TESIS DE 1999 INDICE POR AUTORES

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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS
TESIS DE 1999
INDICE POR AUTORES
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ALVAREZ MOLINA FERNANDO
APARICIO YAÑEZ CLAUDIA LILIANA
ARANGO ARANGO MARÍA SOFIA
ARAÚJO ANGULO FELIPE SANTIAGO
ARIZA FORTICH ALMA ROCÍO
BERNAL RODRÍGUEZ PAOLA
BERNAL SALAZAR DANIEL ANDRÉS
BORDA RIDAO ROBERTO
BOTERO CABRERA ADRIANA
CALDERÓN CUELLO CLAUDIA
CASTILLO GARCIA JUAN DAVID
CASTRO MUÑOZ MARÍA ALEJANDRA
CATAÑO CATAÑO JAIME
CHARRIA SERRANO JUAN MANUEL
CUBIDES PINTO BENJAMIN
CUELLO HERMIDA ADRIANA ESPERANZA
DÁVILA VINUEZA GERMÁN
DELGADO PERDOMO PAOLA
DÍAZ ROMERO GINNA MARÍA
DUARTE CASTRO MARIO BERNARDO
DUQUE MARTÍNEZ MAGDA XIMENA
ELJACH MANRIQUE ALFONSO
FLÓREZ VÁSQUEZ CATALINA
FORERO BECERRA MARÍA DEL ROSARIO
GIRALDO SUAREZ JULIÁN JAVIER
GÓMEZ TAMARA ADRIANA LUCÍA
GONZÁLEZ AYERBE LUISA FERNANDA
GUTIÉRREZ JULIANA
HUERTAS BONILLA ADRIANA DEL ROCÍO
JAIMES TABOADA GERMAN
JOYA LIZARAZO JUAN MAURICIO
LAMK GUTIERREZ NAYIBE MARÍA
LIZCANO BUSTILLO BEATRIZ ELVIRA
LLORENTE CARREÑO MARGARITA
LÓPEZ LEÓN JUAN MANUEL
MANTILLA GÓMEZ CARLOS GERARDO
MEDINA MATALLANA MARLENE
MEJÍA GONZÁLEZ ANA MARÍA
MIRANDA CORRALES JUAN ARMANDO
MORALES LOURIDO DIANA PATRICIA
MUÑOZ CALDERÓN BEATRIZ
MURCIA CELEDÓN ERIKA
MURCIA VARGAS ANDRES CAMILO
NADER DANIES ANA MARIA
NAVAS QUINTERO MARÍA CAROLINA
NOVOA SERRANO PEDRO ELIAS
OLARTE RUSSY ALEXANDRA
OSORIO TORRES AURA XIMENA
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POVEDA CASTILLO PAOLA
RAMÍREZ ACUÑA LUZ NANCY
RAMOS AITKEN MARÍA DEL ROSARIO
RINCON CUELLAR LUIS FERNANDO
RIZO PALLAIS ERNESTO
RODRÍGUEZ DOMÍNGUEZ HERNÁN
RODRÍGUEZ LÓPEZ MARIA DEL PILAR
SÁNCHEZ CONTRERAS MARÍA FERNANDA
SANDOVAL ÁVILA ANGÉLICA ALEXANDRA
SARMIENTO CRIALES FERNANDO
SARQUIS MATTA ERIKA PATRICIA
SUAREZ DUQUE GLORIA LUCÍA
SUAREZ PARADA ALEJANDRO
SUELT COCK VANESSA ANDREA
TELLEZ NUÑEZ ALVARO ANDRÉS
TORRES IBARRA JUAN CARLOS
TOVAR LUNA ANA LUCÍA
TURBAY QUINTERO JULIO CESAR
URBINA GALIANO LIZA ANTONIETA
VERGARA DE MACÍA MARÍA CRISTINA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS
TESIS DE 1999
INDICE POR TÍTULOS
1. ADOPCIÓN COMO INSTITUCIÓN JURÍDICA Y MEDIDA DE PROTECCIÓN POR
EXCELENCIA, LA
2. ANALISIS JURISPRUDENCIAL DE LA UNIÓN MARITAL DE HECHO
3. APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE AUTONOMÍA UNIVERSITARIA
4. BANCA ACTUAL A PARTIR DE LA CRISIS FINANCIERA DE 1982, LA
5. CONNOTACIONES DEL SILENCIO ADMINISTRATIVO EN EL ESTADO SOCIAL DE
DERECHO
6. CONSULTA PREVIA A LOS PUEBLOS INDIGENAS, LA
7. CONTRATOS DE FUTUROS Y OPCIONES
8. CONTRIBUCIÓN DE VALORIZACION Y EL GRAVAMEN A LA PLUSVALÍA, LA
9. CORRECCIÓN MONETARIA EN LA ACCIÓN SUBROGATORIA DERIVADA DEL
CONTRATO DE SEGURO, LA
10. CUPOS INDIVIDUALES DE ENDEUDAMIENTO, CONCENTRACIÓN DE RIESGO Y
GARANTÍAS ADMISIBLES EN EL SISTEMA FINANCIERO COLOMBIANO
11. DE LOS FUNDAMENTOS DE LOS RECURSOS EN GENERAL Y DEL RECURSO DE
QUEJA
12. DEL DELINCUENTE POLÍTICO AL TERRORISTA
13. DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO EN EL CASO COLOMBIANO
14. DERECHOS DE EXCLUSIVIDAD CONCEDIDOS POR LAS NUEVAS CREACIONES
DE LA PROPIEDAD INDUSTRIAL Y EL DERECHO DE LA COMPETENCIA
15. DESARROLLO LEGISLATIVO DE LAS DIVERSIDADES ÉTNICAS EN EL DERECHO
COLOMBIANO
16. EFECTOS SOCIOECONOMICOS DE LA REFORMA PENSIONAL EN COLOMBIA:
MANTENER EL SISTEMA DUAL O VOLVER AL ESTABLECIMIENTO DE UN
SISTEMA PENSIONAL ÚNICO, LOS
17. EXPROPIACIÓN EN EL DERECHO COLOMBIANO, LA
18. EXTRADICIÓN EN COLOMBIA. UN PROBLEMA PROCESAL, LA
19. FUNCIONES DE INSPECCIÓN
VIGILANCIA Y CONTROL DE LAS
SUPERINTENDENCIAS, SU ESTRUCTURA Y FUNCIONES, LAS
20. INTRODUCCION AL DERECHO ECONÓMICO
21. JURADO HACIA LA RECONCILIACIÓN, EL
22. JURISPRUDENCIA
CONSTITUCIONAL
SOBRE LA DESPENALIZACIÓN DEL
CONSUMO MÍNIMO DE DROGAS Y SU RELACIÓN CON EL DERECHO AL LIBRE
DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD, LA
23. KNOW HOW, EL
24. MODULACIÓN DE EFECTOS EN EL TIEMPO DE LAS SENTENCIAS DE
CONSTITUCIONALIDAD POR PARTE DE LA CORTE CONSTITUCIONAL
25. PACTO DE CABALLEROS EN BOLSAS DE VALORES
26. PRINCIPIO FUNDAMENTAL DE IGUALDAD EN EL DERECHO LABORAL, EL
27. PRIVATIZACIÓN DE ENTIDADES FINANCIERAS: CASO BANCO DE COLOMBIA
28. PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN DE TUTELA CONTRA SENTENCIAS JUDICIALES
29. PROPUESTA JURÍDICA PARA LA INDUSTRIALI ZACIÓN DE LA MINERÍA
30. RÉGIMEN JURÍDICO DE LA TELEVISION EN COLOMBIA, EL
31. RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS OFICINAS DE REPRESENTACIÓN DE ENTIDADES
FINANCIERAS DEL EXTERIOR EN COLOMBIA
32. RESCATE DE LA VERDAD: REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO A LA
RECTIFICACION, EL
33. RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS ADMINISTRADORES EN CASOS DE
CONFLICTOS DE INTERESES
34. RESPONSABILIDAD CIVIL DERIVADA DE LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA, LA
35. SALA ADMINISTRATIVA DEL CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA
36. SECTOR DE LA TELEFONÍA MÓVIL CELULAR Y EL RÉGIMEN DE LIBRE
COMPETENCIA EN COLOMBIA, EL
37. SEGURO OBLIGATORIO DE RESPONSABILIDAD PROFESIONAL EN EL
CONTEXTO DE LA LEY 100 DE 1997
38. SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS –PRINCIPIOS, AGENTES Y MERCADO-,
LOS
39. SOBERANÍA
Y
NUEVO
DERECHO
INTERNACIONAL
DEL
ESPACIO
ULTRATERRESTRE
40. SOCIEDADES GESTORAS EN COLOMBIA-ENFOQUE PRÁCTICO41. UNA VISIÓN VICTIMOLÓGICA DEL SECUESTRO
42. VISIÓN JURÍDICA DE LOS GRUPOS EMPRESARIALES
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS
TESIS DE 1999
INDICE POR MATERIAS
DERECHO CIVIL Y COMERCIAL
1. ADOPCIÓN COMO INSTITUCIÓN JURÍDICA Y MEDIDA DE PROTECCIÓN POR
EXCELENCIA, LA
MIRANDA CORRALES JUAN ARMANDO
2. ANALISIS JURISPRUDENCIAL DE LA UNIÓN MARITAL DE HECHO
CUELLO HERMIDA ADRIANA ESPERANZA
3. CONTRIBUCIÓN DE VALORIZACION Y EL GRAVAMEN A LA PLUSVALÍA, LA
CUBIDES PINTO BENJAMIN
ARAÚJO ANGULO FELIPE SANTIAGO
4. DERECHOS DE EXCLUSIVIDAD CONCEDIDOS POR LAS NUEVAS CREACIONES
DE LA PROPIEDAD INDUSTRIAL Y EL DERECHO DE LA COMPETENCIA
RINCON CUELLAR LUIS FERNANDO
5. FUNCIONES DE INSPECCIÓN
VIGILANCIA Y CONTROL DE LAS
SUPERINTENDENCIAS, SU ESTRUCTURA Y FUNCIONES, LAS
OLARTE RUSSY ALEXANDRA
URBINA GALIANO LIZA ANTONIETA
6. KNOW HOW, EL
CASTRO MUÑOZ MARÍA ALEJANDRA
TORRES IBARRA JUAN CARLOS
7. RÉGIMEN JURÍDICO DE LA TELEVISION EN COLOMBIA, EL
BERNAL RODRÍGUEZ PAOLA
DÁVILA VINUEZA GERMÁN
8. RESPONSABILIDAD CIVIL DE LOS ADMINISTRADORES EN CASOS DE
CONFLICTOS DE INTERESES
APARICIO YAÑEZ CLAUDIA LILIANA
BOTERO CABRERA ADRIANA
9. RESPONSABILIDAD CIVIL DERIVADA DE LA ACTIVIDAD CONSTRUCTIVA, LA
ALVAREZ MOLINA FERNANDO
10. SECTOR DE LA TELEFONÍA MÓVIL CELULAR Y EL RÉGIMEN DE LIBRE
COMPETENCIA EN COLOMBIA, EL
DELGADO PERDOMO PAOLA
MURCIA CELEDÓN ERIKA MARIA
11. SOCIEDADES GESTORAS EN COLOMBIA- ENFOQUE PRÁCTICOARIZA FORTICH ALMA ROCÍO
DUQUE MARTÍNEZ MAGDA XIMENA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS
TESIS DE 1999
INDICE POR MATERIAS
DERECHO ECONOMICO
1. BANCA ACTUAL A PARTIR DE LA CRISIS FINANCIERA DE 1982, LA
LAMK GUTIERREZ NAYIBE MARÍA
2. CONTRATOS DE FUTUROS Y OPCIONES
RIZO PALLAIS ERNESTO
SUAREZ PARADA ALEJANDRO
3. CORRECCIÓN MONETARIA EN LA ACCIÓN SUBROGATORIA DERIVADA DEL
CONTRATO DE SEGURO, LA
SARMIENTO CRIALES FERNANDO
TOVAR LUNA ANA LUCÍA
4. CUPOS INDIVIDUALES DE ENDEUDAMIENTO, CONCENTRACIÓN DE RIESGO Y
GARANTÍAS ADMISIBLES EN EL SISTEMA FINANCIERO COLOMBIANO
BERNAL SALAZAR DANIEL ANDRÉS
5. EFECTOS SOCIOECONOMICOS DE LA REFORMA PENSIONAL EN COLOMBIA:
MANTENER EL SISTEMA DUAL O VOLVER AL ESTABLECIMIENTO DE UN
SISTEMA PENSIONAL ÚNICO, LOS
LIZCANO BUSTILLO BEATRIZ ELVIRA
HUERTAS BONILLA ADRIANA DEL ROCÍO
6. INTRODUCCION AL DERECHO ECONÓMICO
BORDA RIDAO ROBERTO
7. PACTO DE CABALLEROS EN BOLSAS DE VALORES
LÓPEZ LEÓN JUAN MANUEL
8. PRIVATIZACIÓN DE ENTIDADES FINANCIERAS: CASO BANCO DE COLOMBIA
MUÑOZ CALDERÓN BEATRIZ
SARQUIS MATTA ERIKA PATRICIA
9. PROPUESTA JURÍDICA PARA LA INDUSTRIALI ZACIÓN DE LA MINERÍA
POVEDA CASTILLO PAOLA
10. RÉGIMEN JURÍDICO DE LAS OFICINAS DE REPRESENTACIÓN DE ENTIDADES
FINANCIERAS DEL EXTERIOR EN COLOMBIA
RAMÍREZ ACUÑA LUZ NANCY
SÁNCHEZ CONTRERAS MARÍA FERNANDA
11. SEGURO OBLIGATORIO DE RESPONSABILIDAD PROFESIONAL EN EL
CONTEXTO DE LA LEY 100 DE 1997
FLÓREZ VÁSQUEZ CATALINA
RAMOS AITKEN MARÍA DEL ROSARIO
12. SERVICIOS PÚBLICOS DOMICILIARIOS –PRINCIPIOS, AGENTES Y MERCADO-,
LOS
LLORENTE CARREÑO MARGARITA
SUAREZ DUQUE GLORIA LUCÍA
13. VISIÓN JURÍDICA DE LOS GRUPOS EMPRESARIALES
NADER DANIES ANA MARIA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS
TESIS DE 1999
INDICE POR MATERIAS
DERECHO LABORAL
1. PRINCIPIO FUNDAMENTAL DE IGUALDAD EN EL DERECHO LABORAL, EL
CHARRIA SERRANO JUAN MANUEL
MURCIA VARGAS ANDRES CAMILO
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS
TESIS DE 1999
INDICE POR MATERIAS
DERECHO PENAL
1. DEL DELINCUENTE POLÍTICO AL TERRORISTA
SANDOVAL ÁVILA ANGÉLICA ALEXANDRA
SUELT COCK VANESSA ANDREA
2. UNA VISIÓN VICTIMOLÓGICA DEL SECUESTRO
MANTILLA GÓMEZ CARLOS GERARDO
NOVOA SERRANO PEDRO ELIAS
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS
TESIS DE 1999
INDICE POR MATERIAS
DERECHO PROCESAL
1. DE LOS FUNDAMENTOS DE LOS RECURSOS EN GENERAL Y DEL RECURSO
DE QUEJA
JAIMES TABOADA GERMAN
2. JURADO HACIA LA RECONCILIACIÓN, EL
FORERO BECERRA MARÍA DEL ROSARIO
ARANGO ARANGO MARÍA SOFIA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS
TESIS DE 1999
INDICE POR MATERIAS
DERECHO PUBLICO
1. APROXIMACIÓN AL CONCEPTO DE AUTONOMÍA UNIVERSITARIA
CATAÑO CATAÑO JAIME
2. CONNOTACIONES DEL SILENCIO ADMINISTRATIVO EN EL ESTADO SOCIAL DE
DERECHO
DUARTE CASTRO MARIO BERNARDO
OSORIO TORRES AURA XIMENA
3. CONSULTA PREVIA A LOS PUEBLOS INDIGENAS, LA
MEJÍA GONZÁLEZ ANA MARÍA
CALDERÓN CUELLO CLAUDIA
4. DERECHO INTERNACIONAL HUMANITARIO EN EL CASO COLOMBIANO
NAVAS QUINTERO MARÍA CAROLINA
GONZÁLEZ AYERBE LUISA FERNANDA
RODRÍGUEZ LÓPEZ MARIA DEL PILAR
5. DESARROLLO LEGISLATIVO DE LAS DIVERSIDADES ÉTNICAS EN EL
DERECHO COLOMBIANO
DÍAZ ROMERO GINNA MARÍA
MORALES LOURIDO DIANA PATRICIA
6. EXPROPIACIÓN EN EL DERECHO COLOMBIANO, LA
TURBAY QUINTERO JULIO CESAR
7. EXTRADICIÓN EN COLOMBIA. UN PROBLEMA PROCESAL, LA
GÓMEZ TAMARA ADRIANA LUCÍA
8. JURISPRUDENCIA CONSTITUCIONAL
SOBRE LA DESPENALIZACIÓN DEL
CONSUMO MÍNIMO DE DROGAS Y SU RELACIÓN CON EL DERECHO AL LIBRE
DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD, LA
RODRÍGUEZ DOMÍNGUEZ HERNÁN
GUTIÉRREZ RUIZ JULIANA
9. MODULACIÓN DE EFECTOS EN EL TIEMPO DE LAS SENTENCIAS DE
CONSTITUCIONALIDAD POR PARTE DE LA CORTE CONSTITUCIONAL
ELJACH MANRIQUE ALFONSO
CASTILLO GARCIA JUAN DAVID
10. PROCEDENCIA DE LA ACCIÓN DE TUTELA CONTRA SENTENCIAS JUDICIALES
JOYA LIZARAZO JUAN MAURICIO
11. SALA ADMINISTRATIVA DEL CONSEJO SUPERIOR DE LA JUDICATURA
MEDINA MATALLANA MARLENE
VERGARA DE MACÍA MARÍA CRISTINA
12. SOBERANÍA Y NUEVO DERECHO INTERNACIONAL DEL ESPACIO
ULTRATERRESTRE
TELLEZ NUÑEZ ALVARO ANDRÉS
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS
TESIS DE 1999
INDICE POR MATERIAS
FILOSOFIA E HISTORIA DEL DERECHO
1. RESCATE DE LA VERDAD: REFLEXIONES SOBRE EL DERECHO A LA
RECTIFICACION, EL
GIRALDO SUAREZ JULIÁN JAVIER
UNA VISION
VICTIMOLOGICA DEL SECUESTRO
CARLOS GERARDO MANTILLA GOMEZ
PEDRO ELIAS NOVOA SERRANO
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIOECONOMICAS
SANTAFE DE BOGOTA, D.C.
1999
UNA VISION
VICTIMOLOGICA DEL SECUESTRO
CARLOS GERARDO MANTILLA GOMEZ
PEDRO ELIAS NOVOA SERRANO
Tesis para optar al título de
Abogado
Director
HERNANDO GUTIERREZ PRIETO
Abogado
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS JURIDICAS Y SOCIOECONOMICAS
SANTAFE DE BOGOTA, D.C.
1999
ii
A nuestros padres,
por su incondicional apoyo
iii
AGRADECIMIENTOS
Al doctor Hernando
orientaciones.
Gutiérrez,
por
sus
valiosas
Al doctor Julio Andrés Sampedro, por poner a nuestro
alcance sus conocimientos en el campo de la víctima.
A los doctores Emilio Meluk, Fernando Díaz Colorado y
Leonardo Alberto Rodríguez, quienes siempre estuvieron
dispuestos a colaborarnos.
iv
CONTENIDO
INTRODUCCION
2
ACERCAMIENTO A LAS NOCIONES FUNDAMENTALES
Y UBICACIÓN DEL PROBLEMA
6
1.1.
SECUESTRO
6
1.2.
VICTIMOLOGIA, VICTIMA Y VICTIMIZACION
11
1.3.
UBICACIÓN DEL PROBLEMA
14
2.
LA VICTIMA
16
2.1.
2.1.1
2.1.2.
2.1.3.
LA VICTIMOLOGIA
Origen
Noción
Objeto y Dificultades de Esta Ciencia
22
23
25
27
2.2.
2.2.1.
2.2.2.
2.2.2.1.
2.2.2.2.
2.2.2.3.
2.2.3.
2.2.3.1.
2.2.3.2.
2.2.3.3.
LA VICTIMA EN CONCRETO
Noción
Clasificaciones
Von Hentig
Grados de Culpabilidad de la Víctima
Jiménez de Asúa
Grados de Victimización
Victimización Primaria
Victimización Secundaria
Victimización Terciaria
30
30
32
32
34
36
36
37
39
41
1.
v
2.3.
2.3.1.
2.3.1.1.
2.3.1.2.
2.3.2.
2.3.3.
2.3.3.1.
2.3.3.2.
2.3.3.3.
EL SECUESTRO, ETAPAS A PARTIR DE
LA VISIÓN VICTIMOLOGICA DEL DELITO
Victimización Primaria
El secuestrado
La Familia
Victimización Secundaria
Victimización Terciaria
El Secuestrado
La Familia
El síndrome de Estocolmo
42
42
43
49
53
59
59
62
63
3.
TRATAMIENTO INTERNACIONAL
66
3.1.
DECLARACION DE LOS DERECHOS HUMANOS
68
3.2.
3.2.1.
3.2.1.1.
3.2.1.2.
3.2.1.3.
3.2.1.4.
3.2.1.5.
3.2.1.6.
3.2.2.
PROTOCOLO ll DE GINEBRA
Análisis del Protocolo ll de Ginebra
Artículo 3 Común a los Cuatro Convenios de Ginebra
Preámbulo
Título l – Ambito del Presente Protocolo
Título ll – Trato Humano
Título lV – Población Civil
Título V – Disposiciones Finales
Declaración Sobre los Principios Fundamentales de Justicia Para las
Víctimas de los Delitos y del Abuso de Poder. Resolución 40/34 de la
Asamblea General de Las Naciones Unidas.
70
71
73
74
76
78
79
82
83
4.
TRATAMIENTO NACIONAL
90
4.1.
NORMAS CONSTITUCIONALES
90
4.2.
LEYES Y DECRETOS
99
4.3.
4.3.1.
106
4.3.4.
JURISPRUDENCIA
Corte Suprema de Justicia – Sala de Casación penal
No. de Radicación.: S-5458-91
Corte Suprema de Justicia – Sala de Casación penal
No. de Radicación.: S-11501-96
Corte Suprema de Justicia – Sala de Casación penal
No. de Radicación.: S-9335-96
Corte Constitucional. No. de Radicación.: C-542-93
4.4.
RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DE ESTADO
113
4.3.2.
4.3.3.
vi
106
107
109
111
4.4.1.
Teorías de la falla en el servicio y el daño especial
113
4.5.
RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
116
5.
MECANISMOS DE LUCHA CONTRA
EL DELITO DE SECUESTRO
120
5.1.1.
5.2.
PROGRAMA PRESIDENCIAL PARA LA DEFENSA
DE LA LIBERTAD PERSONAL
Grupos de Acción Unificada GAULA
PAIS LIBRE
121
127
131
5.3.
CRUZ ROJA INTERNACIONAL
133
5.4.
5.4.1
5.4.1.1.
5.4.1.2.
5.4.2.
PROCESO PENAL
La investigación
Investigación Previa
Instrucción
El Juicio
134
138
138
144
147
6.
NUESTRA PROPUESTA
155
6.1.
ASISTENCIA A LAS VICTIMAS
156
6.2.
EL PROCESO
158
6.3.
SISTEMA PENITENCIARIO
162
6.4.
IDENTIFICACION DE CADAVERES
164
CONCLUSIONES
165
BIBLIOGRAFIA
168
5.1.
vii
ORACION A LAS VICTIMAS
FRANK OCKBERG
He sido victimizado
Estuve en una lucha que no fue justa
yo no pedí esa lucha. Y perdí
No hay vergüenza en perder estas luchas,
sólo en ganarlas
He llegado a la fase de sobreviviente y no me he
esclavizado como víctima
Miro hacia atrás con tristeza y no con odio
Miro hacia el futuro con esperanza y no con
desilusión
Puede ser que nunca olvide, pero no necesito
recordar constantemente
fui una víctima
Soy un sobreviviente
2
INTRODUCCION
Preocupados por la caótica situación en que se ha sumergido nuestro país y
conscientes de la necesidad de aportar nuestro grano de arena en la búsqueda
de soluciones a los dramáticos acontecimientos que diariamente conmueven a
nuestros compatriotas, hemos decido acometer la difícil tarea de realizar una
investigación en la que se reúnen una ciencia, poco explorada en nuestro medio,
conocida como Victimología y un delito que ha dejado profundas heridas a lo
largo y ancho de nuestro territorio, el secuestro.
Es así como, a través de estas páginas, trataremos de mostrar los principales
elementos que conforman esta rama del derecho penal, para de esta forma
determinar los alcances concretos que pueda tener al aplicarla a quienes se han
visto perjudicados en diversas formas por el secuestro.
Para esto hemos creído fundamental, antes de llegar a la raíz del problema,
introducir al lector en el tema, comenzando con un panorama general de lo
existente a nivel normativo y jurisprudencial en torno a los objetos de nuestro
3
estudio, para luego sí adentrarnos en el examen de la parte general de la
victimología y finalmente, presentar su aplicación práctica al secuestro en nuestro
medio.
Sobra aclarar que lo único que pretendemos al elaborar este escrito, es sembrar
una semilla que busca crecer en un terreno apropiado, plagado de seres que,
como nosotros, consideren importante poner sus conocimientos y capacidad
investigativa al servicio de aquellos que han debido padecer en carne propia los
efectos dañinos de tan ignominioso crimen.
Como una forma de ilustrar al lector sobre la importancia de estudios como el que
se pretende realizar, se hace imperioso señalar la dramática evolución del
secuestro en nuestro país, para lo cual emplearemos algunas estadísticas en las
que se muestra la gravedad del problema con base en la información recopilada
por personal vinculado al Programa Presidencial Para La Defensa De La Libertad
Personal, la cual nos ha sido amablemente cedida.
En las tablas que a continuación se presentan, pueden observarse el número de
retenciones de las que ha tenido conocimiento la entidad antes mencionada
ocurridas a partir del año 1933 hasta septiembre de 1998 y la participación
porcentual de cada período en el total de secuestros.
4
E V O L U C I O N
D E L
S E C U E S T R O
AÑOS
CASOS
PARTICIPACION %
1933
1962
1965
1970
1975
1980
1985
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1
23
41
14
42
44
750
1282
1717
1320
1014
1378
1060
1043
1443
1294
0.01%
0.18%
0.33%
0.11%
0.34%
0.35%
6.02%
10.28%
13.77%
10.59%
8.13%
11.05%
8.50%
8.37%
11.58%
10.38%
12466
100%
Año 1998. Datos con corte a septiembre.
5
1. ACERCAMIENTO A LAS NOCIONES FUNDAMENTALES
Y UBICACION DE PROBLEMA
De acuerdo a la preocupación expresada en la introducción de este trabajo, es
procedente precisar el objeto de estudio sobre el cual versará nuestra propuesta,
dando así al lector un primera aproximación a los conceptos y temas que serán
desarrollados a medida que la investigación avance.
1.1
SECUESTRO
Desde épocas antiguas ha existido el delito que hoy conocemos como secuestro
(plagio) manteniendo durante el transcurso del tiempo ciertas características y
móviles constantes como son los económicos, sociales y los políticos que han
permitido su expansión a todo nivel; Esto puede constatarse en el hecho de que
ciertas personas sean secuestradas con el compromiso de obtener su liberación a
cambio de fuertes sumas de dinero y algunas por ninguna cantidad pero sí con el
compromiso de transmitir un mensaje o simplemente con la intención de presionar
a alguien para que haga algo que no haría si no tuviera a su familiar o allegado
retenido.
