38-11 MARA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCION DE

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38-11
MARA DE LO CIVIL DE LA PRIMERA SECCION DE OCCIDENTE: Santa Ana, a las
nueve horas del día doce de abril del año dos mil once.
Vista en apelación la sentencia definitiva pronunciada por el señor Juez de lo Civil del
distrito Judicial de Metapán, a las ocho horas con veinte minutos del día cuatro de febrero del
presente año, en el proceso Ejecutivo de Obligación de Hacer, promovido por el Licenciado Jorge
Alberto Ramos Pineda, mayor de edad, Abogado y del domicilio de Metapán, en su calidad de
apoderado general judicial del señor Bernabé Martínez González, mayor de edad, Comerciante y
del domicilio de Metapán, en contra del señor Carlos Mancía Martínez, mayor de edad,
Agricultor, del domicilio de Metapán, a efecto de que se establezca al demandado un tiempo o
plazo para cumplir la obligación contenida en la certificación base de la acción presentada con la
demanda.
Ha intervenido por la parte actora, el Licenciado Jorge Alberto Ramos Pineda y por la
parte demandada el Licenciado Angel Rolando Sánchez Miranda, ambos de generales antes
expresadas.
ANTECEDENTES DE HECHO
I.- El fallo de la sentencia impugnada es el siguiente: "POR TANTO: De conformidad a
los párrafos anteriores y a las disposiciones legales citadas, a nombre de la República de El
Salvador, FALLO: a) Estimase la pretensión ejecutiva interpuesta por el señor BERNABE
MARTINEZ GONZALEZ en contra del señor CARLOS MANCIA MARTINEZ; b) Cúmplase
por dicho demandado la obligación contenida en el acta de acuerdos respectiva, la cual fue
contraída por éste a favor del señor BERNABE MARTINEZ GONZALEZ y otros y c)
Condénase a la parte demandada al pago de las costas procesales. NOTIFIQUESE."
El Licenciado Jorge Alberto Ramos Pineda, al interponer la demanda esencialmente
expuso: Que según certificación extendida por el Ministerio Público Procuraduría General de la
República Unidad de Derechos Reales y Personales, el día veinticuatro de noviembre del dos
mil diez, el señor Carlos Mancía Martínez, se obligó para con su representado y otros permitir
arreglar la calle la que quedará libre para que pasen los que tienen sus propiedades en ese lugar,
o sea su representado y otros, dicha calle según la certificación presentada será de tres metros de
ancho que sirve para darle salida a la carretera internacional, a una propiedad de su representado
y otras personas; que hasta la fecha el demandado no ha permitido que se hagan los arreglos
respectivos de la calle, motivo por el cual y en base al artículo 675 del CPCM y siguientes
demanda juicio de ejecución forzosa de hacer al demandado Carlos Mancía Martínez, a efecto
de que se le establezca un término o plazo de tiempo en base al artículo 675 CPCM., para
permitir que arreglen la calle que según la certificación presentada él se obligó o acordó con los
demandantes en su oportunidad. Por lo anterior pide se le admita la demanda de juicio de
ejecución forzosa de hacer, se le de el trámite legal, se le tenga por parte en el carácter en que
comparece, se le establezca al demandado un tiempo o plazo para cumplir la obligación
contenida en la certificación base de la acción presentada en la demanda, se condene en
sentencia al demandado a cumplir la obligación contenida en el documento base de la acción."
II.- De fs. 3 a 6, se encuentra la fotocopia certificada de poder general judicial y acta de
sustitución, con la que el Licenciado Jorge Alberto Ramos Pineda, legitima su personería y de
fs. 7 a 15, la certificación del expediente administrativo de la Unidad de Derechos Reales y
personales No. 250-DR16-2010, extendida por el Procurador Auxiliar de la Procuraduría
General de la República, de la ciudad de Metapán.
Mediante resolución de fs. 15 vto. a 16 fte., se tuvo por recibida la demanda, por parte
como demandante al señor Bemabé Martínez González y como su procurador al Licenciado Jorge
Alberto Ramos Pineda y advirtiendo el Juez que hay error en cuanto a la vía procesal utilizada al
interponer la demanda, conforme al principio de dirección y ordenación del proceso, admitió la
demanda en proceso ejecutivo de obligación de hacer, por aparecer que el título base de la acción
es un título que trae aparejada fuerza ejecutiva y no un título de ejecución, ordenando a la vez el
emplazamiento del demandado.
En escrito de fs. 17, el Licenciado Ramos Pineda, por no haber contestado la demanda el
señor Carlos Mancía Martínez, pidió se dicte la sentencia correspondiente, petición a la que se
accedió según consta en auto de fs. 17 vto. a 18 fte.
