RESOLUCIÓN.- Hermosillo, Sonora, a diez de febrero del año dos mil catorce.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Vistas para resolver en definitiva las constancias que integran el expediente administrativo de determinación de responsabilidad número RO/25/10, instruido en contra del C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, en su carácter de servidor público, adscrito a la Escuela Primaria “Ford número tres” del poblado Miguel Alemán, Municipio de Hermosillo, Sonora, dependiente de la Secretaría de Educación y Cultura del Gobierno del Estado de Sonora, por el presunto incumplimiento de las obligaciones previstas en las fracciones I, II, III, IX, XXVI y XXVIII del artículo 63 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ----------------------------------RESULTANDO---------------------------1.- Que el día trece de mayo del año dos mil diez, se recibió en esta Dirección General de Responsabilidades y Situación Patrimonial de la Secretaría de la Contraloría General, escrito signado por el C. Lic. Jesús Alberto Enríquez González, Director General de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de Educación y Cultura del Estado de Sonora, mediante el cual denuncia hechos presuntamente constitutivos de infracciones administrativas atribuidas al servidor público mencionado en el preámbulo.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 2.- Que mediante auto dictado el día primero de julio del dos mil diez (fs. 77-78), se radicó el presente asunto ordenándose iniciar las diligencias y girar los oficios necesarios a fin de resolver conforme a derecho corresponda; asimismo, se ordenó citar al C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, por el presunto incumplimiento de obligaciones administrativas. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 3.- Que con fecha trece de julio del dos mil diez, se emplazo formalmente al C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, como presunto responsable, (f. 86), citándose en los términos de Ley para que compareciera a la audiencia prevista por el artículo 78 fracción II de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios, haciéndoles saber los señalamientos de responsabilidad y hechos que se le imputan, así como, su derecho para contestarlos, ofrecer pruebas y alegar lo que a sus intereses conviniera por sí o por conducto de un representante legal o defensor. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 4.- Que con fecha doce de agosto de dos mil diez, tuvo verificativo la audiencia de ley a cargo del C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, (f 87), encausado dentro del expediente en que se actúa, realizando una serie de manifestaciones a las imputaciones en su contra; en la misma fecha, se declaró cerrado el ofrecimiento de pruebas. Posteriormente, en virtud de no existir pruebas pendientes por desahogar, ni diligencias o actuaciones por practicar, mediante auto de fecha siete de febrero del año en curso, se citó el presente asunto para oír resolución, la que ahora se pronuncia bajo los siguientes:- - - - - - - - - - - - - - - - - ---------------------------CONSIDERANDOS----------------------------I.- Esta Dirección General de Responsabilidad y Situación Patrimonial de la Secretaria de la Contraloría General del Estado, es competente para conocer y resolver del presente procedimiento de determinación 2 de responsabilidad administrativa de los servidores públicos del Estado y de los Municipios, de conformidad con lo dispuesto en los artículos 143 y 158 de la Constitución Política del Estado de Sonora, en relación con los artículos 2, 3 fracción V, 62, 63, 64 fracción I, 66, 68, 71, 78 y 79 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios, en relación con los numerales 2 y 14 fracción I del Reglamento Interior de esta dependencia. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - II.- Los presupuestos procesales necesarios para la validez del presente procedimiento, como lo son la legitimación de quien denuncia y la calidad de servidor público de quien se le atribuyen los hechos materia del presente procedimiento, fueron debidamente acreditados, con copia certificada de nombramiento (f 10) por quien goza de legitimación activa, como se trata del C. Lic. Jesús Alberto Enríquez González, Titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos de los Servicios Educativos del Estado de Sonora, perteneciente a la administración pública estatal, de acuerdo a lo establecido en el artículo 72 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios. El segundo de los presupuestos, la calidad de servidor público del encausado, quedó debidamente acreditada con la hoja de servicios número HSI-191393 a nombre del C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, de fecha veinte de abril de dos mil diez, suscrita por el C. Prof. Héctor Martín Leyva Livshin, Director General de Recursos Humanos de la Secretaría de Educación y Cultura, en ejercicio de sus funciones, que le atribuyen las fracciones XXIII y XXIV del articulo 8 del Reglamento Interior de la Secretaria de Educación y Cultura; documental que se le da valor probatorio pleno al tratarse de un documento público expedido por funcionario competente perteneciente a la administración pública estatal, de acuerdo a lo establecido por el articulo 283 fracción II del Código Procesal Civil Sonorense, aplicado de manera supletoria al presente procedimiento; con independencia que la calidad de servidores públicos no fue objeto de disputa, sino por el contrario admitida por el encausado en la audiencia de ley, constituyendo dicha admisión una confesión judicial expresa en términos del articulo 319 del código de Procedimientos Civiles vigente en el Estado de Sonora. - - - - - - - - -. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - III.- Que como se advierte de los resultandos 3 y 4 de esta resolución y acatando la garantía de audiencia consagrada por el artículo 14 de nuestra Carta Magna y 78 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios, esta autoridad respeto cabalmente el derecho a una debida defensa del servidor público encausado, al hacerle saber de manera personal y directa de los hechos presuntamente constitutivos de sanción administrativa, que con motivo del ejercicio de sus funciones como servidor público desplegó, así como su derecho a contestarlos, ofrecer pruebas en su favor y presentar alegatos por sí o por medio de defensor que para el caso designare; realizando la aclaración de que dicha imputación, fue derivada de los hechos que se consignan en la denuncia, y anexos que obran en los autos, a fojas de la 1 a la 54 del expediente administrativo en que se actúa, con la cual se le corrió traslado cuando fue emplazado, mismos hechos que a la letra se transcriben de la siguiente manera: - - - “…1.-con fecha veintitrés de marzo del año próximo pasado, se hizo de nuestro conocimiento sobre el auto de formal prisión decretado en contra del C. Ubaldo Jocobi Yocupicio, mediante resolución constitucional de fecha veintidós de abril de dos mil ocho, por su probable responsabilidad en el delito de abusos deshonestos agravados, cometidos en contra de la menor María de Guadalupe Orantes Rentaría, dicha denuncia se realizó ante la autoridad penal competente después de que la menor antes mencionada hizo del conocimiento de su mamá la C. María de Guadalupe Rentaría Castillo, los actos que cometía en su contra el profesor Jocobi Yocupicio, los cuales 3 consistían en que cuando ella se encontraba en primer año y tenía que acercarse a él para que le revisara la tarea éste la sentaba en sus piernas y aprovechándose que la menor traía falda del uniforme le metía la mano por debajo de su falda, y por dentro de su calzoncito le tocaba su vagina con la mano, realizando esto todo el tiempo, siendo el mismo encausado quien le decía a la menor que no le dijera nada a nadie de lo que le hacía, por lo cual el maestro aprovechándose de la corta edad de la menor sabía que podía manipularla a su manera, sabiendo que la niña por temor no hablaría de lo que le estaba sucediendo, razón por la cual la madre de familia después de que su hija le contara lo que el C. Jocobi Yocupicio le hacía, comprendió el por que de los cambios que su hija había presentado, ya que cuando el hoy denunciado le daba clases, la menor llegaba a su casa molesta, muy seria, cuando le preguntaba que le pasaba no le contestaba, además observó que se empezó a comer las uñas de las manos y de los pies y en varias ocasiones le menciono que quería llevar pantalones apretados a la escuela, dando con esto señales de que algo le estaba sucediendo, pasando inadvertido por la madre de familia, así mismo en algunas ocasiones la menor llegó rosada a su casa suponiendo la señora que era por el calor o que ella se tocaba con sus manos sucias, pensando después que eran por los tocamientos que el maestro le hacia, así mismo es importante mencionar que la menor María de Guadalupe Orantes rentaría, manifestó que así como a ella, el maestro también sentaba en sus piernas a otras amiguitas que estaban con ella en el salón cuando cursaba primer año, las cuales llevaban por nombre Aranza, María Emma, María y Alicia; siendo importante recalcar que la menor se atrevió a hablar de lo sucedido por el gran temor que le dio que el hoy denunciado volviera a cometer los mismos actos depravados en su contra, ya que antes de salir de vacaciones de semana santa se presentó a su salón para informarles que el les daría el tercer grado, por lo cual la infante tomo el valor de hacerle saber a su mama todo lo que le había hecho el docente, esto con el único fin de que la protegiera de la persona que se dice llamar profesor y que lejos de lograr el fin por el por el cual fue contratado, el cual es impartir el conocimiento a los niños para que éstos puedan tener una gran calidad de vida, los maltrataba y ponía en riesgo su integridad sexual y psicológica, por lo cual la menor al no querer volver a pasar por ese miedo y estrés que de lunes a viernes que vivió dentro del aula escolar en primer año, decidió hablar con su mamá para que ella la ayudara y no le volviera a pasar lo mismo- “- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 2.- “-EL Juez segundo de Primera Instancia de lo Penal, con fecha once de agosto del dos mil ocho, dictó sentencia al C. Ubaldo Jocobi Yocupicio, imponiéndole una pena de prisión de cuatro años, razón por la cual el encausado interpuso el recurso de apelación, en el H supremo Tribunal de Justicia en el estado de Sonora, también resolvió en contra del hoy denunciado, en virtud de que para ellos también quedaron acreditados los elementos del delito de Abusos Deshonestos Agravados Reiterados cometidos en perjuicio de la menor María Guadalupe Orantes rentaría; así como la plena responsabilidad del C. Ubaldo Jocobi Yocupicio en su comisión, sin embargo la autoridad antes señalada modifico la sentencia dictada por el Juez segundo de Primera Instancia de lo Penal, quedando una pena privativa de libertad de dos años de prisión, por lo cual queda claro la deficiencia del servicio público y la irresponsabilidad del servidor público, ya que tenemos a un profesor de educación primaria el cual realizó actos de carácter sexual que pusieron en peligro la integridad de una menor bajo su instrucción dentro del centro escolar, en horarios de clases, aprovechándose del cargo que desempeñaba para cometer este tipo de ilícitos-” - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - IV.- Que el denunciante, acompañó a su denuncia las siguientes documentales públicas, para acreditar los hechos atribuidos al encausado, siendo estas las siguientes: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 1.