6
El Diccionario de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales de Manuel Ossorio
define el secuestro, como “detener o retener ilegalmente a una persona, para
exigir por su rescate una cantidad de dinero u otra abusiva pretensión”.
Según Middendorf (1978) el término secuestro "tiene su origen en el vocablo
latino “sequestrare” que significa apoderarse de una persona ilegalmente,
encerrándola en contra de su voluntad y con el fin de exigir un pago por su
liberación"1.
Para Pulido (1988) "el secuestro es un delito que atenta contra la libertad
individual, el cual se realiza en el momento en que a una persona se le
aprehende físicamente contra su voluntad, teniendo como propósito del
aprehensor el obtener para sí u otras personas un provecho que generalmente es
económico"2.
1
2
Citado en Quintero diaz Claudia Marcela, Rodríguez Cely Leonardo Alberto y otros. Estudio de las
funciones del yo en la elaboración psíquica con personas que han experimentado la vivencia
traumática del secuestro. Tesis de grado. Facultad de Psicología. Pontificia Universidad Javeriana.
Bogotá-1995.
Citado en Quintero diaz Claudia Marcela, Rodríguez Cely Leonardo Alberto y otros. Estudio de las
funciones del yo en la elaboración psíquica con personas que han experimentado la vivencia
traumática del secuestro. Tesis de grado. Facultad de Psicología. Pontificia Universidad Javeriana.
Bogotá-1995.
7
Nuestro Código Penal, complementado por la Ley 40 de 1993, divide el secuestro
en tres clases que son, el secuestro simple, el secuestro extorsivo y el rapto, en la
siguiente forma:
“Artículo 268. - Modificado Ley 40 de 1993, artículo 1o. - Secuestro
extorsivo.- El que arrebate, substraiga, retenga u oculte a una persona con el
propósito de exigir por su libertad un provecho o cualquier utilidad, o para
que se haga u omita algo, o con fines publicitarios o de carácter político,
incurrirá en prisión de veinticinco (25) a cuarenta (40) años, y multa de cien
(100) a quinientos (500) salarios mínimos mensuales.
“En la misma pena incurrirá quien arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una
personalidad de reconocida notoriedad o influencia pública.”
“Artículo 269.- Modificado Ley 40 de 1993, artículo 2o.- Secuestro simple.
El que con propósitos distintos a los previstos en el artículo anterior, arrebate,
sustraiga, retenga u oculte a una persona, incurrirá en prisión de seis (6) a
veinticinco (25) años y multa de cien (100) a doscientos (200) salarios
mínimos mensuales.”
“Artículo 2o.- Inciso segundo Ley 40 de 1993. Si el propósito del agente es
contraer matrimonio u obtener una finalidad erótico-sexual, incurrirá en
prisión de uno (1) a tres (3) años. Para proceder en este caso se requiere
querella de parte.”
Para culminar con la regulación que sobre este delito se encuentra en nuestro
Estatuto Penal, el legislador ha incluido en los artículos 270 y 271 unas causales
de agravación y de atenuación que se adicionan a las genéricas consignadas en
los artículos 372 y 373 del mismo ordenamiento. Estas causales versan sobre
circunstancias especiales que pueden verificarse antes, durante o para la
comisión del delito como son las características especiales del hecho punible o de
la víctima.
8
Ahora bien, la normatividad existente antes de entrar en vigencia la Ley 40 de
1993, definía el secuestro de la siguiente forma:
“Artículo 268.- El que arrebate, sustraiga u oculte a una persona con el
propósito de exigir por su libertad un provecho o cualquier utilidad o para que
se haga u omita algo con fines publicitarios de carácter político, incurrirá en
prisión de seis a quince años”.
Como puede observarse, la única diferencia con la legislación vigente es la
duración de la pena a imponer, la cual ahora es mucho mayor y adicionalmente,
incluye una multa determinada en salarios mínimos mensuales legales vigentes a
la fecha del delito.
Lo mismo sucede con el secuestro simple, respecto del cual por medio de la
reforma también se hizo un aumento en el término de la pena además de incluirse
una multa, aunque de inferior cuantía a la del secuestro extorsivo. La norma
estipulaba lo siguiente:
“Artículo 269.- El que con propósitos distintos a los previstos en el artículo
anterior, arrebate o sustraiga, retenga u oculte a una persona, incurrirá en
prisión de seis meses a tres años.”
Con base en las normas citadas, puede concluirse que, tanto en la anterior
legislación como en la actual, la diferencia entre los dos tipos de secuestro se
reduce al elemento subjetivo, es decir, al propósito que busca el autor con la
ejecución de cada uno de ellos, pues mientras en el secuestro extorsivo el móvil
9
es la obtención de un provecho económico o cualquier utilidad, en el secuestro
simple, los fines no interesan, pudiendo presentarse el hecho como fruto de una
venganza o de una disputa familiar, siendo lo verdaderamente importante, que no
se pretende una ganancia material.
En todos los demás elementos que los tipifican, estas dos clases de secuestro
son o pueden ser similares, o sea, es factible encontrar uniformidad en cuanto al
sujeto activo, el sujeto pasivo o los medios a través de los cuales se llevan a
cabo.
Una vez aclarada la distinción hecha por el legislador, se tiene que en general el
secuestro se caracteriza:
1. Por ser un delito material, es decir que se consuma cuando se priva a otro de
su libertad; Mientras esto no ocurra, se tratará a manera de tentativa.
2. Por ser, así mismo, un delito permanente en el tiempo, en razón de que su
consumación se conserva durante la retención, por lo tanto, la prescripción de
la acción penal sólo se cuenta desde el momento de la liberación del
secuestrado.
10
No sobra aclarar, aunque no será tema concreto de este estudio, que cuando la
retención es cometida por un funcionario público abusando de sus funciones, su
conducta se ajusta a lo descrito en el artículo 272 del Código Penal el cual tipifica
el delito conocido como Detención Arbitraria. Lógicamente si el funcionario
público no es encuentra en ejercicio de sus funciones y procede de la misma
forma estará cometiendo un secuestro.
Por último, la legislación ha establecido el delito de rapto, el cual en términos
generales se considera un secuestro cuya finalidad consiste en contraer
matrimonio con la víctima u obtener de ésta algún provecho erótico-sexual.
1.2 VICTIMOLOGIA, VICTIMA Y VICTIMIZACION
La víctima no había sido considerada, hasta hace muy poco tiempo, como algo
que mereciera mayor atención por parte de los doctrinantes del derecho penal, los
cuales dedicaban la mayoría de sus escritos, exclusivamente, al autor del hecho
punible y las repercusiones de su acto en materia punitiva; Pero con la
culminación de la segunda guerra mundial, y sus catastróficos efectos sobre la
población, nació una novedosa ciencia, surgida del interés de unos pocos por
11
conocer las consecuencias a las cuales se hacía acreedor el sujeto pasivo del
delito como resultado del mismo.
Esta nueva disciplina, que comprende un análisis del sujeto pasivo desde
diferentes perspectivas con la intención de conocerlo en su integridad, para de
este modo poder adecuar a sus necesidades reales la actuación de quienes
buscan la reivindicación de sus derechos ha sido denominada Victimología.
A raíz del surgimiento de esta forma de estudio del derecho penal, se ha hecho
necesario establecer con claridad a quienes se les puede denominar víctimas,
llegando a considerarse como tales, a todos aquellos que de manera directa o
indirecta han sufrido algún tipo de daño, sea mental, físico o económico, surgido a
consecuencia de actos tipificados en las normas penales.
Este daño infringido -concepto determinante para que exista víctima- es el punto
de partida para la creación de lo que la doctrina ha conocido como los grados de
victimización que a su vez se han clasificado, con fines prácticos en primario,
secundario y terciario.
La victimización primaria se produce como resultado inmediato de la comisión del
delito sobre la víctima, lo que, siendo el secuestro un hecho punible que se
12
extiende en el tiempo, envuelve un sinnúmero de consecuencias dañinas para el
sujeto pasivo directo y su familia las cuales se inician con lo que comúnmente es
conocido como “el levante del secuestrado”, acto repentino e imprevisto para
quien lo sufre, generalmente fruto de un pormenorizado estudio de la víctima por
parte de los plagiarios, seguido del período de retención durante el cual la
persona es ocultada, se establecen una serie de relaciones entre ella y sus
captores, se atraviesan diversas etapas que van desde la euforia hasta la
depresión y se adelantan las negociaciones entre la familia y los secuestradores
con el propósito de obtener la liberación por medio de tratativas que se efectúan,
ya sea en términos monetarios como en el caso del secuestro extorsivo, o de otra
índole en el secuestro simple.
Esta etapa puede culminar de diversas maneras entre las que se encuentran la
liberación a consecuencia del pago, el desistimiento o el rescate, o la muerte del
secuestrado, cada una con una serie de consecuencias morales y económicas
cuyas características varían de un caso a otro.
La victimización secundaria, encuentra su fundamento en la inoperancia de los
mecanismos y organismos que el Estado ha puesto al servicio de los ciudadanos
con el objeto de estudiar, prevenir y castigar el delito, que en nuestro medio son
13
generalmente causantes de nuevos padecimientos a las víctimas en diferentes
aspectos como se mostrará más adelante.
Finalmente se verifica la victimización terciaria, constituida por el lapso durante el
cual la víctima, una vez liberada vuelve a ser acogida dentro de la sociedad y en
particular dentro de su familia, proceso que trae diferentes traumatismos, debido a
los cambios que han sufrido cada una de las partes que se reencuentran, lo cual
conlleva un proceso de readaptación lento y tortuoso en la mayoría de los casos,
que en lo posible debe ser acompañado de ayuda profesional y una gran dosis de
comprensión hacia la persona que recobra la libertad llena de temor y
desconfianza hacia todos los que le rodean.
1.3
UBICACION DEL PROBLEMA
Siguiendo la doctrina penal clásica, la cual sólo hace referencia al aspecto
criminológico del delito, el legislador colombiano, ha plasmado en las normas
penales toda una estructura que gira en torno al criminal, la pena o castigo y la
función punitiva del Estado, dejando de lado a una parte igualmente importante
para la materialización del hecho punible, la víctima.
14
Basado en esta concepción, el Estado ha desarrollado su política criminal, lo cual
ha traído como resultado que la víctima se vea relegada a un papel secundario,
ya que al centrarse la atención en el conflicto existente entre el Ente
Gubernamental y el delincuente, nacido a partir de la contravención por parte del
segundo de las leyes penales, el sujeto pasivo del delito no ha encontrado una
eficaz ayuda que le permita resarcirse de los daños que ha sufrido como
consecuencia del hecho punible.
Adicionalmente a esto, se encuentra que en los momentos en los cuales se ha
tratado de tomar algún tipo de interés por la víctima, no se ha hecho en la forma
adecuada ya sea por falta de infraestructura y presupuesto o por inadecuada
capacitación de los funcionarios encargados de adelantar las tareas encaminadas
a su tratamiento físico y psicológico.
Prueba de esto son algunas estadísticas emanadas de organismos estatales y
entidades privadas en las que se presentan una serie de datos que, aunque en
muchas ocasiones no evidencian la verdadera dimensión del problema y
generalmente contienen información contradictoria entre si, sirven de base para
demostrar la afirmación arriba efectuada.
15
Es por todas las razones anteriormente anotadas, que a través de este trabajo se
pretende realizar un estudio sobre la víctima y las formas en que puede verse
afectada por el secuestro, sin ser relevante para resultado final de la investigación
las motivaciones que le dieron origen a la retención, las que a su vez, pueden ser
enmarcadas dentro de cualquiera de las clases de secuestro tipificadas en la ley,
a las cuales se hizo referencia al inicio de este capítulo con el objeto de ubicar al
lector en el tema.
16
2. LA VICTIMA
En Colombia las razones para la realización de un secuestro son muchas y de
muy diversa índole. Entre ellas se encuentra en primerísimo lugar el gran negocio
que éste representa para los captores, al convertirse en una de las principales
fuentes de ingresos de grupos al margen de la ley, y ser a la vez una forma de
intimidar a la sociedad y al estado.
Además de los beneficios económicos, existen otras razones que llevan a la
delincuencia a ejecutar este atroz delito, “(...) como son la absoluta indiferencia
por parte de la sociedad, la escasa colaboración y poca credibilidad en la acción
de los organismos investigativos”3 las que sumadas a la poca eficacia de las
autoridades en su prevención, represión y sanción, dan como resultado un
ambiente inmejorable para el actuar de sujetos al margen de la ley ante el
absoluto desamparo en que se encuentra el ciudadano común.
17
Durante el tiempo que dura la comisión de este delito, y aún posteriormente, la
víctima y su familia atraviesan por diferentes fases a las cuales se encuentran
expuestas durante el desarrollo del proceso. A manera de ejemplo, se puede
vislumbrar “(...) cómo el secuestrado es presa de un constante temor por la
posibilidad de no resistir su cautiverio, de volverse loco, de no poder reiniciar su
vida, de perder afectos, de ganar resentimientos, de volverse desconfiado, de
volver a vivir, en fin, miedo de todo aquello que configura sus expectativas de
vida, su razón de ser”4. Así mismo, lo invade un sentimiento de impotencia y
pérdida de autoestima al comprender que hasta las cosas más elementales como
comer o realizar sus necesidades fisiológicas ya no las puede llevar a cabo
haciendo uso del libre albedrío sino que, necesariamente, son controladas y
vigiladas por sus captores. Lo anterior conduce al sujeto a atravesar por cuadros
depresivos que pueden llevarlo a pensar en el suicidio como única salida a su
situación.
“Luego, cuando al fin se presenta el momento de la liberación, hace su aparición
una nueva sintomatología en la que se conjugan varios factores como son tiempo
de cautiverio, trato recibido, manejo de la situación, forma de liberación, además
de las características individuales tanto de los secuestradores como del ex-
3
4
DIAZ COLORADO, Fernando. Apuntes sobre victimología del secuestro P. 2
DIAZ COLORADO, Fernando. Apuntes sobre victimología del secuestro P. 3
18
secuestrado”5. Es en este punto donde adquiere una nueva dimensión el
comportamiento que en adelante tengan en torno al secuestrado la familia, el
Estado y, en general, la sociedad quienes deben actuar con el único objeto de
resarcirlo y tratar de recrear a la persona que en ese momento está atiborrada de
miedos, odios y problemas psicológicos de la más diversa índole.
Por último, no se deben dejar a un lado las consecuencias que trae ese delito
sobre la familia, la cual se ve afectada de una forma grave por el chantaje, el
temor y la angustia durante la duración del cautiverio y, posteriormente, es presa
del pánico ante la posibilidad, siempre inminente, de un nuevo secuestro, lo que
impide que se desarrolle normalmente la vida familiar, a lo cual se suma la
necesidad de ejecutar una mutua readaptación entre el ex-secuestrado y sus
seres queridos, quienes deben aprender a vivir con las secuelas que han
quedado en su pariente como consecuencia de los acontecimientos vividos.
Por considerar que es muy poco lo que se ha estudiado el problema de la víctima
como consecuencia de la comisión de delitos, en particular del plagio de
personas, se juzga necesario en este aparte introducirse en los terrenos poco
explorados en nuestro medio de la Victimología, para lo que, con base en
diferentes estudios se repasará brevemente lo que se debe entender por esta
nueva ciencia y su principal objeto, la víctima, y posteriormente se finalizará
5
DIAZ COLORADO, Fernando. Apuntes sobre victimología del secuestro P. 6
19
haciendo un recorrido por las diferentes etapas en que se ha dividido el
secuestro, según las consecuencias que conlleva a los lesionados.
No obstante, antes de entrar en materia es importante mostrar algunas
estadísticas, en donde a través de las escalofriantes cifras que en ellas se revelan
-particularmente en relación al secuestro extorsivo- se tiene la intención de hacer
que se tome conciencia en que sin importar la profesión ejercida o la región
donde se habita, ningún habitante de nuestro territorio se encuentra libre de ser
victimizado por este flagelo. Así, lo que posteriormente encuentre el lector dentro
de las páginas de esta investigación ya no será tomado como algo alejado de su
realidad.
20
SECUESTRO EXTORSIVO ECONOMICO
AFECTACIÓN POR DEPARTAMENTOS
COMPARATIVO DE ENERO A SEPTIEMBRE
1996-1997-1998
300
1996
1997
1998
258
250
246
200
161
150
135
63
42
33
29
28
SANTANDER
16
21
16 13
27 23 32
25
15 18
GUAJIRA
3633 36
ATLANTICO
27
MAGDALENA
50
45
N. DE
SANTANDER
VALLE
CESAR
ANTIOQUIA
50
0
77
76
52 57
SUCRE
82 81
SANTAFE DE
BOGOTA
100
2.1 LA VICTIMOLOGÍA
No obstante tener la clara conciencia acerca del reducido objeto de este trabajo
en comparación con la vasta gama de aspectos que conforman la ciencia
bautizada con el nombre de Victimología, se considera necesario en este capítulo
llevar a cabo un repaso de las principales materias de las que trata esta novedosa
disciplina, de la cual en nuestro medio muy pocos tienen noticia, encontrándose
prácticamente olvidada por quienes tienen el deber de procurar la reparación de
aquel que ha sufrido un atentado contra su libertad a consecuencia de una
retención sin su consentimiento.
Esto se hará, con el fin de llegar a una real comprensión de lo que le sucede a
una persona que padece los estados de postración e impotencia a los cuales es
conducida por el secuestro para, de acuerdo a eso, acercarse a una propuesta
que busque mejorar su situación durante y posteriormente a la comisión del delito.
22
2.1.1 Origen
La moderna concepción de Victimología nace, según lo afirma Beristaín, “como
reacción a la macrovictimización de la ll Guerra Mundial y, en particular, como
respuesta de los judíos versus el holocausto hitleriano/germano”6.
A partir de este momento, salen a la luz trabajos como el del profesor Vans Von
Henting, quien en 1948 se atreve a publicar por primera vez una clasificación de
la víctima basado en los grados de predisposición de ella a ser victimizada y a sus
relaciones con el delincuente, y el de Benjamín Mendelsohn a quien muchos
autores como Manuel Horacio Nieves, atribuyen la paternidad de esta ciencia al
afirmar que “(...) en 1956 en un artículo publicado en inglés y en francés en
sendas revistas internacionales, habla con propiedad de la Victimología y pergea
el ámbito de ésta que, sostiene él con entusiasmo, (sic) debe ser una nueva
ciencia”7.
Estos y otros estudios que sobre el tema se realizaron a partir de aquel instante,
son objeto de revisión y discusión en el Primer Simposio sobre Victimología
-convocado por Mendelsohn desde tiempo atrás-, celebrado en 1973 en la ciudad
de Jerusalén, durante el cual se da un paso inicial encaminado a la formación de
6
7
BERISTAIN IPIÑA, Antonio. Nueva Criminología desde el Derecho Penal y la Victimología. P. 235.
NIEVES MATEUS, Manuel. La Víctima, un estudio sobre Victimología. Editorial Presencia, Bogotá,
1993. P 17.
23
la Sociedad Mundial de Victimología, fundada en el transcurso del Tercer
Simposio Mundial de Victimología ocurrido en 1979 en la ciudad de Munster
(Alemania), consolidándose el estudio de los lesionados por los delitos como una
ciencia y volcándose la visión que se venía manejando de la macrovíctima hacía
la víctima singular.
Ahora bien, es importante anotar que esta ciencia también ha sido tratada,
aunque sin mucho éxito, por parte de diferentes legislaciones a lo largo de este
siglo, de lo cual son ejemplos los cuerpos normativos de Nueva Zelanda, donde
en 1963 se desarrolló un programa de compensación a las víctimas de los delitos
y Méjico en representación de América Latina, país en el que se impulsó en 1969
una ley de protección y ayuda a las víctimas del delito, mandato que por
diferentes circunstancias no pudo cumplir con sus objetivos.
Así mismo, se debe reconocer que, no obstante en nuestro medio todavía no se
haya desarrollado, esta ciencia ha encontrado una gran acogida en los llamados
países desarrollados y en organismos supranacionales. Como ejemplo de ello
baste citar, como lo hace Beristaín, la Convención Europea Sobre la Asistencia a
las Víctimas de Delitos Violentos del Consejo de Europa, dentro del Comité
Europeo Para los Problemas Criminales (Estrasburgo, 1983) y la Declaración
Sobre los Principios Fundamentales de Justicia Para las Víctimas de Delitos y del
24
Abuso de Poder, aprobada en la Asamblea General de las Naciones Unidas
(Resolución 40/34) el día 29 de noviembre de 1985.
2.1.2 Noción
Por tratarse de una ciencia nueva es difícil dar una definición exacta de ella, pues
sus objetivos y límites todavía no se han concretado al igual que su metodología y
las áreas auxiliares que podrán servirle como sustento, pudiendo sufrir
alteraciones a medida que los estudios avanzan. Como ejemplo de lo que se
afirma, está el hecho de que no son pocos los que creen que la Victimología no
debe centrarse en los que sufren por la comisión de un delito, sino que debe
ampliarse a toda clase de padecimientos, sin importar de donde provengan. No
obstante lo anterior, se considera importante presentar algunas definiciones, con
el fin de ilustrar al lector acerca de, en qué consiste esta nueva disciplina, para
luego adentrarnos en el estudio de su objeto y las dificultades para su cabal
desarrollo.
Para Benjamín Mendelsohn, la Victimología “se propone estudiar la personalidad
de la víctima en su integridad, es decir, analizarla desde el punto de vista
biológico, psicológico y social, a fin de llegar a una profilaxis y a una terapéutica
de la víctima”8.
8
MENDELSOHN, Benjamín. La Victimologie Sciencie Actuelle. P. 619.
25
En cambio, como resultado del congreso sobre la materia realizado en Jerusalén
se aprobó la siguiente definición de Victimología: “es el estudio científico de las
víctimas del delito”9, noción sencilla y descomplicada que pone de relieve el
objeto de esta disciplina jurídica: la víctima.
Como puede observarse, en estas dos definiciones se resumen gran parte de las
discusiones que, acerca del campo de acción que debe abarcar la Victimología,
han adelantado diferentes autores.
La primera de ellas pertenece a un partidario del estudio de la víctima global, en
la que no se discrimina si su padecimiento ha nacido de la comisión de un hecho
punible o no. Esta visión es compartida por Beristaín quien afirma que “(...) dentro
del círculo de la política criminológica, que es consecuencia de otro círculo
concéntrico mayor de política social general, la Victimología debe proclamarse
una ciencia para la libertad y la liberación moral y material de todo tipo de
victimizados”.10
La segunda, nacida del consenso de numerosos estudiosos principalmente de la
criminología y el derecho penal, proclama la especialización del estudio de la
9
10
FIDALGO GALLARDO, Carlos. Apuntes sobre víctimas y Derecho Penal. P. 7.
BERISTAIN IPIÑA, Antonio. Nueva Criminología desde el Derecho Penal y la Victimología. P. 236
26
víctima en torno al delito, posición que en adelante tomaremos como nuestra, no
por considerar que es mejor, sino en razón a que se adecua a lo buscado en el
presente estudio.
2.1.3 Objeto y Dificultades De Esta Ciencia
Hasta hace pocos años, todas las escuelas encargadas de buscar una solución al
problema del delito creían encontrarla únicamente en el estudio del delincuente y
el hecho punible, por lo cual la víctima no era tenida como objeto de sus
investigaciones. Así lo han denunciado diferentes autores quienes advierten que
“(...) el Derecho Penal contemporáneo se haya unilateral y sesgadamente volcado
hacia la persona del infractor, relegando a la víctima a una posición marginal, al
ámbito de la previsión social y del Derecho Civil sustantivo y procesal. La
Criminología tampoco ha exhibido sensibilidad alguna por los problemas de la
víctima del delito, pues centra exclusivamente su interés en la persona del
delincuente”11.
Hoy se reconoce que entre delincuente y víctima existe una interacción que se ha
repetido a través de la historia con diferentes matices, según las costumbres,
leyes y gobiernos imperantes en el momento en que ésta se produce, a falta de la
27
cual no podría consumarse el hecho punible por carecer de uno de los elementos
que llevan a su realización, la parte pasiva. Por este motivo, de un tiempo para
acá se intenta volcar el estudio criminológico sobre esa parte generalmente
considerada débil, con miras a establecer la mayor o menor incidencia del
agredido en el hecho violatorio de las normas penales dando paso a la creación
de una nueva ciencia: La Victimología, que tiene como su objeto de estudio a la
víctima.
Con razón se afirma que la Victimología es hija de la Criminología, de lo cual
Beristaín considera una prueba el hecho de que “(...) la reparación, tal como se
concibe y practica en Derecho Penal, tiene mucho de castigo (cercano a la multa)
para reprender y sancionar al delincuente. En cambio, los victimólogos conciben
la reparación, ante todo y sobre todo para asistir a la víctima”12.
Es innegable la contribución que los trabajos sobre Victimología pueden traer a la
legitimación y maduración del sistema penal. Pero ese repentino y gran interés
que ha despertado el estudio del perjudicado con el hecho punible puede traer
consecuencias negativas, debido precisamente al excesivo entusiasmo con que
se le pretende resarcir por tantos años de olvido, sin que se tenga la adecuada
11
12
GARCIA - PABLOS DE MOLINA. Sobre la función de la víctima en el estado de derecho. P.56.
BERISTAIN IPIÑA, Antonio. Criminología, Victimología y Cárceles (Tomo l), Pontificia Universidad
Javeriana, Santafé de Bogotá 1996. P. 317.
28
preparación para hacerlo. De manera que se puede llegar a extremos en los
cuales se da a la víctima tal poder, que queda en sus manos la capacidad de
influir en la decisión de la sanción que se debe irrogar sobre el autor del hecho
dañino.
Durante el proceso penal, igualmente, se pueden correr riesgos los cuales se
concretan en la influencia dañina que en ese momento se puede ejercer por parte
de abogados, jueces y los mismos inculpados sobre la víctima-testigo
conduciéndola, en medio de las diferentes etapas del juicio, a explorar sus rasgos
negativos psíquicos y sociales y a trasladar al momento presente lo sucedido
dejando, como resultado el posible desmejoramiento de sus condiciones
psicológicas.
No obstante estos peligros, es necesario seguir estudiando a la víctima, pues
como indica Beristaín citando a Gottfredson, “sabemos todavía poco acerca del
porcentaje de víctimas que sufren perturbaciones emotivas, muy poco de los
factores que hacen la victimización más traumática en unas personas que en
otras, menos aún sobre estos diversos efectos, o sobre la capacidad de
superación de esos perjuicios causados por el delito”13.
13
BERISTAIN IPIÑA, Antonio. Nueva Criminología desde el Derecho Penal y la Victimología. P. 251.
29
2.2 LA VICTIMA EN CONCRETO
Adelantado ya, este brevísimo estudio de lo que se debe entender por
Victimología, nos adentraremos, ahora, en uno de iguales proporciones en torno
al objeto de esta ciencia es decir, la víctima, de la cual se tendrá una visión
general sin escrutar profundamente los puntos de vista de los diferentes autores,
pues de hacerlo este escrito se convertiría en un tratado psicológico - sociológico,
que lo desviaría de su idea original.
2.2.1 Noción
Según la Declaración sobre los principios fundamentales de justicia para las
víctimas de delitos y de abuso del poder, proferida en el seno de Las Naciones
Unidas, se debe entender por víctimas las personas que, individual o
colectivamente, hayan sufrido daños, inclusive lesiones físicas o mentales,
sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo substancial de sus
derechos fundamentales, como consecuencia de acciones u omisiones que violen
la legislación penal vigente en los Estados Miembros, incluida la que proscribe el
abuso de poder.