Consta de fs. 18 vto. a 19 vto., la sentencia pronunciada misma, de la que el Licenciado
Angel Rolando Sánchez Miranda, interpuso recurso de apelación para ante este Tribunal.
III.- El caso que se examina, tiene su origen en la demanda que, en su calidad de
apoderado del señor Bernabé Martínez González interpuso el Licenciado Jorge Alberto Ramos
Pineda contra el señor Carlos Mancía Martínez, pidiendo que en sentencia se le condene a
cumplir la obligación contenida en el documento base de la acción.
La acción promovida tiene su fundamento en la certificación del acta de las diligencias de
conciliación que los señores Carlos Humberto Ramos Cortéz, Prudencio Antonio Umaña,
Fernando Rafael Reinado Abrego, Florentina Sagastume de Mancía y Sigfredo Mancía,
promovieron en la Unidad de Derechos Reales y Personales de la Procuraduría General de la
República Auxiliar de Metapán, contra el señor Carlos Mancía Martínez, en donde según dicha
acta, llegaron al acuerdo siguiente: "Que el señor Carlos Mancía Martínez hablará con su
hermana Rosa Elvira Mancía para que sepa que se arreglara la calle y quedará libre para que
pasen los que tienen sus propiedades en ese lugar, los señores presentes que se mencionaron antes
están de acuerdo y para constancia firmamos la presente acta por estar de acuerdo en todo."
El Licenciado Angel Rolando Sánchez Miranda, como apoderado del demandado señor
Carlos Mancía Martínez, focaliza su argumento según se observa en la motivación de su escrito
de interposición del recurso, en los siguientes puntos: a) Que lo solicitado en la demanda era
que se estableciera un plazo para que se cumpliera la obligación contenida en la certificación y
que el Juez cambió la pretensión del demandante, por lo que no aplicó correctamente la potestad
del Art. 14 CPCM.; b) que se trata de un litis consorcio necesario regulado en el Art. 75
CPCM., ya que cuando una relación jurídica indivisible pertenezca a varias personas, la
sentencia extenderá sus efectos a todas ellas; que el señor Bernabé Martínez González, no
solicitó servicio a la Procuraduría, únicamente comparece a la audiencia conciliatoria; c) En
relación a la certificación base de la acción, que el hecho de que sea un acta de acuerdos
alcanzados en la Unidad de Derechos Reales de la Procuraduría General de la República, se
pueda decir que comprueba la pretensión del demandante, sino que se tiene que analizar el
contenido de la misma para determinar si cumple con los requisitos legales, que tal documento
no tiene fuerza ejecutiva por no contener los requisitos legales para considerar una pretensión y
d) Que se han violentado derechos al señor Carlos Mancía Martínez, al no haberle resuelto el
recurso de excepción que presentó.
FUNDAMENTOS DE DERECHO
En el caso en estudio, la demanda se planteó como un Proceso de Ejecución de Hacer,
pero el Juez a quo al advertir que el documento base de la pretensión no es de los comprendidos
en el Art. 554 CPCM., para considerarlo título de ejecución, sino un título ejecutivo de
conformidad al Art. 457 No. 8, en relación al Art. 31 de la Ley Orgánica de la Procuraduría
General de la República, en la resolución de fs. 15 vto. a 16 fte., conforme al principio contenido
en el Art. 14 CPCM., adecuó el proceso a éste último, admitiendo dicha demanda en Proceso
Ejecutivo de Obligación de Hacer, actuación que esta Cámara considera que era correcta,
tomando en cuenta las disposiciones antes mencionadas; sin embargo, se observa que el Juez a
quo incurrió en un error, porque si bien es cierto adecuó el proceso, al hacerlo modificó la
pretensión de la parte actora al no resolver conforme a lo pedido. La petición planteada por el
actor no procedía en razón de que el documento base de la acción no era titulo de ejecución y
como concluyó el Juez a quo en el proceso ejecutivo una vez adecuado, tampoco procedía porque
al examinar el documento que sirve de fundamento a la acción, se ve que no contiene obligación
alguna que cumplir por parte del demandado.
