la industria agroalimentaria española ante la ampliación de la ue

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La industria
agroalimentaria
española ante la
ampliación
de la UE.
LUIS MIGUEL ALBISU
AZUCENA GRACIA
Servicio de Investigación Agroalimentaria de Aragón
La ampliación de la Unión Europea (UE), con la incorporación de los
países de Europa central y oriental (PECOS), presenta nuevas oportunidades y amenazas a la industria agroalimentaria española. La
política agraria comunitaria (PAC) es el
principal foco de atención, tanto de los
actuales países de la UE como de los que
se quieren incorporar. Sin embargo, los
valores añadidos generados por la agroindustria son mayores que los que genera la
agricultura, en la mayoría de los países de
la UE. El desarrollo de los sectores agroalimentarios está fundamentado en la dinámica y competitividad que se pueda establecer en la distribución y en la industria
agroalimentaria. La distribución depende,
en gran medida, del desarrollo de la
agroindustria, ya que la transformación de
las materias primas es una necesidad para
vender productos alimentarios.
miembros. La agricultura no merece la misma atención por parte del capital foráneo.
El nuevo proceso de ampliación de la UE,
con la inevitable conflictividad entre los actuales y los nuevos miembros, es lento, pero
inexorable, y parece tener un calendario
bastante determinado, aunque siempre sujeto a cambios. Los países más desarrollados
de la UE, así como Estados Unidos, van tomando posiciones, y para ello están haciendo inversiones que se dirigen tanto a la distribución alimentaria como a la agroindustria
de los países que aspiran a ser nuevos
El paulatino desmantelamiento de los
aranceles favorece los intercambios comerciales de productos agroalimentarios
entre los países miembros y no miembros
de la UE. Tiene un efecto de ensayo ante
situaciones más favorables, ya que los actuales miembros de la UE van conociendo mejor las características de los nuevos
mercados y los nuevos miembros se
adentran en la práctica de la dura lucha
comercial que existe en la UE.
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España participa en todo este proceso,
aunque la distancia geográfica no favorece
ni el conocimiento ni los claros incentivos
que supone tener mercados cercanos.
Además, hay otros condicionamientos, como el desconocimiento de las lenguas y
de las culturas, que es un claro impedimento para un mayor acercamiento a los
nuevos mercados. Quizás estos aspectos
marquen las diferencias con los países de
Latinoamérica, que, donde a pesar de la
enorme distancia física, los empresarios se
encuentran en un entorno más asequible,
lo que hace que dirijan sus esfuerzos a
esos países y no a los PECOs.
Existe una gran diversidad de trabajos cualitativos y cuantitativos que han tratado de
analizar la situación del sector agrario en
los PECOs y de anticipar su evolución futura. Sin embargo, no ocurre lo mismo con
la industria agroalimentaria, por lo que es
necesario también analizar su situación y
las exigencias de los consumidores en los
futuros países miembros de la UE, aunque
es más dificultoso tener datos adecuados.
100
La industria agroalimentaria española afronta esta nueva situación de la ampliación de
la UE y necesita información para poder
afrontar nuevos retos con mayor conocimiento de causa. Este trabajo está estructurado de tal manera que al principio se exponen los más importantes indicadores de
la industria agroalimentaria en España para conocer sus principales rasgos, lo cual
facilitará el análisis de lo expuesto posteriormente. A continuación se exponen las
principales características de los sectores
agroalimentarios de los PECOs. Más tarde
se recogen los flujos comerciales de productos agroalimentarios entre esos países
y España. El siguiente apartado trata de
sintetizar las oportunidades y amenazas
que la industria agroalimentaria española
tiene en esta nueva situación. Finalmente,
se exponen las principales conclusiones y
recomendaciones.
Principales indicadores
de la industria
agroalimentaria española
La industria agroalimentaria (IAA) se considera un componente estratégico de la in-
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CUADRO 1
PRINCIPALES INDICADORES DE LA INDUSTRIA Y DE LA INDUSTRIA
AGROALIMENTARIA EN ESPAÑA
España
1995
1997
Número de empresas industriales
Industria
148.624
158.417
Industria agroalimentaria
26.778
26.153
Personas ocupadas
Industria
2.322.694
2.428.936
Industria agroalimentaria
363.618
361.100
Ventas (millones de euros)
Industria
238.609,62
272.690,01
Industria agroalimentaria
47.401,22
52.702,15
Valor añadido bruto (millones de euros)
Industria
86.882,91*
92.980,18
Industria agroalimentaria
11.685,48*
12.207,76
Gasto de personal (millones de euros)
Industria
48.401,91
53.086,80
Industria agroalimentaria
6.393,57
6.779,42
Consumo materias primas (millones de euros)
Industria
108.611,90
124.774,32
Industria agroalimentaria
28.405,64
32.091,64
Inversiones en activos materiales (millones de euros)
Industria
12.142,25
14.391,23
Industria agroalimentaria
1.535,59
1.815,06
1999
2000
240.215
33.105
241.573
33.342
2.588.872
376.364
2.628.008
363.034
309.844,58
54.910,87
347.027,39
55.704,81
104.913,27
13.554,63
111.964,35
13.510,75
59.024,20
7.388,24
63.376,73
7.554,72
142.609,35
31.842,82
169.052,68
32.387,34
18.642,19
2.619,21
20.505,33
2.610,20
* Estas cifras corresponden al año 1996.
FUENTES: MAPA, varios años. Cuadernos de información económica sobre la industria agroalimentaria.
dustria española, al ser una de las ramas
industriales más importantes, ya que representa aproximadamente el 14% de las
empresas industriales, emplea al 14% de
los trabajadores de la industria y genera el
16% de las ventas totales del sector industrial (MAPA, 2001). Por otra parte, se trata
de un sector todavía con un alto grado de
atomización, a pesar de la concentración
observada en los últimos años. Coexisten
un gran número de pequeñas y medianas
empresas (aproximadamente el 85% de las
IAA tienen menos de 10 empleados, y un
90%, menos de 20) con unas pocas empresas de gran tamaño (el 0,7% de las IAA,
unas 250, tienen más de 200 empleados)
(MAPA, 2001). Sin embargo, estas últimas
son las que generan la mayor parte de las
ventas, estimándose que las 500 mayores
empresas (1,3% del total) facturan el 76%
de las ventas del sector.
En España, la industria agroalimentaria ha
alcanzado un grado importante de madurez y modernización debido al esfuerzo
inversor, fundamentalmente en modernización de equipos e instalaciones y se ha
adaptado a los constantes cambios del entorno y de los hábitos de consumo. Este
dinamismo inversor la ha hecho crecer y
desarrollarse hasta convertirse en el primer sector industrial, al mismo tiempo
que desempeña una función estratégica
dentro de la cadena agroalimentaria. En
efecto, con el paso de los años, la cuota
de los alimentos transformados en el valor
total del gasto de los hogares en alimentación ha ido creciendo, hasta representar
un importante porcentaje del presupuesto
familiar destinado a alimentos. Esta circunstancia ha hecho cambiar la función
tradicional del sector primario de abastecedor de bienes finales al consumo, a suministrador de materias primas a la industria agroalimentaria, manteniendo ambos
sectores una dependencia recíproca.