30
La doctrina ha ido más allá al hacer la diferenciación entre lo que se debe
entender como víctima directa e indirecta del delito. Por la primera se entiende el
sujeto que es titular del bien jurídico inmediatamente vulnerado con el hecho
punible; y por la segunda se entiende cualquier persona, física o jurídica, que ha
sufrido un daño de cualquier tipo como consecuencia de la comisión de ese
mismo hecho. No obstante lo anterior, la citada declaración trata de hacer la
misma distinción, pero sin esos grandes alcances, tal como se entrevé de lo
estipulado en el numeral 2 del apartado A cuando otorga la categoría de víctimas
a “los familiares o personas a cargo que tengan relación inmediata con la víctima
directa y a las personas que hayan sufrido daños al intervenir para asistir a la
víctima en peligro o para prevenir la victimización”14.
De estos dos conceptos hay algo importante que se debe extractar, sin importar
su mayor o menor amplitud, y es el daño como factor determinante para que
exista la víctima; pero no cualquier clase de daño, sino que es necesario
delimitarlo con objeto de que las consecuencias del hecho punible no se hagan
extensivas a individuos a quienes con su ejecución se puede causar un perjuicio,
pero de tan poca magnitud que resulta innecesaria su reparación. De acuerdo a
varios autores como Herrera Moreno, ese criterio de delimitación está en la
14
Declaración de las Naciones Unidas sobre los principios fundamentales de justicia para las víctimas
de los delitos y del abuso del poder de 1985, numeral 2, apartado A.
31
gravedad del perjuicio producido y esa gravedad se mide para las víctimas
indirectas, generalmente por la proximidad en la relación con el sujeto pasivo.
2.2.2 Clasificaciones
Muchas y variadas son las enumeraciones que en torno a las víctimas han
realizado diversos tratadistas de la materia, unos teniendo en cuenta el grado de
culpabilidad que se les pueda atribuir en la comisión del delito; otros, entre los
que se encuentra Von Henting, de acuerdo con la situación de vida en que la
víctima se encuentra, ya sea por su profesión, su grado de indefensión o su
estabilidad emocional.
En este escrito, simplemente con el ánimo de adquirir alguna ilustración acerca de
su existencia, se escogieron algunas de las clasificaciones proporcionadas por la
doctrina las que, procede aclarar, no se pretende sean las únicas ni las mejores
de cuantas se han hecho pero, sí se considera que son las que más se acercan al
propósito final del trabajo. Lo que a continuación se presenta permite formar una
idea de cómo un eventual secuestro puede llegar a afectar a diferentes clases de
sujetos pasivos según su personalidad, relación con el victimario, etc.
32
2.2.2.1 Von Hentig
Aunque en realidad el tratadista no dedica un aparte específico de su obra a la
concepción y diseño de esta clasificación, lo cierto es que a lo largo de ella habla
de distintas clases de víctima, las cuales Nieves Mateus registra en su libro de la
siguiente manera:
1. Según las situaciones de la víctima:
a. Víctimas aisladas: viudas, incapacitados físicamente, extranjeros, ancianos.
b. En el ejercicio de la profesión: celadores, camareras, médicos, cobradores,
prostitutas, etc.
2. Por el impulso y la eliminación de inhibiciones
a. Víctimas con ánimo de lucro
b. Víctimas con ansias de vivir
c. Víctimas agresivas
d. Víctimas sin valor
33
3. La víctima de resistencia reducida
a. Estados de ánimo emocionales: amor y amistad, respeto y compasión
b. Perversos, bebedores, depresivos
c. Víctimas voluntarias
4. Biología de la víctima. Problemas del ofendido
a. Víctimas indefensas
b. Víctimas falsas
c. Víctimas inmunes
d. Víctimas hereditarias
1. Reincidentes
2. Víctimas autores15
2.2.2.2 GRADOS DE CULPABILIDAD DE LA VICTIMA
Esta disposición se da a los que adquieren la calidad de lesionados con los
delitos y es defendida, entre otros, por Mendelsohn. Parte de la base de que no
siempre la víctima es totalmente inocente, sino que, muchas veces es ella la
15
NIEVES MATEUS, Manuel. La Víctima, un estudio sobre victimología. editorial Presencia, Bogotá,
1993. P. 142.
34
causante de la comisión del delito, hasta llegar al punto de convertirse en la
directa provocadora del hecho.
La importancia de esta enumeración radica en que, siguiendo la teoría de la
compensación de las culpas promulgada por los civilistas, cuanto mayor sea la
contribución a la perpetración del hecho delictivo y sus consecuencias, menor
será la compensación a la cual tenga derecho la víctima. Se conforma entonces
una relación inversamente proporcional entre el grado de culpabilidad del sujeto
pasivo, y el resarcimiento al que queda obligado el sujeto activo por los perjuicios
causados.
De esta forma, encontramos en un primer grupo a las víctimas totalmente no
culpables, sin ninguna participación en el delito, caso que da lugar a exigir la
plenitud de los derechos compensatorios.
En un segundo grupo se hallan las víctimas parcialmente culpables, ya sea por su
ignorancia o imprudencia que pueden dar lugar a que se presente el delito o, en
mayor grado, por asumir una conducta activa que incite al ejecutor de la acción a
su realización. Como ejemplos de este último caso están en primer lugar, las
víctimas voluntarias, o aquellas que solicitan al agente acometer alguna acción
contra su persona y en segundo lugar, las víctimas provocadoras que incitan al
35
actor con sus propias acciones a la consumación del hecho, como es el caso del
ebrio que busca pelea en un bar.
Existe una tercera categoría, que se circunscribe a aquellas personas que no se
pueden catalogar como víctimas merecedoras de reparación por el hecho dañino,
debido a que son ellas, en forma exclusiva, quienes han dado lugar a las
consecuencias. Tal es el caso del hombre que coloca una bomba, es alcanzado
por la onda explosiva durante su huida.
Por último, algunos autores, agregan a esta clasificación la llamada víctima falsa,
considerada como aquella que, a pesar de no serlo, pretende adquirir el estatus
de tal sin que exista de por medio un hecho punible en su contra.
2.2.2.3 Jiménez de Asúa
Este autor encuentra los fundamentos para su clasificación en la determinación
del sujeto sobre el cual recaen las consecuencias del hecho punible y,
adicionalmente, en la participación que éste ha tenido para llegar al resultado
dañino.
De esta forma, la primera división que se debe hacer es entre víctimas
indiferentes y determinadas, según estas sean escogidas por el azar o sólo
36
influya la decisión del delincuente al momento de acometer la actuación o, por el
contrario, el acto únicamente pueda ir en contra de una persona en especial
respecto de la cual se ha planeado.
La segunda distribución la hace entre víctimas resistentes, las cuales, en mayor o
menor grado tratan de evitar la comisión del delito oponiéndose al agresor y las
coadyuvantes que son aquellas que de una forma u otra provocan que el hecho
dañino recaiga en su persona como el que sostiene relaciones incestuosas o el
que -retomando el ejemplo anterior- provoca una riña en un bar.
2.2.3 Grados de victimización
Aquí nos adentramos en lo que constituye el objeto de estudio central en nuestro
trabajo. En él se construye una visión de los estados por los que normalmente
atraviesa un sujeto que es afectado por un delito preferiblemente continuado, o
sea, de aquéllos cuyo inicio y agotamiento no se da en el mismo momento sino
que sus actos y efectos se distribuyen a través de un determinado período de
tiempo. Igualmente se analiza la manera como posteriormente puede verse
afectado ese mismo ser con la acción del Estado el cual actúa en su función
punitiva sin que, generalmente, cuente con los medios para dar un adecuado e
integral tratamiento a quienes han sufrido las dañinas consecuencias de este
delito en forma directa o indirecta.
37
2.2.3.1 Victimización primaria
Con este término se conoce al daño que se infiere como resultado directo de la
comisión del delito sobre el sujeto pasivo, es decir, es el menoscabo patrimonial,
físico o moral que se produce a raíz el crimen en sí, el cual traerá diferentes
consecuencias que dependerán del tipo de delito cometido.
Según Rodríguez Manzanera “sin incurrir en generalizaciones, puede afirmarse
que el daño que experimente la víctima no se agota, desde luego, en la lesión o
peligro del bien jurídico y eventualmente, en otros efectos colaterales y
secundarios que puedan acompañar o suceder a aquél. La víctima sufre, a
menudo, un severo impacto psicológico que se añade al daño material o físico en
que el delito consiste.”16
Esto se corrobora con diversos estudios los cuales señalan que, como resultado
de la victimización inesperada por quien la sufre, pueden crearse traumas
psicológicos extremos; traumas estos, que a su vez, conllevan a un cambio en la
visión que hasta ese momento se tiene del mundo, lo que genera temor a sufrir
16
RODRÍGUEZ MANZANERA. Victimología, estudio de la víctima. Porrúa, México 1990. P. 69.
38
nuevamente el instante en que se sucedieron los hechos, así como, sentimientos
de desamparo y desprotección y el desarrollo de inseguridades.17
Pero además de lo anterior, la persona se enfrenta con una sociedad intolerante y
poco comprensiva la cual, en lugar de solidarizarse con el dolor ajeno, mira a la
víctima en forma compasiva, -en el mejor de los casos-, cuando no con
desconfianza y recelo, haciendo interpretaciones propias sobre las causas que
condujeron a que fuera “él y no otro” el elegido para que recayeran sobre sí la
nocivas consecuencias del hecho punible, y aún más convirtiéndolo en culpable
de su desgracia. “(...) La victimización produce aislamiento social y en último caso
marginación. Todo ello suele reducirse en una modificación de los hábitos y
estilos de vida, con frecuentes trastornos en las relaciones interpersonales.”18
2.2.3.2 Victimización secundaria
Por tal, se entienden las respuestas que proporcionan a víctimas, testigos y, en
general, a los sujetos pasivos de un delito, las instituciones encargadas de
17
Según el estudio dirigido por José Luis de la Cuesta citado por Beristaín “(...) se observa que los
sentimientos de las víctimas en el momento mismo de la agresión fueron sobre todo de impotencia,
rabia, enfado (30 casos; 40%), miedo susto nervios, angustia (30 casos; 40%). Después de la
agresión, en 29 casos (38,6%) continuaron nerviosos, con miedo, susto, angustia, indefensión,
inseguridad, intranquilidad y se mantuvo el sentimiento de impotencia, rabia, enfado, en 16 casos
(21,3%). Díez víctimas (13,3%) indicaron que se sentían mal, fatal”. Citado en Beristaín Ipiña,
Nueva Criminología desde el Derecho Penal y la Victimología. Tirant lo blanch, Valencia 1994. P.
263.
18
RODRÍGUEZ MANZANERA. Victimología. Estudio de la víctima. Porrúa, México 1990. P. 168.
39
impartir justicia en una comunidad determinada, como son: policías, jueces
peritos, funcionarios de organismos estatales de investigación, etc., a partir de las
cuales pueden acarrearse nuevas aflicciones.
Según Bernhard Villmow, citado por Beristaín “(...) la historia del sistema penal
demuestra que la víctima en los últimos siglos se encuentra desamparada, e
incluso victimizada durante el proceso penal; ella no cuenta casi para nada; sólo
actúan el poder estatal por una parte, y el delincuente por la otra. Ambos
abandonan o desconocen a la víctima (...)”19.
En igual sentido se manifiesta Rodríguez Manzanera, para quien “La actuación de
las instancias de control penal formal (policía, jueces, etc.) multiplica y agrava el
mal que ocasiona el delito mismo: En parte porque estas agencias, altamente
burocratizadas, parecen olvidar los perjuicios ya experimentados por la víctima, la
psicología de ésta, su especial sensibilización y legítimas expectativas,
necesidades, etc. En parte también, por que la víctima se siente despreciada,
maltratada por ellas, como si fuera simplemente el objeto o pretexto de una
rutinaria investigación. Algunas situaciones procesales como la confrontación
19
Beristaín Ipiña, Nueva Criminología desde el Derecho Penal y la Victimología, Tirant lo blanch,
Valencia 1990. P. 264.
40
pública de la víctima con el agresor son experimentadas por ésta como una
verdadera e injustificada humillación.”20
En general, se puede afirmar que la principal causa de este grado de
victimización radica en que no existe noción dentro de las personas que se
encargan de “reparar los daños causados”, de la necesidad que tienen las
víctimas de un trato especial, de acuerdo a su condición, lo cual aunado a la falta
de leyes que se preocupen del tema, por la misma ausencia de conocimiento en
el legislador sobre el contorno de la Problemática vivida por los afectados por la
comisión de delitos al arribar a las instancias judiciales, trae como desenlace una
gran victimización secundaria que recae sobre las personas a las cuales,
precisamente, debería orientarse la labor asistencial y reparadora de todos los
órganos que conforman el Ente Estatal.
20
Rodríguez Manzanera, Victimología. Estudio de la Víctima, Porrúa, México 1990. P. 169.
41
2.2.3.3. Victimización terciaria
Es considerada como el resultado de la conducta que asume la propia víctima,
como respuesta a aquello que ha debido vivir durante las victimizaciones primaria
y secundaria.
Su soporte se encuentra en la necesidad que se crea para el agredido de superar
una nueva etapa que abarca los esfuerzos que debe realizar, en forma consciente
o inconsciente, con miras a asumir el daño sufrido y encontrarle algún sentido. De
esto se derivan las más diversas aptitudes, como culparse a sí mismo o buscar
una venganza contra sus agresores. Pero esta reacción también puede ser
positiva y, como se puede constatar en muchos casos, redundar en bien de la
misma víctima y de la sociedad, como es el caso de las fundaciones creadas por
personas que han tenido que vivir los horrores del secuestro, con el objeto de
ayudar a otros que posteriormente son obligados a vivir la misma pesadilla.
Finalmente, es preciso aclarar que estos grados de victimización operan sobre la
persona de diversa forma según se trate de una víctima directa o indirecta, sin
que esto signifique que la intensidad del daño sea de alguna manera menor en la
segunda, la que se puede ver seriamente afectada con la comisión de
determinados delitos, como son el homicidio o el secuestro de cuyas etapas
pasamos a hablar en el siguiente capítulo.
42
2.3.
EL SECUESTRO, ETAPAS A PARTIR DE LA VISION VICTIMOLOGICA
DEL DELITO21
2.3.1 Victimización Primaria
El secuestro es un ilícito que constituye uno de los hechos que atenta de forma
más directa y cruenta contra todas las dimensiones del ser humano, excluyendo a
quien lo sufre de su cotidianidad vital, coartando sus derechos a la libertad, la
intimidad y desarrollo personal entre otros.
De igual forma, son afectados aquéllos que tienen un lazo familiar, sentimental o
económico con el retenido, al verse impotentes y subyugados ante el poderío de
los captores que son quienes, en última instancia en el evento extremo, hacen las
veces de todopoderosos, que tienen en sus manos la vida de la persona que se
encuentra bajo su potestad.
Según los datos que maneja el Programa Presidencial Para la Defensa de la
Libertad Personal, los principales actores de la ola de secuestros que azota a
21
Para la primera parte de la clasificación se ha tomado como base el concienzudo estudio
adelantado por el doctor Fernando Díaz Colorado, Psicólogo y Catedrático de varias universidades
en nuestro país, quién, a través de su fundación se ha dedicado a analizar la problemática del
secuestro y las consecuencias que se derivan para sus víctimas, resultado de lo cual es un excelso
trabajo en que se degranan las etapas por las que atraviesa un secuestrado durante y
posteriormente a la ejecución de ese hecho punible.
43
Colombia son los grupos subversivos que actúan en nuestro territorio, tal como lo
muestra el siguiente cuadro proporcionado por esa Entidad.
SECUESTROEXTORSIVOECONOMICOAUTORES
COMPARATIVODEENEROASEPTIEMBRE
1996-1997-1998
1996
1997
1998
570
600
500
374
347 364
400
294
207
300
184
172
1
200
90
100
0
Delincuencia Común
Subversión
Por Establecer
2.3.1.1 El secuestrado
El "levante", como comúnmente se conoce el arrebatamiento del sujeto es una
operación violenta emocionalmente la cual, ante lo inesperada que suele ser,
lleva consigo la producción de un alto nivel de angustia a la víctima y a todo el
que es testigo de su ejecución. Ocurre en un corto período de tiempo,
44
produciendo en el sujeto pasivo sentimientos confusos que van desde el temor a
la muerte -que no lo abandonará a lo largo del cautiverio- y la negación de lo que
esta sucediendo “(...) es un momento que se cruza y que uno no entiende muy
bien cómo ni cuándo sucede. En menos de cinco minutos mi vida dio un giro que
no estaba esperando, y que ni siquiera se me había pasado por la cabeza que
podía suceder(...)”22, afirma un ex-secuestrado.
Una vez superado el impacto inicial, la persona adquiere algún control emocional
sobre sí misma y comienza a aceptar su condición de rehén estando en
capacidad de hacer un análisis del entorno y su propio estado de ánimo que
redunda, en muchas ocasiones, en una autocrítica en la que el ofendido cree
tener parte de culpa en lo acontecido por no haber tomado medidas de
precaución que evitaran su secuestro.
Al cabo de un tiempo el individuo, entra en una etapa de incredulidad frente a los
sucesos vividos, en la cual se pregunta la razón para que haya sido él y no otro el
secuestrado y comienza a tener una verdadera sensación de impotencia frente a
los captores. Esto puede conllevar el total sometimiento a sus amenazas, armas y
maltratos derivado del temor que les tiene, haciéndolo dócil y fácilmente
impresionable.
22
Citado por Meluk, Emilio, El Secuestro Una Muerte Suspendida. Primera edición 1998. P. 31.
45
Posteriormente, el sujeto vive ciclos de euforia y desesperanza de acuerdo a la
información que va recibiendo acerca de su familia, las negociaciones y su
situación en general por parte de los secuestradores o los medios de
comunicación a los que tiene acceso, los que a su vez se convierten en su mejor
compañía en las largas horas de soledad.
Estos ciclos se ven matizados por un continuo cuestionamiento de lo que hasta
ahora ha sido su vida y las relaciones con el entorno social en que se
desenvuelve, principalmente con la familia, la cual juega un doble papel;
constituye su principal motivación para continuar viviendo, a la vez que su mayor
preocupación, tal como lo muestra el testimonio de Diana Turbay quien, le
confesó a su compañero de desgracia al contarle “(...) que estaba tratando de
apaciguar en su memoria los recuerdos de familia -su esposo, sus hijos, sus
padres -, que no le daban un instante de tregua. Pero el resultado era siempre el
contrario (...)”23
En el lapso comprendido en las primeras semanas a meses, el secuestrado sufre
síntomas de depresión causada por su encierro y malos tratos, caracterizados por
el permanente deseo de permanecer en la cama -si la hay-; falta de apetito, que
23
Citado por GARCIA MARQUEZ, Gabriel. En Noticia de un Secuestro. P. 39. Grupo editorial Norma,
1996 Bogotá -Colombia.
46
se hace aún más comprensible por la mala calidad de la alimentación brindada
“(...) Siempre a base de granos que son fáciles de transportar y se conservan
largo tiempo en aquel clima húmedo y frío del páramo. Fríjoles, lentejas y arroz
(...)”24; insomnio motivado por el permanente estado de alerta en que debe
permanecer, alternado con pesadillas relacionadas con su situación, las cuales se
presentan de manera recurrente en los pocos instantes en que logra conciliar el
sueño, y por último, ideas suicidas.
Después de un largo encierro, es usual encontrar en el sujeto un fuerte
sentimiento religioso al cual se aferra como la mejor manera de escapar a su
situación. Así mismo, sufre de fantasías y alucinaciones a las que recurre para
disminuir su sentimiento de impotencia interior y la presión psicológica,
interpretando lo que acontece en el secuestro desde el punto de vista de sus
necesidades y de sus condiciones interiores y no a partir de la realidad exterior.
El temor a la muerte y a la acción de las autoridades, así como el maltrato físico y
psicológico, son circunstancias que permanecen más o menos constantes durante
todo el secuestro.
La muerte es el temor básico de todo secuestrado “(...) los sentimientos
esperanzadores de vida alternarán con períodos de desesperanza asociados a la
24
Citado por Meluk, Emilio en el secuestro una Muerte Suspendida, P. 137. Bogotá- Colombia. 1998
47
muerte. La duración e intensidad de estos afectos opuestos y oscilantes, varían
en cada caso dependiendo de la personalidad del secuestrado y de sus propias
circunstancias sociales y familiares, así como de las características del
cautiverio (...)”25.
El rescate por parte de los organismos estatales es una probabilidad que el
secuestrado vive de forma ambivalente, con el deseo de que se lleve a cabo, pero
temiendo el momento en que se presente. Esto, porque es en ese momento
donde la persona sometida al cautiverio podría encontrarse en una situación de
absoluta indefensión frente al fuego cruzado de los bandos en contienda, a lo que
se suman las constantes amenazas de las que es objeto por parte de sus
captores en el sentido de ser “eliminada” ante el más pequeño conato de
intervención armada por parte de las fuerzas regulares, y el pánico a que la
conduce la información recibida a través de los informativos radiales o la prensa
que hablan de casos en que han muerto los retenidos en el momento del rescate.
El maltrato psicológico, es infringido de forma intencional por parte de los
plagiarios y se traduce en la privación de libertad sin el consentimiento de la
persona y su transformación en un simple artículo de negociación que puede
desecharse en cualquier momento, recibiendo continuas amenazas de muerte,
25
MELUK Emilio, El Secuestro Una Muerte Suspendida. P.180. 1996. Bogotá, Colombia.
48
manipulando sus estados emocionales y siendo objeto de una constante y
asfixiante vigilancia.
Adicionalmente, se manejan los sentimientos del individuo a través de
informaciones falsas o distorsionadas sobre el desarrollo de las negociaciones y
por medio del conocimiento que demuestran tener sobre cada uno de los
miembros de la familia de la víctima, buscando su sumisión.
No ocurre lo mismo en lo que respecta a las torturas físicas durante el periodo de
la retención, dando lugar a afirmar que son esporádicas y se usan como
respuesta ante circunstancias determinadas. Las pocas veces en que son
intencionales se presentan porque el secuestrado no se somete a los plagiarios,
se resiste a su dominación o necesitan minar la fortaleza del individuo, con objeto
de que, al comunicarse con sus familiares, apresure el pago del rescate por la
impresión que en ellos pueda causar.
No obstante lo dicho, la destrucción física del retenido es evidente debido a las
condiciones inhumanas a que es sometido, fácilmente verificables en los sitios en
que se mantiene recluido o en el tipo de alimentación, carente de los nutrientes
básicos, que es obligado a consumir, lo que deriva en que todos los secuestrados
“(...) presentan cambios en su salud, siendo los problemas gastrointestinales y la
49
pérdida de peso -un secuestrado pierde en promedio diez kilos durante el
cautiverio- los más frecuentes. Usualmente estos cambios son minimizados
porque comparados con la posibilidad de morir, representan una secuela
infinitamente menor (...)”26. Este caso es ilustrado por Gabriel García Márquez en
su libro cuando escribe “(...) Pidió un espejo para maquillarse. Dámaris le llevó
uno grande con un marco de hojas doradas. Maruja y Beatriz, al cabo de tres
meses sin espejo, se apresuraron a verse. Fue una de las experiencias más
sobrecogedoras del cautiverio. Maruja tuvo la impresión de que no se hubiera
reconocido si se hubiera encontrado consigo misma en la calle <<Me morí de
pánico>>, ha dicho después. <<Me vi flaca, desconocida, como si me hubiera
maquillado para una caracterización de teatro.>>"27.
2.3.1.2 La familia
Para este grupo social, la noticia del secuestro de un ser querido es un evento
desgarrador, que irrumpe sorpresivamente produciendo una sensación de caos y
sentimientos de angustia, miedo, dolor, impotencia, incertidumbre, culpa y rabia,
entre otros.
La sorpresa es la primera reacción al conocer el acontecimiento, dando paso
rápidamente al desconcierto, confusión y culpa -al igual que le ocurre al
26
MELUK, Emilio. El Secuestro Una Muerte Suspendida. P. 110. 1996. Bogotá - Colombia.
50
secuestrado- por no prever que esto podría suceder. Entre los más allegados se
tiene la sensación de haber perdido una parte de su ser.
Inmediatamente se toma conciencia de la nueva situación, comienza un
reordenamiento grupal caracterizado por la unión en torno a los que se considera
más afectados con el hecho, así como por la reasignación de funciones, con la
idea de suplir el vacío dejado por el plagiado.
Una vez la percepción del secuestro se torna todavía más realista a raíz de
hechos propios de situaciones de este tipo, como las llamadas de los plagiarios,
la tensión se incrementa debido, entre otras cosas, a la poca certeza que se tiene
sobre el estado mental y físico del secuestrado y a la sensación de impotencia
que se apodera de los componentes de la familia. Es en este punto en donde
afloran los sentimientos de ira y venganza, se olvida la vida social y comienzan
los problemas laborales “(...)<<cómo iba a recibir pacientes si yo estaba peor que
ellos>>(...)"28 afirma el psiquiatra Pedro Guerrero al ser interrogado sobre el
secuestro de su esposa.
27
28
GARCIA MARQUEZ, Gabriel. Noticia de un Secuestro. P. 192. Editorial Norma. Bogotá - Colombia
Citado por García Márquez, Gabriel. Noticia de un Secuestro. Editorial Norma.P. 49 BogotáColombia. 1996.
51
Como si fuera poco, entran en escena los medios de comunicación, los que en su
afán de informar, no se preocupan por los sentimientos y la aflicción de las
víctimas, trayendo como resultado la pérdida de intimidad y privacidad
indispensables en estos momentos en los que cualquier movimiento puede ser
erróneamente interpretado por los plagiarios, lo que a su vez puede redundar en
la ruptura de conversaciones por su desconfianza y nerviosismo, con fatales
consecuencias para la víctima, conllevando además, una nueva causa de
preocupación a la familia, tal como se desprende de lo dicho por la esposa de
Francisco Santos “(...) Los micrófonos imprevistos que le salían al paso, la luz
impúdica de los reflectores, el ojo inquisitorial de las cámaras y las mismas
preguntas de siempre a la espera de las mismas respuestas, le causaban unas
náuseas de pánico que a duras penas lograba reprimir(...) y no sólo creía morir en
el intento sino que al verse y escucharse en la pantalla se sentía ridícula e
imbécil”29.
En la negociación la familia es la parte débil, su capacidad de imponer las
condiciones es nula, situándose el poder en las manos de los secuestradores que
detentan la fuerza y el control sobre la vida del plagiado. Esta situación hace que
muchas veces se comentan errores, incluso sin darse cuenta de esto,
produciendo disputas internas en torno al manejo de la información y a la
29
GARCIA MARQUEZ, Gabriel. Noticia de un Secuestro. Editorial Norma. P. 230. Bogotá - Colombia,
1996.
52
seguridad de quien ha sido investido como negociador, así como encuentros no
planeados de forma inteligente con los secuestradores quienes pueden llevar en
determinadas actitudes máscaras con las que se intenta cubrir una intención
subrepticia.
Pero, la mayor causa de preocupación es, como antes se afirmó, la suerte del
retenido. La incertidumbre de vida o muerte es atroz y los secuestradores lo
saben; por eso muchas veces se silencian o dan informaciones sobre el estado
mental o físico del secuestrado de acuerdo a sus conveniencias, descubriendo los
puntos débiles de la familia que se desvive ante la expectativa de una nueva
noticia que denote la supervivencia de su pariente, haciendo que renazca la
esperanza.
En definitiva, la familia percibe el plagio de muy diversas maneras durante su
transcurso, lo cual no quiere decir que alguna visión sea menos traumática que la
siguiente. Así pasa de situaciones de esperanza a total incredulidad y de alegría
por el recibo de “buenas noticias”, a absoluta tristeza por el cambio en el
contenido de la información.