- Hoja de Servicios número HSI-191393, a nombre del C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, de fecha 26 de abril de dos mil diez, emitida por el departamento de archivo, de la Dirección de Servicios Documentales de la Dirección General de Recursos Humanos de la Secretaría de Educación y Cultura (f. 12). 2.- Resolución constitucional de fecha 22 de abril del 2008, del proceso penal numero 151/2008, instruido en contra del C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO. 3.- Sentencia definitiva de once de agosto de 2008 dictada por el Juez Segundo de Primera Instancia de lo Penal de Hermosillo, Sonora. 4.- Resolución de fecha 17 de febrero del 2009, emitida por el Supremo Tribunal de Justicia en el Estado de Sonora. 4 - - - A las probanzas apenas descritas, se les otorga valor probatorio pleno para acreditar su contenido, en virtud de que son copias certificadas de actuaciones judiciales que se encuentran en los archivos del Juzgado Segundo de Primera Instancia de lo Penal de esta Ciudad, además de que no fueron impugnadas ni objetadas, ni esta demostrada su falta de autenticidad, además que el valor del documento será independiente a su eficacia legal para acreditar la imputación del caso. La valoración se hace acorde a los principios de la lógica y la experiencia, y las reglas especiales para la valoración de la prueba, según los artículos 283, fracciones y VIII, 318, 323 fracción VI y 325 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Sonora, de aplicación supletoria al presente procedimiento, según lo dispone el artículo 78 último párrafo de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios. V.- Por otra parte, a las nueve horas, del día doce de agosto del año dos mil ocho, se llevo a cabo la audiencia de ley a cargo del C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, encausado en el procedimiento administrativo en que se actúa; quien declaró lo siguiente: “…Que en este acto vengo compareciendo a la presente audiencia por lo que lo hago exhibiendo en este acto contestación por escrito a la denuncia entablada en mi contra constante de siete fojas útiles, ofreciendo las pruebas pertinentes mismas que solicito se provea sobre las mismas para su desahogo y las excepciones y defensas a mi favor misma contestación que en este acto ratifico en su contenido y firma para que surta los efectos legales correspondientes, siendo todo lo que tengo que manifestar…”. - - - - - - - - - - - - - - - - VI.- Así las cosas, al servidor público en la audiencia de ley, a través de escrito presentado comparece dando contestación a las imputaciones hechas en su contra por parte del denunciante, y opone las excepciones pertinentes al caso en donde manifiesta que no es responsable de haber realizado tocamientos a la menor Maria Guadalupe Orantes Rentería, asimismo ofrece el siguiente material probatorio para acreditar su dicho. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 1.- Documental pública.- consistente en constancia de resultados de examen nacional para la actualización de los maestros en servicio 2008-2009. (f102) - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 2.- Documental privada.- consistente en currículo de fecha 10 de agosto del presente año. (f100) - - - - - - - 3.- Documental pública.- consistente en constancia de resultados de evaluación, del siclo 2006-2007. (f107)- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 4.- Documental pública.- consistente en constancia expedida por servicios educativos anáhuac, por participación en el modulo III del diplomado de innovación y desarrollo educativo. (f104)- - - - - - - - - - - - - - 5.- Documental pública.- consistente en certificado integro expedido por la Secretaría de Educación y Cultura Dirección de educación Superior y media superior del Estado de Sonora. (f105) - - - - - - - - - - - - - 6.- Documental privadas.- consistente en siete listas de una relación de firmas de padres de familia del poblado Miguel Alemán del Municipio de Hermosillo, Sonora. (F 109- 135) - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 5 7.- Documental privada.- consistente en cartas de recomendación expedidas por la comisaría miguel Alemán de fecha 11 de agosto del 2010 y firmada por el C. Gustavo Pérez Arenas en su carácter de Secretario de Comisaría Miguel Alemán. (f101) - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 8.- Documental privada.- consistente en titulo de Lic. En educación primaria expedido por el Gobierno del Estado de Sonora. (f106) - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 9.- Documental pública.- consistente en una constancia de resultados de evaluación de carrera magisterial expedido por la Secretaría de Educación Pública. (F 103) - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 10.- Documental pública.- consistente en certificado de terminación de estudio de educación normal expedido por el Sistema Educativo Nacional. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 11.- Documental pública.- consistente en certificado de terminación de estudios de educación normal pedagógico del Estado de Sonora. (F 108) - - -- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - A las probanzas apenas descritas, se les otorga valor probatorio pleno para acreditar su contenido, en virtud de que son documentos auténticos que se hallan en los archivos públicos, además de que no fueron impugnadas ni objetadas, ni esta demostrada su falta de autenticidad, atendiendo además a que el valor del documento será independiente a su eficacia legal para acreditar la imputación del caso. La valoración se hace acorde a los principios de la lógica y la experiencia, y las reglas especiales para la valoración de la prueba, según los artículos 283, fracciones II y V, 318, 323 fracciones IV, VI, y 325 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Sonora, de aplicación supletoria al presente procedimiento, según lo dispone el artículo 78 último párrafo de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - VII.- Antes de entrar al análisis de las imputaciones hechas por la denunciante, se atenderá lo referente a las excepciones que hace valer el encausado en su escrito de contestación presentado en fecha doce de agosto del dos mil diez, el cual obra a fojas de la 93 a la 99 del presente expediente en estudio, de donde se desprende lo siguiente: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - El encausado hace valer dos excepciones que son: La de falta de legitimación del denunciante; y la falta de observancia en las irregularidades de las pruebas que utiliza en su perjuicio; en el sentido la primera, de que no existen elementos de prueba suficientes que acrediten su imputabilidad, y la segunda, la de contar dichas probanzas con irregularidades que por ése solo hecho, le perjudican. - - - - - - - - - - - - - - - En cuanto a la primera de las excepciones, esta resolutora considera que no le asiste la razón jurídica, pues basta con señalar que en sentido estricto como ya quedó precisado en párrafos antecedentes, la legitimación de quien denuncia fue debidamente acreditada, con la copia certificada del nombramiento (f 10) por quien goza de legitimación activa, como se trata del C. Lic. Jesús Alberto Enríquez González, Titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos de los Servicios Educativos del Estado de Sonora, perteneciente 6 a la administración pública estatal, de acuerdo a lo establecido en el artículo 72 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios. Además, la competencia de la autoridad denunciante deriva de la propia Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios, de su Reglamento Interior de la Secretaría de la Contraloría General del Estado y desde luego para ejercer sus actos de autoridad tiene por obligación que cumplir con los requisitos que establecen los preceptos constitucionales que son la llave para abrir la puerta y ejercer los actos de molestia fundamentando y motivando su actuación, estos son, los artículos 14 y 16 de la Constitución Federal, ya que por supremacía jurídica en la pirámide legal, la propia Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos faculta a los Estados en su precepto 109, fracción III, para efectos de la creación de las leyes de Responsabilidad de los Servidores Públicos. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - De acuerdo con lo anterior, queda claro para esta autoridad, que la denunciante sólo hizo lo que la misma Ley le permitía hacer, ya que el marco de su actuación como antes se advirtió, se encuentra plena y claramente sustentado y descrito en la legislación federal como estatal, es decir, su actuación jurídica emana de una competencia legal que se encuentra inscrita en la misma ley cumpliendo cabalmente con los requisitos que se deben cumplir para una adecuada fundamentación y motivación para ejercer los actos de molestia que señalan los preceptos constitucionales del 14 y 16, al llevar a cabo el proceso de investigación que desencadenó las imputaciones de referencia, mismas que se encuentran precisadas en la denuncia de mérito trascrita en párrafos antecedentes, aunado a que la Secretaría de la Contraloría General del Estado a través de la autoridad denunciante en el aspecto del caso concreto que nos ocupa, tiene a su cargo el control interno de la Administración Pública Estatal y Paraestatal, en lo concerniente al control, fiscalización y evaluación de los programas del Gobierno del Estado así como de los coordinados con el Gobierno Federal, y por ende la supervisión de toda la actuación pública de los servidores públicos adscritos a su área de control, por lo que las manifestaciones vertidas por el hoy encausado para tratar de desvirtuar las imputaciones de la denunciante, no resultan ser de suficiente peso y por ende no logra eximir su responsabilidad de las mismas. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Por otra parte, esta resolutora advierte que contrario a lo asentado por el encausado sí existen elementos suficientes de prueba de los que se allegó el denunciante para la acreditación de las imputaciones de las que es objeto, pues de las pruebas aportadas las consistentes en la Resolución Constitucional de fecha veintidós de abril de dos mil ocho, del proceso penal numero 151/2008, instruido en contra del C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO; la Sentencia definitiva de once de agosto de dos mil ocho dictada por el Juez Segundo de Primera Instancia de lo Penal de Hermosillo, Sonora, y finalmente la Resolución de fecha diecisiete de febrero de dos mil nueve, emitida por el Supremo Tribunal de Justicia en el Estado de Sonora; probanzas anteriores que esta resolutora les otorga valor probatorio de documentales públicas, en virtud de que, se advierte que fueron realizadas por autoridad competente en el ejercicio de sus funciones según el artículo 323 fracción VI y 325 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Sonora, aplicado al procedimiento que nos ocupa, atento a lo dispuesto por el artículo 78 último párrafo de la invocada Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios; en consecuencia de lo antes señalado, se les otorga valor probatorio pleno para acreditar su contenido, ya que no está demostrada su falta de autenticidad, atendiendo además a que el valor de actuaciones judiciales será independiente a su eficacia legal para acreditar la imputación del caso, 7 valoración que se hace acorde a los principios de la lógica y la experiencia y las reglas especiales para la valoración de la prueba según el artículo 318 del Código de Procedimientos Civiles antes referido. Nos sirve de sustento para el anterior razonamiento la siguiente jurisprudencia y tesis aislada de aplicación analógica: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Registro No. 215782 Localización: Octava Época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Gaceta del Semanario Judicial de la Federación 67, Julio de 1993 Página: 68 Tesis: XI.2o. J/16 Jurisprudencia Materia(s): Civil ACTUACIONES JUDICIALES, VALOR DE LAS (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE MICHOACÁN). Teniendo las actuaciones judiciales el carácter de prueba plena acorde lo determinado por el artículo 562 del Código de Procedimientos Civiles para el Estado de Michoacán, y dada la fe Pública de que están investidos los actuarios como funcionarios judiciales al actuar en ejercicio de su encargo, corresponde a quien pretende restar valor probatorio a las diligencias por ellos levantadas, el probar, con medios de convicción igualmente valederos o idóneos, que son ciertas las anormalidades o vicios de forma o materiales que se imputan a esas actuaciones. SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL DÉCIMO PRIMER CIRCUITO. Amparo en revisión 418/91. Joel González Galván. 