En este marco de relaciones y funciones,
la industria agroalimentaria es considerada
como un sector estratégico de la economía
nacional, por su gran responsabilidad como suministradora de alimentos a la población, que deben reunir, además, las debidas condiciones de seguridad y calidad.
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LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA ESPAÑOLA ANTE LA AMPLIACIÓN...
La industria agroalimentaria española contaba con 33.342 empresas en el año 2000
(cuadro 1). Esta cifra es superior a la registrada en 1995 (26.778), lo que ha supuesto un incremento del 25% en 5 años.
Empleaba, en 1995, 363.618 personas, lo
que suponía un 16% del total del empleo
en la industria, porcentaje que ha ido descendiendo hasta alcanzar en 2000 el
13,8%. A pesar de la evolución desfavorable del número de empleados con respecto a la industria total, las ventas de la IAA
han aumentado de 1995 a 1999 un 5% en
términos constantes, aunque descendió ligeramente, un 2%, en 2000. Sin embargo,
las ventas del sector industrial en su conjunto ha aumentado un 30% desde 1995.
Esta diferente evolución han conducido a
que la IAA generaba un 19,8% de las ventas del sector industrial en 1995, descendiendo paulatinamente hasta alcanzar tan
sólo el 16% en 2000.
En el sector agroalimentario se destacan
seis ramas agroindustriales por sus mayores cifras de ventas (cuadro 2): la industria cárnica; vinos y bebidas alcohólicas;
industrias lácteas; alimentación animal;
pan, pastelería y galletas; y conservas vegetales. Todos estos sectores suponen el
62% de las ventas totales de la agroindustria, con mención especial a la industria
cárnica, que alcanzó casi el 20% en 2000.
Con respecto a las personas ocupadas por
ramas de actividad, se destaca la importancia de cuatro, que generan el 63,2% del
total de empleo de la industria agroalimentaria en España: pan, pastelería y galletas (28%); industria cárnica (18,5%);
conservas vegetales (9,1%), y vinos y otras
bebidas alcohólicas (8,5%). La importancia de la cifra de empleo en el sector pan,
pastelería y galletas (100.800 personas),
muy por encima de otras ramas con una
actividad mucho más fuerte, como la industria cárnica (18,5%) y la de vinos y bebidas alcohólicas (8,5%), refleja la atomización de este subsector. Sin embargo, y
en el extremo opuesto, resalta el escaso
número de empleados en la industria de
aceites y grasas, que es básicamente una
industria envasadora, caracterizada por su
fuerte concentración, donde los procesos
de producción son más automatizados.
La industria agroalimentaria española se caracteriza por un potencial inversor notable,
CUADRO 2
PRINCIPALES VARIABLES ECONÓMICAS DE LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA
ESPAÑOLA POR RAMAS DE ACTIVIDAD EN 2000
Ventas
Personas ocupadas
(Millones de euros)
(Miles)
Valor
Total
Valor
Total
%
%
Inv. en activos mat
(Millones de euros)
Valor
Total
%
Industria cárnica
10.881,9
Industria de pescados
2.177,5
Conservas vegetales
4.190,3
Aceites y grasas
3.765,9
Industria láctea
6.377,3
Molinería
2.005,6
Alimentación animal
5.537,1
Pan, pastas y galletas
4.524,4
Azúcar y chocolate
2.947,4
Vinos
4.473,9
Cerveza
1.795,2
Otras bebidas alcohólicas
1.058,4
Otras bebidas no alcohólicas 3.540,0
Otros productos diversos
2.694,9
19,5
3,9
7,5
6,7
11,4
3,6
9,9
8,1
5,3
8,0
3,2
1,9
6,3
4,8
66,9
19,1
33,2
9,5
27,1
7,2
13,7
100,8
20,6
17,9
7,9
5,1
13,4
19,8
18,5
5,3
9,1
2,6
7,5
2,0
3,8
27,8
5,7
4,9
2,2
1,4
3,7
5,5
498,8
101,6
245,2
95,0
223,0
63,7
155,7
258,4
144,8
379,2
108,2
63,7
175,5
94,4
19,1
3,9
9,4
3,6
8,5
2,4
5,9
10,0
5,6
14,5
4,1
2,4
6,7
3,6
Total agroalimentario
TOTAL INDUSTRIA
100
363,0
2.628,0
100
2.610,2
20.505,3
100,0
55.704,2
347.027,4
FUENTES: MAPA, varios años. Cuadernos de información económica sobre la industria agroalimentaria.
2.610,2 millones de euros en 2000, representando un 12,7% del total de la inversión
de la industria nacional. La industria cárnica, seguida de la de vinos y de la industria
de pan, pastelería y galletas son los sectores
agroindustriales con mayores inversiones,
con un 19%, 14,5% y 10%, respectivamente,
de la inversión total de la agroindustria
(cuadro 2). Por otra parte, las industrias
con menor inversión son las de producción
de otras bebidas alcohólicas (2,4%) y molinería (2,4%). A pesar de la importancia de
la inversión en el sector agroalimentario,
ésta sólo representa el 4,7% de las ventas
totales de la IAA en 2000, variando esta cifra entre los diferentes subsectores. La industria cárnica es el subsector que más ha
invertido, aunque sus inversiones sólo representan el 3% de sus ventas. Por el contrario, el esfuerzo inversor de ramas industriales con menores ingresos, como las de
vinos; pan, pastelería y galletas, y la de
conservas vegetales alcanzan el 8,4%, 6% y
el 6%, respectivamente.
Como habíamos mencionado con anterioridad, la estructura del tejido empresarial de la IAA se caracteriza por su atomización y dualidad, debido a que conviven
pequeñas y grandes empresas. Además,
la distribución del número de empresas
según su tamaño varía de una rama de
actividad a otra. A principios de 2001, el
subsector de pan y galletas representaba
el 37,2% de las empresas agroalimentarias, ocupando el primer puesto, seguido por la industria cárnica (13,4%) y el
sector de vinos (11,8%), lo que suponía
que estas tres ramas absorbían el 61%
del total del número de empresas (MAPA, 2001).
El sector
agroalimentario
en los PECOs
Hay ocho PECOs candidatos a la adhesión a la UE, que pudiera ocurrir en
2004. Todos ellos con una riqueza por
debajo de la media de los actuales
miembros de la UE, que medida por el
PIB por habitante en relación con la
media de la UE es: Estonia (42%), Letonia (33%), Lituania (33%), Polonia
(40%), República Checa (57%), Eslovaquia (48%), Hungría (51%) y Eslovenia
(69%). La adhesión de Bulgaria y Rumanía se espera que ocurra en 2007.
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Para comprender lo que ha ocurrido con
la industria agroalimentaria en los PECOs
es importante repasar una serie de acontecimientos y factores que han influido
en su desarrollo. Hay algunos aspectos
que son generales a todos los países,
mientras que otros son más específicos.