Para Meluk, “La ambivalencia inicial del grupo familiar frente al secuestro de uno
de sus miembros es un mecanismo que guarda algo de similitud con el que se
53
observa en algunas familias cuando muere un ser querido, (...) [se inicia un
proceso de duelo] (...) por la desaparición física del secuestrado y la ausencia de
pruebas que garanticen que la víctima se encuentra con vida.
“Pero el proceso de duelo se detiene por la presencia de pruebas de
supervivencia enviadas por los plagiarios o por las conversaciones telefónicas o
por radio con el secuestrado, indicadores objetivos de que aún esta vivo. Los
silencios prolongados de los secuestradores y la ausencia de contactos con ellos
estimulan que el duelo se siga elaborando porque vuelve a ser posible que el
secuestrado este muerto. Pero los nuevos contactos con los plagiarios o el envío
de otras pruebas de supervivencia detienen nuevamente el proceso de duelo; y
así sucesivamente.”30
2.3.2 Victimización Secundaria
Tal como se delineó en un aparte anterior, esta etapa considera la actuación del
Estado y sus órganos operativos en función del sujeto pasivo desde el momento
en que se tiene noticia del hecho dañino, que para el caso sub judice es el
secuestro.
30
MELUK, Emilio. El Secuestro Una Muerte Suspendida. P. 234, Bogotá- Colombia. 1998.
54
En el presente acápite, se tratarán de estudiar desde el punto de vista de los
posibles daños que se puedan causar a las víctimas, las fallas en los
procedimientos utilizados por los entes que tienen a su cargo las labores
preventivas, investigativas y represivas en torno al secuestro, los cuales, ya sea
por ignorancia o impericia del ejecutor, llevan a aumentar el sufrimiento al que se
han hecho acreedores los sujetos que, con el mismo, ya han visto desmejoradas
sus condiciones de vida.
Por considerar importante llevar un orden lógico en la presentación de los hechos,
a continuación se hará su relación con ayuda del sistema de enumeración:
1. Fallas en los mecanismos de obtención de información de la víctima y su
familia.
Desde un comienzo, las autoridades que conocen del secuestro, ya sea por
denuncia o por ser un acontecimiento públicamente conocido, abordan a los
familiares de la víctima en procura de obtener la mayor cantidad de información
posible, que les permita llegar al esclarecimiento de los hechos que rodean el
ilícito por medio de la investigación que procede adelantar a continuación.
55
Es a partir de este momento, cuando se encuentran las primeras fallas, en razón
al profundo estado de desconcierto y angustia en que se ven inmersos aquéllos
que podrían rendir un testimonio de este hecho inesperado que los ha tomado por
sorpresa, impidiéndoles responder con alguna lógica a los interrogantes de unas
personas que no han sido preparadas para efectuarlos en debida forma, a sujetos
que están atravesando por un momento dramático en sus vidas.
Posteriormente los errores continúan cuando, una vez finalizada la retención, se
llega a un proceso penal en el cual a la víctima -y nuevamente a los familiares- se
les somete a la tortuosa experiencia de recrear los instantes de desgracia en que
se encontraban y que aún no han logrado superar, por parte de unos funcionarios
que al igual que los anteriores, por regla general, no han recibido la menor
instrucción de como manejar las entrevistas a personas que han sufrido un trauma
de esta magnitud.
2. Recolección de pruebas.
Como ya habrá lugar a comentar brevemente dentro del aparte dedicado al
proceso penal, debe reconocerse la vital importancia que tiene para un ulterior
resultado positivo de la investigación el primer contacto del organismo de la
56
infraestructura estatal dedicado a adelantar el escrutinio del hecho dañino con el
lugar en que este acaece y los elementos que en él se encuentran, así como con
los sujetos participes del mismo, con el objeto de recoger la mayor cantidad de
información posible sobre lo sucedido.
Ahora bien, ese primer contacto del que arriba se habla puede darse bajo
diferentes supuestos. El primero, cuando no existe ningún factor externo que
interfiera en la recolección de las pruebas, y el segundo, cuando la función
recolectora se dificulta al deberse desempeñar en áreas de difícil acceso, bien por
ser consideradas como de orden público, por lo agreste de la topografía del
terreno o ya, porque la labor deba adelantarse de manera concomitante al rescate
de la víctima. Estas circunstancias demandan de quien ejerce esa función una
especial preparación militar, la cual le permita sobreponerse a las situaciones
adversas que se le puedan presentar.
Adicionalmente, quienes tienen encomendada a su cargo la labor de recoger las
pruebas, en la mayoría de los casos, comenten errores al valorar su importancia
en un eventual proceso, omitiendo recolectar aquéllas que, por insignificantes que
parezcan, podrían constituir una pieza clave dentro del acervo probatorio en
contra del agresor.
57
Por último, en múltiples oportunidades, a pesar de lograrse obtener las pruebas
en forma eficiente, falencias técnicas y sistemas obsoletos de estudio y transporte
del material recaudado revierten en que se conviertan en muestras inservibles
para el logro del objetivo final.
3. Participación de la víctima en el proceso.
En nuestro medio, es de fácil verificación que el agraviado con el delito, dentro
del proceso penal simplemente hace las veces de “convidado de piedra”, pues, a
pesar de ser el directo interesado, no se le da la posibilidad de intervención en las
etapas procesales que siguen a la ampliación de su denuncia, haciendo que ante
el desconocimiento de la evolución de su causa, aunado a la lentitud del aparato
judicial, se genere en él un sentimiento de desconfianza ante la actuación del
Estado y de terror ante las repercusiones negativas que puedan surgir por parte
de los plagiarios, por haberse atrevido a entablar una querella en su contra.
4. Sistema Carcelario.
Debido, entre otras cosas, a los problemas presupuestales y al alto grado de
burocratización que presenta el Ente encargado de la administración de los
58
Centros de Reclusión existentes en nuestro país, se observa que, una vez el
procesado o condenado ha sido internado en ellos, puede continuar adelantando
actos delincuenciales, en razón a que en estas penitenciarias no se han
implementado los mecanismos necesarios para el adecuado aislamiento de los
reclusos. De esta manera, por su poder y capacidad de maniobra, pueden seguir
manejando sus “negocios” ofreciendo una constante amenaza a todo aquél que
haya osado intervenir en su contra, de una u otra forma, dentro del proceso penal.
5. Identificación de Cadáveres.
Ya se describió cómo desde el momento del levante del secuestrado, la familia
entra en una absoluta incertidumbre sobre la suerte de su allegado, al no saber si
éste se encuentra vivo o muerto. Este dilema se ve agravado con la ineficiencia
que presentan los centros oficiales de atención a las víctimas en los cuales,
muchas veces, no se cuenta con un registro oficial de N.Ns. y de llegar a existir,
no contiene información completa sobre los desaparecidos.
Adicionalmente, en repetidas ocasiones las autoridades proceden a inhumar los
cuerpos por ellas encontrados, sin seguir los procedimientos de identificación
adecuados, tales como la toma de impresión de sus huellas dactilares y el
reconocimiento de sus señas particulares.
59
Esto ha hecho que miles de familias guarden una falsa esperanza de encontrar
con vida a su ser querido, impidiendo que algún día obtengan la tranquilidad que
brinda, al menos el tener certeza sobre la suerte del secuestrado.
2.3.3 Victimización Terciaria
Una vez la víctima es liberada, comienza una nueva etapa en su vida en la que
necesita realizar un reconocimiento de sí misma, sus valores, sus intereses y
expectativas. De igual manera, debe enfrentar los temores y resentimientos que
quedan como secuelas de lo acontecido. Además, está su familia, con la que
debe unir los lazos rotos por la separación forzada de la que fueron objeto,
cuestión que no es en modo alguno fácil porque, quiérase o no, la partes que se
reencuentran han sufrido notables cambios en su personalidad, manera de actuar
y de sentir durante el período que ha durado el secuestro, debido la forma en que
cada uno ha asumido la experiencia y la elaborado de acuerdo a su particular
forma de ser.
2.3.3.1 El secuestrado
El primer momento, luego de la liberación, lo vive como un estado de completa
confusión en donde no entiende aquello que le ha sucedido y trata de negar la
60
realidad de lo acontecido. Pero al mismo tiempo está feliz de no seguirlo viviendo
y de haberle ganado el juego a la muerte. Adicionalmente, no ha podido dejar a
un
lado
las
actitudes
asumidas
durante
el
cautiverio
a
las
cuales
inconscientemente se acostumbra, como son el hablar en susurros y caminar con
pisada suave y lenta.
Pero, ese primer instante es corto y rápidamente da paso a lo que será su modo
de vida por largo tiempo, durante el cual tendrá que luchar en contra de los
fantasmas que quedan en su mente a manera de secuelas psicológicas luego de
la pesadilla a la que sobrevivió.
Así, comienzan a invadirlo una serie de temores, encabezados por el pánico que
le produce el posible reencuentro con sus secuestradores y volver a ser objeto de
sus vilezas, a consecuencia de lo cual “(...) se da una pérdida progresiva de la
capacidad de objetivar los riesgos efectivos de un potencial secuestro, se
presenta una paralización, es decir, una reacción adaptativa a la amenaza vital
del secuestro que conlleva a una restricción vital progresiva(...) se pierde la
capacidad de discriminar entre las amenazas reales o fantaseadas, sintiéndose
en todo momento perseguido, espiado y referido a los demás(...)”31.
61
A partir de allí, se observa un traumatismo en sus relaciones interpersonales, más
o menos profundo, según el caso, el cual se ve reflejado en el aislamiento de
sitios y personas diferentes a quienes conforman su núcleo familiar, como medio
de protección ante un eventual secuestro. Esta situación se observa en igual
sentido en el trabajo que desempeña luego del plagio, en donde la interrelación
con los compañeros de labores es nula, debido a la desconfianza que tiene a todo
ser que intente un acercamiento de alguna manera.
Así mismo, su capacidad de sentir afecto se ve minada durante el cautiverio,
hecho que va influir notablemente en la relación con su familia, en donde se
evidencia una pérdida de la capacidad para sentir emociones asociadas con la
intimidad, la ternura y la sexualidad, haciendo que los vínculos se vuelvan fríos, y
se transformen finalmente en una rutinización de cuidados y atenciones.
En cuanto a su físico, el ex-secuestrado exhibe cambios que pueden, incluso,
producirle sentimientos de vergüenza como se expresa en el siguiente testimonio
“(...) Cómo sería de lamentable mi aspecto después de ocho meses de secuestro,
sin bañarme una sola vez, con la misma ropa sudada, la piel quemada y
cuarteada por el sol del páramo, diez kilos menos de peso y los dientes partidos,
31
Quintero díaz, Claudia Marcela, Rodríguez Cely Leonardo Alberto y otros. Estudio de las funciones
del yo en la elaboración psíquica con personas que han experimentado la vivencia traumática del
secuestro. Tesis de grado. Facultad de Psicología. Pontificia Universidad Javeriana. Bogotá-1995.
62
que no me deje ver de mi esposa (...)”32. Ocurre otro tanto respecto a su
personalidad, donde presenta marcada irritabilidad, agresividad, desorientación
temporo-espacial, dolores de cabeza y fallas en la memoria y la concentración,
entre otros. Todos estos cambios varían su duración de acuerdo a la manera de
ser del individuo y la manera como se haya desarrollado el secuestro.
2.3.3.2 La familia
Al igual que el secuestrado al momento de su liberación, al conocer la noticia y,
posteriormente constatar la veracidad de la misma, la familia se envuelve en un
estado de euforia colectiva que deviene en múltiples celebraciones, pero, luego
de los abrazos y las felicitaciones por el regreso de su pariente, el colectivo debe
enfrentarse con lo que va a ser su realidad durante un largo período de tiempo
caracterizado por la reacomodación de los roles al interior del grupo que se
habían visto modificados y organizados durante el secuestro en forma diferente a
la habitual, a consecuencia de la falta de uno de los miembros.
De igual forma, una vez culmina la excitación causada por el reencuentro, la
familia procede a analizar con cabeza fría la totalidad de lo acontecido,
experimentando un alto grado de temor por la posibilidad de la nueva ocurrencia
del hecho, lo que hace que, en un principio, se verifique un aislamiento social
absoluto, que sólo mermará en intensidad con el paso de los años y con la
32
Testimonio recogido por Meluk, Emilio en El Secuestro una Muerte Suspendida. P. 144. Bogotá-
63
confianza que pueda llegar a adquirir en la eficacia de los organismos del Estado,
que junto con organizaciones privadas y en general la comunidad tienen la difícil
labor de lograr la readaptación de estas víctimas del secuestro al entorno social
en el cual deben desenvolverse.
Otro aspecto, que vale la pena resaltar dentro de este estudio, es el de las
consecuencias económicas negativas que el secuestro trae para la familia y sus
allegados en razón a que, en primer lugar, la víctima del plagio generalmente es
quien lleva las riendas en materia monetaria dentro del grupo, lo que hace que al
no estar presente los negocios se queden a la deriva y si es asalariado, no
devengue jornal durante el tiempo del cautiverio, a menos que exista denuncia del
hecho, a lo que se debe aunar que las puertas del sistema financiero al momento
de la consecución de un crédito se encuentran, generalmente, cerradas, debido a
que personas en estas condiciones no presentan ninguna garantía que respalde
la inversión realizada por las entidades que componen este sector.
Colombia, 1998.
64
2.3.3.3. El síndrome de Estocolmo
Como punto final de este aparte, es importante hacer una mención de este
fenómeno psicológico considerado como una de las tantas respuestas que puede
presentar la víctima frente a su cautiverio.
"El síndrome de Estocolmo se presenta cuando la persona que lo sufre 'se
identifica con su agresor, ya sea asumiendo la responsabilidad de la agresión a
que es objeto, ya sea imitando física o moralmente la persona del agresor, o ya
sea adoptando ciertos símbolos de poder que lo caracterizan'. En tanto que es un
mecanismo defensivo psicológico de adaptación del individuo, es de carácter
inconsciente. (Skurnik, 1987: 179)".33
Una de las preocupaciones mayormente manifestadas por los exsecuestrados, es
si de acuerdo a su comportamiento durante el plagio y después de la liberación,
existen indicios correspondientes a la sintomatología propia de este síndrome, lo
cual expresan con signos claros de temor y remordimiento como si el haber
padecido momentáneamente de sus efectos significara una muestra de debilidad.
33
Citado por Meluk, Emilio, El Secuestro Una Muerte Suspendida. Primera edición 1998. P. 163.
65
Es procedente hacer énfasis en que para que el síndrome de Estocolmo se
presente como tal, la identificación de la víctima con sus secuestradores debe
provenir de un proceso psicológico desprovisto de conciencia, lo cual quiere
decir, que ese apoyo a las ideas de los plagiarios no debe surgir de un propósito
deliberado sino de una percepción en la cual el secuestrado cree la convicción de
que aquello que le está sucediendo es lógico, justificando las acciones de quienes
lo mantienen privado de su libertad sin percatarse de este hecho.
En conclusión, de acuerdo con estudios realizados por la Fundación País Libre,
para detectar y diagnosticar el síndrome de Estocolmo, es necesario que se
presenten dos condiciones:
1. Que la víctima haya asumido inconscientemente, una importante identificación
con las actitudes y modos de pensar de los secuestradores.
2. Que las manifestaciones iniciales de agradecimiento y aprecio hacia sus
captores, se prolonguen a lo largo del tiempo, aún cuando la víctima ya haya
reanudado su vida habitual e interiorizado la finalización de su cautiverio.
No obstante lo anterior, es importante aclarar que en Colombia, en la mayoría de
los casos de secuestro, se produce un fenómeno totalmente contrario al que se
viene estudiando ya que quienes sufren de la privación de su libertad -ya sea por
66
parte de la guerrilla o de la delincuencia común- salen de esa experiencia con un
odio profundo hacia sus captores, pese a que durante el cautiverio, les hacen
creer su complacencia y aceptación hacia su modo de actuar y pensar que no es
más que una estrategia para manipularlos y obtener algún beneficio.
67
3 TRATAMIENTO INTERNACIONAL
Siempre que se exhiben nuevos cuadros estadísticos se encuentra que en ellos
se revelan datos acerca del número de secuestrados y los tipos de secuestro,
pero nunca se intenta presentar lo que en realidad es el drama sufrido por los
plagiados y sus familias, ni mucho menos dejan ver el grado de descomposición
que puede alcanzar la personalidad de quien se atreve a cometerlo.
En todo el mundo se rotula a Colombia como una sociedad enferma con altos
índices de homicidios, secuestros y, en general, de las más disímiles violaciones
a los derechos humanos.
Por esto se debe considerar que, estando nuestra sociedad atravesando por uno
de sus instantes más álgidos en materia de desorganización, individualismo y
apatía, es el momento para convocar a la unión de toda la comunidad en un
propósito nacional para enfrentar sus desgracias, siendo el principal objetivo “(...)
68
que la población, las gentes, la comunidad, asuman de manera natural una
posición de rechazo ante el secuestro, diría que con un sentido cívico”.34
Ahora bien, sobre la base de este postulado es que por medio del decreto 67 de
enero 11 de 1996 el gobierno otorgó al Director del Programa Presidencial para la
Defensa de la Libertad Personal, entre otras, la función de “velar por el respeto y
la aplicación del derecho internacional humanitario en el marco de la situación de
violencia interna que vive el país… ”,35.
Esta tarea, lo obliga a dar efectiva aplicación a la Declaración de los Derechos
Humanos, los Protocolos I y II de Ginebra y la Declaración de las Naciones
Unidas Sobre los Principios Fundamentales de Justicia Para las Víctimas de
Delitos y del Abuso de Poder aprobada en la Resolución 40/34 del 29 noviembre
de 1985, así como a las normas legales, sentencias de las cortes, directivas
presidenciales y demás manuales, resoluciones etc., en las cuales se encuentren
entronizados todos los principios humanitarios que se establecen en nuestro
ordenamiento jurídico a partir del artículo 214 de la Constitución Nacional, el cual
establece en su numeral 2 que, en caso de presentarse estados de excepción,
“no podrán suspenderse los derechos humanos ni las libertades fundamentales.
34
35
VILLAMIZAR, Alberto. Conferencia dictada el 24 de enero de 1996 ante los altos mandos militares.
Presidencia de la república. Programa presidencial para la defensa de la libertad personal. El
respeto al derecho internacional humanitario nos enaltece como nación. Publicación de la
Presidencia de la República, pag. 8.
69
En todo caso se respetarán las normas del derecho internacional humanitario
… ”.36 (el subrayado es nuestro).
Teniendo en cuenta lo anterior, dará inicio el estudio del tratamiento dado
internacionalmente al delito del secuestro según las normas arriba citadas.
3.1 DECLARACION DE LOS DERECHOS HUMANOS
Es en nuestra época, cuando principia la protección jurídica a los derechos
humanos en el derecho positivo internacional, como resultado del reconocimiento
por parte de todas las naciones de que el bien común de toda sociedad
organizada debe tener su base en la persona, detentando como fin fundamental
“el respeto, salvaguardia y promoción de los derechos y libertades fundamentales
de todos los seres humanos sin excepción alguna y la tutela de tales derechos, la
cual debe intentarse bajo un régimen de derecho positivo”37.
Este objeto fue delineado en el preámbulo de la Declaración de los Derechos
Humanos de la O.N.U. y luego fue reiterado en los propósitos que se dieron a la
misma. Pero resulta necesario aclarar desde un principio que un sistema de
36
37
Artículo 214 No. 2 C.N.
AGUDELO, Luis E. Realidad jurídica de los derechos humanos. Asociación colombiana
proderechos
70
derecho positivo, en el cual pueda desarrollarse efectivamente la protección de
los derechos humanos, no está capacitado para subsistir en cualquier régimen de
gobierno, sólo puede hacerlo en un régimen de derecho que permita la inclusión
de los derechos del hombre en su constitución y sus leyes.
Ahora bien, aunque los derechos humanos se hallaban protegidos a nivel de las
naciones en sus legislaciones internas, fue únicamente con la II Guerra Mundial
cuando se inició su guarda internacional con la declaración universal de los
derechos humanos expedida por la O.N.U. el 10 de Diciembre de 1948 por medio
de la resolución 217. Mediante esta declaración los países, en forma unánime,
manifestaron su respeto por la dignidad y el valor de la persona y su firme
intención de colaborar en la protección de los derechos y libertades
fundamentales de todos los seres. A partir de ella se han suscrito un gran número
de tratados en el seno de esa organización quedando, de esta manera, en pie
claros sistemas de protección legal que tienen la finalidad de rescatar y fomentar
la dignidad humana.
Estos tratados, han sido punto de partida para que organismos regionales creen
sus propias normas protectoras de los derechos humanos, como lo ha hecho la
O.E.A. en el Pacto de San José, suscrito en San José de Costa Rica el 22 de
humanos, Bogotá D.C., 1982.
71
Noviembre de 1969, en el cual se reafirman, entre otros principios, el fiel
cumplimiento por parte de los Estados de las obligaciones emanadas de los
tratados y demás fuentes del derecho internacional como bases esenciales del
orden entre las naciones, y se efectúa la proclamación de los derechos
fundamentales de la persona humana, a partir de la cual nace la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos como una entidad autónoma de la O.E.A.
cuyo objetivo es promover el respeto de los derechos humanos, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos ante la cual sólo pueden acudir los
Estados adheridos y la Comisión Interamericana.
Así mismo, este pacto, trata sobre los derechos y libertades protegidos, los
deberes del Estado para su protección y los medios que puede utilizar para ello,
además de contener un capítulo especial en el que hace una correlación entre los
deberes y derechos, afirmando que toda persona tiene obligaciones para con la
familia, la comunidad y la humanidad, señalando a su vez que los derechos de
cada persona están limitados por los de los demás.
3.2 PROTOCOLO II DE GINEBRA
Teniendo como fundamento los derechos humanos, los temas del derecho
internacional humanitario se han encauzado hacia los conflictos -ya sean de
72
carácter nacional o internacional- así como a las personas que se encuentran
involucradas en ellos, protegiendo en primerísimo lugar a la población civil del
maltrato al que puede verse sometida por parte de las fuerzas enfrentadas.
Como muchos otros estados organizados, Colombia por medio de su Gobierno
gestiona y ratifica los tratados internacionales dando cabida a la vigilancia
mundial sobre todos sus actos de guerra, lo que por desgracia no sucede con su
contraparte en el enfrentamiento, la guerrilla que, a pesar de exigir al estado la
adhesión y cumplimiento de los convenios que desarrollan el derecho
humanitario, nunca ha intentado asumir una actitud recíproca porque de sobra
sabe que de obtener el estatus político que otorgan dichos acuerdos
plurilaterales, la comunidad internacional tendría acciones sobre ella y podría
perder muchos de los beneficios que le aporta la guerra clandestina que han
llevado a cabo durante muchos años.
Por último, antes de entrar al análisis del protocolo II de Ginebra, se debe tener
en cuenta que el derecho internacional humanitario es de obligatoria aplicación
no pudiendo ser negociado y menos utilizado en la forma en que lo hace la
delincuencia en nuestro país, simplemente como una bandera ondeada en el
contexto político cada vez que es necesario para asestar un golpe de opinión en
contra del Gobierno de turno.
73
3.2.1 Análisis del Protocolo II de Ginebra
A pesar de no tener, la noción de conflicto armado sin carácter internacional, una
precisa delimitación, es posible determinar las situaciones en las cuales se
presenta. Para esto, se debe diferenciar, en primer lugar, de un conflicto armado
de carácter internacional por la calidad de las partes en contienda, pues en el
conflicto interno los contendores no son dos Naciones Soberanas, sino el
gobierno de un solo Estado que lucha contra uno o varios grupos armados dentro
de los límites de su territorio.
Esto no quiere decir que toda confrontación dentro de los límites de un territorio
pueda ser catalogada como conflicto armado, pues para que logre encasillarse
dentro de dicha definición es imperioso que cumpla con ciertos requisitos, siendo
los principales el que las hostilidades se desarrollen entre fuerzas armadas
dotadas de cierta organización, y que se dé el reconocimiento de la beligerancia
74
de los grupos armados de insurgentes por parte del gobierno legal del estado38 ó
por parte de un tercer estado39 .
3.2.1.1 Artículo 3 común a los cuatro convenios de Ginebra
Consideramos de enorme importancia dentro del análisis del protocolo II incluir el
estudio de este artículo, ya que él es el punto de partida del derecho humanitario
aplicable en los conflictos armados no internacionales. El artículo reza así:
“En caso de conflicto armado que no sea de índole internacional y que surja en el
territorio de una de las Altas Partes Contratantes, cada una de las Partes en
conflicto tendrá la obligación de aplicar, como mínimo, las siguientes
disposiciones:
“1) Las personas que no participen directamente en las hostilidades, incluidos los
miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las armas y las personas
puestas fuera de combate por enfermedad, herida, detención o por cualquier otra
causa, serán, en todas las circunstancias, tratadas con humanidad, sin distinción
alguna de índole desfavorable basada en la raza, el color, la religión o la creencia,
el sexo, el nacimiento o la fortuna o cualquier otro criterio análogo.
“A este respecto, se prohiben, en cualquier tiempo y lugar, por lo que atañe a las
personas arriba mencionadas:
38
39
Este reconocimiento consiste en un acto jurídico bilateral de carácter discrecional, que puede
adoptar una forma expresa o tácita. El reconocimiento tácito de beligerancia se deduce de medidas
o de una actitud del gobierno ante una situación conflictiva interna (por ejemplo, un bloqueo).
Este acto da origen a una nueva situación jurídica. La relación entre el gobierno establecido y los
insurgentes responde al estado de guerra que hace aplicable entre ellos el derecho de los conflictos
armados. Este reconocimiento se limita a conferir a los insurgentes una determinada personalidad
jurídica, como sujetos de derechos y obligaciones, dentro de los límites del derecho de la guerra.
Comité Internacional de la Cruz Roja, Comentarios del Protocolo II.
Este reconocimiento, que no puede ser tácito, solo tiene consecuencias jurídicas en las relaciones
de dicho estado y las partes en un conflicto armado no internacional y solo puede darse cuando se
cumplan tres condiciones. 1. Que la parte sublevada haya conquistado una existencia territorial
clara por la posesión de una parte determinada del territorio nacional; 2. Que los sublevados reúnan
las características de un gobierno regular que ejerce efectivamente, sobre dicha parte del territorio,
los derechos evidentes de la soberanía; 3. Que las tropas insurgentes tengan cierta organización y
se encuentren sometidas a cierta disciplina militar que se ajuste a las leyes de la guerra. Comité
Internacional de la Cruz Roja. Comentarios de Protocolo II.
75
“a) los atentados contra la vida y la integridad corporal, especialmente el
homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos crueles, la tortura y los
suplicios (...);
“(...) c) los atentados contra la dignidad personal, especialmente los tratos
humillantes y degradantes (...)
“(...) 2) Los heridos y los enfermos serán recogidos y asistidos.
Un organismo humanitario imparcial, tal como el Comité Internacional de la Cruz
Roja, podrá ofrecer sus servicios a las partes en conflicto.
Además, las partes en conflicto harán lo posible por poner en vigor, mediante
acuerdos especiales, la totalidad o parte de las otras disposiciones del presente
convenio”.
La aplicación de las anteriores disposiciones no surtirá efectos sobre el estatus
jurídico de las partes en conflicto.
3.2.1.2 Preámbulo
Para mejor comprensión de su letra, primero se requiere conocer quien es
considerado como alta parte contratante. Se le denomina así al Gobierno legal del
Estado Parte en el Protocolo II. Incluso si la autoridad de hecho que dirige la
lucha contra el gobierno ejerce los mismos derechos y tiene las mismas
obligaciones humanitarias, no llegará a tener la calidad de una Alta Parte
Contratante.