27 de enero de 1992. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl Murillo Delgado. Secretaria: Libertad Rodríguez Verduzco. Amparo en revisión 101/92. Victoria Vega Quezada. 23 de abril de 1992. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl Murillo Delgado. Secretaria: Libertad Rodríguez Verduzco. Amparo en revisión 188/92. Hermelinda Núñez Sánchez. 14 de julio de 1992. Unanimidad de votos. Ponente: Salvador Enrique Castillo Morales. Secretario: Pedro Garibay García. Amparo en revisión 350/92. Epifanio Oseguera Valencia. 12 de noviembre de 1992. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl Murillo Delgado. Secretaria: Libertad Rodríguez Verduzco. Amparo en revisión 124/93. Juan Ramón Cervantes Castillo. 19 de mayo de 1993. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl Murillo Delgado. Secretaria: Libertad Rodríguez Verduzco. Ejecutoria: 1.- Registro No. 1133 Asunto: AMPARO EN REVISIÓN 124/93. Promovente: JUAN RAMÓN CERVANTES CASTILLO. Localización: 8a. Época; T.C.C.; S.J.F.; XII, Julio de 1993; Pág. 35; Registro No. 175520 Localización: Novena Época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XXIII, Marzo de 2006 Página: 2063 Tesis: VI.1o.C.83 C Tesis Aislada Materia(s): Civil PERSONALIDAD. VALOR PROBATORIO DE LA COPIA CERTIFICADA DE LOS DOCUMENTOS QUE OBRAN EN DIVERSO JUICIO EXPEDIDA POR EL SECRETARIO DE UN JUZGADO PARA ACREDITAR DICHO PRESUPUESTO PROCESAL (LEGISLACIÓN DEL ESTADO DE PUEBLA). 8 Los documentos que en copias certificadas acompaña el demandante en el procedimiento natural, con el fin de justificar el carácter de apoderado legal de la empresa que representa, gozan de pleno valor probatorio y resultan suficientes para acreditar dicho presupuesto procesal, ya que si bien es cierto que la referida reproducción se obtiene de un documento que obra en un diverso juicio, también lo es que de conformidad con el artículo 326, fracciones II y VII, del Código de Procedimientos Civiles del Estado abrogado, constituye un documento público auténtico que hace prueba plena conforme a los arábigos 424 y 426 del mismo ordenamiento legal; de ahí que las copias certificadas expedidas por el secretario de un juzgado civil tengan valor pleno por tratarse de un funcionario dotado de fe pública, así como por el hecho de que su remisión se efectuó sustentándose en un documento original que tuvo a la vista y constató que coincidió plenamente con el contenido del original del cual se solicitó su copia autorizada, sin que se dé el caso de que no se cumpla con el requisito de validez que señala el artículo 2445 del Código Civil del Estado, toda vez que aun tratándose de una reproducción de su original, esa circunstancia no le resta el carácter de documental pública, puesto que el objeto de esa actuación es, precisamente, dar fe de que la reproducción coincidió absolutamente con el documento de donde se obtuvo, efectuándose el cotejo y compulsa con la matriz por un funcionario investido de fe pública, por lo que esa copia resulta ser un documento apto para demostrar plenamente el hecho que en él fue consignado. Además ni el artículo 2444 del Código Civil o el diverso 229 del Código de Procedimientos Civiles o algún otro de la entidad, prohíben demostrar la personalidad a través de copia certificada extraída de actuaciones judiciales y menos aún, limitan la forma en que debe demostrarse dicho presupuesto procesal. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO. Amparo directo 122/2005. Felipe Olivos Álvarez. 21 de septiembre de 2005. Unanimidad de votos. Ponente: Myriam del Perpetuo Socorro Rodríguez Jara. Secretaria: Mariana Zárate Sanabia. - - - Al respecto, es de apreciar que la máxima autoridad jurisdiccional en el Estado, así lo determinó en su fallo definitivo la cual es la Sala Mixta del H. Supremo Tribunal de Justicia en el Estado de Sonora, que obra a fojas en copia certificada de la 232 a la 257 del presente expediente, cuya valoración se efectuó en párrafos precedentes, donde esta resolutora reproduce literalmente lo concerniente a la acreditación de la imputabilidad del hoy encausado para el caso que nos ocupa, de la siguiente manera: - - - - - - - - - - - - - - “… En efecto, los medios de prueba que obran en la presente causa, valorados en forma conjunta en términos de los artículos 270 y 276 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de Sonora, ponen de manifiesto que cuando la menor ofendida MARIA GUADALUPE ORANTES RENTERIA tenía siete años de edad y cursaba el primer año de primaria, en el año escolar dos mil seis dos mil siete, cuando la ofendida iba a revisar sus tareas con su profesor (sujeto activo) de nombre UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, éste la sentaba en sus piernas y la tocaba en sus piernas y la tocaba por debajo de su falda y calzón, y le acariciaba su vagina, que tal acción la estuvo haciendo durante todo el ciclo escolar. Lo anterior se concluye a partir de la valoración conjunta, en términos del artículo 276 del código adjetivo penal local, de los medios de prueba que obran en la presente causa de los que sobresalen por su relevancia demostrativa los siguientes: La declaración de la menor ofendida MARIA GUADALUPE ORANTES RENTARÍA, (f.7) la cual en lo que interesa ente el Ministerio Público afirmó que cuando cursaba el primer año de primaria su maestro era UBALDO, y que cuando llevaba su cuaderno para que le revisara la tarea, él la sentaba en sus piernas y como ella vestía faldas del uniforme le introducía las manos por dentro de su calzón para tocarle su vagina, que ello se lo hacía a diario; añadió la menor que tal acción el maestro también se las hacía a las menores ALICIA, ARANZA, MARÍA EMMA Y MARÍA, que el profesor le preguntaba que si le había dicho a alguien lo que él le hacía pero que ella no le contestaba, y que tales tocamiento se los hizo todo el años escolar, también sostuvo la pasivo que antes de salir de vacaciones de semana santa el mimo maestro fue a su grupo y les informó que les iba a volver a dar clases, lo que le causó temor porque no quiere que le vaya hacer lo mismo, y que por ello le informó lo sucedido a su mamá. Apoya la anterior narración de hechos de la ofendida, la denuncia presentada por su madre MARIA GUADALUPE RENTERIA CASTILLO(f.3), quien en su denuncia hecha ante el Ministerio Publico, el día dos de abril de dos mil ocho, expresó, entre otras cosas, que al encontrarse en su casa, su hija MARIA DE GUADALUPE ORANTES RENTERIA le expresó “MAMA, EL MAESTRO UBALDO ME HACÍA COSAS”, a lo cual la denunciante le interrogó que si a que se refería con ello, y fue cuando la menor llorando le empezó a contar que cuando el maestro le daba clases el primer año, y la menor iba a revisar tarea el maestro 9 la subía a sus piernas y como traía la falda del uniforme el maestro le metía mano por debajo y por dentro de su calzón y le tocaba su vagina, agrega que la menor le informó que eso se lo hizo todo el tiempo, y que el maestro le indicaba que no le dijera a nadie; agrega la denunciante que ante esa noticia se explicaba el hecho de que su hija llegaba a su casa enojada, muy seria, y que a veces quería ir a la escuela en pantalones, pero que ella le decía que no porque tenía que llevar el uniforme, también afirmó que su hija se animó a contarle tal suceso, porque antes de salir de vacaciones de semana santa, el profesor UBALDO se presentó en su salón de clases y les expresó que él les iba a dar clases en el tercer año, y eso asustó mucho a su hija, ya que no quiere que le vuelva a dar clases, y que también le explicó que no le había comentado antes esos hechos porque le daba vergüenza y miedo. Aunado a lo anteriormente, también se cuenta con el dictamen psicológico emitido por dos peritos especialistas en la materia adscritos a la Procuraduría General de Justicia del Estado (ff.36-38), del cual se desprende que después de practicarle diversas técnicas y pruebas a la menor MARIA GUADALUPE ORANTES RENTARÍA, determinaron que presenta daño emocional derivado de la situación que refirió, razón por la cual se le recomendó que acudiera a terapias psicológicas, por un periodo de al menos seis meses. También se cuenta con el parte informativo elaborado por agentes de la policía Estatal Investigadora (f.14), el día siete de abril del dos mil siete, y quienes aseveraron que al abocarse a la investigación de los hechos denunciados, se trasladaron a la escuela primaria FORD situada en el poblado Miguel Alemán, donde ubicaron y se entrevistaron con el acusado UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, quien respecto los hechos refirió que efectivamente el año anterior había impartido clases a la ofendida y que admite haber subido a la menor a sus piernas y que le tocaba las piernas a la menor ofendida, ya que ello lo hacía con todos sus alumnos y que era común que eso sucediera. Así mismo, se cuenta con la declaración ministerial del activo UBALDO JOCOBI YOCUPICIO (ff.16-17), en la que manifestó que el año escolar anterior, la niña MARIA DE GUADALUPE ORANTES RENTERIA, fue su alumna en primer grado en la escuela FORD TRES; que también conoce a la denunciante, porque es la madre de la citada niña, que ciertamente la niña a quien le dice “LUPITA”, fue su alumna en primero “B”, y sí es cierto que cuando las niñas le llevaban a revisar su trabajo, se subían en sus piernas, pero eso es normal que se suban a las piernas de su maestro; que en ocasiones les tocaba las piernas como diciéndoles “ya te puedes ir a sentar” y en especial LUPITA quien era de una de las niñas que se subían a sus piernas mientras le revisaba su cuaderno, pero también lo hacía con otras niñas entre ellas las niñas que aparecen en la denuncia que son las que menciona LUPITA en su declaración, pero eso lo hacía sin ninguna intención; agrega que no es cierto que él alguna vez le haya tocado la vagina a LUPITA o alguna otra niña de la escuela, y no sabe porque dice la ofendida eso de él; …”. “… Como se ve de la declaración de los hechos que hace acusado, aun cuando no admite haber realizado los tocamientos lúbricos en la ofendida, sin embargo, relata circunstancias o indicios que apoyan el dicho de la ofendida, como son haber reconocido estar en el lugar, tiempo y espacio en que ocurrieron los hechos que se le imputan, pues admitió haber sido profesor de primer año de primaria de la ofendida, que es cierto que cuando la menor llevaba a revisar las tareas las subía a sus piernas, que le tocaba las piernas, que también subía en sus piernas a las demás alumnas, entre ellas a la que refiere la menor en su denuncia. Aquí es importante señalar que en la declaración preparatoria del acusado, hace una serie de señalamientos sobre la menor ofendida en el sentido de que ésta asumía comportamientos de erotismo, tales como: Que la menor cuando jugaba con los otros niños