Al comienzo se analizarán aquellos que
son generalizables.
La década de los noventa se ha caracterizado por la privatización de sus economías. Actualmente, el porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB) generado por el
sector privado en algunos países, según
las estadísticas del Banco Mundial, es de la
siguiente magnitud: Hungría (80%), Estonia (75%), Lituania (70%), República Checa (68%), Polonia ( 60%) y Rumanía (60%).
Este proceso de privatización condujo a
una disminución de la riqueza, y de esta
manera, en los primeros años de la transición se produjo una disminución generalizada del PIB, hasta 1992 para algunos
países y 1994 para otros, cuando el PIB
empezó a crecer, salvo en Eslovenia. A
partir de entonces, el PIB ha aumentado,
salvo en Rumanía, que presenta una disminución acumulada del 15% entre 1997
y 1999 (Comisión Europea, 1998).
Para la caracterización de los países se
pueden hacer distinciones entre los centroeuropeos (Polonia, Hungría, República
Checa, Eslovaquia y Eslovenia), los bálticos (Estonia, Lituania y Letonia) y los eslavos (Bulgaria y Rumanía).
102
Para comprender mejor la industria agroalimentaria y los mercados de los diez
países que se analizan convendría diferenciarlos de acuerdo con algunas de sus
características. Así, hay algunos que se
distinguen por tener una mayor población, y por lo tanto una mayor capacidad
de consumo de productos alimentarios
en el futuro, como son los casos de Polonia y de Rumanía, con 38 y 22 millones
de habitantes, respectivamente, junto con
otros de escasa dimensión, como Eslovenia y los países bálticos (cuadro 3).
Otros destacan por la importancia de su
sector agrario, como lo indica el que en
algunos países más de la mitad de la superficie total se dedica a la agricultura,
pero sobre todo por su importancia en el
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CUADRO 3
PRINCIPALES RASGOS DEL SECTOR AGROALIMENTARIO DE LOS PECOs EN 2000
Población
(millones de
habitantes)
Centroeuropa
Polonia
Hungría
R. Checa
Eslovaquia
Eslovenia
Balcánicos
Rumanía
Bulgaria
Bálticos
Lituania
Letonia
Estonia
Área
cultivada
% total
PIB sector
agrario %
PIB/total
Empleo
agrario/%
empleo
total
Gasto
alimentos/
% gasto
total (*)
38,00
10,00
10,00
5,40
1,99
58,3
62,9
54,3
49,8
24,2
2,9
3,9
3,4
4,5
2,9
18,8
6,0
4,5
6,7
9,9
36,9
26,6
26,8
31,8
23,5
22,40
8,20
62,1
50,3
11,4
16,0
42,8
26,2
58,0
53,3
3,70
2,40
1,40
53,4
38,5
19,7
6,9
4,0
4,7
19,6
13,5
7,6
44,4
44,9
37,5
(*) Cifras para 1998.
FUENTE: Comisión Europea, 2002. Agricultural Situation in the Candidates Countries - Country Reports.
PIB. Atendiendo a esto último se observa
que en los dos países balcánicos y en Lituania la contribución del sector agrario al
PIB es superior al 7%, alcanzando un 16%
y 11%, respectivamente, en Bulgaria y Rumanía. El empleo agrícola en relación con
el total es relativamente elevado, sobre todo en estos dos últimos países. En otros,
con marcado carácter industrial, el sector
agrario tiene poca importancia, como son
los casos de Eslovenia y la República
Checa.
El porcentaje de ingreso dedicado a la
alimentación es muy elevado y alcanza
casi la mitad del gasto de los hogares en
los países balcánicos. En los países bálticos este porcentaje también es elevado,
llegando a alcanzar un 45% en Lituania y
Letonia. Sin embargo, en los países del
centro de Europa este porcentaje está
por debajo del 30% (excepto en Polonia
y Eslovaquia).
La industria agroalimentaria existente ha
dependido, en gran medida, de las materias primas que se producían en cada país,
por lo que ha sido trascendental lo que ha
ocurrido en los sectores agrarios durante
todo este tiempo. La falta de suministros
adecuados ha entorpecido su marcha así
como la calidad de las materias primas
agrarias. El valor de la producción agrícola en los PECOs ha disminuido entre 1990
y 1999, excepto en Eslovenia, donde ha
aumentado un 20%, y en Rumanía, que se
ha mantenido estable, salvo disminuciones puntuales. En algunos países, la producción agrícola disminuyó hasta 1995 y
aumentó lentamente desde entonces, aunque sin alcanzar los niveles de principios
de los noventa (Polonia y Hungría). Sin
embargo, en Bulgaria, Lituania, Letonia y
Estonia, la producción agrícola ha disminuido paulatinamente, alcanzándose una
disminución del 33%, 39%, 57,2% y 44%,
respectivamente.
Estas disminuciones han sido debidas sobre todo a la reducción de la producción
ganadera, que ha perdido importancia en
todos los países. La disminución de la
producción a niveles inferiores a 1989 se
debió fundamentalmente a la caída de la
demanda interior y exterior y al aumento
de los precios de los inputs (Cadenas y
Cantero, 1997). Los principales productos
agrarios son los cereales, el porcino y los
lácteos en todos los países, con una cierta importancia de los vegetales en Polonia, Rumanía y Bulgaria, y de las patatas
en Lituania, Letonia y Estonia (Comisión
Europea, 2002).
Esta disminución de la producción ha supuesto que hayan crecido las importaciones de materias primas de otros países y
un mayor incremento de las transaccio-
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LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA ESPAÑOLA ANTE LA AMPLIACIÓN...
nes apoyadas en las ventajas comparativas, entre países, como es el caso de la
República Checa frente a Eslovaquia, o
dependiendo de que hayan gozado de
más ayudas por parte de los Estados, como ha ocurrido con Hungría. Los países
de la Europa central han tenido mecanismos, como el CEFTA (Central European
Free Trade Agreement), compuesto por la
República Checa, Hungría, Polonia y
Eslovaquia, en su origen, y al que se incorporaron posteriormente Eslovenia y
Rumanía, siendo su principal objetivo el
libre comercio de mercancías entre esos
países (Trzeciak-Duval, 1999). Los principales intercambios los realizan con los
países de la UE, pero el saldo de la balanza comercial de todos los PECOs es negativo, salvo en el caso de Hungría. Si atendemos a la balanza comercial del sector
agrario, ésta es también negativa, salvo
para Hungría y Bulgaria. Sin embargo, los
países de la UE ya no son los principales
destinos y orígenes de estos países, sino
que se observa un mayor grado de intercambio entre ellos y Rusia.
Principales rasgos
de la IAA en los PECOs
La industria agroalimentaria es una rama
relativamente importante dentro del sector industrial (cuadro 4). En concreto, en
los países de Europa central, la IAA supone entre un 3,5% y un 4,1% del PIB,
en los países balcánicos, un 5,3% del PIB
en Bulgaria y un 21% del valor añadido
bruto de la industria en Rumanía. En los
países bálticos la importancia es todavía
más elevada, ya que la IAA representa
entre un 25% y 33% del valor añadido
bruto de la industria.