76
Este preámbulo contiene los principios reconocidos como fundamento de la
protección de la persona en los conflictos armados no internacionales, que
pueden resumirse afirmando “(...) que se trata de garantías fundamentales de un
trato humano (integridad física y mental) para todas las personas que no
participan o que ya no participan en las hostilidades, así como del derecho a ser
juzgado. El respeto a esos principios implica, en particular, la salvaguardia de la
población civil, el respeto del adversario fuera de combate, la asistencia a los
heridos y a los enfermos y un trato humano a las personas privadas de libertad”40.
Pero, aunque en esta parte se consignen los principios mencionados, no debe
olvidarse que este protocolo, a pesar de tener la misma finalidad de otros
instrumentos internacionales de derechos humanos consistente en la protección
de la persona humana, se trata de un ordenamiento jurídico distinto, siendo el
derecho internacional humanitario el prevalente en caso de conflicto armado,
dejando sólo los derechos fundamentales de la persona humana que garantizan
el respeto de su integridad física y moral como únicos derechos de obligatoria
observancia, sea cual sea la situación que se presente.
Para finalizar este aparte, se debe dejar en claro, así sea repitiendo lo dicho
antes, que el Protocolo II tiene una finalidad exclusivamente humanitaria y solo
trata
de
salvaguardar
las
mínimas
40
Comité Internacional de la Cruz Roja. Comentario del Protocolo II.
77
garantías
personales
en
cualquier
circunstancia, por lo cual el hecho de que un Estado le dé aplicación no
constituye un reconocimiento, ni siquiera implícito, de beligerancia, y no modifica
la índole jurídica de las relaciones que existen entre las partes que se enfrentan.
Pero, esta aplicación a las partes en conflicto lleva a formularse la siguiente
pregunta, ¿cómo la parte insurgente puede estar obligada por un tratado del que
no es Alta Parte Contratante?. A esto debe responderse que el compromiso que el
Estado ha contraído es válido no sólo para el gobierno, sino también para las
autoridades constituidas y los particulares que se encuentren en el territorio
nacional, a los cuales se les imponen así ciertas obligaciones, las cuales deben
ser cumplidas aún en contra de su voluntad sea cual sea la situación que se
presente.
3.2.1.3 TITULO 1- Ambito Del Presente Protocolo
Artículo 1- Ambito de aplicación material: Tal como se mencionó anteriormente,
este instrumento internacional sólo se aplica a los conflictos armados de carácter
no internacional en que se enfrentan un grupo de insurgentes, la mayoría de las
veces parte de la población, y el gobierno establecido, aplicándose en forma
automática al momento de presentarse el enfrentamiento, sin necesidad de
declaración alguna por parte de los bandos en contienda, siempre y cuando
existan operaciones militares preparadas por grupos que tienen alguna
78
organización y a la vez ejercen algún tipo de control sobre una parte del territorio
estatal que les permita hacer efectivo uso del Protocolo.
Artículo 2- Ambito de aplicación personal: En primer lugar aclara que el Protocolo
se aplicará, sin que se puedan hacer discriminaciones de ninguna clase, a toda
persona que se encuentre afectada por un conflicto armado, es decir, a quienes
nunca fueron parte en el enfrentamiento o que, habiéndolo sido ya no lo son, las
cuales no pueden verse perjudicadas por el comportamiento de los bandos en
contienda.
En el párrafo 2 de este artículo se repite la necesidad de protección de los
derechos fundamentales del individuo, esta vez haciendo referencia a las
personas a las que se les priva o se les restringe su libertad durante o después
del conflicto y durante todo el tiempo que esa situación dura.
Artículo 3- No intervención: Sin pretender hacer individualizaciones, si resulta
procedente advertir que lo prescrito en este artículo debería tenerse presente por
muchas de las organizaciones internacionales de carácter privado que se dicen
protectoras de los derechos humanos y que actúan en nuestro país anteponiendo
su tendencia procomunista a la función que en realidad deberían estar realizando
y que basan su trabajo en la mera condena al estado, olvidándose de quienes en
79
realidad están provocando que se presenten la mayoría de los hechos que
estamos viviendo por medio de actos de violencia sin sentido y por demás
crueles, creyendo tener un cierto grado de legitimidad dentro de la población,
legitimidad que, en realidad, sólo se apoya en el temor que estos grupos crean
dentro de la misma.
De este modo, el inciso 1º. de esta norma estipula que al tener una finalidad
puramente humanitaria, el protocolo no puede ser utilizado por ningún individuo u
organización con el objeto de afectar “el derecho del Estado a tomar las medidas
pertinentes para mantener o restaurar el orden público y defender su unidad
nacional y su integridad territorial”41, ya que, “ésta es una responsabilidad
que incumbe al gobierno y se la reconoce expresamente”42 .
3.2.1.4 TITULO II- Trato Humano
Artículo 4- Garantías fundamentales: Este artículo contiene una enumeración de
derechos humanos fundamentales conocidos como de obligatoria observancia,
los cuales no pueden ser vulnerados por las partes involucradas en un conflicto
armado.
41
42
Comité Internacional de la Cruz Roja. Comentario del Protocolo II.
Comité Internacional de la Cruz Roja. Comentario del Protocolo II.
80
Por considerarlo de gran importancia para el tema central de este trabajo, se
realizará una transcripción de algunos apartes de él.
“Artículo 4- Garantías fundamentales:
“1. Todas las personas que no participen directamente en las hostilidades, o que
hayan dejado de participar en ellas, estén o no privadas de la libertad, tienen
derecho a que se respeten su persona, su honor, sus convicciones y sus prácticas
religiosas. Serán tratadas con humanidad en toda circunstancia, sin ninguna
distinción de carácter desfavorable ...”(el subrayado es nuestro).
“2. Están y quedarán prohibidos en todo tiempo y lugar con relación a las personas
a las que se refiere el párrafo 1:
a) Los atentados contra la vida, la salud y la integridad física o mental de las
personas, en particular el homicidio y los tratos crueles, tales como la tortura”(...)
(que cubre todas las formas de tortura física o mental) (...)“ y las mutilaciones o
toda forma de pena corporal”(el subrayado es nuestro);
(...) e) Los atentados contra la dignidad personal, en especial los tratos humillantes
y degradantes ...”.(el subrayado es nuestro); .
“3. (...) b) Se tomarán las medidas oportunas para facilitar la reunión de las
familias temporalmente separadas”. (Este es un párrafo que se encuentra dentro
del numeral 3, que habla esencialmente de los niños y los tratos y cuidados que
debe dárseles dentro de las situaciones de conflicto interno que se presenten, pero
que en realidad tiene una aplicación “erga hommes” porque aquí lo realmente
importante es que los bandos en conflicto velen por que no se rompan las uniones
familiares, principalmente mediante el no uso de la práctica del secuestro y, en
últimas instancias este literal reconoce el mínimo derecho de las familias a saber
la suerte que han corrido sus parientes.).
Artículo 5- Personas privadas de la libertad: Aunque, en principio, parecería
referirse solamente a los detenidos o prisioneros, este artículo cubre a todas las
personas cuya libertad ha sido anulada o restringida por motivos relacionados con
el conflicto. Tiene por objeto garantizar unas condiciones de detención decorosas
imponiendo la obligación, a los captores, de garantizar, a las personas que se
encuentren en su poder, un trato humano del que se derive un buen estado de
salud y la integridad física y mental del retenido.
Hay que aclarar que este artículo se aplica a las personas privadas de su libertad
desde el momento en que ocurre esa privación hasta que la recobran, pero, para
esto, debe existir una relación entre la situación de conflicto y la privación de la
libertad (...)”43.
43
Protocolo II de Ginebra Título II, Artículo 4.
81
3.2.1.5. TITULO IV- Población Civil
Trata sobre los principios reconocidos hace mucho tiempo, consistentes
primordialmente en la inmunidad de las personas que no participan directamente
en las hostilidades en situaciones de conflicto armado. Estos principios, reiterados
en la resolución 2675 de la asamblea general de la O.N.U. se resumen a
continuación:
- En caso de conflicto armado no podrá suspenderse la validez y aplicación de los
derechos humanos fundamentales.- Las personas que componen las poblaciones
civiles no podrán ser objeto de represalias, traslados forzosos u otros ataques
contra su integridad y las partes en conflicto deberán hacer todo lo que esté a su
alcance para evitar que las poblaciones civiles sufran heridas, pérdidas o daños.
Artículo 13- Protección de la población civil: Por consideraciones similares a las
aludidas al tratar el artículo cuarto de este protocolo, se realizará una
transcripción de esta norma en su totalidad antes de pasar a su análisis.
“1. La población civil y las personas civiles gozarán de protección general contra
los peligros procedentes de operaciones militares. Para hacer efectiva esta
protección, se observarán en todas las circunstancias las normas siguientes.
2. No serán objeto de ataque la población civil como tal, ni las personas civiles.
Quedan prohibidos los actos o amenazas de violencia cuya finalidad principal sea
aterrorizar a la población civil.
82
3. Las personas civiles gozarán de la protección que confiere este título, salvo si
participan directamente en las hostilidades y mientras dure tal participación.”44 (el
subrayado es nuestro).
A través del inciso 1 de la disposición se pretende diferenciar los conceptos de
población civil y personas civiles como una forma de indicar que no sólo está
resguardada la primera en su conjunto, sino también los individuos que la
conforman. Así mismo, aclara que la protección es general, esto para separarla
de la que se le da a ciertas personas que merecen un cuidado particular por su
especial situación dentro de la población civil, como lo son heridos, enfermos,
niños, etc. Por último, aclara que esa protección se debe brindar cuando los
peligros proceden de operaciones militares, es decir, de “los movimientos o las
maniobras de las fuerzas armadas o de grupos armados en acción”45, creando
dos obligaciones a las fuerzas en conflicto: 1. Nunca dirigir un ataque contra la
persona o la población civil; 2. Limitar al máximo los efectos de las operaciones
militares que, en un momento dado, puedan llegar a los protegidos por la norma.
El segundo inciso, prohibe los ataques directos contra la población civil y los
ataques destinados a sembrar el terror en la misma, los que a pesar de no ser
directamente dirigidos contra sus miembros, merecen ser objeto de una particular
condena, pues en los conflictos internos son de frecuente uso en sus muy
44
Protocolo II de Ginebra Título IV, Artículo 13.
45
Comité internacional de la Cruz Roja. Comentario del protocolo II.
83
diferentes variedades, las cuales se encuentran cobijadas por la expresión “actos
o amenazas de violencia”.
El tercer inciso, prescribe que las personas perderán la protección del artículo en
comento si llegan a tener una participación directa en las hostilidades, lo cual
implica una relación de causalidad adecuada entre el acto de participar y su
resultado inmediato. La pérdida de beneficios por tal motivo sólo dura mientras se
realice la determinada actuación por parte del civil. De todas formas aclara que,
en caso de duda sobre la condición de una persona se debe presumir que ésta es
civil.
Artículo 14- Protección de los bienes indispensables para la supervivencia de la
población civil: Con este artículo se busca dejar a las personas que no se hallan
dentro de las fuerzas enfrentadas con los mínimos bienes para atender sus
necesidades básicas, lo que evita que pueda causarse una situación de miseria
generalizada.
84
3.2.1.6. TITULO V- Disposiciones Finales
El objeto de este título es reglamentar el procedimiento que deben seguir los
Estados para manifestar su voluntad de obligarse por el protocolo, así como las
modalidades de compromiso, las formalidades de notificación y registro y los
textos auténticos.
De este modo, se concluye la interpretación de las normas contenidas en el
Protocolo II de Ginebra que pueden revestir alguna importancia para el tema que
se intenta desarrollar, iniciando a continuación un recuento de los principales
apartes de la Declaración sobre los principios fundamentales de derecho para las
víctimas de delitos y del abuso de poder, Declaración que constituye la base
sobre la cual se desarrollará el punto atinente a la propuesta que sobre la
Victimología del secuestro y su propagación en nuestro medio se pone a
consideración del lector.
3. 2. 2.
Declaración Sobre Los Principios Fundamentales De Justicia Para Las
Víctimas De Delitos Y Del Abuso De Poder Resolución 40/34 De La
Asamblea General De Las Naciones Unidas
“La Asamblea General,
Recordando que el Sexto Congreso de las Naciones Unidas sobre
Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente recomendó que las
Naciones Unidas continuarán su actual labor de elaboración de directrices
y normas acerca del abuso del poder económico y político,
85
Consciente de que millones de personas de todo el mundo sufren daños
como resultado de delitos y de abuso de poder y de que los derechos de
esas víctimas no han sido reconocidos adecuadamente,
Reconociendo que las víctimas de delitos y las víctimas del abuso de
poder, y frecuentemente también sus familias, los testigos y otras
personas que les prestan ayuda, están expuestos injustamente a pérdidas,
daños o perjuicios, y que además pueden sufrir dificultades cuando
comparezcan en el enjuiciamiento de los delincuentes,
1. Afirma la necesidad de que se adopten medidas nacionales e
internacionales a fin de garantizar el reconocimiento y el respeto
universales y efectivos de los derechos de las víctimas de delitos y del
abuso de poder;
2. Destaca la necesidad de promover el progreso de todos los Estados en
sus esfuerzos con tal fin, sin perjuicio de los derechos de los sospechosos
o delincuentes
3. Aprueba la Declaración sobre los principios fundamentales de justicia a)
relativos a las víctimas de delitos y b) relativos a las víctimas del abuso de
poder, incluida como anexo a la presente resolución, que está destinada a
ayudar a los gobiernos y a la comunidad internacional en sus esfuerzos
por garantizar la justicia y la asistencia a las víctimas de delitos y a las
víctimas del abuso de poder;
4. Insta a los Estados Miembros a tornar las medidas necesarias para
poner en vigor las disposiciones contenidas en la Declaración y, a fin de
reducir la victimización a que se hace referencia más adelante, a
esforzarse por:
a) Aplicar políticas sociales, sanitarias (incluida la salud mental),
educativas, económicas y dirigidas específicamente a la prevención del
delito con objeto de reducir la victimización y alentar la asistencia a las
víctimas que la necesiten;
b) Promover los esfuerzos de la comunidad y la participación de la
población en la prevención del delito;
c) Revisar periódicamente su legislación y prácticas vigentes con objeto
de adaptarlas a las circunstancias cambiantes, y promulgar y hacer
cumplir leyes que proscriban los actos que infrinjan normas
internacionalmente reconocidas relativas a los derechos humanos, la
conducta de las empresas y otros abusos de poder;
d) Crear y fortalecer los medios para detectar, enjuiciar y condenar a los
culpables de delitos;
e) Promover la revelación de la información pertinente, a fin de someter la
conducta oficial y la conducta de las empresas a examen público, y otros
medios de que se tengan más en cuenta las inquietudes de la población;
86
f) Fomentar la observancia de códigos de conducta y normas éticas, en
particular los criterios internacionales, por los funcionarios públicos,
inclusive el personal encargado de hacer cumplir la ley, el correccional, el
médico, el de los servicios sociales y el militar, así como por los
empleados de las empresas de carácter económico;
g) Prohibir las prácticas y los procedimientos conducentes al abuso, como
los lugares de detención secretos y la detención con incomunicación;
h) Cooperar con otros Estados, mediante la asistencia judicial y
administrativa mutua en asuntos tales como la detección y el
enjuiciamiento de delincuentes, su extradición y la incautación de sus
bienes, para destinarlos al resarcimiento de las víctimas;
5. Recomienda que, en los planos internacional y regional, se adopten
todas las medidas apropiadas tendientes a:
a) Promover las actividades de formación destinadas a fomentar el
respeto de los criterios y normas de las Nacionaes Unidad y reducir los
posibles abusos;
b) Patrocinar las investigaciones prácticas de carácter cooperativo sobre
los modos de reducir la victimización y ayudar a las vícitmas, y promover
intercambios de información sobre los medios más efectivos de alcanzar
esos fines;
c) Prestar ayuda directa a los gobiernos que la soliciten con miras a
ayudarlos a reducir la victimización y aliviar la situación de las víctimas;
d) Establecer formas y medios de proporcionar un recurso a las víctimas
cuando los procedimientos nacionales resulten insuficientes;
6. Pide el Secretario General que invite a los Estados Miembros a que
informen periódicamente a la Asamblea General respecto a la aplicación
de la Declaración así como a las medidas que adopten a ese efecto;
7. Pide también al Secretario General que aproveche las oportunidades
que ofrecen todos los organismos y órganos del sistema de las Naciones
Unidas a fin de prestar asistencia, cuando sea necesario, a los Estados
Miembros para mejorar las formas y medios de proteger a las víctimas a
nivel nacional y mediante la cooperación internacional;
8. Pide además al Secretario General que promueva los objetivos de la
Declaración, procurando especialmente que su difusión sea lo más amplia
posible;
9. Insta a los organismos especializados, a otras entidades y órganos del
sistema
de
las
Naciones
Unidas,
a
las
organizaciones
intergubernamentales y no gubernamentales pertinentes y a la población
en general a que cooperen en la aplicación de las disposiciones de la
Declaración.
87
ANEXO
Declaración sobre los principios fundamentales de derecho para las
víctimas de delitos y del abuso de poder aprobada por la Resolución
40/34 de la ONU
“A. LAS VÍCTIMAS DE DELITOS:
“1. Se entenderá por “víctimas”, las personas que, individual o
colectivamente, hayan sufrido daños, incluidos lesiones físicas o
mentales, sufrimiento emocional, pérdida financiera o menoscabo
sustancial de sus derechos fundamentales, como consecuencia de
acciones u omisiones que violen la legislación penal vigente en los
Estados Miembros (...)
“(...) 2. Podrá considerarse “VICTIMA” a una persona con arreglo a la
Declaración independientemente de que se identifique, aprehenda,
enjuicie o condene al perpetrador e independientemente de la relación
familiar entre el perpetrador y la víctima. En la expresión víctima se
incluye además, en su caso, a los familiares o dependientes inmediatos de
la víctima directa y a las personas que hayan sufrido daños al intervenir
para asistir a la víctima en peligro o para prevenir la victimización.
“3. Las disposiciones de la presente Declaración serán aplicables a todas
las personas sin distinción alguna, ya sea de raza, color, sexo, edad,
idioma, religión, nacionalidad, opinión política o de otra índole, creencias o
prácticas culturales, situación económica, nacimiento o situación familiar,
origen étnico o social, o impedimento físico.
“ACCESO A LA JUSTICIA Y TRATO JUSTO
“4. Las víctimas serán tratadas con compasión y respeto por su dignidad.
Tendrán derecho al acceso a los mecanismos de la justicia y a una pronta
reparación del daño que hayan sufrido, según lo dispuesto en la
legislación nacional.
“5. Se establecerán y reforzarán, cuando sea necesario, mecanismos
judiciales y administrativos que permitan a las víctimas obtener reparación
mediante procedimientos oficiales u oficiosos que sean expeditos, justos,
poco costosos y accesibles. Se informará a las víctimas de sus derechos
para obtener reparación mediante esos mecanismos.
“6. Se facilitará la adecuación de los procedimientos judiciales y
administrativos a las necesidades de la víctimas:
88
“a) Informando a las víctimas de su papel y del alcance, el desarrollo
cronológico y la marcha de las actuaciones, así como de la decisión de
sus causas, especialmente cuando se trate de delitos graves y cuando
hayan solicitado esa información;
“b) Permitiendo que las opiniones y preocupaciones de las víctimas sean
presentadas y examinadas en etapas apropiadas de las actuaciones
siempre que estén juego sus intereses, sin perjuicio del acusado y de
acuerdo con el sistema nacional de justicia penal correspondiente;
“c) Prestando asistencia apropiada a las víctimas durante todo el acceso
judicial;
“d) Adoptando medidas para minimizar las molestias causadas a las
víctimas, proteger su intimidad, en caso necesario, y garantizar su
seguridad, así como la de sus familiares y la de los testigos en su favor,
contra todo acto de intimidación y represalia;
“e) Evitando demoras innecesarias en la resolución de las causas y en la
ejecución de los mandamientos o decretos que concedan indemnizaciones
a las víctimas.
“7. Se utilizarán, cuando proceda, mecanismos oficiosos de solución de
las controversias, incluidos la mediación, el arbitraje y las prácticas de
justicia consuetudinaria o autóctonas, a fin de facilitar la conciliación y la
reparación en favor de las víctimas.
“RESARCIMIENTO
“8. Los delincuentes o los terceros responsables de su conducta resarcirán
equitativamente, cuando proceda, a las víctimas, sus familiares o las
personas a su cargo. Ese resarcimiento comprenderá la devolución de los
bienes o el pago por los daños o pérdidas sufridas, el reembolso de los
gastos realizados como consecuencia de la victimización, la prestación de
servicios y la rehabilitación de derechos.
“9. Los gobiernos revisarán sus prácticas, reglamentaciones y leyes de
modo que se considere el resarcimiento como una sentencia posible de
los casos penales, además de otras sanciones penales. (...)
“(...) 11. Cuando funcionarios públicos u otros agentes que actúen a título
oficial o cuasioficial hayan violado la legislación penal nacional, las
víctimas serán resarcidas por el Estado cuyos funcionarios o agentes
hayan sido responsables de los daños causados. En los casos en que ya
no exista el gobierno bajo cuya autoridad se produjo la acción u omisión
victimizadora, el Estado o gobierno sucesor deberá proveer el
resarcimiento de las víctimas.
89
“INDEMNIZACION
“12. Cuando no sea suficiente la indemnización proveniente del
delincuente o de otras fuentes, los Estados procurarán indemnizar
financieramente:
“a) A las víctimas de los delitos que hayan sufrido importantes lesiones
corporales o menoscabo de su salud física o mental como consecuencia
de delitos graves;
“b) A la familia, en particular a las personas a cargo de las víctimas que
hayan muerto o hayan quedado física o mentalmente incapacitados como
consecuencia de la victimización.
“13. Se fomentará el establecimiento, el reforzamiento y la ampliación de
fondos nacionales para indemnizar a las víctimas. Cuando proceda,
también podrán establecerse otros fondos con ese propósito, incluidos los
casos en los que el Estado de nacionalidad de la víctima no esté en
condiciones de indemnizarla por el daño sufrido.
“ASISTENCIA
“14. Las víctimas recibirán la asistencia material, médica, psicológica y
social que sea necesaria, por conducto de los medios gubernamentales,
voluntarios, comunitarios y autóctonos.
“15. Se informará a las víctimas de la disponibilidad de servicios sanitarios
y sociales y demás asistencia pertinente, y se facilitará su acceso a ellos.
“16. Se proporcionará al personal de policía, de justicia, de salud, de
servicios sociales y demás personal interesado, capacitación que lo haga
receptivo a las necesidades de las víctimas y directrices que garanticen
una ayuda apropiada y rápida.
“17. Al proporcionar servicios y asistencia a las víctimas, se prestará
atención a las que tengan necesidades especiales por la índole de los
daños sufridos o debido a factores como los mencionados en el parágrafo
3 supra. (...)”
Sin profundizar mucho más en este punto, una vez efectuada la anterior
reproducción de la letra de tan importante proclama internacional en favor de las
víctimas, sólo resta por presentar una breve nota que en torno a la misma hace
Beristaín, para luego enfocar este estudio en el tratamiento que han dado al
90
secuestro los legisladores colombianos e intérpretes de la ley, a través de normas
y jurisprudencia, respectivamente.
Así pues, se tiene que para el eminente tratadista, la Declaración “(...) significa un
paso gigante en favor de las víctimas, a pesar de sus limitaciones e incluso de su
orientación general menos acorde de lo deseable con la doctrina actual. [afirma
además] Es de lamentar el tono dominante de esta Declaración, casi
exclusivamente asistencial respecto a la víctima. Sólo en cierto sentido le
reconoce su papel de sujeto activo.”
Es importante anotar que “La casi totalidad de las disposiciones de la Declaración
formulan postulaciones meramente pasivas: que las víctimas sean tratadas con
compasión y respeto, que se les repare el daño sufrido, que se les preste
asistencia apropiada, que se minimicen las molestias causadas a ellas, que se
garantice su seguridad, que se les conceda indemnizaciones, que sean
resarcidas equitativamente -devolución de sus bienes, etc.-, que se les preste
asistencia material, médica, psicológica y social, que el personal de policía, etc.,
sea receptivo a sus necesidades, que se les garantice su ayuda, atención a los
daños que han sufrido, que se les proporcione remedios como asistencia y apoyo
social, médico, etc.”46, lo que hace que se olvide la parte activa de la víctima,
46
BERISTAIN IPIÑA, Antonio. Nueva Criminología desde el Derecho Penal y la Victimología, P. 224.
Ed. Tirant lo blanch. España 1994.
91
como sujeto con capacidad de exigir sus derechos, a la cual se debe dar un papel
dentro de las disquisiciones procesales, sobretodo, siendo enterada de los
sucesos ocurridos durante las diferentes etapas de la investigación y juzgamiento
por parte de las autoridades que tienen a su cargo la aplicación de la justicia.
92
4 TRATAMIENTO NACIONAL
4.1 NORMAS CONSTITUCIONALES
En el Título Segundo de la Carta Política de 1991 se hace alusión a los derechos,
deberes y garantías en cabeza de los nacionales. A continuación se estudiarán
los artículos pertenecientes al aparte mencionado que se consideran violados con
la comisión de un Secuestro.
“Artículo 12. Nadie será sometido a desaparición forzada, a torturas ni a tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes”.
Es evidente el quebrantamiento de esta disposición, si se tienen en cuenta las
condiciones infrahumanas y deshonrosas en las que se mantiene a quien es
secuestrado durante el tiempo que dura la retención, en cuyo transcurso sufre
93
continuas amenazas contra su vida eliminando desde el primer instante, el
concepto de dignidad aplicable a todos los seres humanos.
- “Artículo 16. Todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de su
personalidad sin más limitaciones que las que imponen los derechos de los
demás y el orden jurídico”.
A través de esta norma se consagra el libre desarrollo de la personalidad como un
nuevo derecho, el cual ya se había plasmado anteriormente en la Carta
Internacional de Derechos Humanos de la ONU, adoptada y proclamada por la
Asamblea General en la Resolución 217 A (III) del 10 de diciembre de 1948,
Declaración Universal de los Derechos Humanos, artículo 22.
La personalidad, según Diego Younes Moreno “desde el punto de vista
psicológico, parte de la base de que el ser humano posee un equipo
neurofisiológico genéticamente determinado (temperamento) y una historia hecha
de experiencias que van desde la infancia hasta el final de su vida. La
personalidad resulta de este encuentro. Es un factor de unidad que explica las
conductas y justifica la consistencia del carácter. El registro de experiencias no se
cierra nunca, razón por la cual la personalidad está en continua transformación en
94
función del futuro, sufriendo modificaciones. Entre los factores externos, cuyo
papel modelador es notable, hay que citar el de los grupos sociales”47.
Durante el secuestro, no existe ninguna posibilidad de ejercer este derecho ya
que el sujeto victimizado es puesto bajo una situación extrema en la que los
plagiarios consideran tener el poder de disponer de éste como si se tratara de un
objeto (eso si de algún valor), negándole la posibilidad de tomar decisiones
referentes a cosas tan elementales como comer o dormir.
- “Artículo 24. Todo colombiano, con las limitaciones que establezca la ley, tiene
derecho a circular libremente por el territorio nacional, a entrar y salir de él, y a
permanecer y residenciarse en Colombia”.
Según Vladimiro Naranjo Mesa, “La libertad de circulación comprende, pues, la de
desplazarse de un lugar a otro dentro y fuera del propio país, la de viajar
utilizando los diferentes medios de transporte, la de establecer residencia o
domicilio donde a bien se tenga. Pero esta libertad está sujeta a varias
limitaciones como son, por ejemplo, la de respetar las normas legales sobre
circulación y tránsito, la de obedecer a la autoridad de tránsito, la de obtener
previo permiso para visitar un país extranjero cuando este requisito esté vigente,
47
YOUNES MORENO, Diego. Derecho Constitucional Colombiano. 1ª Edición 1993. Biblioteca
Jurídica DIKE. P. 104.
