para eliminar las
distorsiones al comercio que son perjudiciales para los países en desarrollo.
• Asistencia para el fortalecimiento de la capacidad que mejore las posibilidades de los países en
desarrollo para aprovechar las nuevas oportunidades de comercio exterior.
• Aplicación, en los mismos países en desarrollo, de políticas acertadas y coherentes en materia de
comercio y en otras áreas afínes, que deben reflejarse en los programas de desarrollo y en las
estrategias de reducción de la pobreza.
Bibliografía
• OMC: Estadísticas del comercio internacional 2003
• CEPAL: Anuario estadístico de América Latina y el Caribe 2002
• Banco Central de Chile: Indicadores de Comercio Exterior Diciembre 2003
• Banco Central de Chile: Comercio Intraindustrial en Chile, Jorge Selaive.
• Gobierno de Chile, Min. de Planificación y Cooperación: Indicadores Económicos y Sociales
1990−2000
• DIRECON: Guía de las Negociaciones Comerciales de Chile
• Innovación en Chile, Oficina del Economista en Jefe para América Latina y el Caribe
• Dirección de Políticas y Planificación Regionales, Regionalismo Abierto y Regionalismo Virtual
• La inversión extranjera directa en la Argentina: impactos, perspectivas y lecciones de política.
• http://www.geocities.com/luisdallanegra/futucome.htm
16
• http://www.imf.org/external/esl/index.asp
• http://www.worldbank.org/
• http://www.redmercosur.org
• http://www.eleconomista.cubaweb.cu
• http://www.direcon.cl
Existe una diferencia entre la tabla 4 y el contenido de las tablas 5 y 6 en el total de exportaciones e
importaciones; esta diferencia se da por el total de países considerados.
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