La producción de la IAA ha aumentado en
los países centroeuropeos y en los países
bálticos (excepto en Eslovaquia, que ha
permanecido constante, y en Eslovenia,
que ha disminuido a una tasa anual del
3%). En concreto, ha aumentado a una tasa media anual del 15%, 7% y 3,5%, respectivamente, en Polonia, Hungría y República Checa, y a una tasa del 10% en
Lituania y de un 2,5% en Estonia. Sin embargo, en Rumanía (Bulgaria no dispone
de información sobre la evolución de la
IAA) la producción ha disminuido a una
tasa anual del 24,4% (cuadro 4). Por otra
parte, se observa que, salvo en Polonia, el
empleo en la agroindustria ha disminuido
incluso en aquellos países en los que la
producción ha aumentado. Esto indica el
esfuerzo realizado por la agroindustria de
estos países para reestructurar y dimensionar el sector agroalimentario. Además, los
principales incrementos se han producido
en aquellos sectores con productos de
mayor valor añadido o con una orientación a la exportación.
La industria agroalimentaria es, en su mayor parte, de primera transformación y dirigida a mercados locales. En esta primera categoría de transformación entran la
producción de leche y los mataderos, por
poner un ejemplo. Aunque, en los últimos años, las principales inversiones se
han dirigido hacia las industrias de segunda transformación, como la producción de productos cárnicos curados, bebidas alcohólicas y bebidas refrescantes. En
la mayor parte de los países, la producción animal está por encima de la vegetal, por lo que la industria agroalimentaria
está, consecuentemente, relacionada con
los productos cárnicos y con la leche.
Las principales ramas agroindustriales en
cuanto a producción son las empresas cárnicas, las de bebidas, las lácteas y las de
otros productos alimentarios. En el caso
de Eslovenia, las empresas de frutas y hortalizas, y en Rumanía, las productoras de
tabaco, ocupan el cuarto lugar en importancia, mientras que en Letonia las industrias pesqueras se sitúan en el tercer lugar.
Además, se observa que en los países de
centro Europa las dos principales ramas
agroindustriales, que suponen alrededor
de un 45% de la producción, son las industrias que producen otros productos
alimentarios y las cárnicas. En los países
balcánicos, las dos principales industrias
agroalimentarias son las bebidas y los
otros productos alimentarios (con un 55%
de la producción), y en los países bálticos
las principales empresas agroalimentarias
son las lácteas y los otros productos agroalimentarios.
Un fenómeno generalizado ha sido el aumento de los precios de los inputs, lo que
ha hecho que la industria sea menos competitiva. Una de las ventajas comparativas
que tienen es su bajo nivel de salarios,
que se estima entre el 10% y el 15% de los
existentes en la Unión Europea, salvo el
caso de Eslovenia, donde son del doble o
triple del de los países analizados.
Los informes existentes acerca de la industria agroalimentaria, en los diversos
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CUADRO 4
PRINCIPALES CARACTERÍSTICAS DE LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA EN LOS PAÍSES DE EUROPA CENTRAL Y ORIENTAL
EVOLUCIÓN EN %
PIB
Valor
añadido
bruto
Producción
IAA
Empleo
IAA
Polonia
Año ref. 1998
Evolución 93-97
4,10
14,80
74,20
5,90
Hungría
Año ref. 1999
Evolución 93-97
-
13,80*
35,00
-5,80
R. Checa
Añor ref. 1999
Evolución 93-97
3,80
Eslovaquia
Año ref. 1999
Evolución 93-97
4,10
Eslovenia
Año ref. 1998
Evolución 96-98
3,40
Rumanía
Año ref. 1999
Evolución 97-99
-
15,00
16,90
-4,40
-
-0,80
-1,80
-
-6,10**
-5,90
21,00
-73,30
-15,50
Principales
ramas
Otros (23,4)
Cárnicas (21,8
Bebidas (16,5)
Lácteas (12,7)
107,80
73,90
25,50
61,70
Cárnicas (25,4)
Otros (16,8)
Bebidas (13,9)
Lácteas (12,5)
18,60
26,00
44,30
57,70
Otros (22,1)
Cárnicas (20,2)
Bebidas (17,1)
Lácteas (14,1)
6,70
3,70
23,90
18,00
Otros (23,7)
Cárnicas (20,6)
Bebidas (18,8)
Lácteas (16,4)
8,80
-6,70
18,80
-3,00
Otros (30,7)
Bebidas (25,8)
Cárnicas (12,8)
Frutas y hort. (10,2)
9,30
-11,40
-10,70
-6,10
Bebidas (28,2)
Otros (23,5)
Cárnicas (15,7)
Tabaco (11,3)
-57,40
-65,40
-79,00
-53,30
-
-
Lácteas (29,0)
Otros (18,7)
Bebidas (17,8)
Cárnicas (12,6)
51,50
39,10
102,00
16,30
Otros (39,3)
Lácteas (17,8)
Pesqueras (16,9)
Cárnicas (11,3)
-
Bulgaria
5,30
104
Lituania
Año ref. 1999
Evolución 95-99
Letonia
Año ref. 1998
Estonia
Año ref. 1999
Evolución 95-99
-
-
-
-
25,00
50,00
-26,60
9,00
33,00
n.d.
n.d.
-
28,40
12,50
-20,50
Evolución
producción
Lácteas (23,9)
Otros (22,1)
Bebidas (20,3)
Cárnicas (15,6)
II.E.
agroin/total
11,5
-
4,5
Muy bajo
(1%)
Muy bajo
-
5,0
12,0
8,0
7,90
6,90
11,60
7,90
FUENTES: Comisión Europea, 2002. Agricultural Situation in the Candidates Countries - Country Reports y Comisión Europea, 2000. The sapard plan: country report.
países, indican una diversidad de suministro de materias agrarias, aunque de escasa calidad, una tecnología y equipamiento obsoleto, un alto consumo de
agua y energía por unidad producida, un
ECONOMÍA INDUSTRIAL
o
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bajo desarrollo y nivel tecnológico de los
productos, dificultad para conseguir las
normas que establece la Unión Europea
por lo que respecta a la calidad e higiene,
inadecuada organización interna de las
empresas, falta de estrategias adecuadas
de marketing y de programas de adaptación a las nuevas condiciones de los mercados y falta de formas avanzadas de cooperación entre empresas.
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LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA ESPAÑOLA ANTE LA AMPLIACIÓN...
Esta aproximación a las exigencias de la UE
contribuye a que las inversiones tengan
prioridad en aspectos relacionados con la
salud y las normas de higiene, la modernización de edificios, la instalación de nuevos
equipos y líneas tecnológicas, la mejora de
los sistemas de control y de la protección
medioambiental (Comisión Europea, 2000).