95
la de acatar todas las regulaciones atinentes a la navegación aérea, marítima o
fluvial, la de no obstruir las vías públicas ni hacer mal uso de ellas, la de no
traspasar o invadir propiedad privada o dependencias públicas fuera de servicio
y, en general, todas aquellas establecidas por la ley o los tratados
internacionales”48.
Actualmente, la posibilidad de traslado de los habitantes dentro de los límites del
territorio colombiano se ve seriamente amenazada, por el latente temor a ser
víctima de un sin número de actos violatorios de las normas contenidas en el
estatuto penal, entre los que se encuentra el secuestro. Ahora bien, no es
necesario mencionar que durante el tiempo de retención de una persona, el de
circular no sólo es un derecho de difícil ejercicio, sino imposible de practicar, en
razón a que la limitación al libre tránsito del sujeto cautivo es una de las
principales características para que se configure el delito de secuestro.
-“Artículo 25. El trabajo es un derecho y una obligación social y goza, en todas
sus modalidades, de la especial protección del Estado. Toda persona tiene
derecho a un trabajo en condiciones dignas y justas”.
48
NARANJO MESA, Vladimiro. Teoría constitucional e instituciones políticas. Ed. Temis 4ª. Edición.
96
“(… ) no cabe duda que el derecho del trabajo es una manifestación de la libertad
del hombre y por tanto, en último término, tiene su fundamento en la dignidad de
la persona humana. De ahí que su constitucionalización haya sido el resultado de
un largo y difícil proceso histórico, en cuyo fondo aparecen las grandes luchas
políticas y sociales para la libertad del hombre”49.
Mediante el secuestro se ha perjudicado seriamente la capacidad productiva de
las personas, hecho que se hace más notorio en la sociedad rural, donde todos
los días aquellos que han dedicado su existencia a la realización de diversas
actividades agrícolas son amenazados, extorsionados y finalmente secuestrados,
creando de esta forma un ambiente de zozobra en las familias y sus
dependientes, que ante tal situación se ven obligados a abandonar las tierras por
temor, dejándolas improductivas, al tiempo que se genera un grave problema
social en las grandes urbes, a donde generalmente emigran.
-“Artículo 28. Toda persona es libre. Nadie puede ser molestado en su persona o
familia, ni reducido a prisión o arresto, ni detenido, ni su domicilio registrado, sino
en virtud de mandamiento escrito de autoridad judicial competente, con las
formalidades legales y por motivo previamente definido en la ley”.
49
En “Actualidad Laboral”. Revista Bimestral. Enero - Febrero de 1993. Publicación LEGIS. P. 24.
97
Aunque este artículo está más enfocado a la actividad del Estado en ejercicio de
sus prerrogativas jurisdiccionales, también busca proteger a los ciudadanos
contra hechos punibles como el secuestro, ya que, salvo que se hayan seguido
los pasos indicados en la ley ningún miembro de la comunidad puede ser objeto
de retención por parte de autoridad alguna, pues si así llegare a acontecer, se
estaría claramente incurriendo en abuso de autoridad y aún más cometiendo un
secuestro, si quien procede de esa forma no lo hace en cumplimiento de sus
funciones.
-“Artículo 44. Son derechos fundamentales de los niños: la vida, la integridad
física, la salud y la seguridad social, la alimentación equilibrada, su nombre y
nacionalidad, tener una familia y no ser separados de ella, el cuidado y amor, la
educación y la cultura, la recreación y la libre expresión de su opinión. Serán
protegidos contra toda forma de abandono, violencia física o moral, secuestro,
venta, abuso sexual, explotación laboral o económica y trabajos riesgosos.
Gozarán también de los demás derechos consagrados en la Constitución, en las
leyes y en los tratados internacionales ratificados por Colombia.
“La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger al
niño para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus
98
derechos. Cualquier persona puede exigir de la autoridad competente su
cumplimiento y la sanción de los infractores.
“Los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás”.
La disposición busca resaltar que los menores en nuestro país gozan de una
protección especial en virtud a su condición, incluyendo dentro de sus derechos
fundamentales el de no ser objeto del secuestro, respecto de lo cual es bueno
recordar que el hecho de cometer un plagio sobre un menor de edad es una
causal de agravación del delito, lo cual es muy lógico ya que las secuelas
psicológicas que deja en una criatura tal hecho son susceptibles de perdurar en el
tiempo, entorpeciendo su desarrollo individual y su participación como integrante
de una comunidad.
-“Artículo 58. Se garantizan la propiedad privada y los demás derechos adquiridos
con arreglo a las leyes civiles, los cuales no pueden ser desconocidos ni
vulnerados por leyes posteriores. Cuando de la aplicación de una ley expedida
por motivo de utilidad pública o interés social, resultaren en conflicto los derechos
de los particulares con la necesidad por ella reconocida, el interés privado deberá
ceder al interés público o social.”
99
Es innegable el perjuicio que el secuestro genera a la propiedad, no sólo por el
menoscabo patrimonial que implica, sino por que impide el ejercicio del derecho
de dominio sobre los bienes que se poseen; la gente no puede disfrutar
adecuadamente y a plenitud de sus bienes, por que existe la constante amenaza
de ingresar a la lista de “secuestrables”, lo que ocasiona un detrimento para la
economía fácilmente verificable en las tierras no explotadas por abandono de sus
dueños y las empresas que ven truncado el desarrollo de su objeto social por esa
misma causa.
-“Artículo 95. La calidad de colombiano enaltece a todos los miembros de la
comunidad nacional. Todos están en el deber de engrandecerla y dignificarla. El
ejercicio de los derechos y libertades reconocidos en esta Constitución implica
responsabilidades.
“Toda persona está obligada a cumplir la Constitución y las leyes.
“Son deberes de la persona y del ciudadano:
1o) Respetar los derechos ajenos y no abusar de los propios;
2o) Obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo con
acciones humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida
o la salud de las personas;
100
3o) Respetar y apoyar a las autoridades democráticas legítimamente
constituidas
para
mantener
la
independencia
y
la
integridad
nacionales;
4o) Definir y difundir los derechos humanos como fundamento de la
convivencia pacífica;
5o) Participar en la vida política, cívica y comunitaria del país;
6o) Propender al logro y mantenimiento de la paz;
7o) Colaborar para el buen funcionamiento de la administración de la
justicia;
8o) Proteger los recursos culturales y naturales del país y velar por la
conservación de un ambiente sano;
9o) Contribuir al financiamiento de los gastos e inversiones del Estado
dentro de conceptos de justicia y equidad.”
La Constitución no sólo reconoce derechos a los nacionales; también estipula una
serie de deberes de necesaria observancia, con miras a que se pueda convivir de
manera adecuada. Si este artículo tuviese cabal aplicación por parte de los
actores armados del conflicto en nuestro país, el delito de secuestro y, en general,
todos los hechos punibles conexos a esa confrontación, se verían disminuidos de
manera afortunada, ya que constituye un bastión importante para la recuperación
101
del civismo y de la solidaridad ciudadana que por la misma situación actual, se ha
perdido.
-“Artículo 214. Los estados de excepción a que se refieren los artículos anteriores
se someterán a las siguientes disposiciones:
“(...) 2o) No podrán suspenderse los derechos humanos ni las libertades
fundamentales. En todo caso se respetarán las reglas del derecho internacional
humanitario. Una ley estatutaria regulará las facultades del gobierno durante los
estados de excepción y establecerá los controles judiciales y las garantías para
proteger los derechos, de conformidad con los tratados internacionales. Las
medidas que se adopten deberán ser proporcionales a la gravedad de los
hechos”.
102
4.2 LEYES Y DECRETOS
Una rígida codificación contra el secuestro no ha sido suficiente para evitar la
comisión del delito o al menos, para disminuir su frecuencia. Es por ello que ha
sido necesario que el Gobierno Nacional a través del Presidente de la República,
en algunos casos, o del Congreso en otros, dicte normas cada vez más estrictas
con el fin de tratar de combatir la crueldad de los ejecutores de este delito. He
aquí algunas de las más importantes:
- Decreto 2238 de 1.995, dictado por el Presidente de la República en uso de
facultades extraordinarias con el objeto de tratar de superar la crisis de orden
público dio grandes pasos para luchar contra este flagelo. En primer lugar, creó el
Consejo Nacional de lucha contra el Secuestro CONASE; igualmente organizó los
grupos GAULA los cuales asumirían las funciones antes asignadas a los UNASE
y, adicionalmente, constituyó el Fondo Nacional para la Defensa de la Libertad
Personal.
En relación con los tipos penales, a partir del Decreto se castiga también a los
informantes y a las personas que, sin tener nada que ver con la ejecución del
delito, se beneficien económicamente de su comisión.
103
En lo referente a las víctimas, determinó que la persona secuestrada debe seguir
recibiendo su salario desde el momento del secuestro y hasta por un año.
- Ley 282 del 6 de junio de 1996, adopta el Decreto 2238 de 1995 en todos sus
artículos, convirtiéndolo así en Ley de la República. Esta normativa fue, a su vez,
desarrollada por la Resolución 001 de 1997 mediante la cual se determinó la
creación de los Grupos de Acción Unificada por la Libertad Personal “GAULA” y
se fijaron sus funciones, campo de acción y características entre otras.
- Ley 333 de 1996, trata el tema de la extinción de dominio afirmando que esta
figura también se aplica a los bienes obtenidos como fruto del secuestro.
-
Ley 40 del 19 de enero de 1993.
Esta normativa, tal vez la más importante dentro del tema, se desarrolló a través
de un proyecto de iniciativa popular, liderado por la Fundación País Libre, con
base en el artículo 155 de la Constitución Nacional.
La razón principal que condujo a la mencionada fundación a recoger más de un
millón de firmas entre los diferentes sectores de la vida nacional, con el propósito
de presentar este proyecto de iniciativa popular ante el congreso, consistió
fundamentalmente en el anormal aumento en la tasa de secuestros que se venía
104
presentando durante los primeros años de la década de los 90´s, según lo
confirman las estadísticas manejadas por los diferentes entes privados y
gubernamentales.
La primera redacción del proyecto de ley fue realizada por Comité Jurídico de la
Fundación País Libre, con base en la estricta legislación italiana existente sobre
el tema. Posteriormente fue llevado al Congreso de la República, en donde
algunos de sus miembros, luego de adelantadas las modificaciones pertinentes, lo
presentaron ante los demás miembros de ese Organo Legislativo para su debate
el 26 de agosto de 1992, con sustento en la iniciativa popular y teniendo como
propósito fundamental el fortalecimiento de las disposiciones en contra del
secuestro vigentes para la época, con la idea de erradicar en forma definitiva este
flagelo.
Entre los aspectos sobresalientes de este proyecto, se encontraban entre otros:
1. Evitar el pago de los secuestros recurriendo a la vigilancia administrativa de
los bienes del secuestrado y de sus familiares, dando así, por finalizado el
lucrativo negocio que se había montado en torno al delito.
2. Aumento de las penas.
105
3. Prohibición de indulto y amnistía para quienes se hicieran partícipes del hecho
punible.
4. Por último, la difusión nacional e internacional de las violaciones a los derecho
humanos por parte de la guerrilla.
Finalmente, el proyecto se convirtió en la Ley 40 del 93 de la cual, treinta y cinco
(35) de sus cuarenta (40) artículos mantienen vigencia de manera plena y tres (3)
de forma condicionada, luego de diversos pronunciamientos realizados por la
Corte Constitucional con relación a la constitucionalidad de su articulado.
Desafortunadamente, y muy a pesar de las grandes espectativas fincadas en el
desarrollo de esta ley, actualmente se observa con profunda tristeza, que los
nobles ideales con los que fue planeada han sido imposibles de cumplir, en razón
al alto grado de impunidad y de ineficiencia en la justicia que padece nuestro
país, es decir, la concepción de esta normativa no obstante ser buena en esencia,
no parece haber tomado en cuenta que mecanismos como el aumento de penas
no sirve en el objetivo de amedrentar a quienes ejecutan los secuestros sino
existe la posibilidad de hacerlos cumplir.
Es por tal motivo que, como lo muestran las estadísticas, durante los años
posteriores a la promulgación de este "Estatuto Antisecuestro", la ejecución de
106
este delito, no sólo no ha disminuido sino que muy por el contrario, ha aumentado
de manera alarmante tanto en el número de ejecuciones como en las modalidades
utilizadas para su ejecución sin que los mecanismos implementados por la Ley 40
del 93 hayan surtido efecto positivo alguno.
- Decreto 1465 del 1 de septiembre de 1995, crea en el Departamento de
Administración de la Presidencia de la República el “Programa Presidencial Para
la Lucha Contra el Delito de Secuestro”.
De este programa forman parte un Director y un Comité Consultivo encargado de
formular recomendaciones al primero, conformado por un miembro de la
Asociación Nacional de Industriales (ANDI), otro de la Sociedad de Agricultores
de Colombia (SAC), uno de la Federación de Ganaderos (FEDEGAN), otro más
de la Federación Nacional de Comerciantes (FENALCO) y finalmente uno de la
Fundación País Libre.
- Decreto 1653 del 25 de septiembre de 1995, modifica el Decreto 1465
asignándole las siguientes funciones al Director del Programa Presidencial para
la Defensa de la Libertad Individual:
107
Asistir al Presidente de la República, en el diseño políticas para combatir el
secuestro; Realizar el respectivo seguimiento a estas políticas; Informar al
Presidente el desarrollo de las políticas mencionadas; Buscar la solidaridad
ciudadana para la erradicación de este delito; Organizar y recopilar la estadística
y los estudios e investigaciones que realicen otras entidades públicas o privadas
en relación con el Secuestro; Hacer estudios sobre el delito de secuestro.
- Decreto 67 del 11 de enero de 1996, crea una función específica adicional para
el Director del Programa. Ejecutar todas las labores relacionadas con Protocolo II
de Ginebra de 1949. Es decir, no sólo debe coordinar las actividades internas,
sino que, adicionalmente, debe dirigir la labor de todos los entes encargados de
llevar a la práctica la normatividad elaborada por la comunidad internacional que
se deba aplicar para combatir el secuestro.
Menciona, así mismo, que para desempeñar todas estas funciones, contará con el
apoyo de varios organismos tales como el Ministerio del Interior, el Ministerio de
la Defensa Nacional, el Ministerio de Justicia y del Derecho, la Consejería
Presidencial para los Derechos Humanos y la Consejería Presidencial para la
Defensa y la Seguridad Nacional.
108
- Ley 418 del 26 de diciembre de 1997. En el título primero de la segunda parte
crea el “programa de protección a testigos, víctimas, intervinientes en el proceso y
funcionarios de la fiscalía”el cual estará cargo del Estado y bajo la dirección de la
Fiscalía General de la Nación.
La meta principal es la protección de la identidad del testigo o denunciante cuya
vida se encuentre en peligro, con el fin de brindar una mayor eficacia a su
colaboración dentro del proceso penal.
El programa se desarrolla con el presupuesto de la Fiscalía; y los desembolsos
para los beneficiados se realizan luego de un estudio previo de la oficina de
protección y asistencia a víctimas, testigos y funcionarios de la Fiscalía.
La ayuda brindada consiste básicamente en cambio de identidad, asistencia
social y, en general, todas las medidas encaminadas a preservar la integridad
física y moral del afectado y su familia.
Desafortunadamente, los requisitos para entrar a formar parte del programa son
muy exigentes y muchas veces las medidas de protección se adoptan muy tarde.
109
4.3 JURISPRUDENCIA
A continuación se hará mención de las sentencias más relevantes en torno al
tema.
4.3.1 Corte Suprema de Justicia - Sala de Casación Penal - No. de Rad.:
S-5458-91
Esta sentencia de fecha 30 de octubre de 1.991, cuyo Magistrado Ponente fue el
doctor Dídimo Páez Velandia, explica en sus considerandos que " (… ) lo
realmente fundamental en la apreciación del planteamiento del actor, es que la
ilicitud de la utilidad o provecho a que se refiere como integrante del tipo de
secuestro extorsivo, no la contempla la norma. Ella, en términos textuales,
dispone que El que arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una persona con el
propósito de exigir por su libertad un provecho o cualquier utilidad, o para que se
haga u omita algo o con fines publicitarios de carácter político, incurrirá en prisión
de seis (6) a quince (15) años, mientras el Secuestro simple, según la respectiva
disposición, lo realiza quien con propósito distinto a los previstos en el artículo
anterior (el de secuestro extorsivo), arrebate, sustraiga, retenga u oculte a una
persona, incurrirá en prisión de seis (6) meses a tres (3) años.
110
"Como se puede ver, no contemplan estas preceptivas referencia alguna a la
ilicitud de la exigencia, bastando en el Secuestro extorsivo el ánimo o propósito
de obtener utilidad cualquiera en la privación de la libertad de una persona para
su estructuración, mientras en el Secuestro simple, por exclusión, un propósito
distinto."
" (… ) Una exigencia de que la utilidad propuesta con el secuestro sea ilícita,
implicaría la autorización de que puede privarse de la libertad a una persona para
demandar el cumplimiento de prestaciones lícitas, con lo cual el tipo estaría
paradójicamente,
prohibiendo
y
permitiendo
la
conducta
en
postura
verdaderamente absurda."
Lo anterior lleva a concluir que no importa si la utilidad o el provecho que se
busca obtener por medio del secuestro tiene un origen lícito: igual el delito se
configura. Es decir, una persona no puede retener a otra con el fin de, por
ejemplo, buscar el pago de una deuda que nació a consecuencia de un negocio
realizado con observancia de las normas legales. Con esta opinión de la Corte, se
busca evitar la utilización de medios de hecho en la exigencia de obligaciones, en
lugar de utilizar la justicia ordinaria o, en general, los procedimientos
establecidos.
111
4.3.2 Corte Suprema de Justicia - Sala de Casación Penal - No. de Rad.:
S-11501-96
El 27 de mayo de 1.996, con ponencia del Magistrado, doctor Carlos E. Escobar,
la alta corte procuró, a través de esta providencia, determinar las diferencias que
existen entre el delito de secuestro extorsivo y el de extorsión.
De esta forma, la sentencia afirma que " (… ) Es necesario entrar a diferenciar los
elementos de la conducta que atenta contra el patrimonio económico, de la que se
encamina a la privación o limitación de la libertad de locomoción, por cuanto
ambas comportan, en principio, la subordinación de la voluntad del sujeto pasivo,
pero en su estructura se encuentran aspectos que las hacen claramente
diferenciables.
"En efecto en el delito de Extorsión, se constriñe a la víctima para que haga,
tolere u omita cualquier cosa buscando con ello, el sujeto agente, la obtención de
un provecho ilícito para sí o para un tercero. También se configura este punible
cuando conforme a lo normado en la Ley 40 de 1993, artículo 32, el propósito sea
el de facilitar actos terroristas constriñendo a otro a hacer, suministrar, tolerar u
omitir alguna cosa.
112
"El Secuestro Extorsivo, por su parte, implica la privación física de la libertad, con
el propósito de exigir por ella un provecho o cualquier utilidad, o para que se haga
u omita algo, con fines publicitarios o de carácter político."
" (… ) Esta privación física de la libertad de locomoción de las víctimas, dirigida a
los fines patrimoniales en comento, es lo que estructura el ingrediente extorsivo
del secuestro".
Por tanto, no obstante el hecho que ambos delitos busquen la obtención de una
utilidad o provecho por medio del amedrentamiento de la víctima, se encuentra en
la privación de la libertad física de la misma, el primordial elemento diferenciador
entre ellos.
4.3.3 Corte Suprema de Justicia - Sala de Casación Penal - No. de Rad.:
S-9335-96
Mediante esta providencia del 30 de mayo de 1996 que tuvo como ponente al
doctor Jorge E. Córdoba Poveda, se pretende aclarar la naturaleza del secuestro
en la siguiente forma:
" (… ) Al parecer, el demandante olvida la particular naturaleza del secuestro
como delito permanente y de conducta alternativa, cuya ejecución comienza en el
momento en que la persona es privada arbitrariamente de su libertad y se
continúa cometiendo mientras el retenido sea mantenido en esa situación.
113
Además, basta la realización de cualquiera de los verbos rectores del tipo para
que se cometa el hecho punible. Esto es, autor no es solamente el que sustrae ó
arrebata, sino el que retiene u oculta.
"Esa aclaración es importante porque la circunstancia de que los dos procesados
no hayan participado en la acción de arrebatar al comerciante Restrepo Giraldo,
no quiere decir que no hayan intervenido en el delito de secuestro; la mujer, con
el trabajo asignado de cuidar de su alimentación; y Alzate Delgado custodiándolo
a partir del día que llegó de la costa. La ausencia de los dos implicados en la
acción inicial de privar de la libertad injustamente al comerciante no los convierte
en encubridores ni cómplices, como lo pretende el censor."
" (… ) Y es apenas obvio, que el hecho de saber que se trataba de un ciudadano
injustamente privado de la libertad y haber accedido a darle alimentación y a
cuidar de sus necesidades, son acciones a las que no se les podría señalar como
objetivo el de ayudar a eludir la acción de las autoridades, ni de entorpecer la
investigación. Se trata simple y llanamente de un acto de participación en el delito
de secuestro extorsivo, en la forma de coautoría impropia."
De acuerdo a lo afirmado en los apartes transcritos, se comprende que el
secuestro es un delito con un carácter de permanencia en el tiempo, que además
114
conlleva una conducta alternativa desde el momento en que se inicia su
ejecución.
Adicionalmente, se aclara que para que se le pueda atribuir responsabilidad a una
persona por la comisión del hecho punible, basta la realización de una cualquiera
de las acciones tipificadas en la ley. Esto significa que no sólo es autor del delito
quien sustrae o arrebata a la víctima sino también quien presta su colaboración
en la retención u ocultamiento de la misma.
115
4.3.4 Corte Constitucional - No. de Rad.: C-542-93
Esta sentencia de fecha 24 de noviembre de 1993, cuyo Magistrado Ponente fue
el doctor Jorge Arango Mejía, constituye uno de los más importantes y completos
pronunciamientos que se pueden encontrar sobre el secuestro, no sólo porque
abarca varios tópicos del mismo, sino por la importancia que cada uno de ellos
tiene. Trata acerca del pago de los rescates, aclarando el conflicto que surgió
sobre el particular determinando que este tipo de acciones no están viciadas con
objeto ilícito. Dice la Corte Constitucional que " (… ) una norma que prohiba el
pago del rescate no sólo es absurda sino también inconstitucional, ya que sería
como prohibirle a una persona que realice determinada actuación que va a
adelantar en contra de su voluntad, o por lo menos, con su manifestación de
consentimiento viciada por la fuerza".
El pago de un rescate -según el alto tribunal- es “(...) un acto indiferente, ni
bueno, ni malo. Lo que determina su naturaleza moral es la finalidad que se
busque. Por esto se ha visto que quien interviene en el pago por necesidad de
salvar la vida y recobrar la libertad propia o ajena, obedece a un móvil altruista
reconocido universalmente por el derecho. Quien obra sin encontrarse en estado
de necesidad, obedeciendo exclusivamente motivos innobles o bajos, como
serían su propio lucro o el propósito de enriquecer a los delincuentes o dotarlos
de recursos económicos, sí incurre en un delito. Y no podría alegar y demostrar
116
causal alguna de justificación”. Queda pues claro que es factible el pago del
rescate, siempre y cuando el acto se haga en virtud de fines nobles y altruistas y
no por obtener un beneficio económico o de cualquier tipo en forma ilícita.
Con un pronunciamiento en tal sentido, la Corte busca proteger y promover la
solidaridad ciudadana, ese sentimiento que nos obliga a actuar aún en favor de
extraños solo por el hecho de compartir el género humano. Cómo puede alguien
negarse a utilizar sus bienes para proteger la vida y la libertad?, peor aún, como
puede alguien ser castigado por ello?
En otro de sus apartes, la sentencia toca el tema del Contrato de Seguro,
pudiéndose concluir, partiendo del análisis anterior, que las compañías que
ofrecen este tipo de servicios tienen el ánimo de lucro como fin principal, por lo
tanto, su actuar no puede estar contenido dentro de la causal de justificación, de
tal forma que la prohibición para estas entidades de cubrir el siniestro del
secuestro se declara exequible.
4.4 RESPONSABILIDAD EXTRACONTRACTUAL DEL ESTADO
El Estado Colombiano, como garante de la vida y la libertad de todos los
habitantes de esta nación, debe velar por el respeto de los derechos consagrados
117
en la Constitución y las Leyes y, en caso de que sean vulnerados, está en la
obligación de hacerse responsable del resarcimiento de los perjuicios causados.
Debido al desafortunado auge del delito de secuestro en nuestro país y a la
carencia gubernamental de recursos humanos y económicos, la protección que
los Organos Estatales pueden brindar a los ciudadanos es cada vez más escasa.
No obstante, se considera importante hacer mención sobre este punto, en razón a
la importancia que en un momento dado pueda llegar a adquirir para aquellos que
han sido víctimizados y no encuentran posibilidades de resarcir los daños
sufridos.
4.4.1 Teorías de la Falla en el Servicio y del Daño Especial
De acuerdo con la jurisprudencia y la doctrina, existe la falla en la prestación de
un servicio cuando se demuestre su mala ejecución, por impericia o por,
imprudencia de quienes la desempeñan. También puede presentarse cuando los
agentes del Estado, debiendo actuar omiten cumplir con su misión, permitiendo
que se produzca el delito.
En el primer caso, cuando existe acción estatal, se pueden presentar dos
situaciones; una cuando se ejecuta un operativo para rescatar a un secuestrado y,
por no hacerlo adecuadamente, se causa algún perjuicio cuantificable a la víctima
118
o a un tercero50; y otra cuando, pese a tener un operativo planeado que se ejecuta
correctamente en cumplimiento de un deber legal, se causen perjuicios a la
víctima o a un tercero que no debían sufrir, rompiendo de esa forma con el
principio de la igualdad de las cargas públicas51. En el primer caso, el Estado
responderá por Falla en el Servicio y en el segundo caso, por Daño Especial52.
En ambos casos el Estado responde por los daños ocasionados tanto los
materiales como morales.
Sin embargo, hasta ahora este resarcimiento se ha limitado a la restitución
económica, al daño emergente y al lucro cesante, pero nunca se ha tenido
conciencia de la verdadera magnitud de las graves consecuencias a nivel
psicológico que quedan en la víctima y sus familiares como resultado de un
secuestro, las que se verán reflejadas por el resto de su existencia, en la mayoría
de los casos.
Al momento de realizarse esta investigación, fue emitida por el Consejo de Estado
la sentencia 11247 el veintitrés (23) de abril de 1998, Magistrado Ponente
50
51
52
Consejo de Estado, Sección Tercera, Septiembre 19 de 1980. Expediente 2.415. M.P. Carlos
Betancur Jaramillo.
HENAO PEREZ, Juan Carlos. La Responsabilidad extracontractual del Estado en Colombia.
Jornadas Colombo Venezolanas de Derecho Público. Ps. 757-759. Grupo Editorial 87 Ltda.
Octubre de 1996.
Consejo de Estado, Sección Tercera julio 28 de 1987. M.P. Carlos Betancur Jaramillo.
119
Germán Rodríguez Villamizar, a través de la cual se analiza la responsabilidad
del Estado en un operativo de rescate de un secuestrado adelantado por el
Departamento Administrativo de Seguridad –DAS–.