tirados en el suelo, “ella les decía que iban hacer el amor”; también asevera el activo que en una ocasión la menor permaneció por mucho tiempo sentada en sus piernas y que ella se levantó e invitó a otras niña a que se sentara, y que no se explica tal actitud; igualmente afirmó, que cuando él se encontraba escribiendo en el pizarrón a espaldas de los alumnos, la menor se le quedaba observando a sus glúteos, que el activo le preguntaba porque hacía eso y que ella se apenaba (“se ponía roja”); así mismo, afirmó el acusado que la menor mencionaba copiosamente la palabra “pirulí” refiriéndose a los penes; así pues, a juicio de quienes resuelven estiman que las afirmaciones formuladas en ese sentido por el acusado revelan datos que hace suponer conocimiento de la menor de conductas impropias para su edad, y no aparece que el acusado que haya tomado medidas al respecto, lo que indica una conducta de tipo defensiva por parte del agresor; pues lo saca a relucir una conducta inadecuada de la menor precisamente cuando se encuentra acusado por ella y pretende en su beneficio restarle credibilidad al dicho de ésta. Así las cosas, es evidente que de la declaración vertida por la menor ofendida, la denuncia de la madre de ésta, la declaración del reo en cuanto a los sucesos que afirmó, se coligen una serie de indicios incriminatorios, que adminiculados con el resultado que arrojó en el dictamen psicológico aludido, y la circunstancia demostrada de que la menor denunció el hecho cuando el activo 10 anunció que sería de nuevo su maestro en el tercer año para que la cambiaran de escuela, y no está justificado ese temor en otra circunstancia. Aunado a las razones ya expuestas, debe tenerse en cuenta que los testimonios formulados por menores de edad, en tratándose de delitos de carácter sexual de los que ellos son víctimas, tienen preponderancia demostrativa, máxime si como en el caso, se encuentran corroborados con otros indicio y resultan verosímiles por estar plagados de detalles que no pueden ser materia de invención acorde con la edad de su emitente; lo anterior se justifica, toda vez que en este tipo de delitos, dada su propia naturaleza, generalmente se cometen en ausencia de testigos, como en el caso concreto ocurrió….”. “… En esta tesitura, de acuerdo con la valoración conjunta de las probanzas antes reseñadas, se infiere que se actualiza el delito de ABUSOS DESHONESTOS AGRAVADOS REITERADOS, previsto y sancionado por el artículo 213 segundo y cuarto párrafos, y 214 fracción V del Código Penal para el Estado de Sonora, pues resultó comprobado que el activo ejecutó en reiteradas ocasiones actos eróticos consistentes en tocar la vagina de la menor por debajo de su falda y pantalón; lo que se acreditó tomando en cuenta que la versión de la menor ofendida es verosímil, puesto que sólo es posible su reseña como producta de una experiencia vivida, además de que posee preponderancia demostrativa dada la naturaleza de los hechos investigados, máxime que se encuentra corroborada con la declaración de la denunciante del examen psicológico practicado a la menor. En ese orden de ideas, se estima correcta la decisión del Juez al tener por acreditado el primer elemento del delito de ABUSOS DESHONESTOS AGRAVIADOS REITERADOS, previsto y sancionado por el artículo 213 segundo y cuarto párrafos, 214 fracción V, del Código Penal para el Estado de Sonora. Asimismo, en cuanto al segundo de los elementos del ilícito materia de estudio, se tiene que con los elementos de convicción citados, se pone de manifiesto que el activo ejecutó los tocamientos en reiteradas ocasiones en el cuerpo de la menor víctima, pues ésta refirió que casi a diario el activo le tocaba sus partes, y que eso sucedió durante todo el curso de primer año de primaria (ciclo escolar 2006-2007), relato que resulta comprensible pues una menor de siete años de edad difícilmente puede especificar con exactitud la fechas en que le fueron ocasionados los tocamientos que refiere. De igual forma, se demostró en autos que el activo en el desempeño de su función como maestro (servidor público) realizó tocamientos eróticos en la menor ofendida utilizando los medios o circunstancias que tal empleo le proporciona, pues aprovechó cuando la ofendida en su calidad de alumna acudía con él a revisar sus tareas para sentarla en sus piernas y realizar tocamiento lúbricos en ella. También se acreditó la lesión el bien jurídico tutelado por el delito de ABUSOS DESHONESTOS AGRAVIADOS REITERADOS, consistente en la seguridad sexual de la menor ofendida, en tanto que con los tocamientos lúbricos que ejecutó el activo sobre la víctima, es innegable que se vulneró la seguridad sexual de la ofendida. La forma de intervención se justificó con las mismas probanzas reseñadas, de las que se infiere que la acción en comento se llevó a cabo, por propia actividad y de manera directa, por el sujeto activo, pues fue él quien ejecutó la acción de practicar tocamientos eróticos en el cuerpo de la menor pasivo, constituyéndose el sentenciado en autor material y directo del delito, en términos de lo previsto en el artículo 11, fracción I, del Código Penal para el Estado de Sonora. Asimismo, el elemento relativo a la forma de realización del ilícito quedó justificado, de acuerdo a lo establecido por el artículo 6, fracción I del Código Penal para el Estado de Sonora, porque se perpetró a título doloso o intencional, pues con las referidas pruebas se demostró que dada la mecánica de los hechos probados el activo conoció y quiso el resultado dañoso, por lo que existe una relación de causalidad entre las conductas desplegadas y el resultado producido . En lo que se refiere al nexo de causalidad entre la acción desplegada y el resultado dañoso, es evidente que la ejecución de actos efectuados por el activo afectaron la seguridad sexual de la ofendida. Por último, se justificó el objeto material del delito, habida cuenta de que éste recae en la menor ofendida MARIA GUADALUPE ORANTES RENTARÍA. En ese orden de ideas, en autos ha quedado plenamente acreditado el delito de ABUSOS DESHONESTOS AGRAVADOS REITERADOS, previsto y sancionado por el artículo 213 párrafo segundo y cuarto, 214 fracción V del Código Penal para el Estado de Sonora, y por ende, se estima que en cuanto a la definición y acreditación de los elementos del delito, no existe inexacta aplicación de la ley, trasgresión a los principios del arbitrio judicial en materia de valoración de pruebas ni alteración a los hechos en perjuicio del sentenciado, como incorrectamente lo señala el apelante…”. “… Una vez que se realizó el análisis correspondiente, esta Sala advierte que la plena responsabilidad penal de UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, en la comisión del delito precisado en el considerando anterior, se fincó conforme a derecho, tomando en 11 consideración las pruebas valoradas por el Juez, de las que se desprende que le resulta a título intencional y directo, en términos de los artículos 6 fracción I, y 11 fracción I, del código penal sonorense. En efecto, el Juez natural se ajustó a los lineamientos establecidos en los artículos 270, 271, 276 y 277 del Código de Procedimientos Penales para el Estado de Sonora, al haber tenido por acreditada la plena responsabilidad de UBALDO JOCOBI YOCUPICIO a partir de los medios de prueba que tomó en consideración para ese efecto. Lo anterior se concluye en virtud de lo enseguida se expone. En primer lugar, obra la imputación firme, que sobre el sentenciado vierte la ofendida MARIA DE GUADALUPE ORANTES RENTARÍA, pues tal como se puntualizó en el anterior considerando, ésta acusó a UBALDO JOCOBI YOCUPICIO de haberla tocado en distintas ocasiones cuando ésta acudía con el activo a revisar las tareas, éste se aprovechaba y la subía en sus piernas para posteriormente tocar sus genitales por debajo de su falda y calzón; reproche que cobra especial relevancia probatoria, pues normalmente los delitos de carácter sexual se cometen en ausencia de testigos; y si a todo ello se le añade que el relato que hace la ofendida sobre los citados hechos es detallado y claro al narrar la forma en que sufrió la agresión sexual por parte del activo…”. “… De igual forma se tiene, la declaración de la denunciante MARIA GUADALUPE RENTARÍA CASTILLO, quien es madre de la ofendida, donde dijo entre otras cosas…”. “… La versión de los hechos que hace la denunciante resulta ser creíble, pues no obstante que lo expresó con relación a los tocamientos que sufrió la menor, se enteró a través de lo que le expresó la propia ofendida, sin embargo, refiere circunstancias que rodearon a los hechos de las cuales si se percató por sus propios sentidos, como son: La actitud atemorizada que presentó la ofendida cuando se enteró que el activo le daría clases de nueva cuenta en tercer año; el hecho de que la ofendida llegara de la escuela con una actitud enojada y muy seria; que la menor le indicaba que quería asistir a la escuela vistiendo pantalones apretados; que no le había contado su sucedido por miedo y vergüenza, lo que es natural ante un suceso de este tipo y es lógico que la menor haya tratado de ocultarlo; y por último, la denunciante además relató que en varias ocasiones su hija llegaba de la escuela rosada, y que ella le echaba la culpa al calor; así pues, todos los anteriores indicios son aptos para corroborar los hechos que narró la ofendida, donde acusa al sentenciado de haberla tocada eróticamente. Así mismo, se cuenta con la DILIGENCIA DE IDENTIFICACIÓN DE PERSONA que hizo la menor ofendida MARÍA DE GUADALUPE ORANTES RENTARÍA ante el Ministerio Público, en la cual una vez que se le puso ante su vista al acusado UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, lo reconoció como a la persona que se refirió en su declaración, como su maestro de primer año, de escuela primera Ford, el cual la sentaba en sus piernas para revisarle sus tareas y le metía la mano por debajo de su calzón para tocar sus genitales. Como otra prueba que confirma los hechos que narró la ofendida, es el resultando que arrojó el dictamen psicológico emitido por dos peritos especialistas en la materia adscritos a la Procuraduría General de Justicia del Estado (ff. 36-38), del cual se desprende que después de practicarle diversas técnicas y pruebas a la menor MARIA GUADALUPE ORANTES RENTARÍA, dictaminaron que presenta daño emocional derivado de la agresión sexual que refirió, razón por la cual se le recomendó que acudiera a terapias psicológicas, por un periodo de al menos seis meses. También se cuenta con el parte informativo elaborado por agentes de la Policía Estatal Investigadora (f.14), el día siete de abril del dos mil siete, y quienes aseveraron que al abocarse a la investigación de los hechos denunciados, se trasladaron a la escuela primaria FORD situada en el poblado Miguel Alemán, donde ubicaron y se entrevistaron con el acusado UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, quien respecto los hechos refirió que efectivamente el año anterior había impartido clases a la ofendida y que admite haber subido a la menor a sus piernas y que le tocaba las piernas a la menor ofendida, ya que ello lo hacía con todos sus alumnos y que era común que eso sucediera. Así mismo, se halla la declaración ministerial del activo UBALDO JOCOBI YOCUPICIO (ff. 16-17), en la que no obstante que no admite haber realizado los tocamientos lúbricos en la ofendida, sin embargo, relata circunstancias o indicios que apoyan el dicho de la ofendida, como son haber reconocido estar en el lugar, tiempo y espacio en que ocurrieron los hechos que se le imputan, pues admitió las siguientes circunstancias: Haber sido profesor de primer año de primaria de la ofendida, también acepto que cuando la menor llevaba a revisar las tareas las subía a sus