A pesar de los esfuerzos llevados a cabo
para mejorar todos estos aspectos, la IAA es
el agente del sector agroalimentario de los
PECOs en el que existe una competitividad
más baja en relación con sus nuevos socios
(UE) (Josling y Tangermann, 1998).
Se ha producido una progresiva privatización de la IAA en todos los países, de tal
manera que, en la actualidad, la mayoría
de las empresas agroalimentarias se encuentran en manos de capital privado.
Éste no es el caso de Rumanía, cuyo proceso de privatización ha sido más lento:
en 1998, el 38% de las empresas agroalimentarias eran de propiedad pública; el
44%, de capital privado, y el 18%, de capital extranjero. Como contrapunto, tan
sólo un 10% de las empresas agroalimentarias polacas están todavía en manos del
sector público, especialmente en el sector
de azúcares y bebidas alcohólicas, y en la
República Checa, tres empresas son todavía de capital público.
Otro fenómeno generalizado ha sido la
fragmentación de la industria agroalimentaria, como consecuencia de la privatización y el deterioro de la productividad.
Un porcentaje de entre el 75% y el 85%
son pequeñas y medianas empresas. Actualmente se encuentran inmersas en un
profundo proceso de reestructuración y
de concentración, obligadas por las condiciones que la UE les impone para poder tener acceso a medios financieros. A
pesar de que ha aumentado el número de
empresas y se ha reducido su tamaño, el
sector agroindustrial en estos países todavía tiene un grado de concentración más
elevado que en la Europa del oeste.
El proceso de concentración repercute
también en los minoristas, que requieren
menos proveedores pero de una mayor
dimensión, y que sean capaces de tener
una mayor calidad en sus productos y una
regularidad en sus suministros. La adaptación y armonización a las normas de la
UE, en todo lo que respecta a higiene, se-
guridad, calidad, etc. es un requisito que
deben de cumplir si quieren que sus productos se puedan exportar a la UE.
Como consecuencia de la privatización,
la alta concentración de la IAA en estos
países, debida al sistema de propiedad
pública vigente en la etapa anterior, ha
ido disminuyendo. El número de empresas agroindustriales varía entre los países.
Así, en Eslovenia es de alrededor de 350,
en Eslovaquia y Lituania hay más de 300,
en Lituania más de 400. La utilización media de la capacidad productiva de la IAA
se sitúa entre el 23% de la agroindustria
en Estonia y el 55% de la agroindustria en
Letonia.
La inversión extranjera en estas empresas
ha aumentado en la mayoría de los países,
pero sigue siendo relativamente baja. En
el cuadro 4 se observa que los países con
mayores porcentajes de inversión extranjera en relación con el total invertido en
el país son Polonia, Lituania (se ha multiplicado por cuatro desde 1995) y Letonia,
con un 11%, 12% y 8%, respectivamente.
Además, esta inversión se ha dirigido fundamentalmente a los sectores que producen alimentos con mayor valor añadido
y/o con mayor orientación exportadora
(tabaco, bebidas y confitería). Sin embar-
go, la inversión extrajera en la IAA en Eslovaquia y Eslovenia es muy reducida, siguiendo la tendencia de la industria en
general, donde la inversión extranjera es
también bastante limitada.
La principal contribución de la inversión
extranjera en la agroindustria de los PECOS ha sido la de mejorar las instalaciones y el marketing de estas empresas
(FAO, 1998). Los flujos de capital extranjero varían sus orígenes, que tienen en la
Unión Europea un importante aliado, aunque los Estados Unidos también han apostado por las economías de estos países.
Dentro de la Unión Europea sobresale el
papel que ha desempeñado Alemania, sobre todo en los países centroeuropeos, y
ocurre lo mismo con los flujos de capital
que con las mercancías. Los países limítrofes tienen un papel también importante,
como es el caso de Grecia con Bulgaria.
La mayor preocupación de estos países es
el cumplimiento de los requisitos de calidad y seguridad de los productos alimentarios. En Hungría se han hecho grandes
esfuerzos por parte de la agroindustria para lograr que sus empresas consiguiesen
la certificación necesaria para poder exportar a la UE, y su Ministerio de Agricultura estima que alrededor del 50% de las
ECONOMÍA INDUSTRIAL
o
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105
07 ECON. INDUST. 344
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L. M. ALBISU / A. GRACIA
empresas cárnicas pueden exportar a la
UE. En la República Checa se está produciendo una mejora en la calidad e higiene
de los productos de la IAA como consecuencia de la armonización de la legislación checa con la legislación de la UE. Las
empresas agroalimentarias en Eslovenia
se encuentran con dificultades para cumplir los requisitos de calidad y seguridad
de la UE; tan sólo 31 de las 368 empresas
eslovenas han conseguido la licencia necesaria para exportar a la UE. En Rumanía, el nivel de procesado, empaquetado,
distribución y calidad de los productos es
inferior a la media de la UE y a la de los
países del centro de Europa. En Letonia
sucede algo similar; las instalaciones,
equipamiento y tecnología de las agroindustrias están obsoletos, por lo que la calidad y seguridad de los productos no
cumplen los requisitos de los mercados
internacionales (sólo 17 empresas lácteas
han obtenido el certificado de la UE). Sin
embargo, en Lituania, ocho empresas pesqueras, que suponen el 45% de la producción; 18 industrias lácteas, con una producción del 82%, y 3 empresas cárnicas
han obtenido la certificación de la UE.
106
La Unión Europea, consciente del bajo nivel de desarrollo de estos países, ha implementado los programas Sapard, que
abarcan desde 2000 a 2006. Hay multiplicidad de medidas y algunas de ellas están
directamente relacionadas con la industria
agroalimentaria, aunque las más comunes
son los subsidios a los créditos y la disminución de impuestos. Uno de los condicionantes que se establecen es que los
créditos que provengan de la UE, de los
países de la UE, o del propio país que los
pide o de los países que han solicitado la
adhesión a la UE sean para tecnología.
Los proyectos tienen toda una batería de
indicadores para evaluar sus ayudas.
Se señalan como oportunidades comunes
la gradual recuperación de los ingresos y
el aumento de la demanda de calidad, la
posibilidad de explotar de una manera
más amplia los productos de origen local, la posibilidad de una mayor financiación proveniente de la UE y los efectos
beneficiosos de la adaptación al acquis
communautaire.
La balanza comercial agroalimentaria es
negativa en la mayoría de los países, sal-
ECONOMÍA INDUSTRIAL
o
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nanciera rusa, con una disminución de
sus exportaciones del 30% desde 1998 a
1999 (OCDE, 2001). Los intercambios de
productos agrarios y agroalimentarios entre la UE y los PECOs se encuentran muy
condicionados por las diferencias en la
calidad de los productos elaborados por
los PECOS (Swinnen, 2002).