En efecto, en la parte resolutiva de esta Providencia, se determinó la
responsabilidad de este organismo estatal por haber actuado imprudentemente en
el rescate de un menor de edad, ya que en la premura con que quisieron
adelantar el operativo, los agentes dispararon contra los secuestradores, hiriendo
al retenido, quien a consecuencia del hecho quedo parapléjico. Por daño
emergente, el afectado recibió la suma de cuarenta y dos millones de pesos
($42’000.000.oo), por lucro cesante, noventa y dos millones de pesos
($92’000.000.oo) y por perjuicios morales, mil gramos oro. A los demás familiares,
se les compensó con la cantidad de cinco mil quinientos gramos oro por los
perjuicios morales causados con el insuceso.
120
4.5 RESPONSABILIDAD CIVIL EXTRACONTRACTUAL
Toda persona que comete un delito causa un daño público a la sociedad y un
daño particular y concreto a las víctimas directas del mismo, creándose para el
delincuente la obligación de responder por los perjuicios causados tanto a la una
como a las otras.
Sobre este punto concreto, se ha venido tomando conciencia por parte de
diferentes estamentos de la sociedad, lo que ha redundado en la expedición de
normas dirigidas a que las víctimas logren fácilmente la reparación de los
perjuicios sufridos, pero, desafortunadamente la realidad de los hechos ha
conducido a convertirlas en letra muerta.
La reparación de los daños sufridos a consecuencia de un hecho punible debe
buscarse a través de la acción civil iniciada por el mismo afectado, ya sea
constituyéndose en parte civil dentro del proceso penal en que se busca
establecer la responsabilidad del sindicado en la comisión del delito o bien, por
fuera de este, interponiendo la demanda pertinente ante la jurisdicción civil.
Para el ejercicio de la acción, se requiere demostrar la titularidad sobre el bien
jurídico vulnerado y contar con la ayuda de un abogado titulado que obre a
manera de apoderado y, si lo pretendido es la constitución en parte civil dentro
121
del proceso penal, debe tenerse presente que sólo puede hacerse durante la
etapa de juzgamiento, en el período comprendido entre la resolución de apertura
de la instrucción y el momento en que el juez fija la fecha de realización de la
primera audiencia.
Adicionalmente, procede aclarar que sólo será oído en el proceso quien haya
logrado obtener en primer lugar el estatus de parte civil, otorgándosele las
siguientes facultades:
• Solicitar la práctica de pruebas relacionadas con la existencia del hecho, la
identificación de los sujetos activos, la naturaleza y cuantía de los perjuicios
sufridos y las relacionadas con la responsabilidad penal del denunciado.
• Denunciar bienes del procesado.
• Solicitar el embargo y el secuestro de los bienes para que sirvan como
garantía del pago de la indemnización.
• interponer recursos contra las providencias que perjudiquen los intereses de la
parte civil.
• Intervenir en las diligencias que se practiquen.
Sin embargo, en relación con la reparación civil se presentan dificultades tales
como la consistente en que la víctima únicamente pueda ingresar al proceso
122
penal a partir del inicio de la etapa de instrucción a través de la demanda de
constitución en parte civil, trayendo como consecuencia que quede desamparada,
desde el punto de vista civil, durante un tiempo en el cual, desafortunadamente,
no puede intervenir de ninguna forma para hacer valer sus derechos, radicando lo
peor de esta situación en que si el funcionario investigador decide proferir una
resolución inhibitoria, ésta hará tránsito a cosa juzgada también en el campo civil,
dejando de esta forma al agredido sin posibilidades de buscar la reparación de los
daños infringidos.
Debido a la gran cantidad de reformas que ha presentado el proceso penal,
principalmente en lo referente a beneficios para los sindicados, es necesario tener
en cuenta que la Corte Constitucional en sentencia C-277 del 3 de junio de 1998,
Magistrado Ponente Vladimiro Naranjo Mesa, determinó que en los casos de
sentencia anticipada en los cuales se beneficia al delincuente con una
disminución en la pena, el juez penal debe resolver sobre la reparación del daño
causado por el delito. De esta forma, el Alto Tribunal pretendió restablecer el
equilibrio entre las partes dentro del proceso penal.
Finalmente, procede manifestar que a los autores del delito que se les compruebe
responsabilidad civil, deben responder solidariamente por la reparación de los
daños causados sin importar el grado de participación en la comisión del hecho,
123
es decir, a cualquiera de los implicados se le puede solicitar el cumplimiento de la
totalidad de la indemnización.
124
5. MECANISMOS DE LUCHA CONTRA EL DELITO DE SECUESTRO
En capítulos anteriores se estudiaron gran parte de las normas mediante las
cuales diferentes organismos, a nivel nacional e internacional han tratado de
actuar para evitar la propagación de este delito atroz. Así mismo, se analizaron
algunas de las providencias emanadas de las Cortes colombianas que han
tratado el tema. A continuación, se pretende efectuar una revisión de los
principales medios de lucha contra el secuestro, ya sean de origen legislativo o
ejecutivo, así como los que han surgido a partir de la iniciativa privada.
De acuerdo con lo anterior, se estudiarán las Leyes y Decretos creadores de los
grupos UNASE, instituciones tales como la Cruz Roja y País libre, los programas
de la Presidencia de la República y, finalmente, se llevarán a cabo algunos
comentarios en relación con el proceso penal. De esta forma, abarcaremos los
mecanismos antisecuestro propuestos por las ramas del poder público y también,
125
como ya se mencionó, aquellos que han nacido mediante el empuje y capacidad
de algunos particulares preocupados por la situación del país.
5.1 PROGRAMA PRESIDENCIAL PARA LA DEFENSA DE LA LIBERTAD
PERSONAL
Este programa fue creado en septiembre de 1995 a través del Decreto 1465;
posteriormente, con de la Ley 282 de 1996, se le otorgó el carácter de
permanente, con objeto de que funcionara bajo la tutela del Consejo Nacional de
Lucha contra el Secuestro, CONASE, creado por la misma normativa.
Por intermedio de este programa no sólo se busca obtener la liberación de
secuestrados, sino también que se pretende terminar de raíz con problemas como
la retención de menores para dedicarlos a trabajar en la prostitución, la captura
de personas para ser vendidas en el exterior como mercancías al mejor postor trata de blancas- la desaparición forzada y la retención temporal los cuales, ni
siquiera son tipificados dentro del Código Penal Colombiano vigente.
El delito de secuestro se ha convertido en un problema de alcance nacional,
haciendo de éste no sólo un asunto que incumbe a una región o a un grupo
específico de la sociedad, sino a cualquiera que se encuentre dentro de los
126
límites del territorio colombiano. Cada vez resulta más engorroso ubicar los
cabecillas de las organizaciones, desarrollar algún patrón de conducta, y en
general, realizar seguimientos a secuestradores y secuestrados, hechos que le
dan a este crimen dimensiones no cuantificables.
Adicionalmente, el crecimiento desmedido de las organizaciones que se dedican
a la comisión de este hecho punible -que han llegado al punto de desarrollar una
división de funciones de acuerdo a los diferentes instantes del secuestro- ha
hecho que sea más difícil que las autoridades realicen su labor de inteligencia
resultado de lo cual son los elevados índices de impunidad.
Por lo anterior, el Programa Presidencial Para la Libertad Personal ha fijado las
siguientes políticas a seguir:
- Coordinación y dirección unificada en todos los niveles
Esta tarea venía siendo ejecutada por los UNASE, pero debido a su ineficiencia,
se crearon los Grupos de Acción Unificada por Libertad Personal GAULA dirigidos
externamente por el Director del Programa e internamente por el Fiscal Regional y
los comandantes de las unidades armadas.
- Humanización de la guerra
127
Con fundamento en el Derecho Internacional Humanitario como una forma de
facilitar opciones para adelantar acuerdos especiales obligatorios, respaldados
por los Convenios de Ginebra y el Protocolo II.
- El control interno de la Fuerza Pública
Ante la comprobación de que en algunos de los secuestros realizados en nuestro
país se han visto involucrados miembros de la Fuerza Pública, la Inspección
General de la Policía inició un programa de seguimiento a los miembros retirados
de la institución, con el fin de vigilar su adecuada reincorporación a la vida civil.
De la misma forma, el Inspector General de las Fuerzas Militares, viene
colaborando con el Programa Presidencial, investigando y sancionando a los
miembros de las Fuerzas Militares implicados en este tipo de delitos.
Así mismo, a través del artículo 4 de la Ley 282 de 1996 crearon los Grupos de
Acción Unificada Para la Libertad Personal y se determinó que estarían
conformados por personal, bienes y recursos de la Fiscalía General de la Nación,
el Ejército Nacional, la Policía Nacional, la Armada Nacional, la Fuerza Aérea y el
Departamento Administrativo de Seguridad, DAS.
De esta manera se pretendió complementar los esfuerzos de los CONASE de la
siguiente forma: (l) Seleccionando personal técnica y psicológicamente apto para
128
integrar los GAULA; (ll) Diseñando planes de entrenamiento especializado para
este tipo de personal; y (lll) Llevando a cabo una vigilancia especial, con el apoyo
de la Procuraduría General, entre otros.
- Acción Unificada
Con esta medida se busca evitar que se inicien diversas investigaciones por
diferentes funcionarios sobre un mismo hecho y también que organismos carentes
de la debida competencia desarrollen actividades vitales para una investigación
evitando que la cual posteriormente puedan presentarse vicios de nulidad.
De igual manera, se quiere concentrar la competencia para conocer sobre
secuestros y extorsiones en las unidades GAULA. Las denuncias recibidas deben
ponerse en conocimiento de un fiscal a más tardar dentro de la primera hora hábil
siguiente a la presentación de la misma.
- Cooperación Internacional
Adicionalmente, el Programa Presidencial ha celebrado acuerdos con el
Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo - PNUD y con la
Organización de Estados Iberoamericanos - OEI, con el fin de administrar los
recursos asignados por la Red de Solidaridad Social destinados a la compra de
equipos y a la contratación de expertos para apoyar a los GAULA.
129
Ahora bien, para el efectivo desarrollo de las políticas reseñadas, el Programa
adelantar distintas actividades entre las que se encuentran comprendidas:
1. Centro Nacional de Datos. Su fin es recolectar información que permita
determinar cómo se ejecutan los secuestros y, de esta forma, diseñar las
estrategias adecuadas para combatir su comisión de una manera eficaz.
2. Asesoría a Familias. Cada GAULA cuenta con un profesional que brinda
soporte psicológico a las víctimas, buscando obtener de ellas una colaboración
más efectiva dentro de las investigaciones que se realicen.
3. Coordinación nacional. El CONASE se halla investido con la suficiente
capacidad hacer para que sus políticas tengan un carácter obligatorio para todos
los Organismos Administrativos.
4. Fortalecimiento de la investigación. La intención principal consiste en que las
denuncias por los delitos de secuestro ingresen en el reparto ordinario y se
distribuyan entre los 23 fiscales designados, uno por cada GAULA.
5. Presentación de proyectos de ley, recomendaciones y asesorías, así como
seguimiento del marco normativo existente.
130
6. Buscar la colaboración de la comunidad por medio de campañas de divulgación
y ofrecimiento de recompensas a manera de estímulo para quienes presenten
información relacionada con el secuestro.
Es importante tener en cuenta que a partir una consulta realizada por el Director
del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República al Consejo de
Estado, se desarrollaron y clarificaron ciertas funciones del director del Programa
Presidencial para la Defensa de la Libertad Personal.
De dicho concepto, proferido el 13 de agosto de 1998, cuyo Consejero Ponente
fue el doctor Luis Camilo Osorio, es interesante resaltar la posibilidad que se les
brinda a quienes hacen parte del Programa de llevar a cabo una solución
negociada del secuestro. Para ello se hizo necesario establecer una excepción al
deber de denuncia impuesto a las autoridades que conozcan la comisión de un
delito, ya que de otra forma sería imposible prestar ayuda a las víctimas, en razón
a que los funcionarios pertenecientes a esa Institución se verían obligados a
denunciar el hecho desde el momento en que tienen noticias de él.
Por ello, la oportunidad a cargo del Programa Presidencial para formular la
denuncia puede aplazarse por un tiempo prudencial cuando se considere que la
131
vida o en general los intereses de la víctima pueden verse en peligro con ese tipo
de actuación.
5.1.1 Grupos de Acción Unificada GAULA
Cada GAULA está conformado por diferentes unidades que se encargan de
desarrollar las labores de inteligencia, investigación y operativas.
Las funciones de estos grupos fueron otorgadas mediante la Resolución 001 de
1997 de la Presidencia de la República. Dentro de estas, se encuentra la de
contribuir a la lucha para erradicar las conductas que amenazan la libertad
personal.
Para ello, realizan las siguientes actividades: (l) Recibir denuncias; (ll) Adelantar
las investigaciones de su competencia bajo la dirección del Fiscal Delegado; (lll)
Desarrollar labores de inteligencia en busca de identificar a los delincuentes; (lV)
Ejecutar los operativos para el rescate de víctimas; (V) Recolectar información
relacionada con el desarrollo de los secuestros, con el fin de lograr adelantarse a
los acontecimientos; (Vl) Atender a las familias de las víctimas; (Vll) Realizar
actividades de educación de la población civil; (Vlll) Despertar la solidaridad
ciudadana; (lX) Apoyar las operaciones de incautación de bienes; (X) Las demás
asignadas por la ley.
132
Dada la importancia que estos Entes Gubernamentales, han tenido en la lucha
frontal que el Estado ha mantenido contra los principales actores del secuestro en
nuestro país, se considera relevante mostrar los resultados que han presentado
durante los últimos tres años, en desarrollo de sus atribuciones a través de
cuadros estadísticos que contienen información sobre los rescates efectuados por
estos grupos así como de los dineros que se han dejado de pagar gracias a su
accionar.
RESCATADOSPORLOSGAULA
COMPARATIVO
DEENEROASEPTIEMBRE1.996-1.997-1.998
40
250
199
200
31.94
216
208
34.67
33.39
35
30
25
150
20
15
100
10
50
5
1996
1997
RESCATADOS
133
1998
PART%
R E S C A T E S
DE ENERO A SEPTIEMBRE DE 1998
TOTAL
216
D I N E R O S
D E J A D O S
D E
P A G A R
De Enero a Septiembre de 1998
Por secuestro
$58.320’000.000.oo
Por extorsión
$16.200’000.000.oo
TOTAL
$74.520’000.000.oo
R E S C A T E S
A C U M U L A D O S
DEL 1 DE ENERO DE 1996 AL 30 DE SEPTIEMBRE DE
1998
TOTAL
D I N E R O S
700
D E J A D O S
D E
P A G A R
Del 1 de Enero de 1996 al 30 de Septiembre de 1998
TOTAL
US$ 179’200.000.oo
134
5.2 PAIS LIBRE
El 28 de agosto de 1991 nació la Fundación País Libre, por iniciativa de Francisco
Santos luego de haber sido liberado por sus secuestradores del “cartel de
Medellín”.
Se trata de una organización no gubernamental y sin ánimo de lucro cuyos fines
primordiales son los siguientes:
1. Ofrecer ayuda psicológica y jurídica y orientación en general a las víctimas del
secuestro y la extorsión.
2. Compartir con los familiares de las víctimas las experiencias sufridas durante el
plagio.
3. Colaborar a los secuestrados en la tarea de reinserción a su vida familiar,
social y laboral.
4. Divulgar toda la información que sea posible a través de los diferentes medios
de comunicación, con el fin de advertir a la sociedad sobre el carácter atroz de
este delito.
5. Firmar convenios con organismos nacionales e internacionales, encaminados a
brindar apoyo a los secuestrados.
6. Buscar apoyo de países amigos con experiencia en la lucha contra el
secuestro; reunir información y obtener la colaboración de expertos, con el
135
propósito de estructurar propuestas de políticas antisecuestro que puedan servir
el Gobierno en la toma de decisiones para combatir este flagelo.
7. Generar y analizar permanente y periódicamente las estadísticas del secuestro
en Colombia.
8. Lograr que las autoridades legislativas, ejecutivas y judiciales definan una
política antisecuestro, combatan activamente este delito y sancionen oportuna y
ejemplarmente a los secuestradores.
9. Compartir con los familiares de las víctimas las experiencias sufridas durante el
plagio.
10. Brindar, diariamente, asesoría e información a quienes investigan sobre los
temas que allí se manejan y acudir a cualquier centro académico que lo solicite a
pronunciar conferencias y presentar videos sobre el problema del secuestro.
Uno de los principales logros de esta fundación consistió en su grandiosa
colaboración en la consecución de la ley contra el secuestro. Para ello, realizó
una vasta campaña en calles y medios de comunicación con el fin de recolectar
las firmas suficientes para impulsar un acto legislativo de iniciativa popular que
posteriormente daría lugar a la promulgación de la Ley 40 del 19 de enero de
1993.
136
Adicionalmente, ha organizado un sinnúmero de actividades encaminadas a
despertar la conciencia ciudadana en contra del secuestro.
Sobre esta entidad, procede finalmente anotar que en noviembre de 1997, tuvo
lugar la inauguración de su primera sucursal en la ciudad de Medellín,
determinación que fue tomada en razón a que el departamento de Antioquia es la
zona del mundo donde mas secuestros se cometen. (Fuente Fundación País
Libre).
5.3 CRUZ ROJA INTERNACIONAL
Este organismo ha celebrado acuerdos con el Programa Presidencial para la
Defensa de la Libertad Personal para que reunido con el Comité Internacional de
la Cruz Roja (CICR), realicen un trabajo conjunto en pos de la humanización del
delito del secuestro.
El CICR presta su colaboración en todo lo relacionado con la protección y
asistencia a las víctimas que sufren las consecuencias directas de un secuestro.
En concreto se han planteado los siguientes propósitos humanitarios:
137
- Que los delincuentes notifiquen al CICR la identidad de las personas retenidas.
- Ayudar a que el secuestrado pueda comunicarse con sus familiares desde su
sitio de reclusión.
- Atender a los rehenes con problemas de salud.
- Recibir a las víctimas en el momento de su liberación con el fin de garantizar la
entrega en mejores condiciones.
- En caso de fallecimiento de la víctima, colaborar con la búsqueda del cadáver y
la posterior entrega a sus familiares.
5.4 PROCESO PENAL
Al inicio de este aparte, resulta oportuno citar las palabras del profesor Bernardo
Gaitán Mahecha en las cuales parece resumirse la ideología que debe impulsar a
quien desea acometer una investigación dentro del campo victimológico en el
proceso penal “En verdad, se busca con las normas de procedimiento la justicia,
o sea, la adopción de medidas de garantía social; el proceso tiende a esto,
mediante la declaración jurisdiccional. Puede decirse entonces que el contenido
del derecho procesal penal es la justicia”53.
53
Esquema del Derecho Procesal Penal Colombiano, Tomo I Parte General, Ed. Temis, Bogotá,
1.958, P. 10.
138
Entrando en materia, en general puede afirmarse que el mayor problema
presentado por nuestra legislación consiste en que, prácticamente, cada año está
siendo reformada sin tomar en cuenta que las modificaciones en la normatividad
deben hacerse para propiciar su adaptación a la cambiante realidad -así lo
recomiendan expertos de todas las naciones por intermedio del literal c del
numeral cuarto de la Resolución 40/34 emitida por la Asamblea General de las
Naciones Unidas- y no a manera de paliativo a los errores cometidos en el
pasado, tal como ha sucedido con instituciones como la jurisdicción regional y la
extinción de dominio.
Esto, ha traído como consecuencia un caos normativo dentro del cual resulta
cada vez más difícil determinar cuál es la disposición vigente, creando confusión
no sólo entre los particulares sino más grave aún, entre los mismos funcionarios
judiciales encargados de adelantar su interpretación y aplicación.
Adicionalmente, si lo hasta ahora mencionado representa una grave dificultad no
menos molesto resulta lo contrario, es decir, el hecho de que en la legislación
nacional se presente un excesivo constitucionalismo de las normas impidiendo su
oportuna modificación.
139
En relación con este punto el fallecido Magistrado de la Corte Suprema de
Justicia, Hernando Baquero Borda se pronunció al afirmar, “No parece jurídico ni
conveniente que el sistema procesal de un país se consagre en su Constitución,
como si se tratara de una institución definitivamente elaborada y por tanto
inmodificable. La realidad del país enseña precisamente lo contrario; cada tres o
cuatro años se ha intentado cambiar el proceso penal”54. Acertada manifestación
si se considera la importancia que tiene para un país la facilidad de adecuar
ciertas instituciones procesales al crecimiento y evolución de la sociedad, lo cual
resulta imposible de hacer en tanto la Constitución las desarrolle en mayor
medida, haciendo de su ajuste a la realidad una engorrosa tarea.
Sin embargo, se debe tener en cuenta, que existen ciertos que puntos, que por su
importancia, necesariamente tienen que ser objeto de tratamiento por la Carta
Política de toda nación, con el propósito de mantenerse acorde con la corriente
del pensamiento internacional. Dos de ellos son, la adopción de medidas que
garanticen “el reconocimiento y el respeto universales y efectivos de los derechos
de las víctimas y del abuso de poder,”55 y la determinación de canales de
cooperación con otros Estados en la prestación de asistencia judicial y
administrativa en temas como la detención y el juzgamiento de delincuentes así
54
55
El Proceso Penal Colombiano, en Estudios de derecho penal, en homenaje al Dr. JORGE E.
GUTIERRES ANZOLA, Ed. Pequeño Foro, P. 89.
Resolución 40/34 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, numeral 1.
140
como la incautación de sus bienes con el fin de destinarlos al resarcimiento de los
daños causados a las víctimas sin importar el lugar de la comisión del delito.
Ya en relación con el delito de secuestro, procede manifestar que las principales
reformas efectuadas al proceso penal se han basado en políticas de contención
cuya principal variable ha sido la represión -léase aumento de penas- razón por la
cual nunca se ha podido llegar al fondo de los problemas existentes y, por el
contrario, en ocasiones se ha convertido en una fuente adicional de violencia e
inconformismo.
Al respecto, se debe tener presente, que este tipo de respuesta por parte del
Estado, es sólo una parte de lo que la comunidad internacional ha fijado como
parámetros para un adecuado tratamiento del problema.
Así, encontramos en las disposiciones ya citadas en el capítulo tercero de este
estudio, diferentes alternativas para un eficiente manejo de los problemas que
pueda presentar cada una de las partes en el desarrollo del proceso, dentro de
las cuales se pueden destacar las descritas en el numeral 4 (Resolución 40/34 de
la Asamblea General de las Naciones Unidas).
141
Partiendo de las anteriores consideraciones, a continuación se efectuará una
revisión del esquema del proceso penal en Colombia, con el fin de determinar sus
debilidades específicas frente a los problemas de las víctimas del secuestro.
Para este fin, en primer lugar, es preciso señalar que nos encontramos frente a un
proceso mixto dividido en dos grandes etapas: la primera dirigida y desarrollada
por la Fiscalía General de la Nación, en la cual predomina el sistema inquisitivo y,
la segunda, ejecutada por el juez con predominio del sistema acusatorio.
5.4.1 La Investigación
Con lo ocurrido en esta etapa se da comienzo a la acción penal, por regla general
de oficio, por denuncia presentada por cualquier habitante de nuestro país mayor
de 18 años, o por aviso de un servidor público que conozca de la comisión del
hecho punible y excepcionalmente, por querella o petición de parte para algunos
delitos (Código de Procedimiento Penal artículo 33). La labor investigativa se
realiza generalmente en dos momentos, la investigación previa y la instrucción.
142
5.4.1.1 Investigación Previa
Definida por el doctor Julio Andrés Sampedro como “la actividad investigativa
realizada por la policía judicial bajo la dirección del Fiscal, las unidades de la
Fiscalía y el Ministerio Público que le permite al funcionario competente, con
fundamento en ella, decidir si hay o no mérito para abrir la instrucción y ejercer la
56
acción penal” .
Esta etapa también es conocida como indagación preliminar y dentro de nuestro
esquema procesal no se considera obligatoria, ya que sólo debe adelantarse en
los casos en los cuales existen dudas sobre la iniciación del proceso, bien sea por
no tener certeza sobre la identidad del delincuente o la ocurrencia del hecho
punible.
En la jurisdicción ordinaria, esta etapa tiene una duración máxima de dos (2)
meses, si existe imputado conocido; en caso contrario, no existe límite de tiempo.
En la jurisdicción regional, el término es de cuatro (4) meses. Luego de
transcurrido este tiempo, el funcionario competente tiene dos posibilidades: dictar
resolución inhibitoria o proferir resolución de apertura de la instrucción. En el
56
El Estado Social de Derecho y la Estructura del Proceso Penal de Primera Instancia en Colombia.
Revista UNIVERSITAS No. 86. P. 81-83.
143
primer caso, se termina la actuación del Estado. En el segundo, se continúa con
la etapa de instrucción.
Es de resaltar que en los casos en los cuales se lleve a cabo, la investigación
previa, se convierte en la columna vertebral del proceso, debiendo ser practicada
por personal altamente capacitado y con la técnica requerida so pena de perder
un alto porcentaje de efectividad en el futuro enjuiciamiento de los imputados.
Lo anterior es especialmente aplicable respecto de la recolección, tratamiento y
aporte de pruebas al proceso, en relación con lo cual es importante hacer notar la
existencia de problemas de diversa índole, tales como los que a continuación se
presentan junto con otros inconvenientes que se verifican durante el desarrollo de
la fase investigativa.
1. Falta unificación en los criterios para la selección de las pruebas. Esto trae
como consecuencia que se genere gran confusión entre quienes recolectan el
material probatorio, ya que depende de la opinión del fiscal de turno la mayor o
menor importancia que se le otorgue a los elementos recolectados, razón por la
cual sería de gran utilidad desarrollar criterios uniformes en cuanto a la
determinación de la importancia de las pruebas, de esta forma, no habría un
144
desgaste innecesario decidiendo cual será efectivamente tomada en cuenta por
quien tiene el deber de valorarlas.
Esto se ve acentuado con la diversidad de organismos que se encargan de
desarrollar estas funciones (GAULA, SIJIN, DAS y CTI) sin que exista coherencia
en las políticas adelantadas por ellos sobre la materia.
2. Deficiente planeación en el momento de adelantar la recolección de los
elementos que deben ser aportados a la investigación al no encontrarse
claramente definidas las funciones de cada uno de los miembros del grupo en
relación con esta materia presentándose la alteración, destrucción o pérdida del
material probatorio.
A esto se deben adicionar, las deficiencias existentes en el nivel técnico-científico
en tareas como el recocimiento en filas y las falencias presentadas en la
corroboración, comparación y clasificación de las conversaciones que son
gravadas a través de la intervención de líneas telefónicas.
3. Errores en el manejo de las pruebas que deben ser allegadas al proceso,
producidos por insuficiencia en los medios de transporte y las difíciles
condiciones en las que el mismo debe adelantarse.
145
4. Los elementos técnicos con que cuentan las unidades investigativas no son los
más apropiados para la realización de su labor y en muchos casos son obsoletos
en comparación con las innovaciones tecnológicas en la materia debido al bajo
presupuesto con que se cuenta para ese rubro.
Adicionalmente, en un estudio realizado por un grupo de investigadores del
57
Ministerio de Justicia se encontró que los funcionarios encargados de realizar la
investigación previa, omiten en sus interrogatorios, la utilización de ayudas
técnicas apropiadas, además de una notoria falta de síntesis gramatical.
Aunado a lo anterior, se observó que los pocos elementos técnicos existentes
son, en no pocas ocasiones, subutilizados, como es el caso de perros entrenados,
guías de la región donde se realiza la búsqueda y los archivos fotográficos con
que se cuenta en las instalaciones de los Entes Gubernamentales.
5. En relación directa con la víctima, se observa un rompimiento con la idea de
igualdad en el tratamiento de los casos, que se considera debe ser la premisa que
guíe la actuación tanto de los funcionarios encargados de realizar la investigación
como de las mismas directivas de los órganos que tienen esta misión.