piernas; así mismo confiesa que le tocaba las piernas a las menores pero sin ninguna intención, y por último además admitió que se subía en sus piernas a los demás alumnos entre ellas a las menores que refiere la ofendida en su declaración de hechos. En esto, es importante señalar que en la declaración preparatoria del acusado, hace una serie de señalamientos de erotismo sobre la menor ofendida, tales como: Que la menor cuando jugaba con los otros niños tirados en el suelo, “ella les decía que iban hacer el amor”;…”. “… así pues, las afirmaciones formuladas en ese sentido por el acusado revelan datos que hace 12 suponer el conocimiento de la menor de conductas impropias para su edad, y el acusado no aparece que haya tomado medidas al respecto, lo que indica una conducta por parte del agresor de tipo defensiva. De manera que, al concatenarse entre sí los indicios que arrojan las diferentes probanzas y con el resto del caudal probatorio allegado al sumario ya analizado en el presente fallo, en términos de los artículos 270 y 276, del Código Procesal Penal Sonorense, se concluye que está demostrada la plena responsabilidad penal de UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, en la comisión del delito precisado en considerando anterior…”. No es óbice para concluir en lo anterior, el hecho de que el acusado UBALDO JOCOBI YOCUPICIO en sus declaraciones haya negado los hechos que se le imputan, pues afirmó que nunca realizó tocamientos en la vagina de la menor ofendida, sin embargo tal negación carece de eficacia probatoria frente al cúmulo de pruebas que existen en contrario, cobrando para ello vital relevancia la imputación que en su contra le formula la menor ofendida, pues en los delitos de carácter sexual, por su propia naturaleza, generalmente se consuman en ausencia de testigos, lo cual los hace que sean difíciles a demostrar a través de una la prueba directa; por ello, en tratándose de este tipo de injustos, la declaración de la víctima tiene especial relevancia probatoria, y la imputación de ésta merece un valor preponderante a la simple negativa del acusado; y si a todo ello se le añade que existen en autos diversos indicios que fortalecen el reproche que hace la ofendida, como lo son la denuncia de hechos de su madre, el dictamen psicológico practicado a la menor en el que se advierte que presenta daño emocional derivado de la agresión sexual que sufrió; de ahí que se concluya que la sola negativa que hace el acusado es insuficiente, pues las pruebas de descargo que fueron ofrecidas por la defensa, no resultan ser eficaces para tal fin, tal y como se verá enseguida. En lo que corresponde a lo declarado por las menores MARIA GUADALUPE LÓPEZ HERNÁNDEZ, ALICIA ALEJANDRA NÚÑEZ SÁENZ y MARIA EMMA TRASVIÑA LÓPEZ, en nada favorece a los intereses del acusado, pues pese que a todas declararon que no las ha tocado el profesor UBALDO, y que ellas las ha tratado bien, empero las declaraciones hechas en sentido no indican necesariamente que no hayan existido los tocamientos que refiere la ofendida, ya que no hay que olvidar que las agresiones sexuales se realizan generalmente ante ausencia de testigo y de tal forma que no pueda ser vistos por otras personas, y si a ello se le suma, que en el caso concreto resultaba difícil que los demás alumnos se enteraren del suceso, ya que por su propia edad era posible que no comprendieran el significado de los hechos que ocurrían, de ahí que se justifique que las menores no se hayan enterado de los hechos materia del presente juicio. Respecto a lo declarado por los testigos de descargo MARIA ENEDIDA GÓMEZ ÁLVAREZ, GRISELDA LÓPEZ OCHOA, BLANCA GUADALUPE VÁZQUEZ VALENZUELA, MARTINA ALMADA FÉLIX, MARIA DE LOURDES CARDOSA TORRES, MANUEL DE JESÚS MOROYOQUI NIEBLAS, ELVIRA CASTELO FONTES y JUAN MANUEL RAMÍREZ NAVARRO, de sus declaraciones no se advierte datos que exculpen al acusado de los hechos que se le reprochan, en virtud de que solamente se limitan a declarar respecto a la buena conducta desplegada por el activo y la menor ofendida dentro de la escuela, pero a ellos no les consta los hechos materia de la presente causa, pues no obstante que varios de ellos afirmaron ser compañeros de trabajado del activo, sin embargo, ninguno refirió haber estado presente dentro del salón de clases todos los días del año escolar en que se suscitaron los hechos delictivos, de ahí que, aunque les conste a ellos la buena conducta del acusado fuera del salón de clases, esa circunstancia no es suficiente para concluir en su inculpabilidad; motivo por el que se reitera que tales testimonio en nada benefician al acusado. De igual forma, este Tribunal no pasa inadvertido el hecho de que la madre de la ofendida, durante la secuela procesal, compareció ante el Ministerio Público y manifestó que era su deseo otorgar el más amplio perdón que en derecho proceda a favor del sentenciado UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, y además expresó que no quería que se siguiera proceso penal en contra de él; lo anterior en nada beneficia al acusado, en primer lugar, porque la denunciante nunca se retractó de su denuncia de hechos que hizo ante el órgano acusador, por también, porque de acuerdo con el artículo 91, fracción I, del Código Penal del Estado de Sonora, el perdón del ofendido extinguirá la acción penal cuando el delito sólo pueda perseguirse a petición de parte, sin embargo ello no es así en el caso del ilícito que se persigue de oficio, como sucede por el que se sigue la presente causa. En consecuencia, se concluye que la determinación del Juez se encuentra apegada a los preceptos sustantivos y procésales aplicables al efecto, sin que en el caso se encuentre acreditada alguna circunstancia eximente de responsabilidad o que extinga la acción penal, previstas en el artículo 13, del Código Penal para el Estado de Sonora, concluyéndose además que con relación a los capítulos analizados, ningún agravio se irroga al procesado al dictarse la sentencia venida a la alzada. En ese orden de ideas, es que se estima que el Juez natural estuvo en lo correcto al haber tenido por acreditada la plena responsabilidad penal de UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, en la comisión del delito de ABUSOS DESHONESTOS AGRAVADOS REITERADOS, precisado en el apartado anterior…”. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 13 - - - Esta resolutora del análisis practicado al texto antes trascrito de la probanza aportada por el denunciante, de manera clara se advierte que la H. Sala del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, determinó que existen elementos suficientes que sí acreditan las imputaciones que se le atribuyen al hoy encausado, pues como antes se vio, las probanzas antes ventiladas fueron contundentes para confirmar la responsabilidad del hoy encausado de las acciones bochornosas que se le atribuyen en el ejercicio de su funciones; por tal motivo, las excepciones que el encausado ejercita para desvirtuar las imputaciones de referencia en nada le benefician, toda vez que no logró dentro del proceso penal desvirtuar con probanzas idóneas las acusaciones que se le realizaron tanto en primera como en segunda instancia. - - - - - - - - - - - - - - Ahora bien, esta autoridad procederá a entrar al estudio de las argumentaciones que realiza el encausado en su escrito de contestación conjuntamente con las probanzas aportadas de la manera siguiente: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Del análisis de la denuncia de hechos presentada, por el titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos de los Servicios Educativos del Estado de Sonora, consistente en los tocamientos obscenos por parte del procesado Ubaldo Jocobi Yocupicio, a la menor María Guadalupe Orantes Rentería, dentro del aula de clases, encontrándose éste en su calidad de maestro frente al grupo de la Escuela Primaria Ford Número Tres del Poblado Miguel Alemán, se desprende que faltó a lo que establece la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios en sus fracciones I, II, III, IX, XXVI y XVIII que se trascriben: “…ARTICULO 63.- Todo servidor público tendrá las siguientes obligaciones, para salvaguardar la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia que deben ser observadas en el desempeño de su empleo, cargo o comisión, y cuyo incumplimiento dará lugar al procedimiento y a las sanciones que correspondan, según la naturaleza de la infracción en que se incurra, y sin perjuicio de sus derechos laborales, previstos en las normas específicas que al respecto rijan en el servicio. I.- Cumplir con la máxima diligencia y esmero el o los servicios que tuviere a su cargo. II.- Abstenerse de todo acto u omisión que cause o pueda causar la suspensión o deficiencia del servicio. III.- Abstenerse de todo acto u omisión que implique abuso o ejercicio indebido de su empleo, cargo o comisión. IX.- Observar buena conducta en su empleo, cargo o comisión tratando con respeto, diligencia, imparcialidad y rectitud a las personas con las que tenga relación con motivo de aquél. XXVI.- Abstenerse de cualquier acto u omisión que implique incumplimiento de cualquier disposición jurídica relacionada con el servicio público. XXVIII.- Las demás que le impongan las leyes y reglamentos…” - - - Con su conducta lasciva perjudicó el servicio que prestaba como maestro, ya que omitió conducirse con diligencia y esmero en el servicio que prestaba, además no se abstuvo de realizar actos que causaron detrimento o perjuicio en el servicio abusando en el ejercicio de su empleo, con dicha conducta perjudicó a la menor que se encontraba bajo su cargo puesto que era el responsable de grupo encargado de guiar a sus alumnos, lo que en la especie no ocurrió, sino todo lo contrario afectó de manera grave a una de sus menores alumnas, violentando además con su actuar lo que establece específicamente la fracción XIII del artículo 27 del Reglamento Escolar para la Educación Básica Oficial del Estado de Sonora, misma que a la letra señala: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 14 “…El docente considerado como maestro frente a grupo tendrá las siguientes responsabilidades frente a sus educandos:…” fracción XIII “…Abstenerse de maltrato físico o psicológico a los alumnos…”, - - - Ya que dicho servidor público tenia conocimiento que debía ostentarse de manera recta, intachable y honesta, en función de su cargo, en virtud de que es un modelo de conducta muy significativo para los alumnos poniéndolos en riesgo con su actuar, al exponerlos a modelos antisociales de conducta que pueden impactar negativamente en su desarrollo psicosocial afectando de manera irreparable su inmersión en la comunidad.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Así las cosas obra en autos de la presente causa, denuncia de la madre de la menor la C. María de Guadalupe Rentería Castillo de donde se desprende la acusación que dio origen a la causa penal que se interpusiera en contra del C. Ubaldo Jocobi Yocupicio, por los actos lascivos que se le atribuyen en contra de la menor ofendida, y que derivara en sentencia condenatoria, que se recurrió por parte del encausado ante el Tribunal Superior de Justicia en el Estado confirmándose la misma, documentales que adquieren valor probatorio pleno, toda vez que obran agregadas al expediente en que se actúa en copia certificada, expedida por la autoridad que emitió dichas actuaciones, lo anterior con fundamento en lo que establece el artículo 323 fracción VI del código de Procedimientos Civiles del Estado: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - ARTÍCULO 323.- Para valorizar la prueba de documentos públicos se observarán las siguientes reglas: VI.