El comercio
agroalimentario entre
España y los PECOS
vo en Hungría. Algunos sectores agroindustriales, sin embargo, han mostrado superávit, como en los casos de la leche y
bebidas en la República Checa. La variación de las condiciones de políticas internas y externas ha tenido una notable influencia en los flujos de mercancías. Así,
por ejemplo, en Rumanía la reducción de
las tarifas arancelarias, en un 50% en
1997, tuvo como consecuencia un aumento muy considerable de las importaciones, que repercutió negativamente en
la actividad de la industria agroalimentaria, ya que se surtía de materias primas
producidas en el país.
Las cuotas asignadas por la UE para la
exportación de productos no siempre
son cubiertas, como ha sido el caso de algunos productos de Bulgaria. Hay pocos
sectores con marcado carácter exportador, aunque sobresalen, por ejemplo, el
caso de los vinos búlgaros y rumanos; los
animales vivos, con especial énfasis en
las ovejas que provienen de Rumanía, y
las exportaciones de cereal de los principales países productores, como son Polonia y Rumanía. Estonia ha sido un país
tradicionalmente exportador, pero desde
1995 ha tenido continuos déficit en su balanza comercial agraria. También Lituania
era un exportador neto, con clara vocación exportadora hacia las ex-repúblicas
soviéticas, en productos principalmente
lácteos y carne, pero que se vieron gravemente afectados en 1999 por la crisis fi-
En el cuadro 5 se recogen las exportaciones e importaciones de productos alimentarios entre España y los PECOs en
miles de euros constantes de 2000. En
primer lugar, se observa el escaso volumen comercializado entre España y estos países. Aunque la cifra exportada a
los PECOs se ha duplicado en los últimos seis años, sólo representa un 1,7%
de las exportaciones totales de la agroindustria española, pero su progresión ha
sido mayor que para el total. Las exportaciones a Polonia (40%), República
Checa (18%), Eslovenia (9%) y Rumanía
(8%) suponían un 75% en 1995. Cinco
años más tarde, en 2000, las exportaciones estaban concentradas entre Polonia
(31%), República Checa (20%), Lituania
(11%) y Rumanía (8%), que suponen un
70% del total.
Las exportaciones de productos agroalimentarios españoles a todos los países de
Europa central y oriental han aumentado,
excepto a Eslovenia, cuyas exportaciones
han disminuido a una tasa media anual
del 2,6%. Los principales incrementos observados en las exportaciones corresponden a las dirigidas a Lituania, Letonia y
Hungría. Sin embargo, las importaciones
españolas de estos países han disminuido
ligeramente (0,8%).
En concreto, las importaciones procedentes de Lituania, Estonia, Rumanía y
República Checa han disminuido a una
tasa media anual del 15,7%, 16,7%, 11,1%
y 7,3%, respectivamente, mientras que
las procedentes de Bulgaria y Hungría
han aumentado un 47,8% y 16,3% de tasa
media anual, respectivamente. En 2000,
los principales orígenes eran Polonia
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LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA ESPAÑOLA ANTE LA AMPLIACIÓN...
CUADRO 5
EXPORTACIONES E IMPORTACIONES DE PRODUCTOS AGROALIMENTARIOS ENTRE ESPAÑA Y LOS PECOs EN 1995 Y 2000
EN MILES DE EUROS CONSTANTES DE 2000
Exportaciones
1995
2000
Total
Total UE
Total PECOs
Centroeuropa
Polonia
Hungría
R. Checa
Eslovaquia
Eslovenia
Balcánicos
Rumanía
Bulgaria
Bálticos
Lituania
Letonia
Estonia
Importaciones
1995
2000
Saldo comercial
1995
2000
4.672.743,8
2.837.045,7
58.061,1
6.620.582,0
4.278.340,8
115.824,7
5.170.296,8
3.586.306,5
12.271,4
5.923.850,4
4.046.128,4
11.687,0
-497.553,0
-749.260,8
45.789,7
696.731,6
232.212,5
104.137,8
23.201,0
3.016,1
10.490,2
3.638,6
5.166,0
35.581,9
8.568,9
23.128,3
5.145,0
4.347,2
5.475,6
209,4
3.086,6
140,0
204,9
4.464,6
414,7
1.737,1
184,0
0,0
17.725,4
2.806,7
7.403,6
3.498,6
4.961,2
31.117,3
8.154,1
21.391,1
4.961,0
4.347,2
4.856,4
2.597,2
9.551,0
5.457,4
1.732,3
1.105,1
576,7
4.276,6
3.124,2
1.492,1
8.974,3
1.180,9
2.213,7
1.330,5
1.551,3
12.747,0
7.767,0
3.531,1
221,9
0,0
93,3
12,4
20,7
0,0
1.991,7
1.330,5
1.458,0
12.734,6
7.746,3
3.531,1
Nota: Incluye los capítulos arancelarios 11 y del 15 al 24.
FUENTE: Dirección General de Aduanas. Elaboración propia basada en los datos de la Agencia Tributaria.
CUADRO 6
COMERCIO EXTERIOR DE PRODUCTOS AGRO ENTRE ESPAÑA Y LOS PECOs POR RAMAS DE ACTIVIDAD EN EL AÑO 2000
EN MILES DE EUROS
PECOs
Export
11. Molinería
15. Aceites y grasas
16. Conservas de carnes y pescados
17. Azúcares y confitería
18. Cacao y preparados
19. Preparados de cereales
20. Preparados de legumbres
21. Preparados diversos
22. Vinos y bebidas
23. Residuos
24. Tabaco
Total IAA
Import
Polonia
Export
Import
R. Checa
Export
Import
751,3
5.823,1
8.121,2
22.029,3
3.178,1
2.227,9
18.717,0
27.783,5
12.725,4
5.257,7
9.211,4
0,0
12,0
320,5
581,0
663,8
244,7
171,3
72,4
1.975,0
7.646,4
0,0
7,4
2.152,8
362,2
6.098,6
75,5
333,8
5.381,9
10.554,6
2.736,7
292,5
7.585,7
0,0
1,8
308,1
514,9
654,7
27,0
145,5
0,0
206,1
2.606,4
0,0
18,9
1.841,8
1.331,5
6.218,3
1.381,9
591,2
6.237,4
1.153,8
3.500,7
705,1
147,7
0,0
0,0
0,0
64,4
9,1
30,6
6,2
72,4
1.502,8
51,7
0,0
115.826,1
11.687,0
35.581,9
4.464,6
23.128,3
1.737,1
FUENTE: Dirección General de Aduanas. Elaboración propia basada en datos de la Agencia Tributaria.
(38%) y Bulgaria (37%), que conjuntamente sumaban el 75%.
El saldo comercial de la agroindustria
con los PECOs era positivo para todos
los países en 1995. Como resultado de la
mencionada evolución, los saldos comerciales de productos agroalimentarios con
los PECOs siguen siendo positivos y han
aumentado en el período analizado, sal-
vo en Eslovenia y Bulgaria, donde el saldo comercial ha disminuido un 2% y
3,5%, respectivamente.