57
El Sistema Judicial y el Delito de Secuestro. Fundación “País Libre” - Ministerio de Justicia y del
Derecho. Investigadores Gustavo Morales Marín y Alfonso Ortiz Rodríguez.
146
Con la anterior afirmación, se busca hacer caer en cuenta que no es admisible
que suceda lo que hasta el momento ha venido aconteciendo en nuestro país,
esto es, que entre más alta es la posición social de la persona objeto del plagio,
mayor es el interés y la perseverancia de las autoridades en su búsqueda y en el
esclarecimiento de los hechos, creando una justicia discriminatoria que la hace
alejarse de los principios éticos que deben prevalecer en su actividad.
Lo dicho, se hace fácilmente corroborable en casos de allegados a personas con
alguna vinculación a la vida política nacional, en los cuales se ha llegado al punto
de realizar concesiones a los captores por parte de Estado y sus Estamentos
comprometiendo la credibilidad en el accionar gubernamental.
Por otra parte, procedente anotar que es en este primer momento en el cual,
tratándose del secuestro, los Grupos de Acción Unificada por la Libertad Personal
“GAULA” colaboran con la Fiscalía en cumplimiento de sus funciones, entre las
cuales se encuentran, la de recibir denuncias, adelantar investigaciones bajo la
dirección de la Fiscalía, desarrollar labores de inteligencia encaminados a la
identificación de los responsables del delito, realizar operativos con el fin de
rescatar secuestrados y capturar a sus retenedores.
147
Por último, es necesario manifestar que en el ámbito internacional, se ha
recomendado, con muy buen tino, la suspención de las diligencias de
averiguación en relación con el delito y su autor hasta brindar el auxilio adecuado
a las personas agraviadas, hecho que se considera de gran importancia para dar
desde un principio algo de confianza y tranquilidad a las víctimas lo que puede
redundar en una eficaz colaboración de su parte.
5.4.1.2 Instrucción
A partir de este momento se inicia propiamente el Proceso Penal. Se conoce con
el nombre de sumario, y generalmente se realiza por el mismo funcionario que
dirigió la investigación previa, siempre y cuando sea competente.
Durante esta etapa, deben esclarecerse todos los elementos favorables o
desfavorables que rodean los intereses de cada uno de los sujetos procesales
teniendo como objeto el alcanzar alguna certeza sobre los hechos materia de la
investigación.
Tanto para la justicia ordinaria como para la justicia regional, el plazo máximo de
duración es de dieciocho (18) meses desde su iniciación y, en caso de que el
número de investigados sea superior a tres (3), este plazo puede extenderse
hasta los treinta (30) meses.
148
La primera actuación dentro de esta fase del proceso es la vinculación del
imputado por medio de la indagatoria o de la declaración de persona ausente
según sea el caso. Posteriormente el fiscal puede optar por la imposición de
medidas de aseguramiento o de seguridad para sujetos imputables e inimputables
respectivamente, siempre y cuando se den los presupuestos exigidos por la ley.
Una vez se ha resuelto la situación jurídica del sindicado y transcurrido el término
antes mencionado, el Fiscal entra a calificar la instrucción, dando traslado del
expediente a las partes ocho (8) días antes, para que efectúen las
consideraciones que consideren pertinentes en cuanto a las pretensiones. En
este momento, se presentan nuevamente dos opciones, dictar una resolución de
preclusión de la instrucción, caso en el cual se terminará el proceso, o proferir la
resolución de acusación.
Durante esta etapa, además de los problemas señalados en la realización de la
investigación previa que también pueden tener ocurrencia durante el desarrollo de
esta fase procesal, se han hallado otros que igualmente afectan el resultado de la
investigación.
149
1. En cuanto al manejo de los sumarios en la Fiscalía, se estableció, por el
estudio antes citado58, que los expedientes originales, así como sus duplicados,
se encuentran incompletos, sus hojas rasgadas y los folios que los conforman en
desorden.
Adicionalmente, no existe clasificación de los documentos que los conforman de
acuerdo al delito que se investiga, ni al estado en el cual se encuentra el proceso
o la diligencia que se espera realizar debido, entre otras cosas, al cambio en su
número de radicación sin la adecuada disposición al no existir un libro en el cual
se lleve un consecutivo de los procesos y a la falta de coordinación en las
secretarías de cada regional.
2. Una de las pocas fuentes adicionales a las pruebas recogidas con la que
puede contar el Fiscal al momento de tomar una decisión en favor o en contra del
sindicado, es el documento conocido como Informe de la Policía Judicial,
mediante el cual, los investigadores encargados del caso en cuestión deben
mostrar clara y escuetamente los hechos sucedidos al funcionario sustanciador.
Es precisamente en los puntos mencionados (claridad y brevedad), en donde se
evidencia de nuevo la poca preparación que han tenido los agentes, trayendo
58
Ibidem. 54.
150
como resultado, la presentación de unos extensos informes, que adicionalmente
se encuentran cargados de apreciaciones personales mezclando con ello,
elementos subjetivos a lo realmente sucedido. Esto hace que la realidad sobre la
cual se debe resolver, se vea distorsionada y no pocas veces, absoluta y
drásticamente
modificada
en
muchos
de
sus
puntos
más
importantes,
conduciendo a la toma de decisiones equivocadas.
3. A pesar que desde este punto del proceso, existe la posibilidad para víctima de
constituirse en Parte Civil, raras veces se hace y cuando esto ocurre, muy poco
aporta al desarrollo del proceso, limitando su papel a la solicitud de testimonios
sin que pueda adelantar una labor investigativa, perdiéndose para el sujeto pasivo
del hecho punible, una importante oportunidad de coadyuvar a los entes que
deben esclarecer la ocurrencia del hecho y sus actores.
4. Beneficios creados por la ley, como la sentencia anticipada y la audiencia
especial, a los que tan afectos son la mayoría de los sindicados, debido a la
facilidad de su obtención, desestimulan la pesquisa en razón de que los esfuerzos
que se puedan realizar en la búsqueda de la verdad procesal, resultan poco
fructíferos al otorgarse al delincuente como recompensa a su acción una condena
irrisoria.
151
5. Al momento de proferir la Resolución de preclusión o de acusación, se
encuentra de nuevo la falta o errónea apreciación de las pruebas, aceptándose
como probados hechos que no lo están, o, en caso contrario, omitiendo la
existencia de otros.
5.4.2 El Juicio
Una vez se encuentra ejecutoriada la resolución de acusación, el Juez interviene
en el proceso y el Fiscal se convierte en un sujeto procesal más.
De esta forma, el expediente debe ser remitido al funcionario competente quien, al
recibirlo, lo pone a disposición de las partes por treinta (30) días hábiles, con el
fin de que se preparen para la audiencia pública, se soliciten las nulidades que se
pudieron generar durante la instrucción y se decreten las pruebas que éste
considere deben realizarse durante la citada audiencia, en la cual intervienen
todos los sujetos procesales.
Finalizada esta etapa, el expediente ingresa de nuevo al despacho, de tal manera
que el juzgador tiene la oportunidad de realizar un acercamiento y valoración final
de todo el material probatorio allegado durante las diferentes instancias del
proceso.
152
Por último, el juez debe dictar sentencia dentro de los diez (10) días hábiles
siguientes a la celebración de la audiencia, estableciendo la responsabilidad
penal que le corresponde al sindicado por la comisión del hecho punible o
absolviéndolo de la pena en caso de no haberse podido demostrar su
culpabilidad.
Sobre este punto -la pena a la que se ve avocado el agresor- es importante
anotar que dentro de su política de lucha contra el secuestro, el Estado se ha
limitado al aumento de las penas, medida que ha sido acogida como la principal
arma de prevención, persuación y represión a los delincuentes.
Esto explica la razón por la cual, en su gran mayoría las acciones adoptadas por
los Entes Gubernamentales para combatir el secuestro hayan tenido como base el
incremento en las penas privativas de la libertad tal como lo muestra el doctor
Guillermo Pérez Flórez en su ponencia “Apuntes Para una Estrategia de
Comunicaciones Para la Defensa de la Libertad Personal”, presentada ante los
asistentes al Seminario Nacional, “Los Medios de Comunicación Frente a la
Libertad Personal”organizado por el Programa Presidencial Para la Defensa de la
Libertad Personal realizado en junio de 1998, sobre la cual se considera
importante transcribir el siguiente aparte en razón de la profundidad de su
contenido: “Es importante señalar que para 1980 la sanción que el Código Penal
153
establecía para el secuestro era de 6 a 15 años de prisión, y que en la misma
fecha Colombia registró 44 secuestros.
“En 1988, el decreto 180, por medio del cual se expidió el Estatuto para la
Defensa de la Democracia, decretó una pena de 15 a 25 años de prisión, y para
esa fecha se reportaron 800 secuestros. En 1993, la ley 40 modificó estas
medidas y definió una pena de 25 a 40 años para los responsables de secuestro
extorsivo, con la posibilidad de que cuando concurra una de las causales de
agravación la pena pueda ser elevada hasta 60 años de prisión, producto quizá
de que en 1991 el país alcanzó el pico más alto de secuestros de toda la historia,
1.717, y de que el cartel de Medellín secuestró a una docena de personajes
públicos, entre ellos Andrés Pastrana, Francisco Santos, Maruja Pachón, Marina
Montoya y Diana Turbay, entre otros.
“Lo anterior muestra que el Estado ha tenido una concepción esencialmente
represiva del problema y que se ha negado a estructurar una verdadera política
criminal en materia de protección de la libertad personal, o así era por lo menos
hasta 1995 y 1996, año en que nació el Programa Presidencial para la Defensa
de la Libertad Personal”.
154
Lo anterior parece comprobar la poca importancia que se ha dado, no solo de
parte del Gobierno, sino también de otros los estamentos de la sociedad a la
búsqueda de soluciones concretas a los diversos problemas que plantea este
delito creyendo que la pena con sus posibles efectos disuasivos es la única
herramienta eficaz para su prevención.
A esto se suma el hecho de que ninguna medida, por eficaz que parezca ser en
teoría, puede rendir frutos si en el momento de ser llevada a la práctica no se
cuenta con los elementos apropiados para su adecuada aplicación por parte
quienes tienen el deber de hacerlo, tal como lo demuestran los altos índices de
impunidad derivados a partir de la crisis que vive la administración de justicia en
Colombia.
Otros problemas encontrados durante el desarrollo de esta etapa procesal son:
1. Al igual que en las anteriores instancias del proceso, se observa una mala
apreciación del material probatorio allegado, de tal manera que se obvian valiosos
elementos aportados mientras se sobrestiman algunos secundarios que conducen
al juez la formación de juicios equivocados que pueden reflejarse en la sentencia.
155
Adicionalmente, de acuerdo al estudio efectuado por los investigadores del
Ministerio de Justicia antes citado, se encontró, después de revisar un número
considerable de sentencias, que los jueces regionales al adelantar la valoración
de las pruebas, lo hacen de manera esterotipada y antitécnica, apartándose del
espíritu crítico con el que la legislación ha indicado, debe adelantarse esta labor.
2. De nuevo en este punto, la figura de la sentencia anticipada muestra su gran
capacidad de llevar al traste los esfuerzos realizados por quienes han sido
encargados de la labor investigativa en razón a que, luego de haberse aceptado
la participación en una serie de cargos menores por parte del sindicado, el juez
sólo puede tener como base para la imposición de la condena, aquellos hechos
en los cuales el imputado haya admitido su culpa resultando de esto la fijación de
castigos irrisorios.
Ahora bien, con el anterior esquema se ha querido enseñar a grandes rasgos, el
desarrollo del proceso penal en Colombia respecto del cual las instancias
internacionales han elaborado una serie de orientaciones con la intención de que
sean implementadas en las legislaciones de cada uno de los países, buscando
optimizar los resultados de la actuación estatal con el fin de disminuir los daños
que con la misma se puedan ocasionar a las víctimas del hecho punible.
156
Entre las diversas reglamentaciones existentes cabe mencionar las establecidas
en la Recomendación No. R(85) 11 elaborada por el Comité de Ministros
Europeos dirigida a los Estados Miembros que trata sobre la posición de la
víctima en el campo del Derecho Penal y Procesal Penal estableciendo en sus
principales apartes como una de las funciones fundamentales de esta rama de la
justicia, el atender las necesidades y salvaguardar los intereses de la víctima, así
como aumentar su confianza en la autoridad y fomentar su colaboración, para lo
cual se considera necesario darle mayor relevancia a los daños físicos,
psicológicos, materiales y sociales que puedan afectarla durante la realización del
juicio.
De esta forma, aconseja a sus asociados en relación con diferentes aspectos,
sobre quienes intervienen en el proceso y la manera como deben desempeñarse:
a. Policía. Debe recibir un completo entrenamiento en torno al tratamiento
ofrecido a las víctimas de manera que su encuentro con ellas sea constructivo,
tranquilizador e informativo. Así mismo, los testimonios que presentan los
funcionarios pertenecientes a esta institución deben brindar la más clara y
completa información posible respecto de los daños sufridos por los sujetos
pasivos del hecho punible.
157
b. Interrogatorio. Debe prevalecer la situación personal de la víctima, de igual
forma sus derechos y su dignidad deben permanecer intactos al finalizar su
intervención.
Cuando debido a las secuelas fruto del delito, sea posible y apropiado se hace
necesario adelantar las diligencias de esta etapa en presencia de personas
calificadas para atender a la víctima-testigo.
c. Procedimientos en el juicio. La víctima tiene que ser informada de las
decisiones que se adopten y de las posibilidades de obtener la restitución y la
compensación dentro del proceso penal, así como de obtener asistencia legal.
Respecto al papel del juez, procede advertir que es a él a quien se debe brindar
toda la información útil acerca de las lesiones y demás perjuicios causados al
sujeto pasivo del hecho delictivo, esto con el fin de que cuando llegue el momento
de la imposición de la pena tome en cuenta la necesidad de reparación de los
daños y así mismo, pueda tasar el monto de la reparación monetaria, si hay lugar
-Respecto de esto último, debe considerarse la bondad de tener tasas máximas y
mínimas-.
158
d. Protección de la víctima. Durante todo el proceso y aún durante la investigación
previa se hace necesario restringir toda información que atente contra la vida
privada y la integridad de la víctima, es más si resulta imperioso, se deben dirigir
los recursos del estado a procurar a la víctima y su familia una adecuada
protección contra las amenazas y el riesgo de una venganza de sus victimarios.
159
6. NUESTRA PROPUESTA
Una vez analizadas las diferentes etapas de la victimización en el secuestro así
como los efectos negativos que cada una de ellas genera en las personas que
sufren las consecuencias nocivas de este delito, en especial, las originadas en la
ineficiente intervención del Estado tanto en la prevención como en la reparación
de los daños causados por él, nos vemos en la tarea de tratar de desarrollar una
propuesta que tenga como fin mejorar la situación de aquél que ha sido objeto de
tan oprobiosa situación.
De esta forma, se ha creído que la mejor manera de presentar una breve pero
seria reseña de aquellos instrumentos que podrían redundar en beneficio de las
víctimas del secuestro, es basándose, en aquello que los estudiosos de la materia
han propuesto a través de sus escritos y conferencias. Esto lo hacemos por
considerar que en un tema tan delicado como el que se trata en este momento, no
160
se puede experimentar sin antes haber hecho un profundo estudio sociológico,
psicológico y legal del mismo, que no podríamos abordar de la manera adecuada
debido a su extensión.
Por este motivo es que a lo largo de estas páginas, el lector encontrará, como de
hecho lo ha venido haciendo, múltiples referencias a los argumentos esgrimidos
por expertos de diferentes ramas quienes llevan años dedicados al estudio de la
problemática del secuestrado y su familia
Hecha la anterior advertencia, se procede a revisar al tema en cuestión.
6.1 ASISTENCIA A LAS VICTIMAS
Una vez se presenta el secuestro, y las autoridades entran en contacto con los
familiares de la víctima, es el momento de iniciar un programa de asistencia
inmediata que se hará extensible a quien se haya encontrado privado de su
libertad, desde el instante en que ocurra su liberación. Este proyecto asistencial
será desarrollado a través de funcionarios especialmente preparados que ayuden,
a quienes se encuentran en tan extrema situación, a liberar su tensión, al mismo
tiempo en que formulan la denuncia respectiva.
161
De igual forma, el Estado debe procurar la asistencia médica, económica y
psicológica respectivas, que permitan desde el inicio de la labor investigativa, una
permanente interrelación con la víctima basada en la confianza que en ella surja,
a través de los diálogos sostenidos con los expertos, en la actuación del aparato
estatal.
Lo antes dicho redundará en una adecuada colaboración que agilizará todo
procedimiento en el que la víctima deba intervenir dando su testimonio, o de la
manera requerida en cada caso particular, evitando que se sienta auscultada por
individuos que podrían constituir una amenaza en potencia para su intimidad.
Pero este programa no puede terminar en este punto; por el contrario, debe
continuar aún después de finalizado el juicio, con oficinas en las que existan
personas capaces, no sólo de guiar a la víctima sino de informarla sobre a las
actuaciones que adelanta el Estado en torno a su caso, tal como se propondrá
más adelante al hablar del proceso.
Por último, estas oficinas también velarán por la readaptación de la víctima a la
vida en comunidad, principalmente ayudándole a reintegrarse a su círculo familiar,
el cual se vio afectado por el secuestro en la manera antes descrita.
162
6.2. EL PROCESO
No obstante creer que la actuación del Estado no debe terminar con la imposición
de la pena al delincuente, es una realidad innegable que en nuestro medio esto
no ha sido posible por diferentes causas que han impedido crear “(...) una política
de prevención dirigida a remover los factores económico-financieros y sociales de
vulnerabilidad ambiental respecto a la agresión de las organizaciones criminales
(...)”59.
Es por esto, que al no existir, en las actuales circunstancias, otro medio diferente
al proceso para llevar a cabo la lucha contra la delincuencia, éste debe
convertirse en un arma eficiente para asegurar la comprobación de los hechos y
de una eventual responsabilidad, de manera que ayude, a quienes en algún
momento han sufrido las nocivas consecuencias de la criminalidad, a pensar que
tienen una salida a su problema por las vías legales.
En este punto, se presentarán diferentes sugerencias que, durante el transcurso
del proceso, sirvan a este propósito.
59
ROBERTI, Franco. La negación de la libertad personal y colectiva como consecuencia de las
mafias. Ponencia recopilada en las memorias del seminario internacional, la libertad personal y
colectiva en Colombia. Pág. 140. Bogotá, 1998.
163
a. Recolección y Manejo de Pruebas.
Tal como se advirtió en el aparte pertinente, es necesario que los funcionarios
encargados de la recolección y el manejo de las pruebas en el lugar de la
comisión del hecho, así como una vez abierto el proceso penal, sean personas
que cuenten con una idónea preparación técnica y conocimientos en derecho
probatorio, con el fin de que sepan cuáles de los elementos por ellos analizados
pueden llegar a convertirse en pruebas fundamentales para la toma de una
decisión por parte del Fiscal o el Juez.
Adicionalmente,
esto
mismos
funcionarios
deben
recibir
una
adecuada
capacitación en la recolección del material probatorio, el cual muchas veces se
torna inservible por su inadecuada manipulación.
Pero esto no es suficiente. Es esencial realizar acciones a gran escala que
busquen la unificación de los criterios de valoración e interpretación de las
pruebas por quienes tienen encomendada esa misión, de tal forma que su
recopilación se lleve a cabo en una forma homogénea al conocer de antemano la
importancia de cada una de ellas dentro del proceso.
164
b. Actuación de la Víctima.
- Testimonio.
Siempre que se trate con la persona que ha tenido que vivir el martirio de ser
secuestrada, así como con sus allegados es necesario tener muy presente la
situación psicológica por la que están atravesando para de esta manera,
desarrollar la entrevista de acuerdo a sus necesidades evitando reabrir heridas en
forma innecesaria.
Para esto es indispensable que quien reciba la declaración, se tome un tiempo
para establecer un nexo con el entrevistado, mostrándole el objeto de la misma y
haciendo énfasis en su importancia para la investigación.
De igual manera, debe tenerse en cuenta el estado de fragilidad y vulnerabilidad
en que se encuentra la persona, para hacer las preguntas en la forma y en el
momento precisos, sin que el entrevistado se sienta presionado a revivir el trauma
de una manera abrupta, conllevando a que obvie circunstancias que pueden ser
vitales para la investigación.
165
Así mismo, desde un principio se deben fijar las reglas que rijan el desarrollo de la
entrevista, las cuales deben ser aprobadas por la víctima.
Es importante que por ningún motivo se haga sentir a la víctima responsable por
lo acontecido y que se le permita hacer las pausas que considere necesarias.
También es recomendable que durante la recepción del testimonio, se encuentre
presente alguien que brinde el apoyo psicológico a quien lo esta rindiendo.
- Participación Activa.
Sin pretender llegar a la posición asumida por Beristaín, consistente en permitir a
la víctima su intervención a lo largo de la totalidad del proceso penal, incluso en la
formulación de la pena, sí consideramos importante que al ofendido por el hecho
punible se le mantenga constantemente informado de los adelantos en su causa,
con el objeto de brindarle alguna seguridad respecto a la actuación del Estado.
Es así como se propone, la creación de asociaciones de víctimas con capacidad
de intervención en el proceso desde el momento en que se inician las
investigaciones, las cuales tendrán como fin primordial, la defensa de los
derechos de los ofendidos por el delito, constituyéndose en el órgano al cual
166
puedan acudir en busca de ayuda cuando consideren que sus intereses se han
visto vulnerados de una u otra forma y donde, a la vez, encuentren personas de
las que puedan obtener adecuada información sobre las diferentes etapas
procesales.
Lo anterior se basa en los excelentes resultados obtenidos en México por las
recientemente creadas Comisiones de Derechos Humanos, las cuales tienen
como propósito fundamental “(...) consignar a la autoridad judicial a aquellos
funcionarios de la procuraduría: fiscales, agentes de la policía judicial, que han
cometido faltas, eventualmente delitos que violan las garantía individuales (...)”60.
Sin embargo, a diferencia de estas comisiones que actúan simultáneamente en
defensa de los intereses tanto de la víctima como del sindicado, en nuestra
propuesta, las asociaciones se concentrarán en el ofendido quien de acuerdo a lo
visto, debe considerase la parte más débil e importante dentro del proceso.
60
GONZALEZ CASANOVA, Joaquín. Libertad personal, derechos humanos y procuración de justicia
penal. Ponencia recopilada en las memorias del seminario internacional, la libertad personal y
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167
6.3 SISTEMA PENITENCIARIO
Consideramos, de acuerdo con lo que en la práctica se observa, con miras a la
adecuada protección de la víctima quien ha confiado en una recta administración
de justicia, que es indispensable impedir que los sujetos más peligrosos
continúen, desde la cárcel, dirigiendo y gestionado sus actividades ilícitas a
través de contactos con el ambiente criminal externo.
Para lograr este objetivo, es necesario implantar en nuestro régimen carcelario,
una nueva categoría de internos que podrían llamarse “especiales”, integrada por
todos aquellos que, por su gran poder dentro del mundo del hampa, puedan
continuar amedrentando a sus víctimas desde los centros de reclusión.
El régimen a imponerles consistiría en la eliminación de algunos de los beneficios
penitenciarios como el contacto con otros reclusos y la reducción del tiempo dado
a las visitas, tal como se ha intentado hacer con los cabecillas de las
organizaciones de narcotraficantes.
Así mismo, se debe procurar su aislamiento con el exterior de la prisión,
recortando los medios de comunicación a su disposición y prohibiendo su
participación en actividades “sociales”al interior del penal.
168
La severidad de estas medidas podrá estudiarse de acuerdo a las muestras de
readaptación y colaboración a la justicia que demuestre el recluso.
6.4 IDENTIFICACION DE CADAVERES
Como ya se estableció anteriormente, el reconocimiento de los cuerpos sin vida
encontrados, no se adelanta de la manera más adecuada. Por ello, es necesario
imponer algún procedimiento que obligue a los funcionarios judiciales a elaborar
fichas pre-mortem y post-mortem, según se recomienda en el Manual Sobre La
Prevención e Investigación Eficaces de Ejecuciones Extrajudiciales de las
Naciones Unidas. Esto permitirá que los rasgos, características y señas
particulares del occiso conduzcan a su identificación, la cual, muchas veces se
dificulta a raíz de las medidas tomadas por los homicidas, quienes buscan
entorpecer las labores investigativas mutilando o deformando el cadáver.
Ahora bien, la adecuada adopción de un sistema como el referenciado no es tan
fundamental como la preparación que se debe dar a quienes por su labor deben
manipular los cuerpos, en lo cual es necesario hacer énfasis.
169
CONCLUSIONES
Como una lógica consecuencia de todo lo anteriormente dicho y en especial de la
confrontación que hemos intentado realizar entre el ser y el deber ser en nuestro
medio, de la “nueva ciencia” conocida como Victimología y la factibilidad de su
aplicación, debemos llegar a lo que en nuestro sentir resultan ser los puntos
sobre los cuales debe iniciarse una profunda discusión con miras a mejorar la
situación de aquellos que han sido ofendidos y dañados por el secuestro.
1. Se perciben contradicciones en torno a la valoración de la prueba -y por ende,
en su importancia en el resultado final del proceso- entre aquellos que han sido
encargados de la recolección del material probatorio y quienes tienen la misión de
estudiarlo, lo que ha llevado a que una vez éste se incorpora al proceso, no sea
tenido en cuenta de forma adecuada en el momento de determinar algún tipo de
responsabilidad por parte del sindicado.
170
2. No obstante los múltiples estudios que se han realizado sobre la Victimología,
aún son muchos los aspectos inexplorados de esta ciencia que deben ser
tomados en cuenta para futuras investigaciones, entre los cuales se encuentran,
el escaso conocimiento que se tiene acerca el porcentaje de víctimas que sufren
perturbaciones emotivas, así como de los factores que hacen que la victimización
sea más traumática en unas personas que en otras y la manera de enfrentarlos.
Sin ir más lejos, es de lamentar la pobreza doctrinal existente en nuestro país con
relación al tema, lo que hace urgente la toma de conciencia por parte de los
académicos, de la importancia que el mismo reviste en una sociedad que se ha
reconocido a nivel internacional, por sus niveles de violencia y en especial por el
alto índice de violaciones a la libertad del individuo.
3. Se encuentran múltiples fallas en el aparato estatal y en su actuación a todo
nivel, evidenciadas en parte por la falta de recursos humanos y técnicos que
ayuden a la víctima a superar los traumas surgidos en ella como consecuencia del
hecho dañino. En particular hemos hallado profundos errores en la manera como
es conducida la víctima a lo largo del proceso, respecto del cual se ve abocada a
una total desinformación en torno a lo que va aconteciendo al interior del mismo
que redunda en desconfianza hacia la actuación del Estado que la conduce a
prolongar su agonía.
171
De esta forma el Estado se convierte en una nueva fuente de agresión al sujeto
produciéndole importantes daños psicológicos, que se ven agravados por
deficiencias en nuestro sistema penitenciario antes analizadas.
4. Contrariamente a lo hasta ahora hecho, se debe buscar la expedición de una
normatividad integral capaz de abarcar la totalidad del problema del secuestro, es
decir, que envuelva en su texto no sólo la parte represiva del delito sino también
su prevención y la forma eficaz de brindar ayuda a las víctimas de este hecho
punible.
Este cuerpo legal, deberá cumplir como mínimo con dos requisitos básicos, el
primero, que se elabore de tal manera que sea duradero en el tiempo con el fin de
crear en sus destinatarios la idea de seguridad que da el saber cuáles son los
parámetros dentro de los cuales se desarrolla la acción del Estado, y el segundo,
que sea acorde al Derecho Internacional Humanitario.
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