- Las actuaciones judiciales hacen prueba plena. - - - Aplicado supletoriamente al procedimiento que nos ocupa según lo establece el artículo 78 último párrafo de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios, y las cuales sirvieron de base para la denuncia interpuesta por el Titular de Asuntos Jurídicos de los Servicios Educativos del Estado de Sonora, asimismo el encausado compareció mediante escrito presentado en la audiencia de ley celebrada en fecha doce de agosto de dos mil diez, desprendiéndose de la misma que si bien es cierto éste niega su participación en los hechos imputados, también lo es que de todo el material probatorio que aporta no existe prueba idónea que desvirtue la acusación que versa en su contra, consistente en el hecho que dentro del salón de clase abusando de su calidad de maestro sentó en sus piernas a la menor María Guadalupe Orantes Rentería y le realizó tocamientos obscenos en sus piernas y en su vagina, según el dicho de la menor. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Del análisis de las documentales públicas que anteriormente se citan consistente en la certificación de la sentencia ejecutoriada emitida por el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Sonora, se desprende que obra agregada a foja 16 de la presente causa la declaración del C. Ubaldo Jocobi Yocupicio, misma que rindiera ante la presencia del Agente del Ministerio Público y de la cual se desprende que acepta parcialmente su participación en los hechos que se le imputan, ya que manifiesta “…María Orantes Rentería quien el año pasado fue mi alumna en la escuela ford tres, en primer grado y en presencia de mi defensor de oficio quiero decir de todo esto lo siguiente: que nada mas estoy de acuerdo que si efectivamente la niña maría Guadalupe a quien yo le digo Lupita, fue mi alumna el año pasado cuando le di primero grado “B”, y si es cierto que cuando las niñas me llevan a revisar su trabajo se subían en mis piernas pero eso es normal que las alumnas se suban en las piernas de su maestro, y hasta en ocasiones les tocaba las piernas como 15 diciéndoles ya te puedes ir a sentar y en especial Lupita quien era de una de las niñas que se subían a mi pierna mientras le revisaba su cuaderno…” dicha declaración adquiere fortaleza jurídica ya que la misma fue rendida sin presión, por persona capaz en presencia de su defensor, y la misma coincide con lo que manifiesta la menor, María Orantes Rentería, respecto de lo ocurrido en el salón de clases, cuando el encausado apenas mencionado se desempeñaba como el maestro de la alumna afectada, por lo que dichas probanzas adminiculadas entre si resultan suficientes para acreditar las circunstancias de tiempo, lugar y modo de suceder los hechos, ya que dicha manifestación realizada por el procesado, lo ubica en el lugar de los hechos, a pesar que este niega haber tocado a la menor en su vagina, si acepta haber tocado sus piernas mientras se encontraba sentada en su pierna para revisarle su tarea dentro del salón de clase, manifestación que adquiere valor de una confesión expresa según lo establecido en el artículo 319 del Código de Procedimientos Civiles Vigente en el Estado: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - “…Artículo 319.- la confesión judicial expresa hará prueba en juicio cuando reúna las siguientes Condiciones: I.- Que sea hecha por persona capaz de obligarse; II.- Que sea hecha con pleno conocimiento y sin coacción ni violencia, y III.- Que sea de hecho propio o conocido del absolvente o, en su caso, del representado o del Causante. La admisión de hechos en la demanda, en la contestación o en cualquier otro acto del juicio, hará fe sin necesidad de ratificación ni de ser ofrecida como prueba…” --- Mismo que se aplica de manera supletoria al procedimiento que nos ocupo según dispone el articulo 78 último párrafo de la Ley de Responsabilidades de los Servidores públicos del Estado y de los Municipios, aunado a que de todo el material probatorio que ofrece el encausado no existe prueba alguna que desvirtue de manera directa la acusación que se le endilga, concluyendo que efectivamente el encausado se aprovechó de su calidad de maestro de grupo de la Escuela Primaria “ Ford número tres” del Poblado Miguel Alemán del Municipio de Hermosillo, Sonora, dependiente de la Secretaria de Educación y Cultura del Estado de Sonora, para, tener acercamientos con la menor a su cargo, por lo tanto, esta autoridad sancionadora estima que, el C. Ubaldo Jocobi Yocupicio, realizó en perjuicio de la menor María Guadalupe Orantes Rentería, los actos inmorales que se le imputan y que llevan a presumir que sí existieron los tocamientos obscenos denunciados, y aún cuando se trate de presunciones, hacen fe en el procedimiento, conforme al artículo 330 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Sonora; el cual establece lo siguiente: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Artículo 330.- Las presunciones legales hacen prueba en juicio cuando no se ha demostrado el supuesto contrario, en los casos en que la ley no lo prohíbe. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Las presunciones humanas harán prueba cuando esté demostrado el hecho o indicio que les da origen y haya entre éstos y el hecho por probar, una relación de antecedente a consecuente o enlace de causa a efecto más o menos necesario. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Lo anterior, además con apoyo en la Jurisprudencia de la Novena Época, emitida por los Tribunales Colegiados de Circuito, consultable en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Tomo: XV, Enero de 2002, Tesis: VI.2º.C. J/217, página: 1205, materia: Común Jurisprudencia que textualmente dice: “... PRUEBA PRESUNTIVA, SU VALORACIÓN. Los tribunales, según la naturaleza de los hechos, la prueba de ellos y el enlace más o menos necesario que exista entre la verdad conocida y la que se busca, apreciarán en conciencia el valor de las presunciones, hasta el grado de poder considerar que su conjunto forma prueba plena. SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA CIVIL DEL SEXTO CIRCUITO. Amparo directo 48/90. Rafael Dante Olivares Bazán. 20 de febrero de 1990. 16 Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Calvillo Rangel. Secretario: Jorge Alberto González Álvarez. Amparo directo 131/95. Octavio Augusto Curro Castillo. 3 de mayo de 1995. Unanimidad de votos. Ponente: María Eugenia Estela Martínez Cardiel. Secretario: Enrique Baigts Muñoz. Amparo directo 344/96. Alejandro Rueda Tototzintle. 3 de julio de 1996. Unanimidad de votos. Ponente: José Mario Machorro Castillo, Secretario de Tribunal en funciones de magistrado por Ministerio de Ley, en términos del artículo 36 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. Secretario: Enrique Baigts Muñoz. Amparo directo 140/97. Gabino Morales Ramírez y otra. 12 de marzo de 1997. Unanimidad de votos. Ponente: Antonio Meza Alarcón. Secretario: Enrique Baigts Muñoz. Amparo directo 393/2001. María del Pilar Leticia Rivera Rodríguez. 31 de octubre de 2001. Unanimidad de votos. Ponente: Raúl Armando Pallares Valdez. Secretario: Eduardo Iván Ortiz Gorbea…”- - - - - - - - - - - Así pues, es importante resaltar que el encausado C. Ubaldo Jocobi Yocupicio, no tomó las medidas necesarias en su trato con los alumnos, tales como, garantizar la integridad física y emocional de los menores educandos, es decir, evitar cualquier tipo de maltrato emocional y físico, consideración primordial para el buen desarrollo de los mismos, para asegurar la protección y el cuidado necesario para el bienestar de los menores y no vulnerar sus derechos, pues con los actos lascivos ejecutados en contra de la menor dentro del salón de clases, pone en evidencia que no garantizó la eficacia de la protección de los derechos de los niños y niñas a su cargo en la Escuela Primaria “ Ford número tres” del Poblado Miguel Alemán del Municipio de Hermosillo, Sonora, y vulneró lo dispuesto en el artículo 63, fracciones I, II, III, IX y XXVI, así como también, lo establecido en la fracción XIII del artículo 27 del Reglamento Escolar para la Educación Básica Oficial del Estado de Sonora. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Ahora bien en su defensa a las imputaciones el encausado niega categóricamente haber realizado los actos que se le imputan, aduciendo que la denuncia se apoya única y exclusivamente en el asunto penal, 151/08 que se ventiló ante el Juez Segundo del Ramo Penal de Primera Instancia, manifestando que fue juzgado injustamente por un delito que jamás cometió. Al analizar la contestación realizada por parte del encausado, se advierte que únicamente se limita a hacer una serie de manifestaciones tendientes a negar los hechos imputados, sin aportar medios de prueba suficientes que sirvan para desvirtuar las recriminaciones realizadas en su contra, ya que el material probatorio que aporta y que se encuentra agregado en autos de la presente causa que en obvio de repeticiones innecesarias se tiene aquí por reproducido como si a la letra se insertase, consiste en constancias que sirven para acreditar únicamente su grado de preparación académica así como su conducta anterior a los hechos que se le imputan, sin embargo no desvirtúan de manera alguna la imputación que se le hace por parte de la denunciante, asimismo, al respecto es preciso aclarar que no basta con solo negar los hechos atribuidos a su persona, toda vez que dicha negación encierra una afirmación pues al señalar que no son ciertas las supuestas acusaciones, quiere decir que desplegó una conducta contraria a la que se atribuye, luego entonces debe probar dicha conducta de conformidad con la fracción II del artículo 258 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Sonora, de aplicación supletoria a la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios, según lo dispone el último párrafo de su numeral 78, que establece: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - “...No requieren prueba: II.- Los negativos, a menos que la negación envuelva la afirmación expresa de un hecho concreto susceptible de prueba o que desconozca una presunción legal que tenga el colitigante...”; 17 - - - Ya que no es suficiente el sólo manifestar que niega los hechos imputados, pues según el artículo 260 del Código de Procedimientos Civiles del Estado de Sonora, aplicado supletoriamente al presente procedimiento: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - “…Las partes tienen la carga de probar sus respectivas posiciones de hecho, y los hechos sobre los que el adversario tenga a su favor una presunción legal...”, - - - Por lo tanto, el encausado también debe probar su dicho y desvirtuar las imputaciones que se le hacen por parte del Titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos de los Servicios Educativos del Estado de Sonora, no sólo limitarse a negar los hechos, como ocurrió en la especie. Resulta aplicable al anterior razonamiento y sirve cómo sustento legal la siguiente tesis.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - No. Registro: 218,105 Tesis aislada Materia(s): Laboral Octava Época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación Tomo: X, Octubre de 1992 Página: 291 CARGA DE LA PRUEBA. NO ES UNA OBLIGACION SINO UNA FACULTAD CUYO EJERCICIO ES EN INTERES EXCLUSIVO DE LAS PARTES. Acorde con la técnica del derecho procesal del trabajo, en el que priva el principio dispositivo según el cual corresponde al actor demostrar sus afirmaciones y al reo sus excepciones, de conformidad con lo que establecen los artículos 777, 778, 779 y 780, en relación con los artículos 878, fracciones II y IV, 880, fracciones I y III, preceptos todos de la Ley Federal del Trabajo, salvo los casos de excepción contemplados en los artículos 784 y 804 de la propia ley, la carga procesal debe entenderse más que como una obligación de las partes, como una facultad, cuyo ejercicio es en interés propio de cada una de ellas, en virtud de que, el que afirma debe probar; y el que niega, también tiene la carga de probar, entre otros casos, cuando su negativa encierre la afirmación de un hecho o cuando se controvierta la presunción que tiene a su favor el colitigante. PRIMER TRIBUNAL COLEGIADO DEL VIGESIMO PRIMER CIRCUITO. Amparo directo 75/92. Rogelio Ibarra Nicanor. 