En el cuadro 6 aparecen los intercambios
comerciales de productos agroalimentarios entre España y los PECOs, así como
con los dos principales países de origen y
destino de los intercambios por rama de
actividad agroindustrial. En primer lugar,
se puede observar que el saldo comercial
de la IAA española con los PECOs es positivo para todas las ramas industriales, excepto para los residuos de la agroindustria.
Además, las importaciones procedentes de
los PECOs son fundamentalmente de residuos y desperdicios de la industria alimentaria, con un 65% del total importado. En
concreto, el 58,4% de las importaciones de
Polonia corresponden a residuos de la
ECONOMÍA INDUSTRIAL
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L. M. ALBISU / A. GRACIA
un paso más para aumentar su presencia
en otros mercados o para racionalizar sus
sistemas de producción, de tal manera
que, concentrando sus producciones en
un menor número de plantas, cubran
mercados más extensos de una forma
competitiva.
agroindustria. Sin embargo, las importaciones de la República Checa son fundamentalmente de vinos y bebidas, con un 86,5%
del total importado. Las exportaciones de
la agroindustria española a los PECOs son
principalmente de preparados diversos;
azúcares y confitería; preparados de legumbres; y vinos y bebidas, que suponen
un 70% del total exportado. Éstas son también las principales industrias que exportan a Polonia y a la República Checa.
Por lo tanto, los intercambios de productos agroalimentarios entre España y los
PECOs son todavía muy reducidos, encontrándose concentrados en dos países
(Polonia y República Checa), y siendo la
balanza comercial para España positiva.
Además, los principales productos agroalimentarios intercambiados son preparados diversos, azúcar y confitería, y preparados de legumbres.
108
Para concluir el apartado de relaciones
internacionales españolas con el sector
agroindustrial de los PECOs mencionaremos las principales inversiones españolas
en esos países, suministradas por la Dirección General de Comercio e Inversiones. España sólo ha invertido en la IAA
de Polonia y la República Checa, y las inversiones netas recibidas por estos países
fluctúan bastante de un año a otro, ascendiendo a 635.000 y 71.000 euros, respectivamente, en 2000, y a 4.837.000 y
11.665.000 euros en 2001. Las inversiones
españolas totales en los PECOs son también
bastante reducidas y se dirigen fundamentalmente a Polonia, Hungría y República
Checa; su valor ascendía en 2001 a
21.464.000, 173.958.000 y 14.400.000 euros,
respectivamente. En este último año, el porcentaje invertido en la IAA respecto al total
invertido por España en Polonia y República Checa era del 22,5% y 81%, respectivamente. Sin embargo, este porcentaje varía
mucho de un año a otro, ya que en 2000 ascendía al 1,2% y 0,2%, respectivamente.
Oportunidades y
amenazas para la IAA
española
El debate sobre las oportunidades y
amenazas para la industria agroalimenta-
ECONOMÍA INDUSTRIAL
o
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ria española con motivo de la ampliación de la UE ha de estar centrado en las
consecuencias que puede tener para el
comercio agroalimentario entre España y
esos países, y en las inversiones españolas o de capitales ligados a las agroindustrias que existen en nuestro país, que
pudieran afectar a las agroindustrias de
los PECOs, pero también al tejido
agroindustrial español.
No se pueden hacer generalizaciones que
afecten a todas las industrias agroalimentarias de nuestro país. Habría que hacer
distinciones, en principio, de acuerdo
con su tamaño, ya que la dimensión puede ser un factor muy determinante a la
hora de tomar decisiones en el nuevo escenario que se avecina. Así, es lógico que
las grandes empresas agroalimentarias
observen este proceso de una manera
muy distinta a como lo puedan hacer las
pequeñas y medianas empresas.
De las grandes empresas habría que separar aquellas que tienen mayoritariamente capital nacional de las que pertenecen a multinacionales con su sede
principal fuera de España. Muchas de las
multinacionales foráneas establecidas en
España, ya de por sí suelen tener una dimensión y organización que les permite
estar en muchos países y algunas de ellas
tienen una verdadera vocación de abarcar
el mercado global. Con lo cual, la apertura hacia los nuevos países miembros es
Parece lógico que, siempre que haya
unas adecuadas materias primas agrarias
y una mínima capacitación profesional,
las primeras transformaciones vayan a
aquellos países en los que la mano de
obra sea más barata. Las grandes multinacionales buscarán proteger su fuerza en
el mercado mediante sus marcas implantadas en los distintos países, aunque los
lugares de las producciones cambien de
ámbito geográfico. En el capítulo de las
marcas cabe la doble estrategia de marcas
globales implantadas en muchos países, y
las marcas locales o regionales que cubran áreas geográficas mucho más limitadas. Habitualmente las marcas regionales
suelen provenir de las empresas que son
adquiridas por las multinacionales. En este caso, la agroindustria española puede
sufrir las consecuencias de la ampliación
por el cierre de algunas plantas o por el
paulatino cambio de algunas producciones agroindustriales desde España a los
nuevos países miembros.
Si bien éste puede ser el paso final, hay
pasos intermedios más favorables, como
el crecimiento de las exportaciones desde
España a los PECOs, sobre todo de aquellos productos no excesivamente elaborados. Sin embargo, la defensa de las plantas
agroindustriales de las multinacionales, en
España, sería la reconversión a procesos
más sofisticados de segundas y terceras
transformaciones de los que resulten productos más elaborados, como los precocinados y los platos preparados, así como la
constante innovación de productos destinados hacia mercados más saturados, en
la actual Unión Europea.
Parte de los mismos problemas y motivaciones puede existir para las grandes empresas agroindustriales de capital español,
aunque siempre hay una tendencia a dejar en su base de negocios dos departamentos de gran importancia, como son el
de investigación y desarrollo de nuevos
productos, y la dirección responsable de
la estrategia empresarial de toda la empre-
07 ECON. INDUST. 344
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Página 109
LA INDUSTRIA AGROALIMENTARIA ESPAÑOLA ANTE LA AMPLIACIÓN...
sa. Además, hay una cierta tendencia a
proteger y a explotar al máximo, por un
mayor conocimiento, aquellos mercados
cercanos al nacimiento de la empresa.
Hay buenos ejemplos, entre las grandes
empresas agroindustriales españolas, de
haber dado el paso hacia la exportación
de productos alimentarios a los PECOs, a
la implantación de sus plantas agroindustriales en esos lejanos países. Este movimiento viene impulsado por las actuales
limitaciones para exportar a esos países,
así como por la intención de ganar cuota
de mercado e ir tomando posiciones con
la nueva distribución implantada por
grandes grupos europeos.
La mayor parte de las empresas agroindustriales de nuestro país son pequeñas y medianas. En la última década han demostrado que son capaces de incorporarse al
proceso de la internacionalización y que
exportan porcentajes crecientes de sus
producciones. En estas empresas no es
tanto el tamaño, lo que más influye, sino
el tipo de producto. Los productos alimentarios de cierto valor añadido encuentran
salida en los mercados internacionales
siempre y cuando sean apoyados por su
diferenciación. En esta evolución reciente,
las cifras indican que todavía los PECOs
no son motivo de una gran atención y los
esfuerzos se dirigen con gran intensidad
hacia la actual Unión Europea o, con menor ímpetu, hacia países más lejanos, como Latinoamérica. No obstante, una vez
que se entra en la dinámica de las exportaciones, es relativamente fácil cubrir nuevos países, siempre y cuando se conozcan
los alicientes que existen en los nuevos
mercados y haya un cierto apoyo por parte de las administraciones.