En relación al instrumento base de la acción, debe señalarse que para obtener un resultado
positivo en cualquier clase de procesos, es determinante que la prueba sea eficaz, pertinente e
idónea. Ella está encaminada a demostrar la verdad o falsedad de los hechos aducidos por las
partes, en pro de sus respectivas pretensiones. En el caso de mérito, la prueba presentada por el
demandante consiste en la certificación del acta de conciliación celebrada en la Unidad de
Derechos Reales y Personales de la Procuraduría General de la República. Se trata
indudablemente, de un título ejecutivo ya que de acuerdo al Art. 457 No. 8, CPCM., en relación
con el Art. 31 de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República, tiene fuerza
ejecutiva; con dicha prueba, la parte actora pretende que el demandado cumpla la obligación que
según dice, está contenida en la certificación aludida. Al respecto, este Tribunal considera que
para que un instrumento al que la ley le otorga fuerza ejecutiva pueda configurarse como prueba
preconstituída, deberá estar consignado en él, de manera precisa la obligación cuyo cumplimiento
se exige; pero sucede, que el acuerdo al que llegaron las partes según reza en lo pertinente la
mencionada certificación, no puede calificarse como una obligación que haya que cumplir,
teniendo en cuenta que ésta implica un vínculo jurídico que coloca a una persona determinada en
la necesidad de dar, hacer o no hacer alguna cosa, lo que no sucede en este caso, donde
claramente se ve que el señor Carlos Mancía Martínez, no ha contraído, legal y formalmente
hablando, una obligación para con el demandante, dado que el acuerdo consiste en que él,
hablaría con su hermana para que se sepa que se va a arreglar la calle; de lo que se deduce que la
función suya fue la de mensajero, ya que no puede decirse que tal acuerdo constituya una
obligación y por eso se demande que la cumpla.
Respecto al litisconsorcio necesario que alega el apelante, cabe mencionar que éste se
configura cuando dos o mas litigantes actúan conjuntamente en una causa, sea como
demandantes o como demandados y su importancia o fundamento es en cuanto a la extensión
de los efectos de la cosa juzgada, evitar sentencias contradictorias y el momento procesal para
integrarlo es en la demanda respecto del actor y respecto del demandado, puede alegarlo como
excepción según el Art. 77 CPCM, al contestar la demanda, lo que no ocurrió en este caso.
Debe señalarse que en este caso, cabe la figura del litisconsorcio voluntario, de conformidad a
lo establecido en el Art. 80 del mismo cuerpo legal.
En cuanto a que se le violentaron derechos del señor Carlos Mancía Martínez, cabe
destacar, que eso no ha sucedido, pues no obstante que la sentencia a la fecha en que presentó el
incidente de excepción material, aún no había sido notificada, ya estaba firmada, adquiriendo
carácter de invariable de acuerdo al Art. 225 Inc. 1° CPCM, razón esta por la que estaba vedado
para el Juez resolver tal incidente, como pretende el Licenciado Sánchez Miranda, es decir,
dándole trámite a dicho incidente; pero se resolvió declarándose extemporáneo, según consta en
auto de fs. 46 vto. a 47 fte. del proceso, por lo que no existe la violación de derechos alegada.
En conclusión, esta Cámara considera que el instrumento que sirve de base para exigir la
pretensión formulada en la solicitud y que consiste en la certificación del acta de conciliación
antes relacionada y teniendo presente que de la información contenida en la misma depende el
éxito de la pretensión o. el fracaso de la misma, se advierte que tal documento es deficiente, ya
que no se estableció que el señor Carlos Mancía Martínez fuera el propietario del inmueble por el
que pasa la calle que se pretende arreglar, ni la ubicación de la misma, por lo que el acuerdo así
realizado no aporta elementos para considerarlo una obligación, dado que, para que pueda
exigirse la prestación de un hecho positivo, que en este caso es obligación de hacer, debe
encontrarse la obligación plenamente establecida, esto es, el vínculo jurídico por el cual una o
varias personas determinadas están obligadas a hacer algo, respecto de otro u otros, en virtud de
un documento indubitado, que conste de manera tal que no pueda ponerse en duda y sin que esté
sujeto a modalidad alguna para su cumplimiento, elementos que no se configuran en el
documento en que se funda la acción, por lo que es procedente dictar una sentencia desestimativa.
POR TANTO: De acuerdo a lo antes expuesto y en base a los principios de congruencia
y legalidad y los Artículos 12, 18 y 23 Cn., y Artículos 217, 218, 219, 222, 515 y 675 del
Código Procesal Civil y Mercantil, A NOMBRE DE LA REPÚBLICA DE EL SALVADOR,
ESTA CAMA1RA FALLA: REVOCASE la sentencia impugnada; desestimase la pretensión
contenida en el Proceso Ejecutivo de Obligación de Hacer, interpuesta por el Licenciado Jorge
Alberto Ramos Pineda, en su carácter de apoderado general judicial del señor Bernabé
Martínez González, contra el señor Carlos Mancía Martínez. Condénase en costas de esta
instancia a la parte apelada. Devuélvase la pieza principal al Juzgado de origen con la
certificación correspondiente.
BAGASE SABER.
PRONUNCIADA POR LOS SEÑORES MAGISTRADOS QUE LA SUSCRIBEN
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