21 de mayo de 1992. Unanimidad de votos. Ponente: Gustavo Mena Méndez. Secretario: Alfonso Gazca Cossío. Amparo directo 7/92. Rufino Marroquín Rodríguez y otros. 9 de abril de 1992. Unanimidad de votos. Ponente: Juan Vilchiz Sierra. Secretario: Jorge Carreón Hurtado. Octava Época, Tomo X-Octubre, página 291. Amparo directo 123/91. María Elena García López y Francisco Gómez Toribio. 19 de marzo de 1992. Unanimidad de votos. Ponente: Juan Vilchiz Sierra. Secretario: Jorge Carreón Hurtado. Octava Época, Tomo IX-Junio, página 360. Nota: Por ejecutoria de fecha 8 de abril de 2002, la Segunda Sala declaró inexistente la contradicción de tesis 33/2002 en que había participado el presente criterio. - - - En consecuencia de lo señalado, se concluye la existencia de responsabilidad administrativa a cargo del C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, en su carácter de servidor público, adscrito a la Escuela Primaria “ Ford número tres” del Poblado Miguel Alemán del Municipio de Hermosillo, Sonora, toda vez que, quedó demostrado en autos del expediente en que se actúa, que el encausado realizaba tocamientos lascivos a una de sus alumnas; luego entonces, es menester indicar que un maestro de escuela de educación básica, por disposición de ley, es un servidor público que está investido de una función específica en el proceso educativo, siendo también depositario de la confianza para educar a los menores de edad, brindando para tal efecto la protección y cuidados necesarios para preservarlos en su integridad física, psicológica y social, cosa que no ocurrió en el caso que no ocupa, toda vez que, el encausado valiéndose de la investidura y la autoridad que representa en el aula de clase, se aprovechó para realizar tocamientos 18 lascivos, en contra de una menor; situación inadmisible para el encargado de ser la guía y factor decisivo en la educación, toda vez que, la figura del maestro, sirve como guía de aplomo, rectitud y sobre todo respeto; lesionando con ello, a la Institución a la que pertenece, y principalmente a las menores educandos bajo su instrucción. En consecuencia, la conducta desplegada por el servidor público denunciado, va en detrimento del prestigio y honorabilidad de dicha institución, actualizando con ello, el incumplimiento del artículo 63 fracciones I, II, III, IX y XXVI de la invocada Ley de Responsabilidades, debido a que claramente dicho artículo señala en sus fracciones, las obligaciones que tiene todo servidor público para salvaguardar la legalidad, lealtad, imparcialidad y eficiencia que deben ser observadas en el desempeño de su empleo, cargo o comisión, aplicables al caso, las que a la letra dicen: “...I.- Cumplir con la máxima diligencia y esmero el o los servicios que tuviere a su cargo…”; “…II.- Abstenerse de todo acto u omisión que cause o pueda causar la suspensión o deficiencia del servicio...”; “…III.- Abstenerse de todo acto u omisión que implique abuso o ejercicio indebido de su empleo, cargo o comisión...”; IX.- Observar buena conducta en su empleo, cargo o comisión tratando con respeto, diligencia, imparcialidad y rectitud a las personas con las que tenga relación con motivo de aquél…”; y “…XXVI.- Abstenerse de cualquier acto u omisión que implique incumplimiento de cualquier disposición jurídica relacionada con el servicio público…” - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Lo anterior, es así, puesto que el C. UBALDO JACOBI YOCUPICIO, según la naturaleza propia de sus funciones y dada su calidad de maestro, adscrito a la Escuela Primaria “ Ford número tres” del Poblado Miguel Alemán del Municipio de Hermosillo, Sonora, dependiente de la Secretaría de Educación y Cultura, por motivo de su encomienda, está obligado a actuar de manera ejemplar, respetable y honesta, toda vez que, en este caso en particular se trata de un servidor público del Gobierno del Estado de Sonora, que se encuentra dedicado en su servicio a cubrir uno de los intereses más altos que reclama la sociedad como lo es la educación, al que se le ha dado toda la confianza dentro de una institución educativa pública y de gran repercusión social, y a quien le permite ubicarse como formador de niños de educación primaria, por lo que debió comportarse de manera ejemplar y respetuosa, sujetarse al orden, decencia y honestidad dentro y fuera de las aulas, ya que es guía y factor decisivo en la educación de los niños. El ser maestro conlleva una gran responsabilidad para la formación de hombres y mujeres que un día con los conocimientos y valores adquiridos en las aulas, conducirán los destinos de nuestra nación, y que a su vez tendrán también hijos para transmitir en ellos, la confianza, admiración y respeto que represente la figura del maestro, así como, el gusto por acudir a la escuela y no como en el caso aconteció que escuela y maestro, sean sinónimo de terror y un mal recuerdo permanente que siempre acompañará a las menores afectadas, creyendo con plena confianza que su maestro las respetaría y que les impartiría la cátedra, pero por el contrario, el encausado respondió de una manera inmoral ante las niñas que les impartía clases, toda vez que, se aprovechó de su condición de maestro atentando contra la seguridad sexual e integridad física y psicológica de una de sus alumnas realizando actos tendientes a la satisfacción de un deseo sexual, dentro del propio salón de clases, el cual en lugar de ser el espacio en el cual el maestro transmitiera sus conocimientos a los alumnos, siendo caso contrario, manchó la imagen del magisterio ante la sociedad, así como, la admiración y honorabilidad del significado de lo que un maestro debe ser. Por lo tanto, la conducta desplegada por el servidor público denunciado, es inadmisible, toda vez que, como ya se indicó con anterioridad, las funciones de tan relevante mérito como son las de maestro de primaria, exige a todo servidor público la salvaguarda de los principios de legalidad, honradez, lealtad, 19 imparcialidad y eficiencia que como obligación se establece en el artículo 144 fracción III de la Constitución del Estado Libre y Soberano de Sonora y el artículo 63 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios. Es por todo lo anterior, que con la conducta desplegada por el encausado, actualiza los supuestos ya señalados contenidos en el artículo 63 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios y por ende se declara la EXISTENCIA DE RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA, a cargo del C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Sirve de sustento, para el anterior razonamiento, la siguiente tesis emitida por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, misma que textualmente dice: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Novena Época Instancia: CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta Tomo: XVII, Marzo de 2003 Tesis: I.4o.A.383 A Página: 1769 SERVIDORES PÚBLICOS. SU RESPONSABILIDAD ADMINISTRATIVA SURGE COMO CONSECUENCIA DE LOS ACTOS U OMISIONES PREVISTOS EN LA LEGISLACIÓN QUE RIGE LA PRESTACIÓN DEL SERVICIO PÚBLICO Y SU RELACIÓN CON EL ESTADO. La responsabilidad administrativa de los servidores públicos surge como consecuencia de los actos u omisiones -que se definan ya sea por la propia legislación bajo la cual se expidió el nombramiento del funcionario, la ley que rige el acto que se investigó, o bien, por las que se contemplan en la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos- pues, de no considerarse así, bastaría que el ordenamiento jurídico respectivo no previera las obligaciones o deberes que a cada funcionario le corresponden, para dejar impunes prácticas contrarias a la legalidad, honradez, imparcialidad, economía y eficacia que orientan a la administración pública y que garantizan el buen servicio público, bajo el principio unitario de coherencia entre la actuación de los servidores públicos y los valores constitucionales conducentes, sobre la base de un correlato de deberes generales y la exigibilidad activa de su responsabilidad. Tan es así que la propia Constitución Federal, en su artículo 109, fracción III, párrafo primero, dispone que se aplicarán sanciones administrativas a los servidores públicos por los actos u omisiones que afecten la legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia que deban observar en el desempeño de sus empleos, cargos o comisiones, lo que constriñe a todo servidor público a acatar y observar el contexto general de disposiciones legales que normen y orienten su conducta, a fin de salvaguardar los principios que la propia Ley Fundamental estatuye como pilar del Estado de derecho, pues la apreciación de faltas implica constatar la conducta con las normas propias o estatutos que rigen la prestación del servicio público y la relación laboral y administrativa entre el servidor público y el Estado. CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. Revisión fiscal 316/2002. Titular del Órgano Interno de Control en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado. 29 de enero de 2003. Unanimidad de votos. Ponente: Jean Claude Tron Petit. Secretario: Alfredo A. Martínez Jiménez. Registro No. 174990 Localización: Novena Época Instancia: Tribunales Colegiados de Circuito Fuente: Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta XXIII, Mayo de 2006 Página: 1867 Tesis: I.4o.A.521 A Tesis Aislada Materia(s): Administrativa RESPONSABILIDADES DE LOS SERVIDORES PÚBLICOS. LA APLICACIÓN DE LAS 20 SANCIONES ADMINISTRATIVAS CORRESPONDIENTES SURGE COMO CONSECUENCIA DE SUS ACTOS U OMISIONES DEFINIDOS EN LA PROPIA LEGISLACIÓN BAJO LA CUAL SE EXPIDIÓ SU NOMBRAMIENTO, EN LA NORMATIVIDAD Y ESPECIFICACIONES DE LA ACTIVIDAD DESARROLLADA O BIEN DE LAS QUE SE CONTEMPLAN EN LA LEY FEDERAL RELATIVA. Para que un servidor público pueda ser sancionado basta que su conducta sea contraria a las obligaciones y principios que le impone la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos, sin que sea óbice la falta de previsión del puesto que ocupa o de algún deber en la ley de la dependencia a la que se encuentre adscrito. En efecto, la facultad disciplinaria encuentra su fundamento en el servicio público que el Estado debe prestar a la comunidad con excelencia, a fin de asegurar y controlar la calidad y continuidad de su actividad, que se instrumenta a través de las funciones, empleos, cargos y comisiones de los servidores públicos y que debe satisfacer los valores y cualidades de legalidad, honradez, lealtad, imparcialidad y eficiencia de la gestión y acción administrativa que trasciendan a la calidad y peculiaridades del servicio público para obtener los fines de la planeación y satisfacer las necesidades públicas con la mayor economía y calidad, de suerte que la administración tiene la facultad y la obligación de autoorganizarse para cumplir sus objetivos y, en ese contexto, se inscribe el poder disciplinario como actividad de control. En este orden de ideas, la responsabilidad administrativa de los servidores públicos surge como consecuencia de sus actos u omisiones, ya sea que se definan en la legislación bajo la cual se expidió su nombramiento, en la normatividad y especificaciones propias de la actividad desarrollada, o bien, de las que se contemplen en la Ley Federal de Responsabilidades de los Servidores Públicos; pues de no considerarse así, bastaría que el ordenamiento jurídico relativo a determinada dependencia del Ejecutivo, no previera en concreto y expresamente las obligaciones y deberes que a cada servidor público razonablemente le corresponden para dejar impunes prácticas contrarias a los valores y cualidades que orientan a la administración pública y garantizan el buen servicio bajo el principio unitario de coherencia entre la actuación del servidor público y valores constitucionales conducentes, sobre la base correlativa de deberes generales y exigibilidad activa de su responsabilidad. CUARTO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL PRIMER CIRCUITO. Revisión fiscal 244/2005. Titular de la Unidad de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de la Función Pública, encargada de la defensa jurídica. 