El tipo de productos que realiza la agroindustria de pequeñas y medianas empresas en España pudiera muy bien encontrar segmentos de mercado en los
PECOs, que van aumentando notablemente su poder adquisitivo y que tratan
de ampliar la gama de productos demandados, siempre y cuando no sean excesivamente caros. En este tipo de oferta podrían encontrar cabida muchos productos
alimentarios relacionados con la agricultura mediterránea, así como producciones locales promocionadas ya en otros
mercados internacionales.
Cuando se abren nuevas puertas al mercado internacional, es común pensar en las
nuevas posibilidades que existen para exportar, pero no hay que olvidarse que también surgen nuevos flujos de importación
de productos que llegan a nuestro propio
mercado. No es previsible que las importaciones, a corto plazo, supongan un capítulo importante, salvo algunas partidas o
productos específicos, como pudieran ser
los vinos o algunos otros productos no perecederos. Sin embargo, a un medio plazo,
entre cinco y diez años, es seguro que sus
productos se introducirán en la distribución española, apoyados por las cadenas
de distribución existentes en nuestro país
que también están en los PECOs.
El conocimiento de los productos y las
relaciones comerciales establecidas entre
la gran distribución y las agroindustrias
de los PECOs serán los mecanismos de
transmisión para la entrada de productos
en España. Los productos más previsibles
son todos aquellos que sean comunes en
muchos mercados y que supongan sólo
primeras transformaciones; por lo tanto,
de un menor coste de elaboración.
Cabe otro tipo de consideraciones, por
países, para analizar dónde pueden estar
nuestras oportunidades y nuestras amena-
zas. Parece lógico que nuestras oportunidades más inmediatas estén en aquellos
países menos agrarias, es decir, aquellos en
los que los sectores industriales tengan una
mayor predominancia sobre el sector primario. De tal manera que el sector agroindustrial tenga menos posibilidades de desarrollo. Éstos son los casos de la República
Checa y de Hungría; además, ambos países
tienen alrededor de diez millones habitantes, por lo tanto una considerable masa de
potenciales consumidores.
También hay que tener en cuenta la dimensión del país y por lo tanto de sus
mercados. De acuerdo con este factor,
hay que tener en cuenta que Polonia es
el más atractivo, en una primera etapa de
adhesiones, y Rumanía, en la segunda fase. Además, estos países grandes dan la
posibilidad de establecer las plataformas
agroindustriales o comerciales, a partir de
las cuales se pueden comercializar los
productos a países limítrofes.
Otro aspecto a tener en cuenta son los
sectores en los que están especializados.
Parece previsible pensar que el futuro de
la agroindustria esté ligado, en un principio, a sus materias primas, por lo que
siempre sería más difícil entrar en aquellos
que tengan una mayor especialización.
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Aunque de acuerdo con este concepto sería aventurado pensar que las industrias
cárnicas españolas hubieran podido tener
oportunidades de implantación en los PECOs, pero éste no ha sido el caso. Es decir,
que se cumple una de las actuales circunstancias de los mercados, como es la de que
surgen transacciones y oportunidades en
los sectores en los cuales existe un mayor
grado de especialización. Por lo tanto, el
sector cárnico tendrá presumiblemente un
gran desarrollo en algunos de los PECOs,
ofreciendo una mayor competencia pero
también mayores oportunidades, siempre
y cuando se tengan empresas en nuestro
país con los cocimientos tecnológicos y
competencias empresariales adecuados.
Conclusiones
La agroindustria española muestra claros
síntomas de desarrollo económico y de expansión hacia los mercados internacionales. Su peso es creciente en el sistema
agroalimentario, aunque sus relaciones con
la gran distribución no son fáciles, por el
enorme poder que tienen las grandes cadenas. Tanto en facturación como en valor
añadido hay un lento pero continuo crecimiento, con unas inversiones en alza a un
mayor ritmo que los anteriores índices.
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El comercio internacional de productos
alimentarios españoles con los PECOs es
muy limitado, aunque nuestra balanza
comercial es muy positiva. Polonia y la
República Checa sobresalen sobre el resto de los países, aunque las cifras exportadas a Lituania, Rumanía, Hungría y Letonia han crecido enormemente en los
últimos cinco años. Es el resultado de un
cambio en sus economías, que, después
de atravesar etapas de retroceso, por la
privatización de los sectores en manos
del Estado, ven cómo van resurgiendo
económicamente y van dando mayor capacidad de compra a sus ciudadanos.
ECONOMÍA INDUSTRIAL
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También indica una creciente preocupación del empresariado español por estos
países.
En los próximos cinco años se espera que
el crecimiento económico vaya en aumento y que los procesos de adhesión a la
Unión Europea estén finalizados. Por lo
tanto, se van a producir nuevas oportunidades para estar presente comercialmente
en sus mercados. Pero también se les abre
la posibilidad de exportar a España en mejores condiciones arancelarias que las que
existen actualmente, una vez salvado el
cumplimiento de normas sanitarias y mejoradas sus calidades, acordes con las exigencias de la UE.
Sin embargo, España y su industria agroalimentaria no han prestado la necesaria
atención que estos mercados merecen.
Los mayores esfuerzos son dirigidos a exportar a la Unión Europea y el esfuerzo
inversor en países en vías desarrollo centra más la atención en Latinoamérica que
en los PECOs. En la próxima década puede que existan más posibilidades de negocio en los PECOs que en otros grupos
de países en vías de desarrollo. Gozan de
un nivel de infraestructuras, de formación
y de capacitación tecnológica, que con las
ayudas que puedan venir de la UE y las
facilidades de acceso a nuevos mercados,
pueden resultar determinantes para un
despegue económico sustancial. Su adhesión a la UE facilitará todo este proceso.
El tipo de productos alimentarios que fabrica la industria agroalimentaria española puede muy bien ajustarse a las necesidades de los consumidores de los PECOs.
Se puede dar la circunstancia de dedicar
los productos más maduros, en su vida
comercial, a estos países, y los más innovadores y sofisticados, a los países más
desarrollados de la UE. Es decir, una doble política de expansión comercial, que
en las grandes empresas debería generar
movimientos de inversión en plantas procesadoras en esos países además de
aprovechar las oportunidades que se presenten para la exportación de productos
alimentarios. Las pequeñas y medianas
empresas agroindustriales pueden encontrar nichos de mercado en esos países
que hagan incrementar su facturación total, su dimensión y su competitividad. Los
núcleos de población objetivo pueden
ser muy similares a los que existen en
otros países, salvo en su dimensión, que
es menor.
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