26 de octubre de 2005. Unanimidad de votos. Ponente: Hilario Bárcenas Chávez. Secretaria: Silvia Angélica Martínez Saavedra. VIII.- En las apuntadas condiciones y acreditadas que fueron anteriormente las hipótesis previstas por el artículo 63 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado de Sonora, mismas imputadas al servidor público aquí encausado, con fundamento en los artículos 68, 69, 71 y 78 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios, se procede a la individualización de la sanción administrativa que corresponde por la infracción del caso, advirtiéndose al efecto que la conducta realizada por el C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, actualiza los supuestos de responsabilidad ya señalados, por incumplimiento de diversas obligaciones contenidas en el artículo 63 de la citada Ley de Responsabilidades, debido a que con la conducta irregular desplegada, no cumplió cabalmente con las obligaciones que tenía encomendadas; igualmente su conducta implicó la violación de los principios consagrados en el artículo 144 fracción III de la Constitución Política del Estado de Sonora, toda vez que no salvaguardó la legalidad, honradez, lealtad, y eficiencia que deben ser observados en el desempeño de su función; en virtud de que con las probanzas presentadas por el denunciante, se comprobó que el encausado realizaba en contra de una de sus alumnas diversas conductas de connotación sexual, acercamientos y tocamientos, afectando particularmente a la menor MARÍA GUADALUPE ORANTES RENTERÍA, y tomando en cuenta que el artículo 69 de la referida Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios, contempla los factores que han de considerarse para la individualización de la sanción, los cuales se obtienen de Lo manifestado por 21 el encausado en la audiencia de ley, glosada a foja 87 dentro del expediente administrativo en que se actúa, del que se deriva que el C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, cuenta con un grado de estudios maestría en educación, Profesor en Educación Primaria, además de que tiene una antigüedad de aproximadamente nueve (9) años, en la Administración Pública, ostentaba el cargo de Maestro frente a grupo de Primaria, adscrito a la Escuela Primaria “ Ford número tres” del Poblado Miguel Alemán del Municipio de Hermosillo, Sonora, dependiente de la Secretaría de Educación y Cultura, cuando sucedieron los hechos denunciados, elementos que le perjudican, porque atendiendo precisamente a la antigüedad, grado de escolaridad y cargo que tuvo cuando ocurrieron los hechos, influyen en el conocimiento sobre la conducta irregular cometida, puesto que evidencian que el servidor público contaba con una antigüedad que sin lugar a duda le dio conocimiento de la naturaleza de la función o cargo que desempeñaba y las normas legales que lo regulaban y a pesar de eso, con descuido de las Leyes incurrió en la conducta imputada; asimismo, se toma en cuenta que percibía un sueldo mensual aproximado de $ 9,000.00 (nueve mil pesos 00/100 moneda nacional), lo que deviene en una situación económica presumiblemente estable, que le permite desarrollarse como parte integrante de una sociedad que exige al servidor público perteneciente a la Secretaría de Educación y Cultura, conducirse con respeto y honestidad en el ejercicio de las funciones a su cargo. Por último, en atención a que no existen pruebas aportadas respecto a que el encausado C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, cuente con antecedentes de procedimientos administrativos, es una situación que le beneficia, debido a que no se le sancionará como reincidente sino como priminfractor, ahora bien, puesto que no existe prueba fehaciente de que el encausado haya obtenido algún beneficio económico con la conducta irregular en que incurrió, no se le aplicará sanción económica. De igual manera, tomando en cuenta que uno de los principales reclamos de la sociedad a la administración pública es, suprimir y evitar toda práctica ilegal o conducta que pudiera prestarse a malas interpretaciones o que empañen la transparencia que debe prevalecer en las funciones de los servidores públicos, considerando también, las circunstancias de modo, tiempo y lugar de ejecución de la conducta irregular imputada, asentadas en la presente resolución y resultando que la responsabilidad en que incurrió el C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, se considera grave atendiendo a que el encausado no cumplió con las expectativas del magisterio sonorense, ya que con qué calidad moral y de cara a la sociedad y a la infancia, pretende seguir frente al aula escolar para inculcar a sus educandos de acuerdo a los planes y programas de estudio autorizados para la educación primaria, en razón de lo anterior y dada su calidad de maestro, el encausado debió actuar de manera ejemplar y sujetarse al orden, decencia y buenos modales que son necesarios en toda persona que es guía y factor decisivo en la educación de la niñez; esto es así, en virtud de que por motivo de sus funciones como maestro de escuela, y teniendo bajo su responsabilidad en el salón de clases a grupos de infantes aprovechó esa cercanía, para realizar actos lascivos en contra de una menor, considerando como normal y común y corriente el que los infantes para revisarles las tareas se suban a las piernas de los maestros y que durante la revisión poder ser tocados en sus áreas genitales y entrepiernas; por lo que es justo, equitativo y conveniente para suprimir las practicas denunciadas en contra del servidor público encausado, -quién se encuentra suspendido en sus funciones con resguardo de pago según documental que obra a foja 761 del presente expediente administrativoaplicarle la sanción de DESTITUCIÓN del empleo e INHABILITACIÓN TEMPORAL para desempeñar cualquier empleo, cargo o comisión en el servicio público POR TRES AÑOS; exhortándolo a la enmienda y comunicándole que en caso de reincidencia se le aplicará una sanción mayor. Lo anterior con fundamento 22 en los artículos 68 fracción IV y VI, 71, 78 fracción VIII y 88 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Por último, en relación a la suspensión temporal que se le decretó al encausado C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, en acuerdo de radicación de fecha primero de julio de dos mil diez, dictado dentro del expediente administrativo en que se actúa, con fundamento en el segundo párrafo del artículo 78 fracción X, de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios, a fin de dictar la presente resolución, esta autoridad instructora levanta dicha suspensión, cesando sus efectos.- - - - - En otro contexto, en virtud de que el encausado no hace uso del derecho que tiene de oponerse a que se publiquen sus datos personales, se ordena se publique la presente sin la supresión de los mismos, lo anterior con fundamento en lo establecido en el numeral 15 de la Ley de Acceso a la Información Pública del Estado de Sonora. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Por lo anteriormente expuesto y fundado, y con apoyo, en lo dispuesto por la fracción VIII del artículo 78 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios, se resuelve el presente asunto al tenor de los siguientes puntos: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -------------------------------RESOLUTIVOS-----------------------------PRIMERO. Que la Dirección General de Responsabilidades y Situación Patrimonial es competente para conocer y resolver del presente procedimiento administrativo de determinación de responsabilidad administrativa, por las razones y fundamentos expuestos en el Considerando primero de esta resolución. - SEGUNDO. Satisfechos que fueron todos y cada unos de los presupuestos procesales necesarios para la validez y existencia jurídica, se procedió a resolver de plano el fondo del presente asunto. - - - - - - - - - - - - TERCERO. Acreditadas que fueron todos y cada uno de los elementos constitutivos de las fracciones I, II, III, IX y XXVI, del artículo 63 de Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios, y la fracción XIII del artículo 27 del Reglamento Escolar para la Educación Básica Oficial del Estado de Sonora, en relación con las imputaciones que se resuelven, se dicta el presente fallo y por tal responsabilidad se aplica al encausado C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO una sanción de DESTITUCION DEL EMPLEO E INHABILITACION POR TRES AÑOS, PARA DESEMPEÑAR CUALQUIER EMPLEO, CARGO O COMISION EN EL SERVICIO PUBLICO. Siendo consecuente advertir al encausado sobre las consecuencias de sus faltas administrativas, así mismo instarlo a la enmienda y comunicarle, que en caso de reincidencia se le aplicara una sanción mayor. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - CUARTO. A fin de estar en posición de dar cumplimiento a la sanción antes aplicada, se levanta la suspensión temporal que se le decretó al C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO; en acuerdo de radicación respectivo, con fundamento en el segundo párrafo del artículo de la fracción X, del precepto legal 78 de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos del Estado y de los Municipios, cesando sus efectos.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - 23 QUINTO. Notifíquese personalmente al encausado en el domicilio señalado en autos y por oficio al denunciante, anexándose copia de la presente resolución. Comisionándose para tal diligencia al C. LIC. DANIEL GUADALUPE GÁLVEZ DUARTE y/o LIC. PRISCILLA DALILA VÁZQUEZ RÍOS y/o MARTÍN ANTONIO LUGO IBARRA como testigos de asistencia a los C. LIZETH FLORES GÓMEZ y VANESA GÁLVEZ PAZ, todos servidores públicos de esta dependencia. Así mismo hágase la publicación respectiva en la lista de acuerdo de esta dependencia, comisionándose en los mismos términos al C. LIC. DANIEL GUADALUPE GÁLVEZ DUARTE y/o PRISCILLA DALILA VÁZQUEZ RÍOS y/o MARTÍN ANTONIO LUGO IBARRA como testigos de asistencia a los C. LIZETH FLORES GÓMEZ y ANA LUISA CARRAZCO CHÁVEZ.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - SEXTO. En su oportunidad previa ejecutoria de la presente resolución, notifíquese a las autoridades correspondientes, para los efectos legales a que haya lugar, y posteriormente archívese el presente expediente como asunto total y absolutamente concluido. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - Así lo resolvió y firma el C. Lic. José Ángel Calderón Piñeiro, Director General de Responsabilidades y Situación Patrimonial de la Secretaria de la Contraloría General, dentro del Expediente administrativo número RO/25/10 instruido en contra del C. UBALDO JOCOBI YOCUPICIO, ante los testigos de asistencia, con que se actúa y quienes dan fe. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - LIC. JOSE ANGEL CALDERON PIÑEIRO. LIC. DOLORES CELINA ARMENTA ORANTES LIC. ALFONSO CALDERÓN ITURRALDE. LISTA.- Con fecha once de febrero de 2014, se publicó en lista la resolución que antecede.- - - - - - - - - - - - - - - - - - - CONSTE.-